Relatos Desde El Fondo Del Corazón

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Historias de gente loca, enamorada y triste Jolie E. López

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Recopilación de cinco cuentos que relatan diferentes historias de personajes con emociones muy diferentes. Un muchacho que ve a través de la ventana a su vecina. Una chica que regresa de ver al yerbatero. Una mujer que va de paseo con su esposo. Un loco que nos cuenta acerca del por qué de su locura. Y una mujer que tiene un peluche sentado en el sofá de su cuarto. ¿Qué tipo de emociones tendrán estos personajes en sus relatos?

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Historias de gente loca, enamorada y triste

Historias de gente loca, enamorada y tristeJolie E. Lpez

A mi mam

INDICE

A travs de la ventana3El yerbatero6Cuando el amor se desvanece7Crnicas de un loco9Parte Uno9Parte dos11Parte tres14Parte cuatro18parte cinco20El mueco de peluche23

A travs de la ventanaMe pregunto por qu cada vez que me despierto veo a travs de la ventana? Es una rutina de todos los das que se me ha hecho costumbre desde hace unos das. Siempre que me levanto me dirijo a la ventana ms prxima y me asomo para mirar la casa de enfrente donde vive ella. Y siempre que doy el primer vistazo es la hora exacta en que est saliendo de su casa. Hay muchas cosas que me gustan de ella: Siempre es puntual, no importa si el da est nublado o lluvioso, ella siempre saldr de su casa a las nueve de la maana y no regresa hasta las tres de la tarde. Y cmo es que la extrao en esas horas en que no est! Siempre he de buscar algo para distraerme hasta su llegada. Me pongo a cantar todas las canciones que me s de memoria, paso las pginas de mis libros favoritos para leer los pasajes ms interesantes, acomodo las cosas que hay a mi alrededor y no es hasta que yo mismo presiento que es la hora de su llegada, que me vuelvo a asomar por la ventana y la veo llegar. Nunca he podido ver ms all de su puerta o sus ventanas, y cmo me gustara! Aunque s que no es por morbo, es ms bien por curiosidad. Quisiera saber qu hace en su rutina diaria, me gustara conocer sus aficiones, sus elecciones; quisiera saber qu es lo que hace hasta lo mnimo que la hacen tan diferente del resto de las personas. Sin embargo, he de conformarme con verla salir y regresar de nuevo todos los das. No s por qu me gusta tanto ni cul sea la razn por la que tambin aparece en mis sueos. S que la quiero, que la admiro y hasta podra atreverme a decir que la conozco, pero s que ella no siente lo mismo que yo. Desconozco su nombre, pero me conformo con llamarla Sesenta y Uno, por el nmero de su casa; nunca puedo evitar mirar sus grandes ojos oscuros, su piel bronceada y la gracia con que camina y mueve las manos cada vez que sale de su casa. Pienso que ha de oler a rosas o algn aroma fresco; supongo que ha de oler incluso a algn perfume costoso.Quizs maana me decida en ir a verla, por qu no debera? Por qu quedarme para siempre en esta casa slo mirndola?

Hoy es un nuevo da, inconscientemente me he despertado una hora antes que lo habitual y recordando la promesa que me hice a m mismo he decidido salir de casa e ir a hablarle a Sesenta y Uno.Por qu no haba hecho esto antes? Salir y atreverme a hablarle a decirle que me gusta y me parece una mujer muy atractiva. Qu tiene de malo?Llevo esperando a que salga de su casa varios minutos sentado sobre la acera de la calle hasta que veo que ella sale al fin. Me precipito sobre ella corriendo y alzando la voz. Seorita! Seorita!Intento que me escuche levantando los brazos y acercndome a ella, pero por ms que gritara ella no volteaba ni detena a escucharme.Acaso le soy repugnante? O simplemente, estaba apresurada? Tena que ser la ltima opcin puesto que la vi muy apurada. Estoy decepcionado. Nuevamente, me siento donde estaba y me siento a reflexionar. De alguna forma, todo lo que ha sucedido hace un momento, me parece tan familiar. Cmo es que lo llaman? Sent un Deja Vu. En fin, no me queda ms opcin que quedarme aqu hasta que den las tres de la tarde. Mientras tanto, comienzo a imaginarme un sinfn de excusas que podran dar lugar en nuestra pltica, hay diferentes formas de entablar una conversacin y ni una sola me convence del todo. Las horas pasan tan rpido que ni siquiera me doy cuenta que ella pasa detrs de m, y me levanto de inmediato antes de que ella llegue a su puerta con la ltima excusa que se me ocurri en la mente.Seorita! me par detrs de ella Me podra dar la hora?No voltea, no me responde. En un acto desesperado, estiro mi brazo para tomarla del hombro cuando, sorpresivamente, veo que mi mano traspasa su cuerpo.Pero qu demonios?Todo a m alrededor oscurece y mi mente comienza a darme imgenes de una a una hacindome recordar algo que yo haba querido olvidar con tantas ansias: yo fui asesinado en mi propia casa. Era un arquitecto reconocido en la ciudad, me haba construido una casa a mi comodidad precisamente en donde vivo. Y con el tiempo, fui conociendo a la vecina de enfrente. Realmente no nos conocamos cmo yo pretenda hace un momento, simplemente bast con los saludos de Buenas tardes, vecino. Bonita noche, no? y poco a poco, esos saludos se convirtieron en: Ya fue a ver esa pelcula de la que le cont? Por qu no vamos a verla?. Y as fue como nos volvimos amigos y finalmente, fuimos novios. Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas, un da que llegamos a mi casa encontramos a un antiguo empleado mo sentado en la sala muy fuera de s. Tena los ojos demasiado rojos, las manos le temblaban y cuando me acerqu a l para verlo mejor, not que todo su rostro estaba empapado en sudor. Pareca que haba estado consumiendo algn tipo de droga. Por tu culpa lo he perdido todo! grit, apuntndome con su largo dedo. Mi casa, mi trabajo, mi familia! Todo es tu culpa!Recordaba haberlo despedido en los das pasados para recortar presupuesto. Y no es porque fuera malo, sino porque necesitaba reducir gastos para la construccin e incluso le di una carta de recomendacin para que no tuviese problemas en conseguir un nuevo empleo. Entonces entend que esta persona tena graves problemas con las drogas. Me disculpo contigo le dije intentando ser lo ms delicado posible. Hice una seal a mi novia a que se ocultara para que nada le sucediera No era mi intencin que las cosas te salieran as.Y en menos de lo que esperaba, una bala atraves mi cabeza.

Aqu estoy nuevamente mirando tristemente a travs de mi ventana.Te llamabas Amanda. Soy un fantasma que para ella no existe, invisible como los sentimientos y real como las lgrimas. No me podr ver, tocar o sentir, sin embargo, estoy aqu vindola y querindola ms que nadie.Es mejor que olvide todo esto y viva sin saber nada. Prefiero conformarme con verla a travs de la ventana. Todo lo veo oscuro otra vez.Me pregunto por qu cada vez que me despierto veo a travs de la ventana?

El yerbateroMnica llevaba un tiempo buscando el puesto del famoso yerbatero, saba que si lo encontraba, podra pedirle todo lo que quisiese y que lo tendra en un dos por tres. Tena una lista interminable de todas las cosas que quera que se hicieran realidad, pero a pesar de todas esas cosas tan triviales slo quera eso. Algo que pareca tan insignificante y que aun as, la hara tan feliz.Pens en las cosas que hara si el yerbatero cumpliese su deseo, en la manera en que sus labios se estirasen todo el da para no dejar de sonrer y cmo podra ver diversas posibilidades sin ninguna clase de impedimento.Y ah estaba, el yerbatero fumando un cigarrillo bastante peculiar, cruzado de brazos mientras miraba hacia algo lejano. Al verla llegar, le sonri y le hizo pasar. Despus de que le hizo saber su deseo, comenz a lanzar hierbas por todos lados y a decir palabras que para Mnica eran desconocidas.Al cabo de un rato, Mnica sali con un hueco en el pecho y los ojos vacos. Camin varias calles medio adormilada hasta que lleg a su casa. Enfrente de su puerta, estaba un chico de cabellos alborotados y de un delicioso color chocolate. La miraba con timidez aferrndose a un ramo de flores acercndose cada vez ms demostrando un reconocible temor.Perdname, por favor. Le extendi el ramo tratando de no verla a los ojos.Ella permaneci inmvil mirndolo.Mnica, tmalas! El chico alz los ojos mostrando una expresin que denotaba su exasperacin.Disculpa, no te conozco.Los ojos de muchacho se abrieron de par en par mientras que Mnica pasaba a un lado de l para entrar a su casa. l tom el ramo de flores y, del medio, tom una sortija que estaba escondida entre las flores.Llegu tarde, demasiado tarde susurr para s.Ella se haba arrancado el corazn.Ella lo haba olvidado.

Cuando el amor se desvaneceEra realmente hermoso cuando l me acariciaba con sus clidos dedos mientras me sonrea con una tierna mirada. l me amaba como yo a l, nada ni nadie nos poda detener puesto que ya estbamos casados.Fue ese da, lo que hizo que mi corazn se volviera fro e hiciera que ya no supiera el significado de la palabra amor; fue ese da, cuando el amor se desvaneci.Mi prometido y yo, bamos caminando por la calle conversando sobre cosas incoherentes y quede vez en cuando, tenan sentido. Te diviertes mi amor?me pregunt, mientras vea el edificio que construan.Srespond. Me divierto solo con estar a tu lado.Entonces sucedi, accidentalmente un vidrio a traves su hombro derecho. l cay al suelo sangrando. En ese momento me sent a su lado gritando y llorando. Los obreros a quienes se les haba cado el vidrio salieron inmediatamente en busca de ayuda.En tan slo unos instantes, mi esposo y yo bamos en una ambulancia, l estaba acostado en la camilla sangrando y con los ojos entre abiertos. Yo lo tom de la mano con el deseo de que a l no le pasara nada.Mi amordeca adormilado, s que no sobrevivir a esto.No seas pesimistaCariorespondi con fragilidad, ambos sabemos que ya no estar a tu lado. No! grit con lgrimas bajando por mi rostro.No me gusta que pienses as. Esto es demasiado drama para m. No has comprendido? Pude notar exasperacin en su voz. Te he pedido que me digas que me amas para que me d ms fuerza de seguir adelante. No pude contenerlo, comenc a llorar. No poda permitir que l me viera de ese modo, as que le di la espalda.Te amo y no quiero perderte. T lo eres todo para m.No hubo respuesta por parte de l, cosa que me pareci bastante extraa. Con las manos temblando, volte y lo que vi no me gust: l estaba inmvil sobre la camilla de la ambulancia. Llorando, tom su mano notando que estaba fro al tacto. Los paramdicos lo intentaron todo para devolverlo a la vida, sin embargo, todo fue intil.Cuando baj de la ambulancia, iba pensando si l haba escuchado lo ltimo que le dije. Mientras vea cmo lo bajaban de la camilla, vi la mano que haba tocado, sta se sali de la camilla y pude ver con claridad el anillo de nuestro matrimonio resbalndose en su dedo hasta caer al suelo. Entonces, pens: Qu bello es amar cuando tienes alguien a tu lado, quien te aprecie y te cuide. Amar es tan hermoso. Cuando amaneces y lo primero que escuchas es Buenos das, cario o lo primero que ves es esa sonrisa tan llena de amor acompaada de una clida mirada. Lo que hara por regresar a esos das, cuando el amor se desvanece uno hace lo posible por recuperarlo.

Crnicas de un locoParte UnoAlguna vez se han preguntado lo cun difcil es tener que aceptar la realidad? Algunos de nosotros siempre estamos presentes con los pies sobre la tierra, por lo menos, la gente que nos ve podra pensar eso; no obstante, todos siempre tenemos un pensamiento o una fantasa en nuestros pensamientos, en algunas ocasiones hacemos cosas que no son normales para alguna persona y comienzan a decirte Ests loco! Por supuesto, que nosotros lo negamos pensando que lo que hacemos es algo normal. Oh! Disclpenme, me he desviado del tema sobre la realidad, ya ven? Soy algo malo para esto, mejor vayamos al punto: les contar lo que quiero narrar. Mi historia, mi crnica.De acuerdo, comencemos con mi niez. Oh, vaya, ahora me doy cuenta que me estoy haciendo realmente viejo. Qu es lo que har? No quiero morir! Oh, s, s, s. Perdnenme, otra vez. En qu estbamos? Ah, s! Les estaba contando sobre mi boda. Ese da estaba cmo se los digo? Hermoso? S! Hermoso, ha de ser. La iglesia estaba adornada con bellos listones y tulipanes, o eran rosas? Bah! Slo s que eran flores. Recuerdo lo nervioso que estaba, me daba vueltas por la habitacin una y otra vez imaginndome el vestido de mi esposa, entonces, entr mi amigo a la habitacin viendo lo nervioso que estaba.Lucasme mir con una sonrisa, en unos minutos comenzar la boda. Tranquilo, todo ir bien.Me torc los dedos vindolo con gran palidez. La habitacin me mareaba o quizs eran los colores o tal vez las vueltas que haba dado o era el horrible rostro de mi amigo que causaban unas terribles ganas de vomitar.Estoy muy nervioso, Quique. Mi amigo se acerc a m buscando algo de su traje.Supuse que sucedera esto. Sac una pequea caja blanca del bolsillo de su chaqueta, la cual, tena escrito en uno de sus lados Ranelvis y en otro haban unas letras demasiado pequeas como para leerlas a simple vista. Tomate dos pastillas con un vaso de agua. Probablemente quieras leer las instrucciones antes de tomrtelas.Tal y como me lo dijo, me tom las pastillas olvidando leer las instrucciones, despus de todo, dijo probablemente, lo que significaba que no era una prioridad leerlas. En todo caso, despus de habrmelas tomado le las instrucciones, y vaya! Cmo recuerdo haber lanzado un sin nmero de maldiciones! Me espant porque deca que no las podan tomar los de sangre tipo A positivo y tendra algunos efectos secundarios por algn tiempo. Numeraba los siguientes sntomas: Aumento de temperatura, mareos, convulsiones e incluso trastornos psicolgicos. Cuando menos lo esperaba, comenc a sentir calor hasta llegar a sudar como un cerdo. Sal de la habitacin a causa de que Quique me estaba llamando porque ya iba a comenzar la ceremonia. Me coloqu en el altar sudado como nunca lo haba hecho: desde la cabeza a los pies. Estaba esperando al amor de mi vida que llegar al altar, entonces, ella entr con su hermoso vestido con esas cosas brillantes que suelen ponerse las mujeres colgando en su cuello y sus orejas. Cmo es que le llaman? Creo que jopofera. Aunque estas cosas brillaran, yo senta que Elena brillaba por s sola. Toda la habitacin consigui iluminarse con su sola presencia. En cualquier caso, como fueron transcurriendo los minutos la boda fue poco a poco llegando a su fin mientras que el calor que senta iba disminuyndose; ya no tena calor, ahora me senta mareado.Estbamos ya en la parte en la que nos decamos el s, nos habamos besado y mi corazn lata con fuerza. No slo era por la emocin sino que tambin las pastillas me haban provocado taquicardia, y por si fuera poco, el mundo me mareaba. Mi esposa y yo, ya bamos a avanzar hacia la salida de la iglesia, cuando comenc a convulsionarme, me tom del listn que adornaba las bancas para, segn yo, detenerme de la explosin de emociones. Luego, viendo que eso no bastaba, me tom de otro listn; sin embargo, todo fue intil. Aun as, este loco que yace aqu, se amarr los listones aunque esta vez no era para detener la explosin de felicidad sino, para adornar mis muecas hasta llegu a pensar que las japoferas de mi esposa se sentiran celosas de mis listones. Vir para mirar a Elena. Ella estaba boquiabierta sin comprender lo que haca o quizs, envidiaba mis hermosos listones. Bah! No s qu me ocurra. Listones en las muecas de un hombre Qu me ocurra? Por qu querra que las japoferas de mi esposa envidiaran los listones? S, s, s, ya lo s. Soy extrao. En qu me haba quedado? Oh, s! Las convulsiones se hicieron ms grandes hasta que hicieron que me cayera al suelo. Empec a rodar hasta la puerta de la iglesia y al cabo de unos minutos, me pude levantar. Los listones se haban quitado completamente de las bancas y ahora yo estaba enrollado en ellas como una momia egipcia, fue curioso porque nadie se asust. Los nios pequeos se rean de m mientras que las personas mayores me vean con extraeza. Me levant temblando todava para acercarme a Elena y justo cuando ya iba a llegar ella, me tropec con uno de los listones golpendome en la cabeza. Aunque ese golpe me dio un terrible dolor de cabeza, sirvi para aliviarme el temblor que tena en mi cuerpo y pude, al fin, levantarme y caminar a un lado de mi esposa rumbo a la salida.Le sonre, la tom de la mano disimulando que absolutamente nada haba pasado. Ella me miraba consternada, pero segua viendo a sus invitados con una sonrisa ignorando lo que haba ocurrido. Seguido de haber salido, acerc su rostro al mo mirando todava a la gente a nuestro alrededor con una sonrisa.Cario, qu fue todo eso? me susurr.La emocin, la emocin. Seguro que no fue otra cosa?No. Lo negu sonriendo. Ya te lo dije, y te lo volver a decir: fue la emocin.Era obvio que no era por la emocin fue por esas pastillitas que me haba dado Quique, las cuales, haban causado su efecto en m.Parte dos

Realmente ya estoy cansado. Es mejor que me adelante a lo ms reciente acontecido; fue lo que sucedi hace una semana. Antes de lo que les voy a contar, mi esposa pensaba que estaba loco. Pueden creerlo? Decan que aquella semana estaba ms loco de lo normal. En fin, vayamos a lo que quiero llegar.Ese da amanec tarde: eran ms de las once. Como es lo habitual en m, me asom por la ventana viendo una ambulancia y un par de hombres vestidos de blanco bajaron de ella. Uno de ellos tena una camisa de fuerza entre las manos, hasta este punto, ya me pude hacer una idea aproximada de lo que queran hacer ese par de maniacos.Me fui a la sala donde estaba sentada Elena conversando con el vecino.Vaya, me sorprende vecina. Sonri el monstruo, viendo con ojos picaros a mi esposa! Por fin ha tomado la decisin de mandarlo al manicomio.No lo s, no estoy seguraSlo durar una semana. Rio No creo que tu esposo est loco, yo tena un to que era como un chiflado. Andaba por toda la casa y sala con el cabello despeinado con un cuchillo a la calle a asustar a la gente. Despus de estar en el manicomio, result que slo quera llamar la atencin. Oh, por favor. No creo que mi esposo sea as.En ese momento, me mir al espejo y una idea apareci en mi mente. Me desacomod el pelo, tom un pequeo e inofensivo cuchillo de la cocina y escuch el resto de la conversacin para estar seguro de cul sera el momento idneo para salir.Tal vez mi esposo est loco, pero no creo que lo suficiente como tu to.Claro que no buf, pero hubieras visto, o mejor dicho, odo cmo rea. Era algo parecido a Buahahahahahaha! Aparec en la habitacin rindome como loco. S! Exactamente a eso! Volte a verme. Ay, nanita! Luego nos vemos, Elena. Que me llama mi chacha! Desde cundo tienes chacha? Elena lo mir frunciendo el ceo. Desde ahora! Sali corriendo a toda prisa hacia la puerta principal. Lucas! Grit mi esposa. Y, dices que no ests loco? Claro que no lo estoy! Me acomod el cabello y coloqu el cuchillo en la mesa del centro de la sala de estar. Lo hice para sacar a ese vecino ponzooso de mi casa. Y adems, de ninguna forma voy a permitir que me manden a un manicomio slo porque s!S irs al manicomio y no hay paso atrs porque ah vienen los loqueros. Yo tambin te quiero! Me march de la sala enfadado y me dirig a nuestra habitacin como un nio berrinchudo, pero al momento de ver la peluca de mi esposa, una idea brillante apareci en mi mente. Abr el armario buscando algo que pudiese entrarme, y lo nico que encontr de mi talla fue la ropa que tena Elena cuando estuvo embarazada de nuestro hijo. Bsicamente mi idea era vestirme y salir del departamento sin ser percibido por mi esposa y por los loqueros.Fue muy fcil para mi vestirme como mujer en un par de minutos, pues ya haba visto con anterioridad cmo mi esposa se vesta. No me explic por qu Elena se tardaba ms de una hora, cuando yo lo logr en minutos. Sal del departamento con la esperanza de que no me viera nadie aunque nadie se hubiera percatado de que era yo; mi disfraz era ingenioso, al igual que mi actuacin. Lo nico que me impeda seguir avanzando era el elevador: alguien lo estaba usando y marcaba que se detendra en el piso donde yo estaba. Al momento en que se abrieron las puertas, vi que ah se encontraban los loqueros, tanto como mis manos y mis pies comenzaron a temblar por el miedo a ser descubierto.Seora, est usted bien? Me sostuvo uno de los hombre del hombre.

Oh, claro que lo estoy muchacho. No se preocupe. Agudic mi voz lo ms posible para que fuera idntica a la de una mujer. Solo que a mis aos, estas piernas ya no son como antesDe acuerdo interrumpi el otro hombre tenemos algo de prisa seora. De casualidad no habr visto a un loco? Un loco? No, para nada. Ment, negando con la cabeza.- No, espere joven. S, ya lo record. Por aqu vive un loquillo que anda acosando a las mujeres. Si no mal recuerdo, el loco vive ah seal el departamento del vecino, quien haba estado hace un rato en mi casa. Los hombres me agradecieron y se dirigieron en direccin al departamento del vecino.Seguido de eso, me sub al elevador riendo entre dientes: no slo me haba burlado en las caras de esos tipos, sino que tambin haba cobrado mi venganza por lo que haba hecho mi vecino esta maana.Estaba muy feliz. Haba logrado, al fin, salir del edificio cuando o pasos muy rpidos detrs mo volte a ver quin era. No era nada menos que ese par. Al parecer, se haban dado cuenta de mi trampa.Frunciendo el entrecejo y con una mueca visible, camin ms aprisa, me baj de la acera y ped un taxi. Afortunadamente, se par rpidamente y logr subirme a tiempo. Despus de respirar hondo y haber recuperado mi postura, le indiqu que me llevara al centro de la ciudad. Me di la vuelta para ver los rostros decepcionados de los loqueros y yo, feliz de la vida comenc a hacerles gestos con el rostro como un nio pequeo.Seora, se siente bien?De maravilla. Regres a sentarme en la posicin correcta. Exactamente a qu parte del centro quiere que la lleve?Al hotel Marion le respond, recordando que era lo ms cntrico que recordaba. Y una pregunta: por qu me est diciendo seora?Porque lo es dijo con un tono de extraeza en su voz, usted es una mujer.Me mir al espejo y di un grito agudo. Haba olvidado por completo de lo que llevaba puesto. Algn problema?pregunt, curiosamente.No, ninguno. Me acabo de ver una arruga. Le sonre.Al cabo de un rato, el taxi me dej en el hotel Marion. Mir a mi alrededor buscando algn telfono pblico para comunicarme con mi esposa, pero a lo lejos pude ver una camioneta blanca y cuando, curiosamente, vi por dentro; pude ver a los dos loqueros sentados inclinado sus cabezas de vez en vez hacia la calle. Pareca que estaban buscando algo en concreto. Lanc un grito agudo e inmediatamente me puse a buscar a mi alrededor algo que pudiera hacerme pasar por inadvertido. Entonces, fue cuando vi un grupo de turistas reunidos delante de un autobs. La idea apareci en mi mente y no tard en acerarme a un hombre obeso que formaba parte de aquel grupo.Disculpe, este es el autobs que debemos tomar? Uh? El hombre volte a verme un poco fuera de s. Parece ser, que no esperaba que le hablaran. S. Este es el que nos llevar al zoolgico. Esplndido! Entonces, vayamos!Con esto logr escaparme de los loqueros. Me sent a un lado del hombre obeso y detrs de mi estaba su hermana quien conversaba armoniosamente con nosotros. El autobs se puso en marcha. Ahora tena otro problema: cmo saldra de ese grupo de turistas?Parte tres

Mi mente me daba vueltas y comenzaba a darme un terrible dolor de cabeza o simplemente era la voz del hombre sentado a mi lado que me molestaba y me haca sentir mal.Seora, cmo es que se llama usted? Me pregunt el hombre, intentado hacer pltica.Luestaba a punto de decir mi nombre real, tena que ser ingenioso para borrar mi errorLuca. Luca?Me mir con una sonrisa en el rostro. Es un muy bonito nombre. Y usted cmo se llama?Yo me llamo Miguel y la seorita que ha estado hablando con nosotros es mi hermana, se llama Martha.Oh, qu bien. Volte hacia la ventana esperando que la conversacin hubiera llegado a su fin, pero el obeso sigui molestndome.Seora, si me permite decirle un comentario. Me mir a verlo con una expresin asustada. Usted es muy guapa. Oh, por favor! Casi me quera rer. Era obvio que este hombre tena un psimo gusto para las mujeres Hay jovencitas mucho ms atractivas que yo en este autobs, no gaste sus cortejos en m. Pero si usted es guapa y luce joven Se acerc hacia mi poniendo su brazo derechos sobre mi hombro. Adems, las jvenes a mi alrededor no creo que me correspondan.Eso cree usted? Quit su brazo de mi hombro y me alej un poco No, pues yo pienso que estoy muy vieja para usted.No le creo, Luca. Vamos, qu edad tiene?Me re un poco y me alej ms del hombre.Mi edad no es algo que se deba preguntar.Vamos, Luca. Estamos en confianza toc los rizos de mi peluca.Cincuenta y seis! Alc la voz por el nerviosismo. Deseando ponerle fin a su conversacin.Entonces, usted no est tan vieja como dice ser. Retrocedi dejando mis rizos Yo tengo sesenta y dos, ya ve? Somos la pareja ideal. Solt una risa fingida y me di la vuelta pretendiendo no haber escuchado nada para conversar con la hermana de l. Al menos ella no me cortejara como el hombrecillo.No tard el autobs en llegar al hotel y me dirig mal acompaado al vestbulo, pues el hombre ese tena entre cruzado su brazo con el mo; l me sonrea y yo a l (fingiendo, por supuesto). Llegu con la recepcionista y le ped un cuarto para una persona, desafortunadamente se haban acabado las habitaciones por una especie de convencin en el hotel.Luca, qu habitacin es la tuya? Me pregunt Martha.Ninguna. Todas ya estn ocupadas. Ests de suerte! grit emocionada. Tengo una habitacin doble y puedes quedarte ah hasta que encuentres una.No me quedaba de otra: tuve que aceptar la oferta. Una vez que le agradec por su ayuda, me excus y me met a una caseta telefnica y rpidamente llam a mi amigo Quique para pedirle que me trajera verdadera ropa de hombre y me sacara de este apuro.Buenas tardes. Habla Enrique Hernndez respondi mi amigo.Hola, Quique. Soy Lucas y estoy en un grave aprieto. Necesito que traigas al hotel Marion la ropa que te voy a pedir. Lucas! Estaba preocupado! No puedo creer que tu esposa te haya esto...Tras notar mi silencio, aadi: Qu quieres que te lleve? No me digas que andas por las calles desnudoNo, para nada. Slo treme unos zapatos negros, unos pantalones y una camisa de color en ese instante abri la caseta la fisgona de Martha; tuve que cambiar mi voz inmediatamente rosa con un bello escote y lindos encajes. No olvides traerme joyas y algunos listones para mi cabello. Pregunta a la recepcionista por Luca de la habitacin 504 y yo bajar. Qu te sucede Lucas? Hablas como afeminadoMir a Martha, y claro, si responda algo torpe quedara mal. Ay, querido! Gracias por el cumplido! Qu? grit a travs del auricularNos vemos en una hora. Colgu el telfono.Seguido de esto, me fui con Martha a su habitacin a esperar a que pasara una hora por lo que me fui a dormir. Al cabo de un rato, ella me despert argumentando que un hombre haba estado preguntando en el vestbulo.Emocionado y feliz, sal de la habitacin sin decir palabra. Al fin podra vestirme como debera ser! Baj los escalones con mucha tranquilidad, hasta que, de pronto; vi a un hombre con lentes, larguirucho y con una maleta negra en la mano.: era Quique.Disculpe seora, aqu es el hotel Marion? Soy yo, tonto! le susurr. Vamos al callejn!Quique me sigui hasta que llegamos al fondo del callejn y me quit la peluca junto con el maquillaje. Quique no poda concebir lo que estaba viendo. Me vea de arriba hacia abajo quizs intentado buscar una explicacin a lo que estaba viendo; no s s por costumbre no pregunt nada o si simplemente no quiso saber. Tom la maleta y saqu todas las prendas que haba trado. Y lo nico que me era de utilidad eran los pantalones y los zapatos debido a que la camisa era, en realidad, una blusa para mujer.Quique, no me digas que has hecho caso a lo que te dije por telfono.Si no quieres que te diga Qui-que!grit exaltado. Esta blusa definitivamente no la puedo usar, ahora que es lo que har?Quique estuvo callado por un rato con la mirada hacia arriba hasta que abri los labios para hablar:Permanece un rato ms disfrazado de mujer para irte a comprar una camisa por aqu y luego te cambias.Luego de un rato, Quique regres con una playera que encontr en una tienda de suvenires. Me la dio y al fin, pude vestirme decentemente. Ahora que hacemos, Lucas? Me mir con una sonrisa a medias Por lo que me has contando t no puedes regresar a tu cada porque tu esposa quiere mandarte al manicomio. Ssuspir, si no hubiese sucedido eso en mi boda yo no estara en estos los. Si tan slo hubiese un antdoto para mi trastorno.Y lo hay replic mi amigo.Frunc el entrecejo enfadado y tom a Quique de los hombros para sacudirlo violentamente. Y dices que estoy loco? grit mientras lo sacuda Por qu no me lo dijiste cuando te dije sobre el trastorno?Nunca lo preguntaste contest con un tono burln. Te voy a matar! grit a punto de cogerlo de la nuca para ahorcarlo No sabes cuntos aos pas con la humillacin de que estoy loco! Dnde est ese antdoto?Lo solt bruscamente.Con el fabricante del medicamento. Tom asiento para recostarse mientras se tallaba sus hombros Es amigo mo. Podemos ir con l de una buena vez y ver si podemos terminar con esto. Sin pensarlo, acced inmediatamente. Ya no quera tener problemas. Quera una vida normal! A toda prisa ambos nos fuimos con su amiga, quien viva en las afueras de la ciudad. Su oficina estaba a nombre de Ranelvis. Ranelvis? le pregunt a Quique. Qu ese no era el nombre de las pastillas?De hecho, las pastillas se llaman as por el apellido de l.Nunca haba conocido a una persona con un apellido de medicamente. Me re durante un buen rato mientras ma migo me vea con seriedad, probablemente no le encontraba la misma gracia que yo o quizs, su sonrisa a medias indicaba que estaba conteniendo la risa. No lo s, lo nico que importaba es que pronto todo tendra fin.Parte cuatro

Quique toc la puerta y su amigo no sala a recibirnos. Estaba ansioso por el antdoto as que con ambas manos y con los cerrados comenc a tocar la puerta con fuerza hasta que el Doctor abri la puerta; para cuando abr los ojos, estaba golpeando al pobre hombre en el suelo. Apenado, le sonre mientras lo ayudaba a levantarse.Disclpelo Doctor, mi amigo est loco.S, ya lo not. Se levant sacudiendo sus pantalones Y bien? Cul es el motivo por el cual estn aqu?Ver, recuerda que hace no mucho le compr unas medicinas caseras para los nervios? Oh! S, s, sSe acomod los lentes. Cul es el problema con ellas?Bueno, suspir. Mi amigo, se tom las pastillas sin leer las advertencias.Mientras estos dos conversaban, mir de pies a cabeza al Doctor: era miope, calvo, corpulento, bajo de estatura y algo dentn, pero quin soy para criticar? O, lo soy? Bah! Lo que quiero decir es que era un hombre de una apariencia no muy atractiva para mi consideracin. Hace cunto se tom las pastillas?Hace un par de aos, por qu?El doctor solt un par de groseras al aire exaltado asuntndonos. Por eso est tan afectado! Por qu no me lo trajiste antes?Lo que sucede es que recin me pregunt por el antdoto y me acord de usted.Bah!refunfu el Doctor con la garganta.De casualidad no has tenido un golpe en la cabeza o algo parecido ltimamente?No, por qu? pregunt Quique, inocentemente. Debido a que ests igual de demente que ese tipo de ah! Me seal con su dedo ndice.Oiga seor, estoy presente! Me defend. En fin! Qu puedo hacer? Pasen a mi consultorio.El consultorio era lo suficientemente extenso para que estuviramos ah los tres y como toda consulta, nos sentamos mi amigo y yo uno al lado del otro. En cuanto al doctor, l se sent enfrente del escritorio.El remedio para tu amigo es demasiado sencillo: Slo deben comprar dos sustancias que les indicar en la receta. Para que funcionen deben de mezclarlo los dos juntos en una pequea cantidad de agua dos veces al da. Su trastorno de personalidad debera irse en tres das. Para confirmar que haya servido, les recomiendo que me visiten en el hospital donde trabajo.Despus de haberle agradecido por la consulta y sus servicios, salimos del consultorio y nos dirigimos a una farmacia inmediatamente para comprar lo que indic el Doctor en la receta. Me senta tan fatigado por las idas y vueltas en el da, que decid tomar asiento en una silla de Ruedas. Lucas! me grit exaltado. Qu haces sentado ah?Estoy cansado. T ve a comprar lo que me recet y yo te espero aqu. Ay, qu chistosito! dijo con una voz aguda mientras mova la cabeza con un gesto extrao en su rostro, luego de eso me dio un golpe extrao en la cabeza. Soy tu amigo, no tu sirviente.Mejor an me burl de l: as me apoyas con todo corazn.Quique se dio la vuelta enfadado y entr a la farmacia dejndome sentado en la silla de ruedas. Estuve esperando con un rostro aburricin y perdido en mis pensamientos durante ms de una hora. La gente pasaba y me miraba tristemente dejando un par de monedas en una lata que, casualmente, estaba al lado de m.En cuanto sali Quique de la farmacia, me levant a recibirlo. Cunto fue? Era muy caro?l levant las botellas para ponerlas en mis manos para poder darle una mirada al recibo de la compra.Sinceramente, fue algo elevado dijo arrugando la nariz mientras vea el precio. No saba cmo pagarle puesto que no llevaba dinero encima y no estaba seguro hasta cundo podra regresar a casa para tomar mis cosas. Entonces, se me ocurri la idea de tomar el dinero de la lata; lo tom y se lo di a mi amigo esperando que fuese suficiente.Luego de haber contado el dinero y de sorprendernos que cubriera la mitad de los gastos de mi medicina, Quique me pregunt si era correcto tomar ese dinero puesto que yo no era invlido ni tampoco era correcto que tomase un dinero que no me corresponda. Pero despus de pensarlo mucho, llegamos a la conclusin de que nadie se dara cuenta de lo sucedido. As que de ese modo, yo le debera menos a Quique.Ambos salimos a la calle para pensar a dnde iramos, cuando escuchamos un grito: Ah est el fraude!Volteamos a ver quin era y ambos abrimos los ojos sorprendidos. Era un grupo de personas enfurecidas, los dos nos miramos y echamos a correr. Te lo dije! Te lo dije! Te lo dije! me repeta gritando con una expresin de horror paralizada en su rostro. Tenas que ser t!Despus de una intensa persecucin los perdimos en un callejn. Ambos nos deslizamos sobre la pared respirando lentamente.T slo me causas problemas suspir, viendo hacia el suelo. Y ahora qu?Supongo que te hospedars en mi casa hasta que pasen los das que indic el Doctor.De acuerdo.parte cinco

Estoy muy cansado de todo esto y me est dando un dolor de cabeza. Lo bueno es que estoy por terminar de contar mi historia. Veamos, dnde me haba quedado? Oh, s! Pasaron los tres das y ya era el momento de ir al hospital a buscar el Doctor Ranelvis, ste nos recibi en una sala de observacin con la compaa de una enfermera para que lo apoyase.No tard mucho tiempo en revisarme y nos despidi diciendo que ya estaba mejor. Por esa parte, ya no tena que preocuparme. Ahora lo que ocupaba espacio en nuestras mentes era qu iba a hacer con mi esposa?No estaba seguro de cmo actuar con ella. Enojarme? Divorciarme de ella? As que despus de sostener una larga y tendida charla con mi amigo, concluimos que todas las acciones que hizo Elena para conmigo era por mi bien, por lo que decid regresar a casa para hablar y poner las cosas en orden.

Llamamos a la puerta varias veces hasta que finalmente, Elena abri. Lucas! me recibi con alegra. Dnde has estado, mi amor?Por ah. Hice un movimiento al aire con la mano mientras ella me estrechaba entre brazos. Elena me bes por todo el rostro y no lograba soltarme de ella. Me repiti consecutivas veces lo mucho que senta lo que haba pasado y haciendo especial nfasis en que haba actuado de esa manera pensando que era por mi bien. A lo que, para calmarla, Quique le cont todo lo sucedido revelndole la buena noticia: que ya estaba sano. Esto merece una celebracin! exclam emocionada. Anden! Pasen, pasen! Prepar algo delicioso!Nos sentamos en el comedor de la cocina mientras Elena cocinaba y platicaba con nosotros.Lucas, no puedo negar el hecho de que te not algo distinto y cuando Quique me dijo que ya te haban curado entonces, comprend el por qu te vea as. S asent mientras estiraba el brazo para alcanzar un chile verde. Por cierto, qu pas con los loqueros?Hace algunos das que se cansaron de buscarte y es por eso, que me pidieron que no los llamara de nuevo.Oh. Me tall los ojos y en un par de segundos, me comenzaron a arder los ojos. Por qu me arden los ojos?Elena y Quique comenzaron a rer.Te tallaste los ojos cuando tenas chile en las manos explic mi amigo.Me levant de mi asiento y comenc a dar vueltas alrededor de la mesa gritando agudamente.Elena suspir mirando a Quique como si estuviese tratando de decirle que el remedio no haba servido.Despus de todo, l es mi esposo y me enamor de l por su forma de ser.Srepuso Quique, no s si te has dado cuenta, pero Lucas ya era as antes de tomar las pastillas. Lo nico que hicieron fue empeorarlo un poco.Bueno, por lo menos no est como hace unos das.A Lucas nadie le quita lo loco.

Supongo que aqu termino mi crnica. An sigo haciendo mis locuras, algunas ms locas que las que he contado y otras no tanto. A pesar de todo esto, voy a tener una hija con Elena y an no hemos decidido el nombre. Quique ha sugerido que la nombremos Luca, saben? Despus de todo, no es un mal nombre. Ya veremos!Ahora s, esta crnica ha terminado y como podrn ver mi conclusin es: Todos estamos locos!

El mueco de peluche

Estoy segura que ese oso se ha movido. Estar perdiendo la cabeza?Mi novio me regal un enorme oso de peluche en nuestro primer aniversario y tan grande es, que no me ha quedado de otra que ponerlo en el nico sof que hay en mi cuarto. Este mueble, est puesto a un lado de mi cama, por lo que si me acuesto mirando hacia el sof, claramente puedo ver al peluche. Y estoy segura que antes de cerrar los ojos he visto que ha movido uno de sus brazos! En los meses que han pasado, nunca he visto que se moviera excepto hoy. Dira que es sugestin ma, pero no he visto pelculas de terror ltimamente. Y me ro! Porque, cmo es posible que me de miedo un mueco de peluche? Por Dios! Eso no da miedo! Sin embargo, la sola idea de que un objeto inanimado se mueva, me causa pavor.Se ha movido! Ah est!Oh, no!Esto es real, est pasando. Ha cruzado las piernas y ha recargado su cara sobre una de sus manos (bueno, si es que las tiene).Te voy a extraar mucho, Ana. Me dice el oso, vindome C-cmo? pregunto tartamudeando,Recuerda esto: te amo. Nunca lo olvides, por favor. El oso se ha parado y se ha puesto a un lado de m tomndome de la mano. S que va a ser muy difcil en un principio, pero promteme que no perders la cabeza.Ni siquiera s de qu diablos ests hablando. Le digo exaltada y viendo como loca mi mano. No reconoces mi voz?Me quedo callada por un instante y lo recuerdo: es la voz de mi novio. Esto me tranquiliza, por su puesto, estoy soando!Claro que s, le respondo ms tranquila, te prometo que no perder la cabeza.Qu bueno sonre. Porque ya no podr estar contigo. Te amo. El oso me dio un fuerte abrazo que no correspond. Poco a poco, el oso va perdiendo fuerza en sus brazos hasta que cae al suelo. De pronto, escucho mi mvil sonar. Estoy muy fuera de m. Es casi media noche, quin estar llamando a esta hora? Ana? Escucho una voz agitada del otro lado del mvil. S? Quin habla?Soy tu suegra escucho que est sonndose la nariz y que su voz se entrecorta cada vez que intenta hablar. Leo ha tenido un accidente. Qu? Salto de la cama y piso sin querer al oso.Leo ha fallecido.Un silencio largo y profundo se hace en nuestra conversacin.Ana, pasa cuando puedas a vernos o no s, haz lo que creas conveniente.Y cort la llamada.Entonces lo entend. Lo comprend todo en un solo instante: el oso era Leo. Vena a hablar conmigo y lo nico que hice fue entrar en pnico. Ni siquiera le correspond su abrazoCon lgrimas saliendo de mis ojos, tomo el oso y lo acuesto del lado opuesto de mi cama. A partir de ahora, Leo me acompaar en las noches.Perdname, Leo, pienso mirando el oso. Te prometo que ser fuerte.Y salgo fuera de mi habitacin.

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