Revista de Historia Naval Nº30. Año 1990

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    REVISTE

    HISTORL NAVAL

    INSTITUTO DE HISTORI Y CULTUR N V L RM D ESP OL

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    INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA NAVALARMADA ESPAOLA

    REVI STADEHISTORIA NAVAL

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    REVISTA DE HISTORiA NAVALCONSEJO RECTOR:Presidente: Directordel Instituto de Historia y Cultura Naval, D. FedericoFernando Bordej y Morencos, contralmirante.Vicepresidentey Director: D.Jos Cervera Pery, coronel auditor de la Armada.Vocales: Secretariogeneral del Instituto de Historia y Cultura Naval. D. Antonio Meirs Bahamonde, capitn de navo.Redaccin: MaraVign Tabar, Mara del Pilar San Po Aladrn, Lola HiguerasRodrguez, Hugo ODonnell y Duque de Estrada. Isabel HernndezSanz.Administracin: D.Antonio Garca Pereira, capitn de Intendencia de la Armada,y D. Paloma Moreno de Alborn Calvo.

    DIRECCIN Y ADMINISTRACIN:Museo NavalMontalbn 2.28014 Madrid (Espaa).

    IMPRIME:Servicio de Publicaciones de la Armada.

    Publicacin trimestral: tercer trimestre 1990.Precio del ejemplar suelto: 650 ptas.Suscripcin anual:

    Espaa y Portugal: 2.400 ptas.Resto del mundo: 30$ USA.Depsito legal: M. 16.854I983::ISSN-0212-467X.NIPO: 098-90-003-6. .Printed in Spain.CUBIERTA: Logotipo del Instituto de Historia y Cultura Naval.

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    SUMARIOPgs.

    NOTA EDITORIAL 5Glosas nuticas, por Jos Luis Bans y Aguirre7El reclutamiento de marineros malteses en la Armada espaola durante la segunda mitad del siglo xviii, por Crmel Vassallo Borg. 21Ciencias y crisis poltica: la doble creacin de la Escuela Nutica deCartagena de Indias (1810-1 822), por Manuel Lucena Giraldo. 31La Marina de Guerra espaola frente aldesastre del 98: una aproxi

    macin al testimonio de sus combates, por Antonio TllezMolinaTres ilustres marinos americanos al servicio de la Armada Nacionaly de las Cortes de 1812, por Mara Teresa Berruezo Len51Las caoneras Cndor, guila y Cuervo y la construccin naval catalana en el siglo xix, por Javier Moreno Rico59Documento65Noticias Generales, por Lola Higueras Rodrguez69La Historia Martima en el Mundo, por Mara Pilar de San Po .. 73Recensiones

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    COLABORAN EN ESTE NMEROJos Luis Bans y Aguirre es historiador y Acadmico Correspondiente a la Real Academia dela Historia. Sus trabajos se centran en el estudio de la Edad Media en el Pas Vasco, principalmente. Entre sus numerosas publicaciones podemos citar: Leyendo el Poema de Fernn Gonzlez, La Voz de Espaa de San Sebastin; Ordenanzas de la Cofrada de Santa Catalina,Boletn de Estudios histricos sobre la San Sebastin, etc.Carmel Vassallo Borg ha cursado estudios universitarios en Londres y Pamplona y es actualmente profesor de Lengua y Cultura Espaola en la Universidad de Malta. Ha colaboradoampliamente con la Embajada de Espaa en La Valetta en la promocin de actos culturales enMalta. Recientemente le ha sido concedida una beca por parte del Gobierno espaol para proseguir sus investigaciones sobre los lazos histricos entre Espaa y Malta en la Universidad deBarcelona.Manul Lucena Giraldo es licenciado en Historia de Amrica por la Universidad Complutensede Madrid. Ha sido investigador visitante en el Instituto Venezolano de Investigaciones Histricas (IVIC) en 1986, en la Universidad Javeriana de Bogot en 1988y en el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Londres en 1989.Actualmente se encuentra finalizando su tesis doctoral Viajes y expediciones cientficas espaolas a la Guayana (1754-1793)enel Centro de Estudios Histricos del Consejo Superior de Investigaciones Cientficas.Antonio Tllez Molina es licenciado en Geografa e Historia por la Universidad Complutense deMadrid y profesor agregado de Bachillerato. Su trabajo se centra en el estudio de la poltica enEspaa a principios de siglo, concretamente en el desastre de Cuba. Ha realizado varias publicaciones en revistas especializadas.

    MarTa Teresa Berruezo Len fue Premio Extraordinario de Memoria de Licenciatura en 1983yes doctora en Historia de Amrica por la Universidad Complutense de Madrid. Entre sus obrasdestaca La participacin americana en las Cortes de Cdiz, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1986.Y La lucha en Hispanoamrica por su independencia en Inglaterra, 1800-1830,Madrid, Instituto de Cooperacin Iberoamericana, 1989. Ha publicado adems, diversos artculos en revistas especializadas. En 1989fue galardonada con el 1 Premio Histrico-Literarioconcedido por el Instituto Espaol Sanmartiniano, en la actualidad trabaja como investigadoraen el Departamento de Historia de Amrica del Consejo Superior de Investigaciones Cientficas.Javier Moreno Rico es piloto de la Marina Mercante de primera clase y licenciado en Filosofay Ciencias de la Educacin por la Universidad de Barcelona. Miembro fundador de Ictineu(Seccin de Historia y Cultura Martima de la Sociedad Catalana de Historia de la Ciencia y dela Tcnica), miembro del Grupo de Historia de la Ciencia y de la Tcnica de la Escuela Superiorde Ingenieros Industriales de Barcelona, colaborador del Museo de la Ciencia y de la Tcnicade Catalua. Especializado en Historia Martima Decimonnica. Est realizando su tesis doctoral sobre: Ciencias nuticas e industrializacin en Barcelona en la segunda mitad del siglo xix. Laobra de Jos Ricarty Giralt. Actualmente trabaja para el Museo de Historia de la Ciudad estudiando el patrimonio portuario afectado por la remodelacin que se est llevando a cabo en elPort VelI de Barcelona.

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    NOTA EDITORIALCon la llegada del otoo se abren las expectativas de un nuevo curso en elque propsitos y objetivos se interrelacionan en la bsqueda de un mejorquehacer. Nuestra REVISTAno quiere sustraerse a ellos, y recoge en estenmero una serie de trabajos elaborados desde el rigor histrico, muy en eltono de este nuevo reencuentro con la actividad docente y cultural.El veterano y acreditado historiador Jos Luis Bans Aguirre, nos sita

    ante un episodio naval de la Alta Edad Media cuando los vascones rechazaronde la baha del Bidasoa un desembarco del gran Carlomagno. El historiadormalts Carmel Vasallo analiza el reclutamiento de marineros malteses en laArmada espaola durante la segunda mitad del siglo XVIII, siglo por demsimportante en el desarrollo naval hispano, y Manuel Lucena Giraldo, destacado miembro del Centro de Estudios Histricos del Consejo Superior deInvestigaciones Cientficas, abarca el tema de la doble creacin de la EscuelaNutica de Cartagena de Indias, en lo que entiende un contraste entre cienciay crisis poltica.El tema del 98tan presente siempre vuelve a dar f de vida en la aproximacin al testimonio de los combatientes de la Marina ante el desastre, delhistoriador Antonio Tllez Molina. Con retroceso en el tiempo Mara TeresaBerruezo Len contempla la trayectoria de tres ilustres marinos americanosal servicio de la Armada nacional y de las Cortes de Cdiz de 1812, en plenoproceso de la emancipacin hispanoamericana, mientras que Javier MorenoRico aporta su erudicin al examen de la contruccin naval catalana en elsiglo xix no demasiado conocida y concretamente en las caoneras Cndor, Aguila y Cuervo.Los espacios tradicionales de Documento, Noticias Generales y la Histo

    ria Martima en el Mundo son expuesto con profusin informativa (acaba decelebrarse un importante Congreso Internacional de Historia Martima enMadrid), y en las recensiones se procura, como siempre, encarar la ltimaactualidad editorial.Treinta nmeros ya de la REVISTA deben ser el exponente de una tarea yun esfuerzo en los que siempre queda mucho por hacer.

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    GLOSAS UTICASDOS AOS ANTES DE LA ROTA DE RONCESVALLESCARLOMAGNO INTENT DESEMBARCAR EN LABAHA DEL BIDASOA Y FUE RECHAZADO POR LOSVASCONES.

    Jos Luis BANS Y AGUIRREDe la Real Academia de la HistoriaAcadmico Correspondiente

    Al estampar el antettulo tengo en mente el de las admirables Disquisiciones Nuticas que el capitn de navo D. Cesreo Fernndez Duro public enel siglo pasado. No tengo la pretensin de emparej arme con l, sino slo acogerme a su magisterio en lo que hace al uso del adjetivo. Las llam nuticas yno navales, y al hacerlo pienso que mostr una gran precisin terminolgica,el adjetivo naval propiamente hace relacin, de manera estricta, abs buques,a las naos que slo son una parte importante del gran conjunto que constituye la vida martima. En cambio, el adjetivo nutico o nutica derivadode nauta: el que navega pone ms nfasis que en el elemento material, enel factor humano; y en consecuencia ha venido a tener un valor comprensivode todas las actividades que el hombre pueda tener en el mar: no slo lasnaves y sus tripulantes, sino tambin el otro personal embarcado, los astilleros, los puertos de alistamiento o donde efecten otras actividades, la Marinade guerra o mercante, la estrategia y los derroteros de la navegacin comercial, etc. En suma, todo ese enorme complejo mundo desarrollado por el usoutilitario de la superficie marina que cubre una gran parte de la del globoterrestre.

    Por lo que hace al substantivo Glosas, que yo empleo y que ya indica lapoca ambicin de estos escritos, debo confesar que le tengo cario desdeque, durante siete aos, publiqu semanalmente en el diario La Voz de Espaa, de San Sebastin, una serie de artculos bajo el epgrafe general de GlosasEuskaras (con el mismo ttulo public en 1975 una antologa de los primerosla Caja Provincial de Guipzcoa en su coleccin Documento). Fueron muchosexactamente 259 los artculos publicados y, como es natural, dada latemtica vascongada general de la serie y el gran pasado marinero de laregin, abundaron los dedicados a temas nuticos. Considerando que algunasde estas Glosas Euska ras rebasan el inters regional, me propongo reescribir-las y darlas para su publicacin en esta REVISTA DE HISTORIA NAVAL, con laesperanza de que puedan interesar a un pblico ms general, al que no pudieron llegar antes dada la ndole local de la publicacin en que aparecieron inicialmente. Al hacerlo, como es natural, habr de incorporar a la redaccinAo 1990

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    J. L. BANS YAGUJRREoriginal los datos nuevos que haya podido adquirir sobre cada tema. Mas nose tratar siempre de una nueva edicin corregida y aumentadasegn la frmula clsica, sino que otras veces versar sobre nuevos asuntos, no tratadosanteriormente, acerca de los cuales he podido acopiar diversa informacin.Entre los varios artculos de temtica nutica por m publicados, figuranvarios (1) relacionados con una accin naval que no he visto haya sido ni tansiquiera aludida por los tratadistas de esta ramay mucho menos por los historiadores generales, aunque s por los eruditos locales (2), sin llegar a aclararlo suficientemente ni con la concrecin debida. Yo creo haberlo logrado ypienso que el tema merece ser expuesto y dado a conocer al pblico interesado por nuestras gestas martimas.En primer lugar, para valorar con exactitud el hecho es preciso enmarcarlo en el cuadro de la situacin general en el occidente europeo de aquelentonces.La hegemona en aquella coyuntura se la disputaban dos grandes potencias: la cristiana y la musulmana, con sus centros de poder en Aquisgrn yCrdoba, respectivamente o si se quiere personificar en dos figuras derenombre: Carlomagno y Adb-al-rahmen 1, y sus reas de dominio efectivolo alcanzaban la primera hasta el ro Loira y la segunda hasta el Ebro. En elespacio entre ambos exista una marca, extenso territorio muy fragmentadocon un status poltico difcil de definir:

    Unas partes quiz pudieran llamarse monarquas mediatizadas, a otrasposiblemente slo se las pueda encuadrar en la denominacin de zonas deinfluencia. Esta marca en realidad comprenda el Ducado de Aquitania y laNavarra mulad (3) y en parte de ella era poderoso el dux Lupo, que dominaba el territorio de los vascones, la parte meridional de la regin lo que losromanos llamaron la Novempopulania, en la Aquitania III, y la septentrional Navarra la comarca llamada la montaa, a cuyo pie est Pamplona.Este dux Lupo, siguiendo la tradicin, era acendradamente enemigo de los(1) Artculos titulados Leyendo el Poema de Fernn Gonzlez (diario La Voz de Espaa,de San Sebastin, 5-V-1974)y Un pre -Roncesvalles cuando Carlomagno intent desembarcar enel Bidasa yfue rechazado (mismo diario, 18-IX-1977). Para situar el evento y el resonante episodio acaecido dos aos despus, publiqu un artculo titulado Roncesvalles, una visin geopoltica (mismo diario, 28-VIII-1977). Y para obtener la fecha exacta de la accin naval sobre labase de una superchera elaborada mucho despus, publiqu el artculo titulado Un falsario enel Pasajes del siglo xvi (mismo diario, 14-IX-1977).(2) Federico Guevara, Una referencia a Carlomagno en Pasajes de San Juan, Bol, de laVasc. Amigos del Pas, 3 E (1947), pgs. 529 a 537. Fausto Arocena, Guipzcoa en el Poemade Fernn Gonzlez, mismo Boletn 15 (1959), pgs. 3 a 7.(3) - En la historia medieval navarra, yo distigo tres fases sucesivas: La Navarra mulad, caracterizada por la coexistencia cristiano-musulmana, con lazosfamiliares entre sus dirigentes y cooperacin poltica. La Navarra reconquistadora, que desde el Golpe de Estado del 905 promovido porAsturias se suma a la gran empresa nacional. La Navarra sometida a monarcas extranjeros, todos con una sola excepcin franceses sujetos a la moyvance feudal gala.

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    GLOSAS NUTICAScarolingios, que ya haban dominado las Aquitanias 1 y IIen la mencionadamarca, y para continuar su avance a Carlomagno le era preciso anular labarrera hacer saltare tapn de este Lupo. Tal fue la finalidad de la operacin del 776; su idea estratgica era simple: envolver por el sur el rea vascona. A tal objeto bastaba con desembarcar un ejrcito en la baha del Bidasoa, y remontando la vieja calzada va ad OEaso (4) y trasponiendo el col deVelate, presentarse ante la fuerte plaza de Pompiluna (5) a retaguardia delcentro de la resistencia de rebeldes. Esta es la operacin fallida de que dacuenta el Poema de Fernn Gonzlez; antes de su glosa, veamos el texto (6).Dice as:

    182 Sopo Bernaid del Carpyo (7) que franceses pasa vanque a Fuente Rrabya (8) todos y arrybauanpor con queryr Espanna segunt que ellos cuydavanque ge la conquerryvan mas non lo byen anmavan.

    183 Qvo grandes poderes Bernaldo dayuntar,o dessi enbyo los al puerto de la mar,ovol todas sus gentes al rrey casto a dar,non dexo a ese puerto al rrey Carlos arribar.185 Tovose por mal trecho Carlos esa vegadaquan vyo que por y le tollio la entrada,

    (4) Cuyo nombre perpeta el hidrnimo, segn esta clara derivacin: via ad OEasoVidaso Bidasoa.(5) Hoy Pamplona. Su nombre antiguo, Irua, en vascuence significa:poblacin murada;en la zona vasco-parlante hay otros dos topnimos iguales: la Irua alavesa (junto a Trespuentes, derivacin corrompida derivada de un romano traspontem) y el Irn guipuzcoano (ste sinel artculo A).La plaza fuerte de Pamplona es muy importante en la geoestrategia de la comarca regional.Sera interesante detallar la cronologa de sus avatares en el alto medievo (yo no tengo ahoratiempo de hacerlo).(6) Tal como figura en la edicin de Alonso Zamora Vicente, col. Clsicos Castellanos,Madrid (Espasa), 1970, pgs. 40 y 41, estrofas nm. 132, 133, 135 y 136, suprimo la 134 porqueen realidad es un intercalado que no se refiere a esta operacin de desembarco de que hablo,sino a la segunda Expedicin de Carlomagno, la del 778, como lo demuestra la alusin com dizla escrytura syetefueon que se refiere evidentemente a la chanson y a los pares muertos, en puridad esta estrofa debiera ir despus de las nms. 187 y 188 de la magistral edicin de ZamoraVicente.(7) El monje del monasterio de San Pedro de Arlanza, que escribi el Poema hacia 1250,acepta como un hecho histrico la existencia real de Bernardo del Carpio. Hoy es de gederalaceptacin que tal personaje es un mito, creacin espaolista reaccin al acentuado galicismode la Chanson de Roldn y sus derivados del ciclo de Roncesvalles. Sobre su gnesis y formacinvid, mi artculo Un pre-Roncesvalles..., etc., cir. en la nota 1..(8) Me parece un anacronismo el uso de este topnimo refirindose a hechos acaecidos enel siglo viii, el autor escribi el nombre de una villa que no fue fundada hasta el sigloxiii. Sobrelos motivos que pudo tener para ello, vid, ms adelante.Ao 1990

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    J. L; BANS YAGUIRREmovios con assaz gentes e toda sy mesnada,al puerto de Marsyli (9) fiz luego tornada.

    186 Quando fueron al puerto frances es llegados,ren dieron a Dios grraias que los avya guiados,folgaron e dormieron que eran muy cansadossy essoraz tornaran fueran byen venturados (10).Cuando el estudioso del pasado intenta reconstruir lo sucedido antaosobre los datos suministrados por estas estrofas del Poema de Fernn Gonzlez, no debe olvidar nunca que las escribi un poeta, no un historidor. Y unpoeta culto (11) que moraba en un centro de cultura (12). Sabiendo como elaboraban sus obras los cultivadores del mester de clereca, es obligado preguntarse de dnde proceden las noticias histricas contenidas en las transcritasestrofas del Poema de Fernn Gonzlez.Ante todo hay que anotar la informacin principal que nos suministra:que fueron dos las derrotas que hubo de encajar Carlomagno en suelo hispano

    (9) Es la localidadhoy llamadaMarsilly, a ochokilmetrosal nortede La Rochela,enunaaltura dominandolasaguasdel PertuisBretn y el ansadel Aiguillon. al socairedela islade R,un magnficopuerto natural. Significativamentesituado a la altura de Poitiers, esto es, en lazona lmite meridionaldel dominio incontestadocarolingio.(10) A continuacin,las estrofasnmeros187y 188y segnmi opinin la nmero184antes indebidamenteingerida se refieren a la segundaexpedicincarolingia, comenzandocon el versoovyeron un acuerdo depasar a Espanna, por cierto en la estrofa187los dosltimosversos dicenlos poderes luego con toda se mesnada / al puerto de Gytareafzieron tornada; nopercibo con claridadcul serel sentidode estafrase, al mencionarel puertode Gytarea;a miparecer ofreceestasposibilidades:

    O bien que los supervivientesdel fracasodel 776, cuandoel cuerpodel desembarcofallido fis tornada al puerto de Mars vil se replegarono hicieron escalaen el puerto deGuethary. O bien quea losdos aosretornaronde Marsylla Gytareapor va martimaparasumarsea la importantehuesteque Carlomagnoestabaformando comoCuerpodeEjrcito occidental de suexpedicindel 779sobreZaragoza. O bien que en Gytarea se concentr el gruesodel ejrcito carolingio para seguirembarcado hastael tantasvecescitado Marsyll cuandoen apresuradafuga hubo dehuir del fatdico RoncesvallesdondeLupo trucid la retaguardia.Sea cualfuere el significadode estosversos,par m no ofreceduda queel topnimo Gytarea del Poema correspondeal actualGuethary, pequeopuerto en Labort. entre Socoay Biarritz, aceptandola opinin de Guevaray en conira de lo dichopor Arocena (ops. cit. en nota2) queseempecinaal afirmar que setratade la Guetariaguipuzcoana,muy alejadode losderroteros carolingiosde entonces.(11) Precisamenteel gradoy caractersticasde la cultura desusautoreseslo quediferenciael mesterdejuglara y el mester de clereca. Eranjuglareso eranclrigosquienescultivabantalesgnerosy no esprecisoenfatizarsobre lasdiferenciasque habaentoncesen el gradode culturaque habaentreunosy otros. A todoslos efectostiles, bastasealarqueel monje arlancinodelPoema deFernnGonzlezseinscribeplenamenteentrelos cultivadoresdel mesterde clereca.(12) SanPedrode Arlanza. No hacefalta ponderarel gradode importanciadeestecenobio en la vida cultural de la Castilla condal.

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    GLOSAS NUTiCASla del 776, desembarco fallido en la baha del Bidasoa con el fracaso de laoperacin de envolvimiento por el sur del bastin vascn; y la del 778, masacre en Roncesvalles de la retaguardia y fuga de la vanguardia y centro de supoderoso ejrcito, doble derrota silenciada por la historiografa coetnea(13) y en la cual no han parado en mientes los estudiosos posteriores. Almonje de Arlanza le inform de ello el Chronicon Mundi que Lucas de Tuyhaba redactado poco antes y que en el 1250, cuando compuso el Poema, sinduda lo tuvo a la vista y aprovech copiosamente (14); hay una circunstanciaque me hace sospechar tuvo el monje de Arlanza otra fuente de informacinsobre la expedicin del 776: es la mencin tan precisa delpuerto de Marsyli alque se retira el ejrcito carolingio tras la derrota del 776 quiz hay quesumar la mencin tan expresa delpuerto de Cytarea, si es que all hicieronescala (15), toponimia que no figura en el tudense y que el monje arlancinohubo de tomarla de otra fuente ,quiz juglaresca? hoy perdida.La mencin en el Poema de otro topnimo Fuente Rrabya es para mmotivo de perplejidad. Posiblemente el que su nombre se deba a que figuraraen esa fuente ,juglaresca? que yo supongo debi existir, conocida por elmonje de Arlanza y que se ha perdido. Yo no lo creo as; ms bien opino queescribirlo obedeci a otro tipo de motivacin: pienso que refleja en qumedida las clases cultas de la poca y el autor del Poema formaba en susfilas, como cultivador del mester de clereca que fue tuvieron noticias de lagran empresa de organizacin de la costa que efectu Alfonso VIII cuandoadquisivit (16) Guipzcoa, de la cual fue una simple faceta la fundacin de lavilla de Fuenterraba en el 1202; en una palabra, pienso que la mencin deeste nombre se debe a la conciencia ilusionada, me atrever a decirlo?de la trascendencia que tena para la Corona de Castilla el contar con unasalida al mar (17).

    (13) Por ejemplo,el toledano Rodrigo Jimnez de Rada aos que no menciona msque una expedicin y derrota carolingia, la del 778 en Roncesvalles. Si el monje arlancino conoci estaobra del toledano, tuvo el buen sentido de atenerse a la informacin del tudense, quizsporque tena otras informaciones quizs juglaresca?. vid, lo que digo posteriormente en eltexto que le hacan preferir al segundo.(14) Lo ha demostrado Menndez Pidal de manera patente; refirindose a ello, ZamoraVicente escribe en la introduccin (del vol, reseado en la nota 6, pg. XVII) el autor (del Poema) conoci este libro (el del tudense) y all se inspir para (enumera varios pasajes y concluye)la historia de Bernardo de Carpio (en ella se incluye el episodio de 776). Lucas de Tuy empeza escribir su Chornicon Mundi entre 1197 y 1204. por lo que el monje autor del Poema pudo.hacia 1250, manejar una copia en la rica librera de Arlanza.(15) En el caso de que sea cierta la primera de las posibilidades que apunto en la nota 10.(16) Esta muy matizada palabra es la que usa Rodrigo Jimnez de Rada cuando hablade la incorporacin vascongada de la Corona de Castilla, asunto acerca del cual se han emitidotoda suerte de comentarios algunos tan apasionados que rayan en desaforados, yo me heesforzado en dar sobre el tema una interpretacin objetiva y serena ene Apndice del cap. 1.0.ttulo Sobre la incorporacin a la Corona de Castilla de mi libro San Sebastin y Navarra, de prxima publicacin por el Grupo Dr. Camino de historia donostiarra.(17) El rey castellano Alfonso VIII es una gran figura, pero en su historia generalmente sesilencia una faceta iportantsim: que fue el primer monarca que tuvo la visin de la trascenAo 1990

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    J. L. BANS Y AGUIRRECuando el autor del Poema escribe el nombre Fuenterraba usa, en arasde una ms fcil comprensin, un nombre que entonces estaba de gran actualidad entre la gente de cultura al tanto de los acontecimientos recientes; enrealidad me parece no se refiere a los atracaderos que posiblementehubiera en aquel paraje. Yo creo que ms bien designaba uno cualquiera delos posibles puntos de desembarque que ofreca la extensa baha del ro Bidasoa en su desembocadura al mar (hoy enormemente reducida y modificadapor la colmatacin). Ya en la poca romana haba all diversos puertos y atracaderos en cualquiera de ellos pudieron los carolingios intentar su desembarco al servicio de la rica exportacin minera, sobre todo galena argentfera, del amplio distrito OEaso (18), el principal era el de Beraun, al pie del primitivo Irn, en el barrio del mismo nombre, los pobladores mantenan habituales relaciones con los de Novempopulania (19); comarcas ambas romanizadas, aunque a m me parece que ms levemente de lo que estamos acostumbrados a suponer.El panorama haba cambiado totalmente para la segunda mitad del siglo VIII, que es la poca que nos interesa aqu y ahora. OEaso y Novempopulania haban devenido la periferia del poderoso bastin vascn bajo la autoridad del dux Lupo. Para entender cmo haba sucedido esto, basta una consideracin general: en toda Hispania se produce una reviviscencia de lo indgena cuando periclita el Imperio Romano. Al desaparecer su poder, que le

    haba costado tres siglos establecerlo, el inmenso variado mosaico de los pueblos entra en ebullicin y sus mil etnias cobran de nuevo fuerza y protagonismo, lo que demuestra dicho sea de paso que su sujecin a la Pax Romanano era tan efectiva como generalmente se cree. Uno de los pueblos que mantuvo relaciones con los romanos fue el vascn (20), y precisamente l fuedencia que para la Corona de Castilla tena la salida al mar y realiz una gran labor organizndola en la costa guipuzcoana. Considero que ello es una gran injusticia, y en consecuenciacontando con la benevolencia del Director de esta REVISTA DE HISTORIA NAVAL me propongo dedicarle una prxima Glosa Nutica.(18) Era muy extenso, aproximadamente 180 kilmetros cuadrados, comprenda losactuales municipios de Fuenterraba, Irn, Oyarzun, Rentera y Lezo, ms el distrito de SanJuan de Pasajes. Coincide exactamente con la Guipzcoa vascona. Guipzcoa, con ser la provincia espaola ms pequea, est dividida en tres zonas raciales, de las que son testimonioyconsecuencia, al mismo tiempo las variedades del vascuence all hablado (lo que el prncipeBonaparte denomina dialectos y yo llamo hablas), tres fajas prcticamente submeridianas:

    La Guipzcoa vascona, poco menos del 10por 100 del total provincial. La Guipzcoa vrdula, algo ms del 60 por 100. La Guipzcoa caristia. menos del 30 por 100.(19) Lo demuestran los hallazgos de terra sigillata efectuados en las excavaciones.(20) Sobre las relaciones de vascones y romanos creo que hay que distinguir zonas, partiendo de un concepto bsico: que aqullos, en la poca romana, carecan de unidad, y por tantofue diferente su conducta respecto al dominador segn se tratara de unas u otras fracciones: losvascones perifricos colaboraron con los romanosy hasta obtuvieron de ellos remuneracinpor su colaboracionismo; la antes celtbera Calagurris, vascona desde Pompeyo, en cambiose mantuvo al margen de tal lo que yo llamoel reducto vascn, en el corazn montaoso, para

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    GLOSAS NUTICASquiz el ms destacado entre los muchos hispanos, en aquella crisis en que, alpoder poltico que les sujetaba, recobran su personalidad resucitan, pordecirlo as y vuelven de nuevo a su modo de vida, de caracterizado primitivismo, que tena antes de Roma. Otro fenmeno se produce al mismo tiempo: que el pueblo vascn, sea cual fuere la fraccin de que se trate, acta igualen cierto modo, recobra unidad (en la vida salvaje) y lo hace con tal violencia que se puede hablar de autntica explosin vascona hacia los cuatropuntos cardinales. Este fue un episodio momentneo aunque dej hondassecuelas y, contenido el expansionismo vascn de su primera fase, estepueblo se repleg al reducto montaoso del que era originario. Este fue elcentro del poder del dux Lupo, del que no se puede discutir ni su habilidadpoltica obtuvo la adhesin de los jefes deloSclanes ganaderos de aquellaetnia ni su pericia militar derrot dos veces en el breve plazo de un parde aos al imperio carolingio, entonces la primera potencia occidental, ellosucedi en ese misterioso perodo que yo llamo los siglos oscuros de la historianavarra (21).As es como se form el bastin vascn, y el plan estratgico de Carlomagno en el 776 era acertado: envolverlo por el sur, ocupando Pamplona.Pero al concebirlo cometi un error: para iniciarlo tena que atravesar territorio del enemigo al que sin duda minusvalor (22). Pudo hacerlo actuandopor sorpresa, pero falt la discrecin; sus planes eran conocidos por el enemigo. Lo dice el Poema:

    Sopo Bernaid del Carpyo (23) que franceses pasavanpor con querir Espanna.Y obr en consecuencia: prepar una poderosa fuerza para hacer frente alos invasores. Siempre segn el Poema:

    Ovo grandes poderes Bernald (24) dayuntar.El resultado fue desfavorable a los atacantes:

    Non dex a ese puerto al rrey Carlos arribar.

    hacer frente al cual el mismo Pompeyo fund la ciudad de Pompeypolis: Pamplona, y los romanos fortificaron poderosamente en funcin del poderoso rompeolas. All se localiza el lmiteseptentrional della romanizacin navarra.(21) Vid. mi artculo sobre el tema publicado en el diario La Voz de Espaa, de San Sebastin (12-X-1975), seccin Glosas Euskaras.(22) Ya entonces una muestra de la clsica petulancia francesa?, por lo menos de la habitual ignorancia gala de las realidades hispanas.(23) Vid. nota 7, cuando el Poema nombra al mico Bernardo de Carpio debe entenderseque se refiere al dux Lupo, el ardido caudillo de los vascones, del que no tiene noticia.(24) Vid, nota anterior.Ao 1990

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    J. L. BANS Y AGUIRRELo que era normal: en toda operacin, cuya fase previa es el desembarcode la fuerza invasora, el momento crtico es aqul en que ste intenta tomartierra, mxime si no juega a su favor el factor sorpresa.De la lucha de los vascones que estorbaban el desembarco y los carolingiosque lo intentaban el Poema no da detalles, slo hay dos expresiones que pueden ser indicios. Helas aqu: Primera, cuando dice a ese puerto (antes dijo que era el que l llamaFuenterraba) lo que indica que la tentativa de invasin se efectu en uno delos varios que haba en la baha del Bidasoa (25). Y segunda, cuando dice non (le) dex arribar; este segundo verbo significa llegar, tratndose de un puerto alcanzar los atracaderos (conforme a la

    etimologa, del lat. adripm) y ello quiere decir que los vascones impidieronel desembarco carolingio. De qu manera? Caben dos posibilidades: o bienrechazaron la flota enemiga que transportaba el cuerpo de desembarco (loque supondra un encuentro naval previo, habra que demostrarlo: no tengonoticia alguna de que los vascones dispusieran de buques) o bien presentaronuna eficaz resistencia en los muelles cuando lleg la flota enemiga y lanz suprimera ola de asalto.De todos modos la lucha debi de ser dura: los vascones defendan su propio territorio y el ejrcito parece que era numeroso assaz gentes, dice elPoema y la fortuna de las armas le fue adversa:

    Tovosepor maltrecho Carlos esa vegada.Ante el fracaso, a ste no le quedaba ms solucin que la retirada. La hizocon escala o no en el de Citarea (26) al punto donde haba embarcado elcuerpo expedicionario:

    A/puerto de Marsyllfiz luego tornada.Su regreso debi de ser penoso: saban que la empresa haba fracasado.Cual fuera su estado de nimo cuando regresaron tras la derrota lo dice muyexpresivamente el Poema:

    Quando fueran al puerto los franceses llegadosrendieron a Dios gracias que les avya guiados,folgaron e dormieron que eran muy cansados.(25) Seacual fuere, da lo mismo:no en un playazo,de los muchosque habaen aquella

    obra, los desembarcosen playason cosamoderna:el primero, segncreofue enGallipoli, paraabrir un frente en Grecia, cuandola primera guerramundial, saldadoen un terrible fracaso,aanotar en el haberde Churchill, su promotor; algunasde las barcazasall empleadasse usaronen el desembarcode Alhucemas,el gran xito del generalPrimo de Rivera; despushanusadomucho estemtodolos yanquisen la segundaguerramundial.(26) Vid. nota 10.14 30

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    GLOSAS NUTICASY an aade, con frase lapidaria que resume como pensaban aquellosfranceses que acababan de ser derrotados por los hispanos:

    Sy essora tornaran fueran byen venturados.O dicho de otra manera: que fue gran suerte escapar con vida. Los deRoncesvalles no pensaran igual dos aos despus.Y con esto llegamos a un asunto al que varias veces hemos aludido y quean no hemos aclarado: el de la fecha en la que tuvo lugar este fallido intentode Carlomagno de penetrar en territorio vascn para envolver el bastin deldux Lupo. El Poema no lo dice, pero para fijarla nos va a servir un episodiodigno de la mejor novela picaresca. Y empleo esta denominacin propia de lahistoria literaria espaola del Siglo de Oro porque en ella uno de los tipos mscaracterizados es el vizcaino (27), y en este arquetipo encaja exactamente elque perpetra en el siglo XVI una falsificacin y en ella sin darse cuenta nosda la clave de la fecha en que tuvo lugar la primera tentativa carolingia enEspaa. La responsabilidad de la misma recae (28) en un tal Juanes deEsquioz y Ubilla nunca deja d hacer constar su segundo apellido quefue, all por 1580, un tallista de mascarones de proa para los numerososnavos que por entonces se hacan en los astilleros de Pasajes, el cual, pese asu modesta condicin artesanal, tena nfulas hidalguescas, como era habitualen el aludido tipo literario. Es ms, su vanidad genealgica daba especialrelieve a su abolengo materno, una familia que en los ambientes del lugar eraconsiderada como ms preeminente. Cabe a los muros de la casa solar de Ubilla exista un antiguo humilladero especie de ermita poco profunda y abiertapor el frente dedicado a la Virgen de la Piedad (otros dicen, al Descendimiento de la Cruz). Pues bien, al pie de la sagrada imagen estaba grabado untexto, que es el que nos interesa ahora. Isasti (29) da algn detalle sobre lamisma, la describe as: inscripcin en latn en la misma piedra que serva depeana a una cruz alta de piedra en que est la imagen del Descendimiento de la

    (27) Vid. el excelente libro del padre Anselmo de Legarda. Lo vizcano en la literaturacastellana. San Sebastin (Biblioteca Vascongada de los Amigos del Pas), 1953.(28) Resumen y nueva creacin de mi artculo publicado en el diario La Voz de Espaa, deSan Sebastin (14-IX-1977), Un falsario en 1 Pasajes del siglo xvi, seccin Glosas Euskaras.Posiblemente el artesano tallista se las diera a veces de artista escultor; y presuma de buenconocedor del pasado de su tierra (un pseudo-erudito: tipos tales abundan en la regin vascongada) y lleg a ser aceptado por tal en ciertos crculos, como lo testimonia el no menos crduloIsasti (op. cit. nota siguiente, 497) cuando dice que era hombre viejo y entendido. Aceptaba porbuenas cuantas noticias podan llegar referentes a su Pasajes, como por ejemplo las contenidasen el Cronicn publicado por el dominico italiano fray Juan descaradamente falsas. Esta crdulidad y su desvergonzada falsificacin de la primitiva inscripcin del humilladero de la Piedadpintan su catadura moral y el poco crdito que merecen sus noticias histricas. aunque l las ayalase como lo hizo: las comunic a Esteban de Garibay. cronista de su Majestad, para ms garanta, autenticadas por escribanos, dice isasti, quien agrega que muri en el ao 1582.(29) Lpe de Isasti, Compendio historial dela M. N. y M. L. provincia de Guipzcoa, SanSebastin (Baroja), 1850. Aunque la edicin es muy posterior el libro fue redactado en 1625,pag. 498.Ao 1990

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    J. L. BANS Y AGUIRRECruz, y an aade ms abajo que la letraera menuda. Segn parece este humilladero estaba en el siglo XVII en mal estado de conservacin, y Juanes deEsquioz en quien haba venido a recaer por va materna su patronatodecidi reconstruirlo con objeto de que la misa que all se celebrara pudieranseguirla los tripulantes de los buques surtos en la baha. Y al tiempo que cumpla tan meritoria finalidad, el buen artesano aprovech la oportunidad parasatisfacer su vanidad hidalguesca: en efecto, en la obra de reconstruccin,porque fue forzoso romper elpeasco dice Isasti, Esquioz destruy la mscripcin primitiva e hizo colocar el lado de la Cruz una que presenta como laque tan desaprensivamente haba hecho desaparecer y a mayor abundamiento al otro lado de la imagen puso otra lpida con la traduccin castellana,siendo el texto de ambas el siguiente:Latn.

    In gratiarum actione pro Victoria obtenta, el cumplimiento votifacti Deo,et B Mara S, y, era, octigentesima decima quarta, cuando ibamuus ad Orierriagam, et Saltum Pirenei nunc de Roncos-Valles praeliaturi contra exerciotum Caroli Magani Francorum Regis cum nostro Basconie populo pro se etsociis de Pasage victribus, Joanes de Ubilla mefecit.Romance.cumpliendo con el voto hecho a Dios y a la Bienaventurada Mara siempre Virgen en la era de ochocientos y catorce cuando fuimos a Orierriaga yPuerto del Pyreneo qu agora se llama Roncos-Valles a pelear contra el exercitode Carlo-Magno. Rey de los Franceses con nuestro Pueblo de la Basconia, pors mismo y suscompaeros del Pasaje vencedores, Joanes de Ubilla, me fizo.

    A la erudicin posterior no le ha costado trabaj sealar en estas inscripciones numerosos detalles topnimos, nombres propios, expresiones,etc. que no fue absolutamente exacta la transcripcin de la inscripcin primitiva que hizo tallar Esquioz, cuyos propsitos de vanidad genealgica serevela el nombre Joanes de Ubilla que se hace figurar como dedicante(30), personaje notoriamente inventado y del que el crdulo Isasti (31) llegaa llamar capitn valeroso que con lagente de este lugar fue a la batalla de Roncesvalles, etc...Pero y que conste que empleo la conjuncin con toda esa fuerza adversativa de que Esquioz falsificara el nombre del personaje y de la ingenua(30) Que en manera alguna pueden aceptarse como propios de la onomstica la era octigentesima decima quarra en que tal la dedic segn la falsificacin de Esquioz a quien lo podemos imaginar pavonendose ante los hidalgos del lugar de la del hecho 10h, feliz coincidencia . dira l de que el personaje tuviera el mismo nombre que l y que su apellido fuera el suyomaterno, al que le tena tanto aprecio.(31) Op.cit. nota 29.

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    GLOSAS NUTICASglosa de Isasti sobre el valeroso capitn no son motivos suficientes para rechazar a priori el que alguno o algunos de los vascones que vivieran en la zona quedespus se llam lagar de San Juan, hoy Ayuntamiento de Pasajes unaparte mnima, pero parte al fin de la Guipzcoa vascona particip en laaccin blica cuyo recuerdo perpetu la inscripcin primitiva. De que staexisti rio podemos dudar y de su tenor tampoco si nos esforzamos en eliminar del texto todas las interpolaciones y fantasas con que Esquioz truf susupuesta transcripcin (32), de modo que podemos concluir que de l se hasalvado una parte de verdad, mnima pero muy importante:

    Primero, que hubo una accin de losvasconesnostrobasconiepopulocontra el ejrcito carolingio, hecho que est confirmado por las transcritasestrofas del Poema.Y segundo, la fecha en que tuvo lugar la lucha. Este dato es de sumaimportancia y es el motivo por el cual henarrado aqu la picaresca intervencin del hidalgelo pasaitarra. Como el asunto lo merece, quiero dedicarle unprrafo aparte y con l terminar esta Glosa Nutica dedicada a la accinj,nutica? en que Carlomagno fue derrotado por los vascones antes deRoncesvalles.Es gracias a un descuido de Esquioz cuando perpetra su falsificacinque hemos sabido el ao exacto en que tuvo lugar la accin: figuraba en la mscripcin primitiva y el falsario transcribe inadvertidamente ad peden literem:es donde dice que el hecho ocurri era octingentesima decima cuarta, que ennuestro sistema de calendacin es el ao 776. Este dato, escrito as en letra,es como digo de lo poco que se salv de la inscripcin primitiva, y alcopiarla Esquioz no fue tan cuidadoso como lo haba sido en el resto de susfalsificaciones: en el texto fingido se menciona nominati Roncesvalles; portanto es fundamental la fecha en que acaeci esta rota de los franceses.Hoy sabemos con absoluta exactitud que tuvo lugar en agosto del ao 778,que es la era 816 (33), pero en la poca en que Esquioz manipulaba la inscrip

    (32) Es lo que hace el regidor Arrizabalo en 1705(ref. Guevara, loe. cir. nota 2, pg. 532)aunque su intuicingenial, me atrevo a llamarla al final la eche a perder aceptando la inventada figura de Johanes de Ubilla.(33) Pocos sucesos histricos tienen bien establecida la cronologa como la batalla de Roncesvalles. He aqu un resumen:En la primavera del ao 777 se presentan en Paderborn, ante Carlomagno, Suleyman y otrosjefes musulmanes poderosos en Zaragoza y otras plazas en la lnea del Ebro. No se sabe cul fuela propuesta de los musulmanes probablemente solo una gestin para obtener ayuda en suspermanentes enfrentamientos con el emir de Crdoba pero el jefe cristiano, con su permanente y desorbitada cupiditas territorial,consider que se le brindaba una ocasin para extendersu imperio a todo el septentrin hispano. Y decidi aprovecharla.Hasta la primavera del 778 duraron los preparativos. Fue una poderosa hueste,dividida endos Cuerpos de Ejrcito que, en un movimiento de tenaza, haban de reunirse ante Zaragoza.uno debera de atravesar el Pirineo por el extremo oriental, cruzando la Setimana y Catalua,y el otro deba hacer otro tanto por el occidente, siguiendo la vieja va romana Asturica-Burdigala que bordeaba pero no penetraba el bastin vascn. Este Cuerpo de Ejrcito parece era

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    J. L. BANS YAGUIRREcin de Pasajes no se saba que sta era la fecha fatal. Esteban de Garibay dicetaxativamente (34) que sucedi en el ao 809, que es la era 847; y cuandoel ms importante lo mandaba el emperador en persona y se puso en marcha a fines deabril: cruz sin dificultades Roncesvallesbordeando el bastin vascn y tom Pamplona,que en aquel final del siglo VIII haba venido a ser como una isla que cual embarcacionesmenores manteniendo un cerco estaba rodeada por clanes indgenas que haban rebasado labarrera en la explosin vascona de los siglos oscuros de la historia navarra. Esta plaza-fuertetodava poda considerarla Carlomagno, en cierto modo, como perteneciente al mundo occidental, por su incipiente cristianizacin y su pasado romanizado; pero una vez rebasada entren la zona musulmana navarro-aragonesa, que atraves fcilmente gracias a la buena disposicin de los islamitas afectos a la poltica de Suleyman. As pudo llegar su potente Cuerpo deEjrcito occidental ante Zaragoza, punto en que haba de reunirse con el que haba entrado porla parte oriental.Reunidos ambos ante sus muros, a Carlomagno le lleg la hora de la gran decepcin: la ciudad le cierra sus puertas, no se le entrega tal como l quizs ingenuamente supona queSuleyman le haba prometido.Ante l fracaso de su ambicioso plan, al monarca cristiano no le quedaba ms remedio querenunciar, replegarse a sus bases. Parece que lo decidi en el mes de agosto, pero esta vez llevar consigo a los dos Cuerpos de Ejrcito y a Suleyman que, con razn o sin ella, considera quele ha traicionado.El repliegue parece que se hizo precipitadamente. La ruta fue la misma que haba seguidoa la ida el Cuerpo de Ejrcito occidental. Rebasada Pamplona, la hueste cristiana haba de cruzar el desfiladero de Roncesvalles inmediato al bastin de Lupo. Este aprovech la ocasin y losfieros vascones cayeron sobre el ejrcito en retirada. Ello sucedi el da 15 de agosto del 778:Carlomagno se salv pero perecieron los principales magnates de su corte y sus mejores mandosmilitares.La debacle fue total yen ella el principal responsable el propio emperador: empez por creerque Suleyman estaba dispuesto a entregarle Zaragoza y al decidir la retirada cometi el errorde escoger la ruta que haba seguido el Cuerpo de Ejrcito occidental, si en vez de eso se hubieraretirado por donde lleg el Cuerpo de Ejrcito oriental Catalua y Setimana no hubieratenido que cruzar Roncesvalles. Fue una enorme imprudencia hacer pasar por aquel espantabledesfiladero, al pie de las montaas donde estaban emboscados los terribles vascones de Lupohacer desfilar, si se me permite decirlo as, un ejrcito en las deplorables condiciones en quees lgico estuviera el del emperador en aquel momento: fracasado en su misin estratgica, en apresurada retirada hacia sus bases atravesando en pleno agosto las trridas tierras de Aragn yNavarra la mayor parte de los soldados eran centroeuropeos, por tanto malos sufridores delcalor hispano, sometidos al constante aguijoneo de los musulmanes cuyas tierras atravesaban(un episodio del mismo fue el golpe de mano en que los hijos de Suleyman liberaron a su padre,que Carlomagno llevaba prisionero; este acoso islamita al ejrcito carolingio, en retirada despus, lo magnifican los franceses, que llegan a decir para salvar la cara, segn frase vulgarque fueron los musulmanes los vencedores de Roncesvalles).Todas estas circunstancias permiten suponer cul era el estado de nimo del ejrcito carolingio al llegar al fatdico col sin duda tenan la moral comida, y pido perdn por emplear estasfrases del lenguaje coloquial de hoy, porque la encuentro sumamente expresiva y a los vascones de Lupo les fue fcil caer sobre el ejrcito en retirada, dividirlo en dos, masacrar la retaguardia y volverse sobre el centro que ya haba pasado, el cual slo pudo salvarse huyendo apresuradamente.(34) Esteban de Garibay Camalloa, Los XL libros del Compendio Historial de las crnicasy universal historia de todos los reynos de Espaa, Amberes (Plantin), 1571. Respecto a la fechade impresin, Palau dice que tiene noticias de un ejemplar que no ha visto en el que figurael dato 1521, Ref. Fausto Arocena Garibay, San Sebastin (Auamendi), 1690, pg. 106. Lareferencia de Roncesvalles aparece en la pg. 21 del tomo III; no s si Esquioz la ley sea cualfuere la fecha de la impresin, pero pienso que bien se la pudo comunicar Garibay, con quiennos consta tuvo relacin personal segn nos testimonia Isasti en prrafo antes transcrito.18 30

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    GLOSAS NUTICASEsquioz encontr en la incripcin una mencin cronolgica, no le dio importancia, en caso contrario no hubiera dejado de preguntarle el dato a su amigoGaribay y, sin duda, hubiera aceptado la opinin de quien entonces era el msacreditado historiador. Pero sucede que era octingentesima decima cuartaS(ao 776) que expresaba la inscripcin primitiva no coincide en maneraalguna con las dos fechas antedichas: ni con la era 847 (ao 809) que suponeGaribay, ni con la era 816 (ao 778) que es la data en la cual efectivamenteacaeci. Buscando una explicacin a esta discrepancia, yo pienso que pudosuceder esto que conste que es una mera suposicin ma y que debe seraceptada con suma cautela como sucede con todas las hiptesis, sin que eneste caso sea bice el que yo est convencido de que sucedi as, la inscripcin que Esquioz reescribi en el sigloXVI, en su redaccin primitiva del sigloviii, debi de rezar as:

    In gratiarum actione, pro victoria obtenta et cumplimiento votifactiDeo etSancta Mara semper virgine, era octingentesima decima cuarta, praeliaturecontra exercitorum Caroli magnifrancorum regiscum nostro vasconiepopulo.Yo supongo y aqu est el meollo de mi hiptesis que Esquioz, almanipular la inscripcin primitiva, copi literalmente parte de ella porejemplo la mencin de la era y la truf de una serie de conceptos que lerodaban por el magn, entre ellos el de la rota de Roncesvalles, que tan desa

    fortunadamente menciona. Pero, pese a tan indelicada accin, se salvarondos cosas fundamentales: que el pueblo vascn haba luchado contra los ejrcitos de Carlomagno y una fecha. Lo primero, porque era obvio para satisfaccin de su vanidad hidalguesca; y lo segundo, porque no advirti que la dataque figuraba en la inscripcin primitiva no casaba con la fecha de lo de Roncesvalles que gratuitamente infirien la inscripcin reescrita.El texto que yo supongo era el de la inscripcin del siglo viii, no se deduceclaramente si la fecha se refiere a cuando fue hecho el voto que se conme morao se refiere al hecho blico que dio motivo al mismo. Yo creo que ms bien alo segundo y en consecuencia podemos concluir y con esto llegamos al finalde m hiptesis que la mencin era octingentesima decima quarta nos da ladata de la derrota de Carlomagno por los vascones, de la que nos informa elmonje arlancino.Y as, colacionando lo informado por ambas fuentes el Poema y lo queinvoluntariamente Esquioz salv de la inscripcin de Pasajes, llegamos asaber el cmo y el cundo de aquel suceso que, no por ser prcticamente desconocido, deja de ser un hecho glorioso en nuestra historia nutica: nadamenos que el rechazo de un intento de desembarco acaecido en los ms remotos aos del medievo.

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    EL RECLUTAMIENTODE MARINEROS MALTESESEN LA ARMADA ESPAOLADURANTE LA SEGUNDA MITADDEL SIGLO XVIII

    Carmel VASSALLO BORGUniversidad de MaltaAunque fundada en el siglo xi, la Orden de Malta no adquiri su carcternaval hasta finales del siglo xiii. Durante los siglos que siguieron a este ltimo, las fuerzas navales Gerosalomitanas llegaron a tener cierto renombre.En 1572 Don Juan de Austria, vencedor de Lepanto, coment, respecto a lasgaleras de Malta: Yo mucho me holgara de no perder estas tres galeras, porque estn muy bien armadas y con muy buena gente (1). No toda esta gente eranatural de la isla, pero, con el paso de los aos, su peso aumentaba como tambin la tradicin de navegar.No es, por tanto de extraar, que el Almirante de Castilla escribiera alGran Maestre Lascaris el 10 de abril de 1642 pidiendo permiso para reclutar150 marineros para intentar paliar la escasez de marinera que siempre padeca Espaa. El Gran Maestre contest que era imposible encontrar tantosmarineros a tan corto plazo, pero que lo intentara. Las dificultades que tenael Gran Maestre para atender a este pedido se entienden porque el siglo xviise caracteriz por una gran actividad martima en Malta y fueron muchos loshombres que trabajaban en la mar (2). Bloet calcula que haba nada menosque 4.000 corsarios a bordo de buques con base en Malta y, aunque no todoseran malteses, es probable que muchos si lo fueran (3). Adems de corsarios,

    haba marineros en la Armada de la Orden y a bordo de unas cien embarcaciones mercantes. Es posible que una proporcin muy alta de los varones delas ciudades y pueblos cerca del puerto tuvieran alguna experiencia de navegar (4). Resumiendo, se puede decir que la guerra de corso, llevada a cabopor la propia Orden y por particulares, acapar la atencin de la gente de marmaltesa, indudablemente atrada por las promesas de riquezas. No pareceque sobrara gente para servicio fuera de las islas.(1) Salva, Jaime. La Orden de Malta. Madrid, l944,p. 272.(2) Simancas. Papeles de estado. Sicilia. Legajo 3.485.(3) Blouet, Brian. The Story of Malta.Malta, 1981.(4) Luttrel. l8th Century Malta. Prosperity and Problems. Hyphen University of Malta.Vol. III, 1982, n2. Segn Luttrel la poblacin de Malta y Gozo, a finales del siglo xvii, era deunos 60.000 hombres, mujeres y nios.

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    EL RECLUTAMIENTO DEMARINEROSMALTESES ENLA ARMADA ESPAOLA...Con la llegada del siglo XVIII la situacin cambi. Como conscuencia delentendimiento franco/turco, la guerra de corso result cada vez ms difcil yel nmero de hombres ocupado en ella se redujo, de los 4.000 anteriormente

    citados, a unos 500 a primeros de 1798. Las fuerzas navales de la Orden seiban reduciendo paulatinamente, hasta tal punto que en 1765 se decidicerrar las atarazanas por falta de trabajo. En 1790eran 1.900 los que navegaban con la Orden. La presin demogrfica en las islas maltesas se empez aresentir. La produccin y exportacin del algodn hacia Espaa y otros pasesde Europa daba trabajo a muchos en el campo, per las oportunidades parala gente de mar se iban reduciendo.Todo esto coincidi con un perodo de fuerte expansin en la Armadaespaola que, de una veintena de buques despus de Vigo en 1702, pas atener casi 200 a finales del siglo. Un problema constante durante este perodoera la falta de marinera y, entre las medidas adoptadas para corregir en parteesta escasez, encontramos la de reclutar extranjeros (5). He revisado las Reales Ordenes, referentes a personal, de la segunda mitad del siglo xviii en elArchivo Histrico de la Armada en Cartagena, y he encontrado huellas deuna presencia maltesa de cierta importancia.Los malteses.

    Ya nos hemos referido al reclutamiento de malteses a mediados del sigloanterior, pero este estudio se limita a la segunda mitad del siglo XVIII, cuando,como hemos sealado, las oportunidades de empleo en la isla se iban reduciendo. A partir del da 11 de enero de 1757 (6) yhasta el 17 de febrero de1761 (7), hay una veintena de comunicaciones referentes a marineros malteses. Una carta del 2 de diciembre de 1759(8) nos informa que el encargado denegocios de Espaa en Malta haba remitido a los menos.. .371 marinerosmalteses. El 17 de febrero de 1761se habla de la llegada de 155marineros (9)y despus nada, silencio total durante casi 25 aos de actividad intensa en laArmada espaola, al menos en lo que al Archivo de Cartagena se refiere, unsilencio al cual todava no encuentro explicacin. Lo cierto es que en 1772 elcaballero francs Monspey nos dice que les espagnois avaient dj enrls1.500 mtelots maltais, avec lautorisation du Grand Matre.En 1785las Reales Ordenesreferentes a personal vuelven a hacer referecia a los malteses. Se trata del reclutamiento de 400 hombres en Malta por elBrigadier D. Gabriel de Aristizbal. Una carta suya de 16 de febrero de 1785(10) nos da los detalles de las condiciones ofrecidas a los malteses. La reproducimos a continuacin en su totalidad.

    (5) Reales Ordenes (Personal). Cartas de la Caja 34, con fecha de 23-9-1749 y otra sinfecha. Archivo Histrico de la Armada, Cartagena (AHAC).(6) AHAC (Personal) de 11 de enero de 1757.(7) AHAC (Personal) de 17 de febrero de 1761.(8) AHAC (Personal) de 2 de diciembre de 1759.(9) AHAC (Personal) de 17 de febrero de 1761.(10) AHAC (Personal) de 16 de febrero de 1785.Ao 1990

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    EL RECL UTA MIENTO DE MARINEROS MAL TESES EN LA ARMADA ESPAOLA...Queda claro que a los malteses se les da igual trato que a los espaoles. Esinteresant contrastar esta situacin con la del siglo xx, cuando Malta seencuentra bajo dominio britnico y los marineros malteses al servicio de la

    Armada inglesa nunca pasan de ser de segunda clase en sueldo, trato y posibilidades de ascender.De los 400 reclutados por Aristizbal, alrededor de 80 estaban prestadospor la Orden y volvieron a Malta despus de la llegada a Espaa de las galerasque sta haba comprado de la Orden. El resto, unos 320, se repartieron entrebuques destinados en Cartagena.Durante los siguientes quince aos, hay ms referencias a buques reclutados. El trienio 1795-1798,parece haber sido un periodo de bastante actividady hay datos respecto a expediciones de reclutamiento por parte de los navosSoberano, Firme, Mio, Astuto y San Zur y las fragatas La Rosa y Perla. Nohay constancia del nmero de marineros, pero una carta de Ulloa de 2 deenero de 1797, dice textualmente: (...) desde el tiempo de B F. Don Ignaciode Argote, se hallan sin habrselos pagado los marineros malteses que estn alservicio de 5. M. estando reducidas sus familias, que se acercan a 800, a la msextremada miseria (...) (11). As que, en 1797, son casi 800 las familias maltesas dependientes de las asignaciones de marineros. Pero hay que tener encuenta que no todos los marineros asignaban parte de su sueldo a sus familias.Analizando los datos de pago a la tripulacin de la galera San Luis, convoyada por Aristizbal , encontramos que alrededor de la mitad asignaban untercio o la mitad de sus sueldos a sus familias. No parece haber razn algunapara suponer qe los marineros del San Luis fueran distintos de los de otrosbuques. En consecuencia, si 800 marineros asignaban, cabe pensar quehubiera otros tantos que no asignaban y esto nos dara un total de unos 1.600marineros malteses en la Armada espaola en esta fecha.Otra fuente nos ayala estos clculos. Una carta con fecha 10 de octubre de1795 (12), dentro del mismo trienio, habla de la necesidad de remitir 1.000pesos fuertes o 2.000 escudos mensualmente para atender el pago de las asignaciones. Aunque entre los malteses del San Luis hay tambin artilleros ygrumetes, la mayora son marineros con un sueldo de 7 escudos. Como lesestaba permitido asignar desde un tercio hasta la mitad de su sueldo se puedecalcular entre 570 y 868 marineros asignando parte de su sueldo. Multiplicando por un factor 2, como hemos hecho antes, llegamos una cifra total de1.140 a 1.736 gente de mar sirviendo enla Armada espaola.Segn clculos de Angel ODogherty, la Armada requera 42.000 individuos de mar para completar la dotacin de sus buques (13). En estos trminos, los malteses podan haberllegado a constituir entre un 2,7 por ciento yun 4,1 por ciento de la dotacin humana de la Armada en el periodo 1795 a

    (11) Simandas. Papeles de Estado. Sicilia Virreinato Espaol. Legajo 6.138.(12) AHAC (Personal) de 10 de octubre de 1795.(13) Angel ODogherty: La Matrcula de mar en el Reinado de CarlosIII. Sevilla, 1952.p. 12.Ao 1990

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    EL RECLUTAMIENTO DE MARINEROS MA LTESES EN LA ARMADA ESPAOLA...1797, siendo esta cifra superior a la de voluntarios extranjeros en la Armadabritnica, citada por el propio Angel ODogherty. En trminos numricos esuna cifra de escasa importancia, aunque no lo sigue siendo tanto si tenemosen cuenta que, segn una Real Orden de 8 de marzo de 1785, el nmero deindividuos de mar que era necesario para los buques armados en Cartagenaera de 4.674, compuesto de 1.231 artilleros, 2.068 marineros y 1.375 grumetes(14). Si, adems de centrarnos en la cantidad, nos fijamos en la calidad, lacontribucin maltesa resulta an ms importante.La calidad de los marinerosmalteses.

    Segn Mazarredo, en los aos de ms trfico mercantil, que fueron entre1782 y 1792, la navegacin de altura slo ocupaba unos 5.800 marineros nicos verdaderamente eficaces en los bajeles del Rey. Segn Vicente RodrguezCasado (15) El Conde de Regla, navo que Mazarredo haba mandado en1790, slo contaba con un 10 por ciento de marineros procedentes de la navegacin de altura. Los dems provenan de la pesca y del cabotaje.Como hemos visto, los malteses haban adquirido cierta tradicin martima a partir de la llegada de la Orden. Es muy probable que muchos de losreclutados en la Armada espaola hubieran, ya prestado servicio en el corso,fuerza naval de la Orden o marina mercante. Pero aparte de esto, hay unosdatos que parecen indicar que el tpico malts reclutado tena ms experienciade la mar que el tpico marinero espaol matriculado que prestaba servicio.En la galera San Luis, l proporcin de marineros a grumetes es de casi 5 a 1,mientras que ya hemos visto que n 1785, la proporcin de stos en los buquesarmados en Cartagen es de 3 a 2, muy inferior.Es tambin probable que la edad media de los malteses fuera menor. Msdel 60 por ciento de los malteses reclutados en el San Luis tenan entre 18 y30 aos, mientras que sabemos que los matriculados de mar espaoles no selibraban del servicio hasta pasados los 60 aos (16).Las Reales Ordenes hablan de la necesidad de tratar bien y pagar puntualmente a los malteses para que cojan cario al servicio y de licenciar a espaols y sustituirles por malteses (17). En 1785 se les adelantaba dos pagas a losreclutados, mientras que en 1787 se subi a tres pagas.No se pretende aqu afirmar que todos los malteses eran marineros conexperiencia y disciplina. Sabemos por ejemplo que por lo menos algunos delos reclutados eran condenados a galeras o destierro. Una proclama leda enlos sitios de costumbre. Valletta, Vittoriosa, Senglea y Cospicua (la capital y

    (14) AHAC (Personal) de 16 de marzo de 1785(p11 G 132).(15) Vicente Rodrguez Casado: Historia General de Espaa y Amrica, p. 198.Seccin 5.Los problemas de la marinera.(16) Angel ODogherty, obra citada.(17) AHAC (Personal). de 4 de febrero de 1758y 12 de septiembre de 1759.Ao 1990

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    EL RECLUTAMIENTO DE MARINEROS MA LTESES EN LA ARMA DA ESPAOLA...las tres ciudades principales), alrededor del puerto, informa que a aquellagente reclutada por la Armada espaola que estaba condenada a cadena perpetua en las galeras o destierro no se les permitira volver a Malta, mientrasque a aquellos condenados a penas menores se les permitira regresar una vezterminadas sus campaas (18).Queda claro que, al menos algunos de los reclutados provenan de losbajos fondos del puerto y otros ambientes poco salubres, aunque no sabemoshasta que punto esto incida en su eficacia. Una vez en lii Armada, sabemosque hubo muertes y deserciones, como consta en varias cartas, pero es probable que la tasa de desercin fuera menor que en el conjunto de la marinera,ms que por alguna otra otra razn, por el hecho de que su hogar se encontraba muy lejos y normalmente reciban una paga para ayudarles a repatriar-se. Tambin sabemos que nunca se les pona trabas para separarse del servicio (19).En conjunto, parece que el marinero malts estaba bien visto y todavahay constancia d marineros malteses al servicio de Espaa muy entrado elsiglo xix (20), cuando los ingleses llevaban ya veinte aos en Malta.Resumiendo; es posible que en determinadas pocas y concretamente enel departamento de Cartagena, la aportacin de los malteses a la dotacin delos buques de la Armada espaola llegara a tener cierta importancia, no tantopor su cantidad, sino por su calidad.

    (18) AHAC (Personal) de 3 de mayo de 1785.(19) AHAC (personal) de 22 de julio de 1758y 7 de agosto de 1759.(20) Archivo Municipal de Cdiz. Quintas.Ao 1990

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    CIENCIA Y CRISIS POLTICA:LA DOBLE CREACINDE LA ESCUELA,.NUTICADE CARTAGENA DE INDIAS1810-1822)

    ManuelICENA GIRALDOCentro de Estudios Histricos-CSIC

    La muerte del todopoderoso ministro Jos de Glvez en 1787 no supusola prdida del impulso reformista que haba; caracterizado su accin degobierno. Ms bien al contrario, en aos posteriores se tomaron un conjuntode medidas de enorme importancia (1).Entre ellas destacaron la arnpliaciii dl comercio libre a las reas msrentables del imperio, la liberalizacin d l trata de esclavos y el desarrollode un gran proyecto informativo y cientfico sobre las posesiones espaolas.Pero quiz una de las que tuvieron ms repercusin fue el establecimiento denuevos Consulados en Amrica. Concebidos como organismos de fomento yespecializacin econmica regional, se convirtieron en plataformas desde lascuales poderosos grupos sociales desencadenaron una poltica de organizacin del territorio que intentaron apoyar en un proyecto de institucionalizacin cientfica.En el caso de la Nueva Granda, la presencia del sabio Jos Celestino Mutisy la actividad de la expedicin botnica aprobada en 1783marcaron sustanciales diferencias. La existencia de una empresa cientfica del tal calibre enel interior del Virreinat no poda ser ignorada por los miembros del nicoConsulado neogranadino, el establecido en Cartagena en 1795. En consecuencia, se busc un mbito de convergencia entre ambas instituciones: el delbeneficio mutuo, como veremos a continuacin.1. El Consulado de Cartagena y sus proyectos cientficos.

    Cartagena segua siendo a fines del siglo xviii el puerto ms importantedel Virreinato de Nueva Granada, el lugar abierto por el que entraban en elinmenso territorio las nuevas ideas polticas y cientficas.(1) Barbier, J. (1977), The culmination ofthe Bourbon refornis, 1787-1792,en -JispanicAmerican Historical Review, vol. 57, n. 1, Duke.

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    M. LUCENA GIRA LDO

    Reloj de Arnold n. 5, usado en la expedicin del Atlas de Amrica Septentrional, mandadapor Joaqun Francisco Fidalgo. (Museo Naval, Madrid).

    All se estableci Jos Ignacio de Pombo en 1785 (2). Proveniente de lalite local de Popayn, tras estudiar en Santa F filosofa y derecho, emprendi una aventura personal como comerciante que lo llev a acumular una granfortuna (3). La aprobacin del establecimiento consular en la ciudad le permitira hacer realidad sus mayores ambiciones, ya que pudo intervenir en asuntos de fomento econmico y de promocin cientfica.La configuracin de un proyecto de adquisicin de ciencia por parte delConsulado cartagenero se puede conocer detalladamente gracias a la correspondencia del comerciante payans con el sabio Mutis, que se extiende entre(2) Nacido en 1761, era hijo del Teniente de Gobernador Esteban Pombo y Tomasa deAnte y Valencia, miembros ilustres de la lite de la ciudad. La Certificacin de Mritos de JosIgnacio de Pombo (10-3-1804)en Archivo General de Indias. (en adelante AGI), Santa F, 925.(3) Humboldt seal que Pombo era el nico comerciante sobresaliente del Virreinato.Sobre su labor comercial y econmica ver Pombo, J. 1. de (1986) Comercio y Contrabando enCartagena de Indias. Edicin y Estudio Introductorio de J. O. Melo.

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    CIENCIA Y CRISIS POLTICA: LA DOBLE CREACIN DE LA ESCUELA NUTICA...1788 y 1808. La postura de Pombo parece presentar ciertas dosis de ambigedad. Por un lado, colabora decisivamente con Mutis y la expedicin convir.tindose en corresponsal, comerciante de quina y suministrador de libros einstrumentos (4). Al mismo tiempo se entrega a una labor dirigida a la obtencin consular de instituciones cientficas propias que deban sustentar grandiosos planes de desarrollo regional, lo que equivala a atacar el monopoliocientfico y el poder econmico de la lite bogotana.La obsesin de Pombo por el saber pragmtico y utilitario, que le llev arealizar dursimas crticas a Caldas, impregn por completo el proyecto delConsulado. La institucin particip en asuntos relacionados con las vas decomunicacin, como el Canal del Dique (1797), el Canal del Atrato (1804) ylos expedientes sobre caminos (1806 y 1809) (5), por directa instigacin dePombo. Su inquietud hacia la adquisicin de una ciencia propia le llev aenviar un hijo suyo a estudiar matemticas a Barcelona (6) y quiz fsica aPars (7), y a mandar a su sobrino a aprender matemticas y astronoma juntoa Mutis (8), encargndose personalmente de la provisin de instrumentospara el observatorio de Popayn (9). Simultneamente, obtuvo el apoyo con-sular para su plan de institucionalizacin cientfica. En 1806inform a Mutis:

    Se ha comprado, aunque fiada, una buena casa para Consulado, y tengo elproyecto de que se establezcan en ella una escuela de dibujo, otra de pilotaje ymatemticas, la imprenta y en adelante podrn hacerse otros establecimientostiles (10).La provisin de personal tambin pareca estar en vas de solucin Elmismo ao inform al sabio gaditano en otra carta:

    Se adoptaron en la junta de Consulados mis propuestas... y tambin la delestablecimiento de un jardn botnico..., se ha propuesto la dotacin de 1000a 1200pesos para cadauno de los maestros; que el de dibujo sea uno de los msadelantados de la Academia de San Fernando, que traer modelos, dibujos ydems necesario para el establecimiento.,., para maestro de pilotaje hay aqu(4) Hernndez de Alba, G. (1986), Historia Documental de la Real Expedicin Botnicadel Nuevo Reino de Granada despus de la muerte de su director don Jos Celestino Mutis, 1808-1952, Bogot, p. 150, recoge las caractersticas de la Pombea, dedicada por Caldas a Pombo.Este dot a Caldas de los instrumentos necesarios.(5) Pombo, J. 1.de (1986) p. 123.De todo tena puntual noticia el sabio Mutis. Una nuevavaloracin de su papel en la institucionalizacin cientfica en Peset, J. L. (1987)Cienciay Libertad, el papel del cientfico ante la independencia americana, Madrid.(6) Hernndez de Alba, G. (1983)Archivo epistolar del sabio naturalistadon Jos Celestino Mutis, T. 4, Bogot, pgs. 101-2.(7) Hernndez de Alba, G. (1983) p. 122.(8) Hernndezde Alba, G. (1983) pgs. 101 y 118.(9) Hernndez de Alba, G. (1983) p. 118.(lo) Hernndezde Alba, 0. (1983) p 155.

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    M. LUCENA GIRA LDOdos pilotos excelentes, de la expedicin de Fidalgo, y lvarez tambin seramuy al propsito. El maestro de botnica deseara que viniera de esa expedicin... (11).

    La sancin real era el nico obstculo que quedaba para la consecucindel proyecto. Pero la crisis poltica, que se agudiz ostensiblemente desdeentonces, iba a crear unas nuevas condiciones en el Virreinato neogranadino.2. La crisis poltica y la apertura de la Escuela de Nuticay Matemticas.

    Pombo haba mantenido con la burocracia virreinal varios litigios a causade sus proyectos cientficos y su postura poltica. Gracias a ellos podemosentender hasta qu punto la tensin entre lospatricios instruidos y las instituciones virreinales haba llevado a un momento de franca ruptura mutua.Tanto la propuesta para traer la vacuna a Nueva Granda en 1803 (12)como la peticin de permiso para establecer una imprenta en el Consuladofueron rechazadas. La primera se deneg por encontrarse prohibido el trficocon colonias neutrales. En el caso de la segunda, result que la imprentahaba sido adquirida en Filadelfia en 1800 (13), antes de contar con el preceptivo permiso. El largo proceso legal finaliz cuando el Consejo de Indiascomunic al Virrey:

    Menos es oportuna (la razn dada por el Consulado) relativa a que laAmrica y las islas estn llenas de imprentas, pues en donde se hallan establecidohabr habido razones para ejecutarlo, y en Cartagenalas hay para lo contrario(14).Sin embargo, el Consulado de Cartagena logr la aprobacin de unaEscuela de Nutica y Matemticas (15) por cdula real de 28 de octubre de(11) Hernndez de Alba, G. (1983) p. 157. El plan definitivo de institucionalizacin cientfica trazado por Pombo se contiene en el Informe del Real Consulado de Cartagena de Indiasala Suprema Junta Provincial de la misma (1810), publicada por Ortiz, S. E. (1965) Escritos dedos economistas coloniales, Bogot, p. 135 et pssim.(12) Lucena Giraldo, M. Entre el miedo y la piedad; la Propuesta para traer la vacuna aNueva Granada de Jos Ignacio de Pombo (1803),Asclepio, vol. XLI, fasc. 2, Madrid, 1989.(13) Cuenta general de/os caudales del Consulado de Cartagenaene/ao 1800, AOl, SantaF, 1130; Compra de una imprenta por valor de 1168 pesos y 4 reales segn acuerdo de la juntadel Consulado de 11-8-1800.Sobre su actividad, ver Toribio Medina, J. (1964), La imprenta enCartagena de las Indias (1809-1820), Amsterdam.(14) Expediente sobre la concesin de una imprenta al Consulado de Cartagena, 1800-

    1808, AGI, Santa F, 997.(15) Una orden del Virrey Guirior al gobernador de Cartagena de 31-10-1775ordenabaque los oficiales, cadetes, soldados distinguidos y gentes decentes de esta plaza se dedique a mstruirse en las matemticas; en Archivo Histrico Nacional de Colombia (en adelante AHNC),Milicias y Marina, T. 65.La consulta de los planes de Mutis sobre estas cuestiones es fundamental.34 30

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    CiENCIA Y CRISIS POLTICA: LA DOBLE CREACIN DE LA ESCUELA NUTICA...1807. La terrible situacin econmica y poltica podra explicar que slo despus de tres aos se lograra su puesta en marcha. La Junta Consular de 26 demayo de 1810 acord llevar a efecto lo propuesto por el prior (Pombo) enorden al inmediato establecimiento de la Escuela. En julio se aprob el plande estudios, que haba sido presentado por un piloto de confianza de Pombodesignado como maestro, Manuel Alvarez de Eulate (16). Al mismo tiempoque se emprendan las obras de habilitacin de la Escuela en la casa del Consulado (17), se encargaba a Jamaica la compra de los instrumentos cientficos(18). En cuanto a los libros y mapas, el proveedor fundamental fue el Depsito Hidrogrfico del Apostadero de Marina de la propia Cartagena (19).Por fin, el primero de septiembre se daba noticia al pblico del establecimiento de la Escuela, fijndose pasquines en los parajes pblicos (20). Perola tarea cientfica no poda estar al margen de la crisis poltica: junto a la noticia sobre la Escuela se comunicaba la solemne funcin de gracias al sersupremo por el feliz suceso de la ereccin en esta ciudad de la Junta SuperiorProvincial (21), lo que equivala al comienzo de la ruptura con Espaa.En noviembre de 1811, se llegaba ala declaracin de independencia, que semantuvo hasta diciembre de 1815. En esas difciles circunstancias el controlde los conocimientos era crtico, y las posturas asumidas por pilotos, marinose ingenieros militares determinantes para el desarrollo de la guerra entre realistas e independentistas. Un conflicto que dividi definitivamente a la comunidad cientfica, como veremos a continuacin.

    (16) El expediente del piloto Manuel lvarez de Eulate del Archivo General de la Marina(en adelante AGM) no contiene referencias personales. El 6 de agosto de 1810 se aprobaba elriombramiento de Alvarez de Eulate, que era por entonces segundo piloto de la Armada ymiembro de la dotacin de la goleta correo Carmen, como maestro de la Escuela de Nutica.Su sueldo deba ser de 70 pesos mensuales. En lo sucesivo la provisin del empleo se deba hacerpor oposicin, reservndose el rey el nombramiento. Ver AGM, Colegio de San Telmo-Escuelas Nuticas, n. 1029.(17) Las obras comprendan la habilitacin del recinto de la Escuela y las habitaciones delmaestro, que vivira all. El expediente se encuentra en AGI, Santa F, 1133.(18) Se compraron un estuche matemtico con su pantmetra y cuadrante, otro de menorcalidad, tres compases, un teodolito completo, una aguja de marear comn, un sextante conarco de platina superior, un grafmetro completo, un comps de cuatro puntos, las tablas deMackays y cartas. El expediente de la Escuela Nutica st en AGI, Santa F, 1133.(19) Al maestrode la Escuela se le entregaron un juego de cartas geogrficas generales delas cuat ro partes del mundo y un mapamundi iluminado, una carta delas costas de Amrica Septentrional y otra de la Meridional, un juego de globos celeste y terrestre con sus crculos de broncey agujas, el almanaque nutico de 1811y las tablas logartmicas de M. Callet, adems de los tilesusuales de aprendizaje; AGI, Santa F, 1133.(20) Pagar del Consulado a favor del impresor Diego Espinosa, Cartagena, 1-11-1810,enAGI, Santa Fe, 1133.(21) Ibid. En cuanto a la tarea poltica posterior de Pombo, parece haber sido parte delgrupo aristocrtico que se opuso a la independencia. Su muerte se debi producir, en cualquiercaso, antes del 28-7-1815,cuando se menciona la existencia de quina de la expedicin botnicaen los almacenes de Doa Mara Amador, viuda de Pombo; Carta de Juan Jurado al Virrey,Panam, AGI, Santa F, 667.Ao 1990

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    Plano de la playa y puerto de Cartagena, porFidalgo y Castillo. 1795. (Seecin de Cartografa, Museo Naval de Madrid).36 30

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    CIENCIA YCRISIS POLTICA. LA DBLE CREACIN DE LA ESCUELA NUTICA...3. La expedicindel Atlas de la AmricaSeptentrionaly la transicinhacia laciencia republicana.

    El esfuerzo que culmin con la apertura de la Escuela Nutica en 1810podra haber permanecido como un tardo y comprometido episodio de institucionalizacin cientfica truncado por la guerra. Sin embargo, la transmisinde ciencia y tecnologa nutica desde Espaa a la colonia neogranadina no semanifest exclusivamente en el caso de la Escuela consular. Desde 1794 hasta1810 la segunda divisin de bergantines enviada para el trazado del Atlas dela Amrica Septentrional tuvo su base en Cartagena de Indias (22). Es muyinteresante observar que la crisis poltica y las relaciones locales fueroncreando una serie de condicionamientos alrededor de la expedicin.El jefe de la divisin, Joaqun Francisco Fidalgo, ejerci el mando interinode la Comandancia de Marina casi tres aos, en los cuales los conflictos conotras autoridades fueron frecuentes (23). Resulta muy importante sealarque desde 1802 haba rdenes de regreso para la expedicin, que nunca sehicieron efectivas a causa de trabajos pendientes (24), carenas de barcos opeligros para la navegacin.A pesar de la ignorancia en el interior del Virreinato sobre la expedicindel Atlas, el Consulado de Cartagena intent asociarla a sus planes de exploracin y cartografa. En 1806 Pombo comunic a Mutis estar en tratos con elcapitn de fragata Manuel del Castillo para que se hiciera cargo de una granexploracin que deba recorrer el Atrato y los caminos de Antioqua hacia elMagdalena para terminar en Cartagena (25). Fidalgo aprob el proyecto (26)y se ofreci a realizarlo con sus hombres e instrumentos, aunque la preceptivaautorizacin del Virrey (27), probablemente no se produjo.La orden definitiva de regreso de la expedicin parti de la pennsula enmayo de 1809(28). La vuelta a Espaa se hizo efectiva un ao ms tarde, conel regreso a Cdiz tras 18 aos de trabajos cientficos en Amrica.La ruptura poltica entre Espaa y sus colonias volvera a reunir a losmiembros de la expedicin del Atlas de Amrica Septentrional, pero en dife

    rentes bandos de la guerra que devastaba las colonias espaolas. En el ladoindependentista se situaron el alfrez de fragata Rafael del Castillo y el pilotoRafael Tono. En el realista combatieron Juan de Tscar, Rafael Santibez y(22) Sobre la Expedicin del Atlas de Amrica Septentrional se debe ver Arias de Greiff,J. (1985) La Expedicin de Fidalgo, en La ciencia moderna y el Nuevo Mundo, Madrid, p. 251et pssim.(23) Arias de Greiff, J. (1983) Apuntamientos para la historia del Apostadero de Marinade Cartagena de Indias, enBoletn Cultural y Bibliogrfico, n. 743,Bogot, p. 969 et pssim.(24) Arias de Greiff, J. (1984) La expedicin hidrogrfica de San Andrs y Providencia,

    1804-5 en Boletn Cuhuraly Bibliogrfico, n. 744, Bogot. p. 143.(25) Hernndez de Alba, G. (1983) p. 165-6.(26) Hernndez de Alba, G. (1983) p. 171.(27) Hernndez de Alba. G. (1983) p. 172.(28) La orden definitiva de regreso se da el 14 de marzo de 1809. Est en AGM. DepsitoHidrogrfico, Asuntos particulares, 4909.Ao 1990

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    M. LUCENA GIRA LDOTorcuato Pidrola, que haban vuelto a Amrica con el ejrcito de Morillo en1815 (29).

    Tras un lustro de combates, la oficialidad del Apostadero de Cartagena deIndias jur la Constitucin de Cdiz. Un ao ms tarde terminaba la guerrade independencia en la regin.Con la instauracin de la Repblica, se dieron los primeros pasos dirigidosa la institucionalizacin de la ciencia nutica. En 1822, tras dos aos de prisiny seis de exilio, un antiguo piloto de la expedicin hidrogrfica que habamandado Fidalgo, Rafael Tono, regres a Cartagena como director y maestroprincipal de la Escuela Nutica que haba de suceder a la que haba sidoabierta en 1810 (30). Desde 1824 Tono pudo dedicarse a ordenar y formar losciudadanos que haban de servir para la instruccin de los jvenes que se dedicasen y destinasen ala Escuela Nutica (31). En un informe escrito cuatro aosms tarde, el antiguo piloto atribua la ruptura con su lugar de nacimiento asu arraigo en la Nueva Granda y su corazn liberal.Sus preocupaciones fueron desde entonces la organizacin de la Marinacolombiana y la creacin de instituciones nuticas, campo en el que Tonodeca tener el placer de realizar (sus) ideas (32). Unos conocimientos adquiridos en la pennsula y consolidados en 18 aos de trabajo con la expedicin delAtlas de la Amrica Septentrional que se iban a mostrar, con toda su plenitudcreadora, en los tiempos republicanos.

    (29) Arias de Greiff (1985) p. 260.(30) La hoja de servicios de Rafael Tono en AGM, Pilotos, Asuntos personales. Una referencia fechada en Cdiz el 15-4-1813seala que habindose quedado con los insurgentes.., debedarse de baja. Su memorial de Servicios, remitido al Ministro de Marina de la Gran Colombiael 9 de noviembre de 1828 est en AHNC. F. Ortega Ricaurte, Caja 207.Sobre su papel en la guerra, ver Dousdebes, P. J. (1948) Cartagena de Indias, plaza fuerte,Bogot, Ministerio de la Guerra, p. 216. En 1816 Tono era teniente de navo en las filas republicanas. Una vez terminada la guerra Tono particip en la organizacin de la Armada y la planificacin de estudios nuticos en la Gran Colombia bolivariana, desempeando igual cometidoen los Estados Unidos de Colombia tras la particin de la Repblica en 1830.(31) Memorial de Servicios de R. Tono, remitido el 9-11-1828, en AHNC. F. OrtegaRicaurte, Caja 207.(32) Memorial de Servicios de R. Tono, remitido el 9-11-1828, en AHNC, F. OrtegaRicaurte, Caja 207.38 30

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    LA MARINA DE- GUERRAESPAOLA FRENTEAL DESASTRE DEL 98:UNA APROXIMACINAL TESTIMONIO DE SUSCOMB ATIENTES

    Antonio TELLEZ MOLINALicenciado en Geografa e HistoriaConviene recordar que cuando pase la vorgine y el desenfreno que haprovocado en la realidad espaola la celebracin del y Centenario del descubrimiento de Amrica, estaremos a poco ms de un lustro de la celebracindel 1 Centenario de los tristes acontecimientos que Espaa sufri en el ao1898 y que han quedado sentenciados en la historia espaola con el nombredel Desastre del 98.Fatdico ao para el devenir histrico espaol, y especialmente duro parala otrora victoriosa y siempre herica Armada espaola, como ya vislumbrla insigne pluma de D. Joaqun Snchez de Toca incluso en sus comienzos,antes de la precipitacin del conflicto, al afirmar que: El ao que ahoracomienza nos traepresagios de tristedestino. Todo hace temer que antes de queacabe, deje en nuestra historia una de esas marcas terribles que parecen un anatema (1).Pues bien, teniendo tan prximo el cumplimiento del 1 Centenario de1898, no podemos olvidar en el anlisis histrico de los hechos una cuestin

    tan esencial y clarividente como es el estudio de la actitud y el sentir generalde algunos de aquellos ilustres marinos, que debieron sufrir en sus propiascarnes la dureza del enfrentamiento blico hispano-norteamericano; y la nomenos dura e hiriente realidad que supuso el acoso de la opinin pblica ypoltica de sus compatriotas, enlos tiempos inmediatos a la derrota. Recordarla persona y el testimonio de aquellos valerosos marinos espaoles es la intencin del presente artculo.Al abordar el anlisis de la actitud y sentir general de los protagonistas delDesastre, se debe tener siempre presente que la publicidad de sus ideas y sensaciones frente al conflicto se produjo inmediatamente despus del mismo, yque en gran medida fue el resultado automtico y a veces visceral de la res-

    (1) Snchez de Toca, J. Del poder naval en Espaa y su poltica eonmica para la naci lalidad ibero -arnricana. (2 edicin). Madrid. Editora Naval. 1986. pg. 340.Ao 1990

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    A. TELLEZ MOLINApuesta de un cuerpo militar como el de la Armada, frente a una oleada de responsabilismo lacerante, que surgi en la sociedad espaola a raiz del desastre,y que trat injustamente de buscar el chivo expiatorio en la supuesta impericia,falta de valor, descoordinacin... de los marinos de la Armada espaola.Frente a esa ola de acusaciones malintencionadas un cuerpo como laArmada no poda por menos que responder de forma solidaria, unida, inquebrantable y velando sobre todo por la salvaguardia de valores que para ellosestaban por encima incluso de reflexiones detenidas y que eran poco menosque incuestionables; valores como el Honor, el Valor, la Honra, el Deber yla Patria.

    Slo si tenemos en cuenta estas divisas, incuestionables en el estamentomilitar, tendremos una ptica de visin acertada para entender la orientacinen la respuesta del cuerpo de la Armada frente al desastre. Unos planteamientos que abundan en las obras escritas por los marinos del 98 y que sehacen patentes en afirmaciones como las del capitn de navo D. VictorMara Concas y Palau, comandante del infanta Mara Teresa, que en su obraLa Escuadra del Almirante Cervera, recoge el juramento realizado en Santiago de Cuba:Juramos que si alguno sobreviva, defendera la memoria de los que cayeran en la refriega (2).O entre otras muchas afirmaciones, las que realiza el almirante D. PascualCervera y Topete el 25 de febrero de 1898, en un Reservado dirigido al entonces ministro de Marina, contralmirante D. Segismundo Bermejo y Melero; enel que tras unas reflexiones francamente contrarias al eventual enfrentamiento con los Estados Unidos, termina su comunicacin con los siguientestrminos:Triste son estas reflexiones, pero creo en m un deber ineludible sobreponerme a toda consideracin personal y exponer lealmente a mi Patria los recursos con que creo que cuenta, para sin ilusiones se pese el pro y el contra, y despiis, por medio del Gobierno de Su Majestad, que es su rgano legtimo, pronuncie su fallo, en la seguridad de que SS decretos encontrarn en todos nosotros enrgicos, fieles y decididos ejecutores, porque slo tenemos un lem: Elcumplimiento del deber (3).Pasando directamente al anlisis de la actitud y sentir general de los protagonistas de los acontecimientos navales del 98. Podemos comenzar recogiendo algunas ideas clave en las que todas las fuentes consultadas coinciden,(2) Concas y Palau. V.M. La Escuadra del Almirante Cervera. Madrid. Ed. San Martn(s.a.), pg. 133.(3) Cervera y Topete. P. Guerra hispano-americana. Coleccin de documentos referentesa la Escuadra de Operacines de las Antillas. El Ferrol. Imp. del Correo Gallego. 1899.

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    para posteriormente extraerindividualmente algunas de lasafirmaciones ms destacadas.Esencialmente todos los autores coinciden en: Deplorar el estado penoso de la Armada encuanto a efectivos materiales se refiere y endejar muy claro que laEscuadra espaola era

    muy inferior a la estadounidense. Centrar la descarga deresponsabilidades sobre rganos polticosde decisin: gabinetegubernamental, Cortes y asesores militarescon aspiraciones polticas. Culpar en gran medida ala prensa como profun- D. Pascual Cervera Topete. Oleo de Godoy.da desconocedora de la Museo Naval de Madrid.realidad naval y por haber creado un ambiente de falso optimismo en la opinin pblica general. Afirmar que la Armada espaola y su personal cualificado saban muybien salvo los politiquillos del ramo cual era la verdadera situacin. Pero por imperativos del;deber, del valor, la honra y la fidelidad

    a la Patria; debieron permanecer callados y asumir la autoinmolacina la que se les someta. Que la opinin cay en un fcil optimismo que exiga el sacrificioajeno.Si pasamos al anlisis individualizaao de las obras consultadas, podemosdestacar entre otros los siguientes contenidos:De la obra de D. Luis Prez de Vargas teniente de navo de primeraclase, La opinin y/a Marina, destaca la jactancia con que en Espaa se amenazaba al enemigo estadounidense, desde las columnas de prensa y las mesasde caf. En este sentido insiste en la idea de que a la guerra se haba ido porculpa de la prensa. Tambin seala como elemento precipitador del conflicto,el miedo del gobierno a ceder a la presin de los Estados Unidos, y que estacesin provocara el estallido revolucionario o la asonada militar. Asimismo

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    D. Segismundo Bermejo. Ministro de Marina. Coleccin de fotografas del Museo Naval deMadrid.

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