REVISTA EL FEDERALISTA NÚM. 22
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EL FEDERALISTA, Año V, No 21, Enero de 2015, es una publicación mensual editada y distribuida por El Federalista Editores, S.A. de C.V. Viaducto Río Becerra 461, interior 1, Colonia Ampliación Nápoles, CP 03840, México, Distrito Federal, teléfono (55) 9000 0378, www.elfederalista.mx, [email protected]. Editor responsable: Ing. Roberto Meléndez Franco. Certificado de Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2010-022609573500-102 otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. ISSN 2007-4328. Certificado de Licitud de Título y Contenido 15446 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Registrado en el Padrón Nacional de Medios Impresos. Impresa por Talleres del Grupo Milenio, Avena No. 17, Col. Granjas Esmeralda, C.P. 09810, México, D.F. Todos los derechos reservados.
EN ESTE NÚMEROCONSEJO EDITORIAL
Lic. José Luis Medina AguiarPresidente
Miembros Ex officio Sen. Martín Orozco Sandoval
Presidente de la Comisión de FederalismoSen. René Juárez Cisneros
Presidente de la Comisión de Desarrollo RegionalGobernador José Francisco Olvera RuizCoordinador de la Comisión de Desarrollo
Metropolitano de la CONagOLic. Antonio González Curi
Coordinador del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Segob)
Lic. Javier Pérez TorresDirector general del Instituto para el
Desarrollo Técnico de las Haciendas Públicas
Expertos en FederalismoJosé alberto aguilar IñárrituEduardo andrade Sánchez
Juan José Bañuelos guardadoÁngel Buendía TiradoCésar Camacho Quiroz
Porfirio Camarena CastroJesús alberto Cano Vélez
Diódoro Carrasco altamiranoJosé R. Castelazo
José Luis Flores HernándezHéctor Flores Santana
Mario Luis Fuentes alcaláJosé Francisco guerra y Rullán
Javier guerrero garcíaJosé Trinidad Lanz CárdenasÓscar López Velarde Vega
arturo Núñez JiménezManuel Olimón NolascoMariano Palacios alcocerÓscar Pimentel gonzález
Luis Robles MiajaEugenio Ruiz OrozcoJavier Treviño Cantú
Diego ValadésMauricio Valdés Rodríguez
José guillermo Vallarta PlataJulio Zamora Bátiz
José Luis Medina AguiarDirector general
Daniel E. Medina MartínezDirector Ejecutivo
José Núñez RamosDirector Editorial
Ignacio Sachman TorresDirector Editorial
Nancy Elizabeth Morales MuñizDirectora de arte y DiseñoAlfredo Reyes Rendón
WebmasterRoberto Meléndez FrancoDirector de administración
César Rojas Zitlalpopocatladministración
asesores del Consejo EditorialJavier Lozada León
asesor del Director generalJuan Manuel Álvarez Navarro
asesor Lázaro Santillán Ubilla
asesor
Desterrar caciquismos estatales, primer reto Del iNe aNte eleccioNes 2015: ricarDo aNaya cortés
la Nueva legislacióN electoral DismiNuirá las coNtroversias y Dará certeza y legaliDaD a los comicios: luis castro
tres visioNes soBre eleccioNes 2015
“avaNces y peNDieNtes De la represeNtacióN política iNDígeNa eN méxico”: mtra. martha siNger sochet
Desafios para el iNstituto NacioNal electoralreDaccióN De el feDeralista
feDeralismo históricola crisis política De méxico geNeraría uN histórico aBsteNcioNismo electoralJosé Núñez ramos
feDeralismo y culturacultura electoralignacio sachman torres
Numeralia feDeralistalázaro santillán ubilla
ARTICULISTAS
SECCIONES
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ENERO 2015ELFE
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eNero 2015
eN portaDa
el feDeralista impulsa a los artistas mexicaNosméxico es cuna de grandes artistas en todas las épocas y en los últimos años se ha registrado un renuevo en las diferentes manifestaciones, de manera particular entre los pintores y escultores. es por ello que el feDeralista, consciente de esa brillante realidad, desea impulsar a esos nuevos artistas del color, del pincel y del cincel.
una forma de promocionar a los nuevos talentos y también a los consagrados de la plástica mexicana, es difundiendo sus obras para que sean conocidas y apreciadas. en las páginas de nuestra revista, dichas pinturas engalanan los contenidos. seguiremos impulsando a estos valores de todas las regiones de méxico, como corresponde a una publicación federalista.
agradecemos especialmente al pintor Jorge cárdenas aceves, Director General del portal de pintores mexicanos contemporáneos www.pintoresmexicanos.com
título: Ver lleva tiempo / autor: Lourdes Berbeyer
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semBlaNza
intar es decir, es sentir, es vivir. Es una aventura
que me introduce a mi propio ser. Pintar es como
expresarse verbalmente, pero es decir lo que las
palabras no alcanzan. Cuando otros piensan con
palabras, sonidos o numeros, yo pienso con imá-
genes, con expresiones, con actitudes, con color y,
asi, suscitar una emocion, una reflexion.
Desde muy temprana edad tuve la inquietud de la pintura,
pasaba horas enteras dibujando. El color, las lineas y las for-
mas, que de estas surgian, me invitaban a seguir. Nunca ima-
gine la satisfaccion tan grande que este oficio trairia a mi vida,
pues me permite estar en contacto con mi ser y no hay nada
mas sublime que pertenecerme.
Se cuándo y cómo me inicie en este mundo del arte, mas
no se como ni cuando voy a terminar. Mi trabajo es busqueda,
encuentro y nuevamente busqueda; pero mientras encuentro y
soy, la busqueda es placentera.
http://pintoresmexicanos.com/lourdesberbeyer/index.html
lourdesBerbeyer
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título: Música oculta, poesía Jaime Torres Bodet
autor:Lourdes Berbeyer
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ARTICULISTAS
e frente al proceso electo-
ral del 7 de junio próximo,
el Partido Acción Nacional
aseveró que el primer reto
del INE será asegurar que
el nuevo sistema nacional
de coordinación con los organismos
políticos locales funcione y permita
el desarrollo democrático a nivel fe-
deral, so riesgo de mantener el sub-
desarrollo político prevaleciente en
muchos estados “que siguen atados
al lastre de caciquismos partidarios
estatales”.
El PAN, por conducto de su
dirigente nacional, Alfredo Anaya
Cortés, sostuvo que ese instituto
político revisará cuidadosamente
los procesos de selección de candida-
tos para evitar que la delincuencia
financie campañas e infiltre abande-
rados a cargos de elección popular, al
tiempo que destacó que el caso Iguala
y la desaparición de normalistas de
Ayotzinapa provocó una sacudida
moral que revela los efectos terribles
de la corrupción en el funcionamien-
to de las instituciones.
Acción Nacional rechazó la po-
sibilidad de abstencionismo en
los comicios de 2015 e indicó que,
por el contrario, infundirá en sus
seguidores elementos de voluntad
política necesarios para vencer
el miedo y favorecer la partici-
pación en las urnas. Al mismo
tiempo, estableció que gracias a
reformas promovidas por el PAN
ningún candidato podrá ganar una
elección a “billetazos”, gracias a
que las nuevas reglas limitarán el
monto de los gastos de campaña
y robustecen las capacidades de
fiscalización
Del mismo modo, Anaya Cor-
tés estableció que su propuesta
federalista ante estos próximos
comicios propone reformar los
artículos 115 y 116 constitucionales
para fortalecer las capacidades
institucionales de los municipios
en materia de seguridad y, tam-
bién, para establecer esquemas
subsidiarios para que la federación
y los estados contribuyan a for-
talecimiento institucional de los
Desterrar caciquismos estatales, primer reto del INE ante elecciones 2015: PaNJaVIER LOZaDa LEÓN
DLas nuevas reglas
electorales, especialmente
las relacionadas con coaliciones,
serán una buena ocasión para que todos
los partidos, con regitsro o
en busca de él, acrediten
efectivamente el sustento
electoral propio con el que
cuentan
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municipios y los apoyen en el cum-
plimiento de todas sus funciones.
RESPUESTAS DEL PAN AL CUESTIONARIO PRESENTADO POR EL FEDERALISTA
(P) ¿Cuál es su visión sobre las elec-ciones federales de junio de 2015 para renovar la Cámara de Diputa-dos, a la luz de la nueva legislación electoral y la conducción del proceso a cargo del Instituto Nacional Electo-ral (INE)?
(R) Empezando por el final, es el
primer reto del INE, que deberá ser
muy proactivo para asegurar que el
nuevo sistema nacional de coordina-
ción INE-OPLES funcione satisfacto-
riamente. Fue necesario establecer
este nuevo sistema nacional porque
la experiencia de un par de décadas de
reformas políticas nos muestran que
la autonomía plena de la autoridad
federal, alcanzada en 1996 permitió el
desarrollo democrático a nivel federal,
que contrasta fuertemente con el
subdesarrollo político institucional
prevaleciente en muchos estados, que
siguen atados a los lastres de caciquis-
mos partidarios estatales.
(P) ¿Qué tipo de “blindaje” adoptará su partido para evitar que el crimen organizado financie campañas e infiltre candidatos a cargos de elección popular?
(R) Los procesos de selección de candi-
datos serán cuidadosamente oberva-
dos por los órganos partidarios. El reto
es conciliar valores fundamentales
como la democracia y la transparencia
de los procesos internos con la integri-
dad de las intituciones y la honestidad
de los políticos que las encarnan.
(P) ¿Desde la perspectiva de su
partido, cuál cree que será el efecto electoral del caso Iguala y la desapa-rición de normalistas de Ayotzinapa?
(R) Esa tragedia ha tenido impactos
nacionales y locales. Éstos últimos
son los más intensos, pues no sólo
se han agitado a las organizaciones
antisiste en el estado, movilizando
fuerzas políticas que operan en el
margen de las instituciones o que de
plano son ilegales, sino que también
han atemorizado con la violencia a
las organizaciones cívicas pacíficas
y ordenadas y los ciudadanos. A
nivel nacional, el caso Iguala ha sido
una sacudida moral que revela los
efectos terribles de la corrupción en
el funcionamiento de las institucio-
nes y por eso mismo debe suscitar
una respuesta firme y decidida de
las organizaciones democráticas en
todo el país. El PAN ha asumido este
papel de forma responsable y firme.
(P) ¿Cuál es su expectativa en cuanto a abstencionismo y si habrá diferen-cias regionales marcadas?
(R) La predicción convencional es la
de baja participación y desmoraliza-
ción, pero el PAN no contribuirá a la
autorealización de esa profecía. Por
el contrario, infundirá en la realidad
los elementos de voluntad política
necesarios para vencer el miedo y
favorecer la participación.
(P) ¿La presencia de tres nuevos partidos en el espectro político de México, atomizará el voto?
(R) A lo largo de los años, especial-
mente tras las reformas políticas de
1977 y 1989 el sistema político mexi-
cano ha tenido puertas abiertas a las
nuevas expresiones partidarias. De
hecho, varios partidos se han man-
tenido en el el sistema gracias a esas
oportunidades, y también hay que
decir que muchas organizaciones
cívicas que pretendían convertirse
en partido no lograron el apoyo elec-
toal indispensable para lograrlo. Las
nuevas reglas electorales, especial-
mente las relacionadas con coalicio-
nes, serán una buena ocasión para
que todos los partidos, con regitsro
o en busca de él, acrediten efectiva-
mente el sustento electoral propio
con el que cuentan.
(P) Estas elecciones serán las más complejas y costosas. ¿Cree usted que está justificado este nivel de gasto en un proceso electoral, donde la mayor parte se la lleva el financia-miento a los partidos políticos?
(R) En México pasamos de un esque-
ma de financiamiento no regulado
a un sistema de financiamiento
de partidos predominantemente
público, desde 1994. Cuando se tomó
esta decisión se dijo que ello era
necesario precisamente para blindar
a los partidos de las posibilidades
de captura por agentes económicos
o políticos indeseables (los factores
reales de poder, el crimen organiza-
do). El debate sobre el costo de las
elecciones debe darse retomando
esos argumentos y revisando la com-
binación financiamiento público y
privado. En todo caso, la ventana
política y legal para realizar esa rfor-
ma será el primer año de la próxima
legislatura.
(P) También los comicios del próximo año tendrán desafíos con el nuevo mo-delo fiscalizador sobre ingresos y egre-sos de partidos y candidatos. ¿Cuál es su opinión sobre el particular?
(R) Se trata de una reforma im-
pulsada por el PAN, porque no es
conveniente que algún candidato
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o partido sea capaz de ganar una
elección “a billetazos”. Esto ha
sido posible a pesar de las reglas
que limitan el monto de gastos de
campaña porque el sistema de vigi-
lancia de esos gastos era débil y de
efectos extemporáneos. La reforma
actual robustece las capacidades
de fiscalización y le otorga a estas
reglas vigencia inmediata, al esta-
blecer un proceso de fiscalización
simultáneo y concominatente con
el ejercicio del gasto.
(P) En este 2015 habrá elecciones locales en 9 entidades federativas para gobernador y en 8 más de ca-rácter intermedio. ¿Considera usted que los cambios en la legislación electoral y la creación del INE con sus nuevas atribuciones, lesionan el federalismo electoral al quitarle atribuciones a los Organismos Públicos Locales Electorales?
(P) Las elecciones locales repre-sentan la renovación política en los estados. ¿Tiene su partido alguna estrategia específica para la participación electoral de mujeres y jóvenes?
(R) El PAN ha sido desde hace muchos
años el partido que incorpora el ma-
yor número y porcentaje de mujeres
en el Congreso de la Unión y realiza
todas las acciones necesarias para in-
corporar candidatas en candidaturas
competitivas, para no sólo cumplir
con los requisitos legales vigentes,
sino para impulsar realmente el
papel de la mujer en la vida cívica, el
servicio público y la política. Por lo
que hace a los jóvenes, el partido ha
mantenido un espacio muy activo e
importante en las estructuras parti-
drias para los jóves. Acción Juvenil
tiene una vida institucional muy
intensa en el PAN.
(P) Finalmente: ¿Cuál será la propuesta federalista de su partido a nivel federal y local?
(R) Entre otras propuestas, la
Plataforma propone reformar los
artículos 115 y 116 constituciona-
les para fortalecer las capacidades
institucionales de los municipios en
materia de seguridad pública, y para
establecer esquemas subsidiarios
para que la federación y los esta-
dos contribuyan al fortalecimiento
institucional de los municipios y los
apoyen en el cumplimiento de todas
sus funciones, sin desplazarlos y
anularlos, como pretende la iniciati-
va de contrarreforma constitucional
a los artículos 115 y 116 presentada en
diciembre de 2014 por el titular del
Ejecutivo.
ARTICULISTAS
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título: al son de la guitarra
autor:Lourdes Berbeyer
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ARTICULISTAS
l nuevo marco normativo
electoral pretende dar
certeza y confiabilidad
a los resultados de las
urnas, disminuir las
controversias y generar
confianza en el Instituto Nacional
Electoral (INE), afirmó Luis Castro
Obregón, Presidente del Partido
Nueva Alianza (PANAL). Sin em-
bargo, cuestionó que las atribu-
ciones que se le otorgan a la nueva
autoridad electoral sobre los
Organismos Públicos Locales Elec-
torales (OPLE´s) en las elecciones
estatales, “trastoca el federalismo
electoral y la oportunidad de que
los estados sean tratados con ma-
durez política y democrática”.
En respuesta al cuestionario
que le presentó EL FEDERALISTA
sobre las elecciones del próximo
7 de junio, Castro Obregón al
precisar su opinión sobre esas
atribuciones que tiene el INE en
los casos de conflictos electora-
les en las entidades federativas,
puntualizó: “Existe un impacto
negativo al federalismo electoral
e incertidumbre que el INE ya está
resolviendo mediante reglamentos
y acuerdos”.
Luego de vaticinar que Nueva
Alianza mantendrá el registro
como partido político, no obstante
que se subió el porcentaje míni-
mo de dos al tres por ciento de la
votación nacional, reconoció que
la participación de tres nuevos
partidos en el proceso electoral,
“necesariamente existirá una
mayor distribución del voto”; sin
embargo, “la diversidad política
debe verse como un activo”.
Debe recordarse que Nueva
Alianza obtuvo en la elección federal
de 2012 un millón 150 mil 662 sufra-
gios, cifra que le permitió conservar
su registro como partido político
nacional. En 2015, tendría que lograr
un millón y medio de votos.
En otro tema, Luis Castro
Obregón, catedrático de varias uni-
versidades y licenciado en Ciencia
Política y Administración Pública,
adviertió que el caso Iguala podría
algunas atribuciones del INE sobre los OPLE´s, trastoca el federalismo electoral
eLa creación del INE fue entre
otros argumentos por la creencia
de que los gobernadores
influenciaban en las decisiones
de los institutos estatales
electorales, sin embargo
esto trastoca el federalismo y la oportunidad de
que los estados sean tratados con madurez política y
democrática
la nueva legislación electoral disminuirá las controversias y dará certeza y legalidad a los comicios: Luis Castro Obregón
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generar “un efecto negativo en la
participación electoral” del 7 de
junio.
Asimismo, señaló que “apoyar
el federalismo es también crear
lineamientos generales para las
32 entidades federativas sobre el
uso y mecanismos para solicitar
deuda pública; esto fortalece los
presupuestos estatales y genera
certidumbre sobre los Gobiernos
Locales”.
TexTo ínTegro del cuesTionario:
(P) ¿Cuál es su visión sobre las elec-ciones federales de junio de 2015 para renovar la Cámara de diputados, a la luz de la nueva legislación electoral y la conducción del proceso a cargo del Instituto Nacional Electoral (INE)?
(R) * Las nuevas reglas del juego es-
tán a prueba en el presente proceso
electoral. Cabe señalar que la última
reforma fue hecha a petición de
los partidos tradicionales perdedo-
res, quienes incluso invadieron las
atribuciones de los estados para jus-
tificar sus derrotas electorales. Este
nuevo marco normativo pretende
nuevamente, dar certeza y confiabi-
lidad a los resultados, disminuir las
controversias y generar confianza en
la autoridad electoral.
• El establecimiento para todo el
país de una jornada electoral única,
permite establecer una planeación
electoral nacional y local, coordi-
nada para los partidos políticos. La
atención del elector en un periodo
único, al coincidir elecciones en 17
entidades federativas y el federal;
generará una mayor participa-
ción que en las pasadas elecciones
intermedias federales, en dichas
entidades.
• El criterio establecido para
tener el tres por ciento de votación y
así mantener el registro de partidos
políticos no será un obstáculo para
que Nueva alianza mantenga su
presencia en el Congreso, sin embar-
go es un intento de los partidos del
siglo pasado para crear un oligopolio
de partidos políticos. En las opcio-
nes políticas distintas a los partidos
tradicionales converge cerca del 20%
del voto ciudadano.
• La creación del INE fue entre
otros argumentos por la creencia de
que los gobernadores influenciaban
en las decisiones de los institutos es-
tatales electorales, sin embargo esto
trastoca el federalismo y la oportuni-
dad de que los estados sean tratados
con madurez política y democrática.
Es riesgoso que algunos parti-
dos del siglo pasado, cuestionen la
designación de los consejeros de los
OPLE´s, siendo que ellos aprobaron los
nuevos mecanismos de selección de la
autoridad electoral en los estados.
(P) ¿Qué tipo de “blindaje” adoptará su partido para evitar que el crimen organizado financie campañas e infiltre candidatos a cargos de elección popular?
(R) Se realizará un análisis exhaustivo
de la trayectoria partidista del candi-
dato, agregando la carrera en el ám-
bito público y en la iniciativa privada.
La trayectoria será pública a través de
los mecanismos de transparencia con
los que cuenta el partido.
Se solicitará a la PGR y las pro-
curadurías estatales, información
respecto a si los candidatos a elección
federal y local pudieran estar suje-
tos a investigación en curso. Todos
los candidatos federales o locales
presentarán su declaración patrimo-
nial que será informada al interior de
partido, no será pública por razones
de seguridad.
Asimismo, se evaluará la viabili-
dad de realizar exámenes de confian-
za a todos los aspirantes a candidatu-
ras, previo consentimiento.
(P) ¿Desde la perspectiva de su partido, cuál cree que será el efecto electoral del caso Iguala y la desaparición de normalistas en Ayotzinapa?
articulistas
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(R) La ausencia de seguridad cues-
tiona la percepción que el ciudadano
tiene de la democracia y en especial
del papel de los gobiernos y los par-
tidos políticos, por lo que se puede
esperar un efecto negativo en la
participación electoral.
Las elecciones son un mecanismo
de evaluación de los gobiernos y gru-
pos legislativos por lo que el ciudada-
no tendrá que considerar estos casos
en la reflexión y sentido de su voto.
El Estado mexicano debe cumplir
su misión de concluir las investi-
gaciones, hacer justicia y ejercer
sanciones severas contra los respon-
sables y los cómplices, sin excepción
ni encubrimiento. Es legítima la
exigencia de justicia, de que no haya
impunidad, de que concluyan las
investigaciones y de que no quede
nadie sin castigar, y toda esa energía
sea canalizada para transformar
las instituciones por la vía pacífica,
mediante nuevas leyes.
No obstante, resulta contrapro-
ducente exigir justicia de manera
violenta o que haya quien pretenda
sacar provecho político de esta si-
tuación, y de ahí que Nueva Alianza
le apuesta a la transformación de
México por la vía institucional.
(P) ¿Cuál es su expectativa en cuanto a abstencionismo y si habrá diferen-cias regionales marcadas?
(R) En elecciones intermedias pasa-
das han existido importantes dife-
rencias regionales en la participación
y/o abstencionismo. Es de esperarse
que en nueve entidades federativas
que tienen elección a gobernador
existe una mayor participación
ciudadana que en aquellas donde
solo habrá elecciones para renovar la
cámara de diputados federal.
En las últimas elecciones interme-
dias la participación ha tenido las
siguientes cifras: en el 2003 de 41%; y
en 2009 del 44%.
Nueva Alianza será un factor que
estimule la participación electoral, es
un ejercicio democrático en el que de-
bemos expresar el país que queremos
en el futuro, por lo que sería deseable
tener una participación que rebase
el 52%.
A nadie beneficia que se inhiba
el voto y la participación política de
la ciudadanía. Nosotros seremos
promotores del voto.
(P) ¿La presencia de tres nuevos partidos en el espectro político de México, atomizará el voto?
(R) En primer lugar, le damos la
bienvenida a los nuevos partidos, son
los ciudadanos los que decidieron que
ARTICULISTAS
existieran estas tres nuevas opciones
políticas y electorales, y serán ellos
quienes decidan cuáles se quedan.
Al existir tres nuevos partidos
necesariamente existirá una mayor
distribución del voto. Esta mayor
distribución no necesariamente tiene
que verse reflejada en diez visiones
distintas en el congreso.
Nueva Alianza en particular, ha
sido un partido que ha construido
mayorías en el congreso federal y en
las instancias locales. Para enfrentar
los retos de nuestro tiempo, se re-
quiere de distintos enfoques resolver
los problemas, por lo que diversidad
política tiene que verse como un acti-
vo, más aún cuando entre la plurali-
dad se construyen consensos.
La atomización no necesariamen-
te genera ingobernabilidad.
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(P) Estas elecciones serán las más complejas y costosas ¿Cree usted que está justificado este nivel de gasto en el proceso electoral, donde la mayor parte se la lleva el financiamiento a partidos políticos?
(R) Este es uno de los tantos pen-
dientes de nuestro sistema electo-
ral. Todos los partidos tenemos que
reducir los gastos, innovar en los
mecanismos de promoción del voto
e incentivar las economías escala,
sumando los procesos electorales
federal y locales. Los partidos del
siglo pasado absorben la mayor
parte del presupuesto a partidos,
por lo que es un tema que debe de
plantearse.
Sin embargo, la satanización
del gasto electoral no nos puede
llevar a extremos, la lógica del
sistema electoral mexicano busca
que la participación ciudadana
no dependa del dinero privado
y por otro lado que existan
condiciones de equidad entre
competidores. El gasto
electoral mejora la compe-
tencia electoral.
Quienes aspiren
a ser candidatos a
diputados federales
podrán gastar hasta
224 mil 74 pesos durante
las precampañas, lo que implica
un incremento del 37 por ciento
con respecto a lo autorizado en la
elección de 2012.
EL INE estima que se podrían
registrar dos precandidatos por
cada uno de los diez partidos polí-
ticos con registro nacional. Para la
elección de 300 diputados de mayo-
ría relativa, se estaría hablando de
seis mil precandidatos que en con-
junto podrían gastar un máximo de
mil 344 millones 444 mil pesos.
Ese dinero puede provenir de
las prerrogativas que reciben los
partidos del Estado y de recursos
privados que consigan los propios
precandidatos. Los precandidatos
independientes no gozan de dichas
prerrogativas.
Estamos todos obligados a cumplir
con la ley y para ello son necesarios
mecanismos efectivos de fiscaliza-
ción, transparencia y rendición de
cuentas.
(P) También los comicios del próximo año tendrán desafíos con el nuevo modelo fiscalizador sobre ingresos y egresos de partidos y candidatos ¿Cuál es su opinión sobre el particular?
(R) Para llegar a este punto en los
sistemas de fiscalización, hemos
pasado por rebase a los topes de
gastos en las campañas políticas.
Nueva Alianza es el partido que
menos observaciones tiene y que
menos multas ha tenido como con-
secuencia de los gastos de campaña.
Si bien los nuevos esquemas
permitirán tener información opor-
tuna sobre los montos y destino de
los recursos, tenemos que evitar
la burocratización del ejercicio del
gasto, que pudiera entorpecer a las
campañas electorales.
La fiscalización de los comi-
cios locales estará en poder de los
OPLEs, pero bajo criterios genera-
les del INE por lo que habrá una
estandarización.
Entre sus nuevas atribuciones,
al Consejo General del INE se le
otorgó la facultad para, en función
de su capacidad técnica y finan-
ciera, desarrollar, implementar y
administrar un Sistema en Línea
de Contabilidad de los partidos po-
líticos, así como establecer meca-
nismos electrónicos para el cumpli-
articulistas
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ARTICULISTAS
miento de las obligaciones de éstos
en materia de fiscalización.
El nuevo diseño legislativo de
fiscalización en materia electoral
implica, primero la redefinición de
las competencias a nivel federal y
local; segundo, la transformación y
creación de instancias de ejecución y
supervisión de las actividades en ma-
teria de fiscalización; tercero, la mo-
dificación de los procedimientos para
rendir cuentas y de revisión por parte
de la autoridad. En conjunto, estas
transformaciones no sólo suponen el
tránsito hacia un nuevo diseño insti-
tucional sino el redimensionamiento
del volumen y alcances del trabajo a
realizar por las instancias encargadas
de fiscalizar las actividades de natu-
raleza electoral.
(P) En este 2015 habrá elecciones locales en nueve entidades federativas para gobernador y en ocho más de diputados locales y alcaldes. ¿Considera usted que los cambios en la legislación electoral y la creación del INE con sus nuevas atribuciones, lesionan el federalismo electoral al quitarles atribuciones a los Organismos Públicos Locales Electorales?
(R) Existe un impacto negativo al
federalismo electoral e incertidum-
bre que el INE ya está resolviendo
mediante reglamentos y acuerdos.
(P) Las elecciones locales re-presentan la renovación política en los estados ¿Tiene su partido alguna estrategia específica para la participación electoral de mujeres y jóvenes?
(R) Durante este año se renovó
el Movimiento de Mujeres y el
Movimiento de Jóvenes en Nueva
Alianza, contamos por primera
vez con representación de estos mo-
vimientos en todas las entidades
federativas.
Además, Nueva Alianza fue el
único partido que el pasado proceso
electoral cumplió desde un primer
momento con el criterio de la equi-
dad de género.
Somos el único grupo parlamen-
tario con el mismo porcentaje de
legisladores hombre y mujeres, y
nuestra militancia es mayoritaria-
mente de mujeres.
Es el único partido con presen-
cia en medios y campaña vigente
de equidad de género. En las próxi-
mas elecciones la participación de
jóvenes y mujeres seguirá siendo
indispensable.
(P) Finalmente ¿Cuál será la pro-puesta federalista de su partido a nivel federal y local?
(R) Tenemos que generar incenti-
vos para que estados y municipios
tengan la capacidad de cobrar
impuestos existentes y que esto
mejore sus finanzas públicas.
Apoyar el federalismo es tam-
bién crear lineamientos generales
para las 32 entidades federativas
sobre el uso y mecanismos para
solicitar deuda pública; esto for-
talece los presupuestos estatales
y genera certidumbre sobre los
Gobiernos Locales.
En resumen, Nueva Alianza
propone ofrecer al país una concep-
ción que, más que una suma o lista
de políticas públicas, implique una
visión general e integral. Confor-
mada, a su vez, por varios concep-
tos que aseguren: la competitivi-
dad integración de y la equidad en
la sociedad; la calidad de vida y
bienestar de toda la población y la
cohesión e la nación.
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ENERO 2015ELFE
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l proceso electoral ya en
marcha y que culminará con
la votación del 7 de junio,
muestra características de
incertidumbre, toda vez que la
frialdad de las cifras que se registra no
necesariamente permite vislumbrar
resultados positivos históricos. Hay
inquietud social en México, problemas
nacionales, estatales y locales que
en absoluto se habían conjuntado en
la alborada de unos comicios donde
jamás concurrieron tantas elecciones
locales con una elección federal como
sucede ahora.
Lorenzo Córdova Vianello en su
carácter de Consejero Presidente del
Instituto Nacional Electoral, considera
que en muchos sentidos se tendrá el
proceso más grande de la historia de
México. Si de numeralia se trata sim-
plemente, es cierto. Casi 82 millones
de ciudadanos inscritos en la Lista
Nominal podrán emitir su voto en
aproximadamente 152 mil 500 casillas
distribuidas en todo el país –9 mil más
que hace tres años—para elegir a los
500 integrantes de la Cámara de Dipu-
tados y las autoridades en 16 entidades
federativas.
Siguen las cifras. Se tendrá que in-
sacular a 10.5 millones de ciudadanos
que serán capacitados; 2.5 millones
más que en 2012. La capacitación de
estas personas que se investirán de
autoridad electoral para el 7 de junio
estará a cargo de 33 mil 344 capacitado-
res asistentes y de 5 mil 666 superviso-
res electorales. Sí, será el proceso más
grande de la historia de México, tam-
bién, porque un millón 251 ciudadanos
tendrán los conocimientos necesarios
para asumir las funciones de autoridad
de casillas, una cifra inédita en la vida
electoral del país. Todo un reto, pero a
la vez toda una enorme incertidumbre.
Por principio, lo que se ha dado en
llamar el “proceso más grande de la
historia de México”, no deja en claro si
se le denomina así simplemente por
las cantidades ya aludidas o porque
también debe contemplarse que se pue-
de transformar –nadie lo desea y como
premonición de algo malo menos—en
el “proceso más grande de la historia de
México” en cuanto al abstencionismo;
en cuanto a sucesos electorales y poste-
lectorales que trastoquen la por hoy ya
quebrantada paz social.
Contenderán en los comicios
federales diez partidos políticos, lo que
resulta inédito y no precisamente una
mayor garantía de ejercitar el voto.
En cualquier ámbito se puede hacer el
siguiente ejercicio elemental: los nom-
bres de esos institutos políticos, y ya
e
Tres visiones sobre elecciones 2015
articulistas
incertidumbre en comicios de 2015POR IgNaCIO SaCHMaN TORRES
15
Tres visiones sobre elecciones 2015
a crisis estallada en el otoño
de 2014 no sólo reflejó de
golpe las carencias de un sis-
tema político hundido en la
putrefacción a consecuencia
de la corrupción, sino puso de ma-
nifiesto que todos los partidos son
iguales y ello es convicción plena de
la población.
No parecería haber salida de cara
a un proceso electoral que ahora se
renueva hacia los comicios de junio
próximo, cuando es evidente que los
siete institutos políticos en contien-
da cojean del mismo pie y babean
frente al panal de rica miel que el
INE oferta con dinero a manos llenas
disfrazado de participaciones para
que siga el festín.
Las cifras puestas a gusto del
consumidor son alarmantes y sólo
demuestran una misma considera-
ción: todos son iguales y no tienen
llenadera.
El PRI viene de hecho desde 1910
como continuador de los principios
de la Revolución, pero a partir de
la Constitución del 17 se institucio-
nalizó y surgió el grito popular de
“carrancearse” los presupuestos.
Siguieron en la misma consideración
pública todos los sucesivos presiden-
tes desde Obregón hasta Zedillo.
El PAN se hizo gobierno en el
año 2000 y a partir de ese momen-
to el pueblo advirtió que no habría
cambio ninguno sino al contrario en
materia de corrupción, habida cuen-
ta que de la pareja presidencial en
adelante no hubo límite a tropelías y
saqueos como bien se advirtió desde
el principio. Peor las cosas cuando
se “democratizaron” varios estados
y municipios, en tanto abusivos le-
gisladores azules reinventaron luego
negocitos como los “moches”, y así
seguimos hasta la fecha…
El PRD se apoderó del DF y
reinaguró -desde el viejo voto duro
tricolor- todos los manejos sucios
de prebendas y repartos en colonias
populares, pero también en delega-
ciones y dependencias desde donde
es posible saquear a los ciudadanos.
No sólo eso: al arribar como gober-
nantes a diversos estados llegaron a
extremos ominosos de asociarse con
mafias y delincuentes como se evi-
denció en Guerrero, dándose en con-
secuencia situaciones de extrema
gravedad como ahora padecemos.
Eso en cuanto los llamados tres
partidos grandes. Mas qué decir por
otra parte de la herencia familiar
de un partidillo como el Verde, que
de ecologista no tiene nada, y sólo
ha servido para enriquecer al hijo
del fundador y su cauda de amigos
que se hallaron de buenas a prime-
ras ante un negocio maravilloso,
lotería que vuelven a ganar cada
temporada de caza sobre todo ahora
que ligaron su primera gubernatura
y quieren más.
Peor las cosas con los tres parti-
dos menores, todos hijos de algún
iluminado que supo ver a tiempo
la ubicación del túnel de la mina y
cómo conservarla: tal es el caso del
Partido del Trabajo, fundado en los
años noventa y que no representa
nada pero cobra. O del ahora Movi-
miento Ciudadano, antaño Conver-
gencia, dedicado sólo a la búsqueda
de coaliciones para seguir amaman-
tándose y, más recientemente, con
lTodos son igualesPOR JaVIER LOZaDa LEON
no digamos sus abanderados, su línea
ideológica si la tuviera, sus propues-
tas. ¿Sabe alguien lo que es el Partido
Humanista, el Partido Encuentro
Social, Movimiento Ciudadano? Se
sabrá algo de Morena (Movimiento
Regeneración Nacional), pero no por
la esencia del nuevo partido, sino por
los desgastados desplantes del Peje.
Y del Partido Verde Ecologista por su
insulsa propaganda de que lograron la
pena de muerte, entre otras ñoñerías.
Los demás institutos políticos
(Nueva Alianza, Partido del Trabajo,
Acción Nacional y de la Revolución
Democrática) son más o menos
conocidos por su antigüedad y, en los
últimos tiempos, por los escándalos
internos y externos en que se han
visto envueltos. El Partido Revolucio-
nario Institucional no queda impolu-
to. Un ejemplo simple, su exdirigente
en el Distrito Federal Cuauhtémoc
Gutiérrez de la Torre, el líder de los
pepenadores y lo que sabe al respecto
la ciudadanía.
Todos estos elementos, quiérase
que no, van a ser factor que determine
lo que ocurrirá el 7 de junio. Un gran
reto para las autoridades será aplicar
las nuevas disposiciones legales
establecidas en la reforma política-
electoral. Y es que la consolidación
de la democracia se enfrenta a un
precario Estado de Derecho que gene-
ra condiciones adversas. Habrá que
contener la indignación que hoy se
vive en el país. Habrá que hacer una
labor pre-electoral intensa y propues-
tas políticas que motiven la participa-
ción ciudadana antes, en y después de
los comicios.
Es cierto, si bien las elecciones
no van a resolver los problemas que
tenemos, sí deben constituirse en un
mecanismo privilegiado mediante el
cual la inconformidad y la protesta
social se reflejen en una democracia
constitucional.
16
ENERO 2015ELFE
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STA.M
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Nueva Alianza, el famoso Panal de
los maestros del SNTE con que Elba
Esther pretendía extender sus inver-
siones y la fuerza de su poder…
Es así que el Instituto Nacional
Electoral, aunque parezca increíble,
aprobó una bolsa para ellos que as-
ciende a un total de 5,356 millones.
Da risa la consideración del INE
de que esa cantidad incluye dinero
para actividades ordinarias hasta
por un monto de 3,909.5 millones
de pesos; para gastos de campaña
1,172 millones: para actividades
específicas como educación cívica
e investigación 117 millones; para
¡franquicias postales! 156 millones
y, para ¡¡franquicias telegráficas!!,
693,000 pesos.
El partido que más recursos re-
cibirá este año será el PRI, con 1,376
millones de pesos, lo cual bien puede
alcanzar para relojes nuevos.
Al PRI lo siguen el Partido Acción
Nacional (PAN), con 1,158 millones
de pesos, y el Partido de la Revolu-
ción Democrática (PRD), con 886.1
millones de pesos.
En cuarto lugar está el Partido
Verde Ecologista de México (PVEM),
aliado tradicional del PRI, con 444.7
millones de pesos.
A éste le siguen el Partido del
Trabajo (PT), con 389.7 millones
de pesos; el Partido Nueva Alianza
(Panal), con 371.2 millones de pesos,
y Movimiento Ciudadano (MC), con
368.4 millones de pesos.
Eso es en cuanto a cada uno de
los institutos políticos le correspon-
de por ley, aunque bien se sabe que
-para colmo- nadie respeta jamás los
topes de campaña.
Así que lo “mejor” de la época
de rapiña estaría por venir y, en tal
tenor, asoman ahora tres partidos
más con apetitos de hiena -(More-
na, Partido Humanista y Encuen-
tro Social)- toda vez que resulta
tentador advertir el tamaño de las
piñatas y la posibilidad de “pasar a
mejor vida” sin el menor rubor y sin
necesidad de morirse.
Para colmo, los tres nuevos parti-
dos políticos recibirán de inmediato
120.9 millones de pesos cada uno.
De siempre se manejó en el país
la seguridad de que “quien parte y
comparte se queda siempre con la
mejor parte”, pero nunca como ahora
surgieron riquezas tan notorias cuan-
to cínicas y cada vez más exacerbadas
del reparto de “utilidades”.
Los llamados partidos de opo-
sición se quejaron siempre de lo
mismo mientras sólo añoraron el
poder, pero más tardaron en llegar
que en servirse con el cucharón
hasta acabar con el cuadro. No sólo
eso: la moderna fauna nociva con
nuevas siglas -lo mismo de izquier-
da, derecha y también de centro- tra-
jo consigo herramientas modernas
de enriquecimiento obsceno cada vez
más insultante.
La cantidad de dinero que los
partidos reciben cada año se calcula
multiplicando el número de electores
por el monto del salario mínimo.
Los recursos que obtendrán
los partidos -distribuidos según el
porcentaje de votación que cada uno
consiguió en la pasada contienda
federal- servirán tanto para sus
actividades cotidianas como para las
campañas federales y locales de este
año, cuando se renovarán los 500
asientos de la Cámara de Diputados y
cientos de cargos en 17 entidades.
La mayoría de los comicios se
realizará el domingo 7 de junio, salvo
los de Chiapas, que se llevarán a cabo
en julio.
elecciones conflictivas e imprevisibles con visualización de elevado abstencionismo.Partidos y candidatos deberán revertir su desprestigio ante los electoresPOR JOSÉ NÚÑEZ RaMOS
as elecciones del próximo 7
de junio serán las más com-
plejas, difíciles, conflictivas
e impredecibles de que se
tenga memoria en Méxi-
co, debido a una serie de factores
negativos y a un entorno de violen-
cia, inseguridad, hartazgo social,
problemas económicos y la descon-
fianza y el repudio de mucha gente
hacia los partidos, los políticos y las
autoridades.
Se dirá que lo anterior es un esce-
nario pesimista y quizá exagerado,
pero la realidad es la realidad, según
los resultados de una encuesta sobre
el tema que levantó la empresa Grupo
de Comunicación Estratégica, en la
cual el rechazo y la condena a los par-
tidos, políticos y gobiernos registra
porcentajes elevados, lo mismo el
anuncio de que no se acudirá a las ur-
nas, es decir, se visualiza un elevado
abstencionismo.
Es cierto que no en todo el país se
sufre la agitación social y violencia
que se registra en Guerrero, Oaxaca y
Michoacán. Sin embargo, la vergüenza
l
articulistas
17
nacional de lo ocurrido en Iguala, será
seguramente uno de los temas más
recurrentes de la campaña electoral
de todos los partidos, lo cual volverá a
encender socialmente la protesta y la
indignación en todo el país, ya que es
un tema de contaminación social.
De esa manera, los comicios
programados para el primer domin-
go de junio podrían significar un
parteaguas de nuestra democracia,
en virtud de que estará en juego una
serie de valores cívicos y políticos y
un historial de apertura y práctica
democrática. Lo anterior, que ha cos-
tado sangre, esfuerzos, luchas patrió-
ticas y un difícil recorrido histórico,
podría ser pisoteado y lastimado por
la violencia de radicales, boicoteado-
res electorales y apátridas que sólo
defienden sus intereses y canonjías
gremiales, como es el caso de la CNTE
y otros grupos extremistas.
El terreno es fértil no solo para
la protesta y las manifestaciones,
sino para el boicot de los comicios,
como ocurre en Chilpancingo, Iguala
y otros municipios de Guerrero que
bajo la consigna de que si no apare-
cen vivos los estudiantes de Ayotzi-
mapa, no permitirán la realización
de las elecciones. Lo más probable,
como indica el sentido común y las
investigaciones de la PGR, el resul-
tado será, por desgracia, que los
normalistas fueron secuestrados,
asesinados, quemados sus cuerpos y
sus cenizas echadas al río San Juan.
Se ignora cuando la PGR hará el
anuncio oficial del final de la inves-
tigación, ya que se estará analizando
y ponderando qué fecha es la más
conveniente. Lo más probable y lógico
es que debe ser a la brevedad, ya que
no tiene sentido llegar al 7 de junio sin
dar por concluido este episodio terrible
y doloroso. Ahora bien, si el anuncio
se da a conocer cerca de los comicios, el
efecto negativo sería mayor.
Coincidentemente en estos comi-
cios intermedios se homologan la
renovación de la Cámara de Dipu-
tados del Congreso de la Unión (500
miembros) con la elección de nueve
gobernadores, 641 legisladores de 16
Congresos Locales, 887 alcaldes y sus
respectivos ayuntamientos, más de
400 presidentes municipales bajo el
sistema de Usos y Costumbres en Oa-
xaca, los integrantes de la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal y los
16 Delegados Políticos de la Ciudad de
México.
Como puede observarse, es un
evento cívico-político muy importan-
te para el país y para nuestro sistema
democrático. Además, existen otros
elementos que resaltan la trascen-
dencia del mismo: casi 81 millones
de mexicanos integran el Padrón
Electoral Nacional (el más alto de
la historia de México); participarán
10 partidos políticos con registro
federal; existe nueva legislación
electoral y nueva autoridad, ya que
el Instituto Nacional Electoral (INE)
sustituyó al IFE; el INE tiene nuevas
atribuciones como la posibilidad de
atraer comicios locales en donde se
registren problemas serios; participa-
ción de candidatos independientes.
En paralelo, serán las elecciones más
caras de la historia y el número de
spots ascenderá a la escandalosa cifra
de 15 millones.
Los partidos políticos y los miles
de candidatos que participarán en los
multicitados comicios, tendrán la
difícil tarea de revertir esa seria ame-
naza del elevado abstencionismo que
se pronostica, mediante una serie de
acciones, tales como las siguientes:
los partidos deben nominar candi-
datos de alta calidad moral, a fin de
evitar que se infiltren políticos con
nexos con el crimen organizado; los
candidatos deben prometer lo que
puedan cumplir; respetar sus com-
promisos y trabajar a favor de sus
electores; respetar a los adversarios;
realizar una campaña electoral seria
y respetuosa y evitar las “campañas
negras”; evitar gastos onerosos y
actitudes prepotentes, etc.
Lo cierto es que existe en Mé-
xico un elevado desprestigio de los
partidos y de los políticos en gene-
ral -aunque existen excepciones-,
debido principalmente por actos de
corrupción, impunidad y abusos de
poder. Seguramente los electores les
cobrarán a los partidos la factura en
las urnas, por lo que se visualiza que
ninguno de los partidos se salvará, en
razón de lo cual resulta imprevisible
vaticinar cuál será el más dañado.
Los resultados del próximo 7
de junio marcarán un antes y un
después, ya que nuestra democracia
estará en juego y, por ende, el futuro
de nuestro país. De allí su importan-
cia y trascendencia.
título: Regreso a casa
autor:Lourdes Berbeyer
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ENERO 2015ELFE
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título: Quietzal, a dance to the gods
autor:Lourdes Berbeyer
articulistas
19
ARTICULISTAS
n este texto se abordan
problemas que he tratado
con más detalle en otros
trabajos (Singer 2013,
2014a, 2014b, 2005). El
objetivo es describir de
manera sucinta, los instrumentos
que se han diseñado para mejorar la
representación política indígena en
México y analizar los problemas que
aún se enfrentan para alcanzar una
representación política democrá-
tica que incluya a este importante
sector de la población.
acerca de la rePresenTación democráTicaEn un contexto democrático, una de
las funciones más importantes de la
representación política es condensar
y expresar la voluntad del pueblo.
Es a través de ella, que los distintos
intereses e identidades presentes en
la sociedad, forman parte de los pro-
cesos decisorios que se llevan a cabo
a su nombre; por ello, la represen-
tación política debe ser incluyente,
heterogénea y plural.
La calidad de la representación
democrática suele medirse en rela-
ción a la dinámica que se da entre
los poderes del Estado, así como
a la que compete a las institucio-
nes y mecanismos acordados para
conformarla. Igualmente, si la
representación democrática aspira
a actuar a nombre del pueblo, tam-
bién deben evaluarse los canales
con los que cuenta la ciudadanía
para su participación política,
los medios de que dispone para
controlar a sus representantes y la
confianza que le merecen. Por ello,
el hecho de que las elecciones se
celebren con regularidad y que los
representantes electos decidan so-
bre los asuntos de interés general
cumpliendo con las reglas estable-
cidas en las asambleas legislativas,
no es condición suficiente para
que la representación democrática
cumpla efectivamente su función.
De su calidad inclusiva, o por el
contrario excluyente, depende
en buena medida la efectividad
y legitimidad que alcancen las
“avances y pendientes de la representación política indígena en México”MTRa. MaRTHa SINgER SOCHETProfesora de tiempo completo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNaM
eLa reforma constitucional
en materia indígena del 2001 avanzó
muy poco en el cumplimiento
de esos acuerdos,
por lo que la participación
indígena en la esfera de la
representación política, en
sus distintos niveles,
nacional, estatal y
municipal, sigue siendo
a todas luces insuficiente
20
ENERO 2015ELFE
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articulistas
decisiones que los representan-
tes toman a nombre del pueblo.
Numerosos estudios muestran que
en las democracias contemporáneas
tiende a abrirse una brecha entre
representantes y representados, lo
que en el caso mexicano se expresa
en falta de confianza y descrédito
hacia los políticos y las institucio-
nes. El desafío es entonces que las
decisiones no solamente se adopten
conforme al Estado de derecho, sino
que sean asumidas por los represen-
tados como propias.
En la historia de nuestro país,
el camino de la construcción de la
representación democrática, ha sido
arduo y complejo. Del sistema de
partido hegemónico se ha transi-
tado hacia un sistema de partidos
plural, y a pesar de que con frecuen-
cia los procesos electorales siguen
suscitando profundas controversias,
también se ha pasado de elecciones
sin competencia a elecciones cada
vez más competidas, con lo que ha
ganado pluralidad la representación
política. Sin embargo, aún se ad-
vierten limitaciones para la partici-
pación del conjunto de la ciudada-
nía en la toma de decisiones.
En una sociedad caracterizada
por la desigualdad y pobreza, como
la mexicana, es evidente que no
todos los ciudadanos tienen las
mismas oportunidades para ejercer
plenamente sus derechos. Además,
existen otras fuentes de exclusión,
ligadas a la ausencia de reconoci-
miento a las identidades colectivas,
que conduce a la discriminación en
la representación política.
Ciertamente, desde 1992, cons-
titucionalmente quedó establecido
que “La Nación mexicana tiene una
composición pluricultural susten-
tada originalmente en los pueblos
indígenas” (CPEUM, 1992, Artículo
4), a lo que se agregó con las cues-
tionadas reformas constitucionales
en materia indígena del año 2001:
“que son aquellos que descienden
de poblaciones que habitaban en el
territorio actual del país al iniciar-
se la colonización y que conservan
sus propias instituciones sociales,
económicas, culturales y políticas,
o parte de ellas” (CPEUM, 2001,
Artículo 2).
A pesar del reconocimiento for-
mal de esta composición pluricultu-
ral de la Nación, uno de los mayores
rezagos en la representación política
sigue siendo la exclusión indígena.
De ahí que la vigencia del recla-
mo del derecho a la diferencia se
mantenga cuestionando tanto las
condiciones en las que los ciudada-
nos construyen y recrean sus iden-
tidades, como el margen con que
cuentan para su acción participativa
en los asuntos públicos.
las demandas indígenas de inclusión en la rePresenTación PolíTicaDesde los años noventa, se han
formulado distintas propuestas para
mejorar la representación indígena,
muchas de ellas experimentadas
con éxito en otros países, como el
establecimiento de una circunscrip-
ción plurinominal para garantizar la
participación indígena en la Cámara
de Diputados, la obligación de que
los partidos incluyan un mínimo de
candidatos indígenas en sus listas
para diputados de representación
proporcional, el diseño de distritos
electorales federales y locales que
propicien el acceso de indígenas a
cargos de elección popular, registro
de candidaturas ajenas a los parti-
dos, entre otras.
Un importante punto de par-
tida para caminar en ese sentido,
se recogió en los Acuerdos de San
Andrés sobre “Derechos y Cultura
21
ARTICULISTAS
Indígena”, firmados por el Gobierno
Federal y el Ejército Zapatista de
Liberación Nacional el 18 de enero de
1996, que debían enviarse a “las ins-
tancias de debate y decisión nacio-
nal”. Al respecto, en el Documento
2, apartado III se establecieron los
siguientes compromisos:
1. Ampliación de la participa-
ción y representación políticas.
Fortalecimiento municipal.
Es conveniente prever a nivel
constitucional los mecanismos
necesarios que: a) aseguren una
representación política adecuada
de las comunidades y pueblos
indígenas en el Congreso de la
Unión y en los congresos locales,
incorporando nuevos criterios,
en la delimitación de los distritos
electorales que correspondan a las
comunidades y pueblos indíge-
nas; b) permitan su participación
en los procesos electorales sin
la necesaria participación de los
partidos políticos; c) garanticen
la efectiva participación de los
pueblos indígenas en la difusión
y vigilancia de dichos procesos;
d) garanticen la organización
de los procesos de elección o
nombramientos propios de las
comunidades o pueblos indígenas
en el ámbito interno; e) reconocer
las figuras del sistema de cargos
y otras formas de organización,
métodos de designación de repre-
sentantes, y toma de decisiones
en asamblea y de consulta popu-
lar; f) establecer que los agentes
municipales o figuras afines sean
electos o en su caso, nombrados
por los pueblos y comunidades
correspondientes; g) prever en
la legislación a nivel estatal los
mecanismos que permitan la re-
visión y, en su caso, modificación
de los nombres de los munici-
pios, a propuesta de la población
asentada en las demarcaciones
correspondientes”. (Consultado
en Hernández y Vera, 1998)
No obstante, la reforma cons-
titucional en materia indígena del
2001 avanzó muy poco en el cum-
plimiento de esos acuerdos, por lo
que la participación indígena en la
esfera de la representación política,
en sus distintos niveles, nacional,
estatal y municipal, sigue siendo a
todas luces insuficiente.
la cuesTión indígena en los ParTidos PolíTicosEn consonancia con la Constitución
mexicana, los 7 partidos políticos na-
cionales reconocen en sus documen-
tos básicos el carácter pluricultural
de la Nación. Sin embargo, muy poco
han contribuido a la inclusión indí-
gena en la representación política.
Durante largo tiempo, el Partido
Revolucionario Institucional como
partido hegemónico, monopolizó la
relación con los pueblos indígenas y
mantuvo con éstos un control corpo-
rativo y clientelar, integrándolos en
su sector campesino.
22
ENERO 2015ELFE
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articulistas
Este partido cuenta con una Secreta-
ría de Acción Indígena dentro de los
comités directivos de las entidades
federativas y contempla en sus
documentos básicos la participación
indígena mediante usos y costum-
bres para la elección de sus comités
municipales y delegacionales. Así
mismo, establece la disposición de
promover la nominación de candi-
datos indígenas en demarcaciones
geográficas de mayoría indígena
(PRI, 2008).
El Partido de la Revolución
Democrática, también incluye la
participación indígenaen su estruc-
tura interna y en la designación de
candidatos, señalando expresamente
en sus estatutos que “garantizará la
presencia de los sectores
indígenas, migrantes, de la diver-
sidad sexual u otros en sus órganos
de dirección y representación, así
como en las candidaturas a cargos de
elección popular” (PRD 2011).
Por otra parte, mientras que el
Partido del Trabajo se manifiesta
en su programa de acción a favor de
terminar con la exclusión y opresión
de los pueblos indígenas, no estable-
ce mecanismos para incluir indíge-
nas entre sus candidatos. El partido
Movimiento Ciudadano, va un poco
más allá, declarándose a favor de
“proponer el establecimiento de una
legislación en la que se reconozcan
expresamente los derechos sociales,
económicos y políticos de los grupos
indígenas, con respeto a su organi-
zación política” (PMC 2002), pero es
ambiguo en cuanto al compromiso
que sostiene de nominar candidatos
indígenas.
Finalmente, tanto el Partido
Acción Nacional (PAN) como el
Partido Verde Ecologista de México
y el Partido Nueva Alianza, refie-
ren tangencialmente al carácter
pluricultural de la Nación y eluden
toda referencia a la promoción de
candidaturas indígenas.
La ausencia de un partido políti-
co nacional que reivindique específi-
camente los intereses indígenas en
México, puede ser explicada desde
múltiples ángulos, entre ellos,
la propia diversidad del mundo
indígena en el país, la dispersión
geográfica de las distintas etnias, las
prácticas clientelares y corporativas
a las que los pueblos indígenas han
estado sometidos, o incluso las di-
ficultades que existen para cumplir
con los requisitos que exigen las
normas para conseguir el registro
legal correspondiente.
Solamente un partido político
indígena, el polémico Partido de
Unidad Popular (PUP) en Oaxaca,
ha conseguido obtener registro
legal para actuar en ese estado.
Sus integrantes, pertenecientes al
Movimiento de Unificación y Lucha
Triqui (MULT) tuvieron que acudir
al Tribunal Electoral del Estado
de Oaxaca (el 10 de noviembre de
2003) demandando su derecho de
asociación, debido a que le fuenegada
la solicitud de registro presentada
ante el Instituto Estatal Electoral de
Oaxaca. Este partido que, como se ha
señalado, es de carácter estatal, ha
participado en diversas elecciones a
diputados locales y para concejales en
algunos ayuntamientos oaxaqueños,
pero su presencia es muy exigua por lo
que en contadas ocasiones ha logrado
algún triunfo electoral.
A pesar de las diferencias en el
trato a la problemática indígena en
los partidos nacionales, los resultados
electorales de los últimos veinte años
en los distritos de mayoría indígena
muestran que las preferencias electo-
rales se han diversificado, siguiendo
tendencias semejantes a las que se
observan en el resto del país. Sin
embargo es prácticamente inexis-
tente la identificación de los pueblos
indígenas con los partidos. También
en estos años han emergido nuevas
organizaciones indígenas que no solo
se mantienen distantes de éstos, sino
que incluso rechazan su actividad
parlamentaria.
Apenas en agosto de 2012, con las
reformas constitucionales en materia
político electoral, se abrió nueva-
mente la oportunidad para que los
ciudadanos sin recurrir a los partidos
puedan solicitar el registro de candi-
datos para competir en elecciones para
ocupar los cargos de representación
popular. Habrá que esperar algún
tiempo para poder valorar su impacto
en la inclusión indígena en la esfera
de la representación.
23
ARTICULISTAS
conformación de nuevos disTriTos indígenas
El 11 de febrero de 2005, el Ins-
tituto Federal Electoral concluyó
una nueva ordenación de distritos
electorales uninominales, dentro de
los 300 empleados para las elec-
ciones federales, con criterios que
privilegiaron la concentración de
población indígena dentro de ellos.
Hasta ese momento, la distritación
que había estado vigente desde 1996,
contemplaba 37 distritos ubicados
en regiones indígenas, incluyendo
“distritos indígenas” (con 30% o más
de población hablante de lengua
indígena) y “distritos eminentemen-
te indígenas” (que integraban 70% o
más de esa población).
En el ejercicio de redistritación
2004-2005, se distinguieron 28 dis-
tritos electorales indígenas (con 40%
o más de población indígena) distri-
buidos en once estados: Campeche,
1; Chiapas, 4; Guerrero, 1; Hidalgo,
2; Estado de México, 1; Oaxaca, 8;
Puebla, 3; Quinta Roo, 1; San Luis
Potosí, 1; Veracruz, 3 y Yucatán, 3
(Anexo 11 del Acuerdo CG28/2005).
En conjunto sumarían 9.3% de los
300 distritos uninominales, y sola-
mente son el 5.2% de las 500 curules
de la Cámara de Diputados. Por su
parte, las 5 circunscripciones pluri-
nominales no fueron modificadas.
Los criterios que se emplearon
para esta redistribución pasaron
por alto los cuestionamientos de los
pueblos indígenas a la distribución
municipal y privilegiaron las condicio-
nes técnicas por encima de las cultura-
les, por lo que en ocasiones incluyeron
en un mismo distrito diversas etnias,
dando lugar a conflictos intercomuni-
tarios. En términos de los beneficios
técnicos que se esperaba alcanzar, la
redistritación también arrojó deficien-
cias, como lo evidenciaron diversos
estudios, entre ellos el coordinado por
François Lartigue (Lartigue 2008: 13).
La redistritación atendió a cerca del
50% del total de la población indígena,
caracterizada por su concentración te-
rritorial, por lo que lejos de garantizar
equidad, produjo desigualdad de opor-
tunidades para el resto de la población
indígena dispersa a lo largo del país.
24
ENERO 2015ELFE
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articulistas
Esta redistritación se ocupó para las
elecciones federales de 2006, 2009 y
2012, pero al no estar acompañada de
acciones afirmativas que obligaran
a los partidos a la postulación de
candidatos indígenas, no logró que
de los 28 nuevos distritos emanara
una mejor presencia indígena en las
Cámaras de Diputados y Senadores.
Por otra parte, la disposición
aprobada en 2005 para que los
mexicanos en el extranjero pudiesen
votar en elecciones presidenciales,
justificada entre otros
motivos para beneficiar a miles
de migrantes indígenas, no fue
exitosa ni en laselecciones de 2006
ni en las de 2012. En ambos casos, el
número de votos captados fue suma-
mente escaso.
Finalmente, cabe señalar que
aún no se cuenta con mecanismos
que aseguren una representación po-
lítica adecuada de las comunidades
y pueblos indígenas en los congresos
locales.
el reconocimienTo del sisTe-ma jurídico indígena Para la designación de auToridades municiPalesDesde que se aprobó la muy cues-
tionada reforma constitucional de
2001 en materia indígena, el Artícu-
lo 2o. reconoció por primera vez en
su inciso VII que las comunidades
indígenas podrán: “Elegir, en los
municipios con población indígena,
representantes ante los ayunta-
mientos”, pero también estableció
que “las constituciones y leyes de
las entidades federativas reconoce-
rán y regularán estos derechos en
los municipios, con el propósito de
fortalecer la participación y repre-
sentación política de conformidad
con sus tradiciones y normas inter-
nas” (CPEUM, artículo 2, apartado
A, inciso VII) , no obstante, esto no
ha ocurrido, salvo en pocas excep-
ciones y no en todos los casos ha
significado el reconocimiento de los
sistemas normativos indígenas o
“usos y costumbres” para designar
autoridades municipales.
Un primer obstáculo para el
cumplimiento de esta disposición
ha sido el lento proceso de armo-
nización de las constituciones y
leyes de los estados con respecto a
las disposiciones federales. Existen
todavía algunos estados que aún no
han hecho ninguna de las modifi-
caciones correspondientes en sus
normas. Además, dada la estructura
del pacto federal, en México rigen
distintos ordenamientos jurídicos
para cada estado de la federación,
lo que ha dado lugar a distintas ma-
neras en que se ha hecho efectivo, o
aún no, el todavía incipiente recono-
cimiento de los derechos indígenas
como el que se refiere a la elección
de autoridades municipales.
Otro problema que se advierte
es la distribución geográfica de la
población indígena. Según datos del
Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática (INEGI), de
los 2443 municipios existentes en el
año 2000, 98.8% (2413) contaban con
población indígena, pero solamen-
te 346 municipios (14.1% del total)
concentraban 70% o más población
indígena y 119 (4.8%) de 50% a menos
de 70% de población indígena (INEGI
2004: 9). La mayor concentración
de población indígena se registra en
ocho estados: Oaxaca, con 231 mu-
nicipios (de un total de 570); Yuca-
tán, 68 (de 106); Puebla, 44 (de 217);
Chiapas, 36 (de 118); Veracruz, 35 (de
212); Guerrero, 18 (de 81); Hidalgo, 12
(de 84) y San Luis Potosí, 11 (de 58),
(Hernández Díaz, 2002: 79).
Además de la dispersión indígena
en el territorio nacional y los flujos
migratorios obligados por la búsque-
da de mejores condiciones de vida,
como se advierte en los datos del
INEGI, los pueblos y comunidades
indígenas suelen no coincidir con las
demarcaciones municipales; la divi-
sión política de los estados de la fede-
ración produjo en muchos casos la
fragmentación de las comunidades,
convirtiéndolas en minorías dentro
del espacio municipal, mientras que
en otros casos dentro de un munici-
pio conviven comunidades cuya com-
posición étnica, prácticas religiosas
y organización política es distinta,
lo que no solo genera conflictos
intercomunitarios sino evidentes
dificultades para la traducción de su
participación electoral en represen-
tación política.
25
ARTICULISTAS
Solamente 11 estados de la Repúbli-
ca han establecido procedimientos
para incluir de alguna manera a la
población indígena en la esfera de la
representación política municipal:
San Luis Potosí, Tabasco, Veracruz,
Querétaro, Puebla, Campeche, Tlax-
cala, Sonora, Chiapas, Guanajuato
y Oaxaca. Es importante señalar
que tres estados, Yucatán, Guerrero
e Hidalgo, a pesar de su numerosa
población indígena, no disponen de
instrumento alguno en ese sentido.
En la mayoría de los casos se trata
de instrumentos muy poco eficientes.
En San Luis Potosí, la Ley Electoral
prevé únicamente la recomendación de
que para la renovación de ayuntamien-
tos, los partidos políticos incluyan en
sus planillas a miembros de las comu-
nidades indígenas del municipio.
En otros casos, como los de
Tabasco, Veracruz o Querétaro, sus
leyes electorales sólo establecen la
obligación de los partidos políticos de
promover una mayor participación
de los indígenas en la vida política
del Estado, así como de las mujeres,
jóvenes, adultos mayores y grupos
vulnerables, a través del respaldo de
su eventual postulación a cargos de
elección popular.
En Puebla la norma es aún más
ambigua, ya que su código electoral
solamente enuncia que pueden exis-
tir municipios donde “el candidato
de los partidos políticos se determi-
ne mediante el método de usos y cos-
tumbres”, (CIPEP, artículo 200bis.
apartado B, inciso IV) sin establecer
cuáles son esos municipios, ni como
se da la relación entre las comunida-
des y los partidos políticos.
Por otra parte, se encuentra
el caso de Campeche, en donde se
reconocen sistemas normativos in-
ternos de los pueblos y comunidades
indígenas, pero no para el ámbito
municipal, sino solamente para
los procedimientos propios de las
comunidades y para la conformación
tanto del Gran Consejo Maya, que
funciona como órgano colegiado de
representación del pueblo Maya en
el propio estado, como del Congreso
Maya (en el que participan miem-
bros de diversos estados).
En otros casos los “usos y
costumbres” han sido reconocidos
como procedimientos legítimos
para la elección específicamente de
autoridades municipales, aunque
la mayoría de las veces se trata de
autoridades que tienen solamente
carácter auxiliar.
Tlaxcala fue la primera entidad
de la República en introducir un sis-
tema de representación de ese tipo.
Desde 1985, a los regidores electos
bajo el principio de mayoría relativa
y de representación proporcional se
añadieron los regidores de pueblo
electos bajo el “principio de repre-
sentación comunal y territorial”
(Olmedo 1999:4).
Más adelante, en 1995 se introdu-
jo en la Constitución de Tlaxcala la
figura de presidente de comunidad
para poblados distintos a la cabecera
municipal con más de mil habitan-
tes, cuya elección se hace conforme
al sistema de “usos y costumbres”.
De acuerdo al Catálogo elaborado por
el Instituto Electoral de Tlaxcala de
2006, en 98 comunidades se eligen a
presidentes de comunidad por este
medio, distribuidos en 24 de los 60
municipios que existen en la entidad
(Espinoza, 2006:8).
Las presidencias de comunidad
funcionan en esta entidad como
órganos desconcentrados de la ad-
ministración pública municipal y se
eligen cada tres años, en la misma
fecha de la elección del ayuntamien-
to, con la asistencia técnica, jurídica
y logística del Instituto Electoral de
Tlaxcala (en el que no hay represen-
tación indígena).
Con menor peso político, en So-
nora, también se contempla la incor-
poración de la población indígena en
la estructura de la organización mu-
nicipal, a través de la figura de regi-
dor étnico (y su suplente) designado
conforme a los “usos y costumbres”.
En este caso, el Consejo Electoral se
constituye en autoridad decisoria,
por encima de la comunidad, cuando
existen controversias.
Un procedimiento distinto para
procurar la representación indígena
en el ámbito municipal es el que se
ha establecido en Chiapas. Ahí, el
Código de Elecciones y Participación
Ciudadana establece que: “En los
distritos y municipios con población
26
ENERO 2015ELFE
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articulistas
predominantemente indígena, los
partidos políticos deben preferir
como candidatos, a ciudadanos in-
dígenas, previo proceso de selección
interna respetando sus tradiciones,
usos y costumbres, y que en las
planillas para la integración de los
Ayuntamientos, la población indíge-
na de esos municipios esté propor-
cionalmente representada” (CEPC,
artículo 69, inciso XV)
En Guanajuato, una reciente Ley
para la Protección de los Pueblos y
Comunidades Indígenas (promul-
gada el 14 de marzo de 2011) plantea
que se debe propiciar el acercamien-
to entre la población de las comuni-
dades indígenas y el ayuntamiento,
pero no se han establecido los meca-
nismos para ello.
Es sin embargo Oaxaca, donde
la representación indígena a nivel
municipal se ha desarrollado de
mayor manera. Este caso cobra espe-
cial interés dado que involucra a la
mitad de los habitantes del estado1,
a 15 de los 56 grupos etno- lingüísti-
cos que se reconocen en México y a
la peculiar división administrativa
y territorial de Oaxaca que con 570
municipios, representa casi un cuar-
to del total de municipios del país.
No obstante las deficiencias que
algunos especialistas han detectado
en el funcionamiento de las elec-
ciones por “usos y costumbres” en
esta entidad, siguiendo al abogado
indígena Hugo Aguilar, las reformas
legales han propiciado un cambio en
la relación del Municipio con el Es-
tado, así como el freno del abuso de
los partidos sobre las comunidades
y pueblos indígenas basado en las
negociaciones para el lanzamiento
de candidaturas indígenas (Aguilar
2010: 114).
Con ello, en no pocas ocasiones
las comunidades han revitalizado
sus formas de participación y repre-
sentación, ampliándolas a sectores
que habían permanecido excluidos.
Ello dio también lugar a la renova-
ción de los juegos internos de poder
y al avance de los proyectos comuni-
tarios y autonómicos. El cambio ope-
rado a nivel local, también produjo
una mayor participación indígena
en las elecciones tanto a nivel estatal
como federal y una mayor pluralidad
y competencia electoral en ellas
Según datos del Censo General de
Población y Vivienda levantado por
el Instituto Nacional de Geografía e
informática en el año 2000, de 3.5
millones de habitantes en Oaxaca,
37% son hablantes de lengua indíge-
na; según estimaciones del Consejo
Nacional de Población, la población
indígena de Oaxaca representaba en
2000 el 55.7% del total en ese estado
(CONAPO 2005:18).
Ciertamente las elecciones por
derecho consuetudinario no han es-
tado ajenas a los conflictos e incluso
eventualmente a la violencia. En
algunos otros casos las comunidades
han seguido sujetas a grupos do-
minantes y caciques que controlan
los procesos internos, excluyendo a
los opositores de las decisiones y la
participación. En otros, las eleccio-
nes por “usos y costumbres” han
permitido preservar las relaciones
clientelares y de control político que
a través del PRI se construyeron du-
rante largo tiempo (véase al respecto
Recondo 2007a).
Uno de los grandes pendientes
que ha dejado sin resolver este siste-
ma electoral, pero también el régi-
men electoral de partidos políticos
(en Oaxaca y en el resto del país)2,
es la muy baja participación y en
ocasiones exclusión de las mujeres
de los procesos para designar a las
autoridades de gobierno.
Por su parte, esta organización
electoral también ha generado
nuevos problemas, derivados de la
recomposición de fuerzas locales,
del reacomodo del control caciquil
y de las relaciones clientelares
preexistentes; del manejo de los
recursos asignados por la federación
a los municipios; de los conflictos
entre la cabecera municipal y las
agencias municipales y de poli-
cía; de los casos en que se generan
conflictos entre habitantes del
municipio que no pertenecen a la
comunidad (avecindados) y quienes
si forman parte de ella; de la lucha
por la participación de “el promedio
nacional de presidentas municipales
es de 3.5%, en Oaxaca representa tan
sólo 1.9%. Por lo que respecta a cargos
menores dentro de la estructura
municipal, como las síndicas, el pro-
1 según datos del censo general de población y vivienda levantado por el instituto Nacional de geografía e informática en el año 2000, de 3.5 millones de habitantes en oaxaca, 37% son hablantes de lengua indígena; según estimaciones del consejo Nacional de población, la población indígena de oaxaca representaba en 2000 el 55.7% del total en ese estado (coNapo 2005:18).
2 “el promedio nacional de presidentas municipales es de 3.5%, en oaxaca representa tan sólo 1.9%. por lo que respecta a cargos menores dentro de la estructura municipal, como las síndicas, el promedio na-cional es de 11.5%, en tanto que en el caso de oaxaca representan úni-camente 1.6% del conjunto en dicho cargo; mientras, las regidoras, que en el ámbito nacional representan 28%, significan escasamente 6.4%. en el análisis de estas cifras es necesario considerar, sin embargo, que el número absoluto de regidoras en oaxaca no es el más bajo del país, como Baja california, donde hay apenas seis regidoras de un total de 17 y representan 35.3%, mientras que en puebla, la entidad federativa con mayor número de regidoras (509), el porcentaje es de 29% del total estatal” (Bonfil 2008: 106).
27
ARTICULISTAS
medio nacional es de 11.5%, en tanto
que en el caso de Oaxaca representan
únicamente 1.6% del conjunto en
dicho cargo; mientras, las regidoras,
que en el ámbito nacional repre-
sentan 28%, significan escasamente
6.4%. En el análisis de estas cifras es
necesario considerar, sin embargo,
que el número absoluto de regidoras
en Oaxaca no es el más bajo del país,
como Baja California, donde hay
apenas seis regidoras de un total de
17 y representan 35.3%, mientras que
en Puebla, la entidad federativa con
mayor número de regidoras (509), el
porcentaje es de 29% del total esta-
tal” (Bonfil 2008: 106).
La conflictividad electoral en
municipios regidos por “usos y cos-
tumbres” ha generado una compleja
realidad, a la que las instituciones
encargadas de velar por los procesos
electorales se han enfrentado con di-
ficultades. En primer lugar, porque
no existen principios constituciona-
les y bases legales suficientes para el
desarrollo de los derechos reconoci-
dos a las comunidades y la escueta
reglamentación existente no prevé
eficientemente los mecanismos de
resolución de conflictos. En segundo
lugar, por la dificultad que implica
reglamentar esos procedimientos
que son orales y variables.
Establecer bases legales y prin-
cipios constitucionales significaría
necesariamente incluir la participa-
ción de los propios interesados en su
diseño, e impedir que los derechos
colectivos sean desvirtuados. Im-
plicaría también establecer normas
sustantivas, procesales y autorida-
des con base en los principios del
sistema normativo indígena, de
carácter general. Ello permitiría pre-
servar la diferencia que caracteriza
las formas que adopta este sistema
en las distintas comunidades, así
como contar con “criterios mínimos
para determinar cuándo no se han
cumplido determinadas normas o se
ha violentado el funcionamiento de
las instituciones comunitarias como
la asamblea” (Aguilar 2010: 117).
Por otra parte, la diversidad de
aproximaciones con las que las cons-
tituciones de los estados atienden a
la problemática indígena, ha gene-
rado un escenario de desigualdad al
que deben enfrentarse las comuni-
dades indígenas que están dispersas
a lo largo del país.
Más aún, en los hechos, se
ha dado lugar a la existencia de
autoridades paralelas a la autoridad
municipal estatal. En otras ocasio-
nes, ha motivado a que las comu-
nidades indígenas desconozcan las
elecciones realizadas por el régimen
de partidos políticos y decidan
actuar por cuenta propia. Este es el
caso de la Juntas de Buen Gobierno y
municipios autónomos zapatistas en
Chiapas, que se han replicado en al-
gunos otros estados (véase al respec-
to, entre otros, Hernández Navarro
2007 y Vera 2007). En el caso más re-
ciente, en el municipio de Cheran en
Michoacán, la comunidad purépe-
cha se ha manifestado públicamente
demandando el respeto al artículo
2 de la Constitución mexicana y por
tanto ha decidido desconocer las
elecciones por partidos y celebrar las
elecciones municipales, respetando
sus “usos y costumbres”.
En la arena de participación
electoral que compete al nivel
municipal, como se ha revisado,
solamente algunos cuantos estados
de la República con sus legislaciones
han avanzado en la participación
indígena en la vida política munici-
pal, por lo que todavía una amplia
proporción de la población indígena
del país se encuentra excluida del
acceso a esta forma de participación
y a ejercer el derecho establecido en
el antes mencionado Artículo 2 de
la Constitución. Por otra parte, aún
suponiendo que se hubiera acatado
en todas las entidades federativas lo
que dispone la fracción VII del Artí-
culo 2o. de no modificarse el diseño
actual de las demarcaciones munici-
pales, como lo ha demandado el mo-
vimiento indígena, seguirá siendo
poco probable garantizar la interven-
ción indígena en las decisiones de
estos espacios, que como refieren los
datos del INEGI representan 98.8 del
total de municipios del país.
Por último, cabe señalar que el
reconocimiento del carácter pluricul-
tural de la Nación obliga a adecuar el
marco jurídico a esa condición, dado
que actualmente se siguen privile-
giando los principios y derechos del
individuo frente a los de las colecti-
vidades. Esto significa construir lo
que se ha denominado pluralismo
jurídico, apoyado en los avances que
en la materia se han plasmado en la
legislación y en las normas interna-
cionales existentes. La tarea no es
sencilla y requiere tanto de voluntad
política, como de la mera aplicación
del Estado de Derecho.
28
ENERO 2015ELFE
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título: Libertada
autor:Lourdes Berbeyer
articulistas
29
ARTICULISTAS
l filósofo e historiador
mexicano Miguel León-
Portilla refirió que al
conmemorar los 23 años de
existencia del Instituto Fe-
deral Electoral (IFE), volvió
a anunciarse que esa importante cor-
poración iba a cambiar su nombre.
Hubo al menos un consejero que se
manifestó con extrañeza, expre-
sando que, si el IFE había alcanzado
importantes logros, reconocidos por
la mayoría, ¿por qué ahora se iba
alterar su nombre?
Cuando se introduce un cambio
en el nombre de una institución, se
procede así porque suele pensarse
que el hasta entonces vigente es in-
adecuado por una o varias razones.
Por el contrario, si no hay razón
clara para introducir un cambio,
suele pensarse que hay otros géneros
de motivos para efectuarlo. Estos
pueden ser de carácter ideológico, de
motivaciones políticas, o de afanes
de innovación protagónica. Esos
cambios han afectado a nombres de
ciudades y pueblos, a dependencias
gubernamentales e incluso a la no-
menclatura de calles y avenidas.
León-Portilla preguntó: ¿Qué
estamos ganando con la alteración
del nombre –INE por IFE--? Se busca
declarar que no fue atinado darle el
que tenía antes. ¿No vendrán con
esto confusiones y descrédito? ¿No
van a costar millones de pesos las
nuevas credenciales?
Y añade que al expresarse el
adjetivo Federal se está declarando
que es una institución cuya función
tiene que ver con las actividades
electorales en el ámbito pleno de un
Estado Federal. El adjetivo nacional
es verdad que se refiere a toda la
nación, pero no incluye la connota-
ción de una organización federal,
cosa muy significativa en los proce-
sos electorales cuando se denotan
sus alcances federales, estatales o
municipales.
Al respecto, de la reforma
constitucional en materia política
electoral, publicada el 10 de febrero
de 2014, destaca la transformación
del Instituto Federal Electoral (IFE)
Desafios para el Instituto Nacional Electoral
REDaCCIÓN DE EL FEDERaLISTa
eLa reforma electoral de
2014 en materia de género es
histórica en muchos sentidos
y será un parteaguas en sí mismo, por ello
es que desde las instituciones
se debe comprometer a
nutrir su espíritu de igualdad a través de
decisiones con perspectiva de
género
30
ENERO 2015ELFE
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en una autoridad de carácter nacional:
el Instituto Nacional Electoral (INE).
El objetivo de las modificaciones
fue disminuir la injerencia de los go-
bernadores de las entidades federativas
en los procesos electorales locales;
incluso se pretendió la desaparición
de los institutos estatales electorales.
Sin embargo sólo se logró que el INE
tuviera facultades para interferir en las
elecciones locales, siempre y cuando
se declare el instituto estatal electoral
incapaz de llevar a cabo las elecciones,
o en el caso de que lo soliciten los parti-
dos, por alguna inconformidad.
A pesar de las modificaciones,
seguirá existiendo la misma estructu-
ra del IFE, salvo que el INE adquirirá
nuevas tareas. Además de organizar
los procesos electorales federales, se
coordina con los organismos electo-
rales locales para los comicios en los
estados.
Uno de los cambios logrados fue
que la designación de los nombra-
mientos de los consejeros electorales
ya no estará en manos de los congresos
locales, lo mismo aplica en el caso de
los tribunales electorales. Los tribuna-
les serán nombrados por la Cámara de
Senadores.
TransParenTar la vida PúblicaLorenzo Córdova Vianello, Conseje-
ro Presidente del INE, aseveró durante
la firma del convenio de colaboración
entre ese organismo y el Instituto
Federal de Acceso a la Información:
Estamos en el preludio de un nuevo
sistema nacional de transparencia y
estamos iniciando la conformación
también de un nuevo sistema nacional
de elecciones. La concepción de ambos
sistemas se sustenta en reformas
constitucionales que pretenden trans-
parentar la vida pública, evitar la dife-
renciación de criterios por parte de las
autoridades, homogeneizarlos pues,
en la aplicación de la ley, y también en
la potenciación del ejercicio de derechos
de los ciudadanos.
En la ceremonia cívica de inicio del
proceso electoral federal 2015-2015, sos-
tuvo que cada proceso electoral es una
oportunidad para que la democracia se
reitere como un ancla de estabilidad
política. En cada jornada electoral se
contribuye a la gobernabilidad y permi-
te que los poderes públicos se renueven
con equidad en elecciones libres y
auténticas.
equidad de géneroLorenzo Córdova expuso en el Foro
Paridad de Género y Procesos Electora-
les que las profundas transformaciones
que la reforma electoral impuso a la
organización electoral y, particular-
mente la obligación legal que ahora
tienen los partidos para impulsar
candidaturas en términos de paridad,
han propiciado nuevos desafíos para
las autoridades electorales. Uno de ellos
es encontrar el mecanismo que el INE
tendrá que instrumentar para verificar
que los partidos, además de cumplir
con la distribución de 50 por ciento de
candidaturas para mujeres y 50 por
ciento para varones, postulen a las
candidatas en distritos donde tengan la
posibilidad de triunfar, y no en lugares
en los que históricamente se carece de
respaldo electoral.
La reforma y en el INE –dijo-- que-
remos mujeres legisladoras y no sólo
mujeres candidatas, de ahí que la crea-
ción del Observatorio de Participación
Política de las Mujeres que fue creado
conjuntamente con el Tribunal Electo-
ral del Poder Judicial de la Federación
y el Instituto Nacional de las Mujeres,
constituye un esfuerzo para potenciar
el compromiso y atribuciones de cada
una de esas instituciones del Estado
Mexicano en favor de la participación
política de las mujeres.
El Observatorio se creó en el marco del
61 aniversario del reconocimiento de
la ciudadanía de las mujeres, pero va
mucho más allá. Con dicho Obser-
vatorio se sistematizará información
estadística que hoy está dispersa, que
facilitará diagnósticos precisos de lo
que está sucediendo con la inserción
de las mujeres en la vida pública. Los
diagnósticos no son meras cifras; pue-
den ser también una manera de crear
todos los contextos de exigencia para
mejorar en estos temas. Es uno de los
retos del INE.
La reforma electoral de 2014 en ma-
teria de género es histórica en muchos
sentidos y será un parteaguas en sí
mismo, por ello es que desde las insti-
tuciones se debe comprometer a nutrir
su espíritu de igualdad a través de
decisiones con perspectiva de género.
Para el INE --sostuvo su Presidente-- la
paridad de géneros es un compromiso
a seguir impulsando de manera trans-
versal en sus decisiones. Queremos
más mujeres legislando, no tan sólo
para cumplir con la ley, sino porque
estamos convencidos de que su visión
de la política y su forma de ver el país
enriquecerá las iniciativas del Poder Le-
gislativo. Queremos más legisladoras
y queremos más mujeres involucradas
en la vida pública, porque creemos que
la igualdad política es una condición
consustancial a la democracia.
Tareas de fiscalizaciónA decir del titular del INE, que expuso
en la reunión: La reforma electoral
y su impacto en el sistema electoral
mexicano, la reforma 2014 le impone
al INE nuevas atribuciones en una
lógica de reforzamiento de las tareas de
fiscalización; ahora se tiene que hacer
la fiscalización a partir de un sistema
articulado, a través de un sistema de
contabilidad en línea que implica una
especie de reporte en tiempo real de
los ingresos y gastos de los partidos
políticos. Se fortalecen las atribuciones
de fiscalización al dotar o volver a cons-
articulistas
31
truir una Comisión de Fiscalización de
la que la unidad en la materia consti-
tuyen una secretaría técnica, en fin,
y además –por supuesto- se reducen
los tiempos de la fiscalización misma,
bajo la lógica de poder tener elemen-
tos de la fiscalización que puedan ser
considerados al momento de calificar
las elecciones
El rebase de los topes de gasto
de campaña es ahora una causal de
nulidad de la elección. Pero bajo esta
perspectiva hay una gradualidad, y
la reforma se inscribe como un paso
adelante en la consolidación de la ins-
titucionalidad electoral o por ejemplo,
también, el de la materia de radio y
televisión que ahora se consolida, se
expande, por decir, la capacidad de
gestión del Instituto Nacional Elec-
toral, como autoridad encargada de
la administración de los tiempos del
Estado y de vigilar la observancia de
las prohibiciones, de las obligaciones,
y de las restricciones que existen en
esa materia, llevadas a la televisión
restringida y a lo que la tecnología ha
permitido, es decir, el multiflexeo a
partir de una misma señal.
Hay una lógica que coloca a la refor-
ma 2014 un paso más en esta gradual y
paulatina construcción de una demo-
cracia más consolidada; sin embargo,
la reforma también, a diferencia de
lo que ocurría en el pasado, tiene una
lógica rupturista, es decir, sí hay una
lógica refundacional en la reforma,
particularmente por lo que tiene que
ver a la creación de una nueva relación
entre los órganos electorales locales y el
órgano electoral nacional.
la reforma elecToral del 2014Lorenzo Córdova Vianello expuso en
conferencia magistral sustentada en
el marco del Seminario Internacio-
nal Derechos políticos, instituciones
electorales, sistema de gobierno y
democracia, en el Instituto de Investi-
gaciones Jurídicas de la UNAM, que la
reforma de 2014 encuentra su elemento
distintivo en el tema de la estandariza-
ción de procesos y reglas a nivel federal
y a nivel local, desde 1990.
Desde la reforma de ese año se
apostó por un modelo electoral que
gradualmente propició la existencia, la
coexistencia de 33 sistemas electorales
construidos de manera paralela, es
decir, de un sistema electoral federal y
de 32 sistemas electorales, uno por cada
entidad federativa, uno por cada estado
más el Distrito Federal, que de algu-
na manera se construyeron o fueron
modelando como un espejo de lo que
fue el sistema federal; por supuesto con
modalidades y variaciones y particula-
ridades específicas, pero todos los siste-
mas electorales locales asumieron una
configuración bi-instancial de un órga-
no administrativo electoral, el órgano
encargado de la organización de las elec-
ciones con una similitud muy grande
respecto de lo que el IFE fue en el plano
federal y una instancia jurisdiccional
que servía como instancia de resolución
de controversias y de validación en tér-
minos de la legalidad de los actos de las
autoridades administrativas.
Para el Consejero Presidente, el
gran desafío, no se quiere, es que en el
futuro el Instituto Nacional Electoral
ahora se tenga que hacer cargo de los
programas sociales para garantizar
que no se utilicen con fines políticos,
de desarrollar los programas contra la
pobreza, de ser el gran fiscal, el órgano
anticorrupción, porque la rendición de
cuentas en este país prácticamente no
existe, y mucho menos de ser el gran
educador en materia política. Esas son
funciones del Estado Mexicano y ojalá
y logremos ponderar a lo electoral en su
debida dimensión, pero esto implica
o pasa porque la reforma electoral no
fracase sino, por el contrario, signifique
un paso adicional en la consolidación
de nuestro sistema democrático.
ARTICULISTAS
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título: Facetas / autor: Lourdes Berbeyer
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ENERO 2015ELFE
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título: abre tu corazónautor: Lourdes Berbeyer
feDeralismo histórico
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uando hace tres meses todo marchaba relativamen-
te bien en México y con perspectivas favorables en
los renglones económico, social y político con vistas
a 2015 y los siguientes años, súbitamente todo se
descompuso y se generó una grave crisis de gober-
nabilidad. La masacre de Iguala y el escándalo de la
llamada “casa blanca” perfilaron lo que Porfirio Díaz y don Jesús
Reyes Heroles alertaron: “No despierten al México bronco”.
La crisis política de México generaría un histórico
abstencionismo electoralJOSÉ NÚÑEZ RaMOS
cEsta crisis de gobernabilidad que algunos analistas la deco-
difican en crisis institucional, crisis de liderazgo y crisis de legi-
timidad, todavía no sabemos en qué y cuándo vaya a terminar,
en virtud de que paulatinamente crece el descontento y la incon-
formidad social y el gobierno no atina a encontrar las respuestas
y los mecanismos que permitan retomar la tranquilidad y la cre-
dibilidad.
El gobierno Federal desplegará una serie de acciones y políticas públicas en el país que mitigarán a la sociedad mexicana de los acontecimientos que generaron justificado repudio, enojo y protestas. Si como se dice que en 2015 mejorará la economía, eso indudablemente apaciguará los enconos.
FEDERALISMO HISTÓRICO
Gran paradoja: cuando más se requiere fortalecer a la democracia, ésta se debilita en vistas a los comicios del próximo 7 de Junio.
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ENERO 2015ELFE
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Se define la crisis institucional como
la debilidad e ineficacia de las insti-
tuciones responsables de la seguridad
(policías de Iguala y Cocula) y la jus-
ticia y el involucramiento de autori-
dades (alcalde de Iguala) y partidos
políticos (PRD y Morena) en los trági-
cos acontecimientos registrados en la
cuna de la bandera nacional en que se
secuestró y probablemente se asesinó,
descuartizó y quemó a 43 estudiantes
normalistas de Ayotzinapa.
En cuanto a la crisis de liderazgo,
se le relaciona con los cuestionamien-
tos a la estrategia de seguridad, a la
conducción gubernamental de la pro-
pia crisis y la sospecha de un conflicto
de intereses que toca al Presidente
Enrique Peña Nieto, por lo de la “casa
blanca”, hecho que lo han debilitado
a él y a su gobierno y puesto en entre-
dicho su eficacia.
Por lo que toca a la crisis de legi-
timidad, ésta se refiere a la debilidad
del Estado de derecho en nuestro
país, lo que provocó la ampliación de
la brecha entre sociedad e institucio-
nes políticas.
Ahora bien, los dos acontecimien-
tos referidos con anterioridad, fueron
la chispa que detonó la crisis de go-
bernabilidad, pero en realidad es una
serie de elementos que deviene de
décadas atrás, tales como violencia,
inseguridad, impunidad, corrupción,
exhibió e incrementó la protesta y el
desplome de la confianza ciudadana
en las instituciones políticas.
La pesadilla de Iguala evidenció la
complicidad de los partidos políticos
que impulsan y apoyan a candidatos
que tienen vínculos con el crimen
organizado, aunque era una realidad
que se registraba en algunas regiones
de nuestro país desde hace muchos
años. En otras palabras, Ayotzinapa
fue la gota que derramó el vaso.
Vale la pena mencionar que
Transparencia Internacional publicó
los resultados de su Barómetro Global
de la Corrupción 2013, y los resultados
para México demostraron que los par-
tidos políticos son para los mexicanos
la institución más afectada por la
corrupción.
Y no se crea que es sólo por sus vín-
culos con el crimen organizado, sino
que desde hace muchos años existe
la venta de candidaturas a cargos de
elección popular; los manejos irregu-
lares de sus presupuestos motivo por
el cual son cotidianamente sanciona-
dos por las autoridades electorales; las
comisiones o “moches” para diri-
gentes y legisladores de autoridades
estatales y municipales por trámites
de presupuestos federales; nepotismo
y amiguismo, entre otros.
Es más, una reciente encuesta
de GEA-ISA (Grupo de Economistas y
Nieto, Ejército, partidos políticos,
corporaciones policíacas, juzgados,
organismos electorales. Inclusive, en
términos generales, la insatisfacción
de la democracia pasó de 55 a 61% y la
creencia en que los partidos políticos
no representan los intereses de la
sociedad se derrumbó de 30 a 12%, en
los dos últimos años. De esos 18 pun-
tos, seis se perdieron en los últimos
tres meses.
La misma muestra, resaltó otro
dato de gran impacto: la intención de
votar el 7 de junio de 2015 disminuyó
de 43 a 31%, lo cual de confirmarse en
la realidad, tendríamos un absten-
cionismo cercano al 70%.
En apariencia el panorama es
muy negativo; sin embargo, existen
diversos factores que podrían modifi-
car ese vaticinio que de hacerse reali-
dad constituiría un golpe durísimo a
nuestro sistema democrático.
veámos: En las próximas semanas se iniciarán
las campañas electorales durante las
cuales partidos políticos, candidatos
y organismos electorales bombardea-
rán con millones de spots en medios
electrónicos e impresos para con-
vencer y persuadir a los ciudadanos
a acudir a las urnas. Y aunque las
citadas campañas causan molestia
generalizada, su efecto se advierte
con las largas colas en las casillas.
El 7 de Junio no sólo se elegi-
rán 500 diputados federales, sino
también a nueve gobernadores, 641
legisladores de 16 Congresos locales,
887 ayuntamientos encabezados por
los presidentes municipales; los
integrantes de la Asamblea Legisla-
tiva del Distrito Federal, así como los
16 delegados políticos de la Ciudad
de México. También las autoridades
locales de más de 400 municipios
de Oaxaca bajo el sistema de Usos y
Costumbres. Los comicios locales es-
injusticia, narcotráfico, desempleo,
pobreza, marginación, inequidad so-
cial, etc. Estaban debajo de la alfom-
bra –como la basura- y no se querían
ver, pero la inconformidad social los
Asociados e Investigaciones Sociales
Aplicadas), refleja un severo des-
plome de la confianza de los ciuda-
danos en las instituciones políticas
y, ello incluye, al Presidente Peña
feDeralismo histórico
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tadísticamente redoblan el interés de
los ciudadanos en acudir a las urnas,
ya que eligen a sus autoridades más
próximas.
El Gobierno Federal desplegará
una serie de acciones y políticas
públicas en el país que mitigarán a
la sociedad mexicana de los aconte-
cimientos que generaron justificado
repudio, enojo y protestas. Si como se
dice que en 2015 mejorará la econo-
mía, eso indudablemente apaciguará
los enconos.
Es casi seguro que para la fecha de
los comicios, se conozca el destino de
los normalistas de Ayotzinapa. Y aún
en el peor escenario, la beligerancia ha-
brá disminuido, ya que el tiempo es el
mejor aliado para restañar las heridas.
El Congreso de la Unión habrá
ya aprobado el Sistema Nacional
Anticorrupción y otras legislaciones
que habrán de combatir corrupción,
impunidad y opacidad.
Es oportuno recordar algunos
antecedentes de la evolución elec-
toral en México, ya que ha sido un
recorrido difícil, tortuoso, lleno de
obstáculos, riñas y enfrentamientos
diversos. Sin embargo, la evolución
es significativa, ya que en la actuali-
dad nuestro sistema electoral es de-
mocrático, legal a todas luces, tiene
legitimidad y goza de reconocimiento
internacional. Las referencias histó-
ricas serán únicamente de elecciones
presidenciales.
El trayecto histórico electoral
lo iniciaremos al final de la dicta-
dura de Porfirio Díaz, época en que
precisamente los procesos electorales
amañados significaron que se colmó
la paciencia de los mexicanos y que
desató la Revolución Mexicana.
Así, en 1910, Francisco I. Madero,
candidato antirreleccionista –con
algunos de sus partidarios- fue encar-
celado y las elecciones favorecieron a
Díaz, con un Congreso controlado por
el dictador que validó los comicios y
su séptima reelección. Ese resultado,
repetimos, significó el inicio de la
revuelta armada.
Debe recordarse que el 5 de
Octubre de 1910, desde San Anto-
nio, Texas, Madero dio a conocer el
Plan de San Luis, documento que,
a su vez, dio origen a la Revolución
Mexicana. Una parte de ese texto,
establece: “…haciéndome eco de la
voluntad nacional, declaro ilegales
las pasadas elecciones y quedando
por tal motivo la república sin gober-
nantes, asumo provisionalmente la
presidencia de la república, mientras
el pueblo designa conforme a la ley
sus gobernantes. Para lograr este
objeto es preciso arrojar del poder a
los audaces usurpadores que por todo
título de legalidad ostentan un frau-
de escandaloso e inmoral”.
Después de la Revolución, se in-
tegró el Congreso Constituyente que
precisamente aprobó en Querétaro la
Constitución de 1917, que entre otras
cosas, instituyó a la Junta Empadro-
nadora, las Juntas Computadoras Lo-
cales y los Colegios Electorales como
organismos encargados de organizar
y calificar los procesos para elegir
al Presidente de la República y los
miembros del Congreso de la Unión.
No obstante ello, los siguientes
años fueron violentos, difíciles y
de enfrentamientos entre la clase
gobernante. Así, en 1920 el Presi-
dente Venustiano Carranza intentó
imponer un candidato civil frente
a la popularidad del general Álvaro
Obregón y terminó dos metros bajo
tierra; en 1924, la imposición del
también general Plutarco Elías Calles
fue acompañada de la revolución de-
lahuertista y generó una terrible pur-
ga revolucionaria; para la sucesión
de 1928, además de dos candidatos de
oposición asesinados por el gobierno
un año antes –Francisco R. Serrano
y Arnulfo R. Gómez-, el Presidente
electo, Álvaro Obregón también fue
asesinado en el Parque de la Bombilla
de la Ciudad de México.
Ante esa turbulencia política y
militar, en 1929, Plutarco Elías Calles
crea el Partido Nacional Revoluciona-
rio (PNR), antecedente primero del
Partido de la Revolución Mexicana
(PRM), en 1938 y del Partido Revolu-
cionario Institucional (PRI), en 1946,
y en la primera elección lleva a la
Presidencia de la República a Pascual
Ortiz Rubio, quien derrotó en los co-
micios al candidato de la oposición,
José Vasconcelos.
El propio Vasconcelos y sus
seguidores denunciaron un fraude
electoral y el 1 de Diciembre de ese
año, proclamó el Plan de Guaymas
desconociendo los poderes de la Fede-
ración, a los poderes de los estados y
municipios “que desde hace 30 años
han venido ensangrentando al país,
robando el Tesoro público y creando
FEDERALISMO HISTÓRICO
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ENERO 2015ELFE
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la confusión y la ruina de la Patria,
y que han pretendido burlar el voto
público en la elección presidencial
última”. Al propio tiempo, Vascon-
celos se declaró presidente electo y
decidió marchar al extranjero.
Luego, la elección presidencial
del 7 de julio de 1940 fue sangrienta,
ya que el saldo en la capital de la
República fue de 30 muertos y 158
heridos. El resultado oficial otorgó el
triunfo a Manuel Ávila Camacho con
el 94% de los votos emitidos y conce-
dió sólo el 5% al opositor Juan Andreu
Almazán, quien fue postulado por
un partido de reciente creación
denominado Partido Revolucionario
de Unificación Nacional (PRUN) y
también recibió el apoyo del Partido
Laborista Mexicano y del Partido
Acción Nacional (PAN).
En 1946, la elección de Miguel
Alemán Valdés como Presidente de
México tuvo un desarrollo regular, ya
que no registró grandes protestas de
los opositores.
En cambio, seis años después,
el 6 de julio de 1952, los comicios
presidenciales fueron uno de los
más competidos en la historia
electoral de México. Contendieron
Adolfo Ruiz Cortines, postulado por
el PRI; Miguel Enríquez Guzmán,
por la Federación de Partidos del
Pueblo Mexicano; Vicente Lombardo
Toledano, por el Partido Popular y,
Efraín González Luna, candidato del
PAN, partido que había sido fundado
en 1939. Los resultados arrojaron el
triunfo de Ruiz Cortines, pero la opo-
sición argumentó diversas irregula-
ridades y parcialidad del gobierno y
de las autoridades electorales para el
candidato del tricolor.
Debe recordarse que en 1946, el
Presidente Manuel Ávila Camacho
promulga la Ley Electoral y crea la
Comisión Federal de Vigilancia Elec-
toral, conformada por el Secretario
de Gobernación y otro miembro del
gabinete, un diputado, un senador
y dos representantes de los parti-
dos políticos con mayor relevancia.
Asimismo, dicha legislación ordena
la creación de comisiones electora-
les locales y el Consejo del Padrón
Electoral.
También en 1951, el Congreso de
la Unión aprobó reformar la Ley Elec-
toral para que la Comisión Federal de
Vigilancia Electoral pudiera arbitrar
el registro de nuevos partidos políti-
cos y emitir constancias de mayoría.
En la elección presidencial de
1958, contendieron Adolfo López
Mateos, por el PRI y Luis H. Álvarez,
por el PAN. La campaña electoral fue
intensa y pasional, pero la maquina-
ria tricolor se impuso y su candidato
alcanzó el 90.6% de la votación nacio-
nal y el panista originario de Chihua-
hua el 9.4%.
Tanto Luis H. Álvarez como los
dirigentes de Acción Nacional denun-
ciaron un gran fraude electoral, bajo
el argumento de que el gobierno y el
PRI incurrieron en las siguientes fal-
tas: electores con varias credenciales
que votaron en diferentes casillas a
favor del “candidato oficial”; clausura
de casillas sin previo aviso; reparto de
credenciales el mismo día de la elec-
ción; expulsión de representantes de
casilla de la oposición y casillas donde
vota quien quiere, sin credencial y sin
padrón, etc. Sin embargo, la diferen-
cia fue abismal entre uno y otro: 9 a 1.
La elección presidencial de 1964 no
generó gran controversia ni desazón
política. En principio, el candidato
del PRI, Gustavo Díaz Ordaz –a cuya
candidatura se colgaron PPS y PARM-
obtuvo el 87.89% de la votación nacio-
nal, en tanto que el único candidato
opositor, José González Torres, del
PAN, logró el 10.95%.
En 1970, dos años después del
Movimiento Estudiantil y matanza
de Tlatelolco, la elección presidencial
que algunos analistas estimaban como
difícil para el partido gobernante, no
significó mayor problema para que el
candidato del PRI –con el apoyo simbó-
lico de PPS y PARM-, Luis Echeverría
Álvarez que ganara con el 82.93% de
la votación total. Su único opositor,
Efraín González Morfín, del PAN, al-
canzó apenas el 13.78% de los sufragios.
En 1973, desapareció la Comisión
Federal de Vigilancia Electoral y, en su
lugar, el Congreso de la Unión aprobó
la creación de la Comisión Federal Elec-
toral, institución en la que participan
con voz y voto para la toma de decisio-
nes, los representantes de todos los
partidos políticos con registro legal.
Seis años después (1976), ante la
manifiesta debilidad de los partidos
de oposición, se realizó la elección
feDeralismo histórico
39
presidencial más fácil para el PRI,
ya que no tuvo candidato opositor.
De esa manera, su abanderado José
López Portillo –otra vez con el apoyo
de PPS y PARM- logró el 92% de los
votos. Los restantes fueron nulos o
para candidatos no registrados.
En 1977, la estructura electoral
del país continuó su perfecciona-
miento y modernización cuando el
Gobierno Federal expidió la Ley de
Organizaciones Políticas y Procesos
electorales (LOPPE), cuya principal
aportación fue permitir el ingreso
a la vida institucional de fuerzas
políticas “no incluidas” y propiciar
su representación en los órganos
legislativos. Además, modificó la
integración de la Comisión Federal
Electoral y permitió la participación
de los partidos políticos registrados
–ya fuera bajo la figura de registro
condicionado o definitivo- en igual-
dad de condiciones. Es decir, la CFE
quedo conformada por el Secretario
de Gobernación, un representante de
cada partido político con registro y
un notario público.
En la elección presidencial de 1982,
se presentaron siete candidatos –algu-
nos francamente testimoniales- como
resultado de la apertura electoral y
después de que seis años antes López
Portillo no tuvo opositor. Así, Miguel
de la Madrid Hurtado, candidato del
PRI y sus eternos aliados PPS y PARM,
gano la elección con el 68.43% de los
votos. Pablo Emilio Madero, del PAN,
obtuvo el 15.8% y Arnoldo Martínez Ver-
dugo, del Partido Socialista Unificado
de México (PSUM), alcanzó el 3.48%.
El resto de candidatos obtuvieron por-
centajes muy bajos: Rosario Ibarra de
Piedra (PRT) 1.76; Ignacio González Go-
llas (PDM) 1.84; Cándido Díaz Cerecedo
(PST) 1.45 y Manuel Moreno Sánchez
(PSD) 0.21% de la votación nacional.
Luego, en 1987, el Congreso de la
Unión realizó una reforma Cons-
titucional para introducir el criterio
de representación proporcional en la
integración de la CFE.
La elección presidencial de 1988
resultó altamente competida y, pre-
viamente, se registró una campaña
electoral estridente y con múltiples
acusaciones y denuestos entre los can-
didatos. El candidato del PRI, Carlos
Salinas de Gortari logró el 50.36% de
la votación nacional, en tanto que
Cuauhtémoc Cárdenas, postulado por
el Frente Democrático Nacional (PPS,
PMS, PFCRN y PARM), logró el 31.12% y,
Manuel Clouthier del Rincón, abande-
rado del PAN, tuvo apenas el 17.07. Los
otros aspirantes: Gumersindo Maga-
ña, del PDM y Rosario Ibarra, del PRT,
registraron porcentajes ridículos.
Sin embargo, esa elección fue
una de las más cuestionadas de la
historia de México y, principalmente
por la “caída del sistema de cómputo
electoral”. Diversos analistas y políticos
están convencidos de que se fraguó
un gran fraude electoral para otorgar
el triunfo a Salinas y afirman que el
verdadero ganador fue Cárdenas.
Muchos años después, Manuel
Bartlett Díaz, ya como senador del Par-
tido del Trabajo (PT), pero en el proceso
de 1988 era Secretario de Gobernación y
en paralelo presidente de la CFE, reveló
que en las primeras horas del domin-
go 6 de julio de ese año, Cuauhtémoc
Cárdenas iba ganando en algunas en-
tidades del país y prácticamente arra-
sando en el Distrito Federal, por lo cual
el Presidente Miguel de la Madrid le
ordenó suspender la información a los
representantes de los partidos políticos
contendientes, así como a los medios
de comunicación. A raíz de ello, el 26
de mayo de 1989, el Partido de la Revo-
lución Democrática (PRD), encabezado
por Cárdenas, obtuvo su registro como
partido político nacional.
En 1990, a resultas de las refor-
mas constitucionales en materia
electoral, el Poder Legislativo expidió
el Código Federal de Instituciones y
Procedimientos Electorales (COFIPE) y
ordenó la creación del Instituto Federal
Electoral (IFE), a fin de contar con
una institución imparcial que diera
certeza, transparencia y legalidad a las
elecciones federales.
La elección de 1992, también fue al-
tamente disputada, luego del asesina-
to del candidato del PRI, Luis Donaldo
Colosio. El partido en el poder, decidió
sustituirlo por Ernesto Zedillo Ponce
de León, tecnócrata brillante, pero sin
experiencia política. En un debate de
la campaña, se recuerda, fue apabu-
llado por el candidato del PAN, Diego
Fernández de Cevallos y, en menor
proporción por Cuauhtémoc Cárde-
nas, abanderado del PRD. Pese a ello,
Diego se retiró temporalmente de la
campaña –según dijo después por un
problema de salud-, lo que aprovechó
el tricolor para impulsar la campaña
de Zedillo. El resultado electoral otorgó
48.69% de la votación al priísta; 25.92 a
Diego Fernández y, 16.59 a Cárdenas.
Hubo otros candidatos testimoniales:
Cecilia Soto (PT), Jorge González Torres
(PVEM), Rafael Aguilar Talamantes
(PFCRN), Álvaro Pérez Treviño (PARM),
Marcela Lombardo (PPS) y Pablo Emi-
lio Madero (PDM).
Seis años después, con el nuevo
milenio llega la alternancia del poder
FEDERALISMO HISTÓRICO
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ENERO 2015ELFE
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presidencial en nuestro país, después
de graves errores políticos y financie-
ros de los últimos gobiernos ema-
nados del PRI. Las crisis financieras
fueron el detonante para que muchos
mexicanos le dieran la espalda al
tricolor y votaran por el cambio. Así,
Vicente Fox Quesada, un empresario
que había obtenido la gubernatura de
Guanajuato, le ganó internamente la
postulación a los dirigentes del PAN
y ganó la Presidencia de la República
con el 42.52% de la votación nacional.
Francisco Labastida Ochoa, del PRI,
obtuvo el 36.11 y Cuauhtémoc Cár-
denas, en su tercer intento, apenas
logró el 16.64%.
Pese a la cuestionada administra-
ción de Vicente Fox, el PAN conservó
la Presidencia de la República con
Felipe Calderón Hinojosa en los co-
micios de 2006, por la diferencia más
pequeña en una elección de ese tipo,
ya que el blanquiazul logró apenas
el 35.89% de la votación nacional
y Andrés Manuel López Obrador
alcanzó el 35.33%, es decir, una
diferencia de 0.56%, lo que generó
una serie de protestas durante varios
meses del perdedor, argumentando
que su derrota obedeció a un fraude
instrumentado por la administración
foxista. El candidato del PRI, Roberto
Madrazo Pintado tuvo el 22.26% de los
votos totales.
La elección de 1994 con un 24.15%
de abstencionismo, y la de 1982 con
un 33.13%, son las elecciones con el
nivel de abstención más bajo de los
últimos 15 años. Sin embargo en
lo que se diferencian la primera de
ellas es su grado de confiabilidad,
dado que en 1994 se contaba con el
Instituto Federal Electoral.
Después de las elecciones de 1994
la crítica se concentró en la inequidad
de las condiciones de la competencia
(financiamiento público y acceso a
radio y televisión). Una vez instalado
el nuevo gobierno se inició la elabora-
ción de una agenda de discusión con
el propósito de arribar a una “reforma
electoral definitiva” y dar paso a la
“normalidad democrática”.
Las elecciones federales del 2000
se consideran una de las más demo-
cráticas en la historia de nuestro
país, donde el IFE llevó a cabo dicho
proceso en una completo orden,
garantizando en todo momento la
estabilidad nacional, elecciones
en las cuales Vicente Fox Quesada
candidato de Alianza por el Cambio
se alzó con el triunfo con el 42.52%
de la votación, en contraposición
con el PRI que se adjudico el 36. 11%
y Alianza por México que obtuvo el
16.64%; lo que implico que de una
lista nominal de 58,782,737, haya
habido una participación ciudadana
del 63.97% (37,601,618) y un absten-
cionismo del 36.03% ( 21,181,119).
En la última elección presiden-
cial, la de 2012, el PRI recuperó el
poder después de 12 años de go-
biernos de Acción Nacional, con
su candidato Enrique Peña Nieto,
quien obtuvo el 38.21% de la votación
nacional; seguido por el abandera-
do de la izquierda (PRD, PT y MC),
Andrés Manuel López Obrador, con
31.59% y Josefina Vázquez Mota, del
PAN, con 25.41%. Gabriel Quadri, de
Nueva Alianza sólo logró el 2.29% de
la votación nacional.
Pese a las protestas de los perde-
dores, la mayoría de los mexicanos
quedaron convencidos de que fueron
las elecciones más escrupulosas
y transparentes de la historia de
México, con un IFE ciudadano; con
reglas claras; observadores nacio-
nales y extranjeros y un andamiaje
electoral integrado por un ejército de
ciudadanos y representantes de todos
los partidos. El argumento de que el
gobierno del PRI hubiera inclinado
la balanza por su candidato, no era
viable, porque el Gobierno Federal
era del PAN, que por cierto quedó en
el tercer lugar.
En esta última elección, votó poco
más del 63% del padrón electoral na-
cional, por lo que el abstencionismo
fue de menos del 37%. Estas cifras son
altamente positivas si se les compara
con elecciones en países desarrolla-
dos, donde luego se considera exitoso
que acudan a las urnas la mitad de los
inscritos en los padrones electorales.
En razón de ello, consideramos
que sería un retroceso democrático
que en las elecciones federales inter-
medias de este 2015, factores tan gra-
ves y vergonzosos como los ocurridos
en Iguala y en Tlatlaya, propicien un
elevado abstencionismo.
Y es que precisamente, es a través
de la democracia como los mexicanos
debemos elegir a nuestros gober-
nantes y de esa forma incidir en las
grandes decisiones nacionales.
feDeralismo histórico
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título: a traves del tiempo / autor: Lourdes Berbeyer
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ENERO 2015ELFE
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título: Sín finautor: Lourdes Berbeyer
feDeralismo y cultura
43
n los albores de un proceso electoral como el que se
dará el venidero 7 de junio; en el fragor que se ha des-
bordado por ese acontecimiento; en la dantesca ava-
lancha de publicidad, spots y el desaseo en el uso de re-
cursos públicos que con ese motivo se está registrando,
bien vale la pena detenerse en algo esencial de lo que
no todos hablan pero que existe: la Cultura Electoral. Sí, la Cul-
tura Electoral sustentada –digámoslo-- en valores, reglas y princi-
pios que generen confianza entre la ciudadanía, que es primordial
para el funcionamiento de las instituciones y del sistema político
en nuestro país, con lo cual se garantiza la democracia, dicen los
estudiosos. Al menos quienes participaron no hace mucho en la
Primera Feria de la Cultura Electoral en México.
POR IgNaCIO SaCHMaN TORRES
e
Antes de tratar lo que es la Cultura Electoral, bien valdría
la pena aludir lo que viene a ser la Conciencia Cívica de la que,
también, pocos hablan a pesar de que es un movimiento no par-
tidista de concienciación, concertación, denuncia, presión y,
sobre todo, de educación ciudadana.
El ausentarse de las urnas como muestra de repudio a la ac-
titud negativa –y hasta delictiva-- de muchos de quienes fueron
erigidos por el voto ciudadano en cargos de elección popular no
es el camino. La actitud de quien renuncia a dar el voto en unas
elecciones, léase abstencionismo, no conduce a nada.
La ciudadanía es más activa y comprometida, no nos atreveríamos por consiguiente a señalar que falta Cultura Electoral. Hay una herramienta valiosa que es la libertad de expresión que, sin embargo, no ha logrado un impacto en la otra cultura: la de rendición de cuentas, en el desarrollo pleno de la democracia y en la erradicación de la corrupción
FEDERALISMO Y CULTURA
Cultura Electoral
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ENERO 2015ELFE
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Aunque parece que el objetivo de al-
gunos es ese: hacer que la “Incultu-
ra” Electoral se dé para justificar que
no hay fomentada en los mexicanos
la Conciencia Cívica. Pero la Cultura
Electoral no puede agotarse con el
desánimo de participación política
de la sociedad. La Cultura Electoral
se adquiere, existe y subsiste; es
como aprender a caminar o a andar
en bicicleta, jamás se dejará de
saberlo. El que es culto va a serlo
siempre. Es el caso de los comicios.
Quien acude a las urnas lo seguirá
haciendo a pesar de las decepciones
hacia los políticos en todos los nive-
les de gobierno que han incurrido en
frivolidades, escándalos, tráfico de
influencias, crímenes y, en fin, en
toda la gama de ilícitos de siempre o
de nuevo cuño.
La Cultura Electoral debería
fomentarse, estimularse. No me-
diante miles de spots y desplegados
periodísticos repetitivos de estu-
pideces y ocurrencias que cuestan
millonadas a los mexicanos, sino
mediante campañas auténticas que
contribuyeran a que los ciudadanos
valoren y critiquen con fundamen-
to el trabajo de las instituciones
electorales, de los partidos políticos,
de los aspirantes a un cargo –cual-
quiera—de elección popular; alentar
las críticas ciudadanas y el diálogo
social que es la única manera de
consolidar la Cultura Democrática…
léase, la Cultura Electoral.
Hay que dejar en claro que una
sociedad mejor informada estará en
condiciones óptimas de reclamar
sus derechos políticos y sociales. En
ese sentido, se debería establecer de
inmediato, ya en el fragor de esta
contienda de 2015, que los represen-
tantes de los medios de comunica-
ción cuenten con una especializa-
ción en Derecho Electoral, para que
expliquen a la población sobre los
alcances de las sentencias del Tri-
bunal Electoral del Poder Judicial de
la Federación, por ejemplo. Poco se
sabe. La Cultura Electoral reclama
de esos conocimientos. Estamos de
acuerdo que hay un mayor acceso a
la información pública ¿y? Que se
tienen herramientas para conocer
antecedentes de quienes contienden
por un cargo de elección popular ¿Y?
La Cultura Electoral debe ser de allá
para acá y de aquí para allá.
Se ha llegado a un proceso
electoral “intermedio”, como se
entienden estos comicios del 2015 en
que el citado fragor de una elección
presidencial no aviva la llama de la
euforia electiva. Pero bien vale la
pena detenerse en esto que llama-
mos, y con justificada razón, la
Cultura Electoral. Es el momento de
fomentarla, de desterrar si no para
siempre, sí lo más lejos posible de la
mente ciudadana la compra y coac-
ción del voto que frenan el avance
democrático; las tarjetas de Soria-
na, lo espantoso del caso “manos
limpias”, los programas asistencia-
listas, en fin, esas prácticas que ge-
neran desconfianza de los sistemas
electorales no sólo de nuestro país
sino a nivel internacional que tam-
bién nos pegan porque formamos
parte de la región latinoamericana y
del orbe.
Hablando del fomento posible
a la Cultura Electoral, no escapa lo
que ya se dijo antes de una “In-
cultura” Electoral, porque existen
prácticas que generan desconfianza
en las instituciones, el alejamiento
de los ciudadanos de la política y la
deslegitimación de los procesos elec-
torales. El encabezado de este artí-
culo debería ser, más que Cultura
Electoral: Se vive una crisis de instituciones
y partidos políticos.
¿Por qué lo anterior? Porque sobre-
viven prácticas indeseables como la
compra y coacción del voto, el clien-
telismo, los gastos excesivos en las
campañas, la falta de representati-
vidad política y la baja participación
ciudadana. Son, hay que decirlo,
algunas de las variables que han
frenado la consolidación de la demo-
cracia en México, la alternancia del
Poder. Se está gastando en una par-
tidocracia innecesaria, inventando
nuevos membretes partidistas pero
sin canalizar realmente recursos en
democracia para lograr la vigoriza-
ción de las instituciones y recuperar
la confianza ciudadana.
Aquí vale referir dos líneas en
cuanto a que en México existe,
subsiste y persiste la crisis en la le-
gitimación de los partidos políticos
y las instituciones. La ciudadanía
es más activa y comprometida, no
nos atreveríamos por consiguiente a
señalar que falta Cultura Electoral.
Hay una herramienta valiosa que
es la libertad de expresión que, sin
embargo, no ha logrado un impacto
en la otra cultura: la de rendición de
cuentas, en el desarrollo pleno de la
democracia y en la erradicación de
la corrupción.
Los analistas políticos en mu-
chos medios de comunicación social
no contribuyen realmente a fomen-
tar la Cultura Electoral. Critican,
ofenden y en ocasiones difaman
feDeralismo y cultura
45
a los actores políticos, pero no lo
hacen a partir de un criterio, sino
de un interés ideológico o económi-
co. Hay columnistas y leedores de
noticias francotiradores al servicio
de un partido político; otros con una
tendencia que les dicta el propio ac-
tor político-electoral. En consecuen-
cia, este recurso periodístico que
debería ser elemento destacado en
el fomento de la Cultura Electoral se
encuentra, en el mejor de los casos,
en un estado de gestación.
Aludiendo algo de la Primera Feria
de la Cultura Electoral en México,
evocamos a Pablo Pérez Tremps,
académico de la Universidad Carlos
III de España, quien abordó otro
ramo de lo que hoy nos ocupa y
que se ha puesto en vigencia con
el atentado contra Charlie Hebdo,
la revista satírica francesa. En su
oportunidad mencionó que la sátira
es, precisamente, un recurso que
floreció durante periodos de gobier-
nos autoritarios y actualmente ha
contribuido a la construcción o des-
trucción de trayectorias políticas;
sin embargo, aún faltan elementos
que le permitan generar una Cul-
tura Electoral en México y en otras
partes del mundo.
Con lo anterior es menester
reiterar que la Cultura Electoral
existe y no la pueden destruir las
balas de Al Qaeda, los yihadistas o
los caciques guerrerenses en cada
caso. Tampoco se puede destruir con
vedas electorales o censura hacia los
medios que verdaderamente cum-
plen una función de levantar con-
ciencia. Es, sí, necesario invertir en
democracia para lograr la vigoriza-
ción de las instituciones y recuperar
la confianza ciudadana.
Se puede creer que el concepto de
Cultura Electoral es reciente; nada
de eso. Para entender mejor el tema
y ver su importancia en el tiempo,
éste tipo de ejercicio fue acuñado por
la ciencia política norteamericana a
mediados de los años cincuenta del
pasado siglo, en cierta medida como
alternativa al concepto de ideología
dominante de la escuela marxista y,
por lo tanto, a su enfoque particular
sobre la incidencia de las creencias,
referentes simbólicos y actitudes
sobre la política.
Recordando también algo de las
clases de Teoría Política, el concepto
de Cultura (ídem) nació ligado al
tema de la modernización, esto es,
al problema de la transición de una
sociedad tradicional a una moderna
y al de los efectos que dicho proceso
genera sobre las relaciones de poder.
De hecho, el planteamiento básico
del que parte es el de la dicotomía
que distingue la cultura occidental
(moderna) de la no occidental (tradi-
cional). Las teorías de la moderniza-
ción son los intentos más explícitos
de definición del fenómeno de la
Cultura Política, esto es, son las que
mejor explican por qué y cómo se
acuñó dicho concepto. La distinción
entre tradición y modernidad ha
sido crucial para el análisis de las
culturas políticas de las naciones en
proceso de desarrollo, que fueron
esencialmente los casos que provo-
caron la construcción del enfoque
sobre la cultura política.
De acuerdo con sus teóricos,
la modernización arranca con la
introducción de la tecnología al
proceso productivo y va acompaña-
da principalmente de movimientos
de industrialización, urbaniza-
ción y extensión del empleo de
los medios de comunicación y de
información, redundando en el
aumento de las capacidades de una
sociedad para aprovechar los re-
cursos humanos y económicos con
los que cuenta. El incremento en
los bienes, satisfactores y recursos
que pone en circulación el proceso
de modernización genera necesi-
dades y aspiraciones sociales que
antes no existían y una expansión
de opciones de vida. Genera, en
suma, una verdadera “revolución
de expectativas crecientes”. Todos
estos cambios chocan con las
estructuras y relaciones políticas
vigentes, dando lugar a desajustes
FEDERALISMO Y CULTURA
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ENERO 2015ELFE
DER
ALI
STA.M
X
y conflictos que amenazan la estabili-
dad del orden político establecido (ojo).
Para concluir: una Cultura
Política-Democrática-Electoral es el
arquetipo para las sociedades en pro-
ceso de cambio, sobre todo si dicho
cambio se quiere en sentido demo-
crático, en la medida que constituye
el mejor respaldo para el desarrollo
de instituciones y prácticas democrá-
ticas. Es una barrera de contención
frente a las actitudes y comporta-
mientos anticonstitucionales que
violenten la vigencia de un Estado
de Derecho. Al mismo tiempo, es
un muro en contra de eventuales
inclinaciones a la prepotencia o a la
arbitrariedad del poder, ya que se
resiste a reconocer autoridades polí-
ticas que no actúen con responsabi-
lidad, es decir, que no estén expues-
tas al escrutinio permanente de las
instancias encargadas de hacerlo.
Por otra parte, si convenimos
que los valores culturales no sola-
mente dan apoyo y consistencia a
las instituciones de una sociedad,
sino que pueden jugar un papel
significativo en el desarrollo
económico y político de la misma,
comprenderemos que promo-
ver expresamente una Cultura
Electoral ayuda a la construcción
de instituciones y organizacio-
nes democráticas. Eso debería de
entenderse a cabalidad en estas
fechas que no son, para nada, las
de la Fiesta del Voto de los Mexica-
nos, sino todo lo contrario.
feDeralismo y cultura
47
título: Canto a la vida / autor: Lourdes Berbeyer
48
ENERO 2015ELFE
DER
ALI
STA.M
X
PaRTIDOS POLíTICOSPOR LÁZaRO SaNTILÁN UBILLa
fuen
te: P
ropue
sta de
Ley d
e Ing
resos
2015
.
financiamiento para partidos políticos5,356 millones de pesos
Numeralia feDeralista
1158
1376
886
390
445 368
371
121
121121
pri
movimieNto ciuDaDaNo
Nueva aliaNza
moreNa
partiDo humaNista
eNcueNtro social
paN
pri
prD
pt
49
propuesta de gasto neto total 20154,676,237 millones de pesos
fuen
te: P
ropue
sta de
Ley d
e Ing
resos
2015
.
NUMERALIA FEDERALISTA
3,909.5
1,172.9
117.3
actividades ordinarias permanentes
gastos de campaña
actividades específicas
franquicias postales
franquicias telegráficas
156.4
0.7
gobierno federal61.7%
aportaciones a seguridad social5.2%
organismos y empresas18.7%
financiamiento Deuda14.4%
50
ENERO 2015ELFE
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ALI
STA.M
X
Numeralia feDeralista
gasto federalizado 20151,526,138 millones de pesos
fuen
te: w
ww.tr
ansp
arenc
iapres
upue
staria
.gob.m
x 5.
51
NUMERALIA FEDERALISTA
conservación mantenimiento carretero y temporal19,133 millones de pesos
fuen
te: D
ecret
o de E
gres
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la Fe
derac
ión pa
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Ejerci
cio
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ENERO 2015ELFE
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título: Lucha entre el bien y el mal / autor: Lourdes Berbeyer