Revista dianoia comenntario 1954

6
308 RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS ble describir ese estado de cosas por medio de proposiciones "que natural- mente pueden ser verdaderas o falsas", son correctos; pero ello no demuestra que tales proposiciones sean las que fi- guran en las inferencias jurídicas. Para percatarse de ello, basta examinar con cuidado los mismos ejemplos de Miró. La proposición: "todo aquel que en el Perú mata deliberadamente a otro que- dará sometido a la acción del organis- mo estatal que lo sancionará con peni- tenciaría no menor de seis años", puede ser interpretada en dos formas muy distintas. Si la consideramos como jui- cio enunciativo, su sentido es que la persona que en el Perú mata delibera- damente a otro, está expuesta a sufrir la acción del organismo estatal que la sancionará de tal o cual manera. En tal hipótesis, el juicio estaría referido a un hecho futuro de realización incierta, y su sentido diferiría por completo del de la norma de derecho. Si considera- mos, por lo contrario, que la oración gramatical a n te s transcrita expresa -pese a su forma lingüística- una norma de derecho, su sentido sólo pue- de ser éste: si en el Perú una persona mata deliberadamentea otra (y se cum- plen los demás requisitos que la ley señala), el juez deberá imponerle tal o cual pena. Ahora bien: de las dos proposiciones, la enunciativa y la nor- mativa,' sólo la segunda puede formar parte de un razonamiento jurídico y, por tanto, servir de base al fallo judi- cial. No así la otra, porque ni estatuye deberes jurídicos ni concede derechos subjetivos. De este modo el problema surge otra vez, ya que de la norma ex- presada por el artículo 150 del Código Penal del Perú no puededecirse--como lo reconoce el autor del libro que co- mentamos- que sea verdadera o falsa. Es más: de ella no puede siquiera afir- marse -de acuerdo con la tesis de Miró- que tenga el carácter de "pro- posición". De este atolladero sólo es posible salir cuando se advierte que al lado de los JUICIOS predicativos que estudia la apofántica aristotélica hay otros normativos, y que los atributos que a éstosconvienen no son los de ver- dad o falsedad, sino los de validez o invalidez. La parte en que el autor hace el es- tudio de diversas teorías sobre la estruc- tura lógica de la norma de derecho es muy interesante, y abunda en valiosas y agudas reflexiones críticas; pero su interés habría sido mucho mayor si Miró se hubiera referido en ella a las teorías que han abordado en forma más rigurosa y directa los mismos proble- mas que él examina en su obra. Que- remos referirnos a las de Ulrich Klug y H. von Wright, que el filósofo pe- ruano c~tay conoce a fondo. EDUARDO CARCÍA MÁYNEZ Metafísica de la expresión, por Eduardo Nicol. Fondo de Cul- tura Económica, México, 1957. Lo menos que puede decirse de este libro es que es un libro bien construido y acabado, escrito en estilo vigoroso y límpido, fruto de una larga meditación filosófica, con inspección directa de las fuentes y pensamiento propio, en torno a la idea del hombre, definido en este libro como el ser de la expresión. "La expresión es el ser del hombre", había dicho ya Nicol desde La Vocación Hu- mana, y ahora pretende darnos el cum- plimiento intuitivo de aquella intención. La antropología filosófica es así para el autor, desde su punto de vista, en todo convertible con la metafísica de la expresión. Puesto que debe ser precisamente una metafísica, y no simplemente una física de la expresión o una fenomeno- logía de las formas simbólicas, etc., cree el autor necesario remontarse, en la primera parte de la obra, a la meta- "física antigua con el objeto de ver si en aquella metafísica general no podría

description

Revista dianoia comenntario 1954

Transcript of Revista dianoia comenntario 1954

Page 1: Revista dianoia comenntario 1954

308 RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS

ble describir ese estado de cosas pormedio de proposiciones "que natural-mente pueden ser verdaderas o falsas",son correctos; pero ello no demuestraque tales proposiciones sean las que fi-guran en las inferencias jurídicas. Parapercatarse de ello, basta examinar concuidado los mismos ejemplos de Miró.La proposición: "todo aquel que en elPerú mata deliberadamente a otro que-dará sometido a la acción del organis-mo estatal que lo sancionará con peni-tenciaría no menor de seis años", puedeser interpretada en dos formas muydistintas. Si la consideramos como jui-cio enunciativo, su sentido es que lapersona que en el Perú mata delibera-damente a otro, está expuesta a sufrirla acción del organismo estatal que lasancionará de tal o cual manera. En talhipótesis, el juicio estaría referido a unhecho futuro de realización incierta, ysu sentido diferiría por completo delde la norma de derecho. Si considera-mos, por lo contrario, que la oracióngramatical a n t e s transcrita expresa-pese a su forma lingüística- unanorma de derecho, su sentido sólo pue-de ser éste: si en el Perú una personamata deliberadamentea otra (y se cum-plen los demás requisitos que la leyseñala), el juez deberá imponerle talo cual pena. Ahora bien: de las dosproposiciones, la enunciativa y la nor-mativa,' sólo la segunda puede formarparte de un razonamiento jurídico y,por tanto, servir de base al fallo judi-cial. No así la otra, porque ni estatuyedeberes jurídicos ni concede derechossubjetivos. De este modo el problemasurge otra vez, ya que de la norma ex-presada por el artículo 150 del CódigoPenal del Perú no puededecirse --comolo reconoce el autor del libro que co-mentamos- que sea verdadera o falsa.Es más: de ella no puede siquiera afir-marse -de acuerdo con la tesis deMiró- que tenga el carácter de "pro-posición". De este atolladero sólo esposible salir cuando se advierte que al

lado de los JUICIOS predicativos queestudia la apofántica aristotélica hayotros normativos, y que los atributosque a éstos convienen no son los de ver-dad o falsedad, sino los de validez oinvalidez.

La parte en que el autor hace el es-tudio de diversas teorías sobre la estruc-tura lógica de la norma de derecho esmuy interesante, y abunda en valiosasy agudas reflexiones críticas; pero suinterés habría sido mucho mayor siMiró se hubiera referido en ella a lasteorías que han abordado en forma másrigurosa y directa los mismos proble-mas que él examina en su obra. Que-remos referirnos a las de Ulrich Klugy H. von Wright, que el filósofo pe-ruano c~tay conoce a fondo.

EDUARDO CARCÍA MÁYNEZ

Metafísica de la expresión, porEduardo Nicol. Fondo de Cul-tura Económica, México, 1957.

Lo menos que puede decirse de estelibro es que es un libro bien construidoy acabado, escrito en estilo vigoroso ylímpido, fruto de una larga meditaciónfilosófica, con inspección directa de lasfuentes y pensamiento propio, en tornoa la idea del hombre, definido en estelibro como el ser de la expresión. "Laexpresión es el ser del hombre", habíadicho ya Nicol desde La Vocación Hu-mana, y ahora pretende darnos el cum-plimiento intuitivo de aquella intención.La antropología filosófica es así parael autor, desde su punto de vista, entodo convertible con la metafísica de laexpresión.

Puesto que debe ser precisamenteuna metafísica, y no simplemente unafísica de la expresión o una fenomeno-logía de las formas simbólicas, etc.,cree el autor necesario remontarse, enla primera parte de la obra, a la meta-"física antigua con el objeto de ver si enaquella metafísica general no podría

ingrid
Typewritten Text
Diánoia, vol. 4, no. 4, 1958
Page 2: Revista dianoia comenntario 1954

RESEfilAS "BiBLIOGRÁFICAS 309

fundarse esta metafísica especial que recibió en la' metafísica tradicional elpersigue. Es éste un largo excurso por tratamiento que demandaba como "ca-cierto en la economía de la obra, pero rácter constitutivo de la estructura on-'desde luego no carente de interés, y a tológica del hombre". La expresión,

· tal punto que, aun si no pasáramo ade- podría pensar cualquiera de momento,· lante, retendrán seguramente la aten- no sería otra que el logos mismo, dadoción del lector estas páginas en que por Aristóteles como carácter definitorioNicol sometea una severa aporética las del viviente humano; pero Nicol sec_u~stiolle.s_:más__cJ!r_dinales__da.Ja__T.lleta-__~a.pre_s_ur_ª_a_desY:anece.L.es.ta._eqlJipaxació!!..física tradicional. porque: "El logos, que sí era un carác-

El resultado de este examen es para ter ontológico fue considerado como talel autor francamente decepcionante. La solamente en tanto que no era una ex-"vieja ciencia del ser" presenta "la apa- presión" (pág. 72).rente posibilidad de incluir en ella los ¿Será entonces que deberemos con-fenómenosexpresivos" (pág. 28). "Para tentarnoscon una física de la expresión,que sea posible una ciencia del 'ser, es - y tanto más cuanto que la expresiónnecesario que el ser tenga atributos" "está siempre circunscrita primaria-(pág. 30); pero estos atributos, en opi- mente por un quién, por un aquí y unnión del autor, "resultarán forzosamente ahora, es decir, es un fenómeno que semenos universales que el concepto mis- presenta determinado desde luego pormo del ser" (pág. 31). Nicol se da unos caracteres de singularidad? (pág.bien cuenta de que la escolástica pre- 79). y en este supuesto,como pertene-tendió describir dichos atributos en la ciente a todo en todo al mundo delconocida teoría de los trascendentales devenir" ¿no podrán, entonces,las cien-del ente; pero esta teoría le parece ser cias llamadas del espíritu, que sonuna "nulidad epistemológica" y "la ciencias del cambio también bastarseporparte más estéril de toda la metafísica sí solas para tratar de este fenómeno?"tradicional" (pág. 31). Tampoco igno- (pág. 126). El autor, sin embargo, esra el autor, por otra parte, pues conoce de opinión que no bastan, por cuantobien su Aristóteles, que la metafísica que "el problema de primer plano nopodría ser también o principalmente son las formas de expresión simbólicateología (teología natural por supues- creadas por el hombre, sino la estruc-to), pero aun esto le parece imposible, tura ontológica del hombre como crea-en razón de que: "La metafísica, cien- dor de esas formas"; y siendo así, elcia intermedia entre la física y la teolo- problema que se plantea es "directa-gía, trataría del ser, y no podría recu- mente metafísico, sin dejar por ello derrir al concepto de Dios para aclarar el ser fenomenológico" (pág. 127).ser mismo, porque Dios es inaccesible Sobre esta base, pues, de la metafí-al entendimientohumano pro statu isto" sica fenomenológica, la expresión le(pág. 37). En suma, pues, "parece ha- aparece al autor como "el primer datoher negado el momento de convencerse fenoménico que nos ofrece el ser hu-definitivamente de que no hay una cien- mano", como el antecedente de todoscia del ser en cuanto tal" (pág. 39). La los demás,y en suma, "la clave para laúnica metafísica posible es aquella que comprensión de la forma de ser propia"pueda organizarse fenomenológicamen- . del hombre" (pág. 203). Y es así por-te" (pág. 46), o sea, si glosamos con que "su ser no está completo ni puedefidelidad el pensamientodel autor, aque- completamente conocerse, en la pura

· lIa que no trasciendelos fenómenosmis- determinación óntica de su indíviduali-mos. Por último, y en lo que hace di- dad", ya que "la necesidad de ser con

· rectamentea la expresión, ésta tampoco el otro no es sociológica, sino metafí-

Page 3: Revista dianoia comenntario 1954

310 RESE1ilAS BmLlOGRAFlCAS

sica" (pág. 204). Pero más aún, y si lamisma aprehensión del ser, de cualquiermodo que sea, "implica ya el concursode la palabra dialogada, y toda palabraes expresión", resultará entoncesque lametafísica de la expresión será, ni másni menos, la filosofía primera; y enefecto,Nicolle asigna resueltamenteestahegemonía en este pasaje transparente:"La teoría del hombre como ser de laexpresión no ha de fundarse en unaontología previamente establecida, sinoque, por el contrario, la metafísica dela expresión es la base originaria enque debe 'asentarse la ontología comoinvestigación fenomenológica de la for-ma de ser de los entes" (pág. 210).

Este vasto programa es el que tratade explicitar el autor en la segundami-tad de su obra, cuyas partes tercera,cuarta y quinta llevan como epígrafes,respectivamente,"El que expresa", "Loque expresa" y "Cómo expresa". El queexpresa es, por supuesto, el hombre "ysólo el hombre, único ente expresivo,y cuya única "constante ontológica" esla expresión. No es posible dar de éluna definición por el logos (que, segúnel autor, perdió desdemuy temprano encarácter expresivo) ni por existencialeso existenciarios, pues la angustia, porejemplo, es ella misma una expresión,) por más que en este momento histó-rico parezca ser la prevalente, mañanapodrá serlo "la serenidad o la alegría"(pág. 220).La comprobación de que "al ser hu-

mano lo reconocemos y distinguimosmetafísicamente de inmediato por el he-cho simple de que nos habla" (pág.233), le permite al autor resolver, odesplazar mejor dicho, el falso proble-ma de la intercomunicación humanaque planteó la metafísica cartesiana,dado que el cuerpo está también implí-cito y coimplícito en la expresión; y leda pie asimismo para enfocar bajo estenuevo ángulo el problema de la verdad.En su concepto, "la verdad es dialógica,porque se formula como referencia real

de los interlocutores a una realidad cemún" (pág. 247). La conformidad cola realidad es en ella cosa secundariipues la verdad es "sobre todo una e:presión", y "la intencionalidad prim,ria es dialógica" (pág. 257), comuncativa; y la verdad, por ende, "es I

modo de ser constitutivo del hombnpor el cual se establece la vinculacióexistencial entre un hombre y otro honbre" (pág. 260). La clásica adaeqtutio rei et intellectusno puede en abseluto entenderse"como relación de la pilabra con la cosa", sino "como relacióentre quien usa la palabra y aquelquien la palabra se dirige, cuando anbos la entienden para referirse a unrealidad común" (pág. 263). Con es1sello eminentementepráctico y ético dla verdad, nos explicamos que, para e

autor, la verdad de una proposiciócualquiera no necesite verificarse dotro modo que por el consenso de ledialogantes: "Sólo el diálogo puede s{la garantía suficiente de que lo captadintuitivamente no es una ilusión, sinuna realidad efectiva. Por encima desta garantía no se dispone de otrapero tampoco se requiere." "Nos enterdemos: luego hay verdad" (pág. 291J"La evidencia del ser no reside en 1conciencia, sino en ellogos" (pág. 290)en un logos que es esencialmente,comhemos visto, un diálogo.

Las necesidadesde una metafísica dla expresión llevan al autor a continurción ("Lo que expresa") a "examinalo que haya de común en toda expresión, independientemente de las diferencias de forma y contenido" (pá¡298). Pues bien, "lo que expresa ehombre, primaria y fundamentalmentees la forma común del ser: El hombrcomo ser de comunidad" (pág. 307)"La expresión constituye la comunidahistórica, y es el hilo conductor por ecual puede actualizarse el pasado histcriográficamente" (pág. 311). Ahorbien, una hermenéutica del ser de 1expresión es una hermenéutica del set.

Page 4: Revista dianoia comenntario 1954

RESE1i1AS BIBLIOGRÁFICAS 311

tido, categoría implicada en todo lo hu- enunciación y comentario de los cincomano, y que no es "primariamente un principios de la relación simbólica;concepto de lógica o de semántica, sino quíntuple relación que mantiene el sím-una categoría existencial y ontológica" bolo con su productor, con su intérpre-(pág. 332). te, con su objeto intencional, con otrosEn la última parte ("Cómo expresa") símbolos para formar con ellos un siso

el autor pretende esbozar lo que llama tema con su propia unidad de sentidoél mismo una Crítica de la razón sim- y finalmente con su pasado histórico:bólica, a la cual lo llevan naturalmente Esta última relación da ocasión al au-

- sus-lucuDraéione-¡,~-precedeTItes,desde-el----.tor.para_exp~01lM_sJ!s__puntos de vistamomento que "en un sentido radical, sobre la historicidad de las formas -sim'::toda expresión es simbólica" (pág. 352); bólicas.afirmación que pretende justificar aparo Mucho y muy valioso habrá quedadotándose de la noción corriente de sím- sin duda fuera de esta reseña; pero enbolo, el cual, como en la lengua griega, ella no es posible otra cosa que describirsería esta vez toda expresión cualquiera Con fidelidad, como creemos haberloque, al ser entendida por la otra parte, hecho, las directrices esenciales de laefectúa la re-unión entre los actos in- obra; y asimismo, por las propias raetencionales de los interlocutores. No zones, no es tampoco posible entrardesconoce Nicol, antes por el contrario ahora en un análisis crítico pormenori-hace de ello buen acopio, la fecunda zado. Lo único que en general podría.aportación que en este terreno repre- mos decir a este respecto, es que estesenta la Filosofía de las formas simbo- libro tiene todos los méritos y todas laslicas de Cassirer, pero estima, con todo, limitaciones que lleve consigo el emeque "El principio de la Unidad del es· pleo exclusivo del método fenomenoló·píritu, frente a la diversidad de sus gico; exclusividad inobjetable, por su-manifestaciones, no adquiere en Cassi- puesto, cuando sólo se trata de hacerrer la fuerza de un principio de comu- fenomenología, pero no cuando se pre-nidad" (pág. 365), y que lo que im- tende hacer, con ello y sólo ello, meta-porta más no es tanto mostrar la unidad física. La fenomenología, en efecto,entre las distintas formas simbólicas, como lo reconoce el autor, no puedesino su interdependencia e intercone- sino mostrar lo que "ha de estar yaxión de sentido; lo cual hace el autor latente en los fenómenos mismos" (pág.de manera por cierto brillante y suges· 303) Y en este sentido es una obra prí-tiva, merced al comercio cordial y com- ma este libro de Nicol; pero lo que, enprensivo que Nicol ha mantenido siem- cambio, es más que discutible, es que alpre, sin mengua de su especialización mostrar también "el fundamento de to-profesional, con otros territorios de la dos los fenómenos, presente en cadacultura, como son las ciencias, el arte uno" (pág. 303), quede con esto sólor la literatura. Esta interconexión de c?nvertida la fenomenología en metafí-sentido se ofrece históricamente, en su sica. Porque no es de ningún modoopinión, de acuerdo con una estructura evidente que el fundamento dc todo fe-que tiene éstas por dimensiones: "la nómeno haya de estar siempre y nece-dimensión vertical, según la cual apare- sariamente dado en el fenómeno mis-cen en concordancia todas las formas mo, sino que bien pudieran remitir lossimbólicas de una misma situación, y la fenómenos a algo transfenoménico,dimensión horizontal, en la que se re- como lo creyó la antigua metafísica, yvelan las concordancias de continui- cuya existencia se imponga a la razón.dad entre cada una y sus antecedentes" con no menor fuerza que el fenómeno,(pág. 373). La obra remata con la si es que verdaderamente queremos dar

Page 5: Revista dianoia comenntario 1954

312 RESEÑAS BIBLIOGÍ\ÁFICAS

razón de los fenómenos y no simple-mente limitarnos a describirlos. ¿O esque está demostrado también que la in-teligencia humana no puede ir más alláde esta operación descriptiva, neutral,y apenas preparatoria de la obra que escon mucho la principal?

En fuerza de estos presupuestos, deesta clausura hermética en el métodofenomenológico, nos explicamos la po-sición escéptica del autor en puntos tanvitales como algunos de los que anteshemos tocado. Partiendo, por ejemplo,de la comprobación para todos incues-tionable de que Dios no es un fenómeno(Deum esse non est per se notum, sal-tem quoad nos) el autor pasa inmedia-tamente a afirmar, como hemos visto,que Dios es inaccesible al entendimien-to humano in statu viae, cuando para lateodicea cristiana, por el contrario elfenómeno visible remite, con necesidadimpositiva, a lo transfenoménico invi-sible: 1nvisibilia Dei per ea quae lactasunt, intellecta, conspiciuntur ... (Rom.,1, 21) Y otro tanto, en su orden, en loque atañe al problema de la verdad queel autor deja reducida, en fin de cuen-tas, al consensosocial.

Por otra parte, estaría por averiguar-se esto de que los griegos mismos hayaneviscerado al logos de su expresividadal punto que Nicol parece afirmarlo. Enestos días acaba de publicarse en Ríoun importante ensayo: "O Logos hera-clitico" de frei Damiáo Berge, quiendice querer contribuir en su trabajo alproblema de la relación entre pensa-miento y expresión ya que: "No haypensamiento sin palabra, y es en ésta,según Heráclito, en que se expresaaquél." Y aun en Aristóteles mismo,recordemos no más cómo lo del vivientepolítico es una definición del hombretan cabal y precisa como la otra en fun-ción del logos; ahora bien, si el logosen la ciudad no es un logos expresivo,no sabríamos -decir cuál pueda serlo.De modo, pues, que acaso estaría mejorno hacer tabla rasa del pasado, sino,

más constructivamente,proseguir, ahon-dar y enriquecer, con todas las contri-buciones fenomenológicas que se desee,aquellas intuiciones que por algo sonaún hoy el fundamento y toda antropo-logía filosófica.

A propósito de otro asunto, pero eneste mismo Anuario, nos explicamosmás largamente sobre la colaboraciónque debe haber, para bien de entram-bas, entre fenomenología y metafísica,y sobre la imposibilidad de subsumirésta en aquélla. Por ello no insistimosmás en este punto, y apenas nos limita-mos a ponderar cuán vastos horizontespodrían abrirse a una fenomenología dela expresión que a la postre desembo-cara en una auténtica metafísica delser humano y del ser en general. El 10-gos humano cobraría así verdaderamen-te todo su valor expresivo al arraigar enel Logos creador, porque "lo que debeexpresar" (por algo este capítulo estáausentede la obra que comentamos)estelogos nuestro es el orden de esencias yvalores que en toda la jerarquía ónticaha impreso el Logos por antonomasia;y si prescindimos de estas vinculacio-nes ontológicas y axiológicas, no tendre-mos, en definitiva, sino un puro hablarpor hablar. O por otra vía aún: si elhombre tiene realmente algo que expre-sar, no es porque se lo saque de sí mis-mo, sino porque todo lo que no es él, osea el ente en general, es a su modotambién expresable o expresivo; porquetodo ente, verum et bonum, expresa,irradia de sí verdad y valor, y en laexpresión humana deben recibirse, va-lorizarse, y aun comunicarse por ven-tura nueva refulgencia a estas irradia-ciones. ¿Cómo podremos prescindir, enuna metafísica de la expresión, de éstasque parecen ser sus condiciones prima-rias de posibilidad y de valor?

Otra crítica cualquiera estaría en estemomento fuera de lugar, y aun de la an-terior hubiera prescindido si esta notafuera tan sólo para cubrir el expedien-te, pero no cuando está de por medio

Page 6: Revista dianoia comenntario 1954

RESEÑ'AS BIBLIOGRÁFICAS

un filósofo auténtico como Eduardo Ni- obras que pueden considerarse comocol, que ama la verdad, que siempre ha excepcionales.dicho arrojadamente la que cree ser tal, Excepcional no sólo por lo que tocay ante quien, por ende, no puede uno a. las reflexiones personales del autor,limitarse a gestos perfunctorios de cor- sino por su valor para la historiografíatesía o de neutralidad benévola. Esto filosófica. Porque, de hecho, el libropodrá estar bien en otro terreno, pero que vamos a reseñar aquí requiere serno entre quienes conviven hace años en visto bajo este doble aspecto. Gómez

_ unacomunidad.a.Ia.pas __fr.ate:r.na_j,--be__-Robledo--!log-ad~ier-te;---en"-efector: y.ut:ligerante, en la cual -ahora más que "este comentario, si bien puede llamar-nunca- la expresión dialogada de sus se así, no lo es con la pureza metódicamiembros debe ser entera y sin re- ni el ayuno riguroso de otros ingredien-:servas. tes no contenidos formalmente en el

contexto mismo, con que suelen hacerestas cosas los scholars europeos, porejemplo. Más bien se parecería a los an-tiguos comentarios escolásticos, en loscuales el texto era a menudo un pretextopara que cada cual pudiera libremen-te 'mover sus cuestiones', como decíaVitoria ... Pues de la misma licencia hehecho uso largamente en este trabajo.sin cuidarme mucho de patrones euro:peos a que no tiene por qué ajustarsetan sumisamente un hispanoamericano,para el cual la filosofía, si no distintocontenido, tiene por lo menos sus for-mas propias de expresión" (págs. 12-13). Un autor tiene siempre el derechode escoger la forma de expresión quemejor se adapte a sus propósitos; perono creemos que el hispanoamericanoesté condicionado necesariamente, seapor causas psicológicas, hereditarias,"ontológicas" o las que se quiera, a es-cribir filosofía o historia de la filosofíade un modo determinado, esto es, a la"hispanoamericana". Por lo demás, hayque advertir que sólo nos ocuparemosdel aspecto de este libro que más cla-ramente compete a la historiografía fi-losófica, señalando aquellos puntos que,a nuestro juicio, necesltarían ampliarseo modificarse. Manera limitada de en-focarlo, pero no injusta; pues ahí re-side una gran parte de su mérito.

El libro se inicia con un resumen dela teoría general aristotélica de la vir-tud. Una vez dada la definición formalde ésta, su autor nos presenta los ele-

ANTONIO GÓMEZ ROBLEDO

Ensayo sobre las virtudes intelectua-les, por Antonio GómezRobledo.Publicaciones de Diánoia, Fondode Cultura Económica, México,1957.Después de su excelente traducción

de la Etica Nicomaquea, publicada en laBibliotheca Scriptorum. Craecorum etRomanorum. de la Universidad Nacionalde México, Gómez Robledo nos ofreceahora el fruto de sus estudios sobre lasvirtudes intelectuales en Aristóteles.Preciso es, ante todo, destacar la origi-nalidad e importancia de esta investi-gación. Recorriendo las bibliografíasfilosóficas, nos percataremos del escasonúmero de monografías consagradas es-pecialmente a este tema. El autor citauna (pág. 43) : la de Lienhard Eberlein(Die dianoetischeti Tugenden der Niko-machischen Ethik nach ihrem Sinn undihrer Bedeutung), y el comentario deGreenwood al libro VI de la Etica Ni-comaquea, publicado en Cambridge en1906. A estas obras podríamos agregarotras dos: la de Kühn (De Ar. virtutibusintellectualibus, Berlin, 1860) y la másreciente de Raimbaud (Intr. a l'étude desVertus intellectuelles, Coutances, 1942).Preciso es, pues, destacar también elque dentro de la producción filosóficaen Hispanoamérica, ésta es una de las

313