Síndrome del nervIo supraescapular · 2012-05-17 · Estado actual del problema a) Anatomía...
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Rev. Esp. de Cir. Ost., 11, 17-22 (1976)
UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA. FACULTAD DE MEDICINA.
CÁTEDRA DE PATOLOGÍA QUIRÚRGICA «B»,Prof. M. GONZÁLEZ GONZÁLEZ
Síndrome del nervIo supraescapular
A propósito de un caso
F. SE~AL IÑIGO, c. BUI{I{IAL PIULATS, J. M. I{EMAI{TtNEZ I{IVA R.ESy T. AI{I{UEBO AGUILAR
I{ESUMEN
Se publica un caso de síndrome del nervio supraescapular, con su sintoma=tología clínica y especialmente el diagnóst1ico electromiográfico.
El tratamiento aconsejado es la liberación quirúrgica del nervio a nivelde la escotadura coracoidea cuando el tratamiento médico haya fracasado.
SUMMARY
A case of nervous supraescapular entrapement is published, its clinicalsigns and the diagnosis value of the electromiography.
The most suitable treatment is to free the nerve at the coracoides nookwhen the medica! treatment has failed.
Introducción
Variadísimas son las causas que puedenincidir sobre la región del hombro, en cambio sus manifestaciones clínicas son realmente monótonas; de todas ellas la dominante será el dolo.r.
Nuestra actitud ante esta manifestaciónno debe ser de conformidad. El diagnóstico de «Hombro doloroso» es algo que estáal alcance de cualquiera, pero a su vezesta equivocada denominación suele llevarasociado un tratamiento estandarizado nomenos e q u í v o c o. Solamente un correctodiagnóstico etiológico apoyado en la especialidad de los abundantes y valiososdatos complementarios de que podemos disponer en la actualidad nos llevará al correc-
to diagnóstico y, con ello, a la terapéuticamás adecuada, que ,a la postre redundaráen beneficio del enfermo.
La neuritis crónica del nervio supraescapular desde su descripción por KOPELL
y THOMPSON (1), en 1959, constituye unclaro ejemplo de ello, nos consta que sufrecuencia es muy superior a lo que creemos y si no llegamos a su diagnóstico esporque la mayoría de las veces queda incluido en el ((Síndrome de hombro dolo-roso».
Estado actual del problema
a) Anatomía
Consideramos al nervio supraescapularcomo perteneciente al plexo braquial del
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que forma parte. Nace del tronco primariosuperior (TPS), inmediatamente por debajodel punto de Erb y se dirige hacia el huecosupraclavicular, cubierto por los músculostrapecio y omohideo, llega a la escotadura
n. s¡roeSCOPulor
FrG. 1. - Trayecto y raInas del nervio supraescapular en el omoplato. Se aprecia la íntima relación con el liganlento transverso de la escápula.
coracoidea la cual se convierte ·en agujeropor la existencia del ligamento coracoideoy transverso de la escápula por debajo delcual se desliza el nervio (fig. 1).
En la fosa supraespinosa inerva elmúsculo del mismo nombre, sigue su trayecto rodeando el borde externo de la espina en el espesor del músculo homónimo.Es de resaltar la existencia de unos finosramos sensitivos que van a morir en lacápsula de la articulación escapulohumeral.
Está constituido por fibras que proceden de las raíces CS y C6 (2) e inclusode C4 (3) (fig. 2).
La existencia de esta encrucijada anatómica, auténtico túnel formado por la conj un ció n escotadura coracoidea -ligamentotransverso de la escápula, hace pensar enla posible existencia de una agresión a estenivel y con ello la existencia de unas manifestaciones expresiva,s de este sufrimiento.
b) Etiopatogenia
Consideraremos:
l. 'rracción (mecanismo de KOPELLy THOMPSON) (fig. 3).
E3 improbable que la lesión se produzca de forma aguda, en cambio, es más frecuente su aparición de forma crónica, especialmente en obreros manuales en los quesu actividad manual y laboral determinanvariaciones esforzadas y repetidas de laposición de la escápula que se aleja delpunto de emergencia del nervio. Comocausante de esta acción consideramos elmovimiento de adducción horizontal delbrazo, acto propio de trabajadores de muebles, etc.
También se ha descrito el mismo mecanismo para lesiones producidas en pacientes encamados, como parapléjicos o fracturados de cuello de fémur que se esfuerzanal coger objetos de la mesilla de noche (4).
Esta fricción repetida sobre el rebordeóseo escapular por la acción de polea queeste movimiento conlleva, produce una inflamación crónica de tipo mecánico sobreepineuro que desemboca en una fibrosis dela vaina fascicular (5), con el consiguientecompromiso de los vasae nervorum ya esde por sí menor en el conjunto perifascicular y quizá sea esta participación más importante desde el punto de vista patogénicopues la permeabilidad se altera en los procesos degenerativos del nervio.
2. Compresión.El engrosamiento del ligamento cora
coideo puede también traumatizar el nervio, siendo entonces éste el mecanismocausante de la inflamación crónica citadaanteriormente.
3. Heridas nerviosas.Como consecuencia de una aCClon di
recta sobre el nervio y producida desde elexterior, JACCHIA (7), describe 14 lesionestraumáticas del nervio supraescapular, entre la,s cuales dominan las de causa bélica.
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En ninguna de ellas se hizo tratamientoquirúrgico.
Todos estos mecanismos actúan sobrela estructura nerviosa, originando en unprincipio un cuadro irritativo que sólo esvalorable por la sensación dolorosa a niveldel hombro (recordemos los finos ramossensitivos que posee), más adelante y antela persistencia del insulto que se van originando cambios degenerativos progresivos, hasta que llegan a desencadenarsefrancos fenómenos de degeneración confibrosis progresiva del marco conjuntivoendoneural, perineural y epineural. En estemomento es cuando ya empiezan a objetivarse las lesiones amiotróficas.
Microscópicamente en este estadio ob·servamos una hipertrofia de la membranaepineural y una desaparición de los vasoslongitudinales epineurales. Si los fenómenos irritativos se hacen permanentes la is·
quemia se hace más manifiesta y puedellegarse incluso a una colagenización endoneural irreversible.
c) Manifestaciones clínicas
1. Síndrome precoz.Sólo encontramos sintomatología irrita
tiva que se hará patente por el dolor a nivelde la cara posteroexterna del hombro quepuede irradiarse al brazo. El dolor será especialmente nocturno debido al edema normal que se instaura durante el sueño (8).En este estadio la confusión con una periartritis escapulohumeral (P. E. H.) es fácil.
También es posible encontrar un verdadero hombro congelado reactivo al dolorcapsular que produce la movilización de laarticulación escapulohumeral.
2. Síndrome manifiesto.A la sintomatología anterior se añaden
FIG. Z. - Esquema anatómico del plexo braquial en el que se aprecia el nacimiento del nerviosupraescapular.
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entonces los datos objetivos específicos deesta afección:- Atrofia selectiva de los músculos suprae infraespinosos que producen una excavación manifiesta de las fosas supra e infraespinosas. Este dato, ya objetivable de porsí, se hace mucho más patente al llevar elbrazo en rotación externa de forma pasivao activa.- Disminución acentuada de la potenciamuscular en dicha articulación, más marcada en la abducción y rotación externa.- Signo de KOPELL y THOMPSON positivo,consistente en dolor provocado a la adducción horizontal del brazo.- El estudio electromielográfico constituye la exploración fundamental que nos permitirá establecer un diagnóstico precoz yconfirmar el troncular del proceso. Estaexploración no debe omitirse jamás. Encontraremos una denervación limitada a losmúsculos supra e infraespinosos, así comouna alteración de la conducción nerviosa.
d) Tratamiento
KOPELL (9), hace infiltraciones conprednisolona (20 mg.) más novocaína al2por lOO (5 cc.) en el suelo de la fosa supraespinosa y espera a que el ambientecreado alcance la zona lesionada. Repite lasinfiltraciones hasta un total de cinco, a unritmo de una o dos por semana. Con este
FIe. 3. - Mecanismo de KOPELL y THoMPsoN.
método consigue una mejoría espectaculardel enfermo, no repitiendo las infiltracionessi en ese plazo de tiempo no se ha conse·guido la recuperación clínica.
La neurolisis del nervio supraescapulartambién se ha empleado, Es SLEN (10), lousa como técnica habitual en esta afección,DESPEYROUX (ll), según GARcÍA SORO ycolaboradores (12), habiendo practicadoanteriormente el bloqueo del nervio conanestesia local para comprobar la efectivi·dad del tratamiento.
Historia clínica
L. S. H., de 43 años de edad, casado, deprofesión ebanista y transportador de muebles.
En los antecedentes personales es de resaltarla existencia d,e un ulcus gastroduodenal desdelos 16 años.
Los antecedentes familiares no presentan ningún dato de interés.
En la enfermedad actual refiere que desdehace ocho meses empezó a notar un dolor sordoy continuo en el hombro derecho. A los dos meses se localizaba preferentemente en la fosa supraespinosa aumentando su intensidad por lanoche. También empieza a notar una disminución en la potencia muscular de dicho hombro,cosa que alarmó al enfermo. Fue sometido enotro Servicio a tratamiento medicamentoso porvía general y local con infiltraciones de corticoides, sin notar mejoría en su sintomatología.
Al llegar a nosotros el enfermo presentabaa la exploración:- Marcada depresión a nivel de las fosas suprae infraespinos,as con atrofia intensa de los músculos supra e infraespinosos.- Motilidad pasiva de hombro normal. La motiIidad activa estaba limitada a la rotación externay, además, era dolorosa. La potencia muscular,especialmente en esta posición, era sensiblementeinferior a la del lado sano, así como a la adducción del miembro superior.- La exploración radiográfica no presentabaninguna alteración en columna cervical ni enarticulación escapulohumera1.- La exploración analítica era normal, así comolos estudios enzimáticos (GOT, LDH) y las pruebas serológicas (Wasserman y VDRL).- El informe electromiográfico dio una falta desumación especial con potenciales de unidadmotora sugestivos de parálisis periférica con
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afectación de los músculos supra e infraespinoso.- Con el fin de descartar totalmente una miopatía de cualquier otro origen, se le practicó unabiopsia de los músculos supra e infraespinosoen la que se confirmó la atrofia muscular deorigen neuropático periférico crónico (fig. 4).
Ante la seguridad del diagnóstico y vista lanulidad del tratamiento conservador, se decidiópracticar la neurolisis del nervio supraescapular.Mediante una incisión por encima de la espinadoel omoplato y a través del músculo trapecio,se disecó la fosa supraespinosa localizándose elligamento transverso de la escápula y el nerviosupraescapular; una vez seccionado el ligamen'ose procedió a la sutura por planos de la zona(fig. 5). Entre los haIlazgos operatorios cabe destacar una marcada fibrosis, así como un engrosamiento del ligamento transverso de la escápulael cual se resecó totalmente, liberando de estaforma el nervio. El postoperatorio fue satisfactorio realizando desde el primer momento movimientosactivos del hombro. Diez días más tardese le dio de alta pasando seguidamente a realizartratamiento rehabilitador.
En los controles postperatorios se aprecióuna mejoría notable ,en su sintomatología subjetiva, objetiva y electromiográfica.
Discusión
Esta afección, cuyo diagnóstico no debeplantearnos problemas, sí nos los puedeplantear a la hora de planificar el tratamiento. En un estadio precoz cuando lasintomatología no pasa de ser subjetivacreemos adecuada la conducta de infiltrarlocalmente con cortisona la escotadura coracoidea pues en ese momento las lesionessólo están constituidas por un edema delespacio interfascicular.
Cuando la sintomatología se ha hechoobjetiva, las lesiones nerviosas son ya másimportantes, el edema primitivo ha dejadopaso a un tejido fibroso apareciendo entonces un engrosamiento del epineuro e inclusofibrosis y retracción del espacio interfascicular. Sabemos que la lesión nerviosa depende de la intensidad y duración de lacompresión, y que también generalmentebasta con suprimir la compresión o la causa para que el nervio recupere espontánea-
FIG. 4. - Foto preoperatoria. Llama la atenciónla marcada d,epresión de las fosas supra e infraespinosa. La cicatriz corresponde a la biopsia rea·
lizada.
mente sus propiedades. Este efecto creemospuede conseguirse al seccionar el ligamentotransverso de la escápula. De esta formacreamos un espacio mayor por donde discurre el nervio mejorando notablemente suscondiciones biomecánicas. No obstante yexcepcionalmente cuando la fibrosis hayainvadido el espacio interfascicular, la resección subtotal del epineuro y la neurolisisinterna cuidadosa son dos alternativas atener en cuenta.
Conclusiones
1. Desde el punto de vista sindrómicocreemos que el cuadro está lo suficiente-
FIG. 5. - Aspecto del campo operatorio, se observael nervio supraescapular perfectamente individua
lizado y liberado.
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mente matizado como para poder incluirlodentro de los síndromes de compresión nerviosa periférica.
2. El diagnóstico de confirmación ylocalización debe hacerse por medio delelectrodiagnóstico.
3. La biopsia muscular puede sernosde utilidad cuando dudemos de la etiología.
4. El tratamiento quirúrgico estará indicado en todos los casos con sintomatología objetiva, recur.riendo solamente a lainfiltración local con corticoides en los casos precoces y abandonando esta actitudsiempre que no se obtenga la remisión dela sintomatología.
BIBLIOGQAFtA
1 THOMPSON, W., y KOPELL (1959): Peripheralen!rapment neurophaties of the upper extremity. N. England, f. M., 260, 1261,
2 TESTUT, L., y LATARGET, A. (1969): Tratadode Anatomía Humana, 111, 266, Barcelona,Salvat Editores, S. A.
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10 EssLEN, E.; FLACH5MANN, H.; BISCHOFF, A,;REGLI, F., y RICKLIN, P. (1967): Die Einklemmungsneuropathie de N. sprascapulaire.Der Nervenarzt, 38, 31L
11 DESPEYROUX, 1., y coIs., cit. GARCÍA SOROy colaboradores.
12 GARCÍA SORO, 1. M.a; AGUILAR NARANJO, J. J.y GONZÁLEZ ESPEJO, M. (1970): La periartritis escápulo humeral y su tratamiento.Rehabilitación, IV, 353.