Resumenes Contemporanea 2009

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Resúmenes Contemporánea 1 er cuatrimestre 2009 T1. Historiografía de la Revolución Francesa 1. Albert Soboul, "La historiografía clásica de la Revolución Francesa. En tomo a controversias recientes", en AAVV, Las revoluciones burguesas, Barcelona, Critica, pp. 160-189 (cap. 4). 2. Peter Mc Phee, "La trascendencia de la Revolución", en la Revolución Francesa, 1789-1799, Barcelona, Crítica, 2003. pp, 211-240 (cap. IX). 4 T2. Napoleón. Restauración. 3. Geoffrey Ellis, "La elaboración del Poder: el Gobierno de Napoleón" y "Los agregados sociales del poder: los notables imperiales, la nobleza y el Sistema de Botín", en Napoleón, 2000, pp. 54-97 y 154-174 (caps. 3 y 5). 4. Asa Briggs y Patricia Clavin, "Orden y Movimiento, 1815-1848", en Historia Contemporánea de Europa. 1789- 1989, Barcelona, Crítica, pp. 53-92 (cap. II). 8 TP1. Consecuencias económico-políticas de la Revolución Industrial en Inglaterra 5. María Inés Barbero, "El nacimiento de las sociedades industriales", en Julio Aróstegui, Cristian Buchrucker y Jorge Saborido (dirs.), El Mundo Contemporáneo: historia y problemas, Bs. As.- Barcelona, Biblos-Critica, 2001, pp. 67-118 (cap. 1). 19 P1. Ilustración. Romanticismo. Socialismo utópico. 6. George L. Mosse, "Romanticismo: religión y política" y "El desarrollo del socialismo", en La cultura europea del siglo XIX, Barcelona, Ariel, 1997 (caps. 3 y 10). 31 0

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Resumenes de la materia Contemporanea de la catedra Rodriguez Otero. Muy utiles para los estudiantes de historia.

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Resmenes Contempornea1er cuatrimestre

2009

T1. Historiografa de la Revolucin Francesa1. Albert Soboul, "La historiografa clsica de la Revolucin Francesa. En tomo a controversias recientes", en AAVV, Las revoluciones burguesas, Barcelona, Critica, pp. 160-189 (cap. 4).2. Peter Mc Phee, "La trascendencia de la Revolucin", en la Revolucin Francesa, 1789-1799, Barcelona, Crtica, 2003. pp, 211-240 (cap. IX).

4

T2. Napolen. Restauracin.

3. Geoffrey Ellis, "La elaboracin del Poder: el Gobierno de Napolen" y "Los agregados sociales del poder: los notables imperiales, la nobleza y el Sistema de Botn", en Napolen, 2000, pp. 54-97 y 154-174 (caps. 3 y 5).

4. Asa Briggs y Patricia Clavin, "Orden y Movimiento, 1815-1848", en Historia Contempornea de Europa. 1789-1989, Barcelona, Crtica, pp. 53-92 (cap. II).

8

TP1. Consecuencias econmico-polticas de la Revolucin Industrial en Inglaterra

5. Mara Ins Barbero, "El nacimiento de las sociedades industriales", en Julio Arstegui, Cristian Buchrucker y Jorge Saborido (dirs.), El Mundo Contemporneo: historia y problemas, Bs. As.-Barcelona, Biblos-Critica, 2001, pp. 67-118 (cap. 1).

19

P1. Ilustracin. Romanticismo. Socialismo utpico.

6. George L. Mosse, "Romanticismo: religin y poltica" y "El desarrollo del socialismo", en La cultura europea del siglo XIX, Barcelona, Ariel, 1997 (caps. 3 y 10).7. Jeremy Black, "Ideologa, poltica y reformismo en las dcadas previas a la Revolucin", en La Europa del siglo, Madrid, Akal, 1997, pp. 457-503.

31

TP2. Liberalismo.

8. Norberto Bobbio, Liberalismo y democracia, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1996, pp. 7-102.

9. Grard Dufour, "De la ilustracin al liberalismo", en A. Alberola y E. La Parra, La Ilustracin espaola, Actas del Coloquio Internacional celebrado en Alicante, 1-4 de octubre de 1985, pp, 363-383.

10. Vncenzo Ferrone y Daniel Roche (eds.), Diccionario histrico de la Ilustracin, Madrid, Alianza, 1998, "Libertad", "Igualdad" y "Poltica", pp. 56-65,87-99 y 112-123.

43

P2. Las Revoluciones Burguesas (oleadas)

11. Eric J. Hobsbawm, "Las revoluciones", en las Revoluciones Burguesas, Madrid, Ed. Guadarrama, pp. 201-238 (cap. VI).

12. Louis Bergeron, Francois Furet, Reinhart Kosetleck, "La Revolucin de Julio y sus consecuencias hasta 1848", en La poca de las revoluciones europeas, 1780-1848, Mxico, S XXI, 1986, pp. 251-282 (cap. 9).

13. Eric Hobsbawm, "La primavera de los pueblos", en La era del capital, 1848-1875, Bs. As., Critica, 1998, pp. 21-38 (cap. I).

56

T3. Nacionalismo: cuestiones terico-conceptuales

14. Ernest Gellner, "Definiciones" y "Qu es una nacin?", en Naciones y nacionalismo, Bs. As., Alianza, 1991, pp. 13-20 y 77-88 (caps. 1 y 5).

15. Gil Delannoi, "La Teora de la nacin y sus ambivalencias" y Fierre Birnbaum, "Nacionalismo a la francesa", ambos en Gil Delannoi y Pierre-Andr Tagueff, Teoras del nacionalismo, 1993, pp. 9-17 y 181-201 (caps. 1 y 5).69

TP3. Nacionalismos en Europa Central -siglo XIX-Contrapunto con la Europa Occidental.

16. Xos M. Nez Seixas, "Introduccin: nacin, nacionalismos y movimientos nacionalistas", en Movimientos nacionalistas en Europa, siglo XX, Madrid, Sntesis, pp. 9-25 (cap. 1).

17. George L. Mosse, "Nacionalismo", en La cultura europea del siglo XIX, Barcelona, Ariel, 1997 (cap. 4).73

P3. Los nacionalismos en la segunda mitad del siglo XIX. La unificacin italiana y alemana.18. George L. Mosse, "La nueva poltica", en La nacionalizacin de las masas. Simbolismo poltico y movimientos de masas en Alemania desde las Guerras Napolenicas al Tercer Reich, Bs. As., S XXI, 2007, pp. 15 a 35 (cap. 1).

19. Emilio Gentile, "Introduccin. En busca de una religin civil para la Tercera Italia", en El culto del littorio. La sacralizacin de la poltica en la taita fascista, Bs. As., S XXI, 2007, pp. 17-42 (Introduccin).

20. Eric Hobsbawm, "La transformacin del nacionalismo, 1870-1918", en Naciones y nacionalismo desde 1780, Barcelona, Crtica, 1991, pp. 111-140 (cap. 4).83

P4. La formacin de la clase obrera

24. Gareth Jones, "Culture y poltica obreras en Londres, 1870-1900, Notas sobre la reconstruccin de una clase obrera", en Lenguajes de clase. Estudios sobre la historia de la clase obrera inglesa (1832-1982), S XXI, 1989, pp. 175-235 (cap. 4).

25. Eric Hobsbawm, "La formacin de la cultura obrera britnica", en El mundo del trabajo. Estudios histricos sobre la formacin y evolucin de la clase obrera, Barcelona, Critica, 1987, pp. 216-237.91

T4. Socialismo: las Internacionales21. Jacques Droz, "La Primera Internacional" y "La Segunda Internacional y la Guerra de 1914-1918", en Historia del Socialismo, Barcelona, pp. 15-38 y 165-194 (caps. I y VIII).95

TP4. La poltica de la democracia. La Socialdemocracia

22. Eric Hobsbawm, "Las fuerzas de la democracia", en La era del capital, 1848-1875, Bs. As., Critica, 2006, pp. 109-126 (cap. 6) (Hay fotocopia de otra edicin, pp. 147-171).

23. Jacques Droz, "La crisis revisionista", en Los orgenes de la Socialdemocracia, pp. 52-70.

103

T5. Paz Armada. Primera Guerra Mundial.

26. Asa Briggs y Patricia Clavin, "Rivalidad e interdependencia, 1871-1914", en Historia Contempornea de Europa. 1789-1989, Barcelona, Crtica, pp. 137-167 (cap. IV).

114

TP5. Segunda Revolucin Industrial. Imperialismo.

27. Mara Ins Barbero, "El nacimiento de las sociedades industriales", en Julio Arstegui, Cristian Buchrucker y Jorge Saborido (dirs.), El Mundo Contemporneo: historia y problemas,

28. Eric Hobsbawm, "La economa cambia de ritmo", n La era del imperio, 1875-1914, Bs. As., Critica, 1998, pp. 42-64 (cap. 2).

29. Tom Kemp, "La teora marxista del imperialismo", en Estudios sobre a teora del imperialismo. Mxico, Ediciones Era, 1972, pp. 27-46 (cap. I).

30. Ronald Robinson, "Bases no europeas del imperialismo europeo: esbozo para una teora d la colaboracin", en Estudios sobre la teora del imperialismo, Mxico, Ediciones Era, 1972, pp. 128-151 (cap. V).

119

P5. Revolucin Rusa. Comunismo de Guerra. NEP. Stalinismo

31. Edward Hallett Carr, "Octubre de 1917", "Los dos mundos" y "El comunismo de guerra", en La revolucin rusa: de LeninaStalin, 1917-1929, Madrid, Alianza, 1991, pp. 11-45 (caps. 1, 2 y 3).

32. Sheila Fitzpatrick, "La NEP y el futuro de la revolucin", "La revolucin de Stalin" y "Finalizar la revolucin", en La Revolucin Rusa, Bs. As., S XXI, 2005, pp. 121-216 (caps. 4,5y6).

33. Cornelius Castoriadis, "El papel de la ideologa bolchevique en el nacimiento de to burocracia", en La experiencia del movimiento obrero, Vot. 2: Proletariado y organizacin, Barcelona, Tusquets, 1979, pp. 287-309.

132

T6. Vanguardias

34. Greil Marcus, "Leyendas de Libertad" y "El hundimiento del arte del ayer", en Rastros de carmn, Barcelona, Anagrama, pp. 201-262.

145

TP6. Consecuencias de la Primera Guerra Mundial (1918-1924).

35. Asa Briggs y Patricia Clavin, "Un nuevo orden? 1919-1929", en Historia Contempornea de Europa. 1789-1989, Barcelona, Critica, pp. 239-273 (cap. VII).

154

T7. Europa de entreguerras (1924-1939): la poltica39. Juan Pablo Fusi Aizprua, "La crisis de la conciencia europea", en Mercedes Cabrera, Santos Julia, Pablo Martn Acea (comps.), Europa en crisis, 1919-1939, Madrid, Pablo Iglesias, 1991, pp. 327-341.

40. R. A. C. Parker, "Inglaterra de 1919 a 1939" y "Francia de 1919 a 1940", en El siglo XX. Europa 918-1945, (Coleccin Historia Universal S XXI), Madrid, S XXI, 1995, pp. 131-555 y 185-215 (caps. 7 y 9).

164

T8. Historiografa del fascismo italiano

41. Norberto Bobbio, Ensayos sobre el fascismo, Bs. As., Universidad Nacional de Quitaes-Prometeo, 2006, "Introduccin" por Luis A. Rossi y cap. 3 "Fascismo y antifascismo" (pp. 9-32 y 75-87).

171

P6. Fascismo italiano

36. Christopher Duggan, "Fascismo", en Historia de Italia, Cambridge University Press, 1996, pp. 287-335 (cap. 8).

37. Emilio Gentile, "El fascismo y la sacralizacin de la poltica", en El culto del littoro. La sacralizacin de la poltica en la Italia fascista, Bs. As., S XXI, 2007, pp. 243-254 (Conclusin).

38. Emilio Gentile, "Partido, estado y Duce en la mitologa y en la organizacin del fascismo" y "El rol del partido en el laboratorio totalitario fascista", en La va italiana al totalitarismo. Partido y estado en el rgimen fascista, pp. 171-262 (caps. 4 y 5).

174

TP7. Europa de entreguerras (1924-1939): la economa y la crisis de 1929.

42. Derek H. Aldcroft, "Recuperacin y problemas de inestabilidad de los aos veinte" y "Crisis econmica y recuperacin (1929-1939)", en Historia de la economa europea 1914-1980, pp. 53-97 y 98-146 (caps. 2 y 3).

189

P7. La Repblica de Weimar.

43. Mara Victoria Grillo y Gustavo Dalmazzo, "La Repblica de Weimar: una propuesta democrtica tan admirada como rechazada", Ficha de Ctedra, Facultad de Filosofa y Letras, UB A, 2008.

44. Jeffrey Herf "La Revolucin conservadora de Weimar", en El modernismo reaccionario, Bs. As., FCE, 1993, pp. 50-112 (cap. 2).

45. Claudio Olivieri, "Alemania 1918-1933. El prolongado esfuerzo de la revolucin", en Utopa Socialista, N 1 y 2, junio-agosto 2001 y noviembre-encro 2002, pp. 114-123 y 108-117.

204

T9. Historiografa del nazismo.

46. lan Kershaw, "Los historiadores y el problema de explicar e! nazismo", en La dictadura nazi: problemas y perspectivas de interpretacin, Bs. As., S XXI, 2004, pp. 15-38 (cap. 1).47. Phillipe Burrin, "Introduccin", en Hitlery os judos. Gnesis de un genocidio, Bs. As., Ediciones de La Flor-F.C.E, 1990, pp. 11-21.48. Chistopher Browning, "Eplogo", en Aquellos hombres grises, Barcelona, Edhasa, 2002, pp. 347-395.

225

P8. Ascenso y consolidacin del nazismo. Holocausto

50. Richard J. Evans, "Ascenso y triunfo del nazismo en Alemania", en Mercedes Cabrera, Santos Julia, Pablo Martn Acea (comps.), Europa en crisis. 1919-1939, Madrid, Pablo Iglesias, 1991, pp.97-118 (cap. 6).

51. Peter Fritzsche, "Enero de 1933" y "Mayo de 1933", en De alemanes a nazis: 1914-1933, Bs. As., S XXI, 2006, pp. 141-229.

52. Richard J. Evans, "La construccin de la comunidad de! pueblo", en El III Reich en el poder, Barcelona, Pennsula, 2007, pp. (cap. 5).

53. Gellately, "Introduccin" y "Los campos de concentracin en los espacios pblicos", en No slo Huler, La Alemania nazi entre la coaccin y el consenso, pp. 13-22 y 277-302 (Introduccin y cap. 9).

233

TP8. La Segunda Guerra Mundial.

49. Alan S. Milward, "La guerra como poltica" y "La economa en una sntesis estratgica", en La Segunda Guerra Mundial 1939-1941, Barcelona, Crtica, 1986, pp. 11-29 y 30-70 (caps. Iy2).

259

TP9. Reconstruccin poltica-econmica europea (1946-1957).

55. Wilfried Loth, "Europa despus de 1945: la formacin de los bloques" y Hermann Oraml, "Comienzos de la unin europea", en Wolfgang Benz y Hermann Oraml (comps,), El siglo XX. II. Europa despus de la Segunda Guerra Mundial, 1945-1982, S XXI, 1992, Tomo 1, pp. 12-46 y 47-71 (cap. 1 y punto I del cap. 2).

273

P9. Guerra Fra

56. Ismael Saz Campos, "La Guerra Fra", en Historia del Mon Contemporani, Valencia, Generalitat Valenciana, 1993, pp. 227-255.

57. Francisco Jos Veiga Rodrguez, Enrique Ucelay Da Cal y ngel Duarte Montserrat, "Europa partida en dos. Comienza la Primera Guerra Fra, 1946-1948", "Dos Bloques Econmicos. Consolidacin de las economas enfrentadas, 1945-1963", "Vivir con la bomba", "Eplogo", en La paz simulada. Una historia de la Guerra Fra 1941 -1991, pp. 59-76, 126-138,151-160, 373-386 (caps. 4,9 y 11; eplogo).

293

T10. Estancamiento y declinacin de la URSS (1953-1991).

54. Ricardo M. Martin de la Guardia, "La evolucin de la Unin Sovitica desde le Segunda Guerra Mundial hasta nuestros das", en AAVV, Historia del mundo actual (desde 1945 hasta nuestros das), pp. 259-289 (cap. 6).

303

T11. La expansin del capitalismo: los "treinta gloriosos" y Japn

58. Derek H. Aldcroft, "Expansin sostenida de Europa Occidental (1950-1970)", en Historia de la economa europea 1914-1980, Barcelona, Folio, 1997, pp. 197-248 (cap. 5).

307

TP10. El Estado de Bienestar: consolidacin y crisis.

59. Claus Offe, "Algunas contradicciones del moderno Estado del Bienestar", en Contradicciones en el Estado del Bienestar, Mxico, Alianza, 1991, pp. 135-150 (cap. 5).

311

P10. Movimientos poltico-culturales en los aos sesenta

60. Eric Hobsbawm, "La revolucin social, 1945-1990", en Historia del siglo XX. 1914-1991, Barcelona, Crtica, 1996, pp. 290-321 (cap. X)

61. Francisco Jos Veiga Rodrguez, Enrique Ucelay Da Cal y ngel Duarte Montserrat, "Expectativas en alzamiento. Las revueltas del 68", en La paz simulada. Una historia de la Guerra Fra 1941 -1991, pp. 227-245 (cap. 17).

62. Jan Patula, "La primavera de Praga (1968)", en Europa del Este. Del Stalinismo a la Democracia, Mxico, S XXI, 1993, pp. 184-210 (cap. 9).

63. Emest Mandel, "Lecciones de mayo 1968" y Andr Gorz, "Lmites y potencialidades del movimiento de mayo", ambos en El Mayo Francs de 1968, Seleccin de textos, 1998, pp. 73-110 y 113-154.

315

T12. Democracias Populares: surgimiento y consolidacin.

64. Manuel Azcrate, "Las democracias populares", en Mercedes Cabrera y Santos Julia (coords), Europa 1945 ~ 1990, Madrid, Fundacin Pablo Iglesias, 1992, pp. 71-91 (cap. 4).

327

TP11. Democracias Populares: sus transformaciones a partir de 1985.

65. Xos M. Nuez Seixas. "Los nacionalismos en Europa oriental (1945-1997): del letargo al deshielo", en Movimientos nacionalistas en Europa, siglo XX, Madrid, Sntesis, pp. 387-413 (cap. 8).

329

P11. Crisis de 1973 y reestructuracin neoliberal efe las economas occidentales

66. Rafael Aracil, Joan Oliver y Antoni Segura, "La sociedad occidental ante la crisis: el fin de la expansin permanente", en El mundo actual. De la 2da Guerra Mundial a nuestros das, pp. 365-423 (cap. VI).

67. Eric Hobsbawm, "Las decadas de crisis", en Historia del siglo XX, 1914-1991, Barcelona, Crtica, 1996, pp. 403-431 (cap. XIV).

342

T13. Migraciones recientes. Las transiciones

68. Joaqun Arango, Una nueva era en las migraciones internacionales; Rainer Baubck, Adis al multiculturalismo? Valores e identidades compartidas en las sociedades de inmigracin; Marco Martiniello, Estado, mercado y diversidad cultural, Stephen Castles, Globalizacin y transnacionalismo. Implicaciones para la incorporacin de inmigrantes y para la ciudadana; Christophe Bertossi, La ciudadana francesa: debates, lmites y perspectivas, en Revista de Occidenteen Revista de Occidente, N 269, octubre 2003, pp. 5-21, 22-44 45-61 y 62-81 y 82-102,, respectivamente.352

LIbros

Mosse, George L., La cultura europea del siglo XIX, Barcelona, Ariel, 1997.368

Fitzpatrick, Sheila, La Revolucin Rusa, Bs. As., S XXI, 2005.379

Hobsbawm, Eric, Historia del siglo XX. 1914-1991, Barcelona, Crtica, 1996.392

Kershaw, Ian, La dictadura nazi: problemas y perspectivas de interpretacin, Bs. As., S XXI, 2004.419

Mosse, George L., La nacionalizacin de las masas. Simbolismo poltico y movimientos de masas en Alemania desde las Guerras Napolenicas al Tercer Reich, Bs. As., S XXI, 2007.429

T1. HISTORIOGRAFA DE LA REVOLUCIN FRANCESA

1. Albert Soboul, "La historiografa clsica de la Revolucin Francesa. En tomo a controversias recientes" (cap. 4).LA INTERPRETACIN CLSICA DE LA REVOLUCIN

La revolucin francesa se ha presentado como la culminacin del siglo de las luces. Jaurs fue el primero que quiso ver en ella un fenmeno social y econmico. La culminacin de una evolucin econmica y social que hizo a la burguesa duea del poder y de la economa. Esta interpretacin no era nueva, desde la poca de la Restauracin se presentaba as: como la aparicin, el crecimiento y el triunfo final de la burguesa: entre el pueblo y la aristocracia. Antecedentes de esta lnea: liberales de la Restauracin que perciben el triunfo burgus: Tocqueville, Guizot, Thiers, Taine. Interpretacin social de la Revolucin, perfeccionada a lo largo de los siglos. Ya Barnave en su obra escrita en 1792 sostena que la propiedad influye en las instituciones, y que las instituciones creadas por la aristocracia ponen trabas y demoran el advenimiento de una nueva era. Una nueva distribucin de la riqueza produce una nueva distribucin de poder.

Tambin estos autores analizan el Tercer Estado, Jaurs y ms tarde Mathiez insistieron en la degradacin de este ltimo. Los antagonismos que se manifestaron entre las diversas categoras de la burguesa, como entre stas y las masas populares, que dan cuenta de la complejidad de la historia revolucionaria. Las masas campesinas han demostrado la existencia de la revolucin en una corriente campesina que posea autonoma y especificidad en cuanto a su origen, procedimientos y tendencias. Las mismas problemticas han sido aplicadas al estudio de las masas populares urbanas. Poco a poco se ha ido perfeccionando a travs de un largo caminar la interpretacin social de la revolucin francesa.

A la interpretacin social clsica, se le opuso una revisionista, creyendo descalificar a la clsica algunos le pusieron el nombre de historiografa jacobina (en consonancia con aparicin de movimientos de masas en s. XX) calificativo que no rechazamos (autor se hace cargo) entendiendo como enseo Lefebvre la comprensin y fidelidad del pueblo. El autor sostiene que la tradicin progresista historiogrfica que va de Michelet a Lefebvre pasando por Jaurs, Aulard y Mathiez es la nica que permaneci y permanece en el terreno cientfico.

REVOLUCIN POLTICA O REVOLUCIN SOCIAL?

La ofensiva contra la interpretacin clsica se afirma hacia mediados de la dcada del 50, en plena guerra fra. Palmer expona en un artculo la concepcin de una revolucin occidental o atlntica, mientras que Cobban se refera a ella como el mito de la revolucin. Tanto Palmer como Cobban, negaban el carcter antifeudal y burgus de la revolucin francesa, a la vez que negaban su carcter nacional (con esto de revolucin occidental o Atlntica). Dentro de Francia, esta argumentacin fue desarrollada por Godechot quien sita a la Revolucin francesa en una conmocin internacional ms vasta, vacindola de su verdadera dimensin, de su significado nacional, de su contenido econmico: antifeudal y capitalista y de su contenido social: antiaristocrtico y burgus.

Soboul comienza analizando esta idea de revolucin occidental o Atlntica que sostienen los revisionistas. Segn ellos, la revolucin se inicia en las colonias inglesas de Amrica del norte, luego llega a Francia, se expande por Europa y las colonias hispanas en Amrica. Sin discutir que ambos trminos en realidad son anacrnicos, Soboul reconoce que el Atlntico ha jugado un papel esencial que no debe subestimarse en la renovacin de la economa y la explotacin de los pases coloniales por las naciones de Europa Occidental (Yo dira que viceversa tambin). Sin embargo, ah no reside el inters de los revisionistas, apenas muestran inters en los fundamentos econmicos y sociales. Para ellos, la revolucin no es ms que un episodio del curso general de la historia. Al sumergirla en una indefinida agitacin internacional, la vaci de su dimensin verdadera y su dimensin internacional. Al poner en un mismo plano la revolucin francesa con las otras, se minimiza la profundidad y las dimensiones, la intensidad de sus luchas sociales y polticas.

La interpretacin occidental o atlntica de la revolucin francesa, al vaciar de contenido especfico, econmico (antifeudal y capitalista) social (antiaristocrtico y burgus) y nacional (uno e indivisible) hace tabla rasa de medio siglo de historiografa clsica: de Jean Jaurs a Lefebvre.

La teora de Palmer se inscriba en la coyuntura de los 50, se trataba de exaltar la solidaridad ideolgica en los pases de la alianza atlnticas; remontndose al XVIII, al origen de sus tradiciones polticas. A medida que se iba apaciguando la guerra fra, se retornaba a una visin ms serena y ms adecuada a la realidad. Ms peligrosa fue la ofensiva de Cobban que trata de rechazar la interpretacin social de las revoluciones y en ltima instancia de la historia, negando la realidad de clases cree exorcizar el demonio de las revoluciones. Para l, la revolucin francesa no sera necesariamente un conflicto de clases, tal como lo admite la escuela francesa. El debate se ocupa esencialmente de la significacin y la utilizacin de ciertas nociones, fundamentalmente feudalismo, burguesa y capitalismo. Finalmente se plantea la cuestin siguiente Posee o no posee la revolucin un carcter antifeudal y antiaristocrtico? Constituy o no la transicin hacia una sociedad burguesa capitalista? Cobban arremete contra la interpretacin segn la cual la revolucin francesa crea un orden nuevo que sustituye al antiguo rgimen. La argumentacin de Cobban se centra en dos puntos, a saber: si la revolucin francesa fue antifeudal y capitalista. Cuando se pregunta si la revolucin suprimi el feudalismo responde que este ya haba desaparecido hacia muchsimo tiempo. Con respecto a la segunda (si fue capitalista) para Cobban la revolucin fue obra no de verdaderos capitalistas sino de burgueses titulares de cargos, que ejercan las funciones administrativas y las conservaron.

(El autor cuestiona estas dos conclusiones analizando los trminos) Nadie duda que el feudalismo propiamente dicho fuera tiempo atrs un sistema decrepito. Lo que aqu importa no es tanto su definicin jurdica como su dimensin social; no tanto el sentido que le daban los juristas, sino el que le daban los campesinos. Ms que la realidad viva de la palabra, lo que nos interesa es su peso social. Y concluye: la relacin derechos feudales-renta del seoro, ilustra el comportamiento de la nobleza, forma parte de las motivaciones de la contrarrevolucin. No faltaron motivos para que la nobleza se resistiera a la abolicin de los derechos feudales, llegando hasta la contrarrevolucin y la emigracin. Tanto para los campesinos como para los seores, feudalismo y revolucin nunca constituyeron un mito.

El segundo argumento de Cobban (relacionado si fue capitalista o no) se refiere a la composicin de las asambleas revolucionarias. Cobban sostienen que a diferencia de Inglaterra en Las Asambleas constituyentes francesas haba pocos burgueses que vivieran del comercio y la industria, la mayora ocupaban profesiones administrativas dentro del estado monrquico. Primero intenta definir la clase burguesa para ver si hubo capitalismo o no, sostienen que la burguesa no estuvo en el origen vivo del movimiento de protesta de 1788 y no desempeo un papel importante en los acontecimientos y reformas de 1789. Tambin toma a Taylor que se ocupa directamente de definir al capitalismo, y observa que la revolucin apenas logro variar la relacin entre riqueza capitalista y riqueza propietaria. Taylor plantea que no fue capitalista porque la burguesa NO se halla enfrentada econmicamente a otras clases sociales que disfrutaban de renta de origen distinto. Al igual de Cobban, Taylor sostiene que la Revolucin no pudo ser una lucha entre clases enfrentadas por intereses econmicos distintos. Y sostienen que La revolucin francesa fue una revolucin poltica que acarreo reformas sociales y no una revolucin social que tuviera consecuencias polticas.

(Ahora ataques de Soboul a la visin anteriormente expuesta) Dice que por empezar la categora burguesa se suele emplear en plural, No habr una voluntad explcita en negar las realidades sociales? Sostiene que la burguesa era diversa y mltiple: rara vez una clase es homognea. Pero la burguesa tambin es una. Pierre Vilar la define como: no es burgus quien no vive, directamente o indirectamente, de la detraccin social as definida.

Soboul sostiene que si fue capitalista pero que no se mostr en el corto plazo. El viejo sistema fue destruido y la Revolucin Francesa estableci sin ningn tipo de restriccin la libertad de empresa y beneficio, abriendo la va al capitalismo. La victoria sobre el feudalismo no signific automticamente la aparicin de las nuevas relaciones sociales. Que diez aos despus de la Revolucin ni la sociedad ni la economa fueran todava burguesa, es la pura evidencia. Se necesitara todava mucho tiempo para que el capitalismo se afirme definitivamente.

La revolucin gener la ruina de la propiedad feudal, asegurando la autonoma del sistema de produccin capitalista, a la vez allan tambin otras vas de organizacin de la produccin y los intercambios.

En este subtitulo habla de los revisionistas de la revolucin francesa. Estos la minimizan la tratan de una revolucin ms en el marco mundial, o simplemente de un mito. Esta visin se gesta en plena guerra fra y tiene como objetivo borrar las diferencias sociales o la categora de clases. Cobban dice que la revolucin no fue ni antifeudal ni capitalista y mientras que Soboul critica ambas posturas, que el feudalismo jurdicamente hablando haba no desaparecido, no significa que los campesinos todava no lo sintieran, lo mismo los seores que se hicieron contrarrevolucionarios. Por otro lado, que no se halla plasmado el capitalismo al instante de la revolucin no significa que esta no haya contribuido a tal, pues allano la va hacia otras formas de produccin, despejando el camino para el capitalismo que no se mostrara inmediatamente.

REVOLUCIN NECESARIA O REVOLUCIN CONTINGENTE?

En el 65 tambin apareca una empresa revisionista de envergadura diferente. Aunque aqu el contexto no es la guerra fra, el objetivo es el mismo: negar las realidades de clase para encontrar una alternativa al empuje revolucionario. Se comienza a plantear que hubo una revolucin de la Ilustracin: aristocrtica y burguesa, seguida, sin vinculacin necesaria, de una revolucin popular, violenta y retrograda. 1965: La Rvolution, de Furet y Richet, proponen dos nociones. La revolucin de las elites y el resbaln (drapage) del movimiento revolucionario. De este modo aparecen dos, una va reformista y una va revolucionaria. Lo que lleva a la pregunta Era inevitable la revolucin? Segn nuestro autor no, todo dependa de la capacidad de arbitraje y reformas del rey de Francia.

La revolucin de las elites fue una revolucin de las luces, una elite aristocrtica y burguesa convergen tcticamente contra el absolutismo, aspirando tanto a la libertad poltica como a la repulsin hacia las masas populares y la democracia. Soboul considera a esta visin simplista. No existe la elite francesa unificada, ni la nobleza ni la monarqua podan aceptar la supresin del privilegio.

Si la concepcin de revolucin de elites ya es aventurada, ms lo es la del derapage de la revolucin. Estos autores sostienen que hay tres revoluciones La constituyente, que lleva la impronta del XVIII, la parisiense que no se subleva para salvaguardar la asamblea sino para salvarse a s mismos. Y la de los campesinos, quienes llaman a las puertas de la revolucin burguesa.

Hoy por hoy ya la concebimos como la del tercer estado, desarrollando sin contradicciones su curso. Lefebvre ha puesto de manifiesto la existencia de una corriente campesina autnoma y especifica, y sus discpulos de una corriente popular urbana, llamada Sans culotte, tambin autnoma y especfica. No habr acaso entre estas corrientes algn vnculo orgnico?

Estos autores, Furet y Richet, se extraan de la alianza entre la burguesa opulenta y el pueblo urbano y campesino. La juzgan de inesperada. Es de este encuentro entre la burguesa y las masas populares donde sitan la raz de su hiptesis, la de tres revoluciones, y la ms sorprendente y aventurada, la del derapage. La revolucin desde 1792 hasta el 9 de termidor.

La revolucin reformista dirigida desde arriba, fracas por la carencia de arbitraje de la reforma monrquica. Esta revolucin fue desviada de su curso inicial en 1792 por la intervencin popular. Derapage implica que la intervencin no fue indispensable para el triunfo de la revolucin francesa, ni motivada por ella. Como dijimos la revolucin de 1789 fue un hecho fortuito, la de 1792-94 un mero accidente.

Los autores no se plantean saber si no es el curso de este periodo, llamando derapage, que la burguesa pudo exterminar todas las formas de la contrarrevolucin haciendo de este modo posible, ulteriormente, el sistema liberal que se impondr despus de 1794.

Pero concluyamos. No hubo, en 1789, tres revoluciones, sino una sola, burguesa y liberal, con apoyo popular, particularmente campesino. No hubo derapage, sino la voluntad de la burguesa revolucionaria de mantener la cohesin del tercer estado gracias a la alianza de las masas populares, sin cuyo apoyo la experiencia de 1789 nunca se hubiera producido. El ao II no fue agobio, sino un momento de radicalismo poltico necesario para asegurar la victoria de la revolucin burguesa, sobre la contrarrevolucin y coalicin, y de este modo, de supervivencia.

REFLEXIONES METODOLGICAS

Tratndose de la revolucin francesa y de la crtica de la interpretacin clsica, nos queda an mucho camino por andar. Los historiadores que rechazan esta visin ya no son capaces de tener una visin global del fenmeno revolucionario y de dar a este fenmeno una explicacin total. Es obligado constatar que ya no hay una visin total de la revolucin, hay historias parciales que despiezan sectores particulares, rompiendo as los lazos que unen a la materia viva y rica de la historia.

La prctica de la historia parcial sin visin de conjunto contiene el germen de la autentica adulteracin, y est abocada a la abstraccin estril. Estas modas, pasajeras, critican sin reconstruir, negando la racionalidad del movimiento histrico, se limitan a realizar una historia parcial ya caduca. Critica a la historia parcializada

2. Peter Mc Phee, "La trascendencia de la Revolucin" (cap. IX).Una revolucin que haba comenzado en 1789 haba terminado en 1799 con un golpe militar. No fue posible estabilizar la revolucin despus del derrocamiento inicial del Antiguo Rgimen y de la proclamacin de los derechos del hombre y del ciudadano. Por el contrario el pueblo francs tuvo que soportar una dcada de inestabilidad poltica y guerra civil. Hasta que punto fue revolucionaria la experiencia de 25 aos de Revolucin e Imperio?

Algunos estudiosos insisten en que las consecuencias fueron mnimas en lo que se refiere a un verdadero cambio social. Furet, argumenta que hasta bien entrado el XIX la sociedad francesa permaneci igual que bajo el Antiguo Rgimen. El cambio slo llegar con la revolucin industrial en la dcada de 1830, que cambia las pautas de trabajo y vida Estos autores son nombrados minimalistas.

Sin embargo, todos coinciden en que la vida poltica francesa sufri una transformacin, siguiendo las pautas republicanas y democrticas que ni siquiera la restauracin monrquica fue capaz de invertir el cambio revolucionario. Millones de personas se acostumbraron a una forma de gobierno que solo poda ser legitima si estaba basada en algn tipo de soberana popular.

Tambin los historiadores coinciden acerca de la importancia ideolgica de la revolucin. Pero ninguna de las ideologas que se desarrollaron durante la revolucin poda pretender representar las opiniones de la mayora del pueblo francs. A pesar de que el bonapartismo y el jacobinismo presuman estar fundamentados en la soberana popular, ambos eran ambiguos acerca de la forma que deban representar el gobierno democrtico. Napolen, hombre fuerte que restauro el orden y la estabilidad pero a costa de un gobierno militar y una guerra casi continua. Mientras que el jacobinismo, resulto atractivo por su nfasis en la democracia y la igualdad social, pero evoca imgenes negativas del terror y controles sobre las libertades civiles.

Sin embargo, fuera cual fuese la importancia de los cambios de gobierno, las ideas polticas y los recuerdos, los minimalistas argumentan que los elementos bsicos de la vida cotidiana permanecieron invariables: especialmente las pautas de trabajo, la posicin de los pobres, las desigualdades sociales y el estatus inferior de las mujeres.

El autor menciona tres continuidades que presentan los minimalistas. En primer lugar, la gran masa de gente trabajadora en las ciudades y en el campo continu trabajando y subsistiendo del mismo modo que lo hacia antes de 1789. Francia sigui siendo una sociedad rural dominada por pequeas granjas en cuyos hogares se utilizan antiguos mtodos y tcnicas para la propia subsistencia.

En segundo lugar, fueran cuales fueran los grandes proyectos de los jacobinos, los desposedos continuaron siendo una nutrida clase urbana y rural que por lo menos antes dependa de la caridad azarosa y poco adecuada de la iglesia, hasta que la Asamblea, al abolir el diezmo, priv a la iglesia de la capacidad de dispensar caridad. El gobierno local ofreci una serie de programas de trabajo y medidas provisionales para ofrecer alivio a los pobres, sin embargo estas medidas, ya de por s poco sistemticas, desaparecieron despus de 1794 cuando los conservadores se hicieron con el poder. No hay dudas, que los momentos de poder popular y de esperanzas dejaron huellas indeseables en la memoria colectiva de los descendientes de los sans culottes, que tuvieron que esperar varias dcadas para ver realizadas sus esperanzas.

En tercer lugar Francia continu siendo una sociedad jerrquica y profundamente desigual aunque bajo nuevas formas, a partir de 1799, la nueva jerarqua se bas en la riqueza, ms que en el apellido. La mayora de los nobles del Antiguo Rgimen sigui ocupando puestos preeminentes. Queda claro que la Revolucin no fue un holocausto de la nobleza, muchos esquivaron los problemas y pudieron desempear un papel econmico y poltico. Por ltimo, los minimalistas argumentan que el estatus inferior de la mujer en lugar de revertirse, se afianz.

En sntesis los minimalistas sostienen que la revolucin produjo pocos cambios polticos y econmicos y que no vali la pena tanto sacrificio realizado. La revolucin estaba condenada al fracaso a causa de las desmesuradas expectativas. Para Schama, el nico cambio fue la muerte de inocentes a manos de demagogos sin escrpulos y turbas enloquecidas.

Otros historiadores, que el autor denomina maximalistas, como Soboul insisten que la revolucin fue transformadora y aunque reconocen continuidades, aseguran que los minimalistas han ignorado consecuencias fundamentales. Para Soboul fue profundamente revolucionaria en sus resultados a corto y largo plazo. ... abolicin del sistema feudal y del rgimen seorial hacen de ella el punto de partida hacia la sociedad capitalista y el sistema representativo liberal. Estos maximalistas aducen que la revolucin fue un triunfo para la burguesa y para los campesinos terratenientes. Al tiempo que transform las estructuras institucionales de Francia.

Para ellos, la revolucin represent un cambio en las estructuras de identidad cultural e institucional. En la Francia anterior a 1789 la sociedad expresaba lealtades regionales, la gente no hablaba francs y cada provincia tena sus propios cdigos legales, grados de autogobierno y sus propios sistemas de gobierno, pesos y medidas. En 1789-1791 los revolucionarios remodelaron los distintos aspectos de la vida pblica e institucional de acuerdo con los principios de racionalidad, uniformidad y eficiencia. La uniformidad de las estructuras administrativas se reflejaba en la imposicin de pesos, medidas y una moneda. Antes de 1789 un comerciante tena que atravesar distintas barreras de peaje. A partir de entonces los gobiernos legislaron un libre comercio dentro de un mercado nacional.

Adems, el Estado por primera vez aparece como un representante de una entidad emocional, la nacin. La revolucin actu como un semillero del nacionalismo moderno. Antes de 1789 la principal forma de redistribucin de la riqueza era el pago de tributo o excedente al estado, la iglesia y los seores. Hacia 1800, los ordenes privilegiados haban muerto y era el Estado quien obtena la riqueza directamente de los productores a travs de la estructura econmicas (rentas, mercado y trabajo). Eric Wolf dice que ahora solamente el Estado poda recaudare pago de impuestos, reclutar hombres y reclamar obediencia estableciendo su poder y permanencia como agente del control social.

Un argumento de los minimalistas es que con la victoria de los campesinos terratenientes y a causa de las dcadas perdidas de comercio de ultramar, debido a la guerra, Francia retardo el desarrollo de una economa capitalista o de mercado. Del mismo modo, puede argirse que muchos de los burgueses que Soboul considera los vencedores de la revolucin sufrieron mientras esta dur.

El autor sostiene que para algunos burgueses la revolucin y el imperio fueron un periodo econmicamente difcil. Sin embargo, hubo otras zonas, como la industria de algodn, hierro y carbn, que se vieron favorecidas durante el periodo napolenico por el papel de Francia en el sistema continental y por la proteccin contra los importadores britnicos. As como para los minimalistas la revolucin retras el capitalismo, para los maximalistas gener las vas para que este sistema pueda desarrollarse. Aunque muchos empresarios sufrieron durante la revolucin, esta aceler los cambios para la naturaleza de la economa francesa, cambios que facilitaran las prcticas capitalistas. Como la ley de libre empresa y libre comercio que la revolucin le garantiz a los fabricantes, granjeros y comerciantes, sabiendo que podan comerciar sin impedimentos de aduanas internas ni peajes y con un nico sistema de medidas, de monedas y cdigos legales.

El cambio econmico puede observarse en el campo gracias a la venta de tierras que los burgueses urbanos y rurales compraron para expandir sus propiedades ya existentes, incluso aquellos a quienes no les fue expropiada la tierra, tuvieron que cambiar el mtodo de explotacin por la abolicin de los tributos feudales en 1793. As la Revolucin Francesa propici cambios institucionales, legales y sociales que crean un ambiente propicio para la prosperidad de la industria y la agricultura capitalistas: ley de libre empresa y libre comercio (fin de aduanas y peajes), unificacin de pesos y medidas. Ley Le Chapelier (1791) declara ilegales las asociaciones de trabajadores (Ser contra gremios?). Napolen restablece el livret (papeleta de conchabo). Venta de tierras eclesisticas, a los campesinos propietarios, principales beneficiarios de Revolucin.

John Markoff lleva a concluir que los revisionistas anglfobos como Cobban y George Taylor, estn equivocados al minimizar o malinterpretar el alcance de las iniciativas polticas campesinas y la trascendencia de la abolicin del feudalismo. Efectivamente, se produce una mejora en la condicin de los campesinos: Los campesinos dueos de sus tierras fueron los beneficiarios directos de la revolucin, ya que con la abolicin de los tributos feudales y del diezmo, los granjeros se vieron en una posicin inmejorable para concentrarse en el uso de la tierra para cultivos ms productivos. Adems, el campo, con la revolucin tambin se libero, en gran medida, del control de las ciudades provinciales, manteniendo con ellas solo relaciones de mercado y administracin. Esto fue lo que exasper al conjunto de desposedos de las ciudades y caus el empobrecimiento de aquellos que directa o indirectamente dependan de las elites nobles o eclesisticas. Adems, la abolicin del seoro favoreci un cambio revolucionario en las relaciones sociales rurales. Hay pruebas de que la revolucin cre los fundamentos institucionales sobre los que se desarroll el capitalismo. No obstante, hasta que punto represent el acceso al poder de una nueva clase? A primera vista la preeminencia econmica de la vieja nobleza es significativa. Un estudio de 1802 sostiene la mayora de los terratenientes eran nobles, sin embargo, eran ahora slo parte de una elite ms amplia que inclua a todos los ricos, fuera cual fuera su extraccin social, y abarcaba a burgueses de la agricultura, los negocios y la administracin. Adems, la rpida expansin de la burocracia derrib las barreras del reclutamiento y ofreci oportunidad a los jvenes burgueses. La burguesa parisina era una amalgama de viejos aristcratas y jvenes burgueses. En sntesis, los valores culturales de Francia se caracterizaran por ser una amalgama de valores burgueses y aristocrticos en una cultura de notables. Muchos nobles fueron lo suficientemente pragmtico como para retirarse de la vida pblica y aceptar, aunque a regaadientes, los cambios institucionales de la revolucin. Hasta cierto punto, la prdida de tierras y tributos fue compensada con aumentos en los alquileres de arrendatarios y aparceros, pero los nobles ya no podan eludir pagar el mismo impuesto que los dems.

Un cambio se percibi en relacin con la iglesia, una vez declarada la guerra en 1792, el respaldo que el Papa dio a los ejrcitos antirrevolucionarios hizo que la iglesia fuera objeto de sospechas. La iglesia fue desbastada en plena guerra y durante el terror de 1793-94. La iglesia catlica ya no poda reclamar sus niveles pre-revolucionarios de obediencia y aceptacin entre el pueblo, aunque la mayora del pueblo se opona al republicanismo y al laicismo. A pesar de ello, los seglares, demostraron su compromiso religioso en amplias zonas del campo (si sobrevivi la iglesia en Francia fue gracias a su base campesina). Una iglesia reconciliada, sera uno de los puntales del nuevo rgimen napolenico, el restablecimiento de la autoridad familiar, sera el otro.

El cdigo civil haba de ser la piedra angular de la administracin y trataba de garantizar los principios revolucionarios bsicos como consolidar un orden social basado en la riqueza y el patriarcado. El cdigo es extraordinario por la yuxtaposicin de principios bsicos de la revolucin con la consolidacin de jerarqua y patriarcado. Por un lado, el cdigo estaba basado en el supuesto revolucionario de una sociedad laica de ciudadanos iguales ante la ley: el talento se consideraba la base de la jerarqua social, y el xito del uso de la propiedad intelectual era muestra de dicho talento. Por otro lado, se convertira en el dominio del hombre por sobre la mujer. El imperio napolenico se dedico a fortalecer los derechos paternos y de propiedad privada.A pesar de lo que sostienen los historiadores minimalistas y del conservadurismo del cdigo, ningn francs tena duda de haber pasado por un levantamiento revolucionario. McPhee afirma que un examen de las consecuencias sociales, polticas y econmicas de la revolucin indica que esta no fue una ilusin. La vida no volver a ser la misma. Los cambios sociales que acarreo perduraron porque correspondan a algunas de las ms profundas reivindicaciones de la burguesa y el campesinado. Nunca hubo la menor posibilidad de que las masas apoyasen el retorno al antiguo rgimen. Al mismo tiempo, las frustradas aspiraciones de la clase trabajadora en 1795, hicieron que el nuevo rgimen no se instalara sin oposicin, como muestran las revoluciones de 1830, 48 y 70-71.

(Habla de los minimalistas y los maximalistas, y si bien observa ciertas continuidades como el poder que mantiene la nobleza y los terratenientes que lograron sobrevivir, muestra muchos de los cambios que la revolucin llevo a cabo, como una nueva forma de riqueza a la que se tuvo que adaptar la vieja nobleza. Por otro lado, los cambios ms notables se dieron en la conformacin de un estado borrando aduanas interiores imponiendo un idioma, un gobierno y una moneda. Tambin se conform un estado fuerte que recauda y la nobleza ya no estara exenta de los impuestos. Pese a la rigurosidad del cdigo civil, nadie dud que Francia atraves por una la revolucin.

___________________________________________________________________________T2. Napolen. Restauracin.

3. Geoffrey Ellis, Napolen, 2000 (caps. 3 y 5).(Cap. 3) "La elaboracin del Poder: el Gobierno de Napolen"En 1799 Napolen presenta la Constitucin y dice que est basada en los derechos de la propiedad, la igualdad y la libertad. Acto seguido dice la revolucin ha finalizado.

Este capitulo se encarga de cinco puntos:

1. La estructura evolutiva del Gob. de Napolen, desde recibir legado hasta hacerlo Imperio.

2. El trato hacia la oposicin, (especialmente los primeros aos)

3. El concordato con el Papa Pio VII (Intento de reconciliacin y fin de las discordias)

4. Restaurar Orden y finanzas pblicas

5. La Reforma judicial.

Se intentar ver hasta que punto estas reas conllevaban el anuncio de orden, justicia y verdadera libertad.

El objetivo del autor es desmitificar por un lado, el legado republicano y democrtico de la revolucin como algo absoluto y poner de manifiesto la persistencia, y en cierta medida, reorganizacin de la tradicin conservadora cuyas races se encontraban en el Antiguo Rgimen. Por otro lado, Ellis pretende superar la visin totalizante de Napolen como quien hace y sostiene a Francia a travs de una planificacin metdica. El eje que recorre el texto es el interrogante acerca de qu toma y qu elimina Napolen de la Revolucin, pero tambin del Antiguo Rgimen.

1.- El legado republicano y la visin imperial

Ver que hizo con la revolucin que hered. Durante los primeros tres aos, la revolucin era una monarqua reformada. Sin embargo las reformas ms duraderas se consiguieron durante esta primera fase. (1789-1791) La constitucin jacobina del Ao III tambin diferente, exclua a mucha gente en el proceso poltico, sin embargo permaneci intacta, Napolen la acept. La revolucin le haba otorgado a Francia una tradicin republicana y hasta cierto punto democrtica, pero tambin haba dejado una tradicin conservadora reorganizada, con races procedentes del Antiguo Rgimen y cuyo futuro sera duradero. Al trmino del Directorio, el republicanismo era una orientacin nueva y conflictiva. Entre los campesinos haba una lealtad a ella, ms por prudencia que convencimientos, sentan apata por sus excesos y por su hostilidad hacia la vieja religin.

La constitucin del Ao III acot la voluntad del pueblo, pero los poderes polticos fueron formulados de nuevo y se evito que cayesen en manos de un solo hombre o una camarilla. Se estableci parlamento bicameral y una separacin de poderes. Adems habra un directorio ejecutivo de cinco hombres. Sus funciones era nombrar a generales de ejrcito y a siete ministros con obligaciones administrativas. Adems deban jurar odio hacia la monarqua y la anarqua. El Directorio tena que hacer malabarismo contra los intentos de conjura tanto de la derecha como de la izquierda. Despus que el legislativo expulsar a tres miembros del directorio, en el llamado golpe de 1799, Napolen no pareca chocante. La cada del Directorio no fue recibida con protestas pblicas. Nunca fue un rgimen popular ni electoral, ni emotivo. El Directorio se haba encargado de ofrecerle su cadver a Napolen quien slo fue el sepulturero de la libertad poltica. Lo que hizo las Constitucin del VIII fue establecer el consulado y legitimar el golpe. El consulado con Sieyes, Ducos y Napolen reafirm la inviolabilidad de la propiedad privada, salvo el caso de los emigrados, pero no incorpor ninguna declaracin de derechos.

Si bien es cierto que Napolen apel al plebiscito en muchas oportunidades, hoy se admite que las mayoras votantes fueron producto de la manipulacin oficial.

La autntica ruptura con el pasado revolucionario lleg con las disposiciones constitucionales para los cargos ejecutivos centrales, o con la manera en que Napolen llev a cabo esas disposiciones. El consulado estaba muy lejos de ser un triunvirato, los cnsules 2do y 3ero tenan voz consultiva, y pueden registrar opiniones, pero la decisin es del primer Cnsul. En trminos generales el gobierno tena el poder de proponer leyes, controlar las finanzas pblicas, salvaguardar la seguridad interna y defensa externa de la repblica, ejercer prerrogativa de paz y guerra, y firmar tratados con estados extranjeros. Para recalcar la desigualdad el primer cnsul cobraba 500 mil francos por ao, mientras que los otros dos 30% de esa suma. As Napolen pudo concentrar el poder en sus propias manos. Estableca la censura Estatal y al menos de dos maneras rompi con el principio republicano heredado de la separacin de poderes. Primero intervena los asuntos parlamentarios (examinaba las elecciones del senado y cre un procedimiento llamado senatus consultum.) En segundo lugar reorganiz la relacin entre Estado y Ejrcito. Mientras existi el consulado mantuvo las formas, pero una vez proclamado El Imperio concentr las supremas funciones del Estado, tanto civiles como militares. La constitucin del VIII dej las manos libres a Napolen para elegir a sus ministros y consejeros que se parecan ms a serviciales tecncratas que a hombres con iniciativa propia.

De todos los ministerios dos tuvieron especial influencia en el gobierno de Napolen: El ministerio del interior: encargado de: las finanzas pblicas, la educacin, la censura, las obras, la salud pblica, las prisiones, suministros de alimentos, las artes y la ciencia. Era la maquinaria ejecutiva de Napolen. Y el otro ministerio que adquiri el sello de Napolen fue el Ministerio General de Polica, cuya principal figura era Fouch, si bien se sospecha de su lealtad, su oportunismo era notorio y contaba con un sistema muy eficaz de informantes, era experto en descubrir complots polticos contra Napolen.

Describe la extensin del sistema autoritario del gobierno napolenico a todas las regiones de la repblica como un proceso tentacular, mientras que su control nunca fue tan completo como se ha escrito, fue ms uniforme que cualquiera de los anteriores. Centraliz el poder de manera rigurosa, en 1800 cre nuevas prefecturas en 98 Departamentos de la Repblica francesa, y l se encargaba de nombrar a los prefectos, a los secretarios generales y a los miembros del cuerpo consultivo (aunque prefecto dependa del gob. Central, el era en trminos de Godechot un emperador en miniatura). Al elegir a los funcionarios de los departamentos, Napolen prefera hombres con experiencia administrativa. Si bien los prefectos no eran nombrados en sus departamentos de origen, los Alcaldes eran hombres del lugar, en cuanto a los consejeros consultivos la mayora eran notales y propietarios de tierras.

Se pregunta Hasta que punto existi la meritocracia en el sistema de gobierno napolenico? La experiencia profesional era la base de reclutamiento administrativo, la antigedad era aplicada para los ascensos y los sueldos fijados en niveles escalonados. En estos aspectos, el autor concluye, el sistema de gobierno estaba menos abierto a los ambiciosos de origen humilde, de lo que con frecuencia se imagina. La experiencia profesional era la base del reclutamiento administrativo, la antigedad en el servicio el criterio para el ascenso, la propiedad de la tierra la base para la notabilidad. La tica plutocrtica fue la mayor influencia en el sistema de honores.

Stuart Wolf define al Estado napolenico como un modelo administrativo centralista y una uniformidad que se poda exportar a todas las tierras que cayeran en su dominio. Utiliza trminos para definirlo como: modelo francs de la modernidad, arquetipo francs, sofocante imposicin administrativa de uniformidad francesa. Sin embargo, para Ellis el modelo se export con ms xito en algunas zonas que en otras.

Francia cambi muy poco de 1800 a 1815. Paradjicamente Napolen se adelant y rezag con respecto a su tiempo, el ltimo de los dspotas iluminados y un profeta del Estado moderno (palabras de Bergeln).

Finaliza con sntesis y conclusin: Intenta ver que hered de la revolucin y cuanto se alej de ella. Utiliz las reformas revolucionarias que contribuyeron a racionalizar el funcionamiento del Estado y crearon una elite administrativa, pero, abandon preceptos republicanos, como separacin de poderes y los principios electivos de cargos centrales. A pesar de la concepcin de soberana popular, el gobierno napolenico se caracteriz por un principio autoritario. El poder estaba concentrado en manos del Ejecutivo que encontr la manera de manipular y amordazar a las cmaras legislativas, y gobernar por decreto. Los rangos, funciones, sueldos, ascensos oficiales y honores sociales se decidan por reglas uniformes y jerrquicas que los revolucionarios jams dispuestos a tolerar. Napolen heredero de la Repblica revolucionaria, busc socavarla primero aceptando y luego abandonando sus manifestaciones pblicas. Este proceso fue gradual ms que compulsivo y fue pragmtico ms que preconcebido. Pasaron dos aos entre la Constitucin del VIII y el Consulado vitalicio. Durante el nico intervalo de paz que conoci el gobierno de Napolen. 21 meses ms tarde la Constitucin del XII inaugur el gobierno el Imperio hereditario, con un apoyo del Senado y del Legislativo ms dcil an. A partir de 1806 se abandon el calendario republicano y se retom el gregoriano. El Imperio napolenico se pareca ms a una monarqua Absoluta bajo otro titulo. La soberana se identificaba cada vez ms con una persona.

2. El tratamiento de la oposicin

Con el regreso de un gobierno disciplinado y fuerte se esperaba una reconciliacin poltica en Francia.

Durante los regmenes revolucionarios cualquier oposicin organizada fue considerada subversiva, y cualquier complot (real o imaginario) durante 1790 tena diversos grados de severidad: ejecucin por procesos judiciales, represalias militares, exilio punitivo o simplemente encarcelamiento.

Napolen haba heredado un Estado en que las cuestiones polticas se ajustaban a travs de medios violentos. Sin embargo, despus del golpe, indic que deseaba reconciliacin y se proclam como el pacificador de los sbditos. l tena la esperanza de que si todos los grupos se unan a su rgimen las facciones cederan paso al consenso, poltica que recibi el nombre de fusin

Dentro del ejrcito se descart la amenaza de motn cuando en 1797 muri su mayor rival militar: Hoche.

Los opositores podan ser tres: 1ro de los monrquicos y sacerdotes refractarios, que nunca haban sido totalmente radicados. En 2do lugar a los jacobinos. Pero ambos grupos eran marginales y con una coordinacin muy pobre cuya amenaza real para Napolen con frecuencia se exagera. La oposicin ms eficaz poda provenir de la 3ra fuente: La elite poltica misma.

Sus primeros gestos de reconciliacin se dirigieron a los disidentes franceses tanto fuera como dentro del pas. Nobles y jacobinos deportados podan volver al pas siempre y cuando dieran obediencia al rgimen y seales de buen comportamiento. Concedi amnistas a muchos contrarrevolucionarios. Se presentaba como la Pax napolenica. La zona ms conflictiva era el chouans, guerrillas en las provincias occidentales, (las consideraba un desafo a su autoridad). Adems de sus palabras mand a matar, aunque nunca lo asumi, a un dirigente de la oposicin, la mayora de los comandantes de la choauns cesaron hostilidades y Napolen qued con el nico que pacific la Vendee. Sin embargo en la Nochebuena de 1800 una bomba intent matarlo errando por muy poco su objetivo, pese a que Fouch y su servicio de inteligencia indicaron como culpable a Caudoudal, monrquico antiguo lder de chouans, Napolen que estaba seguro de haber pacificado esa zona, responsabiliz a 130 jacobinos a quien desterr. Esto le permiti a Caudonal intentar una nueva conspiracin en 1803-1804 pero esta si fue descubierta y su lder ejecutado.

Napolen no poda utilizar mtodos tan brutales con la elite poltica opositora, su forma clsica de silenciarlos fue a travs de la censura de prensa. Con respecto al rgano de gobierno ms crtico, el tribunado donde se encontraban la mayora de los liberales, Napolen en 1802 que sacaron de su cargo a 20 de los ms distinguidos crticos, a quienes llam molestos metafsicos, sin embargo deseoso de no demostrar que actu por rencor, no los expuls del gobierno, sino que los reparti por servicios polticamente inocuos, como derechos de aduana e importacin.

Gracias a las buenas cosechas (solo hubo dos malas y la primera fue en periodo de paz) Napolen no tuvo que enfrentarse a ningn malestar general ni de los artesanos, ni de los campesinos. Con respecto a los obreros, estableci que cada uno tenga una libreta donde se presentaba su historial laboral y cada vez que necesitaba cambiar de trabajo se lo deba mostrar a las autoridades. As y todo el autor concluye que fue ms el factor suerte de las cosechas lo que gener la tranquilidad. Sin embargo, la reconciliacin ms importante fue con la iglesia catlica, el concordato de 1801

3.- El Concordato

El acuerdo con el Papa se ha considerado uno de los actos ms conciliatorios en los primeros tiempos del consulado. Esto debe ser tenido en cuenta con los conflictos que hace una dcada mantenan la revolucin y el clero. El Papa orden no apoyar la revolucin y muchos curas refractarios se unieron al bando monrquico. Como consecuencia Napolen hered una iglesia dividida y aislada de Roma. En 1795 el rgimen termidoriano proclam la libertad de cultos, algo que mantuvo el Directorio en 1798. Sin embargo en Francia perviva un catolicismo muy arraigado, del cual Napolen era muy consciente, y se daba cuenta de ese creciente espritu religioso entre las comunidades catlicas. Uno de sus objetivos era la reconciliacin con Roma, aunque sus motivos no eran espirituales, sino pragmticos

En 1800 asumi el Papa Pio VII y esto ofreci al cnsul una oportunidad para reconciliarse con Roma. Napolen dijo: En la religin no veo el misterio de la encarnacin, sino el del orden social. A un reconocimiento papal le ayudara a dividir y pacificar La Vende. Por su parte el Papa ante el temor de una posible ocupacin francesa de los Estados Pontificios mand delegados a escuchar la propuesta de Napolen. Despus de varias idas y vueltas firmaron el Concordato, Napolen no quera una religin estatal, solo reconoci a la Iglesia Catlica Romana, por su parte, el Papa Pio VII reconoci la Repblica Consular. El Cnsul propona los candidatos a obispos y arzobispos, que estaban obligados a reconocer lealtad al gobierno consular. El gobierno garantiza un sueldo adecuado para obispos y prrocos, pero no para los gastos de mantenimiento de la iglesia. El Papa reconoci que no molestara a quienes compraron las tierras de la iglesia ni a sus herederos. Napolen reconoci libertades glicas de la Iglesia bajo el Estado Secular. Se construy una jerarqua eclesistica de arzobispos, obispos, prrocos, pero ahora bajo una estructura administrativa del Estado. La antigua funcin de la iglesia de registrar nacimientos defunciones, matrimonios, ya haba sido absorbida por el Estado durante 1790 y as continuo. Napolen no solamente mantuvo ese sistema sino que fue ms lejos, l poda entrometerse en la formacin del clero. En sntesis, Napolen reconstituy la jerarqua eclesistica (arzobispos, obispos, prrocos, vicarios y subordinados) pero ahora estaba insertada en la estructura administrativa del Estado y, encima, reducida.

Protestantes y judos no tuvieron problemas de ejercer sus religiones, sin embargo los protestantes eran ms libres de participar en la vida pblica.

El Papa trato de evitar discusiones y nombr a Joseph Fesh, el to de Napolen, como arzobispo de Lyon y Cardenal en 1803. El Papa viajo en 1804 a Pars para la coronacin de Napolen. Pero las relaciones empeoraron en 1805 y la ruptura se produjo a continuacin.

4.-La reorganizacin de las finanzas

Se hablo tanto desorden en las finanzas pblicas durante las asambleas, que se suele pasar por alto la vuelta a una poltica monetaria estable durante el Directorio. Era conveniente para Napolen presentar el periodo anterior a Brumario como imprudencia y caos financiero.

El papel moneda (assignats) establecido desde 1790, tuvo un efecto pernicioso, se depreci rpidamente, aumentaron los precios de los productos bsicos de subsistencia, ocasionando revueltas e insurrecciones populares, adems las sucesivas emisiones estimularon la venta de tierras expropiadas a la iglesia y emigrados. Los assignats tambin se utilizaron para pagar los gastos fiscales de gobierno. Fue necesaria una hiperinflacin en 1795 para hacer pensar una poltica monetaria ms razonable en Francia. Pero se sustituyeron por los mandatos territoriales que resultaron otro fracaso. Las medidas deflacionarias intensificaron la depreciacin econmica en 1797- 1799, sobre todo en las zonas rurales donde la nueva moneda era escasa. Todo esto eclips el verdadero compromiso del Directorio de una poltica monetaria ms severa y aumento su impopularidad. Por lo tanto en el balance general seria justo concluir que el legado financiero del Directorio fue pobre, sin embargo este haba llevado a cabo la parte desagradable de cimentar para una poltica monetaria dura.

Si consideramos las reformas financieras bajo Napolen es evidente el contraste con las precedentes. La reforma monetaria se ampli y consolid. Fue organizada la recaudacin de impuestos, tanto directo como indirectos y se fue introduciendo un sistema de contabilidad mucho mejor.

El principal responsable de esto fue el Ministro de Finanzas Gaudin, su logro ms destacado fue la mejora del sistema de recaudacin de impuestos. Los impuestos indirectos ya regan desde la poca revolucionaria, pero jams funcionaron con tanta eficacia antes de Brumario. Se hicieron catastros territoriales sobre la tierra, se estabilizaron los ingresos, hasta que aumentaron los costes de guerra 1812-1814. Los impuestos indirectos no se encontraban exuberantes cuando Napolen tom el poder. Sus primeras reformas en ese campo fueron la creacin de un nuevo departamento central de impuestos en 1804, para recaudar tabaco, bebidas alcohlicas, naipes, transporte pblico, mercancas de oro y plata y en 1806 se aadi a la lista la sal. En 1813 suponan el 29% (indirectos) de los ingresos estatales, mientras que los impuestos directos ocupaban el 29 y la 3ra fuente de ingresos provena de cargos por timbres y diversos registros.

Al haber un mayor orden en las finanzas se presupona que la divisa fuese ms fuerte y, como hemos visto, este era uno de los aspectos ms material de la deuda de Napolen con el directorio.

Otra de las innovaciones financieras de Napolen y que perdura hoy en da fue la creacin del Banco de Francia, creado en enero de 1800.

En comparacin con las caticas finanzas del Antiguo Rgimen, o con las agitaciones de la revolucin, es cierto que las reformas parecen metdicas y eficaces. Por lo general pagaban sus deudas pblicas, as como los sueldos y las pensiones oficiales, con una divisa que mantena su valor. El Estado pudo evitar prstamos y sus bonos subieron de valor hasta fines de 1807 momento en el que la guerra con la pennsula Ibrica tuvo impacto desfavorable sobre el mercado. Uno de los aspectos de la poltica fue que los precios aunque tuvieron a subir se mantuvieron estables. A nivel institucional muchas reformas se mantuvieron a su cada. Napolen fue capaz de negarse a pagar la deuda contrada durante el Directorio en 90 millones de francos. La razn ms importante fue la simblica, como un acto diseado a romper con un pasado desprestigiado.

As y todo los gastos del Estado pasaron de 700 millones en 1806 a 1000 en 1812, momento en que solo los gastos de guerra 80% del total.

Sera engaoso pensar que los logros financieros de Napolen se deben a un uso eficaz de los recursos nacionales. Su visin imperial, lleg a depender cada vez ms de los ingresos extraordinarios provenientes de los enemigos conquistados y Estados subordinados para costear la empresa blica de Francia. Las victorias militares le dieron la oportunidad de imponer indemnizaciones a sus enemigos continentales. (Austria y Prusia pagaron cuantiosas sumas). Concluye como el ltimo prrafo, sera difcil otorgar un veredicto final sobre los logros financieros sino se tiene en cuenta la explotacin de los pases satlites y enemigos derrotados durante el imperio.5. El sistema judicial

Si se exceptan las medidas tomadas durante la poca del Terror, podemos decir que los principios que guiaron la justicia francesa durante 1790 que fueron la uniformidad de todos los tribunales civiles y militares en los departamentos administrativos pervivieron durante brumario. Napolen mantuvo la estructura bsica pero tambin incorpor transformaciones tanto, bajo el Consulado como bajo el Imperio. Estos cambios se caracterizaban por una intromisin del gobierno en los procedimientos judiciales franceses y en los nombramientos de su personal, tambin un nfasis en las medidas represivas, con el funcionamiento de tribunales criminales (justicia correccional) y reduccin de los derechos de las mujeres conquistados durante la revolucin. En sntesis una progresiva intromisin estatal y gubernamental que se corresponda con su idea de la concentracin.Los jueces de paz seran elegidos por los ciudadanos pero los jueces de tribunales civiles y criminales seran nombrados por el cnsul y su cargo era vitalicio. Por lo tanto desde el principio existi una estructura judicial formal, expuesta a intromisin estatal, algo que preocup a los liberales.

Dos medidas que molestaron fueron: reducir los jueces de paz de 6000 a 3500 y crear un nmero de tribunales especiales que en principio eran para reprimir el bandidaje, pero despus adquirieron ms funciones. El autor sostiene que el sistema judicial sigui el mismo camino que el Estado, cada vez ms jerrquico, y con una fuerte autoridad en el ejecutivo. El principio electivo de los jueces de paz cada vez fue gradualmente sustituido por el consulado vitalicio.

Sin embargo, Napolen no actu de forma desptica, ni sin criterio a la hora de escoger a magistrados y jueces superiores, prefiriendo hombres con slida formacin profesional, lo que proporcion un vnculo de continuidad con el personal legal de la revolucin, aunque en 1807 haya purgado algunos de sus miembros, la mayora, antiguos seguidores revolucionarios.

La obsesin de Napolen por el Orden, la autoridad y la uniformidad se ampli a las definiciones de las leyes mismas y el resultado fue un trabajo de codificacin jams visto en Francia. Se suele ver a Napolen como un gran militar, un conquistador, invencible, sin embargo nada de lo que conquist militarmente logr mantenerse despus de su casilla, lo que ms perdur fue el legado civil. Algunos historiadores lo han considerado como su obra ms monumental y el ms duradero de todos sus logros. Entre 1800-1802 cinco comisiones encargadas de preparar un cdigo civil, comercial, rural y de procedimiento civil. El Cdigo Civil, promulgado en 1804, que a partir de 1807 se llam Code Napolen, principalmente pensando en exportarlo, fue el ms importante. Reafirmaba principios de igualdad legal, derechos personales, la extincin del feudalismo y derechos de propiedad, donde se reconoci los ttulos de quienes compraron propiedades confiscadas a la iglesia y los que emigraron, tambin suspendi los derechos del primognito por una divisin ms equitativa de herederos varones. Los derechos de las mujeres en herencia y divorcio fueron reducidos. Concluye que el Cdigo Civil debe ser considerado una obra de consolidacin y no de innovacin.El Cdigo civil 1806, Comercial 1807. Le siguieron el Criminal y un Cdigo Penal. Estos dos ltimos sealaron el comienzo de una reorganizacin de la justicia represiva, y el consiguiente aparato policial que tuvo su efecto en 1810-1811. El Cdigo rural no se redact por la complejidad de la vida rural. Eso mismo le ocurri a regmenes posteriores.(Cap. 5) "Los agregados sociales del poder: los notables imperiales, la nobleza y el Sistema de Botn",Napolen persigui una poltica social conectada a sus planteamientos de dinsticos y a su sistema botn de imperial. El Gran Imperio sera parte esencial de su realizacin, su proceso fue gradual y pragmtico, no preconcebido. Para ello analiza el acuerdo revolucionario sobre la tierra, qu Napolen mantiene, la relacin con la lista de notables y su evolucin en el sistema de honores sociales y la formacin de una nobleza imperial cuyas concesiones materiales se debieron al sistema de botn impuesto a los estados subordinados del Gran Imperio.

Para ello elabora cinco aspectos del tema:

1. Los que significo el acuerdo revolucionario sobre las tierras para la sociedad francesa en 1790

2. La lista oficial de notables que comenz a aparecer durante el consulado y evolucion a un sistema de honores sociales

3. Ese grupo ms amplio cuya existencia Napolen atribua a la poltica de fusin (ralliement) que se puede identificar con una elite: la nobleza imperial (deudoras del sistema de botn impuesto a los estados subordinados del Gran Imperio)

4. El papel interpretado por la antigua nobleza en la vida pblica del imperio como funcionarios o como smbolos honorficos de la fusin.

1.-El acuerdo revolucionario sobre la tierra

La venta de tierras confiscadas a la iglesia y a los nobles por sucesivos regmenes, fue el factor ms influyente a lo largo de toda la historia social europea. Aunque fue algo gradual durante una dcada, fue un elemento central para la poltica financiera y estuvo vinculada a la masa de papel moneda en circulacin. Segn Marcel Marion, aquellos que compraron tierras confiscadas fueron los mayores beneficiarios de la revolucin, compraron barato, y al contrario, el mayor perjudicado fue el Estado, quien se deshizo de estas por menos de su valor nominal.

Las primeras tierras fueron propiedades eclesisticas y dominios reales tierras de primer origen, le siguieron la de los emigrados franceses, estas se llamaron tierras de segundo origen. Segn clculos esas tierras valan 4000 millones una quinta parte de las tierras francesas. Sin embargo, en 1797 la tesorera haba recaudado por ellas, menos 1000 millones y tambin se haban producido numerosos fraudes. Ahora se conocen mejor quienes compraron las propiedades. No se puede hablar de una democratizacin de la propiedad, pues los principales beneficiarios fueron hombres de alguna riqueza ya propietarios en la ciudad o campo. La mayora de los que adquirieron eran campesinos acomodados y la burguesa adinerada (abogados, comerciantes, profesionales) que no compraban por motivos econmicos sino para aumentar su status. Estos, queran mantener sus conquistas durante el gobierno napolenico y se encontraban entre los ralliers. Otros, como la oligarqua mercantil se vieron afectados por los bloqueos ingleses e intentaron salvar su posicin comprando tierras. Concluye que las ventas revolucionarias crearon un mercado para una nueva generacin de empresarios, especuladores y contratistas gubernamentales, adems de arribistas ansiosos de mejorar su posicin invirtiendo en tierras nacionales. Napolen no slo acept las ventas sino que concedi a los nuevos propietarios los ttulos legales, esto lo reafirmo en el Concordato y en el Cdigo Civil, lo que se da es el paso del usufructo a la propiedad. El concepto de propiedad va a ser la clave para la fusin de la elite napolenica. Herencia napolenica es la separacin cada vez ms profunda de propietarios y no propietarios. En sus polticas conciliatorias, Napolen devolvi las tierras no vendidas a sus antiguos propietarios una vez eliminados de la lista de desterrados.

2. Los notables

En el Antiguo Rgimen, la notabilidad era inseparable del concepto de nobleza hereditaria. La Revolucin barri con eso, las distinciones legales entre las antiguas rdenes sociales fueron abolidas en la Declaracin de los derechos del Hombre y del Ciudadano. La reaparicin del concepto de notabilidad durante el consulado, sin duda atestigua la visin jerrquica que tena Napolen durante la sociedad francesa, pero tambin representa la superficial retrica de igualdad existente durante la dcada revolucionaria.

La Notabilidad perdi el significado que tena durante el Antiguo Rgimen, reaparicin de la visin jerrquica, es producto del rgimen de Napolen, pero el concepto de notabilidad, adquiri nuevo significado, distinto del anterior. Las listas de notables de carcter republicano se componen de los propietarios, funcionarios locales, muy pocos militares, la antigua nobleza formaba pequeo porcentaje y el clero casi ninguno. Con el senatus consultum que inaugur el consulado vitalicio se estableci que los notables fuesen aquellos contribuyentes que ms pagaban. As la notabilidad adquira un significado plutocrtico, en donde el elemento de propiedad gan en importancia mientras que los adinerados en finanzas, comercio e industria tuvieron escasa representacin salvo que tuvieses tierras. No caben dudas que Napolen considera a la propiedad como sello de notabilidad. El propietario de tierras era el modelo social y econmico del notable. Sin embargo, la mayora eran oscuros provincianos alejados de la grandeza imperial, no obstante, colectivamente formaban una elite social y eran testigos de la poltica de fusin napolenica. La mayora no tenan principales perspectivas de recibir honores ni dotaciones materiales. A continuacin analiza quien s los reciba.

3. La nobleza imperial

El origen del sistema de honores precedi al imperio. Las armas de honor se dieron a partir de Brumario, estos eran distintivos nacionales a los soldados que lucharon por la repblica, se intent algo ms amplio con la Legin de Honor de Napolen en 1802. Las primeras 36 fueron acompaadas por donaciones de tierras. En 1804 la escala y el valor de las condecoraciones decrecieron.

La proclamacin del imperio en 1804 fue acompaada por el nombramiento de 10 Dignatarios y 10 Grandes funcionarios de la casa imperial En 1806 se crearon 22 Grandes Feudos Ducales del Imperio con tierras conquistadas en Italia. Napolen las don a sus militares, a los mariscales y a ciertos ministros.

Con el sistema de honores de Napolen se crearon los ttulos de Conde, Barn y Caballero del Imperio y criterios a la nueva nobleza imperial. En teora los receptores de todos los ttulos imperiales tenan que demostrar ingresos para cualificarse, que se fijo en 20 mil para Duques, 30 para Condes, 15 para Barones y 3 mil para caballeros. Por supuesto, Napolen tenan el privilegio de conceder esos honores a otros notables que no se encontraban en las categoras oficiales y que se haba distinguido por su servicio al Estado.

Los ttulos imperiales concedidos hasta 1815 fueron 3364, en teora una cifra tan minscula debera haber convertido a la nobleza en ms exclusiva, pero este no fue el caso. La nobleza imperial se compona, en trminos profesionales, en su mayora de militares, casi el 59 %, luego le seguan quienes ocupaban cargos pblicos, y en pequesima escala mdicos y compositores de msica. Entre los militares, su procedencia era burguesa, luego nobles (del antiguo rgimen) y una minora provena de las clases populares. En cualquier caso, la fusin de todos los grupos sociales y profesionales defini el carcter pos-revolucionario de la nobleza imperial.

El gran imperio en el sistema de botn de napolen

Si vemos la poltica social de Napolen el acuerdo de tierras fue el factor de fondo. El no tena en el interior de Francia tierras para dotar a su familia y a la elite de oficiales que el deseaba. Tuvo que buscar ms all de las fronteras. Como dijimos el proceso fue gradual y pragmtico, sobre la marcha, por ende los agregados del Imperio no aparecieron de golpe sino en etapas escalonas, determinadas por la cronologa de la guerra. Las fechas que se crearon ttulos concedieron tierras coincidieron con las conquistas de 1805-1807. Fue entonces cuando los botines de guerra comenzaron a multiplicarse proporcionando ingresos en los Estados subordinados que antes no estaban a disposicin.

El Gran Imperio Napolen lleg a verlo como un rea de colocacin dinstica para su familia, de vasallaje militar y dependencia econmica. Tambin servir a sus propsitos sociales. El sistema de botn era sencillo, a los prncipes feudales en estado subordinados se les desposea de una parte sustancial de los ingresos derivados de su dominio, y se los guardaba para beneficio propio o de sus gobernantes satlites.

Napolen utiliz los dominios extranjeros como dinamizador de las donaciones de tierra en Francia, con las que obsequiara a las elites. Las de Westfalia y Hanover fueron las ms importantes. Las italianas aunque fueron las tierras ms numerosas tenan las rentas ms modestas. Los ingresos se extraan en metlico o en especies. Las donaciones no eran tanto de tierras, como, ms bien de rentas que se entregaba a los agentes franceses encargados de la recoleccin.

Todo el sistema colapso con la retirada de los ejrcitos franceses bajo la ofensiva de la coalicin Aliada en 1813-1814. Para cuando abdico Napolen todas las donaciones haban sido anuladas. El ejrcito siempre haba tenido la clave del sistema de botines y de su poltica de grandeza, al final se hundieron todos juntos.

No piensa analizar la poltica de Napolen en los estados conquistados, porque es propio de su otro libro, sin embargo dice que las antiguas aristocracias feudales resistieron a las reformas sociales y stas, como el Cdigo Napolen no pudieron ser aplicadas. Los seores feudales la eludan o la distorsionaban. No se realiz un Cdigo legal para sustituir los procedimientos feudales. Sin embargo, en la propia Francia no cabe dudas que el Cdigo Civil extingui las prcticas feudales que pudieran pervivir. En muchos estados al este del Rhin y al sur de los Alpes, las reformas sociales llegaran tan slo con las revoluciones de 1848-49. Ms all de las fronteras del imperio, Napolen haba aflojado pero no deshecho las antiguas ataduras agrarias. La humillacin militar pudo ser un aliciente para el despertar nacionalista, pero tal reaccin fue motivada ms por las antiguas lealtades dinsticas y materiales que por una futura Nacin-Estado unificada y seglar.La paradoja de la hegemona de Napolen en los Estados subordinados es que su sistema de botn y las exigencias del ejrcito minaron su propsito de reforma legal y social. Las constituciones pueden ser vistas como ilustradas, sin embargo, nunca fueron aplicadas en los territorios del Gran Imperio. Lo que quera Napolen era soldados, provisiones y dinero, todo eso se hizo necesario al ser ms intensas sus ambiciones militares y su sistema de botn. Como realista (de real, no de monarca, juego de palabras) encontr que era ms productivo llegar a acuerdos con las aristocracias de las tierras conquistadas en Alemania; Italia y Polonia. Para obtener el botn lleg a un acuerdo con el sistema feudal. A largo plazo, sus efectos sociales fueron conservadores no radicales. En este sentido tena ms en comn con los Dspotas Ilustrados, que con los posteriores arquitectos del Estado Moderno

4. Asa Briggs y Patricia Clavin, "Orden y Movimiento, 1815-1848", (cap. II).

La restauracin: idea o realidad?

Despus de la conmocin por la que atraves Europa en 1789-1815 nada podra volver a ser lo mismo. La experiencia de la revolucin y la guerra haba calado hondo y no era fcil que se olvidara.

Haba liberales y revolucionarios esparcidos por toda la Europa posnapolenica, y estos crean que la labor emprendida en 1789 deba continuar. Los liberales intentaban conservar las conquistas positivas para la libertad humana evitando los excesos revolucionarios. Entre los revolucionarios se destacan el italiano Filippo Buonarroti, y el francs augusto Blanqui.

Los partidos polticos an se encontraban en fase embrionaria, pero gracias a su desarrollo posterior, el liberalismo, en sus mltiples versiones, con el apoyo de la prensa peridica se convirti en una fuerza poltica importante.

Para algunos liberales (los que vivan en los puertos), la libertad econmica pareca una causa ms urgente que la libertad poltica. Los liberales de las grandes ciudades hacan ms hincapi en la libertad de reunin y de expresin.

Antes del surgimiento de los partidos polticos que actuasen de forma libre y continuada, las protestas polticas se basaban en los disturbios, en aquellos pases que no tenan constituciones liberales, y en plataformas de agitacin y de presin, en los pases que si las posean. En Gran Bretaa y Francia las protestas urbanas habituales se daban cuando haba malas cosechas. Muchos liberales, tenan tanto miedo a las presiones de las clases inferiores como las autoridades superiores. El campo participaba menos de las protestas pblicas, su religin de carcter popular era una fuente de consuelo.

La Europa en 1815, tras la cada de Napolen, estaba en manos de hombres que deseaban una restauracin en lugar de cambios. Mirando hacia atrs, la Revolucin y el imperio les parecan aventuras a las que haban puesto fin.

Entre los filsofos de la restauracin haba algunos que miraban con aoranza hacia una poca anterior a la Revolucin francesa y la Revolucin industrial, anterior a la Ilustracin, anterior incluso a la Reforma protestante. Hacan hincapi en la necesidad de recuperar un orden social orgnico, basado en los deberes, y no en los derechos; en una ideologa y una moral nica, y no en la diversidad de opiniones o conductas; en la fe religiosa y no en la marcha del intelecto.

Las tareas de la restauracin

Aunque los cinco grandes que se dispusieron a restaurar Europa en 1815 posean caracteres y convicciones distintas, compartan el mismo desagrado por la revolucin y la idea que era necesario erradicarla. Con excepcin de Castlereagh, ministro de relacin de Gran Bretaa, la mayora haba tenido contacto con Napolen y se haba mostrado dispuesto a pactar con l. El zar Alejandro I quiso sellar el destino de Europa navegando en una barcaza con Napolen. Metternich (Diplomtico de Austria, ministro de Francisco I) elogiaba la seguridad con la que Napolen tomaba las decisiones.

Las revoluciones nunca fueron obra de las masas populares le dijo Metternich a Alejandro I, sino que la provocan hombres ambiciosos, funcionarios del estado, hombres de letras, abogados. Metternich impuso una censura de prensa y un rgido control en las enseanzas y nombramientos universitarios.

Por el contrario Alejandro I quera un proyecto de paz que agrupara a todos los estados, pusiera fin al feudalismo e introdujera gobiernos constitucionales. Prefera la reconstruccin de Europa a la restauracin, del status quo. Por eso no confiaban en el ni Metternich, ni Castlereagh.

Federico Guillermo III de Prusia haba estado interesado en las reformas, mientras Napolen tena el futuro de Alemania. Junto a sus ministros se propuso hacer desde arriba lo que los franceses hicieron desde abajo. Cuando llego la paz prometi la ampliacin del gobierno representativo, sin embargo, no hizo el ms mnimo esfuerzo por avanzar en esa direccin.

El acuerdo

Exista otro compromiso que iba ms all del acuerdo de reparto territorial: las grandes potencias celebraran una serie de reuniones en tiempo de paz para consultar temas de inters comn.

Antes de que Metternich asumiera la funcin de supervisor de Europa, Castlereagh (Ministro de GB) desempeo un papel destacado a la hora de conjugar una cudruple Alianza a los cuatro aliados principales de la guerra. Alejandro I quera una Santa Alianza de monarcas contenida bajo el cristianismo. El emperador de Austria (Francisco I y Metternich) no saba si aprobar esta propuesta en el Consejo de ministros o en el confesionario, mientras que Castlereagh sostena que el documento de Alejandro I era una gran estupidez.

La primera dificultad a la que se enfrentaban los negociadores era prctica, la restauracin de tronos, Estados y fronteras. Primero le toco a los tronos porque la legitimidad de la monarqua haba sido cuestionada. La restauracin de los Estados vino despus y por ltimo la de las fronteras, que no poda volver a restaurarse como antes porque estas haban cambiado mucho entre 1792 y 1815. Las potencias llegaron a un acuerdo previo en el tratado de Paris, (1814) despus de enviar a Napolen al Elba. Restauraron Francia a sus antiguas fronteras de 1792. Ampliaron a Holanda e incluyeron a Blgica y Luxemburgo. Independizaron a Suiza, dividieron a Italia, restauraron la dinasta de los Borbones en Francia y Espaa y crearon la confederacin alemana. Sajonia y Polonia fueron omitidas del primer tratado. Dentro de este marco haba lugar para las discrepancias, cuyos representantes se reunan a diario durante el Congreso de Viena del 1 de noviembre de 1814. Se llevaban negociaciones entre ellos y la Francia derrotada, representada por Talleyrand.

El Congreso de Viena 1814, resulto ser uno de los ms ambiciosos, en este Austria prescindira una confederacin muy laxa de 39 estados alemanes. Al tiempo que obtuvo una serie de Estados italianos, mientras que Italia quedaba dividida en 8 estados independientes.

Prusia consigui el 40% de Sajonia y territorios estratgicos en el Rin y el territorio de Wesfalia como barrera de proteccin contra Francia, lo que le permiti a Prusia convertirse en adalid de Alemania frente a Francia. Gran Bretaa se hizo con lo nico que le interesaba, sus dominios sobre los mares que se reforz mediante una adquisicin de series dispersas.

No cabe duda que el acuerdo de 1815 garantiz un equilibrio general de las fuerzas en Europa que supero las crisis locales de algunos lugares concretos, entre ellos Espaa e Italia, y un cambio importante en el mapa de Europa: la creacin de un nuevo reino independiente de Blgica en 1830. A la Francia derrotada no se la castigara como a la Alemania vencida despus de la primera guerra Mundial. Privar a Francia de sus conquistas revolucionarias y napolenicas no significaba la destruccin del pas, y fue por voluntad propia por lo que cambio de rgimen en 1830.

La debilidad del acuerdo fue que dejo una serie de puntos conflictivos en el mapa y cre otros nuevos. Adems, si bien a Italia y Alemania las mantuvieron divididas hasta 1848, a partir de esa fecha alteraran el equilibrio. El acuerdo tambin paso por alto una zona que haba sido importante desde el punto de vista diplomtico y estratgico inmediatamente antes de que empezasen las guerras revolucionarias y que crearan numerosos conflictos en el XIX: la Europa oriental y el imperio otomano. No haba ninguna Comisin del Danubio.

El sistema de congresos

La cudruple alianza se transform en quntuple con la inclusin de Francia. Se celebraron distintos congresos para supervisar el orden de Europa de la posguerra. Las cinco grandes potencias que supervisaban la paz eran las mismas que haban dominado el panorama europeo antes de 1789, pero sus interrelaciones haban cambiado despus de que Gran Bretaa llegase al trmino de las guerras revolucionarias y napolenica con un nivel de prosperidad nacional mayor y con la posibilidad de acceder a fuentes de riqueza fuera de Europa mucho mayores que cualquier otra gran potencia. En cuanto al imperio de los Habsburgo, abarcaba muchas regiones, y la represin, en su seno, del liberalismo y del nacionalismo fue una tarea formidable. la forma en la que abordaba los problemas era mediante la opresin y la represin.

Aunque el sistema de congresos era nuevo y no se haba probado nunca, los cuatro congresos celebrados entre 1815 y 1822 ya haban dejado muy claro que los aliados durante la guerra tenan puntos de vista diferentes en tiempos de paz. Y en segundo lugar, era un error afirmar que se haba restaurado el viejo mundo porque haba indicios de que estaba surgiendo uno nuevo. Mientras que Castlereagh se dio cuenta de lo difcil que era mantener cualquier orden, Metternich retras los esfuerzos por crear un orden internacional y cuando se produjeron levantamientos en Npoles y Espaa contra los regmenes monrquicos reaccionarios, Metternich quedaba impresionado. Un ejrcito austriaco entr en Npoles en 1821 y aplast la revuelta tan rpidamente como esta haba empezado. Castlereagh se opuso a un protocolo de Alejandro I que sostena que los estados donde se produjeran cambios revolucionarios dejaran de ser miembros de la Alianza y las potencias deben comprometerse a restablecer el orden y a reintegrar al estado culpable al seno de la Gran Alianza.

Castlereagh se haba suicidado y su sucesor Canning, reitero la negativa de Gran Bretaa de participar en la intervencin aliada en la segunda rea del conflicto: Espaa, en donde los rebeldes exigan la adopcin de una constitucin redactada en 1812 y que no haba sido aplicada. Con la entrada de tropas francesas en Espaa de 1823, apoyada por Austria y Rusia podemos decir que el sistema de congresos haba llegado a su fin.

Habla de los congresos y las diferentes concepciones en tiempos de paz, algunos restaurar orden, tomar medidas de la revolucin liberales de distinta ndole, se procuro restaurar, monarquas, estados y fronteras, esta ltima fue lo ms difcil

Indicios del cambio

Entre 1822 y 1830 se puso de manifiesto que haba distintas interpretaciones del significado de Europa. Y que la palabra movimiento como el trmino liberal, se incorporaba al vocabulario poltico. En la Gran Bretaa de la revolucin industrial, las palabras movimiento obrero ya se utilizaron en 1828, el trmino ya abarcaba a los sindicatos, cooperativas y organizaciones socialistas.

La decisin de incorporarse a un movimiento llevaba implcita una serie de compromisos y lealtades nuevos. Poda tratarse de un movimiento secreto basado como la masonera, en juramentos, o movimiento poltico basado en la propaganda y los panfletos. Adems poda ser un movimiento nacional o internacional. El movimiento secreto ms famoso posterior a 1815, fue el de los carbonari (carboneros) fundado en Npoles en 1810