Tema 4

Tema 4. Mitología clásica e Iconografía cristiana. UNED

María Isabel Espiñeira Castelos Página 1

Tema 4. La mitología de los Héroes .

1. Heracles.

Es el héroe divino, el dios entre los héroes, hijo de Zeus y de una mortal, aunque tuvo un padre mortal, Anfitrión, que fue suplantado por Zeus para llegar hasta su madre, Alcmena, a la que se unió en una noche que duró tres veces más de lo normal, por lo cual a Heracles se le llama también Heracles trisélenos o de triple luna. Alcmena da a luz gemelos, uno hijo de Zeus y otro, llamado Ificles, de su esposo Anfitrión. Hera, celosa del pequeño, le envía dos serpientes cuando éste está en la cuna, pero el bebé las estrangula con sus manos. El mito cuenta que Hera le amamantó, pero mamaba con tanta fuerza que la diosa le apartó y cuando goteó la leche que el niño chupaba se formó en el cielo la Vía Láctea. A pesar de que Hera le persiguió, Heracles le sirvió, por lo cual se le conoce también como La Gloria de Hera. Cuando ya está entre los dioses Hera se reconcilia con él y después de una ceremonia se convierte en su madre inmortal. La fuerza de Heracles y su carácter colérico se manifestaron muy pronto y se muestra poco dócil con su maestro Lino, al que con frecuencia le arroja una silla o una lira. Anfitrión, como castigo, le manda al campo a que cuide de los rebaños. A los 18 años realiza su primera hazaña cuando mata al león de Citerón, que era el terror de los rebaños de Anfitrión y del rey Tespio. Heracles se aloja en el palacio de este rey, que cada noche le mandaba a la cama de una de sus cincuenta hijas, aunque el héroe pensaba que siempre era la misma. Por eso fue el padre de los cincuenta Heráclidas. Al cabo de cincuenta días mató al león. También libró a su ciudad del tributo que pagaban a Orcómenos, por lo cual el rey de Tebas le concedió la mano de Mégara, su hija mayor. Con ella tuvo varios hijos, a los que mató en un acceso de locura que le envió Hera, para obligarle a que fuese a Argos y se pusiese a las órdenes de Euristeo. Antes de nacer Heracles Zeus le había prometido que el primer niño que naciese del linaje de Perseo reinaría en Argos, por lo cual Hera consiguió que se retrasase el nacimiento de Heracles y se adelantase el de Euristeo, cambiando así la suerte a favor de éste. Heracles quiso suicidarse, pero intervino Teseo y se lo llevó a Atenas.

Los doce trabajos de Heracles. Son las hazañas que realizó a las órdenes de su primo Euristeo, para lo cual se dan varias explicaciones. Se dice que Euristeo le permitió ir a Argos si antes libraba al mundo de monstruos. Otra explicación es que fue una expiación por haber matado a sus hijos.

� El león de Nemea . Era un monstruo nieto de Tifón, hermano de la Esfinge de Tebas, al que Hera colocó en Nemea y allí asolaba la región. Como no podía matarlo con sus flechas, tuvo que ahogarlo entre sus



propios brazos. Con su piel se hizo un vestido y usó la cabeza como casco. En Nemea Heracles instituyó los Juegos Olímpicos en honor a

Zeus. Cuando regresa a Argos Euristeo se asusta de su fuerza y le prohíbe entrar en la ciudad cuando volviese de sus trabajos, obligándole a dejar su botín a la puerta. Este primer trabajo es el que más se ha representado en las artes figurativas. Como no consigue atravesar la piel del león con las flechas, se construye una maza tallando el tronco de un olivo. Son frecuentes las representaciones del combate asfixiando al monstruo. Atenea le desvela que la única manera de despellejarle es usar sus propias garras y en este episodio queda configurado el tipo iconográfico de Heracles, que dejará de representarse desnudo y vestirá la piel del león a modo de armadura, con su cabeza como yelmo y la maza de olivo como arma.

� La hidra de Lerna . Hija de Tifón, Hera la crio para poner a prueba a Heracles. Era una serpiente acuática muy peligrosa con varias cabezas. Todo el que se acercaba a ella moría por su aliento venenoso. Heracles intenta matarla con flechas encendidas y luego cortándole las cabezas con la espada, pero de cada cabeza cortada brotaba una nueva. Con ayuda de su sobrino Yolao e incendiando el bosque contiguo, fue quemando con tizones encendidos cada una de las cabezas para que no volviese a crecer. El veneno de la

hidra le sirvió al héroe para empapar sus flechas y hacerlas mortíferas. Euristeo se negó a contabilizar este trabajo en la cuenta de Heracles porque su sobrino le ayudó. Gustave Moreau representó a la hidra como



un dragón de siete cabezas, rodeado de sus víctimas, con Heracles al lado, victorioso.

� El jabalí de Erimanto . Debía llevárselo vivo a Euristeo y para ello le hace salir de su guarida y le persigue a través de la nieve para agotarle, regresando luego con él cargado a la espalda. Este tema no tiene mucha relevancia en el arte porque es más popular el jabalí de Calidón.

� La cierva de Cerinia . Era un animal enorme que habitaba en Énoe, destruyendo todas las cosechas. Heracles le mata y consagra su

cornamenta en el templo de Artemis. Hay otras versiones del mito en la que el héroe da muestras de piedad. La cierva era intocable porque estaba consagrada a Artemis, y sus pezuñas eran de bronce; así que tiene que perseguirla un año entero hasta que logra herirla. Apolo y Artemis la reclaman, pero él dice que tiene que llevarla a Euristeo. Se muestra el relato en algunas

cerámicas antiguas. � Las aves del lago Estinfalo . En este lago vivían muchas aves que

cuando se asustaban y levantaban el vuelo oscurecían el sol, por lo cual las cosechas se malograban. Heracles consigue que salgan del bosque con una especie de castañuelas de bronce que fabrica, y así puede derribarla con sus flechas. No es un trabajo que se represente mucho en arte, aunque podemos

hablar de una obra de Durero en donde elige ese tema y se ilustra el momento en el que Heracles dispara a las aves. Según la tradición, los seres diabólicos lanzaban a los humanos mortíferas plumas de hierro.

� Los establos de Augias . Este rey tenía muchos rebaños pero acumulaba el estiércol en los establos por lo que los campos, al no tener abono, no producían. Euristeo quiere humillar al héroe encargándole la limpieza y antes de hacerlo, Heracles concierta un salario con Augias, acordando según unas versiones una parte de su reino y según otras, la décima parte de sus rebaños. Heracles derriba las paredes del establo y logra que los ríos Alfeo y Peneo pasen por allí y dejen todo limpio. Augias no cumple con su parte del trato y tampoco Euristeo lo contabiliza como trabajo al haber usado los ríos.

� El toro de Creta . Algunos decían que era el animal que había raptado a Europa a petición de Zeus y otros que era el amante de Pasifae, esposa del rey de Creta, Minos, y madre del Minotauro, o que había salido del mar y echaba fuego por la nariz, en venganza de Poseidón hacia Minos. El rey no ayuda a Heracles pero le permite apresar al toro con la



condición de que lo tiene que hacer él solo. Heracles lo consigue y le lleva a Micenas como ofrenda para Hera, aunque ella lo rechaza, por lo que el toro es liberado, aunque luego Teseo le da muerte. Y es este episodio más que el de Heracles el que se representa en arte.

� Las yeguas de Diómedes . Este rey de Tracia tenía unas yeguas que comían carne humana y Heracles consigue que devoren a su dueño y ya saciadas, las lleva a Euristeo.

� El cinturón de la reina de las amazonas . Hipólita, reina de las amazonas, portaba un cinturón, regalo de su padre, Ares, que era símbolo de su poder. La reina acepta dárselo a Heracles pero Hera suscita una lucha entre las amazonas y los compañeros del héroe y creyéndose traicionado, éste mata a Hipólita y lleva su cinturón a Micenas. Las amazonas eran un pueblo de mujeres guerreras que vivían junto al Mar Negro y se amputaban el pecho derecho para que no les estorbase en el tiro con arco o a lanzar la jabalina. Solo criaban a sus hijas. En algunas versiones de este trabajo

la reina muere, escena que se representa en una metopa del Olimpo, pero otros artistas representan el momento en que el héroe le arrebata el cinturón.

� Los bueyes de Gerión . Heracles atraviesa el océano y llega a Eritia, la isla de la puesta de sol, donde están los rebaños de bueyes rojos custodiado por Gerión, un gigante de tres cuerpos y tres cabezas. El viaje hasta la isla es complicado y Heracles llega a amenazar con sus flechas al sol y al océano. En el viaje de ida el héroe había erigido a su paso por Tartesos dos columnas: el Peñón de Gibraltar y el de Ceuta.



Los pintores de vasijas usan de vez en cuando como temática este viaje, siendo la representación más frecuente la lucha contra Gerión.

� El Can Cerbero . Cerbero era el perro de Hades, que custodiaba la entrada a los infiernos y Euristeo le encarga a Heracles secuestrar al perro de tres cabezas. Zeus ordenó a Hermes y Atenea que le ayudasen y para no ofender a los dioses, Heracles se inició en los misterios de Eleusis, donde los creyentes aprendían la manera de acceder con seguridad al otro mundo tras la muerte. Pero el héroe había matado a muchos enemigos y estaba contaminado con su sangre y en su condición de extranjero no podía ser iniciado en los misterios, por lo cual fue adoptado por un eleusino, Pilio. Así pudo encontrar la entrada al reino subterráneo, cruzando en la barca de Caronte la laguna Estigia. Al ver llegar a Heracles a su reino todos los muertos sintieron miedo y huyeron, salvo el héroe Meleagro y la medusa Gorgona. Hermes, que era su guía, le dijo que ésta era tan solo una sombra que no podía hacerle daño. Tras intentar atacar a Meleagro, él le contó su vida y Heracles, conmovido, le prometió casarse con Deyanira, la hermana que le quedaba, y así lo hizo. También se encontró con Teseo, Ascáfalo y Pirítoo y al final comparece ante Hades que le da permiso para llevarse al Can Cerbero, con la condición de que lo dominara vestido tan solo con su coraza y la piel de león. Heracles lo consigue y cuando se presenta con el perro ante Euristeo, éste se asusta tanto que se oculta, por lo cual Heracles devuelve el animal a su dueño. El descenso a los Infiernos era algo un tema al que se recurría mucho en la Mitología; como da fe el caso de Eneas.

� Las manzanas de oro de las Hespérides. Estos frutos eran el regalo de Gea a Hera, que las manda plantar en un jardín cercano al monte Atlas, custodiados por un dragón y tres ninfas del atardecer, las Hespérides. Euristeo le ordena a Heracles que se las traiga y para ello tiene que averiguar el camino. Solo Nereo, dios del mar, le puede informar. Durante el camino se enfrenta en Libia a Anteo, el gigante hijo de Poseidón y Gea que desafiaba a los viajeros a luchar a vida o muerte, resultando él siempre vencedor pues su madre la Tierra le



recarga las fuerzas de manera continua. Heracles lo derrota al levantarlo del suelo y asfixiarlo con su abrazo, privándole del alimento materno. En el Caúcaso libera al titán Prometeo, que había sido sometido a un castigo por haber ofendido a Zeus, que consistía en estar encadenado a una roca, a donde cada día venía un águila a devorarle el hígado, que cada noche se regeneraba para ser devorado al día siguiente. Heracles mata al águila con sus flechas y en agradecimiento el Titán le ayuda. Prometeo le dice que no debe coger las manzanas; tiene que ser Atlante quien lo haga. Este gigante sostenía el cielo sobre sus hombros y al llegar junto a él Heracles le ofrece sostenerlo en su lugar para que él pueda ir a recoger las manzanas. A su regreso Atlante decide que será él quien lleve las frutas a Euristeo; pero Heracles con el pretexto de que necesita ponerse algo sobre los hombros para hacer más liviana su carga, le pide que él la sostenga un momento. Cuando se ve libre, el héroe huye con las manzanas. Dice la tradición que ante la tristeza de saber que la fruta había sido robada las Hespérides se transforman en árboles: un olmo, un sauce y un álamo. El dragón se convertirá en la constelación de la serpiente. De vuelta a Micenas, Euristeo le devuelve las manzanas y él se las ofrece a Atenea, quien las devuelve al jardín de donde procedían.

Los Trabajos de Heracles quedan reflejados en los relieves del templo de Zeus en Olimpia.

Matrimonio, muerte y apoteosis del héroe. Heracles vive muchas aventuras más: se vengó de Augia, que le había negado el salario convenido, realiza una expedición contra Pilos y otras. En la tragedia se ofrece el relato de la muerte y apoteosis del héroe, narrado en las Traquinias de Sófocles. Tras casarse con Deyaniram cumpliendo la promesa hecha a su hermano Meleagro, vivió con ella en Calidón. Pero comete un homicidio involuntario por lo cual prefiere exiliarse con Deyanira y su hijo Hilo a pesar de haber obtenido ya el perdón. Durante el viaje tiene que luchar contra el centauro Neso, que se dedicaba a ayudar a los viajeros a atravesar el río Eveno. Primero cruzó a Heracles, pero al pasar a su mujer intentó violarla. Heracles hirió con una flecha envenada a Neso y éste, a punto de morir, le aconseja a Deyanira que recoja su sangre fresca para hacer un filtro que le devuelve el amor de su esposo. Ella le cree y en secreto lo hace. Después de otro asesinato, Heracles sufre un acceso de locura y la sacerdotisa de Delfos le dice que para purificarse habría de servir como esclavo durante tres años. Por eso está sometido a la reina lidia Ónfale. . Cuando Deyanira se entera de que su esposo se ha enamorado de Yole, una princesa tesalia, usa la sangre del centauro Neso e impregna con ella un manto para su esposo, aunque lo que hace en realidad, porque Neso la ha engañado, es envenenarle y hacerle sufrir terribles dolores. Heracles sube al monte Eta y preparara una pira funeraria. Se oye un trueno en el momento en que el héroe



desaparece y cuando ya está con los dioses, se reconcilia con Hera y se casa con Hebe, diosa de la belleza juvenil. Heracles es el héroe que con mayor frecuencia se representa en el arte de la Antigüedad, generalmente como un hombre corpulento, de pelo corto, con barba o sin ella, y cuyos atributos son la maza y la piel del león de Nemea, a veces también portando el arco y las

flechas regalo de Apolo. En escultura personifica la fuerza colosal, el valor y la tenacidad de los hombres sometidos a los designios divinos. En el Hércules Farnesio de Nápoles, copia de un original de Lisipo, el héroe descansa sobre su clava. En la mano derecha, escondida tras la espalda, sostiene las manzanas de las Hespérides que le dan la inmortalidad. En Roma varios emperadores quisieron asimilar su figura a la de Heracles. Cómodo, por ejemplo, se hará retratar en un busto llevando sobre la cabeza el yelmo del león mientras sujeta en sus manos la maza y las manzanas. Ya a partir del siglo III el héroe se cristianiza y en las pinturas de las catacumbas romanas aparece en su condición de esclavo, figurado con nimbo. En la Edad Media aparece la figura de Heracles como prefiguración pagana de Cristo. Antes que el Salvador, el héroe mitológico desciende a los infiernos, sufrirá un calvario y ascenderá a los cielos. En sentido contrario, su imagen será confrontada a la de personajes bíblicos como Adán y Sansón, que hallaron su perdición tras sucumbir a las artimañas femeninas. Mientras la relación con Deyanira ha tenido pocas representaciones, es más común que se recree su relación con Ónfale, sobre todo a partir del siglo XVI. El tema se representará en la Edad Moderna como símbolo de los poderes femeninos de seducción. Así se



enmarca también la iconografía de Heracles ebrio, el héroe humillado que representa Rubens. Durante el Renacimiento y el Barroco encarna en gran

medida la virtud heroica y la fe inquebrantable y a esta acepción corresponde el tema Heracles en la encrucijada, inspirado en Hesíodo y Jenofonte. Debe elegir entre dos caminos, simbolizados por dos mujeres. Una de ellas, la Virtud, conduce a la inmortalidad mediante el cumplimiento del deber, mientras la otra, Voluptas, invita al pecado y la lujuria, que llevan al infierno por la senda del engaño. Pero de manera paralela también en la Edad

Moderna Heracles se convierte en modelo de virtud y fuerza colosal, apoteosis para los soberanos y nobleza de Europa, que ensalzan su imagen como elemento decorativo en sus palacios. Entre los ciclos de los Doce Trabajos pintados en el Renacimiento italiano destacan el de Mantegna en el palacio ducal de Mantua y el de Vasari en Florencia. Felipe IV encargará a Zurbarán una serie de diez lienzos sobre la vida de Heracles para decorar el Salón del Reino del Palacio del Buen Retiro en Madrid. Se pretendía reivindicar el origen mítico de la monarquía hispánica, leyéndose al mismo tiempo como una alegoría de buen gobierno.



2. Jasón y los Argonautas .

Era hijo de Esón y se encontraba entre los descendientes de Eolo. Su padre había sido despojado del trono por su hermano Pelias. Jasón fue educado por el centauro Quirón y cuando ya era un joven se presentó ante su tío Pelias y le reclama el trono. El tío a cambio le pide que le traiga la piel del Vellocino de Oro que el rey de Cólquide había consagrado a Ares y que estaba guardado por un dragón. Pelias cree que su sobrino no volverá nunca de esta expedición. Jasón pide ayuda a Argo y por consejo de Atenea éste construye la nave que lleva su propio nombre y que le conducirá junto a sus compañeros, los Argonautas, hasta Cólquide. La lista de los que le acompañan difiere mucho de unas a otras fuentes. Entre ellos estaba Orfeo, que marcaba la cadencia de los galeotes consiguiendo que remasen sin esfuerzo y servía de protección contra las Sirenas porque su música deleitaba más a los marineros que el canto de éstas. Cástor y Pólux, los Dióscuros, hijos de Zeus y Leda, supusieron tuvieron junto a Heracles un papel activo en la expedición, en donde se sabe que al menos había una mujer, Atalanta. Durante el viaje, se detuvieron en la isla de las Amazonas, a las que se unieron. En la isla de Samotracia se iniciaron en los misterios, aconsejados por Orfeo. En la Cólquide, gracias a la ayuda de Medea lograron conseguir el Vellocino de Oro. Medea era nieta del Sol y de la maga Circe y como ésta es el prototipo de la hechicera, aunque ella tenía buenos sentimientos y no estaba de acuerdo con la política de su padre, que mataba a los extranjeros. Cuando llegan los Argonautas le hace prometer a Jasón que se casaría con ella si lograba el Vellocino de Oro. Jasón le da su palabra y Medea huye con él. Cuando el héroe perjura pues va a tomar otra esposa en Corinto, Medea mata a los hijos que ha tenido con él para castigarle. Esto la convierte en el prototipo de la asesina. En la tragedia que lleva su nombre Eurípides presenta a Medea actuando de esta manera, aunque en otras tradiciones ella se venga de Jasón pero sin matar a sus hijos. Hay que recordar que en las tragedias griegas las tremendas venganzas no se suelen atribuir a mujeres griegas, sino extranjeras. Tras conseguir el Vellocino Jasón llega a Yolco y se lo entrega a Pelias. Hay ahora varias tradiciones; en unas se queda en Yolco, donde Medea se venga de Pelias persuadiendo a sus hijas de que le hiervan en un caldero para preservar su juventud. Jasón y Medea se refugian luego en Corinto, en donde viven felices hasta que Jasón acepta la propuesta de Creonte de casarse con su hija Creúsa. Tras provocar la muerte de Creúsa y Creonte, Medea escapó a Atenas, donde la acoge Egeo, y Jasón consigue el trono de Yolco. Jasón recibía culto en varias ciudades griegas como patrón de la navegación. No



ocupa un lugar destacado en las artes hasta el siglo XIX. En la mayoría de las representaciones que se conservan de la Antigüedad figura como integrante de la expedición de los Argonautas, sobre todo en su lucha contra el dragón que guardaba el Vellocino y la presentación de éste a Pelias. En el Renacimiento

las hazañas del héroe aparecerán en los arcones nupciales donde se guardaban las dotes de las esposas. Entre los escasos ciclos consagrados a su vida destaca el de los Carracci. El danés Thorvaldsen hace una estatua de Jasón basándose en el Doríforo de Policleto, donde porta el Vellocino de Oro sobre el brazo izquierdo y aparece vestido como un guerrero. También el héroe llama la atención de Füssli, Moreau o Turner. Sola o con Jasón, Medea se representa en la Antigüedad como una princesa oriental que infunde terribles castigos. A partir de la Edad Modernas, los artistas resaltan sus calidades de maga legendaria y la dramática muerte de sus hijos

3. Orfeo.

Sus hazañas no son guerreras, sino que las realiza a través de la música y su descenso a los Infiernos para ver a su esposa Eurídice. Aunque no participa en los combates, acompaña a los Argonautas. Se le supone oriundo de Tracia y anterior a la guerra de Troya. Parece que fue hijo del rey Eagro y de la musa Calíope. Con su música conmueve a toda la Naturaleza. Desciende a los infiernos en busca de Eurídice, lo cual se ha narrado en las artes plásticas y en la Literatura. La ninfa Eurídice muere por la picadura de una víbora y Orfeo baja a los infiernos para suplicar a Hades y Perséfone que la liberen y le permitan volver con los vivos. Su canto logra vencer los obstáculos con que se encuentra, el barquero Caronte y el Can Cerbero, y logra conmover a los dioses, que permiten que su esposa regrese con él, con la condición de que no se vuelva a mirar hacia atrás hasta que esté



arriba. Pero Orfeo desobedece la orden y vuelve a perder a su amada. El descenso a los Infiernos se integra en viajes al Más Allá, como el de Eneas o Heracles, aunque en estos se debe a un encargo de los dioses y el de Orfeo tiene un carácter transgresor porque obedece solo a un interés personal.

Según la tradición su fin fue morir despedazado a manos de las mujeres tracias por su fidelidad a Eurídice. Según otras versiones murió fulminado por un rayo de Zeus. También se decía que su cabeza continuó cantando después de su muerte. El alma del poeta pasó a los Campos Elíseos y su lira fue transformada en una constelación celeste. Los tres episodios principales del mito de Orfeo que tuvieron mayor difusión en las artes son sus habilidades como músico, su descenso a los infiernos y su muerte a mano de las mujeres tracias. El héroe suele ir vestido a la manera griega y lleva como atributos la lira, la citara o el violín. En los mosaicos romanos suele aparecer apaciguando a las fieras con su lira. En algunos sarcófagos aparece la figura de Orfeo llevando un cordero sobre los hombros como antecedente iconográfico del Buen Pastor. El tema de Orfeo músico también inspiró en el siglo XVII a los pintores flamencos y holandeses especializados en la pintura de animales, que le convierten en un pretexto anecdótico. El episodio de su vida más representado a partir de la Edad Moderna es su bajada a los Infiernos y suele detenerse en el momento en que la pareja se dispone a abandonar el Inframundo. El dolor de Orfeo inspirará a Rodin y su muerte a los pintores simbolistas.



4. El ciclo troyano.

Es uno de los más extensos y Homero es quien lo narra, en la Ilíada y en la Odisea. Se basa en hechos históricos aunque muy adornados.

• Paris y el rapto de Helena. Parece que la causa de la famosa Guerra de Troya que acabó con una de las famosas ciudades fue el rapto de Helena, reina de Esparta y esposa de Menelao, por parte de Paris, uno de los hijos del rey de Troya, Príamo. El amor de Helena era el premio que le había prometido Afrodita si Paris la elegía como la más hermosa de las diosas que se disputaban la Manzana de la Discordia; así que pude que Helena le hubiese seguido a Troya de

manera voluntaria. No siempre había vivido Paris como hijo de Príamo, ya que su madre, Hécuba, tuvo un sueño que se interpretó como que el niño que esperaba sería la ruina de la

cuidad, y careciendo de valor para matarle, se lo entregaron cuando nació a un pastor, que le abandonó en el monte. Una osa le amamantó y cuando el pastor se dio cuenta le recogió de nuevo y le crio como a s hijo. Helena era la más bella de las mujeres y todos los príncipes se la disputaban. Antes de que ella eligiese a Menelao, los demás juraron respetar su decisión y acudir en su auxilio si algún día estaba en peligro, por lo cual acudieron raudos para castigar a Paris. Todos los gobernantes de Grecia se pusieron al mando de Agamenón, rey de Micenas y hermano de Menelao. El primer problema fue la calma eólica que hizo que se retrasase la partida. El adivino Calcante profetizó que no podrían partir hasta que Agamenón sacrificase a Artemis la más bella de sus hijas, y aunque se resistió acabó sacrificando a Ifigenia, lo cual su esposa Clitemnestra nunca le perdonó. El juicio de Paris que dio origen a la guerra queda recogido en los relatos de Apuleyo, Apolodoro y Luciano y está ilustrado profusamente en la Antigüedad, sirviendo como ejemplo las cerámicas griegas o los sarcófagos romanos. Aparece Paris ataviado de pastor junto a las tres diosas en presencia de Hermes. Los artistas medievales no suelen tocar el tema que luego es retomado



con fuerza desde el siglo XVI, ya que sirve de pretexto para el desnudo femenino. Hay versiones de Lucas Cranach, Rubens, Luca Giordano y otros.

• Los grandes héroes troyanos. Reunir a los héroes griegos había sido difícil, sobre todo a Odiseo, rey den Ítaca, que se fingió loco y Aquiles, a quien su madre había escondido entre sus mujeres, pero fue descubierto merced a un ardid de Odiseo, que usó su interés por las armas. La ciudad de Troya tenía murallas hechas por los dioses y los troyanos y griegos lucharon durante nueve años sin llegar a ningún resultado. Había muchos guerreros destacados pero los más importantes eran Héctor, hijo de Príamo y hermano mayor de Paris, y Aquiles, hijo de Tetis y Peleo. Se desarrolla una lucha paralela entre los partidarios de uno y otro. En el décimo año tiene lugar un episodio que narra Homero en la Ilíada: Aquiles se enfada porque Agamenón no le da su parte en el botín y por ello se retira del combate. Los troyanos empiezan a tomar ventaja y Patroclo le pide a Aquiles que le permita ir al combate en su lugar, vestido con su armadura y llevando sus armas. Héctor le da muerte y en venganza Aquiles vuelve a la lucha y le mata, ensañándose con su cadáver hasta que el propio Príamo se presenta y le suplica poder llevarse el cuerpo de su hijo. Atenea inspira a Odiseo una artimaña y logra meter en la ciudad un caballo de madera como supuesta ofrenda a los dioses, aunque dentro iban guerreros griegos que por la noche abren la puerta de la ciudad a los demás mientras los troyanos celebraban lo que ellos pensaban que era una retirada de los troyanos. La ciudad queda destruida por el fuego y los que no mueren son llevados como esclavos. El nostos, o regreso de los héroes a las ciudades, es otro importante mito en torno a Troya. El único que logró volver sin grandes padecimientos fue Néstor, porque había respetado a los dioses. Estos siguieron luchando entre ellos, favoreciendo o perjudicando a los guerreros. El regreso de Odiseo es conocido por la Odisea, que narra sus aventuras hasta su llegada a Ítaca, donde logra recuperar su trono, a su esposa Penélope y a su hijo Telémaco, a quien había dejado cuando era pequeño al marcharse a Troya. Los héroes homéricos son personajes muy destacados. Aquiles es el hombre fuerte e impulsivo que si no fuese por Patroclo habría dejado que los griegos perdiesen el combate. Era hijo de la nereida Tetis y del mortal Peleo. Su madre quiso hacerle invulnerable sumergiéndole en las aguas infernales del Estigie, pero el talón desde el que lo sujetaba quedó sin sumergir, por lo cual era su único punto flaco. Y ahí le alcanzó la flecha de Paris, aunque quizá la lanzó el mismo Apolo. Mucho se han representado estas aventuras en el arte. Los episodios que han gozado de más éxito son el enfrentamiento con Agamenón, la muerte de Patroclo, el duelo con



Héctor o la profanación de su cadáver. El tipo iconográfico del héroe se transforma desde las primeras imágenes, desde un guerrero barbado hasta la del joven imberbe y desnudo. El arte romano

popularizará el tema de la educación de Aquiles por el centauro Quirón y se mantendrá el interés en el Renacimiento y el Barroco, relacionando los saberes transmitidos al joven con los necesarios en la educación de los príncipes. El arte neoclásico retomará el teme central de la Ilíada: la cólera de Aquiles en el último año de la guerra. Odiseo o Ulises es el héroe que destaca por su astucia, es el de los

mil ardides. Su esposa es símbolo de fidelidad e inteligencia, ya que se libra de los pretendientes prometiendo que volverá a tomar esposo cuando termine de tejer el manto en el que de día trabaja en su telar y que deshace cada noche. La epopeya del regreso de Odiseo es una de las más enormes fuentes de inspiración para los artistas. Los episodios más reproducidos son su encuentro con el gigante Polifemo, su relación con Circe, su paso por la isla de las Sirenas, su estancia junto a la ninfa Calipso o su descenso a los infiernos para conocer su destino. Un tema de la Odisea que pervive en las artes de la Edad Media es la aventura con las Sirenas, seres que atraían a los marinos con su fantástico canto, y que ya antes Orfeo había superado. Odiseo tapa con cera los oídos de sus navegantes y se hace atar al mástil del barco para evitar caer en la tentación, escena que pasará a la Edad Media con la imagen de Cristo en la Cruz. En el Renacimiento se repiten los ciclos de las aventuras del héroe en frescos y tapices, y ya en la época contemporánea hay ediciones ilustradas de la epopeya homérica de



la mano de Flaxman o Kokoschka, por ejemplo. Iconográficamente Odiseo suele aparecer como un hombre con barba y tocado con un gorro cónico. Aparece disfrazado de mendigo en las escenas de su retorno a Ítaca, cuando compite con los pretendientes de Penélope.

Héctor es el héroe que lucha para defender su ciudad y a su familia. Recibe honores de su pueblo, casi divinos, por ser hijo, según una tradición, de Apolo, si bien no en los poemas homéricos, sino a partir de Estesícoro. En la Ilíada es famoso el pasaje en el que se despide de su mujer y su hijo antes de ir al combate en el que morirá. La despedida de su esposa Andrómaca, el duelo con Aquiles y el posterior ultraje de su cadáver ante los muros de Troya son las escenas más representadas en la cerámica griega, en los frescos pompeyanos y en los sarcófagos. El héroe troyano, al que Apolo abandona ante su fatal destino por orden de Zeus, se convierte en el arte y literatura medieval en la personificación del noble caballero, equiparado a Josué o al rey David. Su imagen no reaparecerá cion fuerza hasta el siglo XVIII. El papel de Paris en la guerra, después del Juicio y de la vuelta a Troya con Helena, no es especialmente brillante. Siempre está protegido por Afrodita, aunque al final muere a causa de una flecha de Filotectes. El personaje de Helena tiene un perfil complejo. En la épica de Homero es hija de Zeus y de Leda, aunque su padre humano es Tindáreo. Su extraordinaria belleza se manifiesta cuando un grupo de ancianos en Troya justifican la guerra por ella. Eligió a Menelao de entre todos sus pretendientes, aunque ya de niña la habían raptado Perseo y Piritoo, siendo rescatada por sus hermanos. Su segundo rapto aparece como consentido. Su belleza era proverbial y la iconografía de la Antigüedad se centra en



su rapto por Paris. Menos frecuente resulta el reencuentro con Menelao después de la guerra de Troya. Louis David, el pintor neoclásico pintó a Paris y a Helena en una escena amorosa, con el príncipe troyano desnudo y con el gorro frigio. Los pintores simbolistas del siglo XIX la vieron como la mujer fatal cuya belleza provoca el drama de la guerra. Eneas es hijo del troyano Anquises y de la diosa Afrodita, y aunque en los poemas homéricos es un personaje secundario Virgilio le hará protagonista de la Eneida, antecesor de Rómulo y Remo.

Cuando los troyanos permiten la entrada del engañoso caballo de madera Eneas es el guerrero más importante después de la muerte de Héctor, y abandona la ciudad asediada por orden de los dioses,

llevando sobre sus hombros a su anciano padre y de la mano a su hijo Ascanio. Tras su huida inician un largo periplo que les llevará a Cartago, donde el héroe mantendrá una relación con la reina Dido, la cual se suicidará cuando él la abandona. Desembarca luego en Italia, donde funda la ciudad de Roma, y de su mítico linaje desciende la familia Iulia, de la que procede Augusto. Su presencia en las artes fue impulsada por los emperadores romanos y más adelante simbolizará la imagen de noble caballero, la virtud y el amor filial, inmortalizada por Rafael en el Vaticano y más tarde por Bernini.

BIBLIOGRAFÍA:

• MITOLOGÍA CLÁSICA E ICONOGRAFÍA CRISTIANA (UNED)

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