Troleo edicion 31

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REVISTA TROLEO EDICION 31

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Y la aventura continúa.

Después de 5 años, Revista Troleo sigue navegando en el mundo edi-torial de la pesca deportiva con más ganas que nunca y siempre ob-sequiándonos grandes satisfacciones y momentos memorables. Como me comentan muchos de mis amigos y familiares: “Tienes el mejor trabajo del mundo”...y les doy toda la razón, aunque no siempre se navega con viento a favor, pero vale la pena el esfuerzo.

En este número el intrépido Nicola Zingarelli recorre los Jardines de la Reina en Cuba, donde cualquier pescador quisiera ser parte de la corte solamente por el gozo de estar presente en ese maravilloso archipiéla-go, uno de los extraordinarios paraísos de la pesca deportiva.

En aguas nacionales, se celebró por segunda ocasión el torneo Aguas Profundas en la ciudad de Veracruz, un evento de gran calidad que nuevamente nos refiere –por su buena organización y sus extraordina-rias capturas de atún y marlin- a un creciente desarrollo de la pesca deportiva que esta comenzado a sentar bases en algunos destinos de nuestro país como lo es el hermoso puerto jarocho.

Sin duda, Isla Mujeres se está consagrando como la nueva capital mun-dial del pez vela. Ahí tuvimos el privilegio de conjuntar a dos “figurones” de la pesca deportiva: Marko Alcaraz Ley y el capitán Anthony Mendillo Jr. Este último considerado por una de las publicaciones internaciona-les de pesca más respetadas, como uno de los 50 mejores capitanes que navegan los mares del mundo. Un orgullo para Troleo compartir dos jornadas de pesca con estas personalidades de la pesca nacional y mundial, abrigados durante el evento, por las inigualables aguas de esta isla que siempre nos recibe con los brazos abiertos.

Y hablando de los mejores, no deben perderse la entrevista que Nas-sim Joaquín le realiza a Stu Apte, considerado toda una leyenda en la pesca con mosca de agua salada, y que tuvo la buena estrella de nacer y criarse entre grandes guías y pescadores en los afamados Cayos de la Florida.

Como siempre, vaya nuestro eterno agradecimiento a los muchos lec-tores que nos escriben y hacen el favor de enviarnos sus comentarios y fotos de capturas para la afamada galería de presumidos. Es un pri-vilegio trabajar para todos ellos....

Nos vemos en la próxima captura.

Manuel Solís Trejo / DIRECTOR [email protected]

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Con la participación de 25 embarcaciones y un total de 100 pescadores procedentes de Saint Thomas, Aruba, Ecuador, Ba-hamas, Estados Unidos, Puerto Rico, Saint Martin, Trinidad & Tobago, Venezuela y la República Dominicana como país an-fitrión, se llevó a cabo el mes pasado el XlX Torneo de Pesca Cap Cana Billfish Shootout bajo la modalidad de “catch and release”.

Este importante certamen internacional que se realiza en aguas de Punta Cana, la zona más turística y paradisíaca de República Dominicana, marca el inicio de la temporada de pesca de altu-ra en esa parte del mundo y tiene como sede la impresionante marina Cap Cana.

En total fueron atrapados 132 ejemplares, 14 marlines azules, 116 marlines blancos y dos peces vela, aunque ningún pescador logró el “Gran Slam” (atrapar uno de cada especie) con el que se llevaba un vehículo de lujo. Cabe mencionar que muchos de los puntos calientes de la zona están marcados en aguas cerca-nas a Cabo Engaño, a sólo 15 millas de Punta Cana.

El equipo de la embarcación “Uno Más”, cuya tripulación la integraron Brook Smith, Sean Galagher, Jeremy Cubillo y Eric Rojas, concluyó su extraordinaria jornada de tres días de pesca acaparando los honores en la división Chivas Regal (donde solo entran los equipos que invierten en todas las pollas “jackpots”). El segundo lugar de esta división correspondió a la tripulación de la lancha “Black Gold”, también de La Florida seguidos por la embarcación puertorriqueña “Doña Lucy”.

El premio al pescador del primer lugar de la división Chivas Regal lo obtuvo Brooks Smith, de la lancha “Uno Más”, le si-guieron Manuel Batlle en “Bandolera” y el dominicano Elías Cruz, en la lancha boricua “Doña Lucy”.

En la División “Brugal” la embarcación “Vacana” de Puerto Rico, integrada por Alberto Sánchez, Federico López Jr., Alexis Barbosa y José Chipi arrasaron con en el primer puesto y se impuso a sus rivales “Blue Bird”, de Puerto Rico y “Barbie” también boricua.

Los tres pescadores más destacados de la división Brugal fue-ron Alberto Sánchez, en la “Vacana”, le siguieron Federico Ló-pez (“Vacana”) y Harold Vicente también de la embarcación “Vacana”.

El torneo premió además el primer marlin azul liberado, que capturó Efraín Rodríguez (lancha “Doña Lucy”) y el galardón a la dama más destacada recayó en Laura Jessen de la lancha “Fish Tank”

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El evento incluyó un amplio programa de actividades sociales iniciando con la inauguración donde todos se llevaron una ca-ricatura personal, una fiesta blanca en Dux por parte de Chivas Regal con un show en vivo, la fiesta Brugal Caribbean Rum Bash donde se bailó merengue hasta la madrugada en Juanillo Beach, el concurso culinario donde se degustaron ricos platos y paellas y para culminar cerrando con broche de oro el ex-quisito banquete de premiación en Sanctuary Cap Cana donde todos estuvieron divirtiéndose y compartiendo animadamente.

Fueron premiados los equipos de las dos divisiones del torneo en iguales condiciones a los pescadores que lograron obtener más liberaciones, y premios a las tripulaciones.

Rick Álvarez director general del Billfish Shootout, comentó a Troleo que la marina Cap Cana y su inigualable entorno, se han convertido en una zona de gran desarrollo del turismo náutico en pesca deportiva de altura en el mundo y esperan el próximo año la participación de aguerridos equipos mexicanos (de los mejores del mundo) participando en el torneo.

El Shootout se caracteriza por fabulosos premios y trofeos que aportan excelentes patrocinadores como el whisky Chivas Re-gal, el ron Brugal, la cerveza Presidente, la Marina Cap Cana y Cap Cana Real State, así como Hook & Tackle, King Sail-fish Mounts, Marine Arts & Trophies, Release Marine, anzue-los Mustad, carretes Shimano, Aftco, Laser Sharp, Lure Box, carretes Alutecnos, gafas Maui Jim, Guy Harvey, Baitmasters, Black Bart, WRI Weather, Blue Fin, Iland Lures y Carey Chen entre otros.

El evento destina fondos a la institución sin fines de lucro Reel Life International quienes desarrollan obras de caridad para ni-ños huérfanos en República Dominicana y otros países.

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Llegar al puerto de Júcaro, en la Isla de la Juventud por la ma-ñana, fue como llegar a casa después de tanto tiempo. Me sentía como un emigrante que al cabo de muchos años trabajando en el extranjero, volvía a ver los rostros de amigos perdidos, pero no olvidados.

Entre el 1995 y el 2005 este servidor paseó su blanco cuerpe-cito por los Jardines de la Reina más que por su propia casa, y la cercanía que se va creando de esos viejos encuentros se-manales, no se disuelven fácilmente. Deja rastros evidentes y muchos recuerdos, todos, indistintamente buenos. Uno tras otro aparecen los compañeros, Arito, Ramón, Yonker, Juan Carlos, Pedrito con unos cuanto kilos demás… y finalmente el bigote de Vicente, que no sabía que iba a ser nuestro guía esa semana y claro, menuda sorpresa se llevó, creía que iba a estar con unos rusos cuando le dije que habría de pescar conmigo. Le presenté a Mario, mi compañero de viaje y enseguida entramos en conversaciones que inevitablemente nos llevan a momentos vividos en un pasado casi ya lejano.

Vicente es el guía más representativo de los Jardines de la Rei-na para el spinning y el popping con las cuberas. Sabe también mucho de jigging, pero su barco, como todos los demás, no tiene ecosonda (los clientes de los Jardines son en un 90% mos-queros), así que sus conocimientos a veces se ven frustrados. Tenerle como skipper es una garantía, sabes que va a trabajar como un burro, gritar, alegrarse, enfadarse y estar en todo mo-mento viviendo todas las emociones de sus clientes. Para mí siempre es un placer pescar con el.

La mañana siguiente del encuentro, amanecimos hambrientos como pirañas y con unas ganas de pescar tremendas. Abando-namos nuestro barco nodriza *Caballones, donde pasamos la noche, y enseguida nos dirigimos hacia el sureste.

Teníamos las ideas muy claras: mucho spinning mediano y li-gero y popping pesado con las cuberas. Mario es virgen de este lado del trópico y está muy emocionado con todas las historias que ha oído sobre los Jardines y las muchas especies nuevas que puede llegar a tocar durante la semana.

En la primera parada, un buen pargo criollo (Lutjanus analis) mordisquea el paseante y sale a bordo para ser rápidamente de-vuelto al agua. Parada tras parada vamos recorriendo parte de los Jardines: La Anclitas, Boca Piedra … seguimos el sol, que poco a poco se va abriendo entre las pocas nubes que quedan del aguacero del día anterior.

Seguimos pescando ligero, Mario con la vara Lamiglas TP7030SP “Caranx Medium” y un servidor con una Lamiglas Travel XTS7025 de casting acoplada a un carrete Team Daiwa Fuego de perfil rebajado, el carrete que suelo utilizar normal-mente para los lucios en Europa.

En poco tiempo nuestra reserva de señuelos había menguado. Las Barracudas tienen poco respeto con los líderes de fluor y monofilamento, son muy agresivas y atacan los paseantes con mucha violencia. Damos caza también a las cuberas pero se nos resisten, no sale ninguna y acabamos la mañana en Cachi Boca, donde está el espléndido barco nodriza esperándonos.

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Llegar al puerto de Júcaro, en la Isla de la Juventud por la ma-ñana, fue como llegar a casa después de tanto tiempo. Me sentía como un emigrante que al cabo de muchos años trabajando en el extranjero, volvía a ver los rostros de amigos perdidos, pero no olvidados.

Entre el 1995 y el 2005 este servidor paseó su blanco cuerpe-cito por los Jardines de la Reina más que por su propia casa, y la cercanía que se va creando de esos viejos encuentros se-manales, no se disuelven fácilmente. Deja rastros evidentes y muchos recuerdos, todos, indistintamente buenos. Uno tras otro aparecen los compañeros, Arito, Ramón, Yonker, Juan Carlos, Pedrito con unos cuanto kilos demás… y finalmente el bigote de Vicente, que no sabía que iba a ser nuestro guía esa semana y claro, menuda sorpresa se llevó, creía que iba a estar con unos rusos cuando le dije que habría de pescar conmigo. Le presenté a Mario, mi compañero de viaje y enseguida entramos en conversaciones que inevitablemente nos llevan a momentos vividos en un pasado casi ya lejano.

Vicente es el guía más representativo de los Jardines de la Rei-na para el spinning y el popping con las cuberas. Sabe también mucho de jigging, pero su barco, como todos los demás, no tiene ecosonda (los clientes de los Jardines son en un 90% mos-queros), así que sus conocimientos a veces se ven frustrados. Tenerle como skipper es una garantía, sabes que va a trabajar como un burro, gritar, alegrarse, enfadarse y estar en todo mo-mento viviendo todas las emociones de sus clientes. Para mí siempre es un placer pescar con el.

La mañana siguiente del encuentro, amanecimos hambrientos como pirañas y con unas ganas de pescar tremendas. Abando-namos nuestro barco nodriza *Caballones, donde pasamos la noche, y enseguida nos dirigimos hacia el sureste.

Teníamos las ideas muy claras: mucho spinning mediano y li-gero y popping pesado con las cuberas. Mario es virgen de este lado del trópico y está muy emocionado con todas las historias que ha oído sobre los Jardines y las muchas especies nuevas que puede llegar a tocar durante la semana.

En la primera parada, un buen pargo criollo (Lutjanus analis) mordisquea el paseante y sale a bordo para ser rápidamente de-vuelto al agua. Parada tras parada vamos recorriendo parte de los Jardines: La Anclitas, Boca Piedra … seguimos el sol, que poco a poco se va abriendo entre las pocas nubes que quedan del aguacero del día anterior.

Seguimos pescando ligero, Mario con la vara Lamiglas TP7030SP “Caranx Medium” y un servidor con una Lamiglas Travel XTS7025 de casting acoplada a un carrete Team Daiwa Fuego de perfil rebajado, el carrete que suelo utilizar normal-mente para los lucios en Europa.

En poco tiempo nuestra reserva de señuelos había menguado. Las Barracudas tienen poco respeto con los líderes de fluor y monofilamento, son muy agresivas y atacan los paseantes con mucha violencia. Damos caza también a las cuberas pero se nos resisten, no sale ninguna y acabamos la mañana en Cachi Boca, donde está el espléndido barco nodriza esperándonos.

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Delante de la mesa se encontraban Dirk y Larry, nuestros com-pañeros de viaje, dos señores canadienses entrañables que por primera vez se aventuraban en un viaje de pesca con mosca en los Jardines.

Es preciso mencionar el excelente servicio que la tripulación nos brindó a lo largo de toda la semana, con Diosdado, el co-cinero, Eric el capitán y Felio, que se encargaba de una gran multitud de cosas a bordo.

Llegan las cuberas

Por la tarde salimos otra vez con las cañas medianas y como suele ocurrir, encontramos las cuberas en el sitio equivocado. Salen dos, una por cada señuelo. La primera se abalanza sobre un tímido paseante y la segunda, casi inmediatamente después, sobre otro paseante de Mario que sin embargo, se suelta ense-guida.

Su servidor se encuentra en una situación ya vivida en el pasado que regularmente acaba con el mismo final. Sin embargo, me pongo manos a la obra y pido a Vicente ir encima de la bestia para mantener el hilo lo más vertical posible e intentar reducir los roces contra los 4 millones de rocas que tenemos dos metros debajo de la quilla. La cubera se desplaza de derecha a izquier-da a velocidad hipersónica y tira como un tanque hacía una piedra negra y grande que amenazaba a babor. Una caña de 1 onza y media de potencia con un carrete que aguanta 5 libras de freno poco pueden hacer para parar un “búfalo con esteroides”, sin embargo, con un poco de presión sobre la bobina parece que logro virarle un poco la cabeza hasta que la realidad se impone y el bicho gana su merecida libertad. Es preciso cambiar de varas, se acabó la tontería.

Monto un nuevo stickbait de River2Sea que se llama Doggie, y comienzo un nuevo ritual de lanzamientos con 1 kilo de equipo y ganas de revancha. Tardo poco en tener otro ataque, las cube-ras están en la zona merodeando y el siguiente tren sale del tú-nel y muerde. Creí haber olvidado cómo pelear las “rojas” pero enseguida me di cuenta que no. Empecé a pelear muy corto y bombear rápido y duro para impedir a la cubera girarse y con dos golpes de cola hacerse con la roca más cercana. Estábamos rodeados de filoso material especializado en cortar líderes, y el bicho peleaba con una potencia que no recordaba en ellas, sin dejarme ni respirar, ni distraerme un segundo.

Una cubera NUNCA se equivoca. SIEMPRE busca la piedra, y si le dejas un poco de línea, estás acabado. No es como otros peces que pelean limpio y se les puede ganar con equipos lige-ros, la roja va a lo que va, o la aguantas o la pierdes. Sobre todo las de esa parte del Caribe que se pescan a poca profundidad, es el pez más difícil que conozco de sacar a popping. Finalmente se rindió antes que yo afortunadamente, y subió a bordo para las fotos, volviendo al agua sana y salva con una nueva lección aprendida.

Llegamos al barco nodriza en la zona del Pedregal donde iba a fondear toda la semana, reventados por el trabajo y por el oleaje, que se había levantado un poco, por cierto, cosa muy positiva para la pesca.

Las noches en un barco anclado en el medio de la nada pueden ser muy aburridas, pero si hay un señor que se llama Felio que prepara los mejores mojitos del planeta, todo cambia de aspecto radicalmente.

Un buen vino blanco para acompañar la cena y luego ron y hierbabuena a voluntad, para reír sobre cualquier tontería, y dormir como niños.

El circo completo

El segundo día amanece con vientos del sur, sabemos ya que por la mañana lo mejor es pasear señuelos con equipos ligero en aguas someras y por la tarde toca a las cuberas.

Esta vez decido meter mano a la XTS704, una travel de Lami-glas, ¾ oz de potencia, trenzado de Tuf Line de 10 libras con un carretito Team Daiwa Bradia 2000. Monto un Super Fluke con un anzuelo Wide Gap y arranco la jornada así. Mario sigue con la Caranx Medium y sus paseantes y resultados fabulosos con pargos lunares, barracudas, cojinúas y todo lo que se le ponga por delante.

En la skiff hay un ambiente de cachondeo continuo, Vicente no hace otra cosa que meterse con mi compañero y viceversa, y la verdad es que hay muchas risas. El vinilo parece llamar poco la atención pero de repente se levanta un buen pargo Jocú (Lutjanus jocu) y decide tragarse la golosina. Vamos a ver: para los que nunca han peleado un pargo a spinning diré que hasta con equipos pesados te pueden poner en dificultad. Imagina con esa varita de la “Barbie” y un hilo de 10 libras…ufff! El circo completo con fuegos artificiales y equilibristas… Sin embargo algo bueno hicimos y el pargo, después de haberse “enrocado” salió y lo pude levantar y embarcar.

Pero no se quedó en un caso aislado porque al poco tiempo en-ganché un pargo criollo “Mutton Snapper”, para los que masti-can el inglés y siguiendo el mismo ritual, lo pude sacar. Vicente estaba alucinando y yo me la estaba pasando como un enano, así como Mario que seguía en su maratón de capturas.

Por la tarde hubo otra vez un intento de asesinato. Una cubera se mueve hacia mi señuelo en menos de dos metros de agua y grito a Vicente: ¡CUBERA! Otra vez el animal hace exac-tamente lo mismo que el día anterior: toma el engaño y sale disparado de estribor a babor en cuestión de un segundo y tira hacía una piedra negra y grande donde probablemente tenía su casa o un parking donde refugiarse y librarse del artificial.

Hay un momento de confusión a bordo con el “rinoceronte” que desvía hacía la proa y seguidamente parte como un relám-pago para la popa dejándome en una situación peligrosa con la caña y sobre todo el trenzado que casi llega a tocar la borda, cosa que logro evitar haciendo buen uso de reflejos y aquel poco de experiencia que se te entrega junto con el pelo gris y unas cápsulas de regenerador neuronal.

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Delante de la mesa se encontraban Dirk y Larry, nuestros com-pañeros de viaje, dos señores canadienses entrañables que por primera vez se aventuraban en un viaje de pesca con mosca en los Jardines.

Es preciso mencionar el excelente servicio que la tripulación nos brindó a lo largo de toda la semana, con Diosdado, el co-cinero, Eric el capitán y Felio, que se encargaba de una gran multitud de cosas a bordo.

Llegan las cuberas

Por la tarde salimos otra vez con las cañas medianas y como suele ocurrir, encontramos las cuberas en el sitio equivocado. Salen dos, una por cada señuelo. La primera se abalanza sobre un tímido paseante y la segunda, casi inmediatamente después, sobre otro paseante de Mario que sin embargo, se suelta ense-guida.

Su servidor se encuentra en una situación ya vivida en el pasado que regularmente acaba con el mismo final. Sin embargo, me pongo manos a la obra y pido a Vicente ir encima de la bestia para mantener el hilo lo más vertical posible e intentar reducir los roces contra los 4 millones de rocas que tenemos dos metros debajo de la quilla. La cubera se desplaza de derecha a izquier-da a velocidad hipersónica y tira como un tanque hacía una piedra negra y grande que amenazaba a babor. Una caña de 1 onza y media de potencia con un carrete que aguanta 5 libras de freno poco pueden hacer para parar un “búfalo con esteroides”, sin embargo, con un poco de presión sobre la bobina parece que logro virarle un poco la cabeza hasta que la realidad se impone y el bicho gana su merecida libertad. Es preciso cambiar de varas, se acabó la tontería.

Monto un nuevo stickbait de River2Sea que se llama Doggie, y comienzo un nuevo ritual de lanzamientos con 1 kilo de equipo y ganas de revancha. Tardo poco en tener otro ataque, las cube-ras están en la zona merodeando y el siguiente tren sale del tú-nel y muerde. Creí haber olvidado cómo pelear las “rojas” pero enseguida me di cuenta que no. Empecé a pelear muy corto y bombear rápido y duro para impedir a la cubera girarse y con dos golpes de cola hacerse con la roca más cercana. Estábamos rodeados de filoso material especializado en cortar líderes, y el bicho peleaba con una potencia que no recordaba en ellas, sin dejarme ni respirar, ni distraerme un segundo.

Una cubera NUNCA se equivoca. SIEMPRE busca la piedra, y si le dejas un poco de línea, estás acabado. No es como otros peces que pelean limpio y se les puede ganar con equipos lige-ros, la roja va a lo que va, o la aguantas o la pierdes. Sobre todo las de esa parte del Caribe que se pescan a poca profundidad, es el pez más difícil que conozco de sacar a popping. Finalmente se rindió antes que yo afortunadamente, y subió a bordo para las fotos, volviendo al agua sana y salva con una nueva lección aprendida.

Llegamos al barco nodriza en la zona del Pedregal donde iba a fondear toda la semana, reventados por el trabajo y por el oleaje, que se había levantado un poco, por cierto, cosa muy positiva para la pesca.

Las noches en un barco anclado en el medio de la nada pueden ser muy aburridas, pero si hay un señor que se llama Felio que prepara los mejores mojitos del planeta, todo cambia de aspecto radicalmente.

Un buen vino blanco para acompañar la cena y luego ron y hierbabuena a voluntad, para reír sobre cualquier tontería, y dormir como niños.

El circo completo

El segundo día amanece con vientos del sur, sabemos ya que por la mañana lo mejor es pasear señuelos con equipos ligero en aguas someras y por la tarde toca a las cuberas.

Esta vez decido meter mano a la XTS704, una travel de Lami-glas, ¾ oz de potencia, trenzado de Tuf Line de 10 libras con un carretito Team Daiwa Bradia 2000. Monto un Super Fluke con un anzuelo Wide Gap y arranco la jornada así. Mario sigue con la Caranx Medium y sus paseantes y resultados fabulosos con pargos lunares, barracudas, cojinúas y todo lo que se le ponga por delante.

En la skiff hay un ambiente de cachondeo continuo, Vicente no hace otra cosa que meterse con mi compañero y viceversa, y la verdad es que hay muchas risas. El vinilo parece llamar poco la atención pero de repente se levanta un buen pargo Jocú (Lutjanus jocu) y decide tragarse la golosina. Vamos a ver: para los que nunca han peleado un pargo a spinning diré que hasta con equipos pesados te pueden poner en dificultad. Imagina con esa varita de la “Barbie” y un hilo de 10 libras…ufff! El circo completo con fuegos artificiales y equilibristas… Sin embargo algo bueno hicimos y el pargo, después de haberse “enrocado” salió y lo pude levantar y embarcar.

Pero no se quedó en un caso aislado porque al poco tiempo en-ganché un pargo criollo “Mutton Snapper”, para los que masti-can el inglés y siguiendo el mismo ritual, lo pude sacar. Vicente estaba alucinando y yo me la estaba pasando como un enano, así como Mario que seguía en su maratón de capturas.

Por la tarde hubo otra vez un intento de asesinato. Una cubera se mueve hacia mi señuelo en menos de dos metros de agua y grito a Vicente: ¡CUBERA! Otra vez el animal hace exac-tamente lo mismo que el día anterior: toma el engaño y sale disparado de estribor a babor en cuestión de un segundo y tira hacía una piedra negra y grande donde probablemente tenía su casa o un parking donde refugiarse y librarse del artificial.

Hay un momento de confusión a bordo con el “rinoceronte” que desvía hacía la proa y seguidamente parte como un relám-pago para la popa dejándome en una situación peligrosa con la caña y sobre todo el trenzado que casi llega a tocar la borda, cosa que logro evitar haciendo buen uso de reflejos y aquel poco de experiencia que se te entrega junto con el pelo gris y unas cápsulas de regenerador neuronal.

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Vicente va dando bandazos con el barco para restaurar un poco de orden y mi compañero sigue la escena alucinando ya que no está acostumbrado a funciones de esa clase de circo. Al final del pleito ésta sube a bordo para las fotos y es bastante más grande que la anterior, quizás de lo mejorcito que se ha sacado en los jardines. Fotos y al agua, que hay más que nos esperan.

Atardecemos delante de Pedregal, en búsqueda de sábalos que encontramos en buen número. Hay varios ataques a los pasean-tes pero todos se sueltan así que habrá que esperar a otro día para que se rompa el maleficio, y cuadre la buena picada con la clavada perfecta. Más vino blanco y más mojitos acompañan otra noche en el paraíso.

Tercer día de pesca

El día siguiente mi compañero está que muerde y saca de todo. Pasamos un susto de tamaño descomunal con una explosión de agua detrás de su paseante al lado de un manglar, al parecer un sábalo, y otros ataques que nos dejaron con los pelos de punta a todos, señuelos incluidos.

Mario levantó varias cuberas. Hubo una en especial, un ver-dadero vagón de tren, que se encaprichó con un popper y ni tiempo de decir “Cube…” cuando ya se encontraba en la pie-dra reventando todo. También tuvimos una media hora en el extremo este de los Jardines en la que vivimos un verdadero frenesí con las Barracudas enloquecidas y otros bichos que nos despeinaron sin piedad.

Al atardecer volvemos al mágico lugar de los sábalos pero esta vez estábamos mejor preparados. Vicente lanzaba popper bus-cándolos y Mario y yo con los bucktails para poderlos engan-

char mejor. Dimos con ellos y finalmente uno sube a bordo para las fotos. Vaya, hay que volver a la nodriza, es de noche y nos espera otra triste velada, qué penita…

Ultimo día en el paraíso cubano

La mañana siguiente decidimos cambiarnos de pareja con los canadienses. Mario salió junto con Larry en la lancha de Vi-cente mientras yo me aventuraba por los bajíos en búsqueda de sábalos y macabí con Juan Carlos, excelente guía de mosca, extraordinario lanzador con cola de rata y gente sumamente simpática. Dirk, en la proa con su Sage y yo abajo, con las cañas ligeras para lo que se nos pusiera delante.

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Los sábalos no colaboraron pero los macabíes se dejaron ver y el primero me tocó a mí con una cabecita plomada y un grub. Pelea divertida como siempre y unas buenas fotos con la ayuda de Juan Carlos.

Luego le toca a Dirk que acto seguido me cede su Sage #7 para lanzar a mosca. Hago mis pinitos, y consigo meter la mosca cerca de un bando de bonefish pero, así como me confirmó Juan Carlos, estaban de cola alejándose de nosotros y en estas condiciones es muy difícil que piquen.

Sobre las 11:30 de la mañana tuvimos que regresar porque nuestro guía sintió un fuerte dolor en el costado y se fue para otro barco nodriza: El Tortuga, un hotel flotante, donde entre los clientes había un médico. Nada grave afortunadamente, unos antinflamatorios solucionaron el asunto y al día siguiente estaba de vuelta pescando.

La tarde fue sensacional, reformadas las antiguas parejas nos dirigimos hacía el oeste de vuelta hacia Boca de Piedra (Boque piedra como dicen los Cubanos) y ahí se dispara la adrenalina. La verdad es que es imposible recordar la secuencia de las pi-cadas pero sé que fueron muchas y muy violentas.

Me encontré con la Daiwa Saltiga GT86 doblada más de una vez y el Saltiga GT 6000 chirriando a más no poder. Un ver-dadero goce, aún con pocas capturas porque muchos bichos se soltaron, pero acabamos con magníficos meros o groupers cap-turados por Mario y unas cuberas medianas para mí.

Esa noche, Diosdado, el cocinero, nos preparó una cena espe-cial y los mojitos de Felio sabían aún mejor.

De regreso a La Habana

Al día siguiente empezó el largo, demasiado largo, regreso ha-cía la Habana, donde pernoctamos y el día siguiente estuvimos callejeando y haciendo fotos.

Salir de Cuba como siempre conlleva parte de aventura pero después de unos problemillas en el aeropuerto, pudimos des-pegar y tristemente volver hacía España. Ha sido un viaje muy instructivo, donde todos hemos aprendido algo más sobre el spinning ligero como el popping más pesado. Hemos explorado zonas para mí desconocidas y eso que he estado en los Jardines ya más de una docena de veces.

Sin duda, este pequeño archipiélago, parque nacional y una de las áreas protegidas más grandes de Cuba, sigue siendo uno de los últimos paraísos en este maltrecho planeta, ofreciendo abundancia de peces y especies y animales de gran tamaño. No dejen de visitarlo antes de que algo le pase… por favor no dejen de ir.

¿Por qué demonios he estado yo sin volver por tantos años? ...

Nunca más chicos ¡nunca más!...

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A modo general, todo decreto al que no podemos encontrarle una explicación lógica y que sucede porque sí, se le conoce como superstición.

Las supersticiones resultan categóricas siempre y nadie las pone en duda. Superstición es una palabra de origen latino que se pue-de resumir como ajeno a la fé y contrario a la razón y que ampara cualquier creencia que nos brinde un soporte… ¿sobrenatural?... ante el desastre o la tragedia, gracias a que la mente tiene la particularidad de hacernos creer cualquier fenómeno como real y verdadero, se afirma que somos lo que pensamos.

Las supersticiones -según el escritor Charles Panati- las conoce-mos desde hace más de cincuenta mil años, cuando lo mágico se favorecía por hechos comunes como el “milagroso” nacimiento de un frondoso árbol desde una pequeña semilla o el crecimien-to de una rana desde un renacuajo sin tener en cuenta además, las creencias que tomaron cuerpo por el desconocimiento de ele-mentos naturales como el rayo, la lluvia, la muerte, el trueno o los relámpagos, atribuidos en ese entonces, al estado de ánimo de los dioses. Todo esto llevó al hombre por dos caminos, uno a tratar de explicarse toda aquella “magia” y el otro, qué hacer para protegerse de ellos, lo que llevó a crear primero y confiar después, en los supuestos poderes de algunos objetos, cantos, rezos o imágenes, que se conocen hoy, como amuletos o talis-manes.

Hablando de amuletos… qué pescador no le ha escuchado al amigo decir: “ésta es mi gorra de la suerte…” o “vas a ver ahora con mi señuelo matón…” o “no, esta playera nunca me la quito en los torneos, con esta gané en…” pero lo mejor es cómo nos aferramos a todo ello y hasta serios nos ponemos si nos tocan el tema, y por qué no, si al final creamos todo ello para eso mismo: para convencernos y confiar en su capacidad de resguardo…. y hay si en ese momento de echar al “matón” al agua algún jurelito equivocado le da por embestir el señuelo…-Viiiistee eesoooo! viste lo que te dije… noooo hombre, si cuando yo te digo que este…” y poco falta para ponerle una veladora al “de la suerte” porque así lo disfrutamos y si en esa ocasión no resulta... -hoy no era el día- acompañado con los pretextos que como malos perdedores, también nos inventamos para justificar las derrotas o al menos evitar las culpas.

Recuerdo que hace un par de años estábamos en un torneo en aguas azules, el día era perfecto, las corrientes, el color del agua pero los arreglos, armados por las mejores manos no lograban atraer “los bichos” y lejos de regresar con alguna captura, llega-mos al muelle finalizando una jornada totalmente en blanco. Na-die tenía una explicación para aquello hasta que se descubrieron unas cáscaras de plátano en el cesto de basura a bordo… y por poco, alguien tiene que regresar a nado por haber subido unas bananas a la lancha. Toda la mala suerte ¡qué digo del torneo! hasta que no se volviera a subir una “milagrosa” captura que terminara con el fatídico conjuro, se iba a justificar por la subida a bordo de tres olorosos y apetitosos bananos. Lo mejor de todo fue que quien se había comido la deliciosa fruta -además de no pasar hambre- no entendió qué pasaba, por desconocer una de las supersticiones más populares entre los pescadores: dentro de una barco de pesca nunca puede haber plátanos.

No todo es producto de la imaginación...Se dice que desde siglos atrás se evitaba subir plátanos a los barcos porque son frutas que maduran muy rápido, lo que hacía parecer que las embarcaciones que llevaban este tipo de carga, demoraban tanto en sus viajes que daban tiempo a que se pudrieran sus encargos, lo que llevó a pensar que los plátanos reducían la marcha de las embarcaciones. Otra de las razones se apoya en la existencia de animales venenosos como las arañas, que podían esconderse entre la carga para una vez en alta mar y debido al calor, podían salir de sus escondites mordiendo a la tripulación mientras dor-mía, causándoles la muerte.

Me imagino que como yo, muchos se preguntarán por qué no la piña, un mamey o una cesta de arándanos, pero las culpas que le echan al inocente y amarillento banano llegan al extremo de que hay quien le impone a esta fruta una sentencia de 24 horas ¡como lo oyen! o sea para los más creídos: el plátano no debe comerse ni el día anterior de una salida a pescar... El col-mo es que alguna vez leí y sin saber qué tan cierto pudiera ser, que la famosa marca de ropa “Fruit of the LOOM” no incluye una banana en su marca con las demás frutas, para que su carga pueda viajar por mar sin ser sentenciada por las tripulaciones del comercio naviero… ¿exageración, simple coincidencia o un rumor fundamentado? De una u otra forma ha servido –cierto o no- para alimentar el mito que en este caso, ni tiene que ver con sacar peces del agua.

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Evitar salir a pasear en una embarcación el día viernes, es otro de las supersticiones populares para los amantes del mar, que se explica por una razón puramente religiosa, basada en que Cristo murió un día viernes, por lo que celebrar ese día que debe con-siderarse solemne, trae mala suerte a bordo; todo lo contrario si planificamos nuestra salida para el día domingo -según se afir-ma- que como se celebra el día de la resurrección, hay espacio para la festividad.

También encontramos que muchas de las supersticiones de los pescadores tienen origen en otros tabúes, que nada tenían que ver con el mar, como por qué lado abordar una embarcación. Está escrito que el origen de esta superstición, viene por las ne-gativas que desde siempre han existido hacia “lo izquierdo”.

Como sabemos, los niños que desde pequeños comenzaban escribiendo con esa mano eran nominados como un fenómeno negativo, antinatural o maléfico, basado en que la mayoría de los hombres y mujeres eran, o son derechos, lo que se toma-ba como positivo por la suposición bíblica que los elegidos por Dios siempre aparecen a su derecha, y derecha: es la dirección que lleva al paraíso.

Esta creencia sobre lo izquierdo, ha llevado también a definir el reverso de una moneda como el lado izquierdo, mientras el frente se le denomina como derecho o anverso. También si al levantarse en la mañana se apoyaba el pie izquierdo primero que el derecho, era el antecedente de un mal día y todo ello dio pie a que abordar por el lado izquierdo una embarcación era de los peores presagios tanto para el pescador como para la pesca, al punto que aunque resultara casi imposible, los pes-cadores abordaban sus lanchas incondicionalmente por el lado derecho, hasta el extremo de que si algún marinero subía por el lado “negativo” toda la tripulación se lanzaba al mar obligando al incauto abordar nuevamente por el lado “correcto” de lo con-trario, hasta podían desistir de la salida.

Mitos, tabúes, historias, leyendas o credos; no podemos negar que fueron creados por el hombre para defenderse o resguardar-se de sus propias suposiciones y caminar sin cuestionamientos hacia un destino prefijado… lo mejor de todo ello, es que cada quién puede asumirlo como mejor le resulte. Llevar un paraguas en la lancha, escuchar las campanadas de una iglesia cercana desde un barco, ponerse a silvar en la cubierta, llevar una cá-mara de fotos a bordo o permitir que una mujer nos acompañe en una salida al mar… seguirán siendo algunos de los presagios que pueden llevar a una mala jornada, pero qué podemos hacer? dicen que las linternas como las supersticiones, necesitan de la oscuridad para brillar.

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Hola Stu, un placer conocer un poco más de usted. Soy un gran admirador suyo y la primera pregunta que se viene a la mente sería saber quién ha sido su mentor, si es que ha tenido un maestro en este hermoso arte de la pesca con mosca? Sin duda Joe Brooks fue mi mentor en la pesca de flyfishing y como un segundo padre para mí. Jamás olvidaré que navegaba en el río Yellowstone en Montana precisamente con Joe un día antes que tuviera un ataque al corazón y falleciera repentina-mente.

Stu, ¿Hace cuánto tiempo está inmerso en este mundo del fly y cuándo considera usted que fueron los días de oro de la pesca con mosca en agua salada? Hace mucho tiempo que estoy en esto de la pesca con mosca. Empecé en 1946, cuando tenía 16 años y mis años dorados (y los de mucha gente) fueron de 1957 a 1977, cuando empecé a ver grandes cambios en nuestra pesquería en general y comen-cé a estudiar más a fondo el comportamiento de los peces y los distintos factores que influyen en su conducta como mareas, fases lunares, etc.

Cuál es su especie favorita? Nassim, probablemente he respondido a esa pregunta más de mil veces y siempre me mantengo firme en mí respuesta: Si tu-viera que elegir un solo pez que pudiera pescar durante el resto de mi vida, sólo una manera de pescar y sólo un lugar para pescar, te digo que la pesca con mosca de sábalo gigante en los planos bajos de los Cayos de la Florida sería mi elección. Gracias a Dios que no tengo que tomar esa decisión porque me gusta todo tipo de pesca y me gusta la pesca en casi todos los destinos del mundo.

Ahora que me comenta que le gusta la pesca en muchas partes del mundo, cuáles son sus destinos favoritos?

Mis destinos favoritos de pesca con mosca que no sean los Ca-yos de Florida como primera opción, sería la pesca de picudos con mosca en el Casa Vieja Lodge en Guatemala, la pesca con mosca de salmón del Atlántico en Rusia, la pesca de una gran variedad de peces en la Gran Barrera de Coral en Australia, la pesca de truchas en Montana y en la isla del sur de Nueva Zelanda…jajaja… ¿Casi nada, no?

De sus muchos registros y marcas en la IGFA, y sus cap-turas regulares, ¿cuál es su captura más memorable en fly?

A medida que me hago mayor, ya tengo más de 80 años, algunos de los recuerdos emocionantes parecen desvanecerse un poco, pero jamás olvidaré un sábalo de 2.5 metros que atrapé hace casi 4 años con un guía de Islamorada en Florida, el capitán Steve Thomas, ese recuerdo permanece fresco en mi memoria. La lucha duró media hora. Recuerdo que utilizaba un tippet de 12 libras y fue un problema colocar el sábalo en el bote contodo cuidado para tres fotos rápidas antes de ponerlo nuevamente en el agua y asegurarme que nadara en excelen-tes condiciones. Mirando hacia atrás un poco más, creo que fué en mayo de 1982, cuando registré dos capturas de sábalo para hacer un récord con línea de 12 libras en un solo día. Un sábalo fue de un poco más de 162 libras en la mañana y por la tarde otro de 164 libras.

¿Qué piensa usted acerca de las normas de la IGFA para la pesca con mosca, ¿cree que deben quedarse como es-tán ahora, y desde hace años, o que deberían cambiar? Lo que quiero decir es que si deben permitir class tippets más pesados que los de 10 kgs./22 lbs. y shock tippets más largos que los de 12 pulgadas / 30 cms. que son los permitidos actualmente?... ¿Cuál es su opinión acerca de esto?

Creo que las reglas de la IGFA sobre la pesca con mosca de-ben ser más exigentes. Por ejemplo en la pesca con mosca de picudos no se debe poner una mosca sobre el agua antes de que el barco este totalmente en punto muerto; esto y algunas otras cosas que no voy a discutir ahora. Pero definitivamente estoy en contra de colocar class tippets más pesados y shock tippets más largos. Si alguien piensa que deben usar equipos más pesados entonces debe utilizar otros equipos que no sean de flyfishing. es mi particular punto de vista.

Stu, en qué lugares de México ha pescado? Sin duda he tenido excelentes resultados en la pesca con mosca en aguas azules en Mazatlán y maravillosas capturas de pez vela en la zona de Cancún. Lugares realmente maravillosos.

¿Hay un pez o un destino de pesca con mosca no ha logra-do hasta ahora?

Siempre quise pescar el dorado de oro y nunca pude. Tuve la gran oportunidad de ir a Sudamérica una vez a realizar un documental de televisión para el programa “Fly Fishing The World” de ESPN, pero por un conflicto en las fechas no pude ir y me arrepiento mucho.

Sobre Stu Apte.

Stu Apte es un legendario capitán y guía de los Cayos de la Florida. Su vida es la pesca. Stu era tan hábil con una caña de mosca logrando grandes sábalos o peces vela, como con una caña de spinning e inclusive en una ocasión mientras filmaba un documental sobre la pesca del marlin negro en Australia con Mike Levitt en 1970, dejó las cámaras para sentarse en una silla de pelea y entablar una dura batalla con un gran marlin que pesó 996 libras.

Stu Apte fue piloto en la guerra de Corea y voló algunos de los primeros jets de combate. Ter-minado el conflicto lo contrataron como piloto comercial en Pan Am donde laboró 34 años. Jamás desaprovechó la oportunidad para pescar en casi todo el mundo y lograr capturar una interminable lista de peces. Después de retirarse se convirtió en un formidable guía de pesca en los Cayos de la Florida, lugar donde se crió a lado de famosos pescadores.

Entre sus más prestigiados clientes se encontraban el presidente Harry Truman y su esposa Bess, el astro de las grandes ligas Ted Williams, y por supuesto Joe Brooks, uno de los mejores mosqueros de todos los tiempos, su mejor amigo y maestro. Stu guiaba a Joe muy a menudo y juntos descubrieron e innovaron muchas nuevas técnicas que se aplican hoy a la pesca con mosca en agua salada.

Con gran orgullo la IGFA erigió a Stu Apte, una verdadera leyenda viviente entre los pescado-res de todo el mundo, a su “Hall of Fame” en el 2005.

Por Nassim Joaquín. Fotos archivo

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Hola Stu, un placer conocer un poco más de usted. Soy un gran admirador suyo y la primera pregunta que se viene a la mente sería saber quién ha sido su mentor, si es que ha tenido un maestro en este hermoso arte de la pesca con mosca? Sin duda Joe Brooks fue mi mentor en la pesca de flyfishing y como un segundo padre para mí. Jamás olvidaré que navegaba en el río Yellowstone en Montana precisamente con Joe un día antes que tuviera un ataque al corazón y falleciera repentina-mente.

Stu, ¿Hace cuánto tiempo está inmerso en este mundo del fly y cuándo considera usted que fueron los días de oro de la pesca con mosca en agua salada? Hace mucho tiempo que estoy en esto de la pesca con mosca. Empecé en 1946, cuando tenía 16 años y mis años dorados (y los de mucha gente) fueron de 1957 a 1977, cuando empecé a ver grandes cambios en nuestra pesquería en general y comen-cé a estudiar más a fondo el comportamiento de los peces y los distintos factores que influyen en su conducta como mareas, fases lunares, etc.

Cuál es su especie favorita? Nassim, probablemente he respondido a esa pregunta más de mil veces y siempre me mantengo firme en mí respuesta: Si tu-viera que elegir un solo pez que pudiera pescar durante el resto de mi vida, sólo una manera de pescar y sólo un lugar para pescar, te digo que la pesca con mosca de sábalo gigante en los planos bajos de los Cayos de la Florida sería mi elección. Gracias a Dios que no tengo que tomar esa decisión porque me gusta todo tipo de pesca y me gusta la pesca en casi todos los destinos del mundo.

Ahora que me comenta que le gusta la pesca en muchas partes del mundo, cuáles son sus destinos favoritos?

Mis destinos favoritos de pesca con mosca que no sean los Ca-yos de Florida como primera opción, sería la pesca de picudos con mosca en el Casa Vieja Lodge en Guatemala, la pesca con mosca de salmón del Atlántico en Rusia, la pesca de una gran variedad de peces en la Gran Barrera de Coral en Australia, la pesca de truchas en Montana y en la isla del sur de Nueva Zelanda…jajaja… ¿Casi nada, no?

De sus muchos registros y marcas en la IGFA, y sus cap-turas regulares, ¿cuál es su captura más memorable en fly?

A medida que me hago mayor, ya tengo más de 80 años, algunos de los recuerdos emocionantes parecen desvanecerse un poco, pero jamás olvidaré un sábalo de 2.5 metros que atrapé hace casi 4 años con un guía de Islamorada en Florida, el capitán Steve Thomas, ese recuerdo permanece fresco en mi memoria. La lucha duró media hora. Recuerdo que utilizaba un tippet de 12 libras y fue un problema colocar el sábalo en el bote contodo cuidado para tres fotos rápidas antes de ponerlo nuevamente en el agua y asegurarme que nadara en excelen-tes condiciones. Mirando hacia atrás un poco más, creo que fué en mayo de 1982, cuando registré dos capturas de sábalo para hacer un récord con línea de 12 libras en un solo día. Un sábalo fue de un poco más de 162 libras en la mañana y por la tarde otro de 164 libras.

¿Qué piensa usted acerca de las normas de la IGFA para la pesca con mosca, ¿cree que deben quedarse como es-tán ahora, y desde hace años, o que deberían cambiar? Lo que quiero decir es que si deben permitir class tippets más pesados que los de 10 kgs./22 lbs. y shock tippets más largos que los de 12 pulgadas / 30 cms. que son los permitidos actualmente?... ¿Cuál es su opinión acerca de esto?

Creo que las reglas de la IGFA sobre la pesca con mosca de-ben ser más exigentes. Por ejemplo en la pesca con mosca de picudos no se debe poner una mosca sobre el agua antes de que el barco este totalmente en punto muerto; esto y algunas otras cosas que no voy a discutir ahora. Pero definitivamente estoy en contra de colocar class tippets más pesados y shock tippets más largos. Si alguien piensa que deben usar equipos más pesados entonces debe utilizar otros equipos que no sean de flyfishing. es mi particular punto de vista.

Stu, en qué lugares de México ha pescado? Sin duda he tenido excelentes resultados en la pesca con mosca en aguas azules en Mazatlán y maravillosas capturas de pez vela en la zona de Cancún. Lugares realmente maravillosos.

¿Hay un pez o un destino de pesca con mosca no ha logra-do hasta ahora?

Siempre quise pescar el dorado de oro y nunca pude. Tuve la gran oportunidad de ir a Sudamérica una vez a realizar un documental de televisión para el programa “Fly Fishing The World” de ESPN, pero por un conflicto en las fechas no pude ir y me arrepiento mucho.

Sobre Stu Apte.

Stu Apte es un legendario capitán y guía de los Cayos de la Florida. Su vida es la pesca. Stu era tan hábil con una caña de mosca logrando grandes sábalos o peces vela, como con una caña de spinning e inclusive en una ocasión mientras filmaba un documental sobre la pesca del marlin negro en Australia con Mike Levitt en 1970, dejó las cámaras para sentarse en una silla de pelea y entablar una dura batalla con un gran marlin que pesó 996 libras.

Stu Apte fue piloto en la guerra de Corea y voló algunos de los primeros jets de combate. Ter-minado el conflicto lo contrataron como piloto comercial en Pan Am donde laboró 34 años. Jamás desaprovechó la oportunidad para pescar en casi todo el mundo y lograr capturar una interminable lista de peces. Después de retirarse se convirtió en un formidable guía de pesca en los Cayos de la Florida, lugar donde se crió a lado de famosos pescadores.

Entre sus más prestigiados clientes se encontraban el presidente Harry Truman y su esposa Bess, el astro de las grandes ligas Ted Williams, y por supuesto Joe Brooks, uno de los mejores mosqueros de todos los tiempos, su mejor amigo y maestro. Stu guiaba a Joe muy a menudo y juntos descubrieron e innovaron muchas nuevas técnicas que se aplican hoy a la pesca con mosca en agua salada.

Con gran orgullo la IGFA erigió a Stu Apte, una verdadera leyenda viviente entre los pescado-res de todo el mundo, a su “Hall of Fame” en el 2005.

Por Nassim Joaquín. Fotos archivo

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¿Cuáles considera que son los ingredientes básicos para ser un buen pescador de mosca de agua salada?

Para ser un buen pescador de mosca de agua salada se debe ser capaz de hacer una presentación con velocidad y precisión en un solo casteo. También debe entenderse la técnica que involucra la lucha contra los peces, con esto quiero decir: cuándo aplicar presión, la forma correcta de aplicar la presión (muy suavemen-te), y en qué dirección se debe aplicar la presión. Claro, nada supera el hecho de hacerlo en vivo y a todo color.

Podría citar algunos de los nombres más representativos para usted, de la pesca con mosca en aguas azules?

Tommy Gifford era uno de los viejos grandes capitanes y los in-novadores de la pesca en alta mar. El capitán Jimmie Albright (inventor del nudo que lleva su apellido) era a la vez un gran ca-pitán tanto en los flats como en aguas azules.Uno de mis clientes en esto de la pesca que se convirtió en uno de mis grandes y que-ridos amigos Ray Donnersberger, fue uno de los mejores pesca-dores con mosca que he conocido, y por supuesto, Ted Williams, Joe Brooks y Al McClane sin duda son una gran referencia en el mundo de la pesca con mosca en altamar. Y algunos de los mejores pescadores en activo?

Andy Mill es uno de los mejores pescadores de mosca hoy en día y Ralph Delph que es a la vez, uno de los mejores capitanes y pescadores actualmente. Usted es un pescador que ha sido testigo de muchos cam-bios en el mundo de la pesca con mosca, es prometedor el futuro de esta modalidad o no?

Estoy seguro que dentro de treinta o cuarenta años, la pesca con mosca que se practica hoy con tantos cambios e innovaciones tecnológicas en los materiales y equipos de pesca, será vista con muy buenos ojos, al igual que yo lo viví en los 60´s y 70´s.

Con todo respeto le puedo asegurar que usted ha hecho todo. Ha sido guía de pesca, un mentor para muchos in-cluyéndome por supuesto, ha creado modelos de moscas usados en todo el mundo, ha pescado casi en todo el pla-neta, tiene varios registros IGFA, programas de televisión, artículos en revistas, videos, libros, ha impartido clínicas de pesca, ha sido fundador de organizaciones a favor del medio ambiente y de mucho más ... ¿hay algo que siente que le faltó realizar?

No. Te sigo contando la historia de la primera pregunta que res-pondí: Después de navegar con mi maestro y amigo Joe Brooks toda una mañana en el río Yellowstone, teníamos planes de visi-tar al día siguiente el lodge de Spring Creek a unos 40 kilómetros de distancia de Livingstone Montana donde nos hospedábamos. Por la tarde Joe no se sentía bien, así que se dibujó un mapa y escribió una nota a Stan Muslick, el encargado del lodge hacien-do una breve presentación mía. Quién diría que al día siguien-te mientras manejaba a Spring Creek, Joe moriría y yo no supe nada hasta que regresé temprano esa noche. Así que amigo mío, un día estamos y al otro puede que no y sí te puedo decir que estoy en deuda con la vida que tanto me ha dado y lo mejor: son entrañables compañeros que he conocido íntimamente, a muchos de ellos, sobre un bote de pesca y con la caña en la mano, así como sucedió un buen día con Joe, que resultó ser más que un amigo: un hermano.

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A poco más de cien años de antigüedad, Suzuki es hoy es recono-cida como una de las marcas más prestigiadas a nivel mundial en la industria motorizada, desde motocicletas terrestres hasta moto-res marinos fuera de borda para el ramo de la industria náutica.

El inicio.

Nacido en Hamamatsu, Japón, Michio Suzuki, hijo de un agri-cultor de algodón, con gran talento creativo y visión empresarial inventa a los 22 años, una máquina movida por pedales que uti-lizaba para tejer algodón. Este invento tuvo gran éxito y al poco tiempo comenzó a producirlos en serie.

En 1909 Michio funda la empresa Suzuki Loom Works teniendo como sede Hamamatsu y en poco tiempo fue teniendo un notable crecimiento extendiendo su producción de máquinas para tejer seda a todo Japón. En 1920 la empresa alcanza su mayor éxito, surge la necesidad de expandirse y consigue capitalizarse con me-dio millón de yenes. Nace entonces Suzuki Loom Manufacturing Company que en sólo 2 años ya era la mayor productora de telas de Japón y en 1926 comienza las exportaciones a toda Asia.

Nuevos horizontes.

Debido a la calidad con la que Suzuki creaba sus máquinas para tejer, la demanda del producto se redujo, ya que éstas sufrían poco deterioro y es así como nace la necesidad de explorar nue-vas áreas. Para 1938 el fundador decide arriesgarse y comienza su aventura en el mundo de los motores incursionando con su primer prototipo de automóvil con motor de 4 cilindros, 800cc y 13 caballos de fuerza, diseño que se basó para un automóvil Aus-tin Seven de firma británica. Desafortunadamente el proyecto se canceló debido al comienzo de la segunda guerra mundial.

Llego la hora de cambiar.

En 1951, Suzuki construyó el primer prototipo de ciclomotor –una bici con motor- la “Atom”, equipada con un motor monoci-líndrico de 30 cc de ciclo 2T, refrigerado por aire pero que nunca se llego a producir en serie, sin embargo fue la base de la “Power Free”, el primer ciclomotor comercial de Suzuki: una bicicleta dotada de un motor de 36 cc, que vio la luz en junio de 1952. En 1954 la Suzuki Loom Manufacturing Company pasa a ser Suzuki Motor Company. Había nacido la empresa Suzuki que conoce-mos hoy en día.

En 1955 la empresa comenzó a fabricar motos en serie, la prime-ra de ellas fue una “Colleda” de 125cc y ese mismo año entra al mercado de los auto compactos lanzando el “Suzuki Lightning”, un pequeño mini coche utilitario dotado de un motor de 360 cc.

En 1957, Shunzo Suzuki, el hijo del fundador Michio ya con 70 años a cuestas, es nombrado presidente de la compañía. Era la hora del relevo y con ello una década de importantes cambios.Una de las primeras transformaciones, fue en crear un diseño que distinguiera la marca Suzuki en el mundo, así nace el logotipo de la “S”. La compañía comienza a competir con otras marcas y se va creando de gran prestigio. Suzuki rodaba para ese entonces con solidez en la industria automotor.

Suzuki navega en alta mar.

En 1965, después de aventurarse y haber alcanzado el éxito en el mundo de los automóviles y motocicletas, deciden embarcarse y comenzar la exploración en una nueva área: los motores marinos fuera de borda. El primer motor que Suzuki lanza al mercado es el “D55” de 5.5 caballos de fuerza y 2 tiempos. En 1973 Suzuki comienza a presentar productos más innovadores en el área mari-na como las primeras carcasas de acero inoxidable en las bombas de aguas.

En 1980 Suzuki inventó el primer inyección de aceite para mo-tores fuera de borda, y en 1985 incursionó en el mercado de los motores grandes con sus modelos V6: el “DT150 y DT200”. Dos años más tarde, el modelo “DT200 Exante” ganó el “Most Innovative Product Award “, el premio que otorga la Asociación Nacional de Fabricantes Marinos (NMMA) por la avanzada tec-nología de su doble chispa, instrumentación digital y sistema de monitoreo Suzuki.

En 1997 los nuevos modelos “DF60 y DF70” se lanzan al merca-do como los primeros Suzukis 4 tiempos con sistema de inyección electrónica de combustible. En 2003 se introdujeron los primeros Suzuki 4 tiempos V6 resultando ser los motores más ligeros fuera de borda de su clase como el galardonado “DF300”.

Hoy, Suzuki es ya una marca mundialmente reconocida gracias a la calidad de sus productos y sus innovaciones en el mundo de los motores marinos como es el caso del nuevo sistema “Lean Burn Control System” de gran ahorro de combustible para navegar más lejos, más rápido, a un menor costo.

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Isla Mujeres no se parece a ninguno de los destinos del sureste de México. Tampoco intenta parecerse a otro país porque no le hace falta, porque desde que uno se baja del ferry y pisa esta pequeña isla, se siente olor a México… a un México romántico, real y auténtico, con gente noble, que se les hincha el pecho cuando les toca hablar de su tierra llena de recuerdos e historias como la del comerciante Mundaca, quién construyó una hacienda como de-voción al amor no correspondido de una hermosa mujer a quien llamaban “La trigueña”, o las leyendas de las grandes capturas que lejos de torneos y competencias, ondean en los recuerdos como verdaderas hazañas para condecorar la hombría, el pecho de los cientos de pescadores que como todos los isleños, son fieles devotos del mar.

Isla Mujeres se encuentra en el noreste del país, exactamente frente a la costa norte de Cancún. Desde Puerto Juárez se puede tomar el ferry que en minutos transporta a los agasajados con toda comodidad hasta la isla, encuentro que hasta al visitante habitual siempre sorprende. Cómo sorprenden los nuevos hote-les, las avenidas limpias llenas de turistas que disfrutan moverse en pequeños carros de golf, y forma parte de su encanto. Cómo sorprende amanecer frente a un kiosco de tortas de lechón o co-chinita pibil a la más pura usanza yucateca; los nuevos restau-rantes ofreciendo todo tipo de comida, compartiendo en muchos casos las estrechas calles con casas de colores muy llamativos, que se incorporan a un paisaje de paz y tranquilidad que desde temprano, comparte el espacio con los comerciantes que prepa-ran sus tiendas para esperar al turista, siempre con una sonrisa por bienvenida y la mejor intención.

Esta isla, de poco más de ocho kilómetros de largo está rodeada de aguas de un azul turquesa muy particular, requeridas cada vez más, por un número mayor de visitantes que encuentran en las playas las posibilidades de un buen fin de semana o unas va-caciones llenas de aventuras, historias y todo lo referente al mar y lo mejor: a precios muy competitivos, donde se puede disfrutar de la pesca off shore e in shore, el esnórquel, el veleo, el avis-tamiento de delfines y el nado junto al tiburón ballena, uno de los espectáculos más sorprendentes y que cada vez atrae a más visitantes para compartir estos escenarios –sin duda- de los más hermosos del sureste mexicano. Y qué decir de los atardeceres en Playa Norte, donde se concentran todos los visitantes mientras que decenas de cámaras tratan de congelar con cierta nostalgia el momento en que el sol se sumerge en un mar lleno de destellos para darle paso a una noche de colores, buena comida, música y mucha alegría caribeña, como suele ofrecer Isla Mujeres.

Llegamos invitados por el Director del Fideicomiso de Turismo de Isla Mujeres, Alvaro Magaña, que buscando promocionar los valores de la región solicitó a “Troleo” la visita de un especia-lista en pesca como lo es nuestro amigo y colaborador Marco Alacaraz Ley, que viajaría desde Manzanillo para una salida con otro buen amigo de nuestra revista, el reconocido Cap. Anthony Mendillo. La idea era disfrutar una buena jornada de pesca, y posibilitar el encuentro y el intercambio de experiencias de estos grandes hombres de mar. Aprovechando la visita de Marco, se pautó además para el último día, una conferencia sobre pesca y el cuidado de los recursos, actividad que también contó con el esfuerzo y el apoyo del Fideicomiso, que hizo que viajaran pescadores de varias ciudades para participar y cerrar con broche de oro, nuestra estancia en la isla.

La mañana nos amaneció medio nubosa, pero un mar calmo nos anunciaba un día tranquilo, aún sin ser de las mejores tempora-das de pesca por la ausencia de las famosas bait balls (enormes cardúmenes o “bolas” de sardinas, que atraen al pez vela a estas aguas), así y todo el capitán nos comunicó que intentaríamos encontrar algún vela o marlin, según se fueran mostrando las condiciones en aguas abiertas.

Llegué al muelle de noche, quería disfrutar de nuevo cómo se va engranando la maquinaria del servicio del “Keen M”. Aún oscuro llega al muelle quien desde hace años se encarga de toda la limpieza del barco, avituallar las hieleras con sándwiches, frutas naturales, galletas, dulces, refresco, aguas, etc. Más tar-de se incorpora el mítico “Gallo” marinero que comparte las faenas con el capitán, y su amigo desde más de una década; hombre que de solo verlo se percibe que sabe lo que hace.

“Gallo” se encarga de toda la logística con los avíos y carna-das, preparando los carretes, revisando o reponiendo los líde-res, ajustando los “drags”, hasta ir dejando todo el ajuar listo en lo que pareciera un ritual que debe terminar antes de las 7 am, hora de arribo de Anthony que después de saludar a todos da las últimas instrucciones, no sin antes revisar con minuciosidad casi enfermiza, todos los detalles a bordo… da gusto ver toda “la maquinaria” en acción, donde se hace evidente las enseñan-zas del capitán y el nivel de exigencia por lo que esta empresa se ha ganado tanta fama durante años en muchos medios espe-cializados del mundo, por brindar un servicio de primera y unas jornadas de pesca en verdad memorables.

Se me hace justo destacar las atenciones que tuvimos durante nuestra visita de la oficina del Fideicomiso y Álvaro Magaña, su director. Siempre preocupado porque todo saliera según su agenda, revisando cada momento lo que había planificado para garantizar las mejores condiciones para nuestro trabajo. En el muelle mientras esperábamos la orden de abordar conversamos sobre ello, sus proyectos, y el desarrollo que desde hace muy pocos años se ha puesto de manifiesto en Isla Mujeres, sobre

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Isla Mujeres no se parece a ninguno de los destinos del sureste de México. Tampoco intenta parecerse a otro país porque no le hace falta, porque desde que uno se baja del ferry y pisa esta pequeña isla, se siente olor a México… a un México romántico, real y auténtico, con gente noble, que se les hincha el pecho cuando les toca hablar de su tierra llena de recuerdos e historias como la del comerciante Mundaca, quién construyó una hacienda como de-voción al amor no correspondido de una hermosa mujer a quien llamaban “La trigueña”, o las leyendas de las grandes capturas que lejos de torneos y competencias, ondean en los recuerdos como verdaderas hazañas para condecorar la hombría, el pecho de los cientos de pescadores que como todos los isleños, son fieles devotos del mar.

Isla Mujeres se encuentra en el noreste del país, exactamente frente a la costa norte de Cancún. Desde Puerto Juárez se puede tomar el ferry que en minutos transporta a los agasajados con toda comodidad hasta la isla, encuentro que hasta al visitante habitual siempre sorprende. Cómo sorprenden los nuevos hote-les, las avenidas limpias llenas de turistas que disfrutan moverse en pequeños carros de golf, y forma parte de su encanto. Cómo sorprende amanecer frente a un kiosco de tortas de lechón o co-chinita pibil a la más pura usanza yucateca; los nuevos restau-rantes ofreciendo todo tipo de comida, compartiendo en muchos casos las estrechas calles con casas de colores muy llamativos, que se incorporan a un paisaje de paz y tranquilidad que desde temprano, comparte el espacio con los comerciantes que prepa-ran sus tiendas para esperar al turista, siempre con una sonrisa por bienvenida y la mejor intención.

Esta isla, de poco más de ocho kilómetros de largo está rodeada de aguas de un azul turquesa muy particular, requeridas cada vez más, por un número mayor de visitantes que encuentran en las playas las posibilidades de un buen fin de semana o unas va-caciones llenas de aventuras, historias y todo lo referente al mar y lo mejor: a precios muy competitivos, donde se puede disfrutar de la pesca off shore e in shore, el esnórquel, el veleo, el avis-tamiento de delfines y el nado junto al tiburón ballena, uno de los espectáculos más sorprendentes y que cada vez atrae a más visitantes para compartir estos escenarios –sin duda- de los más hermosos del sureste mexicano. Y qué decir de los atardeceres en Playa Norte, donde se concentran todos los visitantes mientras que decenas de cámaras tratan de congelar con cierta nostalgia el momento en que el sol se sumerge en un mar lleno de destellos para darle paso a una noche de colores, buena comida, música y mucha alegría caribeña, como suele ofrecer Isla Mujeres.

Llegamos invitados por el Director del Fideicomiso de Turismo de Isla Mujeres, Alvaro Magaña, que buscando promocionar los valores de la región solicitó a “Troleo” la visita de un especia-lista en pesca como lo es nuestro amigo y colaborador Marco Alacaraz Ley, que viajaría desde Manzanillo para una salida con otro buen amigo de nuestra revista, el reconocido Cap. Anthony Mendillo. La idea era disfrutar una buena jornada de pesca, y posibilitar el encuentro y el intercambio de experiencias de estos grandes hombres de mar. Aprovechando la visita de Marco, se pautó además para el último día, una conferencia sobre pesca y el cuidado de los recursos, actividad que también contó con el esfuerzo y el apoyo del Fideicomiso, que hizo que viajaran pescadores de varias ciudades para participar y cerrar con broche de oro, nuestra estancia en la isla.

La mañana nos amaneció medio nubosa, pero un mar calmo nos anunciaba un día tranquilo, aún sin ser de las mejores tempora-das de pesca por la ausencia de las famosas bait balls (enormes cardúmenes o “bolas” de sardinas, que atraen al pez vela a estas aguas), así y todo el capitán nos comunicó que intentaríamos encontrar algún vela o marlin, según se fueran mostrando las condiciones en aguas abiertas.

Llegué al muelle de noche, quería disfrutar de nuevo cómo se va engranando la maquinaria del servicio del “Keen M”. Aún oscuro llega al muelle quien desde hace años se encarga de toda la limpieza del barco, avituallar las hieleras con sándwiches, frutas naturales, galletas, dulces, refresco, aguas, etc. Más tar-de se incorpora el mítico “Gallo” marinero que comparte las faenas con el capitán, y su amigo desde más de una década; hombre que de solo verlo se percibe que sabe lo que hace.

“Gallo” se encarga de toda la logística con los avíos y carna-das, preparando los carretes, revisando o reponiendo los líde-res, ajustando los “drags”, hasta ir dejando todo el ajuar listo en lo que pareciera un ritual que debe terminar antes de las 7 am, hora de arribo de Anthony que después de saludar a todos da las últimas instrucciones, no sin antes revisar con minuciosidad casi enfermiza, todos los detalles a bordo… da gusto ver toda “la maquinaria” en acción, donde se hace evidente las enseñan-zas del capitán y el nivel de exigencia por lo que esta empresa se ha ganado tanta fama durante años en muchos medios espe-cializados del mundo, por brindar un servicio de primera y unas jornadas de pesca en verdad memorables.

Se me hace justo destacar las atenciones que tuvimos durante nuestra visita de la oficina del Fideicomiso y Álvaro Magaña, su director. Siempre preocupado porque todo saliera según su agenda, revisando cada momento lo que había planificado para garantizar las mejores condiciones para nuestro trabajo. En el muelle mientras esperábamos la orden de abordar conversamos sobre ello, sus proyectos, y el desarrollo que desde hace muy pocos años se ha puesto de manifiesto en Isla Mujeres, sobre

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todo apostando por el intercambio con las mejores agencias de viaje, una mercadotecnia dirigida a un “target” específico a través de los medios adecuados y un manejo de los recursos muy eficiente que sin duda, le está cambiando la cara a esta hermosa Isla –que insisto- huele “muy” a México, y huele muy bien. Nos despedimos de Álvaro que por sus compromisos no pudo abordar, había llegado desde temprano para cerciorarse que todo estaba según lo planificado y desearnos una buena jornada y para atestiguarlo, incorporó un camarógrafo que for-maría a partir de ese momento, parte del equipo.

El clásico ¡Let´s Gooooo! llegaba desde la torreta exactamente a las 7:30, hora pactada para salir a aguas abiertas.

Apenas 15 minutos de navegación y se abrían los tangones para darle línea a las llamadas sombrillas, especie de arreglo que a través de varillas que se encuentran unidas al centro como ra-dios, simulan un pequeño cardumen que viene por debajo de la superficie y que en este caso estaba compuesto por lisetas y ballyhoos arreglados por “Gallo” al llegar en la mañana. Enci-ma y rompiendo el espejo de agua los acostumbrados calama-res o “teasers” en colores muy llamativos, que nadaban de los tangones a ambos lados de la embarcación. Más atrás venían dos líneas con carnada, dos más cerca desde los extremos, dos desde el centro y dos líneas más con ballyhoos, que el mismo Anthony controlaba desde su torreta.

A los pocos minutos la alerta lanzada desde lo alto por el capitán avisaba de un ataque de un vela a una de las carnadas que viaja-ban bien atrás, sin lograr engancharse… “puro coquetear” según el decir del mar. Más adelante sucedía lo mismo, los ataques eran aislados y muy esporádicos lo que nos pronosticaba una mañana bastante tranquila ¡demasiado! para quienes esperába-mos en algún momento que empezara la acción, acción que lle-gó con un buen chillar de uno de los TLD-20, doblando la caña para que las máquinas dejaran de rugir. Un atún no muy grande pero peleón fue izado por Marko, y minutos después Manuel subía el segundo, que pronosticaban un buen comienzo.

Después de un buen rato y estando apoyado en la popa, el ca-rrete a mi lado comienza a cantar por lo que a una sugeren-cia de Marko, yo tomo la caña. Las máquinas en neutro y una primera corrida me pega al borde de la popa, me colocan la pancera y sin saber aún de qué se trataba comencé a tratar de recobrar. Atún no era, ni vela ni dorado porque hubieran brin-cado… hasta que después de algunos minutos de pelea se oyó la voz del capitán:¡wahoo!. Pasó varias veces por debajo de la lancha, obligándome a meter la caña en el agua hasta que se pudo cansar para que “Gallo” con el bichero pudiera subirlo, acción que aseguraba para la noche y a sugerencia del propio Anthony, la mejor cena que disfrutamos en la isla.

Se puso rumbo norte y en minutos, al parecer siguiendo unas marcas en el fishfinder, Anthony maniobró para que nos situá-ramos sobre un cardumen de atunes que verdaderamente nos hicieron la mañana. Manuel traía enganchado el primero y des-pués de subirlo, se enganchaba otro, y otro hasta que llegó el momento que Marko, Manuel, Gallo y yo estábamos a la mis-ma vez recobrando línea, todos en la popa pasando uno por de-bajo del otro, acomodándonos, según la dirección de cada pez, en lo que parecía más un baile que una fiesta de atunes… ¡qué buena experiencia pudimos compartir todos juntos y aun-

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todo apostando por el intercambio con las mejores agencias de viaje, una mercadotecnia dirigida a un “target” específico a través de los medios adecuados y un manejo de los recursos muy eficiente que sin duda, le está cambiando la cara a esta hermosa Isla –que insisto- huele “muy” a México, y huele muy bien. Nos despedimos de Álvaro que por sus compromisos no pudo abordar, había llegado desde temprano para cerciorarse que todo estaba según lo planificado y desearnos una buena jornada y para atestiguarlo, incorporó un camarógrafo que for-maría a partir de ese momento, parte del equipo.

El clásico ¡Let´s Gooooo! llegaba desde la torreta exactamente a las 7:30, hora pactada para salir a aguas abiertas.

Apenas 15 minutos de navegación y se abrían los tangones para darle línea a las llamadas sombrillas, especie de arreglo que a través de varillas que se encuentran unidas al centro como ra-dios, simulan un pequeño cardumen que viene por debajo de la superficie y que en este caso estaba compuesto por lisetas y ballyhoos arreglados por “Gallo” al llegar en la mañana. Enci-ma y rompiendo el espejo de agua los acostumbrados calama-res o “teasers” en colores muy llamativos, que nadaban de los tangones a ambos lados de la embarcación. Más atrás venían dos líneas con carnada, dos más cerca desde los extremos, dos desde el centro y dos líneas más con ballyhoos, que el mismo Anthony controlaba desde su torreta.

A los pocos minutos la alerta lanzada desde lo alto por el capitán avisaba de un ataque de un vela a una de las carnadas que viaja-ban bien atrás, sin lograr engancharse… “puro coquetear” según el decir del mar. Más adelante sucedía lo mismo, los ataques eran aislados y muy esporádicos lo que nos pronosticaba una mañana bastante tranquila ¡demasiado! para quienes esperába-mos en algún momento que empezara la acción, acción que lle-gó con un buen chillar de uno de los TLD-20, doblando la caña para que las máquinas dejaran de rugir. Un atún no muy grande pero peleón fue izado por Marko, y minutos después Manuel subía el segundo, que pronosticaban un buen comienzo.

Después de un buen rato y estando apoyado en la popa, el ca-rrete a mi lado comienza a cantar por lo que a una sugeren-cia de Marko, yo tomo la caña. Las máquinas en neutro y una primera corrida me pega al borde de la popa, me colocan la pancera y sin saber aún de qué se trataba comencé a tratar de recobrar. Atún no era, ni vela ni dorado porque hubieran brin-cado… hasta que después de algunos minutos de pelea se oyó la voz del capitán:¡wahoo!. Pasó varias veces por debajo de la lancha, obligándome a meter la caña en el agua hasta que se pudo cansar para que “Gallo” con el bichero pudiera subirlo, acción que aseguraba para la noche y a sugerencia del propio Anthony, la mejor cena que disfrutamos en la isla.

Se puso rumbo norte y en minutos, al parecer siguiendo unas marcas en el fishfinder, Anthony maniobró para que nos situá-ramos sobre un cardumen de atunes que verdaderamente nos hicieron la mañana. Manuel traía enganchado el primero y des-pués de subirlo, se enganchaba otro, y otro hasta que llegó el momento que Marko, Manuel, Gallo y yo estábamos a la mis-ma vez recobrando línea, todos en la popa pasando uno por de-bajo del otro, acomodándonos, según la dirección de cada pez, en lo que parecía más un baile que una fiesta de atunes… ¡qué buena experiencia pudimos compartir todos juntos y aun-

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que el atún no es de las especies que siempre se buscan, no hay duda que cuando se encuentran, alegran la jornada.

En lo que comentábamos lo ocurrido, Gallo ya había preparado de nuevo todas las cañas con carnada nueva, y de nuevo todas las líneas al mar...

Se avistaron algunos cardúmenes lejanos, pero pequeños. Otro ataque de vela por el tangón derecho nos ponía de nuevo en alerta y de nuevo fallida, solo golpetear la carnada para después abandonar el intento. Las condiciones del mar –nos comentaba Marko, eran las mejores para que un buen marlin o vela atacara eficientemente, sin embargo otro nuevo intento por la misma zona, nos dejaba con las ganas. El mar hecho un plato, el sol aunque se apagaba por momentos nos regalaba unos azules im-presionantes y aguas calmas, que eran rasgadas por decenas de peces voladores que al parecer salían de abajode la lancha, dejando una estela sobre el espejo de agua para hundirse metros más adelante en lo que otros “despegaban” desde muy cerca evitando el encuentro con la embarcación.

Anthony desde su torreta buscaba con los prismáticos, se sabía que no era la mejor época pero las condiciones eran buenas...

solo nos quedaba insistir. Hubo cambio de carnadas, se cam-biaron algunas distancias y la disposición de las líneas, para retornar sobre el perímetro de los tres ataques, hasta que des-pués de casi una hora, un grito del capitán rompía el silencio…. ¡Attack in the line of outrigger ... It´s a sailfish! y en el menor tiempo posible, ya Marko ocupaba la caña en lo que le coloca-ban el cinturón de pelea…¡ahora sí! y al parecer como pudimos ver en el segundo salto el vela estaba bien enganchado.

Ver al vela saltar siempre impresiona. Cabeceando, doblando el cuerpo, o saliendo del agua casi “caminando” sobre la cola para avanzar tres o cuatro metros sobre la superficie, como si bailara sobre ella… y por supuesto las cámaras sin dejar de sonar. Poco a poco el trabajo de Marko lograba acercar el pez, que insistía en sus saltos trasladándose de babor a estribor va-rias veces, hasta que se dejó traer con menos resistencia hacia la popa, donde fue izado por su pico con mucho cuidado,

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que el atún no es de las especies que siempre se buscan, no hay duda que cuando se encuentran, alegran la jornada.

En lo que comentábamos lo ocurrido, Gallo ya había preparado de nuevo todas las cañas con carnada nueva, y de nuevo todas las líneas al mar...

Se avistaron algunos cardúmenes lejanos, pero pequeños. Otro ataque de vela por el tangón derecho nos ponía de nuevo en alerta y de nuevo fallida, solo golpetear la carnada para después abandonar el intento. Las condiciones del mar –nos comentaba Marko, eran las mejores para que un buen marlin o vela atacara eficientemente, sin embargo otro nuevo intento por la misma zona, nos dejaba con las ganas. El mar hecho un plato, el sol aunque se apagaba por momentos nos regalaba unos azules im-presionantes y aguas calmas, que eran rasgadas por decenas de peces voladores que al parecer salían de abajode la lancha, dejando una estela sobre el espejo de agua para hundirse metros más adelante en lo que otros “despegaban” desde muy cerca evitando el encuentro con la embarcación.

Anthony desde su torreta buscaba con los prismáticos, se sabía que no era la mejor época pero las condiciones eran buenas...

solo nos quedaba insistir. Hubo cambio de carnadas, se cam-biaron algunas distancias y la disposición de las líneas, para retornar sobre el perímetro de los tres ataques, hasta que des-pués de casi una hora, un grito del capitán rompía el silencio…. ¡Attack in the line of outrigger ... It´s a sailfish! y en el menor tiempo posible, ya Marko ocupaba la caña en lo que le coloca-ban el cinturón de pelea…¡ahora sí! y al parecer como pudimos ver en el segundo salto el vela estaba bien enganchado.

Ver al vela saltar siempre impresiona. Cabeceando, doblando el cuerpo, o saliendo del agua casi “caminando” sobre la cola para avanzar tres o cuatro metros sobre la superficie, como si bailara sobre ella… y por supuesto las cámaras sin dejar de sonar. Poco a poco el trabajo de Marko lograba acercar el pez, que insistía en sus saltos trasladándose de babor a estribor va-rias veces, hasta que se dejó traer con menos resistencia hacia la popa, donde fue izado por su pico con mucho cuidado,

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Al menos ya teníamos registrado uno -el primero- porque aun-que hubieran más capturas, las reglas a bordo de la Keen M, solo permiten subir un ejemplar para hacerle fotos, se fotogra-fía lo más rápido posible y se devuelve de inmediato. El resto de las capturas deben liberarse en el agua para evitar cualquier daño posible al pez vela, especie que el Cap. Anthony Men-dillo respeta y protege tanto, que lleva casi dos décadas ofre-ciendo los servicios de su pesca sin ningún ejemplar muerto, y ello se respeta, se asume y además se aplaude.

Cuatro atunes más cerraban el día que sin ser una jornada de las mejores, podíamos catalogar de productiva. Llegando al muelle estaba Álvaro esperándonos, pendiente de todo, lo que aprovechamos para la foto del recuerdo, donde aparecemos de derecha a izquierda: Manuel Solís director de Troleo, Marko Alcaraz, nuestro huésped distinguido, el Cap. y amigo Anthony Mendillo, nuestro anfitrión, el director del Fideicomiso de Tu-rismo de IM Álvaro Magaña, más un servidor. Compartimos con Álvaro las vivencias del día y quedamos en vernos en la noche para disfrutar nuestra pesca-cena donde quedó pactado para el día siguiente, otro día de pesca.

Apenas abandonamos el “Keen M” comenzaban las labores de limpieza, para garantizar que el barco estuviera listo para el día siguiente que según comentarios, debería resultar mejor.

Antes de subir al hotel recorrimos las playas llenas de bañistas por doquier, algunos jugando volleiball y otros aún disfrutando del mar. El sol menos fuerte, no podía ofrecer pretexto mejor. El ambiente se brindaba tranquilo -casi- familiar en lo que el cielo comenzaba a teñirse de naranjas, que se intensificaban a medida que pasaba la tarde. Entre las palmeras, otros buscaban algún rincón desde donde “robarle” la mejor imagen al atarde-cer, algo que en estas aguas, en particular sobre el poniente, siempre es garantía de un espectáculo sin igual.

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Al menos ya teníamos registrado uno -el primero- porque aun-que hubieran más capturas, las reglas a bordo de la Keen M, solo permiten subir un ejemplar para hacerle fotos, se fotogra-fía lo más rápido posible y se devuelve de inmediato. El resto de las capturas deben liberarse en el agua para evitar cualquier daño posible al pez vela, especie que el Cap. Anthony Men-dillo respeta y protege tanto, que lleva casi dos décadas ofre-ciendo los servicios de su pesca sin ningún ejemplar muerto, y ello se respeta, se asume y además se aplaude.

Cuatro atunes más cerraban el día que sin ser una jornada de las mejores, podíamos catalogar de productiva. Llegando al muelle estaba Álvaro esperándonos, pendiente de todo, lo que aprovechamos para la foto del recuerdo, donde aparecemos de derecha a izquierda: Manuel Solís director de Troleo, Marko Alcaraz, nuestro huésped distinguido, el Cap. y amigo Anthony Mendillo, nuestro anfitrión, el director del Fideicomiso de Tu-rismo de IM Álvaro Magaña, más un servidor. Compartimos con Álvaro las vivencias del día y quedamos en vernos en la noche para disfrutar nuestra pesca-cena donde quedó pactado para el día siguiente, otro día de pesca.

Apenas abandonamos el “Keen M” comenzaban las labores de limpieza, para garantizar que el barco estuviera listo para el día siguiente que según comentarios, debería resultar mejor.

Antes de subir al hotel recorrimos las playas llenas de bañistas por doquier, algunos jugando volleiball y otros aún disfrutando del mar. El sol menos fuerte, no podía ofrecer pretexto mejor. El ambiente se brindaba tranquilo -casi- familiar en lo que el cielo comenzaba a teñirse de naranjas, que se intensificaban a medida que pasaba la tarde. Entre las palmeras, otros buscaban algún rincón desde donde “robarle” la mejor imagen al atarde-cer, algo que en estas aguas, en particular sobre el poniente, siempre es garantía de un espectáculo sin igual.

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Si durante el día Isla Mujeres es hermosa, no sabría cómo des-cribir las noches. Caminar las calles ya sin el calor habitual, llenas de luces de colores y cielos limpios, es llenarse de ener-gía para olvidarse del cansancio. Contagia tanto color y como dije al comienzo: enorgullece mucho tanto México.

El ambiente es relajado y muy tranquilo donde decenas de buenos restaurantes ofrecen menús de todo tipo, sin el hosti-gamiento de otros destinos donde casi sientan al visitante de la mano. Vale la pena salir del hotel para disfrutar las múltiples opciones que ofrece la isla, donde se puede caminar con toda la seguridad posible para toparse siempre caras sonrientes y visitantes complacidos, tanto, que pareciera que la pequeña ciudad no duerme y donde en verdad: no vale la pena dormir.

Amanecer y caminar por las calles aún medio oscuras es una sensación que se torna un privilegio en esta tierra. Me dirigía por un café a una de esas tiendas que nunca cierran, el olor in-confundible y la invitación franca me hicieron sonreír al punto, que cuando llegué al puestecito de donde provenían los olores me dijo el señor después de darme los buenos días: “¿Amanece contento Don?” respondiendo: ¡No sabes cuánto! y después de darme cuenta de dónde estaba, llegaba la mejor parte -Me da una torta de cochinita pibil y otra de lechón… sí sí, con su pedacito de cuerito por favor... ¡Increíble! que en medio de la nada, o mejor dicho de la avenida principal de la isla, me topaba con el mejor desayuno que se me puede ofrecer en mi querido Yucatán… por lo que el día no podía empezar mejor.

Abordamos a las 7 de la mañana. Unos minutos después des-pegaba el Keen M del muelle, en el que nuevamente Álvaro nos despedía con su ya habitual: ¡Buena suerte muchachos! Se puso proa norte rumbo a la zona de pesca y en busca del tiburón ballena. A bordo todos se colocaban sus trajes, se probaban las chapaletas y los visores, la emoción se notaba y tuvo su clímax cuando Anthony señalando un poco más adelante, comentó des-pués de bajar sus prismáticos: ¡allí están... y son cerca de 200!

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Si durante el día Isla Mujeres es hermosa, no sabría cómo des-cribir las noches. Caminar las calles ya sin el calor habitual, llenas de luces de colores y cielos limpios, es llenarse de ener-gía para olvidarse del cansancio. Contagia tanto color y como dije al comienzo: enorgullece mucho tanto México.

El ambiente es relajado y muy tranquilo donde decenas de buenos restaurantes ofrecen menús de todo tipo, sin el hosti-gamiento de otros destinos donde casi sientan al visitante de la mano. Vale la pena salir del hotel para disfrutar las múltiples opciones que ofrece la isla, donde se puede caminar con toda la seguridad posible para toparse siempre caras sonrientes y visitantes complacidos, tanto, que pareciera que la pequeña ciudad no duerme y donde en verdad: no vale la pena dormir.

Amanecer y caminar por las calles aún medio oscuras es una sensación que se torna un privilegio en esta tierra. Me dirigía por un café a una de esas tiendas que nunca cierran, el olor in-confundible y la invitación franca me hicieron sonreír al punto, que cuando llegué al puestecito de donde provenían los olores me dijo el señor después de darme los buenos días: “¿Amanece contento Don?” respondiendo: ¡No sabes cuánto! y después de darme cuenta de dónde estaba, llegaba la mejor parte -Me da una torta de cochinita pibil y otra de lechón… sí sí, con su pedacito de cuerito por favor... ¡Increíble! que en medio de la nada, o mejor dicho de la avenida principal de la isla, me topaba con el mejor desayuno que se me puede ofrecer en mi querido Yucatán… por lo que el día no podía empezar mejor.

Abordamos a las 7 de la mañana. Unos minutos después des-pegaba el Keen M del muelle, en el que nuevamente Álvaro nos despedía con su ya habitual: ¡Buena suerte muchachos! Se puso proa norte rumbo a la zona de pesca y en busca del tiburón ballena. A bordo todos se colocaban sus trajes, se probaban las chapaletas y los visores, la emoción se notaba y tuvo su clímax cuando Anthony señalando un poco más adelante, comentó des-pués de bajar sus prismáticos: ¡allí están... y son cerca de 200!

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Nunca sabré si puedo trasmitir lo que tenía delante de mí. Mu-chas bocas inmensas, abiertas, paseándose en un agua cristalina y limpia. Iban y venían pegados a la borda; confiados, tran-quilos, para regresar nuevamente lentos y majestuosos. Subí a la torreta del capitán para poder fotografíar desde lo alto... con razón –pensaba- es uno de los atractivos más requeridos y disfrutados por el turista extranjero o el visitante mexicano, porque no se concibe tanta belleza en su estado más natural, a solo metros de distancia.

Eran tantos que pareciera que chocaban. Los nadadores que estaban en el agua casi eran tocados en la espalda por otros que pasaban, y dividiéndose en la columna de agua, más abajo, navegaban mantas gigantes aliméntandose igual del plancton. Estas abren la boca para que el plancton se quede en sus bran-quias, que poco a poco irá consumiendo durante horas debido a su tamaño. La mejor noticia la daba Marko desde al agua: uno de los ejemplares de tiburón ballena tenía un rastreador satelital pegado a su aleta dorsal, lo que mostraba que desde algún pun-to o base se venían registrando sus rutas y conductas, algo que ciertamente nos llenó de alegría porque significa que se está trabajando en su cuidado y preservación.

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Nunca sabré si puedo trasmitir lo que tenía delante de mí. Mu-chas bocas inmensas, abiertas, paseándose en un agua cristalina y limpia. Iban y venían pegados a la borda; confiados, tran-quilos, para regresar nuevamente lentos y majestuosos. Subí a la torreta del capitán para poder fotografíar desde lo alto... con razón –pensaba- es uno de los atractivos más requeridos y disfrutados por el turista extranjero o el visitante mexicano, porque no se concibe tanta belleza en su estado más natural, a solo metros de distancia.

Eran tantos que pareciera que chocaban. Los nadadores que estaban en el agua casi eran tocados en la espalda por otros que pasaban, y dividiéndose en la columna de agua, más abajo, navegaban mantas gigantes aliméntandose igual del plancton. Estas abren la boca para que el plancton se quede en sus bran-quias, que poco a poco irá consumiendo durante horas debido a su tamaño. La mejor noticia la daba Marko desde al agua: uno de los ejemplares de tiburón ballena tenía un rastreador satelital pegado a su aleta dorsal, lo que mostraba que desde algún pun-to o base se venían registrando sus rutas y conductas, algo que ciertamente nos llenó de alegría porque significa que se está trabajando en su cuidado y preservación.

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No sé si hubiera preferido quedarnos allí todo el tiempo, pero sentía que le invadíamos “el comedor” a estas hermosas criatu-ras y como todo lo bueno se termina, se dio la orden de abordar y en lo que cada quien dejaba salir la adrenalina contando su encuentro, poníamos rumbo al noreste para dejar caer de nuevo las líneas en el agua.

El mar cada vez se aplanaba más y el viento no se dejaba sentir, tampoco había aves en ninguna dirección, por lo que se trataba de ubicar al menos alguna corriente que delatara un cambio de dirección del agua o de profundidad... pero no, no quería. Así navegamos cerca de dos horas, solo maravillados con un paisa-je que si bien infundía mucha paz, nos traía inquietos esperando la acción, mientras Marko y Anthony en la torreta de la “Keen M” compartían sus experiencias…

-¡Right, right... the center lines... come on it’s a sailfish! se oyó desde lo alto, en lo que Marko terminaba de bajar de la torreta. Gallo le entregó la caña para que en menos de dos minutos se destensara la línea… ¡no podía ser… lo teníamos!... pero sí ahí estaba!!!! sólo que al parecer corrió unos metros en dirección a la lancha… ¡¡no se había soltado ¡¡allí estaba de nuevo!!, sal-tando a casi cincuenta o sesenta metros mientras que Marko trataba de recobrar lo posible. Nos sorprendió que mientras se recogían las cañas, otra de las líneas del tangón se tensó ha-ciendo sonar otro carrete y en lo que levantamos la vista, se vio saltar otro vela…-¡hay otro, hay otro! gritó Gallo señalando a estribor…. Pues sí, teníamos dos velas enganchados. Marko peleando uno y Manuel el otro ¡adrenalina pura! –diría un buen amigo- mientras el camarógrafo y yo tratábamos de seguir ambos peces, lo que me provocó incluso fotos fueras de foco ¡Bendita Isla Mujeres carajo, siempre llena de sorpresas!

Poco a poco llegaban a la popa, por suerte las líneas nunca lle-garon a enredarse a pesar de que ambos peleaban casi uno al lado del otro, hasta que fueron liberados por Gallo con la maes-tría de siempre. La alegría corría por la cubierta, Anthony feliz desde su tribuna diciendo en su poco español característico… ¡fue bueno, fue muy bueno! y todos con la adrenalina a flor de piel. Se decidió volver a poner las líneas en el agua, esta vez con carnada y se lanzaron de igual manera unos Pakulas, de los que siempre carga Marko... siempre que se acerca al mar.

A poco más de veinte minutos otro de los TLD comenzaba a llorar, corrí a dejar mis cámaras en lo que Gallo me ofrecía la caña. Dos que tres buenas corridas hasta que llegaba el veredic-to: un hermoso y colorido dorado pendía de mi línea, que pude disfrutar mucho y lograr subirlo sin contratiempos. Aunque pe-queño era mi primer dorado, una hembra muy peleonera. Se intentó con el segundo que como casi siempre, nadaba cerca, pero no comió alejándose de inmediato, pero los que comen-zaron a comer de nuevo fueron los atunes que nos propiciaron otra buena fiesta ya casi al final del mediodía, seis, siete, ocho, nueve, diez... y se perdió la cuenta de las “sandías”-como le dice Anthony- pura diversión para cerrar la tarde ¡y que tarde!.

Se impuso el regreso por unanimidad, más temprano que el día anterior lo que garantizaba un buen descanso en la noche por qué además: no nos podíamos quejar. Llegamos al muelle aún con buen sol para caminar antes del baño, y disfrutar de la playa donde todo era alegría para los turistas y paisanos.

Desde otro muelle algunos avezados se divertían con jureles y barracudas que según supe, son presencia constante en esas aguas y que capturan con sardina viva y línea de mano.

Después del baño, fuimos a cenar a otro excelente restaurante invitados por Álvaro, que no cesaba de contestar las llamadas por la conferencia de Marko, lo que mostraba buena expecta-tiva por el evento de la mañana siguiente. Supimos de pesca-dores que viajaron para cruzar a la isla desde Mérida, Cancún y Playa del Carmen además de los lugareños, ello habla de la necesidad de estos encuentros, que siempre que se promocio-nen, no importan las distancias, los pescadores asisten porque hay mucha ausencia de información, y no siempre un Marko Alcaraz puede atravesar el país para una charla, como no todos los Fideicomisos, lamentablemente, se preocupan por ello...

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No sé si hubiera preferido quedarnos allí todo el tiempo, pero sentía que le invadíamos “el comedor” a estas hermosas criatu-ras y como todo lo bueno se termina, se dio la orden de abordar y en lo que cada quien dejaba salir la adrenalina contando su encuentro, poníamos rumbo al noreste para dejar caer de nuevo las líneas en el agua.

El mar cada vez se aplanaba más y el viento no se dejaba sentir, tampoco había aves en ninguna dirección, por lo que se trataba de ubicar al menos alguna corriente que delatara un cambio de dirección del agua o de profundidad... pero no, no quería. Así navegamos cerca de dos horas, solo maravillados con un paisa-je que si bien infundía mucha paz, nos traía inquietos esperando la acción, mientras Marko y Anthony en la torreta de la “Keen M” compartían sus experiencias…

-¡Right, right... the center lines... come on it’s a sailfish! se oyó desde lo alto, en lo que Marko terminaba de bajar de la torreta. Gallo le entregó la caña para que en menos de dos minutos se destensara la línea… ¡no podía ser… lo teníamos!... pero sí ahí estaba!!!! sólo que al parecer corrió unos metros en dirección a la lancha… ¡¡no se había soltado ¡¡allí estaba de nuevo!!, sal-tando a casi cincuenta o sesenta metros mientras que Marko trataba de recobrar lo posible. Nos sorprendió que mientras se recogían las cañas, otra de las líneas del tangón se tensó ha-ciendo sonar otro carrete y en lo que levantamos la vista, se vio saltar otro vela…-¡hay otro, hay otro! gritó Gallo señalando a estribor…. Pues sí, teníamos dos velas enganchados. Marko peleando uno y Manuel el otro ¡adrenalina pura! –diría un buen amigo- mientras el camarógrafo y yo tratábamos de seguir ambos peces, lo que me provocó incluso fotos fueras de foco ¡Bendita Isla Mujeres carajo, siempre llena de sorpresas!

Poco a poco llegaban a la popa, por suerte las líneas nunca lle-garon a enredarse a pesar de que ambos peleaban casi uno al lado del otro, hasta que fueron liberados por Gallo con la maes-tría de siempre. La alegría corría por la cubierta, Anthony feliz desde su tribuna diciendo en su poco español característico… ¡fue bueno, fue muy bueno! y todos con la adrenalina a flor de piel. Se decidió volver a poner las líneas en el agua, esta vez con carnada y se lanzaron de igual manera unos Pakulas, de los que siempre carga Marko... siempre que se acerca al mar.

A poco más de veinte minutos otro de los TLD comenzaba a llorar, corrí a dejar mis cámaras en lo que Gallo me ofrecía la caña. Dos que tres buenas corridas hasta que llegaba el veredic-to: un hermoso y colorido dorado pendía de mi línea, que pude disfrutar mucho y lograr subirlo sin contratiempos. Aunque pe-queño era mi primer dorado, una hembra muy peleonera. Se intentó con el segundo que como casi siempre, nadaba cerca, pero no comió alejándose de inmediato, pero los que comen-zaron a comer de nuevo fueron los atunes que nos propiciaron otra buena fiesta ya casi al final del mediodía, seis, siete, ocho, nueve, diez... y se perdió la cuenta de las “sandías”-como le dice Anthony- pura diversión para cerrar la tarde ¡y que tarde!.

Se impuso el regreso por unanimidad, más temprano que el día anterior lo que garantizaba un buen descanso en la noche por qué además: no nos podíamos quejar. Llegamos al muelle aún con buen sol para caminar antes del baño, y disfrutar de la playa donde todo era alegría para los turistas y paisanos.

Desde otro muelle algunos avezados se divertían con jureles y barracudas que según supe, son presencia constante en esas aguas y que capturan con sardina viva y línea de mano.

Después del baño, fuimos a cenar a otro excelente restaurante invitados por Álvaro, que no cesaba de contestar las llamadas por la conferencia de Marko, lo que mostraba buena expecta-tiva por el evento de la mañana siguiente. Supimos de pesca-dores que viajaron para cruzar a la isla desde Mérida, Cancún y Playa del Carmen además de los lugareños, ello habla de la necesidad de estos encuentros, que siempre que se promocio-nen, no importan las distancias, los pescadores asisten porque hay mucha ausencia de información, y no siempre un Marko Alcaraz puede atravesar el país para una charla, como no todos los Fideicomisos, lamentablemente, se preocupan por ello...

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La conferencia convenida para la mañana del domingo fue todo un ejercicio para aprender y compartir entre todos, con alguien de mucha experiencia sobre los oficios y el arte de la pesca; los asistentes, llegados algunos desde muy lejos y viajando desde la madrugada tuvieron la oportunidad de escuchar y preguntar en un hermoso escenario (la marina Capitán Dulché) sobre el uso de señuelos, las líneas, las diversas opciones de troleo y compartir con nuestro invitado más de 3 horas que no bastaron, pero fueron suficientes para sellar con broche de oro nuestra visita.

Un pequeño grupo de participantes se quedaba para preguntas más específicas, compartiendo al final a modo de despedida una foto del grupo y su anfitrión.

Culminábamos tres días excelentes de buena pesca y nuevas experiencias por lo que agradecemos nuevamente las atencio-nes de Alvaro Magaña y su oficina del Fideicomiso de Turismo de Isla Mujeres. Al capitán y amigo Anthony Mendillo, a su tripulación y hermosa familia que siempre nos reciben como en casa, y a Marko Alcaraz –el buen Marko- como le decimos mu-chos, por su tiempo y formar parte del sencillo aporte de nues-tra publicación a esta pequeña gran isla, llena de gente buena, con ganas de trabajar y de sacar adelante este destino. Destino que seduce con su encanto único y peculiar al visitante que llega, como sedujo “la trigueña”, según la leyenda, a aquel co-merciante venido desde lejos, con la diferencia que a pesar de la hacienda, los regalos y el empeño, el visitante, nunca pudo lograr su amor.

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La conferencia convenida para la mañana del domingo fue todo un ejercicio para aprender y compartir entre todos, con alguien de mucha experiencia sobre los oficios y el arte de la pesca; los asistentes, llegados algunos desde muy lejos y viajando desde la madrugada tuvieron la oportunidad de escuchar y preguntar en un hermoso escenario (la marina Capitán Dulché) sobre el uso de señuelos, las líneas, las diversas opciones de troleo y compartir con nuestro invitado más de 3 horas que no bastaron, pero fueron suficientes para sellar con broche de oro nuestra visita.

Un pequeño grupo de participantes se quedaba para preguntas más específicas, compartiendo al final a modo de despedida una foto del grupo y su anfitrión.

Culminábamos tres días excelentes de buena pesca y nuevas experiencias por lo que agradecemos nuevamente las atencio-nes de Alvaro Magaña y su oficina del Fideicomiso de Turismo de Isla Mujeres. Al capitán y amigo Anthony Mendillo, a su tripulación y hermosa familia que siempre nos reciben como en casa, y a Marko Alcaraz –el buen Marko- como le decimos mu-chos, por su tiempo y formar parte del sencillo aporte de nues-tra publicación a esta pequeña gran isla, llena de gente buena, con ganas de trabajar y de sacar adelante este destino. Destino que seduce con su encanto único y peculiar al visitante que llega, como sedujo “la trigueña”, según la leyenda, a aquel co-merciante venido desde lejos, con la diferencia que a pesar de la hacienda, los regalos y el empeño, el visitante, nunca pudo lograr su amor.

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Llegamos nuevamente por invitación de Mario Lagos y Angel “Piolo” Requejo, al torneo Aguas Profundas, que a pesar de ser sólo su segundo año de vida, ha ido tomando auge y gusto entre los pescadores de la región.

Desde el jueves por la tarde, organizadores y personalidades del gobierno accedían a entrevistas con los medios de prensa local. Ahí mismo, en una explanada que honra a los emigrantes libaneses, a un costado del malecón cerca del muelle principal, se daba la bienvenida a todos los equipos. Los coordinadores leyeron como es costumbre, los puntos importantes del regla-mento oficial, la forma correcta de medir los marlines para con-firmar que dieran la talla mínima, horarios de báscula, etc.

Al final, resultó una agradable velada que duró buena parte de la noche entre amigos y compañeros de afición. Cabe mencio-nar que se implementó entre otras cosas novedosas, la inscrip-ción y registro de pescadores a través del pago en línea vía internet de forma más cómoda, asegurando la participación de los equipos.

Este tipo de viaje que realizamos cuando cubrimos un torneo por dos o tres días, no permite visitar muchos lugares como qui-siéramos ya que Veracruz además de tener un territorio enorme, es un estado realmente maravilloso, desde el litoral a la selva, pasando por las montañas, pero ahí, donde nos encontrábamos muy temprano al día siguiente, encandilados con un hermoso amanecer detrás de las escolleras que delimitan la entrada a la marina El Dorado, disfrutábamos plenamente el inicio de este torneo que no dudamos: poco a poco se irá convirtiendo en toda una tradición.

LA SALIDA

Abordamos a las 6 de la mañana la “Percales”, una cómoda embarcación marca Edge Water de 25 pies propiedad del “Pio-lo” Requejo, junto con dos amigos invitados al torneo: Javier Thomas y Alberto Madaria, estupendos pescadores con los que compartimos días sumamente divertidos.

Alberto se aventó el viaje desde su residencia en Houston Texas, única y exclusivamente para participar en el torneo y probar las faldas o “skirted lures”que comenzó fabricando en sus ratos libres con tan buenos resultados que en poco tiempo ya estarán a la venta publicitándose comercialmente como “AZUL Fine Deep Sea Fishing lures”, en armados muy confiables con co-lores al gusto del cliente y anzuelos Owner Jobu dispuestos en diferentes configuraciones.

Como casi todas las embarcaciones, tomamos rumbo hacia el norte a un punto llamado Tío Jacinto. A 12 millas ya de la costa se producía la primera caída o “pregón” de la plataforma con-tinental marcando poco más de 300 pies de profundidad. Unos 20 minutos después paramos máquinas para empezar a soltar líneas. Los instrumentos señalaban ahora una profundidad de más de 3,000 pies!!. El día era simplemente espectacular.

Tuvimos un primer ataque inesperado cuando armábamos la faena de la desplegada de tangones sobre uno de los señuelos que aún no tomaba la distancia correcta, por la velocidad, cree-mos que un wahoo que se tiró sin lograr el enganche correcto.

Después de ese primer susto, el día transcurrió tranquilo. En nuestra ruta hacia otro punto caliente de la zona llamada “Las chichis” por la configuración más que evidente del fondo mari-no, un estruendo en la línea larga central o “shot gun” nos paró a todos en el barco como impulsados por un resorte.

Jamás había visto tal velocidad con la que salió la línea del carrete Accurate 50. Casi 700 yardas de 80 libras descargadas en segundos en una carrera escandalosa. Ese si era un bicho grande, en serio. Para desgracia del equipo Percales el freno se amarró cuando ya enfilábamos la lancha para perseguir al ani-mal y la línea se cortó!!!. Lo único que logró Alberto fue sujetar la caña y sentir el tirón del amarre y adiós. Después de varias lamentaciones hicimos pruebas con el carrete y efectivamente el frenó se atascaba al menor movimiento de la palanca antes de subir a posición de “strike” y no dejaba correr línea libremente. Una verdadera lástima porque lel tirón fue descomunal.

Mientras tanto por la radio se anunciaban varios “pez en línea”. Entre los avisos se confirmaba la pelea de un marlin de buen ta-maño y una liberación de un mako que dejó perplejo al equipo de Marcelino Fernández cuando pegó un extraordinario salto fuera del agua para arrebatar el señuelo al estilo de los grandes tiburones blancos cuando acechan y cazan a las focas en las costas africanas.

(Parte del video de esta captura se puede ver en la liga http://www.youtube.com/watch?v=vUQLSOBE2ZI).

Como cosa rara ese día no nos tocó ver ningún asomo de acción fuera del agua como pajareras o algo que delatara la presencia de algún cardumen de atún muy común en esas aguas. Retor-namos frustrados por ese ataque de un aparente marlin, pero así es la pesca. Inclusive llegando a la marina comentamos sobre lo sucedido y fueron dos o tres opiniones de pescadores de otros equipos que coincidieron sobre ese “raro” desperfecto en los carretes de troleo de Accurate, algo muy extraño en una marca tan selecta y de prestigio que habrá que indagar más profunda-mente.

FOTOS PAGINA OPUESTA IZQUIERDA SUPERIOR:ANGEL “PIOLO” REQUEJO, MARIO LAGOS POUS, LA ARTISTA PLASTICA GEORGINA MALPICA Y FERNANDO SÁNCHEZ ANAYA, ORGANIZADORES DEL TORNEO.EN EL MICROFONO: EL SECRETARIO DE TURISMO DE VERACRUZ HARRY GRAPPA GUZMAN INAUGURANDO EL EVENTO.

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Llegamos nuevamente por invitación de Mario Lagos y Angel “Piolo” Requejo, al torneo Aguas Profundas, que a pesar de ser sólo su segundo año de vida, ha ido tomando auge y gusto entre los pescadores de la región.

Desde el jueves por la tarde, organizadores y personalidades del gobierno accedían a entrevistas con los medios de prensa local. Ahí mismo, en una explanada que honra a los emigrantes libaneses, a un costado del malecón cerca del muelle principal, se daba la bienvenida a todos los equipos. Los coordinadores leyeron como es costumbre, los puntos importantes del regla-mento oficial, la forma correcta de medir los marlines para con-firmar que dieran la talla mínima, horarios de báscula, etc.

Al final, resultó una agradable velada que duró buena parte de la noche entre amigos y compañeros de afición. Cabe mencio-nar que se implementó entre otras cosas novedosas, la inscrip-ción y registro de pescadores a través del pago en línea vía internet de forma más cómoda, asegurando la participación de los equipos.

Este tipo de viaje que realizamos cuando cubrimos un torneo por dos o tres días, no permite visitar muchos lugares como qui-siéramos ya que Veracruz además de tener un territorio enorme, es un estado realmente maravilloso, desde el litoral a la selva, pasando por las montañas, pero ahí, donde nos encontrábamos muy temprano al día siguiente, encandilados con un hermoso amanecer detrás de las escolleras que delimitan la entrada a la marina El Dorado, disfrutábamos plenamente el inicio de este torneo que no dudamos: poco a poco se irá convirtiendo en toda una tradición.

LA SALIDA

Abordamos a las 6 de la mañana la “Percales”, una cómoda embarcación marca Edge Water de 25 pies propiedad del “Pio-lo” Requejo, junto con dos amigos invitados al torneo: Javier Thomas y Alberto Madaria, estupendos pescadores con los que compartimos días sumamente divertidos.

Alberto se aventó el viaje desde su residencia en Houston Texas, única y exclusivamente para participar en el torneo y probar las faldas o “skirted lures”que comenzó fabricando en sus ratos libres con tan buenos resultados que en poco tiempo ya estarán a la venta publicitándose comercialmente como “AZUL Fine Deep Sea Fishing lures”, en armados muy confiables con co-lores al gusto del cliente y anzuelos Owner Jobu dispuestos en diferentes configuraciones.

Como casi todas las embarcaciones, tomamos rumbo hacia el norte a un punto llamado Tío Jacinto. A 12 millas ya de la costa se producía la primera caída o “pregón” de la plataforma con-tinental marcando poco más de 300 pies de profundidad. Unos 20 minutos después paramos máquinas para empezar a soltar líneas. Los instrumentos señalaban ahora una profundidad de más de 3,000 pies!!. El día era simplemente espectacular.

Tuvimos un primer ataque inesperado cuando armábamos la faena de la desplegada de tangones sobre uno de los señuelos que aún no tomaba la distancia correcta, por la velocidad, cree-mos que un wahoo que se tiró sin lograr el enganche correcto.

Después de ese primer susto, el día transcurrió tranquilo. En nuestra ruta hacia otro punto caliente de la zona llamada “Las chichis” por la configuración más que evidente del fondo mari-no, un estruendo en la línea larga central o “shot gun” nos paró a todos en el barco como impulsados por un resorte.

Jamás había visto tal velocidad con la que salió la línea del carrete Accurate 50. Casi 700 yardas de 80 libras descargadas en segundos en una carrera escandalosa. Ese si era un bicho grande, en serio. Para desgracia del equipo Percales el freno se amarró cuando ya enfilábamos la lancha para perseguir al ani-mal y la línea se cortó!!!. Lo único que logró Alberto fue sujetar la caña y sentir el tirón del amarre y adiós. Después de varias lamentaciones hicimos pruebas con el carrete y efectivamente el frenó se atascaba al menor movimiento de la palanca antes de subir a posición de “strike” y no dejaba correr línea libremente. Una verdadera lástima porque lel tirón fue descomunal.

Mientras tanto por la radio se anunciaban varios “pez en línea”. Entre los avisos se confirmaba la pelea de un marlin de buen ta-maño y una liberación de un mako que dejó perplejo al equipo de Marcelino Fernández cuando pegó un extraordinario salto fuera del agua para arrebatar el señuelo al estilo de los grandes tiburones blancos cuando acechan y cazan a las focas en las costas africanas.

(Parte del video de esta captura se puede ver en la liga http://www.youtube.com/watch?v=vUQLSOBE2ZI).

Como cosa rara ese día no nos tocó ver ningún asomo de acción fuera del agua como pajareras o algo que delatara la presencia de algún cardumen de atún muy común en esas aguas. Retor-namos frustrados por ese ataque de un aparente marlin, pero así es la pesca. Inclusive llegando a la marina comentamos sobre lo sucedido y fueron dos o tres opiniones de pescadores de otros equipos que coincidieron sobre ese “raro” desperfecto en los carretes de troleo de Accurate, algo muy extraño en una marca tan selecta y de prestigio que habrá que indagar más profunda-mente.

FOTOS PAGINA OPUESTA IZQUIERDA SUPERIOR:ANGEL “PIOLO” REQUEJO, MARIO LAGOS POUS, LA ARTISTA PLASTICA GEORGINA MALPICA Y FERNANDO SÁNCHEZ ANAYA, ORGANIZADORES DEL TORNEO.EN EL MICROFONO: EL SECRETARIO DE TURISMO DE VERACRUZ HARRY GRAPPA GUZMAN INAUGURANDO EL EVENTO.

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EL DIA DE LOS ATUNES

El segundo día amaneció contra todos los pronósticos con una lluvia torrencial que no paró hasta poco más de las 7 de la ma-ñana.

Esperando que pase un poco el mal tiempo aprovechamos para deleitarnos con unas “picadas”, un platillo tradicional que en muchos lugares se les conoce como “sopes”. En Veracruz se les llama picadas porque la tortilla se pica o pellizca en las orillas para levantarlas un poco, lo que evita que se derramen los in-gredientes que la cubren.

Algunos les agregan carne de res o de pollo, pero las originales son de buena masa y preparadas a mano, son cocidas al comal y en ese proceso se untan con manteca de cerdo, después se agre-ga una salsa roja que va mezclada con chiles serranos, cebolla picada y queso añejo, una verdadera delicia.

Después del desayuno abordamos la “Percales” aproximada-mente a las 8 de la mañana. El cielo continuaba encapotado pero ya no llovía. Nos dirigimos ahora directo a las “chichis” a baja velocidad esperando que calmara un poco la marejada. A las 10 de la mañana el viento cedió y en el cielo despuntaban algunas ventanas de luz. Hasta esa hora no había aviso alguno de acción en la radio oficial.

En el tangón lejano Javier probaba suerte con un lure negro y verde que Alberto armó ahí mismo sentado en la proa con todas la herramientas que llevaba a bordo.

El resultado fue casi inmediato, ahora sí un hermoso wahoo se enganchaba del afilado anzuelo para la primera captura del equipo, pretexto ideal para sacar las primeras “frías” de la ne-vera y celebrar.

Así mismo otros equipos reportaban varias capturas y bichos en línea, entre esos dos azules que peleaban los equipos “Jiribilla” de Gustavo Martín y “Allegra” de Luis Manuel Ortíz. Pero la nota del día la daban los atunes.

Un buen amigo, Ricardo Ruíz, con el que he tenido la oportu-nidad de pescar en Holbox y Cancún, su hermano Francisco y Pedro Paredes a bordo de la “Ship It” reportaban triplete de atunes en un formidable encuentro que se prolongó durante va-rios minutos.

Francisco Ruíz fue el hombre del día al librar dura batalla con un aleta amarilla que registró un peso de 75 kgs. y Pedro logró otro de 58 kgs. El secreto era la carnada: ballyhoo troleado a baja velocidad, irresistible para los atunes que se le “tiraron” sin miramientos.

Ese día por la noche supe que dos o tres embarcaciones “impor-taron” marineros de Isla Mujeres y Cancún, expertos en el arte del armado de carnadas de este tipo muy común en aguas cari-beñas. Y es que muchos de los pescadores de la zona trabajan solamente con señuelos de faldas o “plumas” en su patrón de troleo para recorrer largas distancias a buena velocidad (8-10 nudos), pero sin duda un ballyhoo bien tejido en todo el cuerpo para evitar que se desgarre con facilidad, es un bocado muy atrayente para cualquier depredador.

Otros pescadores reportaron atunes a bordo como Jesús Na-der con una pieza de 68 kgs., Ernesto Atiye con uno de 58.50 kgs. Carlos Fernández uno de 44 kgs y Hugo Mabarak con un atún que registró en báscula 43.50 kgs. También se presentaron varios de más de 20 kgs. redondeando así la buena marea del segundo día de competencia.

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EL DIA DE LOS ATUNES

El segundo día amaneció contra todos los pronósticos con una lluvia torrencial que no paró hasta poco más de las 7 de la ma-ñana.

Esperando que pase un poco el mal tiempo aprovechamos para deleitarnos con unas “picadas”, un platillo tradicional que en muchos lugares se les conoce como “sopes”. En Veracruz se les llama picadas porque la tortilla se pica o pellizca en las orillas para levantarlas un poco, lo que evita que se derramen los in-gredientes que la cubren.

Algunos les agregan carne de res o de pollo, pero las originales son de buena masa y preparadas a mano, son cocidas al comal y en ese proceso se untan con manteca de cerdo, después se agre-ga una salsa roja que va mezclada con chiles serranos, cebolla picada y queso añejo, una verdadera delicia.

Después del desayuno abordamos la “Percales” aproximada-mente a las 8 de la mañana. El cielo continuaba encapotado pero ya no llovía. Nos dirigimos ahora directo a las “chichis” a baja velocidad esperando que calmara un poco la marejada. A las 10 de la mañana el viento cedió y en el cielo despuntaban algunas ventanas de luz. Hasta esa hora no había aviso alguno de acción en la radio oficial.

En el tangón lejano Javier probaba suerte con un lure negro y verde que Alberto armó ahí mismo sentado en la proa con todas la herramientas que llevaba a bordo.

El resultado fue casi inmediato, ahora sí un hermoso wahoo se enganchaba del afilado anzuelo para la primera captura del equipo, pretexto ideal para sacar las primeras “frías” de la ne-vera y celebrar.

Así mismo otros equipos reportaban varias capturas y bichos en línea, entre esos dos azules que peleaban los equipos “Jiribilla” de Gustavo Martín y “Allegra” de Luis Manuel Ortíz. Pero la nota del día la daban los atunes.

Un buen amigo, Ricardo Ruíz, con el que he tenido la oportu-nidad de pescar en Holbox y Cancún, su hermano Francisco y Pedro Paredes a bordo de la “Ship It” reportaban triplete de atunes en un formidable encuentro que se prolongó durante va-rios minutos.

Francisco Ruíz fue el hombre del día al librar dura batalla con un aleta amarilla que registró un peso de 75 kgs. y Pedro logró otro de 58 kgs. El secreto era la carnada: ballyhoo troleado a baja velocidad, irresistible para los atunes que se le “tiraron” sin miramientos.

Ese día por la noche supe que dos o tres embarcaciones “impor-taron” marineros de Isla Mujeres y Cancún, expertos en el arte del armado de carnadas de este tipo muy común en aguas cari-beñas. Y es que muchos de los pescadores de la zona trabajan solamente con señuelos de faldas o “plumas” en su patrón de troleo para recorrer largas distancias a buena velocidad (8-10 nudos), pero sin duda un ballyhoo bien tejido en todo el cuerpo para evitar que se desgarre con facilidad, es un bocado muy atrayente para cualquier depredador.

Otros pescadores reportaron atunes a bordo como Jesús Na-der con una pieza de 68 kgs., Ernesto Atiye con uno de 58.50 kgs. Carlos Fernández uno de 44 kgs y Hugo Mabarak con un atún que registró en báscula 43.50 kgs. También se presentaron varios de más de 20 kgs. redondeando así la buena marea del segundo día de competencia.

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LA CLAUSURA

Regresamos a la marina para la premiación ese mismo día pro-gramado para las 9 de la noche. El lleno era total bajo la gran carpa. La mayoría festejada y comentaba sus logros. Nueva-mente la presencia del secretario de turismo y los organizado-res en el estrado agradeciendo a los presentes y felicitando a los ganadores de las categorías que fueron pasando uno a uno a recoger sus medallas y sus premios y tomarse la foto del recuer-do. La mayoría se llevó alguna recompensa a casa ya que se rifaron motos, cañas, preciosos cuadros pintados por la artista plástica Geogina Malpica, sets de señuelos Pakula, etc..

Fue una velada muy agradable y lo mejor fueron los comenta-rios de varios participantes que elogiaron la buena organización del evento. Inclusive uno de ellos, Marcelino Fernández Rivero ( que por cierto es uno de los propietarios del Gran Café de la Parroquia, todo un distintivo del puerto), donó el premio en efectivo que ganó con la liberación del mako, para la labor de investigación que realiza la IGFA en aguas de Veracruz a través del marcaje de rastreadores satelitales (tags) de sábalos en la zona de La Antigua y el mes de agosto comenzará por primera vez la marcación de atunes para estudiar más a fondo esta espe-cie. Una labor encomiable y que todos debemos apoyar.

UNOS BONITOS PARA FINALIZAR

Al día siguiente antes de salir hacia el aeropuerto, regresamos a la marina El Dorado. Por ser domingo la actividad estaba a tope en los muelles y en la rampa donde un pequeño tractor trabaja-ba incansable subiendo y bajando botes y motos de agua.

Nosotros abordamos de nuevo la embarcación anfitriona y par-timos a tomar algunas fotos de las pequeñas islas que se encuen-tran frente a la costa, a unas 8 millas de distancia y que forman parte del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano y que es verdaderamente hermoso. Claro, esto fue después de castear un rato con cañitas ligeras en los alrededores del arrecife donde vimos aboyar no tengo idea de cuántos cardúmenes de bonitos o chulas como le dicen en el Pacífico, pero eran muchos.

Por todos lados se veía el “hervidero” y como pude observar esta actividad de los bonitos es a todas horas porque en los días de pesca cuando retornábamos a la marina al atardecer, igual se avistaban hordas de pájaros en diferentes puntos muy cerca de la costa. Llevábamos invitados a unos chicos que se pega-ron una buena divertida y terminaron con los brazos adoloridos porque aunque pequeños, estos atuncitos sí que pelean.

Ya con la cámara en mano enfilamos hacia las islas De En Medio y Salmedina, que ahora en verano abren al público tras concluir el periodo de anidación de tortugas marinas en el li-toral veracruzano que dura 6 meses. El escenario es en verdad muy dinámico y algo exclusivo donde llegan embarcaciones de recreo arrastrando motos de agua, dinguies, kayaks, etc. Un verdadero obsequio al cuerpo y al alma pasear y disfrutar un día completo con la familia o los amigos en esas aguas calmas donde lo obligatorio es el relax y la diversión.

Coronábamos con esta experiencia en las islas dos días de tor-neo. Rumbo al aeropuerto acordamos regresar pronto a Vera-cruz a “pescar” otro tipo de actividades que ofrece ese mágico estado con excelente pesca, paisajes envidiables y todos los ser-vicios para disfrutar de una estancia inolvidable. Como reza el eslogan: “Solo Veracruz es bello”...¡Y sí que lo es!

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LA CLAUSURA

Regresamos a la marina para la premiación ese mismo día pro-gramado para las 9 de la noche. El lleno era total bajo la gran carpa. La mayoría festejada y comentaba sus logros. Nueva-mente la presencia del secretario de turismo y los organizado-res en el estrado agradeciendo a los presentes y felicitando a los ganadores de las categorías que fueron pasando uno a uno a recoger sus medallas y sus premios y tomarse la foto del recuer-do. La mayoría se llevó alguna recompensa a casa ya que se rifaron motos, cañas, preciosos cuadros pintados por la artista plástica Geogina Malpica, sets de señuelos Pakula, etc..

Fue una velada muy agradable y lo mejor fueron los comenta-rios de varios participantes que elogiaron la buena organización del evento. Inclusive uno de ellos, Marcelino Fernández Rivero ( que por cierto es uno de los propietarios del Gran Café de la Parroquia, todo un distintivo del puerto), donó el premio en efectivo que ganó con la liberación del mako, para la labor de investigación que realiza la IGFA en aguas de Veracruz a través del marcaje de rastreadores satelitales (tags) de sábalos en la zona de La Antigua y el mes de agosto comenzará por primera vez la marcación de atunes para estudiar más a fondo esta espe-cie. Una labor encomiable y que todos debemos apoyar.

UNOS BONITOS PARA FINALIZAR

Al día siguiente antes de salir hacia el aeropuerto, regresamos a la marina El Dorado. Por ser domingo la actividad estaba a tope en los muelles y en la rampa donde un pequeño tractor trabaja-ba incansable subiendo y bajando botes y motos de agua.

Nosotros abordamos de nuevo la embarcación anfitriona y par-timos a tomar algunas fotos de las pequeñas islas que se encuen-tran frente a la costa, a unas 8 millas de distancia y que forman parte del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano y que es verdaderamente hermoso. Claro, esto fue después de castear un rato con cañitas ligeras en los alrededores del arrecife donde vimos aboyar no tengo idea de cuántos cardúmenes de bonitos o chulas como le dicen en el Pacífico, pero eran muchos.

Por todos lados se veía el “hervidero” y como pude observar esta actividad de los bonitos es a todas horas porque en los días de pesca cuando retornábamos a la marina al atardecer, igual se avistaban hordas de pájaros en diferentes puntos muy cerca de la costa. Llevábamos invitados a unos chicos que se pega-ron una buena divertida y terminaron con los brazos adoloridos porque aunque pequeños, estos atuncitos sí que pelean.

Ya con la cámara en mano enfilamos hacia las islas De En Medio y Salmedina, que ahora en verano abren al público tras concluir el periodo de anidación de tortugas marinas en el li-toral veracruzano que dura 6 meses. El escenario es en verdad muy dinámico y algo exclusivo donde llegan embarcaciones de recreo arrastrando motos de agua, dinguies, kayaks, etc. Un verdadero obsequio al cuerpo y al alma pasear y disfrutar un día completo con la familia o los amigos en esas aguas calmas donde lo obligatorio es el relax y la diversión.

Coronábamos con esta experiencia en las islas dos días de tor-neo. Rumbo al aeropuerto acordamos regresar pronto a Vera-cruz a “pescar” otro tipo de actividades que ofrece ese mágico estado con excelente pesca, paisajes envidiables y todos los ser-vicios para disfrutar de una estancia inolvidable. Como reza el eslogan: “Solo Veracruz es bello”...¡Y sí que lo es!

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Con los precios del combustible elevándose todo el tiempo, es cada vez más importante obtener el máximo de rendimiento de cada tanque de combustible. En los últimos dos años los precios de las gasolinas en México han aumentado de 8 a 12 pesos por litro - un aumento muy grande-. Así que deben de preguntarse ¿Cómo puedo mejorar el consumo de combustible sin tener que gastar mucho dinero?

Utiliza los siguientes consejos y obtendrás más rendimiento de cada tanque de combustible, que te permitirá ahorrar dinero y viajar más, antes de tener que recargar:

CASCO LIMPIO

Inicia por debajo de la línea de flotación. Mantener el casco y las propelas limpias es una garantía de rendimiento real. Si tu barco se mantiene en un muelle o amarre, deben recibir una limpieza cuidadosa de la parte inferior de la embarcación al menos una vez cada 3- 4 semanas para remover cualquier acumulación de perce-bes (escaramojo) o algas marinas, que fácilmente puede significar un ahorro de hasta un 25% en combustible y mejor velocidad.

EL TIPO CORRECTO DE COMBUSTIBLE

Asegúrate de usar gasolina fresca y el tipo correcto según lo acon-sejado en el manual del propietario o lo que indique tu técnico certificado. Si tu manual recomienda gasolina Premium, será muy beneficioso usarla. No sólo asegura el mejor funcionamiento y durabilidad de tu motor, sino que te dará el mejor rendimiento de combustible posible.

USO DE “TRIM-TAPS” O “FLAPS”

Ajustando correctamente los trim-taps de tu embarcación maxi-mizarás la eficiencia y reducirás el consumo de combustible. Aquí algunas pautas generales para “trimar” tu embarcación:

Cuando se acelera en baja velocidad la mayoría de los barcos res-ponden bien con los “flaps” ABAJO, o para motores fuera de bor-da, el motor hasta ABAJO completamente. El objeto es conseguir que la embarcación planee lo más rápido posible. Una vez que tu barco ha alcanza la velocidad de planeo y está navegando sobre la superficie del agua en la velocidad de crucero de tu preferen-cia, empieza a “trimar” tu motor con los “flaps” hacia arriba en pequeñas cantidades, sin tocar el acelerador. La velocidad de la embarcación y las revoluciones (RPM) del motor aumentarán y la punta de la proa subirá. Espera unos segundos hasta que la proa baje de nuevo. Repetir el mismo ejercicio hasta que veas que no hay aumento en la velocidad del barco a las mismas revoluciones del motor que se está ejecutando.

Por supuesto “trimar” demasiado alto durante este proceso resul-tará en que la propela(s) pierda (n) el impulso o agarre en el agua y los motores subirán a muy altas revoluciones causando que tu embarcación pierda velocidad. Si esto ocurre, necesitas “trimar” tu motor hacia abajo nuevamente. El objetivo principal del co-rrecto ajuste del trim-tap es lograr la menor resistencia posible del casco con el agua.

PONER ATENCIÓN EN TUS PROPELAS

Otro consejo muy importante para un mejor rendimiento es uti-lizar la propela correcta. Esto afecta la aceleración, velocidad máxima, revoluciones por minuto del motor, aumento del arco, despegue, propulsión, estabilidad, giros y rendimiento en aguas agitadas o con oleaje, los cuales, TODOS, tiene un efecto directo sobre el rendimiento de combustible.

PROPELAS BÁSICAS

Más hélices (aspas) = aceleración más rápida y más estabilidad al manejar. ¿Cuál es el número correcto de las aspas para tu embar-cación? La mayoría de las embarcaciones de recreo deben usar 3 aspas que le dan buena aceleración, paseo estable y buena econo-mía de combustible. Para los barcos más pesados, 4 aspas propor-cionarán la mejor aceleración posible, consumo de combustible y estabilidad a velocidades de crucero promedio, pero resultará en menos economía de combustible a velocidades altas.

MEJOR MOTOR...MEJOR ECONOMÍA DE COMBUSTIBLE.

Por supuesto, ahí está también mucho que ganar al tener moto-res de modelos actuales, que ofrecen muchas mejoras en el ren-dimiento de consumo a través de los avances tecnológicos. Por ejemplo, los últimos modelos de motores fuera de borda de la marca Suzuki de cuatro tiempos cuentan con el mejor sistema de combustión de gasolina y optimización de uso de combustible de-nominado LEAN BURN el cual está diseñado para operar en una relación aire-combustible baja, en otras palabras, una mezcla más fina del combustible.

El Lean Burn del sistema de Suzuki Marine, controla una mayor cantidad de aire en la mezcla de combustible de acuerdo a las necesidades de combustión según las condiciones de funciona-miento del motor provocando una más eficiente y completa com-bustión de toda la gasolina disponible. Usando este nuevo sistema el motor se hace más eficiente y produce mejor economía de com-bustible que puede ahorrar hasta un 30% en comparación con los sistemas anteriores.

Al hacer estas 5 estrategias parte de tu rutina diaria de navegación, podrás luchar contra los precios altos de la gasolina y tener más dinero para utilizar y disfrutar tu barco en el agua.

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Con los precios del combustible elevándose todo el tiempo, es cada vez más importante obtener el máximo de rendimiento de cada tanque de combustible. En los últimos dos años los precios de las gasolinas en México han aumentado de 8 a 12 pesos por litro - un aumento muy grande-. Así que deben de preguntarse ¿Cómo puedo mejorar el consumo de combustible sin tener que gastar mucho dinero?

Utiliza los siguientes consejos y obtendrás más rendimiento de cada tanque de combustible, que te permitirá ahorrar dinero y viajar más, antes de tener que recargar:

CASCO LIMPIO

Inicia por debajo de la línea de flotación. Mantener el casco y las propelas limpias es una garantía de rendimiento real. Si tu barco se mantiene en un muelle o amarre, deben recibir una limpieza cuidadosa de la parte inferior de la embarcación al menos una vez cada 3- 4 semanas para remover cualquier acumulación de perce-bes (escaramojo) o algas marinas, que fácilmente puede significar un ahorro de hasta un 25% en combustible y mejor velocidad.

EL TIPO CORRECTO DE COMBUSTIBLE

Asegúrate de usar gasolina fresca y el tipo correcto según lo acon-sejado en el manual del propietario o lo que indique tu técnico certificado. Si tu manual recomienda gasolina Premium, será muy beneficioso usarla. No sólo asegura el mejor funcionamiento y durabilidad de tu motor, sino que te dará el mejor rendimiento de combustible posible.

USO DE “TRIM-TAPS” O “FLAPS”

Ajustando correctamente los trim-taps de tu embarcación maxi-mizarás la eficiencia y reducirás el consumo de combustible. Aquí algunas pautas generales para “trimar” tu embarcación:

Cuando se acelera en baja velocidad la mayoría de los barcos res-ponden bien con los “flaps” ABAJO, o para motores fuera de bor-da, el motor hasta ABAJO completamente. El objeto es conseguir que la embarcación planee lo más rápido posible. Una vez que tu barco ha alcanza la velocidad de planeo y está navegando sobre la superficie del agua en la velocidad de crucero de tu preferen-cia, empieza a “trimar” tu motor con los “flaps” hacia arriba en pequeñas cantidades, sin tocar el acelerador. La velocidad de la embarcación y las revoluciones (RPM) del motor aumentarán y la punta de la proa subirá. Espera unos segundos hasta que la proa baje de nuevo. Repetir el mismo ejercicio hasta que veas que no hay aumento en la velocidad del barco a las mismas revoluciones del motor que se está ejecutando.

Por supuesto “trimar” demasiado alto durante este proceso resul-tará en que la propela(s) pierda (n) el impulso o agarre en el agua y los motores subirán a muy altas revoluciones causando que tu embarcación pierda velocidad. Si esto ocurre, necesitas “trimar” tu motor hacia abajo nuevamente. El objetivo principal del co-rrecto ajuste del trim-tap es lograr la menor resistencia posible del casco con el agua.

PONER ATENCIÓN EN TUS PROPELAS

Otro consejo muy importante para un mejor rendimiento es uti-lizar la propela correcta. Esto afecta la aceleración, velocidad máxima, revoluciones por minuto del motor, aumento del arco, despegue, propulsión, estabilidad, giros y rendimiento en aguas agitadas o con oleaje, los cuales, TODOS, tiene un efecto directo sobre el rendimiento de combustible.

PROPELAS BÁSICAS

Más hélices (aspas) = aceleración más rápida y más estabilidad al manejar. ¿Cuál es el número correcto de las aspas para tu embar-cación? La mayoría de las embarcaciones de recreo deben usar 3 aspas que le dan buena aceleración, paseo estable y buena econo-mía de combustible. Para los barcos más pesados, 4 aspas propor-cionarán la mejor aceleración posible, consumo de combustible y estabilidad a velocidades de crucero promedio, pero resultará en menos economía de combustible a velocidades altas.

MEJOR MOTOR...MEJOR ECONOMÍA DE COMBUSTIBLE.

Por supuesto, ahí está también mucho que ganar al tener moto-res de modelos actuales, que ofrecen muchas mejoras en el ren-dimiento de consumo a través de los avances tecnológicos. Por ejemplo, los últimos modelos de motores fuera de borda de la marca Suzuki de cuatro tiempos cuentan con el mejor sistema de combustión de gasolina y optimización de uso de combustible de-nominado LEAN BURN el cual está diseñado para operar en una relación aire-combustible baja, en otras palabras, una mezcla más fina del combustible.

El Lean Burn del sistema de Suzuki Marine, controla una mayor cantidad de aire en la mezcla de combustible de acuerdo a las necesidades de combustión según las condiciones de funciona-miento del motor provocando una más eficiente y completa com-bustión de toda la gasolina disponible. Usando este nuevo sistema el motor se hace más eficiente y produce mejor economía de com-bustible que puede ahorrar hasta un 30% en comparación con los sistemas anteriores.

Al hacer estas 5 estrategias parte de tu rutina diaria de navegación, podrás luchar contra los precios altos de la gasolina y tener más dinero para utilizar y disfrutar tu barco en el agua.

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Alan Cooper y Angel Requejo / Veracruz

César Grano Pérez I Pto. Vallarta, Jal.

Frank López / Cancún, Q. Roo.

Adrián Arreola / Costa Alegre, Jal.

Arq. José Luis de Regil / Sisal, Yuc.

Nassim Joaquín /Alacranes, Yuc.Juan Rico Jr. / Cancún, Q. Roo.

Cipriano Torres y equipo Más Zorro /Punta Allen, Q. Roo.

Mandanos tus fotos a:[email protected] sé un presumido irremediable

Laura Oropeza / Holbox, Quintana Roo.

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Francisco Jacinto Rodríguez / Salina Cruz, Oax.

Santiago Sosa /Progreso, Yuc.

Rodrigo Silveira / San Felipe, Yuc.

Rodrigo Díaz Sarmiento / Tecolutla, Ver.

Grady Codd /Holbox, Quintana Roo.

Jaime y Javier Zetina / Alacranes, Yuc.

Alfonso Castro López /Chuburná, Yuc.

Lorenzo Martín/Puerto Aventuras, Q. Roo.

Daniel Rodríguez /Coatzacoalcos, Ver.

Valdemar Rivera / Isla Mujeres, Q. Roo.

Manuel Aranda Vega / Sisal, Yuc.

Pablo Rodrigo Pérez / Holbox, Quintana Roo.

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Es capaz de nadar tan rápido que puede salir a flor de agua y “volar” por encima de la superficie, lo que ha llevado a que muchos lo confundan con el pez volador, pero el ballyhoo es único. Su cuerpo brillante alargado con su largo pico y la man-cha naranja en el extremo, lo hacen inconfundible dentro de las agujas o agujetas que se mueven en la superficie del agua.

A pesar de su tamaño su aleta caudal está bien desarrollada re-sultando muy eficiente, lo que unido al diseño aerodinámico del cuerpo le permite alcanzar grandes velocidades en corto tiempo y es precisamente esta velocidad lo que más alerta los sentidos de su depredador, siendo el ballyhoo, una de las presas más buscadas por cualquiera de los pelágicos que nadan en aguas abiertas y por lo mismo, de las carnadas más usadas por los pescadores que se adentran al mar tras estas especies, donde resultan tan efectivos, que en muchas tiendas se puede comprar empacado y congelado, listo para usarlo como complemento de arreglos con algún pulpo plástico o teaser en la modalidad de troleo, sobre todo, cuando se buscan especies como vela, marlin o el voraz atún, quien ha hecho de este pequeño pez su manjar preferido.

El ballyhoo pertenece a la familia Hemiramphidae. Se le iden-tifica por sus tonos plateados brillantes y ojos saltones y puede alcanzar un tamaño de hasta 50 cms. aunque por lo general, se mantiene en su etapa adulta entre los 25 y 30 cms. de lar-go. El pico tan característico lo forma su mandíbula inferior, presentando una fuerte coloración naranja rojiza en el extre-mo; su nombre común proviene de un vocablo compuesto del tupí-guaraní donde el término “b’ayi hyo”, oriundo del Brasil significa “pez pene”.

Su alimentación es mayormente herbívora, sobre todo de restos vegetales suspendidos por las corrientes donde también suele comer algunas especies de zooplancton y de vez en cuando ata-car pequeños organismos larvarios, lo que hace que el bally-

hoo, sea mucho menos depredador y agresivo que el resto de sus parientes. Su pesca, quizás resulte más fácil que su ubica-ción. Generalmente permanece nadando en grandes cardúme-nes lo que facilita su captura con redes o tarrayas, sobre todo al amanecer. Con caña y carrete, resulta muy divertido usando

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Una vez capturado hay quien los mantiene en viveros para usarlo tal cual, o los congelan para preparar con tiempo los arreglos que dejaran caer al mar, que en muchos casos incluye un proceso de inmersión en formulas “secretas” –como afirman algunos- que según reconocidos pescadores, buscan mantener su apariencia y brillo por más tiempo mientras son arrastrados por la embarcación.

Ver preparar o armar algún arreglo con el ballyhoo es como un ritual donde cada pescador asumirá sus mañas y mitos por lo que disfrutar de manos expertas mientras los preparan, es un privilegio que siempre vale la pena compartir y que nos ha to-cado muchas veces, cuando hemos asistido a torneos o salimos en busca de marlin, pez vela o los cardúmenes de atún.

Lo mejor de estas experiencias, es que existen tantas versiones de arreglos como iniciativas de cada pescador, y lo hacen de manera distinta según las especies que buscan o la profundidad de arrastre: cada quien con sus trucos y sus forma de hacer. Pero lo más importante y que está más que probado, es que el ballyhoo es sin lugar a duda, una de las carnadas más usadas por los pescadores de todas las aguas, lo mismo en trozos que armado completo, y que seguirá siendo el engaño preferido para buscar los grandes pelágicos y sumar los mejores récords, en las aguas más azules del mundo.

equipo light con pequeños anzuelos (12-16) adornados con al-gunos bucktails o cortos pelitos de colores, a modo de plumillas pequeñitas o en la modalidad de fly, donde los mosqueros coin-ciden que la pasan muy bien con esta especie, usando mosquitas muy pequeñas y de colores vivos en esa modalidad de pesca.

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