Revista Ibero 17

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PORTE PAGADO PP15-5159 (PUBLICACIÓN PERIÓDICA) AUTORIZADO POR SEPOMEX Revista de la Universidad Iberoamericana Virgilio Caballero y Humberto Musacchio_ Granados Chapa, periodista y hombre ético Ignacio Padilla_ Líder Ibero Agustín Basave_ Rawls, Dworkin y la justicia en el paleoliberalismo Emmanuel Carballo_ Protagonistas de la literatura mexicana Inéditos de Efraín Bartolomé y Guillermo Samperio Martha Chapa_ Mercado de letras y colores Julio César Félix_El viajero ilustrado Humberto Enoc Cavazos Arózqueta_ El bloqueo estadounidense y la dictadura castrista Jor ge Carpizo_Alejandro Ordorica_Miguel Rábago Dorbecker _ Sylvia Schmelkes_Sara Sefchovich_Helena Varela Número 17 Diciembre de 2011_ enero de 2012 Ideas para un país mejor

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Revista de la Universidad Iberoamericana: Ideas para un país mejor > Año III, No. 17, diciembre de 2011-enero de 2012

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PORTE PAGADOPP15-5159

(PUBLICACIÓN PERIÓDICA)AUTORIZADO POR SEPOMEX

Revista de la Universidad Iberoamericana

Virgilio Caballero y Humberto Musacchio_

Granados Chapa, periodista y

hombre éticoIgnacio Padilla_

Líder IberoAgustín Basave_

Rawls, Dworkin y la justicia en el paleoliberalismo

Emmanuel Carballo_

Protagonistas de la literatura mexicana

Inéditos de Efraín Bartolomé

y Guillermo Samperio

Martha Chapa_Mercado de letras

y colores Julio César Félix_El

viajero ilustrado Humberto Enoc

Cavazos Arózqueta_El bloqueo

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UNIVERSIDAD IBEROAMERICANACIUDAD DE MÉXICO

Dr. José Morales Orozco, S. J. RectorDr. Javier Prado Galán, S. J. Vicerrector Académico

IBERO, REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANAConsejo editorial: Víctor Gavito, Miguel Ángel Granados Chapa ✝, Sharon Flores Jiménez, Vicente Leñero, José Morales Orozco, S. J., Esther Nissan, María Nieves Noriega de Autrey, Eugenio Páramo Ortega, S. J., Javier Prado Galán, S. J.

Comité de asesores: Carlos Alvarado Santoyo, José Carreño Carlón, Carlos Lugo Galera, Ignacio Padilla, Carlota Peón, Gilberto Prado Galán, Alberto Ruiz Treviño, Ilán Semo, Helena Varela, Gabriela Warkentin

Director: Carlos Deveaux HomsDirector editorial: Juan Domingo Argüelles Asistente editorial: Beatriz Palacios Administración: Áurea MaristanyInformación: Angélica Cortés, Paola García Alarcón, Francelia Vargas Redacción: Osvelia Ramírez, Pedro Rendón, Abenamar Sánchez

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04 Jorge Carpizo_Reformas urgentes a la Constitución: Seis propuestas necesarias08 Miguel Rábago Dorbecker_Justicia, democracia, derechos humanos y partici-pación ciudadana12 Helena Varela_Democracia en México: Un largo camino por recorrer14 Sylvia Schmelkes_Los grandes problemas de la educación básica en México16 Alejandro Ordorica_Educación y cultura: La posible salvación en el siglo XXI18 Sara Sefchovich_Salud y sociedad: La gordura, un problema cultural

22 Agustín Basave_Rawls, Dworkin y la justicia en el paleoliberalismo24 Virgilio Caballero_Miguel Ángel Grana-dos Chapa (1941-2011)26 Humberto Musacchio_Granados Chapa, periodista de época

, Revista de la Universidad Iberoamericana es una publicación bimestral de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y de Grupo Mexicano de Medios, S. A. de C. V., bajo la responsabilidad de la Dirección de Comunicación Institucional de la UIA. Editor responsable: Carlos Deveaux Homs, [email protected]. Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor: 04-2009-082412294600-102. Número de Certificado de Licitud de Título:14722; número de Certificado de Licitud de Contenido: 12295, otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Domicilio de la publicación: Prolongación Paseo de la Reforma 880, Lomas de Santa Fe, México, D.F., C.P. 01219. Teléfono 5950-4197 y 5950-4198. Fax: 5950-4316. Imprenta: Compañía Impresora El Universal, S.A. de C.V. Allende No. 176, Col. Guerrero, México 06300, D.F. Teléfono 5117-0190. Distribución: Servicio Postal Mexicano. Porte pagado PP15-5159, autorizado por SEPOMEX. La responsabilidad de los artículos publicados refleja, de manera exclusiva, la opinión de sus autores y no necesariamente el criterio de la institución. No se devuelven originales no solicitados ni se entablará correspondencia al respecto. Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio o procedimiento, del contenido de la revista, sin autorización previa y expresa, por escrito, de la Universidad Iberoamericana. Año III, número 17, diciembre de 2011- enero de 2012. ISSN en trámite. Portada: Ibero.

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México vive una época de cambio y de transformación profunda que no ha estado exenta de crisis. Esta crisis, caracterizada co–yunturalmente por problemas de inseguridad, violencia, y narcotráfico, y de situaciones más

permanentes como la corrupción, la impunidad, la desigualdad y los bajos niveles educativos, marca “las sombrías horas que corren”, como las llamó el recientemente desaparecido Miguel Ángel Granados Chapa, y afecta seriamente la convivencia social y la confianza de la mayor parte de los mexicanos.

Después de las miradas críticas que nuestra revista ha dirigido sobre temas como derechos humanos, justicia, libertad de expresión, desinformación, censura, sustentabilidad, violencia y educación... en este número, Ideas para un país mejor, IBERO ofrece una serie de propuestas para perfilar el rumbo hacia el que muchos quisiéramos que se encaminara el país, y da pistas para trazar el camino.

En uno de los textos, el doctor Jorge Carpizo, por ejemplo, advierte que “la moral pública en México se encuentra enferma o muy deteriorada, que el país está invadido de un cáncer agresivo representado en una quinteta de la muerte que se compone de poder arbitrario o irresponsable, dinero, corrupción, impunidad y mentiras” y añade que “los niños y los jóvenes han crecido viendo y sintiendo que esos elementos son algunas de las coordenadas centrales de la sociedad mexicana, que se puede ser un delincuente, pero si se tiene poder y dinero se gozará de impunidad”.

Los cambios constitucionales, que tanta discusión han generado en los últimos años, ciertamente, son fundamentales, pero es necesario además pensar y proponer nuevas formas de vida y de convivencia social, y nuevos modelos de justicia, que modifiquen de raíz las expectativas y anhelos de las nuevas generaciones.

En estas páginas, que quieren ser también un homenaje a Miguel Ángel Granados Chapa, acogemos y difundimos algunas ideas de hombres y mujeres que, al igual que él, buscan sacar al país de esas horas sombrías —probablemente días ya—, que atravesamos.

La verdad nos hará LibresDr. José Morales Orozco, S. J.Rector

Arte, tecnología, actualidad, cultura y entretenimiento28 Líder Ibero. Ignacio Padilla: México necesita urgentemente una reforma en la educación_Carlos Deveaux Homs32 La llama inextinguible. 3 poemas inéditos_ Efraín Bartolomé.34 Trivium_narrativa. Dos cuentos_Guillermo Samperio. 36 Trivium_ensayo literario. La suerte de los Protagonistas de la literatura mexicana_Emmanuel Carballo. 40 Trivium_ensayo. Nuevos modos de representación_Ilya Semo Bechet. 42 Actualidad Ibero. Homenaje a académicos distinguidos_Arturo Sánchez Meyer.44 Gente que cambia al mundo_opinión. El bloqueo estadounidense y la dictadura castrista_ Humberto Enoc Cavazos Arózqueta.45 Gente que cambia al mundo_encuesta. Los alumnos de la Ibero piensan en un país mejor_Anayeli Enríquez. 46 El viajero ilustrado. Las dunas de Bilbao_Julio César Félix. 48 Saberes_sabores. Mercado de letras y colores_Martha Chapa.52 Itinerario del ocio. Adónde ir y por qué

54 La voz del libro_el eco de la lectura.Qué leer y por qué

55 Música para camaleones. Qué escuchar y por qué_Beatriz Palacios.

56 Innovación tecnológica. Dispositivos e instrumentos que facilitan la vida

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Jorge Carpizo_Doctor en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México, de la que fue Rector y es, actualmente, investigador emérito adscrito al Instituto de Investigaciones Jurídicas donde también se desempeñó como Director. Fue Procurador General de la República, Secretario de Gobernación, presidente fundador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y embajador de México en Francia. Es autor de numerosos libros sobre el tema del constitucionalismo, entre ellos La Constitución mexicana de 1917, El presidencialismo mexicano y Estudios constitucionales. Es presidente del Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional.

Reformas urgentes a la Constitución:

Seis propuestas necesarias_

Los discursos y declaraciones sobran, lo que se necesita son acciones

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_Los problemas crecieron y han debilitado al propio Estado en virtud de que, por irresponsabilidad, por corrupción, por incompetencia o por una combinación de ellas, la autoridad no cumplió con su deber.

Desde 2000 he venido sosteniendo que la moral pública en México se encuentra en-ferma o muy deteriorada, que el país está invadido de un cáncer agresivo representa-do en una “quinteta de la muerte” que se compone de poder arbitrario o irresponsable, dinero, corrupción, impunidad y mentiras, que los niños y los jóvenes han crecido viendo

y sintiendo que esos elementos son algunas de las coordenadas centrales de la sociedad mexicana, que se puede ser un delincuen-te, pero si se tiene poder y dinero se gozará de impunidad, y se es un gran señor, aceptado y mimado por todos. Son los ejemplos que conocen y a eso aspiran: ser un señor con poder y dinero, sin importar cómo se obtengan, ya sea en la actividad política, los ne-gocios, el crimen organizado, y las dirigencias de organizaciones sociales o religiosas1.

Estos gravísimos problemas no los crearon las normas cons-titucionales; al contrario, han crecido en gran parte, por su no aplicación. Se desprecia el Estado de Derecho. Las violaciones constitucionales y legales no se castigan, y en muchos casos se fes-tejan. Esta problemática no se supera con una nueva Constitución, sino con la aplicación de la vigente. Es un problema de la realidad, del ambiente cultural, de la pérdida de la virtud cívica, de la falta de voluntad política para aplicar la ley.

Con el actual marco constitucional y legal, si el mismo se hu-biera aplicado, el país no se hubiera deteriorado al grado en que se encuentra en 2011. Los problemas crecieron y han debilitado al propio Estado en virtud de que, por irresponsabilidad, por corrupción, por incompetencia o por una combinación de ellas, la autoridad no cumplió con su deber. Incluso en la actualidad, dicho marco constitucional y legal sería suficiente para superar los problemas si se aplicara correctamente, sin distinciones ni excep-ciones. Los discursos y declaraciones sobran, lo que se necesita son acciones y más acciones dentro del marco legal.

Pero, ciertamente, se ha llegado a un extremo tal que reformas constitucionales puntuales y precisas, bien estructuradas, puedan agilizar la resolución de problemas como la corrupción, la impu-nidad y el poder irresponsable, si a ello se aúna voluntad política y los cargos son ocupados por las personas adecuadas. Enuncio las reformas que considero prioritarias, sin desarrollarlas, lo que he realizado en relación con algunas de ellas en otras ocasiones:

a) Transformar las procuradurías de justicia —las dependencias ministeriales— en verdaderos órganos constitucionales autóno-mos, cuyos ejes serían: el adecuado nombramiento de los procu-radores; la creación de los Consejos del ministerio público y los de la policía de investigación. Las garantías a esos agentes de una verdadera carrera; la autonomía presupuestal; la autonomía técnica de los fiscales y el juez de control especializado en la averiguación previa2. Esta propuesta sería útil en la lucha contra la corrupción, la impunidad, la inseguridad pública, el ejercicio de la acción penal por razones políticas o “de Estado”, y contra injusticias, es-pecialmente para los que tienen menos recursos para defenderse.b) Transformar los órganos fiscalizadores, como la Auditoría Su-

perior de la Federación y sus análogos en las entidades federativas y en el Distrito Federal, en verdaderos órganos constitucionales autónomos; es decir, que no dependan de ninguno de los tres po-deres públicos, pero que sean responsables de sus actos. Hay que fortalecer sus facultades para que su labor tenga consecuencias le-gales, incluso otorgándoseles la facultad del ejercicio de la acción penal como atribución propia en el campo de su competencia3. Esta propuesta sería útil en la lucha contra la irresponsabilidad de los servidores públicos y la de todo aquel que reciba recursos públicos para su manejo, contra la corrupción, la impunidad y el desasosiego social que causa el saqueo de los bienes públicos.c) Convertir a los institutos de acceso a la información pública

en órganos constitucionales autónomos con facultades suficien-tes para que cumplan sus funciones4. Esta propuesta ayudaría en la lucha contra la corrupción, la impunidad, la secrecía de los asuntos públicos, la irresponsabilidad de los servidores públicos, el desconocimiento por parte de la sociedad del manejo de la res publica, a la vez que fortalecería la transparencia de las cuestiones públicas.d) Real independencia técnica a la Comisión Federal de Teleco-

municaciones, ampliando sus facultades, inclusive la de sancionar, y su campo de acción para que abarque realmente todo tipo de telecomunicaciones y de radiodifusión5. Esta propuesta auspicia-ría la competencia y la democratización de los medios, otorgar seguridad jurídica y certeza a los concesionarios, asegurándoles criterios de igualdad, imparcialidad y neutralidad tecnológica, así como el equilibrio entre la competencia del mercado y el interés público y social que debe existir en medios que influyen en la sociedad en forma decisiva.

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_Cuando los servidores públicos son incompetentes, irresponsables, no comprometidos con su labor o corruptos, o una combinación de algunos o todos

estos aspectos, las mejores instituciones se encaminan ineludiblemente al fracaso.

e) Iniciativa popular y referendo para las reformas constitucio-nales, tema al que ya me he referido en varias otras ocasiones6, y tendría los beneficios que he señalado.

A este paquete de “urgencia”, sólo le agregaría otra cuestión, que es para prever una situación que se puede presentar si el Presidente de la República llegara a faltar por la razón que fuere y los me-canismos actuales de substitución —artículos 84 y 85 c.7—, en la realidad política actual del país, pudieran dejar ese cargo sin titular por algunos días o semanas, con todos los graves inconvenientes y peligros del caso. En nuestra historia constitucional, la vicepre-sidencia ha sido nefasta. Los mecanismos de los artículos men-cionados deben subsistir; únicamente se necesitaría adicionar que mientras se designe al presidente, ocupará interinamente el cargo el funcionario que señale la ley respectiva, la que podría hacer un orden prevalente, comenzando por el secretario de gobernación. El interino no podría realizar cambio alguno en el gabinete ni en los órganos públicos como los descentralizados. Por esta opción se inclinan varios constitucionalistas. Es sencilla y lógica8.

Ya en una etapa posterior, se discutirían otras reformas que se han propuesto, algunas convenientes y otras no, según mi criterio.

Ahora bien, a pesar de ser muy conocido, no puedo dejar de insistir en que instituciones correctamente estructuradas no fun-cionan bien si en los cargos directivos no se encuentran las per-sonas idóneas. Cuando los servidores públicos son incompetentes, irresponsables, no comprometidos con su labor o corruptos, o una combinación de algunos o todos estos aspectos, las mejores

1 Carpizo, Jorge, Anatomía de perversidades. Reflexiones sobre la moral públi-ca en México, México, Nuevo Siglo, Aguilar, 2000, pp. 82-92; del mismo autor, Gómez Gallardo, Perla y Villanueva, Ernesto, Moral pública y libertad de expresión, México, Jus, Res pública, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Funda-ción para la Libertad de Expresión, 2008, pp. 9-33; del mismo autor, “La moral pública en México”, en Voz y voto, México, 2008, núm. 181, 38-45 pp.

2 Carpizo, Jorge, El expediente Posadas a través de la lupa jurídica. Averno de impunidades, México, UNAM-Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2004, pp. 357-374; del mismo autor, Propuestas sobre el ministerio público y la función de investigación de la Suprema Corte, México, Ed. Porrúa e Instituto Mexicano de Derecho Procesal Constitucional, 2005, pp. 30-49.

3 Carpizo, Jorge, Moral pública…, op.cit., p. 32; del mismo autor, CD del “Seminario Autonomía Constitucional de la Auditoría Superior de la Federación”, con la ponencia ¿Por qué la entidad de Fiscalización Superior de la Federación debe ser un órgano constitucional autónomo?, México, UNAM-Instituto de Inves-tigaciones Jurídicas, 2009; La autonomía constitucional de la Auditoría Superior de la Federación, John M. Ackerman y César Astudillo, coords., México, UNAM-Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2009, 318 pp.

4 Véase Carpizo, Jorge, “Transparencia, acceso a la información y universidad pública autónoma” en Cuestiones Constitucionales. Revista Mexicana de Derecho Constitucional, México, UNAM, 2009, núm. 21, 73-98 pp.

5 Álvarez, Clara Luz, “La Comisión Federal de Telecomunicaciones, ¿autónoma

instituciones se encaminan ineludiblemente al fracaso, el cual puede ser de proporciones mayores, si además se aúnan estructu-ras constitucionales mal o débilmente concebidas.

La situación anterior resulta más complicada si se inscribe en un clima social de desprecio al Estado de derecho, de tolerancia a la corrupción, de impunidad, de pérdida de valores éticos laicos, de cinismo y de mentiras.

Por todo lo anteriormente expresado, más allá de discutir la posibilidad de una nueva Constitución o una reforma integral de la misma, es indispensable y urge crear una ética política que sea factor determinante para que el proceso político se conduzca dentro de los marcos que señala la Constitución: que lo que ésta no autoriza no se deba realizar; es preciso fomentar la cultura de que nadie se encuentra por encima de la ley, que los cargos polí-ticos y públicos son para servir a la comunidad y no, por ningún motivo, para la satisfacción o el enriquecimiento personales. Para actualizar lo anterior nada es más importante que los ejemplos, los actos, los hechos y las acciones dentro del marco de la ley.

Hay que difundir más y cada día más el conocimiento de la Constitución y su importancia en la protección y defensa de los derechos de todas las personas, hay que fortalecer la cultura y la virtud cívicas, así como que el interés público y el bien común deben prevalecer sobre el de grupo o personal. En una palabra, hay que inculcar y hacer parte de nuestra cultura los valores del constitucionalismo como la mejor manera de realización colecti-va e individual.

o cautiva?” en La “Ley Televisa” y la lucha por el poder en México, Javier Esteinou Madrid y Alma Rosa Alva de la Selva, coords., México, Universidad Autónoma Metropolitana, et al., 2009, pp. 321-333.

6 Carpizo, Jorge, “El sistema representativo en México” en Revista Jurídica Veracruzana, Xalapa, Ver., Órgano del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz, 1972, tomo XXIII, núm. 2, 5-35 pp.; del mismo autor, “La Reforma Polí-tica Mexicana en 1977” en Los Derechos de Pueblo Mexicano. México a través de sus Constituciones, 2a. ed., México, Cámara de Diputados, L Legislatura, Manuel Porrúa, 1979, tomo XII, 193-251 pp.; del mismo autor, “Algunas reflexiones sobre el poder constituyente” en Estudios en homenaje al doctor Héctor Fix-Zamudio, México, UNAM-Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1988, 141-152 pp. Estos tres ensayos se encuentran incorporados al libro Estudios Constitucionales, Méxi-co, Ed. Porrúa y UNAM-Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2003, pp. 170-172, 390-391 y 573-574 respectivamente; del mismo autor, Concepto de democracia y…, op.cit., pp. 158-160; del mismo autor, El tribunal constitucional y sus límites, Lima, Perú, Grijley, 2009, pp. 109-116.

7 Carpizo, Jorge, El presidencialismo mexicano, México, Siglo XXI, 2006, pp. 64-68.

8 Valadés, Diego, “La sustitución presidencial en México y en derecho compa-rado” en Derecho Constitucional. Memoria del Congreso Internacional de Culturas y Sistemas Jurídicos Comparados, México, UNAM-Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2004, pp. 879-881.

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Miguel Rábago Dorbecker_Doctor en Derecho por la Universidad de Salamanca, España. Es profesor e investigador del Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. Ha sido profesor invitado en varias universidades de México y el extranjero, y es autor del libro El derecho de la inversión extranjera en México, y de numerosos artículos sobre derecho económico y financiero.

El Angelus Novus y los cambios político- electorales en México

La mejor analogía para describir los procesos de transición de-mocrática y la justicia transicional proviene del análisis estético que realiza Walter Benjamin en la tesis novena de sus Tesis de la filosofía de la historia1. En ella, Benjamin utiliza la figura del Angelus Novus, según un cuadro de Paul Klee en el que un ángel fija su mirada desorbitada hacia atrás, al momento de alejarse de un pasado compuesto por una catástrofe. Ésta es la mejor forma de

visualizar los problemas a los que se enfrenta un nuevo régimen político democrático al transitar desde un sistema autoritario o desde un conflicto armado. En el caso de la justicia transicional, tal sería la mirada del juez o de la comisión de la verdad que tendría que volver los ojos hacia los testimonios y hechos del pasado autoritario.

En México, una primera cuestión es establecer en qué grado el sistema político actual se desmarca del pasado autoritario. Quizá, y con todo y los recientes retrocesos en la conformación insti-

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oposición. Ahora resulta evidente el reforzamiento y desarrollo de las instituciones de rendición de cuentas como el Instituto Federal Electoral y sus equivalentes locales, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y los locales, las comisiones nacionales y de las entidades federativas de derechos humanos, las reformas estructurales al Poder Judicial de la Federación y la creación de los institutos federal y locales de acceso a la in-formación. La paradoja es que el gran esfuerzo presupuestal y político que requiere la creación y operación de dichos órganos, parece convivir con prácticas e instituciones autoritarias here-dadas del pasado y, en algunos casos, de nuevos autoritarismos.

Las instituciones emanadas del cambio democrático conviven con aquellas heredadas del pasado autoritario. En general, las prácticas sindicales oficialistas han quedado intactas, sin bien con mucho menor poder, derivado de la informalización de facto del mercado laboral. Ya no se puede hablar de un bloque monolítico aliado a un solo partido, pero la relación entre par-tidos y gobiernos y grandes centrales sindicales, sigue siendo corporativista. Este fenómeno se da dentro de una tendencia de desindicalización, pero también a través de un mantenimiento del control de sindicatos autoritarios de sectores tan claves como la educación.

Otras instituciones que parecen haberse mantenido petrifi-cadas son los órganos de seguridad pública y de investigación penal. Se han dado cambios verdaderamente importantes en las instituciones judiciales federales y en menor medida, y de ma-nera heterogénea, en los tribunales locales. Por el contrario, en lo que se refiere a los órganos de investigación, tanto ministerios públicos como policías de investigación, el control por parte del ejecutivo federal y local, siguen siendo férreos. La investi-gación criminal sigue funcionado como un lugar de vendetas, fabricación de culpables, improvisaciones y descoordinación. Sus signos distintivos siguen siendo la impunidad, la falta de representación social y el despotismo. Los ministerios públicos y las policías siguen siendo dos de los lugares más opacos de la administración pública y los que permiten un menor grado de participación ciudadana.

En el caso de las víctimas de la delincuencia, su acceso a dichos órganos sigue siendo muy deficiente y no existe un sistema de participación ciudadana tanto para la planeación como para la rendición de cuentas. Si bien existen buenas razones para man-tener ciertas restricciones a la información relativa a investiga-ciones en curso, y otro tipo de datos esenciales para la seguridad de los miembros de las instituciones de seguridad del Estado, esto no significa operar bajo una ausencia de controles políticos, fiscales y sociales.

Actualmente se perfila un nuevo embate hacia instituciones

_Un sistema democrático no se construye a través de promesas vacías y las actividades corruptas y

las violaciones a derechos humanos tienen que pasar por procesos de justicia.

tucional de los órganos electorales y de control de los poderes fácticos, sobre todo mediáticos, el cambio de régimen parece más claro en la regulación de los procesos electorales. No obstante, persisten prácticas que representan lo más violento del sistema autoritario, como el silenciamiento de la participación política a través de la tortura, lo cual se evidencia en el Caso Cabrera García y Montiel Flores versus México ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos2.

En dicho caso, dos campesinos del estado de Guerrero, que forman parte de una organización dedicada al activismo ambien-tal, fueron detenidos y torturados por miembros de las fuerzas armadas3. Los hechos se remontan a 1999 y, por ende, fueron revisados enteramente por las autoridades con posterioridad al cambio electoral del 2000, sin ningún éxito. Al igual que otros casos presentados ante la Corte Interamericana de Derechos Hu-manos, éste puede funcionar como un barómetro de la política del Estado en materia de derechos humanos.

Quizá el caso más representativo de las promesas incumplidas de la transición política y jurídica mexicana es el caso Radilla Pache-co versus México4. Resulta especialmente relevante, pues se refiere a una desaparición forzada acontecida en 1974 en Atoyac, Gue-rrero, en el marco de la represión sistematizada ocurrida en dicho estado durante la época comúnmente conocida como “guerra sucia”. Lo interesante es que dicho periodo representa uno de los puntos más violentos del régimen autoritario en México y, por ende, cualquier gobierno democrático quisiera desmarcarse de él. Sin embargo, el caso evidencia una aparente continuidad en la política del Estado, y más en el caso de las fuerzas armadas.

La creciente militarización de la política de seguridad pública, parece orillar a ciertos sectores del gobierno federal a negarse a tomar medidas de democratización de las fuerzas armadas. Esen-cialmente, la restricción de la jurisdicción militar a casos estricta-mente de su competencia y en especial la remisión a autoridades civiles de casos en los que miembros de las fuerzas armadas se vean acusados de violaciones a derechos humanos, sigue siendo una agenda pendiente. En este sentido el gobierno federal en tur-no desaprovechó una gran oportunidad de mostrar unas fuerzas armadas diferentes y tomar distancia de las fuerza armadas bajo el régimen autoritario.

Ante un recuento del pasado, nuestra transición democrática no sale muy favorecida, pues no ha podido rendir cuentas sobre hechos de violencia que hoy parecen muy cercanos a hechos actuales. Un sistema democrático no se construye a través de promesas vacías y las actividades corruptas y las violaciones a derechos humanos tienen que pasar por procesos de justicia. La respuesta a la ausencia de cambios contundentes en tales áreas se debe a la propia naturaleza lenta y reformista del camino hacia la transición democrática mexicana.

El reformismo del sistema político mexicano

Un primer punto de partida es el lento camino de la democrati-zación mexicana, que comprende un periodo poco menor al que lleva la familia del señor Radilla buscando justicia. Justo al final de la década de los setenta se inician las reformas que permitieron los primeros espacios de apertura política a los partidos políticos de

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que representan el reformismo mexicano, sobre todo a los órganos electorales, de transparencia y de derechos humanos. Conjunta-mente, estas instituciones comprenden aquello que se pudo con-solidar de la oferta de transición democrática, pero pertenecen a varias épocas y a consensos políticos y sociales que parecen haber cambiado. En general, una política partidista y desde los medios de comunicación masiva, que a la vez incrementó las facultades de los órganos electorales y también los atacó, ha dejado al Instituto Federal Electoral sin el carácter ciudadano que le investía en sus primeras configuraciones.

Los órganos de transparencia y acceso a la información también han sido amenazados por propuestas de reforma que limitan sus campos de acción. Algo común a todos los órganos, ya sea de transparencia, electorales o de derechos humanos, es la creciente desciudadanización de los mismos y un sistema todavía poco repre-sentativo para el nombramiento de sus integrantes. Finalmente, los intentos de cooptación por parte de partidos, el gobierno en turno y los poderes fácticos han dañado severamente estas insti-tuciones en las cuales se necesita un diálogo muy cercano con la sociedad mexicana.

Agenda pendiente: democratizar la democracia

Ante la creciente brecha entre los ciudadanos y el Estado, sobre todo con la clase política que ejerce una muy ineficiente labor de mediación entre ambas, es necesaria una democratización de la democracia para hacer más efectiva la representación. El camino no sólo pasa por un reforzamiento de la sociedad civil organizada institucionalmente. Aquí también existen problemas como el establecer liderazgos de interlocución privilegiada entre ONGs bien financiadas y desde la capital, y los órganos del Estado. Tam-bién el riesgo de reducir la agenda social y política a los intereses especiales de pocas ONGs bien financiadas y centralizadas puede traer un panorama similar al existente con la oferta política for-mal a través de los partidos políticos. La creación de alianzas, el fortalecimiento e institucionalización de organizaciones locales

de raíces más cercanas a las realidades de las comunidades, pueden ser formas de garantizar estas posibilidades.

Quizá el lugar para implementar esta estrategia es ahí donde más problemas presenta, que es el terreno de lo local o de la mi-cropolítica5. El control social sobre las instituciones pasa por una serie de medidas que se deben concretar en acciones tanto en el campo de lo público como en la organización social. La existencia de un periodismo local de investigación es uno de los puntos, así como una sociedad civil organizada bajo intereses locales y una capacidad de movilización social en función a ciertas cuestiones comunes. Otras cuestiones son la capacidad de influencia y par-ticipación en los nombramientos, la planeación y seguimiento de los presupuestos públicos y una posibilidad de crear auditorías ciudadanas respecto al desempeño de funcionarios públicos.

Sin embargo, el panorama en el contexto político en el que se desarrollan dichas actividades refleja un fenómeno de trans-ferencia de poder autoritario del ámbito del poder federal a las entidades federativas. En el actual panorama mexicano, muchos gobernadores siguen actuando sin controles importantes de los congresos locales, del poder judicial, ni de otros órganos de con-trol. Tal concentración de poder debe ser restringida, reafirmando la independencia y capacidad de los órganos de rendición de cuentas locales y los poderes judiciales. Pero el gran reto es crear un control social de los actos del Estado, ya sea ante sus propias instancias, a través de innovaciones democráticas o ante instancias internacionales.

Las diferentes sentencias que la Corte Interamericana de De-rechos Humanos ha dictado en diversos casos, nos hablan de territorios y sujetos que han escapado de los procesos de demo-cratización del Estado mexicano, y es ahí donde se encuentran algunas de las asignaturas pendientes. Mujeres indígenas ultrajadas sexualmente en la sierra de Guerrero, campesinos torturados en el mismo estado, desapariciones forzadas no resueltas después de más de tres décadas y una violencia de género estructural en Ciudad Juárez, muestran una gran incapacidad por parte de los órganos estatales encargados de nuestra seguridad, justicia y protección de derechos humanos.

Sin embargo, la propia organización de las víctimas, sumada a esfuerzos de la sociedad civil nacional y transnacional y de ciertos sectores de los propios órganos del Estado, muestran que sí existe una forma de visibilizar estos hechos y de exigirle al Estado rendir cuentas. La agenda pendiente está en aprovechar ese esfuerzo para transformar de manera radical, la forma en que el Estado mexica-no se relaciona con la sociedad.

1 Walter Benjamin, Ensayos escogidos, Buenos Aires, El Cuenco de Plata, 2010, p. 64.2 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Cabrera García y Montiel Flores versus México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 26 de noviembre de 2010. Serie C No. 220, disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_220_esp.pdf3 Centro Miguel Agustín Pro de Derechos Humanos, Nuestra lucha es por la vida de todos. El caso de los campesinos ecologistas Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera y la Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, México, Centro Miguel Agustín Pro Juárez de Derechos Humanos. A. C., 2011, disponible en: http://centroprodh.org.mx/ecologistas/nuestra_lucha_WEB.pdf4 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Radilla Pacheco versus México. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 23 de Noviembre de 2009. Serie C No. 209, disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_209_esp.pdf5 Este es un término que rebasa ampliamente el carácter geográfico del concepto y es desarrollado por Félix Guattari y Suely Rolnick, en Micropolítica: Cartografías del deseo, Madrid, Traficantes de Sueños, 2006, disponible en: http://libros.metabiblioteca.org/jspui/bitstream/001/297/1/micropolitica.pdf.

_Los ministerios públicos y las policías siguen siendo dos de los lugares más opacos de la

administración pública y los que permiten un menor grado de participación ciudadana.

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Helena Varela_Licenciada en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid; maestra en Ciencias Sociales por el Centro de Estudios Avanzados en Ciencias Sociales, y doctora en Ciencia Política, Sociología y Antropología Social por la Universidad Autónoma de Madrid. Autora del libro La oposición dentro del PRI y el cambio político en México: 1982-1992. Crisis y transformación de un régimen autoritario (Instituto Juan March). Es profesora investigadora en la Ibero, donde ha sido coordinadora del programa de Licenciatura de Ciencias Políticas y Administración Pública, en el Departamento de Ciencias Sociales y Políticas que actualmente dirige.

Democracia

en México: Un

largo camino

por recorrer_

Aprincipios del 2011, la organización Free-dom House publicaba su reporte sobre el estado de la democracia en el mundo, analizando el grado de avance en materia de derechos políticos y libertades civiles. El título que llevó dicho reporte es elocuente: “La amenaza autoritaria a la democracia”. Uno de los datos más reveladores fue el

retroceso sufrido por México, que pasó de ser considerado un país “libre” a ser un país “parcialmente libre”, como consecuencia de la violencia desatada en torno al fenómeno del narcotráfico1.

Recientemente, en noviembre del 2011, Human Rights Watch ha trazado nuevas pinceladas de un escenario que nos obliga a revisar y cuestionar los logros en materia democrática. El reporte presentado por esta organización, con el sugerente título “Ni

derechos ni seguridad: asesinatos, tortura y desapariciones en la guerra contra las drogas en México”, cuestiona los resultados del presidente Felipe Calderón en su lucha contra el narcotráfico, y específicamente apunta el incremento en los casos de violaciones a los derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad, y que la mayoría de las veces quedan impunes2.

¿Qué es lo que ocurre con nuestro sistema político, que once años después de la alternancia en el poder seguimos amenaza-dos por los fantasmas del autoritarismo? “La democracia es una construcción permanente”, señaló en el 2010 José Miguel Insulza, para hacer referencia al hecho de que los regímenes políticos se encuentran en un proceso continuo de cambio, en busca del “máximo realizable” en cuanto a desarrollo democrático se refie-re3. Eso no debiera alarmarnos; al contrario, está implícita la idea de la mejora constante, manteniendo en el horizonte un ideal

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sSeguimos teniendo muchas cuentas pendientes en materia de derechos civiles, políticos y sociales

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_Ser ciudadanos significa entendernos como sujetos activos, involucrados de manera directa o indirecta, en los procesos de toma de decisiones.

¿Cómo construir una democracia plena? Dos factores son deci-sivos si queremos salir de este terreno empantanado y si queremos ir más allá de lo puramente electoral. El primero, tiene que ver con la impunidad y la rendición de cuentas. Uno de los grandes temas pendientes de nuestra democracia es que vivimos bajo el principio de que siempre se puede hacer una excepción a la re-gla, por lo que justificamos el que constantemente se violente el Estado de derecho. En ese sentido, uno de los mayores logros de nuestra democracia, que es el acceso a la información (a través de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Públi-ca Gubernamental, aprobada en 2002) queda como una victoria bastante frustrante, debido a que no hay consecuencias derivadas de los abusos cometidos por las autoridades.

La impunidad anula la práctica de la rendición de cuentas; sin rendición de cuentas, sin poder controlar y monitorear a nuestros gobernantes, estaremos en permanente riesgo de que imperen las acciones autoritarias, sin que se pueda hacer nada para evitarlas. Las violaciones constantes a los derechos humanos es un claro ejemplo de ello. Si queremos hablar de democracia, lo primero que hay que hacer es eliminar los feudos y cotos de poder discre-cional, posibles gracias a la impunidad reinante.

Esta idea nos liga con el segundo factor, que tiene que ver con el papel del ciudadano en las democracias. Hasta ahora hemos construido democracias en donde los ciudadanos son vistos ex-clusivamente en su faceta de votantes; una vez que han elegido a sus gobernantes, son retirados de la escena pública, y dejan todas las decisiones en manos de la clase política. De esta manera, la baja participación política permite que el voto sea una suerte de cheque en blanco otorgado a los gobernantes, con el cual pueden hacer lo que quieran sin tener que dar explicaciones. Por este motivo seguimos teniendo muchas cuentas pendientes en materia de derechos civiles, políticos y sociales, porque la clase política no tiene incentivos para modificar las reglas del juego.

Si queremos que esta situación cambie, tenemos que encami-narnos hacia lo que el PNUD ha denominado “una democracia de ciudadanía”, en donde el eje central ya no es nada más el acto de elegir a los gobernantes, sino la posibilidad de hacer valer nuestros derechos. Ser ciudadanos significa entendernos como sujetos activos, involucrados de manera directa o indirecta, en los procesos de toma de decisiones. En la medida en que lo logremos, tendremos una mejor democracia.

Como mencionó un líder sindical peruano, “la democracia no asegura la justicia social, pero es el único espacio que permite luchar para conseguirlo”6. Nuestro gran reto es ir más allá de una democracia puramente electoral, para poder estar en posibilidades de tener ese espacio que abra la posibilidad de luchar y alcanzar la justicia social.

El problema, reitero, fue creer que con ello ya habíamos llegado a nuestro destino y podíamos dar por concluida la tarea, olvi-dándonos que las elecciones son sólo el medio para elegir quién accederá al poder y cómo lo hará, pero que la democracia implica además considerar la “manera de construir, garantizar y expandir la libertad, la justicia y el progreso, organizando las tensiones y los conflictos que generan las luchas de poder”5. Esto nos remite necesariamente a la dimensión del ejercicio del poder. Mientras las reglas del juego no se modifiquen, viviremos con la constante amenaza de las regresiones autoritarias.

Conseguimos que nuestros votos se contaran, y se contaran bien. Quienes vivieron los años de hegemonía priísta alcanzan a enten-der la dimensión del logro. Sin embargo, aunque nuestro voto se cuenta, parece contar poco en los procesos de toma de decisiones. El color del partido que gobierna es irrelevante cuando lo hace con las mismas prácticas de antaño, dejando al ciudadano en un segundo plano.

1 “Freedom in the World: The Authoritarian Challenge to Democracy”. http://www.freedomhouse.org/template.cfm?page=70&release=13102 El reporte de 212 páginas, que lleva por título “Neither Rights Nor Security. Killings, Torture and Dissappearence in Mexico´s War on Drugs” puede encontrarse en la página web de la organización Human Rights Watch: http://www.hrw.org/sites/default/files/reports/mexico1111webwcover_0.pdf3 Insulza, José Miguel. “La democracia como construcción permanente”, Revista de Ciencia Política, vol. 30, núm. 1, 2010, pp. 3-4.4 Varela, Helena. “Penélope y la democracia mexicana”, Este País, núm. 177, diciembre de 2005, pp. 42-44.5 PNUD, La democracia en América Latina. Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos, 2004, p. 33.6 Citado en Cotler, Julio, en trabajo elaborado para el PRODDAL. PNUD, La democracia en América Latina. Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos, op. cit., p. 42.

que se quiere alcanzar. El problema se da cuando, en lugar de avanzar, parece que retrocedemos. Ya hace algunos años, señalé4 que la construcción de la democracia en México es muy seme-jante al mito de Penélope, quien bordaba su tejido deshaciendo en la noche lo que avanzaba en el día, evitando poner fin a la labor y posponiendo indefinidamente la decisión de quién sería el pretendiente con el que se casaría. Así, la democratización en México ha tenido un ritmo muy errático, en donde las conquistas han sido seguidas de regresiones, sin tener una dirección clara del rumbo a seguir.

La clave para entender por qué hoy la democracia en México sigue siendo más un proyecto a realizar que una realidad sobre la que se construyen los consensos para la convivencia social tiene que ver con un error de apreciación sobre lo que significa vi-vir en democracia. Desde que inició el proceso de transición se confundieron los medios con los fines, y creímos que, con lograr el objetivo de elecciones competitivas y más o menos limpias, ya habíamos alcanzado la meta. Sin lugar a dudas, éstos fueron cambios muy importantes en el sistema político: pasamos de te-ner procesos controlados, poco transparentes y nada equitativos, a formular un conjunto de reglas del juego que redujeron notoria-mente prácticas ligadas al autoritarismo. Y así logramos lo que se conoce como la democracia electoral.

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Sylvia Schmelkes_Socióloga con Maestría en Investigación Educativa por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. Ha dedicado más de tres décadas a la investigación sobre la educación en México. En este tema ha sido consultora de la UNESCO, la UNICEF, la OEA y la Secretaría de Educación Pública. Actualmente es directora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. Entre otros libros es autora de Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas (1995), La calidad de la educación primaria en México (1996), Educación de adultos (1996), La escuela y la formación valoral autónoma (1997) y La formación de valores en educación básica (2004). En 1998 recibió el Premio Nacional María Lavalle Urbina, en reconocimiento a sus aportaciones en el campo de la educación.

Los grandes problemas de la educación básica en México_El modelo transmisionista privilegia los conocimientos por encima de las habilidades y los valores

La educación ha perdido prioridad en la polí-tica pública nacional. En el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 no aparece como prio-ridad, sino como tercer asunto en el acápite de Igualdad de Oportunidades. Durante el sexenio en curso, la atención que se les ha dado a los grandes problemas educativos, que son los de equidad y calidad, ha sido insuficiente y en

muchos casos equívoca.Los problemas de equidad se reflejan en hechos como los si-

guientes:México sigue teniendo a una tercera parte de su población, casi

la mitad de la misma mayor de 15 años, en situación de rezago educativo, es decir, sin haber concluido la educación básica. La educación secundaria sigue reportando niveles inaceptables de deserción (sólo dos terceras partes de los alumnos que ingresan en un año determinado la terminan en tres años), a pesar de que el nivel es obligatorio desde 1993. Las acciones tendientes a atender educativamente a la población adulta que tuvo la oportunidad de cursar su educación básica, para mejorar su calidad de vida, reciben progresivamente menores recursos de parte del gobierno federal. Sin embargo, el derecho humano a la educación es de todas las personas, por lo que sería de justicia elemental fortalecer esta actividad.

Las desigualdades socioeconómicas siguen explicando la mayor parte de las desigualdades en el acceso, la permanencia y, lo que es más alarmante, en el aprendizaje. Hay estudios recientes (Backhoff, 2011) que muestran que para que un niño pobre logre niveles de aprendizaje satisfactorios, es necesario que asista a una escuela a la que van niños no pobres. Esto en parte se debe a que los recursos de todo tipo (de infraestructura, materiales, didácticos, humanos) se siguen distribuyendo en forma opuesta a como debieran: se da más a los que de antemano se encuentran en una posición de ventaja socioeconómica, y menos a los que menos tienen. Esto tendría que cambiar radicalmente.

El currículum sigue siendo el mismo para todo el país, siendo que la diversidad cultural de México es enorme. Esto revela que la educación no resulta significativa para una proporción inclu-so mayoritaria de niños que no comparten las condiciones del alumno imaginario de clase media urbana a quien se dirige dicho currículum. El resultado es el escaso aprendizaje y en muchas ocasiones el abandono de la escuela, precisamente de los sectores culturalmente más lejanos de la cultura escolar. El currículum tendría que dejar de ser extrarregulado y prescriptivo, para dar lugar a un currículum finalista, donde los resultados esperados de cada grado y nivel educativo queden claros, pero en el que se deje en libertad a docentes y directivos para adaptar los procesos a las condiciones del contexto.

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Los problemas de calidad, por su parte, se manifiestan parcial-mente en los bajos resultados de aprendizaje que obtienen los alumnos en los ejercicios nacionales e internacionales de evalua-ción de los aprendizajes. En ellos resulta que una parte importante de nuestros alumnos (40% en la escala de lectura en 2009 de la prueba PISA) no obtiene las competencias consideradas necesa-rias para sobrevivir en la sociedad actual de acuerdo con paráme-tros internacionales (prueba PISA). Incluso evaluados con nuestro currículum (prueba ENLACE), un porcentaje mayoritario (60% en español en primaria, y 83% en español en secundaria) se en-cuentra por debajo del nivel básico.

En gran parte estos problemas de deficiencias en la calidad de los aprendizajes se derivan del predominio en las aulas de un modelo pedagógico de corte transmisionista que se centra en el maestro, se dirige al grupo completo y privilegia la memoria sobre la com-prensión y la crítica. Este modelo privilegia los conocimientos por encima de las habilidades y los valores. Los maestros tienden a reproducir la manera como ellos fueron formados y, desgracia-damente, siguen formándose de la misma manera. Habría que ir transformando este modelo transmisionista en uno constructivista y verdadero que convierta a los alumnos, individual y colectiva-mente, en agentes activos de su propio aprendizaje.

En lugar de privilegiar, en este currículum finalista, los co-nocimientos, habría que darles mucha mayor importancia a las

habilidades básicas (escuchar con atención, hablar con precisión, leer con comprensión, escribir con eficacia comunicativa) y a las superiores de pensamiento (analizar, sintetizar, deducir, inducir, inferir, discernir), entre las cuales una de las más importantes es aprender a aprender y aprender a querer aprender. También habría que darle una importancia mucho mayor a la que actualmente se da en las escuelas y en las aulas a la formación para la convivencia y la ciudadanía democrática, es decir, a la formación en valores.

En el fondo tenemos un problema grave de formación inicial de los docentes, y deficiencias importantes en el desarrollo de los procesos de actualización y desarrollo profesional. El docente es el principal factor capaz de mejorar la calidad educativa (la calidad educativa no puede ser mayor que la calidad de los docentes, se-gún dice el informe McKenzie1), por lo que parece indispensable priorizar una política docente congruente desde la selección de los aspirantes a formarse para ser docentes, pasando por su formación inicial, su selección para el servicio, su actualización permanente y su carrera docente, tal y como lo sugiere la OCDE en sus recomendaciones para México2.

Estos docentes tendrán que poder trabajar en escuelas que cuen-ten con un liderazgo académico de su director, que gocen de cierto grado de autonomía para tomar decisiones, y que asuman la responsabilidad del mejoramiento continuo de su planta docente y de la calidad de la educación que imparten. Para ello, es muy conveniente que el sistema educativo considere la importancia de estructurar un sistema de apoyo de naturaleza pedagógica y vigi-lante de la equidad centrado en la escuela y cercano a ella, para lo cual parecería necesario profundizar en la descentralización educativa, que quedó trunca, para hacerla realidad en unidades más pequeñas y viables, con personal capacitado para atender las búsquedas de cada escuela singular para mejorar el aprendizaje de sus alumnos con equidad y pertinencia.

Hay muchas otras cosas que habría que realizar para volver a hacer de la educación una prioridad nacional y contar con los sustentos para realmente ir mejorando la calidad y la equidad de la base de nuestra pirámide educativa. Pero basten éstas para iniciar una reflexión sobre medidas necesarias y posibles. Es importante que la sociedad informada tenga la capacidad de proponer y vigi-lar la puesta en marcha de reformas de esta naturaleza. La sociedad también tiene que convertir a la educación de nuestro país, y a su mejoramiento con equidad, en una prioridad.

_Las desigualdades socioeconómicas siguen explicando la mayor parte de las desigualdades en el acceso, la

permanencia y, lo que es más alarmante, en el aprendizaje.

1 McKenzie Report, 2008. “How the World’s Best Performing School Systems Come Out on Top”.2 OCDE, 2010. Mejorar las escuelas: Estrategias para la acción en México.

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Alejandro Ordorica Saavedra_Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Ibe-roamericana Ciudad de México. Cuenta con una amplia trayectoria en el ámbito político, la administración públi-ca, la comunicación social y la cultura. Fue diputado federal y presidente de la Comisión del Distrito Federal en la LVII Legislatura, delegado político en Tláhuac, director general del Programa Cultural de las Fronteras y director general de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC). Ha sido profesor en la Ibero y en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Fundó las revistas Cultura Norte y Cultura Sur y ha colaborado en diversas publicaciones periódicas. Actualmente dirige el programa “El sabor del saber” de TV Mexiquense. Es autor de varios libros de poesía, narrativa y ensayo, por los cuales ha obtenido diversos premios y reconocimientos.

Educación y cultura:La posible salvación en el siglo XXI_Hay que instalar a la imaginación en el poder, pero ese poder de la educación y la cultura, reformador y formativo

La educación y la cultura se han comportado en nuestro país como unas hermanastras ca-prichosas y separatistas. No obstante compartir un tronco común, parecen siempre empeñarse en guardar distancias, y apenas sus ramales se entreveran en algunos momentos luminosos de nuestra historia contemporánea.

Desde la tan meritoria experiencia vascon-celista hasta nuestros días, son pocas las referencias que indican un acompasamiento armónico de tales conceptos y entidades, los educativos y los culturales; eso sí, infaltables en la retórica oficial de las últimas décadas, lo mismo en foros, encuentros y semina-rios, como parte de una inútil parafernalia que tantas veces va y viene con su marejada de opiniones compulsivas y redundantes en torno a porqué y cómo debieran conjuntarse ambas instancias.

Las propuestas, por tanto, han sido abundantes y en buena medida no exentas de razón y lógica, pero muy escasas aquellas que fueron aplicadas e instrumentadas en la práctica, de acuerdo al imperativo central de hermanar educación con cultura y lo mismo en sentido inverso con la misma validez.

Otras propuestas, sustantivas y reiteradas en documentos y pla-nes, son todas válidas y convincentes para la conformación de un mejor país que, sin embargo, espera más realizaciones. Entre ellas, canalizar al rubro cultural no menos del 1% del producto interno bruto; la renovación de una plataforma jurídica, que fortalezca y dinamice a las propias instituciones en el marco de la reforma del Estado; o la necesidad de vincular cada vez más el factor de la economía con la cultura, sobre todo en un replanteamiento con miras a una participación creciente del sector privado y de los organismos sociales y civiles, ahora de mayor urgencia frente al repliegue del Estado mexicano en materia de política social y sus consabidas limitaciones en cuanto a recursos financieros.

Se trata de un catálogo bien nutrido, vasto y predecible por tan incontables propuestas, pero que igual nos repiten conceptos sin ofrecer ejemplos concretos: que si la educación artística debe empezar en la escuela; que si hay que acentuar el proceso de des-centralización cultural; o que si la educación y la cultura deben caminar a la vez acordes con la ciencia y el desarrollo tecnológico. O bien: que se detenga la deserción escolar; que se garantice a los jóvenes la educación universitaria de carácter pública y gratuita y que ello incida ya en la desaparición de esa modalidad denigran-te y de bautizo sacrílego que son los “Ninis”... Apenas algunas muestras de lo más rescatable, prioritario y pendiente de resolver a fondo, o de su cumplimiento en mayor grado, bajo la exigencia de desterrar ya esos laberintos burocráticos de naturaleza omisa y negligente que a la vez obstruyen la participación del sector privado, social, civil.

Y junto a todas estas iniciativas menciono además algunas otras —si bien en un recuento brevísimo y limitado pero que suscribo plenamente porque mucho me han preocupado— bajo una interpretación muy personal y hasta con la intención de su-gerir cambios y adiciones que pudieran enriquecerlas, justo en las inmediaciones que comparten la educación y la cultura: La formación del hábito de la lectura, por un lado, y la creación de nuevas y grandes audiencias, por el otro.

De la primera diré que se parece a otros tantos proyectos que han fluido en el historial temático respectivo, pero que asimismo se diferencia en buena medida de ese cúmulo de propuestas, pues he tenido oportunidad de conocer en primera instancia las que considero de mayor relevancia. Se trata de una propuesta que mucho lamento no se haya impulsado, desde luego no porque me pertenezca la idea, sino por los beneficios inconmensurables que representaría, según estimo, al grado de que podría constituir toda una “revolución cultural”, evidentemente pacífica e inscrita

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_Los estudiantes ejercerían y disfrutarían de la libertad de escoger dentro de un vasto catálogo de publicaciones un título en lo particular, mes a mes.

en la libertad, pues aseguraría que niños y niñas leyeran un libro cada mes, es decir que una vez concluida la educación primaria conllevarían un bagaje de 60 libros leídos, y de sumarse a otros 30 en su adolescencia, a lo largo de la secundaria, habrían leído de hecho, antes de alcanzar la mayoría de edad a los 18 años e ingresar al bachillerato, ¡100 libros!, que en sí sería toda una mayoría de edad educativa y cultural.

El sistema funcionaría a grandes rasgos así: Aun cuando tendría un carácter de obligatoriedad el leer un libro al mes, como cual-quier otra asignatura (llámese matemáticas o ciencias naturales), los estudiantes ejercerían y disfrutarían de la libertad de escoger dentro de un vasto catálogo de publicaciones un título en lo particular, mes a mes, y por ende podrían corresponder tanto al campo de las letras en sus más diversos géneros (cuento, poesía, crónica, ensayo, epigrama, etcétera), como asimismo del área de ciencias (biología, botánica, astronomía, zoología, etcétera) junto a otros rubros. Libros que podrían obtenerse en forma semejante al sistema del Libro de Texto Gratuito, sólo que intercambiables por otros, e incluso con la posibilidad de adquirir aquellos títulos de su interés o preferencia con miras a la formación de una bibliote-ca básica en casa, a un precio que no excediera lo que cuesta un refresco o una golosina del orden de 10 a 15 pesos. Por obvio, los libros serían preseleccionados según el grado escolar a través de una comisión interdisciplinaria, reducida y funcional en cuanto a sus integrantes.

Respecto al otro punto, o sea la integración de audiencias cultu-rales al corto y mediano plazo, es evidente que implica estrechar y activar al máximo el binomio Escuela-Instituciones de Cultura, en el sentido más amplio de la oferta de los bienes y servicios culturales de que dispone y ofrece en su conjunto la nación, pero adicionado con un componente de carácter familiar, es decir, los educandos y sus propias familias, además de amigos, vecinos o compañeros de juego de su entorno social que es el barrio mismo, de tal forma que las interacciones comunitarias retroalimenten cotidianamente los espacios culturales.

Un ejemplo elemental pero ilustrativo lo representan las visitas escolares a museos o exposiciones en días hábiles, que se poten-ciarían en grado sumo si en los fines de semana, “puentes vacacio-nales” y hasta en los propios periodos vacacionales se promoviera un genuino, atractivo y trascendente extensionismo cultural.

Sigo con otras ideas o propuestas personales que valoro también como benéficas e indispensables, y que ahora formulo sucinta-mente por razones de espacio. Una que apunta hacia un programa de nueva creación; y la otra enfocada al rescate conveniente y oportuno de una entidad institucional que existió y que luego quedó cancelada absurdamente.

Así, recomiendo entonces crear el “Programa Cultural para las Zonas Turísticas” que aluda a la atención especial que merecen las comunidades ubicadas dentro de estas latitudes y con la misión determinante de incidir en las cuestiones de su formación y desa-rrollo humano e identidad cultural, así como un antídoto contra la violencia criminal. Y la intención no menos trascendente de prestar una mejor atención al turismo nacional e internacional, quizá con énfasis en este último caso, si se quiere incrementar el monto de la captación de divisas, pensando en una economía con crisis recurrentes como la nuestra.

Cierro con una cuarta recomendación, o dicho con mayor pro-piedad mi convicción de que se restituya el Programa Cultural de las Fronteras, que vino a representar a mediados de los años ochenta y hasta inicios de los noventa el modelo más avanza-do, productivo, benéfico y emblemático de la descentralización cultural, truncado abrupta e irracionalmente como ha ocurrido con tantos organismos cuando sobrevienen cambios políticos en el tránsito de un sexenio a otro. Un esfuerzo institucional que cuando funcionó se tradujo en autogestión, respeto y recursos suficientes para las comunidades fronterizas hacia un desarrollo cultural más pleno, independiente, soberano.

Y concluyo con la convocatoria, siempre pertinente, de instalar a la imaginación en el poder, pero ese poder de la educación y la cultura, reformador y formativo, hondo y extendido a todos, que fusione presente con futuro en términos de un deseable y factible destino nacional.

Para qué flagelarnos más y, peor aún, consentir tanto atraso y freno, cuando sabemos que un pueblo sin educación y sin cultura está destinado a disolverse y caer, más temprano que tarde, en el vacío de la pobreza material, la deshumanización, la pérdida de la armonía individual y colectiva y la desintegración social.

Transcurrió ya la primera década del nuevo siglo y pareciera que seguimos sin decidirnos o bien oscilando entre el estancamiento, oscuro y disolvente, o la prosperidad luminosa y salvadora de la patria.

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Sara Sefchovich_Ensayista, novelista, traductora e investigadora. Licenciada y maestra en Sociología y doctora en Historia de México por las Facultades de Ciencias Políticas y Sociales y de Filosofía y Letras de la UNAM. En esta misma casa de estudios es investigadora del Instituto de Investi-gaciones Sociales y profesora titular en el posgrado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, así como en el Departamento de Lenguas y Literaturas de Arizona State University. Entre sus libros destacan Demasiado amor, La señora de los sueños, Vivir la vida, País de mentiras, La suerte de la consorte y ¿Son mejores las mujeres?. Ha recibido, entre otros reconocimientos, la Medalla Gabino Barreda al Mé-rito Académico (UNAM, 1988), la Beca John Simon Guggenheim Memorial Foundation (1989-1990), el Premio Agustín Yáñez para Primera Novela (1990) y The Leona Gerard Endowed Lecture (Universidad de California, 1993).

Salud y sociedad: La gordura, un problema cultural_La Organización Mundial de la Salud coloca a México como el segundo país del mundo en porcentaje de obesos, tanto adultos como niños.

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_Las personas no quieren modificar sus hábitos, con todo y los discursos, prohibiciones gubernamentales e incluso enfermedades que padecen.A

principios de julio de 2011 apareció en va-rios diarios del país y colgada en la red, una fotografía en la cual tres mujeres golpea-ban salvajemente a un hombre tirado en el piso1. Según el pie de foto, eso sucedía en la ciudad de Mérida, donde hubo un enfrentamiento entre grupos de personas respecto a una obra de infraestructura.

La imagen me impresionó por tres razones: la violencia brutal que sale a flote a la menor provocación, porque la saña con que maltrataban al pobre diablo aquel era excesiva para el asunto que los enfrentaba; el rompimiento (una vez más) del mito de que las mujeres son dulces, cariñosas y sobre todo físicamente débiles, porque se veía que las damas daban fuertes puntapiés y golpes con un palo, y, ver a aquellas tres enormes moles, enfundadas en cami-setas y pantalones ajustados de las que por todas partes brotaban gruesas lonjas y prominentes estómagos y nalgas.

Es en este último aspecto en el que me quiero detener, para hablar de que los mexicanos han engordado y mucho.

Algunos cálculos afirman que siete de cada diez personas tienen sobrepeso2, y según otros, 60 millones lo padecen.3 Datos oficiales de la Secretaría de Salud aseguran que en menos de dos décadas se pasó del 5% de personas con sobrepeso al 30 %4. Y según el Ins-tituto Nacional de Salud Pública, esto vale para “todas las edades, regiones y grupos económicos”5.

La Organización Mundial de la Salud coloca a México como el segundo país del mundo en porcentaje de obesos, tanto adultos como niños6, pero según el Presidente Calderón, nuestro país ocupa el primer lugar7.

El asunto es tan grave que se le ha considerado emergencia epidemiológica8. La investigadora Marcia Hiriart de plano afirma que la obesidad se ha convertido en nuestro país en epidemia9 y el Instituto Mexicano del Seguro Social todavía va más lejos y la califica de pandemia10.

Pero, a decir verdad, no necesitamos las cifras ni los adjetivos, pues el fenómeno se puede observar a simple vista: los policías de la esquina, los burócratas que esperan el metro, las amas de casa que caminan por la calle, las marchantas que despachan en el mercado, las señoras que sacan a cubetazos el agua de sus vi-viendas inundadas cuando se desborda el drenaje, e incluso las

sexoservidoras tienen sobrepeso. En los estadios con gradas cabe un 10% menos de personas que hace diez años, porque

los asistentes han aumentado de talla11. Por eso podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que se trata ya de

un problema social12.¿Cómo se llegó a esto? Voy a aventurar una ex-plicación. Ésta va así: una y otra vez los estudiosos nos aseguran que ha aumentado la cantidad de pobres en el país13. Sin embargo, esto no es del todo exacto pues, dejando de lado la pobreza extrema (es decir, aquella en la que no alcanza ni para comer14), millones de mexicanos han rebasado la línea que la marca15.Esto se puede sostener incluso si se acepta

una definición de pobreza mucho más amplia que la que se refiere solamente a las necesidades

básicas con que se puede sobrevivir, y que incluye

“los tipos de dietas, las actividades y las condiciones de vida e instalaciones que se acostumbran o al menos son ampliamente promovidos y aceptados en las sociedades a las que pertenecen los individuos, las familias o los grupos”16.

Porque, en efecto, hoy las familias, aunque se sigan consideran-do pobres, tienen refrigerador, horno de microondas, televisión, teléfono celular, ropa de moda y tinte para el cabello. Y ya no solamente no pasan hambre, sino que tienen la posibilidad de comer todo lo que quieran.

Esto, como ha mostrado un estudio reciente, significa no nada más una cuestión de mayor cantidad de lo mismo (frijoles, torti-llas), sino también de variedad: agregar otros productos a la dieta acostumbrada (como carne o embutidos) y con preparaciones más complicadas (como salsas y mechados)17.

Este proceso sucede en todos los países en donde se está aba-tiendo la pobreza, por igual India que Brasil, Turquía que México, pero en nuestro país se convierte en problemático porque tene-mos que agregarle que de por sí la dieta tradicional se compone de harinas, azúcares y grasas fritas.

Y porque también hay que agregarle algo más: la enorme can-tidad de comida chatarra que se ingiere y que se ha convertido en parte indispensable de la dieta. Como señalan las estadísticas, pocos pueblos del mundo consumen la cantidad de refrescos, fri-turas industriales y panes dulces que consumimos los mexicanos.

Que esto suceda se le atribuye a la publicidad18 y a las acciones de las empresas transnacionales que los fabrican, dejando de lado otras razones importantes: la facilidad para adquirirlos (hay ex-pendios de estos productos hasta en los rincones más alejados de la civilización) y para consumirlos (abrir un paquete o una lata no requiere mayor preparación ni esfuerzo y es limpio, por lo que puede hacerse en cualquier parte y a toda hora) y también el hecho de que son sabrosos, algo que a pocos estudiosos les gusta reconocer19.

¿A dónde quiero llegar? Lo que me parece importante es desta-car que el tema de la gordura no se puede separar del aspecto cul-tural, porque, además de la mejoría económica, en ella confluyen las costumbres (el tipo de alimentación, las maneras de prepararla) y la modernización (el acceso a mayor cantidad y variedad de alimentos y a la comida chatarra).

Esta misma confluencia se ha dado en otros terrenos y ha re-sultado excelente: por ejemplo mantener la tradicional unión familiar ayudándose con un moderno teléfono celular, pero en el caso de la nutrición ha sido nefasta, como podemos ver en el incremento del sobrepeso y la obesidad.

De modo pues que la gordura se explica no solamente por los recursos económicos de que se dispone, sino por el peso de una cultura en la cual se come de cierta manera.

Pero no nada más. También se explica por al menos otras dos

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_En los estadios con gradas cabe un 10% menos de personas que hace diez años, porque los

asistentes han aumentado de talla.

razones. Una de ellas es que la pobreza no solo es cuestión de dinero, sino que tiene que ver, como ha mostrado Amartya Sen, con el acceso a las capacidades, que permiten aprender a elegir y a tomar las decisiones adecuadas20. Escribe Samuel Freeman: “Una capacidad adecuada sería, por ejemplo, saber elegir una nutrición correcta y saludable”21.

La otra razón es que, biológicamente, los seres humanos no son capaces de hacer grandes cambios en lapsos de tiempo demasiado breves22, de modo que aunque nos bombardeen con los nuevos conocimientos sobre nutrición, no tan fácilmente modificamos nuestros hábitos de vida. Escribe Mónica Braun: “Cuando yo era niña desayunaba diario dos huevos revueltos, tomaba café con leche y conchas con nata y azúcar, devoraba cuanto yogur en-contraba en casa y no perdonaba los chocorroles. Cuatro décadas después, por órdenes del pediatra, mi hijo no puede comer más que un huevo a la semana, tortillas de nopal, cereal muy de vez en cuando y jamás un danonino. A sus cinco años sabe perfec-tamente que los jugos de lata son puro azúcar, que las palomitas contienen cantidades inusitadas de grasa y sal, que las salchichas son el peor invento de la historia”. Y aun así, “el niño adora las salchichas, las papas, los danoninos y el huevo (y) comparte con su madre, resignadamente, la culpa inmensa de comerse un helado o tomar un refresco de cola”23.

Lo que este relato pone en evidencia es que una cosa es tener la información y otra es asimilarla y cambiar hábitos. Por eso la autora concluye que “el desarrollo tecnológico y nuestros nuevos conocimientos acerca de la realidad no han ido a la par con nues-tro desarrollo humano. Sabemos más cosas, (pero) cometemos los mismos errores.”

Ahora bien, ¿cómo se puede salir de esto? Según los que saben, “no hay posibilidad de resolver este problema a corto plazo”24. Eso es así porque las personas no quieren modificar sus hábitos, con todo y los discursos, prohibiciones gubernamentales e incluso enfermedades que padecen. Y porque la gordura ha permeado a las nuevas generaciones y uno de cada cuatro menores mexicanos tiene sobrepeso.

Y, sin embargo, también es parte de nuestro modo de ser no acep-tar que sea una causa perdida la que pretende que cambiemos, la

que supone que con más información, constante insistencia y lucha se lo puede lograr. ¿No acaso hay quienes

dejan de fumar o de tomar alcohol? ¿No acaso todos aceptan hoy vacunarse cuando antes

eso les parecía diabólico? ¿No acaso están cambiando las mentalidades respecto al lugar de la mujer en la sociedad?

Carlos Monsiváis decía que cuando se tiene la certeza del valor inma-nente de una causa, ésta termina por triunfar aunque parezca perdida25.

Habrá que ver.

1 La foto es de Luis Boffil y se la puede ver en La jornada, 5 de julio de 2011, p. 30.2 Noticiero con Joaquín López Dóriga, Televisa, canal 2, 4 de agosto de 2011. En febrero de 2011 el Presidente Calderón dijo ante ministros de salud de las Américas y funcionarios de la Organización Mundial de la Salud que el 70% de la población de México tenía sobrepeso.3 La Jornada, 12 de agosto de 2011.4 Según Mauricio Hernández Ávila, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud, en un evento organizado por dicha secretaría y el Instituto Tecnológico Autónomo de México sobre políticas públicas para el control de la obesidad, citado en idem.5 El Gráfico, 5 de enero de 2011.6 Idem.7 Felipe Calderón en la reunión citada y SDPNoticias.com, 25 de febrero de 2011.8 “Emergencia epidemiológica de la obesidad en México” Jornalmex, 10 de febrero de 2011.9 Marcia Hiriart Urdanivia entrevistada por Laura Romero en la Gaceta UNAM, 8 de agosto de 2011.10 Blog “Obesidad en México”, julio de 2009.11 En una redada reciente en ciudad Nezahualcóyotl y Chimalhuacán los medios presentaron una fotografía en la que todas las sexoservidoras que allí aparecían, tenían importante sobrepeso. Foto mtv/archivo La jornada, 3 de agosto de 2011, p. 34 y Carlos Martínez Assad, 19 octubre 2011.12 Y sin embargo hay quien cree que no es así. Por ejemplo el presidente ejecutivo del Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo declaró recientemente que “la obesidad es una decisión individual”. Jaime Zabludovsky, Reforma, 13 de agosto de 2011.13 Julio Boltvinik ha dicho que hay 76 millones de personas en esta situación, “Pobreza en la ciudad de México”, La Jornada, México, 25 de enero de 2002; la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno federal que son 53, citada en Juan E. Pardinas “El combate a la pobreza en México: desafíos políticos”, en Luis Rubio y Susan Kaufman coordinadores, México: Democracia ineficaz, México, CIDAC-Miguel Ángel Porrúa, 2006, p. 99, y según Rodolfo Tuirán, son 49, El Universal, 27 de noviembre de 2006. En términos porcentuales, algunos hablan de 60% de la población, otros de 54%, unos más de entre 48 y 52% y José Woldenberg de 42%. Ver “Los retos de la política hoy” en Francisco Toledo, Enrique Florescano y José Woldenberg, (coordinadores), Los desafíos del presente mexicano, México, Taurus, 2006, p. 22.14 Jorge Castañeda, “Por fin: una clase media mexicana”, capítulo 2 del libro, Mañana o pasado. El misterio de los mexicanos, México, Aguilar, 2011, p. 83.15 Miguel Székely afirma que entre 1950 y 1984 hubo una reducción considerable de la pobreza, “Es posible un México con menor pobreza y desigualdad”, en José Antonio Aguilar Rivera coordinador, México: crónicas de un país posible, México, Consejo Na-cional para la Cultura y las Artes-Fondo de Cultura Económica, 2005, p. 244, y Enrique Hernández Laos sostiene que entre los años 60 y 70 la pobreza se redujo a la mitad, citado en Hira de Gortari y Alicia Ziccardi, “Instituciones y clientelas de la política social: un esbozo histórico 1867-1994”, en varios autores, Las políticas sociales de México en los años noventa, México, Universidad Nacional Autónoma de México/Instituto de Investigaciones Sociales-Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Instituto Mora-Plaza y Valdés,1996, p. 225.16 Peter Townsend citado en Julio Boltvinik, “Conceptos y métodos para el estudio de la pobreza”, Comercio Exterior, México, vol. 53, núm. 5, mayo de 2003, nota 18, p. 408.17 Esta es la tesis genial de Abhijit V. Banerjee y Esther Duflo en Poor Economics. A radical rethinking of the way to fight global poverty, New York, Public Affairs, 2011. También lo afirman Robert Jensen y Nolan Miller en “A revealed preference approach to measuring hunger and undernutrition” citado en The economist, 26 de marzo de 2011.18 México es el país que más promueve la comida chatarra, de los que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, afirma el International Business Times, 8 de noviembre de 2010.19 Aunque sean caros. Y éste es otro indicador de que hemos dejado atrás la pobreza extrema. Ahora bien: no todo mundo está de acuerdo con que son caros, un funcio-nario de la Secretaría de Salud asegura que son más baratos que las frutas y verduras, Mauricio Hernández Ávila, declaraciones citadas. En el caso de los refrescos, son defini-tivamente más caros que el agua simple, pero según Soledad Loaeza, los mexicanos toman refrescos por la insalubridad del agua. “La sociedad no existe”, La Jornada, 18 de agosto de 2011.20 Para la tesis de Amartya Sen, véase la reseña que le hace Samuel Freeman a su libro Theory of Justice en The New York Review of Books, 3 de mayo de 2011, p. 78.21 Freeman en Idem.22 Alvin Toffler, El shock del futuro, 1970, citado por Mónica Braun “Nuevos saberes ¿mismos errores?”, Horizontes, número 18, septiembre 2011, p. 46.23 Mónica Braun en Idem, pp. 46-47.24 Según afirma el ya citado Mauricio Hernández Ávila.25 Carlos Monsiváis citado por Marta Lamas, Discurso de aceptación del Premio Nacional por la Igualdad y la no Discriminación del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, 19 de octubre de 2011.

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Agustín Basave_Doctor en Política por la Universidad de Oxford. Analista y académico, se ha especializado en la reflexión sobre la realidad mexicana. Escritor, profesor e investigador desde 1982, es actual-mente Director de Posgrado de la Universidad Iberoame-ricana, articulista de Excélsior y comentarista en Foro TV y W Radio. Es autor, entre otros libros, de México mestizo (Fondo de Cultura Económica, 1992) y Mexicanidad y esquizofrenia (Océano, 2010).

Rawls, Dworkin y la justicia en el paleoliberalismo_Es preciso crear sistemas de compensación que permitan un equilibrio social

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La idea de justicia social flo-rece en el siglo XIX, como reacción al capitalismo salvaje y asociada en algunos teóri-cos al concepto aristotélico de justicia distributiva, no con-mutativa. El término es empleado en 1843 por el jesuita Luigi Taparelli (Ensayo

teórico del derecho natural apoyado en los hechos), y retomado por los fabianos en Inglaterra. Por encima de la noción abstracta de dar a cada quien lo suyo, que parte del individualismo y su premisa liberal de que todos los ciudadanos son iguales ante la ley, la tesis justiciera impone la realidad de la desigualdad. En el marco de una sociedad libre, una minoría de individuos acumula todo tipo de riqueza mientras que una mayoría queda margina-da. Si esa libertad ha de mantenerse, es preciso crear sistemas de compensación que permitan un equilibrio social, y hacerlo ha menester una teorización moral.

En ese contexto se inscriben las aportaciones de John Rawls y Ronald Dworkin. Ambos buscan la elusiva conciliación de la li-bertad y la igualdad, y ambos procuran fijar las mojoneras éticas de la justicia social dentro del terreno del liberalismo. A partir del re-curso del “velo de ignorancia”, que lleva al modelo de equidad que se preconizaría si nadie supieran cuál es su posición en la sociedad, Rawls postula sus dos principios de justicia. El primero es que cada persona tiene el mismo derecho al esquema más amplio de liberta-des compatible con un esquema similar para los demás. El segundo es que las desigualdades sociales y económicas deben arreglarse de tal modo que el mayor beneficio sea para los miembros más desfavorecidos de la sociedad y que los cargos y posiciones públicas estén abiertos para todos en igualdad de oportunidades.

Lo que me parece más interesante en John Rawls es su propó-sito de repartir no tanto el goce de bienes materiales cuanto el

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_Las desigualdades sociales y económicas deben arreglarse de tal modo que el mayor beneficio sea

para los miembros más desfavorecidos de la sociedad.

a la libertad individual, y en consecuencia justicializa al indivi-duo. El problema con el que ambos se topan, sin embargo, es la traducción de sus disquisiciones teóricas en normas o políticas públicas prácticas. En eses sentido, la plataforma rawlsiana es más funcional que la dworkiniana. Un Estado benefactor, tradicional o moderno, es perfectamente compatible con las ideas de John Rawls. Y es que además de la igualdad de oportunidades, el piso es justamente eso, la red protectora que da un mínimo de bienestar para todos. La universalidad de la salud y la educación gratuitas es el mejor camino al cabal ejercicio de las libertades para todos, y no sería posible sin un andamiaje fiscal que asegure la redistribución del ingreso. En ese sentido hay varias cosas que rescatar de la vieja socialdemocracia (Judt), y lo que proporciona su teoría de la justicia es una legitimación ética de lo que se logró siguiendo a Bernstein y a su intuición e instinto político.

El igualitarismo liberal conforma, como todas las propuestas eclécticas, un entramado teóricamente imperfecto. Al negarse a ser parte de uno de los dos “monopolios de coherencia” (Bar-tra) que representan el liberalismo y el marxismo y pretender en cambio sincretizarlos, se enfrenta a contradicciones ineluctables. Siempre será más fácil rechazar cualquier cortapisa al mercado o preconizar la abolición de la propiedad privada que buscar el justo medio. Los cuestionamientos a la garantía de un arranque parejo y la ayuda a los que tropiezan se salvarían si no se necesitaran tantas reglas y jueces, o si de plano no hubiera carrera. Pero a quienes nos parecen tan inaceptables las atrocidades cometidas contra las libertades individuales por socialismo real como el crimen contra la justicia social perpetrado por el neoliberalismo y su absurdo del fin de la historia, la rendición frente a uno u otro se nos presenta como la degradación del ser humano. Por eso juzgo tan peligrosa la entronización de una democracia hemipléjica. Y por eso hago votos porque el establishment capitalista supere su miopía, regrese al paleoliberalismo y deje de bloquear las manifestaciones “heterodoxas” de la izquierda democrática.

ejercicio de libertades individuales. Así, sale al paso de la crítica marxista de la “abstractez” de los derechos liberales (Cerroni) y enfoca su razonamiento hacia la creación de mecanismos que permitan a los individuos más desprotegidos contar con los recur-sos para ser concreta y verdaderamente libres. Y es que el punto nodal de la teoría rawlsiana es la igualdad de oportunidades. Se trata en cierta manera de una meritocracia: nadie merece las ven-tajas o las desventajas de sus dotes genéticas o de sus circunstancias familiares, porque son cualidades “de distribución moralmente arbitraria”. Ni la inteligencia o el talento ni el privilegio de nacer en una familia rica o poderosa, ni siquiera la buena suerte, deben constituir una ventaja; a la inversa, ni las limitaciones intelectuales o familiares ni los accidentes deben impedir que alguien se reza-gue. Para eso debe haber leyes e instituciones compensatorias. Lo único que justifica una posición ventajosa o desventajosa son las decisiones o elecciones que tomen las personas, quienes son responsables de sus actos.

Ronald Dworkin, por su parte, equipara justicia con justeza (justice and fairness). Para él, la clave de una distribución justa de los “recursos” es la igualdad inicial. La equidad que le interesa, además, no es la del bienestar sino la de los recursos. Su fórmula teórica es una subasta de recursos materiales entre los miembros de la sociedad, en la que todos tienen igual poder para pujar por todos los recursos. La puja termina en el equilibrio: nadie quiere cambiar lo que ha obtenido. En otras palabras, la justicia distribu-tiva se alcanzaría si se repartieran todos los bienes en partes iguales entre todas las personas, y luego se les permitiera intercambiar entre todos algo de lo que tienen hasta quedar satisfechos. Adi-cionalmente, cada uno puede comprar dos tipos de seguros: uno contra la eventual baja rentabilidad de su talento y otro contra sus posibles discapacidades. Los seguros se compran con los benefi-cios adquiridos en la vida post-subasta.

El planteamiento de Dworkin es sugerente. Pese a ser primor-dialmente un filósofo del derecho, su razonamiento es el de un economista. Para él hay dos clases de suerte, la opcional y la bruta; la primera es el resultado de apuestas calculadas y la segunda de consecuencias fuera del control del apostador. Con ecos orte-guianos, argumenta que el destino de la gente es producto de circunstancias y decisiones, y que lo que hay que garantizar es que las circunstancias sean iguales para todos y que todos se hagan responsables de sus decisiones. El punto de partida debe ser el mismo, pero una vez arrancada la carrera los adelantados y los re-zagados se habrán ganado a pulso su posición. Contrarrestados los accidentes, contratados los seguros, las desigualdades resultantes son moralmente aceptables.

John Rawls y Ronald Dworkin son liberales igualitarios. Los dos concentran sus teorías en la igualdad de oportunidades, aun-que difieren en la forma de lograrla. Dworkin profesa más respeto y admiración por el capitalismo y da más peso al rol del mercado, y por eso individualiza la justicia, mientras que a Rawls privilegia el papel del Estado y muestra menos reparos en establecer límites

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Virgilio Caballero_Antropólogo y profesor normalista. Maestro en Ciencias de la Comunicación. Profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana y profesor emérito de la Universidad de Tamaulipas. Comunicólogo e investigador de larga trayecto-ria, ha sido fundador y director de los sistemas estatales de radio y televisión de Sonora, Quintana Roo y Oaxaca. Fue director del Canal del Congreso de la Unión, cofundador de Canal 40 (CNI) y creador y director de noticiarios del Canal 11 del Instituto Politécnico Nacional. En 1979 mereció el Premio Nacional de Periodismo.

Miguel Ángel Granados Chapa (1941-2011)_El periodista, el profesor universitario, el activista político, el representante ciudadano, el investigador, fueron una sola entidad humana

Uno tiende a creer que las horas que vive tienen algo que ver con la vida de todos, porque un hálito de conciencia de que todos somos uno aparece de cuando en cuando, en la experiencia de vivir, entre lo que somos y lo que queremos ser.

Quizá es menos que un hálito, tal vez un respiro: la percepción de que somos uno

es apenas una conversación con uno mismo, quizá materia de psiquiatras, de poetas, de encantadores, de revolucionarios, de so-ñadores, de artistas: todos imbuidos del amor que debe enaltecer al corazón humano. De la estirpe mayor, de la que piensa y siente que nada que sea humano le es ajeno, provino la calidad humana de Miguel Ángel Granados Chapa (1941-2011).

Miguel Ángel escuchó innumerables discursos en los últimos meses, en el reconocimiento nacional a su vida y a su obra: valo-raciones cercanas, con justicia, a la admiración extraordinaria que despertó su singular tarea de analista de las complejas circunstan-cias de la vida de México.

De hecho, los homenajes del 2008 rendidos a la persona de este periodista de excepción fueron una especie de bálsamo, una balsa también en la que todos, apretados, nos subimos para escapar de y enfrentar, a un tiempo, las oleadas de miseria inhumana con que la descomposición generalizada que vive nuestro país amenaza cotidianamente nuestra certeza de vivir con dignidad.

En más de un sentido la figura de Miguel Ángel Granados Cha-pa, su pública presencia en la gran plaza del país, el entusiasmo que de manera unánime alentó la esperanza ciudadana al reco-nocerlo como un hombre libre, fueron, éticamente, la antítesis del cinismo, la impudicia, la impunidad, la podredumbre que nos agobia desde el poder.

Menciono aquí deliberadamente a la ética porque estoy con-

vencido de que el periodista, el profesor universitario, el activista político, el representante ciudadano, el investigador, fueron en Miguel Ángel una sola entidad humana que hace del recono-cimiento del otro, de los otros, con sus derechos y su dignidad, asunto esencial de los valores que le dictaron paso a paso el que-hacer, y aún el método para realizarlo.

Esa intención, o mejor dicho, ese acto de conciencia, unificó sus tareas y, a la del periodismo que practicó la dotó de singularidad so-bresaliente en la profesión de informar y revisar el transcurso de los hechos y las cosas, sirviendo con ello al pensamiento de muchos.

Nada le fue ajeno, pero de nada opinó sin antes observar, inda-gar, investigar, comprobar, tal cual corresponde al periodista que respeta la inteligencia de sus lectores y sus audiencias, que se asu-me, primero que todo, como un investigador de la realidad, de su inacabable riqueza, producto de la a veces irritante complejidad de las acciones humanas y del devenir social.

Fue, con mucho, la obra de un cronista que no esperó el paso del tiempo para, mirando hacia atrás, reflexionar sobre la historia, sino ir haciendo el apunte del acontecer del que somos testigos y sujetos, la mayoría de nosotros sin reflexionarlo.

La mirada del observador acucioso abarcó, entonces, a la vez el conjunto social y sus segmentos, el hecho noticioso y sus parti-cularidades, con frecuencia determinadas por el comportamiento de las personas y sus circunstancias, con toda su carga subjetiva.

Hay que dar cuenta de ello con objetividad, dictan los cáno-nes tradicionales del periodismo, pero todos sabemos que ella, la objetividad, no existe: de manera consciente o inconsciente nuestra opinión mantiene sutiles o abiertos vínculos con los hechos observados. Sólo la honestidad en el cumplimiento de la tarea puede rebasar la prueba de llegar a los otros apelando al mutuo convencimiento de que es posible escudriñar la verdad de las cosas.

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_De la estirpe mayor, de la que piensa y siente que nada que sea humano le es ajeno, provino la calidad humana de Miguel Ángel Granados Chapa.

Y no es tan abstracta ni inalcanzable la honestidad.

El periodista Miguel Ángel Granados Chapa la practicó día con día, y no como un mero gesto del recto proceder, que sería por sí mismo agradecible, sino como un recurso del método de informar haciendo acopio de nombres, fechas, circunstancias, acciones, de donde fue surgiendo, ante los ojos asombrados del lector, o del oído ansioso del oyente, la revelación de que los hechos que a todos nos afectan pueden ser comprendidos mucho más allá de sus apariencias, si descubrimos, junto al periodista, la memoria oculta de nuestras preocupaciones.

La honestidad, así, consiste en investi-gar, conjuntar, discernir, compartir… y de cuando en cuando adjetivar. Casi no adjetivaba Granados Chapa; el adjetivo es una calificación, un juicio; él los tenía y los expresaba, pero sólo después de hacer sustantiva la múltiple presencia de los factores que coincidían en un hecho, y luego de incorporar el irrefutable valor de los datos duros: justamente para que el adjetivo, el juicio, no fuera ni pareciera un prejuicio.

El recto proceder es materia de la éti-ca… y recurso del método. Proviene del pensar con claridad discerniendo lo fun-damental de lo aleatorio para alcanzar el propósito, como él dijo, de “suscitar opiniones”, de iluminar el pensamiento, considero yo.

Pero igual tiene que ver con la correcta y precisa expresión del pensamiento, que en Miguel Ángel alcanzó con frecuencia los va-lores de la expresión literaria, que persigue no sólo la claridad del periodismo de la inteligencia, sino la belleza a que también tienen derecho la libertad de pensamiento y el derecho de la sociedad a saber y a saberse.

Es imperativo ubicar ese impulso de valoración de la vida y de la obra en la decisión de buscar el destino propio en el acontecer y la suerte de un país y de un pueblo. Arrostrar los riesgos, como cuando el joven reportero que se construía bajo la sombra gene-rosa de Manuel Buendía fue secuestrado unas horas por fanáticos de ultraderecha que fustigaron cobardemente su cuerpo preten-diendo que retiraban así al periodista de su deber.

¿Cómo separar al periodista del ciudadano indignado por las injusticias, las opresiones, los abusos y atropellos del poder, de los poderes; de la persona que compartió el sufrimiento y las aspira-ciones de una sociedad como la nuestra, casi siempre preterida y humillada?

¿Acaso no es ésa la materia misma de su trabajo, su razón de ser, la naturaleza de los valores éticos que conmovieron e impulsaron su vida generosa?

Fue una generosidad, corro el riesgo de expresarlo, fincada en el amor de servir fraternalmente a sus semejantes. Se pregunta un

psicoanalista argentino si acaso hay amor que no sea militante.Al fin y al cabo el amor es la garantía histórica, política, afectiva,

estética del cumplimiento del principio del placer, en este caso, del placer de crear y recrearse en el servicio a los demás.

Será por muchos años memorable lo que este tejedor de pa-labras, como él mismo se nombró, pronunció en la escena hoy infranqueable del poder, en ocasión de recibir la Medalla Belisario Domínguez, “en las sombrías horas que corren”, dijo.

E igual que cuando las voces más altas se levantaron, reclamó: “Crecen las tendencias al autoritarismo, a la criminalización de la protesta social, a la guerra sucia no enderezada sólo contra los opositores al régimen sino contra ciudadanos en reclamo de sus de-rechos”. “Hace falta una ley de amnistía que haga salir de las cárceles a presos políticos que hoy mismo, como en los peores tiempos del autoritarismo, padecen prisión injusta”.

Permítanme decir que me honra haber sido su amigo y haber compartido una parte de nuestro trabajo. Él, como pocos en estas horas sombrías, honró al pueblo al que perteneció.

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Humberto Musacchio_Escritor y periodista de larga trayectoria, que ha participado en algunos de los proyectos más importantes de la prensa escrita. Autor del Diccionario Enciclopédico Milenios de México y de los libros Ciudad quebrada, Hojas del tiempo, Urbe fugitiva, Historia gráfica del periodismo mexica-no, Historia del periodismo cultural de México y El Taller de Gráfica Popular, entre otros. Hace apenas unos meses publicó el volumen Granados Chapa, un periodista en contexto (México, Temas de Hoy, 2011).

Granados Chapa, periodista de época_Se convirtió en el mejor columnista de México, el más leído y respetado

En México hubo una fuerte relación entre pe-riodismo y poder. Una relación corrupta y corruptora en la que el Estado premiaba el comportamiento complaciente de los medios. Por supuesto la censura actuó en forma de pandillas que quemaban talleres, como ocurrió con Rotofoto, el semanario de José Pagés Llergo, o con el Diario de México, de Federico Bracamon-

tes. Pero la clave de esa relación entre prensa y poder, de su buen funcionamiento, fue la censura que se estableció en cada órgano de la llamada “prensa nacional”. Era una relación de conveniencia, bien pagada y sobrada de estímulos para los barones de la prensa, aunque los trabajadores —salvo unos cuantos— nunca vieron sus beneficios.

Esa relación con los periódicos —con los medios electrónicos fue distinta por diversas razones— se mantuvo funcionando durante todo el régimen priísta, aunque empezó a hacer agua a principios de los años setenta. Poco antes, en 1968, había llegado

Julio Scherer a la dirección de Excélsior, entonces el periódico más importante. Miguel Ángel Granados Chapa (1941-2011), quien había ingresado al periódico en 1967, tuvo como candidato a la dirección a otro subdirector, Víctor Velarde. Pese a tal antecedente, Scherer, urgido de periodistas ajenos a las corruptelas de la época, llamó a Granados Chapa a colaborar muy cerca de él, lo que a partir de entonces el hidalguense hizo con su proverbial cuidado, honradez y eficiencia.

Desde el principio de su gestión intentó Scherer realizar cam-bios en la manera de obtener y suministrar la información, em-pezó a enriquecer las páginas editoriales con plumas prestigiadas y de varias maneras inició un deslinde con el gobierno. Pero el presidente era Gustavo Díaz Ordaz y la capacidad de maniobra de todo periódico era extraordinariamente reducida. Fue en el sexenio de Luis Echeverría cuando Excélsior de veras empezó a transformar el ejercicio periodístico y a dar cabida a una crítica cada vez más penetrante.

29 de febrero de 1984. Estamos los futuros fundadores de La Jornada. Por la noche, en el Hotel de México, al término del acto en el que anunciamos la aparición de un nuevo periódico que se llamaría La Jornada e invitamos a comprar acciones sin voto a los miles de asistentes a aquella reunión. Era un típico negocio de saliva, pero éramos también periodistas conocidos por nuestra actitud crítica y la gente respondió y seis meses y 19 días después apareció el número uno del diario. Fotografía de Pedro Valtierra.

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_ Sus artículos y columnas se convirtieron en puntos de referencia indispensables para entender el país y su acontecer político.

En ese ámbito de audacias, Granados Chapa vivió un acelerado ascenso y desde entonces sus artículos y columnas se convirtieron en puntos de referencia indispensables para en-tender el país y su acontecer político. Echados de Excélsior por los agentes de Luis Echeverría, Scherer y los periodistas que lo siguieron crearon Proceso, donde don Julio era director general y Granados Chapa el director-gerente.

Pocos meses duró Granados Chapa en Proceso. Un semanario le quedaba chico y entendió que no podía ni debía haber dos direc-tores. En mayo renunció y de inmediato se convirtió en articulista de Siempre! y El Universal y simultáneamente fue nombrado jefe de noticieros del Canal 11, donde se quedó sólo unas semanas, pues el secretario de Educación Pública Fernando Solana, su antiguo maestro de la Escuela Nacional de Ciencias Políticas, lo nombró director de Radio Educación, emisora a la que llevó a su mayor altura.

Pero faltaba algo más. El 13 de julio de 1977, por invitación de su amigo Luis Javier Solana, Miguel Ángel comenzó a publicar en Cine Mundial una columna que sería legendaria: Plaza Públi-ca. Cine Mundial era un tabloide de espectáculos con una breve sección política y la columna necesitaba de un medio de mayor proyección. Manuel Becerra Acosta hijo lo sabía y en diciembre invitó a Miguel Ángel a llevarse su Plaza a unomásuno, donde me-ses después lo nombró coordinador editorial y luego subdirector.

A fines de 1983, disgustados con Becerra Acosta por la posesión de las acciones, salimos varios ejecutivos de unomásuno, incluido Miguel Ángel, que no era accionista, pero entendió que con toda justicia exigíamos un reparto democrático de las acciones entre los periodistas de aquel diario. Así fue como participamos en la fundación de La Jornada, periódico al que Granados Chapa entre-gó seis años en los que llevó a ese diario a sus mejores momentos.

En 1990 Miguel Ángel hizo pública su aspiración a dirigir La Jornada, pero mientras él había sido el director en funciones, el otro, el que se ostentaba como director general, iba tejiendo una red de intereses para asegurarse las lealtades de sus validos, todos ellos beneficiados con cargos dentro del diario, buenas fuentes, viajes, ascensos, aumentos de sueldo, dinero que fluía sin orden ni vigilancia. Por supuesto, el cacicazgo le cerró el paso y Granados

Chapa decidió abandonar aquel periódico al que dio sus mejores años, ésos en los que se combina el vigor con la madurez.El resto es sabido. Miguel Ángel Grana-

dos Chapa, liberado de las obligaciones de un funcionario de la prensa, se convirtió en el mejor

columnista de México, el más leído y respetado; un periodista que escribía todos los días y cada día lo hacía bien,

muy bien, y que gustaba de incursionar en la crónica parlamen-taria. Una especie de Francisco Zarco de nuestro tiempo. Fue consejero del IFE cuando se necesitó de su inmenso prestigio, se equivocó al aceptar la candidatura al gobierno de Hidalgo y al término de su campaña, ajeno a las inmundicias de la política, aceptó que tenía más lectores que electores.

En un programa matutino de Radio UNAM, en Radio Edu-cación y en la televisión independiente dio continuidad a su tarea de columnista diario. En sus últimos años llegaron a él doctorados honoris causa, premios y reconocimientos de toda índole. Era el premio a la larga pelea, suya y de muchos colegas, por dignificar el periodismo y sacarlo del fangal en que lo sumió el régimen priís-ta, gesta en la que él, como nadie, representó el diario afán por servir a los lectores y radioescuchas, la cotidiana lucha por mostrar los hechos, analizarlos y opinar sobre ellos en forma consistente, con respeto por todos, pero sin miedo a los poderosos. Por todo eso, fue un periodista de los que marcan época.

Adiós a Miguel ángel granados chapaLa Universidad Iberoamericana Ciudad de México lamenta

profundamente el fallecimiento del gran periodista y gran ser humano Miguel Ángel Granados Chapa (1941-2011), amigo de esta

institución, en donde cursó su doctorado, y miembro del Consejo Editorial de IBERO. Su ausencia es una gran pérdida en estos

momentos tan difíciles para el país, pero su ejemplo y su legado ético y profesional nos seguirán acompañando por mucho tiempo en

nuestro quehacer. Seguirá con nosotros.

Junta editorial. Preparando la salida del primer número de La Jornada en septiembre de 1984. Carmen Lira, Carlos Payán, Humberto Musacchio, Miguel Ángel Granados Chapa, Gabriel García Márquez y Vicente Rojo. Fotografía de Luis Humberto González.

8 de julio de 1976. Abandonando el diario Excélsior, en solidaridad con Julio Scherer, junto con 300 seguidores más. Fotografía de Juan Miranda.

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Entrevista con Ignacio Padilla_México necesita urgentemente una reforma en la educación

Carlos Deveaux Homs_Director de Comunicación Institucional de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

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Escritor, periodista, editor, catedrático y diplo-mático, Ignacio Padilla (ciudad de México, 1968), es uno de los personajes más destacados de la literatura contemporánea de Iberoamé-rica. Egresado de la licenciatura en Comu-nicación por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, donde actualmente ejerce la docencia, cursó estudios de maestría en Li-

teratura Inglesa en la Universidad de Edimburgo, Gran Bretaña, y el doctorado en Literatura Española e Hispanoamericana por la Universidad de Salamanca, España.

Considerado uno de los máximos exponentes del grupo litera-rio o generación del Crack, fue uno de los impulsores en 1996 de su Manifiesto, junto con Jorge Volpi, Eloy Urroz, Pedro Ángel Palou y Ricardo Chávez Castañeda, el cual tuvo como propósito la renovación de la literatura mexicana.

Es autor de más de una veintena de libros de cuento, novela, teatro y ensayo, entre ellos Subterráneos (1990), Los papeles del dra-gón típico (1993/2001), Imposibilidad de los cuervos (1994/2000), La catedral de los ahogados (1994), Si volviesen Sus Majestades (1996/2004), Las tormentas del mar embotellado (1996/2001), Am-phitryon (2000), Las antípodas y el siglo (2001), Crónicas africanas. Espejismo y utopía en el Reino de Swazilandia (2002), El diablo y Cervantes (2006), El peso de las cosas (2006), Heterodoxos mexicanos (2006), Si hace Crack es Boom (2007), El androide y las quimeras (2008), Por un tornillo (2009), Los anacrónicos (2010) y La isla de las tribus perdidas (2010), que han sido traducidos, muchos de ellos, al inglés, francés, italiano, alemán, portugués, neerlandés, turco, ruso, polaco, griego, coreano, sueco y hebreo.

En reconocimiento a su destacada labor literaria, ha merecido múltiples galardones nacionales e internacionales, como el Premio Nacional de Ensayo Malcolm Lowry 1994, Premio Nacional de Cuento Gilberto Owen 1999, Premio Primavera de Novela 2000, Premio Nacional de Dramaturgia 2008, Premio Debate Casa de América 2010, Premio Iberoamericano de Novela “La otra orilla” 2011 y Premio Manuel Alvar de Estudios Humanísticos 2011.

Ha sido agregado cultural de la Embajada de México en la Gran Bretaña de 2001 a 2003, becario de la John Simon Guggenheim Memorial Foundation y del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Asimismo, en febrero de 2011 fue nombrado miembro correspondiente en Querétaro de la Academia Mexicana de la Lengua.

En las siguientes páginas, Padilla comparte con los lectores de IBERO su experiencia como escritor y docente, así como su visión sobre la literatura mexicana y el futuro del libro con las nuevas tecnologías.

¿Cómo surgió el grupo literario o generación del Crack?La generación de escritores latinoamericanos que renovaron

nuestras letras surgió, como cualquier otra, con coincidencias cro-nológicas, estéticas y culturales. Los que nacimos en los sesentas compartimos una serie de filias y fobias que nos condujeron a escribir como escribimos. Eso también nos toca a Volpi y a mí, que hemos crecido, escrito y leído juntos, desde la adolescencia, cuando nos conocimos y descubrimos que la literatura también puede vivirse como una experiencia de amistad.

¿Te identificas plenamente con esta generación?En un sentido estricto, no puedo identificarme con un concep-

to de generación. Por dos razones: la primera, porque creo que nadie tiene claro qué es esa generación; hay tantas generaciones del crack como intérpretes de la misma: una generación del crack inventada por la prensa española, otra generación del crack de la Academia Francesa, una más de la Academia Estadounidense, y otra de Carlos Fuentes, entre otros. La segunda razón es que mi experiencia literaria con el Crack es grupal, no así generacional. Con el grupo del Crack —inscrito, ese sí, en una generación importante de escritores latinoamericanos no necesariamente coincidentes con el grupo del Crack— me identifico todavía, plenamente, con sus miembros y con sus propuestas estéticas, que me parece siguen vigentes.

¿Qué animaba al grupo o contra qué reaccionaba?Nos animaba la vocación por escribir y la urgencia por recupe-

rar las grandes lecciones, el ímpetu de los autores del Boom lati-noamericano, y más atrás, el magisterio de Borges. Sentíamos que la literatura posterior a Fuentes, Vargas Llosa y García Márquez se había banalizado, frivolizado, y que se había perdido la seriedad, el respeto al lector inteligente y participativo, el espíritu totalizador, el cuidado del lenguaje que otrora habían caracterizado a nuestras letras. Eso fue lo que nos unió, como unió e impulsó también a muchos otros compañeros de generación, desde Los Ángeles hasta la Patagonia.

Entre Carlos Fuentes y Juan Rulfo, ¿hacia dónde se inclina más la búsqueda literaria de tu generación?

Ambos son modelos. En el caso de Fuentes, ha sido, además, un generoso maestro, difusor, lector y amigo.

¿Cuál ha sido tu experiencia en España después de que el Premio Primavera de Novela, con Amphitryon, te abriera las puertas en ese país?

Buena, supongo. Claro que me abrió muchas puertas. Sobre todo, favoreció, en mi caso y muchos otros, que mis libros llegaran más allá de las fronteras de México, y que quizá encontraran en el camino a algunos de sus lectores buscados. Es irónico, pero sólo a través de reconocimientos en España es posible que un escritor mexicano sea difundido, leído y conocido en Guatemala, por ejemplo, no digamos en Argentina o Colombia, donde he encontrado lectores entrañables.

Además de varias novelas y libros de cuento has publicado diversos ensayos. ¿Cómo entiendes este género y qué te mueve a cultivarlo?

Escribo ensayos siempre a partir del hecho indisputable de que

No concibo la experiencia literaria sin mi relación infantil con los libros.

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No concibo la vida sin escribir ni sin dar clases. En las clases aprendo, me alimento, me rejuvenezco. Sin los muchachos no podría seguir adelante.

soy sólo un contador de cuentos. A veces algún tema o alguna anécdota me crecen, me piden que transite a otros géneros. Ese es el caso de mis novelas y mis ensayos. Como sea, creo que el ensayo tiene que volver a sus orígenes, y ser escrito desde la primera persona del singular, desde la experiencia y el pensamiento de la persona que sopesa los hechos y las ideas sobre las cuales escribe.

Has escrito y sigues escribiendo también para niños, ¿qué significa para ti esta experiencia?

Es una experiencia crucial, inalienable de mi ser escritor. No concibo la experiencia literaria sin mi relación infantil con los libros. Escribir para niños es, entonces, un deber. Un deber, por otra parte, nada sencillo. Los niños son los lectores más exigentes que pueda uno concebir. Además, en escribir para niños existe un acto de humildad difícilmente ejecutable para un escritor, que debe tener un ego gigantesco: volver a ser el niño que fue sin dejar de ser el adulto que es.

Sabemos que te preocupa también el tema de la lectura, ¿qué piensas con respecto a las estrategias para la formación de lectores?

Creo que México necesita urgentemente, más que ningún otro país hispanohablante, una reforma en la educación. Por razones que todos conocemos, esto no va a ocurrir mientras los liderazgos magisteriales sean los que son, tengan el poder que tienen y ca-rezcan de la mínima vocación docente. De modo que la solución al gravísimo problema de la lectura en México sólo podrá quedar en manos de los padres de familia, los únicos que no le deben nada ni le temen a Elba Esther, los únicos dispuestos a invertir tiempo, dinero y esfuerzo en algo cuyos resultados sólo se verán en veinte años.

¿Cuál es el futuro del libro? ¿Piensas crear literatura para formatos digitales, tal vez interactivos?

Pienso en seguir creando literatura, cualquiera que sea el forma-to que vaya a tener. Creo que hay futuro y espacio suficiente para

el libro en cualquier forma o sustento, cuanto más ahora que las tabletas han resuelto la desventaja ergonómica que tenían frente al libro impreso.

¿Qué opinas de las nuevas formas de creación que se desprenden de las redes sociales, específicamente Twitter y Facebook?

Me interesan mucho y creo que al fin podrán hallar su propio lenguaje para dar vida nueva a la literatura.

Indiscutiblemente tu formación académica ha sido determinante en tu carrera literaria, no precisamente porque la universidad forme buenos escritores, sino por muchos otros factores. Ahora, ¿qué significa para ti tu labor como docente?

No concibo la vida sin escribir ni sin dar clases. En las clases aprendo, me alimento, me rejuvenezco. Sin los muchachos no po-dría seguir adelante. Me encanta escucharlos y aprender de ellos, en la misma medida en que la investigación académica, lejos de las aulas, me resulta cuesta arriba aunque necesaria para ser un mejor docente, y si se puede, un mentor.

¿Que posibilidades tiene un joven escritor talentoso de destacar en el ámbito literario mexicano?

Las mismas que en cualquier parte del mundo, supongo, mien-tras sea disciplinado, talentoso y ambicioso.

¿Son necesarios los apoyos del Estado a los escritores? En este sentido, ¿cuál es el panorama del apoyo gubernamental a la creación literaria?

En un caso como el mexicano, los apoyos del Estado son im-prescindibles. Gracias a ellos tenemos una generación inmejorable de escritores en un país donde no hay lectores.

¿Qué escribes actualmente?Siempre estoy escribiendo cuentos, todos ellos aspirantes a for-

mar parte de una tetralogía o pentalogía que nunca acabaré, pues es una serie que constituye mi vida literaria.

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Efraín Bartolomé y la fuerza de las palabras

Cultivador de la emoción inteligente, Efraín Bartolomé (Ocosingo, Chiapas, 1950) es uno de los poetas mexicanos más importan-tes de la actualidad. Desde que publicó su primer libro (Ojo de jaguar), en 1982, llamó poderosamente la atención de los lectores por la fuerza de sus palabras concentradas, límpidas y expresivas.

A este primer libro magistral seguirían otros más de no me-nor intensidad y significación: Ciudad bajo el relámpago (1983), Música solar (1984), Cuadernos contra el ángel (1987), Cantos para la joven concubina y otros poemas dispersos (1991), Corazón del mon-te (1995), Avellanas (1997) y Partes un verso a la mitad y sangra (1997), todos ellos reunidos, en 1999, en el volumen Oficio: Arder (Obra poética 1982-1997).

Más tarde vendrían Oro de siglos (1998), La casa sola (1999), Fo-gata con tres piedras (2006) y, muy recientemente, El son y el viento (Ediciones Monte Carmelo, 2011) y Cantando El Triunfo de las Cosas Terrestres (Universidad de Ciencia y Tecnología Descartes, 2011), dos obras con las cuales Bartolomé reafirma su vocación lírica y su ya muy sólido prestigio poético.

Al autodefinirse como poeta ha escrito: “Crezco al borde del cielo. Lo sé bien. Soy de tierra. Soy de agua. Soy de un húmedo barro pegajoso y oscuro. Lo sé bien. Ardo. Mi biografía avanza entre renglones que sólo la luz mastica. Pongo en el aire un grito. Deshojo mis palabras en el abismo. Caigo con ellas. ¡Qué bien ar-den en el fuego sagrado estas letras del Nombre impronunciable!”

Efraín Bartolomé ha merecido múltiples distinciones y premios, entre ellos el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, el Pre-mio Nacional de Poesía Carlos Pellicer, el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen y el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines, así como el Premio Nacional al Mérito Forestal y de Vida Silvestre, por la contribución de su obra a la promoción de la conciencia de la Naturaleza como territorio sagrado. En su tierra natal fue distinguido con el Premio Chiapas de Arte, y en Estados Unidos, Suiza y Alemania le han sido también recono-cidos sus méritos. Su poesía ha sido traducida al inglés, francés, portugués, alemán, italiano, gallego y árabe.

Justamente con la aparición de sus libros El son y el viento y Can-tando el triunfo de las cosas terrestres, IBERO se honra en dar a cono-cer estos tres poemas, que ven la luz por primera vez, y nos limpian la mirada “para que nuestro hermano y semejante vea”.

Fotografías de Guadalupe Belmontes Stringel.

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3333Efraín Bartolomé_3 poemas inéditos

LA LECCIÓNINada: nambimbos...

Vaharadas de sol

Y el silencio que lanzasu red sobre las cosas...

Las flores derribadasque conforman esa alfombra que hollépara llegar a esta banca¿son una vaga esperanza?

Bien podrían ser un campode matanza…

¿Es el sol el que zumba?

No : es el tiempo que calla

Todo transcurreTodo está vivo y ardenlas pensativas sombras

Caigo al fondo de mí

Después nada: nambimbos

Y el manazo del vientoy otra lluvia de florescontra el sueloy el sol.

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El sol hace fogatascon las flores resecas

Más allála ceiba encarcelada: herida en su raízpor lanzas herrumbradas

Pero nada: nambimbos...

Y algo como un ramo de viento

Una ráfaga interna: Liberemos la ceiba de las garras del hierro

Luego nada: nambimbos...

Y aquel insecto muertosobre la página de tierradonde el sol escribióhasta hace unos instantescon trazo firmesu encendida lección.

LAS PALABRASLas palabras son clavos, son martillos,leznas, tirabuzones, verduguillos,tizones y tornillos;son dagas, son tenazas, son cuchillos.

Las palabras se hunden hasta el huesocon puntas aceradas y en su exceso brutal,su muerto pesohunde en la carne dientes de sabueso.

Las palabras te cortan, te maceran,te penetran, te muerden, te remuerden,te queman, te violentan, te vulneran.Después se van, se apagan y se pierden.

La vida se me fue en este aprendera dejarme morder por la palabra.Puse todo mi empeño en conocerla forma en que se pule, en que se labrasu sentido, su música y su fuerza,hasta que toca el ojo de la mentey hiere con un brío diferenteel alma del lector. Hoy se refuerzami humana condición en el dolorque me hizo escribir esto. Mas no olvidola palabra que besa y acariciay en medio de la muerte y de su ruidonos manda su hálito benefactory es bálsamo y delicia.

EL DESCENSOVolar volar volarPartir subir herir la transparenciaDesplegar alas como la palmeraDesarraigarseLamer con nuestra sombra la llanura

Volar sobre la mar: la cabellera crespa de la amante infinitaHundirnos en los lagos como en ojos profundos

Volar volar volarPlanear sobre la cumbre brusca de la montaña: no por el gusto elemental de la ascensiónsino para mirar el rostro de la amadael cuerpo de la amante que esperará el descensoque encenderá que incitará que invitará al descensoa la caída al torrente incendiarioa la fiesta de rayosal eléctrico encuentro del cielo con la tierraa la unión que tendrá como único testigoal impredecible viento.

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Dos cuentos_Hasta este momento no he podido despertar, pero a lo mejor Freud tiene razón y todo el mundo camina bien y yo soy el único que voy de cabeza.

Guillermo Samperio_Es uno de los más destacados escritores mexicanos. Autor de más de 25 libros de cuento, novela, ensayo, literatura infantil, poesía y crónica. Entre sus libros más recientes están Cuentos reunidos (Alfaguara, 2007), Cómo se escribe un cuento (Berenice, 2008) y La guerra oculta (Lectorum (2008). Su libro de cuentos La Gioconda en bicicleta fue traducido en 2010 al italiano. Los dos cuentos inéditos que ahora damos a conocer en IBERO forman parte de una obra en proceso.

A lo mejor Freud tiene razónA Paty

En un sobre de azúcar de la Cafebrería El Parnaso leí estas frases de Freud: “Cualquiera que, despierto, se comporte como lo hace en sueños, será tomado por loco”. Pagué y me levanté de mi silla que estaba en el techo; salí a la calle y hasta muy abajo vi unos nubarrones tremendos, supragrises, y empezó a llover hasta que se convirtió casi en cascada. Pronto, de abajo subió esa catarata tre-menda. La gente corría de aquí para allá al revés como cirqueros bajo techitos y con paraguas apuntando hacia las coladeras y las banquetas. Un auto se fue por un agujero hacia arriba.

Hasta este momento no he podido despertar, pero a lo mejor Freud tiene razón y todo el mundo camina bien y yo soy el único que voy de cabeza, pero acabo de ver que un señor de traje y por-tafolios se tropezó con una piedra grande y veo que se desbarranca hacia los grises nubarrones titánicos; ahora, su portafolios sube más rápido que él hasta perderse en el cielo. Del hombre apenas distin-go las suelas de sus zapatos. Luego ya no lo alcanzo a ver.

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_Nuestras almas viajarán hacia la Constelación Casiopea, de donde vinimos, y allá nos designarán

otro cuerpo para volver acá.

La mujer del cabello platínEsta mujer joven de cabello blanco o platín, de nombre Fanny

y con mi apellido, tiene las uniones del cuerpo óseo hacia afuera como yo las tengo hacia dentro. Es seguro que su corazón también esté armado como un rompecabezas de tres dimensiones, pero lo más probable es que por él no transite sangre, ya que la piel de ella, aunque rosada y ¡tersa!, permite distinguir la oscuridad inevitable que la habita. Pero a lo mejor me equivoco en tanto que mi corazón (que es de ella) se encuentra también en la oscuridad y cuando deje de trabajar, en no largo tiempo, se volverá negro en medida de que la sangre, al detenerse, va cobrando una tonalidad grisácea hasta volverse oscura. Como deja de circular por venas y arterias y su fluir se detiene donde sea en el momento en que el corazón suspende su actividad, allí, en venas, arterias y piel, pasa del rojo vivo al rojo apagado y de éste al negro; y mientras transcurre el tiempo, se va haciendo más oscura y se solidifica, es decir se hace una costra interior de cuerpo entero (esto cuando ya me encuentre en el féretro casi al tercer día).

No sólo mi piel dará ese color amarillento (ausencia de pigmen-tación sanguínea) un tanto semejante al de ella, sino también es allí cuando mis coyunturas se hacen todavía más oscuras (negras) y mi semejanza con la mujer de cabello platín se hará mucho más cercano.

No sé cuántos años de vida puedan quedarle a ella (con alguien como Fanny no se puede saber), pero como las modas van y vienen, ella envejecerá a la inversa: poco a poco el pelo se le irá poniendo negro (la cana androide); no podrá eludir que le cueste trabajo utilizar sus articulaciones. Quizá pierda ese color rosadito, casi tono carne, que lleva en las partes donde no hay zonas negras. Mi Fanny necesitará un bastón de acero de alta dureza para soste-ner ese peso que es del triple del mío; y esto la llevará a caminar y a mover sus demás articulaciones con lentitud, para lo cual le ayudaré en medida de mis posibilidades.

Cuando yo vea que el cabello se le haya puesto totalmente negro, supondré que se encuentra ya en la senectud. No sé si su caparazón tipo piel humana se craquele, pero es lo más seguro. Cuando todo esto llegue a sucederle, no me importará. Iremos por la calle, ya ancianos, sosteniéndonos el uno a la otra. La gente del barrio nos saludará como si se inclinara ante venerables an-cianos y nosotros, con dificultad, levantaremos a medias un brazo con el fin de no ser descorteses.

Pero ningún vecino sabrá que, con todo y envaramiento, toda-vía nos besamos, nos tocamos, nos hacemos caricias atrevidas y,

aunque sea de vez en cuando, hacemos el amor. ¿Quién se irá pri-mero de este planeta? Ninguno de ambos lo sabemos, pero le he prometido que como con el tiempo ella fue ganando terrenalidad, humanidad, le daré sepultura y no dejaré que negociante alguno de chatarra quiera comerciar con su cuerpo. Por ello hemos he-cho otro pacto recíproco: cuando yo me dé cuenta, por ejemplo, de que ya me voy a morir, ella se suicidará y la sepultaré. Luego me pegaré un tiro porque al fin y al cabo dos o tres días después ya no estaré en estos territorios del Sistema Solar. Nuestras almas viajarán hacia la Constelación Casiopea, de donde vinimos, y allá nos designarán otro cuerpo para volver acá. Quizá para entonces yo regrese como androide y ella cien por ciento humana con su semilla androica, como en mi caso.

Desde luego, será difícil que volvamos a coincidir en este planeta, si todavía existe para entonces, en la medida de que ya existen en la Tierra millones de androides perfeccionados que han perdido su conciencia adroica y viven y mueren como cualquier terrestre.

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Emmanuel Carballo_Escritor y editor. Está considerado como uno de los mejores ensayistas de las letras mexicanas. Medalla de Oro del Instituto Nacional de Bellas Artes en 2009, en reconocimiento a su trayectoria literaria. Autor, entre otros libros, del Diccionario crítico de las letras mexicanas en el siglo XIX (Océano, 2001) y de Protagonistas de la literatura mexicana (Afaguara, 2005) y Protagonistas de la literatura hispanoamericana (Alfaguara, 2007). En el presente texto el autor se refiere precisamente al trabajo de actualización que ha llevado a cabo con su obra emblemática.

La suerte de los Protagonistas de la

literatura mexicana_Entre las mujeres recién llegadas carecemos de genios como Elena Garro. ¿A qué se

deberá, me pregunto? Foto

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En la nueva edición incluyo escritores como Mauricio Magda-leno y Juan Rulfo. Explico los motivos. A Mauricio Magdaleno lo entrevisté en fecha posterior a la salida de la segunda edición de los Protagonistas, unos cuantos años antes de que muriera. En mis ratos libres trabajé laboriosamente el diálogo y ahora lo incluyo en el libro. Me agrada porque conseguí captar el momento en que don Mauricio renuncia a las cosas de este mundo y se siente más un ángel (o un demonio) que un ser de carne y hueso.

A ratos habla del más acá y en otros del más allá. A Juan Rulfo no lo entrevisté aunque casi siempre lo tuve cerca y dispuesto al diálogo: nos ligaba la amistad y el paisanaje. El texto sobre él está hecho (caso único en el libro) a base de recuerdos, de confrontar sus puntos de vista con los míos acerca de la discutida creación de Pedro Páramo, en la que yo estuve próximo. Como en el caso de Magdaleno, se trata de un texto reciente. También añado fragmen-tos en las entrevistas dedicadas a Reyes, Novo, Arreola y Fuentes.

_A Juan Rulfo no lo entrevisté aunque casi siempre lo tuve cerca y dispuesto al diálogo: nos ligaba la amistad y el paisanaje. El texto sobre él está hecho (caso único en el libro) a base de recuerdos, de confrontar sus puntos de vista con los

míos acerca de la discutida creación de Pedro Páramo, en la que yo estuve próximo.

Los Protagonistas de la literatura mexicana han co-rrido con suerte. Hasta la fecha se han publicado seis ediciones. De la segunda, hecho extraño en México, se imprimieron treinta mil ejemplares, lo que para un libro de historia y crítica literaria es un hecho inusual. Los lectores lo leen y los críticos, muchas veces, usan su contenido sin emplear las comillas de rigor.

Concibo la entrevista como una confesión general. Al ejercitarla he procurado, para que tal examen de conciencia sea posible, es-tudiar la vida y la obra de cada uno de los escritores seleccionados desde distintas perspectivas. La más segura, y también la más obvia, es aquella que consiste en indagar en las fuentes oficiales de infor-mación: los estudios biográficos, las historias de la literatura y los trabajos de exégesis. Más arriesgada ya que no pasa de ser testimonial y menos rígida porque la anima la pasión, es la perspectiva que toma en cuenta los juicios y prejuicios que sobre cada entrevistado po-seen sus camaradas de oficio, amigos y enemigos. Una más, modesta pero necesaria, la constituyen las noticias que acerca del “personaje” han ido apareciendo en periódicos y revistas: esta perspectiva da a la entrevista la atmósfera y, en ocasiones, revela el carácter y la personalidad del entrevistado, por más que éste trate de ocultarlos. Revestido con estas armas defensivas y ofensivas el entrevistador está capacitado para enfrentarse, en un combate cuerpo a cuerpo, con quien puede ser su asesino o su víctima y en quien siempre le gustaría encontrar a un ser comprensivo, lúcido e inteligente.

El papel del entrevistador es en sí incómodo para quien lo prac-tica y desagradable para quien lo padece desde la acera de enfrente. El entrevistador se enfrenta casi siempre a seres humanos famosos o en vísperas de serlo, excepcionales si se piensa que constituyen “casos límite”: se trata de hombres o mujeres que funcionan mental y emotivamente con tal perfección y rareza que piensan, sienten y se expresan como seres únicos e irrepetibles.

Por otra parte, el entrevistador es un aguafiestas que en lugar de meter la nariz donde no lo llaman saca la grabadora y apunta lo que está permitido escuchar pero no escribir. Una buena en-trevista comienza donde termina el sentido común, la legítima conveniencia del entrevistado y se vislumbra la autenticidad, una o varias facetas de la verdad. Se trata de explorar y ayudar a que se solucionen problemas que por difíciles parecen indestructibles.

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universalidad. La nuestra es en este momento una literatura buena pero no excelente. Y a la larga un panorama se mide por las excelencias y no por los pulidos y aseados equipos que produjo. Tan es así que los lectores día a día desertan de nues-tras letras y acampan en otras literaturas menos sosas y más entretenidas. En otra ocasión voy a

referirme a los nuevos gustos de los lectores. Por eso, debo decirlo, mis Protagonistas concluyen con

Carlos Fuentes.Entre nosotros el crítico escribe primero para el direc-

tor del periódico o revista que le paga un sueldo miserable por practicar su oficio. (Dime dónde escribes y te diré quién eres.) Escribe, luego, para el escritor a quien enjuicia y, después, para los amigos o enemigos tanto del escritor en cuestión como del propio crítico. (Hecho que demuestra, entre otras cosas, el triste y reducido papel que ejerce la crítica.) Escribe, por último, para los lectores. Grupo pequeño que lee con desconfianza y rara vez toma en cuenta los juicios del crítico. El lector sabe que casi siem-pre le mienten, le dan verdades a medias o lo incitan a comulgar con ruedas de molino. No respeta al crítico porque el crítico no se respeta a sí mismo.

Entre nosotros la crítica es impresionista, colonial y de un al-deanismo rabioso e ingenuo. Es impresionista porque no es cien-tífica, porque se atiene a las emociones que despierta determinada obra en determinado crítico. Es colonial porque usa como pa-trones de medida aquéllos que están en boga en metrópolis del poder literario. Y usa estos patrones extralógicamente no porque sean operantes sino por que son extranjeros. Es aldeana porque los vientos burocráticos así lo dictaminan.

La literatura femenina ha crecido en número y calidad. Advierto en ella dos corrientes: la que busca el éxito a como dé lugar, sacrificando incluso la propia literatura y la que se propone con-seguir, por principio de cuentas, valores estéticos. Se trata de una corriente en la que el rigor, el discurso literario y las estructuras bien aceitadas están a la orden del día. Prefiero, por supuesto, el segundo grupo, menos numeroso y menos conocido que el primero. También entre las mujeres recién llegadas carecemos de genios como Elena Garro. ¿A qué se deberá, me pregunto?

¿Cuál es el motivo o los motivos de estos agre-gados? Los Protagonistas reúnen un buen número de escritores que además de ser sobresalientes me son queridos y familiares. Por eso vuelvo a ellos con relativa frecuencia. Los releo y desarrollo por escrito aspectos que no había tocado antes. En otros casos se trata de cartas suyas escritas a mí que anteriormente consideré no tener derecho a publicar porque tratan asuntos íntimos. Hoy los tiempos han cambiado. También incluyo una carta de Reyes a Fuentes (de la cual don Alfonso me envió copia) en que le dice que de conocer la novela no le hubiera obsequiado para titularla su frase famosa: “Viajero, haz llegado a la región más transparente del aire”. Le pareció inadecuada.

Reproduzco algunas líneas de la carta: “Si yo hubiera conocido el carácter de tu novela cuando me pediste permiso para bautizarla con mis palabras, hubiera dudado en concedértelo […] Yo hubie-ra preferido que no empañaras mi frase aplicándola a un objeto tan turbio. Turbio no es censura: tú has querido conscientemente hacer un libro turbio y feo, ¿verdad?” Don Alfonso confundió una explosión juvenil de rabia y amor con el acto de burlarse de una sentencia afortunada y repetida hasta el cansancio. Carlos tenía razón. Se refería obviamente a que la nueva Tenochtitlán había perdido, entre otras cualidades fundamentales, la transparencia, por fuera y por dentro.

Encuentro numerosas nuevas propuestas estéticas y sociales en las novísimas letras mexicanas: en la poesía (sigue habiendo más poetas que estiércol), en la prosa narrativa (que ha perdido lec-tores por el uso de procedimientos difíciles e innecesarios), en el teatro (plural y al día) y hasta en la crítica literaria, el secular patito feo de nuestra literatura. Lo que no encuentro después de Fuentes (en la prosa), Sabines (en la poesía) y Carballido (en el teatro) son figuras que brillen con luz propia. Les sobra aldeanismo y les falta

_También incluyo una carta de Reyes a Fuentes (de la cual don Alfonso me envió copia) en que le dice que de conocer la novela no le hubiera obsequiado para titularla su frase famosa: “Viajero, haz llegado a la región más transparente del

aire”. Le pareció inadecuada.

Carlos Fuentes. Abajo Elena Garro.

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Ilya Semo_Nacido en la ciudad de México en 1993, es estudiante de nivel medio superior en la Escuela Nacional Prepa-ratoria número 6, “Antonio Caso”, de la UNAM.

Nuevos modos de representación_La indignación es volverse de golpe al medio, entender la necesidad de emanciparse de los fines del sistema y escapar a la ilusión de la finalidad de los medios

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Un hombre de mediana edad en una ca-ricatura rústica en cuadros, se levanta de su cama una mañana normal. Se pone sus pantuflas y en el siguiente cuadro abre la puerta para recoger el periódico. Se sienta en un cómodo sillón y lo lee con gestos que oscilan entre la atención y el disgusto. Pero, para sorpresa del espectador, la ca-

ricatura queda pasmada en este cuadro. Se enfoca el periódico que lee, y no hay otra cosa que la misma caricatura rústica de un hombre que se levanta en una mañana normal a leer el pe-riódico. Éste es uno de los sueños del espectador de los medios de masas: que la finalidad de este medio sea su “yo”. Una de las grandes frustraciones de lo cotidiano es enfrentar problemas en periódicos y programas de televisión que están permanentemente fuera de nuestro alcance. Pero son, al mismo tiempo, problemas necesarios para cargar con la brutalidad del idilio cotidiano. Casi tan paradójico como un cuadro de Peanuts donde Charlie Brown, forzándose a leer un periódico, afirma confiado: “Si no tengo nada de qué preocuparme, me preocupa”.

La caricatura en la metáfora ha hecho las paces con la dialéctica del mundo y vive alegre, recostada en su sillón, asombrándose de sus propios juicios, hasta que se da cuenta de que, por supuesto, es una caricatura. Si los recursos de los medios, como la publicidad y el entretenimiento, a los que nos hemos acostumbrado gracias a la paciencia de los hábitos, y a los que Niklas Luhman designa como la “autoorganización de la estupidez” y “un instrumento para eliminar el tiempo libre”, no nos caricaturizan de la misma forma que a nuestro rústico amigo, es porque no nos reflejamos en ellos. Esto es, a la vez, porque no podemos imaginarnos en un medio de masas, sólo podemos imaginarnos como el fin de lo que sucede ahí dentro. La tarea misma del medio de masas presupone que somos el fin de los actos heroicos o tiránicos del eco político. La pregunta es entonces: ¿Somos representados por los medios? O, al menos, ¿lo que se representa en los medios puede represen-

[…] todo esfuerzo destinado a orientar hacia la cultura los pensamientos dirigidos al hambre, redunda en un hecho artificial.

Antonin Artaud

tarnos? El hombre de la caricatura evade estas cuestiones y vuelve a la contemplación. Los medios de masas crean nuevos modos de representar, pero antes, diseñan la ilusión del fin.

Pensar, como los griegos hacían, que el individuo tiene un destino fatal, es, todavía, una aseveración pertinente, pero decir que el destino de la fatalidad es este ser humano es producto de un narcisismo sádico. A este desacierto retórico nos conducen los medios de masas, adiestrando al individuo a situarse fuera del medio para observarlo, a pensarse fuera de su destino para con-solarse. Esta grosera rutina da ocasión a la política para explotar sus llamados Proyectos de nación, que generalmente consisten en alterar la consciencia del individuo, cuando todo lo que hacen es perturbar su consistencia. Un antiguo integrante del PC decía en una discusión “es encantador ver que cada catástrofe estimula a la nación a seguir nuevos proyectos, lo entristecedor es que ninguno de estos proyectos de nación sea su propia constitución”. Este es el único medio real, la constitución, ya sea la política o la cultural. La

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_En el renacimiento del arte callejero, los indignados se han declarado en una guerra involuntaria contra las

armas de los medios de masas.

constitución del país es su única posibilidad de convertirse en lo que es, debe trabajar sobre ella. A la par, el individuo puede traba-jar sobre su consistencia, despejar el medio hasta que de nuevo se halle contenido en él. Este principio resuena con insistencia pro-pia en cada asamblea de los indignados cuando recuerdan: “Cada individuo es un medio de comunicación”. La indignación es volverse de golpe al medio, entender la necesidad de emanciparse de los fines del sistema y escapar a la ilusión de la finalidad de los medios. Por eso otra de sus consignas es: “No somos antisistema, el sistema es antinosotros”.

En el renacimiento del arte callejero, los indignados (que comien-zan a renegar de esta categoría por consideración a la pluralidad de géneros), se han declarado en una guerra involuntaria contra las armas de los medios de masas. Es posible que la primavera árabe haya sido un pivote desequilibrante para las formas del entrete-nimiento de masas. ¿Qué pasa si, por motivos secretos y bajo la máscara del 99% de la población, el público está a la disponibilidad

del arte de nuevo? ¿Si la velocidad de la reproducción técnica no tiene la fuerza para vencer una voluntad de estar ahí y ver? —¿Ser ahí?—. En el movimiento estudiantil chileno las caravanas de carnaval se maquillan con el aura de la protesta, en Wall Street, por fin, el jazzista de esquina tiene más público que la sensación de Broadway, y en México, el color y barroquismo de las calles y plazas tiene otra vez un acompañante digno de su anacronismo: el teatro callejero.

El sendero que se dibuja del desplazamiento y la pluralización mediática es el mismo de la democracia. Sin embargo, cuál cuadro surrealista, es un camino cruzado con más letreros de direcciones que posibles bifurcaciones. Tomar a la democracia por un lugar al que se debe llegar, es como pensar que un voto cada seis años es una costumbre coherente de participación ciudadana. La demo-cracia es un lugar que se hace de la constancia en la participación de lo público, una exigencia al presente y nada más que un medio para la autorepresentación.

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Homenaje a académicos distinguidos_El acto más importantede la liturgia universitaria

Jorge Tovalín González-Iturbe_Redactor de IBERO.

La Universidad Iberoamericana Ciudad de Méxi-co rindió homenaje a 102 académicos distingui-dos por su compromiso, profunda dedicación y trayectoria ejemplar en pro de los ideales que persigue esta casa de estudios, en la ceremonia de Reconocimiento al Mérito Universitario 2011.

En un concurrido Auditorio José Sánchez Vi-llaseñor, autoridades de la Ibero entregaron 49

diplomas al Mérito Universitario, 36 medallas al Mérito Univer-sitario, cuatro nombramientos de Académico Numerario, cinco de Académico Emérito, y siete medallas de oro José Sánchez Villaseñor y una Medalla de Oro Ignacio de Loyola.

“El acto litúrgico por excelencia desde el punto de vista reli-gioso es la eucaristía, que significa precisamente Acción de gracias. Yo hago la comparación de que lo estamos celebrando es el acto más importante de la liturgia universitaria”, señaló el doctor José Morales Orozco, S. J., Rector de la Ibero.

A nombre de los galardonados, la maestra Teresa Matabuena Pe-láez, directora de la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero, reiteró que el honor de recibir la Medalla de Oro José Sánchez Villaseñor refrenda el esfuerzo de continuar con las labores de servicio a la comunidad, formando personas creativas, críticas, abiertas a la tras-cendencia, con sentido de la vida humana, y sensibles a la realidad del país.

Por su parte, el maestro José Rubén Murillo Díaz, S. J., también receptor de la medalla, aprovechó para compartir con la audiencia un esbozo de la vida del mencionado jesuita.

El doctor José de Jesús Ledesma, quien recibió de manos del Rector la Medalla de Oro Ignacio de Loyola —el más alto reco-nocimiento que la Ibero brinda a sus académicos—, se dijo hon-rado, agradecido y satisfecho por esta distinción, que compartió con el Departamento de Derecho, donde ha colaborado durante 48 años.

Fundador de la revista Jurídica, que está por cumplir cuatro dé-cadas de vida editorial, el doctor Ledesma tuvo una participación decisiva para que, en 1973, la Ibero consiguiera su primer acuerdo de validez oficial de estudio. Director del Departamento de De-recho entre 1980 y 1985, también fue el encargado de redactar las Memorias de la Universidad Iberoamericana, compiladas en mil seiscientas páginas y que comprenden 37 años de existencia insti-tucional, de 1943 a 1980.

En esta ceremonia, acompañaron al Rector el doctor Javier Prado Galán, Vicerrector académico; la maestra Patricia Espinoza Gómez, directora divisional de Ciencia, Arte y Tecnología; el maestro José Ramón Ulloa Guerrero, director de Servicios para la Formación Integral; el maestro Alejandro Mendoza, director di-visional de Humanidades y Comunicación, y el doctor Alejandro Guevara Sanginés, director divisional de Estudios Sociales.

José Rubén Murillo Díaz, S.J.

Teresa Matabuena Peláez.

José de Jesús Ledesma.

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El bloqueo estadounidense y la dictadura castrista_

Humberto Enoc Cavazos Arózqueta_Estudiante del quinto semestre de la Licenciatura en Derecho en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

_Los jóvenes latinoamericanos debemos denunciar el bloqueo y la dictadura y defender la soberanía y el orgullo del pueblo cubano.

Si bien el gobierno de los her-manos Castro Ruz, primero con Fidel y ahora con Raúl, se engendró en la Revolución Cubana —uno de los movimientos populares más románticos de la historia de Latinoamérica—, el triunfo revolucionario y la liberación lograda mediante la lucha arma-

da librada a mediados del siglo XX por el pueblo cubano, devino en una dictadura que ha violado derechos humanos y oprimido a los cubanos por más de medio siglo.

Con el apoyo de la ONU, Estados Unidos le impuso a la Re-pública de Cuba un embargo comercial como medida coactiva para presionar al régimen socialista instaurado por Fidel Castro. Dicho embargo ha violado el derecho de autodeterminación de Cuba y ha ultrajado su soberanía. Asimismo, este bloqueo, mate-rializándose en un obstáculo insuperable, ha impedido el progreso social, el comercio, la autonomía alimenticia y la adquisición de equipos de salud para la población cubana. Según el canciller Bruno Rodríguez, el bloqueo ha significado para el país caribeño una pérdida de 975 mil millones de dólares.

Desde mi punto de vista es necesario, por el bien del pueblo cu-bano, que, en primer lugar, los Estados Unidos retiren el embargo a la isla; en segundo lugar, opino que es de suma importancia que Cuba se democratice, pues padece una dictadura nepotista que le ha arrebatado a su pueblo derechos fundamentales como las liber-tades de tránsito y expresión, así como los derechos políticos, de propiedad privada —aunque vale la pena mencionar que acaban de librar la compraventa de viviendas—, de asociación, de informa-ción y de mercado, entre otros.

El martes 26 de octubre de 2011, la Asamblea General de la ONU determinó, por vigésimo año consecutivo, condenar el

bloqueo que la superpotencia norteamericana mantiene contra la pequeña isla caribeña. La

decisión fue tomada democráticamente mediante votación: 186 naciones votaron a favor de condenar el

embargo, y sólo dos en contra —Estados Unidos e Israel—; tres se abstuvieron. Este resultado es la manifestación expresa de una pluralidad de Estados que, sin importar sus modelos econó-micos o políticos, consideran imperativo que cese el anacrónico conflicto entre los estadounidenses y los cubanos. Y es que en el mundo del siglo XXI no hay cabida para un embargo impuesto por un Estado a otro a causa de diferencias políticas.

Estados Unidos se erige, ante la ONU y el mundo, como pala-dín de los derechos humanos, y con ello quiere justificar el blo-queo, pues asegura luchar contra las dictaduras y contra quienes reprimen y oprimen a sus pueblos. Pero esto revela una doble moral y una gran hipocresía, pues como se sabe Estados Unidos ha apoyado abiertamente a numerosos regímenes dictatoriales, tiránicos y despóticos y ha violado en incontables ocasiones de-rechos fundamentales de numerosas personas que se encuentran presas en Guantánamo y en otros sitios invadidos.

No hay modo de defender el castrismo, pero sí es necesario defen-der al pueblo cubano que padece, al mismo tiempo, las consecuen-cias del bloqueo estadounidense y las de la dictadura de su propio gobierno. Queda claro que la gran parte de la pobreza cubana se debe al bloqueo, pero las atrocidades que ha cometido el régimen cubano contra su pueblo no son dignas de un Estado soberano.

Los jóvenes latinoamericanos debemos denunciar el bloqueo y la dictadura y defender la soberanía y el orgullo del pueblo cubano. Se necesita solidaridad para que los pueblos secuestrados se liberen y democraticen, para que se adueñen de su destino y edifiquen nuevas repúblicas cimentadas en valores humanitarios de justicia, paz, fraternidad, libertad e igualdad.

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Losalumnos

de la Ibero piensan

en un país mejor_

¿Qué es lo que harían o desearían que se

hiciera?

Tatiana Gutiérrez: Políticas de desarrollo

Para alcanzar un país mejor aplicaría políticas de desarrollo

efectivas para así evitar tantos problemas de migración, ya que en los últimos años se ha acrecentado la cantidad de personas que emigran a otros países en busca de mejores oportunidades. Crearía un sistema que también genere oportunidades para las personas con potencial, y de esta manera evitar la fuga de cerebros que cada día nos deja sin la oportunidad de contar con grandes investigadores.Licenciatura en Relaciones Internacionales, 8º semestre.

Itzel Gutiérrez:Mejor educación

Es necesaria una mejor educa-ción para toda la población,

así como fomentar el respeto entre nosotros como individuos y el res-peto al mundo en el que vivimos. La educación siempre será importante para crecer como personas y como sociedad.Licenciatura en Diseño Textil,4º semestre.

Andrea Álvarez:Reeducar a la sociedad

Crearía conciencia en las perso-nas para que nos ayudáramos

unos a otros y fomentar la empatía entre los ciudadanos. Actuar en conjunto, promover el respeto a lo humano y el respeto a la dignidad de cada individuo. Propondría reeducar a la sociedad porque es necesario que respetemos la vida de cada ser humano.Maestría en Sociología, 2º semestre.

Claudia de Alba:Más apoyo a la juventud

Propondría más apoyo a la juventud. Hoy en día los

jóvenes sienten que no tienen el apoyo de las instituciones. Hace falta fomentar la educación en este sector de la población. Hacer programas de integración, alejarlos de las calles y crearles espacios para su desarrollo. Es muy importante mirar hacia los jóvenes, ya que nosotros construire-mos el país de mañana.Licenciatura en Mercadotecnia,5º semestre.

Benjamín Espinoza:Más valores y educación familiar

Me parece urgente una mayor educación cívica y valores en

la familia. Esto es lo que considero que haría la diferencia de nuestro país. La familia es el núcleo en el que nos desarrollamos y donde tenemos nuestro primer contacto con la sociedad; los valores son fundamentales para hacer de un individuo alguien respetuoso de sí mismo y que respeta a los demás. Apoyaría a la educación familiar y fomentaría la educación cívica.Licenciatura en Comunicación,primer semestre.

Mariana Díaz:Cambiarlo todo

Propongo mejorar la educación. Es muy importante tener una

buena formación en todos los niveles educativos. Un buen comienzo para que nuestro país mejore es contar con una buena educación y una cultura de civilidad. Es difícil poder mejorar el país ya que considero que no hay una unión sólida en todos los sectores y esto hace compli-cado el panorama. Por ejemplo, la educación no puede avanzar por sí misma; necesita recursos, ¿y cómo vamos a conseguir esos recursos si lo que crece es la pobreza? Todo es un ciclo: si queremos cambiar algo tenemos que cambiar todo.Licenciatura en Diseño Gráfico,6º semestre.

Anayeli Enríquez_Redactora de IBERO.

Comenzar a construir un país mejor es pensar en él, imaginarlo. En la presente encuesta, algunos alumnos de la Ibero realizan este ejercicio reflexivo e imaginativo con propuestas que revelan la necesidad de cambios

esenciales en nuestra vida individual y colectiva, así como en los ámbitos administrativos y de gobierno. He aquí algunas imáge-nes de ese país posible.

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Desde Navolato vengo, dicen que nací en el ro-ble... Intento escribir la primera parte de la crónica de un autor en busca del mar perdido. Todo comenzó un día de truenos y relámpagos en Navolato, Sinaloa. A los veinte días de haber nacido mis padres me llevaron (y digo me llevaron porque no recuerdo haber caminado hacia ningún

lugar) a mi paraíso, hoy perdido en la distancia, donde John Steinbeck sacó la inspiración para su novela La perla, publicada en 1947: la Baja California Sur: mar y desierto juntos.

Desde Navolato, Sinaloa, a La Paz, Baja California Sur, cruzando mares hasta que a los 17 decidí ir a la universidad, y me fui a la ciudad de México a deformarme.

El Puerto de Ilusión cobijó y sigue cobijando mis sueños de pirata. En esta bella perla sudcaliforniana me fui adentrando al mundo de los deliciosos chimangos* de Todos Santos y mi gusto por la poesía simbolista, aunque este gusto se agudizó obsesiva-mente en la selva de concreto: Verlaine, Rimbaud, Baudelaire, principalmente barcos ebrios y musas enfermas no faltaban en las tardes citadinas de algún departamento del sur de la ciudad o de las islas de ciudad universitaria.

En el Mar de Cortés también leí los cuentos de Mark Twain, comenzaba a leer a Nerval con la misma avidez y con el mismo gusto a Gorostiza, Villaurrutia, Octavio Paz: en Bahía de los Sue-ños, Baja California Sur. Mares apacibles y azules.

Mis primeros días del camino arenoso y marítimo, pasando por la selva de concreto han quedado atrás. Ahora tengo anclas invi-sibles en el desierto que fue mar. Puro desierto. Libros, autores, poesía, vida, siguen palpitando en mi coraza de humo.

Las dunas de Bilbao, Coahuila_Esculturas de arena que devoran en su punta de espiral los caminos y la mirada de los paseantes

Julio César Félix_Poeta y narrador. Es licenciado en Literatura por la UNAM, donde impartió las materias de Lengua española e Historia de las ideas en el Centro Universitario de Teatro (CUT). Autor, entre otros libros, de Mis ojos el fuego, Imaginario de voces, Desierto blues y En el norte ya no hay playas. Actualmente es el encargado de la oficina de difusión editorial de la Universidad Iberoamericana Torreón y director de la revista de literatura y crítica cultural Acequias, de la misma institución.

*Chimangos: antojo típico, muy sabroso, del pueblo de Todos Santos, Baja California Sur. Masa de harina de trigo, en pequeñas formas, un poco parecido su sabor al de las tortillas de harina pero más dulce.

Ahora respiro y trato de cantar en las arenas desérticas, entre gobernadoras, yucas y lapislázuli; en tono cardenchero y al calor de unos tragos de sotol: postal de Oriente; 65 km al suroeste de Torreón, Municipio de Viesca, Coahuila (parte baja de las cuencas de los ríos Aguanaval y Nazas): las dunas de Bilbao.

Las erosiones montañosas han creado a cincelazos de siglos, de aire, una zona de oleadas blancas, que se imponen a los sentidos y, se han movido de sitio, se mueven con el tiempo.

La leyenda popular asegura que se trata de un pueblo de gigan-tes que quedaron atrapados en el interior de la tierra y que por buscar incansables, la salida, las dunas van moviéndose de lugar.

Puedes caminar sobre estas arenas, resbalarte sentado sobre ellas, acostado; algunas llegan a medir hasta 10 metros. Podemos con-templar desde allí el desierto de Mayrán.

Navegar en las horas de la calma, relajarte, descansar, energizarte con los rayos solares…aunque también a las orillas de ese mar de arena hay sombras de pinabetes donde podrás sentir un clima más fresco.

En la noche empieza el espectáculo estelar, y con ellas, desde temprano, el olvido del ruido. Deslizarte…

A los alrededores de esta magia arenosa, también puedes hacer uso de asadores, palapas, para degustar de viandas y bebidas con los amigos y familiares.

Hay que tener cuidado con las tolvaneras, esos remolinos de tierra que cubren las cosas de polvo del desierto.

Son esculturas de arena que devoran en su punta de espiral los caminos y la mirada de los paseantes.

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Mercado de letras y colores_El desarrollo del arte culinario corre parejo con la evolución cultural del individuo

Martha Chapa_Pintora, gastrónoma, periodista y escritora nacida en Monterrey, Nuevo León. Ha obtenido diversos premios y reconocimientos de los diversos ámbitos de su vocación, entre ellos el Premio Quorum, el Premio Gourmand World Cookbook y el Premio Valores Orgullosamente Mexicanos. Su obra pictórica se encuentra en las más importantes galerías y es autora de varios libros, entre ellos Cocina regia, El sabor del edén, Con sabor a patria, Recuento de mis paraísos, La manzana y el saber, Los tacos de México y El color de los sabores, pintura y gastronomía. Es conductora del programa “El sabor del saber” de TV Mexiquense.

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_Para conocer un país, su grado de libertad, su cultura, economía y el sentir de la sociedad es

indispensable frecuentar sus plazas, ferias y mercados.

El abasto me brindó desde la niñez una forma de visión muy especial, al propio tiempo que una bella edu-cación para mis sentidos. Ese universo me condujo por cami-nos infinitos y mágicos, llenos de aromas, tonalidades y texturas. Aún más, estoy

segura de que el artista cuando establece contacto con las frutas, las hortalizas, las semillas o las flores, recrea escenas deslumbrantes que pueden alcanzar en algunos casos la categoría de obras de arte.

Aquí tenemos ejemplos contundentes: Diego Rivera, quien pintó vendedoras de frutas y se solazó en nuestras flores, como aquella mujer que abraza con ternura un manojo de alcatraces. También, otros pintores con un sello tan particular, como es el caso de Rufino Tamayo, vinculado a las sandías, o bien Olga Acosta con su proverbial “Vendedora de frutas”, llena de luz y colorido, y así otras y otros, como es mi caso, donde las manzanas se han convertido en lenguaje e icono de mi trabajo plástico.

Y qué decir de esos mercados que, como dijo André Malraux, “son museos efímeros. Palabras que se convierten en anhelos de proyectos gastronómicos y literarios, pues en verdad son galerías de la vida donde podemos comprender una parte importante de nuestra esencia universal. Poseen mil y un colores, olores, sabores, historia, mitos, leyendas, así como realidades, como si fueran mila-grosas apariciones, que se presentan ante nuestros ojos para luego ser transferidos a las pinturas”.

Así, registro las texturas de un melón como de las lechugas junto al murmullo de la gente. Y compruebo que la redondez de una naranja o calar una sandía son actos de magia pura. En fin, que visitar un mercado significa establecer ese contacto vital con la naturaleza y paladear con los sentidos, esos miles de manjares, que igual confirman que nunca hemos salido del Paraíso.

Es fácil comprender que cuando llegaron a México los con-quistadores españoles se hayan deslumbrado con la intensidad de nuestros tianguis o centros de intercambio alimentario, con sus trueques y animada convivencia, los cuales reseñaron con admira-ción en sus crónicas, lo mismo Bernal Díaz del Castillo que fray Bernardino de Sahagún. El mismo Cortés, en su segunda Carta de Relación, enviada a Carlos V el 3 de octubre de 1520, presenta una emotiva descripción de los mercados.

Hoy mismo, cuando acudimos a estos lugares con marchantas y marchantes, los sentimos sabios consejeros y conocedores de los secretos y bondades de los productos que venden, al propio

tiempo que transmisores y termómetro de los sucesos políticos, de rumores de toda clase, incluso de la vida privada de los políticos que están en el candelero o en la desgracia, en fin, siempre propiciadores de mitos y leyendas. Por eso, mientras abren una piña, horadan psicológicamente al ser humano que tienen enfrente. A fin de cuentas una bella y sabia forma de interpre-

tar la existencia, pues ratifican que son grandes conocedores del alma humana.

El mercado, como centro de convivencia, es un lugar donde incluso se practica la democracia —“Monta tanto, tanto monta, Isabel como Fernando”—, ya que la alimentación ofrece el privi-legio único de unir a todas las clases sociales: Desde la antigüedad lo mismo comía un monarca que un plebeyo, o ahora un presi-dente que un obrero.

Para conocer un país, su grado de libertad, su cultura, economía y el sentir de la sociedad es indispensable frecuentar sus plazas, ferias y mercados, amén de las fondas, taquerías y restaurantes de corte popular y por supuesto no descarto uno que otro de postín. “Dejadme primero ver el mercado que luego iré al cielo”, nos dice fray Diego Durán, porque para conocer cualquier país, y México no es la excepción, es imprescindible visitar los puntos del abasto popular.

En la ciudad de México existen espacios maravillosos, como la Central de Abasto, considerado el mercado más grande del mun-do, además de otros muy importantes y de enorme tradición: la Merced, Jamaica, San Juan, San Ángel, Sonora, en fin, tantos que nos revelan con exactitud el mosaico cultural que conformamos.

Por tanto, sería tarea, pues, obligada para nuestra generación y las futuras impulsarlos y conservarlos, especialmente cuando los mer-cados han dejado de crecer en número y hasta puede peligrar su existencia. (De hecho, desde la época del presidente Adolfo Ruiz Cortines no se ha construido ninguno nuevo.) Sus entenados son las tiendas de autoservicio, los supermercados de corte americano, funcionales pero fríos, o bien los mercados sobre ruedas, que ni en su conjunto alcanzan la grandeza del prehispánico mercado de Tlatelolco.

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Debe admitirse con tristeza que estos descendientes de los an-cestrales tianguis no conservaron la grandeza de sus abuelos, o más generaciones atrás como tampoco los pregones, ni el trato humano y hasta el proverbial regateo.

Pero, en cambio, debemos mantener en nuestra memoria colectiva, estos tem-plos de la naturaleza, en homenaje de nuestros antepasados, a la vez que subrayar, sin lugar a dudas, que el acto humano de comer constituye un lazo de unión entre materia y espíritu, y todo un distingo esencial: el animal se alimenta y el hombre come.

En todo caso, el desarrollo del arte culinario corre parejo con la evolución cultural del individuo y de su respectiva sociedad. Sólo los pueblos cultos poseen la imaginación mediante la cual han logrado la persis-tencia tradicional de la buena cocina. Y a este propósito, conviene invocar la exactitud de aquel aforismo de Balzac: “Dime qué comes y te diré quién eres”.

Los artistas —¿quién dijo tan acertadamente que son apacenta-dores de estrellas, destejedores del tiempo?— así lo comprueban cuando sienten la necesidad de fijar o amonedar sus emociones, urgidos de compartir las experiencias gratas y bellas, como las vin-culadas a la mesa, que representan también, aparte de la necesidad fisiológica e instintiva de nutrirse, el propio recreo de los sentidos.

No obstante, me sorprende que no se le preste la atención debida a estos temas y realidades, quizá debido a que la sociedad contem-poránea, donde tanto se exalta el consumo, esté muy ocupada en producir bienes materiales, y luego desecharlos. Sin embargo, la realidad se impone: si en verdad algo trasciende y da sentido a la vida son esos actos cotidianos y concretos. Nadie ignora que alrededor de la mesa se afirma la familia y evoluciona la sociedad, se fragua el pensamiento filosófico y como suele ocurrir en la política hasta se consuman pactos y alianzas. Hechos importantes, tristes o gozosos, de la propia existencia humana que se han cele-brado siempre en torno a la mesa.

Además, ¡cuánto ha influido la cocina en otras artes! Por ejemplo, cuánto le deben la pintura y las expresiones de cultura popular, cuando se inspiran en productos naturales o utensilios de la cocina. Chardin pintó maravillosas naturalezas muertas, en tanto que Meléndez soberbios bodegones. A menudo pienso que si la manzana no existiera, Cézanne la habría imaginado. Mu-

chos términos pictóricos se relacionan con el arte de cocinar, como cuando se ha trabajado una pintura en exceso, se dice que está “Muy cocinada”. Kandinsky

refería que al momento de comer, asociaba sus manjares con colores: “Hay salsas que saben

a bermellón; otras a amarillo cadmio”. Son innumerables los motivos ligados al

comer surgidos en todas las épocas y lugares para decorar y adornar. En la actividad política, bien sabemos, es costumbre ofrecer un banquete y muchas veces, como decíamos, los pactos quedan sellados con un brindis o con una buena sopa, un platillo exquisito y un postre in-

superable. Tayllerand afirmaba, con razón, que “sin una buena comida

no se puede hacer buena política”; y ojalá que todos nuestros gobernantes

acataran la máxima de Lao-Tse: “Se debe gobernar un país con el mismo cuidado con

el que se prepara un pescado”.En la literatura universal es constante la presencia de

la naturaleza y el deleite de comer. Cita a Virginia Woolf, quien desde lo recóndito de su “propia habitación”, observaba: “No se puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no se ha cenado bien”; y tan cierto es que, a la vez, un paisano mío, el ilustre regiomontano Alfonso Reyes, nos advierte en sus Memorias de cocina y bodega, que “uno nunca se repone de una mala comida”.

Por eso a quienes desconocen este mundo maravilloso los invi-to a visitarlo a través de las letras. Pero antes, una última y breve reflexión. La gastronomía, no sé en qué medida, encarna una paradoja de la liberación femenina: hasta ahora el cocinero de los grandes restaurantes, el chef, es siempre un hombre, claro, muchas veces apuntalado por las talentosas mayoras. Curiosa paradoja, insisto, pues es la mujer quien usualmente va al mercado y cocina a diario. En ellas pienso cuando escribo estas líneas y confirmo su valía y trascendencia. Mujeres que, como ocurre en los países de menor desarrollo, suelen suplir con imaginación e inspiradas en el amor fraternal, la escasez del alimento e inventar gran variedad de manjares utilizando hierbas, musgos y hasta flores, para dar de comer a sus seres cercanos.

Por eso, mi admiración y gratitud en general a quienes, tanto o quienes nos proveen de la materia prima para alimentarnos como a quienes transforman la comida en arte.

En fin, que la cocina siempre es un vasto banquete de letras y colores.

_Sólo los pueblos cultos poseen la imaginación mediante la cual han logrado la persistencia tradicional

de la buena cocina.

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Adónde ir y por qué_El ocio nos lleva por caminos de satisfacción y

entretenimiento que constituyen lo más cercano al asueto, pero también lo más cercano a la recreación, a la exploración y el goce de los sentidos.

Cursos_Diplomado en Fotografía

Impartido por el recono-cido fotógrafo Francisco

Mercado, licenciado en Comunicación gráfica y maestro en Comercializa-ción estratégica, así como docente en las Universidades Iberoamericana, La Salle y Anáhuac, se llevará a cabo el Diplomado en Fotografía, que tiene el propósito de dotar a los participantes de los conocimientos necesarios para que puedan utilizar este arte visual como un medio de expresión y sean capaces de generar, con un estilo propio, imágenes con valor estético, comunicativo y compositivo. A lo largo de las 40 sesiones, divididas en dos módulos, los alumnos conocerán la historia y los fundamentos de la fotografía de una manera vivencial a través de ejercicios teórico-prácticos para dominar los principios técnicos, tanto para las cámaras análogas como las digitales. Del mis-mo modo, por medio del análisis de la obra de grandes maestros, se estimulará el desarrollo del sentido artísti-co del participante, con el fin de que, como culminación del Diplomado, puedan con-cebir y elaborar un proyecto personal.

Centro de Cultura Casa Lamm, inicia en febrero de 2012. Mayor información en los tels. 5525 3938 y 5514 4899 y en la página www.casalamm.com.mx

Música_Apocalyptica: 7th Symphony

Considerada una de las bandas más singulares y representativas en la escena

del rock, el cuarteto finlandés Apocalyptica, integrado por los chelistas Eicca Toppinen, Paavo Lötjönen y Perttu Kivilaakso y el baterista Mikko Sirén, regresa a México para promocionar su más reciente material discográfico, el cual cuenta con la colaboración de destacados músicos como Dave Lombardo, Gavin Rossdale, Lacey Sturm, Joseph Duplantier, Brent Smith y Doug Robb. Este grupo ha logrado el reconocimiento internacional por la afortunada fusión que logran del rock y el metal con la música clásica, así como por su muy personal concepto musical, que desafía todas las clasificaciones tradicionales.Auditorio Nacional, 10 de enero de 2012

Danza_Navidades en México

Por segundo año conse-cutivo, el Ballet Folkló-

rico de México de Amalia Hernández, bajo la dirección general de Salvador López, presenta Navidades en México, espectáculo en el que participan más de 120 artistas, entre bailarines y grupos de música coral y tradicional, que muestran toda la belleza de las danzas y música tradicionales de las diferentes regiones del país. Integrada por tres cuadros, en esta puesta en escena se representa la procesión de la Virgen María y el trayecto de los Reyes Magos, además del montaje de un Nacimiento vivo en el que se incluyen animales reales, para culminar con la recreación de una posada tradicional.Explanada del Castillo de Chapulte-pec, hasta el 8 de enero de 2012

Artes visuales_Paul Strand en México. El murmullo de los rostros

El fotógrafo neoyorquino Paul Strand (1890-1976) fue, a decir del escritor Ignacio

Padilla, “un viajero y un artista en busca de un centro”. Hijo de inmigrantes de Bohemia, fue además un activista de conciencia que vivió durante casi dos años en México y que participó también en el cine. En nuestro país “registró cuanto pudo y dejó al mundo una importante herencia de lo visto y oído” en imágenes magistrales. Esta exposición fotográfica, organizada por el Conaculta, el INBA, el Museo del Palacio de Bellas Artes y la Fundación Televisa se inauguró el 30 de noviembre de 2011, y en torno de ella se realizan diversas actividades (conferencias, pláticas, recorridos guiados) que durarán hasta el 21 de febrero de 2012.Museo del Palacio de Bellas Artes, hasta febrero de 2012

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Qué leer y por qué_

Gabriel García Márquez, Yo no vengo a decir un discurso [Mondadori, México, 2010]

Los textos que Gabriel García Márquez ha reunido en este libro fueron

escritos por el autor con la intención de ser leídos por él mismo en público, ante una audiencia, y recorren prácticamente toda su vida, desde el primero, que escribe a los diecisiete años para despedir a sus compañeros del curso superior en Zipaquirá, hasta el que lee ante las Acade-mias de la Lengua y los reyes de España al cumplir ochenta años. Estas páginas son complemento indispensable para compren-der una obra narrativa de primer nivel.

Gabriel García Márquez nació en Colombia en 1927 y es uno de los más grandes escritores universales. Autor de Cien años de soledad y El otoño del patriarca, entre otras novelas, mereció el Premio Nobel de Literatura en 1982.

¡Madres! Cuentos (y precauciones) de maternidad [Textofilia, México, 2011]

Este no es un libro que hable sobre la maternidad, o al menos no de la

manera en la que estamos acostumbrados. Desde perspectivas diferentes y refrescan-tes, este libro nos presenta una serie de cuentos donde se abordan los aspectos más oscuros, siniestros y menos visibles de lo que implica ser madre. Con un humor sagaz e imaginativo, las once autoras incluidas en este volumen construyen visiones diversas y anécdotas variadas que van desde lo cómico hasta lo terrible.

Las autoras incluidas son: Zahie Abadi, Ana Alicia Aguirre, Guadalupe Alemán, Tamar Cohen, Ilana Marek, Carlota Peón, Gabriela Pezet, Ivonne Saed, Nina Shor, Lissette Sutton e Ilana Wolff.

Óscar Oliva, Estratos [Aldus, México, 2010.]

Estratos es una obra de madurez: el sólido quehacer de quien ha rebasado los 70 años de edad (de los que ha dedicado más de medio siglo a la poesía) y hoy entrega a los lectores un canto decantado, pulido y brillan-te, rodado por la corriente de la emoción y la experiencia. Verso y prosa dialogan en estas aguas, en estas páginas que son a un tiempo testimonio de vida y profundidad lírica.

Óscar Oliva nació en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, en 1938. Es autor del libro Estado de sitio (1972), que mereció el Premio Nacional de Poesía. Su obra poética está reunida en el volumen Trabajo ilegal (1985).

Chloe Aridjis, El libro de las nubes [Fondo de Cultura Económica, México, 2011]

Con la extraña lógica de un sueño, El libro de las nubes elabora un profundo retrato

de una ciudad en continuo flujo y de los mi-tos a los que el ser humano se aferra para dar forma a su vida. En esta primera novela de la autora, las nubes ofrecen una comprensión del presente y del futuro cercano: su existen-cia nos recuerda que las estructuras, como las personas, son susceptibles de venirse abajo y que cada una se dirige hacia su muerte a través de la pérdida de su forma.

Chloe Aridjis creció en los Países Bajos y en la ciudad de México. Es licenciada por la Universidad de Harvard y posee un doctorado en literatura francesa por la Universidad de Oxford. El libro de las nubes obtuvo el Premio a la Mejor Primera Novela Extranjera en Francia.

Esta sección de IBERO ofrece a los apasionados de la lectura la recomendación de algunos libros que podrían entregarles experiencias imborrables y transformadoras.

Tríptico del Desierto es un libro que asombra por la minuciosa construcción de un mundo tan múltiple y diverso como único y privado, y que se nos ofrece a lo largo de su lectura bajo la referencia de una voz que pone en juego la experiencia religiosa y la experiencia de vida. Con este libro, el autor obtuvo en 2009 el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes.

Javier Sicilia nació en la ciudad de México en 1956. Narra-dor y poeta, además de activista, reunió su obra lírica en el tomo La presencia desierta. Entre sus novelas destacan El Bautista y El reflejo de lo oscuro.

Javier Sicilia, Tríptico del Desierto [Era, México 2011]

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Qué escuchar y por qué_Música para camaleones está dedicada a la recomendación de obras musicales, para lo cual se ha invitado a melómanos, investigadores, expertos, editores, musicólogos y denodados amantes de la música. En esta ocasión agradecemos a Lucía Rivadeneyra y Tomás Urtusástegui el que hayan accedido a compartir su experiencia y su pasión.

Lucía Rivadeneyra recomienda: Cuba le canta a Serrat vol. 1, varios artistas [2005]; Física y química, de Joaquín Sabina [2005], y La traviata, de Giuseppe Verdi [1998]

Una mezcla de talentos, de algunos de los muchos magos del ritmo que

ha dado Cuba, hicieron un homenaje a Serrat con 21 temas, talentos como Pío Leyva, Omara Portuondo, Grupo Compay Segundo, Silvio Rodríguez, Chucho Valdés, Pupy y los que Son Son, entre otros. Arreglos inolvidables a composiciones ídem. Disco para el placer del cuerpo entero, es decir, para sentir de adentro hacia afuera y viceversa; acelera el corazón y eriza la piel. Física y química es uno de los discos más trascendentes de Sabina. Vio la luz en 1992 y en cosa de nada vendió más de un millón de copias. Refleja el gozo de la vida, la libertad que es parte medular de ese gozo; los amores y los desamores; la calle y la inocencia. Material imprescindible en una discoteca que se respete. Rolas que se escuchan una vez y acompañan para siempre. Eternamente de-li-cio-so. La traviata, donde Violeta es María Callas y Alfredo es Giuseppe di Stefano, fue grabado en 1955 y reeditado en 1998 con la orquesta y coro del Teatro de La Scala de Milán, bajo la batuta de Carlo Maria Giulini. Basada en La dama de las Camelias de Alejandro Dumas, Giuseppe Verdi dio vida a esta ópera que en su estreno no fue valorada, sino unos años después. Con el paso del tiempo, La traviata se ha convertido en una de las óperas más famosas. Obra ineludible, para gozarla a la menor provocación.Lucía Rivadeneyra. Poeta, comunicóloga y periodista cultural, cursó la maestría en Literatura mexicana en la UNAM, donde se desempeña como catedrática. Es autora, entre otros poemarios, de Rescoldos, En cada cicatriz cabe la vida, Robo calificado y Rumor de tiempos. Antología (1986-2006), por los que ha recibido importantes reconocimientos, como los Premios Nacionales de Poesía “Elías Nandino” y “Efraín Huerta”.

Tomás Urtusástegui recomienda: La verbena de la paloma, de Tomás Bretón [2000]; Greatest hits, de Edith Piaf [2008], y The ultimate collection, de Nana Mouskouri [2007]

Me encanta la zarzuela, y en casi todas mis obras teatrales, en la

musicalización, incluyo alguna pieza de zarzuela. En este género recomiendo La verbena de la paloma, que es una obra bellísima. También recomiendo a Edith Piaf; su estilo interpretativo, lírico y dramático al mismo tiempo, la hacen una cantante muy particular, que con su voz conmueve a quien la escucha, por ello es considerada uno de los personajes más representativos de Francia en el siglo XX. Otra cantante extraordinaria, con una tesitura de voz única, es Nana Mouskouri, que además domina varios idiomas: griego, inglés, francés, español, alemán, japonés, etcétera, y también diversos géneros musicales de una forma increíble, desde el clásico hasta el jazz, el pop y el folclor.Tomás Urtusástegui. Dramaturgo y narrador, es autor de más de 200 obras teatrales, entre ellas La duda, Sangre de mi sangre, Huele a gas, Carretera del norte y Cupo limitado, que han sido estrenadas en importantes escenarios de México Estados Unidos, Holanda, Japón, Francia, España y Argentina, entre otros países. Ha recibido múltiples reconocimientos en México y en el extranjero, entre los que destacan la Medalla Mi Vida en el Teatro 2000, otorgada por la Unesco, y el Premio Nacional de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón 2005.

IBERO recomienda: Lienzos de viento, de Horacio Franco y músicos zoques y mames [2011], y Fiestas privadas, de Jaramar [2011]

A través de instrumentos ancestrales como la chirimía, el tambor y la

flauta, músicos zoques y mames de Chia-pas logran generar melodías que exaltan la riqueza de la cultura mexicana y crear Lienzos de viento, producción discográfica bajo el sello Puertarbor, en la que tres virtuosos maestros de los aerófonos: Luis Hernández, Cirilo Meza y Ubaldino Villatoro, combinan su destreza con el talento del reconocido flautista Horacio Franco, logrando una excepcional inter-pretación de 16 canciones, entre sones, zapateados y danzas rituales, además de piezas africanas, japonesas y de música barroca y contemporánea. Fiestas privadas es el más reciente disco de la cantautora Jaramar, el cual encierra una búsqueda musical eminentemente contemporánea y se aventura por nuevos espacios en su camino musical. Se trata de una colec-ción de 15 canciones cercanas, cotidianas, ácidas y profundamente personales, que transitan entre matices que irremediable-mente acaban sorprendiendo y llevando al escucha a otros espacios, en donde la poesía está muy presente.

Beatriz Palacios_asistente editorial de IBERO.

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Dispositivos e instrumentos que facilitan la vida_ El desarrollo

tecnológico cobra su mayor sentido cuando nos facilita la vida sin que ello quiera decir que nos propicie la pereza.

Cepillo que blanquea los dientesEquipado con la tecnología sónica más avanzada, Sonicare DiamondClean es la más reciente innovación de Philips. Se trata de un cepillo de dientes con una acción de limpieza dinámica que penetra profundamente entre los dientes y las encías, eliminando la placa hasta cuatro veces más que un cepillo manual, además de blanquear los dientes en sólo una semana. Cuenta con un mango delgado y ergonómico y cinco modos de limpieza para objetivos específicos, tales como el cuidado de las encías, y su estuche funciona además como base para cargarlo a través del conector USB.

Pantalla multitáctil para PCEl VX2258wm de ViewSonic es el pri-mer monitor con capacidad multitáctil, hasta ahora sólo disponible en teléfonos celulares o tablets. Certificado para el so-porte Touch de Windows 7, esta pantalla para PC de 22 pulgadas con resolución FullHD, utiliza una tecnología integrada de infrarrojos que ofrece la funcionalidad multitáctil, pudiendo utilizarse tanto con los propios dedos como con un stylus si se necesita mayor precisión.

Primer televisor con 3D sin lentesEl televisor de 55 pulgadas Toshiba 55ZL2 es el primero que no requiere de lentes para ver los contenidos en tres dimensiones, y su pantalla Quad Full HD posibilita que un mayor número de usuarios vea simultáneamente las imágenes en 3D. Esta televisión se puede manejar desde un smartphone y cuenta con conexión a Internet, permite intercambiar contenidos con otros usuarios y dispositivos de la red doméstica, así como grabar un programa en USB o disco duro y almacenar la configuración, lista de canales, contenidos y nivel de volumen preferidos de hasta cuatro usuarios diferentes.

Visor para buceo con cámara integradaDe la empresa Liquid Image, el visor de la serie Scuba con cámara integrada para tomar fotografías y video con sonido, le permite al buzo captar imágenes, a manos libres, en profundidades de hasta 40 metros. Con ocho megapixeles de resolución y memoria interna de 16 MB, expandible al doble por medio de una tarjeta microSD, este visor fabricado con cristales de vidrio templado es de fácil uso, ya que con un solo botón se encien-de la cámara y se acciona el disparador; adicionalmente, una pantalla dentro del visor, informa si está activado para grabar o tomar fotografías. Las imágenes capta-das se pueden transferir a la computadora o reproducirse en un televisor a través de su conexión USB.

Bicicleta estática con Google mapsLa bicicleta estática Pro-Form Tour de France permite al usuario realizar ejercicio de ma-nera divertida al integrar entre sus funciones Google maps, que incluye 24 diferentes rutas preestablecidas y la posibilidad de crear otras con base en la vuelta más famosa y prestigiosa del ciclismo profesional. Al realizar el recorrido virtual que se despliega en la pantalla, la bicicleta se inclina en diferentes ángulos simulando el tramo del terreno de la ruta elegida, además de medir el peso y la estatura del ciclista y con base en ello ajustar la resistencia, de tal modo que la experiencia sea lo más natural posible.