Tema 2
-
Upload
matth-chabannes -
Category
Documents
-
view
200 -
download
0
Transcript of Tema 2
1
Tema 2: Cultura micénica y las aportaciones del mundo minoico.
1. Rasgos culturales del Heládico Medio (2000-1.600 a.C.)
En el Heládico Medio tenemos ciertas novedades que tienen su prolongación en el
mundo micénico. Son detectables en los asentamientos, en las costumbres funerarias
y en la cultura material (cerámicas). Es cierto que dicha cultura material es más
tosca si la comparamos con la cultura minoica desarrollada en Creta.
Los asentamientos.
Los asentamientos están ubicados en altura sobre promontorios rocosas y las
construcciones domesticas serán en abode, con plantas simples del tipo “habitación
con porche” o megarón. Megarón es un edificio que tiene un porche con unas
columnas que dan lugar a un patio y luego a una habitación. Después hay un lugar
para ubicar el trono y luego la sala de audiencia con un lugar cercado en el cual está
el hogar para celebraciones. Las entradas en estos megara en vez de ser en la parte
frontal serán en los laterales.
La cerámica.
En cuanto a la cerámica, en este momento vamos a tener unas novedades pero la
más importante es la cerámica minia o miniana que presenta una coloración diversa
pero sobre todo una superficie con un acabado bruñido. La cocción a alta
temperatura permite obtener un alisado
brillante. Encontramos recipientes de
formas abiertas, generalmente copas y
cántaros. El acabado es lustroso,
brillante y se ve que se ha utilizado el
torno. Tienen un pie anillado, tiene un
aspecto metálico debido a la cocción.
Al principio los historiadores decían
que esta cerámica se adscribía a gentes
foráneas pero esta teoría está
descartada ya que en ciertos niveles se
documentan la continuidad de
producciones del HA III.
Las costumbres funerarias
En cuanto a las costumbres funerarias encontramos enterramientos en zonas de
hábitat. Encontramos cistas y pozos: los niños en vasijas y pithoi fragmentados. Lo
normal es encontrar inhumaciones individuales, en posición encogida, sin
orientación fija o sin presencia de ajuar que haya pervivido en el registro
arqueológico excepto la cerámica. En Lerma vemos una señalización de algunas
tumbas y vemos mayor tamaño lo que nos atestigua posibles indicios de diferencias
sociales.
2
Además en el Heládico medio encontramos costumbres funerarias extramuros.
Encontramos túmulo: están construidos con un muro bajo que definen una planta
circular y un amontonamiento de tierras en el que se introducían enterramientos en
cista y pithoi. Esto lo encontramos en Mesenia, Ática, Corinto y la Argólida.
Estos túmulos podían corresponder a posibles enterramientos de gentes de un nivel
social elevado porque el trabajo exigía mayor esfuerzo para su construcción, y
además hay objetos relativamente valiosos como los recipientes de libación.
2. Cambios entre el Heládico Medio III y el Heládico Reciente I (micénico):
las tumbas de fosa de Micenas (finales del HM III)
En el paso del Heládico Medio al Heládico Recientes percibe un cambio en la
organización de las comunidades de la Grecia continental que preludia la
organización centralizada que permanecerá vigente hasta el siglo XIII a.C.
Desde finales del HM III y principios del HR I vemos unos cambios con respeto al
periodo anterior. Serán las tumbas de fosa de Micenas. En efecto vemos una
difusión de las necrópolis extramuros, una mayor complejidad de las tumbas, una
reutilización frecuente y la aparición de ajuares de mayor entidad y riqueza lo que
nos indican una creciente diferenciación social y del surgimiento de una minoría
dirigente.
3. Sociedad micénica: rasgos distintivos
3.1 Tumbas de fosa de Micenas
En el paso del Heládico Medio al Heládico Recientes percibe un cambio en la
organización de las comunidades de la Grecia continental que preludia la organización
centralizada que permanecerá vigente hasta el siglo XIII a.C. En este escenario, algunos
nucleos de la Argólida con gran protagonismo durante el Heládico Medio serán
abandonados o experimentarán una fuerte contracción demográfica, mientras que otros,
como Micenas, presentarán signos evidentes de crecimiento.
Uno de los marcadores más claros de la nueva situación lo hallamos en la esfera
funeraria que se convierte en el indicador de una creciente diferenciación social que
cristaliza en el surgimiento de una minoría dirigente y marca el arranque de la cultura
micénica. La mejor evidencia arqueológica de esta fase, conocida como “Periodo de las
Tumbas de Fosa”, se materializa en los Círculos A y B de Micenas, convertidos desde
su descubrimiento en el centro de un importante debate interpretativo.
3
Las tumbas de Micenas:
El circulo A (1600 – 1500 a.C)
El circulo A fue descubierto en 1876 por
Schliemann quien de manera inmediata
lo puso en relación con el periodo
dorado de la realeza micénica,
representado por Agamenón y su corte,
sin saber por aquel entonces que estas
sepulturas eran más antiguas, de unos
dos siglos , de la época del legendario
monarca.
La estructura original contenía 6 tumbas
de fosa excavadas en el terreno, ya que
la delimitación circular con una doble
hilera de piedras fue realizada en el
momento de ampliar la fortificación de
la acrópolis, cuando se construyó la
famosa Puerta de los Leones.
Esta modalidad de tumbas consiste en
una estructura excavada en el fondo de
un pozo, normalmente de forma
rectangular y dimensiones variadas. El
suelo solía estar cubierto de gravilla, y
las paredes revestidas con mampostería o
adobes. Dentro de cada tumba, los
cuerpos se depositaban sobre la capa de
guijarros y se protegían con cubiertas de
madera, soportadas por postes del mismo
material, para después rellenar el pozo con tierra hasta la superficie.
Circulo B (1650- 1550 a.C.)
El Circulo B fue descubierto por Blegen
en 1951, añadiendo un nuevo elemento a
la discusión. En él se identificaron 24
tumbas, muy afectadas por la construcción
de la tumba tholos de Clitemnestra y que
revelaron una cronología más antigua que
las del Circulo A. La datación tradicional
sitúa el Círculo B entre el 1650 – 1550
a.C. y el Círculo A entre 1.600 a.C. y
1.500 a.C, estableciendo un
escalonamiento temporal que ha dado
lugar a la emisión de algunas teorías sobre
el desgajamiento de un grupo de poder de
la elite económica y social que se alzaría
finalmente a la cúspide del sistema.
Sin embargo, O. Dickinson se muestra
partidario de un lapso más corto entre el
empleo de ambos entre el 1600 y el 1500 a.C., propuesta secundada por otros autores.
4
Por lo que respeto al ritual funerario, algunos cuerpos
estaban cubiertos con un sudario al que se fijaban
hojas recortadas en oro. También se documentaron en
las tumbas del Círculo A, máscaras de oro en seis
adultos masculinos y un niño de sexo inseguro.
Ningún individuo adulto femenino está asociado a la
máscara de oro.
Estas mascaras están hechas en laminas de oro
trabajadas con el uso de un martillo y con buril para
marcar los rasgos de la fisionomía facial. Los ojos
suelen estar cerrados como preparación al más allá.
Se ven los agujeros en los laterales de las mascaras
para su fijación.
Los enterramientos estaban señalizados al
exterior con estelas, que constituyen las primeras
manifestaciones de relieve en Grecia continental
durante la Edad del Bronce. Se decoran con
motivos abstractos como espirales, líneas
onduladas etc, aunque otras también representan
escenas de carros, que pueden ser interpretadas
como de asunto guerrero, cinegético o como una
alusión a juegos funerarios
Estas tumbas estaban señalizadas al exterior con
estelas: lo cual es interesante porque serán las
primeras manifestaciones del relieve en Grecia
continental. Las estelas representan motivos
abstractos, con escenas de carros, que pueden ser
interpretadas como un asunto guerrero,
cinegético, o como una alusión a los juegos
funerarios. Tanto la temática como el estilo,
alejado de la elegancia de los artesanos minoicos
caracterizan estas estelas como un elemento
propiamente continental.
Máscara funeraria de oro hallada en la
Tumba V del Círculo A de Micenas
Estela funeraria de la tumba V del Círculo A
de Micenas.
5
Los ajuares:
Los ajuares resultan ser los más ricos y variados de todo el período. Entre las armas se
encuentran espadas, dagas, puñales, puntas de lanza o puntas de flecha. Los puñales
presentan la hoja decorada con técnica de damasquinado o “pintura en metal”,
probablemente de origen local, que sirvió para ejecutar preciosos desarrollos
ornamentales protagonizados por animales o escenas de lucha y caza. Esta técnica
empleaba oro, plata y una especie de barniz negro llamado niello.
También encontramos vasos de metal en oro y plata
(Véase: Vaso de Vafio o la copa de Nestor). Destacan
los realizados en oro, de estilo típicamente minoico y
obra, seguramente, de artífices cretenses; evidencia que
es extensiva a los vasos de plata, entre los que se
encuentra un rhyton en forma de cabeza de toro. Sin
embargo, las célebres máscaras funerarias de oro,
martilleadas sobre una lámina del preciado metal,
vuelven a delatar el gusto de la plástica micénica,
ajenas como son a la fantasía y la imaginación de los
cretenses. No falta quien opina que se trata de
“retratos” funerarios que reproducen la fisonomía del
individuo enterrado.
Vaso encontrado en la tumba de
Vafio, cerca de Esparta (Laconia). Se
hallaron dos vasos en oro: uno
llamado “dramático” y el presente,
llamado “pacífico” donde aparecen
representados dos toros pastando.
Uno los guía y otro es atado por un
hombre a un árbol.
Copa de Nestor, legendario rey de Pilos, hallada en una
tumba del Círculo A, Micenas. Tiene características
similares a la descrita en la Ilíada, como la decoración
de dos palomas de oro, por eso la llamó copa de Néstor.
6
A la hora de buscar explicaciones a esta gran riqueza, que contrasta con la
pobreza general que caracteriza el Heládico Medio, se bajaran teorías muy
diversas.
- Un primer grupo de propuestas atribuye los cambios a una invasión
extranjera. Así, A. Evans, propuso identificar a los ocupantes de las tumbas
con los cretenses que, a su juicio, conquistaron la Argólida. Sin embargo,
hoy sabemos que ni el sistema de enterramiento ni el material esquelético
hallado corresponde a minoicos, ya que existen notables diferencias en
cuanto al tipo de estructuras y el ritual.
- Otros autores opinan que determinados elementos hallados en las tumbas,
tales como las estelas, las máscaras o el uso del carro, podrían traslucir la
presencia de un grupo originario del Norte o Noreste de Europa, enriquecido
tras haberse aculturado rápidamente a raíz de su establecimiento en
Argólida. A esta hipótesis debe responderse que la difusión del carro de
ruedas en este ámbito habría tenido lugar con anterioridad a la formación de
la cultura micénica y que sólo en el periodo de las Tumbas de Fosa este
elemento habría tenido connotaciones simbólicas e ideológicas, como
expresión de una nueva elite militar.
- Un segundo conjunto de explicaciones se encuadra en el ámbito de reflexión
de la Arqueología Procesual, que explica la emergencia de las sociedades
complejas en Grecia como el resultado de la interacción de diversos factores
internos. En esta línea metodológica se encuadra la aportación de Dickinson
quien redimensiona el problema de la formación de la cultura micénica
desde una perspectiva histórica más amplia que valora la situación
económica que reflejan estas tumbas. A su juicio, factores de cambio
interno, como el despegue demográfico y el aumento de la potencialidad
agraria, habrían favorecido el surgimiento de la sociedad palatina. Por otro
lado, la coyuntura internacional (crisis de los estados del Próximo Oriente y
desestabilización del mundo egipcio en el siglo XVII a.C.) habría hecho
posible que la marina egea pudiera explorar el Mediterráneo occidental en
busca de nuevas fuentes de materias primas. En este contexto, autores como
E.Davis, defienden que Micenas habría asumido un papel central en el
control de las vías de aprovisionamiento de metales, funcionando como
intermediario entre la Creta minoica y las áreas de producción de productos
estratégicos como el oro y el estaño. Esta hipótesis sobre el monopolio del
comercio de oro con el área del Danubio rumano explicaría la importante
cantidad de metal precioso acumuladas en las círculos de Micenas, así como
el carácter centro-europeo de algunos elementos de la cultura material
hallados en ellos.
7
La cronología de la Cultura Micénica:
El periodo que comprende desde la aparición de las tumbas de fosa hasta la caída de
Knossos se suele denominar Micénico Antiguo y se corresponde con el Heládico
Reciente I y II (1600 – 1400 a.C.)
El eclipse de la civilización minoica en el siglo XIV a.C marca la etapa de mayor
florecimiento de la cultura micénica, coincidiendo con la fase que algunos autores
denominan “Imperio Micénico”. Desplazamiento de los ejes de mayor peso cultural
desde la isla de Creta a los centro de la Grecia continental. A lo largo de este periodo se
afianza una mayor presencia micénica en el Mediterráneo.
El apogeo de los centros micénicos se mantuvo hasta fines del siglo XIII - inicios del
XII, momento que marca el fin de los palacios.
3.2 Arquitecturas.
3.2.1 Ciudadelas fortificadas: edilicia y recursos defensivos.
A través de las fuentes arqueológicas y de la documentación contenida en las tablillas de
Lineal B, podemos deducir que el paisaje político de la cultura micénica entre los siglos
XIV y XIII a.C. estaría marcado por la existencia de varios reinos, probablemente
independientes entre sí. Cada uno de ellos tendría una capital administrativa, en la que
residiría el rey “wanax” , y que, además, se erigía en centro religioso y económico del
reino. El modelo urbano que prevalece es el de la ciudad-palacio. Consta de una
ciudadela fortificada, que albergaba el palacio, los edificios de culto y algunas
residencias privadas de personajes importantes. Por lo tanto, la ciudad propiamente
dicha se desarrollaba en torno al núcleo fortificado, sin que sepamos por el momento si
también poseía un sistema defensivo. No obstante, si se han documentado otras
construcciones defensivas concebidas para refugiar a una población dispersa en caso de
peligro como las fortalezas de Gla en Beocia o de Krisa en Fócida.
El centro que funcionaba como sede de poder real adquiría parte de su representatividad
a través de un impresionante sistema defensivo, que convertía la ciudadela que
albergaba el palacio en una autentica plaza fuerte. Este rasgo marca una notable
diferencia respecto a los palacios cretenses, desprovistos de estructuras defensivas.
El concepto constructivo de las fortificaciones micénicas
parte de la adaptación a los imperativos topográficos, por
lo cual suelen combinar la construcción artificial con la
defensa natural. (Véase imagen a la izquierda). Los
muros apoyan en una cama excavada directamente en la
roca y en su fábrica se emplea el denominado “aparejo
ciclópeo” debido a su extraordinario tamaño. Está
compuesto por grandes bloques de piedra que llegan a
alcanzar hasta 8 m. de altura, cogidos con tierra y con los
8
huecos resultantes entre los bloques rellenos con piedras más pequeñas. Este tipo de
arquitectura megalítica está documentada en las defensas de Micenas, Argos, Tirinto y
la Acrópolis de Atenas.
Otro aspecto característico de la arquitectura megalítica micénica, son las cubiertas
conseguidas mediante la aproximación de las hiladas, ya se trate de espacios circulares o
de planta rectangular.
También debemos destacar como logro paradigmático
de la construcción megalítica el triangulo de descarga,
una abertura, a menudo de forma triangular, concebida
para aminorar el peso del dintel. Este recurso técnico,
suele servir como soporte a un relieve realizado en un
material más ligero como sucede en la Puerta de los
Leones de Micenas.
Los trabajos arqueológicos desarrollados en las
ciudadelas micénicas han puesto de manifiesto la
existencia de varias fases en la fortificación:
- Héládico Reciente III A: etapa más
antigua. Documentada en Micenas y Tirinto.
- Heládico Reciente III B: fases más
tardías que incluyen los sistemas de captación y
almacenamiento del agua
3.2.2 Palacios micénicos
Los palacios constituyen uno de los modelos de edificio más distintivo de la cultura
micénica. De hecho se conoce al menos nueve construcciones de estas características en
diferentes regiones de la Grecia continental. Los mejor conservados se encuentran en
Tirinto, Pilos y Gla.
En cuanto a su ubicación, los palacios de Micenas, Tirinto, Pylos y Gla se erigieron en
la cima de eminencias o sobre crestones rocosos. Esta constante se convierte en un
indicio del deseo de los gobernantes de que sus residencias constituyeran una referencia
en el paisaje como símbolo de su elevado status social.
Por lo que respecta al problema del origen de la forma palacial micénica, muchos
autores han considerado que existe una afiliación directa con el palacio minoico. Otros,
sin embargo, subrayan el peso de tradiciones continentales, con antecedentes remotos
como la “Casa de las Tejas” de Lerna de la segunda mitad del III milenio a.C. Por
último existe una tercera corriente cuya postura ecléctica, defiende la superposición de
ambas corrientes, minoica y continental.
Sólo a partir del Heládico Reciente III A2,, los planos de los palacios serán lo
suficientemente uniformes como para indicar la existencia de un modelo icónico.
Dentro de los elementos identificados reiterativamente en los centros conocidos
podemos destacar los siguientes:
Puerta de los Leones de Micenas.
Vemos el aparejo ciclópeo y el
triangulo de descarga.
9
Organización de los palacios:
El megaron central: se trata de una edificación con
una división tripartita siguiendo el eje longitudinal,
que consta de porche, vestíbulo y sala del trono. El
porche se sustenta sobre dos columnas in antis y
desde un acceso centrado en el eje longitudinal del
conjunto se entraba al vestíbulo, también
comunicado por un único vano con la sala del trono.
Eso se completaba con un hogar circular, localizado
en posición central dentro de la sala del trono y
rodeado de 4 columnas. El trono normalmente se
localiza en el centro de la pared derecha. En cuanto
a la decoración sabeos que los suelos de la sala del
trono, del vestíbulo y del porche están revocados en
yeso y decorados con pinturas, como también lo
estaban, de manera profusa, las paredes, y muy
probablemente los techos. Este conjunto
constructivo se repite en los palacios de Tirinto,
Pylos, Micenas y Menelaion. La posición central de
este elemento subraya su importancia dentro de la
jerarquía espacial y planimetría del palacio. Sus
funciones no están claras pero algunos autores
opinan que debieron ser fundamentalmente
ceremoniales.
En cuanto a la decoración pictórica de los palacios
micénicos se hizo extensiva tanto a los muros como
a los pavimentos e incluso a los techos (Pylos), asi
como a los pilares y las columnas. Las pinturas
micénicas están relacionadas técnica y
estilísticamente con las minoicas. Desde el punto de
vista técnico, las pinturas murales micénicas fueron
realizadas sobre una superficie de fino revoco de
yeso mientras estaba aún fresco, aunque algunos
detalles se realizaron después de haberse secado el
enlucido.
Reconstrucción megaron Pylos.
Reconstrucción de la sala del trono de
Pylos (de Piet de Jong)
10
3.2.3 Arquitectura doméstica
No es posible defender la existencia de un modelo único de vivienda privada en el
mundo micénico. P. Darcque ha realizado una propuesta de clasificación de la
arquitectura domestica a partir de las dimensiones y la articulación del espacio interior.
En la base de encuentran los ejemplos más sencillos, que pueden presentar planta
absidiada, aunque suele tratarse de construcciones de planta cuadrangular, con una o
más habitaciones también cuadradas p rectangulares y dimensiones desde 20 a 40 m2.
Las casa de varias habitaciones responden a dos tipos principales:
- El más sencillo consiste en una planta caracterizada por la alineación de unas
habitaciones junto a otras siguiendo el mismo eje.
- El tipo más complejo consiste en varias unidades yuxtapuestas.
Entre estas viviendas sencillas y los palacios se encuentra una gama intermedia
representada por construcciones de mayor monumentalidad y dimensiones que las cosas
normales, cuyos status privilegiado nos es conocido también por un mobiliario y un
ajuar domestico más variado y rico que el de aquellas.
3.2.4 Arquitectura funerario
Desde finales del siglo XVI y hasta fines del XIII a.C. tenemos 2 tipos principales de
tumbas monumentales:
Las tumbas de cámara: son estructuras hipogeicas excavadas en la roca, constituidas
por una cámara, precedida de un corredor de acceso o domos también excavado en la
roca, que desemboca en una entrada o stomion. La forma de la cámara y de su techo
depende de la dureza del medio litológico en el que se excava la tumba, por lo que
suelen ser irregulares y adoptar forma aproximadamente cuadrangular, elipsoidal o
semicircular. La entrada no siempre fue objeto de un tratamiento arquitectónico ciudad
y, generalmente, fue sellada con piedras. El hecho de que alberguen varios
enterramientos hace pensar que se trata de tumbas familiares, aunque no existen datos
definitivos que permitan defender esta hipótesis con certeza y rechazar que se trate de
otras modalidades de agrupación social.
La tumba de tholos: encarna el tipo de tumba
micénica más monumental. Consiste en una
cámara funeraria subterránea de forma circular,
thalamos, precedida por un largo corredor,
dromos, que termina en una entrada, stomoi, que
conduce a la cámara. La cámara suele estar
revestida con fábrica pétrea. La estrutura se
cubría al exterior con un túmulo, o montículo
artificial de tierra y piedras, que preservaba la
cubierta interna de la cámara. Realizada con un
sistema de falsa cúpula por aproximación de
hiladas. El túmulo garantizaba además, el
equilibrio de la cúpula impidiendo su derrumbe
hacia el interior o el control de los empujes
derivados de la fuerza centrífuga hacia el
11
exterior. La entrada o stomion, era el punto más débil de la construcción ya que sobre
ella recaían importantes tensiones. Para resolver este problema los constructores
utilizaban el triángulo de descarga sobre dintel. Así en el Tesoro de Atreo (1350-1300
a.C.) (Véase imágenes) tenemos restos de lo que fue la decoración de la entrada
monumentalizada.
4. Cerámica
Evolucion desde las cerámicas características del Heládico Medio hasta el Heládico
Reciente IIIC.
- Etapas más antiguas: estilo esquemático con una progresiva estilización de
los motivos minoicos
- Heládico Reciente IIB: desarrollo de una forma que se ha convertido en fósil
director del período Monopalacial cretense y a la que se denomina “copa
Efirea” Se trata de una copa de perfil robusto con pie bajo y dos asas,
ecorada en ambos lados con un mismo motivo.
La cerámica más característica de la época de apogeo de la cultura micénica, entre el
siglo XIV y la primera mitad del siglo XIII a.C. se concreta con dos estilos decorativos
principales:
Estilo esquemático (Pattern Style): se caracteriza por el empleo de
motivos bastante repetitivos, realizados en color oscuro (negro o
marón), que muestran la progresiva simplificación de los elementos
que caracterizaron los estilos “Floral” y “Marino” de las fábricas
cretenses. Los motivos más repetidos son las dobles hachas, flores,
conchas marinas, espirales etc.
Estilo Pictórico (Pictoral Style): en él se incluye un conjunto de
vasos menos vinculado a la tradición cretense. La superficie de las
cerámicas se convierte en soporte para el desarrollo de temas
figurados. Dentro de este estilo fueron muy repetidas las crateras
con escenas de carros, asi como las series compuestas por figuras
humanas, toros, pájaros, esfinges etc. Por lo que respecta al
repertorio formal, éste es bastante amplio, destacando como perfiles
más significativos los de las jarras de asa vertical y las de largo
pitorro, los cuencos profundos y las copas de pie alto, también
llamadas copas de champán, que parecen ser una evolución de la
copa Efirea.
12
A partir del HR III C (1200 a.C.) encontramos otros estilos cerámicos:
Estilo cerrado (Close style): se caracteriza por un marcado
horror vacui, que tenderá a recubrir toda la superficie del vaso
con motivos convencionales entre los que se encuentran aves,
peces, rosetas. Se difunde por el Peloponeso, el Dodecaneso,
las Cícladas y Creta. En la costa oriental del Ática y en las
islas de desarrolló una variante que se especializó en la
representación de criaturas marinas, especialmente pulpos, en
vasos globulares. (Imagen: Vasos del Museo de Micenas)
Estilo del Granero (Granary style): se caracteriza por
cuencos profundos pintados de un solo color o decorados con
motivos muy sencillos, como líneas onduladas o espirales y
franjas o bandas que comienzan a prefigurar lo que será la
cerámica protogeométrica. Se difunde por el Peloponeso.
Segundo estilo pictórico: en el periodo Heládico Reciente
IIIC se documenta la prosecución de la tendencia figurativa
de la etapa anterior. El ejemplar más famoso es el “Vaso de
los Guerreros”, descubierto por Schliemann en Micenas. Se
trata de una cratera decorada en una cara con un desfile de
guerreros con su implementa militar, que se dirige hacia una
mujer de luto. En la otra cara se representó otro desfile de
guerreros vestidos de manera idéntica, excepto en lo que se
refiere a sus cascos que están cubiertos por espigas. El tema
y estilo del vaso resulta similar a los larnakes o sarcófagos,
a menudo decorados con escenas de funeral o con
representaciones de marcha. (Imagen: Museo Arqueológico
Nacional de Atenas)
Tenemos las jarras de estribo con el asa particular y
motivos abstractos: rectilíneos, curvilíneos pero también
naturalistas, en boga en las series de fabricación cretense y
cicládica. Originaria y típica de la cultura micénica.
13
5. Otros elementos de la cultura material
Máscaras y figurillas de terracota
Las mascaras de terracota son trabajadas de forma sencilla y pintadas.
Muestran rostros humanos. En cuanto a las figurillas, constituyen uno
de los elementos de la cultura material micénica más célebres y mejor
sistematizados. La forma predominante es una pequeña figurilla
femenina en pie, con los brazos en diferentes posturas. Se denominan
“phi”.
Armamento
Conocemos parte de la panolia micénica a través de los hallazgos registrados en
contextos funerarios, en algunas viviendas y en acumulaciones metálicas que forman
parte de “tesoros”, ya que los palacios fueron destruidos y, a menudo, vaciados de su
contenido. Como apoyo iconográfico para complementar el conocimiento del
armamento micénico se encuentran determinadas representaciones figuradas, tales como
la decoración de vasos como el de Guerreros de Micenas, los frescos de los palacios, los
marfiles, y los sellos, por no hablar de la información suplementaria que se encuentra en
las tablillas de Lineal B.
Armamento defensivo:
Corazas o elementos protectores del cuerpo del guerrero: existencia
demostrada a partir del Heládico Reciente II-III1A. Se trata de una serie
de placas de bronce a las que se fue dando forma para después ser cosidas
sobre un forro de cuero. Las placas cubren los dos lados del cuerpo desde
el cuello a las rodillas.
Casco: forma cónica realizado con tiras de cuero, chapadas con colmillos
de jabalí. Se trata del mismo tipo descrito en el canto X de la Ilíada.
Escudos: las formas más características fueron los de “torre”, alargados, con la parte
superior redondeada, y los de “ocho”, con un perfil oval pinzado en el centro. Se
realizaban con cuero extendido sobre un bastidor de madera y se sujetaban con una tira
que se colgaba al hombro, confiriendo a su portador mayor capacidad de movimiento y
el empleo simultáneo de ambas manos. (Imagen: error 144, no found)
14
Armamento ofensivo:
Espadas y lanzas.
La glíptica
A su función primordial de identificación de mercancías o propiedades, se añade en
algún caso su valor intrínseco si tenemos en cuenta las acumulaciones halladas en varias
tumbas de Vafio, Micenas o Nicoria. Durante el Heládico Reciente III, los tipos de
sellos más difundidos son los de forma lenticular o almendrada y pueden estar tallados
sobre ágata, cornalina, esteatita o serpentina y más raramente e lapislázuli, ámbar o
pasta vítrea.
En cuanto a los temas representados, las representaciones zoomorfas son de las más
frecuentes, salvo en los anillos sello donde prosiguen los temas rituales. A finales del
Heládico Reciente III se acelera el proceso de empobrecimiento del repertorio y el
descenso de calidad del trabajo de talla. Los temas se someten a una esquematización
rígida: repitiéndose de modo incesante la representación del león atacando a un toro.
Este declive se encuentra acompañado por el abandono de la talla de piedras duras.
La eboraria
El trabajo del marfil fue otra artesanía micénica quizás también
derivada de Creta. Su carácter exótico le confiere n alto valor,
dado que se confirma por el control del proceso de su trabajo
desde el palacio. Las piezas que aparecen con mayor frecuencia
en los yacimientos continentales se corresponden con plaquitas
en relieve empleadas para el adorno de muebles y objetos de
madera. Se conocen algunas piezas excepcionales como la
cabeza del guerrero con caso de colmillos de jabalí procedente
de Micenas.
6. El colapso del sistema palacial
Las estratigrafías demuestran que se produjo una brutal destrucción del sistema palacial
a fines del siglo XIII a.C. El hundimiento del sistema palacial es un procesoque se
produjo durante todo el siglo XIII y la primera mitad del siglo XII a.C. y no una
catástrofe globl enmarcada en un corto periodo de tiempo.
Las hipótesis que se manejan para explicar el fin de la época micénica han sido
clasificadas en tres grandes grupos por P. Darcque:
- Hipótesis invasionistas: El retorno de los Heráclidas, novedades en prácticas
religiosas, armas, cerámicas y elementos lingüísticos que demuestran la llegada
de un nuevo grupo. La invasión de los “Pueblos del Mar”.
15
- Hipótesis catastrofistas: los factores naturales explicarían el hundimiento del
sistema palacial. (cambio climático, movimientos sísmicos)
- Hipótesis de desequilibrios y conflictos internos.