Sarlo- Politica Ideologia y Figuracion Literaria

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    POLITICA, IDEOLOGIA Y FIGURACION UTERARIABeatriz Sarlo"

    L i 1" \< . .f \ \ ' UR~ J . \ Q ,(,.~~ '\ ~ f'.J A 1)\ G , < . O ( M o.f:)-r : s ( a , ?1l

    Este ensayo sabre novelas publicadas en la Argentina. y en el ex i liodurante los ultimos arios, intenta Hazar algunas lineas descriptivas yde In-terpretacion frente a un corpus hetefogene~ q~e, de ningu~ modo, aspirea proponer como exhaustive. Se trata, mas bien, de segurr a~gunos eje srelacionados con la representacion y la figuracion de la historia reciente,interrogandose , al mismo tiernpo, sobre los rasgos de un di~cu~so literarioformal e ideologicamente opuesto a los discursos del autontansmo y que,quizas prec isarnente par esto, encontro una recepciori social en mementospoliticos diffciles. . .Tengo couciencia de que la e le ccion de este ob je to no es independ ien-te de la preocupacion intelectual sobre 13 etapa que la Argentin_a parecehaber concluido. De ningun modo podria pretender una objetividad quetraspasara los nudos del pasado m as inmediato. M as bien intentare colo-carrne en una perspectiva para la eual la eleccicn de un problema a anali-zar no puede desvincularse por complete de una relacion COIl valores ycontenidos norrnativos, presentes en el plant eo de las cuestrones, en lafo rma de su expos ic ion y en el sistema de textos. Me referire a ellos tam-bien coo la esperanza de que la crrtica literaria reencuentre un lugar quedeshorde los hrnites de las instituciones acadernicas, para ponerse en rela-c ion con instancias de signi fica tividad soc ia l m as ex tensa.

    * lln ive rsi dad de Bueno, Air es - PEHESA _eISEA.30

    Poh uca, ideolog ia )' fig u rac ion lite rar ia 31La funcion de la litera tura en un prucesode consrru ccion d 2 sen tid as

    "To da reif icacion es olvid o "Adorno y Horkheimer

    La experiencia argentina de los ultimos diez anos puede ser inrerro-gada desde la linea de los "grandes aconte cirniento s" (el golpe de maneque lleva a los militares al poder cuando ya tomaban las decisiones t acticasy estrategicas de la represion ; l os cambios producidos desde entonces en laeconorrua y la sociedad; la guerra de las Malvinas y el comic H2O de la fle-xion que conduce ala retirada de las fuerzas armadas del gobierno, etc.)protagonizados por los vencedores del '76, 0 de s dc el horizonre de susderrotadcs (los carnbios en las organizaciones politicas, las nuevas for masde intervenc ion publica ~APDH, SERPA], Madres de Plaza de Mayo-, des-l iz amientos meno s pe rcept ibles en un comienzo y, tarnbien. menos segurusde sus lugares y sus discursos, precisamente porque aparccran como algonuevo en la sociedad ), Tanto la violencia de la represion estatal y paraest a-tal como la militarizacion de la pol uica que la prece dio eran nuevas en lasociedad argentina del siglo xx y, en consecuencia, no forma ban pane deuna memoria colectiva. Sin duda, la v iolencia habia sid0 un topico de lasfuerzas de izquierda en el periodo inmediatamente anterior, pem, si se ex-c luye ep isod ios breves y aislados, no hab ia side practicada con 1 3 per sis-tencia y la conviccio n metodologica que caracterizo al periodo que se abrecon el asesinato de Ar arnburu. Tarnbien es cviden te que las fuerzas arma-das habian ejercido la intervencion en el poder politico, desde los planteos,pre siones, reclarnos hasta el golpe de est ado y ]a reclusion de presidentes.Pero es est a la primera vez en el siglo xx, si se ex c eptua la represion a loshuelguistas de 1 3 Patagonia, que eligen llevar a cabo la liquidacion f'(sicadel enernigo , segun rnodalidades abiertas y clandestinas, elaborando al rnis-mo tiernpo un discurso que justificara e sta intervencion, novedosa por susisternaticidad.

    Si bien la vida politica argentina pre sentaba indicics que podian anti-c ipa r los suce sos de esta u lt ima decada , su inrens idad y e l pode r de pene tra -cion en el tejido social, el cambio inducido en las costumbres politicas,en el estilo de diferentes actore s, y la con stit ucion de nuevos puntos dereferenda y agregacion (como e s el case de las organizaciones de derechoshumancs y la subcultura juvenil) pueden ser juzgadcs como datos nuevos,cuyas con se cue ncias sabre el prese nte y el futuro m as inrne diato aun esnecesario eva lu a r

    Al mismo tiernpo que las fuerzas armadas ocupaban el estado, la tra-

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    Ficcion y pol i ti ca . La n ar rat iv a a rg ent in a durante e l p roc eso mil it arrn a de vinculos entre dif erentes sector es sociales se disolvia 0 era obturada' p o r 1a represion. Inteiectuales y sectore s populates perrnanecen duranteest e per iodo cas i cornple tamente incomunicados (8 1 se exceptua el caso,relativarnente excepcionaJ en la primera etapa, de activistas de derechoshumanos) y esta clausura en la circulacion de los discur sos y en la produc-cion de contactos entre diferentes lugares de la sociedad es uno de los ras-gos mas estables de 10 que Guillermo O'Donnell ha descripto como la "cul-tura del miedo": un conjunto de experiericias diffciles de caracterizardiscursivarnente desde Ia perspectiva de sus actores, que organizaron lavida cotidiana, fam iliar , I abor al, v ecinal, el clirn a de las instituciones for -males e inforrnales de educacion, el ocio, la relacion con la Iglesia y conotras inst ituc iones t radicio nales. ! Como 10 ha demostrado Carlos Altami-rano.? en este marco no todo Ic que se escuchaba era el silencio: forrnas de1adis idencla inte lectua l prueban desde los pri rneros anos del proceso rni li -tar que la hornogeneizacion reglarnentarista y t er rori st a presentaba resqui-cios donde se alojaron otros discurscs y otras practi cas, cuya vis ib il idad ,hasta 1981 par 10 menos, rue, sin embargo , r nuy debil. La liter atura p reci-s arnente es uno de esos discursos,

    Parece lndudable , y lo s camb io s ideo logico -pohticos discemibles en laa?tualidad 10 ref irrnan , que se alteraron pro fundamen te los ritrnos, las rno-dalidades y las relaciones de I a e sf era p rivada y I a pub lica (de heche puedehablarse de una virtual desaparicion de Ia esfera publica en los afios delproceso, por 10 menos hasta su trabajosa reconstruccion a partir de 1982).Obtu radas las vias de r elacion en tre los diferen tes a cto res sociales, se clau-.surar on tar nb ien los canales de tran sm ision de experiencias comunes y se.. b~oquearon las redes de la memoria colectiva. La experiencia de Ia vida: .cot idiana se alter6 profundamente y las fan tasias de per secucion, muer teyperdida rnarcaron el tone general del periodo. EI olvido 0, mas bien el

    .;)i1~ncioque tenia la forma de la represion intemalizada fueron las prime-:':,ra~)'~spuestas defensivas frente al nuevo pais que se imporua con el poder,rWHtar, ~orn2l1do Ia def inicion ya clasica de Adornoy Horkheimer.l po-d r,l~.d eC1 [se que la Argentin a padecio la reificacion que supone e1 o lv ido .

    '. ~e.$oIisecuencia, la recon str uccion de 10 v ivido se p resento como modali-vease tam bien las ponencias y c on cluslone s d el s ernina rio sobre Ia

    Mi edo, r eal izndo en Buenos Ai res, en rnar zo de 1985. De proxima publi-Juan Corradi.

    Altamirano, "Cultura de izquierda , d is idencia intelcc tual y proceso auto-ar ge nt in a" , m im eo gr af iad o, B ue no s A ir es , C ED ES _ T ar nb ie n:"Sobre la situaclon de l.a c ul tura a rge nt in a en tr e 1976 y 1980', ponen-

    nresentaua en las Jornadas sobre Cono Sur, crganizadas por ellRLA de [a Pontifi-Univers idad de San Pablo , Brasi l,

    }:;'~~'M.RcIWleiJner y Adorno, Dialectic of Enlightenment, Nueva York, 1972, p. 230.

    P o ! I r i c a , i d c o l o g i a y t l g u r a c i o n l i t e r a r i a 33dad basica de un proceso de comprensi6n que hiciera posible reconstruire l p as ad o Y s u e xp er ie ric ia .

    En e sre pun to . es in cludab le que fueron las organ izac iones de der echoshumane las qu e, d es de los rasgos novedosos de S1I prac t i ce , contestaron aest a polltica de olvido con una reivindicacion de la memoria. Sin embargo,,\0 toda la sociedad podia escuchar su d iscu rso , especialrnen te en mornen -los en que esa escucha era ffsicamente mas peligrosa que el olvido. Por otraparte, la reconstruccion de sentidos para la experiencia no solo posterioral golpe de estado sino de todo el perfodo de polftica violenta que 10 a nte-cede. era un trab aio de busqueda de explicaciones que no pod fa. pOi lanaturaleza y el cuntenido de su tarea, colocarse en el centro del programade las organizaciones de dercchos hurnanos ni, mucho menos, de los blo-queados act ores politicos. La experiencia era demasiado compleja y ade-mas, para quien quisiera verlo , dernasiado contradictoria, en I" rnedidaen que no suponia solo un limpio y directo corte entre responsables yvictirnas (evidente si se pensaba s610 en la dimension rnilitar de la repre-sion) sino que ex igfa adivinar fisuras mas profundas y anteriores en la so-ciedad argentina, vo lver visib les zonas mas f luidas 0 relegadas. 10 cual im-plica rearmar el mundo vivido y conectarlo. por un lade, con el pasado ,por elotro, can la esfera publica y la dimension in tele ctu al y mor al.

    Raymond Wi ll iams4 ha denominado estas con stelaciones imp recisasde sentidos y pract icas , carac te ri zadas par 13 i ndef in ic ion de sus te rrninosy [a dinarnica, propia del tiernpo presente, de 5US r asgos, "estructur as des~ntjmien to", de las que e1arte puede p roponer rcp resentaciones figu radasincluso en moment os en que no se han hecho cargo de elias el discursomas si st emat ico de la descr ipcion y explicacion obietivas 0 no han cristal i-zado las formulas de laid~'alogia. EI discurso artistico tendr ia la posibi-lidad de captarlas en su momenta de forrnacion v trabaiar sabre ellascuando aun no him adqu ir ldo l a f ije?a de noc iones "compa~tidas c o n c i e n -ternente Q de valores reconocidos e incorporados. No fijadas aun porcomplete en el espacio del intercarnbio simbolico, las "estructuras desentimiento -, configuran la zona mas tenue de la experiencia social. Estoes especialmen te sign ificat ivo si se piensa en situaciones como 1aargentina,donde todos los obstaculos impedfan Ia construcclon de significados com-partidos y, en consecuencia, bloqueaban una explicacion, autonorna de larazon de estado mil it ar , del confl ic to .Sin duda, estas reflexiones conducen a penssr ace r ca del contenidode verdad, para decirlo con la expresion de Adorno, 0 del carac te r cogni -tivo de ,Ia obra de arte. Tanto para Adorno como, desde otra perspectiva,para Williams, este rasgo es propio del impulso critico de la modernidad

    4 Vease Marxism and Literature, Oxford Univers ity Press , 1978.

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    34 F i c c i o u y p ol iic a . L a n a r r a t i v a a r g e n t i n a d u r a n t e et p r o c e s o m i l i t a ry, en e l case del primero, de la vanguardia. Asi, una zona importante dela li te ra tura a rgentina (escr it a y publicada en el paiso en el exilio ) puedeser leida~omo critica del presente , incluso en los casas en que su referen-te prirnero sea el pasado. Enfrentada con una realidad dift cil de captar ,por que much os de sus sentidos permanecian oeultos, la literatura buscolas modalidades mas ob 1 icuas (y no s610 a cau sa de la censur a) para colo-car se en una relacion sign ificativ a r especto del p resen te y comenzar a COllS-truir un sentido de la masa caotica de experiencias escindidas de sus expli-caciones colectivas.Si se quiere , esta clave interpret at i va fue una de las modalidades dela lectura en lo s anos del proceso y los inrnediatamente poster iores. La l it e-ratura se ccloco en relaci6n can el "enigma argentino" e intento poner endiscurso aquellas zonas que todav ia no habian sido procesadas discursiva-mente en otras instancias. Dio voz a algunos de los silencios que bloquea-ban la co rnun icac ion social en una comun idad profundamente afec tadapor bar re ras tam bien d iscu r s ivas : las de l a v oz t or al iz an te del au to r i ta r i s -mo y, mas e spec i f i camen te , las de la censura y el sistema in te rnal izadode po l ic ra de las s ig n if ic ac io n es , H o he ri dh al comenta un trabajo, au n nopublicado, de Habermas en terrninos que parecen aproximarse a la situa-c ion que se describe: " Ex pe ri en ci as d if us as , que c r i s ta i iz an en circunstan-cias de vida transfor rnadas par cam b io s en la estru ctu ra social, encuentransu ex presion ilurninador a , v isible y sugerente en la productividad cultu-ral .. . Nuestras ref lexiones y discursos pract ico- rnorales se yen afectadospor esta productividad, precisarnente porque s610 a la luz de tales innova-c ione s podemos decir que d es ea rn os r ea lm en te y , sobre todo, que no pode-mas desear. S610 en esta lu z encontramos una e xp re si on p re ci sa de n u e s -r ros i nt ereses " .5

    Extraer sent ides de la experiencia y definir un horizonte donde laeleccion de valores sea una posibilidad abierta: esto es, elabor ar un ordensimbolico-discursivo en relacion con el orden del poder y con el orden delos deseos colectivos (y su discurso reprimido a 10 l argo de los afios del pro-ceso militar). Considerada desde esta perspectiva, la literatura diseria sulugaren un p roceso de simbo lizacion y construye la particular r elacion deautonomia-heteronomia que es uno de los rasgcs centrales de la practicaartfstica, de su s ign i f icac ion social y su potencial de invenci6n y modeli-zacion. Especialmente en un periodo donde se hab ia suprimido "la hetero-geneidad ennombre de la id entidad", la liter atu ra par ecia en condicionesde proponer una "restauracion de la diferencia y de 1a no identidad".? Enesta colocacion, sin duda dificil en los tiempos sombrios de la dictadura,

    5 Peter U . Hoher id ah l, "Th e D ia le ct ic of Enl ig ht enmen t Rev is it ed : Haber rn as' C ri -t iq ue of the F ra nk fur t Sc hoo l" , New German Critique, 35 (1985), pp. 22 y ss,

    P o l m e a , i d c u l o g i a y f i g u r a c i o r . i i r e r a r i a 35la literatura puede leerse como discurso enrico aunque adopte (0 precisa-mente purque adopta) la forma de la elipsis, 1 3 alusion y la figu raci6ncomo cstr at e gias para el ejercicio de una perspectiv a sohr e la difer ericia.

    All i resid iria Sll po sib ilid ad de conocirniento, de re p aracion de zonasprofundas de la sirnbolizacion y de co n struccion de puentes sabre los espa-cios que hab ian sido ocupadcs por el olvid o esa forma del olv ido originadaen el miedo y, tar nbien , en Is cualid ad p rop iamente siniestr a de 10s uce d idoen Ia Argentina. Enfrentada con los l imites (el sufrimiento ex a sperad o,la rnuerte ), la lireratura despli ega un discurso signif icat ive para la sociedad,porque, j u s tamenre , no h ay rn uc ho s o t ro s d iscu rscs que puedan trabajarcomo el ar te , en un m u nd o laic o y abandon ado po r los d io se s , sabre los If -mites ex trernos, En un e sp ac io d if ic ilm e nt e o cu pa ble en l os a ri es del proce-so, la Iireratura intento, mas que proporcionar respuestas articulada s ycornplet as, r odear ese nucleo resisten te y terr ib le que podia denorninar -se 1 0 real.

    L a f un ci on de las o br as e sc r i tas y publ icadas en estes a ri os f ue , d es deesta pe r spec t iva y con s id e rando en el centro algunos t ex to s c la ve s, h ab la rc u an d o l a c ir cu la ci on pub lica de d iscu r so s parecia obtu rada . De e s te modo,la literatura, y la lectura que de ella se hac ra , se coloco en una linea, d ificilde precisar , de carnbios en el universe de los valores y de reconstruccion dela subjet ivid a d. Al producir un efecto de reconocimiento, pero no necesa-riarnente de rmmesis, la literatura propnrcionaba un modele de reflex iona lavezestetica e ideologica que ex plica en parte el ex ito en algunos casos,o la resoriancia publica en otro s, de varios de los tex tos editados en esteper iodo, y la atenci6n colectiva prestada al discurso y las intervenciones delos escr ito res, cuando estas rep resen taban una de las escasas modalidadesd e r ef le x i on sobre la Argentina. E s ta a te n ci on no era s 6 1 0 c o n se c u en c i a dela despoli t izacion y la escasez de sentidos, s ino tarnbien un reconoc irnientode la ex istencia de discursos sign if icativos cnlectivamen te y no impuestospor la coercion.

    Discurso autoritario I Discurso Iiterario"L a situacion co rnunicativa ideal es, como 1 0 he dicho antes, una des-

    cripei6n de las condiciones dentro de las cuales los reclarnos acerca de laverdad y l a cor recc ion pueden se r discursivamente dir imidos. " 7 Las condi -6 Mart in Jay, Adamo, Cam bridge-Massachuse tts. Harvard Univers ity Press , 1984,

    p.68.7 Jurgen Habermas, "A Phi losophi c- Pol it ical Pr ofil e" , New Left Review, 151(1985), p. 94. T ra du ccion c as te ll an a en : Punto de Vista, n 27, agosto de 1986.

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    F ic ci on v p oli tic a. L a n ar rat iva a rg en tin a d ur an te e ! p ro ce so m ili ta rci()ne~ ;imru_estas por g?biernos autoritarios son pr ecisamente opuestas al aS a Sl lc h n J9 ;. tS p e r Habermas: su regimen discurs ivo presupone un funda-manto de-verdadindis cutibl e e inape lable, basado e n r el ac io n es p re d is c ur si -' :1 f< ls, i lnmnc. r, :ref1exionando sobre e l caso chi leno, anota : "La soc iedad dis - i p li p a rj a_ intentareorganizar lo s comportarnientos humanos segun irnpera-i' .tiv,{) s;.tle:.,eoacci6n, que nada tienen que ver con preten siones de validez-~n~m:ativa," y;en consecuencia: "La accion reg ida per sen rido s (meanings)pubhca.mente co rnunicados que hacen posihle una socializacion de las nrac-'tic.aspFivadas y su interpretacion dentro de marcos reflexives capaces deSi')[ eorrciborados discurs ivarnent e, E"S su st ituida en la socie dad discinlinar iapor una accion orientada por un sistema mudo de refuerzo s positives vnegativ es que exp resan sin mcd iacion las relaciones de fuerza constitu idas

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    '.'.'.-,'".'

    38 Ficcion y po ii ti ca. La n ar ra t iva arge nt in a duran te cl pJ; :- -.f~;~... .. .-.:~" '. " " " " ~ " ' ' ' ' ' ' '. , Y ' l ' ' ' '' ' ' '' ' ' '' ' W ~ ' ' . 4 . _ " ' . . I l ' . " ' . , . . . . . . . . . . " " " ' : '. . " ' ; : : ." , d ' i' 1 ~ . ., ; r p ;; " ' . .. . . . . . . .. . . . . . - " ' ! I ' I ~ i ! l I \ I I l l I I l I I I l I I i ! I I i ! i ! I I ! I I I - I ! . . . . r ; ; $ ! ! ! ! i l "& i I l l ! - ! l !I ! ' i! l ! W , l l ~ ~ i I l l ~ . m...l ! l 1 l = ! f..~~lilii~~m

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    40 Ficcion y politica. La narrativa argentina durante el p ro cc s o m i li ta rdios, sobre todo en los p r imero s afios del r eg imen mili ta r , t arnbien es posi -ble le er d esliza mie ntc s, d en eg ac io ne s qu e an un cian f utu ras fis ur as : d isc ur-50S pe r io disticos d o n d e un e nu nc iad o n ie ga 0 a te nu a lo s p re ce de nt es y Jan-d e el dialogo entre enunciados es un ju e go para eruendidcs dispucsto s ale er rc clarn os , o pin io ne s. d ife re nc ias con e l p od er iu cr us tad os en r n en s a je sq u e du p lic an , al m isrno tiem po , lo s del pod e r . U n e jem plo frec uen te h ac ia1 98 0: p ar a a firm ar que se r ta deseable que en Ia Argentina s e v o lv i e ra even-tualmente a l a d e rn o cr ac ia . se e sc r ib ra: "Hoy n o ex isten las condicionesm mim as para e l re to rno a la dernocracia, pe ro e s posible pe nsar , .. ". H ub otemas sobre lo s que se im pu so la po sibilid ad d e d isen t ir y lo s m as atrevidosre clarn aro n pm la ce nsu ra c in ern atog raf ic a, po r la c ris is de la in du str ia e di-to ria l, p ar 13 tr iv ialidad de la te levis ion , po r r ned idas q ue li be ra ra n de lao bs es io n d e la au to cen su ra ,

    Si n embargo, l a s a lt e r n at i va s al d is cu rs o a ut or it ar io /10 pasaro n s in oexcepc ionalmen te por las publlcaciones d e alt a t ir ad e. Como 10ha desc rip-t o C ar lo s Altamirano . I " sus pro tag on is tas s on m as b ie n n uc le us i nt ele ctu a-le s 0 juveniles rnarginales y, en lo s p r im ero s an o s de l regimen. f undamen -ta l rn en te disperses, pues to que su mov i l idad , serniprivacidad y dispers ioneran c on d ic io n es d e superv ivenc ia . Zon as de l c am po in te lec tu al pu ed enconsiderarse, en es te m arco , lo s primeros espa c io s de p roducc i6n de d i s cu r -scs alternativos, j un to , obviamente, a las organizaciones de derechos hurna-no s y su p rac t ic a.

    Fren te a un mon6lo80 (que ocultaba las f racciones entre los diferentesbandos de poder r nilit ar, por [0 menos durante lo s pr ir neros cuatr o afios degob ie r no ) euyo e fec to e ra f ijar se n tid o s para u na so c ied ad qu e d ebra s e rreeducada en e li as, e l d isc u rs d J arte I la cultura'propone un m od elo Io r-r!!_alm en te o pu es to : e l de la p l~ lidad d e se n tid o s y a p~ sp ec tiva d ia ogT-c a . Si ef d iscu rso d e l reg im e n s e c ar ac te ri za ba p ar cerrar e l ! ]u Jo ue lassig-n i f i cado s y, ell c on se cu en cia, in dic ar lm eas obligadas d e c o n st ru c c io r rd es e nt id o , p r op o rc i on a ud o Ur i mode le comun ica c iona l pobre Y un i d i re c c i o -h ~l, e n el c ual u n e le nc o muy r educ ido de I iguras agotaban las r ep r e s en ta -bohes de [0 social y 10 individual, de 10 publico y 10 privado , del presente): de ia h istoria. lo s discursos de la literatura po d i an proponer unl\~cajl!s tarnente de se ntir lo s. . .abie rto .s . , d e c ad el~ a qu e n o c le rra, de figuraciones- - - - - - - ....,.___abundantes. Frente a la pobreza irnpuesr a de los sentidos y de ia unicidad~plicaciones, crearouun e s : ~ ' P a J C ' O r i co de sent ido s y explicaciones~~Irseicieron cargo de I~,arnbigiiedad r Ia dif icultad de hablar e n un a"j 7; .Rodolf'o Pandolfi, en una n~' . a publicada en Vigerrcia, numer o 35,r h ~ f t b : de i80. Torno mi articulo de Les Temps Modemes como guia para esta partedeltrabajo.

    . "CUItU{H de iz quier d a, d is id en c i a int ekc tu aL . . ", a rt . cit.

    P ol i t i c a. i d eo lo g ia y figuration l it c ra r i a 41so c ied ad opaca. En esc ala red uc ida , re in s talaban las co n d ic io ne s de tinas ituaci6n cornunicat iva no unidircccicnal.

    Es imposible afirmar que este p rograms rep r esen ta a teda 1a literaturaa rg en t ina del pcrrcdo I e n prim er Iugar . porque parece cliff cil, en cualquiersi t uac ion , c arac te r izar po r u n solo rasgo a un co rpu s que se de f in e . p rln c i-palmente, par un s i s t ema de diferencins ade r na s de lmeas de contacto), Sinembargo, si E'S posib le leer a lguno s de los textcs de estes HIIOS desde est aper spect iva, sob re la base, adernas. d e qu e en esa direccior: par ecieron ba-san e r amb ien las razo nes d e ,u c irc ulac ion y r ep e r cu s ion en I : ; s o c i ed a d y,en muchos casas, de su ex ito.

    EI saber del tex to"La cuesti on soci al s610 puedc scr plantcaua sjgnificati\'allle!lt~ sabre lab as i" d e Ia c ues tion do fa c ul id ad e st et lcu . D ic ho d e a ero modo la so ciolou iano deber ia pregunrarso como lunciona l a nni si ca sino C0l110 so coloca res-pe~ lo d e l as a nr in orni as s oc ia les r li nd~me tHales , s i se prop en e goberna rt as,dej ar las cstar 0, incl uso, escnmotearl as. Y est a pregu nta conduce haci a 10'que es i nmuncnte en l a forma de In o bra r ni sma."

    Adorno a Krenek"Dcben p roponer se p er sp e ct iv as que d es plac en f ex t ra fi cn c l rnundo, r ev e-len su S,:f, cO,n sus esco llos y su s f isur as, tan disrorsionado y pobre comoapare,:er~. al g~n dia, a la i uz r nesi inica. Ganar t al es p er sp ec tiva s sin v cl ei -dad ru violencia, u parti r de un contacto scnti do con los obje tos: t al es lat ar ea de l p en sam ien to." .

    Adorno, Minim moraliaLa n arra iiva d e estos u ltim o s d iez af lo s se e sc r ibe en e J marco de la c r i-

    . sis de fa reprcsentacion realistay de la h~gemon[a consiuuiente U e t e ! 1 d ~ n :c i~~ qnru-atfajan"l1ncluso c on o bs es io n ) s obr~ prohlemas~s-tru~:ivos, de relacion in t ertextual, de procesarnjentn de citas, de represen- \tac ion de d iscu r so s , d e re lac i6 n en tre realid ad y l i tera tura 0 d e la im po si-bilidad de esta relacion. Es comun que escritores se refieran a cuestionest eo r i co - c r iticas y de rnu es tre n le ctu ras de tex to s e xtre rn ad am en te so f ls tic a-des (desde el p sicoanalisis lacan iano a la teo rf'a del intertexto que, dichose a de paso, abre la posibiiidad de una nueva Iectura de Borges en la clavede las escuelas francesas y del posformalismo ruso). El haz de incitacionesincluye a Benjamin , Foucault, Nietszche, Lacan a Wittgenstein, como pue-de l_ ee rs ~ e n ~ ii as e xp lic ita s U ocult as en las nar raciones m as s ignadas parI? hiperliteraricdad, de las que rararn en te faltan rn arc as de l in l ec to r capazu e s~ g ~ 1 f I .a trarn a ? e la,S a lu s io nes . In c lu s o e n escri tores cuya perspectivacontinua sierido mas affn can la del realismo, la conciencia de que ya no

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    i!

    42 F i c c i o u y p oli ti cu . L a narrauva a rg e n ti n a d u ra n te eI p ro cc s o m i ln ar

    ,P o l 'a ~ o l ~ ~ n : : e r a r ~( r Z - . , ' V Q j ' A ) 43es pos ib le una confi anza i li rn itada en las pos ib ilidades de la representac i6 :"s ue le m a rc ar las elecciones c o ns tr uc ti va s. E l t ra ba jo con el sistema I iterar iol ye I cru ce de g~f1~ros ( de l p olicial a la e nsay is tic a) d ise na u n arc o tan am -pho'''como para extenderse desde Soriano hasta Piglia. Por otra parte, lareelaboracion de los discurscs del periodismo, de los medios de comu ruca-c ion de masas y de la cu ltu ra po pu lar , p lan te a una r elac io n i nte rt cx tua lque supera los limites de la literatura "culta ", como sucede ejemplarmen-te en la obra de Manue l Pu ig .

    Enfrentada con la disimetr ia entre el orden de 10 real y el orden deldiscurso ,19 la narrat rva presenta est a cuestion esretica fundamen tal inclu-so en aquellos texto s que parecen mas inclinados a anrmar la _poslbdlda,ddela representacion2G En e l reconocimiento de Bsta d is ime t r i , que ata-ca la ilusion realista porgue pone en el centro la pregunta so~:e repre-s enta r. a l mismo t ie rnpo que inter roga a l objeto de la representac IOn y, partanto 'al orden de los hechos, la narrativa de estes arias afirma, tarnbiende es~e modo, una cualidad disidente. En la medida en que el discurs~ delregimen se basa sobre la aTIrmacTon de un orden natural que la perversidaddel enemigo ataca para transforrnar esa naturaleza en antll1,~~uraleza, u~:discu rso literar io que prob lernat iza las re laciones natu rales e mmedtata;can el r e f e r en t e , afirma la cualidad convenc iona l de toda .representaclOny pone en escena el pacta narrative que hace posible no solo la escnturasino Iii l ectu ra de un tex to de ficcion .' 1

    AI d ebilit ar la idea de una relacion necesaria y unica entre el ordende lorepresentado y el orden de la represe ntacion, los textos mas signifi-cativos desde esre punto de vista reflex ionan no s610 sobre el orden de larepresentacion sino tarnbien sobre el orden de 10 representado. Son, eneste sentido ficciones interrogativas de 1 0 real y autoconcientes de losmedias y la~ formas de su interrogaci~destrucci6n de las ilusionesorganicistas que atribuirian un nexo de necesidad entre el_ orden de loshechos y el orden de la representacion, instala una pl~rahdad de nex osentre ambos niveles y, en consecuencia, diferentes regrmenes de verdadliteraria.Vinculada can ello, esta la idea de que los tex tos ponen en escena19"Pero i,quien puede asegurar que el orden del relata es el or~en de la vida?" y

    "En e l f' ondo, di jo d es pu es , Joyce se pLanteD un solo problema: i.como na rrar los he -chos reales?", terna tiza Ricardo Pigria en Respiracion arri/icial, pp- 42 Y 184_20 POI ' ej emplo, e n l as va ri acion es qu~ s e dan ent re nanador y autor, Flores robadas

    en Iosjard ines de Quilmes, de Jorge AS1S.21 Sabr e l a uocian de pact a, vease Phil ippe Lejeune, Le pacte autobiogra~hiQue,Paris, Seuil; y l os actuaLes desarr ol los de 10sefina Ludmer sabr e el pacta SOCIaL n La

    literatura gauchesca_

    n debate de valores12 y, consecuencia, disc_!!rsos de diferente proce-d ia ideolo iC8, polijic , social y cu ltur al. Fr en te al monologo practi-cado par e autontarismo, aparece un modele comunicativo que tiendea la perspecrivizacion y el eruramado de discursos, Las ficciones se pre-

    I sen~. can frecuencia, cOffio versiolles e intentos de [oOear, desde Ingu-los ~ if .e re !l_!_es , una tota lidad que , par def in ic i6n, ' no puede st f~resen-tada por complete. Incluso las narrativas marcadas par oposicio nes

    ( bffiarias-;--tecOlTS11llyen de tal modo el mundo discursive e ideologicodel Otro, exhibiendo una densidad de significados que no podr ia des-cr ibirse como maniquca. En esre sent ido, el discurso de la ficcio n secoloca, formalrnente, COmo opuesto. al discurso -autoritario. Tambien

    .__;---- por su perplejidad frente a un sistema de valores, hegernonico en laizquierda del campo in te lectualdesde los a ri o s s e se r ua , que e st a lia a me-d iado s de la d ec ad a s ig ui en te . La perplejidad ante e l f ra ca so de las ilusirne s y eJ giro draruatico que afec ta a la sociedad, d es en ca de ri a e st r ategiasIiterar ias diferentes. La que casi siernpre puede leerse son los interuos,

    ( variados desde el punta de vista de las soluciones formales, de plantear el")', , interro ante sabre la "cuesti6n argentina": cit a s, dedicator ias, ep{grafes,.--- nom res disemina as par los textosson marcas que con t r ibuyen a a nc la r

    l a s i g n if i c ac i o n I ite ra ri a y la histor ia f iccior ia l en l a h i s to r i a.No es ex trafio, ento nces, que las novelas plan teen un doble orde n

    de preguntas: sobre la historia que cuentan y sobre las rnodalidades em-pleadas para conrarla. Esra serie dob le es sign ificariva socialmcnte porquela historia argentina de los ulrimos anos, par su violencia Y su cxcepcio-nalidad, impulsa est a busqueda de razones. Las preguntas i,C01110 hernos!Iegado a eSlc punto Y i,que hay en nuestro pasado que pueda explicar-l~ qU e a tl avlesan--al a- il lc ledad y, probablemente , seguuan bllscandorespues tas en lo s an os que se avec inan , son tarnbien pregun ias de 1 3 litera-t ur a. A ce rc a de elias quizas no puedan articularse discursos que desarrollenuna sola respuesta, en la medida, tam bien , en que la so cie d ad pucde expe-rimentar hoy 13 insuficiencia de una respuesta unica. La circulacion maso menos ampl ia de los textos de f iccicn , y e l e xi to de publico 0 l a r e pe r -cusion intelectual de rnuchos de ellos, indican'a que hay un tejido cornunde in te r rogan te s que s e e x ti en d e entre el campo in telectual y otras zonasde la sociedad, lnterrogantes de la indole planteada en la ficcion puedenleerse en e l ensayo y en e l d iscurso de las ciencias social es .

    No parece haber respuestas sericillas. Excep to en el caso del disClIfSOpo l itieo mas atenido a concep tualizaciones sumar ias y formulas t rad icio na-les tanto en la izquierda como en la derecha, ex iste un sentido comun22 Vease al respecto; Fredric Jameson, n..Polirical Unconscious: Narralh'e as aSocially Sym bohc A cr, Ithaca y Londres , Corne ll Univers ity Press . 1981.

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    ~..Ficcion y po li ti c . L~ nar ra ti va a rg en tina durante e ! prOCe30 ruilitar

    ~-;.! - : . g t" nc l'a l! za do e n la c ap 3 in telecrual y e n e ! c am po cultural d e qu e e ] o bje toin te l'r o gad o tien e u na co rn ple jid ad qu e d is pe r sa to da i lu sio n d e re sp ue statotullzante Existe , asunismo, una noci6n de la verdad como construccion (de-$entidos, d e la ve rd ad como proce;-o~] no _ como resultado, que e s a f' ma ' l - r : j d e a de b significacion liter irTa 'conm-product iv idad, como inter sec-d i o n . i a e p e rs p ec ti va s t ex t ua le s.

    i, ','~')r'PEI: d iscu rso d el g oh ie rn o m ilit a r h ab fa d ef ln id o la s itu ac io n argentina' ; ' c o ' t h o ' cao s , que e l nuevo regimen ve nia a re parar y organizar . La i n t e rv en --d6 'n mil it ar est aba jus t i f i c ada , en las pro clarnas in iciale s y el l la s manifes-ta cio ne s d e s us je fe s, p r ec i s a r n en t e p ar e ste ju ic io so bre la e t ap a f in al d el,e ' '. g -0 b je r n o p e r on i s ta y ia lu ch a d es en cad en ad a e ntr e o rg an iza ci un es re vo lu -

    j . ; . :doharias y apara to s represivcs. El tenia de l caos s oc ia l, s in e m ba rg o, aun-~:",qul! f u e u n e je y u na ju s t if ic ac io n d e! g olp e d e e s t ad o y d : lo s a lio s P ?s te -i :" r j( ) fH~ t10 pu ed e le e rs e so lsm en te d e sd e e ste pu n to de V Ista. A p arti r de: .' . ".: 1 9 75Vp o r 1 0 menos , t am b ie n la s oc ic da d c iv il (y e sp ec ia lm e n te lo s s ec to re sr \ . . popu lare s ) experimeruo el confltcto mii i ta r y polttico COniO p ro d. l;c to d e, ', : 'tm a'cn ns te lac i6 n d e fu erzas qu e e sc ap aban a p rin cip io s d e ex plic ac io n qu e,~. . eh'~otros mem en t o s , pcdian h ab er p ar ec id o r ela ti var ne nt e adecuados, La

    f e t6 ric a d e [a vio le nc ia o btu rabn o tras m od alid ad es d e ex pi ic ac i6 n de lo s. e nf re n tam ien to s , au n qu e e s tas c o e x is t ie ran < :o n lo s h ec h o s arm ad as . L a'ttisis"de represent at iv idad y de poder de l gobierno peronista e n s us u lt ir no s" d o s - an o s , u n id a a la imposlbilidad de qu~. o t ro s partidos prcpusicran so lu -b lo tr es v ia bl es , c o nve r t ia a la po l( t ic a en u n espac io d o n d e e l p u rl cr a rm a d os e ;Cp te s emaba corn' ) pro tagoni st a cus i unico y donde otto tipo de estrate-g !i :i_ S'_e r ne di ac io n e ntr e panes parec ian in evitab le m en te d es tin adas ~ lftadsd. La lucha de sucesion dentro de! peronismo acentuaba la matrizb~ lic f i 'd e tod as las ac tu ac io ne s p ublic as . Y , en co nsec ue nc ia , d ism in uia lap tl.s ibY id ad d e in te rve nc io n po r par te de DUOS se c to res d e la soc ied ad qu eno : ' par t i c ipaban en el conflicto bajo su hegemonica forma militar. ._c~q( ' .Frente a e s ta s itu ac ic n , e l r eg im en au to ritar io p rod u jo un d isc u rsohla.tliqueo, La c o n to s t ac i o n l it e ra ri a se h im c arg o d e u na artic ulac io n m ascoinpleja de valores y del referents i n c omp r e n s i b l e . para decirlo con unedjet ivo que de sc r ibe 1< 1conc ien c ia d ifu nd id a d el p erro do , que PDd(~ oc rtiVldtl 'como C'lOS, en la rnedida en que las decisiones politicas y militarcs

    . qo ~ - li :f ec ta ba n a toda la socie d ad eran to rn ad as en espacios secretes y no:i uje to s a la discusion pl lb! ica , ni su sistema de v;l\ores , ni las prcsuposi-. C i 6 rl e s' q u e lo s sustent.aban. Ace rear se ai e n i gma qu e e i d ls c lJ ,s o m i li ta rd~s iSl iab~ l ' como cao s es p~Htc del impulso hacia cl sentido presenle en

    _;..:..... .... . . d i ) ' e rBJ i teS narra ti .vQs d e es t e pe rfo d o . En ]a i i t e ra tu ra poMan escucharsevoces , d is tir.ras d e las de l en frc nt:ll!1 iem Q irre c.o Jlc i!iable cuyo obje tivo" be rtcH i.lr e s id e e n la an ulac io n d el 0 LrD.

    \ :'A ho ra b ie n, la lite ra tu m e nfre ntaba e n e s te u n p ro ble ma ex tr em ad a-

    ~

    Pol i tica , Ideolog ia y f iguracion literaria 45mente complejo. Menos que nunca era posible recur r ir a Ull Sent ido , a unnuc leo unico d e ex plic ac io n , qu e pu d ie ra h ace r se c arg o d e e s ta re alid ado pac a y d e s o rd e n ad a . P ara d e c ir lo c o n W alte r B en jam in . las fo rrn as d e laa l e g o r i a , (1 12 i n t e n c i o n a l e g o r i c , p o d r an t el le r i~ c a p a c i d a d d e " e x t i n g u i rl a: a pa rie noia": 2J ,orgallizar re:tvs ,de sen t ido , fragme!lt.(t~ d e c c rt id um br~ s \dispcr sas por cl vre nto de la h i st oria, atravesar la superficie de Io real preci-samente porq ue esa superficie es incomprenslble segun los insm rmen t o sm te le c tu ale s qu e h as ta e l m em en to s e I e h ab ran a plic ad o , r ec on str uir laexperiencia ell contra del discurso que sob re esa expcr iencia circu laba d e s -de ei po der militar, estas serian qu izas 1,,~ forrnas ten tat iv as para ia dcst ruc-cion de la apai ieucia, "E n real idad , un nivel d e la arg um en rac ic n d e Ben -jam in e s que to da li te ra tu f a, in clu so a qu ella qu e p ar ec e e vo car u na c or np lc -ti t u d s im b6 lica d e se n tid o , u na 'p re se n c ia' inm ed ia ta d e aqu e llo qu e e s s ig -n i f i cado , puede y qu izas d eb a se r le ida alego r icarn en te 'L ' "

    Para Ben jam in ex is te , ju n to a ia ale g o rfa e n su se n tid o c lasic o , u n af or ma a le go ric a d e p er cib ir y r ep re se nt ar q ue , mas qu e r es tau ra r u na t ota -l idad de sen tid o, e s " sin to rn atica d e u na perdida de u n s en t i do ve rd ad ero ,in m ed iat ar ne nte ac ce si ble " -25 F o rr nas a le go ric as , fo rm as d e la f ig ur ac i6 n, lLf~tr op os , m ar can mucho s de lo s te~ n este p e r( o do ,_ !! o s 6 lo I W >como procedimientos en e l n iv e! de l a e s c nt u r a, sino COmo grandes rnov i -rn ie nto s art icu lad ore s d e to da la e s tru ctu ra ficcional. Podr r a d ec ir se q ueincluso lo s re lato s c uva e s te tic a es la de l real isrno 110 pued en evitar unfL'l!.f_ioIlamiento figurado, en la rnedida en que, por \ 1 1 1 Iado, la lectu ras oc ia l t en dr a it encontrar c on ste lac io ne s d e sen t ido JiO i nme d i a t ame n t ce vid en te s s in o con stru idas a partir d e la p e r ipe c ia explicita: y, po r o trolade , que , com o asc r ibe Hayden Wh i t e . '< 1 :'1 tropo e s la som bre de la cu alto do d isc u rso realis ts trata d e h u ir . Es ta hu i. ia, s in em barg o , e , in u t i l :p o rqu e lo s t ro po s so n e -l p roc e so a trave s d e l c u al to d o d isc u r so consti-tuye lo s o bje to s qu e pretende de s cr ib ir s D lo d e m a n er a r ea li st a y anal izarobje t ivamen te " . 2~

    Estas n ar rat ivas ren un cian , p or un a par te , a la con s t ru cc ion de g ran -23 Walter Benjamin, "Central Park". traduccion de Lloyd Spencer, publicada en

    New GemwI1 Critique, 34 (1985), j:!. 41.24 Ll oyd Spencer, "All egory i n t he World of the Conunodlty: the Importance ofCentra! Par k" . en ]Vew German Critique, 34 (19R5), p. 63. Sabre la al egorfa Y SlISfUnciones, vea se tambien: Heman Vid~J, "Hacia un modela general de [nsens ib il id3uso ci al l it er atur iZ2b le ba jo el fa sci smo ', e n: H . V . (et l. .) , Fascism 0y expellencia/item-

    r!a. reflExiolles para lina recanoni;;acl(m, Minne apol is, Inst i. tuf .c f or the S tudy o f Ideo -tog!cs and Ut~ra :uTe , 1985.25 Lloyd Sp2ncer, a rt . cit., pp. 62-3.26 Hayden White , Tropics of Discourse; Essays in Cuitural CrWcism, Baltimore yLondr es, The Johns Hopkins Univer ~lt y Pr ess, 1973, p, 2.

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    46 ticcion y polmcu. La na rrut iva a rg e n tin a ou r.m:e c l p ro cc so mil it ar Pc l i t ica, i de clo g i a y f i gl lf u < :i o n I n e ra ri a 47des ex p licaciones, mientras rnanuenen. por la otra, una relacion m6vil ydinarn ica entre los sentidos coruunes de la experiencia, los sent ides i 1 1 1 -p ue slO s p ar el discu rso autor it ario y el conjunto de sentidos const ruidusen los anos inrnediatarnente anteriores. Presentan asi un discurso carac-

    \

    terizado por fonnas figuradas sobre el conjunt o de hechos y ex perienciasque "se rehusan a incorporarse dentro de las nociones co n vencionalesde 'realidad ', 'verdad' 0 'posibilidad,_,-27 Esta movilidad del se n t ido,la tension que se establece entre las forrnas figuradas, disenan un espaciodiscursive abierto a 1 3 interpretacion. Pract icas que estan en el centrodel d iscurso li t e rar io encuentran t arnb ien su necesida d social, la censuray la aut ocensura. gue_ sin embargo. no son condiciones suficientes paraexplicarlas.Y, para volver a las eitas que encabezan estas notas, la literatura pro-pone su eontenido de verdad bajo la forma de la figuracion: No reconstru-ye una totalidad a partir de los disiecta membra de la sociedad (ernpresaqu izas imposihle ), p ero si propane curses de expli cacion , constel ac ionesde seritido, que plantean lectu res diferen tes y alternativas del orden de10 real segun una pluralidad de regimenes discursivos y de estrategiasde ciframiento.

    Narrat iva e his toriaPruponer un conjunto de ficciones para ser le nlas segun las claves

    que se han expuesto, implica, obviarnente , la no exhaustividad delcorpus v" al misrno tiernpo, el reconoeimiento de que la lectur a sedesenvuelve como prcceso dentro de un horizonte de ex p ectativas (el del. c r itico , el del campo intelect ual en que este se inscribe, el horizonte masglobal del pub lico que tambien ha lefdo en estas novelas forrnas cifradasde la cuestion argentina). Parece demasiado arnb icioso , en tonces, r emitir -se a una objetividad improbable, que el tiempo carnbiara por otras formasde objetividad, basadas en las nuevas funciones que estes libros cumplan ensu ciclo de lecturas y en los cambios en las normas de valor. No estoy rei-

    v in d i c an d o , s in embargo, los derechos d i sc u t ibles d e Ia s ubje tivid ad s obera-na , sino r e cono c iendo, mas bien, que eonstrui r un corpus e s i n e v it ab leme n -te una operacio n que privilegia forrnas de significar, t ipo logras, te rnasideologicos. EI control sobre esta operacion reside, en primer lugar, enreconocerla exp licit amen te como tal: "EI histo riador , escribe Peter Burger,no puede descartar los laws que 10 unen a su propio preserue, pero puedeexplicitarlos. De este modo destruye la ilusion de que la nar racio n h isto ricarefleja el cursu real de los hechos. Al indicar que su punto de part ida no esel Renacimiento 0 el s iglo XVII. sino su p ro p ia epuca , el histo riado r perrni-te que el lector capte su narracion como construccion. En la lll"dida "11que su elecci6n e interpretacion de los hechos est an det er r nina dus por C5tepunto de referencia, este se constituye en el verdadero eomienzo de su na-rrariva. Si la narrat iva se muestra como una construccion, la ilusion de quesolo sea un reflejo de la realidad desaparece , Tal comprobaci6n hace quela nar ra tiva sea c ri ti eable y constituye un paso importanr e para la escritur ade una historia literaria"."? Admitiendo que la cr r tica so p ort a la marca denormas y valores estetico- id eolog ico s tan intensarnente como e1d i scu rsoliter ario, aunque segun modalidades diferen tes, qu isiera s610 agregar que,de algun modo, las eleccicnes del enrico tienen un punto de referencia ene l peso y la circulacion social de los textos. Esto no signifies, por supuesto ,una relacion can el ex ito de mercado sino can 1a significacion colectiva,dentro 0 desbordando el campo intelectual, de una ficcion Quiz as el cor-pus diseria un recorrido de la lectura conternporanea a su prod uccion,marcada por las mismas dudas, obsesiones, enigmas que los tex tos meor-poran , rodean y, con el poder de la literatura, a veces logran horadar. Que-dan fuera del corp[Is los testimonj~ cornienzan a publicarse a p,irtTrd~2 y plantean problemas diferentes~ tanto-aEsae'-eCpiin-t0 d c' ~;Stade! pacto de lectura como de las relaciones entre historia, ideologia ydiscurso ficcional.

    Tados estos textos se colccan de un modo U otro frente a una cues-tion estetica extensamente debatida: la referencia a 10 real, como esasuperf ic ie resi st enre , respee to de laque la l it eratura despl iega sus est ra tegiasy, a la vez, se ve afectada par la tension de significaciones, hechos, frag-mentos de discurso. Lo real es la instancia que no puede ser expulsadani incorporada pOT cornp leto , una d imension inevitablemente p rob lema-tica, excepto en las hoy raras versiones ingenuas del realismo. Diferentespoeticas y elecciones dentro del sistema literario resuelven las mc dalida-des de una relacion en la cual los textos tornan posiciones, aceptan 0excluyen, pero, aun en la exclusion, la resistencia de 10 real se manificst aen esa produccion de sentidos que es tambien la lectura social de un texto.

    29 Pet er Burger , "On li ter ary history", en Poetics, 14 ( 1985) , p. 203.

    . i

    27 Hay den White, 0 b. cit., p _ 4.28 Visiones de conju nto sobre la narra tiva del per icdo pueden encontr arse en: An-dres Avellaneda, "Realism 0, antirrealisrno, territorios canonicos, Argentina liter ana

    despues de Los mi li tare s", en Hernan Vidal (ed. ) Fascismo y experJencIQ Ilf~~arla_ ....ob. cit., Mar io Cesa re o, "Cue rpo hurna no e h is to ri a en La?ove la del proceso ',l,bld.,Luis Gregodch, Tierra de nadie, Buenos Aires, 1982; Marla Teresa Gramuglio, _ Tr;,snovelas argentinas", Punto de Vista, 13 (1981); Bea triz Sarlo, "Literatura y po htica ,Punt o de Vista, 19 (1983); S,3ul Sosnowski, '.',Ladi~persi6n de las palabra;: novelasy nove lis ta s a rgen t inos en la decada del setenta , Revista Iberoamericana, 1_5 (1983).

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    48 F ic cion ~ .pol it ic a. L2n ar rat iv a arge nt in a du ran te e l proce so mil it arMas qu e el viejo debate entre arte y po lftica, parece ser este el p rob lemaque atraviesa a la literatur a que estamos considerando: aproximar respues-tas, a rnenudo altar nente figu radas, a II I pregunta sab re la h istor ia argen tin ay l as exper ienc ias de los ult irnos a flos.

    ,~(, -. Una clave del presente esta para muchos de estos en el pasado c.U l t . uraly politico: Respiracion artificial, de Ricardo Piglia; Ell esta dulce tierra y, Nada que perder, de Andres R ivera; Cuerpo a cuerpo . de David Vinas ; Lanovela de Peron, de Tomas Eloy Martinez, se remiten.a la historia comolugar donde el estallido de las certidumbres y el desquiciamiento de laexperienda puedan buscar un p rincip io de sen tido , aunque, al.mismo tiern-po , ese sentido se presente a 13 narraci6n como un enigma a resolver (1 unrnosaico cuya figura secreta el moviruiento de la ficcicn desea percibirr nie ntr as qu e d es es pe ra d e lo gr ar lo . "Sarmiento c re ta que ( I a A r g e nt in a )e ra u n e n igm a qu e podia d ev ela rs e. S i h ub ie rs vivido 1 0 que yo h e v iv id o ,hubiera escrito otro Facundo . 0 no hubie ra escrito nada", escribe CarlosDarnaso Martmez en Hay cenizas en el viento.EI Facundo, mencionado tarnb ien en la novela de Piglia C ~Quien denosotros escjibira el Facundo?", es decir el texto que, desde el exi lio, re-su e lve el enigma argentino, corta el nuda que la espada no hab ia podidocortar) rernite a una ordenaci6n de 10 real que, en los afics seten ta, p areeeuna ernpresa imposible. Algo ha estaUado, las cadenas de signiflcados nocierran , las explicaciones son siernp re versiones de la historia: "Conjetu-ras , his torias imaginadas y tr istes" y sin embargo Maggi, en Respiracionartificial, es un historiador para quien escribir una historia es "el unicoI ng ar d on de c on si go alivi ar me de es ta pe sad illa" . Si e s to es e l p re se n te ,la h is to ria e s, tarn bie n para P ig lia, Ia po sib ilid ad d e re latar las d er ro tas :h istor ia de lo s vencido s y, en consecuencia, un relata contado desde unpun ta de v ista diferente.

    Pero la historia de las derrotas son L'1variablemente rnensajes cifra-~OS:3f) los que escribe Ossa ria , desde el pasado hacia un f u tu r o que es e'lpresente, las carpetas de documentos que pasan de un personaje a o tro,,las ver siones que se constr uyen sobre Ia histcr ia de Mag g i , la his toria argen-.tina, parodicarnente , como incornprensible: "Es el monologo alucinado ,.inter rninab le, d el Sar gento Cabr al en el momen ta de su rnuerte, tr anscrip-

    ;. \O;por Roberto Arlt";;"!o ::. .:;', r ." " _~'c.>~~Marta Morello-Fros(;h ooserva: "La lectu ra de cualquier texto se convierte asfEm,ct!?Jquier epoca en un esfuerzo hennenimtico po r d esc ubr ir l as co rr ie nt es menosVisliJks d e Ia historia, para auscultar la di3r.ktjca 350rdinada en el di5Cur~O expJldto.pb{(itra parte, to qne lo~ per sonajes d e P ig li a l ee n, so n car\as y documen to s que COI1-

    -fOhniln !lna cr6nica del fracaso hist6rico del pais ell diveT3aS ep('c~r; c!aves, e~pecial-.mente l a o rg an iz aci6n n acion al , l a emc rg en ci a y decl in aci6n d e la ol ig arqula, y elpetlodo actual", en "Significadon e historia en: Respiracio!T artificial de Ricardo Pi-

    Politlca, ideulog ia Y f lgurac i6n Iiterarla 49Sin embargo, Respiracion artificial es una novel a que, par un camino

    clasico en 1,f igura JeT ard ew sk y ; Ia fu nd ac io n d e la I ite ra tu raargentina sabre In traduccion y la cita; la o rgan izacion del pasado Iiterar iosegun dos Itneas del siglo XIX (gauchesca y l engua ext ranjera) cuya culmi -nacion y cierre es Borges; I : ; ; explicacion de Arlt como "10 reprirnido de laliteratura argentina", son algunos de los topicos que, junto con el del. exi-lio, retornan la idea de pensar el desarrollo cultural en la pcrspectiva histo-rica y con funcion ideologico-politica, desde el presupuesto de que ajus-tar cuentas con el pasado es indispensable para captar las lfneas del pre-sente [presupuesto que anima buena parte de la ensaytstico de las ultimasdecades).

    En el caso de Cuerpo a cuerpo, Vifias se propene cruzar l as dimensio-nes de la historia y la polftica con la certeza de que se vuelven mutua-mente significativas, en un tejido donde las referencias historicas son unode los mater iales basicos del r eglstr o de la escr itu ra, Texto hiper locallzadoe hipercodificado en relacion con la historia argentina desde fines del sigloXIX. trabaja sabre los codigos. culturales con una perspectiva centradasobre 1 0 concrete>, barrocarnente saturada de detalles tanto del mundo delanar quisrno obrer o como de lo s politicos tr adicionales 0 de los mil itates .La narracion quiere dernostrar que, en cada uno de esos apuntes de cos-tumbres po lit icas a de vida co t idiana, grandezas y miser ias del mil it ar ,de! gentleman, del periodista, se abre la posibilidad de entender la formaen que se consrruyo el poder, los discursos que le dan su argumento y laspract icas que se desencadenan a par tir de el, Cuatro de los cinco epigrafesprtncipa les de la novela local izan la perspec tive his tori ca : Alberdi , Sarmien-to, Roca , Gonzalez; rnlent ras que el quinto eprgra fe (de un discurso de lgeneral Saint-Jean) y l as dedicatori as Ia rnuer tos (1 desaparecidos) anclanel tex to en (.'1 presente. Este movimiento continuo que dibuja Vinas (yque es propio de su narrativa anterior, pero no habfa alcanzado hastaCuerpo a cuerpo esa especie de exasperada acumulacion). plantea unaestructura narrativa en mosaico , proponiendo una genealogta del poderpolit ico, mil itar y cultural.glia" , en Hernan Vida! (ed.), Fuscismo y experiencia literaria..., ob. cit , Sobre la nove-!3 de Piglia, vease tam bien: Roberto Echavarren. "La literariedad: Resplratiion artifi-cial de Ricardo Piglia". Revista Iberoamericana, 125{1983): Kathleen Newman. tesisde dOClOf;ldo presenlada en la Stanford University, 50bf>; Walsh, Vi!ias y PigJia, espe-c ia lmente e ! cap . V!l: "Tortured 3p.ge ls : 1976';: Jose Sazbiin, "La rdlexi6n literaria",PuntO de Vis ta , 11 (1981). La idea del ~cuerdo lingliistico entre n'llT2dor y lectorest5 p rc sen te e n cl c orne ntar io de Mar i :mon .

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    50 hcci on) ' p c lit ica. La nar r at iva ar genti na durant e el pr ocesu m i lir arLa ultima novela de Rivera, EJ1__e s tadu lce t i gr a , puede leerse tam-

    bien como una historia pasada en clave de presente , Ironica desde su t uu-lo, relata la peripecia de un hombre, educado en las ideas de 1a r evolucionfrancesa, que, despues del asesinato de Maza, se esconde durante decadasen u n s u bt er ra ne o . Son los anos del ro sis mo , e l perseguido es algu ien quepuede ser acusado de unit ar io , p er o la p er se cu cio n y el enc ie r ro aludena una circunstancia mas persistente ; son datos configuradores del destinenaciona1, tarnbien porque el perseguido se convierte en victima de quienle da refugio, en prisionero de su rniedo y de la perversidad del otro. Rela-to tense y tortuoso en su escritura, su rnetafora no puede leerse solo comouna ficcion sobre el rosismo. El miedo y el encierro , la derrota con la queconcluye, son experiencias que, localizadas ficcionalrnente en el pasado ,se remiten a la Argentina de la ultima decada. EJ tex to opina sobre 1 0 quesignifica ser argentino con palabras que, atribuidas a un hombre del sigloXIX, califican tarnbien al presente: ";_A que se refiere usted, amigo rmo,cuando d ice soy argen tino? i,A una particular categoria de suicidas? .. 'LPeleo con tra toda esper anza, se nor ? Eso es hoy ser argen tino')" .

    Para muchas novelas de este periodo ser argentino es una afirrnacionproblernatica cuyas claves algunos textos indagan en el memento de suconstitucion : las novelas de la Argentin a aluv ional escr itas por Orgambide,Casullo, Szichman, exponen 1a peripecia de la inmigracion afectando laidea de un pacifico proceso de fusion de razas, por un lado. Por el otro, laconstruccion Iiteraria de biografras upicas se centra en la pequeno-burguesi a urbana de izquierda, cuyas ilusiones fueron pulverizadas por la inter-vencion militar y la violencia: Tinta raja, de Jo rge Manzur , y Flares roba-das en las jardines de Quilmes, de Jorge Asrs.:" Esta novela propone unpacto de mimesis con los valore s, las experiencias, lo s mitos, lo s discursos,el nivel de lengua, de un am p lio sector de publico que, a 1 0 la rgo de var iasediciones, la ha convert ida en best-seller. Este pacto de mimesis explicasu exi to , en 1arnedida en que disena una relac i6n lec tor-nove li st a-pe rsona-jes de mutuo reconocimiento. Se trata de Ia experiencia CUltural, politica,sexual de los j6venes de mediados de la decada anterior, trabajada con elpresupuesto de que se narran biografras sociales compartidas, con las queel tex to man tiene una r elacion doble: de complicidad y de parodia.

    Representacion y critica de la doxa pequeno-burguesa de izquierdacruzada con una moral de supervivencia lumpen, 1a n ovela de Asfs recons-truye ese discurso como "sanata", "verso", "buzoneo" (para' emplear las31 S b I'd A" d 1 - .o re a narranva e SIS, vease: An res Avet aneda, "Best-seller y codigo repre-

    sivo en la narrativa argentina del ochenta", Revista Iberoamericana, 125 (1983) yAntonio Marimon, "Las mil caras de un pfcaro", Punt o de Vi st a, 14 (1982), La ideadel acuerdo linguistico entre narrador y lector esta presente en el cornent ario deMarim6n.

    Polit ica, ideolog ia y Iiguracron Ineraria 51l ex ical izac iones que s e d is er ni na n p ro fu same ni e J 1 0 largo del relaro j: esd e ci r, d is cu rs os que establecran una r ela ci ou i lu so ri a con 1 0 qu e d esp ue sfu e la "verd ad " d e los neches . En este senrido, es un relate de las i lus io-nes perdidas, de los deseos (deseos de la polr t ica y d e Ia cu ltu ral qu e elmovimiento narrative d ern ue stra irr e alizables. Todos los g iros de sus pe r -sona jes representan pun tos de inflexion c ole ctivo s: d e 1 3 libe rac io n se xu al(profundarnente tramada, sin embargo, de contenidos y meraforas falo-centr icas ) a l a in ic iacion cultural y de alh al discurso de la revolucicn. Peroestos giros estan represent ados p::lf un modelo de relaciunes degrudud a so irnposibles. Critica y trivializaci6n de estes deseo s, Flores robadas repre-senta 1a sexualidad fundamentalmente centrada en el goce masculine y lamilitancia como el teatro donde se ponen en esceria ilusiones vanas. La A r-gentina es un pais imposible y este enunciado ideol6gico se prueba en lam icrosociedad de picaro s y engafiados de la novels. La cit a arltia na dela "vida puerca' establece una relacion de ne c esidad con el fracaso de (0-dos los actores si se ex cluye el del propio narrador, una figura int eucionalmente pr6xima a la de Asis, unico personaje con e l q ue el rexro planrcauna relacion cornplaciente y 10 colcca del lado de los que pueden salvarsedel naufragio de las ilusiones, Novels mimetica con la crisis de una genera-cion, Flares robadas se ubica en relacio n a 13 I egibilidad de la cronica yde una forma actual del costumbrrsmo, por su destreza casi rnanierista enla reproducc i6n de discursos.

    Trabajar sobre la doxa fue, desde un principia, el procedimieruo na-rrativo de Puig. En EI beso de lamujer araiia, p lan tea una relacion de enga-nosa transparencia: e1 discurso del guerrillero, que reproduce hasta la me-nor inflexion forrnas, giros y ternas politicos, se cruza, en el espacio de unacelda, con el del homosexual. Discursos inco rnunicables que ia nove la poneen contacto, reforzando algunas de sus mar cas: el guerrillero es ciego res,pecto de S I mismo, el homosexual representa e! goce ester ico, aplazaridoo desviando el destine por la nar racion de pelrculas. Ambos reg istro s refuer-zan 1a idea, previa en Puig, de un rnercado de discursos donde el nove list aelige los tramcs con los que construye una ficcion donde los perso najes soninvariablernente hablados pm rnitologras colectivas que definen la direc-cion y e l carac te r de sus t rayectos f iccionales .

    Frente a estas biografias, estan las que propone una literatur a de laderiva y del viaje: El pals de ladama electrica, 32 de Marce lo Cohen, Fuegoa discrecion, de Antonio Dal Masetto. Novelas que se colocan en una re la-cion de extrannmiento respecto de la Argentina de estos anos, allnque sesituen parcial 0 completamente en ella. Disenan una ciudad poco recono-

    31 Al respecto vease: Graciela Montaldo, "EI otro cambio, los que se fuerou" , enPunto de ViSTa , 23 (1985).

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    52 Ficcion y po l i ti ca . La na rrat ive a rg en tina duran te el proc es o mil it arcible, que elude la tipicidad y que es, sin embargo, un espacio par dondeya han pasad o la guerra, la desolacion y la rnuerte , La novela de Cohen,escrita en Espana, define una topologia de ciudad ocupada par ot ros,innorninados, y atravesada par autopistas que se ex tienden entre basura-les, d er noliciones, p arques serniabandonados. Es en verdad un Buenos Airesvue lto in tencionalmente i rreconoc ib le , en cuyas f isuras se descubren reduc-tos donde pued en escucharse los ecos de una cult ura juvenil, rockera, unade las significativas transfo rmaciones culturales de la ultima decad a que Ianovela de Cohen ternatiza par primera vez, con Ia biograf (a de un musicode rock adolescente que parte en busca de su madre. EI texto trabaja conlos cruces d iscursivos que citan Jetras de canciones, de Hendr ix a Spinetta:las nuevas propues ta s de una l ir ic a j uv e n il urbana. Novela del viaje y delcamino, como Ia del Da l Masetto cuyo motor es un deambu lar sin i t inera-rio (podria decirse: d espojado, en apariencia, de significacion] por espaciosdonde, desde el titulo, se ha disparado fuego a discrecion y se encuentranfragmentos disperses e incornunicados de experiencias Las dos novelastrazan segrnentos de biograff as, con mater iales euya relacion referericialcon los hechos politicos es decid idarnente sutil y silenciosa, Como El pasa-jero, de Rodolfo Rabanal, son tex tos que admiten ser rernitidos a la expe-riencia reciente, pero que no exhiben las claves de esa traduccion: su rela-ci6n can la referenda es una construccion de ningun modo hipersign ificada.Repr esentan rnov imientos y husquedas en un espacio ajeno y ocupado porotro s, de los que se habla solo de r nanera oblicua.

    La !iter atur a se hizo cargo tambien de lo s itinerar ios del ex ilic. Presen-te en [a novela de Cohen como uno de los dos lugares (aqui, Espana, alia laArgentina) d o nd e t ra ns cu rr e la b us qu ed a, e l e xi li o es la materia de Compo-sicion de lugar, de Juan Carlos Martini, Libra de navios y borrascas, deDaniel Moyano, y, entre otras , La casay el viento , de Hector Tizon (tam-bie .n puede leerse como cif ra del exil io , l a pequefi a ciudad nor tearne ri canay la reuni6n de escritores cornunicandose median te una lengua de traduc-c ion, de E{ pasaieros , ., Algunos de estes tex tos tienen un fuerte acento autobiografico y,como en el de Moyano, se incluye en el relato de la partida y el viaje,el de la repre sion, la tortura, la carcel, las desapariciones. La nave reunefigu raciones de todos lo s gr upos sociales, cu ltur ales, reg ionales afectadospar la represion: espacio de encuentro don de, narrativarnente , se apuestaa que las relaciories origtnadas en Ia patria se prolongaran en el otro rnun-do hacia el que se d ir ig en los viajeros, rep itiendo el itin er ar io inverse de su sabuelos inrnigrantes. Alegorica, la novela trabaja con un t6pico Iiterarioclasico, el de la nave que conduce y ent recruza dest ines diferentes , repre -.sentados en una trama donde persisten ideales de comunidad cultural ytemas popu lares y tradicionales." ~"\

    Pol i tica , ideolog ia y Iigurac ion literaria 53La novela de Martini, en carnbio, marea el camino de la soledad y el

    extrafiamiento lingufstico-cultural. Composicion de lugar es, desde su mis-mo titulo, el proyecto de producir un lugar para la escritura y la expcrien-cia en un mundo que no contiene la Iengua ni los recuerdos del pasado:un lugar del descentramiento. EI exilic aparece como un est a do casi abs-tracto. d ande las in flex iones Iocalizadas de 1 3 lengua encuentran frasespronunciadas en otras leriguas 0 en un espanol que no es el rioplatense.La novela ternatiza el cruce cultural, se desregionaliza desde el punta devista lingiHstico no para adoptar otra perspective regiona l del castellanosino para prcponer una lengua exiliada, argentina en su s giros sin tactico s,p er o le ng ua de t r aducc ion respecto del l ex ico y del regimen verbal. De es -te modo, la ficcion presenta el punto maximo de, la distancia en el nivelque mas afecta a la Iiteratura, Pero incluso en un tex to habitad? ~or Iadeslocalizaci6n y el descentramiento , hay destellos de r econocirmento,mementos en que el sentido del presente exiliado traza un arco haciasentidos preteritos: "'Y un ignorado sosiego se apodero de el al presentirque h ab ra a lg o va ga rn en te famil iar en a qu e l s it io , que la lu z, 0 los rumo-res, 0 la liturgia de un culto, 0 e l c1aroscuro de una arquit ec tura , 0 lasocas cautivas en el recinto , t ocaban en II I memoria el oculto recuerdo deun lugar, de otro lugar y otra historia, un signo y una marca , ant iguas esc ri-turas heredadas y perdidas para que otras palabras cornpusieran - pens6 --una imagen verdadera del pasado y una figura que en su mester de lejanrano quedase seduc ida y pris io nera en los enigmat icos espejos de la rnuer te".

    Tiz6n, en La casay el viento, regis tra est e t6pieo del exi lio l ingufs ti coy cultural en su momento inmed iatamente anterior. El exiliado futuroco n s truy e e l m un do de lo s re cu er do s, r ne jo r dicho de 10 que sera vividocomo un recue rdo una vez que haya abandonado la region autobiografica,donde se habra originado toda su obra, El.relato se localiza, par eso , noen el espacio del exilio cosmopolita sino en el Iugar de nacimiento, unaprovincia del noroeste, recorrida par el narrador en busca de una cifraperdida: Ia histor ia de un coplero que, en eJ exilic futuro, sera la garantrade Ia continuidad cul tura l y afec tiva ,

    Frente a un presente descripto como fragmentos posteriores al estalli-do, "imageries despedazadas", rastrea la certeza de una cultura integradaaI pasado , e intenta, a partir de ella, alcanzar una memoria que haga subje-tivamente posible el exllio: "Quiero dejar atras fa estupidez y la crueldad,pero en compensacion debo re tener la memoria de este o tro pais para nolJegar vacio a donde vivire recordandolc". El relate define al exilic comosituaci6n despojada de pasado, porque recuerdos son unicarnente los quevienen de la patr ia y, l ejos de e ll a, persi st i ran bajo la amenaza permanent sdel o lvido. Escrito en el exilic, este relate habla de la fragilidad de los ma-teriales con los que se articula una identidad y, al mismo tiempo, de Ia

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    54 F i cY 1 01 1 Y p oli [ic il. L a n arr ati va arl'e n1 in a d uran te cl p ro rc s o m i li ta r

    pe r s is t en cia c on qu e 1 3 li te ra t ur a v ue lv e sabre ellos, r e c ap i t u l an d o viejaso bse s io n e s tem at icas para re fu n c io narlas e n la n arrac io n d e l u ltim o rec o -rrida par 13 patria. La Iueratura, oponiendose al viento q ue b or ra lo spe r f i -le s d e la casa c om o se le e e n e l e p ig rafe d e Cu i llaum e qu e en c abeza e ltex ro . p e rm ite la s u p e rviven c ia d e u n a le n g u a qu e ya n o se e sc u c h a y d o n -d e r es ue na n t ipos y i emas culturales qu e s e r e la c io n an co n u n a i den t id ada pre se rvar .ln du dable me nte , la narrativa de esta decana h a h ab la do tambicn de lpo d e r y d e la vic le nc ia . L a A rg en tin a p re se nc io , d esp ue s d e las e le cc io ne sd e m arzo d e 1 9 7 3 u n p ro c e so d e lu c h a par la su ce s io n e n e l in te r io r d e lperonismo, qu e se cnnvirt io n o e n u n episodic in rerno al p ar ti do g o be r-nanre s in o q ue desbordo sobre la s pohticas d e gobierno y se tr ad u jo e n u n adisputa ag u d a por posiciones en el apar ato d el estado. La lucha po r la suce-s io n d e P e ro n y la lu c ha po r e 1 p od e r e s tu vie ro n vin cu lad as d e m od o talq ue r es olv er 13 c ues tio n su ce so ria fue . du ran te un p e r io d o ex ten so , u ntem a po lit ic o c en t ra l. E l s en t id o d e l co n flic ro n o e ra s610 i nme d i a t ame n t ec o yu n t u ral, s in o qu e s e v in c u laba co n la h is to r ia d e la id e n tid ad poht ic ae n lo s s ec to re s populares y diferentes proyectos q ue a sp ir ab an a la repr e-se ntac io n s i rn bo lizad a en la h ere nc ia d el vie jo lid er . C ue stio n r rau rn a tic asi la s h ubo , se co rnp lico co n e l e nf re nta mie nr o r ni li ta r en t r e f r acc ionesde l pero nism o, c oin cide nte co n e l au ge d e las ope rac io n e s g u err ille rasd e d if er en te s ig n o i de olo gi co .

    No habra mas penas ni olvido , d e O svald o So r ian o , y La vida entera,d e M ar tin i , p o n en en e s ce n a , c o n p er sp e c t ivas n ar ra tivas y e s te ti c as d if e -r en te s , episodios de est e proceso . S or ia no r ep re se nt a mewn im i c ame n t ela lu e lla po r e l po d e r , lo c alizan d o la en C olo n ia V ela , u n pu eblo f ic c io n alde la p ro vin cia d e B ue no s A ire s , donde u n v ie jo percnista "hisrorico" y laju ve ntu d d el p ar tid o (au xi liad os p ar lo s m arg in ale s y lo s s oli ta ri os ) e nf re n-ta n a otr os peroriistas ' -h i s to r ico s" , sindicali st as e inte rventores. Derrasd e la alian za pe rd u ra la d ivis io n d e ac to re s n p ic a d e la n o ve li s ti c a d e So -r ia no : lo s m arg in ad os y su m un d o d e so lid ar id ad e sbas ic as , f u n d ad as e nvalo re s m o r ale s, r e c on st ru id o d esd e u na p er sp ec tiva se ntim en tal y l ig e ra-m en te i ro n ica . D el o tro lad o , e l p art id o d el o rd en , e l ban d o d e la vio le n c iai nj u s t a, r ep r es en t ad o p a r6 d ic am e n te .L a n ar rat ive b as ica e n e sta n ove la y e n 1 3 po ste r io r Cuarteles de invier-no, d e sc ribe e l pac to d e le altad e n tr e p erd e d o re s ( c arac te r ls ti co d e c ie r tazo n a d e l p o lic ia l) . P o r o tra par te , la e le c c io n e s te t ic a e id eo l6 g ic a par e lm arg e n y , a par tir d e e lla, la re lac io n m eto n lm ic a d e 1 0 n ar rad o c an e lp rc ce so po l it ic o n ac i o n al , c o n fi rm a u n a o p c io n d e la o bra d e So rian o :1 0 c on table e s e l m arg en y , c u an d o e l te rn a e s la v io le n c ia pohtica arg en t i -n a, lo s ep iso d io s f ig u ran la an ec d o ta en u n e sce n ario le jan o d e la c e n tra I id ad , L as le altad es m orale s , qu e e n am bas n ove las te rm in an ten ien do s ig njf i-

    Poln ica , ideclogfa y iiguracion l u e r ar i a 55c ad o ~ olitic o, e sran re fe rid as , al rn ism o tiernpo, al to pic o d e la lit e ra tu ray el erne d e a ve n tu ra s, d e la amis tad mascul ina c o nv er t i da e n n u cleo d e va-lorcs f un cio na li za do s, e n e ste caso, a la f 'igurac icn de l conflicto arg en t ino

    El vuelo de! tigre, d e M o y a no ,3 3 clasifica 5U materia narrativa t am b ie nsobre. dos.grandes e je s , rep resen tando la represion po lu ica en un pueblod e l n o ro e s te c ?m o e l c o n f lic to e n tr e c u ltu ras bajo la fo rm a d e u n a ale g o r rad e la r es is te n ci a. U na cu ltu ra te cn oc rat ica, d e aparatos y d iscu r so s abstrac-t os , h ac e ~ ~ fe re n cl a a l o s r e pr e so r e s, o eu pan te s n o s610 de l espacio publ icosm o tam bie n d e la e sc en a fam iliar ; o tra c u ltu ra , la d e la fam ilia in vad id a ,lo s A ba lla y ( y el apellido d e r es o na n ci a indigene es s ign i f i ca t iv e ) , tejedoresy ar te san os ,rd aC l~ ~ad os arm 6n ic am en te c on la naturaleza, c on lo s p ro ce -sc s d e larg a . d u rac io n , co n e l trabajo c u yo s ri tm os so n g o be rn able s . S i e lI!lV~SI,lf, construye u n panopti co e impone u n a v er si on reglamentarista de 10cotidiano.vdestruyendo lo s espac ios y s u s f un c io n es t radicionales , el invadi-d , ~ r e s po n d e con un a afinnacion d e la m em or ia colectiva, un a reconst r u c -c ion d e l p a sa _~ o , lainvencion d e u n a len g u a a par ti r d e la ges tual idad y laresernanuzacion, de trarnos d el d isc ur so d el invasor. E l d es en la ce c ur io sa -m en te o p t irn is ta , c ie r ra la ale g o r ia c om o u n a fabu la: lo s Aballayderrotanal m vas or p or qu e lo gr an r es tir uir s u c ir cu ito c orn un ic ati vo , d evo lve r s en tid oa su P f . O p l O m un do y re s table c er su s laze s trad ic io nale s c on la n atu rale za .Ma r ti n i p r op e ne , en La vida entera, tarnbien u n a ve r s io n d e la lu c hapo r e l po d e r y l a i m p os ic i on d e u n o rd e n a trave s d e la d i spu ta su c e so r ia .La n ov ela s e c on str uy e sobre un a serie d e d esp lazam ie nto s d e lo s lu gare sy lo s po ~ tad qre s d e l pu d e r. En e f e c to : u n a g u e r ra en t re ban d as d e je fe sd e p~ o s tJbu lo s se d e se n c ad e n a para re so lve r d 6 n d e y qu ie n to rn ara lasd e cl sl ~~ e s c u an d _Cl l os ~ e lu a le s je fe s desaparezcan po r muerte 0ineptitud.T ar nb ie n :la 5 . ~ eh be ra clo ne s, r og at or io s; o ra cu lo s y p re dic cio ne s e n la villac e r c an a tre n e n qu e ver c o n e s te tem a: a quien traspasar e l p od er c uan dornue ra el Ro sar io , ag on izan te je fe d e lo s ville ro s. E s d ec i r: i , c6 mo se re s ue l-v e u na s uc es io n carisrnatica?

    En ' la n o ve ls , e l p o d e r im plic a n o so lo la vio len c ia f ls i ca 0 l a c o e rc i o nid eo lo gic o-m oral, s in o tam bie n u na rn ult ip lic id ad d e in te rc am bio s re ale sy s im bo lic c s : e l d e l d in e ro , e l d e lo s c u e rpo s co m o m erc an c ias ; e l d e lo s~ en s aJe s po li tic o s c if rad c s e n m ito s , p u e s to s e n e sc en a po r f ig u ras arqu e -n p icas d e la c u ltu ra p o pu lar. L a lu c h a po r e l po d e r en lo s p ro s tfbu lc s e su n re la te d e la v io le n ei a d e gr ad a da y c an alla ( in clu id a 1 3 v io le nc ia s ex ua la par ti r d e la c u al M ar tin i c o n s tru y e u n a e ro tic a sad ica) . L a su c e s io n c ar is -m atic a en 1 3villa, e n c arn b io co rn po n e u n a ale g o r ia co n te rn as y f an tas iaspo pu late s y f ragm en to s d e d isc u r sc s qu e e vo can , c as i a l p ie d e la le tra,~3 Sabre esta novela, vease: Maria Teresa Gramuglio, "Temas y variaciones en la

    narra tiva de Danie l Moyano", PunfO de Vi ,~ 1982).G~- . . . ~. : ' ?~'"

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    56 Ficcion y polftlca. La nurrativs argentina durante el pro ceso militar J 'ol itlca, ideolug ia \' f iguracion l itcrariulos ultirnos pronunciados por Peron antes de su rnuerte. Con estos mate, de lin texto desh:mbrante donde la percepcion constituye uno de los pro-dales discursivos y experienciales heterogeneos Martini se interroga sobre blemas esteucos Iundarnentales ; par el otro, de un relate ambiguo, dondeel sentido de la historia que esta contando (" ( _ q u e his toria es esta?"), q u e se c ruzan e l p lacer y la muertc.irnplica inter rogar e! sentido de! orden y de sus modes de irnposicion. Me- Un hombre, el Gate, vive solo (quizas escondidoj junto a] rio: su veci-taforizada como el caos donde el poder es objeto de rlisputa entre rufianes no le confta un caballo, imaginando que guardado en esa casa estara masa 105 que se opone eJ mundo de los Simples, una zona de 1a experiencia seguro : este hombre recibe tarnbien a su arnante , portadora de un libra queargentina apurece como proceso demoniaco de degradacion, por un lado, le env ia unhermann suyo que esta en Francia. EJ libra es La filosofta eny comb continuidad tradicional, cuya clave est a en el mundo popular; el tocador del Marques de Sade: su amante tambien Ie trae noticias de unapar el otro. Ambos espacios narrativos reafirman la idea de que 1 0 sucedi- ciudad invadida par, e! calor y, quizas, por la peste, Durante un largo findo en estes anos, la historia de un desorden 0 de un orden opaco, exige de sernana, la superficie aparentemente tersa de Ia vida cot idiana , c ornidas,represent aciones figuradas para la construcci6n de algun sentld o. larg~s tragos de vine, siestas sofocantes, se ve punt uada par las sefiales de

    La estrategia de la cifra y de lo s espacios simbolicos: los personajes fa violencia: l legan m as noticias de caballo s asesinados: se oyen rno to resde Hav cenizcs en el viento , de Carlos Damaso Martlnez,34 se rnueven de autos que se estacionan en Ia costa d rroche; el cornisar io local. cuvoen espacios de rnuerte, que no son, sin embargo, los espacios reales de la nornbre es precisamenre Caballo y su especialidad "[iacer cantar ", es asesi-muerte argentina de estes afios. Se privilegia, mas bien, un ambito casi nado ; e l Gato suefia que su herrnano que vive en Franc ia (cs dec ir : del ladoparodico: cl patio de una funeraria, el deposito de cajones y velas. Alii del ex i lio ) envra una cu r ta donde expresa su preocupacion per la muerte dese rea lizan asados, 1 3 gente se ernborracha, discute trivialidades, hace el los caballos. Este suefi o es una cifra y Ia carta misma, un a cifra dentroaruor. La novela articula tambien una larga secuencia en el deposito de otra.de cadriveres de la morgue; sigue las vlcisitudes de un entierro politico: Se ha perrurbado , por 1a muerts absurda, el fluir liso de la vida: de re-reglst ra los olores de podredumbre y e! cadaver de un perro en la canada pente, atravesando el espejo de la escritura, el horror salta sobre una histo-que atraviesa Ia ciudad. Dos personajes claves de ia novela son funebreros: ria que pareda ~~jo preocupsd , por narrar fa percepcion 0 la ex asperada"estov en el negocio de la muerte", dice uno de ellos. Y ese negocio es Y a la vez tranqIJl!lZ

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    58 Ficcion y pol i ti ca. La na r ra nva a rg en tina du ra u te el pr oc es o mil it rrtos que mantieneu con ella una relacion a veces d istante , casi siernpreoblicua y f ig ur ad a e n diferentes grad o s , d e sd e 1 [1mas d ir ecta r elac io n m eto -nun ica hasta f o rmas m as cornplicadas d e l a a le go ri a y la rnetaforizacion.

    P or el o t ro , su lectura y, e n r nu ch os c as os , s u r ep er cu si or i social, r emi-te a operaciones compiicadas de construccion de sentidos, a una resistenciaa las oposiciones maniqueas (incluso cuando la microsociedad del tex toap are ce c laram eru e d ivid id a, las e strate gias n arrative s ap un tan a p ro po rc io -n ar vi sio ne s a rt ic ui ad as del o t ro ) , y a las explicaciones sumar ias 0 queo frezcan rapidam en te una t ranquil izadora to talizac io n. P ud rra d ec irse qu eestes relates , 0 los ruejores de ellos, en mementos donde muchas otrasformas del discurso callahan, hablaron de aquello que la voz del poderoeultaba 0 naturalizaba; despo jar on de con ten ido moral a su d iscur so sob rela rnuerte y ex h ibieron las fisuras por dcnde puede verse, para decirlo conpalabras de Adorno, "aquello que la ideologia oculta", es decir. t ambien.1 0 que es posible par lecer, per o dificil convertir en discurso.

    ReferenciasSe prop orciona aca un elenco, de ninguna maner a exhaustive, de nove-las publicadas durante el perf odo que a barca este ensayo y que, de algun

    modo , se relacionan con la pro blematica expuesta.Cesar Aira, Em a, la caut iva, Buenos Aires, Edito rial de Belg rano , 1981.Jorge Asls, Flores robadas en los jardines de Qui /mes, Buenos Aires , Losa-da, 1980; Came p icada, Buenos Aires, Legasa, 1981; La calle de los

    caballos muertos, Buenos Aires , Legasa , 1982.Nicolas Casullo, El fru t e r o de l o s o i o s r a d i a n t e s , Buenos Ai res , Fol ios,1984.Carlos Catania, El pintadedos, Buenos Aires , Legasa , 1984.Marcelo Cohen, 1 pais de la dama electrica, Buenos Ai res , Bruguera, 1984.Hum berto Constantini, La larga noche de Francisco Sanctis , Buenos Aires ,Bruguera, 1984.Antonio D al Masetto, Fuego a d iscrecion , Buenos Aires, Folio s, 1984 .Jose Pablo Feinmann, Ni el tiro del final, Buenos Aires, Porna ire, 1982.Enrique Fogwill , Los p ichiciego s , Buenos Aires, Ed iciones de la Flor , 1983.Jorge Manzur, Tinta roja, Buenos Ai res , Legasa, 1981.Juan Carlos Martell i, EI cabez a, Buenos Aires, Co rregido r, 1977 .Carlos Damaso Martinez, Hay cenizas en el vien ro, Buenos Ai res, Cent ro ,Editor de America Latina, 1982.

    I 'o l n ic a. i de ol cg ~ a y f i_guraclon lit c r a r ia 59Tomas Eloy Mar tinez, La n ovela de Peron, Buenos Aires , Legasa , 1985.Juan ~ar los Martini, La vida en t era, Barcelona Broguera 1981' C ' ..'10 d 1- B' ., -, om p o si-L n e ugar, uen os Aires , B ruguera, 1984.luanCarlosMartirtiRcal Con)'rlghr B A' ,. ' . ~'. , . uenos ires, Su damericana, 1979.Enrique Medma, L a s m ue c a s de! m i e d o , Buenos Aires , G alcrna, J 981.Daniel Moyano EI lib d ..' ,' I ro c n li l' 10S y b o r r a s c a J , Buenos Aires, Legasa1983, Ell uelo del tigre, Buenos Aires, Legasa, 1983. 'Pedro Orgam bide, Hacer la America, Buenos Aires , B roguera, 1984.RIcardo Piglia, R es pi r a C i o n a rr i f i c ia l, Buenos Aires, Porna ire, 1980.Manu7 1 Puig,EI beso de la muter arah a, Barce lona , Se ix Barral, ]976,Pli-hIS angelical, Barcelona, Se. ix Harra l, 1979.Rodolfo Rabanal , E! pasajero, Buenos Aires, Emece, 1984.Andres ~ivera, l '{~da que perder, Buenos Aires, Centro Editor de AmericaLat ina, 198_, En esta du lce t ierra , Buenos Aires, Fol ios, 1984.Juan Jose Saer, Nadie nuda nllnca, Mexico, Sigle XXI, ]980.Osvaldo SOriano NIb' .. ' 0 La ra mas p enas rtf olvido Buenos Aires B( di .. , . ,rllgueraprimera e lC1on: B arceJ~n~, J 980); Cuart eles de invierno , Buenos Ai-res, Bruguera (primers edicion , Barce lona , 1982) .Mario Szichrnan, A la s 20.25 la senora .Ed entro en la tnmortalidad, Hanover,' iciones del None, 1981.Hector Tiz on, L a casa y el viento , Buenos Ai res , Legasa , 1984.David Vii ias, Cuerpo a cuerp o, Mexico, S ig lo XXI, 1979.

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    J3 IO GRAFI AS F IC TI VAS :FORM AS DE RESISTENCIA Y REFL EXIO NEN L A NARRATIV A ARGENTINA RECIENTEMar t a Mo r e l lo -P r o sc h "

    '$~'ha mencionado que la literatura argentina de los ultim~s die~ afiosrevela una p reocupacion obsesiva par el p roblema de .la historia _na~lOnal,p royectada como una serie de fragmento_s que. per~leJan y que dlfLcllmer~~ite pueden organizarse discurs ivarnente. SI la historia no ~e puede r~cons.tltuir,la narracion deviene cas! un ejercicio retorico ~ue tIe?d~ ~acJa 1~ lfl:,t eligibi lidad, en cuanta explora el sent ido de relaCl?neS hlstonco-sooales,a traves de un discurso que propone una tenue u[]lda~ ~ue ~o puede deotro modo ser salvada. Dicho tex to, entonces, producin a [a uruca formade articula~i6n y de orden =orden de discurso, se entieI~de- que se pucdepropcner por esos afios. Alejados de las propuestas total1Za~tes de los . rela-tos de epocas anteriores, las nuevas novelas tratan. d: ~rtlcu[ar versionesparcial es , subjet ivas, f ragmentos de la expericnc i: ~ ls tofJCa que se :u~oneo lvidada 0 merarnente ausen te. La elipsis metafonca, las lagun~s fact~ca~,l as dis rupc iones retori cas, dan cuenta en var ies regist ros de las dis continui-dade s del quehacer historico nacional. . _ _

    Quisierarno s sugerir como hipo tesis de este trabajo, que e_l enunciadode biograf'ias ficticias en muchas de las novelas de este ?eTl~do es unaestrategia narrativa que permtte, por una parte. pe_nsar la hl~tona desde unsistema de representacion qu e da cu en ta de esta d lSc~~ t l l1u ldad d~1 ~u:ha-c e r c o le c ti vo y, p or o tra parte, pe rmi te [a reconst ruccror t de 1~ subje t [v ld~dcon tra un marco de exper iencias h istoricas peculiares a esta deca?a. ~o~r~a-mos agregar a este enunciado la po s ibilidad de que est as biografr as f icticias* University of California.

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    Biograffas fictivas: resistencia y reflexion en la narrativa argentina reciente 61permitan tambien articular vidas problematicas, cenrrando el discurso enuna se r ie de sujeros e xc lu id os d e la h is to ria o fic ial, P ue s e sta s voces biog ra-f icas articu lan vidas no heroicas, fr agmentos in seguro s de [a experienciasocial que el recuerdo fogra producir a rnenudo borrosarnente, pero queatestiguan que tanto Ia escritura como ia vida son rescatables. Dicha opera-cion de salvataje se hara dtficultosa por pistasfalsas, alusiones noaclaradas,e li si on es c on st an te s, o pa ci da d que p ro ble rn at iz an la adjudicaci6n de senti-dos totalizadores en un discurso que se caracteriza, como 1.11estino de lossujeto s, por su indeterrninacion. Pues las biografias, al contrario del con-cepto dieciochesco. descornponen, en vez de articular la relacion sujeto-historia: pero dan cuenta de que el otro no rnonopoliza los discursos -yasean hist6ricos 0 literarios~- y que aunque el biografiado apenas funcionacomo su jeto social activo, tiene un espacio enunciative y un area de activi -dad h ist6rica que aunque reducido . le pertenecen y sobre los que deja suhuella. Pues se trata de una imagen borrosa de la historia y una blografraen primer plano no mas clara, entre las cuales no parece haber una Iigazonobvia, exc epto la contiguidad de tiernpo y espacio que las acerque. Asi ~lrelate b iografico ficticio reve!a relaciones de poder desiguales en las cualesel sujeto social puede dar cuenta obli cuamente de 12 historia que 10 sesga.Son ejemplos de este tipo de narracion las novelas Respiracion artificial deRicardo Piglia, Pornaire, Buenos Aires, 1980, Hay ceni zas en el viento,de Carlos Damaso Martinez, Centro Ed itor de America Latina, Buenos Ai -res , 1982, Nada que perder, de Andres Rivera , Centro Editor , Buenos Aires ,1982, y Tinta rota, de Jorge Manzur, Legasa, Madrid, 1981. (Piglia nace en1940, Rivera en 1928, Mart inez en 1944, Manzur en 1949 . 1 Para verlficarla ef ectividad de la narracion biograflca como espacio enunciativo de resis-teneia, conviene aqui parafrasear Ia definicion de Philippe Lejeune en Le' e autobiographique' que mantiene que Ia biografra es un fen6meno de

    civilizacion en el eual domina la funcion de la memoria en la construe-n de una personalidad par el analisis retro spect lvo.Cortvie ne destacar aqur , que en el caso argentino, se trata de ejercitar

    memoria de casos aislados en un esfuerzo de naturaieza colectiva, puesreves de 10 que ocurre en.la biografia tradicional, son estas mas recien tesucto de la reconstru ccion hecha en diversos discursos de vario s sujetos

    ue un recopilador.sujero enunciador ordena. La memoria actua asf comoente no s610 de hechos, sino como autor ldad , a menudo modif icandoto riamente las Ialacias contenidas en docurnentos , y pronunciamientos

    conside rados f idedignos, Se t ransforma signif icat ivarnente l a i rnpnr-del testimonio de alguien que da fe, c;ue autentifica con su palabra

    1 pasar de la vida de otro que se entrecruza por Ja suya. Se autoriza ade-I Philippe Lejeune, Le pacte outobiosraphioue, Paris , Editions du Seuil , 1975_