Réquiem para América latina

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    Rquiem para la Amrica latina?Las Ciencias Sociales y la recomposicin de las Amricas

    Para concluir deseo agregarque los Estados Unidos me ha tratado muy bien,

    me ha permitido ser yo mismao cualquier versin de m que se me ocurra crear.

    Isabel Allende, Mi pas inventado.

    Introduccin

    Si hasta los aos ochenta, dcada en la cual se puede ubicar la ruptura con las teoras

    de la dependencia y del desarrollo, las ciencias sociales en Amrica latina intentaron construir

    un pensamiento endgeno, aunque siempre mirando a Europa; es a partir de los aos noventa

    que se comienza a percibir un decaimiento en el intento de crear interpretaciones generales

    acerca de la realidad social y se comienza a manifestar una neta influencia de los Estados

    Unidos en el desarrollo acadmico e intelectual de Amrica Latina. En otras palabras, si a

    fines del Siglo XIX, y casi a lo largo de todo el Siglo XX, los principales argumentos se

    construan en intercambio con Europa; hoy, desde las ltimas dcadas del siglo pasado, la

    produccin de las ciencias sociales en la Amrica latina se realiza en relacin a lo que se

    piensa e investiga en Estados Unidos. Eso no quiere decir que las ideas provenientes de las

    Universidades y de los centros de investigacin estadounidenses estimulan la dependencia o

    el neo-colonialismo; visin particularmente sostenida por un anti-americanismo primario,

    que no solamente es propio a los latinoamericanos, sino que es compartido por los europeos,

    por aquellos intelectuales que reducen la realidad a ciertos aspectos de la geo-poltica y del

    ordenamiento hegemnico internacional. (Revel 2002; Roger 2004).

    Entonces, la nueva influencia puede explicarse por el rol que desempea Estados

    Unidos en el mundo actual y tambin por una serie de factores culturales y estructurales que

    estn modelando a las sociedades en Amrica y a la produccin misma de las ciencias sociales

    en el nuevo Continente. Hablando con precisin, los factores en cuestin son los siguientes:

    1) La Amrica vive un profundo proceso de recomposicin geo-poltica y cultural : los pases

    latinoamericanos han perdido sus similitudes estructurales (Rouqui 1988: 425; Delich 2004:

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    25-31). Ese proceso se acompaa por el surgimiento de reagrupamientos regionales y las

    tendencias eje de los modelos de integracin emergentes son el panamericanista, que en

    una de sus versiones se expresa con la participacin mexicana en el TLCAN, y el

    sudamericanista, estimulada por el Brasil y la Argentina a travs del MERCOSUR. En

    consecuencia, las perspectivas del desarrollo local han variado substancialmente y se

    presentan como proyectos de integracin transnacionales. 2) En el mbito demogrfico, la

    emigracin de los latinoamericanos ha revelado el significativo impacto material, cultural y

    poltico que este fenmeno ocasiona tanto en los centros receptores como en los centros

    expulsores. En los Estados Unidos el tema, en los ltimos aos, est siendo intensamente

    debatido (Portes y Rumbaut 2001; Huntington 2006; Sandoval Palacios 2007). Adems, enmenor grado, la emigracin de latinoamericanos a Europa es ahora tema de inters para las

    ciencias sociales, especialmente en Espaa. 3) Europa vive un fenmeno de ensimismamiento

    derivado de su esfuerzo por constituir la Unin Europea, lo que implica, en la actualidad, la

    integracin de 25 Estados-nacin en un solo proyecto poltico econmico y cultural (Brzel

    2005; Beach y Mazzucelli 2006). Asimismo, la Unin Europea est preocupada en resolver

    sus problemas especficos, algunos son: las consecuencias del envejecimiento de su

    poblacin, la adecuacin de su sistema de seguridad al contexto de la post-guerra fra o la

    garanta de continuidad de los beneficios producidos por un Estado benefactor que necesita

    flexibilizarse y repensarse (Giddens 2007).

    Esos factores, sumados a la generalizacin, en Amrica latina, de los regmenes

    democrticos como forma de gobierno, a la globalizacin de la economa de mercado y a la

    revolucin de las tecnologas de la informtica y de las comunicaciones, han modificado

    substancialmente las condiciones materiales, intelectuales e institucionales de la produccin

    de ciencias sociales en el Continente.

    El Fin de la Amrica latina y el nuevo orden continental

    Alain Rouqui, en Amerique latine : Introduction l'Extrme-Occident, sostiene que

    Amrica latina ha entrado en un proceso de redefinicin estructural. El autor se pregunta :

    Acaso no asistimos simplemente al fin de l'Amrica latina como a un conjunto de naciones

    sometidas a condiciones similares? 1

    (1988: 425). Responer a esa cuestin es el pretexto para

    describir y explicar nuestra percepcin del nuevo orden continental y las consecuencias que se

    1 La traduccin (del francs) de la citacin es nuestra.

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    empiezan a sentir en el mbito del desenvolvimiento cultural y en el trabajo que realizan los

    intelectuales para que la sociedad se conozca a s misma.

    Encarada de otro modo, la pregunta nos motiva a sugerir la siguiente hiptesis :

    Hemos llegado al fin de la Amrica latina, de un programa funcional que se estableci para

    hacer la distincin entre la Amrica anglosajona y la Amrica ibrica (la conformada por los

    pases latinos), y que, adems, implcita y explictamentemente fomentaba los ideales

    bolivarianos de unidad continental, a imagen y en contra de los Estados Unidos. As, en los

    momentos ms conflictivos de las relaciones intra-continentales, especialmente cuando el

    expansionismo militar estadounidense se hizo sentir en Mxico, Centroamrica y el Caribe, y

    cuando el lan de desarrollo modernizador y econmico endgeno y la coyuntura de la guerra

    fra matizaban la coyuntura, la idea de Amrica latina tom un cariz ideolgico y poltico. En

    ese contexto, las izquierdas latinoamericanas, y los intelectuales, asumieron esa distincin

    hasta convertirla en un ideal utpico e antiimperialista que no pudo efectivizar la integracin

    poltica de las naciones. En concreto, hoy Amrica latina es simplemente un fecundo rea

    cultural que se define con relacin a una comunidad lingstica en la cual coinciden, por

    razones histricas y geogrficas, la races comunes del espaol y del portugus y que ha

    hecho del mestizaje su valor esencial y el terreno donde se suele reconciliar la herenciaEuropea con el de las poblaciones descendientes de los esclavos africanos y la de los pueblos

    indios. Como hiptesis complementaria, hay que aadir que, los Estados Unidos no representa

    ms, culturalmente, de manera monoltica, una Amrica anglosajona nacida de la inmigracin

    europea (Gonzales 2000: 270; Lvy 2006: 20).

    Por otro lado, plantear el fin de la Amrica latina supone repensar el orden continental,

    es decir el proceso de readecuacin poltica, social, econmica y cultural que se irradia hacia

    el siglo XXI. Dicho de otro modo, y de manera menos contundente, en este momento es

    totalmente plausible y pertinente tratar las mutaciones estructurales que vive Amrica latina

    como un hecho que involucra integralmente al Continente, como una recomposicin de la

    Amricas , en toda la significacin que puede sugerir esa idea. A nivel cultural, las fronteras

    entre una Norteamrica anglosajona, protestante y una Sudamrica latina y catlica son cada

    vez ms difusas. En ese escenario, aparece, como una manifestacin de la fusin o de la aguda

    interdependencia de la que somos testigos, un bilingismo espaol-ingls que es de doble va.

    Pues, ms all de los Estados Unidos, el uso y la familiarizacin con el ingls involucra demanera directa a las lites intelectuales o a aquellos actores sociales que tienen la voluntad y

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    posibilidad de articular sus intereses dentro de las redes globales que se estructuran en La

    Era de la Informacin , para definir el periodo con el ttulo que le acuerda Manuel Castells.

    En otra perspectiva, dentro el orden mundial vigente, los intereses de los pases latinos no

    muestran graves contradicciones con los de los Estados Unidos y los del Canad, con el

    desarrollo dentro de una economa de mercado, y coinciden con la afirmacin de la

    democracia como rgimen poltico. Esas circunstancias, desde luego, no anuncian que los

    Estados Unidos hayan atemperado su voluntad por mantener su calidad de primera potencia

    internacional.

    Expuesto lo anterior, comencemos un recuento de los datos que refuerzan la certitud

    con la pronunciamos nuestros juicios acerca de la mencionada recomposicin, la cual,

    esquemticamente, muestra el siguiente panorama:

    Mxico participa directamente de la estrategia que se labra Estados Unidos para dar

    continuidad a su calidad de potencia hegemnica nivel regional y mundial. Las dos naciones,

    junto a Canad, han conformado un bloque econmico regional (TLCAN), con limitadas

    perspectivas de integracin poltica, pero con importantes consecuencias para el

    reacondicionamiento de sus identidades nacionales. Dicho de manera sencilla, el desarrollo

    mexicano coincide, y eso ocurrir dentro de los prximos cincuenta aos, con el rumbo y

    estrategias de desenvolvimiento que tienen los Estados Unidos. Ambos Estados han entrado

    en una proceso de progresiva interdependencia: situacin impensable en el pasado no muy

    remoto.

    Luego, en lo que se refiere a los pases centroamericanos y los del Caribe, ellos

    constituyen pequeas naciones cuya heterogeneidad poltica y econmica impiden su

    integracin. Imposible imaginar espacios de encuentro entre el solitario sistema socialista

    cubano, la inestabilidad de Hait o la perseverancia institucionalista de de Costa Rica.

    Centroamrica y el Caribe sufren el fuerte impacto que las fuerzas centrifugas de la

    mundializacin producen sobre los pequeos pases que carecen de voluntad confederativa y

    sostenibilidad econmica. La ausencia de vitalidad institucional en la mayora de los Estados

    y la dbil sociedad civil hacen de Centroamrica y del Caribe una regin permeable a la

    proliferacin de una economa delictiva que est signada por el narcotrfico y la violencia

    criminal (Sojo 2007: 181).

    Enseguida viene el conjunto de pases Andinos, formado por Venezuela, Colombia,

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    Ecuador, Per y Bolivia, cuya inestabilidad esta enraizada en una cultura poltica pre-

    moderna donde el caudillismo est a la orden del da y la integracin ciudadana de las

    poblaciones indgenas, rurales y de los pobres de las ciudades, son temas pendientes o de

    acentuado conflicto. Los pases andinos no son pobres en recursos naturales y tienen gran

    potencialidad para su desarrollo econmico. Colombia, a pesar de su crnica violencia

    poltica, resisti bien los embates de la depresin econmica de la dcada perdida y

    Venezuela no disminuy en su calidad de potencia petrolera; sin embargo, la merma de sus

    posibilidades de desarrollo se debe a que la regin padece una crisis en sus sistemas de

    representacin y a nivel de la legitimidad poltica (Bonilla y Pez 2006 :138). De otro lado,

    los pases Andinos perseveran ingenuamente en un voluntarismo integrador sin comprenderlos obstculos estructurales sobre los que deberan actuar para hacer coincidir su retrica de

    unidad con un trabajo tendiente a sobrepasar su desarticulacin. Esa situacin la explicaremos

    luego.

    Posteriormente resaltan los dos pases que constituyen la estructura fundamenta del

    MERCOSUR. Entre ellos, Brasil, un continente en s, es quizs el que mejor ha comprendido

    su rol en el mundo moderno, al menos esa es la ambicin y el esfuerzo de sus lites. La

    fortaleza de la economa industrial brasilea y el profesionalismo y eficacia con la cual sudiplomacia acta en el terreno de la poltica y de la economa internacional conceden al

    MERCOSUR un programa viable y respeto de la parte el resto de los actores que deciden la

    economa y poltica planetaria (Estados Unidos, la Unin Europea, Rusia, China, El Japn y

    la India). De otra parte, Argentina secunda muy bien a Brasil y trabaja para crear en el

    hemisferio sur de Amrica una interfaz slida dentro la globalizacin. Argentina, luego de la

    seria crisis interna que fren su dinamismo y que se expreso dramticamente en diciembre

    2001 (Aira et al. 2003), ha demostrado que los fundamentos de su modernidad se sostienen en

    la existencia de una madura sociedad civil y de un potencial creativo e innovador, cultural y

    materialmente.

    Finalmente, nos encontramos con tres pases inclasificables, por el rol particular que

    desempean en le proceso de recomposicin regional. Paraguay, aunque se beneficia de la

    influencia positiva que genera el Mercosur, juega un papel pasivo dentro el mismo debido a

    sus irresueltos problemas sociales que son la herencia de la larga dictadura que posterg la

    emergencia de una sociedad civil corresponsable de su difcil transicin democrtica. Luegotenemos al Uruguay, que es un carrefourprivilegiado donde converge el Mercosur: esa es su

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    mayor ventaja comparativa, que est asociada a la recuperacin de una larga tradicin de

    estabilidad institucional. Por ltimo tenemos a Chile, cuya clave de su xito debe buscarse en

    su vocacin aislacionista. Casi desconectado geogrficamente de sus vecinos, sus lites

    polticas hicieron de esa condicin una virtud; sin embargo, el aislacionismo, para su caso

    particular, parece agotarse, por dos simples razones: primero, carece de autonoma energtica

    para garantizar el take-offeconmico y segundo porque el liberalismo, que est en la base de

    su paradigma de desarrollo, le exige entablar comercio e intercambio abiertos con los pases

    de su entorno. Asimismo, Chile no puede solitariamente ser competitivo en el Cono Sur,

    necesita de los recursos naturales no tradicionales (Caf, y cacao, por ejemplo) y de la mano

    de obra barata - que comienza a atraer a su territorio-, y cuyas fuentes pueden ser el Per yBolivia

    2.

    Ahora bien, nosotros nos concentraremos en dos temas que nos ayudarn a argumentar

    empricamente la dinmica de mutaciones que se producen en el Continente. En primer lugar,

    daremos algunos datos que ayudarn a comprender la plaza que Mxico ocupa en el orden

    continental y global. Y, en segundo lugar, avanzaremos hacia una visin comparativa del

    sistema estructural, demogrfico y de conexiones que tiene el Mercosur y que carecen, como

    base real de integracin, los pases andinos.

    Mxico es un caso paradigmtico de anlisis, en lo que se refiere a la recomposicin

    de las Amricas; sin desmerecer los temas clsicos tratados por las ciencias sociales, a

    propsito de sus relaciones con los Estados Unidos, nosotros enfatizaremos ciertos aspectos

    que ilustrarn, desde otro ngulo, la profundidad de las mutaciones que vive su sociedad. As,

    por ejemplo, utilizando las estadsticas del OCDE (Organizacin para la Cooperacin y el

    Desarrollo econmicos), del cual Mxico es miembro, analicemos algunos aspectos de su

    realidad demogrfica: 1) El colectivo ms numeroso de extranjeros establecido en Mxico

    est formado por los estadounidenses, quienes hacen un numero de 343597 personas; en

    contraste, el conjunto de latinoamericanos que viven en Mxico solo hacen la cifra de 78752

    personas3. Sin duda entre los estadounidenses podemos suponer que se puede encontrar

    2 Le evolucin demogrfica en Chile, en el periodo inter-censal 1992-200, ha mostrado que la inmigracin fue

    mas importante que la emigracin (INE-CEPAL s. d.: 21).

    3 Nos parece intil justificar la validez de las estadsticas producidas por el OCDE, ellas se fundan en datos

    oficiales de los Censos y son accesibles en su base de datos disponible en internet, ver :

    En todo caso,esas estadsticas representan a las residentes legalmente establecidos. En el caso de los latinoamericanos en

    Mxico, aun doblando la cifra arbitrariamente, para considerar a los ilegales, ella no sobrepasa al nmero de

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    ciudadanos que tienen una doble nacionalidad; en tal sentido, a ttulo indicativo, no ser vana

    la siguiente pregunta: cul el status social y cultural que tienen los estadounidenses en

    Mxico, cuntos tienen origen mexicano? 2) Existe un equilibrio migratorio entre Mxico y

    Europa: 46438 europeos estn instalados en Mxico y 42592 mexicanos viven en Europa. De

    otra parte, de los 29714 mexicanos residentes en Espaa, Francia, Inglaterra e Italia - pases

    donde se establecen con preferencia los latinoamericanos - el 50,2 % tienen educacin

    superior, el 26,7 % instruccin media y 23,0 % instruccin bsica4; los porcentajes de la

    distribucin por nivel de instruccin en el conjunto de 1 062580 latinoamericanos, residentes

    en los pases anotados, es el siguiente: 23,8 % tiene educacin superior, 28,7 % instruccin

    media y 47,0 % educacin bsica. 3) Otro aspecto relevante que ofrecen las investigaciones serefiere al matrimonio de los espaoles con personas de origen latinoamericano. Es as que, los

    mexicanos y mexicanas son las personas con las que los espaoles y espaolas, de manera

    preferencial, entre los extranjeros, prefieren casarse. Al respecto de ese fenmeno podemos

    preguntarnos: cules son las razones estructurales de esa afinidad? homogamia educativa,

    exotismo, afinidad cultural?. Adems, como lo indican quienes estudian el impacto de la ola

    de inmigracin latinoamericana, los mexicanos residentes en Espaa constituye, en trminos

    de comportamiento matrimonial, una de las poblaciones extranjeras menos endogmica

    (Cortina et al. 2006). En resumen, si se compara los modelos migracionales, hacia los Estados

    Unidos y hacia Europa, se puede constatar que en cierta manera son modelos antpodas. Los

    mexicanos que se dirigen a Europa parecen ser ciudadanos instruidos y cosmopolitas que son

    capaces de participar en los nichos de empleo especializados que escasamente ofrece Europa

    a los extranjeros provenientes del sud .

    En cuanto a la segunda cuestin que nos atae, expongamos, sin prembulos, que el

    Mercosur existe porque su sistema est estructurado por su gran densidad demogrfica

    eficazmente conectada a travs de una infraestructura vial, hidrogrfica, martima y

    aeroportuaria y cuyo ncleo se concentra en un espacio geogrfico homogneo y compacto.

    Solamente los Estados brasileros y las Provincias Argentinas dispuestos alrededor del

    Uruguay, e incluido este pas entero, suman una poblacin de 46 millones de habitantes

    (Cuadro N 1). Los pases Andinos carecen de esa ventajas y estn lejos de producir un

    estadounidenses registrados en el Censo mexicanos, fuente del OCDE.

    4 Una proporcin similar, de la distribucin por status educativo, se verifica entre los europeos residente enMxico. De las 41730 personas que registran su nivel educativo 52,4 % son universitarios, 26,6 tienen

    instruccin media y 20,9 solo han obtenido una instruccin bsica.

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    ncleo geogrfico integrador. Si tomamos el Mercosur como sistema modelo, ser ms

    factible que Colombia y Venezuela trabajen para crear una integracin en la cuenca del

    Caribe y que Per, Bolivia y Chile se esfuercen por desarrollar el nico carrefour deconvergencia con el que cuentan hasta ahora: la costa de Atacama, entre Arica y Tacna.

    Alrededor de este ltimo punto de convergencia fronteriza, haciendo las mismas

    consideraciones, constamos que existe una poblacin de 8 millones de personas en estado de

    precaria conexin. Adems, expuestas los factores de esa manera, el Ecuador es el pas, por el

    momento, ms desaventajado geopolticamente para participar en un proyecto de integracin

    regional5.

    En sntesis, los dos temas expuestos nos permiten justificar algunos de los rasgos

    bsicos de los mltiples y variados aspectos de la reconfiguracin de las Amricas y nos dejan

    disear las tendencias culturales y geopolticas que se manifiestan: desigualdad social y

    cultural en funcin de la articulacin diferenciada al sistema global y polarizacin

    5 Una prueba de esta dificultad que tiene el Ecuador al observar su dinmica de emigracin: sus ciudadanos, en

    general, optan por los destinos alejados, Estados Unidos o Europa. Es decir, a diferencia de los bolivianos,los peruanos y paraguayos, que migran a los pases vecinos ms desarrollados, los ecuatorianos parecen

    bloqueados por el Per y Colombia, que tienen poco o nada para atraer a los inmigrantes.

    Cuadro N1 Poblacin en las reas de convergencia fronteriza

    Mercosur Comunidad Andina de Naciones

    Habitantes Habitantes

    Brasil Estados Bolivia Departamentos

    Rio Grande do Sul 10912283 La Paz 2872793

    Santa Catarina 5866568 Oruro 437130

    Parana 9564643 Potos 772580

    Argentina Provincias Per Departamentos

    Misiones 965522 Puno 1245508

    Corrientes 930991 Tacna 274496Entre Ros 1158147 Moquegua 159306

    Buenos Aires 13827203 Arequipa 1140810

    Uruguay Todos los Departamentos Chile* Regiones

    Uruguay 3415920 Arica-Parinacota 186644

    Tarapac 238950

    Antofagasta 493984

    Atacama 254336

    Total 46641277 Total 8076537

    Fuentes : Censos Nacionales, Argentina 2001, Bolivia 2001, Brasil 2000, Chile 2002, Per 2005, Uruguay 2004.

    * Miembro asociado del CAN

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    complementaria entre los sistemas de integracin del TLCAN y del MERCOSUR.

    Cul es el impacto de las ciencias sociales estadounidenses y cmo se

    manifiesta esta influencia?

    Ahora pasaremos a proponer ciertos elementos que explican el impacto que ejerce el

    pensamiento social estadounidense en Amrica latina y que se ofrecen como tema de trabajo

    para la elaboracin de la historia de las ideas sociales en el Continente.

    Primeramente vamos a referirnos al grado de intensidad que suscitan los temas

    latinoamericanos en Estados Unidos y Europa, a travs de la labor que cumplen LASA (The

    Latin American Studies Association) y su homlogo el CEISAL (Consejo de InvestigacionesSociales de Amrica Latina). LASA rene a 5000 miembros y, en su ltimo XXVI Congreso

    realizado en San Juan Puerto Rico, en marzo 2006, tuvo una participacin de 4868

    latinoamericanistas. Por su parte, CEISAL, tiene repertoriados a 11200 latinoamericanistas en

    Europa y en su V Congreso, realizado en Bruselas, en abril de 2007, reuni un total de 906

    participantes. Estos simples datos permiten apreciar la gran diferencia de medios que

    disponen Estados Unidos y Europa para movilizar recursos recursos humanos y materiales en

    el propsito de crear teoras, estudios y conocimientos sobre la Amrica latina

    6

    .

    En segundo lugar, para tocar un aspecto ms preciso de la manifestacin de la

    influencia estadounidense, nos remitiremos al sondaje que estableci la Revista Nueva

    Sociedady cuyos resultados los present en su numero 170, Libros e ideas , de noviembre-

    diciembre 2000. En aquella oportunidadNueva Sociedadindagaba tres preguntas : De qu

    se nutre el pensamiento social actual en Amrica Latina? Cules son las ideas que impactan,

    impresionan e inspiran a los intelectuales y polticos del continente? A qu fuentes y

    propuestas conceptuales recurren para entender nuestro momento?. As, la revista solicit aun centenar de intelectuales ligados a las ciencias sociales que elaboren un ensayo sobre un

    libro de actualidad que consideraban relevante desde su punto de vista personal. Llam la

    atencin que el aportes al desarrollo de sus ideas eran provenientes de Estados Unidos, antes

    que los aportes latinoamericanos . El punto positiva de la situacin, anotaba Dietmar

    Dirmoser, se derivaba del intercambio que se produca entre los hemisferios. No entre todos

    los continentes, sino bsicamente Amrica latina y Estados Unidos, y en mucho menor grado

    6 Ver: Para los datos de LASA, y, para el CEISAL,.

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    entre Amrica latina y Europa . En nuestro entender, el trabajo de Nueva Sociedad no pudo

    pasar desapercibido y quiz marc el inicio de un tema esencial para comprender la formacin

    del pensamiento social contemporneo en la Amricas, en el alba del siglo XXI.

    En tercer lugar, es evidente que con la desaparicin del sistema sovitico y de la

    plausibilidad del socialismo como modelo de desarrollo, el liberalismo se reintrodujo como

    paradigma en amplios sectores de las ciencias sociales en Amrica latina y especialmente en

    el campo de la economa. En los antecedentes de la revolucin capitalista chilena, como la

    denomina Rodrigo Contreras, se percibe incluso que un pensamiento anti-keynesiano y anti-

    cepalino fue gestado con anterioridad al golpe de Estado de Pinochet. Adems los Chigago-

    boys no solamente fueron los portavoces del liberalismo, sino que figuras claves como

    Fredich von Hayek y Milton Friedman participaron de cerca en la evolucin del experimento

    chileno (Contreras 2007: 241). Ms all de las generalidades que ha producido cierta crtica

    de la ideologa noliberal; es innegable que las universidades americanas han contribuido a la

    renovacin del pensamiento liberal en Amrica latina, para sacudirlo de los estereotipos a los

    cuales lo han reducido el neoliberalismo poltico y los tecncratas locales y los funcionarios

    de los organismos internacionales que ejecutaron los ajustes estructurales de los aos ochenta

    y noventa.

    Un cuarto aspecto de la influencia de las universidades estadounidenses es la

    intervencin que tuvieron estas en la emergencia de un pensamiento poltico indigenista,

    especialmente en los pases andinos7. El fortalecimiento de este nuevo campo de reflexin y

    accin social se produjo con el desarrollo de los estudios etnogrficos y antropolgicos que

    proliferaron en los aos sesenta y setenta y que, luego, acompaaron al resurgimiento tnico

    7 El caso boliviano es ilustrativo. El indigenismo poltico nace de la obra de Fausto Reynaga (1906-1994),

    quien inspira a la primera generacin de intelectuales aymaras que emerge a fines de los aos ochenta y querenueva el campo de las ideas sociales en Bolivia. Asimismo, a esa redefinicin del terreno intelectual seunen lingistas y antroplogos estadounidenses que, en la dcada de los sesenta, se dan la tarea de formalizar

    la gramtica del aymara y del quechua y a revalorizar las culturas indgenas. Ellos llegan y contactan sus

    informantes e interpretes, especialmente entre los maestros rurales y, en esa relacin, los segundos se forman

    a las tcnicas lingsticas y socio-antropolgicas ampliando el grupo de los intelectuales indgenas. As, por

    ejemplo, Juan de Dios Yapita trabaj junto a H. J. Hardman de la Universidad de Florida y Mauricio Mamani

    junto a William E. Carter de la Universidad de Columbia. El estmulo de las universidades estadounidensesfue notable para el desarrollo de la intelectualidad aymara; citemos tambin a Xavier Alb quien estudio en

    la Universidad de Cornell y creo una red de estudiosos extranjeros y nacionales alrededor del centro de

    investigacin social CIPCA. Tambin apuntemos qla participacin de los misioneros religiosos de las iglesias

    protestantes provenientes de los Estados Unidos, quienes abrieron a Bolivia al pluralismo religioso y

    fomentaron la educacin bilinge a travs de la traduccin de la Biblia al quechua y al aymara y de la

    produccin de literatura educativa.

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    que coincidi con los Quinientos aos de la llegada de Colon a las Amricas. Los

    antroplogos tuvieron una coyuntura favorable para sus estudios, cuando socilogos y

    politlogos andaban hurfanos de asideros tericos, en los das de la crisis de los

    paradigmas .

    En quinto lugar, nos parece importante citar a tres investigadores que han ayudado a

    renovar el pensamiento social latinoamericano e hispanfono, ellos son: Alejandro Portes,

    Jorge Castaeda y Manuel Castells, los tres han proyectado su obra a partir de los Estados

    Unidos8. Alejandro Portes ha tratado en profundidad la sociologa de las migraciones, los

    problemas del desarrollo y sobretodo ha permanecido consecuente con el anlisis de clase

    como pvot para la explicacin de las dinmicas sociales. Jorge Castaeda ha provocado una

    ruptura epistemolgica en el tratamiento de las historia de las ideas polticas en

    latinoamericana y ha desencantado la sociologa heroica y misionera que ha acompaado a la

    accin poltica en Latinoamrica. En cuanto a Manuel Castells, l ha sido un pionero en el

    estudio del impacto y de las consecuencias que las tecnologas de la informacin y de la

    comunicacin tienen sobre la sociedad y la accin social. Castells explica nuestra historia

    contempornea desde la perspectiva de la universalizacin de las redes de comunicacin.

    La ensimismada Europa y su inactualidad respecto de la Amrica latina

    Europa es hoy en da el mayor inversor y el segundo socio comercial de la Amrica

    Latina 9. Sin embargo, a nivel cultural y en lo que se refiere a las ciencias sociales su

    influencia y su inters por Amrica latina est mitigada. Europa est ensimismada y

    introvertida, toda su energa la invierte en la construccin de la Unin Europea, en la

    incorporacin de los pases de la Europa del Este y de otros problemas especficos que

    concentran su atencin. El envejecimiento de su poblacin, la inmigracin, el impacto directo

    del islam sobre su sociedad, la seguridad interior, son los temas que inquietan a sus

    politlogos, socilogos e historiadores (Hobsbawm 1996; Eco 2006; Glucksmann 2002; Todd

    2002; Habermas 2006). De otra parte, la emergencia de la India y de la China como nuevos

    potencias econmicas, y la innegable capacidad de Rusia en ese campo, hacen que la Europa

    8 Los Estados Unidos se ha hecho un interlocutor atento a los latinoamericanos; ya sea por la expansin del

    bilingismo o porque simplemente los trminos del intercambio cultural variaron. Sealemos, por ejemplo, la

    ponderacin que Fernando Henrique Cardoso ha dado a la publicacin de su libro The Accidental Presidentof Brazil, una autobiografa que es a la vez un balance de las condiciones que sitan al Brasil como pas

    emergente.9 Eso es lo que afirmaba el Presidente francs Jacques Chirac, en la conferencia de prensa de clausura de la

    Cuarta Cumbre UE-Amrica latina entre el 11 y el 13 de septiembre de 2006 en Viena, Austria.

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    se preocupe por cohesionarse y dotarse de una Constitucin unionista. Sin embargo, a pesar

    de los obstculos con los que tropieza en su gestacin, hay que reconocer que la Unin

    Europea es un programa poltica y socialmente audaz y un proyecto societal que mejorparece adaptarse al futuro que nos reserva el siglo XXI.

    Ahora bien, cmo repercute la situacin Europea en las ciencias sociales en Amrica

    latina? Como anticipamos, en Europa a disminuido el inters por la Amrica latina. De otro

    lado, los latinoamericanos recurren con menor frecuencia a justificar sus investigaciones con

    marcos tericos y con argumentos producidos por los cientistas europeos. Estamos ya lejos de

    al poca en la cual la interpretacin social deba remitirse a la escuela de Frankfurt, al

    estructuralismo althuseriano o a las opiniones de personalidades como Jean Paul Sartre. De

    otra parte, Europa conserva en el imaginario de su sociedad las huellas de la realidad

    latinoamericana de los aos sesenta y setenta, cuando florecieron los estudios sobre Amrica

    latina, sobre el sub-desarrollo, y cuando connotados especialistas estaban tentados por emigrar

    para realizar sus investigaciones. Citemos solamente, como un ejemplo, el caso de Claude

    Levy-Strauss que trabaj varios aos en Brasil. Un reflejo del panorama anmico en el que ha

    quedado el inters por la Amrica latina son sus bibliotecas universitarias donde la literatura

    social es poco actualizada. De otro lado, los ttulos publicados sobre la Amrica latina por laseditoriales estadounidenses, en relacin a las europeas, completan las asimetra a nivel de los

    intereses respectivos. Asimismo, hay que decirlo sin chauvinismo, los ms influentes

    intelectuales europeos carecen hoy en da de conocimiento adecuado de la Amrica latina,

    ignoran, en general, la obra de los intelectuales latinoamericanos y la mayor parte de sus

    hiptesis y anlisis (salvo la vision de los especialistas, que son ms escuchados en el Nuevo

    Continente que en Europa) carecen de base emprica o se nutren de fuentes secundarias10

    .

    Finalmente, un caso singular es la redinamizacin del inters Espaol por Amrica latina, que

    resulta como un subproducto del impacto que ha producido la gran ola de de miles de

    latinoamericanos que se trasladaron a la pennsula a partir de la dcada de los aos noventa.

    Reflexiones finales

    Uno de los aspectos ms positivos del impacto de las ciencias sociales

    10 Adems, los especialistas suelen reforzar estereotipos como el siguiente : Les 'Latino-Amricains ont la

    capacit d'tre occidentaux et non occidentaux, intellectuels et sensuels, modernes et traditionnels, athes etreligieux, chrtiens et paens, raisonnables et sentimentaux, critiques et lyriques et parfois, l'image deMacounama, l'anti-hros de Mario Andrade, honntes en menteurs (Laplantine 1997: 122).

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    estadounidenses, sobre la produccin de las ciencias sociales en Amrica latina, es la variedad

    de los estudios de base emprica que privilegian los estudios de campo, la aproximacin

    etnogrfica y el anlisis estadstico; la tradicin sociolgica estadounidense ha permitido

    sobrepasar el carcter conceptual y filosfico de cierta ciencia social proveniente de Europa y

    de la cual se nutrieron muchos investigadores latinoamericanos que, por mucho tiempo,

    privilegiaron el debate de conceptos y el esfuerzo por construir grandes teoras, antes que a

    desentraar los mecanismos y las estructuras de los fenmenos sociales e histricos.

    Puede ser muy atrevido lo que decimos: la reforma intelectual, que debe suceder al

    proceso de estabilidad democrtica, es muy posible que provendr de los Estados Unidos, de

    los intelectuales emigrados o de aquellos que visitan sus universidades. Y ella se difundir en

    un formato bilinge, rasgo que ser propio a la cultura de las Amricas a lo largo del siglo

    XXI. Otra paradoja, quizs como consecuencia de la extroversin de la poblacin de

    latinoamericanos, es que probablemente lo latinoamericano , el sentimiento de destino e

    identidad comn, se reinventar en los Estados Unidos y en Europa (all por la huella que

    dejaron los exilados de las dictaduras y por los nuevos emigrantes econmicos que ya

    llegaron masivamente), por una poblacin que, en el extranjero, se presenta como un masa

    critica y compacta que no contradice en lo esencial los valores de Occidente11

    .

    En relacin con LASA o el CEISAL, que funcionan en base a convenciones

    acadmicas y universitarias que incumben al sistema de la enseanza superior y de

    investigacin cientfica institucionales y privados en Estados Unidos y en la Unin Europea,

    en Amrica latina se carece de estructuras institucionales y normativas que produzcan una red

    parecida a las citadas. El desarrollo de las ciencias sociales en el Continente se desliza hacia

    una desigualdad y asimetra en la produccin de conocimientos, la tendencia se corresponde

    con la nueva configuracin de las Amricas y con las dinmicas dominantes que gobiernan el

    reagrupamiento regional y la integracin.

    Por ltimo, en Amrica latina carecemos de un diccionario del pensamiento social y de

    autores, constituirlo podra ser una tarea perentoria para la formalizacin de una historia del

    pensamiento social que trace un itinerario crtico sobre los conceptos, los temas y las obras

    que marcaron el desarrollo de las ciencias sociales en las ltimas dcadas.

    11 En este ltimo tiempo, dos hechos marcan el impacto cvico de los emigrantes latinos en Estados Unidos y en

    Europa. El 1ro de mayo de 2006, la jornada Un da sin inmigrantes y el 14 de enero de 2007 la marchaPor la paz y contra el terrorismo donde los ecuatorianos se expresan para rendir homenaje pstumo a

    Carlos Alonso Palate y Diego Estacio, muertos en el atentado del aereopuerto Barajas de Madrid.

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