Revista Edición 122 NOV. 2012

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Editorial: ACORE, Importante grupo de presión; La convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar y los conflictos de Colombia; Aspectos controversiales y relevantes del Marco Jurídico para la Paz; Amalgama de porcelana y acero:presencia de la mujer en la Fuerza Pública; Transversalidad del Marco Jurídico para la paz

Transcript of Revista Edición 122 NOV. 2012

COLIBRITeniente CoronelGuillermo Eloy Alfaro Cifuentes

C o n t e n i d oEditorial BG Jaime Ruíz Barrera

La Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar y los conflictos marítimos

de Colombia

9

25 31 39Transversalidad del Marco Jurídico para

la Paz

Aspectos controversiales

y relevantes del Marco Jurídico para la Paz

Los TLC y la seguridad nacional

45 59 67Colombia por

escenariosAmalgama de porcelana

y acero: presencia de la mujer en la Fuerza

Pública

Teniente coronel Guillermo Eloy Alfaro

Cifuentesparacaidista, lancero, y

artista

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EDITORIAL

Brigadier GeneralJaime Ruíz BarreraPresidente Nacional de ACORE

Los grupos de presión siempre se ca-racterizan por ser organizaciones de-

dicadas a la defensa y protección de los intereses que le son comunes a todos los individuos que las integran.

Sus principales acciones deben estar orientadas al propósito de influir en los estamentos del Estado o en las diferen-tes ramas de los poderes Ejecutivo, Le-gislativo y Judicial, para obtener resulta-dos que sean favorables a sus fines.

En términos más coloquiales, no es otra cosa que hacer loby o cabildeo para lograr lo que institucionalmente corresponde.

En algunas ocasiones estos grupos de presión se alejan de sus intereses de carácter gremial y se convierten en movimientos de tipo político para satis-facer intereses personalistas de quienes los lideran. Ese es el caso de algunas de

ACORE, importante grupo de presión

nuestras asociaciones de la Reserva Activa que han perdido su norte y consecuente-mente su razón de ser.

En ese sentido, ACORE bajo ninguna cir-cunstancia puede incurrir en errores seme-jantes. A través de todas sus actuaciones debe ser consecuente con los objetivos y valores supremos que se fijaron desde el momento mismo de su creación. Su objeto social, debe ser inmodificable. En esto debe haber absoluta claridad para evitar confu-siones o malas interpretaciones.

Con relación a este tema es mucho lo que se ha dicho y escrito. Todos somos conscientes de la importancia de la unidad e integración de todas nuestras reservas para que, fortalecidos como gremio, nos constituyamos en un grupo importante de presión que nos permita llegar a todas las instancias del poder en procura de solucio-nes prontas y eficaces, frente a los múlti-

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ples problemas que nos afectan, incluyendo a quienes se encuentran en servicio activo.

Siempre debemos recordar que somos una misma institución, conformada por quienes ya no portamos nuestro uniforme y quienes aun lo siguen portando. Todos te-nemos los mismos intereses por los cuales hay que luchar y proteger.

Fortalecernos como grupos de presión es la tarea y es lo mínimo que esperan nuestros Asociados. Los grupos de presión, aunque no son de carácter político, fácil-mente pueden desviarse de sus objetivos y convertirse en movimientos de este tipo. Dentro de este concepto de unidad siempre ha existido la inquietud de impulsar proyec-tos políticos que desafortunadamente en el pasado se han quedado a mitad de camino.

A mi juicio, independientemente de esa indiferencia y falta de persistencia que nos ha caracterizado, el problema principal se ha presentado por la ausencia de un líder que arrastre, encause y motive todo ese descontento y nos haga ver con claridad la importancia de lograr cuotas mínimas de poder que se constituyan en el instrumento apropiado para la obtención de todo lo que nos propongamos.

Para satisfacer esta inquietud, es impor-tante revisar cuidadosamente todo lo que se ha hecho en épocas recientes, para evitar la comisión de los mismos errores. Debemos superar ciertos protagonismos e intereses personalistas para lograr la unidad que tanto pregonamos. No es tarea fácil, pero tampoco imposible. Hay que in-tentarlo, y este es precisamente el principal reto que nos podríamos imponer frente a las actuales circunstancias.

Si queremos una cuota de poder a través de la actividad política, hay que trabajarla. Quienes tengan la intención de participar en las próximas contiendas electorales y postular su nombre para cualquier cargo de representación popular, debe llegar a acuerdos con quienes tengan la misma as-piración y establecer unas reglas de juego

que se deban cumplir, con el de evitar la dispersión de esfuerzos, que es lo que ha-bitualmente nos ha conducido a la derrota.

ACORE no tiene ni puede tener partici-pación directa en este tipo de contiendas, sin embargo, puede actuar en condición neutral, como facilitadora o mediadora, en la búsqueda de un buen entendimiento en-tre quienes aspiren a postularse, para lograr unidad de esfuerzos entre los potenciales electores y buscar así, mejores resultados.

El voto militarComo aspecto íntimamente relacionado

a lo anterior, aparece otra inquietud que tiene que ver con la recuperación de un derecho que antaño disfrutamos; se trata del derecho al voto en nuestra condición de militares en servicio activo. No es más, ni nada menos, que un derecho funda-mental que, por principio de igualdad, nos corresponde.

Este derecho que perdimos en el año de 1945, con el argumento de “que la disci-plina y la subordinación militar, propia de nuestra institución, podría inclinar al subor-dinado a votar según criterio de su coman-dante”, prevaleció por mucho tiempo. Años después, en las épocas de las confronta-ciones partidistas y la violencia política que afectó al país a mediados de la centuria pasada, se fortaleció este mismo concepto. Por fortuna, hoy en día estas circunstancias ya no existen y están totalmente superadas. En su condición de militares o de miembros activos de la Fuerza Pública al servicio del país, tienen una clara y firme convicción de la sumisión al poder civil de la nación y del acato y subordinación a las normas y leyes de la República. En estas circunstancias, se encontrarían muy distantes de una eventual participación política de carácter deliberan-te y de todo aquello que signifique algo dife-rente al solo acto mismo de sufragar para escoger a sus dignatarios. Esto es lo que realmente interesa.

Los militares de varios países de Europa,

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de Norteamérica y de América Latina como Chile, Perú, Paraguay, México y Nicaragua, hacen uso de este legítimo derecho.

Quienes han venido estudiando este im-portante y controvertido tema, aseguran que lo contemplado en nuestra Consti-tución Nacional respecto de la no delibe-rancia de la Fuerza Pública, es muy sabio pero excesivamente exagerado. Se puede ejerce el sufragio, sin necesidad de partici-par en la actividad política, o de aspirar a cargos de elección popular, o a desarrollar eventos de tipo partidista, proselitismo o cualquiera otra actividad de estas caracte-rísticas. También se impediría constreñir el sufragio o ejercer cualquier acto con el cual se pudiera modificar la intención de voto de quienes sean subordinados.

En este momento, por iniciativa de un grupo de diez congresistas, en cabeza del Vicepresidente del Senado, fue radicado en la Secretaria de la Cámara Alta, un proyecto de acto legislativo, según el cual se modi-fica parcialmente el Artículo 219, inciso 2, de nuestra Carta, para que los miembros de

la Fuerza Pública puedan ejercer el derecho del sufragio mientras permanezcan en ser-vicio activo, bajo la condición de no interve-nir en actividades o debates de partidos o movimientos políticos.

Consecuente con lo anterior, ACORE, pre-via consulta con algunas de sus bases, y con varios miembros de las Fuerzas Milita-res en servicio activo, resolvió acompañar esta iniciativa, y ha tomado contacto con varios congresistas de diferentes banca-das en busca de respaldo para sacar ade-lante este proyecto. La respuesta ha sido muy positiva, y seguiremos insistiendo en tal sentido.

De lograr la recuperación de este derecho, sin duda alguna lograríamos grandes ven-tajas para influir de manera decisiva, en la toma de decisiones sobre aspectos funda-mentales, que tengan relación con nuestros intereses institucionales. Los miembros de la Fuerza Pública en servicio activo llegan hoy a cerca de 460.000 efectivos, que que-darían habilitados para ejercer este derecho constitucional.

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Colección Particular Autorizada

TC Guillermo Eloy Alfaro Cifuentes

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CoronelDarío Ruíz TinocoInternacionalista y Académico.Vocal Suplente EjércitoJunta Directiva ACORE

La Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar y los conflictos marítimos de Colombia

Se han cumplido treinta años desde la suscripción por parte de la comu-

nidad internacional de la Tercera Con-vención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar, sin que aún Colombia la haya aprobado, no obstante ser la Convención más importante de la histo-ria mundial, después de la Carta de San Francisco de 1945.

Es la Convención del Mar un tratado internacional que trasciende tanto en el tiempo como en el espacio, debido a que para su elaboración trabajaron durante más de diez años expertos y diplomáti-cos de más de ciento cincuenta países, por consiguiente su texto representa el fruto de un arduo y concienzudo esfuer-zo logrado por la vía del consenso entre todos los Estados que participaron.

Fue mucho más sencillo elaborar la Carta de San Francisco de 1945 que dio origen a la Organización de las Naciones Unidas, en reemplazo de la desaparecida Sociedad de las Naciones gestada en el Tratado de Ver-salles de 1919, que elaborar el texto de la Tercera Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.

Este tratado internacional no partió de cero en su proceso de negociación, debido a que su texto constitutivo acogió algunos de los criterios que habían sido pactados por los Estados desde 1958 en las cuatro convenciones de Ginebra sobre Derecho del Mar y por consiguiente, la Tercera Con-vención de las Naciones Unidas, no dejó de lado los conceptos emitidos por el Comité de Fondos Marinos que había deliberado entre 1967 y 1973. Es decir, si se toma todo

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el tiempo de trabajo desde su elaboración hasta la fecha, podríamos estar hablando de treinta años que Colombia ha dejado pasar sin haber aprobado este tratado inter-nacional de tanta trascendencia histórica, que sufre el país en periódicos y estériles debates, por la presencia de posiciones encontradas, acerca de la conveniencia o inconveniencia que para los intereses del Estado colombiano podría representar la aprobación de dicha convención.

No obstante, frente a otros compromisos internacionales no menos importantes, como por ejemplo, los diferentes tratados de libre comercio de de manera bilateral ha suscrito Colombia, los procesos de ne-gociación y aprobación se dan sin mayores dificultades y ello es entendible por lo con-creto de los temas.

Hoy en día no existe claridad en la opi-nión pública colombiana acerca de cuál deber es la posición definitiva frente a un asunto de tanta importancia para el país, que sin lugar a dudas amerita fijar y dar a conocer lo que piensa el Estado respecto al mar. Este asunto, que parece encontrarse relegado al olvido o a un segundo lugar, porque ha trascendido “sin pena ni gloria” de gobierno a gobierno, de canciller a can-ciller; ocasionalmente se activa en debates y análisis más de carácter académico, que de propósitos políticos nacionales, debates que a la postre no arrojan resultados con-vincentes, a sabiendas, o desconociendo que en el hemisferio occidental Colombia es el país que comparte el mayor número de fronteras marítimas (siete en total), de-rivadas de la más importante posición es-tratégica en toda la región.

Colombia no ha podido resolver aún el diferendo limítrofe con Venezuela por la delimitación de los espacios marinos y submarinos en el mar Caribe, y Venezuela es el único país que abiertamente rechazó la Convención de 1982, por el contenido de cuatro de sus artículos, que sin lugar a dudas favorecían la posición inicial de

Colombia de la línea media y equidistan-cia, frente a la compleja controversia por la delimitación de los espacios marinos y submarinos en el área del mal llamado Golfo de Venezuela. Controversia que se inicio en 1966 y en la que Venezuela ha buscado imponer la frontera marítima a través de la línea de prolongación de la frontera terrestre hacia el mar, que resulta absolutamente inequitativa para el interés nacional, porque prácticamente esta pre-tensión venezolana, excluye a Colombia de las aguas del Golfo de Coquivacoa o de Ve-nezuela, (denominación que recibe según la orilla en que nos encontremos).

No hay que olvidar que Colombia es un Es-tado ribereño en el golfo por tener acceso geográfico al mismo, debido a la presencia de costa entre Castilletes y Punta Espada, en la península de La Guajira, que le otor-gan toda la jurisdicción marítima que se deriva del Derecho del Mar, como Mar Terri-torial, Zona Contigua, Plataforma Continen-tal y Zona Económica Exclusiva, de manera

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proporcional a la extensión de sus costas, como tampoco es desconocido el hecho de que en Venezuela algunos internacionalis-tas embriagados por un nacionalismo ‘mal sano, propugnan por imponerle a Colombia la ‘Costa Seca’ entre Castilletes y Punta Espada, así como la condición de islas a las rocas llamadas Los Monjes, a propósito de este artículo, entregadas a Venezuela por un acto de traición a la Patria y a sabiendas de que eran colombianas, mediante una Nota de Cancillería (DM-542 del 22 de noviem-bre de 1952), firmada por el canciller Juan Uribe Holguín y avalada por el presidente provisional de Colombia, Roberto Urdaneta Arbeláez, quien ejercía el cargo de Jefe de Estado por la temporal ausencia del titular Laureano Gómez.

Nicaragua contrario a Colombia, sí dio el paso para aprobar la Convención del Mar, motivada sin lugar a dudas en la controver-sia artificialmente creada en contra de Co-lombia, por su frustrada reclamación sobre el archipiélago colombiano de San Andrés y la delimitación de las áreas marinas y sub-marinas, en la cual ha desconocido no solo la indiscutible validez del Tratado de 1928,

sino que ha puesto en duda la sostenibilidad del meridiano 82 como frontera marítima in-ternacional con Colombia, derivada del texto de referido Tratado y del ejercicio de sobe-ranía sobre el archipiélago de San Andrés hasta la referida coordenada geográfica.

El país centroamericano a través de un acto violatorio del Derecho Internacional Público, como es la afectación y desconocimiento del principio Pacta Sun Servanda, ha pre-tendido obtener supuestos derechos sobre territorios insulares y marítimos de Colombia que no le corresponden, es decir, a través de un acto ilícito, como es el desconocimiento de un principio fundamental de Derecho In-ternacional, obtener un ‘supuesto derecho’. La hermenéutica jurídica indica que los actos ilícitos no pueden generar derechos a favor de quien los comete, pero en este caso parece no cumplirse la regla, por acep-tación de la demanda de Nicaragua contra Colombia por parte de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, a pesar de la ‘excep-ciones preliminares’1 que inoportunamente 1. Excepciones Preliminares. Recurso que tiene un Estado demandado ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya destinado a demostrar que la Corte no es competente para conocer el caso.

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presentó Colombia ante este organismo ju-dicial, para eludir sus competencia y que a la postre terminó compareciendo ante la Corte por haber sido rechazado el referido recurso.

Colombia ha guardado ‘la mayor pruden-cia’ ¿o temor? con respecto de los actuales gobiernos de Venezuela y Nicaragua, para resolver de una vez por todas asuntos pen-dientes atinentes a la definición total de su soberanía territorial, como es el caso de la definición de las áreas marinas y subma-rinas con Venezuela, entre otras razones, porque en un pasado no muy lejano, se evidenció como esta controversia generaba “falsos nacionalismos en la otra orilla de Orinoco”, estimulado por personajes de la más triste recordación para los colombianos como José Lara Peña, Miguel Ángel Capriles, y otros tantos anticolombianistas de la más baja estirpe. La usencia de delimitación de áreas marinas y submarinas con Venezuela ha favorecido la presencia de una soterrada estrategia que envenenó a más de una ge-neración de hermanos venezolanos contra Colombia, haciéndoles creer que Colombia quería arrebatarles el golfo. Sus irraciona-les e irritantes posiciones guerreristas y ce-rradas, y sus expresiones altisonantes en contra de Colombia proferidas en términos desafiantes: “colombiano ladrón si quieres el golfo hay que obtenerlo peleando”, repre-sentaban en una torpe invitación a la guerra.

La anterior situación por el contrario incre-mentó nuestra posición prudente frente al tema del golfo, lo cual se ha traducido mas percepciones de ‘poca firmeza’ para llevar el caso ante la Corte Internacional de Jus-ticia de La Haya como corresponde, por el temor tal vez derivado de las declaraciones de un excanciller venezolano que afirmaba que “si Colombia llevaba unilateralmente el caso ante el alto tribunal internacional de La Haya, Venezuela lo consideraría como un acto de agresión”.

Con respecto a Nicaragua, la situación no es muy diferente, Colombia permitió que la demandaran ante la Corte Internacional de

Justicia de La Haya, y digo, permitió, porque ante la “declaratoria ilegitima de nulidad” del Tratado de 1928, Colombia ha debido haber sido el Estado demandante y no el demandado, lo cual le hubiera otorgado grandes ventajas tanto jurídicas, como políticas ante el alto tribunal internacio-nal. Es decir, con la declaratoria de nulidad del Tratado de 1928, Nicaragua no se dio cuenta que estaba renunciando al título adquisitivo de dominio sobre la Costa de Mosquitos y las Isla del Maíz, que fueron hasta la suscripción del Tratado Esguerra Bárcenas territorios colombianos y que Co-lombia prácticamente se los cedió, luego de una sucesión desafortunada de aconte-cimientos históricos, que debilitaron nuestra posición y dominio sobre la Costa de Mos-quitos, como fue la cuestión de los límites con Costa Rica y la pérdida de Panamá.

Colombia si hubiese tenido la ventajosa posición de Estado demandante, así algunos ‘doctos’ en la materia hubiese considerado esta posición ‘poco seria’ hubiera podido proceder a reclamar los mencionados te-rritorios como suyos, como reivindicación te-rritorial, ante la renuncia del por parte de Ni-caragua del “Titulo Adquisitivo de Dominio” como lo es el Tratado de 1928. Ello muy posiblemente no hubiese prosperado, por la esencia misma del Tratado de 1928, pero habría puesto a pensar a los nicaragüenses sobre la consecuencias y alcances de sus actos absolutamente contrarios al derecho.

La Corte, como era de esperarse en esta demanda de Nicaragua, no tocó para nada le legitimidad del Tratado de 1928, por res-peto al Pacta Sun Servanda2, es decir, no cuestionó la soberanía de Colombia sobre San Andrés, pero si se reservó el trazado de la frontera marítima entre los dos países, tal vez desconociendo el hecho de que el Meridiano 82 constituye un límite tradicio-nal para los dos Estados, así uno de ellos, Nicaragua no lo considere actualmente

2. Pacta Sun Servanda: los tratados obligan a las partes y deben ser cumplidos de buena fe.

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así, porque históricamente, hasta antes de 1980, dicho meridiano había sido respetado por ambas partes como frontera marítima, prueba de ello han sido las innumerables no-tas de protesta, de parte y parte, cuando el meridiano 82 ha sido sobrepasado en detri-mento de la soberanía de alguno de los dos Estados, ya sea por parte de barcos pesque-ros o embarcaciones de Estado. Es obvio que la mayoría de las notas de protesta las ha elevado Colombia contra Nicaragua.

En los anteriores escenarios directa o indi-rectamente interviene, la Tercera Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho de Mar. Tratado que se adoptó por la vía de con-senso, lo cual no deja de representar verdade-ra hazaña, dada la gran dificultad para lograr acuerdo entre intereses, tendencias, criterios e inclusive idiomas e ideologías políticas, an-tagónicas o diferentes, para lograr así, unifi-car un texto único, universal y trascendente. Cuando la Convención se aprobó, hubo 130 votos a favor, 17 abstenciones (la mayoría de los países de la antigua Cortina de Hierro) y cuatro votos en contra (Estados Unidos, Ve-nezuela, Israel y Turquía).

No obstante lo anterior, el respaldo a la Convención fue absolu-

tamente mayoritario y esas posiciones

contrarias o de

abstención han venido cediendo ante las nuevas demandas e intereses que se de-rivan de tan importante Tratado, que hoy cuenta con el respaldo de la gran mayoría de la comunidad internacional.

La Convención del Mar representa una compilación de normas, criterios y prin-cipios, destinados al aprovechamiento del mar con todos sus recursos y ventajas, que contempla no solo métodos claros en ma-teria de delimitación de los espacios mari-nos y submarinos entre los Estados, sino que rescata algunos de los criterios de la Convención de Ginebra de 1958. Contiene normatividad relacionada con asuntos ati-nentes a la navegación, tendido de cables submarinos y tuberías, exploración y ex-plotación de los recursos naturales, pesca y conservación de las especies marinas, Mar Territorial de 12 millas, Plataforma Continental y Zona Económica Exclusiva de 200 millas y Régimen de Alta Mar, en-tre otros, así como la creación de un nuevo tipo de Estado denominado ‘archipelági-co’, como por ejemplo Las Filipinas, con un régimen especial; se creó también la Autoridad de los Fondos Marinos y Oceáni-cos y hasta mecanismos para la solución de las controversias entre los diferentes Estados Partes de la Convención con la creación del Tribunal del Mar con sede en Hamburgo, que se encarga de la adminis-tración de la denominada Zona Internacio-

nal y de las labores de explotación y comercialización de los recur-

sos marítimos de la lla-mada zona.

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La Convención de 1982, conocida tam-bién como la de Montego Bay (Jamaica) o Convemar, contiene 320 artículos, 9 anexos, y se divide en 15 capítulos que abordan aspectos tan diversos como, la navegación internacional, régimen de las islas, (muy diferente al de las rocas), mares cerrados y semicerrados, acceso de Esta-dos sin Litoral, como los casos de Bolivia, Paraguay, Suiza, Afganistán, para citar al-gunos, la protección del medio marino, in-vestigación científica, transferencia de tec-nología marina y solución de controversias.

Como se puede apreciar, el tema es de por sí extenso y complejo y de gran interés no solo para los estudiantes de relaciones internacionales y disciplinas afines, sino también para profesionales en diferentes áreas y ciudadanos del común, así como para la comunidad académica y científica en general.

Convención del Mar de 1982Como decíamos, es un Tratado Internacio-

nal, de carácter multilateral, negociado por la vía del consenso, que regula a nivel uni-versal, todos los aspectos relacionados con el mar, su exploración, explotación, su de-limitación, sus aspectos constitutivos, sus zonas, regiones, la resolución de conflictos por la posesión del mismo, su navegación. La Convención del Mar es sencillamente la codificación de una de las más importantes ramas del Derecho Internacional Público, cuyo estudio representa no solo un disci-plina científica, sino altamente calificada. Entró en vigor el 16 de noviembre de 1994.

La Convención del Mar está conformada por un conjunto de normas y principios rec-tores sobre los aspectos relacionados con el mar y la manera de aprovechar sus recur-sos. Contiene artículos relacionados con la navegación en superficie y submarina, sobre el tendido de cables y tubería submarinas, actividades relacionadas con la exploración del mar con fines de explotación de sus re-cursos naturales renovables como la pesca,

como no renovables, conservación de las especies marinas, así como las labores de investigación científica y la preservación del medio ambiente marino.

Es importante destacar las competencias tanto soberanas como jurisdiccionales que se le otorgan a los Estados sobre el mar, como la definición de la anchura del mar territorial en 12 millas como máximo, es decir, de anchura variable, donde el Estado ribereño ejerce soberanía; así como la in-corporación de la figura de Zona Económica Exclusiva3 que no estaba contemplada en la Convención de Ginebra de 1958, Zona Contigua y Plataforma Continental, también de 200 millas, diferente al criterio que so-bre Plataforma Continental tiene la Conven-ción de Ginebra de 19584. En síntesis, la 3. Zona Económica Exclusiva. Es la franja de 200 millas de mar adyacente a la costa del Estados, en la cual está in-corporado el Mar Territorial, donde el Estado ribereño tiene la exclusividad para explotar los recursos pesqueros en su beneficio. 4. Plataforma Continental. La Convención de Ginebra de 1958 consideraba la plataforma continental de los Estados en 200 metros de profundidad o hasta donde el Estado ribe-reño pudiera explorar y explotar los recursos de suelo y sub-suelo marino. La Convención de Jamaica no tiene en cuenta el criterio de profundidad sino de extensión.

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Convención termina por fusionar una serie de normas y principio sobre el mar, que ya habían sido codificados en anteriores con-venciones, para la elaboración de un instru-mento internacional único en su género.

El mar territorial, sobre el cual existía una diversidad de criterios entre los Estados, que hacían imposible su definición quedó determinado tal y como se anotó anterior-mente, sin sobrepasar las 12 millas. Por otra parte, los derechos del Estados ribere-ños sobre la Zona Económica Exclusiva, son soberanos para la explotación de los recur-sos del medio marino e igual ocurre con la Plataforma Continental.

Se concibió un nuevo tipo de Estado dife-rente al continental o insular, como es el caso de los Estados Archipelágicos, con-formados por un conjunto de islas, como Japón, Filipinas, Trinidad y Tobago, entre otros muchos, con un régimen especial y derechos a las aguas interiores que re-sultan de la unión del conjunto de islas, a través del trazado de una serie de ‘Líneas de Base Recta’, similares a las que se em-plean para unir costas con escotaduras y a partir de esas líneas se mide la anchura del mar territorial, y las aguas que se en-cuentren en su interior serán consideradas ‘aguas interiores’5.

5. Aguas Interiores. Las que se encuentran al interior de la línea de base recta; también son consideradas aguas inte-riores del Estado, los lagos, lagunas y ríos que se encuen-tran dentro de su territorio soberano y que por tal razón no están sujetas al régimen internacional, sino interno de cada Estado.

Se creó la Zona Internacional de los Fon-dos Marinos, concebida como aquella zona que se encuentra ubicada más allá de la ju-risdicción nacional de los Estados y que es regida por una entidad de Derecho Interna-cional con una composición que se asemeja a la de la Organización de las Naciones Uni-das. Esta Zona es considerada como ‘patri-monio común de la humanidad’ y en benefi-cio de los países en vías de desarrollo.

Una de las grandes e importantes nove-dades de la Convención del Mar es la que hace referencia al aspecto jurídico relacio-nado con la solución de controversias de-rivadas de la propia Convención. Para ello el Capítulo XV contempla todo un código de normas de fácil aplicación que apuntan a la solución rápida, efectiva de las controver-sias que se deriven de la aplicación de la Convención, en razón a que los conflictos de interpretación o de aplicación pueden llegar a ser numerosos y versar sobre dife-rentes materias y para ello se requiere de la presencia y asistencia de tribunales es-pecializados. De allí nace el Tribunal de Hamburgo que se encarga de administrar la ‘Zona Internacional’. De igual manera se crea la denominada ‘Autoridad’, que tiene como función la administración de la ‘Zona Internacional’, así como las labores relacio-nadas con la explotación y comercialización de los recursos que es extraigan de la Zona.

En síntesis, y con el propósito de dar una idea acerca de la importancia de esta Con-vención, aparte de los aspectos ya citados, la Convención contempla la legislación sobre mares cerrados y semicerrados, el acceso de Estados sin litoral, transferencia de tecnología, régimen de las islas, la liber-tad de tránsito y estrechos usados para la navegación internacional.

Colombia de espaldas al marTres cuartas partes del planeta están con-

formadas por el mar y el espacio restante por tierra, lo cual sustenta la tesis que afir-ma la necesidad de un cambio de nombre

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por ‘Planeta Agua’ en vez de ‘Planeta Tie-rra’. El mar es uno de los elementos con la mayor dimensión estratégica que su pueda imaginar, mesurar y proyectar, es y ha sido siempre el camino más eficiente para la ex-pansión de las diversas culturas a lo largo de la historia, para la transculturación y el de-sarrollo del comercio entre los pueblos, de la industria, del poder militar, para la fusión de razas, lenguas, costumbres, para la ob-tención de las grandes riquezas del planeta tierra, para la subsistencia de la especie hu-mana, así existan pueblos mediterráneos, el mar ha sido la fuente de la mayor inspi-ración no solo para los trabajos científicos, sino también para la inspiración de escri-tores, conquistadores, aventureros, poetas, seres humanos de todas las condiciones; el mar es y ha sido la parte inseparable de la gran historia de la humanidad, es el origen de vida y de las especies, es punto de equi-librio fundamental en la preservación del medio ambiente.

Escribir acerca de la importancia de Mar en el desarrollo de los pueblos abarcaría miles de páginas de análisis y de estudios de diferentes órdenes.

Todo Estado con acceso al mar tiene mayor valor estratégico que el Estado que no ostenta tal privilegio, así lo ratifican los grandes imperios de la historia como Gre-cia, Roma, Inglaterra, Estados Unidos, y así lo podría ratificar la posición estratégica que tiene Colombia frente al mar, con 2.900 kilómetros de costas continentales, (1.600 kilómetros en el mar Caribe y 1.300 en el

océano Pacífico), más nuestros territorios insulares del departamento Archipiélago de San Andrés y la isla de Malpelo en el Pací-fico, que hacen que se duplique la extensión de nuestro perímetro continental, es decir, Colombia posee casi un millón de kilóme-tros de jurisdicción marítima.

Esta posición tan ventajosa de Colombia no ha sido adecuadamente explotada, ha sido ignorada por la carencia histórica de una política de Estado con respecto del mar y por el imperativo mal trazado a lo lar-go de la historia de una conciencia política centralista y mediterránea, que ha visto el mar como un elemento periférico, lejano y hasta olvidado del núcleo central (Bogotá), lo cual se refleja en la inexistencia de una política marítima, que logre extender las aspiraciones del Estado.

Colombia ha logrado cerrar casi todo su perímetro marítimo, tanto en el mar Caribe como en el océano Atlántico, con la suscrip-ción de legítimos Tratados con sus vecinos ”III Convención de las Naciones Unidas so-bre Derecho del Mar y los Límites Marítimos de Colombia”6.

Prueba del desgreño con respecto al mar, ha sido nuestra posición frente a la Conve-mar, indefinida, sin claridad, sin objetivos, por lo menos conocidos y a lo mejor obe-deciendo criterios de un círculo cerrado de personajes de la vida nacional, que siguen vigentes e influyendo negativamente o positivamente desde sus cuarteles de in-vierno en las decisiones que se deben to-mar en esta materia. Por consiguiente se desconocen las razones por las cuales Co-lombia se mantiene en situación de mar-ginalidad frente a la Convención del Mar. Si se trata de una estrategia para negociar la única frontera marítima por definir, la de Venezuela, sería bueno que los colombia-nos saliéramos de esta incertidumbre y al menos debatir esta estrategia. Venezuela 6. “Tercera Convención de las Naciones Unidas sobre De-recho del Mar y Los Límites Marítimos de Colombia”. Serie Geopolítica, Instituto de Estudios Estratégicos, Universidad Militar Nueva Granada IGE No. 6. Mayo 2002. pag, 18 a 23

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en este caso fue claro, fijó una posición de Estado, respetable por cierto, coherente con sus propios intereses, mientras que la posición de Colombia se debate entre la ambigüedad y el misterio.

Para comprender la importancia del mar basta leer tan solo la tesis del almirante norteamericano Alfred Tayer Maha7 plas-mada en su libro el Poder Naval en la His-toria, publicado en 1863, que se convirtió en la tesis que geopolíticos y estrategas exponen y analizan para resaltar la impor-tancia de los océanos en las pretensiones expansionistas de las grandes potencias, en su objetivo de dominar el mundo. Así la teoría de Mahan haya sido revaluada en su importancia por los criterios de Mackinder8

7. Alfred Thayer Mahan (1840-1914),”Power Upon History, 1660-1890”.Teoria Geopolítica para el dominio del mundo a través del mar.8. Sir Harford Mackinder. “El Pivote Geográfico de la Histo-ria”, plantea el dominio del mundo a través del control de Corazón Mundial. Tesis del poder terrestre:”Quien controla la Isla Mundial controla Europa Central, quien controla a Eu-ropa Central, controla el Corazón Mundial, quien controla el

o de Reignier9, sigue teniendo vigencia, no ha perdido importancia, ni mucho menos trascendencia histórica. El poder naval que hoy tiene Estados Unidos en los mares del mundo así lo testifica, siete flotas navales que le permiten en dominio y control de importantes áreas estratégicas de globo. La tesis de Mahan pasó de Gran Bretaña a Estados Unidos, que ha sabido explotarla y aplicarla en su propio beneficio. Es Estados Unidos la potencia dominante en los mares de mundo.

Para algunos autores la historia de la humanidad se resume en la lucha del mar contra la Tierra, así lo plantean Mahan y Mackinder, sus percepciones particulares sostienen un conflicto entre los océanos y los espacios continentales. El profesor de la Universidad de Paris, Charles Rousseau, escribía: “La lucha entre el mar y la tierra, es un conflicto entre océanos y continen-

Corazón mundial controla el mundo”.9. Reignier: “Teoría de poder aéreo”.

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tes; es decir, en el orden político y social a la lucha entre las democracias marítimas, liberales, pacifistas y universalistas, contra los imperios continentales, nacionalistas, autoritarios, imperialistas´(el imperio persa contra el mundo helénico; Roma contra los barbaros; el islam contra el mundo feudal; los Países Bajos contra el imperio de Carlos V; Inglaterra contra el imperio Napoleónico; las democracias anglosajonas contra los países de Eje; la comunidad atlántica con-tra el bloque Soviético), lo que constituye unas alternativas históricas que conducen y terminan siempre con el establecimiento de una gran federación de la que se equilibran las fuerzas del mar y de la tierra (Imperio Ro-mano contra Imperio Británico)”.

No obstante lo anterior, Rousseau advierte que dicha apreciación no puede llegar a ser aceptada sin reservas y para ello cita los ca-sos de la condición marítima Rey Carlos V de España y I de Alemania y el origen continen-tal de la democracia helvética y el hecho de que el Imperio de Napoleón fuese el creador del Código Civil francés.

Colombia históricamente ha marcado un clara diferencia entre la costa y el interior del país, entre el mar y la tierra, un conflicto de intereses, de culturas, de historias, de costumbres y de formas de pensar; de ra-zas, de idiosincrasias; para el costeño del común un ‘cachaco’ es toda persona que no es costeña, así se trate de un indígena cu-rripaco” del Guainía o un llanero de Arauca. Una cosa es la costa colombiana del Pací-fico o del Atlántico y otro bien diferente el interior de país. Parte de nuestra historia de las guerras civiles ha sido la lucha por alcanzar la identidad nacional, por el poder, por llegar a reconocer nuestra condición multicultural y multirracial, por la tenencia de tierras, así todos seamos colombianos no podemos olvidar que en Colombia son marcadas las diferencias ancestrales y cul-turales, que a las vez tratan de explicar las razones de nuestros conflictos, entre fede-ralistas y centralistas, entre liberales y con-

servadores, entre el Estado confesional y el Estado liberal, entre muchos otros.

El conflicto histórico entre la tierra y el mar se extiende a Caracas y Bogotá y, guardadas las lógicas proporciones, ha sido en aparien-cia similar al que se ha dado dentro del te-rritorio nacional; las pugnas entre Francisco de Paula Santander y Simón Bolívar, o entre Santander y Páez así lo testifican. Santafé de Bogotá la capital de la llamada Gran Co-lombia, enclaustrada en medio del altiplano cundiboyacense, a mil kilómetros de distan-cia del mar y Caracas sobre la costa, han marcado ese conflicto tierra vs mar, demo-cracia vs dictadura, militarismo vs la rancia oligarquía10, la Capitanía General de Ve-nezuela vs el Virreinato de la Nueva Grana-da, andino vs costeño, Guzmán Blanco11 vs toda Colombia, Virgilio Barco vs Jaime Lu-cinchi, guerrerismo vs pacifismo, entre otras muchas expresiones de distanciamiento y 10. Rancia Oligarquía. Término acuñado en Venezuela para referirse a la clase dirigente de Colombia.11. Guzmán Blanco. General venezolano de siglo XIX, dicta-dor que se hacía llamar ‘El ilustre Americano’ y que abier-tamente le planteó a Colombia una guerra para resolver el problema de los límites terrestres.

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confrontación entre dos pueblos hermanos, obligados, querámoslo o no, a entendernos, convivir y respetarnos por los mandatos de la historia y la geografía.

Colombia contrario a Venezuela no ha sa-bido explotar la gran ventaja que el mar le ofrece para alcanzar un reposicionamiento estratégico en la región, acorde a sus ca-pacidades, no solo desde el punto de vista militar, sino por no contar con una adecua-da marina mercante, que le imprima mayor dinamismo a puertos tan importantes como Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, en el océano Atlántico, otrora ejes de nuestro desarrollo y de nuestra historia, tan o más importantes que Kingston (Jamaica). No en vano el propio presidente de Estados Uni-dos, Franklin Roosevelt, visitó la heroica en 1934 para reunirse con el presidente En-rique Olaya, y pudo dimensionar su impor-tancia comercial y estratégica que muchos colombianos desconocen. Roosevelt en su viaje hacia las islas de Hawaii, quería co-nocer Cartagena de Indias que a propósito, fue el gran bastión de América Latina en el

Caribe, no solo en la lucha contra las inva-siones de piratas y filibusteros, sino como un eje del comercio y del desarrollo nacio-nal, superior a Kingston, a Panamá y a La Habana. Todos los colombianos debemos reflexionar sobre la importancia vital de la costa y del mar, conociendo la historia de que fue Cartagena y lo que debe ser nuestra costa proyectada hacia este siglo.

Si hablamos del Pacífico colombiano, po-dríamos observar lo negativo que ha sido nuestra conciencia geopolítica, medite-rránea para el desarrollo de esta región, ya advertida en su momento por nuestro Libertador, cuando afirma que “el istmo de Panamá era tan importante para Colombia como el istmo de Corinto para los griegos”. Terminamos perdiendo a Panamá por una desafortunada secuencia de sucesos históricos que nos quitó la joya más precia-da, el brazo derecho de lo que sería nuestra geopolítica, Panamá, con su capital, Ciudad de Panamá, mirando hacia el mar del Sur u océano Pacifico, descubierto por Vasco Núñez de Balboa, que se erige hoy como el más importante eje de navegación y co-mercio entre Oriente y Occidente, entre el Caribe y el océano Pacífico por su posesión sobre el canal que lleva su nombre.

La historia en ocasiones tiene el mal hábito de repetirse y cuando se repite no es para bien, porque es producto del olvi-do de los grandes errores y equivocacio-nes, cuando se desconoce la historia no se pueden prever los males que ella trae consigo y ello nos ha ocurrido. Colombia no soportaría una nueva pérdida de te-rritorio, porque sería la funesta repetición de esa historia que nos avergüenza y nos empobrece. Las tendencias separatistas siempre afloran, como ocurrió con Panamá por el desgreño y abandono, como las que en oportunidades han aflorado en San An-drés, gobernada en ocasiones por un clase política decrepita y corrupta o en nues-tra costa pacífica en el departamento del Chocó, donde la historia de la corrupción

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daría para escribir un diccionario, donde se traduzca el significado de las palabras corrupción ligada a la ausencia de Estado, para llegar al resultado de separación.

En el pleito de límites marítimos con Venezuela no se trata de ganar o perder, porque si alguien gana el otro pierde o vice-versa, sencillamente se trata por justicia y equidad dar a cada país lo que en derecho le corresponde, así se define la justicia12. Los límites o las fronteras impuestas siem-pre serán venas abiertas y obstáculos a la confianza y a la integración. El pleito de límites marítimos con Venezuela debe con-cluir en una ganancia para los dos partes, obtenida sobre la base de la justicia y la equidad y no de la terquedad y el impositivo capricho de unos líderes, cuyas actitudes resultan ser profundamente antidemocráti-cas, impositivas y antiintegracionistas. 12. “Justicia”: Aristóteles, “dar a cada cual lo que es suyo”.

Colombia no pretende, ni ha pretendido jamás lesionar territorialmente a alguno de sus vecinos y por ello no puede, ni debe aceptar imposición de límites marítimos injustos e inequitativos que no correspon-den a los legítimos derechos que posee. La Equidad13 constituye un principio de Derecho Internacional que no puede llegar a ser desconocida o supeditada a intere-ses particulares.

Con respecto a Nicaragua, el Meridiano 82 representa una frontera marítima para Colombia, constituye una iniciativa de Ni-caragua que surgió cuando en 1930 iba a ratificar el Tratado Esguerra Bárcenas Meneses. Discutir si es o no una frontera marítima internacional entre dos Estados, puede resultar un asunto bastante com-13. Equidad. Charles Rosseau. “Derecho Internacional Pú-blico. Ed Ariel, Barcelona 1966 (pag 78): ‘Se designa de un modo general, la aplicación de los principios de la justicia a un caso determinado’.

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plejo que depende desde la óptica en que se mire. Si es la óptica del expresidente Al-fonso López Michelsen, este meridiano no es un límite, sino una referencia geográfica que indica la extensión del archipiélago de San Andrés, con lo cual en contra del in-terés nacional le dio la razón a Nicaragua. El meridiano 82, en mi concepto, sí es una frontera marítima convencional, en razón a que tanto Colombia como el país que la desconoce, mientras Nicaragua lo han hecho respetar. La Cancillería colombiana tiene el mayor expediente que se pueda presentar, sobre todas las notas de protes-ta y reclamos que ha elevado ante el país centroamericano cuando en Meridiano 82 ha sido violado. Nuestra Armada Nacional da testimonio de todas las capturas que ha adelantado contra embarcaciones ex-tranjeras, en su mayoría nicaragüenses que han sobrepasado sin permiso nuestro meridiano para pescar ilegalmente en aguas colombianas del mar Caribe.

Política sobre el mar

“Si el principio de acceso al mar constituye el punto de partida del derecho internacional de la comunicaciones, es porque la libre uti-lización de los espacios marítimos represen-ta, en un sentido amplio la más antigua forma de comercio interestatal”. Charles Rousseau.

Durante la Edad Media prevaleció el cri-terio de que los estados feudales preten-dieron gobernar sobre el mar, y es así como, la ciudad de Venecia pretendía gobernar so-bre el mar Adriático, imponiendo tributos a los navegantes sobre la base de que la ciu-dad se encargaba de reprimir la piratería y el contrabando. Así mismo, los ingleses pre-tendieron obtener el dominio de los mares de todo el mundo, porque lo consideraban como la prolongación de territorio de la Co-rona, British Sea14 Canning15 afirmaba que 14. British Sea. Constituye una teoría según la cual los britá-nicos no solo eran los dueños de los mares, sino de las vías de comunicación.15. George Canning. Político y orador británico del siglo XIX

“el mar es un elemento que separa a las naciones, unas de otras y las une a la Gran Bretaña”

Fue el holandés Hugo Grocio16 quien a comienzos del siglo XVII, plasmó la visión sobre el mar tuvo el gran Imperio Roma-no con su dominio sobre el Mediterráneo y postuló el principio de “mar libre” sus-tentado en su obra Mare Liberum17, en el cual apuntalaba, con más que sobradas razones, porque los mares del mundo no podían ser sujetos de reivindicaciones por parte de los Estados, debido a que no podían ser susceptibles de apropiación, como sí ocurría con la tierra y debido a ello declaró la libertad de los mares del mundo. El mar no puede ni es propiedad de ningún Estado res nillius18. No obstan-te, el inglés Salden replicó en su libro Mare Clausurm19 defendió los derechos del Reino Unido y sustenta la propiedad privada sobre el mar.

No obstante lo anterior, ya para el siglo XVIII, se empezaron a sentar las bases que permitirán hablar en la actualidad acerca de la soberanía de los Estados sobre los mares adyacentes a sus costas, derivada precisamente de la tenencia de acceso al mar, es decir, el Estado cuyas costas mi-ren hacia el mar, tiene soberanía sobre un franja del mismo, entre otras muchas razones, por aspectos económicos de ex-plotación de sus recursos, políticos, inter-nacionales, derivados de la situación de vecindad con otros Estados costeros. Ello se convirtió con el tiempo en importante jurisprudencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya y para la creación de Derecho del Mar que hoy se aplica.

El alemán Cornelius Van Bynkershoek

que propugnaba por la abolición de la trata de negros.16. Hugo Grosio. Holandés (1583-1645). ‘Mare Liberun’, 1625. El mar no es de propiedad de nadie.17. Mare Liberum, Mar libre. Los mares no son susceptibles de ser ocupados.18. Res Nullius. El Mar no es propiedad de nadie.19. Mare Clausurum. Libro escrito en 1635 por Salen en el que platea que el mar le pertenece a Inglaterra.

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(siglo XVIII) fue quién sentó las bases para hablar de un mar soberano, que posteriormente quedaría determinado con la teoría conocida como ‘bala de ca-ñón’20 que le otorgaba al Estado ribereño tres millas de mar soberano a partir de sus costas, las cuales correspondían al alcance de un proyectil de artillería de la época. Es decir la soberanía del Es-tado sobre el mar estaba condicionada a su propia capacidad de defensa. Ya para principios del siglo XX algunos de los 42 Estados que conformaban la na-ciente comunidad internacional, habían expresado cierta preocupación sobre la necesidad de proteger sus recursos pes-queros y mineros derivados del mar.

Es así como la Sociedad de las Naciones (1919-1938)21 y la propia Conferencia de La Haya sobre la Codificación del Derecho Internacional, reconocieron la existencia de las aguas adyacentes a las costas de los Estados, otorgándoles una extensión máxima de 12 millas marinas.

La comunidad latinoamericana ya co-menzaba a considerar la tesis de las 300 millas marinas para el mar territorial (De-claración de Panamá de 1939) y las que la precedieron como la Resolución VIII sobre la Extensión del Mar Territorial y la Segunda Reunión Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores (Habana, 1940), entre otras.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, el presidente de Estados Unidos, Harry Truman, lanzó la conocida proclama que lleva su nombre ‘Proclama Truman’ del 28 de septiembre de 194522, cuyo con-

20. Teoría de la Bala de Cañón. Potestad Ubi Finitud Armo-runvis. El límite del Mar Territorial del Estado se extiende hasta donde llega un disparo de obus.21. Sociedad de las Naciones. Antecesora de las Naciones Unidas, creada por el Tratado de Versalles de 1919.22. Proclama Truman. El gobierno de Estados Unidos de América considera los recursos naturales del suelo y sub-suelo de fondo del mar, de la Plataforma continental por de-bajo de la alta mar próxima a las costas de Estados Unidos, como pertenecientes a éste y sometidos a su jurisdicción y control y se reserva el derecho a establecer de conserva-ción en ciertas áreas de alta mar contiguas a las costas de

tenido generó todo tipo de posiciones en la comunidad internacional, y raíz de estas reacciones, el Comité Jurídico Interameri-cano presentó el Proyecto de Convención sobre Mar Territorial y Cuestiones Afines, que contemplaba las 200 millas marinas y que se va a constituir en uno de los más importantes antecedentes para la Conven-ción de Ginebra de 1958.

En efecto, en 1956, la Comisión de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar reunida en Ginebra (Suiza), elaboró las cuatro convenciones de Ginebra ya men-cionadas y que tienen su origen en los trabajos adelantados por la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas.

Estas Convenciones son en su orden:a.- Convención sobre Mar Territorial y

Zona Contigua;b.- Convención sobre Alta Mar;c.- Convención sobre Plataforma Conti-

nental;d.- Convención sobre Pesca y Conserva-

ción de los Recursos Vivos en Alta Mar. Para cerrar, debo referirme al eminente

internacionalista, diplomático y profesor José Joaquín Gori (padre) que hace ya treinta años y con ocasión de debate que se generó en Colombia frente a la Tercera Convención de las Naciones Unidas so-bre Derecho de Mar, publicó importantes consideraciones en una secuencia de en-tregas que fueron dadas a conocer en la desaparecida revista Nueva Frontera23 que por supuesto no han perdido del todo su vi-gencia y valor histórico, porque son aporte para la comprensión del tema, debido a que contienen una visión objetiva y clara sobre este asunto y que por consiguien-te han servido de guía para el objetivo y propósito de este estudio.

Estados Unidos cuando las actividades pesqueras han sido desarrolladas y mantenidas o puedan serlo en el futuro en una escala sustancial.23. Nueva Frontera. Revista especializada de análisis y opinión inspirada en el pensamiento político que lideraron Carlos Lleras Restrepo y Luis Carlos Galán Sarmiento.

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MARIPOSATeniente CoronelGuillermo Eloy Alfaro Cifuentes

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Brigadier generalEdgar Peña VelásquezAbogado

Transversalidad del Marco Jurídico para la Paz

Es importante hacer uso de las he-rramientas audaces que nos puedan

llevar a puerto seguro en medio de esta guerra sin cuartel que estamos viviendo con el alto costo de miles de vidas ino-centes. Sin embargo, así sean ingenio-sas, si resultan mal utilizadas, pueden conducirnos al caos.

Queremos la paz pero no a cualquier precio, necesitamos que sea una paz dig-na, que deje incólume la soberanía de la Nación, una paz que no sea cuestionada por debilitar la autonomía del Estado y con ella, el preciado patrimonio del respeto por su grandeza y respetabilidad. Una paz que conlleve la libertad de los miembros de la fuerza pública injustamente conde-nados o privados de la libertad, una paz sostenible en el tiempo y que garantice la vigencia de un fuero penal militar acorde con su naturaleza y propósitos orientados

a combatir la impunidad pero que sirva de respaldo a las acciones de confrontación en defensa de la sociedad.

Las conversaciones en procura de la paz se han caracterizado por contener un alto grado de incertidumbre ante la falsía que puedan entrañar de parte de los rebeldes. Son muchos los episodios que registran la buena fe de los gobernantes, puesta a mer-ced de las triquiñuelas de los irregulares. Necesitamos sí un cese al fuego y la violen-cia, pero en forma confiable, real y durade-ra. Que no se asalte una vez más la buena disposición de legisladores y gobierno.

Son muchas las victorias registradas en los anales de gloria de nuestras fuerzas, que han llevado al resquebrajamiento de la subversión, pero no podemos confundir una etapa de crueldad manifiesta que, muy se-guramente responde a la estrategia de en-cubrir el desespero del derrotado con una

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objetiva recomposición de su organización, con un sano objetivo de entrar en el diálogo constructivo que tanto añoramos para re-componer la tranquila vida democrática.

Ante las Farc, en su estado actual, con ausencia de sus comandantes más em-blemáticos, así como la presión a que se hallan sometidos por las fuerzas del Estado, no podemos permitir que con una serie de hechos criminales de la mayor insensibilidad, engañen a los voceros de la ciudadanía y per-mitan una pausa en la refriega que otorgue a los delincuentes la importante oportunidad de fortalecer sus perversas estructuras y su criminal accionar.

El Marco Jurídico El Congreso de la República acaba de apro-

bar una reforma constitucional que hemos conocido con el Marco Jurídico para la Paz; pero, revisado el texto consolidado hasta el momento de escribir estas líneas, se afirma

que los instrumentos de justicia transicional serán excepcionales y tendrán como finali-dad prevalente facilitar la terminación del conflicto armado interno y el logro de una paz duradera y estable, con garantías de no repetición y seguridad para todos los co-lombianos bajo la garantía en el mayor nivel posible, de los derechos de las víctimas a la verdad, justicia y reparación. El Estatuto abre las puertas para que una ley estatutaria autorice un tratamiento diferenciado para los distintos grupos al margen de la ley que hayan participado en el conflicto interno y también para los agentes del Estado en las mismas condiciones.

De convertirse el comentado acto legislati-vo en una nueva orientación de la Carta Políti-ca, anhelamos que el legislador no desvíe el curso de estos parámetros para desarrollar una serie de textos legales que contraríen la inspiración aquí resaltada y conduzca el porvenir de la Nación hacia los indeseables

El Congreso de la República aprobó la reforma constitucional que se ha conocido como el Marco Jurídico para la Paz.

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estadios que generan inmensos temores de la Fuerza Pública y de los observadores que han comparado la situación actual con las amar-gas páginas de antecedentes similares.

Nos causan particular preocupación, refle-xiones como las publicada por el general Héctor Fabio Velasco, presidente del Cuerpo de Generales y Almirantes, quien considera que este Marco Legal, hará posible que los te-rroristas “…ocupen posiciones de gobierno o en cuerpos colegiados, sin castigo, sin verdad y sin ningún tipo de reparación, no obstante haber sembrado de sangre, miseria y horror a los campos colombianos.

Al ofrecer todo este tipo de ventajas se les es-taría entregando importantes cuotas de poder que jamás hubieran alcanzado a través de la lucha armada… Colombia es el único país del mundo que enfrenta un conflicto armado de grandes proporciones, con legislación de paz y sin fuero militar para proteger a sus combati-entes…” El que lleguen estos bárbaros a algún grado de conducción de la democracia, no es riesgo de poca monta, como tampoco lo sig-nifica que continuemos en el doloroso camino de seguir viendo a nuestros soldados y policías encerrados en las cárceles, en medio del ab-soluto abandono de la sociedad, mientras los terroristas siguen recibiendo favores legislati-

vos que no se compadecen con la huella de sangre que vienen dejando a su triste paso por la historia.

Un factor de incertidumbre radica en la zona gris que se entrega a la Fiscalía Gen-eral de la Nación para que priorice los cri-terios de selección para el ejercicio de la acción penal.

Conocemos la autoridad moral que en la gran mayoría de los casos, hace parte sustancial de las virtudes personales de los titulares de tan importante cargo, pero no deja de inquietarnos la posibilidad de eventuales pasajes futuros que hagan excepción a esta regla, máxime cuando a renglón seguido, el proyectado articulado autoriza al Congreso de la República, a ini-ciativa del gobierno nacional, para deter-minar criterios de selección y establecer los casos, requisitos y condiciones en los que procedería la suspensión de la eje-cución de la pena; establecer los casos en los que proceda la aplicación de sancio-nes extrajudiciales de penas alternativas o de modalidades especiales de ejecución y cumplimiento de la pena, así como au-torizar la renuncia condicionada a la per-secución de la ejecución penal de todos los casos no seleccionados.

Este Marco Legal hará

posible que los terroristas

ocupen posiciones

de gobierno o en cuerpos

colegiados, sin castigo, sin

verdad y sin ningún tipo de

reparación.

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José Obdulio Gaviria señala que hay tres palabras básicas en el discurso de un con-flicto: enemigo, traición y cobardía. De estas dos últimas, precisa que son claves para el Marco Jurídico para la Paz, fundamento del documento denominado “Lineamientos para una paz negociada”, liderado -según Gaviria- por Sergio Jaramillo, alto Consejero de Seguridad del gobierno. El Marco Jurídico para la Paz abre un espacio bien importante para que aquellos que han cometido los más sensibles crímenes que han cubierto de luto a la comunidad, puedan recuperar su libertad o verse liberados de los procesos judiciales que pudieren evitar para ellos los suplicios de los que no hemos podido librar a nuestros hombres, y, lamentablemente, sin que podamos obtener ningún grado de justicia, verdad ni reparación.

Nos llena de horror la extensión de estos subrogados penales más allá de los delitos puramente políticos a los que considere une ley estatutaria como conexos con ellos. Mu-chas veces hemos insistido, a través de es-tas páginas de reflexión, en que para llegar a la auténtica y confiable paz que clama el pueblo colombiano se haría necesario dar el mismo tratamiento a los militares y policías que hayan estado en el combate con los terroristas a quienes en múltiples ocasio-nes los gobiernos han tendido la mano del perdón y llamado a la reconciliación.

Experiencias con sabor amargoLas experiencias de El Salvador y Guatema-

la en que los gobiernos cedieron más allá de lo proporcional, deja un sabor amargo que no es modelo para tomar como ejemplo. Es cier-to que solamente por la vía de las armas no se alcanza una derrota inminente como ha sido advertido por distintos presidentes, mi-nistros y comandantes militares; pero tampo-co podemos caer en el nivel de sometimiento a que quieren llevarnos los irregulares.

Oportuna reflexión de Fernando Savater, citado por Alfredo Rangel, cuando observa que “…en una democracia, poner bombas

y secuestrar no se puede considerar una actividad política, de la misma manera que asesinar herejes o blasfemos no se puede catalogar como una actividad religiosa…” No puede existir igualdad entre un Estado soberano y una guerrilla terrorista. Equi-pararnos en esos términos, no es más que rendición! Y por esta vía podría incremen-tarse la violencia, pues los delincuentes, con los mismos o con otros militantes, con-tarían a su haber con el perdón social.

Revisado el texto aprobado hasta el mo-mento de escribir estas líneas, se afirma que los instrumentos de justicia transicional serán excepcionales y tendrán como finalidad prevalente facilitar la terminación del conflicto armado interno y el logro de una paz durade-ra y estable, con garantías de no repetición y seguridad para todos los colombianos bajo la garantía en el mayor nivel posible, de los derechos de las víctimas a la verdad, justicia y reparación. Abre las puertas para que una ley estatutaria autorice un tratamiento dife-renciado para los distintos grupos al margen de la ley que hayan participado en el conflicto interno y también para los agentes del Estado en las mismas condiciones.

De convertirse el comentado acto legisla-tivo en una nueva orientación de la Carta Política, anhelamos que el legislador no desvíe el curso de estos parámetros para desarrollar una serie de textos legales que contraríen la inspiración aquí resaltada y conduzca el porvenir de la Nación hacia los indeseables estadios que generan los inmensos temores de la Fuerza Pública y de los observadores que han comparado la situación actual con las amargas páginas de antecedentes similares.

Reiteramos nuestra advertencia a las au-toridades legislativas y de gobierno central, para que este documento llamado a facilitar la obtención de la paz, cumpla su real co-metido y no tengamos que recordarlo con pesar en futuros instantes del interminable inventario de acciones del Estado en procura de la tranquila convivencia ciudadana.

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IGUANATeniente CoronelGuillermo Eloy Alfaro Cifuentes

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CoronelMario López CastañoProfesional en Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Militar Nueva Granada

Aspectos controversiales y relevantes del Marco Jurídico para la Paz

La palpitante actualidad política colom-biana derivada de su conflicto interno,

único en el mundo, por la diversidad de sus actores y motivaciones criminales, obliga necesariamente un análisis de quienes protagonizan el conflicto, ya que en sus actuaciones no existe ideología alguna que les permita ser considerados como una alternativa de poder porque, mas bien, lo que se aprecia en quienes persisten en desestabilizar al Estado es un modo de supervivencia para sus ca-becillas, que alimentados por el narco-tráfico buscan subsistir dirigiendo sus empresas criminales.

De allí que en el tratamiento que el Gobierno le está dando al tema de la seguridad nacional, con el propósito de minimizar los efectos de los factores de violencia, estén surgiendo serios cues-tionamientos a su política contra la

violencia en sus diferentes expresiones y, valga decir, que esa seguridad democrática a la que tenía acostumbrada a la sociedad colombiana el gobierno pasado, ha perdido vigencia y menoscabo.

Son permanentes las críticas que se le hacen al Estado y a sus dirigentes por el manifiesto descuido de su Fuerza Pública en su protección jurídica, al punto de que es notorio el hecho de que la guerra que se ha estado ganando en las operaciones, se corre el riesgo de perderla en el campo ju-rídico, habida consideración de la ausencia del Fuero Militar que como blindaje jurídico se requiere con urgencia para los éxitos operacionales libres de los síndromes de la Procuraduría y Fiscalía. Pero lo más preocu-pante es que a la indiferencia del Gobierno por proteger a su Fuerza Pública se ha ob-servado un viraje radical en el tratamiento del Gobierno a los terroristas, considerán-

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dolos como grupos que quieren acercarse a la paz, circunstancia que a iniciativa del presidente Juan Manuel Santos produjo el Acto Legislativo del 16 de junio de 2012, denominado Marco Jurídico para la Paz.

Antecedentes Lo normal de un Gobierno que debe plan-

tear una estrategia de guerra para sortear el conflicto interno, es que debe diseñar un plan de defensa nacional o un estatuto an-titerrorista, pero en el caso del Presidente Santos, a marchas forzadas hizo aprobar un Acto Legislativo de reforma a la Constitución denominado Marco Jurídico para la Paz.

Sobre este particular son diferentes las hipótesis que los analistas políticos pre-sentan sobre este proceder muy particular del Gobierno, la que más cobra valor es su deseo de ser el artífice de la paz, De todas formas, según comentarios periodísticos, la posible aspiración del presidente Santos, de ser hacia el futuro cercano el Presidente de la paz, surgió con motivo de la sexta Cum-bre de Cartagena, en la cual obtuvo visibles éxitos. El Presidente Santos consciente de su prestigio internacional, tal vez por su ini-ciativa y asesoría política, se fijó la idea de pasar a la historia como el Presidente de la Paz. Para tal efecto, sus asesores conside-raron la necesidad de elaborar una ley para la Paz con el fin de materializar sus inten-ciones antes referidas. El Congreso aceptó

la iniciativa gubernamental de presentar no una ley, sino un acto legislativo de reforma constitucional que se constituyera en el Marco Jurídico para la Paz. Así las cosas, el Congreso con sus bancadas de Unidad Na-cional y en cabeza de su ponente, senador Roy Barreras, le dio prioridad al proyecto de Acto Legislativo, el cual fue aprobado el 16 de junio de 2012, y, como dato curio-so, el día 15 de mayo de 2012, cuando se

La ausencia del Fuero Militar como blindaje jurídico para lograr los éxitos operacionales se agravan con los síndromes de la Procuraduría y Fiscalía.

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produjo el atentado terrorista contra el ex-ministro Fernando Londoño, la Cámara sin ningún reato de conciencia en la noche de ese trágico día aprobó en plenaria el Marco Jurídico para la Paz.

Síntesis del Marco Jurídico Realmente el Acto Legislativo contempla

dos artículos transitorios donde se esta-blecen instrumentos jurídicos de justicia transicional en el marco del Artículo 22 de la Constitución Política, así: el Artículo tran-sitorio 66, trata sobre los instrumentos de justicia transicional para el logro de la paz. Establece los derechos de las víctimas y una ley Estatutaria para el tratamiento de los actores del conflicto y los agentes del Estado. Además, el Artículo 66 determina que el Fiscal General fijará los criterios de priorización para la acción penal y la inves-tigación para los delitos de lesa humani-dad, genocidios y crímenes de guerra.

Se determina en el Artículo 66 que la suspensión de la pena, penas alternativas y modalidades de ejecución de la pena, se condicionarán al reconocimiento de la responsabilidad, a la contribución del es-clarecimiento de la verdad, la reparación integral de las víctimas, liberación de se-cuestrados y desvinculación de menores de edad en el conflicto. El Artículo 67 transito-rio se refiere a la participación en política de los grupos armados. A este respecto, se-ñala que una Ley Estatutaria determinará cuales serán los delitos conexos al delito político para poder participar en política,

y descarta como políticos los crímenes de lesa humanidad, genocidios cometidos de manera sistemática; y quienes hayan sido condenados por esta clase de delitos no po-drán participar en política.

Aspectos controversiales Indudablemente, el tema de mayor re-

lieve lo constituye la anticipación de un marco jurídico, que desde luego parece favorecer a los delincuentes, sin que éstos hayan dado señales de un verdadero diálo-go. Del mismo modo, es causal de rechazo la posible impunidad que pueda derivarse de la iniciativa gubernamental de una ley que, entre otros puntos, establece los ca-sos, requisitos, y condiciones en los que se podría suspender la pena, fijar los casos en los que proceda la aplicación de sanciones extrajudiciales, de penas alternativas, o de modalidades de especiales de ejecución y cumplimiento de la pena.

Los instrumentos de justicia transicio-nal, dentro del Marco Jurídico para Paz, no se aplicarían a los grupos al margen de la ley, que no hayan sido parte en el conflicto armado interno. Este aspecto adquiere re-levancia por el hecho de que en esta pre-rrogativa quedarían por fuera las bandas criminales, que aliadas con la guerrilla y alimentadas por el narcotráfico desestabi-lizan sensiblemente al Estado colombiano. Quizá el Artículo transitorio 67, el cual alude a la posible participación en política para quienes no hayan cometido delitos conexos al político, se presume que hacia el futuro, será el que más controversia jurídica susci-tará mientras se ponga en ejecución.

Otro de los aspectos relevantes es que a las guerrillas de las Farc y del Eln como producto del proceso de paz, se les puede aplicar una condena que a su vez pueda ser suspendida, por lo tanto, quedan en libertad y no entrar a la cárcel, y quienes no sean considerados ‘máximos respon-sables’ de esos grupos armados al margen de la ley, se les puedan suspender los pro-cesos que se adelanten en su contra, y de esta manera, ser elegidos a cargos de ele-cción popular. El Gobierno, en su intención de no incluir en el Marco Jurídico para la

El Presidente Santos

consciente de su prestigio

internacional, tal vez por

su iniciativa y asesoría

política, se fijó la idea de pasar a la historia como el Presidente de

la Paz.

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Paz, el tratamiento que se les debe dar a los grupos armados al margen de la ley por sus actividades del narcotráfico, correría el riesgo de que guerrilleros beneficiados con los acuerdos de paz, sean pedidos en ex-tradición por Estados Unidos, donde tienen cuentas pendientes con la justicia, y en la actualidad, es bien sabido, que estos gru-pos, Farc y Eln, constituyen el primer cartel del narcotráfico en el mundo, y hoy si hu-biese algún acuerdo, no podrían ser exclui-dos de los listados de la Interpol como los más buscados terroristas internacionales.

Ventajas para las Farc y Eln

Frente a la ausencia de la verdad, en cuanto a las intenciones del Gobierno al aprobar en forma perentoria el Acto Legis-lativo Marco Jurídico para la Paz, se puede colegir conforme a los repetidos fracasos de gobiernos anteriores en las negociacio-nes de paz, que los primeros favorecidos con esta legislación anticipada sobre la paz, son los grupos terroristas al margen de la ley, las Farc y el Eln.

Los gobiernos de turno y el pueblo en general han sido engañados varias veces con las falsas intenciones de los grupos armados de buscar la paz. Por ello, no es de extrañar que las Farc conciban la solu-

ción política al conflicto como un replan-teamiento del orden existente que conduzca a reconstruir las normas de la democracia mediante el desmonte del sistema multi-partidista de elecciones periódicas. A parte de esto, siempre en la agenda de las Farc ha estado, entre otros aspectos, la redefi-nición del modelo económico, el cambio de la doctrina militar y como ocurrió en El Sal-vador y en Guatemala, también buscarán los grupos guerrilleros en las negociaciones reducir al máximo los efectivos de la fuerza regular de Estado.

La guerrilla entiende que la impunidad que podría generar la aplicación de la jus-ticia transicional, es una señal de debilidad y del afán que tiene el Gobierno de llegar a un acuerdo. Aprovechará esta coyuntura para recuperar el terreno perdido en lo militar y en lo político. En este sentido, la guerrilla, al observar la incertidumbre ju-rídica que padecen las Fuerzas Militares, la impunidad que le obsequia el Estado al terrorismo, la ambigüedad y la urgencia que revela el gobierno sobre el tema de la paz, considera que sus expectativas de éxito se están incrementando, y por ello la ventaja estratégica radica en que hay que darle mas tiempo a su lucha, pero desde luego presionando las negociaciones a través de

El Marco Jurídico para Paz no se aplicaría a los grupos al margen de la ley que no hayan sido parte del conflicto armado interno, como las bacrim, aliadas de la guerrilla y alimentadas por el narcotráfico.

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la radicalización de su ofensiva contra el Es-tado y la sociedad. De esta forma, la guerri-lla en el futuro impondría las negociaciones a su manera y con su propia agenda.

A ello se agrega que al lograr ocupar posiciones de gobierno o en cuerpos co-legiados, lo cual está contemplado en el Acto Legislativo de la Paz, se le estarían entregando ventajas en cuanto a cuotas de poder, que jamás hubieran alcanzado a través de la lucha armada.

Conveniencia o no para el Estado Desde luego que al Estado no le con-

viene, por ser de su iniciativa, el de buscar el acercamiento con los grupos insurgentes a través de un marco jurídico, ya que éstos tomarán la actitud del gobierno como una muestra de debilidad. Así el presidente Santos indique públicamente, que el acto legislativo es un ‘as’ bajo la manga para su aplicación cuando hayan las condiciones en función de un eventual proceso de paz, lo cierto, es que una de las condiciones de los grupos al margen de la ley para sen-tarse a negociar, es que se les garantice de entrada la efectividad inmediata del marco jurídico con sus leyes estatutarias.

Las Farc siempre han advertido que no habrá paz mientras no se negocien condicio-nes que impidan las injusticias y se restablez-can los derechos del pueblo; la pregunta que surge es, ¿cuál va a ser el escenario para las discusiones, sobre el cual calla el marco jurídico para la paz? en estas condiciones, el gobierno de pronto va a ser sorprendido en un remedo de Asamblea Constituyente en la cual tendrían asiento el Gobierno, las Farc, sus asesores y unas cuantas ONG. No se descarta que uno de los propósitos de las negociaciones, sea el pedido de los grupos armados al margen de la ley, de la reducción del Ejército a la cuarta o quinta parte de sus efectivos actuales como tam-bién que las Farc sea una milicia popular con fines de seguridad.

Para conveniencia del Estado, un proceso de paz negociado es aceptable, siempre y cuando se hagan en términos favorables para la nación. En este sentido el país ya se ha equivocado varias veces (gobiernos de Betancur y Pastrana) y han sido favorecido los terroristas. No importa que el acuerdo sea secreto, ni quién lo haga, pero que se sepa que se recibe a cambio. De la misma forma, es una verdad universal que en las

Las guerrillas de las Farc y el Eln, como producto del

proceso de paz, se les puede

aplicar una condena que a

su vez pueda ser suspendida,

por lo tanto, quedarían en libertad y no

irían a la cárcel.

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negociaciones se producen entre un vence-dor y un vencido, para el caso presente, es indispensable que transcurra un tiempo suficiente para el debilitamiento de los te-rroristas al punto de que éstos busquen las negociaciones.

Conclusiones y recomendaciones El objeto de este escrito es meramente

informativo sobre este delicado caso de una ley, que para bien o mal, ha causado estupor y desconcierto dentro de una opi-nión pública interesada en los problemas de la seguridad nacional.

Gravísimo error del gobierno, que en el marco jurídico para la paz, no se hubiese legislado con especial énfasis sobre el nar-cotráfico y su futuro papel preponderante en los diálogos de paz. Es más grave aún, si se tiene en cuenta que el narcotráfico es el fenómeno que ha gravitado con mayor eficacia en esta violencia que estamos atravesando. Bien se sabe, que todos los grupos armados al margen de la ley super-viven en alto grado por el narcotráfico. De igual manera, no se entiende por qué razón las bandas criminales (bacrim) aliadas de las Farc y el Eln y dedicadas al narcotrá-fico, no se tuvieron en cuenta en la apli-cación del Marco Jurídico para la Paz y sus leyes estatutarias.

La guerrilla ha logrado un triunfo político al convencer a los medios de comunicación que el conflicto no va a ser ganado por el Estado y que la solución es negociada. El terrorismo (Farc, Eln) y las bacrim son em-presas económicas para la supervivencia de sus cabecillas. Sus actividades de nar-cotráfico y la violación sistemática de los Derechos Humanos, no les permitirán a sus cabecillas tener un lugar seguro en el País ni en el extranjero, por lo tanto para ellos la paz no es un buen negocio, lo cual los lleva a aumentar el negocio del narco-tráfico bajo la doctrina maquiavélica.

Se concluye, finalmente, que el Marco Ju-rídico para la Paz, es una legislación antici-pada y absurda en favor de una delincuen-cia que no quiere la paz, pero que la va aprovechar para crecer políticamente. Se recomienda de que esta legislación quede en el congelador, hasta que los grupos ar-mados demuestren su deseo de paz, que se materializaría con la entrega incondicio-nal de secuestrados, el cese unilateral de hostilidades, el reclutamiento de menores para la guerra y el cese del secuestro y la extorsión. Solo así, se podría pensar en la aplicación de una legislación, que como está concebida es un beneficio para los al-zados en armas y no para convencerlos de la necesidad de la paz.

Se recomienda que esta legislación quede en el congelador hasta que los grupos armados demuestren su deseo de paz, que se materializaría con la entrega de secuestrados, el cese de hostilidades y el no reclutamiento de menores para la guerra.

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MARIVERDETeniente CoronelGuillermo Eloy Alfaro Cifuentes

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Brigadier general (h)Gustavo Rosales ArizaDirector del Instituto de Estudios Geoestratégicos de la Universidad Militar Nueva Granada

Ya va a cumplirse el medio siglo de aquella fecha en la que el expresi-

dente Carlos Lleras Restrepo indiscutido estadista y reconocido cultor de las disci-plinas inherentes a la economía, incluyó dentro de los actos previstos para su po-sesión el dar inicio a uno de los primeros procesos de integración regional en la América Latina: el Pacto Andino; el cual no obstante el lamentable retiro acaeci-do en diferentes épocas y por distintas causas de dos de sus socios fundado-res, Chile y Venezuela y el debilitamiento que presenta ha subsistido hasta nues-tros días con la denominación de la Co-munidad Andina de Naciones (CAN).

Fue aquella iniciativa y lo sigue siendo aun con los tropiezos que presenta su ejecución, el intento mas cercano que conocemos de un tratado de libre co-mercio entre estados de un mundo en

Los TLC y la seguridad nacional

desarrollo; viable y a la vez complejo en que coinciden a un tiempo los intereses políticos con los comerciales y se hacen presentes de forma paralela la geopolítica y la geoeconómica.

Décadas después nuestro país bajo el im-pulso integracionista propio de los nuevos tiempos, incluyendo los provenientes de la globalización y la necesidad de un mejor desarrollo para alcanzar los intereses na-cionales, viene incursionando en el logro de nuevos tratados de libre comercio, esta vez mas audaces, con países desarrolla-dos del primer mundo; mas inmediatos en términos de vigencia y mas riesgosos, cal-culados y aceptados, pues podría afectar algunos sectores de la producción en be-neficio de otras supuestamente de mayor preferencia y permanencia en el mercado Internacional. Y todo ello en la esperanza de alcanza un auge económico mediante

40|REVISTA ACORE

el crecimiento de las exportaciones en el consiguiente fortalecimiento de las indus-trias y sus posibles efectos positivos en el campo laboral.

El objetivo de visibilizar la economía nacio-nal y extenderla mas allá de los confines pa-trios, acompañado de los beneficios que de tal acción se desprenden, no está limitada a un TLC con Estados Unidos. Tales los ca-sos de la reciente aprobación de un TLC con la Unión Europea y de las negociaciones en curso con Corea del Sur y Japón, además de la puesta en marcha del que se ha consi-derado el proceso de integración económica mas importante de América Latina como es el de la Alianza del Pacífico1 integrado con-juntamente con México, Perú y Chile, sin perjuicio de las gestiones que se adelantan para obtener el ingreso del país a las OECD2 propósitos contemplados en la agenda de la política exterior colombiana al igual que su participación en el foro de cooperación Asia-Pacífico (APEC)3 y en aquellos escenarios que como el CIVET4 facilitan la proyección económica. A los TLC que surgen da la ya

1. La Alianza del Pacifico según la declaración presidencial sobre la Alianza del Pacifico es un área de integración pro-funda en el marco del Pacifico Latinoamericano, que alienta la integración regional, así como un mayor crecimiento, de-sarrollo y competitividad. En: Declaración Presidencial so-bre la Alianza del Pacifico. Lima, 28 de abril de 2011. 2. La Institución se define así misma como un foro Intergu-bernamental en el que participan Países que se adhieren a los principios de la Democracia y el Libre Mercado. Con la finalidad de apoyar el desarrollo económico sostenible; incrementar el empleo; elevar los niveles de vida; mantener la estabilidad financiera; apoyar el desarrollo económico de otros países y contribuir al crecimiento del comercio mun-dial. En: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. División de relaciones con los medios de co-municación.3. La APEC es un foro para la facilitación del crecimiento económico, el comercio y las inversiones en la región Asia Pacifico. Además es una agrupación intergubernamental que opera sobre la base de compromisos no vinculantes y dialogo abierto. En Instituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos. Colombia y la Región Asia-Pacifico. Univer-sidad Militar Nueva Granada. Cuaderno de Análisis Número 01/2011.4. Civets es un concepto expresado por Michael Geoghegan, Ex Director General del Banco HSBC, durante una reunión con empresarios, en Hong Kong, para describir los próximos países que contribuirán al mayor crecimiento de la econo-mía Mundial. Esta conformado por Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Suráfrica.

citada Alianza del Pacífico, nuestro país ya lo posee con el denominado Triángulo del Norte (Guatemala, El Salvador, Honduras) y con la Asociación Europea de Libre Co-mercio (EFTA) integrada por Islandia, Norue-ga, Suiza y el Principado de Liechtenstein, Además, Colombia adelanta negociaciones para nuevos TLC con Turquía, Israel, Costa Rica y Panamá.

La tendencia a suscribir tratados de li-bre comercio por parte de los países de América Latina viene en aumento. Chile5 y México6 modelos de actual crecimiento económico tienen vigentes más de veinte TLC cada uno, con diferentes países. Los beneficios recibidos por algunos países firmantes del TLC con Estados Unidos con sectores específicos de la producción per-miten formularse criterios; por ejemplo el sector textil en el área de las prendas de vestir, se ha visto fortalecido tanto en los países del Triángulo del Norte como en Perú; La industria manufacturera y agríco-5. Fuentes: Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, Ser-vicio Nacional de Aduanas de Chile, Sistema de Información de Comercio Exterior de la Organización de Estados Ameri-canos OEA.6. Fuente: Secretaría Económica del Gobierno de México, Sistema de Información de Comercio Exterior de la Organi-zación de Estados Americanos OEA.

El Presidente Juan Manuel Santos sancionó en Cartagena las tres Leyes que permiten la implementación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

EDICIÓN 2012 |41

la también ha sido en Chile y Perú; desde luego la percepción puede variar conforme a las características propias de un país en particular. Ahora lo que se requiere es te-ner empresas productivas y competitivas. Y, quizá, mirando mas hacia el Pacífico que hacia el Atlántico.

Los TLC y la SeguridadAl abordar este tema cabe formularse y

absolverse los siguientes interrogantes:

• ¿Constituyen los TLC, políticas de Es-tado inherentes a los intereses nacio-nales?

• Si lo son, ¿se trata de Objetivos Nacio-nales Permanentes? ¿Transitorios?

• ¿Una amenaza a estos objetivos, afec-ta la Seguridad Nacional?

• ¿De qué tipo de amenaza se trata? ¿Cuál es su origen, su propósito y su alcance?

Identificada la amenaza ¿qué elementos del Poder Nacional deben contrarrestarla?

Despejadas las anteriores inquietudes, surge otra de fondo: ¿Qué clase de Seguri-dad es preciso aplicar? En este sentido la

respuesta la hallamos en la Seguridad Hu-mana, en el entendido que esta contempla una serie de acciones de protección nece-sarias a la población pues contribuyen a su bienestar. La ausencia de dos tipos de seguridad, por ejemplo la alimentaria y la laboral, serian suficientes para amenazar la estabilidad de un Estado. En el caso que nos ocupa la creación del empleo, que puede derivarse de los Tratados de Libre Comercio y aminorar los riesgos de amenaza susceptibles de prevalecer ante una crisis de orden social, justificarían la existencia de tales acuerdos comerciales.

Si aceptáramos estos raciocinios nos ven-dría a la mente una inquietud mas; quien o quienes originarían la amenaza? De una parte encontraríamos a los delincuentes que acuden a las practicas desleales de co-mercio que afectan la credibilidad del país pues previenen al comprador y por lo tanto impiden el crecimiento de la Industria; para contrarrestar esta amenaza se parte de la honestidad del productor y de la eficiencia de las autoridades policiales y aduaneras.

De otra parte, tanto o mas peligrosa como agente perturbador, se hallan los grupos delincuenciales provenientes del crimen

El presidente Barack Obama

promulgó los Tratados de

Libre Comercio con Colombia,

Panamá y Corea del Sur, luego de casi

cinco años de firmados, en la Oficina Oval de la Casa Blanca.

42|REVISTA ACORE

Los tratados de libre comercio deben garantizar la seguridad de un empleo digno.

organizado y el terrorismo interesados en crear situaciones de conflicto en regio-nes productivas para su propio beneficio económico o para crear desestabilización con propósitos subversivos los que también afectan el desarrollo de la economía y en consecuencia los compromisos, bilaterales o multilaterales, que caracterizan un trata-do de libre comercio. Para enfrentar esas amenazas está la voluntad política del Go-bierno para combatirlas y la incuestionable capacidad de nuestras Fuerzas Militares para eliminarlas.

Por lo visto, entonces, habrá que conve-nir en que una afectación al desarrollo de un TLC resulta adversa al interés nacional y por lo tanto garantizar su ejecución se con-vierte en un objetivo por preservar.

Comprometerse con un TLC no siempre es objeto de aceptación unánime aun en países desarrollados; siempre existirán reservas en algunos sectores de la pro-ducción que se consideran afectados ya sea por carecer de adecuadas estructuras físicas o por limitaciones para cometer la competitividad. Habrá que facilitarle los medios para evitar que en lugar de pro-ducir progreso y bienestar, un TLC se con-vierta en un estímulo para la inseguridad. Y de eso, no se trata.

Las prácticas desleales de comercio afectan la credibilidad del país pues previenen al comprador e impiden el crecimiento de la industria.

La ausencia de seguridad alimentaria sería suficiente para amenazar la estabilidad de un Estado.

EDICIÓN 2012 |43PAPA

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Mayor GeneralJuan Salcedo Lora1

Colombia por escenariosPara un buen gobierno, un buen consejo: aplique y estudie los escenarios de Quirama. Le dan la luz que las oscuras voces del terrorismo y la incertidumbre apagan.

Colombia 2012 en notículas1

• A mediados de junio es aprobado y conciliado en el Congreso el Marco Jurídico para la Paz.

• Se hizo la salvedad que los respon-sables de delitos de lesa humanidad no serían elegidos, ni tendrían vocería política.

• Alarma que se apagaba en las preo-cupaciones de sectores numerosos de la comunidad colombiana.

• Quedó establecido que “no podrán ser considerados conexos al delito político los delitos que adquieran la connotación de crímenes de lesa hu-manidad y genocidios, cometidos de

1. Ver, Juan Salcedo Lora, “El Destino de Colombia: ocho años atrás, cuatro años adelante”, mayo 2006, del cual se hace permanente referencia.

manera sistemática, y en consecuencia no podrán participar en política ni ser elegidos quienes hayan sido condena-dos y seleccionados por estos delitos”.

• Hay preocupaciones alrededor de la po-sibilidad de abrir las puertas, para la ex-carcelación de los mal llamado paramili-tares (autodefensas ilegales) por hacer parte del conflicto armado.

• El Ministro del Interior dice que ese Mar-co no es un proceso de paz, sino una herramienta para llegar a él.

• No es fácil hablar de paz en medio de la guerra, es necesario hacerlo, eso sí, en tanto el ruido de las explosiones y los efectos del terrorismo lo permitan.

• Las páginas de los periódicos se llenan de actos de terrorismo, ataques a la Fuerza Pública con simultaneidad en

46|REVISTA ACORE

varias regiones de tradición conflictiva. • Los escenarios colombianos están

sombriamente pigmentados de deses-peranza y de insatisfacciones. Muchos piensan que nos alejamos de la salida del túnel, cuando ya habíamos visto al fin la luz esperada.

Colombia 1996 en notículas

¿Cómo era la Colombia de ese entonces, en el inestable cuatrienio de Ernesto Sam-per, rodeado como estaba de ilegitimidades y sospechas?

• País fragmentado y polarizado, niveles de violencia en ascenso, imperaba la im-punidad y florecía la malsana condición de la incertidumbre y el escepticismo.

• Colombia sin un norte o una visión compartida por todos. No nos pudimos poner de acuerdo en emprender algo serio, algo justo o algo constructivo.

• Todos querían tener la razón y el narco-tráfico se enseñoreó llegando a niveles

nunca antes alcanzados. Todos los esta-mentos se afectaron, pero se esperaba que así como Cristo les había dicho a sus discípulos “Ustedes son la sal de la tierra, y si ustedes se corrompen, ¿cómo evitar que se corrompa el pueblo cristiano?”, en Colombia sentíamos la corrupción as-cendiendo, más no esperábamos que la sal de la conducción política se corrom-piera. Pero pasó y quedó el estigma de la vergüenza, aunque hay algunos que no la han sentido y todavía levantan la voz.

• Analistas sostienen que hoy estamos cerca de ese escenario. Otros sostienen lo contrario. Todo depende del cristal político a través del cual estén mirando, los unos y los otros.

• Era necesario mirar hacia el futuro des-de esa casi lejana segunda década del 90, porque ese futuro no estaba consig-nado en las herencias políticas o históri-cas y no era una condena, era y siempre será posible modificarlo y hacerlo más

A finales de los años noventa el narcotráfico se enseñoreó llegando a niveles de violencia nunca antes vistos.

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placentero y benéfico. ¡Quienes allí par-ticipamos lo hicimos convencidos que el futuro se sueña, se respira a diario, se construye y que cada acción y decisión de hoy debe forjar el mañana!

• En 1996 fue invitado a Colombia por la Fundación Buen Gobierno que orientaba Juan Manuel Santos, el ciudadano cana-diense Adam Kahane2, famoso por haber sido gestor del proceso que se condujo en Sudáfrica, como forma de gobierno y como cese real de un conflicto largo y costoso en vidas.

• Hubo sorpresas en el foro, como la de sentir las voces de voceros del Eln desde la cárcel de Envigado o mensajes envia-dos por armados ilegales, desde algún lugar de las montañas de Colombia.

• Se nos había avisado que la reunión no pretendía solucionar los problemas como el proceso 8.000, el desgobierno, la cri-sis política, la lucha de clases, puntos fi-nales, elecciones anticipadas, consultas populares, comisiones de acusación

2. Ver Juan Salcedo Lora, “A propósito de Kahane”, artículo de prensa, 15 abril de 1996.

(desde entonces llamadas de absolu-ción), Heynes y demás particularidades del momento difícil de los colombianos. “Mirar más allá de la crisis”3 escribiría para ese foro Juan Manuel Santos – No se va a discutir la salida del Presidente ni el punto final del proceso 8.000. Ese problema tiene su propia dinámica y por supuesto habrá que encontrarle una so-lución rápida antes de que el país acabe de descuadernarse”.

• Ese día muchos supimos lo que era pla-neación por escenarios, pues el cana-diense era un maestro en tal materia. Es una metodología que permite imaginar y describir rumbos alternativos o diferen-tes caminos que pueden ocurrir en el futuro. Es una herramienta que mejora la calidad del pensamiento estratégico y la conversación sobre el mañana. Era y sigue siéndolo, una valiosa ayuda para romper nuestros mapas mentales.

• Recuerdo viva y anecdóticamente que una señora alterada repetía con encono

3. Artículo El Tiempo, viernes 29 de mayo, Juan Manuel San-tos.

El proceso 8.000 desgastó

el gobierno de Ernesto Samper.

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de Medellín, para un ejercicio de pla-neación estratégica por escenarios. El grupo era variado y curioso, pero cumplía las reglas trazadas y se cumplió la tarea. Hubo concenso y hubo diferencias de criterio, pero se pensó conjuntamente y el resultado se logró con la mira puesta en en el futuro de Colombia. El programa se denominó Destino Colombia.

• No hubo acuerdos de pupitrazos, no podía haberlos cuando entre el grupo estábamos dos generales de la Repúbli-ca, un futuro alcalde de Bogotá, el secretario del Partido Comunista, aca-démicos, empresarios, un sacerdote je-suita, congresistas, o futuros ministros como Pizano y Cabal, amén de campesi-nos y sindicalistas o un hoy procesado líder político de las autodefensas ile-gales. Por vía telefónica desde la cárcel el eleno Francisco Galán y miembros de Farc por radio desde Centroamérica.

Temporalidad de los escenariosSe estableció que los escenarios se pro-

barían en cuatro períodos presidenciales, esto es dieciséis años y había para ese en-tonces una baraja de candidatos numerosa. En marzo de 1998 hubo consenso de los presidenciables frente al conflicto armado y fue suscrito en Quirama el 31 octubre ante-rior y en tal documento se reafirmó el com-promiso con la expresión ciudadana de “que-rer construir la paz, así como la exigencia de negociar el conflicto interno armado y el respeto al derecho internacional humanita-rio”. La carta fue firmada por los candidatos Mockus, Sanín, Serpa, Valdivieso, Restrepo (Juan Camilo) y Santos (Juan Manuel). El ge-neral Harold Bedoya no la firmó y Andrés Pas-trana aún no era aspirante a la Presidencia.4

Primer escenario. Era el de los tranqui-los, los que esperan que las cosas caigan del cielo sin esfuerzo alguno y fue bautizado ‘Amanecerá y veremos’, se resumiría dicien-4. El Tiempo, Actualidad, domingo 15 de marzo de 1998.

y exigía que un señor que estaba al final de la fila, les contara a los presentes el por qué la había mandado a matar tres veces. Tuve que ponerme de pie para poder conocer al señor de marras y pre-guntar quién era la iracunda señora. Ya con ese conocimiento le dije a la señora que se calmara, que habíamos venido a tratar de buscar vías alternativas de so-lución a los rencores y desdichas de la Colombia violenta y no a una audiencia de carácter penal. El director del CICR en Colombia ayudó a apaciguar las cosas. El argumento adicional que usé para ayu-dar en algo fue hacerle ver a Aida Abella, que si ese señor la hubiera mandado a matar tres veces, sobrarían las dos últi-mas. El acusado señor al final de la fila, era Víctor Carranza.

• Fue interesante escuchar las preguntas de los participantes y las respuestas del conferencista. En uno de los brazos de la U, del organizado salón se alineaban personas de disímil afiliación, profesión, política, estratos o gustos. Allí, el Secretario General del Partido Comu-nista, más allá, dos o tres exguerrilleros, un general activo y otro desactivado como el suscrito, Aida representando a la UP, Víctor al gremio esmeraldífero y otras alianzas, el señor del CRIC, y una docena más de actores de entreverada condición política o social.

• El otro brazo de la U era la de los nota-bles, igualmente heterogénea, un sena-dor conservador al lado de un ministro, allá el Ministro de Defensa, un exgue-rrillero cojo que fungía como alcalde, otro militar activo, representantes gre-miales, rectores, expertos negociantes y, en fin, cuanto exige Moratín en su famoso poema.

• Pasado el certamen se invitó a un núme-ro importante de personas, la hetero-geneidad seguía reinando. Cuarenta y cuatro aceptamos trabajar en talleres realizados en el Recinto Quirama, vecino

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do que se seguían las negativas tendencias políticas y de orden público, que los gobier-nos apagarían incendios, que no habría solu-ciones de fondo, que imperaría la ley del más fuerte, que se harían transacciones acomo-daticias frente a grupos de presión, que se seguiría comprando el apoyo político. Que la cosa financiera seguiría en su deterioro y se seguirían usando en manera ineficiente los recursos públicos. Nada era esperanzador en tal escenario. La pérdida de autoridad iría en declive, sufriría un franco deterioro la de-mocracia y la equidad no existiría. Que la in-fluencia de los grupos armados auyentaría la inversión extranjera y la nacional, que la im-portanción de crudo, se haría sombríamente presente y aumentaría a límites indescrip-tibles el desempleo.

El cansancio, la pereza o la incapacidad para enfrentar los problemas justificaban el nombre del escenario ‘Amanecerá y ve-remos’. La oscuridad se convierte en un

pretexto para el sueño y la inacción, pero la claridad del amanecer no garantiza la toma de las decisiones sino un nuevo plazo para el azar. Ante las crisis del país predomina una confianza irracional en los desenlaces impre-vistos y milagrosos, las soluciones a medias y en una actitud generalizada de dejar para mañana las acciones de fondo.

Segundo escenario. Se caracterizaba por ser siniestro pero igualmente posible. Recibió el nombre de ‘Más vale pájaro en mano que ciento volando’, simplemente porque ante la presión de los actores armados y tras diez años de desangre, el Estado y la sociedad de-cidieron que había llegado la hora de dialogar y llegar a acuerdos serios. En vez de perderlo todo, todos ganaron algo, porque es mejor al-gún arreglo que un mal pleito. Ante la posibili-dad de perderlo todo, por la violencia del con-flicto armado, el país resolvió que al menos una parte se podía salvar. Esa fue la tarea

En el Recinto Quirama, vecino

de Medellín, se reunió

a un grupo heterogéneo,

para un ejercicio de planeación

estratégica por escenarios.

El programa se denominó

Destino Colombia.

50|REVISTA ACORE

que se impusieron el gobierno y la sociedad civil al aceptar las demandas de los grupos armados para ir a la mesa de negociaciones según sus condiciones.

Una característica del escenario era una guerrilla fortalecida y un gobierno y sociedad civil, arrinconados y hastiados de la violencia que sacaban bandera blanca. Se negociaría en los términos impuestos por la guerrilla, cinco años para llegar a una tregua, otros cinco para firmar la paz, luego convocaba una Asamblea Nacional Constituyente, se montaría un gobierno de coalición con ac-tiva participación guerrillera. Un testigo de ese escenario podría decir que “Bajo la pre-sión de los actores armados, el Estado y la sociedad sacamos bandera blanca después de una sucesión de enfrentamientos que dejaron al país convertido en un desolado campo de batalla. Entre los colombianos se extendió el sentimiento de que durante cincuenta años se había librado una guerra que nadie podría ganar y en la que todos es-taban perdiendo”.

La guerrilla exigió el despeje de algunos municipios del país y rechazó la posibilidad

de sentarse a la mesa con las autodefensas; estos grupos armados, a su vez, exigieron ga-rantías de la voluntad de paz de la guerrilla y parte de la opinión pública, estimulada por al-gunos medios de comunicación, reclamó me-didas de fuerza y un ejercicio vigoroso de la autoridad, rechazó cualquier clase de conce-sión o de acuerdo, consideró inaceptable que al guerrillero se lo tratara como negociador y calificó los arreglos como una derrota y una debilidad, y no como una posibilidad de paz.

Tercer escenario. Era el escenario del or-den y las decisiones sin dilación. Para re-construir una nación fragmentada y en con-flicto y zurcir las rasgaduras hechas al tejido social del país, y ante otros intentos frustra-dos para alcanzar la paz, se instauró un go-bierno fuerte para poner orden y superar el caos institucional. Recibió el nombre tal es-cenario de ‘Todos a marchar’. Si un hombre de la generación que optó por esta alterna-tiva, tuviera que explicarle a su hijo los costos y logros de esta fórmula de solución, tendría que hacerlo en estos o en parecidos términos.“Tras el fracaso de los acuerdos de paz,

Atónitos los colombianos vimos cómo ‘Tirofijo’ burló el proceso de paz ofrecido por el Presidente Andrés Pastrana, dejando la silla vacía, en la reunión de El Caguán.

EDICIÓN 2012 |51

nuestra esperanza se concentró en un gober-nante que tuviera la energía y la imaginación suficientes para aplicar medidas extraordi-narias a una situación que no tenía nada de ordinaria, como verás. Colombia tenía todo el aspecto de un país ocupado por fuerzas no previstas en nuestras normas constitu-cionales. Las ramas del poder público sin autonomía, porque estaban presionadas por el miedo, el chantaje y la corrupción, los nar-cotraficantes imponían su ley y sus negocios, la subversión avanzaba en dominio territo-rial y en acumulación de recursos económi-cos y de armas, los grupos de autodefensa, cada vez más fuertes sostenían una guerra por el territorio, palmo a palmo, las Fuerzas Armadas estaban desmoralizadas, los pro-gramas para combatir la corrupción habían fracasado, mientras ascendían los índices de pobreza y de desempleo y la crisis fiscal se hacía más profunda”.

Observando este panorama de desolación y de desaliento, pensamos que la solución estaba en un gobernante que pusiera al país a marchar. Y eso fue lo que hicimos. Encon-tramos un líder que, desde la Presidencia, y ante los repetidos fracasos, le impuso un límite a los derechos fundamentales, amplió el pie de fuerza del Ejército y de la Policía, for-taleció la economía y la institución de los mili-tares y levantó todas las restricciones legales y constitucionales que ataban las manos de las Fuerzas Armadas.

Esas medidas provocaron reacciones in-mediatas dentro y fuera del país. En nom-bre de los Derechos Humanos se condenó la licencia de inhumanidad que, según los organismos especializados, se les había otorgado a las Fuerzas Armadas. Llovieron las sanciones y comenzó un aislamiento in-ternacional. Golpeados militar y financiera-mente, los grupos armados disminuyeron sus acciones y comenzaron a considerar propuestas de diálogo. Medidas de estímu-lo a la economía y el sector productivo, uni-dos a los triunfos militares, le aseguraron al Presidente un segundo período, autorizado

por una reforma constitucional.En ese segundo gobierno, la guerrilla de-

rrotada y las autodefensas desmovilizadas fueron objeto de distintos tratamientos y la economía empezó un período de recupe-ración. Al mismo tiempo se agudizó el creci-miento de la tensión social. Esto le dio un fi-nal lánguido a este segundo gobierno, al que tendrían que seguir otros períodos presiden-ciales dedicados a trabajar por un equilibrio de lo social, por la recuperación del tiempo perdido para el país y por la revitalización de las relaciones internacionales.

Los actos de autoridad provocaron en una parte de la población una sensación de se-guridad y de confianza, pero en otros gru-pos comenzaron a gestarse movimientos de oposición como reacción a las limitaciones impuestas a las libertades políticas, a la eliminación de los grupos de izquierda y a la persecución a todo aquel que expresara in-conformidad con el régimen. Los signos de lo social no fueron alentadores. La política so-cial fue de coyuntura. El gobierno respondió a las presiones y a las necesidades del mo-mento, con medidas transitorias y paternalis-tas que no cambiaron las estructuras de la sociedad.

La mala imagen internacional del país fue parte del costo que tuvo que pagar por esta política de mano dura, que suspendió la vi-gencia de los Derechos Humanos durante la ofensiva militar. Ya antes el narcotráfico y la violencia habían deteriorado la imagen del país y ahora se agregaron las medidas del gobierno que provocaron la reacción de las organizaciones internacionales de Derechos Humanos, de la Unión Europea, del Departa-mento de Estado de EE.UU., de la ONU y la OEA, que denunciaron y propusieron medidas que ocuparon a los mejores funcionarios de la Cancillería años después, en una paciente y hábil campaña diplomática para obtener, como en efecto se obtuvo, la reconciliación del país con la comunidad internacional.

Al final se mantuvieron en Colombia la fis-calización y el control internacionales en ma-

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Casi 20.000 miembros de grupos de autodefensas dejaron las armas desde 2002.

teria de Derechos Humanos.

Cuarto escenario. Fue bautizado ‘La unión hace la fuerza’. Escenario ideal, pareció utópico entonces y aún lo sigue siendo para algunos de quienes allá lo confeccionamos en duras y largas jornadas.

Desde la base social se inició un esfuerzo que se tradujo en profundos cambios en la mentalidad individual y colectiva. Se trataba de modificar una vieja manera de ser, causa principal de nuestros males: la inclinación a trabajar divididos. Descubrimos nuestro me-jor recurso: el que resulta del respeto a las diferencias y de la fuerza que da la unión.

Al final de sus años uno de los partici-pantes en la abrumadora movilización so-cial que se desató a finales del milenio, re-cogió los recuerdos de la etapa que llamó la más memorable de su vida, porque había representado para él y para el país la de-mostración de las posibilidades de la unión

como fuerza, así lo resumió: “Esa protesta contra la violencia y la gue-

rra, contra atrocidades como los asesinatos y masacres, los secuestros y las desapari-ciones, contra el desplazamiento forzado de pobladores; al principio inspiró movimientos instintivos y desarticulados que después, co-menzaron a buscar cauce. Los países que habían respaldado los esfuerzos en busca de una salida, estimularon las actividades que se emprendieron en la construcción y orga-nización de la sociedad civil. Se llegó a una or-ganización autónoma en unidades regionales y locales que tuvieron el propósito único de construir la paz, recuperar la economía local y moralizar los sectores público y privado”.

¿En que estamos hoy? • Antes de Destino Colombia se vivía en

Colombia el Primer Escenario y no nos hemos acercado al Cuarto Escenario. Los pésimistas dicen estar regresando

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al Primer Escenario.• El primer cuatrienio se daría para jugar

los escenarios, con el ascenso a la pre-sidencia de Andrés Pastrana Arango.

• Se despejaron 42.000 kilómetros de la zona de distensión del Caguán.

• Tres años de burla al gobierno y al pueblo de Colombia. Las Farc con se-mejante extensión para actuar a sus anchas aprovecharon para reorganizar sus fuerzas, incrementar sus efectivos con incorporaciones las poblaciones vecinas, triplicaron cultivos de coca.

• A la zona despejada llegaban romerías a pagar extorsiones o a comprar la liber-tad de familiares secuestrados, en tanto la Comisión de Paz discutía la extensa agenda diseñada, más para prolongar las etapas de negociación que para lle-gar a acuerdos.

• Los colombianos estaban aterrados de

ver cómo se le daba a la guerrilla tanta larga y hasta hubo rumores de ruido de sables, cuando fuera alejado del cargo el Ministro de Defensa, Rodrigo Lloreda, quién no estaba de acuerdo con el trata-miento dado a los criminales.

• Justo es anotar que Andrés Pastrana inició la reorganización y el rearme moderno de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional.

• Al repasar lo que dice el Segundo Es-cenario páginas atrás, bien puede el amable lector establecer que hay mucho de ello en el gobierno Pastrana. Algunas razones y coincidencias:

a. Ante la presión de actores armados y años de desangre, el gobierno y la so-ciedad decidieron que había ambiente de dialogar y llegar a acuerdos serios. Es decir, en vez de perderlo todo, todos buscarían ganar algo.

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b. Desde antes de la elección el precan-didato Pastrana buscó el contacto con ‘Tirofijo’ y se concertaron dos encuen-tros entre las partes. O sea, como lo dice el escenario, ante la posibilidad de perderlo todo, se resolvió que al menos una parte se podía salvar, pero acep-tando las demandas de los grupos ar-mados para ir a la mesa de negociacio-nes según sus condiciones. c. El gobierno aceptó una agenda larga e irrealizable, pero propicia para los fines guerrilleros. La visita del Presiden-te fue frustrante. Atónitos vimos que la misma seguridad del Presidente era objeto de control por los guerrilleros y más frustrante cuando ‘Tirofijo’ no con-currió, dejando la silla vacía. d. La guerrilla fortalecida y un gobierno y la sociedad civil arrinconados y hastia-dos de la violencia prácticamente saca-ban bandera blanca. Se negociaría en los términos impuestos por la guerrilla. e.Tres años de diálogos hicieron que los colombianos expresaran su inconformi-dad con lo que apreciaron. Al final, ni se negoció la paz, ni se evitó la guerra. Se perdieron tres años. f. En Quirama se habló de despeje de algunos municipios, fueron cinco, pero sumaban 42.000 kilómetros cuadra-dos, cero autoridad, jueces, fiscales o procuradores. g. La opinión pública reclamó medidas de fuerza y un ejercicio vigoroso de la autoridad y rechazó cualquier clase de concesión o de acuerdo, consideró ina-ceptable que al guerrillero se lo tratara como negociador y calificó los arreglos como una derrota y una debilidad, y no como una posibilidad de paz. h. Puede decirse que el segundo escenario ‘Más vale pájaro en mano que ciento volando’, se cumplió hasta el día en que Andrés Pastrana sus-pendió la zona de distensión después de tres años.

i. También se aleja cuando Pastrana, aprovechando su magnífica imagen, ante una guerrilla desprestigiada, da marcha atrás al proceso, en tanto se apunta una ganancia política cuando causa el desprestigio de las Farc den-tro y fuera del país. El periplo coordi-nado de los cabecillas rebeldes por Europa fue la grieta que más duro gol-peó su imagen. j. La imagen de Colombia era la de una democracia, con libertades, elecciones realizables con excelentes resultados e intentos de la guerrilla de impedir-las. Los presidentes elegidos por voto pópular. La decisión del presidente Pastrana de dialogar con semejante monstruo que se había burlado unos años antes del presidente Betancur, fue desconocer el pasado inmediato.k. Otro alejamiento del funesto es-cenario fueron los planes de reorga-nización y rearme de las Fuerzas Mili-tares y la Policía Nacional a niveles correspondientes a las misiones que debíen cumplir. l. Se comenta que alguien quiso vincu-lar al programa de Destino Colombia al presidente Pastrana y este lo rechazó por cuanto él no había sido invitado. Sobra decir que una consigna al inicio del proceso de Quirama, fue no invitar candidato alguno. Cuando el proceso se inició, Pastrana no se había pos-tulado, ni estaba en el país. Lástima grande que no hubiera escuchado a los de Destino Colombia, perdió la po-sibilidad de imaginar y describir rum-bos alternativos o diferentes caminos en el futuro, con una herramienta que mejora la calidad del pensamiento estratégico y la conversación sobre el mañana. Destino Colombia le hubiera hecho pensar dos veces en el despeje.

Durante el segundo cuatrienio, primero de Álvaro Uribe Vélez se dan dos extraordina-rias coincidencias históricas. Antes de ser

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candidato su nombre no figuraba en la lista de los presidenciables, ni la Constitución consideraba la reelección, sin embargo, los planificadores de escenarios en medio de las discusiones y opiniones construyeron lo que vino a suceder años después. Si alguien tu-viese dudas de la calidad de la planeación por escenarios, este solo ejemplo bastaría.

El tercer escenario, ‘Todos a marchar’, se refleja en este cuatrienio en algunos aspec-tos como los siguientes:

a. Se produjo un esfuerzo que se tradujo en cambios en la mentalidad individual y colectiva. b. La nación protestó contra la violen-cia y la guerra, contra los asesinatos y masacres, secuestros y desaparicio-nes, contra el desplazamiento forzado, inspiró movimientos instintivos y desar-ticulados que, después, comenzaron a buscar cauce.c. Se reorganizó el país y se convocó a

la ciudadanía a participar colaborando con la Fuerza Pública para combatir y vencer a los violentos, recuperar la economía local y moralizar los sectores público y privado.d. Para reconstruir una nación fragmen-tada y en conflicto y zurcir rasgaduras hechas al tejido social del país, se ejer-ció un gobierno fuerte para poner orden y superar el caos institucional.e. Tras el fracaso de acuerdos de paz, se había nombrado a un gobernante que tuvo la energía e imaginación para aplicar medidas extraordinarias a una situación que no tenía nada de ordinaria. f. Recuperó la confianza en las institu-ciones antes sin autonomía, combatió el narcotráfico, le quitó los espacios a la guerrilla y los obligó a retroceder a unas áreas a grandes distancias.g. Liberó las vías del país de la presen-cia de las guerrillas.

Ante tanta barbarie el país protestó contra la violencia y la guerra, contra los asesinatos

y masacres, secuestros y

desapariciones.

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h. El debilitamiento de la subversión se palpó por primera vez en muchos años y muchos líderes fueron dados de baja o capturados. i. No hay dudas de que el Presidente Uribe puso el país a marchar. j. Las medidas drásticas provocaron rea-cciones por violaciones a los derechos humanos, sistemáticamente contra el gobierno y la Fuerza Pública. k. Golpeados militar y financieramente, los grupos armados disminuyeron sus acciones y comenzaron a considerar propuestas de diálogo. l. Mejoró sensiblemente la inversión ex-tranjera, se estimuló la economía y el sector productivo.m. El Presidente fue reelegido, tal como se dijo en Quirama, a pesar que nuestra Constitución lo prohibía.

El programa de planeación por escenarios Destino Colombia, hoy, casi echado en el olvido, impresiona cuando se palpa que el resultado de ese proceso revive y se mani-fiesta casi premonitoriamente. El Segundo Escenario (‘Más vale pájaro en mano que ciento volando’) se da parcialmente cumplido el cuatrienio Pastrana, el Tercer Escenario se da parcialmente cumplido en el primer cua-trienio Uribe. En el segundo cuatrienio, la planeación por escenarios se acercó a la realidad de lo analizado en aspectos, como

los siguientes: se agudizó el crecimiento de la tensión social, los actos de autoridad pro-vocaron en parte de la población una sen-sación de seguridad y de confianza, pero en otros grupos comenzaron a gestarse movimientos de oposición como reacción a las limitaciones impuestas a las libertades políticas, los signos de lo social no fueron alentadores. La política social fue de coyun-tura, la mala imagen internacional fue par-te del costo que el país tuvo que pagar por esta política de mano dura, que suspendió la vigencia de los Derechos Humanos du-rante la ofensiva militar.

Cuatro cuatrienos fue la meta, Pastrana, Uribe, Uribe, Santos. ¿En donde estamos con el ùltimo? La realidad expuesta en los primeros párrafos de este recuento histórico, acercan este cuatrieno, a dos años de termi-nar, al Segundo Escenario, según las opinio-nes y el manejo mediático de la oposición y los descontentos de siempre, especialmente cuando trata de acercarse a la guerrilla con medidas e instrumentos legales que tienden al díalogo, pero también tiene visos del Tercer Escenario cuando ha golpeado duramente a los mismos líderes de la guerrilla y ha mejo-rado consistentemente lo social, bajado el desempleo y mejorado la economía. El mejo-ramiento de las relaciones diplomáticas con los países vecinos es otra muestra de aleja-miento del Segundo Escenario.

La mala imagen internacional del país ha obligado al gobierno a mejorar las relaciones diplomáticas con los países del hemisferio.

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MARIPOSATeniente CoronelGuillermo Eloy Alfaro Cifuentes

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Carolina María Camacho Zambrano1

“El liderazgo es una oportunidad de servir, no de lucirse”

J. Walters

Amalgama de porcelana y acero: presencia de la mujer en la Fuerza Pública

1

Desde hace más de un siglo, las muje-res han logrado avances en todos los

ámbitos sociales, políticos, económicos y culturales y poco a poco, romper los es-tereotipos y demostrar con capacidades que el liderazgo no está ceñido a la etique-ta del género. A modo de ejemplo, hasta tiempos recientes era impensable tener mujeres presidentas y en la actualidad, en América Latina hemos tenido referentes como Michelle Bachelet, quien ha con-tinuado trabajando para la promoción y participación de la mujer como Presidenta

1. Docente Investigadora Facultad de Ciencias Militares – Escuela Militar de Cadetes General José María Córdo-va. Licenciada en Lenguas Modernas – Pontificia Uni-versidad Javeriana. Especialista en Estudios Culturales – Pontificia Universidad Javeriana. Actualmente cursa la Maestría en Estudios Culturales en la Pontificia Uni-versidad Javeriana. Comentarios a: [email protected]

de ONU Mujeres2, después de desempeñar la Presidencia de la República de Chile. Mien-tras representó al país en ese alto cargo, uno de los propósitos de Bachelet fue el de brin-dar y garantizar la participación de la mujer en espacios que hasta hace poco eran con-siderados fuera de su alcance, no por falta de capacidades, sino por condicionamientos sociales en donde es frecuente encasillar a los sujetos dependiendo de su género. Uno de estos espacios fue el fortalecimiento del papel de las mujeres dentro de la Fuerza Pú-blica en su país, lo cual le dio reconocimiento internacional y la nominación y asignación como Presidenta de este organismo interna-cional que trabaja en pro de la mujer.

Este hecho demuestra que la sociedad lati-2. Organismo internacional de la Organización de las Nacio-nes Unidas (ONU) encargado de la mujer, su protección y desarrollo integral.

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Ceremonia de ascenso al grado de Brigadier General en donde se le otorga este grado a la entonces coronel Luz Marina Bustos3.

noamericana está aceptando gradualmente la labor de la mujer dentro de estamentos que hasta hace medio siglo se consideraban espa-cios exclusivamente masculinos. Colombia no ha quedado al margen de esta tendencia en la región, y ha mostrado avances significativos en esta área, por lo que se espera que para 2044 tengamos la primera mujer General dentro de las Fuerzas Armadas; en el 2009, el país pre-senció el nombramiento de la primera mujer General de la Policía Nacional, la brigadier ge-neral Luz Marina Bustos Castañeda. 3

El camino para que este hecho fuera po-sible, fue la aceptación de la mujer dentro de la Policía y así poder ser oficial de ca-3. SALAZAR, Hernando. “Colombia tiene su primera mujer general” en BBC Mundo – América Latina: http://www.bbc.co.uk/mundo/america_latina/2009/06/090605_2137_colombia_generala_jrg.shtml (Publicado el 6 de junio de 2009 – Accedido el 8 de julio de 2012).

rrera a comienzos de la década de los 80, en donde aceptaron a 14 aspirantes den-tro de la primera promoción mixta en la General Santander, y de las cuales sólo se graduaron siete y hasta la fecha, La briga-dier general Bustos ha llegado a ser la única alcanzar el rango de Brigadier General, que es el rango más alto establecido en dicha Institución. Lo anterior denota que no es tanto la cantidad, sino la calidad y que ello es lo que prima dentro del liderazgo, éxito y reconocimiento en una profesión que fue considerada como netamente masculina, preconcepto establecido en lo concerniente a la Seguridad y Defensa.

La Policía es la rama de la Fuerza Pública que ha tenido más avances al respecto, por la inclusión en sus filas de mujeres piloto; pues-to que desde 1990, ingresaron a apoyar la lu-

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cha contra el narcotráfico y antiexplosivos. En el 2011 estaba en curso de ascenso la que podría ser la segunda Brigadier General en di-cha institución, coronel Mireya Cordón López4 y se graduó la primera promoción de mujeres ‘robocop’5 (53 en total) del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), creado en 1999 para ayudar al control del orden público y ayuda de la seguridad; dicho escuadrón es ejemplo 4. “Otra mujer entrará a curso para ser general de la Policía colombiana” en El Tiempo: http://www.eltiempo.com/justi-cia/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-10806284.html (Publicado el 21 de noviembre de 2011 – Accedido el 8 de julio de 2012).5. Este apelativo de robocop o “tortuga ninja” se debe a la forma del uniforme que es una coraza de 21 kilos de polie-tileno, destinado como mecanismo aislante y de protección junto con el escudo, casco y bolillo.

en Latinoamérica y de los más completos del mundo en esta área.

No obstante, los avances que ha dado la Policía Nacional respecto a la equidad de género no son hechos aislados; por el con-trario, la participación de las mujeres en demás Instituciones de la Fuerza Pública, se ha ido dando de forma paulatina y con-solidando su posición en los estamentos donde se desempeñan. La primera acción positiva al respecto, fue dada con el Decreto 2337 de 1971 para permitir el ingreso a la mujer en los cuerpos administrativos y nor-mativizando su posibilidad de ascenso al rango de Coronel (Fuerza Aérea y Ejército) y Capitán de Navío (Armada Nacional). Poste-riormente, con la modificación del Decreto 1791 del 2000 en el año 2002 y ratificado con el Decreto 1428 del 2007, las mujeres del Cuerpo Administrativo en la Armada y Fuerza Aérea pueden llegar a acceder al rango de Brigadier General.

Cabe resaltar que quien dio la parada para el cumplimiento del Decreto 2337 de 1971, fue el Ejército con el primer curso ad-ministrativo que ingresó el 16 de octubre de 1976 y con el ingreso de la primera promo-ción de suboficiales el primero de julio de

Integrante de la primera promoción

del escuadrón femenino de la

ESMAD6.

Mujeres del Ejército

Nacional en desfile del 20

de julio7. Fuente:

EJERCOL

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1983. Los éxitos y reconocimientos que ha obtenido este grupo en dicho estamento castrense incluyen labores en áreas como la medicina, psicología, administración y derecho; igualmente a nivel operacional en gloriosos momentos para la institución como la Operación Jaque, haciendo labores de in-teligencia para apoyar y garantizar el éxito de la operación. En enero de 2009 ingresó a la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova la primera promoción mixta, en donde se graduaron 48 de las 62 cade-tes, las cuales podrán acceder al grado de General desde las armas de Logística, Co-municación e Inteligencia.67

La historia de la Fuerza Aérea tuvo su particularidad, porque -no obstante de ser la segunda en graduar al primer cu-erpo administrativo de mujeres oficiales el 16 de junio de 1979 y egresar el primer cuerpo administrativo de suboficiales el 20 de abril de 1992– fue la primera de las Fuerzas Militares en permitir su ingre-so como oficiales de carrera en 1997 a la Escuela Militar de Aviación (EMAVI) Marco Fidel Suárez a un grupo de 16 mujeres, de las cuales siete obtuvieron alas de pi-loto el 6 de diciembre de 2000, las cuales han prestado su servicio a la Institución y al país tanto en labores administrativas como de combate.8

Por su parte, la Armada Nacional de Co-lombia permitió el ingreso a sus filas a las mujeres, como integrantes del cuerpo ad-ministrativo de la institución en 1984; en

6. “Comandante del Ejército saluda a las mujeres en su día” en Ejército Nacional de Colombia: http://www.ejercito.mil.co/?idcategoria=95168 (Publicado el 8 de marzo de 2011 – Accedido el 8 de julio de 2012).7. “Ascienden 48 mujeres oficiales de las armas” en ESMIC (Escuela Militar de Cadetes): http://www.esmic.edu.co/es-mic/index.php/actualidad/311-ascienden-primeras-48-mu-jeres-oficiales-de-las-armas (Publicado el 12 de diciembre de 2011 – Actualizado el 20 de marzo de 2012 – Accedido el 8 de julio de 2012).8. HERNÁNDEZ, Douglas. “Pioneras de la Aviación Militar Colombiana y Latinoamericana” en Air & Space Power Jour-nal (Español – Tercer Trimestre 2004): http://www.airpower.au.af.mil/apjinternational/apj-s/2004/3trimes04/hernan-dez.htm (Publicado el 23 de agosto de 2004 – Accedido el 8 de julio de 2012).

1997, este grupo poblacional pudo acceder a las carreras de oficial y sub oficial de Arma en dos momentos distintos: en enero de ese año ingresaron a la Escuela Naval Almirante Padilla 17 mujeres entre 16 – 20 años para cumplir el sueño de ser oficial y posteriormente en agosto, diez mujeres decidieron ser parte del cuerpo de sub-oficiales al ingresar a la Escuela Naval de Suboficiales ARC Barranquilla. Desde el 2005 las mujeres pudieron acceder a es-tar en Buques de Guerra. En el 2010, su-ceden dos acontecimientos importantes: la Teniente de Fragata Raquel Elena Romero Quintero se convierte en la primera mujer en timonear el ARC Isla Palma, un Buque de Guerra y la Marinero Primero Francy Carolina Polanco Tavera es la primera mu-jer en recibir el grado de instructor básico en la Infantería de Marina Nacional.9

En la experiencia de la mujer dentro de la Fuerza Pública en Colombia, es signifi-cativo resaltar que su comportamiento ha sido impecable al no recibir sanciones dis-ciplinarias y se han presentado algunos retiros de la Institución por incapacidad psicofísica, mas nunca por incompetencia profesional. Así queda acreditada la labor

9. “Se graduó primera mujer del curso de instructor básico” en El Universal: http://www.eluniversal.com.co/monteria-y-sincelejo/local/se-gradu%C3%B3-primera-mujer-del-curso-de-instructor-b%C3%A1sico (Publicado el 29 de noviembre de 2010 – Accedido el 8 de julio de 2012).

Graduación de la primera promoción mixta en la Escuela Militar8. Fuente: ESMIC.

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Las primeras siete oficiales piloto femeninas de la Fuerza Aérea Colombiana frente a un T-34 Mentor de la EMAVI. De Izquierda a derecha son: Johanna Herrera Cortés, Magda Rincón, Sandra Marian Gaitán Sisa, María Andrea Bueno Restrepo, Luz Stella Franco Yepes, Liliana Paola Vergara Gutiérrez y Gladis Rocío Sánchez.9

Fuente: Air & Space Power Journal (2004)

Marinero Primero Francy Carolina Polanco Tavera, primera mujer instructor básico en la Infantería de Marina Nacional.10

Fuente: El Universal.

de liderazgo a través del servicio, que está ejerciendo la mujer en los distintos esta-mentos que componen la Fuerza Pública en Colombia, que se manifiesta desde el cuerpo administrativo en diversas instan-cias y en la actualidad como oficiales y suboficiales de carrera.

Así mismo, es de destacar cómo la su-puesta fragilidad y delicadeza con la que se asocia a la mujer, no ha sido obstáculo para su desarrollo profesional; por el con-trario, ha contribuido como elemento dis-tintivo en su trabajo, y prueba de ello es la labor que está desempeñando en los dife-rentes órdenes de las instituciones en la Fuerza Pública, en la que el liderazgo ya no tiene que ver con la fuerza bruta, sino con la vocación de servicio; donde consta que sí es posible la amalgama de la porcelana con el acero.

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TRANSPARENTETeniente CoronelGuillermo Eloy Alfaro Cifuentes

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Siendo muy joven, Guillermo Eloy Alfaro Cifuentes decidió un día hacer parte de

las filas del Ejército Nacional de Colombia, a fe que lo logró y en diciembre de 1956 egre-só de la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova como oficial de infante-ría del Curso Pedro Alcántara Herrán.

Fue sorprendido gratamente cuando le anunciaron que su primera unidad de des-tino, ya como subteniente, era el Batallón Guardia Presidencial.

Una anécdota que nunca olvidará la vivió precisamente como subteniente en el Guar-dia Presidencial, al ser testigo activo de los acontecimientos golpistas del 2 de mayo de 1958, cuando un grupo de integrantes de la Policía Militar intentaron tomar el control de Palacio de San Carlos, entonces residencia de los Presidentes. Cuál sería su sorpresa

Teniente coronel Guillermo Eloy Alfaro Cifuentesparacaidista, lancero y artista

cuando vio que en un camión conducido por integrantes de la Policía Militar llevaban, supuestamente detenido, al entonces candi-dato liberal a la Presidencia, Alberto Lleras Camargo.

A pesar de la situación de riesgo se apeó del camión, tomó el control del vehículo y de sus integrantes y procedió, con la cortesía y la amabilidad que siempre lo han caracte-rizado, a llevar al doctor Lleras Camargo has-ta la Casa Privada del Palacio de San Carlos. Dos días después el doctor Lleras Camargo fue elegido por abrumadora mayoría como primer Presidente del Frente Nacional. Por estos hechos se hizo acreedor a la Medalla Guardia Presidencial, la cual conserva en un sitial de honor en su casa de Bogotá.

Durante su carrera militar, adelantó cursos de paracaidista, lancero y de contraguerrilla,

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entre otros; obtuvo varias medallas por su desempeño, entre ellas la de Orden Público. Más adelante integró el Batallón Colombia y estuvo bajo las órdenes del general Álvaro Va-lencia Tovar, algo que siempre ha llevado en lo más profundo de su corazón y lo ha llenado de orgullo; por unos cuantos meses y siendo mayor tuvo el chance de ser Comandante de ese Batallón, el Colombia, ese que en varias ocasiones ha llevado el nombre de la Patria fuera de las fronteras, dejando testimonio del valor y la integridad de los soldados que hacen parte de sus filas, desde el momento mismo de su creación, hasta nuestros días.

Se retiró en el grado de Teniente Coronel, después de años de trasegar por la vida cas-trense y de haber participado entre otras, en operaciones tan delicadas como la de Anorí.

El artistaDesde muy temprano, en su adolescen-

cia, un tío que practicaba la fotografía en blanco y negro, lo fue entusiasmando e interesando en la afición por ese arte. No desperdicia la oportunidad para capturar con su cámara lo que más le llamaba la atención y dedicó su afición a fotografiar la

naturaleza, actividad que mezclaba con la práctica del revelado manual.

Una vez que se retiró tuvo el tiempo su-ficiente para perfeccionar su afición y ad-quirir mejores equipos fotográficos, y a poner en práctica la paciencia, la observa-ción y la contemplación de la belleza que diariamente nos ofrece la naturaleza.

Por lo general no busca lugares extraños, aunque prefiere el patio de la casa de su hija en Villavicencio, son los caminos, las carreteras por los que viaja y sus poblacio-nes, los que más le llama la atención.

Aunque cualquier destalle es motivo para una fotografía, se ha ido especializando en los detalles pictóricos espectaculares que ofrecen las aves como los colibrís, los pa-vos reales, los gavilanes, y algunos otros, a los que les dedica todo el tiempo necesario. Para lograr imágenes espectaculares le ha tocado recurrir a la creatividad, a través de señuelos, trípodes camuflados entre la natu-raleza, cuerdas para lograr tomas a desde la distancia, mientras espera con paciencia de pescador a que una ave se pose sobre una flor para disparar su cámara a dentelladas hasta lograr maravillosas tomas. Precisa-

Ascendiendo a Teniente.

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mente, algunas de ellas las hemos querido compartir con nuestros lectores como ilus-traciones a lo largo de la nuestra revista in-stitucional de 2012.

Esta es la experiencia de vida de este hombre nacido en Fusagasugá, que dedicó muchos años al arte de las armas, y hoy a sus setenta y tanto años puede disfrutar el día a día dedicado al arte de la imagen.

La historia política

Golpe militar del 2 de mayoLa aventura golpista se había gestado en

reuniones de algunos miembros del Ejército, dolidos por la reacción antimilitarista que se había anidado en la conciencia pública, des-de la caída del general Rojas Pinilla. Exacta-mente un año antes, el régimen militar del general Rojas había alcanzado su más alto nivel de desprestigio: el cierre de los periódi-cos; el sacrificio de estudiantes que se mani-festaban; las maldiciones que desde el púl-pito de la iglesia de La Porciúncula de Bogotá lanzara su párroco, Severo Velásquez contra

el dictador; los gritos de Cristo sí, Rojas no y Botas Fuera, lanzados por los estudiantes en las calles; el frente civil que sincronizó a pa-tronos y obreros en contra del Gobierno; y, fi-nalmente, el frustrado intento del general Ro-jas de hacerse reelegir para el periodo 1958 - 1962, por una Asamblea Constituyente de bolsillo dos días antes de su caída, palpitaban aún en la memoria pública.

Entre el viernes 10 de mayo del 57, cuan-do cayó la dictadura militar, y el viernes 2 de mayo del 58, cuando el coronel Forero impar-tió las órdenes de apresar a los integrantes de la Junta Militar, los 5 miembros que la com-ponían oscilaban entre la desconfianza pu-blica en los comienzos de su administración hasta la admiración general por la forma con-ciliadora como condujeron la realización del plebiscito, que a la postre recuperó la institu-cionalidad del país, creó el Frente Nacional alternando en el poder durante 16 años entre liberales y conservadores y convocó a eleccio-nes para devolverles el poder a los civiles.

A las 3:15 de la madrugada, faltando ape-nas 52 horas para que el pueblo fuera por

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primera vez en ocho años a las urnas con el propósito de elegir a un Presidente civil, una docena de patrullas de la Policía Militar salieron vertiginosas, reptando en medio de la oscuridad, con la orden de apresar en sus residencias a cuatro generales y a un almiran-te, integrantes de la Junta de Gobierno, y al doctor Alberto Lleras, el candidato liberal del Frente Nacional, el más opcionado para ga-nar en las elecciones del domingo siguiente.

Fue tan rauda y sorpresiva la operación, que a las 4 de la madrugada el cuadro que presentaban los altos mandos detenidos dis-taba mucho de ser marcial.

El general Deogracias Fonseca, el miembro más prolífico de la Junta, padre de 11 niños, no alcanzó a vestirse. Luciendo un pijama a rayas llegó en calidad de detenido a los cuar-teles de Puente Aranda.

El mayor general Gabriel Paris, presidente de la Junta, apareció ojeroso, luciendo pijama de un solo fondo y bata.

Solo dos de los generales alcanzaron a uni-formarse, Ernesto Ordóñez, de 44 años, el miembro más joven de la Junta, y Rafael Navas Pardo, el más veterano, de 50 años de edad.

Pasadas las 5 de la mañana, una radiopa-trulla de la Policía Nacional y dos jeeps reple-tos de agentes, al mando del capitán Amaya, rodearon la residencia del doctor Alberto Lle-ras y se lo llevaron en calidad de detenido hacia el cuartel de la PM en la calle 10. Pero la fortuna estaba alineada al lado del doc-tor Lleras. Una cuadra antes de su destino, unidades del Batallón Guardia Presidencial detuvieron a los policías, reconocieron entre la radiopatrulla al candidato y lo liberaron in-mediatamente.

A los golpistas también se les escapó el vicealmirante Rubén Piedrahíta Arango. Su residencia estaba custodiada por infantes de marina, quienes se negaron a obedecer las órdenes de los policías militares y aler-taron al Almirante.

Piedrahíta, refugiado en una casa vecina, fue escoltado a las 5:30 a.m. por miembros leales de la Marina y el Ejército hasta el Pala-

cio de San Carlos, desde donde se dirigió por radio a la nación. Allí, en compañía del recién liberado candidato Alberto Lleras, trazó los planes para conjurar el alzamiento.

A las 9 de la mañana, los 500 rebeldes aún controlaban la situación, pero estaban amedrentados por el vuelo amenazante de los bombarderos B-26, enviados desde Pa-lanquero, y por los viejos tanques de la Es-cuela Motorizada, que a esa hora rodeaban los cuarteles de la PM en Puente Aranda.

Al mediodía la situación quedó controlada. El batallón golpista depuso las armas y su ca-becilla, coronel Hernando Forero, se asiló en la embajada de El Salvador, en Bogotá.

El consejo de guerra que juzgó a los mili-tares implicados tuvo la prudencia de no insistir en la búsqueda de los posibles hilos que movieron la intentona. Sin embargo, du-rante el proceso que el Senado de la Repúbli-ca le siguió en el primer trimestre de 1959 al general Rojas, éste, aún adolorido, propor-cionó su personal interpretación sobre las causas: ... en los consejos de guerra que se celebraron para juzgar a los oficiales com-prometidos se vio, con toda claridad, que... Navas quería quedarse solo en la Presiden-cia. Ordóñez pensaba en la misma forma. Y así los otros 3 miembros.

El origen del 2 de mayo fueron las ambicio-nes de los miembros de esa Junta.

Tomado de eltiempo.com

Doctor Lleras Camargo y el Teniente Coronel Eloy Alfaro.