Revista Summus 17

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LUJO CON INTELIGENCIA El amor es para siempre Kusama Yayoi

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Lujo con inteligencia

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L U J O C O N I N T E L I G E N C I A

El amor es para siempreKusama

Yayoi

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Pág. 58 La primavera en Nueva York

Pág. 92 Mi vecino Salander

Pág. 106 El renacer coctelero

Pág. 118 Embajadores relojeros

Pág. 124 Justo en el clavo

Pág. 128 Negocios en línea

Pág. 130 Mejores prácticas minoristas

Con una evidente estética gótica, la diseñadora española Maya Hansen elabora atrevidos corsés para las mujeres contemporáneas.

Foto Marcelo Aquilio

MAYA HANSEN

ÁTAME24

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El arquitecto danés se ha apoderado de la vanguardia de la arquitectura contemporánea en el mundo. Está destronando la idea de arquitectura de íconos que se impuso en las últimas dos décadas.

Foto Ulrik Jantzen

BJARKE INGELS

LA ARQUITECTURA ES MÁS42

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Foto Mónica Barreneche

ALEJANDRO GÓMEZ STUBBS

Este colombiano diseñó una biblioteca que parece sacada de una historia de ficción pero que pone en entredicho las leyes físicas del equilibrio.

LIBROS EN EQUILIBRIO

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Foto

OFILL ECHEVARRÍA

La obra del cubano retrata la

MANIFIESTO DEL HOMBRE NÚMERO

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Foto Kaveh Kazemi

EL AGUA SAGRADAEn los interminables desiertos del centro de Irán se encuentra Gamsar, un pueblo que se hizo famoso por su agua de rosas, la misma que sirve para cuidar la piel, preparar algunos platos y hasta calmar el estrés.

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Foto Cortesía Ariel Motors

ARIEL ATOM

EL ÁTOMO VOLADOR

No existe un automóvil de calle que acelere tan rápido como este. Puede ir de 0 a 100 kilómetros en 2,3 segundos. ¿Amenaza para los superdeportivos?

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Yayoi Kusama tiene 83 años y dice estar en el mejor momento de su vida. Aunque sabe que está enve-jeciendo, se siente joven y asegura que, como todavía no todo está inventado, puede llegar a ser, como ella lo ambiciona, “más famosa, aún más famosa”. La artista japonesa es un ser especial: misteriosa, con una imagen que impacta y experta en crear a su alrededor un halo de fasci-nación y morbo, decidió internarse en un instituto psiquiátrico de Tokio desde hace 39 años. Pese a sentirse joven, acepta que está frente a la muerte; así es que se ha lanzado a estrenar su exposición retrospectiva en el Whitney Museum de Nueva York, además de lanzar una colec-ción para Louis Vuitton que diseñó junto a Marc Jacobs, el director creativo de la marca. Quizás quiere probar que su trabajo va mucho más allá de su salud mental, por eso acep-tó contar su historia en esta edición.

Lo mismo hizo en Madrid Maya Hansen, la diseñadora de padre argentino y madre danesa, que desde 2004 se especializa en la elaboración de corsés, aquella prenda que nació en las cortes europeas del siglo XVI y con la que Hansen está vistiendo a estrellas de la música, actrices y mujeres que usan esta prenda como manif iesto de libertad. Sus diseños, elaborados arte-sanalmente y por pedido, están repletos de seducción y adornan clientas en España, Reino Unido, Estados Unidos, Japón, Suiza, Francia, Países Bajos y Lituania.

Juan Fernández, DIRECTOR

Una parada en Miami sirvió para un encuentro con Bjarke In-gels, el danés que se ha apoderado de la vanguardia de la arquitectura contemporánea en el mundo. Su discurso, además de ser amigable con el medio ambiente, se está abriendo paso para destronar la idea de la arquitectura de íconos que se impuso en las últimas dos décadas. Es, como él mismo define a un buen arquitecto, un médium para lograr una mejor sociedad.

Como Ingels, un grupo de dise-ñadores regados por todo el mundo se atreven a decir que no todo está inventado. Es el caso del diseñador colombiano Alejandro Gómez Stubbs, quien lo demostró construyendo una biblioteca que pone en entredicho las leyes físicas, una ocurrencia como la del ingeniero británico Simon Saunders, quien apostó todo para lograr construir el Ariel Atom, el vehículo de calle con la aceleración más rápida del mundo, la amenaza de los superdeportivos.

La última parada ocurrió en los interminables desiertos del centro de Irán, donde se encuentra Gamsar, un pueblo que se hizo famoso después de la llegada de la Revolución Islámica en 1979, época en la que se dio a conocer que el agua de rosas que se producía allí, además de ser utilizada para lavar la Kaaba, en La Meca, el símbolo sagrado del Islam, poseía cuali-dades únicas para cuidar la piel, preparar exquisitos platos, quitar la sed y hasta calmar el estrés. His-torias que reconfortan y comprue-ban que no todo está inventado.

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Carta del director

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Átame

EN LA CIMA

Foto Cortesía Maya Hansen

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AMÁ24

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AMEEl corsé nació en las cortes europeas del siglo XVI y pronto se convirtió en una prenda que ató a las mujeres como esclavas de su propia vanidad. La diseñadora española Maya Hansen contradice esta historia con atrevidos corsés hechos para las mujeres contemporáneas. Este nuevo fetiche femenino demuestra que las libertades evolucionan con la historia, pero la vanidad siempre seguirá intacta.

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ENLACIMA

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Couture creme and lace corset.

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ENLACIMA

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ENLACIMA

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En febrero de 2012, Maya Hansen presentó en el Fashion Week de Madrid su colección inspirada en la Quinta Avenida de Nueva York.

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ALTA MODA

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MylaFleur of EnglandShell BelleCoquette

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DISEÑO

Foto Cortes

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La arquitectura es másEl arquitecto danés Bjarke Ingels se ha apoderado de la vanguardia de la arquitectura contemporánea en el mundo. Este hábil y comunicativo diseñador ha logrado imponer un discurso más amigable con el medio ambiente, y de paso destronar la idea de arquitectura de íconos que se impuso en las últimas dos décadas. Muchos se preguntan: ¿hacia dónde se dirige la arquitectura contemporánea? Fácil, sigan los pasos de Bjarke Ingels.

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Alemania Angola Aruba Bahamas Bolivia Canadá Colombia Costa Rica Curacao Chile Ecuador España Estados Unidos Grecia GuatemalaIslas Mauritius y Seyshelles Italia Japón Líbano México Panamá Perú Portugal República Dominicana Rusia Venezuela www.touche.com.co

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Este conjunto de casas construidas en Copenhague plantea una nueva tipología arquitectónica. Allí se creó una montaña artificial que permite generar mejores vistas sobre el paisaje plano de la ciudad. Las viviendas se conectan entre sí por medio de cubiertas verdes y jardines comunales.

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“En el pabellón danés para la Feria Mundial de Shanghái diseñamos un enorme estanque en el centro que rememoraba las aguas limpias del puerto de Copenhague. También quisimos crear una arquitectura activa en donde se pudiera caminar e ir en bicicleta por el pabellón y las exposiciones. Se trata de una arquitectura que no pretende parecer bonita o poética, sino generadora de efectos y posibilidades para la gente. Con esta obra definimos la forma como las personas interactúan con la exposición y, además, enviamos un mensaje sobre el valor de la sostenibilidad ambiental a un país como China, que tiene graves problemas en esta materia. El pabellón es un homenaje a la sostenibilidad y la movilidad limpia”, Bjarke

Ingels

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Los proyectos de BIG nacen a partir de la experimentación con modelos de diferentes escalas e imágenes digitales. Proyectos urbanos, residenciales y hasta ideas para mejorar la movilidad del futuro forman parte del catálogo de trabajo de esta firma.

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Bjarke Ingels y su equipo de trabajo.

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Como sabíamos que la primavera se aproxima-ba, decidimos bautizar nuestra actual exhibición Pegasus. Escogimos este nombre por el significado mitológico del conocido caballo alado, que en mi concepto siempre he aso-ciado como un símbolo de libertad y sabiduría.

Una de las maravi-llas de esta época del año en Nueva York es ver el renacer de la naturaleza en todo su esplendor, y presenciar la llegada de las aves migratorias. Una de mis favoritas es el degollado (pheuticus ludovianus), una hermosa especie de plumaje blanco y negro, y pecho color fucsia. Cada vez que lo veo pienso en su gran viaje desde Colombia, donde este pájaro pasa el invier-no, hasta Norteamérica.

Gracias a la variedad de semillas que usualmente pongo a mis pájaros en mi casa de campo, siem-pre recibo durante esta época la visita de varias parejas de degollados.

Mi querida ave fue otra de las inspiraciones para la exposición que presentamos en la galería. Él, como Pegasus, es un ser libre y sabio. Por eso decidimos hacer una exhibición con piezas de seis artistas: John Paul Philippe, Sebastián Errázuriz, James Salaiz, Mark Welsh, San Baron y Eric Rhine. Todos ellos trabajan con diferentes técnicas y medios, como fotografía, cerámica, porcelana, metal, ma-dera y taxidermia.

La obra de San Ba-ron está llena de humor y sorpresa. Este artista nos hace creer que sus piezas son clásicas, aunque en realidad son una sátira contemporánea sobre la nostalgia del pasado. Por ejemplo, hay un espejo cubierto con plumas de pavo real que hace de la

vanidad una comedia. También hay una serie de pájaros de porcelana que parecen ser piezas clásicas, pero que si se ob-servan con detalle se verá que solo algunas partes de ellas están pintadas. Esta es la manera como el artis-ta juega con el espectador.

Otra pieza que encuentro fascinante es The Chicken Chair, de Sebastián Errázuriz. Esta silla de madera esconde en la parte inferior una jaula que encierra a un gallo disecado. La idea detrás de esta pieza es recordar-nos la forma como se crían los pollos en los criaderos, y nos ilustra de manera explícita la ausencia de espacio con la que crecen estos animales. Es una pieza muy hermosa, pero a la vez impactante.

Además de Pegasus, esta primavera trajo por primera vez a Nueva York la presentación de la feria de arte Frieze, con base en Londres. Estábamos an-siosos con la llegada de esta gran exposición de arte contemporáneo. El evento

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tuvo como sede la isla Randalls, cerca de Man-hattan, en una gran carpa que dejaba penetrar la luz y creaba un ambiente festivo.

En la feria participa-ron algunas de las galerías más famosas del mundo, entre ellas Gagosian Gallery y White Cube. A finales de mayo también fui invitada por el Museo Cooper Hewitt, a la apertura de su exhibición Graphic Design – Now in Production, en el edificio Building 110, en Gover-nors Island. Esta isla ha sido parte de la cultura de Nueva York desde el siglo XVI, cuando los nativos la llamaban la Isla Nuez. Después de estar ocupa-da por una base militar, y más adelante por los guardacostas de la ciudad, en 2003 fue vendida a los habitantes de Nueva York, quienes hoy la disfrutan sin ninguna restricción.

Desde 2009, varias organizaciones culturales, incluyendo Creative Time, han hecho exhibiciones en la isla, no solamente en los antiguos edifi-

cios construidos por las fuerzas militares, sino también en espacios ex-teriores. Ver la exhibición de afiches, revistas, libros, tipografía, televisión y cine que el Cooper Hewitt presentó en este lugar fue una experiencia fasci-nante porque reafirmó la fuerza que tiene el diseño para propiciar los cambios sociales.

Para terminar estos días de bienvenida a la pri-mavera, tuve la fortuna de sentarme con mi amiga, la arquitecta Suchi Reddy, de India, a tomar cerveza en el restaurante al aire li-bre que ella misma creó al lado de una playa artificial con la vista más hermosa de la Estatua de la Liber-tad y del bajo Manhattan. Durante esa tarde, varios degollados volaron por los cielos de la gran ciudad.

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Libros en equilibrioHay quienes dicen en tono de sentencia que ya todo está inventado. Otros, quizá menos pragmáticos, pero más soñadores, como el diseñador colombiano Alejandro Gómez Stubbs, demuestran con sus ideas cuán equivocada y pesimista es esta afirmación. Historia de una biblioteca que pone en entredicho hasta las leyes físicas del equilibrio.

El niño tiene 13 años. Su tía ha regresado de Italia. Parado, a cierta distancia, la observa sacar el objeto de la bolsa. El niño siente una emoción particular al ver salir del empaque esa extraña forma cóni-ca, plateada, que parece estirarse como una bailarina de aluminio. Al niño le cuesta creer que ese objeto, de extraña gracia y belleza, sea en realidad una tetera. Le cuesta, aún más, creer que ese objeto tenga autor.

Su tía se lo explica como si se tratara de un cuento de hadas: es la tetera Hot Berta, la diseñó Philippe Starck.

El niño siente una fuerza que lo sobrecoge. Años más tarde entenderá lo que en ese momento es un impulso desprovisto de sentido para una edad en la que se quiere ser actor, trapecista o soldado.

La Hot Berta, de Philippe Starck, le señala un camino irre-vocable: el niño quiere ser dise-ñador, diseñador industrial.

…No tiene más de 20 años. Ronda

entre sus compañeros de Arquitectu-ra de la Universidad de los Andes, de Bogotá, el rumor de que han secues-trado a una estudiante en el parquea-dero de la Universidad Javeriana.

Como muchos otros colom-bianos que se hicieron adultos en la Colombia de finales de los noventa y comienzos del milenio, Alejandro

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Gómez Stubbs sale un día de clase, llega a la casa, recibe una llamada de sus padres, empaca sus proyectos y huye del país. Como tantos otros de su generación promete regresar.

Viaja a Miami, continúa en la Uni-versidad Internacional de la Florida una carrera en la que nunca terminó de enca-jar. “La arquitectura es un arte demasia-do lento, tardas mucho en ver realizado lo que imaginas”, dirá años después.

…¿Cuál es la mejor manera de guardar los libros?Tiene 26 años y está sentado en un salón, durante su primera clase de la electiva de furniture (‘mobiliario’). Es estudian-te de la Maestría de Diseño Industrial, en el Instituto Pratt, en Nueva York.

La tarea que el profesor Mark Goetz deja flotando en el aire lo inquieta.

¿Cómo construir una bibliote-ca que responda a esa pregunta?Los libros se ponen uno al lado del otro, es la respuesta fácil. Pero muchas veces se caen —es insoportable el sonido y el males-tar visual cuando esto sucede— y, además, nadie nunca se ha detenido a responder por qué insistimos, 560 años después de publi-cada la Biblia de Gutenberg, en obligarnos a ladear el cuello como perros inquietos cada vez que buscamos un ejemplar en nuestra colección. La solución —piensa rápidamente—, es poner los libros uno encima de otro. Así se resuelve el sonido de la caída, la tortícolis y esos feos sostene-dores de libros. Pero intente usted sacar el libro que está en la parte inferior y, sobre todo, regréselo al lugar en el que estaba, para que vea que la respuesta aún no llega.

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Pasan semanas y Alejandro Gó-mez Stubbs, sentado frente al compu-tador en su piso de Brooklyn, página en blanco, no encuentra la respuesta.

Para terminar de complicar la ta-rea, el profesor Goetz le ha encomendado como proyecto final construir una bi-blioteca que resuelva esa pregunta.

…Tiene 30 años. Abre los ojos en su cama en Bogotá. Prende el computador. En la bandeja de entrada de su correo electrónico llueven los mails. Gómez Stubbs no lo puede creer.

BélgicaFinlandiaTurquíaDebe ser spam, piensa.Pero no. Esos nombres sin rostro,

de lugares remotos, le hacen todos la mis-

ma solicitud, al mismo tiempo: ¿qué de-ben hacer para comprar la biblioteca?

…Pasan las semanas y no da con el prototipo. En-cerrado en su apartamento de Brooklyn, juega con fragmentos de madera, alambres, varas de aluminio, piensa en módulos intercambia-bles, construye una, dos, cinco, veinte formas de armar la biblioteca, la mejor biblioteca.

Tiene una complicación adicional. Gómez Stubbs nunca ha dejado de pensar en Hot Berta. La tetera de Starck es como una pulsión invisible que se le atraviesa en el camino, y su elegante y juguetona sinuosidad, un dictamen estético al que quiere obedecer.

Así, la biblioteca no solo debe guar-dar de la mejor manera los libros. Tam-bién debe ser una biblioteca “animada”.

Para inspirarse, Gómez Stubbs se sumer-

A la fecha ha vendido más de cien bibliotecas Equilibrium. El mueble ha salido reseñado en algunas de las revistas en el mundo en que todo diseñador quisiera aparecer.

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ge en la fantasía personal de Andrew Bell, un joven artista inglés radicado en la Costa Este de los Estados Uni-dos, quien comenzó garabateando monachos en un cuaderno y terminó volviéndose tremendamente famoso con una página de internet donde publica las criaturas que hay en su cabeza (www.creaturesinmyhead.com).

Durante las siguientes semanas dejará las reflexiones teóricas sobre la acomodación de los libros y se dedicará a animar su proyecto. Le pone antenas, pies, ojos saltones a los prototipos de bibliotecas que va construyendo.

Nada funciona.Son semanas sin lle-

gar a ningún punto.A pocas semanas de la en-

trega del proyecto, le escribe al profesor Goetz un correo desespe-rado: “Necesito que algo pase…”.

…Alejandro Gómez Stubbs no

recuerda cuándo ocurrió lo que tenía que pasar. Ese día, ese momento de gloria en que debía gritar ¡eureka!, se le pasó por los ojos y no se dio cuenta.

Un día estaba jugando con los mó-dulos de cartón con los que solía armar los prototipos de la biblioteca; sus expe-rimentos eran demasiado tradicionales, los cubos horizontales, uno encima de otro, nada nuevo. Al día siguiente, los módulos estaban en el suelo, arruma-dos, caóticamente reunidos, formando, de repente, volúmenes y diagonales que Alejandro no había visto antes.

Y entonces se dio cuenta de que una biblioteca diagonal per-mite recostar los libros sin que se caigan. Y en ese arrume de cubos, descubrió que no hacía falta ponerle antenas a un mueble para animarlo.

En adelante, todo fue más fácil. Para el momento de presentar su mueble, Gómez Stubbs había construi-do una elegante biblioteca modular

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que parecía sacada de la marcha de los baldes y los traperos de Disney.

La llamó Equilibrium.…

Tiene 32 años. Su oficina es lumi-nosa y pequeña. Un enorme ventanal, que cubre la totalidad del extremo norte del lugar, abre el espacio hacia la vista del barrio Chicó, en Bogotá. Módulos de madera se arruman organizada-mente en el lugar. También hay rollos de papel de burbujas, una caricatura de Ásterix enmarcada solitaria en una pared, una nevera con algunas cer-vezas nacionales, y un reloj diseñado por Philippe Starck colgado al lado de los recortes de más de una decena de publicaciones internacionales donde Equilibrium ha salido reseñada.

Sobre uno de los pocos mue-bles que hay en el lugar reposa, silenciosa y cómplice, un ejemplar en miniatura de la Hot Berta.

Andrés Gómez Stubbs, tal como se lo prometió, ha re-gresado a Colombia.

Lo hizo hace dos años. Vol-vió para iniciar desde Bogotá un proyecto con el que soñó por años: diseñar y ensamblar muebles en Bogotá y vendérselos al mundo.

Su primer acto empresarial fue espontáneo y, quizás, ingenuo. A los po-cos días de llegar al país le envió la foto del “man” (así se refiere al mueble) a una conocida suya en Nueva York, directora del portal de diseño Contemporist. Nunca tuvo respuesta. La directora de la página web se limitó a subir la imagen de la biblioteca, anunciándola como una pieza de Malagana Design, nombre con el que bautizó Gómez a su marca, luego de haber dedicado su tesis de grado en Pratt a la estética del diseño de los indígenas colombianos.

Un día después de subida la fotografía, llovían los pedidos. Gómez se tuvo que convertir, de la noche a

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la mañana, en exportador de muebles de diseño, gerente, relacionista público, redactor de comunicados de prensa y tramitador de aduanas en un país acostumbrado a exportar flores y no piezas sofisticadas de diseño.

A la fecha ha vendido más de cien bibliotecas Equilibrium. El mueble ha salido reseñado en algunas de las revistas en el mundo en que todo dise-ñador quisiera aparecer (Architectural Design y Bazaar, entre ellas), e inclu-so un reality sobre remodelación de lujo en Australia importó una de las bi-bliotecas para usarla como parte del mobiliario de uno de sus programas.

Algunas veces los “manes” llegan medio destrozados. Gó-mez Stubbs podrá haber descubierto cuál es la mejor forma de guardar los libros, pero aún debe descubrir la mejor forma de garantizar que las bibliotecas lleguen a su destino sin las abo-lladuras que certifican un embalaje en el Tercer Mundo.

Mientras lo descubre, anda buscando una mejor for-ma de cobrar las órdenes de compra, nuevas versiones de Equilibrium, un comunicador social y un método de pro-ducción que le permita satisfacer una demanda viral.

No obstante, Alejandro Gómez parece dormir tranquilo.Ha descubierto un lenguaje.

Gómez Stubbs volvió para iniciar desde Bogotá un proyecto con el que soñó durante años: diseñar y ensamblar muebles en Bogotá y vendérselos al mundo.

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El amor es para siempre

úmero

ARTEINC.

Foto Cortes

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El amor es para siempreA sus 83 años la artista japonesa vive un momento único en su trayectoria artística. Su nombre vuelve a ser objeto de adoración entre críticos, galeristas y público. Se alista para estrenar su exposición retrospectiva en el Whitney Museum de Nueva York y para lanzar una colección para Louis Vuitton que diseñó junto a Marc Jacobs, el director creativo de la marca.

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Como casi siempre, lo primero que se dice de Yayoi Kusama es que vive en un hospital psiquiátrico, que su salud mental es inestable y que gran parte de su inspiración proviene de alucinaciones que padece desde los 10 años. Todo esto es parcialmente cierto. Cualquier intento por definir a esta artista puede resultar en un grave error, pues se corre el riesgo de encasillarla en estereotipos, o

de restarle importancia a lo que parece una infinita fuente de creatividad y una disciplina de trabajo que resulta en una obra atemporal.

Bastará ver en julio en Nueva York su exposición retrospectiva —la misma que se presentó en febrero en la Tate Modern de Londres—, donde se evidencia que su trabajo va mucho más allá de su salud mental, alrededor de la cual se ha creado un halo de fascinación y

de morbo, alimentado por ella mis-ma. Incluso algunos han especulado que esto no es más que un intento por recibir atención mediática.

Para su exhibición llega con sus famosos lunares, colores vibrantes, gigantes redes infinitas e instalacio-nes espaciales. Lo hace en la cúspide de una segunda fama y esta vez, como ella misma lo dice, “después de una larga lucha con la que finalmen-te tengo paz mental”. Ante todo va-liente, Kusama nunca pretendió cu-rar su enfermedad, ni sus obsesiones o alucinaciones, al contrario, quiso aprender a manejarlas y a canalizar-las a través de su creatividad. Para ella el oficio de crear tiene un efecto medicinal, es una manera de exte-riorizar su mundo interno. Y así de

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poderosa es su obra, que aunque puede llegar a resultar intimidan-te, es sin duda única y honesta.

DESEMBARCO EN NUEVA YORKLa primera vez que Kusama llegó a Nueva York fue en 1957, en sus veinte, literalmente con todo lo que poseía empacado en sus vali-jas. Nació en Japón en una familia adinerada y conservadora que no veía con buenos ojos su pasión por el arte y mucho menos su expecta-tiva de convertirlo en su principal ocupación. Fue su madre quien más se opuso, al punto de prohi-birle pintar cuando era niña. En cambio la instaba siempre a pre-pararse para tener un marido, una familia y atender los quehaceres domésticos. Pero Kusama no obe-deció y buscó consejo en la artista americana Georgia O’Keeffe, con quien mantuvo correspondencia después de descubrirla en un libro de arte contemporáneo.

Aunque O’Keeffe le advir-tió sobre las dificultades que

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cualquier mujer extranjera y soltera debía sortear para vivir en una ciudad como Nueva York, Kusama terminó por conseguir que su madre le diera suficien-te dinero para llegar a la Gran Manzana, pero nunca logró su apoyo. Es así como a sus 28 años se encontró sola en una metrópoli de posguerra, donde las galerías eran dominadas principalmente por hombres, y ella ni siquiera hablaba la lengua y no tenía una familia a la cual regresar. Por eso, cuando se habla de ella como un ícono del feminismo también se corre el riesgo de perder de vista su verdadero periplo: un ser que se enfrenta a lo desco-nocido, con poco a su favor pero decidida a conquistarlo. Uno de los primeros lugares que visitó al poco tiempo de llegar fue el emblemático edificio Empire State. Parada en el último piso, y mirando hacia la ciudad, se pro-metió que ese sería el lugar donde se haría un nombre como artista.

Lingering Dream 1949 136.5×151.7cm Pigmento sobre papel

Corpses 1950 61.0 ×72.7cm Oleo sobre lienzo

The Heart 1951 31.8×41.0cm Óleo sobre lienzo

Accumulation of the Corpses (Prisoner Surrounded by Curtain of Depersonalization) 1950 72.3x91.5cm Óleo sobre lienzoPhosphorescence

in the Daytime 1950 25.2×17.5cm

sobre papel

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Lograrlo no fue fácil. Se encerró en su estudio para tra-bajar de una manera que rayaba en lo compulsivo, soportando un invierno penetrante, sin calefac-ción y pocos dólares en el bolsillo. Pero cuando por fin emergió lo hizo con grandes lienzos cubier-tos por círculos meticulosamente pintados. Un patrón que desde la distancia parece un fondo sólido y monocromático, y que solo visto de cerca y en detalle comienza a develarse en una red. A esta serie la llamó Infinity nets, o ‘redes infinitas’. Fue la primera noticia de su llegada que recibieron las galerías locales.

De allí en adelante dominó a su antojo a los medios y a los agu-dos críticos de arte de Nueva York, superando incluso a otros grandes del momento como Andy Warhol. Su promesa se iba cumpliendo y sus creaciones diversificando. Produjo, por ejemplo, una serie de esculturas blandas y fálicas en la que se reitera su afán por la meticulosidad. De ella se recuerda la obra que se exhibió por primera vez en la galería de Gertrude Stein. Consistía de un barco de remos completamente cubierto por pro-tuberancias fálicas en un espacio cuyas paredes estaban empape-ladas con 999 fotografías de la misma escultura. Lo que la artista llama “Accumulation sculptures”, o ‘esculturas de acumulación’.

Kusama no tardó en lograr su cometido, la ciudad era suya. Dominó la lengua, los medios, la intervino, e incluso le sirvió como fuente de inspiración a algunos artistas, entre ellos, Andy Warhol y Claes Oldenburg. Fue precursora de movimientos como el minimalismo y el pop art, aunque su obra sea difícil de encajar en un solo estilo.

Sin embargo, en lo que al-gunos críticos consideran un mo-mento bajo de su carrera, cambió los lienzos por happenings, o per-formances. Por medio de anun-cios en los periódicos congregaba a festivales de pintura sobre cuer-pos desnudos. Eran en protesta por la guerra de Vietnam. En estos casos, por lo general, su partici-pación era como organizadora e interventora. Se paseaba entre los

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El trabajo de Yayoi Kusama va mucho más allá de su salud mental, alrededor de la cual se ha creado un halo de fascinación y morbo, alimentado por ella misma.

Con amor, Louis Vuitton y Yayoi Kusama 2012 Kusama parece haber librado casi todas sus batallas, algu-nas las perdió y otras las ganó, pero el sentimiento general es de triunfo. El reconocimiento no parece dominar sus ambi-ciones como alguna vez suce-

cierta dulzura y tranquilidad que el objetivo es compartir su particular modo de percibir el mundo, de permitirnos entrar a su universo. Dice que para ella crear es mandar un mensaje de amor y qué mejor

La oportunidad se presentó al trabajar con Jacobs, por quien profesa admiración y lo con-sidera un “diseñador con gran

de la marca con el que trabajó -

mensamente creativo y lleno de ideas, pero también yo…

original saldrá algo que atraerá el corazón de las personas en

Parece un matrimonio per-

lejos de la usual imagen que

pasa desapercibido, no solo por su obra, desde el momento en que entra a cualquier

pelucas de colores fosfores-centes. Los patrones, colores e imaginación evidentes en su

profesional como personal-mente, hacen parecer que ella

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asistentes cubriéndoles el cuerpo con sus legendarios lunares. Los mismos lunares que han domi-nado su expresión artística desde los 10 años cuando hizo un retrato de su madre cubierta con ellos.

DE VUELTA A CASAEn 1973, Kusama no tuvo otra opción que regresar una vez más al lugar del cual salió corriendo años atrás para encontrar su propia voz. Lejos de un regreso triunfal, volvía a Japón con su salud mental deteriorada, quebrada económi-camente y casi sin fuerzas para empezar de nuevo en un lugar don-de no era conocida. Por recomen-dación médica decidió internarse

Yayoi Kusama on Accumulation #2 1966

Yayoi Kusama

Aggregation: One Thousand Boats Show at the Gertrude Stein Gallery, New York 1964 Técnica mixta

en un instituto psiquiátrico por un tiempo indefinido, lugar que desde hace 39 años es su residencia permanente. Y aunque por algún tiempo el mundo del arte haya olvi-dado a Kusama, ella nunca dejó el arte. Este encierro voluntario no ha afectado su producción en absolu-to, de hecho sale todas las mañanas a su estudio, en el que trabaja de ocho de la mañana a cinco de la tar-de, ilustrando su ética de trabajo, y quizá dependencia, con el arte.

Aunque esta disciplina creativa muchas veces es opacada por otros datos que resultan más excéntricos. Lo cierto es que gran parte del éxito de su obra radica en su incansable persistencia y

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dedicación, factores que le han permitido trabajar desde la pin-tura, la escultura, el performance, las instalaciones espaciales, e incluso en el diseño de modas y la escritura. Después de su regreso a Japón publicó algunas novelas y poemas inspirados en sus años en los Estados Unidos, teñidos por la psicodelia y el surrealismo.

Una vez más se levantó del anonimato y se ganó el reconoci-miento del Japón que ve en ella a una hija talentosa y trascendente. Hoy sus esculturas se yerguen en el centro Fukuoka Kenko, en el Bunka-mura en Benesse isla de Naoshima, y en el Museo al Aire Libre de Kirishima. En Francia, en la estación del TGV Lille-Europe; y en el Beverly Gardens Park, en Estados Unidos.

Este julio Kusama vuelve a Nueva York, la ciudad que le permitió hacerse artísticamente y que después la olvidó tan pronto la perdió de vista. Es la misma ciudad que hoy le hace honor con una exposición retrospec-tiva en el Whitney Museum.

Traveling Life 1964 248×82×151cm Técnica mixta

Accumulation #1 1964

248×82×151cm Técnica mixta

Untitled Accumulation 1963 Técnica mixta

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A lo largo de su carrera ha producido varias obras sobresa-lientes, como las redes infinitas, las esculturas blandas, los legendarios lunares y los cuartos de espejos infinitos. ¿Hay alguna de estas obras por las que tenga una preferencia?Sí, por las redes infinitas. Porque producen un sentimiento hipnóti-co, una especie de vacío y mareo. Los colores me llenan de energía.

¿Qué siente con respecto a su fama?No sé si soy famosa, mi estudio es mi mundo. Estoy feliz de sa-ber que las emociones que surjan de mi creación en colabora-ción con Louis Vuitton van a llevar mis lunares a todas partes.

En su colaboración con Louis Vuitton tuvo que trabajar de la mano del director creativo de la marca, Marc Jacobs. ¿Cómo fue esta experiencia?, ¿está contenta con el resultado?Fue un gran placer poder trabajar junto a Marc Jacobs, quien tiene una brillante carrera internacional en el mundo de la moda. Fui muy feliz cuando vino a visitarme a mi estudio en Tokio. La foto que nos tomamos en esa ocasión aún está colgada en la pared de mi estudio donde muchos visitantes la admiran. Es un gran honor para mí.

Usted tiene dos muy pres-tigiosas exposiciones este año, una en la Tate Modern de Londres y otra en el Whit-ney Museum de Nueva York. ¿Cómo se siente al respecto y qué expectativas tiene?En esta etapa avanzada de mi carrera me veo como una pequeña luz que titila en la historia de la humanidad.

Por último, ¿qué despierta su deseo por pintar y crear?Es una respuesta fácil, sim-ple. El mensaje artístico que quiero dar con mi trabajo artístico: “Love forever” (‘amor para siempre’).

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ARTE INC.

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Manifiesto del hombre número

La obra del artista cubano retrata la vida de miles de seres anónimos que luchan por sobrevivir en un mundo rutinario y predecible. Con una obra cada vez más figurativa, entrega una declaración en la que asegura que la esclavitud es un estado del alma que se revela de diferentes maneras.

La vida de Ofill Echevarría es una carrera de largo aliento que hasta el momento ha tenido tres etapas. Y digo hasta el momen-to porque este pintor cubano de 40 años parece dominado por una extraña fuerza interior que lo obliga, desde que era adolescente, a estar siempre en movimiento, a no perdurar, a levantar el ancla cuando siente que la comodidad de la rutina burguesa adormece su existencia.

Fue en La Habana cuando Ofill Echevarría sintió el primer impulso por ponerse a andar. Recluido en la isla sentía que pa-gaba una condena por cometer el pecado original de haber nacido en esta tierra. Sabía, mucho antes de terminar sus estudios de artes plásticas en la Academia San Alejandro, y de cofundar el mo-vimiento Arte Calle en 1988, que su destino estaba mucho más allá de los atardeceres en el malecón de La Habana. No había paisajes irrepetibles, ni almuerzos con su familia, ni el recuerdo de una no-via que lo pudieran atar a un país que le había negado su libertad.

lDurante aquellas tardes

de calma pasmosa frente a la bahía observaba a los ejércitos de compatriotas, adoctrinados y adormecidos por las migajas que la dictadura revolucionaria les tiraba en la cara. Los veía marchar de sus casas a sus trabajos, y de allí a los locales de comida adonde hacían fila, como autómatas, para cambiar sus monedas por una libra de arroz. Nada parecía salirse del libreto, y cada quien cumplía su papel de acuerdo con un siniestro guion escrito desde los cuarteles de la revolución.

Echevarría ganó un pre-maturo reconocimiento en la clandestina escena artística de La Habana, circuito en el que se movía con destreza organizando exposiciones, filmando videos y pintando su propia obra. Vivía con sus compañeros en una especie de burbuja que los blindaba de la dictadura pero también del mundo exterior. Afuera existía una época de cambios: expira-ba la década de los ochenta y al otro lado del océano las cartas parecían barajarse de nuevo. El

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El mundo de los vivos

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Sebastián 2011

Muro de Berlín caía en 1989 y con él las doctrinas que sustentaban a los dictadores caribeños. El arte abstracto se enfrentaba a cualquier forma de historicismo y revisionismo, y los performances y videos se confirmaban como caminos válidos del arte contem-poráneo. Era una época emocio-nalmente diferente al fin de esta primera década del siglo XXI. Entonces todo era nuevo, mien-tras hoy todo parece un reciclaje de lo ya conocido. Esto sucedía mientras el pueblo cubano seguía con la bota militar sobre su cuello.

Echevarría, que en un principio se había cuestionado la posibilidad de emigrar y de seguir la predecible ruta de los exiliados cubanos en Estados Unidos, aguantó hasta donde su espíritu le permitió, antes de doblegarse y lanzarse a andar por un exilio itinerante que tuvo su primera escala en Ciudad de México, adonde llegó en 1992.

ARTE EN MOVIMIENTONueva York se convirtió en la capi-tal del arte internacional después de la Segunda Guerra Mundial. Cada sector de la ciudad posee una especie de ADN que la distingue. En Soho están las galerías de arte contemporáneo; en el Upper East Side las de los grandes maestros del Renacimiento e impresio-nismo; en Chelsea los estudios de los artistas europeos. En Williamsburg (Brooklyn), vive la vanguardia, la experimentación. Es decir que allí conviven algunos pocos artistas consagrados con muchos creadores frustrados.

Ofill Echevarría llega a un café ubicado en una esquina de la calle Bedford, eje principal de Wi-lliamsburg. Viste, como es usual, gabardina y sombrero oscuro. Al

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entrar cuelga su abrigo y su som-brero de ala ancha en el vestidor. Es un hombre de movimientos pausados y frases cortas. No es fá-cil entablar una conversación so-bre el origen de su obra porque el artista parece no estar interesado en hablar de su pasado. Como via-jero prefiere hablar del siguiente destino, antes que detenerse a dar círculos redundantes sobre su vida y su obra. Aunque también sabe que es inevitable recordar las estaciones previas que recorrió antes de llegar a Nueva York.

El crítico de arte Emilio Ichikawa escribió una reseña sobre la obra de Ofill en una edición de la publicación cubana Encuentro. Hablamos sobre este artículo para romper el hielo, y leo en voz alta una cita que había subrayado previamente: “De su instante puntual, ese desde el que explotará una carrera plena, Ofill se ha relacionado con la música. En sentido general, con ese tipo de expresión que toma al cuerpo como instrumento fundamental. Voz, gestualidad, músculo… Todo ello le ha hecho aceptarse como compositor, creador de partitu-ras: una suerte de artesanía, de fábrica, que va ubicando frag-mentos hasta conseguir un todo, notas hasta dar con una melodía, talleres hasta sistematizar una industria. El viaje para Ofill son las estaciones, sus calles, sus paseantes, las sombras… Mirar la pisada en el camino y la nube que le cierne. Porque la obra de Ofill también se mira hacia arriba: al tendido eléctrico, a la azotea, a los árboles, al borde del muro o la cerca, a Dios”.

El artista toma con escep-ticismo estas palabras. No cree —como la mayoría de los artistas piensa de los críticos— que su obra y su vida puedan ser definidas por un tercero. Si eligió ser artista y viajar sin detenerse, fue preci-samente para contar él mismo su historia. Sin intermediarios. Entonces Echevarría siente la ne-cesidad de narrar con sus propias palabras por qué salió de Cuba.

Un retrato

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Ofill Echevarría en su estudio de Nueva York con su usual gabardina y sombrero oscuro.

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Llegó a la capital mexicana y allí vivió de manera ininterrum-pida por una década. Reconoce que al principio fue como llegar a otro planeta. Todo era nuevo para él. Admiraba la arquitectura republicana de la Plaza del Zócalo y la obra de los grandes muralistas aztecas. Visitaba todos los días el Palacio de Bellas Artes para estudiar los trazos de Rivera y de Siqueiros. Trataba de entender cómo esta genialidad pudo estar al servicio del comunismo, ese mismo régimen que lo había for-zado a dejar su propia patria. Con la mesura que otorga la distancia, pudo analizar con mayor claridad por qué su pueblo parecía estar condenado a vivir sin libertad mientras sus vecinos latinoame-ricanos hacían la transición desde la dictadura a la democracia.

En México vivió la libertad, pero también conoció la miseria. En sus frecuentes caminatas por la ciudad fue testigo de otro tipo de yugo y de explotación, esta vez encarnada en la rutina que padecen los habitantes de una gran metrópoli en desarrollo. Era la lucha por sobrevivir en una ciudad que a veces parece África, y otras veces París.

Los trabajadores cubanos retratados de manera abstracta en los cuadros de Echevarría dieron paso a seres más figurativos, silue-tas de rostros de oficinistas, carte-ros, vendedores ambulantes… Era una forma de detener el tiempo en torno a un instante en apariencia intrascendente, como por ejemplo tres ejecutivas caminando por el Paseo de la Reforma de Mé-xico. Son momentos que para la mayoría pasan desapercibidos, pero que para el artista muestran, como ningún otro instante, el cruel espectáculo de la rutina. “Las figuras diseminadas en sus visiones urbanas tienen persona-lidad distinguible, por encima de sus corrimientos y grisuras. Es falso que Echevarría difumine sujetos negándoles identidad. Su demografía urbana, centrifugada con el diestro uso de varios grises, también puede individualizarse. Cierto que el artista no retrata rostros con frecuencia, pero capta el aliento de identidad que tiene el hombre-número. Entrega uno de los últimos instantes en que el residente se muestra como perso-na: esa irrepetible alquimia entre alma y cuerpo que justifica la dife-rencia”, dice Ichikawa en su texto.

No pasó mucho tiempo ni esfuerzo para que la obra de Ofill Echevarría llamara la atención de curadores y galeristas mexicanos. Uno de los primeros interesados en estos personajes anodinos contemporáneos fue la galería Al-fredo Ginocchio – Arte Interna-cional, que todavía representa al

La esquina 3La esquina 2

Amarillo

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cubano internacionalmente. Mé-xico sirvió entonces como plata-forma para depurar la obra y allanar el camino para la siguiente estación. Cuando el éxito lo abrazaba y sus cuadros colgaban en la colección permanente del Museo de Arte Mo-derno de México, D. F., en el Museo de Oaxaca, y en el Museo del Centro Nacional de las Artes de Monterrey, sintió que era momento de partir.

SERES ANÓNIMOSNueva York fue la siguiente parada. Escogió esta ciudad por-que quería observar los perso-najes anónimos que retrataba en el corazón del capitalismo y del primer mundo. “Quien llega de visita a Nueva York se enfrenta

a un grupo de pretextos arqui-tectónicos que envían un falaz mensaje de provisionalidad. Carros de comida rápida con ruedas que, sin embargo, están clavados en la misma esquina desde la eternidad; trenes que salen y llegan al mismo sitio; personajes que se lanzan esca-leras abajo solo para fumar un cigarrillo en la puerta del mismo rascacielos donde trabajarán hasta morir, túneles de nailon que protegen a los peatones de accidentes en construcciones que no se terminarán nunca… Me cautivaron estos habitá-culos ‘efímeros’, pues develan su verdadera eternidad en mi obra”, explica Echevarría.

Como dice el propio artista, su trabajo busca “componer”, como si se tratara de una partitura o de un plano de arquitectura, todas las piezas alrededor de la vida contem-poránea. Al final se verá que este nuevo paisaje no es tan nuevo ni tan diferente del pasado. Entonces, lo que ha retratado Ofill Echevarría en este viaje a medio camino es una misma carencia, una ausencia de libertad expresada en diferentes contextos. Para el artista, de cierta manera los cubanos que hacen fila para cambiar sus monedas por arroz son la contraparte de los oficinistas de Nueva York que a la salida de sus trabajos hacen fila en una tienda de ropa para cambiar sus billetes por una camisa.

La cuna

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Alta definición

Indentidad

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Estando en mi galería, durante el otoño de 2004, recibí una llamada de mi asistente anunciando la visita del señor Salander, quien venía a saludar, y yo, sin saber a ciencia cierta de quién se trataba, salí para ver si era un cliente o un visitante. Para mi sorpresa me encontré con Lawrence Salander, uno de los dealers de arte de grandes maestros más respetado de Nueva York en ese momento.

Se presentó y nos comentó que a partir de ese día sería nuestro nuevo vecino. Quería preguntarnos cómo iba el negocio y cómo era el tráfico de clientes en el lugar. Le explica-mos que nuestra galería se especializa en arte latinoamericano y que la mayoría de nuestros clientes estaba fuera de la ciudad. Le dije que a nuestra izquierda se encuentra la biblioteca del Museo Frick, una de las mejores del mundo y visitada con frecuencia por los dealers de la ciudad, lo cual hace de la calle 71 —entre Madison y Quinta Avenida— un punto estra-tégico en el medio del arte neoyorquino.

Por obvios motivos, me sentía complacido de tener a una galería del calibre de Salander-O’Reilly como vecino. Según los informes de prensa de la época, se decía que Salander invir-tió más de tres millones de dólares para adecuar la mansión de estilo neoclásico italiano del nú-mero 22 Este de la calle 71 en una galería de arte. También se comentaba que pagaban un alquiler anual de un millón ochocientos mil dólares. Como quien dice: ¡cinco mil dólares al día!

La inauguración de la nueva galería fue uno de los eventos más importantes de Nueva York, al que acudieron, sin excepción, todos los poderes de la ciudad, desde el alcalde hasta

el cardenal, deportistas, estrellas de cine, coleccionistas respetados y curadores de museos y casas de subastas. El despliegue de poder que mi nuevo vecino demostró en esta convocatoria fue sencillamente impresionante.

Entre sus clientes se encontraban perso-nalidades como Robert de Niro, John McEn-roe, Yo-Yo Ma, Ivan Lendl, Bruce Springsteen. En 2003 el experto Robb Report la nombró como la mejor galería del mundo. Recuerdo que cuando recibíamos visitas importantes siempre incluíamos la galería de Salander, junto al Whitney, al Guggenheim y al Metropolitan Museum, como lugar obligado. Una vez llevé a esta galería a un ilustre visitante de Colombia, que al ver los Goya, Tintoretto, Caravaggio, Canaletto, Rembrandt, El Greco, Bernini y decenas de estatuas italianas religiosas rena-centistas y barrocas, solo atinó a decir: “Esto parece un gran saqueo”. Era increíble ver tantos tesoros a la venta bajo un mismo techo. Fue un comentario que resultaría premonitorio.

Se rumoraba que Salander se la estaba jugando toda cuando salió a flote un escán-dalo entre él y John McEnroe, extenista y ahora dealer de arte, a quien conocí hace casi veinte años. El problema entre mi vecino y mi amigo tenista consistía en que Salander le ofreció una sociedad para comprar, por partes iguales, una obra de Arshile Gorky, por un valor de cuatro millones de dólares. Al final ambos acordaron compartir la utilidad de la reventa por partes iguales. Pero por cosas del destino, tiempo después McEnroe descubrió que la pieza estaba en la casa de un coleccio-nista, sin que Salander le hubiese reportado

EL CAMINO DEL LUJO

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la venta o utilidad alguna por ella. McEnroe, de carácter explosivo y experto en confronta-ciones, se fue a la galería de Salander a exigir una explicación, lo cual dio como resultado que mi vecino le entregó otra pieza del mismo artista para compensarlo y calmarlo. El problema fue que esta pieza posteriormente sería decomisada a McEnroe por parte de la casa de subastas Christie’s, que tenía entabla-da una demanda de restitución por esta obra. ¡Quién dijo miedo! Explotó así un escándalo mediático de grandes proporciones, y la pelea entre estos antiguos socios sería apenas la punta del iceberg del peor desfalco en la historia del mercado del arte en Nueva York.

Robert de Niro se enteró de lo sucedido y le pidió cuentas a Salander por las obras que su padre —quien es pintor y estaba re-presentado por la galería— le había dado en consignación por varios años. Descubrió que los cuadros de su papá habían sido vendidos hacía mucho tiempo sin pagarle al autor el valor de su comisión. Como se pueden imaginar, esta confrontación entre el actor y el galerista multiplicó el escándalo, que hasta el momento incluía episodios de robo, estafa, falsificación de documentos, ventas ficticias, incumpli-miento de contratos, y un largo etcétera.

Comenzaron a llover los problemas. El museo de Filadelfia reclamó las piezas The Harbor, de Maurice Prendergast, y Mountain Landscape, de Arthur Davies, consignadas a la galería de Salander. Se descubrió que la pri-mera obra fue vendida sin permiso del museo por un millón y medio de dólares, y el Mountain Landscape simplemente había desaparecido.

Earl Davis, hijo del artista Stuart Davis, demandó a Salander por el no pago de 96 pinturas consignadas a su galería, las cuales sumaban un valor cercano a los siete millo-nes de dólares. Renaissance Art Investors, controlada por Donald Schupak, fue uno de los mayores perdedores en esta pirámide al estilo Madoff. Después del desplome de mi vecino, esta firma de inversionistas entró a reclamar más de treinta millones de dólares representados en 328 obras renacentistas consignadas. Nunca las recuperaron.

Al ver que todo se venía abajo, Lawrence Salander se declaró en bancarrota para tratar de protegerse con la famosa Ley 11, pero fue muy tarde. First Republic Bank, su banco de confianza, lo demandó por el atraso del pago de su línea de crédito por más de cuarenta mi-llones de dólares, usando como colateral obras de arte que no eran de su propiedad. Todo esto sucedía mientras se publicaba en las primeras páginas de los medios la extravagante forma de vida y el derroche a todo nivel de mi vecino, lo cual, en este tipo de situaciones, los acreedores no perdonan bajo ninguna circunstancia.

Al final se instauraron ciento tres cargos por fraude, falsificación y otros crímenes, más de cuatrocientas reclamaciones y treinta de-mandas penales por ventas ficticias y reventas de la misma obra a diferentes personas. Para completar el tenebroso círculo, Salander vendía las obras y nunca notificaba a sus propieta-rios o socios; dividía una obra por acciones y después vendía más del cien por ciento de esta; o simplemente no devolvía las obras consig-nadas. Además traicionó a sus mejores amigos

que eran sus clientes y no les pagó a los artistas que respaldaron su galería por años. En fin, mientras toda la ciudad estaba fascinada con el encanto de Lawrence Salander, él manejaba los hilos de una compleja estructura de fraudes cercana a los ciento veinte millones de dólares.

Mi vecino trató de todo para salvarse, pero ya era muy tarde. Puso en venta su biblioteca con 34.000 tomos, y en la cual invirtió cerca de cuatro millones de dólares; su casa en el Upper East Side por casi treinta millones de dólares; su casa de campo y su inventario de 231 piezas de arte —más las de la galería, que sumaban cuatro mil piezas aproximadamen-te—, antes de entrar en liquidación, que es cuando se pierde el control de los bienes.

En un último intento por salvarse, Sa-lander planeó una exhibición sin precedentes en la que tenía puesta sus esperanzas en una inusual obra de Caravaggio, de la cual esperaba una ganancia de cien millones de dólares. La pieza era Apollo, the lute player. Pero faltando dos horas para la apertura, y mientras el ilustre público hacía fila en una alfombra roja que pasaba frente a mi puerta, la Corte de Nueva York ordenó embargar y cerrar la galería.

Lawrence Salander no tuvo más remedio que aceptar su derrota. Se declaró culpable y recibió una condena de entre seis y dieciocho años de prisión. Durante el juicio reconoció sus fechorías, y con la voz entrecortada pidió perdón a sus víctimas y a su familia. Pocos días después sufrió un derrame cerebral.

Esta historia suelo contarla a mis ami-gos y clientes como un manual de lo que nunca se debe hacer en el negocio del arte.

Laurence Salander es

conducido por agentes federales al juicio en el que

reconoció sus fechorías y pidió

perdón.

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PLACERES

Foto Cortesía The Berkeley’s Caramel Room

El agua sagrada

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THE BERKELEY’S CARAMEL ROOMEl salón de los amantes de la moda. No por nada la experiencia de tomar el té en el Caramel Room del Hotel Berkeley se conoce como prêt-à-porter. Los pasteles, eclairs y otros postres para acompañar el té están inspirados en prendas de las últimas colecciones de los diseñadores más afamados. En esta época de verano, los favoritos son los bizcochos de chocolate elabo-rados con la forma de los extravagantes tacones amarillo neón de Christian Louboutin, o los bocados de torta de vainilla hechos en forma de biquini rojo de la marca Miu Miu. Es común ver en el lugar a famosos apasionados por la imagen como la familia Beckham, Madonna o Gwyneth Paltrow.

Wilton Pl, Londres SW1X 7RL www.the-berkeley.co.uk

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Tomar el té de la tarde en Londres es una experiencia inolvidable. Visitar uno de sus salones y disfrutar de este clásico placer inglés es un plan imperdible. Una guía de los mejores salones de té de la ciudad.

RITZDecir que tomar una de las 17 variedades de té en hoja, acompañado por un sándwich de salmón ahumado, scones de uvas pasas y manzana con fresas en conserva en el Ritz es una institución, no es una exageración. Pasar la tarde en el salón de té del hotel es tan popular, que comienzan a servirlo desde las 11:30 hasta las 7:30, previa reservación entre cuatro y doce semanas de anticipación. Pero no por su popularidad este salón deja de ser exclusivo, el Ritz pertenece al prestigioso Tea Guild del Consejo Británico del Té. 150 Piccadilly, Londres W1J 9BR www.theritzlondon.com

THE LANESBOROUGHPara el Consejo Británico del Té, en el Lanesborough se toma el mejor té de la ciudad. Uno de los plus del salón de este hotel es que cuenta con el primer some-lier del té de Londres, Karl Kessab, quien comunica su experiencia y pasión por esta bebida a los visitantes que llegan a disfrutar de alguno de los tés de la casa, ya sea el Lanesborough, una mezcla que se consume exclusi-

vamente en el lugar, o el Darjeeling ‘First Flush’, consi-derado como la champaña de los tés. Para acompañar la bebida funciona un sándwich, unas delicadas galletas o los clásicos acompañantes de la bebida, los scones.

Hyde Park Corner, Londres SW1X 7TA www.lanesborough.com

FORTNUM & MASONEl restaurante St. James del Fortnum & Mason cambió su nombre en mayo pasado por el de Diamond Jubilee Tea Salon, en honor a los 60 años del reinado de Isabel II. La reina en persona, fiel a la tradición de tomar el té, estuvo en la reinauguración de uno de los lugares más clásicos para hacerlo. Su tradición se remonta a más de trescientos años. Los “te-ristas” expertos están dispo-nibles para ayudar a los clientes a elegir entre las más de 150 variedades de tés y tisanas que se ofrecen en el lugar, muchos de ellos hechos exclusivamente para la Casa Real inglesa, como el Royal Blend Tea, creado exclusivamente para el rey Eduardo VII, el Fortnum’s Smoky Earl Grey Blend, elaborado por pedido del Palacio de Buckingham, o la exótica mezcla de té keniano desa-rrollada para la celebración de la boda real del príncipe Guillermo en 2011. 181 Piccadilly, Londres W1A 1ER www.fortnumandmason.com/

DORCHESTERDe 2:30 a 4:45 de la tarde se sirve el té en el famoso paseo del Dorchester. El salón ofrece variedades como el té de champaña rosa Laurent Perrier, o el clásico Dorchester Afternoon Tea. Para acompañar, se puede comenzar con la selección de pequeños sándwiches de pepino con queso crema en pan de semillas de alcaravea, o de pollo con mayonesa de mostaza en pan de albahaca. Como si esto fuera poco, los scones de la casa siempre están recién horneados. La tarde no puede terminar sin alguna de las delicias de pastelería francesa que ofrece el lugar.

Grande House 12 Park Place, Londres W1K 1QA www.thedorchester.com

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El agua sagradaEn los interminables desiertos del centro de Irán se encuentra Gamsar, un pueblo que por siglos fue apenas un punto verde perdido en medio de un paisaje etéreo y hostil donde los aldeanos cultivaban la "rosa Mohammadi". Pero todo cambió después de la llegada de la Revolución Islámica en 1979, cuando se dio a conocer que el agua de rosas que se producía en este pueblo era utilizada para lavar la Kaaba, en La Meca, el símbolo sagrado del Islam.

PLACERES

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Amanece y en las empinadas calles de Gamsar empiezan a aparecer familias que caminan en dirección a los múltiples baghes, o jardines donde cada mayo flore-cen esas pequeñas rosas de color rosado intenso que los iraníes llaman “rosas Mohammadi”, pero que el mundo conoce como “rosas de Damasco”, aquellas de olor único y cuyos pétalos son destilados desde hace siglos en esta zona central de Irán.

Dicen que sus propieda-des son infinitas. Los persas las usan para todo: cuidar la piel, preparar algunos de sus platos más exquisitos, calmar el estrés y hasta quitar la sed.

Cuenta la leyenda que uno de estos rosales fue regalado a unos

asacerdotes sirios que visitaban la zona, quienes a su regreso lo sembraron en algún lugar de Damasco y posteriormente se multiplicó en miles y se popula-rizó entre las mujeres interesadas en cuidar su piel. Los viajeros que entonces pasaban por la capital siria decidieron llamarla “rosa de Damasco” y convertirla en uno de los objetos más vendidos en el famoso bazar de Hamidiyah.

Pero para los persas, esta rosa viene de sus entrañas. El nombre con el que la conocen, sin embargo, está relacionado con el Islam. O al menos eso es lo que cuentan en Gamsar, donde cada familia parece tener una versión diferente de la historia de esta rosa, a partir de la cual se

La “rosa Mohammadi” es la única de las miles de variedades de esta flor con la que se produce agua de rosas. Su esencia no tiene comparación.

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ha creado una festividad que los iraníes conocen como el Golab Giri, y que se lleva a cabo du-rante los cuarenta días en que la “rosa Mohammadi” florece. “Es la rosa del Profeta”, dice Alí, un hombre de 55 años cuya familia lleva más de cuatro generaciones cultivando y destilando las rosas. “Por eso lleva su nombre”, insiste este hombre mientras vigila las tres calderas de cobre que a esa hora de la tarde están en plena ebullición. “Para hacer la mejor agua de rosas se ponen cuarenta kilos de pétalos con cuarenta litros de agua fría y totalmente pura dentro de las calderas”, explica Alí, quien agrega que se debe esperar alrededor de siete horas para obtener el codiciado líquido.

“El agua de rosas que se envía a La Meca es la de mejor calidad. Además se destila dos veces”, asegura Alí, quien deja claro que uno de los grandes orgullos de los habitantes de Gamsar es que desde hace más de cinco décadas que el agua de las rosas de esta región es enviada hasta La Meca para lavar la Kaaba, la construc-ción en forma de cubo alrededor de la cual giran los rituales de la peregrinación al lugar más sagrado de los musulmanes. “La idea nació de un clérigo chiita de la región llamado Seyed Mus-tafa Mussavian”, asevera Alí.

La intención del mulá era que los iraníes tuvieran alguna participación en el cuidado de aquella famosa piedra que está en

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territorio saudita, donde profesan la versión sunita del Islam, y con los que históricamente los chiitas han estado en contravía. Fue así como ofreció enviar ochen-ta litros de esta agua cada año hasta La Meca para que la Kaaba fuera lavada cada seis meses.

“La producción de esta agua que se envía a Arabia Saudita es muy estricta”, cuenta un empleado del lugar mientras comprueba la calidad de los pétalos que a esa hora empiezan a llegar desde los jardines para ser procesados. “El agua de rosas que se envía a La Meca proviene de un jardín especial que todavía pertenece a la familia del clérigo”.

Los pétalos se recogen muy temprano todos los viernes, antes de la oración, y luego se destilan dos veces para que tengan la mejor calidad. Luego se empaca en botellas de cuatro litros marcadas con el símbolo de La Meca, y se envían a la representación de la República Islámica de Irán, en Medina, donde son entregadas a las autoridades locales. “La lavan dos veces al año con la partici-pación de todos los embajadores islámicos acreditados”, cuenta Alí, quien en la pared de su negocio tiene varias fotos donde se puede ver la piedra sagrada.

Gracias a su agua de rosas, Gamsar pasó a convertirse en uno de los pueblos más famosos

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de Irán. “No en vano, los pétalos que crecen en otros lugares del país los traen directamente hasta aquí para que seamos nosotros quienes hagamos el agua”, cuenta Hussein, el hijo de Alí, de 27 años, quien está negociando en este momento la compra de diez kilos de rosas desde la ciudad de Shiraz, ubicada a más de cuatrocientos kilómetros.

A pesar de que la gente de Gamsar lleva cultivando las rosas por siglos, solo fue hasta la llegada de la Revolución Islámica en 1979 cuando este pueblo dejó de ser un caserío miserable perdido en el desierto. Pero todo cambió cuando al clérigo se le ocurrió que con esta agua de rosas se podría lavar La Meca. Entonces surgieron nuevas destilerías, el pueblo creció y empezaron a llegar

miles de personas de todo el país atraídas por lo que ellos mismos consideran eran unas flores sagradas. Se aprovisionaban con varios litros de esta agua de rosas, sin importar que en teoría este líquido caduca cada año.

EN LOS JARDINES“Este jardín lo tenemos hace aproximadamente un siglo”, es lo primero que cuenta Moham-mad Atriar, quien esta mañana de mayo recolecta rosas en un inmenso jardín que ha perte-necido a su familia por más de cuatro generaciones. Moham-mad, afirma, recogió su primera cosecha junto a su padre y abuelo cuando apenas tenía 7 años. Desde entonces, durante los cuarenta días que estos rosales florecen, él no se ha apartado de sus jardines.

La tradición dice que para que el agua de rosas sea la mejor, los pétalos tienen que ser desti-lados el mismo día en que han florecido. Y no solo eso, para que su calidad sea insuperable tienen que recogerse antes de que el sol, que en esta región desértica posee la fuerza del fuego, empiece a imponer sus efectos. “Eso no es tan exacto en la actualidad. En un jardín tan grande como este no alcanzamos a recoger los pétalos antes de las diez de la mañana, tardamos práctica-mente todo el día”, cuenta este hombre de manos ásperas como consecuencia de arrancar las espinas de las rosas por décadas.

“Uno se acostumbra rápido. El aceite que brota del tallo de la rosa ayuda a que las espinas —que son mucho más pequeñas

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PLACERES

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El agua de rosas de Gamsar se ha hecho famosa porque con ella lavan la Kaaba, el símbolo sagrado de los musulmanes. Por esa razón toda la publicidad de esta agua de rosas está relacionada con La Meca, lugar que según el Corán, el libro sagrado del Islam, los musulmanes tienen que visitar al menos una vez en su vida.

que las de otras variedades de rosas— no causen tanto daño en las manos”, explica Mohammad, quien hoy está acompañado por dos jóvenes sobrinos que han llegado desde Teherán para ayudarle en la recolección durante los días más duros de la cosecha. Mahmoud es econo-mista y Zeina es una abogada.

La cosecha de la “rosa Mo-hammadi” tiene su ciencia. Desde el día que empieza a florecer hasta el día nueve, la producción aumenta hasta llegar a tener nueve botones por rama. Solo dos de ellos abren cada día. “Durante este momento necesitamos mu-cha más gente que nos ayude a re-coger porque la rosa muere si lle-ga a la noche. Es un proceso que no se detiene”, dice Mahmoud, el sobrino de Mohammad, que cada año pide una licencia en su traba-jo para viajar a Gamsar a ayudar en la recolección. “A partir del día diez la producción empieza a descender, pero aún se extiende por veinte días más, en los cuales no paramos de recoger y destilar el agua. Todo tiene que hacerse en el mismo día”, explica mientras en una bolsa de tela que cuelga de su cadera va metiendo las rosas, que pocas horas más tarde terminarán en las calderas de la fábrica y después convertidas en el líquido sagrado que represen-ta la pureza del Islam.

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PLACERES

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El renacer cocteleroVarias veces al punto de la extinción, el arte del coctel se ha reinventado, ahora como una experiencia evocadora, innovadora y sofisticada.

Julio Richelieu llegó al punto más alto de iluminación cuando mez-cló un trago corto y le agregó una aceituna, y tan pronto como pudo viajó con su invento desde Marti-nez, California, a San Francisco. El “Martinez” había ganado fama en 1887, mucho antes de con-vertirse en Martini, agitado por espías y revuelto por otros más.

Era una época especial para el florecimiento del arte coctele-ro, pues con la expansión de los pioneros estadounidenses hacia el Pacífico se hacía más fácil trans-portar botellas resistentes, cosa que no ocurría con la delicada cerveza. Se hicieron comunes las mezclas de tragos fuertes, con especias y azúcar, carbonatados, calientes y posteriormente el uso del hielo.

La época de la Prohibición en Estados Unidos, entre 1920 y 1933, casi acabó con la coctelería. Los bares no podían correr el riesgo de utilizar demasiados elementos para ofrecer alcohol, pues en caso de una redada no tendrían sufi-ciente tiempo para esconder todo, y los importadores ilegales veían innecesario importar vermouth o algún “bitter” para mezclar.

El segundo auge coctelero solo llegó en los cincuenta, después de la Segunda Guerra Mundial, con el vo-dka como el principal protagonista. Pero si bien los cocteles se afianza-

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ron dentro de las propuestas de cada bar en el mundo desde ese entonces, quedó la sensación de que la creación de mezclas perdió fuerza y disminuyó su calidad de-bido al uso de licores de baja cala-ña y bartenders poco entrenados.

En años recientes, internet le dio una vuelta de hoja a esa sen-sación de inmutabilidad. Comu-nidades en línea, páginas espe-cializadas y hasta redes sociales les permitieron a los bartenders conocer, intercambiar e inspirar-se, elevar la creación a otro nivel, en otras palabras, inyectarle vida a la cultura coctelera. Una agitación de cocteleras y de personas.

Los clásicos revivieron. Existe un movimiento que estudia los archivos, comparte esas rece-tas históricas y las reinterpreta. ¿Su idea? Preservar lo preservable dándole un giro personal. Ahora los clásicos se usan como base para luego intervenir con méto-dos de envejecimiento, técnicas

trado con especias, hierbas y fru-tas exóticas que han incorporado a los cocteles. Una tendencia que seguro continuará en aumento.

El arte de la mixología, como se le conoce ahora, tam-bién cuenta con un espacio que eleva la creación de cocteles a un oficio, que descubre a sus genios creadores y presenta las nuevas tendencias que van a recorrer el mundo en los próximos años.

World Class Competition, por ejemplo, explora los mejores bares, eventos más prestigiosos, y evalúa a diez mil candidatos en más de cincuenta países para elegir al bartender número uno del mundo. Lo que empezó como un programa de entrenamiento es hoy un reconocido evento anual que convierte la cultura cocte-lera en una experiencia de lujo.

En las eliminatorias de cada país se evalúa el manejo de los clásicos, el toque personal y la interacción con las personas, utilizando licores de primera calidad como los vodkas Ketel One y Cîroc, ginebra Tan-queray, tequila Don Julio, ron Zacapa y los whiskies Johnnie Walker Gold y Blue Label.

Todos, al final, intentan convertirse en una estrella y con un golpe de suerte repetir historias como la de Julio Ri-chelieu y su popular Martini.

culinarias o mixología molecular para lograr ese toque moderno.

Otro de los fenómenos que se perciben en la actualidad es la necesidad de recuperar la relación con el cliente, el bartender psicólogo, confi-dente, contador de historias.

Los cocteles de género también han recobrado fuerza. El Global Trend Report, de Dia-geo, destaca la labor de series de televisión como Mad Men, y el impulso que le ha dado a tragos como Manhattan, Aviator, Old Fashioned, Negroni o Rob Roy. Sex and the City hizo lo mis-mo con los cocteles pensados para las mujeres, que reflejan una vida fashion y estilizada.

Pero no solo se trata de una nueva mirada a la cultura del coc-tel del pasado. Con el crecimiento de los mercados asiáticos —y el progresivo interés del mundo de descubrir este “nuevo” continen-te— los bartenders se han encon-

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Foto Ariel Motors

El átomo volador

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El átomo volador

Por Juan Fernández Fotos Cortesía Ariel Motors

No existe un automóvil de calle que acelere tan rápido como el Ariel Atom. Puede ir de 0 a 100 kilómetros en 2,3 segundos. Lo mejor: solo cuesta una fracción del más veloz de los superdeportivos.

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El Atom es una obra de ingeniería de la que se producen menos de cien piezas al año y que es definida como un Fórmula Uno de calle, una amenaza para los superdeportivos.

Cuando Jeremy Clarkson, el famoso presentador de Top Gear, el programa de televisión de la BBC de Londres dedicado a probar automóviles, se bajó del Ariel Atom 2 300 señaló: “Nunca había manejado algo que acelerara tan rápido”. El ensayo en la pista de carreras también lo hizo su compañero de set, James May, pero en el reciente Ariel Atom V8, que dejó atrás en la prueba de 0 a 100km/h y de 100km/h a 0 a sus dos com-petidores: el nuevo Lexus LFA y el poderoso Lamborghini Gallardo Superleggera. Es, sin duda, el automóvil más veloz del mundo en este recorrido.

Ariel Motors fue fundada en 2001 por Simon Saunders, un ingeniero industrial británico que trabajó para General Motors, Aston Martin y Porsche. Saunders revivió el nombre de la compañía que originalmente fue constituida en 1870 y que por varias décadas fabricó bicicletas, motocicle-tas y vehículos exclusivos.

Saunders se enfocó en dise-ñar el Atom, que ha sido calificado como uno de los automóviles más sorprendentes del último siglo. Es un excitante modelo de dos plazas descubierto, sin carrocería ni puertas, y escasas comodidades. Una obra de ingeniería de la que se producen menos de cien piezas al año y que es definida como un Fórmula Uno de calle, una ame-naza para los superdeportivos.

Como todos los autos veloces, busca minimizar el peso y maximizar su aerodinámica. “Bajo peso y simplicidad logran un gran desempeño y excelente aceleración”, asevera Saunders. “El Atom fue diseñado para regresar algo que se ha perdido en los últimos años: la pasión de conducir. Nuestro objetivo es construir vehículos de alto ren-dimiento y bajo volumen. Es así como cada coche está hecho a la medida, por lo que cada uno es di-ferente y adaptado a cada cliente. Nuestra filosofía es muy simple: ‘¡Vayan rápido, diviértanse!’ ”.

El Atom fue introducido al mercado en Gran Bretaña en 2003 con un motor Honda Civic Type-R de cuatro cilindros y 220 caballos de potencia que aceleraba de 0 a 100 kilómetros en menos de cuatro segundos.

Su precio no ha sido cata-logado como elevado y el básico de sus tres modelos actuales arranca en 53.000 dólares en

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Atom 3 Ariel Atom 3 240

Atom Mugen Ariel Atom Mugen

Atom V8 Ariel Atom V8

A toda máquina

MotorAriel 3.0 V8Cilindros 8

3.0 lPosición Montado en el centroCV 500 CV

MotorMugen Honda K20 i-VTECCilindros 4

2.0 lPosiciónMontado en el centroCV279 CV a 8.300 rpmTorque255 nm a 6.000 rpm

Motor2.0 Honda 4 cilindros i-VTECCilindros 4

2.0 lPosición Montado en el centroCV 245 CV a 8.200 rpmTorque 210nm a 6.100 rpm

b+s

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Estados Unidos. Por ese mon-to se puede acceder al Atom 3, que ofrece ajustes de altura, del ángulo de convergencia y del ángulo de inclinación de la rueda para adaptar el auto al conductor o al circuito. Posee un motor Honda 2.0 de 4 cilindros i-VTEC que con sus 245 caballos de potencia a 8.200 revoluciones acelera de 0 a 100 kilómetros en 3,2 segundos. Por 69.000 dólares se encuentra el Atom Mugen, fabricado a mano y adaptado a cada cliente. Cuenta con motor Mugen Honda K20 i-VTEC, 279 caballos de potencia a 8.300 revoluciones y la posibilidad de acelerar de 0 a 100 kilómetros en 2,9 segundos. Finalmente está el Atom V8, que ronda los 225.000 dólares con su motor Ariel 3.0 V8, 500 caballos de fuerza y ace-leración de 0 a 100 kilómetros en 2,3 segundos. Un modelo del que solo se fabricarán 25 unidades.

Saunders asegura que en su auto no hay trucos y se anima

a exhibir el interior del motor del Atom 3. No existen turbos, ni caja de cambios de carreras, ni piezas de motocicletas. Solo se ve un motor Honda adaptado al coche, es decir, una tercera parte más ligero que el estándar y con versiones de aspiración o sobrealimentación que logran aumentos de rendimiento de hasta 75 caballos de potencia.

“Más que récords, al final logramos dinámica, rendimiento, calidad, seguridad y velocidad a precio justo; ese es nuestro reto”, expresa Saunders, quien adelanta que está trabajando en un modelo de motocicleta que, según él, causará revuelo.

¿Y cómo describe la expe-riencia de conducir un vehículo Ariel? “Pregúntele a Jeremy Clarkson, de Top Gear; nada es más rápido ni más emocionante. No hay dirección asistida, ni ABS, ni control de tracción. Es un desafío en el que solo están el coche y usted”, concluye Saunders.

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¿Cómo ve el futuro de vehícu-los como los que usted produce?En cincuenta años los autos como el Atom serán los úni-cos que se podrán conducir. El resto serán controlados y no necesitarán de un conductor.

¿Qué caracteriza a los clien-tes que compran sus autos?Más que alto rendimiento, buscan un automóvil divertido.

Además del Atom, ¿cuál es su vehículo favorito?Tal vez el Ferrari 275GTB, un clásico. El Land Rover Defender también me gusta, es un vehí-culo intemporal que se pone mejor a medida que envejece.

¿Qué automóvil conduce?Un Land Rover Defender y, por supuesto, ¡un Atom!

¿Cuántos pedidos de sus modelos tiene?Tenemos una lista de es-pera de doce meses.

¿Posee clientes en América Latina?Estamos empezando a mirar hacia América del Sur. Man-tenemos conversaciones con algunas personas en Brasil. Es un lugar interesante, sobre todo por el entusiasmo de los conductores de ese país. Nos gustaría tener más coches allí.

¿Cómo ve a su com-pañía en diez años?Queremos seguir siendo una empresa pequeña que construye a mano vehículos interesan-tes. Esperemos que siempre exista un Atom en las calles.

¿Cómo define el lujo?Es muy difícil definir el término “lujo”. Si hablamos de bienes u objetos, estos contienen calidad. Son los mejores de su clase, nunca se conforman con ser los segun-dos. Y tal vez no son una necesidad en algunos aspectos, pero son muy deseables. Aunque los autos que elaboramos no son coches de lujo obvio, cumplen todos los requisitos anteriores y son identificados junto con otros que tienen cinco o diez veces su precio.

¿Cuál es el futuro de la indus-tria de los vehículos de lujo? Le respondo de la siguiente forma: siempre habrá gente que quiera lo mejor que se pueda fabricar y pagar por ello. Para eso están los automóviles.

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MÁQUINASDE TIEMPOEmbajadores relojeros

Foto Cortesía IWC

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Embajadores relojeros118

MÁQUINAS DE TIEMPO

El famoso escritor Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito, era un consumado aviador. La empresa IWC lo ha utilizado como imagen de su marca y contribuye perma-nentemente con la Fundación Juvenil de Saint-Exupéry.

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El número uno del tenis mundial firmó recien-temente acuerdo con Audemars Piguet para promover sus relojes en los muy competidos circuitos del tenis mundial. Novak Djokovic se destaca como una de las celebridades más agradables y amables del deporte blanco y constituye una imagen fresca y audaz para la marca de Le Brassus que este año cele-bra además los cuarenta años de su modelo Royal Oak.

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En una fría mañana de octubre de 1927, la oficinista inglesa Mercedes Gleitze, de 27 años, cruzó nadando las gélidas aguas del Canal de la Mancha, siendo la primera mujer en realizar esta proeza. Un par de días antes, el inventor alemán Hans Wilsdorf había entregado un pequeño reloj a esta nadadora para que lo llevara durante su travesía con el fin de corroborar la resistencia de este a las condiciones más adversas. Wilsdorf, creador de Rolex, posiblemente sin saberlo, cambió la historia de los deportes y de la publicidad en el mundo, pues Mer-cedes Gleitze evidentemente fue la primera deportista en experi-mentar el sponsoring o patrocinio deportivo con un producto de lujo. También, fue la primera “emba-jadora oficial” de una marca. Hoy en día billones de dólares son invertidos por miles de empre-sas de toda índole en patrocinar deportistas con sus marcas.Cada vez más la industria relojera utiliza personajes del mundo del

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El coloso de la industria nuevamente sorprendió al mundo con la presenta-ción del Sky Dweller, su nuevo reloj de complicación. Este fabuloso reloj de ca-lendario anual tiene indicador de doble huso horario y un sofisticado mecanismo que señala el mes y la fecha; además los cambia en los meses de 30 y 31 días au-tomáticamente. Elaborado en oro macizo en un moderno tamaño de 42 mm de diá-metro, su característico bisel acanalado es el elemento que modula la función y sirve para el reglaje del reloj de una forma sencilla y muy conveniente de utilizar.

espectáculo o de los deportes para identificar a su marca o alguno de sus productos. Las reconocidas figuras que se contratan para ese fin son consideradas como embajadores de la marca y tienen como función utilizar su prestigio, su apariencia o su estilo de vida para promocionar las ventas de determinado reloj.

Hay varias modalidades de mercadeo relojero que se usan para impulsar determinada marca o modelo de reloj a través de embaja-dores. El más común es el contrato publicitario de patrocinio donde la estrella avala con su imagen la marca del reloj que lleva. Otra manera es el “Product Placement”, que consiste en colocar un reloj en la muñeca de un personaje para que aparezca en una película, fotografía o evento y trans-mita la marca dentro de un contexto más subliminal. También existe un mecanismo de publicidad más dis-creto y exclusivo en el que, a manera de testimonial, por acuerdo privado con el personaje —que normalmen-te ya es usuario o admirador de la marca— se pactan algunos incentivos

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MÁQUINAS DE TIEMPO

para conquistar su fidelidad y de manera informal, utilizar su imagen o su presencia para avalar el producto. Finalmente, otros acuerdos de beneficio mutuo se suscriben frecuentemente entre las casas relojeras y sus embaja-dores e incluyen cooperación con determinadas obras benéficas, producción especial de relojes con el nombre de la estrella, etc.

Rolex tiene emblemáticos relojes que a través de los años se han convertido en íconos de la relojería. Por ejemplo, el modelo de brazalete President utilizado en los relojes Day Date de oro y platino, debe su nombre a que el presidente de los Estados Unidos Dwight Eisenhower lo utilizaba

con frecuencia con una correa de cuero hasta que un día lo envió a Suiza para que se le instalara una pulsera de oro. Rápidamen-te el pulso fue diseñado en los talleres en Ginebra y adquirió de inmediato el nombre de “El brazalete del presidente”.

Años más tarde, en la pelícu-la Winning, el famoso actor Paul Newman, que protagonizaba la cinta como un destacado corredor de carros, muestra brevemen-te su reloj Rolex Daytona. Este reloj de inmediato se convirtió en el modelo más deseado por los aficionados, que lo fueron a buscar en todas las joyerías del mundo para encontrar que solo un reducido numero había

sido producido. El valor de un Daytona Paul Newman hoy en día excede los cien mil dólares.

Las primeras películas de James Bond mostraban a su es-trella, Sean Connery, luciendo un Rolex Submariner. El prototipo del playboy y sinónimo de la elegancia y la masculinidad definitivamente causó un impacto en el público, que se identificó con la marca. Luego el James Bond de los años noventa —protagonizada por Pierce Brosnan— se convirtió en usuario de Omega. Actualmente la marca celebra el 50º aniver-sario de la estrella del Servicio Secreto de su Majestad con una edición especial del Seamaster en la muñeca de David Craig, el actor

Las estrellas Kevin Spacey y Cate Blanchett son destacados emba-jadores de International Watch Co., que hacen presencia en los eventos de la marca y gozan con llevar estos finos relojes.

Considerado como el mejor futbolista del mundo, Lionel Messi es uno de los más recien-tes usuarios oficiales de Audemars Piguet. El argentino lleva un precioso reloj de la colec-ción Royal Oak y pone a Latinoamérica en el centro del mapa de la industria relojera como celebridad deportiva, joven, audaz y creativa que transmite la filosofía de AP a la perfección.

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El reloj para dama Omega Ladymatic posee el nuevo movimiento mecánico de cuerda auto-mática y pretende conquistar el mercado fe-menino de la marca con la imagen de la actriz Nicole Kidman, embajadora de la empresa.

NICOLE KIDMANOMEGA

Usain Bolt es el atleta jamaiquino que corrió los 100 metros en 9,58 segundos. Utiliza un Hublot diseñado para él. Estilizado e in-mediatamente reconocible, calcado en gris antracita sobre negro y ubicado en las 9 h, en el centro del contador del segundero pe-queño permanente del movimiento. El mecanismo cronógrafo —con aguja central de 60 segundos en el centro— incorpora asimismo un contador de 30 minutos en las 3 h (que debería resultarle útil en los gestos claves de preparación durante la última cuenta atrás realizada antes de cada carrera). Además, el contador crono de 12 horas, ubicado en las 6 h, presenta un toque de verde en referencia a los colores de su amado país, Jamaica. Indispensable.

El tenor español José Carreras tiene una larga tradición de asocia-ción con Chopard, que participa activamente en el desarrollo de relojes e instrumentos de escritura para apoyar con sus beneficios la fundación de Carreras.

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MÁQUINAS DE TIEMPOMÁQUINAS DE TIEMPO

007 más reciente. Omega también ha decidido seguir por el camino del glamur y contrató a George Clooney y a Nicole Kidman como sus embajadores más actuales.

Las marcas también han encontrado en los deportes un campo ideal para la divulgación de su relojería, empezando por la Fórmula Uno. Oris lo ha hecho con el piloto venezolano de la escudería Williams, Pastor Mal-donado, y Tag Heuer con pilotos como Lewis Hamilton, represen-tantes de la imagen de la marca.

La bella tenista María Shara-pova también es una aliada indis-pensable en la publicidad de relo-jes de dama Tag Heuer, mientras que los modelos más sofisticados son presentados por la estrella de Hollywood Leonardo Di Caprio.

La alianza entre el famoso tenor español José Carreras y la manufactura suiza Chopard lleva

años, ya que en 1987, tras haberse enfermado de leucemia, José Carreras creó el José Carreras International Leukaemia Foun-dation. Como amigos de José Carreras, la familia Scheufele, propietaria de Chopard, apoya esta organización caritativa de investigación sobre la leucemia y su Fundación Suiza con sede en Ginebra, creando relojes en serie limitada, cuyos beneficios se entregan a la fundación. Recien-temente se creó también una exclusiva línea de instrumentos de escritura que lleva su firma.

El uso de un reloj preciso y resistente era esencial para los aviadores de antaño pues confia-ban en sus instrumentos para la navegación aérea. El más famoso piloto de aeronaves fue tal vez el escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, que además voló muchos años llevando correos en el sur del

continente americano. La recono-cida empresa International Watch Co. de Schaffhausen lleva décadas perfeccionando sus relojes y ha producido una serie limitada como homenaje a St. Exupéry. Numerosos deportistas y estrellas del entretenimiento son parte del grupo de embajadores de IWC.

No importa quién sea la persona que representa la imagen de una marca en el refinado mundo de la alta relojería. Albert Einstein usó un Patek Philippe, Napoleón Bonaparte un Breguet y muchos otros personajes de la historia hicieron famosos sus relojes. Hoy en día recurrir a celebridades hace que el negocio de relojes sea más dinámico, accesible y creativo, lo que a la larga genera mayor competencia por la excelencia y beneficia al público en general con relojes de mejor calidad y diseño.

Uno de los más talentosos actores de Hollywood fue escogido por Tag Heuer para presentar su línea depurada y es imagen publicitaria de la marca. DiCa-prio lleva con frecuencia los relojes Tag Heuer en las películas que protagoniza, de manera casual y discreta.

LEONARDO DICAPRIO

TAG HEUER

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George Clooney es embajador destacado de Omega. El modelo Seamaster es un emble-mático reloj que posee características de versatilidad y elegancia, cualidades compartidas por el talentoso actor americano.

Los destinos de Rolex

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ROLEX DAYTONAEl legendario reloj Rolex Daytona es consi-derado por los expertos como el reloj más apetecido del mundo. Desde su creación ha sido utilizado por miles de aficionados al deporte de la velocidad, pero más que eso es un símbolo de prestigio, exclusividad y precisión. Esta nueva versión en oro macizo definitivamente lo comprueba.

Rolex

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ROLEXEl Rolex Day-Date President es el símbolo de estatus por excelencia. El antiguo eslo-gan de la marca decía: “Los hombres que dirigen los destinos del mundo usan relojes Rolex”. Sin duda, evidencia el compromiso claro de la marca y su devoción por la per-fección y la belleza de sus relojes.

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OMEGA

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Justo en el clavoLa unión de Aldo Cipullo y Cartier. Un recuerdo vivo de los años setenta.

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JOYERÍA

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Es noche de jueves en Nueva York y el tráfico está detenido frente a la tienda de Cartier de la Quinta Avenida. Además del lanzamiento de la colección de joyería Juste un Clou, la marca inaugu-ra la exposición “Cartier y Aldo Cipullo: la ciudad de Nueva York en los años 70”, en honor al diseñador que creó dos de los íconos de la casa francesa: los brazaletes Love y Clou.

La recepción es conducida por el presi-dente de Cartier, Bernard Fornas, quien da la bien-venida a los cientos de invitados, entre quienes se encuentran Carlota Casiraghi, la actriz Lily Collins, el cantante Lou Reed y Renato Cipullo, hermano del diseñador, fallecido en 1984.

Es una retrospectiva que incluye joyas, foto-grafías, artículos de pren-sa y que revive la Nueva York de los años setenta, la década que inspiró a Cipullo y que enrique-ció a la joyería con sus mismos cambios sociales. Años que Pierre Rainero, director de patrimonio de Cartier, insiste en evocar con anécdotas de un mundo repleto de excesos y que para la marca fue dominado por dos eventos puntuales: la venta por 1,1 millones de dólares del famo-so diamante de 69,42 quilates que Richard Burton regaló a Elizabeth Taylor y el lanzamiento del brazalete Love.

Aldo Cipullo nació en Nápoles en 1935. De Giuseppe, su padre, apren-dió sobre la elaboración y venta de joyas. A los 23 años partió a Estados Uni-dos para enrolarse en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York y conver-tirse en diseñador de joyas independiente. Fue hasta 1969 que entró a Cartier para crear el brazalete Love, elaborado en oro, puntuado con motivos de tornillos y acompañado de un pequeño destornilla-dor que permitía cerrarlo

alrededor de la muñeca del ser amado. “Buscaba un símbolo de amor eter-no”, declaró Cipullo en aquel entonces. “Eran las tres de la mañana. Estaba realmente triste. Quería algo que nadie pudiera quitarme nunca. Al final, todo esto dio inicio a una transición, y pasamos de una joyería elaborada y so-fisticada a algo completa-mente distinto que nadie hacía en aquella época”.

Las cosas no habían podido haber salido mejor para quien se la había ju-gado por Cipullo: Michael Thomas, el entonces presi-dente de Cartier, quien

había elaborado un doble plan de expansión para la marca que incluía seguir defendiendo la joyería tradicional y prestigio-sa de Cartier mientras desarrollaba colecciones contemporáneas en oro, para damas y caballeros, fáciles de llevar. “Creo que tiene que producirse un cambio radical en el campo de la joyería: tiene que ser más divertida, más ligera. Podemos poner un sillón Louis XVI junto a una silla de Le Corbu-sier. Lo mismo sucede en la joyería”, señaló.

Los clientes y varios famosos se apresuraron

Todos codiciaban el apartamento de Cipullo ubicado en el número 100 de Central Park South y su lista de amigos cercanos y compañeros de fiestas.

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a las tiendas por la joya simbólica del amor. Elizabeth Taylor fue de las primeras en tenerlo en su muñeca y la actriz Ali MacGraw lo lució durante casi todo el filme La huida. Lo propio hizo el presidente de Revlon, Frank Shields, padre de la actriz Brooke Shields, cuando contrajo matrimonio en segun-das nupcias con Diana Lippert en 1970. Un par de brazaletes sustituyeron las tradicionales argollas.

En 1971 Cipullo dio su segundo golpe con el Nail Bracelet, ahora rebautizado como el Clou, o clavo. “Me he convertido en un gran conocedor en materia de tuercas, tornillos y otros clavos. Este material de ferretería, por muy duro que sea en apariencia, posee cierta calidez. La joyería tiene que desprender calidez”, dijo a Women’s Wear Daily poco después del lanza-miento de su invención, que fue el inicio de una colección inspirada en las herramientas y de las que formaban parte de ella, además del “clavo”, los gemelos tuerca, el colgante llave de tuerca y los pastilleros en forma de tornillo. “Es un reflejo de la vida. Estamos rodeados de objetos atornillados, em-pernados, clavados. Y creo que las cosas no pueden ser de otra manera”, señaló.

En 1974, después de diseñar exitosas coleccio-nes como Circles Collec-tion, Love Pins y Love Pendants, Cipullo decidió abandonar Cartier para establecerse por su cuen-ta. Ya era una celebridad en Nueva York. Todos codiciaban su apartamen-to en el número 100 de Central Park South y su lista de amigos cercanos y compañeros de fiestas, en-tre los que se encontraban Margaux Hemingway, Jacqueline Bisset, Liza Minnelli, Andy Warhol, George Hamilton, Tony Bennett, Debbie Harry, Gene Simmons y hasta la Primera dama de Esta-dos Unidos Betty Ford.

Con años de éxito por delante, Cipullo murió en enero de 1984, a los 48 años, tras sufrir un doble ataque cardíaco. Esta noche, Cartier le ha hecho un homenaje tras poner en escena en sus vitrinas la colección Juste un Clou con el estilo de aquellos años seten-ta y recordando, como señalaba, que “la moda cambia, las mentalidades, la economía, la política y todo lo demás. Ya sabe, hay que simplificarlo todo. En la vida nos vemos invadidos por revoltijos de cosas, por eso para mí la joyería se ha conver-tido en algo sencillo, absolutamente sencillo, hecho a medida”.

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JOYERÍA

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Todo queda en familia

Para las familias es importante utilizar las herramientas que les permitan definir sus objetivos y aspiraciones, como cualquier empresa. Dos documentos críticos son la visión familiar y la política de inversiones. El prime-ro establece los valores familiares y la forma como se quieren lograr los objetivos trazados. Vale la pena profundizar sobre el segundo, que es muy valioso para la administración del patrimonio familiar y que ayuda a establecer la estrategia en el manejo de las inversiones.

Independientemente de si se es un empresario cabeza de familia o una dinastía familiar de varias generaciones, cada familia es única y deberá afrontar muchas decisio-nes y encarar retos financieros. Algunos deciden manejar los asuntos personalmente mientras que otros establecen oficinas pri-vadas o contratan a terceros que sirvan de facilitadores para manejar estos temas.

Asegurar la continuidad del patrimonio familiar requiere un esfuerzo permanente de las diferentes generaciones. El grupo familiar debe buscar lograr los objetivos comunes mediante una estrategia de inversión acorde y participa-ción constructiva de los integrantes. Dentro de un grupo familiar, los miembros pueden tener diferentes objetivos e intereses, como pueden

ser la seguridad financiera, la búsqueda de nue-vas oportunidades o actividades filantrópicas.

Permitir que algún miembro se haga cargo de los negocios familiares o financieros puede traer consecuencias negativas a largo pla-zo debido a que se pueden presentar conflictos entre los intereses personales y los familiares. Normalmente, debido a las mismas relacio-nes familiares, las diferencias se tornan más emocionales que racionales. Por esta razón, los administradores externos pueden ayudar a mantener el legado e implementar la estructura de gobierno adecuada que facilite la comunica-ción y transparencia en la toma de decisiones.

La política de inversiones se deriva de la visión familiar y es una guía que detalla los objetivos financieros de la familia. El documen-to debe contener algunos puntos básicos para su buen funcionamiento. El primero se refiere a las políticas de inversión. En este punto se deben establecer cuáles son los objetivos y metas de las inversiones y de igual forma sus límites. El segundo son las responsabilidades, tanto del administrador como de los miem-bros de la familia o comité de inversiones, con lo cual se deja claro el procedimiento en la toma de decisiones y se enmarca de la misma forma el manejo de las inversiones. El tercero

es la periodicidad con que se harán revisiones del portafolio y de las políticas de inversión. El cuarto son los tipos de activos y rangos de inversión. Ejemplos de estos son capital privado (negocio familiar), finca raíz (vivienda, casas de recreo, fincas, etc.), acciones, bonos o fondos de inversión. El último punto es la selección de parámetros de medición (benchmarking) que permitan medir los resultados. El retorno va a depender del riesgo que se corra, por lo cual es muy importante determinar el nivel de tolerancia al riesgo del grupo. En momentos de turbulencia, como el actual, muchas personas descubren que la tolerancia al riesgo es más baja que la que consideraron originalmente.

No todos los miembros tendrán interés de participar activamente en la toma de las decisiones debido a diferentes circunstan-cias, ya sea por aspectos de logística, falta de conocimiento o interés en el tema. Por esta razón es importante que los miembros lleguen a un acuerdo fundamental sobre el manejo de las inversiones. Esto les dará el nivel de trans-parencia básico y conocimiento del proceso de inversiones a los diferentes miembros y además les permitirá a sus asesores exter-nos implementar los valores de la familia en la consecución de los objetivos trazados.

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EL CAMINO DEL LUJO

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y comp

y

¿Quién es el hombre adinerado?

Compras en línea y hombres adinerados

52%

75%

á

69%

+US$100.000

Infografía b+sFuente

Tenemos los datos y estos claramente cuentan una historia: está sucediendo un dramático cambio en el escenario del mercado de marcas de lujo. Los hombres adinerados están comprando productos en línea como nunca antes, lo cual ha obligado a las marcas a invertir en extensiones de línea y campañas de mercadeo diseñadas para esta audiencia.

Para comprender mejor la mane-ra como el hombre adinerado interac-túa en línea con las marcas, analizamos sus preferencias en seis áreas claves:

Está siempre conectado e interactúa con una variedad de herramientas tecnológicas. Espera tener una experiencia perfectamente integrada con todas las herramientas y caracte-rísticas de valor agregado que facilitan su vida.

Cada vez más está haciendo investi-gación a través de sus aplicaciones mó-viles y generando importantes relacio-nes con los mensajes publicitarios.

Siete de cada diez encuestados repor-tan ver anuncios en el computador portátil, mientras que uno de tres reporta verlos en sus dispositivos móviles. Todos desean ver anuncios simples que vayan al grano.

Los anuncios publicitarios a través de motores de búsqueda son una herra-mienta efectiva y relevante para llamar la atención de los hombres adinerados.

Las redes sociales son parte permanente del consumo de medios. Son un sistema viable y valioso para conectarse con esta audiencia. Donde sea que se encuentre su audiencia, el mercadeo social debe enfocarse en el for-talecimiento y crecimiento de la marca.

Cuando se les preguntó a nuestros encuesta-dos cuáles eran sus marcas de lujo preferidas, las respuestas incluyeron muchas de las marcas globales más reconocidas. Los son por razones de calidad, estilo y diversión. Marcas que no se consideran de lujo como Apple, MSN y Amazon se encontraron entre los primeros 15 puestos.

Después de analizar las seis áreas claves hemos llegado a las siguientes conclusiones:

Estamos entrando en una tormenta perfecta de influencias que convertirá al hombre adi-nerado en el principal impulsor de consumo de marcas de lujo. Liderado por el mercado de ropa de lujo, está sacándole distancia a su contrapar-te femenina en casi todas las categorías de lujo.

Las características demográficas mascu-linas indican una fuerte tendencia a invo-lucrarse con las marcas a través de las redes sociales, y a compartir su conocimiento y experiencia de compra con sus pares.

Los profesionales de las marcas de lujo están haciendo un buen trabajo, pero siempre hay espacio para mejorar. Puede que tengan algo que aprender de las marcas que no son de lujo.

En internet existen 19 millones de hombres adinerados, quienes están comprando y gastando dinero más que nunca.

70%

8%

14%

NEGOCIOS

128

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91%Tiene un computador

50%

39%

55%

Tiene una tableta

Utiliza a diario

Utiliza a diario

67% hace compras en su móvil

46% hace compras en su tableta

49% hace compras en su tableta una vez por semana

77%Tiene un smartphone

76% revisa su e-mail en su móvil

63% Usa mapas y GPS

49% consulta noticias y deportes

Hacen compras en línea múltiples veces por semana

De quienes compran varias ás

de US$30.000 anuales

Hacen compras por lo menos

US$500 y US$4.000 al año

De los hombres adinerados hacen compras por internet

¿C

37 %

41%

Compra en línea frecuentemente

Los sellos preferidos

Web más visitadas

Búsquedas más populares

Sus marcas de lujo favoritas

Siempre está conectado

4

3

20%2

29%267%

40%

58%56

98%

1. Rolex 2. 3. BMW 4. Lexus 5. Mercedes-Benz 6. Gucci 7. 8. Ralph Lauren 9. Armani 10. Audi

1. Ninguna 28% 2. 3. 4. 5. 6. Tradición 6% 7. Única 5% 8. 9. Facilidad 2% 10.

* iProspect es una agencia de marketing en línea que ofrece estra-

tegias de mercadeo digital para algunas de las marcas más reco-

nocidas en el mundo.

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Las mejores prácticas minoristas

La calidad en los servicios presta-dos al consumidor contribuye al éxito del mercado minorista y se convierte en un factor decisivo a la hora de hablar de competitividad. Tales factores favorecen la imagen del negocio, la satisfacción del cliente, determinan su preferencia y el crecimiento en el mercado.

Además de atraer a los clien-tes a los puntos de venta, es nece-sario preparar a sus colaboradores e invertir en un servicio diferen-ciado. Es importante crear un am-biente que atienda las necesidades del cliente y facilite el día a día de la operación, además de definir un plano de entrenamientos que cali-fiquen a sus empleados, para que estos “absorban” y sepan trans-mitir el concepto de cada marca.

Tales cuidados tienden a garantizar un mayor retorno de ventas, aumentan la facturación, la rentabilidad y la participa-ción en el mercado consumi-dor. La posición asegurará un lugar valioso en la mente de los clientes, tanto en los actua-les como en los prospectos.

Sucede que el exceso de oferta en nuestros tiempos hace que la experiencia de comprar pase a ser el principal elemento de diferenciación de un minorista frente a sus competidores. Las marcas de lujo poseen atributos suficientes para hacerlo efectivo, positivo y, principalmente, per-ceptible a los ojos del consumidor.

La fuerza de una marca y la calidad de los productos de lujo son indiscutibles, por eso es importante que exista exce-lencia en el servicio y es funda-mental que esta sea percibida por el cliente, proporcionando comodidad, confort y bienestar al comprador antes, durante y también después de la compra.

Los servicios disponibles du-rante la fase que antecede la com-pra facilitan el acceso del cliente al

negocio. El punto donde la tienda está instalada constituye por sí solo un servicio al cliente: estar en el lugar correcto es uno de los fac-tores que contribuyen a realizar buenas ventas. Estar próximo de la competencia puede ser una venta-ja, principalmente en el caso de la venta de bienes y servicios de lujo.

Los servicios disponibles durante la compra facilitan la selección de productos. El cuidado con las vidrieras también es fun-damental: deben atraer la atención y estimular el deseo, el principal vehículo de construcción de marca. Lo mismo sucede con un buen ambiente, que estimule los cinco sentidos del comprador: las personas no van a los nego-cios solo para comprar cosas, también buscan nuevas expe-riencias, aprendizaje, diversión y contacto con otras personas.

Después de la decisión, la estructura de pago debe estar lista para facilitar la tran-sacción y la efectividad de la compra. Es importante ofrecer diferentes medios de pago y tener cuidado con el servicio y el movimiento de la caja.

El desenlace de la experien-cia que el consumidor vivió dentro de una tienda tiene una impor-tancia fundamental. Un final des-agradable destruye la envoltura emocional del consumidor con la marca. Todo el proceso de compra debe ser memorable y la calidad del contrato con los empleados de la caja influye en la imagen que el comprador se lleva de la tienda.

La estructura de servicios disponibles en la “poscompra” facilita la posesión, eventual cambio, el uso de los productos adquiridos y principalmente el relacionamiento con la marca. La implementación de un programa de relacionamiento contribuye a la retención y mantenimiento del vínculo con los clientes. A su vez, tal mecanismo contribuye a estructurar un programa que facilite y reconozca la lealtad, que es cada vez más necesaria.

Así, la calidad y el cuidado con los servicios ofrecidos hacen que la experiencia de compra se vuelva todavía más cómo-da, atractiva y memorable, en la medida en que proporciona economía de tiempo y de energía.

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