revista carlos III

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―Aquella mujer inteligente que utilizaba la imaginación para seguir viva‖

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es la revista del insti

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―Aquella mujer inteligente que utilizaba la imaginación para seguir viva‖

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IES Carlos III TOLEDO

21 de Enero 2011 Volumen 1, nº 1

Puntos de interés espe-

cial:

Pueden participar en

todo momento en la

edición de la revista

SHEREZADE.

El nombre de la revista

ha sido elegido por

Francisco de Paz.

La razón de este título

esta reflejada en el

primer artículo.

Manden vuestras ideas a:

[email protected]

1. PRESENTACIÓN

2. LOS VEINTE AÑOS DEL CENTRO

RECUERDOS

IMPRESIONES

3. CONSEJOS DE LA ENFERMERA

CARTA A LOS PADRES

LA ADOLESCENCIA: 10 CONSEJOS

4. NOTICIAS CULTURALES

MIGUEL HERNÁNDEZ

TESTAMENTO DE GARCÍA MÁRQUEZ

5. CUENTOS DE BUCAY

LAS RANITAS DE LA NATA

LA PRINCESA BUSCA MARIDO

6. CREACIÓN LITERARIA

ALLIUM CEPA

SONETO

7. CURIOSIDADES

EXAMEN

8. GALERIA DE IMÁGENES

FOTOS DE TOLEDO EN EL SIGLO XIX

CONCURSO DE ATARDECERES

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Tenéis ante vosotros el pri-

mer número de Sherezade, la

revista de nuestro instituto.

Queremos que en ella tengan

cabida las iniciativas, creacio-

nes y reflexiones de todos los

miembros de nuestra comuni-

dad educativa.

Llegará tan lejos

como nosotros queramos.

Porque ha nacido para crecer,

con la imaginación, la inteli-

gencia y la fantasía de todos

los que aún estamos convenci-

dos de que la educación, y la

cultura, constituyen el mejor

instrumento – quizás el único-

para seguir avanzando hacia

un mundo mejor.

Aquí caben razona-

mientos y divertimentos. La

memoria del pasado y las

adivinanzas que nos ayuden a

descubrir el futuro. Las ma-

temáticas y la literatura. La

física y la química. Y por eso,

claro, el amor; que ya lo dijo

el inminente sabio Severo

Ochoa, antes que Joaquín

Sabina: ―el amor es la fusión

de la física y la química.‖

Y también cualquier

otro saber que nos ayude a

conocer la diversidad del

mundo y sus consecuencias,

aunque no esté etiquetado en

ninguna asignatura.

Queremos que sea

la revista de la realidad de la

vida y de los cuentos. De mu-

chos cuentos, de todos los

tamaños y colores. Porque,

como decía es escritor Luis

Landero en su libro El cuento

o la vida: ―Hoy más que nunca

la escuela está bajo el signo

fatal de Sherezade‖ (aquella

mujer inteligente que utiliza-

ba la imaginación para seguir

viva).

Nosotros también

necesitamos la imaginación

para seguir adelante, cami-

nando hacia esa utopía de la

que hablaba Eduardo Galeano,

y que siempre está en el hori-

zonte y siempre alejándose

con él. Por eso, decía el escri-

tor uruguayo: ―camino dos

pasos, y ella se aleja dos pa-

sos ¿Entonces para qué sirve

la utopía? Para eso sirve, para

caminar.‖

En vuestras manos

queda Sherezade. Necesita

de vuestras aportaciones y

fantasía para seguir viviendo,

narrando, contando. A noso-

tros, quienes lanzamos esta

iniciativa, nos gustaría que su

historia, como en Las mil y

una noches, fuera intermina-

ble.

Francisco de Paz

PRESENTACIÓN

Página 3

SHEREZADE

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LOS 20 AÑOS DEL CENTRO

RECUERDOS:

Página 4

Volumen 1, nº 1

Buenos días.

En el momento en que recibí la carta anunciando la celebración del XX Aniversario del Carlos III pensé "¿20 años? No es posi-

ble... espera, ¿cuántos tengo yo?". Y mientras esas preguntas pasaban por mi cabeza, en mi cara se formó una sonrisa que refleja-

ba una mezcla de añoranza y buenos recuerdos.

Yo estuve en el Carlos, sí, lo vi nacer y crecí con él; tengo el privilegio y me llena de orgullo afirmar que soy de la primera promo-

ción del I.E.S. Carlos III de Toledo.

Para mí, la época del instituto fue una de las mejores de mi vida y la recuerdo con mucho cariño. Los compañeros, los profesores,

fueron mi segunda familia, ¿cuántas personas pueden decir lo mismo?

El pasado 12 de noviembre fui ilusionada al acto, esperando reencontrarme con personas que habían formado parte de mí un día y

que, porque la vida es así, pasan de largo pero dejan en nosotros su huella. Por desgracia, de aquella hornada había poca gente, ya

fueran compañeros o profesores. Para que haya posibilidad de cambiar, confío en que se haga un XV Aniversario, y un XXX porque

seguiré asistiendo con la misma ilusión, deseosa de volver a recordar anécdotas y vivencias.

Si se puede poner un pero a la tarde, eché de menos una vista atrás, excepto uno de los ponentes, nadie mencionó la ubicación

inicial del instituto, ese pequeñísimo centro dependiente del Sefarad, hecho de ladrillo y que albergaba solamente 8 cursos: 1

segundo de BUP con escasos alumnos y 7 primeros de BUP (cuando regía la LOGSE, ahora ando perdida intentando asemejar los

estudios actuales a aquéllos) repletos de chavales recién salidos del "cole".

Por aquel entonces no existían las cámaras digitales ni tantos avances informáticos, por lo que mis recuerdos están solamente en

mi memoria y en la de mis compañeros y me gustaría, si es posible, preparar algo especial sobre esa primera promoción del Carlos

para el próximo aniversario.

Tengo algo de material digitalizado (el video de la excursión de fin de curso y unas cuantas fotos) que podría servir, y a partir de

las fichas o matrículas (si es que aún existen) se podría intentar localizar a la gente.

Quiero dar la enhorabuena tanto a la persona que tuvo la idea de realizar esta celebración, como a las que hicieron posible que se

llevara a cabo y simplemente animar a que se repita muchas veces (más y mejor, si cabe).

Y también quiero dar las gracias porque con un gesto tan sencillo como enviar una carta, creo que hicísteis felices a mucha gente.

Un cordial abrazo,

Elena Salgado Pantoja.

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Impresion

es y r

ecuerd

os

La verdad es que las emociones se apretaban entre sí y pugnaban por salir más allá de ―la flor de la piel‖. Fue necesario ―bajar la mano‖

en varias ocasiones para no quedarse ―al descubierto‖ entre compañeros y antiguos alumnos, ya médicos, ya abogados, ya directores de

empresa o comerciales, ya maestras, ya madres… Los recuerdos saltaban alborotados y se desparramaban en cientos de imágenes, próxi-

mas y precisas muchas, casi tangibles; más borrosas otras entre el fondo de las clases o de una excursión por la Ruta de Don Quijote…

Todas irrepetibles.

Menos mal que el alma se había puesto a buen recaudo desde que recibí la invitación para asistir a los actos programados por

la actual dirección del Carlos III y había buscado toda clase de protección para emociones y sobresaltos. No obstante, todo aquello que

habían atado y bien atado la prudencia y la razón se vio desmoronado en un instante al divisar un grupo de gente que esperaba ante las

puertas del lugar elegido, que es lo que yo había procurado: estar entre los primeros en llegar y encontrarme, ya ajustado, ante cuantos

fueran llegando. Las palpitaciones aumentaban y el caballo cordial aceleraba su paso a medida que me aproximaba al grupo, y los apuros

de no reconocer con la precisión que yo quisiera a quienes me saludaran los azuzaba con ahínco. Y es cierto que en algunas ocasiones

tardé varios segundos, que se hicieron horas, en identificar al antiguo alumno, a las alumnas sobre todo: se acicalan de tales maneras y

tan diversas entre sí que me proclamo incapaz de distinguirlas, de reconocerlas. Entonces, se ponen todos mis sentidos en funcionamien-

to y, al poco, ya por el oído que me trae ecos reconocibles, ya por los gestos que atrapo con mis ojos despatarrados, reconozco perfec-

tamente a mi interlocutor. Eso sí, que no se me pida que diga su nombre o el curso en que nos encontrábamos a diario, pero en muchos

casos también consigo acordarme: entonces me entra una gran alegría y repito David, Verónica o Natalia varias veces; incluso, le pregun-

to por el compañero o compañera con quien, compartiendo pasillo, escaleras o patio, se inició en las artes amatorias. Otras veces, son

ellos quienes despiertan recuerdos puntuales o describen estampas anecdóticas y puntuales también. ―Me acuerdo cuando me dijo la

primera vez en clase que tuviera cuidado porque me iba a caer. Chaval, oye chaval, que te vas a caer, fue como me dijo. ¿Que me voy a

caer?, si estoy bien sentado, le contesté. Pues aunque estés bien sentado, que a pesar de mi miopía bien que lo veo, estabas ya en el alféizar de la ventana. ¿En el alféizar de la ventana? Cada vez entiendo menos. Que sí, muchacho, que estabas cazando mariposas fuera de la clase. Que estabas despistado.

-Y a mí me dijo un día: Chaval, que se te ha caído el libro. Y como miraba hacia los lados y debajo de la mesa para ver si veía el

libro que no había llevado a clase, mis compañeros de reían y yo cada vez me azoraba más.

-Que no veo libro ninguno, profe.

-Chaval, quiero decirte que tienes que traer el libro a clase. ¿Cuántas veces más debo decírtelo para que hagas caso…?

En el acto propiamente dicho, las fotografías se perseguían unas a otras, como impidiendo que ninguna se aposentara como una

señorona y desplazara a las demás. Chispazos, fogonazos del pasado próximo, tan próximo que aún se roza con el presente. De los discur-

sos diré… Dijeron casi todos los oradores que veinte años es muy poco tiempo. ¡QUE veinte años es poco tiempo…! No lo doy por cierto:

veinte años es una eternidad, pues ahora mismo ninguno de los alumnos del Instituto cuenta con esa precisa y preciosa edad. Y hablando

de la historia del Centro, toda ella segada por la guadaña del 2 y encerrada en la oquedad del 0, es mucha historia: desde su ubicación el

la Avenida de su nombre, que yo no conocí, hasta su llegada a los altos toledanos de la Avenida de Europa, que ponían los mismos pies de

los cigarrales al alcance de la vista salvando el Tajo, hay mucho trecho, y muchas selectividades, y muchos intercambios culturales, y

muchos enfados y disgustos escolares, y muchas alegrías, y muchas gargantas rotas y calcinadas… Toda la historia de la literatura, des-

files de escritores, comentarios de texto…, que muchas veces regresaban a la cartera…Veinte años son muchos años y marcarán una

etapa irrepetible del Carlos III, etapa en la que se consumieron los últimos rescoldos de lo que había sido un excelente bachillerato.

Luego llegó la malhada LOGSE con todos su progres de pacotilla a cuestas, y con ella el derrumbamiento y la hecatombe escolar. Lamen-

tablemente, no me equivoco: ahí están las pruebas…

Y más fotografías, y más oradores y más recuerdos entrañables. De todas las fotografías retengo una en mi retina: aquella en

la que la voluntad caprichosa del proyector paralizó la imagen dejando al presi Barreda como si estuviera entrerrejado, entrebarrotado.

¿La recordáis? ¿O fue una errónea sensación mía?

En la cena, la cordialidad se deslizaba por los manteles de los comensales, amigos y compañeros que se encargan de prolongar

la ardua tarea de enseñar, de enseñar también fuera de las clases, y los domingos y demás fiestas de guardar...

Apreciados compañeros del claustro del Carlos III, gracias por la cordialidad y el buen rato que me hicisteis pasar. Y a voso-

tros, apreciados exalumnos, que las varillas del abanico vital se os vayan perfilando cada vez más claras. Si aún no es así, sabed que aún

contáis con el beneplácito de la juventud. Y a la dirección del Carlos III, muchas gracias por esta iniciativa y ánimo para esperar y pre-

parar el veinticinco aniversario que, ¡ay!, está ya a la vuelta de la esquina.

Juan José Fernández Delgado

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CARTA A LOS PADRES

Estimados padres:

Durante el pasado curso escolar, han pasado por la consulta de Enfermería, alrededor de 400 alumnos por motivos diversos.

Existe un factor común en un porcentaje amplio de los escolares que acuden diariamente a la enfermería: la ausencia e es-

caso desayuno que hacen antes de venir al instituto.

Cuando un niño en pleno crecimiento está en ayunas desde la noche anterior, aparecen efectos propios de este ayuno, como

son: dolor de cabeza, irritabilidad, disminución de la concentración, fallos de memoria, mareos, etc.

Les recomiendo, que para el buen desarrollo físico e intelectual de sus hijos, insistan en la realización de un desayuno com-

pleto a base de:

Leche + Zumos o fruta + Tostadas/galletas o cereales

Puedo entender que por la mañana todo son prisas para llegar al colegio, trabajo, etc.; pero tal vez con ayuda de dos peque-

ñas estrategias, que ahora les comento, podamos conseguir que sus hijos hagan en desayuno completo que repercutirá bene-

ficiosamente en su rendimiento escolar, así como en su buen desarrollo físico.

Estrategias;

1.- Levantarse diez minutos antes

2.- Dejar el desayuno preparado la noche anterior.

3.- El material escolar necesario para el día siguiente (mochila), debe dejarse preparado el día anterior.

Agradeciendo su colaboración y siempre pensando en el bienestar de sus hijos.

Un saludo

Fdo. Blanca González Arévalo

Enfermera de IES Carlos III

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La adolescencia es una etapa de la vida

marcada por importantes cambios emo-

cionales, sociales y fisiológicos. Sobre

estos últimos la alimentación cobra una especial importancia debido a que los

requerimientos nutricionales, para hacer frente a estos cambios, son muy

elevados y es necesario asegurar un adecuado aporte de energía y nutrientes

para evitar situaciones carenciales que puedan ocasionar alteraciones y tras-

tornos de la salud.

1. Disfruta de la comida

Intenta comer alimentos diferentes

cada día para gozar de una alimenta-

ción variada y disfrutar de ella. Come

con tus familiares y amigos.

2. El desayuno es una co-

mida muy importante

Tu cuerpo necesita energía después de

dormir, por lo que el desayuno es esen-

cial. Elige para el desayuno alimentos

ricos en carbohidratos, como pan, ce-

reales y fruta. Saltarse comidas, y en

especial el desayuno, puede provocar

un hambre descontrolada, que muchas

veces lleva a comer en exceso. Si no

comes nada para desayunar, estarás

menos concentrado en el colegio.

3. Come muchos alimentos

variados

Consumir alimentos variados todos los

días es la mejor receta para gozar de

buena salud. Necesitas 40 vitaminas y

minerales diferentes para mantenerte

sano, y no hay ningún alimento que por

sí sólo pueda aportártelos todos. No

hay alimentos "buenos" o "malos", así

que no tienes porqué dejar de comer

las cosas que te gustan. Simplemen-

te asegúrate de que consigues un

equilibrio adecuado y come una gran

variedad de alimentos. ¡Toma deci-

siones equilibradas en cada momen-

to!

4. Basa tu alimentación

en los carbohidratos

Estos alimentos aportan la energía,

las vitaminas y los minerales que

necesitas. Algunos alimentos ricos

en carbohidratos son la pasta, el

pan, los cereales, las frutas y las

verduras. Intenta incluir alguno de

estos alimentos en cada comida ya

que más de la mitad de las calorías

de tu dieta deberían provenir de

ellos.

5. Come frutas y verdu-

ras en cada comida

Puedes disfrutar de las frutas y las

verduras en las comidas, o consumir-

las como sabrosos tentempiés entre

comidas. Estos alimentos aportan

vitaminas, minerales y fibra. Deber-

6. La grasa

Todos necesitamos incluir algo de

grasa en nuestra dieta para conser-

var una buena salud, pero consumir

demasiadas grasas, y en particular

grasas saturadas, puede ser malo

para nuestra salud. Las grasas satu-

radas se encuentran en los produc-

tos lácteos enteros, los pasteles,

bollos, carnes grasas y salchichas.

Come de forma equilibrada - si a la

hora de la comida consumes alimen-

tos ricos en grasas, intenta tomar

alimentos con menos grasas en la

cena.

7. Los tentempiés

Picar entre comidas aporta energía

y nutrientes. Escoge tentempiés

variados, como frutas, sándwiches,

galletas, tartas, patatas fritas,

frutos secos y chocolate. Asegúra-

te de que tus elecciones son varia-

das para mantener el equilibrio en

tu dieta, y no comas demasiado, sino

no tendrás hambre a la hora de la

comida

Page 8: revista carlos III

8. Saciar la sed

Tienes que beber muchos líqui-

dos porque un 50% de tu cuerpo

está formado por agua. Se nece-

sitan por lo menos 6 vasos de

líquidos al día, e incluso más si

hace mucho calor o haces ejer-

cicio. El agua y la leche son ex-

celentes, pero también es diver-

tido variar.

9. Cuídate los dientes

Cuídate los dientes y lávatelos

dos veces al día. Los alimentos

ricos en almidón o azúcares

pueden influir en la aparición

de caries si se comen con de-

masiada frecuencia, así que no

picotees o bebas refrescos a

todas horas

10. Ponte en movimiento

Estar en forma es importante para te-

ner un corazón sano y unos huesos fuer-

tes, así que haz ejercicio. Intenta hacer

algo de deporte cada día y asegúrate de

que te gusta para que seas constante y

no dejes de hacerlo. Si tomas demasia-

das calorías y no haces suficiente ejer-

cicio puedes engordar. El ejercicio físico

moderado te ayudará a quemar las calor-

ías

Miguel Hernández (1910-1942). Celebramos el centenario de su nacimiento.

Su poesía señala claramente la transición entre la generación del 27, (Dámaso Alonso lo llamó “genial epígono”) y la generación

del 36, su influencia en la poesía de la posguerra ha sido considerable.

Pero su obra está cubierta de una espesa capa de leyendas sobre su persona, que en ocasiones solapan sus logros poéticos; pues,

se ha exagerado su pobreza y su incultura, al ser un cabrero que se escolarizó tarde (tenía nueve años) y que por necesidades fami-

liares debió abandonar los estudios para seguir ayudando en el pastoreo, que compagina con su avidez de libros, de lecturas de los

clásicos, de aprender a escribir poesía culta. El resultado fue Perito en lunas (1933) inspirado en Góngora, este libro no es más que

un ejercicio de estilo, que carece de sello personal. El siguiente libro, El rayo que no cesa (1936) es una explosión de pasiones e im-

pulsos intensos, como dice él mismo en uno de los poemas ―una revolución dentro de un hueso, un rayo soy sujeto a una redoma‖ . El

tema principal es el amor, pero mezclado con el arrebato, el furor, el sentimiento, la desesperación y las sombrías premoniciones de

la muerte, como nos muestra en su poema ―Sino sangriento‖, que ha servido, otra vez más, para acrecentar esa leyenda de Hernán-

dez, pues profetiza su trágico destino que se cumpliría años más tarde. Su ―Elegía‖ es uno de los poemas más famosos, con ese res-

peto impuesto como fruto de una sincera efusión de dolor por la repentina muerte de su ―compañero del alma‖.

Durante la República se convirtió impulsivamente del catolicismo más ferviente al comunismo, fruto de ello es Vientos del pueblo

(1937) cuyo propósito eran recitarse como poesía de guerra entre los camaradas. El hecho de la guerra y sus penalidades resultó

beneficiosa para la poesía de Miguel, pues su obra se desnuda de artificios retóricos y de dra-

matismo para alcanzar en El hombre acecha (1938) una serenidad reflexiva y personal ante el

panorama de tristeza y sufrimientos que ve reflejados en sus compañeros.

Al término de la guerra, Hernández fue hecho prisionero y sentenciado a muerte. Murió de

tuberculosis en la celda, con treinta y dos años. Los poemas escritos en la cárcel y publicados

bajo el título Cancionero y romancero de ausencias constituyen una queja conmovedora, nos

sensibilizan sus sentimientos, sus circunstancias de un hombre separado de su esposa y de su

hijo, a los que nunca volvería a ver.

Lo nuevo es que en su poesía van de la mano los sentimientos y los recursos poéticos

Su palabra parece directamente arrancada del corazón (―la lengua en corazón tengo bañada‖),

conjugada con el arte popular y las técnicas más sabias. Todo para buscar una mayor densidad

expresiva, que hace inconfundible su voz.

Piedad Martín

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Gabriel García Márquez se ha retirado de la vida pública por razones de salud: cáncer linfático. Ahora, parece, que es cada vez más grave. Ha enviado una carta de despedida a sus amigos, y gracias a Internet está siendo difundida. ―Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera‖. Posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo. Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuer-po, sino mi alma. A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse!

A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.

A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres... He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin sa-

ber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por

siempre.

He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.

Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden

dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo. Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas. Si supiera que hoy fuera la

última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que

estos son los últimos minutos que te veo diría “te quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos

queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.

El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más,

hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un

beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que

los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles “lo siento”, “perdóname”, “por favor”, “gracias” … y todas las pala-

bras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos y

seres queridos cuanto te importan”.

Fuente: Anónimo, recibido por Internet – Agosto 2005

Page 10: revista carlos III

Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de nata.

Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían: era imposible nadar o flotar dema-

siado tiempo en esa masa espera como arenas movedizas. Al principio, las dos ranas pa-

talearon en la nata para llegar al borde del recipiente. Pero era inútil; sólo conseguían

chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sentían que cada vez era más difícil salir a la

superficie y respirar.

Una de ellas dijo en voz alta: «No puedo más. Es imposible salir de aquí. En esta materia

no se puede nadar. Ya que voy a morir, no veo por qué prolongar este sufrimiento. No

entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril».

Dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez, siendo literalmente tragada por el

espeso líquido blanco.

La otra rana, más persistente o quizá más tozuda se dijo: «¡No hay manera! Nada se

puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo, aunque se acerque la muerte, pre-

fiero luchar hasta mi último aliento. No quiero morir ni un segundo antes de que llegue

mi hora».

Siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar ni un centíme-

tro, durante horas y horas.

Y de pronto, de tanto patalear y batir las ancas, agitar y patalear, la nata se convirtió

en mantequilla.

Sorprendida, la rana dio un salto y, patinando, llegó hasta el borde del recipiente. Des-

de allí, pudo regresar a casa croando alegremente.

BUCAY

Page 11: revista carlos III

Había una vez una princesa, que quería encontrar un esposo digno de ella, que la amase verdaderamente.

Para lo cual puso una condición: elegiría marido entre todos los que fueran capaces de estar 365 días al

lado del muro del palacio donde ella vivía, sin separarse ni un solo día. Se presentaron centenares, miles

de pretendientes a la corona real. Pero claro al primer frío la mitad se fue, cuando empezaron los calo-

res se fue la mitad de la otra mitad, cuando empezaron a gastarse los cojines y se terminó la comida, la

mitad de la mitad de la mitad, también se fue.

Habían empezado el primero de enero, cuando entró diciembre, empezaron de nuevo los fríos, y sola-

mente quedó un joven. Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que ningún amor

valía la pena. Solamente éste joven que había adorado a la princesa desde siempre, estaba allí, anclado

en esa pared y ese muro, esperando pacientemente que pasaran los 365 días.

La princesa que había despreciado a todos, cuando vio que este muchacho se quedaba empezó a mirarlo,

pensando, que quizás ese hombre la quisiera de verdad. Lo había espiado en Octubre, había pasado fren-

te a él en Noviembre, y en Diciembre, disfrazada de campesina le había dejado un poco de agua y un po-

co de comida, le había visto los ojos y se había dado cuenta de su mirada sincera. Entonces le había di-

cho al rey:

- Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que por fin vas a tener nietos, este es el hom-

bre que de verdad me quiere.

El rey se había puesto contento y comenzó a prepararlo todo. La ceremonia, el banquete e incluso, le

hizo saber al joven, a través de la guardia, que el primero de Enero, cuando se cumplieran los 365 días,

lo esperaba en el palacio porque quería hablar con él.

Todo estaba preparado, el pueblo estaba contento, todo el mundo esperaba ansiosamente el primero de

Enero. El 31 de Diciembre, el día después de haber pasado las 364 noches y los 365 días allí, el joven se

levantó del muro y se marchó. Fue hasta su casa y fue a ver a su madre, y ésta le dijo:

- Hijo querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches, 365 días y el último día te fuiste. ¿Qué

pasó?, ¿No pudiste aguantar un día más?

Y el hijo contestó:

- ¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había

dicho a su padre que se iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche

de dolor, pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es capaz de evi-

tarte una noche de sufrimiento no merece de mi, Amor, ¿verdad madre?

Cuando estás en una relación, y te das cuenta de que pudiendo evitarte una mínima parte de sufrimiento,

el otro no lo hace es, porque todo se ha terminado.

BUCAY

Page 12: revista carlos III

—Soy una cebolla, una sucia y maloliente cebolla—se lamentaba—. Me pudro en el tiem-

po, quiero pero no alcanzo. No soy más que una mísera cebolla.

—¿Me deshago de mis capas? ¿Qué sería de mí?—Se preguntaba—Entonces apenas sería

—se contestaba.

En aquel momento mil voces amigas lo calmaron: —Sólo me queda esperar—dedujo.

Así fue que se quedó muy quieto bajo el sol, secándose y consumiéndose esperando la

llegada de su hora.

Con la piel ya descascarillada por los rayos, perdió el conocimiento. Allí yacía, muerto,

inmóvil, el hombre cebolla.

Llegó el día de su entierro y, por primera vez en su vida, nadie lloró por él.

Diego Castaño Chillarón

Page 13: revista carlos III

Verdes hojas mecidas por el viento,

Claras aguas susurran al pasar,

Lo único que escucho, mi pensamiento,

Me invita a un mundo donde reposar.

Tú que fuiste forjada a fuego lento.

Tú que nos das el aire del que respirar.

Perderme entre tus bosques no lamento,

Ni tu hermosa belleza contemplar.

Es por ti, que los alados poetas,

Con sus alegres y hermosos cantares,

Proclaman tu gran historia atemporal.

Desde tus oscuras, profundas grietas,

Hasta las altas nieves invernales,

Se aprecia,... tu grandeza natural.

Page 14: revista carlos III