Revista Bosque Nativo n°51

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1 octubre 2012 N° 51 Especial de Monitoreo Forestal Chilotes están preo- cupados por avance de sustitución de bosque nativo - Malas prácticas e irregularidades: Desarrollo forestal sustentable en la mira - Cuando las cosas no se están haciendo bien: Forestal Anchile sufre suspensión de sello FSC Opinión: Aumentar la investigación en monitoreo Degradación: Nece- sidad de definiciones para el análisis de nuestros bosques

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La Revista Bosque Nativo es una publicación escrita en castellano de acceso abierto, publicada por la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN). Su propósito es divulgar investigaciones, acciones técnicas, iniciativas, proyectos, opiniones técnico-política y visiones en torno al desarrollo sustentable del bosque nativo en sus múltiples bienes y servicios que provee a la sociedad.

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octubre 2012N° 51

Especial de Monitoreo Forestal

Chilotes están preo-cupados por avance de sustitución de bosque nativo

- Malas prácticas e irregularidades: Desarrollo forestal sustentable en la mira - Cuando las cosas no se están haciendo bien: Forestal Anchile sufre suspensión de sello FSC

Opinión: Aumentar la investigación en monitoreo

Degradación: Nece-sidad de definiciones para el análisis de nuestros bosques

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REPORTAJES3 Cuando las cosas no se hacen bien: Empresa forestal de la Región

sufre suspensión de certificado FSC

6 Chilotes están preocupados por avance de sustitución de bosque nativo

9 Desarrollo forestal sustentable en la mira

ARTÍCULOS DE OPINIÓN13 Monitoreo ciudadano y certificación forestal

15 Empresa Anchile pierde su certificado FSC por “falla fundamental” en sus prácticas forestales

18 Aumentar la seguridad en monitoreo

REVISIONES20 Degradación: Necesidad de definiciones para el análisis de

nuestros bosques

25 Silvicultura en bosques dominados principalmente por Tepú

HOMENAJE30 Buen viaje, amigo mio

AIFBN en Imágenes 31 Día de campo en Parque Privado Futangue

Sumario

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Eduardo NeiraEncargado Monitoreo Forestal

Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo

El Monitoreo Forestal es una línea de acción de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN) que tiene como propósito verificar el estado del bosque nativo y de los ecosistemas forestales en general; y observar la eventual ocurrencia de prácticas ilegales o inadecuadas que perjudican la conservación y productividad del bosque, su biodiversidad, y la vida de las comunidades campesinas que dependen de este recurso. Sus acciones están dirigidas a autoridades, funcionarios públicos locales, sociedad civil y sector privado, proporcionando información técnica y sólida en base a observación de campo sobre operaciones forestales.

No es una solución mágica a una problemática, sino una herramienta que permite visibilizar los niveles de degradación y la deforestación para revelar fallas sistemáticas en la aplicación de la ley (criterios, interpretación u omisiones); identificar dónde se necesitan reformas; y hacer seguimiento de irregularidades detectadas. Si bien brinda resultados provisionales, constituye una vía para avanzar hacia un sistema más atento a las diferentes situaciones que afectan a las superficies boscosas nativas de Chile e informar a una ciudadanía cada vez más exigente que pide respuestas satisfactorias sobre malas prácticas en materia social y medio ambiental.

En ningún caso reemplaza a los organismos de control local y nacional, ya que no toma acciones contra faltas o delitos forestales ni ejecuta cambios en políticas y procedimientos: su enfoque incide en la promoción de cambios a partir de denuncias. Esa es la apuesta de la AIFBN, que la ha posicionado a lo largo de su trayectoria para la apertura de nuevos espacios, inclusivos y rigurosos en la detección de situaciones que ameritan una revisión.

En este sentido, la ejecución del proyecto “Reducción de las

tasas de deforestación y degradación de los bosques nativos de Chile y Argentina” que impulsa la AIFBN junto a entidades de ambos países, da un giro importante ya que enfatiza el concepto de monitoreo ciudadano a través de un observatorio, que promueve la participación activa de la sociedad con el fin de asegurar el buen uso de los recursos naturales con una institucionalidad fuerte y legislación adecuada. Una tarea mayor, que en nuestro país da sus primeros pasos.

En este contexto, seguiremos trabajando en la recolección de datos desde la ciudadanía (personas, organismos e instituciones motivadas por la conservación y buen uso de nuestros bosques), y la elaboración de documentos con información verificada y validada que nos permitan caracterizar casos, conflictos y problemáticas y difundirlos a la ciudadania. La difusión de estos procesos y sus fases, al alero de estrategias asertivas, buscan ser un motor que promueva la sensibilización y participación ciudadana; y proporcione continuidad al trabajo.

Creemos que la consolidación del Monitoreo Forestal desde la sociedad civil, ayudará a lograr una mejor gobernanza, mayor entendimiento de la ley y de su nivel de cumplimiento; mayor transparencia y rendición de cuentas de parte de las empresas (sociales y ambientales); el fortalecimiento de la capacidad de vigilancia de las comunidades; y el aprovechamiento sostenido de los recursos forestales, por su riqueza natural y patrimonial. Sin duda, esto es un gran desafío.

Editorial

Monitoreo Forestal: el rol vigilante de la ciudadanía

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Debido a “incumplimientos mayores considerados como ‘falla fundamen-tal’ con el estándar FSC”, la audito-ria Rainforest Alliance suspendió el certificado FSC de Manejo Forestal a la empresa Forestal Anchile Ltda. Se trata de uno de los resultados de la denuncia efectuada por un grupo de parlamentarios de la Comisión de Agricultura, Silvicultura y Desarrollo Rural; y la Comisión de Recursos Na-turales, Bienes Nacionales y Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, respecto a las malas prácticas fores-tales de la empresa sancionada y que fueron documentados en un Informe de Monitoreo elaborado por la Agru-pación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN).

El “Informe de Monitoreo Forestal In-dependiente a patrimonio de Forestal ANCHILE Ltda. en la Región de Los Ríos y Los Lagos” puso en el tapete los impactos ambientales y sociales negativos derivados de las prácticas desarrolladas por esta empresa. El documento que fue dado a conocer en agosto por los diputados Alfonso De Urresti, Enrique Accorsi, Denise Pascal Allande y Fidel Espinoza, fue elaborado por la AIFBN durante junio y julio del 2012, en el marco de su línea de Monitoreo Forestal a cargo de Eduardo Neira, y detalla una serie de actividades productivas de alto im-pacto ambiental e incumplimiento de la legislación forestal de la empresa en todos los sectores monitoreados.

Según consta el resumen ejecutivo, se realizó intervención y destrucción de áreas de protección de cursos de agua, remoción y perdida de suelos en áreas con fuertes pendientes, sus-titución gradual de vegetación nativa que cumple la función de protección de cursos de agua, corta de renova-les de bosque nativo durante la co-secha de plantaciones y talas rasas en extensas superficies, que generan además un fuerte impacto paisajístico. En la ocasión, el diputado Alfonso De Urresti aseguraba que “vemos con enorme preocupación el grado de destrucción y vulneración de nor-mas legales por parte de empresas que a lo largo de Chile generan altas

Reportaje

Empresa forestal de la Región de Los Ríos sufre suspensión de certificado FSC

Cuando las cosas no se hacen bien…Por Pedro M. AndradeEncargado de Comunicaciones Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque NativoE-mail: [email protected]

Monitoreo realizado por la AIFBN jugó un papel importante en el proceso. Informe fue dado a conocer por un grupo de Parlamentarios quienes mostraron su preocupación por malas prácticas forestales y anunciaron que investigarán los impactos sociales y ambientales que genera esta industria.

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Reportajeutilidades certificándose internacio-nalmente, pero que en lo concreto han generado enormes impactos medioambientales y sociales. Se tra-ta de un documento contundente que ponemos a disposición de la ciudada-nía para que se informe que la indus-tria forestal está causando estragos en comunidades y ecosistemas donde están interviniendo”. En este sentido, el vicepresidente AI-FBN, Cristián Frene Conget, plantea-ba que el caso tiene aristas políticas y sociales importantes. “Este modelo forestal está funcionando desde hace cuatro décadas y está generando enormes impactos de manera siste-mática”, recalcó. “Si bien estos infor-mes hablan de casos puntuales, estas prácticas están generando impactos en la productividad del suelo como en la disponibilidad de agua para las comunidades rurales. queremos es-tablecer un puente importante con los legisladores para hacer cambios pro-fundos en legislación y la institucio-nalidad forestal. Debemos fortalecer a CONAF y eso en buena parte es tarea del poder legislativo”, enfatizó.

Rol fiscalizador del Estado A raíz de estos hechos, los parlamen-tarios se mostraron inquietos porque las prácticas reseñadas en el informe infringen el artículo 17° del Decreto Ley N°701, relacionada con las me-didas de protección ambiental que debe contener y cumplir el plan de manejo correspondiente a la unidad de manejo o plantación a cosechar. También se transgreden la Ley de Bosques D.S.N° 4363 en su artículo 5°, que suscribe medidas de protec-ción de la vegetación nativa en áreas cercanas a cursos de agua y medidas para la conservación de suelos. Enfatizan que muchas de las malas prácticas ocurren debido a la débil le-gislación forestal vigente, por lo cual se necesita una institucionalidad fo-restal más fuerte y que organismos como CONAF cuenten con más re-cursos para realizar fiscalizaciones

más efectivas. La diputada Denise Pascal Allande subrayó la necesidad de establecer mejor el rol del Estado. “Si bien te-nemos estos informes que hablan de zonas de los Ríos y Los Lagos, no nos olvidemos de que hay otros territorios donde están ocurriendo situaciones similares donde los bosques nativos son arrasados para plantar especies exóticas. Hay una situación anómala que vamos a tener que investigar a fondo”, aseveró. Por su parte, el diputado Fidel Es-pinosa, coincidió en la necesidad de mejorar la institucionalidad y la fiscalización. “Solicité una investiga-ción por lo que está ocurriendo en la isla grande de Chiloé. Hay compras desmesuradas de miles de hectáreas taladas de manera ilegal provocando daños sociales como desplazamiento de las poblaciones, están provocando escasez de agua que es un elemento vital del quehacer de las poblaciones rurales”, subrayó el parlamentario por Chiloé.

Algo está fallando

En Valdivia, el diputado Alfonso De Urresti, tras conocer el Informe Final de la Auditoría ejecutada a la empresa y que suspendió FSC el sello a Fores-tal Anchile, fue enfático al destacar que “el actual modelo forestal está im-

pactando a la Región de Los Ríos que en particular tiene una alta biodiversi-dad. Se tiene que establecer un nuevo paradigma, un nuevo modelo forestal de desarrollo, con respeto a lo social y ambiental, y que sea sostenible en el tiempo. Recordemos que según la encuesta CASEN, las comunas que ha priorizado la industria forestal tiene el triste índice de ser las más pobres de Chile. Hay que reflexionar sobre qué está pasando y algo no se está haciendo bien”, explicó.

En ese sentido, hace un llamado a for-talecer el rol fiscalizador de CONAF: “Necesitamos una CONAF fortaleci-da, fiscalizando predios en grandes plantaciones donde se generan estos impactos y transgresiones a la legis-lación. Necesitamos una CONAF que reciba las denuncias de los ciudada-nos pero que también sea proactiva para fiscalizar a los sospechosos de siempre. Todos estamos de acuerdo que exista desarrollo forestal en Chile pero con equilibrio medioambiental y con una institucionalidad de fiscaliza-ción y control más rigurosa y con ma-yor capacidad técnica. Chile requiere una CONAF pública moderna y con recursos”, insistió.

El encargado de Monitoreo Forestal de la AIFBN, Eduardo Neira, destacó la suspensión de la certificación de la empresa, porque releva el trabajo de las organizaciones no gubernamen-

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El trabajo de monitoreo se focalizó en tres sectores de la Cordillera de la Costa de Valdivia: el sector costero de San José de la Mariquina, incluyendo la cuenca del Río Cruces; el sector de Llancahue y Piedra Blanca, aledaño a la ciudad de Valdivia; y el Sector del Río Futa, ubicado a lo largo del camino que comunica a Valdivia con Corral.

A juicio de la AIFBN, las malas prácticas detectadas infringen el artículo 17° del Decreto Ley N° 701, que tiene relación con la medidas de protección ambiental que debe contener y cumplir el plan de manejo correspondiente a la unidad de manejo o plantación a cosechar, siendo también transgresoras de la Ley de Bosques D.S N° 4363 en su artículo 5°, que suscribe las prohibiciones orientadas a la conservación de la vegetación nativa en áreas de protección de cursos de agua y medidas de protección de suelos.

Cabe destacar que la extensión de las talas rasas y la evaluación de sus impactos, no se encuentra regulado en la actual legislación, ni tampoco es considerado en su real magnitud en el Sistema de Certificación Forestal Forest Stewardship Council (FSC) y otros de menor vigencia.

Los resultados del monitoreo realizado en patrimonio de la empresa, permiten sostener que las malas prácticas en el estable-cimiento y cosecha de sus plantaciones, generan un alto impacto en los ecosistemas terrestres y acuáticos de la región, como también en actividades e iniciativas de comunidades rurales locales orientadas a potenciar el turismo, recuperación del valor paisajístico y funciones ecosistémicas del bosque nativo, principalmente la producción de agua para uso doméstico y de riego.

A partir del monitoreo realizado, se envió tres denuncias a la Unidad de Fiscalización de CONAF Los Ríos, en agosto de 2012, y que corresponden al Predio Tornagaleones 2, y Las Rosas de la comuna de Valdivia y Los Joaquines, de la Comuna de Corral.

Las prácticas de manejo de plantaciones realizadas por la empresa Forestal Anchile, junto a otras empresas forestales con patrimonio en la región, no contribuyen a la conservación de este ecosistema, especialmente en relación con la conservación de áreas de protección de cursos de agua y suelos, existiendo sustitución de vegetación nativa y pérdida de suelos en talas rasas que superan las 100 hectáreas en una zona con precipitaciones que alcanzan los 2.500 mm/año.

Por otra parte, los resultados dan cuenta de la debilidad de la institucionalidad forestal y su incoherencia con los efectos am-bientales, económicos y sociales actualmente evidentes que genera este sector productivo, y que proyecta su agudización en el mediano y largo plazo, especialmente en el recurso hídrico y suelo. En el caso de Forestal Anchile, los incumplimientos e inter-pretación particular de la legislación forestal y otros cuerpos legislativos en el manejo de sus plantaciones y gestión empresarial, se evidencia a través de denuncias cursadas y sancionadas, junto a otras actuaciones legales en la que ha sido protagonista. Tal es el caso del recurso de protección rechazado por la Corte de Apelaciones de Valdivia y que pone de manifiesto la inten-cionalidad de su gestión empresarial y escasa responsabilidad social.

El informe preparado por Gerardo Ojeda, con la colaboración de Eduardo Neira y Rodrigo Pedraza, se enmarca dentro de la Linea de Monitoreo Forestal y de la ejecución del Proyecto “Reducción de las tasas de deforestación y degradación de los bosques nativos de Chile y Argentina”, financiado por la Unión Europea.

tales que generan informes indepen-dientes que sirven para un control más riguroso en el rol de las certi-ficadoras y las empresas auditoras encargadas de la certificación.

Detalló que, incluso, los anexos del in-forme de auditoría también dan cuen-ta que la empresa Bosques Arauco adquirió un poco más de 5000 hec-táreas de plantaciones a Anchile para ser cosechados. En esa operación, aclaró, se generaron impactos a nivel ambiental. “Forestal Arauco, empresa que se encuentra en un proceso de obtener el sello FSC, también tiene

responsabilidad en el mal manejo de la vegetación y daño a los cursos de agua, donde se efectuaron cose-chas que contravienen la legislación vigente. La evidencia que mostramos constata que esta empresa también tiene pésimas prácticas ambientales”, planteó.

Coincidió en la necesidad de un cambio al actual modelo con una le-gislación altamente permisiva. “Esta permite que las empresas generen impactos graves a nivel social y medioambiental, por lo cual se ne-cesita una institucionalidad forestal

más fuerte y que organismos como CONAF cuenten con más recursos para realizar fiscalizaciones más efec-tivas.”, dijo.

Finalmente subrayó el rol del monito-reo ciudadano para denunciar prácti-cas inadecuadas. “Creemos que es vital que la ciudadanía adquiera una actitud vigilante respecto al uso de nuestros recursos naturales en es-pecial cuando esta Región se define como una zona de alto potencial turís-tico”, puntualizó el ingeniero forestal.

El informe

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Chilotes están preocupados por avance de sustitución de bosque nativoPedro Andrade – Carolina MontielPeriodistas AIFBNE-Mail: [email protected]

ReportajeREVISTA BOSqUE NATIVO 51: 6 - 8, 2012

Sigue aumentando la preocupación de la comunidad ante los impactos negativos que puedan ocasionar en el agua y la biodiversidad las masivas plantaciones de eucaliptus que impul-san en Chiloé empresas forestales. El caso emblemático, hasta ahora, es el de la empresa Agrícola El Brinzal S.A., debido a sus prácticas que han encendido la alarma entre varios ac-tores sociales de la zona.

El 10 de octubre, en el Juzgado de Policía Local de Ancud, se realizó el segundo comparendo entre la Corpo-ración Nacional Forestal y la empresa, por la denuncia interpuesta en su con-tra por corte ilegal de bosque nativo. Allí se presentaron medios de prueba como fotografías y cartografías, testi-gos y funcionarios fiscalizadores. Este caso se ha transformado en la punta del iceberg en la problemática de la sustitución en la Isla Grande.

Ya a fines de agosto, en una reunión organizada por habitantes del sector de Belbén en la escuela local, el pre-sidente de la junta de vecinos Carlos Muñoz, transmitía a los asistentes y representantes del municipio su preocupación por los impactos ne-gativos que a futuro podrían generar en sus predios las plantaciones ma-sivas de especies exóticas. “Estamos preocupados porque se están proyec-tando una gran cantidad de hectáreas para ser plantadas por grandes em-presas. Estas compran terrenos y eso nos trae gran inquietud, por ello nos estamos informando cómo abordar y detener su avance”, explicaba el dirigente.

La disponibilidad de agua, la crecien-te sustitución de bosque nativo y los impactos negativos de monocultivos exóticos, han sido los temas centra-les. En la oportunidad, Juan Carlos Strausmann, habitante del sector,

recalcó que están intranquilos por el daño que pueden generar las planta-ciones de eucaliptus en la disponibili-dad de agua y los químicos utilizados en el establecimiento de este tipo de predios. Además, lamentaron que la sustitución de superficies nativas avance día a día en Chiloé. Desde el año 2010 la empresa, con dirección comercial en Viña del Mar, ha adquirido 24 predios sumando una superficie aproximada de 2.800 hectáreas, según el Conservador de Bienes Raíces. En el caso de los cursos de agua, en al menos cuatro situaciones se han observado plan-taciones de eucaliptus en zonas de protección, pese a las restricciones de la Ley de Bosque Nativo. Según el informe elaborado por AIFBN, las faltas incluyen cortas de bosques en distintos estados de desarrollo y es-tructura, ampliando la degradación en Chiloé.

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“La empresa echó abajo renovales nativos para plantar eucaliptus y no se preocupan del vecino ni de los cursos de agua. Consideramos que las au-toridades no han tomado conciencia ya que la mayoría de nosotros somos pequeños campesinos. El sacar un plan de manejo nos significa mucho esfuerzo y vemos que la gente opta por vender y las empresas llegan, ha-cen y deshacen. Sabemos de los im-pactos que tienen las plantaciones por lo que ocurre en otras regiones pero cuando las tienes frente a tu casa la cosa cambia”, dicen los dirigentes. En este sentido, el representante AI-FBN, Javier Sanzana, destaca que los campesinos han planteado esta pro-blemática a funcionarios de CONAF, quienes según el ingeniero forestal han aclarado que la empresa ya fue multada. “Nos preocupa porque se ven afectados y pesimistas respecto a esta situación, y creen que es una empresa grande la que está detrás de todo. Los campesinos se sienten acorralados en los últimos años por estas plantaciones. En aquella oportu-nidad teníamos registrados 4 predios pero al parecer sólo en ese sector ya llevarían más de 8 predios, y la em-presa sigue ofreciendo dinero a más propietarios”, explica.

Incluso, han presentado el caso al Concejo Municipal, donde se dio a co-nocer el informe técnico que demues-tra que la empresa aludida sustituyó especies nativas por plantaciones de

eucaliptus, sin respetar zonas de pro-tección de cursos de agua que son claves para el abastecimiento; y ha plantado eucaliptus a menos de un metro de ríos y esteros, contravinien-do la legislación. Allí, Sanzana hizo un llamado para que las autoridades respondan por qué se permiten situaciones que atentan contra recursos vitales para la comuna. En tanto, el concejal Juan Carlos Saldivia, solicitó que sea anali-zada la condición de la isla, pues geo-gráficamente su acceso al agua es reducido y afecta a diversas labores productivas ligadas a la agricultura y el consumo urbano. Rechazo a modelo productivo

A fines de septiembre, en una nueva reunión organizada por habitantes del sector de Belbén en la escuela local,

el presidente de la junta de vecinos, Carlos Muñoz, reiteró a los asisten-tes y representantes del municipio su preocupación por los impactos nega-tivos que a futuro podrían generar en sus predios las plantaciones .

El Administrador Municipal de Ancud y alcalde subrogante, Oscar Ramírez, enfatizaba que no está dentro de la estrategia del Municipio ni de Chiloé el transformarse en un área de pro-ducción masiva de especies exóticas. “Debemos abordar el uso de los cam-pos las plantaciones de eucaliptus. Para nosotros ha sido incorporada como una alternativa energética para leña y cortinas de viento con un uso restringido. Pero hoy estamos enfren-tados a empresas con un modelo de producción como la Octava y Novena Región, con grandes plantaciones, y pretenden incorporar esa dinámica en Chiloé”, explicó la autoridad comunal.

Destacaba, además, que los elemen-tos negativos que traen las extensas plantaciones para el medio ambiente, como la disminución de la biodiversi-dad, atentan contra la cultura chilota. Por ello, anunció que la Municipalidad prestará apoyo a la comunidad.

La AIFBN ha jugado un rol funda-mental informando a los vecinos. “Sin duda, este tipo de reuniones nace por la necesidad que tienen los campesi-nos de informarse y ver qué acciones se pueden tomar. También subraya-mos a la comunidad que gran parte

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Reportajede estos hechos ocurren por la débil legislación e institucionalidad que tie-ne Chile y que necesita una urgente revisión”, destaca el profesional.

Al respecto, Sanzana, anuncia que seguirán poniendo en la agenda de organizaciones de la sociedad civil, municipios y legisladores, la compra de predios y la posterior plantación de eucaliptos por parte de empresa forestales.

¿Isla sin agua?

El encargado de Monitoreo Forestal de la AIFBN, Eduardo Neira, remarca la necesidad de analizar el avance de las plantaciones de especies exóticas en la Isla con una mirada crítica, ya que en otras zonas del sur del país el avance indiscriminado de mono-cultivos ha causado problemas a co-munidades campesinas, indígenas y urbanas. “Esta situación revela faltas que la ciudadanía rechaza. Por tanto, es necesario que cuente con informa-ción detallada y reciba una respuesta oportuna y satisfactoria por parte de

las autoridades competentes, pues se encuentra en juego su patrimonio”, asegura, enfatizando que “las inspec-ciones ciudadanas aportan a la trans-parencia de los procesos vigentes de fiscalización y las buenas prácticas del sector forestal”, subraya. Diela Alarcón, presidenta de Chiloé Activo, sostiene que la situación es preocupante. Asevera que “la suplan-tación de bosque nativo por planta-ciones atenta contra la disponibilidad hídrica de la isla, un territorio delimita-do y frágil, donde el agua viene de las lluvias, principalmente. Es un proble-ma que nos afecta a todos, por lo que esperamos una respuesta del Estado al respecto”. “La suplantación aumenta la fragilidad hídrica y conocemos, gracias a estu-dios, la incidencia del bosque nativo en el cuidado de las cuencas, así que los daños son evidentes”, agrega. So-bre este último aspecto Alarcón pone como ejemplo “el uso de maderas nativas como olivillo, coigüe y canelo para la elaboración de las clásicas

embarcaciones que dan cuenta del patrimonio natural, productivo y cul-tural de la zona”. En tanto, Jaime Araneda, Presidente de la Asociación de Pequeños Agri-cultores de Chiloé (APACH), coincide en que “la escasez de agua derivada del aumento de las plantaciones es un problema que necesita solución y ac-ciones por parte de las autoridades”. La expansión de monocultivos “para nosotros es perjudicial, se dañan nuestros campos, se agota el recurso vital y también nuestras posibilidades de surgir. “Quienes venden lo hacen para hacer sus terrenos más rentables, porque la pequeña agricultura no es un ne-gocio muy lucrativo. Lo malo es que otros están dispuestos a comprar en cantidades, agrupando hectáreas y sustituyendo el bosque nativo” y llama a tomar partido, pues “Chiloé necesita proteger sus bosques nativos y tener limitantes para los bosques artificia-les de eucaliptus y otras especies”, precisa.

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Malas prácticas e irregularidades:

Desarrollo forestal sustentableen la miraPor Carolina MontielPeriodista E-Mail: [email protected]

“Ninguna actividad económica puede ser tan abrumadora que impida que otra se realice”, explica el abogado Fernando Dougnac sobre un sector forestal que -lejos de ser equilibrado- enfrenta presiones entre intereses financieros y calidad de vida. ¿Denunciar o perpetuar irregularidades? Acá algunas reflexiones sobre el peso que tiene la ciudadanía cuando apuesta por la transparencia.

Sociedad Civil, como concepto, apunta a ciudadanos que defienden derechos individuales, políticos y so-ciales, y que actúan en conjunto ante el poder, como expresa Habermas. Tocqueville, en tanto, la identifica como las organizaciones mediado-ras entre la sociedad y el Estado1. La lista de quienes se han aproximado a una definición de seguro seguirá en construcción en la historia. Lo cen-tral es que brinda parámetros para interpretar las acciones de quienes detectan y difunden irregularidades con el fin de detenerlas.

Según el Premio Nacional de Medio Ambiente (2003) y Presidente de la

Fiscalía del Medio Ambiente, Fernan-do Dougnac2 , la fiscalización es el “talón de Aquiles” de la reglamenta-ción ambiental. que esto cambie de-pende del rol de la Superintendencia del Medio Ambiente3 en el marco de los Tribunales Ambientales. “Chile eli-gió un sistema económico donde el medio ambiente es un pariente pobre. A pesar de que se habla de desarrollo sustentable, con equidad y protección de los recursos, todo gira en contra de la cuenta corriente del medio am-biente”, destaca.

Hay casos emblemáticos de perjuicio en los que las empresas reconocen su accionar. “Es decir, el problema no

está en el desconocimiento de quie-nes provocan dificultades, sino que en la falta de voluntad política para resolverlas. Definir la causa del daño significa disminuir el potencial eco-nómico del país y no hay disposición para hacerlo. Entre vidas y desarrollo económico se opta por el segundo. Estamos sumidos en un hoyo, porque cuando se inicia una acción judicial para detener un proyecto nocivo, las empresas dicen que se ha violado la institucionalidad, que ésta no sirve, que hay que modificarla… y se tiende a cambiar las leyes”.

Respecto de la propiedad, en nues-tro sistema “el derecho existe cuando

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beneficia a las empresas, sino pare-ce que no tiene tanto valor”. Cues-tiona así la situación que atraviesan los bosques y las comunidades ante el avance de los monocultivos y se detiene en que la industria forestal frena otros emprendimientos: “Nin-guna actividad económica puede ser ejercida en forma tan abrumadora que impida que otra se realice. El derecho de propiedad no puede pasar a llevar el derecho del otro”, enfatiza.

La mirada se dirige, en este contex-to, a la Corporación Nacional Forestal (CONAF)4, con funcionarios que –en sus palabras- son bien intencionados y conocen bien los problemas. “La institución sabe cómo hay que pro-teger los bosques, pero las autorida-des no lo han permitido”. Por tanto, la solución es también política: “si se permite que funcionen las institucio-nes no vamos a tener problemas en que los expertos apliquen cambios”.

ONG y monitoreo

“El compromiso ciudadano y la orga-

nización constituyen elementos del control social. Su ejercicio, individual o colectivo, esporádico o permanente, fluye de la libertad y voluntad de los grupos intermedios en una sociedad democrática para orientar su actividad a los fines que estimen pertinentes y, en este caso, de participar en la ges-tión de los asuntos de interés público del acontecer nacional”5 .

Al respecto Enrique Gallardo6, aboga-do experto en Derecho Forestal, expli-ca que todas las personas naturales y jurídicas tienen la posibilidad de de-nunciar actividades que los vulneran, pues “dentro del ordenamiento jurídi-co, cualquiera puede opinar o ejercer acciones”, siempre y cuando se pro-ceda por los conductos regulares7. En este enfoque forestal, derivando los antecedentes a CONAF8.

Respecto del derecho a vivir en un medio ambiente9 libre de contamina-ción explica que la Constitución esta-blece que “es deber del Estado velar para que este derecho no sea afec-tado y tutelar la preservación de la

naturaleza”10. La ley puede establecer restricciones al ejercicio de derechos o libertades en pro de la conserva-ción del patrimonio ambiental, entre los que se cuenta la propiedad, ya que –afirma- los bosques cumplen una función pública, por los servicios ambientales que proveen a la socie-dad.” .

“Hay un interés público comprometi-do” 11, situación que valida el accionar de quienes detectan malas prácticas. Si el monitoreo ejercido por un parti-cular o entidad –como una ONG- tie-ne como resultado el descubrimiento de una infracción, la situación debe ser informada a las autoridades: Si está ejerciendo una acción de benefi-cio colectivo e informando a la autori-dad fiscalizadora, eso lo puede hacer perfectamente”, asegura.

El derecho privado va a seguir vigente y las empresas pueden ampararse en éste, pero de todos modos se está ejerciendo una función pública basada en un interés colectivo. La concordan-cia constitucional con la Ley sobre Ba-ses Generales del Medio Ambiente12 es relevante en esta materia, según el abogado, y también el que el Estado facilite la participación ciudadana y el acceso a la información ambiental en el marco legal.

Canales de observación

Fernando Dougnac añade al análisis que las ONG no tienen atribuciones para fiscalizar, pero sí pueden denun-ciar e interponer acciones respecto de: autoridades que no fiscalicen y/o infractores. “Son contralores. Denun-ciar es válido para cualquier perso-na. Las ONG se han especializado en esta tarea, como canalizadores de denuncias que siguen un conducto re-gular. El rol que cumplen es claramen-te una colaboración con la autoridad”.

Sobre los métodos que se usan para ejercer esta labor, como las visitas a terreno, el resguardo del derecho a la propiedad no sufre de fragilidad. Por

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el contrario, “desde el momento en que se hacen plantaciones es legítimo que sean inspeccionadas. El derecho a la propiedad no es absoluto, está condenado a cumplir con exigencias medioambientales que establece la reglamentación ambiental. La Cons-titución es muy clara sobre la subor-dinación del derecho de propiedad a la protección del medio ambiente”, sostiene, relevando también que las empresas son cada vez más podero-sas y se imponen ante ONG que ne-cesitan financiamiento para impulsar procesos complejos, “largos y caros que requieren recursos”.

En esta línea hay consenso respecto de que la condición forestal chilena genera una legítima preocupación, destinada a asegurar la preserva-ción y protección del bosque nativo: “La actividad que organizaciones no gubernamentales y otras manifes-taciones sociales realizan en esta materia, es co-ayudante del deber del Estado de tutelar la naturaleza, se inviste como un aporte de inne-gable valor democrático, expresa el interés ciudadano de participar en la preservación, manejo y explotación de los recursos naturales y constitu-ye un derecho esencial de la persona humana”13.

1 Habermas, sociólogo-filósofo alemán, plantea que la razón comunicativa devolvería a la socie-dad el control crítico y la orientación consciente de fines y valores respecto de sus propios pro-

cesos; Tocqueville, pensador y político francés, sostiene que las personas requieren del Estado para desarrollarse como ciudadanos y miem-bros de la sociedad.

2 Ha litigado en juicios ambientales y de dere-chos de aguas en Chile. También ha dictado cátedras afines. Fuente: www.fima.cl

3 Con la publicación de la Ley N° 20.600 (28/07/2012), que crea los Tribunales Ambien-tales, se cumple el último paso para comience a aplicar sus facultades en seguimiento y fis-calización. Fuente: www.sma.gob.cl

4 La Corporación tiene competencia exclusiva para formular denuncias por infracciones, orde-nar paralización de faenas, elaborar normas de manejo y dispone de amplias facultades fisca-lizadoras para velar por el cumplimiento de los planes de manejo, “pudiendo incluso, dejarlos sin efecto y revocarlos en caso de incumpli-miento grave que afecte el interés público”. En: Olmedo, Juan Pablo (2003). Revista de Derecho Ambiental. U. de Chile (año 1, nº 1). Santiago, Chile: LOM ediciones. Pág. 188.

5 Olmedo, Juan Pablo (2003). Pág. 194.

6 En Curso: La gestión ambiental en el nuevo escenario normativo, Centro de Derecho Am-biental U. de Chile (junio de 2012).

7 El deber del Estado de tutelar la preservación del bosque nativo se manifiesta ex-ante a través del procedimiento de aprobación de Estudios de Impacto Ambiental (…) ex-post, la obligación del Estado en esta materia recae fundamentalmen-te en CONAF que concentra las facultades de manejo y fiscalización. En: Olmedo, Juan Pablo (2003). Pág. 186.

8 Agricultura (2012) tiene aporte f iscal de $313.100.404 y CONAF $51.602.480. El tesoro público es de $26.306.252.309. INDAP dobla lo que recibe CONAF (“en miles de $”, según

la Ley N° 20.557. En: http://www.dipres.gob.cl/572/articles-76644_pres_2012.pdf). Pese a restricciones presupuestarias debe respon-der en: prevención, educación y control. Para denuncias tiene el Formulario de denuncia de terceros por presuntas infracciones a la legisla-ción forestal (www.conaf.cl/proteccion/seccion-actividades-de-fiscalizacion.html).

9 El derecho al ambiente sano-adecuado es una consecuencia del derecho a la vida y a la salud. Hay fundamentos normativos en ordenamien-tos jurídicos nacionales como en instrumentos jurídicos internacionales. En: Pinochet, José Ignacio (2003). Revista de Derecho Ambiental. U. de Chile (año 2, nº 2). Santiago, Chile: LOM ediciones. Pág. 98.

10 Constitución Política. Capítulo III de los debe-res y derechos constitucionales. En http://www.bcn.cl/lc/cpolitica

11 La interposición de denuncias por incumpli-miento no es una facultad discrecional de la Corporación. Obedece a un mandato consti-tucional (preservar y tutelar la naturaleza). En: Olmedo, Juan Pablo (2003). Pág. 188.

12 “El derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación, la protección del medio ambiente, la preservación de la naturaleza y la conservación del patrimonio ambiental”. Art. Nº1 Ley 19.300.

13 Olmedo, Juan Pablo (2003). Pág. 186.

14 Contribución al desarrollo humano sostenible hacia la sociedad en general y hacia la comu-nidad local, en pos de mejorar el capital social y la calidad de vida de toda la comunidad, en: “http://www.prohumana.cl” www.prohumana.cl. Y una visión de los negocios que incorpora el respeto por los valores éticos, las personas, las comunidades y el medio ambiente, en: www.accionrse.cl

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Reportaje

“La Responsabilidad Social Empresarial14 (RSE) es un maquillaje verde que da pequeñas dádivas a comunidades para apaci-guarlas, migajas en relación a sus utilidades”, expresa Fernando Dougnac sobre relaciones entre firmas y localidades aleda-ñas, remarcando que la dinámica da luces sobre qué es lo que pasa cuando se opta por la productividad y no por el resguardo medioambiental. ¿Qué pasa con quienes rechazan estos beneficios? No mucho, simplemente son ignorados. ¿Y con la idea del buen vecino? El abogado dice que si ésta fuera “una política real sería fantástico, pero (a las empresas) no les interesa, pues lo que las comunidades entregan a cambio es muy poco”.

La fiscalización es baja porque hay un fomento a este tipo de desarrollo. “Se hace la vista gorda, es evidente que también hay asimetría entre el poder económico y el que tienen los fiscalizadores. La complejidad del aparato burocrático, las grandes hectáreas que hay que controlar, y la escases de medios y recursos son factores a considerar. Lo que habría que hacer es robustecer la conciencia social de las empresas, porque no hay Estado posible que pueda controlar todo, a menos que éstas se auto regulen”, expone. En tanto, dice que las empresas que se auto denuncian “lo hacen para evitar multas más altas, como una atenuante”. Ante eso, “la legislación forestal debe perfeccionarse, estableciendo obligaciones y controles. Hay exigencias que no se han impuesto, como la recuperación de los terrenos”.

RSE: camuflaje v/s acción

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Opinión

Monitoreo ciudadano y certificación forestalnuestros días y se basa en mirar al bosque desde una óptica materialista, como un estorbo para la agricultura y la ganadería, o bien como un bo-tín de la naturaleza, desde donde se puede obtener madera. Es la caren-cia de una verdadera cultura fores-tal, enfocada en la conservación, lo que nos lleva a la situación actual, insostenible, donde vemos retroce-der los bosques naturales y avanzar los cultivos de árboles exóticos, bajo prácticas que impactan negativamen-te la productividad de los suelos, la disponibilidad de agua de calidad para uso humano y los sistemas de vida locales. En las últimas cuatro décadas el Es-tado ha implementado un programa de fomento forestal (Decreto Ley 701 del año 1974) basado en subsidios a la forestación, con un enfoque predo-minantemente economicista y descui-dando los aspectos ambientales y so-ciales. Favorece los monocultivos y la generación de productos con escaso valor agregado, pero con mercados asegurados para los controladores del modelo: ARAUCO y CMPC. Este instrumento de fomento fue modifi-cado legalmente el año 1998 para favorecer a pequeños y medianos propietarios, pero en la práctica los beneficios siguen recayendo, directa o indirectamente, en las grandes em-

presas forestales que tienen el poder comprador y fijan los precios. En este contexto, la certificación fo-restal internacional aparece como una herramienta para modificar las malas prácticas de manejo, promoviendo la conservación de suelos, agua y bio-diversidad. Orienta además las rela-ciones sociales con las personas que habitan los territorios con presencia forestal, exigiendo el respeto por las leyes nacionales y acuerdos interna-cionales. Esto configura un escenario bastante más alentador para la con-servación que la legislación chilena actual, donde el monitoreo ciudadano cumple un rol fundamental al ser vigía y garante del comportamiento de las empresas que están certificadas por un buen manejo forestal, pero tam-bién al evaluar si el sistema en sí mis-mo está cumpliendo su rol evaluador y fiscalizador. El rol de la Agrupación de Ingenie-ros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN) como parte integrante del sello de certificación internacional FSC es, justamente, el aportar para que los sistemas de certificación (y la legislación) funcionen de forma ade-cuada. En el cumplimiento de este rol debemos ser activos participantes en la generación de mejores están-dares para el manejo forestal. Pero

Cristián Frêne CongetSocio AIFBNVicepresidente de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque NativoE-Mail: [email protected]

En agosto, un grupo de diputados de las Comisiones de Agricultura, Silvi-cultura y Desarrollo Rural; y de Re-cursos Naturales, Bienes Nacionales y Medio Ambiente, dieron a conocer un informe de malas prácticas de la empresa Forestal AnChile de la Re-gión de Los Ríos y que está certifica-da por el sello internacional FSC. Las prácticas denunciadas ejemplifican el modelo forestal chileno basado en monocultivos de especies exóticas, que ha permitido la consolidación de una industria exportadora sólida, pero también ha generado una se-rie de externalidades ambientales y sociales negativas, además de con-centración de riqueza y patrimonio. Este modelo, caracterizado por un oligopolio industrial que controla las políticas del sector, por su enorme influencia sobre el sector público, es cada vez más insostenible para la sociedad, los ecosistemas y la eco-nomía del centro-sur de Chile. Ade-más, la CONAF cuenta con escasos recursos para desarrollar su función reguladora y fiscalizadora, porque el Ministerio de Agricultura no le entrega un presupuesto acorde para controlar al segundo poder exportador del país. Es necesario destacar que la “cultura” forestal chilena se instala en el siglo XIX y tiene sus raíces en la cultura occidental capitalista. Persiste hasta

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Opinióntambién, y de manera fundamental, debemos vigilar que esos estándares se cumplan a cabalidad en los distin-tos territorios forestales, denunciando enérgicamente y por todos los medios posibles cuando identifiquemos situa-ciones irregulares. Esta es una forma efectiva de aportar al cumplimiento de los objetivos del manejo forestal sostenible. Y esto no significa desau-torizar al sello de certificación en sí, sino a quienes hacen un uso indebido de éste. Son las empresas quienes nece-sitan de este sello. Prueba de ello, es que los controladores del modelo forestal chileno buscan hace varios años acceder al sello FSC, sin resul-tados positivos a la fecha. ¿Por qué no pueden acceder al sello si sus representantes y la CONAF dicen mantener altos estándares de mane-jo forestal? Por esta sencilla razón: el discurso de estos agentes no se condice con la realidad, y hemos sido los ciudadanos quienes hemos hecho ver esta situación a quienes

deben auditar y fiscalizar a estas em-presas. ¿qué debe ocurrir para que estas empresas obtengan el sello? Deben recorrer un largo camino, que les permita enmendar los enormes impactos sociales y ambientales que han generado por décadas en Chile, lo que solo puede materializarse con un cambio en la cultura forestal, que por supuesto redunda en un cambio al modelo forestal. ¿Están dispuestas a cambiar las em-presas? A la luz de luz de los hechos, pareciera que no, porque no están cambiando cuestiones fundamentales que afectan a la gente y sus territo-rios: la concentración de la propiedad, el uso de monocultivos forestales, la cosecha a tala rasa y los procesos industriales altamente contaminantes. Si las empresas quieren usar los se-llos de certificación para diferenciarse ante los mercados y así mejorar sus utilidades, deberán cambiar sus prác-ticas en los territorios. Como AIFBN seguiremos vigilantes, convocando

actores sociales y generando redes para sostener un monitoreo ciuda-dano que permita dar cuenta de la realidad del modelo forestal. En este contexto, no cabe duda que apoya-mos iniciativas como FSC, pero cree-mos que este sello debe mejorar su aplicación en Chile, ya que la cultura forestal chilena no está preparada para este sistema. Las denuncias a todo nivel y la entrega de información a los actores sociales, son nuestras formas de poner la voz de alerta so-bre esta situación. Un cambio en el modelo forestal im-plica el desarrollo territorial a escala local y promover los valores de auto-nomía, cooperación, autorregulación y participación ciudadana efectiva en la toma de decisiones, sustituyendo los actuales antivalores que proponen los controladores del modelo forestal: competencia desatada, acumulación de capital y patrimonio y externaliza-ción de impactos ambientales y so-ciales que afectan a las comunidades del centro-sur de Chile.

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Luis Astorga Sch.Director Honorario Agrupación de Ingenieros Forestales porEl Bosque NativoRepresentante en FSCE-Mail: [email protected]

Recientemente ha sido distribuido “el Informe Final de la Auditoría ejecuta-da por Rainforest Alliance a la empre-sa forestal Anchile Ltda. en el que se evidencia incumplimientos mayores considerados como “Falla Fundamen-tal” con el estándar FSC y por ello se ha tomado la decisión de suspender el Certificado de Manejo Forestal”, que tenía esta empresa desde 2008.

Este escueto comunicado de Rainfo-rest Alliance es la consecuencia de una denuncia hecha por la Agrupa-ción de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo AIFBN en su Informe de Resultados: Monitoreo Forestal In-dependiente a patrimonio de Fores-tal Anchile Ltda. en la Región de Los Ríos y Los Lagos de julio, 2012 como parte del componente Monitoreo Forestal del proyecto “Bosque y su Gente”1 apoyado por la Unión Euro-pea. Este informe de la AIFBN sirvió también de base a la denuncia que hiciera en agosto un grupo de Dipu-tados de la Comisión de Agricultura, Silvicultura y Desarrollo Rural – Alfon-so de Urresti, Denise Pascal Allende, Fidel Espinoza y Enrique Accorsi.

La “Falla Fundamental” que menciona el informe de Rainforest Alliance se debe a intervenciones destructivas sistemáticas a franjas protectoras de

cursos de agua y cabeceras o nacien-tes de agua, además de otras activi-dades negativas en la construcción de caminos e infraestructura en un predio denominado “Las Rosas. Lo curioso y significativo de la situación es que estas intervenciones destructi-vas no fueron realizadas por la misma empresa Anchile, sino que por Arau-co a quién Anchile le había vendido dichas plantaciones en un total de 5.144 hectáreas. Pero el hecho que Anchile no pusiera atajo a esas ma-las prácticas dentro de su patrimonio fue causal, por complicidad y falta de control en su territorio, de la pérdida del sello FSC.

Estas malas prácticas no son recien-tes. Fueron detectadas por la AIFBN ya en 2010 y habían sido denunciadas a FSC-Chile y a CONAF, pero esta institución, que debería haber para-lizado estas explotaciones, concluyó – por escrito – que no había habido ninguna acción ilegal. Mas tarde, cuando la AIFBN publicó su informe y los Diputados lo denunciaron a la opinión pública, CONAF debió rec-tificar sus desaciertos y denunciar a los Tribunales de Justicia las acciones ilegales en los territorios de Anchile.

Inicialmente en 2010 cuando se hicie-ron las primeras denuncias, Anchile

envió una prepotente y amenazado-ra carta a la AIFBN – firmada por su Gerente el Sr. Takahiro Zembayashi - diciendo que la empresa cumplía con la ley e iniciarían acciones legales en contra de la AIFBN si no rectificába-mos nuestras denuncias. No se res-pondió en esa oportunidad, sino que se perfeccionó el informe, incluyendo fotos, que demostraban claramente las intervenciones destructivas en los terrenos de Anchile y se hizo públi-co con la denuncia de los Diputados mencionados anteriormente.

La pérdida del sello FSC es un duro golpe, tanto para la empresa Anchile, que no podrá vender sus productos forestales con dicho sello, (madera en pié, en rollizos y astillas de madera), como para sus propietarias, las em-presas japonesas Daio Paper e Itochu Corporation, lo que, indudablemente, limitará el acceso de sus productos a diversos mercados de Europa y Nor-teamérica, que exigen el sello FSC.

Las repercusiones de esta situación van mucho mas allá de los proble-mas que pueda tener Anchile y sus propietarios en sus mercados y los esfuerzos que pueda hacer para vol-ver a obtener el sello FSC, sino que – en lo nacional – afecta a la empresa Arauco, que está intentando certifi-

Empresa Anchile pierde su certificado FSC por “falla fundamental” en sus prácticas forestales

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dividuales y de personas afectadas en contra de una empresa certificada o en proceso de hacerlo, generalmente no son suficientes. Las certificadoras normalmente envían por correo elec-trónico formularios de consulta que muchas veces son complicados y con plazos cortos. Además, como ocurrió este año, se juntaron en tres meses, varios procesos de consulta de cin-co empresas, tres de las cuales son las más grandes de Chile (Mininco, Arauco y Masisa), lo que ha limitado

seriamente la participación de “par-tes interesadas”. FSC debe revisar en terreno estos aspectos para mejorar claramente la participación de la So-ciedad Civil. De otra manera se corre el riesgo de continuar con casos de “certificación light”.

El caso de Anchile y Arauco, demues-tra, una vez más, la necesidad de un cambio en el Modelo Forestal chileno como lo ha denunciado y, a la vez, propuesto por la AIFBN. La Certifi-

cación FSC puede ser un instrumen-to importante para que las empresas cambien sus prácticas ambientales y sociales, pero el cambio de modelo implica una decisión política, que se hace cada día más urgente.

1 Informe 2012http://www.bosquenativo.cl/descar-gas/documentos_monitoreo/2010_informe_nacional_monitoreo_cuen-cas_hidrograficas_losrios.pdf

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Aumentar la investigación en monitoreo

Víctor SandovalSocio AIFBNIngeniero forestal, Especialista en el área de monitoreo de bosques. Decano de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Austral de Chile y Director de Laboratorio de Geomática1.E-Mail: [email protected]

Aumento poblacional, crecimiento industrial y nuevas demandas sobre los recursos, han modelado el paisaje en la zona centro-sur. El monitoreo de bosques que realiza la Corpora-ción Nacional Forestal (CONAF) en conjunto con la U. Austral de Chile (UACh), ha detectado, en este esce-nario, factores que participan en la disminución o en el incremento de los bosques, mejorando elementos como resolución espacial y localización geográfica. Tal conocimiento facilita la vigilancia y apoya las decisiones de políticas públicas.

Es así como la experiencia adquiri-da, en proyectos y desarrollo de téc-nicas de muestreo regionales permite avanzar, mejorando el detalle de la información obtenida y optimizando la relación costo/error. Por ello, es nece-sario que el enfoque de monitoreo del uso del suelo mantenga una mirada regional de la dinámica del uso y que incluya un acercamiento local (mues-tral) que asocie información física de las masas forestales. También, que informe sobre propiedad de la tierra, perfil socioeconómico y característi-cas ambientales, para responder en forma precisa a pérdidas o ganancias de superficie boscosa, efectos del manejo, conservación o inversión en cada localidad.

Un levantamiento de información que incorpore tenencia de la tierra y esti-

mación de características socioeco-nómicas de población rural asociada a determinados tipos de cambio de uso del suelo, es posible vía muestreo terrestre. Por ejemplo, con dos fases: detección del cambio de uso del suelo en forma muestral o censal; y en te-rreno, en un subconjunto de áreas o puntos que hayan modificado su uso del suelo en el período estudiado, en las que se realicen encuestas espe-cíficas.

Respecto de la primera fase Geomá-tica UACh ha llevado a cabo investi-gaciones y obtenido experiencia en los últimos 15 años. En el panorama internacional2 nos fijamos en tipos de sensores remotos e imágenes sateli-tales y sistemas de muestreo de cam-bio de uso de suelo.

También es importante la vinculación entre el monitoreo aéreo y el terres-tre, mediante parcelas permanentes en todos los tipos forestales del país. Con esto se responderá a preguntas para las que aún no tenemos informa-ción regional concreta. Por ejemplo: tasas reales de crecimiento de cada tipo o subtipo forestal; mortalidad; cambios por manejo o cortas no au-torizadas. Así será posible orientar el manejo de las principales masas boscosas y mantener bajo control nuestros bosques.

Otro elemento importante a desta-

car para acercarnos a lo que sucede localmente, es lo referente a llevar la escala de trabajo cartográfico a un nivel predial, por ejemplo escala 1:20.000 o 1:10.000. La actual es 1:50.000. Ésta cubre sobre el 90% del país (falta parte de Magallanes). Que se use una 1:20.000 significa un acer-camiento en la resolución y detección de cambios en el uso del suelo a nivel predial. Con esa escala –que sería un gran avance- se pueden definir polí-gonos de cambio de uso de ½ ha. Y, además, se puede asociar la tenencia de la tierra con mayor precisión. Esto hoy es técnicamente posible, pero el costo es muy alto.

El aporte de información más de-tallada genera datos útiles para el desarrollo de sistemas regionales integrados del territorio, donde se in-volucran municipalidades, servicios públicos y comunidades. Eso descan-sa esencialmente en modelamiento de datos que aporta la investigación aplicada de las universidades3 y en la capacidad de éstas para formar especialistas4.

Entre otras mediciones, siempre es necesario diferenciar bosque nativo y plantaciones en el proceso de cuan-tificación. Se han perdido superficies importantes de bosque nativo. Si bien se ha reducido la sustitución y corta desde 2002, éstas no han terminado. Ello se asocia a mayores exigencias

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sociales y certificación.

Es importante, por último, que distin-tas entidades aporten al monitoreo. Es necesario para comparación y va-lidación de cifras. La Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo, por ejemplo, realiza una labor local de gran interés con monitoreos prediales, lo que permite focalizar es-fuerzos regionales de observación y control.

Y es que la sociedad nos está obser-vando finalmente. Nuestra labor en conjunto debe ser de calidad. Creo que en la medida que más universi-

dades regionales participen en con CONAF y ONG, se aporta en la va-lidación de las cifras y en la manten-ción de nuestros bosques naturales bajo control. Eso es lo más impor-tante. 1 Edición: Carolina Montiel, proyecto binacio-nal Reducción de las rasas de degradación y deforestación de los bosques nativos de Chile y Argentina.

2 Geomática ha trabajado con especialistas de la U. de Göttingen, Alemania, analizando proyec-tos de monitoreo en Europa. Sobre la segunda fase aún la experiencia es baja.

3 Los procesos de integración de información tienen trayectoria en Chile. Un ejemplo es la

instalación, a principios del 2000, de un sistema de consultas SIG en cada provincia. El proyecto Establecimiento de un Sistema de Seguimiento y Monitoreo del Estado de Conservación de las Formaciones Vegetales Naturales, elaborado en 1997-1998 por CONAF y las Facultades de Ing. Forestal de las UACh y de Concepción, fue el primer sistema de consultas cartográfico sobre el uso del suelo elaborado a nivel país.

4 La UACh ha contribuido a dar los pasos inicia-les de este proceso. Geomática ha colaborado con la fase de actualización cartográfica del Proyecto Catastro en casi todas las regiones. El Proyecto Monitoreo, en tanto, se encuentra en operación. Se trata de información pública con amplia transferencia y transparencia en su

captura.

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Degradación: Necesidad de definiciones para el análisis de nuestros bosques1

REVISIÓN

Eduardo Neiraa, Rodrigo Pedraza b

Socios AIFBN

a Director Ejecutivo ONG Forestales por el Bosque Nativo, Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN), Janequeo 355, casilla 1309, Valdivia, Chile.

b Director proyecto “Reducción de las tasas de deforestación y degradación de los bosques nativos de Chile y Argentina”.

E-mail: [email protected], [email protected]

Introducción Que los bosques estén bajo amenaza constituye una preocu-pación creciente en el mundo, lo que se traduce en nuevos esfuerzos por abordar los problemas forestales a nivel glo-bal. Las perspectivas son amplias: algunas se enfocan en los impactos ambientales adversos de la deforestación acelerada y de la degradación y, otras, en el acceso decreciente de co-munidades a bienes y servicios ecosistémicos.

Uno de los factores que dan cuenta del interés que despiertan los bosques es su gran importancia como sumideros de car-bono. Se estima que en la actualidad los bosques del mundo acumulan cerca de 283 Gt (Gigatoneladas) de carbono. Sin embargo, en los últimos 7 años se registra una disminución de este potencial (INFOR 2012), debido a procesos de de-forestación y degradación. La definición y medición de la degradación de estos sumideros es más compleja y costosa que la deforestación. Por lo anterior resulta relevante avanzar

en su cuantía, si se pretende implementar iniciativas en base a acuerdos de cambio climatico.

Además la conservación de la biodiversidad, el secuestro de carbono, la producción de madera, la conservación de suelos, y los valores culturales y/o recreativos son objetivos de interés que también tienen alcance en el concepto de degradación, siendo que éste ya cuenta con una gama de aproximaciones relacionadas con intereses específicos de la sociedad. Así lo demuestran, por ejemplo, las más de 50 definiciones de degradación registradas en un estudio realizado por Lund (2009) donde analiza parámetros e identifica semejanzas y

1 Edición: Carolina Montiel, periodista proyecto Reducción de las tasas de deforestación y degradación de los bosques nativos de Chile y Argentina.2 AIFBN, 2009. Bosques nativos Degradados: Un modelo forestal agotado. En: El Ciudadano, febrero 2009.

ResumenLa Asociacion Global sobre Restauración del Paisaje Forestal ha indicado que más de 2000 millones de hectáreas forestales presentan algún estado de degradación (Laestadius et al., 2011).

Por lo anterior, reconocer y entender las causas de la degradación de la bosques nativos entregará las bases téc-nicas para diseñar políticas y fortalecer instituciones públicas y privadas para orientar y planificar su reducción, tanto en Chile como a nivel internacional. Sin embargo, la falta de consenso respecto de sus características es hoy una de las principales barreras para avanzar en su cuantificación.

La aproximación al tema busca dar a conocer qué se está haciendo respecto al tema a nivel local y regional. Se plantea que el conocimiento de las herramientas vigentes es indispensable para unificar criterios, con el fin de detener procesos de degradación vinculados a los recursos forestales.

En este sentido, la degradación de bosques es un problema ambiental “grave”, que afecta la salud y viabilidad de los ecosistemas asociados al bosque, mostrándose con especial intensidad en países en vías de desarrollo. Sólo en Chile se estima que más de la mitad de los bosques nativos presenta algún grado de degradación2. Sin embargo, no hay estadísticas nacionales sobre el estado de conservacion de los bosques nativos, y tampoco se han sistematizado experiencias de rehabilitación o restauración de ecosistemas boscosos.

En este escenario resulta crucial aunar esfuerzos de investigadores y técnicos de instituciones públicas y privadas como universidades, centros investigación y organizaciones de la sociedad civil desde su expertise (no será mejor experticia?) para cuantificar y detener la degradación de bosques y crear conocimiento para revertir su condición.

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diferencias. Las dificultades aumentan cuando se intenta acor-dar una definición para evaluarla bajo un esquema REDD+3

En el caso de Chile, una muy baja superficie de los bosques nativos que son intervenidos cuenta con plan de manejo. Y los que sí, carecen de una evaluación de actividades que demues-tren que son sustentables y que aseguran su conservación y/o mantención de bienes y servicios a la sociedad. Es urgente, entonces, conocer qué lugares están siendo afectados por la degradación, cuáles son sus causas y proyectar la gravedad de sus efectos para poder diseñar acciones a nivel técnico-político.

ConceptoEntre las definiciones de degradación se destacan elementos que afectan negativamente variadas variables y factores como biodiversidad, potencial de producción y/o protección, resi-liencia ecosistémica; sanidad; y valor estético. Escasamente se menciona la variación de los servicios ecosistémicos como indicador de degradación, posiblemente por la dificultad de su medición (Acharya et al. 2012).

Hay causas directas que provocan la degradación como la ganadería, la tala ilegal, los incendios y la expansión de la infraestructura. También hay causas subyacentes, relacio-nadas con procesos sociales, económicos, políticos y cultu-rales, como el valor de uso de la tierra, la ausencia o bajos incentivos y la falta de tecnologías apropiadas para manejar adecuadamente los diferentes usos del suelo (manejo extensivo o intensivo) y conocimientos (INFOR 2012).

Algunas aproximaciones metodológicas sobre el concepto de degradación (definición de parámetros e indicadores), han per-mitido crear capacidades para evaluar, monitorear y presentar informes de degradación, conducentes a nuevos esfuerzos para la restauración de sistemas boscosos que han sufrido cambios negativos producto de la degradación. Es así como el año 2011, la Asociación Global sobre Restauración del Paisaje Forestal indicó que más de 2.000 millones de hectáreas de tierras fo-restales se encuentran en estado de degradación en el mundo (Laestadius et al., 2011). Cabe destacar que la situación en algunas regiones forma parte de las principales causas de las emisiones de gases de efecto invernadero. Su importancia, no obstante, no ha sido cuantificada a escala mundial.

En igual período, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) elaboró un docu-mento sobre metodologías para medir la degradación. Desde su enfoque, corresponde a la reducción de la capacidad del bosque para proporcionar bienes y servicios. Su complejidad radica en su traducción a actuaciones prácticas. La definición de los umbrales de los bosques degradados y no degradados

es difícil debido a los tipos de bosques y a la variabilidad de las situaciones biofísicas.

Escala temporalLas fluctuaciones temporales de la capacidad del bosque para producir bienes y servicios forman parte del ciclo natural o son3 Corresponde a la reducción de emisiones derivadas de la defo-

restación y la degradación forestal. Además de la conservación, el manejo sostenible y el mejoramiento del stock de carbono de los bosques en los países en desarrollo (ONU, 2007). 4 Fotografías tomadas por el Ingeniero Forestal Javier Sanzana.

Faenas de corta de bosque nativo en Chiloe bajo preca-rias condiciones4

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el resultado de intervenciones humanas planificadas. Cambios irreversibles podrían ser el saldo de la inexistencia de una planificación o de intervenciones no sustentables. (Figura 1)

Escala de paisajeUn método originalmente diseñado para cartografiar paisajes forestales intactos, a través del uso de imágenes satelitales, es el Paisaje Forestal Intacto (PFI) desarrollado por Yaroshenko et al. (2001) para los bosques del norte de Rusia y cuya meto-dología define al paisaje como un mosaico nativo de intercam-bio de diversos tipos de cubierta vegetal. Permite clasificar el paisaje como intacto o no intacto y podría ser utilizado para delimitar degradación de bosques. El área intacta debe tener un tamaño de al menos 50 mil hectáreas. Para diferenciar entre paisajes forestales intactos y no intactos se usan dos criterios: alteración y fragmentación. El primero se refiere a aquellos que son de origen humano (asentamientos, infraestructuras, plantaciones agrícolas y forestales, actividades industriales, zonas afectadas por incendios), mientras que el segundo tiene relación con unidades menores a 50 mil hectáreas y un ancho de fragmento que permite su conectividad con unidades de bosque continuas. Esta aproximación funciona bien para su-perficies extensas, es decir, a escala regional, no así a escala local. La principal limitación es su baja resolución, ya que el método no permite discriminar el tipo ni el nivel de alteración.

Los diferentes métodos de evaluación utilizados en los estu-dios se pueden agrupar en fotografías aéreas, encuestas en terreno, imágenes satelitales y valoración de servicios eco-sistémicos. La exactitud de las evaluaciones es mayor cuando los métodos se combinan (por ejemplo imágenes más trabajo de campo).

La degradación puede entenderse, a la luz de este análisis, como la reducción de la capacidad del bosque para producir plenamente su potencial de servicios ecosistémicos. Para me-dirla de manera eficaz Acharya et al. (2012) proponen el uso de imágenes en conjunto al trabajo de campo. Ello permite construir indicadores de los servicios ecosistémicos forestales, con uso de técnicas de enfoque participativo.

En el siguiente cuadro se presenta un ejemplo de métodos de

encuesta y medición de variables seleccionadas para evaluar degradación:

Cuadro 1. Métodos de encuesta y medición de variables (extraído de Acharya et al 2012).

Uso del índice normalizado diferencial de vege-tación de NDVIOtro indicador para la degradación es el Índice Normalizado Diferencial de la Vegetación (NDVI), un método de interpre-tación de teledetección para observación de cambios en la “salud” del bosque en el tiempo. Meneses-Tovar (2012) analiza las posibilidades del método en ecosistemas forestales con resultados contrastantes. El NDVI mide la relación entre la energía absorbida y emitida por una superficie (objeto) dando cuenta de su salud o vigor vegetativo. Sus valores pueden fluctuar entre -1 a +1 (valores menores a 0,1 corresponden a tierra desnuda o cuerpos de agua).

Una de las principales limitaciones del método es la necesidad de calibración durante un amplio período de tiempo con el fin de capturar la variabilidad estacional de la vegetación. Otra limitación es que la resolución de las imágenes utilizadas, ya no permite detectar áreas degradadas de pequeña superficie.

ChileEn Chile, las instituciones que han sistematizado y/o generado información sobre degradación - en el marco de REED+ - son el Instituto Forestal (INFOR) y la Corporación Nacional Fo-restal (CONAF), ésta última liderando la mesa de Bosque y Cambio Climático. Recientemente investigadores del INFOR, CIEFAP5 de Argentina y CONIF6 de Colombia publicaron Análisis de la degradación forestal en el marco de REDD+, libro que integra la ejecución del proyecto Desarrollo meto-dológico y de herramientas para la REDD en bosques del tipo

Figura 1. Umbrales de degradación, en que se utiliza la cubierta forestal se utiliza como indicador de degradación. Los Bosques restaurados o rehabilitados pueden no ser similares al bosque original (extraído de Simula y Mansur 2011).

Nota: IFN = Inventario forestal nacional; PDSF = Plan de distrito para el sector forestal (un enfoque integrado de la ordenación de los recursos forestales a nivel de distrito); POBC = Plan operacional para los bosques comunitarios (un plan de ordenación para los bosques comunitarios de duración determinada); DGE = debate en grupo especializado; FRA = Evaluación de los recursos forestales mundiales.

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templado. El desafío planteado por el proyecto es llegar a una definición que permita cuantificar la degradación de bosques y su monitoreo permanente.

Entre las causas - directas e indirectas - de la degradación están cortas selectivas, incendios forestales, extracción de leña excesiva, agricultura migratoria, pastoreo excesivo, in-vasión de especies exóticas y construcción de infraestructura (carreteras). En tanto, entre las razones subyacentes se desta-can pobreza, falta de alternativas y oportunidades, políticas inadecuadas, debilidades institucionales, falta de recursos financieros, corrupción, factores tecnológicos y demográficos.

Durante el período 1990-2005, la superficie de bosques au-mentó debido al incremento de las plantaciones con especies exóticas, pero involucra la pérdida de bosque nativo de más de 60 mil hectáreas (INFOR, 2012). Actualmente el principal problema corresponde a la degradación. De acuerdo a INFOR (2012) los ecosistemas forestales más afectados correspon-den a los tipos forestales Siempreverde (principalmente en la Cordillera de La Costa por extracción de leña sin criterios de sustentabilidad) y Esclerófilo (por expansión de cultivos industriales de frutales y áreas urbanas).

Según INFOR, las principales causas de la degradación hoy se basan en la extracción de trozas de alto valor, extracción de leña para venta informal e ingreso de ganado como fuente de forraje, con especial intensidad en invierno. En tanto, las causas subyacentes se encuentran en la pobreza de los pro-pietarios de la zona centro-sur y la presión generada por el avance de la frontera urbana y de cultivos industriales en la zona mediterránea.

En otra línea, Núñez et al 20117 realizaron un estudio en Los Muermos, Calbuco, Maullín y Ancud. Mediante un análisis de imágenes satelitales determinaron que la principal causa de pérdida de bosques (deforestación) es la extracción de leña y su magnitud depende del tamaño poblacional. La trayectoria predicha del estudio se presenta en la siguiente figura2.

La predicción indica una fuerte pérdida de la superficie de bosque del área de estudio en los próximos años. Se podría inferir que en áreas similares del sur de Chile, el escenario podría ser el mismo.

Respecto de la propiedad de los bosques, Leyton (FAO 2009) muestra la distribución de la siguiente forma:

Cuadro 2. Tenencia del bosque por categoría de propietario y tipo de bosque.

El cuadro muestra que el 56% de los bosques nativos está en manos del Estado y cerca del 30% pertenece a pequeños y medianos propietarios. En este contexto, la importancia relativa de los pequeños propietarios para la conservación y manejo del bosque nativo sigue siendo relevante.

Con la Ley de Bosque Nativo se espera modificar la acti-tud del usuario de bosque nativo. Sin embargo, menos de 25 mil hectáreas de bosque de pequeños propietarios han sido postuladas a los fondos concursables y menos del 3% de los incentivos han sido entregados a los propietarios que han concursado debido a que no se han ejecutado las actividades.

A lo anterior se suma una muy baja cobertura para asesorar técnicamente, mediante extensión forestal, a los propietarios de bosques nativos, en especial pequeños, para que interven-gan sus bosques de manera sustentable. Estos factores generan un escenario en que las intervenciones sin plan de manejo y no sustentables podrían continuar, acrecentando la degradación.

Propuesta metodológica del INFOR para evaluar degradación de bosquesConsidera dos escalas espaciales: la primera a escala de pai-saje, mediante uso y análisis de imágenes satelitales y luego a escala de rodal, con información de inventario forestal. La conexión entre las escalas se realiza a través de la aproxima-ción de la carta de stock de Gingrich (1967) adaptada por Ba-hamondez et al. (2011 en prep.) la que debe estar previamente

Figura 2. Trayectorias simuladas hasta 2017 para la cobertura total del bosque nativo en el área de estudio y diferenciado por tipo de suelo (líneas) y datos desde imágenes satelitales (Fuente: Núñez et al 2012).

Fuente: Catastro de los Recursos Forestales de 1997 y Censo Nacional Agropecuario 2007. *en el SNASPE; ** bosques fiscales (Ministerio de Bienes Nacionales).

5 Centro de investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico.6 Corporación Nacional de Investigación y Fomento Forestal.7 Artículo publicado en Revista Bosque Nativo, nº 48.

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desarrollada para el tipo de bosque analizado (renovales). A través del análisis de los límites inferiores de la carta de stock es posible definir la capacidad de resiliencia de un bosque y, bajo ese umbral, la condición de bosques degradados.

Esta metodología, aunque ha mostrado buenos resultados, está a nivel piloto y debe ser precisada y mejorada, ya que la densidad no sería suficiente para caracterizar el estado del bosque debido a que, por ejemplo, los renovales pueden tener un amplio rango de ocupación del sitio, en especial si han sido manejados. Para suplir estas limitaciones Bahamondez et al. 2011 proponen incorporar en el análisis otros indicadores: pre-sencia/ausencia de regeneración (capacidad de resiliencia de los bosques e impacto de la ganadería), densidad de herbáceas como amenaza al éxito de la regeneración del bosque y estado de desarrollo de los árboles remanentes (para determinar su tendencia de crecimiento).

Actualización a nivel institucionalEl Monitoreo Forestal, que forma parte de las labores de la AIFBN y que se desarrolla en base a prospección terrestre, sobrevuelos y análisis de imágenes, necesita ser fortalecido técnica y financieramente, para evidenciar de manera más precisa los impactos ambientales y sociales derivados de la intervención de los bosques nativos. Ello se traduce en po-der cuantificar su impacto real para determinar el estado de conservación o grado de degradación; generar propuestas de restauración, con miras a su posterior implementación; y fomentar la actualización de conocimientos. Lo anterior es tarea del Estado, centros de investigación, universidades y de la sociedad civil.

El análisis conjunto de mecanismos como REDD+, con sus aciertos y desventajas, constituye una oportunidad para vigilar el estado de los recursos y ampliar la cobertura territorial de asesoría técnica que asegure el manejo sustentable de los bosques. También, para promover gobernanza forestal fuerte e implementar un sistema nacional que monitoree el uso de los bosques. La guía, en este sentido, debe ser optimizar la fiscalización y también promover el manejo sustentable y/o restauración de ecosistemas forestales.

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Silvicultura en bosques dominados principalmente por Tepú (Tepualia stipularis)

Javier Sanzana ChauraSocio AIFBN

Ingeniero Forestal ONG Forestales por el Bosque Nativo. E-mail: [email protected]

REVISIÓN

1. IntroducciónSi bien los bosques templados de Chile han estado sometidos históricamente a fuertes procesos de destrucción y deterio-ro, donde la Silvicultura ha estado totalmente ausente, en los últimos años se ha avanzado en el camino de desarrollar propuestas de manejo para la mayoría de este tipo de bosques. En este sentido ha tenido un efecto concreto y real la gran gama de estudios, ensayos y publicaciones que se han desa-rrollado en nuestros bosques en los últimos 30 años. Tal vez, el inicio de este alentador proceso se inició en el año 1981 con la publicación del libro Ecología Forestal escrito por el profesor Claudio Donoso Zegers (Donoso 1981). Además ese mismo año se publicó el documento “Tipos Forestales de Los Bosque Nativos de Chile” (Donoso 1981b). Posteriormente este trabajo se sigue consolidando con la publicación del libro Bosques Templados de Chile y Argentina escrito también por el profesor Donoso, en el cual se abordan aspectos de com-posición, variación, estructura y dinámica de gran parte de esos tipos forestales. (Donoso 1993). Luego, en este mismo sentido en el año 1995 se publicó el libro Ecología del bosque nativo de Chile, en el cual (una serie de especialistas aborda diferentes temas relacionados con la ecología de los bosques chilenos (Armesto et al. 1995). Ya en el año 1999 se publicó el libro Silvicultura de los Bosques Nativos de Chile, donde varios autores desarrollan el trabajo que se ha realizado en silvicultura para nuestros bosques nativos, abarcando la gran mayoría de sus variaciones. (Donoso et al. 1999).

Los bosques de Tepú (Tepualia stipularis (Hook et Arn.) Gri-ses), o comúnmente llamados Tepuales se desarrollan prin-cipalmente en la región de Los Lagos, formando bosques sumamente densos y de difícil tránsito (Donoso 2006). Así esta especie se encuentra presente en los tipos forestales Ci-prés de las Guaitecas, Alerce y Siempreverde, siendo en este último caso donde forma los bosques más puros, homogéneos y extensos. Para muchas personas el Tepú es una especie prácticamente desconocida, tanto en su autoecología, como en su dinámica y asociación con otras especies. Por lo mismo, se encuentran escasas experiencias de manejo de este tipo de bosques en la literatura, habiendo sido tan solo abordada en el caso de la asociación con Ciprés de las Guaitecas por Cruz y Lara en 1981, pero donde la especie central es el Ciprés

(Cruz y Lara 1981).

Es contrastante con la situación de desconocimiento y falta de investigación, el alto grado de uso que se le da a esta especie, debido principalmente a la gran demanda de leña que existe en las ciudades de la región de los Lagos cerca-nas a las áreas donde crece el Tepú, así como también a las características de su madera que por su alta densidad tiene alto poder dendroenergético. Así en la ciudad de Castro el consumo domiciliario de leña de esta especie llega a los 34.858,1 m3/año, lo que representa el 27% del consumo total (Neira y Bertin, 2009).

En la actualidad en la región de los Lagos, específicamente en las provincias de Llanquihue, Chiloé y Palena, es donde se han estado aprobando la mayor cantidad de planes de manejo forestales en bosques de Tepú. Los métodos silviculturales que actualmente están siendo prescritos son tala rasa en fajas alternas y tala rasa en hoyos de luz, los cuales han tenido malos resultados para la regeneración de las especies que componen estos bosques y en especial de la especie Tepú. La situación anterior no está documentada, pero en la provincia de Llanquihue, en una oportunidad la Corporación Nacional Forestal, CONAF, dispuso una moratoria a la intervención de estos bosques ya que el principio básico de la regeneración no se estaba cumpliendo. Por otro lado en observaciones de campo, se ha detectado que es posible que estos bosques re-generen naturalmente incluyendo la especie Tepú, siendo al parecer un factor fundamental el grado de protección lateral en las intervenciones (Observaciones del autor en las localidades de Puerto Fernández y Choroihué).

El objetivo de esta revisión es analizar las prácticas de manejo que se realizan actualmente en los bosques dominados por Tepú en la región de Lagos, principalmente en la provincia de Llanquihue y Chiloé, relevar el estado de vulneración en que se encuentran debido al alto consumo de leña y entregar posibles propuestas de manejo que debieran ser evaluadas.

2. El Tepú como especieEl Tepú, Tepualia stipularis (Hook et Arn.) Griseb es consi-derado un arbusto a veces arborescente, que puede crecer 4 a

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5 metros de altura y 20 cm de diámetro, que es muy conocido porque en el sur de Chile forma grandes masas impenetrables, con troncos inclinados, torcidos y entrelazados denominados habitualmente Tepuales (Donoso 2006). Presenta una cor-teza rojiza, sus flores son hermafroditas y se componen de 5 sépalos fusionados, 5 pétalos libres de color blanco de 2 mm de largo, 15 a 24 estambres de 4 a 8 mm de largo, siendo su período de floración de enero hasta marzo. Su frutos son cápsulas leñosas de 3mm de largo que son producidas entre mayo y agosto, que en su interior contienen semillas muy pequeñas y ligeras (Christie y Armesto 2003). Se encuentra creciendo habitualmente con las siguientes especies arbóreas: Pilgerodendron uviferum (Ciprés de las Guaitecas), Fitzroya cupressoides (Alerce), Nothofagus betuloides (Coigüe de e Magallanes), Nothofagus nitida (Coigüe de Chiloé), Drymis winteri (Canelo), Weinmannia trichosperma (Tineo), Podo-carpus nuvigena (Mañío de Hojas Punzantes), Saxegothaea conspicua (Hojas Cortas), Embothrium coccineum (Cirue-lillo), Amomyrtus luma (Luma) y Amomyrtus meli (Meli) (Donoso, 2006).

En cuanto a su autoecología, esta especie crece generalmente en sitios bastante húmedos donde el drenaje es restringido , soportando la anegación permanente durante varios meses del año. Respecto a sus exigencias tróficas, el Tepú parece ser una especie que no necesita una gran cantidad de nutrientes ya que se desarrolla en suelos muy delgados y muy pobres (Cruz y Lara, 1981; Bannister et al. 2012). En cuanto a su regeneración, lo hace generalmente bajo sombra, y también puede realizarlo a plena luz, pero generalmente bajo su propio dosel . La regeneración es preferentemente vegetativa con múltiples pies, pero también presenta regeneración mediante semillas (Donoso, 2006). Respecto a su crecimiento, Cruz y Lara (1981) mencionan que los anillos de crecimiento tendrían entre 0,5 y 1 mm de ancho, por lo que se podría concluir que esta especie crece menos de 1 mm al año en diámetro.

La dinámica natural de los bosques donde crece Tepú ha sido estudiada sólo donde crece en asociación con Ciprés de las Guaitecas en el sur de Chiloé (Cruz y Lara 1981). Estos autores plantean que el bosque de Tepú correspondería a un climax fisiográfico del tipo forestal Ciprés de las Guitecas, donde esta etapa sucesional no depende tan solo de la estructura del bosque y las condiciones climáticas, sino también de las condiciones topográficas. Una nueva mirada a la dinámica de estos bosques pero nuevamente centrada en Ciprés y no en Tepú es propuesta por Bannister et al. (2012).

3. Uso de los bosques dominados por TepúLos bosques de Tepú han sido utilizados históricamente para leña, concentrándose su producción en dicha especie, y de-jando las especies blancas que componen estos bosques como meros acompañantes del producto. Cuando los Tepuales pre-sentan individuos de Canelo o Mañío de buena calidad, estos son utilizados generalmente para obtener madera aserrada. Las características de la madera de Tepú la catalogan como una de las mejores para dicho uso. Su madera es de color

roja y presenta una alta densidad de 0,9968 g/cm3 al 12% de contenido de humedad (Karsulovic et al. 1991). En general la madera de Tepú presenta buenas aptitudes al nivel de su tra-bajabilidad y encolabilidad, como respecto a varios procesos asociados a la fabricación de laminados o a la producción de carbón (Karsulovic et al. 1991).

En la actualidad, Tepú es una de las tres especies nativas con mayor uso para leña en la región de los Lagos, lo que se justifica por el alto poder calórico descrito anteriormente. De los 586.031 m3 de leña de consumo residencial que se realiza en la ciudad de Puerto Montt, se estima que el 21% corresponde a esta especie (Neira e Iturriaga 2008). En el caso de la provincia de Chiloé, para la ciudad de Castro el consumo residencial de leña de Tepú corresponde al 27% del otal, lo que significa unos 34.858 m3. Además, el 50% de los hogares de las ciudades de Ancud y Quellón consumen leña de Tepú, mientras que en la ciudad de Castro es de un 34% (Siemund 2003).

4. Métodos de corta para bosques dominados por TepúNo existe experiencia publicada sobre silvicultura aplicada en bosques de Tepú, sin embargo, personal de CONAF y consul-tores privados de las provincias de Chiloé y Llanquihue, han aplicado métodos de corta en este tipo de bosques, trabajos que no han sido publicados.

Desde el punto de vista legal, Decreto Técnico Nº 259 del DL 701, para el tipo forestal siempreverde se autoriza la aplica-ción del método de corta de protección y el método de corta selectiva. Según este mismo Decreto la corta de protección se define como la explotación gradual del rodal en una serie de cortas parciales para dar origen a un rodal coetáneo a través de la regeneración natural, la cual se inicia bajo la protección del antiguo rodal. En el caso de la corta selectiva o entresaca, el mismo Decreto la define como la extracción individual de árboles o de pequeños grupos en una superficie no superior a 0,3 hectáreas, debiendo mantenerse en este caso una faja boscosa alrededor de lo cortado de, a lo menos 50 metros. Además para el caso de estos bosques, CONAF ha estado utilizando el artículo Nº 25 de dicho decreto que menciona que para aquellos predios en que se desee aplicar alternativas silviculturales no contempladas en el reglamento, se deberá someter a la aprobación de la Corporación el correspondiente programa de corta o explotación y reforestación con indica-ción clara y precisa de la alternativa y la forma de obtener la reforestación de la superficie cortada. En este caso la Cor-poración aprobaría o rechazaría la solicitud atendiendo a la factibilidad técnica de obtener la supervivencia de la especie por el método propuesto y el menor o mayor riesgo de erosión que éste implique.

En los planes de manejo vigentes aprobados por la Corpo-ración Nacional Forestal, un aspecto fundamental y que en general se repite en las actuales prescripciones de manejo para los bosques de Tepú con el objetivo de producir leña, es que

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se propone sustituir paulatinamente la especie principal por otra de mayor crecimiento como Canelo o Coigüe de Chiloé, lo que claramente condiciona la continuidad de esta especie. Tradicionalmente estos bosques han estado siendo manejados por medio de dos métodos que se caracterizan a continuación:

a) Tala rasa en fajas alternas: Consiste en cosechar fajas de bosque en forma alterna y con un ancho bastante variable pero que por lo general corresponde a dos veces la altura máxima promedio de los árboles que constituyen el rodal. De este modo, con este método se deja una faja de resguardo que probablemente proveerá de semillas a la faja cosechada. Para facilitar la dispersión de las semillas, las fajas se van estableciendo perpendicularmente a la dirección de los vientos predominantes durante el período de producción de semillas.

En la planificación de los rodales donde se prescribe este tipo de manejo, se propone la cosecha de las fajas de resguardo una vez que en las fajas manejadas inicialmente se encuentre establecida la regeneración.

b) Tala rasa en hoyos de luz: Consiste en cortar el bosque en pequeños hoyos de luz de entre 30 y 50 metros de diámetro en los cuales se extraen todos los individuos, incluyendo los de Tepú. Estos hoyos de luz son distribuidos homogéneamente en el bosque con una cantidad de entre 6 y 9 por hectárea. Al igual que en el método anterior, a medida que se va desarro-llando la regeneración en aquellos sectores intervenidos se propone la intervención del resto del rodal.

Las prescripciones señaladas proponen la sustitución paula-tina de la especie Tepú por otras como Canelo y Coigüe de Chiloé, las cuales presentan mayores tasas de crecimiento, lo cual además cobra mayor sentido debido a las caracterís-ticas autoecológicas del Tepú, especie que regenera y crece generalmente bajo sombra de otras especies (Donoso 2006). Lo anterior estaría generando una situación de conservación delicada para esta especie ya que si no regenera naturalmente en los rodales que se están interviniendo en el corto plazo simplemente desaparecerá de estos sitios.

Según Poffet (2007), en sitios intervenidos mediante tala rasa en fajas y hoyos de luz de importante en distintas superficies en la provincia de Chiloé, con antigüedad de intervención de entre 5 a 10 años, la especie con mayor éxito de interveción es Canelo a la cual le siguen Coigüe de Chiloé y Luma. En todos los sitios evaluados Tepú prácticamente no se encuentra presente en la regeneración.

Otro aspecto importante a considerar, es que los actuales métodos que se están aplicando en estos bosques proponen una alta intervención del bosque con una extracción de 40 % a 50% en área basal y densidad total, intervenciones que pueden considerarse de alta intensidad debido principalmente a la fragilidad de los sitios donde este tipo de bosques se de-sarrolla, caracterizados por suelos ñadis delgados.

Según antecedentes de la Corporación Nacional Forestal no

publicados, en la provincia de Chiloé para el año 2007 exis-tían un total de 214 planes de manejo vigentes. De éstos en 52 de ellos una de las especies a manejar correspondía a Tepú. Es decir, aproximadamente el 26% de estos planes de manejo presenta como una de las especies a manejar al Tepú. En el caso de la provincia de Llanquihue para el año 2010, de los 465 planes de manejo vigentes, 54 presentan entre sus especies acompañantes al Tepú, es decir el 11,6%, siendo los métodos utilizados tala rasa parcial en fajas y tala rasa parcial en bosquetes.

En la actualidad no existen estudios que hayan realizado una evaluación o propuestas de manejo de este tipo de bosques. Solo existen estudios asociados a bosques de Ciprés de las Guaitecas donde el Tepú aparece como una especie acom-pañante (Cruz y Lara 1981, Bannister et al. 2008, Bannister et al 2012).

Pese a no haber estudios que evaluen las propuestas de ma-nejo en tepuales, en la provincia de Llanquihue durante los años 2007-2008, se consideró que los métodos que se estaban aplicando para estos bosques, en especial el de tala rasa par-

Figura Nº 1: Relación de planes de manejos aprobados con participación de Tepú y otras especies en las provincias de Chiloé (a) y Llanquihue (b)

(a)

(b)

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Figura Nº 2: Regeneración vegetativa de Tepú en faja de manejo de 6 metros de año con orientación norte-sur en la comuna de

Quemchi, provincia de Chiloé.

cial en fajas alternas, estaba teniendo un efecto muy negativo sobre la regeneración del rodal remanente, existiendo nula regeneración de la especie dominante, Tepú, y regenerando en baja cantidad tan solo individuos de Canelo y Coigüe. Por esa razón se decretó una moratoria sobre este tipo de bosques por varios años hasta que se estableciera un método que ase-gurara la adecuada regeneración (Anita Vera, funcionaria Dep. Forestal CONAF provincia de Llanquihue, región de Los Lagos, comunicación personal).

Tan solo en la comuna de Quemchi se ha estado desarrollando una experiencia de manejo de Tepuales evaluando fajas de 3, 6 y 9 metros de ancho. Lamentablemente, este ensayo está en una etapa inicial y todavía no se realiza una evaluación de la respuesta de la regeneración (predio La Florcita, sector de Puerto Fernández). En dicho estudio se plantea que las actuales prescripciones tienden a generar talas rasas muy amplias bajo las cuales no se está estableciendo Tepú y otras especies como Canelo y Coigüe de Chiloé lo están haciendo con mucha dificultad. Esto se debería principalmente a la baja cobertura de las copas del bosque residual y al tamaño de las áreas intervenidas. Además al estar estos bosques establecidos en suelos ñadis delgados, cualquier intervención tiene efectos directos en las propiedades del suelo, destacando el efecto de la desecación en verano y permanente anegamiento en el período de lluvias.

En observaciones realizadas por el autor de terreno se ha logrado detectar que en antiguas explotaciones de bosques

de Tepú donde se ha dejado mayor presencia de protección tanto lateral como de algunos individuos acompañantes de Canelo y Coigüe, existe una muy buena regeneración de todas las especies que componen el rodal incluido el Tepú. Esta situación se puede deber a que en general, en estos sitios, que comúnmente son ñadis delgados, se necesita una mayor pro-tección del suelo para una adecuada regeneración del bosque.

Hay que destacar que en estos suelos; al ser tan delgados po-bres en nutrientes, anegados durante gran parte del año y con gran acumulación de materia orgánica, se generan condiciones extremas una vez que quedan sin vegetación y expuestos al sol y lluvia directamente. Todos estos antecedentes hacen pensar que los métodos a aplicar en estos bosques deben ser bastante delicados y acordes no tan solo a la composición y estructura de los mismos, sino también a las características de fragilidad de los sitios donde se desarrollan. Además, una posible causa de la ausencia de regeneración luego de talas rasas en Tepuales, podría ser la eliminación de árboles y ar-bustos que sostenían hogos micorrísicos, sin los cuales es extremadamente difícil y lenta la absorción de nutrientes por parte de la regeneración, especialmente en sitios pobres en nitrógeno y fósforo como son los donde crece Tepú (Simard 2009; Bannister et al. en preparación).

5. Perspectivas a futuroSi bien en la actualidad no existe silvicultura documentada en bosques de Tepú, las posibilidades de manejo son bastante claras. La experiencia acumulada hasta ahora por la práctica

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en la aplicación de métodos de corta sobre estos bosques en las provincias de Llanquihue y Chiloé, región de los Lagos, y la alta demanda actual y futura de leña proveniente de bosques manejados, hace creer que el manejo de estos bosques no es algo imposible. Para lo anterior es fundamental avanzar en estudios de autoecología y silvicultura de esta especie y en-tender cómo el sitio afecta su desarrollo, siendo fundamental el sintetizar las experiencias de manejo existentes y elaborar también métodos efectivos y reales para inventariar stocks y crecimientos para estos bosques.

Desde el punto de vista económico, el rol que cumplen estos bosques para las pequeñas economías de miles de familias campesinas del sur de Chile es muy alto. Si bien los “Tepua-les” pueden llegar a producir importantes volúmenes de leña, hay que tener en cuenta que no son yacimientos mineros. Además de los efectos ambientales negativos al no practicar silvicultura en estos bosques, las malas prácticas pueden ter-minar eliminando este tipo de ecosistemas.

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Buen viaje, amigo míoPor Fredy BarrientosSocio AIFBNIngeniero Forestal ONG Forestales por el Bosque Nativo

HomenajeREVISTA BOSqUE NATIVO 51: 30, 2012

Estas palabras son en memoria de un gran amigo y colega, Cristian An-drés Gallardo Castelblanco, fallecido recientemente, el 26 de octubre. Era una persona llena de vida, de ideas, de proyectos, la naturaleza y su con-servación eran su pasión al igual que las personas que viven ahí, ex-celente deportista y gran compañero de labores. Recordaré siempre esas caminatas por los predios de las co-munidades indígenas con las que tra-

bajábamos, bajo la lluvia y alegre, la risa y el trabajo siempre juntos, era su método y su estilo. Lo recordaré como una persona que nunca se cansó, que nunca renunció a sus objetivos en la vida, siempre buscó hacerse un lugar en el mundo campesino e indígena, y luchar para salir adelante... “Cristian... siempre habrá gente que te llevará en su memoria ya que eres parte de nuestra historia, de nuestro corazón... buen viaje amigo mío, que tu viaje sea

fantástico, como lo has sido tú”.

Fotografía: Plantación de Coigüe con la Comunidad Indígena Purretrun Pu-catrihue, Agosto, 2009.

De izquierda a derecha: Fredy Ba-rrientos K., Fernando Rivera Acum; Cr ist ian Gallardo Castelblanco (Q.E.P.D. / 26 Octubre 2012); Luis Cárdenas Acum; Cesar Rivera Acum.

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Día de campo en Parque Privado Futangue

REVISTA BOSqUE NATIVO 51: 31, 2012

Un grupo de socios de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bos-que Nativo (AIFBN) realizó un “día de campo” en el Parque Privado Futan-gue ubicado en la Comuna de Lago Ranco, Región de Los Ríos, con el

propósito de profundizar en técnicas adquiridas empíricamente en manejo de bosque nativo. La jornada desarro-llada en el terreno administrado por el socio AIFBN Andrés Martínez los días sábado 20 y domingo 21 de octubre,

incluyó caminatas en bosques origina-les del Siempreverde y la observación de la acción volcánica del Caulle en plantaciones de especies nativas.

AIFBN en Imágenes

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La presente publicación ha sido elaborada con la asistencia de la Unión Europea. El contenido de la misma es responsabilidad exclusiva de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo y en ningún caso debe considerarse que refleja los puntos de vista de la Unión Europea. Esta entidad financia la revista como parte del Proyecto: Reducción de las Tasas de Desforestacion y Degradación de los Bosques Nativos en Chile y Argentina.

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