Simbólica urbana y

Simbólica cristiana.

Puntos de convergencia para la inculturación del Evangelio en la urbe hoy

.

Nuestra época se encuentra, por una parte, en un momento en que el pensamiento se ha tornado débil al grado de llegar a un punto en que parece no dar más de sí para explicarse; por otra, se constata que el lenguaje verbal tiene una fase anterior, muy poco tomada en cuenta en la Modernidad, que es la fase mítica, producto de la sensibilidad.

El momento en que el ser humano no puede explicarse lo que le pasa con las matrices interpretativas que tiene, busca otras asunciones que le permitan entender el desorden histórico que padece. Es entonces cuando se habla de un cambio de paradigma

La apuesta por la persona, en cuanto ser simbólico, es el hilo conductor de esta investigación en el contexto del des-orden de un mundo que se creía ordenado. Más aún se puede afirmar que el desorden se esta agravando, pudiéndose hablar de caos.

Por el hecho de que nuestra racionalidad esta unida a nuestra sensibilidad y a su vez, ésta es humana porque tiene en sí un germen de racionalidad, es más legítimo definir al hombre como animal rationale et symbolicum. Debe por lo mismo ser interpretado semióticamente, o sea, el cuerpo es el significante y el alma es el significado.

El hombre es un animal racional y simbólico

El cuerpo es germen de racionalidad, como la racionalidad es siempre corporal. Entonces, es claro que todo lenguaje es básicamente simbólico.

El cuerpo es así el primer elemento natural que cualquier sujeto usa, como individuo o como miembro de una sociedad, en la construcción

de su cultura.

El cuerpo es vehículo sígnico, une el mundo material y nuestro espíritu, así nuestro cuerpo espiritualiza la materia y materializa el espíritu.

Desde el momento pues que el cuerpo es el primer elemento natural que cada cultura usa en la elaboración de sí misma, el animal symbolicum esta abierto a cultivarse.

Precisamente, su capacidad de simbolizar lo distingue del animal común.

El sentido nace de la corporeidad y de la cultura. Es el fruto de la convergencia del patrimonio genético y del sistema psico-cerebral (en el nivel individual) y del sistema ecológico y del sistema socio-cultural (en el nivel colectivo).

La imaginación simbólica En el ser humano, se dan dos niveles de

representación respecto de la realidad: uno directo que surge de la percepción del objeto que parece presentarse ante el espíritu como sucede en la simple percepción y otro, de carácter indirecto cuando el objeto no puede presentarse en ‘carne y hueso’ a nuestra sensibilidad.

En este nivel se llega entonces a la imaginación simbólica propiamente dicha cuando el significado no se puede representar con una cosa específica, en cuanto tal, una palabra exacta o una descripción única, pues lo que se presenta es más que una cosa: se presenta un sentido o muchos sentidos que pueden abarcar la expresión simbólica y se precisa imaginarlos.

El imaginario es la posibilidad humana de re-ordenar lo que ha llegado a des-ordenarse en la persona, en la sociedad y en la misma humanidad.

De él brotan las costumbres, las utopías, los valores

que se expresan en formas simbólicas, entre las que el hombre escoge y separa aquellas que lo relacionan espiritualmente con la trascendencia y lo religan e identifican como pueblo, es decir, el mundo religioso. Casi todos los imaginarios responden a anhelos humanos profundos como ser-más, poder-más, vivir-más, relacionarse-más, tener-más, ser feliz.

• El imaginario necesita del símbolo para salir de su condición de virtualidad, para existir. A su vez, el símbolo requiere la capacidad imaginaria.

Nuestro cuerpo aparece así como un rico significante. No llega todavía a dar significado a

sus sonidos linguísticos, pero ya comunica sentimientos, afectos, emociones, ternuras.!

!!!

!Esta comunicación simbólica, anterior a la verbal y a la científica, parece ir más allá de las palabras. Los signos sensibles parecen ser portadores de profundos contenidos.

El símbolo es un lenguaje, que además de preceder a cualquier otro tipo de lenguaje, - el verbal, el científico, el

técnico -, es núcleo de opuestos, de lo inmanente y trascendente, del aquí y el más allá, de la finitud y la infinitud

+ es una realidad compleja en la que una parte se capta empíricamente, y hace presente la otra parte de naturaleza metaempírica;

! + es paso entre dos fronteras, entre lo

material y la realidad inmaterial donde se entrega el sentido;

! + remite a una función hermenéutica

que obliga a una constante búsqueda de significados para existir con sentido.

El símbolo es el recurso humano, en medio del vacío, para repensarse, para concebirse con significado y proyectarse con sentido a fin de humanizar su

universo

. • Por más que las palabras sean discursos lógicos,

no le proporcionan sentido para su vida diaria, entonces el hombre recurre a su imaginación simbólica que crea cultura.

• Es cultura heredada, inconsciente, que, sin embargo, al darle el individuo, grupo o sociedad que la asumen, una interpretación propia que no tiene que ver con la intención o propósito original, están creando nueva cultura que proyecta futuro.

El homo symbolicus es sustento del homo religiosus. • Los símbolos son mediaciones sensibles que llevan al ser humano al

misterio escondido de las cosas, de las demás personas y de Dios; como tal nos relacionan y nos religan con ellos. !!!!!!

• Además, el símbolo tiene una sobreabundancia de significado, de la

que carece cualquier de los otros tipos de lenguaje. Este aspecto mistagógico del símbolo introduce a los seres humanos al mundo de lo numinoso, del misterio.

Con el símbolo, el ser humano no busca todavía la verdad, sino sentido de vida.

El diálogo, al ser mediador entre el lenguaje simbólico y el lenguaje lógico, se hace racionalidad hermenéutica ya que es ‘el lugar’ de la interpretación analógica de la verdad tanto del simbolos (en cuanto lenguaje equívoco) como del logos (en cuanto lenguaje unívoco). La hermenéutica se presenta así, no como método sino como actitud. Esta postura implica la buena voluntad de los dialogantes.

Los símbolos dan sentido a nuestra vida, nos dan vida, no meramente saberes

sobre la vida.

Dicho diálogo facilitará entonces la búsqueda del sentido verdadero. Este camino, aunque más largo, es la apuesta del momento actual para evitar que los metarelatos de la cultura clausuren la posibilidad del dia-logos con las diferentes culturas y de éstas con la cultura como valor humano universal.

Aquel que razona y no siente suficientemente lo

razonado, tiene que entrar en diálogo con el que siente la realidad. La interdependencia mutua se impone.

Cualquier sistema que pretenda un cambio a través del discurso sin partir de los imaginarios sociales, por más lógico y clarificador que parezca, carecerá de la carga afectiva. Puede decirse que el imaginario y la interpretación pueden (casi) todo para fortalecer al individuo en función de cualquier transformación, pero también pueden (casi) nada para cambiar una realidad social imperante; necesitan de los otros dos ‘mundos’, el material y el político.

Una de las formas simbólicas, significante de múltiples y plurales significados, es la URBE.

Como signo, es un estímulo, es decir, un objeto sensible, cuya imagen mental está asociada en nuestro espíritu a la imagen de otro estímulo que ese signo tiene por función evocar con el objeto de establecer una comunicación

• ¿Qué es lo que evoca y estimula? ¡Imaginarios!: Ser-más, tener más, saber más, ser feliz, valer,

ser-alguien, socializarse, ir-más-allá-de-sí, sentirse bien, existir plenamente... Es pues comunicación entre dos, es símbolo.

En la urbe, el ser humano va más allá de lo que pisa y ocupa. Atraviesa, por así decir, ‘el primer sentido’ - lugar donde vive -, en cuanto que la escoge como el lugar que le da sentido de vida. Este plus, esta

sobrevaloración, es lo que la convierte propiamente en símbolo

La urbe es, al mismo tiempo, pequeñez de lo que el hombre ha podido realizar, y a su vez, es magnitud de un imaginario invisible de posibilidades por alcanzar.

La urbe es un texto que tiene significado como signo sensible, como signo lingüístico y como signo

científico-técnico. Es un ente comunicacional que activa sujetos que emiten mensajes y destinatarios e

interlocutores que los interpretan. Por esto, es espacio hegemónico de creación de cultura. Estos ‘lenguajes’

tendrían que interrelacionarse y complementarse, sin embargo ‘viven’, muchas veces, fragmentados.

Sus habitantes se imaginan de otra manera a lo que son, produciendo una urbe diferente. Y esto, no sólo a través de lo imaginario y lo interpretativo, sino a través de los mundos del trabajo y de la política.

• La urbe es así un objeto que trans-figura, que lanza hacia otra realidad inefable, pues motiva a su habitante a movilizarse en todos los aspectos creativos de la actividad humana !!!!

• Incluidas sus situaciones-límite, en que se las ingenia para ‘imaginar’ formas de superarlas recurriendo a lo religioso, pero al estilo del cuerpo. Hecho que ha llevado a ampliar el significado del vocablo Religión.

Así la urbe se convierte en creadora de culturas religiosas, o dicho de otra manera, sus habitantes la convierten en nido en que incuban, simbólicamente, imaginarios virtuales que interpretan lo último del ser humano, sea trascendente o inmanente.

!¿Cómo relacionarse sensiblemente con dicha

virtualidad, pero al estilo del cuerpo, como portal del espíritu, como dintel de la infinitud, de la trascendencia, de lo metaempírico?

La relación es a través del símbolo cuando es vitalizado por el rito. El ritual

da vida al símbolo, sobre todo en la fiesta.

!El ritual tiene un orden, o sea, pasos específicos: a) rito de acogida o bienvenida b) rito de sensibilización o calentamiento c) rito de felicidad o éxtasis d) rito conclusivo o de reposo e) rito ‘misionero’ !Hoy día rituales seculares se celebran con camuflajes religiosos; así como rituales religiosos se celebran con camuflajes seculares. Parece que lo sagrado se esfuma.

Las ‘ciudades cultural-religiosas’ dentro de una misma urbe

Son tantos los que coinciden en las mismas formas simbólicas que pareciera que se pusieron de acuerdo. Son ‘vecinos’ simbólicos; sin conocerse; ritualizan los mismos símbolos.

! Cuando estas ‘ciudades culturales’ se las ven con la

trascendencia, sea que ésta sea interpretada más allá de la muerte, como un mundo sobrenatural, o con aquello que considera el sentido último de sus vidas, se habla de ‘ciudades cultural-religiosas’.

! De esta forma las ofertas religiosas han suplido en muchos

aspectos a las religiones institucionalizadas. !

Los ‘territorios’ de estas ‘ciudades cultural-religiosas’ son

virtuales

! No se pueden dibujar en los

mapas, pero son más fuertes que la tinta con que se señalan las calles, jardines y avenidas.

Nosotros proponemos siete ‘ciudades religiosas’. De ninguna manera pretende ser número definitivo. Puede que existan otras. Los nombres que les daremos para identificarlas, son convencionales. No todas tienen que estar presentes en todas las urbes. ¡Veámoslas!

Primera oferta: la ‘ciudad cristiana’

E s u n g r u p o l imitado que llega a nuestra c e l e b r a c i ó n dominica l (DA 173 ) , q u e s e reúne para partir e l P a n d e l a Palabra y de la E u c a r i s t í a y perseverar en la catequesis, en la vida sacramental y l a c a r i d a d (DA175)

Ritos de saludo o acogidaLa gracia y la paz de Dios estén con todos ustedes

Y con tu espíritu

Rito de SensibilizaciónPrimera Lectura Segunda Lectura Evangelio Homilía

Rito del Éxtasis o Felicidad

Éste es el sacramento de nuestra fe !Anunciamos tu muerte…

Rito o Momento de Reposo

Váyanse en paz, la Misa ha terminado

Anhelo e Imaginario

Divinizarse

Cristificarse

Pisar terrenos sagrados

Segunda oferta: La ‘ciudad de los caminantes’

Numeroso grupo de católicos que expresan su fe en forma esporádica (160) Practican la religiosidad popular.

Ritos de Sensibilización o CalentamientoEn fechas como la fiesta del(a) Santo(a) Patrono(a), el día de muertos y la Navidad, se hace visible esta ‘ciudad cultural-religiosa’ en las centrales de autobuses y de trenes para regresar a sus pueblos de origen a fin de celebrar estos eventos.

Estas fiestas les permiten afirmar su identidad, socializarse y ser reconocidos por unos días en sus propios pueblos.

Rito del Éxtasis

!Madrecita!

Rito del Reposo o relajamiento

Rito ‘misionero’ Regresan a la urbe a vivir del recuerdo de la fiesta y a esperar el próximo regreso

Anhelo e Imaginario

Llevan a su pueblo objetos modernos para ‘decir’ a sus paisanos:”Me ha ido muy bien en la ciudad”.

Tercera oferta: La ‘ciudad de los creyentes sin Iglesia

La urbe, supermercado de religiones

Ritos de Sensibilización

Lo religioso-católico va a servirles ya no primordialmente para relacionarse con Dios, sino más bien para satisfacer anhelos que la urbe impone: (valer,

tener, socializarse, ser reconocido, identidad, sentirse feliz, ser pleno).

Momento del Éxtasis

Los pobres, tratando de valer, de ‘ser alguien’, recurren casi siempre a templos católicos a vivir estos imaginarios. Mezclan lenguajes profanos y sagrados. Ejemplos, como la presentación de 3 años, de XV años, de graduación de kinder y 6º año…

Rito del reposo

Cuarta oferta: La ‘ciudad de la religión del cuerpo’

La gente sincera que sale de nuestra Iglesia no lo hace por lo que los grupos “no católicos” creen sino,

fundamentalmente, por lo que ellos viven

Rito de saludo o acogidaEn estos grupos son acogidos en forma personal;

fraternalmente; son valorados; les hacen sentir que los aceptan y los incluyen (cf DA 226d)

Rito de Sensibilización

Rito del Éxtasis

Rito del ReposoSe les adoctrina no en forma fría y teórica, sino como

herramienta para hacerlos crecer espiritual, personal y comunitariamente (cf DA 226b.c.)

Rito ‘misionero’ Parece que los reencantan, pues se sienten invitados a volver a estos grupos (cf DA 226d)

Anhelo o imaginario

Recupera a tu marido

Siente a Dios Para de sufrir

Consigue la tranquilidad

Sal de la depresión

Limpia tus males

Esperan encontrar respuestas a sus aspiraciones que no han encontrado en la Iglesia (DA 225).

Quinta oferta: La ‘ciudad de la religión secular’

Rito de acogida

Afirman que la fe es irracional (494). Son los académicos y la

intelligentsia. Buscan el rostro de Dios, sin

embargo lo hacen interpelados por nuevos lenguajes del dominio de la técnica (35) y de la razón

Rito del Éxtasis

!Tienen otros códigos de lenguaje (100d)

Ritos ‘misioneros’

!Desearían el repliegue de la

Iglesia a ‘lo íntimo y privado’ (504)

Anhelo e Imaginario

Sexta oferta: La ‘ciudad de la religión postmoderna’

Su centro afectivo es el cuerpo y sus sentidos

Ritos de saludo y acogida

Ritos de Sensibilización o Calentamiento

Momento del Éxtasis

Gooooooool

Ritos de Relajamiento La mayoría de sus miembros son las nuevas generaciones -ju-ventudes y ado- lescencias-: crecen en la lógica del individualismo narcisista (cf 51).

No existe en ellos la alteridad como sentido de vida; se sienten sentido de sí mismos. Tratan de descubrir la certidumbre en una época de incertidumbre.

Anhelo e Imaginario

Compro luego existo

Uso tecnología luego soy poderoso

Permanezco juvenil luego soy eterno(a)

Séptima oferta: La ‘ciudad de los guetos’

Ritos de saludo o acogida

Rito de sensibilización o calentamiento

Éxtasis o momento culminante

Ritos ‘misioneros’

Anhelo e Imaginario

Soy feliz destruyendo la ciudad que no me comprende

Soy feliz destruyendo a quien me excluyó

Soy feliz destruyéndome

Quién puede asegurarnos que nuestra interpretación es la correcta.

¿No será un sinsentido más? ! La Sagrada Escritura nos pareció el recurso para una

sana hermenéutica de la urbe. Recurrimos a Jonás, a Jeremías. Ellos interpretaban retazos de la ciudad, pero no la totalidad. Caminamos con Jesucristo un tiempo. Desgraciadamente no visitó las grandes ciudades de su tiempo. Sus estadías fueron cortas y en pequeñas ciudades como Cafarnaúm. Ojalá hubiera sido un citadino de Jerusalén o de Séforis o de alguna de las ciudades que crecían en su tiempo en las costas mediterráneas. Fue entonces cuando llegamos al Apocalipsis. Concretamente a Ap. 21,1 - 22,5.

Binomios del símboloJuan invita a valorar la ciudad porque es: + Ciudad / Santa; + Nueva / Jerusalén; + La Morada de Dios / con los hombres; + Sede del Jaspe: / Dios y el Cordero; + Templo que / no necesita templos; + Reino / de Dios; + Sede / del Sol; + Nuevo / Edén. !La comunidad cristiana es sacerdote.

Quien otorga esta sobrevaloración a la ciudad es Dios mismo.

Son binomios simbólicos. Dos fragmentos que se implican y se enchufan. La ciudad donde vivimos es indicio, es huella de la totalidad que es cada uno de estos contenidos. La ciudad es el simbolizante, portador de algo; su significado es infinitud, eternidad, plenitud, sentido total. La ciudad apunta a lo inabarcable, al emparentamiento con lo numinoso, con lo sagrado.

Las huellas de Dios-Trinidad se encuentran en las plurales ‘ciudades cultural-

religiosas’.

• Constatamos que Dios-Trinidad vive en las urbes latinoamericanas. Sus rastros más claros se encuentran, desde nuestro punto de vista, en las plurales ‘ciudades cultural-religiosas’ y dentro de cada una de ellas, en los pobres. Una de estas ciudades es la ‘ciudad cristiana’, nuestra Iglesia, sin duda la huella más esplendorosa, pero no la única.

El pluralismo religioso es ‘lugar’, Morada de Dios.

Es el topos no sólo de nuestra u-topía, sino, si se nos permite esta afirmación, de la U-topía de Dios. La teología latinoamericana, en adelante, debe reflexionar desde el pluralismo religioso. Dios y su Cordero resucitado son el diamante, el jaspe, fundamento de la ciudad. Aunque el jaspe tiene un valor superior, otras joyas son también reconocidas, pues son auténticas. Este trozo presenta simbólicamente, en el tiempo actual, el Pluralismo religioso urbano. !!!!! !!Los otros ‘dioses’, de alguna manera, participan del Dios del Cordero en cuanto que también son joyas. De aquí que, si el Jaspe es la herencia de los cristianos, no debe llevarnos a despreciar o desvalorar a otros que han encontrado sentido de vida en otras joyas.

En las ‘ciudades cultural-religiosas’ hay maleza

La urbe donde cada uno vive es ‘Jerusalén’, símbolo de Egipto, de Babilonia, de Roma.

Es igualmente ciudad de Dios, de Cristo y de los hombres, donde la divinidad se vuelve humana y la humanidad se hace sorprendentemente divina.

! Estos dos elementos con los que se construye una urbe,

a veces desconcertantes, si se permanece en el nivel del realismo humano, indican en cambio, un nivel nuevo y superior, la perfección absoluta de la urbe.

!!

La fe de una Iglesia que no sólo está en la urbe sino que se hace urbana, es la fe de una comunidad que cree que Dios habita en las ‘ciudades cultural-religiosas’; que ellas son ‘loci theologici’, ‘semillas’ de Cristo Resucitado

A la Iglesia corresponde en su labor pastoral acercarse a las otras ‘ciudades religiosas’ para rastrear juntos, en diálogo

• En dichos contextos unir, con una actitud testimonial o de empatía, su propio árbol del Reino, del que es signo e instrumento.

• Con delicadeza, anunciar explícitamente a Jesucristo, para que cada uno, desde su cultura, se lo apropie.

• Es una evangelización inculturada. No es tanto el Evangelio el que se incultura, sino que son estas culturas religiosas urbanas las que incorporan, a su modo, el Evangelio.

7 pasos para una evangelización inculturada

• En la pedagogía de Jesús, se descubren por lo menos tres conjuntos de pasos. El primer conjunto con tres pasos —presencia testimonial o de empatía, relación dialógica o de simpatía e identificación y reconocimiento de los valores de la cultura como ‘semillas del Verbo’—, constituye una evangelización implícita.

• El segundo conjunto con los siguientes tres pasos —anuncio de lo positivo del cristianismo, mutua evangelización explícita o reflexión crítica y apropiación o asimilación sintética—, son los pasos de una evangelización explícita.

• El último de los pasos, resultado de los seis anteriores, es el surgimiento o la renovación de una Iglesia con rostro propio, culturalmente nueva.

A la Iglesia corresponde asumir tres conversiones:

• Segunda Conversión: volver a ser comunidad cristiana de hermanos y hermanas que, juntos, disciernen necesidades de su entorno y eligen ministros que respondan al mundo con la actitud de servicio de Jesús; construirse ad intra tanto cuanto es requerida por el ad extra, preferentemente por el ad extra empobrecido de rostros concretos.

• Tercera Conversión: volver a ser Iglesia de casa; al menos, mentalmente cerrar sus templos.

Estas conversiones constituyen la espiritualidad de comunión, fuente espiritual de la Pastoral Urbana.