Troleo edicion 29

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REVISTA TROLEO EDICION 29

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La temporada de torneos nacionales e internacionales de pesca em-pieza a calentar las aguas en los litorales de todo México. Agradecemos muchas invitaciones que nos han hecho llegar a la redacción de Troleo de distintas ciudades del país como Campeche, Veracruz, Isla Mujeres, Cozumel, Puerto Aventuras, los Cabos, Buenavista, Acapulco, Huatulco y muchas más.

Es enorme la cantidad de eventos que se realizan y nos complace que cada vez se implementen reglamentos más estrictos y que se tome mucho más en cuenta la categoría de pesca y libera, donde en algunos torneos inclusive, la designan como categoría única.

DUO. Designed by Ultimate Organizer. Si nunca había oído hablar de estos señuelos japoneses, les recomendamos el artículo central de Troleo. Una marca tal vez nueva para el mundo occidental, sin em-bargo, le precede una serie de continuos logros y éxitos gracias a la tecnología de punta aplicada a cada parte y cada línea de diseño muy difícil de superar.

Compartimos igualmente en este número, la experiencia de dos días de jigging en las siempre productivas aguas de Isla Mujeres. Buenas capturas, maravillosa hospitalidad y grata compañía que compartimos con nuestros lectores.

Aprovecho este espacio para agradecer a nuestros clientes y amigos de Maspor Marine: Mauricio Solórzano, Juan Millet y Raúl Zapata, por la invitación a visitar las instalaciones de la fábrica de Pursuit Boats en Fort Pierce, Florida, de la cuál son distribuidores “master” para México y gran parte de Centroamérica. Ahí fuimos testigos del enorme avan-ce tecnológico y la primerísima calidad en la manufactura de cada embarcación -por no decir obra de arte- que surge de la empresa fundada por Leon Slicckers, mente brillante y fuera de serie, creador igualmente de las famosas embarcaciones Tiara Yachts.

Por último, recuerden que se avecinan los meses de calor donde apro-vechamos cada vez que podemos para visitar nuestras playas, lagunas y ríos. Si lo hacemos, tengamos siempre en cuenta aquella frase que dice: “No te pedimos que limpies la playa, solo te pedimos que no la ensucies”. Colaboremos cada uno de nosotros con un México más limpio y próspero.

Nos vemos en la próxima captura.

Manuel Solís Trejo / DIRECTOR [email protected]

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La cita estaba pactada a las 9 de la mañana en punto. Era un día algo complicado para la gente de administración porque unas ho-ras más tarde se inauguraba el Miami Boat Show y no queríamos que se nos hiciera tarde para nuestra entrevista en la fábrica de una las embarcaciones de pesca deportiva más bellamente dise-ñadas: Pursuit.

Partimos temprano de Miami en un recorrido por carretera de casi 3 horas hasta Fort Pierce también en el estado de Florida, donde yace la segunda fábrica de barcos de Leon Slickkers, el talentoso constructor y fundador de S2 Yacths Inc. creador de Pursuit y Tiara.

En este viaje me acompañaba el señor Raúl Zapata Castellanos representante de Maspor Marine Internacional, la empresa que distribuye en exclusiva a todo México y Centroamérica marcas líderes en el ramo de “Sport Fisihing Boats” como la misma Pur-suit, Tiara, Jupiter, Spencer y Rampage y que amablemente había dispuesto esta visita.

Una enorme bodega rodeada de amplios jardines bellamente dise-ñados, una gran fuente tipo aereador y el logotipo inscrito en una placa de granito nos indicaron el camino desde cuadras atrás.

Llegamos a la hora convenida y ya nos esperaba en la recep-ción el señor Pedro Aguilera, veterano representante de ventas de la empresa desde hace más de 26 años –prácticamente desde la apertura de la fábrica de Fort Pierce- que ahora, gozando de su jubilación bien ganada, actúa cuando lo requiere su empresa, como guía, consejero u orientador para todo lo que tenga que ver con Pursuit Boats: desde recorridos para conocer la fábrica a detalle hasta el apoyo incondicional en algún problema interno o negociación difícil con algún cliente ya que si alguien conoce perfectamente bien la empresa, ese es Pedro Aguilera.

Siempre sonriente y amable nos dio la bienvenida “a su casa”. Mientras comentaba sobre lo que nos esperaba durante el recorri-do por cada una de las áreas de producción su asistente nos entre-gaba unos lentes protectores y unos gafetes de identificación.

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Antes de comenzar el trayecto se unieron a nosotros dos clientes de Pursuit: Leonard, cuyo barco se encontraba en ese momento en proceso de construcción, una center console C-280 , y David un potencial cliente neoyorkino en busca de su primer barco tipo offshore.

Desde que accedimos al sector inicial de la fábrica me llamó la atención la pulcritud y el orden de trabajo del personal debidamen-te equipado con todas las protecciones necesarias y obligatorias según exhibía la señalización del lugar.

Nuestro primer trayecto fue a la sección de preparación y curación del molde para continuar al área de aplicación del bulk laminado donde se colocan múltiples capas especiales de fibra de vidrio has-ta que el espesor predeterminado del laminado que otorga máxima resistencia y durabilidad de proa a popa sea el correcto -Este es un proceso hecho completamente a mano-, para después pasar a la zona de montaje del esqueleto o refuerzo donde se usan largueros y mamparas para reforzar la quilla y proporcionar resistencia y rigidez extrema.

Cada proceso era explicado por nuestro guía experto, que no de-jaba de aclarar cada detalle que advertimos. Conocimos el área de pintura, secado, cableado interno, el área de pre montaje don-de se instalan los sistemas de combustible, eléctricos, luces y de plomería, incluyendo, bombas de achique, vivero, los tanques de gasolina, agua dulce etc.. por supuesto que para facilitar la insta-lación, estos elementos se colocan mientras que la cubierta y el casco están todavía separados.

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Una vez que las conexiones a través del casco, mangueras, bom-bas y cables estén listas, el nuevo barco está preparado para el montaje. Pero antes otra minuciosa inspección de control de ca-lidad se lleva a cabo para asegurar que cada componente se ha instalado correctamente.

Me gustaría comentar que mientras nos movíamos de un lugar a otro, noté que el piso en todo momento lucía con una pulcritud in-creíble a pesar de ser un sitio donde se mueve equipo muy pesado, de hecho bromeamos diciendo que fácilmente podríamos comer en el suelo sin temor a mancharnos o empolvarnos y Pedro señaló al respecto que la empresa tenía entre sus estatutos otorgar un 40% de las utilidades de la empresa y dividirlos en partes iguales entre cada trabajador si se cumplía con el reglamento interno de orden y limpieza que es vigilado día a día. Razón de sobra para que el lugar esté inmaculado.

Leon Slickkers se inició en 1946 tra-bajando en el departamento de carpintería de la empresa Chris Craft fabricando techos para las cabinas de mando. Esto continuó hasta 1950 donde comienza a construir sus pri-meros barcos compactos de carrera tipo runabouts de 14 pies en el gara-je de su casa en su tiempo libre.

Cuatro años más tarde Leon registra el nombre de Slickcraft. En 1955, en un movimiento muy atrevido, abandona su prometedora carrera con Chris Cra-ft, vende su casa y abre una peque-ña fábrica en Holland, Michigan para cumplir su sueño de constructor de barcos a la edad de 27 años.

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Cuando el bote está casi listo, una nueva inspección se realiza en la última etapa de producción: refuerzos de toldos, pintura, pulida, abrillantado, tapicería, cojines, ventanas, rieles…todo el equipamiento exterior de la cubierta y el interior de la más alta calidad, y como el objetivo principal de estas embarcaciones es la pesca, se instalan dispositivos múltiples y muy particulares para su mejor desempeño como bombas especiales para la recircula-ción de viveros de hasta 52 galones, superficies de corte, muchos compartimientos para aparejos, equipo electrónico Raymarine, portacañas, fish boxes y un enorme etc...

El producto terminado se vuelve a describir con detalle de proa a popa. El casco, la cubierta, techo, el área de cabina…a medida que el nuevo barco se encuentra al final de la línea de producción se coloca orgullosamente la marca bajo ambas bordas.

La compañía utiliza siempre materiales y tecnología marina de última generación para crear excelentes diseños espaciosos, ele-gantes, versátiles pero un comentario de Pedro durante el reco-rrido se quedó grabado en mi mente: “El corazón del proceso de construcción es el amor que imprimimos al fabricar cada componente de una Pursuit.

Cada especialista y cada técnico, desde los que elaboran los pla-nos de diseño hasta los que trabajan en la instalación de elec-

Un año más tarde, Slickkers comenzó a experimentar con fibra de vidrio y abandona por completo la construcción de botes de madera. En 1964 sale a la venta el modelo SS235, el barco de mayor éxito de Slickcraft que se convierte en el precursor de las embarcaciones con cabina tipo cuddy y los cascos con profundos fondos en V (deep v-bottom).

En una oportunidad de negocio Leon vende su marca Slickcraft a la empresa AMF, fabricante de las embarcaciones Robalo, y queda a la cabeza de la compañía AMF, pero después de cuatro años, notando que el negocio corporativo no era su camino, deja la empresa.

En 1974 León funda S2 Yachts Inc., y comienza un nuevo reto fabrican-do veleros en una nueva planta con 53 empleados convirtiéndose en menos de diez años, en uno de los cinco principales fabricantes en los EE.UU. Pocos años después de la fundación de S2 Yachts, Slikkers in-troduce una nueva marca de embarcaciones a su línea de producción, botes tipo “Power Boats” que en poco tiempo ganaron gran fama y prestigio, la llamó: Tiara.

En 1977 otra marca es incorporada a la base de producción de S2 Ya-chts lo que obligó a la empresa a inaugurar su segunda planta en la ciudad de Fort Pierce, Florida. Su nuevo producto eran embarcaciones fabricadas especialmente para cubrir las necesidades de los pescado-

res deportivos más exigentes: Pursuit Fishing Boats.

Hoy, 36 años después, Leon Slikkers se ha ganado merecidamente un lugar entre lo más destacado de la construcción naval a lo largo de siete décadas de trabajo continuo. En el camino, ha recibido el recono-cimiento frecuente por sus contribuciones al mundo de la náutica, ha sumado numerosos premios a la excelencia a lo largo de su carrera como constructor y lo más destacado: tiene la lealtad incuestionable de los propietarios de cada uno de los barcos que vio nacer.

Hoy la marca Tiara Yachts es sinónimo de lujo, evolución y clase in-comparable, con varios récords de venta a nivel mundial y una oferta que consta de trece embarcaciones que van de los 31 a los 58 pies divididos en una serie de cuatro modelos: Coronet, Convertible, Open, y Sovran.

Thomas B. Slikkers, hijo de León dirige la fábrica de Fort Pierce, donde se construye cada Pursuit que sale al mercado entre las que destacan 19 modelos distribuidos en las series: Offshore, Center Console, Dual Console, Sport, Inshore y la nueva Sport Coupe SC 365 i con motores integrados fuera de borda, una verdadera obra de arte que resume y comparte la visión del fundador sobre valores como la calidad, inge-niería e innovación.

trónicos lo hacen garantizando al cien por ciento cada pieza que coloca, porque somos muchos- 250 empleados laboran actual-mente en la planta de Fort Pierce- y como te puedes dar cuenta, todos trabajan como relojito”.

Y continúa: “Desde hace más de 26 años mucho ha cambiado desde mis primeros días en esta empresa, pero las cualidades que contribuyen al valor perdurable de una Pursuit siguen siendo las mismas: honestidad, eficiencia, calidad y como dicen los mexica-nos: mucho amor a la camiseta”.

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ICOM es un marca mundialmente reconocida en el área de radiocomunicación marina, donde se encuentra constantemente innovando para ofrecer a los amantes de la pesca las mejores herramientas de comunicación en el mar.

ICOM fabrica equipos portátiles, móviles y HF marinos, los cuales ofrecen las siguientes características:

Si desea mayor información sobre este artículo, dirija su petición a: [email protected] Tel. 01 800 711 6270 www.syscom.mx

Radios portátiles marinos. Banda de comunicación marina, acceso directo al canal 16 de emergencia por medio de un botón, cumplen con el estándar IP67 lo que los hace 100% sumergibles. Cuentan con una función de drenaje de agua de la bocina (Aqua Quake) y la iluminación automática por medio de un LED en caso de caída al agua. Tienen la capacidad de flotar en casi todos los modelos portátiles, además de estar aprobados por la FCC (Federal Communications Commission Approved) de los Estados Unidos de América.

Radios móviles marinos. Ofrecen al igual que los modelos portátiles, el rango de la banda marina y una potencia de transmisión de 25W; cuentan además, desde el equi-po más básico, con la opción de GPS para enviar su posición en caso de emergencia. Cumplen con el estándar IPX7 (SUMERGIBLES) y tienen la opción de llamada selecti-va DSC la cual permite una comunicación privada. Cuenta con diferentes salidas de audio de hasta 30W para conexión de altavoz dependiendo del modelo del equipo, además de sirena de niebla, monitoreo de canales meteorológicos, botón Distress para llamadas de emergencia y están aprobados por la FCC .

Radios HF marinos: Ofrecen comunicación en diferentes bandas como son SSB (Banda lateral), AM (Amplitud modulada), CW (Onda continua) y más, las cuales se propagan a grandes distancias a través de rebote de la señal con la ionósfera, lo cual proporciona una cobertura a grandes distancias. Cuenta con una potencia de trans-misión de 150W, conexión de micrófonos controladores remotos, llamadas DSC en caso de emergencias, además de opción de conexión de antenas de GPS. Otras de las mejores herramientas para los amantes de la pesca, son los localizadores de bancos de peces (FISH FINDER). La marca EAGLE ofrece el modelo FISH FINDER CUDA 300 el cual tiene un alto desempeño ya que puede trabajar a velocidades de 112 km/h. Cuenta con una pantalla de 4” resistente al agua y con alarma audible en caso de detección de peces.

Otro modelo de localizadores de la marca LOWRANCE es el X4 PRO, el cual ofrece dentro de sus características, un sonar con potencia de salida de 1500W, múltiples idiomas para mejor operación, iluminación en pantalla, transductor Dual-Search Ski-mmer, memoria de respaldo y pantalla de temperatura. Si se desea un equipo supe-rior, LOWRANCE ofrece el modelo Elite 4, el cual cuenta con una pantalla a color de 256 colores, un sonar con una potencia de salida de 2100W, transductor Skimmer, pantalla de temperatura, iluminación en pantalla y teclado, memoria interna y una característica especial, ya que cuenta con GPS integrado y almacena hasta 300 pun-tos de interés y 100 rutas.

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Durante la última década poco a poco ha ido cambiando la men-talidad de la mayoría de los pescadores deportivos, lo que antes considerábamos como una excelente pesca o marea (donde siem-pre terminábamos regalando el pescado a familiares y vecinos), ahora se está llegando a considerar como un insulto al medio am-biente y a nuestro deporte favorito: la pesca deportiva.

La pesca de captura y libera o el “Catch & Release” (C&R), es una práctica que sin lugar a duda es el camino a seguir. Para que la pesca deportiva se considere sustentable es indispensable man-tener y restablecer a niveles óptimos las comunidades de las es-pecies a ser capturadas. Esto significa, mantener la integridad del ecosistema considerando todos los aspectos biológicos, tecnoló-gicos, socioeconómicos, ambientales y comerciales. Esto se logra cumpliendo todas las leyes y normas nacionales e incluso algunas internacionales en caso de especies migratorias. Pero la triste verdad es que poco a poco se han ido acabando estos invaluables recursos.

El problema es muy complicado pero por algún lugar tenemos

que empezar, y qué mejor que liberando especies que no se consi-deran buenas para comer o especímenes muy chicos que todavía no alcanzan la madurez sexual, por ende, todavía no han tenido oportunidad de reproducirse.

La pregunta que la mayoría de los pescadores se hace cuando liberan un pez es: ¿vivirá?... la finalidad de este artículo es el ilus-trar al lector de una manera rápida y práctica, sin entrar en deta-lles científicos, sobre las formas correctas de la manipulación de los peces para disminuir la mortalidad de los mismos una vez que han sido liberados.

Para fines prácticos he resumido este proceso en tres pasos:

1 Pegando el pez a la embarcación

Una vez que el pez toma el cebo o señuelo, es muy importante que el pescador decida si lo va a liberar o no (esto aplica sobre todo en especies como el sábalo, el gallo o el pez vela, cuya car-ne no es considerada de buena calidad), para tratar de estresar al pez lo menos posible durante la pelea y cuando sea arrimado a la lancha, esté completamente exhausto disminuyendo las probabi-lidades de que viva después de liberado. Esto se puede lograr no utilizando equipos ligeros y hacer la pelea lo más corta posible para evitar el desgaste innecesario del pez.

Los signos de estrés en los peces son muy evidentes, en la mayo-ría de las especies se ve una alteración de colores e incremento de mucosa en la piel. La manera más efectiva de tranquilizarlos es cubrirles los ojos con un trapo húmedo. La acidosis (el pH de la sangre baja drásticamente durante períodos de hiperactividad), es la consecuencia más importante producida por el estrés. Al ba-jar el pH la sangre se vuelve más ácida, proceso que sucede en cuestión de minutos y es muy importante regresarlo al agua lo antes posible.

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Una vez que logramos dominar nuestra captura lo más reco-mendable SIEMPRE SERÁ quitarle el anzuelo EN EL AGUA y él mismo se irá nadando, minimizando lesiones al ejemplar y también evitando accidentes potenciales al pescador y/o tri-pulación. Ese es un excelente momento para una foto como la ilustrada.

En caso de ser necesario embarcar al pez, lo mejor es una red o salabardo para no utilizar ganchos que desgarren la piel y órga-nos del ejemplar al ser liberado. Otra opción para subirlo a la lancha es tomarlo firmemente del pedúnculo caudal o la cola.

No es recomendable subir las capturas con unas pinzas espe-ciales por la boca ya que podríamos romper o desencajar la mandíbula y aunque veamos que el pez se va nadando segura-mente no se podrá alimentar, sin mencionar que sostener el pez en vertical puede causar graves lesiones a órganos internos.

En especímenes de mayor tamaño la mejor opción es deslizar una gasa por el pedúnculo caudal, de esta forma se neutraliza el sistema locomotor más importante del pez, subiéndolo a bordo sin dañarlo y con menos esfuerzo. Estas gasas se pueden hacer con una simple cuerda o comprarlas ya hechas se llaman “tai-ler” fabricado por AFTCO y cuesta alrededor de 100 USD.

2 Quitando el anzueloPara quitar el anzuelo a nuestra captura es muy conveniente contar con el equipo adecuado para evitar accidentes. Por des-gracia he visto cómo un amigo quedó anzuelado cuando un dorado sacudió la cabeza fuertemente y el anzuelo voló hasta su pierna.

Hay una gran variedad de pinzas, alicates y herramientas dis-ponibles para “desanzuelar” en diversas tiendas de pesca y/o ferreterías. Estos pueden ser de aluminio, acero inoxidable y

un sinfín de aleaciones. De preferencia deben de ser delgadas y de punta alargada para poder introducirlas en la boca del pescado cuando sea necesario sin causar más daño de lo que el anzuelo ya ha hecho.

Las agarraderas deben de estar forradas de algún material que sea antiderrapante para poderlas sujetar firmemente y no se resbalen.

“Por experiencia recomiendo dar un jalón firme y seco para quitar el anzuelo ya que esto provoca menos desgarres a los tejidos de la boca que si lo hicieran lentamente”.

Lo más conveniente de acuerdo a la IGFA es usar anzuelos “japoneses” o “garra de águila” biodegradables como se ha escrito en muchas publicaciones, para evitar daños a órganos internos.

En caso que quisiéramos sacarnos una foto con nuestra captura es muy importante saber sostener o sujetar al ejemplar para evitar dañar los órganos vitales, sobre todo con peces de buen tamaño ya que están acostumbrados a un medio ingrávido. Al sacarlos del agua de repente, todos los órganos les pesan y esto puede causar hemorragias internas.

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Lo correcto es sujetarlo con firmeza usando guantes de goma o en su defecto un trapo húmedo, teniendo cuidado en no me-ter los dedos en la apertura branquial. Con una mano sujetarlo firmemente del pedúnculo caudal o la base de la cola y con la otra sostenerlo por debajo de la mandíbula o debajo del área de la aleta pélvica, teniendo especial cuidado con depredadores dentados como las barracudas, petos y wahoos entre otros.

Es muy importante tener mucho cuidado al manipular al pez y no introducir los dedos por ningún motivo en la apertura bran-quial como ya comentamos. Es por esto que quiero dejar muy claro la función de las branquias ya que la mayoría de los pes-cadores no tiene idea de lo delicadas que son.

Las branquias son el órgano respiratorio de los peces, a tra-vés de ellas realizan el intercambio de oxígeno (O2) y dióxido de carbono (CO2) entre el medio interno y el ambiente. Si las branquias son dañadas esto limita exponencialmente la capaci-dad de recuperación, igualmente aumenta el tiempo en que el ejemplar se pudiese recuperar haciéndolo presa fácil de cual-quier depredador.

Si la captura no la podemos sostener con las manos la mejor opción es abrazarlos y evitar tallar o sobar al pez. La mayoría de los peces están cubiertos por una capa mucosa que los prote-ge contra la penetración de hongos, agentes patógenos, bacte-rias y parásitos. Esta capa protectora es sumamente importante porque también protege a la piel de la abrasión producida por condiciones inadecuadas del agua, tales como salinidad, pH, temperatura y materiales disueltos en ella.

Como dato curioso, mucha gente pregunta cuánto tiempo aguanta un pez fuera del agua sin tener algún daño y muchos expertos opinan medio en broma y medio en serio, que al mo-mento de sacar un pez fuera del agua, el pescador aguante la respiración al mismo tiempo, cuando ya no pueda más, ése será el momento de regresar el pez al agua sin daño alguno.

3 A la hora de soltarlo

Después de haber embarcado, quitar el anzuelo y sacar las fo-tografías pertinentes de nuestra captura, que lo ideal sería solo una o dos fotos para no perder tiempo vital, estamos listos para liberarla. No debemos dejar ir al pez inmediatamente, hay que oxigenar y estimular al ejemplar para que se pueda recuperar y alejarse nadando por sí mismo.

Esto se realiza sujetándolo una vez más por el pedúnculo cau-dal y dándole movimiento hacia adelante y hacia atrás en for-ma tranquila y pausada.

Muchas veces a la hora de estimular al pez es normal que le den espasmos, parecería que ya se recuperó, pero no debemos soltarlo hasta que empiece a recuperar el ritmo con la cola, poco a poco va a ir aumentando el ritmo hasta que se vaya solo nadando.

La liberación de especies más grandes, como sábalos, túnidos y picudos es el mismo concepto pero de diferente forma. Por su mayor tamaño para poderlos oxigenar y estimular es nece-sario utilizar nuestra embarcación, agarrándolos de la mandí-bula superior, en el caso de sábalos, o del pico en el caso de los picudos, poniendo el motor de la embarcación en avante (sin acelerar) permitiendo que el agua entre lentamente por la boca y pase a través de las agallas, simulando la forma natural de nadar del pez.

Mientras más grande sea el pez mayor tiempo se deberá de invertir en revivir al animal (oxigenándolo para aumentar sus posibilidades de supervivencia) o igual se puede cortar el lea-der lo más corto posible de la boca del animal dejando que el anzuelo se degrade y desintegre. Es una sensación muy singular la que siente el pescador al li-berar un ejemplar que dió una gran pelea, mucho mayor que la sensación que se tiene después de haberlo subido a bordo y sacarnos una foto con él colgado en el muelle.

Más allá de todo reglamento, de toda ley y de toda ética, sa-bemos que liberar un pez es una decisión personal que mucha gente no comparte, yo lo veo como un concepto filosófico, que dignifica, porque no hay nada más noble que respetar la vida y más si se trata de la vida de un buen adversario.

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Lo correcto es sujetarlo con firmeza usando guantes de goma o en su defecto un trapo húmedo, teniendo cuidado en no me-ter los dedos en la apertura branquial. Con una mano sujetarlo firmemente del pedúnculo caudal o la base de la cola y con la otra sostenerlo por debajo de la mandíbula o debajo del área de la aleta pélvica, teniendo especial cuidado con depredadores dentados como las barracudas, petos y wahoos entre otros.

Es muy importante tener mucho cuidado al manipular al pez y no introducir los dedos por ningún motivo en la apertura bran-quial como ya comentamos. Es por esto que quiero dejar muy claro la función de las branquias ya que la mayoría de los pes-cadores no tiene idea de lo delicadas que son.

Las branquias son el órgano respiratorio de los peces, a tra-vés de ellas realizan el intercambio de oxígeno (O2) y dióxido de carbono (CO2) entre el medio interno y el ambiente. Si las branquias son dañadas esto limita exponencialmente la capaci-dad de recuperación, igualmente aumenta el tiempo en que el ejemplar se pudiese recuperar haciéndolo presa fácil de cual-quier depredador.

Si la captura no la podemos sostener con las manos la mejor opción es abrazarlos y evitar tallar o sobar al pez. La mayoría de los peces están cubiertos por una capa mucosa que los prote-ge contra la penetración de hongos, agentes patógenos, bacte-rias y parásitos. Esta capa protectora es sumamente importante porque también protege a la piel de la abrasión producida por condiciones inadecuadas del agua, tales como salinidad, pH, temperatura y materiales disueltos en ella.

Como dato curioso, mucha gente pregunta cuánto tiempo aguanta un pez fuera del agua sin tener algún daño y muchos expertos opinan medio en broma y medio en serio, que al mo-mento de sacar un pez fuera del agua, el pescador aguante la respiración al mismo tiempo, cuando ya no pueda más, ése será el momento de regresar el pez al agua sin daño alguno.

3 A la hora de soltarlo

Después de haber embarcado, quitar el anzuelo y sacar las fo-tografías pertinentes de nuestra captura, que lo ideal sería solo una o dos fotos para no perder tiempo vital, estamos listos para liberarla. No debemos dejar ir al pez inmediatamente, hay que oxigenar y estimular al ejemplar para que se pueda recuperar y alejarse nadando por sí mismo.

Esto se realiza sujetándolo una vez más por el pedúnculo cau-dal y dándole movimiento hacia adelante y hacia atrás en for-ma tranquila y pausada.

Muchas veces a la hora de estimular al pez es normal que le den espasmos, parecería que ya se recuperó, pero no debemos soltarlo hasta que empiece a recuperar el ritmo con la cola, poco a poco va a ir aumentando el ritmo hasta que se vaya solo nadando.

La liberación de especies más grandes, como sábalos, túnidos y picudos es el mismo concepto pero de diferente forma. Por su mayor tamaño para poderlos oxigenar y estimular es nece-sario utilizar nuestra embarcación, agarrándolos de la mandí-bula superior, en el caso de sábalos, o del pico en el caso de los picudos, poniendo el motor de la embarcación en avante (sin acelerar) permitiendo que el agua entre lentamente por la boca y pase a través de las agallas, simulando la forma natural de nadar del pez.

Mientras más grande sea el pez mayor tiempo se deberá de invertir en revivir al animal (oxigenándolo para aumentar sus posibilidades de supervivencia) o igual se puede cortar el lea-der lo más corto posible de la boca del animal dejando que el anzuelo se degrade y desintegre. Es una sensación muy singular la que siente el pescador al li-berar un ejemplar que dió una gran pelea, mucho mayor que la sensación que se tiene después de haberlo subido a bordo y sacarnos una foto con él colgado en el muelle.

Más allá de todo reglamento, de toda ley y de toda ética, sa-bemos que liberar un pez es una decisión personal que mucha gente no comparte, yo lo veo como un concepto filosófico, que dignifica, porque no hay nada más noble que respetar la vida y más si se trata de la vida de un buen adversario.

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Si algo disfruto plenamente es el cruce de Cancún a Isla Mujeres sentado en el segundo piso del ferry que trans-borda turistas cada hora de ida y vuelta. Ese corto trayecto sobre el agua cristalina con intensas gamas de azul que se dispersan debido a los frecuentes cambios de profundidad, es como un pequeño resumen de todo lo que el inmenso Caribe Mexicano puede ofrecer a sus visitantes… eso y los 2 días de pesca que nos esperaban en las cercanías de Isla Mujeres que sin duda, superarían mis expectativas.

Hacía más de un mes que programamos un viaje de pes-ca en conjunto con Jaime Lobato, el reconocido fabricante de los “Jimy Jigs”, y que por motivos de agenda y de mal tiempo no pudimos concretar sino hasta finales de marzo.

La intención de Jaime desde que hablamos la primera vez era probar algunos modelos y colores que había llevado para promocionar, la mayoría jigs de entre 80 y 200 gra-mos y decidimos que Playa de Carmen, para muchos la cuna del jigging en Quintana Roo, tal vez no sería la me-jor opción debido a su gran profundidad y corrientes que predominan estos meses donde lo ideal es bajar pesos de 300 hasta 400 gramos además de la buena condición física que exige la modalidad en esa zona, así que nos decidimos por Isla Mujeres, un lugar ideal para jiggear a profundidades que pueden oscilar entre los 80 y 200 pies, en arrecifes y puntos interesantes que guardan con gran celo algunos marineros de la isla, tanto hacia el sur como hacia el norte, a 10 ó 12 millas de la isla.

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Como siempre cada vez que viajamos hasta ahí nos hospedamos en el hotel Posada del Mar, que además de ofrecer 88 habitacio-nes muy bien equipadas y todos los servicios de restaurante, piscina, bar, internet etc., se encuentra perfectamente ubicado: lo mismo para quienes desean salir a la aventura por mar –cru-zando se encuentra el pintoresco muelle principal ubicado en pleno corazón del poblado-, como para los que desean pasar el día relajándose sobre algún camastro y bañándose en las tran-quilas aguas que dominan la franja norte de la isla a escasos metros del hotel. Uno de los nuevos aciertos que advertimos fue la nueva tienda de pesca que los dueños del Posada del Mar es-tablecieron para satisfacción de los pescadores que se agradece en verdad.

Después de bajar del ferry y pasear algunas de las calles prin-cipales del poblado donde ningún color está ausente entre la mercancía que desborda cada rincón de esta colorida isla, nos dirigimos al hotel para instalarnos y conocer a la persona en-cargada de los destinos de nuestra aventura: el capitán Jorge Mostalac.

Ya acomodados nos citamos con Jorge en el bar del hotel bajo una hermosa palapa. Jorge Mostalac es quien dirige atinada-mente los rumbos de Sport Fishing Center Isla Mujeres, empre-sa dedicada a la pesca de altura, la pesca inshore o costera, el spearfishing o caza submarina y muy especialmente los solici-tados tours de avistamiento y nado con el tiburón ballena –nos comentaba que es guía desde hace más de 11 años y ha nadado con los gigantes en más de 8,000 ocasiones- que entre mayo y septiembre atracan en grandes grupos para alimentarse en las cercanías de Isla Contoy. Aunque no es un experto en el tema del jiggeo, es perfecto conocedor de buenas pozas cercanas de no mucha profundidad, y eso era exactamente lo que buscába-mos para probar los Jimy Jigs. Tres embarcaciones Imemsa de 33, 29 y 26 pies todas con 2 motores Yamaha 4 tiempos, avíos para satisfacer cualquier servicio de pesca y con todos los per-misos y requisitos de seguridad al día, forman la flota principal de su empresa.

Después de un ameno rato de conversación y explicaciones so-bre el plan de pesca que Jorge nos tenía reservado, nos despe-dimos esperando la llegada de Jaime Lobato, que voló desde Tampico hasta Cancún con escala en la ciudad de México. El encuentro con Jaime fue hasta pasadas las 12 de la noche pero a pesar del cansancio de un largo trayecto, el motivo de nuestro encuentro era suficiente para permanecer despiertos unas horas más. Jaime a quién no conocía personalmente, Santiago Sosa, buen amigo y amante de la pesca como pocos y un servidor nos seguimos de largo en una amena plática tipo buffet: charlamos de política, de la inseguridad que se vive en Tampico, de Isla Mujeres, de carretes, de cañas, de nudos, de líneas y claro de jigging y de jigs mientras preparábamos nuestros equipos es-perando con ansias despertar de un sueño de pesca programado con mucha antelación.

Jiggeando en la parte sur de Isla Mujeres.

Por fin llegó la mañana y después del desayuno en la terraza del hotel a escasos metros del mar, cruzamos cargando cañas, cá-maras, jigs y box lunch que nos preparó el restaurante del hotel, hasta el muelle de Don Enrique Lima donde nos esperaba nues-tro barco limpio y bien acojinado con bancas en los costados y una nevera repleta de aguas y refrescos para calmar la sed de un día que apenas comenzaba.

Bordeamos las aguas calmadas en el litoral hacia el sur de la isla hasta un pequeño canal que comunica parte de una laguna interior hacia mar abierto. Una casa construida en un risco al final del camino llamó nuestra atención, era la fantasía de todos nosotros y estaba en venta según nos comentó Jorge, el único detalle era el elevado precio que seguro lo vale, así como una bocanada de aire limpio y puro antes de salir de esa isla de en-sueño y colores vivos.

Ese primer día probamos varias pozas ubicadas al sureste de Isla Mujeres. No eran puntos muy hondos, el más profundo tal vez unos 160 pies que permitían bajar jigs de 60 a 100 gramos sin mayor problema con excelentes resultados.

Entre las primeras capturas estuvieron algunas cojinudas y bo-nitos que enloquecieron literalmente con el baile del modelo Calamaro de Jimy Jigs, que en lo personal me gustó muchísimo y que también resultaron muy efectivas al troleo lento con esas faldas que le agregan un factor de atracción muy provocador.

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Al igual probamos varias combinaciones de colores en jigs de más peso y nos funcionaron mucho: los pink glow que son mor-tales con los coronados, el tipo “Tiger” en azul con verde y rosa, el verde con blanco y el rosa con franjas blancas y azules tipo “Nemo”. Pegamos varios buenos abadejos, jureles, pargos y ba-rracudas. Fue una mañana productiva con algunos atorones en piedras altas que nos hicieron perder algunos metros de línea pero nada de qué preocuparse y menos teniendo a la mano la tienda de pesca a unos pasos de nuestro cuarto.

Regresamos empapados, la marejada se había violentado después del medio día pero satisfechos por los resultados. Esa noche cena-mos en el restaurante del muelle de Don Enrique el “Ballyhoo”. Nos prepararon los pargos que pescamos fritos con arroz, ensala-da para acompañar, tortillas a mano y por supuesto: su golpe de chile habanero.

Resultó una velada llena de historias de pesca que compartimos con Jorge y sus aventuras con el tiburón ballena, que migra gran-des distancias en determinadas temporadas, –en las cercanías en-tre isla Holbox e Isla Mujeres se les encuentra de mayo a septiem-bre- para aparearse y alimentarse principalmente de fitoplancton, larvas, peces pequeños y krill y genera una derrama económica realmente importante para esas dos ínsulas. Como a las 10 de la noche nos despedimos y nos retiramos caminando por las peque-ñas calles alegres entre música y aromas de esa Isla Mujeres que tiene una vocación turística mayor que su tamaño.

Segundo día rumbo al norte.

El segundo día pintaba el clima igual de soleado pero menos ven-toso. Tomamos rumbo hacia el norte esta vez a probar suerte en puntos más profundos para el jigging, esperanzados igualmente en toparnos con algún bait ball o bolas de carnada que suelen “co-rretear” y cazar los peces velas en grupos de 20 o más ejemplares en esta época del año, otra atractivo más que ofrece el lugar a bu-zos y pescadores de todo el mundo. Mientras avanzábamos a las coordenadas indicadas, aprovechamos para trolear por una hora y media más o menos. En ese lapso tuvimos dos strikes de velas que no lograron el enganche correcto a pesar de las maniobras de Jorge y Humberto, este último instruido marinero y mano derecha de Jorge en las tácticas de pesca de altura con el que comparti-mos experiencias y amenas platicas durante la jornada.

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Pero eso sí, nos divertimos con unos bonitos bastante “sobrados” que dieron buena batalla, incluso pensamos que eran atunes por la fuerza que imprimían en sus primeras corridas hacia el fondo.

Se recogieron llamadores y cañas de troleo mientras Jorge dismi-nuía la velocidad sin despegar la vista de ecosonda. Nosotros ya estábamos más que listos cada quién en su lugar con las rodillas pegadas en la borda del barco y los pies firmes en el piso, listos para dejar caer los jigs apenas el capitán nos indicará. La poza no era muy grande, era un lecho de piedras no mayor a los 20 metros de longitud, así que teníamos una oportunidad solamente para llegar al fondo, cobrar línea y nada más. Un tiro por pasada.

El equipo que usé ese día fue una caña Jigstar 250 de 5 pies que la estaba probando por primera vez y la verdad, no la cambiaría por nada. Tiene una acción formidable y combinarla con un ca-rrete Shimano Sustain 10000 FG con sobrada capacidad de línea trenzada en bobina de 410 yardas y un peso de sólo 19 oz. resultó todo un deleite.

Apenas se oyó la voz de Jorge: “tiren ahora”, dejamos caer los jigs de 200- 250 gramos hasta el fondo… uno, dos, tres vueltas cuando de pronto las 3 cañas se doblaron de manera brusca al mismo tiempo. Los jalones eran fuertes y seguidos, eran bichos de tamaño respetable.

Jorge maniobraba la lancha y daba indicaciones a Humberto para despejar la zona de combate, nosotros ajustando un poco los fre-nos…cada quién en lo suyo disfrutando el momento. El resulta-do: 2 abadejos y 1 negrillo con sendos Jimy Jigs modelando en poco tiempo para la fotografía.

La segunda vuelta sobre el punto fue una copia de la anterior, al grito de “tiren ahora”, bajamos y nuevamente 3 cañas curveadas hasta decir basta. A medio camino la línea de Santiago se liberó del ataque y aproveché para cederle mi caña para poder alistar mi cámara. No puedo negar que disfruté el spool del Sustain dejando salir línea y el trabajo de la Jigstar que se crecía al castigo. Jaime batallaba con al parecer otro abadejo que hacía las delicias de su Stella que alardeaba sus 50 libras de drag. Al final otros 2 her-mosos abadejos de mucho mayor peso salían del agua vencidos a pesar de su resistente empeño por no dejar su guarida.

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La felicidad era más que evidente, fue un gran trabajo en equipo que desató adrenalina pura con esa fiesta de capturas. No volvi-mos a pasar más sobre el punto, no era necesario, el desenlace de pescar con los Jimy Jigs era felizmente recompensado y decidi-mos retornar.

Estábamos a 20 millas de la isla y el regreso no pudo ser mejor disfrutando unas cervezas bien “muertas” como dicen por ahí, con el tiempo justo para la cena que habían dispuesto para noso-tros los propietarios del hotel Posada del Mar.

Esa noche tuvimos una velada que disfrutamos de principio a fin y a la que asistimos: nuestro capi Jorge, Jaime, Santiago, la licen-ciada Diana Martínez Márquez, directora y propietaria del Posa-da del Mar, la lic. Guadalupe Martínez hermana de Diana, quien la asiste en la dirección del hotel -y que por cierto maneja ofertas constantes para los lectores de Troleo,- y un servidor.

Así entre platos de arrachera, colitas de langosta y por supuesto mucho filete de abadejo recién capturado nos dimos a la tarea de compartir vivencias en compañía de buenos amigos cuan larga fue la noche.

Santiago y yo salimos temprano al día siguiente rumbo a Mérida. Jaime que viajó por más días para aprovechar su estancia en la isla salió nuevamente, esta vez con el equipo de Kianahs Sport fishing Cancún, con el capitán Héctor Ojeda, Eduardo Ojeda “Pa-cho” y Enrique Ojeda “Bigotes”, expertos jigeros de Cancún y muy amigos de Jaime.

Me comentaba Jaime por teléfono esa misma noche cuando le preguntaba cómo le había ido, que aprendió mucho de los her-manos Ojeda. Le llamó la atención la destreza del capitán a la hora de acomodar una embarcación de 35 pies sobre la posición, -“como si manejara un carrito”- me decía, al igual que el manejo de caña y la acción que imprimen Eduardo y Enrique que hace que se vea muy fácil el jigging.

Cuando le pregunté casi al finalizar la llamada qué equipo ma-nejaban los Ojeda para jiggear, me contestó: “en carretes usan marca Van Staal, Stellas y Avet; en cañas OTI, Jigging Master y Trevala; y en señuelos…en señuelos amigo: Puro Jimy Jig”.

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Cuando se tiene en las manos un señuelo DUO, la sensación es distinta: nueva, sería la palabra ideal. Sus diseños únicos y los impresionantes acabados no se comparan a los productos que estamos acostumbrados y cuando se buscan los cientos de “re-views” y reportes de pescadores de muchas partes del mundo, se comienza a entender los niveles de preferencias y el por qué DUO, se encuentra en la cima de los valores “Nippon Quali-ty”, -lo que significa mucho más que un lugar de producción... como afirma el Sr. Martin Bakos, gerente de ventas internacio-nales de DUO.

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El comienzo

Lo que se presenta hoy como el mejor fabricante de señuelos japoneses surgió, cuando su actual presidente el Sr. Matsushita Hisahiro, hombre de experiencia en la fabricación de señuelos y un exigente de los altos estándares de fabricación, fundó DUO a mitad de las década de los noventa, en el momento mismo que muchas fábricas buscaban soluciones de manufactura bara-ta fuera del país para lidiar con las crisis. Si bien ello posibilitó que muchas marcas sobrevivieran a la contracción de los dis-tintos mercados, también impuso una merma en la calidad de las producciones por el uso de mano de obra no especializada, que de inmediato fue reconocido en todo el mundo. Lejos de ello y apostando el todo por el todo, DUO nunca salió de Japón. A pesar de las dificultades, no dejó de elevar sus estándares de calidad, y para afianzar todo su empuje, en 1997 incorpora como diseñador en jefe al Sr. Masahiro Adachi , reconocido

como el mejor diseñador de señuelos japoneses, conformando una mancuerna hasta hoy, imposible de superar y que ha lleva-do a la marca al podium de hoy. Como sabemos, los artificiales del lejano oriente siempre se han caracterizado por ser lo mejor del mercado en pesca deportiva donde hoy por hoy, además, DUO se considera el “highest point” de las industrias niponas, fabricando uno de los mejores señuelos del mundo.

Los señuelos

A pesar de su juventud, Masahiro Adachi llegó a DUO, des-pués de sortear sus inquietudes en todas las etapas del diseño de artificiales y desde el comienzo, impuso un método de dise-ño que si bien es totalmente atípico, le posibilita concebir sus proyectos de manera directa, según le dicte su experiencia y su talento creador. Los señuelos no parten de bocetos a lápiz, ni mucho menos se analizan y asumen patrones computarizados establecidos que se repiten como hemos visto una y otra vez de una marca a otra. Cada creación de Adachi sale –literalmente- de sus manos; después de tallar y esculpir en un cuerpo de

plástico, lo que él considera que puede ser un nuevo proyecto, para después ser escaneado con láser 3D y usando tecnología CAD / CAM 3D llegar a un molde muy preciso, antes de pasar al proceso de fundición del plástico. Una vez obtenidas las dos caras, tampoco serán unidas con pegamento como se acostum-bra en las demás marcas, sino que ambas partes, con sus com-ponentes internos minuciosamente colocados, serán soldadas con un disolvente logrando una fortaleza externa sin igual, para después completar su armado. Sus distinguidos acabados se lo-gran pintando a mano, por un grupo de especialistas, “artistas” -les llamaría yo- pieza por pieza, recreando por medio de hasta siete capas de pintura consecutiva y diversos procesos de seca-do, los destellos y tonos que vienen asegurando los estándar es más altos en cuanto a refracción y color, que han sido posibles hasta la fecha.

También el diseño interno de cualquier DUO es digno de es-tudio. Cuando se logra ver el interior a trasluz o se analizan los esquemas de rayos X que nos ofreció la firma, se puede ver cuánto cuidado se ha puesto en cada solución, donde la ingeniería física en funciones, ha logrado destacar cuatro va-lores muy significativos: Garantizar las mayores distancias, un movimiento muy convincente en los recobros y paradas, emitir una gama muy extensa de sonidos y establecer un punto de

flotación exacto en el cuerpo de agua, y todo ello garantizado con soluciones únicas, innovando y “vestidos” impecablemen-te, resultado de serios estudios sobre la biología del mar, que la marca mantiene muy reservados como base para sus –cada vez- nuevas y mejores entregas e ir cubriendo las necesidades de los pescadores de todo el mundo ¿queremos más?...

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Sí, y hay más, cuando le sumamos que según el diseño, hay señuelos que presentan hasta 2 recámaras con recorridos y ta-maños de balines diferentes para garantizar el mejor casteo y una estabilidad muy superior al nadar o detener su recobro. A través de diferentes cámaras y materiales, cada señuelo es ca-paz de reproducir una escala tan diversa de frecuencias que son capaces de generar un poder de atracción muy por encima de lo que hemos conocido hasta ahora… y por supuesto, todo este esfuerzo tiene que ver con la filosofía que desde el comienzo marcó el derrotero de la marca; conscientes, de que un señuelo por muy “bonito” que luzca o lo bien que se intente vender: si no pesca, pronto dejará de venderse; y esa es la premisa para el éxito de este emporio, que además de unos acabados y diseños impresionantes, llega al mercado occidental con una probada eficiencia como el mejor ejemplo, de cuan letal puede llegar a ser la belleza, cuando ambos valores logran interactuar para garantizar los mejores resultados.

El imperio

Así se ha ido construyendo este ejército –soldado a soldado- que ya sobrepasa los 250 modelos, frutos de la fusión del mejor talento y la tecnología de punta para trabajar desde la superficie hasta algunos metros de profundidad, con señuelos que miden desde los 3,8 hasta los casi 18 cm, o con pesos desde 1/8 de oz hasta pasada la onza de peso; cada uno para un uso determina-do y con acabados específicos para cada aplicación, dejando al descubierto una filosofía muy peculiar, que el mismo Adachi resume como: “No producimos partes, producimos una herra-mienta completa, capaz de lograr su objetivo final”.

No hay profundidad o especie que no cubra la extensa gama de productos DUO, incluyendo (y una de mis satisfacciones ma-yores) los diseños para ser usados en la pesca de surf y playas, verdaderas obras de arte con excelente desempeño, que llegan precedidos de muy buenas críticas por los surfcaster de varias aguas.

En la actualidad, además de liderar con creces un nicho bas-tante exigente, la marca es el “top of line” entre los surfcaster que ocupan las orillas de los mares de países como Francia, Italia, Portugal, Australia, Rusia, Grecia y la India entre otros, cosechando éxito tras éxito y donde la serie Tide Minnow –por ejemplo- ya es toda una leyenda para los pescadores de agua salada, sin dejar a un lado su serie Realist, pensada para la pes-ca de lobina y de un éxito rotundo en todo el orbe.

De esta forma DUO, desde su planta en Shizuoka, Japón, ha vendido en apenas 17 años de vida, cerca de 16,000,000 de se-ñuelos, resultados muy convincentes que lo destacan muy por encima de la media, convirtiéndose en embajador de la mejor calidad en un mercado que para DUO, cada vez parece ser me-nos competitivo.

Sus mercados han crecido como no ha logrado ninguna marca, por ello en el último año, sus productos vienen ocupando los mejores reportes en más de 30 países, incluyendo su reciente inclusión al mercado norteamericano. DUO también ha trabaja-do en conjunto con tras marcas, logrando excelentes productos como los que asume con IMA, otro líder del mercado oriental de señuelos, con el que ha lanzado varios productos.

Según reporta Sheila Murphy, CEO de DUO para América del Norte, ya se establecieron las oficinas centrales en Ontario, Ca-nadá y en Davie, Florida, donde la firma ubicó estrategiamente sus almacenes regionales con toda la infraestructura necesaria para que las solicitudes de la marca, no sufran de falta de dis-ponibilidad, característica de la mayoría de los productos japo-neses, sino por el contrario: garantizar un total abastecimiento y especial atención a tiendas y distribuidores, complementando de forma inmediata sus entregas y que en nuestro país, gracias –nuevamente- a DOA México, ya podemos contar con casi to-

do su catálogo, que como con otros productos, irán ofreciendo en la medida que se vaya completando el stock en los almace-nes de Davie, de forma permanente.

Somos el primer país en orden de distribución en América La-tina, y de los primeros del continente en gozar de estos produc-tos que si bien llegan para complementar la caja de cualquier pescador, también establecen un precedente para quienes dis-frutamos encontrar nuevas soluciones para nuestro deporte, con mejores productos y tecnología de punta, que sin duda pueden elevar la pesca a un siguiente nivel de retos y experiencias que seguro, sabremos aprovechar.

De las primeras muestras que hizo llegar la marca, en verdad queda poco por decir. Si en la pesca de agua dulce, como lo es la pesca del bass o lobina, los habituales de esa modalidad pue-den disponer de productos por encima de la media en algunas marcas, para los pescadores de agua salada, no había hasta este momento un producto tan completo, que marcara tanto la dife-rencia con los artificiales a que estamos acostumbrados, por lo que me complace ofrecer a continuación, algunos de los señue-los DUO que ya se ofrecen en México, y otros, que aunque no se fabrican para el mercado occidental, constituyen excelentes muestras del talento creador y la voluntad por innovar de esta marca con productos de calidad superior, llegados del otro lado del mundo para sembrar un camino que de seguro va a brindar muchos frutos y buenas experiencas, tanto en el mercado de agua dulce, como en el mar.

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Sí, y hay más, cuando le sumamos que según el diseño, hay señuelos que presentan hasta 2 recámaras con recorridos y ta-maños de balines diferentes para garantizar el mejor casteo y una estabilidad muy superior al nadar o detener su recobro. A través de diferentes cámaras y materiales, cada señuelo es ca-paz de reproducir una escala tan diversa de frecuencias que son capaces de generar un poder de atracción muy por encima de lo que hemos conocido hasta ahora… y por supuesto, todo este esfuerzo tiene que ver con la filosofía que desde el comienzo marcó el derrotero de la marca; conscientes, de que un señuelo por muy “bonito” que luzca o lo bien que se intente vender: si no pesca, pronto dejará de venderse; y esa es la premisa para el éxito de este emporio, que además de unos acabados y diseños impresionantes, llega al mercado occidental con una probada eficiencia como el mejor ejemplo, de cuan letal puede llegar a ser la belleza, cuando ambos valores logran interactuar para garantizar los mejores resultados.

El imperio

Así se ha ido construyendo este ejército –soldado a soldado- que ya sobrepasa los 250 modelos, frutos de la fusión del mejor talento y la tecnología de punta para trabajar desde la superficie hasta algunos metros de profundidad, con señuelos que miden desde los 3,8 hasta los casi 18 cm, o con pesos desde 1/8 de oz hasta pasada la onza de peso; cada uno para un uso determina-do y con acabados específicos para cada aplicación, dejando al descubierto una filosofía muy peculiar, que el mismo Adachi resume como: “No producimos partes, producimos una herra-mienta completa, capaz de lograr su objetivo final”.

No hay profundidad o especie que no cubra la extensa gama de productos DUO, incluyendo (y una de mis satisfacciones ma-yores) los diseños para ser usados en la pesca de surf y playas, verdaderas obras de arte con excelente desempeño, que llegan precedidos de muy buenas críticas por los surfcaster de varias aguas.

En la actualidad, además de liderar con creces un nicho bas-tante exigente, la marca es el “top of line” entre los surfcaster que ocupan las orillas de los mares de países como Francia, Italia, Portugal, Australia, Rusia, Grecia y la India entre otros, cosechando éxito tras éxito y donde la serie Tide Minnow –por ejemplo- ya es toda una leyenda para los pescadores de agua salada, sin dejar a un lado su serie Realist, pensada para la pes-ca de lobina y de un éxito rotundo en todo el orbe.

De esta forma DUO, desde su planta en Shizuoka, Japón, ha vendido en apenas 17 años de vida, cerca de 16,000,000 de se-ñuelos, resultados muy convincentes que lo destacan muy por encima de la media, convirtiéndose en embajador de la mejor calidad en un mercado que para DUO, cada vez parece ser me-nos competitivo.

Sus mercados han crecido como no ha logrado ninguna marca, por ello en el último año, sus productos vienen ocupando los mejores reportes en más de 30 países, incluyendo su reciente inclusión al mercado norteamericano. DUO también ha trabaja-do en conjunto con tras marcas, logrando excelentes productos como los que asume con IMA, otro líder del mercado oriental de señuelos, con el que ha lanzado varios productos.

Según reporta Sheila Murphy, CEO de DUO para América del Norte, ya se establecieron las oficinas centrales en Ontario, Ca-nadá y en Davie, Florida, donde la firma ubicó estrategiamente sus almacenes regionales con toda la infraestructura necesaria para que las solicitudes de la marca, no sufran de falta de dis-ponibilidad, característica de la mayoría de los productos japo-neses, sino por el contrario: garantizar un total abastecimiento y especial atención a tiendas y distribuidores, complementando de forma inmediata sus entregas y que en nuestro país, gracias –nuevamente- a DOA México, ya podemos contar con casi to-

do su catálogo, que como con otros productos, irán ofreciendo en la medida que se vaya completando el stock en los almace-nes de Davie, de forma permanente.

Somos el primer país en orden de distribución en América La-tina, y de los primeros del continente en gozar de estos produc-tos que si bien llegan para complementar la caja de cualquier pescador, también establecen un precedente para quienes dis-frutamos encontrar nuevas soluciones para nuestro deporte, con mejores productos y tecnología de punta, que sin duda pueden elevar la pesca a un siguiente nivel de retos y experiencias que seguro, sabremos aprovechar.

De las primeras muestras que hizo llegar la marca, en verdad queda poco por decir. Si en la pesca de agua dulce, como lo es la pesca del bass o lobina, los habituales de esa modalidad pue-den disponer de productos por encima de la media en algunas marcas, para los pescadores de agua salada, no había hasta este momento un producto tan completo, que marcara tanto la dife-rencia con los artificiales a que estamos acostumbrados, por lo que me complace ofrecer a continuación, algunos de los señue-los DUO que ya se ofrecen en México, y otros, que aunque no se fabrican para el mercado occidental, constituyen excelentes muestras del talento creador y la voluntad por innovar de esta marca con productos de calidad superior, llegados del otro lado del mundo para sembrar un camino que de seguro va a brindar muchos frutos y buenas experiencas, tanto en el mercado de agua dulce, como en el mar.

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Por lo novedoso que resultan en algunos casos, quisimos pre-sentarlos tal como llegaron, para en el siguiente número rese-ñar dos excelentes salidas que tuvimos, donde los DUO dieron muestra de su efectividad, con varias especies.

Este es un popper pequeño, de tamaño ideal para cualquier boca y llamar la atención desde grandes distancias. Se lanza muy bien por su forma aerodinámica. De pesos fijos y móviles, con sonajas y los acabados muy destellantes de la serie Realis. Es multifunción y por el diseño de su frente, lo mismo se puede usar para “stop and go” o “walking the dog”; sus “splash” son muy convincentes por la leve salida del labio inferior, que por ser redondeado facilita que el popper se incline hacia los lados para “caminar el perrito” con mucha facilidad.

Con un movimiento preciso de la punta de la caña, podemos hacer que venga por el agua levantando la cabeza en cada re-cobro, como el pez que trata de mantenerse a flote. Su cola, que se hunde al detenerse en ángulo aproximado de 45 grados, trae plumas y listones flash, que resultan muy sugestivos.

El diseño del frente de este artificial es otro de los aportes de Adachi, ya que su paleta parte del mismo volúmen de su cuer-po, terminado en una especie de plato, que va a posibilitar que con cada recobro tienda a hundirse de golpe. A pesar de su tamaño se mueve desde los 60 cms, hasta la profundidad de 1.5 mts, siendo muy usado en la pesca del lenguado y los depreda-dores que andan en las profundidades como puede ser el pargo, mero y abadejo.

Debido a su onza de peso, que ocupa todo el vientre, se lanza muy bien cortando el viento por lo aerodinámico de su volú-men, y en fondos arenosos y limpios puede usarse para enterrar la punta en el lodo y levantarla de golpe con un recobro firme, haciendo saltar la arena con cada golpe de caña, logrando su ubicación de manera efectiva por el depredador.

Sus ojos son agresivos como en casi toda la gama de DUO y en parte un tanto asustadizos, ofreciendo junto a sus imprecio-nantes acabados holográficos un “bocado” muy dificil de dejar pasar. Sus sonajas hacen muy bien su trabajo y llega armado con anzuelos No. 4, muy resistentes e ideales para las presas que puedan tenerlo en la mira.

En mi opinión, este es uno de los más eficientes paseantes que he visto. Ni caso tiene hablar de sus acabados porque son de lo mejor. Se lanza como un dardo debido a la transferencia de sus pesos y el aporte de Adachi se centra, en una semiesfera que sale del “mentón” del señuelo, que posibilita que al mínimo movimiento con la caña el frente, el señuelo se ladea ( por la curvatura de este semi esfera) para iniciar el recobro hacia el otro lado. “Pasear el perrito” con este señuelo es muy fácil, y cualquiera, aunque nunca lo haya realizado, puede lograrlo sin mucho esfuerzo. Cuando se detiene hunde de inmediato su cola que comienza a moverse levemente de forma provocativa, y al iniciar, el recobro asemeja de forma muy natural, al pez herido que trata de incorporarse asustado, huyendo del depredador.

Se ofrece en dos tamaños (85 y 110 mm) y una letal combina-ción de 12 colores. El mayor con 3/4 de oz. de peso (que fue el que nos llegó), se me hace ideal para cañas salmoneras.

De conocer solo el tipo y ver la solución del frente -nueva en el mercado- ya se sabe que es el señuelo ideal para aguas bajas. Nada entre los 20 y los 60 cm y el frente (otra innovación de DUO) impone un ALTO muy evidente cuando se le da el jalón para el recobro, parándose en seco y comenzando a hundirse muy lentamente, lo que propicia movimientos más precisos y la posibilidad de explorar distintas alturas en el cuerpo de agua, ayudado por el desplazamiento de sus pesos internos.

Sin pertenecer a la serie Realis, este señuelo presenta unos aca-bados igual de efectivos en 10 colores y trae sonajas... bastante escandalosas por cierto.

El diseño del frente ayuda mucho a evitar enganches en el fon-do por el ángulo que presenta hacia la parte superior, e incluso creo, pudiera funcionar en momentos como el Beach Walker, incidiendo en el fondo para tratar de llamar la atención o ha-cerlo chocar con rocas lisas para producir más sonidos.

Se me hace y según los reportes, un señuelo ideal para curvi-nas, robalos o baby tarpon, como tampoco creo que lo pueda desestimar un inquieto jurel o de plano ser blanco, si se recobra de forma violenta, de los dientones de una sierra cerca de la costa o una buena barracuda en el manglar.

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Por lo novedoso que resultan en algunos casos, quisimos pre-sentarlos tal como llegaron, para en el siguiente número rese-ñar dos excelentes salidas que tuvimos, donde los DUO dieron muestra de su efectividad, con varias especies.

Este es un popper pequeño, de tamaño ideal para cualquier boca y llamar la atención desde grandes distancias. Se lanza muy bien por su forma aerodinámica. De pesos fijos y móviles, con sonajas y los acabados muy destellantes de la serie Realis. Es multifunción y por el diseño de su frente, lo mismo se puede usar para “stop and go” o “walking the dog”; sus “splash” son muy convincentes por la leve salida del labio inferior, que por ser redondeado facilita que el popper se incline hacia los lados para “caminar el perrito” con mucha facilidad.

Con un movimiento preciso de la punta de la caña, podemos hacer que venga por el agua levantando la cabeza en cada re-cobro, como el pez que trata de mantenerse a flote. Su cola, que se hunde al detenerse en ángulo aproximado de 45 grados, trae plumas y listones flash, que resultan muy sugestivos.

El diseño del frente de este artificial es otro de los aportes de Adachi, ya que su paleta parte del mismo volúmen de su cuer-po, terminado en una especie de plato, que va a posibilitar que con cada recobro tienda a hundirse de golpe. A pesar de su tamaño se mueve desde los 60 cms, hasta la profundidad de 1.5 mts, siendo muy usado en la pesca del lenguado y los depreda-dores que andan en las profundidades como puede ser el pargo, mero y abadejo.

Debido a su onza de peso, que ocupa todo el vientre, se lanza muy bien cortando el viento por lo aerodinámico de su volú-men, y en fondos arenosos y limpios puede usarse para enterrar la punta en el lodo y levantarla de golpe con un recobro firme, haciendo saltar la arena con cada golpe de caña, logrando su ubicación de manera efectiva por el depredador.

Sus ojos son agresivos como en casi toda la gama de DUO y en parte un tanto asustadizos, ofreciendo junto a sus imprecio-nantes acabados holográficos un “bocado” muy dificil de dejar pasar. Sus sonajas hacen muy bien su trabajo y llega armado con anzuelos No. 4, muy resistentes e ideales para las presas que puedan tenerlo en la mira.

En mi opinión, este es uno de los más eficientes paseantes que he visto. Ni caso tiene hablar de sus acabados porque son de lo mejor. Se lanza como un dardo debido a la transferencia de sus pesos y el aporte de Adachi se centra, en una semiesfera que sale del “mentón” del señuelo, que posibilita que al mínimo movimiento con la caña el frente, el señuelo se ladea ( por la curvatura de este semi esfera) para iniciar el recobro hacia el otro lado. “Pasear el perrito” con este señuelo es muy fácil, y cualquiera, aunque nunca lo haya realizado, puede lograrlo sin mucho esfuerzo. Cuando se detiene hunde de inmediato su cola que comienza a moverse levemente de forma provocativa, y al iniciar, el recobro asemeja de forma muy natural, al pez herido que trata de incorporarse asustado, huyendo del depredador.

Se ofrece en dos tamaños (85 y 110 mm) y una letal combina-ción de 12 colores. El mayor con 3/4 de oz. de peso (que fue el que nos llegó), se me hace ideal para cañas salmoneras.

De conocer solo el tipo y ver la solución del frente -nueva en el mercado- ya se sabe que es el señuelo ideal para aguas bajas. Nada entre los 20 y los 60 cm y el frente (otra innovación de DUO) impone un ALTO muy evidente cuando se le da el jalón para el recobro, parándose en seco y comenzando a hundirse muy lentamente, lo que propicia movimientos más precisos y la posibilidad de explorar distintas alturas en el cuerpo de agua, ayudado por el desplazamiento de sus pesos internos.

Sin pertenecer a la serie Realis, este señuelo presenta unos aca-bados igual de efectivos en 10 colores y trae sonajas... bastante escandalosas por cierto.

El diseño del frente ayuda mucho a evitar enganches en el fon-do por el ángulo que presenta hacia la parte superior, e incluso creo, pudiera funcionar en momentos como el Beach Walker, incidiendo en el fondo para tratar de llamar la atención o ha-cerlo chocar con rocas lisas para producir más sonidos.

Se me hace y según los reportes, un señuelo ideal para curvi-nas, robalos o baby tarpon, como tampoco creo que lo pueda desestimar un inquieto jurel o de plano ser blanco, si se recobra de forma violenta, de los dientones de una sierra cerca de la costa o una buena barracuda en el manglar.

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Esta es una serie en especial para agua salada. Sus tamaños co-mienzan en 7.5 y 9 cms, hasta los tamaños más largos, usados más para la pesca de surf. Sus acabados son muy realistas y su “bamboleo” (o rolling) lease el movimiento que viene hacien-do el señuelo ladeándose continuamente, se logra fácilmente por el tipo de paleta cuadrada y la distribución de sus pesos.

Se lanzan muy bien y de forma cómoda, por lo aerodinámico de su cuerpo y una perfecta transferencia de sus pesos internos, cos casteos superiores a similares de otras marcas.

Según los “reviews” y reportes que hemos encontrados, son capaces de capturar casi cualquier especie en las playas y cas-teando desde embarcaciones en la zona de la costa.

De esta serie, los Tide Minnow Surf 150, (los dos de los extre-mos en la foto inferior) suman el patentado y novedoso sistema de transferencia de peso por doble canal, que garantiza lances más largos y un control de sus movimientos muy eficiente.

De este último artificial ya tenía uno (el blanco pequeño) con el tuve sendos ataques de sábalos que no logré enganchar debido a los diminutos anzuelos, los ataques fueron constantes, ma-ravillándome además, las diversas maneras de recobro que se tienen con este dardo llamado “Maniac” y que por insistencia a título personal, me hicieran llegar 2 más, sorprendido con las opciones distintas de recobro y su efectividad.

Su rolling es tan fuerte cuando se recobra, que deja hasta una estela de agua en movimiento, lo que se conoce en Japón como “movimiento maniac” y que al parecer es lo que delata sobre-manera su presencia. Igual se puede traer por la superficie dan-do brincos cortos (cuando tuve los ataques de los sábalos) que caminar el perrito, o hundirlo bruscamente con la punta de la caña, logrando unos splash bien fuerte, por mantener su frente en ángulo hacia arriba. Es un señuelo diseñado para la lobina y está en consideraciones aún, traerlo a occidente.

¿Los precios?

Siempre pienso que “caro” o “barato” pueden depender de las prioridades del comprador. DUO no es más caro que otros señuelos top of line, menos, cuando se trata de un producto que es fruto de la mejor tecnología, excelentes materiales y un privilegiado talento; concebidos no para “pescar pescadores”, sino satisfacer de forma muy eficiente nuestra demanda de cap-turas y ello tiene un precio, que me atrevo a nombrar: justo, más, cuando se conoce y se siente (y si se pueden disfrutar, mejor) lo que se tiene en las manos.

Lo que llamo “la democracia del mar” es que cada cual puede pensar qué, cómo y cuánto disponer para priorizar el disfrute de una pasión, porque al fin y al cabo, el mar, los sueños y los re-tos, no entienden de dineros: se asumen y se disfrutan ¿o no?

Nos vemos en el siguiente número, con los DUO en el agua.

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El marlin rayado es especialmente abundante en aguas de los Cabos y aunque tiene claramente una temporada, hay corri-das en varios momentos del año y parece que siempre algunos ejemplares se quedan en la zona. He tenido la fortuna de captu-rarlos todos los meses, algunos meramente como captura inci-dental, otros porque es temporada, pero todo el año los hay.

Los hombres de ciencia hablan de solo una especie de marlin rayado (Tetrapturus audax), pero el folclor popular habla de varios diformismos que lleva a pensar que existen en realidad más de una especie.

Muchos de esos diformismos o supuestas “diferencias” distin-guen solo los juveniles de los adultos, pero ciertamente exis-ten algunos otros dimorfismos que sí dejan al pescador cuando menos pensativo. Cada año hay reportes de quienes pescan “marlin blanco” en estas aguas, y es sabido por la ciencia que

esa especie no está presente en aguas del Pacífico. Algunos escépticos adjudican que tales capturas son solo ejemplares de marlin rayado juvenil y flaco, y que la ausencia de rayas y puntos y la presencia de un flanco plateado y liso es meramente casual.

Yo, no siendo un hombre de ciencia calificado para emi-tir opinión al respecto, me inclino por creer más a biólogos que a pescadores, pero ciertamente me ha tocado ver y pescar ejemplares que me han dejado perplejo; recuerdo más de una ocasión sacar o ver marlines rayados pequeños casi por regla, cuyas aletas pectorales no están redondeadas como las caracte-rísticas aletas del rayado, sino que presentan una forma de hoz semejante a aquella del pez vela o el marlin azul, pero siendo por todo lo demás, claros ejemplos de marlin rayado. Un híbri-do, una sub especie, no lo sé y no tengo ni idea pero sé que lo he visto y pescado.

Debo agregar respecto a la biología del marlin, que son peces que pueden regular su temperatura corporal y eso les permite aventurarse en aguas que otros peces no pueden, les permite acorralar y aturdir la carnada al presionarla contra corrientes con cambios de temperatura y sobre todo, los hace más fuertes que otros peces que no pueden regular su temperatura corporal y cuyo vigor depende mucho de la temperatura del agua.

La forma de capturarlos varía mucho según la temporada y las condiciones. Pueden pescarse al troleo con señuelos -lo que es más bien incidental-, al bait & swich, a fondo, al casteo con carnada viva… troleo lento con carnada viva o muerta, etc… muchas veces es adaptarse cuando están y cómo están; otras es aprovechar la ocasión cuando se cruzan, lo cierto es que es un animal abundante en estas aguas y siempre es una extraordi-naria captura muy bien recibida, pues un marlin es siempre un extraordinario adversario.

Aclaro al lector que la inmensa mayoría de las pescas las rea-lizo desde una panga y no desde un yate, y que casi siempre voy yo solo con un capitán, sin marinero ni otros compañeros de pesca, así es que mucho de lo que aquí escribo está teñido irremediablemente de estas condiciones de pesca que experi-mento, con todas las limitaciones que ello implica e impone.

Básicamente en los Cabos hay 3 momentos que pueden dis-tinguirse: temporada alta de marlin rayado, temporada baja y cuando entra una corrida de marlines. Fijar fechas suele ser algo atrevido porque año con año cambian un poco según la temperatura del agua, si es año del fenómeno del niño o la niña y según la carnada, pero a riesgo de equivocarme, basta decir que generalmente la temporada alta es de mediados de octubre a mediados de enero, siendo noviembre por mucho el mejor mes, lo demás es temporada baja, pudiendo haber corridas de cuando en cuando según los movimientos de la carnada.

La pesca del rayado es hermosa y poderosa, aun los más pe-queños tienen la posibilidad de ofrecer una gran lucha, pero si algo he aprendido en el tiempo, es que depende del alimento que los marlines estén comiendo, será lo fuerte que estén y lo duro de la pelea.

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El marlin rayado es especialmente abundante en aguas de los Cabos y aunque tiene claramente una temporada, hay corri-das en varios momentos del año y parece que siempre algunos ejemplares se quedan en la zona. He tenido la fortuna de captu-rarlos todos los meses, algunos meramente como captura inci-dental, otros porque es temporada, pero todo el año los hay.

Los hombres de ciencia hablan de solo una especie de marlin rayado (Tetrapturus audax), pero el folclor popular habla de varios diformismos que lleva a pensar que existen en realidad más de una especie.

Muchos de esos diformismos o supuestas “diferencias” distin-guen solo los juveniles de los adultos, pero ciertamente exis-ten algunos otros dimorfismos que sí dejan al pescador cuando menos pensativo. Cada año hay reportes de quienes pescan “marlin blanco” en estas aguas, y es sabido por la ciencia que

esa especie no está presente en aguas del Pacífico. Algunos escépticos adjudican que tales capturas son solo ejemplares de marlin rayado juvenil y flaco, y que la ausencia de rayas y puntos y la presencia de un flanco plateado y liso es meramente casual.

Yo, no siendo un hombre de ciencia calificado para emi-tir opinión al respecto, me inclino por creer más a biólogos que a pescadores, pero ciertamente me ha tocado ver y pescar ejemplares que me han dejado perplejo; recuerdo más de una ocasión sacar o ver marlines rayados pequeños casi por regla, cuyas aletas pectorales no están redondeadas como las caracte-rísticas aletas del rayado, sino que presentan una forma de hoz semejante a aquella del pez vela o el marlin azul, pero siendo por todo lo demás, claros ejemplos de marlin rayado. Un híbri-do, una sub especie, no lo sé y no tengo ni idea pero sé que lo he visto y pescado.

Debo agregar respecto a la biología del marlin, que son peces que pueden regular su temperatura corporal y eso les permite aventurarse en aguas que otros peces no pueden, les permite acorralar y aturdir la carnada al presionarla contra corrientes con cambios de temperatura y sobre todo, los hace más fuertes que otros peces que no pueden regular su temperatura corporal y cuyo vigor depende mucho de la temperatura del agua.

La forma de capturarlos varía mucho según la temporada y las condiciones. Pueden pescarse al troleo con señuelos -lo que es más bien incidental-, al bait & swich, a fondo, al casteo con carnada viva… troleo lento con carnada viva o muerta, etc… muchas veces es adaptarse cuando están y cómo están; otras es aprovechar la ocasión cuando se cruzan, lo cierto es que es un animal abundante en estas aguas y siempre es una extraordi-naria captura muy bien recibida, pues un marlin es siempre un extraordinario adversario.

Aclaro al lector que la inmensa mayoría de las pescas las rea-lizo desde una panga y no desde un yate, y que casi siempre voy yo solo con un capitán, sin marinero ni otros compañeros de pesca, así es que mucho de lo que aquí escribo está teñido irremediablemente de estas condiciones de pesca que experi-mento, con todas las limitaciones que ello implica e impone.

Básicamente en los Cabos hay 3 momentos que pueden dis-tinguirse: temporada alta de marlin rayado, temporada baja y cuando entra una corrida de marlines. Fijar fechas suele ser algo atrevido porque año con año cambian un poco según la temperatura del agua, si es año del fenómeno del niño o la niña y según la carnada, pero a riesgo de equivocarme, basta decir que generalmente la temporada alta es de mediados de octubre a mediados de enero, siendo noviembre por mucho el mejor mes, lo demás es temporada baja, pudiendo haber corridas de cuando en cuando según los movimientos de la carnada.

La pesca del rayado es hermosa y poderosa, aun los más pe-queños tienen la posibilidad de ofrecer una gran lucha, pero si algo he aprendido en el tiempo, es que depende del alimento que los marlines estén comiendo, será lo fuerte que estén y lo duro de la pelea.

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Cuando están diseminados en el mar suelen estar comiendo “lo que encuentran” y no están tan fuertes, cuando están concen-trados en una área comiendo macarelas se ponen muy gordos y muy pero muy fuertes, pero si andan comiendo calamar es una cosa que hasta da miedo, pues se ponen extraordinariamente robustos y la pelea puede ser verdaderamente agotadora.

Equipo ideal para la pesca del marlin rayado.

Definitivamente el libraje ideal para el marlin rayado son las 50 libras (yo uso única y exclusivamente líneas GSP trenzadas como Spectra y Dynema), pues nos permiten disfrutar al ani-mal y liberarlo en forma saludable y doblegar de manera segura ejemplares pequeños y grandes.

A mí me gusta mucho usar 30 libras, pero si nos toca un ejem-plar grande, encastado o andan comiendo calamar, la pelea será de más de dos horas y el ejemplar llegará exhausto al final si no es que muerto. Los he pescado también con 60 y 80 libras y ciertamente se les captura mucho más rápido, lo cual no ne-cesariamente es bueno, pues un ejemplar “entero” a lado de la embarcación puede ser muy peligroso, es mejor que llegue ade-cuadamente cansado y vencido pero no extenuado por completo para poder liberarlo con éxito si es el caso.

Casi por regla uso en la carnada viva o muerta, anzuelos circu-lares, me encantan los Eagle Claw de alambre delgado en 7/0, ése es sin duda el anzuelo que más me gusta pues me asegura clavar al ejemplar de la orilla de la boca y no “embucharlo” como ocurre con los anzuelos regulares. Solo en una ocasión me ha tocado embuchar un pez usando anzuelos circulares y es algo verdaderamente raro.

Mayormente se usan carretes convencionales, aunque confieso mi clara inclinación por usar de spinning por puro gusto perso-nal, pero definitivamente es más adecuado usar carretes conven-cionales. Prefiero siempre los de freno de palanca de aluminio troquelado, nunca de “compuesto” o “grafito” (que no es otra cosa que plástico endurecido) y esto porque siempre uso líneas GSP como mencioné.

En los colores, sabiendo que en el tema cada quien tiene sus teorías y preferencias y que es un tema muy polémico y con-troversial, me atrevo a realizar ciertos comentarios en base a la experiencia y con el consejo local más generalizado:

Sabemos la teoría de “día claro señuelo claro, día oscuro señue-lo oscuro” pero no es la regla que sigo, más bien busco siempre localizar señuelos de tonos más oscuros, grandes y de nado más radical cerca de popa, en el agua blanca que genera el motor, entre la base de la segunda o tercera ola, para ir reduciendo el tamaño, aclarando el color y moderando el tipo de nado en la medida que van más atrás.

Este sistema lo procuro colocar generando un patrón de “V”, las razones: entre más oscuro es un señuelo mejor contrastará en el agua blanca que genera el motor, entre más afuera de la estela, menos agua blanca y mejor contrastan los colores claros en aguas más oscuras.

En cuanto al nado, entre más radical sea el nado, más enredos genera si se le da mucha línea y los señuelos de nado recto sue-len tener más ataques atrás; en cuanto al tamaño, es para evitar una posición de bloqueo y así atraer más piques.

Si en el troleo queremos alternar faldones plásticos y carnada muerta, ésta última se suele colocar hasta atrás a bobina casi abierta con chicharra para que ceda línea al pique.

De marcas de señuelos ni hablar, pero diré que localmente los que gozan de más fama son, sin importar la marca: el color “petrolero” y el “guacamayo”; el rosa y el azul con rosa (estos dos últimos atraen mucho pique de dorados). Para muchos, pa-recería casi un pecado no colocar cuando menos un petrolero en nuestro spread.

El número de señuelos estará dado por la capacidad de arrastre del bote que usemos y claro, una popa amplia y buenos tango-nes permiten muchos más señuelos que incrementan las posibi-lidades del pique, aunque esto solo es recomendable cuando se está buscando peces en una zona muy amplia pues si estamos en un área productiva, podremos necesitar estar lanzando car-nadas a peces que vemos en la superficie o tener ataques tan frecuentes, que un spread de muchos señuelos se vuelve caótico y difícil de controlar. Lo mismo aplica al uso de excitadores de todo tipo que se limitará a los casos en que cubrimos una vasta área en busca del marlin.

En cuanto al arreglo de los señuelos específicamente para mar-lin, yo privilegio los arreglos dobles de anzuelos en configu-ración de 90° con un primer anzuelo garganta abierta y el de “tráiler” tipo garganta cerrada, quedando éste último con la curva fuera del faldón del señuelo, pero la pata y sobre todo, la anilla dentro del faldón para no caer en el “anzuelo robador”, pero tenerlo bien libre para clavar al pique sin tener plástico que le estorbe.

Muchos no coinciden con esta configuración mía y prefieren la configuración de 180°, pero yo a la fecha, he constatado que es la más productiva de las configuraciones.

Técnicas de pesca del marlin rayado.

I.- La pesca al troleo.

Comenzaré diciendo que los Cabos es una excepción al resto de los lugares de pesca que conozco, su orografía tan accidentada y de cortes tan abruptos bajo el mar, hace que los lugares de pesca no sean remotos, pudiendo en muchas ocasiones tener encuentros con marlines a menos de una milla de la costa.

No obstante, la regla es que los marlines se mueven por lugares muy claramente identificados: o se quedan rondando en ciertos bajos, o se desplazan de uno a otro por corredores que suelen estar bien definidos, así es que en la pesca del rayado en los Ca-bos, no es tan necesario buscar las corrientes de agua como en otras localidades, ya que dichos corredores delimitados (como el Cañón de San José que va del Cabo San Lucas a San José del Cabo pasando por varios bajos), suelen ser lugares bien cono-cidos y consistentes.

La pesca al troleo o arrastre, la usamos cuando sabemos que no están concentrados en un área específica o cuando sabiendo que están en un área determinada, no están concentrados en un solo punto.

Regularmente se emplean señuelos de arrastre con faldones plásticos y hablar de los patrones de troleo, tipos de señuelos, armados de los señuelos, distancias de troleo de los señuelos, uso de excitadores, profundizadores, tangones etc, podría ser tema para escribir todo un libro, sólo comentaré las generali-dades y particularidades más significativas e importantes para el caso.

El tamaño del señuelo parece no ser lo definitivo, pues he visto rayados atacar desde pequeños señuelos de 5 pulgadas, hasta grandes señuelos diseñados para tentar a los más grandes mar-lines azules o negros, pero ciertamente parece más consistente cuando armamos un “spread” empleando señuelos de la talla de las comidas más frecuentes de estos depredadores, así es que señuelos de 8 a 12 ó 15 pulgadas serán los más adecuados.

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Cuando están diseminados en el mar suelen estar comiendo “lo que encuentran” y no están tan fuertes, cuando están concen-trados en una área comiendo macarelas se ponen muy gordos y muy pero muy fuertes, pero si andan comiendo calamar es una cosa que hasta da miedo, pues se ponen extraordinariamente robustos y la pelea puede ser verdaderamente agotadora.

Equipo ideal para la pesca del marlin rayado.

Definitivamente el libraje ideal para el marlin rayado son las 50 libras (yo uso única y exclusivamente líneas GSP trenzadas como Spectra y Dynema), pues nos permiten disfrutar al ani-mal y liberarlo en forma saludable y doblegar de manera segura ejemplares pequeños y grandes.

A mí me gusta mucho usar 30 libras, pero si nos toca un ejem-plar grande, encastado o andan comiendo calamar, la pelea será de más de dos horas y el ejemplar llegará exhausto al final si no es que muerto. Los he pescado también con 60 y 80 libras y ciertamente se les captura mucho más rápido, lo cual no ne-cesariamente es bueno, pues un ejemplar “entero” a lado de la embarcación puede ser muy peligroso, es mejor que llegue ade-cuadamente cansado y vencido pero no extenuado por completo para poder liberarlo con éxito si es el caso.

Casi por regla uso en la carnada viva o muerta, anzuelos circu-lares, me encantan los Eagle Claw de alambre delgado en 7/0, ése es sin duda el anzuelo que más me gusta pues me asegura clavar al ejemplar de la orilla de la boca y no “embucharlo” como ocurre con los anzuelos regulares. Solo en una ocasión me ha tocado embuchar un pez usando anzuelos circulares y es algo verdaderamente raro.

Mayormente se usan carretes convencionales, aunque confieso mi clara inclinación por usar de spinning por puro gusto perso-nal, pero definitivamente es más adecuado usar carretes conven-cionales. Prefiero siempre los de freno de palanca de aluminio troquelado, nunca de “compuesto” o “grafito” (que no es otra cosa que plástico endurecido) y esto porque siempre uso líneas GSP como mencioné.

En los colores, sabiendo que en el tema cada quien tiene sus teorías y preferencias y que es un tema muy polémico y con-troversial, me atrevo a realizar ciertos comentarios en base a la experiencia y con el consejo local más generalizado:

Sabemos la teoría de “día claro señuelo claro, día oscuro señue-lo oscuro” pero no es la regla que sigo, más bien busco siempre localizar señuelos de tonos más oscuros, grandes y de nado más radical cerca de popa, en el agua blanca que genera el motor, entre la base de la segunda o tercera ola, para ir reduciendo el tamaño, aclarando el color y moderando el tipo de nado en la medida que van más atrás.

Este sistema lo procuro colocar generando un patrón de “V”, las razones: entre más oscuro es un señuelo mejor contrastará en el agua blanca que genera el motor, entre más afuera de la estela, menos agua blanca y mejor contrastan los colores claros en aguas más oscuras.

En cuanto al nado, entre más radical sea el nado, más enredos genera si se le da mucha línea y los señuelos de nado recto sue-len tener más ataques atrás; en cuanto al tamaño, es para evitar una posición de bloqueo y así atraer más piques.

Si en el troleo queremos alternar faldones plásticos y carnada muerta, ésta última se suele colocar hasta atrás a bobina casi abierta con chicharra para que ceda línea al pique.

De marcas de señuelos ni hablar, pero diré que localmente los que gozan de más fama son, sin importar la marca: el color “petrolero” y el “guacamayo”; el rosa y el azul con rosa (estos dos últimos atraen mucho pique de dorados). Para muchos, pa-recería casi un pecado no colocar cuando menos un petrolero en nuestro spread.

El número de señuelos estará dado por la capacidad de arrastre del bote que usemos y claro, una popa amplia y buenos tango-nes permiten muchos más señuelos que incrementan las posibi-lidades del pique, aunque esto solo es recomendable cuando se está buscando peces en una zona muy amplia pues si estamos en un área productiva, podremos necesitar estar lanzando car-nadas a peces que vemos en la superficie o tener ataques tan frecuentes, que un spread de muchos señuelos se vuelve caótico y difícil de controlar. Lo mismo aplica al uso de excitadores de todo tipo que se limitará a los casos en que cubrimos una vasta área en busca del marlin.

En cuanto al arreglo de los señuelos específicamente para mar-lin, yo privilegio los arreglos dobles de anzuelos en configu-ración de 90° con un primer anzuelo garganta abierta y el de “tráiler” tipo garganta cerrada, quedando éste último con la curva fuera del faldón del señuelo, pero la pata y sobre todo, la anilla dentro del faldón para no caer en el “anzuelo robador”, pero tenerlo bien libre para clavar al pique sin tener plástico que le estorbe.

Muchos no coinciden con esta configuración mía y prefieren la configuración de 180°, pero yo a la fecha, he constatado que es la más productiva de las configuraciones.

Técnicas de pesca del marlin rayado.

I.- La pesca al troleo.

Comenzaré diciendo que los Cabos es una excepción al resto de los lugares de pesca que conozco, su orografía tan accidentada y de cortes tan abruptos bajo el mar, hace que los lugares de pesca no sean remotos, pudiendo en muchas ocasiones tener encuentros con marlines a menos de una milla de la costa.

No obstante, la regla es que los marlines se mueven por lugares muy claramente identificados: o se quedan rondando en ciertos bajos, o se desplazan de uno a otro por corredores que suelen estar bien definidos, así es que en la pesca del rayado en los Ca-bos, no es tan necesario buscar las corrientes de agua como en otras localidades, ya que dichos corredores delimitados (como el Cañón de San José que va del Cabo San Lucas a San José del Cabo pasando por varios bajos), suelen ser lugares bien cono-cidos y consistentes.

La pesca al troleo o arrastre, la usamos cuando sabemos que no están concentrados en un área específica o cuando sabiendo que están en un área determinada, no están concentrados en un solo punto.

Regularmente se emplean señuelos de arrastre con faldones plásticos y hablar de los patrones de troleo, tipos de señuelos, armados de los señuelos, distancias de troleo de los señuelos, uso de excitadores, profundizadores, tangones etc, podría ser tema para escribir todo un libro, sólo comentaré las generali-dades y particularidades más significativas e importantes para el caso.

El tamaño del señuelo parece no ser lo definitivo, pues he visto rayados atacar desde pequeños señuelos de 5 pulgadas, hasta grandes señuelos diseñados para tentar a los más grandes mar-lines azules o negros, pero ciertamente parece más consistente cuando armamos un “spread” empleando señuelos de la talla de las comidas más frecuentes de estos depredadores, así es que señuelos de 8 a 12 ó 15 pulgadas serán los más adecuados.

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Siempre que troleamos en busca del marlin rayado, debemos te-ner lista una caña con carnada, de preferencia viva (un “bonito” es lo mejor, pero puede ser una macarela, caballito, ojotón, o lo que sea que esté vivo) y si no se puede, carnada muerta, y solo si éstas dos opciones fallan, usaremos un Panamá Bait.

Trolear solo señuelos para buscar marlin rayado muchas veces suele ser poco productivo, pues sin importar lo que hagamos o dejemos de hacer, la gran mayoría de los rayados que se le tiran a los señuelos y “muerden”, se pierden. Diría yo que 4 de cada 5 se pierden…. Pero ¿Por qué pasa esto?, les explico según mi experiencia:

El rayado casi siempre ataca de igual forma, no come cruzado como el azul o el negro, come como el vela, de atrás hacia ade-lante, sale y comienza a golpear con el pico el señuelo y cuando están muy agresivos, salen por atrás y toman de golpe el señue-lo, de ahí vemos una gran corrida y al primer salto, nuestro se-ñuelo sale volando por los aires y el pez se pierde..eso se debe a que cuando el marlin golpea el señuelo con el pico, muchísimas veces el anzuelo se atora del pico, la garganta del anzuelo “aga-rra” el pico y la muerte del anzuelo de “fija” en el pico, el pez se siente aprisionado y comienza a correr, pero no está bien clava-do y no importa cuántos tirones demos al aparejo para “clavar”, el anzuelo no está en posición, está fuera de la boca del animal, en el hueso, y al sacudirse se deshace del señuelo.

Es por eso que la configuración de 90° me gusta tanto, no por-que se clave más del segundo anzuelo, sino porque genera una mejor posición al ser arrastrado en “V” y es más sólido para cla-varse, por eso que me gusta el anzuelo de atrás como he dicho, con la curva fuera del faldón del señuelo, pues en mi experien-cia mejora por mucho el índice de clavadas exitosas.

Quiero escribir una breves líneas de la pesca con carnada muerta cosida que puede ser un ballyhoo, un ojotón, una lisa, un bonito, una macarela, un sardinete o lo que tengamos a la mano y aquí, nuevamente, la forma de prepararla podría ser motivo de todo un libro y está plagado de controversias, por lo que me limitaré a decir que, sea cual sea la técnica que se use, en mi opinión la mejor es aquella que hemos aprendido bien y podemos ejecutar rápido y consistentemente.

Como hemos anotado, la carnada muerta se trolea en las posi-ciones de atrás, con bobina abierta o casi abierta, con la chicha-rra puesta y el freno mínimo posible para que ceda la línea al pique. Al pique es menester liberar la presión al freno del carre-te lo más rápido posible, colocando el dedo en la bobina para evitar el enredo, sacarla del tintero a toda prisa y levantarla para ver si la tomó o no. Si la tomó, bajamos la punta y la apuntamos al pez, para darle línea, si no, a bobina abierta la movemos con jaloncitos para incitar el pique.

La determinación del tiempo que debemos darle al pez para comer es subjetiva y depende del tamaño de la carnada, de la agresividad del ataque entre otras. Lo que yo hago es que voy dando línea a bobina lo más abierta posible sin que se haga nudo y toco la línea con el índice para ver la tensión, y cuando noto que el carrete “corre” parejo, coloco el freno, cobro con la línea apuntando al pez y cuando siento al tensión, si es anzuelo circular, solo levanto la punta de la caña poco a poco, si es an-zuelo “J”, ahí clavo.

2.- Bait & Swich

Como mencionamos en párrafos anteriores, para esta técnica es menester traer una caña lista con carnada viva, muerta o en su defecto un panamá bait. Cuando el rayado ataca y se delata en el spread, de inmediato tomamos la caña, ponemos el carrete a bobina abierta y casteamos para atrás justo ahí donde está el se-ñuelo siendo atacado, mientras otra persona cobra ese señuelo rápidamente para quitarlo del alcance del marlin.

Si tenemos carnada viva, la magia suele ocurrir al instante, el marlin se va por la carnada viva, sentimos cómo la toma, le da-mos de comer y esperamos a que emboque para luego solo re-cuperar línea con la caña apuntando hacia el pez y esperar a que el circular se fije y comience la pelea, pero si tenemos carnada muerta, no basta ponerla en la cara del pez, tendremos que estar dándole pequeños jaloncitos para darle vida, para hacerla atrac-tiva y convencer al rayado de tomar la muestra. Nuevamente es más fácil decirlo pero la práctica irá perfeccionando el arte .....CONTINUARA.

Y algo más que puede mejorar mucho nuestro índice de éxito al clavar con señuelos es que, si vemos el pique, abramos la bobina, y al sentir que muerde, le demos un par de segundos de línea, un pequeño “drop back” como si fuera carnada viva para que emboque mejor y luego clavamos.

Esto claro, es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero fun-ciona bien una vez que se aprende. Sin embargo es mejor no clavar, sino quitarle el señuelo de la boca al marlin y hacer el bait & swich. Para esto es la caña que debemos tener siempre lista con el arreglo de carnada viva, muerta o el Panamá Bait.

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Siempre que troleamos en busca del marlin rayado, debemos te-ner lista una caña con carnada, de preferencia viva (un “bonito” es lo mejor, pero puede ser una macarela, caballito, ojotón, o lo que sea que esté vivo) y si no se puede, carnada muerta, y solo si éstas dos opciones fallan, usaremos un Panamá Bait.

Trolear solo señuelos para buscar marlin rayado muchas veces suele ser poco productivo, pues sin importar lo que hagamos o dejemos de hacer, la gran mayoría de los rayados que se le tiran a los señuelos y “muerden”, se pierden. Diría yo que 4 de cada 5 se pierden…. Pero ¿Por qué pasa esto?, les explico según mi experiencia:

El rayado casi siempre ataca de igual forma, no come cruzado como el azul o el negro, come como el vela, de atrás hacia ade-lante, sale y comienza a golpear con el pico el señuelo y cuando están muy agresivos, salen por atrás y toman de golpe el señue-lo, de ahí vemos una gran corrida y al primer salto, nuestro se-ñuelo sale volando por los aires y el pez se pierde..eso se debe a que cuando el marlin golpea el señuelo con el pico, muchísimas veces el anzuelo se atora del pico, la garganta del anzuelo “aga-rra” el pico y la muerte del anzuelo de “fija” en el pico, el pez se siente aprisionado y comienza a correr, pero no está bien clava-do y no importa cuántos tirones demos al aparejo para “clavar”, el anzuelo no está en posición, está fuera de la boca del animal, en el hueso, y al sacudirse se deshace del señuelo.

Es por eso que la configuración de 90° me gusta tanto, no por-que se clave más del segundo anzuelo, sino porque genera una mejor posición al ser arrastrado en “V” y es más sólido para cla-varse, por eso que me gusta el anzuelo de atrás como he dicho, con la curva fuera del faldón del señuelo, pues en mi experien-cia mejora por mucho el índice de clavadas exitosas.

Quiero escribir una breves líneas de la pesca con carnada muerta cosida que puede ser un ballyhoo, un ojotón, una lisa, un bonito, una macarela, un sardinete o lo que tengamos a la mano y aquí, nuevamente, la forma de prepararla podría ser motivo de todo un libro y está plagado de controversias, por lo que me limitaré a decir que, sea cual sea la técnica que se use, en mi opinión la mejor es aquella que hemos aprendido bien y podemos ejecutar rápido y consistentemente.

Como hemos anotado, la carnada muerta se trolea en las posi-ciones de atrás, con bobina abierta o casi abierta, con la chicha-rra puesta y el freno mínimo posible para que ceda la línea al pique. Al pique es menester liberar la presión al freno del carre-te lo más rápido posible, colocando el dedo en la bobina para evitar el enredo, sacarla del tintero a toda prisa y levantarla para ver si la tomó o no. Si la tomó, bajamos la punta y la apuntamos al pez, para darle línea, si no, a bobina abierta la movemos con jaloncitos para incitar el pique.

La determinación del tiempo que debemos darle al pez para comer es subjetiva y depende del tamaño de la carnada, de la agresividad del ataque entre otras. Lo que yo hago es que voy dando línea a bobina lo más abierta posible sin que se haga nudo y toco la línea con el índice para ver la tensión, y cuando noto que el carrete “corre” parejo, coloco el freno, cobro con la línea apuntando al pez y cuando siento al tensión, si es anzuelo circular, solo levanto la punta de la caña poco a poco, si es an-zuelo “J”, ahí clavo.

2.- Bait & Swich

Como mencionamos en párrafos anteriores, para esta técnica es menester traer una caña lista con carnada viva, muerta o en su defecto un panamá bait. Cuando el rayado ataca y se delata en el spread, de inmediato tomamos la caña, ponemos el carrete a bobina abierta y casteamos para atrás justo ahí donde está el se-ñuelo siendo atacado, mientras otra persona cobra ese señuelo rápidamente para quitarlo del alcance del marlin.

Si tenemos carnada viva, la magia suele ocurrir al instante, el marlin se va por la carnada viva, sentimos cómo la toma, le da-mos de comer y esperamos a que emboque para luego solo re-cuperar línea con la caña apuntando hacia el pez y esperar a que el circular se fije y comience la pelea, pero si tenemos carnada muerta, no basta ponerla en la cara del pez, tendremos que estar dándole pequeños jaloncitos para darle vida, para hacerla atrac-tiva y convencer al rayado de tomar la muestra. Nuevamente es más fácil decirlo pero la práctica irá perfeccionando el arte .....CONTINUARA.

Y algo más que puede mejorar mucho nuestro índice de éxito al clavar con señuelos es que, si vemos el pique, abramos la bobina, y al sentir que muerde, le demos un par de segundos de línea, un pequeño “drop back” como si fuera carnada viva para que emboque mejor y luego clavamos.

Esto claro, es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero fun-ciona bien una vez que se aprende. Sin embargo es mejor no clavar, sino quitarle el señuelo de la boca al marlin y hacer el bait & swich. Para esto es la caña que debemos tener siempre lista con el arreglo de carnada viva, muerta o el Panamá Bait.

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El pasado febrero del año en curso, se les otorgó un reconoci-miento a los equipos que representaron al estado de Veracruz en el torneo “Big Game Trolling”, organizado por la Federación Mexicana de Pesca Deportiva, en presencia de autoridades civiles y del medio de la pesca deportiva de nuestro país.

Los reconocimientos se otorgaron a quienes el pasado 28, 29 y 30 de septiembre del 2012, acudieron a la paradisíaca Bahía de San Carlos Sonora, para disputar el torneo selectivo para representar a México en el mundial de pesca de altura “Big Game Trolling”. A este torneo asisten equipos de la mayoría de los estados de la República Mexicana previamente calificados en sus estados de origen en torneos de clasificación estatal.

Dos equipos jarochos obtuvieron el primero y segundo lugar de la justa consiguiendo su pase a la siguiente etapa de este circuito representando no solo a Veracruz sino a todo México en el XXII Campeonato Mundial Big Game Trolling 2013, que se llevará a cabo en día 29 de agosto, en Port Saint Louis de Rhone, en Francia.

Los equipos que nos representarán, ganadores de la medalla de oro y plata fueron:

Equipo Allegra, integrado por:

Luis Ortiz Farelas, Joel Esquivel Mena y Juan González Cervantes.

Equipo Vikingo, integrado por:

Víctor Enríquez Palma y Alejandro Gutiérrez Barreda

De parte de todos los pescadores deportivos mexicanos les deseamos la mejor de las suertes!

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Para quién está acostumbrado a pescar en nuestras cálidas aguas del Caribe y del Golfo de México, la experiencia de pescar en las aguas frías del estrecho de Georgia, se antojaba única en la vida… y así fue.

Desde la llegada a Vancouver hasta el regreso a Mérida el viaje estuvo lleno de momentos inolvidables y paisajes que roban el aliento. Existen dos formas de llegar a Stuart Island: por barco, en un viaje de cerca de 150 millas o por aire, en un vuelo de una hora aproximadamente. Afortunadamente lo hicimos en hidroavión, donde tuve la suerte de ocupar el lu-gar del copiloto: el mejor lugar para tomar fotografías y desde donde pude disfrutar del paisaje de un maravilloso recorrido, que culminaría minutos después de divisar la hermosa isla, donde pasaríamos una jornada inolvidable.

Durante nuestra estancia de tres días y dos noches, teníamos programadas cuatro salidas de pesca, la primera en la tarde de nuestra llegada, dos al día siguiente y la última, en la mañana del último día, horas antes de regresar a Vancouver. Describir las atenciones de nuestros anfitriones sería hacerles poca justi-cia y si hay una palabra para hacerlo, sería: espléndidos. Todos los detalles –todos- estuvieron perfectamente cuidados para no hacer otra cosa que pasarla bien: comiendo, bebiendo y por supuesto, pescando en una hermosa isla que sería nuestro privilegiado refugio por dos noches y tres días.

A las 4 de la tarde llegaron las embarcaciones en que saldría-mos a pescar: 3 Grady White de 25 pies (walk around) una Boston Whaler igual de 25 pies y una Pursuit de 23, todas go-bernadas por guías locales que trabajan durante la temporada para nuestro anfitrión, Mr. Dave Ritchie, accionista de RB.

Salté al primer bote para compartir la jornada con dos camara-das mexicanos... y zarpar para el primer round.

Después de una corta carrera de menos de 20 minutos durante la cual, por ley, hay que ir sentado, con la chamarra salvavidas puesta y cerrada, llegamos al área de pesca. Hermoso escena-rio, rodeado de montañas cubiertas de pinos, cuyo olor carac-terístico nos acompañó en todo momento mezclándose con el del agua salada. Una vez en el punto dispuesto, el guía dispuso del motor de troleo, un Yamaha de 20 hp para soltar las líneas de pesca. El equipo: dos cañas Shimano Technom de 10’ 6” Power: Medium-Heavy, Action: slow con carretes igualmen-te Shimano Moocher Plus cargados con líneas de 20 lbs. El armado para este tipo de pesca, consiste en unos “flashers” a manera de llamadores y al final de la línea los señuelos arma-

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dos como se puede ver en las imágenes. El objetivo, según me explicaron, de los flashers es que los señuelos y carnadas ven-gan girando y “flasehando” para atraer al salmón. Las líneas se bajan con downriggers a 150 pies de profundidad y se trolea a 2 nudos. Temperatura ambiente de 10 a 25 grados centígra-dos. Temperatura del agua: fría… ¡muy fría!.

La atención a las cañas es vital pues a pesar de que los carretes tienen chicharras solamente se nota que puede haber un pez enganchado, cuando las puntas de las cañas se doblan y agitan aunque las chicharras no suenen. Entonces se aplica la técnica especial para enganchar al salmón, comenzar a cobrar línea rápidamente para soltar la línea del downrigger y después de unas 20 vueltas al carrete, hay que dar el tirón para clavar el pez y que comenzar la fiesta…

En la zona se pescan varias clases de salmón, el más codiciado por su tamaño es el Chinook, también está el Coho, el Socke-ye, el Chum y el Pink Salmon, el más pequeño. Es admirable ver cómo los guías se auto regulan: a pesar de que no vimos en ningún momento autoridades supervisando la pesca deportiva, ellos mismos establecen los límites y devuelven vivos los pe-ces que no dan la talla. El límite máximo por persona por día es de 4 salmones; del Chinook solo están permitidos dos, es decir que si tienes la suerte de capturar dos Chinooks solamen-te podrías llegar a pescar otros dos de cualquier especie.

Un Chinook de 25 libras –para que se entienda- puede dar una pelea de 20 a 25 minutos durante los cuales hay que estar pen-diente de soltar la manivela del carrete pues estos no son de doble acción, es decir no tienen clutch y se corre el riesgo de reventar la línea, lo que corresponde para frenar en lo posible las corridas del pez, es poner la mano debajo del mismo y es-perar que pare el bicho para pelearlo.

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Reporte de pesca: DIA UNO, sesión única: dos salmones rosa-dos de unos 2 kgs cada uno, que fueron degustados en sashimi esa misma noche y 1 Sockeye de 15 lbs. DIA DOS, sesión matutina y después de un espectacular amanecer: 2 salmones rosados de cerca de 2 kgs. Sesión vespertina: un Chinook de 15 kgs. DIA TRES, sesión única: un salmón rosado de 1.5 kgs que nos valió ganar la polla del día de $ 180 USD apoquinados entre todos los participantes. Según los guías esta temporada fué de las más bajas que tengan memoria y por eso pescamos poco… ¿dónde he oído eso antes?

Entre pesca y pesca, nuestros anfitriones nos trataron como reyes, pendientes todo el tiempo de nosotros, dispensando be-bidas y alimentos por demás deliciosos. El dueño de la isla (y de la empresa) nos llevó a hacer un recorrido por la misma para conocerla, solo por mencionar algunos detalles: el come-dor está construido debajo de lo que ellos llaman el “u-boat” (upside down boat o barco de cabeza) es el casco de un barco de madera con más de 100 años de antigüedad que fue adqui-rido por el dueño para usarlo como techo del comedor para los invitados, en otro punto cercano tienen el “Konsumatory” que en algún momento fue un invernadero y que ahora es un lugar dedicado exclusivamente para festejar –donde se dispo-ne de excelentes bebidas- la pesca, los encuentros, y disfrutar del lugar. Las habitaciones donde nos hospedamos están sobre una barcaza anclada al muelle y cuentan con todas las como-didades y más: baño en cada habitación, sala de televisión, una chimenea y por supuesto un bar; entre otras “amenidades” la isla tiene un campo de golf, pista de aterrizaje para avionetas, sala de juegos y piscinas.

Al terminar la última salida de pesca y regresar a la isla, nos estaban esperando para el almuerzo de despedida y de ahí, abordar los hidroaviones para decir adiós a un viaje de pesca que jamás se borrará de mi memoria; no por la cantidad y el disfrute de las capturas, sino por la gran aventura, las atencio-nes, y el inmejorable encuentro que todo ello significó, y que siempre vamos agradecer y recordar.

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Alejandro Hecht I Isla de San Juanito, Nayarit

Aníbal Abarca Villanueva /Cozumel, Q. Roo.

Mandanos tus fotos a:[email protected] sé un presumido irremediable

Pedro Alvarez /Cabo San Lucas, BCS.

Pedro Figuero y Melanie Palma /San Felipe, Yuc.

Erik Valderrama Camarillo /Holbox, Q. Roo.

Johanna Asad Milke /Cancún, Q. Roo.Manuel Barrera Campos

/Dzilam, Yuc.

Frank López, Pepe Pelfini y Gerardo González /PanamáAdrián Arreola / Pto. Vallarta, Jal.

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Ashley García Colón /Veracruz, Ver.

Jilvier Blanco /Cancún, Quintana Roo.

Ana Margarita y Lorenzo Paredes /Río Lagartos, Yuc.Javier Can Loría /San Felipe, Yuc. Chuy Valdez /Buenavista, BCS.

Salatiel Kú /Playa del Carmen, Q. Roo.

Miranda y Macarena Ruíz Gil /Veracruz, Ver.Fito Avila /Progreso, Yuc.

Armando Zárate /Cabo San Lucas, BCS.Rafael Chávez /Ixtapa, Grro.

Fernando Sánchez Barrera /Manzanillo, Col.

Julio Virgen, Eduardo Liera Mark Callaham, Luis Viera, /La Paz, BCS

Emmanuel Mirabent y Edgar Araño /Cancún, Q. Roo.

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Después de una visita anterior al hermoso paraíso de Xametla en Jalisco, nació la idea de convocar a una reunión de amigos pescadores, los mismos que compartimos nuestras aventuras en el foro de pesca deportiva de México (www.foros.pesca.mx ). Para incentivar la participación de todos los posibles, le puse el nombre de “Reunión Forera Multi/Modalidad: Pesca de Surf, Kayak y Lancha, Xametla 2013” buscando se sumaran todos los amigos que practican estas modalidades para que nos reuniéramos para hablar y compartir todo tipo de pesca. Para mi sorpresa, se anotaron muchos amigos con familias ente-ras hasta lograr reunir alrededor de 90 personas, entre adultos hombres y mujeres, jóvenes y niños procedentes de Colima, Jalisco y Nayarit. Llegamos a Xametla el viernes por la tarde y las condiciones no eran las mejores. El mar encrespado, viento frio y buenas olas…. en un lugar que siempre mantiene sus aguas tranquilas, como laguna en la orilla del mar. Esta zona, muy hermosa ade-más, está formada por una playa que convive rodeada de ocho islas pequeñas, estando la más cercana a escasos 500 metros de la orilla, lo que nos permitiría con buen tiempo, llegar a ella en kayak u otra embarcación.

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Con los ánimos en alto armamos el campamento para reunir-nos con los amigos que ya estaban o iban llegando, conocidos unos, y otros por conocer. El tiempo seguía sin colaborar lo que propició una buena ocasión para encontrarnos todos y sumar a los familiares a una convivencia, que si bien dejaba fuera del primer día la opción de salir al mar, nos entregaba el tiempo suficiente para ocupar la palapa que nombramos como centro de operaciones y comenzar los preparativos para una cena li-gera, destapar bebidas y brindar, acompañados de una guitarra (de esas que nunca faltan) y acompañar a varios que hicieron de las suyas alegrando nuestra primera noche de campamento. Esta oportuna “cantada” fue inaugurada por el amigo de todos: el Padre Pescador, con unas muy oportunas mañanitas para “el contador” otro buen entusiasta entre los presentes que

casualmente cumplía años ese mismo día y que fueron prece-didas por las intervenciones musicales de varios amigos como Dibago, los Juan Arturos (padre e hijo) y otros, para cerrar la noche donde no faltaron las bromas y chistes de siempre. Nos retiramos a dormir cerca de la media noche, que como esperá-bamos, se mantuvo fría.

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El amanecer del sábado, aunque mejor, seguía ofreciendo un tiempo negado al disfrute pero ello no limitó que desde horas tempranas ya hubieran varios intentando desde la orilla. Con sumo cuidado y en grupos pequeños nos hicimos al mar, unos en kayak rumbo a las islas, y otros en embarcaciones de motor. No se reportaron capturas importantes, pero si las suficientes para esperanzar el día, lo mismo de pesca submarina, kayak y algunas más –las mejores- desde le orilla.

Uno de los mejores momentos, fue cuando algunos se subie-ron por primera vez a un kayak, que disfrutaron como niños con juguete nuevo, y se entiende, porque es una modalidad que al que le guste el mar, lo engancha desde el principio. El agua no calentaba y aunque pocas, se siguieron reportando capturas, incluyendo un buen pargo capturado desde la orilla por “Benja”. A la hora de la comida, cada quien comenzó a preparar lo que había traído para comer y compartir. Asistimos en la tarde noche a una “competencia de tahitianas” (especie de ceviche con el pescado cortado en julianas o tiras delgadas, cocido con limón, chiles y salsa de soya) platillo obligado en cualquier ambiente de pescadores de mar, donde todos pro-baron y aprobaron ambas cazuelas, compartidas con cervezas frías y mucho buen humor, condimentado con una excelen-te convivencia donde Migue y Tacho, autores de las cazuelas participantes -y según el voto popular- quedarían empatados para que al final, todos resultáramos ganadores.

La noche se presentaba alentadora. Nuestro parrillero mayor, Ezequiel -como buen argentino- comenzó los preparativos para asar las carnes. Un costillar de cerdo que él mismo trajo y una salsa chimichurri que impregnó de expectativas el campamen-to, invitaba a todos a incorporar sus aportes para comer hasta hartarnos. La cena no pudo ser mejor, todos quedamos muy satisfechos y la complacencia general se fue muy por encima de las expectativas de todo el grupo que mantuvo despierta la noche haciendo chistes, bromas, juegos y sin faltar la músi-

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ca, que poco a poco se fue apagando hasta la madrugada, que nos arropó con menos frío para esperar el domingo.

El domingo fue de esos domingos inusuales para cualquier pescador a la orilla del mar. Habíamos estado comentando con el Padre Pescador de celebrar una misa a la orilla del mar y para lo cual, el mismo Padre se encargaría de los permisos co-rrespondientes con el párroco de la zona y llevar lo necesario. Le hicimos la propuesta al resto de los compañeros desde la llegada, por lo que los preparativos fueron parte del despertar, que en esa última mañana de domingo no pudo vestirse con mejores ropas. El mar tranquilo, lo que nos hizo disfrutar de nuestra playa-laguna en todo su esplendor. Un sol agradable y una buena asistencia llenó de momentos muy emotivos la ma-ñana, cuando pareciera que el divino señor regalaba sus mejo-res deseos para que el momento, lleno de sencillez y emocio-nes, le diera otro matiz a nuestra estancia en un ambiente de puro relax y mucha espiritualidad, gozando del contacto con lo mejor de la madre naturaleza donde también, fueron bende-cidos nuestros kayaks.

El resto del día y después de tantas buenas vibras con ese ama-necer tan especial, fue disfrutar de varias actividades. Se sumó la pesca submarina, donde también hubo capturas. Siguieron los paseos en kayak, otros le seguimos intentando desde la orilla hasta la tarde, que anticipaba un regreso poco deseado pero obligatorio.

Recoger el campamento fue el fin de una de las mejores sali-das, donde las capturas fueron solo el pequeño complemento a tantas vivencias y buenas experiencias en un ambiente lleno de magia y donde la amistad -eso don divino que nos une- nos recordó la famosa frase de Enrique IV en Navarra, porque Xa-metla: ¡vaut bien une messe!

Nos vemos en la próxima!

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