Semana 4 - Escritura de Intervalos

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CORRECTA ESCRITURA DE INTERVALOS – LISTA DE INTERVALOS OBJETO DE ESTUDIO DE ESTE CURSO Nuestro trabajo para la presente semana consistirá en aprender a escribir correctamente los intervalos que trabajaremos durante el curso. Uno de los detalles más importantes a tener en cuenta es que, en virtud de la enarmonía, un resultado sonoro puede recibir diversos nombres o ser anotado de diversas formas, pero solo un@ de ell@s responde acertadamente a un determinado requerimiento. Como primer acercamiento a la solución de este problema, es necesario conocer que el nombre de un intervalo posee dos componentes, que podemos asociar con un nombre y un apellido. El nombre corresponde simplemente a un número ordinal. Hablamos entonces, por ejemplo, de un intervalo de segunda, de cuarta o de séptima. Tal número hace referencia al número de grados que separa a un sonido de otro dentro de la escala natural de sonidos (A la que a partir de ahora llamaremos “diatónica” para diferenciarla de la escala cromática). El “apellido” corresponde al tipo de intervalo en que se encuentra ese ordinal que ya hemos asignado, y este hace referencia al número de semitonos que separa un sonido de otro. Diríamos a manera de analogía que si el “nombre” de un intervalo funciona como el control de sintonización de un radio, el “apellido” funciona como un control de “sintonía fina”. De acuerdo a su tipo, los intervalos pueden ser clasificados como mayores, menores, justos, aumentados o disminuidos. En principio, podemos decir que los diferentes “apellidos” apuntan al carácter del intervalo. Se trata básicamente de que algunos intervalos pueden ser mayores o menores de acuerdo con su sonoridad, pero otros solamente pueden ser justos. Ahora bien, las denominaciones de “aumentado” y disminuido” hacen referencia al hecho de que un intervalo que naturalmente es mayor, menor o justo ha sido “aumentado” (En el caso de los mayores y justos) o “disminuido” (En el caso de los menores y justos) en un semitono.

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Documento de soporte teórico para el trabajo de la cuarta semana del curso de desarrollo auditivo creado por Almata.

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CORRECTA ESCRITURA DE INTERVALOS – LISTA DE INTERVALOS OBJETO DE ESTUDIO DE ESTE CURSO

Nuestro trabajo para la presente semana consistirá en aprender a escribir correctamente los intervalos que trabajaremos durante el curso. Uno de los detalles más importantes a tener en cuenta es que, en virtud de la enarmonía, un resultado sonoro puede recibir diversos nombres o ser anotado de diversas formas, pero solo un@ de ell@s responde acertadamente a un determinado requerimiento.

Como primer acercamiento a la solución de este problema, es necesario conocer que el nombre de un intervalo posee dos componentes, que podemos asociar con un nombre y un apellido. El nombre corresponde simplemente a un número ordinal. Hablamos entonces, por ejemplo, de un intervalo de segunda, de cuarta o de séptima. Tal número hace referencia al número de grados que separa a un sonido de otro dentro de la escala natural de sonidos (A la que a partir de ahora llamaremos “diatónica” para diferenciarla de la escala cromática).

El “apellido” corresponde al tipo de intervalo en que se encuentra ese ordinal que ya hemos asignado, y este hace referencia al número de semitonos que separa un sonido de otro. Diríamos a manera de analogía que si el “nombre” de un intervalo funciona como el control de sintonización de un radio, el “apellido” funciona como un control de “sintonía fina”. De acuerdo a su tipo, los intervalos pueden ser clasificados como mayores, menores, justos, aumentados o disminuidos.

En principio, podemos decir que los diferentes “apellidos” apuntan al carácter del intervalo. Se trata básicamente de que algunos intervalos pueden ser mayores o menores de acuerdo con su sonoridad, pero otros solamente pueden ser justos. Ahora bien, las denominaciones de “aumentado” y disminuido” hacen referencia al hecho de que un intervalo que naturalmente es mayor, menor o justo ha sido “aumentado” (En el caso de los mayores y justos) o “disminuido” (En el caso de los menores y justos) en un semitono.

Los intervalos que pueden ser catalogados como “mayores” o “menores” son las segundas, terceras, sextas y séptimas. Hablamos entonces de “tercera menor” o “sexta mayor”, por ejemplo.

Los intervalos que pueden ser catalogados como “justos” son las cuartas, quintas y octavas. Hablamos entonces de “cuarta justa”, “quinta justa” y “octava justa”.

Ahora bien, cualquiera de los anteriores intervalos puede ser “aumentado” o “disminuido” si el tipo al que corresponde naturalmente ha sido alterado. Podemos hablar entonces de una “cuarta aumentada”, por ejemplo.

Es importante saber, adicionalmente, que los intervalos se pueden también clasificar de acuerdo a la forma en que se ejecuten. De acuerdo con este criterio, los intervalos pueden ser melódicos y armónicos.

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La denominación de “melódico” apunta al hecho de cantar o tocar los dos sonidos que conforman el intervalo por separado, uno detrás del otro. La escritura de los intervalos ejecutados de esta forma es horizontal:

Mientras que el término “intervalo armónico” se refiere al hecho de ejecutar los dos sonidos simultáneamente. La escritura es entonces vertical:

Y, desde luego, no se puede hablar aquí de cantar o tocar los sonidos “hacia arriba” o “hacia abajo” por cuanto las dos notas están sonando simultáneamente.

Dada la naturaleza introductoria de este curso, nuestro trabajo se realizará exclusivamente sobre intervalos melódicos.

Material de trabajo.

En este curso de carácter introductorio al desarrollo auditivo nos ocuparemos de cinco intervalos, a saber:

- Segunda mayor: Equivalente a dos semitonos.

- Tercera menor: Equivalente a tres semitonos.

- Tercera mayor: Equivalente a cuatro semitonos.

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- Cuarta justa: Equivalente a cinco semitonos.

- Quinta justa: Equivalente a siete semitonos.

Cuyo correcto manejo y entendimiento constituye la base necesaria para, en un curso posterior, enfrentarse a intervalos de mayor complejidad. Contrario a lo que se pudiese pensar, el intervalo correspondiente a un semitono (llamado “segunda menor”) resulta muy difícil de cantar con precisión para un principiante, por lo que se requiere primero adquirir comodidad en el manejo de otros intervalos de más sencilla ejecución.

Pero en el papel no existen intervalos más “difíciles” que otros, ya que el tratamiento que se les da para escribirlos correctamente es el mismo. Y es aquí donde vienen en nuestro auxilio las asociaciones con “nombres” y “apellidos”. Dentro de nuestra lista, los nombres son “segunda”, “tercera”, “cuarta” y “quinta”. Los apellidos son “mayor”, “menor” y “justa”. Lo primero, entonces, es aprender a reconocer y anotar el “nombre” en el pentagrama.

Anotación de los “nombres”.

Nuestro trabajo consiste en que, a partir de una nota dada como referencia, debemos anotar otra cuya distancia acústica con la original corresponda al intervalo que se nos pregunta. El intervalo que forma una nota consigo misma se llama “prima” o “unísono” y es el resultado de escribir una nota sobre la misma línea o espacio en que se encuentra la nota original. Ejemplos:

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Nótese que las notas están escritas indistintamente sobre líneas o espacios. Ahora bien, cada línea o espacio consecutivo contado a partir de la nota original (Tanto hacia arriba como hacia abajo) representa un ordinal más. Así pues, una segunda se encuentra a distancia de una línea o espacio de la nota original (dependiendo de su ubicación). He aquí algunos ejemplos:

Las terceras se encuentran a distancia de una línea más un espacio o de un espacio más una línea (También dependiendo de la ubicación de la nota original):

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Las cuartas se encuentran a distancia de línea + espacio + línea o de espacio + línea + espacio:

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Y las quintas están a distancia de línea + espacio + línea + espacio o de espacio + línea + espacio + línea (Las diferencias siempre están basadas en la ubicación de la nota original):

Si observamos con atención todos los ejemplos anteriores, notaremos una particularidad que, con práctica, agilizará el proceso de escritura: Los intervalos impares siempre están sobre la misma ubicación relativa de la nota original. Quiere esto decir que si la nota base

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está sobre una línea, las terceras, quintas, séptimas… estarán también sobre una línea. Si, por el contrario, la nota base está sobre un espacio, las terceras, quintas, séptimas… estarán de igual forma sobre un espacio.

Tal particularidad de escritura trae entonces como consecuencia que los intervalos pares estarán siempre sobre una ubicación contraria a la de la nota original: Si la nota base está sobre una línea, las segundas, cuartas, sextas, octavas… estarán sobre un espacio. Si la nota base está sobre un espacio, las segundas, cuartas, sextas, octavas… estarán sobre una línea.

Anotación de los “apellidos”.

Muy bien, ya conocemos la información necesaria para anotar la ubicación relativa de una nota con respecto a otra dentro del pentagrama. La idea hasta el momento ha sido desarrollar una destreza puramente visual, la cual permitirá escribir casi automáticamente una segunda, una tercera, una cuarta o una quinta.

Pero si revisamos el contenido del apartado anterior, notaremos la ausencia de dos componentes mencionados en las semanas anteriores que revisten gran importancia: Los semitonos y las claves. La palabra “semitono” no se mencionó para nada y las ilustraciones no muestran clave alguna. Esto se debe a que hasta el momento el hecho de que el intervalo sea mayor, menor o justo no ha sido objeto de preocupación.

Y es a tal aspecto al que apunta la escritura del “apellido” de un intervalo: Representar con precisión el número de semitonos que abarca. Para ello, dos ítems de información son imprescindibles:

- La equivalencia en semitonos de cada intervalo.

- El nombre de la nota de base, para lo cual es necesaria una clave que nos ubique dentro del área sonora en la que nos encontramos.

Quiere decir esto entonces que si deseamos, por ejemplo, anotar una cuarta justa hacia arriba a partir de aquí:

Podemos empezar por aquí:

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Y hasta el momento podemos decir que eso es simplemente una cuarta. Sea cual sea el nombre de la nota de base, ahí está anotada una cuarta: Hay una separación de línea + espacio + línea entre las dos figuras y además, al ser un intervalo par, las dos notas caen en ubicaciones relativas contrarias (La primera sobre un espacio y la segunda sobre una línea).

Pero la información escrita hasta el momento no nos permite saber si esa cuarta es justa, aumentada o disminuida (Recordemos que las cuartas no son mayores ni menores). Para solucionar ese problema necesitamos ante todo saber el nombre de la nota de base. Pongamos para ello una clave:

Y ya sabemos entonces que la nota que sirve como punto de partida se llama Fa (F). De paso sabemos también que el destino se llama Si (B).

La cuarta justa equivale a cinco semitonos. Dediquemos un momento a revisar nuestro teclado virtual:

Si cada tecla adyacente equivale a un semitono, podemos entonces contar: De F a F# hay un semitono, a G hay 2, a G# hay 3, a A hay 4, a A# hay 5… ¿Dijimos que la cuarta justa tiene cinco semitonos? ¡Pero ya tengo 5 semitonos entre F y A#! ¿No se supone, según lo que tengo anotado hasta el momento, que una cuarta a partir de F nos da un B?

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Claro, pero es aquí donde la enarmonía acude en nuestra ayuda. Como ya sabemos, A# y Bb son exactamente el mismo sonido de acuerdo con el sistema temperado. La respuesta correcta a nuestro ejemplo es entonces:

¿Y si el resultado inicial luego de contar semitonos era A#, por qué no es correcto esto?

Porque entre F y A hay una tercera. No importa si es mayor, menor, aumentada o disminuida, es de cualquier forma una tercera. Nuestro recorrido al contar semitonos nos mostró que entre F y A hay una distancia de 4 semitonos, lo que equivale a una tercera mayor, pero aquí hemos aumentado tal intervalo en un semitono. Por consiguiente, el nombre que recibe ese intervalo es el de tercera aumentada.

Efectivamente, una tercera aumentada y una cuarta justa suenan exactamente igual en virtud del sistema temperado, pero nuestro trabajo consiste precisamente en respetar no solamente el sonido de un intervalo, sino también su escritura. En otras palabras, dos o más intervalos pueden ser iguales al oído pero diferentes en el papel, y tales diferencias deben ser respetadas sin importar que el oído nos diga otra cosa. Muchas veces surge la inquietud de por qué no simplemente contar semitonos “de una vez” y anotar ese resultado en el pentagrama. Tal práctica conduce frecuentemente a errores como el que acabamos de descubrir. Para evitarlos, hay que asegurarse primero de anotar correctamente el “nombre” del intervalo (Segunda, tercera, cuarta, quinta…), el cual nos sirve como “red de seguridad” o “garantía” de que ya tenemos buena parte del trabajo bien hecho, y luego sí anotar el “apellido” (Mayor, menor, justa, aumentada, disminuida…) contando semitonos y haciendo las correcciones enarmónicas necesarias.

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Bien, ya podemos entonces pensar en llevar a cabo un trabajo como este:

La nota de base es un Do sostenido (C#) y la forma de entender el ejercicio es la siguiente: A partir de la nota C# apunte una tercera menor hacia arriba. A partir de esa nota resultante apunte ahora una segunda mayor hacia arriba. Desde ese resultado obtenido escriba una quinta justa hacia abajo. Seguidamente una tercera mayor hacia arriba desde la última nota escrita y finalmente una cuarta justa hacia abajo desde la nota inmediatamente anterior. Es lo que se conoce como una “cadena de intervalos”.

El primer paso es anotar solamente los “nombres”:

Hasta ahí podemos asegurar que tenemos buena parte del trabajo bien hecho: Ya tenemos anotada una tercera, una segunda, una quinta, una tercera y una cuarta. Ahora nos falta anotar los “apellidos”, es decir, poner las alteraciones respectivas luego de verificar el número de semitonos que separa a un sonido del siguiente (La visualización del teclado es una excelente ayuda para ello, aunque la idea es que la práctica nos debe liberar de ese recurso). Tal verificación nos da los siguientes resultados:

- Entre C# y E hay tres semitonos, lo cual equivale a una tercera menor, que es lo que pide el ejercicio. No hay que hacer ajuste alguno.

- Entre E y F hay un semitono, pero el ejercicio pide un intervalo de segunda mayor, equivalente a dos semitonos. Por consiguiente hay que alterar el Fa hacia arriba utilizando un sostenido para alcanzar tal distancia. La respuesta es entonces F#.

- Entre F# y B (Hacia abajo) hay siete semitonos, lo cual equivale a una quinta justa, que es lo que pide el ejercicio. Queda igual.

- Entre B y D hay tres semitonos, lo cual equivale a una tercera menor, pero el ejercicio pide una tercera mayor. Hay entonces que alterar el Re hacia arriba. La respuesta es D#.

- Finalmente, entre D# y A hay seis semitonos, pero la cuarta justa equivale a cinco, por lo tanto es necesario recortar la distancia existente en un semitono. Para ello subimos el La, que está por debajo, lo cual acortará el intervalo entre las dos notas para que sea de cinco semitonos en vez de seis. La respuesta es entonces A#.

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Y el panorama definitivo queda entonces así:

La práctica sobre el desarrollo de ejercicios similares debe conducir al logro de agilidad en el trabajo, de forma que la correcta escritura de un intervalo utilizando el procedimiento adecuado se convierta en una labor automática. Es este el fin que se persigue en lo referente a la parte teórica (Escritura) de los intervalos. La parte práctica (Canto) es otro trabajo diferente, al cual daremos inicio la próxima semana.