#NIUNAMENOS

El 3 de junio se instaló en la agenda como día de lucha por los derechos y la vida de las mujeres, y así quedó demostrado con las multitudinarias movilizaciones que se realizaron en más de 200 pueblos y ciudades a lo largo y ancho del país.

El 3J del año pasado ya había sacudi-do todas las estructuras. Fue la bisa-gra que hizo que muchos grandes medios dejen de decir “crimen pasio-nal” y comiencen a llamar a los homi-cidios de mujeres por su género como lo que son: femicidios. Fue el grito que sirvió para que en las casas y lugares de trabajo o estudio se empiece a hablar sobre las situacio-nes de violencia de género que, en distintas formas, las mujeres de toda edad atravesamos a lo largo de nues-tras vidas.Sin embargo, el avance en la sociedad no tuvo su reflejo en

políticas públicas destinadas a com-batir la violencia de género. Los gobiernos sólo se sacaron foto con el cartelito de #NiUnaMenos en campa-ña, pero no tomaron las medidas que hacen falta para proteger la vida de las mujeres. Como consecuencia de esa falta de respuesta estatal, en el año que pasó entre una movilización y otra, tuvimos que lamentar que 277 mujeres más fueran víctimas de femi-cidio.

Los reclamos

Un reclamo central es el de un presu-puesto de emergencia para la Ley 26.485 y que las organizaciones de mujeres controlemos el uso de esos fondos. Para que no pase como con el Presupuesto 2015 del Consejo Nacio-nal de las Mujeres, cuyo 40% no se utilizó y fue devuelto por Fabiana Túñez.

Hace falta plata para abrir refugios en todo el país, ya que estamos cien veces por debajo de lo necesario: sólo hay 43 cuando necesitaríamos 4.300. Y como en uno de cada tres casos la restricción peri-metral es violada, queremos invertir la responsabilidad: en vez del botón anti-pánico para la víctima, que se moni-toree al violento con tobillera elec-trónica controlada por las organiza-ciones sociales.Necesitamos presupuesto para que se aplique la Ley de Patrocinio Jurídico Gratuito; para que haya centros de asis-tencia integral y gratuita para las mujeres víctimas de violencia; para capacitar con perspectiva de género a todos los y las funcionarias que reciben denuncias; para subsidios económicos e inserción laboral para que las mujeres puedan cortar con la dependencia econó-mica y garantizar sus sustento y el de sus hijos e hijas. Y para combatir el machis-mo institucional, queremos que los jueces y comisarios sean elegidos por voto popular y que sus cargos sean revocables.

Emergencia en el Senado, la primer respuesta

Ante las masivas movilizaciones que por segundo año se realizaron en todo el país, y en las que se apuntó a los gobier-nos como responsables de no tomar medidas contra la violencia de género, la primer respuesta llegó en pocos días. Demagógicamente, los funcionarios polí-ticos tomaron nota y aprobaron en el senado un proyecto al que llamaron declaración de emergencia en violencia de género, pero que está muy lejos de ser la respuesta que reclamamos en las calles. Sin asignación presupuestaria y sin

control por parte de las organizaciones de mujeres, todo proyecto se convierte en menos que papel mojado. Las mujeres nos cansamos de las declaraciones de buenas intenciones. Nuestros derechos no pueden ser piezas de marketing. Por eso vamos a seguir esta pelea, no vamos a parar hasta que se tomen las medidas que realmente hacen falta para proteger la vida de nuestras mujeres. Vamos a seguir organizadas y en las calles, en la más amplia unidad, hasta conquistar los derechos que nos faltan porque nos queremos vivas, libres e igua-les!Para seguir defendiendo juntas nuestros derechos, y para mejor comprender y profundizar los temas de género, te invitamos a que seas parte de nuestra organización. Mientras más Juntas y a la Izquierda nos encontremos, más cerca estare-mos de lograr una sociedad distinta, en donde las mujeres seamos “so-cialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.

Las noticias de estos días repitieron en distintos lugares del país los mismos hechos: nenas de 12 años golpeadas, violadas y asesinadas. Los comentarios y opiniones de muchos se centraron en ellas, en sus comportamientos, en su ropa, en su actitud, en su andar... Y se reproduce la misma idea de siempre: "chicas tengan cuidado, no anden solas, no se vistan provocativas, no salgan, no, no, no". En Brasil otra joven de 16 años fue abusada por 33 hombres, que compartieron el video en las redes sociales. Y el dato escalofriante es que cada 11 minutos se registra un abuso en el país vecino. La realidad de las mujeres y niñas es la misma en las distintas regiones y países porque es el mismo el sistema que nos oprime: el patriarcado. Lo único de lo que fueron culpables todas ellas es de haber nacido mujeres bajo este sistema que nos oprime, nos violenta y encima nos culpa de lo que nos hacen sus más obedientes hijos.Porque no son enfermos, no son psicópatas que andan sueltos ni casos aislados, los violentos y violadores son hijos sanos de un sistema que educa en la cultura de la violación, que reproduce en todos los ámbitos la idea de que la mujer es un objeto que puede ser apropiado, consumido y descartado por los hombres. Se castiga, se estig-matiza a la mujer que no cumple con los manda-tos de la maternidad y el matrimonio como desti-no, que no se amolda a los estereotipos de belle-za, que busca en libertad su propia forma de ser y vivir. Como contracara de esta situación, el movimiento de mujeres está resurgiendo con una fuerza cada vez mayor en todo el mundo, con movilizaciones multitudinarias como la del 3J en Argenitna, el 24A en México, el 7N en España o el junio femi-nista en Brasil. #NiUnaMenos #VivasNosQuere-mosson gritos que recorren con cada vez más fuerza el mundo y nos encuentra a las mujeres de pie, organizadas y en las calles luchando por nuestros derechos, por la posibilidad de vivir nuestras vidas libres de violencia y opresión. ¡NOS QUEREMOS VIVAS, LIBRES E IGUALES!

#NIUNAMENOS

El 3 de junio se instaló en la agenda como día de lucha por los derechos y la vida de las mujeres, y así quedó demostrado con las multitudinarias movilizaciones que se realizaron en más de 200 pueblos y ciudades a lo largo y ancho del país.

El 3J del año pasado ya había sacudi-do todas las estructuras. Fue la bisa-gra que hizo que muchos grandes medios dejen de decir “crimen pasio-nal” y comiencen a llamar a los homi-cidios de mujeres por su género como lo que son: femicidios. Fue el grito que sirvió para que en las casas y lugares de trabajo o estudio se empiece a hablar sobre las situacio-nes de violencia de género que, en distintas formas, las mujeres de toda edad atravesamos a lo largo de nues-tras vidas.Sin embargo, el avance en la sociedad no tuvo su reflejo en

políticas públicas destinadas a com-batir la violencia de género. Los gobiernos sólo se sacaron foto con el cartelito de #NiUnaMenos en campa-ña, pero no tomaron las medidas que hacen falta para proteger la vida de las mujeres. Como consecuencia de esa falta de respuesta estatal, en el año que pasó entre una movilización y otra, tuvimos que lamentar que 277 mujeres más fueran víctimas de femi-cidio.

Los reclamos

Un reclamo central es el de un presu-puesto de emergencia para la Ley 26.485 y que las organizaciones de mujeres controlemos el uso de esos fondos. Para que no pase como con el Presupuesto 2015 del Consejo Nacio-nal de las Mujeres, cuyo 40% no se utilizó y fue devuelto por Fabiana Túñez.

Hace falta plata para abrir refugios en todo el país, ya que estamos cien veces por debajo de lo necesario: sólo hay 43 cuando necesitaríamos 4.300. Y como en uno de cada tres casos la restricción peri-metral es violada, queremos invertir la responsabilidad: en vez del botón anti-pánico para la víctima, que se moni-toree al violento con tobillera elec-trónica controlada por las organiza-ciones sociales.Necesitamos presupuesto para que se aplique la Ley de Patrocinio Jurídico Gratuito; para que haya centros de asis-tencia integral y gratuita para las mujeres víctimas de violencia; para capacitar con perspectiva de género a todos los y las funcionarias que reciben denuncias; para subsidios económicos e inserción laboral para que las mujeres puedan cortar con la dependencia econó-mica y garantizar sus sustento y el de sus hijos e hijas. Y para combatir el machis-mo institucional, queremos que los jueces y comisarios sean elegidos por voto popular y que sus cargos sean revocables.

Emergencia en el Senado, la primer respuesta

Ante las masivas movilizaciones que por segundo año se realizaron en todo el país, y en las que se apuntó a los gobier-nos como responsables de no tomar medidas contra la violencia de género, la primer respuesta llegó en pocos días. Demagógicamente, los funcionarios polí-ticos tomaron nota y aprobaron en el senado un proyecto al que llamaron declaración de emergencia en violencia de género, pero que está muy lejos de ser la respuesta que reclamamos en las calles. Sin asignación presupuestaria y sin

control por parte de las organizaciones de mujeres, todo proyecto se convierte en menos que papel mojado. Las mujeres nos cansamos de las declaraciones de buenas intenciones. Nuestros derechos no pueden ser piezas de marketing. Por eso vamos a seguir esta pelea, no vamos a parar hasta que se tomen las medidas que realmente hacen falta para proteger la vida de nuestras mujeres. Vamos a seguir organizadas y en las calles, en la más amplia unidad, hasta conquistar los derechos que nos faltan porque nos queremos vivas, libres e igua-les!Para seguir defendiendo juntas nuestros derechos, y para mejor comprender y profundizar los temas de género, te invitamos a que seas parte de nuestra organización. Mientras más Juntas y a la Izquierda nos encontremos, más cerca estare-mos de lograr una sociedad distinta, en donde las mujeres seamos “so-cialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.

Las noticias de estos días repitieron en distintos lugares del país los mismos hechos: nenas de 12 años golpeadas, violadas y asesinadas. Los comentarios y opiniones de muchos se centraron en ellas, en sus comportamientos, en su ropa, en su actitud, en su andar... Y se reproduce la misma idea de siempre: "chicas tengan cuidado, no anden solas, no se vistan provocativas, no salgan, no, no, no". En Brasil otra joven de 16 años fue abusada por 33 hombres, que compartieron el video en las redes sociales. Y el dato escalofriante es que cada 11 minutos se registra un abuso en el país vecino. La realidad de las mujeres y niñas es la misma en las distintas regiones y países porque es el mismo el sistema que nos oprime: el patriarcado. Lo único de lo que fueron culpables todas ellas es de haber nacido mujeres bajo este sistema que nos oprime, nos violenta y encima nos culpa de lo que nos hacen sus más obedientes hijos.Porque no son enfermos, no son psicópatas que andan sueltos ni casos aislados, los violentos y violadores son hijos sanos de un sistema que educa en la cultura de la violación, que reproduce en todos los ámbitos la idea de que la mujer es un objeto que puede ser apropiado, consumido y descartado por los hombres. Se castiga, se estig-matiza a la mujer que no cumple con los manda-tos de la maternidad y el matrimonio como desti-no, que no se amolda a los estereotipos de belle-za, que busca en libertad su propia forma de ser y vivir. Como contracara de esta situación, el movimiento de mujeres está resurgiendo con una fuerza cada vez mayor en todo el mundo, con movilizaciones multitudinarias como la del 3J en Argenitna, el 24A en México, el 7N en España o el junio femi-nista en Brasil. #NiUnaMenos #VivasNosQuere-mosson gritos que recorren con cada vez más fuerza el mundo y nos encuentra a las mujeres de pie, organizadas y en las calles luchando por nuestros derechos, por la posibilidad de vivir nuestras vidas libres de violencia y opresión. ¡NOS QUEREMOS VIVAS, LIBRES E IGUALES!