Revista Izquierda, nº 18, diciembre 2011
-
Upload
rebeldemule2 -
Category
Documents
-
view
220 -
download
0
Transcript of Revista Izquierda, nº 18, diciembre 2011
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
1/70
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
2/70
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
3/70
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
4/70
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
5/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
6/70
_6
y los intereses del gran capital por el control y la regulacin de la propiedad y el uso
del suelo, en funcin de maximizar sus ganancias en la produccin de ciudad, aparece
oculta, desdeable, mitigable en el contexto de un ordenamiento territorial normado
por ley, verticalmente desde el poder permanente.
La ciudad profunda queda invisibilizada por los destellos de los centros
comerciales, grandes hoteles, centros de negocios para goce exclusivo de una
fraccin en extremo minscula de la sociedad. Ayudar a desentraar que existen
resistencias populares en el entramado de formas ocultas de la dominacin y que,
adems, es posible desnudar una contradiccin estructural que subsume en buenaparte a las otras es una logro que alienta el aprendizaje en la experiencia. La opcin
de generar consciencia, identificar reivindicaciones, impulsar modos de organizacin,
reclamacin y solidaridad ha abierto canales y rutas a la accin autnoma de la
ciudadana, a la exigencia de sus derechos escritos en la Constitucin y la ley, pero
escamoteados por el poder. Arrebatar la informacin estratgica de los proyectos
urbanos, celosamente oculta a los ojos de la ciudadana, en el contubernio de la
tecnocracia, la burocracia, el gran capital y sus contratistas, que constituyen el poder
permanente de la ciudad, demuestra que la labor prometeica de robar el fuego a los
dioses para entregarlo a los hombres an tiene una funcin liberadora, al menos enpos de romper el secreto y hacer valer el derecho ciudadano a la informacin.
Esto es todava una pequea parte de un proceso que habr de ganar en amplitud
y movimiento. De hecho, en las condiciones del ambiente electoral prximo pasado,
marcado por el ahogamiento meditico y de encuestas contra el Polo, el brote frgil
e incipiente sucumbi a las expectaciones inducidas del mercado electoral a favor
del progresismo.
La crisis del sistema que busca forzar desenlaces
La crisis capitalista y su expresin nacional empiezan a sacudir el establecimiento.
El crecimiento de la inconformidad ha empezado a desbordar las formas tradicionales
de gobernar. Las movilizaciones estudiantiles han logrado una simpata y un eco de
respaldo social al tocar las fibras ms sensibles del empobrecimiento de las capas
medias y la ampliada inaccesibilidad de una formacin responsable y de excelencia
para la inmensa mayora de la juventud popular. Con el estudiantado, el rgimen hace
concesiones, como el retiro del proyecto de reforma de la ley 30, en busca de cooptar
el movimiento y desarticularlo, bajo la presuncin de aprovechar lo que cree son sus
debilidades. Con petroleros, palmeros y corteros de caa juega a la represin y a las
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
7/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
8/70
_8
Una vez ms sobre el debate estratgico
En estas condiciones tienen una nueva importancia el debate en el seno del
movimiento popular y en la izquierda. Ese debate no lo puede ocultar la derrota
electoral del Polo cuando apenas empiezan a colocarse en el escenario las fuerzas
reales en pugna. Es grave que el rgimen tenga entre sus propsitos golpear, aislar
y destruir el Polo y que haya podido alcanzarlo, en parte, apoyndose en una especie
de operacin cacique de cooptacin hacia sectores proclives, provenientes del
llamado centro izquierda. Pero es grave tambin que el Polo no haya logrado medir la
inercia de su compromiso exclusivo con la democracia gobernable, su creencia casisupersticiosa en la fiabilidad del aparato ideolgico meditico electoral, plagado de
perversin y de continuas invitaciones a hacer actos de fe en la versin colombiana
del pensamiento nico. Hay que decirlo sin tabes: el Polo no tiene una poltica clara
ni propia para la lucha social o sindical, ni para el horizonte de las movilizaciones y
paros que han tenido lugar en el pas en los ltimos cuatro aos. A falta de una poltica
consecuente, predomina la del enemigo.
Las alianzas no han llegado ms all del juego eleccionario, casustico y local con
tendencia evidente al repliegue. No existe una poltica consensuada para la izquierda,
a la que se mira con desconfianza, y se clasifica entre una pretendida izquierdademocrtica y otra izquierda, que a veces se estigmatiza como tradicional o
simpatizante de la insurgencia, a manera de cua para sembrar mayor confusin.
Si el tema de la paz o la guerra es central en la realidad colombiana de hoy,
mxime cuando incluye la creciente presencia militar directa y actuante del Comando
sur, todo el discurso sobre la defensa de la soberana nacional se diluye cuando se
soslaya una posicin de compromiso contra los factores de la guerra interior, como si
se negara la existencia del problema. Una forma de guerra civil, con caractersticas
sociales de clase y de exclusin poltica, existe en Colombia, nos guste o no. La
democracia gobernable incluye en su men de gobernabilidad la guerra civil y una
poltica de la guerra civil, que son cosas diferentes. La primera se desenvuelve en
los campos de batalla, entre las fuerzas enfrentadas. La segunda se juega en la
eliminacin fsica de opositores y sindicalistas, en el terror y la expulsin de tejido
social en las regiones, en la criminalizacin de la protesta social y de la juventud, en la
judicializacin y persecucin de quienes luchan por la paz y los acuerdos humanitarios,
en los ms de siete mil presos polticos invisibles. Toda la polticamacartista contra
el Polo o contra defensores de los derechos humanos es parte de la poltica de la
guerra. Negar las dos formas de la guerra, en las condiciones de hoy, es negarse a
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
9/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
10/70
_10
la intelectualidad. Hay varios modos de mirar y valorar su aporte a la construccin de
la unidad posible y necesaria. Ante todo, contrastan con la despolitizacin, animada
desde el poder y los medios en amplias capas populares, los niveles de consciencia
poltica, la importancia otorgada a nuevos valores y nuevas formas de valorar su
relacin con la educacin, con la tierra, con la desigualdad, contra la discriminacin, el
desconocimiento y el olvido. Los derechos vitales se asumen, no bajo el presupuesto
utilitarista del gremio o la organizacin profesional, sino bajo una lgica de dignidad
humana, de universalismo solidario, de profunda comprensin del sentido de la igualdad.
Constituyen lo ms dinmico de la lucha social. Desafortunadamente retardan todavala unidad y coordinacin necesarias para alcanzar mayor contundencia y efectividad.
En segundo lugar, estos procesos en desarrollo deben ser vistos y tratados con
total respeto y en una relacin de conversacin entre iguales. No tienen que ser
considerados entes sin consciencia ni comprensin poltica, ni mucho menos correas
de transmisin. Constituyen, en distintos grados, una nueva izquierda emergente de
origen popular, su composicin es predominantemente joven, en ella tiene notable
importancia la mujer, provienen en buena parte del pas rural, campesino, indgena,
afro.Marcha patritica, Congreso de los pueblos, Minga nacional indgena hablan de
un nuevo pas, de otra idea de democracia, de derechos que rompen con el andamiajede la democracia gobernable, en abierto desafo al poder dominante. En direccin
a estas nuevas fuerzas debe acercar sus propuestas el Polo, con su autocrtica y
rectificacin de proyecto. La unidad de la izquierda o las izquierdas puede encontrar
en ello motivaciones y encantos que enriquecern las renovadas experiencias. Como
punto de encuentro de dichas izquierdas, el Polo no puede eximirse de abrir sus puertas
y aprender de ellas la portentosa dinmica y los mtodos persuasivos, amables e
integradores para sectores que empiezan a participar de la lucha sociopoltica.
Cabe construir iniciativas de convergencia, de unidad de accin y nuevas formas de
confianza, con compromisos exigibles que la consoliden y oportunidad para que las
nuevas fuerzas tengan espacio y poder de expresin y direccin.
Qu significa rectificar
La unidad de las fuerzas transformadoras de la sociedad ms all del Polo no es
para aislarlo, sino para encontrar el carril de la lucha comn. La aproximacin y unidad
de las fuerzas de izquierda de adentro y afuera del Polo es un propsito realizable en el
marco de un programa que recoja de modo ms preciso y fiel las aspiraciones de los
trabajadores(as). Los temas de la paz, de la tierra y los territorios, del medio ambiente,
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
11/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
12/70
_12
FilsofoUniversidad Nacional
de ColombiaProfesor Titular
Universidad del Tolima
Jorge gantiva Silva
La poltica delamor en la izquierda
del capital
La banalizacin de la poltica del amor
El alcalde electo de Bogot, Gustavo Petro, despus
de una campaa centrada en lo polticamente
correcto, radicalmente distanciado del imaginario
y del proyecto de la izquierda, ha prometido una poltica
de amor para la ciudad y ha presentado una estrategia de
poder que el progresismo aspira conseguir mediante una
particular caracterstica: congraciarse con el gran capital y
las lgicas del establecimiento. Su lnea de reconciliacin
proviene de un viejo recetario que las lites gobernantes en
Amrica Latina y, en particular en Colombia, promueven para
incorporar a la izquierda al mundo del capital. Sus formas y
maniobras han sido diversas: una de ellas combina el mundo
pagano y el cristianismo como forma de dominacin. La
poltica del amor constituye tambin una estratagema,
por supuesto, no de amor como afecto, como relacin de
alegra, como potencia creadora o como liberacin de la
subjetividad, sino como un bien acomodado eslogan del
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
13/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
14/70
_14
descompuestos- para integrarlos al sistema de dominacin
al que alguna vez dijeron oponerse y a la sociedad capitalista
por cuyo cambio lucharon.
Desde la fundacin del Polo Democrtico Alternativo,
PDA, esta poltica ha sido una constante de las lites, las
cuales no han dejado de usarla para destruir los proyectos
de la izquierda democrtica, sin desconocer, por supuesto,
los graves errores y limitaciones de sta. En una sociedad
tan desigual y violenta como la colombiana, la bsquedade la solucin poltica al conflicto toma en particular un
ribete de aceptacin y compromiso ante la necesidad de
encontrar salidas a la compleja crisis de la sociedad. La
multiplicidad de este conflicto tiene un nombre: la bsqueda
de una alternativa al bloque de poder, siendo la izquierda
justamente una de las protagonistas en la lucha por ser arte
y parte en la superacin/deconstruccin del sistema que
concentra el litigio en cuestin.
La lgica del capital se empea en desbaratar suposibilidad, su proyeccin histrica, su razn de ser. Las
derechas en Colombia han insistido en la inaceptabilidad
e inviabilidad de la izquierda antisistema como proyecto
poltico alternativo. Cuando la izquierda democrtica
alcanz el ms significativo resultado electoral con Carlos
Gaviria, el establecimiento desat un sistemtico ataque
de destruccin. Su incomodidad lo transform en una
poltica de persecucin, interceptaciones telefnicas,
macartizaciones y transfuguismo. Ahora, la lucha se centra
en definir la naturaleza de su proyecto histrico: si mantiene
una postura antisistema, si lucha contra el gran capital, si
guarda su independencia y lucha por la construccin de otra
sociedad, o si se torna en una correa de transmisin del
capitalismo, del gobierno nacional, y se convierte en una
fuerza funcional y cmplice del tiempo presente.
El amor es un
poderoso afecto
de los seres
humanos, asociado
a la potencia,
a la alegra y la
emancipacin si
despliega su fuerza
contra el odio a lademocracia, al cual
recurren los grupos
gobernantes, si
lucha contra la
explotacin y la
precarizacin
de la vida y del
trabajo, si enfrenta
el capital -esemonstruo que
destruye toda
posibilidad
de amor-.
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
15/70
N 18, Diciembre de 2011 Bogot, Colombia Izquierda en debate
La vieja nueva izquierda del capital
Los neoliberales inventaron muchas leyendas cmicas, como aquella
que declaraba la desaparicin de los lmites entre la izquierda y de derecha.
Mediante sus cantos de sirenas buscaron desarmar a sus adversarios
ideolgicos y polticos y propiciar una desbandada de sus fuerzas y
movimientos. Sistemticamente utilizaron distintos medios, sin desestimar
la violencia, la eliminacin fsica, la persecucin, la desaparicin, el genocidio
o el estado de guerra permanente. Su grado de tolerancia alcanza
a lo sumo la aceptacin de la izquierda admitida al capital, una suertede socialdemocracia neoliberal que desprecia el significado de las luchas
sociales, el valor de la resistencia contra el imperio, el alcance de la utopa
y el sentido de las alternativas al capitalismo. Su aceptacin del centro
izquierda busca inhabilitar todo proyecto de izquierda anticapitalista,
antisistema, social e internacionalista que confronte el capitalismo
transnacional, las oligarquas dominantes y el rgimen demofascista. Pese a
los mltiples fracasos vividos en el mundo y en Colombia, se busca cerrar el
paso y el espacio a las fuerzas sociales y polticas que confrontan el poder
establecido. La izquierda del capital como parte del mismo sistema es unaforma de la dominacin imperante.
EnLe Monde Diplomatique (2011), Serge Halimi sostiene a la luz de la
experiencia catastrfica del centro izquierda en Europa que La izquierda
reformista se distingue de los conservadores mientras dura la campaa por un
efecto ptico. Luego, cuando se da la ocasin, se esfuerza por gobernar como
sus adversarios para no perturbar el orden econmico, para proteger la platera
del castillo. Este es el drama del progresismo que busca instalarse en el
establecimiento y hace todos los esfuerzos para integrarse y ser reconocido
por los seores del gran capital. La denominada nueva izquierda no es sino
un remoquete para descalificar la izquierda social, libertaria, anticapitalista
que lucha contra el sistema. Como dice Marcos Roitmann en La Jornada
(27.03.2011):
Para la nueva izquierda institucional y la socialdemocracia, el capitalismo
debe redefinirse como un sistema poltico destinado a generalizar los
beneficios de la economa de mercado. Con ello, lo importante es consumir,
no importa qu, cmo y cundoNo hay por donde equivocarse, gracias
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
16/70
_16
a la izquierda institucional y la socialdemocracia, el
capitalismo se reinventa y queda absuelto de ser un orden
de violencia, deshumanizante, asentado en la desigualdad,
la explotacin y la injusticia social. Por consiguiente, es
mejor llamar las cosas por su nombre y quitarle la mscara
a esta nueva izquierda y sus aliados socialdemcratas. Es
ms apropiado llamarlaizquierda del capitalismo, concepto
apegado a sus prcticas y claudicaciones estratgicas
de lucha anticapitalista. Por este motivo, dmosle labienvenida, poniendo al descubierto sus espurios intereses
que consisten en mantener inalteradas las estructuras de
explotacin inherentes al modo de produccin capitalista.
La izquierda del capital est obsesionada por la
financiarizacin de la economa, la privatizacin de la tierra
y del suelo, la segregacin de la ciudad, la perpetuidad
de ciudades de bienestar y guetos de exclusin y miseria
social. La pretensin de querer asociar este transformismo ytransfuguismo con la idea de una nueva izquierda es un remedo
de lo que ya histricamente hizo aguas en la vieja Europa y
ha terminado en un rotundo fracaso. La nueva izquierda es
la vieja estrategia de reconciliarse con el gran capital, como
hizo Lula en Brasil, y en modo alguno compromete la idea
de justicia, igualdad y democracia que propugna la izquierda
antisistema y anticapitalista en el mundo.
La poltica del amor contra el capitalEl amor es un poderoso afecto de los seres humanos,
asociado a la potencia, a la alegra y la emancipacin si
despliega su fuerza contra el odio a la democracia, al cual
recurren los grupos gobernantes, si lucha contra la explotacin
y la precarizacin de la vida y del trabajo, si enfrenta el capital
-ese monstruo que destruye toda posibilidad de amor-. El
amor del capital es alienacin, consumismo y sumisin. La
poltica del amor contra el capital se orienta a la generacin
Todo acto de amor
es una lucha,
una ruptura de
lo existente, una
expresin de una
nueva realidad.
Una poltica del
amor puede ser
entendida -slo as-como produccin
de comunidad, de
lo comn, de la
alegra de ser.
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
17/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
18/70
Profesor Departamentode Ciencia Poltica
Universidad Nacionalde Colombia
JairoEstrada lvarEz
Capitalismo
extenso y profundo
E
l gobierno de Santos ha puesto en evidencia
los alcances de la estrategia capitalista en
el momento actual: Se encuentra en curso la
continuacin y culminacin de un nuevo ciclo histrico dereorganizacin territorial de la acumulacin, emprendido
hace ms de dos dcadas y caracterizado en lo esencial
por el ejercicio de la violencia estatal y paramilitar contra
el mundo del trabajo. La impronta de tal reorganizacin
ha sido la acumulacin por despojo, la cual se ha servido
de todo el andamiaje terico, ideolgico y poltico
dispuesto por el neoliberalismo con el fin de garantizar un
proyecto relativamente estable de dominacin de clase,
inserto en las dinmicas de la acumulacin transnacional
y sustentado en la (pretensin de) desestructuracin
violenta y permanente de las clases subalternas.
La reorganizacin del territorio ha sido (y contina
siendo) una gran empresa capitalista de conquista y
colonizacin, de extensin y profundizacin de la relacin
social capitalista, de mercantilizacin extrema y de
depredacin socioambiental. Dadas las diversas formas
de resistencia y lucha social y popular, esta empresa ha
_18 Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
19/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
20/70
bloque de poder que le sirve de soporte. En el centro de ese proyecto
se encuentra el discurso y la retrica del restablecimiento del orden del
derecho, que cedera a aquel basado en el imperio de la violencia. Se
est en presencia de una repentina operacin de lavado de fachada, de
esa fachada ensangrentada por dcadas de despojo y desplazamiento
forzado -no concluidos, en todo caso-. En sentido estricto, se trata de
la representacin de la lgica militar, llevada a la escala social, en este
caso, a la escala de la produccin del territorio. A la tierra arrasada, al
territorio alistado, le sigue la consolidacin, y sta debe operar como unorden del derecho.
La particularidad de la experiencia colombiana, a diferencia de
otras experiencias internacionales, y sobre todo de Amrica Latina,
consiste en que quienes hoy propugnan por ese nuevo orden han
estado comprometidos hasta la mdula con aquel (no concluido) de
violencia y despojo y, hoy, en una magistral reivindicacin de la razn
cnica, aparecen como renovadores. Santos es quiz uno de las mejores
exponentes de esa especie. Otro tanto sucede con el equipo de
cualificados tecncratas que lo secunda, curtidos en las mejores fuentesde un neoliberalismo heterodoxo, capaz a adaptar de manera recurrente
y sin desparpajo alguno- su retrica y sus polticas a las exigencias de
la poca; eso s, sin perder el norte: la mercantilizacin como cemento
de la sociedad. A stos se suma una verdadera plyade de intelectuales
conversos y de productores de opinin que se han credo el cuento de
ser artfices de una gran transformacin, la del posconflicto. La ciencia
social se pretende poner en forma abusiva (y mercenaria) al servicio de
El Prncipe.
Los derechos de propiedad sobre la tierra en el centro de la
agenda
En el centro del discurso y de la retrica del restablecimiento del
derecho se encuentran los derechos de propiedad, especialmente de la
propiedad sobre la tierra, y, habra que agregar, de la propiedad sobre el
territorio. Ah est en curso una operacin de alta ingeniera: transitar de
la expropiacin basada en el ejercicio de la violencia, a la expropiacin
basada en el orden de las leyes. Ese trnsito se constituye en una
_20 Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
21/70
Yolanda Izquierdo. Asesinada
en enero de 2007. Reclamabatierras de desplazados.Tomado de: ht tp://www.colarte.com/graficas/pintores/GonzalezBeatriz/GonBAArc391.jpg
necesidad de la modernizacin capitalistaen Colombia.
La tierra y el territorio ocupan en la actualidad un lugar
de primer orden en las dinmicas de la acumulacin
capitalista. En su mercantilizacin extrema se encuentran
nuevas posibilidades del proceso de valorizacin del
capital; en su financiarizacin, las posibilidades de
las rentas ofrecidas por los mercados de futuros y de
derivados financieros. Con una ventaja difcil de superar
por cualquier otro negocio especulativo: la existenciareal y material del objeto de la especulacin. As se
autonomice al extremo, el capital siempre requiere del
lugar. La geografa es parte consustancial a su existencia.
Por ello, sus ltimos refugios estn precisamente en
el negocio de la tierra y el negocio inmobiliario. No es
una casualidad que los flujos de inversin extranjera
se hayan desplazado en esa direccin, aumentando
espectacularmente durante la ltima dcada a ms de
10.000 millones de dlares en promedio anual, y se erijanhoy en la punta de lanza de la conquista y la colonizacin
destructiva de nuevos territorios.
Conquistar y colonizar esos territorios significa, por
una parte, ejercer el control sobre recursos naturales
estratgicos con miras a garantizar abastecimientos
presentes y futuros de materias primas y energa,
as como el dominio sobre campos promisorios de la
tecnociencia, basados, entre otros, en la biodiversidad
y el conocimiento ancestral. Por otra parte, significa
tambin abrir las nuevas posibilidades para su insercin
en las dinmicas transnacionales de la acumulacin,
especialmente las extrapoladas por la financiarizacin.
Esa presencia creciente de la inversin extranjera,
unida a las nuevas inversiones de los transnacionalizados
grupos econmicos criollos, se ha constituido en el
soporte de una profunda reorganizacin econmica,
que ha dado en caracterizarse como un modelo
N 18, Diciembre de 2011 Bogot, Colombia Neoliberalismo rampante Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
22/70
de reprimarizacin financiarizada. Dada la
naturaleza de esta economa, su implantacin
demanda una reorganizacin territorial basada
en la conjuncin de la expansin geogrfica
con la intensificacin de la relacin capitalista.
La dinmica de la acumulacin capitalista goza
hoy de nuevas posibilidades de expansin en
toda la geografa nacional, especialmente en la
Orinoquia, la Amazonia y el Pacfico; al mismotiempo se intensifica en el Caribe y la regin
andina, pero sobre todo en los centros urbanos.
Los principales componentes de esta economa
financiarizada de extraccin y explotacin de
recursos naturales se encuentran, en primer lugar,
en los recursos para la generacin de energa,
tales como el petrleo, el gas, el carbn y el agua.
En segundo lugar, en los recursos minerales,
metlicos y no metlicos, dentro de los que sedestacan el oro y otros metales preciosos, el
nquel, el coltn y otros minerales. En tercer lugar,
en los recursos forestales. En cuarto lugar, en
los recursos genticos y de biodiversidad. Junto
con estos recursos, se halla, en cuarto lugar, la
produccin de agrocombustibles, que tambin
viene transformando el paisaje rural y agrario.
La agricultura de las grandes plantaciones de
palma aceitera, de maz, de caa de azcar,
entre otros, se ha encauzado principalmente
hacia la produccin de etanol y biodiesel,
afectando las condiciones de la produccin de
alimentos y deteriorando an ms la ya precaria
soberana alimentaria. Todos estos constituyen
componentes inmersos en la acumulacin
especulativa de los mercados de valores.
Se encuentra en curso la
continuacin y culminacin
de un nuevo ciclo histrico
de reorganizacin
territorial de la
acumulacin, emprendido
hace ms de dos dcadas
y caracterizado en lo
esencial por el ejerciciode la violencia estatal
y paramilitar contra
el mundo del trabajo.
La impronta de tal
reorganizacin ha sido la
acumulacin por despojo,
la cual se ha servido
de todo el andamiaje
terico, ideolgico ypoltico dispuesto por el
neoliberalismo con el fin
de garantizar un proyecto
relativamente estable
de dominacin de clase,
inserto en las dinmicas
de la acumulacin
transnacional y sustentado
en la (pretensin de)
desestructuracin violenta
y permanente de las clases
subalternas.
_22 Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
23/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
24/70
justificar la democratizacin del rentismo sobre la tierra. As
como el capitalismo produjo la magia de la acumulacin basada
en el ahorro pensional de los trabajadores, convirtindolos en
capitalistas sin propiedad, ahora se a apresta a gestar un nuevo
rentismo, el de los expropiados a quienes se le restituye la
propiedad, para tomrsela en arriendo. A todo ello se le podra
llamar la solucin financiarizada de la cuestin agraria.
La perspectiva de anlisis desde la economa poltica aqu
propuesta seguramente nos permite comprender mejor losalcances de la aprobada ley de vctimas y de restitucin de
tierras. Y sobre todo, valorar las pretensiones de un proyecto
de ley an no presentado, pero largamente preparado, que con
seguridad dar mucho de qu hablar en 2012: el proyecto de ley
general agraria y de desarrollo rural.
Con esa ley, el gobierno se Santos se apresta a ordenar el
territorio en disputa. Su proyecto de capitalismo es sin duda
extenso y profundo. Treinta y ocho millones de hectreas
en exploracin petrolera; cerca de 11 millones de hectreasdedicados a la exploracin y explotacin mineras; pretensiones
de hacer llegar la explotacin forestal a 12 millones de hectreas;
39.2 millones de hectreas destinadas a la ganadera, cuando se
requerira un mximo de 21.1 millones; 3.6 millones de hectreas
de produccin agrcola, cuando se tiene un rea cultivable de 21.5
millones de hectreas, todo ello concentrado en una superficie
total de cerca de 114 millones de hectreas.
Si se considera que la produccin del territorio es
esencialmente un proceso de produccin social, en este
ordenamiento territorial en curso se condensan (y condensarn)
las principales contradicciones y conflictos de clase, sociales
y ambientales que marcan (y marcarn) la tendencia histrica
de la acumulacin en la fase capitalista actual. Desde luego
tambin las resistencias y las alternativas socioterritoriales, el
movimiento real contra el capital.
_24 Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
25/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
26/70
ProfesorDepartamento deCiencia poltica
Universidad Nacionalde Colombia
daniEl librEros
CaiCEdo
La financiarizacin dela educacin superior
a) El cuello de botella del financiamiento de laEducacin Superior segn el Banco Mundial
E
l proyecto de reforma de la ley 30 derrotado
por el extraordinario movimiento de protesta
estudiantil que presenciamos en las ltimas
semanas completaba un ciclo de definicionesinstitucionales mediante las cuales los recursos del
servicio de la educacin superior quedan controlados por
los intermediarios financieros.
Efectivamente, el artculo 152 del proyecto de ley
transformaba el FODESEP, entidad de naturaleza jurdica
mixta a la que se encuentran asociadas 125 universidades
y sirve al financiamiento genrico de las Instituciones de
educacin superior1, que en la actualidad pertenece al
1 Este tipo de financiamiento fue definido por la ley 30 de1992 como el que fluye hacia la oferta educativa. Por elloes genrico. Incluye posibilidades crediticias al desarrollocientfico, acadmico y administrativo; al fortalecimiento de suinfraestructura fsica; a la renovacin y adquisicin de equiposy dotaciones y al desarrollo de programas de creatividad,bienestar universitario que las Instituciones deban llevar a caboen beneficio de la comunidad acadmica. El monto de losactivos de FODESEP reconocido oficialmente en sus balances alfinalizar el 2010 llegaba a $22.907.781.
_26 Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
27/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
28/70
pblico. No sera sostenible una inversin del gobierno para ampliar el
sistema dadas las tendencias demogrficas y fiscales actuales.3
Esta caracterizacin del Banco Mundial constituye una confesin
explcita no tan solo del tipo de prioridades presupuestales que las elites
internas y transnacionales han definido para el pas, sino, igualmente, del
carcter de Estado que se encuentra asociado a las mismas. Conforme
al presupuesto que el Congreso aprob para el prximo ao, un monto
superior al 40% del mismo cubrir los pagos de endeudamiento al
capital financiero y el gasto militar. Estamos en presencia de un Estadocontrolado por los grandes intermediarios financieros y volcado a la guerra
interior, que al mismo tiempo, reduce cada vez ms los derechos sociales
y que, como si fuera poco, legisla para que esta situacin se agrave en
el futuro inmediato, tal y como qued confirmado con el regresivo Acto
Legislativo denominado Sostenibilidad Fiscal. Se trata, adicionalmente,
de un Estado que en el tercer pas ms inequitativo del planeta, segn el
PNUD, desarrolla una poltica fiscal regresiva con grandes exenciones y
una evasin tolerada para los grandes inversionistas.4
3 The Government cannot afford to increase tertiary education supply on its own,Banco Mundial, 2008, citado por Vctor Manuel Gmez y Jorge Celis Giraldo, enlaRevista de Estudios Sociales No. 33 de la Universidad de los Andes, Agosto del2009.
4 El propio Departamento Nacional de Planeacin reconoci hace dos aos que elmonto total de las exenciones a la renta sum $9 billones. Ricardo Ortega, actualGerente de la DIAN, a principios de octubre en el debate parlamentario realizado
a propsito de la reglamentacin del Sistema de regalas, anot a propsito delcomportamiento de las empresas extractivas multinacionales, Algunas empresasdel sector minero energtico efectan transacciones con entidades en parasosfiscales, el 100% de las ventas lo hacen a compaas vinculadas, no hay informacindisponible de los compradores() Algunas empresas del sector petrolero disfrazande legales importaciones ilegales de equipos robados en Venezuela y Ecuador.Incluyen estos activos como fijos que usan para la deduccin especial, sobornan alos empleados de la aduana Inflan los costos de los servicios contratados paradisminuir la base gravable. En vista de la deduccin de activos fijos productivoslas empresas petroleras, mineras y de concesiones de infraestructura le han pasadofactura al pas por $18,5 billones. El Espectador, octubre 8 del 2011. Se trata
de un rgimen tributario vergonzoso. Afortunadamente el movimiento estudiantil haempezado a denunciarlo contrastndolo con el gasto fiscal en Educacin Superior.
_28 Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
29/70
b) El crdito ACCES y la modificacin del ICETEXUbicado en esa perspectiva de anlisis, el BM defini mediante el crdito
ACCES una poltica financiera para la educacin terciaria sesgada hacia las
universidades privadas y hacia los estratos 1 y 2. El 80% de los prstamos,
segn el propio MEN, tomando datos de 2010, ha sido otorgado a estudiantes
de esas instituciones de educacin superior, de los cuales aproximadamente
el 70% pertenece a esos estratos desfavorecidos5, a travs de una cartera
crediticia que ha aumentado de manera considerable.6
A pesar de ello, la matrcula en la universidad pblica pas del 35% en ladcada del noventa al 55% en la actualidad, lo cual se consigui, preservando
el ajuste fiscal, con exigencias de autofinanciamiento y con la aplicacin de
indicadores gerenciales empresariales. Esto ha tendido graves consecuencias
para la IES pblicas.
Adicionalmente, el Banco Mundial exigi una transformacin de la naturaleza
jurdica del ICETEX para incorporarlo al sistema financiero. La ley 1002 del
2005 cumpli con ese objetivo, definindolo como una entidad financiera de
naturaleza especial regido por el Estatuto Orgnico del Sistema Financiero,
decreto ley 663 de 1993 y el Decreto 278 del 2004. Esta misma ley creun Fondo de Garantas para cubrir riesgos, fijar comisiones y definir los
mrgenes de cobertura. Bajo estas definiciones los dineros de la financiacin
a la demanda educativa ingresaron al mercado de capitales y a la entidad se le
exigi una tercerizacin de actividades administrativas conforme a los criterios
de la gerencia bancaria7.
5 Debe tenerse en cuenta que el ICETEX presta a una tasa de inters del 16% anual que esun monto excesivo para esos estratos que los obliga a pagar el endeudamiento durante
muchos aos. Esta es una de las causas del porqu la cartera de dudoso recaudo, segn lapropia directora del ICETEX, ya llega al 30%. Debe tenerse en cuenta que cuando se habla decrditos a la educacin superior se incluyen los niveles tcnicos y tecnolgicos y en generalinstituciones de baja calidad, en las que estudia una capa importante de la poblacin deestos estratos. A las familias de los estudiantes que no acceden al ICETEX les queda la bancaprivada con altas tasas de inters. En el pas desapareci el crdito de fomento desde 1993con la reglamentacin de la ley orgnica de poltica monetaria (ley 32 de 1992).
6 El Icetex, durante el perodo 2002-2010 aument su cartera de prstamos en un 268%,pasando de $154.272 millones de pesos a $652.352 pesos. Datos de su propia pgina web.
7 Ese tipo de gestin ha sido ponderada por los propios directivos del BM como una estrategiacomplementaria de reduccin de costos. Axel F.B. van Trotsenburg, director del Banco Mundial
para Colombia y Mjico, anot en 2008 al respecto: Adems de la exit osa focalizacin delprograma, ICETEX, la institucin colombiana de crditos educativos gubernamentales, mejor
N 18, Diciembre de 2011 Bogot, Colombia Neoliberalismo rampante Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
30/70
La reforma de la ley 30 intentaba ampliar el mercado de capitales
con crditos educativos elevando los ingresos del ICETEX a $4 billones
en 2019. Inclua, adicionalmente, unos crditos focalizados a las familias
ms pobres, con soporte presupuestal y a ttulo de subsidio a la tasa
de inters, es decir, manteniendo el crecimiento de la inflacin. Debe
tenerse en cuenta que la focalizacin es un mecanismo institucional de
la poltica social neoliberal antpoda del universalismo en los derechos,
que en el propio diseo de ACCES el 30% del portafolio total de ICETEX
estaba destinado a focalizacin y que la poltica de cero tasa de inters hasido parte de una estrategia internacional de bancarizacin de pobres
para, una vez incorporados en las redes crediticias de los intermediarios
financieros, cambiarles las reglas de juego. Esto ya fue experimentado
en Estados Unidos y en Chile, para citar ejemplos emblemticos. De
hecho, la existencia de la sostenibilidad fiscal era una seal clara de que
asistiramos en el pas a ese tipo de situaciones.
c) La Reforma Institucional que acompaa a la financiarizacin educativa
Sin embargo, lo ms significativo del crdito ACCES fue la reformainstitucional que acompa a las modificaciones crediticias. Esta incluy
la creacin del Viceministerio de Educacin Superior, el perfeccionamiento
del Sistema Nacional de Informacin -SNIES- mediante el cual se
homogenizan los indicadores para el diseo de las polticas internas de las
universidades y para la gestin administrativa, indicadores que adems de
tomar los mtodos empresariales, inciden en las decisiones del conjunto
del funcionamiento de las IES8. Igualmente, incluy el Observatorio Laboral,
expresin de la pertinencia educativa, tantas veces ponderada en los
discursos oficiales, entregndole a las universidades, los estudiantes y las
sustancialmente la gestin de los crditos estudiantiles. Por ejemplo, ICETEX redujosus costos administrativos de 13.2 por ciento de su presupuesto en 2002 a 7.6 porciento en 2006. En Breve, publicacin del Banco Mundial - Internet, No. 100,enero de 2007.
8 Estos indicadores incluyen, seguimiento de los estudiantes; tasas de graduacin;tasas de desercin; utilizacin de espacios; programas de estudios; e informacin
financiera clave Resaltado por Axel F.B. Van Trotsenburg, en op.cit, enero del2007. La legislacin concordante se encuentra en diversas normas educativas.
_30 Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
31/70
empresas la informacin sobre cules carreras tienen mayor demanda en
el mercado laboral9.
La exigencia del BM de modificaciones institucionales contra crdito
confirma que la financiarizacin obliga al autoritarismo estatal para
poder adecuar el entorno institucional educativo a las nuevas formas
de inversin privada. Si el crdito ACCES tuvo como contraprestacin
la reduccin de la autonoma universitaria para lograr una pertinencia
que posibilite que los egresados cumplan con los endeudamientos, debe
aadirse que la legislacin educativa implementada durante los ltimosaos ha profundizado ese autoritarismo estatal que cercena la autonoma
en todos los terrenos de la actividad universitaria, incluyendo el curricular
(estndares y competencias), con lo cual ha limitado, igualmente, en
gran medida, la libertad de ctedra. Estamos en presencia de la tirana
homogenizante del mercado que determina el carcter de universidad
diseado por el neoliberalismo10.
La Reforma de la ley 30 fortaleca an ms ese autoritarismo hasta
el punto que en su primera versin liquidaba los Consejos Acadmicos
en las universidades estatales. Ello, por cuanto esta reforma intentabaestablecer una nueva fase institucional de la mercantilizacin educativa
y pretenda la adecuacin normativa a la transnacionalizacin del
negocio educativo por la va de los tratados de libre comercio, lo cual
exige estndares normativos internacionales11. De hecho la creacin de
instituciones privadas con nimo de lucro, definidas en la reforma como
mixtas, fue incluida como parte del cumplimiento de las exigencias
internacionales. Estas instituciones mixtas eran complementarias al
formato de la financiarizacin, ya que el proyecto las haba definido
como sociedades annimas.
9 Esta informacin se encuentra disponible al pblico en http://www.graduadoscolombia.edu.co.
10 Vctor Manuel Moncayo ha resaltado este aspecto en varios de sus artculos sobreel tema.
11 Fue esta una de las razones del porqu los rectores de las universidades privadasde elite se opusieron a la reforma. Ellos han exigido, pblicamente, participar
en las definiciones de las reglas de juego de la transnacionalizacin del servicioeducativo que se anuncia con la aprobacin del TLC con Estados Unidos.
N 18, Diciembre de 2011 Bogot, Colombia Neoliberalismo rampante Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
32/70
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
33/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
34/70
Profesora delDepartamento de
Ciencia PolticaUniversidad Nacional
de Colombia
Carolina Jimnezm.
En estos quince meses del gobierno de JuanManuel Santos hemos asistido a una profundaredenicin en el andamiaje jurdico e institucional enColombia. En efecto, las cinco reformas constitucionales,
aunadas a las que se encuentran en curso, y las mltiples
leyes que se han producido en materia rural, econmica,poltica y de la administracin del Estado dan cuentade dicha redenicin. La prolca produccin normativaque ha caracterizado a esta administracin debe leerseteniendo en cuenta por lo menos dos dimensiones.
Por una parte, una estrategia de reestructuracin yrelegitimacin de un rgimen poltico fragmentado ypolarizado bajo el gobierno de lvaro Uribe (2002-2010) y,por la otra, una estrategia de reprimarizacin econmica,que busca posicionar al pas en la divisin territorial deltrabajo como clster minero energtico (especialmentecarbn, oro y petrleo) y agroindustrial (palma, caucho yplantaciones forestales).
Podramos decir, entonces, que estas dimensiones se
constituyen en ejes estructurales que denen el horizonte
El desarrollo legislativodel gobierno de Juan
Manuel Santos
_34 Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
35/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
36/70
_36
Tambin se divide el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo
Territorial, el cual queda como Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible y se crea el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio. Estos
dos ministerios son fundamentales para impulsar el objetivo central del
PND, cual es el de la convergencia regional. En efecto, estas instituciones
concentraran sus esfuerzos en la denicin de una nueva espacialidad
urbana-rural que se ajuste a la nueva geografa de la acumulacin
capitalista que se requiere en el escenario contemporneo. Entre los
puntos ms importantes se destacan la transformacin de los centrosurbanos de las ciudades capitales y el despliegue de una estrategia
reprimarizadora con unos mrgenes mnimos de sostenibilidad ambiental.
Otro de los reajustes ministeriales signicativos es el que se da con
el Ministerio de Minas y Energa, al cual se le quitan funciones operativas
y se le asigna como nica y exclusiva responsabilidad la formulacin y
reglamentacin de polticas de minera, al tiempo que se crea la Agencia
Nacional Minera, encargada de los procesos de contratacin y titulacin,
del seguimiento, el control y la seguridad minera y de los temas relativos apromocin y fomento. Esta adecuacin institucional es fundamental para
dar sostenibilidad a la locomotora minera de Juan Manuel Santos, que
hoy es responsable de buena parte de los conictos socioterritoriales que
se viven en el pas por las afectaciones que de estos se desprenden en
trminos ambientales, culturales, de seguridad y soberana alimentaria;
los casos de explotacin de oro a cielo abierto en Santurbn, la Colosa y
Marmato y de extraccin de carbn en el Catatumbo, Csar y la Guajira,
entre otros, son representativos de esta cuestin
1
.La propuesta de reforma de la administracin de justicia tambin
juega un papel importante en el objetivo gubernamental de fortalecer las
instituciones para aumentar la eciencia del Estado. Entre los elementos
ms problemticos de esta propuesta destacamos dos: 1. La solicitud
de una ley estatutaria que regule las competencias y especialidades
1 Para un trabajo detallado sobre confictos sociales territoriales en Colombia
desde las percepciones de los sectores sociales populares se recomiendaconsultar el trabajo del Observatorio Nacional de Paz: www.observapaz.org
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
37/70
en materia de tutela entre jueces y tribunales, ya que esta llevara a
limitar la tutela contra providencias judiciales, y 2. la posibilidad de que
particulares administren funciones propias del aparato de justicia.
En este apartado de reforma institucional tambin podramos ubicar
la ley estatutaria 1475 sobre reforma poltica. Esta ley recoge todos los
elementos asociados con la regulacin de los estatutos y accionar de
los partidos y movimientos polticos, as como los temas referentes al
proceso electoral (nanciaciones, participacin, sanciones, consultas).
Frente a esta ley es necesario sealar que sta, pese a que podraavanzar en alguna medida en aumentar los niveles de vigilancia dentro
de los partidos para evitar la inltracin de actores armados y dineros
ilcitos en las campaas, no necesariamente logra resolver de manera
estructural dicho problema. El fenmeno recurrente de la parapoltica en
varias regiones del pas en el pasado proceso electoral as lo evidencia.
Paradjicamente, sera posible decir que este articulado se podra
constituir en una ventana para avanzar en la muerte poltica de partidos
de la oposicin contra los que el rgimen regularmente tiende a formularimputaciones de vnculos con grupos insurgentes.
Desarrollo rural y legalizacin de los derechos de propiedadLa ley 1448 conocida como la ley de vctimas del conicto armado
interno en Colombia y de restitucin de tierras y el borrador del proyecto
de ley de desarrollo rural, se constituyen en herramientas jurdicas sobre
las que se pretende apoyar la actual administracin para impulsar su
estrategia de una nueva ruralidad minera y agroindustrial. En efecto,estas dos iniciativas abren el escenario para avanzar en polticas de
ordenamiento productivo del territorio rural que subordinan proyectos
agrcolas campesinos e indgenas sustentados en el minifundio a estrategias
agroindustriales de corte latifundista y ampliamente tecnicadas.
Frente a la ley de vctimas han sido mltiples y de diversos rdenes
las posturas que han emergido. Para una fraccin no despreciable de
los sectores econmicos dominantes del pas, esta propuesta impulsa
un importante proceso de modernizacin del campo colombiano y se
constituye, en consecuencia, en un paso necesario para alcanzar un
Rgimen po lti co y discursoN 18, Diciembre de 2011 Bogot, Colombia Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
38/70
_38
verdadero desarrollo econmico y social en Colombia. Para un sector
ortodoxo de la elite econmica, este tipo de propuestas signican
reveses en las polticas del Estado, pues no solo conducen a que ste
asuma responsabilidades que no le corresponden, sino que ponen en
peligro la estabilidad macroeconmica de la nacin2.
Para algunos sectores de la sociedad civil, esta ley representa una
buena iniciativa para abrir el escenario de la discusin nacional sobre
todos los temas que acompaan la construccin de la paz, pero sobre
todo para reconocer a millones de colombianas y colombianos queviven en una situacin dramtica desde hace varios aos, producto
de la desgarradora guerra que se tiene lugar en el pas, mientras que
otro sector no despreciable en el cual nos inscribimos ha criticado
fuertemente la iniciativa al considerarla insuciente para alcanzarla
verdad, la justicia y la reparacin.
En efecto, esta ley termina limitndose a aclarar los derechos de
propiedad rural, elemento estratgico para el sostenimiento del modelo
desarrollo primario exportador hacia el que hoy se orienta la economadel pas. La ley no permite avanzar en escenarios reales de reparacin, al
no garantizar a las vctimas, entre otras cosas, el acceso a bienes muebles,
como semovientes y enseres, por ejemplo; al excluir de la reparacin a
los tenedores porque no ejercan derechos o expectativas de derechos
susceptibles de ser restituidos; al no reconocer como vctimas del conicto
a los dirigentes de la oposicin asesinados al margen de los combates,
crmenes que estn tendiendo a catalogarse como delitos comunes, y al
no dar medidas de proteccin que garanticen condiciones de seguridad yrespeto por la vida de las personas que retornen a sus tierras.
2 Al respecto han sido notorias las declaraciones de rechazo realizadas por el exministro de gobierno de Uribe, Fernando Londoo. Se puede consultar: Cul
ser peor? Por: Fernando Londoo. El Tiempo, 21 de octubre, http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-8163720
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
39/70
Sostenibilidad fscal y regalasAcorde con el ideario neoliberal que enarbola el gobierno de Juan Manuel
Santos se presentaron al Congreso de la Repblica dos reformas al ttulo
XII de la Constitucin poltica sobre el rgimen econmico y de la hacienda
pblica, que terminaron materializados en los actos legislativos 3 y 5 de 2011. A
travs de estas reformas constitucionales fue posible establecer el principio de
sostenibilidad scal (modica los artculos 334, 339, 346) y el Sistema General de
Regalas (modica los artculos 360 y 361). Estas dos reformas garantizan tanto
el saneamiento de las nanzas pblicas a costa del gasto social, como el pagode la deuda externa, dos componentes centrales para cumplir los compromisos
adquiridos con los organismos nancieros internacionales y el capital mundial.
En efecto, bajo el reconocimiento de que la sostenibilidad scal es un
derecho colectivo, se limita el ejercicio de derechos individuales fundamentales,
como el derecho a la vida, en conexidad con los derechos a la salud y al trabajo,
so pena de que puedan poner en riesgo las nanzas del Estado. De la misma
manera, con la creacin del Sistema General de Regalas se logra, por una
parte, garantizar el pago de la deuda a travs de los recursos que recibira elfondo de ahorro y estabilizacin administrado por el Banco de la Repblica, y
se desprotegen las coberturas mnimas en salud, educacin, mortalidad infantil,
agua y alcantarillado, garantizadas por el rgimen anterior.
Marco legal para la paz y polticas de control socialFinalmente, podemos mencionar la ley 1453 de seguridad ciudadana que
reforma el cdigo penal y que se constituye en un serio revs para los derechos
a la protesta social al criminalizar, entre otras cosas, manifestaciones en lava pblica que puedan obstaculizar la infraestructura de transporte; en este
sentido, protestas que impidan la normal movilizacin del transporte pblico
urbano e intermunicipal pueden ser objeto de importantes penas3.
Y, adems, est la propuesta del senador Roy Barreras tendiente a establecer
un marco jurdico para la paz a travs de la creacin del artculo 66 transitorio
de la Constitucin poltica de Colombia, que permitira dotar al gobierno
3 Protestas que bloquean el transmilenio o las tradicionales tomas indgenas delSuroccidente de la Carretera Panamericana podran ser objeto de un proceso legal.
Rgimen po lti co y discursoN 18, Diciembre de 2011 Bogot, Colombia Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
40/70
_40
nacional de los instrumentos jurdicos necesarios para la conduccin
de un eventual proceso de paz. Esta iniciativa ha sido ampliamente
criticada por organizaciones de vctimas y las que trabajan en la
construccin de la paz, en razn de que ella permitira que miembros
de la fuerza pblica puedan acceder a penas alternativas establecidos
en la justicia transicional, limitando su responsabilidad en crmenes de
lesa humanidad, y tambin por la posibilidad que abre para disear
instrumentos de justicia transicional de carcter judicial o no judicial, lo
cual implica que el ejecutivo asuma funciones de la administracin dejusticia, desvaneciendo uno de los principios democrticos como es el
de la divisin tripartita de poderes.
Los desafos del marco jurdico para la construccin de la pazLa agenda legislativa propuesta por Santos durante 2011 y apoyada
ampliamente en el Congreso por las fuerzas que han conuido en lo
que se ha denominado Unidad Nacional, plantea serios desafos a las
dinmicas de la conictividad socioterritorial en el pas y, en consecuencia,a la construccin de la paz. En efecto, aunque desde algunos sectores
de lo que se conoce como la sociedad civil se ha tendido a ver con
buenos ojos el paquete de normas sobre justicia transicional, ste no se
constituye en un escenario de posibilidad real para salir del estado de
guerra en que vive Colombia.
De mltiples y de diversos rdenes son los argumentos que se puedan
dar al respecto. Aqu solo queremos sealar que mientras se mantenga,
por una parte, una estrategia econmica responsable de la destruccinde los territorios y las solidaridades e identidades sobre ellos construidas
y, por la otra, una estrategia poltica que persigue la legitimacin del
rgimen fundada en prcticas de zanahoria lgicas de cooptacin de
algunas organizaciones sociales populares ygarrote criminalizacin de
la protesta social a travs de leyes como la de seguridad ciudadana, es
imposible avanzar en una verdadera y anhelada paz.
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
41/70
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
42/70
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
43/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
44/70
ante el asedio y el lamentable exterminio de los proyectos
polticos que decidieron desarrollar para participar en la vida
poltica del pas.
Observar la guerrilla de este modo permite ver que, antes
que un grupo armado y regido por estructuras militares,
las FARC-EP son una organizacin poltica que se construye
en la maduracin de mltiples dinmicas de lucha social en
el pas. Pero, adems, que como organizacin poltica es
tambin una estructura armada que se rige por patronesde jerarqua, mando y obediencia militar, lo que le imprime
un cariz de ejrcito, aunque no en la misma lgica de los
cuerpos armados profesionales que componen los aparatos
militares de los Estados. Al interior del movimiento insurgente
conviven tanto la construccin y deliberacin poltica propia
de un partido como la disciplina y el espritu de cuerpo de
una institucin castrense.
Otros elementos complejizan la visin sobre esta guerrilla.En primer lugar, su relacin con las economas ilcitas,
especialmente con el narcotrfco. La guerrilla ha tomado la
fnanciacin del narcotrfco de una manera pragmtica: en
las zonas donde el grupo armado hace presencia cohonesta
con los campesinos que siembran coca, y entre el movimiento
guerrillero y la masa campesina se desarrolla un relacin
simbitica en cuyo marco tanto el campesino -que no
tiene ninguna opcin econmica distinta de vida- obtiene
proteccin de la guerrilla para el cultivo y la comercializacin,
como sta logra desarrollar sus fnanzas y establecer contacto
con masas poblacionales que pueden ser inuenciadas
polticamente. En segundo lugar, su accin dentro de una
guerra irregular asimtrica y degradada la ha llevado a utilizar
tcticas y acciones que son percibidas de manera muy crtica
por la poblacin en general y condenadas, a su vez, por la
comunidad internacional como violatorias del DIH.
En vez del
encauzamiento
del conflicto hacia
su resolucin, lo
que tenemos es
una continuacin
de la situacin
crtica de violencia
que, con nuevasy ms complejas
manifestaciones,
se enseorea de
las regiones en las
que la presencia
insurgente sigue
siendo notoria
y determinante.
_44 Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
45/70
As mismo, en el marco de un proceso poltico tan complejo como el colombiano,
se ha llegado a asegurar por analistas polticos de diversas tendencias ideolgicas
que la misma existencia del movimiento subversivo es una traba al desarrollo de
una izquierda poltica amplia, incluyente y con opciones reales de poder. Haciendo
suyo este extrao argumento, el establecimiento ha logrado ganarse la opinin de
diversos sectores del espectro poltico para condenar la accin guerrillera. Finalmente,
el ambiente internacional de condena a las acciones violentas para la toma del poder
poltico, ligado a la guerra contra el terrorismo orquestada desde USA, ha creado una
imagen negativa, casi insuperable del movimiento insurgente, y con ello ha eliminadolas posibilidades de una participacin creativa de la comunidad internacional en la
solucin pacica del conicto colombiano.
La guerra en Colombia: el fin del fin o la cronificacin de la violencia
En la actualidad, el conicto poltico, social y armado parece inclinarse, al menos
en la parte militar, a favor del Estado. En los ltimos diez aos, el astronmico gasto
militar que ha sido invertido en aumento de pie de fuerza, modernizacin tecnolgica,
inteligencia tcnica y lobby internacional ha dado resultados que se perciben comoverdaderos procesos de derrota del movimiento insurgente: el ejercito ha dado de
baja a mandos claves en la estructura guerrillera, se han disuelto redes de apoyo
logstico de los alzados en armas, se ha ganado la opinin nacional e internacional
en apoyo de la estrategia de guerra y, en general, las fuerzas militares parecen llevar
la iniciativa en la lucha contra la guerrilla. La seguidilla de golpes ha permitido al
establecimiento asegurar, como la ha hecho repetidas veces, que el conicto armado
est a punto de resolverse por la imposicin de los militares y el aniquilamiento del
movimiento insurgente. Sin embargo el desarrollo de las acciones de guerra parece
asegurar algo diferente.
La muerte de altos dirigentes de la insurgencia ha sido suplida por la incorporacin
a su estamento de direccin, el secretariado, de nuevos cuadros con caractersticas
similares a las de los que han cado en combate. Pero, adems, la guerra en las
regiones parece no ceder, en contrava del supuesto debilitamiento que causara la
muerte de los cuadros de direccin. En las regiones, el control de la insurgencia sigue
siendo notorio y las reas de donde haban sido expulsados muestran lentamente
nueva presencia de los actores armados con nuevas maneras de relacionamiento
entre ellos: guerrilla, maas y estructuras delincuenciales armadas.
N 18, Diciembre de 2011 Bogot, Colombia Conflicto y solucin poltica Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
46/70
En vez del encauzamiento del conicto hacia su resolucin, lo que
tenemos es una continuacin de la situacin crtica de violencia que, con
nuevas y ms complejas manifestaciones, se enseorea de las regiones en las
que la presencia insurgente sigue siendo notoria y determinante.
En la guerra el enemigo construye al enemigo: la posible
respuesta de las FARC-EP a su situacin en el conflicto
Las FARC-EP han sufrido importantes bajas en la estructura de direccin,
pero la propia fortaleza institucional que han desarrollado, tanto por suestructura leninista de direccin y mando como por su longevidad en el
conicto, les ha permitido sortear el problema de mandos y recomposicin
de la estructura. En lo militar, han tenido que ceder frente a la superioridad
militar del Estado, pero han retornado a la estrategia que han utilizado
durante buena parte de su existencia, la guerra de guerrillas. En lo nanciero
han logrado diversicar sus fuentes de ingreso combinando tanto rentas
ilegales como participacin en negocios legales. Ideolgicamente, el ncleo
duro de construccin doctrinaria se encuentra al parecer intacto, toda vezque las orientaciones polticas siguen emanando de los cuadros de direccin
que han permanecido en la organizacin y que cuenta en algunos casos con
ms de veinte aos en las las del movimiento.
Asimilar la nueva estrategia de neutralizacin de cuadros de direccin
por parte del establecimiento implicar para la guerrilla revisar sus
formas de comunicacin y toma de decisiones, protocolos de seguridad y
contrainteligencia, pero fundamentalmente aplanar mas la organizacin, de
tal manera que se pueda dar una toma decisiones ms rpida sin contar con
la aprobacin previa de las instancias ms altas de la jerarqua. Con este n,
la regionalizacin de las estructuras ayudar a mejorar el desempeo en los
teatros de operaciones, a acelerar los mecanismos y tcticas de combate y,
sobre todo, a multiplicar los blancos que el establecimiento espera eliminar.
Por supuesto, el peligro que esta estrategia encarna para la guerrilla es que
una mayor descentralizacin lleve a la autonoma de facciones completas de
la organizacin que puedan ser mas fcilmente permeadas por el enemigo
conducindolas a la desmovilizacin. Pero donde seguramente se concentrar
con mayor ahnco el trabajo de los insurgentes ser en la construccin de
_46 Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
47/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
48/70
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
49/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
50/70
_50
que no reconocen el papel de las organizaciones gremiales
y polticas que gravitan en l- se le acusa de un cierto
espontanesmo. De otra parte, existen lecturas que maximizan
el grado de politizacin del movimiento, elevndolo muy por
encima de su estado real. En este caso se tiende a confundir
estado de nimo con nivel de conciencia.
El debate sobre la caracterizacin
No obstante estas tendencias, lo importante es reconocerlo que hay de nuevo en este movimiento estudiantil. Lo que
lo hace diferente a las anteriores experiencias de lucha,
especialmente de los ltimos aos, es su masividad, amplitud
y diversidad. No quiere decir esto que antes no se haya dado.
Pero la intensidad y extensin que alcanz en los meses de
octubre a noviembre no tienen precedentes en la historia
inmediata. Por qu? Porque si miramos bien el proceso de
neoliberalizacin en nuestro pas, el modelo de privatizacindel derecho a la educacin se profundiz a comienzos de la
dcada del 90, lo cual quiere decir que la generacin que
naci y creci en este periodo hoy tiene en promedio 20 aos.
La gran mayora de estos jvenes han tenido que recurrir al
endeudamiento fnanciero para poder acceder a un programa
de educacin superior. Anlogamente, sus padres han visto
disminuidos sus derechos laborales y quizs buena parte de
ellos perdieron sus empleos. Cuntos de ellos viven hoy de la
economa informal o subsisten con empleos precarios?
Por eso no asombra la gran participacin de estudiantes
de las universidades privadas, incluyendo aquellas que se
consideran de lite, y tambin de los aprendices del SENA,
que no encentran opciones reales para la profesionalizacin,
as como el creciente nmero de estudiantes de secundaria
que presionan el ingreso a la educacin superior en las
instituciones pblicas, gran parte de ellas al borde de la
quiebra. Como puede verse este movimiento articula vastas
Este movimiento
guarda similitudes
con el movimiento
estudiantil chileno.
Las causas que lo
generan son las
mismas: el desmonte
del derecho a la
educacin, de la manocon todos los recortes
a la seguridad y el
bienestar social, los
despidos masivos
y la reduccin de la
capacidad adquisitiva
del salario. Es la
crisis del modeloneoliberal lo que est
en el fondo de estas
intensas jornadas de
protesta ciudadana. El
programa de gobierno
del presidente Santos
apunta a una mayor
profundizacin del
modelo, con lo cual
se agudizarn las
contradicciones
sociales en curso.
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
51/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
52/70
_52
En tercer lugar, es urgente defnir la metodologa de discusin con
el gobierno nacional, pero con un criterio amplio de participacin
de la comunidad universitaria y los sectores sociales involucrados, sin
dejarse presionar por los afanes de la agenda legislativa. Sobre todo,
no caer en la trampa de dejarse arrastrar a una negociacin con el
poder ejecutivo a puerta cerrada y por las alturas.
Este punto amerita una reexin por separado. Ms all de
defnir una metodologa de interlocucin con el gobierno (cosa que
hay que hacer), lo esencial es defnir una iniciativa de construccin,democrtica y participativa, de un proyecto alternativo de educacin
superior que est respaldado por acciones de movilizacin que puedan
sostenerse en el tiempo. La politizacin del movimiento se logra en
la medida en que las personas que se van incorporando a l hacen
su propia experiencia en el proceso de luchas. Slo en la medida en
que van comprendiendo la profundidad de estas batallas y su relacin
con otras luchas que van en la va de proponer cambios en el rgimen
poltico y social contemporneo, se podr dar un salto de calidad queabra el camino a la conquista de un modelo educativo que garantice
gratuidad, universalidad, calidad, autonoma y democracia. Slo as
se podr reconstruir la relacin entre universidad y sociedad, slo
a travs de esta mediacin ser posible lograr el cumplimiento de
la funcin social de la educacin. El impulso de las constituyentes
universitariaspuede ser un medio efectivo para comenzar el proceso
de reforma democrtica de la educacin superior.
Los estatutos generales, acadmicos y los reglamentos de las
instituciones pblicas han sido modelados de acuerdo a parmetros
que violan la autonoma universitaria y que imponen los derroteros
para la mercantilizacin de la educacin. Se debe pasar de la
resistencia a la alternativa, conquistando espacios decisorios de la
comunidad universitaria que logren reestructurar en un sentido
opuesto las caducas normas administrativas y acadmicas. En lo
concreto, se debe trabajar por reversar los contratos de outsourcing
que entregan a corporaciones privadas funciones importantes de las
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
53/70
instituciones pblicas y combatir la corrupcin interna que se deriva de su captura
administrativa por parte del gamonalismo y el clientelismo regional.
Conquistar espacios para la libertad de ctedra, exigir el nombramiento de
profesores de planta, exigir relaciones horizontales entre docentes y discentes en
la prctica pedaggica, oponerse a la mediocridad, abrazar el compromiso con las
causas de la justicia social y criticar los valores que se imponen desde las doctrinas
dominantes del pensamiento, constituyen tan slo una pequea parte del programa
alternativo de la educacin en Colombia. Para avanzar hacia estos objetivos no es
necesario esperar que los cambios vengan desde arriba por voluntad de los lderespolticos. Lo ms seguro es que estos no lleguen con el actual gobierno. Pero los
cambios que estn operando en el mundo indican que las aspiraciones del movimiento
pueden ser ms altas. Por qu conformarse con menos cuando la humanidad en la
poca actual se est proponiendo transformaciones ms profundas?
La emergencia de este movimiento estudiantil coincide con el inicio de una etapa
de ascenso de la lucha de masas en Colombia. Se han vuelto comn los estallidos
sociales en las cabeceras urbanas y los bloqueos en las principales carreteras del
pas. Recientemente se observa una reactivacin de las luchas obreras en los campospetroleros, que vinculan a la protesta poblaciones enteras en los Llanos Orientales,
el Magdalena Medio y la Costa Caribe. Y qu decir de las comunidades que estn
desarrollando procesos de resistencia a los proyectos de explotacin forestal y minera
en las regiones de los santanderes y del eje cafetero. Hasta hace poco, las refriegas
sociales se mantenan en planos urbanos pero perifricos. Ahora el movimiento
estudiantil est movilizando masas de sectores de extraccin social diversa de las
grandes ciudades, que hasta hace poco permanecan apticas.
La conuencia de los acumulados de unidad y movilizacin pueden encontrar
las conexiones que les haca falta a travs de la irrupcin de estas nuevos fuerzas de
la protesta. Los cambios en el estado de nimo del pueblo pueden darle el impulso
que le faltaba a la iniciativa del Paro Cvico Nacional. Pero esta accin no sobrevendr
por desarrollo espontneo. El elemento de la organizacin poltica es decisivo en la
sntesis entre conciencia y necesidad de las masas. El movimiento estudiantil puede ser
el catalizador de este proceso si las distintas fuerzas organizativas que los componen
logran aanzar la unidad que pueda desembocar en un amplio frente de lucha popular
que marque el inicio del n de este prolongado invierno.
N 18, Diciembre de 2011 Bogot, Colombia Luchas populares Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
54/70
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
55/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
56/70
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
57/70
Campaa 16 das deactivismo contra la violenciade gnero. Manifestacionesen Pakistn.Tomado de:http://www.flickr.com/photos/16dayscampaign
El catalizador de ese proceso fue la presentacin por parte del
gobierno de la propuesta de Nueva Ley de Educacin Superior, a
todas luces el ms aberrante de los intentos por hacer de la educacin
una mercanca. La pelea contra la nueva ley de educacin superior es
una entre tantas que ha dado el movimiento universitario, aunque
sta en particular ha tenido una profundidad enorme. Los estudiantes
construimos el 20 y 21 de agosto en la histrica Universidad Distrital
los objetivos de la movilizacin, las bases de la organizacin estudiantil
y el programa mnimo de los universitarios de Colombia (a 40 aosdel programa mnimo del 71). Das despus defnimos en Cali que
entrbamos en una dinmica de Paro Nacional Universitario en el
momento en que el gobierno nacional radicara la propuesta de ley:
ah comenz el pulso directo.
El gobierno se envalenton y con toda su arrogancia frm ante
el pas que su propuesta sera ley, a toda costa. Un mes despus con
el paro nacional universitario y un movimiento estudiantil a or de
piel, el gobierno asuma su derrota retirando la ley y aguantando elimpacto de un estudiantado entusiasta que colmaba las calles, las
paredes, y la historia. Santos se la jug por retirar la ley y fnalizar como
perdedor en una batalla importante para el movimiento social en su
conjunto: la batalla elocuente donde se demostr que las calles son el
gora de nuestra indignacin, y que es posible hacer democracia sin
permiso y con desobediencia frente al status quo.
En ese momento se instaur la otra batalla. Ya no de Santos
por aprobar su ley, sino de Santos por deslegitimar, dividir y acabar
con el movimiento estudiantil. Un movimiento estudiantil ms
acostumbrado a hundirse con las banderas, que a llevarlas a nuevos
campos de batalla. El paro universitario, la mejor herramienta para
derrocar la ley, se volvi el centro del debate universitario despus de
logrado uno de tantos objetivos del movimiento.
La suspensin del paro se da no por el agotamiento del
movimiento estudiantil, sino por la necesidad de forjar nuevos campos
de batalla. La herramienta de los universitarios no es nicamente el
paro, es esencialmente la MANE, como espacio que puede forjar no
Ser joven y no ser
revolucionario, es
una contradiccin
hasta biolgica
(Salvador Allende).
N 18, Diciembre de 2011 Bogot, Colombia Luchas populares Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
58/70
_58
solo paros y movilizaciones, sino propuestas, derroteros comunes y
objetivos a largo plazo. El paro nacional, tan pertinente para pelear
contra la ley, no se puede generalizar como la nica herramienta
para pelear en una misma coyuntura por todas las reivindicaciones
histricas del movimiento estudiantil por ms de veinte aos, menos
cuando la justeza de la lucha se mide tambin desde afuera, y no solo
desde nosotros mismos.
El programa mnimo de los estudiantes contiene puntos que
van ms all del modelo de educacin y plantean un modelo depas: una Colombia digna, sin desigualdades y con justicia social.
Esa Colombia que los universitarios estamos construyendo palpita
con el fortalecimiento del movimiento estudiantil. Los estudiantes
no podemos ser irresponsables con nuestras acciones. Si algo ha
aprendido el movimiento estudiantil es que el trabajo de ganar el
corazn de la gente es arduo y difcil como para echarlo a perder por
decisiones que consultan ms la euforia individual que la vocacin
de poder colectiva (el sustrato de nuestro avanzar). Algn profesorlo expres de la ms bella forma: El movimiento estudiantil no es
como el torrente inatajable de los ros, sino como los potentes ujos
y reujos del mar.
La primera tarea en ese marco es entender lo que se ha logrado:
una victoria importante, un primer paso en una guerra de lpices
y creacin contra el gobierno nacional. Sin embargo la pelea hasta
ahora empieza y, en ese sentido, el mayor parte de victoria debe ser
la unidad del movimiento estudiantil colombiano, unidad que pasa
por el fortalecimiento de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil. Es
importante reconocer de manera colectiva los aciertos y desaciertos
cometidos en el camino: construir la historia desde una perspectiva
crtica y humanista parte, desde luego, del ensayo y el error. Hemos
avanzado, pero an hay muchsimas cosas por edifcar y mejorar.
La MANE tiene la tarea de lograr mayores niveles de amplitud y
organizacin, pensarse a mediano y largo plazo, construirse desde
lo local a lo nacional, y convertirse en un referente unitario en todos
los niveles.
El programa
mnimo de los
estudiantes
contiene
puntos que
van ms all
del modelo
de educacin
y planteanun modelo
de pas: una
Colombia
digna, sin
desigualdades
y con justicia
social.
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
59/70
El estudiantado como actor poltico: hacia un
movimiento estudiantil con vocacin de poder
El movimiento estudiantil tiene varios retos, siendo
la base de ellos responder al momento poltico y acumular
legitimidad frente a la sociedad, a la vez que se piensa como
actor estratgico en su propia lucha y dentro de las luchas
sociales. En otras palabras, el movimiento estudiantil debe
plantearse a mediano y largo plazo, y plantear sus objetivos
en esos trminos.Un primer reto que debe asumir el estudiantado
a partir de la MANE es la construccin de la propuesta
alternativa de educacin. En este escenario los estudiantes
deben involucrar a todos los estamentos universitarios,
pero adems a los sectores sociales estratgicos para una
educacin como derecho y con un saber amplio y colectivo.
Este proceso no puede empezar desde el punto cero junto
al gobierno. El proceso debe empezar entendiendo la sumade los acumulados ya construidos- desde las discusiones
ms locales con un carcter amplio y altamente vinculante,
para despus ir recogiendo el proceso de construccin hasta
llegar al nivel nacional.
Por supuesto, en el proceso debe haber momentos de
interrelacin con el gobierno que permitan abrir y mantener
el debate pblico y posicionar las propuestas vertebrales. Sin
embargo, lo fundamental debe ser la construccin desde
la universidad y los sectores sociales de una educacin con
gratuidad, acceso y cobertura, autonoma y democracia,
calidad acadmica y bienestar en funcin de un pas
soberano que plantee los rumbos para una sociedad justa y
sin desigualdad: los caminos de una verdadera paz.
En resumen, la educacin que el movimiento estudiantil
ha planteado para Colombia es profundamente antagnica
con el modelo de gobierno de Juan Manuel Santos y
compromete una apuesta por pensar, imaginar y construir
En Colombia nos hemos
atrevido a combatir el
dogma del mercado,
que cubre las violencias
invisibles, y el dogma del
militarismo, que encubre
un sistema poltico
amasado con sangre.
N 18, Diciembre de 2011 Bogot, Colombia Luchas populares Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
60/70
_60
nuevos rumbos para un pas donde el dogma del
mercado ha fracasado de manera estruendosa y
con consecuencias muy lamentables en materia de
derechos sociales.
Otro reto del movimiento universitario es pensar
la reactivacin de la movilizacin, la agitacin y, en
general, la necesidad de mantener la iniciativa poltica.
Los estudiantes debemos convertirnos en activistas
de nuestras consignas, y hacer que la sociedadcolombiana las sienta y las haga suyas. Mantener
una actividad permanente en funcin de implicar
la educacin como debate fundamental de un pas
distinto, donde los colombianos puedan estudiar
con calidad, donde los derechos estn por encima
del mercado y donde la democracia se exprese en la
participacin activa y cualifcada de la sociedad y no
en el simulacro formal de quienes legislan a favor delgobierno, se convierte en una tarea permanente para
mantener viva la llama e impedir que se construya un
imaginario mediatizado de un movimiento estudiantil
apoltico y funcionalizado dentro de la falsa
democracia del gobierno. El movimiento estudiantil
es profundamente poltico y tiene el inters explcito
de impugnar y subvertir el rumbo que los mismos en
el poder le han dado histricamente a Colombia.
Por ltimo, el movimiento estudiantil tiene
el deber de hacerse movimiento popular. Las
reivindicaciones universitarias son sectoriales, pero
de fondo la manera de alcanzar una educacin como
derecho para Colombia compromete profundas
modifcaciones polticas al modelo planteado por
Santos. La nica posibilidad de ganar la pelea que
estamos dando es articular el conjunto del movimiento
social con sus banderas y reivindicaciones a la pelea
El movimiento estudiantil
no es homogneo, por el
contrario, est edificado
a partir de una inmensa
heterogeneidad que permite
potenciar su accionar y cubrir
las perspectivas ms diversas
sobre un mundo nuevo.
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
61/70
Campaa 16 das de activismo contrala violencia de gnero. Manifestacionesen las calles alemanas contrala violencia domstica.Tomado de: http://www.flickr.com/photos/16dayscampaign
por una educacin como derecho. Al hacerlo,
asumimos tambin que al reivindicar una nueva
educacin para un nuevo pas estamos reivindicando
tambin el derecho a la salud, la tierra, las garantas
laborales, las libertades democrticas, la diversidad
en toda su dimensin y, en general, las salidas para
la paz con justicia social -lo contrario a la paz de los
cementerios propuesta por Uribe-Santos-.
El movimiento estudiantil que se ha gestadoen Colombia ha hecho poesa y arte con su accin
colectiva. Ha forjado nuevos saberes en el fragor
de sus batallas. Tiene incrustada la memoria de sus
muertos, sus desaparecidos, sus presos polticos
no ha olvidado (porque es prohibido olvidar) que
los estudiantes tambin tenemos derecho a la rabia,
inherente al deber de indignarnos. El movimiento
estudiantil se alimenta de la imaginacin, perono una imaginacin ingenua o acrtica: es una
imaginacin creativa que no olvida, que recoge
experiencias, que reivindica la posibilidad de ser
nosotros mismos, de arar nuestro propio camino,
de forjar nuestra propia cosecha.
El movimiento estudiantil se hace indgena,
campesino, obrero se hace pueblo. Entiende que
ni la sumisin, ni la desposesin, ni la ignorancia, ni
la muerte, pueden ser los rumbos para una juventud
que se aferra a la vida digna y la reivindica contra
la desesperanza. Los estudiantes nos negamos a la
amnesia, a la desidia: hemos decidido luchar. Y la
posibilidad de demostrar que estamos construyendo
un nuevo horizonte es evidenciar, frente al cotidiano
marasmo, que hemos caminado por el rumbo de la
esclavitud y la ignominia.
N 18, Diciembre de 2011 Bogot, Colombia Luchas populares Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
62/70
Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
63/70
Volver
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
64/70
financieros) que permitieron, entre otras cosas, disimular la envergadura
de la deuda griega.
Mario Monti, el nuevo primer ministro italiano, diplomado en
Yale, es miembro de la Trilateral y del Grupo Bilderberg (think tank del
establishement international). Es consejero internacional de Goldman
Sachsdesde 2005.
Lucas Papademos, el nuevo primer ministro griego, tambin
diplomado en el MIT, fue consejero del Banco de la Reserva Federal en
Boston. De 1994 a 2002 fue Gobernador del Banco de Grecia, poca enla que Goldman Sachsayud a falsificar las cuentas del Estado griego.
As se ha puesto crudamente de manifiesto la esencia de la
democracia burguesa, que no es como se pretende mediadora o
rbitro entre intereses diferentes o contrapuestos, sino esencialmente la
dictadura de las clases dominantes sobre las grandes masas oprimidas
y explotadas, como ya lo sealaron en su tiempo Marx, Engels y Lenin.
II. La fuerza de choque del capital financieroson las agencias de notacinLas principales agencias de notacin son Standard and Poors,
Moodys y Fitch. Son instituciones privadas que se ocupan de poner
notas a empresas y Estados que van del riesgo mnimo (AAA) al riesgo
mximo (CCC), las cuales expresan el riego que corren los inversores
financieros que prestan a dichas empresas y Estados. Existen hace
tiempo, pero comenzaron poniendo notas a empresas y bancos y,
despus, extendieron su radio de accin a los Estados. Una nota baja
(riesgo alto) tiene por consecuencia automtica que la empresa o el
Estado que reciba un prstamo pagar un inters ms elevado.
Estas agencias no tienen nada de independientes, pues pertenecen a
grandes capitales privados: el 13% de Moodyspertenece al multimillonario
Warren Buffet, Fitch pertenece mayoritariamente a la sociedad financiera
francesa Fimalacy el 20% de su capital al grupo Hearst, y Standard and
Poorsal grupo estadounidense McGraw-Hill Companies. Cobran por sus
servicios a las empresas que quieren ser calificadas y a las que utilizan
las notas. De modo que grupos privados estrechamente vinculados al
_64 Volver a contenido
-
8/3/2019 Revista Izquierda, n 18, diciembre 2011
65/70
capital financiero decretan la lluvia o el buen tiempo para los
Estados que necesitan recurrir a prstamos del capital financiero
transnacional. Si la nota es alta (poco riesgo), el Estado pagar un
inters bajo por los prstamos. Si la nota es baja (riesgo alto), el
Estado pagar un inters alto, entrando as en un crculo infernal
de endeudarse cada vez ms y pagar intereses cada vez ms
altos. Y deber aplicar los ajustes exigidos por los acreedores
que se traducen en recesin, ms desocupacin, congelacin de
salarios, privatizacin de los servicios pb