Sinopsis · 2014-03-22 · Sinopsis Se supone que el verano después de la graduación es la...

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Sinopsis

Se supone que el verano después de la graduación es la primera

muestra real de libertad, pero no para Chloe Branson, de 18 años. Justo

cuando la brisa de la libertad está llegando a su galaxia, su padre, un

agente del servicio secreto, le lanza una bomba de malas noticias del

tamaño de un meteorito a ella y a sus hermanas. Ha habido un atentado

contra la vida de los integrantes de la banda canadiense Spaceships

Around Saturn, durante su gira en Estados Unidos, y los chicos tienen

que esconderse tan pronto como sea posible. ¿El único problema? En el

medio de la crisis y el frenesí mediático, su padre se ofreció voluntario

para esconder a los chicos. . . en su casa.

Emery, de seis años, está tan extasiada como cualquier

autoproclamada Saturnite estaría, pero Chloe y su hermana de diecisiete

años Aralie ven como sus planes para el verano se destruyen y queman

como una estrella fugaz. Los chicos de SAS no están muy felices con la

situación, tampoco. El chico malo Jules pelea con Aralie por todo, desde

sus seguidores en twitter hasta por su ropa sucia. Y el rompecorazones

Benji no puede escapar del fangirleo de Emery por más de tres minutos.

Pero después de que el súper lindo Milo besa a Chloe durante el juego

de las escondidas, finalmente entiende a qué se refería Emery con que

SAS es “de otro planeta”. Si así se siente Saturno, Chloe no quiere volver

a la Tierra.

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Contenido

Sinopsis .......................................................................................................... 1

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Dedicatoria ..................................................................................................... 6

Capítulo Uno .............................................................................................. 7

Capítulo Dos ............................................................................................... 7

Capítulo Tres ............................................................................................ 16

Capítulo Cuatro ........................................................................................ 26

Capítulo Cinco ......................................................................................... 37

Capítulo Seis ............................................................................................ 44

Capítulo Siete ........................................................................................... 54

Capítulo Ocho .......................................................................................... 66

Capítulo Nueve ......................................................................................... 75

Capítulo Diez............................................................................................ 98

Capítulo Once ........................................................................................... 98

Capítulo Doce ......................................................................................... 106

Capítulo Trece ........................................................................................ 116

Capítulo Catorce ..................................................................................... 126

Capítulo Quince ..................................................................................... 137

Capítulo Dieciséis .................................................................................. 149

Capítulo Diecisiete ................................................................................. 159

Capítulo Dieciocho ................................................................................. 170

Capítulo Diecinueve ............................................................................... 181

Capítulo Veinte ...................................................................................... 187

Capítulo Veintiuno ................................................................................. 200

Capítulo Veintidós ................................................................................. 209

Capítulo Veintitrés ................................................................................. 220

Capítulo Veinticuatro ............................................................................. 228

Capítulo Veinticinco .............................................................................. 235

Capítulo Veintiséis ................................................................................. 242

Capítulo Veintisiete ................................................................................ 248

Capítulo Veintiocho ............................................................................... 255

Capítulo Veintinueve ............................................................................. 263

Capítulo Treinta ..................................................................................... 274

Agradecimientos......................................................................................... 284

Staff ............................................................................................................ 289

Sobre la Autora........................................................................................... 292

Nota Importante.......................................................................................... 294

Dedicatoria

A David Desrosiers de Simple Plan, por convertirme en una fangirl.

A Liam Payne de One Direction, por mantenerme como una fangirl.

A Benji Madden de Good Charlotte, por convertir a Emily en una fangirl.

Y obviamente, a Emily, por la Emery que eras entonces y la Aralie que eres

ahora.

Capítulo Uno

Mi corazón no podría soportar una noche del tipo Moo-llennium Crunch1.

La luz de mi celular ilumina el auto por completo. La cara de papá vibra sobre

el portavasos del auto como una luciérnaga eléctrica.

Aparco el auto en la señal de “Pare” e inhalo lo que se siente como mi

último respiro antes de responder. Siempre se siente como si fuera mi último

respiro cuando llama mi papá. Quizás porque sé lo que me va a decir.

―¿Hola? ―Mi corazón no palpita ni late con fuerza. Se convierte en el de

un cadáver, completamente sin vida dentro de mi pecho.

―Oye, Chloe, ¿ya dejaron a Paige? ―pregunta papá. Asiento, aunque él no

puede verme.

―Sí, acabamos de salir de su casa.

―Bien, necesitamos que Aralie y tú vengan a casa. Estamos pensando en ir

por un helado ―dice.

―Oh… ―respondo―. ¿Qué quieres esta noche?

Por favor no digas Moo-llennium Crunch. Por favor no digas Moo-

llennium Crunch.

Miro de reojo a Aralie, quien está escribiendo un mensaje desde el asiento

de pasajeros como si la conversación de helados no estuviera ocurriendo a su

lado. No sé cómo hace para permanecer tan condenadamente calmada en

momentos como estos. La conversación de helados siempre significa que algo

malo ha pasado, algo verdaderamente malo a un nivel nacional, y cuando el

agente del servicio secreto que es tu padre te dice que tienes que volver a casa,

hay motivo para entrar en pánico. Pero Aralie nunca se altera.

1 Helado de vainilla a la crema con chispas de chocolate negro, trozos de caramelo, nuez tostada y almendras

picadas.

―Estoy pensando en solo vainilla esta noche ―responde papá.

Los dioses de las transmisiones celulares se regocijan ante las palabras que

viajan a través del aire. Se pone a darme el típico sermón de padre acerca de

manejar con precaución, pero estoy demasiado aliviada por la resurrección de

mi corazón al escuchar la palabra “vainilla”, que ni lo escucho. Probablemente

digo la palabra “Bueno” unas ocho veces antes de finalizar la llamada con él.

―Así que un desastre vainilla ―dice Aralie después de comentarle lo que

papá me ha dicho―. Vamos a ver qué tipo de títulos nos da la CNN.

Su rostro se ilumina con la luz azul del teléfono celular. Los desastres

vainilla suelen ser grandes desastres que no nos afectarían directamente a

nosotros, huracanes, tornados o reclusos que escaparon. Siguen siendo

cuestiones serias, y para quienes están envueltos sería un desastre del tipo

Moo-llenium Crunch, pero para nosotros es vainilla. Los desastres Moo-

llennium Crunch son para problemas realmente grandes como el 11 de

septiembre, ataques terroristas, o cualquier cosa que pudiese poner a Estados

Unidos en alerta máxima.

―Bueno, mira esto. Un elefante del circo estuvo involucrado en un tiroteo

―lee Aralie―. Ya sabes que los de PETA2 están en ello. Uhmm. Aumentaron

la recompensa por cualquier información que pueda ayudar a encontrar el

cuerpo robado de la morgue de aquel chico.

Ese título ha estado en todos los canales de noticias, sitios de internet y

siendo tendencia en Twitter durante semanas. Incluso papá está harto de

escuchar acerca de ese chico, y él es del tipo que se ofrece para ese tipo de

casos extraños. El cuerpo lleva mucho tiempo desaparecido y los enfermos

que lo hayan robado tendrán que vivir con ello en sus conciencias.

―Oh, Dios mío ―dice Aralie. Entierra el celular en su pecho mientras

mueve la cabeza hacia atrás riendo―. ¡Le dispararon a Spaceships around

Saturn3 en el show de Nueva York!

2 People for the Ethical Treatment of Animals (PETA). Organización de Defensa de los Derechos de los

Animales. 3 Astronaves alrededor de Saturno.

Casi me río también hasta que imaginé la expresión de la pequeña Emery,

de cinco años, si algo llegara a pasarle a su querida banda, o peor, a su

precioso Benji Baccarini. Dejo de presionar el acelerador y me detengo en el

borde de la calles esperando a que Aralie diga algo.

―No me mires así ―me dice―. Están todos bien. Incluso Benji Bikini,

merezco un poco de alegría después de haberme quedado sentada durante dos

horas y media de lujuria entre hombres lobos y escuchando a la molesta de tu

mejor amiga todo el tiempo.

Ella tiene un buen punto, así que sigo conduciendo. Aralie y Paige eran mis

únicas opciones para ver “Río de Sangre”, la segunda parte de la Trilogía

Agua de Lluvia, en cine. No era como si pudiese ir con mi antiguo novio

después de la ruptura que sabe todo el mundo. A decir verdad, si nunca más

fuera a ver a Deacon McCullough, sería demasiado pronto. Él es un desastre

del tipo Moo-llennium Crunch.

Autos negros y SUVs4 llenan la acera antes de que siquiera terminemos de

llegar a casa. Doy la vuelta por uno de los lados para poder estacionarme.

Nadie lo piensa dos veces cuando tu casa está rodeada de agentes federales.

Podría estar habiendo una crisis nacional en nuestro living y nadie en la

ciudad podría notarlo. Tristemente esto es típico.

―Yo le apuesto al elefante ―dice Aralie―. ¿Tú qué piensas?

―Dado que no hay vehículos del PETA, me inclino por lo del chico de la

morgue ―le respondo.

Sostengo mi cartera por encima de mi hombro y sigo a mi hermana hacia la

puerta principal. Como predije, oficiales uniformados deambulan alrededor de

nuestra casa. Mamá está alisando sábanas y toallas limpias mientras papá se

4 Sport Utility Vehicles (SUVs), autos, camionetas, vans todoterrenos. Generalmente ligeros y resultado de la

mezcla de tecnología de avanzada y vehículos todoterrenos.

enfrasca en una conversación con agentes federales. No necesito una

conversación de helado para saber que esto va más allá del circo de elefantes o

conducir disparando.

Me pongo en modo torbellino. El uniforme se vuelve una mancha borrosa,

yendo en espiral a mi alrededor como un agujero negro succionándome hacia

las profundidades del espacio. Hay tanta estática y un efervescente ruido

yendo y viniendo. Ya no se siente como si estuviera en nuestra sala de estar.

Papá nos encuentra a Aralie y a mí en algún punto de esta mezcla y nos

lleva al comedor. Mamá se sienta a la mesa y Godfrey, nuestro mayordomo y

abuelo falso se queda detrás de ella. ¿Acaso alguien había muerto? Sus rostros

se veían más viejos en cuestión de minutos.

―No le explicamos el porqué a Emery aún ―comienza a decir papá.

Se sienta junto a nuestra madre y nos hace señas para que nos sentemos

frente a ellos. Godfrey se mantiene como una estatua.

―No queremos que ella se altere ―continúa papá―. Hubo disparos

durante la noche en Nueva York en…

Oh, sé que esto no está ocurriendo. ¿En serio nos llamó a casa para que

volviéramos por la banda que le gusta a Emery? Papá realmente no entiende el

alboroto por el que tuve que pasar desde la graduación cuando fui oficialmente

nombrada “La Reina de Hielo” de la clase superior. Mis planes para el verano

eran olvidarme de los chicos estúpidos. Aun así ¿papá nos llama para decirnos

que alguien le había disparado a cinco, aunque hay que admitir, bonitos chicos

canadienses?

Pero eso ni siquiera es lo peor del asunto.

―…al estar en suelo Estadounidense… estamos obligados a protegerlos…

algo así como protección a testigos ―las palabras de papá salen entrecortadas.

Emery aparece en la cocina y papá guarda silencio. Sus rulos rubios rebotan

en el aire mientras corre hacia nosotros, abrazando su almohada de Spaceships

Around Saturn contra su pecho.

―¿Crees que la firmarían? ¡Necesito un marcador! ¡Chloe! ¡Necesito

marcadores! ―me grita esas palabras en la cara. Su mirada completamente

emocionada, como los de una hiena embalsamada riendo.

Mamá le dirige a papá una de esas miradas, y ella y Godfrey se apresuran a

llevar a Emery escaleras arriba, mientras papá se inclina sobre la mesa. Usa su

voz seria.

―Este es el asunto. No tenemos un plan de acción para estas situaciones.

La prensa estalló en frenesí ante el escándalo, y nuestra prioridad número uno

era la seguridad de estos chicos ―dice―. Así que en el medio de todo esto,

alguien sugirió esconderlos mientras buscamos pistas, y me ofrecí para

dejarlos quedarse aquí.

―Oh, Dios ―gruñe Aralie―. Creí que habías dicho que era un desastre

vainilla. Esto se siente bastante como uno Moo-llennium Crunch. ¿Crees que

Emery realmente podrá mantener su boca cerrada cuando su Benji Bikini esté

en nuestra casa? El mundo se enterará en tres minutos a los sumo con su boca.

―Baccarini ―la corrige papá―. Por favor sé respetuosa mientras estén

aquí, Aralie. Ninguno de esos nombre tontos. Emery va a mantenerse en

silencio porque vamos a estar encerrados. Los chicos de Saturno y, bueno,

ustedes chicas.

Encerrados. Ni siquiera sé cuál es la definición de papá para "encerrados"

pero automáticamente suena como a sufrimiento. El encontrarse encerrado con

Spaceships Around Saturn es el sueño de casi todas las adolescentes del

mundo, pero tenemos planes para este verano. Nuestros calendarios sociales

están completos y ese viaje a Cancún nos costó meses de suplicas, persuasión

y negociación.

Ahora nuestro verano es una sentencia de prisión.

―No debería tomar mucho tiempo ―dice papá, como si eso fuera a

mejorar las cosas―. Una semana, quizás dos. Ya tenemos algunas pistas, y

tenemos un gran equipo de personas que trabajan día y noche para atrapar al o

los responsables.

A veces creo que se olvida de cuando se supone que debe estar en modo

padre. Siempre se adentra en la jerga del gobierno fácilmente. Una

conversación sencilla siempre suena como una declaración de prensa. Incluso

tiene ese tono político.

Aralie suspira a mi lado.

―¿Por qué no puedes ponerlos en protección de testigos o algo así?

Papá sacude la cabeza.

―Protección de testigos sería mantenerlos en la sociedad bajo alias.

Necesitamos que desaparezcan del mapa. Esta será su casa de seguridad hasta

que la situación esté bajo control. Pero esto significa que no pueden ser vistos,

y que ustedes, chicas, no pueden permitirse el lujo de dejarse ver más de lo

absolutamente necesario. Cuanto menos estés expuestas al público menos

posibilidades de que se filtre el secreto.

No puedo permitirme escuchar a papá recitar la lista de cosas que

tendremos que perdernos durante este encierro. Ahí va mi verano, el verano de

Aralie y todo nuestro calendario de fiestas de piscina y festivales. Ahí va

Cancún.

Esos gloriosos planes se encogen, cada vez más lejos de mí hasta que son

sólo pequeños puntos siendo absorbidos en la galaxia... todo el camino a

Saturno.

Nuestro salón es como un pedazo de caramelo en la acera, lleno de

hormigas del gobierno y personal de SAS. Papá nos conduce de nuevo a todos

hacia el sofá. Emery está allí, abrazada a su almohada púrpura de SAS con la

forma del planeta Saturno y fotos de los chicos. Si hay una chica a la que

llamar Saturnite, es a Emery. Esta no es la primera impresión que queremos

que tengan de nosotros.

Papá asiente a una señora de pelo oscuro en la habitación. Probablemente es

bastante más mayor que mi madre pero lleva un vestido de cóctel negro y

brillante. Probablemente se dirigía a alguna afterparty5 increíble en Nueva

York. Ella va hacia un rincón con su teléfono móvil. Ese movimiento de

cabeza de papá debe haber sido algún tipo de señal de agente secreto.

―Soy Wendy Smith-Lewey con Kathryn Hunter Public Relations

Company ―le dice a su teléfono―. Nuestra declaración oficial a la prensa es

la siguiente.

Se aclara la garganta antes de proceder a la lectura de un documento

cuidadosamente redactado.

"Esta noche se efectuaron disparos en el concierto de los chicos en la

ciudad de Nueva York. Los chicos de Spaceships Around Saturn fueron

evacuados inmediatamente del lugar y llevados a una casa de seguridad hasta

nuevo aviso. El gobierno de Estados Unidos respondió rápidamente a la

amenaza y han eliminado la posibilidad de un peligro mayor. Los conciertos

para Boston, Washington D.C., y Nashville serán reprogramados para una

fecha posterior. Pueden efectuarse más cancelaciones o reprogramaciones

conforme avance la situación. En este momento nuestra prioridad es la

seguridad de Spaceships Around Saturn y los muchos fans que asisten a sus

conciertos cada noche. Estaremos en contacto constante con el gobierno a lo

largo de esta investigación. Gracias."

Sale de la habitación tan rápido como entró para leer su comunicado de

prensa. Una gran cantidad de agentes la siguen hacia afuera. Mientras la

multitud disminuye y papá acecha las ventanas me doy cuenta de que nos

encontramos a minutos de distancia de ser la envidia de las chicas de todo el

mundo.

Emery tararea junto a mí y se tira en el sofá.

―Benji... Bikini... Baccarini ―canta a sí misma en una canción aleatoria.

5 Se refiera a la fiesta que se hace cuando acaba la fiesta o el evento principal.

Esto es mil veces peor que cuando perdí en cara o cruz y tuve que seguir a

los chicos en Twitter por Emery. A Aralie le gusta informar a la gente que

sigo, no sólo a la cuenta general de la banda, sino también a cada miembro.

No tener que seguirlos fue una victoria definitiva para ella.

Sin embargo, no puedo ver qué pasa con mi banda de rock favorita porque

@Benji_Baccarini twittea todo el día todos los días. Si pudiera rebobinar esta

noche y recuperar mi verano incluso retwittearía divagaciones sin sentido de

Benji sobre sus zapatos nuevos, o el clima lluvioso y la fea alfombra del hotel.

Las luces giran alrededor de la habitación. Papá se precipita hacia la puerta

pero el amado Benji Bikini de Emery no está aquí todavía. En su lugar un

chico cubano alto con brazos musculosos y una apretada camiseta negra viene

hacia aquí.

―¡Hola, Tank! ―Exclama Emery desde el otro lado de la habitación,

agitando los brazos con entusiasmo.

Me estremezco y me gustaría que hubiese una manera de deslizarme entre

los cojines del sofá a la tierra de los peniques perdidos, las motas de polvo y

las migas de pan. Si Emery está emocionada por ver al guardaespaldas de SAS,

no me quiero ni imaginar el momento en el que esos muchachos canadienses

traspasen el marco de la puerta.

Tank ríe y se vuelve hacia ella. Me siento como la perdedora definitiva de

dieciocho años, perdedora porque yo, Chloe Branson, estoy familiarizada con

Tank Rodríguez y ninguna chica de mi edad debería saber quién es, a menos

que esté directamente relacionada con Spaceships Around Saturn.

Supongo que, de alguna forma, estoy vinculada a ellos ahora. Estoy

conectada por una fuerza cósmica llamada encierro.

Aralie se estira al otro lado de Emery y formula la pregunta de la que

ninguna de nosotras quiere una respuesta.

―¿Cuándo se supone que deben llegar aquí?

Los ojos de Emery se iluminan con esa risa de hiena, esperando que papá

anuncie la llegada de Benji Bikini y sus cuatro hermanos de Saturno.

Pero papá no tiene la oportunidad de contestar.

El timbre se le adelanta.

Capítulo Dos

La idea de colocar a Emery entre Aralie y yo no fue estratégica, pero creo

que fue un plan genial. Ella se contornea a mi lado, estirando el cuello para

observar dentro del vestíbulo. Cada posible persona del planeta Saturno pasa a

través de nuestra puerta. No reconozco a nadie más, así que supongo que

probablemente sean los equipos directivos, personal de relaciones públicas,

profesores de canto, y cualquiera que viaje con la banda.

El equipo Saturn circula desde el vestíbulo a la sala, revistiendo las paredes

de nuestra sala de estar como pintura. Entonces Papá y Tank se apresuran

hacia la puerta, y los brazos de Emery se agitan con entusiasmo. Aralie coloca

su mano sobre la boca de Emery en el momento en que vemos el cabello rubio.

Benji Baccarini, el rostro de Spaceships Around Saturn, se para en nuestro

vestíbulo, en nuestros pisos de madera, respirando nuestro aire acondicionado

americano.

Incluso yo estoy un poco deslumbrada.

Él luce como lo hace en los carteles en las paredes del dormitorio Emery.

Tiene un perfecto cabello rubio con un corte al estilo surfista y ojos azules

brillantes, parece que fue sacado justo de una playa de arena en vez de en

algún lugar de Canadá. Estira los brazos hacia atrás mientras habla con Tank.

Los anillos en su tatuaje de Saturno se borronean en su brazo.

Esa mirada de hiena en los ojos de Emery empieza a asustarme. Apenas

puede respirar, por lo que sus palabras salen en un susurro enloquecido:

―¡Benji Bikini está en nuestra casa!

―Baccarini ―le susurro.

Admito que solía ser divertido cuando Aralie lo llamaba “Benji Bikini” sólo

para irritar a Emery, pero ahora que está a diez metros de distancia de nosotros,

en nuestra maldita casa, el apodo no es tan gracioso.

Papá le presenta los chicos a mamá y Godfrey, luego apunta hacia el sofá.

Benji es el único en mi línea de visión, pero no sonríe cuando levanta la vista.

Me pregunto si es porque su gira de verano se ha arruinado. O tal vez es por

esa estúpida almohada violeta que Emery está agarrando. De cualquier manera,

no me gusta su expresión.

Papá les hace un gesto hacia la sala de estar, diciéndoles que tomen un

asiento, y juro que siento el pánico burbujeando en mi pecho. Esta debe ser la

forma en que se siente Emery cada vez que mira su DVD y se emociona como

una fanática. Si mi corazón está cerca de explotar, no puedo imaginar lo

rápido que su corazoncito está latiendo en estos momentos.

Esto es una locura. Ni siquiera soy del tipo de bandas de moda. Sebastian’s

Shadow, mi banda favorita, es rock, screaming rock6, con intensos riffs de

guitarra y serpenteantes baterías hardcore y letras metafóricas sobre arrancarte

el corazón. ¡¿Quién diría que los chicos de Spaceships Around Saturn, en

realidad son diez veces más ardientes en persona que en Twitter?!

Puedo ser capaz de tolerar el encierro por cosas bellas. Aralie, en cambio,

suspira dramáticamente y se encorva en el sofá. Si cualquiera de nosotros

pudiera pasar como una estrella de rock esa sería Aralie. Es tan chica del

cartel de la escena punk rock como Emery es una Saturnite. Benji Bikini no

clasifica muy alto en la lista de Aralie.

Afortunadamente para mi salud cardiovascular y la de Emery, Benji

encuentra un lugar en el sofá de dos plazas en la habitación.

Noah, el moreno tatuado, se sienta a su lado. Él no se ve como el tipo

“banda de moda” en absoluto. Tiene un aire emo, punk-rock a su alrededor.

Está tan fuera de lugar como Aralie.

Tate se instala en el otro lado de Aralie, se presenta y le dice:

―Bienvenido al verano del infierno ―¡Qué dulce! Tiene mi edad, pero

juro, el tipo parece tener quince. Tiene el tipo de cara de bebé por el que las

niñas pre-adolescentes se sienten atraídas.

6 Screaming Rock: género musical.

El chico malo de SAS, Jules, golpea contra la pared al más puro estilo idiota.

Cruza los brazos sobre el pecho y dispara con ojos malvados hacia Benji.

Probablemente esté transmitiéndole algún mensaje telepático Saturnístico

sobre lo malo que será esto.

―¿Te importa si me siento? ―Una voz interrumpe mi desciframiento de la

comunicación cósmica entre el bromance7 conocido como Jenji.

Echo un vistazo para ver a Milo, el único miembro de SAS con sentido de

madurez, de pie junto a mí. Él señala con la cabeza hacia el reposa brazos, y

recojo rápidamente mi brazo de nuevo hacia mí. Se sienta en el reposa brazos,

y el olor de su gel de baño hace que mi cabeza gire. ¿Puedes desmayarte por la

increíble esencia de hombre?

Emery nunca dice mucho acerca de alguno de los chicos, aparte de Benji,

pero me siento como si conociera la esencia básica de lo que son por sus

tweets. Noah y Tate son tontos e inmaduros. Jules se esfuerza demasiado para

mantener una imagen de chico malo.

Milo es el que permanece tranquilo y sereno a pesar de todo. Es el más

persuasivo cuando habla. Lleva tatuajes visibles aunque la gerencia quiere

mantenerlo saludable. Sólo es rudo cuando lo empujan a los límites, y añade

un montón de letras adicionales al final de las palabras, porque Spaceships

Around Saturn tiene "los mejores fans del mundooooo”

Pero ni una sola vez twitteó que huele como el cielo o tiene los ojos del

color del caramelo en el interior de una barra de chocolate Milky Way. ¡Estas

son el tipo de cosas que las chicas necesitan saber, Milo! ¡Especialmente antes

de sentarse en el reposa brazos al lado de ellas!

Papá se aclara la garganta, toma su lugar en el centro de la habitación y se

presenta como agente del servicio secreto Scott Branson. Él usa su voz de

oficial del gobierno. Luego mira a mamá. Ella corre hacia el sofá, detrás de

nosotros, y se inclina.

―Emery, cariño, necesito que vengas a ayudar ―dice en voz baja.

7 Relación muy estrecha de amistad entre dos personas: broma *romance.

La cara de Emery se arruga como una fea muñeca. Entorna los ojos, y hace

una mueca con sus labios. Mamá no compra su cara triste, y a pesar de las

lágrimas que gotean por las mejillas de Emery, mamá la lleva fuera de la

habitación. Esa almohada violeta permanece en el agarre de Emery. Gracias a

Dios, la llevó consigo.

Esa pobre niña no tiene ni idea de que su precioso Benji Bikini... Baccarini...

disparaba con sus ojos contra la almohada esta noche. Me enfoco en Papá para

poder evitar el contacto visual con nadie más en la habitación, pero Milo me

da un codazo en el hombro.

―Deslízate ―dice. Señala con la cabeza hacia los lados.

Me acerco a Aralie, forzándola a acercarse más a Tate, y Milo se desliza

abajo sobre el sofá con nosotros. Me aprieta entre él y Aralie. Se acomoda lo

mejor que puede, luego me mira y articula:

―Gracias.

Me quedo lo más quieta posible porque si me muevo la más mínima

pulgada, su piel rozará la mía y no creo poder soportarlo.

Si Emery alguna vez tuvo razón sobre algo, fue sobre Spaceships Around

Saturn. Sí, fue lamentable y cliché y totalmente estúpido cuando dijo que eran

"de otro planeta", pero en serio, estos chicos no son de la Tierra. Al menos no

Milo.

Ningún chico humano huele así de bien o tiene esos ojos caramelo. Nunca

he visto un chico al que le quede tan bien una camiseta. La tela gris oscuro

abraza cada curva de su cuerpo, cada músculo de su brazo, cada parte de sus

abdominales. Ohdiosmío esto no está pasando. No estoy evaluando a Milo

Grayson de Spaceships Around Saturn.

Estoy soñando porque algo tan loco sólo pasaría en mis sueños. O en los

sueños de Emery. Esto no es real.

Parte de mí quiere dar un respiro profundo y calmarme, pero sé que si

inhalo demasiado profundo, su perfume viajará a través de mis senos

paranasales hasta mi cerebro y bajará por los glóbulos, y entonces mi corazón

estallará en pequeños pedazos de Saturno.

Decido dar breves respiros y recordarme a mí misma que es sólo un chico,

un chico humano, que resulta estar en una banda canadiense

internacionalmente famosa. Sólo que resulta ser incluso más hermoso en

persona que en Twitter, y al diablo con esto... es completamente de Saturno.

Los terrícolas no se ven así.

Papá carraspea, trayéndome de vuelta al planeta Tierra, y explica la

situación, repitiendo lo que todos ya sabemos: se ejecutaron disparos, el

gobierno está siguiendo las pistas, los chicos se tienen que ocultar, mientras

todos pretendemos que esta es la primera vez que lo oímos.

―Pero ahora mismo, tenemos que descubrir qué pistas son reales y cuáles

son rumores ―dice papá―. Tenemos oficiales trabajando las 24 horas para

regresarlos a su gira tan rápido como sea posible. Con suerte, esto no tomara

más de dos semanas.

―¿Dos semanas? ―Jules golpea la pared como el impacto de un

asteroide―. ¿Sabes cuántos conciertos tenemos a lo largo de dos semanas?

¡La gente organizó su verano de acuerdo a nosotros!

Benji salta y toma el brazo de Jules, empujándolo hacia la pared, pero es

inútil. Jules aleja a Benji y corre a través de la sala, hasta el vestíbulo, y sale

por la puerta principal. Milo se levanta del sofá y va tras Jules, pero Tank

levanta su mano y detiene a Milo. En su lugar, el guardaespaldas va tras el

chico malo, y Milo se aprieta de nuevo entre yo y el reposa brazos. Desearía

que dejara de moverse tanto.

―Lo siento tanto, Sr. Banson ―dice Milo cuando está cómodo de nuevo―.

Jules tiene una tendencia a explotar por cosas.

Mi papá dice algo sobre las situaciones estresantes y como es entendible

estar tenso en momentos como este, pero yo sigo reproduciendo "Sr. Branson"

en mi cabeza e imaginando cómo sería si Milo fuese un terrícola normal al

cual podría llevar a casa para que conozca a mi papá. Gracias a los dioses de

Saturno que no haya podido ver el momento cuando se conocieron en el

vestíbulo. Podría haber temblado presenciando el apretón de manos paternal

inicial.

Papá espera algunos momentos antes de continuar. Jules y Tank no regresan,

así que nos aventuramos a las explicaciones sobre “las reglas de la ceremonia”.

Los chicos tienen que permanecer en nuestra casa, ya sea dentro o en el

patio trasero, en todo momento. No pueden aventurarse fuera de la propiedad

y arriesgarse a ser vistos por los vecinos, medios, o peatones. No pueden

acceder a sus cuentas sociales o estar en línea en ningún momento. Deben

entregar sus teléfonos celulares para que los hackers no puedan localizarlos a

través de torres de telefonía y revelar las coordenadas de su ubicación.

―Pero conocí a una chica realmente asombrosa esta noche ―dice Tate

desde el otro lado de Aralie―. Ella era como… la chica más genial. La conocí

en el hotel, antes del concierto, y prometí que la llamaría cuando el concierto

terminara.

―Deberás contactarla una vez que todo esto termine ―dice papá―. Sí

estuvo ahí esta noche, ella sabe lo que pasó y debe entender la situación.

―No lo comprendes ―dice Tate―. Ella era asombrosa y muy bonita. Su

nombre es Hannah, y casi no me da su número porque no creía que llamaría

realmente.

Milo se inclina hacia adelante y mira, más allá de mí y Aralie, a Tate.

―¿Era la rubia con blusa rosa? ―él pregunta.

Tate asiente con su cabeza, casi en pánico.

―Me recordó a aquella chica de la que conseguiste el número la vez pasada

―dice Milo―. Y la noche anterior a esa.

Tate le saca la lengua.

―Realmente iba a llamar a esta, sin embargo ―dice.

Papá interviene con algunas palabras perfectamente ensayadas acerca de

cómo esta no es la situación ideal para nadie y de tener que hacer lo mejor,

pero él es sólo estática para mis oídos.

¿Quién se cree que es esta chica Hannah? ¿Qué la hace tan especial que un

chico de Spaceships Around Saturn le pediría su número? Si Milo me

preguntara mi número en un concierto, no creo que yo pudiera garabatearlo lo

suficientemente rápido para él. Pero por la manera en la que Milo habla, suena

como que Tate consigue muchos números.

Se menciona algo acerca de teléfonos de prepago y “agentes los traerán si

necesitan llamar a casa” mientras la gente de administración monitorea sus

llamadas telefónicas a miembros de su familia durante el encierro. Por suerte,

Aralie y yo tendremos que mantener tanto como nos sea posible una vida

normal… sólo que sin una gran parte de nuestra agenda social. Al menos

podemos mantener nuestros teléfonos. No sé cómo Benji va a sobrevivir a

posiblemente dos semanas sin Twitter.

―Y no queremos que Emery, nuestra hija más joven, sepa lo que pasó esta

noche ―dice papá mientras Jules camina de regreso a la sala.

El chico malo camina entre nosotros y se apoya contra la pared detrás del

sillón. Él huele como a cigarros podridos.

―Es una gran fan, y es demasiado joven para comprender del todo por qué

alguien haría algo como lo que pasó esta noche, así que si pudiéramos

mantener esto en secreto para ella, lo apreciaríamos mucho ―concluye papá.

Con los medios sociales y la tecnología de ahora, Emery lo sabrá antes de la

salida del sol. No hay manera de mantener esto en secreto. Papá debería

saberlo.

Los chicos salen con su equipo de gestión poco después para tomar lo que

queda de sus pertenencias en los coches afuera y entregan sus teléfonos

celulares para que no tengamos lunáticos disparando en nuestra casa. O peor:

fans enloquecidos tirando abajo nuestra casa para llegar a sus chicos

canadienses favoritos.

Momentos después, Godfrey les enseña a los chicos nuestros cuartos de

huéspedes en el piso de arriba y mamá regresa a la sala. Aralie y yo no

hablamos cuando ella se sienta en la otomana frente a nosotros.

―Emery finalmente se durmió ―dice ella―. Esperemos que los chicos

puedan establecerse esta noche antes de que ella recupere toda su energía en la

mañana.

Mamá es la única que se ríe, sin embargo. Emery es la última de mis

preocupaciones. Ahora mi verano entero no existe, y estoy deseando a Milo

Grayson. ¿En serio? Tengo problemas más grandes. Emery no es un

problema… por una vez.

―Escucha, Chloe ―dice ella en esa voz de mamá simpática. Ella tenía el

mismo tono la noche que Deacon y yo terminamos―, realmente necesitas

llamar a Paige y hacerle saber que Cancún está cancelado para este verano.

Ella dice todas las cosas de madre correctas: “Yo sé cuánto estaban

esperando esto chicas”, “Odio que tengamos que cancelarlo, pero esto no

estaba en nuestros planes”, “Tal vez el próximo verano puedan ir aún más

tiempo de lo que habíamos planeado esta vez”.

No es su culpa. Ni siquiera puedo culpar a los chicos de Spaceships Around

Saturn. Honestamente, e incluso si esto fuera parcialmente su culpa, son muy

lindos como para culparlos… excepto tal vez Jules porque él realmente parece

un idiota. Espero que cuando sea que el gobierno de Estados Unidos atrape a

ese idiota, mi papá tenga una larga charla con él o ella acerca de cuánta basura

hemos sufrido todos a causa de esas balas.

Hace dos horas, yo le estaba agradeciendo a dios por enviarme a Paige

porque ella es la única amiga que no me abandonó después de romper con

Deacon. Fui ingenua por pensar que alguien se quedaría conmigo al final.

Deacon tenía la secundaria entera en su bolsillo trasero. Aparentemente, ser su

novia significaba que yo debía darle lo que él quería cuando él lo quería.

¿Quién sabría que tener principios me perjudicaría?

Me detengo afuera, cerca de la piscina, por un momento de silencio para

hacer la llamada. Puertas de autos son cerradas alrededor la casa, y los

motores se encienden. El equipo de gestión y los últimos agentes finalmente

se están yendo, lo que significa que pronto estaremos solos con Spaceships

Around Saturn. Recorro mis contactos, selecciono el nombre de Paige, y

presiono el botón de llamar antes de que pueda arrepentirme.

―¡Hola! ―ella grita a través del auricular―. Estaba por mandarte un

mensaje de texto.

Ella recita algo acerca de unos adelantos del tráiler para la última entrega de

la trilogía Rainwater, y a la mitad de sus palabras lo dejo escapar.

―Nuestro viaje a Cancún fue cancelado. ―Ugh. Eso se escuchó muy cruel.

―¿Qué? ¿Por qué? ¿Desde cuándo? ¿Cómo pudo pasar esto? ―Sus

preguntas salen sin que ella tome oxígeno.

―Mi papá nos dijo cuando llegamos a casa ―digo―, algo acerca de…

terroristas… y cosas. Él no pudo darnos detalles reales, tú sabes, todos esos

asuntos de servicios secretos.

Me pregunto si Paige se da cuenta de que estoy tartamudeando. Odio

mentirle. Odio arruinar sus planes de verano. Esto también era un viaje de

graduación, y ella sólo estaba yendo porque mis padres pagaron por ello

cuando sus padres no podían.

―¿Rogaste e imploraste? ―pregunta―. Seremos cuidadosas. Vamos a ser

tres: yo, tú y Aralie. No vamos a dejar que nadie nos lastime o lo que sea.

Le debí rogar a Aralie que hiciera esta llamada en mi lugar. A ella no le

agrada Paige de todas formas. Ella no tendría problema en herir sus

sentimientos. Aralie es franca y brutal en maneras que no siempre son buenas.

Esto hará un verano interesante con Spaceships Around Saturn. Ugh, esto

apesta. Tengo a una banda de chicos mundialmente famosos en mi casa, y ni

siquiera puedo decirle a mi mejor amiga.

―Bueno, Chloe, gracias por arruinar mi verano. Después de todo lo que he

hecho por ti, ¿así es como me pagas? ¿En serio? Eres la peor amiga. ―Con

esto, Paige me cuelga.

Mamá me da una mirada triste cuando regreso dentro de la casa.

―¿Cómo fue? ―pregunta.

Encojo los hombros y digo buenas noches, entonces me dirijo a mi cuarto.

No quiero pensar o sentir nada por el resto de la noche.

Tate estaba en lo correcto… bienvenidos al verano del infierno.

Capítulo Tres

Mi teléfono vibra en la almohada por millonésima vez esta mañana. Es

Paige. De nuevo. Abro el mensaje, pero sólo lo leo a medias. Es solamente

una repetición de lo que ya me ha enviado: otra plegaria para que hable con

mis padres y una bien pensada disculpa por las horribles cosas que dijo

anoche.

Sabía que lo superaría. Ni siquiera estoy realmente enojada. Sólo no quiero

lidiar con ella además de con Spaceships Around Saturn. Pero no puedo

decirle eso. Se siente raro incluso pensar el tenerlos en casa. Tal vez todo era

un sueño. Tal vez la obsesión de Emery se pasó a mi cerebro, y todo fue una

dosis de ficción extraterrestre.

Pero sólo en caso de que haya sido real, procuro peinarme, usar algo de

maquillaje y vestirme en ropa que no sean pijamas antes de bajar las escaleras.

Las quejas de Aralie suben por la escalera desde la cocina mientras desciendo.

Se siente como una típica mañana en la casa Branson.

Típica... hasta que doblo y veo a Benji Baccarini sentado en la mesa del

comedor. La noche de ayer vuelve a mi cerebro. El aroma de Milo, sus ojos

caramelo, él llamando a mi padre “señor Branson” cuando Jules apareció.

Bueno, “la noche de ayer” no vuelve a mi cerebro, pero Milo sí lo hace.

—Tengo que lavar la ropa —dice Aralie.

—Puedes hacerlo cuando vuelvas. Chloe irá contigo —dice mamá.

Aralie no ha querido lavar ropa un solo día de su vida, así que si usa esa

excusa para no hacer algo, ese “algo” debe ser horrible.

Y mamá me acaba de ofrecer para hacerlo con ella.

Mi hermana me nota mientras entro en la cocina.

—Chloe —dice Aralie—. Dile a mamá que no podemos ir de compras para

la banda. Es muy riesgoso, ¿verdad? —Me lanza esa mirada de “más te vale

estar de acuerdo” y espera por mi respuesta—. ¿De compras para la banda?

Son cinco chicos. Comprar tantas cosas se verá ciertamente sospechoso.

—Tiene un punto —estoy de acuerdo—. Alguien podría notar que no es

todo para nosotros. Nuestra familia no podría comer tanto aunque tratara.

Mamá suspira y aparta la mirada de su marco brillante en el mostrador.

—Ustedes vuelven todo tan complicado —dice—. Ya mandé a Godfrey por

los congelados, y está comprando cualquier cosa de chicos que ellos necesiten.

Su papá se fue esta mañana, para seguir la investigación. No puedo

arriesgarme a salir en público con Emery. Está demasiado emocionada.

Lo odio, pero el argumento de mamá es más fuerte que el de Aralie. No hay

manera de introducir a Emery en la sociedad justo luego de ver a Benji Bikini

sentado en nuestro sofá. Lanzo un “suspiro de rendición.”

—Lo haremos —digo.

Aralie arranca un montón de papeles de la encimera.

—¡No has visto sus listas! —grita—. La de Benji tiene dos páginas, y la de

Noah tiene instrucciones especiales. En serio, describió los envases para

asegurarnos de traer las marcas correctas.

Los ojos de mamá se sobresaltan, pero no habla. Ya sabemos lo que diría

pero no va a regañar a Aralie frente a Benji para atraer más atención a lo que

acaba de decir. Camino hacia Aralie, tomo las listas y las miro. Tiene razón, la

de Benji es larga y la de Noah detallada, y...

—Bueno, esta es fácil —digo, sosteniendo la tercera lista—. ¿Oreos y

leche? ¿En serio? Eso suena a mi lista.

Benji se ríe detrás de nosotros. Me volteo a verlo, pero sus ojos están

concentrados en una revista de tatuajes, probablemente ocupados en escoger

su próximo.

—Es la lista de Milo —dice Aralie—. Claramente es el menos complicado

del grupo.

Ay, querida hermana. Eso es lo que crees. Él no había estado atestándola en

el sofá la noche anterior, retorciéndose y cepillando su piel con la de ella cada

pocos segundos. Ella no tuvo que respirar su aire, o verlo a los ojos, o sufrir

las cicatrices de la quemadura por haberlo escuchado decir “Señor Branson.”

¿Siquiera estaba ella en la sala anoche?

Aralie toma sus llaves de la mesa, y me lanza una mirada sobre su hombro.

—Yo conduzco —dice.

Mamá me da su tarjeta de crédito y una lista de cosas que necesita para su

clase de manualidades. Junto las listas y las meto en el bolsillo de mis jeans

hasta que pueda volver a mi cuarto y tomar la cartera. Probablemente haría

una fortuna con estas listas en línea una vez que todo esto acabe.

Pero no sé si podría dar Oreos y leche tan fácilmente.

—¡Aralie! —mamá exclama mientras me encamino hacia arriba—. No

olvides el pedido especial de Emery.

Me detengo en el tercer escalón y miro a mi hermana, que está esperándome

en el vestíbulo.

—¿Pedido especial? —pregunto.

—Oh, sólo espera. Te dejaré encargarte de ese —se ríe Aralie.

Si hubiera sabido el pedido especial de Emery, habría peleado aún más por

no ir de compras. Habría usado la excusa de Aralie sobre la ropa. Incluso me

habría ofrecido a encargarme de arreglar el patio. Pero aquí estoy, con dos

carritos de compras llenos, a un lado de las tarjetas de regalo, mirando al

montón de posters y esperando que nadie que conozca me vea tomando los de

Benji Baccarini.

Aralie juega con su celular detrás del otro carrito, dejándome la decisión

final. Emery quería uno donde estuviera sonriendo, porque si se ve serio

parece malo como Jules (las palabras de Emery, no las mías). Le gusta más en

camisetas porque se ve “normal, como nosotros”. Elijo el que tiene el fondo

verde lima. Hay suficiente espacio para que escriba mensajes para ella.

Deslizo el poster de tamaño A7 en el carrito, junto a la leche y las Oreos y

los fideos de pasta bajos en grasa con el logotipo rojo y verde de Noah. Aralie

llega antes que yo a la fila para pagar y descarga su carrito. Los objetos se

deslizan por la banda transportadora negra.

—¿Una fiesta? ¿O visitantes veraniegos? —pregunta la cajera.

Mastica su chicle mientras habla, y quiero masticarle la cara entera. No es

de su incumbencia.

—Visitantes de otra ciudad... parientes lejanos —dice Aralie—. Tan

lejanos que creerías que son de otro planeta.

Mi rostro se pone en tonos de rojo que avergonzarían a Marte, y siento

como si esta chica rubia de detrás de la caja registradora supiera. Supiera que

tenemos una banda de chicos escondida en nuestra casa. Supiera que Benji

estaba sentado en nuestra mesa esta mañana mientras Emery le mostraba a

Noah y Tate el patio. Aparto la mirada para no darle demasiada información

mediante el contacto visual. No pensé que llegaría a este nivel de paranoia.

Los periódicos y revistas juveniles me miran ahora. Y ahí están. Incluso en

la maldita fila en el supermercado. Spaceships Around Saturn, plasmados en

la portada de una revista, vestidos en esmoquin para una premiación. Ni

siquiera me gusta el color bronce, pero el traje y la corbata de Milo son de ese

color, y, rayos, se le ve muy bien.

Para este punto he sobrepasado Marte, y estoy segura que mi rostro flamea

como esa gran burbuja en Júpiter. No puedo ver a la cajera, no puedo mirar a

los periódicos, y siento que cada persona en la tienda nos está mirando porque

¡saben!

—No voltees —susurra Aralie mientras se inclina hacia mi carrito. Toma

unos cuantos objetos, los pone en el cinturón, y vuelve a susurrar—. Deacon

está a dos cajas de aquí.

Volteo rápidamente, esperando que no nos vea si nos encorvamos lo

suficiente para escondernos detrás de los aparadores de dulces.

—¿Nos vio? —pregunto.

Sacude la cabeza.

—No lo creo. Sólo agáchate, y se habrá ido en un minuto. Probablemente ni

siquiera reconocerá mi auto afuera.

Empiezo a vaciar el segundo carrito. Los objetos son registrados

constantemente hasta que escucho a la cajera quejarse porque algo no se

escanea. Antes de que pueda terminar de procesar cuál es el problema, la

escucho por el altavoz.

—Chequeo de precio en la caja tres. Necesito el precio del poster A7 de

Benji Baccarini —anuncia—. Chequeo de precio en la caja tres. Poster A7 de

Benji Baccarini.

Su voz hace eco por todo el universo. Una mujer mayor se apresura a

ayudarla, explicando que sólo necesita decir “chequeo de precio” y el número

de caja. Dice algo acerca de la privacidad del consumidor y cómo no todos

quieren un anuncio público de lo que compran. La cajera contesta el teléfono

de la registradora y escribe algunos números para obtener el precio del poster.

Podría haberle dicho yo misma el precio. El equivalente canadiense a un

millón de dólares estadounidenses de humillación.

No puedo entrar a casa lo suficientemente rápido. Hay una gran

probabilidad de que mamá reciba una llamada del supermercado diciendo que

Aralie y yo tenemos prohibido comprar ahí hasta próximo aviso. Hubiera

estado todo bien si Aralie no hubiera abierto la boca. Yo estaba bien. Abracé

lo último de mi dignidad y realicé el camino de la vergüenza hacia la salida

con el poster de Emery en la mano. Estaba bien.

Hasta que vimos ese hermoso auto azul bloquearnos el paso hacia la

camioneta de Aralie. Deacon estaba colgando de la ventana, con sus dos

mejores amigos, cacareando las palabras “Cocococ, Baccarini”.

Si eso no fue suficiente para querer camuflarme con el pavimento y

volverme parte de él, las obscenidades de Aralie lo fueron. Y al más puro

estilo de la secundaria, el administrador llegó corriendo, saltando en el cuello

de Aralie por su “uso de palabrotas en el local” y amablemente le pidió a

Deacon que se fuera para no “provocarla” más. Deacon brindó la clásica

sonrisa de Deacon McCullough. Luego dijo:

—Sí señor —y se fue de la tienda.

Ahora, pasando por el garaje hacia la puerta de la cocina, no creo poder

encontrar palabras para describirle a mamá qué tan horrible fue. Incluso si

citara a Deacon, no creo poder decir las palabras “Cococ, Baccarini”.

Sí, no hay forma alguna en la que pueda cacarear el apellido de Benji en

voz alta. Especialmente cuando está en casa.

La puerta se abre frente a mí, pero mantengo baja mi cabeza. No puedo ver

a un chico Saturn justo ahora, y menos uno cuyo apellido es Baccarini. Me

apresuro hacia la cocina, pero me tropiezo con un quinto de Spaceships

Around Saturn. Ni siquiera tengo que levantar la mirada. Sé quién es por el

olor de su gel de baño.

—¿Estás bien? —pregunta Milo.

No lo miro. No puedo. Esos ojos caramelo son muy bellos para volver a

verlos. No hay forma.

Asiento.

—Sí, estoy bien.

Trato de empujarlo para pasar, pero no me deja hacerlo. En vez de eso, me

jala hacia un lado y deja a Godfrey pasar más allá de nosotros. Aralie entra

detrás de mí. Sin embargo, ella no tropieza con un quinto de Saturn.

—Dios. ¡Mamá! —grita instantáneamente.

Milo no puede detenerme esta vez. Me apresuro a rodearlo para ir tras

Aralie, pero mamá se mete en la cocina antes de poder escapar a la tierra de

conversaciones privadas entre madre e hija. Debes estar bromeado. No vamos

a tener la charla de Cococ Baccarini frente a Milo, ¿o sí?

Aralie comienza la historia con el poster de Emery que no pudo pasar. Lo

dice tan dramáticamente, con lujo de detalles, para luego pasar al anuncio de

la cajera.

Para este punto, Tate y Noah han llegado a la “Hora de Cuentos con Aralie”

y están en el arco que separa la cocina y el comedor. Milo vacila entre

nosotros y la puerta del garaje hasta que Godfrey entra cargando muchas

bolsas juntas.

Milo se apresura y agarra dos de las bolsas.

—Te ayudo a llevar estas adentro —se ofrece.

Godfrey le agradece la oferta, pero le dice que no será necesario.

Milo duda como por tres segundos antes de caminar hacia el auto de Aralie.

—Lame botas —murmura Noah detrás de nosotros.

—Cállate —dice Tate—. Sabes que le gusta dar buenas impresiones.

—¿En serio? Estamos encerrados. Nos perdemos nuestras vidas, ¿y Milo se

preocupa por buenas impresiones? Dame un descanso —dice Noah.

Estoy de acuerdo con Noah. ¡Necesito un descanso! Descansar del drama de

Deacon, los ojos de Milo, y Cococ Baccarini. Embestí contra Tate y Noah en

mi camino hacia las escaleras. No puedo escuchar a Aralie cacarear el nombre

de Benji. No soporto la humillación de Tate y Noah riéndose mientras Milo

trata de jugar a ser buen tipo porque siente pena por mí y mi desgracia.

―¡Chloe! ―grita mamá.

Oh, Dios, por favor no me obligues a volver y escuchar esto. Estaba ahí. Sé

muy bien cómo pasó todo.

—¿Podrías liberar a Benji de Emery? Ha estado en el Infierno Saturnite

desde que te fuiste —dice.

Asiento y continúo mi ascenso hacia el señor Baccarini.

Por una vez, no me importa lidiar con Emery.

Me las arreglo para esconderme en las paredes cubiertas de Saturn de

Emery por dos horas. Ordenamos sus cinco millones de cuentas por colores,

para que las pueda usar luego para hacer adornos. Quiere hacer uno verde y

azul para Benji. Hacemos juntas seis intentos de pulseras de la amistad hasta

que finalmente tenemos una que se ve lo suficientemente masculina. La

cuerda azul está un poco deshilachada, pero no lo menciono porque no quiero

intentar una séptima vez. Es para Benji.

Pero aparte de hacer cosas para el señor Cococ Baccarini, Emery me ha

iluminado con conocimientos sobre Spaceships Around Saturn.

1. Noah tiene cara de idiota (sus palabras) hasta que toma su leche

saborizada de fresa cada día, y ahí se vuelve divertido. O eso es lo que

Benji le dijo.

2. Tate se ríe de todo.

3. Milo es muy serio y actúa como un adulto. Emery dice que es

realmente aburrido.

4. Benji canta en la ducha.

5. Jules huele como a mariquitas aplastadas, pero estoy segura de

que lo que Emery huele son sus cigarrillos.

Aralie grita en el piso de abajo, y tiro un bol de cuentas rosadas en el

proceso de saltar. Los ojos de Emery se abren con sorpresa, pero no la detengo

de seguirme. Ropas vuelan en el pasillo tan pronto como salimos de la

habitación.

—¿Quién te crees que eres? —grita Aralie—. ¡No soy tu madre, o tu

sirvienta, o lo que sea que tengas cuando estás en giras!

Jules se tropieza hacia fuera de la habitación de ella. Dos camisetas y un par

de jeans salen volando por su puerta que lo golpean en el pecho.

Él vuelve a tomar la compostura y entra en la habitación.

—Dijiste que lavarías la ropa —dice.

¿Realmente es tan estúpido? Un par de calzoncillos negros y una camiseta

azul salen volando de la habitación de Aralie hacia el salón. Mantengo a

Emery lejos y ni siquiera me atrevo a aventurarme. Jules está solo. La ira de

Aralie es algo con lo que evitas meterte.

Grita sobre la ropa, el olor a cigarrillos, el hecho de que él claramente tiñe

su pelo negro para lucir mejor, ya que sus cejas no son tan oscuras, y hay una

mención de sus tatuajes antes de que mamá y Godfrey lleguen al segundo

piso.

Y aún sobre las protestas de Aralie, mamá sigue diciendo:

—Estoy segura de que esto es sólo un gran malentendido.

Godfrey recoge las ropas de Jules mientras Tate hace su mejor esfuerzo

para calmarlo. Emery estaba en lo cierto: Tate se ríe de todo. Aprenderá

rápido a no reírse cuando Aralie está enojada, o será el próximo en recibir su

masacre verbal, justo como Deacon y Jules. Lleva dos de dos hoy. Tate no

debería buscarla.

Me alejo de Emery para desaparecer en mi propia habitación, cerrar la

puerta y ponerme los audífonos para hundirme en el mundo de los gritos de

Sebastian's Shadow.

La luz de mi habitación me ciega cuando abro los ojos. Entierro mi cara en

la almohada y miro mi teléfono. 12:37 A.M.

Un mensaje de Aralie: Te perdiste la cena. Jules es una mierda.

Un mensaje de Emery: Prdist la comida. Aralie odia a Shuls.

Me sorprende que mis padres la dejaran quedarse con su teléfono. Luego

recuerdo, los únicos números que tiene son los nuestros y el de Godfrey. Ese

teléfono no es una gran amenaza. Aralie y yo tenemos que decirle cómo

deletrear de todas formas, así que podemos saber qué está escribiendo.

Un mensaje de mamá. Es el más largo de todos, y es desalentador:

Decidí no despertarte. Lamento que tu verano no saliera como lo planeado.

No dejes que Deacon y esos otros chicos te molesten. Eres una chica hermosa

con mucho frente a ti. No quiero verte deprimida por un chico. Las cosas

mejorarán. Hay comida en el refrigerador si despiertas.

Oficialmente me muero de hambre, y mamá piensa que estoy deprimida.

Genial. Estoy lejos de estarlo. ¿Humillada? Sí. ¿Molesta? Sí. ¿Pero

deprimida? No. Ese chico no me sacará más lágrimas. Salgo de la cama,

sacudo mi cabello hasta que se ve medianamente decente, me pongo un poco

de delineador, y me aventuro abajo. Con suerte todo el mundo está dormido, y

nadie verá este maquillaje de zombie que llevo.

La luz fluorescente del fregadero de la cocina parpadea cuando la enciendo.

Excavo en el refrigerador, pero no se me antoja nada. Nada excepto leche y

Oreos. Abro el gabinete, tomo las galletas y me siento sola en la mesa del

comedor. La revista de tatuajes de Benji me mira, así que paso las páginas

para buscar diseños bonitos y fáciles que podría dibujar luego.

Entre comer las Oreos y pasar las páginas, ni siquiera escucho los pasos

hasta que está en el comedor, parado al otro lado de la mesa.

—Buenas noches, señorita Branson —dice Milo—. ¿Esta es una fiesta

privada o puedo unirme?

Capítulo Cuatro

Sé inteligente. Sé linda. Sé lo que quieras ¡Pero no te quedes sentada allí

con la boca abierta sin hacer nada!

―¿Eres siempre tan formal, Sr. Grayson? ―le pregunto.

Me sorprendo de mí misma al notar lo firme que suena mi voz. Estaba

segura de que tartamudearía.

Él frunce los labios hacia un lado, da un vistazo rápido a su camiseta y

pantalones de chándal antes de volver la vista a mí.

―Si estuviese usando caquis, te diría que sí, pero en este caso, eh, no

demasiado ―me responde.

Este chico es tan lindo que lo llevaría a un restaurante elegante de cinco

estrellas en traje de baño y flip-flops. Es modesto también, lo que lo hace más

atractivo. Maldito.

―Bueno, esto no se parece demasiado a una fiesta, pero definitivamente

estás invitado a unirte ―le digo.

Miro hacia abajo donde el tatuaje de un trébol me mira desde la imagen de

la revista de tatuajes de Benji. Espero que Milo no planee quedarse aquí por

demasiado tiempo porque no estoy segura de que mi corazón lo pueda

soportar. Podría literalmente saltar fuera de mi pecho hacia la mesa.

―Ahí es donde te equivocas ―dice Milo.

Se inclina sobre la mesa apoyándose sobre sus codos. Su figura está algo

oscurecida por la poca luz en la habitación por lo que me veo forzada a

mirarlo directamente.

―Es pasada la medianoche, y estoy solo con una chica linda y unas Oreos.

Eso definitivamente es una fiesta ―dice―. Lo único que falta es un vaso de

leche, así que si me guías en la dirección correcta, podemos poner esta fiesta

en marcha.

Oh. Por. Saturno.

Está coqueteando conmigo sin lugar a dudas. Porque esto es coquetear

¿verdad? Quizás estoy pensándolo demasiado. Quizás sólo está siendo amable

¡Ugh! ¡¿Por qué Aralie está durmiendo cuando la necesito para que descifre el

raro código de los chicos para mí?! Aunque pensándolo bien, si ella estuviera

aquí conmigo, el alíen de Saturno y las Oreos, tendría que admitirle que estoy

más ansiosa por él de lo que alguna vez lo estaría por estas galletas.

Me las ingenio para apuntar hacia el gabinete y evitar el contacto visual

mientras él toma la leche y se sirve un poco. Luego, se detiene frente a mí en

la mesa.

―Palabras de un consejo no pedido ―me dice, inclinándose sobre la mesa

y tomando la revista de Benji―. Los tatuajes en la parte baja de la espalda son

para promiscuas, las mariposas son un diseño aburrido porque todas las chicas

lo tienen. Y nunca uses “era bonito” como respuesta cuando alguien te

pregunte por qué elegiste ese motivo.

Sus manos se mueven de la revista hacia la bandeja de las Oreos. Elige la

tercera galletita desde la izquierda, dejando un notorio hueco entre las Oreos.

―No te preocupes ―le contesto―. No tengo planeado tatuarme por el

momento.

―Espero que no ―responde―. Dudo que tengas la preparación adecuada

para hacértelo tú misma8.

Él sonríe dejando caer su Oreo dentro del vaso de leche, permitiendo que se

hunda hasta el fondo. La alcanza nuevamente y la recoge, mientras toma la

galletita que estaba frente a su tesoro hundido, dejando una Oreo tambaleando

fuera del paquete.

8 En inglés Chloe dice "inking myself" que es literalmente "tatuarse a sí misma" pero también "hacerse un

tatuaje para sí", por eso Milo juega con la interpretación de las palabras

―Entonces, ¿tuviste un día emocionante? ―dice cambiando el tema de

conversación―. Sonaba como si lo fuera, según la historia de tu hermana,

mientras esperaban en la fila para pagar. ¿O lo estaba actuando?

Ojalá lo hubiese hecho. Aralie siempre había tenido un talento para el

dramatismo, pero incluso si había interpretado las ridículas expresiones

faciales de Deacon y encontrado un apodo para el apellido de Benji, estaba

segura de que había hecho una reconstrucción estelar acerca de cómo había

sido. Gracias a Dios que no había tenido que verlo.

―Me temo que no ―le dije―. Fue tan horrible como probablemente ella

dijo que lo fue, si no peor.

Él sumerge su Oreo brevemente en la leche y le da una mordida. Alcanzo la

bandeja y debato conmigo misma si debería agarrar la galletita que había

dejado sola. Quizás tiene una buena razón para dejarla apartada. Tomo una

distinta, dejando la marginada a su suerte.

Doy vuelta la página de la revista y me concentro en un tatuaje de una hoja

de arce. Apuesto a que Milo desearía poder volver a su propio hogar en

Canadá en vez de quedarse atrapado aquí.

―Pero seguramente tu vida es mucho más dramática que la mía ―le

menciono.

Preferiría no hablar acerca de Deacon en este momento, especialmente

teniendo a un hermoso chico de Spaceships Around Saturn.

―Tiene sus momentos ―dice riendo―. A veces las fans pueden

desquiciarse un poco. Los paparazzi también. No solemos dormir demasiado.

Pero esta es la primera vez que nos han disparado.

―Tal vez sean capaces de poder descansar un poco más mientras estén aquí

― le digo.

Dios, Chloe. Patético. No están interesados en dormir. Se mantienen a base

de cafeína, adrenalina, Oreos y jugo mágico propio de una banda de Saturno.

Preferirían estar en una gira sin dormir que encerrados durmiendo.

―Lo dudo ―me responde―. Bueno, los otros chicos dormirán, pero soy

más del tipo nocturno. Y, sin ofender, pero es difícil dormir hasta tarde cuando

tienes a la pequeña Saturnite corriendo por la casa.

No debería sonreír a expensas de Emery, pero no puedo evitarlo.

―Es algo serio. Vivo con ella a tiempo completo. Tengo que mantenerme

despierta hasta tarde para poder hacer las cosas. Pero sigue siendo extraño ver

adolescentes agotados antes de la medianoche ―le digo.

Milo mira hacia un lado con su Oreo a medio comer y frunce los labios

hacia un costado, como si quisiera besar a alguien a su lado sin tener que

mover su cabeza.

―Realmente no has hecho tu trivia de Saturn ¿no es así? ―me cuestiona―.

Cumplí veintiuno en noviembre, muchas gracias.

Eso explica su nivel de madurez. Él es tan sensato, pulcro y el sueño de

todo padre acerca del tipo de chico que le gustaría que su hija lleve a casa. Por

no mencionar que es moreno y súper sexy por si fuera poco. Es todo un chico

estadounidense no-estadounidense. Todo un canadiense ¿quizás?

―Y Jules tendrá veinte en un mes ―continúa―. No es como si actuara

como tal, de cualquier modo. Benji y Noah tienen diecinueve. Y Tate es el

bebé, con dieciocho.

Me pregunto si Emery siquiera sabe cuántos años tienen. En su mente,

probablemente crea que tienen dieciséis y que aún tiene una oportunidad con

Benji cuando crezca. Con suerte, ellos ya se habrán ido para el cumpleaños de

Jules. Estoy segura de que estaría bastante molesto si tuviera que terminar la

aventura de su adolescencia encerrado con las hermanas Branson.

―Esperaba más de ti ―me dice Milo―. Mis seguidoras de Twitter

deberían al menos saber mi edad.

―¿Cómo lo…?

―La antes mencionada pequeña Saturnite nos llenó de información sobre tu

mala suerte en el juego de la moneda ―me explica, interrumpiéndome a mitad

de la pregunta.

Nota para mí: No decir frente a Emery algo que no quiera que los chicos

sepan. Evidentemente, le gusta compartir historias aunque afortunadamente no

parece que les haya dicho demasiado.

―No sería tan malo si Benji no tuviera algo que decir cada cinco segundos

―le respondo―. ¿Crees que será capaz de contenerse mientras esté aquí?

―Estoy seguro de que Emery oirá cualquier cosa que Benji quiera twitear,

ella podría ser su cable a tierra ―dice Milo encogiéndose de hombros.

Hablando de Twitter…

―¿Por qué las letras extra? ¿En verdad necesitas cuatro letras “S” para la

palabra “asombroso”? ―le pregunto

―Sí, en realidad sí ―me sonríe―. No puedes poner en negrita o en cursiva

en Twitter. Tengo que encontrar un modo de remarcar mi punto.

Se inclina hacia la bandeja de Oreos para agarrar la última que queda.

―Bien, esta es la última de la noche ―me dice―. ¿La compartes conmigo?

¿En serio? Si no estaba siendo la envidia de cada Saturnite en el mundo tan

solo por sentarme frente a él, definitivamente lo sería ahora porque Milo

Grayson quiere compartir la mitad de su preciosa Oreo conmigo. ¡Y lo que

apesta de esta situación es que nadie lo sabe como para estar celosa de mí!

Sostiene la galleta frente a mí mientras espera por una respuesta de mi

parte.

―Sí, vamos a compartirla ―le respondo.

Me extiendo sobre la mesa para alcanzarla, pero él aparta un poco el brazo.

La manga de su camiseta abrazando sus bíceps fuertemente. ¡Cómo me

gustaría ser ese pedazo de tela!

―No tan rápido ―me dice―. Vamos a hacer esto más interesante.

¿Hay algún modo de hacer esto más interesante? Hola, eres atractivo,

famoso y ¡quieres compartir tu galleta conmigo! Hazlo más “interesante” y

puede que me encienda como un fuego artificial.

―Si obtienes el lado con la crema, te daré mi honesta opinión de hombre

acerca del drama en la fila de compras del el día de hoy ―me dice―. Pero si

yo tengo la parte con crema, me tendrás que decir, con toda honestidad, quién

crees que es el chico más atractivo de Spaceships Around Saturn.

Oh, por Dios. Lo dice en serio ¿Acaso lo sabe? Definitivamente lo sabe.

Sabe que me estoy babeando por él desde detrás del vaso de leche y la revista

de tatuajes. Sabe que sus ojos me derriten y que claramente lo sigo en Twitter

porque quiero saber todo sobre “asombrosssso”. Y ahora me quiere hacer

confesar.

―Trato ―acepto antes de poder acobardarme.

Siempre puedo mentir y decir el nombre de Benji. Él es el favorito de los

fans después de todo. Benji Baccarini es Spaceships Around Saturn para

muchas fans.

Milo se inclina nuevamente, posicionándose sobre la mesa y sosteniendo la

bendita Oreo. Muevo el vaso de leche hacia un lado porque lo último que

quiero es tirarlo producto de mis nervios crecientes. Entonces me inclino un

poco hacia él, sujeto la galleta con mis dedos e inhalo tanto como me es

posible el aroma de su cuerpo recién bañado mientras giro mi mitad de la

Oreos y la aparto de la suya.

―Diablos ―murmura.

Nunca estuve tan agradecida por obtener la tapa con crema de la Oreos

como lo estaba ahora. Instantáneamente, exploto en risitas de fangirl tal y

como si provinieran del Planeta Emery. Puedo guardarme mi dignidad para

otro día, y ni siquiera tuve que mentirle al chico bonito. Toda mi ansiedad

voló hacia alguna parte del universo donde los estúpidos nervios van a morir.

―En verdad creí que iba a obtener alimento para mi ego con esto ―dice

como si fuera una derrota terrible el haber perdido la parte con crema de la

galletita.

―Aparentemente no lo necesitas viendo claramente que asumiste que iba a

decir tu nombre ―le respondo.

―Me imaginé que quizás era tu tipo ―me dice riendo―. Supongo que

nunca lo sabremos ¿verdad?

Sumerjo la mitad de Oreo en el vaso de leche y tomo un bocado. No puedo

ni siquiera mirar en este momento. Esas mariposas en mi estómago

probablemente vuelen hacia mis ojos para mirarlo. Si fuera una mariposa

producto de los nervios, definitivamente arriesgaría mi ansiedad para volver y

mirarlo.

―Pero un trato es un trato ―continúa. Suspira derrotado otra vez antes de

volver a hablar―. Creo que estás mucho mejor sin ese tipo. Es inmaduro, no

tiene dignidad, y necesita que lo bajen a golpes de su pedestal. Puedes tener

algo mucho mejor que ese tipo que cloqueó el apellido de Benji a través del

estacionamiento de la tienda de comestibles.

Se toma el último trago de leche y toma la Oreo embebida en el fondo del

vaso. La introduce en su boca, camina hacia el fregadero para lavar el vaso y

lo coloca en la pileta extra donde mamá nos pidió colocar los platos usados.

Es tan educado.

Camina nuevamente hacia la mesa, arrima la silla hacia la mesa y pasa la

lengua por sus dientes.

―Bien, señorita Branson, ha sido un placer pero necesito mis horas de

sueño o de lo contrario podría terminar pareciéndome a Jules y eso sería una

pena para todos ―dice―. Deberíamos hacer esto nuevamente algún día.

Buenas noches.

Se dirige hacia las escaleras, se detiene y me devuelve la mirada.

―Y de acuerdo a lo que Emery dice, eres demasiado hermosa para ese

imbécil, de todas formas.

Capítulo Cinco

La campana suena en el instante en el que mi pie toca el piso de madera

dura del vestíbulo. Perfectamente puntual. No me preocupo en esperar a

Godfrey. Probablemente es algún agente gubernamental o alguien a quien

Papá envió a revisar las cosas. Miro a través del vidrio, pero el hombre

musculoso en camiseta con cuello V definitivamente no es un agente.

―Buenos días ―Tank dice tan pronto como abro la puerta―. Me han

encargado que le traiga esto personalmente a Milo. ―Sostiene un estuche de

guitarra.

―Entra ―le digo, haciéndole señas con mi brazo.

No he estado levantada lo suficiente como para saber dónde está Milo, y en

serio, después de anoche, no estoy lista para verlo. Tomó horas y un montón

de privación de sueño poder hacer que las mariposas se calmaran. Ahora que

están finalmente dormidas, no quiero despertarlas.

―¡Sabía que había oído tu voz! ―Benji pasa por mi lado y ataca a Tank

con un abrazo enorme―. ¿Qué estás haciendo aquí?

Tank empuja a la superestrella rubia lejos de él con un brazo y sostiene el

estuche de guitarra con la otra. Benji lo bombardea con un millón de preguntas

sobre la investigación y sobre cuándo estarán libres y sobre qué está diciendo

la gente en el exterior, pero Tank no le da muchas respuestas. Él suena casi

como un discurso ensayado cuando le dice a Benji que el gobierno de los

Estados Unidos “está trabajando en esto día y noche.”

Miro hacia afuera. Una camioneta negra está estacionada en nuestro

estacionamiento. Me pregunto si Tank está usando un comunicador. No

confiaría en ellos. Podrían haber enviado a un agente a traer la guitarra de

Milo, pero les enviaron a Tank para tranquilizar los nervios de los chicos y

darles un rostro familiar. Es uno de sus trucos más obvios. Papá nos dijo eso

antes.

―Lo siento, hombre, tengo que irme ―Tank dice más pronto de lo que

Benji querría―. Me tienen en la mira a mí también.

Tank baja su camiseta en V y señala al comunicador. ¿En serio? ¿Qué

demonios creen que estamos haciendo aquí? Estoy asustada de entrar en

Internet o usar mi propio celular ahora. Ellos probablemente están observando

todo lo que pasa en nuestra casa. Tal vez deba bañarme en la oscuridad de

ahora en adelante. Por lo menos hasta que el encierro termine.

Benji toma la guitarra de Milo, y yo lo hago volver antes de dejar que Tank

se vaya. Van a saber que Benji habló con él, pero por el amor a Benji, no

quiero que los agentes vean ni una pizca de él. Ellos asumirán que los dejamos

salir todo el tiempo.

La camioneta conduce por el camino y sale por la reja. No hay forma de que

puedan mantenernos observados en este lugar. Vivimos en una increíble

mansión con más habitaciones de invitados que un hotel de cama y desayuno.

Deberían confiar más en mi papá. Nos ha enseñado bien. Puede que no nos

guste el encierro, pero aseguro que no discutimos.

Entro al comedor detrás de Benji. Noah toma leche de frutilla mientras

Emery habla de pintar latas de café para que mamá plante flores en ellas.

Aralie y Jules se sientan al otro extremo de la mesa. Aralie juega con su

teléfono mientras Jules la mira como si pudiera quemar hoyos en su piel con

sus ojos.

No hay rastros de Tate o Milo también conocido como el bromance llamado

Tito, también conocido como el peor nombre de bromance que he escuchado.

Tal vez Milo está durmiendo. Tal vez va a dormir todo el día, y podré evitarlo.

Jules aleja su mirada de Aralie lo suficiente como para notar el estuche de

guitarra.

―¿Quién trajo eso? ―pregunta.

―Tank ―dice Benji―. No era el mismo, de todas formas. Los agentes lo

trajeron. Lo hicieron usar un comunicador. Esto es una mierda.

Los ojos de Emery saltan de su lugar, y Benji al instante lo nota.

―Lo siento, Emery ―dice―. Tendré que conseguirte unos auriculares

como los que usamos cuando estamos en el escenario. Entonces puedes cantar

para ti misma y bloquear todos los otros sonidos, como mis palabrotas.

Emery se baja de su silla junto a Noah y camina hacia donde Benji y yo

estamos parados. Está usando su cara de seria, y lleva ese brazalete de amistad

con una cinta azul en su mano.

―No puedes decir esa palabra o mi mamá se pondrá loca porque le dije que

eras mi mejor amigo, y los mejores amigos no pueden decir malas palabras

―ella dice, como algo muy importante.

Luego se ríe. Oh Dios, ¿por qué tiene que reírse? Nunca tuvo esta cosa loca

de hiena en sus ojos hasta que Spaceships Around Saturn apareció, y ahora

luce demoníaca y como un payaso cada vez que se ríe o sonríe.

―Pero no le diré a Mami que dijiste una mala palabra si usas mi brazalete

de la amistad ―dice con voz cantarina.

Le toma como cinco segundos a Benji conseguir atar el brazalete azul y

verde alrededor de su muñeca. Le dice que la va a tener por siempre y promete

usarla en su primer show cuando vuelvan a la gira. Le pregunta si él podría

subir una foto de este a Twitter, y luego me dice que lo retwittée cuando lo

haga.

Jules da vuelta en su silla cuando Benji, Emery y yo nos sentamos en la

mesa.

―Así que, Emery, ¿dónde está mi brazalete de la amistad? —pregunta el

chico malo.

Aralie deja su teléfono en la mesa.

―Tú no tienes uno porque nadie quiere ser tu amigo ―le dice.

Su silla se mueve de un lado al otro. Si pierde su pie, va a ser un gran

triunfo para Aralie.

―Tengo admiradoras en todo el mundo. Mucha gente quiere ser mi amigo

―Jules argumenta.

Aralie se ríe.

―Ah, claro, tus 6,9 millones de seguidores en Twitter. ¿Te das cuenta de

que Benji tiene 11,3 millones, no? Esos son números en tiempo real. Acabo de

fijarme.

Jules golpea su silla contra el suelo.

―Esas son 6,9 millones de personas que me aman y quienes felizmente

lavarían mi ropa —dice él―. Eres la envidia de 6,9 millones de personas, y ni

siquiera puedes apreciarlo.

Noah sonríe con suficiencia bajo su leche de frutilla. Supongo que los

rumores son ciertos sobre que él no habla hasta que no ha tomado su leche de

frutilla cada mañana. Extraño.

Decido hablar en defensa de Arelie.

―En realidad, estás equivocado ―digo―. Soy una de esos 6,9 millones de

personas, y no puedo decir que te amo, y definitivamente no quiero lavar tu

ropa.

Afortunadamente, por el bien de todos, mamá entra en la habitación justo a

tiempo para intervenir y terminar con lo que podría haber sido la segunda

pelea de Aralie contra Jules. Ella carga el lavaplatos antes de volver a la mesa.

Tiene la cara de ‘mamá comprensiva’ puesta.

―Chicas, probablemente es una buena idea que falten a la fiesta de Lauren

esta noche ―ella dice. Levanta su mano para frenar a Aralie antes de que

empiece a objetar―. Sé que han planeado esto por un tiempo, pero su padre

llamó esta mañana y dijo que él se sentiría mucho mejor si ustedes chicas se

quedaran aquí esta noche. Habrá otras fiestas.

En realidad, no iba a haber otras. Éstas son mis fiestas post-graduación que

sólo pasarán una vez porque sólo me graduaré de la secundaria una vez.

Apesta, sí, y no me gusta, pero creo que Aralie está más molesta que yo, y ella

no se gradúa hasta el otro año.

Mi hermana salta de la mesa y sigue a mamá a las profundidades de la

cocina.

―¿Qué se supone que digamos? ―pregunta Aralie―. No es como si

pudiera decir: “Lo siento Lauren, estoy escondiendo una banda en mi casa” o

algo así.

Mamá suspira.

―Dile que Emery está enferma por algún virus y que es contagioso. Tú y

Chloe estuvieron expuestas y tus padres no te dejan salir de la casa. Cúlpanos

a papá y a mí.

Esquivo a Benji para ir a la cocina. Aralie se inclina contra el refrigerador.

―¡No es justo que tenga que perderme mi vida sólo porque alguien quiere

dispararle a Jules! ¡En serio, no puedo culparlos! ―Aralie grita antes de

empujar el refrigerador y correr a las escaleras.

Dos horas después, ya he enviado todos los mensajes apropiados diciendo

“Lo siento, Emery está enferma, y estamos contagiadas”. Me tocó ocuparme

de eso luego de la rabieta de Aralie. Todavía tengo que ver a Milo hoy,

aunque sé que está en el piso de abajo. Él y Tate no se molestaron en salir de

la cama hasta mucho después de que estaba de vuelta en la seguridad de mi

habitación. Estoy tentada a ir abajo sólo para ver qué está usando.

Probablemente una camiseta. Pero esa camiseta abraza su cuerpo como

desearía hacerlo yo.

Sí, definitivamente no bajaré luego de un pensamiento como ese.

Pero, eso no detiene a Emery de subir. Sus pasos son rápidos y ruidosos,

por lo que sé que es ella. Corro a la puerta y la abro antes de que ella tenga la

oportunidad de golpear.

―Te estás haciendo más rápida ―ella dice. Sonríe normalmente, por

suerte, y mira hacia el corredor―. ¿Vas a ver el estreno con nosotros?

Busco en mi cerebro sobre qué estreno está hablando, pero no tengo ni idea.

Ella sabe esto también porque abre su boca inmediatamente.

―¡El estreno de “Music Up, Windows Down!”! ―grita en mi rostro.

―¡Ah! ¡Su nueva canción! ―Estoy casi tan emocionada como ella cuando

me doy cuenta.

Puedo disimular totalmente mi emoción. Puedo pretender que lo estoy

mirando sólo porque Emery lo convirtió en algo muy importante y me rogó

que lo mirara. Sería una buena forma de romper el hielo luego de ayer por la

noche. Gracias a Dios por mi pequeña Saturnite.

―Sí, supongo ―digo practicando todo el tema de disimular mi emoción.

Emery me abraza y me dice que irá a preguntarle a Aralie. Dudo que ella

tenga mucha suerte con la hermana del medio, pero me da una chance de ir

abajo y culpar a la hermana más chica por hacerme mirar el estreno.

Los chicos están en nuestra segunda sala de estar, la que tiene un sofá

gigante, una pantalla de TV flotante, y el equipo de sonido de papá. Papá tiene

la Xbox y todos sus juegos de chico aquí. Yo sólo la uso por la pantalla

flotante. Nos referimos a esta como la sala de juegos de papá.

Jules tiene su brazo sobre los hombros de Benji mientras mira una revista

de tatuajes con él. Desearía haber traído mi teléfono. Esa hubiera sido una

excelente toma para esos ridículos fans de Jenji. Tate habla para sí mismo en

una esquina del sofá.

Noah me saluda.

―¿Quieres sentarte con nosotros?

Por “nosotros”, se refiere a él y Milo. Demonios sí, quiero sentarme con

ellos. Noah lo hace mucho más fácil para mí. Se aleja de su hermoso

compañero de banda y me permite sentarme en el espacio entre ellos dos.

―Que bueno verte aquí ―Milo dice.

Mis mejillas se sonrojan, y rezo para que no estén tan calientes como se

sienten. Busco alrededor por el control remoto para prender la TV. Milo coge

mi brazo y me empuja hacia atrás cuando trato de alcanzar el control de la

mesa de café frente a nosotros.

―Emery quiere que la esperemos ―dice. Él pasa su brazo alrededor de mis

hombros y se inclina para hablar más bajo―. Así que estás atrapada en este

silencio incómodo con nosotros.

Noah se inclina del otro lado.

―¿Ya es incómodo? ―susurra.

Los dos explotan en una risa, como si hubiera sido planeado incluso antes

de que entrara en la habitación. Empujo a ambos lejos con mis codos.

―Creo que iré a sentarme con Jenji ―digo.

Agarro la rodilla de Noah para levantarme del sofá porque Dios sabe que

podría nerviosamente deslizarme y coger algo que no debería si siquiera

tocara a Milo. Pero esta fue una idea estúpida porque todavía tengo que pasar

por los miembros conocidos como las piernas de Milo para siquiera estar cerca

del bromance Jules Rossi-Benji Baccarini.

―Buen trabajo ―dice Noah―. La hiciste irse, Milo.

Estoy un paso entre las piernas de Milo cuando él a propósito me hace

trastabillar y a propósito me atrapa. Sus brazos se sienten tan fuertes y cálidos

y perfectos como imaginaba que serían. Podría seriamente derretirme en su

piel y volverme una con él ahora mismo.

Me gira hacia su derecha, se desliza hacia el lado de Noah y me pone a mí

en el espacio entre él mismo y la esquina del sofá.

―No puedes sentarte con Jenji. Emery no permitiría eso ―Milo dice. Mira

a Noah y luego de nuevo a mí―. No estoy acostumbrado a que las chicas

corran de mí así. Como que hiere mis sentimientos, sabes.

Él hace puchero, justo como Emery haría, y Noah pretende falsamente

consolarlo. Milo esconde su rostro en el hombro de Noah para llorar

falsamente. Tan maduro.

Soy salvada por mis hermanas, quienes entran en la habitación y hacen a

Milo levantar la vista de su mohín. Aralie le susurra algo a Tate, y él se mueve

para dejarle a ella el lugar de la esquina. Ella lo empuja hacia sí y lo abraza

como si fueran los mejores amigos. Creo que me estoy perdiendo de algo,

pero no tengo tiempo para preocuparme por Aralie y sus amores de la banda.

Tengo que ocuparme de los míos. Justo ahora él está sentado junto a mí con su

perfecta sonrisa de suficiencia, y estoy casi muriendo.

Emery toma el control remoto, prende la TV y se dirige directamente al

canal de música por el estreno. Como el hermoso chico junto a mí predijo, ella

se invita a dividir Jenji a la mitad y se inserta a sí misma en la ecuación.

Diez segundos después, Emery se levanta.

―No me puedo sentar a tu lado, Jules ―dice.

Ella viene hacia nosotros y se sienta en el espacio entre Tate y Noah.

Luego hace su anuncio.

―Jules huele como a mariquitas muertas.

Cualquier tensión que podría haber en la habitación instantáneamente

desaparece con nuestras risas. Yo casi esperaba que Jules se fuera del sofá

maldiciendo y gritando. En vez de eso, está riendo.

―Son sus cigarrillos ―Benji aclara. Se inclina hacia su compañero de

bromance y olfatea―. Lo siento amigo, Emery tiene razón.

Jules lo empuja, pero una sonrisa permanece en su rostro, por una vez, y

estoy aliviada.

Emery sube el volumen, y la TV silencia la habitación. Pongo atención en

el comercial de champú que hay en la pantalla así no me permito mirar de

reojo a Milo. En serio, no quiero mirar a ninguno de ellos porque tienen que

mirar su estreno en nuestra sala en vez de estar en Nueva York debutando su

video frente a miles de fans gritando.

Dos chicos al lado, escucho a Emery inhalar sonoramente cuando la chica

en la TV dice algo sobre el momento que todos han estado esperando. Milo se

inclina y pone sus codos en sus rodillas. Esta hubiera sido su primera

aparición luego de su concierto en Nueva York hasta hace menos de cuarenta

y ocho horas. En cambio, nadie sabe dónde están.

―Como todos saben ―la chica pixelada dice―. Hubo tiros en el concierto

de Spaceships Around Saturn la noche del sábado, y los chicos no pudieron

estar aquí con nosotros hoy. Pero ha habido muchas especulaciones sobre

dónde podrían estar escondiéndose. ¡Iremos a nuestra audiencia y veremos

dónde piensan que estos ardientes canadienses están!

―¿Qué? ―Emery salta, parándose como un ninja en el sofá― ¡Alguien les

disparó!

Es demasiado para calmarla. Tate la mueve para que se vuelva a sentar y

dice algo sobre gente loca tratando de romper los parlantes. Noah se pone de

acuerdo y dice que esos idiotas odian la música de Spaceships Around Saturn

y querían arruinar su concierto. Por lo que ahora ellos tienen que esconderse

hasta que nuestro padre los atrape.

Emery parece convencida con sus explicaciones y se concentra de nuevo en

la TV. Estoy extremadamente sorprendida de la simpleza con la que Tate y

Noah resolvieron lo que podría haber sido un momento Moo-llenium Cunch.

Lo hicieron tan vainilla.

La conductora se dirige a una chica pelirroja con una brillante camiseta sin

mangas rosa de SAS.

―Creo que están en una isla privada, tal vez en Hawaii ―la pelirroja dice.

―Probablemente volvieron a Canadá y están realmente en casa ―dice otra

chica.

Luce como si hubiera estado llorando. Apuesto a que su verano giraba en

torno a este estreno y a ver a los chicos en vivo.

La conductora de TV toma una teoría más de un miembro de la audiencia.

La chica se para, usando una camiseta blanca con la foto de los chicos en ella,

y mira directamente a la cámara.

―Escuché que Milo está muerto.

Capítulo Seis

Milo salta del sillón.

No ayuda que otras chicas en la audiencia comiencen a asentir, y los

rumores circulan rápidamente. Él fue golpeado durante el tiroteo. Tomó la

bala empujando a Tate fuera del camino. Murió en el hospital más tarde.

Murió entre bastidores. Los rumores continúan y continúan.

Noah empuja a Milo de nuevo abajo entre nosotros.

―Amigo, no estás muerto. Administración aclarará esto tan pronto como lo

vean. Sólo cálmate, ¿sí? ―dice Noah.

―Para ti es fácil decirlo ―dice Milo instantáneamente―. Nuestros fans no

están diciendo que tú estás muerto.

―¡Milo! ―grita Tate desde su lugar―. Moriste como un héroe. Salvaste

mi vida. ¿Por qué no puedes sólo estar feliz por eso?

No entiendo completamente el bromance, pero la sonrisa en la cara de Milo

es obviamente una buena señal. Aceptaré que Tito existe si hace a Milo

sonreír así. Él estrecha un brazo alrededor de Noah y envuelve el otro

alrededor mío. Cae de nuevo contra los cojines y se acomoda antes de que

debute su video.

Me pregunto si el movimiento del “brazo alrededor de Noah” fue sólo una

táctica para envolver su otro brazo alrededor mío. Quizá está tratando de

serenarse. Probablemente no quería que nadie pensara nada sobre esto.

―Esas pobres chicas ―dice Milo tranquilamente―. ¿Viste cuántas de ellas

estaban llorando? Esto se suponía que fuera uno de los momentos más

destacados de sus veranos, pero nosotros ni siquiera estamos ahí.

Ah al infierno. Él ni siquiera está preocupado por mí. ¡Está preocupado por

sus estúpidas fans! Sólo puso su brazo alrededor mío porque no quería que me

sintiera dejada de lado, dado que le estaba dándole algo de amor a Noah. Tate

tenía razón sobre el verano del infierno.

―¡Aquí esta! ¡Silencio! ―grita Emery.

Muerdo mi labio para no reírme. Sólo mi hermana pequeña le gritaría a una

banda para que hagan silencio durante la premier de su propio video. Emery lo

mantiene real. Emery me mantiene en la tierra.

El video de “Music Up, Windows Down” es todo lo que esperaba de un

video musical de Spaceship Around Saturn. Benji está sin camisa, para que

pueda presumir sus múltiples tatuajes. Jules trata de lucir como un chico malo.

Tate y Milo fastidian a la cámara un montón. Pero Noah…

―¿Quién era su estilista para este video? ―pregunto tan pronto como

termina el video―. Esos shorts eran la cosa más fea que he visto.

Quizá tengo un poco de la franqueza de Emery en mí también.

Probablemente no. Los shorts de Noah eran así de feos.

―¿No te gustaron? ―pregunta Noah.

Aralie se ahoga en su propia risa.

―Noah, eran azul aciano ―dice ella―. Y llegaban hasta tus canillas. Esos

shorts eran de hombres viejos. Tú sabes, como los que los tipos viejos usan

cuando van a jugar al golf o algo. Se supone que seas la estrella de rock del

grupo, no que uses la ropa de Godfrey.

Siempre puedo contar con Aralie para que me respalde. Ella y Tate se ríen

de algo más que ella murmura que sólo ellos dos pueden oír.

Noah mira a Milo.

―Amigo, todos están en mi contra, ¿y tú ni siquiera vas a ayudarme?

―pregunta él.

Milo se encoje de hombros.

―No creo que un chico muerto pueda ser de mucha ayuda.

Espero otra crisis de Milo sobre los rumores de su fallecimiento, pero

Godfrey entra en la habitación, y todos se callan. Emery enmudece.

―Sr. Kingsley―dice Godfrey, mirando hacia Tate―. Su pedido.

Tate sonríe con la sonrisa más grande de todas las sonrisas y agarra la caja

de las manos de Godfrey. Es un juego de Twister. Salta y corre hacia el chico

lindo al lado mío.

Tate agarra el brazo de Milo, lo saca de su lugar, y lo arrastra fuera de la

habitación. Aralie está cerca detrás de ellos, y Jules sorprendentemente la

sigue. Él probablemente quiere un cigarrillo justo ahora. Emery corre detrás

de ellos, como para no perderse ninguna acción, por lo que calculo que es

mejor si los sigo.

―Chloe ―dice Benji―. Espera.

Me detengo a medio camino de la habitación. Benji y Noah ambos me

miran fijamente.

―Necesitamos hablarte sobre algo ―dice Noah.

Las mariposas latentes en mi estómago se despiertan y se disparan

alrededor tan pronto como las palabras de Noah salen de su boca. Oh mi Dios.

Por favor no dejes que sepan.

Benji desliza su brazo alrededor de mis hombros y procede hacia la cocina.

La puerta del patio se cierra. Todos los demás están afuera. Noah se escabulle

al lado mío, y odio sus sonrisas traviesas. Algo está pasando.

―Entonces, eh, un pequeño pájaro me dijo algo ―dice Benji.

―Sí ―concuerda Noah―. Escuchamos que eres bastante buena con los

Sharpies.

―Y obras de arte ―agrega Benji.

Bien, esto no es sobre Milo o mariposas de estómago. Oxígeno se apresura

de vuelta a mis pulmones, y mi pecho retorna a su forma normal. Dulce aroma

de verano. Puedo respirar.

―Este pequeño pájaro no se llama Emery, ¿no? ―pregunto.

No imagino a los chicos llamando a nadie más “pequeño pájaro”. Emery es

la única a la que se le ocurriría decirles que puedo dibujar. No dibujo

realmente. No puedo bosquejar gente o arte o nada magnificentemente

increíble. Sólo garabateo, estrellas fugaces, mariposas no-nerviosas, flores,

espirales, lo que sea.

―Ella nos mostró algunos de los imanes que haces ―dice Benji―. Actúa

como si fueras Van Gogh, por lo que le seguimos la corriente.

Wow, gracias por el cumplido. Es lindo saber que estos chicos pretenden

que soy una gran artista cuando saben que no lo soy. Benji claramente necesita

algunas lecciones en Adulación 101 de Milo. Ese chico sabe lo que es hablar

dulce.

Noah salta de nuevo adentro.

―Esperábamos que quizás nos pudieras dar alguna tinta de práctica.

Olvido cuán tatuados están estos chicos. Apuesto a que están tratando de

perder esa imagen santurrona de banda de chicos y añadir un poco de filo,

pero con caras como esas, ellos están lejos de estrellas rockeras roñosas. Son

demasiado lindos.

Noah se levanta su camiseta sobre su cabeza y se da vuelta para mostrarme

las obras de arte sobre sus hombros y espalda. Internet juró que Noah tenía

más tinta que Benji, pero él lo esconde muy bien. Internet tenía razón.

Hay una galaxia entera de dibujos y garabatos y manchas de tinta en su piel.

La parte superior de su espalda está pintada con estrellas, lunas y naves

espaciales. La aleta de una sirena asoma fuera de sus shorts. Ni siquiera quiero

saber qué más hay debajo de ahí.

―Realmente necesito ideas ―dice Noah―. Por eso, ¿quizá podrías

ayudarme?

―Pero pido exclusividad de tu parte ―dice Benji.

Ellos se mueven con cuidado delante de mí y bloquean la puerta del patio

hasta que acepto. No me importa si soy una artista terrible. Soy una

garabateadora decente. Y cualquier chica que le dice que no a Benji Baccarini

y Noah Winters es una idiota.

Treinta minutos después, Noah se acerca a nosotros y se queja porque tuvo

que jugar dos rondas de Twister con Emery mientras yo garabateaba diseños

en el brazo de Benji.

―Bueno, está bien ―se queja Benji y se para―. Mantendré al pequeño

pájaro entretenido por un tiempo.

―Finalmente ―farfulla Noah.

Él reemplaza a Benji en la tumbona al lado de la piscina, pero al contrario

del rubio lindo, Noah realmente me da suficiente espacio para sentarme

cómodamente con él. Creo que Benji estaba más concentrado en su bronceado

que en el falso-tatuaje de todas formas. Debería haber dibujado mariposas y

gatitos sobre su brazo. Él nunca lo hubiera sabido.

Pero me siento mal por ser tan dura con Benji. Hace un buen trabajo al

jugar a los mejores amigos con Emery. Creo que el retiro de Twitter está

empezando a golpearlo. Al menos de eso culpo a su actitud sarcástica de a

veces.

Noah va directo al trabajo.

―Realmente quiero un diseño de espalda completa ―dice él―. Solo que

no sé cómo hacer para que el mar se encuentre con el espacio exterior en una

forma que fluya, ¿sabes? ¿Qué piensas?

Me río completamente a carcajadas.

―No soy una consultante de tatuajes o una artista gráfica ―le recuerdo―.

Ni siquiera puedo dibujar tan bien. Simplemente garabateo y dibujo cosas

graciosas para Emery.

Él levanta una Sharpie verde lima y la prueba en su muñeca.

―No estoy esperando una pieza maestra. Sólo algo divertido ―dice él―.

Además, tengo que atraparte mientras puedo. Aparentemente le perteneces a

Milo más tarde.

Allí fueron mis Sharpies. Rosa fuerte, naranja brillante y azul cielo saltaron

de la silla de salón por mi repentino movimiento y rodaron a través del

concreto. Me zambullo hacia ellas, como si esos marcadores fueran la cosa

más importante en el universo, y Noah se ríe.

―Supongo que dije la palabra mágica, ¿no? Detalles. Ahora ―dice él.

Afortunadamente mantiene su voz baja, y todos los demás están fuera del

alcance del oído. No sé cuánto sabe o qué le dijo Milo, pero no estoy a punto

de divulgar más información de la que debería sobre anoche. Dudo que

pudiera hablar sobre eso en palabras reales de todas formas. Sólo el

pensamiento de decir que encuentro a Milo atractivo me pone nerviosa.

―Oh, vamos ―gimotea Noah. Me da un codazo y agarra las Sharpies de

mi mano para que no pueda usarlas como una distracción―. El chico se sentó

en mi habitación durante quince minutos anoche, trabajando en sus nervios

para ir abajo y hablarte. Después volvió y dijo: “Comimos galletas. Te veo en

la mañana”, y se fue a su habitación. Dame algo, Chloe.

Ohdiosmío ohdiosmío ohdiosmío. ¡Este encierro es mucho mejor que la

escuela secundaria! Gracias a Dios que ya me gradué o el año final hubiese

sido miserable. No puedo imaginar cuánto va a apestar la vida para Aralie este

otoño cuando vuelva a la existencia mundana después de un verano como este.

Pero después, de nuevo, el maravilloso y siempre-tan-perfecto Milo Grayson

no bajó para hablar con ella.

Inhalo el aroma de Sharpies y protector solar.

―No tendremos esta conversación ―digo.

Noah da vuelta el Sharpie azul cielo y dibuja un rayo brillante en su

antebrazo.

―Esto apesta. Finalmente estoy al corriente sobre algo y nadie me da

detalles ―dice él.

Él puede hacer pucheros con sus labios y batir esos bonitos ojos verdes todo

el día. No voy a hablar. Si Noah quiere saber algo, le puede preguntar a Milo.

Mi cerebro cambia en una sentimental gota de caramelo, Oreos y gotas

calientes y borrosas de Saturno. Ni siquiera puedo procesar esto.

Me atrevo a mirar a los otros en el jardín. Jules se reclina en una silla del

patio mientras Aralie y Tate se enfrentar en una ronda de Twister. Desde aquí,

parece que Aralie está ganando. Benji y Emery controlan el tablero, y Milo le

dispara a Tate repetidamente con una pistola de agua.

Cuando Tate no puede poner su mano izquierda en el azul y se cae, culpa a

Milo por disparar agua en su ojo y demanda que Milo juegue la próxima ronda

como castigo.

―¡Chloe!

Mi nombre hace eco a través del jardín y rebota en la casa cuando Tate lo

grita. Él salta al lado de Aralie, sacudiendo sus brazos como si necesitara un

salvavidas que lo saque del peligro.

―¡Te necesitamos! ―grita él―. ¡Ven a jugar contra Milo!

Noah esconde su cara para que los otros no vean su risa ante mi

predicamento.

―Ve ―dice él―. Ve a enredarte con Milo. Voy a obtener un asiento en

primera fila para eso.

Él agarra mi brazo y me arrastra contra mi voluntad. No me deja ir hasta

que nos unimos a los otros. Ese juego plástico de Twister me mira fijamente

desde el pasto, completamente desalentador.

Todavía intento objetar.

―¿Por qué no puede Noah jugar contra él? ¿O Jules? Ellos tampoco han

jugado una ronda todavía.

Milo se adelanta y dobla sus brazos contra su pecho. Su camisa abraza su

piel, y él me derrite antes de lo que el verano derrite una paleta.

―Sólo estás asustada de que te venceré ―se mofa de mí.

Oh a la mierda. No me puedo acobardar después de un comentario como

ese.

―Está bien entonces ―digo―. Juguemos.

Proyecto un plan de juego en mi cabeza mientras Benji y Emery se

posicionan con el tablero. Emery demanda la primera vuelta. Yo pateo mis

flip-flops y me paro en el plástico.

Cuatro colores. Seis círculos por color. Veinticuatro círculos. Tomaré los

doce más cercanos a mí. Pienso que soy lo suficientemente flexible para

vencer a Milo.

―Bueno, estas son las reglas ―dice Benji―. Tenemos que jugar del modo

de Emery. Por lo que ella va a girar por Chloe y yo giraré por Milo.

Emery le da un golpecito a la flecha giradora.

―¡Pie izquierdo en amarillo! ―grita ella.

Me mantengo en mi mitad del plástico. Pero es el círculo amarillo más

cercano a la mitad de Milo.

―¡Pie derecho en azul! ―grita Benji.

Milo sonríe satisfecho y refleja mi posición, parado directamente en frente

de mí. Estoy a nivel de ojo con su pecho, y el sol nos hornea.

Emery dice pie derecho en azul, y Benji lo revoca con pie izquierdo en

amarillo.

Por un segundo, casi pienso que están haciendo esto a propósito, pero nadie

más, aparte de Noah, tiene idea de mi noche de Oreos con Milo. Ahora

estamos cara-a-pecho. Miro fijamente a su camisa, preguntándome si su

corazón golpea como un bombo cuando está así de cerca de mí. Ah lo que

daría por ser la chica que hace que su corazón palpite como vibraciones a

través del piso de un escenario.

Espero que Emery grite mi próxima orden, pero me encuentro con silencio.

Miro alrededor de Milo. Emery se escapa de Benji y persigue una mariposa.

―Ya que ella está fuera de alcance, ésta es para ambos ―grita Benji―.

¡Mano derecha en rojo!

Me toma dos segundos demasiado largos para planear mi siguiente

movimiento. Milo se inclina hacia adelante, llega sobre mí, y posiciona su

mano derecha en rojo, en mi mitad del plástico, lo que me fuerza a doblarme

hacia atrás. Su posición es incómoda, pero la mía es peor.

―Oh, lo siento ―dice―. ¿Querías ese lugar?

Nadie más puede ver la sonrisa furtiva envuelta alrededor su cara, y estoy

tan, tan agradecida. Es un claro indicio de que aquí está sucediendo un

coqueteo al menos. Él probablemente escucha a mi corazón. Quizá él escriba

una canción a su ritmo, y sea el próximo gran single de Spaceship Around

Saturn.

Yo me inclino diagonalmente y coloco mi mano en el círculo rojo sobre el

de Milo. Él tiene la ventaja, y lo sabe. Espero que mamá y Godfrey se queden

adentro hasta que esta ronda de Twister termine. Esta posición no es muy

PG13. Oh Dios, colapsaría completamente en el plástico y moriría si mamá

saliera y me viera prácticamente atrapada debajo de Milo. No es mi culpa

mamá. ¡Era mano derecha en rojo!

Emery grita que la próxima vuelta es suya, pero el anuncio de Benji hace

esta posición-porno incluso peor.

―¡Emery rompió la flecha! ¡Mantengan lo que tienen! ―grita él.

Mi “mano derecha en rojo” hace lo mejor que puede para sostener mi peso

corporal, lo que sería mucho más fácil si yo no estuviera distraída por el

hermoso chico con ojos caramelos. Él está demasiado cerca como para que sea

cómodo, tan cerca que puedo escuchar los frufrús de su camiseta cada vez que

se mueve.

En algún lugar del universo, fuera de Milo Grayson, Aralie le grita a Emery

por tirar la flecha en el pasto. Benji nos dice que “aguantemos” de nuevo, y

Tate dice que encontrar la flecha va a ser imposible.

Noah se ríe. Él es el único riéndose. Supongo que la broma está en mí.

Milo se aclara la garganta.

―¿Te gustaría algo de entretenimiento? Puedo cantar para ti ―ofrece él.

Mira hacía Noah―. ¡Oye Winters, elige una canción!

Los ojos de Noah se encojen mientras va a través de su lista mental de

reproducción. Su cara se ilumina con una de las sonrisas de hiena de Emery.

―“Boyfriend” de Bieber ―sugiere Noah―. Ya sabes, nuestro hermano

canadiense y eso.

Desearía tener una pistola de tatuajes en vez de Sharpies. Tomaría esas

agujas y las apretaría contra la piel de Noah hasta que él fuera una pasta con

tinta de Saturno.

Y no hay absolutamente nada que pueda hacer porque Milo está a punto de

decir hola al falsetto en tres… dos…

Los dedos de Milo encuentran su camino hacia mi caja torácica.

―¡No! ―colapso en los puntos multicolores en un ataque de risa de fangirl.

―¿Punto dulce? ―pregunta él. Sonríe sobre mí, completamente victorioso.

Lo empujo.

―¡Hiciste trampa!

―¡Milo gana! ―grita Noah―. Realmente pensé que lo tenías Chloe. No

puedo creer que simplemente te desmoronaras así.

―Él hizo trampa ―repito yo.

Milo sacude su cabeza en protesta. Noah tiene la audacia de estar de

acuerdo con él. Y gracias a la flecha de Emery perdida en el pasto, el plástico

es mi único otro testigo.

Noah se pasea hacia nosotros como un rapero tratando de lograr un clásico

pavoneo.

―Buen trabajo, Milo ―dice él―. Ya sabes cuán torpe pueden ser las

chicas. Sabía que la vencerías.

Me despego del plástico, agarro mis flip-flops, y me dirijo hacia la casa. He

tenido suficiente regocijo y ansiedad por una tarde. La premier del video fue

bastante. Twister de posiciones-porno con Milo fue demasiado. Pero no puedo

escapar de Spaceship Around Saturn aunque trate.

Milo y Noah vienen detrás de mí como un hoyo negro engullendo una

estrella fugaz.

―Wow, ¿a dónde vas? ―pregunta Noah―. Necesito que hagas una magia

Sharpie para mí.

Doblo por la piscina. El agua azul reluce detrás de él.

―¿Por qué no le pides a tu hermano canadiense que te ayude? Yo hasta te

prestaré las Sharpies, traidor ―digo.

Noah intenta una expresión impactada de mandíbula-abierta, pero sus

hoyuelos aparecen y hacen imposible que él luzca asombrado. Se acerca más a

mí.

―Si no me ocultaras secretos, entonces te habría respaldado ―dice él a

través de sus dientes―. Necesito estar al tanto.

Un pensamiento maligno cruza mi mente, e instantáneamente hago lo que

puedo por borrarlo. Pero es como escribir un ensayo de Inglés. Escribes una

línea. Piensas que apesta. Lentamente retrocedes. Después te das cuenta de

que ayuda a llegar a ese criterio de tres páginas y media, por lo que la

mantienes. Este pensamiento maligno es demasiado bueno para el botón de

borrar.

―¿Quieres estar al tanto? ―pregunto.

Él asiente rápidamente y su sonrisa rebota arriba y abajo.

―Bueno ―digo―. Deletrea “tanto”9 al revés, y estarás totalmente en él.

Espero medio segundo para que la palabra aparezca en su mente y después

lo empujo con toda mi energía al agua fría detrás de él. Una salpicadura de

H2O inunda el concreto al lado de la pileta y rocía mis pies mientras Noah se

agita hacia la superficie. Yo me apresuro a la puerta del patio antes de que él

tenga oportunidad de salir y tirarme adentro.

Pero Milo bloquea mi escape.

―¿Estás libre esta noche? ―pregunta él.

―Tan libre como puedo estar en un encierro ―replico.

Él desliza para abrir la puerta del patio y me hace señas para que entre.

―Detendré a Noah ―dice él―. Mientras prometas encontrarte conmigo

aquí a medianoche.

9 “Estar al tanto” en inglés es “to be in the loop”. Loop al revés sería pool, es decir piscina. Es un juego de

palabras intraducible de inglés a castellano.

Capítulo Siete

Los números de mi teléfono saltan desde 11:59 PM a 12:00 AM. Media

noche. Pongo mi teléfono en silencio, lo deslizo debajo de mi almohada y

echo una mirada hacia el vestíbulo antes de salir de puntillas de mi habitación.

Me apresuro hacia las escaleras, luego por la cocina y recupero el aliento antes

de caminar hacia la puerta del patio.

Toda esta cosa de “Noche con Milo” fue mucho más fácil cuando yo estaba

sentada en la mesa y él apareció. De hecho, ahora tengo que mantenerme de

pie sin que mis rodillas tiemblen. Tengo que hablarle sin tropezar. Debería

haber llegado aquí más temprano pero odiaba lucir ansiosa.

Él mira hacia arriba desde la silla del salón junto a la piscina cuando abro la

puerta de cristal. Se pone de pie y camina hacia mí pero se detiene a la mitad

del camino y toma el frasco de luciérnagas de Emery. Examina la tapa con sus

agujeros.

―¿De la pequeña Saturnite, asumo? ―pregunta, sacudiendo el frasco vacío.

¿Es en serio? ¿Me pide salir afuera en medio de la noche para hablar sobre

el frasco de Emery para atrapar bichos brillantes? Sólo porque es famoso y

hermoso y puede cantar maravillosamente bien no significa que me quiero

sentar fuera con él a hablar sobre bichos en una calurosa noche de verano.

―Sí ―digo, en lugar de atacarlo sobre la charla de bichos―. A ella le

gusta atrapar todas las luciérnagas que pueda en el camino. Luego, cuando

llega a su tienda, sube la cremallera, así está totalmente obscuro y las mira

brillar.

―¿En el camino a dónde?―pregunta.

―Nuestra propiedad ―digo―. Su tienda está cerca de nuestra casa del

árbol. Es una larga caminata, aunque creo que está fuera de tus límites. No se

supone que ustedes se aventuren allí afuera.

Él sonríe.

―Bueno, me siento rebelde. Además, eso nos dará tiempo suficiente para

hablar. Vamos.

Él extiende su mano y yo me quedo de pie como idiota porque no tengo ni

idea de qué hacer. Las mariposas en mi estómago participan en un combate de

boxeo unas contra otras. ¿Qué pasa si alcanzo su mano y él la quita riéndose

de mí por pensar si quiera que yo le guste?

―Bueno, no importa ―dice. Pone su brazo de vuelta a su cuerpo―.

¿Podrías al menos caminar conmigo aún?

Sí. Soy oficialmente una idiota. Todo lo que puedo pensar es sobre las

millones de chicas que matarían, literalmente asesinarían, por estar en mi

lugar ahora. ¿Y qué es lo que hago? Rechazo al chico con los ojos color

caramelo.

Ni siquiera puedo hablar, así que sólo asiento y hago un movimiento hacia

el patio. El camina unos pocos pasos por delante de mí, frasco en mano y mi

mente se retuerce de dolor al pensar algo para decir.

Él golpea sus dedos contra la tapa y luego la desenrosca.

―¿Vas a ayudarme a atrapar luciérnagas o voy a tener que hacer esta cosa

de los bichos yo solo?―me pregunta.

―Puedo manejar a estas luciérnagas ―digo.

Las luciérnagas no son nada en comparación con las mariposas que estoy

sintiendo.

Caminamos un par de metros a través del patio y la luz de la luna le da

brillo a un lado de su cara. Me pregunto si sabe lo hermoso que es… estoy

segura de que sí. Le dicen cada día que es perfecto, maravilloso y asombroso.

Tal vez está pasando por un retiro de no tener fans tirándosele sobre él. Tal

vez me necesita para un impulso de su ego. Tal vez soy su ratificación

mientras él está aquí. Ugh, eso apesta. Realmente no quiero ser una

ratificación.

Una chispa de color amarillo brilla delante de nosotros y Milo corre

rápidamente en su dirección. Mis flip-flops no son de mucha ayuda para

protegerme del pasto húmedo, se siente viscoso sobre mi piel.

―Lo tengo ―dice Milo, mientras gira la tapa de vuelta al frasco y me lo

entrega―. Los atraparé si puedes sostener la tapa.

El pequeño bicho brilla. Es como sostener una estrella o atrapar un rayo en

una botella. Sostengo el frasco en contra del cielo nocturno y miro a la

luciérnaga parpadear.

―Juguemos a las veinte preguntas ―dice Milo.

Sin embargo, él no me mira. Se queda de pie en la distancia, probablemente

pensando cuán rápido necesitará correr para atrapar esa masa de brillantes

luciérnagas a través del patio.

―Eso podría volverse peligroso ―digo.

“Veinte preguntas” está en el mismo nivel que verdad o reto. Hay algunas

cosas de las cuales estoy demasiado asustada de responder. Y de verdad, hay

algunas preguntas de las cuales estoy demasiado asustada de saber sus

respuestas.

―Está bien, iremos al estilo Emery y haremos nuestras propias reglas

―dice―. No preguntaremos cosas que ni nosotros mismos estaríamos

dispuestos a responder y si en algún punto nos sentimos incómodos sobre

alguna, no tendremos que responderla. ¿Te parece justo?

Esto es como mi propia sesión de preguntas y respuestas en Twitter con

Milo Grayson. ¿A quién le importa si soy una idiota? Ahora, soy la chica con

más suerte del universo.

―Bastante justo ―digo―. Tú primero.

―Pregunta número uno ―Milo dice mientras caminamos hacia la cadena

de árboles que bordean nuestra propiedad―: Honestamente, ¿cuál es el chico

más apuesto de Spaceships Around Saturn?

Me siento como Aralie al instante en el que pongo mi mano sobre mi cadera.

Milo me echa una mirada y explota en risa, luego sacude su cabeza.

―Sabía que no responderías esa. Déjame intentar otra vez ―dice.

La sonrisa tonta jamás se va de su rostro. La luna actúa como su reflector,

haciéndose cargo de que el mundo vea su sonrisa. Ilumina por completo la

oscura noche.

―¿Canción favorita de todos los tiempos? ―pregunta.

―“Bleeding Butterflies” de Sebastian’s Shadow ―respondo.

Siento como si estuviera sangrando mariposas estos días. Sebastian’s

Shadow estaba en lo cierto. Tal vez podían ver el futuro y saber que

Spaceships Around Saturn se formaría y se volverían famosos, y cada chica en

el universo entero desde la Tierra hasta Saturno sangraría mariposas cada vez

que uno de los chicos de la banda estuviera en la vecindad.

―¿Eres fan de Sebastian’s Shadow? Isaac Torrey es la razón por la cual

aprendí a tocar guitarra ―dice.

Dios mío. Es fan de una de mis bandas favoritas en el mundo entero. Nadie

cerca de aquí escucha a Sebastian’s Shadow. Bueno, ninguno de mis amigos

lo hace. Sebastian’s Shadow es demasiado screamy, demasiado oscuro,

demasiado emo, demasiado lo que sea para mis amigos. Ninguna persona que

conozco aprecia esos asombrosos acordes o las profundas y simbólicas letras,

¡pero Milo Grayson lo hace!

―Los amo ―digo, casi demasiado rápido―. Ha sido mi banda favorita por

los últimos tres años. Los vi el año pasado, y son asombrosos en vivo. Y son

las mejores personas del mundo.

Milo asiente demasiado rápido.

―Los conocí detrás de escena en unos premios ―dice―, me quedé

completamente sin habla, me congelé y apenas pude hablarle a Isaac. Él está

subestimado. Es un genio musical.

No puedo imaginarme a Milo quedándose sin habla. Es más famoso de lo

que Isaac Torrey jamás podría imaginar. Sonrío al pensamiento de Milo

estando entusiasmado y con la lengua trabada.

―Tengo una foto con Isaac ―digo―, fue en el encuentro después de su

concierto. Mi ex novio me acusó de engañarlo cuando puse la foto en

Facebook. Fue el mejor cumplido.

―Bueno, tal vez necesito llevarte conmigo al siguiente evento en donde tal

vez me cruce con Sebastian’s Shadow. Podrías presentarme y ayudarme a que

las palabras salgan ―dice Milo.

Tengo suerte de que la luna-reflector no está apuntando hacia mí. Soy la

única que está entusiasmada y con la lengua trabada ahora. Agradezco que

Milo esté más concentrado en atrapar luciérnagas.

―Tu turno ―dice Milo.

Cada Saturnite por allí probablemente sabría la pregunta, y Emery podría

respondérmela en el desayuno, pero le pregunto de todas formas.

―El bromance con Tate, ¿qué pasa? Pareces más cercano a Noah ―digo.

Él ríe y asiente.

―Soy más cercano a Noah ―admite―. Pero cuando fuimos contratados la

primera vez, por alguna razón terminé al lado de Tate en la mayoría de

nuestras fotos promocionales, y porque mi brazo estaba alrededor de él, las

fans empezaron con eso.

―Ohhhhh, así que, ¿Noah es más de tu tipo entonces? ―no puedo

controlarme a mí misma.

―Oye ―dice Milo―, no querías decirme tu tipo, así que es posible que no

me sienta cómodo diciéndote el mío.

Trece luciérnagas y muchas preguntas después, mis mariposas se han

calmado. Él me ha dicho sobre su familia, sobre crecer en Canadá y que su

color favorito es el azul. Prefiere el aderezo Italiano por sobre el ranchero y su

parte favorita de estar en una banda es la fraternidad, la parte de “vivir tu

sueño” y los fans. ¿Lo peor? La falta de privacidad, de sueño y los fans. Si mi

cerebro no me recordara cada tres segundos de que él es famoso, perfecto y

está en las paredes de la habitación de Emery, podría pasar como un chico

interesante y regular.

Abre la cremallera de la frágil puerta de la tienda de Emery mientras

sostengo el frasco brillante.

―Las damas primero ―dice, indicándome que vaya adentro.

Me arrastro dentro de la tienda y la silueta de Milo entra después, se sienta

frente a mí antes de cerrar la cremallera y dejarnos dentro. Caemos en la

oscuridad excepto por las pequeñas motas de luz en mi mano.

―Así que ―Milo dice desde algún lugar dentro de la tienda―, ¿cuál es el

problema con Godfrey? Pensé que los mayordomos llevaban esmoquin y eran

increíblemente correctos.

Río. Godfrey ha estado aquí antes que yo. A veces la gente lo confunde con

mi abuelo, y los dejamos pensar que lo es. Los padres de papá fallecieron

cuando él era joven y la familia de mamá vive al otro lado del país. Vemos a

nuestros abuelos dos veces al año, como mucho. Godfrey encaja en el rol

mucho mejor, de todas formas.

―Su esposa tenía una floristería antes de que yo naciera ―explico―,

mamá las usaba religiosamente, pero su esposa fue diagnosticada con cáncer y

murió poco tiempo después, fue muy rápido. Godfrey perdió la tienda

pagando por facturas médicas, y estuvo a punto de perder su casa también.

Mamá y papá estaban recién casados, yo estaba en camino y mamá le dio la

casa de huéspedes y un trabajo.

―¿Y él ha estado aquí desde entonces? ―asume Milo.

Asiento, pero él no puede verme.

―Él es más como un asistente personal de mamá. O un mensajero

―digo―. Ahora tiene mucho tiempo libre ya que Aralie y yo podemos

conducir por nuestra cuenta. Pero con el trabajo de papá, él casi nunca estaba

aquí para ayudar a mamá a correr en diferentes direcciones, así que Godfrey lo

hacía.

―Bueno, suena como que tienes una vida bastante impresionante

aquí―dice.

Eso sería tan poco convincente si no viniera de la boca de una súper estrella

internacional.

―¿Puedo citar esta frase después de que el encierro termine? ―pregunto.

―Puedes citarme en cualquier cosa que gustes ―dice.

Escucho la sonrisa en su voz y estoy agradecida por la oscuridad. Ahora

puedo enyesar esa tonta sonrisa de fangirl en mi cara, y él nunca lo sabrá.

Nos sentamos en la tienda con nuestro frasco brillante por otros cinco

minutos mientras él divaga sobre la letra de una canción, las estúpidas tácticas

de publicidad que han usado recientemente y todos los asombrosos lugares

que han visitado. Me habla sobre la vez en la que fueron expulsados (y

prohibidos) de un hotel porque Benji y Jules decidieron ir a nadar en la fuente

que estaba en la entrada. Luego habla sobre los terribles tatuajes de Noah y

cómo Tate junta números de teléfono en casi todos los conciertos.

―Esto es tan raro ―dice finalmente, terminando completamente toda la

charla sobre sus hermanos Saturn.

―¿Qué es raro? ―pregunto.

Ahora es uno de esos momentos en los que desearía que no estuviéramos en

una tienda oscura. No puedo ver su rostro. Apuesto a que está haciendo

aquella cosa con sus labios, esa cosa del beso fruncido hacia un lado que él

hace.

―Nunca he llegado a tener conversaciones reales con chicas ―dice―, la

mayoría de ellas sólo gritan o lloran, y las otras están demasiado impactadas

para hablar.

¡Los ángeles de Saturno están cantando! Es totalmente ignorante de mis

revoloteantes nervios. Mis intentos de esconder mi recién encontrado estado

Saturno han funcionado.

―Soy muy buena manteniendo mi normalidad alrededor de chicos famosos

―digo―. Isaac Torrey podría apoyarme en eso totalmente.

Pero Isaac Torrey no luce para nada como este hermoso chico. Claro que

me mantuve normal al estar con él, tiene como treinta años… y está casado.

No está siquiera en el mismo planeta que Milo.

―No me cabe duda ―dice―. ¿Qué dices si soltamos a estos chicos? ―él

alcanza el frasco y su piel roza la mía.

No gritaré como una fangirl, no gritaré como una fangirl.

Agarra el frasco y arrastra sus pies hacia la puerta con cremallera, gatea a

través del aire nocturno y extiende su mano para ayudarme a salir. Esta vez, la

recibo.

Caminamos de la mano la mitad del camino a través del patio hasta que él

decide que es el lugar perfecto para liberar nuestro frasco de estrellas, así que

libera mi mano para desenroscar la tapa. Una por una, las luciérnagas se

disuelven y se reincorporan al aire de verano.

―¿Por qué no me dijiste que puedes dibujar? ―pregunta Milo mientras

vuelve a cerrar el frasco.

―¿Por qué no me dijiste que puedes tocar la guitarra? ―contrarresto.

―Nunca lo preguntaste ―dice.

Sonrío.

―Tú tampoco.

Él me da un codazo y camina en dirección a la casa, sacudiendo el frasco de

Emery de aquí para allá con sus manos, y espero que no se rompa en el patio o

todos los ocupantes de la casa saldrían para ver qué pasa.

Afortunadamente deja el frasco justo en donde lo había encontrado y

camina hacia la puerta corrediza de cristal. Antes de abrirla, vuelve a mirarme.

―¿Podrías darme alguna tinta de práctica también? ―pregunta.

―Hmm ―digo―, depende. ¿Puedes escribirme una canción?

Una sonrisa se extiende a través de su cara, y sé que estoy sonriendo como

una fangirl total por mi valentía.

―La próxima vez que hagamos esto, tú traerás Sharpies. Yo mi guitarra

―dice.

Capítulo Ocho

—Chloooooeeeeeee —Emery susurra mi nombre desde el lado de mi

cama—. Chloooooeeeeeee.

Tanteo a mi alrededor buscando mi celular y le doy una mirada a la hora. Es

demasiado temprano para que Emery esté en mi habitación susurrando mi

nombre durante tanto tiempo.

—¿Qué? —murmuro contra mi almohada.

—La cabeza de Tate está en tu puerta —dice ella.

Sus palabras son tan claras como las ventanas después de que Godfrey les

ha pasado Windex10 encima.

Me empujo fuera de la cama lo suficiente para verle la cara. Está seria, pero

no hay forma de que la cabeza de Tate esté en mi puerta. ¿Acaso Emery se

puso feliz como hiena en la noche y lo decapitó o algo?

—¿De qué estás hablando? —le pregunto.

Mi intento de echar un vistazo a la puerta es inútil. Ella la cerró tras de sí

cuando entraba. Oh, Dios. ¿Y si se había vuelto loca y decapitó a Tate y

planea colgar mi cabeza en la puerta siguiente a la suya? ¿Qué si somos sus

trofeos del verano de encierro?

Emery no es una guillotina o una cazadora. Esa sesión nocturna de atrapar

luciérnagas definitivamente me había freído el cerebro. Necesito dormir más.

Pero estoy despierta ahora. Mi mente explota con luciérnagas y chispas de

Saturno y el hecho de que Milo dijo que habría una próxima vez.

—La cabeza de Tate está en tu puerta —repite ella—. Aralie la puso ahí

10Windex es el nombre de una marca específica de producto de limpieza de cristales.

Lanzo las mantas. Aralie sin duda podría pasar por una guillotina.

Probablemente podría pasar incluso por una cazadora de humanos. Pero si así

fuera, debería ser la cabeza de Jules la que cuelgue de mi puerta. Lo sé bien.

Bajo el riesgo de ser vista con el cabello mañanero desaliñado, manchada

con restos de maquillaje, me aventuro a través del dormitorio y tiro de mi

puerta para abrirla. Emery no estaba mintiendo. Un recorte de revista de la

cabeza de Tate está adherido a mi puerta.

—Iba a quitarlo por ti —dice Emery. Se acerca a mí—. Pero no puedo

alcanzarlo. Creo que deberías pegarlo de nuevo en la puerta de Aralie. Está

loca.

La cinta aún está fresca en la parte posterior de la foto y se despega

fácilmente de mi puerta. Recorro los escasos pasos por el pasillo hacia la

puerta de Aralie y presiono suavemente la cabeza de Tate a la superficie, para

no alertarla. Probablemente lo hizo solamente para entretener a Emery de

todas formas, así que seguiré el juego. Emery me choca los cinco al ver mi

obra y se apresura a bajar las escaleras soltando risitas.

Desaparezco nuevamente en mi habitación para cepillarme el cabello y

retocar mi maquillaje. De ninguna manera voy a bajar las escaleras luciendo

como una muerta recalentada. ¿Cualquier otro día de verano? Claro, a quién le

importa. ¿Con Spaceships Around Saturn alojándose en mi casa? Nunca.

Emery acosa a Benji con más preguntas durante el desayuno. Sí, le gusta la

pulsera de la amistad. No, nadie se ha referido alguna vez a él como “Benji

Bikini”, al menos no que él supiera. Sí, la leche chocolatada es mejor que la

leche regular. No, no le gustan las bananas. ¿De dónde se le ocurren este tipo

de cosas?

—Vi algo acerca de ti en el Twitter —dice ella.

Siempre me ha chocado la forma en que ella lo llama, “el” Twitter. Ella

también ve “el” YouTube. A pesar de todo lo molesta, gritona y salvaje que

puede ser, son momentos como estos los que me hacen apreciar su mente de

cinco años.

Benji toma otro trago de leche.

—Por favor, no hables de Twitter —dice él—. Llevo tres días sin utilizarlo,

y lo estoy sintiendo.

Emery lo ignora y continúa.

—Dijo que tienes veintisiete tatuajes. ¿Los tienes? —dice él.

Benji entierra su rostro en sus manos.

—Tengo muchos —dice contra su piel.

—¿¡Veintisiete!? —los ojos de Emery se ponen como los de una rana

asustada resbalando de un nenúfar.

—¡Sí! —Benji alza sus brazos en el aire—. Sí, tengo veintisiete tatuajes y

planeo hacerme veintisiete más.

Nota para las chicas en Twitter: A @Benji_Baccarini no le gusta hablar de

sus tatuajes durante el desayuno.

Agarro un muffin del plato que está encima de la mesa, le digo adiós con la

mano a mamá que se encuentra en la cocina, y desaparezco hacia el patio

trasero. Los chicos de Saturn tendrán que arreglárselas con Emery por su

cuenta. Es demasiado temprano, ella es demasiado fanática, y yo tengo que

lidiar con ella todo el tiempo. Ellos pueden tenerla durante el encierro.

Una hora más tarde, Emery me arrastra de nuevo al interior, lejos de la

calidez del sol mañanero. La sigo de regreso a la sala de juegos de papá. Los

chicos ya están ahí. Aralie se acurruca en la esquina de la estancia.

—Todos estamos aquí —dice Emery con una sonrisa orgullosa—. Ahora

podemos ver el DVD.

—¿Qué DVD? —pregunto.

—Nuestro DVD en vivo —responde Milo, señalando la pantalla plana—.

Ya sabes lo arrogantes que somos. Nos gusta vernos a nosotros mismos.

Noah me mira.

—Y necesitas estar aquí para que puedas decirme lo horrible que es mi

estilista de gira —dice él—. De hecho, deberías venir a sentarte al otro lado de

Milo. De esa manera, puedes inclinarte hacia él y darme esa mirada disgustada

que me diste ayer cuando despreciaste mis shorts.

Si todos en la habitación no estuvieran mirándome, le daría a Noah la mejor

mirada maligna posible, pero con esta audiencia, probablemente levantaría

preguntas. Así que me muerdo la lengua, me arrastro sobre las piernas

extendidas de Noah y Milo, y me deslizo en el espacio vacío al lado de Milo.

Huelo su gel de baño desde aquí. Tengo que dejar de sentarme tan cerca de

este chico.

Emery hace callar a todos y reproduce el DVD. Pasa más tiempo mirando

alrededor para asegurarse de que todos estamos prestando atención de lo que

mira la TV. Siento como si fuera a darnos un cuestionario sobre Spaceships

Around Saturn cuando termine. Tal vez debería tomar nota de lo que los

chicos están usando, sólo en caso de que pregunte. O tal vez debería contar el

número de cambios de vestuario.

Nos sentamos en silencio durante las dos primeras canciones. Luego, en el

estilo único de Emery, ella es la primera en hablar en medio de la tercera

canción.

—¿Por qué llora esa chica? —pregunta—. Yo sería feliz en su show, no una

estúpida bebita llorona.

Benji responde, probablemente, en un impulso, debido a que ella siempre lo

está acosando.

—Ellas se ponen sentimentales porque somos su banda favorita —dice.

Emery estudia la TV por un momento.

—¿Por qué todas esas personas hacen carteles? —dice.

—Para que los notemos —dice Benji—. Quieren destacar.

Noah se ríe a carcajadas, y el temor se precipita a través de mis venas. No

sé lo que está a punto de decir pero sé que va involucrarme.

—Chloe haría uno —dice Noah—. A ella le gusta dibujar. Probablemente

diría: “Me encantan los shorts de Noah.”

Milo codea a Noah en las costillas.

—Ella no desperdiciaría un cartel en tus shorts —dice Milo—. Diría: “Milo

no estaba muerto, ¡estaba conmigo!”

— Oh là là —suelta Tate—. Que los rumores comiencen. Chloe Branson, la

chica que destruyó Tito. ¡Cómo te atreves!

Milo me dispara esa sonrisa astuta, y me derrumbo absolutamente en un

millón de piezas. Puedo manejar un poco su coquetería cuando estamos

solos… en una tienda oscura… donde no puede ver mi cara. Pero aquí, en la

sala de juegos de mi padre, con sus cuatro hermanos de Saturno y mis dos

hermanas de la Tierra, simplemente no puedo.

—¿Sabes? —dice Milo—. Tendrías todo tipo de rumores jugosos acerca de

ti. Destruir a Tito, salir con el chico muerto de Saturno…

Lo que sea que estuviera yendo a enlistar es interrumpido inmediatamente

por Jules, que salta desde su lugar y apunta a Aralie.

—¡Los chicos muertos son lo tuyo! —grita—. Tú eres a la que le gusta esa

banda zombie…

Se da la vuelta y mira a Benji, pidiendo ayuda.

—Amigo, tú sabes cuál —dice Jules, hablando con gestos—. Siempre nos

reímos de sus lentes de contacto y extraños colores de cabello, de la forma en

que intentan ser estrellas de rock y estar de moda y cantan sobre sangre y esa

mierda.

—¡Esa boca! —grita Milo—. Emery está en el cuarto.

Jules suspira dramáticamente, y me pregunto cómo puede siquiera tener

toda esta vibra de chico malo. Claro, él tiene lo suyo. Pelo negro, ojos oscuros,

perforación en la ceja, tatuajes, olor a cigarrillo. Estereotípicamente es de lo

mejor. Al menos el “chico malo” de One Direction, Zayn, puede cantar… y

dibujar. Jules ni siquiera es tan talentoso. Simplemente está aquí para llenar el

espacio, supongo.

Las cejas de Benji se estrechan juntas y luego sus ojos se abren.

—¡Sí! —dice él—. ¿Mutated Arteries o algo así? Ese tipo tiene el pelo rojo

y negro. Están jodidos.

—Mutilated Arteries —Emery, de todas las personas, corrige a Benji—. Es

Mutilated. Y esa es la banda favorita de mi hermana, así que tienen que ser

agradables.

Ella agarra el control remoto y detiene su DVD olvidado. La pantalla se

congela en la imagen de una mujer demasiado mayor para estar sosteniendo

ese cartel de “QUIERO SALIR Y APAREARME CON TATE”. Es lo

suficientemente mayor como para ser la madre de Tate.

—Gracias, Emery —dice Aralie. Se empuja fuera de su asiento y cruza la

habitación para enfrentar a Jules—. Por lo menos mi banda toca realmente sus

instrumentos. Es más de lo que he visto hacer a cualquiera de los de la tuya.

Milo se aclara la garganta junto a mí, pero yo niego con la cabeza. No tiene

que meterse en esta batalla. En su lugar, Benji lo hace. Por supuesto que iba a

hacerlo. Tiene que defender a Jenji. Este es uno de esos momentos que son

especialmente para rodar los ojos de forma épica, pero no quiero llevar mi

atención lejos de ellos.

—Yo sé tocar el piano —dice Benji—. Milo toca la guitarra. Noah sabe

tocar la batería. Y de hecho tenemos otros talentos, sólo para que conste.

Aralie ríe.

—Entonces, ¿qué talento tiene Jules? No he oído su pequeño nombre en tu

lista instrumental, y es malditamente claro que no tiene la mejor voz de

ustedes.

Milo se retuerce a mi lado, reajustando su camiseta y mirando torpemente

alrededor de la habitación. Tate tira de sus piernas hacia su pecho y entierra la

cara en las rodillas. Emery intercambia expresiones de pánico con Noah. Yo

me siento de la misma forma que todos lucen.

Benji cruza los brazos sobre su pecho, y estoy bastante segura de que va a

defender a Jules a muerte. Pero echa un vistazo en nuestra dirección. Emery

forma un puchero con sus labios, y sus ojos se abren con esa mira de gacela

entristecida. ¿En serio acababa de crear una abolladura en Jenji? Santo

infierno. ¿Por qué tenemos que estar encerrados? El Twitterverso necesita

saber que mi hermanita acaba de reventar la burbuja de bromance de Jenji.

Jules niega con la cabeza y ríe. Es casi condescendiente.

—Cuando seas una estrella internacional, entonces puedes despotricar sobre

si alguien tiene o no talento —dice él, dando un paso un poco demasiado cerca

de Aralie—. No eres más que una chica rockera bonita que busca un chico

rockero rudo.

Aralie empuja a Jules con ambas manos, golpeándolo de vuelta a su asiento,

estrellándose con la mitad derecha del cuerpo de Benji. Benji empuja a Jules

fuera de sí y se arrastra a la zona de seguridad, con nosotros. Se sienta al lado

de Emery, y ella se acurruca entre él y Noah como si estuviera en el paraíso de

chicos.

—Al menos cuando encuentre un chico rockero rudo, ¡él sabrá hacer más

que sólo pararse en un escenario e intentar verse bien, mientras que sus

compañeros de banda cantan por él!

La voz de Aralie se eleva una octava que no estoy segura de que siquiera

Milo pueda alcanzar.

Jules salta de su asiento, pero no avanza hacia mi hermana.

—¡Esto es una mierda! —grita—. Debería estar ahí, viviendo nuestro DVD,

no viendo la maldita cosa mientras permanezco encerrado.

—Bueno —dice Aralie, cruzando los brazos—, no puedo culparlos por

dispararle a un idiota como tú.

A través del intercambio de maldiciones y gritos, Emery ni se ha

estremecido, hasta que Aralie dijo “idiota”

—Uuuh, ¿Aralie? —Emery habla—. ¿Recuerdas lo que dijo mamá? Debes

decir “cara de tonto” si es que estoy en la habitación.

Oh, Emery, ¿por qué? ¿Por qué tienes que burlarte de Aralie cuando está a

dos pasos de estampar su puño en la cara de Jules y hacer que su piercing se

hunda en su cráneo?

—¡Cállate! —chilla Aralie.

Mamá se apresura a entrar en la habitación, sus brazos agitándose y su

mandíbula abierta. Realmente está empeorando con sus habilidades de

arbitraje. Nunca se toma tanto tiempo para entrar en una pelea a gritos. Aralie

y Jules quedan como estatuas, aún frente a frente junto a la imagen congelada

de una puma que quiere aparearse con Tate.

—Bueno, bueno, vamos a calmarnos —dice Mamá en su tranquilizante voz

de madre—. ¿Qué está pasando? ¿Por qué los gritos?

Jules habla primero.

—Aralie dijo que yo no podía cantar. Insultó todos mis talentos.

—¡Después de que se burló de Mutilated Arteries! —Aralie aclara—. Lo

único que hice fue decir lo que todos ya han declarado en Twitter.

Mamá suspira y mira al resto de nosotros. Nos quedamos plantados, como

un jurado mirando a un juez, demasiado asustados para dar un veredicto final.

Así que nos quedamos callados y sin expresar nada.

—Aralie, ¿puedes por favor no insultar a nuestros acompañantes? —mamá

pregunta.

Mi hermana abre la boca para discutir, pero mamá alza un dedo para

detenerla. Entonces, mamá se vuelve a Jules.

—Y tú, ¿podrías por favor no insultar la banda favorita de mi hija sólo

porque tal vez no te agraden? Haces un gran trabajo provocándola —regaña al

chico malo.

Ella da un paso atrás y examina a los competidores.

—Ustedes dos son tan parecidos —les dice—. Esas personalidades tan

explosivas. ¿No pueden sólo intentar llevarse bien, o evitarse el uno al otro,

hasta que termine este encierro?

Aralie le da a Jules una mirada mortecina y sale como un rayo fuera de la

habitación. Benji se aclara la garganta para llamar la atención de Jules y de

mamá.

—Creo que voy a ir a nadar —dice Benji—. Para refrescarme. Jules debería

venir conmigo.

Mamá dice que es una idea grandiosa, y el bromance Jenji sale de la

habitación. Emery salta para seguirlos, pero mamá se lo impide. Dice que los

muchachos necesitan un “tiempo de chicos”.

Emery desaparece escaleras arriba, dejándome con Tate, Milo y Noah… y

la puma pixelada de la pantalla. ¿Cómo es que nadie ha mencionado a esta

vieja loca que quiere meterse en los pantalones de Tate?

—Probablemente deberíamos ir con Benji y Jules —Tate sugiere.

Noah está de acuerdo, algo acerca de mostrarle a Jules que todos están ahí

para él. Noah y Tate se dirigen afuera, dejándome sola con Milo y la captura

de pantalla.

Capítulo Nueve ―Probablemente debería ir con ellos ―dice Milo―. Jules lo tiene difícil

con este pedazo de bloqueo más que cualquiera de nosotros.

Obviamente. Él inicia peleas con mi hermana ante cualquier oportunidad

que pueda. Ropa sucia. Seguidores de Twitter. Ahora, su banda favorita. Es

como si su prioridad fuera molestar a Aralie. Él sabe que la va a provocar y

que se meterá debajo de su piel, y aun así lo hace. ¿Cómo se atreve a fingir ser

la víctima frente a mamá de esa manera? Ese idiota sin talento.

―Tienes razón ―le digo. Tengo que deshacerme de Milo antes de que

vuelque mi cólera hacia Jules en él―. Ve a darle uno de esos sermones del

maduro Milo Grayson. Ofrécele algunas Oreos.

―¿Es una broma? Yo sólo comparto Oreos contigo. ―Sonríe una sonrisa

perfecta y se dirige hacia la piscina. Pero se detiene y mira hacia atrás―. ¿Nos

vemos más tarde?

―Por supuesto ―digo la palabra demasiado rápido.

Por suerte, él desaparece en la esquina. La puerta del patio chirria cuando la

abre. Espero oír un chasquido de enganche antes de tomar el control remoto.

Detengo el DVD de Emery. Esa vieja puede salir y aparearse con Tate en otro

momento. Subo corriendo las escaleras a mi habitación, lejos de las hermanas

que discuten, chicos malos sin talento, y pumas en busca de Saturno.

Y ahí está en mi puerta. La cabeza de Tate. Una vez más. Lo despego, lo

regreso a la puerta de Aralie y me encierro en mi cuarto. No sé qué es tan

gracioso sobre la cabeza de Tate en nuestras puertas de los dormitorios, pero

ni siquiera tengo ganas de discutir.

Me arrastro sobre mi cama, abro mi portátil y navego por columnas de

chismes para ver cuales nuevas teorías han escrito acerca de Spaceships

Around Saturn y donde pueden estar. He leído todo desde una isla tropical

desierta cerca de Cuba hasta una cueva subterránea en las profundidades de las

Montañas Rocosas. Es increíble lo que la gente hace con Internet.

Me dirijo a Twitter para ver lo que dicen, pero en su lugar, me detengo en la

cuenta de Milo. Su último tweet fue la noche del tiroteo.

Dice así:

¡A punto de tocar, Ciudad de Nueva York! ¡Prepárenseeeee! ¡Tengo la

mejor vida del mundoooo!

Sus letras adicionales me hacen sonreír. Debajo de su tweet hay un Retweet

de Noah.

¡La Ciudad de Nueva York está a punto de ser Saturnizada! ¡Más alto!

¡Queremos oírte gritar!

Mi corazón realmente se hunde como una arteria mutilada. Me siento muy

triste por ellos. Allí estaban, en sus habitaciones de hotel o tal vez detrás del

escenario, entrando en calor, twitteando a sus millones de fans. Todas esas

Saturnites estaban entre el público, esperando por ese gran show en la ciudad

de Nueva York, con sus carteles y sus camisetas de Spaceships Around

Saturn.

Milo pensaba que tenía la mejor vida, del mundoooo y Noah estaba

emocionado acerca de los ruidosos fans. Dios, esto es una mierda para ellos.

Incluso hay una punzada de pena en mi corazón vacilante por Jules. No

debería haber dicho que no tenía talento, incluso si nunca lo verbalizaba.

Obviamente él tiene algo que atrae a 6,9 millones de seguidores. Esto es a lo

que se refería, sin embargo. Él debería estar viviendo ese DVD, no viéndolo

encerrado con nosotros mientras discutía con Aralie.

No sé cuánto tiempo paso mirando aquel Twitter de Milo antes de que

alguien llamara a mi puerta. Desconectó mi ordenador, así nadie sabrá lo que

estaba haciendo, y anuncio que la puerta está abierta. Emery asoma su cabeza

en el interior.

―Oye ―dice―. ¿Puedes hacerme un favor e ingresar a Twitter y ver lo

que está pasando?

Ella se desliza entre la puerta y el marco como una pequeña serpiente

deslizándose en mi dormitorio. Luego rebota hacia mi cama y salta con una

gran sonrisa.

―Los muchachos no han estado en Twitter ―le recuerdo―. Ellos no

tienen acceso, ¿recuerdas?

Ella asiente con la cabeza.

—Lo sé. Sólo quiero ver lo que todas esas chicas estúpidas dicen acerca de

nuestros muchachos.

Ella dice “nuestros muchachos” con aquella misma voz insinuante que Tate

utilizó cuando dijo “Oh là là”. Una parte de mí sabe que ella sólo escogió mi

habitación para entrar porque yo los sigo en Twitter. Pero otra parte de mí

quiere creer que ella sabe que estoy por convertirme secretamente en una

Saturnite.

Me río y abro mi portátil.

Hago clic en el botón “inicio” en Twitter antes de que pueda ver el re-tweet

de Milo pegado en mi pantalla. La pantalla se actualiza en nanosegundos

récord.

—¿Que estoy buscando en primer lugar? —pregunto.

—Busca a esa chica Zoe que siempre está hablando de Benji —dice.

Tristemente, sé exactamente de quién está hablando. Zoe tal vez tiene

quince años, una gran fan de Benji, y tiene rayas de color rosa en su pelo

rubio. Su foto de perfil es una de ella con Benji cuando conoció a SAS en

enero. También twittea entre cincuenta y cien veces al día, sobre todo a Benji,

y tiene dos millones de seguidores. La gente la re-twittea religiosamente. Ella

es como un líder de culto Saturnite.

Escribo la Z en la barra de búsqueda. Al instante aparece Zayn Malik de

One Direction. Sin pensarlo, hago clic en él, y Emery ve el botón azul que

dice que estoy siguiendo a Zayn.

Clikeo el botón “Atrás” en el navegador.

Ella corta su respiración.

—¿Sigues a un tipo de One Direction?

Debería mentir. Decir que fue un accidente. No sé cómo le hice clic a

“seguir”. Tiene que ser un error. Pero ella verá a través de mí.

―Puede cantar, casi, sorprendentemente bien —le digo en mi defensa―. Y

dibuja, él twitea fotos de sus dibujos, y me gusta verlas. Es su mejor cantante.

Dame un respiro.

Ella estudia mi rostro por un segundo, mira el Twitter raramente actualizado

de Zayn, y entrecierra los ojos hacia mí.

—¿Quién es el mejor cantante de Spaceships Around Saturn? —pregunta,

todo seria y formal.

Titubeo falsamente para hacerle creer que estoy debatiendo mi respuesta.

—Milo —digo finalmente, conteniendo todas mis ansias.

Ella me mira aún más duro ahora.

―¿Quién es el mejor cantante: Milo o Zayn de One Direction?

Esta vez, no lo dudo.

—Milo —le digo—. Definitivamente Milo.

Sonríe una sonrisa de certamen de premios, lenta y felizmente.

—¡Bien! —Dice—. Puedes seguir a Zayn.

Es bueno saber que tengo el permiso de una niña de cinco años de edad,

para seguir a un tipo que no sea de Spaceships Around Saturn. No creí que

pudiera ser así de amable con un terrícola.

Navegamos a través del Twitter de Zoe, que no son más que deseos de

regresos de “nuestros chicos”. Exploro a través de algunos otras cuentas que

sugiere Emery, pero no hay nada por ahí que no sepamos ya.

En realidad, sabemos más, sabemos exactamente dónde están. En este

momento están en nuestra piscina.

—No puedo creer que alguien les disparó —dice Emery dice en voz baja―.

Eso es triste. ¿Y si los herían o algo así? Entonces me pondría a llorar como

un bebé llorón.

Su rostro se pone todo triste, como un cachorro con los ojos grandes y

orejas caídas. Ella se queda mirando a la pantalla de mi laptop, y sus ojos se

desvían. No estoy segura de si ella está a punto de llorar, así que le cuento el

último chisme que poseo.

—¿Has visto alguna vez “Dosis Diaria de Drama de Darby”? —le

pregunto—. Es una chica de YouTube.

Emery niega con la cabeza mientras busco en la URL el canal de Darby. Lo

acabo de descubrir hace días, cuando los chicos de Saturno aparecieron por

primera vez en nuestra casa, pero he visto la mayoría de sus videos y me he

enamorado de su ingenio y chismes tontos.

Su foto aparece en la pantalla. Ella es una chica morena con reflejos rubios,

de tal vez dieciséis años. Como que se parece a un delfín con los ojos muy

abiertos y una sonrisa tonta en la boca cerrada. Al menos ella no pone esa cara

de pato estúpido.

Emery y yo nos extendemos en mi cama, y coloco el portátil en mi

almohada. Los segmentos de Darby duran sólo alrededor de un minuto o dos

de largo, pero ella sube a diario. La mayoría de los días, trata sobre Spaceships

Around Saturn.

Ella es una Saturnite autoproclamada, y es del equipo Tate, así que me

imagino que a Emery le gustará. Lo admito, me ayuda a que me agrade el

saber que no quiere a Milo.

Hago clic en el post de hoy, todavía no lo he visto. El título aparece, y me

echo a reír. Planto mis manos en las sabanas.

Emery pausa el vídeo y dice:

―¡¿Qué? ¡¿Qué?! —Sin parar en un pánico total de fangirl.

Me alejo de las mantas, inhalo, y levanto la vista en la pantalla. Las

palabras se congelan en la aguamarina azul. ¿El tiroteo a SAS fue falso para

que Jules se pueda hacer una cirugía facial?

Tan pronto como veo las palabras, caigo de nuevo en mis mantas. Emery

tira de la pantalla del ordenador por lo que no puedo verlo y me espera para

recuperar la compostura. Por último, me empujo hacia arriba en una posición

sentada.

—Ella quiere saber si el tiroteo fue falsificado para que Jules tuviera una

excusa para hacerse una cirugía plástica —le digo.

Emery me mira como si fuera la cosa más tonta que jamás haya escuchado.

Tal vez ella no entiende.

Bueno, tal vez no es tan gracioso. Empujo la pantalla hacia atrás y le doy a

reproducir. A continuación aparece una foto de Jules haciendo una mueca de

dolor mientras se rascaba la perforación de la ceja.

—Así que chicos —Darby dice a través de los altavoces—. Todos sabemos

que Jules ha tenido ese piercing en la ceja durante bastante tiempo. Algunos

de ustedes lo aman y lo encuentran muy atractivo. Y algunos de ustedes, como

yo, piensan que es una atroz pieza de metal que brota de su rostro.

Ella frunce la nariz, y la pantalla parpadea con una foto de Jules. Lo admito,

es una mejor foto suya. Lleva una camisa de color negro apretado y haciendo

esa sonrisa macarra que por lo general no se puede lograr. El piercing no se ve

tan mal. Realmente encaja con su mirada.

La foto se esfuma, y una nueva toma su lugar. Él parece que está en medio

de un estornudo cuando un paparazzi acosador lo capturó. La mitad de su

rostro está arrugada, con la boca en una mueca espeluznante y medio ojo

cerrado. La imagen se agranda lentamente, haciendo zoom sobre el ojo y

piercing.

Emery se dobla de risa. Hago una pausa al video, medio ojo de Jules

plasmado en la pantalla, y me río con ella. Es como que la perforación se ha

hundido en su cara y se ha enganchado como en un pez en su globo ocular por

dentro. Ugh, desagradable. Espero realmente que estuviera a medio

estornudar.

Aprieto reproducir porque no puedo soportar esa cara por más tiempo.

Emery y yo centramos nuestra atención en Darby, que ha vuelto a aparecer por

suerte después de esas imágenes.

―Así que aquí está la última exclusiva —dice ella—. Dicen en las calles

que nunca hubo un tiroteo en Nueva York. Un portavoz. Pero los chicos

tuvieron que desaparecer de la Tierra por ahora porque Jules necesitaba un

poco de... trabajo cosmético... para arreglar su rostro.

Intercambio miradas con mi hermanita. Me encojo de hombros. No tengo ni

idea de lo que Darby está hablando, pero rápidamente nos informa.

—Estoy segura de que todos ustedes chicas que usan pendientes, saben

acerca de las infecciones —dice—. Imagínese la gravedad de una infección

que tendría si su piercing en la ceja se infectó —Ella se encoge y enseña la

lengua.

—Asqueroso —Emery susurra―. ¿Él tiene la cara infectada? ¡Está en

nuestra casa! Yo no quiero pegarme sus gérmenes de la ceja.

Hago una pausa de vídeo de Darby por lo que parece la enésima vez. Nunca

tengo que hacer una pausa durante sus segmentos, incluso cuando son

divertidos. Mirarlos con Emery lo lleva a un nuevo nivel de hilarante. Vi dos

horas de estas cosas la noche anterior después de llegar de la caza de

luciérnagas con Milo.

Sin embargo, aparte de su táctica para salvar vidas, no hay mucho en el

canal de Darby acerca de él. Emery golpea reproducir antes de que pueda

explicar que el rostro de Jules está perfectamente sano.

—Bueno —dice Darby—. Adivina quién está infectado. Síp. Nuestro

propio chico malo de Saturn, Jules Rossi. Los informes están por todo el

mapa, pero algunos dicen que le dejó una cicatriz menor. ¿Otros? ¡Dicen que

necesita una reconstrucción facial completa en el lado izquierdo de la cara!

Emery inhala fuertemente.

—¡Oh Dios!

—Emery —le digo—. Su rostro está muy bien. Él está aquí, con nosotros.

Tú lo ves todos los días. Todo esto sólo son chismes.

Darby continúa hablando.

—Pensé que ustedes podrían necesitar prepararse para lo que Jules pueda

parecer una vez que la gira se reanude, así que aquí están algunas

posibilidades gracias a las maravillas del Photoshop. ¡Hasta mañana, esto es

Darby despidiéndose de Dosis Diaria de Drama de Darby!

Ella sopla un beso a la pantalla. A continuación, las imágenes alteradas de

la cara de Jules saltan en una presentación de diapositivas. La primera tiene un

ojo de cristal azul en su cuenca. Emery se encoge, pero me río. La siguiente

muestra la nariz aplastada en una delgada línea en el centro de su cara y sus

ojos caídos. Emery se ríe.

El último de ellos tiene su ojo tenso con fuerza hacia un lado, estirándolo.

Su ceja también se tira hacia su oreja, aplanada para no mostrar la ceja

infectada.

—Se parece a Mulan —dice Emery—. Pero más feo.

Salgo del navegador. No puedo soportarlo más.

—No se lo digas a los chicos —le digo―. No podemos dejar que sepan

acerca de Darby. La miro todos los días, así que tú también puedes empezar a

verla. Pero tiene que ser nuestro secreto. No puedes decírselo a Jules.

Ella asiente con la cabeza mientras la amenazo con su vida. Pero entonces

ella suspira.

—Tengo que decirte algo —dice, agachando la cabeza—. Es un gran

secreto.

En realidad, esto me aterroriza.

—Yo... me gusta... —Ella se congela—. Me gusta Harry Styles más que

Jules aunque Jules está en Spaceships Around Saturn.

Sus hombros se caen, y pecho se relaja como si hubiera derramado sus

entrañas y finalmente pudiera respirar de nuevo. Arrastro una cremallera

imaginaria a través de mis labios y arrojo la llave imaginaria.

—Está seguro conmigo —le digo.

—Va a ser nuestro secreto de hermanas —dice—. Podemos ser Saturnites

secretas. Y tú puedes seguir a Zayn, y a mí me gustará más Harry que Jules.

Oh Dios. ¿Acaso piensa que soy una verdadera Saturnite ahora? Quiero

decir, sí, a puerta cerrada o escondida en tiendas de campaña, seguro. ¿Pero

con Emery? Eso está un poco más allá de mi zona de confort. Sin embargo, es

demasiado tarde para dar marcha atrás.

Tate murmura sobre que su piel tiene aspecto de una uva pasa mientras

camina por delante de mi puerta que se abrió ligeramente. Los chicos han

estado en la piscina desde el anterior enfrentamiento entre Aralie y Jules.

Benji dice algo acerca de la forma en que está a punto de morir de inanición.

No miro por encima de mi reproductor de DVD dañado. He aprendido sus

voces a estas alturas. Así que sé que es Milo cuando alguien pregunta si

necesito ayuda.

Se pone de pie en mi puerta abierta con su traje de baño azul oscuro. Sin

camisa. Oh mi Saturno, ¿por qué tiene que estar sin camisa en mi marco de la

puerta? Una toalla blanca se cierne sobre sus hombros como la capa de un

héroe.

—Se ha atascado —le digo, jugueteando con el reproductor de DVD para

no mirar su cuerpo―. Lo hace a veces.

Se invita a sí mismo en mi dormitorio. Su toalla húmeda se desliza por la

espalda cuando se estira para alcanzar el reproductor de DVD, pero él la

atrapa antes de que toque el suelo. Mira a su alrededor y envuelve la toalla

alrededor de su cintura, ocultando sus pantalones cortos. Entonces él se

encoge de hombros.

—No quiero tirar la toalla mojada en el piso —dice.

Probablemente estoy echando espuma por la boca como lo haría Jules si su

perforación realmente estuviera infectada y la infección se extendiera por todo

su cerebro. Milo Grayson está en mi dormitorio, con una toalla envuelta

alrededor de él a través de su traje de baño, luciendo como si acabara de salir

de una ducha de vapor caliente. Él está sin camisa, y está toqueteando mi

reproductor de DVD.

¡Mueran de celos Saturnites! ¡Mueran de celos!

A pesar de que huele a cloro y protector solar, inhalo tanto de él como sea

posible sin que sea raro, porque ninguna chica nunca debe oler a un chico, no

importa lo maravilloso que huela.

—¿Qué películas tienes aquí de todos modos? —pregunta.

Él me mira, y me siento increíblemente corta. La puesta del sol se arrastra a

través de mi ventana y golpea sus ojos de caramelo, y juro que se iluminan

como una lluvia de meteoritos.

—Rainwater —logro decir de alguna manera.

—Ahhhh, la película del hombre lobo —dice—. La segunda estrenó hace

poco, ¿no?

Asiento con la cabeza.

Si, Bloodstream estrenó recientemente. De ahí era de donde acababa de

salir cuando Papá llamó con su “desastre vainilla” que era en realidad un

desastre del tipo Moo-llennium Crunch porque yo no sabía que me enamoraría

de Milo Grayson.

—Probablemente podría conseguir entradas para el estreno de la tercera

―dice―. De hecho, voy a hacer esa llamada tan pronto como este encierro

haya terminado. Deberías ir conmigo.

Me siento tan sin pulso como la banda favorita de Aralie sobre zombies, a

pesar de que en realidad no son zombies, sino que simplemente cantan sobre

ellos. ¿En serio acaba de preguntarme si quiero ir con al estreno de la próxima

película? Oh Chloe, cállate. Él ni siquiera tiene entradas. Sólo está

fanfarroneando porque podría conseguir entradas sólo dejando caer su nombre

y batiendo esos hermosos ojos de caramelo. Me dijo que debería ir con él, no

que quería que yo fuera con él.

—¿Sin palabras? —pregunta―. Lo he hecho a unas cuantas Saturnites, pero

no lo esperaba de ti, señorita Branson.

Él me empuja con el codo sin camisa, y examino los tatuajes de nota

musical que se envuelven alrededor de su antebrazo hasta su bíceps. Mi cara

arde con la sombra de la manzana en la portada del libro de Crepúsculo. ¿Por

qué él tenía que sacar el tema de criaturas paranormales?

El reproductor de DVD escupe la bandeja, junto con Rainwater. Milo saca

el disco y me lo da. Él tira de su mano antes de que pueda agarrarlo.

—No tan rápido —dice―. Si puedo conseguir entradas para la final de la

trilogía, ¿quieres ir conmigo? Quiero decir, parece bueno para la promoción si

voy, pero yo no quiero tener reputación de amante de los hombres lobo o algo

así. Te necesito conmigo.

Esto es una locura. Esto es una locura. ¡Loco, loco, loco!

—Sí —le digo —. Definitivamente iré.

Me entrega el DVD.

—Bien —dice―. Voy a añadirlo a la lista de cosas que hablar con mi

publicista cuando hable con ella de nuevo. Primero tengo que convencer al

mundo de que no estoy muerto. Entonces hablaremos de boletos.

Estoy totalmente de acuerdo con el último tweet de Milo. ¡Tengo la mejor

vida del mundoooo! Mi mente nada en ojos de caramelo, estrenos de cine, y su

cuerpo perfectamente esculpido, de pie delante de mí. Luego todo se viene

abajo en un segundo. Emery baila delante de mi puerta. Ella corre de nuevo y

hace una toma doble en nosotros. Y entonces ella grita. Sus pequeños pasos

martillean bajando las escaleras, y antes de que tenga la oportunidad de correr

tras ella y preguntarle qué le pasa, ella lo anuncia a toda la casa.

—¡Milo está desnudo en la habitación de Chloe!

Mis cuerdas vocales se tuercen como el cabello de Medusa. Maldita sea,

Emery. Cállate, cállate, ¡cállate! Milo maldice entre dientes. Los dos nos

precipitamos hacia el pasillo, justo a tiempo para ver a mamá y Godfrey correr

aquí, casi tropezando entre sí.

—Este es un gran malentendido, señora Branson —dice Milo

inmediatamente—. Su reproductor de DVD se ha atascado, y me detuve para

ayudarla.

—Y él no quería dejar una toalla mojada en el suelo de mi habitación —le

digo, saltando en su defensa―. Así que la envolvió sobre su traje de baño.

—La puerta estuvo abierta todo el tiempo ―dice Milo―. No pasó nada.

Arreglé su reproductor de DVD. Eso es todo. Nada más.

Me duele el corazón un poco cuando lo dice. ¿Nada más? Te ofreciste para

conseguir entradas para el estreno de la trilogía de la película más grande del

momento, y entonces, básicamente me rogaste para que sea tu cita. ¿Cómo es

que no hay nada?

—Su traje de baño se encuentran bajo la toalla —digo en cambio, sólo para

volver a insistir en que Milo no estaba desnudo en mi dormitorio.

Una multitud se ha reunido detrás de nosotros. No miro por encima del

hombro a los otros chicos de Saturno, pero escucho las risitas Noah, y Tate

murmura algo acerca de “atrapados”. Aralie ríe. ¡Traidora! Por otra parte, yo

no la he ayudado con Jules. El verdadero traidor es Emery. ¿Qué pasó con las

hermanas secretas Saturnite? Yo guardo el secreto de Harry Styles. ¿Cómo se

sentiría si dijera que le gustaba un chico de 1D más que uno de los chico

Saturn? Si no fuera una niña de cinco años de edad, lo gritaría.

—Puedo mostrártelos —dice Milo—. Son de color azul.

Mamá abre la boca, pero Emery vuelve a gritar. Nunca me di cuenta de que

estaba oculta detrás de Godfrey.

—¡Nooooo! —Los pasos de Emery se apresuran a bajar las escaleras—.

¡No quiero ver su trasero!

Queridas criaturas de Saturno, por favor inyéctenme con la infección que

destruyó el rostro de Jules. No me vengas con la cirugía estética. Sólo déjame

morir y llevaré mi vergüenza a la tumba conmigo.

Atentamente, Chloe Branson

Mamá da un paso adelante.

—Lo siento, chicos. Esto fue sólo un gran malentendido. Emery es

pequeña, y ella sólo... Lo siento.

Agita a la multitud detrás de nosotros para que sigan su camino. Hay unos

cuantos pasos y derrapes. Asumo que todos se han ido hasta que mamá espera

un momento para hablar.

—Realmente lo siento, Milo. Chloe está acostumbrada a la boca de Emery

hasta ahora ―dice. Ella está usando ese tono. El tono de cuando Deacon

terminó conmigo―. Realmente espero no haberte avergonzado demasiado. Sé

que no pasó nada, así que por favor no te preocupes por eso.

Infección, ahora por favor. Directamente a mi cerebro. ¡Mátame ya! ¡Por

favor!

Milo niega con la cabeza.

—Está bien —dice—. La próxima vez, voy a cambiarme antes de intentar

cualquier cosa en la casa. Voy a vestirme ahora.

Rápidamente se excusa y desaparece alrededor de la esquina en el pasillo.

Mama gesticula un “Lo siento” con la boca, pero el daño ya está hecho. La

humillación, la vergüenza y la difamación son todas ofertas hechas. Ella se

apresura a bajar, probablemente para darle un sermón a Emery, y me dirijo de

nuevo a la puerta de mi dormitorio.

Y ahí está. La maldita cabeza de Tate pegada en mi puerta. Probablemente

Emery corrió a la habitación de Aralie tan pronto como nuestra sesión

“Darby” hubo terminado. Qué pequeña Saturnite traidora. Considero arrancar

la cara de Tate a otro lado porque él está sonriendo tontamente. En el fondo de

mi mente, literalmente, oigo su risa. En cambio, miro directamente en la

imagen, diciendo, “Cállate”, en voz alta, y golpeo mi puerta.

Capítulo Diez

Dos días.

Dos días largos, aburridos y desgarradores.

Dos días de silencio, distancia y evitar el contacto visual.

Esto debe de ser lo que se siente permanecer fuera de un lugar mirando a tu

persona favorita en el mundo firmar autógrafos para cientos de otras chicas, y

luego que los guardaespaldas lo alejen justo antes de que él escriba esa

primera letra en la cubierta de tu CD o foto de la banda. No puedo ni obtener

una M de Milo. Me siento como esas chicas sin esperanza con carteles

gigantes esperando destacarse en los auditorios llenos. O las chicas que

acampan en los estacionamientos del hotel y nunca logran acercarse lo

suficiente para tomar una foto. Pfff. Me siento como la puma que desea salir y

aparearse con Tate, menos la parte de Tate, obviamente.

Noah me ha dado miradas simpáticas por encima de su leche de fresa cada

mañana. Quiero preguntarle qué es lo que él sabe, lo que Milo ha dicho detrás

de escena, pero Noah no me lo dirá, porque yo no le digo nada a él. Ya nada

ha sido lo mismo desde que Emery bajó corriendo las escaleras gritando que

Milo estaba desnudo en mi habitación.

Aunque no entiendo por qué él no me habla. Yo también estaba ahí. Yo fui

humillada, avergonzada y difamada al igual que él. Todas las miradas estaban

sobre nosotros, no sólo sobre él. ¡Soy parte de esto también, Milo! No puedes

estar “desnudo en la habitación de Chloe” sin la parte de Chloe.

Un trueno agita el vidrio de la ventana en mi habitación. Esa tormenta que

se avecina estará aquí pronto y le prometí a mamá que correría a la tienda por

ella para conseguir más baterías para sus linternas. Sugerí que Godfrey fuera,

pero mamá dijo que le dio el día libre después de todo el drama reciente en la

casa. Supongo que esa es su forma de referirse al error del desnudo y el casi

combate de boxeo de mi hermana con Jules.

Cruzo mi habitación, cierro mi puerta y la maldita cara de Tate aún está fija

en la superficie. Apuesto que los chicos se han estado preguntando los últimos

dos días por qué diablos tengo la cara de Tate Kingsley en mi puerta. Desearía

tener la respuesta. Lo despego y lo regreso a la puerta de Aralie. No sé lo que

ella sacará de esto, pero le seguiré la corriente.

Los chicos están jugando Xbox en el cuarto de juego de papá cuando yo

bajo. Benji y Jules discuten con Noah acerca de cómo ganar este nivel. Tito

permanece en silencio. Me pregunto si ellos siquiera están ahí. Mamá levanta

la vista de la mesa del comedor cuando entro. Está sola.

―Siento que tengas que ir sola ―dice ella―. Pero Emery no es segura para

el público y después del episodio de Aralie en el mercado, creo que ella

tampoco.

―Está bien ―le digo. Tomo su tarjeta de crédito de la mesa―. ¿Sólo

baterías para las linternas?

Ella asiente.

―Te enviaré un mensaje de texto con los tamaños exactos.

Yo asiento y me apresuro a subir al segundo piso a tomar mis llaves, mi

móvil y mi bolso. Unas pisadas me siguen, pero estoy muy por delante para

ver quién es. Empujo mi puerta hasta casi cerrarla detrás de mí, sólo así puedo

disfrutar el momento en que Milo la empuja para abrirla. Hay un suave toque.

Sonrío para mí misma y le digo que está abierto.

Yo me volteo, emocionada de ver sus ojos color caramelo otra vez en otro

momento que no sea el pedirme que le pase la sal, pero no hay caramelo o

chocolate o cualquier otro tipo de dulce en este caso. Hay una perforación en

la ceja.

―Hola ―dice Jules, casi inquieto―. Mmm, ¿puedo preguntarte algo?

Él duda pero cierra la puerta tras de él. Genial. Ahora estoy tras puertas

cerradas con Jules. Después de que Milo estuviera “desnudo” en mi

habitación. Emery va a convertirme en una puta Saturnite antes de que este

encierro termine.

―Yo, eh, en cierto modo necesito, algo como un gran favor ―él

tartamudea―. ¿Tienes dieciocho, verdad?

¿Acaso está a punto de pedirme que compre porno para él? Dios mío, por

favor no permitas que esto esté relacionado con algo etiquetado con X.

―Eso depende de qué favor sea el que necesites ―le digo.

Él ríe y la expresión de su cara se suaviza. Él no ríe lo suficiente. Ni sonríe

lo suficiente. Deseo que este encierro no apestara tanto para él.

―Estoy a punto de gastar mis últimos dos cigarrillos ―dice él―. He

estado economizándolos, pero no resistiré el resto de tiempo aquí sin ellos. No

puedo pedirle a Godfrey que me los consiga. Me sentiría como un perdedor.

Con todo, a él no le interesa lo que yo piense de él. O si lo juzgo. Por

alguna muy extraña razón, eso me hace sentir embarazosamente cómoda.

¿Existe tal cosa como embarazosamente cómoda?

―No lo sé ―le digo―. Nunca he comprado cigarrillos y realmente no

quiero ser vista comprándolos. La gente habla.

―Por favoooor, Chloe ―él ruega―. ¿No hay algún pequeño lugar familiar

al que pudieras ir? ¿O alguna estación de gasolina casual a la que usualmente

no vas?

Él casi me recuerda a Emery con esos ojos tristes.

Hay una pequeña estación de servicio a tres cuadras de aquí, hacia fuera del

parque. Yo podría ir ahí. Nadie frecuenta ese lugar y no mucha gente estará

fuera con este clima tempestuoso. Las pocas veces que he estado ahí, el nieto

drogadicto del propietario ha estado trabajando en la caja registradora. Él

estará demasiado drogado incluso para darse cuenta que entré y compré

cigarrillos.

―Bien, genial ―le digo―. Pero si dices una sola palabra a alguien…

Él levanta su mano.

―Entendido ―dice él.

Me entrega un billete de diez dólares de su billetera y me dice lo que

necesita.

Dudo que un paquete le dure el resto del encierro, pero tal vez le ayude a

acortarlo. Quizás decida dejar de fumar. Luego podrá tomar lecciones de

canto. Detente, Chloe. Eso es malvado.

―Muchas, muchas gracias. Eres mi salvavidas ―dice él.

Yo sólo asiento como una boba y lo miro escabullirse de mi habitación.

Estoy metiéndome mucho con este asunto Saturnite.

Me estaciono en la estación de servicio. Hay un viejo camión golpeado

fuera. Luce como la única forma de vida humana. Tomo mis llaves, el dinero

de Jules y tiro mi bolso en el asiento trasero. Cierro las puertas, echo un

vistazo alrededor y me apresuro dentro. Si alguien me vio, habría agentes del

servicio secreto vigilando cada uno de mis movimientos. Aunque creo que

estoy despejada.

La puerta cruje abierta y una campana suena sobre mi cabeza. El chico

drogadicto se voltea y sonríe con una sonrisa tonta.

―¿Qué tal? ―dice él.

Qué profesional. ¿No es “¿En qué puedo servirle?” un saludo de negocios

estándar?

Yo tartamudeo al preguntar por un paquete de mariquitas trituradas en una

barra de cáncer. Él busca en el estante de arriba de la caja registradora y

registra mi compra. Es más rápido y menos doloroso que arrancar un vendaje.

Una vez que estoy de regreso en el auto, tomo mi bolso, meto sus barras de

cáncer y el cambio dentro y me dirijo de regreso a la casa por más segregación

de Milo. Sólo desearía saber qué es lo que él está pensando. ¿Está evitándome

porque se siente avergonzado por el incidente de la toalla? ¿Está asustado de

que alguien piense mal y que eso será filtrado y arruine su imagen de chico

lindo?

Oh Dios. Hace clic en mi cerebro y quiero saltar dentro de mi propia nave

espacial y volar lejos hacia Saturno. Él teme que yo esté pensando mal. ¡Eso

tiene que ser! Él sabe que estoy levemente enamorada de él (está bien,

levemente es la más grande mentira) y no quiere darme esperanzas. Él no

quiere ser el chico que rompió mi corazón, porque no sintió lo mismo. Él no

quiere entrar en la misma categoría de Deacon y ser un idiota que termine en

mi lista de odio por siempre.

Es la única cosa que tiene sentido. Ni siquiera puedo odiarlo por ello. ¿Al

menos él me ha evitado, no? Él no mintió y arrastró mi nombre por el lodo. Él

no me llamó Reina de hielo. Fue perfectamente agradable y eso me hace sentir

aún peor. Milo sabe que, una vez que este encierro termine él regresará a la

gira, yo iré a la universidad y él será lindo conmigo en Twitter de vez en

cuando. Yo obtendré un seguidor de todo este asunto del encierro. Mi vida

apesta. Voy a hacer una camiseta cuando todo esto termine que diga “Escondo

a Spaceships Around Saturn y Lo Único que Consigo es un Vil Seguidor en

Twitter.”

Alcanzo el reproductor de CD para hacer sonar a Sebastian’s Shadow por el

resto del camino a casa. Tal vez esto ahogue mis inseguridades y falsas

esperanzas y cualquier pensamiento de chicos canadienses. Siento el botón

para CD, lo presiono y subo el volumen. Pero no presioné el botón del CD. Le

di al de FM. La voz de Milo se derrama por mis altavoces.

Este es el verano del infierno.

Jules me encuentra en el garaje en el momento que me estaciono. O él está

increíblemente impaciente o Aralie lo sacó de sus casillas cuando yo me fui, lo

cual puede haber resultado en que se fumara sus últimos dos cigarrillos. Él se

apresura alrededor de la puerta de mi auto y la abre de un tirón.

―¿Los conseguiste? ―pregunta.

―¿Has estado ahí esperándome? ―le pregunto.

―Soy adicto a la nicotina, ¿está bien? ―dice él―. Estoy desesperado aquí.

He sido discreto. Nadie sabe que estoy aquí afuera.

Yo escarbo en mi bolso, tomo el paquete de cigarrillos e intento pescar el

cambio suelto. Entonces él me dice que lo conserve como si yo fuera una

maldita mesera o algo y se precipita de regreso adentro. Yo recojo las baterías

de mamá y me dirijo adentro detrás de Jules.

Cuando llego arriba, mi puerta está libre de la cabeza de Tate, por una vez.

Lo tomo como una señal de que mi suerte está cambiando. Todos los demás

están abajo cuando llego a casa, así que no sería obvio que esté acechando a

Milo si voy abajo.

Después de darle una cepillada a mi cabello, sólo como una buena medida,

me aventuro abajo al cuarto de juegos de papá, lo cual parece ser el

pasatiempo estos días en nuestra casa. Benji y Noah se extienden sobre un

colchón de sábanas en el piso con Emery. Aralie está sentada en medio de

Jules y Tate. Supongo que el “por favor llévense bien o evítense el uno al

otro” de mamá resultó en un llevarse bien… por ahora. Y después ahí está

Milo, con su guitarra acústica olvidada por Dios.

Los ojos de Milo encuentran los míos por medio segundo, luego él mira a

Noah. Noah echa un vistazo por encima de su hombro y se coloca en una

postura sentada.

―¡Chloe! ―exclama Noah demasiado alegremente―. ¿Te unirás a

nosotros?

Todo en mí quiere responderle “no”, porque su Mejor Amigo Por siempre

Milo está ignorándome y aplastando mi pequeño patético corazón. Ahora ellos

esperan que me les una en su propio set acústico… escuchando a Milo

cantar… y tocar guitarra… y ser perfecto.

Yo dudo un segundo demasiado largo y Noah se levanta de repente y me

jala hacia la sección.

―Siéntate conmigo ―dice él.

Él sabe algo. Milo ha dicho algo. Probablemente le dijo a Noah que me

mantenga alejada de él, que siempre llene el espacio entre nosotros, que me

mantenga atrás si me acerco demasiado por consuelo. Noah sigue las órdenes

bien. Él estratégicamente se coloca en medio de Milo y yo, más cerca de mí,

sólo en caso de que yo haga cualquier movimiento imprudente hacia su chico.

Benji se sienta al lado de Emery y pregunta si hay alguna petición de una

canción. Él le permite hacer la primera elección, ya que ella es la suma

Saturnite.

―“Too Close to the Edge” ―ella sonríe ampliamente después de hacer su

petición―. A Chloe realmente le gusta esa.

Ella está tan orgullosa de sí misma, desinteresadamente eligiendo una

canción que sabe que yo amo. Quizás es su forma de agradecerme por guardar

su secreto de Harry Styles o por presentarle a Darby. O tal vez es por ayudarle

a hacer ese brazalete de la amistad que todavía está atado alrededor de la

muñeca de Benji. O por la humillación que sufrí comprando el afiche A7 de

Benji Cococ Baccarini.

Ella probablemente la escogió, porque mamá le dio una “charla de mamá”

extremadamente larga acerca de las acusaciones y los anuncios escandalosos a

toda la casa. Sí, es un asunto de culpabilidad.

Milo me mira, pero aparta la mirada en el momento que hace contacto

visual. Él rasguea los primeros acordes y yo muero. Literalmente muero justo

aquí en este lugar, al lado de Noah Winters, frente a SAS y mis hermanas y las

nubes de tormenta.

No hay forma de que yo pueda escucharlos tocar “Too Close to the Edge”

con una guitarra acústica en mi maldita casa. Realmente me gustaba, porque

era la única canción que de verdad capturaba cómo me sentía cuando todos me

daban la espalda y yo era el hazmerreír de la clase de último año. Estaba muy

cerca del abismo entonces y ahora estaba incluso mucho más cerca del

abismo.

Yo intercambio miradas con Noah y creo que estoy agarrándole el truco a

este asunto de la conexión cósmica, porque él entiende completamente.

―Oye, espera ―dice él―. Dejemos esa para el final, ya que es su favorita.

Hagamos algo un poco más animado.

Yo rápidamente concuerdo y Emery no hace ninguna objeción. Ella baila

alrededor estúpidamente y hace su mejor bombeo de puño por unas cuantas

canciones. Yo no muevo ni un músculo. Noah tampoco. Al menos alguien en

esta habitación es consciente de que me rompo en pedazos.

Podría ser verano, pero estoy agradecida por esa brizna de invierno.

Capítulo Once

La tormenta de anoche se robó nuestra electricidad y nos forzó a todos a

subir antes de que los chicos pudieran volver a cantar "Too Close to the Edge”

para mí. Adoro a la Tierra y su atmósfera y el mal clima. No creo que vuelva a

quejarme por un día lluvioso jamás.

Noah es el único en la mesa cuando entro al comedor esta mañana. Es una

copia al carbón de cualquier otra mañana, Noah, silencio y leche de fresa.

―¿Estás bien? ―pregunta.

Bueno, eso es nuevo.

―No has terminado tu leche ―le digo.

Él se encoge de hombros.

―Lo sé. No importa. ¿Estás bien?

―Síp ―le digo en la voz más monótona en la que creo poder hablar. Sueno

varonil y robótica. Ugh.

Él toma su vaso y me sigue a la cocina. Mamá tampoco está aquí. ¿Acaso

Noah y yo nos perdimos de algún aviso especial que dice que se supone que

no salgamos de nuestras camas hoy? Me sirvo un vaso de leche mientras Noah

dice que la leche de fresa es mejor. Me siento medio hambrienta, pero al

mismo tiempo, si me atrevo a poner algo en mi boca, podría vomitar y eso es

más grosero que mi voz de robot.

―Él no te culpa ―dice Noah casi en un suspiro―. Estaba apenado. Nunca

jamás haría algo así y no quería que tu familia pensara que siquiera podría

intentarlo. Si quisieras tener a Milo desnudo, tendrías que desnudarlo tú

misma.

Yo me rio a carcajadas, no porque sea divertido o porque quiera reír, sino

porque por fin alguien trajo a colación el error del desnudo. Todos piensan en

ello, así que sólo vamos a despejar el aire y cortar la tensión ya. Gracias,

Noah.

Aunque él todavía evita el contacto visual mientras habla. ¿No se supone

que los chicos sean todos perversos e inmaduros acerca de la desnudez? En

cambio, Noah juega con un imán que yo hice hace unos meses. Es una flor

púrpura brillante. Emery pegó sus ojos saltones al imán.

―Eso no le da derecho a ser un imbécil ―le digo.

Me tomo mi leche, pero sabe asquerosa.

―Él sólo… Milo es un buen tipo. Realmente agradable. Es ese chico de

quien todos toman ventaja y esperan que tenga todas las respuestas ―Noah le

explica a la flor―. Él no quiere que pienses que estaba intentando algo o que

estaba tratando de tentarte o no sé. Simplemente fue un golpe bajo para él y

está avergonzado.

Alguien se mueve por la casa y nosotros aún permanecemos ahí,

sosteniendo nuestros vasos de leche y quedándonos por el refrigerador como

dos completos bichos raros. Milo y Jules doblan la esquina y nos miran

fijamente, como si fuéramos dos completos bichos raros bebedores de leche.

―Buenos días ―dice Milo.

Él pasa más allá de mí, ignorándome completamente y toma la leche del

refrigerador.

Jules nos ondea un cigarrillo y se aventura al patio de atrás para su dosis de

nicotina de la mañana. Milo se sirve un vaso de leche, escarba dentro de la

alacena buscando las Oreos y camina de regreso al comedor. Él no dice una

sola maldita palabra.

Noah hace ruidos terminando el resto de su leche de fresa.

―Voy a tratar de que razone un poco ―susurra él.

Pone su vaso en la pila y me deja con el refrigerador y sus muchos

portarretratos magnéticos brillantes. La mueca tonta de Emery destella de

todos ellos. Algún día, espero que ella tenga un chico enrollado en una toalla

en su habitación y espero que alguien lo malentienda como algo más.

No puedo entender los susurros en la habitación continua y Jules hace más

ruido del necesario cuando regresa adentro. Él se les une en la mesa, pregunta

algo de deportes y se reanuda una conversación normal.

He trabajado mis nervios parcialmente para pasar corriendo y regresar al

confinamiento de mi habitación. Aunque vería Dosis Diaria de Drama de

Darby y me obsesionaría como una típica Saturnite, al menos no tendría que

ver a Milo en persona.

Mamá entra en la cocina y hace trizas todo mi medio valor.

―Chloe, cariño, tengo que hablar contigo ―dice.

No hay ni un solo evento social en el que pueda pensar que pudiera

necesitar cancelar hoy. Ninguna fiesta. Ningún festival. Ninguna cita para

almorzar. Quizás Aralie ha planeado algo y yo tengo que hacer el control de

los daños.

―Es muy difícil para mí decir esto, pero la señora Sue me llamó esta

mañana ―dice ella.

¿Quién demonios es la señora Sue?

―Dijo que tú pasaste por su tienda anoche ―continúa mamá―. Ella no

estaba tratando de delatarte, pero estaba muy preocupada y quiso advertirme

de lo que estaba pasando.

Oh Dios. ¡Los cigarrillos! Yo aligero unos cuantos pasos y miro al

comedor. Jules me mira fijamente, una mirada amplia y estúpida. Luego él

aleja la mirada y oculta su cara. Noah golpea el brazo de Jules y Jules les hace

gestos para callarlos. ¡Él de verdad va a dejarme caer con esto! Le doy la

espalda al comedor, porque tengo que mantener la compostura en esto, y ver a

Jules Rossi ahora mismo no está ayudando a mi compostura.

―Chloe, sé que las cosas han sido muy difíciles estos últimos meses ―dice

mamá. Es el tono simpático―. Pero fumar no es la respuesta. Si necesitas

hablar con alguien, tú siempre puedes venir a mí o tu papá o incluso Godfrey.

O podemos pagar sesiones de terapia.

―Mamá, yo no fumo ―le insisto―. Y no necesito terapia. Estoy

completamente bien. De verdad.

Ella ladea su cabeza y me estudia como lo hizo en la noche de graduación

mientras lloraba, porque su bebé había crecido. Ella ahora tiene esos mismos

ojos preocupados que tenía cuando habló acerca de ceder espacio a su pajarito

para volar por sí mismo. Por favor, mamá. No me llames pajarito mientras 3/5

de SAS están escuchando.

―Cariño ―dice ella―. Yo sólo sé que pasaste por mucho con esa ruptura y

ver a Deacon el otro día no pudo haber hecho las cosas más fáciles,

especialmente cuando él actuó como lo hizo. Sé que tenías grandes planes este

verano y deseo que las cosas hubiesen sido como estaban planeadas.

―Estoy bien, mamá ―le digo a través de mis dientes.

―¿Entonces, por qué estabas comprando cigarrillos, Chloe? La señora Sue

simplemente no inventaría algo así ―dice ella.

Su voz me implora, como si ella tuviera de verdad el corazón roto y

estuviera preocupada. Ni siquiera parece estar molesta por ello. No sé quién es

esta señora Sue o dónde estaba escondida ella en la estación de servicio, pero

la maldigo todo el camino a través del universo por abrir su gran maldita boca.

―Eran para mí. ―La voz está directamente detrás de mí.

Pero no es Jules.

Es Milo.

―Yo de verdad, de verdad lo siento ―dice él, mirando a mamá en lugar de

a mí―. No debí pedirle a Chloe que los consiguiera para mí.

Él pone una mano sobre mi hombro y hace un verdadero contacto visual

caramelizado conmigo.

―Lo siento, Chloe. No debí haberte hecho eso a ti y realmente desearía

poder retractarme ―dice él.

Yo pestañeo unas pocas veces, rápidamente, como una idiota que sólo llenó

de rímel su globo ocular, pero eso hace retroceder a las lágrimas. Mamá no

podría estar leyendo entre líneas, pero esta es una disculpa real, no sólo por los

cigarrillos.

―Milo ―dice mamá, casi en estado de shock―. Tu voz… ¿cómo puedes

ponerla en riesgo con cigarrillos? No sabía que fumabas. Nunca lo habría

imaginado.

Él aclara su garganta y retira su mano de mi hombro.

―Yo, eh, normalmente no lo hago ―él tartamudea. Es un terrible

mentiroso―. Es sólo, con el encierro… y todo lo demás… sólo he estado

realmente estresado. Es mucha presión, y yo cargo con demasiado, y sólo

necesitaba algo para calmar mis nervios.

Sus palabras salen juntas a rápida velocidad. Me pregunto si mamá sabe que

él está mintiendo. El pánico fluye por su cara como si pudiera deteriorarse en

cualquier segundo y confesar que los cigarrillos no eran de él después de todo.

Si mamá sabe que está mintiendo, no lo demuestra. De hecho, ella le sigue el

juego, o le cree, y le da el discurso acerca del cáncer de pulmón, no fumar en

frente de Emery y no tirar basura afuera.

Él sólo asiente con su cabeza y dice “Sí, señora” todo el tiempo.

Jules realmente necesitará cirugía facial reconstructiva en el momento en

que yo termine con él. Ha pasado una hora desde que se sentó en la mesa,

mirando a otro lado, dejando a Milo caer por su hábito a la nicotina y mi

sangre sigue hirviendo.

Yo caigo de regreso en mi cama y miro mi móvil. Ese pequeño símbolo de

buzón de voz me devuelve la mirada fijamente. Paige me llamó mientras Milo

estaba defendiendo mi honor. Por suerte mi móvil todavía estaba arriba, así

que no pudo arruinar el momento para mí.

Milo Grayson interpretó a mi caballero de brillante armadura esta mañana y

no puedo contarle a Paige sobre ello. Detesto ignorarla, pero también detesto

mentirle. Cuanto más tiempo Spaceships Around Saturn esté encerrado en

nuestra casa, más grande será la red de mentiras que tengo que tejer.

Deslizo mi móvil a mi oreja y marco al buzón de voz. La señorita robot me

dice que tengo un mensaje sin escuchar. ¡En serio!

Hola Chloe, soy Paige. Mmm, espero que ya no estés enojada. Pensé que

darte unos cuantos días para calmarte podría ayudar, pero ehm, quisiera que

nos viéramos, sólo para hablar o lo que sea. ¿Podrías llamarme? Realmente

te extraño… bien, eh, adiós.

¿Unos días? ¡Se siente como si los chicos SAS hubieran estado aquí por tres

semanas! Ugh. No es que no quiera hablarle. Sí quiero, sólo que no puedo

hablarle acerca de nada de lo que está pasando. No hay forma de que pueda

verla. Estoy en encierro. Está bien, es una excusa. Podría escabullirme por

unas cuantas horas. Pero, ¿quién querría hacerlo?

Decido tragármelo y devolverle la llamada. Ella contesta al segundo tono.

―¡Chloe! ¡Hola! ―grita ella por mi auricular.

Ella instantáneamente se enreda en una larga disculpa por llamarme la peor

amiga del mundo, dice que ella irá a Florida más adelante este verano con la

familia de Lauren, ya que Cancún fue cancelado, y luego me pregunta cómo la

está pasando Emery.

―¿Emery? ―le pregunto.

―Sí, ¿su neumonía de verano o lo que sea? ―dice ella como si yo debiera

recordar de lo que está hablando.

―Ahhh ―le digo, recordando la pequeña mentira blanca―. Ella está

mejor. Definitivamente de vuelta a su usualmente molesto yo.

—¿Está volviéndose loca por Spaceships Around Saturn? ―pregunta Paige.

Mi garganta se siente como el Desierto del Sahara, seca y abrasadora. Yo

succiono mis mejillas fuera y dentro como un pez globo delirante, tratando de

encontrar algún tipo de humedad en mi boca.

―¿A qué te refieres? ―eventualmente digo.

―El tiroteo ―dice Paige―. El asunto de esconderse. ¿No está

enloqueciendo por saber dónde están y si están bien? Yo escuché que le

dispararon a uno de los chicos.

Estoy llena de emociones encontradas. Es un alivio, Paige no sabe y Paige

no sospecha. ¡Pero entonces estoy cabreada! Ese chico tiene un nombre. Es

Milo Grayson, y no, no compartiré. Yo finjo una risa aunque estoy segura que

tengo mi cara de enojada activada.

―Hemos tratado de mantenerla alejada de las noticias tanto como sea

posible. Ella no entiende por qué alguien les dispararía ―le digo.

Desearía que ella cambiara de tema.

―¿Cómo pueden hacerlo? ―Paige habla como una demente―. Está en

todos lados, literalmente en todo maldito lugar. No puedo encender la TV o

conectarme a internet o ir a cualquier parte sin verlos. Aunque supongo que

Emery estará bien mientras su chico Benji esté bien, ¿eh?

Correcto. Larga vida a Benji Baccarini. ¿A quién diablos le importa Milo

Grayson?

―¡Oh Dios! ―Paige chilla en mi oído―. Hablando de Benji, escuché

acerca de tu drama con Deacon en la tienda. De hecho, todos lo escucharon,

pero qué imbécil. ¿Por qué hace esta mierda? Él sólo logra lucir como un

tonto.

Genial. Todos lo escucharon. Todos saben que yo, Chloe Branson, compré

el afiche de Benji Baccarini, anteriormente conocido en nuestra casa como

Benji Bikini. La parte más triste de esto es que todos se ríen de mí en lugar de

Deacon. Yo no era ni siquiera la que cacareaba.

Abro mi boca para afirmar que Deacon es estúpido. Hay un golpe en mi

puerta, así que inmediatamente le digo a Paige que espere y silencio el

teléfono sólo por si acaso. Mientras camino hacia la puerta, de verdad espero

que sea Jules quien esté al otro lado, así puedo patearlo a través de la galaxia.

O peor aún, dentro de la habitación de Aralie. Ella podría hacerle más daño

que un agujero negro, o la colisión de un asteroide.

En lugar de eso, abro mi puerta a un moreno bien definido con ojos color

caramelo, una sonrisa perfecta y una camiseta ajustada. Esa misma camiseta

gris oscuro que él estaba usando la noche que llegó y que yo quería derretirme

dentro de sus brazos en el sillón. Toma cada pizca de fuerza que no tengo no

permitirle a mi quijada golpear el piso. Él comienza a decir algo, pero le

detengo con mi mano y le ondeo mi móvil.

―¿Oye Paige? ―le digo, tan pronto como le quito el modo silencio a mi

teléfono―. Tengo que irme, pero puedes enviarme mensajes.

Termino la llamada incluso antes de que ella pueda dejar salir un adiós de

su boca.

―Oye ―dice Milo, permaneciendo fuera de mi habitación―. Estoy

completamente vestido esta vez. ¿Crees que pueda entrar?

Es divertido como él pide permiso cuando está completamente vestido

aunque se invitó a sí mismo a entrar cuando estaba casi desnudo. Aunque no

señalo la ironía de todo esto. No quiero arriesgarme a alejarlo cuando por fin

lo tengo a un brazo de distancia. Le indico que puede pasar.

Él duda con la puerta. Dejarla abierta evita que mamá piense que está

pasando algo tras puertas cerradas, pero eso también le da a Emery la

oportunidad de verlo de regreso aquí. Al menos no está en una toalla esta vez.

Él la deja abierta y me sigue a mi cama.

Yo me siento y recojo mis piernas hacia mí, pero él se detiene y examina el

gabinete de ficheros cerca del estribo. Está cubierto de toneladas de imanes

caseros, cortesía mía y mi traidora hermanita, y unas pocas instantáneas. De

hecho luce bastante desnudo en comparación a como solía estar. Cada

ex‐amigo y ex‐novio y ex‐recuerdo han sido quitados.

Él me echa un vistazo y se aleja de estudiar mi aburrida vida en la pizarra

de metal. Él se pone cómodo al pie de mi cama, a una buena distancia de mí

en caso de que seamos vistos y mira alrededor otra vez antes de hablar.

―Te debo una disculpa ―dice él―. Por los últimos días. Por cómo he

actuado. Yo sólo… no sabía cómo manejarlo.

Y ahí está, la afirmación de que él no podía manejar el incidente del error

del desnudo. Me pregunto si eso podría ser archivado como “falla de

vestuario.” Probablemente no. No hay mucha falla de vestuario ahí. El error

del desnudo es más adecuado.

Él suspira.

―Yo estaba avergonzado, por así decirlo. Todo el asunto dio una impresión

equivocada, y yo nunca…

―Está bien ―le digo, cortando su disculpa completamente por la mitad―.

Ya lo sé. Y Noah ha estado defendiéndote desde que pasó, no es que yo

necesitara que me lo dijera, pero él definitivamente defendió tu honor.

Hablando de… Siento mis ojos ampliarse instantáneamente y abro mi boca

para agradecerle por lo de esta mañana, pero él lo capta antes de que yo diga

las palabras.

―No ―dice―. Con mucho gusto, pero no tienes que agradecerme. Sólo

trataba de hacer lo correcto.

―¿Dejando a mi mamá darte un discurso acerca del cáncer de pulmón y

arruinar tu perfecta voz? ―le pregunto.

Él ríe.

―Ella nunca dijo que mi voz fuera perfecta. Aunque yo no podía dejarte

caer por ello. Y Jules lo pagará caro. No estoy seguro de cómo o cuándo, pero

él lo hará. Yo me encargaré de ello.

Un millón de pensamientos suben vertiginosamente por mi mente. Quiero

saber que estamos bien, como, realmente bien y no sólo bien en el sentido de

que estamos superando esto. Quiero saber si quizás él aún está interesado, y

tal vez todavía tengamos noches donde nos escabullimos fuera y jugamos a las

veinte preguntas o partimos Oreos a la mitad. Siento como si estuviera

viviendo el sueño de cualquier chica alrededor del globo. Excepto que es real.

Y cuando las cosas se vuelven reales, dan miedo, al menos cuando un

hermoso chico de Spaceships Around Saturn está involucrado.

El oxígeno se precipita dentro de mis pulmones y me mantengo firme a mí

misma para empezar a hacer preguntas. Decido empezar preguntando si

estamos bien ahora, pero la cabeza de mamá se asoma en mi puerta antes de

que diga la primera palabra. Ella sonríe y me pregunto si siquiera se da cuenta

de que tengo un chico precioso y completamente vestido al final de mi cama.

―Me complace encontrarlos chicos ―dice ella―. Ustedes dos son a los

que andaba buscando. Necesito tener una conversación con ustedes… con

ambos.

Capítulo Doce

Yo no muevo ni una fibra de mi cuerpo mientras mamá cruza mi habitación.

Ni siquiera respiro. Mi cerebro se vuelve completamente borroso y me siento

mareada. ¿De qué quiere hablar ella conmigo y con Milo? ¿Por qué no yo y

después Milo? ¿Por qué nosotros?

Tiene que ser acerca de lo que pasó. Ella no quiere que estemos juntos y

solos, porque Milo se contoneó en toalla dentro de mi habitación y Emery

pensó mal y no somos dignos de confianza e hicimos un desastre del encierro.

Ella junta sus manos en frente de ella y se pasea en frente de mi cama. Sólo

escúpelo, mamá. Dinos que no confías en que estemos juntos y solos.

―Mi clase de arte es esta tarde ―dice en su lugar―. Tu padre dijo que yo

necesitaba mantener un horario normal, pero ya sabes que no puedo sacar a

Emery. Es muy pronto.

Está bien, tal vez esto no se trata de la toalla o asuntos de confianza. ¿Pero

qué tiene que ver el cuidar a Emery con Milo?

―Godfrey está haciendo algunos mandados para mí y pasará un rato hasta

que él regrese, así que tendré que dejarlos a todos ustedes aquí… sin

supervisión. ―Pone uno de esos ceños preocupados.

De hecho me siento horrible por mi mamá. Cada vez que ella me habla,

tiene esa cara y esos ojos tristes y habla con esa voz de hija desconsolada.

Probablemente odia venir a hablarme. Ella automáticamente se pone en modo

melancólico, refugiando al pajarito tanto como sea posible, porque piensa que

soy demasiado frágil para volar.

―Emery estará bien ―le digo―. Ella estará aquí todo el tiempo con Aralie

y conmigo.

Mamá asiente.

―Lo sé. Es sólo que con el encierro, siento que debo estar aquí. No quiero

que la casa se incendie o que algo malo ocurra ―dice ella—. Es por esa razón

que estoy dejándolos a ustedes dos a cargo.

Los ojos de Milo se amplían y se ve tan confundido como yo me siento.

Hace una hora, mamá estaba sermoneándonos acerca de los cigarrillos,

individualmente. Ahora ella nos deja a cargo, juntos.

―Mira ―dice mamá, usando esa voz de “directo al grano”―. Tú eres el

único de los chicos que ha demostrado un sentido real de madurez, y como

madre, yo capto estas cosas. Ustedes dos son los mayores y los más maduros.

Por eso, confío en dejarlos a los dos a cargo.

Guau. Y yo que pensaba que ella venía a decirnos todo lo contrario.

―Mm, mamá, todos los chicos son mayores que yo ―le recuerdo.

―Tú eres la mayor de las chicas ―contrarresta ella―. Sólo los necesito a

ustedes dos para mantener este lugar intacto para mí. No dejen que Aralie y

Jules se maten el uno al otro. No permitan que Emery torture a Benji. Ya

saben, lo usual.

Me encanta como el comportamiento “usual” de la casa se ha convertido en

separar a Aralie y Jules y salvar a Benji del fangirleo. ¿Qué hacíamos antes de

que los chicos de Spaceships Around Saturn aparecieran? Y mucho peor aún,

¿qué haremos después de que se marchen?

Un momento después, mamá anuncia al resto de la casa que ella nos ha

dejado a cargo mientras asiste a su clase de arte. Milo se deja caer de espaldas

sobre mi cama y me mira.

―Creí que ella diría algo acerca de que estuviéramos juntos y solos ―dice

él, expresando el temor que yo tenía hace tan sólo unos minutos.

Concuerdo, pero nuevos temores se arrastran hacia arriba en mi mente. No

hay forma de que Milo y yo podamos controlar a mis hermanas terrestres y a

sus hermanos de Saturno. Somos una monarquía que pronto será derrocada.

Pero cuando pienso de esa forma, no es tan malo. Al menos yo sería la reina

para este rey.

Quince minutos después de que mamá se va, la casa aún está en pie. Jules y

Aralie todavía respiran. No creo que Emery le haya hecho una sola pregunta a

Benji en al menos los últimos siete minutos. Podemos sacar adelante esto

después de todo. Milo va a buscar las Oreos mientras yo espero en mi

habitación a que regrese.

―Estoy aburriiiidooo ―dice Tate, arrastrándose a sí mismo por el pasillo

como un zombi con una pierna coja que tiene que ser jalada detrás de él.

―Y yo estoy privado de Twitter, así que cállate ―le grita Benji después.

Yo estoy atenta para ver al chico lindo y rubio tirarse por mi puerta, pero él

no sigue. Probablemente Emery lo agarró y lo encerró en su habitación para

más sesiones de preguntas y respuestas acerca de si a él le gusta la sal en su

melón y si sus cuentas rosas son más lindas que sus cuentas púrpuras.

Yo corro en el pasillo para buscar a Benji, pero lo encuentro

inmediatamente. Él está de pie en la puerta de Aralie, lo cual es una primicia.

Ella usualmente la pasa con Tate o arrojándole cosas a Jules.

―Tendrás que preguntarle a Chloe por los imanes ―dice Aralie―. Tal vez

ella pueda hacer uno de los pequeños pájaros de Twitter para ti.

Benji me mira y rebosa de alegría.

―Tu hermana me dio fichas ―dice él.

Nadie debería sonreír tanto por unas fichas. Él ondea hacia mí el montón de

tarjetas color neón y sus ojos bailan alrededor con su sonrisa tonta. Ha pasado

mucho tiempo con Emery. No podría haber ninguna salvación para él en este

punto.

Aralie me encuentra en su puerta.

―Es para sus retiros de Twitter ―explica ella―. Le dije que podía usar

estos, pegarlos en el refrigerador y nosotros los contestaríamos. Así que tienes

que responder.

―No te preocupes ―le digo. Sé todo acerca de “Benji Subrayar Baccarini.”

Estoy completamente consciente de la mierda que él twittea. Tengo suficientes

respuestas listas preparadas para él.

Espero que Benji me lance una de sus miradas malvadas que son clásicas

del Equipo Jenji, pero no lo hace. En lugar de eso, se ríe.

―Recuérdame seguirte en Twitter después de que este encierro se termine

―dice él―. Te twittearé todo el tiempo.

Antes de que pueda pensar en alguna respuesta ingeniosa, pasos se acercan

a mí a una velocidad supersónica. Los brazos de Tate se cuelgan alrededor de

mí, encerrándome en su agarre y él da traspiés alrededor tratando de recuperar

su equilibrio, zigzagueándome junto con él.

―Estoy aburrido, Chloeeeeeee ―gime él.

Tate me deja ir, pero sus hombros se hunden en este patético intento de

depresión. Yo intento darle una disculpa para su aburrimiento, pero no

funciona nada bien. Él sólo me pone unos ojos tristes y una cara de lástima.

Luego su cara se enciende como una luciérnaga.

―Juguemos un juego ―sugiere.

Una sonrisa rodea su rostro de oreja a oreja y luce como de doce años en

lugar de dieciocho. Él se ve como el más joven de los chicos. En cierto modo

me recuerda a un personaje de anime, porque raramente ves sus ojos y siempre

sonríe demasiado feliz.

―No ―le digo―. La última vez que jugamos Milo hizo trampa. No puedo

tolerar eso.

―¿Todavía estás molesta por eso?

Yo me giro y Milo camina hacia mí con el paquete de Oreos en su mano.

―Porque si lo estás ―dice él, rodeándome―. Admitiré que hice trampa,

¿está bien? Hice trampa. Tú debiste haber ganado. Noah incluso puede

confirmar que hice trampa.

Yo miro a Tate, Aralie y Benji. ¿Dónde está Noah? Oh Dios, ¿dónde está

Emery?

―¿Dónde está Emery? ―pregunto, dirigiendo la pregunta más a Milo que a

cualquier otro, porque es el único al que probablemente le importará

calmarme.

―Con Noah ―dice él―. Y con Jules. Están abajo viendo una de las

películas de Toy Story en DVD.

Es bueno que mamá haya dejado a Milo a cargo. Yo estoy fallando en todo

este asunto de la hermana mayor y madura. Debería saber dónde está Emery,

no que Tate está aburrido y que Benji extraña Twitter.

Tate brinca alrededor de mí.

―Voy a atraparlos ―dice él―. Vamos a jugar al escondite… en la

oscuridad. Tienen que haber toneladas de lugares para esconderse en esta casa.

Aralie ríe y sale de su habitación.

―Me uno ―dice ella.

Ella cruza brazos con Tate, le dice que ella se esconderá con él y brinca a

las escaleras para buscar a Noah, Jules y Emery. Benji se encoje de hombros y

los sigue.

―Mucho para las Oreos ―dice Milo.

Él da la vuelta y camina a mi habitación, arroja el paquete de galletas sobre

mi cama y se reúne conmigo en la puerta nuevamente.

―Creo que deberías esconderte conmigo ―me dice.

Él toma mi muñeca y me jala hacia las escaleras junto con él.

Una vez que estamos en el piso de abajo, Emery explica cómo esto va a

ponerse, ya que obviamente ella es quien pone las reglas para todo en nuestra

casa. Se pone de pie sobre la mesa de centro, pero ni Milo ni yo nos

molestamos en decirle que se baje.

―Conozco cada buen escondite oscuro en esta casa ―Emery alardea.

―Yo buscaré ―interviene Benji.

―Ohhhh ―dice Emery―. Yo te ayudaré. Yo conozco todos los buenos

lugares, así que podré encontrar cualquiera.

Benji camina con los hombros caídos a mi lado. Él debió haber pensado que

iba a conseguir librarse de ella por un momento. Ella les grita a Noah y a Jules

antes de tiempo y les dice que no salten o hagan nada que pueda asustarla.

También asume, en voz alta, que Tate será el más fácil de encontrar, porque

ella lo escuchará riendo.

Tan pronto como ella y Benji cierran la puerta para contar hasta cien, todos

nosotros nos dispersamos. Noah y Jules ya tienen un plan y Aralie arrastra a

Tate en dirección opuesta.

―¿Hacia dónde? ―pregunta Milo.

Yo miro alrededor para asegurarme de que de verdad estamos solos antes de

tomar su mano y correr de regreso arriba. Él procede con calma, rápidamente

y calladamente, mientras nos apuramos por el pasillo del segundo piso.

Pasamos mi habitación, la habitación de Aralie y la habitación de Emery. En

lugar de doblar a la izquierda rumbo a los cuartos de los invitados, donde SAS

han estado estrellándose, guío a Milo hasta la escalera del tercer piso.

―A Emery le da miedo el tercer piso ―le digo―. Podemos estar solos por

un rato.

Subimos la escalera un poco más silenciosamente. Luego llevo a Milo por

el pasillo hasta la vieja habitación de arte de mamá. La luz del sol se derrama

por las cortinas de un blanco puro y se refleja en el piso de madera. Milo nota

que probablemente los acústicos sonarían genial aquí con este cielo raso tan

alto. Gruesas capas de polvo abrazan las viejas mesas y el piano que mamá

dejó de tocar hace diez años. Dentro de la pared hay un enorme armario. Yo

alcanzo el interior para encender la luz, pero la bombilla está dañada.

―¿Puedes soportar la oscuridad? ―le pregunto, girando sobre mis talones

para enfrentar a Milo.

―¿No te esconderás aquí conmigo? ―pregunta él―. Ya sabes, no

conseguiré luciérnagas para hacerme sentir seguro esta vez. En cierto modo te

necesito.

¿Oyeron eso, Saturnites? Milo Grayson en cierto modo me necesita.

Aunque, por supuesto, no lo oyeron. Este es el encierro. No puedo compartir

mi emoción con nadie. Quizás Noah esté dispuesto a escuchar los detalles más

tarde. Puedo hacer que se sienta “al tanto” de las cosas.

Milo entra en el armario y extiende su mano hacia mí. No hay una pregunta

en mi mente de que si quiero esconderme en un armario oscuro con él, ¿quién

no querría? Pero mi lado de hermana mayor madura me da patadas.

―¿Sabes qué tan malo es esto? ―le pregunto―. Se supone que estamos a

cargo, pero nos estamos escondiendo dentro de un armario oscuro los dos

juntos.

Su boca se mueve a un lado mientras él se encoje de hombros.

―Técnicamente, tú no estás dentro del armario oscuro conmigo todavía

―dice él.

Yo tomo su mano y lo dejo arrastrarme hacia él. Él no cierra la puerta del

armario completamente, permitiendo que entre sólo la suficiente luz para que

se filtre dentro, así que puedo ver su silueta. Él apoya la espalda contra la

pared, hundiéndose entre las sombras y me jala hacia él.

Su aliento es tibio contra mi oreja mientras me acerca a él.

―Ya sabes ―susurra él―. Cuando nos enteramos sobre el encierro, nunca

esperé que esto pasara.

Su agarre se aprieta alrededor de mi cintura y yo deslizo mis manos por sus

brazos.

―Esa camisa te queda muy bien ―le digo ahora, ya que sé que nunca seré

capaz de admitirlo fuera de nuestro escondite oscuro.

―Ni siquiera puedes ver mi camisa ahora mismo ―susurra él directamente

en mi oreja.

―No tengo que hacerlo ―le digo, en algo un poco más que un suspiro―.

Lo pensé la primera noche que llegaste aquí, cuando estabas sentado en el

reposa brazos.

Su mano se mueve hasta mi cara y empuja mi cabello atrás sobre mi

hombro. Entonces sus dedos trazan a lo largo de mi mejilla y bajan por la línea

de mi mandíbula.

―¿Quieres saber un secreto? ―pregunta él.

Yo asiento aunque no estoy segura de que él me vea. Asumo que sí, porque

continúa hablando.

―Sólo te pedí que te movieras en el sillón, porque podía oler tu champú de

melocotón y deseaba estar más cerca.

Él pasa sus dedos por mi cabello.

Ah, Duchas de Albaricoque, nunca usaré otro champú mientras viva. Si

hubiera alguna vez una ceremonia de compromiso entre una terrestre y su

champú, sería entre nosotros, porque estoy comprometiendo mi cabello a la

esencia de los melocotones por la eternidad. De verdad yo tendría que decir

algunos votos la próxima vez que lave mi cabello.

Él inhala.

―¿Quieres saber otro secreto?

―Si es como el último secreto, entonces sí, por favor ―le digo.

Él ríe por medio segundo, pero sus brazos se tensan y sé que va en serio.

Me gusta el lado serio de Milo. Es una de las principales razones que me

atrajo de él en primer lugar. Pero en este preciso momento, su seriedad me

asusta. Es intenso y real.

―Siempre he sido el chico de la banda que dijo que nunca sería atrapado

por una chica ―confiesa él―. Soy el que sermonea a los otros chicos acerca

de nuestra imagen y las novias y qué tan complicadas se pueden poner las

cosas si tratamos de balancear una relación en la cima de nuestras carreras,

y…

Él se detiene, justo en medio de lo que estaba tratando de decir. Juro que, en

este silencio, él probablemente oye mi corazón aplastándose como un globo de

agua roto golpeando el suelo de madera debajo de nosotros. Así que aquí es

donde él me desilusiona... en un armario oscuro… en una habitación con

grandiosos acústicos… mientras Emery está buscándonos por toda la casa.

―Chloe ―suspira él―. Estaba equivocado.

Él levanta mi barbilla hacia él, toma mi mejilla con su mano y me besa sin

vacilar. Sus labios son suaves y tibios y cada onza de perfectos, que siempre

supe que serían. Cualquier Saturnite que alguna vez haya soñado despierta con

besar a Milo Grayson probablemente soñó que sería de esta forma, menos el

armario oscuro y yo soy la afortunada chica que de hecho consiguió vivir este

sueño.

Me rindo a todas las cosas Saturno y dejo a mis manos moverse a su pecho

y abdominales, finalmente explorando lugares que sólo mis ojos se habían

atrevido a aventurar. Esa camiseta gris oscuro se adhiere a él como una capa

delgada, separando nuestra piel. Pero la tela huele a lavandería y a Milo, así

que ni siquiera puedo odiarla por interponerse entre nosotros. En lugar de eso,

yo agarro la camisa, apretándola e incluso tirando de ella.

Él aleja su boca y ríe.

―Si deseas tanto esta camiseta, te la daré ―dice él.

Yo me hundo en su pecho con mis manos aún entrelazadas con su tela gris

oscuro. Pasos suenan en el pasillo y Milo aprieta sus brazos alrededor de mí.

La voz de Emery se oye a la distancia.

―¡No! ¡Ahí da miedo!

Los pasos de hace un momento son de Benji. La puerta de la vieja

habitación de arte de mamá cruje abierta. Yo aguanto la respiración mientras

espero que Benji cruce la habitación y nos descubra, pero la puerta se cierra

tan rápido como fue abierta y ellos se han ido. Supongo que Benji pensó que

no valía la pena o que nosotros no nos molestaríamos en venir hasta aquí.

―Creo que estamos despejados ―dice Milo.

Él pasa sus dedos por mi cabello y empuja la puerta del armario para

abrirla. La luz golpea el lado de su cara, justo como la luz de luna hacía

cuando estábamos atrapando luciérnagas, y lo juro, pueden ver el brillo todo el

camino hasta Saturno. Este chico es hermoso.

―¿Así que tú crees que nos podamos juntar esta noche otra vez?

―pregunta él― ¿Afuera, a media noche? ¿Guitarra y Sharpies?

Yo asiento.

―Es una cita.

Capítulo Trece

Milo espera en el patio trasero por mí. Él es puntual, justo a medianoche.

Yo siempre estoy un minuto o dos más tarde, lo cual es irónico porque llevo

mirando el reloj más de una hora, esperando que den las 12:00 a.m. Creo que

un chico debe esperar por una chica, incluso si sólo es un par de minutos.

Las fichas en el refrigerador me desvían en mi salida. Voy hacia allá para

ver lo que la bandeja de twitter de Benji tiene que decir. Sus tweets están

escritos a mano en las fichas color verde lima. Hay una pila de tarjetas

multicolores en la encimera para que respondamos. Creo que Benji ha

reclamado las verdes para él.

La primera dice: Desearía que Aralie no odiara a Jules. Amo a ese chico.

#Bromance.

La siguiente: Pero ella me dio las fichas, así que es genial #FalsoTwitter

#GraciasAralie.

Pongo mi bolsa de Sharpies en la encimera, busco el negro, agarro una ficha

rosa y escribo: @Benji_Baccarini Tal vez TÚ deberías hacer su colada por él

entonces. #JenjiForever – Chloe.

Después de recuperar mi bolsa de maquillaje llena de Sharpies, salgo.

Milo está extendido en un sillón con su guitarra descansando sobre él.

―Llega tarde, señorita Branson ―dice.

―La bandeja de Twitter de Benji me estaba llamando ―digo.

―Creo que lo dejaré pasar esta vez ―dice él. Se para y sostiene en alto su

guitarra, orgulloso―. ¿Algún lugar donde podamos ir para que nadie nos

oiga?

―La casa del árbol es un muy buen lugar ―sugiero.

Él toma mi mano.

―Guíame.

La mayor parte del trayecto lo hacemos en silencio, y por una vez es

realmente incómodo, porque todo lo que puedo pensar es en esa camiseta gris

oscuro y en su boca contra la mía, y cómo él ha sido bastante discreto toda la

tarde, como si el beso en la oscuridad nunca hubiese pasado. Incluso durante

toda la segunda y tercera película de Toy Story se sentó con Noah, Emery y

Jules. ¿Realmente no fantaseé toda la escena?

La casa del árbol se siente más lejos de casa que lo usual, pero más bien

creo que es por el estado frenético de mi mente. Emery es la única que se ha

molestado en venir aquí este verano, lo que significa que adentro estará casi

todo decorado en rosa y morado, y posiblemente con posters de Spaceships

Around Saturn.

Milo me deja subir primero mientras él sostiene mis Sharpies. Luego me los

pasa y yo me estiro hacia abajo para subir su guitarra cuidadosamente. Me

pregunto cuántas chicas han tenido la oportunidad de tomar así la guitarra de

Milo. Algo me dice que soy la primera. Uso mi celular como linterna hasta

que encuentro el negro cable en el piso. Enchufo las luces de Navidad, y todo

brilla cuando Milo llega al piso.

Mamá pensaba que papá estaba loco por tener la casa del árbol conectada a

la electricidad durante todos esos años. Me pregunto si esto era lo que tenía

papá en mente en ese tiempo, que un día su hija adolescente estaría

escabulléndose ahí después de medianoche con un guapísimo chico que toca

la guitarra. Tal vez no, si no, papá nunca hubiera construido la casa del árbol,

para empezar.

Me siento en el cojín verde lima con su guitarra y mi bolsa de marcadores.

Milo camina alrededor observando la habitación. Como predije, hay mucho

rosa aquí dentro.

El juego de té de plástico de Emery está en una mesa con un mantel color

rosa brillante. El marco de pintura lanzada de Aralie con espejo aún cuelga en

la pared.

Milo se detiene enfrente de la sección de la pared pintada con Sharpie.

―¿Puedo asumir que ésta fue tu contribución para el diseño interior?

―pregunta.

Mi mano se hunde en el cojín cuando trato de tomar impulso para

levantarme. No he mirado mis dibujos en las paredes de la casa del árbol en

tanto tiempo que me avergüenzo de ver lo que tal vez tenga ahí. Me uno a

Milo enfrente de mi obra de arte.

―Emery usualmente me dice qué dibujar ―le digo al ver libélulas y

estrellas fugaces.

Al menos no hay gatitos dibujados en la pared.

―Así qué… ―dice Milo― ¿Cuándo obtendré mi obra de arte?

―¿Cuándo obtendré mi canción? ―pregunto.

Él sonríe.

―Es un trabajo en progreso.

Yo pellizco su bícep.

―Bueno, tal vez deba dibujar un trabajo en progreso justo aquí.

Él se voltea hacia mí y envuelve sus brazos alrededor de mi cintura. Luego

me jala junto a él en un cálido y apretado abrazo. Las luces navideñas brillan

en mi visión periférica, se apagan y encienden fuera de mi foco de atención,

como luciérnagas bailando alrededor de nosotros.

―Está bien ―dice él―. La verdad es que sí tengo una canción para ti, pero

no es una que yo escribí. Es una que trabajé al estilo Milo Grayson.

Toma mi mano y me dirige hacia el cojín. Me caigo sobre el de color verde

lima, y él jala el cojín negro junto a mí. Se acomoda con su guitarra,

mandando sonrisas furtivas mientras espero.

Rasguea algunos acordes.

―¿Estás lista para esto?

Estoy más lista que un campo de polvo antes de un tornado. Estoy lista para

ser arrojada fuera de mi control. Los cojínes hacen ruido al arrugarse y yo

quiero acallarlos. Esta noche sólo debería estar llena con los sonidos de la voz

de Milo y su guitarra.

Tal vez es una nueva canción para su próximo disco, un vistazo de a lo que

el mundo estará condenado después de los hermosos chicos canadienses.

―Si arruino esto, no te enojes ―me advierte. Y luego canta estas palabras:

Nos sentamos solos a la luz de la mañana. Pides un deseo al cielo nocturno

ennegrecido. Veo las lágrimas caer de tus ojos porque el mundo se pinta a sí

mismo con mariposas sangrantes.

―Oh Dios mío ―suelto.

Milo se ríe y deja de tocar.

―No se supone que usted interrumpa a una súper estrella mientras trabaja,

señorita Branson ―dice.

Cierro mis labios, justo como lo hice con Emery y su secreto de Harry

Styles, y tiro la llave. Milo asiente aprobatoriamente y toca de nuevo el inicio

de la canción.

Me toma cada onza de mi autocontrol el no atacarlo con el más fuerte

abrazo del mundo. Mis amigos nunca entendieron esta canción. No creo que

siquiera Aralie la entienda. Cuando Sebastian’s Shadow la canta, Issac toca

pesadas y complicadas notas, y Nolan grita la mitad de sus líneas.

Pero aquí con Milo, oyendo parte de la canción, una simple versión acústica

con su perfecta y cálida voz, la canción se siente nostálgica, incluso triste.

Estoy finalmente despierta y escuchando esta canción de una nueva manera.

¿Por qué me tomó tres años y un encierro con una banda de chicos poder

encontrar otra alma que entendiera esta canción?

Milo exhala un gran suspiro cuando rasga el último acorde.

―¿Fue horrible? ―pregunta.

Deja su guitarra en el piso junto a él, y yo instantáneamente atravieso el

cojín negro y arrojo mis brazos a su alrededor. No ríe audiblemente, pero lo

siento en su pecho. Se inclina y me mira directamente a los ojos.

―Fue perfecto ―digo yo.

Su sonrisa es también perfecta, pero no le digo esa parte. El universo entero

se siente equilibrado en este momento. Las luciérnagas encienden el oscuro

cielo y la mañana está siempre lejos. Por esta noche puedo ser la chica en la

canción de Sebastian’s Shadow que llora en el techo con un chico que trata de

reconfortarla. Puedo ser esa chica que está triste por el hecho de que las

mariposas tienen que sangrar para darle color al mundo. Esta noche, puedo ser

ella, y Milo puede cantar, y podemos pretender que este encierro durará por

siempre.

―He estado trabajando en ella desde que me dijiste que era tu canción

favorita ―dice―. Tu canción está aún en progreso.

No puedo luchar más contra esto. Deslizo mi mano por la parte de atrás de

su cuello y lo atraigo hacia mí para que podamos seguir lo que dejamos en el

armario hoy. Pero él me detiene.

―Todavía no ―dice―. Aún me debes algo de tinta.

Después de reposicionar el cojín junto a él, Milo se estira hacia atrás y sube

la manga de su camisa hasta el hombro para que pueda tener su brazo

completo para dibujar. Aunque yo creo que lo único que quiere hacer es

presumir sus bíceps, y yo no lo culpo, ni me quejo de ello. Quito la tapa de mi

Sharpie negro.

Su otro bíceps ya está tatuado con una imagen de Saturno y las viejas letras

inglesas de MDG debajo.

―¿Algo en particular que quieras? ―pregunto.

Él sacude la cabeza, justo como Benji y Noah lo hicieron hace unos días.

Estos chicos me dan demasiado crédito. Aunque este Noah finalmente se las

arregló para sacarme un delfín, y Benji tiene difuminados restos de su cohete

en su antebrazo.

Examino el brazo de Milo y espero que pueda mantener firme mi mano.

Incluso ahora, puedo sentir mi estómago aletear cuando estoy cerca de él,

especialmente cuando me mira con esos ojos color caramelo.

―Así que, ¿qué fue lo que le twitteaste de vuelta a Benji? ―pregunta él,

interrumpiendo el canturreo de los grillos y sapos afuera.

―Le dije que debería lavar la ropa de Jules por él ―respondo.

Milo se ríe, y su brazo se aleja de mí. En este punto, debería mejor sólo

dibujar un atlas de EUA en su brazo, porque líneas torcidas es todo lo que él

ha podido sacar de mí.

―Jules no es tan malo ―dice―. Yo sé que parece un verdadero idiota,

pero este encierro lo está matando. Tiene ese miedo irracional al fracaso, y

estando aquí y no en la gira, sin trabajar, lo hace sentir como si estuviera

decayendo.

Trato de entender lo mejor que puedo, pero aun así creo que él no tiene

derecho a dejar una pila de su ropa al final de la cama de Aralie. No tenía

ningún derecho a atacar a su banda favorita. Y definitivamente él no tenía

derecho a dejar que Milo y yo fuéramos atrapados por sus cigarrillos.

Mi sangre corre caliente tan pronto como huelo el aroma de mariquitas

aplastadas volviendo a mí.

―¿Es por eso que mentiste acerca de los cigarrillos? ―pregunto.

Tapo el marcador negro y lo cambio por uno rojo.

Milo agita su cabeza.

―No, debería haberse puesto los pantalones ―dice―. Eso me molesta.

Nunca debió haberte arrojado debajo del autobús de esa forma, así que tuve

que hacer algo.

―Bueno ―digo yo―. Fue sumamente apreciado.

Él se inclina y besa mi mejilla.

―No hay problema.

―Así que… dime más acerca de Canadá ―digo, esperando que mientras él

hable yo dibuje, para que las mariposas en mi estómago no se despierten de

nuevo.

Veinte minutos después, estudio el contorno de la hoja de maple en el brazo

de Milo. Dibujé un corazón dentro de ésta y llené el resto de la hoja con

marcador rojo. Ha hablado del clima canadiense y cómo odia el estereotipo de

que a todos los chicos de Canadá les guste el hockey. Él prefiere el

basquetbol. Dijo que Emery le había preguntado si alguna vez había visto un

reno real, y Aralie piensa que es raro que ellos no tengan presidente.

Aparentemente no me perdí mucho durante esos dos días que él me ignoró.

―También le dije a Emery que Justin Bieber vivía a mi lado, pero a ella no

le importó. Pienso que no me creyó ―dice.

―Es más lista de lo que yo creo, entonces ―digo, trazando las líneas de la

hoja de maple con un marcador morado.

Dudo que Milo vaya a pensar que este pequeño pedazo de Canadá sea

asombroso, pero yo pienso que es súper lindo.

El hecho de que yo piense que es “súper lindo” es confirmación suficiente

para que Milo lo odie.

―Listo ―digo.

Milo tuerce su brazo para ver mi intento de trabajo de tinta. No es tan

flexible como quisiera ser. Así que yo habría pateado su trasero en el Twister

si él no hubiera hecho trampa. Camino hacia el espejo para quitarlo de la

pared. Él me sigue y examina mi obra de arte en su reflejo.

Una sonrisa aparece en su rostro mientras pasa su dedo índice sobre el

recién pintado corazón dentro de la hoja.

―Así que, si la hoja representa mi hogar, ¿qué representa el corazón?

―pregunta. Cuelgo de vuelta el marco pintado de Aralie en la pared.

―Tú ―digo.

Esta vez él avanza para el beso. Mientras mi mente dice que sería divertido

empujarlo y alejarlo o tirarle alguna clase de línea ingeniosa como lo hizo

conmigo, mi corazón dice que absorba cada beso que pueda mientras él está

todavía aquí.

Dejo que mi cuerpo colapse entre sus brazos y la esencia de su gel de baño.

Sus labios son suaves al contacto con los míos, como yo imaginaba que serían

los besos de las nubes. No hay duros pinchazos de lengua o intentos de jugar

hockey con mis amígdalas. No hay toqueteos incómodos o contacto

inapropiado. Nunca pensé que besar pudiera ser realmente tan dulce. No es

como los chicos que he conocido. Él me hace sentir que no quiero conocer a

ningún otro chico.

―Deberíamos volver ―murmura cuando se aleja―. No es que quiera

hacerlo.

―Yo tampoco ―digo―. Pero tienes razón.

Junto mis Sharpies mientras él recoge su guitarra. Lo mando abajo primero

con nuestras cosas. Luego saco el celular de mi bolsillo para usarlo como

linterna una vez que desconecto nuestras luciérnagas en el cordel.

―Oye, espera ―dice al pie de la escalera.

Miro alrededor para ver si se ha dejado algo, pero estoy segura que sólo

tenía su guitarra con él. Me paro a la mitad de la casa del árbol y espero

mientras él sube nuevamente. Camina hacia mí una vez que ha subido.

―Déjame ver tu teléfono ―dice.

Sin pensarlo dos veces, se lo doy. Pasa su brazo alrededor de mí, me atrae

hacia él y estira su otro brazo fuera para sostener mi teléfono frente a nosotros.

―Sonríe ―dice.

Una vez que pone el celular de vuelta con nosotros, me muestra nuestra

foto. Es irreal verme acurrucada cerca de Milo Grayson mientras él está

usando esa perfecta camiseta gris oscuro. El marco del espejo de Aralie está

detrás de nosotros, y las luces de Navidad brillan alrededor. Esto podría pasar

por una perfecta noche de verano con un novio sexy, si no supiera que él es

increíblemente famoso.

El camino de vuelta a casa lo hacemos en silencio, interrumpido sólo por

los sonidos de los grillos y sapos de los que Milo había hablado antes. Ahora

trinan sonidos extraños que hacen eco a través del cielo nocturno.

―¿Sabes a qué suenan? ―pregunto, rompiendo su canción de noche. Milo

me mira a la luz de la luna. Su boca se estruja a un lado, y yo sé que esa es su

manera de preguntarme a qué me refiero. Una sonrisa se posa en mi rostro―.

Alienígenas haciendo código Morse.

―Eres una clase de genio, Chloe ―dice él, envolviendo un brazo alrededor

de mí y manteniéndolo ahí hasta que llegamos al patio trasero.

Estamos callados cuando nos escabullimos dentro. Milo camina lenta y

cuidadosamente para que su guitarra no haga ningún ruido. Llegamos hasta la

cima de las escaleras y casi hasta mi habitación, cuando oigo pasos. La luz de

la habitación de Aralie se apaga instantáneamente. Hay un sonido de “shh” y

todo vuelve a quedarse en silencio.

Milo pone un dedo sobre su boca y yo asiento. Por suerte la puerta de mi

habitación no hace ningún ruido cuando la empujo para abrirla. Enciendo la

luz de mi habitación el tiempo suficiente para entrar y encender la TV. Mi

cuarto brilla con una sombra azul del logo de DVD. Milo apaga la luz de la

habitación tan rápido como Aralie hizo con la suya.

―Ya vuelvo ―murmura, sosteniendo su guitarra.

Cierra la puerta casi totalmente detrás de él.

Cuando regresa tiene puesto nada más que unos pantalones de ejercicio

negros. Cierra la puerta y camina hacia donde estoy sentada en mi cama.

Incluso con sólo el brillo azul de mi TV, no puedo evitar ver la camiseta en su

mano.

―Tu hermana no está sola ―dice, manteniendo su voz baja. Se sienta a mi

lado con una traviesa sonrisa―. ¿Quién crees que es? ―pregunta.

―Tate ―digo sin pensarlo dos veces.

Aralie ha estado claramente coqueteando con él desde que los chicos han

estado aquí, y sólo tendría sentido para ella terminar con la otra mitad de Tito.

Podríamos ser las hermanas que destruyeron el bromance

―Yo pienso que es Jules ―dice Milo―. Son de ese tipo de parejas que

siempre pelean, pero que están locas el uno por el otro, ¿sabes?

―Lo siento, señor Grayson ―digo yo―. No hay ninguna manera de que

eso pase. Ellos sólo pelean. Nunca tienen esos “momentos de estar locos el

uno por el otro”.

Él encoge los hombros.

―Tal vez. Pero es Jules o Tate.

―No hay ningún “o”. Es definitivamente Tate.

―Está bien ―dice―. Me voy a la cama, pero antes quería darte las buenas

noches. Y sabes, tenía que decirte que tu hermana está tratando de destrozar

nuestra banda metiéndose con Jules.

Milo me besa antes de que pueda argumentar algo en defensa de Aralie.

Luego lo acompaño a la puerta de mi habitación, principalmente para que

pueda echar un vistazo al corredor y ver si hay alguna pista de quién está en la

habitación de mi hermana.

―Oye ―dice―. Iba a preguntarte, ¿quieres que lave esto primero?

Sostiene la camiseta, y siento mis cejas contorsionarte a una extraña

expresión, como Jules en el canal de chismes de Darby. Milo se ríe.

―Te dije que te daría la camiseta.

―¿Hablabas en serio? ―le pregunto.

Él asiente y me entrega la camiseta. No hay ninguna manera de que vaya a

dejarlo lavar esta cosa. Quiero que huela a él tanto como pueda.

―Lo tomaré como que tú quieres lavar mi ropa por mí, ¿no? ―Una sonrisa

se forma en su rostro.

―No ―le digo―. Creo que esto pertenece a mi ropa ahora.

Capítulo Catorce

Mi mente está atrapada esta mañana en algún lugar entre hojas de arce y

mariposas sangrantes.

No dejo que mis pensamientos vaguen más lejos porque una pequeña voz

detrás en mi cabeza se mantiene repitiendo lo que dijo Milo anoche:

―Tenía que decirte que tu hermana está tratando de destrozar nuestra

banda metiéndose con Jules.

Me había preguntado si sus estados de soltería eran mentira para hacerlos

más dignos de desmayos para las fans, pero después de tenerlos aquí por tanto

tiempo, está bastante claro el por qué sus novias no están en las fotos. Quizás

realmente crean que involucrarse con chicas destruirá a la banda. Si es verdad,

¿qué está haciendo Milo conmigo? ¿Y qué es lo que Tate o Jules o quién sea,

está haciendo con mi hermana?

Alejo mis preocupaciones y las remplazo con el recuerdo de una hoja de

arce con un corazón en ella. A continuación, un pánico frenético se precipita

sobre mi piel y me dan nauseas escalofriantes. ¿De qué manera explico la obra

de arte en el brazo de Milo?

Parpadeo algunas veces para estar segura de que mi rímel se ha secado

antes. Corro escaleras abajo para ver qué pasa en Saturno. Aralie, Tate y Jules

están en el cuarto de juegos de papá. Aralie ondea su brazo hacia atrás,

teniendo el control del Wii. El pequeño avatar en verde hace rodar la bola de

boliche.

―Sí, demonios, ¿ahora qué? ―grita después que su Aralie animada hiciera

una anotación en el boliche.

Jules hace un ruido de náuseas y se extiende en su lugar mientras Tate

felicita a Aralie por su anotación. Verlos a los tres juntos me hace sentir más

incómoda hoy que los tengo adelante.

―Chloe ―grita Aralie, corriendo por la habitación hacia mí―. Ven acá.

¿Has visto a Milo? Lo necesito aquí también.

Mi garganta se cierra como si estuviese teniendo una reacción alérgica. No

puedo hablar, me encojo de hombros y niego con la cabeza. ¿Esta es la parte

donde ella anuncia que es una Saturnite y que es la primera novia de un SAS?

Obviamente necesita a Milo ya que él se ha convertido en el maduro y sensato

del grupo. Él es el único al que ella tendrá que convencer. Quizás realmente

está saliendo con Tate. Oh Dios, espero que no haga un cartel para su

concierto de regreso que diga “Yo estoy saliendo y apareándome con Tate”.

Tate corre alrededor de la habitación y es voluntario para ir a buscar a Milo.

Aralie busca sobre la repisa de DVDs de papá y pone en las manos de Jules

unas pocas hojas de papel. Apuesto a que desearía tener un palo de mariquitas

trituradas justo ahora. Él luce miserable.

Milo camina con Tate montado en su espalda. Tate salta hacia abajo y le

sonríe arrogantemente a mi hermana. Sí. Ella conecta totalmente con Tate.

―Bien, estás aquí ―dice Aralie―. Ustedes dos siéntense. ―Nos señala a

Milo y a mí.

Esta es la primera vez que lo veo desde que me trajo mi camiseta. Hoy está

vistiendo azul real. Se ve bien con él también. Me pregunto si puedo conservar

su guardarropa entero cuando se vaya. Emery ya lo acusó de estar desnudo

una vez. Una segunda ronda no va a matarlo.

―Las damas primero ―dice Milo, indicando que vaya por delante de él.

Me siento en el sofá y se sienta junto a mí, demasiado cerca para la

comodidad pública. Es difícil concentrarse cuando su pierna se restriega con la

mía. Tate se ríe y se une a nosotros al otro lado de Milo. Una sonrisa fingida

se extiende en la cara de Aralie cuando Jules se levanta y camina hacia el

centro de la habitación.

Jules revuelve las hojas que Aralie le entregó hasta que encuentra la

indicada. Se despeja la garganta y nos evita mirando por encima de nosotros.

―Querida Chloe ―comienza con una voz monótona―: Lo siento, no fui lo

suficientemente hombre para hacerme cargo de los cigarrillos. Soy un

cobarde, y tengo una horrible adicción. Necesito dejar de fumar o tal vez me

saquen de la banda… ¿Qué demonios, Aralie?

Mira a mi hermana, pero ella tiene una expresión firme.

―Lee ―le exige.

Él suelta un suspiro.

―…o tal vez me saquen de la banda y sea reemplazado por un chico malo

que se vea y cante mejor. Fumar podría darme cáncer de pulmón, no puedo

darme el lujo porque soy el peor cantante… diablos no.

Aralie carraspea, y Tate se ríe. Me pregunto qué clase de chantaje tiene con

Jules para hacerlo sufrir leyendo una disculpa que claramente se ve que ella

escribió para él.

Jules sacude la cabeza.

―…Soy el peor cantante de Spaceships Around Saturn. Nunca voy a sonar

tan bien como Milo. Estoy avergonzado de mí mismo. Emery tenía razón.

Huelo a mariquitas trituradas. Por favor, perdóname.

Tate lanza la cabeza hacia atrás y se ríe como el científico que trajo a

Frankenstein a la vida. Aralie ahoga su risa y le pide que lea la otra disculpa.

Jules le lanza una mirada asesina. Uff, me gustaría saber lo que sea que ella

sabe. Debe ser jugoso.

―Querido Milo ―lee Jules―: Eres dos veces mejor cantante de lo que yo

nunca seré. Eres el doble de hombre de lo que yo jamás seré. Eres guapo,

maduro y piensas con la cabeza fría, a diferencia de mí. Lo siento por mentirte

acerca de los cigarrillos. Soy un idiota.

Jules arruga las cartas de disculpa, se las tira a Tate y abandona la

habitación.

Aralie camina hacia Jules.

―Estás despedido ―le dice.

Una hora más tarde, después de convencer a Milo (más bien rogarle a Milo)

de dejarme poner color dentro de la hoja de arce, deambulo por la casa

buscando a mi hermana. Paige nos invitó a almorzar con ella y Lauren, y no

pienso ir sola. No quiero ir pero creo que un descanso de la casa me hará

sentir mejor. Me servirá para dejar de pensar en Milo y lo que está pasando

entre nosotros.

Reviso la sala de juegos de papá, pero Tate y Jules están solos usando los

videojuegos. Benji está en la ducha. Lo sé porque puedo oírlo cantar una

canción de One Direction con todo su corazón. Odio tener que decírselo, pero

tiene que dejarle las notas altas a Liam Payne. Afortunadamente, los covers de

Milo son mucho mejores que las canciones en la ducha de Benji.

Nota: No pienses en los covers de Milo. Eso sólo podría volverte loca.

Encuentro a Aralie afuera en la piscina con Milo y Noah. Emery está con

ellos. Probablemente sólo está esperando a que Benji salga de la ducha. ¿Por

qué parece que las cosas sólo consiguen ser más extrañas y raras aquí?

―Oye Chloe ―dice Noah en cuanto doy un paso sobre el concreto del

patio―. Vi la hoja de arce de Milo. Definitivamente es un Chloe Branson

original.

Aralie rueda los ojos épica y dramáticamente.

―Noah, es una hoja ―murmura.

Él alza sus cejas.

―¿Viste la versión de antes o después?

―Lo que sea ―dice Aralie―. Eres molesto. Por esa razón no salgo

contigo.

Se levanta y camina hacia la puerta del patio, pero yo la detengo.

Rápidamente le digo lo del almuerzo con Paige, y que no quiero ir sola. Aralie

no soporta a Paige, así que me sorprende cuando dice que irá. Tal vez sólo

quiere unos instantes en el planeta Tierra también.

Emery se va junto con Aralie, dejándome con las únicas personas en esta

casa que conocen mi secreto.

Noah sonríe.

―Me gustó el corazón. Lo deberías haber dejado.

―Noah ―dice Milo con su voz grave―, ¿te acuerdas de lo que ella te hizo

la última vez que la provocaste, no?

―¡No! ―grita Noah mientras abraza su propio cuerpo―. Me encanta esta

camisa. Me callo, lo juro.

La puerta del patio se abre de nuevo antes de que Milo o yo podamos

regañar a Noah por hablar de nuestra relación (o lo que sea que es) en voz alta.

Aralie nos mira fijamente.

―Tenemos un problema ―dice―. Mamá ha dicho que debemos llevar a

Emery con nosotras.

Mi corazón parece un tambor rápido latiendo fuera de control. Miro la

puerta doble de entrada de la pizzería, pero no me atrevo a salir del auto.

Aralie mira hacia adelante, sabiendo que Paige y Lauren están dentro

esperándonos.

―Mi estómago está gruñendo ―gime Emery desde el asiento trasero.

Le hemos estado dando una lección durante todo el camino hasta aquí, pero

aún no me siento segura. Mamá le dio una conferencia antes de salir de casa.

No puedo creer que mamá nos haya puesto en esta situación. Sí, ya sé que

Emery está empujando a Benji hasta el punto del Prozac, pero todos vamos a

necesitar una receta cuando a Emery se le escape y nuestra casa esté

bombardeada con Saturnites.

―Está bien, este es el asunto ―dice Aralie, torciendo alrededor para mirar

a Emery―. No menciones a Spaceships Around Saturn en absoluto.

―Pero… pero, ¿qué tal si me preguntan quién es mi cantante favorito?

―pregunta Emery.

La miro por el espejo retrovisor. Su rostro se arruga otra vez como una

muñeca fea. Oh, Dios por favor, no empieces a llorar.

―Ehm ―digo―. Nadie te va a preguntar. A ellos no les importan los

chicos. Ni siquiera los mencionarán.

Suspira muy fuerte, y deja que sus hombros caigan hacia adelante. Tiene

que haber algo más en el pequeño cerebro de Emery además de naves

espaciales, Saturno y Benji Baccarani. Tal vez pueda sentarse en silencio y

comer pizza, así podremos irnos pronto con la excusa de que ella está con

nosotros. Será nuestro boleto de salida. ¿A quién engaño? Va a sentarse, gritar

el nombre de Benji y contorsionar su rostro con la sonrisa de una hiena

disecada.

Aralie abre la puerta del lado del pasajero.

―Vamos a acabar con esto ―dice.

Caminamos como en una marcha fúnebre, como si nos llevaran a nuestras

ejecuciones. Emery se aferra a mi brazo, apretando mis muñecas cada pocos

segundos. Aralie alcanza a Lauren y Paige en una mesa con bancos corridos

de la esquina. Al menos no estaremos en medio del lugar. Si Emery no se

calla, tal vez podamos deslizarnos y escapar antes de que se extienda el rumor

por toda la pizzería.

Otra vez, con Lauren y Paige, es imposible que Emery se calle, jamás

podría permanecer el secreto. Será mejor que Emery no respire ni una palabra

sobre Spaceships Around Saturn. Paige ondea su brazo cuando nos descubre.

Aralie es la primera en deslizarse dentro de la mesa de esquinas redondeadas.

Pegamos a Emery entre nosotras, y tomo el asiento más cercano a la salida. Si

esto va mal, nuestro plan es que Aralie hable lo suficientemente alto para que

ahogue la voz de Emery, mientras que yo la arrastro a toda prisa hacia el

coche.

―Finalmente ―dice Lauren. Deja caer su pelo sobre su hombro―. Ahora

podremos ordenar. Muero de hambre y las hermanas Branson nunca llegan a

tiempo.

Muerdo mis labios y veo cómo la camarera garabatea la orden de Lauren.

Sabía que Lauren estaría enojada con nosotras. Nos perdimos su fiesta después

de que lo del encierro pasara. Debido a ello, se siente obligada a llevar a Paige

a Florida con ella. Además, siempre pensó que yo era una tonta por no dormir

con Deacon porque “todas las chicas en la escuela quieren estar con él”.

Y no me gusta que se refiera a nosotras como las hermanas Branson. La

única persona que se refiere a mí por mi apellido es Milo. Es prácticamente la

única persona que tiene ese privilegio.

Emery se retuerce junto a mí.

―¿Cuánto tiempo les toma tenerlas listas? ―le pregunta.

Ha tomado un repentino gusto por el peperonni, el favorito de Benji, y tiene

ansia de algunos en este momento.

―Tomará un poco ―digo yo―. Tienen que…

No termino mi oración porque escucho su voz. Mi cuerpo se mueve en

cámara lenta y mi cabeza gira hacia la pantalla de la pared. ¡El video musical

de “Music up, Windows Down” en la maldita pantalla plana! ¡Y es el verso de

Milo!

Antes de que pueda morir completamente por dentro, la voz de Emery

suena a través del Universo.

―¡Esta es mi canción favorita! ―grita―. Me encanta Spaceships Around

Saturn. ¡Benji es mi persona favorita de la banda!

―Él es lindo ―Paige está de acuerdo―. No puedo creer que alguien les

haya disparado. Me pregunto dónde están. Apuesto a que están en Canadá con

sus familias.

Lauren asiente con la cabeza en señal de acuerdo

―Ellos probablemente no terminen su gira aquí, y si lo hacen, nunca

volverán.

Emery arruga las cejas. Sus labios en un semi-puchero, pero supongo que es

su cara de cuando está enojada.

―Benji es mío ―dice rechinando los dientes.

Oh, ¿en serio, Emery? ¿Alguien acaba de decir que tu banda favorita podría

no volver nunca a Estados Unidos y te preocupas porque crees que alguien te

está robando a Benji? Tiene diecinueve años. No va a salir contigo.

Paige se ríe.

―No te preocupes, Emery. No es mi tipo. Creo que me gustaría más un

chico maaaalo ―dice, casi cantando la palabra malo.

Emery sacude la cabeza

―Uhm, Jules no le va a gustar. Y huele a mariquitas aplastadas de todos

modos.

Lauren mueve su nariz.

―¿Cómo sabes a qué huele?

Tan segura como nunca, Emery sonríe.

―Fuma cigarrillos ―afirma.

―Bueno, sí ―dice Paige―. Es el chico malo, se supone que lo haga.

No puedo creer que estemos teniendo esta conversación. Tengo que

terminarla antes de que las cosas vayan demasiado lejos. Puesto que Aralie no

ha saltado a defender a Jules, es seguro que es Equipo Tate. No puedo esperar

a decírselo a Milo en cuanto regresemos. ¿Oh Dios, Chloe, en serio? ¡No

pienses en Milo!

―Entonces ―interrumpo―, ¿cuándo se van a Florida?

―El mes que viene ―contesta Lauren―. Habíamos planeado el viaje para

antes, pero ya que inesperadamente se canceló el vuelo de Paige, lo hemos

reprogramado, así podrá ir con nosotras. No es justo que no pueda ir ya que

otras personas aparentemente tienen problemas.

―Sí ―Emery está de acuerdo. Apoya los codos sobre la mesa y se inclina

hacia adelante.

Todas esperamos en ese momento épico de silencio, como en una película,

a que el edificio explote, o aparezcan zombis o haya una erupción desde el

suelo. Tal vez nos rescataría la banda de rock obsesionada con zombies de

Aralie. Ya conocí a Sebastian’s Shadows, y Emery conoció a Spaceships

Around Saturn. Es justo que Mutilated Arteries sea el siguiente. Las hermanas

Branson son dos por tres. Podemos hacerlo.

―Es como… ―Emery hace una pausa y me mira. Luego mira hacia

Lauren y Paige―. Es como cuando te quejas de alguien por estar desnudo en

el cuarto de tu hermana. Entonces te metes en problemas por acusarlos, pero la

persona desnuda no se mete en problemas por estar desnuda.

Oh, mi Saturno. Quiero no morir completamente ahora mimo. Si hay algo

que quiero olvidar de este encierro, es la malinterpretada desnudez.

Malentendido que me costó dos días sin Milo. Eso ni siquiera incluye la

vergüenza, la humillación o el corazón roto.

―Aralie ―dice Lauren―. ¿Estás saliendo con alguien?

Claro, la Reina del Hielo Chloe nunca tendría un chico desnudo en su

habitación. Menos aún al siempre glorioso Milo de Spaceships Around Saturn.

No puedo creer que haya pensado por un momento que creerían que era yo. La

palabra novio estaba prohibida en mi vocabulario en ese momento.

Haber salido de casa fue una mala idea. Desde un inicio debí de haberme

quedado en casa con los chistes de Noah, las malas notas altas de Benji y los

ojos color caramelo de Milo. Dispara, podía tomar a Aralie y a Jules otra

ronda de boxeo. Incluso dejaría que Tate riera todo el tiempo.

Lauren mira hacia atrás a la pantalla plana. El video musical acabó hace

unos instantes. Pero hay un segmento de noticias sobre los chicos. Todas las

chicas lloran a las cámaras antes de perderse los espectáculos. Todas hablan

sobre cómo va a terminar el verano.

―Ellos nunca volverán a venir aquí ―dice Lauren―. Quiero decir, llegan

a Estados Unidos para su primera gira y ¡BAM! Alguien intenta matarlos.

Apuesto a que odian América.

―¡No! ―grita Emery. Salta hacia delante, encima de la mesa―. ¡Les

encanta América!

Aralie y yo tomamos a nuestra hermanita simultáneamente y tiramos de su

espalda. Esto ha ido demasiado lejos. Va a decirlo en cualquier momento.

Mamá debería saber que lo mejor es dejar a Emery en casa. No hay ninguna

forma de contener una Saturnite de casi seis años de edad. El universo no está

preparado para gente como Emery. Tacha eso, no hay quien se pueda

comparar a Emery.

―Tranquila ―le digo―. Estoy segura de que la banda regresará a Estados

Unidos y apuesto a que mamá y papá comprarán boletos para ti. Lo haremos si

tú te caaaalmaaaas.

Arrastro la última palabra como Milo en su Twitter. No creo que la pequeña

Saturnite sepa qué hacer con ella. Está en un mundo donde no puede decir su

secreto más grande ni una vez. ¿Por qué no pudo la pantalla plana reproducir

imágenes de One Direction? Son más famosos que Spaceships Around Saturn.

La camarera interrumpe el pánico de Emery y coloca dos grandes pizzas

sobre la mesa, delante de nosotras.

Tomo una rebanada de peperonni para Emery. No mentía acerca de tener

hambre. Esta es la primera vez que la veo más atenta con la comida que con lo

del encierro con Benji.

Doy tres mordidas a mi pizza cuando suena mi celular. Mamá está llamando

y el celular parpadea.

―¿Hola? ―digo, con la esperanza de que no me diga que el encierro ha

acabado y los chicos ya se van.

―Hola. Señorita Branson ―dice Milo.

―Hola... mamá ―tartamudeo―. ¿Hay alguna razón para que llames en un

momento tan inoportuno? Sabes que estoy con Paige y Lauren, ¿verdad?

―Oh, Chloe ―dice Milo―. ¿Estoy haciendo esto incómodo para ti?

Incomodo es ironía. Ruego porque Emery no escuche su voz a través del

parlante. Seguramente Milo sabe que debe bajar el tono de voz. No puedo

creer que mamá le deje utilizar su celular para llamarme. Ella tiene que estar

con él. No se arriesgaría dándole el teléfono para que hablen sin control. Por

otra parte, ella confía en Milo.

Él aclara su garganta.

―Estoy con mi amigo de mierda Julian Rossi, quien quería saber si serías

tan amable de traer comida.

―Mantente en línea, mamá ―digo al teléfono y me levanto de la mesa.

Aralie me lanza una mirada fraternal en la que me deja ver que entiende que

la llamada no es de mamá. De hecho, le habla a la mesera y le pide una caja

para llevar cuando me alejo de la mesa. No digo nada más hasta que estoy en

el estacionamiento.

―Milo Grayson. ¿Tienes idea de lo que me hiciste pasar? ―pregunto.

Se ríe, ni siquiera puedo enojarme.

―Lo siento, realmente morimos de hambre. Aralie le dijo a Jules que nunca

le haría un favor, y tú no lo harías por él por la última vez que te pidió un

favor. Así que estoy llamando. Tu madre dijo que no lo harías a menos que te

sintieras culpable y sugirió que yo llamara ya que yo he defendido tu honor

antes. ―Suspiro y busco una lapicera en mi bolso.

―Ordene cuando esté listo, señor Grayson.

Capítulo Quince

Me quedo merodeando en la cocina, en mis pantalones de pijama y una

camiseta sin mangas. El sol apenas ha salido afuera y no sé ni cómo estoy

despierta. Noah y Milo me mantuvieron viendo películas hasta muy tarde en la

noche.

El microondas da vueltas, calentando sobras de pizza de la noche anterior.

Aralie, Emery, y yo tuvimos que conducir alrededor de la cuadra unas cuantas

veces hasta que Paige y Lauren salieron, antes de que pudiéramos recoger la

enorme orden que Milo y Jules pidieron. El microondas emite un pitido y lo

abro antes de que despierte a toda la casa.

―Buenos días, hermosa ―Milo dice detrás de mí.

Me giro, deseando que me hubiese tomado el tiempo para quitarme el

maquillaje de ayer y volver a pintarme la cara. Al menos me pasé el cepillo

por el cabello, lo que es más de lo que él ha hecho. ¿Cómo es que él se ve aún

lindo con el cabello desordenado y ojos soñolientos?

Él envuelve sus brazos alrededor de mí, me tira contra su pecho, y besa mi

frente.

―¿Por qué estás despierta? ―pregunta.

―Podría preguntarte lo mismo ―le digo.

Él bosteza en respuesta, y me río. Eso es más o menos lo que siento. Agarro

mi pizza medio caliente y Milo me sigue a la mesa del comedor. Se sienta a

mi lado, comiendo los pepperonis que extraigo de la tajada, pero él no dice

nada más.

Después de un silencioso desayuno, salimos al patio para ver el sol

colándose entre las nubes. Milo se sienta en un lado de la piscina y deja

colgados sus pies dentro del agua, enviando ondas a través de la tranquila

piscina mañanera.

―Nademos esta noche ―dice―. Ya sabes, sólo los dos. Después de

medianoche.

Me siento a su lado y sumerjo mis pies en el agua. Está más fría de lo que

esperaba en una mañana de verano. Un escalofrío se precipita sobre mi piel, y

la piel de gallina brota en mis piernas.

―Te estás volviendo valiente ―le digo, dándole un codazo en el costado―.

Sabes que nos podrían atrapar ¿verdad?

Se encoge de hombros.

―Ya he estado desnudo en tu dormitorio. No puede ser mucho peor que eso.

Cierro mi brazo alrededor del suyo y descanso mi cabeza en su hombro. Las

tonalidades de rosa y naranja surcan el cielo. Una enorme tristeza me golpea

cuando pienso en las mariposas que tienen que sangrar y morir para dar color

a nuestro mundo cada día.

―¿Sabes qué? ―pregunta― Deberíamos…

Él deja de hablar, y oigo por qué.

Voces. Bueno, una voz.

Aralie se ríe de algo, y Milo salpica el pie en el agua para alertarla de que

alguien más está afuera.

Ella se queda en silencio. Hay un "shhh" de nuevo, como la otra noche en

su dormitorio. Pasos corretean por el césped en otra dirección.

Los ojos de Milo se iluminan.

―Deberíamos ir a ver quién está con ella ―susurra.

―Entonces tendríamos que explicar lo que estamos haciendo aquí solos

―le susurro de vuelta.

Él entrecierra los ojos para ver, pero la cerca bloquea nuestra visión. Me

pregunto si pueden vernos, si están mirando a través de las grietas y

preguntándose por qué estoy acurrucada junto a Milo al amanecer.

Un “whoosh” corta el aire, y la pelota de playa purpura de Emery vuela

sobre la cerca. Esta golpea el agua de la piscina y flota hacia nosotros. Me

levanto de un salto y corro a través del patio, dejando un rastro de huellas

mojadas detrás de mí.

Pero a Milo le gusta demasiado jugar esto. Él agarra la red de la piscina y

tira la pelota de plástico hacia él. Sacude el agua de esta y da unos pasos hacia

atrás. Luego, como una estrella de la NFL a punto de ganar el Súper Tazón,

patea la pelota con todas sus fuerzas. Esta se eleva sobre las cerca como un

planeta purpura cayendo del espacio.

―¡Ve! ―susurra mientras se precipita hacia mí.

Tan pronto como estamos a salvo dentro de la cocina, Milo toma la cortina

y tira de ella a través de la puerta de vidrio corrediza. Esta se balancea por un

momento, como si estuviese insegura de sí misma. Rara vez bloqueamos

nuestra vista de la piscina.

―Necesitamos una ventana ―dice Milo, aun manteniendo la voz baja.

A veces creo que los chicos están más metidos en el drama y el chisme que

las chicas. Él me mira fijamente con ojos bien abiertos y a la espera de una

respuesta.

―Arriba ―digo―, pero tenemos que ser silenciosos.

Nos apresuramos hacia el viejo cuarto de artesanías con el piano de mi

mamá. Cuenta con la mejor vista del patio trasero, desde la piscina hasta la

casa del árbol, aunque la casa del árbol se ve muy pequeña desde aquí.

Sin embargo, el patio está vacío. No hay señales de Aralie. No hay señales

de Tate o Jules. Ellos tampoco encontraron una manera de volver adentro

mientras los buscábamos o han encontrado un gran escondite afuera. Por lo

que sé, ellos pueden estar en la casa del árbol.

Pero apuesto a que un chico de Saturn no le está cantando un cover a mi

hermana.

Milo estira su cuello para ver por la ventana. Suspira en derrota.

―Debería simplemente echar un vistazo en sus cuartos y ver quien esta aun

aquí ―dice.

Incluso cuando no puedo ver la expresión de mi cara, siento como que

tengo una de esas caras de mamá. Soy muy joven para empezar a sonar como

ella, así que no digo nada. Desearía poder volver a tener un rostro inexpresivo.

―¿Qué? ―pregunta Milo―. Sólo quiero saber.

Él se encoge de hombros como si no fuera gran cosa y camina por la

habitación hacia la puerta. Yo sigo detrás de él, por la escalera y de regreso a

su habitación. Es raro estar aquí. Las habitaciones para huéspedes se

encuentran en un ala distinta, afuera del pasillo de Aralie, Emery y mío.

Nunca nos molestamos en venir aquí, y si lo hacemos, tenemos compañía

durante la noche, por lo general consta de amistades de la escuela secundaria

de mamá. Por eso definitivamente evitamos aventurarnos por este camino.

Milo lo ha hecho suyo. Papeles dispersados por todo el escritorio con letras

de canciones al azar. Hay unas pocas páginas con partituras y un paquete de

nuevas cuerdas de guitarra. Su guitarra descansa en la pared, junto a una pila

de ropa sucia. Si hubiera un Xbox aquí, se sentiría como si fuera realmente su

cuarto.

―Lo siento ―dice, tumbándose en la cama―. Me sentiría mejor si…

Su voz se apaga, y se da la vuelta para enterrar su cara en la almohada. Está

claro que no quiere tener esta conversación. Me siento al final de la cama,

sintiéndome tan no deseada como la ropa de Jules en el extremo de la cama de

Aralie. Él quiere saber con quién se está escapando Aralie y así poder darles

un sermón sobre los peligros de tener una novia mientras se está en una banda

de chicos.

―¿Te sentirías mejor si qué? ―pregunto― ¿Si supieras? ¿Y entonces

podrías detener lo que está pasando con ellos? ¿Y entonces podrías detener a

Aralie de “destrozar” la banda?

Su rostro permanece enterrado. Por lo tanto se pierde mis comillas en el aire

alrededor de la palabra “destrozar”. No me gusta cómo ahora todo esto es

repentinamente culpa de Aralie. Tate es tan culpable como ella, y Milo no

tiene ninguna razón para juzgarlos porque él me dio un beso cuando

jugábamos al escondite.

Él se voltea y se fuerza a sentarse.

―No ―dice―. Quería que ellos se confesaran primero así los de

administración no van a explotar tanto cuando les cuente sobre nosotros.

Nosotros. Él acaba de decir nosotros. Como si los dos Milo y yo…

fuéramos uno. No solo eso, también uso la gran palabra con A: administración.

Mis labios tiemblan mientras inhalo y trato de formar palabras. En vez de eso

sólo exhalo inestablemente, como si estuviera hiperventilando o agitándome.

Me mira por medio segundo y luego se desliza hacia el final de la cama. No

dice nada, pero toma mi mano y la aprieta. Luego la pone contra su pecho.

―Esta es mi teoría ―dice―. Si uno de nosotros tiene una novia, ese chico

va sufrir el infierno. Pero si dos de nosotros tenemos novias, entonces

podemos aliarnos y defender nuestro punto.

Novia. ¿Por qué esta increíblemente maravillosa y aun así aterradora

palabra, Milo? ¿Cómo puede siquiera esperar que responda a eso? Ni siquiera

puedo respirar, ¡mucho menos hablar!

―Lo siento ―escupe después de ver el evidente pánico en mi cara. Suelta

mí mano―. Nunca dijiste que querías ser mi novia. Estoy apresurando las

cosas, ¿verdad? Esto es una locura, ¿no? Ni siquiera sabes mi cumpleaños o

mi segundo nombre o todas esas otras cosas que probablemente deberías saber

antes de que yo empiece a decir locuras.

Su cumpleaños es el veintiuno de Noviembre. Su segundo nombre es David.

Su película favorita es Point Break, y le gustaría vivir cerca de una playa. Él

podría sobrevivir con leche y Oreos, y sería feliz.

No le digo que conozco esas cosas o entonces sabrá que paso demasiadas

horas googleándolo y memorizando cada detalle de su existencia. Siento que

el término “fangirl” se queda corto. Saturnite ni siquiera lo cubre.

Definitivamente soy merecedora de un ascenso de Saturnite. ¿Tal vez soy una

súper Saturnite? Me refiero a que el chico me besó. Eso cuenta aún más ¿o

no?

―Chloe ―dice Milo, interrumpiendo mi fangirleo―. Di algo ¿Por favor?

Dime que me calle o que me odias ¿Algo?

―No te odio ―digo, deseando instantáneamente que hubiese dicho algo

más primero.

―Eso es un comienzo ―dice.

Quiero decirle que sí, se está apresurando, y sí, esto es una locura, pero no,

no me importa ni un poco. Estoy absolutamente loca por él, incluso en este

súper corto periodo de tiempo. Ni siquiera sería un problema si él fuese tan

sólo un chico de la escuela. Entonces sería completamente normal estar

obsesionada después de una semana porque soy una chica, ¡y eso es lo que

hacemos! Pero él es famoso, y yo no soy nada, y su equipo de administración

no va a estar tranquilo con todo el asunto del encierro y el noviazgo.

Sin embargo, ni siquiera puedo empezar a decir esas cosas. En cambio, sólo

las dejo ir completamente y me río.

―Al menos no estás llorando ―dice Milo.

―No hay razón para llorar ―le aseguro.

Pero luego eso me golpea. Hay una razón. El encierro no va a durar toda la

vida. Creo que puede ser peor que las suicidas mariposas que esparcen color.

Él tiene que regresar a la gira, obviamente. Tiene que seguir haciendo música

y viviendo su sueño y haciendo millones de personas (chicas) felices

diariamente. El encierro está impidiéndole hacer lo que hace mejor. Sí, eso me

beneficia, pero es como vivir en un mundo a blanco y negro.

Es por eso que las mariposas tienen que morir. El mundo necesita color. El

mundo necesita a Milo.

Me inclino hacia él y lo beso en la mejilla.

―Voy a tomar una ducha ―digo―. ¿Hablaremos más tarde?

Él asiente, pero creo que asentiría si dijera que voy a saltar del techo. Está

en ese modo de chico robótico donde estará de acuerdo con cualquier cosa que

haga o diga para no empeorar las cosas más de lo que cree que ya hizo.

Me tumbo de nuevo en la cama y dejo que mi pelo mojado humedezca mi

almohada. Me hubiera quedado en la ducha durante horas si el agua no

hubiese comenzado a ponerse fría. Hay demasiadas personas utilizando el

suministro de agua caliente en nuestra casa en estos días.

Por el pasillo, Aralie grita algo sobre Mutilated Arteries y cierra de golpe su

puerta. Momentos más tarde, Emery pasa por mi dormitorio corriendo. Sus

pasos son muy distintos. Ella grita algo sobre Twitter. Debe estar buscando a

Benji. Yo podría estar en la cama todo el día, evitar el mundo, y estar

perfectamente contenta con eso.

Eso es una mentira. Me lamentaría porque estaría evitando a Milo también.

Me obligo a levantarme, reponerme ir de vuelta a abajo. No puedo

acobardarme. Una vez el encierro haya terminado, los chicos van a estar de

vuelta en la carretera, con millones de chicas arrojándoseles todo el tiempo.

Esta puede ser la única oportunidad que alguna vez tenga para hacer realmente

a este chico mío.

Emery está hablando sin parar cuando doblo la esquina de la planta baja.

Sigo sus palabras hasta que la encuentro en la sala más pequeña afuera del

vestíbulo, donde nos sentamos la noche en la que nos enteramos del encierro.

―Estoy vistiendo verde, y tú estás vistiendo verde, eso significa que

estaremos juntos para siempre ―le explica a Benji.

Le echo un vistazo a mi camiseta blanca con borde negro. Gracias a Dios no

estoy de verde o Emery me acusaría de arruinarle su relación con Benji. Milo

me observa mientras entro a la sala de estar. Esta vistiendo una camiseta

blanca. Un triángulo negro está en el centro de su camisa. Es un botón de play,

como en un reproductor de CD. Hay un botón de pausa junto a él.

Genial. Ambos estamos vistiendo algo blanco con un toque de negro.

Estamos destinados a estar juntos para siempre.

―Oooooooh ―Emery hace un arrullo cuando me ve―. Chloe y Milo están

vistiendo los mismos colores.

Por supuesto, Emery notaría algo así. Una tonta sonrisa aparece en el rostro

de Milo.

―Lo siento Chloe ―dice Milo―. Estás atrapada conmigo para siempre

ahora. Son las reglas de Emery.

Benji se quita su camisa y se la lanza a Milo.

―¿Quieres intercambiar, hermano?

Milo le lanza la camisa verde de vuelta a Benji.

―De ninguna manera… hermano.

Benji se queda mirando la camisa en su mano por un momento, como si no

quisiera ponérsela de nuevo ya que esta maldita con lazos eternos con Emery.

Un corazón con una cerradura decora su pecho. Me pregunto si tiene una llave

tatuada en algún otro lado.

―Ayer la amiga de Chloe, Lauren, dio que no serías mi mejor amigo si me

conocieras ―ella le informa a Benji.

Uno, Lauren no es mi amiga. Y dos, felicitaciones a Emery por realmente

mantener nuestro secreto a través de los rudos comentarios de Lauren. Me

atrevo a atravesar la sala y sentarme en el sofá con Milo. Es un poco

nostálgico, sentarme en el mismo sofá donde nos conocimos por primera

vez… cuando estaba cautivada por sus ojos caramelo y su increíble esencia

masculina.

―Pero ―dice Emery―, ¿sabes que le dije? Le dije que si te conociera, te

haría un brazalete de amistad, y te gustaría, y te lo pondrías todos los días.

Benji sostiene su muñeca. Ese brazalete azul y verde tejido a mano me mira.

La fibra azul se ha desenredado un poco más, pero no lo menciono o Emery

querrá arreglarla o hacer una completamente nueva.

Milo me mira con su pícara pero adorable sonrisa. Me gustaría saber lo que

está pensando. Justo cuando creo que está a punto de decir algo, Emery lo

interrumpe.

―Un día ―dice, encarando a Benji mientras este se rinde a ponerse su

camisa de nuevo―, ¿entrarás a Twitter y le dirás a todo el mundo que yo soy

realmente tu mejor amiga? ¿Y puedes publicar fotografías de nosotros? ¿Y

una fotografía de tu brazalete? ¿Y decirle a todo el mundo mi nombre? En el

Twitter real, no en la nevera.

Mamá aclara su garganta desde el pasillo.

―Emery, cariño, estoy segura de que Benji le contará a todos acerca de la

nueva amiga que hizo durante el encierro ―dice―. Ahora, ve a ponerte los

zapatos. Irás a mi clase de artesanías conmigo hoy.

Una salpicadura de “¡Aleluya!” empapa la cara de Benji. Este encierro

puede ser un descanso de la locura de ir de gira y de las enloquecidas fans,

pero el pobre chico no ha podido descansar de Emery desde que ha estado

aquí. Apuesto a que ella le balbucea incluso mientras duerme.

Los hombros de Emery se desploman, y ella se arrastra hacia las escaleras,

mirando hacia atrás con ojos tristes cada pocos segundos con la esperanza de

que mamá le deje quedarse aquí con nosotros. Mamá no le da tregua, sin

embargo, y Emery finalmente camina lentamente por las escaleras, pisando

cada una como si estuviera aplastando mariquitas para el próximo paquete de

cigarrillos de Jules.

Mama nos voltea a mirar.

―Disfruta el silencio ―dice mirando a Benji.

Benji se ríe y murmura algo acerca de ponerse al día con el sueño. Él vuela

hacia arriba antes de que Emery baje, probablemente con la esperanza de

escapar antes de cruzar su camino con la pequeña Saturnite otra vez.

Mamá agarra las llaves y nos pide a Milo y a mí que "mantengamos las

cosas bien aquí". Ella nos deja solos en la sala de estar.

Milo toma mi mano.

―Parece que estamos solos otra vez ―dice―. ¿Estás lista para hablar

sobre esta mañana?

Capítulo Dieciséis

Esta puede llegar a ser la conversación más aterradora a la que me haya

enfrentado en toda mi vida. Bueno, quizás no “toda”, pero hasta el momento

sí. Aun así, esta conversación tenía que llegar y no sería menos intimidante

ahora que al final del encierro.

―Aquí no ―digo―. Vayamos a algún otro lugar y hablemos.

Quizás mamá y Emery se hayan ido, y puede que no tenga ni idea de dónde

se encuentra Godfrey, pero aun así hay demasiados oídos en esta casa para una

conversación así. Milo hace un mohín mientras se encoge de hombros. Tiene

razón: aquí no hay ningún lugar seguro para hablar.

Me levanto y le hago señas para que me siga. La casa del árbol está

demasiado lejos de la casa principal como para ocultarse en este momento.

Cualquiera podría vernos haciendo esa caminata a través del patio. Cuanto

menos expuestos estemos, más oportunidades tendremos de no ser

interrumpidos. No sé qué estarán haciendo sus hermanos de Saturno, aparte de

Benji, quien está tomando una siesta, pero afortunadamente estarán ocupados

por el momento.

En la parte alta de las escaleras veo una sombra apoyada en el marco de la

puerta de Aralie. Tate se aleja un poco y veo el pánico reflejado su rostro.

―Así que... sí, claro ¿puedo tomar prestada esa película? ―pregunta hacia

el interior de la habitación, mucha más alto de lo necesario.

Le dirijo una mirada a Milo, quien se detiene en los escalones y me anima a

continuar. Formo las palabras “mi habitación” con los labios y continúo hacia

mi puerta sin él. Tate sostiene cualquiera que haya sido el DVD que Aralie le

haya entregado, y se apresura a volver al ala donde están las habitaciones de

Saturn, fuera de nuestro pasillo. Dejo la puerta abierta y espero. Instantes

después de que la puerto de Tate se cierre haciendo eco, Milo entra a mi

habitación.

―Tenías razón ―me dice Milo, tan pronto como cierra la puerta de mi

habitación. Traba la puerta con un giro del pomo y me mira―,

definitivamente es Tate.

―Sabe que fue atrapado ―le respondo.

Milo se recuesta sobre la puerta.

―No puedo creer que no me lo haya dicho ―menciona―. Somos Tito. Se

supone que me mantendría al tanto de estas cosas.

―Claro ―le respondo―, porque tú lo mantienes completamente al tanto.

Milo intenta mostrarme una expresión sarcástica, pero falla completamente

porque no puede dejar de sonreír.

Se pasea por mi habitación hasta llegar a mi cama y sentarse a mi lado.

―Bueno... ―comienza a decir tras un minuto o dos de silencio―. Esto

puede seguir de una de dos maneras. Uno: puedo disculparme por haberme ido

por las ramas con mi imaginación y nunca más sacarlo a relucir. O dos:

podemos intentar encontrar un modo de hacer que esto funcione.

Tomo un bocado profundo de aire para prepararme a mí misma acerca de lo

que estoy a punto de decir.

―Entonces, haremos que funcione.

―¿Estás segura de eso? ―me cuestiona―. ¿No necesitas tiempo para

pensarlo mejor o para sopesar tus opciones o ver todos los pros y los contras?

―No ―le respondo sacudiendo mi cabeza―. Estoy muy segura.

―Eso es bueno.

Me empuja sobre la cama, el peso de su cuerpo me atrapa entre él y las

sábanas violáceas. Sus labios trazan ligeramente un mapa desde la línea de mi

mandíbula hasta encontrar mi boca. Todo acerca del modo en que me besa es

perfecto.

Se aleja un poco y sonríe.

―¿Sabes una cosa? ―me susurra―. El encierro es lo mejor que me ha

pasado desde Spaceships Around Saturn.

No puedo evitar reírme.

―¿Sabes? Alguien intentó matarlos ―le recuerdo.

―Lo sé ―menciona, quedándose junto a mí en la cama―, pero estamos

vivos, te conocí y las cosas resultaron bien, ¿no crees?

Por ahora. Aún no entiendo cómo pretende hacer que las cosas funcionen

después del encierro. Nunca seré capaz de verlo. Estará constantemente

ocupado en el estudio, viajando y acercándose a las millones de chicas que lo

adoran. Para el final del verano, seré afortunada si siquiera recuerda mi

nombre.

Entrelazo mis dedos en su cabello y lo aparto un poco para poder sentarme.

―¿Qué le dirás al equipo de administración? ―le pregunto.

Por mucho que me gustaría poder fundirme con él en este momento y

disfrutar de cada segundo que está aquí conmigo, no puedo dejar de pensar

acerca de qué tan diferente será una vez él se haya marchado.

Se sienta junto a mí en silencio, como si estuviese intentando pensar en qué

le diría a su manager, ya que aún no había pensado en ello.

―Te seré honesto ―me dice―. Eres la primera chica real con la que he

sido capaz de pasar un rato en bastante tiempo, y me quieres por mí y no

porque soy famoso e increíblemente sexy.

Me sonríe y espera por mi reacción. Cuando nota que no digo nada, me

rodea con sus brazos y me sostiene más cerca de él.

―No dejaré de verte sólo porque el encierro termine ―me asegura―, y las

fans lo superarán. No puedo estar soltero por siempre sólo porque les guste

soñar con estar en tu lugar. Aún tendrán a Benji, a menos que Emery las mate

a todas.

No puedo evitar reírme. Pensar en la Emery después de que el encierro

termine es algo aterrador. Estuvo estancada hablándonos de Benji Bikini

desde hacía demasiado tiempo, pero ahora su clamor se había elevado a un

nuevo nivel. Él en verdad está usando su brazalete de la amistad. Jugó con ella

a las escondidas, la ayudó a mover las agujas del tablero de Twister, y le

enseñó a que le gustara el pepperoni. Emery es verdaderamente la envidia de

cualquier fan de Benji Baccarini en el universo, y ella se encargará de que

todo el mundo lo sepa.

Milo estrecha sus brazos a mi alrededor.

―Lo resolveremos ―me asegura.

―¿Y qué hay de los otros chicos? ―le pregunto.

―Tate está saliendo con tu hermana, así que tendrá que lidiar con las

mismas cosas ―me dice―. Estoy seguro de que puede pasarle esos números

telefónicos a cualquiera de los otros chicos.

―¿Y cómo les diremos a ellos? ¿Y a mi familia? ―Estoy acelerando

demasiado con mis pensamientos.

―A tu mamá ya le caigo bien ―Milo sonríe―. Será simple. Podremos

decirle una vez esté de regreso si quieres.

Por mucho que me guste la idea de hacer público lo nuestro, no creo estar

lista aún. Ser el centro de atención va a ser duro. Las amenazas por Twitter me

van a desbordar. Habrá flashes de cámaras a cualquier lado al que vaya. Estaré

adentrándome en la locura.

―Aún no ―le digo―. Si mamá lo sabe, querrá tenernos vigilados.

Esperaremos hasta el final del encierro. Entonces Aralie y Tate podrán

esclarecer su situación también, y los cuatro podremos enfrentarnos a lo que

se nos presente.

―Lo que usted quiera, señorita Branson ―asiente.

Mamá me envía un mensaje algunos minutos antes de que termine su clase

de manualidades para saber si alguien necesita algo mientras aún está fuera.

Forcé a Milo a que se sentara a ver la primera película de Rainwater en DVD,

mientras Emery y mamá aún estaban fuera. Extrañamente, nadie llegó a ver

qué estábamos haciendo. Imagino que Benji aún está durmiendo, que Aralie

está con Tate, y Noah y Jules se estaban entreteniendo juntos. Quién sabe.

Tampoco me interesaba.

―Vamos a dar una vuelta y ver si alguien necesita algo ―le digo,

forzándome a salir de la cama.

Primero asomo la cabeza fuera para asegurarme de que no hay nadie cerca

espiando. Luego empujo la puerta para que se abra y Milo se me una. Él lo ve

tan pronto como yo.

―¿Por qué hay un recorte de la cabeza de Tate en tu puerta? ―me

pregunta―. La he visto un par de veces, pero no me sentía con el derecho de

preguntártelo hasta ahora.

―Ni idea ―admito―, sigue apareciendo. Emery cree que es Aralie quien

la pone ahí.

Quito la cara sonriente de Tate de la puerta de mi habitación y la devuelvo a

la habitación de Aralie. Me pregunto si esto continuará hasta el final del

encierro o si tendré la cara de Tate Kingsley sonriéndome cada vez que salga

de mi habitación.

Aralie, Jules y Tate están escaleras abajo jugando otra ronda de bowling en

la Wii de papá. De acuerdo con Tate, Noah y Benji están durmiendo. Intento

ver el lenguaje corporal de mi hermana en relación con Tate, y respecto a

Jules también, por si acaso, para ver si podía adivinarse una relación, pero ella

no muestra más que sus brazos moviéndose alrededor y saltos de emoción

cada vez que asesta un golpe.

Básicamente me ignoraron cuando les pregunté si necesitaban algo, así que

me llevé a Milo hacia la cocina para asegurarme de que no nos hacía falta

nada esencial. Le entrego mi teléfono y le digo que le escriba a mi mamá una

lista de compra a medida que indago en la alacena y hago un inventario.

Estamos escasos de Oreos. Noah necesita más leche de fresa, aun cuando no

esté aquí para decírmelo.

―Y limones ―le digo―. Dile que compre tres veces más de lo necesario.

A Benji le gusta el agua con limón. Nunca nos lo ha dicho, pero siempre le

pone limón a su agua y sólo nos quedan dos. No creo que ninguno de los sitios

de fan de las Saturnites lo haya mencionado. Quizás no sea algo demasiado

importante como para decir en las revistas, pero viviendo con él en lo

cotidiano, lo he notado. Creo que mamá lo ha hecho también. No compra

limones a menudo, pero sí lo ha estado haciendo recientemente. Me pregunto

si extrañará a los chicos de SAS cuando esto termine.

―¿Algo más? ―me pregunta, mirando mi celular como si fuera un objeto

extraño.

―Con eso debería alcanzar ―le respondo.

Me devuelve el celular.

―Es raro mandar un mensaje ―me dice―. Finalmente me estoy

acostumbrando a no tener un celular conmigo y luego me regresas a ello.

Extraño el mundo real.

Oh, este chico me parte el alma. No quiero entregárselo al mundo real, pero

detesto ver cuánto le duele esto.

―Oye ―le digo, alcanzando su mano―. Vamos nuevamente al piso de

arriba y miremos el canal de chismes en YouTube que Emery y yo siempre

vemos. Hablan siempre de ustedes.

Es pasada la medianoche, pero Milo está doblado sobre mi cama porque no

puede dejar de reírse de Jules y la infección en la ceja. Ambos estamos

retrasados para nuestra cita de nado, pero creo que la Dosis Diaria de Drama

de Darby era lo que necesitaba para sentirse nuevamente conectado a la

realidad y a sus fans.

En contra del código de chica protectora, incluso le dejé ver los miles de

tweets que las fans le habían enviado. No estaba loggeado a su cuenta, y no

estaba presente en línea, así que en realidad no rompimos ninguna de las

reglas del encierro. La mayoría de los tweets eran similares, chicas deseando

que SAS vuelva a retomar la gira, chicas esperando que estén bien, chicas

implorándole a Milo que haga una aparición online para asegurar que seguía

con vida, y por supuesto, los típicos tweets de “te amo, cásate conmigo”.

Bloquearé a esas chicas luego.

Se inclina hacia mí y me besa en la mejilla.

―Eres la mejor ―me susurra―. Necesitaba eso.

―Entonces, ¿iremos a nadar o acosarás al Internet durante toda la noche, sr.

Grayson? ―le pregunto.

―Déjame que vaya a cambiarme ―me dice―. ¿Te veo abajo?

Asiento y cierro la puerta detrás de él. Las mariposas en mi estómago

vuelan, bailando a mi alrededor en tontos círculos, como hace Noah en el

escenario según el concierto en vivo en DVD. Es como si supieran que estoy a

punto de tener un momento a solas con Milo, y se despiertan y alborotan para

la ocasión. Casi no les doy importancia. En la medida en que estén conmigo

no tendrán que sangrar para el amanecer.

Tomo mi bikini, pensando excesivamente acerca de cada centímetro de mi

cuerpo, cómo me veía y qué pensaría él de mí. Sin importar la cantidad de

veces que he estado en la pileta con los chicos, nunca me había sentido tan

insegura. Pero después de haber tenido la conversación “vamos a estar juntos

después de encierro” con Milo, estoy poniéndome crítica respecto a todo lo

que digo y, especialmente, el modo en que me veo. Me ato la toalla alrededor

y bajo las escaleras.

La puerta corrediza de vidrio se deslizó cuando la moví hacia atrás. Milo

me mira por encima de su hombro.

―Te has tardado ―me dice―. Creí que quizás habrías cambiado de

opinión.

Cinco minutos no es nada en “tiempos de chica”. Él debería saberlo. Lidia

con cientos de mujeres diariamente, aunque sea fuera del encierro. Avanzo por

el camino de concreto, dejo la toalla en una de las reposeras y entro al agua.

―Está fría ―le digo, sacando las piernas de la pileta.

―Vamos, Chloe ―se queja―. Ven aquí y yo mantendré tu calor.

Al diablo. Escalofríos se extienden por toda mi piel y me adentro en el

agua. Tomo una bocanada profunda de aire y me fuerzo a nadar hacia él,

permitiéndole al agua fresca tragarme.

Rodeo su cuello con mis brazos, y él me acerca para un beso. Uno muy

cálido. Sus manos acarician mi espalda. Creo que me está haciendo temblar

más de lo que el agua fría lo hace.

Me mantiene cerca mientras hablamos de Tate y Aralie, de cómo lidiar con

las fans molestas, de tener que ponerle a mi teléfono el servicio de llamadas y

mensajes internacionales, ya que los necesitaríamos una vez termine el

encierro. Meses atrás, mientras superaba lo que había sido el peor

rompimiento, nunca creí que confiaría en un chico tan rápido. Y heme aquí,

aunque nunca imaginé a Milo entrando en mi vida tampoco.

Se inclina para besarme, pero las luces de la cocina se encienden y nos

llegan a través de la ventana, entonces me aparto.

―Alguien está despierto ―le digo―. Y está levantado. Oh, Dios, ¿qué

haremos si se asoma afuera?

Milo se desliza hacia abajo en el agua, apenas manteniendo la coronilla por

encima del agua. Estiro el cuello para ver a través de la ventana, pero sólo

alcanzo a ver una sombra moviéndose alrededor del refrigerador. Si es mamá

y me encuentra sola en la pileta pasada la medianoche con Milo, no me

quedará más que confesar. Lo sabrá. Mamá siempre lo sabe.

Esperamos en medio de un silencio ensordecedor. Es como si mis oídos

zumbaran con una extrema ansiedad y anticipación. La sombra se mueve a

través de la cocina hacia la puerta de vidrio, y entro en pánico.

―Ohdiosmío, ohdiosmío, ohdiosmío. ¡Está viniendo! ―susurro entre

dientes.

―Puedo contener el aliento por cerca de dos minutos ―me dice Milo―.

Así que apresúrate.

Inhala profundamente y se sumerge en el agua. Sujeta mi espinilla con el

brazo y presiona mi piel con su mano. Intento relajarme tanto como me es

posible. Apoyo mis codos sobre el cemento y relajo los hombros, así que

quizás pueda hacerlo pasar como “sólo me relajo en la oscuridad”. Si es

mamá, le diré que sólo necesitaba esclarecer la mente y pasar un tiempo sola.

Con suerte, no notará al chico guapo bajo el agua sujeto a mis piernas.

Pero no es la cabeza de mamá la que se asoma.

―¡Noah! ―le digo, medio aliviada y medio enojada por haber hecho que

me asustara así.

Me agacho y presiono el hombro de Milo. Él no emerge instantáneamente,

así que tanteo en busca de su brazo y tiro de él. Milo busca aire y luego

parpadea varias veces para quitarse el agua de los ojos.

Noah se detiene al costado de la piscina con las manos en las caderas.

―Bueno, Milo David Grayson ―dice―. Por cómo se ven las cosas parece

que te estabas escondiendo de mí.

―Bueno, Noah Pierre Winters ―dice Milo, mientras el agua recorre su

rostro―, estaba escondiéndome de ti, incluso sin saber que eras tú.

Ahora es cuando realmente relajo mis hombros sabiendo que no era mi

mamá andando a hurtadillas y descubriendo mis secretos. Si tenía que ser

alguien, Noah era mi primera opción.

―Creímos que era mi mamá ―le digo―, o Godfrey. Ya sabes, alguien que

no podía vernos juntos… en la piscina… después de la medianoche.

Esta situación al tornarse tan no-escandalosa, se siente como una historia

digna de revista. A decir verdad, con Milo son muchas las cosas que se sienten

dignas de revistas, y él es el menos involucrado en eso de todos los chicos de

Spaceships Around Saturn. Eso probablemente cambie una vez hagamos

público lo nuestro.

Noah se sienta sobre el suelo con las rodillas flexionadas, del mismo modo

en que Tate se acurruca en las esquinas del sofá.

―¿Esto es lo que hacen por diversión? ―nos pregunta―. ¿Escabullirse

mientras todos duermen?

―Aparentemente no todos están durmiendo esta noche ―le responde Milo

encogiéndose de hombros.

Hay un dejo de sarcasmo, o quizás molestia, en su voz. Noah esboza una

sonrisa de “chico listo” y se levanta.

―Ustedes son tan aburridos ―nos dice―. No sé por qué creí que habría

algo de acción. Quiero decir, es Milo de quien estamos hablando, después de

todo.

Me debato entre decirle que la acción ocurre tras las puertas de Aralie, pero

decido no hacerlo en pos de proteger la reputación de mi hermana. No sé qué

tanto ocurre tras su puerta, del mismo modo en que ella no sabe acerca de la

mía. Cuando esté lista para anunciar que está saliendo con Tate, lo sabremos.

Mientras, esperaré impacientemente el momento.

―Voy a dormir ―nos gruñe―. Los veré por la mañana, tortolitos.

Y mientras camina hacia la puerta, suenan dos fuertes chirridos en la noche.

Noah se voltea y me mira. Él lo oyó también. Camina lenta y tranquilamente

hacia la pileta. Sostengo el brazo de Milo para mantenerlo junto a mí. El agua

chapotea a nuestro derredor.

―¿Qué ha sido eso? ―susurra Noah.

―¿Qué ha sido eso? ―pregunta en voz alta Milo.

Tanto Noah como yo lo callamos y el doble chirrido hace eco otra vez.

Siento el pánico dispersarse en mi cara. Mis ojos se abren y estoy al tanto de

que tengo esa expresión al estilo Emery en mi cara, pero no puedo evitarlo.

Conozco el doble chirrido.

Es el auto de papá.

―Ese es mi papá ―le susurro―. No se suponía que volviera hasta mañana.

Noah regresa hacia la puerta, pero no parece tener ningún plan de acción.

Seguro puede ir dentro pero hay una gran posibilidad de que se encuentre con

mi papá.

―¡Espera! ―le susurro―. Noah por favor. Ven aquí. Necesito que hagas

algo por mí.

Me odiará por esto. Quizás me perdone. No tengo opción. No puedo ser

atrapada sola con Milo. Hay una sola cosa que puedo hacer.

Noah se aproxima a la piscina.

―Tu papá los matará. Y no me veré envuelto en esto con ustedes ―me

dice.

―No tienes que hacerlo ―le digo invitándolo a acercarse más con una seña

de mi mano.

Se inclina hacia el agua, preparado para oír el gran plan secreto para salir de

esto. Pero no digo ni una sola palabra. Lo tomo del cuello de su camisa y tiro

de él hacia la pileta.

Capítulo Diecisiete

―Noah ―lo llamo a la puerta, golpeando por tercera vez―. ¿Podrías abrir

la puerta de una vez? Tengo tu ropa aquí.

La sombra de sus pies se mantiene a un lado, pero aún así no me abre. Sabía

que se iba a enojar cuando tiré de él hacia la piscina la noche pasada, pero no

se me había ocurrido ninguna otra manera para ocultar lo mío con Milo.

Papá es tan distraído respecto a cosas de chicas. Él realmente creyó que

ninguno de los tres podía dormir y que por eso decidimos ir a nadar sin que

Emery estuviera dando vueltas. De hecho, se rió y dijo que no nos culpaba.

Luego nos dijo que no nos mantuviésemos despiertos hasta demasiado tarde

dado que tenía “grandes cosas” preparadas para esa mañana. Y finalmente

cuestionó la vestimenta de Noah para nadar.

―Es que estaba muy emocionado y simplemente salté dentro ―Noah le

dijo, forzando una sonrisa mientras la camisa se pegaba a su piel.

Y es por eso que Milo y yo tuvimos que levantarnos extra, extra temprano

para lavar la ropa de Noah. Golpeo la puerta una vez más, pero Noah me dice

que me vaya porque quiere permanecer seco. Me rindo.

Arrastro la cesta azul de la ropa hacia la habitación siguiente, la cual está

abierta. Milo me mira desde la pequeña bolsa de lona que usa para empacar.

―Noah está haciéndose la diva ―le digo―. ¿Puedes guardar su ropa con la

tuya?

―Genial ―dice Milo con un toque de sarcasmo en sus palabras―.Tendré

que oírlo gruñir y quejarse durante los próximos dos días.

Eso significa que yo no tendré que oírlo gimotear durante los próximos dos

días. Entiendo a lo que papá quiere llegar, queriendo darles a los chicos un

descanso de nuestra casa, pero esos dos días de “sólo chicos” pescando van a

ser una miseria para las hermanas Branson. Bueno, al menos para Emery y

para mí.

Llevo la ropa lavada de Noah hasta la cama y le voy entregando prenda por

prenda a Milo. Él toma otra bolsa y empieza a empacar.

―Quizás pase rápido ―me dice, leyendo la expresión entristecida que está

estampada en mi rostro―. Estaré de vuelta antes de que te des cuenta.

―O el encierro puede terminar y los enviarán directo a la gira ―comento.

Esa podría ser mi suerte. Papá y Godfrey llevarían a los chicos de SAS

hacia nuestra cabaña en una prueba de dos días de video juegos, pesca y

comida asada, mientras el gobierno de Estados Unidos atrapa a quien sea que

haya disparado. Así que en vez de volver aquí, los agentes los enviarían hacia

la siguiente ciudad de la gira y les enviarían sus pertenencias desde nuestra

casa.

―Si me envían hacia cualquier otro lugar, tomaré el primer vuelo de vuelta

a ti ¿está bien? ―dice.

Se inclina y me da un rápido beso en la frente antes de seguir empacando.

Así es como será una vez que el encierro termine. Excepto que me imagino

que habrá mucha más gente en nuestra casa. Todo el equipo de SAS estaría

acá. El equipo administrativo estaría metiendo a los chicos dentro de autos

negros con vidrios polarizados. La seguridad estaría cercando la propiedad.

Me pregunto si Milo siquiera tendrá la oportunidad de darme un beso en la

frente.

―¿Chloe? ―Milo me llama intentado regresarme a la Tierra.

―Lo siento ―le digo, entregándole otra camisa de Noah―. Sólo estaba

pensando.

―¿Estás bien? ―me pregunta.

Toma la camisa de Noah pero no se toma la molestia de guardarla. Sólo la

sostiene contra su pecho y me mira esperando por una respuesta.

No, no estoy bien porque me estás dejando por dos días. No estoy bien

porque el encierro terminará en algún momento. No estoy bien porque estoy

aterrada acerca del futuro y qué es lo que va a pasar una vez que vuelvas al

tour y estés lejos de mí. Soy una chica más de entre, literalmente, millones que

te desean ¿Cómo se supone que esté bien?

―Estoy bien ―le miento―. Simplemente no me agrada perder dos días del

encierro contigo.

―No eres buena mentirosa ¿sabes? ―me dice, metiendo la camisa dentro

de la bolsa.

Un golpe en la puerta me hace voltearme. Benji está parado en el marco de

la puerta, con una mano en el otro extremo de la puerta. La palabra “PUTA”

trazada en letras negras en la remera rojo pálido. No debería hacerme sonreír

tanto.

―Oye hombre, cinco minutos más y estamos fuera ―Benji le dice a Milo,

ignorando por completo el hecho de que yo también estoy allí―, y si tenemos

que compartir camas, me la pido contigo.

―Suena bien ―Milo ríe―. Te veo abajo.

Benji me agita la mano a medias a modo de saludo antes de desaparecer. Es

lo más feliz que lo he visto desde que llegó. Estos dos días serán una

bendición para él: sin Emery, sin discusiones entre Aralie y Jules, sin drama ni

nada. Serán sólo él y sus chicos relajándose como si estuviesen en vacaciones

de sus alocadas vidas.

―¿Por qué Benji está pidiéndote como pareja? Creí que tomaría preferencia

por Jules ―le expreso.

Me siento en su cama deseando que estos cinco minutos duren por siempre.

Milo cierra la primera bolsa de lona y coloca la última remera de Noah en la

otra.

―Benji y yo compartimos habitación allá en Montreal, teníamos un

apartamento antes de eso, y él solía quedarse conmigo si tenía visitas

familiares. Tengo un sueño profundo y nunca me muevo, Noah patea toda la

noche y despertarás con moretones si duermes con Tate.

Ah, me haría rica si pudiese tomar fotos de ellos durmiendo en una cama

juntos. Las fans del bromance se volverían locas con eso. Pero en verdad no

creo que pueda hacerlo. Me gusta demasiado Jenji juntos como para

destruirlos.

―No te preocupes ―me dice Milo―. Sólo porque Benji vaya a estar en mi

cama, no significa que no te prefiera a ti en ella.

Él cierra la bolsa de Noah y la cuelga en su hombro. Espero en la cama

mientras lleva las pertenencias de Noah hacia la diva en persona. Esta

habitación está inmaculada, como si Milo hubiese limpiado para evitar

pruebas forenses de que había estado allí en caso de que no fuese a volver.

Incluso había hecho la cama. Me pregunto si las sábanas tendrán su aroma.

Quisiera dormir aquí esta noche.

―Muy bien, señorita Branson ―me dice desde el marco de la puerta―.

Parece que estoy a punto de marcharme, ¿le importaría despedirme?

Atraviesa la habitación caminando, alza su bolsa y me alcanza con su otro

brazo. Le permito levantarme de la cama. Suelta el bolso y me sostiene en alto

en un abrazo que es cálido más que una galletitas recién horneadas.

―Dos días y luego soy tuyo otra vez. Técnicamente, aún seguiría siendo

tuyo aunque duerma con Benji.

Entonces me sonríe, dedicándome el más rápido de los besos, sólo para

mantenernos en lo seguro. Vuelve a sujetar el bolso y lo sigo hacia la puerta.

Busco el interruptor y es en ese instante en que noto la única cosa que dejó

atrás.

―¿No llevarás tu guitarra? ―le pregunto.

―No ―niega―. Dudo siquiera tener la oportunidad de tocarla.

Bajamos trabajosamente las escaleras para entregarlo a sus captores, y me

siento como si estuviese caminando hacia la pizzería para encontrarme con

Paige y Lauren. Nunca que creí que compararía a papá y a Godfrey con

Lauren y Paige. Eww.

Todo el mundo está abajo esperando, rodeados de bolsos y cañas de pescar.

Papá sostiene un celular en su oído y dice algo respecto a ETA11. El transporte

debe de estar cerca. Godfrey aparece en la habitación con una remera de polo,

bermudas de anciano golfista como los que Noah usa en su nuevo video y una

gorra de pesca. Sosteniendo sólo una bolsa de plástico en la mano.

La cara de Tate se ilumina como una de esas calabazas de Halloween.

―¡G-man, eres el mejor! ―le grita Tate.

Hurga en su bolso y saca un paquete de dulces de goma en forma de

lombriz. No dice ni una sola palabra, mientras tira del plástico para abrirlo y

saca una lombriz naranja y roja. Extiende la cabeza hacia atrás y se alimenta a

sí mismo con el dulce, como una mamá pájaro alimentando a su pichón.

―Amigo, ¿en serio? ―le dice Jules, caminando hacia Tate―. Sabes que no

puedes atrapar peces con dulces en forma de gusanos, ¿verdad?

Tate se ríe mientras se traga el dulce.

―Lo sé ―dice―. Pero estaba buscando un cebo más temprano y todos

ellos eran brillantes y pegajosos y todo en lo que podía pensar era lo bien que

sabrían si fueran golosinas.

¿De verdad? Tate quiere comer cebos para pesca y aun así tiene 8 millones

de seguidores en Twitter que probablemente quieran salir con él. Nunca

entenderé qué es lo que ve Aralie en él.

Mi padre camina hacia nosotros, finalmente fuera del teléfono, con una caja

de trastos. Está vestido de civil. Él probablemente vuelva a poner su voz de

agente del gobierno antes de que entre al auto. Y es una hora de manejo.

―Está bien ―me dice papá―. Tengo una sorpresa más para ustedes antes

de irnos.

11 ETA: Organización extremista, acusado de actos terroristas que pretende la creación de un estado

independiente socialista.

―¿No tendremos que volver aquí? ―Jules le mira esperanzado.

―Lo siento, señor Rossi, pero no es eso ―le dice papá―. Tuve que mover

un montón de conexiones sólo para obtener este permiso y dejarlos salir de la

casa, y me tomó un montón de autorizaciones para conseguir que lo

aprobaran, pero alguien más nos estará acompañando a la cabaña.

Papá se aventura hacia la puerta delantera. Él no dice nada hasta que el

sonido de los motores ronronea afuera. Dos SUVs negras y un auto negro

pequeño se detienen frente a la casa, con vidrios súper tintados, tal y como me

lo imaginaba.

Todos nos dirigimos hacia la parte de atrás de las SUVs. Cada una de ellas

con las puertas abiertas, invitando a los chicos a que depositaran sus bolsos.

Hasta que la puerta trasera de una de las SUVs se abre y Benji suelta todo.

―¡Tank! ―grita, lanzándose hacia el hombre musculoso―. Espera ¿sigues

atrapado?

La pregunta de Benji naciendo de su pecho, haciendo referencia al día en

que Tank trajo la guitarra de Milo y estaba atado con un cabe.

―No, hombre ―dice Tank―. Me dejaron libre de bolas y cadenas por los

próximos dos días.

Le ayuda a Benji a entrar a la parte trasera de la SUV y Jenji se apresura a

adentrarse al todo-terreno con su esbirro favorito. Emery hace un puchero

porque ni siquiera recibió un abrazo de despedida y Aralie le roba algunas de

las lombrices a Tate.

―Diablos ―Milo dice, volteándose a mi papá―. Realmente lo siento.

Olvidé mi guitarra. No puedo irme dos días sin ella. Ya regreso.

Se voltea y corre hacia las escaleras. Hacía cinco minutos había dicho que

no iba a tener la oportunidad de tocarla y ahora no puede vivir sin ella.

Noah sonríe desde detrás del pequeño cartón de leche de fresa antes de

desaparecer en la segunda SUV con Tate y Godfrey. Amaría ser una mosca en

la pared en el interior del vehículo. La amistad de Tate con G-man sería

suficiente para entretenerme durante esos dos días.

Papá se queda allí por un momento, esperando a Milo, pero el típico chico

estadounidense no-estadounidense no regresa.

―¿Puede alguien ver dónde se encuentra? ―Pregunta papá, incitándonos a

volver hacia la casa.

―Sí, Chloe ―dice Noah asomando la cabeza fuera de la SUV―. Ve y dile

a Milo que se apresure.

Soy tan idiota. Asiento hacia mi papá y corro pasando por el frente del

porche, adentrándome en la casa, subiendo las escaleras hacia el pasillo. Milo

sabía que regresaría por su guitarra. ¿Cómo no entendí la indirecta?

―Milo ―digo, entrando a su habitación―. Lo lamente, no me di cuenta de

que tú…

Él me agarra y me atrapa en un beso antes de que siquiera pueda terminar

de dejar salir mis palabras. Es un beso asustado, apresurado, voraz y

enloquecido. Sus dedos se entrelazan en mi cabello y se aparta de mí lo

suficiente como para inhalar un poco de aire y vuelve a mí.

Me las ingenio para apartarlo un poco antes de hablarle.

―Papá te está esperando.

―Lo sé ―me dice―. Sólo necesitaba un verdadero sorprendente beso de

“me iré por un tiempo”.

―Ese es el porqué dejaste la guitarra ―razono en voz alta.

―Sí ―se ríe―. Supuse que captarías la indirecta y me seguirías escaleras

arriba.

Mi cerebro estaba nublado en preocupación ante la idea de no verlo nunca

más. Captar indirectas estaba lejos de mis pensamientos en ese momento.

Milo sostiene su guitarra y se dirige escaleras abajo. Me abraza brevemente en

el vestíbulo y me roba un beso antes de volver a salir. Ahí es como si el

“nosotros” no existiera.

―Lo siento por eso, señor Branson ―le dice, pasando a mi papá y

adentrándose en la SUV con Tate y Noah. No mira hacia atrás ni una sola vez.

Papá le brinda a mamá las instrucciones de último momento, números de

teléfono y mientras espero en los escalones con Aralie y Emery. Aralie

mastica una de las golosinas con forma de gusanos, y el rostro de Emery

tiembla mientras lucha contra las lágrimas. Si duele tanto dejarlos ir por dos

días, no hay modo de que mantengamos la cordura una vez que vuelvan a la

gira o se vayan a otros países. No quiero siquiera que crucen los límites hacia

Canadá. Emery va a ser un desastre cuando el encierro termine. Ya estoy

sintiendo su dolor.

Dos horas más tarde, a lo largo de la mesa del comedor, Emery pinta

furiosamente el dibujo de un elefante de su libro para colorear. La habitación

estaría en completo silencio si no fuera por los trazos de sus crayones. Ella

mira el papel como si intentara crear marcas de quemaduras en el elefante.

Mamá se sienta al final de la mesa, tomando sorbos de una copa de té y

pretendiendo estar leyendo una revista de artesanías. Sus ojos no se enfocan el

tiempo suficiente en nada como para estar realmente leyendo.

Aralie baja las escaleras pisando fuertemente, o quizás sea debido al

silencio, y se nos une en el comedor.

―¿Acaso nuestra casa siempre fue tan malditamente silenciosa? ―pregunta

con las manos en su cintura.

―Aralie, la boca ―le recuerda mi mamá―. Sólo es que estamos

acostumbradas a tener compañía.

―Mamá ―Aralie le dice en su tono de “¿a quién engañas?”―. La casa

nunca había estado tan silenciosa antes del encierro. Emery ni siquiera está

hablando. Es como si alguien hubiese muerto. ¿Se dan una idea de cuánto van

a apestar nuestras vidas una vez termine el encierro?

Emery apuñala el elefante con su crayón gris, una y otra vez, como si

estuviese asesinando el papel. El mismo se rompe y quedan marcas del crayón

en la mesa.

―¡Mi vida apesta justo en este momento! ―grita Emery, tirando su crayón

contra la pared.

―Oye, Emery, corazón, cálmate ―le dice mamá, abandonando su té y la

revista para juntar los pedazos rotos del crayón―. Ellos volverán el jueves.

―Sí, claro ―se burla Aralie―, pero… ¿por cuánto tiempo? El encierro no

durará por siempre.

Mamá deposita los pedazos más grandes en la mesa y con la uña raspa el

lugar donde quedó la marca del crayón. Ella se ve exhausta, tan solo por

recoger el crayón. Ella nos mira a las tres y nos dedica un suspiro pesado,

resignada respira nuevamente antes de regresar a su asiento al final de la mesa.

―Nunca creí que estaríamos en esta situación ―dice mamá―. Sabía que

Emery largaría un berrinche una vez que el encierro terminara, pero nunca

esperé que tú, de todas las personas, siquiera te importara Spaceships Around

Saturn.

Aralie se cruza de brazos y no dice ni una palabra ¿Qué le sucede? Ningún

argumento en su defensa… ninguna explicación. Sólo se queda allí.

―¿Aralie es una Saturnite? ―grita Emery―. ¿Cómo Chloe y yo?

―¿Chloe? ―mamá y Aralie dicen mi nombre al unísono.

Todas las miradas se depositan en mí, y quisiera rodar debajo de la mesa y

desaparecer. Podría negarlo, pero ¿qué bien haría? Eso sólo me haría ver con

una Saturnite en negación. Así que lo devolví con el único contraataque que

tenía en mi arsenal.

―Muchas gracias, Harry Styles ―le digo la traidora de mi hermana menor

―¡Chloe! ―me grita―. ¡No se suponía que les dijeras que me gusta Harry

Styles!

―Ella no lo hizo ―se rió Aralie―. Eso lo acabas de hacer tú.

―Chloe… me… engañó ―soltó Emery a través de los dientes.

Mamá entierra su cara entre sus manos, bastante similar a como Benji lo

hace cuando Emery se pone a molestarlo durante el desayuno.

Toda la cara de Emery se sacude, y aunque sé que lo hace adrede para

demostrar todo su enojo, sigue viéndose enloquecidamente aterradora. Salta

de su silla y se dirige a pisotones hacia mí.

―Bueno, ¿sabes qué? ―ella me pregunta con esa actitud que me recuerda a

Aralie, mirando alrededor de la habitación―. Chloe dijo que Milo era el mejor

cantante de Spaceships Around Saturn y usa los mismos colores que él, así

que… ¡Estarás atrapada con él por sieeeeempreeee! ―dice volviendo a

mirarme―. ¡Y tendrás que casarte con él y eso apesta porque él es

aburridísimo!

Se voltea en frente mío, dándome la espalda y sube las escaleras antes de

que pueda decir ni una palabra. Sólo me quedo allí, de algún modo entre el

asombro y el shock. ¿Estar atrapada con Milo para siempre? Lo siento, Emery,

pero eso definitivamente no apesta para mí.

Apuesto a que ella está arriba en su habitación soñando acerca de nuestros

futuros casamientos (el mío con Milo y el suyo con Benji) y riéndose de mi

desgracia.

―¿Lo ven? ―pregunta mi mamá―. No tomará demasiado tiempo para ella

volver a la normalidad una vez finalice el encierro. Los chicos se han ido hace

una par de horas y Emery ya parece ser ella misma.

―No me lo recuerdes ―gruñe Aralie―. Chloe ¿por qué tuviste que

provocarla?

Me encojo de hombros. No es como si fuera lo que buscaba.

―Porque… ―empiezo intentando pensar en una buena respuesta― no le

hemos dado suficiente crédito a Benji Bikini por darnos un descanso de

Emery.

Capítulo Dieciocho

Mamá saca una última bolsa de basura. Abro la tapa y lanza la bolsa en el

cesto. Esa era la última caja de pizza. Pasamos toda la mañana escondiendo

cualquier rastro de Spaceships Around Saturn en la casa. Emery estaba todo

menos alegre cuando mamá le pidió que quitara el poster A7 de Benji de su

pared. Había muchos mensajes de “Querida Emery” escritos a mano. Emery

incluso cuenta las horas hasta el jueves en la mañana cuando los chicos

regresen y Benji pueda sentarse al lado de su cama una vez más.

Me pongo frente al fregadero y restriego mis manos con jabón de mango-

mandarina. Llámame mimada, pero no recuerdo la última vez que ayudé a

sacar la basura.

—Días como este me hacen apreciar a Godfrey —le digo a mamá. Ella ríe.

—Godfrey ha tenido unas buenas vacaciones con los chicos aquí. Milo

siempre ayuda con lo que puede, así que Godfrey ha tenido un poco de

descanso.

Creo que he alcanzado un nuevo récord. No había pensado en Milo desde

que fui a sacar la basura. Eso es… mmm ¿dos minutos? Podría llegar a tres la

próxima.

—Es un gran chico, ¿no crees? —pregunta mamá.

Aparentemente ella no quiere ayudarme a lograr los tres minutos. Oh, al

diablo con todo. Soy una causa perdida por la próxima hora, ahora que ella lo

ha traído a mi mente. Cierro la llave del agua y me seco las manos, medio

asintiendo hacia mamá porque no quiero tener esta conversación.

—Pregunta mucho por ti —dice—. Si quieres continuar tu... amistad con él

luego de que el encierro se acabe, no me importaría, sólo para que sepas.

Ugh. Esa pausa antes de “amistad”. Ella sabe. Estoy segura de que sabe.

—Me seguirá en Twitter —digo—. Y eso será la mayor parte. Son famosos,

mamá. Sólo seremos un recuerdo.

Se cruza de brazos y se inclina sobre la encimera. Me ocupo leyendo las

actualizaciones de las fichas de Twitter de Benji en el refrigerador.

Aparentemente ahora le gusta el té dulce, no puede esperar a tener más

tatuajes cuando el encierro se acabe, y jura por su vida que escribirá en su

Twitter real sobre su nueva mejor amiga Emery, tan pronto como recupere su

teléfono.

Tomo una ficha rosada y debato sobre qué “twittearle” a Benji. Le doy toda

mi atención a la ficha, aunque veo a mamá mirándome con mi visión

periférica.

—Por lo que he visto —dice—, no eres material de “sólo un recuerdo”.

Dijo que eras especial.

Mamá está usando esa misma voz cantarina que usó Emery cuando señaló

que tanto Milo como yo estábamos usando blanco con un toque de negro.

Gracias a Dios que no es la voz de avecilla triste.

Mi corazón palpita con fuerza, como lo hizo la noche en que llegaron,

mientras entraba en pánico en el sofá y me preguntaba qué tan rápido latía el

corazón de Emery. Con calma, Chloe. Con calma.

—¿Dijo qué? —pregunto, haciendo mi mejor esfuerzo para fingir

entretenimiento, o incluso confusión.

—Bueeeeno —mamá arrastra la palabra—. Noah dijo algo sobre el nombre

de Aralie, y comenté que quería llamarte de una forma única y especial, pero

Scott no me dejó. Así que hicimos un trato de que él podría escoger tu

nombre, Chloe, y yo podría hacerlo con el de la siguiente niña.

Bien, mamá, pero llega al punto. Lo sé. Papá me llamó así porque pensó

que estabas en una fase hippie de inventar nombres. Quedaste embarazada

poco después de que yo naciera, le reclamaste eso a papá, y el nombre Aralie

surgió.

—¿Y? —la presiono.

—Y Milo dijo que eras especial, aún sin un nombre creativo —dice—.

Luego añadió que le gustaba mucho tu nombre.

Miro las fichas en el refrigerador. Hay una para Benji de Milo. Es una línea

sobre acosarlo viéndolo por la ventana. Algunas veces me pregunto qué tan

bien conozco a Milo Grayson, después de todo. Destapo el bolígrafo de la

encimera.

—¿Y? —pregunto nuevamente.

—Eso es todo —dice—. Noah lo molestó mientras bebía leche, y la regó

toda por el piso. Salió riendo y Milo se disculpó y se ofreció a limpiar por mí.

—Tan detallista —digo, fingiendo sarcasmo.

Escribo las palabras “alerta de acosador” en mi ficha rosada, dibujo una

flecha apuntando hacia arriba, y la pego en el refrigerador sobre la nota de la

ventana de Milo.

El timbre suena. Mamá finaliza toda la charla sobre Spaceships Around

Saturn y aclara su garganta.

—Es Paige —dice. Suena tan entusiasmada como yo.

—¿Qué pasará con las fichas de Benji en el refrigerador? —pregunto.

—Limpiaré —dice—. Sólo mantenla entretenida y fuera de la cocina.

Mamá me empuja hacia la puerta principal. Sé que se supone que es mi

mejor amiga, pero últimamente cambiaría a Paige por el trigueño tatuado que

escupe leche en nuestra cocina cualquier día.

—Ella me envió un mensaje después de eso, y dijo que lo vio en el cine con

Sydney, así que lo mandé al diablo. —Paige se pasea por el lugar—. Puedo

hacerlo mejor, ¿cierto?

Asiento con la cabeza, justo como he hecho durante los últimos treinta y

cinco minutos, mientras me contaba cada detalle de sus decepciones amorosas

desde que el verano empezó. Qué pérdida de treinta y cinco minutos. Podría

estar viendo la Dosis Diaria de Drama de Darby, o vídeos tontos de YouTube

sobre los chicos. Podría estar repasando mi trivia de SAS o incluso acechar el

verdadero Twitter de Benji en busca de nuevos chismes. Podría estar

ayudando a Emery a hacer un brazalete de la amistad para Jules. ¿Desde

cuándo mi vida orbita alrededor de una banda canadiense?

—¿Chloe? —pregunta Paige—. ¿Estás aquí siquiera? Pareces estar a años

luz de distancia.

Oh, no tienes idea, Paige.

—Sí, aquí estoy —digo—. Sólo estaba escuchando. No quería

interrumpirte.

—Genial —dice—. Y. ¿tú qué has hecho?

Se acomoda extendiéndose en mi cama. Se apoya en un codo y debato sobre

qué decirle que suene al menos un poco creíble. No puedo decirle lo que

realmente he estado haciendo.

Y en ese punto sus ojos se ensanchan y se sienta, mirando a su alrededor

con expresión de pánico, como si hubiera perdido su celular o algo así. Toma

la camisa gris de Milo que pude o no usar anoche para dormir. Aún huele a él.

—Chloe, en serio. ¿De quién es? Huele delicioso —dice de un tirón—. No

puedo creer que tengas un chico en tu vida y no me dijeras. Esa es la razón por

la que siempre estás ocupada y te toma tres días responder mis mensajes.

¡Escúpelo!

Fuerzo una risa a salir antes de escupir un montón de mentiras en mi cama.

—No es lo que crees —le digo, aunque sí es lo que cree.

De todas formas, debido a regulaciones del encierro, no estoy en libertad de

decirle que sí, hay un chico en mi vida. Es famoso, y hermoso, y talentoso.

Tiene ojos color caramelo, un gran sentido de madurez, y recrea mi canción

favorita en acústico. Es más o menos perfecto, Paige.

—El hijo de una amiga de mamá... —digo, inventando en el proceso—.

Está en la escuela de verano porque reprobó Inglés, y mamá me ofreció para

ayudarlo con su trabajo.

Se me queda mirando, aún sosteniendo la camiseta de Milo. Quiero

arrancársela de las manos. Cada segundo que la toca, la contamina. La esencia

de su gel de baño es absorbida por sus manos. Estoy a punto de quitársela al

estilo Emery.

Paige mira la camisa

—¿Y sólo se quitó la camisa en tu habitación?

—No —digo, alcanzándola—. Derramó su botella de agua en ella y se puso

como una diva, así que mamá le prestó una de las camisas de papá. La dejó

aquí cuando se fue. Mamá se la devolverá.

La aparto de ella y la pongo en mi pila de ropa sucia. Se ve impresionada.

—Chloe, sé que ha pasado mucha mierda entre el baile y la graduación —

dice en el tono Deacon de mamá—. Y comprendo que quieras mantener el

secreto sobre nuevos chicos por todo el drama y los chismes, pero puedes

decirme. Sabes eso, ¿cierto?

Paso los siguientes treinta minutos asegurándole que sí, sé que puedo hablar

con ella sobre chicos, y sí, le diría si un chico nuevo estuviera en mi vida. Una

pizca de culpa me apuñala porque sé que estoy mintiendo entre dientes. Por la

mirada que me da, ella también sabe que miento. Tan pronto como el encierro

se acabe, le contaré todo. Bueno, casi todo. Algunos de los momentos con

Milo son demasiado privados para compartirlos.

Emery viene a mi habitación minutos después de que Paige se vaya. Pongo

pausa a la Dosis Diaria de Drama de Darby para ver qué tiene que decir la

pequeña Saturnite.

—Lamento haber dicho que tenías que casarte con Milo —dice—. Es

aburrido. No deberías casarte con alguien aburrido.

—Está bien —le digo. No me importa la parte “aburrida” de Milo—.

Lamento haberte hecho confesar tu secreto de Harry Styles.

Se encoge de hombros.

—Sólo no le digas a Benji.

Reordena los imanes de mi escritorio y se sienta conmigo a ver dos

episodios de la Dosis Diaria de Darby antes de admitir la verdadera razón por

la que vino.

—Necesito tu ayuda —dice—. Necesito hacer un poster y algunos

brazaletes. Ya elegí los colores.

Luego de las horas gastadas con Paige, no tengo problema en sucumbir al

fandom de Spaceships Around Saturn. Al menos me ayudará a pasar el tiempo

antes de que Milo vuelva conmigo.

Capítulo Diecinueve

Emery se sienta en el piso de madera del vestíbulo con su poster gigante.

Mamá estará barriendo el brillo durante los siguientes tres años. Destellos

brillan en el rostro de Emery. El letrero dice “¡Bienvenidos de vuelta! ¡Los

extrañé!”, dibujé un corazón con anillos a su alrededor, como Saturno. Es

insoportablemente lindo y estoy secretamente orgullosa de mi creatividad.

Estoy segura de que Jules se reirá y me hará sentir como una idiota desde el

momento en que lleguen, así que disfruto el momento mientras dura.

Los chicos deberían haber llegado hace tres horas, pero papá dijo que hubo

un retraso en la seguridad, así que han estado atrapados en la cabaña. Estoy

tan ansiosa como Emery por que los chicos regresen. Aralie ha mirado la hora

demasiado a menudo y ha roto el record de Emery de preguntarle a mamá

sobre las últimas noticias. Creo que estos dos días han derrotado a Aralie

también porque anoche bailaba alrededor de la cocina cantando la letra de

“Music Up, Windows Down” como sólo una Saturnite podría hacerlo.

―Ehm, ¿por qué no vas a tu habitación y juegas? ―pregunta mamá―. Te

gritaré cuando lleguen. Tienes un montón de tiempo para llegar aquí abajo.

―No ―dice Emery―. No me voy a mover.

La pequeña Saturnite sigue siendo una parte del suelo del vestíbulo por la

siguiente hora mientras me entretengo en mi habitación mirando videos en

Youtube de los chicos.

La sirena, más conocida como Emery, se enciende tan pronto como los

vehículos llegan a nuestra entrada de coches.

Aralie se apresura hacia el vestíbulo al mismo tiempo que yo, la emoción se

traga su cara. Es raro verla sonreír así. Ni siquiera está tratando de parecer

ruda esta noche.

―Actúa normal ―dice―. Ya sabes, como de nuestra edad, no la de Emery.

Asiento con la cabeza y la sigo escaleras abajo lo más rápido y con toda la

calma posible. La puerta delantera ya está abierta cuando llegamos abajo, con

Tate y Godfrey entrando primero.

―¡Tater Tot12! ―grita Aralie, corriendo hacia él.

Él tira sus bolsos al piso y la abraza, girándola en círculos. Emery salta a un

lado, toda sonrisas aun cuando no está interesada en Tate Kingsley. Ella canta

el nombre de Benji silenciosamente y mira la puerta delantera al mismo

tiempo que sacude su cartel.

Noah me saluda mientras sube los escalones de nuestra casa. Milo está

detrás de él, enganchado profundamente en una conversación con Tank. Las

mariposas en mi estómago danzan su propia y pequeña rutina coreográfica,

sólo guardada para Milo. Ni siquiera me importa esta noche.

Noah camina hacia mí con un brazo extendido.

―¿Murieron por dentro sin nosotros? ―pregunta, tirando de mí a un abrazo

con un solo brazo.

―Yo sí ―responde Emery―. Chloe sólo algunas veces.

Noah se ríe.

―Sé en donde estuvo su mente durante esas “algunas veces”.

Le doy un codazo en el costado y lo aparto mientras Milo camina hacia

nosotros. Oh por Dios, he extrañado su sonrisa, sus ojos y toda su maldita

cara. Nunca pensé que sería esa chica que usara la patética frase “extraño tu

cara”, pero lo soy, soy esa chica porque extrañé su cara. Dejemos que la

corrupción Saturnite siga.

―Sobrevivimos ―me susurra Milo.

Me toma cada gota de fuerza de mi cuerpo no lanzarme hacia él y

envolverme a su alrededor. Quiero abrazarlo hasta que mis brazos no den más.

12 Juego de palabras entre el nombre de Tate y los Tater Tots (conocido también como "Tots"), que son una marca

registrada de los hash browns, y consisten en un fritura de patatas. Los Tater Tots son conocidos por ser crujientes, de

forma cilíndrica y de pequeño tamaño.

―¿Quieres ayudarme a cargar estas cosas arriba? ―pregunta Milo,

sosteniendo su guitarra hacia mí.

Pista o no, la entiendo totalmente esta vez. Mis dedos se aprietan contra las

cuerdas de la guitarra y se introducen en mi piel. Quiero presionarlas más y

más hasta que haya una abolladura en las yemas de mis dedos. De esa manera,

cuando todo esto termine, habrá una cicatriz del encierro para recordarme que

esto de verdad pasó.

De vuelta en la habitación de Milo, tira su bolso al piso y yo dejo su

guitarra cuidadosamente en la cama. Luego doy una vuelta y estoy sumergida

en sus brazos. Si la Tierra cayera de la Vía Láctea y fuera consumida por un

agujero negro, ni siquiera me importaría ahora. Al menos habré muerto feliz

en los brazos de Milo Grayson. Acuna mi rostro en sus manos y besa mi

frente.

Noah aclara su garganta en el camino hacia la puerta. Milo se aparta de mí

con un tipo de fuerza eléctrica. Perfectamente pude haber gritado

“¡Despejen!” y empujarlo en el pecho.

―Amigo ―le dice a Noah―, no me asustes de esa manera.

―Tú eres el idiota que dejó la puerta abierta ―dice Noah.

Él se pasea por la habitación y se sienta al final de la cama de Milo. Por

mucho que odie el hecho de que haya interrumpido nuestro momento,

probablemente es mejor así. Pasos avanzan por la escalera y Tate ríe, Aralie

está con él. La voz de Emery es débil, pero se dirige hacia aquí también. Benji

debe estar dos pasos por delante de ella.

Milo alcanza su guitarra y la coloca de nuevo en contra de la pared.

―Escribí una canción por cada día que no hablamos ―dice.

Noah se cae de vuelta a la cama riendo.

―¿Es en serio, Milo? Esa es la línea más patética que he oído.

―No, en serio ―dice Milo―. Escribí una canción.

―Exactamente ―dice Noah―. Una canción. Una canción. Porque nos

fuimos el martes y hoy es jueves.

Milo sonríe.

―Y escribí una canción el miércoles.

―Perdedor ―Noah murmura antes de sacarle la lengua a Milo.

Nuestro triángulo es interrumpido por Benji y su sombra llamada Emery.

―Oye, el Sr. Scott nos quiere a todos abajo. Tiene nuevas noticias sobre el

caso ―dice Benji.

La tristeza inunda los ojos de Emery y desearía tener un pañuelo para

ofrecerle. Benji luce optimista, como si tal vez no tuviera que sufrir la

emoción de Emery por mucho tiempo más, pero mi espíritu se siente

aplastado. Mis mariposas ni siquiera danzan con nerviosismo o con miedo.

Ellas sólo se desmoronan en mi interior.

Todo el equipo de gestión, agentes de servicio secreto y guarda espaldas se

han ido una vez que papá nos reúne en su sala de juego. Nos separamos en

sectores; las hermanas Branson, los chicos Saturn, mamá y Godfrey. Es

mucho menos formal que la última gran reunión de papá con todos nosotros.

Jules está usando una camiseta negra con un cohete blanco en ella. Las

palabras “Mi cohete es más grande que el tuyo” adornan su pecho. Creo que

esto puede ser mucho peor que la camiseta de Benji con la palabra PUTA.

―Quería darles a todos las nuevas noticias tan pronto en cuanto al caso

concierne ―dice papá, caminando de un lado a otro entre nosotros y su

pantalla plana.

Milo no se mueve para nada. Miro su pecho por un segundo, sólo para

asegurarme de que está respirando. Benji, por otro lado, aún no puede

sentarse. Su pierna brinca y su rodilla golpea la mía cada tres segundos.

―Hay buenas y malas noticias ―dice papá―. Tenemos una pista muy

sólida y estamos en proceso de seguirla ahora mismo. Si esto sale bien,

ustedes deberían ser libres de irse para el final de esta semana. Pero hasta

ahora, el encierro continúa.

Él espera un momento, que alguien se queje, interponga o pregunte cosas,

pero nadie habla. Ni siquiera Jules y su cohete gigante.

―Así que, uhm, las malas noticias ―papá continúa, después de darse

cuenta de que ninguno de nosotros iba a preguntar.

Y luego Jules habla.

―Pensé que “el encierro continúa” era la mala noticia.

―Para ustedes, sí, esas son las malas noticias ―dice papá―. Si quieren ir

arriba y desempacar, pueden hacerlo. El resto de esto no los afecta, pero

pueden quedarse si quieren. Sólo necesito que mi familia se quede aquí

durante un minuto más.

Benji es el primero en irse, dejando un espacio entre la sección de Emery y

yo. Noah lo sigue escaleras arriba. Jules y Tate intercambian miradas. Espero

a que Jules se levante y siga a sus hermanos, pero se queda. Milo no se mueve.

―Bueno ―dice papá, con su voz de padre―. Odio hacer esto, pero no

vamos a poder ir al festival Up, Up and Away este año.

―¡Papá! ―grita Aralie―. Esa es la única cosa que hacemos como familia,

aparte de las vacaciones o lo que sea. Mamá tiene fotos de mí recién nacida en

el festival.

Sé a qué foto se está refiriendo. Está colgada en la pared del vestíbulo cerca

de la habitación de mamá y papá. Yo tenía un año y usaba ese horrible vestido

rojo con volados que me tragaba. Mis ojos y mi boca estaban abiertos de par

en par y parecía la beba más tonta del mundo. Aralie sólo tenía unas semanas

de edad. Fue antes de que mamá tuviera que teñir su cabello y antes de que

papá tuviera círculos debajo de sus ojos por sus horas de trabajo.

―Esto no es justo ―dice Aralie―. Ya compré mi vestido para el festival, y

sabes que nunca me visto para nada excepto para Up, Up and Away.

―¿Qué es eso? ―pregunta Jules.

Aralie lo explica como el festival anual de globos aerostáticos que viene

cada año. Usualmente es justo antes del cuatro de julio, como una especie de

precuela para juntar a la comunidad. Hay un show de un globo aerostático

gigante cerca del río, y puedes ver los globos desde todas las partes de la

ciudad. Es totalmente hermoso.

Mamá se levanta y camina hacia papá, discutiendo algo con él por lo bajo

así nadie puede escucharlos. Milo me mira con sus ojos comprensivos.

―Bueno ―dice mamá―. ¿Qué opinan de esto? Tú y Chloe pueden ir, pero

papá, Emery y yo vamos a tener que perdérnoslo este año. Pero tienes razón,

no es justo para ustedes el tener que perderse algo que hacemos todos los años

por este encierro.

Emery salta en su modo argumentativo, demandando que ella merece ver

los globos aerostáticos de cerca también. Gruesas lágrimas recorren sus

manchadas mejillas mientras mamá trata de calmarla. Papá le ofrece un

pañuelo pero ella golpea su mano y continúa llorando.

―No iremos, Emery ―dice Aralie, dejándose caer pesadamente en el sofá.

Jules le da a Aralie un abrazo de un brazo mientras ella asiente a lo que sea

que él le esté diciendo. Parece que a alguien le creció el corazón estando en la

cabaña. Nunca vi eso venir.

Mamá le da a Aralie una sonrisa agradecida-orgullosa-comprensiva… si es

que eso existe.

Emery suena su nariz con un puñado de pañuelos Kleenex. Su respiración

tiembla mientras inhala para hablar.

―Al menos aún tendré mi cumpleaños ―anuncia Emery.

Papá se sienta en la otomana en el medio de la habitación y entierra su cara

en sus manos al estilo Benji.

―Sí ―dice―, uhm, acerca de tu cumpleaños…

Es después de media noche y finalmente pude ir escaleras abajo hasta el

patio de atrás con Milo. Él no dice nada cuando camino hacia afuera, se pone

de pie y camina conmigo, me envuelve en un abrazo y nos quedamos en el

patio durante unos minutos hasta que finalmente quito mi cabeza de su pecho

para mirarlo.

―Qué noche ―dice.

―Honestamente ―coincido―. Caminemos.

Damos un paseo por el pasto hacia la casa del árbol y mi cerebro repite la

locura del retraso de la fiesta de Emery y sobre el eventual colapso de Aralie

ante perder el festival Up, Up, and Away. Además de eso, mamá me informó

que papá piensa muy positivamente sobre todos los chicos americanos/no-

americanos también.

Milo trepa primero y conecta las luces. Esto se ha convertido en tal rutina

para nosotros que él ya conoce el camino a la casa del árbol en la oscuridad.

Evité siquiera haber mirado la casa mientras él no estaba porque el recuerdo

era demasiado. Tendremos que quemar la casa del árbol cuando el encierro

termine, no puedo imaginarme estar aquí sin él.

Egoístamente, espero que esta pista no tenga éxito. Es horrible en mí

sentirme de esa manera, lo sé, pero no quiero que los chicos se vayan. Este

encierro se ha convertido en nuestra normalidad, no quiero volver al silencio.

Quiero que nuestra casa esté llena de ecos de juegos de Xbox, las discusiones

de Aralie y Jules, las canciones de Benji en la ducha y la guitarra de Milo. ¿No

podemos mantenerlos para siempre?

Ahora, Milo es mi mariposa; esperando a sangrar su tinta para darle al

mundo un poco de color, aun cuando está atrapado bajo un cristal, siendo

observado y mantenido como una muestra de investigación. Al mismo tiempo,

me siento aquí y le digo cuán hermosos son sus colores y cómo el mundo

necesita verlos, pero secretamente, soy cómplice de los científicos locos que

lo quieren en un frasco.

―Oye, ¿estás bien? ―pregunta.

Camino a través de la casa del árbol en dirección a él y nos sentamos en el

pequeño futón que sirve como el sofá de Emery, luego envuelve su brazo

alrededor de mí y me atrae más cerca de él. Mmm, había extrañado el aroma

de su gel de baño. Paige tenía razón, huele delicioso.

―Háblame ―dice―. ¿Qué hay en tu mente?

Oh, tú sabes, sólo quiero que te quedes aquí para siempre bajo el cristal aun

cuando estoy plenamente consciente de que el mundo necesita que sangres por

él.

―Si fueras una mariposa, ¿de qué color sangrarías? ―pregunto.

Él me mira como si le acabara de pedir que arrancara sus ojos, luego su cara

se suaviza un poco.

―Azul ―responde―. ¿Y tú, Señorita Branson?

Pienso en mi propia pregunta un momento. No quiero hacer lo usual y decir

mi color favorito como lo hizo él.

―Naranja ―digo.

Él estudia mi rostro.

―¿Por qué naranja?

Trato de soñar sobre alguna línea bonita acerca del amanecer y cómo los

rosas y naranjas se iluminan en el cielo, pero se escucharía mejor en una

canción de Sebastian’s Shadow que en mi boca. Así que le digo la verdad.

―Porque el azul quema al naranja ―digo―. Me imagino que ningunos

otros colores podrían estar más cerca que esos, encendiendo una llama.

―Tal vez tú deberías ser la que escriba canciones en vez de mí ―dice―.

Eso es profundo.

―Cállate ―digo, mirando a la difusa alfombra roja que Emery debe haber

traído durante los últimos dos días.

―Oye, estoy hablando en serio ―dice. Alcanza mi mejilla y gira mi cabeza

de vuelta hacia su cara―. Sería el azul de tu naranja cualquier día.

Me recuesto contra él, bajo la seguridad de su brazo, y trato de pensar en

algo para decir que no esté empapado en preocupación, tristeza y sangre de

mariposa.

Él me cuenta sobre el viaje de pesca, como él y Benji trabajaron en algunas

canciones y que Noah se resbaló en el lodo y cayó al río todo por su propia

cuenta.

―Y luego Benji me dijo que tal vez necesitamos formar un nuevo

bromance porque Tate y Jules se han convertido en mejores amigos durante el

encierro ―dice―. Creo que es por todo esto de jugar Xbox.

―Bueno, eres el único mirando a Benji por la ventana ―digo―, y él quería

compartir una cama contigo. Tal vez Benlo sea lo siguiente, ¿o Minji?

Milo ríe y se aparta de mí, camina hacia la esquina de la casa del árbol y

toma dos almohadas verde lima y púrpura de Emery. Gracias a Dios que no

tiene su almohada SAS aquí. Los apoya en la esquina del futón y se recuesta

devuelta a ellos.

―Ven aquí ―dice, estirando su pierna detrás de mí.

Él es demasiado grande como para caber cómodamente en el futón, pero

hace lo mejor que puede. Me recuesto con él, descansando en su pecho. Sus

brazos, seguros a mi alrededor.

―¿Sabes?, no me gusta que me llames un acosador en lo del twitter falso

de Benji ―dice―. En realidad, hay una historia detrás de eso.

Me pregunto si las fans del twitter real saben algo que yo no. Tengo esta

hambre demencial de devorar todas las cosas de Spaceships Around Saturn así

nunca me sentiría fuera del circuito, ahora. Estoy segura de que otros

Saturnites saben que Benji y Milo compartieron una casa en Montreal. Estoy

segura de que alguien hasta sabe que a Benji le gusta el agua de limón.

Internet tuvo que decirme que Jules es rubio natural y tiñe su cabello negro

para encajar en la imagen de chico malo. Estos chicos han estado viviendo

aquí. Debería saber estas cosas por defecto.

―Justo después de que volvimos de Australia, Benji se mudó a la casa que

tenemos ahora ―explica―. Sufrimos un desfase horario, así que Benji

decidió dormir por veintitantas horas y yo decidí ser nocturno y quedarme

despierto por veintitantas horas.

Esto tiene sentido. A Benji le gusta dormir. A Milo le gusta vagar con los

vampiros.

―Habría grabado un montón de cosas para ver cuando volviéramos, como

Bruno Mars en Saturday Night Live ―dice.

Nunca lo tomé como un fan de Bruno. Hmm. Lo agregaré a mis

conocimientos de SAS.

―Así que, estaba en el sofá, en bóxers, cantando a todo pulmón mientras

Benji dormía escaleras arriba. ¿Conoces ese sentimiento, así como de que

alguien te está mirando? ―pregunta.

―Claro que sí ―digo, asintiendo―, vivo con Emery. Siempre siento que

alguien me está mirando porque usualmente, ella lo hace.

Emery es definitivamente la definición de una acosadora. Tal vez no sea un

bicho raro mirando por las ventanas, usando una máscara de ski o asechando

con una cámara, pero está en un nivel de acosadora a su propia manera. Benji

tal vez hasta aprecie a los paparazzi después del encierro con Emery.

―Bueno, tuve ese presentimiento de que alguien estaba allí, así que traté de

actuar normal. Eché una mirada hacia la ventana y ahí estaba esta chica (desde

la nariz hacia arriba) literalmente mirándome por la ventana ―dice.

Bueno, tal vez Emery no ha alcanzado el último nivel de acosadora en el

mundo de los Saturnites. Aún. En el futuro, todo vale; especialmente cuando

Benji anuncie al mundo que ella es su nueva mejor amiga. Ella será la

Saturnite más popular en el mundo. La gente la adorará y pensará que es linda.

Tal vez hasta se haga famosa en twitter. Estoy segura de que las fans le

responderán más amablemente a ella que a Aralie y a mí.

―¿Qué hiciste cuando la encontraste? ―pregunto.

―Grité ―dice―. Sólo… grité. Como un completo idiota. Gritando.

Me reí a carcajadas imaginando a Milo (el genial, calmado y serio Milo)

gritando como un alma en pena en sus bóxers mientras Bruno Mars cantaba en

segundo plano.

―No es gracioso ―dice―. Benji corrió escaleras abajo medio dormido,

tropezando con las cosas y la pobre chica… creo que la asusté más de lo que

ella me asustó a mí porque huyó rápido.

Unas risitas más salen de mi boca por mucho que trato de no reírme de él.

La escena se reproduce en mi mente como si la hubiera visto en un video de

Youtube.

Milo me abraza hacia él.

―Al menos te estás riendo ahora ―dice.

Tiene razón. Siento como que no me he reído de verdad en días. Mis

pensamientos han estado en el fin del encierro, Milo yéndose y perderme mi

show de globos aerostáticos por primera vez en dieciocho años.

Me obligo a mí misma a sonreír y luego lo beso antes de que pueda decir

cualquier cosa. Probablemente querría que hablara sobre las cosas que hay en

mi mente y así podría tranquilizarme y hacer todo mejor. Él es bueno haciendo

que las cosas estén mejor, pero ahora, realmente no tengo ganas de eso.

Grillos y sapos omiten chirridos en la noche mientras caminamos de vuelta

a la casa. Aún me gusta creer que son verdaderos alienígenas hablando en

código morse. Eso suena mucho más emocionante.

―Así que, mi mariposa naranja, ¿puedo despertarte temprano en la

mañana? ―pregunta Milo.

―No puedo ser tu mariposa ―digo, deseando inmediatamente no haberlo

hecho―. Tú tampoco puedes ser la mía.

―Espera, ¿qué? ―se detiene en medio del pasto y me atrae hacia él.

Su piel brilla a la luz de la luna. Él está hecho para brillar. Él está hecho

para sangrar colores.

―Chloe ―dice―. Habla. Explícame. ¿Algo?

―No sé cómo ―digo, tratando de desenredar mis pensamientos.

―¡Palabras! ―dice, demasiado alto―. ¡Con palabras! ¡Habla! ¡Palabras!

―Shhhh ―digo, acercándolo hacia mí―. No puedes ser mi mariposa

porque… ellas sangran y mueren, se disuelven en partículas. Pero tienes que

sangrar, aunque yo lo odie.

―Está bien, si quieres hablar con metáforas, puedo hacerlo ―dice.

Oh Saturno. ¿Por qué? ¿Por qué tiene que ser tan hermoso, talentoso e

inteligente?

―Tienes razón ―dice, liberando sus brazos de mi alcance y tomando mis

manos con las suyas―. Eventualmente, el sol saldrá, y yo tendré que sangrar

con mis hermanos mariposa, y el resto del mundo podrá ver mi tinta azul, no

sólo tú.

Nunca pensé que podría sonreír al pensamiento de Milo yéndose, pero este

chico seriamente hizo que pasara.

―Pero el asunto es ―dice―, que tal vez sangre cada día por el mundo,

pero sangro más por ti.

Capítulo Veinte

El sol brilla a través del adorno azul y verde que Emery hizo para Benji. Se

balancea en la brisa, meciéndose adelante y atrás en nuestro patio. Él la ayudo

a colgarlo ahí ayer en la mañana. Él le dijo que cualquier vez que atrapara el

sol, significaba que él estaba pensando en ella. Si ella no tuviera casi seis,

hubiera sido absolutamente romántico.

Nuestra casa ha vuelto a la normalidad en los últimos dos días… casi. Algo

debe haber pasado mientras estaban en la cabaña porque todos han cambiado

un poco. Desde que los chicos volvieron el jueves en la noche, Aralie y Jules

no han peleado una vez, excepto por su rivalidad por las mejores puntuaciones

en el bowling y baseball de la Wii. Noah dijo “buen día” a todos ayer antes de

que siquiera hubiera tomado su leche de fresa. Y Milo, bueno él siempre ha

sido súper dulce, por lo que no mucho ha cambiado con él.

Al principio, pensé que papá quizá les había dicho algo paternal y firme a

ellos, pero papá se fue el jueves a la noche y no ha estado aquí para ver los

resultados. Pero ahora, viendo el adorno de Benji y Emery en la mañana de un

domingo, siento como que algo está realmente fuera.

―Chloe ―dice Emery, deslizando la puerta del patio―. Benji dice que

tienes que dejar de estar sentada sola e ir a ayudarlo.

Por supuesto, él dijo eso. Él tiene un malditamente perfecto bronceado con

sólo mirar al sol. Algunos de nosotros necesitamos más tiempo con la fuente

de Vitamina-D.

―¿Por qué me necesita? ―pregunto, levantando mis anteojos de sol para

verla―. ¿No pueden Noah, Jules o tú ayudarlo?

Ella pliega sus brazos y pisa con su pie.

―Él dijo que te necesitaba a ti, Chloeeeeeeeeee ―dice ella, arrastrando mi

nombre para hacer énfasis.

Agarro mi camiseta de la silla de salón, la pongo sobre mi cabeza, y la sigo

dentro de la cocina. Benji está parado en frente del mostrador con los moldes

para muffins de mamá y muchas rodajas de limón.

―Hola ―dice él―. Necesito tu ayuda, ¿ustedes tienen un congelador

profundo, no?

Más vale que él no me haya sacado del sol para preguntarme sobre un

congelador. Él corta otro limón, y yo noto que la pulsera azul y verde todavía

está alrededor de su muñeca. Él la usa cada día. Todos los chicos de SAS

tienen pulseras ahora gracias a Emery. La de Milo es azul y gris. Me pregunto

si él la cambiaría por la mía rosa y negra.

―Sí ―respondo―. ¿Por qué necesitas un congelador profundo?

―Estoy probando algo ―dice él―. La Sra. Shelley envió al G-man por

algunas cosas. Voy a hacer limonada cuando él vuelva. Ahora mismo, estamos

haciendo cubos de hielo.

Es tan raro escuchar referirse a mis padres como Sr. Scott y Sra. Shelley. Ni

siquiera puedo soportar G-man para Godfrey. Emery lo ayuda a llenar los

agujeros del muffin en el molde con agua, y Benji tira una gran rebanada de

limón en cada uno. Creo que la astucia de mamá se ha pegado en él.

Ayudo a Benji a llevar los moldes para muffin al congelador y a encontrar

una forma de, milagrosamente mantenerlos planos entre los otros artículos.

Cuando caminamos de vuelta a la cocina, Emery está en una silla cerca del

fregadero con el rociador de agua apuntado como un arma. El agua ya está

corriendo, así que hago la única cosa que puedo hacer: me escondo detrás de

Benji.

Emery se ríe como hace cuando vemos la Dosis Diaria de Drama de Darby.

Benji murmura palabras de maldición debajo de su aliento. Emery

rápidamente apaga el agua y corre por la casa riéndose.

―Genial ―dice Benji―. Sabes, estoy tratando muy duro de ser bueno con

esa niña, y esto es lo que obtengo por eso.

Él se saca su remera sobre la cabeza y examina el daño de agua.

―Aquí ―digo, tomándola de él―. La pondremos afuera, estará seca en

una hora.

Tomo la remera y la cuelgo en una silla de salón mientras Benji limpia el

agua en el piso de la cocina. Quizá él no debería haber sido bueno con Emery.

Ella está tomando ventaja de eso ahora.

Las letras BACCARINI se extienden sobre la parte superior de la espalda

de Benji, como un nombre en un jersey deportivo. Hay un anime de la Muerte

con alas gigantes volando en la mitad de su espalda, entre sus omoplatos. Me

estremezco cuando pienso en cuánto debieron haber dolido esos.

―Gracias ―dice él, mirándome sobre su hombro cuando deslizo la puerta

del patio cerrada.

Él devuelve su atención a las fichas en la heladera y garabatea otro “tweet”.

No me quedo alrededor para leerlo.

―¿Qué piensas que están haciendo? ―pregunta Aralie, desde los confines

de su habitación―. Hemos estado atrapadas aquí por cerca de una hora.

Desearía tener una respuesta para ella. Emery rueda sobre el piso,

completamente indiferente de que el pequeño lindo vestido amarillo se está

arrugando al infierno y de vuelta.

Mamá nos pidió que nos quedáramos en un uno de nuestros cuartos, las tres

juntas, hasta que ellas y los chicos estuvieran listos para nosotros. Eso sólo me

asusta. Ella además nos dijo que nos pusiéramos lo que habíamos comprado

para usar en el Festival Up, Up, and Away, lo que me asusta más.

Aralie pega otra capa de brillos sobre su párpado y retoca su odioso lápiz

labial rojo al que le ha tomado el gusto. Se tira un beso a sí misma en el

espejo.

Me tiro hacia atrás en su cama, al igual que Emery en el piso. Más

temprano, Emery dijo que mi vestido le recordaba a una magdalena, por lo

que me estoy sintiendo menos que glamorosa ahora mismo. Mi cabello cae

alrededor mío cuando me doy la vuelta para ver a Aralie modelar delante del

espejo. Ella es tan diva como Noah.

Emery cuenta los cubos de hielo de limón de Benji y como mamá envío a

Godfrey a la tienda por más artículos…Quizá estamos teniendo la celebración

del cumpleaños de Emery un día antes. Aparentemente vamos a celebrarlo con

un montón de cosas de sabor limón. Eww.

―Lo tengo ―dice Aralie―. Di que tienes que hacer pis, camina por el

pasillo, y fíjate si ves algo.

―¡Yo lo haré! ―se ofrece Emery, saltando del piso―. Ahora que dijiste

eso, realmente tengo que hacer pis.

Aralie suspira.

―Bien ―dice ella―. Pero no actúes sospechoso.

Ella quizá le acaba de decir a Emery que no respire. Esa niña va a ser más

sospechosa que el perdedor que le disparó a Spaceships Around Saturn.

Emery se desliza fuera de la habitación, y la veo vagar alrededor hacia el

baño. Ella camina demasiado lento y de alguna forma baila por el pasillo.

Cierro la puerta cuando escucho voces. Mamá dijo no espiar, y estoy segura

de que todos los chicos nos delatarían.

Aralie gira alrededor en su vestido verde y plateado, tarareando el tono de

una canción de Mutilated Arteries. Los chicos de SAS no la han corrompido

enteramente.

Espero al final de su cama, en donde la ropa sucia de Jules está prohibida, y

escucho cualquier cosa que nos pueda dar una pista de qué está pasando. Pero

lo único que escucho son las pisadas de Emery.

Ella irrumpe a través de la puerta y la cierra de un golpe detrás de ella. Su

cara es toda locura hiena de nuevo.

―Vi a Noah ―dice ella―. Está usando un pantalón caqui.

Aralie y yo la miramos fijamente, esperando por más.

―¿Y? ―pregunta Aralie, haciendo señas con su mano en círculos para

decirle a Emery que continúe.

―Eso es todo ―dice ella―. Él estaba en pantalones caqui y una camisa de

polo y lucía bien.

¿Lucía bien? No raro o presumido o aburrido, ¿sino que bien? Oh Dios.

¡Emery se está convirtiendo en mamá! Continúo mirándola, con los ojos muy

abiertos, estoy segura. Ni siquiera sé qué decir a eso.

Pero es extraño que Noah esté usando caquis. Él ha estado en jeans,

pantalones cortos, y trajes de baño cada vez que lo he visto durante este

encierro. No imaginé que él siquiera tuviera caquis. No es del tipo de vestirse

formal, pero tampoco lo es la hermana girando en su vestido de colores de

Slytherin.

Hay un golpe en la puerta, y todas saltamos atrás, tratando de actuar

completamente normal. Mamá asoma su cabeza adentro y sonríe antes de

entrar y cerrar la puerta detrás de ella. Está usando esa seductora remera

violeta y negra que Aralie eligió para ella y un par de capris negros. Ella luce

bien, si alguien lo hace.

―Siéntense ―dice mamá, señalando hacia la cama de Aralie.

Me siento cerca de la cabecera y pronto me arrepiento. Un poster de

Mutilated Arteries mira hacia mí, y aunque es sólo una fotografía, siento como

que su baterista demasiado-tatuado está mirándome literalmente. Él pliega sus

baquetas en forma de X sobre su pecho. Luce atemorizador. Espero que Noah

no se pase con la tinta como ese chico.

―Tengo un anuncio a través de Spaceships Around Saturn ―dice mamá

como una publicista real―. Porque el cumpleaños de Emery tuvo que ser

pospuesto, y debido a que ustedes se tendrán que perder el Festival Up, Up,

and Away, los chicos de Spaceships Around Saturn, junto con una señora muy

útil y astuta, organizaron un evento alternativo para nosotros y les gustaría que

ustedes chicas se unieran a ellos. Ahora mismo, patio trasero.

Me río con esa última línea. Demasiada mamá de ella.

―Esto debería ser interesante ―dice Aralie.

Ella es la primera parada y fuera de la habitación. Emery baila alrededor

detrás de ella, cantando su pequeña canción sobre cómo esta es la mejor

noche. Mamá se ríe y me mira a mí.

―Personalmente ―dice ella―. Pienso que los chicos afuera son más lindos

que cualquier chico que hubieses conocido en el festival esta noche.

Decido complacerla.

―¿Sabes qué? Tienes razón ―digo. Me paro, aliso mi vestido y sonrío―.

Al menos, tres quintos de ellos.

El patio está iluminado con luces parpadeantes y antorchas tiki. Jules ayuda

a papá a manejar la parrilla. Él se ríe de algo con Aralie, y me resulta raro que

ellos son como amigos ahora. Supongo que Tate llego a través de él.

Benji se apresura hacia mí tan pronto como piso afuera.

―Tienes que ver esto ―dice él, agarrando mi brazo y arrastrándome hacia

la jarra de limonada―. ¿Cuán increíble soy?

¿Qué pasa con estos chicos y los estímulos de ego? Miro en la limonada, y

ahí están, limones congelados en agua, de forma redonda como si hubiesen

sido congelados en un molde de muffin. La creatividad de Benji en realidad es

casi increíble, por lo que me rindo y asiento a su pregunta. Él esta vestido

menos formal, en jeans ajustados negros y una camisa de polo.

Emery pisa hacia nosotros.

―¿Por qué estás tratando de ser el amigo de Chloe hoy? ―demanda saber

ella.

―Sí ―dice Noah, caminando detrás de mí. Él cuelga un brazo sobre mi

hombro―. Sabes el trato, Benji. Aralie se junta con Tate y pelea con Jules. Tú

entretienes a Emery. Y Milo y yo tenemos a Chloe porque somos el mejor

triángulo en la casa.

Noah me arrastra con él para ver a Milo. Él está solo con Tate, quizá

salvando lo que queda de Tito, pero mira hacia nosotros cuando Noah se

aclara la garganta. Noah toma el control de la conversación con Tate y me

entrega a Milo. Hola, mariposas.

―Lindo verte aquí ―dice Milo. Él se inclina y me susurra―. Te ves

increíble.

Siento que soy la estrella en alguna película de adolescentes cliché. Lo

tengo todo, tiempo de verano, un hermoso chico en una camisa abotonada, el

vestido, y luces parpadeantes. Los fuegos artificiales se deberían disparar en

cualquier minuto, y alguna banda popular tocará durante los créditos finales.

Oye, mira eso, también tengo a la banda. ¿Es tiempo para mi toma de cierre?

Justo mientras trato de encontrar palabras para decir “gracias” o “tú

también”, atrapo la mirada de mamá y su sonrisa maternal, y mi corazón

chisporrotea.

―Mi mamá sabe ―susurro.

―¿Ella qué? ¿Cómo? ―pregunta él, moviendo sus ojos alrededor pero

rehusándose a mirar hacia mis padres.

―Ella sospecha ―me corrijo a mí misma―. Ella me ha preguntado qué

pienso de ti.

Por primera vez en algunos días, él hace esa cosa tonta del beso de costado

con sus labios. Obviamente está pensando profundamente en algo.

―Entonces, Señorita Branson ―dice él―. ¿Qué piensas de mí?

Me acerco a él, para que los otros chicos no escuchen, y le digo la cosa que

sé que ha querido que admita desde que comenzó este encierro.

―Creo que eres el chico más apuesto de Spaceships Around Saturn.

Horas más tarde, Aralie compara el exterminador de mosquitos con una

silla eléctrica para mosquitos. Ella está sentada entre Tate y Jules y se queja

del olor a cigarrillos. Ella es bastante encantadora. Por supuesto, Tate se ríe.

Milo finalmente le da un descanso a su guitarra. Él ha tocado demasiadas

canciones de SAS, demasiadas antiguas que pidió papá, y cualquier canción al

azar que Benji y Jules pudieran pensar porque aparentemente ellos saben la

letra de cada canción desde el principio de la música.

Noah se instala de nuevo en la silla de salón que hemos estado

compartiendo la mayor parte de la noche. Tiene un plato de papas picantes con

él, y me robo una mano entera.

―¡Milo! ―grita Noah―. Chloe ha estado robándome mis papas toda la

noche. Cambia asientos conmigo.

Noah se aprieta entre Benji y Emery mientras mi chico se acomoda al lado

mío.

―Si tanto quieres papas, puedo ir a traerte algunas ―se ofrece Milo.

Sacudo mi cabeza.

―No es tan divertido si no las estoy robando.

―Bueno ―responde él―. Iré a traer papas para mí mismo. Después estaré

de vuelta para unirme a ti, ¿sí?

Asiento con la cabeza.

―No te olvides del kétchup.

Los ojos de mamá se encuentran con los míos por medio segundo cuando

miro de nuevo para asegurarme de que Milo realmente agarra kétchup. Su cara

está radiante como un foco. Realmente no esperé que ella estuviera contenta

con que su hija quizá tenga algo con una superestrella internacional. ¿No se

supone que eso saque banderas rojas sobre corazones rotos y lágrimas de

noches tardes? Oh, Chloe. Cállate. No pienses en mierda como esa.

Milo me deja robarle tantas papas picantes como quiero y, a diferencia de

Noah, nunca se queja. Me concentro en las papas para no mirar arriba y ver

los globos aerostáticos en el cielo nocturno. Ellos parecen tan lejanos, tan

pequeños.

Mamá, papá y Godfrey se sientan adentro, con el aire acondicionado.

Cuando la puerta del patio finalmente se abre de nuevo, es Godfrey quien

emerge de la casa. Él sostiene una caja en sus manos, y espero que se acerque

a Tate, porque es usualmente a dónde va.

―Oh ―dice Milo―. ¿Puedes sostener esto?

Él me entrega el plato casi vacío y se apresura para encontrarse con

Godfrey. Toma la caja y va adentro. Mamá y papá ambos se paran y caminan

hacia él, después mamá desaparece en la cocina. Yo termino las últimas papas,

me tomo media jarra de la limonada de Benji, y espero que vuelva Milo.

Todos los adultos lo siguen.

―Aww, el G-man nos sacó de un apuro ―dice Tate―. ¿Qué hay en la

caja?

Wow, ni siquiera Tate sabe. Bueno, él no sabe que hay en la caja, pero

obviamente sabe que Milo quería algo y Godfrey probablemente tuvo que tirar

algunas cuerdas para conseguirlo.

Mamá sonríe.

―Es nuestra última sorpresa esta noche. Fue idea de Milo.

Capítulo Veintiuno

Mamá se apresura hacia el resto de nosotros demasiado feliz. Levanta la

vista a los globos aerostáticos a la distancia. Son pequeña esferas (azules,

rojas, naranjas, verdes, amarillas) por encima de la línea de árboles, brillando

en la noche. Lucen como planetas distantes y soy la triste y pequeña

alienígena quién desea verlos más de cerca.

―Ya que no pudimos ver los globos este año ―explica mamá―, Milo tuvo

la idea de traer los globos a nosotros. Y de alguna manera, Godfrey hizo su

magia y encontró lo que Milo quería.

Mientras Milo se pone de pie cerca de nosotros, veo las palabras en la caja:

“Faroles del deseo13”. Hay un diagrama al lado de la caja, mostrando como

encenderlos y lanzarlos.

Emery jadea y salta con una mirada totalmente emocionada.

―¡Esos! ―grita apuntando a la caja―. ¡Son como en Enredados14!

Mi corazón se desborda con sangre de mariposa. La escena de los faroles en

Enredados es la escena más hermosa de una película animada. La mejor.

Emery está totalmente fuera de sí, saltando alrededor e inhalando

bruscamente porque esto es mucho más grande de lo que su pequeño cerebro

Saturnite puede soportar. Probablemente se siente como una princesa ahora

mismo.

Milo abre la caja y saca los cinco faroles pre-frabricados. Emery es la

primera en la fila, queriendo sostenerlo, amarlo y derramar todo su corazón de

Saturnite encima de él. Papá y Benji hacen equipo para vigilarla dándole el

doble de seguridad.

Noah agarra el siguiente y camina hacia mamá.

13 También conocido como Linterna voladora, globo del deseo o linterna china. 14 Película de Disney del 2010.

―Parece que puede ser mi actriz principal esta noche, ya que su esposo está

ocupado ―dice.

Aralie rueda sus ojos hacia él. Desearía que ella conociera a Noah de la

forma en la que lo conozco yo. La mayoría de sus observaciones “sarcásticas”

son realmente burlándose de Milo y de mí. Él no es el molesto idiota que ella

cree que es. Y por otro lado, tal vez Tate no sea tan molesto e inmaduro como

yo creo que es. Una vez que ellos lo confiesen todo, después del encierro, tal

vez llegue a conocerlo a otro nivel.

Aralie toma el farol siguiente al de Milo y desenvuelve el plástico. Examina

las instrucciones sólo por un momento antes de que Jules camine hacia ella.

―Ni siquiera lo pienses ―advierte Jules, quitándole el farol―. Sabes

demasiado bien que no tienes que jugar con fuego sin un hombre de verdad

alrededor que te ayude.

―Hmmm ―empieza ella―. ¿Planeas ayudarme a encontrar un hombre de

verdad?

―Oh, yo conozco un hombre de verdad ―contraataca Jules―. Y tiene un

gran cohete.

El codo de Aralie se encuentra con su caja torácica, pero él sólo ríe y la

sigue hacia el patio con los demás. Tate se tumba cerca de Milo y alcanza el

siguiente farol.

―No deberías jugar con fuego ―le avisa Milo.

―Amigo, G-man me ayudará a enganchar esto ―replica Tate.

Creo que la primera cosa que le preguntaré a Aralie después del encierro es

cómo Tate y Godfrey se convirtieron en tan buenos amigos… y cómo se

siente Godfrey respecto a ser llamado G-man todo el tiempo.

Tate y Godfrey caminan a través del patio. Tate habla sin parar mientras

Godfrey asiente y sonríe.

Milo sostiene el último farol del deseo empacado y lo sacude hacia mí.

―Parece que estás atrapada conmigo, Señorita Branson ―comenta Milo―.

Justo como Emery lo predijo.

―Ugh ―protesto―. Y tú eres tan aburrido.

―Por Dios, Chloe. Deja de hacer que quiera besarte cuando estamos en

público ―dice.

Él toma el último farol y me atrae junto a él hacia el patio con todos los

demás.

Papá pela el papel de cera del farol y examina el paquete de combustible

como si estuviera investigando un caso del gobierno. Pre-fabricado, papá,

sólo sigue las instrucciones.

Dejamos que tome las riendas y encienda el primero. Probablemente piensa

que somos todos unos niños pequeños que necesitamos supervisión en exceso.

El paquete de combustible se enciende lentamente convirtiéndose en una

llama, y papá lanza el farol amarillo.

―Esta cosa es tan grande como yo —señala Emery.

Tiene razón. Los de Enredados deben ser diferentes porque estos son mucho

más grandes. Son como mini globos de arostáticos. Tate y Godfrey se ponen

detrás de papá y lanzan su farol también. Me sorprende que papá o Godfrey no

hayan dado un discurso sobre la mecánica de la naturaleza y la física, y de

cómo estas cosas se lanzan realmente.

―Bueno, Emery ―habla Benji―, tienes que pedir un deseo especial antes

de enviar esto al cielo.

Ella salta.

―¿Estará en las nubes?

Milo ríe.

―Irá directamente hacia Saturno ―contesta―. De ahí es donde vienen.

Si no estuviera ocupada pelando este papel de cera, le daría un codazo a

Milo por eso. Emery volverá a la escuela este otoño, y será la chica de primer

grado que pasó el verano con una banda, hablando sobre los faroles de deseos

que Milo importó desde Saturno.

Emery exclama que ya ha hecho su deseo y ayuda a papá y Benji a

balancear el farol gigante hasta que el viento finalmente lo toma y lo lleva

hacia la noche.

―¡Deseé que no te vayas nunca! ―le grita a Benji.

Benji gime.

―No puedes decirles a las personas lo que deseaste o no se cumplirá.

Emery patea el pasto y se deja caer al piso. Tiene esa fea cara de muñeca

bebé. Además, es pasada su hora de dormir. Esto debería volverse interesante.

―¡Odio mi vida! ―grita.

Mamá abandona a Noah y su farol encendido para levantar a Emery del

pasto mojado. El ataque de llanto viene con toda su fuerza.

Noah y Tate lanzan sus faroles al mismo tiempo. Mamá lleva a Emery

adentro y papá los sigue. Godfrey está tres pasos detrás, es pasada su hora de

dormir también.

Benji se sitúa cerca de Aralie y Jules mientras trabajan en encender el

paquete de combustible de sus faroles. Él probablemente está esperando

desear algo también. Deseará que el deseo de Emery nunca se cumpla.

Milo chasquea el encendedor en sus manos y pone el farol hacia él para

encenderlo.

―Tenías razón ―admite―. El azul quema al naranja y no hay otros

colores que puedan estar más cerca.

Enciende el farol al revés y yo lo ayudo a balancearlo con mis manos. Es

tan parecido a un globo amarillo de aire caliente, sólo que más pequeño… y

nuestro.

―Bueno, pide un deseo antes de que el viento se lo lleve ―propone Milo.

¿Mi deseo? Oh, qué desear. A través de todas las estrellas fugaces y deseos

de las 11:1115, he deseado tonterías sin sentido. Este, el farol del deseo con

Milo, debe ser especial. Por mucho que me encantaría hacer como Emery y

desear tener a Milo para siempre, no puedo. Él tiene que ser Milo Grayson de

Spaceships Around Saturn. Y debo ser fuerte por él.

Deseo fuerza.

Y luego el viento se lleva nuestro farol.

Es mucho más tarde que nuestras citas habituales una vez que todos están

dormidos. Para Benji estar tan cansado como un zombie sin un arreglo

cerebral, se ha quedado más tiempo despierto de lo que me gustaría. Pensé que

nunca nos libraríamos de él.

Milo me dijo que no me cambiara el vestido, pero me siento tan rara

escabulléndome cerca de las dos de la mañana vestida así. Él camina a través

del patio cuando llego escaleras abajo. Todavía lleva sus caquis y su camisa

abotonada puesta.

―Vamos ―dice incluso antes de que cierre la puerta del patio.

Él agarra mi mano y se apresura hacia la casa del árbol. Estamos

usualmente infiltrándonos en la casa ahora. Esto es todos los tipos de rebelde y

salvaje. Me gusta en cierto modo.

15 Se cree que es el momento del día en que se deben pedir deseos mirando al reloj.

Cuando llegamos a la casa del árbol, Milo no escala. En vez de eso, se

apoya en la escalera y toma mis manos, halándome hacia él.

―Sabes que hasta la otra noche ―empieza―, no me había dado cuenta de

lo mucho que se ha puesto de cabeza tu vida. Quiero decir, ustedes tenían

vidas antes de que nosotros llegáramos aquí. Tenían planes, amigos que ver y

cosas que hacer.

Si él está tratando de disculparse por hacernos perder el festival Up, Up,

and Away, puede detenerse ahora. Nuestra noche fue mágica y maravillosa

gracias a ellos. No creo que me importe ir al festival Up, Up, and Away otra

vez. El festival no tiene faroles de deseos, o el asado a la parrilla de papá, o un

show en vivo y acústico de Spaceships Around Saturn.

―Está bien ―le afirmo―. Te conseguí a ti gracias al asunto, así que es

suficientemente justo.

Él fija sus manos detrás de mi cuello y presiona su frente contra la mía.

―Sólo estás siendo buena ―susurra.

Dos semanas atrás, este chico trataba de darme impulso y estimular su ego a

costa mía. ¿Ahora está tratando de ser tímido? Me alejo para mirarlo a la cara,

pero la mayoría del tiempo, él evade mis ojos y sonríe tímidamente. Desearía

poder capturar este momento. Nadie jamás creería que Milo Grayson tiene

momentos débiles.

Las luciérnagas parpadean en la noche, pequeñas motas amarillas en el cielo

oscuro. Una flota cerca de nosotros, parpadeando. Me pregunto, si de alguna

manera, es una de las luciérnagas que capturamos durante nuestras otras citas

nocturnas. Tal vez nos recuerda.

Milo trata de alcanzarla y la atrapa con sus manos. La acuna entre sus

palmas y me inclino para mirarla. Se enciende y se apaga, se enciende y se

apaga.

―El bicho más genial de todos ―opina Milo.

―Y ni siquiera tienen que sangrar por alguien ―contesto.

Él libera a la luciérnaga y ella brilla un par de veces mientras danza

alejándose de nosotros.

―Es raro ―comento, mirándola brillar a la distancia como los globos de

aire caliente que lanzamos temprano―, ellas sólo brillan por un segundo o

dos, pero siempre me hacen sonreír.

―Algo así como una estrella fugaz ―propone Milo.

Mis pensamientos me consumen otra vez. Mariposas que sangran.

Luciérnagas que parpadean. Voy a llorar la pérdida del encierro con bichos.

Tal vez debería poner en la lista a los grillos y sapos para que canten en los

funerales. “Código Morse Alienígena” podría ser un nuevo himno de funeral.

―¿En qué estás pensando? ―pregunta Milo.

No le diré que estoy viviendo de esto otra vez. ¡No más charla sobre bichos!

―¿Por qué me dijiste que no me cambiara el vestido? ―pregunto.

No es una mentira, realmente. Estaba pensando en eso… cuando me dijo

que no me cambiara, temprano.

Él sólo sonríe.

―Escalemos.

Él da un par de pasos hacia la escalera y va por delante de mí esta vez,

debido al vestido. Me pregunto cuántos chicos de mi escuela serían tan

caballeros para hacer lo mismo. De mi ex grupo de amigos, mi respuesta sería

ninguno.

Milo me ayuda a entrar a la casa, lo que se vuelve mucho más raro gracias a

mi vestido. Al menos me puse sandalias en vez de esos tacos altos que mamá

compró “sólo en caso” de que cambiara mi opinión. No me importa si los

tacones están de moda. Soy una chica de superficie plana.

―Baila conmigo ―pide Milo, extendiendo su mano.

Las luces de navidad se reflejan en sus ojos, y juro que hacen su sonrisa

mucho más brillante.

―¿Qué? ―pregunto. ¿Realmente dijo eso?

Él da un paso más cerca.

―Me escuchaste. Baila conmigo ―repite.

Sí, realmente dijo eso. Alcanzo su mano pero me detengo. Esto es

demasiado ‘película adolescente’. ¿No es esta una escena de una de ellas?

Pero no estaban en una casa del árbol… tal vez, ¿cerca de una piscina?

Recuerdo luces de navidad. Esto es surrealista.

―¿Por qué? ―cuestiono, aun cuando es un insulto total y sólo debería

bailar con el chico.

―Eres imposible ―suspira y se pasea por el piso de la casa del árbol―. Te

ahorraré los detalles, pero tu mamá me habló de cuán horrible fue tu noche de

graduación, y pensé que, tal vez, podría ayudar a arreglarlo. Quiero decir, ya

tienes un vestido puesto, así que, ¿por qué no?

Desearía saber por qué tengo que preguntar por todo y complicar las cosas.

Necesito parar de ser tan lógica y racional y sólo dejar que este chico me haga

feliz cuando quiera en vez de preguntar todo lo que hace y dice. No debería

hacerlo pagar por los errores de Deacon.

―Si no quieres hacerlo ―continúa―, puedo tomar mi sentido del orgullo

roto y sólo bailar con él en vez de contigo.

―No ―digo, deseando con mi mente que deje al sentido del orgullo roto en

el piso―. Bailaré contigo.

Él sonríe y extiende su mano hacia mí de nuevo. Y esta vez, la tomo sin

reserva. Me da una vuelta antes de acercarme hacia él.

―Así que, ¿los grillos nos proporcionarán música? ―pregunto.

Obviamente mi mente sigue pensando en el himno de funeral del encierro,

los grillos y los sapos.

―Estaba pensando que yo podría cantar para ti ―responde Milo, su aliento

tibio en mi oreja―. ¿Alguna petición, Señorita Branson?

Uhmm, sí, ¿podría evaporarme completamente y convertirme en parte de

los anillos de Saturno ahora? Espera, tal vez estén hechos de hielo. Debí haber

prestado más atención cuando tuve que construir ese estúpido modelo del

sistema solar en segundo grado. El nacimiento de Emery fue después de eso

así que la usaré como mi excusa por perder células del cerebro.

―Tu canción favorita de Saturn ―pido.

No tengo idea de cuál es, pero hay una manera clara de averiguarlo. Él se

aleja y me mira, sus labios arrugados a un lado.

―No conseguimos grabar mi canción favorita de Saturn ―declara―. La

escribimos Benji y yo, pero la disquera dijo que no era lo suficientemente

limpia para una banda de chicos y que eso corrompería nuestra imagen.

Una inundación de paranoia corre en mí. ¿Qué podía ser tan malo que la

disquera no los dejaría grabar? Probablemente se trata de alguna chica que

conocieron en una gira y se divirtieron demasiado con ella en un afterparty o

en un hotel de cinco estrellas.

―¿De qué se trata la canción? ―pregunto, inmediatamente

arrepintiéndome de eso. Pero sé que él quiere que pregunte.

―Es sobre una chica, que ha sido lastimada por un chico estúpido ―me

cuenta. Luego pasa sus dedos por mi cabello mientras habla―. Ella va a un

bar para ahogar sus penas en un par de copas de vino. Y luego otro chico la ve

y quiere juntar sus piezas de nuevo, pero ella está demasiado asustada de dar

su corazón porque ha sido destrozado antes.

Me atrevo a inclinar la cabeza hacia arriba así puedo ver su rostro. Sus ojos

se ven aún más caramelizados con las luces de navidad brillando en ellos.

―Se llama “Un-Shattered” porque es sobre des-destrozar el corazón de

alguien ―explica.

―¿Y esa chica lastimada de verdad existió? ―pregunto. Dispárenme.

Tengo que saberlo.

Él sacude su cabeza.

―No en ese tiempo, no ―dice―. A menos que Benji tuviera una de la que

nunca supe. Sólo nos gustó la idea y la escribimos. La disquera dijo que la

escena del bar no era buena para nuestras fans jóvenes. No querían que ellas

pensaran que ahogar las penas e irse con un extraño estaba bien. Se perdió el

verdadero significado.

Supongo que viene con el oficio. Las bandas de chicos no pueden ser

Clasificación R. Sin sexo, sin humo, sin noches en los bares. Al menos las

bandas de chicos están avanzando, a pesar de todo. Hubo un tiempo en el que

sólo el estereotípico chico malo estaba autorizado a tener tatuajes.

―Así que ―sigue Milo―, ¿me harías el honor de escuchar mi canción y

bailar conmigo?

Asiento, dejándome a mí misma caer como víctima de Milo Grayson.

Mientras me acerque a él y cante una suave melodía, todo está bien.

Espero en los pies de la escalera a Milo mientras apaga las luces de la casa

del árbol. Él camina arrastrando los pies y pliegues de plástico se arrugan por

encima de mí. Miro alrededor, pero no puedo ver lo que está haciendo. La

casa del árbol se apaga.

―Oye, tengo algo para ti ―informa mientras baja.

Sujeta un paquete de papel de seda azul. Sólo papel de seda. Luego lo

sacude suavemente y se abre. Es otro farol de deseos. Un farol de deseos azul.

―Quería que nosotros tuviésemos uno especial ―dice, sacando un

encendedor de su bolsillo―. Así que este es nuestro. Sólo nuestro. Y vamos a

desear algo juntos con él.

Él estabiliza el farol a la luz de la luna y chasquea el encendedor para

volverlo una llama. El azul quema el naranja y enciende el paquete de

combustible. Él se inclina y lo enciende hasta que todo el paquete esté en

llamas, luego voltea el farol. Balanceo el bambú prefabricado con las yemas

de mis dedos mientras el viento lentamente reúne la fuerza para hacerlo volar.

―Bueno, este es para nosotros. ¿Cuál es tu deseo? Será nuestro secreto.

Lo pienso por un segundo, mirando el papel azul del farol brillar entre

nosotros. Va a alejarse en un momento, lejos hacia el cielo nocturno, perdido

entre las nubes. Eventualmente parpadeará como una luciérnaga, pero ahora

mismo, mientras brilla, sonrío.

―Mi deseo es que seas mi luciérnaga ―le digo―. Después de que termine

el encierro, sólo nos veremos el uno al otro en momentos, por cortos

parpadeos de tiempo.

―Y eso siempre me hará sonreír ―responde Milo―. Seré tu luciérnaga.

Creo que me gusta incluso más, que ser una mariposa que sangra. ¿Sé la mía

también?

Nuestro farol se levanta de nuestros dedos y se tambalea sólo por un

momento, extendiendo sus alas de papel imaginarias y tomando vuelo. Brilla

como una nave espacial azul, orbitando su vuelo de vuelta a Saturno, donde

pertenece.

―Seré tu luciérnaga, también.

Él me acerca en un abrazo y miramos nuestro farol parpadear alejándose en

la noche.

Capítulo Veintidós

La pantalla de mi laptop se enciende, y espero impacientemente a que el

internet se conecte. Tarda alrededor de tres segundos, pero he querido ver las

fotos del festival Up, Up, and Away desde anoche cuando vi los globos

aerostáticos en la distancia.

Ni siquiera estoy triste por habérmelo perdido. Más que nada, quiero ver las

fotos para poder sonreir porque mi noche con Milo y Spaceships Around

Saturn fue mucho mejor de lo que pudo haber sido el festival.

Entro a mi cuenta de Facebook y encuentro múltiples notificaciones.

Paige Harding te ha etiquetado en 36 fotos.

¿Treinta y seis fotos? ¿De qué? Apenas la he visto durante todo el verano, y

el último recuerdo que tengo de ella sosteniendo una cámara cerca de mí fue

en la noche de graduación. Subió esas fotos tan pronto como llegó a casa.

Abro la primera foto. Es de Deacon. Con Paige. Besándose. No de la forma

en la que Milo me besa, sino de la forma en que esos perros rabiosos se

muerden la cara el uno al otro. Su descripción dice: A veces sólo tienes que

darle a un hombre lo que quiere. ¡A veces tienes que ser una mujer!

Veinticuatro comentarios salen debajo.

Lauren: Demonios, Paige. Hacerlo es una cosa, pero ¿etiquetarla? Qué bajo.

Un idiota de la escuela: ¡Ja! ¡La Reina de Hielo acaba de quemarse!

Las bromas continúan a través de la conversación, todas a mis expensas.

¿Por qué soy el hazmerreír? ¿Por qué soy de la que hablan mal? Deacon

cacareó, cacareó locamente, el apellido de Benji en el estacionamiento

mientras me molestaba a mí y a mi hermana, y Paige es una amiga traicionera

que sólo hizo esto para poder etiquetarme y actuar como una chica ruda.

Cierro mi laptop de un golpe al tiempo que la puerta de mi habitación se

abre.

―¡No entres a Facebook! ―grita Aralie, corriendo hacia mi cama.

Agarra mi laptop y la aferra contra su pecho.

―Ya lo vi ―le digo, agarrando mi laptop.

Ella se para y cierra la puerta, y luego vuelve a unirse a mí en la cama.

―No puedo creer lo que hizo esa pequeña perra ―Aralie dice―. Sabía que

la odiaba por una razón. Voy a eliminarla ahora mismo, tan pronto como le

diga lo que pienso de su trasero de zorra.

―No lo hagas ―digo, alcanzando a Aralie para evitar que se vaya o se

mueva, o lo que sea que esté pensando hacer ahora mismo.

Mi primera reacción fue eliminar a Paige y a todos los demás de la escuela.

No importaba si me había deshecho de Deacon hace mucho. Él sabrá que vi

las fotos. Estoy etiquetada en todas las treinta y seis, y sólo he visto la primera.

―No podemos eliminarla ―digo, volviendo a levantar la pantalla―. Voy a

eliminar mi etiqueta de estas fotos, y vamos a pretender que nada pasó.

Aralie se levanta y pisa mi alfombra verde limón.

―Chloe ―dice a través de sus dientes―. Eres demasiado buena con ella y

con ese imbécil exnovio tuyo. Necesitan obtener lo suyo. Lo sé, lo sé, el

karma lo hará, pero maldición, no tengo tiempo para el karma. Quiero

venganza ahora.

Esa es mi Aralie. La chica que insulta a cualquiera que diga algo sobre

alguien que ella ama. La chica que tiene que ser retenida porque realmente

golpeará a un chico en sus partes. La chica que vivía al otro lado del pasillo

antes de que Spaceships Around Saturn se nos unieran en un encierro. Ellos la

han suavizado… mucho. Me gusta la Aralie más amable y menos histérica.

Pero en algunos días, necesito que esa niña salvaje resurja. Como hoy.

―Mira ―digo―. Cuando se termine el encierro, tienes una tarjeta de

memoria llena de fotos que serán la envidia de chicas alrededor del mundo.

Puedes publicarlas. Etiquétame. Etiqueta a mamá. Asegúrate de que todo el

que posiblemente pueda verlas lo haga. Incluyendo a Paige. Así que tienes que

tenerla por ahora, sólo lo suficiente para la venganza.

Mi hermana se ríe maniáticamente.

―¡Oh! Tengo que mostrarte algo ―dice.

Sale de mi habitación y vuelve con su cámara digital. La ha estado usando

más durante el encierro que lo que la ha usado en el último año. La única otra

vez que recuerdo haberla visto tomando tantas fotos fue en el concierto de

Sebastian’s Shadow.

―Mira ―ella dice, mostrando una foto de Milo y mía de anoche.

Estamos en el patio trasero con luces centellantes brillando detrás de

nosotros. Recuerdo ese momento. Aralie nos interrumpió mientras

discutíamos cómo podríamos escaparnos después. Ella gritó que nos

“viéramos felices”, así que Milo me atrajo hacía él y sonrió. Nos vemos

increíblemente felices.

―Sabes ―dice Aralie―, si no fuera famoso y todo eso, podría parecer tu

novio.

Cierto. Porque un chico famoso no sería en realidad mi novio. Sé que ella

no lo dice de la forma en la que suena. Ni siquiera me importa. Al menos no

estoy saliendo con Tate.

Ella salta a través de sus cientos de fotos, mostrándome las más graciosas y

tiernas. Básicamente ha documentado todo el encierro en esa tarjeta de

memoria. Espero que haya guardado esas fotos en algún lado. Mi corazón se

mutilará si las perdemos.

Tan pronto como Aralie deja mi habitación para jugar al Xbox con Tate,

elimino mi etiqueta de todas las fotos de Paige. Hago lo mejor que puedo para

no leer los comentarios, pero por Dios, mucha gente se está comiendo el

drama como si fuera su postre favorito. Todos estos idiotas de la secundaria

tienen algo para decir, como si fuera su problema. La mayoría de estas

personas ni siquiera me hablaron en la escuela. No reconozco algunos

nombres, pero aparentemente todos saben quiénes somos.

La última foto es otra de Paige y Deacon. Todas las estúpidas treinta y seis

fotos fueron de ellos. Pero ésta es más genuina. Me recuerda a la foto de

Aralie de Milo y yo. Apuesto a que Paige le habló dulcemente y le dijo que se

viera tierno para poder publicarla en Facebook inmediatamente.

Sí, Facebook. Quiero eliminarme de la foto. Como de todas las demás.

Quisiera poder eliminar estas fotos de mi cabeza del todo. Quisiera poder

eliminar a Paige y a Deacon de mi vida de una vez por todas. Si tan sólo

pudieras eliminar y bloquear a la gente en la realidad como puedes hacerlo en

las redes sociales.

Cierro sesión y empujo mi laptop lejos de mí. Quiero llorar. Y no puedo

decirle a nadie que quiero llorar porque todos lo tomarán de la forma

equivocada.

No estoy triste por Deacon, y definitivamente no lo quiero. Hace mucho que

lo superé. Lo he superado porque es un idiota. De hecho, quiero que se vaya

con otra chica para que todos la observen y se olviden de mí.

Estoy triste por Paige, porque se suponía que era mi amiga. Porque ella fue

la única que se quedó a mi lado. Porque el encierro sucedió y ella sabe que le

he estado mintiendo, así que me hizo esto para vengarse. Pero más que todo,

estoy triste porque la persona que pensé que siempre estaría ahí terminó

siendo alguien que nunca fue verdaderamente mi amiga en primer lugar.

Ugh. Necesito desahogarme, llorar, maldecir y gritar, pero no puedo porque

mamá y Aralie pensarán que estoy herida por Deacon. No puedo decirle a

Milo porque eso sólo sería estúpido. Nadie le dice al chico nuevo nada que se

relacione con el chico de antes. Sólo necesito estar enojada con Paige.

Y sé quién me lo permitirá.

Noah lleva un vaso de leche de fresa afuera con nosotros. Ya escuchó todo

por mamá. Ella entró en pánico en el desayuno cuando vio las fotos. Por suerte,

Noah y Benji eran los únicos que estaban en la habitación con ella en ese

momento.

Nos sentamos en nuestro sillón de anoche. Hace menos de veinticuatro

horas, Noah obligó a Milo a cambiar de lugar con él para que yo ya no pudiera

robar sus papas. Desearía poder repetirlo todo. Aún tomaría sus papas, pero no

habría entrado a Facebook esta mañana.

―Entonces, hablemos sobre eso ―Noah dice después de tomar un sorbo.

No puedo esperar a presumirles a las Saturnites del mundo que Noah me

habla antes de terminar su vaso de leche de fresa cada mañana. Milo me dijo

que el encierro ha sido la primera vez que ha visto a Noah hablar antes de

terminar su leche. Me hace feliz, como que tengo un amigo verdadero que me

dejará quejarme sobre la vida y llorar en su hombro aunque interrumpa su

consumo de leche en las mañanas.

―Odio mi vida ―digo. Sueno justo como Emery―. Paige es una traidora,

Deacon es el más grande idiota viviente, y todos en esta condenada ciudad se

están riendo de mí.

―Umm ―dice Noah―. No me estoy riendo.

¿Por qué siento que el mundo se está derrumbando a mi alrededor? Después

de la graduación, pensé que las cosas no podrían empeorar. Luego sucedió el

encierro, y mi verano fue cancelado. Y Paige me traicionó y se burló de mí.

Lo admito, el encierro no ha sido malo. El encierro va a terminar, de todas

formas. ¿Qué pasará entonces? Sí, me gusta pensar que todo funcionará y

habrá un ‘felices para siempre’, ¿pero cuándo realmente sucede eso?

―¿Sabes qué necesitas? ―Noah pregunta.

Levanto la vista de mi autocompasión. Sus ojos verdes me observan a

través de su cabello desordenado. No pensé que podría verse más rockero

punk que cuando llegó aquí, pero en dos semanas, se ha vuelto muy grunge.

Parece más “chico malo” que Jules. Espero que su estilista nunca le haga

volver a usar pantalones cortos de golf de anciano. No son para nada Noah.

―¿Qué necesito, Noah? ―pregunto, a pesar de que no quiero escuchar su

ridícula respuesta, cualquiera que sea.

―Un nuevo mejor amigo ―dice―. Ya sabes, alguien que escuche tus

problemas, incluso cuando no haya tomado su leche todavía. Alguien que

mantenga a tu nuevo novio en secreto de los demás, incluso cuando lo haga

ver como un idiota a veces. O, incluso mejor, alguien que aún te cubre

después de que lo hayas halado a la piscina… totalmente vestido.

Por lo que se siente como la primera vez en mucho tiempo, me río. Noah

tiene razón. Necesito un nuevo mejor amigo, y él ha hecho más que demostrar

que puede serlo. Además, si voy a hacer que esto con Milo funcione, tendré

que dejar a Noah estar al tanto porque son una oferta de paquete de distintos

tipos.

―Nada de esto importará después del encierro de todas formas ―Noah

dice―. Tu vida cambiará mucho. Esas personas se sentirán como unos idiotas.

La cara de Aralie aparece en mi mente. Ella encontrará mucho placer en

publicar sus fotos del encierro cuando esto se termine. Ni siquiera puedo

culparla. Yo espero que me etiquete en cada una. ¿Y qué si no he sido cien por

ciento honesta este verano? No podía serlo. Toda mi familia tuvo que mentir

para proteger a Spaceships Around Saturn. El gobierno nos hizo hacerlo.

―¿Sabes qué más? ―Noah pregunta, poniendo una mano en mi espalda

como si yo tuviera la edad de Emery y necesitara consuelo.

Alzo la vista y espero su siguiente monólogo. Pobre chico. No se da cuenta

que estoy coincidiendo con todo lo que dice en mi cerebro.

―¿Qué? ―pregunto.

―No es por ponerme todo bromántico contigo o algo ―dice―, pero Milo

es mucho más ardiente que esa cosa con la que saliste antes.

―Tienes razón ―digo―. Eso no es para nada bromántico.

Noah se ríe y abre su boca para decir algo, pero las palabras nunca salen.

Mira detrás de mí, hacia la puerta del patio. Luego desvía la vista rápidamente.

―Tu chico está levantado ―dice―. Acaba de entrar a la cocina con Tate.

No puedo ver a Milo, no todavía. No puedo enfrentarlo cuando aún estoy

hecha un desastre de nervios y rabia por Paige. No puedo decirle por qué estoy

enojada, y me conozco a mí misma lo suficiente para saber que simplemente

no puedo fingir hasta sentirlo. No puedo dejar que piense por medio segundo

que estoy molesta por Deacon. Este no es el momento para impresiones

equivocadas.

―No puedo verlo ―le digo a Noah―. Necesito unas cuentas horas para…

organizar mis pensamientos sobre Paige. Sólo para estar molesta y luego

calmarme. Lo sé, es estúpido, pero tal vez es cosa de chicas. Sólo no puedo

enfrentarlo. No quiero que sepa que algo está mal.

Noah toma un gran trago de su leche, traqueteando un tercio del vaso de

una sola vez.

―Lo distraeré ―dice, limpiando su boca con el dorso de su mano―. Dame

un minuto para entrar ahí. Luego puedes deslizarte y volver arriba. Lo

mantendré lejos tanto como pueda.

―Eres el mejor ―digo.

Él ríe.

―Sólo recuerda eso la próxima vez que quieras empujarme o jalarme hacia

la piscina.

Observo a Noah a través de la puerta de vidrio cuando va hacia Milo. Habla

con sus manos. La boca de Milo se curva hacia un lado. Tal vez Noah le está

soltando alguna fantástica idea para una canción o un concepto para su

próximo vídeo. Sea lo que sea, Milo está sumergido en sus pensamientos.

Emery llega al patio antes de que yo pueda entrar. Espero que no quiera que

vea la Dosis Diaria de Drama de Darby hoy. O que haga brazaletes de la

amistad. O que dibuje más corazones Saturno con anillos en posters.

―¡Chloe! ―ella grita―. ¿Sabes qué día es hoy?

Sí, Emery, lo sé. Hoy es el día del encierro en que quiero evitar todas las

cosas Saturn y todas las cosas Milo… al menos hasta medianoche.

―¿Qué día es hoy?―pregunto.

Se cruza de brazos y me lanza una mirada fría.

―¡Será mejor que no lo hayas olvidado!

Las galaxias se alinean y las estrellas fugaces y los fuegos artificiales a

través del universo.

―Por supuesto que no ―digo, dándome cuenta de que estoy

completamente arruinada―. Nunca olvidaría tu cumpleaños.

Capítulo Veintitrés

Consigo entrar, subir las escaleras, y casi llegar a la puerta de mi dormitorio.

Sin embargo, no hago el viaje sola. El único e inigualable Benji Baccarini me

sigue. Para ser el cumpleaños de Emery, también conocido como el día en que

consigue todo lo que quiere, estoy sorprendida de que no esté detrás de

nosotros.

Él se tumba en mi cama, se estira y se siente demasiado en casa. Incuso con

las muchas veces que Milo ha estado en mi cuarto, se siente raro tener a Benji

aquí. No importa si he estado encerrada con él durante dos semanas. Él es

intangible para mí, aún. Él todavía es Benji Bikini. Ha estado en las paredes

de la habitación de Emery durante más de un año. Tenerlo en mi habitación

lleva la palabra irreal a un nivel completamente nuevo.

―Así que, creo que sé cómo quiero el cohete ―dice Benji, extendiendo su

brazo―. La tercera es la vencida, ¿eh?

He dibujado, redibujado y vuelto a dibujar su nave espacial. En su brazo, en

papel, en la portada interior de su revista de tatuajes. Él traza exactamente lo

que quiere a lo largo de su antebrazo. Tomo mi bolsa de Sharpies y ni siquiera

me molesto en decirle que lo haré más tarde. Necesito una distracción, y Benji

es una tan buena como cualquier otra.

Después de diez minutos Benji suspira fuertemente. Echo un vistazo al

cohete que he dibujado tantas veces.

―Tu amiga realmente apesta ―dice―. La señora Shelly nos mostró a

Noah y a mí las fotos esta mañana. Qué perra es por hacerte eso.

El resto de esta cuidad puede no estar de mi lado, pero Benji Baccarini y

Noah Winters lo están.

―Se solucionará ―digo. No sueno muy convincente, sin embargo―.

Aralie va a colapsar Facebook una vez el encierro se termine y publicará todas

las fotos que tenga.

―¡Amiga! Avísame por Twitter también ―dice―. Retwittearé todo el

maldito tiempo.

Emery corre a mi habitación.

―¡Y twittea acerca de mí! ―grita.

Agarro fuertemente mi Sharpie mientras Emery rebota en el extremo de la

cama. Ella nos da la espalda y juega con los imanes en mi archivador. Después

de que han sido reorganizados a su gusto, mira hacia atrás.

―Necesito que vengan abajo conmigo ―dice ella―. Los dos. Es mi

cumpleaños, y quiero jugar con todos.

Coloreo el resto del cohete rápidamente y luego Emery nos lleva hasta

abajo, al cuarto de juegos de papá, donde el resto de SAS y Aralie se han

reunido. Noah se sienta junto a Milo, en el lado más lejano del cuarto. Me

siento con Benji, más cerca de la entrada.

Emery salta hacia el centro del cuarto y se sube en la mesa ratona.

―Para mi cumpleaños, quiero que juguemos a la casita ―dice―, y Benji

va a casarse conmigo.

Ay Dios. No puedo permanecer sentada jugando a la casita con Emey. Esto

justo está abriendo una lata de gusanos mutantes de otro planeta y su pequeño

cerebro de ahora seis años no tiene ni idea. No puedes casar gente cuando hay

romances surgiendo a puerta cerrada.

―Aralie puede casarse con Jules ―dice Emery―. Porque mamá dice que

ustedes pelean como una pareja de casados todo el tiempo.

―No voy a casarme con Jules ―dice ella―. No puedo y no lo haré. No

hay manera.

―Bien ―dice Emery con los dientes apretados. Se sienta en la mesa debajo

de ella―. Solo cásate con Tate entonces.

Las cejas de Emery se juntan, y sus ojos se vuelven pequeñas rendijas. ¿Por

qué esta tan furiosa de que Aralie no se casara con Jules? Ahora lo entiendo,

es su cumpleaños y ella se sale con la suya, ¿pero a quien le importa si Aralie

se casa con Jules en el juego de la casita? Está saliendo con Tate de todos

modos. Es justo que se “case” con él.

―Chloe ―dice Emery. Oh eso es todo. Está a punto de revelar mi

destino―. Puedes casarte con Milo ya que él estuvo desnudo en tu habitación.

Nunca pensé que llegaría un día en que quisiera evitar a Milo, pero hoy es

ese día. No puedo manejarlo todavía. Mi mente todavía está destrozada por

culpa de Paige. No he tenido tiempo para llorar o romper cosas o destrozar

fotos de ella.

―No lo creo ―dice Noah―, Milo no estuvo desnudo en la habitación de

Chloe, y no es justo obligarlos a estar juntos sólo por un malentendido.

Además, eso sólo hace las cosas incomodas, así que yo me casaré con Chloe y

le daré un respiro a Milo.

―Oh, ¿lo harás? ―pregunta Milo.

La expresión en su rostro me mata. Es una mirada de confusión. Tal vez

dolor. ¿Tal vez traición?

Noah lo mira como “tú lo sabes mejor que nadie” y no creo que nadie más

lo entienda. Él se queda mirando a Milo en la manera como Benji y Jules se

miran cuando se transmiten mensajes cósmicos.

―Estaba tratando de defenderte ―dice Noah―. Puedes quedarte con Chloe

si la quieres.

―No ―dice Milo―, creo que tienes razón. Es simplemente incómodo. Es

toda tuya.

Bueno, eso duele. Hay veneno en su voz. Está furioso. ¿Qué es lo que

quiere que haga? ¿Que anuncie durante el pastel de cumpleaños de Emery que

hemos estado escapándonos juntos a medianoche por dos semanas? Ugh. Ni

siquiera puedo mirarlo. En su lugar, me quedo mirando el falso tatuaje de

cohete en el brazo de Benji.

Emery se pone de pie y camina alrededor del cuarto. Se detiene enfrente de

Jules.

―Como Aralie no se casará contigo, supongo que puedes ser mi perro

―dice.

La risa de Aralie hace eco en toda la casa. Recojo mis piernas, pongo mis

rodillas sobre mi pecho y oculto mi cara para no ver a nadie. No quiero ver a

Milo enloquecer con Emery cuando ella le diga que puede ser la mascota de

Noah y mía.

Jules grita que ni en el infierno hay manera de que él sea un perro. Aralie

hace un comentario sarcástico de que él puede salir con Milo. Entonces Noah

pregunta si el matrimonio gay es legal en nuestro estado.

Giro mi cabeza y miro a Benji. Él se encoje al lado mío, examinando el

cohete en su brazo como si estuviera haciendo cambios otra vez en su mente.

―¡Renuncio! ―grita Jules―. No voy a jugar este estúpido juego. No me

importa que día es.

―Aww ―se burla Aralie―, eres tan mal perdedor, Jules.

―Entonces sé tú su maldito perro y yo besaré a Tate ―dice.

Volteo a mirar justo cuando Jules pasa por mi lado. Benji corre detrás de él

mientras Aralie se ríe tontamente y le susurra algo a Tate.

Emery se pone de pie y sale a pisotones del cuarto detrás del bromance Jenji.

Demasiado para jugar a la casita. Por una vez, agradezco que Jules sea un

desgraciado.

Unas pocas horas y una larga siesta después, cierro la tapa de la caja de

zapatos con las fotos de Paige. Después del encierro, encontraré una

asombrosa fogata y pondré la cara de Paige en las llamas. Deslizo la caja bajo

mi cama cuando alguien toca mi puerta.

―Oye ―dice Noah―. ¿Puedo entrar?

Le digo que está abierta mientras me siento en la cama. Él entra con la

tarjeta de cumpleaños extra grande de Emery en su mano. Milo está con él.

―¿Quieres firmar la tarjeta que hicimos? ―Noah pregunta, sentándose al

lado mío.

Desenrollo la tarjeta poster y leo los tontos mensajes de cumpleaños para

Emery. Garabateo algo sobre que espero que tenga el mejor cumpleaños de su

vida, que la amo, y que me alegro de que pueda pasar los grandes seis años

con “Benji Bikini”.

―Asombroso, gracias ―dice Noah. Se gira hacia Milo―. Vamos hermano,

encontremos a Aralie para que la firme.

―Sigue tú ―dice Milo―, estaré allá en un minuto.

Noah permanece en la puerta con la tarjeta de Emery. Gesticula con la boca

un “lo siento” hacia mí antes de desaparecer por el pasillo. Escucho un golpe

en la puerta de Aralie, y la voz de Noah se desvanece mientras entra a su

habitación.

―Oye tú ―dice Milo, caminando hacia la cama―. ¿Qué pasa?

Se sienta junto a mí y todo sobre él me consume por enésima vez este

verano. Ese sexy aroma masculino. Sus siempre caramelizados ojos. La

manera en que pone su boca hacia un lado cuando está pensando.

Decido usar la vibra indiferente de “no pasa nada”. Simplemente dejo caer

mis hombres y sacudo mi cabeza. No necesita saber qué pasa.

―Chloe, eres una terrible mentirosa ―dice―. Ha estado escrito en toda tu

cara durante todo el día. Háblame. Algo está pasando. Puedo verlo.

Sólo dile, Chloe. Sé honesta. Paige se besó (y posiblemente mas) con tu ex

novio, tomo fotos de eso, las subió a Facebook, y te etiquetó en cada una de

ellas. Sólo dilo. Ella arruinó tu día, y te hizo ver como una idiota. Es por Paige.

Todo tiene que ver con Paige. Sólo dícelo. Él entenderá. Él es lógico y

racional y comprende las cosas y es increíble. Sólo dilo.

―Todo está bien, en serio ―miento de nuevo―. Sólo estoy cansada.

Me mira por un momento, probablemente intentando leer mi cara y

descubrir por qué le estoy mintiendo. Sabe que estoy mintiendo, pero no

puedo obligarme a escupir la verdad. Lo diré todo mal, y entonces tomará la

idea equivocada, y lo perderé.

―¿Qué estaban hablando tú y Noah hace un rato? ¿Afuera? ―pregunta,

mirando hacia las almohadas en mi cama.

Él tira de un hilo flojo en el edredón y evita contacto visual conmigo.

―Sólo sobre anoche… y otras cosas. ―Ya ni siquiera yo me creo a mí

misma.

Milo tiene razón, soy una terrible mentirosa. Me siento como en una fea tira

cómica con una gran burbuja de dialogo en frente de mi boca que dice:

“Mentira. Mentira. Mentira. Oh, mira, otra mentira”.

―Sólo detente ―dice―. ¿Es acerca de mí? ¿O nosotros? Has estado

evitándome todo el día, y no te atrevas a decir que no, porque sabes tan bien

como yo que prácticamente has estado huyendo de mí.

Luce tan confundido y triste como mamá cuando me dio un sermón sobre

fumar cigarrillos y cómo fumar no era la solución a mis problemas. Pero Milo

no va a venir a mi rescate esta vez. Maldición. ¿Por qué no puedo ser

simplemente honesta y escupir las palabras? Habla con palabras, Chloe.

¡Palabras! ¿Recuerdas?

―Entonces sí me estas evitando ―dice en respuesta a mi silencio―. Por

eso es que Noah ha estado reteniéndome todo el día. Él es el disfraz, la

distracción, ¿verdad?

Salta de mi cama, como si fuera venenosa repentinamente y no pudiera

entrar en contacto con ella. Da unos pasos hacia atrás. Nunca lo había visto así

de furioso.

―Déjame adivinar ―dice―. Noah sabe qué está pasando, y se supone que

él es quien me lo va a contar más adelante. Decepcionándome gentilmente

¿verdad? Sabes, si no querías estar conmigo sólo tenías que decírmelo.

Oh Dios mío. No, no, no, no, no. Esto no puede estar pasando. Es todo un

gran, enorme, gigantesco malentendido. Esto es mil veces peor que esa

errónea desnudez. Y pensé que no podía pasar algo peor que eso.

―No ―digo finalmente. Finalmente, ¡palabras!―. Estás entiendo mal todo

esto, Milo.

―Oh, ¿en serio? ―regresa el disparo―. Desde donde lo veo, está bastante

claro. Sabes, esto es por lo que administración no nos quiere en relaciones.

Demasiado drama. Demasiados problemas. Esto fue estúpido. No sé porque

pensé que podía realmente hacer funcionar esto contigo.

Él pasa el tapete, negando con la cabeza por un momento. Y luego se ríe.

―Soy muy estúpido ―dice―. Sabía que no debía dejar nunca que esto

sucediera. No te molestes en decirle a Noah que termine conmigo por ti. No lo

necesitas para decepcionarme sutilmente. Está bien. Lo puedo manejar. Se

acabó. Terminamos. Y estoy contando los minutos para que este encierro se

termine y así poder alejarme de esto de una vez por todas.

Cierra mi puerta de golpe detrás de él.

Y no tengo palabras todavía. Ni sonidos.

Sólo una compuerta que se abre de golpe y el río de lágrimas detrás de esta.

Capítulo Veinticuatro

Me miro por última vez al espejo. Las lágrimas por fin terminaron, pero no

quiero rastro alguno de ellas en mi rostro. Retoco mi delineador antes de

dirigirme abajo para la cena de cumpleaños de Emery.

Benji está sentado al final de la mesa, junto a un asiento vacío. Adivino que

es para Emery. Por suerte, el asiento que está justo enfrente de él está vacío.

Noah se sienta junto a la silla vacía. No miro a nadie y camino directamente

hacia el extremo de la mesa.

—Hola hija mayor —dice papá mientras paso apresuradamente a su lado—.

¿Te sientes más vieja ahora que Emery tiene seis años?

—¿Te sientes más viejo ahora que me gradué de secundaria? —respondo.

Papá se ríe.

—Buena respuesta —dice—. Finalmente estás aprendiendo.

—Benji me enseñó —le digo mientras acomodo mi silla para así no ver a

Milo, que está al lado de Noah.

Mamá llama a Emery, quien quiso hacer una gran entrada. Como siempre,

la apoyé en retrasarse para su cena. Todos ven hacia el arco de la puerta, a la

espera de su entrada, pero Noah voltea hacia mí.

Balbucea las palabras “¿Qué pasó?” y mira hacia Milo tan

despreocupadamente como puede. Parece que está teniendo un espasmo.

No tengo oportunidad siquiera de intentar responder.

—Buenas noticias —interrumpe papá—. Tenemos un sospechoso en

custodia relacionado con el tiroteo, y creemos que trabajaba solo. Aún

estamos interrogándolo, pero si todo sale según lo planeado, podrán retomar

su gira en unos días.

¿Por qué es que todo el mundo parece pensar que los asuntos oficiales del

gobierno son claramente más importantes que la destrucción de nuestro

"Chloe y Milo"?

Ahora estamos separados. Sólo Chloe. Sólo Milo. Una chica terrícola. Un

chico de Saturno. Separados.

En medio de los gritos de ¡oh sí! y el choque de manos, caigo en la cuenta

que el encierro terminará. Los chicos se irán, Noah no será mi nuevo mejor

amigo, Milo no volverá a hablarme, y Benji me enviará un “hola” por Twitter

cada tantos meses. Iré a la universidad y regresaré a una existencia mundana,

siempre preguntándome qué pudo haber pasado.

Emery aparece y nos silencia a todos cuando hace su entrada. Viste la

camiseta de Benji que dice PUTA, y esta le cuelga bajo las rodillas. Tiene

puesta una máscara, una máscara de… Benji. Salvo que recortó los ojos y la

boca del rostro de Benji, sacado de una revista. Y ha pegado su cara a un

palito de paleta gigante. Nunca he visto a un Benji Baccarini tan espeluznante.

Ni siquiera puedo reír.

—Es mi cumpleaños —dice Emery con voz profunda.

—Emery, ¿qué haces? —pregunta mamá—. Quítate eso de la cara.

—Mi nombre no es Emery —dice—. Soy Benji Baccarini.

Su típico ataque de risillas sale de su boca a través del espacio para la boca

en su máscara de Benji. Su risa rebota en las paredes del comedor.

Se dirige a la silla vacía al lado del verdadero Benji y sube a ella. Nos mira

a todos y sonríe con la más brillante de las sonrisas. Sus dientes relucen a

través del agujero en la cara de Benji. Esto hubiera sido gracioso de haber

ocurrido hace dos meses.

Por el contrario, es vergonzoso dado que estamos encerrados con

Spaceships Around Saturn, y Benji está sentado directamente frente a mí.

Realmente Benji es la última de mis preocupaciones. Con gusto cambiaría la

imagen mental de Milo por la de Benji si mi mente y corazón me lo

permitiesen.

Emery aclara su garganta mientras mamá recoge las cajas de pizza de la

cocina. Obviamente Emery no es pretenciosa con respecto a su cena de

cumpleaños. Ahora que lo pienso, no debería esperar mucho de la niña que

viste la camisa de Benji que dice PUTA.

—Este es el mejor cumpleaños de todos ―anuncia Emery—. Estoy feliz

que pudieran estar aquí. El encierro ha sido lo mejor que me ha pasado.

Excepto cuando Milo estaba desnudo en el cuarto de Chloe.

Los ojos de papá se salen de sus órbitas.

—¿De qué está hablando? —pregunta.

—Dios —dice Aralie—. Papá, eso fue un gran malentendido. Milo tenía

ropa puesta, y Emery estaba como loca.

Papá ignora a Aralie y se voltea hacia mamá.

—Ella tiene razón, Scott —concuerda mamá—. Emery sólo malinterpretó

algo y lo desproporcionó totalmente. No fue nada en absoluto.

Queridas criaturas de Saturno, hola, ¿me recuerdan? ¿Chloe del planeta

Tierra? Ehmm, aún estoy a la espera de que me inyecten la infección que

destruyó la cara de Jules. La necesito en este momento. No puedo esperar

más. Sinceramente, Chloe Branson.

Papá no se convence con la actitud casual de mamá acerca de la desnudez

accidental.

—¿Cómo es que…? —Se detiene y sacude su cabeza—. ¿Cómo es que se

puede tomar erróneamente a alguien desnudo en el cuarto de nuestra hija?

¿Cómo podría Emery malinterpretar eso?

—¿Es en serio? —grita Aralie—. Papá, es Chloe de la que estás hablando.

Ella es la hija perfecta, ¿recuerdas? Y Milo es inofensivo. Él es el menos

probable, de todos ello, en terminar desnudo en el cuarto de alguien.

—Aralie, sólo preguntaba —dijo papá.

Pero ella lo interrumpe.

—Papá, en serio —dice empujando hacia atrás su silla—. ¿Cómo es posible

que pienses que Emery sepa lo que dice? ¡Mírala!

Alza su brazo, golpeando a Tate en el pecho, y apunta a Emery.

Emery está furiosa, entrecerrando los ojos a través de los agujeros de su

máscara de Benji. Sus labios se fruncen en una mueca, como si estuviera

siendo forzada a besar el chico más feo del primer grado y eso le molesta.

—Bien —dice Jules—. Por más interesante y dramático que ha sido nuestro

tiempo aquí, definitivamente puedo decir que estoy contento de que el

encierro esté por terminar. Estoy listo para volver al ruedo, de vuelta en el

escenario...

—Y de regreso a Twitter —dice Benji, terminando la oración de Jules.

Éste se ríe.

—Sí, de regreso a la vida donde la gente lava la ropa por mí.

De ahora en adelante, “lavandería” debería ser la palabra prohibida.

Olvídense de la palabra “amor”. Lavandería debería ser un tema incómodo o

una mala palabra. Debería ser algo que, al ser discutido, la gente lo haga con

susurros, y que sea imposible de creer que alguien siquiera se atreva a

mencionarlo.

—Ya no puedo seguir con esto —dice Aralie poniéndose de pie—. Estoy

harta de que me hagas esto. No es divertido, y no eres simpático, y todo esto

realmente me enfurece.

—Espera, sabes que estaba sólo brome… —y Jules se queda a la mitad de

la palabra.

—¡No! —le grita Aralie—. No estabas bromeando, te encanta restregarme

que 6.9 millones de chicas te admiran y que debería estar agradecida de que

me des la hora. ¿Pero sabes qué?

—No —dice Jules, deslizando su silla hacia atrás—. Dijiste que

esperaríamos para hacer esto.

Aralie tira la silla de regreso a su lugar bajo la mesa.

—Hubiésemos esperado si tan sólo no hubieses mencionado tu condenada

ropa de nuevo —protesta—. Tú eres el que me ruega que veamos una película

juntos a cualquier hora de la noche. Y no olvidemos los “Cariño, sólo un

amanecer más por favor”. ¿Sabes a cuantas horas de sueño he renunciado

para pasar tiempo contigo?

Oh. Por. Dios. ¡Aralie y Jules!

—Oye —dice Tate, alzándose y tomando a Aralie del brazo—. Está bien,

sólo cálmate.

—Oh, no acabas de decirme eso —dice ella—. Tú, endemoniado Tate

Kingsley, se supone que estarías de mi lado. Debí suponer que tan pronto esto

saliera a relucir, correrías a defender a Jules. Eres un cobarde, y si encuentro

tu cabeza en mi puerta una vez más, ¡te mato!

Santo Saturno, estoy muriendo. Ni siquiera puedo procesar lo que está

pasando. ¿He estado tan concentrada en Milo Grayson que he obviado todo

esto? Milo tenía razón, todo el tiempo fue Jules. Así que, ¿Tate fue sólo un

señuelo? Oh Dios. Tate es su Noah. Estuvo al tanto todo el tiempo.

Seguramente siguió la corriente y fingió ser amigable con ella para que nadie

sospechara que ella estaba realmente viéndose a escondidas con el chico malo

que huele a mariquitas aplastadas. Jules no es el tercero en discordia, Tate lo

es.

Benji se inclina hacia atrás en su silla y abre la boca, pero Aralie es una

línea de bombas nucleares estallando una a una.

—No hables —exige ella—. Todos estamos hartos de tus insultos y

quejidos, y de que cubrieras el refrigerador con tus desvaríos sin sentido.

—Tú me diste las fichas —le responde Benji.

—Sí —dice ella—. Para hacer que te callaras, y no funcionó.

Al lado mío, Noah se ríe a carcajadas, y Aralie enfoca su atención en él.

—Oh Dios —suspira—. Jules puede ser un patán, Tate podrá ser un traidor,

Benji una diva, pero tú eres la persona más insoportable que he conocido, y es

decir mucho conociendo a las insoportables apuñala espaldas amistades de

Chloe.

—¿Yo que te he hecho? —pregunta Noah.

Trata de parecer molesto y ofendido, pero se ve como lo hacía la vez que lo

empujé en la piscina. Sus hoyuelos resaltan, lo que es suficiente para enojarte

aún más cuando ya de por sí estás molesta con él.

—¿Qué no? —pregunta Aralie—. Eres un dramático con lo que respecta a

tu estúpida leche, y crees que eres gracioso con tus comentarios sarcásticos y

bromas privadas con Chloe.

Entonces apunta a Milo.

—Y no sé lo que has hecho, pero sé que hiciste algo —le grita.

Oh sí que ha hecho algo. Destrozó completamente mi corazón. Acábalo,

Aralie.

—No lo tomes contra Milo —suspira Noah—. Él ni siquiera te dirige la

palabra.

—¡Cállate! —grita Aralie—. Me importa un comino si estás saliendo con

mi hermana. No me agradas, y eres molesto, espero que ella lo vea también

para que te deje.

Corre hacia la cocina, abre enérgicamente la puerta del patio y sale.

Desaparece detrás de la cerca que rodea la piscina.

—Señora Shelly, señor Scott —dice Noah—. No estoy saliendo con Chloe.

Ella es genial y todo, pero somos amigos, nada más.

—Sí —concuerda Emery a través de su máscara de Benji—. Noah no se ve

a escondidas con ella por las noches. Milo sí.

Estoy segura de que mi corazón se rompió en pequeñas piezas de planetas

rotos y estrellas moribundas. ¿Por qué estas estúpidas criaturas de Saturno no

me sacan de mi miseria? Es seguro que no van a ayudarme.

Así que hago lo único que puedo hacer.

Me levanto, atravieso corriendo la cocina, azoto la puerta del patio, y sigo a

Aralie.

Capítulo Veinticinco

El rocío se adhiere a mis sandalias cuando camino por el césped hacia la

casa del árbol. De todos los lugares, Aralie tenía que justo escoger el lugar al

que escapábamos Milo y yo tarde en la noche. Pensaba que sería rebelde.

Pensé que dejaría la casa y se iría a alguna fiesta, pero en su lugar, se esconde

ahí.

Este es el último lugar en el que quiero estar, pero me tranquilizo y subo la

escalera. Bueno, borra eso. Prefiero estar aquí que en el comedor mirando a

Milo.

Aralie me ve por sobre su hombro cuando subo.

—Gracias a Dios que eres tú —dice—. Si hubieses sido Tate Kingsley, te

hubiese decapitado y colgado tu cabeza en una puerta.

—¿No fuiste tú la que puso su cabeza en mi cuarto? —pregunto—. Emery

dijo que tú lo habías hecho, así que la puse en tu cuarto.

—No —dice, sentándose en el asiento negro—. ¿Por qué haría eso? Emery

dijo que tú habías empezado porque Tate estaba siempre conmigo.

Empiezo a creer que Emery está más involucrada en el satúrnico engaño de

lo que pensé. Probablemente, la cabeza de Tate fue su idea desde el comienzo.

Aralie se acuesta y observa el techo de madera. Se ve derrotada, lo que es

raro para ella. Nunca deja a nadie meterse bajo su piel. Quizás esa es la razón

por la que le gusta Jules. Él puede llegar a ella incluso si ella no lo quiere.

—Solíamos venir aquí todas las mañanas —agrega—. Lo juro, nunca seré

capaz de poner un pie aquí de nuevo sin imaginarme amaneceres y el olor de

cigarros.

Nunca podré venir aquí sin pensar en luciérnagas y escuchar la guitarra de

Milo. Nunca había imaginado que Aralie estaría en esta misma casita del árbol

con un chico Saturno también. Ella veía las mariposas sangrientas junto a

Jules mientras Milo me cantaba acerca de ellas.

—Todo el tiempo creí que era Tate —admito. Me siento en el cojín verde

lima al lado de ella―. Sólo creí que no podía ser Jules, considerando la

manera en la que pelean.

Justo cuando creo que está a punto de explotar sobre Tate, Jules, y todas las

cosas Saturno, la escalera cruje y pequeños pasos le siguen. La cabeza de

Emery se asoma en la casita, sin su máscara de Benji. Entra y la voz de mi

madre flota hasta la habitación.

Me levanto y camino hacia Emery que sigue mirando a mamá abajo. Veo

por qué, mi madre sostiene una pizza y un six-pack de Dr. Pepper. Alcanzo

nuestra cena y mamá sube para evaluar el daño emocional.

—¿Están bien chicas? —pregunta.

Su agradable y maternal voz está de vuelta, pero esta vez no va dirigida tan

sólo a mí. De hecho, Aralie ni siquiera sabe que estoy incluida en esa tristeza.

Ella aún cree que estoy con Noah y que todo está bien en mi mundo.

Sólo asiento con la cabeza porque no quiero hablar de los chicos. Aralie

debe sentirse igual, ya que sólo asiente y abre una lata de Dr. Pepper.

—Emery quería acompañarlas —dice mamá—. Dice que ella pasa todos sus

cumpleaños con sus hermanas, y que no se iba a quedar con idiotas que eran

malos con ellas.

—Sí —Emery agrega, moviendo la alfombra y sentándose a mi lado—.

Incluso dejé a Benji. Estúpidos cara de tontos.

—Bueno —dice mamá—. Si están bien aquí arriba, regresaré a la casa,

porque tu padre estaba arbitrando cuando me fui, y podría no tener un

comedor cuando vuelva.

A pesar de lo mucho que quiero interrogarla, no lo hago, porque Emery está

aquí y no he tenido la oportunidad de contarle a Aralie de Milo. No quiero que

lo escuche de mi madre.

Una vez que mi madre se va, Aralie continúa nuestra conversación con Dr.

Pepper y pizza.

—Pero sí, como decía —dice—. Adoro mi bufanda naranja. Es súper linda

y divertida, pero es algo ruidosa y puede molestarme a veces. Ya sabes, tela

rasposa y todo. Es una bufanda que ocupas cuando sales con tu mejor amigo.

Le sonrío por sobre mi lata de Dr. Pepper. Tate era un completo señuelo.

—¿Entonces prefieres tu bufanda negra? —le pregunto, cambiando el tema

a Jules nuevamente.

—Definitivamente —me dice—. Digo, es oscura y un poco malhumorada,

pero combina con todo. Se me ve muy bien. Sé que choca con mis camisetas

de bandas porque son negras también, pero es sólo que esa bufanda me

entiende ¿sabes? Puedo usarla donde sea, algo como tu bufanda roja.

Esa es mi señal. Aunque no imagino la esencia de Noah como roja.

—Em, no en realidad —le digo—. Mi bufanda roja es como tu bufanda

naranja. Es buena para días con mejores amigos, pero no es la que usaría para

escaparme de la casa a medianoche.

Los ojos de Aralie se abren con fuerza.

—¿Qué bufanda usarías a la medianoche? —me pregunta, inclinándose de

manera completamente seria.

—Mi bufanda azul —digo—. La azul es sutil y seria y…

—Aburrido —dice Emery con la boca llena—. ¿Podemos hablar de otra

cosa? Es mi cumpleaños y no quiero hablar de esos estúpidos chicos.

El juego ha comenzado. Emery sabe. No sé qué sabe o cómo lo sabe, pero

develó mi secreto sobre Milo adentro. Definitivamente sabe.

Aralie suspira.

—¿Nos escuchaste decir sus nombres? No. Estamos hablando de ropa y

accesorios.

—No, no lo están —dice Emery—. Nadie usa bufandas en verano. Hace

demasiado calor.

—Bufanda azul… —dice Aralie para sí misma, ignorando el comentario de

Emery.

¿Realmente tiene que debatirlo? ¿Cuántas veces Emery ha llamado aburrido

a Milo? He perdido la cuenta. Pero de nuevo, estaba atrapada en colores de

Halloween, así que quizás no lo pudo ver claramente.

—Oh, vamos Air —digo—. Emery ha tenido la verde toda para ella,

proceso de eliminación.

—Sí —agrega Emery—. Benji es mío así que Milo es de Chloe. Dios.

Aralie bofetea su cara con la palma de su mano.

—Soy una idiota —dice—. Eso tiene tanto sentido. Él es totalmente tu tipo,

y se veía tan feliz y enamorado en esas fotos la otra noche. Oh mi Dios.

¡Incluso dije que podría pasar por tu novio! No sabía que en realidad lo era.

Era. Correcto, Aralie. Pretérito. No actualmente. Eso fue tan sólo la noche

anterior en nuestro patio antes de que lanzáramos nuestras lámparas de deseos.

Antes de que Milo me trajera a esta misma casita del árbol y me invitara a

bailar mientras él cantaba sobre des-destrozar mi corazón. Antes de que él

explotara en mi cuarto y terminara lo nuestro por siempre.

Emery libera un profundo, pesado suspiro. Suena como alivio.

—Finalmente —murmura—. Estaba cansada de guardar esos secretos. Ni

siquiera le dije a Benji.

—¿Qué secretos? —pregunta Aralie.

Emery empuja su plato y su lata como si estuviera a punto de mostrar una

gran presentación y necesitara el mayor espacio posible.

—Sé que tienes un poster firmado por Jules adentro de tu closet —dice—.

Lo vi dártelo esa noche. Asomaste tu cabeza por tu puerta y susurraste “nooo

haaay mooooroooosss en la costaaaaa” y él entró corriendo a tu cuarto.

Su cara incluso se mueve en cámara lenta al recrear Aralie abriendo la

puerta, asomando su cabeza y susurrándole a Jules.

—Nunca dije que no hubiera moros en la costa —dice Aralie—. Le dije que

se apurara antes de que alguien lo viera. Debías haber estado dormida de todas

maneras.

Emery se encoje de hombros.

―Milo le dio a Chloe su camisa —continúa—. Caminó hacia su cuarto con

la camiseta en la mano, tenía miedo de que se desnudara en su habitación de

nuevo, pero tenía pantalones puestos.

Ni siquiera me cuestiono por qué está despierta a esas horas en la noche.

Probablemente se queda despierta sólo para espiarnos. No puedo siquiera

defenderme contra sus equivocadas acusaciones de desnudez. Estoy cansada

de pelear y guardar secretos y mentirle a todos sobre todo.

Y entonces recuerdo el comentario de mi madre sobre el arbitraje.

—¿Qué crees que pasó con los chicos? —pregunto—. ¿Por qué debía papá

hacer de árbitro?

Estoy feliz de que papá esté de vuelta hoy. Godfrey vino temprano, por

mucho que odiara perderse la cena de cumpleaños de Emery, pero creo que el

encierro lo deja exhausto. No podría haber soportado la explosión de Aralie, o

la máscara de Benji de Emery, o la reacción que pudo haber pasado luego de

que Aralie y yo fuimos a la casita del árbol.

Emery habla nuevamente.

—Jules le gritó a Milo. Luego Noah se enojó con Jules, y comenzaron a

pelear. Papá y Benji tuvieron que separarlos.

Corrí muy pronto. Parte de mí quiere volver a la casa ahora mismo para que

así 1) Me pueda asegurar de que Noah está bien, pero también 2) Pueda

obtener detalles de qué diablos pasó después de eso.

Aralie suspira.

—Los chicos serán chicos —dice—. Estoy sorprendida de que Benji no

saltara a la acción y lanzara golpes también.

Emery sacude su cabeza.

—Benji fue dulce —agrega—. Les dijo que no pelearan porque era mi

cumpleaños, y que ellos lo estaban arruinando. Pero aun así él es su mejor

amigo, así que tuve que dejarlo también.

Me acerqué y tomé a Emery en un apretado, gran abrazo. No me importa si

ella cree que Milo estaba desnudo en mi cuarto. Ella puede ser una traidora y

puede gustarle Harry Styles. Puede incluso mentir sobre por qué la cabeza de

Tate está en mi puerta. Ahora mismo, ella tiene seis años recién cumplidos, y

su celebración había sido arruinada gracias a su banda de chicos favorita y el

drama de sus hermanas mayores.

Aralie nos abraza y besa a Emery en la mejilla. Emery se ríe y nos dice que

somos molestas tal como Tate y Noah, pero se ríe hasta que escuchamos la

escalera crujir nuevamente.

Nos separamos inmediatamente y nos sentamos derechas. No puedo

siquiera escucharme respirar. Sabía que terminaría en esto. Alguien vendría

eventualmente a ofrecer una disculpa en nombre de la banda.

Luego Emery dice exactamente lo que todos estamos pensando.

—Oh oh. Aquí viene una bufanda.

Capítulo Veintiséis

—Rápido —dice Aralie—. ¿Quién piensas que es?

—Naranja —respondo.

—No, verde —contesta Aralie.

—¡Azul! —exclama Emery.

Las tres nos sentamos prácticamente en fila, como bebés pato, a la espera de

que cualquiera de los chicos Saturn haga su aparición. Suena la música

dramática.

Emery grita que ella es la ganadora tan pronto como Milo aparece desde la

escalera de mano. Habría dado cualquier cosa para que fuese Tate y su

siempre estúpida risa. O incluso Jules y su perfume de mariquita aplastada.

Cualquiera salvo Milo. Él ya no tiene derecho de poner un pie en la casa del

árbol.

Se detiene en la escalera y, en realidad, no viene. Nos mira como si hubiese

olvidado hablar. Palabras, Milo. Habla con palabras.

—Nunca antes he padecido miedo escénico —anuncia finalmente.

Termina de subir la escalera y por un momento pienso en empujarle hacia

ese agujero negro que le llevará de vuelta al suelo. La gravedad estaría de mi

parte esta noche.

Se queda quieto un segundo, todavía mirándonos, hasta que termina por

ponerse de rodillas frente a Emery.

—Pensarías que actuar delante de cientos de personas cada noche debería

prepararte para hablar en público, pero... como que quiero vomitar viéndolas

ahora mismo, la verdad.

Aralie tose.

—No eres muy encantador ¿eh, Milo? —pregunta.

—No quería ser el que viniera aquí —admite—. Tenías razón cuando dijiste

que haría algo para arruinarlo. En realidad... lo he arruinado magníficamente.

Me mira por el rabillo del ojo durante medio segundo antes de sacudir la

cabeza para evitar el contacto visual. Me alegra que lo haga. No aguanto

mirarle a los ojos ahora mismo. Nunca volveré a comer caramelo.

—Emery —empieza, mirando a mi hermana pequeña—, en nombre de

Spaceships Around Saturn, sientimos haber arruinado tu cena de cumpleaños.

Nos deberíamos haber comportado mejor porque fuiste lo suficientemente

amable como para compartir tu cumpleaños con nosotros.

Emery suspira y le mira con sus ojos tristes y sus labios carnosos.

—No pasa nada —responde con un gran suspiro—. Sólo es que no me gusta

que los cara de tontos sean crueles con mis hermanas.

—Tienes razón —acepta—. No deberíamos haber dicho algunas de las

cosas que hemos dicho hoy, y no sé los otros chicos, pero yo tengo muchas

cosas por las que pedir perdón después, si tu hermana mayor me deja.

La frente de Emery se arruga como si fuera un pedazo de tocino.

—No sé qué acabas de decir —le comunica—. Pero sea lo que sea, espero

que lo hagas.

—Oh, no te preocupes. Lo haré —le asegura él.

Él se levanta y mira alrededor de la casa del árbol. No tengo claro si tiene

algo más que decirle a Emery o si está esperando a que alguna de nosotras

hable. Quizás esté pensando en todas las otras veces que ha estado aquí y

cómo esos días eran mucho mejores que hoy. Quizás esté pensando en una

hoja de arce con un corazón dentro o quizá esté cantando la letra de "Bleeding

Butterflies" en su cabeza.

—Así que, Emery —dice—, ¿crees que podrías volver dentro y soplar las

velas? Tu madre ha trabajado mucho en el pastel y no quiero acabar

decepcionándola a ella también. Ya he hecho suficiente de eso hoy.

Aralie coge la caja de la pizza y le pide a Emery que la ayude a llevar todas

las cosas de vuelta a casa. No me muevo mientras Emery le pasa a Aralie las

cosas a través del agujero negro. Milo se queda ahí. Espero que vuelva a casa

en vez de esperarnos.

—Vale, Em —la llama Aralie—, vámonos.

Emery mira un segundo a Milo, después a mí, y después al agujero,

sacudiendo incesantemente la cabeza en dirección a Aralie.

—Quiero escuchar lo que este cara de tonto aburrido tiene que decir —

contesta Emery entre dientes.

Es de todo menos discreta. Cruza los brazos sobre el pecho, golpea el suelo

con el pie un par de veces para que Milo entienda que está esperando y nos

observa como si estuviera intentando disparar rayos láser espaciales desde sus

globos oculares.

—¡Emery! —Grita Aralie—. ¡Baja aquí ya!

Emery golpea el suelo con el pie y gruñe antes de bajar. Ella murmura algo

sobre que es su cumpleaños y lo injusto que es todo esto antes de que su voz

se desvanezca en la oscuridad.

—¿Tienes un minuto? —pregunta Milo en cuanto está seguro de que

estamos solos.

Mis ojos le siguen conforme camina hacia mí. Se sienta en el cojín negro

que Aralie acaba de abandonar y espera a que responda.

—¿Y qué fue eso de contar los minutos hasta que pudieras estar lejos de mí

para siempre? —pregunto, dirigiendo mi mirada de nuevo a la pared porque

no puedo aguantar esto.

—Lo arruiné —admite. Se estira y desliza su mano sobre mi brazo—. Lo

arruiné de la peor forma.

Aparto el brazo. No está diciendo nada que yo no sepa ya. Apoyo los brazos

contra las rodillas y entierro mi cara entre ellos para no tener que mirarlo. Si

veo su cara ahora, empezaré a llorar, y me niego a desmoronarme... al menos

mientras esté sola en la casa del árbol con él.

—Tienes todo el derecho del mundo a estar enojada conmigo —continúa—.

Yo también lo estoy.

El silencio nos traga durante unos minutos, aparte de la multitud nocturna

cantando en Código Morse Alienígena. Apuesto que los grillos y los sapos lo

saben ya. Se despertaron cuando el sol cayó en el cielo y leyeron todos los

titulares sobre Milo y yo. Este es su tributo a todo lo que éramos antes de hoy.

Esta es su canción de despedida. Las luciérnagas probablemente estarán

bailando alrededor de nosotros con sus bombillas apagadas, negándose a

parpadear para no brillar sobre las piezas sobrantes de mi ya roto corazón.

—¿Quedarás conmigo esta noche? —pregunta Milo, rompiendo el

silencio—. Sé que probablemente no quieras pero, ¿puedo tener al menos una

oportunidad para explicarme? ¿Para suplicar e implorar?

Realmente quiero escuchar lo que tiene que decir. Quiero saber qué pasó

por su estúpido cerebro esta mañana cuando se volvió loco y se puso a hacer

suposiciones que no tenían ningún sentido. Quiero saber si sabe la verdad

sobre Paige y las fotos.

Pero la parte lógica de mi mente dice que simplemente debería dejarlo

pasar. El encierro terminará en cuanto los colegas de papá terminen de

interrogar al chico que tienen en custodia. Milo volverá a su gira, y conocerá a

alguna supermodelo o a alguna nueva actriz guapísima que intenta abrirse

paso en Hollywood y yo sólo seré un recuerdo. Sólo seré un parpadeo en la

noche. Seré una mariposa sangrante que se desvaneció y dio todo su color al

mundo. Sólo seré la chica del encierro que era buena con los Sharpies.

—Lo pensaré —respondo. Me levanto y paso por su lado—. Emery está

esperando.

Emery se sienta en la mesa con su gigante pastel de cumpleaños turquesa

delante. Tiene forma de caracola, y estoy segura de que habría preferido un

pastel con forma de Saturno, pero mamá compró el molde de caracola hace un

mes cuando Emery estaba obsesionada con las sirenas.

Ella pide que los chicos le canten el cumpleaños feliz, lo que nos parece

bien porque nadie quiere intentar cantar cuando hay músicos profesionales en

la habitación contigo. Fijo la mirada en la caracola hasta que terminan de

cantar. Emery pide el trozo que lleva su nombre.

Le digo a mamá que voy arriba, ella no me interroga ni me fuerza a

quedarme en el nombre de Emery. Si Benji está allí, dudo que Emery se dé

cuenta siquiera de que me voy.

—Espera —me llama Noah a mi espalda.

Me paro a medio camino de las escaleras y lo espero. Él asiente para que

continúe subiendo, así que me dirijo a mi habitación. Él cierra la puerta detrás

de nosotros.

—Milo es un idiota —declara. Me sigue hasta mi cama y se sienta junto a

mí—. Me ha dicho lo que ha hecho hoy y yo le he dicho en todos los idiomas

lo estúpido que es. Y entonces le hablé de Paige. Lo siento.

—No pasa nada —contesto—. No quería tener que decírselo, así que es

mejor que lo hayas hecho tú. ¿Qué ha pasado entre tú y Jules?

Noah se ríe.

—Estamos bien —aclara—. Ya sabes, estas cosas pasan. Somos chicos. A

veces nos peleamos. No es la primera vez. Probablemente tampoco será la

última.

—Uhm, necesito más detalles que eso —reconozco.

Él me explica detalladamente lo que ha pasado. En cuanto salí detrás de

Aralie, Jules estalló con Milo por tener una relación secreta conmigo ya que él

está muy comprometido con hacer lo que la administración les pide. Como

siempre, Milo no se defendió, así que Noah salió en su defensa y le dijo a

Jules que metiera las narices en sus propios asuntos.

Jules le devolvió el mismo argumento a Noah, lo que derivó en que Noah se

levantó y rodeó la mesa para plantarle cara. Realmente me gustaría haber

podido verlo, incluso aunque sólo hubiera sido a través de la puerta del patio.

—Entonces Jules me empujó, lo golpeé en la mandíbula y lo siguiente que

recuerdo es a tu padre gritando y a Benji con sus brazos a mi alrededor

tratando de apartarme —termina Noah.

—No puedo creer que golpearas a Jules —digo— ¿Y Milo no dijo nada?

—Nop —niega Noah—. Tate y él se limitaron a apartarse y mirarnos junto

a tu madre. Ella dijo algo de que el encierro nos estaba afectando a todos y

que pelear no es la solución. Ya sabes, todas esas cosas de madres.

Y entonces mamá agarró a Emery y la llevó afuera con nosotras. Me

pregunto si Emery quería siquiera salir con Aralie y conmigo esta noche. No,

en realidad, sé que sí quería. Emery odia las peleas y los gritos, aunque es la

reina de los berrinches. Esa era una parte de Spaceships Around Saturn que

ella no había visto aún. Con suerte no la verá de nuevo.

—Tu padre nos dio un sermón y Benji me increpó por pelear —siguió

Noah—. Yo ya lo sabía, pero estaba tan jodidamente harto... Y entonces Milo

me sacó de la habitación y me dijo lo que te había dicho a ti y también quise

pegarle a él.

Recordatorio: Noah posiblemente tenga problemas de ira.

Noah se levanta y mira alrededor antes de caminar hacia la puerta.

—¿Quieres que te traiga un trozo de tarta de caracola? —me pregunta.

Sacudo la cabeza. No creo que pueda digerir nada ahora mismo. Me he

topado con el miedo escénico de Milo. No hay forma de que pueda

enfrentarme a él a medianoche. La administración tenía razón. Las relaciones

son demasiado dramáticas, dolorosas y destructivas.

—Si cambias de opinión, dímelo —me comunica Noah—. Seré tu

mensajero esta noche.

Cierra la puerta tras él, dejándome sola con mis emociones. Revivo en mi

cerebro los recuerdos de las últimas dos semanas de encierro. Desde las Oreos

al Twister pasando por las luciérnagas y el escondite. Desde el día en que

Milo estaba "desnudo" en mi habitación y a los dos días me ignoraba hasta la

mañana en que defendió mi honor y mintió sobre los cigarros de Jules. Desde

la versión acústica de "Bleeding Butterflies" hasta el baile lento y el

lanzamiento de los faroles de deseos.

Después, todos esos momentos se funden a negro con una conversación.

La celebración del cumpleaños de Emery se extiende abajo hasta que ella

está demasiado cansada para estar emocionada. Hay pasos detrás de mi puerta

durante una hora hasta que la casa se estabiliza para pasar la noche. Hay

silencio demasiado tiempo.

Me tumbo en la oscuridad y no miro mi móvil hasta que oigo pasos.

Es medianoche.

Es Milo.

Le permito tener suficiente tiempo para bajar las escaleras, atravesar la

puerta del patio y recorrer la mitad del patio antes de tomar una decisión.

A diferencia de nuestras medias noches anteriores, esta noche no le seguiré.

Capítulo Veintisiete

Ocho minutos más tarde, cierro la puerta del patio detrás de mí y me

apresuro a la casa del árbol como una Saturnite acosando a su chico Saturn

favorito. En realidad, soy una Saturnite acosando a su chico Saturn favorito.

Sólo soy lo suficientemente afortunada de que él me esté esperando en la casa

del árbol y no escondiéndose detrás de Tank como haría cualquier otra vez.

Subo la escalera en tiempo récord. Milo está parado en la mitad de la

habitación y me mira tan pronto como entro en la casa del árbol.

Él abre su boca, pero no dice nada. Su pecho se hunde, y sus ojos son piezas

derretidas de caramelo. Él luce tan vencido. Camina hacia el futón contra la

pared y colapsa en él con la última gota de energía en su cuerpo.

―Pensé que no vendrías ―comenta, su voz tan baja que apenas puedo

escucharlo.

―Cambié de parecer ―digo.

Diez minutos atrás, tampoco pensé que saldría. Pero la casa estaba tan

tranquila que todavía podía escuchar a los grillos y los sapos cantando nuestra

canción, llamándome para que me uniera a ellos en la noche. Las mariposas en

mi estómago despiertas, tirando puñetazos como Noah, y supe con todo en mí

que me arrepentiría por el resto de mi vida sino hacía esto.

Me uno a él en el futón, y duda antes de envolver un brazo alrededor mío.

Él está caliente. Huele como su loción corporal. Todavía es Milo, mi Milo.

―Me asusté ―susurra él. Inhala profundamente antes de decir más―. No

sé por qué tengo estas cosas en la cabeza, pero estaba seguro de que habías

cambiado de parecer sobre nosotros. Después cuando estabas evitándome y

Noah estaba actuando raro. Instantáneamente imaginé el peor escenario.

Ahora no es el mejor momento para coqueteos, pero estoy absolutamente

alagada de que su peor escenario incluya perderme. Él podría tener cualquier

chica en el mundo, pero está preocupado de que yo no lo quiera.

Por mucho que me gustaría mantenerme envuelta en su brazo evitando

contacto visual, me doy la vuelta para enfrentarlo, para realmente poder ver

sus ojos caramelos.

―No te quería decir de Paige porque estaba asustada de que lo tomaras

todo de la manera equivocada ―admito, aunque sé que Noah ya le dijo―.

Sólo necesitaba lidiar con eso primero.

―Podrías haberme dicho ―dice él, corriendo su mano por mi cabello―.

Soy un poco más comprensivo de lo que me has dado crédito. Bueno, sabes,

aparte de hoy. Todas mis inseguridades salieron con plena fuerza.

Reírse es probablemente la peor cosa que puedo hacer ahora mismo, pero

canalizo a Tate Kinsgley y me río a carcajadas completamente. Milo me mira

fijamente como si fuera un extraterrestre de tres cabezas.

―¿Inseguridades? ―pregunto―. Milo, realmente, ¿te has visto? ¿Te has

escuchado cantar? Eres el epítome de perfección para la mayoría de las chicas.

―Bueno, tú puedes ser la que les diga que estoy lejos de la perfección

―me responde. Baja su cabeza de nuevo, como si estuviera avergonzado―.

Lo siento mucho, Chloe. En serio. Sobre todo. Soy… ¿estúpido? ¿Loco? ¿Un

chico? ¿Un chico estúpido y loco?

Esta se suponía que fuera nuestra conversación seria y desgarradora, pero

yo no puedo parar de reírme. Me siento como Emery cuando empieza a reírse

sobre algo tan tonto y disparatado. Quizá sólo estoy exhausta o el encierro

realmente me ha desgastado como a todos los demás.

―Eres humano ―le informo.

Y esta vez, incluso yo lo creo. Todo el enojo y las lágrimas y el

quebrantamiento que sentí una hora atrás y esperaba sentir por días y semanas

futuras se han desvanecido con las nubes. No me importa lo que su equipo de

administración tiene que decir o con quién está besándose Paige o lo que la

ciudad entera tiene que decir sobre mí, porque Milo Grayson es un chico

estúpido y loco, pero demonios, él es mi chico estúpido y loco.

Él empieza a decir algo, pero lo reprimo con mi mano sobre su boca.

―Para ―le aviso―. Oh Dios. Me siento como Aralie. Pero en serio, para

de disculparte.

―Mmm ―dice él, señalando a su boca cubierta.

Yo retiro mi mano.

―Ella te dejo una nota ―anuncia, señalando detrás de mí.

Me doy vuelta y veo la vieja piscina para niños de Emery en la casa del

árbol. Es esa inflable gigante, pero alguien la ha inflado de vuelta. Está llena

con almohadas y frazadas.

Hay un sobre rojo brillante sentado en la cima. Es tan estridente como el

labial rojo de Aralie.

Salgo del futón y recupero lo que sea que mi hermana dejo atrás. Mi

nombre está garabateado a través de la parte delantera del sobre en grandes

letras negras. Ella no se molestó en sellarlo.

Adentro hay una copia impresa de la foto que nos sacó a Milo y a mí, en la

que dijo que él podría pasar por mi novio sino fuera famoso. Ella tenía razón,

lucíamos increíblemente felices juntos. Quiero verlo sonreír así de nuevo.

Quiero sonreír así de nuevo.

Abro el pedazo de papel de cuaderno que está incluido.

Chloe:

Jules en realidad arregló este pequeño y lindo plan para nosotros, pero me

imaginé que quizá lo necesitaras más que yo. No, no estoy siendo una

pervertida, por lo que deja de pensar eso. Sé que ustedes estarán aquí afuera

esta noche y aunque las cosas están disparadas al infierno ahora mismo, sé

que lo arreglarán. Seamos realistas, tú y Milo tiene mucho más potencial para

ser la pareja poderosa de Saturn que Jules y yo. Los paparazzi me amarán

más, igual. Sólo digo. De todas formas, dale esta foto a Milo. Dejaré una

copia en tu gabinete de archivos después de que te escabullas esta noche.

Olvida el resto del mundo, ¡y disfruta lo poco que queda de encierro con ese

ABURRIDO novio tuyo!

Te amo, Aralie.

PD: Por favor, sal de la casa del árbol antes del amanecer.

Para que ella recién se haya enterado de mi bufanda azul, nos tiene

definitivamente descifrados. Quizás somos más obvios de lo que nos damos

cuenta. Mamá ni siquiera se encogió cuando Emery anunció que Milo y yo

nos escabullíamos afuera cada noche. Nadie se quedó despierto para frenarnos

de hacerlo de nuevo. Tal vez somos los únicos dos que no se dan cuenta de lo

increíblemente perfectos que somos para cada uno.

Me acomodo en la piscina-cama de Jules y le señalo a Milo que se una a mí.

¿Quién sabía que Jules tenía un hueso romántico en su cuerpo? Quizás esa

infección en su ceja tuvo algo que ver con esto. No puedo esperar para

introducir a Aralie a la Dosis Diaria de Drama de Darby.

―Mi hermana dejó algo para ti ―le comunico, tendiendo la foto hacia

Milo.

Él la toma en sus manos y la examina antes de sentarse al lado mío. Una

sonrisa se envuelve en su cara, una sonrisa real, como una imagen reflejada de

la que tiene en su mano, y mi corazón revolotea.

Él se sienta al lado mío mientras yo guardo la carta de Aralie de vuelta en el

sobre rojo brillante.

―Nos vemos bien juntos ―observa Milo―. Creo que necesitas ser mía de

nuevo.

―¿Estás seguro de que tus inseguridades lo pueden manejar? ―pregunto.

―Si supone tenerte de vuelta, puedo manejar cualquier cosa. Y si tengo un

momento de debilidad, Noah me puede pegar ―responde.

Un cielo celeste se desliza en la casa del árbol con nosotros mientras yo

abro mis ojos. Maldito Saturno. Es de día. Aralie nos va a matar.

Me doy vuelta al moreno lindo al lado mío. Odio despertarlo. Su pecho se

levanta y se hunde mientras respira. Corro mis dedos a través de su pelo y

beso su mejilla.

―Milo ―susurro en su oreja―. Oye, despierta.

Él se revuelve sólo un poco pero no se despierta. Podría verlo dormir por

horas sólo porque es hermoso, y sé que nunca tiene suficiente sueño, pero la

cara de Aralie continúa apareciendo en mi mente. No puedo lidiar con su ira

antes del amanecer.

―Milo ―llamo de nuevo, en voz alta esta vez―. Despierta.

Sus párpados aletean como alas de mariposa, rápida y calmadamente.

Entonces él se dispara como si hubiera sido apuñalado con una jeringa llena

del jugo de la infección de la ceja de Jules.

―Oh Dios ―dice―. ¿Qué hora es?

Él se empuja así mismo hacia arriba para ver afuera. Ahora estoy deseando

haber traído mi celular conmigo. Ni siquiera recuerdo dormirme. Recuerdo

hablar de cuán locas las cosas serían después de que nos hiciéramos públicos y

sobre cuán contento estaba él de que ahora los chicos supieran sobre nosotros.

Recuerdo estar acostada en la piscina-cama con su brazo envuelto alrededor

mío. Sólo no recuerdo el cielo negro y las canciones de los grillos

convirtiéndose en nubes celestes y pájaros piando.

―No sé, pero nos tenemos que ir ―informo, sosteniendo el sobre rojo―.

Aralie nos matará si todavía estamos aquí cuando ella y Jules aparezcan.

Milo se ríe y me ayuda a levantarme de la piscina.

―Te dije que era Jules ―declara. Después, para demostrar su madurez,

saca su lengua.

―Oh silencio ―repongo―. Y arregla la cama-piscina de Jules de vuelta a

como estaba. Tú sabes, ya que lo conoces tan bien.

Él me dispara su mejor intento de un ojo maligno, pero no puede contra su

sonrisa, por lo que sólo luce absolutamente tonto. Respondo sacando mi

lengua. Puedo jugar en su nivel.

Después de acomodar las cosas a los estándares de Aralie, descendemos la

ladera y nos dirigimos de vuelta a la casa. Espero y rezo a las criaturas de

Saturno que mi papá no esté despierto. Lo puedo ver ahora, sentando al final

de la mesa del comedor. Él tendrá el periódico extendido en frente de él, una

taza de café caliente, y una mirada paternal de desaprobación… por dos.

Aralie y Jules estarán caminando delante de él justo cuando Milo y yo nos

escabullamos adentro. Oh Saturno, por favor. Sólo ven por mí ahora ya que no

lo has hecho ninguna otra vez que te he pedido.

El rocío matutino abraza mis flip-flops mientras nosotros emigramos por el

pasto. Milo envuelve su brazo alrededor mío y me acerca a él.

―Eres un alma valiente, Milo Grayson ―le digo.

Se detiene.

―¿Por qué es eso? ―pregunta.

―Me mantuviste afuera toda la noche mientras mi papá estaba en casa

―explico.

Se ríe, me agarra en un abrazo, y me gira alrededor. El sobre en mi mano se

presiona contra su espalda y se arruga contra su remera. El mundo puede

desangrar sus mariposas secas, y en este momento, yo ni siquiera les tendré

lástima.

―Tengo que ser valiente ―replica, esta vez todo serio―. Prefiero dejar

que tu papá me grite de una vez, que irme de aquí sabiendo que te perdí para

siempre.

La puerta del patio se cierra en la distancia, y la risa de Aralie flota a través

del aire de la mañana. Supongo que el sigilo no está alto en su lista desde que

maldijo a todos los chicos SAS sobre la pizza de cumpleaños de Emery

anoche.

Una raya de rosa-violeta decora las nubes mientras el sol trata de asomarse

a través. La primera mariposa de la mañana acaba de cortar su ala para

sangrar. Mi corazón quiere doler, pero creo que finalmente estoy viendo la

belleza en el amanecer. En realidad quiero que las mariposas sangren porque

sé que se curarán durante la noche y lo harán todo de nuevo. Ellas hacen

exactamente lo que el mundo necesita que hagan. Ellas comparten sus colores,

incluso si duele, y en la oscuridad de la noche, las luciérnagas toman el control

mientras las mariposas atienden sus heridas. Admiro su fortaleza. Espero

poder ser tan fuerte como ellas son cuando termine el encierro.

―Bueno, miren quienes son ―empieza Jules mientras él y Aralie caminan

hacia nosotros―. El Señor Administración-dijo-que-no-podíamos-tener-

novias… y su novia.

Aralie le da un codazo.

―Cállate o tu ropa sucia ira a la piscina ―le advierte ella.

A pesar de lo mucho que Jules quiere fastidiar a Milo, él se contiene. Está

escrito en su cara tan claro como la esencia de mariquitas aplastadas en su

ropa, pero él presta atención a la advertencia de Aralie bien.

Milo sonríe victoriosamente y me tira más cerca de él.

―Buenas noches tortolitos ―saluda antes de que nosotros continuemos

hacia la casa.

La risa de Emery me despierta unas horas después. Ella está en el otro lado

de la puerta de mi habitación. Hay un revoloteo de risas, como mariposas

sedientas, seguido por risas apagadas.

Me levanto poco a poco de mi cama y voy de puntillas hasta la puerta.

Estiro mis orejas para escuchar.

―Ponlo más alto ―dice Emery tan bajo como puede―. De esa forma ella

pensará que Aralie lo hizo.

¡Lo sabía! Nadie más pensaría en poner la cara de Tate en nuestras puertas.

Esa era Emery desde el principio. Ahora, es tiempo de ver quien ha sido su

cómplice todo este tiempo.

Me distancio de la puerta para poder abrirla de un tirón. Aprieto el pomo de

la puerta, y en velocidad supersónica, arrojo la puerta hacia mí.

Tate Kingsley está de pie con los ojos abiertos y la sonrisa tonta en el otro

lado.

―¿Tú? ―pregunto. Realmente pensé que iba a ser Benji―. ¿Por qué estás

poniendo tu propia cabeza en las puertas de nuestras habitaciones?

Él mira alrededor por alguna pista de qué decir. Emery pliega sus brazos

sobre su pecho y lo mira como si estuviera esperando por una respuesta

también.

―¡Emery me hizo hacerlo! ―grita él, alzando su brazo hacia ella―. Todo

fue su idea. Sólo necesitaba a alguien para cortar mi cabeza y alcanzar la parte

superior de la puerta. Fui forzado a ayudar.

Él se retira por el pasillo hacia las habitaciones de huéspedes. Emery corre

detrás de él, gritando que le va a tirar huevos revueltos porque es la comida

más desagradable en el mundo. No he tenido suficiente sueño para lidiar con

esto, pero no quiero desperdiciar otro segundo del encierro dormida.

Dejo la cabeza de Tate en mi puerta y voy en busca de Milo.

Capítulo Veintiocho

―Y sabes que eres bienvenido aquí cada vez que necesites un descanso de

las cosas, o incluso si sólo quieres pasara a visitar ―dice la voz de mamá

cuando entro en la cocina.

Milo se apoya contra el mostrador como si no fuera gran cosa que esté

pasando el rato en la cocina con mi madre. Su sonrisa es insoportablemente

encantadora. No es de extrañar que a mamá le guste tanto.

Mamá mira hacia mí una vez que se da cuenta de que Milo no está

prestando atención sobre lo que está parloteando.

―Lo sabía ―dice mamá, señalándome con el dedo―. Te dije que Milo era

un buen chico, y trataste de fingir ignorarlo, pero lo sabía... Lo supe en el

momento en que mintió sobre los cigarrillos.

Esto debía ser humillante y vergonzoso, pero mamá suena igual que una

mejor amiga de la secundaria enloqueciendo porque ella sabe que estás

enamorada del chico guapo de la clase de Inglés.

Me río.

―¿Eran Aralie y Jules obvios también? ―pregunto. Ella niega con la

cabeza.

―No, yo pensé que era Tate.

Espero a que Milo diga que él me dijo eso, pero no lo hace. Él sólo sigue

sonriendo con esa sonrisa oh-tan-perfecta, y me derrito como un caramelo

dulce bajo el sol. Me uno a Milo en el mostrador y veo como mamá revuelve a

través de los gabinetes por ingredientes al azar.

―Estoy tan lista para que termine el encierro ―dice a una bolsa de

malvaviscos gigantes―. Luego Aralie puede publicar esas fotos, y todo el

mundo sabrá exactamente lo que hemos estado haciendo este verano.

Milo se reía a carcajadas, pero no decía nada mientras mamá divagaba

sobre su amiga de la escuela, Jill que consiguió boletos a sus hijas para ver

SAS en diciembre.

Ella se ofreció a conseguir una camiseta para Emery del concierto, pero

mamá negó cortésmente la oferta. Emery lloró al conocer la noticia, y ella dijo

que no era justo que Santa trajera entradas para esas "niñas caras de

estúpidas", pero no le trajera boletos a ella por Navidad.

―Pero Emery reirá al último momento ―dice mamá―. Qué valor lo de esa

mujer para decir esas cosas delante de un niño de cinco años de edad, a

sabiendas de que Emery es su mayor fan.

Ella mueve la cabeza y busca a través de cajas de galletas y paquetes de

chocolate.

―¿Qué estás tratando de cocinar? ―le pregunto, dirigiendo la conversación

lejos de la no amiga de mamá, Jill.

―Oh ―dice ella, volteándose hacia Milo y yo―. Tu padre fue a buscar un

par de cosas. Él quiere tener una fogata esta noche.

Al instante me vuelvo hacia Milo y lo aprieto en el abrazo más apretado que

puedo dar. Aspiro el olor de su gel de baño y detergente para la ropa. Quiero

aferrarme a él hasta que sus partículas de piel se absorban en mi carne y se

mezclen con mi sangre.

―Oye, agarre anaconda ―dice―. ¿Qué pasa?

Papá quiere tener una fogata. Eso significa que estamos celebrando. Eso

significa que ellos atraparon al tipo.

―Te vas ―le digo.

Nadie habla en la sala de juegos de papá. Me siento entre Noah y Milo,

deseando que uno de ellos rompa el silencio. No le hemos dicho a Emery.

Técnicamente, papá ni siquiera nos lo dijo, pero yo sabía. Mamá no lo negó

tampoco, lo que es más que suficiente prueba. Este es el final del encierro.

―Nunca pensé que estaría triste por esto ―dice Noah―. Pensé que estaría

listo para irme.

Sé que quieren presentarse de nuevo. Ellos están listos para estar de vuelta

en el escenario, cantando con todo el corazón a miles de fans gritando y

viviendo sus sueños. Quiero que vayan a sangrar letras para el mundo. Quiero

que sangren para mí también. Ha empezado a gustarme tenerlos sólo para

nosotros. ¿Cuántas familias pueden decir que han escondido una banda de

chicos durante tres semanas?

Mis pensamientos son interrumpidos por la explosión conocida como Aralie

volando por la habitación.

―¿Acaso mamá te dijo que guardaras todo lo que tengas en tu teléfono a

una tarjeta de memoria? ―Pregunta ella, como si fuera una especie de crisis

Moo-llennium Crunch.

Asiento con la cabeza.

―Hace más o menos una hora ―le digo.

―¿Y ya está? ―pregunta Aralie―. ¿Sabes la cantidad de música que tengo

en mi teléfono? Y tengo como un millón de imágenes. Tengo una carpeta

llena solamente de memes de Jenji. Obviamente no usas tu teléfono como yo

lo hago.

―Van a conseguirnos nuevos teléfonos ―espeta Milo―. Y nuevos

números. Tu mamá estaba hablando sobre esto en la mañana.

Se siente real ahora. El encierro ha acabado. La familia Branson será un

artefacto público, la familia que escondió a Spaceship Around Saturn. Y todo

este pueblo estúpido publicará mi número de teléfono por toda la Internet.

Definitivamente apruebo un nuevo número que nadie sepa. Todos los textos

de disculpa de Paige y llamadas de explicación serán enviados a un número

que ya no existe.

―Y hay una parte aún mejor ―añade Milo―. Van a ser capaces de recibir

llamadas y mensajes de texto internacionales. De esa manera, puedes estar en

contacto conmigo sin importar en que zona horaria esté.

―Amordázame ―gime Noah―. Inventas las peores líneas. No es de

extrañar que estuvieses bien con todo el asunto "no novias”. Tenían que

dispararte para que una chica te prestara atención.

Aralie ríe, y aunque estoy segura que era un insulto indirecto hacia mí de

Noah, me río también porque por una vez, Aralie no está llamando a Noah un

idiota por algo que él dice.

―Sí ―dice Aralie―. Me voy en esa nota.

Ella corre al piso de arriba, probablemente para terminar la copia de

seguridad de todo en su teléfono. Noah debate en voz alta el número de

entrevistas y apariciones que tendrán que hacer sobre el tema del encierro

antes de que realmente vuelvan al escenario.

―Ellos nos tendrán en algún programa matutino, tan pronto como salgamos

―dice Milo―. Probablemente vayamos directamente a un hotel y nos

preparemos para entrevistas. Entonces tendremos una aparición a la mañana

siguiente. Ya tienen programas de entrevistas y programas de radio en espera

para cuando seamos libres.

Papá se aclara la garganta desde la puerta para alertarnos de su presencia. Él

sostiene un bolso negro en la mano.

―Negaré haber dicho esto ―dice papá―. Pero si tienen algo en particular

que quieran usar para esa aparición matutina en un show, lávenlo hoy porque

estarán en pantalla la mañana del jueves.

―¿Jueves? ―le pregunta Noah. Todo el color sale de su cara.

Papá asiente.

―Sí, el jueves, pero no lo escucharon de mí ―dice.

Si la teoría de Milo es correcta, se irán mañana. Ellos saldrán de viaje a

algún lujoso hotel de cinco estrellas, serán taladrados por la administración y

su equipo de relaciones públicas, y probablemente serán sermoneados sobre lo

que pueden y no pueden decir. A los chicos se les dirá que tengan una buena

noche de sueño y que estén bien descansados para las cámaras. Entonces

Aralie y yo estaremos despiertas súper temprano la mañana del jueves para

verlos en un programa matutino con una caja de pañuelos encima.

―Entonces, ¿qué significa eso para nosotros? ―pregunta Milo.

Papá camina hacia el sofá y le entrega la bolsa de color negro a Milo. Él

mira la bolsa y mira a papá con ojos confundidos.

―Esto significa que se van mañana ―dice papá, lo que confirma la teoría

de Milo y mis miedos―. Bienvenidos de vuelta a la realidad, chicos.

Cojo la bolsa de la mano de Milo y miró en ella. Saco una bolsa de plástico

Ziploc con un teléfono celular y el cargador en el mismo. El nombre de Tate

está escrito en la bolsa con un marcador negro.

Noah me arrebata el bolso negro y escarba alrededor hasta que encuentre su

propio teléfono celular. Sostiene el teléfono de Milo con él, y yo agarro la

bolsa de plástico con el nombre de Benji en él. Aprecio el momento, porque sé

que en cuestión de minutos mi cuenta de Twitter va a explotar con tweets de

@Benji_Baccarini y todos los Saturnites alrededor del mundo van a tenerlo de

vuelta. Noah agarra las otras bolsas y se precipita arriba para dejar a Tate y a

Jules volver al mundo.

Milo golpea a la bolsa de Benji en mi mano.

―Lo siento, Srta. Branson ―dice él―. Pero ya es hora.

Camino hacia los sonidos familiares de Código Morse Alienígena. Los

grillos y sapos cantan mucho, mucho más fuerte esta noche. Esta es su última

actuación del encierro. Mañana por la noche, cuando me aventure afuera, voy

a estar sola y Spaceships Around Saturn se habrá ido. Me pregunto si están

gorjeando mensajes de despedida a través del cielo nocturno. Probablemente

estén cantando buenos deseos para los chicos y canciones de esperanza para la

familia Branson.

Mi nuevo teléfono vibra en mi mano. Un nuevo mensaje. De Noah Winters.

¿Por qué estás de pie en el patio como un bicho raro?

Veo a través del patio, y me saluda. No creo que sepa lo mucho que lo

echaré de menos. Por supuesto, voy a extrañar más a Milo, pero Noah es

dueño de un pequeño pedazo de mi corazón, también. Yo no debería tener

favoritos, pero Noah es definitivamente el siguiente a Milo en la fila en la

jerarquía de mi chico favorito de Saturn.

Los últimos colores de la sangre de mariposa abandonan el cielo al caer la

noche. Tate arroja otra cerilla en el fuego, mientras que Benji actualiza su

Twitter de nuevo.

El regreso de Milo a Twitter fue bastante simple. Consistió en: "¡Estamos

de vueltaaaaaaa! #TiToVive!” Después me siguió y a Aralie. Pegó su teléfono

a su cargador, y eso fue todo. Benji no ha soltado su teléfono desde que lo

puse en sus manos.

Tres personas no se encuentran en torno a la hoguera: Jules, Milo, y papá.

Oh oh.

Miro a Aralie, y ella lee el código de hermana en mi cara antes de que yo

tenga que preguntar.

―Papá les está dando el sermón del novio ―dice ella―. Me quiero morir.

Me siento al lado de Noah, pero Aralie se levanta y se une a nosotros. Eso

es una primera vez. Incluso deja a Tate atrás. Ella elige una foto de su teléfono

y lo sostiene para que vea.

―Esa es la primera imagen que publicaré en Facebook tan pronto como

tenga autorización ―dice ella, casi hablando en la voz de gobierno de papá.

Es la imagen de Milo y yo, la noche que encendimos los faroles de deseos.

La noche en la que prometió ser mi luciérnaga. Creo que Aralie realmente

puede amar esa foto más que yo. Ella está orgullosa de ello.

―Y mi título va a decir “El nuevo novio de mi hermana es más ardiente

que el tuyo”. ¿Qué piensas? ―ella sonríe diabólicamente, algo así como

Emery hace a veces.

―Es perfecto ―dice la voz de Milo desde detrás de nosotros―. Gracias

por el cumplido, por cierto.

Jules pasa junto a nosotros y se une a Tate en el lugar anterior de Aralie.

Ella prácticamente se lanza sobre la hoguera para llegar a ellos. Milo se sienta

a mi lado y sonríe. La charla de papá no debe haber sido demasiado dura o

estaría evitándome como esos dos días después del momento del desnudo

erróneo de Emery.

Papá se hace cargo de la parrilla en lugar de Godfrey mientras mamá ayuda

a Emery a hacer s’more16. Dudo que Emery quiera comer algo de sustancia

real esta noche, pero ella dice que todavía está celebrando su cumpleaños ya

que la última noche de celebración fue arruinada por el arrebato de Aralie.

―¿Cómo te fue? ―le pregunto a Milo.

―No mal en realidad ―dice―. Creo que mucha de la charla fue más

dirigida a Jules. A tu padre le agrado.

Noah está de acuerdo.

―Él habló con Milo mucho durante ese viaje de pesca. Creo que tu madre

le dijo que lo hiciera.

Oh, ella lo haría. Mamá había sabido que algo estaba pasando entre Milo y

yo. Probablemente ella le dijo a papá que llegara a conocerlo y ver lo que

pensaba de él.

16 S’morees, un postre tradicional de Estados Unidos y Canadá, que se consume habitualmente en fogatas

nocturnas como las de los exploradores y que consiste en un malvavisco tostado y una capa de chocolate entre

dos trozos de galleta Graham.

―¡Papá! ―grita Aralie, corriendo hacia la parrilla―. ¿Podemos decirle a la

gente ahora? Quiero decir, ellos tienen sus teléfonos de vuelta, por lo que la

gente puede rastrear las coordenadas y toda esa otra mierda que dijiste antes.

Papá vacila cuando arremolina la espátula alrededor en su mano.

―No estoy seguro de que los chicos quisieran que anuncies eso, Air ―dice

él―. Tendríamos a chicas gritando en fila alrededor de nuestra propiedad.

Serían Emerys con esteroides.

―Podemos manejar la situación ―dice Jules, caminando al lado de

Aralie―. Nos ocupamos de eso todo el tiempo. Es sólo que no sé si Aralie

puede manejarlo.

Ella embiste su estómago con el codo y le sonríe a papá.

―Puedo manejarlo ―dice ella―. Y sé que mamá, Chloe, y Em también

pueden. Déjeme por favor publicar estas fotos ya. Estoy a punto de morir aquí.

Papá se ríe.

―No me esperaba esto de ti. Emery, claro. Chloe, tal vez. Pero tú, nunca.

―Dios, papá ―dice entre dientes―. Soy una Saturnite, ¿de acuerdo? Soy

una maldita Saturnite. Ahora, ¿puedes sólo darme la autorización para

publicar estas fotos estúpidas?

―Tienes la autorización ―dice papá en su voz de agente secreto.

―¡Diablos, sí! ―grita Aralie, saltando de arriba a abajo―. Voy a usar mi

ordenador portátil. Es más rápido que hacerlo de mi teléfono.

Jules le agarra el brazo.

―¿No vas a comer?

―No en este momento ―dice con una voz llena de pánico―. Tengo que

publicar esto.

Ella libera su brazo y corre hacia la casa. Tate dice que tiene que ver eso y

corre tras ella. Benji grita que no publiquen ninguna de las malas imágenes

sobre él, y Emery dice que publiquen cada foto de ella. Sólo estoy agradecida

de que mamá haya recogido nuestros nuevos teléfonos hoy en lugar de que

después de que termine oficialmente el encierro. Las cosas están a punto de

volverse una locura.

Una hora más tarde, ingreso a mi cuenta de Facebook. Me echo a reír tan

pronto como veo la notificación. Aralie Branson te ha etiquetado en 238 fotos.

Milo se aparta de su guitarra y me mira a través de la casa del árbol.

―¿Te importa compartir? ―pregunta.

Sostengo mi teléfono para que pueda ver la notificación. Sacude la cabeza y

me recuerda que debo recordarle más tarde que él tiene que enviar una

solicitud de amistad a Aralie. Al parecer, los chicos tienen todos los suyos

bloqueados para que nadie pueda solicitarlos. Esto es lo que el estado super-

Saturnite se siente. Me encanta. Es como si estuviera realmente con la banda.

Milo se instala en el futón, pero yo camino hacia la ventana. La fogata se

esfuma un poco y todo el mundo ha entrado en la casa, pero Jules y Aralie

todavía se acurrucan junto al último pedazo de llamas. Su brazo descansa

sobre su hombro, y ella le muestra algo en su teléfono. En realidad parece que

pertenecen juntos.

Miro de nuevo a mi teléfono celular y hago clic en su nombre en Facebook.

Su nueva foto de perfil es una de ella y Jules en su dormitorio. Ella usa su

camiseta de Mutilated Arteries con el brazo de Jules alrededor de ella.

Todavía me siento como una idiota por suponer que sería Tate. Se ve mucho

mejor con Jules.

Milo rasga unos acordes, y miró hacia atrás. Me hace un gesto hacia el

futón, así que me uno a él. Luego agarra mi teléfono.

―¿Qué es lo que Aralie tenía que decir acerca de todo esto? ―pregunta

mientras se desplaza por la pantalla.

Antes de que yo le pueda dar un resumen, él lo encuentra y se ríe. Lo leí

probablemente cincuenta veces seguidas después de que ella lo publicó.

Hola chicos, ¿ya saben que básicamente he estado mintiéndole

descaradamente a todo el mundo, cancelando los planes y haciendo que usted

piensen que soy muy mala en la vida? Adivinen qué. ¡Mi vida es mejor que las

de ustedes porque Spaceships Around Saturn se ha estado quedando en mi

casa durante su encierro!

Hay una actualización poco después de su estado que indica que Aralie

Branson se encuentra en una relación con Jules Rossi. Desearía poner “me

gusta” mil veces más.

Le saco mi teléfono a Milo y hago clic en el álbum “¡Encierro con

Spaceships Around Saturn!” de Aralie. Selecciono la foto de Milo y yo, y la

pongo como foto de perfil. Tengo que tomar lecciones de Aralie más a

menudo. Ella está orgullosa del encierro, y yo también planeo estarlo.

―Chloe ―dice Milo, arrastrándome fuera de los ensueños del encierro y de

vuelta a la Tierra―. Vas a tener un montón de tiempo para ver lo que dice la

gente cuando me vaya mañana. ¿Puedo, por favor, tenerte esta noche?

Apago mi teléfono y fácilmente me acerco a él en el futón. Él se inclina y

besa mi mejilla entonces tira de sí mismo de nuevo a la esquina, lejos de mí.

―Esta es una versión tosca ―me advierte―. Voy a grabarla cuando

volvamos a Montreal y Benji pueda hacer acordes para mí. Noah puede añadir

un poco de batería. Entonces se sentirá como una canción real.

Hago lo que puedo para calmar mi respiración y las mariposas siempre

constantes silbantes en mi estómago. Es tanto su canción como lo es mía.

Él toca algunos acordes, y mis mariposas se convierten en estatuas.

"Hay una salida del sol en sus ojos, el aroma de los melocotones en su

pelo,

Y sé lo mucho que lo odia, así que trato de no mirar,

Pero lo que yo no le he dicho es que me cuesta hablar

En esos momentos perfectos cuando ella está mirándome otra vez."

Mis mariposas se funden en un charco de sangre naranja de mariposa. Sus

letras hablan de todo, desde el baile lento en la oscuridad hasta ver

luciérnagas, y yo, literalmente, siento como si los grillos y sapos estuvieran en

sintonía con su guitarra. Toda la noche está cantando esta canción.

Esta canción. Mi canción. Una canción que puede terminar en un futuro

álbum de Spaceships Around Saturn. Una canción que puede ser cantada en

frente de miles de chicas en presentaciones futuras.

Milo estaba en lo cierto. Él tiene que sangrar por el mundo. Nació para esto.

El mundo necesita toda la sangre azul de mariposa que pueda tener. Él tiene

que sangrar esta canción para ellos.

Pero siempre va a sangrar más para mí.

Capítulo Veintinueve

Me despierto en el sofá modular con mi mejilla presionada a la playera de

Milo. Me separo de él y miro alrededor. Nadie está despierto. Emery, Noah, y

Tate están estirados en en el piso. Benji debió haberse movido después de que

mi hermana pequeña se quedó dormida. Jules y Aralie están abrazados en la

esquina del sofá. No entiendo cómo es que estoy despierta. Literalmente nos

quedamos despiertos hasta el amanecer. Ahora no puede ser muy tarde.

Milo se retuerce y se mueve mientras trato de levantarme sin despertarlo.

Fallo.

―¿A dónde vas? ―me pregunta en medio de un bostezo.

―¿Escuchaste eso? ―pregunto.

Frota sus ojos y sacude su cabeza. Tal vez lo soñé, pero juraría, que escuché

una pantera o alguna clase de gato salvaje. Tengo un poco de mi padre en mí.

Tengo que ir a investigar.

Tropiezo a través de la habitación apenas iluminada, tratando de

asegurarme de no pisar a ninguno de los hermanos Saturn de Milo. Él me

sigue, bostezando la mayor parte del camino.

Mamá está sentada en el comedor bebiendo café y jugando con su nuevo

celular. Levanta la mirada, nos ve y sonríe.

―Mira la fotografía que publiqué esta mañana ―dice, sosteniendo su

celular.

Es una fotografía de todos dormidos en el cuarto de juegos. En su

comentario dice: Esta es la primera vez en tres semanas que se duermen al mismo tiempo. ¡Mi casa por fin está en calma!

Milo se ríe. Pero yo escucho a la pantera otra vez. Observo la habitación

rápidamente. Entonces mamá señala a la ventana. Doy una ojeada a través de

las persianas. A pesar de que desde aquí son pequeñas manchas, veo una línea

de personas en la calle contra el portón de nuestra casa.

―¿Quiénes son esas personas? ―pregunto.

―Saturnites gritonas ―dice mamá―. Han estado aquí desde que me

levanté a buscar el periódico. Una chica me preguntó si Tate Kingsley

realmente estaba en nuestra casa. Comenzó a llorar cuando le dije que sí. Tu

padre dijo esta mañana que toda esa locura son gajes del oficio.

―¿Cuánto crees que me pagaría por la lista de compras de Tate?

―pregunto.

Milo cubre mi hombro con su brazo.

―Bienvenida a Saturno ―dice.

Milo camina hacia la cocina y saca unas Oreos del gabinete. No hay manera

de que yo venda su lista de compras. La leche y las Oreos serán mías para

siempre. Él sirve dos vasos de leche y me pasa uno.

―¿Quieres Oreos otra vez? ―pregunta.

No podría pedir algo mejor para desayunar.

Me siento en la cama de Milo mientras empaca todo lo que le pertenece en

dos maletas. Papá dijo que sus coches estarían aquí en una hora para

recogerlos. Juego en mi celular mientras él empaca. Benji publicó un tweet de

una fotografía de él y su “nueva mejor amiga Emery” esta mañana. Desearía

poder retwittearlo millones de veces. Creo que hizo a Emery más que feliz.

Mi Twitter va a ser mucho más alocado ahora que Spaceships Around

Saturn como que le pertenece a la familia Branson. Los constantes tweets de

Benji ni siquiera me molestan hoy, incluso uno sobre necesitar nuevos

cordones de zapatos.

Aralie pasa corriendo por la puerta de Milo como un perro salvaje,

llamando mi atención hacia el pasillo.

―¿Qué? ―ella grita afuera de la puerta de Jules.

No puedo escuchar su respuesta.

―¿Esas eran tus grandes noticias? ¿Me mandaste un mensaje para esto? ¡A

nadie le importa! ―grita.

―¡Le importa a siete millones de personas! ―él grita en respuesta.

Ella cruza sus brazos y suspira dramáticamente. Luego entra a la habitación

de Milo.

―Jules alcanzó los siete millones de seguidores en Twitter ―dice―. Y

aparentemente, como su novia, se supone que debería alegrarme el día. Para

que conste, no es así.

Ella regresa al pasillo. Azotando la puerta de su cuarto. Definitivamente

está volviendo en sí. Pienso que ella puede tomar el final del encierro peor que

el resto de nosotros. Tal vez ella sea la primera que llore. No quiero ser la

primera en llorar. Siempre soy la primera. Incluso antes que Emery. Voy a ser

fuerte hoy. No me vendré abajo hasta que alguien más lo haga.

Benji entra después, con Emery como su sombra. ¿Es el cuarto de Milo el

punto central de reunión hoy? ¿No recibí el memorándum que lo corrobora?

Sólo quiero pasar estos últimos minutos a solas con él.

―Creo que tienes algo para mí ―Benji me dice.

Mueve su celular de una mano a otra. No sé de qué está hablando.

―Chloe, la maqueta para mi nuevo tatuaje ―dice―. Vamos, ya sabes.

Quería tomarle una foto y mostrarla en Twitter.

Mando a Emery a mi cuarto por mi libreta de dibujo. El cohete de Benji está

dibujado allí. Al igual que los múltiples diseños de Noah para agregar a su

pieza trasera. Hay un par de alienígenas sentados debajo de un árbol en una

isla viendo las estrellas. Y también hay un pulpo que usa su tentáculo en el

espacio para jalar la nave espacial de vuelta a los alienígenas, para que

regresen a su hogar. Puede que no use ninguno de ellos, pero al menos tiene

algunas ideas ahora.

Una vez que Emery regresa, arranco el cohete y se lo entrego a Benji. Lo

estira en el escritorio de la habitación de Milo y le toma una foto. Dice que me

mencionará en su tweet. Se va con Emery detrás.

Milo me arrebata mi libro de dibujo y lo comienza a ojear.

―¿Puedo quedarme con este? ―pregunta.

Me enseña el cuaderno. Es el dibujo de un corazón con anillos alrededor de

él. El mismo que dibuje en el cartel de “bienvenida” de Emery.

―Quiero enseñárselo al equipo de diseño ―dice―. Es épico. Se odiarán

por no haberlo pensado.

Pasa al siguiente dibujo. Una mariposa azul… Sangrando notas musicales

azules que van bajando en la página. Milo posa sus dedos en ellas, y desearía

saber qué es lo que está pensando. La siguiente hoja sólo dice: “Nunca

cambies quien eres”. Luciérnagas bailan alrededor de las palabras.

Milo cierra el libro y lo abraza contra su pecho.

―¿Por favor? ―Pide ―. Por favor déjame quedármelo.

Asiento con la cabeza

―Es todo suyo, Señor Grayson.

El silencio escaleras abajo es tenso y triste. Maletas de lona nos rodean. El

estuche de la guitarra de Milo reposa en las escaleras. Todos los seguidores de

Twitter están en su lugar. Todas las solicitudes de amistad en Facebook

enviadas y aceptadas. Los números de celulares intercambiados. Las

fotografías finales han sido tomadas.

Todos nos sentamos en la sala a un lado del vestíbulo, justo como lo

hicimos la primera noche. Benji abraza a Emery por la millonésima vez,

tranquilizándola una y otra vez de que la verá muy pronto. Mamá y Godfrey

están callados, intercambiando expresiones tristes de vez en cuando. Tal vez

ya habían discutido lo difícil que sería la vida para “las chicas” cuando se

fuera SAS.

Papá pasea por el lugar mientras que el resto de nosotros está sentado

alrededor escuchando a las fans locas de afuera. Hay un amplio trecho hasta al

portón, pero se siente como si estuvieran afuera de la ventana. Aralie jura que

la multitud ha crecido a lo largo del día. Es cerca del mediodía.

Estoy segura que el anuncio de Facebook de Aralie se ha vuelto global a

esta hora. Sus fotos aparecieron en la búsqueda de Google esta mañana. Tal

vez Darby hable de nosotros en la Dosis Diaria de Drama de Darby. Me

sentiría legítimamente famosa entonces.

Un estruendo de gritos corta la atmosfera. Probablemente las criaturas de

Saturno los escucharon, incluso a todos esos años luz de distancia. Papá se

apresura a la puerta delantera, pero no sin antes decirnos que nos quedemos

donde estamos.

Los motores se apagan afuera, y Godfrey sale por la cocina para mover el

coche de papá. Él está aquí para cuidar de la casa mientras que nosotros

llevamos a los chicos al aeropuerto. Ese señor mayor es un alma valiente.

Unos pocos agentes entran y toman las maletas de los chicos. Papá les pide

que sean cuidadosos con la guitarra de Milo. Entonces cambia de parecer y

dice que él la llevará afuera. A papá definitivamente le agrada Milo.

Emery se aferra a Benji y le ruega que no se vaya.

―Sólo cinco minutos ―suplica―. No puedo dejar que te vayas aún. Te

extrañaré mucho.

Mi corazón anhela romperse con el de ella, pero estoy determinada a ser

fuerte, razón por la cual evito sus ojos color caramelo que sé que me están

viendo. La mano de Milo se mueve por mi brazo, y sus dedos juegan con el

brazalete en mi muñeca.

―¿Me lo cambias? ―me pregunta.

Pongo mi mano es su muñeca. Él está usando el brazalete hecho por Emery.

Gris oscuro y azul.

―¿Estás seguro de que el negro y el rosa son buenos colores para ti?

―pregunto.

No contesta mi pregunta. Inclina su cabeza contra la mía y desata mi

pulsera. Y envuelve la suya alrededor de mi muñeca y ata un nudo azul gris.

―¿Te importaría ayudarme con esto? ―me pregunta, forzándome a mirarlo.

Mis mariposas están agitadas justo en este momento. Desearía que me

prestaran sus alas para ayudarme a atar este nudo en lugar de volverme loca y

retorcer mis tripas en nudos.

Los motores retumban afuera mientras Milo me ayuda a atar el nudo. Esto

no se siente real.

―Muy bien chicos, vámonos. ―Papá grita desde la puerta delantera.

Cualquier cosa que podríamos haber dicho es inmediatamente ahogada por

los agudos gritos de afuera. Dos camionetas todo terreno negras están

ubicadas detrás del coche de papá.

―Emery ―dice papá―. Sé que te vas a enojar, pero tienes que ir al

aeropuerto conmigo. Hay mucho caos, y eres demasiado pequeña para quedar

atrapada en él. Lo siento, pero estas reglas son parte de los gajes del oficio.

Lagrimas caen por sus mejillas mientras suplica y jura por Santa que no

saldrá lastimada en la multitud, pero papá la fuerza a entrar en el asiento

trasero.

Godfrey baja los escalones frontales.

―Señor Kingsley ―le dice a Tate―. Su petición.

Tate observa la caja sin marcar por un momento. Levanta sus cejas,

preguntando con su rostro, pero Godfrey no contesta.

―Gracias G-man ―dice―. Voy a llamarte, lo prometo.

Tira sus brazos alrededor de Godfrey, y siento las lágrimas brotando. Tate

se ha convertido en una especie de nieto que Godfey nunca tuvo.

Aparentemente me perdí de todo eso porque estaba saliendo con la mitad

equivocada de Saturno. Espero que Aralie pueda darme detalles más tarde.

Tate es el primero en subir a la camioneta todo terreno con Aralie y Jules.

Benji le propone a mamá que se vaya con ellos, y se dirige al segundo

vehículo. El eco de los gritos resuena a nuestro alrededor. Ellas probablemente

vieron su cabello rubio. Noah sube detrás de Benji.

Milo estira su brazo.

―Después de usted, Señorita Branson.

La puerta se cierra detrás de él. Las ventanas son demasiado oscuras como

para que alguien de afuera vea, pero esas locas Saturnites de la reja y en la

calle lo saben. Espero que papá haya bloqueado sus ventanas. Ya que Emery

las bajaría en dos segundos sólo para gritar que Benji es suyo.

Estamos aparcados al final de la entrada. Escoltas de policías y vehículos

del servicio secreto facilitan el camino. Oficiales uniformados mantienen el

orden de las fans. El coche de papá se mete entre una patrulla y una camioneta

negra. Unos cuantos vehículos pasan antes de que el auto en el que van mi

hermana y mi mamá salga a la calle. Dos camionetas todo terreno nos separan

antes de que nos unamos al desfile de la locura. Más vienen detrás de nosotros.

―¿Quiénes son todas esas personas? ―Finalmente pregunto, mirando lo

mejor que puedo a través de la ventana.

―Vehículos de señuelo ―dice Noah―. Te acostumbrarás a ellos.

Escucho la voz de mi padre en mi cabeza. Gajes del oficio.

Damos vueltas alrededor del aeropuerto antes de detenernos. No me

molesto en preguntar por qué. Tal vez es alguna clase de medida de seguridad

para alejar a los locos. Es como papá había dicho la noche anterior mientras

volteaba las hamburguesas en la parrilla. Todo esto ocurrió sólo porque algún

idiota estaba enojado porque su novia había preferido ir a uno de los

conciertos de SAS en lugar de ir con él a su aniversario de un año. No sé cómo

pensó que disparándole a uno de los chicos lo haría mejor. Ahora él se

enfrentará a cargos de intento de asesinato y, probablemente, imprudencia

temeraria o cualquier otra cosa.

Pero ese novio celoso y loco nos dio un encierro. No sé si probablemente

debería odiarlo o mentalmente agradecerle por lo que hizo.

Agentes y miembros del staff de SAS descargan las maletas. Los chicos

probablemente tienen un equipo para el equipaje. No nos bajamos de las

camionetas hasta que papá abre la puerta y nos dice que bajemos.

Tate se apresura hacia Benji con un juego de Xbox en su mano.

―Amigo, mira lo que G-man me dio. Yo ni siquiera lo pedí. No sé cómo es

que supo que quería este.

Benji se ríe.

―Ese es el que ibas a comprar después del concierto en Nueva York, pero

nunca fuiste a la tienda.

Aralie sonríe con orgullo. Me pregunto si ella tuvo algo que ver con eso.

Emery corre a nosotros con sus brazos abiertos. Benji la recibe y la hace girar

en círculos. Él le promete enviarle entradas para conciertos. Ella le dice que le

hará un cartel para que vea que está allí.

Hago las rondas junto a mamá y Aralie, abrazando a los chicos y diciendo

algunas palabras de despedida. Mamá comienza a entablar una conversación

con Benji y Emery. Aralie toma a Jules y a su “Tater Tot” a un lado,

dejándome con mi mitad de Saturno.

Noah me abraza. No sé qué decirle. Solamente lo abrazo hasta que siento

que la tinta de sus tatuajes podría atravesar mi piel si lo abrazo más fuerte.

―No me olvides ―me dice―. Sé que estarás atrapada en el planeta Milo, y

que él es ardiente y esas cosas, pero sigo siendo tu nuevo mejor amigo.

¿Olvidar a Noah Winters? Lo empujé a nuestra piscina. Le hice hablar antes

de que tuviera su leche de fresa, y le dije mi oscuro secreto sobre Paige. Él fue

la primera persona que me mandó un mensaje a mi nuevo número. Y además

él fue el que anunció que era la novia de Milo al mundo mediante su tweet:

“Voy a extrañar a la novia de Milo después del encierro. #MiNuevaBBF”

Millones de personas me siguieron después de ver mi usuario de twitter al

final.

―Eres inolvidable en el mejor de los sentidos ―le digo.

Él sonríe.

―Te veré en… como una semana. Y si Milo se pone raro, yo me ocuparé

de él.

Frota el puño en la palma de su otra mano antes de abrazarme una vez más,

dejándome sola con el único Señor Grayson.

Milo me abraza inmediatamente. Trato de tomar cada parte de su existencia,

porque sé que las cosas jamás van a ser iguales. Nosotros jamás volveremos a

ser los mismos que fuimos en el encierro. Inhalo su jabón de baño. Paso mis

manos por su camiseta y noto la forma en que abraza su cuerpo a la perfección.

Trazo mis dedos sobre el tatuaje MGD debajo de su tatuaje de Saturno.

Sus ojos color caramelo se quedan viéndome cuando miro su rostro. Su

boca se arruga a un lado. ¿En qué está pensando? ¿Intenta encontrar las

palabras como yo lo hago?

―Te llamaré en cuanto lleguemos a donde vamos ―dice.

Típico. Te llamaré. Sé cuidadoso. Ten un buen vuelo. Te veré después. Esas

serían las cosas que le diría a Benji, no a Milo.

―Te voy a extrañar ―digo, mi voz apenas más fuerte que un susurro.

―Oye ―susurra, acercándose a mi oído―. Estoy contigo todas las

mañanas cuando las mariposas sangran y todas las noches cuando las

luciérnagas brillan con luz mortecina. ¿Está bien? Estoy a sólo una llamada o

un mensaje de distancia. Siempre.

―Siento como si hubieran miles de cosas que necesito decirte o debería

decirte ―le digo―. Pero no puedo encontrar las palabras.

―Está bien ―dice, asintiendo―. No necesitas decir algo. Yo ya lo sé.

Sus manos se entrelazan en mi cabello mientras se inclina y me besa.

Desearía que el sabor de su beso nunca abandonara mi boca.

Él retira mi cabello y lo cepilla detrás de mis hombros. Me mira por un

segundo, como mamá cuando habla de su pájaro bebé. Pero me siento como si

yo fuera la única que lo está dejando libre. Los científicos locos no pueden

retenerlo más. Tengo que levantar la copa y dejarlo volar.

―Tengo que irme ―dice, mirando hacia atrás sobre su hombro. Besa mi

frente―. Nos vemos pronto, luciérnaga.

Noah pasa un brazo alrededor de los hombros de Milo justo cuando mi

chico se une a sus hermanos Saturn. Él está en buenas manos, aunque odio

dejarlo ir.

Emery se inclina contra mi pierna. Es demasiado grande para ser cargada,

pero la cargo de cualquier manera. Ella presiona su cabello dorado contra mi

cabellera morena. Solloza fuertemente, pero no caen lágrimas. Está

determinada a ser fuerte también. Sigue despidiéndose hasta que desaparecen

en el aeropuerto vacío.

Mi familia camina en silencio al coche de papá. Aralie está estoica, no

refleja ninguna emoción en su rostro. Si no la pudiera ver respirar pensaría que

es un cadáver. Los labios de Emery tiemblan, y ella no habla. Las dos

sabemos que si trata de hablar, todas sus emociones se desbordarán. No puedo

creer que esté siendo tan fuerte. Es sólo una niña de seis años que acaba de

despedir a su amado Benji Bikini. Lágrimas, Emery. Derrámalas así yo

también puedo.

Nos subimos al asiento trasero en trance zombie. Aralie juega con su celular

para evadir la conversación. Emery agacha su cabeza, y yo miro la parte

trasera del asiento de papá, así no puedo ver el cielo y pensar en mariposas.

Las mariposas en mi estómago ya no se están moviendo. Me pregunto si

murieron cuando Milo se fue. Espero que no. Me han dado una sensación de

seguridad estos días, a pesar de que me gustaría que se comportaran mejor, a

veces.

Aralie me pasa su celular mientras salimos del estacionamiento del

aeropuerto. La pantalla de inicio de Twitter. Milo acaba de actualizar hace

cincuenta y tres segundos.

Ya extraño a mi chica. Nos vemos pronto, luciérnaga.

Sé que es mejor no ver la fotografía que twitteó, pero lo hago de cualquier

manera. Somos nosotros dos en el patio esta mañana. Emery tomó la

fotografía. El adorno de Benji cuelga detrás de nosotros. Estoy sonriendo

como en éxtasis mientras Milo besa mi mejilla. Es tan tontamente alegre.

Le regreso su celular a Aralie antes de que sea víctima de un colapso del

tamaño de Saturno. Y ahí es cuando la ruptura de la familia Branson ocurre.

Mamá comienza a sollozar.

Capítulo Treinta

#QuieroSerUnaHermanaBranson

Este probablemente sea mi hashtag favorito de todos los tiempos. Al menos

ha sido mi favorito desde que pusimos a los chicos de vuelta al universo hace

ocho días. Nuestra casa ha estado extrañamente tranquila. Mamá llora durante

el desayuno bastante a menudo. Las chicas locas siguen fuera de los portones

de nuestra casa y la gente toma fotos de nosotras en la tienda de comestibles.

Es extraño.

Tres días después del encierro, Milo le rogó a las fans de SAS que nos

dejaran en paz. Las esperadas amenazas de muerte llegaron. Algunas

Saturnites salieron en nuestra defensa. Otras señalaron el hecho de que papá es

un agente del servicio secreto y que las personas deberían cuidar lo que dicen.

Y algunos cuantos locos nos dijeron que nos muriéramos. No le dijimos a

Emery sobre ellos. Su cerebro no puede soportar demasiado entusiasmo. A

ella, en realidad, le gusta posar para las cámaras, así que la dejaremos disfrutar

la fama.

Creo que la cosa más grande que ha pasado desde que el encierro terminó,

fue cuando Darby le dedicó un segmento completo de Youtube a las hermanas

Branson. Todos los chicos de SAS la siguen ahora en Twitter gracias a mi

petición especial, y la Dosis Diaria de Drama de Darby se ha convertido en

defensor para ayudar a detener la locura Saturnite dirigida hacia la familia

Branson. Sabía que me gustaba Darby por una razón.

Está bien, Darby es la segunda mejor cosa. La mejor es estar acostada en

esta cama de hotel súper lujosa en la Ciudad de Nueva York. El concierto de

regreso de Spaceships Around Saturn es esta noche. Emery hizo un poster que

dice: “¡Yo SOY una hermana Branson!”. Aralie también hizo uno, pero en

realidad espero que no lo lleve. Tendremos suficiente atención sin su poster de

“¡Milo no estaba muerto, estaba con mi hermana!”

Tal vez ella se la pase de compras todo el día y no lo agarrará en el apuro de

las cosas por la noche. Esta será nuestra primera aparición pública con los

chicos desde que terminó el encierro y el mundo supo que nosotros éramos

todos oficiales. Aralie y yo miramos su entrevista en el programa matutino el

jueves pasado, justo como Milo había predicho.

Él actuó tímido cuando le preguntaron sobre el romance de encierro. Nunca

me negó, pero su rostro se puso de unos cuantos tonos de Marte, y eso hizo

que mi corazón se agitara. Y luego, me puso alocadamente triste porque mis

mariposas murieron con su salida. Incluso con las fans gritonas, cámaras

extrañas, y el constante drama de Internet, no he sentido nada siquiera como

un aleteo nervioso de mis mariposas. Las extraño tanto como extraño a Milo.

Mi móvil vibra en mi mano e interrumpe mi actualización de Twitter. Una

foto de Milo y yo salta en la pantalla, y Spaceships Around Saturn suena a

través de la bocina.

―Oye tú ―digo instantáneamente.

Él ríe.

―¿Qué hay, luciérnaga?

Le digo que estoy sola en mi habitación de hotel. Aralie insistió en que ella

necesitaba verse ardiente esta noche, dado que era su primera aparición

pública como la novia de Jules Rossi, así que mamá y papá la llevaron a ver

NYC. Emery exigió ropas nuevas, también. Estoy segura de que ella está

posando para los paparazzi en algún lugar de esta ciudad gigante. Papá tiene

seguridad suficiente en el hotel para mantenerme a salvo de una bomba

nuclear. Todo nuestro piso está bloqueado.

―Bueno, estoy enviándote algo a tu habitación ―él dice a través del

auricular―. Tampoco mires a través de la mirilla. Sólo abre la puerta cuando

ellos toquen. Quiero que sea una sorpresa. Pero mantente en el teléfono

conmigo así puedo oír tu reacción.

Salgo de la cama de un salto y me apresuro hacia la puerta antes de que

toquen. Estoy impaciente y emocionada, y no puedo esperar. Milo no sabrá si

abro…

―¡No esperaste a que tocara! ―grita desde el final del corredor.

Me precipito por el corredor hacia él y colapso en sus brazos. Él me aprieta

con fuerza y ríe antes de empujarme de vuelta a la habitación del hotel. Lanzo

mi teléfono en la cama, lo atraigo hacia el mejor beso de “te he extrañado” que

puedo hacer. Lo he extrañado mucho, demasiado.

Él se aparta, aún riendo. La luz del sol que mana de las persianas abiertas

baila en sus ojos, como motas de escarcha flotando en un pedazo de golosina.

―Es una locura allá afuera ―dice―. No estaba seguro de cómo iba a

entrar para verte.

―Y ahora las Saturnites y paparazzis saben que estás aquí ―digo.

Él asiente.

―Sabes que esta noche será un poco loca ¿no? ―pregunta, como un padre

preocupado.

Se aleja de mí y camina alrededor de la habitación del hotel. Tuerce su boca

hacia un lado. Mi corazón ya odia la forma en que eso se siente. Palabras,

Milo. Habla con palabras.

―Estaba pensando ―dice―. No quiero que toda esta cosa de la aparición

pública te arruine el espectáculo de esta noche. Tal vez esta noche no sea el

mejor momento para que seamos vistos juntos. La gente enloquecerá por

conseguir fotos. Sólo no quiero que te arruinen esta experiencia.

No. No, no, no, no, no. No volé a Nueva York con chicas fanáticas

amenazando mi vida sólo para que él decida que este no es el mejor momento.

No hay forma de que yo permita que sus inseguridades, preocupaciones y

actitud de “la administración dijo” arruinen esto. ¡¿Dónde está Noah cuando

necesito golpear a mi estúpido novio?!

―¿Qué sugieres, entonces? ―pregunto, intentando mantener la calma.

Él se encoje de hombros.

―Pensé que tal vez podríamos tomar el almuerzo y hacerlo todo de una vez

ahora, así no habrá presiones esta noche ―dice.

―Ahora ―repito la palabra―. Ahora es… perfecto.

No puedo ocultar el suspiro de alivio en mis palabras. Una sonrisa aparece

progresivamente en su cara.

―No habrás pensado realmente que yo estaba arrepintiéndome, ¿o sí?

―pregunta.

No respondo. No quiero admitir que en realidad dudé de él. Él tira de mí

hacia un abrazo fuerte, levanta mi cara hacia la suya y me besa la frente. Un

brazalete negro y blanco abraza su muñeca.

―No te puedes librar de mí tan fácil, Señorita Branson ―dice―. ¿Así que,

almorzamos? ¿Sólo nosotros tres? ¿Tú, yo y Tank?

Ahí está la voz de mi padre otra vez, corriendo a través de mi cerebro.

Gajes del Oficio.

―Eso suena bien ―digo. Agarro la llave de mi cuarto y mi celular.

―Jules y Tate se reunieron con Aralie más temprano, así que sabía que

estabas aquí sola ―Milo dice mientras caminamos hacia el corredor―. Le

pregunté a tu padre si estaba bien venir a verte y llevarte a almorzar.

¿Enviar a un chico a mi habitación de hotel cuando estoy sola? Sí, a Papá

realmente le agrada Milo.

Tank nos espera en el corredor. Camino entre el guardaespaldas y Milo

hacia el elevador.

―Sólo permanece directamente detrás de mí ―explica Tank―. Milo estará

detrás de ti. Es mejor para tu seguridad si estás entre nosotros.

―Lo que sea que hagas, mantente en movimiento ―dice Milo―. Esta

gente enloquece, así que permanece abriéndote camino. No te preocupes por

ser agradable.

―Hay seguridad afuera ―dice Tank―. Pero eso no garantiza nada. El auto

está esperando, así que caminen directo hacia él. Me detendré en la puerta del

auto y los dejaré entrar primero.

―No sueltes mi mano ―dice Milo.

Me siento como en esa escena de Titanic cuando el barco está hundiendo en

el océano helado. Jack dice que la succión los arrastrará hacia abajo. Él le pide

a Rose que no le suelte la mano. Así, exactamente, es como suena la voz de

Milo ahora.

Me mantengo asintiendo a lo que sea que digan. Sabía que el post-encierro

con Milo podría ser loco, pero no hay nada que yo pueda hacer para

prepararme para la locura afuera. Nada calmará mi errático palpitar o mi

nerviosa respiración.

Un océano de miedos me inunda mientras caminamos a través del lobby del

hotel hacia las puertas de vidrio. Dos oficiales de policía están de pie dentro.

Más uniformados esperan afuera.

Gritos agudos rebotan en las paredes del hotel.

Flashes brillantes estallan como un espectáculo de fuegos artificiales.

Y luego hay un aleteo siempre-familiar.

Una sonrisa barre mi rostro mientras las siento despertar de su siesta de

ocho días. Una calmada ola de alivio se precipita sobre mi océano de miedo.

El encierro puede haber terminado, pero esto es sólo el comienzo. Debí haber

sabido que no me abandonarían cuando más las necesitaba.

―Es ahora o nunca ―Milo grita por encima de los alaridos del exterior―.

¿Estás lista?

Él me aprieta la mano, y mis mariposas bailan al son de “Código Morse

Alien”.

Miro hacia atrás, a mi chico y sus ojos de caramelo.

―Nunca he estado más lista.

Agradecimientos

Si Spaceships Around Saturn fuera real, le daría boletos VIP de por vida,

brazaletes de amistad y galletas Oreo a las siguientes personas:

Los muchos blogueros/compañeros autores quienes promocionaron este

libro… Desde la revelación de la portada, hasta el explosivo día de

publicación y el bombardeo de la gira de blog, ustedes chicos han ayudado a

difundir información acerca de mi pequeño libro, y estoy muy agradecida. Mi

corazón palpitó cada vez que alguien agregaba mi libro a su lista “por leer” en

GoodReads o retwitteó acerca de American Girl on Saturn. Sus amables

palabras y emoción (Michelle Parsons, ¡hablo de ti!) me dieron la confianza

en este libro que no tenía antes. ¡Todas son dignas de ser llamadas Saturnites!

Las Directiones, Beliebers, y seguidores de muchos, muchos fandoms

allá afuera. Gracias por su fangirlismo. Todas son parte de este libro en sus

propias formas. Ustedes chica/os inspiraron las Saturnites.

Kelley mejor conocida como nanogeekette. ¡Gracias por todas las

palabras de aliento en Twitter! Unas buenas 20mil palabras de este libro

fueron escritas durante las conversaciones contigo. No creo haberlo podido

lograr tan rápidamente de otra forma. En pocas palabras, ¡rockeas!

One Direction, obviamente. Esos cinco hermosos chicos realmente

iluminan mi mundo como nadie más. Gracias por tanta inspiración y música

impresionante.

Simple Plan… Esta banda me enseñó todo sobre lo que era ser una

fangirl en el 2002. Gracias por ser la única banda que se ha mantenido junta

durante los años. He crecido con ustedes. Ustedes son los verdaderos amores

Canadienses en mi vida.

Hawthorne Heights. Ustedes chicos me dan fuerza. Gracias por ser MI

Sebastian’s Shadow.

Señora Wendy, mi segunda madre. No le permitiría a nadie ser

representante de relaciones públicas de Spaceships Around Saturn, pero sabía

que tú podrías manejarlo. Espero que te haya gustado tu aparición.

Mamá, gracias por no matarnos a Emily y a mí cuando casualmente

cambiamos el fondo de pantalla de tu celular por fotos de One Direction.

Gracias por ser una fan de Harry Styles (incluso si sólo es porque él es el

único cuyo nombre puedes recordar). Gracias por soportar años de fandoms de

música (desde boybands, hasta punk rockers y de vuelta a boybands

nuevamente) de Emily y míos. Siempre nos apoyas, incluso si no aprecias las

fotos dentro del armario de la cocina.

Mi compañera autora, amante de la música y amiga Rebecca. Estoy muy

agradecida de haber encontrado en ti a una amiga. Puedo fangirlear sobre

bandas (¡y 1D!), y sé que entiendes cómo es vivir para la música. Aún pienso

que debo sacar a patadas a tus vecinos y mudarme al lado tuyo así podremos

acosar bandas, divertirnos en la playa, y enloquecernos sobre 1D juntas.

Christina. Nunca tuve la intención de que te convirtieras en mi pre-

lectora o proofer, pero ¡oh, cuán feliz estoy de que hayas caído en mi mundo!

Gracias por leer una copia adelantada de este libro, incluso con mis tontas

cagadas, e incluso más, por ayudarme a encargarme de ellas antes de la fecha

de publicación. Gracias por nunca molestarte conmigo por preguntarte sobre

qué es canadiense y qué no. Gracias por permitirme enviarte e-mails extensos,

por compartir nombres de personajes conmigo ¡y por apreciar los ojos verdes!

¡Sabía que algún día conocería a mi pareja de escritura!

Rachel. Has estado conmigo a través de mis fangirlismos desde los

tiempos en que teníamos 16 años y estábamos enloqueciéndonos por David,

hasta ahora. ¿Recuerdas cuando te ibas a Alemania e íbamos a tener lo que

debería haber sido una despedida nostálgica, pero en cambio yo divagaba

sobre One Direction y Hawthorne Heights? Es por eso que eres mi mejor

amiga. Tú me entiendes cuando nadie más lo hace. Gracias por leer este libro

en su forma más tosca, mientras escribía capítulo por capítulo, y me animabas

a seguir (¡y a Chloe!). Me hizo chillar como una Saturnite cada vez que

atrapabas una referencia a una de nuestras bandas. Dudo que nadie más pueda

apreciar algunas de esas cosas, pero sé que tú siempre lo haces. Gracias por el

2008, ese año cambió mi vida. Estoy tan contenta de que estuvieras allí

durante el viaje y de que finalmente hayamos encontrado PALABRAS para

decir lo que sentimos. ¡♥♥♥ y deseos de 11:11 sólo para ti!

Emily. Este libro no existiría sin ti. Literalmente. Este libro fue una idea

que tú soñaste y compartiste conmigo en el estacionamiento de Taco Bell.

Gracias por leer medios-capítulos y me decirme cuán bien estaban, incluso

cuando yo los odiaba. Gracias por los memes casuales (hechos por Emily) de

Liam Payne que me enviaste en nombre de la inspiración. Gracias por elegir

(y nombrar) mis bromances. Gracias por ser Emery en el pasado y Aralie en el

presente. Gracias por asumir-erróneamente que los chicos de la casa de al lado

de la tía Danita estaban desnudos esa vez, sabía que algún día sería

divertidísimo. Gracias por convencerme para descargar el álbum de One

Direction mientras estábamos en la Florida. Y gracias por no matarme cuando

te envié ese texto el 21 de noviembre de 2012. Te dije que no estaba loca. ;) Ti

amooohhh.

David Desrosiers y Liam Payne, en particular. Érase una vez, una chica

que se volvió felizmente una fangirl enamorada de dos músicos

increíblemente talentosos y hermosos que comparten cumpleaños el 29 de

agosto. Fueron dos luces brillantes que nunca le fallaron y siempre la hacían

sonreír, incluso en sus días más oscuros. Muchíiiiiiiiiiiiiiiisimas gracias a los

dos por ser mis luciérnagas y compartir su cumpleaños con este libro. ♥

Staff Ministry of Lost Souls

Traducción

Hitomi Yagami

GideonL

Ivi04

MaidofHope

Alina-

EnchantedCrown

Mara

Maru

Patricia Heronlight♕

Riu di Angelo

Velyta05

Xoch

DianitaEverdeen

Bornt0fight

Chris G

Montse

Giss

Emma

Corrección

Alina-

HaniaCM98

Jodidamentesexynefil

im

•Anaid•

Carmen

Amentet

Sra. Norris

Tic-Tac

EnchantedCrown

Maru

Diseño

Koko-

Tessa_

Moderado por:

Alina-

Revisión Final:

Tessa_

Sobre la Autora

Nikki Godwin es una autora de Young Adult/LGBT del sudeste de Estados

Unidos. No puede vivir sin Mountain Dew, delineador de ojos negro, y música

de Hawthorne Heights. Cuando no escribe, acosa virtualmente a sus bandas

favoritas y vigila las competiciones de surf. Adora a Liam Payne de One

Direction y al surfista profesional John John Florence.

Puedes seguir a Nikki en Facebook y Twitter o descubrir más acerca de la

autora en su sitio web.

Nota Importante

Esta traducción no tiene fines de lucro; es el producto de un trabajo

realizado por un grupo de aficionadas que buscan ayudar por este medio a

personas que por una u otra razón no pueden disfrutar de maravillosas obras

como esta.

Ninguno de los miembros que participaron de esta traducción recibió, ni

recibirá ganancias monetarias por su trabajo.

El material antes expuesto es propiedad intelectual del autor y su respectiva

editorial.

Ministry of Lost Souls