Reunión de mediadores africanos 2009 Hotel Zamani...

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1 Centro para el diálogo humanitario Informe de la reunión Reunión de mediadores africanos 2009 Hotel Zamani Kempinski Zanzíbar, Tanzania Del 24 al 27 de marzo de 2009

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Centro para el diálogo humanitarioInforme de la reunión

Reunión de mediadores africanos 2009Hotel Zamani KempinskiZanzíbar, TanzaniaDel 24 al 27 de marzo de 2009

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InformeContenidosResumen 3Debate central sobre Somalia 3Debate central sobre la República Centroafricana 5Debate central sobre mediadores y economía 6Gestión de conflictos africanos 7La República Democrática del Congo 9Retos para mediadores que tratan con grupos rebeldes 10(Chad, Darfur y Uganda)Debate central sobre el problema norte-sur del Sudán 12Debate central sobre Madagascar 13Gestionar los actores externos en procesos de paz 13Mediar en la fase post-acuerdo 14Acusación para la paz – Sudán 15Mediación en conflictos relacionados con elecciones 16Mirando al futuro: Riesgos y oportunidades para el conflicto 17mediación en ÁfricaAgenda 20Lista de participantes 22

El Centro para el diálogo humanitario (HD Centre) es una Fundación suiza independiente dedicada a ayudar a mejorar la respuesta global a conflictos armados. Pretende lograrlo mediando entre partes en guerra y ofreciendo apoyo a la comunidad de mediación más amplia.114, rue de lausanne ch-1202Ginebra - [email protected].: + 41 22 908 11 30fax: +41 22 908 11 40www.hdcentre.org© 2009 Centro para el diálogo humanitario,La reproducción total o parcial de esta publicación sólo se autorizará mediante consentimiento por escrito y reconocimiento de la fuente.

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ResumenLa Reunión de mediadores africanos de 2009 fue hospedada por el Centro de Diálogo Humanitario (HD Centre) y la Fundación Mwalimu Nyerere del 24 al 27 de marzo de 2009. Como parte de la serie del foro de Oslo (la tentativa del HD Centre y del gobierno noruego para trabajar hacia el fortalecimiento de la práctica de la mediación), la Reunión de mediadores africanos 2009 fue el segundo evento que tenía lugar en África. Como en la anterior edición, la Reunión de Mediadores Africanos reunió a más de 60 participantes, entre los que se incluían representantes de las Naciones Unidas, organizaciones regionales africanas y gobiernos, así como analistas independientes. Ofreció a los participantes la oportunidad de compartir sus experiencias, identificar retos y reflexionar sobre sus propias prácticas y las de otros en un ambiente discreto e informal.

Tras un discurso de bienvenida del Presidente Abeid Karume de Zanzíbar, los anteriores presidentes Thabo-Mbeki y Olesegun Obasanjo compartieron su rica experiencia en mediación de conflictos en el continente antes de empezar un debate con participantes moderado por el Dr. Salim Ahmed Salim y Sir Kieran Prendergast. Entre los principales puntos de la agenda se incluía un foro sobre estructuras de gestión de conflictos en África, dirigido por el Dr. Salim Ahmed Salim, con los anteriores presidentes Mbeki y Obasanjo y el Embajador Said Djinnit, donde se debatió sobre si África está equipada para gestionar los conflictos actuales y futuros del continente. Yvonne Ndege de Al Jazeera English entrevistó al Sr. Sydney Mufamadi sobre su experiencia en mediación en Zimbabwe en un formato especial conocido como el Mediators’ Studio (Estudio de Mediadores).

Los participantes compartieron sus experiencias en numerosos debates sobre los procesos de paz en Somalia, Sudán, la República Democrática del Congo, Madagascar y la República Centroafricana, así como en una sesión que exploraba el alcance en el que los mediadores deberían incluir los problemas económicos en las conversaciones, especialmente aquellos relacionados con los recursos naturales. Entre otros temas de debate se incluyeron: los retos para mediadores en el trato con

grupos rebeldes, con especial atención en el Chad/Darfur y Uganda; el impacto de la justicia internacional en los procesos de paz con especial atención en el procesamiento del presidente del Sudán; cómo tratar eficazmente con los actores externos en procesos de paz; la función de la mediación en la fase post-acuerdo; y una evaluación de la función de la mediación en la prevención y gestión de conflictos tras la transferencia de poderes mediante unas elecciones.

Entre los presentadores y los conferenciantes invitados se encontraban: el Embajador Haile Menkerios, Subsecretario general de Asuntos Políticos de las Naciones Unidas, Jefe del Departamento de Asuntos Políticos de las NU de África; el Honorable Santa Okot, miembro de la delegación del Ejército de Resistencia del Señor y antiguo Miembro del Parlamento en Uganda; el Embajador Dumisani Kumalo, Representante especial a los Grandes Lagos, Gobierno de Sudáfrica; el Embajador Ahmedou Ould Abdallah, Representante Especial del Secretario General de las NU para Somalia; y el Director de África del Centro Internacional de Justicia Transicional, el Sr. Suliman Baldo. El foro de clausura examinó los riesgos y las oportunidades para la mediación de conflictos en África.

Debate central sobre SomaliaEsta sesión exploró la situación actual en Somalia, centrándose en primer lugar en el proceso de Yibuti y en la función del facilitador o mediador. En el caso de Somalia, el SRSG de las UN tuvo un papel vital en el avance del proceso, ganándose en primer lugar el respeto del Gobierno Federal Transicional (TFG) y la oposición, la Alianza para la Reliberación de Somalia (ARS). Muchas de las declaraciones públicas que hizo el SRSG antes del inicio del proceso de Yibuti mostraron un nivel de identificación con el pueblo Somalí.

El mediador también tuvo una función importante en la coordinación de esfuerzos de la comunidad internacional ejerciendo una presión positiva para la resolución del conflicto en Somalia. Otros factores importantes debatidos fueron sus buenas relaciones con Occidente y Etiopia, su capacidad para centrarse en los problemas sin introducir su propia agenda y su habilidad

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para unir un sinnúmero de intereses de partes interesadas muy diferentes.

Otros factores clave que permitieron avanzar las negociaciones fueron el país anfitrión Yibuti (considerado el “hogar” por muchos somalíes) y los líderes de Yibuti, quienes tuvieron un papel activo en la reunión de las partes. El fuerte compromiso político de los actores clave también fue crucial: en particular, la voluntad del entonces Primer Ministro Nur Adde para ceder su puesto en nombre de la paz, y la renuncia del Presidente Abdulahi Yusuf en las últimas etapas del proceso. Esto contribuyó enormemente a cimentar el progreso y crear un entorno que condujo a más negociaciones.

La función de los medios fue un tema recurrente y se reconoció como algo importante en la resolución y prolongación de conflictos. A diferencia de la situación que se daba unos años atrás, los medios de masas ahora son medios de comunicación de partidos y mediadores hacia el mundo exterior. Se observó, por ejemplo, que los partidos han utilizado los medios de comunicación para filtrar deliberadamente informaciones para mostrar que no se rinden, y que a veces las páginas web somalíes parecen tener más influencia que las palabras de los embajadores.

Luego, el debate tuvo en cuenta los pasos siguientes. ¿Cómo se pueden transformar los acuerdos de paz en acuerdos positivos y concretos y soluciones duraderas? ¿Cómo se puede reforzar el nuevo gobierno, y cómo se puede crear un entorno para permitir que el propio gobierno sea funcional?

Una preocupación común en la discusión fue la inexperiencia y la falta de capacidad del nuevo Gobierno de Unidad Nacional (GUN). Se argumentó que el TFG dimitió demasiado pronto en el proceso, cuando todavía quedaban muchos temas por resolver. El nuevo gobierno se está enfrentando a numerosos problemas de seguridad, y se expuso que la tendencia de la comunidad internacional es sobrecargar las nuevas instituciones e indicar al gobierno qué hacer, en lugar de cómo hacerlo. Se sugirió que ahora el gobierno debería crear instituciones estatales para centrarse en las funciones gubernamentales principales: finanzas y justicia.

También se expresó la preocupación sobre la situación de seguridad, y se discutió que

el principal reto actual es crear un entorno suficientemente seguro para que el nuevo gobierno funcione. Se abogó por un enfoque pragmático y a largo plazo para tratar la seguridad y el desarrollo a la vez, puesto que ambos temas están estrechamente unidos y uno no puede existir sin el otro.

Los participantes expresaron su preocupación por el hecho de que la comunidad internacional pudiera volver a perder su centro de atención y coherencia en relación con Somalia, puesto que este centro de atención es vital para seguir el proceso colectivamente. Se comentó que la fragmentación de intereses de los diferentes interesados se encuentra entre los principales retos del próximo año, con una cuestión clave: cómo volver a centrar estos intereses mientras vuelven a resurgir conflictos pequeños y regionales. También se mencionó que la comunidad internacional debe mostrar un compromiso a largo plazo y que se deberán realizar esfuerzos para volver a crear confianza entre los somalíes y la comunidad internacional.

Aunque Somalia no es un estado funcional, se indicó que dispone de un sector privado y una sociedad civil funcionales. A pesar de la controversia sobre la presencia de las tropas de AMISOM, muchos, en la comunidad empresarial, apoyan el hecho de que las fuerzas del AMISOM permanezcan sobre el terreno. Ello es clave para crear condiciones que permitan al Consejo de Seguridad considerar una misión para mantener la paz en el futuro.

La discusión también cubrió otros temas, entre los que se incluyen:

• Al margen, se mencionó que la situación en Somalia se está beneficiando del problema de la piratería porque capta la atención internacional.

• Ahora la ayuda para el desarrollo requiere una mayor responsabilidad, no sólo financieramente, sino como un reflejo de voluntad política.

• Los somalíes deben tratar el problema de la impunidad. Se sugirió que es necesario completar el proceso de reconciliación, comprometiendo tanto los grupos armados de la oposición como los obstruccionistas.

• Se dijo que el problema de la responsabilidad de protección es fundamental, pero que ha estado ausente el proceso somalí hasta ahora.

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Mediante la revisión de los recientes esfuerzos de mediación en la República Centroafricana (CAR), esta sesión lo identificó como un ejemplo interesante de esfuerzos de mediación que implican varios actores. Entre ellos se incluyen las ONG como el HD Centre, los Presidentes Omar Bongo de Gabón y Pierre Buyoya (enviado por la Organisation Internationale de la Francophonie) y las NU. Se reconoció que cada uno de los actores tendría una oportunidad para intervenir cuando estuviera mejor ubicado para ello.

El Presidente Bozizé había aceptado el Diálogo Político Integral por presiones internas e internacionales. En noviembre de 2007 se publicó un decreto para establecer las bases para el diálogo (a través del Comité Preparatorio). Se asumió que el Presidente probablemente veía el diálogo como un modo para preparar el terreno para las elecciones presidenciales en 2010, que podrían ser aceptadas internacionalmente.

Debate central sobre la República centroafricanaLa credibilidad de todo el proceso fue dudosa inicialmente debido a la ausencia de los dos grupos rebeldes principales (algunos insistían en que el diálogo debía tener lugar fuera del país) y los varios actores trabajaron duramente para convencerlos de que se sentaran en la mesa. Finalmente, la Unión de Fuerzas Democráticas para la Unidad (UFDR) y el Ejercito Popular para la Restauración de la Democracia (APRD) aceptaron unirse al proceso de diálogo. El diálogo político tuvo lugar en Bangui en diciembre de 2008, y fue facilitado por el Presidente Buyoya. Aunque todavía es demasiado temprano para realizar un juicio final sobre el impacto del Diálogo, el acuerdo de paz con el APRD y la renovación de algunos otros acuerdos, un resultado directo del proceso de Diálogo, siguen vulnerables a la voluntad y las ambiciones de los actores políticos.

La sesión afirmó que el caso del CAR se debe entender en su contexto regional, dada la influencia de los países colindantes, como Sudán, el Chad, la RDC, Camerún y Uganda. Por ejemplo, se intuyó que la República Centroafricana no se establecerá mientras el Chad siga en una situación inestable.

Los miembros de la mesa también subrayaron que el diálogo político debería estar seguido por una implementación creíble del desarmamiento, la desmovilización y la reintegración (DDR) para garantizar efectos a largo plazo. Se sugirió que el diálogo al más alto nivel también debería considerar y concebir seriamente formas creíbles para reintegrar a los combatientes en la vida civil, previniendo así que se pasen a la criminalidad.

Algunos participantes cuestionaron si el diálogo no era más bien un ejercicio de las élites para repartirse el poder en lugar de un intento genuino de reconciliación en un país fragmentado. Esta sesión debatió sobre cómo los procesos de gestión de conflictos deberían encontrar modos de mitigar las consecuencias de la lucha por el poder político. En la mayoría de casos, se debe encontrar una división de poderes satisfactoria entre los actores. Precisamente cuando los actores dudan sobre la voluntad política de respetar los acuerdos, los mediadores deberían insistir en la implantación de organismos protectores estructurales para evitar la desintegración.

Finalmente, los participantes mencionaron el tema de los siguientes pasos y las diferentes funciones que hay que implementar. Se acordó que las NU deberían apoyar el proceso y que la Unión Africana (UA) debería contribuir en la concepción de nuevas soluciones políticas. Las partes interesadas nacionales sólo aceptarán los acuerdos si existe una clara voluntad política para su implementación.

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Debate central sobre mediadores y economía1 From Conflict to Peacebuilding: The Role of Natural

Resources and the Environment, UNEP 2009

De acuerdo con un informe reciente1 de las NU, un 40% de los conflictos intraestatales están implicados de algún modo con los recursos naturales, como los minerales, el petróleo y la madera. Estos conflictos tienen el doble de posibilidades de volver a iniciarse en un período de cinco años tras la firma de los acuerdos de paz. Sin embargo, sólo un cuarto de los procesos de paz relacionados hasta hoy tratan los aspectos económicos de estos conflictos durante las negociaciones. Con estos antecedentes, los participantes hablaron de las muchas facetas de los recursos en los conflictos y debatieron sobre el alcance hasta el cual los mediadores deberían incluir los temas económicos y, especialmente, aquellos relacionados con los recursos, en las negociaciones por la paz.

El debate distinguió ampliamente entre escenarios en los que el conflicto está causado por reivindicaciones económicas sobre el acceso defendido a los recursos, y los escenarios en los que el acceso a recursos naturales finanza las operaciones de una o más de las partes en conflicto, como sucede con los minerales en el Congo, la madera en Liberia y los diamantes en el Congo, Angola y Sierra Leone. Se indicó que el acceso a los recursos con un mercado internacional a menudo presenta oportunidades para aquellos grupos que, de otro modo, no dispondrían de la base de poder necesaria para continuar con su lucha.

La mayoría de participantes estuvieron de acuerdo en que es importante tratar las relaciones entre los conflictos y los recursos. Algunos ponentes se refirieron a debates anteriores expuestos alrededor de las comisiones de expertos de las NU sobre la explotación ilegal de los recursos naturales de la RDC, y criticaron la falta de progreso en las discusiones acerca de este tema desde entonces. Algunos participantes sostuvieron que los problemas económicos no tendrían porqué aparecer en las negociaciones, sino que sería mejor que se plantearan tras la resolución de los problemas políticos,

como una área en la que se necesita una cooperación especial entre las partes. Una razón perdurable por la cual los mediadores no deberían incluir los problemas económicos en la agenda de la paz durante las conversaciones es la dificultad de tratar de forma abierta los intereses personales, dado el peligro real de perder la reputación y el apoyo necesarios para actuar como mediador. Se indicó que en algunas instancias, especialmente en África, la mediación regional podría ser más eficaz que la mediación independiente o de las NU, puesto que los jefes de estado son, a menudo, los únicos que se encuentran en una postura que les permite ser suficientemente francos los unos con los otros para sugerir que un líder concreto no actúa de forma suficientemente colaboradora para los esfuerzos de paz. Además, los grupos de contactos o los grupos de amigos podrían tener un papel útil, especialmente al tratar los intereses relacionados con recursos en un conflicto cercano.

Tal como observó uno de los participantes, la política, por su propia naturaleza, se trata de la asignación de recursos. Para abordar las causas de raíz del conflicto, se deberían poner sobre la mesa los temas relacionados con la asignación de recursos, pues de lo contrario seguirán eclipsando el resto de temas. Entre otras, se presentaron como ejemplo las negociaciones en el Sur del Sudán. La redistribución de fuerzas que se hizo allí estuvo tan íntimamente relacionada con la cuestión del control y, por lo tanto, con la repartición de riquezas, que en aquél momento habría sido esencial discutir dicha repartición de riquezas.

Otro participante enfatizó que incluso la crisis del año pasado en Kenia se debió esencialmente a la economía, y que sigue habiendo cierto riesgo, puesto que siguen sin tratarse las causas subyacentes del acceso a la tierra y los recursos del estado. De forma parecida, si un grupo insurgente u otra parte en un conflicto sale de las negociaciones con un acceso continuo a recursos que se pueden saquear para financiar actividades, es más bien probable que el conflicto vuelva a iniciarse tras alcanzar un acuerdo.

También se indicó que dejar la economía para una etapa posterior anticiparía la implementación de un acuerdo con temas de

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gran importancia pendientes. Un participante comparó las situaciones en los que los temas económicos aparecen en las negociaciones de paz en forma de repartición de riquezas e indicó que cuando las élites han acordado compartir el poder, dejan de tratar las causas primordiales de la disputa. Los participantes se preguntaron cómo podría la mediación incluir a todos los participantes, ya fuera con la instauración del gobierno o bien como observadores externos que supervisaran la implementación de un acuerdo.

Sin tener en cuenta cuando entrarían los temas económicos a las conversaciones por la paz, los participantes identificaron varias opciones para mitigar algunos de los riesgos cuando se trata con conflictos basados en los recursos.

• Lo más importante es que los mediadores no deberían tener intereses personales en el conflicto que fuera, ya fuera como individuo o como representante de la institución o gobierno que lo enviara.

• Los mediadores deberían entender el entorno en el que trabajan, incluida la identificación de agendas económicas y los objetivos de todas las partes. Los mediadores deberían evaluar continuamente las relaciones de poder entre las partes, incluidas las dimensiones económicas de su base de apoyo: los mediadores deberían saber la cantidad de armas que posee una parte, pero también cuál es su capacidad para comprar de nuevas.

• También es importante garantizar cierta continuidad en la composición de los equipos de mediación para usar lo mejor posible la experiencia y la inteligencia recopilada.

La discusión concluyó indicando que el número y la potencia de los conflictos basados en los recursos puede aumentar en el futuro, puesto que es posible que la migración y el cambio climático empeoren la escasez de recursos. Aunque estos cambios van más allá de los mediadores individuales y requerirán que la comunidad internacional piense de forma sistemática, los mediadores tendrán un papel que desempeñar. Los miembros de la mesa también dirigieron la atención hacia una propensión que se da en el debate actual, en la que aparece un enfoque selectivo sobre la maldad de los grupos rebeldes y no sobre la de los gobiernos y las compañías internacionales.

Inspirados en la campaña pública del Proceso Kimberly, algunos pidieron que se haga un código ético que guíe la conducta internacional. Las normas actuales internacionales, como las directrices de la OCDE para las empresas multinacionales, se consideran inadecuadas para que las corporaciones rindan cuentas.

Gestión de conflictos africanosEsta sesión trató la arquitectura de la gestión de conflictos africanos con un enfoque en la UA, empezando con una introducción al desarrollo de la Arquitectura de paz y seguridad africana. A principios de los 90, se reconoció la necesidad de realizar esfuerzos prolongados y de crear una estrategia completa para resolver conflictos, y desde entonces se ha ido tratando, principalmente a través de la UA, mediante la creación del Consejo de Paz y Seguridad Africano (CPS), el grupo de sabios de la UA, la Comisión Africana y un sistema de alerta temprana continental. Además, la UA está presentando gradualmente la propuesta de una fuerza africana de intervención (planificada para 2010) y el derecho y la capacidad de intervenir. La discusión exploró el reto de la seguridad africana de poner en funcionamiento estas instituciones y llevar a cabo las intenciones normativas.

Soluciones africanas a problemas africanosA lo largo de esta sesión, la idea “Soluciones africanas a problemas africanos” fue prominente. Se presentó el argumento de que África debería ser esencialmente la responsable de solucionar los problemas africanos, y de que los actores externos suelen complicar los procesos de paz. Una opinión alternativa recalcó la importancia potencial de los mecanismos que combinan la propiedad local y la presión y el apoyo internacional. En el Acuerdo General de Paz en Sudán, por ejemplo, el liderazgo regional, combinado con la troica de los EUA, el Reino Unido y Noruega, fue crucial. Se identificó una necesidad de considerar combinaciones de asociaciones para ver quien está mejor dispuesto para presionar en el momento adecuado. Hubo una preocupación general por el hecho de que el potencial de África para ofrecer sus propias soluciones a los muchos retos a los que se enfrenta, depende en el fondo de su capacidad de desarrollar capacidades

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adecuadas, mecanismos institucionales y compromiso político. Una preocupación común a lo largo de la discusión fue la necesidad de coordinar más los esfuerzos. Crear esfuerzos colectivos en intervenciones de gestión y prevención de conflictos implica serias dificultades políticas, financieras y socioeconómicas para los estados miembro de la UA; sin embargo, muchos de ellos se encuentran entre los más pobres y menos desarrollados del mundo.

Experiencias recientes han demostrado que África sigue sufriendo una implementación inadecuada de los mecanismos previstos, además de una deficiencia en términos de financiación, dotación de personal y logística. Los estados miembro tienen ciertas dificultades por cumplir con sus obligaciones financieras, comprometiendo el trabajo efectivo de las instituciones de la UA y dejándolas muy dependientes de la financiación externa. Se indicó que, aunque se pueda disponer de los fondos rápidamente, las instituciones son lo suficientemente operativas para gastar el dinero, tanto por motivos estructurales como de gestión. Se presentaron argumentos a favor de una forma acreditada de financiación de la estructura de seguridad de la UA y, o bien África debe encontrar modos de financiarla, o bien debe haber una financiación internacional segura por parte de las NU.

El caso de Burundi fue mencionado como ejemplo exitoso de pacificación africana. En 2003, la recientemente fundada UA envió una misión de pacificación a Burundi. No había ningún mandato del Consejo de Seguridad de las NU, sino una solicitud por parte del gobierno en Bujumbura a la UA. Un año después, las tropas operaban bajo el mandato de las NU. El gobierno sudafricano reaccionó con rapidez, envió tropas inmediatamente y pagó la mayor parte de la factura. Además, Nelson Mandela, por entonces presidente de Sudáfrica, se implicó personalmente y actuó como negociador entre el gobierno y varios grupos rebeldes para preparar el terreno para lograr una solución pacífica.

Relación entre la UA y las NULa relación entre la UA y las NU fue discutida largo y tendido. Se indicó que durante la primera presidencia de Sudáfrica del Consejo de Seguridad, en enero de 2007, el país se

centró en reforzar la relación entre las NU y la Unión Africana. Sudáfrica fue instrumental en la revitalización de las discusiones del Consejo de Seguridad sobre esta relación, y fue por solicitud de este país que el Secretario General de las NU Ban Ki-moon empezó a formular una estrategia en firme para lograr una mejor cooperación de las NU con las organizaciones regionales como la UA. Esto ofreció, por primera vez, la oportunidad de establecer una relación estructurada con la UA y las NU en pacificación basándose en el Capítulo 8 de la Carta de las NU.

Uno de los participantes argumentó que el Consejo de Seguridad de las NU ya no es la única potencia para tratar los temas de paz y seguridad, y que era necesario llevar a término un reconocimiento formal y una división de tareas en este área. Se sugirió que existen áreas políticas en las que la UA puede y debería trabajar junto al Consejo de Seguridad, especialmente en el diseño de mandatos, y que la UA puede y debería trabajar junto con la comisión de pacificación de las NU.

Comentarios y recomendacionesSe recalcó que todavía hay mucho que hacer para mejorar la implicación de las mujeres en los procesos de paz. Se argumentó que las mujeres, que se encuentran entre las principales víctimas de los conflictos, deberían situarse al frente de todos los esfuerzos. Se planteó la cuestión de cómo pueden implicarse más las mujeres como mediadoras o bien en la creación de capacidades, cuya importancia fue fuertemente recalcada.

Los participantes vieron áreas de mejora relacionadas con el grupo de sabios y criticaron su incompetencia actual, especialmente en relación con el caso de Guinea Bissau. Uno de los participantes indicó que el espíritu inicial del grupo era no ser un auxiliar del CPS y tener una función más activa. Se sugirió la creación de una unidad de mediación para aumentar la capacidad de mediación y, posiblemente, un “cuerpo de mediadores” alrededor del grupo de sabios para ofrecer un contingente de mediadores experimentados que se pueda desplegar rápidamente.Se subrayó que los países candidatos del CPS deben cumplir criterios fundamentales para poder participar en las elecciones. Entre ellos no sólo se incluyen contribuciones financieras a la UA, sino también las contribuciones

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recientes para la pacificación y también, probablemente lo más importante, el respeto al gobierno constitucional, el imperio de la ley y los derechos humanos. Respecto a ello, se expresaron ciertas reservas puesto que esto da como resultado la elegibilidad de sólo pocos países africanos. A la vez, se indicó que la idea de tener miembros permanentes no era muy popular en África.

Se expresó cierta preocupación sobre las relaciones críticas entre la UA y las agrupaciones regionales, y sobre la reticencia de algunos grupos regionales a trabajar juntos (p. ej. ECOWAS), la incoherencia regional y la superposición en términos de membresía y estructura. Se puede hacer mucho más para mejorar la comunicación, la coordinación y la armonización entre la UA y los mecanismos y las organizaciones regionales.

Se argumentó que la UA se podría utilizar más eficazmente en la fase de implementación de los acuerdos de paz tras los conflictos. Específicamente, se sugirió que la UA debería introducir un requisito informativo para hacer que los líderes regionales fueran responsables ante la UA. También se sugirió que África debería tomar el liderazgo en la “responsabilidad de proteger”. Este concepto está incluido en el Artículo 4 de la Ley Constitutiva de la UA, que reconoce el derecho de la UA a intervenir en un estado miembro “respecto a circunstancias graves, a saber crímenes de guerra, genocidio y crímenes contra la humanidad”.

La República Democrática del CongoEsta sesión exploró algunos retos clave para la mediación de conflictos en la República Democrática del Congo (RDC). El conflicto de la RDC se presentó como una multiplicidad de diferentes conflictos, y se ha recalcado que es difícil tratarlo todo en un solo ejercicio de mediación. Los participantes creyeron que, de hecho, el conflicto en el RDC oriental es decisivo para resolver todos los otros problemas del país. El acuerdo de Lusaka de 1999 trató la faceta regional del conflicto, y el diálogo intercongolano de 2003 se ocupó de la dimensión nacional, pero había la sensación de que nunca se había tratado el

aspecto local. Ahora, el equipo de mediación dirigido por el Presidente Obasanjo se está ocupando de lo que no se resolvió durante los últimos procesos.

La sesión ofrecía una variedad de análisis de las necesidades que se debían tratar en el conflicto de la RDC. Algunos participantes percibieron una necesidad urgente para una sinergía entre actores para mejorar la comprensión de sus causas primordiales, en lugar de sólo tratar el conflicto “pieza a pieza”. El compromiso político se presentó como un punto clave para una implementación correcta, y la presencia de una representación de alto nivel en la mesa de negociación se consideró un prerrequisito para un acuerdo funcional. Los participantes también identificaron otros temas prioritarios: desarmamiento, restauración de la autoridad estatal y reforma del sector de seguridad, justicia y reconciliación, gobierno y estabilización regional. También se tuvo la sensación de que el ejercicio de la mediación debería intentar trabajar en las relaciones antes de tratar temas causantes de divisiones.

Los participantes enfatizaron que no existe una falta de acuerdos que traten con el conflicto de la RDC; el mayor reto es luchar por compromisos para una mejor implementación. Cualquier futuro acuerdo sólo será creíble para la población si se implementan gradualmente, como mínimo, unos primeros pasos. Se recomendó que los socios internacionales trabajaran juntos en una estrategia común para mejorar los intereses internacionales. Las discusiones identificaron una necesidad de una mejor coordinación entre socios, para que se comprometan colectivamente con las autoridades gubernamentales. Existía la sensación de que el Presidente Obasanjo y el Presidente Mkapa deberían ser los garantes y conductores de la implementación de esta estrategia común.

La función y el valor añadido de la Misión de la Organización de las NU en la RDC (MONUC) también fue brevemente debatida durante la sesión. Algunos participantes reconocieron que la MONUC funcionaba bien en los planes logísticos durante las elecciones, por ejemplo, pero cuestionaron la eficacia y la credibilidad del sistema en la pacificación. Los participantes hablaron del tema de una masa crítica por un movimiento nacional de gente congolesa, para que sean los propietarios y

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conductores de los procesos de reconstrucción nacional. Las discusiones también resaltaron claramente el problema de la corrupción al más alto nivel que socava cada proceso, así como que las instituciones deben garantizar responsabilidad y justicia. Al intercambiar ideas sobre cómo tratar estos temas desafiantes, algunos participantes citaron una crisis de liderazgo a nivel nacional. Otros argumentaron la necesidad de un desarrollo económico, para crear varias vías hacia el poder y disminuir así la presión sobre la política como la única vía actual. La creación de varios polos de poder, tomada de la experiencia sudafricana, se presentó como uno modo de normalizar el espacio político en la RDC.

Finalmente, los participantes debatieron brevemente las dimensiones económicas del conflicto. Se resaltó que la comunidad internacional podría utilizar influencias a través de los países vecinos. Como la RDC oriental no dispone de límite marítimo ni de pistas de aterrizaje internacionales adecuadas, necesita el apoyo de estos países de tránsito para permitir que sus minerales salgan del continente.

Retos para mediadores que tratan con grupos rebeldes (Chad, Darfur y Uganda)Algunos de los conflictos más prolongados de África no tienen sólo un grupo rebelde enfrentado a un gobierno a menudo frágil, sino numerosos grupos rebeldes que, a veces, compiten entre ellos. Esta discusión tenía como objetivo explorar los retos a los que se enfrentan los mediadores que tratan con grupos rebeldes observando Darfur y Uganda, dos ejemplos todavía infructuosos de procesos de paz, y el caso del Chad donde todavía no ha arraigado ningún proceso de paz.

Se ha solicitado a la mediación en Darfur – podría decirse que es una de las más difíciles – que cree un proceso completo que incluya a todos los actores relevantes. Un proceso inclusivo así es un reto extraordinario, dado el grado de fragmentación entre los varios grupos rebeldes y el rechazo de los miembros fundadores originales para reconocer nuevos fragmentos y aceptar su lugar en la mesa. Si se pudiera acordar un grupo central para empezar

las conversaciones e incluir a otros (incluidos los desplazados internos y representantes de la sociedad civil) más adelante, el proceso podría ganar tracción y superar el punto muerto actual.

A nivel sustantivo, la percepción generalizada de que todos los daños esenciales ya han sido asignados por anteriores acuerdos en Sudán, especialmente el Acuerdo General de Paz (CPA), puede suponer un nuevo obstáculo para el proceso de Darfur. Al recordar el largo y doloroso proceso de negociación del CPA, muchos dudan que los actores relevantes estén preparados para deshacer cualquier parte de él para satisfacer las demandas de Darfur. Además, hay que tener en cuenta el Acuerdo de Paz de Darfur (DPA) que formó la base de la misión de pacificación, más como factor jurídico que político.

Se habló más detalladamente de algunos de los aproximadamente 20 grupos armados en Darfur, en especial, se habló de la postura prominente del Movimiento de Igualdad y Justicia (JEM) en las recientes conversaciones de Doha como una remarcable demostración de la agilidad política y la estrategia de comunicación del grupo. El JEM ha demostrado tener habilidades para obtener apoyos y aprovecharse de la falta de información acerca de los sucesos sobre el terreno.

Siguiendo el informe detallado de la situación en Darfur, la discusión se dirigió hacia la ausencia de un proceso de paz en el Chad. Se resaltó que los conflictos en Darfur y en el Chad están estrechamente relacionados puesto que ambos gobiernos – y también el de Libia – tienen cierto interés en mantener un grado de inestabilidad. Sin embargo, Darfur tiene un proceso de paz, aunque se encuentra en un punto muerto, mientras que en el Chad todavía no se ha presentado ningún proceso viable que implique a los rebeldes. Los participantes criticaron la atención limitada que se ha dado al Chad, reaccionando sólo a los incidentes y con poco espacio para pensar en conexiones más amplias de una forma más estructurada. Había la sensación que éste era un patrón más general, puesto que a menudo se acude a los mediadores para que gestionen crisis y no para que resuelvan problemas.

Tras la serie de ataques en el Chad en febrero de 2008, a muchos les preocupó la cuestión

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de cómo reunir a los rebeldes con el gobierno para mantener conversaciones y cuál sería la base para las negociaciones. Observando el proceso de Dakar, que pretendía mejorar las relaciones entre Khartoum y Ndjamena, algunos deseaban que también quedara espacio para un proceso en el Chad. Sin embargo, los esfuerzos realizados hasta la actualidad son interestatales y no han incluido los rebeldes del Chad; el gobierno ha seguido oponiéndose a las conversaciones y a las llamadas reiteradas para un desarmamiento unilateral. La situación se ve todavía más complicada por la inestabilidad de fidelidad y lealtad en el Chad, puesto que los actores parecen moverse del gobierno a la oposición, a la resistencia armada y de vuelta al gobierno.

Tras una breve visión de conjunto de los orígenes del Ejército de la Resistencia del Señor (LRA) y su papel en el conflicto en Uganda, la sesión observó las razones que llevaron al fracaso las iniciativas anteriores y el alto en los esfuerzos actuales. Las anteriores iniciativas fallaron en gran parte porque se llevaron a término en Uganda y a los rebeldes les faltaba la confianza para viajar al área designada por miedo a los ataques del gobierno. La última iniciativa del gobierno del Sur del Sudán, por otro lado, permitió al LRA salir del país y unirse a Joseph Kony en el Congo para facilitar las conversaciones. Y sin embargo, mientras el gobierno del Sur del Sudán presuntamente llegaba al poder con la ayuda del gobierno de Uganda, el LRA temía que el Sur del Sudán estuviera influido e insistió que las posteriores negociaciones tuvieran lugar fuera del país.

Más adelante, el gobierno fue acusado de mantener conversaciones paralelas con actores externos, incluidos monitores y observadores. Como resultado, Kony cuestionó cada vez más la imparcialidad del mediador en jefe y limitó gradualmente las oportunidades de mantener contacto directo. Finalmente, la firma se pospuso indefinidamente, puesto que Kony y algunos de sus comandantes habían sido acusados por el Tribunal Penal Internacional; por ello volvieron a alegar miedo a ser arrestados durante los viajes a las negociaciones.

Un reto importante para la mediación fue encontrar negociadores para representar el LRA en las conversaciones. En Uganda,

muchos temían repercusiones del gobierno, y pocos tenían buenos conocimientos de inglés o un conocimiento detallado del conflicto. Por otro lado, los miembros de la diáspora estaban poco cohesionados y, a menudo, estaban demasiado desconectados de los desarrollos locales. Además, el mediador jefe encontró dificultades para garantizar el bienestar de las partes de los recursos asignados al proceso. Al final, los negociadores utilizaron sus recursos privados para proporcionar medicación, comida y otras necesidades básicas a las tropas.

Los participantes aceptaron que el LRA ya no es sólo un problema de Uganda. Como sus actividades se han dispersado hacia el Congo y se empiezan a sentir las repercusiones en la República Centroafricana, la situación actual puede requerir una iniciativa regional mucho más robusta. En la discusión general se siguió elaborando el reto de la coherencia regional y del apoyo continuo a las varias facciones rebeldes, lo que se consideró un factor fuerte para seguir complicando la situación en Darfur.

La identificación de los grupos más importantes en términos de su control y seguimiento sigue siendo una cuestión clave para identificar grupos que incluir en las conversaciones, cuidando de mantener la inclusión de forma significativa y en un tamaño razonable. Sin embargo, tal como se ilustra con el ejemplo de Darfur, la composición y la importancia de los grupos no es estática: su función y su capacidad de librar acuerdos puede cambiar a medida que el proceso se despliega, y sus fuentes de apoyo pueden flaquear. En particular cuando se trata con grupos militares, los mediadores deberían establecer buenas relaciones con quienes les apoyan, así como impedir la capacidad de los grupos de trasladar el apoyo que sigan recibiendo a los nuevos reclutas. El ejemplo del LRA, que recluta mediante secuestros, muestra que prevenir el reclutamiento puede ser muy difícil. Finalmente, los participantes resaltaron repetidamente la naturaleza ambivalente de los plazos externos, así como la necesidad de lograr una voluntad y un compromiso político por parte de todos los implicados.

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Debate central sobre el problema norte-surdel SudánTras un breve resumen del proceso que llevó al Acuerdo General de Paz (CPA) en el Sudán y de sus características, este debate se centró en los retos que supone la implementación del CPA. En particular, los participantes se centraron en lo que se puede y lo que se debería hacer antes del referéndum en el Sur, planificado para 2011. El CPA es el documento judicial más importante de la historia del Sudán, con una declaración de derechos que cumple con los estándares reconocidos internacionalmente y el trato progresivo de los derechos humanos y la democratización. Sin embargo, una preocupación que apareció a lo largo de la sesión, fue que la comunidad internacional se había centrado en Darfur durante los dos años anteriores, con exclusión de la implementación del CPA.

Se subrayó que el CPA era completo en intenciones, pero no en términos de participación durante las conversaciones. Aunque la estrategia especificaba un proceso secuencial, ampliando de dos a más partes, no se logró. El hecho de que el CPA fuera un acuerdo entre sólo dos partes – el Partido del Congreso Nacional (NCP) y el Movimiento de Liberación del Pueblo del Sudán (SPLM) – se observó como una virtud y, a la vez, como una limitación.

Hubo un consenso general de que el CPA implica el Sudán como un todo, y no es solo un acuerdo Norte-Sur, y de que el fracaso de la implementación del CPA tendría efectos devastadores en toda la región. En este contexto, se argumentó que el hecho de no incluir Darfur en el CPA fue una gran oportunidad perdida. Se resaltó que el tema más fundamental y la intención real del CPA era la transformación pacífica del país y de la sociedad, y que esta transformación se detuvo tras la muerte de John Garang, visto como la principal fuerza motriz tras el CPA. La cuestión actual es si es posible continuar con esta transformación ahora.

Se expresaron ciertas reservas sobre la voluntad política del NCP en relación con la transformación del país. Se sostuvo que ahora el poder en el Sudán recae únicamente

en el NCP, que no tiene ninguna voluntad de abandonar dicho poder. También se comentó la preocupación de que el NCP politiza y utiliza el CPA y su falta de implementación para bloquear cualquier tipo de autodeterminación del sur. Se discutió que el NCP podría asegurar el retraso del referéndum porque todavía no se han cumplido los parámetros del CPA. Las opciones son, o bien aceptarlo, o bien encontrar algún modo de cambiar la actitud del NCP.

En relación con el referéndum de 2011, todos los participantes opinaron que, pase lo que pase, será problemático. Del mismo modo que es improbable que los habitantes del sur voten por la unidad, es poco probable que el NCP permita la autodeterminación del sur. Se resaltó que parece existir muy poca voluntad política en ambos lados para emprender las negociaciones. Ambas partes pretenderán siempre preservar la CPA, puesto que es vital para su interés (es decir, la autodeterminación del sur, y la única fuente de legitimidad para el NCP). ¿Cómo podemos hacer que ambas partes reconozcan que les interesa emprender renegociaciones y evitar que fracasen?

Un participante sugirió la creación de una política realista y simple que identificara las principales amenazas y que propusiera entre uno y tres objetivos alcanzables hacia los cuales pueda trabajar la comunidad internacional, en lugar de teorizar académicamente sobre las complejidades del Sudán. Entre las recomendaciones concretas de pasos fundamentales que se deben llevar a término ahora y a lo largo de los dos próximos años, se incluyen las siguientes:

• Restaurar la credibilidad del CPA en su terminología original.

• Trabajar de forma activa contra la agenda secesionista del SPLM y la trayectoria de desintegración del NCP, e intentar volver a llevar ambas partes a la mesa.

• Crear una hoja de ruta clara con una planificación, implicando la comunidad internacional y los actores regionales clave.

• Hacer que todo el mundo se mantenga responsable ante la hoja de ruta, asegurar que se siga y que el referéndum se celebre a su debido momento.

• La comunidad internacional debería identificar ciertos puntos de presión, especificando también quien, como y cuando debe ponerse bajo presión.

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• Estar preparados para un proceso de negociación complicado, tras el referéndum, y hacer previsiones para la secesión (incluidas las negociaciones sobre el petróleo, por ejemplo).

Finalmente, la discusión examinó el peor escenario, en el cual cualquier retraso de los puntos acordados en la planificación pudiera llevar a la erupción de, como mínimo, uno de los múltiples conflictos latentes del país (en las montañas de Nuba, en Abyei o en Darfur), lo que llevaría inevitablemente a duras luchas y, finalmente, a la total fragmentación del país. Como ya se han retrasado las elecciones previstas para 2009, parece cada vez más probable que se dé esta posibilidad.

Debate central sobre MadagascarHaciendo un resumen general de los recientes acontecimientos sucedidos en Madagascar, este debate cubrió la estrategia de mediación establecida a principios de 2009 y su progreso. Los miembros de la mesa establecieron brevemente las condiciones para la entrada al poder de Andry Rajoelina, quien fue alcalde de la capital Antananarivo y expulsó al Presidente Marc Ravalomanana. Se indicó que los disparos a algunos de los seguidores de Rajoelina por parte de la guardia presidencial a principios de febrero hicieron estallar las protestas del público y volvió la situación en contra del presidente.

La llegada del equipo de mediación se consideró oportuna: ambas partes estuvieron listas para el diálogo y aceptaron los buenos oficios del Secretario General de las NU. Los resultados de esta experiencia resaltaron el valor de las reuniones en curso entre los varios enviados y los diplomáticos implicados para mejorar la coordinación y la eficacia del acercamiento de las partes con un portavoz. La Iglesia, como institución poderosa en el país, se presentó como mediador de las conversaciones, algo que fue bien recibido por las NU y las partes; por eso, las NU actuaron de ayudantes de la mediación.

Los miembros de la mesa mencionaron brevemente la confusión relacionada con la constitucionalidad de la reciente toma de

poder. De hecho, Rajoelina había recibido la autorización del Almirante de la marina, a quien el Presidente Ravalomanana había transferido el poder previamente. Sin embargo, este proceso tuvo lugar bajo presión, y la toma de posesión de Rajoelina no fue ni constitucional ni consensuada. Ahora, la comunidad internacional está calificando la situación de golpe de estado. La primera decisión de Rajoelina de disolver el parlamento y el senado llevó a una total desaprobación, especialmente por parte de la Unión Africana. Siguiendo estas condenas unánimes, hubo la sensación de que ahora Rajoelina es consciente de que el reconocimiento de su liderazgo estará relacionado con una conferencia nacional independiente, que debería ser responsable de definir una agenda transicional que incluyera la arquitectura y el liderazgo de la autoridad transicional. Durante la sesión se abogó por la necesidad de instituciones que continúen el proceso democrático y traten las causas primordiales de la violencia. Los participantes resaltaron que las elecciones locales deberían tener lugar rápidamente para garantizar tanto la entrega de servicios, como mínimo a nivel local, y el control de los asuntos locales que podrían ayudar a comprobar la centralización del poder. Se examinó la función futura de las NU, y se destacó que las NU seguirán implicadas y participarán en una conferencia nacional organizada de forma independiente, para ir en la dirección de, como mínimo, un acuerdo transicional consensuado que lleve a unas elecciones rápidas.

Finalmente, los participantes enfatizaron que las causas de base de los disturbios y la violencia se deberían debatir en un foro más amplio que representara todas las partes implicadas del país. Este grupo podría formar un consejo que actuaría como observador externo para controlar el proceso de transición, presentando sugerencias sobre lo que se podría cambiar en el gobierno del país.

Gestionar los actores externos en procesos de pazEsta sesión examinó la implicación directa e indirecta de los actores externos en los procesos de paz. Los participantes debatieron sobre las funciones de las diferentes partes implicadas, que a veces tienen prioridades

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diferentes. Se indicó que la mediación se puede ejecutar con acceso limitado (sólo con los beligerantes) o con estilo “vanity fair” (total exclusividad). Se debatió el aprovechamiento real de los actores externos y se resaltó que los intereses locales a veces anulan fácilmente los intereses internacionales. Sin embargo, las instituciones y las partes en conflictos suelen tener poca libertad de acción para rechazar apoyo (financiero) de los actores externos, que a menudo requieren disponer de un lugar en la mesa de negociación a cambio. Los participantes consideraron que la presencia de actores externos en o alrededor de la mayoría de procesos de paz africanos es algo prácticamente inevitable.

Algunos participantes advirtieron que las partes más débiles de los conflictos quizás quieren involucrar a una tercera parte como fiador de juego limpio y un testigo de implementación de lo que se acuerde. En estos casos, los participantes insistieron que las terceras partes deben escuchar, respetar y ser imparciales (no neutrales, puesto que también deben poder criticar). Los debates también resaltaron que a veces es útil contar con actores “remotamente implicados”, mientras que en otros casos, los vecinos tienen más influencias. La diáspora se contempló como un factor externo que ofrece recursos e influencias clave, y que moviliza a actores internacionales, que suele reclamar una plaza en la mesa. Sin embargo, se consideró que a veces esto lleva a procesos sobrecargados con demasiados elementos que no reflejan las prioridades sobre el terreno.

Los participantes explicaron con detalles el riesgo de la búsqueda de un foro de conveniencia, donde demasiados actores externos descoordinados rodean un proceso de paz. Una de las soluciones debatidas fue la creación de un grupo de amigos con normas de base de funcionamiento entre los equipos de mediación, imponiendo cierta disciplina para prevenir iniciativas descoordinadas que pudieran rebasar la acción del mediador jefe. Los debates siguieron reflejados en la función de los actores económicos externos, puesto que algunas compañías grandes a veces ejercen presiones sobre los procesos de paz, siguiendo (o no) la postura del gobierno.

El debate tuvo en cuenta brevemente la interferencia occidental durante los ejercicios de

mediación, y debatió la capacidad de mediación africana. En Liberia, por ejemplo, se consideraba poco recomendable que los socios traspasaran los puntos de conversación a los mediadores, puesto que estas actitudes se consideraban coloniales y perjudiciales para la propiedad del proceso. El tema recurrente de proporcionar soluciones africanas a los problemas de África era una parte clave de los debates. Algunos participantes enfatizaron que el problema no era tanto una falta de capacidad, puesto que la capacidad de mediación africana está muy bien desarrollada, como una falta de financiación africana. Los participantes estuvieron de acuerdo en que los nombramientos de mediadores se deberían realizar según cada caso, para poder seleccionar así el equipo mejor ubicado y equipado en cada momento. El proceso se debería observar como una asociación que implicara y requiriera diferentes funciones en diferentes momentos.

Mediar en la fase post-acuerdoDurante esta sesión, los miembros de la mesa redonda examinaron los retos de la fase post-acuerdo de los procesos de paz, centrándose especialmente en la implementación y en la situación de Kenia. Se sugirió que los mecanismos de implementación deben formar parte de los acuerdos y que esta integración deliberada facilitaría la implementación. En el Acuerdo de Ouagadougou, por ejemplo, las partes acordaron establecer un mecanismo de consulta permanente, reforzar la unidad nacional, y crear un comité de evaluación y supervisión responsable de realizar una evaluación periódica de la implementación del acuerdo. Se argumentó que la desventaja de este mecanismo de diálogo incorporado es que tiende a ralentizar el proceso de implementación.

Gran parte del debate se centró en la situación de Kenia tras la crisis del año pasado. Los participantes indicaron que los 41 días del proceso de Reconciliación y Diálogo Nacional de Kenia (KNDR) supusieron un proceso de mediación perfecto, pero la implementación real del acuerdo es muy diferente. A día de hoy, Kenia todavía no ha visto ninguna implementación adecuada de

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los acuerdos, y tampoco se han realizado reformas. Los problemas esenciales de desempleo juvenil, tierra, reducción de la pobreza, seguridad alimentaria y desplazamiento todavía no se han tratado. La primera prueba real de la implementación de los acuerdos será en las elecciones de 2010. Además, los problemas de impunidad y responsabilidad no se trataron tan ampliamente como se habrían podido tratar durante la mediación, lo que dificulta la implementación en estos temas de gran importancia.

El ritmo lento de la reforma se interpretó como una mala administración y una falta de voluntad política por parte de los políticos. Se asumió que la élite política ponía sus propios intereses por encima de los intereses de la nación como un todo, y que ambas partes parecían haber firmado el acuerdo de propósitos que no tienen nada que ver con un serio deseo de cambio. En el parlamento y el gobierno existen altos niveles de corrupción y de soborno, lo que también indica una débil voluntad política.

Se comentó la preocupación sobre la Comisión electoral de Kenia. Las recomendaciones de la Comisión de Evaluación Independiente (IREC) para un organismo de administración de las elecciones independiente siguen sin realizarse tres meses después de la disolución de la Comisión Electoral. Las leyes y normativas relacionadas con las elecciones siguen sin cambiar. Quedan tareas de gran importancia por delante, incluida la preparación de un nuevo registro de votantes, un censo nacional y la redelimitación de las fronteras electorales. Hay que restaura la reputación, capacidad, integridad y competencia de la Comisión; de lo contrario, las próximas elecciones serán la oportunidad para que vuelva a surgir la violencia y la discordia étnica en lugar de que sean un medio para legitimizar la autoridad.

De forma más general, los debatientes indicaron un mayor nivel de implicación de la sociedad civil en los procesos de mediación/paz, lo que sacó a relucir la cuestión de cómo enlazar los esfuerzos de la Vía 1 y la Vía 2. Se sostuvo que cuanta más gente se ve implicada en un proceso, más importante se hace el tema de la responsabilidad, y que la mayor implicación de la sociedad civil y

otras partes importantes puede reforzar potencialmente la implementación. Cuanta más gente sienta suyo el proceso, más probable será que ofrezcan un apoyo activo en la implementación. A la vez, se resaltó que la implicación de las mujeres en las negociaciones de paz y su subsecuente implementación es crucial, pero sigue siendo insuficiente.

Acusación para la paz – Sudán Esta sesión exploró los impactos en los procesos de paz de la decisión del Fiscal General del Tribunal Penal Internacional (TPI), Luis Moreno-Ocampo, de presentar una orden de detención contra el actual Presidente del Sudán, Omar Hassan Al-Bashir. El debate se centró en la politización de la crisis y en la cuestión de cómo tratar los problemas de justicia en un proceso de paz, con un acento especial en la mediación.

Entre los participantes surgió una preocupación general por el hecho de que la acusación del Presidente Bashir pueda poner en peligro y complicar el proceso de paz. Sin embargo, los participantes parecieron más preocupados por el momento y el orden en que se realizan las acusaciones del TPI, en lugar de cuestionar la función del TPI y la validez de la acusación en general. Además, se cuestionó si las negociaciones de Darfur se quedaron en vía muerta por temas políticos y si la remisión del TPI se puede contemplar como un “cambio de tema” para distraer la atención de otros temas más urgentes. Los participantes aceptaron ampliamente que el fiscal ha cogido el papel de diplomático o político, y que se ha marginado el propio tribunal, dañando su credibilidad.

Una preocupación recurrente fue la confusión del papel de la justicia internacional en el contexto de los procesos de paz nacionales, y una falta de información clara y suficiente sobre las opciones políticas disponibles. La función y los procedimientos del TPI, además de las implicaciones de una acusación, llevan a grandes malinterpretaciones por parte de la comunidad internacional, los gobiernos, los rebeldes y otras partes implicadas en los conflictos. Se difunden rumores que complican el trabajo del TPI, pero también ponen en peligro

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el proceso de paz en general. Se mencionó que el Gobierno del Sudán, por ejemplo, no parecía haber comprendido las implicaciones de la acusación, creyendo que al final podría eludir las responsabilidades. Uno de los participantes indicó que mucha gente confunde el TPI y el principio de jurisdicción universal.

Otro participante preguntó por qué hay quien es acusado y quien no, puesto que otros líderes han cometido crímenes contra la humanidad. Uno de los participantes consideró que el TPI sólo condena a los africanos. El problema es que muchos países, incluidos los EEUU, India y China no son firmantes, lo que hace que el TPI sólo pueda perseguir casos selectivamente, minando su credibilidad como cuerpo objetivo e imparcial. Además, la jurisdicción del TPI está limitada a los 106 estados miembro que ratificaron el estatuto de Roma. Sudán no forma parte de ellos, y no habría entrado en la jurisdicción del tribunal si el Consejo de Seguridad no hubiera obrado para remitir Darfur a él.

También se expresó cierta preocupación sobre la eficacia del Artículo 16 de la Carta de las NU, que permite al Consejo de Seguridad requerir al tribunal que aplace la investigación de un caso durante un período de 12 meses. Uno de los participantes mencionó que no consigue verle sentido al Artículo 16, dado el poder de veto de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad.

Los participantes pasaron por alto el hecho de que el tema de la justicia debe formar parte de cualquier acuerdo de paz, y que ya no es posible contar con acuerdos que no traten estos temas. Por lo tanto, para los mediadores es crucial conocer y comprender los principios y los procedimientos de la justicia internacional. En este contexto, se sugirió que en cualquier proceso de paz debería invertirse en la comprensión de la seguridad y que los mediadores deben entender su parte legal (nacional e internacional) y política. En cualquier caso, los mediadores deben tener en cuenta la insatisfacción de las víctimas. Los mediadores deberían ser capaces de explicar las implicaciones legales y políticas de las órdenes de detención e informar a quienes están implicados de lo que pueden esperar.

Mediación en conflictos relacionados con elecciones Echando un vistazo a lo que hay que aprender de las elecciones celebradas en el continente, esta sesión trató los conflictos relacionados con elecciones en África. Se coincidió en que las elecciones son momentos cruciales en la vida democrática de un país, puesto que ponen a prueba la fuerza de la democracia, la imparcialidad de las diversas instituciones (como la militar), y la realidad de la libertad de expresión en los medios. Los participantes expresaron su preocupación en el hecho de que las elecciones en África conllevan un riesgo inherente de ir hacia la violencia. En el caso de Kenia a principios de 2008, a través de la retórica que utilizaron ciertos políticos estaba claro que habría violencia pero había la sensación que nadie había anticipado su magnitud. Los debatientes resaltaron que Malawi podría enfrentarse a problemas similares durante las siguientes elecciones en los próximos meses.

Los miembros de la mesa utilizaron el caso de las últimas elecciones presidenciales en Ghana para discutir que se debería considerar un nuevo enfoque más holístico de las elecciones, y que el proceso electoral es un continuo de acontecimientos políticos. En el caso de Ghana, la comisión electoral fue respetada por su integridad; la presencia de la comunidad internacional también ayudó, y el papel que tuvo el Comité Consejero Entre Partidos (IPAC) fue crucial. La sesión reconoció que la función de los consejos de sabios o de mayores se debería desarrollar en este contexto, puesto que la influencia positiva de esta autoridad moral está ampliamente reconocida.

Se debatió que las elecciones se deberían desplazarse a la esfera política, con acceso a todas las herramientas de mediación de conflictos, en lugar de tratarse como ejercicios democráticos regulares. Se identificaron indicadores y prerrequisitos para mejorar la administración del riesgo de conflictos violentos durante las elecciones. Los marcos legales de los procesos electorales se deberían examinar por adelantado, para identificar quién es el responsable de hacer que las elecciones funcionen. Ello afecta el proceso electoral y no se debería ignorar, puesto que puede indicar un riesgo

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de conflicto. Un fuerte marco de resolución judicial también se considera un beneficio. Los participantes debatieron el problema del acceso igualitario de todos los candidatos a los medios y a los viajes ilimitados en el país.

Se ha demostrado que la transparencia en el flujo de información entre la comisión electoral y los partidos, sin dejar espacio a los rumores, es un modo muy eficiente de prevención de la violencia. En Zambia, el presidente de la comisión electoral anunció la temporización exacta de los anuncios oficiales de los resultados para prevenir los rumores y cumplir con las expectativas populares. Algunos participantes también mencionaron brevemente la necesidad de una financiación pública de los partidos políticos. Los principales líderes religiosos y los líderes tradicionales con una gran autoridad moral se presentaron como aquellos capaces para inspirar confianza. También hubo la sensación que los grupos de la sociedad civil son cada vez más fiables para ayudar a garantizar elecciones pacíficas. Los participantes subrayaron la necesidad de gestión de la fase inmediatamente post-electoral. En Ghana, por ejemplo, hubo una buena gestión de interfaz entre el ganador y el perdedor.

Luego los participantes debatieron los acuerdos de repartición del poder que surgen tras las elecciones, y estuvieron de acuerdo en que este enfoque sólo se debería utilizar como medida excepciona y como solución a corto plazo. Algunos de los participantes también indicaron que se deben encontrar alternativas para el sistema “el ganador se lo queda todo”. A continuación, la sesión examinó brevemente el tema de la tensión potencial entre las funciones de los observadores electorales y de los mediadores, cuestionando el pronunciamiento sobre el resultado de unas elecciones que deben hacer los observadores, con respeto al hecho de que también deben actuar como mediadores “entre bastidores”.

Algunos participantes exploraron el dilema comparando países después de conflictos, resaltando en particular el orden de las elecciones. Los países deben decidir si organizar primero las elecciones para legitimizar una reforma genuina (p. ej. del sector de la seguridad), o bien si centrarse en implementar las reformas necesarias tan pronto como sea posible, pero arriesgándose

a una falta de legitimidad. Finalmente, los participantes tuvieron una fuerte sensación de que se necesita algún tiempo antes de que cualquier presidente jure el cargo después de las elecciones. La democracia no se debería ver como un destino sino como un proceso, y la sesión resaltó que los resultados reconocidos prematuramente suelen provocar reivindicaciones. Se sostuvo que los países deberían privarse de cualquier influencia futura mediante negociaciones potenciales sobre el resultado de las elecciones haciendo cualquier reconocimiento demasiado temprano.

Mirando al futuro: riesgos y oportunidades de la mediación en conflictos en ÁfricaEl objetivo de la ponencia de clausura era resumir las impresiones y los temas clave de los debates de la reunión, y pretendía ofrecer un resumen de los conductores actuales y futuros de conflictos en África. Estimulados por dos días de intensos debates entre y durante las sesiones, los participantes entablaron un animado intercambio para identificar riesgos y temas claves para un futuro debate.

Entre las situaciones que requieren un seguimiento detallado se encontraba el creciente comercio de drogas por África occidental con sus nefastas consecuencias más allá de Guinea y el potencial de amenazar de forma comparativa la estable Nigeria. Nigeria en particular, y también Sudáfrica, se reconocieron como importantes conductores para el cambio en el continente, y se consideró especialmente importante mantener la estabilidad en estos países. Si observamos el continente africano de forma más general, los participantes expresaron una especial preocupación acerca de la escasa autoridad estatal y la tendencia corrediza hacia la desintegración de los anteriores acuerdos de paz.

Sudán y la RDC parecen necesitar un esfuerzo de mediación coordinada y prolongada para detener el avance de la desintegración. Demasiado a menudo, la mediación se deja en manos de líderes con

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poco tiempo para tratar las causas reales del conflicto, tal como se ve actualmente en Zimbawe y en Madagascar. Mientras los políticos de alto vuelo y los jefes de estado necesiten entrar y hablar de política, se seguirá enfatizando el valor de los esfuerzos adicionales. La situación en Etiopía causó cierta preocupación, puesto que los participantes se preguntaron sobre la durabilidad del estancamiento entre Etiopía y Eritrea. Existió un optimismo general sobre el futuro de Costa de Marfil, aunque las próximas elecciones causaron cierta preocupación, puesto que siguen sin tratarse algunos temas clave que no se han podido resolver mediante pactos privados.

Un tema recurrente que apareció en las sesiones fue la solicitud de soluciones africanas a los problemas africanos. También se discutió que pedir la soberanía africana no sería posible sin aceptar la responsabilidad de las acciones y de la financiación. Se espera que Nigeria, Sudáfrica y Argelia, además de Camerún y Ghana contribuyan más en el futuro. Sin embargo, varios participantes acentuaron que es el momento de abandonar estos conceptos. En lugar de rechazar el apoyo externo a África, abogaron por trabajar hacia la reciprocidad. Las generalizaciones que indicaban que los africanos o las africanas serían mejores mediadores eran desacertadas y contraproducentes. Mientras que los europeos y los americanos pueden hablar con conocimiento de causa del conflicto en África, los africanos deberían aprender, y estar expuestos a oportunidades, para hacer lo mismo en casa y en conflictos que no fueran africanos. La prueba sería hacer las cosas correctas en el momento adecuado, y diferentes actores pueden ofrecer diferentes contribuciones a lo largo del proceso.

En general, los participantes tenían la sensación que las críticas del Consejo de Seguridad de las NU sólo estaban parcialmente justificadas, puesto que sigue siendo el órgano principal en temas de paz y seguridad, y no existe ninguna disposición para excluir a África o sus asuntos. Sin embargo, África debería empezar a hacer lo que le corresponde acorde. De forma parecida, había la sensación que no se suele condenar el TPI, que se estableció originalmente con un gran apoyo por parte de los países africanos. La prioridad debería ser

contribuir en hacer que sus reglas se apliquen consecuentemente en todo el mundo.

Generalmente, el desafío de la retirada financiera, militar y diplomática no se debería subestimar en tiempos de crisis global. En lugar de competir y, a veces, obstruirse los esfuerzos los unos a los otros, los mediadores y otros deberían acordar una división del trabajo e identificar quien está mejor emplazado para cada tarea en cada momento. Las decisiones se deberían guiar también por la cuestión del valor añadido y por la cuestión de la propiedad. La mediación de conflictos es muy compleja y, aun así, se podría reducir a una fórmula sorprendentemente sencilla combinando la temporización adecuada con el tipo de acceso correcto y el mensaje adecuado.

Los participantes aceptaron que África debería parar de vivir en el pasado y empezar a desarrollar una lista de control intercontinental para seguir adelante. Uno de los participantes añadió que esta lista debería incluir el tratamiento del problema generalizado de la indebida deferencia, maximizar el apoyo disponible y reducir el riesgo real de fatiga de los donantes. Demasiado a menudo, las conversaciones claras se han dejado a los jefes de estado, puesto que los enviados y los consejeros temían ser castigados por decir lo que piensan o criticar a sus superiores, y la tan necesaria verdad se ha perdido en informaciones demasiado cautelosas.

Los participantes mostraron un gran interés en debatir la función y el objetivo de la mediación. ¿Los mediadores ayudan a resolver conflictos o bien salvan vidas a corto plazo pero, de hecho, posponen o incluso perpetúan el conflicto a largo plazo? Aunque había un gran acuerdo en que la capacidad africana para gestionar la crisis mejorado considerablemente, ello no lleva siempre a la resolución del conflicto.

¿Se pueden tratar las causas de base sustituyendo una élite con otra? Otro participante reforzó este punto cuestionando la asunción de que las élites nacionales tenían un interés en el desarrollo de sus países natales para el beneficio de todos, puesto que las élites ya gozan de acceso a la educación primaria, a la asistencia médica, a empleo y a otras comodidades en otra parte.

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A lo largo de la ponencia de clausura, los participantes identificaron temas importantes para el avance de las discusiones en futuros debates:

• si la mediación, como mecanismo de respuesta a crisis – y el enfoque a corto plazo en la prevención o la finalización de la violencia – puede socavar el objetivo necesario a largo plazo de que un proceso de mediación actúe como catalizador para la transformación social y, por lo tanto, para una paz duradera

• el tipo de asociación y apoyo necesario y que se puede ofrecer a la mediación en África

• un examen de cómo el grado y la dirección de la democratización en África afecta el conflicto y los esfuerzos para resolverlo

• un debate más estructurado de las causas de base del conflicto (p. ej. la pobreza y la relación entre el cambio climático y el conflicto, algo que ya es un problema en Darfur)

• las relaciones estructurales entre el conflicto y la función de los militares

• la función de la mujer en la mediación, incluida la tradicional resolución de disputas.

Los participantes aceptaron ampliamente que África ha dado lugar a muchos mediadores en los últimos cincuenta años, y existió la sensación de que la Reunión de Mediadores Africanos de 2009 había contribuido enormemente en el desarrollo de mediadores y en su conversión a activos para el continente. Ha llegado el momento de utilizar esta capacidad.

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Orden del día de la Reunión de Mediadores Africanos 200924

MartesMarzo de 2009Sala de Conferencias Zamani

17.00–19.30Discurso inauguralpor el Presidente Karume de Zanzíbar con una introducción por parte de los co-anfitriones Salim Ahmed Salim y Sir Kieran PrendergastDiscursos de aperturapor parte de los Presidentes Mbeki y Obasanjo seguidos por un debate moderado por Salim Ahmed Salim y Sir Kieran PrendergastRestaurante Cloves

Recepción y cena de inauguración formal 19.4525MiércolesMarzo de 2009Zanzi-BarSala de conferencias KiwengwaVilla 9.00–10.30Somalia

Tres debates de enfoques paralelos para elegirMediadores y economíaLa República CentroafricanaSala de Conferencias Zamani 11.00–13.00

Gestión de conflictos africanosPresidente Salim Ahmed SalimPonentes Said Djinnit, Presidentes Mbeki & ObasanjoRestaurante ClovesComida 13.00–15.00Sala de Conferencias Zamani 15.00–16.30

Sala de conferencias KiwengwaLa República Democrática del CongoPresidente Haile MenkeriosPonentes François Grignon, Michel Kassa y Francesca Bomboko Retos para mediadores que tratan con grupos rebeldes: Chad/Darfur y UgandaPresidente John RylePonentes Santa Okot, Karl Wycoff, Theo Murphy

Dos debates paralelos para elegirZanzi-Bar

17.30–19.00Taller de mediadorescon Yvonne Ndege y Sydney Mufamadi Restaurante Red snapper 19.30Cena informal

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JuevesMarzo de 2009Sala de conferencias KiwengwaSala de Conferencias Zamani 8.30–9.30 Varias discusiones entre las que elegirProblema Norte-Sur de SudánMadagascar 10.00–11.30Sala de Conferencias ZamaniSala de conferencias Kiwengwa

Sala de conferencias KiwengwaGestionar los actores externos en procesos de pazModerador Stephen SmithMediación en la fase post-acuerdoPresidente Said Djinnit Ponentes Mutula Kilonzo, Emmanuel Bom-bande

Dos debates paralelos para elegir12.00–13.30

Sala de Conferencias ZamaniSala de conferencias KiwengwaMediación en conflictos relacionados con elecciones Presidente Thelma EkiyorPonentes Chris Fomunyoh, Ayodele OkeAcusación para la paz: SudánPresidente Barney Afako Ponentes Suliman Baldo

Dos debates paralelos para elegirRestaurante Cloves

13.30–15.00ComidaSala de Conferencias Zamani

15.00–16.30Riesgos y oportunidades de la mediación en conflictos en ÁfricaUna ponencia de clausura con François Grignon, Joseph Butiku y Martin GriffithsClub Beach

19.30 Barbacoa de despedida informalcon música y bailes locales

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Lista de participantesSr. Ahmed Abdisalam Adan Antiguo Vice Primer Ministro de Somalia, Jefe de la Delegación del Gobierno Federal Transicional del comité de Alto Nivel, Proceso de Paz de Djibouti

Sr. Barney Afako Consejero legal en las Negociaciones de Paz de Uganda en Juba

Sr. Kingsley Opoku Amaning Coordinador Residente de las Naciones Unidas y Representante Residente del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas en el Chad

Sra. Asha Hagi Elmi Amin Fundadora y Presidenta de Save Somali Women and Children; Delegada de la delegación de la Alianza para la reliberación de Somalia en el Comité del Alto Nivel, Proceso de Paz de Djibouti; Co-presidenta, fase final de la Conferencia de Reconciliación Nacional Somalí en 2004

Embajador Nana Effah-Apenteng Jefe de Estado Mayor, Panel de Personalidades Eminentes Africanas; Jefe de Estado Mayor, Proceso de Reconciliación y Diálogo Nacional de Kenia

Sr. Suliman Baldo Director de África del Centro Internacional para la Justicia Transicional

Embajador Jean-Christophe Belliard Embajador de Francia en Etiopía y la Unión Africana, antiguo Consejero especial del Alto Representante de la Unión Europea Javier Solana

Sr. Emmanuel Bombande Director Ejecutivo, Red de África Occidental para la Pacificación

Sra. Francesca BombokoMiembro del Comité Director del Movimiento Mundial para la Democracia; Fundadora del Bureau d’Etudes, de Recherche et de Consulting International (BERCI)

Sr. Joseph Waryoba Butiku Director Ejecutivo de la Fundación Mwalimu Nyerere

Sra. Tatiana Carayannis Directora Asociada del Foro para la Paz y la Prevención de Conflictos, Consejo de Investigación de Ciencias Sociales

Sr. Chris Coleman Jefe de la Unidad de Apoyo a la Mediación y Planificación de Políticas de las Naciones Unidas, Departamento de Asuntos Políticos

Sr. Mike Davis Jefe del Equipo de Recursos de Conflictos, Global Witness

Sr. Malik DechambenoitAsesor Político en Jefe, Enviado Especial de Secretario General de la Oficina de las Naciones Unidas para la crisis de la República Democrática del Congo

Sra. Bineta Diop Directora Ejecutiva, Femmes Africa Solidarité

Embajador Said Djinnit Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas; Jefe de la Oficina del Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para África Occidental

Sra. Thelma Ekiyor Directora Ejecutiva del Instituto de Sociedad Civil de África Occidental; antigua Directora de Apoyo para la Pacificación y la Intervención en Conflictos, Centro de Resolución de Conflictos

Embajador Marika Fahlén Enviado Especial para el Cuerno de África, Ministerio Sueco de Asuntos Exteriores

Dr. Chris Fomunyoh Adjunto principal del Director Regional y de África del Instituto Democrático Nacional de África Central y Occidental

Sr. Vasu Gounden Director Ejecutivo y Fundador del Centro Africano para la Resolución Constructiva de Conflictos

Sr. Martin Griffiths Director del Centro para el diálogo humanitario

Sr. François Grignon Director del Programa África del Grupo de Crisis Internacional

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Sra. Hilde Frafjord Johnson Directora Ejecutiva Adjunta de la Fundación de las Naciones Unidas para los Niños; antigua Ministra de Desarrollo Internacional, Ministerio Noruego de Asuntos Exteriores

Sr. Leonard T Kapungu Director del Centro para las Iniciativas de Paz en África

Presidente Amani Abeid Karume Presidente de Zanzíbar

Sr. Michel Noureddine Kassa Director del Equipo Nacional de la Iniciativa para el Liderazgo Colaborativo y un Estado Cohesionado en la República Democrática del Congo

Honorable Mutula Kilonzo Ministro de Desarrollo Metropolitano de Nairobi, Gobierno de Kenia; Miembro del equipo negociador del gobierno para el Proceso de Reconciliación y Diálogo Nacional de Kenia

Sra. Rina Kristmoen Consejera de la Real Embajada de Noruega, Nairobi

Embajador Dumisani KumaloRepresentante Especial en los Grandes Lagos, Gobierno de Sudáfrica

Sr. David LamboAsesor en Jefe, Centro para el Diálogo Humanitario; antiguo Alto Comisionado Auxiliar para los Refugiados

Sra. Stine Lehmann-Larsen Directora del Proyecto de Apoyo a la Mediación del Centro para el Diálogo Humanitario

Embajador Celestine Christopher Liundi Antiguo Delegado Permanente de la Organización para la Unidad Africana y de la UNESCO

Embajador Dr. Augustine P Mahiga Representante permanente de Tanzania en las Naciones Unidas

Sr. C Andrew Marshall Director Adjunto del Centro para el diálogo humanitario

Presidente Thabo Mbeki Antiguo Presidente de Sudáfrica

Embajador Haile Menkerios Subsecretario General de las Naciones Unidas de Asuntos Políticos; Jefe del Departamento de las Naciones Unidas de Asuntos Políticos en África

Sr. Fholisani Sydney Mufamadi Antiguo Ministro de Gobierno Local de Sudáfrica

Embajadora Liberata Rutageruka Mulamula Secretaria Ejecutiva de la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos

Sr. Theodore Murphy Director de Proyecto del Centro para el diálogo humanitario

Sra. Yvonne NdegeCorresponsal en África de Al Jazeera English

Presidente Olusegun Obasanjo Antiguo Presidente de Nigeria, Enviado Especial de Secretario General de las Naciones Unidas para la crisis de la República Democrática del Congo

Teniente General Seth Kofi Obeng Antiguo Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Fuerzas Armadas de Ghana; antiguo Comandante de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano; Miembro del Consejo de sabios; Comunidad Económica de los Estados del África Occidental

Embajador Ayodele Oke Consejero Especial y Jefe de la Oficina de África, División de Asuntos Políticos, Secretariado de la Confederación

Honorable Santa Okot Miembro del Ejército de Resistencia del Señor; antiguo Miembro del Parlamento en Uganda

Sr. Oludaisi Adedeji OmodeleAdjunto al Presidente Obasanjo

Embajador Ahmedou Ould Abdallah Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas en Somalia

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Embajador Arild R Øyen Enviado Especial a los Grandes Lagos, Gobierno de Noruega

Sr. Alain PillaySecretario privado del Presidente Mbeki

Sir Kieran Prendergast Consejero, Centro para el Diálogo Humanitario; antiguo Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Políticos

Sra. Meredith Preston McGhie Directora Regional en funciones, África, Centro para el Diálogo Humanitario

Sr. John Ryle Catedrático de Antropología Legrand Ramsey, Facultad de Bard, Nueva York; Presidente del Instituto Rift Valley

Embajador Dr. Salim Ahmed Salim Antiguo Secretario General de la Organización para la Unidad Africana; antiguo Enviado Especial de la Unión Africana al conflicto de Darfur

Embajador Andrea Semadeni Enviado Especial para el Sudán y el Cuerno de África, División de Asuntos Políticos, Departamento Federal de Suiza de Asuntos Políticos

Embajador Svein Sevje Embajador de Noruega en Sudán

Honorable Ali ShamhunaViceministro principal de Zanzíbar

Sr. Patrick SmithEditor, Africa Confidential

Dr. Stephen W Smith Profesor visitante de Estudios Africanos y Afroamericanos, Universidad de Duke, Estados Unidos de América

Sra. Hilde Solbakken Asesora en jefe de la Sección para la Paz y la Reconciliación del Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega

Dr. Endre Stiansen Asesor en jefe, Equipo de Sudán, Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega

Embajador Gérard Stoudmann Enviado Especial para África Francófona, Departamento Federal de Suiza de Asuntos Exteriores

Sra. Michela Wrong Escritora y periodista, New Statesman

Sr. Karl WycoffAsistente Adjunto del Secretario de Estado, Departamento de Estado de los Estados Unidos; antiguo Director de Asuntos de África Central

Sr. Daniel Yifru Director de la Sección de Paz y Seguridad, Autoridad Intergubernamental en Desarrollo; antiguo Director de la Sección de Asuntos Políticos y Humanitarios, Autoridad Intergubernamental en Desarrollo

Sra. Céline YvonConsejera Especial del Centro para el diálogo humanitario

Sra. Nancy Ajima Directora de la oficina de Nairobi del Centro para el diálogo humanitario

Sra. Susanne Gentz Directora de Proyecto del Centro para el diálogo humanitario

Sra. Caroline JohnigkJefa de Proyecto del Centro para el diálogo humanitario

Sra. Yodit Lemma Jefa de Proyecto del Centro para el diálogo humanitario

Sra. Claire SalignatAsistente de Proyecto del Centro para el diálogo humanitario

Sr. Gallus Abedi Funcionaria administrativa en funciones, Fundación Mwalimu Nyerere

Sra. Betty TulliySecretaria, Directora Ejecutiva de la Fundación Mwalimu Nyerere