Revista Prevención de Incendios- Entrelíneas

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El pasado 25 de marzo se presentó en sociedad la Fundación Fuego. Ocurrió en el Campus Universitario de Madrid, la capital del reino de España, en la sede de la Escuela de Organización Industrial (EOI). Un buen lugar para una Fundación que está registrada en el Ministerio de Educación, hecho este que, sin duda, marcará su futuro. Todos los asistentes que fueron muchos –la práctica totalidad de quienes tienen algo que decir en el sector de los incendios en España– pudieron recibir las primeras noticias de lo que apunta que va a ser esta Fundación. Algunos comentaron que ha sido uno de los aconteci- mientos más importantes de los últimos años. En la presentación quedó claro que la Fundación es algo nuevo, diferente a lo existente y para todos. Una rápida lectura de los fines y actividades previstas en sus estatutos –que por cierto son públicos y están a dispo- sición de quien los quiera leer en su página web: www. fundacionfuego.org– nos aporta información al respecto y podemos deducir que no hay ninguna otra entidad semejante que tenga entre sus fines actividades previstas de tanto alcance. Algunas diferencias significativas con las asociaciones existentes son que no hay ninguna exigencia para ser socio de la fundación, lo mismo se puede ser ingeniero que arquitecto, bombero, empresario, jefe de seguridad de una industria, técnico de Prevención de Riesgos Labo- rales, médico o maestro; tanto de la administración o de la empresa pública como de la privada; jefe o empleado, asegurador o asegurado: todos tienen cabida en la Fun- dación Fuego. Por supuesto, una Fundación no es una asociación. La Fundación no tiene intereses corporativos como las asociaciones profesionales o patronales, ya que agrupa y reúne a todas las partes. La Fundación está abierta a to- dos, no rechaza a nadie que quiera colaborar porque no tenga una titulación determinada o no sea de tal o cual gremio. Todos tienen cabida en la Fundación Fuego. Antes de ser presentada, ya había quien decía, hablaba y rumoreaba que “la Fundación iba a ser la competencia de tal y cual”, que “si se creaba para suplantar a algunas asociaciones o entidades” y este tipo de especulaciones con poco fundamento a las que estamos acostumbrados en nuestro país. Pero, vamos, que antes de hacer tales aseveraciones habría que esperar a ver cuáles son las actividades que va a desempeñar en su primera etapa, porque hasta ahora no había ninguna fundación en el sector por lo que no se puede adivinar la competencia directa a ninguna organización existente. Además, debemos preguntarnos: ¿A quién se hace la competencia organizando campañas de prevención para la población? ¿A quién se perjudica divulgando un juego para niños que les enseña qué hacer en caso de incendio? ¿A quién puede molestar que la Fundación desee defen- der las Normas Europeas –EN– o que pretenda realizar acciones en Iberoamérica? ¿Es malo promocionar una obra de teatro que enseñe a niños y mayores las pautas de prevención de incendios? La Fundación Fuego entiende que la prevención de incendios y la seguridad de los ciudadanos y la formación de la población es un fin social, no puede ser patrimonio exclusivo ni monopolio de nadie. Por eso, afronta su misión abierta a la colaboración de todos aquellos que lo deseen. La única crítica que cabe hacer a la Fundación Fuego es: ¿Por qué no ha nacido antes? Javier Larrea. Secretario General de la APTB. Nace la Fundación Fuego E ENTRE LÍNEAS Prevención de INCENDIOS Número 42 – 2º Trimestre de 2009

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El pasado 25 de marzo se presentó en sociedad la Fundación Fuego. Ocurrió en el Campus Universitario de Madrid, la capital del reino de España, en la sede de la Escuela de Organización Industrial (EOI). Un buen lugar para una Fundación que está registrada en el Ministerio de Educación, hecho este que, sin duda, marcará su futuro.

Todos los asistentes que fueron muchos –la práctica totalidad de quienes tienen algo que decir en el sector de los incendios en España– pudieron recibir las primeras noticias de lo que apunta que va a ser esta Fundación. Algunos comentaron que ha sido uno de los aconteci-mientos más importantes de los últimos años.

En la presentación quedó claro que la Fundación es algo nuevo, diferente a lo existente y para todos. Una rápida lectura de los fines y actividades previstas en sus estatutos –que por cierto son públicos y están a dispo-sición de quien los quiera leer en su página web: www.fundacionfuego.org– nos aporta información al respecto y podemos deducir que no hay ninguna otra entidad semejante que tenga entre sus fines actividades previstas de tanto alcance.

Algunas diferencias significativas con las asociaciones existentes son que no hay ninguna exigencia para ser socio de la fundación, lo mismo se puede ser ingeniero que arquitecto, bombero, empresario, jefe de seguridad de una industria, técnico de Prevención de Riesgos Labo-rales, médico o maestro; tanto de la administración o de la empresa pública como de la privada; jefe o empleado, asegurador o asegurado: todos tienen cabida en la Fun-dación Fuego.

Por supuesto, una Fundación no es una asociación. La Fundación no tiene intereses corporativos como las asociaciones profesionales o patronales, ya que agrupa y

reúne a todas las partes. La Fundación está abierta a to-dos, no rechaza a nadie que quiera colaborar porque no tenga una titulación determinada o no sea de tal o cual gremio. Todos tienen cabida en la Fundación Fuego.

Antes de ser presentada, ya había quien decía, hablaba y rumoreaba que “la Fundación iba a ser la competencia de tal y cual”, que “si se creaba para suplantar a algunas asociaciones o entidades” y este tipo de especulaciones con poco fundamento a las que estamos acostumbrados en nuestro país. Pero, vamos, que antes de hacer tales aseveraciones habría que esperar a ver cuáles son las actividades que va a desempeñar en su primera etapa, porque hasta ahora no había ninguna fundación en el sector por lo que no se puede adivinar la competencia directa a ninguna organización existente.

Además, debemos preguntarnos: ¿A quién se hace la competencia organizando campañas de prevención para la población? ¿A quién se perjudica divulgando un juego para niños que les enseña qué hacer en caso de incendio? ¿A quién puede molestar que la Fundación desee defen-der las Normas Europeas –EN– o que pretenda realizar acciones en Iberoamérica? ¿Es malo promocionar una obra de teatro que enseñe a niños y mayores las pautas de prevención de incendios?

La Fundación Fuego entiende que la prevención de incendios y la seguridad de los ciudadanos y la formación de la población es un fin social, no puede ser patrimonio exclusivo ni monopolio de nadie. Por eso, afronta su misión abierta a la colaboración de todos aquellos que lo deseen.

La única crítica que cabe hacer a la Fundación Fuego es: ¿Por qué no ha nacido antes?

Javier Larrea.Secretario General de la APTB.

Nace la Fundación Fuego

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