Troleo edicion 34

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REVISTA TROLEO EDICION 34

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El implacable paso del tiempo no cede ante nada y comenzamos ya el segundo mes del 2014. Los vientos del norte y los frentes fríos que los acompañan, continúan según los pronósticos de esta temporada, pero eso no es motivo para no salir a pescar. En este número vas a encontrar buenos consejos para que el invierno no sea impedimento para disfrutar una buena pesca. Interrogantes sobre cuándo salir y qué señuelos elegir se responden detalladamente en el artículo “‘¿Podemos pescar en invierno?”

Técnicas, trucos y consejos sobre la pesca del dorado se puntualizan bajo la óptica de Marko Alcaraz en el texto que nos comparte, donde se revelan secretos y experiencias de muchos años. Abundante infor-mación se ha escrito sobre la pesquería del dorado pero sin duda este artículo nos hará sentir mucho más preparados para salir en busca de este gladiador de la pesca deportiva de altura.

El Club de Pesca con Mosca Península participa en esta edición con la crónica de su tradicional encuentro anual. Un exclusivo recorrido lleno de emociones y memorables encuentros con verdaderos expertos del “fly fishing”. El escenario, el corazón de la hermosa reserva de la Biós-fera de Sian Ka’an: Punta Allen en Quintana Roo.

Hablemos de señuelos. Un recorrido informativo donde Rolando Córdoba analiza las características de muchos de los señuelos que conforman nuestra vasta artillería; para sacarle el mejor jugo según nuestras prioridades, necesidades y el escenario donde pretendemos pescar. Para lanzar señuelos y no dinero al mar.

Seguimos navegando, seguimos pescando, seguimos apasionados de nuestro trabajo y eso nos hace sentir agradecidos y respaldados por nuestros lectores y anunciantes...muchas gracias!

Nos vemos en la próxima captura.Manuel Solís Trejo / DIRECTOR [email protected]

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Motivados por lo nuevo o por el hecho de emular nuestras capacidades, la pesca con artificiales sigue atrayendo a más pescadores cada día. Esta modalidad es tan añeja como la ne-cesidad de los antiguos pobladores del ártico de encontrar su alimento en el mar, cuando la solución de suplir la carnada en aquellos tiempos, fue comenzar a tallar en pedazos de hueso o marfil las formas de sus peces-carnada, lo que también influyó como ya publicamos en estas páginas, en el nacimiento de la modalidad del jigging. Tuvimos que esperar hasta 1936, para que Lauri Rapala tallara en un pedazo de madera el famoso minnow y su acertada popularidad, diera el impulso definitivo para sacar a la luz la pesca usando señuelos artificiales.

¿Por qué pescar con artificiales?

Nunca apostaría si es más efectivo pescar con artificiales o pescar con carnada porque depende de muchos factores.

A todos nos ha pasado que estando horas tratando de tener cap-turas con señuelos, algún pescador llega, casi siempre de los habituales y lanzando con carnada puede tener tres capturas consecutivas; como también nos ha tocado llegar a escenarios donde las carnadas llevan rato en el agua, sin resultados y lan-zamos algunos artificiales y ante la mirada incrédula de mu-chos, comenzamos a sacar peces del agua.

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Lo que es un hecho es que el uso de artificiales amplió el aba-nico de opciones para cualquier especie y modalidades de pes-ca deportiva, sin dejar a un lado el factor principal: el reto personal de lograr capturas con “algo”, que en la mayoría de los casos no huele, ni reacciona, ni se mueve y en miles de ocasiones, ni se parece a la comida habitual de algún depre-dador, pero que con la destreza, la eficiencia en el armado la paciencia y un recobro acertado, el pescador puede incitar tanto al depredador que logra su ataque y por esa capacidad de engaño, es que se les conoce como señuelos.

¿Qué señuelo usar, dónde, cuándo y con qué especie?

Por la cantidad de factores que intervienen en esta pregunta, no creo que alguien pueda dar una respuesta 100% acertada pero al menos, intentaremos ofrecer alguna ayuda para el que comienza, porque lo demás –y como digo siempre- tiene que ver mucho con la suerte. Voy a tratar de dividirlos sin algún patrón establecido, pero que de alguna forma nos permita se-pararlos según su tipo, la acción y a qué profundidad van a trabajar para que cualquiera pueda tomar la mejor decisión se-gún los cuerpos de agua donde habitualmente va a pescar, las especies que esperan encontrar y la mejor presentación.

LOS CUERPOS DE AGUA

El cuerpo de agua y la profundidad donde intentamos pes-car, puede ayudar a determinar qué señuelos debemos usar, si debe trabajar en la superficie, a media agua o hacia el fondo y aunque es una nomenclatura que se usa poco, para los más ortodoxos podemos nombrar estos espacios como: “Shallow Water” o aguas bajas (de 1-3 pies). La media agua como “Mid Range Water” (de 4 -10 pies) y “Deep Water” cuando la pro-fundidad es de 10 pies o más.

TIPOS DE SEÑUELOS

A modo general, podemos nombrar cuatro TIPOS de señuelos, los que conocemos como señuelos FLOATING (1) , los SUS-PENDING (2), los SINKING (3) y los COUNT DOWN (4), lo que se traduce en la práctica como: (1) señuelos que flotan, (2) se sumergen y quedan suspendidos a cierta profundidad, (3) se hunden con o sin límite de profundidad o (4) se hunden a una velocidad de tantos pies por segundo; indicaciones que por lo general, podemos encontrar en los empaques de fábrica o en las “webpage” de cada marca.

No debemos confundir los conceptos TIPO y ACCION.

TIPO, como ya expliqué, es la naturaleza propia del señuelo marcada por su diseño, dicho en otras palabras: dónde va a permanecer en el agua cuando NO LO MOVEMOS y la AC-CION, es lo que vamos a lograr cuando los recobramos, vea-mos estos sencillos ejemplos para evitar confusiones al mo-mento de leer la información del empaque.

SEÑUELOS DE SUPERFICIE:

Paseantes y poppers

Siempre son de los primeros señuelos que lanzamos sobre todo si desconocemos el lugar, ya que nos permiten tantear la posibilidad de especies sin el peligro de enredarse en el fondo, por lo que al menos, debemos tener un par de ellos siempre a la mano. Su uso es mejor cuando el agua está en calma para que su presencia y su rastro se noten mejor en el espejo de agua.

Siempre insisto cuando los lancemos y caigan al agua, en es-perar unos segundos a que las ondas por el impacto desapa-rezcan, ello hará que el señuelo trabaje mejor -más limpio-, y porque también puede propiciar que alguna especie asustadiza como el robalo se pueda alejar, aunque la experiencia me dice que por lo general, regresan movidos por la curiosidad. Tam-bién les puede sorprender que una barracuda, algún jurel o un agresivo “lady fish” ataque el popper apenas toque el agua, debido a su naturaleza territorial.

Normalmente los paseantes son de cuerpo alargado, como un puro y sin paleta. Se recobran con tirones secos y continuos, devolviendo la caña a su posición con la punta pegada al espe-jo de agua, de esta forma vamos a lograr que el señuelo venga por encima del agua “caminando el perrito” (lo que se

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conoce como “walking the dog”) que es lograr que con cada tirón, el señuelo se desplace en zig-zag por la superficie. Es un recobro preferido por los pescadores de siempre, sobre todo en los lagos, manglares y aguas bajas de la costa.

El popper por el contrario puede tener varias formas según la marca presentando siempre una cavidad frontal, lo que va a generar con cada tirón el característico sonido “pop-pop” que le da nombre. Ambos señuelos por su flotabilidad (otra de sus ventajas) pueden permanecer todo el tiempo que queramos en el agua. Si hay corriente podemos aprovecharla para que arras-tre nuestro señuelo a puntos más distantes para recobrarlo por tramos y dejar que se devuelva para repetir el trabajo.

Este recobro puede realizarse de varias formas, continuo, len-to, enérgico o el más usual: dos o tres tirones y una pausa, lo que se conoce en el mercado anglo como: “stop and go”. Estos lures por lo general, presentan en su interior balines que al chocar por el movimiento de recobro, van a emitir sonidos que el depredador va a escuchar desde lejos y que unido a su rastro y el splash que produce su movimiento, van a incitar la embes-tida violenta del cazador, lo que lleva a confirmar que estos

señuelos provocan los ataques más estruendosos , aunque también fallidos y casi siempre por causa del pescador. Nun-ca debemos dar el “hook set” (jalón) al momento del ataque, que por lo regular nos agarra de sorpresa. Lo ideal es esperar fracciones de segundos o ver que el señuelo desaparece bajo el agua para entonces tratar de clavar, de lo contrario y por la ten-sión que provoca la espera y si no tenemos control, podemos dar el tirón en el justo momento que el pez sale a la superficie para atrapar el lure, haciendo que falle en su intento.

No quiero terminar esta sección sin hacer justicia a un señuelo superficial, que a pesar de reportar capturas año tras año siento que se ha hablado poco de él, me refiero a los “Peppys”, cono-cidos como los hijos menores de los Ranger de Robert Lures, usados en la pesca de surf.

Por su forma ovoide y plana, la ausencia de paleta y un cuerpo aplanado de 7 cm de largo y ¾ de oz , logran unas distancias impresionantes cuando se castean . Para que no se hunda, su recobro debe ser continuo y tan rápido, que pueda mantenerse “haciendo patitos “ sobre la superficie, efecto que logramos levantando la punta de la caña durante el recobro. No debemos preocuparnos si en ocasiones se hunde, de igual manera atraerá al depredador más cercano ofreciéndose igual de “ apetitoso”. Aunque poco nombrados, les puedo asegurar que son de los señuelos más efectivos que he usado por más de diez años, so-bre todo en la orilla de la playa con jureles, gallos, cojinudas, sierras y la rápida barracuda. Un señuelo - insisto - muy, pero muy efectivo, barato casi irrompible y fácil de manejar.

SEÑUELOS DE MEDIA AGUA

En esta profundidad y por ser la más común, comenzaremos dividiendo los señuelos en blandos y duros, lo que se conoce como “Soft Hard Baits” en sus presentaciónes más usadas.

LOS SOFT BAITS

Conocidas también como “ las gomas “ son tan efectivos que conozco a pescadores que usan solo este tipo de señuelos, su grado de especialidad ha llegado a tal extremo que obtienen capturas de casi todas las especies de orilla y los esteros a cual-quier profundidad, incluyendo a bordo de una embarcación en la pesca inshore. Otra de sus ventajas es el bajo costo compa-rado con los señuelos duros. En el caso de los jerk baits, gene-ralmente su cuerpo emula mucho al de un alargado pez pasto, con la colita bifurcada y más delgada en una variedad muy amplia de tonos y colores. Hay que tener en cuenta que su éxi-to radica, más que en el color y la forma, en las vibraciones

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que el depredador va a percibir al reconocer su nado, incluso en aguas turbias o en la oscuridad de la noche y se usan mucho en la pesca de robalos, sábalos, corvinas, redfish, pargo, jurel, lady fish y otras especies que habitan los flats (grandes exten-siones de aguas bajas) las orillas de las playas y el manglar.

Debemos tener en cuenta que hablamos de un cuerpo de goma que no emite sonidos, no presenta efectos visuales llamativos, no tiene paleta o labio que lo mueva de manera específica, por lo que su éxito al cien por ciento, radica en los movimientos que logre el pescador moviendo la caña.

Dependiendo de lo que necesitemos (ver arreglos) podemos usarlos armados solo con anzuelo (preferentemente del tipo Wide Gap) con peso (plomo o tugsteno) o armado en un jig head (cabecita de plomo con anzuelo) entre ¼ y ¾ de oz. Tam-bién podemos usar un plomito corredizo al comienzo de la lí-nea y aunque la mayoría no huelen, también existen con esen-cia, y esencias aparte, para echarles y que desprendan olor.

Aunque hemos comentado mucho de los soft jerkbaits (de hecho, con artículos completos en ediciones anteriores de Tro-leo) debemos recalcar que para moverlos, el pescador debe re-cobrarlo a tirones cortos y secos con la punta de la caña pegada al agua, lo que va a permitir que el señuelo parezca un pez pasto desorientado tratando de huir por debajo de la superficie. También recobrar subiendo y bajando la caña puede ayudar a lograr ese movimiento en el señuelo, Con algo de práctica y sin ponerle peso, se pueden traer nadando en zig-zag en la superficie del agua, convirtiéndolos en un verdadero manjar para el depredador cercano. Una de sus principales ventajas es que la punta del anzuelo puede esconderse en el lomo del lure, lo que garantiza que pueda nadar entre estructuras o aguas con materia suspendida, como hojas, ramas o algún deshecho que flote, sin peligro de enganche.

Los shad

Los shad, son de diseño parecido pero con la cola terminada en una especie de plato, que puede ser redondo, ovalado o cuadrado y perpendicular al cuerpo del señuelo, que al menor recobro o la fuerza de la corriente, se va a mover de un lado a otro como la colita de un pequeño pez. Por esta capacidad de mover su cola pueden recobrarse sin tirones, en línea recta y de manera lenta buscando que la colita haga su trabajo. Debo comentar que me han funcionado mejor, tironeando de vez en cuando con uno o dos golpes secos con la punta de la caña. Este tipo de “soft”, generalmente presenta el anzuelo descu-

bierto, aunque puede armarse con anzuelos ocultos (más pe-queños) como los soft jerkbaits que conocemos.

Los grubs

conocidos igual como “tails”, presentan por lo general un cuer-po cilíndrico con una cola larga, que puede estar moldeada en espiral, en forma de paleta u alguna forma similar para que oscile, vibre, se retuerza o se mueva cuando se recobre. Esta forma de “soft” -de las más antiguas y corrientes, se arma ge-neralmente con anzuelos emplomados en la punta (jigs heads) pueden recobrarse de varias maneras siendo de las más efecti-vas, traerlos lentamente por el fondo y la media agua para pro-piciar un buen trabajo de la cola. Son de mucha ayuda cuando se agregan a algún buck tail o plumilla, sumando el vibrar de su cola al comportamiento provocativo del artificial.

Cualquiera de estas opciones puede emplearse con cañas de entre 6 y 8 pies y carretes con capacidad mínima de 100-120 yardas de línea de entre 8 a15 libras, más un líder de al menos 30 cm x 20 libras de resistencia. Es necesario que el artificial tenga toda la soltura posible y ello puede garantizarse con nu-dos de lazo como el Rapala o el MirrOlure, sumamente segu-ros y fáciles de hacer.

Con este tipo de artificial, recomiendo mucho no usar destor-cedores (que en este caso: no tienen nada que destorcer) ni seguros metálicos, para no sumar pesos que lastren el movi-miento del plástico.

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Los “soft jerk”, los shad y los grub son solo una pequeña parte del gran mercado de “las gomas”, pero si prefieren disfrutar esta “suave” modalidad, los invito a probar los efectivos cama-rones de DOA, los letales TerrorEyz o los AirHead de la mis-ma marca. También Storm con su serie Wildeye Tail Minnow o los reconocidos Swim Shad, son tan buenas opciones como Berkley, Tsunami, Offshore Angler, Yum, Cocahoe, y decenas de marcas que producen productos para todas las aguas y se-gún el peso pueden usarse en esteros, playas, la pesca de surf, el troleo y el deep jigging, No son caros si tomamos en cuenta que se venden en “blister pack” de 1-3 pzas, de fácil manejo y de una efectividad a toda prueba.

SEÑUELOS DUROS

En este campo lleno de soluciones a diario, son tantas las op-ciones que nos ocuparemos de las más comunes y para el res-to, podemos buscar la información que se comparte a través de los medios electrónicos e impresos.

El jig bucktail

También llamado plumilla o gallito, resulta de los más senci-llos y con muchas formas de trabajarlos. Mayormente se lanza y se puede recobrar a tirones, de forma lenta “peinando” el fondo o la media agua, o subiendo o bajándolo con la punta de la caña durante el recobro. Por ser señuelos que parten de una cabeza emplomada que sujeta el anzuelo, tienden a hundirse si no se mueven, ventaja que podemos aprovechar para esperar varios segundos a que se ubique en la profundidad que que-remos trabajar. Son muy efectivos para todas las especies de orilla y estero y parte de su encanto es aprender a encordarlos para reutilizarlos todas las veces posibles, opción que amplía en mucho nuestro arsenal sin sumar gastos considerables.

Señuelos de metal: Las cucharas o cucharillas y los jigs

Quizás es de los más antiguos señuelos, sin embargo, debido a su efectividad y fácil manejo, las cucharas se siguen fabri-cando en cientos de versiones, pesos y colores, para seguir ocupando su lugar en el mercado.

Generalmente parten de una placa metálica alargada de forma cóncava o recta con cortes en diagonal, que garantiza su nado ondulando o rotando sobre su eje y no emiten sonidos. Son se-ñuelos que permiten clavarse con facilidad por lo delgado del cuerpo y por ser metálicos, nunca sufren daños mayores.

Resultan muy efectivas para especies de agua dulce o salada,ideales para la playa para el sábalo, robalos, jureles, barracu-das, corvinas, lady fish y toda la familia de los pargos y los

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meros. Les recomiendo cuando las compren, que prueben en la orilla con distintas velocidades para que puedan ver y sentir la velocidad ideal para moverlas.

En el caso de los jigs (no confundir con los señuelos para el deep jigging) resulta mejor moverlos a tirones continuos o su-biendo y bajando la caña durante el recobro, debemos tener ne cuenta que se hunden muy rápido debido a su forma y peso.

Por lo rápido que se hunden, podemos explorar con ellos cual-quier profundidad, Su nado por ser “casi” en línea recta re-quiere de más movimientos con la caña y por estar construido de metal y de forma plana, van a destellar muy bien incluso con poca luz, lo que las convierte en un blanco ideal sobre todo para especies amantes de los brillos como el pargo, la sierra, las barracudas, el wahoo y por supuesto: el hambriento jurel.

Tanto las cucharas de tamaño medio a grande como los jigs, resultan efectivos para el troleo de wahoos, dorados, grandes barracudas, agresivos atunes y barriletes. Ambos son de los mejor para cuando se acerca un frenesí a una escollera o cuan-do estamos a bordo, rodeando un buen comedero en la super-ficie. Resultan también efectivas para lanzar con cañas largas, en playas de caída profunda o en acantilados, donde recomien-do colocar un buen tramo de líder metálico teniendo en cuenta que son de los señuelos favoritos para los peces dientones.

El uso de destorcedores (que muchas veces traen de fábrica las cucharas) son casi una obligación, ya que por su diseño tienden a venir rotando u oscilando, lo que provoca el torcido de nuestra línea.

En EE.UU. sobre todo en las playas, son de los señuelos más usados en especial para la pesca del stripper, la familia de los pargos(snnaper) los red fish, el spanish mackereel y la trucha de mar, lo que se conoce en la Florida como spotted seatrout,

Los Rattling o lipples (señuelos sin labio)

Este señuelo no tiene límites en capturar especies, pues lo mismo atrae lobinas en los estanques y presas de agua dulce, que truchas en los ríos, que pargos en las rocas de la costa o un buen robalo en la tranquilidad del manglar, todos atraídos por la acción lateral que caracteriza su recobro, consecuencia de su frente en forma plana. Por lo general son señuelos que producen mucho ruido por los balines en su interior, chocando entre ellos y contra las paredes internas del lure ayudando mu-cho a su localización en aguas turbias y durante la noche.

En su mayoría se diseñan en forma de óvalo. Unos traen gran-des ojos en 3D, colores muy realistas y sonidos sofisticados, y los más antiguos eran más básicos, con la forma elemental del pez. Son cómodos de recobrar y se nota por lo “nerviosa” que se pone la punta de la caña, cuando vienen nadando de manera correcta. Sus formas varían mucho según la marca y en la ac-tualidad se fabrican del tipo floating, sinking y suspending.

Son buenos para arrastrarlos desde un kayak o trolearlos cerca de la costa a velocidades muy lentas (3 nudos). También para castear paralelo a las zonas de rocas de la costa o las escolle-ras, tantear en el canal central de los esteros, ríos, bocanas y en la orilla de las playas detras de las olas. Su recobro puede ser variable, a golpes secos o continuos o con jalones largos laterales, lo que se conoce como “abanicar” la caña.

Desde hace años se vienen diseñando algunas formas de ratt-ling distantes de las tradicionales, pero basados en su diseño de origen como el Yo-zuri Edge Trembler Minnow , lo

que demuestra lo efectivo de sus principios y el esfuerzo por darle vida a un señuelo de los mejores, tan efectivo, como aquellos primeros rattling que usaron los abuelos.

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Los señuelos suspending.

Esta categoría, de las más adictivas ha venido ganando público por la efectividad de su trabajo con tres ventajas esenciales: 1.- Su condición de permanecer y nadar debajo y pegado al espejo de agua, garantiza que se pierdan menos señuelos por enganches en el fondo. 2.- Por trabajar pegado a la superficie lo mismo es tocado por la luz del sol en los laterales deste-llando sus contornos, o cuando el sol esté encima de nuestras cabezas, su silueta (a contraluz) será vista por los peces que nadan más abajo de la media agua. 3.- Si detenemos su tra-bajo, va a permanecer suspendido (de ahí su categoría) a una altura ideal donde puede ser atacado desde cualquier altura del cuerpo de agua.

Son señuelos que tienen la ventaja de permanecer mucho tiempo sumergidos y se pueden recobrar con tirones secos y continuos o (mi preferido) detener el recobro y moverlo muy sutilmente con la punta de la caña, lo que hace fácil que se confunda y sea “visto” como la presa desorientada y sola, muy vulnerable para la mayoría de los depredadores oportunistas. Sus diseños son muy diversos y uno de los primeros y que sentó precedentes desde su aparición fue el famoso “Original “de Paul Brown, que hoy en día distribuye MirrOlure.

Este es un señuelo de goma, muy reconocido en Texas y Ca-rolina del Norte por todos los pescadores de robalo, redfish y corvinas desde mediados de la década de los setenta. Su éxito radica en la sensación que le brinda al depredador, morder un cuerpo de goma suave, muy similar al de sus presas, más, lo que hasta hoy es su mejor secreto: su característico e inigua-lable nivel de flotación, factor al que muchos le atribuyen su gran popularidad desde que salió al mercado hasta nuestros días. Sin duda MirrOlure es la marca de las más conocidas, que tiene el mayor catálogo y los mejores reportes en artificiales para trabajar debajo de la superficie, donde por citar algunos, podemos hablar de su Serie III con el S51MR, el S52MR a la cabeza, los famosos MirrOdine y MirrOminnow ¡ni qué decir del nuevo Scale Sardine! y por supuesto, el más renombrado de todos, el MirrOlure Catch 2000, un arma muy letal cuando se suspende con un buen recobro en “su espacio” de 2 pies de profundidad.

Rapala, aprovechando la indiscutible fama de su familia X-Rap, saca a la luz el afamado “Sub Walk”, confiando tanto en su éxito, que suma la versión de tamaño mayor con 2 oz de peso, ideal para la pesca de surf y la pesca inshore.

Yo-zuri, otro de los grandes, que desde unos años viene dán-dole un impulso sin precedentes a su emporio también ofrece varios modelos para la media agua y entre los más conoci-dos: el “Edge Minnow”, un artificial con buenos “reviews”, un nado muy llamativo y reportes muy positivos con excelentes capturas en varios foros del mundo.

Después de haberlos probado casi todos y si de virar las cartas se trata, el “Terrif DC9” de la firma DUO -para mi gusto- se lleva las apuestas de la mesa. Se castea muy, pero muy lejos . Su recobro es muy efectivo debido al diseño exclusivo de su labio, sobre todo con tirones secos o cuando se trae lento de forma continua y lo mejor, cuando dejamos de moverlo, en vez de hundirse poco a poco como los otros, emerge a la superficie muy lento lo que es una ventaja cuando pescamos en los flats o por ejemplo, lo troleamos desde el kayak. Sus balines estan dispuestos de una forma que al menor movimiento emiten un sonido seco y grave que es muy atractivo, lo que garantiza su fácil ubicación en aguas turbias y de noche, lo mismo en pla-yas, esteros, costas bajas y bahías de poca profundidad.

Los crankbaits, los minnows y jerk baits.

El mercado está tan saturado de propuestas nuevas que resulta difícil agrupar algunos productos en base a características de-terminadas, porque cada vez surgen más soluciones que tienen de una y de otra, resultando verdaderas fusiones a favor de un mejor desempeño y eso sucede con los Crankbaits.

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Este nombre que en una de sus acepciones del inglés significa manivela, tiene que ver con ello debido a su recobro conti-nuo.

Por lo general son artificiales cortos, como más redondos y con un movimiento muy enérgico, consecuencia en muchos casos de una enorme paleta pero de ángulo más agresivo y siempre de plástico. Son muy usados en la pesca de agua dulce (nunca he usado alguno en agua salada) sin embargo los he visto trabajando y con sendas capturas en torneos como el de Palizada en el estado de Campeche.

Los minnows

Estos artificiales siempre tratan de imitar la forma y el color del pez pasto, de cuerpo más estrecho y alto donde se hace mu-cho incapié en la apariencia que logran los acabados, ya que son señuelos que pueden recobrarse a velocidad medio lenta, y si estamos en aguas limpias, deben semejar en lo posible la co-mida del depredador y es muy seguro que el ataque responda a esa simulación. Igual pueden recobrarse de manera continua lo que no exime que de vez en cuando le demos algún tirón para lograr más sonido (cuando lo emiten) con los balines internos o propiciar un recobro enérgico según el escenario.

Comunmente los minnows se encuentran en los catálogos de todas las marcas, ya que su eficacia es muy probada y su dise-ño base, permite hacer versiones infinitas para este guerrero de apariencia realista y muy letal.

Por lo regular son del tipo sinking (de hundimiento continuo) o countdown (se hunden con una cadencia de tantos pies por segundo) lo que permite situarlos contando el tiempo a una profundidad determinada para comenzar el recobro (ver infor-mación en los empaques). También – y por suerte- ya pode-mos encontrarlos del tipo suspending y en su mayoría, todos vienen armados con 2-3 anzuelos triples y se pueden usar para obtener capturas de cualquier especie, incluso en aguas pro-fundas en la modalidad de troleo.

Sus cuerpos, si los comparamos con los jerk baits por ejem-plo, generan menos movimientos laterales y vibratorios pero resultan muy efectivos lo mismo en esteros, bocanas, ríos o en la orilla de las playas.

Los jerk baits

Aunque parezcan iguales a los minnows no lo son. De hecho y para facilitar su mejor hundimiento, en su mayoría son de forma más alargada y del tipo floating. Se recobran con uno o dos tirones enérgicos que los sumerje de forma violenta y se hace una pausa, dando tiempo a que regresen a la superficie, y que generalmente lo hacen bamboleándose lentamente.

Casi siempre son de paletas más ancha o de mayor ángulo, para lograr más movimientos y vibraciones en sus cortos re-corridos cuando se hunde. Sus acabados, se basan más en los efectos visuales que provoca su cuerpo al vibrar y moverse cuando se hunde, que en una imagen realista de la presa.

Esta configuración para los jerk y los minnows, también los encontramos en los crankbaits usados para la modalidad de troleo (modalidad que nos ocuparemos más adelante) que por lo general son de mayor tamaño y peso, de paleta más larga, unas de plástico y otras de metal con un objetivo en común: hacerle más resistencia al agua para que la fuerza del recobro o el arrastre del barco los haga moverse y ganar más profundi-dad, que en muchos casos puede superar los 30 pies de agua.

Resumen

No podemos abarcar los catálogos de todas las marcas, tipos y modelos, pero al menos compartimos la información sufi-ciente para saber qué buscar según nuestras prioridades. Si la economía nos limita, tómense el tiempo necesario para anali-zar si lo que nos ofrecen es lo que nos hace falta o lo quieres porque alguien te crea la necesidad de tenerlo... ello aunque no lo crean, es lo que puede hacer más efectiva nuestra caja de pesca para hacer la diferencia cuando salimos a pescar.

Insisto en la importancia de conocer cómo, para qué y dónde usar cada señuelo. Reúnan toda la información que puedan, lean los empaques y completen con la red, todos los datos para poder usar mejor cada artificial y obtener las respuestas que seguro nadie les va a dar. Recordemos que aunque lancemos al agua el señuelo más caro del mundo, si no lo hacemos en el escenario adecuado y los movemos según el patrón de reco-bro, estaremos lanzando nuestro dinero al mar.

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Llega el caluroso mes de septiembre con sus grandes bonanzas y sus tormentas tropicales. Es un mes de clima extremo, pue-de ser maravilloso o terrible -según la suerte de cada quien. Y como cada año, sin falta, el Club de Pesca con Mosca Penínsu-la efectúa su tradicional viaje de pesca anual. En esta ocasión pescaríamos en el corazón de la reserva de la Biósfera de Sian Ka’an hospedándonos en el poblado de Punta Allen, al final del camino que va de Tulum-Boca Paila y que desemboca en la Bahía de la Ascensión.

Once pescadores conformamos el grupo, hacía un año que no nos veíamos y algunos, mucho más que eso. Todos grandes amigos y todos pescadores con mosca: Javier Cámara, Rodol-fo Pinedo y Carlos Godoy del D.F., Jorge Azar y Raúl Casta-ñeda de Campeche, Ataulfo de la Cruz de Mérida, Alejandro Vega y Darwin Vega de Holbox, Gary Evans de Texas, Marco Ruz Ceballos de Cancún y Nassim Joaquín de Cozumel.

El avituallamiento y la anticipación del viaje crean una atmós-fera de nerviosismo muy particular. ¿Cómo nos irá este año… Será mejor la pesca que en el 2012? (uno de nuestros mejores años con 24 palometas capturadas y varios “Grand Slams”). ¿Cooperará el clima… me alcanzarán las moscas… traigo su-ficientes cañas? ¿Con quién me tocará pescar? Son las pregun-tas que siempre afloran antes y durante el viaje porque en la pesca con mosca la preparación lo es todo. Hay que asegurarse de amarrar líderes, probar nudos, engrasar líneas, armar cañas, lubricar carretes e intercambiar moscas.

Es como un laboratorio natural de “prueba y error” para des-cubrir cuáles serán las mejores moscas este año y sobre todo, a cuáles favorecerá la especie más perseguida, la más difícil, la elusiva… la mañosa y apática permit o palometa (Trachinotus falcatus).Tras un camino tortuoso, serpenteando entre la selva y la ori-lla del mar llegamos a nuestro destino: el hermoso poblado de Punta Allen, para ser recibidos con la cordialidad acostumbra-da por nuestros guías de pesca y anfitriones: Alonso Choc, Juan Carlos Rendón “Charlie”, Eleazar Ucan “Koreano”, Gerardo Velázquez “Tara”, Julio “Nino”, Filiberto “Fili” y “Toluco”.

Primer día

Siempre el primer día es el mejor, pues es el que carga con la mayor anticipación. Un café caliente y un rico desayuno y salimos a pescar. Ya extrañábamos estos flats, los arenales in-terminables en Los Pinos, la belleza de las Tres Marías, el le-gendario bajo de Esperanza, el productivo pesquero de Julio,

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el distante mogote del Tigre y toda la inmensidad de la Bahía de la Ascensión. Un lugar religioso para el pescador con mosca, la meca de la pesca de la palometa.

El día comenzó un tanto nublado pero con un clima aceptable. Ya estábamos ahí y eso era más que suficiente. Todos íbamos tras la palometa. Los guías de pesca desde la torre para palan-quear y por encima del motor, divisaban a lo lejos las “agua nerviosas” que se aproximaban y gritaban las direcciones al pescador en turno, que desde la proa buscaba el objetivo y se preparaba a recibirla con un buen lance. A veces acertaba y otras erraba. En esta pesca puedes hacer todo bien y aún así no tener respuesta del pez, la palometa es conocida por su falta de interés por las moscas, como la mayoría de los peces, pre-fiere los cangrejos reales, no las imitaciones. Es como aquel que descubre el truco del mago, pero ahí está el dificil reto de esta pesca, en animarlas para atacar nuestras moscas simulando un cangrejo o camarón, en engañarlas y por supuesto lograr la captura. El día se consumió rápidamente tras múltiples oportu-nidades de pesca. Palometas coleando pasando en escuelas, en parejas y solitarias, sin que faltaran los ocasionales macabíes. Fue un muy buen arranque. Varios pescadores traían palometa, incluso algunos como Rodolfo Pinedo (portada de este número de Troleo) daba la sorpresa capturando su primera palometa con mosca después de años intentándolo en Xcalak y Cozumel.

De regreso a Punta Allen una fría cerveza cerraba nuestro pri-mer día de pesca para disfrutar la convivencia con los ami-gos, compartir anécdotas, platicar del día... sentados bajo una palmera contemplando el agua, desde la blanca arena del Mar Caribe.

Segundo día

El clima variaba, nublado y con chubascos dispersos. El pro-nóstico no era alentador y se esperaba que las cosas se pusieran peor, pero con buen ánimo salimos a pescar, buscando prote-gernos del viento. Los guías son excepcionales para encontrar las mejores áreas de pesca. Insistíamos en la búsqueda de las “coludas” pero con poco éxito, no aparecían. Ese año sin duda parecía ser muy diferente al 2012, el clima se deterioraba, la pesca estaba escasa… pero algo había que era lo importante. Los grupos de palometas que encontrábamos, que en ocasiones atrapábamos eran en promedio mucho más pequeñas que las del año pasado. Palometas en su mayoría de 3 a 6 lbs de peso salvo algunas excepciones. Hubo quien tuvo la suerte de presentar su mosca a palometas de 15 a 25 lbs de peso que por unos segun-dos seguían la mosca mostrando interés… ¡parecía que ahora sí la atacarían! Pero nada, se volteaban para desaparecer en el último segundo.

Muchos macabíes se pescaron este día, algunos de buen tamaño superando las 4 lbs. Alejandro Vega “Ruso” capturó el único sábalo de todo el viaje y se soltaron otros. Perdiendo algunos la oportunidad de alcanzar el codiciado grand slam. Algunas palo-metas habían sucumbido a las exitosas moscas de Eduardo

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“Lefty” Arceo de Campeche y de Gary Evans de Texas... no nos podíamos quejar. Había pesca aunque las condiciones en esta ocasión resultaron muy difíciles, aunque lo cierto es que si fuera fácil, no estaríamos aquí.

Un sabroso ceviche de langosta de manos de nuestro guía Alonso Choc nos recibió en Punta Allen para el recuento del segundo día. El pronóstico del tiempo era poco alentador, al parecer, las condi-ciones se pondrían peores al día siguiente pero en este momento, eso no era importante: importante era que la cerveza estaba bien fría y nos encontrábamos reunidos todos, compartiendo entre amigos una nueva salida a pescar.

Tercer día

El recorrido entre Punta Allen y Cayo Culebra nunca lo habíamos visto en tan malas condiciones. Arropados con impermeables sa-limos rumbo a la Bahía de la Ascensión. Las olas eran enormes, la panga de 23 pies se perdía por momentos entre inmensas olas. Los guías de pesca no se distraían ni por un segundo inmersos en su responsabilidad. El viento soplaba con mucha fuerza, hasta que pudimos cruzar para adentrarnos en la bahía y encontrar re-fugio y dónde pescar.

Advertimos algunas escuelas cerca del área de Tres Marías. La mayoría de las palometas se encontraban mezcladas en menor nú-mero con las grandes escuelas de macabí. Era muy difícil poder escoger entre éstas y los macabíes. Los pequeños macabíes son más rápidos, abundantes y lograban robar muchas de las moscas destinadas a las palometas, lo que obligaba a una presentación precisa y de preferencia con moscas de camarón que no pesaran mucho, tratando de evadir las decenas de macabíes que nadaban más abajo. Una pesca muy difícil que la convierte en un reto de los mejores, sobre todo cuando tienes poca visibilidad bajo un cielo nublado y con el agua hasta el pecho, factores que imponían lanzar con la precisión de un maestro como Lefty Kreh.

Probamos varios lugares pero las condiciones continuaban em-peorando. En el interior de la bahía el exceso de agua dulce de las lluvias intensas, habían alejado las palometas y algunas áreas eran turbias e imposibles de pescar por el viento. Pero no por eso tuvimos un mal día, los guías de pesca y los pescadores obsti-nados fueron poco a poco encontrando oportunidades de pesca, algunas se lograron y otras no. Pero pese al temporal habíamos logrado pescar bastantes macabíes, algunos suertudos en el grupo habían logrado capturas de palometas... más no se podía pedir. Por suerte, de regreso al puerto, el tiempo se comportó más ama-ble que en la salida.

Ya en el pueblo de Punta Allen realizamos dos visitas de cortesía. La primera, al norte de Punta Allen a nuestro amigo Miguel Enca-lada, manager del “Grand Slam Lodge” quien nos mostró el cam-pamento y nos invitó una cerveza con unas deliciosas botanas, sin duda, el lodge de pesca con la mejor infraestructura hotelera de Quintana Roo. Preciosas habitaciones con instalaciones de

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primer nivel y un servicio excepcional a mano de su dueño y amigo Miguel Encalada.

La otra visita la realizamos al lodge “Pescadora Lodge” de recien-te creación, propiedad de nuestro amigo y miembro fundador del Club de Pesca con Mosca Península, el Dr. Fernando Negrón de Cozumel. Formidable campo de pesca, fabricado todo en madera a la usanza de las antiguas casas caribeñas de la región pero total-mente nuevas, situado al sur del pueblo de Punta Allen, cerca del faro y manejado con la atención de primera de su manager, nues-tra amiga Lilly Bertram (de la familia de los contructores de yates Bertram) y su esposo José Ucan “Careto”, de los mejores guías de pesca de la zona. Ambos lodges: verdaderos lugares de ensueño.

Cuarto y último día

El clima se volvió loco y septiembre sacaba su peor cara. Llu-via, viento y un terrible temporal nos dejó varados en el puerto. Cerca del medio día el clima mejoró paulatinamente y decidimos armar las cañas y salir, para ver qué podíamos hacer a pesar del ambiente. Muchos pescamos macabíes, algunos vieron palometas cerca del área de San Juan y hacia Boca Paila... ¡eran enormes! Y andaban en solitario, pero por mucho que insistimos, no tuvimos suerte. Era evidente el exceso de agua dulce, la visibilidad muy mala… y todo se unió esta vez para mantener la cuenta en cero a favor de las palometas. Solo algunos macabíes nos hicieron el día, el último de una jornada que había llegado a su fin. Nuestra salida anual del 2013 había terminado.

Esa noche celebramos con los guías de pesca y con sus familias en un gran banquete de arracheras, salchichas y chorizo alemán, vino y algunas cervezas. Fue un convivio maravilloso donde es-taban todos con sus esposas e hijos, lo que ya se va volviendo una muy buena costumbre.

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Este evento lejos de una competencia es un convivencia anual entre amigos, donde nos gusta distinguir al mejor pescador y al mejor guía, como reconocimiento de estos encuentros amistosos de pesca. Como no premiamos a los ganadores del 2012 decidi-mos hacerlo esa noche, así que anunciamos al triunfador de nues-tro premio al mejor guía del 2012, Eleazar Ucan “Koreano” y al mejor pescador de ese año que fué Gary Evans. Sin duda fue el momento más emotivo de la jornada, ya que Gary, conmovido, dejó aflorar algunas lágrimas ante un hermoso cuadro-obsequio de los miembros del Club, donde estaba retratado su querido ami-go el gran pescador Cam Sigler junto a las especies que acuñan un grand slam. Cam y Gary habían mantenido una entrañable amistad por varias décadas, hasta que Cam Sigler fallece el año pasado, significando para Gary hasta el día de hoy, una pérdida irreparable. Gary, que ya tiene 75 años de edad y a pesar de su-frir una lesión en el hombro, tuvo una de las mejores jornadas capturando 3 palometas y obteniendo un grand slam además de capturar decenas de macabíes con la caña larga.

Pero había que premiar también al mejor pescador del 2013 y ese fue Alejandro Vega “Ruso” que vino de atrás empezando no muy bien, logrando escalar al final para cerrar su récord con un par de palometas, varios macabíes y el único sábalo de esta jornada. El guía ganador del 2013 fue nuestro amigo “Tara” quien minutos antes había agradecido públicamente el apoyo económico y la so-lidaridad que le brindó el club el año pasado, cuando se encontró en una situación delicada de salud que puso en riesgo su vida.

Una jornada más de las de siempre, llena de emociones y me-morables encuentros que tuvieron como escenario, la hermosa reserva de la Biósfera de Sian Ka’an: “Donde nace el cielo” para despedirnos y comenzar a planificar nuestra próxima salida, an-siosos desde ahora, por volvernos a encontrar.

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El Dorado puede ser pescado deportivamente mediante una gran variedad de técnicas, la eficacia de una respecto a otra en realidad solo dependerá de las variantes del medio y de la habilidad que tenga el pescador para aplicarlas y adaptarlas.

El Dorado se mueve en cardúmenes cuando es de talla pe-queña, a medida que crece, lo hace en parejas y estas a su vez forman grupos dispersos en las zonas de caza como corrientes, cortes de agua, líneas de basura flotante, y en especial en zo-nas aledañas a objetos flotantes tanto fijos como libres.

En la tardía temporada de lluvias del Pacifico suele acercarse a la costa pero son ejemplares jóvenes, los mayores lo harán entre noviembre y marzo. Cuando se acerca a la costa, son las desembocaduras de ríos, puntas, cañones y bajos, buenos lugares para buscarle, siempre y cuando éstos sitios colinden con grandes fondos.

El Dorado es reconocido por su voracidad que le permite ata-car señuelos de un amplio rango de tamaño, desde un lure de plumas de pocos centímetros hasta enormes vinilos de su mis-mo tamaño. Hablando de carnadas, puede atacar desde barri-letes vivos tendidos para el marlin, hasta pequeñas sardinas o tiras de carnada.

La regla básica de esta pesca debe ser la observación del me-dio y la rapidez con la que nos adaptemos a él. El dorado nada y caza en grupos o parejas en ciertas zonas difusamente deli-mitadas, por lo que para ser exitoso se debe pensar en maximi-zar los piques siempre buscando dobletes o tripletes al tiempo que en nuestra búsqueda no nos salgamos del área de caza ni la fastidiemos.

Para facilitar los dobletes es importante presentar un patrón de troleo relativamente compacto y en paralelo. Para no salirse del área de pesca es importante identificar cuál es el foco de atracción para los dorados que hemos encontrado, ya sea un sistema de corrientes, un bajo, cardúmenes de carnada, ob-jetos flotantes o suspendidos y una vez identificado el foco, trabajarlo con paciencia.

En este sentido el ejemplo más claro es el tener la fortuna de encontrar un objeto flotante con un gran número de dorados a su alrededor, pero si hacemos pasadas muy continuas, rápi-das, cercanas y/o maniobras muy atropelladas y ruidosas, el cardumen termina por dispersarse después de solo una o dos capturas, pudiendo haber tenido potencialmente la oportuni-dad de celebrar ahí toda la pesca del día.

Equipos

Un equipo adecuado para el dorado debe ser relativamente li-gero, que permita maniobrar con una mano (para tener lista la otra para actuar si lo requerimos) con un freno respetable y regular capacidad de línea.

Carretes como los Shimano TLD 20, Tiagras 16- 20, Penn Se-nator 4/0, Makaira 16-20, Penn International 16-20 y cañas de acción 30 # son adecuadas. En cuanto al libraje de la línea, yo no recomiendo ir muy bajo (no al principio) y creo que líneas entre 30 y 50 libras son más que suficiente.

Durante esta pesca los equipos se manipulan mucho, me re-fiero a que deben ser retirados de la borda para facilitar las maniobras, y dependiendo del bote, significa que deben ser acomodados en ciertos sitios para que no estorben, y estas maniobras fomentan daños o golpes en las bobinas, con los consiguientes daños que lleva a perder peces y señuelos, por eso debemos tener mucho cuidado y saber de antemano dónde vamos a colocar los equipos en caso de uno o varios piques.

Troleo con carnada muerta

El troleo con carnadas muertas es una técnica sumamente efi-caz, divertida, y por lo mismo popular. Las carnadas por lo general suelen ser las que están disponibles en el lugar: lisas, lisetas, balyhoos, ojotones, sardinas, macarelas, cocineros o cojinudas, pez volador, tiras de calamar o pancetas de barri-lete. Los montajes pueden ser ondulantes, nadadores y chapo-teadores. De todas las carnadas, la mejor siempre será la del mismo lu-gar y momento. Si tenemos la oportunidad de hacerla nosotros mismos mediante sabikis o atarrayas, ¡que mejor! , pero como esto no siempre es posible, lo más práctico es hacerla o com-prarla con tiempo, prepararla (salarla o congelarla) y alistarla para que la tengamos en las mejores condiciones posibles.

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El Dorado puede ser pescado deportivamente mediante una gran variedad de técnicas, la eficacia de una respecto a otra en realidad solo dependerá de las variantes del medio y de la habilidad que tenga el pescador para aplicarlas y adaptarlas.

El Dorado se mueve en cardúmenes cuando es de talla pe-queña, a medida que crece, lo hace en parejas y estas a su vez forman grupos dispersos en las zonas de caza como corrientes, cortes de agua, líneas de basura flotante, y en especial en zo-nas aledañas a objetos flotantes tanto fijos como libres.

En la tardía temporada de lluvias del Pacifico suele acercarse a la costa pero son ejemplares jóvenes, los mayores lo harán entre noviembre y marzo. Cuando se acerca a la costa, son las desembocaduras de ríos, puntas, cañones y bajos, buenos lugares para buscarle, siempre y cuando éstos sitios colinden con grandes fondos.

El Dorado es reconocido por su voracidad que le permite ata-car señuelos de un amplio rango de tamaño, desde un lure de plumas de pocos centímetros hasta enormes vinilos de su mis-mo tamaño. Hablando de carnadas, puede atacar desde barri-letes vivos tendidos para el marlin, hasta pequeñas sardinas o tiras de carnada.

La regla básica de esta pesca debe ser la observación del me-dio y la rapidez con la que nos adaptemos a él. El dorado nada y caza en grupos o parejas en ciertas zonas difusamente deli-mitadas, por lo que para ser exitoso se debe pensar en maximi-zar los piques siempre buscando dobletes o tripletes al tiempo que en nuestra búsqueda no nos salgamos del área de caza ni la fastidiemos.

Para facilitar los dobletes es importante presentar un patrón de troleo relativamente compacto y en paralelo. Para no salirse del área de pesca es importante identificar cuál es el foco de atracción para los dorados que hemos encontrado, ya sea un sistema de corrientes, un bajo, cardúmenes de carnada, ob-jetos flotantes o suspendidos y una vez identificado el foco, trabajarlo con paciencia.

En este sentido el ejemplo más claro es el tener la fortuna de encontrar un objeto flotante con un gran número de dorados a su alrededor, pero si hacemos pasadas muy continuas, rápi-das, cercanas y/o maniobras muy atropelladas y ruidosas, el cardumen termina por dispersarse después de solo una o dos capturas, pudiendo haber tenido potencialmente la oportuni-dad de celebrar ahí toda la pesca del día.

Equipos

Un equipo adecuado para el dorado debe ser relativamente li-gero, que permita maniobrar con una mano (para tener lista la otra para actuar si lo requerimos) con un freno respetable y regular capacidad de línea.

Carretes como los Shimano TLD 20, Tiagras 16- 20, Penn Se-nator 4/0, Makaira 16-20, Penn International 16-20 y cañas de acción 30 # son adecuadas. En cuanto al libraje de la línea, yo no recomiendo ir muy bajo (no al principio) y creo que líneas entre 30 y 50 libras son más que suficiente.

Durante esta pesca los equipos se manipulan mucho, me re-fiero a que deben ser retirados de la borda para facilitar las maniobras, y dependiendo del bote, significa que deben ser acomodados en ciertos sitios para que no estorben, y estas maniobras fomentan daños o golpes en las bobinas, con los consiguientes daños que lleva a perder peces y señuelos, por eso debemos tener mucho cuidado y saber de antemano dónde vamos a colocar los equipos en caso de uno o varios piques.

Troleo con carnada muerta

El troleo con carnadas muertas es una técnica sumamente efi-caz, divertida, y por lo mismo popular. Las carnadas por lo general suelen ser las que están disponibles en el lugar: lisas, lisetas, balyhoos, ojotones, sardinas, macarelas, cocineros o cojinudas, pez volador, tiras de calamar o pancetas de barri-lete. Los montajes pueden ser ondulantes, nadadores y chapo-teadores. De todas las carnadas, la mejor siempre será la del mismo lu-gar y momento. Si tenemos la oportunidad de hacerla nosotros mismos mediante sabikis o atarrayas, ¡que mejor! , pero como esto no siempre es posible, lo más práctico es hacerla o com-prarla con tiempo, prepararla (salarla o congelarla) y alistarla para que la tengamos en las mejores condiciones posibles.

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En cuanto a su tamaño, son las carnadas de “a cuarta” (15-20cm) mis favoritas para este asunto, por su balance entre su porcentaje exitoso de enganches vs. su volumen que permite mayor atracción, independientemente de su especie.

En un patrón de troleo de puras carnadas muertas, es muy conveniente ofrecer cierta variedad de acciones, y no es por ofrecer opciones atractivas para el dorado pues este señor no se anda con miramientos y atacará a una nadadora con las mis-mas ganas que a una chapoteadora (siempre y cuando estén bien presentadas), sino porque en el ínter, con esta técnica, igual nos cruzaremos en el camino de una variedad de pelági-cos que sí merecen un poco más de arte en el armado.

En cuanto a anzuelos, estos dependerán del tipo de armado a usar como el Salmon Hook de Mustad 95170 en tamaños 8/0 y 9/0 para armados con el anzulelo interno. Para armados externos, sin duda el anzuelo circular es la opción y entre ellos el Owner Saltwater Mutu tamaños 7/0 y 8/0

En cuanto a los bajos de línea o líderes, podemos decir que con líderes entre las 80 y 100 libras y tan largos como 1.5 a 2 metros estamos cubiertos. Podrían utilizarse líderes más gruesos o más largos pero afectan la acción atrayente de car-nadas y señuelos y es innecesario y contraproducente ya que esto complica la acción de embarque/embicherado y fomenta enredos sobre cubierta.

El dorado prácticamente inhala a sus presas, no es muy difícil lograr sólidos y buenos enganches con ellos; un muy corto “drop back” (dar de comer) de 3-4 segundos y lo tendrás bien firme del otro lado; solo deberás controlar muy bien la bobina pues son ataques muy decididos y veloces.

Troleo con artificiales

El dorado es atraído por señuelos artificiales de gran variedad, tanto en tamaños, colores y acciones, entre ellos y en especial se encuentran los señuelos de plumas, también los de faldas de vinilo, los señuelos duros de acción superficial como los Robert´s Lures y poppers, los señuelos duros profundizadores o diving plugs como Rapalas, Youzuris y Halcos.

Los señuelos de plumas y vinilos son de mis favoritos para el dorado, la acción ondulante de las plumas por la acción del

agua les resultan muy atrayente y siguen funcionando a muy bajas velocidades, lo que facilita dobletes pues si mantienes en el agua un señuelo de estos durante una pelea, bien puedes tener un segundo strike en otra línea con la pura deriva de la embarcación.

Quizás el único detalle que tienen los señuelos de plumas es su armado. En general en las plumas se aplican los mismos principios de armados que rigen a los señuelos de faldas. Yo prefiero siempre armados de anzuelos sencillos y libres en la pesca del dorado: por un lado por seguridad del pescador y por otro para mantener una acción de troleo más natural.

Para armar una pluma de forma correcta tenemos que lograr que el anzuelo cuelgue libre sin ningún nudo o atadura que lo mantenga fijo al líder, de esta forma el anzuelo se moverá libremente en sincronía con las plumas, por el contrario, si quedara fijo, las plumas se pegarán a él y el señuelo no tendrá la misma vida.

De igual forma es importante el sistema de apoyo que tenga el anzuelo en la parte posterior del señuelo, pues si quedara alguna colita del líder o nudo malhecho, el anzuelo se torcerá por la acción del agua y el señuelo nadará mal, de lado o hasta girará. Desde luego que un simple anzuelo amarrado con un buen nudo directo al líder y éste dentro de una buena pluma, eventualmente pescará algo, pero créeme, eso en nada se com-para con un buen armado si a resultados vamos. Comienza atendiendo estos detalles con los dorados y casi sin darte cuen-ta estarás pescando cosas aún más grandes.

Es ineludible hablar de colores si también se habla de señue-los; afortunadamente los que atraen al dorado son de una gran gama en señuelos de plumas: morado-negro; verde-amarillo; rosa; rosa-blanco; rojo; rojo-blanco; azul-blanco; petrolero; guacamayo; bandera mexicana; verde-negro y negro.

En cuanto a marcas hay muchas: CA Lures, Zuker, Willianson, Tournament Cable, Ilander y las insuperables Chendo -solo comparables a las japonesas de manufactura artesanal-.

En mi viaje de pesca a las Islas Baleares y a la Costa del Le-vante Español el año pasado, les aprendí muchas cosas a los excelentes pescadores españoles José María Carbonell y Juan Carlos Salinas, me ilustré de una manera muy buena de lograr un armado muy firme y a la vez flexible, lo llaman “empati-llado” y describiéndolo muy superficialmente consiste básica-mente en unir un armado tipo assisted hook al extremo inferior del leader, de manera que la sección de dynema actúe a la vez de espaciador y de unión flexible.

Aquí escribo un extracto de las palabras que el maestro José María Carbonell -dos veces campeón de España y autor de ex-celentes libros de pesca- comentó en aquél viaje que resumí para los lectores de Troleo:

“Un sistema que me ha dado excelentes resultados con el dorado, es utilizar un anzuelo doble, un destorcedor, rema-ches de aluminio,tubo termo-contráctil y un buen señuelo de plumas.

Los anzuelos dobles son tan buenos que supongo por esa ra-zón no son permitidos por la IGFA en sus récords. Los anzue-los dobles están maquinados aproximadamente a 60° y eso hace que sean muy estables y que ambas puntas naveguen siempre hacia arriba, lo que genera más y mejores engan-ches.

Este armado consiste en deslizar un destorcedor (de buena calidad y resistencia mínima de 200 libras por una de las puntas del anzuelo hasta alojarse en el ojal; posteriormente se introduce un trocito de tubo termo-contráctil y se desliza pasando por el destorcedor hasta la pata doble del anzuelo, en donde finalmente es calentado para obtener el cuerpo ne-cesario en el armado y evitar que el destorcedor se deslice y pierda su posición. Del destorcedor se afirma el líder prote-giendo la línea con un trozo de tubito plástico que puedes encontrar donde venden equipos para sistemas neumáticos e hidráulicos.”

“Otra opción es utilizando un shackle o grillete, un anzuelo sencillo de pata corta y recto, remache de aluminio o crimp y tubito protector de 4 cm de largo. Formas una gasa con el remache y el tubito protector y simplemente unes al líder el anzuelo sencillo mediante el grillete. A falta de un grillete, puedes también usar un snap swivel pero solo como última opción ya que suele enredarse en sí mismo, dando al traste con todo el asunto.

En cuanto a señuelos de faldas, también tenemos una gran y excelente variedad en el mercado: Pakula Uzi, Pakula Cochroach, Pakula Phantom, Pakula Zipper o también los Black Bart Tuna Candy, El Squid Jr; Hex Jet Lure … en cualquier color pero éstos dos últimos recortados en sus fal-das 1 ½” .

Un señuelo poco conocido en México es el Halco Laser Pro, sin embargo les puedo apostar que solo es cuestión de tiem-po para que sea uno de los más populares.

Son fabricados en Australia con un sencillo pero refinado diseño que les permite ser troleados a velocidades relativa-mente altas, manteniendo un nado vibrante pero a la vez recto, lo que reduce enormemente los enredos. Sus colores, sonido y en general su acción son simplemente geniales. El patrón de troleo para ellos es en pares, dos de tamaño 190mm –exactamente- a 10 metros de distancia de la popa y otro par de modelo 160mm –exactamente- a 15 o a 20 metros de distancia. Insisto en medidas exactas no por una pesadez, si no para evitar enredos.

Los mejores pescadores de España a quienes aprendí estos trucos, utilizan un medidor de línea portátil para asegurarse de ello, al tiempo que sus líneas las tienen marcadas con plu-món para agilizar la maniobra de ajuste. Una quinta línea al centro y hasta atrás cierra el juego, con una pluma, de preferencia marca “Chendo” que por cierto y lo atestiguo: son las mejores plumas del mundo”.

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En cuanto a su tamaño, son las carnadas de “a cuarta” (15-20cm) mis favoritas para este asunto, por su balance entre su porcentaje exitoso de enganches vs. su volumen que permite mayor atracción, independientemente de su especie.

En un patrón de troleo de puras carnadas muertas, es muy conveniente ofrecer cierta variedad de acciones, y no es por ofrecer opciones atractivas para el dorado pues este señor no se anda con miramientos y atacará a una nadadora con las mis-mas ganas que a una chapoteadora (siempre y cuando estén bien presentadas), sino porque en el ínter, con esta técnica, igual nos cruzaremos en el camino de una variedad de pelági-cos que sí merecen un poco más de arte en el armado.

En cuanto a anzuelos, estos dependerán del tipo de armado a usar como el Salmon Hook de Mustad 95170 en tamaños 8/0 y 9/0 para armados con el anzulelo interno. Para armados externos, sin duda el anzuelo circular es la opción y entre ellos el Owner Saltwater Mutu tamaños 7/0 y 8/0

En cuanto a los bajos de línea o líderes, podemos decir que con líderes entre las 80 y 100 libras y tan largos como 1.5 a 2 metros estamos cubiertos. Podrían utilizarse líderes más gruesos o más largos pero afectan la acción atrayente de car-nadas y señuelos y es innecesario y contraproducente ya que esto complica la acción de embarque/embicherado y fomenta enredos sobre cubierta.

El dorado prácticamente inhala a sus presas, no es muy difícil lograr sólidos y buenos enganches con ellos; un muy corto “drop back” (dar de comer) de 3-4 segundos y lo tendrás bien firme del otro lado; solo deberás controlar muy bien la bobina pues son ataques muy decididos y veloces.

Troleo con artificiales

El dorado es atraído por señuelos artificiales de gran variedad, tanto en tamaños, colores y acciones, entre ellos y en especial se encuentran los señuelos de plumas, también los de faldas de vinilo, los señuelos duros de acción superficial como los Robert´s Lures y poppers, los señuelos duros profundizadores o diving plugs como Rapalas, Youzuris y Halcos.

Los señuelos de plumas y vinilos son de mis favoritos para el dorado, la acción ondulante de las plumas por la acción del

agua les resultan muy atrayente y siguen funcionando a muy bajas velocidades, lo que facilita dobletes pues si mantienes en el agua un señuelo de estos durante una pelea, bien puedes tener un segundo strike en otra línea con la pura deriva de la embarcación.

Quizás el único detalle que tienen los señuelos de plumas es su armado. En general en las plumas se aplican los mismos principios de armados que rigen a los señuelos de faldas. Yo prefiero siempre armados de anzuelos sencillos y libres en la pesca del dorado: por un lado por seguridad del pescador y por otro para mantener una acción de troleo más natural.

Para armar una pluma de forma correcta tenemos que lograr que el anzuelo cuelgue libre sin ningún nudo o atadura que lo mantenga fijo al líder, de esta forma el anzuelo se moverá libremente en sincronía con las plumas, por el contrario, si quedara fijo, las plumas se pegarán a él y el señuelo no tendrá la misma vida.

De igual forma es importante el sistema de apoyo que tenga el anzuelo en la parte posterior del señuelo, pues si quedara alguna colita del líder o nudo malhecho, el anzuelo se torcerá por la acción del agua y el señuelo nadará mal, de lado o hasta girará. Desde luego que un simple anzuelo amarrado con un buen nudo directo al líder y éste dentro de una buena pluma, eventualmente pescará algo, pero créeme, eso en nada se com-para con un buen armado si a resultados vamos. Comienza atendiendo estos detalles con los dorados y casi sin darte cuen-ta estarás pescando cosas aún más grandes.

Es ineludible hablar de colores si también se habla de señue-los; afortunadamente los que atraen al dorado son de una gran gama en señuelos de plumas: morado-negro; verde-amarillo; rosa; rosa-blanco; rojo; rojo-blanco; azul-blanco; petrolero; guacamayo; bandera mexicana; verde-negro y negro.

En cuanto a marcas hay muchas: CA Lures, Zuker, Willianson, Tournament Cable, Ilander y las insuperables Chendo -solo comparables a las japonesas de manufactura artesanal-.

En mi viaje de pesca a las Islas Baleares y a la Costa del Le-vante Español el año pasado, les aprendí muchas cosas a los excelentes pescadores españoles José María Carbonell y Juan Carlos Salinas, me ilustré de una manera muy buena de lograr un armado muy firme y a la vez flexible, lo llaman “empati-llado” y describiéndolo muy superficialmente consiste básica-mente en unir un armado tipo assisted hook al extremo inferior del leader, de manera que la sección de dynema actúe a la vez de espaciador y de unión flexible.

Aquí escribo un extracto de las palabras que el maestro José María Carbonell -dos veces campeón de España y autor de ex-celentes libros de pesca- comentó en aquél viaje que resumí para los lectores de Troleo:

“Un sistema que me ha dado excelentes resultados con el dorado, es utilizar un anzuelo doble, un destorcedor, rema-ches de aluminio,tubo termo-contráctil y un buen señuelo de plumas.

Los anzuelos dobles son tan buenos que supongo por esa ra-zón no son permitidos por la IGFA en sus récords. Los anzue-los dobles están maquinados aproximadamente a 60° y eso hace que sean muy estables y que ambas puntas naveguen siempre hacia arriba, lo que genera más y mejores engan-ches.

Este armado consiste en deslizar un destorcedor (de buena calidad y resistencia mínima de 200 libras por una de las puntas del anzuelo hasta alojarse en el ojal; posteriormente se introduce un trocito de tubo termo-contráctil y se desliza pasando por el destorcedor hasta la pata doble del anzuelo, en donde finalmente es calentado para obtener el cuerpo ne-cesario en el armado y evitar que el destorcedor se deslice y pierda su posición. Del destorcedor se afirma el líder prote-giendo la línea con un trozo de tubito plástico que puedes encontrar donde venden equipos para sistemas neumáticos e hidráulicos.”

“Otra opción es utilizando un shackle o grillete, un anzuelo sencillo de pata corta y recto, remache de aluminio o crimp y tubito protector de 4 cm de largo. Formas una gasa con el remache y el tubito protector y simplemente unes al líder el anzuelo sencillo mediante el grillete. A falta de un grillete, puedes también usar un snap swivel pero solo como última opción ya que suele enredarse en sí mismo, dando al traste con todo el asunto.

En cuanto a señuelos de faldas, también tenemos una gran y excelente variedad en el mercado: Pakula Uzi, Pakula Cochroach, Pakula Phantom, Pakula Zipper o también los Black Bart Tuna Candy, El Squid Jr; Hex Jet Lure … en cualquier color pero éstos dos últimos recortados en sus fal-das 1 ½” .

Un señuelo poco conocido en México es el Halco Laser Pro, sin embargo les puedo apostar que solo es cuestión de tiem-po para que sea uno de los más populares.

Son fabricados en Australia con un sencillo pero refinado diseño que les permite ser troleados a velocidades relativa-mente altas, manteniendo un nado vibrante pero a la vez recto, lo que reduce enormemente los enredos. Sus colores, sonido y en general su acción son simplemente geniales. El patrón de troleo para ellos es en pares, dos de tamaño 190mm –exactamente- a 10 metros de distancia de la popa y otro par de modelo 160mm –exactamente- a 15 o a 20 metros de distancia. Insisto en medidas exactas no por una pesadez, si no para evitar enredos.

Los mejores pescadores de España a quienes aprendí estos trucos, utilizan un medidor de línea portátil para asegurarse de ello, al tiempo que sus líneas las tienen marcadas con plu-món para agilizar la maniobra de ajuste. Una quinta línea al centro y hasta atrás cierra el juego, con una pluma, de preferencia marca “Chendo” que por cierto y lo atestiguo: son las mejores plumas del mundo”.

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Rapala reciclada

Necesitas un señuelo tipo floating, esas de labio de plástico que terminó roto por alguna razón y no sabes que uso darle.

Limas los restos del labio, retiras ambos triples y empatas las dos argollas a la cola, en la última argolla engarzas un anzuelo recto de tamaño equilibrado al tamaño de tu rapala y a ese anzuelo le amarras 6 hebras de rafia, para darle flash y estabilidad; este último detalle es imprescindible para evitar que el señuelo salte demasiado al troleo, no olvides quemar las puntas de las hebras de rafia para evitar que se deshilache.

En la pancita le pegas con pasta de superglue con bicarbonato un plomito oliva de 1/4 de oz previamente aplastado y doblado en forma con un martillo sobre un tubo. A la plaquita de plomo resultante le haces una perforación con un destornillador de paleta angosta y en dicha perforación engarzas la anilla que la rapala tiene en la panza, al mismo tiempo hacer un amarre extra afirmando la placa de plomo a la argolla por medio de un hilo resistente o un alambrito.

Lo troleas tal como si de una carnada muerta se tratara, debe na-dar sub-superficial, zigzagueando con chapoteos ocasionales que se incrementan proporcional a la velocidad de troleo, es importante el amarre en gaza para permitir su acción.

Cadena de calamares

Su inventiva se atribuye a la mente japonesa, pero a lo largo del tiempo cada pescador añade sus variantes.

Básicamente consiste en un líder grueso y un poco largo pues reci-birá mucho castigo, para ese caso 150 libras es bueno. Se colocan a lo largo de su longitud entre 4 y 5 calamares de acción flotante, yo los prefiero a los huecos que necesitan plomo; cada calamar tendra una distancia de uno de otro de 40 cms y a 60 cms del señuelo de faldas de vinilo armado que pondremos al final que sí deberá de tener peso; yo prefiero los de marca Zuker de 7”.

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La pelea del Dorado

La pelea del dorado inicia con un ataque decidido y explosivo, seguido de una corta pero poderosa carrera que de repente se convierte en series de acrobacias aéreas al sentir el acero, sal-tos alternados con corridas superficiales de imprevisibles cam-bios de dirección; un contrincante formidable en línea ligera; una de las peleas más bellas entre todas las especies deportivas que conozco.

Es importante apuntar que lo anterior descrito corresponde a la pelea de un dorado mediano de hasta algunos 15 kg porque uno mayor, del rango de los 20 kg es un animal completamente dis-tinto, un dorado grande alterna todo lo anterior con poderosas clavadas, utilizando la corriente a su favor incluso resistiendo de forma transversal a la línea o “atravesado”. Un dorado de más de 20 kg es capaz no solo de atacar, también de engullir enormes lures presentados para el marlín azul y de vencer sus frenos sin esfuerzo aparente.

Al pelear a un dorado es obligatorio mantener la línea en cons-tante tensión, el permitir un aflojón de línea es casi igual a per-derlo por su tendencia a sacudir la cabeza al saltar, costumbre que resulta en anzuelos zafados afortunadamente para ellos. Algo que puedes hacer para reducir este asunto es siempre mantener el bote en “muerta avante”.

El pez de mis “sueños guajiros” siempre ha sido un dorado de 200 kgs, estoy seguro que serían obsesivamente invencibles… pero por otro lado que bueno que no es así porque conociéndo-los, estoy seguro que también devorarían náufragos.

Un dorado quema muy rápido sus energías y cuando las ha agotado transformándola en bella lucha, finalmente se deja guiar superficialmente y siempre de forma lateral hacia el bote, pero que esto no te engañe, el dorado siempre juega sucio y guarda la suficiente cantidad de “gónadas” para el final y si te toma descuidado, te puede hacer pasar un mal momento, en

este sentido son animales tan bellos como peligrosos pues son los causantes de un gran porcentaje de accidentes a bordo de botes deportivos.

El cobro y sacrificio del Dorado

Todo ha salido bien y ahora tienes a un bello dorado junto al bote, no te confíes porque aunque parece haber terminado la guerra, en realidad comenzará otra batalla. Una maniobra de cobro limpio y relativamente segura inicia alistando toda el área de maniobra, limpiándola de equipos, hieleras, cañas, se-ñuelos, mirones y demás estorbos potenciales; muy en especial prepararemos el lugar en donde el dorado será depositado una vez enganchado, pues un dorado enganchado cacheteará con su cola todo y a todos alrededor, lo último que queremos es un tremendo golpe de cola a un compañero o a una caja de pesca con los resultantes proyectiles volando buscando ojos.

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Lo mejor es disponer de un cajón o hielera lo suficientemente grande para recibirlo o bien, un área convenientemente limpia como ya lo he mencionado. Después de haber alistado el área y lugar -por favor alista esto antes y no en el momento justo en el que ya tienes el dorado junto a ti- lo que sigue es disponer de un buen gancho y un mejor enganchador.

El mejor gancho es: en el caso de pangas o botes de borda baja, uno corto de 1.00-1.20 metros de mango y en el caso de yates o botes de borda alta uno de 1.5-1.70 metros. Un gancho largo será un estorbo en una panga y un gancho corto será insuficien-te en un yate.

El “ganchazo” debe ser decidido y siempre dirigido al área de la cabeza, nunca a medio cuerpo. Un dorado enganchado por la cabeza, colgará permitiendo tener más control sobre él; un do-rado enganchado por medio cuerpo, se girará coleando a todos los compañeros circundantes y a uno mismo, y ambos extre-mos son peligrosos pues en el de la cabeza tenemos al señuelo y si tiene un armado doble el peligro es intrínseco. Del otro extremo la cola castiga a todos por igual.

Para dirigir mejor el gancho debemos conducir en primera ins-tancia el dorado hacia el gancho ayudados por el líder y no lo inverso pues si no lo alcanzamos en el primer intento, debe-remos dar una brazada de líder más que nos descontrolará y perderemos el factor sorpresa.

Siempre debemos saber qué tipo de armado trae consigo, si es un señuelo de múltiples puntas como un diving plug o un armado doble manéjalo con toda precaución. Al momento de tenerlo enganchado no sueltes el líder, afírmalo bien con tu otra mano para tener mayor control y evitar que quede libre y pueda sacudírse a cabezazos esos señuelos que saldrán volando y que siempre suelen caer en el lugar menos conveniente.

Consejos de expertos.A continuación comparto algunos ejemplos de verdaderos expertos pescadores y amigos míos:

Paco Saca de El Salvador:Para no perder la mancha de dorados de una forma práctica, nece-sitas tan solo un bote de plástico grande y vacío de refresco, a ese bote le amarras una sección de líder de mono de un par de metros y en él atas un anzuelo y en éste una buena carnada. Cuando tengas un pique de dorado, inmediatamente lanzas el bote al agua, al que no perderás de vista durante la maniobra de cobro de tu pez, pues en el ínter esperaremos a que un segundo dorado de la misma mancha tome nuestra carnada-bote y de esa manera tendremos a uno de ellos atrapado y que nos servirá de guía para seguir a la mancha y continuar troleando en sus inmediaciones.

Don Antonio Fernández de Colima:Una vez Don Antonio perdió el 5to. lugar de un prestigiado torneo de dorado en San Juan de Alima, Michoacán, no se sintió muy triste pues él y su hijo Rodrigo lograron los premios del 4to. al 1ro. ¿su secreto? Él es un experto en el uso del carrete de mano o “yo-yo” tanto que con este artesanal sistema también ha pescado marlines.

Trolea con sus cañas de forma normal, solo que al lograr un pique, inmediatamente lanza al agua una segunda carnada a la que otor-ga inmejorable acción gracias al movimiento cadencioso de la pro-pia recuperación del yo-yo. Un equipo de casting o spinning podían igual hacer las veces, pero requieren de más espacio y en pangas como la suya no son la opción frente a la rapidez de uso del yo-yo y su flexibilidad de lance entre las cañas dispuestas.

Para sacrificar el dorado, son utiliza-dos tantos métodos como pescadores. Los más populares son el garrote a la cabeza y el cuchillo o desarmador pin-chando arriba y atrás del ojo buscando el cerebro, en todos casos es requerido primeramente inmovilizar al pescado.

En mi opinión el mejor método es con alcohol, un certero chisguete de alco-hol de caña directo a las branquias los afloja y mata en segundos. Te re-comiendo ponerlo en un bote vacío de detergente lava trastes de los que tie-nen válvula dispensadora, son mucho más seguros que utilizar alguno de ga-torade etc. pues es fácil identificar am-bos tipos de botes y nadie en su sano juicio le echaría un trago a algo dentro de un bote de detergente líquido.

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Lo mejor es disponer de un cajón o hielera lo suficientemente grande para recibirlo o bien, un área convenientemente limpia como ya lo he mencionado. Después de haber alistado el área y lugar -por favor alista esto antes y no en el momento justo en el que ya tienes el dorado junto a ti- lo que sigue es disponer de un buen gancho y un mejor enganchador.

El mejor gancho es: en el caso de pangas o botes de borda baja, uno corto de 1.00-1.20 metros de mango y en el caso de yates o botes de borda alta uno de 1.5-1.70 metros. Un gancho largo será un estorbo en una panga y un gancho corto será insuficien-te en un yate.

El “ganchazo” debe ser decidido y siempre dirigido al área de la cabeza, nunca a medio cuerpo. Un dorado enganchado por la cabeza, colgará permitiendo tener más control sobre él; un do-rado enganchado por medio cuerpo, se girará coleando a todos los compañeros circundantes y a uno mismo, y ambos extre-mos son peligrosos pues en el de la cabeza tenemos al señuelo y si tiene un armado doble el peligro es intrínseco. Del otro extremo la cola castiga a todos por igual.

Para dirigir mejor el gancho debemos conducir en primera ins-tancia el dorado hacia el gancho ayudados por el líder y no lo inverso pues si no lo alcanzamos en el primer intento, debe-remos dar una brazada de líder más que nos descontrolará y perderemos el factor sorpresa.

Siempre debemos saber qué tipo de armado trae consigo, si es un señuelo de múltiples puntas como un diving plug o un armado doble manéjalo con toda precaución. Al momento de tenerlo enganchado no sueltes el líder, afírmalo bien con tu otra mano para tener mayor control y evitar que quede libre y pueda sacudírse a cabezazos esos señuelos que saldrán volando y que siempre suelen caer en el lugar menos conveniente.

Consejos de expertos.A continuación comparto algunos ejemplos de verdaderos expertos pescadores y amigos míos:

Paco Saca de El Salvador:Para no perder la mancha de dorados de una forma práctica, nece-sitas tan solo un bote de plástico grande y vacío de refresco, a ese bote le amarras una sección de líder de mono de un par de metros y en él atas un anzuelo y en éste una buena carnada. Cuando tengas un pique de dorado, inmediatamente lanzas el bote al agua, al que no perderás de vista durante la maniobra de cobro de tu pez, pues en el ínter esperaremos a que un segundo dorado de la misma mancha tome nuestra carnada-bote y de esa manera tendremos a uno de ellos atrapado y que nos servirá de guía para seguir a la mancha y continuar troleando en sus inmediaciones.

Don Antonio Fernández de Colima:Una vez Don Antonio perdió el 5to. lugar de un prestigiado torneo de dorado en San Juan de Alima, Michoacán, no se sintió muy triste pues él y su hijo Rodrigo lograron los premios del 4to. al 1ro. ¿su secreto? Él es un experto en el uso del carrete de mano o “yo-yo” tanto que con este artesanal sistema también ha pescado marlines.

Trolea con sus cañas de forma normal, solo que al lograr un pique, inmediatamente lanza al agua una segunda carnada a la que otor-ga inmejorable acción gracias al movimiento cadencioso de la pro-pia recuperación del yo-yo. Un equipo de casting o spinning podían igual hacer las veces, pero requieren de más espacio y en pangas como la suya no son la opción frente a la rapidez de uso del yo-yo y su flexibilidad de lance entre las cañas dispuestas.

Para sacrificar el dorado, son utiliza-dos tantos métodos como pescadores. Los más populares son el garrote a la cabeza y el cuchillo o desarmador pin-chando arriba y atrás del ojo buscando el cerebro, en todos casos es requerido primeramente inmovilizar al pescado.

En mi opinión el mejor método es con alcohol, un certero chisguete de alco-hol de caña directo a las branquias los afloja y mata en segundos. Te re-comiendo ponerlo en un bote vacío de detergente lava trastes de los que tie-nen válvula dispensadora, son mucho más seguros que utilizar alguno de ga-torade etc. pues es fácil identificar am-bos tipos de botes y nadie en su sano juicio le echaría un trago a algo dentro de un bote de detergente líquido.

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Vidal Dávalos de Manzanillo:Siempre deja una carnada en el agua, o mejor dos!. Cuando tengas un pique de dorado o de lo que sea y estes troleando con carnadas, retira las líneas que te estorben, pero igualmente has lo necesario para dejar en el agua una o dos carnadas, preferentemente en los tangones o la posición larga. De esta forma los dorados incluso se llevan carnadas que quedan colgando de los tangones a centíme-tros del agua.

Peter Pakula de Gold Coast Australia:Hace varios años, Peter diseñó un excelente señuelo (hoy descon-tinuado) de nombre DoJo Hybrid; estos señuelos no tenían com-paración pues eran una mezcla entre grub, con diving plug pero con cabeza de lure de faldas. Eran señuelos magníficos, pero se adelantaron a su tiempo y fueron injustamente incomprendidos por los pescadores. Un truco que Peter desarrolló para ellos era dejarlos hundirse (tenían un inserto de plomo en el cuerpo) justo antes de llegar aun “FAD” u objeto flotante de manera, que si vas troleando normal y ves un objeto flotante, primeramente les das línea alar-gando sus posiciones y después casi al llegar al objeto reduces la velocidad a casi neutro para permitir que los señuelos se hundan, para posteriormente meter avante y lograr un pase más profundo por debajo del objeto. El pique es instantáneo si tiene peces.

Conclusiones

El dorado es una de las 6 especies reservadas a la pesca depor-tiva en la Ley de Pesca. Es una pez de colores especialmente hermosos, con una garra combativa excepcional, excelente en la mesa y por todo, una especie muy buscada por la indus-tria pesquera y explotada de forma indiscriminada por la pesca ribereña furtiva en prácticamente todo el litoral del Pacífico Mexicano.

He participado en 5 foros de discusión convocados por la co-misión de pesca de la cámara de diputados para consultar a los sectores la conveniencia de liberarlo junto con las restantes 5 especies a la pesca comercial. Siempre nos hemos manifesta-do firme y claramente en contra de dichas iniciativas y hasta ahora la pesca deportiva organizada ha logrado contener esos negativos esfuerzos gracias a la mayoría a favor en la comisión de pesca y hasta ahora la razón y el sentido común ha preva-lecido.

Sin embargo, la rapiña continúa en el Pacífico y es necesario detenerla ya y que no terminen los esfuerzos en sólo gritos al aire.

Si tú eres un pescador deportivo que respeta y ama esta especie y te sientes ofendido al ver como depredan y acaban con este patrimonio que la ley reserva a la pesca deportiva, te invito a que le escribas una carta con tus impresiones a:

Lic. Rigoberto García Soto; Director Nacional de Inspec-ción y Vigilancia CONAPESCA: [email protected].... con copia al Dr. Bernardino Muñoz; Coordinador del Programa Nacional de Pesca Deportiva CONAPESCA; [email protected]

Apoyemos los programas de inspección y vigilancia así como todas las acciones que hagan respetar la Ley de Pesca vigente.

Si tienes observaciones o denuncias específicas escríbelas y envíalas a dichos funcionarios. También escribe a tus legisla-dores, exígeles que sus acciones y votos beneficien a las es-pecies deportivas y no lo contrario, no olvides mencionar que eres pescador deportivo y que también votas.

Comencemos dando el ejemplo, capturando dos ejemplares de dorado por pescador por día y aunque la ley de pesca no espe-cifica tamaños, siempre libera todo dorado menor a 70 cms.

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Los que tenemos el privilegio –porque lo es- de vivir y/o haber nacido en el caribe, somos amantes de la buena luz, del sol fuer-te, los colores saturados y los meses de mucho calor... el mejor de los pretextos para acercarse al mar. Pero nos sorprendería reconocer que hay pescadores de latitudes similares acostum-brados a pescar siempre en invierno, donde “pareciera” difícil obtener buenas capturas, sin embargo, aplicando algunos cam-bios como: dónde, qué usar y cómo hacerlo, la idea de la pesca en invierno no resulta descabellada.

Los frentes fríos, las tormentas.

Recuerdo que en Yucatán algunos pescadores –de los más adic-tos al mar- antes de entrar un frente frío se apostaban en las escolleras de los puertos de abrigo. No eran pocas las veces que avisaban por celular de los repentinos frenesís y buenas captu-ras en las entradas de las bocanas, para que llegáramos a tiempo compartiendo unas jornadas increíbles. Una vez que irrumpe el frente, ni valía la pena asomarse y aunque pareciera un sortile-gio, nada tenía que ver con un acto de magia.

Los frentes fríos, los nortes, las tormentas y oleajes fuertes, siempre se anticipan por descensos bruscos en la presión baro-métrica. Estos cambios alertan los instintos del pez diciéndole: “come todo lo que puedas para tener reservas porque vienen días de inestabilidad” lo que se traduce para el pescador en jor-nadas muy, pero muy productivas. Este comportamiento sucede antes que los peces desaparezcan del litoral a refugiarse den-tro de puertos de abrigo, saliendo hacia zonas más profundas o buscando en el interior de las zonas residenciales con acceso a muelles privados, donde van a encontrar mucha seguridad en estrechos canales con cientos de muelles flotantes o de pilotes para esperar que pase el mal tiempo. El alza de la presión en los días posteriores, le indicará al pez el momento en que regrese el buen tiempo, para volver a sus zonas de confort y recuperar sus hábitos alimenticios.

En este momento resulta mucho más efectiva la pesca con car-nada que con señuelos debido a que los peces cuando el agua está fría, son mucho más susceptibles al sentido del olfato, lo que posibilita que buenos pargos, redfish, robalos, truchas mo-teadas o alguna corvina de buen tamaño se deje llevar por el olor, localizando con más facilidad nuestra carnada que un artifi-cial donde por supuesto, la imposibilidad de ver por lo turbio, va a conspirar para poder ubicar con facilidad nuestro señuelo.

Algo comprobado por estudios, es que las capturas pueden re-sultar en menor cantidad cuando hay frío, sin embargo… de mayor tamaño que las acostumbradas en el mismo lugar en los días de calor y ello se sostiene por dos razones:

No importa que se tenga que viajar cientos de kilometros con un camper o casa rodante, o se acampe en alguna zona segura en compañia de amigos y familiares. Las distancias para los pescadores nunca son problema si al final se llega al mar, lo que hace que muchos “surfcasters” y pescadores de orilla, se dirijan a las costas durante el invierno para pescar con tranquilidad, recorriendo los kilómetros de playas vacías -a sus anchas- que nunca pueden disfrutar durante los meses de verano y que según reportes de varias costas del país, logran capturas impresionan-tes, lo mismo con carnada que usando señuelos con todo tipo de caña.

La pesca de orilla.Por tener la costumbre de pescar durante meses en aguas tran-quilas y limpias, casi siempre nos limitamos a lanzar líneas cuando el agua está turbia o con olas pequeñas y fangosas, desconociendo que muchas especies rondan estos ambientes buscando el alimento en aguas menos frías. Esta particularidad del agua turbia, consecuencia de los organismos y residuos na-turales que se suspenden por el oleaje de la temporada invernal, posibilita que estos organismos puedan calentarse con facilidad influyendo en la masa de agua que los contiene Esto hace que la temperatura del agua suba algunos grados, sobre todo en las orillas de las playas de arena y canales bajos con el fondo lodo-so, donde prefiere estacionarse el pez pasto y lo puede encon-trar el depredador.

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Los que tenemos el privilegio –porque lo es- de vivir y/o haber nacido en el caribe, somos amantes de la buena luz, del sol fuer-te, los colores saturados y los meses de mucho calor... el mejor de los pretextos para acercarse al mar. Pero nos sorprendería reconocer que hay pescadores de latitudes similares acostum-brados a pescar siempre en invierno, donde “pareciera” difícil obtener buenas capturas, sin embargo, aplicando algunos cam-bios como: dónde, qué usar y cómo hacerlo, la idea de la pesca en invierno no resulta descabellada.

Los frentes fríos, las tormentas.

Recuerdo que en Yucatán algunos pescadores –de los más adic-tos al mar- antes de entrar un frente frío se apostaban en las escolleras de los puertos de abrigo. No eran pocas las veces que avisaban por celular de los repentinos frenesís y buenas captu-ras en las entradas de las bocanas, para que llegáramos a tiempo compartiendo unas jornadas increíbles. Una vez que irrumpe el frente, ni valía la pena asomarse y aunque pareciera un sortile-gio, nada tenía que ver con un acto de magia.

Los frentes fríos, los nortes, las tormentas y oleajes fuertes, siempre se anticipan por descensos bruscos en la presión baro-métrica. Estos cambios alertan los instintos del pez diciéndole: “come todo lo que puedas para tener reservas porque vienen días de inestabilidad” lo que se traduce para el pescador en jor-nadas muy, pero muy productivas. Este comportamiento sucede antes que los peces desaparezcan del litoral a refugiarse den-tro de puertos de abrigo, saliendo hacia zonas más profundas o buscando en el interior de las zonas residenciales con acceso a muelles privados, donde van a encontrar mucha seguridad en estrechos canales con cientos de muelles flotantes o de pilotes para esperar que pase el mal tiempo. El alza de la presión en los días posteriores, le indicará al pez el momento en que regrese el buen tiempo, para volver a sus zonas de confort y recuperar sus hábitos alimenticios.

En este momento resulta mucho más efectiva la pesca con car-nada que con señuelos debido a que los peces cuando el agua está fría, son mucho más susceptibles al sentido del olfato, lo que posibilita que buenos pargos, redfish, robalos, truchas mo-teadas o alguna corvina de buen tamaño se deje llevar por el olor, localizando con más facilidad nuestra carnada que un artifi-cial donde por supuesto, la imposibilidad de ver por lo turbio, va a conspirar para poder ubicar con facilidad nuestro señuelo.

Algo comprobado por estudios, es que las capturas pueden re-sultar en menor cantidad cuando hay frío, sin embargo… de mayor tamaño que las acostumbradas en el mismo lugar en los días de calor y ello se sostiene por dos razones:

No importa que se tenga que viajar cientos de kilometros con un camper o casa rodante, o se acampe en alguna zona segura en compañia de amigos y familiares. Las distancias para los pescadores nunca son problema si al final se llega al mar, lo que hace que muchos “surfcasters” y pescadores de orilla, se dirijan a las costas durante el invierno para pescar con tranquilidad, recorriendo los kilómetros de playas vacías -a sus anchas- que nunca pueden disfrutar durante los meses de verano y que según reportes de varias costas del país, logran capturas impresionan-tes, lo mismo con carnada que usando señuelos con todo tipo de caña.

La pesca de orilla.Por tener la costumbre de pescar durante meses en aguas tran-quilas y limpias, casi siempre nos limitamos a lanzar líneas cuando el agua está turbia o con olas pequeñas y fangosas, desconociendo que muchas especies rondan estos ambientes buscando el alimento en aguas menos frías. Esta particularidad del agua turbia, consecuencia de los organismos y residuos na-turales que se suspenden por el oleaje de la temporada invernal, posibilita que estos organismos puedan calentarse con facilidad influyendo en la masa de agua que los contiene Esto hace que la temperatura del agua suba algunos grados, sobre todo en las orillas de las playas de arena y canales bajos con el fondo lodo-so, donde prefiere estacionarse el pez pasto y lo puede encon-trar el depredador.

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Los muelles residenciales y marinas.

Por ser de las pescas preferidas es considerada casi una especia-lidad que los pescadores más conservadores de la Florida cono-cen como: “La pesca de invierno”. No hay guía que se respete, que no conozca de las ventajas de buscar una gran captura en los muelles. Es como la “carta debajo de la manga” cuando se les contrata para la pesca en bahía y no logran ubicar buenas piezas, siempre “un buen muelle” –aseguran- les puede salvar el día.

Los muelles de pilotes de madera, flotantes o de hormigón son uno de los mejores escenarios durante el invierno, mejor, si cer-ca existen cascos viejos hundidos o estructuras antiguas que se integran como un ecosistema a la estructura del espigón.

Sus fondos, casi siempre de lodo y mucha materia orgánica, mantienen el calor por mucho más tiempo aunque sean tocados solo levemente por los rayos del sol. Son también como sabe-mos, el mejor refugio del pez pasto que puede protegerse de mil formas con lo que sea que se ancle a las “patas” del muelle, brindando el espacio idóneo para el cobijo de crustáceos, mo-luscos y todo lo que sirva de alimento a un buen depredador.

Muchos dicen que son los espacios ideales para sorprender es-cuelas completas de robalos, jureles, red fish y corvinas, apos-tadas debajo buscando calor.

Debemos conocer que las plataformas de los muelles forman una cavidad con la superficie del agua a modo de caja acústica,

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donde el agua amplifica cualquier ruido que provenga de arriba ahuyentando casi todo lo que pueda permanecer abajo en el agua, esa es la razón por la que siempre se evita pescar debajo cuando se está sobre un muelle. Se aprovechan cuando hay va-rios para lanzar de uno a otro y lo más distante posible porque: “el muelle se castea desde el agua”... afirman los pescadores más experimentados.

En St. Petersburg en la Florida -donde resido- es una ciudad llena de canales, rampas y muelles; unos de concreto que se usan mayormente para abordar lanchas de paseo o charters de pesca y los llamados residenciales, situados en los patios de casas privadas y condominios, donde los residentes mantienen sus embarcaciones para salir de pesca los fines de semana.

En estos pequeños muelles que por lo regular están hechos de madera, resulta común para los que andamos en kayak, topar-nos con embarcaciones de charters, sobre todo temprano en la mañana y dependiendo de la marea, “rastreando” los muelles de uno en uno, buscando alguna buena captura en las sombras.

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Mi partner de kayak es un hispano norteamericano y su padre, fue guía muchos años. Rick -como se llama- comparte casi to-dos los fines de semana las salidas conmigo y para mi suerte porque puedo seguir aprendiendo, conoce mucho de esta mo-dalidad. Me asegura que la pesca en muelles se hace siempre con marea alta, buscando que haya más agua (equivalente a espacio) debajo del espigón y nunca, cuando haya personas en-cima del muelle. Por lo regular, los guías usan lanchas skiff de 16 a 19 pies para poder moverse en aguas bajas “como abejas buscando miel”, en silencio, revisando de uno en uno y acercándose hasta no más de 15-20 metros de la estructura con el troleador eléctrico o con varas largas. Y si llevan al guía en la torreta, éste va ubicando los peces debajo de las estructuras indicando hacia donde lanzar. Si es verano buscan los muelles con más sombras, si es invierno, los espacios donde el sol pega más en el fondo. Si hay embarcaciones en al agua, buscan so-bre todo las de fondo plano, porque el sol calienta el piso en más áreas modificando la temperatura del agua debajo de los cascos. En cuanto a las corrientes, siempre se sitúan para cas-tear a su favor, recobrando contra la fuerza del agua.

En cuanto a los señuelos, en la pesca “de los muelles” prefieren los camarones DOA en color claro o transparentes o los soft

de Mirrolure, los Lil John de 3 ¾” (que por cierto son fantásti-cos) y en última instancia cualquier grub en color claro o rojo, armados con jig head de ¼ sin desestimar los popper y pasean-tes pequeños, con mucha predilección por los Zara Spook de Heddon. En nuestras salidas Rick me cuenta de su padre, un especialista del “skiping”, que de hecho es una manera de lan-zar que según su papá, nació de la necesidad de castear debajo de los puentes y los muelles (a los interesados, pueden buscar videos de skiping en YouTube).

Me dice que su padre lograba del primer lance, atravesar el muelle por debajo de lado a lado, haciendo brincar “la goma” en la superficie para dejar que se hundiera del otro lado, que cuando hacía tres disparos sin capturas se iba para otro, porque según él o no había peces o estaban “sunning” (anglicismo po-pular entre los pescadores, para nominar que los peces “toman el sol”). Cuando iba tras los red fish usando gomas o paseantes, les untaba una esencia espesa a base de ajo, clavo de olor,

camarón y sardinas descompuestas que preparaba con aceite de canola… porque “si los peces mueren por la boca, el red fish muere por la nariz”… afirmaba.

Cuando salía con su padre a “los muelles” llevaban cangrejos y camarones vivos que recolectaban la noche anterior, confesán-dome de un arreglo de los más ingeniosos que he escuchado: el “double crabs” (cangrejo doble) al parecer, muy popular en estas aguas y que me describe de esta forma:

Me confirma que su padre esperaba con el arco abierto, soste-niendo la línea con la mano y su caña a ras de agua. El éxito de este arreglo es que cuando caía y se iba al fondo, el cangrejito de abajo se “anclaba” enterrándose en el lodo, dejando expues-to al de arriba: sujeto y “pataleando”, para que el depredador en la mayoría de los casos, perdiera la vida ante un suculento “2x1”.

Las opciones serán muchas en la medida que se comparta con nuevos amigos, aunque lo difícil –así afirman todos- siga sien-do conocer la ubicación de los peces durante los meses de frío para tener el pretexto de acercarnos al agua, que a fin de cuen-tas sigue siendo el mayor placer y que podremos disfrutar si nos lo proponemos, en cualquier estación del año.

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