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1.- INTRODUCCIÓN El yacimiento de Labeko Koba fue descubier- to en 1971, realizándose la primera evaluación arqueológica en 1973. A finales de la década de los 70 del siglo XX se realizaran diversas actua- ciones de desbroce, topografía y sondeo. El yaci- miento se excava íntegramente entre los años 1987 y 1988, bajo la dirección de Álvaro Arrizabalaga, con motivo de una intervención de urgencia motivada por la planificación de la variante de Arrasate. La excavación reveló la existencia de una interesante secuencia de ini- cios del Paleolítico Superior con un nivel Chatelperroniense (IX), uno Protoauriñaciense (VII) y cuatro Auriñacienses (VI, V, IV y III). El yaci- miento fue objeto de un extenso estudio publica- do de manera monográfica (ARRIZABALAGA y ALTUNA, 2000 dirs.). El yacimiento de Labeko Koba se localiza en la provincia de Guipúzcoa (Figura 1), en el tramo superior del valle del río Deba, vía de paso natu- ral entre los valles cantábricos y la vertiente medi- terránea del País Vasco (Llanada Alavesa y Alto Ebro), dominando una amplia vega en la con- fluencia del Deba con el Aramaio (Figura 2). El nivel IX, chatelperroniense, tiene una potencia variable, entre 20 cm y 2m . Fue divi- dido en dos tramos IX inferior y IX superior separados en algunos cuadros por pequeñas planchas estalagmíticas (ARRIZABALAGA, 2000a). Prácticamente toda la industria lítica se localizan en el tramo inferior. Se disponen de dos fechas C14 AMS sobre hueso, una de la base del tramo inferior (Ua 3324: 34.215±1.265) y otra para la base del tramo superior (Ua 3325: 29.750±740). MUNIBE (Antropologia-Arkeologia) nº 59 25-46 SAN SEBASTIÁN 2008 ISSN 1132-2217 Recibido: 2008-10-01 Aceptado: 2008-11-05 Nivel IX (Chatelperroniense) de Labeko Koba (Arrasate - Gipuzkoa): gestión de la industria lítica y función del sitio Labeko Koba (Arrasate - Gipuzkoa) level IX (Chatelperronian): Lithic industry management and site function. RESUMEN Se presentan los resultados del análisis funcional del nivel IX (Chatelperroniense) de Labeko Koba. Los resultados obtenidos se combi- nan con los ya disponibles acerca de las materias primas, los sistemas de fabricación y la composición de la fauna (ARRIZABALAGA y ALTU- NA, 2000 dirs.) para ofrecer una interpretación de la gestión de la industria lítica y de la función de la ocupación. ABSTRACT Use wear analysis of Labeko Koba’s level IX collection results are presented. Combined with already available information about raw mate- rial, technology and a archeozoology (ARRIZABALAGA y ALTUNA, 2000 dirs.), these results will allow us to present an interpretation of lithic industry management and site function. LABURPENA Labeko Kobaren IX mailaren harri tresnen erabilpenaren analisia aurkezten dugu. Argitaratuta zeuden (ARRIZABALAGA y ALTUNA, 2000 dirs.) lehengaien, teknologiaren eta arkeozooologiaren analisiekin batera emaitza hauek bermatuko gaituzte harri tresnen kudeaketa eta koba- zuloaren erabilpena interpretatzea. Joseba RIOS-GARAIZAR (1) PALABRAS CLAVES: Huellas de uso, Proyectiles, Tafonomía, País Vasco. KEY WORDS: Use-wear, Projectile, Taphonomy, Basque Country. GAKO-HITZAK: Erabilpenaren aztarnak, Jaurtigaiak, Tafonomia, Euskal Herria. (1) Becario PPI Gobierno Vasco, Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology, Department of Human Evolution, Deutscher Platz 6, 04103 Leipzig (Deutschland). [email protected]

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1.- INTRODUCCIÓNEl yacimiento de Labeko Koba fue descubier-

to en 1971, realizándose la primera evaluaciónarqueológica en 1973. A finales de la década delos 70 del siglo XX se realizaran diversas actua-ciones de desbroce, topografía y sondeo. El yaci-miento se excava íntegramente entre los años1987 y 1988, bajo la dirección de ÁlvaroArrizabalaga, con motivo de una intervención deurgencia motivada por la planificación de lavariante de Arrasate. La excavación reveló laexistencia de una interesante secuencia de ini-cios del Paleolítico Superior con un nivelChatelperroniense (IX), uno Protoauriñaciense(VII) y cuatro Auriñacienses (VI, V, IV y III). El yaci-miento fue objeto de un extenso estudio publica-do de manera monográfica (ARRIZABALAGA yALTUNA, 2000 dirs.).

El yacimiento de Labeko Koba se localiza enla provincia de Guipúzcoa (Figura 1), en el tramosuperior del valle del río Deba, vía de paso natu-ral entre los valles cantábricos y la vertiente medi-terránea del País Vasco (Llanada Alavesa y AltoEbro), dominando una amplia vega en la con-fluencia del Deba con el Aramaio (Figura 2).

El nivel IX, chatelperroniense, tiene unapotencia variable, entre 20 cm y 2m . Fue divi-dido en dos tramos IX inferior y IX superiorseparados en algunos cuadros por pequeñasplanchas estalagmíticas (ARRIZABALAGA,2000a). Prácticamente toda la industria líticase localizan en el tramo inferior. Se disponen dedos fechas C14 AMS sobre hueso, una de labase del tramo inferior (Ua 3324:34.215±1.265) y otra para la base del tramosuperior (Ua 3325: 29.750±740).

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Recibido: 2008-10-01Aceptado: 2008-11-05

Nivel IX (Chatelperroniense) de Labeko Koba (Arrasate -Gipuzkoa): gestión de la industria lítica y función del sitio

Labeko Koba (Arrasate - Gipuzkoa) level IX (Chatelperronian):Lithic industry management and site function.

RESUMENSe presentan los resultados del análisis funcional del nivel IX (Chatelperroniense) de Labeko Koba. Los resultados obtenidos se combi-

nan con los ya disponibles acerca de las materias primas, los sistemas de fabricación y la composición de la fauna (ARRIZABALAGA y ALTU-NA, 2000 dirs.) para ofrecer una interpretación de la gestión de la industria lítica y de la función de la ocupación.

ABSTRACTUse wear analysis of Labeko Koba’s level IX collection results are presented. Combined with already available information about raw mate-

rial, technology and a archeozoology (ARRIZABALAGA y ALTUNA, 2000 dirs.), these results will allow us to present an interpretation of lithicindustry management and site function.

LABURPENALabeko Kobaren IX mailaren harri tresnen erabilpenaren analisia aurkezten dugu. Argitaratuta zeuden (ARRIZABALAGA y ALTUNA, 2000

dirs.) lehengaien, teknologiaren eta arkeozooologiaren analisiekin batera emaitza hauek bermatuko gaituzte harri tresnen kudeaketa eta koba-zuloaren erabilpena interpretatzea.

Joseba RIOS-GARAIZAR(1)

PALABRAS CLAVES: Huellas de uso, Proyectiles, Tafonomía, País Vasco.KEY WORDS: Use-wear, Projectile, Taphonomy, Basque Country.GAKO-HITZAK: Erabilpenaren aztarnak, Jaurtigaiak, Tafonomia, Euskal Herria.

(1) Becario PPI Gobierno Vasco, Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology, Department of Human Evolution, Deutscher Platz 6, 04103Leipzig (Deutschland). [email protected]

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Fig. 1. Mapa con la localización de Labeko Koba y de otros yacimientos del entorno con materiales Chatelperronienses.

Fig. 2. Modelo digital del terreno circundante a Labeko Koba.

Entre los restos de fauna hay que destacardiferencias importantes entre el tramo superior yel inferior del nivel. El porcentaje de carnívoros essensiblemente diferente en los dos tramos (5% enel inferior, 11% en el superior), además en eltramo inferior la proporción de ciervo es más ele-vada (68,3% frente a 36,4% del superior), apare-cen restos de reno, alguno con márcas antrópi-cas (ALTUNA y MARIEZKURRENA 2000) y nohay restos de megafauna (Coleodonta antiquita-tis, Mamuthus primigenius o Megalocerus gigan-teus). Los análisis palinológicos (IRIARTE, 2000)apuntan a un entorno vegetal termófilo, con con-diciones benignas que se recrudecen hacia eltramo superior.

La industria de este nivel está compuestapor algo más de 80 restos líticos de sílex: lami-nas y laminillas brutas, algún resto de talla y unadecena de útiles retocados entre los que desta-can dos puntas de Chatelperrón. Además selocalizaron 16 cantos de limonita, algunos conhuellas de utilización (ARRIZABALAGA, 2000).Hay además un fragmento distal de azagaya y 3huesos trabajados y 5 astas de desmogue demegaceros, provenientes del tramo superior,que pudieron ser utilizadas como percutores.

2. ANÁLISIS DE LA INDUSTRIA LÍTICA DELNIVEL IX (CHATELPERRONIENSE)2.1 Selección de la muestra y procedimientosde análisis

Se han analizado un total de 35 restos líticostallados de sílex y 7 cantos de limonita prove-nientes del nivel IX inferior, lo que supone el 51%de los restos líticos recuperados en este subnivel. No se han incluido en los resultados, por loincierto de su posición estratigráfica, los restosprovenientes del cono de derrubios aunque sehan analizado una punta de Chatelperrón, ungran lasca de caliza, una raedera de limonita y elrecorte de buril que remonta con el buril del nivelIX. Tampoco se han incluido los restos provenien-tes del tramo superior del nivel. El criterio deselección de la muestra ha sido fundamental-mente el grado de conservación macroscópica yla presencia de zonas activas potenciales.

El procedimiento de análisis e interpretaciónque hemos desarrollado en los conjuntos analiza-dos se fundamenta en la metodología afinada por

GONZÁLEZ Y IBÁÑEZ (1994). Esta se basa en elreconocimiento de las distintas huellas de uso apartir de los pulidos, redondeamientos y estríasde utilización observados a altos aumentos (50x a200x), a la que se une una lectura de las macrohuellas de utilización provocadas por los distintostipos de actividad, especialmente informativas enel caso de los proyectiles (FISCHER et alii, 1984;DOCKALL 1997). El uso de estos dos tipos deaproximaciones, junto con la información contex-tual y las características morfo tecnológicas delos útiles dan consistencia al proceso de inferen-cia funcional.

El proceso de identificación de las huellas sebasa en la comparación de las huellas arqueoló-gicas con las obtenidas mediante programasexperimentales, a partir de la cual se infieren tiposde trabajos y materias trabajadas. Este procesode inferencia de los usos necesita valorar previa-mente el grado de conservación de los restos líti-cos (PLISSON 1983, BURRONI 2002), recono-ciendo alteraciones mecánicas, indicativas deperturbaciones del sedimento, y químicas, debi-das a la exposición de distintos agentes como elagua. El grado de conservación del material líticoy el desarrollo de las huellas suponen los límitesfundamentales del proceso de interpretación fun-cional de los útiles líticos. Los distintos niveles deinterpretación alcanzan desde el simple reconoci-miento de las piezas usadas, hasta la identifica-ción precisa de la materia trabajada y el tipo detrabajo (GONZÁLEZ Y IBÁÑEZ 1994).

2.2 Estado de conservaciónEl estado de conservación de los restos líti-

cos no es óptimo, no obstante, al contrario delo que ocurre el los demás niveles del yaci-miento, las alteraciones macroscópicas (páti-na, desilificación, rodamiento o pisoteo) tienenescasa incidencia en la colección (ARRIZABA-LAGA, 2000). Las alteraciones microscópicasson más evidentes detectándose alteracionesdebidas a procesos químicos tales como ladesilificación o la pátina brillante (glossyaspect). La desilificación, provocada por unaexposición al agua, afecta a un tercio de laspiezas analizadas, especialmente a los sílex deUrbasa y Treviño. Esta alteración crea a nivelmicroscópico en la aparición de una capablanquecina en la superficie del sílex que difi-culta la observación y en la homogeneización

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de las superficies lo que dificulta la conserva-ción de las huellas de trabajo menos intensas.Las alteraciones de origen mecánico sonmenos intensas y apenas afectan la lectura tra-ceológica. Hay que señalar la aparición desuperficies de abrasión originadas por un con-tacto cinético de baja intensidad con el sedi-mento y la aparición de Brigth Spots de bajaintensidad por el contacto con elementos durosde sedimento.

La lectura tafonómica de estas alteracio-nes muestra que los movimientos sufridos porlos restos líticos son de baja intensidad, nohay alteraciones mecánicas intensas (estrías,desconchados, fracturas) sino contactos ciné-ticos ligeros con el sedimento que puedencorresponderse a ligeros desplazamientosprevios al cubrimiento de los restos o a movi-mientos y deformaciones de la matriz sedi-mentaria que provocan la fricción de las pie-zas con el sedimento que las envuelve. Estalectura corrobora la idea de que la relacionesespaciales de los restos arqueológicos eneste subnivel no habrían sufrido modificacio-nes significativas.

Por otro lado la presencia de alteracionesquímicas de cierta intensidad, en las que elagua (junto con otros elementos como la aci-dez del suelo etc) ha podido actuar se corres-ponden bien con un fenómeno de meteoriza-ción que favoreciese la presencia de agua enel sedimento arcilloso (hay que señalar tam-bién un cierto desarrollo de costras estalagmi-ticas). A tenor de lo observado en otros nive-les del yacimiento, fundamentalmente en elnivel VII, en los que los restos líticos parecenhaber sufrido esta influencia de manera másintensa, podemos afirmar que dadas las con-diciones generales del yacimiento los restosdel subnivel IX presentan un buen estado deconservación. Esto puede deberse a que en elmomento en el que la superficie del yacimien-to queda expuesta a los elementos atmosféri-cos por el derrumbe de la visera (nivel VI) el

material del nivel IX está relativamente prote-gido por los niveles superiores y no sufre unaexposición directa.

2.3 ResultadosEl análisis traceológico ha mostrado que el

51,4% de las piezas líticas talladas analizadasdel nivel IX conservan huellas de utilización. Delas 18 piezas con huellas 6 (17% del total) pre-sentan más de una zona activa lo que nos daun total de 24 zonas activas. Además dos delos siete cantos de limonita analizados presen-tan huellas macroscópicas de utilización.

Las actividades identificadas son variadasen incluyen acciones de corte y raspado dematerias diversas como la piel, el asta o mate-rias duras orgánicas (probablemente el hueso),además de actividades relacionadas con lacaza o el tratamiento de carcasas animales.

Teniendo en cuenta las materias estrictastrabajadas vemos que las actividades de mani-pulación de materiales orgánicos duros(hueso) y semi-duros (probablemente asta) sonlas más importantes frente a otras como el tra-bajo de la piel, el uso como proyectil o la carni-cería. No obstante hay que tener en cuenta queun tercio de las zonas activas identificadas hansido utilizadas para trabajar materias cuyanaturaleza no ha podido ser determinada, nisiquiera en términos de dureza relativa.

Proyectiles: Dos de las puntas deChatelperrón analizadas presentan huellas quepodrían ser interpretadas como el resultado deun impacto violento provocado por un usocomo armas de lanza/proyectil. Estas huellasson en un caso una fractura burinante en elextremo distal (Figura 3:1) y en el otro unasuperficie de pulido plano brillante localizadaen el extremo distal con una distribución bifa-cial y una orientación axial generada por elimpacto contra una materia dura (Figura 3:2).La punta de Chatelperron recuperada en elcono de derrubios no muestra estigmas de

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Litico tallado IX inf (N=35

Con Huellas18

(10 retocados, 8 no retocados)51,4

Sin Huellas17

(5 retocados, 12 no retocados)48,5

Z. Activas

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Media: 1,3

Piezas con 2 Z.A.6

(5 retocados, 1 no retocado)17,1

Tabla I: Proporción de piezas usadas y número de zonas activas

impacto (Figura 3:3). Hay además un fragmen-to mesial de lámina con los filos laterales trans-formados mediante retoque semi abrupto lige-ramente denticulado que presenta una fracturaproximal con doble lengüeta que pudiera serinterpretable como una fractura de impacto(Figura 8:6).

Carnicería: Hay dos piezas en las que sehan identificado trabajos de carnicería en losque el filo ha entrado en contacto con el hueso.Se trata de una lasca de acondicionamiento dela cara de lascado de un núcleo laminar, fabri-cada en sílex de Treviño (Figura 5:2) con des-conchados bifaciales potentes asociados apuntos de pulido plano en un filo largo (19 mm)y relativamente agudo (45º). La otra pieza(Figura 8:7) es una lasca bruta de sílex delFlysch que presenta huellas similares en un filolargo (18 mm) y agudo (25º). Hemos identifi-cado también una lámina desbordante de sílexdel Flysch con huellas alteradas de corte deuna materia blanda (carne o piel fresca) en unfilo largo (30 mm), rectilíneo y agudo (30º)

Trabajo de la piel: Solamente en tres piezashemos podido identificar huellas que podríanestar relacionadas con el trabajo de la piel. Dosde las piezas, una lámina bruta deTreviño(Figura 4:1) y una de las puntas de Chatelperron(Figura 3:1) presentan zonas activas restringidas(8 y 12 mm) que no se corresponden con un tra-bajo de raspado típico de la piel sino que estarí-an relacionadas con trabajos poco intensos deacondicionamiento de elementos estrechos de

piel (¿tiras?). La otra pieza es una raedera fabri-cada sobre una lasca cortical de sílex deUrbasa (Figura 4:2), ésta presenta una zonaactiva más amplica (57 mm), convexa, confor-mada mediante retoque escamoso escalerifor-me (75-90º) utilizada para trabajar de maneraintensa la piel seca con ocre.

Trabajo de materias duras orgánicas: Este tipode trabajo ha sido detectado en tres piezas, pre-sentando dos de ellas dos zonas activas con hue-llas de este tipo. Una de las piezas, una láminade sílex de Treviño con retoque inverso (Figura6:1) presenta dos zonas activas rectilíneas y depequeño tamaño, una de las cuales, aguda (35º)se ha utilizado para cortar ranurar de manerapoco intensa, mientras que la otra, con un ángulomñas alto (50º), se ha utilizado para realizar unraspado poco intenso con un ángulo de trabajobajo. Otra es una lasca de acondicionamiento dela superficie de lascado de sílex del Flysch(Figura 5:1) que presenta también dos zonas acti-vas una de ellas, retocada y abrupta (8 mm., 80º)has sido usada en un raspado poco intenso, laotra ha sido utilizada para cortar una materiaindeterminada. La última pieza es un buril doblefabricado sobre una lámina desbordante corticaly del recorte de buril resultante del último acondi-cionamiento (Figura 6:2). El primer paño de buril,realizado desde la parte proximal de la pieza pre-senta huellas bastante alteradas y discontinuascon una trama cerrada en puntos lisa que se ase-meja al pulido provocado por el trabajo de hueso.La zona activa es bastante amplia 20mm (7mmconservados en el buril y 13 en el recorte deburil), de delineación rectilínea y con un ángulorecto (90º). Con posterioridad a este uso el burilse reaviva desde la zona distal (el recorte de burilse corresponde con este reavivado) creando unnuevo paño de buril de características similares alprevio (90º, rectilíneo) que se usa para raspar lamisma materia que con el buril previo, de manerapoco intensa.

Trabajo de materias semi duras: Este tipo detrabajo ha sido identificado en cuatro piezas. Setrata de una fragmento de lámina desbordante desílex con huellas de corte de asta (Figura 7:2) enuna zona activa extensa (30 mm), rectilínea yaguda (30ª). Hemos identificado uellas similares,aunque menos desarrolladas, en una zona activacorta (12 mm.), rectilínea y aguda (30º) de unfragmento distal de una lámina de sílex de Treviño

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UsoProyectilCarniceríaRaspar piel Raspar piel secaRaspar blandaCortar astaRaspar semi-duraCortar semi-duraRaspar duraCortar duraCortar IndeterminadoRaspar indeterminadoPercusión indeterminadoIndeterminadoTotal zonas activas

LbK Iinf2212112141310324

%8,38,34,28,34,24,28,34,216,74,212,54,20,012,5

Tabla II: Materias trabajadas y acciones identificadas

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(Figura 7:2). En dos piezas hemos identificadohuellas de raspado de una materia semi duraorgánica. Se trata de un fragmento distal de lámi-na fabricada en sílex del sur de la divisoria deaguas (Treviño o Urbasa) con una zona activacorta (7 mm) y poco robusta (40º) con huellas deun trabajo poco intenso (Figura 8:1), y de unalámina desbordante de sílex del sur, ligeramenteretocas, con huellas similares en una zona activacorta (7 mm) y algo más robusta que en el casoanterior (Figura 8:3).

Indeterminados: Hemos identificado 3zonas activas con huellas de corte y 1 con hue-llas de raspado de una materia indeterminada,y 3 zonas activas con evidencias de uso en lasque no se ha podido precisar ni la materia tra-bajada, ni el tipo de trabajo debido a proble-mas de conservación y a la baja intensidad delos trabajos. En los trabajos de corte las zonasactivas son agudas (30-35º) y relativamenteamplias (14-28 mm) (Figuras 7:3 y 8:2). El tra-bajo de raspado se realiza con una zona activarobusta y corta (14 mm, 90º).

Utillaje macrolítico: Dos de los siete cantosde limonita analizados presentan huellasmacroscópicas de utilización. Uno de los can-tos ( Figura 9) presenta dos zonas activas queparecen haber sido utilizadas de manera dife-rente, una se corresponde con un uso en per-

cusión aprovechando un diedro agudo (50º, 30mm), lo que indica que el objetivo del trabajofue partir y separar a modo de cuña o hacha,una materia orgánica dura, probablementehueso o madera dura, mientras que la otra secorresponden con un uso en percusión sobreuna materia orgánica dura, probablementehueso. En este caso el diedro utilizado es sig-nificativamente más robusto (95º) y el área acti-va más amplia (67 mm) indicando que el obje-tivo del trabajo era fracturar o machacar lamateria trabajada.

El otro canto con huellas de utilización pre-senta una zona activa muy convexa (115º) yreducida (15 mm) con desconchados muypotentes (37 x 29 mm) alguno de ellos latenteque pueden iterpretarse como huellas de untrabajo de percusión sobre una materia dura,probablemente relacionada con la fabricaciónde utillaje lítico.

Hay que señalar además otro canto delimonita que presenta un área de 39 x 40 mmcon huellas de raspado con un útil lítico paraaprovechar la corteza exterior oxidada (ocre).Hemos de recordar que hemos identificadohuellas de raspado de piel seca con ocre enuna raedera, por lo que ambas actividades, laobtención de polvo de ocre y el trabajo de unapiel seca podrían estar relacionados.

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Fig. 3. Puntas de Chatelperrón con huellas de impacto, 1 y 2 del nivel IX inferior. 3 Punta de Chatelperrón con macrohuellas transversales del Derrubio inferior.

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Fig. 4. Piezas con trabajo de piel. Figura 2 adaptada a partir de ARRIZABALAGA 2000.

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Fig. 5. 1: a: raspado de materia dura, b: cortar indeterminado; 2: carnicería.

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Fig. 6. 1: a: raspado de materia dura, b: cortar dura; 2: Raspar materia dura (dibujo adaptado de ARRIZABALAGA 2000)

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Fig. 7. 1 y 2 corte de materia semi dura. 3 Cortar indeterminado

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Fig. 8. a: raspar semi dura, b: cortar semi dura; c: usado indeterminado; d: ¿proyectil?; e: carnicería.

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Fig. 9. Canto con huellas de percusión (cuña) en el filo distal y de percusión en el lateral izquierdo (Dibujo modificado de ARRIZABALAGA 2000. FotografíasJoseba Rios)

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3. DISCUSIÓNLos resultados obtenidos del análisis funcional

nos van a permitir discutir algunas cuestionesacerca de la gestión del utillaje, del tipo de tareasrealizadas y de la función del sitio.

3.1 Gestión del utillajeLa presencia de soportes brutos (fundamen-

talmente láminas y laminillas), de restos de acon-dicionamiento de núcleos laminares y de útilesretocados abandonados parecen indicar que:

• En el nivel IX de Labeko Koba se realizaronalgunas actividades de talla puntuales a partirde núcleos de sílex importados.

• Parte del utillaje se importa ya conformado (ej:puntas de Chatelperrón) como parte de untoolkit

• Los núcleos, parte de los soportes y parte delos útiles son exportados fuera del yacimiento.

• La presencia de sílex proveniente de extremosopuestos del territorio (Flysch Urbasa y Treviño)y la ausencia de evidencias de un aprovisiona-miento directo de materia prima parecen indi-car que el sílex pudo llegar a Labeko Koba IXcomo resultado de diferentes visitas en el trán-sito norte-sur de los grupos humanos respon-sables de la ocupación.

• Se aprovechan materias primas locales (limo-nita) para ser usadas sin transformación previa.

El tipo de trabajos identificado respecto al tipode soportes muestra poca información, en partedebido a lo reducido y heterogéneo de la muestra.Sí observamos una mayor utilización de los sub-productos de talla frente a los productos laminaresy microlaminares, generalmente fracturados y depequeño tamaño. Respecto al tipo de trabajo rea-lizado hay una clara relación entre las láminastransformadas en puntas de Chatelperrón y el usode proyectiles.

Las únicas tareas que podrían definirsecomo intensas son el trabajo de piel seca conocre realizado con la raedera, el raspado demateria dura orgánica realizado con el burildoble y el corte de materia semi-dura realizadocon un fragmento de lámina desbordante, curio-samente las tres piezas se realizan con sílex deUrbasa. Esto genera la impresión de que lasactividades llevadas a cabo con los productosde acondicionamiento son más intensas que las

realizadas con las lámina y las laminillas.Respecto al tipo de trabajo, longitudinal o trans-versal no se observa una tendencia semejante.

Si hay que señalar que la mayor parte de losrestos con una longitud superior a 3 cm están uti-lizados, y dos de los cuatro que no lo están mues-tran un fuerte grado de alteración que ha podidoborrar posibles huellas de uso. Esto indica tam-bién una cierta selección de los soportes en fun-ción del tamaño.

El 66,6% de los soportes retocados analiza-dos conserva huellas de utilización, por un 40%de los no retocados. Los soportes no retocadosparecen orientados a realizar labores de corte,mientras que los soportes retocados son usadosfundamentalmente para raspar, aunque tambiénse utilizan como proyectiles y como instrumentosde corte. Respecto al tipo de materia trabajada seobserva que los soportes retocados se destinanpreferentemente al trabajo de materias durasorgánicas y al uso como proyectiles, los soportesno retocados están, por otro lado, más orientadosa la carnicería y al trabajo de materias semi duras.

Los tipos de filos utilizados para una u otratarea muestran también ciertas diferencias signifi-cativas. Excluyendo del análisis los usos comoproyectil observamos que hay una relación impor-tante entre los filos retocados y los trabajos de ras-pado y los trabajos de materia dura. Los filos noretocados están por su parte más orientados atareas de corte, y actúan sobre la práctica totali-dad de las materias.

Para los trabajos longitudinales se empleanfilos agudos, en general inferiores a 40º, mientrasque para el raspado se aprovechan filo de ángu-los más altos, estando los más altos (mayores de80º) utilizados sobre todo para el raspado dematerias duras, aunque también para el trabajointenso de la piel.

Los trabajos longitudinales se realizan con filosrectilíneos, excepto en los dos casos de carnice-ría para los que se han preferido filos ligeramenteconvexos. Los trabajos de raspado se realizancon filos rectilíneos, convexos y cóncavos, viéndo-se una cierta orientación de los filos rectilíneos alraspado de materias duras, y de los convexos alde materias semi duras.

El reducido tamaño de la muestra nos impidehacer grandes apreciaciones acerca de la rela-ción entre los criterios de selección y de modifica-

38 JOSEBA RIOS-GARAIZAR

ción de los soportes y las actividades a las que sedestinan. Estas relaciones, sin duda existentespueden vislumbrarse en ciertas de las tendenciasya referidas. En este sentido quizá las tendenciasmás fuertes son las que unen a los sub-productosde talla a la realización de tareas intensas en elyacimiento; las que relacionan el tamaño con eluso y las que unen los filos no retocados, rectilíne-os y de ángulos agudos con los trabajos de corte.

3.2 Tareas realizadasLos trabajos identificados destacan por la baja

intensidad y por el pequeño tamaño de las zonasactivas utilizadas. Excepto en los casos ya men-cionados en los que se aprecia un trabajo másintenso, en el caso de los trabajos de carnicería yen el uso de proyectiles, las tareas realizadas másque con la fabricación de utillaje en piel, hueso,asta o madera parecen estar relacionadas con elmantenimiento de utillaje aportado junto con elsílex al yacimiento.

En el caso del hueso y del asta la ausencia derestos de fabricación de utillaje y la presencia deun fragmento distal de azagaya (MUJIKA, 2000)parece apoyar esta idea, aunque los cantos delimonita con huellas de percusión bien pudieranhaber servido para percutir huesos con un objeti-vo alimenticio o técnico.

Las actividades de carnicería identificadas, sibien no se realizan con útiles de gran tamaño sique presentan una cierta intensidad de contactocon hueso, lo que parece apuntar a que, demanera puntual, se realizaron actividades de des-cuartizado de carcasas animales.

La presencia de dos puntas de Chatelperróncon huellas interpretables como impactos apuntaa que cierta actividad cinegética se realizó desdeel sitio, actividad que pudo ser de caza propia-mente dicha, o de reparación-sustitución de laspuntas utilizadas.

El uso de las puntas de Chatelperrón comopuntas de arma es todavía mal conocido. El aná-

lisis de una importante colección de puntas-cuchillos de Chatelperrón del sitio de Arcy surCure (PLISSON y SCHMIDER, 1990) apuntabamás a una utilización como cuchillos que comopuntas, posibilidad esta última que no se recha-zaba del todo. En este sitio se analizaron un totalde 37 piezas, con importantes problemas de con-servación, de las cuales 16 mostraban huellasmacroscópicas de utilización en acciones decorte de materias blandas y 3 microscópicas deraspado de materias minerales y vegetales.Además un 14% de las piezas presentaba algúntipo de levantamiento burinante en el extremo dis-tal que fueron interpretados como adelgazamien-tos de tipo Kostienki. En el yacimiento deBrassempouy, se recuperaron un total de 13 pun-tas y fragmentos de puntas, en tres de las cualesmuestran desconchados burianantes distales loque apuntaba a que al menos una parte de laspuntas pudo ser usada como arma (BUISSON yDELPORTE 1990).

Recientemente el análisis de una colecciónde 10 puntas-cuchillos de Chatelperrón del sitiode Vieux Coutet (GRIGOLETTO et alii, en prensa)ha mostrado que al menos dos piezas presentanhuellas macroscópicas de impacto (fracturasburinantes y distal crushing con desconchadosoblicuos) que pueden ser interpretadas conpocas dudas como puntas de lanza-proyectil.

La comparación morfológica de los cuchillosde Arcy con las puntas de Vieux Coutet yBrassempouy ha mostrado que estas últimas sonsensiblemente más estrechas (2-3 mm) y másfinas que las de Arcy. Las dos puntas con huellasde impacto de Labeko Koba muestran unos valo-res similares a los de Brassempouy. Todos estosvalores están además dentro del rango de dimen-siones de los elementos de proyectil del paleolíti-co superior europeo propuestos por PETERKIN(1993). Ambos conjuntos, Vieux Coutets y LabekoKoba, presentan valores de TSCA (Tip cross-sec-tion area: 1/2 anchura x espesor, datos en mm2)similares a los de las puntas de flecha etnográfi-cas (TSCA= 33, VILLA y LENOIR, 2006)

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Ptas chatelp.LongitudAnchuraEspesorTSCA

L. K. (2)5015537,5

V C. (2)4914,54,532,63

Brass. (13)50,615,35,542,8

D. est

42

D. est

0,50,5

Max-Min40,8-65,811,7-193,9-8,3

Ar. XC (53)53,9618,496,0555,93

Ar. Xb (106)53,318,336,0855,72

D. est11,53,221,51

Ar. IX (52)54,2818,136,4658,56

D. est9,693,222,04

Peterkin30 a 5010 a 18

D. est9,744,612,19

Tabla III: Comparación tipométrica de puntas de Chatelperrón de los yacimientos de Labeko Koba, Vieux Coutets, Arcy-sur- Cure y Brassempouy.

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3.3 Función del sitioLa lectura funcional así como una lectura crí-

tica de los datos arqueozoológicos disponiblespermite matizar la interpretación del carácter dela ocupación del nivel IX de Labeko Koba pro-puesta por ARRIZABALAGA y ALTUNA (2000).

Según esta interpretación la escasez de losrestos antrópicos apunta hacia una ocupaciónde muy corta duración, y a tenor de los datosdisponibles sobre la industria las actividades defabricación y conformación de utillaje lítico yóseo debieron ser escasas. La constatación deeste dato se cruza con la “abundancia” de res-tos de hiena en el nivel IX para proponer comointerpretación del sitio una ocupación de cortaduración orientada a explotar los restos de car-casas animales dejados por las hienas (ARRI-ZABALAGA y ALTUNA, 2000).

Sin los restos de hiena en el nivel IX inferiorson relativamente escasos (55, 4,5%) haciendoque el índice de carnivorismo sea muy bajo(0,51% teniendo en cuenta el NR). No se hanpublicado los datos acerca del NMI pero posi-blemente no sean muy elevados. La importanciade la hiena en la tafocenosis del nivel IX a la quese refiere Altuna está muy influida por la impor-tancia de la hiena en los derrubios de la sima,cuya relación con el nivel IX inferior es, cuandomenos, poco clara.

En el nivel IX superior, en el que la presenciaantrópica es muy escasa la proporción de restosde hiena y el índice de carnivorismo muchomayores (10,2% de restos, índice de carnivoris-mo de 11,6) que en el tramo inferior. En los mate-riales de la sima, deposito secundario entre losque aparecen algunos restos adscribibles alnivel IX, los restos de hiena alcanzan el 30% conun índice de carnivorismo muy elevado (75,9).Finalmente el nivel VII donde hay documentadauna intensa ocupación humana el porcentaje decarnívoros (fundamentalmente oso de las caver-nas) y el índice de carnivorismo son muy eleva-dos (36,7%, índice 114,7).

Comparados con estos niveles el nivel IXinferior muestra una escasa incidencia de loscarnívoros, y difícilmente se puede explicar laformación del depósito paleontológico como uncubil de hienas.

En el nivel IX inferior se señala de manerarepetida que los huesos con marcas de carnívo-

ros son muy escasos en el caso de los bóvidosy caballos (solo dos restos), no señalándose nin-guno de ciervo ni reno (ALTUNA y MARIEZKU-RRENA 2000: 135-137). Hay que señalar quetampoco hay referencias a marcas antrópicas(percusión, corte), y únicamente se señala queuna mandíbula de reno: “está rota, en la formatípica, extirpándole la base, tal como el cazadorpaleolítico solía fracturar esta pieza” (ALTUNA yMARIEZKURRENA 2000: 128).

La representación de los grandes bóvidos yde los caballos es casi completa, destacando laimportancia del esqueleto axial, frente a una repre-sentación ligeramente preferente de las extremi-dades en el caso del ciervo. No se hace ningunareferencia al patrón de mortalidad de estos herbí-voros pero se señala que en el caso del ciervo elNMI de individuos adultos es semejante al dejuveniles (8 y 8 respectivamente), mientras que enel caso del caballo son más abundantes los restosde adultos (4 y 2 repectivamente).

No hay por tanto datos para apoyar ningunade las posibles explicaciones para la formacióndel depósito: natural, hienas o humanos; y posi-blemente no haya una explicación unívoca. Si sepuede señalar, por otro lado que el papel de lashienas no es tan importante a tenor de la escasezde restos y de marcas en los huesos, pudiéndo-se señalar lo mismo en el caso de los humanos.

Los resultados del análisis funcional hanpuesto en relieve que las actividades realizadasen el sitio son de escasa intensidad, lo que apoyala idea de una ocupación efímera. No obstantehay evidencias de que la caza (puntas deChatelperrón, azagaya) y el procesado de lascarcasas animales (carnicería, fractura de hue-sos), tienen cierta importancia. El resto de activi-dades realizadas, excepto en casos puntuales enlos que se puede hablar de cierta intensidad delos trabajos, son de corta duración y baja intensi-dad y se corresponden más con lo que podríanser trabajos de mantenimiento de utillaje. En nin-gún caso, excepto en el de los cantos de limoni-ta, se puede hablar de actividades extractivascomo las que serían esperables de ser cierta lahipótesis de aprovechamiento de carroña.

La presencia de instrumental de caza, deprocesado de carcasas animales y de manteni-miento de utillaje a nuestro entender sugierenuna interpretación de la ocupación como un altode caza. Esto no explicaría sin embargo la con-

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tradicción existente entre la alta intensidad de laocupación que se desprende del elevado núme-ro de restos de fauna (1159 restos determina-dos) y la baja intensidad de la misma inferida apartir del estudio de la industria lítica, que pro-bablemente tenga su origen en el hecho de queel depósito arqueológico-paleontológico seformó por la acción combinada del hombre, delas hienas y de factores de mortandad naturales.La hipótesis que interpreta la acción humana enLabeko Koba como un aprovechamiento de losrestos de carroña dejados por las hienas se con-tradice con los datos que el análisis de los res-tos antrópicos nos proporcionan, datos queapuntan a que en la ocupación de Labeko Kobalos humanos aprovechan las carcasas animalesque ellos mismos han cazado (probablementeciervo y reno), y se repara el instrumental óseo ylítico portado por los cazadores.

3.4 Planificación y gestión del utillaje, ocupa-ción del territorioEl análisis de la industria lítica de Labeko

Koba IX inferior contradice la idea de una indus-tria “oportunista” (fabricación y uso inmediato,uso no selectivo de la materia prima, falta deadecuación morfología-uso), a pesar de quequizá si haya un aprovechamiento oportuno deciertos soportes. El uso de materias primas leja-nas, la tendencia hacia una cierta adecuaciónentre morfología y uso, y el uso en actividadesde caza de un utillaje como las puntas deChatelperrón, cuidadosamente fabricado, apun-tan a que el aprovisionamiento del utillaje delgrupo que ocupó el nivel IX de Labeko Koba esel resultado de una planificación, que, debido talvez a lo efímero de la ocupación no pueda serapreciada en toda su complejidad.

Esta planificación está fundamentada en lanecesidad de asegurar que los pequeños gru-pos que visitaron Labeko Koba dispusieran deun utillaje conformado de características especí-ficas: utillaje de sílex, utillaje grande, puntas deChatelperrón. Como las materias primas delentorno difícilmente permiten obtener este utilla-je la estrategia empleada es la de transportar elutillaje ya conformado en los desplazamientosdel grupo. Además de este utillaje se portannúcleos, presumiblemente de pequeño tamaño,con los que se fabrican algunas laminillas o lámi-nas de pequeño tamaño con las que cubrir

necesidades imprevistas de utillaje, ninguno deestos núcleos se abandona en el yacimiento ysolo sabemos de su existencia por la existenciade los restos de conformación de los mismos.

Este utillaje se utiliza in situ de manera pocointensa en tareas variadas que incluyen la caza,el tratamiento de carcasas animales y tareas demantenimiento del utillaje óseo y de piel.

Este sistema parece orientado a aprovisionara un grupo pequeño, de gran movilidad que ensus desplazamientos por el territorio no tieneprevisto realizar ninguna tarea específica, explo-tando los recursos disponibles en esta zona depaso entre la Llanada Alavesa y el valle delDeba, de manera poco intensa y ocasional(caza y explotación puntual de los recursos ani-males generados).

Es interesante señalar que se trata de unaestrategia de aprovisionamiento de utillaje quedescansa en el uso del sílex frente a materialeslocales, en el uso de láminas como soportegenérico de parte del utillaje y en el uso de losproductos secundarios (lascas corticales, lámi-nas desbordantes, lascas de recuperación de lacara de lascado, tabletas de reavivado) para larealización de las tareas más intensas.

4. LABEKO KOBA EN EL CONTEXTO DELCHATELPERRONIENSE CANTÁBRICO Y DELSUDOESTE DE FRANCIALas evidencias de ocupaciónes

Chatelperronienses en ámbito del Pirineo occi-dental y del Cantábrico son bastante escasascomparadas con el registro del Paleolítico MedioFinal en la misma región. En el Pais Vasco penin-sular, además del conjunto de Labeko Koba, quecomo hemos visto se corresponde con una ocu-pación efímera, el único conjunto asimilable aeste periodo es el nivel X de Ekain (ALTUNA yMERINO 1984), en el que se recuperó un conjun-to reducido de restoscon dos puntas deChatelperron. Este conjunto parece también elresultado de una ocupación efímera, probable-mente un alto de caza. En el Sudoeste de Franciahay que destacar el conjunto al aire libre de LeBasté 3b moyen (CHAUCHAT 1968) en el que serecuperó un importante conjunto de restos atri-buibles al Chatelperroniense, con evidencias defabricación de soportes in situ, y posiblemente deotras actividades; el conjunto de Brassempouy

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2a-2b (BUISSON y DELPORTE 1990) que ha sidointerpretado como un alto de caza y el deGatzarria Cnj3 (SÁENZ DE BURUAGA 1991) quese corresponde con una ocupación más estable,similar a la del nivel 10 de cueva Morín (MAILLO2005). El conjunto de Morín, a pesar de mostraralgunos caracteres arcaicos, propios de las pri-meras fases del Chatelperroniense (LEVÊQUE yMISKOVSKY 1983), muestra claras evidenciastecnológicas y tipológicas (MAILLO 2005) de unaadscripción chatelperroniense.

El marco cronológico de este periodo en elCantábrico quedaría marcado por la fecha deLabeko Koba (Ua 3324 AMS 34215±1265, ARRI-ZABALAGA 2000a) como la más reciente, y por lafecha de Morín situada entre 39.770±730 BP (GifA96264, AMS sobre carbón, MAILLO 2005), fechadel nivel 11, musteriense, y 36.590±770 BP (GifA96263, AMS sobre carbón, MAILLO 2005) delnivel 8, protoauriñaciense, como la más antigua.

En estos yacimientos observamos estrategiasde capatación de materia prima diferentes, enLabeko Koba y Ekain vemos una importación deutillaje y núcleos de sílex, que en el caso deLabeko Koba provienen de ámbitos variados(TARRIÑO 2006), combinada con un uso puntualde rocas locales como macroútiles. EnBrassempouy se utiliza sílex proveniente de dis-tancias comprendidas entre 15 y 20 km (BUIS-SON y DELPORTE 1990). En Le Basté se señalaun uso mayoritario del sílex excepto para elmacroutillaje (CHAUCHAT 1968), lo que no debeextrañar dado la cercanía de los afloramientos delFlysch. En Gatzarria Cnj3 (SÁENZ DE BURUAGA1991) se indica un uso mayoritario del sílex com-binado con cuarcita fina. En Morín en torno al75% de los restos son de sílex, materia que secombina con cuarcita y ofita (MAILLO 2005).

Hay por tanto una variabilidad en las estrate-gias de captación entre las ocupaciones efíme-ras, en las que prácticamente sólo se usa síleximportado desde distancias considerables, yentre los sitios de habitación (Morín y Gatzarria)en los que el uso del sílex importado se combi-na con el uso de materias primas locales. Unaestrategia similar se ha detectado en los distin-tos niveles Chatelperronienses de Arcy-sur-Cure(JULIEN y CONNET 2005). En Le Basté, al igualque en otros sitios al aire libre localizados en lasproximidades de afloramientos de sílex comoVieux Coutets (BOURGUIGNON et al. 2004),

Canaulle II (BACHELLERIE et al. 2007) oTambourets (MÉROC y BICKER 1984), la pro-porción de uso de sílex es muy elevada.

La producción de soportes en elChatelperroniense se realiza siguiendo unesquema básico bien definido (PELEGRIN1995) que consiste en una producción laminarbipolar orientada a la consecución de soportesrectilíneos y regulares, que se combina con pro-ducciones de lascas autónomas y fabricaciónde laminillas.

En Labeko Koba (ARRIZABALAGA 2000)hay importantes evidencias de una talla laminarcon un alto componente bipolar. Los soportes enlos que se fabrican las puntas de Chatelperrón yotros soportes laminares brutos muestran bas-tante regularidad. Parece que se favorece asi-mismo la captura de flancos corticales. En loscasos en los que se han podido leer los taloneshemos observado una preparación cuidadamediante facetados específicos. La producciónde lascas es menos importante y está claramen-te relacionada con los procesos de manteni-miento de los núcleos laminares. Hay tambiénevidencias indirectas de una producción delaminillas que parece estar en relación con elcarácter efímero de la ocupación y parece unasolución destinada a cubrir las necesidadesinmediatas de instrumental.

En Gatzarria se señala la laminaridad gene-ral de la serie. Buena parte de los núcleos recu-perados son prismáticos, y en algunas de laspuntas de Chatelperrón dibujadas pueden versenegativos propios de la talla bipolar. Esta tallalaminar parece orientada a producir láminas ypuntas de dorso (en torno al 20% de los pro-ductos retocados). Esta producción laminar seacompaña con otra de lascas autónoma, reali-zada fundamentalmente en cuarcita (9 núcleoscentrípetos del los cuales 7 son de cuarcita). Laproporción de talones preparados es bastantebaja (SÁENZ DE BURUAGA 1991).

En Le Basté (CHAUCHAT 1968) hay queseñalar la escasez de núcleos de lascas sensustricto frente a la abundancia de núcleos lami-nares y de laminillas. Este dato contrasta apa-rentemente con la abundancia de lascas frentea láminas y laminillas, pero se comprende den-tro de la lógica de una producción laminar quegenera al mismo tiempo una gran cantidad delascas. La producción laminar comprende

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núcleos prismáticos unipolares y bipolares asícomo algunos piramidales. Hay un sistema autó-nomo de producción de laminillas a partir denúcleos piramidales. Esta laminaridad de laserie se refleja en el utillaje retocado, en el quedestacan las puntas de Chatelperrón y las lámi-nas de dorso (21% del utillaje retocado).

En el nivel 10 de Morín (MAILLO 2005) des-taca la existencia de un sistema de producciónde láminas unipolar y bipolar orientado a la pro-ducción de láminas regulares de perfil rectilíneo,que serán destinadas a producir puntas deChatelperrón y láminas retocadas. Esta produc-ción de láminas genera además un importantenúmero de lascas que conformarán la base delutillaje, y algunas laminillas de las que no se haidentificado una producción autónoma. Estaproducción de láminas se realiza casi exclusiva-mente sobre sílex, quedando reservadas lacuarcita y la ofita a la producción de lascas.

Parece por tanto que, salvo algunas diferen-cias puntuales, hay una importante unidad tec-nológica en estos conjuntos. El esquema de pro-ducción comprende la fabricación de láminasdestinadas a la obtención de utillaje muy espe-cífico, como las puntas de Chatelperrón, en elque los subproductos de esta fabricación con-forman el utillaje de base. La comparación de lacomposición de los restos de Labeko Koba yEkain, ocupaciones efímeras, en los que hayuna importante laminaridad, con los de los sitiosde habitación, en los que hay una proporciónmayor de utillaje sobre lasca, parece indicar queeste utillaje laminar es especialmente utilizadoen los desplazamientos logísticos.

Los datos referidos a la gestión del utillajeson más escasos, en Labeko Koba hemos vistouna convivencia del utillaje utilizado en activida-des cinegéticas con otro destinado al manteni-miento de útiles de hueso, asta y madera. Laspuntas de Chatelperrón se interpretaban comocuchillos (PLISSON y SCHMIDER 1990) a partirdel análisis de las puntas de Arcy-sur-Cure, secorresponden con un formato de puntas dedorso espeso. En Labeko Koba el uso comoarmas se relaciona con las puntas de dorso fino,algo que hemos podido testar también en lacolección de Vieux Coutets (GRIGOLETTO et al.En prensa). Una conclusión similar se puedededucir del estudio de las puntas deBrassempouy (BUISSON y DELPORTE 1990).

Para los yacimientos de Ekain, Gatzarria, LeBasté y Morín carecemos de datos directossobre la función de las puntas recuperadas. Sipodemos señalar que en el caso de Ekainpuede observarse una fractura burinante en unade las piezas dibujadas, y la morfometría de lasdos puntas de Chatelperrón se correspondebien con esta población de puntas finas y relati-vamente estrechas. En los casos de Le Basté,Gatzarria y Morin hay una convivencia de puntasfinas con puntas de dorso robusto. Parece portanto que las puntas de Chatelperrón finas tie-nen una vinculación directa con las actividadescinegéticas. Las más robustas están relaciona-das con tareas de corte, entre las que puededarse la carnicería, y las más finas con un usocomo armas.

Otro aspecto importante a señalar es laimportancia de las actividades de conformación ymantenimiento de utillaje óseo. Estas actividadesestán presentes en Labeko Koba, donde ademásse ha recuperado un fragmento de azagaya, y hasido interpretada en algunas de las huellas deuso, asociada a buriles y truncaduras. En el nivelChatelperroniense de Vieux Coutets se ha mos-trado también la importancia de este tipo de tra-bajos (GRIGOLETTO et al. En prensa), asociadosa truncaduras y filos cóncavos. Estas actividadestienen asimismo gran importancia en Arcy-sur-Cure en el que se ha recuperado una importantecolección de útiles óseos, fundamentalmentepunzones (BAFFIER y JULIEN 1990, D'ERRICO etal. 2003) relacionados con el trabajo de la piel, yde adornos fabricados en hueso y marfil(D’ERRICO et al 1998). Por otro lado se observaen los yacimientos con una cierta estabilidad queel utillaje de base está compuesto por útiles deno-minados de sustrato, raederas y denticulados,fabricados sobre lasca.

Los datos que disponemos acerca de lasestrategias de subsistencia practicadas en elChatelperroniense son muy escasos. En el casode Labeko Koba la representatividad de la faunarecuperada en el nivel IX inferior está compro-metida por la acción de carnívoros y por la posi-bilidad de una tafocenosis natural. Aún así pare-ce que son el ciervo y el reno, una especie sobrela que se han identificado marcas antrópicas,las especies preferidas. Algo similar sucede enEkain X, donde también destaca la presencia decarnívoros, y entre los ungulados de ciervo. En

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Gatzarria también hay presencia de carnívorosy entre los herbívoros mamut, bisonte, sarrio yciervo (LAVAUD 1980). En Morín se recuperóun número muy escaso de restos entre los quehay ciervo, gran bóvido y caballo (PIKE TAY etal. 1999). No contamos por tanto con elemen-tos para ofrecer una hipótesis de las estrate-gias de subsistencia practicadas en elChatelperroniense. Solo podemos apuntar queparece una estrategia mixta, que descansa enel aprovechamiento de distintas especies. Porel tipo de armamento de caza recuperado y porsu importancia en la organización económica,podemos pensar en unas estrategias de cazapor encuentro realizadas por grupos pequeñoso por individuales.

En el repaso que hemos realizado a las evi-dencias de organización económica en elChateleperroniense hemos comprobado que, apesar de lo exiguo de los datos, hay una impor-tante unidad en la gestión del utillaje lítico, y quelas diferencias entre los sitios (uso de materiasprimas distintas al sílex, talla de lascas, utillajede sustrato) están relacionadas con la funcióndel sitio más que con diferencias entre las estra-tegias económicas más globales. No obstantehay que tener en cuenta que el rango cronológi-co en el que estas industrias se desarrollan bas-tante corto, lo que favorece sin duda esta uni-dad en los comportamientos.

Es importante señalar algunas cuestionesdestacadas. En la selección de la materia primase siguen criterios semejantes a los practicadosen el Musteriense. La materia prima favorecidaes el sílex, aunque de manera complementariase usan también otras materias. El sílex es ade-más la materia que se transporta en los despla-zamientos del grupo o de parte de él, y es lamateria escogida para fabricar un utillaje espe-cífico como las puntas de Chatelperrón. En laproducción lítica vemos que la obtención desoportes apropiados para la fabricación de pun-tas es el objetivo principal del sistema laminar,generándose en el proceso un abundantenúmero de subproductos. Éstos son destinadosa las tareas cotidianas mientras que las puntastienen una orientación funcional más específicarelacionada con la actividad cinegética. Estascaracterísticas nos definen un sistema planifica-do en el que actúa de manera muy importanteunos criterios normativos que orientan el proce-

so productivo a la obtención de útiles de presti-gio (puntas de Chatelperrón, puntas de hueso,adornos- GRANGER y LÉVÊQUE 1997, SÁENZDE BURUAGA 1989) que evidencian la existen-cia de agentes sociales diferenciados.

5. CONCLUSIÓNEl nivel IX inferior de Labeko Koba representa

una ocupación muy breve en el tiempo que posi-blemente se corresponde con un alto, en unazona de paso privilegiada, en los desplazamien-tos entre los valles cantábricos y la LlanadaAlavesa de unas poblaciones de gran movilidad.

Las actividades cinegéticas debieron tenercierta importancia en la ocupación a tenor de laalta representación de utillaje de caza en piedra(puntas de Chatelperrón) y en hueso, (azagaya) ycontribuyó a la formación del depósito faunísticojunto con las causas naturales y los carnívoros.

Las características de la producción del utilla-je, con un peso abrumador del utillaje importado,y con evidencias de fabricación in situ de lamini-llas, todo ello fabricado en sílex procedente de lacosta y de los márgenes de la Llanada Alavesa,parece certificar esta hipótesis. Además las acti-vidades realizadas, tareas cortas de manteni-miento y reparación de armamento y vestidos,además de un limitado tratamiento de carcasasanimales, se corresponden bien con una ocupa-ción de estas características.

La gestión del utillaje parece asimismo enca-minada a asegurar una cierta reserva de sílexpara los desplazamientos, posiblemente núcleosde laminas estrechas, y a suplir de utillaje de cazaespecífico, bien sea de hueso o de piedra, a unaparte del grupo. Esta estrategia se inserta dentrode las estrategias de gestión del utillaje delChatelperroniense del Sudoeste de Francia y delCantábrico, con las que comparte bastantes ele-mentos comunes. Los elementos de variabilidadobservados parecen más de tipo coyuntural-fun-cional que estructural.

Los grupos que ocuparon Labeko Koba secaracterizan por:

1. Un tamaño reducido (¿partidas de caza?)

2. Una gran movilidad territorial

3. Una gran importancia de las actividadescinegéticas

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4. Sistema de aprovisionamiento centrado en eltransporte de utillajes y alguna matriz (provi-sioning individuals)

5. Utillaje de caza especializado que sugiere laexistencia de agentes sociales diferenciados.

AgradecimientosAl Instituto Internacional de Investigaciones

Prehistóricas de Cantabria, a la Sociedad deCiencias Aranzadi y al Departamento deEducación, Universidades e Investigación delGobierno Vasco por proporcionar la financiacióny los medios materiales con los que se ha des-arrollado este estudio. Asimismo quiero agrade-cer los comentarios hechos por los revisores,que han ayudado an enriquecer el texto. Unagradecimiento especial a Álvaro Arrizabalaga ya Jesús Emilio González por su colaboración.

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