Tp La Ignorania de La Sociedad Del Conocimiento

13
1 UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN DEL URUGUAY Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales Centro Regional Rosario Licenciatura en Sociología Asignatura: Informática Docente: Lic. Jordán Mirko Mularz Alumna: María Victoria Bravi Año: 2015 Trabajo Práctico Nº 3 Consignas: 1 - Describa brevemente, pero de manera acabada el o los temas principales del artículo. Nuevas creaciones son el "carrito de compras inteligente", que llama la atención del consumidor sobre las ofertas especiales, o la "raqueta inteligente", que con un sistema electrónico embutido permite al tenista un saque especial, mucho más potente. ¿Será éste el estadio final de la evolución intelectual moderna? ¿Una grotesca imitación de nuestras más triviales acciones cotidianas por las máquinas, conquistando así una consagración intelectual superior? La maravillosa sociedad del conocimiento aparece como sociedad de la información, porque se empeña en reducir el mundo a un cúmulo de informaciones y procesamientos de datos, y en ampliar de modo permanente los campos de aplicación de los mismos El problema radica en que el concepto de inteligencia de la sociedad de la informaci ón -o del conocimiento- está específicamente modelado por la llamada ‘inteligencia artificial’", lo cual quiere decir que "estamos hablando de máquinas electrónicas que por medio del procesamiento de datos tienen una capacidad de almacenamiento cada vez más alta para simular actividades rutinarias del cerebro humano". Robert Kurz 2 - Extraiga y detalle las ideas principales del artículo, tratando de evidenciar la posición del autor frente a él. En “La Ignorancia de la Sociedad del Conocimiento”, Robert Kurz, entiende que vivimos en una sociedad del conocimiento porque estamos sepultados por informaciones. Nunca antes hubo tanta información transmitida por tantos medios al mismo tiempo. El concepto de información no coincide de ningún modo con una comprensión bien elaborada del conocimiento.

Transcript of Tp La Ignorania de La Sociedad Del Conocimiento

1

UNIVERSIDAD DE CONCEPCIN DEL URUGUAYFacultad de Ciencias Jurdicas y SocialesCentro Regional RosarioLicenciatura en SociologaAsignatura: InformticaDocente: Lic. Jordn Mirko MularzAlumna: Mara Victoria BraviAo: 2015

Trabajo Prctico N 3Consignas:

1 - Describa brevemente, pero de manera acabada el o los temas principales del artculo.Nuevas creaciones son el "carrito de compras inteligente", que llama la atencin del consumidor sobre las ofertas especiales, o la "raqueta inteligente", que con un sistema electrnico embutido permite al tenista un saque especial, mucho ms potente. Ser ste el estadio final de la evolucin intelectual moderna? Una grotesca imitacin de nuestras ms triviales acciones cotidianas por las mquinas, conquistando as una consagracin intelectual superior?La maravillosa sociedad del conocimiento aparece como sociedad de la informacin, porque se empea en reducir el mundo a un cmulo de informaciones y procesamientos de datos,y en ampliar de modo permanente los campos de aplicacin de los mismosEl problema radica en que el concepto de inteligencia de la sociedad de la informacin -o del conocimiento- est especficamente modelado por la llamada inteligencia artificial", lo cual quiere decir que "estamos hablando de mquinas electrnicas que por medio del procesamiento de datos tienen una capacidad de almacenamiento cada vez ms alta para simular actividades rutinarias del cerebro humano".

Robert Kurz

2 - Extraiga y detalle las ideas principales del artculo, tratando de evidenciar la posicin del autor frente a l.En La Ignorancia de la Sociedad del Conocimiento, Robert Kurz, entiende que vivimos en una sociedad del conocimiento porque estamos sepultados por informaciones. Nunca antes hubo tanta informacin transmitida por tantos medios al mismo tiempo.El concepto de informacin no coincide de ningn modo con una comprensin bien elaborada del conocimiento.Hace hincapi en el conocimiento trivial que es el conocimiento con el que crecen los adolescentes de hoy. Quienes se encuentran en la franja de los 40 aos ya estn tecnolgica-comunicativamente armados.Uno de los medios de comunicacin predilectos es por escrito, el del Short Message Service (SMS). El mximo de comunicacin est limitado a 160 caracteres.El problema reside en el hecho de que el concepto de inteligencia de la sociedad de la informacin est modelado por la inteligencia artificial; es decir, mquinas electrnicas que por medio del procesamiento de datos tienen una capacidad de almacenamiento cada vez ms alta para simular actividades rutinarias del humano.Adems, destaca que tanto para el comportamiento maqunico como para el humano, en la sociedad del conocimiento la base est dada por la informtica, que sirve para programar secuencias funcionales. El conjunto de nuestras acciones en la vida est supervisado cada vez ms por dgitos, reglas y seales de todo tipo.Este conocimiento miserable de las seales, no es ningn conocimiento.En torno al sentido de la vida, asevera que, la cuestin del sentido y de la finalidad de los propios actos de cada uno se hace imposible. Si los individuos se vuelven idnticos a sus funciones condicionadas, dejan de estar en condiciones de cuestionarse a s mismos o al ambiente que los rodea. Estar informados significa estar en forma, formado por los imperativos del sistema de seales tcnicas, sociales y econmicas, para funcionar como una puerta de comunicacin de un circuito complejo. La generacin joven de la llamada sociedad del conocimiento es tal vez la primera en perder la pregunta sobre el sentido de la vida.

3 - Elabore un artculo de corte editorial, realizando al menos 5 citas bibliogrficas de otros autores a eleccin. En este aspecto trate de buscar posturas alternativas o crticas, aunque no sean propias.Cuando la Sociedad del Conocimiento deviene en Sociedad de IgnoranciaEudald Carbonell Roura expresa que los ensayos de Antoni Brey, Daniel Innerarity y Gonal Mayos, constituyen una sntesis lcida de nuestro comportamiento social como especie.La hiperconexin que se produce como consecuencia de la socializacin de la revolucin cientfico-tcnica nos hace incrementar la complejidad en los procesos de relacin social de especie, como nunca antes se haba producido.La tecnologa y su socializacin generan tensiones y divisiones en nuestras estructuras etolgicas y culturales. No se ha producido, una socializacin efectiva del conocimiento y ello impide que caminemos hacia la sociedad del pensamiento, tal como deberamos hacer.El individualismo debe dejar paso a la individualidad, es decir, las personas hemos de actuar no como especimenes, si no como constructores sociales, aportando de forma crtica nuestros conocimientos a la organizacin de la especie.Solamente con una evolucin responsable, construida a travs del progreso consciente, podremos convertir conocimiento en pensamiento, alejndonos de este modo de la sociedad de la ignorancia.

Antoni Brey en la introduccin de La Sociedad de la Ignorancia y otros ensayos expone que hasta fechas muy recientes la clasificacin inclua nicamente dos categoras bsicas. La primera, la de las comunicaciones uno a uno, correspondiente a una topologa de formas lineales; en ella debemos incluir la comunicacin oral, el telfono, el telgrafo o el servicio postal. En una segunda categora, formada por las comunicaciones uno a todos y representada por una topologa en rbol en la que un nico emisor hace llegar su mensaje a un nmero elevado de receptores, cabra inscribir la prensa escrita, los libros, la radio o la televisin.Ha aparecido una nueva categora en la clasificacin topolgica de la comunicacin humana, la de todos con todos, asociada a una compleja forma de red. Se trata de un hecho que constituye una verdadera revolucin.Somos los protagonistas de un momento excepcional, un punto de inflexin en nuestra trayectoria como especie que nos lleva a plantear, a pesar de nuestra inevitable ausencia de perspectiva, la idea de que nos encontramos en el inicio de un nuevo perodo de la historia al que denominaremos, simplemente, la Segunda Edad Contempornea.

Malos tiempos para la fsica terica, sin duda, pero por qu debera preocuparnos?, por qu tendra que interesar a alguien estudiar fsica terica? La situacin puede ser interpretada como normal, razonable y comprensible, y muy en la lnea de lo que hoy frecuentemente se exige al sistema educativo, es decir, que produzca lo que demandan las empresas y el tejido productivo de un pas a fin de contribuir al progreso colectivo. Es natural que nadie aspire a estudiar fsica terica si no le ha de servir para ganarse la vida adecuadamente.En realidad, la eleccin de los jvenes no es ms que el reflejo de las prioridades de la sociedad. As pues, la falta de inters por estudiar fsica terica, u otras materias abstractas, complejas y con escaso recorrido en el mundo laboral, vendra a poner de manifiesto una inclinacin colectiva creciente hacia lo pragmtico y un desinters por el conocimiento como fin en s mismo. Y tambin podramos pensar, en este caso, que no hay nada de preocupante en todo ello si no fuera porque implica cierta contradiccin entre la realidad del mundo en que vivimos y uno de los pocos discursos centrales en estos das donde no abundan los discursos centrales: el de que nos encaminamos hacia una nueva utopa denominada Sociedad del Conocimiento O no existe tal contradiccin?.

Sociedad del Conocimiento; el trmino fue acuado en 1969 por Peter Drucker. Invirti la mxima de que las cosas ms tiles, como el conocimiento, no tienen valor de cambio y estableci la relevancia del saber como factor econmico de primer orden, es decir, introdujo el conocimiento en la ecuacin econmica y lo mercantiliz.Lo relevante desde el punto de vista econmico no era su cantidad o calidad sino su capacidad para generar riqueza, su productividad. Se trataba, sin duda, de un uso restringido de la palabra conocimiento, aunque completamente adecuado al contexto especializado de la teora econmica donde surgen tanto el concepto de Sociedad del Conocimiento como el de Sociedad de la Informacin.

Hoy, casi cuarenta aos despus, el trmino ha trascendido del crculo especializado de los expertos en economa y se ha convertido en un lugar comn. Los polticos lo insertan en sus discursos para teirlos de optimismo y muchos ciudadanos lo interpretan como el futuro deseable al que nos deben conducir las nuevas tecnologas de la informacin y las comunicaciones. La Sociedad del Conocimiento se ha convertido en una nueva utopa, en una esperanza para tiempos desesperados, casi en la nica expectativa colectiva que nos permite mirar hacia el futuro con cierta ilusin.

Es evidente que el origen inmediato del potencial utpico de la idea de una Sociedad del Conocimiento reside en su capacidad para proporcionarnos respuestas crebles a la principal incertidumbre que nos plantea la dinmica del mundo actual: los efectos sobre la economa o, dicho de otra manera, sobre nuestro bienestar material.La prosperidad derivada de los procesos liberalizadores es una realidad, pero lo es tambin el hecho de que no se ha distribuido uniformemente, sino al contrario, algunos han pagado un alto precio por dicha liberalizacin.

Buena parte de lo planteado por Druker es hoy una realidad. La tecnologa ha propiciado el surgimiento de una Sociedad de la Informacin, organizada topolgicamente como la Sociedad en Red descrita por Manuel Castells, en la cual la acumulacin de conocimiento se ha convertido en el elemento determinante para mantenerse a flote entre las turbulencias provocadas por una dinmica de cambio desbocada.La Sociedad del Conocimiento no es ms que una nueva etapa de un sistema capitalista de libre mercado que aspira a poder seguir creciendo gracias a la incorporacin de un cuarto factor de produccin, el conocimiento, al clsico tro formado por la tierra, el trabajo y el capital.Desde la concepcin democrtico liberal en que nos encontramos inmersos, no alcanzamos a vislumbrar alternativas consistentes a la Sociedad del Conocimiento.

Conocer significa, para un sujeto, obtener una representacin de un objeto.El conocimiento es un producto, es el resultado de procesar internamente la informacin que obtenemos de los sentidos, mezclarla con conocimientos previos, y elaborar estructuras que nos permiten entender, interpretar.El conocimiento reside en nuestro cerebro y es el fruto de los procesos mentales humanos. Lo que proviene del exterior es, simplemente, informacin.

Vivimos en una poca dominada por la racionalidad, aunque se trate de una racionalidad matizada por una concepcin menos idealizada de la naturaleza humana. Aceptamos que potentes fuerzas irracionales modelan nuestra conducta individual y la evolucin del conjunto de la sociedad, pero al mismo tiempo admitimos sin reservas que al conocimiento se llega a travs de la razn, por lo menos a aquel que en la era tecnocientfica nos proporciona tanto nuestro bienestar material como explicaciones profundas y fascinantes sobre la estructura de la realidad. Veinticinco siglos despus de que Platn planteara el mito de la caverna, seguimos interpretando la inclinacin a adquirir conocimiento como una actitud deseable.

El nombre que mejor describira nuestra realidad actual sera el de una Sociedad de los Saberes Productivos. La distribucin y el grado en que sus integrantes hayan asimilado dichos saberes determinarn hasta que punto se trata tambin de una Sociedad del Conocimiento.Sin duda, cierto tipo de conocimiento de bajo contenido reflexivo se incrementa constantemente en todos nosotros cuando dedicamos un buen nmero de horas a inundar nuestro cerebro con informacin proveniente del televisor o de Internet. Y tambin se incrementa, en algunas personas, el conocimiento altamente especializado o aquel necesario para desarrollar actividades tecnolgicamente complejas. Pero el tipo de conocimiento que subyace de forma subliminal tras la utopa de una Sociedad del Conocimiento, el conocimiento a travs de la razn que debera proporcionarnos una mejor y ms completa comprensin de la realidad, disminuye. Vivimos, gracias a la tecnologa, en una Sociedad de la Informacin, que ha resultado ser tambin una Sociedad del Saber, pero no nos encaminamos hacia una Sociedad del Conocimiento sino todo lo contrario. Las mismas tecnologas que hoy articulan nuestro mundo y permiten acumular saber, nos estn convirtiendo en individuos cada vez ms ignorantes. Tarde o temprano se desvanecer el espejismo actual y descubriremos que, en realidad, nos encaminamos hacia una Sociedad de la Ignorancia.La Sociedad de la Ignorancia es el corolario inevitable del mundo que hemos construido, o ms bien, que se ha ido formando a nuestro alrededor, porque aunque es obra de nuestras acciones no lo es de nuestras voluntades.No es ms que otra de las mltiples caras de la realidad en que vivimos inmersos, ya que en un mundo hiperconectado gracias a las nuevas herramientas tecnolgicas nuestra capacidad para acceder al conocimiento se ve inexorablemente condicionada por los dos factores: la acumulacin exponencial de informacin y las propiedades del medio como herramienta de acceso al conocimiento.Un universo de pantallas electrnicas nos permite acceder de forma instantnea a todo ello de tal manera que, como individuos, asistimos a un crecimiento constante de la parcela de realidad que cada uno de nosotros puede abarcar. Todo est ah, al alcance del teclado y el ratn.Pero esta situacin, paradjicamente, en lugar de permitirnos componer una visin cada vez ms completa y exacta del mundo en qu vivimos, a menudo nos lo muestra ms catico y desconcertante que nunca.En la actualidad la desconexin nos sigue afectando pero su naturaleza ha cambiado. Estamos desconectados de determinadas reas del saber, de tal manera que cuando nos alcance la noticia de su existencia, ya habrn evolucionado.En pleno siglo XXI la era de la televisin ha quedado atrs. Si bien el promedio de horas ante la pantalla no ha variado de forma significativa en los ltimos aos, s que ha disminuido claramente entre la franja ms joven de poblacin. Las nuevas generaciones dedican cada vez ms tiempo a utilizar unas nuevas formas de comunicacin en red que les permiten dejar de ser espectadores pasivos para convertirse en nodos activos.La tecnologa sobre la cual se sustenta la especificidad del mundo en que vivimos, profundamente diferente del de hace algunas dcadas, es de una complejidad y de un nivel de abstraccin muy superior a la que sustent la era industrial. Tambin lo son sus frutos: el dominio de la fuerza, del movimiento y de la energa representaron la superacin de las limitaciones que nos impone la parte de nuestra naturaleza que compartimos con los otros animales. En cambio, la extensin de nuestras facultades cognitivas y comunicativas, adquirida gracias al nuevo universo de microprocesadores, memorias de silicio y conexiones en red que nos rodea, incumbe directamente a nuestra singularidad humana.Si bien es cierto que el nuevo medio pone a nuestro alcance todo el saber disponible, eso no implica necesariamente que seamos capaces de sacar provecho de l.Es evidente que, a nivel profesional, el uso cotidiano como herramienta de trabajo de potentes ordenadores personales conectados permanentemente a una red global est modificando el ritmo y la secuencia de nuestros procesos mentales. Hoy es habitual manipular varios documentos a la vez mientras se recaba informacin en Internet, se atiende el correo electrnico o se mantienen conversaciones simultneas a travs de los servicios de mensajera instantnea. Ciertamente, desde un punto de vista productivo somos ms eficientes, pero tambin se ha incrementado sensiblemente la complejidad de la mayora de procesos, y el inmenso caudal de informacin que recibimos y que debemos gestionar amenaza con provocar nuevas formas de ansiedad. Es difcil focalizar y centrarse.Las implicaciones van ms all del mbito profesional. As como la televisin result ser un medio especialmente apto para proporcionar entretenimiento pasivo, la comunicacin permanente en red, adems de reforzar la comentada tendencia a la dispersin, est demostrando ser un excelente potenciador de todo tipo de actividades relacionales. Nuestra inclinacin innata a mantener vnculos sociales con otros individuos de nuestra especie se desarrolla ahora en un entorno artificial que la descontextualiza y que distorsiona los mecanismos naturales de inhibicin, hasta el punto de generar adicciones y prcticas compulsivas. El hecho de poder estar en contacto permanente con otras personas va correo electrnico, mensajera instantnea o telefona mvil, nos est privando de la serenidad que nos aportan los reductos de soledad y nos convierte en seres puramente relacionales que cada vez pasan ms tiempo ubicados en universos paralelos desconectados de la realidad.El nuevo medio, en lugar de abrirnos a un conocimiento ms amplio del mundo, resulta que nos impulsa a residir en otros creados a la medida de nuestras necesidades y temores.Ante la virtualidad, mxima expresin de artificiosidad, inmediatamente se plantea la cuestin de si el mundo virtual ser nocivo o beneficioso, una pregunta que derivar en un debate que ser similar al que tuvo lugar acerca de las novelas durante el siglo XIX o sobre el rock and roll en el siglo XX.No se puede descartar que emerja una confusin para distinguir entre realidad y virtualidad, ni que cada vez ms personas se refugien definitivamente en este mundo artificial interconectado y decidan finalmente ignorar todo lo que quede fuera de l.

Si bien no existen sabios, ni pueden existir, naturalmente s existen expertos. Sigue estando a nuestro alcance adquirir conocimientos profundos en algn campo especfico e incluso acceder temporalmente a la frontera que el saber humano establece. La suma del conocimiento de los expertos forma el extenso saber de nuestro tiempo, unos expertos, eso s, cada vez ms especializados. Hiperespecializados.La labor de los expertos constituye la pieza central del motor que sustenta el crecimiento econmico de nuestra sociedad, una dinmica de progreso que hoy pasa inevitablemente por investigar, desarrollar y trasladar la novedad, lo antes posible, al terreno productivo.Innovar es la piedra filosofal de nuestro tiempo exponencial, un imperativo tras el cual subyace cierta angustia ante el temor a quedar definitivamente rezagados.La generacin del saber ha dejado de ser una tarea individual para convertirse en una empresa colectiva.

La condicin de experto lleva indisolublemente asociada la profesionalizacin, una situacin que en nuestros das est teida, en muchos casos, de proletarizacin. La masa ingente de tcnicos, especialistas, profesores o investigadores pblicos y privados no se dedican a satisfacer inquietudes intelectuales, sino a aquello para lo cual se les paga, a adquirir un conocimiento especializado y, a poder ser, productivo.

Consecuencia directa de la mercantilizacin del conocimiento y de la profesionalizacin del experto es la disgregacin del saber en reas cada vez ms desconectadas las unas de las otras y, especialmente, del resto de la sociedad.Nos encontramos ante la actualizacin de la vieja idea de la torre de marfil. Hoy, en lugar de una nica torre existen multitud de pequeas torres donde refugiarse, y cada experto se encuentra encerrado en alguna de ellas.Tal vez cabra esperar que en una Sociedad del Conocimiento el saber de los expertos, ms all de sus resultados productivos y comerciales, fluyera hacia el resto de la sociedad, pero actualmente ni sucede as ni nadie lo pretende.El experto, gran especialista en una franja cada vez ms estrecha del saber es, lgicamente, cada vez ms ignorante en el saber de otros campos.

Tanto el sabio como el experto y la masa son arquetipos ideales que no se dan de forma pura en el mundo real, donde lo que encontramos son individuos que combinan aspectos de los tres. Todos somos una mezcla dinmica y cambiante de sabio, experto y masa.

Muchas de las tensiones que rodean la educacin son expresiones de las contradicciones en los valores y las prioridades de la sociedad, y forman parte del precio que hemos de pagar por vivir en un entorno opulento al cual, de hecho, no estamos dispuestos a renunciar. No es posible pedir una cultura del esfuerzo a los estudiantes si en la realidad en que viven inmersos prima el valor del ocio y la diversin.

Difcilmente podramos llegar a la conclusin de que avanzamos hacia una Sociedad del Conocimiento a partir de la observacin cotidiana de las costumbres, intereses y formas de vida que surgen a nuestro alrededor como consecuencia de la disponibilidad de acceso masivo a una amplia gama de canales de comunicacin.

El gran cambio que consolida definitivamente la Sociedad de la Ignorancia no es que sta se vea favorecida por las nuevas formas de comunicacin y en la prctica campe a sus anchas, sino que ha sido aceptada, asumida y, finalmente aupada a la categora de normalidad. De forma progresiva la ignorancia ha ido perdiendo sus connotaciones negativas hasta el punto de llegar a prestigiarse.Ortega y Gasset en La rebelin de las masas resaltaba, a finales de los aos veinte, que lo caracterstico del momento es que el alma vulgar, sabindose vulgar, tiene el denuedo de afirmar el derecho de la vulgaridad y lo impone dondequiera. La consolidacin definitiva de la cultura de masas despus de la Segunda Guerra Mundial, especialmente desde la aparicin del televisor, indujo a Giovanni Sartori a escribir que un mundo concentrado slo en el hecho de ver es un mundo estpido. El homo sapiens, un ser caracterizado por la reflexin, por su capacidad para generar abstracciones, se est convirtiendo en un homo videns, una criatura que mira pero que no piensa, que ve pero que no entiende.En la misma medida que la ignorancia se ha normalizado y se ha prestigiado, el conocimiento no productivo se ha desacreditado.Persiste una lgica errnea que nos lleva a pensar que el uso de herramientas cada vez ms sofisticadas implica necesariamente un mayor conocimiento, y confundimos la destreza para utilizar un complejo programa informtico que nos permite escribir con el hecho de escribir algo interesante, o incluso con saber escribir. Y nos encanta or Sociedad del Conocimiento cuando a nivel individual, en muchos casos, consiste simplemente en pasar un montn de horas chateando con los amigos.

La expectativa de una Sociedad del Conocimiento, surgida del desconcierto posmoderno gracias al poder de la tecnologa, ha resultado ser en la prctica una Sociedad de la Ignorancia, compuesta por sabios impotentes, expertos productivos encerrados en sus torres de marfil y masas fascinadas y sumidas en la inmediatez compulsiva de un consumismo alienante. Las nuevas formas de comunicacin nos permiten ser ms eficientes en el dominio de la naturaleza pero como individuos nos estn convirtiendo en seres cada vez ms ignorantes y ms encerrados en las pequeas esferas que surgen como resultado de las nuevas fuerzas disgregadoras que afectan a toda la sociedad. La Sociedad de la Ignorancia es, el estado ms avanzado de un sistema capitalista que basa la estabilidad de la sociedad en el progreso, entendido bsicamente como crecimiento econmico.

Las potencialidades que nos ofrece la tecnologa como herramienta para desarrollar la libertad individual van a quedar en la prctica reducidas por la ignorancia que nos acecha y que restringe la esfera de lo que realmente, como individuos, podemos alcanzar Es posible la libertad de pensamiento desde la ignorancia? En que queda la libertad individual cuando no alcanzamos a entender la complejidad del mundo que nos rodea? Debemos aceptar definitivamente la incapacidad de la razn individual para acceder al conocimiento y la conveniencia de acogernos a los discursos creados por instancias superiores?.

Cada vez hay ms saber en las organizaciones pero menos conocimiento en los individuos, ms informacin en las memorias de silicio y menos en los cerebros humanos.El individuo se aleja progresivamente de su posicin central, se diluye, y desde la periferia se muestra ms dbil y prescindible que nunca. Tal vez deberamos detenernos a pensar si mientras seguimos creyendo que avanzamos por la senda del humanismo haca una Sociedad del Conocimiento no nos estamos encaminando, en realidad, hacia una Sociedad de la Ignorancia que plantea, en ltima instancia, una disolucin del individuo y el fin de la parte ms singular del sueo occidental.

Como advierte Ulrich Beck, lo que caracteriza a esta poca de las consecuencias secundarias no es el saber sino el no-saber. Este el verdadero terreno de batalla social: quin sabe y quin no, cmo se reconoce o impugna el saber y el no saber. Si nos fijamos bien, de hecho las confrontaciones polticas ms importantes son valoraciones distintas del no-saber o de la inseguridad del saber: en la sociedad compiten diferentes valoraciones del miedo, la esperanza, la ilusin, las expectativas, la confianza, las crisis, que no tienen un correlato objetivo indiscutible.Esa politizacin del no saber (Wehling 2006) se hizo patente, por ejemplo, en el marco de las controversias acerca de la poltica tecnolgica a partir de los aos 70. No es slo que cada vez hubiera ms conciencia de esa relevancia de lo desconocido, sino que esa percepcin y su valoracin correspondiente cada vez eran ms dispares.Las sociedades se enfrentan al no-saber de diversas maneras: desde el punto de vista social las sociedades reaccionan con disenso; desde el punto de vista temporal, con entendimientos provisionales; desde el punto de vista objetivo, con imperativos que tratan de protegerse frente a lo peor.El principio de precaucin, que forma ya parte de los tratados de la Unin Europea y de acuerdos internacionales como la declaracin de Ro sobre el clima. De acuerdo con ellos, la adopcin de medidas eficientes para evitar daos serios e irreversibles como el cambio climtico no debe ser retrasada por el hecho de que no exista una total evidencia cientfica. El principio de precaucin sigue siendo, no obstante, una norma controvertida cuyas interpretaciones son muy divergentes.Se est produciendo as la paradoja de que la sociedad del conocimiento ha acabado con la autoridad del conocimiento. El saber se pluraliza y descentraliza, resulta ms frgil y contestable.La sociedad del conocimiento se caracteriza por el hecho de que un creciente nmero de actores dispone de un fondo tambin creciente de diversos saberes, por lo que estos actores informados estn en condiciones de hacer valer el propio saber frente a las intenciones de los gobiernos. En lugar de un aumento de las certezas, lo que tenemos son una pluralidad de voces que discuten cacofnicamente sus pretensiones de saber y sus definiciones del no-saber.Entre los saberes ms importantes est la valoracin de los riesgos, su gestin y comunicacin. Hay que aprender a moverse en un entorno que ya no es de claras relaciones entre causa y efecto, sino borroso y catico.

Gonal Mayos entiende que por encima de otras perspectivas similares, la denominacin sociedad de la incultura parece describir ms adecuadamente las paradojas y contradicciones que hoy emanan tras la sociedad del conocimiento.Continuar el conocimiento especializado y experto, pero aumentarn las dificultades de la gente (fuera del propio campo de especializacin) para disponer de una cultura general o capacidad de hacerse cargo reflexivamente de las problemticas humanas en conjunto.Ello no es accesorio pues, si la mayora de la poblacin no puede interiorizar tal conocimiento general, resultarn altamente problemticas sus decisiones polticas a travs del voto y la participacin democrtica.Puede prescindir la humanidad -especialmente una humanidad organizada democrticamente- de una tal cultura general en sus ciudadanos? Una sociedad de la incultura puede continuar siendo democrtica y/o hacerse cargo de sus problemas crecientemente complejos? Puede continuar la actual construccin de la sociedad del conocimiento sin que paralelamente estemos labrando tambin una sociedad de la incultura?El resultado es claro: cada vez ms importantes asuntos que ataen a todos y afectan al comn se deciden en canales para-democrticos alejados de la ciudadana, del ejercicio ms directo de la democracia y limitados a expertos y polticos profesionales.Tiene razn por ello, Antoni Brey al denunciar el advenimiento de una sociedad de la ignorancia; aunque nosotros preferimos hablar de sociedad de la incultura en la medida que sobre todo amenaza al saber y la cultura generales sin los cuales el individuo est inerme, desconcertado e incapacitado para toda reflexin o decisin poltica que vaya ms all de intuir los problemas y reaccionar emotivamente a ellos.

El lcidamente pesimista economista y demgrafo britnico Robert Malthus20 ya formul una tesis parecida llamada ley de Malthus. Deca: la produccin de alimentos tiende a crecer a largo plazo segn una progresin aritmtica (del tipo: 2,4,6,8,10,12,14,16,18,20,22..., 2x), en cambio la poblacin humana total y a largo plazo tiende aumentar en progresin geom- trica (del tipo: 1,2,4,9,16,25,36,49,64,81,100,121..., x2 ). A largo plazo y ms all de puntuales circunstancias favorables o desfavorables tanto en la produccin de alimentos como en la poblacin, la mencionada diferencia en sus respectivas tasas de crecimiento conlleva afirma Malthus- que todas los incrementos alimenticios sean inevitablemente consumidos por el crecimiento demogrfico; de tal manera que la mayora de la humanidad tiende a vivir siempre en el lmite de depauperacin, si no se aplican drsticas polticas de moderacin demogrfica. Pues bien, una ley muy similar a la de Malthus se cierne sobre las sociedades avanzadas, del conocimiento y sus culturas democrticas21. El saber producido colectivamente gracias a las TIC e Internet amenaza superar las capacidades cognitivas individuales de la gente. La actual sociedad red teorizada por Manuel Castells genera una progresin geomtrica de enlaces, informaciones y conocimientos. La veloz circulacin por sus nodos posibilita una gran interactividad, productividad y creatividad, permitiendo que proliferen exponencialmente las nuevas ideas o informaciones, y que, cada vez ms, sean desarrolladas colectivamente y pasen a formar parte, simultneamente, del patrimonio de todos y de nadie.

Jorge Luis Borges anticip magistralmente en La biblioteca de babel la angustiante y paradjica sensacin que provoca el proceso malthusiano en el saber: A la desaforada esperanza, sucedi, como es natural, una depresin excesiva. La certidumbre de que algn anaquel en algn hexgono encerraba libros preciosos y de que esos libros preciosos eran inaccesibles, pareci casi intolerable. {...} La certidumbre de que todo est escrito nos anula o nos afantasma. {...} Quiz me engaen la vejez y el temor, pero sospecho que la especie humana la nica- est por extinguirse y que la Biblioteca perdurar: iluminada, solitaria, infinita, perfectamente inmvil, armada de volmenes preciosos, intil, incorruptible, secreta.

La sociedad postmoderna del conocimiento y las TIC ha creado los medios para que la creacin colectiva del saber pueda expandirse exponencialmente y subsista sin necesitar a la conciencia, memoria, reflexin... de ningn humano individual o en concreto. La sociedad del conocimiento hace posible que el saber exista por los nodos de Internet con independencia de cualquiera de nosotros. Por ello, en la actualidad no importa si jams nadie llega a interesarse por algunos aspectos concretos y, por supuesto, si es imposible que ningn individuo pueda conocer la totalidad del conocimiento creado colectivamente y nadie pueda hacerse cargo de la estructura del conjunto. Eso es lo que Antoni Brey llama sociedad de la ignorancia, Daniel Innerarity sociedad del desconocimiento y nosotros sociedad de la incultura (o en virtud de la poca donde se evidencia: alienacin postmoderna).

Bibliografa

Antoni Brey, Daniel Innerarity, Gonal Mayos (2009), La Sociedad de la Ignorancia y otros ensayos