Sincronización equipos de Trabajo

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SET Programa de Sincronización de Equipos de Trabajo El ideal de “trabajar en equipo”, o “funcionar como un equipo”, ha sido ampliamente aceptado y enunciado como meta deseable en el mundo de las Organizaciones. Fue – de hecho- convertido en “mito”, alimentado por la seducción de ejemplos extraídos del ámbito deportivo y por la adopción de otras metáforas épicas provenientes de diversos campos. Pero en la vida diaria de las Organizaciones se observa que la idea de equipo contradice el orden natural de las cosas; que se expresa en liderazgos, metas y roles individualizados, y es alimentado por creencias que no favorecen el funcionamiento de los grupos; como, por ejemplo: que los equipos diluyen el alcance de la responsabilidad formal de cada quien; que no garantizan el hecho de tomar las mejores decisiones; que consumen más tiempo que el disponible; que no constituyen –necesariamente- la mejor forma de resolver problemas; etc. En los grupos de conducción o de alta gerencia, lograr que el trabajo en equipo no sea un mero ideal es más difícil que en los grupos operativos que funcionan en contacto directo con tareas específicas, compartiendo recursos y responsabilidades concretas. Las razones de esto son, entre otras, las siguientes: A los grupos de conducción les cuesta precisar cuáles son sus responsabilidades concretas, en cuanto grupo, y tienden a confundirlas o superponerlas con las metas generales de la organización o del área. No se sienten miembros de un equipo sino de un grupo, porque tienden a pensar que “sus equipos” son los de sus reportes directos. No se visualizan como miembros colaboradores de un equipo que no controlan y con el cual tienen una relación part-time. Están culturalmente predispuestos a enrolarse en modelos donde las responsabilidades, las metas, los logros y las recompensas son individuales y no grupales. Están acostumbrados a depender de las orientaciones y los estilos de coordinación de un líder individual definido, antes que a asumir decisiones y prácticas de coordinación compartidas. La discusión grupal de temas concretos representa una amenaza al rol y autoridad formal que el organigrama otorga al responsable y especialista de cada área. Estas dificultades provocan un impacto directo sobre cuatro cuestiones trascendentes para la Organización, que dependen del funcionamiento del equipo de conducción:

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El ideal de "trabajar en equipo", o "funcionar como un equipo", ha sido ampliamente aceptado y enunciado como meta deseable en el mundo de las Organizaciones. Fue -de hecho- convertido en "mito", alimentado por la seducción de ejemplos extraídos del ámbito deportivo y por la adopción de otras metáforas épicas provenientes de diversos campos.

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SET

Programa de Sincronización

de Equipos de Trabajo

El ideal de “trabajar en equipo”, o “funcionar

como un equipo”, ha sido ampliamente

aceptado y enunciado como meta deseable

en el mundo de las Organizaciones. Fue –

de hecho- convertido en “mito”, alimentado

por la seducción de ejemplos extraídos del

ámbito deportivo y por la adopción de otras

metáforas épicas provenientes de diversos

campos.

Pero en la vida diaria de las Organizaciones

se observa que la idea de equipo contradice

el orden natural de las cosas; que se

expresa en liderazgos, metas y roles

individualizados, y es alimentado por

creencias que no favorecen el

funcionamiento de los grupos; como, por

ejemplo: que los equipos diluyen el alcance

de la responsabilidad formal de cada quien;

que no garantizan el hecho de tomar las

mejores decisiones; que consumen más

tiempo que el disponible; que no

constituyen –necesariamente- la mejor

forma de resolver problemas; etc.

En los grupos de conducción o de alta

gerencia, lograr que el trabajo en equipo no

sea un mero ideal es más difícil que en los

grupos operativos que funcionan en

contacto directo con tareas específicas,

compartiendo recursos y responsabilidades

concretas. Las razones de esto son, entre

otras, las siguientes:

• A los grupos de conducción les

cuesta precisar cuáles son sus

responsabilidades concretas, en

cuanto grupo, y tienden a

confundirlas o superponerlas con

las metas generales de la

organización o del área.

• No se sienten miembros de un

equipo sino de un grupo, porque

tienden a pensar que “sus equipos”

son los de sus reportes directos. No

se visualizan como miembros

colaboradores de un equipo que no

controlan y con el cual tienen una

relación part-time.

• Están culturalmente predispuestos a

enrolarse en modelos donde las

responsabilidades, las metas, los

logros y las recompensas son

individuales y no grupales.

• Están acostumbrados a depender de

las orientaciones y los estilos de

coordinación de un líder individual

definido, antes que a asumir

decisiones y prácticas de

coordinación compartidas.

• La discusión grupal de temas

concretos representa una amenaza

al rol y autoridad formal que el

organigrama otorga al responsable y

especialista de cada área.

Estas dificultades provocan un impacto

directo sobre cuatro cuestiones

trascendentes para la Organización, que

dependen del funcionamiento del

equipo de conducción:

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1. Baja calidad de los

procesos grupales

para la toma de

decisiones

2. Baja calidad de los

procesos grupales de

análisis de problemas

e información

3. Ineficacia en los

procesos de

coordinación de

acciones y proyectos

4. Incapacidad para la

resolución productiva

de conflictos y

diferencias

Son justamente estas cuatro prácticas que

acabamos de mencionar las que

determinan la misión de los grupos de

conducción y las que explican la necesidad

de trabajar en equipo.

Sin embargo, en la enunciación que

hicimos de ellas destacamos la ineficacia

que se observa frecuentemente en su

ejecución. Vale preguntarse, entonces ¿qué

es lo que determina la efectividad de las

prácticas grupales de toma de decisiones;

de análisis de información, escenarios, o

circunstancias; de coordinación de

proyectos y acciones; y de resolución de

diferencias y conflictos?

Todos sabemos –por sentido común- que

el potencial de los equipos exige como

prerrequisitos que exista suficiente

abundancia de talento individual, y que esa

dotación de talentos sea complementaria.

Sin embargo también sabemos, por

experiencia, que muchas veces esos dos

prerrequisitos se cumplen pero el potencial

del equipo no florece. El diagnóstico que

nos surge inmediatamente es la falta de

compromiso; la falta de afinidad; el

predominio de los intereses personales.

El fenómeno humano y el fenómeno grupal

son muy complejos para abordarlos con

abstracciones tan generales como las que

sugieren las palabras talento, compromiso,

afinidad, etc.

El programa de Sincronización de Equipos

de Trabajo (SET) de Sociotec es una

herramienta que ayuda a diagnosticar la

situación funcional de los equipos tanto en

lo que se refiere a lo visible (profesionalidad

de las prácticas, y patrones

comunicacionales), como en lo que hace a

los fenómenos que no son fácilmente

observables (como los perfiles de

personalidad de los miembros; los

trasfondos relacional y situacional; y los

recursos e inhibidores con que cuenta y se

enfrenta el equipo).

El emergente permite coordinar programas

concretos de mejora del funcionamiento

grupal.

Para realizar el diagnóstico, la herramienta

ofrece al grupo una dinámica de revisión y

análisis de cuatro núcleos que definen –en

buena medida- la calidad de las prácticas y

contribuciones del equipo, y articula una

agenda de cambios y mejoras

Page 3: Sincronización equipos de Trabajo

El primero de los cuatro núcleos - el análisis

de estilos o características personales- se

basa fundamentalmente en dos rasgos o

atributos individuales, e incluye dos

herramientas de diagnóstico. Nos referimos

a: estilos o rasgos personales, y a lo que

llamamos perfil motivacional.

Hablar de rasgos personales remite a una

idea básica: los modos de percibir, de

pensar, de relacionarse, de orientar la

energía y de actuar, están fuertemente

determinados por cuestiones genéticas y

por la influencia que el ambiente y el

aprendizaje ejercen sobre la persona.

Nuestro modelo identifica rasgos

personales combinando dos herramientas

(la de Katherine Benziger y la de Robert y

Grover Bolton).La dominancia de alguno de

los cuadrantes cerebrales tiene una

correlación empíricamente demostrada con

rasgos de personalidad definidos, y esos

rasgos son fundamentales para identificar

tendencias de conductas –a nivel

individual-, y potenciales

complementariedades y conflictos –a nivel

grupal-.

La segunda herramienta que utilizamos en

el Modelo SET para perfilar las

características personales de los miembros

del equipo, tiene relación con el perfil

motivacional.

Todos sabemos que desempeño está

estrechamente vinculado con la motivación.

El problema consiste en definir qué

entendemos por motivación y descubrir qué

es lo que moviliza a cada persona en

particular.

Nuestra herramienta se apoya en analiza

cuáles son los móviles dominantes de las

personas, partiendo de cuatro tipologías:

material, bienestar, expresiva y búsqueda

de sentido.

Page 4: Sincronización equipos de Trabajo

Al comprender cuales son las tendencias

dominantes y las subordinadas de cada

persona, en términos motivacionales, es

posible realizar una lectura combinada que

ofrece un material muy sustancial para

entender los compromisos más profundos

de la gente, y –en particular- lo que puede

esperarse respecto del modo de

involucración con sus tareas y con los

objetivos del equipo.

El segundo núcleo de análisis está

orientado también a explorar elementos

que subyacen a las conductas y prácticas

visibles de los equipos, y se relaciona con

dos clases diferentes de trasfondos que

condicionan el desempeño grupal.

El trasfondo situacional se compone de

cuatro indicadores: 1) El momento

organizacional, es decir las circunstancias

que atraviesa la empresa en el momento

del diagnóstico; 2) El nivel de consenso y

claridad en relación a los objetivos y

prioridades; es decir, la unidad de propósito;

3) La convergencia o divergencia de

opiniones respecto del nivel de desempeño,

las causas que lo explican, las tendencias o

perspectivas que se aprecian, las

oportunidades y amenazas; 4) el nivel de

acople o desacople entre las expectativas e

intereses de los miembros del grupo y los

del equipo.

La herramienta combina los emergentes de

tres termómetros situacionales con el

momento o circunstancia temporal de la

empresa, para obtener un indicador

unificado de alineamiento grupal.

Esto permite perfilar una mirada sobre los

desafíos y posibilidades del grupo, tal como

se la observa al momento del diagnóstico.

Para completar el pilar relativo a los

trasfondos se analizan elementos o

variables que forjan el trasfondo relacional.

En este caso también se obtienen

termómetros que –combinados- ofrecen

una perspectiva de la dinámica vincular del

grupo y de sus efectos sobre el desempeño.

Los dos primeros elementos se refieren a

dos maneras de considerar una misma

cuestión:

La confianza y la circulación del poder son

abordadas por una herramienta que

utilizamos en el modelo SET que ofrece un

novedoso Sociograma que permite

contestar la pregunta que acabamos de

plantear.

Page 5: Sincronización equipos de Trabajo

Para completar el análisis del trasfondo

relacional utilizamos otra herramienta de

SOCIOTEC que revela las conductas

estereotipadas que tienden a asumir

recurrentemente los diferentes miembros

de un equipo.

SOBREVIVIENTES

CRITICOS

DESINTEGRADORES

INTEGRADORES

ESCEPTICOS

ANIMADORES

EGOCENTRICOS

SOCIOS

1

3

6

8

2

4

5

7

9

10

7,3

6,6

7,3

6,6

6,0

6,6 5,3

5,3

ESTEREOTIPOS GRUPALES

Esta herramienta –denominada perfil de

estereotipos grupales- ayuda a entender

muchas de las dificultades y de las

potencialidades de un grupo, en función de

esos patrones de vinculación.

El tercer núcleo de análisis se relaciona con

el inventario de recursos e inhibidores que

afectan, en uno u otro sentido, la eficacia

del equipo y de las iniciativas que impulsa.

Un elemento muy importante para analizar

la eficacia de los equipos es entender cómo

actúan frente las restricciones: hay quienes

las ignoran; hay quienes las utilizan como

excusa; y hay quienes las gestionan

profesionalmente y creando recursos para

superarlas. Si se aspira a la eficacia, hay

una serie de inhibidores que deben ser

gestionados: la restricción que siempre

impone la escasez de tiempo; las

posibilidades que abre o clausura la calidad

y dotación de conocimientos del equipo; la

disponibilidad de herramientas que dan

soporte a sus actividades; y la capacidad de

influir y actuar que tiene el grupo.

El tiempo es un recurso no renovable. Su

utilización productiva es un desafío

constante para los equipos gerenciales y

los grupos de coordinación y de proyecto.

Hemos encontrado muchas veces que los

equipos que alcanzan rendimientos

destacables, suelen ser bastante eficaces

en la utilización de este recurso y viceversa.

La calidad y circulación del conocimiento en

el ámbito grupal, no depende

exclusivamente de las experiencias y la

educación particular de cada uno de sus

miembros singulares, sino también del

modo en que esos conocimientos se

articulan, se expresan, se potencian y se

complementan. En los buenos equipos el

conocimiento grupal es mucho mayor que

la suma de conocimientos de sus

miembros; y los marcos heurísticos son

mucho más inspiradores y orientadores.

El rendimiento de los equipos está –

también- muy condicionado por la calidad

de las herramientas de que dispone. Nos

referimos a: a) información oportuna y

nutritiva; b) tecnologías de soporte; c)

procesos de trabajo.

Finalmente, el impacto que un equipo

puede producir está condicionado por la

capacidad de influir y actuar, que depende

no solo del capital fáctico (poder) sino

también del grado en que el grupo cuente

Page 6: Sincronización equipos de Trabajo

con capital simbólico y capital relacional;

todos necesarios para tener entidad y

reconocimiento por parte del resto de la

Organización.

En el programa SET de Sociotec se utiliza

una herramienta que ayuda al grupo a

identificar su inventario de recursos e

inhibidores, el que, al ser comparado con

los que se requieren para llevar adelante las

metas del equipo, ofrece una guía de las

mejoras que son necesarias respecto de

cada tipo de recurso.

El cuarto y último núcleo de análisis tiene

que ver con la calidad de las interacciones

observables en el grupo, es decir, con los

fenómenos de superficie. La calidad de las

interacciones de los equipos gerenciales

depende de dos elementos: la calidad de

las prácticas profesionales y la

comunicación.

Los equipos gerenciales tienen, como ya

dijimos, cuatro funciones o prácticas

distintivas. Suele creerse que juntando

talento y buenas relaciones interpersonales

dentro de una sala de reuniones, estas

prácticas se materializarán eficazmente.

Pero no alcanza. Así como un equipo de

cirugía necesita protocolos de acción y

metodologías probadas para realizar con

éxito las prácticas que enfrenta, los equipos

gerenciales necesitan lo mismo. El

programa SET ayuda a diagnosticar el

grado en que cada una de estas actividades

se compara con las mejores prácticas de

mercado.

El programa SET ayuda al equipo a

identificar sus patrones comunicacionales y

el grado en que estos ayudan a desarrollar

prácticas eficaces. Se trabaja con cuatro

tipologías que permiten situar el nivel de la

calidad de las comunicaciones del grupo:

dos tipos que inhiben en distintos grados

las prácticas de equipo (la comunicación

simulada y la confrontativa), y dos que

propician buenas prácticas grupales (la

comunicación abierta y la comunicación

fluida).

Page 7: Sincronización equipos de Trabajo

El programa ayuda al grupo a identificar los

patrones comunicacionales predominantes

y reconocerse dentro del marco de estas

tipologías, advirtiendo en qué medida esos

patrones inhiben o propician interacciones

de calidad, o –dicho de otra forma- hasta

que punto abren posibilidades productivas

de trabajo conjunto.

Resumiendo, el programa SET propone un

diagnóstico y una ruta de cambios para

cada uno de los cuatro pilares que

determinan el nivel de funcionamiento de

un equipo, apoyándose en ocho

herramientas: 1) El diagnóstico de estilos

personales; 2) El de perfiles motivacionales;

3) Los termómetros para evaluar

trasfondos; 4) Un sociograma; 5) Un mapa

de estereotipos de comportamiento grupal;

6) Un termómetro de la situación respecto

de recursos e inhibidores; 6) Un análisis de

las cuatro prácticas centrales de un equipo

gerencial; y 7) La identificación de patrones

comunicacionales

La aplicación del programa SET en una organización, o con un grupo concreto, consta – metodológicamente- de tres etapas:

En la primera, que se materializa en dos jornadas presenciales de ocho horas, los participantes trabajan con los instructores en el análisis de la situación grupal respecto de cada una de las dimensiones y herramientas

En la segunda, Sociotec procesa y analiza todos los emergentes del trabajo anterior para obtener las conclusiones y cursos alternativos de mejora.

En la última etapa, que se desarrolla en una jornada presencial de cuatro horas, Sociotec expone y debate con el grupo el informe con las conclusiones obtenidas y las recomendaciones pertinentes.