Resumen_StuartFiedel_1de2

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Resumen del libro prehistoria de América de Stuart Fiedel

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Síntesis

¿Hace cuánto llegó el hombre a América? Ésta es una de las interrogantes que siguen causando

enconados debates y que causó muchos más en una época en que no se tenían los métodos y

técnicas de investigación de hoy día. Los avances en investigaciones y excavaciones en algunos

sitios han dado respuestas que favorecen a algunas teorías y por otro lado desechan muchas más.

Lo cierto s que se mantendrá así hasta que se encuentren más elementos y a su vez que éstos sean

aceptados por la mayoría de los estudiosos.

¿Cómo llegó? Es otra de las cuestiones sobre las que se ha centrado el debate a pesar de que es

casi generalizado y aceptado que el hombre pasó del Viejo Mundo al Nuevo por el que hoy

conocemos el estrecho de Bering.

A estas dos preguntas de ¿cuándo y cómo llegó el ser humano a América? Se deben agregar otras

tan importantes como aquéllas. Una tercera sería cómo se desarrollaron, tanto técnica, económica,

social y culturalmente las primeras poblaciones humanas; y una cuarta que podríamos plantear es el

inicio de la agricultura como previa al desarrollo de sociedades más complejas.

Para responder a las preguntas en un inicio plateadas es necesario partir desde un punto y sobre

todo saber que la situación del hombre en América no puede ser comparada con la de Europa, si bien

los sucesos climáticos afectaban a ambas zonas por igual, en América podemos encontrar un rasgo

fundamental que no es posible siquiera mencionar para Europa o Asia, el aislamiento por completo de

otras formas de cultura. En América fue un empezar desde cero.

Desde su llegada, el hombre, no tuvo una influencia externa, a excepción de algunas zonas del Ártico

americano con Asia y fue en unos niveles mínimos y muy tardíos como el contacto entre los inuit y los

normandos (vikingos). Pero hay teorías que ven semejanza en la producción de cerámica de algunas

regiones de América del pacífico Sur con la de los pobladores japoneses o en los inicios de la

agricultura en algunas zonas con habitantes náufragos de África, pero es muy difícil sostener esa

evidencia muy debatible a la luz de las que sostienen un desarrollo nativo americano.

El aislamiento del continente americano del resto del mundo se dio gracias a la barrera natural que

resultó ser Beringia. Si bien en otros momentos de la historia geológica del planeta tendía un puente

entre Asia y América que permitió que migraciones de hombres pasaran, ya que como veremos fue

más de una y con una diferencia de tiempo, lo más probable, considerable.

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Después del paso del hombre a América se dio el esparcimiento del mismo por todo el continente, la

causa principal, se cree, fue por seguir a las manadas de la megafauna que buscaba un clima más

idóneo para vivir, el cual no encontraría, pues el planeta había entrado a una fase de calentamiento.

Al extenderse por todo el continente el ser humano se adaptó al medio en que se localizaba y poco a

poco fue desarrollando mecanismo para soportarlo y sobre todo dominarlo para su sobrevivencia.

Siglos después de su entrada a América el hombre se vio confrontado con lo agreste del continente,

pues su forma alargada hace que el clima sea muy diverso, así las poblaciones tuvieron que

desplegar toda una serie de métodos y técnicas según el lugar en el que estuvieran. Pero ello no

significa que no hubiese un contacto cultural entre las diferentes culturas que se desarrollaban, claro

que lo hubo, y éste tuvo como eje principal el intercambio/comercio. Y de esto surge otra pregunta y

que ha estado en debate también. El desarrollo de las poblaciones de América fue a través del

evolucionismo o a través del difusionismo.

Una vez que el hombre se adaptó a las nuevas circunstancias que lo rodeaban, como era el cambio

del clima y la desaparición de la megafauna, se vio en la imperiosa necesidad de crear nuevas formas

de enfrentarse al medio. Ese enfrentamiento fue diferente en todo el continente, ya que como

mencionamos, América y su caprichosa forma hace que el clima sea radicalmente diferente en zonas

no muy alejadas. Ello dio origen a diferentes manifestaciones adaptativas culturalmente, por ejemplo

en Norteamérica crecieron y se mantuvieron los cazadores-recolectores de diferentes maneras, por

un lado las zonas costeras muy ricas en recursos y por el otro el de las mesetas y el subártico muy

limitadas.

Así pues el crecimiento de las bandas de cazadores-recolectores a formas más evolucionadas como

la tribu o aldeas hasta llegar a civilizaciones tan complejas como las culturas de los Andes y

Mesoamérica se dieron paulatinamente y en áreas con recursos específicos y como respuesta a las

circunstancias que las rodeaban.

El inicio y desenvolvimiento de la agricultura fue una necesidad que tuvieron que cubrir algunas

bandas de cazadores-recolectores y algunas otras no y esto llevó a que las bandas se complejizaran

y se organizaran de formas distintas, las cuales dejaron el nomadismo por el sedentarismo, otras más

se quedaron como cazadores-recolectores.

El presente trabajo trata de abordar los temas arriba expuestos y dilucidar cómo fue que el hombre

llegó a América, cómo se desarrolló y cuáles fueron las causas por las cuales en algunas regiones del

continente el ser humano se viera en la necesidad de sostenerse por medio de la agricultura y sobre 2

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todo que ésta fue un aliciente para fomentar una organización más compleja reflejada en los

utensilios y el grado cultural que alcanzó para hacer frente a las acontecimientos que se les

presentaban.

Para abordar mejor el tema dividiremos el trabajo en tres partes: 1) la llegada del hombre a América y

las diferentes teorías que tratan de dar explicación a ello; 2) el desarrollo de los pobladores del Norte

de América y sus diferentes grados de avance cultural que alcanzaron; y 3) los inicios de la

agricultura en diferentes zonas de América.

Análisis

El hombre en América

Desde el descubrimiento de América por parte de los europeos se han trazado diferentes teorías

acerca del poblamiento del continente desde las más fantasiosas hasta las más sofisticadas llegando

incluso a ser inverosímiles. Hoy día la evidencia moderna, sostenida por diversos antropólogos, hace

que la teoría o visión de fray José de Acosta, realizada en el siglo XVI, se haya consolidado. Él sugirió

que “los antepasados de los indios americanos procedían del Norte de Asia. Hoy día, los

antropólogos aceptan casi de forma unánime esta teoría”.1

Pero cuál era la teoría de Acosta, en resumidas cuentas dice que “el linaje de los hombres se vino

pasando poco a poco hasta llegar al Nuevo Orbe, ayudando a esto la continuidad o vecindad de las

tierras, y a tiempos alguna navegación (…) más al fin, en lo que resumo es que el continuarse la tierra

de Indias con esas otras del mundo, a lo menos estar muy cercanas, ha sido la más principal y más

verdadera razón de poblarse las Indias”.2

El mismo Acosta rechazó teorías como que el hombre americano tenía sus orígenes en la

descendencia de Noé, o que eran habitantes de la antigua Atlántida, ya que mencionó:

“… yo estoy de muy diferente opinión (en cuestión de la navegación de Salomón por el Océano), y no

me puedo persuadir que hayan venido los primeros indios a este Nuevo Mundo por navegación

ordenada y hecha de propósito, ni aún quiero conceder que lo antiguos hayan alcanzado la destreza

de navegar… El uso de la piedra imán y del aguja de marear, ni la topo ya en los antiguos ni aun creo

que tuvieron noticia de él”.3

1 Stuart J. Fiedel, Prehistoria de América, Barcelona, Crítica, 1996, pág. 592 Acosta, Joseph, Historia natural y moral de la indias, ed. Por E. O’Gorman, México, Fondo de Cultura Económica, 1979, págs. 62-63.3 Ibíd., pág. 49-50

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Así pues Acosta rechaza la teoría de que hayan podido venir por mar por falta de las técnicas de

navegación, pero el siglo pasado el antropólogo Poul Rivet sostenía un poblamiento múltiple del

continente, al mencionar que algunos pobladores de la Melanesia, Nueva Zelanda y Australia llegaron

a América. Para ello P. Rivet dice, de la tesis más aceptada hecha por Hrdlicka,:

“… la tesis del poblamiento de América por Noroeste, que sigue siendo la solución más simple, más

natural y más lógica, se apoya mucho más en la impresión general producida en su conjunto por la

raza indígena… como lo cree Hrdlicka… el poblamiento debió llevarse por el Noroeste a cabo por

filtración lenta y probablemente en épocas distintas. Dicha infiltración debió ocurrir en época de

retroceso de los glaciares”.4

Pero al decir esto lo hace por contraponer su punto de vista, que es que hay más indicios, al terminar

su exposición: “de los hechos antropológicos, etnográficos y lingüísticos conducen a la hipótesis: que

además de la influencia asiática, es de origen australiano, esto logra demostrarse lo antes

mencionado, ejerciendo su acción de manera eficaz en América del Sur y principalmente entre las

tribus más meridionales de este continente”.5

“En la actualidad, la opinión más generalizada entre los especialistas es la de considerar que la masa

de la población humana inmigrante en el continente americano penetró a intervalos de tiempo por lo

que hoy es el estrecho de Bering y Alaska, trasladándose posteriormente al sur del continente”. A

favor de ello agrega: “En el territorio del nordeste de Asia puede señalarse hasta tres caminos libres

de hielo que llevaban hasta el estrecho de Bering, el cual, en aquel tiempo, debía ser, en realidad, un

ancho puente de tierra salpicado de lagos que llegarían a unirse a la llanura del río Yukon, en Alaska.

Esta es, sin duda, la ruta seguida por manadas de animales y bandas de cazadores para penetrar en

el continente americano”.6

Esto puede ser comprobado ya que en nuestro tiempo “las costas de Alaska y Siberia apenas están

separadas por 90 kilómetros y en épocas de frío extremo se puede congelar y hacer un puente. Ahora

podemos afirmar que en aquella época de la glaciación Wisconsin los mares estaban 100 metros

debajo de lo que hoy día, así que el fondo del mar podía ser un puente de tierra firme para cruzar de

un lado a otro”.7

4Paul Rivet, Los orígenes del hombre americano, México, FCE, 1990, págs. 88-90.5Ibíd., págs.95 y 96.6Ibíd., págs.16 y 17.7 Stuart J. Fiedel, op. cit. pág. 66.

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La misma glaciación hizo que dos grandes macizos de hielo, el del oeste y el oriental, en diferentes

épocas dejaran abierto un camino que daba entrada al continente; si dichos cierres y aperturas son

ciertos se puede encontrar ahí que el ser humano haya podido penetrar a todo el continente. Aparte

de esta teoría existe otra que no puede ser desechada y es que el hombre hizo su colonización por

medio de la costa del pacífico pero no hay suficiente evidencia que la sostenga, pero no por ello

desechable.

Las palabras de Acosta son muy similares a las teorías modernas, principalmente por Hrdlicka y

aceptadas por la mayoría de los antropólogos, a pesar de ser tan distante la época en que escribió.

Hoy día su concepción, ya más elaborada por los nuevos descubrimientos, es la más aceptada, cómo

acaeció el poblamiento americano:

“Los antropólogos han llegado a la conclusión de que los remotos antepasados de los indios fueron

variedades del hombre moderno, el cual tuvo su origen en el Viejo Mundo. Se establecieron en

América en la última etapa del pleistoceno (…) empujados por los enemigos o buscando alimentos,

llegaron en pequeños grupos por la Siberia Oriental, el estrecho de Bering y Alaska (…). Tal vez

usaron botes o balsas de algún género, o cruzaron el estrecho sobre el hielo invernal (…). Quizá este

mecanismo intermitente se repitió varias veces, inyectando nuevas olas de siberianos en el Nuevo

mundo”.8

Bien, ahora remitámonos a las pruebas de la antropología física para sostener la propuesta de

Acosta, sostenida científicamente en la teoría de Ales Hrdlicka y ya perfeccionada hoy día. Primero se

menciona un rasgo genético común entre los pobladores indios de América y los habitantes de Asia y

“es una coloración purpúrea de la piel a la altura del sacro conocida como ‘mancha mongólica’… pero

ello ofrece una evidencia menos clara de las semejanzas”9, la evidencia como se menciona no es

suficiente ya que Poul Rivet se vale de ella para decir que la ‘mancha mongólica’ “se encontraba en

una multitud de poblaciones, en particular entre los negros africanos, donde adquiere un tinte

grisáceo, y el mapa de distribución mundial que ha podido levantarse demuestra que esta

característica (…) tiene una distribución más bien oceánica o, mejor todavía peri-pacífica, que

americano-asiática”.10

A pesar de que la tesis de Hrdlicka se mantiene con modificaciones, ésta fue débil en algunas partes,

las cuales fueron acabadas por otros antropólogos, ya que el antropólogo de origen checo sostuvo

8 Jonathan Norton Leonard, América precolombina, Amsterdam, Time-Life, 1968, págs.11-129 Stuart J. Fiedel, op. cit., pág. 59.10 Paul Rivet, op. cit., pág. 75.

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que el hombre no estaba en América antes del tres mil, tesis desecha con la excavación de distintos

sitios y sobre todo con los restos de puntas que se utilizaban para la caza de la megafauna o de la

pequeña fauna.

Ante ese hecho se ha aducido a pruebas más fehacientes que demuestren que el hombre americano

tiene rasgos asiático-americanos. Para ello se dice que en esa región de Asia, China, en aquella

época había diferentes poblaciones con distintos rasgos y que el tipo mongoloide fue más bien tardío

y que ellas absorbieron a la antiguas, algunas de ellas del tipo caucasoides.11 Lo probable también es

que la incursión del hombre fue a través de diferentes migraciones y el tipo mongoloide fue de la más

tardía en llegar y que estas mismas oleadas de humanos hayan empujado hacia el Sur a los primeros

pobladores y por ello los habitantes del cono Sur tengan rasgos semi-mongoloides.

Otras características que supuestamente compartían los pobladores de ambos continentes han sido

desechadas, entre ellas podemos contar la forma del cráneo, hoy día se sabe que las condiciones del

medio y la alimentación pueden afectar la forma de la cabeza, igualmente el hombre puede

deformarlos. Pero la evolución del cráneo es algo que se toma en cuenta para conocer la fecha

probable en que el hombre se adentró en América.

Para hacer un análisis más exacto de las teorías del hombre en América y saber en qué fecha logró

penetrar se recurre a la división de los restos encontrados. La división consiste en restos directos e

indirectos, los primeros se refieren a los restos óseos con un tratamiento científico y datación segura;

los segundos son aquellos que han sido recogidos por aficionados y que permiten dudar de su

autenticidad.

Esto ha llevado a que haya diferentes dataciones para los restos encontrados, muchas de las cuales

son desechadas por lo exorbitante de las fechas. Pero como bien menciona el autor de Prehistoria de

América no existe evidencia suficiente para sostener que la entrada inicial no pudo ser anterior a

35.000 o 40.000 a.p.

Y para concluir se puede asegurar que “los nativos americanos derivan claramente de una población

asiática con afinidades con lo mongoloide (…) sin embargo hay evidencia genética de que los

pobladores de América tienen rasgos austroloide-caucasoide”.12

11 Stuart J. Fiedel, op. cit., pág. 60.12 Ibid., pág. 65

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Antes se creía que el hombre había llegado tardíamente al Sur del continente pero hoy día se cree

que no tardó más de mil años en llegar hasta la Tierra del Fuego.

Desarrollo de los pobladores del Norte de América

En la primera mitad del siglo pasado se localizaron dos artefactos que dieron un vuelco sobre las

fechas del poblamiento de América y el estilo de vida que se llevaba, ello fue el descubrimiento de las

puntas Clovis y Folsom, apesar de que estos instrumentos no fueron los primeros ni los más antiguos,

ya que se han encontrado algunos que son toscos y burdos asociados al estilo de los encontrados en

China. Además hubo una época pre-proyectil basada en la caza con herramientas toscas llamados

Chopper-chopping vinculadas a poblaciones tempranas.

“La evidencia más convincente de la ocupación pre-punta en Norteamérica procede de la zona de

Pennsylvania occidental donde los restos encontrados han sido datados entre el 17 mil y el 11 mil”.13

Los restos encontrados en México y Texas han sido considerados como pre-clovis, y fechados entre

el 11 mil y el 14 mil a.C.

Los grupos pre-clovis eran recolectores de plantas en cambio los Clovis se orientaban por la caza

mayor. Pero cuando la megafauna desapareció, la dieta de los hombres americanos se tuvo que

acomodar a la caza menor y a las plantas que recolectaba.

La organización de los primeros pobladores era la banda, que son “pequeñas sociedades,

normalmente de menos de cien personas, que poseen un territorio común y están caracterizadas por

la exogamia local, además de ser exclusivamente cazadores-recolectores”,14 y se pasaba la mayor

parte del tiempo buscando su alimento y de vez en cuando hacían ocupaciones estacionales. Algunas

veces estas bandas se dividían por la falta o escases de recursos y tiempo después se reunían para

reafirmar relaciones o concertar matrimonios ya que las bandas buscaban que las mujeres se fueran

a otra banda. En una banda no había una autoridad reconocida ni especialidad, algunas de ellas eran

muy territoriales.

La cultura Clovis se desarrolló en el oeste de los Estados Unidos y tiene una datación de entre el 9

mil y el 9 mil 500, “estas puntas son de forma lanceolada de 7 a 15 cm. de largo, bifaciales, están

acanaladas en la base, generalmente por las dos caras (…) el acanalamiento podría servir para que

13 Ibid., pág. 7414 Sanders, William y J. Merlino, Prehistoria del Nuevo Mundo, Barcelona, Labor, 1973, pág. 13.

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la punta estuviera firmemente sujeta al vástago”.15 Estas puntas se han encontrado en gran parte de

América del Norte y parte de Centroamérica. Las Clovis sirvieron para cazar parte de la megafauna

que sobrevivió un poco más de tiempo al cambio del clima.

Para la caza de la megafauna era ideal la punta Clovis por ser larga y tener una forma en la que

cuando era clavada podía quedar sostenida al animal hasta que éste muriera desangrado. La

evolución o adaptación de las puntas Clovis a las puntas Folsom se debió a la extinción de los

animales del pleistoceno como el perezoso gigante o el mamut. Se menciona que pudo haber sido el

hombre el causante, pero más que ello, fue el clima y el hombre sólo fue un golpe para el exterminio.

A la extinción de la megafauna le siguió la caza de animales menores como el bisonte que se

realizaba través del acorralamiento, o se guiaba al animal a acantilados o arroyos para apresarlos. De

esta forma de caza se desprende la cultura de la punta Plano que era similar a la Clovis a excepción

de que ésta no tenía acanalamiento y se menciona que se desarrolló a la par de la Folsom.

En la zona de México se cazaba o se mataba al mamut, ya que éste podía asesinar a los miembros

enfermos o a los que se quedaban atorados en pantanos. Es difícil creer que el hombre haya sido

cazador de estos animales, ya que el tamaño y su forma de organización no lo permitía. En esta

región se utilizaban puntas Lerma y un utensilio llamado atlatl, que era una especie de propulsor.

Las creencias de los paleoindios eran chamánicas y realizaban un simbolismo en los ritos funerarios

como es el caso de pintar los huesos de color rojo (ocre). La principal función de los chamanes era el

curar enfermedades, atraer la dádiva de los espíritus y así garantizar el éxito de la caza.

Después de las puntas Clovis vino la cultura Folsom, “generalmente eran más pequeñas que las

Clovis, tenía sus bases cóncavas con ‘orejas’ puntiagudas en las esquinas y con un acanalamiento

más profundo (…) éstas se han encontrado solamente en el oeste de Norteaérica”16 las puntas

Folsom son una respuesta a la extinción de la megafauna, por ello los pobladores de entonces se

orientaron a la caza del bisonte y otros animales menores.

Otra punta característica del período es la punta Plano, ésta es sin acanalar y se parece a la Clovis,

puede ser del mismo período que las Folsom, había ocasiones que se hacía caza colectiva haciendo

de bandas pequeñas a macrobandas, como los esquimales en la caza de la ballena.

15 Stuart J. Fiedel, op. cit., pág. 77.16 Ibid., pág. 96.

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Las piedras de moler son más antiguas que la agricultura ya que se han datado algunos utensilios en

el 7 mil 500, las poblaciones de puntas Plano cazaban de manera similar a las de la Folsom, se

podría decir que los cazadores recolectores Plano tenían ya una economía de amplio espectro.

Con lo que respeta a Suramérica hay indicios en la cueva Fell de hace 9 mil años a. C., si tomamos

en cuenta que al hombre le tardó de 500 a mil años trasladarse por todo el continente es más que

probable que en esa fecha ya haya habido pobladores por allá. En esta zona del continente se han

encontrado puntas ‘cola de pescado’ que se aproximan a las Clovis. Pero como menciona el profesor

Luis Felipe Bate:

“Que no constituyen una derivación austral del ‘complejo el Llano’ en Clovis, cuyas flechas más

tempranas son prácticamente contemporáneas a las de la Patagonia”. 17

La desaparición de la megafauna condujo a que los hombres antiguos se orientaran más a la

recolección y a la caza de la pequeña fauna. “Una respuesta cultural al crecimiento de la población

fue la práctica del infanticidio o el aborto”18 Otra adaptación, más genética que cultural fue que las

plantas que se recolectaban fueron modificándose con intención o sin ella del hombre, dando origen a

lo que se conoce como cultígeno y dando los primeros pasos hacia la agricultura en América. Durante

la etapa del arcaico las bandas de cazadores-recolectores se fueron asentando en lugares

específicos o áreas, ya que debían de buscar más alimentos pero la población había crecido y ante

ello menciona Stuart Fiedel que el hombre tuvo que someterse a “tener una mayor dependencia de la

fauna menor por la extinción de la megafauna, aumento de la recolección, incremento en los

utensilios para preparar alimento de vegetales, mayor variedad de puntas y a la utilización de

artefactos de hueso”.19

Entre el 5 mil y 4 mil aumenta la pesca, así como la recolección de mariscos. La especialización en

los actos rituales se hace presente. Durante el período que va del 4 mil al 1700 la población humana

se vio expandida por el buen clima que hubo, además se modificó el ciclo de gestación de la mujer,

debido esto también a que las bandas empezaban a ser sedentarias y que se crearon nuevos

sistemas de almacenamiento para el alimento. La presión demográfica obligó a los seres humanos a

volcarse a un cambio cultural que cambiaría el panorama por completo. El aumento de población trajo

como consecuencia una jerarquización de la sociedad, poco visible aún en esta etapa pero ya

iniciada.

17 Bate, Luis Felipe, “Sobre el poblamiento temprano de Sudamérica (resumen)” en Unión Internacional de Ciencia Prehistóricas y Protohistóricas. X congreso. Actas, México, UISPP 1982, pág. 425.18 Stuart J. Fiedel, op. cit., pág. 108.19 Ibid., pág. 111.

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Durante el período del Arcaico tardío se reflejó ya una adaptación peculiar por las zonas

medioambientales en cada población que después se vería reflejada en lo que los colonizadores

clasificarían como áreas culturales. Stuart Fiedel reconoce cinco zonas en la región del Mississippi,

que podrían darnos ejemplos sobre variantes que influyeron a las poblaciones para su desarrollo: 1)

la ribereña central; 2) la del bosque lacustre; 3) la costera; 4) la marítima y 5) la zona protegida

(shield). 20

La primera región es la ribereña central, los pueblos se beneficiaron por los amplios recursos que los

bosques, ríos y lagos les proporcionaban, su organización ya era más sedentaria y prueba de ellos

son los cementerios en los que se encontraron piezas funerarias, lo que habla ya de una riqueza

mayor. La población de la zona era mayormente masculina debido al control de la población. También

hay una diferencia en el entierro. En la zona hay evidencia arqueológica de que ya se practicaba un

comercio o intercambio.

En los bosques lacustres la población dependía de la caza y de la pesca, ya realizaban trabajos en

cobre, pero no por fundirlo y trabajarlo, sino por encontrarlo en las orillas de los grandes lagos. Dentro

de las bandas de las cinco regiones hay evidencia de continuas guerras, ya que los esqueletos

encontrados tienen puntas enterradas en la columna vertebral o la cabeza. Los funerales al igual que

en la ribereña se encuentran dotados de objetos suntuarios.

El marítimo está representado por una proporción equilibrada de hombres y mujeres, así como un

número elevado de nacimientos, lo que representa una abundancia de recursos para su

sostenimiento. En los funerales hay suntuosidad, eso habla de que hay prosperidad y parece que

éste es un ejemplo de una sociedad igualitaria.

La cerámica, parece que fue una introducción desde Sudamérica, y podemos decir que el paso del

Arcaico y del siguiente período está diferenciado por ello, además del inicio de la agricultura.

Menciona Stuart Fiedel: “la forma de los cuencos abiertos y la técnica de temperarlos con hierbas o

raicillas son reminiscencias de la cerámica mucho más antigua de Puerto Hormiga, en la costa

colombiana (…) estas semejanzas dan la razón a quienes sugieren que la cerámica norteamericana

fue introducida desde el norte de Suramérica, mediante la difusión o migración”.21

20 Ibid., pág. 122.21 Ibid., pág. 132.

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La innovación que separa el Arcaico del siguiente período es el surgimiento de la agricultura, o mejor

dicho, de la horticultura. Hay indicios de que se empezó a experimentar o a probar con la calabaza, el

tabaco y el girasol. Ya entrando a nuestra era las poblaciones de cazadores-recolectores se van

sofisticando, prueba de ello lo vemos en la cultura Adena y la construcción de túmulos a gran escala

que seguirían en la cultura Hopewell, se dice que estas construcciones son ejemplo de que hubo una

influencia de la cultura tolteca en ellas.

Las culturas del desierto se desarrollaron a la par de la de los bosques orientales e inventaron nuevas

técnicas cuando se extinguió la megafauna, se movían principalmente entre las Llanuras y la Gran

Cuenca, la cultura material de éstos era sencilla debido a que debían movilizarse muy seguido. Las

culturas del lado Noroeste se desarrollaron más debido a los recursos con los que contaban también

se organizaron socialmente por jerarquías. Las poblaciones de California fueron más grandes debido

a la abundancia de recursos.

Podemos ver claramente cómo en cada zona se desenvolvieron según los recursos con los que

contaban, unas se especializaron y crecieron mientras otras permanecían con métodos más sencillos.

El cambio climático fue el que influyó en las poblaciones: como ya hemos visto, primero por la

desaparición de la megafauna y después por el cambio que sufrieron sus hábitats.

En la zona de California, por ejemplo, el cambio de dieta debido al calentamiento que se produjo

después de la glaciación los empujó a una dieta de recolección de semillas y moluscos, en esta zona

la cerámica no se desarrolló como en otros lugares debido a que no le encontraron una gran utilidad,

en cambio la cestería se desarrolló muy bien. Tenían grandes recursos y podían soportar grandes

poblaciones. La región de California puede ser dividida entre zonas, la Sur, Norte y Central.

La Gran Cuenca, por su parte, se dedicaba a la recolección de los recursos del pantano que vino por

la desecación de los lagos, eran nómadas. Una población característica de la zona eran los numic

que eran preferentemente recolectores y agricultores incipientes o hacían intentos de ello, lo que les

llevó a una estabilidad en su población.

Las culturas ribereñas de la Meseta están caracterizadas por los Nez Percé que son ya del período

histórico. Por su parte los de la Costa Noroeste estaban fuertemente influidos por las poblaciones del

Ártico, que eran cazadores especializados, los de la Costa Noroeste eran pescadores y tenían una

gran cultura material debido a los recursos con los que contaban. La población tiene una

jerarquización que se puede ver en los entierros en los que se hace deformación craneal para

distinguirse, además de realizar fiestas suntuosas en que se repartían riquezas por parte de los más 11

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ricos de la aldea, con ello se puede hablar de una jerarquización social pues había un linaje principal.

La población permanecía gran parte del año en un solo lugar y ya se conformaban en aldeas.

Las zonas de la costa Noroeste y la California son ejemplo del crecimiento y asentamiento de las

poblaciones influidas por el medio, su sistema social era complejo. Esto se dio por la presión

demográfica que experimentaron por un lado gracias al sedentarismo y por el otro a la abundancia de

recursos. También ello propició el intercambio entre diferentes zonas., teniendo como unidad política

ya no a la banda o macro-banda sino a la tribu, que “son sociedades mayores que la banda, que

viven relativa o completamente asentados (…) las tribus se componen de varias comunidades

individuales formadas habitualmente por uno o más grupos de descendencia genuina o linaje (…) el

comercio puede ser amplio pero no tan intenso”.22 Se llega incluso en estas zonas tan ricas en

recursos a tener señoríos o cacicazgos.

Entendemos como señoríos “un principio estructural de integración de sociedades multicomunitarias:

el rango. En los señoríos, los linajes presentan una gradación conforme a una escala de prestigio, y

no es infrecuente que uno de los linajes se reserve el derecho de ejercicio del cargo político (…) la

sociedad sigue basándose en el parentesco. Muchas veces el jefe es casi sacrosanto, y desempeña

a menudo una función sacerdotal fundamental”.23

Por otra parte, hay un contraste entre estas zonas, la Costa Noroeste y California, con el ártico y

subártico que vivían exclusivamente de la caza y su desarrollo social era poco, se conformaban en

bandas pero su técnica o vida material fue muy compleja, adaptada al clima tan hostil, además de

estar en constante pugna un grupo con el otro.

La cultura esquimal puede dividirse en dos, la Dosert y la Thule, se puede ver una especie de

continuación de la primera con la segunda o la segunda como absorción de la primera. La cultura

Thule pudo prosperar debido al cambio del clima. Al igual que las culturas de cestería en California la

cerámica no encontró un lugar útil dentro de los pobladores del ártico. Estos últimos al estar cercanos

al lugar por donde entraron los hombres a América mantuvieron cierto contacto con los habitantes de

Siberia.

Al igual que en el Norte del continente en el Sur de América pudo haber una adaptación a las nuevas

circunstancias, debido a la extinción de la megafauna y al cambio de los hábitats. Se puede decir que

esos cambios ocasionaron que se desarrollara la agricultura.

22 Sanders, William y J. Merlino, op. cit., pág. 15.23 Ibídem.

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Inicios de la agricultura

La agricultura fue una respuesta cultural al cambio que representó la extinción de la megafauna, el

incremento de la población y la falta de recursos en la naturaleza para sostener a las poblaciones en

zonas poco favorecidas, estas parecen ser las principales causas de su aparición.

Los arqueólogos han considerado tradicionalmente que la agricultura constituyó una ruptura radical y

repentina en relación con la antigua vida de los cazadores-recolectores, podemos decir que la

agricultura puso las bases para una estratificación social y económica. Ya que se establecieron en

aldeas permanentes, hubo mucho más alimento que permitió un excedente y por ende un crecimiento

poblacional.

Esas ventajas no lo eran del todo si se toma un punto de vista en que la agricultura necesitaba de un

tiempo determinado para su crecimiento, además de no proporcionar toda la riqueza nutrimental de la

caza-recolección. Pero esa desventaja de la agricultura no fue motivo para no desarrollarla. Pues “la

agricultura no fue una cuestión de elección. Por el contrario, los cazadores-recolectores se vieron

obligados a adoptar la agricultura porque la otra alternativa era la inanición. El problema fue que no

había suficiente alimento para la gente”.24

La agricultura se desarrolló en lugares en que no había suficientes animales para la caza ni el

suficiente alimento natural para la gente ya existente.

La agricultura como se ha visto no fue la causante del sedentarismo, pues algunos pueblos ya eran

sedentarios gracias a los recursos que tenían en el medio que vivían. También los instrumentos de

molienda no eran exclusivos para procesar lo que daba la agricultura, ellos nacieron para el

procesamiento de las plantas y semillas que se recolectaban. Tampoco la cerámica tiene relación con

la agricultura, ya que ella existía primero con las sociedades de pescadores.

Ante este hecho nos encontramos en el dilema de cómo fue que la agricultura se extendió por

América. Ante tal hecho examinemos primero el de la cerámica que es más fácil y que podría darnos

una pista sobre el de la agricultura. Por un lado tenemos el difusionismo y por el otro el del

evolucionismo. El evolucionismo cultural o el difusionismo, el avance natural y progresivo del hombre

o el adelanto como parte de una reciprocidad de técnicas y materiales de los pueblos.

24 Stuart J. Fiedel, op. cit., pág. 193.13

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Por una parte el evolucionismo postula el “inexorable progreso de la humanidad, sosteniendo que la

humanidad avanza desde lo más bajo hasta lo más alto, lo «civilizado», o sea, que todos los

habitantes del mundo van por el mismo camino de ‘progreso’ y de desarrollo, y que sólo es cuestión

de tiempo para que alcancen el mismo nivel los pueblos”.25

Por su parte el difusionismo “sostiene que existen las civilizaciones y culturas que, dependiendo del

lugar y el momento, entraban en contacto y penetraban unas en otras; que a través del préstamo

mutuo se producía entre ellas un proceso de fusión y compenetración; que nunca se interrumpió el

dinámico proceso de comunicación, traducido en un diálogo fecundo y un intercambio tan vívido como

complejo”.26

Así definidos el difusionismo o el evolucionismo, podemos decir que gracias a las evidencias

sostenidas hasta hoy hubo un intercambio de técnicas, o sea, difusionismo, ya que como se

mencionó arriba la cerámica pudo llegar al Norte de América desde Colombia. No es necesario llegar

a extremo difusionistas que no pueden sostenerse como el que menciona que hay una difusión de la

cerámica japonesa, “pescadores japoneses habían sido arrastrados por el viento desde sus aguas

territoriales a causa de una tormenta, cruzando el Pacífico”.27

Ante ese hecho podemos decir que la agricultura fue un proceso que se difundió a toda América por

medios de dos áreas nucleares: los Andes o Mesoamérica, pues en ellas se han encontrado los

vestigios más antiguos.

El cultivo en Perú pudo haber sido antes que en México, ya que al igual que Mesoamérica la región

peruana es muy variable, por un lado la franja costera es un amplio desierto en el que, con la

invención e imaginación, se lograba cultivar en las sombras de las dunas. Otra zona del Perú es la

zona montañosa y la selva, donde existe la teoría que fue en la zona selvática tropical donde se inició

la agricultura y de ahí se expandió a otras zonas. La pesca y la caza menor completaban la dieta de

estas zonas. Sitios como Guitarrero y Ayacucho muestran la antigüedad de la agricultura en el Perú.

Una constante para el origen de la agricultura en zonas tan diversas sigue siendo la presión

demográfica.

Algunas zonas del Perú como la zona Norte de la costa vieron un crecimiento considerable, y una

evidencia de ello es “la construcción del enorme complejo chuquitanta, que requirió de una enorme

25 Kyszard Kapuscinski, Encuentro con el otro, México, Anagrama, 2009, págs. 49 y 50.26 Ibídem.27 Stuart J. Fiedel, op. cit., pág. 213.

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fuerza de trabajo, grande y organizada, lo que implica una autoridad central y posiblemente una

sociedad estratificada”28

La temprana aparición de la agricultura en la zona de la amazonia-selvática hace pensar que nació

independientemente ahí, ya que la riqueza del suelo es muy alta, pero al igual que en la zona

esquimal y la zona de la California en la amazonia la cerámica no penetró ya que era preferible usar

otros métodos de transporte y almacenamiento de alimento.

Las culturas del suroeste americano se desarrollaron ampliamente, algunas alcanzaron grados

materiales increíbles como es el caso de los Hohokam con su red de canales. La agricultura por riego

fue el sustento de este pueblo. Ello llevó pronto a la jerarquización de la sociedad y a la

especialización. Sus ritos funerarios eran avanzados. En esta zona la influencia de Mesoamérica era

mucha ya que practicaban algunas ceremonias similares como el juego de pelota. Y al igual que la

cultura Hopewell construían montículos. Al igual que los Hohokam los pueblos-indios, como se les

llamó por vivir en grandes casas, los mogollón y los Anasazis se desarrollaron en la zona del río Gila

y del río grande.

Conclusiones

El desarrollo del ser humano desde su llegada al continente, como hemos visto fue variado. Las

circunstancias lo llevaron a experimentar diversas formas de organización desde las más simples a

las más complejas. La técnica y forma de vida se vio fuertemente influida por el medio. El desarrollo

individual de las culturas no significó un aislamiento una de otra, por el contrario podemos decir que

las diferentes áreas estuvieron en contacto.

El difusionismo fue una de las principales causas de que en algunas se diera la agricultura, pero una

vez más la zona en la que vivían empujaba a unas poblaciones a adoptarla mientras a otras tantas

no, lo mismo sucedió con la cerámica.

Por último podemos decir que desde su llegada el ser humano se enfrentó a un medio agreste y

hostil, variado y cambiante. El hombre americano no encontró alguna otra cultura con la cual nutrir

sus relaciones, le bastó con las que se desarrollaron desde un comienzo entre ellos, pero de las

cuales unas se nutrían de las otras, claro está. Ejemplo de ello es la agricultura y las ceremonias

rituales similares en algunos sitios.

28 Ibid., pág. 222.15

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Bibliografía consultada

Acosta, Joseph, Historia natural y moral de la indias, ed. Por E. O’Gorman, México, Fondo de Cultura Económica, 1979.

Bate, Luis Felipe, “Sobre el poblamiento temprano de Sudamérica (resumen)” en Unión Internacional de Ciencia

Prehistóricas y Protohistóricas. X congreso. Actas, México, UISPP 1982.

Jonathan Norton Leonard, América precolombina, Amsterdam, Time-Life, 1968.

Kyszard Kapuscinski, Encuentro con el otro, México, Anagrama, 2009.

Paul Rivet, Los orígenes del hombre americano, México, FCE, 1990, pág. 14.

Sanders, William y J. Merlino, Prehistoria del Nuevo Mundo, Barcelona, Labor, 1973.

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Stuart J. Fiedel, Prehistoria de América, Barcelona, Crítica, 1996.

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