Revista Correo Vol 13

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correo diciembre 2010 enero 2011 o Información, análisis y debate N o . 13 diciembre 2010 - enero 2011

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Información, análisis y debate No. 10 junio-julio 2010 Información, análisis y debate No. 13 diciembre 2010 - enero 2011

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Correo es una publicación bimestral del colectivo de comunicadores

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sumario

año 3 - número 13 - diciembre - enero 2011

Consejo de Dirección

Carlos Fonseca TeránGustavo PorrasOrlando Núñez

Scarlet Cuadra WatersWilliam Grigsby Vado

Articulistas:Aldo Díaz Lacayo

Karla JacobsJorge CapelánGustavo Fuchs

Toni Solo

Producción:Marialuisa Atienza

Félix Suárez Narváez

Diseño y diagramación:Heriberto Morales Sandoval

Editorial

El río San Juan en la historia de Nicaragua

Cronología de la ruta canalera

Una demanda para poner punto final a lasambiciones costarricenses

La migración nicaragüense en Costa Rica:Un tesoro despreciado

Un conflicto fabricado en Costa Rica

Costa Rica aplica «manu militari»

Perfil del departamento de Río San Juan:de fantasma geopolítico a tesoro ecológico

Una corriente de conflictos o un caudal de oportunidades

Ilusión tica

Cronología de una controversia

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Todos tenemos conocimiento de la forma en que Nicaragua ha venido abordando siempre, los temas de orden limítrofe: siempre hemos privilegiado la vía del diálogo, la vía de recurrir a los organismos Internacionales correspondientes. Los pueblos costarricense y nicara-güense, somos hermanos.

La Sentencia del 13 de julio del 2009 de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), es clara en ratificar el derecho que tiene Nicaragua sobre el río San Juan: "Nicaragua tiene derecho de dragar el río San Juan a fin de establecer el flujo de aguas existentes en 1858, aún cuando esto afecte el flujo de aguas de otros recipientes actuales de dicho flujo, tales como el río Colorado".

"En todo caso, le es suficiente a la Corte observar que las dos cuestiones así planteadas fueron resueltas por la decisión tomada en el Laudo Cleve-land. Fue determinado en los párrafos 4 a 6 de la tercera cláusula del Laudo que Costa Rica no está obligada a contribuir en los gastos necesarios para mejorar la navegación del río San Juan y que Nicaragua puede ejecutar dichos trabajos de mejoramiento como estime conveniente, a condición de que dichos trabajos no perturben seriamente la navegación sobre los afluentes del San Juan, que pertenecen a Costa Rica".

La sentencia remite a la época cuando empezó el proceso de delimitación entre Nicaragua y Costa Rica, a partir del Tratado Jerez Cañas (1858), los Laudo Cleveland (1888) y Laudos Alexander (1897-1900).

Han habido y existen tendencias expansionistas en países hermanos, alimentadas por países suramericanos. Sabemos bien que Colombia siempre ha estado alentando estas tendencias expansionistas, promoviendo convenios con Honduras y Costa Rica, para restarle territorio a nuestro país.

Pero aún más: los poderes en Costa Rica intentaron apropiarse esta zona del río San Juan. En el siglo antepasado la negociaban con britá-nicos y con norteamericanos, es decir, con los imperios del momento, que se disputaban el dominio de Nicaragua, como que era parte de su territorio. Los intereses predominantes en Costa Rica, al servicio de esos Imperios británico y yanqui, buscaban cómo negociar lo que no les pertenecía. Incluso, fue en esas circunstancias que se quedaron con ese inmenso territorio que es el Guanacaste, que pertenecía a Nicaragua y ellos aprovecharon circunstancias de guerra, de confrontación y se quedaron con el Guanacaste. Nosotros no estamos exigiendo que regrese el Guanacaste a Nicaragua.

Lo que nosotros estamos planteando, es que Nicaragua no siga perdiendo territorio, como ha venido perdiéndolo. Tomemos en cuenta cómo la frontera costarricense ha venido avanzando, sobre todo en la desembocadura del río San Juan, donde allá por los años 1600-1700, el río cubría una enorme extensión en su desembocadura y cómo, en la medida que esa zona se ha venido secando y el río se ha venido desviando, ellos vienen avanzando, tomando posesión de un territorio que no les pertenece. Y al paso que vamos, si el río llegara a desembocar allá por el río Grande de Matagalpa, hasta ahí llegaría el territorio costarricense. Si nos vamos por lo que ha sido la práctica consuetudinaria, como dicen los expertos, que han tenido los intereses expansionistas en Costa Rica. Porque hay intereses expansionistas. Lo tengo que decir con toda claridad; lo sabemos todos los nicaragüenses. Nosotros hemos sido víctimas de los intereses expansionistas, alimentados por ya sabemos quiénes.

El río San Juan tenía tal caudal allá por los años 1850, que sirvió para transportar a miles de familias norteamericanas, que se trasladaban de la costa Este hacia la costa Oeste de Estados Unidos, durante la fiebre del oro. Pero sus aguas se han ido para Costa Rica por el río Colorado. El agua viene desde el norte de Nicaragua a desembocar al lago Xolotlán, de ahí al lago Cocibolca y del Cocibolca va por el río San Juan. Esa agua, en lugar de seguir alimentando al río San Juan, su curso histórico natural, empezó a llevárselo Costa Rica hacia el río Colorado que entonces era un chorrito, tenía su caudal, pero no de las dimensiones del río San Juan. Ellos dragaron el río San Juan tranquilamente. Se sintieron con el derecho de dragar, y claro, no había gobiernos aquí que estuviesen dispuestos a defender recursos como el río San Juan. Lo que había eran componendas que terminaban sacrificando la soberanía de nuestro país.

La limpieza del río no está provocando ninguna afectación en territorio costarricense. Esta es una obra que su impacto principal lo va a tener cerca de la desembocadura, en territorio nicaragüense. Se inició la limpieza con el objetivo de recuperar el paso histórico del río, para que la navegación mejore en beneficio de Nicaragua y también de Costa Rica.

Apenas se inició este proceso de limpieza, empezaron las protestas de las autoridades costarricenses. Y coincidieron en el tiempo, con operaciones en contra del narcotráfico en toda esa zona que desde hace años hemos venido desarrollando y que se habían intensificado en los últimos tiempos, por el compromiso que tiene Nicaragua en esta lucha, por razones de principios.

Hay un mensaje belicista en Costa Rica, a pesar de que ellos dicen que no tienen ejército. Le proponemos a Costa Rica: unamos esas fuerzas militares que tiene en la zona limítrofe, muy bien entrenadas, muy bien armadas, con las del Ejército de Nicaragua, para combatir el narcotráfico y aplastarlo. No queremos que corra sangre de hermanos, pero no podemos dejar de combatir al narcotráfico, ni podemos dejar de limpiar el río.

Nicaragua va a dar los pasos correspondientes para presentar este caso ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, y que sea la Corte la que diga, quién tiene la razón. Que no lo digan las armas, que no lo diga la amenaza, ¡que lo diga la Corte!

Nos proponemos recuperar el caudal. ¡Estamos en nuestro derecho de recuperar el caudal del río San Juan! ¿Por qué nos van a querer negar ese derecho?

(Extractos del discurso del Presidente Daniel Ortega el 2 de noviembre de 2010)

editorial

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Limpiar río San Juan, ¡nuestro derecho!

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historia

Aldo Díaz Lacayo* _______________

Los países siempre han existido. No estructurados como se conocen actualmente conforme al siste-ma capitalista, sino como territorios, en la época

primitiva. Entonces los grupos aborígenes fueron descu-briendo ¡de verdad! nuevos espacios que se apropiaban si no encontraban resistencia de otro grupo, y si la en-contraban los grupos entraban en guerra hasta la derrota del otro, que desaparecía, al menos temporalmente. Con el tiempo, los vencedores se organizaron en una suerte de estado-tribal, que también entraban en conflicto en defensa de sus intereses. En este estadio histórico se en-contraba América cuando Colón la “descubrió”.

Nicaragua existe desde la época originaria. Nunca ha sucumbido, pero sí ha perdido territorio frecuente-mente, por el norte y por el sur, desde la Conquista. No por indolencia del pueblo, siempre dispuesto a la lucha como lo ha demostrado a lo largo de la historia, sino de los dirigentes ilegítimos: entregados al extranjero, desligados de la Patria por la ambición y la codicia, de-jando al pueblo inerme frente a la agresión externa.

Con independencia del grado de conciencia acer-ca de su propia traición, con su posición antinacional esos dirigentes han inculcado en el pueblo la idea de un fatalismo histórico que inexorablemente condena a Nicaragua a la pérdida de territorio. Y a lo largo de quinientos años esta idea entró a formar parte del ima-ginario popular, aunque no del inconsciente colectivo que se mantiene invariable a favor de la defensa nacio-nal desde la Conquista.

Como parte de la América colonial Nicaragua es reconocida por la Corona española como gobernatura independiente el 16 de marzo de 1527. Sus límites de facto según los territorios descubiertos desde el sur, solicitados por Pedrarias pero no oficializados por la Corona, abarcaban la mitad el Cuzcatlán (El Salvador), la mitad de Hibueras (Honduras) y todo el territorio de Costa Rica, que aún no existía.

“El río San Juan nos busca”, dicen los costarricenses desde antaño. Y hasta hoy la inmensa mayoría de los

Breve resumen

El río San Juan en lahistoria de Nicaragua

gobiernos precedentes parecieran haber estado des-tinados a empujarlo hacia Costa Rica: por centroame-ricanismo, por filotiquismo, por anarquismo, por ma-linchismo, por apátridas, por lo que fuere. Una historia larga de quinientos años que empezó a cambiar con la Revolución Sandinista (1979) –reivindicando a Nicarao y Diriangén que se enfrentaron unidos al Conquistador–, y que ahora se renueva con una firme política de Estado en torno a la seguridad territorial y en particular sobre el río San Juan.

El río durante la ConquistaDesde el llamado “descubrimiento” de América

(1492) de cuya existencia Cristóbal Colón jamás cobró conciencia –menos aún de que se trataba del hemis-ferio que le faltaba conocer al resto de los pueblos de la tierra, conforme a la entonces nueva teoría de que el mundo es redondo–, Colón empezó a buscar (1509) un paso que le permitiera continuar su viaje hacia el oriente del globo terrestre: el Estrecho Dudoso, como se le llamaría inmediatamente después. Una labor que tomó algún tiempo, hasta que 30 años después uno de los primeros gobernadores de Nicaragua logró reco-rrer el río San Juan hasta su desembocadura.

Por otra parte, durante la Conquista, la Corona espa-ñola, que entonces tenía un conocimiento distorsionado de la geografía de América, solía otorgar Capitulaciones a nuevos conquistadores sobre territorios ya posesiona-dos por un conquistador anterior. Una ignorancia que provocaba entre ellos profundas contradicciones de orden territorial por el control de sus recursos. Contra-dicciones siempre conocidas tardíamente por la Corona, cuando recibía los informes sobre la forma criminal con que se superaban. La Conquista está plagada de críme-nes atroces entre conquistadores, siendo la decapita-ción el recurso preferido –y obviamente contra la pobla-ción originaria, un verdadero genocidio.

Esta doble perversión, la ignorancia geográfica y los crímenes, sembró la simiente de las frecuentes gue-rras y conflictos fronterizos entre los pueblos, y luego entre las naciones, durante la Conquista, la Colonia y después de la Independencia; la mayoría, si no todos,

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cínicamente provocados, manipulados, y exacerbados hasta el chauvinismo, por el imperio norteamericano. Para consolidar su dominación sobre América Latina y para lograr la necesaria impunidad para su explota-ción, también criminal.

En el caso de Nicaragua y de la posterior Provincia de Costa Rica, cuya colonización inició hasta 1553, la primera disputa entre los respectivos gobernadores por el dominio del río (cuyo nombre originario jamás conocieron) se dio durante la Conquista. Porque esas Capitulaciones le cercenaban a Nicaragua toda la Cos-ta Caribe incluida la sección más oriental del río hasta su desembocadura, de quince millas de longitud, y una buena parte de su territorio noroccidental.

En esta Capitulación, la de 1540 a Diego Gutiérrez, que nunca se llevó a cabo, la Corona española fijó la extensión superficial de Costa Rica –entonces Veragua Real, como la designó la Corona–, reduciendo a menos de un tercio el territorio de facto de Nicaragua (con-siderando que abarcaba la mitad de El Salvador y de Honduras, conforme a los límites solicitados por Pe-drarias), según se aprecia en la parte sombreada del siguiente mapa:

Desde entonces a la fecha, Costa Rica ha utilizado aquella non nata Capitulación como argumento his-tórico para prefabricar supuestos derechos sobre el río, pero sobretodo como base de su política expan-sionista sobre Nicaragua. Una permanente disputa que posteriormente estimuló la codicia del Imperio Inglés para Canalizar el río, desde que impunemente se adueñó de la Costa Caribe nicaragüense.

La primera defensa de NicaraguaLa Capitulación a favor de Diego Gutiérrez entró en

contradicción inmediata con los derechos territoriales reivindicados por Rodrigo Contreras, entonces gober-nador de Nicaragua, quién reclamaba para sí haber sido el primero en completar el reconocimiento total de la ruta del río hasta su desembocadura en El Caribe (1539), el desaguadero –en realidad logrado por sus lu-gartenientes. Un descubrimiento geográfico que con-cedía derechos de posesión.

Sobre ese derecho, Contreras impugnó la Capitu-lación dada a Gutiérrez y promovió un juicio ante el Consejo de Indias (1541) que determinó que Gutiérrez y sus lugartenientes “no pueden entrar ni entren en la dicha laguna (el Lago) ni en las quince leguas del dicho desaguadero” como se disponía en la Capitulación. Fue pues el primer juicio internacional, si cabe la ex-presión, ganado por Nicaragua.

Es necesario subrayar la impugnación, el juicio, y el triunfo de Rodrigo Contreras. No solo por asumir esta defensa en forma irreductible, sino quizás principal-mente porque esta actitud podría calificarse como la primera expresión de nacionalidad nicaragüense. Esta afirmación, esta contradicha por la historia convencio-nal, que ha sido también la historia oficial. No por esta defensa, que no suelen mencionar, sino por aconteci-mientos posteriores.

Para la historia convencional-oficial Rodrigo Con-teras es un mal nacido, un traidor, un criminal, origen de todos los males del poder en Nicaragua. Opinión que no se corresponde con la primera impresión que le causó al cronista Fernández de Oviedo expresada cuando Contreras fue nombrado gobernador de Nica-ragua: “hombre de gentil crianza y prudente, e bastante para el cargo y otro mayor”. Luego todo cambiaría.

Porque Rodrigo Contreras, se opuso a que las riquezas de Nicaragua fueran para el imperio español. Y se rebeló contra el Rey, contra la iglesia, contra la Santa Inquisi-ción, para romper con la España colonial. Con los mismos antivalores de la Conquista, dictados por la Corona espa-ñola y aprobados por el Vaticano, es decir mediante la co-dicia y el crimen, incluyendo el maltrato y la esclavitud de los indios, pero también por enamoramiento con Nicara-gua, heredado de su suegro Pedrarias. En palabras llanas, Rodrigo Contreras, aunque fracasó, planteó la primera revolución en Nicaragua. Y no solo de Nicaragua sino de América, porque realmente perseguía la creación de un reino americano desde Perú hasta Nicaragua.

Y es que, además de las antipatías personales, una serie de medidas económicas terminaron conforman-do una masa crítica de rebelión contra el obispo Val-divieso, de rechazo general a la preeminencia de la autoridad eclesiástica sobre la civil, principalmente los estipendios religiosos exigidos por el obispo y la apro-

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piación por el obispo en carácter de arancel de más de la mitad de los bienes de herencia. Contreras entonces entró en contradicción antagónica con el obispo Valdi-vieso, tan evidente que el propio rey de España les es-cribió (1548) a ambos pidiéndoles que “apaciguasen” sus diferencias. Solicitud inútil, porque finalmente la contradicción se superó en la forma acostumbrada: Contreras asesinó al obispo (1550).

Rodrigo Contreras fue luego residenciado y juzga-do en Panamá, e inmediatamente enviado a España donde fue condenado. Un hecho circunstancial pero trágico que marca el tránsito a la Colonia.

El río durante la ColoniaEn realidad, la Colonia fue un largo periodo de

amodorramiento. Un estado de vida sedentario y mo-nótono. Con un desarrollo socioeconómico casi nulo, de mucha pobreza, y una relación burocrática con Es-paña. «¡Trescientos años no bastan!», fue la consigna de Bolívar al iniciar su lucha americana por la ruptura definitiva con España, para hacer de América una sola unidad geopolítica.

En aquel sombrío ambiente colonial Costa Rica sufrió la peor suerte de todas sus pares centroame-ricanas. Aislada, despoblada, sin recursos, en un estado de pobreza general Costa Rica se mantuvo igualmente dormida.

Para Nicaragua en cambio la situación fue dis-tinta gracias precisamente al río San Juan. Siendo navegable permanentemente para los buques de la época el río se convirtió en la arteria principal de las exportaciones e importaciones centroamericanas a y desde España; y Granada pasó a ser el principal puerto caribeño de Nicaragua, conectado con Car-tagena de Indias, La Habana y Cádiz, como destino

español. Un recurso geopolítico que trascendió el período colonial y continúa vigente.

En aquellas circunstancias, la relación de Costa Rica con España siempre fue indirecta, dependiendo de Nicaragua. Y al final de la Colonia, cuando la Consti-tución de Cádiz (1812) para efectos electorales dividió la Capitanía General de Guatemala en dos diputacio-nes, Guatemala y León, nuevamente Costa Rica quedó bajo la jurisdicción de Nicaragua. Sin embargo, en ese mismo contexto electoral hubo un hecho fortuito que cambió la suerte de Costa Rica.

Debido a que Costa Rica no alcanzaba la población mínima necesaria exigida para una circunscripción electoral, es decir, para elegir un diputado, la Capita-nía General decidió sumarle la población de Nicoya, entonces bajo la jurisdicción de Nicaragua. En reali-dad, este territorio siempre tuvo una posición políti-co-territorial sui generis frente a Nicaragua y frente a Costa Rica, de hecho autónoma. Posición que facilitó a Costa Rica su apropiación amañada en 1825, reacti-vando así con mayores ímpetus su síndrome nicara-guanofágico y en particular sus pretensiones históri-cas sobre el río y el Lago Cocibolca.

Esta nueva situación político-territorial de Nicoya, aun siendo provisional “hasta que se haga la demarca-ción de los Estados” (1825) según decreto de la Asam-blea Constituyente de la República Federal de Cen-troamérica, abrió el primer contencioso entre ambas provincias, exigiendo Nicaragua su devolución. Litigio que trascendió la vida de la República Federal (1823-1828) y que terminó hasta su cesión definitiva a Costa Rica por parte de Nicaragua con la firma del Tratado Jerez Cañas en 1857.

No le alcanzó la vida a la República Federal para hacer la demarcación limítrofe de todos los Estados miembros. Y tan pronto la federación se disolvió se iniciaron los conflictos limítrofes entre todos ellos, que en algunos casos aún perduran.

Pero, si bien es cierto que durante la Colonia el retra-so socioeconómico de Costa Rica mantenía adormecidas sus ambiciones expansionistas sobre el río y el lago, la si-tuación privilegiada de Nicaragua en el ámbito del comer-cio interoceánico la convirtió en objetivo estratégico del imperio inglés, el principal competidor de España, preci-samente por impedir el monopolio comercial del imperio español con América. Competencia que se inició desde el establecimiento de la Colonia a través de comerciantes, ilegales para España pero legítimos para Inglaterra, que actuaban como piratas pero con bandera inglesa.

En el caso de Nicaragua, a partir de 1550 los piratas empezaron a guarecerse en Cabo Gracias a Dios y en Bluefields (que por cierto debe su nombre a un pirata holandés de apellido Bleevelh) en acecho de los barcos españoles que viajaban cargados de oro hacia España.

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Desde entonces la Costa Caribe nicaragüense empezó a tomar importancia para Inglaterra, hasta que en 1740 el imperio inglés “tomó posesión” del territorio –antes de la independencia norteamericana.

Establecida en la Costa Caribe, el objetivo inmedia-to de Inglaterra fue precisamente el río, que intenta-ron tomar por lo menos en dos ocasiones durante la Colonia: la primera en 1762, derrotados según la histo-ria-leyenda por Rafaela Herrera, y la segunda en 1780 con una expedición bien organizada de la armada bri-tánica al mando de quien sería más tarde el Almirante Horacio Nelson, igualmente derrotada y rematada por la disentería.

Casi cien años antes (1670) incursionó el río y llegó has-ta Granada, que la saqueó, el pirata Henry Morgan, cuya acción motivó la decisión de la Corona española de cons-truir el fuerte del Castillo de la Inmaculada Concepción. Desde luego, no paró ahí el interés británico por el río.

El río en la Independencia (siglo XIX)Inglaterra, en efecto, nunca desistió de sus intentos

de apoderarse del río durante los primeros años de In-dependencia, hasta pasada la Guerra Nacional (1857).

Antes, sin embargo, conviene recordar un hecho re-cogido por los historiadores pero muy poco recorda-do, menos aún conmemorado. Porque conmemorarlo implica rendir justo reconocimiento a la República Federal de Centroamérica y en particular a su presi-dente, Francisco Morazán –todavía a estas alturas (2010)– virtualmente censurados. Para la historia con-vencional-oficial, la federación centroamericana fue casi un accidente.

Y es que el gobierno federal no ignoraba la impor-tancia del río como potencial canal interoceánico ni la codicia del imperio Inglés, por eso intentó negociar con Los Estados Unidos la apertura del Canal con capi-tal privado como era y continúa siendo la norma nor-teamericana. Con este propósito Washington nombró un representante especial, pero casi inmediatamente después pospuso su interés debido a que el naciente imperio entró en recesión económica (1837-1842). Una situación que aprovechó al máximo Inglaterra.

A través del Superintendente de Belice, en efec-to, Inglaterra se posesionó de las islas de la bahía, en Honduras (1839), y pretendió tomar San Juan del Nor-te, en Nicaragua (1841); y un año más tarde (1842) la armada británica intentó bloquear este puerto, e in-mediatamente –otra vez a través del Superintenden-te de Belice–, se empeñó en evitar cualquier impacto negativo en la llamada monarquía Mosquita a raíz de la muerte del también llamado rey mosco.

Como consecuencia de esta retirada circunstancial de Los Estados Unidos en Centroamérica, Inglaterra decidió presionar a los ex Estados de la Federación, di-

luida en 1838, exigiéndoles el pago de las deudas con-traídas con acreedores británicos, de manera particular contra Nicaragua –precisamente por su codicia sobre el río San Juan. Fracasados los intentos nicaragüenses de negociación de la deuda, Inglaterra decidió fijar de manera unilateral (1847) los límites de la llamada nación mosquita desde el cabo de Honduras hasta San Juan del Norte, ordenando su ocupación dizque por parte del rey mosco (1848) pero realizada por la armada británica.

A pesar de los heroicos esfuerzos de Nicaragua, que incluyeron la recuperación de San Juan del Norte, el go-bierno nicaragüense se vio obligado a capitular, firmando un armisticio, no un convenio de paz, francamente des-favorable: dejando el puerto en manos de los Ingleses y aceptando de hecho la existencia del reino mosquito, a pesar del decreto mediante el cual declaraba “que jamás consentiría la desmembración (…) de su territorio”.

Sin embargo, en un cínico derroche de generosidad imperial, Inglaterra reconoció a Nicaragua su derecho de arreglar definitivamente el diferendo de la mosquitia en forma bilateral, nombrando para tal efecto un comi-sionado especial frente a su majestad británica.

En cambio, la actitud inglesa frente a Costa Rica fue diferente, preludio de una alianza estratégica con ese país para reforzar sus pretensiones sobre el rio. Desde entonces Inglaterra y Costa Rica irían de la mano en to-das las gestiones que emprenderían contra Nicaragua para reforzar sus pretensiones sobre el río.

Nicaragua, pues, quedó profundamente herida en su dignidad nacional. Sólo con el recurso iluso de la di-plomacia.

Segunda defensa de NicaraguaA partir de entonces toda la defensa diplomática

de Nicaragua se concentró en liquidar la posesión in-glesa sobre la Costa Caribe nicaragüense, la llamada monarquía Mosquita, dejando a un lado la defensa del río. Claro, la defensa del San Juan estaba implícita: “li-quidamos el reino mosco y recuperamos el río”, pero era una defensa subsidiaria.

¿Qué era lo estratégico? Lo estratégico era la de-fensa del río. No sólo por su valor real de ruta comer-cial y su valor potencial de canal interoceánico, sino también por su inmenso valor geopolítico, que conti-núa vigente a la fecha.

Sobre todo porque en ese momento Nicaragua no tenía ninguna posibilidad de liquidar la ocupación inglesa sobre la Costa Caribe por la vía diplomática. Fue una táctica dilatoria de Inglaterra para ganar todo el tiempo posible y acumular fuerza real, y en conse-cuencia diplomática frente a Los Estados Unidos, que ya había superado su crisis financiera y que pronto regre-sarían por sus fueros al amparo de la llamada doctrina Monroe (1823).

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Y para esta táctica diplomática el gobierno de Cos-ta Rica resultaba una pieza clave para el imperio bri-tánico. De ahí la deferencia inglesa en ocasión de las presiones sobre el pago de la deuda centroamericana.

Nicaragua nombró a Francisco Castellón como comisionado frente a la Corona inglesa, y no fue re-cibido. Un fracaso anunciado. Entonces se trasladó a Paris en busca de apoyo, se entrevistó con Luis Napo-león Bonaparte, entonces en la cárcel (1844), y logró su simpatía y apoyo potencial para la canalización del río. Pero nada más. Y en medio de su frustración Cas-tellón terminó entrevistándose (1849) con el ministro norteamericano en Paris (embajador) para quejarse de la posición inglesa frente a Nicaragua y proponerle nada menos que “la anexión de Nicaragua, El Salvador y Honduras a la Federación de Los Estados Unidos”. Una propuesta sin duda inconsulta.

Y todo esto lo hizo Francisco Castellón pretendien-do el apoyo del comisionado costarricense –a quien trató incluso como confidente– Felipe Molina, enton-ces también en Londres, negociando simultánea y exitosamente apoyo político-financiero para su país; es decir, francamente asociado a Inglaterra. Y Molina era un diplomático tico archiconocido en Nicaragua, pues, en 1848 había ofrecido al gobierno nicaragüense la cantidad de cien mil dólares a cambio fijar el lago Cocibolca como frontera entre ambos países.

Nicaragua, o por lo menos Castellón, no tomó en cuenta ni el historial de Molina ni la alianza tico-ingle-sa que un poco antes había sido discutida públicamen-te en San José, y que había concluido en la firma de un tratado (mayo de 1849) otorgándole a Inglaterra dere-chos de tránsito sobre el río, bajo la pretensión de que éste era un río fronterizo. A pesar de todo, Castellón firmó contrato con el representante de una compañía inglesa interesada en el tránsito sobre el río, que no progresó porque el contrato estaba condicionado a la

solución del problema de la protección inglesa sobre la mosquitia. Un objetivo imposible.

Fue, pues, verdaderamente trágica esta segunda defensa del río. Pero además de inútil, la negociación diplomática de Castellón en Londres produjo una se-cuela histórica brutal para Nicaragua, en ese momen-to imposible de prever, que llevaría a Centroamérica a librar la primera guerra antiimperialista y que tendría consecuencias directas sobre el río: la contrata de Wi-lliam Walker por el mismo Castellón (1855), quien por su propia experiencia internacional no podía ignorar las correrías de dicho filibustero en México ni su for-mación esclavista y expansionista.

La “avaricia norteamericana”En el ínterin un hecho fortuito cambió radical-

mente la posición del naciente imperio norteameri-cano y su correlación de fuerzas frente a Inglaterra, concretamente alrededor de Nicaragua. Se habían descubierto (1848) grandes yacimientos de oro, casi a flor de tierra, en California, territorio que ya había sido robado a México; y el tránsito por Nicaragua a través del río San Juan era la ruta más corta, más segura, y más económica para el traslado masivo de aventureros norteamericanos de la costa este a la costa oeste de Los Estados Unidos.

Con ese propósito se fundó en Nueva York (1849) la American Atlantic and Pacific Ship Canal Company con la intención de abrir un canal interoceánico por la ya conocida ruta del río San Juan, el lago Cocibol-ca y el istmo de Rivas, pero que pronto se transformó en The Accesory Transit Company of Nicaragua, redu-ciendo su objetivo sólo al tránsito de pasajeros por la misma ruta, debido a la falta de estudios acerca de la viabilidad de la construcción inmediata del Canal, y realizando su primer viaje Nueva York-Ruta del Trán-sito-California en 1851, año de gran expectativa para Nicaragua pero principalmente para Granada.

Simultáneamente el gobierno norteamericano nombraba a Ephraim Squier como encargado de ne-gocios en Centroamérica, pero concentrándose en Nicaragua, con el propósito específico de garantizar la Ruta de Tránsito exclusivamente para Los Estados Unidos, y excluyendo las pretensiones inglesas a tra-vés del llamado reino mosquito. Y lo logró. No sólo por sus capacidades, que eran bastantes, sino tam-bién por la urgencia del gobierno nicaragüense de en-tonces de recibir protección norteamericana frente a Inglaterra. Conforme a las instrucciones recibidas, Squier se pronunció abiertamente a favor de Nicara-gua y en contra de Costa Rica.

Un año después (1850) Los Estados Unidos e Ingla-terra firmaban el Tratado Clayton-Bulwer que resolvía parcialmente el problema de la hegemonía sobre el

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potencial canal, bajo el compromiso de que ninguna de ambas potencias actuaría sin consultar a la otra, pero que dejaba intacta la protección inglesa sobre la mos-quitia, porque el Tratado no se refería a ella en términos específicos, según el correcto alegato de Londres.

Por razones aún desconocidas (no se han revisa-do aún los archivos estadounidenses de la época), el nuevo gobierno norteamericano cedió a las pretensio-nes inglesas sobre Nicaragua, firmando en absoluto secreto un nuevo tratado con Inglaterra, el Tratado Crampton-Webster (1852), reconociendo que “los in-dios Mosquitos pueden reservarse para ellos el territorio que en otro tiempo han reclamado y ocupado en la costa oriental de América Central (…)”: exactamente el pun-to no especificado en el Tratado Clayton-Bulwer que utilizó Inglaterra como argumento para continuar su protección sobre la mosquitia.

Aparentemente nunca se ha levantado en Nicaragua el mapa físico de la Mosquitia conforme a los límites tra-zados por este Tratado, que incluye a San Juan del Norte, desde luego. A manera indicativa se reproduce a conti-nuación el mapa correspondiente a la demanda original de Inglaterra, probablemente con límites diferentes:

Este nuevo Tratado resultaba entonces absoluta-mente inaceptable para el establecimiento político nor-teamericano porque, cediendo hegemonía a Inglaterra

sobre territorios americanos, desconocía de un pluma-zo la llamada Doctrina Monroe, fundamento de sus pre-tensiones imperiales sobre América Latina y El Caribe. Razón suficiente para que algún funcionario importante del Departamento de Estado, por sí o por indicaciones de terceros, entregara subrepticiamente una copia del Tratado al representante de Nicaragua en Washington, José de Marcoleta, para que éste lo filtrara a la prensa, que lo hizo público. Sobre todo porque Felipe Molina, entonces también en Washington, aparecía abierta-mente asociado al embajador británico en Los Estados Unidos y firmante del Tratado, John Crampton, alianza expresamente inaceptable para Los Estados Unidos desde el nombramiento de Ephraim Squier.

El escándalo en Washington fue mayúsculo; el Trata-do no fue ratificado por el Congreso, Marcoleta fue de-clarado non grato pero luego readmitido en su misma condición, y el Secretario de Estado Daniel Webster se vio obligado a renunciar. Todo este andamiaje conspira-tivo es considerado por la historia convencional-oficial como la mayor defensa diplomática hecha jamás por Nicaragua y, por lo mismo, a José de Marcoleta como el fundador de la diplomacia nicaragüense.

En esa ocasión el gobierno de Nicaragua presidido por el Supremo Director José Laureano Pineda, me-diante Decreto Ejecutivo del 19 de julio de 1852, fijó la posición nacional, rechazando el proyecto de Tratado y protestando “solemnemente contra toda ingeren-cia extraña en los negocios de su administración (…)”. Exactamente 127 años después triunfaría la Revolu-ción Popular Sandinista.

La Guerra Nacional (1855-1857)Al gobierno liberal del Supremo Director Laureano

Pineda (1851-1853) le estallaron todas las contradiccio-nes político-ideológicas acumuladas durante los prime-ros años de Estado independiente, a partir de 1838.

A nivel internacional este gobierno se encontraba en franca contradicción con Inglaterra y desasistido de Los Estados Unidos, a pesar de la solicitud de Cas-tellón; y a nivel interno enfrentando la doble contra-dicción Federación/Estado y Estado/República, entre quienes quería restablecer la federación y quienes querían cerrar esta página de la historia; y entre és-tos últimos entre quienes querían diferir la decisión continuando como Estados y quienes planteaban la instauración de la República, por cierto muy minori-tarios, tanto, que aún no lograban constituirse en ten-dencia. Pero además, también en el ámbito nacional, el Director Pineda entró en contradicción insuperable con el obispo y el jefe militar, afectados ambos por los decretos regulatorios que normaban las relacio-nes del Estado con la iglesia y el ejército. Por todas estas contradicciones el gobierno de Pineda resultó el

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histórico de su país. Un proyecto que les permitiría negociar con los imperios de la época, particular-mente con su socia Inglaterra, nuevos Tratados so-bre la Ruta del río San Juan y su canalización, desco-nociendo las concesiones y Tratados otorgados por Nicaragua. Así de inmensa es la ambición histórica de Costa Rica.

La tercera “defensa” del ríoWashington reaccionó con absoluta determina-

ción, directamente en contra de Costa Rica pero en términos históricos sujetando como su presa a Nicara-gua, declarándose con derechos sobre la ruta de trán-sito y sobre el potencial Canal interoceánico; aunque la Nicaragua de entonces y la que le siguió por más de un siglo, recibió esta decisión del imperio como “defenso-ra y protectora de Nicaragua frente a los ingleses y sus aliados costarricenses”.

Para implementar inmediatamente esta decisión, el gobierno norteamericano nombró a William C. Jones como nuevo representante especial frente a Nicaragua y Costa Rica, en julio de 1857 (dos meses después de la salida de Walker), con instrucciones precisas, imperial-mente precisas, sin eufemismos diplomáticos.

Las instrucciones de Lewis Cass, entonces Secre-tario de Estado, se concentran en tres puntos funda-mentales de la política de Los Estados Unidos hacia el río San Juan 1) el interés norteamericano y la jurisdic-ción plena de Nicaragua sobre la ruta interoceánica, 2) el cinismo de la actuación de Costa Rica en la Gue-rra Nacional, utilizando sus triunfos militares sobre Walker para apropiarse de territorio nicaragüense, en contra de su propio discurso centroamericanista, y 3) la necesidad de fijar los límites fronterizos definitivos entre ambas repúblicas.

A Costa Rica le hace señalamientos duros. Primero le recuerda al presidente su propio discurso, “no vamos

límite entre el período histórico del Estado Nacional (1838-1853) y el de la Guerra Nacional (1853-1859).

El nuevo Supremo Director que le sucedió, Fruto Chamorro, se propuso hacer un gobierno de legitimi-dad y orden, basándose en la fuerza y el espionaje con-tra sus adversarios liberales, declarando la Republica y autoproclamándose Presidente a través de una Asam-blea Constituyente espuria. El resultado fue el inicio de una cruenta guerra civil que llevó a la ya mencionada contrata de los filibusteros, a la Guerra Nacional.

William Walker llegó a Nicaragua por el Pacífico y desembarcó en el puerto del El Realejo (1855), y des-pués de recibir plenos poderes del parte del gobierno disidente de Francisco Castellón (a pesar de haber sido aconsejado en contrario por José de la Trinidad Muñoz) se dirigió inmediatamente a Rivas y luego a Granada con el objetivo de controlar el río San Juan. Objetivo que entonces nadie advirtió en Nicaragua, aunque pos-teriormente sí lo señaló Marcoleta (1869).

La presencia de Walker en la frontera sur de Nicara-gua alertó a los costarricenses, por su propia seguridad pero también por sus propias pretensiones históricas sobre el río y sobre el lago. Con este avieso propósito el gobierno costarricense se había venido armando y or-ganizando su ejército al estilo prusiano, que era la usan-za de la época, desde 1845. Pero solo decidió entrar a la guerra hasta después de levantar y vender la cosecha cafetalera, porque el presidente Mora y sus dos herma-nos eran los principales productores del grano. Enton-ces Costa Rica se enfrentó con Walker en dos ocasiones (1856), saliendo bien librada en ambas batallas. En reali-dad el ejército costarricense siempre actuó con autono-mía en la Guerra Nacional, sin integrarse plenamente al Ejército Aliado Centroamericano.

Mientras tanto, siguiendo sus planes y utilizando todo tipo de artimañas Walker finalmente se apoderó militarmente de todos los vapores de la Compañía de Tránsito y entró en guerra con Vanderbilt, dándole un nuevo y definitivo giro a la Guerra Nacional y refor-zando la alianza tico-inglesa. Finalmente Costa Rica venció a Walker, se apoderó del río en toda su exten-sión y de la ruta de Tránsito, incluyendo la fortaleza del Castillo de la Inmaculada Concepción.

Con esta ambicionada presa geopolítica, Costa Rica elevó sus expectativas nicaraguanofágicas al máximo y desarrolló serios planes para crear una nueva repúbli-ca interfronteriza formada por los departamentos de Rivas y de Guanacaste, la parte sur del Lago y toda la ruta de tránsito, según puede verse en el mapa adjun-to (trazo aproximado).

A ese proyectado Estado –absolutamente ayuno de apoyos internacionales–, lo denominaron Repú-blica Moracia, en honor al presidente Juan Rafael Mora, héroe nacional por haber logrado el objetivo

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los gobiernos de Los Estados Unidos y de la Gran Bretaña harán uso de sus buenos oficios para arreglar sus diferen-cias de la manera más apropiada para promover los inte-reses de dicho canal y fortalecer los vínculos de amistad y alianza que existen entre las partes contratantes” (Los Estados Unidos y la Gran Bretaña).

La negociación de este Tratado no fue fácil, sólo fue posible iniciarla cuando el río en toda su extensión fue recapturado por socios de Vanderbilt. Según le infor-ma William Jones, el enviado especial de Washington, al Secretario de Estado, en enero de 1858 “no existe la disposición en el sentimiento de los Estados entre sí; y si la hubiera, no percibo base alguna para una componen-da, al menos que Costa Rica consintiera en abandonar el objeto de su ambición (…) la presión exterior, esto es, el temor de invasión del exterior, puede influenciar para impedir, por su parte, cualquier intento de autoridad, por ahora, de recuperar el control del río; pero Costa Rica no abandonará voluntariamente sus pretensiones a partici-par en la línea (ruta) del Tránsito”. Y sin duda tal amena-za existió porque inmediatamente Nicaragua nombró como negociador del Tratado en calidad de Ministro Plenipotenciario a Máximo Jerez.

Los negociadores británicos-norteamericanos partieron la cesión definitiva de Guanacaste que ya había hecho Nicaragua mediante el Tratado de Paz y Confederación firmado entre ambos Estados (ju-lio de 1857), declarando solemnemente en el artícu-lo uno de ese Tratado que “El Gobierno de Nicaragua (…) por el decidido empeño y los grandes sacrificios que ha hecho (Costa Rica) por la causa de la independen-cia nacional, desiste, quita y aparta de todo derecho al distrito de Guanacaste (…)”.

Por lo demás el Tratado Jerez-Cañas es perfecto en cuanto a cuestión de límites y a la soberanía nicara-güense sobre todo el curso del río. Algo absolutamen-te impensable para Costa Rica un par de meses atrás.

A pesar de todo y marcando una política de Estado vigente hasta hoy día, Costa Rica encontró resquicios du-dosos en ese Tratado y pidió su aclaración, para lo cual ambos Estados nombraron como árbitro al presidente de Estados Unidos, Grover Cleveland y éste al general Edward Alexander, para hacerse cargo de la demarcación técnica de la frontera, dictando entre ambos seis laudos arbítrales (1888-1900). Los resultados del arbitraje fue-ron favorables a Nicaragua, cual debía ser, pues el Trata-do había sido hecho por Washington, que para esa fecha aún mantenía su interés pleno sobre la construcción del potencial canal interoceánico por Nicaragua.

El río adelanta la independenciaA principios del siglo veinte Inglaterra ya no tenía

nada que hacer en Nicaragua con relación al Canal, por-que en 1901 había firmado con Los Estados Unidos, el

a lidiar por un pedazo de tierra, no por adquirir efímeros poderes, no por alcanzar misérrimas conquistas”, para luego decirle que “sería un prevaricato manifiesto con-vertir una guerra así empeñada, para defender a una república hermana de los ´bandidos´, en una conquista territorial con posesión y ocupación permanente”.

Por otra parte, en cuanto a la ruta interoceánica, entonces una quimera, las instrucciones Cass afirman que “la magnitud del tema es aún ahora difícil de apre-ciar, y año con año está destinado a crecer en impor-tancia (…) ningún gobierno puede cerrar estas puertas de intercambio (…) y justificarse diciendo que les per-tenece (…) en tales circunstancias cualquier esfuerzo para impedir el tránsito o para interferir con los dere-chos de nuestros ciudadanos sería considerado como un acto hostil (…)”.

Y refiriéndose a la soberanía nicaragüense y a la ne-cesidad de fijar la frontera afirma que “No existe objeción razonable para un mutuo acuerdo en virtud del cual la libre navegación del río quede asegurada para los ciudadanos de Costa Rica, dejando la jurisdicción a Nicaragua”. Y en cuan-to a la forma de llegar a este acuerdo, Cass se había referi-do algunos párrafos antes de sus instrucciones dando los lineamientos precisos: “El Presidente [norteamericano] es de opinión que las partes deben restaurar las cosas al esta-do en que estaban al comienzo de la guerra y recomienda que recurran al método señalado en el artículo sexto del Tratado Clayton-Bulwer”. Tajante. El artículo sexto del Clayton-Bulwer o nada. Y así fue.

Porque, en definitiva, el interés del gobierno nor-teamericano era liquidar también de una sola vez las pretensiones inglesas sobre la ruta de tránsito y sobre el potencial Canal.

Tratado de 1858 y sus ratificacionesEn otras palabras, el Tratado Jerez-Cañas, firmado

el 15 de abril de 1858, a un año de la salida de Walker, es el resultado de las instrucciones del Secretario de Estado a Lewis Cass, y fue escrito exactamente con-forme a la cláusula sexta del mencionado Tratado. Más aún, (hablaré en primera persona porque he venido sosteniendo esta hipótesis durante los últimos años) yo estoy seguro que el Jerez-Cañas no fue escrito por ambos negociadores sino por negociadores estado-unidenses y británicos, al menos con la dirección de éstos, a manera de epílogo de la diferencia inglesa-norteamericana sobre el río San Juan.

Dice así la parte conducente, el final de cláusula sex-ta, del Tratado Clayton-Bulwer de 1850 entre Los Esta-dos Unidos e Inglaterra: “(…) y en caso de que se suscita-ren algunas diferencias entre los Estados o gobiernos de Centroamérica respecto a la propiedad o el derecho sobre el territorio por el cual dicho canal haya de pasar, y que es-tas impidiesen u obstruyesen de algún modo su ejecución,

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Ambos incoaron un juicio contra el gobierno de Ni-caragua en la Corte de Justica Centroamericana, con sede en Cartago, Costa Rica, demandando la nulidad del Tratado, y El Salvador demandando que Nicaragua no cumpla lo estipulado con relación a la base militar en el Golfo de Fonseca.

Y si bien es cierto que Costa Rica no tenía tal de-recho, también lo es que El Salvador se convirtió en abanderado de la defensa del río. Una defensa iniciada en 1913, cuando se firmó el Chamorro-Bryan, por con-siderar que lesionaba no solo sus intereses sino los de Centroamérica, alegando como argumento principal la tesis que entonces se manejaba de la soberanía tri-partita sobre el Golfo, como “bahía histórica”.

La Corte se declaró incompetente para anular el Tra-tado pero en 1916 se pronunció a favor de Costa Rica y en 1917 a favor de El Salvador. Los Estados Unidos y Nicaragua no aceptaron estos fallos y la Corte murió.

La propuesta de SandinoPara Augusto C. Sandino la nulidad del Tratado

Chamorro-Bryan fue una obsesión desde el inicio de su campaña de Liberación Nacional, aunque siempre asumió la necesidad y el derecho de Nicaragua de construir el Canal Interoceánico. A este objetivo dedi-có gran parte de sus esfuerzos internacionales.

En su segunda Carta a los Gobernantes de América, de marzo de 1929, invitándoles a reunirse en Buenos Aires para exponer el Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar, Sandino propone que:

“El Canal por Nicaragua debe ser abierto por reclamar-lo así la civilización; pero esa apertura no la puede resolver solo Nicaragua con Los Estados Unidos de Norteamérica, porque una obra de tal naturaleza es de alta trascendencia para todos los habitantes de todo el globo terrestre.

Para efectuarse la obra necesita ser consultada toda nuestra América Latina, Continental y Antillana (…) no podemos negar a noventa millones de latinoamericanos el derecho de opinar que les asiste en lo relativo a las condi-ciones en que debe ser construido el Canal por Nicaragua.

Ya se cometió el primer error con nuestra América Indo-hispana al no haberla consultado para la apertura del canal de Panamá; pero todavía podemos evitar un error más con el Canal de Nicaragua.

En la Conferencia a que invitamos a todos los Gobier-nos de las Américas, se tratará de si conviene o no que solamente con capitales norteamericanos sea abierto nuestro Canal en Nicaragua”.

Tesis plenamente reivindicada por la revolución Po-pular Sandinista y por el actual gobierno de Nicaragua que constituye la segunda etapa de la Revolución.

(*) Historiador y diplomático.

Tratado Hay-Pauncefote, cediéndole a este país el de-recho de construir el canal bajo su autoridad y dominio, anulando así el Tratado Clayton-Bulwer (1850).

Y aunque en 1907 el gobierno norteamericano ya había comprado la compañía francesa del Canal de Pa-namá y decidido concluir su construcción, olvidándose así del canal por Nicaragua, a partir de entonces se en-contraba empeñado en garantizar la seguridad estra-tégica y la exclusividad comercial del Canal panameño.

Para ese objetivo Washington necesitaba neutralizar de por vida la construcción del canal nicaragüense por cualquier otra potencia, aliada o no, sobre todo a partir de que el presidente de Nicaragua, José Santos Zelaya había ofrecido esta concesión a Alemania, Inglaterra y Japón, también en 1907. La “política ístmica” para El Caribe como la calificaría después (1927) Henry L. Stimson –otro envia-do especial de Washington a Nicaragua para lograr su pa-cificación al final de la Guerra Constitucionalista.

Y no era para menos, desde el punto de vista norte-americano, pues el Canal panameño había sido inaugu-rado 1914, exactamente el año en que se inicia la primera guerra mundial con la utilización de submarinos en todos los mares. El presidente Wilson la calificó diciendo que “La actual guerra submarina alemana contra el comercio es una guerra contra toda la humanidad. Es una guerra contra todas las naciones”, razón por la cual el congreso norteamericano aprobó la declaratoria de guerra contra Alemania (1917), aunque no participó en ella.

Entonces Washington inició el proceso de neutra-lización del canal por Nicaragua. En 1916 logró firmar con el intervenido gobierno nicaragüense de Adolfo Díaz, el Tratado Chamorro-Bryan, con ese exclusivo propósito, nada más, a pesar de que durante muchos años los gobiernos nicaragüenses mantuvieron la ilu-sión de que ese Tratado era para construir el Canal. Un Tratado leonino que concedía además a Los Estados Unidos el derecho de construir bases militares en el Gol-fo de Fonseca y en las pequeñas Islas Maíz del Caribe, para garantizar la defensa del Canal de Panamá.

El Chamorro-Bryan fue derogado por el congreso norteamericano en 1972 para permitirle al multimillo-nario estadounidense Howard Hughes, entonces resi-dente en Nicaragua, llevar a cabo su proyecto de cons-truir un oleoducto a lo largo de la ruta de río San Juan –imposible de realizarlo estando vigente dicho Tratado.

La cuarta defensa del ríoEl Tratado Chamorro-Bryan fue impugnado inme-

diatamente por los gobiernos de Costa Rica, por sus pretendidos derechos sobre el río, y de El Salvador por-que sentía lesionado en sus derechos soberanos por la anunciada base militar norteamericana en el Golfo de Fonseca, precisamente para garantizar la seguridad del Canal de Panamá.

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Cronología de la ruta canalera

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Adolfo Díaz Lacayo* _____Siglo XVI

1501- Rodrigo de Bastidas, conquistador español, es el primero en presenciar el Istmo Centroamericano, al navegar a lo largo de la costa caribeña de Panamá a partir del Golfo de Urabá.

1502- Cristóbal Colón, en su cuarto viaje, des-cubre la Costa Atlántica de Nicaragua, y comienza desde entonces la búsqueda del estrecho que divi-día la tierra o “estrecho dudoso”, con el fin de poder pasar al Océano Pacífico. Eran tiempos del Rey Fer-nando El Católico.

1509- Alonso de Ojeda, Gobernador de Nueva Gra-nada, es encargado de continuar buscando el “estre-cho dudoso”.

1513- Vasco Núñez de Balboa descubre el Océano Pacífico. La Corona de España instruye que navegantes y exploradores se esfuercen en solucionar el “secre-to del estrecho” que necesariamente tenía que unir el Océano Atlántico con el Océano Pacífico.

1520- Gonzalo de Sandoval, lugarteniente de Her-nán Cortés, explora las costas del Golfo de México y de las tierras al sur, pero no encontró el estrecho que ahora se buscaba en seguimiento de un plan del Emperador Carlos V.

1522- Gil González Dávila descubre el Golfo de Fonseca, penetra en tierra firme y al continuar hacia el sur descubre el Lago de Nicaragua. Esta expedición fue hecha bajo órdenes de Pedrarias Dávila, Goberna-dor de Panamá (Tierra Firme).

1524- Francisco Hernández de Córdoba, lugar-teniente de Pedrarias Dávila, funda las ciudades de Granada y León; surge por primera vez la idea de una comunicación hecha por el hombre, es decir, cortar el istmo para unir los dos océanos, y se inicia la búsqueda del lugar más adecuado para hacer este corte.

1525- Martín Estete explora el Río San Juan y se de-tiene en los primero raudales; funda San Carlos pen-sando establecer una ruta transístmica, y proyecta dos canales: uno al lado de los raudales del San Juan, y otro en la franja de tierra que separa el Lago de Nica-ragua del Océano Pacífico.

1529- Diego Machuca de Suazo explora el Río San Juan con doscientos hombres, pasa los raudales que hoy llevan su apellido, llega al Océano Atlántico y baja hasta Nombre de Dios, Panamá. Con este exito-so suceso se establece una ruta comercial para servir a

Granada, España, Cuba y América del Sur, ruta comer-cial que funcionaría por más de dos siglos.

1530- Pedrarias Dávila se empeña en establecer la Ruta del Canal a través de Nicaragua; al morir Pedra-rias, esta ruta quedó establecida y pronto se convirtió en rival de las de Panamá y Tehuantepec.

1539- El Gobernador de Nicaragua, Rodrigo de Contreras, realiza una expedición colonizadora del Río San Juan, a la que rotundamente se opone Fray Barto-lomé de las Casas.

1552- Francisco López de Gomara, al dirigirse al Rey de España con relación a tener que dar una gran vuelta por el Estrecho de Magallanes para pasar del Océano Atlántico al Océano Pacífico, le decía: “he-mos oído de un buen paso, aunque costoso, que no sólo sería ventajoso sino motivo de gloria para su creador. Este paso que ha de ser construido está... por el desaguadero del Lago de Nicaragua, al que su-ben y bajan grandes embarcaciones y el Lago no está más que unas tres o cuatro leguas del Mar del Sur”.

La mayoría de estas rutas para un Canal Ístmico, fueron investigadas varias veces y otras, que no se muestran en el mapa, fueron también propuestas durante los casi cuatro siglos durante los que se discutiría la construcción del canal. 1. Ruta de Tehuantepec. 2.-7. Rutas de Nicaragua. 8. Ruta de Chiriquí. 9. Ruta del Canal de Panamá. 10. Ruta de San Blas. 11.-15. Rutas de Caledonia y del Darién. 16.-30. Rutas del Atrato.

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1555- La Casa de Contratación de Sevilla no le hace caso a un proyecto de eliminación de los raudales del Río San Juan para hacerlo navagable durante todo el año, proyecto que había sido enviado por el Consejo de Indias. Este mismo año, el Emperador Carlos V ab-dica del trono.

1567- Juan Bautista Antonelli es enviado por el Rey Felipe II a estudiar la Ruta de Nicaragua; el Ingeniero Antonelli informa al Rey de las grandes dificultades que se tendrían que superar. Este informe, el temor por el creciente poderío marítimo de Inglaterra, más la creen-cia del Rey de que la unión de los dos océanos iba en contra de la voluntad Divina, le hacen cambiar de opi-nión sobre la construcción del canal.

1574- Juan López de Velasco escribe: “Granada está situada en un llano en las riberas de un gran lago Este lago desagua en el Mar del Norte, a unas 30 leguas de distancia, y por medio de él y de su desaguadero toda la provincia de Nicaragua se provee de artículos de España aunque la navegación de Granada al Mar del Norte no es muy segura”.

1590- José de Acosta, sacerdote jesuita e historia-dor, escribe sobre el canal interoceánico: “estoy con-vencido que ningún poder humano podría demoler la sólida e impenetrable serranía que Dios ha colocado entre los dos mares para resistir los embates de ambos creo que sería un motivo de temer el castigo divino si se atrevieran a alterar la forma que el Creador, con su-prema sabiduría y previsión, ha diseñado la estructura de este universo”. Esta opinión influyó en el ánimo del Rey Felipe II, al punto que decretó la prohibición de la construcción del canal, terminando así con todo inten-to de canalización en el siglo XVI.

Siglo XVII1616- Diego Fernández de Velasco, Gobernador de

Castilla del Oro, es instruido por el Rey Felipe III para buscar un lugar más favorable que el Istmo de Pana-má, con el fin de establecer una comunicación intero-ceánica, menos penosa, costosa e insalubre que la que ya se hacía por Panamá a lomo de mulas.

1620- Diego de Mercado, flamenco con muchos años de residir en Guatemala, expone al Rey las ventajas de la Ruta de Nicaragua entre dos puertos, uno en el Mar del Norte y otro en el Mar del Sur, ambos llamados San Juan. Haciendo un corte rocoso y dragando una hondonada entre cierto punto del Lago de Nicaragua y el puerto de Papagayo (Bahía de Salinas), se pueden unir los mares del Norte y del Sur.

1630- Inglaterra, ocupa islas y posiciones estratégi-cas en la costa oriental de Nicaragua y de Guatemala (Mosquitos y Belice), en un plan premeditado con rela-ción a la comunicación interoceánica.

1640- Piratas franceses y daneses incursionan por primera vez en el Lago de Nicaragua; como resultado, sus respectivas naciones toman interés por la ruta del canal y ellos estorban la libre navegación que se había establecido.

1648- Por efecto de terremotos aparecen tres grupos de raudales en el Río San Juan; esto perjudicó grandemente su navegación que hasta entonces se venía haciendo con fragatas de 80 y 120 toneladas, para el tráfico Granada-Nombre de Dios-Cádiz.

1655- Ingleses establecidos en Jamaica se esfuer-zan sistemáticamente por controlar el comercio de tránsito que se realizaba a través de Nicaragua; Blue-fields se convirtió en centro de operaciones piráticas protegidas por jefes indígenas costeños.

1665- Un grupo de piratas encabezado por Ed-ward David remonta el río San Juan, asalta el Fuerte San Carlos (resguardo de la entrada al Lago de Nica-ragua) y llega hasta León saqueando e incendiando esta ciudad. Este lamentable suceso demostró a In-glaterra la gran importancia del Lago para la comu-nicación interoceánica y fue, al mismo tiempo, el punto de partida de una serie de intentos para cap-turarlo y controlarlo. Dos años después, otro grupo de piratas al mando de Henry Morgan, Gobernador de Jamaica, penetró al Lago de Nicaragua pero fue rechazado; fue entonces cuando se le encargó al In-geniero Fernando Escobedo, la fortificación del Río San Juan. Con el tiempo se establecieron hasta doce fortificaciones:

1. San Carlos2. Boca de Río Sábalos3. Carca del Río Pocosol

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4. Castillos de la Inmaculada Concepción5. Isla Bartola6. El Diamante: ribera debajo de Raudales Los Valos7. Raudales de Machuca8. Una isla en boca del Río San Carlos9. Boca del Río San Francisco10. Boca del Río Sarapiquí11. Frente a la Isla Concepción12. Puerto de San Juan del Norte

1670- Henry Morgan ataca otra vez y saquea Granada. En este mismo año se concluye un tratado entre Inglaterra y España, que incluye una cláusu-la mediante la cual España reconoce a Inglaterra el derecho de proteger para siempre cualquier parte de América que estuviese en posesión de sus subditos; la intención de España era proteger a los ingleses cortadores de madera.

1680- El escocés William Paterson concibe la idea de fundar una colonia en Darién, Panamá, con el fin de “asegurar para la Gran Bretaña las llaves del universo, que permitan a sus poseedores dar leyes a ambos océa-nos y llegar a ser los árbitros del comercio mundial”. Pa-terson fracasó como colonizador, pero logró mantener viva la atención sobre la Ruta de Nicaragua, aunque to-das sus esperanzas las había puesto en la de Panamá.

Siglo XVIII1735- El astrónomo francés Charles Maire de la

Condamine realiza una expedición científica al Ecua-dor; le acompaña don Antonio de Ulloa, hombre de ciencias, español, con quien cruza las regiones ístmi-cas. Al regresar a Francia, sugiere a la Academia de Ciencias que la Ruta de Nicaragua es la más práctica de realizarse.

1740- El Gobernador de Jamaica recomienda un plan para insurreccionar las colonias de España. El plan lo lleva a efecto el Capitán Robert Hodgson ne-gociando con el Rey Mosco la cesión a favor de Ingla-terra de los derechos de soberanía sobre la Costa de los Mosquitos.

1750- A estas alturas, los ingleses se habían con-vertido en protectores del Reino de la Mosquitia, con el único objeto de estar en posesión de la entrada de la Ruta del Canal por Nicaragua; sin embargo, España negó el reconocimiento de la soberanía de Inglaterra sobre la Costa Atlántica de Nicaragua.

1770- Inglaterra se encuentra firmemente estable-cida en el extremo oriental de la Ruta del Canal por Nicaragua.

1779- El Rey de España, Carlos III, ordena una in-vestigación sobre la Ruta de Nicaragua, que llevó a efecto don Manuel Galisteo, pues no le satisfizo un in-

forme que le habían rendido sobre el Istmo de Tehuan-tepec. En este mismo año España comenzó a ayudar a las colonias Inglesas en Norteamérica en su guerra de Independencia, buscando como debilitar a Inglaterra; en represalia, los ingleses organizan una expedición para lograr el control del Lago de Nicaragua, ocupar Granada y León, y partir en dos el Imperio colonial de España. La expedición fue encargada a Horacio Nel-son, quien con ayuda de los indios Mosquitos subió el río San Juan en 1780, dominó a los españoles en Isla Bartola y atacó luego el Castillo de la Inmaculada (Cas-tillo Viejo) que tomó después de sangrienta lucha, en la que se dice Nelson perdió un ojo; esta famosa expe-dición, terminó en un fracaso.

1786- El Tratado de Londres entre Inglaterra y Espa-ña establece que Inglaterra retenga Belice y se retire de la Costa de Mosquitos, pero Inglaterra logró mantener su influencia sobre los nativos, a través de ingleses de-dicados al comercio y a cortar madera.

1788- El Conde Francés, Louis-Hector de Segur, propone a Floridablanca, Ministro del Rey Carlos IV de España, la construcción de un canal a través de Nicaragua haciendo uso de los lagos de Granada y Managua; la propuesta requería que el Rey de España permitiera que el canal fuera construido por extran-jeros, quienes entonces organizarían una compañía para financiar el proyecto.

1791- Otro francés, Martin de la Bastide, presen-ta un plan de canalización a través del Istmo de Rivas, con sugerencias sobre organización, financiamiento y privilegios de la compañía que habría de realizar su proyecto; de la Bastide fue el primero en hacer ver que la nueva nación denominada Estados Unidos de Amé-rica, pronto despertaría para darse cuenta de la reali-dad sobre la riqueza y las posibilidades de desarrollo de estas tierras.

1799- Alejandro de Humboldt, con la anuencia del Rey Carlos IV de España, realiza investigaciones cien-tíficas en América, estudia las rutas canaleras y señala la ventaja que presentaba la de Nicaragua por su abun-dancia de agua para suplir las necesidades del canal; el sabio alemán dijo: “Parece probable que Nicaragua sea la escogida para tan gran empresa”.

Siglo XIX1814- Las Cortes de Cádiz aprueban un decreto

para construir un canal por Nicaragua, fortificar San Juan del Norte y formar una compañía para comenzar los trabajos; este fue el último débil intento de España al respecto.

1821- Nicaragua se independiza de España y se ini-cian negociaciones sobre la ruta interoceánica.

1823- Manuel Antonio de la Cerda presenta a la

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Asamblea Constituyente en Guatemala, un proyec-to para la construcción del Canal por Nicaragua: la Asamblea no trata el tema. Hubo después un proyec-to sometido por una compañía inglesa y otro presen-tado por un grupo de capitalistas norteamericanos, pero las autoridades centroamericanas no hicieron nada práctico.

1825- Antonio José de Cañas, Ministro de Centroamé-rica en Washington, sugiere al Secretario de Estado John Quincy Adams, la construcción de un canal por Nicaragua con los esfuerzos conjuntos de Estados Unidos y la Repú-blica de Centroamérica. El nuevo Secretario de Estados, Henry Clay, interesado pero cauteloso, instruyó al Coronel John Williams, recién designado Encargado de Negocios en Centroamérica, para que se cerciorara si se habían he-cho estudios de la ruta propuesta y si se podía confiar en los mismos.

1826- Un grupo de inversionistas norteamericanos encabezado por Aaron Palmer logra un contrato con-cesionario del canal con el Ministro de Relaciones Ex-teriores de la República de Centroamérica, Francisco Gómez de Arguello; Palmer transfiere la concesión a la Central American and United States Atlantic and Pacific Canal Company, compañía que, en base al estudio de la Ruta de Nicaragua hecho por don Manuel Galisteo más de cuarenta años atrás, estimó el costo del canal en cinco millones de dólares, fondos que Palmer no logró conseguir en Estados Unidos ni en Londres: la concesión prescribió.

1829- El General Verveer, representante del Rey de los Países Bajos, logra un tratado con la República de Cen-troamérica para construir el Canal por Nicaragua con una compañía holandesa. Este plan hizo despertar el interés de Estados Unidos para participar, pero al año siguiente fue abandonado por el Rey que lo había promovido.

1837- Francisco Morazán, Presidente de Centro-américa, encargó a John Baily, exoficial marino inglés antiguo residente en Nicaragua, para que estudiara la Ruta del Canal; Baily lo hizo a conciencia, e informó que el río San Juan podría hacerse navegable pero que requería de muchas mejoras. Los planes de Baily fue-ron impedidos por la turbulencia política previa a la ruptura del pacto federal centroamericano.

1840- El Presidente de Estados Unidos, Martin Van Burén, a solicitud del Alcalde de New York, Aaron Clark, envía a John Lloyd Stephens a Centroamérica en busca de negociar un tratado para patrocinar un canal interoceánico por Panamá o por Nicaragua. Stephens llegó a Nicaragua, conferenció con John Baily en Gra-nada y estimó el costo del canal en unos 20 o 25 mi-llones de dólares; sin embargo, la inestable situación política impidió la negociación que se buscaba.

1844- Francisco Castellón, Ministro de Nicaragua en Francia, visita a Luis Napoleón III cuando estaba prisionero en el Castillo de Ham, y le propone que al recobrar su libertad emigre a Nicaragua y encabece una compañía para construir el Canal. El futuro mo-narca escribió un folleto titulado “Le Canal de Nica-ragua”, en el que exponía su grandioso plan.

1847- El Gobernador de Jamaica, Sir Charles Grey, envía una expedición al mando del Capitán Granville Lock con la finalidad de ocupar San Juan del Norte, el Río San Juan y los fuertes en el mismo, así como también, la Isla del Tigre en el Golfo de Fonseca, recla-mando para Inglaterra el control de la propuesta vía interoceánica; el Capitán Lock bombardeó San Juan del Norte, izó la bandera inglesa sobre sus ruinas y la nominó Greytown en honor del Gobernador Grey.

1848- Andreas Oersted, naturalista danés, exami-na rápidamente el Istmo de Rivas siguiendo la línea entre la boca del río Sapoá y la Bahía de Salinas; sus in-vestigaciones, aunque bien intencionadas, estuvieron plagadas de errores. En este mismo año y bajo presión del poderío inglés, Nicaragua e Inglaterra firman “El Tratado de las Cien Islas” en la Isla de Cuba en el Gran Lago, por medio del cual Nicaragua se comprometía a no molestar a los indios Mosquitos y a no interferir en la ocupación inglesa de San Juan del Norte.

1849- Cornelius Vanderbilt y sus asociados organi-zan la American Atlantic and Pacific Ship Canal Com-pany, compañía que absorbía la Transit Company of Nicaragua organizada también en este año y dueña de una concesión para transitar el río San Juan y el Istmo de Rivas, para el transporte de pasajeros entre New York y California y viceversa. Este mismo año llega a Nicaragua Ephraim G. Squier, sustituyendo como En-cargado de Negocios de Estados Unidos a Elijah Hise; Squier informa a su Secretario de Estado, John M. Cla-yton, sobre los abusos y pretensiones de los ingleses sobre Nicaragua y se interesa por impedirlos.

1850- El Coronel del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, Orville W. Childs, inicia el primer estudio verdaderamente científico y comple-to de la Ruta de Nicaragua, que ha servido de base para subsiguientes investigaciones; entre diversas rutas, Childs recomendó la línea que seguía río San Juan, Lago de Nicaragua, ríos Las Lajas y Grande hasta salir a Brito en el Océano Pacífico. Este mis-mo año, sin tomar en cuenta a Nicaragua, John M. Clayton por Estados Unidos y Henry Lytton Bulwer por Gran Bretaña, firman un tratado con el objeto de facilitar y proteger la construcción de un canal inte-roceánico por Nicaragua: este es el conocido Tratado Clayton-Bulwer.

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1851- Cornelius Vanderbilt establece el tráfico de vapores en el Río San Juan, dándole seguimiento a sus proyectos iniciados en 1849.

1853- Bedford Pim, propone un ferrocarril de Punta Mico, en el Atlántico, hacia San Miguelito en el Lago de Nicaragua, que posteriormente se ex-tendería hasta un punto de la costa del Pacífico. Las agitaciones políticas locales de entonces, impidieron realizar estos planes.

1854- El primer Presidente de la República de Ni-caragua, Fruto Chamorro, por medio de su Ministro de Relaciones Exteriores, Mateo Mayorga, recono-ce la concesión otorgada a la Compañía del Transi-to (Transit Company of Nicaragua, organizada en 1849). En este mismo año 1854 se inicia la revolu-ción democrática que, por la intromisión filibustera (1855) al mando de William Walker contratada por Francisco Castellón a través de Byron Colé, se con-vertiría después en la trágica Guerra Nacional (1856) que tanta sangre costaría a Nicaragua; paradójica-mente, la Ruta del Tránsito fue la línea vital de los invasores filibusteros.

1856- Nicaragua revoca la concesión que había otorgado a la Compañía del Tránsito (también cono-cida como Compañía Accesoria del Tránsito). Unos cuantos meses después, sucede la derrota de William Walker y la Guerra Nacional llega a su fin.

1858- Nicaragua y Costa Rica firman el Tratado Jerez-Cañas, por medio del cual Costa Rica reconoce a Nicaragua soberanía sobre la ribera sur del río San Juan arriba del Castillo Viejo y sobre la costa sur del Lago de Nicaragua.

1860- Se firma el Tratado de Managua entre Nica-ragua e Inglaterra, en el que se establece que Inglaterra abandona toda pretensión a un Protectorado sobre el Reino Mosquito. San Juan del Norte pasó a ser un puer-to libre bajo soberanía de Nicaragua.

1861- William H. Webb, Presidente de la Central American Transit Company, obtuvo otra concesión del Gobierno de Nicaragua; no hizo intento alguno por construir el Canal, pero convenció a Estados Unidos para que enviara expertos al mando del Capitán P.C.F. West, con el fin de determinar qué tan práctico era dra-gar el Puerto de San Juan del Norte y el Río San Juan para hacerlos navegables por embarcaciones de peque-ño calado. West inició trabajos, pero luego fueron inte-rrumpidos. Este mismo año comenzó la Guerra Civil de Estados Unidos (1861-1865), que naturalmente paralizó toda acción relacionada con proyectos canaleros.

1866- El Contralmirante de la Marina de Estados Unidos, C.H. Davis, hace un nuevo estudio exhaustivo de la Ruta de Nicaragua, e informa desfavorablemente a su Congreso.

1872- Cuatro miembros de la Marina de Estados Unidos, Comandantes Alexander F. Crossman, Ches-ter Hatfields, Edward P. Lull e Ingeniero Aniceto G. Menocal, realizan un estudio de la Ruta del Canal por Nicaragua (Crossman se ahogó en la barra del Colora-do); al final, la ruta que recomendaron seguía las indi-caciones de Orville W. Childs (1850), excepto en el ex-tremo occidental donde la propuesta de ellos era más corta al seguir por el valle del Río del Medio.

1876- Ulysses S. Grant, Presidente de Estados Unidos, designa la llamada United States Isthmian Canal Commission para que estudie y recomiende sobre las rutas más convenientes; esta comisión quedó integrada por: Brigadier General Andrew A. Humphries, C.P. Patterson, del Servicio Costero y Comodoro Daniel Animen, Jefe de la Oficina de Na-vegación del Departamento de Marina. Después de un largo, cuidadoso y acucioso estudio la comisión recomendó unánimemente la ruta conocida como de Nicaragua; desde entonces, Estados Unidos se incli-nó favorablemente a esta Ruta de Nicaragua.

1877- El empresario italiano Francisco Alfredo Pellas, residente en San Juan del Norte, obtiene del Gobierno de Nicaragua una concesión para la na-vegación comercial del Río San Juan y del Lago de Nicaragua, sin derechos para construir un canal. La empresa que controlaba Francisco Alfredo Pellas se llamaba Nicaragua Steamshíp & Navigation Co., la que había resultado de la reorganización y cambio de nombre de la compañía de navegación The Ca-ribbean & Pacific Transit Co. Ltd., ésta a su vez había sido fundada anteriormente en buena medida con capital de Carlos Napoleón Pellas, como la primera compañía naviera de Nicaragua: Carlos Napoleón Pellas nunca estuvo en Nicaragua.

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1879- Aniceto G. Menocal organiza la Provisio-nal Interoceanic Canal Society acompañado por un grupo de hombres de negocios entre los que sobre-salían: el ex-Presidente de EEUU Ulysses S. Grant, el Contralmirante Daniel Ammen y el General Geor-ge B. McClellan; viaja a Nicaragua, y consigue una concesión para la construcción del Canal. Con la concesión en las manos, los asociados reorganiza-ron la Sociedad como Maritime Canal Company of Nicaragua e iniciaron trabajos preparativos para la apertura del Canal.

1884- El General Joaquín Zavala, autorizado por Ni-caragua, y Frederick T. Frelinghuysen, Secretario de Es-tados Unidos, firman el Tratado Zavala-Frelinghuysen; en este tratado, Estados Unidos se comprometía a: construir el Canal, ser aliado perpetuo de Nicaragua y proteger su integridad territorial. Sin embargo, el Trata-do no fue ratificado por el Congreso de Estados Unidos.

1886- Ammen, Aniceto G. Menocal y otros orga-nizan la Provisional Canal Association y obtienen una nueva concesión de Nicaragua; con esfuerzos publici-tarios lograron reunir algunos fondos, y de inmediato iniciaron trabajos en San Juan del Norte. Este fue el único verdadero intento de construcción del Canal, que luego fracasó por falta del necesario apoyo del Gobierno de Estados Unidos.

1898- Edward F. Gragin y Edward Eyre organizan la Interoceanic Canal Company y consiguen una conce-sión del Gobierno del General José Santos Zelaya; esta Compañía, respaldada por capitalistas norteamerica-nos como John Jacob Astor, Levi P. Morton y William R. Grace, depositó US$100,000 en el Ministerio de Hacienda de Nicaragua y se comprometió a depositar US$400,000 en Agosto de 1900. No habiendo podido cumplir con el segundo depósito, perdió el primero y la concesión quedó sin efecto. Este y los anteriores fracasos de la iniciativa privada, demostraron que la única esperanza de llevar a efecto el Canal radicaba en que su propiedad, construcción y operación estuvie-sen en manos de Estados Unidos de América.

Siglo XX1900- Luis Felipe Corea, Ministro Plenipotenciario

por parte de Nicaragua, y John Hay, Secretario de Es-tado de Estados Unidos, suscriben el 1ro. de Diciembre el Protocolo Hay-Corea, en el que se estipulaba “entrar en arreglos definitivos para fijar el plan y establecer en detalle las condiciones necesarias para la construcción del Canal en la parte del territorio que pertenece a Ni-caragua”, además, “se decía que cuando el Presidente de Estados Unidos estuviera autorizado por la ley para proceder en firme, se definiría entonces acerca de la propiedad y control del mismo”:

1901-a) La Isthmian Canal Commission que había nacido

en 1895 por orden del Congreso de Estados Unidos, fue reorganizada por el Presidente William Mckinley en 1897. Esta Isthmian Canal Commission organiza una misión para estudiar la ruta canalera más conve-niente; la misión, al frente de la cual iba el Contralmi-rante John G. Walker, rindió un informe favorable a la Ruta de Nicaragua.

b) Luis Felipe Corea escribe a John Hay diciéndo-le: “usted puede poner toda su confianza en mi bue-na voluntad y puede estar seguro que no tendremos dificultad en arreglar este asunto cuando el tiempo llegue, así como que estoy dispuesto a hacer todo lo que pueda para corresponder a su interés y gran esfuerzo a favor del Canal por Nicaragua”. El Minis-tro Corea se refería a un nuevo tratado que estaba en estudio, para una concesión canalera y arrenda-miento perpetuo a cambio de la suma de ocho mi-llones de dólares oro.

c) William L. Merry, Ministro de Estados Unidos, es instruido por el Secretario de Estados John Hay, para negociar con el Gobierno de Nicaragua y obte-ner un protocolo canalero que fuera una alternativa para el Senado en caso de que fallaran las negocia-ciones con Colombia; Merry, excediéndose en sus funciones, firmó el Tratado Sánchez-Merry que luego fue repudiado por Hay.

d) El 18 de Noviembre quedó sin efecto el Tratado Clayton-Bulwer al ser sustituido por uno nuevo deno-minado Tratado Hay-Pouncefote, que otorgaba a Es-tados Unidos “el derecho de construir, explotar y po-seer el Canal del Istmo, adquiriendo pleno dominio y soberanía sobre el territorio que ha de ocupar el Canal, y también el de fortificarlo y defenderlo”.

1902-a) John C. Spooner, Senador de Estados Uni-

dos, presenta un proyecto de ley que autorizaba al Presidente de la Nación a comprar los derechos y propiedades de la Compañía francesa construc-tora del Canal de Panamá; previendo dificultades para un arreglo satisfactorio, el proyecto de ley le autorizaba también entablar negociaciones con el Gobierno de Nicaragua para proceder a construir el Canal por este país.

b) El volcán Mont Pelee, de la Isla Martinica, fue protagonista de una erupción espectacular que des-truyó la ciudad de Saint Pierre ocasionando 40,000 muertos; este evento influyó mucho en la escogencia de la ruta del canal por Panamá o por Nicaragua.

c) Bunau Varilla, francés interesado en que el Ca-nal se construyera a través de Panamá, hizo llegar a cada uno de los Senadores del Senado de Esta-

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dos Unidos un ejemplar de la estampilla de correos de Nicaragua que mostraba un activo volcán Mo-motombo frente a la línea ferroviaria, con el fin de apoyar su tesis de peligrosidad de construir el Canal a través de Nicaragua. Se dice que a este incidente se le ha achacado mayor resonancia de la que real-mente produjo, pero la realidad es que de la lucha parlamentario-diplomática por la que tuvo que pasar el dilema de la escogencia, salió triunfante la vía por Panamá, quedando abandonada la construcción del Canal por Nicaragua.

d) El Secretario de Estado, John Hay, había pre-sentado oportunamente al Dr. Luis Felipe Corea un boceto de convención en torno al Canal por Nica-ragua, pero las dilatorias gubernamentales dejaron pasar el tiempo y no se pudo salvar la posibilidad de negociar al respecto con Nicaragua. Cuando el Dr. Corea devolvió el boceto de convención ya apro-bado, el Senado de Estados Unidos se encontraba atareado con la propuesta de ley del Senador John C. Spooner.

1913- George Thomas Weitzel, Ministro de Esta-dos Unidos autorizado por su Secretario de Estado William Jennigs Bryan, y el General Emiliano Cha-morro, Ministro de Relaciones Exteriores de Nicara-gua, firman el Tratado Chamorro-Weitzel para una concesión canalera. Este tratado fue rechazado por el Comité de Relaciones Exteriores del Senado nor-teamericano.

1914- William Jennings Bryan, Secretario de Estado de Estados Unidos, y el General Emiliano Chamorro, Ministro de Nicaragua en Washington, firman el Trata-do Chamorro-Bryan, que concedía a Estados Unidos la opción para construir un canal a través de Nicaragua.

1929- El Coronel Daniel I. Sultán es enviado a Ni-caragua por la Interoceanic Canal Board de Estados Unidos, para realizar un estudio de la Ruta del Canal en base a tecnología más moderna. En el proyecto que presentó el Coronel Sultán, se contemplaba para el Ca-nal una línea recta del Fuerte San Carlos a los Raudales de Machuca que no seguía el curso del Río San Juan; además, establecía unas exclusas antes de llegar a Brito en el Pacífico y otras en el extremo oriental. El costo to-tal, incluyendo fortificaciones e instalaciones militares, fue estimado en US$722 millones.

1939- El General Anastasio Somoza García, Pre-sidente de Nicaragua, visita a su homólogo en Was-hington, Franklin D. Roosevelt, con el fin de conse-guir un préstamo de US$2,000,000 para canalizar el río San Juan.

1948- William F. Knowland, Senador por el Estado de California, introduce dos proyectos de ley: uno au-torizando la revisión del Reporte del Coronel Sultán, y otro sobre la construcción, operación y mantenimiento de un Canal Interoceánico a través de Nicaragua. Am-bos proyectos pasaron a las respectivas Comisiones.

*Ingeniero e historiador

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Eso lo dice claramente, que hubo un plebiscito etc., y que por eso, después quedó en manos de Costa Rica.

Pero si nos acordamos, la doctrina que se adoptó en toda América Latina al momento de la Indepen-dencia, para evitar problemas y disputas territoria-les, era mantener el estado de la situación adminis-trativa que prevaleció en la época colonial. Hasta donde llegaba la Administración española de cada región, esas iban a ser las fronteras. Y al momento de la Independencia, el Guanacaste era parte de Ni-caragua. El Subsecretario de Estado, para balancear un poco el resultado del Laudo, decía que si bien eso era claro, lo que no era claro era la situación en el río... que si era totalmente de Nicaragua o no. Pero la realidad es que en la época colonial, lo único importante que había y que transitaba por ese río entraba por el Puerto de San Juan, que era indiscu-tiblemente de Nicaragua, pasaba por las defensas de El Castillo, que eran indiscutiblemente de Nica-ragua, y llegaban a la ciudad más importante, que era Granada. Por ahí entraban los barcos.

En Costa Rica no había nada parecido, no existía en todo el territorio siquiera una ciudad que se conectara con el río. Entonces, es absurdo pensar que la adminis-tración del río en algún momento estuvo en manos de Costa Rica. En ningún momento fue así; en todo caso 20

Alberto Mora y Ervin Vega* ___

– ¿Cuál es el contexto histórico de las pretensiones ticas alrededor del río San Juan, hasta llegar el mo-mento cuando Costa Rica ha decidido establecer una demanda en contra de Nicaragua?

Como todos saben, Nicaragua había anunciado que el foro adecuado para tratar este problema era, precisamente, la Corte Internacional de La Haya. Así que en ese sentido, el hecho de que Costa Rica haya acudido a esa Corte, simplemente viene a confirmar lo que Nicaragua viene sosteniendo: este es un problema jurídico, que tiene que resolverse por la vía judicial.

Obviamente, Costa Rica está llevando este proble-ma a la Corte, para que se traten los puntos que a ella le interesan, y desde el enfoque que Costa Rica quiere que se traten. Naturalmente, la reacción de Nicaragua continuará seguir preparando la demanda que oportu-namente vamos a presentar.

La naturaleza nos dotó de ese bellísimo lago, de ese río hermosísimo, y desde la independencia todas las po-tencias del momento estaban interesadas en un canal por Nicaragua. Las mismas pretensiones de Colombia de mantener reclamo sobre las costas de Nicaragua y sobre las costas de Costa Rica también, es precisamen-te porque quiere tener su pedazo en el pastel de cual-quier canal. Los ingleses querían hacer el Canal, por eso se tomaron la Costa Atlántica de Nicaragua. Siempre el problema ha sido esa belleza que la naturaleza nos dio, lo que ha impulsado también a Costa Rica, desde el primer momento, de querer llegar hasta el Lago de Nicaragua, y tener participación en el río de Nicaragua, porque era la carta con la que ellos podrían participar en la construcción de cualquier canal.

Hay un detalle en relación a Nicoya: que cuando se sometió el Tratado de 1858 al Arbitraje de Cleveland, en el Laudo, en el análisis que se hace, ya no se trataba de revivir los reclamos de Nicaragua sobre el Guana-caste-Nicoya, porque lo que se estaba analizando era el Tratado el Jerez Cañas, firmado en 1858: Sin embar-go en el propio Laudo se puede leer que el Subsecreta-rio de Estado dice que era indiscutible que al momento de la Independencia, Nicoya era parte de Nicaragua.

Entrevista al embajador Carlos Arguello Gómez

Una demanda para poner punto finala las ambiciones costarricenses

El jurista Carlos Arguello Gómez, agente de Nicaragua en la Corte

Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.

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siempre fue de Nicaragua. Pero digo esto para poner en el pasado, lo que ha venido envenenando un poco las relaciones, porque Nicaragua siempre se sintió ofendi-da con el resultado de la pérdida de su territorio, que precisamente se dio y se consolidó con el tratado de 1858, que Costa Rica logró después de la guerra con Walker, cuando Nicaragua estaba completamente pos-trada debido a que fue una guerra feroz.

Durante la guerra de Walker en Nicaragua, murió más gente que durante la muy famosa guerra que en los Estados Unidos se llama la Guerra Hispanoamerica-na en 1898, cuando Estados Unidos se quedó con Cuba, con Puerto Rico, con Filipinas. Nicaragua estaba com-pletamente destruida; Costa Rica, que tenía el ejército más fuerte de Centroamérica en ese momento, tenía tomado el río y tenía tomado todo, y Nicaragua, en esas condiciones firmó ese tratado.

Obviamente, Nicaragua nunca estuvo contenta, porque se sintió que había sido obligada en circunstan-cias de guerra a firmar ese Tratado, y por eso es que lo impugnó, y 30 años después, sometió el asunto al arbitraje del Presidente Grover Cleveland. Lo que es-taba pasando en 1888, era que Nicaragua había por fin firmado un Tratado de Nación a Nación con los Esta-dos Unidos (Tratado Ayon-Dickinson del 21 de junio de 1867) para la construcción del Canal por Nicaragua. Costa Rica, en 1885 anunció que iba a meter a un bu-que de guerra por el río. Eso fue lo que provocó una situación muy tensa que nos llevó a someter todo al arbitraje de Cleveland.

Cleveland confirmó que el Tratado era válido en contra de la posición de Nicaragua, pero también acla-ró una serie de puntos que Nicaragua había sometido. Confirma que Nicaragua es la dueña absoluta del Río, Costa Rica tenía derecho de navegación y punto; deja clarísimo el Laudo Cleveland que Nicaragua puede in-cluso construir un canal, que Costa Rica no puede opo-nerse, ya no digamos el mantenimiento del río, eso queda absolutamente claro.

Incluso, se habla de que si es necesario ocupar terri-torio de Costa Rica, que lo que Costa Rica tiene derecho es a una indemnización. El Laudo es clarísimo, porque además los Estados Unidos tenían interés en ese mo-mento en poder hacer un Canal. Así que, lo que querían dejar clarísimo, es que el soberano del río y del lago te-nía toda la facilidad para un canal; por eso que está esa situación clarísima, la posibilidad del dragado y todos esos derechos, están concebidos clarísimamente en el Laudo Cleveland.

Lo que está sucediendo ahora es lo de siempre, cuando se habla de dragar o hacer algo en el río; como hace ciento y pico de años, Costa Rica inventó un buque de guerra. Hace 20 años cuando se empe-zó a hablar del Canal por el río nuevamente, Costa

Rica inventó que podían navegar armados. El mismo cuento repetido... Eso empezó en los años 90 nueva-mente y ese fue el origen de la historia. “Podemos na-vegar armados”, ya no hablaban de buque de guerra, sino que le dieron vuelta y dijeron: vamos a navegar armados, nuestros policías y todo lo demás, lo que nos llevó eventualmente al juicio ante la Corte, la cual confirmó que no podían navegar armados, y que Ni-caragua era la soberana del río, que podía reglamen-tar la navegación en el río, que Costa Rica mantenía sus derechos concebidos en el Tratado, para navegar con objeto de comercio, pero que Nicaragua tenía, como soberana, el derecho de reglamentar en el río, que es lo que se ha hecho.

¿Ahora qué sucede? Empieza Nicaragua efectiva-mente a dragar, y es un dragado relativamente modes-to; no estamos hablando todavía de enormes inversio-nes sino una cuestión prácticamente de limpieza del río. Y entonces, Costa Rica inventa este enorme pleito.

Después del Laudo Cleveland, como todavía ha-bía que demarcar en el terreno, la línea de límites, eso fue resuelto; el General Alexander fijó la línea en la margen derecha del río. No es una línea fija. Parte de nuestra frontera es fija, la que está en tierra, hay mojones, eso está fijado. Pero la parte del río, natu-ralmente varía.

Para poner en perspectiva esto: en el juicio que tu-vimos con Honduras, estábamos hablando de los lími-tes en el mar. Pero el arranque para fijar esos límites en el mar, es el punto final en tierra. El punto final en infraestructura en la frontera entre Nicaragua y Hon-duras es la vaguada del río Coco; no hay punto medio propiamente, sino el punto más hondo de navegación. ¿Qué sucede? Después del famoso problema del te-rritorio en litigio que resolvió la Corte en 1960, con la intervención de la OEA, una comisión de ingenieros fijó un punto exacto geográfico, donde quedaba ese punto medio o más bien la vaguada del Río Coco. En el año 2000, cuando empezamos los problemas con Honduras, y se empieza a analizar, ese punto había cambiado en kilómetro y medio, en 40 años. Estamos hablando que esa variación comprende un territorio, incluso más grande que el de ahorita en el problema con Costa Rica.

Y ¿qué sucede ahora en el caso con Costa Rica? Que la demarcación que se hizo en la época de Alexander, fue hace 110 años. Ellos sacan mapas, y la verdad es que los mapas se han mantenido como que si el río y la naturale-za no hubieran cambiado. Pero eso no refleja la realidad. Los mapas de Nicaragua incluso se vienen repitiendo, pero siempre con una leyenda diciendo que no han sido verificados en el terreno.

Ahora, la situación en el río es diferente a la de hace 110 años. Ha cambiado por motivos naturales, todos

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Extractos de la fundamentación del fallo de la CIJ, dictado el 13 de julio de 2009.

El río San Juan corre aproximadamente 205 Km. desde el Lago de Nicaragua al Mar Cari-be. A 19 kilómetros del Mar Caribe, se divide

en dos brazos: el San Juan propiamente dicho, que constituye el brazo septentrional, que desemboca en el Caribe en la bahía de San Juan del Norte; en el sur, el Colorado que es el más largo de los dos bra-zos, corre enteramente a lo largo del territorio cos-tarricense desembocando en la Barra del Colorado.

Parte de la frontera entre Costa Rica y Nicaragua se extiende a lo largo de la margen derecha (es decir, la margen costarricense) del Río San Juan desde un punto 3 millas inglesas río abajo de El Castillo Viejo, un pequeño pueblo en Nicaragua, al final de Punta de Castilla, donde el río desemboca en el Mar Cari-be. Entre el Lago Nicaragua y un punto río abajo de El Castillo Viejo, el río corre enteramente a través de territorio nicaragüense.

Costa Rica y Nicaragua, habiendo sido colonias españolas, accedieron a la independencia en 1821. Inmediatamente después, ambos, junto con El Salva-dor, Guatemala y Honduras, decidieron constituir la República Federal de Centroamérica. En 1824, los ha-bitantes del distrito de Nicoya en la costa del Pacífico, originalmente parte de Nicaragua, optaron mediante plebiscito formar parte de Costa Rica. El 9 de diciem-bre de 1825 el Congreso Federal de Centroamérica publicó un decreto el cual establecía que Nicoya sería “momentáneamente... separada del Estado de Ni-caragua y anexada al de Costa Rica”. La situación en relación a Nicoya permaneció invariable al momento de la disolución de la federación centroamericana en 1839. En adelante, Nicaragua no reconoció, sin em-bargo, a Nicoya como perteneciente a Costa Rica.

Durante mediados de los años 1850, Nicaragua atravesó un período de conflicto interno que en-volvió a un grupo de aventureros, conocido como “filibusteros”, liderados por William Walker. El go-bierno de Costa Rica, al igual que los de El Salva-dor, Guatemala y Honduras, unió esfuerzos con Nicaragua para vencer a los filibusteros. En mayo de 1857 Walker capituló y abandonó el territorio nicaragüense. Posteriormente, se desencadenó una guerra entre Costa Rica y Nicaragua. Al final de estas hostilidades, los dos países entraron en nego-ciaciones para solucionar los asuntos pendientes

La geografía, contexto histórico y origen de la disputaentre ellos, relativos sobre todo a su frontera común, el régimen navegación en el Río San Juan y la posible construcción de un canal interoceánico que atrave-saría el istmo centroamericano.

El 6 de julio de 1857, fue firmado un tratado en rela-ción con los límites territoriales y el estatus del río San Juan, pero no fue ratificado por Costa Rica. El 8 de di-ciembre de 1857 un tratado de paz fue firmado por las partes pero no fue ratificado ni por Costa Rica ni por Nicaragua. Gracias a la mediación del Ministro de Re-laciones Exteriores salvadoreño, los gobiernos de am-bos países llegaron a un acuerdo el 15 de abril de 1858, mediante un Tratado de Límites, el cual fue ratificado por Costa Rica el 16 de abril de 1858 y por Nicaragua el 26 de abril de ese año.

El Tratado de Límites (Jerez – Cañas) de 1858 fijó el trazado de la frontera entre Costa Rica y Nicara-gua desde el Océano Pacífico hasta el Mar Caribe. Entre un punto tres millas inglesas de El Castillo Vie-jo y el Mar Caribe, el Tratado fijó la frontera a lo largo de la margen derecha del río San Juan. Establecía el dominio y jurisdicción soberana de Nicaragua sobre las aguas del río San Juan, pero al mismo tiempo afirmaba los derechos de navegación de Costa Rica “con objetos de comercio” en la parte baja del cur-so del río (artículo VI). El Tratado de 1858 estableció otros derechos y obligaciones para ambas partes, inclusive, entre otros, la obligación de contribuir en la defensa de las bahías comunes de San Juan del Norte y Salinas, al igual que a la defensa del Río San Juan en caso de agresión externa (artículo IV), una obligación de parte de Nicaragua de consultar a Costa Rica antes de concluir cualquier acuerdo de canalización o tránsito en relación al Río San Juan (artículo VIII) y una obligación de no cometer actos de hostilidad contra el otro (artículo IX).

Después de que Nicaragua contestara en varias ocasiones la validez del Tratado de 1858, las partes sometieron la cuestión a arbitraje por el Presidente de Estados Unidos. Las partes además convinieron que si el Tratado de 1858 era reconocido como válido, debería el Presidente Grover Cleveland determinar si Costa Rica podía navegar el Río San Juan con embar-caciones de guerra o de servicio fiscal. En su laudo del 22 de marzo de 1888, el Presidente Cleveland decidió que el Tratado de 1858 era válido. Indicó además en referencia al artículo VI del Tratado, que Costa Rica no tenía derecho a navegar sobre el Río San Juan con embarcaciones de guerra, pero que podía navegar

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ahorita, es la posición donde está Nicaragua. Los ticos vienen con un mapa elaborado hace 110 años y dicen: «¡no! Eso está equivocado, porque aunque el Laudo diga eso, esto es lo que está señalado en este mapa, elaborado hace 110 años».

Pero ese mapa es una cuestión absolutamente histórica. Si los caños varían, varía la frontera y eso lo dice el propio Alexander. Porque cuando estaban haciendo la demarcación, Nicaragua, en principio se había opuesto en la parte del río, porque decía: «¿para qué vamos a estar poniendo puntos en el río, si de todas maneras esto está sujeto a cambio?» Y Alexander dijo: «es cierto, tiene razón Nicaragua que eso está sujeto a cambios, pero nada perdemos si Costa Rica quiere que se vaya trazando, pero en el entendido de que la frontera siempre es la mar-gen del río».

Y la margen actual, es donde estamos trabajando ahorita, es decir, ese territorio es de Nicaragua, in-discutiblemente. Así es que, en ese sentido, que los costarricenses hayan ido a la Corte, como dije al ini-cio, confirma la posición nuestra que este es un asunto 23

los ríos cambian. Pero en el caso específico, ha cam-biado también por los daños ocasionados al río por las industrias agrícolas de Costa Rica, la sedimentación que se ha provocado en el río y los desvíos que han hecho de agua, en provecho de sus propias propieda-des y sobre todo del Río Colorado. Nosotros tenemos que respetar los cambios naturales del río, pero no los cambios que han sido provocados por la mano de Cos-ta Rica. Esa es básicamente la situación.

Ahora que nosotros empezamos y estamos si-guiendo lo que dice el Laudo Cleveland, lo que dispuso Alexander que debía ser el límite, nos encontramos que no corresponde ahorita la realidad, a lo que dicen los mapas elaborados hace 110 años. Tratándose de un río, siempre se mantiene la margen del río. Si esa es la frontera, es la frontera, si el río ha variado un poco por motivos naturales, se mantiene esa variación y pierde terreno uno u otro, según el lugar hacia dónde se haya movido el río.

La situación que nosotros decimos ahora es que el caño de entrada a Harbour Head, que es la salida fijada por Alexander, es donde están haciendo los trabajos

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con embarcaciones del servicio fiscal que estuvieran relacionados con navegación “para propósitos de comercio” (en inglés “for the purposes of comerse”).

Después del Laudo Cleveland, una comisión fron-teriza fue establecida para demarcar la frontera. Un ingeniero, Edward Alexander, fue encargado de la ta-rea de resolver cualquier “punto o puntos en disputa” que pudieran surgir sobre el terreno durante el proce-so de demarcación, el cual comenzó en 1897 y fue con-cluido en 1900. El señor Alexander emitió cinco laudos con este fin.

El 5 de agosto de 1914, Nicaragua firmó un tra-tado con los Estados Unidos (el Tratado Chamorro – Bryan), que otorgaba a los EEUU “derechos de pro-piedad exclusiva” y perpetua para la construcción y mantenimiento de un canal interoceánico a través del Río San Juan.

El 24 de marzo de 1916, Costa Rica presentó una demanda contra Nicaragua ante la Corte de Justicia Centroamericana, reclamando que Nicaragua había violado su obligación de consultar con Costa Rica, antes de entrar en cualquier proyecto de canaliza-ción de acuerdo al artículo VIII del Tratado de 1858. El 30 de septiembre de 1916, la Corte falló que al no consultar a Costa Rica, Nicaragua había violado los derechos garantizados a Costa Rica por el Tratado de Límites de 1858 y el Laudo Cleveland de 1888.

El 9 de enero de 1956, Costa Rica y Nicaragua concluyeron un acuerdo (Fournier – Sevilla) en cuyos términos las partes convinieron facilitar y

acelerar el tráfico, en particular sobre el Río San Juan y acordaron cooperar para salvaguardar la frontera común.

En los años 1980, varios incidentes comenzaron a ocurrir relativos al régimen de navegación del Río San Juan. Durante ese período, Nicaragua introdujo ciertas restricciones a la navegación costarricense, la cual fue justificada como temporal, medidas ex-cepcionales para proteger la seguridad nacional de Nicaragua en el contexto de un conflicto armado. Al-gunas de las restricciones eran suspendidas cuando Costa Rica protestaba.

Durante mediados de los años 1990, nuevas medidas fueron introducidas por Nicaragua, inclu-yendo el pago de ciertas sumas por los pasajeros que viajaban en embarcaciones costarricenses que navegaban en el Río San Juan y la obligación de las embarcaciones costarricenses de detenerse en los puestos nicaragüenses a lo largo del río.

El 8 de septiembre de 1995, el Comandante en Jefe del Ejército de Nicaragua y el Ministro de Seguridad Pública de Costa Rica, firmaron un documento, co-nocido como Comunicado Conjunto Cuadra – Castro, el cual preveía la coordinación de operaciones en las zonas fronterizas de los dos estados contra el tráfico ilegal de personas, vehículos y contrabando.

En julio de 1998, después de subsiguientes desacuerdos entre las partes en relación a la ex-tensión de los derechos de navegación de Costa rica en el río San Juan, Nicaragua adoptó ciertas medidas. En particular, el 14 de julio de 1998, Ni-caragua prohibió la navegación de embarcaciones costarricenses que transportaban miembros de la fuerza policial de Costa Rica.

El 30 de julio de 1998, el Ministro de Defensa ni-caragüense y el Ministro de Seguridad Pública cos-tarricense firmaron un documento, conocido como Comunicado Conjunto Cuadra – Lizano, el cual per-mitía a las embarcaciones armadas de policía costa-rricenses, navegar en el río para avituallamiento de sus puestos fronterizos, a condición de que los agen-tes costarricenses portaran únicamente sus armas de servicio y dieran aviso previamente a las autoridades nicaragüenses, las cuales podrían decidir sobre si las embarcaciones costarricenses debían estar acompa-ñadas por un escolta nicaragüense.

El 11 de agosto de 1998, Nicaragua declaró que consideraba el Comunicado Conjunto Cuadra – Li-zano como legalmente nulo y sin validez. Costa Rica no aceptó esta declaración unilateral. De esta forma las partes continuaron divididas en relación al régimen de navegación en el río San Juan.

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problema entre Costa Rica y Nicaragua, el problema no son dos kilómetros de suampo: el problema fundamen-tal son los cientos de kilómetros del río que Costa Rica está usufructuando, los miles de kilómetros cuadrados de tierra de que se sirven y se benefician. Eso es lo que está en juego, y por eso, la demanda de Nicaragua va a ser para recuperar el río verdaderamente.

Entre los temas que abordó el Presidente Ortega, me parece absolutamente natural, el hecho de que Costa Rica pretende impedir que draguemos nosotros el San Juan para poder navegar, y nosotros no poda-mos tener derecho de salida por el río Colorado. Es una cuestión increíblemente absurda. Ese es uno de los puntos que se está estudiando y que vamos a de-mandar, no porque tengamos interés en perpetuar la situación, sino porque nosotros queremos recuperar nuestro río.

¿Cuál es el objeto de fondo de Costa Rica? Es im-pedir que Nicaragua recupere su río; mantenerse y adueñarse completamente del río San Juan y todos los beneficios. Ese es el fondo.

He ido por lo menos un par de ocasiones a la zona que estamos hablando y francamente, lo que se ve ahí son miembros del Ejército o autoridades de Nicaragua en toda esa zona. Ahí nunca ha ha-bido, nunca me encontré con ninguna autoridad de Costa Rica; y es una zona donde no entramos. ¿A invadir a quién? ¿A invadir el suampo? Es decir, ahí siempre ha estado custodiado y protegido por la Policía y el Ejército de Nicaragua. Hace tres o cuatro años que fui, cuando estábamos todavía con el juicio en la Corte, había un lanchón enfrente de Harbour Head, donde hay un banco de arena que se forma constantemente, que aunque se limpie se vuelve a formar naturalmente, un banco de are-na. Era un lanchón que había pasado dos días an-tes y que nuestras autoridades habían capturado a narcotraficantes. Policías costarricenses no vi, era simplemente el Ejército de Nicaragua el que estaba custodiando eso. Es un área que siempre ha estado custodiada por Nicaragua, transitada por nicara-güenses; no es ninguna ocupación, no estamos en-trando a ningún territorio, no hay una autoridad de Costa Rica que hayamos desplazado. Dicen, por lo que leí en los periódicos, que eran narcotraficantes. Si esa era la autoridad de Costa Rica... ¡no sé!

En los últimos tres, cuatro años, he ido dos veces, siempre hemos andado navegando por ahí, hemos bajado, hemos andado, y siempre el Ejército de Nica-ragua, es la única autoridad custodiando. Así es que, ¿invadir qué? Suponiendo que hubiera habido inva-sión, entonces esa invasión se dio hace 50, 100 años... siempre ha estado ocupado por Nicaragua. Así es que eso es absurdo. 25

que debe resolverse en los Tribunales, y simplemente lo que Nicaragua va a hacer es continuar con las ges-tiones y los estudios que estábamos preparando para presentar nuestra demanda, para que efectivamente, estén los verdaderos problemas ante la Corte, y no sólo la parte que Costa Rica ha seleccionado, que de todas maneras no tiene razón.

Volviendo al punto de comparación –porque creo que es interesante la comparación, y se olvida uno un poco de eso– cuando la Corte resolvió el asunto en-tre Honduras y Nicaragua, fue precisamente, como la boca del río Coco cambia, la Corte fijó un punto en el mar, a tres millas de distancia de la Costa, para el arranque del límite en el mar; y dijo que Honduras y Nicaragua se pusieran de acuerdo, en ese pedazo de tres millas y por los movimientos de tierra que habían ahí, cómo iban a fijar ese límite.

Entonces, ahí está involucrada una cantidad de tierra, llamémoslo así, mayor que la que estamos dis-cutiendo con Costa Rica. Y aún en ese caso, la Corte dijo: estas son situaciones que varían un poco, lo na-tural es que se pongan de acuerdo y que vean cómo van a arreglar esta situación. Eso fue lo que la Corte resolvió en el caso de Honduras. Costa Rica, está en un pedacito de tierra, que Nicaragua está ciertísima que es parte de Nicaragua, pero para eso están inventando un suampo –como se dijo en la OEA– un pedacito de tierra, están inventando un problema inexistente, y el problema no es por el pedacito de tierra, sino por el inicio del dragado.

Desde que entró la draga, empezó el problema, y esa es la realidad. Nicaragua tiene derecho a dragar. Ese es el problema en que estamos.

– ¿Hasta dónde quiere llegar Costa Rica? ¿Hay claridad de parte de Nicaragua, del propósito especí-fico que persiguen con estas acusaciones?

La interpretación que yo hago, es que Costa Rica quiere, a toda costa, impedir a Nicaragua que recupere las aguas del río, porque sienten que eso debilita todos los negocios y las cosas que ellos han desarrollado a través del río San Juan, que ahora prácticamente les pertenece, porque la boca de entrada les pertenece a ellos. Ellos entran por el Colorado y entran a su propio río por ahí.

Entonces, de hecho, el río es de ellos, y cualquier acción que Nicaragua haga para recuperar el río, va en contra de los intereses de Costa Rica, y ellos, como siempre, buscan impedir que Nicaragua haga uso de su río. Y con el paso del tiempo, si Nicaragua no hace nada, en 50 años lo que queda del delta del San Juan, del pedacito nuestro, habrá desaparecido completa-mente, lo único que va a quedar es el río Colorado.

La realidad es que si nos ponemos a ver cuál es el

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El histórico fallo de La Haya en 2009Esta es la parte resolutiva del fallo de la CIJ sobre la

demanda de Costa Rica interpuesta contra Nicaragua el 29 de septiembre de 2005. La Corte denominó el caso como “Asunto relativo a los derechos de navegación y derechos conexos (Costa Rica c. Nicaragua)”.

La Corte Internacional de Justicia de La Haya(1) En lo que se refiere a los derechos de navegación de

Costa Rica en el Río San Juan según el Tratado de 1858 (Jerez – Cañas), en la parte en donde la navega-ción es común,a) Por unanimidad decide que Costa Rica tiene el de-

recho de libre navegación por el Río San Juan con fines de comercio;

b) Por unanimidad decide que el derecho de navega-ción con fines de comercio gozado por Costa Rica incluye el transporte de pasajeros;

c) Por unanimidad decide que el derecho de navega-ción con fines de comercio que goza Costa Rica, incluye el transporte de turistas;

d) Por nueve votos a cinco decide que las personas que viajan por el Río San Juan a bordo de embar-caciones costarricenses, ejerciendo el derecho de Costa Rica de libre navegación, no necesitan obte-ner visas nicaragüenses;

e) Por unanimidad decide que a las personas que via-jan por el Río San Juan a bordo de embarcaciones costarricenses, ejerciendo el derecho de libre nave-gación de Costa Rica, no necesitan comprar tarje-tas turísticas nicaragüenses;

f) Por trece votos contra uno, decide que los habitan-tes asentados en la margen costarricense del Río San Juan, tienen el derecho de navegar por el río entre las comunidades ribereñas, para fines de ne-cesidades esenciales de la vida diaria que requieren el transporte expedito;

g) Por doce votos contra dos, decide que Costa Rica tiene el derecho de navegación por el Río San Juan con embarcaciones oficiales utilizadas únicamente en situaciones específicas, para brindar servicios esenciales a los habitantes de las áreas ribereñas donde el transporte expedito es una condición para satisfacer las necesidades de sus habitantes;

h) Por unanimidad decide que Costa Rica no tiene derecho de navegación sobre el Río San Juan con embarcaciones ejerciendo funciones de Policía;

i) Por unanimidad decide que Costa Rica no tiene el derecho de navegación por el Río San Juan con fines de relevo de personal en puestos de Policía fronte-riza a lo largo de la margen derecha del río y del avi-tuallamiento de estos puestos, con el equipamiento oficial, incluyendo armas de servicio y municiones.

(2) En lo que se refiere al derecho de Nicaragua de regu-lar en el Río San Juan, en la parte donde la navegación es común,a) Por unanimidad decide que Nicaragua tiene el dere-

cho de requerir a las embarcaciones costarricenses

y a sus pasajeros que se detengan en el primer y en el último puesto nicaragüense en sus rutas a lo lar-go del Río San Juan;

b) Por unanimidad decide que Nicaragua tiene el de-recho de requerir a las personas que viajan por el Río San Juan, portar un pasaporte o un documento de identidad;

c) Por unanimidad decide que Nicaragua tiene el derecho de emitir certificados de zarpe para em-barcaciones costarricenses que ejerzan el derecho de libre navegación de Costa Rica, pero no tiene el derecho de solicitar el pago de un arancel para la emisión de dichos certificados;

d) Por unanimidad decide que Nicaragua tiene el de-recho de imponer un horario para la navegación en embarcaciones que navegan por el Río San Juan;

e) Por unanimidad decide que Nicaragua tiene el de-recho de requerir a embarcaciones costarricenses provistos de mástiles o torrecillas, enarbolar la bandera nicaragüense.

(3) En cuanto a la pesca de subsistencia, por trece votos contra uno, decide que la pesca con fines de subsis-tencia, hecha por los habitantes de la margen cos-tarricense del Río San Juan, debe ser respetada por Nicaragua como un derecho consuetudinario.

(4) En cuanto al cumplimiento de Nicaragua de sus obligaciones internacionales derivadas del Tratado de 1858,a) Por nueve votos a cinco decide que Nicaragua no

está actuando conforme a sus obligaciones deriva-das del Tratado de 1858, cuando exige que obten-gan visas nicaragüenses a las personas que viajan por el Río San Juan, a bordo de embarcaciones cos-tarricenses que ejercen el derecho de Costa Rica a la libre navegación;

b) Por unanimidad decide que Nicaragua no está ac-tuando conforme a sus obligaciones derivadas del Tratado de 1858, cuando requiere la adquisición de tarjetas turísticas nicaragüenses a personas que viajan por el Río San Juan a bordo de embarcacio-nes que ejercen el derecho de Costa Rica a la libre navegación;

c) Por unanimidad decide que Nicaragua no está ac-tuando conforme a sus obligaciones derivadas del Tratado de 1858, cuando exige a los operadores de embarcaciones costarricenses que ejercen el dere-cho de Costa Rica a la libre navegación, el pago de aranceles para la emisión de certificados de zarpe.

(5) Por unanimidad deniega todas las otras peticiones presentas por Costa Rica y Nicaragua.

En el Palacio de La Paz, La Haya, a los trece días del mes de julio de dos mil nueve.

Hisashi Owada, presidentePhilippe Couvreur, secretario

Corte Internacional de Justicia

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es ver cómo niega el derecho de Nicaragua de regla-mentar la navegación. Nicaragua no ha impedido que ninguna persona legítimamente navegue por el Río.

Costa Rica dice que Nicaragua cese de talar los bosques, como que si Nicaragua está en una empre-sa depredando ¡estamos en un pedacito de tierra, un suampo! Pero lo principal es el retiro de tropas y que se paralice el dragado. Lo que andan buscando es, primero, un gesto público para decir que están ago-tando todos los foros; fueron a la OEA, pero como us-ted mismo dijo, en la OEA ¿qué fue lo que le dijeron? Lo que puede decirle cualquiera: mire, no empeoren la situación, absténganse, manténganse parado y traten en lo posible de evitar el problema. Eso fue en el fondo lo que dijo la OEA. ¿Qué es lo que va a decir en la Corte? Francamente, la Corte no puede decirle que Nicaragua no tiene derecho a dragar, ¡no puede decir esto!

– ¿No hay dudas acerca de los límites? ¿no hay duda acerca de qué le pertenece a cada uno?

No existe ninguna duda. En el juicio que tuvimos en la Corte con Costa Rica, como se trataba nada más de los derechos de navegación, entonces, no estaban en juego el tema de límites ni otros temas, nos limitamos nosotros a tratar el punto que estaba sobre la mesa, no llevamos puntos nuevos, por así decirlo.

Sin embargo, desde que contestamos la demanda, en la Contra Memoria de Nicaragua en el año 2007, le agregamos un Capítulo de Reserva, en el cual Nicara-gua se reservaba el derecho de demandar el derecho 27

– Costa Rica nunca lo planteó como un conflicto que quería llevarlo al plano jurídico, y usted demues-tra que hay una enorme y abrumadora carga pro-batoria que tendría Nicaragua para demostrar que Costa Rica está equivocada en su planteamiento. Lo llevaron a un foro político, la OEA, amenazaban con llevarlo a otro foro de carácter político, como el Con-sejo de Seguridad de las Naciones Unidas, pero nunca a La Haya. Sin embargo, ahora han ido a demandar a La Haya. ¿Qué lectura cabría de parte de Nicaragua, en torno a este nuevo rumbo de la estrategia tica?

En realidad, lo que ellos están –para usar una ex-presión nicaragüense– “es curándose en salud”. Saben que Nicaragua iba a llevar el caso, eso fue anunciado por el Presidente, no es que fue anunciado por funcio-narios menores o en charlas escondidas, fue un anun-cio público que hizo el Presidente de la República. Ellos ya sabían que venía, entonces se anticiparon porque quieren darle un matiz a lo que va a estar ante la Corte, que explique mejor la situación desde el punto de vista de ellos. En fin, eso está muy bien; simplemente llega-ron a la Corte... ¡magnífico! Nicaragua va a presentar su caso, igual como estábamos planeándolo. Natural-mente vamos a contestar la demanda de Costa Rica y todo, pero nosotros seguimos con nuestro proceso.

– La demanda de los ticos, ¿no detiene la nuestra? ¿le respondemos a ellos y nosotros entablamos nues-tra propia demanda?

Lo que pasa es que las cosas hay que estudiarlas bien, para presentarlas bien a la Corte, no tenemos ninguna prisa por hacerlo mañana, ni inmediatamen-te. Naturalmente, ahora que ellos ya se anticiparon, como parte de los problemas que tenemos, obvia-mente vamos a contestarles.

– ¿Qué esta pidiendo Costa Rica?Ahorita ellos presentaron una demanda donde

están diciendo que Nicaragua está invadiendo terri-torio de Costa Rica, que Nicaragua ha violado el De-recho Internacional, porque por el uso de la fuerza se ha metido en su territorio, y piden que se condene a Nicaragua por todo eso. Pero a la par, pidieron me-didas cautelares, y en esas medidas cautelares que la Corte las tramita de manera rápida, ellos están pi-diendo primero, que se retiren las tropas de Nicara-gua, y segundo, que se pare el dragado.

Incluso, están metiendo ahí que el dragado afec-ta el Río Colorado, que francamente, todavía no me explico cómo lo que está sucediendo en la boca del Río, afecte al Río Colorado a este momento, pero en fin, ellos ya lo están anticipando. Inclusive, dicen que Nicaragua está negando el derecho de navegación a los costarricenses, que en el fondo lo que pretenden

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de transitar por el Colorado, mientras no estuviera ha-bilitada la parte del río que nos pertenece. No estamos hablando que Nicaragua está pidiendo ser soberana del Colorado, pero desde ese momento, desde el año 2007, nos reservamos el derecho expresamente.

Igualmente, hicimos otra reserva –y no es un capí-tulo enorme, eran reservas pequeñas pero expresas– en la cual nos reservamos el derecho de demandar a Costa Rica por los daños ocasionados a nuestro medio ambiente en el río y por el desvío de aguas que habían hecho del Río San Juan. Eso está clarísimo en la Con-tra Memoria de Nicaragua, desde el año 2007 que la presentamos.

Otro punto: Costa Rica había presentado mapas. Nosotros también presentamos nuestro mapa oficial. Pero precisamente como son mapas basados en de-marcaciones sobre terreno, muy antiguas, pusimos una reserva adicional, porque tampoco estábamos discutiendo límites: Nicaragua decía que se reservaba expresamente todo lo relacionado con los límites en la boca del San Juan. Así es que los puntos que esta-mos discutiendo ahorita ya se les habían anticipado a la Corte, e incluso en algunas de las exposiciones ante la Corte se les dijo claramente que lo que se estaba dis-cutiendo ahí era un tema menor (que si podían andar con policías armados o si podían andar comerciantes en el río), que eso no era el fondo verdadero del pro-blema, sino que era la destrucción que habían hecho del río y el desvío de las aguas, que se las habían lle-vado todas al Colorado, que esos eran los temas que había que discutir.

Incluso se mencionó ante la Corte –porque estaba también y sigue estando– el problema gravísimo de las Minas de Las Crucitas, es decir, que van a envene-28

nar el río completamente. Eso también se le dijo a la Corte, pero simplemente se mencionó que eran los problemas que estaban sobre la mesa, los verdaderos problemas, que se dejaron exactamente ya dichos. No son cosas que estamos sacando de la manga ahorita, sino que ya habíamos reservado nuestro derecho, an-ticipando todos estos problemas.

Así que ahora, Nicaragua simplemente va sobre la línea de algo que ya había anunciado ante la misma Corte. Costa Rica ahora mete esta demanda, magní-fico, tiene su derecho; ellos aceptan la jurisdicción de la Corte, Nicaragua también siempre ha respetado a la Corte y naturalmente nos vamos a someter a lo que la Corte diga.

– ¿Hay algún peligro de que alguna medida caute-lar de las que está pidiendo Costa Rica pueda prospe-rar, ser escuchada por la Corte y ponerle una pausa a la limpieza o al dragado que está haciendo Nicara-gua, tomando en cuenta que en su momento Costa Rica sí hizo el dragado del Río Colorado?

No anticipo ningún problema en ese sentido; es de-cir, la posición de Nicaragua es sólida, así que no veo dificultad alguna. Por ejemplo, el General Julio César Avilés, jefe del Ejército de Nicaragua, recordó los dra-gados y los incidentes de hace un par de años, cuando Costa Rica estaba queriendo usurpar territorio de Nica-ragua. En ese momento, Nicaragua no llamó a la OEA, ni se metió en situaciones absurdas como está hacien-do Costa Rica en este momento.

La Corte no puede decir que Nicaragua no tiene derecho de dragar. Se contradeciría con su misma Re-solución y está clarísimo que el dragado es un derecho absoluto de Nicaragua; es decir, es parte, por así decirlo, de las concesiones que se hicieron a Costa Rica de de-cirle, «bueno, nos quitaron Nicoya, Guanacaste, en fin, demos por cerrado ese capítulo, pero el río es nuestro, todo lo relacionado con la navegación es de Nicaragua». Para mantener la navegación en el Río y que el río sea navegable, la única manera es mantenerlo, limpiándolo y dragándolo.

– ¿Cómo queda la OEA en esta situación? Llega Costa Rica, interpone y acude a este foro, y después lo deja a medio palo, digamos, porque incluso la OEA resolvió convocar a una consulta o reunión de Canci-lleres, y el mismo día Costa Rica se va a la Corte Inter-nacional de Justicia de La Haya.

Creo que Costa Rica hizo un uso indebido de la OEA. Es decir, el problema lo ocasionó para todos los miembros de la OEA. Este es un problema que ocasio-nó Costa Rica, porque en todo caso, una decisión de la OEA ya en definitiva, hubiera sido recomendarle a Costa Rica y Nicaragua que fueran a la Corte Interna-

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cional. Haciendo siempre comparaciones con casos anteriores, cuando se dio el problema del territorio en litigio con Honduras en los años 1950, intervino la OEA y ¿cuál fue su resolución? Decirle a Honduras y Nicara-gua, váyanse a la Corte Internacional y se resuelve su problema.

En todo caso, a la OEA lo que le hubiera correspon-dido es una resolución definitiva de decirles váyanse a la Corte. Ahora ya estamos en la Corte, ya no tiene ningún papel la OEA. Va simplemente a reafirmar que hay que usar un mecanismo pacífico para resolver las controversias. Entonces si vamos a la Corte estamos resolviendo pacíficamente nuestro problema. Así que el papel de la OEA ya terminó.

– ¿El dragado está dentro de lo que la Corte resol-vió el año pasado?

Absolutamente. Nosotros lo que le pedimos a la Corte es confirmar que Nicaragua tiene derecho a dra-gar el río. Incluso, durante las audiencias, los represen-tantes de Costa Rica dijeron: sí, Nicaragua tiene dere-cho a dragar el río conforme el Laudo Cleveland. Me acuerdo que yo dije al final, en la última intervención, que «Nicaragua se siente satisfecha con la declaración y reconocimiento que ha hecho Costa Rica aquí».

El problema, como digo, es que Costa Rica dice: sí respetamos la soberanía del San Juan, pero la sobe-ranía no significa nada. Entonces, dicen, sí nosotros aceptamos que Nicaragua tiene derecho a dragar. Pero ¿cuál es ese derecho de dragar? En cuanto empe-zamos a dragar... ¡ya cesó el derecho de dragar!

– Querían navegar armados...Exactamente, ¡navegar de cualquier manera! Para

comunicaciones, para cualquier cosa, porque ellos no lo llaman Ejército. Que eso es otra cosa, talvez a otro le corresponderá decirlo, pero recuerdo que durante esas audiencias ante la Corte Internacional –Costa Rica en todo foro no pierde oportunidad de decir: somos un país sin Ejército– que saqué un gráfico con lo que gasta-ban en armamentos Costa Rica, Nicaragua y Honduras para poner un ejemplo. Y Costa Rica gasta más de tres veces que Nicaragua, en armamentos y en gasto militar o paramilitar, porque no tiene oficialmente un Ejército.

Eso se puede buscar en todos los documentos; todos los que hacen investigaciones y publican datos oficiales de gastos. En el año 2007, el gasto oficial de Nicaragua fue 37 millones de dólares, el de Costa Rica 138 millones de dólares; más del doble que Honduras y más que El Salvador que ha sido un país mucho más grande en población. Sin embargo, eso es lo que gasta Costa Rica, ¡pero no tienen Ejército!

Las cosas tienen otro sentido cuando las usan ellos, cuando ellos usan una palabra, las palabras pierden un

sentido... soberanía es una cosa, ejército no; es decir, nosotros tenemos ejército ellos no tienen ¡y gastan más del triple para asuntos paramilitares! Y no es cues-tión siquiera de sacar una imagen de un costarricense vestido de militar simplemente: busquen en Google, que hay información absolutamente pública en lo que se gasta. Pueden averiguar lo que gasta Estados Uni-dos, Colombia, Honduras, ahí sale toda la información.

Así que no estamos hablando de un país indefen-so, ¡no es cierto eso tampoco! Y lo digo aquí, porque como en la Corte Internacional lo viven diciendo, entonces, cada vez que lo dicen, les vuelvo a con-testar lo mismo. Ahora que lleguen y digan eso, ya desde ahora les aviso, que volveré a repetirles lo mismo. Nada más que voy a ponerles el gráfico que saqué hace dos años y se los voy a poner al día, para ver cuáles han sido los gastos militares en los últi-mos dos años.

En las imágenes que Nicaragua retransmitió y que se habían publicado en Costa Rica, lo importante es que no sólo es qué gasta, sino el espíritu que tienen, que es de un ejército. Eso es lo que esas imágenes dan, lo mismo que los datos oficiales: 137-140 millones de dólares frente a 35 ó 38 que gasta Nicaragua. La im-presión que me dieron esas imágenes es: aquí lo que existe es espíritu de un Ejército belicoso.

– Ellos siempre han querido vender esa imagen de víctima...

No pierden ocasión; yo estoy hablando desde el punto de vista jurídico, y en principio, digamos, no me correspondería estar hablando de esos temas, pero sin embargo, ante la Corte Internacional cada vez que se presentan, vienen con lo mismo. Ahorita que pidieron intervenir en el caso de Nicaragua con Colombia, Costa Rica pone un párrafo en su inter-vención, que como ellos son un país indefenso que no tienen ejército, por eso quieren intervenir ante la Corte para que los proteja. Entonces, otra vez les vol-ví a contestar: miren, este país indefenso... tal y tal. Aunque parezca, digamos, y dé risa que un abogado esté hablando de eso, pero a mí, cada vez que me sa-can eso en la Corte ¡tengo que contestar!

– ¿El mundo es tan ingenuo, doctor, como para que todavía ese discurso pueda tener alguna credibi-lidad? En el Tribunal de la Corte Internacional de Jus-ticia, donde ahora se va a ventilar el tema, ¿hay tan-ta ingenuidad como para que pueda tener algún nivel de credibilidad este discurso de Costa Rica? ¿Qué tanto cuenta, a la hora de abordar el tema en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, ese espíritu de conflicto que ha planteado Costa Rica, de hostilidad, reiteradamente?

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Jurídicamente, la Corte no se va a basar en impre-siones de si tiene Ejército o no lo tiene, ni nada de esos detalles; lo que sí es importante señalar, es que yo creo que la Corte y los jueces tienen que molestarse, que los estén importunando por cosas que debieran de resol-verse entre las partes... ¡por problemas menores!

Recuerdo, por ejemplo, cuando estábamos discu-tiendo en la Corte el tema del derecho de transitar por el río, que Nicaragua cobraba un derecho de zarpe que era como un dólar por embarcación; entonces les dije en la Corte: “lo que Nicaragua recauda por todo ese cobro, no paga ni siquiera una hora de lo que estamos gastando aquí en esta Sala, de lo que cuestan los abo-gados y lo que cuesta tener las luces encendidas en este Palacio de la Paz”.

Entonces en este caso, ¿qué es lo que vamos a ir a discutir ahí? Todo se basa en un pequeño suampo de 2 kilómetros cuadrados que Nicaragua tiene la certe-za que es su territorio. Entonces, vas a ir a molestar a la Corte, con un problema que se debiera de resolver platicando, que es una cosa que se debiera de discutir y que no hay razón para haber llegado a la Corte. Todo lo demás son cosas de ambiente, pero yo creo que los jueces estarán clarísimos qué es esta tontería la que está sucediendo.

– Pero construyen una imagen, al momento de darle mayor o menor crédito al alegato de quién plantea ese argumento.

Claro, ellos están en una ofensiva mediática y di-plomática, en todos los ámbitos, en eso son especia-listas. Lo que pasa es que en la Corte ya conocen bas-tante el tema, no es que van a entrar a un lugar donde los jueces no saben de lo que estamos hablando. Es decir, vuelve Costa Rica a molestar, y a estar inven-tando problemas que son relativamente irrelevantes y pueden resolverse en conversaciones.

Como les digo, el problema con Honduras está vi-gente ahí en ese trecho que dejó la Corte y dijo: “Platí-quenlo y pónganse de acuerdo ustedes”. Ahora vamos a ir a movilizar todo esto que estamos haciendo, para un problema menor que perfectamente se pudo haber tratado y discutido con ellos. Vamos una comisión de ingenieros de ambas partes, veamos cuál es la reali-dad y nos ponemos de acuerdo. Eso es una cuestión sencillísima.

– ¿Tiene tiempo Nicaragua para esta deman-da? ¿cuánto más puede tomar la preparación?

Lo que quiero dejar claro es que esto que está pre-sentando Costa Rica, tampoco nos va a obligar a no-sotros a correr. Nosotros vamos a ir al paso que tenía-mos establecido y vamos a presentar las cosas en el momento oportuno, estamos estudiándolas y viendo

la manera en que las vamos a presentar y qué enfoque se les va a dar.

En el momento en que el Presidente nos diga, pro-cedan... ¡estamos listos! El caso lo tenemos bastante estudiado, no es una cuestión que nos agarra de sor-presa; así es que será simplemente cuestión de afinar detalles. Como ahora hay una demanda, tenemos que ver en qué forma vamos a orientar nuestra situación; pero esos son detalles, y lo demás, será buscar el mo-mento oportuno para presentar la demanda, cuando el Presidente nos dé la instrucción.

Normalmente son cosas largas, primero, por la Agenda de la Corte, pero también porque las partes solicitan muchas veces plazos largos para preparar sus alegatos. Así es que, por ejemplo, en el caso de Nicara-gua con Costa Rica, para la primera ronda de alegatos escritos, la Corte dio 9 meses, o sea, Costa Rica tuvo 9 meses para preparar su Memoria, y después, cum-plidos los 9 meses, Nicaragua también tiene 9 meses para contestar. Y después, una segunda ronda escrita y les dio un plazo creo que de 6 o 7 meses a cada parte por igual, y después, esperar en la agenda de la Corte para las audiencias públicas.

Son como cuatro años, y eso depende. Por ejemplo en el caso ahorita de Nicaragua con Colombia, lo em-pezamos en el año 2001, ya tiene 9 años... ¿qué suce-dió? Colombia, primero quería evitar la jurisdicción de la Corte y opuso excepciones. Entonces, todo eso era un trámite que tomó bastante tiempo, se dictó una sen-tencia diciendo que sí era competente la Corte y demás. Estamos ya listos para tener audiencias el próximo año en el caso de Colombia, y ahora vienen nuestros veci-nos, Honduras y Costa Rica, buscando cómo hacerle el lado a Colombia y piden intervenir en el juicio. Ya es otro atraso, hubo audiencias hace un mes sobre ese tema, otro gasto, otro caso. Ese es el problema a veces con estos casos, que es difícil prever todas las cosas que van a suceder y luego, también depende del tiempo de la Corte. Así es que tarda su tiempo.

– ¿Cuándo podríamos estar presentando la de-manda? ¿tiene un peso a la hora de mayores o me-nores posibilidades de éxito en la Corte, el hecho de presentar primero o después una demanda?

Depende de las instrucciones del Presidente. Ob-viamente, ahorita vamos a tener que ir a una audiencia pública porque Costa Rica está pidiendo estas medi-das. Eso nos va a ocupar tiempo a nosotros, pero si el Presidente me dijera: la próxima semana se presenta la demanda, pues también podemos hacerlo. Lo que pasa es que para la demanda nuestra no hay apuro ahorita, eso viene en su curso y va a ser una demanda que la vamos a presentar independientemente de la demanda de Costa Rica.

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– ¿En su momento, la Corte tendría que unir los casos, las demandas?

Es posible, pero no podría anticiparme a eso, porque la demanda nuestra tiene elementos com-pletamente diferentes, porque precisamente la de Costa Rica la están limitando a un problemita de dos kilómetros cuadrados de suampo en la boca del Río, eso es básicamente la demanda de Costa Rica. La demanda nuestra, como dije, hablamos de miles de kilómetros cuadrados que se ven afectados por los daños que se le han ocasionado al río, además de los derechos de navegación nuestros por ese río, que prácticamente no tenemos. Ese río no es navegable todo tiempo, en verano es imposible, ahí práctica-mente se camina por el río.

– ¿Cómo hacer para que de una vez por todas Cos-ta Rica entienda, y eliminar esa tentación histórica que ha tenido y que se proyecta hacia adelante, de recurrir a nuevos conflictos para pretender usurpar-nos ese recurso importante, como es el Río San Juan?

Francamente, si uno ve las cosas de futuro, diría ¡qué bien que Nicaragua está pretendiendo mejorar la navegación en el río y dragarlo! Pero ¿qué sucede? La salida natural del río es por Nicaragua, eso se ha-bía visto desde el Siglo XIX cuando los mismos Esta-dos Unidos querían hacer el canal por Nicaragua; no estaban pensando hacerlo por el Colorado, porque no prestaba las condiciones, siempre la salida natural es por la parte nuestra. Si nosotros mejoráramos la na-vegación y Costa Rica tiene derecho a navegar con objeto comercial, Costa Rica podría incluso aumentar sus negocios de turismo y todo lo demás, si nuestro río fuera navegable verdaderamente.

Entonces, si verdaderamente ponen los pies sobre la tierra y nos quitamos el lastre del pasado, creo que es un beneficio común el que vamos a tener si Nicaragua mejora el río; y Costa Rica tiene derecho de navegar en el río con objetos de comercio, entonces Costa Rica sale beneficiada. Porque no veo que la mejora que se vaya a hacer en el río cause la desaparición ni mucho menos del río Colorado. No se trata de eso. Simplemente vol-ver el río a su caudal natural navegable, que es lo que decía Alexander... que sea navegable.

Francamente, lo que deberían estar negociando los ticos con Nicaragua, es qué beneficios pueden obtener, buscando incluso cómo ayudarnos para mejorar el río. Si logramos mejorar la situación en el río, dentro de diez o veinte años, la gente va a decir: ¿y cuál era el pleito, si aquí todos salimos be-neficiados? Así que, ojalá podamos pasar esta pági-na rápido, que verdaderamente se continúe con las obras que se están haciendo, que el río se recupere, y todos saldremos ganando.

(**) Entrevista realizada por ambos periodistas y transmitida por los canales de televisión 4 y 8, el pasado

19 de noviembre.

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Toni Solo* ______________

La migración ha sido un fenómeno constante en la historia humana desde los primeros indicios de la presencia humana en la Tierra. Las grandes

ondas migratorias históricas han legado a la humanidad los rasgos étnicos y lingüísticos que caracterizan las po-blaciones del mundo actual. En los últimos siglos, la mi-gración ha resultado no tanto de la conquista militar de los poderes coloniales dominantes, sino de las grandes necesidades de las mayorías empobrecidas precisamen-te por la dominación de aquellos países poderosos.

Hay muchos ejemplos de este duradero y, general-mente, muy triste fenómeno. Han sido muy parecidas las experiencias de la gente emigrante, por ejemplo, de Turquía en Alemania, de los irlandeses en Inglaterra, de los argelinos en Francia, de los tailandeses y filipinos en Arabia Saudita y los países árabes del Golfo Pérsico. En las Américas, es notoria la situación lamentable de los emigrantes indocumentados hacia Estados Unidos. Por supuesto, hay muchos ejemplos más en todo el mundo.

En América Central el ejemplo emblemático de esta realidad global es la migración de los nicaragüenses hacia Costa Rica. En el año 2000, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de Costa Rica calculó que alrededor del 75% de la migración hacia Costa Rica provenía de Ni-caragua. La cifra aceptada del número de personas de ciudadanía nicaragüense que trabajan en Costa Rica va-ría desde 300,000 a 500,000 y hasta 800,000. Evidente-mente, el número de los migrantes puede variar mucho en relación al tipo de trabajo estacional disponible en las distintas épocas del año.

La experiencia nicaragüensePara los nicaragüenses el sentir típico de su expe-

riencia como ser humano en Costa Rica es negativa. Las palabras de un campesino de 70 años del municipio de Cárdenas fronterizo con Costa Rica expresan un punto de vista muy común:

“Me fui a Costa Rica en 1960. Estuve por la frontera con Panamá. El problema de Costa Rica es que ellos no quieren al nicaragüense. No lo quieren. Hay mucha ofen-sa. Y al nicaragüense no le gusta que le ofendan. Pero es bueno tener la amistad con Costa Rica por el motivo de que hay mucha gente que va a Costa Rica para buscar la vida, para trabajar. Pero si en Nicaragua hubiera lo que los nicaragüenses necesitan, no saliéramos a Costa Rica porque es un problema estar en país ajeno. Y en tiem-

La migración nicaragüense en Costa Rica

Un tesoro despreciadopo de guerra es cierto que nos daban albergue allí, pero también estaba la forma en que lo trataban a uno. Un costarricense es bien atendido aquí en Nicaragua. Nadie le dice nada. Menos ofende. Pero ellos sí nos ofenden a nosotros. Lo miran a uno como gato. Y eso no es bueno”.

Otras personas balancean este tipo de sentimiento negativo con apreciaciones positivas. Notan que no to-dos los costarricenses evidencian xenofobia y que tam-poco son iguales todos los nicaragüenses que viajan a Costa Rica. En su artículo “Migraciones y migrantes ni-caragüenses en Costa Rica: aspectos de un continuo”, Juan Carlos Vargas ha escrito sobre la hipótesis de una “convivencia conflictiva” entre los costarricenses y los migrantes nicaragüenses:

“Si se ha de aceptar que se presenta una «conflicti-vidad», esta no se da únicamente con los nicaragüenses y no se corresponde con el proceso migratorio y menos aún con los más recientes. Aún aceptando la existencia de un conflicto, debe tenerse presente que no se da con todos los nicaragüenses (inclusive no sólo con ellos), ni en todos los lugares y espacios en que estos conviven con la población nacional....los elementos que deben tenerse presentes es que la categoría de la «identidad» (cultural, por ejemplo) no es estática ni homogénea. Así, no pueden tratarse como «iguales» sólo por tener la misma naciona-lidad. Una de las «características» de la mayoría de las investigaciones que se han realizado es el tratar a todos como iguales. Así no se hacen las debidas distinciones en-tre los diferentes movimientos migratorios y los migran-tes involucrados”.

Entonces, es necesario reconocer la complejidad de la realidad de la migración nicaragüense a Costa Rica. Sin embargo, hay un consenso sobre muchos aspectos im-portantes de aquella realidad. Los estudios académicos concuerdan mucho, tanto sobre la historia de la migra-ción nicaragüense a Costa Rica como sobre sus caracte-rísticas principales hoy en día.

Fondo históricoPara Costa Rica, la inmigración probablemente ha

sido igual de importante en la formación del país como ha sido para Argentina –otro país con altos niveles his-tóricos de inmigración. Durante toda su historia, por su relativa estabilidad política y su necesidad de mano de obra, Costa Rica ha recibido inmigrantes de toda Amé-rica Central y el Caribe y también de los Estados Unidos. Pero la más importante numéricamente ha sido la mi-gración de Nicaragua hacia Costa Rica.32

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El profesor asociado de Ciencias Políticas de la Univer-sidad de Costa Rica Alberto Cortés Ramos, en su “Informe sobre el Estado de la Comunidad Nicaragüense en Costa Rica”, identifica tres grandes períodos históricos de la mi-gración nicaragüense a Costa Rica. El primero, al final del Siglo XIX e inicios del Siglo XX, fue por la construcción del ferrocarril al Caribe, el desarrollo de la minería y el estable-cimiento del enclave bananero. En este período, la migra-ción nicaragüense a Costa Rica fue de entre 1% y 2.5% de la población que tenía Nicaragua.

Otra fase importante fue entre 1975 y 1990 cuan-do Nicaragua sufrió una constante inestabilidad. La guerra de liberación nacional contra la dictadura de la familia Somoza costó miles de vidas. Después, duran-te la década de 1980, el gobierno de Estados Unidos organizó una guerra terrorista con el fin de derrocar al gobierno revolucionario del Frente Sandinista de Libe-ración Nacional. Durante todo este período, la migra-ción nicaragüense a Costa Rica constituyó más de 7.5% de la población de Nicaragua.

De acuerdo con el análisis del Profesor Cortés Ra-mos, la migración se aumentó todavía más durante el período 1990-2006. La desesperación de muchas fami-lias en Nicaragua a raíz de la falta de desarrollo econó-mico a favor de la población mayoritaria forzó a muchos hombres y mujeres a emigrar a Costa Rica para poder sostener a sus familias. Durante este período de los go-biernos de corte neoliberal en Nicaragua, se estima que la migración nicaragüense a Costa Rica alcanzó más de 9% de la población de Nicaragua.

El estudio del Profesor Cortés Ramos indica que 74% de los nicaragüenses que emigran de manera perma-nente a Costa Rica vienen del Pacífico. En cambio, 61% de los migrantes estacionales vienen de otras regiones de Nicaragua. Entre el 30% y 50% de los migrantes es-tacionales proceden de hogares pobres.

En años recientes, las autoridades costarricenses han llegado a ser más represivas contra los migrantes de Ni-caragua. Ha habido redadas e intentos de deportación masivas de inmigrantes indocumentados. Desde 2005, las leyes migratorias en Costa Rica han llegado ser más represivas a pesar de campañas activas de oposición de parte de los sectores progresistas del país.

Un incidente que provocó mucho resentimiento entre los nicaragüenses fue la relativa indiferencia de parte de las autoridades costarricenses en el caso de Natividad Can-da Mairena, un migrante nicaragüense indocumentado de 24 años, muerto por un par de perros “rottweiller” a finales del año 2005 en plena vista de dos policías costarricenses que no hacían nada para ayudar al pobre hombre.

Situación socio-económicaEn 2006, de la población migrante nicaragüense, el

porcentaje económicamente activo fue de 67% contra 55% de los costarricenses. Los estudios académicos confirman que, en términos de inserción laboral, los ni-

caragüenses hacen los trabajos que los costarricenses han abandonado. Los nicaragüenses trabajan princi-palmente en las labores agrícolas, la construcción, el empleo doméstico y en la vigilancia y seguridad. Estos nicaragüenses han permitido a Costa Rica aumentar su fuerza laboral y sostener un Producto Interno Bruto más alto de lo que habría sido posible solo con los traba-jadores costarricenses.

La población nicaragüense está ubicada principal-mente en la zona central de Costa Rica, aunque tiene presencia en casi todas las regiones del país. Se carac-teriza por menores niveles educativos en comparación con la población costarricense, aunque es más elevado que el promedio de su país de origen.

Las desventajas identificadas por los estudios aca-démicos se identifican en todas las actividades huma-nas. Un inmigrante nicaragüense recibe una remune-ración baja, lo cual implica trabajar varias horas más al día para poder ganar lo mismo que su homólogo cos-tarricense. Es muy común que los empleadores costa-rricenses no le reconozcan horas extras.

En 2001, el 34% de los nicaragüenses no pobres en Costa Rica no estaban asegurados, frente a un 14% para los costarricenses. Entre la población pobre, 47% de la fuerza laboral nicaragüense no estaba asegurada contra 23% entre la costarricense. Para muchos nicaragüenses, el acceso a servicios públicos en general es muy difícil por motivo de su falta de documentación. Además, el objetivo para la mayoría de los migrantes nicaragüen-ses es maximizar su capacidad de enviar dinero a sus familiares en Nicaragua.

Con respecto a la vivienda, un estudio de 2001 indi-caba que el 34% de los hogares nicaragüenses con jefe de familia, tenía su vivienda en mal estado, frente a un 11% de los hogares costarricenses. El hacinamiento también: 46% de los hogares pobres y 52% de los ho-gares bajo pobreza extrema, estaban hacinados. En los hogares costarricenses, los porcentajes eran 11% y 17% respectivamente. 33

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Leticia Herrera, quien fue Cónsul de Nicaragua en Costa Rica entre 2007 y 2009, identifica los siguientes problemas principales para los migrantes nicaragüenses en Costa Rica:

• Solo un 50%-60% ingresa sellando su documento de viaje por los puestos fronterizos.

• La mayoría, aunque entran con visa de turista, llegan a trabajar, por lo que después de 30 días pasan a la ca-tegoría de irregulares.

• Quienes pasan a la categoría de irregulares corren el riesgo de ser apresados/as por la policía migrato-ria. Los empleadores costarricenses aprovechan su situación de irregularidad para pagar barato, eva-dir el pago de seguro social y no reconocer las otras prestaciones sociales y laborales.

• Consecuentemente con lo anterior, la población mi-grante nicaragüense se constituye en usurpadora de servicios sociales que la población costarricense co-mún lo resiente.

• Intereses soterrados subliminalmente cultivan y agitan la xenofobia, difundiendo comentarios, expresiones y argumentos diversos, que repe-tidos como estribillo, calan en la conciencia del costarricense.

• El bajo nivel cultural-intelectual y técnico-pro-fesional de los migrantes nicaragüenses, funda-mentalmente en los sectores agrícola, agro-in-dustrial y construcción, no le permite informarse adecuadamente sobre las condiciones del mer-cado laboral que le corresponde.

• Los migrantes más vulnerables son quienes ingresan por puntos ciegos o por medio de coyotes; y aún son más vulnerables las mujeres y los menores de edad.

• El nivel de desarrollo estructural del crimen orga-nizado, que actúa invisibilizado pero consistente-mente, explota con mayor facilidad a los migrantes nicaragüenses, por sus niveles de pobreza, desem-pleo y necesidades elementales no satisfechas.

• Cuando los funcionarios de la representación diplo-mática nicaragüense no se proyectan como servi-dores públicos que se deben a sus connacionales, ello también constituye un problema para la pobla-ción nicaragüense migrante.

• Otro factor que puede constituir un problema para la migración nicaragüense es la dispersión de prin-cipios, de valores de nacionalidad, de solidaridad, de comunidad.

La situación concretaPara Leticia Herrera la situación de las mujeres nica-

ragüenses migrantes en comparación con los hombres es similar a la desventaja que en general tienen las mu-jeres costarricenses en comparación con los hombres. Se trata de la desigualdad salarial, el desconocimiento a calidades y capacidades iguales por razón de sexo, el acoso laboral y sexual. Como en toda la región centro-

Los costarricenses con este problema actual entre Nicaragua y Costa Rica nos han saca-do en cara todos los favores que nos han

hecho.Nosotros como pueblo educado y muy ma-

cho no le sacamos en cara los favores a nadie ni les restregamos los favores a nadie. Déjame explicarte porque te estoy hablando así: por-que nosotros hemos hecho grandes favores a Costa Rica. En su guerra de liberación cuando Figueres, nosotros los nicaragüenses les conse-guimos las armas (como Edelberto Torres y Ro-sendo Argüello).

En esa guerra de liberación, por la que Costa Rica es hoy lo que es, murieron miles de nicara-güenses.

Y estos migrantes que están hoy en Costa Rica, en número de 300,000 o 500,000, no lo digo yo, lo dicen instituciones costarricenses, le han produci-do al pueblo, gobierno y al Estado de Costa Rica US$25 mil millones en diez años.

Entonces nosotros les hemos hecho las bana-neras a los ticos, les hemos hecho sus haciendas ganaderas, nosotros les levantamos las cosechas de café, la cosecha de caña, nosotros les estamos construyendo los edificios y las casas en Costa Rica con mano de obra nicaragüense.

Sin embargo en Costa Rica esa aristocracia que gobierna, esa gente de la meseta central que discri-minan a los mismos costarricenses del sur y del nor-te, ven con desprecio a los de Guatuzo y de Guana-caste y allá a los del sur del Golfito los ven de menos.

Entonces a los nicaragüenses, a los salvadore-ños, a los hondureños y a los guatemaltecos los ven como indios despreciables. Porque esa aristo-cracia costarricense se cree suiza, europea, no se siente hermana de los centroamericanos.

Edén Pastora:«Costa Rica nos debemuchos favores»

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americana, las mujeres están expuestas al abuso y la violencia tanto en su hogar como en su trabajo.

Sin embargo, opina que, en contraste con la situa-ción de las mujeres costarricenses, las ciudadanas ni-caragüenses en Costa Rica, “sin distinción de edad, son más vulnerables a la influencia directa e indirecta del crimen organizado (narcotráfico, prostitución, trata de personas, etc). La esencia de las diferencias es que siendo la migrante nicaragüense es aún más vulnerable, está más desamparada y siempre es quien carga la res-ponsabilidad de los hijos/hijas”.

Herrera cree que “existe xenofobia subliminalmen-te cultivada y alimentada, de lo cual sería inadecuado culpar a la población costarricense de forma absoluta, porque aunque se tiene el concepto generalizado de que es un pueblo muy culto; que el índice académico es reconocido mundialmente, es una población con cier-to nivel de ignorancia. El sector empresarial, sea agrí-cola, agro-industrial o de la construcción; citadino o rural, en general solo ve en el migrante a la persona de oportunidad para mejor servirse de él o ella, obtener productividad, eficiencia a muy bajo costo financiero”.

“El sector político-gubernamental –agrega Herre-ra– que por tener acceso a las esferas de ejercicio del poder y por lo tanto es más consciente de la situación que enfrentan los migrantes en general y los nicara-güenses en particular, por principio lógico de los inte-reses de clases sociales a los que responden, poco les puede interesar la implementación de políticas públi-cas que se correspondan con la población nicaragüen-se migrante, aunque ya sean residentes o padres de ciudadanos costarricenses. En la población común, en-tre los asalariados y la gente pobre se encuentra más solidaridad hacia los nicaragüenses. Ello se manifiesta más en el interior del país”.

Actitud del gobierno costarricenseCon respecto a las actitudes de las autoridades cos-

tarricenses, Leticia Herrera nota que en su experiencia estas siempre han sido muy ambiguas e incoherentes: “...desde la administración neoliberal de Violeta Barrios, se constituyó una Comisión Binacional, misma que es-tancó su funcionamiento estando la administración neoliberal de Arnoldo Alemán, cuando éste metió ruido tomando como eje el tema del Río San Juan, pero con el objetivo de trasfondo de crear cortina de humo alrede-dor del tema la quiebra de los Bancos y demás”.

“Esta comisión Binacional se reactivó nomás asumió el gobierno Daniel Ortega Saavedra. En el marco de tal cir-cunstancia, patrocinado y financiado por la Cooperación Internacional para el Desarrollo de España se concibió el denominado Proyecto de Codesarrollo y para materializar-lo se organizó una Comisión Técnica Operativa Binacional y nos ofrece el mejor ejemplo para graficar este aspecto de la política de gobierno de Costa Rica hacia los trabaja-dores migrantes nicaragüenses. La mencionada Comisión 35

estaba integrada por el Ministerio del Trabajo; Migración y Extranjería; el Ministerio de Relaciones Exteriores; la representación de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en los dos países y además, de manera muy operativa, el Consulado de Nicaragua en Costa Rica. El Proyecto de Codesarrollo para las Migraciones Labora-les sería el tema y razón de la Comisión Técnico-Operativa Binacional.

Los Términos de Referencia, para denominarlo de algún modo, consistirían en lo siguiente:• Canalizar de forma ordenada, con Contrato Labo-

ral y documento de viaje con un Permiso laboral migratorio a la fuerza de trabajo migrante nicara-güense.

• Elaborar, implementar y dar seguimiento y soste-nibilidad a un Protocolo de Procedimiento de la migración laboral nicaragüense, en los sectores de la Construcción, Agrícola y Agro-industrial.

• Dotar a las instancias componentes de la Comisión Técnica-Operativa Binacional de recursos y medios que favorecieran su buen desempeño en beneficio de los trabajadores migrantes, todo supervisado y administrado por OIM.

Esto implicaba que, por un lado, el Ministerio del Trabajo de Costa Rica se proyectara al sector empre-sarial contratista para recibir sus solicitudes de tra-bajadores; dar a conocer la proforma de Contrato de Trabajo y las condiciones de beneficio del Proyecto de Codesarrollo.

Por otro lado el MITRAB, teniendo la cantidad de demanda de trabajadores, por medio de las oficinas de la institución en los Municipios se encargaría de recep-cionar y conformar los contingentes de trabajadores, de acuerdo al oficio.

Migración de Nicaragua, de acuerdo a lo establecido daría atención particular a la emisión de los documen-tos de viaje de los contingentes obreros o simplemente pondría el sello de Permiso Laboral Migratorio al que ya tuviera su pasaporte.

Ambas migraciones garantizarían una ventanilla exclusiva para la tramitación migratoria de esos con-tingentes de trabajadores, los que serían recibidos por los representantes de las empresas contratistas en la frontera.

Puestos en territorio costarricense en los respec-tivos centros de trabajo, las autoridades laborales de Costa Rica y los Consulados de Nicaragua, en conjunto o individualmente, supervisarían el cumplimiento de los Contratos y se verificaría visitando dichos centros.

Aunque el protagonista y rector del Proyecto era o es el MITRAB, muy poco o nada potencializó las opor-tunidades que aseguraba teóricamente el proyecto. Las instituciones costarricenses, al amparo de un be-neficio que supuestamente se dirigía a la población nicaragüense trabajadora migrante, son quienes me-jor y más provecho sacaron del proyecto, pero poco o

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nada se reflejó en la población migrante nicaragüen-se. Toda esa actitud es una manifestación de la voluntad de la política de gobierno de Costa Rica específicamente hacia la migración trabajadora migrante nicaragüense”.

Leticia Herrera nota que los niveles de xenofobia se au-mentaron en el 2006 pero bajaron en 2007 y 2008 sólo para cambiar de nuevo en 2009.

“En 2009, se sentía otro ambiente. Había manifesta-ciones aisladas y en determinados sectores, sin llegar a ser generales. Graficaré con unos cuantos ejemplos:

Sin que existiera una ley de Migración que regulara la presencia de una Policía Migratoria, cuando menos se esperaba se implementaban redadas. Aún en el propio San José, les quitaban no solo el pasaporte, que para los efectos de estar en el extranjero es el documento de identificación, sino que también su cédula de identidad nicaragüense. Ninguno de los dos documentos tienen por qué ser requisado; eso constituye una violación cra-sa a derechos humanos.

Cuando ya tenían docenas y docenas de documentos requisados los enviaban al consulado. Ello me permitió solicitar una entrevista con el entonces Director de Mi-gración, Licenciado Mario Zamora y reclamé sobre ese tipo de atropellos. Solo obtuve como respuesta que esa no era política de la institución, que algunos funciona-rios se excedían en sus atribuciones y que tomaría me-didas al respecto. A mediano plazo cesaba la ocupación de documentos, pero a los pocos meses se volvía a repe-tir. Volvía a reclamar, en el pleno ejercicio del cargo que desempeñaba. Lo que pasó después es que no volvieron a mandar los pasaportes que requisaban durante los operativos que hacían.

En comunidades transfronterizas, como Upala y Los Chiles, solo para nombrar las más conocidas, de-terminados días de la semana, por ejemplo, domingo para amanecer lunes, en el transcurso de la noche, eran verdaderas jaurías apresando a migrantes que entran por puntos ciegos, de modo que los lunes y martes las cárceles de esos lugares estaban llenas de paisanos, a los que ni agua para tomar les pasaban durante los días que los tenían encerrados. Los privados de libertad no tienen acceso a los beneficios que establece la legisla-ción costarricense, arrogándose los beneficios sólo a los costarricenses.

Tales beneficios como el de incorporarlos a progra-mas laborales o de estudio, favorece en el sentido que conmuta pena. Son excepcionales los centros peniten-ciarios que les permiten a los nicaragüenses integrarse

a tales programas. Existen 26 centros penitenciarios y hasta septiembre del 2009 pude llevar una estadística aproximada de 1,000 a 1,200 nicaragüenses privados de libertad; de ellos, el 60% condenado y el resto in-diciado, pero en esta categoría muchos pasaban más de un año.

La legislación internacional establece que toda auto-ridad represiva o migratoria tiene la obligación, cuando detiene o va a deportar un ciudadano extranjero, debe de inmediato avisar al consulado de la nacionalidad propia del detenido. Con los nicaragüenses, solo en contadas ocasio-nes se cumplía esa norma, no obstante hacer los señala-mientos de nuestra parte.

Son solo cuatro ejemplos que eran o son los más co-tidianos, y de los que llegaban a nuestro conocimiento.

En el primer semestre del 2010, entró en vigencia una nueva Ley de Migración, la cual ya institucionalizaba la Policía Migratoria y una Policía Auxiliar. Esa ley designó po-testades a esos cuerpos policiales de poder allanar casas, centros de trabajo y todo lugar donde supusieran hubiera indocumentados, sin necesidad de presentar una orden ju-dicial para el allanamiento.

Por lo tanto, lo que se percibe –para calificar bonda-dosamente– es que de un período a otro, de una admi-nistración de gobierno a otra administración de gobier-no, en la historia reciente de Costa Rica no hay cambios significativos.

Puedo afirmar que la Iglesia ha sido el baluarte de defensa más beligerante que han tenido los migrantes nicaragüenses, fundamentalmente la Iglesia Católica y la Iglesia Luterana, Algunas ONG en algunas provincias han sido solidarias y defensoras de los derechos humanos”.

Dentro del contexto del conflicto artificial provocado por el gobierno de Costa Rica sobre la zona fronteriza del Río San Juan de Nicaragua, la situación de los mi-grantes nicaragüenses en Costa Rica es más complicada y difícil que nunca. Esta realidad hace más importante garantizar un desempeño óptimo y una proyección am-plia de los funcionarios de los cuatro Consulados y de la embajada de Nicaragua en Costa Rica. Así se asegurará una compenetración adecuada y una disposición decidi-da en incidir con determinación para ayudar a resolver los problemas de los migrantes nicaragüenses en ese hermano país.

*Activista radicado en Centroamérica

____________________Fuentes de referencia

l «La migración nicaragüense: un fenómeno social, cultural y económico determinante», Cirilo Antonio Oterol «Migración nicaragüense en Costa Rica: población, empleo y necesidades básicas insatisfechas», FLACSO, Costa Rical «Estimación del volumen y características socio-demográficas de los inmigrantes nicaragüenses en Costa Rica». Tesis de maes-

tría de Gilberth Brenes, Escuela de Estadística, Universidad de Costa Rica, Agosto 1999.

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Gustavo J. Fuchs* ________

La controversia entre los gobiernos costarricen-ses y nicaragüense, ha sido sumamente rápida en su desarrollo y extremadamente confusa en

su información. El manejo del tema por los medios co-merciales de ambas naciones ha contribuido a generar un clima sumamente peligroso.

La crisis entre ambas naciones se oficializó el 21 de Octubre pasado, cuando la cancillería costarricense envió un reclamo formal al gobierno nicaragüense. El reclamo se hizo en base de un supuesto daño ambien-tal ocasionado por el dragado de la desembocadura del Río San Juan y el depósito de los sedimentos de la draga dentro de lo que el gobierno de Costa Rica in-siste es territorio costarricense. Como respuesta, Ni-caragua envió un reclamo por el ingreso de efectivos costarricenses en territorio nicaragüense.

En tan solo dos semanas, el conflicto escaló has-ta la OEA, ante la negativa costarricense de resolver el asunto en La Haya, propuesta que Nicaragua ha-bía mantenido desde el comienzo. Con la visita del Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, a ambas naciones, y su posterior sobrevuelo por el área en disputa, su primera reacción fue afirmar la necesidad de amojonar la zona, una demanda planteada por el gobierno nicaragüense. Costa Rica condicionó el amojonamiento al retiro de las tropas nicaragüenses del área.

Antes de llegar a estas alturas, una cita binacional estaba programada para el 23 de Noviembre. Inclu-sive en la carta de reclamo del gobierno nicaragüen-se, se reiteraba su posición de aprovechar la reunión para dialogar sobre la situación, haciendo énfasis en el tema de los mojones.

Finalmente el gobierno costarricense llevó el caso a la Organización de Estados Americanos (OEA), una posición oficial manifestada desde un comienzo. Por su parte, el gobierno de Nicaragua insistió en que el conflicto debía ser llevado a la Corte Internacional de Justicia (CIJ, La Haya) para obtener una resolución de-finitiva, ya que la corte había tratado un caso relacio-nado en el 2009.

Un conflicto fabricadoen Costa Rica

Curiosidades incómodasEl tema del amojonamiento de la frontera había

demostrado su importancia una semana antes del conflicto; dos agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) costarricense habían sido arrestados por autoridades nicaragüenses al cruzar la frontera de for-ma ilegal. El OIJ justificó a los agentes afirmando que ellos no habían visto señalamientos (mojones) y por tanto no se percataron de haber cruzado la frontera.

Poco antes de que comenzara el conflicto entre ambas naciones, el gobierno costarricense estaba pendiente de las obras que se realizaban en el Río San Juan. Ante un movimiento de tropas del ejército nicaragüense en la zona, las autoridades costarricen-ses desplegaron un operativo “preventivo” en la Isla Calero. Después de permanecer ahí por varios días, el Ministro de Seguridad, José María Tijerino, afirmó que la zona estaba asegurada y que se mantendría un im-portante contingente policial.

En esas mismas fechas, el gobierno de Nicaragua solicitaba formalmente al gobierno costarricense ayu-da para detener a una importante banda de narcotra-ficantes que estaba operando en la zona. Días después ocurrió la incursión del ejército nicaragüense en la fin-ca de una familia tica de apellido Reyes.

Edén Pastora aseguró en la televisión nicaragüen-se que se encontraron armas de grueso calibre, barri-les de combustible, lanchas rápidas, seis hondureños indocumentados y teléfonos satelitales. Fue en ese

narcotraficantes capturados

por el ejércitode Nicaragua

en la zona.

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momento que la familia Reyes Aragón recurrió a las autoridades costarricenses y el gobierno comenzó a indagar el caso. Y fue hasta ese entonces que se co-menzó a hablar de una “invasión”. Pero el gobierno costarricense no ha hecho ningún esfuerzo por aclarar el incidente de la mencionada familia, y los medios de comunicación menos.

Curiosamente, Tijerino afirmó haber retirado el con-tingente policial de Isla Calero –presente desde Octu-bre– para evitar enfrentamientos con el ejército nicara-güense; días después se desplegaría un nuevo operativo en el sitio de los hechos. En este segundo acto, las fuer-zas policiales costarricenses fueron al sitio vestidos de fatiga (y no con su uniforme oficial), cargando armas de grueso calibre (M-16 y M-60).

Si bien es cierto que Costa Rica no cuenta con Fuerzas Armadas, la vestimenta proporcionada fue similar a la de los marines norteamericanos –la cual no es tradicional– y se desplegó una fuerte presencia de medios de comunicación, dando una clara señal del papel que estos jugarían. Un ejemplo fue la pre-sentación que hiciesen el canciller René Castro y el ministro Tijerino en el programa televisivo costarri-cense “7 Días”, donde explicaron a la teleaudiencia la situación con Nicaragua.

Dejando de lado los hechos (que siguen siendo afir-maciones acompañadas de negaciones inmediatas), se debe de investigar a profundidad las razones que podrían estar impulsando a la presidenta costarricen-se dentro de este conflicto.

El proceso electoral de 2009, que concluyó en febrero de 2010 con el triunfo de Laura Chinchilla y su Partido Liberación Nacional (PLN) por segun-da vez consecutiva, tuvo interesantes aspectos. El PLN desplegó una fuerte campaña para posicionar al Movimiento Libertario (ML) como “el partido de oposición” –con toda la intencionalidad de opacar al Partido Acción Ciudadana (PAC), con quien tienen se-rias diferencias ideológicas. Esto quedó en evidencia dado el intercambio de ataques entre ambas agru-paciones políticas. Sus diferencias ideológicas eran pocas y quienes financiaron al PLN también finan-ciaron al ML (ver recuadro aparte). Después de las elecciones, ambos partidos hicieron un nuevo pacto. Entretanto, los medios de comunicación se encarga-ron de explotar la inseguridad ciudadana como pilar del debate electoral.

En ese contexto y con una población manipulada, surge el señor José María Tijerino como nuevo Minis-tro de Seguridad. Desde su llegada, el ministro enten-dió su rol e hizo llamados a incrementar la presencia policial en las calles y a aumentar los efectivos policia-les. Evidentemente, la inseguridad –que realmente ha incrementado en el país, pero no a los niveles perci-bidos por la población– sigue siendo el tema que más preocupa a la población y muy vinculado a ello, está el narcotráfico.

Con esa justificación, la Asamblea Legislativa –do-minada por el PLN y el ML junto a dos partidos cristia-nos minoritarios– autorizó el arribo y permanencia de 46 buques de guerra estadounidenses, portando varios helicópteros y 7,000 marines, quienes a su vez queda-ron exentos de responder ante cualquier abuso cometi-do (inmunidad) durante su estadía en nuestro país.

Narcotráfico amenaza Costa RicaEn el marco de la celebración del día de la indepen-

dencia (15 de Setiembre), Chinchilla pronunció un aira-do y fatalista discurso con tintes similares a la “guerra contra el terrorismo” del gobierno estadounidense. El discurso era enfático en declarar al narco como un nuevo “enemigo” a combatir.

El diario La Nación reseñó así el acto del 15 de sep-tiembre pasado:

«La celebración oficial de los 189 años de la Inde-pendencia Nacional (el día anterior) tuvo una grave tonalidad roja, de alarma. La presidenta Laura Chin-chilla dedicó su discurso de fondo a encender todas las alarmas por el estado de la delincuencia en el país y, sobre todo, para clamar por la convergencia de crite-rios sobre este tema con la Asamblea Legislativa y con el Poder Judicial. A los diputados pidió aprobar leyes para financiar la lucha contra el crimen organizado y a

Fuerzas armadascostarricenses.

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los magistrados los invitó a adaptar sus criterios a las condiciones actuales de la delincuencia.

Chinchilla habló así dos semanas después de que la Sala Constitucional prohibió al Gobierno hacer retenes preventivos en carreteras, al acoger un recurso de un abogado y determinar que es “inadmisible” la prepon-derancia de intereses colectivos sobre los derechos fundamentales de una persona.

“No podemos seguir trabajando con los mismos instrumentos. Hay una situación cualitativamente distinta que amenaza nuestras instituciones y nues-tras libertades públicas. Confío en poder converger posiciones de los tres poderes”, declaró la mandataria ante su equipo de gobierno, diputados y decenas de embajadores extranjeros.

Chinchilla evitó mencionar siquiera el nombre de la Sala IV, pero dijo que solo replanteando el combate con-tra el narcotráfico podrá el país mejorar la seguridad.

“Estamos ante un flagelo internacional sin prece-dentes, de una criminalidad sin límites (...) Soplan ya en nuestro suelo los vientos de violencia que se des-pliegan con furia en otros países de Centroamérica”, pronunció con la voz más ronca de lo normal y con tono grave en el acto cívico celebrado junto al Monu-mento Nacional.

Acabada la ceremonia, la Presidenta dijo a la pren-sa que la situación de la delincuencia en Costa Rica la obliga a “verse en el espejo de México”, donde son no-ticia diaria las matanzas entre bandas criminales y la infiltración de ellas en los poderes oficiales. “Estamos a muy pocos años de tener esos mismos escenarios. Por eso insisto a los distintos Poderes del Estado en que nos unamos para no llorar los muertos que se llo-ran en esos países”, añadió.

(...) Aseguró a los periodistas que su tono alar-mante es justificado. “Hace 15 años (cuando ella era viceministra de seguridad pública) dije que las drogas eran una emergencia nacional. Muchos me tildaron de alarmista y me pidieron que callara. No se trata de afectar la imagen del país en el exterior, sino de decir al mundo que estamos a tiempo, y a los costarricenses, que si no hacemos la tarea hoy, en muy poco tiempo estaremos con iguales escenarios que otros países”.

Chinchilla se volvió a lamentar por la escasez de policías, pues los 8.000 agentes disponibles resultan insuficientes. Sin embargo, sus proyecciones han sido inciertas y ayunas de rigor técnico, según un informe de la Contraloría General de la República (CGR).

Aunque se cuidó en celebrar la carencia de un ejér-cito, Chinchilla sí reconoció como un factor de “vulne-rabilidad” la falta de Fuerzas Armadas. Eso exige un mayor despliegue de recursos financieros y jurídicos en el marco de lo civil, adujo. “Necesitamos una in-

versión de entre $200 millones o $300 millones en los próximos cuatro años”, sostuvo Chinchilla», según la reseña del diario La Nación.

La posición de Chinchilla hacía eco del discurso de la embajada estadounidense en Costa Rica, y seguía fielmente la línea trazada por su padrino y predecesor Oscar Arias: crear un Plan Centroamérica (similar al Plan Colombia) para combatir al narco. Precisamente un día después del discurso de la presidenta, el presi-dente de los Estados Unidos, Barack Obama, incluyó por primera vez a Costa Rica en la lista de países con mayor tránsito ilícito de estupefacientes.

Premio norteamericanoEl permiso al gobierno estadounidense de es-

tablecerse en suelo costarricense vendría acompa-ñado de una jugosa recompensa: el 14 de octubre pasado, el gobierno norteamericano exoneró gran parte de la deuda tica con Washington. El diario La Nación aseguró que “en un acuerdo conocido como “Canje de Deuda por Naturaleza”, Estados Unidos perdonaba a Costa Rica más de $23 millones de su deuda, a cambio de que se reinvierta ese dinero en mejorar la protección y administración de sus par-ques nacionales y refugios de vida silvestre. Esta es la segunda vez que EEUU perdona parte de la deuda a Costa Rica. En 2007 se firmó el primer canje por $26 millones. Con la firma de ambos canjes, Costa Rica es el país más beneficiado por estos acuerdos con EEUU. El total del monto para Costa Rica es de $27 millones. De estos, $23,1 millones provienen de la condonación de deuda por parte del Gobierno es-tadounidense y $3,9 millones son aporte o contra-parte de la organización internacional The Nature Conservancy (TNC).

Con una situación fiscal sumamente delicada, la noticia parecía bendición para la nueva administración liberacionista.

Poco después vendría a posicionarse en la agen-da nacional el caso del proyecto minero Crucitas, una concesión otorgada a una transnacional ca-nadiense y finalmente anulada por la Corte Supre-ma de Justicia a principios de diciembre pasado. Un grupo de personas procedentes de diferentes organizaciones sociales realizaban una huelga de hambre indefinida demandando la derogatoria del decreto que declaraba al proyecto de “Interés y Conveniencia Nacional” (figura legal costarricense que exonera a un proyecto de cumplir la totalidad de las leyes aplicables). Los medios de comunica-ción comercial dedicaron un espacio restringido al asunto, minimizando la huelga de hambre más lar-ga en la historia del país.

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El conflicto con Nicaragua irrumpió la escena me-diática justo en momentos en los cuales se desarrolla-ba el juicio contra la minera y se iban revelando nuevas irregularidades. En ese mismo momento, los diputa-dos oficialistas lanzaban un proyecto para reducir las competencias de la Sala Constitucional, después que está dictó varios fallos judiciales que causaron la ira del partido de gobierno. Entre ellos, destaca uno que evitó la privatización de Puerto Limón y otro que prohibió un referéndum sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Las elecciones municipales se avecinaban, con el “reto” de disminuir la abstetnción –en las elecciones de 2002 y 2006, superó el 75%– y a su vez consolidar la hegemonía municipal del PLN. En esa misma línea, la empresa de capital canadiense Industrias Infinito (con-cesionaria de Crucitas) lanzó una agresiva campaña política contra los partidos de la oposición, acusándo-les de obstruir el “progreso” y recordando su papel en el referéndum por el CAFTA-RD.

La misma estrategia se empleó desde las páginas de opinión de diferentes diarios: quienes se oponían al tratado y organizaban marchas contra la minería no hacían nada frente a la “invasión” nicaragüense, y por tanto, no eran patriotas.

Tambores de guerraLos medios de comunicación desplegaron un am-

plio apoyo a Chinchilla. El ejemplo más contundente fue Repretel y su Central de Radios. La empresa del magnate mexicano Ángel González emprendió una fuerte campaña en apoyo al gobierno, haciendo un llamado a la población a sacar sus banderas –un verda-dero gesto para crear un estado de guerra.

La cadena Teletica fue vital para presentar el conflicto como “invasión”. Poco después de que se intensificara la crisis, Tijerino y Castro fueron invitados al programa “Sie-te Días” donde presentaron fotografías de “campamen-tos militares” del ejército nicaragüense y de la supuesta devastación ambiental. El espectáculo del ministro y el canciller resaltó por su lenguaje belicista y alarmista.

No se hizo esperar la reacción de los sectores más recalcitrantes de la derecha costarricense –como el Movimiento Costa Rica Libre (MCRL), fundado con ayuda de la CIA en la década de los 80 como parte de la “guerra sucia” contra Nicaragua– llamando a la gue-rra, e inclusive de la izquierda y la oposición – partidos como Alianza Patriótica y el comunista Manuel Mora, hicieron llamados a crear milicias armadas.

Arias, que se había distanciado de su protegida Chinchilla, reapareció en la escena llamando al gobier-no a llevar el caso directamente a la ONU. El partido ML inclusive propuso que el ex-mandatario fuese me-diador (a pesar de lo explicita que fue su opinión contra Nicaragua). Conviene recordar que según la Revista Po-der, durante una reunión con diputados oficialistas ce-lebrada en noviembre pasado, Arias afirmó que Chin-chilla era malagradecida, gelatinosa y blandengue.

Convocar el TIAR también se comentaba como otra posibilidad. Canadá había ofrecido sus Fuerzas Arma-das para “proteger” a Costa Rica. El gobierno canadien-se había presionado al gobierno costarricense sobre el caso de Crucitas, por lo cual la rápida manifestación de apoyo no se puede considerar desinteresada.

Los llamados a “cerrar filas” también vinieron del ex-presidente Abel Pacheco –célebre por declararle la guerra a Irak– y del ex-presidente Luis Alberto Monge, recordado por su apoyo tácito a la guerra sucia estado-unidense contra Nicaragua en los ochenta.

La constante insistencia en defender al país con las armas (de extranjeros o de propios) creó un clima tenso en donde el gobierno se veía cada vez más en aprietos. La posibilidad de convocar al TIAR no solo significaba aceptar militares extranjeros sino también la posibilidad de restablecer el ejército.

El Artículo 12 de la Constitución costarricense, en donde se abolían las Fuerzas Armadas, dejó una im-portante excepción: “Sólo por convenio continental o para la defensa nacional podrán organizarse fuerzas militares [...]”. Si bien el gobierno costarricense aún no descarta la posibilidad de convocar a dicho meca-nismo, claramente es una tentación para los sectores belicistas y retrógrados de la derecha costarricense.

¿Se repite la historia?Como si se tratase de una broma de mal gusto,

las teorías de una supuesta conspiración no se hicie-

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ron esperar. De repente, todo era parte de un plan articulado por el ALBA y sus miembros, una cons-piración de Irán y Venezuela para construir un canal interoceánico.

Como si todo ello no fuera suficiente, un ministro del gobierno golpista de Porfirio Lobo atizó el ambien-te acusando a Nicaragua de armar y entrenar guerri-llas, argumentos sumamente similares a los que se esgrimían en los ochenta por parte de los gobiernos genocidas de El Salvador.

Cuando desde Managua el presidente Daniel Ortega acusó a Costa Rica de aliarse junto a Colom-bia y el narcotráfico, si bien fue presentado en los medios ticos como algo irracional, no era del todo falso: el caso de la familia Reyes Aragón –cuya fin-ca en Nicaragua fue tomada por el Ejército– nunca se investigó. Las acusaciones del gobierno nicara-güense fueron ignoradas por las autoridades cos-tarricenses.

El pasado 3 de diciembre, El Nuevo Diario de Ma-nagua publicó una entrevista con Marta Barillas, la ex-abogada de los seis hondureños indocumentados capturados por el Ejército de Nicaragua en la finca de los Reyes Aragón en San Juan de Nicaragua (que desa-tó el conflicto actual con Costa Rica). Barillas denunció las presiones, tanto de la cancillería como de medios y personalidades costarricenses, para que aprovecha-ra el caso y utilizara ante los tribunales el argumento de la “invasión” nicaragüense a Isla Calero. Según el testimonio de la abogada, el ejército nicaragüense no entró a territorio costarricense.

Pero no solo ese hecho debió de alertar a cualquier analista, sino la conocida relación del partido PLN con personajes vinculados al narcotráfico. Ejemplos cla-ros son Ricardo Alem, Ciro Casas, y sus vínculos con el general panameño Manuel Antonio Noriega. Cabe recordar la reunión de Arias con miembros distingui-dos de las Auto-defensas Unidas Colombianas (AUC) antes de su segundo mandato. Alem es un reconocido narcotraficante vinculado al cartel de Michoacan, re-cientemente condenado por tercera vez. Fue dirigente de la campaña política de Arias en 1986, y fue desig-nado por el mismo para representar a Costa Rica en el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Noriega aportó a la misma campaña del 86, y Ciro Casas es hermano de Kevin Casas, vicepresidente del segundo gobierno Arias, acusado por sus vínculos con un narcotraficante estadounidense.

El ejército colombiano desplegó un importante numero de efectivos como “ayuda humanitaria” en respuesta a las tormentas y deslaves que ocasionaron varias muertes en Costa Rica. A su vez, unidades del ejército colombiano están activas en Honduras. Recien-

temente Chinchilla suscribió un convenio con la policía colombiana para entrenar a la policía costarricense.

No se trata de una alianza surgida a través del con-flicto, sino más bien de un contubernio forjado a raíz del golpe de Estado al gobierno de Manuel Zelaya en Honduras; después de las fraudulentas e ilegítimas elecciones donde se proclamó triunfador a Porfirio Lobo, Arias lo invitó a su casa para unir esfuerzos por el reconocimiento del gobierno de facto.

El reconocimiento inmediato por parte del gobier-no colombiano de Álvaro Uribe y su posterior alianza con Lobo demuestran que las posiciones de Colombia, mucho más claras y contundentes, son seguidas por Panamá y Costa Rica.

Por su parte, el presidente panameño Ricardo Mar-tinelli ha sido fuertemente cuestionado por vínculos familiares al narcotráfico, y el vínculo de Uribe con Pa-blo Escobar y las bandas paramilitares que operan en Colombia no es un secreto para nadie.

Un triángulo peligrosoLa página Web elpais.cr, publicó el 7 de mayo pa-

sado una nota firmada por Carlos Salazar en la cual afirma que “la concentración de poderes emprendida por el gobierno panameño es vista como un blindaje para la impunidad de Martinelli Berrocal, un multimi-llonario de derecha cuya fortuna es de origen dudo-so, se construye a la medida y que abre las puertas a la corrupción, no solo la que se teje al amparo de los jugosos contratos que otorga el gobierno sin licitacio-nes, sino también aquella que provendría de dinero del narcotráfico. El arresto en México de Ramón Ricar-do Martinelli Corro, primo del presidente panameño, vinculado al cartel de los hermanos Beltrán Leyva, en noviembre pasado, y encarcelado en febrero último en un penal de máxima seguridad en Jalisco, complica aún más el escenario”.

Salazar cita un boletín de la Procuraduría General de la República (PGR) de México, la cual señala que Martinelli Corro y otros tres panameños, incluyendo una mujer, integran “una célula dedicada al transporte de dólares de México” hacia Panamá que “pertenecen a la organización criminal de los Beltrán Leyva y son enviados para el pago de droga, lavado de dinero y ad-quirir bienes inmuebles” y fueron detenidos in fraganti con $400,000 en efectivo.

“Además de la consanguinidad –dice Salazar– Marti-nelli Corro fue designado en 1999 por el hoy presidente de Panamá, como Tesorero de su partido y diputado al Parlamento Centroamericano (Parlacen). Con la inmu-nidad otorgada por el Parlacen había logrado eludir va-rios casos con la justicia panameña. La relación de Mar-tinelli Corro con el cartel mexicano de los Beltrán Leyva

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Francisco Robles Rivera*

Dice el adagio popular que quién paga la fiesta manda los músicos. En este caso, hablamos de la “fiesta política electoral costarricense”

que a cántaros ha concentrado/despilfarrado el di-nero en dos partidos políticos: el Partido Liberación Nacional (PLN) de los hermanos Arias Sánchez y de Laura Chinchilla, y el Movimiento Libertario, parti-do de extrema derecha representado por Otto Gue-vara Guth.

Si bien aún no se han hecho públicos los donantes del período final de la campaña, algunas declaracio-nes dan cuenta de quiénes son los dueños de la casa, la comida, la música y hasta de los payasos.

Financiamiento al PLNEn el caso del Partido Liberación Nacional, los

grupos de poder económicos más importantes se han mantenido en primera línea de “donaciones”. De acuerdo a la información pública de los donan-tes de la pre-campaña de Laura Chinchilla para op-tar por la candidatura presidencial del PLN, pode-mos encontrar a:

Rodolfo Jímenez Borbón: 11.200.000,00 co-lones. Empresario co-dueño de la mega corpo-ración Florida Ice & Farm (FIFCO) y de Vidriera Centroamericana (VICAL). Posee inversiones en el sector turismo (Reserva Conchal & Four Sea-sons), e inversiones en Guatemala, Panamá y Nicaragua.

Carlos Cerdas, Constructora MECO S.A.: 11.200.000,00 colones. Este grupo de construcción ha desarrollo los principales proyectos turísticos de los Jiménez Borbón (Four Seasons, Ecodesarrollo Papagayo, Los Sueños). Además, ha sido concesio-nario de al menos 30 carreteras en Costa Rica y ac-tualmente desarrolla trabajos en la ampliación del Canal de Panamá.

Carlos Enrique González Pinto: 6.574.000,00 colones. Junto con su hermano Fernando, miembro fundador del Grupo Tío Pelon, integrado entre otras por la Compañía Arrocera Industrial, que vende el 20% del arroz que se consume en el país; compar-ten el 50% de las acciones de Melones de Costa Rica con la trasnancional Del Monte, y son dueños de la séptima empresa más importante en la producción

Fiesta financiera-electoral en Costa Ricay exportación de piña en Costa Rica: Hacienda Ojo de Agua (HODA).

Familia Durman Esquivel (vía las empresas PANELEX y DURMAN ESQUIVEL): 5.600.000,00. Grupo controlado por Francis y George Durman Esquivel, conforma una de las empresas más im-portantes de América Latina en la producción y comercialización de tuberías y accesorios de PVC. En el año 2007 fue comprada por la transnacional ALIAXIS, a partir de la cual nació Aliaxis Latinoamé-rica (Alila).

Alfonso Robelo Callejas: 2.800.000,00. De nacionalidad nicaragüense, es uno de los princi-pales accionistas Taboga, uno de los dos ingenios productores de etanol en Costa Rica. Socio en esa materia de los hermanos Arias Sánchez.

Asimismo, en pre-campaña encontramos a: la filial de la transnacional española Calvo Dis-tribuidora Alimentaria; Carlos Espinach Phillips; Jorge Walter Bolaños; Luigi Sansonetti Tinoco; Rolando Tomas Guardia Carazo, y Harry Jaime Zurcher Blen.

Si bien los datos de quiénes han donado en la fase última de la campaña aún están por conocer-se, según datos del periódico La Nacion, algunos de los más importantes son:

Alfredo Esquivel Volio: 14.000.000,00. Ex ministro de Agricultura y Ganadería de la adminis-tración de los Hermanos Arias Sánchez. Fue due-ño de FRUTEX, una de las principales productoras nacionales de piña y ex dueño de Caribana (junto con las familias Lewis y Loeb), ambas empresas re-cientemente vendidas a la transnacional Del Mon-te. Luego de la venta de estas empresas, la familia Esquivel Volio junto con la Familia Loeb Smith se movieron al sector financiero: la Financiera Acobo.

José Ricardo Poma, Grupo Roble: 42.000.000,00. Principal representante del grupo salvadoreño Roble, que a través del Centro Co-mercial Mutiplaza S.A. y Centro Comercial Curri-dabat S.A., compró bonos por 28 millones de co-lones y 14 millones de colones, respectivamente. Este grupo ha diversificado sus operaciones que van desde el ámbito financiero hasta la construc-ción de bienes inmuebles, centros comerciales, y hoteles en la región incluyendo cadenas Marriot, Choice Hotels, Confort Inn y Clarion. Este grupo

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se remonta a cuando el panameño tenía un curul en la sede del Parlacen, según reveló el diario panameño La Estrella en su edición del 30 de noviembre de 2009”.

Coincidente con el conflicto con Costa Rica, el aho-ra ex-presidente Uribe visitó Honduras y también se presentó Martinelli, hoy envuelto en una fuerte po-lémica por dar exilio a la ex-directora del servicio de seguridad de Colombia y amiga íntima de Uribe. De más esta recordar que ambas naciones –Colombia y Honduras– han interpuesto demandas fronterizas a Nicaragua, donde Costa Rica pretende participar.

Los mojones con HondurasLa visita también concuerda con las nuevas acusa-

ciones del gobierno hondureño (de que Nicaragua en-trena guerrillas hondureñas), que recientemente han pasado a ser un problema fronterizo.

Según publicó el 5 de diciembre pasado el diario digital de Radio La Primerísima, de Nicaragua, el mo-vimiento de tres mojones en la frontera con Honduras podría dar origen a un nuevo episodio de conflicto te-rritorial. Además de la adquisición de unas cien man-zanas de terrenos por terratenientes hondureños, se suma el hecho que los ríos fronterizos El Guasaule y Negro desviaron el curso a la izquierda después del huracán Mitch, que permite a los hondureños expul-sar a productores de Somotillo y de Santo Tomás del Nance, dos municipios que colindan con Honduras. El alcalde de Somotillo, Kenny Espinoza, dijo que los productores piden el dragado del afluente para que regrese a su cauce natural.

El coronel Juan José Sevilla Núñez, jefe del Segun-do Comando Militar Regional del Ejército de Nicara-gua, afirma que lo grave del asunto es la destrucción junto a los sellos de los tres mojones en Los Perejiles, Camaronera y El Faro. Según el coronel Sevilla, los mojones tienen un registro que Cancillería lo puede revisar. El sello de uno de estos mojones fue arrancado y corresponden al 16, 17 y 18 que pueden verificarse con un Geoposicionador Global (GPS). “Ahí nada tiene que ver con desvíos de agua, ahí unieron la empresa camaronera en territorios de los dos países, en una cooperativa que era propiedad de la chinandegana Adilia Sirias, tengo nombres y apellidos”, dijo el coro-nel Sevilla. También denunció que miembros de una cooperativa hondureña, ubicada en la zona cercana a Somotillo y Puerto Morazán, habían movido tres mo-jones que marcan la frontera con el vecino del norte.

Este episodio, desde el punto de vista de Mauricio Díaz, ex diplomático nicaragüense, podría tensar las relaciones con Honduras. “Primero dicen que Nicara-gua está metiendo armas, que han detectado un fur-gón de armas, el presidente Lobo dijo que iba a hablar

con Ortega en esa materia.... viendo en frío, todo in-dica que se está tratando de crear otro conflicto muy parecido al que tenemos con Costa Rica”, opina Díaz. El diplomático recuerda que la frontera con Honduras ha sido una zona de constantes conflictos desde que se produjo la disputa por Mokorón, en 1957. “Desde entonces la relación ha sido de conflicto. Durante los años de guerra (1980) la Contra ocupaba territorio hondureño. Había una guerra convencional. Ésa es una zona históricamente de mucha tensión”, comen-tó Díaz. Según Díaz, todo esto es una muy mala señal. Quizás haya grupos interesados en debilitar la relación bilateral con Honduras, pero –dice Díaz– Nicaragua está a tiempo de prevenir un nuevo conflicto.

Tanto Honduras como Costa Rica han suscrito con Colombia tratados de “seguridad”; en el caso de los ticos, se trata de un convenio de cooperación con la policía colombiana. Mientras este convenio se aprue-ba, el gobierno costarricense busca modificar las leyes para dar una peligrosa inmunidad a la Fuerza Pública.

No se puede dejar de lado el discurso pronuncia-do por Martinelli en Costa Rica, donde aprovechó para lanzar fuertes críticas a los países progresistas de la región, en el mismo tono que lo hiciese Oscar Arias du-rante la Cumbre de la Unidad por América Latina y el Caribe. Con tantos factores en común, es evidente que la concordancia no es mera casualidad.

Una conclusión inconclusaLa Corte Internacional de Justicia empezará a cono-

cer el caso en enero 2011. La posición del gobierno de Nicaragua ha sido consistente en esperar lo que diga la CIJ y en insistir sobre un diálogo sin condiciones. En cambio el gobierno de Costa Rica sigue sus esfuerzos

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ha expandido sus operaciones en Costa Rica desde 1990, cuando abrieron Multiplaza Escazú. Luego desarrolló el hotel Intercontinental, Plaza Roble, Multiplaza del Este y más recientemente, Quality Hotel Real San José y JW Marriott Resort & Spa en Tamarindo.

Calvo Distribuidora Alimentaria. Esta trans-nacional española otorgó 17.000.000,00 de co-lones. La empresa es una de las primeras cinco mayores conserveras del mundo y facturó más de 400 millones de euros en 2008.

Financiamiento al Movimiento LibertarioLa campaña a su vez estuvo cargada por una

“mediatizada” pugna política entre la candidata de gobierno y el candidato libertario; disputas entre la continuidad y el “cambio”, pero ¿cuánto de esto iba más allá del discurso farandulero televisivo?

Muchos han cuestionado el origen de los fon-dos usados por el Partido Movimiento Libertario (ML), especulando que si provienen de Roberto Martinelli, del lavado de dólares o de los casinos. El candidato del ML reveló en los debates presi-denciales los nombres de los bancos de los cuales recibió fondos en la última parte de la campaña: Banco LAFISE, Banco BCT y Financiera ACOBO.

Banco LAFISE, es uno de los más importantes grupos financieros a nivel regional, propiedad de los nicaragüenses Roberto Zamora Llanes y Gil-berto Serrano Gutiérrez. Posee bancos en toda América Central, México, Venezuela, República Dominicana y EEUU. En Nicaragua se le ha cues-tionado -al igual que al resto de grupos financie-ros nicaragüenses- por acumular sus riquezas a partir de políticas fiscales favorables a sus inte-reses. Este grupo a su vez posee alrededor de 33 empresas en negocios de seguros, puestos de bol-sa, almacenes de depósitos, banca de inversión y “leasing”, entre otros.

Financiera Acobo en 2008 aumentó su capital de $1300 millones a $7300 millones, con la incor-poración de las familias Loeb y Esquivel Volio. En particular, la familia Esquivel Volio ha apoyado tra-dicionalmente al PLN; de ahí que durante las dos administraciones de los hermanos Arias Sánchez,

dos miembros de esta familia hayan ocupado el Ministerio de Agricultura (Alfredo Esquivel y Alber-to Esquivel).

El BCT, cuyos apoderados generalísimos son: Leonel Baruch Goldberg; Marco Vinicio Tristán Or-lich y Antonio Burgués Terán. En el caso de Baruch Goldberg, quien además de presidir este banco, también fue ministro de Hacienda en la adminis-tración de Miguel Ángel Rodríguez Echeverría.

Burgués Terán fue ministro de economía du-rante el gobierno de los Hermanos Arias Sánchez (1986-90) y embajador en la República Popular de China en el segundo período. Burgués Terán, el BCT y los Arias fueron cuestionados por la opinión públi-ca, pues luego de la designación de Burgués Terán como embajador en China, se supo que el gobierno de los Arias Sánchez había negociado la venta se-creta al gobierno chino de $300 millones en bonos, y cuyo tenedor principal sería el mismo BCT.

A pesar de las millonarias campañas de ataques entre el PLN y ML, al parecer a los “donadores” de sus campañas poco parece importarles financiar a un lado que al otro, o a los dos al mismo tiempo. Asimismo, el poder de quién paga sigue estando representado por los grandes grupos de poder eco-nómico costarricenses donde el sol calienta igual entre el verde y blanco, y el rojo libertario.

Así, a diferencia de la mediatizada “diferencia” en-tre uno y otro, sus prácticas, discursos y propuestas dan cuenta de un continuismo generalizado en dónde quiénes ganan son los mismos que han ganado en los últimos 30 años, con las políticas públicas favorables a sus intereses, sin distingo de color político, y donde quiénes pierden son todos los demás.

Los costos de estas “donaciones” están por ver-se, una vez que asumió Laura Chinchilla como Pre-sidenta de Costa Rica.

* El autor es investigador del Instituto de Investiga-ciones Sociales de la Facultad de Ciencias Sociales de la

Universidad de Costa Rica (IIS-UCR) y del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional

de Costa Rica (IDELA-UNA). Artículo publicado el 3 de febrero de 2010 en http://www.elpregon.org/

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para abordar el tema del conflicto en todos los foros posibles , como OEA, ONU y en las organizaciones de la región centroamericana.

La posición del gobierno de Costa Rica deja enfáti-camente claro su alineamiento con el grupo de países en la región aliados de Washington –que incluye los gobiernos de Porfirio Lobo en Honduras, de Ricardo Martinelli en Panamá y de Juan Manuel Santos en Co-lombia. Aquel alineamiento permite argumentar que se trata de una maniobra geopolítica contra la Alian-za Bolivariana de los Pueblos de Nuestra Américas (ALBA). El conflicto también confirma que la batalla ideológica en la región se va a profundizar no única-mente alrededor del tema del narcotráfico sino tam-bién alrededor del control de los recursos ambientales y –quizás por encima de todo– del agua.

Existe ya un grupo armado de la derecha costarricen-se que ha declarado su adhesión y disposición de comba-tir por el gobierno. El denominado “Frente Pro-Defensa Nacional” esta compuesto en su mayoría por ex-oficiales de la Fuerza Pública y parece ser el comienzo de una organización paramilitar (habrá que ver con el tiempo como evoluciona). Los llamados a crear una nueva legis-lación para combatir a Nicaragua se repiten por doquier.

La postura costarricense parece ser intransigente; la frontera ha sido reforzada y un sistema de cámaras ha sido instalado. Las autoridades pretenden con ello castigar a cualquier “traidor a la patria” que pretenda “ayudar” a los nicaragüenses.

Frente a dicha postura, el gobierno sandinista ha mantenido la calma. Definitivamente la batalla diplomá-tica está siendo ganada por Nicaragua; la tesis de llevar el caso a la CIJ, propuesta desde un comienzo por parte de los nicaragüenses, fue utilizada por Costa Rica (ade-lantándose en el proceso), y ninguna de las resoluciones de la OEA sobre el tema ha sido de carácter vinculante.

Mientras Costa Rica insiste en presentarse como víctima en cada oportunidad que puede, los gobiernos de la región no parecen plenamente convencidos con el panorama presentado por los costarricenses y se han mantenido al margen.

Las declaraciones costarricenses parecen ir en el sentido de “inflar” el conflicto lejos de amortiguar-lo. La nueva estrategia de Chinchilla, que pretende “acusar” a Nicaragua frente a EEUU, parece ser otra movida destinada al fracaso, considerando que Ni-caragua es el país más eficiente en recolección de drogas de la región. Los medios de comunicación costarricenses mantienen la misma línea acrítica y de apoyo incondicional al gobierno.

Costa Rica ha entrado en un verdadero clima de “Estado de Guerra”, con una población sumamente

xenófoba y con medios de comunicación que constan-temente invitan a cerrar filas junto al gobierno. Mien-tras que el tema se sigue aireando en la agenda nacio-nal, las posiciones se siguen alejando del consenso y la resolución pacífica.

Las razones e intereses que podrían estar incenti-vando este conflicto aun no están claras; la mayoría de análisis se reducen a acusar a Ortega de utilizar el conflicto para impulsar su candidatura e implantar una “dictadura”, argumento poco serio (el cual inclu-sive lo ha asumido la revista The Economist) que no refleja la realidad.

Parece increíble pensar que Ortega tomaría un riesgo tan elevado, considerando las asimetrías exis-tentes entre ambas naciones y la situación migratoria de los miles de nicaragüenses que viven en Costa Rica, solo por unos cuantos votos. Resulta curioso que Costa Rica no haya aprovechado dichas ventajas para presio-nar a Nicaragua en busca de establecer un diálogo.

También resulta ilusa la tesis de ciertos periódicos y analistas, la cual insiste en presentar a Ortega como un tirano con ansias de poder y territorio, apadrinado por Chávez. Abrir dos frentes de guerra es un suicidio co-nocido para cualquier estratega militar, lo cual invita a pensar que el simplismo de la explicación demencial del asunto cae en la chabacanería y la mediocridad mental.

Lo único cierto que se puede afirmar es que este conflicto permanecerá por más tiempo del necesario, y que la solución al mismo no se vislumbra en el cor-to plazo. Los peligros de una invasión nicaragüense a Costa Rica parecen risibles, pero el surgimiento de grupos armados derechistas, ultra-nacionalistas, en la “Suiza centroamericana” son temores mucho más creíbles y previsibles.

(*) Costarricense. Escribe sobre temas de relaciones internacionales y de política regional.

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correodiciembre 2010enero 201146

El primero de diciembre en ocasión del LXII aniversario de abolición del Ejército de Costa Rica, la presidenta Laura Chinchilla ordenó al Ministerio de Seguridad Pública forta-

lecer el dispositivo costarricense en la zona colindante con Nica-ragua, con el objetivo de escalar la controversia a un escenario de mayor tensionamiento y de carácter bélico.

El Gobierno de Chinchilla ha fracasado en el objetivo de de-mostrar que Nicaragua es un país agresor que ha invadido Costa Rica. Por eso, ha trazado una estrategia político-militar para ge-nerar un escenario ficticio de enfrentamiento bélico, que le per-mita convencer a la opinión pública mundial que efectivamente su territorio ha sido ocupado por tropas nicaragüenses. Si logra ese objetivo, su cálculo es obligar a Nicaragua a que deje de realizar operativos contra el narcotráfico en la zona vecina al río San Juan.

Al mismo tiempo, si logra demostrar que es víctima de un país agresor, Nicaragua, podría consolidar su posición ante la Corte Inter-nacional de Justicia, ante la cual ha pedido medidas cautelares, con el pretexto que Costa Rica es una nación indefensa y carente de ejército.

Con el expreso propósito de generar un escenario de guerra y para fortalecer su posición ante la comunidad internacional, ha implementado una serie de medidas de carácter militar y policial, para asegurar el incremento de tropas y el adiestramiento de fuer-zas especializadas en vigilancia fronteriza.

Entre otras, el Gobierno de Costa Rica ha tomado las siguien-tes medidas:a) Gestiona ante la Asamblea Legislativa la aprobación de recur-

sos financieros adicionales para conformar la Policía de Fron-tera y unidades policiales élites, así como para fortalecer su equipamiento aéreo, con la adquisición de dos helicópteros y la reparación de una avioneta.

b) Realiza ensayos de aproximación de fuerzas élites de la Uni-dad de Intervención Policial en operación de reconocimiento sobre el río Colorado hasta su confluencia en el delta del río San Juan de Nicaragua.

c) Con el apoyo de la Cruz Roja costarricense, las fuerzas arma-das costarricenses han ensayado ejercicios de evacuación de heridos en “combate” en la frontera con Nicaragua.

d) Incrementa y sostiene las labores de inteligencia en la zona de Isla Calero, prestando atención a los sectores de Finca Ara-gón, Isla Taura, Punta Castilla, río San Juan y río Colorado, con el interés de determinar el despliegue y movimiento fronteri-zo del Ejército de Nicaragua. Con este objetivo, adopta estas disposiciones:• Instala un Puesto de Mando Avanzado de la Dirección de

Inteligencia y Seguridad (DIS) en el sector de Guápiles, Limón, sitio en el que coloca equipos de comunicación y antenas parabólicas para recibir la información de sus pe-queñas unidades.

• Cambio los datos de radio en sus puestos, para dar seguri-dad a la tramitación de información operativa.

• Monitorea las comunicaciones militares y civiles de Nicaragua.

• Ejecuta el levantamiento topográfico y fílmico de los pues-tos fronterizos nicaragüenses, con el apoyo de equipos periodísticos costarricenses que visitan comunidades ticas vecinas al río San Juan.

Costa Rica aplica «manu militari»e) Conforma la Unidad de “Reacción”, integrada por fuerzas

especiales y agentes de inteligencia, para materializar pre-suntas órdenes de detención de ciudadanos nicaragüenses.

f) Restablece la capacidad operativa, logística y de comunica-ciones en las unidades y puestos fronterizos, y equipa a los soldados con teléfonos satelitales, chalecos antibalas, pisto-las 9 mm, medios ópticos nocturnos y un parque de municio-nes de 400 proyectiles de reserva.

g) Comprueba los sistemas de emergencia y alerta en la Escua-dra Naval de Barra del Colorado y Comando del Caribe Norte, medida extensiva a la Base 2, adjunta al aeropuerto interna-cional Juan Santamaría, en San José.

h) Efectúa sondeos de embarcaciones en los límites marítimos y establece líneas de vigilancia fluvial en caños que dan acceso a la Barra y al Río Colorado, hasta el delta en la ribera del río San Juan, tramo en el cual despliegan tres puestos: Barra Co-lorado, Puerto Lindo y El Delta.

i) Restringe la navegación nocturna (a partir del 9 de diciembre) en los afluentes de los ríos Colorado, Sarapiquí y San Carlos, entre las 18:00 y las 06:00 horas.

Desde el 17 de diciembre, adopta medidas adicionales:a) Establece un Comité de Crisis para el monitoreo de la situa-

ción en la zona fronteriza con Nicaragua, con especial aten-ción a la zona de Isla Calero, y particularmente sobre el río Colorado, e instala equipos de monitoreo radioelectrónico y videográfico.

b) Convoca a 1,600 reservistas, entre los oficiales retirados de la Fuerza Pública.

c) Incrementa los patrullajes navales y fluviales en los límites con Nicaragua y en los ríos Colorado, San Carlos y Sarapiquí, e instala un sistema de obstáculos para eventualmente impe-dir la navegación sobre esos tres afluentes de río San Juan en horas nocturnas.

d) Aumenta los vuelos de exploración y la vigilancia satelital en el borde fronterizo.

e) Refuerza la vigilancia en la zona fronteriza y en Barra del Co-lorado, con equipo electrónico y cien efectivos adicionales de la Fuerza de Seguridad Pública, con lo cual suma 140 solda-dos en la zona. Otros 200 elementos fortalecen los restantes 30 puestos fronterizos desplegados a lo largo de la frontera con Nicaragua.

f) Prohíbe el comercio de alimentos y combustibles a la pobla-ción civil nicaragüense que vive en la zona de San Juan de Ni-caragua, y regula el transporte de ambos suministros a toda la zona cercana a la frontera noreste.

g) Ejecuta juegos operativos militares, que consisten en la aproximación de unidades de superficie y medios aéreos en los límites terrestres y marítimos en la zona aledaña a Punta Castilla y El Delta (ambos en Nicaragua), con clara intención de provocar un incidente armado.

h) Implementa un plan de guerra sicológica entre los nicara-güenses residentes en territorio costarricense fronterizo, mediante la distribución de libelos oficiales del Gobierno cos-tarricense para indisponer a los migrantes contra el gobierno de Nicaragua.

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Karla Jacobs* ___________

Como resultado de la actual disputa territorial provocada por Costa Rica, el río San Juan de Nicaragua ha sido el sujeto de reportajes publi-

cados durante los últimos meses en medios de comu-nicación de todo el mundo. Como parte de un intento de contextualizar la repentina atención mediática en-focada sobre la esquina sureste de Nicaragua, Correo provee este perfil histórico y demográfico del Depar-tamento de Río San Juan, que hasta hace poco fue uno de los más olvidados y marginados del país, así como un resumen de las principales inversiones públicas que se han hecho en la región desde que el FSLN asumió el gobierno en 2007.

El Departamento de Río San Juan se ubica en la esquina sureste de Nicaragua sobre la frontera con Costa Rica. Escenario de la actual disputa entre las dos naciones, este conflicto resalta las dos caracte-rísticas más perdurables del departamento: primero, el río San Juan nace y desemboca en su territorio, y es importante por razones históricas, como una ruta de tránsito entre los océanos Pacífico y Atlántico. Se-gundo, por su riquísima biodiversidad y sus inmensos y vitales recursos acuáticos. Estos recursos, proce-dentes de toda la cuenca del Pacífico nicaragüense, llegan al río San Juan a través de los lagos Cocibolca y Xolotlán.

La importancia histórica de río San JuanMientras sus exuberantes recursos biológicos y

acuáticos son muchas veces considerados la riqueza más valiosa del departamento, hay otros aspectos que ameritan interés, en particular la importancia estraté-gica que tenía la región durante la era colonial, cuando el río servía como la principal ruta de transportación de buques de carga entre América Central y España entre los siglos XVI y XVIII.

A mediados del siglo XVII los ingleses establecieron control sobre todo lo que es hoy en día la Costa Cari-be nicaragüense con la excepción del área sur, donde se ubica la desembocadura del río San Juan, la cual se mantuvo bajo control español.

Después de que se consolidara el control inglés sobre la Costa Caribe, el río San Juan y los poblados y puertos construidos por los españoles a lo largo del curso del río, eran testigos de intensas batallas entre fuerzas inglesas y españolas como parte de un intento inglés de tomar el control del río y asegurar para el im-perio inglés las oportunidades lucrativas que el mismo implicaba. También durante este período hubo algu-nas batallas entre fuerzas españoles y barcos piratas.

A mediados del siglo XIX, el río fue utilizado para transportar pasajeros y carga entre las costas este y oeste de los Estados Unidos de América durante la “fiebre del oro” en California. Varias compañías nor-teamericanas continuaron usando esta ruta hasta la inauguración del Canal de Panamá en 1914.

Hoy en día se puede apreciar el legado de esa histo-ria colonial en las fortalezas construidas por los espa-ñoles en San Carlos y El Castillo y en el cementerio de Greytown donde están enterrados varios ciudadanos españoles, ingleses, norteamericanos y hasta alema-nes que residían en el hoy departamento de río San Juan, durante o después de la era colonial.

De ruta codiciada al olvidoEntre el comienzo del siglo XX (después que las

potencias imperiales perdieron interés en el río como ruta internacional) y los primeros años del siglo XXI, el departamento de Río San Juan se convirtió en una de las regiones más marginadas de Nicaragua. Durante este período, por falta de inversiones públicas en in-fraestructura básica, la región se aisló cada vez más del resto del país.

Esta transformación del departamento de río San Juan de un punto estratégico sumamente codiciado por los imperios español, inglés y norteamericano durante si-glos, a una de las regiones más olvidadas de Nicaragua, puede que sirva para abonar el carácter místico y encan-tador que la zona evoca desde un punto de vista intelec-tual. Sin embargo, para la mayoría de los habitantes de la región, el abandono histórico del que habían sido sujetos ha resultado en un muy bajo nivel de vida.

Conformado por seis municipios (Morrito, El Almen-dro, San Miguelito, El Castillo, San Juan de Nicaragua,

Un perfil del departamento de río San Juan

De fantasma geopolíticoa tesoro ecológico

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Entrevista con Edén Pastora Gómez, coordina-dor del proyecto de dragado del Río San Juan.

¿Cuál es su perspectiva sobre los objetivos prin-cipales del dragado del río, a corto, mediano y lar-go plazo?

El Río San Juan es un río misterioso: lo apetece todo el mundo. Las potencias que se han fijado en él, se han enamorado.

Significa mucho para la historia de los nicara-güenses y Costa Rica lo ha tenido entre ceja y ceja en su espíritu expansionista. Es un emblema de nuestra dignidad y de nuestra soberanía. Es un río por donde desaguan los dos lagos Xolotlán y Coci-bolca y toda la cuenca del Pacífico de Nicaragua. Es inmensamente bello, precioso, encantador. Hechi-zo es el Río San Juan.

Es un río que en los últimos 200 años se ha ido sedimentando en sus treinta kilómetros de desem-bocadura y se ha obstruido la navegación. Y des-de luego se ha limitado el progreso, el desarrollo en esa zona, porque en los dos últimos siglos sus aguas –que corrieron durante milenios por su cauce original del delta a su desembocadura– se han ido por Costa Rica y el Río Colorado.

Nosotros queremos limpiar el río, estamos lim-piándolo, definiendo los últimos dos mil metros de nuestra frontera con Costa Rica según los laudos Alexander y según los acuerdos Cañas-Jerez, por-que según los laudos Alexander, en los últimos dos mil metros la frontera no es la ribera del río, pues es una laguna, la laguna Harbor Head y un caño, el pri-mer caño, lo que quiere decir que hay otros caños.

Lo estamos limpiando para incorporar a Nica-ragua esa zona que la hemos tenido olvidada, que los gobiernos anteriores, neoliberales, la tenían marginada. Queremos limpiar ese río para volver a tenerlo, hacerlo navegable como era en la épo-ca de los conquistadores españoles, como cuando se independizó Nicaragua. En 1821 ese río era na-vegable hasta su desembocadura en el Caribe, por Nicaragua, no por Costa Rica.

Queremos limpiarlo para ejercer nuestra sobe-ranía sobre esos territorios. Queremos limpiarlo para explotar el turismo en esa zona que es bella. Ahí tenemos un pilón de oro en turismo ecológi-co, que se conoce como la industria sin chimenea. Es la zona más virgen de Centroamérica y de las

El hechizo del San Juan pocas zonas vírgenes naturales –al natural la eco-logía, el ecosistema– que quedan en América La-tina, después del río Orinoco en Mato Grosso está esa zona nuestra.

Queremos ser dueños de lo nuestro. Y hacemos uso de un derecho de practicar, de ejercer nuestra soberanía, que es limpiando ese río, derecho sobe-rano que nos lo dan los tratados Cañas-Jerez, los laudos Cleveland, los laudos Alexander y la misma naturaleza.

El Río San Juan es por donde desaguan las aguas del río Tuma, del Lago de Apanás, del Río Viejo, del lago Xolotlán, del lago Cocibolca, de toda la cuenca del Pacífico de Nicaragua.

Costa Rica se ha opuesto y no quiere amojonar la frontera, para poco a poco irnos tomando terri-torio, para poco a poco irnos reduciendo el Río San Juan e irnos reduciendo nuestros derechos, como lo viene haciendo desde hace rato Colombia con nuestro mar territorial, que ha convertido en una bañera nuestro mar territorial.

Ahora tenemos un Presidente distinto. Todos los anteriores presidentes estaban siempre a la defensiva frente a Costa Rica. Y hemos pasado una ofensiva política, diplomática de defensa de nues-tra soberanía, de nuestra dignidad nacional. Por eso es que estamos ahí practicando, ejerciendo nuestra soberanía.

¿Cómo interpreta Usted el significado histórico del dragado del río?

Es uno de los megaproyectos que tiene este Ejército que va a cambiar la historia de Nicaragua. La limpieza o el dragado del río, obliga a los costa-rricenses a amojonar la frontera. A mi generación y a las generaciones anteriores, los costarricenses no las han dejado en paz aspirando siempre a poseer el río, el sur del lago y más territorio nicaragüense.

Con este dragado y con esta limpieza vamos a parar esas aspiraciones expansionistas de los cos-tarricenses y mis nietos y mis bisnietos van a poder estar tranquilos con el vecino del sur, los hermanos costarricenses. Y digo hermanos porque el pueblo costarricense es muy distinto a la oligarquía que lo gobierna, que es la que tiene ese espíritu expansio-nista, no así el hermano pueblo costarricense.

Solo un 10% de los costarricenses está interesado en la problemática que se está dando. El otro 90% de los costarricenses nos sienten sus hermanos y no tienen ningún problema con que nosotros limpiemos el río. Eso lo acaba de decir la última encuesta en Costa Rica.

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y San Carlos, la cabecera) el Departamento de Río San Juan constituye casi el 6% del territorio nacional de Ni-caragua aunque su población representa apenas el 1.6% de los 5.74 millones de ciudadanos nicaragüenses.

Población de río San Juan y sus municipiosMunicipio Total Urbano Rural % rural

Morrito 6,570 1,856 4,714 71.7 El Almendro 13,363 2,792 10,571 79.1 San Miguelito 17,031 2,807 14,224 83.5 San Carlos 37,461 12,174 25,287 67.5 El Castillo 19,864 2,834 17,030 85.7 San Juan de Nicaragua 1,307 985 322 24.6

Total Departamento 95,596 23,448 72,148 75.5 Fuente: Censo 2005 (www.inide.gob.ni)

Como se puede observar en la tabla anterior, la gran mayoría de la población del departamento –un poco más del 75% de la población total– habita en el campo. Además de ser una población rural, es una población joven: 50% tiene 17 años o menos, según estadísticas publicadas por el Ministerio de Educación (MINED) en el 2007. La Organización de los Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) afirma que aproximadamente el 20% de la población de río San Juan pertenece a los grupos étnicos Rama, Miskito y Afrodescendiente.

La mayoría de los habitantes rurales del departa-mento son agricultores de subsistencia con muy pocos ingresos económicos. Las principales actividades eco-nómicas de quienes tienen mejores condiciones, son la ganadería y la industria maderera.

Según el Mapa de Pobreza Extrema, publicado por el gobierno nicaragüense en el año 2001, el 36.3% de la población ríosanjuaneña tiene ingresos menores de la línea de pobreza extrema, un índice mucho mayor que el promedio nacional de 24.2%. Este estudio califica una persona en un estado de pobreza extrema cuando su ingreso anual es “menor al valor de la línea de po-breza extrema y por tanto, no puede satisfacer por día sus mínimos requerimientos calóricos aún cuando de-dicase la totalidad de su consumo a alimentos”. Para efectos de la investigación, la línea de pobreza extre-ma se fijó en US$ 212 per cápita anual.

El Mapa califica dos de los municipios de río San Juan (El Castillo y San Miguelito) como severamente pobres mientras que los otros cuatro (San Carlos, El Almendro, Morrito y San Juan de Nicaragua) fueron calificados como municipios altamente pobres (pobreza severa y pobreza alta son las dos categorías más bajas que se utilizaron para medir el ingreso económico promedio de los municipios de Nicaragua como parte del estudio).

Por supuesto que este método de medir pobreza deja mucho que desear, dado su enfoque exclusivo sobre ingresos económicos, un factor que muchas ve-ces no representa el aspecto determinante de la per-cepción de la población sobre su propio nivel de vida ya que existe una cantidad de variables que afecta el alcance de los ingresos de las personas según su situa-ción familiar, laboral y geográfica.

De hecho en una región como río San Juan, donde la mayoría de la población depende de la agricultura de subsistencia para garantizar el alimento, más que los in-gresos económicos lo que influye en la habilidad de sa-tisfacer los requerimientos calóricos son factores como la tenencia de tierra y el acceso a insumos básicos.

No obstante las estadísticas oficiales de Pobreza Extrema en el río San Juan son valiosas, en el sentido que permiten comprender el grado de marginación económica de la zona.

Estado educativo en río San JuanSegún información publicada por el Ministerio de

Educación (MINED) en 2007, la situación de la educa-ción pública en los municipios de río San Juan es más que precaria. Cuatro de los seis municipios (San Juan de Nicaragua, San Miguelito, El Almendro y Morrito) fueron calificados en las dos categorías más bajas como parte del estudio llamado Índice del Estado Edu-cativo Municipal (IEEM) que busca medir y comparar la educación pública en los 153 municipios del país to-mando en cuenta varios factores que tienen que ver con la accesibilidad y la calidad de la educación.

Como parte de este ejercicio donde el municipio con el mejor IEEM se coloca en la posición 1 y el muni-cipio con el peor IEEM se coloca en la posición 153, los municipios de río San Juan se colocaron en las siguien-tes posiciones:

Municipio Posición IEEM

El Castillo 77San Carlos 81San Miguelito 103San Juan de Nicaragua 117El Almendro 134Morrito 147

Fuente: www.mined.gob.ni

El mismo estudio revela que en 2007 el nivel de es-colaridad promedio de los adultos del departamento era de 3.06 años, o sea, de tercer grado aprobado, y que solo había cobertura de 26.5% de educación se-cundaria. En total, el 36.8% de la población en edad escolar no estaba estudiando al tiempo de realizar

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Entonces es tan importante, tan pero tan im-portante la limpieza del río, a como es importante la paz y la tranquilidad de mis nietos y bisnietos en el futuro.

¿Es un proyecto hecho posible con fondos na-cionales o hay fondos del ALBA, un megaproyec-to con Irán?

En los últimos 20 años ningún presidente de Ni-caragua lo quiso apoyar –ni Doña Violeta, ni Arnol-do Alemán, ni Enrique Bolaños– hasta que tomó el poder el Frente Sandinista de Liberación Nacio-nal con el Presidente Daniel Ortega. Gracias a su espíritu nacionalista, se ha invertido un millón de dólares en una draga, y un millón de dólares para limpiar el río.

Así que es un proyecto enteramente de noso-tros los nicaragüenses. Por supuesto, es cierto, que siglos atrás se viene hablando de un canal, de una obra gigantesca, pero dados nuestros recursos eco-nómicos, es poco lo que estamos invirtiendo en eso. Y la limpieza del caño a que se refiere Alexander no lo hicimos con la draga, lo hicimos con las manos.

La inversión es tan poca, que Nicaragua lo puede financiar. La Asamblea acaba de aprobar 40 millo-nes de córdobas (un poco menos de 2 millones de dólares), para seguir con este proyecto. Nuestra Asamblea, nuestro presupuesto.

La inversión total del proyecto en esta primera etapa no baja de US$ 2 millones ni pasa de US$ 4

millones de dólares, que para un gobierno ¡eso es cacahuate!

Lo del megaproyecto del canal con el Alba e Irán, es un invento israelí. Un periódico en Israel lo dijo para trasponer situaciones y problemas mun-diales. Ellos tienen su problema con Irán, y lo quie-ren trasladar a Nicaragua. Nosotros no tenemos que ver en eso.

¿Cuánto tiempo cree que durarán los trabajos de esta etapa del dragado del río?

Como solo vamos a bajarle cuatro o seis pies, que es lo que queremos para navegar con pangas, con pequeñas embarcaciones, no es un gran cala-do el que vamos a hacer, no es una gran limpieza, ¡no es un canal interoceánico! Yo creo que un año o dos años apoyando las corrientes de agua de las crecientes en la temporada lluviosa, para arrancar el sedimento y llevarlo al mar. Aprovechando la natu-raleza de las grandes crecientes de ese río, yo creo que entre uno y dos años estamos en condiciones ya de tenerlo limpio.

¿Y cuándo cree que la industria del turismo va a poder aprovechar los frutos de todo este trabajo?

Se ha hablado tanto, tantas mentiras, tantas ca-lumnias y tantas medias verdades se ha hablado so-bre esto, que ya muchos quieren conocer esta zona. En esta navidad ya comenzamos a cosechar los fru-tos del turismo, esa industria sin chimenea.

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el estudio. Los principales motivos citados por la po-blación para no asistir la escuela eran falta de interés (28.5%), lejanía de la escuela (18.8%) y problemas eco-nómicos (16.9%).

Inversión pública desde 2007Desde que el gobierno del FSLN liderado por el

Presidente Daniel Ortega asumió el poder en 2007, el departamento de Río San Juan ha sido priorizado como un destino de grandes inversiones públicas. Hasta la fecha las principales inversiones que ha hecho el gobierno en la zona se han enfocado en dos áreas: infraestructura vial e infraestructura turística, aunque también hay numerosos proyectos de inversión más pequeños que han beneficiado otros aspectos de la vida departamental.

La siguiente tabla detalla las principales inversio-nes públicas hechas en el departamento de río San Juan desde el 2007 así como las inversiones públicas con fuentes de financiamiento ya identificadas que se harán en el departamento entre 2011 y 2014.

La otra gran inversión que ha emprendido el go-bierno en el departamento es el dragado del río San Juan de Nicaragua, el cual involucra una inversión pú-blica de entre US$2 y 4 millones durante un período de hasta dos años.

El objetivo de este proyecto es recuperar un mayor caudal en la desembocadura del río para permitir la navegación de pangas y otros pequeños botes turísti-

cos. Actualmente la navegación de los últimos 30 kiló-metros del río no es posible en ningún tipo de vehículo acuático dada la gran cantidad de sedimento que se ha venido acumulando en este estrecho durante los últi-mos dos siglos, un proceso natural que fue seriamente exasperado por el dragado del costarricense río Colo-rado realizado por el vecino país en los años 1950s.

El turismo ecológicoEl dragado forma parte de la estrategia guberna-

mental de fomentar el turismo ecológico en la zona aprovechando de esta manera la incomparable biodi-versidad de la región.

Más de la tercera parte de los 7,473 kilómetros cuadrados del departamento conforma la Reserva de Biosfera de Río San Juan, designada como tal por la UNESCO en el año 2003.

Según la descripción general de la UNESCO, la Re-serva de Biosfera de río San Juan está “compuesta por un impresionante conjunto de ecosistemas muy diver-sos: vastos bosques tropicales, ecosistemas costeros y

fluviales, humedales importan-tes y una porción del lago Co-cibolca, que es la mayor masa de agua dulce de toda Amé-rica Central. Importa señalar asimismo que esta reserva se caracteriza por su excepcional diversidad étnica y cultural”.

Entre los muchos proyec-tos turísticos financiados por el gobierno en río San Juan des-de 2007 son la construcción de centros de información turísti-ca en Solentiname y San Juan de Nicaragua, la construcción de un puesto migratorio en Los Guatuzos que facilita la en-trada de turistas procedentes de Costa Rica directamente al departamento de río San Juan, importantes mejoramientos a la infraestructura del malecón y el puerto de San Carlos, res-tauración de sitios históricos

en Greytown, un programa de capacitación y apoyo para pequeños y medianos negocios turísticos del de-partamento y hasta la construcción de un aeródromo en San Juan de Nicaragua para facilitar la entrada de turistas a la zona más remota del departamento.

El énfasis que ha hecho el gobierno sobre la in-versión turística en río San Juan confirma la visión gubernamental del departamento como un impor-

Obra 2007 - 2010 2011 - 2014 TotalPavimentación carretera Acoyapa - San Carlos (MTI) 570.8 703.2 1274

Mejoramiento red relevante de caminos productivos (MTI) 211.4 119.7 331.1

Rehabilitación hospital Luis Felipe Moncada, San Carlos (MINSA) 8.4 29.6 38

Construcción Puesto de Salud, El Triunfo, El Almendro (MINSA) 7.5 7.5

Rehabilitación de establecimientos escolares (MINED) 41.9 2.2 44.1

Construcción, reparación y equipamiento de CDIs (PRESIDENCIA)

5.5 5.5

Proyectos varios (INTUR) 150.8 34.9 185.7Construcción de aeródromo, San Juan de Nicaragua (INTUR) 58.2 276.2 334.4

Proyectos varios (MARENA) 29.9 29.9Mejoramiento y ampliación servicio agua potable San Carlos (ENACAL) 26 26

Total 1084.4 1191.8 2276.2

Inversiones públicas en río San Juan, 2007 - 2014 (C$ millones)

Fuente: Sistema Nacional de Inversión Pública (www.snip.gob.ni)(Nota: las inversiones de algunas instituciones gubernamentales como los Ministerios de

Energía y Agricultura no se han incluido en esta tabla por falta de información específica).

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tante destino turístico en el país. El alcance de la priorización de la inversión turística de río San Juan se evidencia en el hecho de que aproximadamente el 90% del presupuesto de INTUR (el Instituto Ni-caragüense de Turismo) durante los últimos cuatro años ha sido designado a diferentes proyectos e in-versiones en río San Juan.

El hecho de que actualmente se está experimen-tando una tendencia de fuerte crecimiento en los in-gresos generados por el turismo en Nicaragua (entre el 2006 y el 2009 se experimentó un incremento de 50% en ingresos turísticos según INTUR) significa que las posibilidades de que los esfuerzos gubernamenta-les para promover y facilitar el turismo en río San Juan produzcan resultados positivos en el corto plazo, en términos de un creciente nivel de actividad económica en el departamento, son mejores que nunca.

Carretera a San CarlosEl proyecto de pavimentar los 125 kilómetros de ca-

rretera entre Acoyapa en el departamento de Chontales y San Carlos, es probablemente el proyecto de mejoría infraestructural más ansiada por la población local.

Hasta hace poco, el camino que conectaba San Carlos con el resto del país estaba en un terrible es-tado, mejor dicho colapsado, con largas extensiones casi completamente intransitables durante los seis meses de lluvias. Aun durante la estación seca se dilataba ocho horas en viajar los aproximadamente 295 kilómetros entre Managua y San Carlos (o sea un promedio de 29 kilómetros por hora). El Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI) espera que una vez termine el proyecto de pavimentación en 2011, el tiempo de viaje entre San Carlos y Managua se reduz-ca a cuatro horas.

La construcción de la carretera se dividió en cuatro tramos: Empalme Lóvago-Puente Niscala, de 30 kiló-metros; Puente Niscala-Pájaro Negro, de 30.94 kiló-metros; Pájaro Negro-El Tule, de 33.5 kilómetros; y El Tule-San Carlos, de 29.9 kilómetros. Los dos primeros tendrán una duración de 16 meses y los dos últimos de veinte meses. La carretera tendrá una capa de pa-vimento sobre dos carriles de 3,60 metros, la construc-ción de bermas de 1,80 metros a cada lado de la ruta, sectores para paradas de autobuses, señalización y un rediseño de un cruce de rutas principal.

El Alcalde de San Carlos, Johnny Gutiérrez, descri-be la realización de este proyecto como “un sueño de años ... para los riosanjuaneños, y para los sancarleños en particular ... no solo para poder viajar más cómo-damente, sino porque nosotros somos una región con muchas potencialidades económicas”. Según Gutié-rrez, el principal beneficio de este proyecto será un abaratamiento del costo de la vida para la población local, lo que a su vez facilitará mayor actividad econó-mica para los diferentes sectores productivos.

Cambio radicalAunque hasta la fecha el financiamiento no ha sido

confirmado, vale la pena mencionar que el Ministerio de Educación ha seleccionado a Río San Juan y Chon-tales para recibir más de US$ 8 millones del proyecto Japón Fase VI, presentado en 2009 al embajador japo-nés en Managua, el cual involucraría la construcción de 48 nuevas escuelas (27 en río San Juan y 21 en Chonta-les) durante los próximos años.

La evidente priorización por este gobierno del de-partamento de río San Juan como destino de grandes inversiones públicas es seña del radical cambio que ha habido en términos de las políticas públicas en Nicara-gua con la llegada del FSLN al poder.

La lógica neoliberal de los gobiernos anteriores alentaba la designación de los recursos públicos para el desarrollo y beneficio de los grandes capitales inter-nacionales que operan en el país provocando de esta manera el estancamiento humano y económico del pueblo nicaragüense.

La lógica del gobierno Sandinista, al contrario, prioriza y beneficia la economía de pequeña escala –las economías locales– llevando grandes recursos a los lugares más lejanos y abandonados para de esta ma-nera lograr el comienzo de un proceso de equilibrio en la distribución de la riqueza a nivel nacional.

El enfoque gubernamental sobre el departamento de río San Juan también demuestra el carácter patrió-tico de este gobierno, que sí tiene disponibilidad para defender en todos los sentidos la integridad territorial de Nicaragua, en este caso, a través de la creación del sentido de pertenecer a Nicaragua e incluso de un sen-timiento de orgullo de ser nicaragüense entre los pobla-dores de los lugares fronterizos más remotos del país.

(*) Cooperante residente en Nicaragua

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Una corriente de conflictoso un caudal de oportunidades

Danilo Saravia Téllez* ____

Mucho se habla del río San Juan como un cuer-po de agua que nace en San Carlos, depar-tamento de río San Juan, y recorre unos 200

kilómetros, a través de bellos paisajes y escenarios na-turales de singular belleza, salpicado por raudales y pequeños rápidos e islotes que terminan de enmarcar el paisaje de este río, cuyo recorrido final pasa por sel-vas de bosque húmedo tropical, de gran importancia ecológica para la región y de interés para la ciencia, hasta desembocar en un delta itinerante, coronado por un intricado sistema de barras arenosas, islotes, caños y canales donde una fauna silvestre termina de configurar esos majestuosos escenarios naturales.

Sin embargo, no se trata solo de un cuerpo de agua que recorre parte de nuestra geografía nacional, es toda una región marcada por una serie de hechos históricos de trascendencia para nuestro país y para Centroamérica en general, que evidencian nuestra historia común y constituyen un hito permanente en el desarrollo del país y las comunidades locales.

El río San Juan es parte de las cuencas más gran-des de Centroamérica, sus 42,053 km2 son compar-tidos con Costa Rica, de los cuales el 64% son parte de Nicaragua. Esta cuenca se encuentra sumamente intervenida en ambos lados, pues gran parte de ella se encuentra en zonas de desarrollo y numerosa po-blación, sin embargo, en la parte del río San Juan pro-piamente dicho, aún se conservan importantes patri-monios naturales, particularmente en Nicaragua, en donde existen grandes remanentes de bosque natu-ral latifoliado en buen estado de conservación, solo la gran Reserva Biológica Indio Maíz, tiene cerca de las 500,000 hectáreas. La permanencia y estabilidad de los bienes y servicios que esos ecosistemas ofrecen, tanto en Costa Rica como en Nicaragua, dependerá en gran medida de las acciones que se emprendan y en eso estamos juntos.

Este es uno de los territorios más jóvenes del pla-neta, al estimarse que fue uno de los últimos en emer-ger durante la era cuaternaria; además su configura-ción ístmica y su ubicación en la franja neotropical del planeta, le ha permitido contar con una rica diversidad

biológica y jugar el rol de un verdadero puente cultu-ral, biológico, histórico y geográfico de las Américas.

Cultural por cuanto en esa zona se produjo el en-cuentro de dos corrientes culturales, de hecho hay evi-dencias del intercambio comercial en estos territorios, entre la cultura macro chibcha de sur América y la cul-tura Maya Náhuatl de Mesoamérica, vestigios, tiestos petroglifos, dan fe de estos procesos de intercambio.

Es un puente biológico, pues allí se encontraron migraciones de la biotane ártica con la neotropical y con especies provenientes del Caribe que también convergieron en esta zona, por lo que en materia de diversidad de especies, la zona y Centroamérica en general, es una de las regiones más biodiversas del planeta, estudios realizados apunta a que la región po-see entre un trece y un once de la riqueza biológica del mundo en sólo 2% de área continental. Además, allí se encuentra una de las muestras más importantes y más biodiversas de bosque húmedo tropical de tierras bajas de la región centroamericana.

Es un puente histórico por cuanto la zona ha sido escenario de acontecimientos y procesos que han marcado la historia de la región y de Nicaragua en par-ticular, desde las migraciones de grupos indígenas que se fueron estableciendo en el área y las avanzadas de otros grupos, como los Miskitos, que incursionaban en

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esas áreas ampliando su territorio y en algunos casos, sometiendo a tribus locales, como los Suerres, los Bo-tos, los Guatusos, entre otros. Pero sobre todo, por el hecho que este río ha sido un verdadero hito en la historia centroamericana. El interés de la corona es-pañola, por encontrar el paso interoceánico, desde la salida de la mar dulce (Lago Cocibolca) hasta el Caribe provoco múltiples expediciones y gran cantidad de re-cursos provenientes principalmente de la casa de con-tratación de Sevilla, hasta que Alfonso Calero y Diego Machuca lograron salir un 24 de junio de 1525, día de San Juan, a la majestuosa bahía y desembocadura de lo que hoy conocemos como Río San Juan.

Pero la cosa no se detiene allí, el interés de las di-ferentes imperios y potencias por la comunicación interoceánica, ha sido un hito permanente en nuestra historia, desde Carlos V de España, hasta los Estados Unidos, pasando por intereses Ingleses, quienes en su momento establecieron su influencia en el área tenien-do como punta de lanza a la piratería, los franceses, los Japoneses, etc. que han visto en esta zona una región geopolíticamente estratégica, por su posibilidad de la comunicación entre los dos océanos.

Es un puente geográfico, pues conecta y comunica, a través de un angosto istmo, las dos grandes masas continentales de norte y Suramérica, así mismo, per-mite la comunicación entre los dos grandes océanos del mundo, el Pacífico y el Atlántico, lo cual le ha otor-gado a esta región, un carácter estratégico desde el punto de vista geopolítico y a la vez, por factores de origen antrópico y naturales, es también una de las zo-nas más vulnerables del planeta.

Todas estas condiciones han propiciado la exis-tencia de una gran riqueza y diversidad biológica de singular importancia, que tienen en el río San Juan, el

eje articulador que hilvana interesantes humedales, con ecosistemas boscosos y formaciones vegetales de gran importancia y paisajes de singular belleza y atrac-tivo, que son muestra de lo altos potenciales que en materia de biodiversidad, paisajes y bienes y servicios ecosistémicos, esta zona ofrece a Nicaragua y a Cen-troamérica en general.

Estas características han permitido el desarrollo de diferentes iniciativas en materia de conservación, des-de mediados de la década de los años setenta, cuan-do connotados ambientalistas y científicos nacionales propusieron la creación en esa zona de una reserva para la conservación de esos singulares patrimonios naturales, hasta la fecha, en que se desarrolla la Re-serva de Biosfera del Sureste, cuyos antecedentes se remontan a finales de década de los años ochenta, cuando se declaró en esos territorios, el Sistema In-ternacional de Áreas Protegidas para la Paz, conocido como SI-A-PAZ.

Bajo la iniciativa del SI-A-PAZ, en Nicaragua se establece formalmente un sistema de áreas protegi-das, como la Gran Reserva Biológica Indio Maíz, los Refugios de Vida Silvestre del San Juan y de Los Gua-tusos, la Reserva Natural Cerro Silva y Punta Gorda, el Monumento Histórico de El Castillo de la Inmaculada Concepción y el Monumento Nacional Archipiélago de Solentiname.

Otro aspecto de relevancia es que el modelo de conservación puesto en marcha en estos territorios, es diferente al modelo tradicional preservacionista de los países del norte. No se trata de establecer áreas protegidas o parques, como islas de conservación, ale-jadas de su entorno y contexto, desde un inicio el plan-teamiento ha sido que las áreas protegidas forman parte de un sistema territorial y socio económico y como tal, se establece una relación entre la población, la producción y la conservación.

Los antecedentes de este nuevo paradigma de conservación, se remontan a la los años ochenta, cuando se produjo en la zona un interesantísimo proceso de reordenamiento de la población y de la producción, en un contexto de guerra que transfor-mó su geografía humana y económica, con el esta-blecimiento de una serie de asentamientos campe-sinos, provenientes de comunidades de la zona, que se encontraban en la profundidad de la montaña; a pesar de la situación bélica imperante, se inició un interesante y aleccionador proceso de recuperación y regeneración del bosque en las áreas consideradas hasta entonces como frontera agrícola.

Esto en gran medida permitió disponer de gran-des áreas naturales en proceso de recuperación, como consecuencia de las iniciativas de conservación

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iniciadas también en esa época, resultó un modelo de conservación y desarrollo humano que ha dejado lecciones y experiencias interesantes e innovadoras. Tanto que las poblaciones locales se han apropiado de este concepto, y aunque ahora tenga otro nombre la gente continua trabajando con ese concepto origi-nal, desarrollando en las comunidades de esta zona un sentido de identidad cultural con los bienes natu-rales y el trópico húmedo.

Tanto el proceso de reordenamiento territorial des-crito, como las iniciativas de conservación y el modelo impulsado, han hecho de esos territorios, un ejemplo de un nuevo paradigma de la conservación. No se trata de reproducir un ambientalismo del norte, de los países ri-cos, pues las condiciones ecológicas y socioeconómicas de la zona del Río San Juan son muy diferentes; como bien dice Adams, el ambientalismo de los ricos es domi-nado por preocupaciones sobre el ambiente natural, en tanto que el ambientalismo de los pobres, se concentra en la justicia ambiental. En el sureste de Nicaragua este concepto ha tenido el mejor de sus laboratorios, por eso es importante seguir trabajando y profundizando estos conceptos, aportando a la construcción de nuevos para-digmas de la conservación y construyendo condiciones para mantener y utilizar sosteniblemente los legados de nuestra madre tierra.

Otro aspecto interesante es la relación que se sostuvo con Costa Rica, en donde este tema dio ori-gen a una serie de trabajos conjuntos y coordinados, a acuerdos, convenios, a declaraciones del más alto nivel político, que establecieron la voluntad de traba-jar juntos en los temas de conservación y desarrollo sostenible, iniciativas que en su momento llamaron la atención de la comunidad internacional y que pre-sentó un modelo de colaboración transfronteriza muy aleccionadora.

Este fue un momento de comunicación y traba-jo colaborativo con Costa Rica, a pesar de las his-tóricas situaciones de límites y tratados sobre el río San Juan, pues hay que reconocer que Costa Rica, siempre ha tenido esa espina en el corazón, sobre un tema en que las decisiones e imposiciones fueron hechas desde el imperio, que al igual que en otros casos, estaban marcadas por el interés estratégico mencionado anteriormente, y que en 1903, incidie-ron en la separación de la provincia de Panamá de Colombia para poder construir el canal. Por lo tan-to, muchas de las relaciones políticas y diplomáticas entre Nicaragua y Costa Rica, han estado marcadas por estos designios imperiales, los laudos existentes y sus contenidos así lo demuestran, y a esta fecha, son materia juzgada y establecen una realidad, el rio es totalmente nicaragüense.

Otro tema que llama la atención, desde el punto de vista ambiental, es el tema de la contaminación de los cuerpos de agua del Gran Lago de Nicaragua y el río San Juan, por materiales y sedimentos que provienen principalmente de las plantaciones de ba-nano, arroz y piña que existen del lado costarricen-se, a pesar de la gran preocupación por el tema am-biental que mantiene Costa Rica, que se ha vendido al mundo como el país ecológico, estos residuos y sustancias toxicas derivadas de agroquímicos, han causado daños ecológicos a la biodiversidad de la zona, amenazando la salud de sus habitantes; de esto existen referencias y constataciones realizadas en diferentes momentos, por instituciones públicas y académicas del país.

Es muy importante continuar trabajando ese mo-delo que integra conservación con desarrollo humano, tenemos en la región del río San Juan, la posibilidad real de construir un nuevo modelo, integral, integra-dor, justo e incluyente, que nos permita cumplir con los sueños de una sociedad justa, social, ambiental y económicamente, que nos permita mostrar al mundo que es posible aspirar a un desarrollo diferente y sobre todo, que nos permita reclamar compensación por los daños ambientales causados por un modelo depre-dador y excluyente y exigir la justicia ambiental que nuestros pueblos merecen.

El corredor transfronterizo del San JuanDesde hace algunos años se viene trabajando el

tema de corredores biológicos transfronterizos entre ambos países, como es el caso del Corredor San Juan – La Selva o corredor de la Lapa Verde, como también se le conoce. Así mismo se ha venido trabajando por establecer el corredor de los humedales, que integre a los humedales de Caño Negro, de Costa Rica, y Los Guatusos – (San Miguelito de Nicaragua), o el corredor de Las Tortugas en el Caribe.

Igualmente existen otras iniciativas interesantes de carácter bi o tri nacional en materia de conservación y desarrollo sostenible, como la Reserva de biosfera Selva Maya, que se ubica entre México, Belice y Guate-mala; el Trifinio, entre Guatemala, Honduras y El Salva-dor; El corazón del Corazón Biológico, entre Honduras y Nicaragua; el Parque Internacional La Amistad entre Costa rica y Panamá; Otras iniciativas como el Corredor del Mangle, entre El Salvador, Honduras y Nicaragua, en la zona del Golfo de Fonseca, o la cuenca del río Paz, entre Guatemala y El Salvador.

Todas estas iniciativas muestran la voluntad de los países de la región por trabajar en un tema común, la conservación y manejo sostenible de nuestros pa-trimonios y de nuestros pueblos. Por ello, la idea de

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presentar la iniciativa del Corredor transfronterizo Río San Juan, entre Nicaragua y Costa Rica, como un corredor para la paz, la integración y el desarrollo sostenible, puede ser una singular oportunidad para acercar posiciones, recuperar y restaurar los ecosis-temas y hábitats que existen en esa zona, dentro del marco del nuevo concepto del corredor biológico mesoamericano. Un Corredor de desarrollo sosteni-ble y conservación.

Integración regionalLas iniciativas de conservación y desarrollo entre

dos o más países de la región, tienen un ámbito de trabajo muy importante; la integración Centroameri-cana. Aunque todavía puede ser un sueño a alcanzar, lo cierto es que en varios aspectos, la región ha dado pasos importantes en materia de integración regional, la interconexión eléctrica y el SIEPAC, la sanidad ani-mal y vegetal OIRSA, Control del tráfico de especies de flora y fauna CITES, los avances en el proceso de unión aduanera centroamericana, entre otros son una muestra de estos esfuerzos, sin mencionar las formas de integración a través de las empresas y el comercio intraregional.

Por ello, avanzar en los procesos de la integración centroamericana, es una forma de ir dejando atrás, viejos conflictos y asumir los retos de los nuevos tiem-pos, en donde el tema ambiental es un tema obliga-do. La recuperación y manejo de los bienes y servicios ecosistémicos será la posibilidad de sobrevivir a los eventos climáticos extremos que cada vez son de ma-yor magnitud y más frecuentes, la necesidad de soste-ner la producción de alimentos, la salud humana, etc. son temas que no se deben abordar de manera aisla-da, pues además que no somos islas en el planeta, de la alta vulnerabilidad de nuestra región, somos países pequeños que juntos seremos más fuertes y con mejo-res oportunidades en el contexto internacional.

Es en un marco de integración regional que su-maremos capacidades, que haremos sinergia y com-plementariedad y avanzaremos hacia una visión de futuro más solidarios, más humanos, con más riqueza y oportunidades y con más armonía entre nosotros y con la Madre Tierra.

(*) Arquitecto y geógrafo, experto en ordenamiento territorial. Fundador de SI-A-PAZ en Nicaragua.

Las Crucitas, Costa Rica

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Sigue diciendo Bolaños Geyer en su libro citado, que «cuando Diego Gutiérrez viene a América en 1541, el Gobernador de Nicaragua Rodrigo de Contreras ya tomó posesión de la boca del Desaguadero y ya esta-bleció ahí la población de San Juan de la Cruz; los ber-gantines y fragatas de Granada ya abrieron el tráfico río abajo, inaugurando el comercio con Nombre de Dios en la costa atlántica de Panamá».

Por tanto, decimos nosotros, según el fallo de la Corte de Indias citado, Diego de Gutiérrez no tenía ningún derecho sobre el San Juan ni menos sobre el lago. Pero resulta que el tal Diego Gutiérrez ni con-quista ni coloniza nada, pues el cacique de Suerre lo mata en el río de ese nombre en diciembre de 1544 y sus soldados abandonan la Villa de Santiago que había fundado a unas tres millas de la costa del mar, según el libro «Límites de Nicaragua», de Pedro J. Chamorro Zelaya.

Y como los ticos alegan haber heredado ese dere-cho inexistente, Bolaños Geyer les replica que la tal herencia le fue negada al hijo de Diego Gutiérrez de nombre Pedro Gutiérrez de Ayala en cédula real fecha-da 31 de diciembre de 1549 y, decimos nosotros, si no heredó el hijo el derecho de conquista, ¿cómo pueden heredarlo los ticos?

Por último, las pretensiones ticas quedan selladas para siempre en la Capitulación con Diego de Artieda, fechada en el Pardo el 1 de diciembre de 1573 donde se limita la provincia de Costa Rica desde Nicoya pasan-do por Chiriquí hasta Veragua por el sur y «por el norte desde las bocas del desaguadero, ques a las partes de Nicaragua, todo lo que corre por tierra hasta las pro-vincias de Veragua».

Por tanto, la frontera señalada por el Rey Felipe II dejaba a Nicaragua en posesión de todas las bocas del Río San Juan, de todo el Río mismo y 15 leguas de tie-rra al sur de la costa del lago.

De modo que la frontera trazada en el Tratado Cañas-Jerez fue una entrega total de esas tierras y del Partido de Nicoya, o sea de los ayuntamientos de San-ta Cruz, Guanacaste y Nicoya.

Los ticos no han tenido ni tienen derecho a la na-vegación conjunta del río San Juan ni del Gran Lago y tampoco pueden navegar armados por el río San Juan porque es territorio nacional.

(*) Historiador y médico oncólogo, fallecido en 2005. Publicado en El Nuevo Diario, el 29 de enero de 2001.

Clemente Guido*

El doctor Alejandro Bolaños Geyer, en su libro San Juan de Nicaragua (1998, Banco Central de Nicaragua) dice: «A mediados del siglo XIX, la

piedra angular de las pretensiones costarricenses so-bre el río San Juan y el Gran Lago de Nicaragua, es una Capitulación sobre la provincia de Cartago que el Rey de España tomó con Diego Gutiérrez para la conquista de la provincia de Veragua, firmada en Madrid el 29 de noviembre de 1540».

En dicha Capitulación, el rey autoriza a Diego Gu-tiérrez a conquistar y colonizar el territorio mencio-nado, pero «bajo la condición de que Gutiérrez no se acerque a quince leguas del Lago de Nicaragua, por-que esas quince leguas y el dicho lago deben seguir en posesión del Gobierno de Nicaragua, pero la navega-ción y pesca, tanto de la parte del río otorgada a Gutié-rrez como en las quince leguas reservadas, y en el lago, deben poseerse en común, mancomunadamente con los habitantes de Nicaragua».

De aquí dedujeron los ticos, equivocadamente, que ellos heredaron de Gutiérrez el derecho a navegar mancomunadamente tanto el San Juan como el Gran Lago y de ahí todos los intentos de hacerlo valer, pero Bolaños Geyer afirma que ese derecho es falso por las siguientes razones:

«1.- El Gobernador de Nicaragua, Rodrigo de Con-treras, envía de Granada una expedición bajo Diego de Machuca de Suazo y Alonso Calero, quienes cruzan el lago y descubren, navegan y toman posesión del río San Juan o Desaguadero, de un extremo al otro, en 1539». (Obsérvese que cuando se hace la Capitulación a favor de Diego Gutiérrez en 1540, el lago y el río ya han sido explorados y están en manos nicaragüenses).

«2.- Al saber la capitulación con Gutiérrez, el go-bernador de Nicaragua, Rodrigo de Contreras, pro-mueve un juicio reclamando contra ella, el que se inicia ante el Real Consejo de las Indias en Madrid, el 3 de marzo de 1541».

El 6 de mayo de 1541 el Consejo de las Indias dicta sentencia ordenando al favorecido Diego de Gutiérrez que puede entrar al territorio que le han designado por la boca del Desaguadero, pero sin entrar al territorio ya conquistado y poblado por Rodrigo de Contreras y sus capitanes, quedando por tanto el río San Juan así como el Gran Lago, fuera de lo asignado en la Capitulación. 57

Ilusión tica

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Jorge Capelán* ____________________

Costa Rica ambiciona el Río San Juan y otras zo-nas de Nicaragua (desde Rivas hasta Granada) desde 1823 y con ese objetivo, periódicamente

organiza bajo cualquier excusa incidentes de mayor o menor cuantía. La controversia actual inicia con el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya del 13 de julio de 2009, que da la razón a Nicaragua y le confirma su soberanía y sumo imperio sobre el Río. Esta es una síntesis cronológica de los hechos ocurridos a partir de esa fecha hasta diciembre de 2010.

200913 de julio: La Corte Internacional de Justicia de

La Haya reconoce de forma unánime que “Costa Rica no tiene derecho a la navegación en el Río San Juan con naves para llevar a cabo funciones policiales”, ni tampoco “para propósitos de intercambiar el personal de los puestos de policía fronteriza a lo largo del río y para reabastecer a estos puestos, con equipo oficial, incluyendo armas y municiones”.

En un mensaje a la nación, el Presidente Daniel Or-tega Saavedra expresa que “nuestra conclusión es que aquí ganamos todos, aquí no hay victoria ni derrota, somos hermanos centroamericanos y queremos lo mejor para todos los centroamericanos, no queremos

que se tiña con sangre de hermanos” a ambos pueblos.24 septiembre: Nicaragua decreta las normas que

regularán la navegación de embarcaciones costarri-censes en el río San Juan en base al fallo de la CIJ.

13 octubre: El Presidente Ortega anuncia el inicio de la construcción de la carretera entre el municipio de Acoyapa (Chontales) y San Carlos, que permitirá al de-partamento de Río San Juan su comunicación terres-tre con el resto del país.

20107 de febrero: La candidata del Partido Liberación

Nacional Laura Chinchilla gana holgadamente las elecciones presidenciales de Costa Rica.

20 de abril: Chinchilla realiza una visita de cortesía al Presidente Ortega, antes de tomar posesión de su cargo. Ambos acordaron trabajar conjuntamente en un proyecto para crear un corredor turístico que inclu-ya la provincia costarricense Guanacaste y las ciudades nicaragüenses Rivas y Granada. Asimismo, hubo con-senso en poner en funcionamiento mesas de trabajo en las áreas de turismo, seguridad pública (combate al narcotráfico y crimen organizado) y medio ambiente, todo encaminado a reactivar la Comisión Binacional, que tiene dos años de no reunirse. Chinchilla resaltó la presencia de miles de nicaragüenses en Costa Rica. Ellos, dijo, “han levantado nuestros edificios, han re-cogido nuestras cosechas y dado crianza a nuestros hijos”. Hizo votos porque “el Río San Juan en lugar de dividir a dos naciones hermanas”, ambas aprovechen su belleza “para promover un turismo con los mejores estándares”.

8 de mayo: Laura Chinchilla asume oficialmente la presidencia de Costa Rica. El Presidente Ortega asiste a la ceremonia. El canciller costarricense René Castro, confirma que la cita de los presidentes de ambos paí-ses, será en noviembre en Guanacaste.

12 de julio. El canciller en funciones Carlos Roverssi exige a Nicaragua “detener inmediatamente” el plan de dragar el San Juan, para asegurarse que “científica-mente que dichos trabajos no dañarán territorio cos-tarricense ni afectarán el nivel de las aguas de los ríos nacionales que se alimentan del Río San Juan”.

14 julio: El Presidente Ortega rechaza la demanda de la cancillería de Costa Rica, la cual a su juicio mani-festó “equivocadamente” que para poder realizar tra-bajos de limpieza en el río San Juan, Nicaragua debe pedirle permiso al gobierno costarricense, lo que con-sideró “absurdo”.

Cronología de una controversia

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5 agosto: El Presidente Ortega reitera la plena dis-posición de su gobierno de emprender cuanto antes la limpieza del delta del Río San Juan, sobre la base de la soberanía y sumo imperio que Nicaragua ejerce sobre el mismo. Ortega asegura que el dragado del San Juan permitirá recuperar su caudal natural y los humedales. El Presidente recuerda que las autoridades costarricen-ses han dragado los ríos que se encuentran en su terri-torio y son afluentes del San Juan, con todo el derecho que le otorga su soberanía, pero que estos trabajos han causado graves daños a los humedales del río.

El líder sandinista asegura que su gobierno impulsa acciones que permitan el desarrollo de las comunida-des y municipios en el departamento de Río San Juan. Se trata, explicó, de fortalecer y desarrollar todos los campos económicos, sociales y culturales de la región, con el propósito de integrar a los nicaragüenses con el resto del país.

1 al 5 de octubre: El Ejército de Nicaragua realiza una operación contra el narcotráfico en localidades del municipio de San Juan de Nicaragua fronterizo con la República de Costa Rica. A las autoridades costarri-censes se les da a conocer que producto de estas ope-raciones, delincuentes de nacionalidad nicaragüense que conforman esta red criminal se internaron en te-rritorio costarricense huyendo de la justicia por lo que se les alertó para que se tomaran las medidas necesa-rias en función de su detención.

13 de octubre: Dos agentes del Organismo de In-vestigación Judicial (OIJ), policía judicial costarricense, fueron detenidos por el Ejército de Nicaragua “cuando cruzaron sin permiso la línea fronteriza”, en el sector fronterizo de México de Upala, provincia de Alajuela. Por órdenes expresas del Presidente Ortega, ambos son entregados un día después en la frontera común.

18 de octubre: Nicaragua inicia el dragado del Río San Juan para retirar sedimentos que impiden su na-vegabilidad y recuperar su antigua desembocadura en territorio nacional.

19 de octubre: Costa Rica, que inicialmente se oponía al dragado, reconoce el derecho de Nicaragua a realizar las obras, pero pide ser informada de cual-quier situación que pueda causar daños ambientales en su territorio.

21 octubre: Costa Rica presenta una nota de protes-ta al embajador nicaragüense en San José, Harold Ri-vas, alegando que Nicaragua está arrojando sedimento producto del dragado del río San Juan en la margen cos-tarricense, afectando su “soberanía nacional”.

22 octubre: Costa Rica envía en helicópteros a efectivos fuertemente armados de la Fuerza Pública hacia el noroccidental sector fronterizo con Nicaragua.

23 de octubre: El gobierno nicaragüense refuerza militarmente los puestos fronterizos.

28 de octubre: El diario La Nación de Costa Rica alega que existen pruebas de que Nicaragua estaría talando bosques del lado costarricense en un aparente intento por desviar el cauce del río San Juan en su des-embocadura hacia el mar Caribe.

29 de octubre: El Presidente Daniel Ortega afirma que Nicaragua continuará con las labores de limpieza del Río San Juan, de acuerdo al derecho internacional y a los tratados bilaterales firmados con Costa Rica. Asimismo, el mandatario invita a la Presidenta Laura Chinchilla a integrar una comisión especial para dialo-gar y poner fin a la controversia.

30 octubre: La Presidenta Chinchilla asegura que “a nuestros vecinos de Nicaragua se les olvidó quién era su vecino país fronterizo y dónde se ubica el (río) San Juan”.

El Jefe del Ejército, General Julio César Avilés Cas-tillo, llama a todos los sectores a cerrar filas en contra de aquellos que pretenden hacer creer que Nicaragua está “violentando leyes internacionales e invadiendo territorios que no nos pertenecen”.

1 de noviembre: Costa Rica denuncia la presen-cia de soldados nicaragüenses en la denominada “Isla Calero”, pide la convocatoria del Consejo Permanente de la OEA y anuncia el envío de un nuevo contingente policial a la zona.

El gobierno de Costa Rica admite que el Ejército de Nicaragua nunca ha cruzado la frontera para penetrar en territorio costarricense. El vicecanciller Carlos Ro-versi informa en una entrevista con un programa ra-dial, que “hasta ahora no hay ningún hecho irregular, se mantiene en calma” la frontera común.

2 de noviembre: La OEA convoca para el 3 de no-viembre una reunión especial de su Consejo Perma-nente para conocer el diferendo.

El Presidente Ortega, en cadena de radio y televi-sión, anuncia que Nicaragua acudirá a la Corte Interna-cional de la Haya para demandar a Costa Rica por vio-lación de la frontera común y descarta a la OEA como el foro para resolver problemas limítrofes. “Tengo que decirlo con toda claridad: hay intereses expansionistas en Costa Rica. Ha estado en la visión geopolítica de Costa Rica, alimentada por Colombia, adueñarse del Río San Juan”, dice Ortega.

3 de noviembre: El Consejo Permanente de la OEA inicia la sesión convocada por Costa Rica, sin llegar a acuerdo. El Consejo resuelve continuar la discusión al día siguiente.

En una nota de prensa, un portavoz del Departa-mento de Estado de los Estados Unidos pide a Costa Rica y Nicaragua diálogo constructivo para resolver su disputa fronteriza.

La Presidenta Chinchilla afirma en un mensaje di-fundido por radio y televisión que Nicaragua ha come-tido una “grave violación” y una “inmerecida agresión”

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a la soberanía costarricense con la incursión de milita-res en su territorio y dijo que ese país ignora de forma “flagrante” el tratado de límites Cañas-Jerez.

La Asamblea Nacional de Nicaragua decide, con el voto de 85 de los 91 diputados, unirse “en la De-fensa de nuestra integridad territorial” apoyando al Ejército en su lucha contra el narcotráfico y al Presi-dente Ortega en sus iniciativas para la defensa de los intereses del país, y aprueba sesionar en las cercanías del Río San Juan para enviar un mensaje de unidad al gobierno de Costa Rica.

4 noviembre: Como resultado de las negocia-ciones iniciadas el día anterior en Washington, los representantes de Nicaragua y Costa Rica acuerdan “abrir un espacio para que el Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, pueda desarrollar gestiones tendien-tes a superar” la controversia y viaje a ambos países para promover el diálogo en busca de una solución al conflicto fronterizo.

5 de noviembre: José Miguel Insulza, llega a San José.A solicitud del gobierno costarricense, Google –el

monopolio que controla el mayor buscador de Inter-net y proveedora del popular servicio de cartografía Googlemaps– anuncia que hay “errores” en sus mapas de “altísima calidad” de la zona fronteriza entre Costa Rica y Nicaragua, con una presunta “inexactitud en la conformación de la frontera”.

6 de noviembre: La Presidenta Chinchilla anuncia que Costa Rica irá al Consejo de Seguridad de la ONU si el sistema interamericano falla en resolver su dispu-ta con Nicaragua de acuerdo a sus deseos.

Insulza llega a Managua y ofrece una conferencia de prensa conjunta con el Presidente Ortega, quien propone a Costa Rica formar una comisión bilateral para delimitar bien sus fronteras, conforme a los trata-dos y laudos vigentes hace más de un siglo.

7 noviembre: Insulza sobrevuela el Río San Juan sobre el lado nicaragüense de la frontera, acompaña-do del canciller Samuel Santos y declara que el amo-jonamiento de la frontera entre ambos países, es el punto de partida para resolver el diferendo.

8 de noviembre: El secretario de la OEA realiza una inspección aérea en la frontera costarricense con Nicaragua. Posteriormente regresa a Washington.

El cartógrafo del Instituto Geográfico Nacional, Leonardo Salazar, quien formó parte del equipo que sobrevoló la zona con Insulza, declara al diario costa-rricense La Nación, que no observaron izada la bande-ra ni tampoco la presencia de militares nicaragüenses en territorio tico.

El embajador de Nicaragua en Costa Rica, Harold Rivas, denuncia actitudes xenófobas contra los emi-grantes nicaragüenses.

9 de noviembre: Insulza presenta su informe ante el Consejo Permanente de la OEA. Aclara que su mi-sión no ha sido para definir límites fronterizos. Señala que hay “potenciales espacios de entendimiento” en-tre Costa Rica y Nicaragua para dirimir sus diferencias.

En una segunda intervención, Insulza precisa que en la desembocadura del río San Juan donde se generó la tensión “no hay ninguna base militar” y que la úni-ca presencia militar nicaragüense es en una finca de la familia Reyes Aragón, base de narcotraficantes y que están en territorio soberano de Nicaragua. Se trata, explicó Insulza, de un área de unos tres kilómetros cuadrados, que son pantanos o suampos o conocidos ahora como humedales, y no de tierra firme. Insistió que las tropas del ejército nicaragüense se encuentran en su propio territorio, que nunca han estado donde Costa Rica dice que se encuentran.

El embajador nicaragüense ante la OEA, Denis Moncada, denuncia que el narcotráfico internacional está azuzando los roces fronterizos con Costa Rica porque es golpeado por operativos del Ejército nicara-güense en la región sur del país.

10 de noviembre: El embajador de Estados Unidos en Managua, Robert Callahan, dice que su gobierno espera “una solución pacífica y rápida, pero es una dis-puta bilateral que los dos países tienen que decidir de la mejor manera, más eficaz y más justa. Obviamente nosotros estamos dispuestos a ayudar si los dos países lo piden y también la OEA”.

La Asamblea Nacional de Nicaragua, realiza una sesión solemne en San Carlos, en la ribera del río San Juan, para reafirmar la unidad nacional, la soberanía y sumo imperio sobre esa vía acuática y el rechazo fren-te a las pretensiones expansionistas de Costa Rica.

11 de noviembre: La OEA pospone para el viernes la continuación de su sesión extraordinaria.

Un comunicado de los países del ALBA exhorta a Costa Rica y Nicaragua a instalar “de manera inme-diata y sin condiciones, la Comisión Binacional entre Nicaragua y Costa Rica para tratar los asuntos binacio-nales pendientes”.

12 de noviembre: Luego de una extensa jornada de debates, el Consejo Permanente de la OEA rom-pe su tradición de aprobar sus resoluciones mediante consenso y con 21 votos a favor, aprueba las recomen-daciones de su secretario Insulza, que incluye cuatro recomendaciones:a) Realizar la VIII Reunión de la Comisión Binacio-

nal para tratar con carácter urgente aspectos de la agenda bilateral en el más breve plazo, a más tardar, en la fecha originalmente acordada, con el acompañamiento de la OEA.

b) Retomar de inmediato las conversaciones sobre aspectos relacionados con la demarcación de la lí-

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nea fronteriza realizados hasta la fecha, conforme a los tratados y laudos existentes.

c) Con el fin de generar un clima propicio para el diá-logo entre ambas naciones, evitar la presencia de fuerzas armadas o de seguridad en el área donde su presencia podría generar tensión.

d) Instruir a las autoridades pertinentes para que re-visen y refuercen los mecanismos de cooperación entre ambas naciones para prevenir, controlar y enfrentar el narcotráfico, el crimen organizado y el tráfico de armas en el cordón fronterizo.

Además, invita “a las partes a iniciar los procesos a que se refiere el párrafo anterior de manera simultá-nea y sin dilación” y solicita “al Secretario General que continúe ejerciendo sus buenos oficios a fin de facilitar el diálogo entre las partes y que mantenga informado al Consejo Permanente al respecto”.

“Ésta es una decisión cuestionada, sin valor al-guno y nosotros vamos a impugnar y a fundamen-tar, con las normativas de la OEA. Vamos a reunir-nos con el Presidente del Consejo para hacer una valoración y preparar la reunión de cancilleres”, dijo el embajador nicaragüense Denis Moncada. Reiteró que la OEA se extralimitó porque a ese or-ganismo no le compete dirimir problemas de tipo limítrofe.

Un cóctel molotov fue arrojado a la embajada de Nicaragua en Costa Rica, sin causar daños ni víctimas.

13 de noviembre: La Presidenta Chinchilla afirma que la OEA proclamó que “la razón está de lado de Costa Rica”.

El Presidente Ortega asegura hubo una conspira-ción, ordena a la delegación nicaragüense abando-nar Washington y anuncia que su gobierno estudia el eventual retiro de Nicaragua de la OEA. Reclamó que, como mínimo, eran necesarios 22 votos y no 21 como se hizo. Aseveró que mintieron y manipularon en lo que llamó “un plan bien trabajado, un plan político para tratar de imponer condiciones y que son condi-ciones que no pueden ser impuestas”. Ortega explicó que el retiro de tropas favorece a los narcos, que tie-nen gran influencia sobre Costa Rica y países como México, Colombia, Guatemala y Panamá que apoya-ron las posiciones de San José. Ortega observó que el dragado beneficiará a ambos países en navegabilidad del río San Juan y en turismo.

El mandatario nicaragüense ratifica que Nicaragua va a proceder ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya para dirimir sus diferencias como parte ofendi-da por Costa Rica, a quien se va a denunciar por querer adueñarse de territorio nicaragüense y pedirá al tribu-nal que le otorgue derechos de navegación sobre el costarricense Río Colorado, afluente del Río San Juan del cual recibe el 90% de sus aguas.

14 de noviembre: Costa Rica y México presentan protestas diplomáticas por los señalamientos del Pre-sidente de Nicaragua acerca de la influencia de los car-teles del narcotráfico en varios países de la región.

15 de noviembre: El Presidente Ortega sostiene una histórica y extensa reunión de trabajo con todos los Presidentes de los Poderes del Estado para emitir una declaración, suscrita por los Presidentes de los poderes Ejecutivo, Judicial, Legislativo y Electoral, la Fiscalía General, la Contraloría General y como testigo de honor, el Cardenal Miguel Obando.

16 de noviembre: Costa Rica pide una reunión de cancilleres de la OEA. Asimismo, denuncia a Nicara-gua ante la Convención Ramsar por el daño ambiental que, según dice, está causando a los humedales en la zona fronteriza.

Miles de nicaragüenses salen a las calles de Ma-nagua, encabezados por miembros de la comunidad universitaria, para reafirmar la soberanía sobre el río San Juan y respaldar al Gobierno de Daniel Ortega en el litigio fronterizo.

17 de noviembre: A solicitud del gobierno de Chin-chilla, un tribunal de justicia ordena la captura de Edén Pastora, delegado por el Presidente Daniel Ortega para limpiar el río San Juan de Nicaragua, por supuesto daño ambiental en la zona del dragado.

18 de noviembre: Se reúne el Consejo Permanente de la OEA y aprueba convocar a una cita de cancille-res el 7 de diciembre. El representante de Nicaragua, Denis Moncada no se presentó a la sesión en un cla-ro desconocimiento del Gobierno de Nicaragua de la autoridad del organismo para intervenir en diferencias territoriales entre los estados.

Las autoridades costarricenses decidieron adelan-tarse y presentar la denuncia formal ante la CIJ, con la petición urgente de que frene el dragado del Río San Juan y acusando al gobierno nicaragüense de causar graves daños ambientales.

22 de noviembre: El Presidente Ortega encabeza la segunda reunión de los Presidentes de todos los

Consejo dePoderes en

Defensa de la Paz y la

Soberanía de Nicaragua

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poderes del Estado, al término de la cual emiten una declaración conjunta. El mandatario anuncia que su Gobierno está preparando un Libro Blanco sobre las verdades que Costa Rica oculta, en torno al pretendido diferendo por el Río San Juan.

Líderes ambientalistas de Nicaragua culminan un recorrido de tres días para verificar la aplicación del Estudio de Impacto Ambiental del dragado del río San Juan. “Esta misión no obtuvo evidencia, ni observa-ción de daños causados por la intervención (del dra-gado) en territorio no nicaragüense. En la parte nica-ragüense sí observamos algunos huevos rotos, pero estos se encuentran dentro de las previsiones de los documentos que ya mencionamos, así que nada fuera de lo previsto que observamos durante esa misión”, dijo Salvador Montenegro, Director del CIRA – UNAN.

Rectores de las universidades de Costa Rica y Ni-caragua inician en Managua un encuentro para contri-buir a un clima de paz, armonía y respeto, luego que estallara el conflicto fronterizo.

23 de noviembre: El gobierno de Costa Rica reitera que está dispuesto a “organizar” una reunión binacio-nal con Nicaragua para el 27 y 28 de noviembre, pero bajo la condición de que la vecina nación retire sus tro-pas de la zona fronteriza.

La Asamblea Nacional presupuesta 20 millones de córdobas (910 mil de dólares) para continuar el dragado en el Río San Juan y 10 millones de córdobas (404,500 dólares) adicionales asignados a la cancille-ría, para la defensa en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

25 de noviembre: El Consejo de los Poderes de Es-tado publica el Libro Blanco, el cual “permite con faci-lidad establecer juicios de valor sobre las verdades que Costa Rica oculta, y más aún, identificar que su pre-tensión es, nuevamente, cercenar parte del territorio de Nicaragua a como en distintos episodios de nuestra historia ha ocurrido”.

En una nota dirigida a la cancillería costarricense, Nicaragua reafirma “la voluntad y el compromiso inal-terables de nuestro gobierno de sostener los encuen-tros planificados en el contexto de la Comisión Bina-cional, según la agenda que ambos países preparemos y de acuerdo al principio de incondicionalidad que ca-racteriza este tipo de encuentros”.

Según el economista Néstor Avendaño, aproxi-madamente 800 mil nicaragüenses radican temporal o permanentemente en Costa Rica, en busca de me-jores oportunidades laborales y salariales, y también de empleo especialmente en el Área Metropolitana y las regiones Norte y del Caribe de ese país. El 20% del empleo, de una ocupación de 2 millones de personas, lo ocupa la mano de obra nicaragüense. Los emigran-tes trabajan en las actividades agropecuarias, espe-

cialmente en los rubros exportadores tales como café, caña de azúcar, banano y ganado vacuno, la construc-ción, el empleo doméstico, la seguridad privada y el comercio.

26 de noviembre: El asesor político de la Secreta-ría General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Dante Caputo, sobrevuela en helicóptero del gobierno costarricense, la zona limítrofe de Costa Rica con Nicaragua.

Costa Rica cancela la reinstalación de la Comisión Binacional con Nicaragua, programada desde abril pa-sado para realizarse 26 y 27 de noviembre.

28 de noviembre: El general Avilés, denuncia una conspiración internacional contra Nicaragua de parte de Costa Rica, Honduras y Colombia, para encubrir inte-reses expansionistas a costa del territorio nicaragüense. El general Avilés explicó que a las acusaciones de una supuesta invasión militar a Costa Rica, se ha sumado Honduras que propaga informaciones falsas sobre la presunta existencia de campamentos de entrenamien-to de guerrilleros hondureños en suelo nicaragüense.

29 de noviembre: Una encuesta de opinión divul-gada por el diario La Nación de Costa Rica revela que sólo 11 por ciento de los ticos, en su mayoría simpati-zantes del partido de gobierno, de clase media y con edades de 50 años para arriba, señala la controversia fronteriza con Nicaragua como el problema que más les agobia.

El director de la Empresa Nicaragüense de Alimen-tos Básicos (ENABAS), Herminio Escoto anunció que esa entidad asume el abastecimiento de granos bási-cos y diversos productos destinados a los pobladores de San Juan de Nicaragua, que hasta ese momento los adquirían en los poblados costarricenses.

30 de noviembre: El Presidente Ortega anuncia la finalización los trabajos de dragado en el sector de Har-bour Head, próximo a la zona en conflicto con Costa Rica, y que éstos continuarán en el delta del río San Juan a mediados de diciembre. Horas antes, el gobierno de la Presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, había pedi-do de manera oficial a Managua la suspensión del dra-gado, apelando “al principio fundamental de buena fe”.

El gobierno de Nicaragua despliega una contrao-fensiva diplomática y emisarios especiales entregan a cada gobierno en sus respectivas capitales, una copia del “Libro Blanco”.

La cancillería nicaragüense envía una nota verbal a Costa Rica, “recuerda a la República de Costa Rica que la Corte Internacional de Justicia ha establecido los días 11, 12 y 13 de Enero del año 2011 para escuchar las partes en relación a la solicitud de medidas provisiona-les hechas por Costa Rica el pasado 18 de Noviembre de 2010” y que será ese tribunal el que resuelva el dife-rendo entre ambos países.

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1 de diciembre: La Presidenta Chinchilla ordena aumentar la presencia de sus efectivos policiales fuer-temente armados en todo el cordón fronterizo con Nicaragua y anuncia el entrenamiento de cuerpos de seguridad especializados. Y sobre los gobernantes ni-caragüenses, Chinchilla expresó: “Le recuerdo a esos señores del norte (...) que sólo los cobardes son va-lientes frente a los indefensos. No permitiremos, es-cuchen bien, mayores violaciones a nuestra soberanía e integridad territorial”.

Una delegación de la Secretaria General de la Co-misión Ramsar sobre humedales concluye su visita a Costa Rica para constatar las acusaciones de ese país por supuestos daños ambientales a causa de los tra-bajos del dragado en el Río San Juan de Nicaragua. La misión se marchó del país, sin haber podido visitar el terreno.

2 de diciembre: El mandatario Ortega, designa a la Presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Alba Luz Ramos, al frente de la delegación de Nicaragua en la XX Cumbre Iberoamericana de Mar del Plata, Argentina, que se realizará entre el 4 y 5 de diciembre. Ortega ins-truyó a Ramos para que su participación en la cumbre se enfoque en el tema principal de la reunión, que es la educación y no caer en las provocaciones de Costa Rica.

A su arribo a Mar del Plata, la Presidenta Chinchilla asegura que su país “ha iniciado gestiones ante el Con-sejo de Seguridad” de las Naciones Unidas, y que en la reunión del balneario argentino intentará conseguir la mediación de varios países americanos.

El Presidente Ortega anuncia que una delegación de ecologistas y expertos técnicos de la Convención RAMSAR, realizará un recorrido aéreo por el Río San Juan de Nicaragua.

3 de diciembre: La “ofensiva” costarricense no en-cuentra eco en la Cumbre Iberoamericana.

La jefa de la delegación nicaragüense, Alba Luz Ramos, dijo que el caso del río San Juan es un proble-ma jurídico y “debe estar en la Corte Internacional de Justicia de La Haya como fue hecho por iniciativa de la propia Costa Rica y nos sentimos complacidos por-que está en el lugar que corresponde”. Añadió que el supuesto territorio costarricense invadido por Nica-ragua, según Costa Rica, no es más que una pequeña área sedimentada del nicaragüense río San Juan, con una extensión de 2,7 kilómetros y no sería bueno pre-juzgar sobre la decisión a tomar por La Haya.

4 de diciembre: Martha Barillas García, originaria de Bluefields y abogada de profesión, revela que en septiembre del año en curso, abogados costarricen-ses defensores de los narcotraficantes Reyes Aragón le propusieron defender a seis hondureños acusados de narcotráfico capturados por el Ejército de Nicara-gua. La primera instrucción que recibió fue decir “que

la captura ocurrió en territorio tico”. En el transcurso del caso, Barillas García fue contactada por una per-sona de la Cancillería costarricense, así como por un supuesto diputado de ese país, de nombre Claudio Monge, del Partido Acción Ciudadana (PAC), con ofre-cimientos de “todo el respaldo necesario”, inclusive “asilo político” en el vecino país.

El plenario del PARLACEN, aprueba una resolución en la que insta a los gobiernos de Nicaragua y Costa Rica, a utilizar el diálogo abierto e incondicional para encontrar una salida pacífica a la controversia sobre el río San Juan.

6 de diciembre: La Presidenta Chinchilla afirma que luego de la única conversación, vía telefónica, en-tre ella y el Presidente Ortega, dialogaría con el gober-nante solamente en presencia de testigos. Respecto a señalamientos de que Costa Rica no tiene ejército pero autoriza la presencia de naves militares estado-unidenses en su mar territorial, Chinchilla dijo que es un argumento usado por “nuestros enemigos, muy particularmente Nicaragua, más otros sectores”.

7 de diciembre: La Corte Internacional de Justicia (CIJ), convoca a audiencias públicas sobre la demanda de Costa Rica contra Nicaragua, a celebrarse entre 11 y el 13 de enero de 2011, en el Palacio de la Paz de La Haya. El 11 por la mañana expone Costa Rica y por la tarde responde Nicaragua. El 12 replica Costa Rica y el 13 hace su contrarréplica Nicaragua.

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La conferencia de cancilleres de la Organización de Estados Americanos aprueba una resolución testimo-nial con la que se cierra el capítulo OEA en el conflicto limítrofe. En la reunión sólo participaron dos ministros de Relaciones Exteriores: el de la propia Costa Rica y la ministra Carolyn Rodríguez-Birkett de Guyana.

8 de diciembre: El caño que describe el ingeniero árbitro Edward Porter Alexander, que definió la línea fronteriza de Nicaragua con Costa Rica, ya está “lim-pio”, y puede ser navegado en embarcaciones peque-ñas, informa Edén Pastora, el jefe de las operaciones de limpieza del río San Juan. Aseguró que los mil me-tros que mide aproximadamente el caño, están lim-pios de árboles y sedimentos, y pueden navegarse.

9 de diciembre: El secretario de Estado Adjunto de Estados Unidos para Latinoamérica, Arturo Valen-zuela, afirma en San Salvador que el conflicto limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua “es un tema que debieran encarar los países” y resolverlo dentro del marco del derecho internacional.

Autoridades costarricenses proponen a Nicaragua ce-lebrar el 20 de diciembre, una reunión en Liberia, con el acompañamiento de la OEA, en la que los cancilleres de

ambos países, junto a los ministros de Seguridad y De-fensa, definan una “zona de despeje en la cual no habría presencia militar ni policial por parte de ambos países”.

11 de diciembre: El Presidente Ortega insta a su homóloga costarricense, Laura Chinchilla, a sentarse a la mesa de diálogo junto a otros países de la región, pero no con la OEA.

12 de diciembre: El Presidente de Ecuador, Rafael Correa, expresó sentirse “preocupado” por la contro-versia limítrofe promovida por Costa Rica sobre el Río San Juan de Nicaragua, y se declaró dispuesto a me-diar entre ambas naciones.

13 de diciembre: Una sólida mayoría de los dipu-tados de la Asamblea Nacional nicaragüense aprueba tres leyes para garantizar la soberanía, propuestas por el Presidente Daniel Ortega y negociadas con cinco de las siete bancadas parlamentarias. Las leyes de De-fensa Nacional, de Seguridad Democrática y el Régi-men Especial de Fronteras, recibieron el respaldo del 65% de los 91 diputados.

La Asamblea Legislativa de Costa Rica aprueba una nueva autorización para el atraque, permanencia en puerto y desembarque de hasta 73 navíos de guerra,

Lo único pendiente es instalar los mojonesExtractos de la primera declaración del Consejo de Pode-res del Estado de Nicaragua, 15 de noviembre de 2010.

Habida cuenta que la sentencia del 13 de julio del 2009, brindada por la Corte Internacio-nal de Justicia de La Haya, donde se ratifica

el Laudo Cleveland en cada una de sus partes, no existe ningún conflicto con la República de Costa Rica; la sentencia le puso punto final a cualquier pre-tensión de Costa Rica y hoy es cosa juzgada. En con-secuencia, lo único que está pendiente por hacer es la instalación de los mojones, a lo que nuestro país se encuentra totalmente anuente.

Ante la desorganizada sesión celebrada por el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos el día viernes 12 de noviembre, Nicara-gua se ve en la obligación de sustraerse de cualquier actividad de la OEA que tenga que ver con el dizque conflicto de límites de Costa Rica con Nicaragua, ya que la Organización de Estados Americanos, por su naturaleza misma, es un órgano político de los Es-tados de América Latina, no tiene ninguna compe-tencia para conocer ningún conflicto de límites, no es Corte ni Tribunal. Nicaragua no va a concurrir a la Organización de Estados Americanos a discutir la Soberanía ni el dominio

Habida cuenta que nosotros le estamos en-tregando a Costa Rica el 90 por ciento del agua, al río Colorado, y como Nicaragua no recupera todavía el caudal del río y su salida, mientras nosotros seguimos desarrollando la limpieza del río, y el establecimiento a través de una sa-lida en Harbor Head, que Costa Rica acepte que Nicaragua reciba el mismo tratamiento para transitar por el río Colorado, ya que Costa Rica puede recorrer el río San Juan 140 kilómetros, y luego transitar por el río Colorado, cuyo caudal tiene aguas permanentes gracias a los lagos y ríos de Nicaragua.

Nicaragua, en el ejercicio pleno de su soberanía y de las políticas de Estado para combatir el narco-tráfico y el crimen organizado, seguirá ejerciendo plenamente su derecho en el territorio nacional, y en el caso que nos ocupa ha quedado plenamente demostrado que el Ejército de Nicaragua ha ejerci-do su derecho dentro de nuestro territorio nacional y que en ningún momento ha invadido territorio ex-tranjero.

Finalmente, Nicaragua, reitera su derecho a continuar la limpieza y dragado del río San Juan, así como su voluntad de diálogo y negociación en la so-lución pacífica de los conflictos.

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96 helicópteros y unos 10 mil marines de Estados Uni-dos, entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2011.

El diario israelí Haaretz publica una nota en la que se comentan declaraciones del viceministro de Relaciones Exteriores israelí Danny Ayalon especu-lando sobre supuestos intereses iraníes en América Latina. “El mes pasado, fuentes en América Lati-na le dijeron a Haaretz que un incidente fronterizo entre Costa Rica y Nicaragua, y la presión militar puesta sobre Costa Rica, (...) son el primer paso en un plan formulado por el Presidente venezolano Hugo Chávez y el Presidente nicaragüense Daniel Ortega, con financiamiento y asesoría de Irán, para crear un sustituto del geoestratégico y económica-mente importante Canal de Panamá” comenta el diario sionista.

14 de diciembre: El Presidente Ortega presenta a su homólogo guatemalteco, Álvaro Colom, una ini-ciativa para que éste coordine el proceso de diálogo entre Nicaragua y Costa Rica en una mesa en la que participen como testigos de honor los Gobiernos de Venezuela, Cuba y México, y otros que Costa Rica in-vite a participar.

15 de diciembre: La justicia costarricense dicta or-den de captura internacional por “daños ambientales” contra Edén Pastora.

16 de diciembre: El Presidente Cólom anuncia el acuerdo de Nicaragua y Costa Rica para iniciar nego-ciaciones incondicionales sobre el diferendo limítrofe con la mediación de países amigos.

La cancillería tica, en un comunicado emitido poco después del anuncio de Guatemala, vuelve a poner como condición al diálogo la “retirada” de las tropas nicaragüenses de un zona que Costa Rica considera le pertenece, así como a considerar que el litigio actual-mente se encuentra bajo la jurisdicción de la Corte In-ternacional de Justicia de La Haya.

17 de diciembre: La Presidenta Chinchilla anuncia la aplicación de mayores medidas de vigilancia y con-trol en la frontera norte, como el monitoreo electróni-

co de los movimientos en la zona limítrofe y la instala-ción de un cableado para regular la navegación sobre el río Colorado. Además, la mandataria informó que su gobierno decidió regular el transporte de alimentos y combustibles en la zona cercana a isla Calero. Las au-toridades costarricenses dijeron que también exploran “escenarios legales” para procesar a ciudadanos cos-tarricenses que hayan “dado facilidades” a las tropas de Nicaragua, lo que la mandataria calificó como “trai-ción a la patria”.

Sobre la mediación de Colom, Chinchilla dio “la bienvenida a cualquier gesto de buena voluntad que se quiera realizar” pero que “lo que no cambiará de ninguna manera, con Álvaro Colom de por medio o sin él, es la condición de la militarización de la zona de tensión entre ambos países”.

19 de diciembre: El Ejército de Nicaragua anun-cia que no reforzará su frontera sur en respuesta a las medidas especiales de vigilancia y control que aplicará Costa Rica durante las fiestas de Navidad y fin de año, “porque no tenemos ninguna situación que amerite el envío y el refuerzo de tropas y efectivos militares en las fronteras”.

22 de diciembre: La cancillería de Nicaragua entre-ga a Costa Rica una enérgica nota de protesta, denun-ciando que el 21 de diciembre dos naves de bandera costarricense, que navegaban de sur a norte, incursio-naron en aguas territoriales nicaragüenses a dos millas náuticas al Noreste de Punta Castilla, en el sector de San Juan de Nicaragua. En la persecución de dichas naves, las unidades militares nicaragüenses observa-ron otros dos botes con bandera de Costa Rica y más tarde, dos avionetas Cessna.

23 de diciembre: El Gobierno de Costa Rica recha-zó “de modo rotundo” la protesta de Nicaragua.

24 de diciembre: El gobierno costarricense reactiva la Policía de Fronteras y despliega sus fuerzas a lo lar-go del límite con Nicaragua, informa el ministro de Se-guridad de Costa Rica, José María Tijerino. El ministro añadió que comenzará una campaña de reclutamiento

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«Cosa Juzgada»Extractos de la segunda declaración del Consejo de

Poderes en Defensa de la Paz y la Soberanía de Nicaragua, 25 de noviembre de 2010.

Nicaragua ratifica su decisión de mantenerse al margen de la Organización de Estados Americanos en el caso del pretendido conflicto limítrofe con Costa Rica. La OEA debe cerrar definitivamente este debate que no debió iniciar por no tener com-petencia, y dejar que sea la Corte Internacional de Justicia quien asuma su natural jurisdicción y com-petencia.

La Corte Internacional de Justicia de la Haya resolvió sobre este diferendo, que lo ha venido conociendo históricamente, por lo tanto es la úni-ca competente es la única dentro del seno de las Naciones Unidas para conocer sobre este tipo de controversias.

Estiman los cuatro poderes del Estado que ésta es cosa juzgada y que la sentencia del 13 de julio de 2009 de la Corte Internacional de Justi-cia de la Haya es de ineludible cumplimiento y no puede ser modificada ni por la Corte misma, ya que el primer efecto de la cosa juzgada es que el tribunal que dicta sentencia se despren-de del caso y no puede modificarla ni alterarla en ninguna de sus palabras, de donde deriva el concepto de ‘inmutabilidad de la cosa juzgada’.

Nicaragua, en base al principio de reciprocidad internacional insiste en el derecho que tiene nues-tro país para solicitar la navegación libre por el (río) Colorado, mientras dure el dragado del río San Juan, dragado que tiene su asidero en la senten-cia del 13 de julio del 2009 de la Corte Internacio-

nal de Justicia, así como en los Laudos Cleveland y Alexander, donde se resuelve que Nicaragua tiene la soberanía y el sumo imperio sobre la cuenca y le otorga amplios derechos para efectuar limpie-zas y acciones que estuviese a bien para mejora la afluencia y navegación del río, y eventualmente indemnizar a Costa Rica sobre cualquier daño que se le pudiese ocasionar como consecuencia del dragado.

Desde el año 2007 Nicaragua manifestó su in-terés en la utilización de las aguas del Colorado, brazo o caño del río San Juan, el cual se nutre en un 90 por ciento con las aguas de éste.

Por otra parte, es en la Corte Internacional de Justicia donde deberá ventilarse la denuncia sobre los daños y perjuicios causados a Nicaragua por Costa Rica desde el punto de vista ecológico.

Los poderes del Estado ratifican su decisión de que el Ejército y la Policía Nacional se man-tengan, como hasta ahora han estado, en el territorio nacional, y continúen la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, ya que la realidad de los hechos acontecidos el día de ayer (domingo), la captura de una célula inter-nacional de narcotraficantes, provenientes del sur, ponen en evidencia que el narcotráfico y el crimen organizado no hacen ningún alto en el camino y no descansan en su afán de utilizar, tanto el territorio nacional, como las aguas terri-toriales en su tránsito hacia Estados Unidos de Norteamérica.

En virtud de lo anterior, estimamos que es dentro del marco de la comisión binacional que se debe discutir la política de prevención, comba-te contra el narcotráfico y crimen organizado, así como proceder con los amojonamientos de con-formidad con los Laudos Cleveland y Alexander.

de efectivos para la Reserva de la Fuerza Publica (po-licía). “Debemos cobrar conciencia de que, dado que no podemos cambiar de vecindario, tenemos que constituir a Costa Rica como un país capaz de defen-derse a si mismo”, advirtió.

26 de diciembre: A través de un comunicado ofi-cial, el gobierno de Nicaragua anuncia que bajo los auspicios de los gobiernos de México y de Guatema-la se acordó dialogar con Costa Rica en un territorio neutral y sin ningún tipo de condiciones, el próximo 17 de enero del 2011. En su comunicado, Nicaragua también reconoce el mensaje del Papa Benedicto XVI, quien en su tradicional mensaje “Urbi et Orbi”

desde la Plaza San Pedro, en Roma, el 25 de Diciem-bre, pidió que se impulsara el diálogo entre ambas naciones.

27 de diciembre: El vicecanciller costarricense Carlos Roverssi anunció que su país enviará una mi-sión el 17 de enero a Querétaro, México, pero reiteró que San José solo se sentará a negociar con Managua si ésta retira sus tropas del territorio en disputa. El vi-cecanciller dijo que inicialmente se ha concertado una reunión de “equipos técnicos” en Querétaro, con re-presentantes de México y Guatemala.

(*) Perodista uruguayo residente en Nicaragua.

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La Revista Correo es una publicación bimestral, sin fines de lucro, fundada en noviembre de 2008, con sede en Managua, Nicaragua. Su principal propósito es aportar al debate y análisis de la realidad nicaragüense y mundial, con un enfoque ideológico franco y directo, desde la izquierda revolucionaria, sandinista y socialista.

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En 1674 los ingleses capturaron dos fragatas españolas frente a San Juan del Norte. Un año después finalizó la construcción del Castillo de la Inmacula-da Concepción sobre las ruinas del fuerte de Santa Cruz, inaugurándose el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, con una misa solemne a cargo del reverendo José de Velasco y rebautizándose el raudal con el nombre de Santa Cruz. Al año siguiente las tropas coloniales rechazaron una expedición capita-neada por un tal general Francisco guiado por Nicolás de Coba, impidiéndose esta vez el asalto de Granada. Y en 1685, las autoridades provinciales atiborra-ron de arena, palos y piedras diversos tramos del río, con tal de bloquear las invasiones de los piratas.

Pese a que a mitad del siglo fuertes movimientos sísmicos afectaron el lecho del río y dificultaron la navegación a los buques de gran calado, las vías comerciales de la provincia de Nicaragua eran El Realejo, en el Pacífico, y Río San Juan, en el Atlántico. Y así como el primero determinó en gran medida el progreso de León, el segundo hizo lo mismo con Granada, por ser el centro de la actividad portuaria, contando hasta con embarcaciones propias que viajaban a Portobelo y Cartagena. La mayoría de los comerciantes granadinos eran es-

pañoles y criollos que monopolizaban el tránsito por el río, por lo que el comercio desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de la emergente oligarquía granadina. En tanto, por la ausencia de inversiones en las restantes actividades productivas, más las condiciones preda-torias propias de la administración colo-nial, al finalizar el siglo la escasa pobla-ción nativa de la zona del río San Juan se encontraba prácticamente en las preca-rias condiciones de la centuria anterior.

En esa época, las actuales Regio-nes Autónomas del Atlántico Norte y Sur (RAAN y RAAS), más gran parte de los departamentos de Nueva Segovia, Jinotega, Matagalpa, Boaco, Chontales y Río San Juan, escapaban al control es-

pañol ejercido principalmente en la región del Pacífico. Por lo cual, en la recta final del siglo, la presencia inglesa en la Costa Atlántica era de tal magnitud que controlaban el comercio en el Caribe, explotaban el contrabando y sus corsarios depredaban a su antojo, al extremo que para ponerles la tapa al pomo, en 1687 coronaron en Jamaica al primer rey de los mosquitos: Jeremías I.

Y aunque San Juan del Norte era un territorio en disputa, Río San Juan con-taba con una cadena de puestos militares en San Carlos, Sábalos, Pocosol, El Castillo, Bartola, El Diamante, Machuca y los ríos San Carlos, San Francisco y Sarapiquí. No obstante, Río San Juan era un territorio sumamente despobla-do por estar bañado de ríos, riachuelos y quebradas, con peligrosos pantanos, torrenciales aguaceros y frecuentes inundaciones por los desbordes del Gran Lago, pero conservando los matices de su idílico paisaje. "Sábalos, tiburones y manatíes se cruzan en sus aguas. Pájaros de bellos plumajes anidan entres sus bosques; garzas y aves acuáticas nadan en sus pantanos, evadiendo los lagartos que dormitan semiocultos entre el lodo; y de vez en cuando, se escucha el rugido de las fieras o el rechinar de los colmillos de los jabalíes", narraba Thomas Belt.

Al comenzar el siglo XVIII había nueve pueblos de indios ramas entre el Te-penagüazapa y el San Juan, cada uno con menos de cien habitantes. Vivían en chozas, practicaban la pesca, se transportaban en cayucos, cultivaban plátanos, yuca, caña de azúcar, conocían los rudimentos de la alfarería y el hilado de fibras como la pita, contaban el tiempo partiendo de las fases lunares y su vida fue tras-tornada por la presencia de los ingleses en el Este y los españoles en el Oeste.

(*) Extractos de su libro "Un vistazo al pasado... para cons-truir el futuro: Río San Juan".

Por Carlos Salazar Alfaro* __________

Y al despuntar el siglo XVII, por ser Nicaragua el epicentro del Nuevo Mundo, río San Juan fue su campo de batalla, desde San Juan del Norte (Puerta del Río) hasta Granada (Puerta de Nicaragua) contra los piratas

–que a mediados del siglo se contaban por centenares tan solo en Bluefields– y sus aliados nativos regados por la Mosquitia. Esta situación, crítica de por sí, se agudizó cuando producto de la expansión británica en el Caribe, los ingleses co-menzaron a afincarse en el Atlántico de Nicaragua. Recuérdese que para Oliver Cromwell, el Lord Protector de Inglaterra, ¡la joya más preciosa de la Corona española era la ciudad de Granada! Aquello dio pie a una antagónica forma de colonización bipartita, cuyas consecuencias políticas, económicas, sociales y culturales se sienten hasta el día de hoy. Y en tanto los españoles explotaban y/o exterminaban a la indefensa población nativa, los ingleses la seducían dotán-dola de armas de fuego para capturar enemigos y venderlos como esclavos, la atraían regalándole licores y confundían mediante el ejercicio del poder ficticio de una ridícula monarquía.

La opinión del historiador nicaragüen-se Tomás Ayón: "...aventureros de todas partes, la ralea de los países europeos se posesionaron de los mares y saquearon durante cien años el territorio americano, disputando a los españoles sus robos del siglo anterior... hordas de asquerosos ban-didos se presentaban a la hora menos pen-sada; y las hijas más queridas y las esposas más tiernas, tenían que ser repartidas en-tre ellos". Más el testimonio del holandés John Esquemeling: "...enrumbamos luego hacia el cabo Gracias a Dios, adonde llegan muchos piratas que se llevan muy bien con los indios de allí. Es costumbre de allá que cuando llegan los piratas todos tienen dere-cho a comprarse una india; su precio es un cuchillo, una vieja hacha de labor o una ha-chuela. Este contrato obliga a la mujer a permanecer con el pirata todo el tiempo que él esté en tierra... el pirata disfruta también de la libertad de cazar y pescar a su antojo donde le plazca. Mediante este frecuente intercambio con los ingleses, los indios salen a veces con ellos al mar por años enteros y aprenden inglés".

Y en tan explosivo ambiente, en 1602, se construyó el fuerte de Santa Cruz frente al Raudal del Diablo. Tres años después el pirata holandés Abra-ham Blauveldt o Bleeveldt (apellido del cual proviene el nombre de Blue-fields) plantó su centro de operaciones en la Mosquitia, aumentando las acciones predatorias en el río y sus territorios circunvecinos. No obstante, en 1620, Diego de Mercado propuso a Felipe III sustituir el tráfico a través de Panamá por una nueva ruta que debía establecerse en Nicaragua. En 1640 penetraron los ingleses por el río y robaron varias fragatas estacionadas en el Gran Lago. Siete años después repitieron el ataque. En 1661 piratas ingle-ses, franceses y holandeses, apoyados por sus aliados nativos, se instalaron en bocas del Tauro y del San Juan.

Cuatro años más tarde el corsario inglés Henry Morgan penetró por el San Juan y arrasó con San Carlos y Granada. Al año siguiente el corsario Juan Davis penetró por el río, se apoderó de Granada, saqueó casas y templos, secuestró muchas personas (especialmente mujeres), se refugió en una isleta del Gran Lago y, tras amenazar con incendiar la ciudad, recibió un jugoso rescate.

En 1670 los piratas Lubborough, Harrison, Price y el guía indígena Juan Ga-llardo, alias Gallardillo, recorrieron el río saqueando, matando y secuestrando por pasando, ensañándose con las mujeres, pues ni las monjitas perdonaban. En una ocasión, un capitán español logró liberar a 150 cautivos que permanecían recon-centrados en Boca de Sábalos.

En río revuelto ganancia de piratas