Sabia - cesarlozano.com · Sabia virtud ace algunos meses, poniendo en práctica mi paciencia,...

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  • Sabiavirtud

    ace algunos meses, poniendo en práctica mi paciencia, escuché a mi tía narrarme la aburridísima historia

    de cómo habían instalado un boiler de paso, y la importancia de no dejar salir el agua muy fuerte para poder darle opor-tunidad de calentarse. Aquello era un monólogo lento, plano y aburrido.

    Hace algunos días fui a un hermoso pueblo donde la gente se baña con agua helada, por puro placer, y tienen un minúsculo boiler de paso que nadie sabe usar. El agua está helada y aparentemente no sirve de nada el boiler, me dijeron.

    Mientras el agua tibia caía con lentitud por mi espalda, reconocí la importancia de haber escuchado aquel monólogo aburrido de mi tía.

    H

    Marysol

    Alvarado

  • A saltode rana

    os días lluviosos me dan una nostal-gia sin nombre ni apellido. Cada que veo una pequeña ranita, un nudo se

    forma en mi garganta e inevitablemente entro en un profundo desconsuelo.

    Hace 20 años, junto con un par de ami-guitas llenamos media cubeta de alegres y saltarinas ranitas. Las dejamos caer en la palapa donde nuestros papás comían.

    Fue la última vez que las vi. Un acciden-te aéreo partió la vida de esa hermosa familia, que vuelve a mí todos los días lluviosos.

    L

    Dinhora

    Marivel

  • En ese tiempo yo corría detrás de una sombra.Desde el décimo piso en el barrio de Drumul Tabereiyo miraba a través de una niebla caliente,a través de una humedad humosa,a través de las reverberaciones de agostouna figura venía caminandodesde la parada de autobuses.Una figura parecía dirigirse hacia mí,yo la veía perfectamente desde el décimo pisoen el barrio de Drumul Taberei.Era la odiada figura conocida,su aborrecible rostro estaba ahí y su peloque el sol no incendiaba y con él todo su cuerpo.Yo miraba petrificado la escena,los indolentes pasos y su entorno:árboles, cosas en movimiento, el asfalto que el sol ondulaba.Yo miraba esa escena con su centro precioso...

    En esos tiempos yo escribía un poema titulado“Encuentro en Portocaliu”,era necesario encontrarme rápidamenteporque —pensaba yo— ¿la poesía para qué puedeservir sino para encontrarse?

    Eso fue después de escribir muchas cartaspreguntando¿dónde estoy? Nadie sabía dónde estabay no podían decírmelo,de modo que empecé a decir a diestra y siniestraprotégeme con algo el corazón.Protégeme con algo el corazónseguía repitiendoy como no me entendíanempecé a escribir unos poemitas insidiososrelativos al río Dimbovitza,relativos a la columna del infinito,relativos al plan quinquenal.Hasta que un día en Portocaliu.

    Un día en Portocaliu(en Portocaliu hay un sol amarillo como cáscara denaranja)una tarde en Portocaliu(en Portocaliu hay unos grandes pájaros con dos pataslarguísimas y picos en forma de corazón)una noche en Portocaliu(estaba escrito que no te encontraríaen Portocaliupero guardo el recuerdo de esa espera y huellasde picotazos en forma de corazón).

    Encuentro en Portocaliu

    Lo que más sueñas y deseasse te puede cumplir

    César

    Lozano

  • Cada día estoy más convencido del poder que tiene desear fer-vientemente algo, de la atracción que tenemos ante lo que más pensamos o más sentimos.

    Hace unos días platicaba con mi hijita de cuando era niño y acudí a un estudio de televisión a ver en vivo al payaso Cepillín. Tenía 8 años y no olvido el olor del estudio de televisión, la magia que envuelve el desarrollo del programa y cómo se ve todo tan diferente a como lo percibimos en la pantalla. También le comenté que ese día que estuve ahí, le dije a un amigo que me acompañaba: “Algún día yo voy a tener un programa de radio o de televisión”.

    Mi madre solía decir: “ten mucho cuidado con lo que sueñas y deseas, porque se te puede cumplir”.

    Un día también dije que iba a escribir un libro, y ahora que pasa el tiempo me siento sumamente feliz y orgulloso de ver cómo verdade-ramente los sueños se cumplen.

    Llevo escritos ya seis libros, lo cual me llena de orgullo, pues han te-nido mucho éxito. Por supuesto que mi agradecimiento es profundo y eterno para toda la gente que ha seguido mi trabajo. Todo esfuerzo tendrá su recompensa, y eso puede ser olvidado por tantos proble-mas y preocupaciones que acarreamos; pero tarde o temprano todo es recompensado, y más cuando eso que tanto se desea, se tiene siempre en mente y se lucha de manera constante por alcanzarlo.

    Me acordé de una historia que hoy quiero compartirles:

    En una pequeña escuelita rural había una vieja estufa de carbón muy anticuada. Un niño tenía asignada la tarea de llegar al colegio tem-prano todos los días para encender el fuego y calentar el aula antes de que llegaran su maestra y sus compañeros. Una mañana, llegaron y encontraron la escuela envuelta en llamas. Sacaron al niño incons-ciente y tenía quemaduras graves en la mitad inferior de su cuerpo. Lo llevaron de emergencia al hospital del condado. En su cama, el niño oía al médico que hablaba con su madre. Le decía que seguramente su hijo moriría, y que en realidad era lo mejor que podía pasar, pues el fuego casi había destruido la parte inferior de su cuerpo. Pero el valiente niño no quería morir. Decidió que sobreviviría.

    De alguna manera, para gran sorpresa del médico, sobrevivió. Una vez superado el peligro de muer-te, volvió a oír a su madre y al médico hablando en voz baja. Dado que el fuego había dañado en gran manera las extremidades inferiores de su cuerpo, le decía el médico a la madre que estaba condenado a ser inválido toda la vida, sin la posibilidad de usar sus piernas.

    Una vez más, el valiente niño tomó una decisión. Caminaría. Desafortunadamente, de la cintura para abajo no tenía capacidad motriz, sus delgadas pier-nas colgaban sin vida.

    Finalmente lo dieron de alta en el hospital. Todos los días su madre le masajeaba las piernas, pero no ha-bía sensación, ni control, ni nada.

    Una mañana soleada, la madre lo llevó al patio para que tomara aire fresco. Ese día, en lugar de quedarse sentado, se tiró de la silla. Se impulsó sobre el cés-ped arrastrando las piernas. Llegó hasta el cerco de postes blancos que rodeaba el jardín de su casa. Con gran esfuerzo se subió al cerco. Allí, poste por poste, empezó a avanzar por el cerco, decidido a caminar. Hacía lo mismo todos los días, hasta que hizo una pequeña huella junto al cerco. Nada quería más que darle vida a esas dos piernas.

    Por fin, gracias a las oraciones fervientes de su ma-dre, a sus masajes diarios, a su persistencia férrea y su resuelta determinación, desarrolló la capacidad, primero de pararse, luego de caminar tambaleándo-se, y finalmente pudo caminar solo y después correr.

    Empezó a ir caminando al colegio, después corrien-do, por el simple placer de correr. Más adelante, en la universidad, formó parte del equipo de carrera so-bre pista. Y aun después, en el Madison Square Gar-den, este joven determinado, llamado Glenn Cun-ningham, que no tenía esperanzas de sobrevivir, que nunca caminaría, que nunca tendría la posibilidad de correr, ¡llegó a ser el atleta estadounidense que co-rrió el kilómetro más veloz del mundo!

    La moraleja de esta historia es muy sencilla: Haz lo que puedas y Dios hará lo que no puedas.

    Por supuesto que los sueños se cumplen, siempre y cuando creas firmemente en que así será.

    ¡Ánimo! ¡Hasta la próxima!

  • José Luis

    Bujdud

    El efectolimón

    areciera que hacer que los niños se porten bien sigue siendo un pro-blema de todas las generaciones. Cómo modificar la conducta de los infantes tiene muchas hipótesis, de las que podemos decir que

    a unos les funcionan y a otros padres de familia, no. Como las dietas, ya sabes, unas funcionan, otras no, y todo mundo recomienda una u otra, según como le haya ido en la feria. Así que siguiendo la misma tónica, nos permitimos hacerte otra propuesta para modificar la conducta de los niños. Por supuesto, “hacer que hagan lo que tú quieres que hagan”.

    Rosalía tiene tres hijos, dos niñas de 12 y 8 años y un niño, Lucas, de 6 años. Y como todas las mamás, desde las 6:30 de la mañana tiene el pro-blema de las carreras en la casa antes de ir a la escuela. “No me hacen caso, batallo para que se levanten, para que se vistan y se laven, no me hacen caso y no sé qué hacer”.

    Un día alguien le da un consejo para que se asesore con una buena psi-cóloga. En su primera entrevista la psicóloga le platica sobre los efectos del limón.

    “Imagine usted un limón, de esos de cáscara delgadita, de un amarillo verdoso. Lo mete al chorro de agua de la llave, lo lava bien y le da dos tres sacudidas agitando su brazo. Lo pone sobre un plato limpio y con un filoso cuchillo lo parte por la mitad. Usted observa cómo el zumo de limón brinca en diminutas gotas hacia su rostro y ve la brillantez de las dos mitades lanzando pequeños reflejos. Toma usted una mitad en su mano izquierda y después de ponerle la suficiente sal a su gusto, se lleva el limón a sus labios y le hinca los dientes al tiempo que con su mano lo exprime.”

    De inmediato su rostro se transforma con el agridulce sabor. Su nariz y cejas se arrugan, sus labios se tensan y su boca en medio de la saliva-ción se retuerce en una mueca significativa, e inexplicablemente usted tensa su cuerpo (estira la pata). Bueno, en realidad cada quien hace sus propios gestos. Y aun cuando esto es con la pura imaginación, ya que no hay limón de por medio, ni cuchillo ni nada, la señora Rosalía ha saliva-do y realizado algunos de los gestos que corresponden al exprimirse un limón en la boca. Quizá a usted también se le hizo agua la boca pero no hay limón ni hay nada y sin embargo, el cerebro dio la orden y giró las instrucciones para cada uno de sus gestos y visajes, como si lo del limón fuera real y en tiempo presente.

    Y si usted quiere saber más de la relación entre el cerebro y el limón… continúe leyendo, pues sucede lo mismo con cualquier otro de nuestros aprendizajes que surgen después de una experiencia vivida.

    El cerebro da la orden e instrucciones de salivar y gesticular porque tiene registrada en una carpeta de sus archivos, la experiencia temprana de saborear el jugo de limón. Así que cuando se prueba un limón el cerebro sigue las instrucciones registradas, y aun cuando sólo sea con la imagi-nación, el cerebro da las mismas instrucciones. Pero además lo hace tan rápido que funciona inmediatamente. La razón es que el cerebro no tiene por qué saber si es real o imaginado. Sólo repite la experiencia registrada y no puede perder tiempo para seguir las instrucciones. Esto es porque el cerebro ya tiene registrada la experiencia en tiempo pasado. ¿Cómo ve usted, le queda claro? pregunta la psicóloga a Rosalía, a lo que ella res-ponde con una mirada en medio del vacío, significando que no entendió nada. La psicóloga le dice: No importa, lo haremos en vivo y en tiempo real. Y claro, a todo color.

    P

  • 13POR EL PLACER DE VIVIR

    Al otro día Rosalía pasa por la recámara de Lucas y viéndolo acostado en la cama le dice: “¿Todavía no te levantas?” y sigue su camino. De regreso le vuelve a decir: “¿Sigues acostadote?”. La psicóloga le dice: Cuando pase otra vez, diríjase a Lucas diciendo: “Lucas, qué bueno que ya te levantaste”, y ella lo hace. Y para asombro de la mamá, Lu-cas se endereza y gira, colgando los pies de la cama. Al regreso, por las mismas instrucciones la mamá dice: “Qué bueno que ya te pusiste el pantalón”. Y Lucas empieza efectivamente a ponerse el pantalón. En otra vuelta la mamá dice: “Qué bueno que ya te lavaste los dientes” y Lucas sale disparado hacia el cuarto de baño. Sin salir de su asom-bro, la mamá en medio de las risas y su cara de sorpresa no se explica lo que está pasando.

    La psicóloga le aclara: “Igual que tenemos registrado en una de las gavetas y expedientes del cerebro el comportamiento de lo que hay que hacer cuando mordemos el limón, también tenemos registrado el haberse levantado de la cama, el haberse puesto los pantalones y el haberse lavado los dientes. Así que cuando Lucas escucha esas ins-trucciones tal cual están expresadas —y esto es lo más importante— en tiempo pasado, el cerebro se apresura a cumplir la instrucción que surge de los archivos del mismo cerebro, que le impulsan a realizar la conducta ya registrada”.

    Después el papá le dice a Rosita: “Ponte el suéter, hace frío” y Rosita nada más se le queda viendo. “Que te pongas el suéter, te digo…” y ella sólo dice: “no tengo frío”. Pasa la mamá y le dice: “Rosita qué bueno que ya te pusiste el suéter” y continúa caminando mientras Rosita empieza a ponerse el suéter diciendo: “si ya dije que no tengo frío”… pero termina de ponérselo.

    Como toda habilidad, sólo la adquieres con la práctica diaria.

  • 14 POR EL PLACER DE VIVIR 15POR EL PLACER DE VIVIR

    Marcia

    Benavides

    Mujereslibres

    de violencia

    or décadas, en México hemos vivido una cultura de machismo en la que se considera superior al hombre respecto de la mujer por la sola cuestión de haber nacido niño o niña. Nuestras abuelas, y

    todavía algunas mamás, enseñaban que al hombre no había que ha-cerlo enojar, sólo servirlo, mantenerlo contento en todos los aspectos, tenerle la comida y la ropa lista y, sobre todo, tener sexo cuando él lo quisiera. Había que pedirle permiso para salir y esperar a que él quisie-ra darle dinero a su mujer, en la cantidad y para lo que él considerara necesario.

    Hoy el mundo ha cambiado, México está cambiando y la mujer se está liberando. Se ha salido del hogar para trabajar y aportar al sosteni-miento económico del hogar, es más independiente, dice lo que piensa. Como todo, este cambio sociocultural tiene ventajas y desventajas.

    Al salirse la mujer de la casa, inevitablemente los hijos pasan más tiem-po en guarderías y frente a la televisión; en el mejor de los casos, al cuidado de las abuelas. Las mamás conocen menos a sus niños y por lo tanto tienen menos control sobre ellos, hay menos comunicación. Hay más niños malcriados, a lo que hay que sumarle la influencia de todo lo que hoy la tecnología y las redes sociales aportan. En el lado positivo, la mujer es más segura de sí misma, se autorrealiza y todo eso se nota en el hogar. La clave es que las mujeres y madres no perdamos el equilibrio entre el hogar y el trabajo. Que no olvidemos que la familia es la empresa más importante que podemos tener, y que ningún logro profesional compensa el fracaso en la casa. Y que al mismo tiempo, crezcamos profesionalmente. Sí, todo sin perder el balance.

    Con todo esto podríamos pensar que se ha acabado el abuso y violen-cia contra la mujer. Sin embargo y tristemente, todavía nos falta mucho qué hacer. Todavía en muchas empresas se defiende el progreso del hombre antes que el de la mujer. Los partidos políticos en apariencia defienden la equidad de género, y sin embargo puede verse que la mujer sigue siendo utilizada para ganar un interés político específico. En las casas, muchísimas mujeres siguen siendo víctimas de violencia psicológica y/o física.

    Detengamos la violencia contra la mujer. Existen ya muchas organiza-ciones de gobierno, federales, estatales y municipales, así como mo-vimientos sociales y asociaciones civiles que defienden a la mujer y buscan su seguridad y desarrollo, así como el de su familia.

    México forma parte de varios convenios internacionales en defensa de la mujer, lo que significa que nuestro país se ha comprometido a defen-der y promover la integridad de todas las mexicanas. Hagamos nuestra parte. Si eres víctima de violencia en tu casa o tu centro de trabajo, no te quedes callada. Tienes derechos, y existen leyes y autoridades para defenderte. Busca ayuda. Lee. Prepárate para superarte cada día y ser mejor persona y mujer. Te mereces una vida libre de violencia.

    P

  • 16 POR EL PLACER DE VIVIR 17POR EL PLACER DE VIVIR

    n México existe mucha preocupación por el nivel que tendrán las pensiones en los próximos años, sobre todo para las personas que se encuentran en la modalidad de Pensión por la Ley del Se-

    guro Social de 1997 (o AFORES), ya que se estima que serán del orden del 30% de su último sueldo.

    Es difícil imaginar cómo sería vivir con menos de una tercera parte de nuestros ingresos en la etapa de retiro. A esto hay que sumarle que la esperanza de vida en México actualmente es en promedio de 76 años (78 para las mujeres y 73 para los hombres). Es por eso que debemos buscar diferentes estrategias que nos permitan lograr un buen nivel de vida en los años dorados, y aprovechar nuestra etapa laboral más productiva pensando que la única persona que cuidará de nosotros en el retiro somos nosotros mismos de jóvenes.

    Tendemos a sobreestimar lo que podemos lograr en el corto plazo, y a subestimar lo que podemos lograr en el largo plazo. Si aprovecha-mos el interés compuesto, que consiste en ganar intereses sobre sus intereses, cuanto más tiempo tengamos invertido nuestro dinero, más rentabilidad generará. Existe una regla básica que dice que el dinero se duplica cuando el resultado de multiplicar la tasa de rentabilidad por la cantidad de años es igual a 72. Con una tasa del 6%, el dinero se duplica en 12 años. Con una tasa del 8%, el dinero se duplica en 9 años. Con una tasa del 7.2%, el dinero se duplica en 10 años.

    La recomendación es comenzar una disciplina de ahorro lo antes po-sible. Es sorprendente la diferencia entre empezar a ahorrar a los 30 años y a los 40 años.

    Sin tomar en cuenta las comisiones e impuestos, y suponiendo que los fondos generan una rentabilidad del 6%, si empezamos a ahorrar mil pesos mensuales a los 30 años y seguimos ahorrando hasta los 65 (420 meses), acumularíamos 1 millón 431 mil 834 pesos. En cambio si empezamos a los 40 y ahorramos hasta los 65 (300 meses), acumu-laríamos tan sólo 696 mil 459 pesos.

    ¿Y qué hay de la diferencia entre ahorrar mil y 2 mil pesos mensuales? En este caso, considerando las mismas condiciones que en el ejemplo anterior, el ahorrador que inicia a los 30 años acumularía 2 millones 863 mil 668 pesos al llegar a los 65 años, comparados con 1 millón 392 mil 918 pesos que acumularía el ahorrador que inició a los 40 años.

    E

    El tiempo es nuestro aliado

    Sandra

    Cantú

  • 18 POR EL PLACER DE VIVIR

    Ahorro mensual A partir de los 30 años A partir de los 40 años

    $1,000 $1,431,834 $ 696,459

    $2,000 $2,863,668 $1,392,918

    Incluso ahorrando menos, podemos hacer una gran diferencia si em-pezamos antes. Empezar a ahorrar mil pesos por mes a los 30 es me-jor que empezar a ahorrar 2 mil pesos por mes a los 40.

    Más sorprendente es comparar lo acumulado por una persona que empieza a ahorrar mil pesos mensuales a los 30 años por solamente 10 años, y después sólo deja crecer su inversión al 6% anual hasta los 65 años, contra lo que puede acumular alguien que empezó a ahorrar mil pesos mensuales a los 40 años y continuó haciendo aportaciones hasta los 65 años: 730 mil 888 pesos contra 696 mil 459 pesos.

    Ahorro Ahorro a partir de los Ahorro continuo mensual 30 años por 10 años a partir de los 40 años y después solo el hasta los 65 años rendimiento de lo acumulado hasta los 65 años

    $1,000 $730,888 $ 696,459

    No importa la edad que tengas o cuánto puedes ahorrar cada mes, lo importante es empezar lo antes posible. Es una decisión de la que nunca vamos a arrepentirnos.

    [email protected]

    Tu abueloha muerto

    urante algunos años acudí con un psiquiatra para que me ayudara a entender un trauma de mi pasado:

    mi abuelo había muerto cuando yo tenía 8 años y nadie me lo había dicho.

    Aquel dolor había marcado mi infancia y tal parece que lo seguiría cargando de por vida.

    Una tarde, frente a un agua de tamarin-do, narraba mi triste historia a una nueva amiga. Ella miró con seriedad mi descon-suelo y me dijo: Tu abuelo ha muerto.

    Cuatro palabras que recuerdo siempre que intento culpar a alguien de una su-puesta desventura.

    D

    Cristina

    Camacho

  • 20 POR EL PLACER DE VIVIR 21POR EL PLACER DE VIVIR

    uando comete alguna falta, por ejemplo de cortesía ¿debe uno pedir disculpas u ofrecerlas (las disculpas)? Es una de esas con-fusiones provocadas por lo que yo llamo “baches” del idioma…

    Aunque echarle la culpa al idioma es como eso de que cuando la nana es necia, le echa la culpa al bebé.

    Usted disculpe pero lo que pasa es que el verbo disculpar es como calle de doble tránsito, funciona en dos sentidos diferentes: De aquí para allá o de allá para acá. Puede usarse para dar razones que lo des-carguen a uno de alguna culpa, como en “Discúlpame, mano, te cobré de más pero no lo hice adrede” o “…discúlpame hermano, te volé a tu novia, pero ya no lo vuelvo a hacer.” En este caso el verbo disculpar funciona como sinónimo de perdonar.

    O puede usarse en sentido reflexivo: disculparse. “Me disculpo por no haber ido a tu fiesta mano, pero es que tenía una boda…” “Pues no hubieras ido…” “¡Es que era la mía!” En este caso disculparse es equivalente a presentar una explicación o una justificación por la falta cometida.

    En concreto —como dijo el albañil— cuando uno pide disculpas en realidad lo que quiere es pedir que lo disculpen, o sea que el verbo está usado en este segundo sentido y no como sinónimo de perdonar, porque entonces sería absurdo que, si yo fui el que llegué tarde a la cita, además te pida que seas tú el que me dé una explicación.

    Yo creo que está bien usado el término para pedir disculpas, pero como no queremos que se enojen los puristas, podemos pedir per-dón y evitamos así que algún académico se vaya a querer tirar de un puente por eso.

    Entonces en lugar de pedir disculpas, pida perdón: “Oye mano, en serio, te pido perdón por lo que te dije anoche acerca de tu mamaci-ta. Es que ya ves que cuando tomo me pongo muy loco…” “Ah, no te preocupes. De todas maneras yo ya te dije lo que tú puedes ir a hacer con la tuya, así que no hay fijón...” Sí, después se vuelve uno muy comprensivo.

    C

    Ricardo

    Espinosa