Revista Almas, octubre 2011

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Octubre 2011 Año LXII • Núm. 742 Ejemplar gratuito La escucha y el diálogo inspiran la Misión El mes del Rosario y las Misiones Publicación de Misioneros de Guadalupe

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Publicación de los Misioneros de Guadalupe

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Octubre 2011Año LXII • Núm. 742

Ejemplar gratuito

La escuchay el diálogo

inspiran la Misión

El mes del Rosarioy las Misiones

Publicación de Misioneros de Guadalupe

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Benedicto xvi

Encuentro con los párrocos y sacerdotesde las Diócesis de Belluno-Feltre y Treviso

24 de julio de 2007

Debemos hacer todo lo posible para que se es-cuche y se conozca la Palabra. Hoy existen mu-

chas escuelas de la Palabra y del diálogo con Dios en la sagrada Escritura, diálogo que también se trans-forma necesariamente en oración, porque un estu-dio meramente teórico de la Sagrada Escritura es sólo una escucha intelectual y no sería un verdadero y suficiente encuentro con la Palabra de Dios.

Escuchar y compartirla Palabra de Dios

PapaBenedicto xvi

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General: Los enfermos terminales

Para que los enfermos terminales, en sus sufrimientos, sean sostenidos por la fe en Dios y el amor de sus hermanos.

Misionera: La Jornada Misionera Mundial

Para que la celebración de la Jornada Misionera Mundial acreciente, en el Pueblo de Dios, la pasión por la evangelización y el apoyo a la actividad misionera con la oración y la ayuda económica a las Iglesias más pobres.

Intencionesdel Santo Padre Benedicto xvi para 2011

P. Sergio César Espinosa González, mg

No es posible leer el Evangelio sin advertir la intensa activi-dad de Jesús para curar y sanar a muchos de los enfermos que le presentaban o que se acercaban a él. El mismo Jesús ofrecía esas curaciones como signo de que el Reino de Dios estaba irrumpiendo en nuestro mundo. En este mes misionero y ma-riano, el Papa nos pide rezar en comunión con los enfermos terminales, para que en esos momentos cruciales de su exis-tencia experimenten la presencia de Dios y sean apoyados por la atención amorosa de sus familiares y amigos, así como del personal de la salud.

Para muchos católicos, octubre es el mes del Rosario, pues el día siete se celebra la fiesta de Nuestra Señora del Rosa-rio. Fue en ese día cuando, hace 62 años, nació el Seminario Mexicano de Misiones Extranjeras. María preside las fiestas misioneras y el penúltimo domingo de octubre la Iglesia ce-lebra la Jornada Mundial de las Misiones. El Papa pide que nos apasionemos por nuestro compromiso misionero y com-partamos la fe en los diferentes espacios de convivencia so-cial, que apoyemos con nuestra oración y con nuestra ayuda económica la labor de evangelización de la Iglesia.

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Publicación deMisioneros de Guadalupe

Ejemplar gratuitoProhibida su ventaAño LXII • Núm. 742

Octubre 2011

6Testimonio devida y diálogo interreligioso

P. Sergio ArturoChavira Álvarez, mg

14Actualidadde los desafíosmisioneros

P. Juan AntonioMuñoz Hernández, mg

PortadaEl P. Sergio Arturo

Chavira Á., mg, acompañadopor feligreses durante una

actividad del mes del Rosario en la Parroquia de la Anunciación,

en Hong Kong.

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Papa Benedicto xvi

Página del lector

Bienhechores

Intenciones

Editorial

Pastoral de la salud

Centro de Orientación Vocacional

Vida mg

Noticias breves

Sólo para niños. Club de Niños mg

Línea Misionera:01 800 00 58 100

www.mg.org.mxwww.revistaalmas.com.mx

DIRECTORIO

Editor responsableP. Juan José Márquez Echeverría

DirectorP. Víctor Manuel Zavala Contreras

Auxiliar editorialJuan José Ramírez Escarza

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WebmasterJorge Hugo Guerrero Luna

Almas es editada por Editora Escalante, sa de cv, Córdoba 17, pb, local 1, Col. Roma, Del. Cuauhtémoc, cp 06700, México, df. Distribuida por Misioneros de Guadalupe, ar, Cantera 29, Col. Tlalpan, Del. Tlalpan, cp 14000, México, df. Certificado de Licitud de Título Núm. 555 (Época SEP), y Certificado de Licitud de Contenido Núm. 4414. Certificado de Reserva de Derechos al uso exclu-sivo del Título Núm. 04-1999-050317152800-102. Impresa en Transcontinental-Reproducciones Fotomecánicas, sa de cv, Democracias 116, Col. San Miguel Amantla, Del. Azcapotzalco, cp 02700, México, df. Tel. 5354 0100. Registro Postal Publicaciones Núm. PP09-0298 autorizado por Sepomex.

El Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras fue fundado en 1949 por el Episcopado Mexicano y la Pontificia Unión Misional del Clero para formar y enviar misioneros a los países no cristianos que le señale el Santo Padre. El Papa Pío XII aprobó sus Constituciones. El Primer Superior General fue Mons. Alonso M. Escalante. El Instituto es sostenido por los católicos mexicanos.

18Contar conla ayudadel Señor

P. Héctor DíazFernández, mg

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E l estado de inseguridad que ahora vivimos ha deteriorado el tejido social y para reconstituirlo es necesario fomentar el intercambio

de ideas honesto entre los grupos de ciudadanos, y entre ellos y el go-bierno. En su carta pastoral “Que en Cristo Nuestra Paz México tenga Vida Digna”, el episcopado mexicano comenta que la polarización de los distintos sectores de la sociedad también fomenta la violencia, ade-más de dificultar el diálogo entre los actores de los diferentes ámbitos de la vida nacional. La sociedad mexicana es plural y debe integrar to-dos los puntos de vista y aprender a dialogar, mediar y negociar, en la búsqueda del bienestar común.

La Iglesia puede colaborar con la formación de hombres y mujeres sensi-bles al diálogo. Partiendo de los fundamentos de la convivencia humana: verdad, justicia y libertad, los discípulos de Cristo pueden asumir su res-ponsabilidad social. Nuestros obispos proponen despojar de cualquier carga violenta las formas de expresión y promover el diálogo y la escucha como camino real para la superación de todas las confrontaciones.

Los pastores de la Iglesia tienen el compromiso de escuchar, no sólo a los fieles, sino también a los miembros de otros credos. El episcopado mexicano propone un diálogo que favorezca la convivencia, la libertad religiosa y la paz de toda la familia humana. Los sacerdotes, como mi-nistros de reconciliación, al cumplir su ministerio buscan generar sig-nos esperanzadores para construir la paz.

Este mes el P. Sergio Chavira escribe sobre el valor del diálogo interre-ligioso en el trabajo misionero. El P. Juan Antonio Muñoz reflexiona acerca de los desafíos al misionero de nuestra época. El P. Héctor Díaz nos narra la historia de una mujer que descubre la ayuda de Dios. Espe-ramos que estos artículos fortalezcan el compromiso misionero de nues-tros lectores y el espíritu de construcción de la paz en nuestro país.

Diálogo y escucha en el trabajo pastoral

Editorial

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Página del lectorEstimados Misioneros de Gua-dalupe, los felicito por la tarea tan noble que realizan al predi-car el Evangelio a los hermanos de otras partes del mundo. Mi nombre es Rodolfo G. O. y he sido Padrino cerca de 12 años.

Mis hermanos y yo formamos una bonita familia. Somos en to-tal siete hombres y tres mujeres, casados y con nuestras respecti-vas familias. Mi esposa se llama Genoveva D. O. y tenemos cua-tro hijos: Sayra Dayanira, Emily, José Rodolfo y Edgar Jesús. Los tres primeros ya están casados y tienen un hijo cada uno. Yo, además, anteriormente tuve otra hija, se llama Deni Wendolin y tiene dos hijos.

El motivo de mi mensaje es ex-ternar el dolor que me embarga, pues el pasado 15 de noviembre de 2010 perdí a mi hermanita Irene, la mayor de las tres muje-res. Ella falleció a causa de cáncer en el estómago. Meses antes, el 20 de marzo del mismo año, había fallecido su esposo, Juan. ¡Es tan doloroso perder a un ser querido! Estamos muy conster-nados y tristes por sus muertes.

Creo en Dios, nuestro Señor, y en la Virgencita de Guadalu-pe, madre de todos nosotros, y siento que ella nos cuida desde el Cielo y vigila que sigamos juntos como la feliz familia que formamos. No me alcanzarían las hojas para compartir tantas

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cosas que vivimos con Irene. Toda mi familia ora para que ella goce de la paz y de las delicias del Reino del Señor.

Que Dios los bendiga y los pro-teja siempre son los deseos de su Padrino,

Rodolfo G. O.

Queridos misioneros de Gua-dalupe, el motivo de la presen-te es saludarlos y comentarles que a mi mami, Elvia R. C., de 86 años, Madrina de ustedes, le gusta mucho la sección Pági-na del lector y siempre me dice: “Cuando yo me vaya les escribes para que publiquen acerca de mí”. No quiero esperar a que eso suceda, porque además ella no lo vería, así es que decidí es-cribirles antes.

Ella fue maestra, pero dejó de ejercer cuando se casó con mi pa-pá, Blas N. T., q.e.p.d., aunque después dio clases en casa. Fue en ese tiempo cuando comenzó a colaborar como Madrina. Cuan-do mis hermanos y yo crecimos, ella dejó de trabajar y un día me dijo: “Creo que este es el últi-mo mes que les envío algo a las Misiones porque ya no trabajo”. Yo le dije: “Mamita, ¿recuerdas cuando éramos pequeños y mis hermanos metían en el carrito del súper algunas cosas que tú

disimuladamente sacabas? En-tonces te prometí que cuando fuera grande ibas a poder llenar el carrito y yo no iba a sacar nada porque podría pagarlo. Pues esto será lo primero que metas ahí”.

Desde entonces estoy pendiente de que ustedes reciban nuestro donativo. Considero que es lo mejor que mi madre pudo here-darme. Por eso, yo también se lo heredaré a una de mis hijas y sé que con mucho gusto lo aceptará.

Gracias por permitirme compar-tir con ustedes estas vivencias. Agradezco a Dios por haberme dado a mis papás y todavía tener a mi mamita conmigo.

Silvia Nila N. R.

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Misión de Hong Kong

P. Sergio Arturo Chavira Álvarez, mg

Algunas personas desconocen los métodos de evan-gelización que nuestra Iglesia promueve en la ac-tualidad, donde el diálogo con otras creencias y el testimonio de vida son dos de los mejores medios para transmitir el mensaje de salvación de Jesucristo a la gente.

TESTimonio DE viDAy DiÁlogo inTErrEligioSo

H ace varios años, en la sala de espera del aero-puerto de Los Ángeles, me encontraba impa-

ciente por abordar el avión que me traería a la Misión de Hong Kong. Se acercaba la medianoche de aquel lunes de octubre y al parecer no tendría-mos un vuelo lleno, minutos antes de ser llama-dos para abordar el avión no se veía mucha gente

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en aquel recinto. Habían pasado tres meses desde mi ordenación sacerdotal en mi natal Chihuahua y estaba listo para iniciar el tra-bajo pastoral misionero en la Mi-sión que el Consejo General me había asignado.

Cuando nos permitieron entrar al avión busqué mi lugar y me instalé cómodamente, pensando que con tan pocos pasajeros bien podría disponer de otros asien-tos para dormir a mis anchas. De repente una señora se sentó jus-to a dos asientos de mí. Me dije: “Quizás es la voluntad de Dios que inicie mi trabajo misionero con esta persona”. Al poco rato de haberse acomodado, empeza-mos a platicar. Me dijo que era tailandesa y que había ido a Es-tados Unidos para visitar a sus pa-rientes; que tenía un negocio en Bangkok y le urgía regresar y en-terarse de las novedades ocurridas durante su ausencia. Me preguntó a qué me dedicaba y le dije que acababa de ser ordenado sacer-dote y me dirigía a mi lugar de trabajo en el territorio que había sido devuelto a China. Aún no terminaba de comentar mi apre-mio por llegar a Hong Kong para aprender la lengua local y po-der comunicarme con la gente, cuando noté que su rostro se de-mudó. Con ojos encendidos, me soltó una letanía de frases que en su mayoría tenían que ver

con mi supuesta intromisión en la vida de la gente de los países del lejano Oriente. Me preguntó por qué los misioneros teníamos que ir a otros países a pertur-bar la vida de la gente para lle-var una religión distinta a la de ellos y forzarlos a creer en algo que no pertenece a su cultura ni a sus costumbres. En suma, me dijo: “¡¿Por qué no se quedan en sus países y predican todo lo que quieran a su propia gente y a no-sotros nos dejan vivir en paz?!”.

Tratando de guardar la compos-tura, le contesté que no era mi intención ir a esos países a for-zar a nadie a creer en lo que yo creo. Le comenté que quizás ella tenía una idea de los métodos de evangelización que posiblemen-te fueron utilizados en épocas remotas, pero que nuestra Igle-sia ahora prefiere el diálogo y el testimonio de vida como medios para transmitir a la gente nues-tras creencias y la riqueza de nuestra fe.

No había terminado de hablar cuando mi compañera de viaje ya se había levantado y se di-rigía a buscar otro lugar en las filas de atrás, que al fin y al cabo estaban desocupadas. Me quedé pensando que en este mundo globalizado, donde las cultu-ras se han internacionalizado y las religiones han superado las

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fronteras regionales, el diálo-go con adeptos a otros credos se da en muchos niveles y bajo gran diversidad de circunstan-cias. No es necesario asistir a simposios donde se discutan las teologías de las grandes religio-nes, ni tampoco se requiere co-nocer a detalle las creencias de otros pueblos. Llevar una vida de acuerdo con el Evangelio vale más que todas las palabras para atraer hacia Jesús a los que to-davía no lo conocen.

Llegando a Hong Kong me encon-tré con una ciudad muy moderna y desarrollada, diferente a la que había conocido en 1985, cuando estuve de paseo y sin pensar que algún día regresaría como misio-nero. En el diario transcurrir de mi vida sacerdotal –aprendiendo la lengua local, en los primeros intentos por comunicarme con la gente, en las celebraciones de

la liturgia y en el trabajo pastoral de la parroquia–, he tenido infi-nidad de oportunidades de cono-cer a personas de diversos credos, he aprendido que en el mutuo respeto de las respectivas creen-cias el Espíritu Santo trabaja y atrae hacia Dios a los que acep-tan a Jesús como el enviado del Padre para darnos la salvación y la esperanza de una vida eterna después de la terrena.

El ejemplo de una vida de acuer-do al Evangelio y la predicación de la Palabra de Dios son dos de los medios más efectivos que los misioneros utilizamos para atraer hacia Jesús a los hongkoneses, que desde las alturas de los ras-cacielos, donde se encuentran sus hogares, descienden al tem-plo para escuchar el mensaje de amor de Dios.

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Pastoral de la salud

P. Ignacio de la Garza Evia Ugarte, mg

Cambio de hospital

El Papa Benedicto xvi

ha hablado acercadel encuentro respetuoso y amistoso entre personas de

convicciones diferentes, pero con el mismo deseo

de construir un mundo nuevo, más libre, justo, solidario, pacífico y feliz. Con esta misma tónica de apertura

desarrollo mi labor pastoral en un hospital de Corea.

D urante tres años trabajé en la pastoral sanitaria del

Hospital San Carlos, en Sun-cheon, Corea. Iniciado por Mi-sioneros de Guadalupe junto con las madres de San Carlos Borromeo de Alemania, es ahora el hospital más grande de la re-gión, con 650 camas y modernas instalaciones para diagnóstico. Algunas personas pensaban que sólo se atendía a pacientes católi-cos, pero junto con un equipo de cinco religiosas atendíamos a gente de cualquier religión, y todos, con

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agradecimiento, nos recibían en sus cuartos o rezaban con noso-tros antes de someterse a cirugía. Teníamos libertad para entrar a todas partes del hospital y con-fortar a los enfermos.

Hace unos meses llegué a Seúl para atender el Hospital de la Universidad de Chung-Ang –más grande, con 860 camas distribui-das en dos edificios, donde ya se practica la cirugía con sistema ro-bótico–, en lugar del P. José San-doval Í., mg, quien laboró aquí durante tres años. Al caminar con él por los corredores, lo primero que encontramos fueron grupos de practicantes de medicina con sus respectivos asesores, algunos de ellos inclinaban la cabeza para saludar y mostrar respeto. Llega-mos al segundo piso del sótano, donde saludamos a una ministra protestante y una monja budista; el saludo fue caluroso, de com-pañeros que buscan el bienestar general de los enfermos.

Estando en la oficina, una vo-luntaria protestante nos entregó un papel con los datos de dos fieles que solicitaban visita. En el camino a sus cuartos, una voz nos llamó: “¡Padre, Padre!, ¿pue-de bendecir a mi mamá? No es católica, pero desea la bendición, pues en breve entrará a cirugía”.

Me quedé asombrado por la apertura y la disposición de la gente para recibir la Palabra de Dios. “La mies es mucha y los obreros pocos” (cfr. Lc 10, 2), y en este hospital se visita a to-dos los enfermos al menos una vez por semana, y a los católicos hasta dos o más. Una Hermana Misionera del Sagrado Corazón y un equipo de 20 voluntarias colaboran conmigo.

El hospital es buen lugar de traba-jo. Veo la importancia de nuestra presencia con los enfermos, quie-nes se sienten desesperados por conseguir una palabra de consue-lo o ayuda; son tierra fértil para la semilla de la Buena Nueva que los liberará de miedos y angus-tias de todo tipo. Tengo plena libertad para actuar, siempre res-petando las reglas de asepsia y el trabajo de los demás. Agradezco a la administración por permi-tirnos usar una pequeña oficina para dar asesorías y celebrar la Misa diaria, además de un salón de reuniones para la Misa domi-nical. La Arquidiócesis de Seúl ha solicitado a Misioneros de Guadalupe otro sacerdote para trabajar en otro hospital. Espe-ramos que pronto un misionero más pueda llevar la Palabra de Dios a los enfermos que tanto la necesitan.

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PaPa Benedicto xvi

Misionero, llamado para servir y para amar

En mi caminar como misionero he aprendido que no es posible anunciar un mensaje de amor si no se he experi-mentado ese amor y se ha respondido a la pregunta que Jesús le hizo a Pedro: “¿Me amas?” (cfr. Jn 21, 15-17).

E n abril de 2007 asistí a las celebraciones de Semana Santa en una comunidad del estado de Chiapas. Después de revisar el

programa del Triduo Pascual con las encargadas de la capilla y del trabajo pastoral, me informaron que dormiría en un salón adjunto y que recibiría los alimentos en las casas de los vecinos.

Vidamg

P. Adolfo Fermín Parra González, mg

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Al recorrer los hogares de las familias que me compartieron alimento, conocí sus gozos y sus penas, un poco de sus vidas y de las intensas ganas que tienen de estar en paz y felices. Conforme avanzó la semana fue resonan-do en mi interior la pregunta de Jesús: “Fermín, ¿me amas?”. Me esforzaba con alegría y gene-rosidad para compartir el gozo por la vida y por mi vocación. Después de cuatro años fuera de México, en Corea, un país no ca-tólico, quería renovar con nues-tro pueblo la experiencia de la fe que conocí en mi niñez y que en mi juventud me llevó a seguir a Jesús en la vida misionera.

El Jueves Santo se me acercó el matrimonio de María y José, con sus cuatro hijos. Me dijeron que querían bautizar a los niños y sugerí que lo hiciéramos en la vigilia solemne de la Pascua de la Resurrección. “No, Padre, no tenemos dinero y recién nos hemos cambiado de domicilio”. Me senté con ellos y empeza-mos a platicar sobre el valor del Sacramento del Bautismo. Les aclaré que lo importante no era el festejo sino la preparación es-piritual y el deseo de acercarse a Dios. Los invité a reflexionar al respecto y propuse que, si así lo querían, regresaran el viernes para organizarnos y bautizar

a sus hijos la noche del Sába-do Santo.

El viernes no fue posible verlos, pero el sábado llegaron a prime-ra hora. Acordamos lo necesario para la celebración y para resal-tar el sentido especial de vivir ese sacramento la noche previa de la Pascua. No habría vestidos blancos ni ropones, sólo corazo-nes llenos de Dios. María y José estuvieron felices y atentos du-rante el bautizo de sus hijos. Al finalizar, con los ojos llenos de lágrimas, me agradecieron. Les di un fuerte abrazo y los animé a vivir cerca de Jesús y de nues-tra Iglesia católica.

De regreso en la ciudad de México, recordé la pregunta que Jesús me dirigió durante la Semana Santa: “Fermín, ¿me amas?”, y respondí: “Sí, Señor, tú sabes que te amo. Gracias por llamarme para servir y amar a tu pueblo, y por reafirmar mi vocación mediante el bautizo de mis hermanos chiapanecos”.

Ahora que soy sacerdote con-firmo la importancia de dar una respuesta oportuna a nuestro Señor y espero seguir amando y sirviendo al prójimo entre los no cristianos. Agradezco a nuestros Padrinos por cooperar con la Misión de la Iglesia.

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México

P. Juan Antonio muñoz Hernández, mg

A lo largo de su historia, nuestras Misiones han atra-vesado por contextos muy difíciles, propios de los países donde se encuentran. Incluso ante situacio-nes adversas, nuestros misioneros han encontrado la manera de hacer frente a los desafíos para seguir transmitiendo la Palabra de Dios.

ACTuAliDAD DE loSDESAfíoS miSionEroS

L as dificultades por las que atraviese una Misión pueden suscitar preocupaciones en los misio-

neros, debido a las obras asumidas y al personal del que se dispone para implementarlas, el cual, por lo general, es insuficiente. Entonces buscamos razones y multiplicamos esfuerzos para agenciar más gente y llenar los huecos. Sin embargo, si nos

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detenemos un momento para considerar la Sagrada Escritura, nos daremos cuenta de que los poderosos y los grandes contin-gentes nunca han sido señal de bendición por parte de Dios. En cambio, los pobres y los peque-ños grupos han tenido un alcance profético que falta a las multi-tudes. La fuerza de la sal y del fermento no está en la cantidad sino en la calidad.

El interés principal de nuestro Instituto tampoco ha estado en la cantidad, sino en la calidad de los misioneros. Que seamos una minoría no es grave, pero lo será si esa minoría es marginal, o sea, si se guarda la sal en el salero o se deja el fermento fuera de la masa. Lo que nos debe preocu-par es aumentar la calidad del misionero, pues, a decir verdad, además de las dificultades con que nos debatimos en las Misio-nes (las cuales nos sobrepasan), como el secularismo envolvente o la desvalorización de la fe, el mundo de hoy nos plantea desa-fíos que interpelan de modo par-ticular nuestra vida misionera.

Un primer desafío consiste en situar a Dios como prioridad. Es tarea del misionero presentar el rostro de Dios al mundo. Los es-pacios de silencio y de oración, si bien ya no interesan a todos, siguen siendo lugares que busca

buena parte de la humanidad. Fenómenos como nuestro propio envío a Misiones, la vida eremí-tica emergente, las casas de ora-ción, los talleres de espiritualidad y la búsqueda de experiencias de Dios muestran senderos claros por los que podemos avanzar a paso firme. Más que una activi-dad, la vida misionera es una mís-tica que apunta hacia los valores a los que se aspira llegar inclu-so en la vida agitada de nuestro tiempo. La gente espera recibir pistas que la lleven a una lectura diferente de su rutina diaria y los misioneros debemos ser oasis de bienvenida para quienes buscan un encuentro con Dios.

El segundo desafío está en las ori-llas de la sociedad. Sabemos de las desigualdades, exclusiones y marginalidades que aparecen constantemente, y las periferias ahora se ubican en el centro de las urbes. Esas nuevas realidades exigen una creatividad profética y valiente que sólo el misionero es capaz de aportar. Lo impor-tante no será conservar nuestras instituciones, nuestras glorias o nuestro pasado, sino mantener vivo el fuego del celo misionero que nos vio nacer. La vida misio-nera supone desafíos que le son propios: la frontera, el desierto y los confines. Si los oprimidos de ayer se han convertido en los excluidos de hoy, esa es la

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peregrinación que tenemos que hacer. Los misioneros de otros tiempos hicieron la ruta de los es-clavos, de los galeones, de los nuevos mundos. En la actualidad hay una serie de problemas que indican con claridad los caminos a seguir. La globalización, la di-versidad cultural, el pluralismo religioso, los jóvenes, los dere-chos humanos, entre otros, son problemas ante los cuales no po-demos ser insensibles.

El tercer desafío es ofrecer un testimonio de esperanza. El mi-sionero está llamado a ser prego-nero de la esperanza que habita en él, mediante su presencia y sus actos, por gusto y por opción evangélica, sobre todo en situa-ciones de dolor y de soledad. El

misionero debe manifestar que la ternura del Señor no se circuns-cribe y que el Dios de la vida tiene la última palabra en todo lo que pretenda ser simiente de muerte.

Dios, en su infinito amor, quie-re que todos los hombres se salven, pero tiene predilección especial por los pobres y por los pequeños, por los que no se saben defender ni tienen quien los defienda. Por ello, los sacer-dotes mg, aunque seamos pocos, nos esforzamos por ser auténti-cos misioneros e invitamos a la gente que nos apoya para que colabore en la Misión de la Igle-sia, cumpliendo de la mejor ma-nera posible con su compromiso cristiano.

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El Vaticano, 28 jun 2011. El Santo Padre envió su primer mensaje a tra-vés de la red de twitter: “Queridos amigos, acabo de lanzar news.va. ¡Alabado sea nuestro Señor Jesucris-to! Con mis oraciones y bendicio-nes, Benedicto xvi”. El sitio news.va es un nuevo portal en internet que concentra los principales medios va-ticanos de información. Por el mo-mento se encuentra disponible en inglés e italiano, y se tiene prevista la apertura en al menos otro idioma.

Ciudad de México, 30 jun 2011. Una reunión de Superiores de Institu-tos misioneros de Sociedades de Vida Apostólica del continente americano se llevará a cabo en la Casa Central de Maryknoll, en Ossining, Nueva York, del 26 al 30 de octubre del presen-te año, con el fin de conmemorar el centenario de la fundación de Maryk-noll. El domingo 30 de octubre, a las 14 h, se celebrará la Misa de acción de gracias, en la Catedral de San Pa-tricio de la ciudad de Nueva York.

Un tweethistórico

Reunión de Superioresde Institutos Misioneros

Ciudad de México, 27 jun 2011. Los sacerdotes mg que residen o se en-cuentran de visita en México participan anualmente en una semana de es-tudio. En esta ocasión se llevó a cabo del 20 al 24 de junio en el Seminario Menor, en Guadalajara, Jal., con el tema: “La actividad evangelizadora de los Misioneros de Guadalupe. Análisis y perspectivas”.

Semana de estudio 2011

Noticias brevesFuente: Redacción de Almas

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Misión de corea

P. Héctor Díaz fernández, mg

En ocasiones, cuando nos enfrentamos a problemas que alteran nuestra vida y ante los cuales pareciera no haber solución, podemos buscar ayuda en los lu-gares equivocados. Sin embargo, debemos recordar que siempre contaremos con la ayuda de Dios.

ConTAr Con lA AyuDADEl SEñor

U n día, antes de la Misa, una señora se acercó para decirme: “Padre, estoy muy apenada, pero

se lo tengo que contar”. Con la cabeza baja y las ma-nos juntas frente al pecho, continuó: “Padre, ahora vivo sola y he estado pasando por muchos miedos, depresiones y momentos de aburrimiento. Ni yo misma me entiendo, y cansada, sin saber resolver mi situación, llena de vergüenza para consultar mis

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cuitas con otra persona, porque todos me consideran una mu-jer íntegra y ecuánime, fui a ver a un brujo de esos que la gente dice que sí saben lo que hacen y tienen fuerzas especiales que les vienen de los espíritus. Ante la puerta de la casa del brujo sentí miedo y quise irme, pero, como ya había decidido buscar ayuda, me envalentoné y entré.

”Pude notar que no era la única persona que quería verlo y tuve que esperar para que me aten-diera. El olor a incienso del lugar y la amabilidad de las personas que también aguardaban la con-sulta me ayudaron a calmar los nervios. ‘Si otros vienen para ver al brujo, entonces sí podrá ayu-darme’, pensé. Ya calmada, cerré los ojos y me dispuse a esperar sin hacer caso de lo que pasaba a mi alrededor.

”No sé cuánto tiempo esperé, pero al fin me llamaron y me en-contré sola frente al brujo, quien me tranquilizó con un gesto y no me permitió decir nada. Después de hacer unos guiños de encanta-miento cayó en trance y, con voz rara, comenzó a decir todo lo que me pasaba. Mi admiración y mi miedo crecían conforme lo escu-chaba decirme una a una mis pe-nas y también mis temores. Cuando mi perplejidad iba llegando a su grado máximo, serenamente me

dijo: ‘Tú eres católica y no de-berías de estar aquí, consultán-dome para saber cualquier cosa acerca de tu suerte y buscando mi ayuda para solucionar tus problemas. Confía en Dios, que es tu Padre y te ama. Él sí te puede ayudar. Supe que eras católica porque vi el crucifijo que llevas en el cuello y noté tu anillo para rezar el Rosario. Sé cuáles son tus preocupaciones no porque me ayudaran los espíritus, sino porque se las contaste a las personas que estaban junto a ti esperando para entrar a consulta, quienes en realidad son mis informantes y me las comentaron. Mira, yo vivo de fingir que soy brujo y adivino, pero he decidido que el próximo año dejaré este oficio y me convertiré en católico. Vete, no quiero engañarte a ti al igual que engaño con tanta facilidad a las personas que no conocen la existencia del verdadero Dios, a quien ahora quiero conocer me-jor para hacerme su discípulo. Ve a la iglesia y busca ahí la ayuda del que sí te la puede brindar’.

”Llorando, le di las gracias y le ex-tendí la mano con el dinero de la consulta. Sin embargo, él se negó a aceptarlo y me sentí aún más avergonzada y humillada por ha-ber sido débil en mi fe e ignorante. Además, ese día descubrí, por lo que había pasado, el amor que me tiene Dios Padre, que no

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dudó en valerse de un brujo para hacer que regresara a su lado. Por eso, hoy vine a la iglesia para entregarme con confianza al Señor y nunca volver a dejarlo”. La señora, con los ojos llenos de lágrimas, se metió al templo sin esperarse a que yo le dijera algo.

Sin embargo, estimados Padrinos y Madrinas, quise compartir con ustedes esta historia para recor-darles que es con el Señor con quien encontraremos siempre toda la ayuda que nos sea nece-saria. Cuando estén cargados de problemas, de culpas, e incluso pecados, no vayan a buscar la

ayuda de gente que no la pue-de brindar. Busquen el auxilio de Jesús, quien nos dice: “Vengan a mí todos los que estén fatigados y sobrecargados, y yo les daré descanso. Tomen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para sus al-mas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera” (Mt 11, 28-30).

Queridos bienhechores y lectores de Almas, pidamos los unos por los otros, en especial por todos los que sufren cargas muy pesadas por desconocer a quien verdade-ramente los puede ayudar.

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En Brasil los niños participanayudando a las Misiones

En el mes de octubre celebramos el Domingo Mundial de la Misiones (Domund). En Brasil, los niños, desde que son pequeños, participan en los grupos parroquiales de la Infancia y Adolescencia Misionera (iam), cuyo objetivo es motivarlos a ser misioneros, a colaborar espi-ritual y económicamente con otros niños en el mundo que padecen necesidad, y a despertar en ellos la dimensión misionera de su fe, buscando que los niños evangelicen a otros niños.

Por medio de compromisos personales y grupales, los niños se or-ganizan para realizar diversos eventos y actividades, en especial durante el día del Domund. Los grupos de la iam están presentes en comunidades, parroquias, escuelas y jardines. Su labor es mover los corazones de los brasileños para apoyar a las Misiones, promovien-do acciones de ayuda a la niñez.

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Nació en Guaratinguetá, São Paulo, Brasil. Su vida estuvo caracteriza-da por la devoción y la dedicación a la Inmaculada Concepción. Fue consagrado sacerdote de la Orden de los Frailes Menores (ofm).

Fue un hombre de continua oración, con amor profundo al prójimo y a Jesucristo. Dedicó su vida a ayudar a enfermos y menesterosos, siendo un consejero y un confesor muy estimado. Fundó el Recolhi-mento de Nuestra Señora de la Concepción de la Divina Providen-cia (casa de retiro donde se reunían muchachas piadosas para vivir como religiosas).

Fray Antonio también creó en São Paulo el Monasterio de la Luz, de-clarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, donde se encuentran sus restos. Fue canonizado el 11 de mayo de 2007 por el Papa Benedicto xvi.

Fray Antonio de Santa Ana Galvão, primer santo de Brasil

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Realiza esta actividad para promocionar el Domund en tu parro-quia, colegio o comunidad. Elabora este promocional con cartoncillo y recortes.

Visita nuestra página web:www.clubdeninosmisioneros.org.mx

¡Participemos en el Domingo Mundial de las Misiones!

Page 26: Revista Almas, octubre 2011

sermisionero!

¡Tú puedes

Joven mexicano, ¿has sentido el llamado de Jesús y quieres llevar su mensaje de salvación a las

personas que no lo conocen?

Participa en las actividades que organiza su Centro de Orientación Vocacional (cov). Comparte

experiencias recreativas y formativas con otros jóvenes que también buscan tomar decisiones

acertadas que darán sentido a sus propias vidas.

Misioneros de Guadalupete invita a descubrir

tu vocación.

cov Guadalajara• Tel. (01 33) 3601 0815 • [email protected]

cov Villahermosa• Tel. (01 993) 315 2934 • [email protected]

cov Monterrey • Tel. (01 81) 8358 2101 • [email protected] •• Línea Misionera (sin costo): 01 800 83 15 350 •

cov México• Tel. (01 55) 5573 3000 • [email protected] •• Línea Misionera (sin costo): 01 800 00 58 100 •

Page 27: Revista Almas, octubre 2011

Beca completaMedia becaAyuda anual

$12 000.00$6 000.00$1 000.00

Becasmisioneras

“Vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la creación” (Mc 16, 15)

El trabajo de la evangelización entre los no cristianos no ha terminado y continúa realizándose en muchos lugares. Los misioneros ancianos necesitan que los jó-venes apoyen y prosigan su labor de proclamar la Buena Nueva. Ustedes pueden apoyar a quienes han decidido consagrar su vida a la Misión ad gentes, al fundar una beca con la cual un seminarista completará su forma-ción sacerdotal.

Línea Misionera (sin costo):01 800 00 58 100

Correo electrónico:[email protected]

¡Ayudemosa la evangelizacióndel mundo!

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www.revistaalmas.com.mx

Originario de Río Blanco, Ver., ingresó al Seminario de Misiones en 1985. Recibió el Orden del Presbiterado el 5 de agosto de 1995, año en el que fue enviado a la Misión de Brasil. En 2004 recibió nombramiento como encargado del Departamento de Animación Misionera en la ciudad de México, donde también se hizo cargo del Club de Niños mg. Recientemente ha sido enviado a compartir el Evangelio en la Misión de Angola. El Padre Jaime descubrió su vocación mediante la lectura de Almas y la reafirmó en un retiro vocacional con Misioneros de Guadalupe. Tú también puedes dar a co-nocer la Palabra de Dios a los pueblos que la necesitan.

¡Responde al llamado de tu vocación!

Únetea la Misión

Padre Jaime Romero RamírezMisionero de Guadalupe en Angola

Línea Misionera: 01 800 00 58 100

Ciudad de MéxicoTlalpan

Cantera 29, Col. Tlalpan, Del. Tlalpan,

cp 14000, México, df.

Tel. (01 55) 5655 2691

Ciudad de MéxicoRoma

Córdoba 17, Col. Roma,

Del. Cuauhtémoc,cp 06700, México, df.

Tel. (01 55) 5525 6989

Guadalajara

Madero 837,esq. Escorza,

Centro, sj, cp 44100,

Guadalajara, Jalisco.Tel. (01 33) 3825 2315

Monterrey

Habana 105,Col. Altavista,

cp 64840,Monterrey,

Nuevo León. Tel. (01 81) 8358 2101

Villahermosa

Ejército Mexicano 167,Col. Atasta de Serra,

cp 86100,Villahermosa,

Tabasco. Tel. (01 993) 315 2934