Rad Russia

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Letras de Rusia Russia Beyond the Headlines presenta autores clásicos y contemporáneos

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La alargada sombra de los clásicos

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Letras de Rusia

Russia Beyond the Headlines presenta

autores clásicos y contemporáneos

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ESTIMADOS/AS LECTORES:

Russia Beyond the Headlines (RBTH) y su versión española, Rusia Hoy, se complacen en presentarles el suplemento “Le-tras de Rusia”, tanto en versión impresa como electrónica. La Feria Internacional del Libro Liber y el stand ruso or-ganizado por la Fundación Yeltsin constituyen una magní-fi ca oportunidad para que los hispanohablantes conozcan de primera mano el renacimiento literario que está teniendo lu-gar en nuestro país. En el suplemento aparecen tanto autores contemporáneos como clásicos, que desde hace tiempo han conquistado a lectores de todo el mundo. Podrán encontrar tanto prosa como poesía, novelas sobre distopías y de amor, interesantes biografías y relatos innovadores.Gracias a la labor conjunta de traductores, editoriales tanto rusas como españolas y el esfuerzo de numerosas personas, disfrutamos de una auténtica época dorada de la literatura rusa en España. Se han actualizado clásicos, hay nuevos premios y lo que es profundamente gratifi cante, el público responde de manera entusiasta. Celebramos este excelente momento de nuestras letras en su país, pero al mismo tiem-po, como editores, escritores y redactores, sabemos que hay mucho trabajo por hacer. Numerosas voces de la literatura rusa contemporánea, así como autores jóvenes todavía no han sido traducidos y es nuestro deseo contribuir a dar voz en España a estos visionarios y soñadores y sus formas de imaginar, describir y dar forma a la cambiante sociedad rusa.Russia Beyond the Headlines (RBTH) es una fuente de noti-cias, comentarios y opinión reconocida internacionalmente, con base en Moscú. Se nos ocurrió de forma natural que redactores y escritores de Rusia, España, América Latina y decenas de otros países desearan dar a conocer al público hispanohablante un pedazo del amplio y diverso universo literario ruso. Por último señalar, que en esta revista el lector no sólo se asomará a Rusia a través de sus autores sino también a través de imágenes producidas por la mirada de jóvenes fotógrafos inspirados por este país tan enigmático. Esperamos que disfruten con las lecturas tanto como nosotros.

Evgueni Ábov Director Russia Beyond The Headlines

PÁVEL NEGOITSA DIRECTOR GENERAL, ROSSÍYSKAYA GAZETA, EVGUENI ÁBOV DIRECTOR RUSSIA BEYOND THE HEADLINES, PÁVEL GÓLUB EDITOR EJECUTIVO RUSSIA BEYOND THE HEADLINES, DARYA GONZÁLEZ EDITORA EJECUTIVA ESPAÑA Y LATINOAMÉRICA, ANDRÉI SHIMARSKY JEFE DEL ARTE, ANDRÉI ZÁITSEV JEFE DEL DEPARTAMENTO DE ILUSTRACIÓN, ANTÓN PANIN EDITOR GRÁFICO, YOLANDA DELGADO SUBEDI-TORA, DAVID FLORES EDITOR INVITADO, JULIA GÓLIKOVA DIRECTORA DE PUBLICIDAD, LESYA BELANENKO REPRESENTANTE EN ESPAÑA (MADRID), [email protected]ÓN DIGITAL DE LA PUBLICACIÓN ESTÁ DISPONIBLE EN WWW.RUSIAHOY.COM © COPYRIGHT 2012 - ZAO ´ROSSÍYSKAYA GAZETA´, TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

ESTA PUBLICACIÓN ESPECIAL ESTÁ PRODUCIDA Y PUBLICADA POR RUSSIA BEYOND THE HEADLINES, PROYECTO INTERNACIONAL DE ROSSÍYSKAYA GAZETA (RUSIA) WWW.RBTH.RU, WWW.RUSIAHOY.COM, E-MAIL: [email protected], TEL: +7 495 775-31-14, FAX: +7 495 988-92-13 DIRECCIÓN DE LA SEDE: AVDA. PRAVDY, 24 ED. 4 - 125993 MOSCÚ (RUSIA)

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La alargada La alargada sombra de los sombra de los clásicosclásicos

¿Qué signifi ca recibir un premio por haber traducido Anna Karénina?Es un libro muy especial para mí. Siempre he querido traducir este libro, que es el que más me ha gustado de toda la literatura rusa. Me hace especialmente feliz.

¿Crees que una historia así podría suce-der en la España del siglo XX?Hay una novela de Clarín, La Regenta, más o menos de la misma época, pero exacta-mente igual no podría ser. Quizá sea una sociedad un poco más machista. En aquella época sería muy complicado entender a un personaje que toma tal decisión sobre su vida, dejar a un niño por otro hombre.

¿Qué momento vive la literatura rusa en España?Creo que es el mejor momento de la litera-tura rusa. Hay traductores muy buenos que están traduciendo más que nunca, y hay muchas editoriales que están apostando por autores muy buenos.

Anna Karénina de Lev Tolstói.Traducción: Víctor Gallego.Alba Editorial.

Entrevista con Víctor Gallego,

Ganador en el 2012 de los premios Read Russia y La literatura rusa en España

© Anton PaninBaltiysk. Región de Kaliningrado

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escritor y traductor. En la edición de 2012 del premio Literatuta Rusa en España que otorga la Fundación Borís Yeltsin, obtuvo una mención especial por su traducción de “El libro negro” de Ilyá Ehrenburg y Vasili Grossman.Pushkin dijo que los traductores son caballos que se cambian en las postas de la civilización. Nabokov, traductor al inglés del bardo ruso, se contentaba con que los lectores utilizaran su esfuerzo como cabalgadura. El traductor, pues, es la correa de transmisión del motor de las culturas, el posibilitador de la glo-balización cultural y el que mantiene la riqueza del ecosistema lingüístico local.El periodo dulce por el que atraviesa la literatura rusa en España actualmente, no habría sido posible sin la tarea pre-via que realizaron muchos traductores medio siglo antes: Augusto Vidal, Lydia Kúper, Arnaldo Azzati, Isabel Vicente o José Laín Entralgo -el ‘grupo de Moscú’, como es conocido-, entre otros. Y tam-bién por las editoriales que han apos-tado sin vacilaciones por la literatura rusa, como El taller de Mario Muchnik, Alba, Acantilado o Nevsky Prospekts. En 2012, una nueva editorial, Automá-tica, se presente en sociedad con ‘In-

fancia’ de Maksim Gorki. “Hay autores magnífi cos inéditos en español, algunos ya traducidos a otras lenguas, otros a la espera de su oportunidad. Yuri Buida, Oleg Pavlov, Mariam Petrosyan, Mari-na Palei o Marina Ajmedova. Cada uno tiene su propia voz, se atreven con te-mas universales como el choque entre religiones, las guerras modernas, el paso a la edad adulta…”, explica Yulia Dobro-volskaya, agente literaria rusa.La sombra de los clásicos es alargada y su actualización es, sin duda, necesa-ria. Además no necesitan casi presenta-ción, o muy poca, en comparación con la que requieren los autores vivos. Y es que las mil páginas de ‘Anna Karénina’ se siguen leyendo con igual interés en el siglo XXI.

Ferran Mateo

© Polina PajómovaPic 7

Los debates en torno a la traducción suelen acabar en tablas. Se persigue una supuesta perfección cuando es inalcanzable. Pero en eso mismo radica su encan-to. Ante el reto de verter a otra lengua un texto literario, el traductor no dispone de un decálogo infalible: las excepciones siempre superan a las reglas. Una buena traducción depende de tantas variables que, cuando un lector que desconoce la lengua original del li-bro, vibra en resonancia con el texto traducido se obra un pequeño milagro. De repente se

borra la distancia cultural que había entre autor y lector. Porque la traduc-ción no se limita a las equivalencias semánticas.“Después de trabajar en un libro así no es fácil ilusionarse con otros proyectos”, declara Víctor Gallego, ganador de los premios Read Russia y La literatura rusa en España que otorga la Funda-ción Borís Yeltsin por Anna Karénina.“Supone una gran responsabilidad y esfuerzo verter algunos monumentos literarios a otra lengua, algunos de ellos escritos con un compromiso ético y per-sonal que obligan a redoblar la pasión que uno pone a la hora de traducirlos”, Marta Rebón, traductora, ganadora de la primera edición de ‘Literatura rusa en España’ por ‘Vida y destino’.“Vivimos una edad de oro de las letras rusas en España. Se han hecho esfuerzos y están dando sus frutos”, Jorge Ferrer,

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Y de pronto, en el escenario literario apareció Antosha Chejonte, ese era uno de sus seudónimos. Comenzó pu-blicando relatos humorísticos en la revista La Libélula para sostener a sus padres y cinco hermanos. Necesitaba producir mucho y rápido, y eso sin duda marcó su estilo. Desarrolló la economía del lenguaje, el poder de la suge-rencia. Chéjov elevó el cuento a la categoría de arte. La literatura americana del XX le debe mucho al escritor de Tangarog.Con su carácter vitalista e inquieto narró la realidad, pero también trabajó por transformarla. Es de todos conocido que Antón Chéjov fue médico. “La medicina es mi esposa, la literatura mi amante”. Quizás porque pronto descubrió la tuberculosis que lo mataría, tuvo la urgencia de apre-tar el acelerador para llevar a cabo sus proyectos. Recau-dó fondos para construir escuelas y hospitales, y además ejerció de médico en 25 pueblos sin ayuda. No cobraba las consultas a los pobres e incluso sufragaba el coste de los medicamentos. En una ocasión Chéjov escribió a Gorki: “Si cada hombre hiciera lo que puede sobre su pequeño palmo de tierra, ¡qué maravilloso sería este mundo!”. Frecuentó reuniones políticas a las que asistía como ob-servador. Mantuvo una sana distancia con los intelectuales de salón. Las verdades absolutas de Dostoievski, Tolstói o Turguéniev, se le antojaron irrealizables. El compromiso político contra la injusticia en Chéjov iba por otros derro-teros, estaba por encima de fi losofías y partidos, y así lo refl ejó también en su literatura. El ojo clínico del autor de La gaviota descubrió el misterio, la “insoportable levedad” del hombre en su cotidianeidad. Fue hacia el 2000, cuando Chéjov comienza a ser mejor conocido en España gracias a la progresiva traducción de su obra. El 2010 fue el año de Chéjov. La escena teatral celebró los 150 años de su nacimiento. El director Ángel Gutiérrez, fundador del Teatro Chéjov en los años 70, es la persona que más ha hecho por divulgar en España las obras del ruso. Hace poco presencié un encuentro entre Gutiérrez y el autor Ignacio Amestoy. El primero le preguntó: ¿Por qué vistes de negro?, a lo que Amestoy contestó: Llevo luto por la vida. Esta broma chevjoviana tan española sirva de homenaje para aquel que intuyendo su fi nal, pidió una copa de champán para despedirse de la vida.

La enigmática mujer que robó el cora-zón de Iván Turguéniev, y al que volvió loco durante cuarenta años, se llamaba Paulina García Sitjes y era hija de una pareja de cantantes de ópera españoles. Estaba casada con Louis Viardot, uno de los grandes hispanistas franceses de la época. Se la consideró una de las grandes sopranos de su tiempo. Pauli-na Viardot, su nombre artístico, arrasó tanto en Madrid como en Sevilla y fue aclamada como símbolo de lo español durante décadas, aunque la polémica Paulina nunca vivió en España.La extraordinaria obra novelística de Turguéniev está marcada por sus ator-mentadas relaciones con esta mujer que comenzaron el día en que la conoció en San Petersburgo, un inolvidable 1de no-viembre de 1843. Desde ese día, Tur-guéniev decidió dejar su residencia en Rusia para andar a caballo entre Baden-Baden y París, y así, hasta el mismo día en que murió prácticamente en brazos de su amada. Este fortuito encuentro dió sentido a la vida del autor de Primer amor. El más europeísta de los escrito-

res rusos del Siglo de Oro aprendió cas-tellano, convirtiéndose en ávido lector de las letras españolas, llegando incluso a traducir algunos clásicos de las letras españolas como Calderón o Cervantes. En realidad, Paulina, Louis Viardot e Iván Turguéniev vivieron un ménage a trois público. Viajaban y vivían juntos y se aceptaba tácitamente su condición adúltera. Cuentan que Louis Viardot, moribundo, al enterarse que Turguéniev dejaba su casa, también enfermo termi-nal, ordenó que lo bajaran a la puerta para darle la mano y despedirse como amigos y enemigos íntimos que fueron. Después de asistirles en sus últimos momentos, Paulina les sobrevivió casi 30 años.Tras la muerte de la soprano, encon-traron en su mesa un manuscrito de su amante titulado: Turguéniev. Una vida para el arte. Parece ser que trataba de cómo los sentimientos, pensamientos, y vagabundeos de estos dos amantes se fundían en, y junto con el mundo del arte. La novela se perdió. Durante el siglo XX intentaron localizarla en di-ferentes países, no sólo en Europa, pero hasta la fecha, la búsqueda no ha tenido éxito.

Pushkin fue quien encendió el interés por los temas de raíz española que poco a poco se fueron abriendo camino entre los lectores rusos. Gógol escribió Memorias de un loco (1834) donde el protagonista cree ser el rey de España. Lérmontov dedicó una obra teatral, Los españoles (1839), a la Inquisición y la situación de los judíos conversos; y el intelectual Vasili Botkin, apodado “El andaluz de Maroséika”, fi rmó Cartas sobre España, publicadas entre 1847 y 1851. En ellas recoge sus impresiones viajeras por tierra española a la que defi ne como un “refugio para la gente a quien le aburre Europa”.

Infl uencia española sobre las letras rusas del XIX

La pasión ibérica de Turguéniev

Raíces españolasen la literatura rusa

Yolanda Delgado Carmen Marín

Un genio que une naciones

Si hay alguien a quien los rusos recitan y veneran como su bardo nacional, ese es sin duda Alexander Pushkin (1799-1837). Pushkin creó la literatura mo-derna rusa, sentando las bases de la poesía y del teatro. Su contacto con la cultura española fue a tra-vés de los libros. Durante su destierro en Chisinau, el autor de Eugenio Oneguin disfrutó de la surtida biblioteca Pietro Liprandi que era descendiente de catalanes. En sus estanterías encontró obras como El Quijote, aaquel momento, la infl uencia española no saldría jamás de su universo creativo. Entre los primeros traductores al castellano de la obra de Pushkin fi guran Ivan Turguéniev y los es-pañoles: J. Valera, E. Castelar, E. Pardo Bazán, entre otros.

Marta Rebón

Primer amor de Iván TurguénievTraducción: James y Marian WomackEditorial Nevsky Prospects

Cuentos de Antón ChéjovTraducción: Víctor GallegoEditorial Alba

Antón Chéjov: uno de los nuestros

© Ferran MateoMosfi lm. El templo del cine ruso

Diario secreto 1836-1837

Alexander PushkinTraducción: Olga VolkonskayaEditorial Funambulista

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La versión completa en rusiahoy.com/16692

La versión completa en rusiahoy.com/15011

La versión completa en rusiahoy.com/16843

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LOS AÑOS OSCUROS DEL SIGLO

El libro recoge testimonios individua-les que refl ejan la situación de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial en la Unión Soviética. Tanto Vasili Grossman como Ilyá Ehrenburg inten-taron hasta el fi nal de sus vidas que el libro viera la luz. Se publicó íntegra-mente en Rusia en 1993. Presentamos un extracto de la entrevista realizada a Jorge Ferrer, traductor al español de El libro negro:A Ehrenburg las autoridades le dije-ron: “Si el libro es bueno, entonces sale adelante”.En este sentido, fue lo contrario a “bue-no”. En muchos casos, los alemanes no tuvieron que mancharse las manos ya que lituanos, letones, ucranianos, mol-davos, en defi nitiva, que en toda esa Unión Soviética ocupada, los propios soviéticos eran quienes ejecutaban a los judíos y a otros muchos. El destino del libro también estuvo marcado por la masacre de Stalin con-tra los integrantes de la Comisión Judía Antifascista.Es horroroso que las personas que se de-dicaban a recoger testimonios sobre el horror cayeran en manos de otro horror, en este caso el estalinista. La práctica totalidad de los miembros del Comité fueron fusilados en 1952, acusados de colaborar con EE UU.

Darya González y David Flores

El libro negro de Vasili Grossman e Ilyá EhrenburgTraducción: Jorge FerrerEditorial: Galaxia Gutenberg

Lealtades enmarañadas. Vida y época de Iliá Ehrenburg de Joshua RubensteinTraducción: Esther Gómez ParroEditorial: SIGLO XXI DE ESPAÑA

Vida y destino de Vasili Grossman Traducción: Marta RebónEditorial: Galaxia Gutenberg

La narrativa del Holocausto

Se formó en la Universidad de Rostov. Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió como ofi cial de artillería. Fue arrestado por “delitos de opinión” lo que le valió ocho años de confi na-miento en varios centros del sistema peniten-ciario a un campo de trabajo en Kazajistán. Su nombre saltó a la fama en 1962 con la publica-ción de Un día en la vida de Iván Denísovich. Consiguió ser rehabilitado y sin embargo, a partir de 1967 tuvo de nuevo problemas con el poder. No pudo seguir publicando salvo en el extranjero, y se organizó una campaña de amenazas y desprestigio contra el autor. El resto ya es conocido: el Premio Nobel en 1970, la publicación en el extranjero de Archipiélago Gulag en 1973, su exilio a Alemania Occidental y, después, a EE UU. En 1989, empezaron a publicarse sus textos en la Unión Soviética. Regresó a su patria en 1994 donde murió. 

La casa de Matriona Incidente en la estación de Kochetovka de Aleksandr SolzhenitsynTraducción: Enrique Fernández VernetEditorial: Tusquets

Aleksandr Solzhenitsyn (1918-2004)

Cuando Varlam Shalámov declinó la invita-ción de Alexander Solzhenitsin para escribir juntos Archipiélago Gulag, se abrió una brecha entre ambos escritores que tenían emociones distintas sobre el sufrimiento y el arte en la sociedad. Varlam Shalámov vivió durante diecisiete años en campos de trabajos forzados. Las narra-ciones breves de Cuentos de Kolimá es una lectura obligatoria, un complemento a la obra de Solzhenitsin.El crítico y traductor Robert Chandler dice que los cuentos son un mosaico que ha sido destruido voluntariamente, como si la expe-riencia del gulag destruyera también el mundo de quien la vive.  “La extraordinaria fragilidad de la naturaleza humana”, fue en palabras de Shalámov su lección más importante.

Cuentos de Kolimá de Varlam ShalámovTraducción: Ricardo San VicenteEditorial: Minúscula

George Butchard

Sobrevivir en el GULAG

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La versión completa en rusiahoy.com/12935

La versión completa en rusiahoy.com/17985

La versión completa en rusiahoy.com/16917

© Svetlana KrávchenkoRegión de Altái

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PASTERNAK, BULGÁKOV Y ZAMIATIN:

INDIGNADOS CONTRA EL SILENCIO

A partir de 1930, la variedad de per-versiones de las que fueron víctimas los escritores no tuvieron límite. Maya-kovski y Marina Tsvietáyeva se sui-cidaron. Pilniak, Mandelshtam, Bábel o Koltsov mueren fusilados o en la cár-cel. Mijaíl Bulgákov, Eugueni Zami-atin, Andréi Platónov, Anna Ajmátova, Boris Pasternak, Varlam Shalámov o Aleksandr Solzhenitsin pasaron largos años sin poder publicar y fueron objeto del acoso de la maquinaria estalinista. Aquel “terror rojo” se extendería hasta Jruschov que también mantuvo a la cultura vigilada . Bulgákov, Zamiatin y Pasternak, cada uno en sus circunstancias, fueron re-cluidos al silencio. Sí, podían escribir pero sus obras no llegaban a los lectores de su país. Entre 1929 y 1938, Mijaíl Bulgákov dirige varias cartas a Stalin del que se sabía admiraba el teatro del autor. En su correspondencia, Bulgákov se queja del trato que han recibido sus obras por parte de la crítica soviética, así como la frustración que siente ante la censura: “ Si algún escritor intentara demos-trar que la libertad no le es necesaria, se asemejaría a un pez que asegurara públicamente que el agua no le es im-prescindible”. Por el silencio al que se le ha confi nado, el escritor de La guardia blanca terminará suplicando a Stalin que le autorice a abandonar la URSS: “Le pido que considere que, para mí, el no poder escribir es lo mismo que ser enterrado vivo”. Es conocida la famosa llamada telefónica que Stalin hace a Bulgákov. Le dieron trabajo en el Teatro de Moscú pero ninguna de sus piezas sería representada. Tampoco se le permitió abandonar el país. En esta especie de arresto domiciliario, termi-naría de escribir en 1940 semanas antes de su muerte, El maestro y Margarita, una de las novelas maestra del siglo XX. Por su parte, Eugueni Zamiatin , autor de la novela Nosotros fue apartado del partido bolchevique y de la vida pública acusado de “enemigo del pueblo”. Tam-

bién él envió una carta a Stalin, más contundente que las de su amigo Bul-gákov. “Sé que aquí, debido a mi cos-tumbre de escribir según mi conciencia y no por mandato alguno, se me consid-era un escritor de derechas; mientras que allí, por esa misma causa, tarde o temprano me tildarán probablemente de bolchevique. Pero incluso bajo esas condiciones, allí no me condenarán a guardar silencio, tendré la posibilidad de escribir y de publicar, aunque no sea en ruso”. Gracias a la intercesión de Gorki, se le concederá salir de la URSS en 1932 a donde no volverá. Murió en París cinco años más tarde. Boris Pasternak no fue al principio un estorbo para el sistema. Primero porque en su obra había prestado apoyo a la Revolución y por su carácter no era dado a enfrentarse con la autoridad. Incluso había gozado de cierta sim-patía por parte de Stalin pues había reunido en una antología a una serie de poetas georgianos. Pero a partir de 1930, el autor de Segundo nacimiento, como preconiza este título, buscará su independencia creativa, huyendo de cualquier complicidad con la política, y lo más signifi cativo, renunciaría a toda su obra escrita por él antes de esta fe-cha. En 1934 llamaría a Stalin para defender la inocencia del malogrado Mandelshtam. Albert Camus fue quien lo postuló en el comité de la Academia Sueca que le concedió el Nobel por su obra Doctor Zhivago en 1958 (publica-da en Italia no en la URSS). A partir de esta fecha, el escritor fue víctima de un cerco brutal, sometido a toda serie de escarnios e infamias por parte de los ciudadanos, colegas intelectuales, KGB, medios de comunicación y por supuesto por los jefes del partido co-munista gobernado por Jruschov. Boris Pasternak renunciaría con dolor al No-bel. Murió de melancolía en 1960. Bulgákov, Zamiatin y Pasternak en-tre otros, pese a quienes se empeñaron en enterrarlos, lograron sobrevivir. Sus obras son parte de la memoria del mundo.

Yolanda Delgado

Nosotros de Eugueni Ivánovich ZamiátinTraducción: Alfredo Hermosilla y Valeria ArtemyevaEdiciones Cátedra

Salmo y otros cuentos deMijaíl BulgákovTraducción Raquel Marqués GarcíaEditorial: Nevsky Prospects

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© Ferran MateoRestaurante Yar

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Una mirada femenina al mundo

Poeta representante del exilio interior. A partir del fusilamiento de su ex marido en 1921, Nicolái Gumiliov, icono del movimiento acmeísta, padeció el ostracis-mo ofi cial que empeoró en 1923 cuando se le prohibió publicar, situación que se prolongaría hasta 1940. Como le sucedería a su gran amigo Pasternak o a Mandels-htam, su preocupación social se abriría paso en su literatura. En 1946 fue condenada nuevamen-te por el régimen, que también desterró a su hijo a los campos siberianos. Durante sus últimos años, Ajmátova recibió el recono-cimiento internacional. Su gran poema Réquiem, apareció en el extranjero en 1963, no se publicó en Rusia hasta 1987.

Ha irrumpido en el panorama editorial español con Una edad difícil, un libro de cuentos fantásticos y de terror que no ha pasado desapercibido. Los 8 relatos son “otra vuelta de tuerca” al desasosie-go. Una nueva dimensión repugnante y maloliente se abre entre las fi suras de las aceras, o en el interior de un vagón de metro.  Ese infi erno particular, esa galería de monstruos personales que te-memos encontrarnos algún día, ya están aquí, a dos palmos de nuestras narices.Su última novela fantástica, El vivo (2011) será publicada en breve por la editorial Nevsky Prospects.

¿Quién es Anna Starobinets?En mi país algunos críticos  me han bautizado como “La reina del horror”. No estoy demasiado de acuerdo con es-tos títulos. Aunque es verdad que mis libros pueden contagiar miedo, mi prin-cipal objetivo, como muchos escritores, es utilizar esta herramienta para atra-par al lector.

¿Nos puede presentar “Una edad difícil”?Fue  mi primer libro. Lo escribí en  2005. Se trata de una colección de historias fantásticas: algunas son horribles, otras están escritas en tono de humor y otras son tristes. En mis relatos hablo de sole-dad, de falta de amor y esperanza. Tam-bién de la lacra de la incomunicación y la deshumanización de la sociedad de hoy en día.

También se dedica al periodismo ¿No le parece que la actualidad es terrorífi ca?No, la realidad es como es, y en gene-ral no me asusta. Pero si ocurriera algo terrorífi co, pienso que como periodista  tendría que hacer algo para que las co-sas mejorasen. Los periodistas escriben sobre el mundo exterior, mientras que los escritores se centran en lo interior. Las cosas que realmente son aterradoras están dentro de nosotros: la crueldad, la locura, la enfermedad... Aspectos que en general no se pueden controlar.

Desafían su tiempo y se atreven a alzar su plu-ma con osadía. Buscan la refl exión aguda, más allá de temáticas femeninas. Así ha sucedido hasta hoy entre las escritoras rusas.La literatura escrita para mujeres en el mer-cado editorial ruso es aplastante. Puede com-probarse tanto en las tiradas como en los jura-dos que componen los premios literarios. Ellas son más lectoras (como en España), con una fuerte preocupación social, donde existe una lucha silenciosa por conquistar ciertos dere-chos civiles. La feminización de Rusia está en pleno auge. Sus protagonistas están en la literatura rusa de todos los tiempos.

EL ZOO TRÁGICO DE ZINÓVIEVA-ANNIBAL

En El coro mágico, la historia cultural de Rusia escrita por Solomón Vólkov, encontramos un asombroso episodio que ilustra cómo eran los salones cul-turales de Petersburgo durante la Edad de Plata. En él, la escritora Lidia Zinó-vieva Anníbal (1866-1907) y su segundo marido, el importante fi lósofo y poeta simbolista Viacheslav Ivánov, aparecen en medio de un sacrifi cio de sangre. La autora de El zoo trágico, “vestida con una túnica roja y arremangada”, y su esposo cortan la muñeca de un músico, mezclan la sangre con vino en una copa y la ofrecen a los allí presentes, situados en círculo. El ritual, sigue diciendo Vó-lkov, acaba con besos fraternales.Es probable que el episodio al que alu-de el historiador tuviera lugar en 1905, cuando Zinóvieva e Ivánov volvieron a Petersburgo después de vivir varios años en el extranjero, huyendo así del escándalo y la censura, pues Zinóvieva había abandonado a su primer marido. Se establecieron en un apartamento cuyas famosas veladas de los miércoles se convirtieron en el centro neurálgico de la vida cultural petersburguesa. Allí se daban cita los poetas del momento para recitar sus obras más recientes, así como fi lósofos y músicos, que se enzar-

zaban en prolijas discusiones. Ivánov, a quien llamaban “El Magnífi co” o “El Mago”, sabía crear, en aquellos famosos miércoles, una atmósfera poética de unión, deslumbrando a los presentes con su erudición y simpatía.Para Ivánov, que consagró su vida a investigar la fi gura de Dioniso¸ Lidia constituía precisamente la encarnación del dionisismo, cuyo culto instauró en la Torre, como llamaban al apartamento. Los simbolistas del país eslavo mante-nían uniones atípicas entre sí, que prio-rizaban la creatividad artística a la pro-creación, y se mostraban tolerantes con las relaciones extramatrimoniales, tanto heterosexuales como homosexuales. La mujer, lejos de ser una fi gura decorativa, desempeñaba un papel imprescindible en estos cenáculos.La vida agitada y singular de Zinóvie-va, su futura condición de mujer incom-prendida, se prefi gura, en cierto modo, en la infancia relatada en El zoo trágico, publicada en 1907. En estos nueve cuen-tos interrelacionados en que la infancia de Vera, la narradora, aparece represen-tada mediante una especie de bestiario, asistimos a una evocación lírica -aunque no exenta de crueldad- de la vida aristo-crática antes de la Revolución.

El zoo trágico de Lidia Zinóvieva-AnnibalTraducción: Vladímir AlyEditorial: Nevsky Prospects

MARINA TSVIETÁIEVA (1892-1941)

Poeta precoz, mantuvo desde el comienzo una fi rme confi anza en su talento y estilo, realista y poéti-co. Nació en el seno de una familia intelectual. Su padre fue fundador del Museo Pushkin en Moscú, y su madre una brillante concertista de piano. Tsvietáieva hizo de su vida su material literario. Tras largos años de exilio en Francia junto a su marido, Sergéi Efrón, la pareja volvió a la URSS en 1939. Dos años después de la desaparición de su marido por la maquinaria estalinis-ta, la escritora terminó con su vida.

ANNA AJMÁTOVA (1889-1966)

LOS TERRORES DE ANNA STAROBINETS

Una edad difícil de Anna StarobinetsTraducción: Raquel Marqués GarcíaEditorial: Nevsky Prospects

Yolanda Delgado

Marta Rebón

Mi madre y la música de Marina TsvietáievaTraducción: Selma AnciraEditorial: Acantilado

Cartas del verano de 1926Marina Tsvietáieva, Borís PasternakRainer Maria RilkeTraducción: Selma Ancira,Andan Kovacsis y Francisco SegoviaEditorial: Minúscula

Cien Poemas (antología) de Marina TsvietáievaTraducción: José Luis Reina PalazónEditorial: Visor Libros

Prosa completa de Anna AjmátovaTraducción: Vladímir AlyEditorial: Nevsky Prospects

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La versión completa en rusiahoy.com/17021

La versión completa en rusiahoy.com/16923

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Alisa Ganíeva escribe con el seudóni-mo masculino de Gulá Jiráchev cuando sitúa a sus personajes de fi cción en el Cáucaso. Su visión contemporánea, te-ñida de desencanto e ironía, de su tierra natal no deja indiferente.

Pasaste tu infancia en Gunib, un peque-ño pueblo de Daguestán, luego te mu-daste a la capital, Majachkalá, y ahora vives en Moscú. ¿Cómo te han afectado los cambios? Supuso para mí un gran choque. En Majachkalá tuve que ir a una escuela donde no hablaban mi lengua, el ávaro, sino el ruso, que por aquel entonces yo desconocía. El cambio de Majachkalá a Moscú fue mucho más fácil. Al mismo tiempo, el sinfín de impresiones vívidas y la sensación de total libertad, hicie-ron de esa primera época en Moscú un tiempo sumamente hermoso. ¿Por qué escogiste el relato Salam, Dal-gat para presentarte en la literatura? ¿Cuál ha sido su recepción?Es un relato corto pero muy denso. He introducido casi todo lo que es posible decir en pocas palabras de una parte de Rusia. En la literatura rusa, ya en tiempos de Tolstói o de Lérmontov, exis-tía una prolífi ca tradición de describir el Cáucaso con un carácter poético que

decidí obviar. Probablemente ésa sea la razón de que el relato suscitara in-dignación entre mis paisanos. Yo mues-tro el Majachkalá contemporáneo, sin adornos, degradado. Por lo demás, no he cargado las tintas, he atenuado mu-chos aspectos. En la obra no hay escenas de violencia, al contrario, hay mucho humor. Las críticas más comunes que recibí de los lectores fue que era una blasfema y que traicionaba a mi patria. En otro de tus relatos, Demonios, ex-plicas una realidad dura de Daguestán.Es un lugar único. Hay reglas de con-ducta rigurosas y rasgos de totalitaris-mo político que conviven con una insóli-ta libertad de expresión, de indulgencia y de tolerancia nacional. En este lugar, durante cientos de años vivieron codo con codo más de cien nacionalidades y se derrumbó, literalmente, un modo de vida milenario, destruyendo prác-ticamente la conciencia nacional y la cultura local. En general, el Cáucaso tiende a un eclec-ticismo donde se mezclan la jovialidad con la crueldad. La religión es la llave que lo explica todo. Las leyes laicas se desacreditaron defi nitivamente, por eso la gente busca sostén en las leyes del Corán. En particular, las personas poco instruidas o muy jóvenes dejan a sus familias, abandonan sus proyectos y se

marchan a los bosques para matar a los «renegados de la fe», en primer lugar a los policías. Su objetivo es alcanzar un estado islámico independiente en el Cáucaso del Norte que viva según las leyes de la sharía. A mi modo de ver, semejante escenario sería mucho más funesto que la confusión total imperan-te hoy, caracterizado por la corrupción y la hostilidad mutua.

Este año algunos de los jó-venes autores de la ‘Gene-ración Debut’ hicieron su presentación en España. Hablaron sobre literatura, su país y sobre las regiones en las que viven. El segundo círculo ha aglutinado a seis talentos de menos de 25 años que viven desperdigados por el vasto territorio ruso, desde los Urales hasta el Cáucaso. Liberados del peso soviético, el leitmotiv de su prosa no es otro que narrar la sociedad rusa que les toca vivir, con sus cambios, sus herencias, sus lacras y sus contradicciones. Alexéi Lukiánov vive en So-likamsk en la región de Perm, al pie de los Urales. “Es un lugar tranquilo, aburrido, pero muy agradable, todas las amistades son a través de internet.” Trabajó en una forja y es uno de los más ve-teranos del grupo, ahora está ultimando una novela dedi-cada al público infantil. Alta presión, el relato publi-cado en España, no es preci-samente lo que se dice alegre. En él la pobreza habitual de

pronto se cruza con un atraco léxico en el que desaparecen del lenguaje todas las pala-bras malsonantes, tras lo cual la gente pierde la capacidad de relacionarse, especial-mente en el trabajo.“Pienso en dejar de escribir. O quizás dejar de escribir para un público adulto. La implicación política de los textos está muerta. Eso es lo que hay”, afi rma Lukiánov.Alisa Ganíeva escribe bajo el seudónimo masculino de Gula Jiráchev. Su temática versa sobre su país natal, Dagestán, con una sociedad que conserva un marcado carácter machista donde la mujer sigue relegada al si-lencio de la cocina. Ganíeva vive desde hace diez años en Moscú. Está considerada una infl uyente crítica literaria y escribe sobre el tema en Ne-zavisimaya Gazeta. “No sería exagerado decir que con Ganíeva la literatura rusa ha ganado un verdadero autor postcolonial, que toda-vía recuerda sus raíces pero ya tiene una educación capi-

talina”, escribe el prestigioso crítico Mijaíl Vizel. Ígor Savéliev no ha salido de su ciudad natal, Ufá. Traba-ja en la revista Versia Bas-hkortostana donde dirige el departamento de asesoría ju-rídica. Su primer cuento, La ciudad blanca, habla de unos autoestopistas veinteañeros que viajan por un enorme país en camiones, durmiendo en habitaciones de paso don-de se encuentran a personas como ellos que entran en un círculo enfermizo porque ya no pueden detenerse. Todos los personajes y las situacio-nes son fi cticias, aunque el autor cuenta que él mismo ha viajado mucho de esta forma. “Después de esto no volví a sacar el tema del autostop, he escrito otros cuentos, relatos e incluso una novela sobre la vida de mi generación, de mis conocidos”.

El segundo círculoTraducción: AAVVEditorial: La otra orilla

Historias del Cáucaso

Marta Rebón

Semion Kvashá

12-13

Generación Generación debut

© Viacheslav Vaziulia¡A bañarnos!

La versión completa en rusiahoy.com/13012

Vídeo en rusiahoy.com/12627

© Anton PaninBaltiysk. Región de Kaliningrado

© Anton PaninBaltiysk. Región de Kaliningrado

R U S S I A B E Y O N D T H E H E A D L I N E S �|�W W W. R U S I A H O Y. C O M

Page 9: Rad Russia

Españoles en el Gulag. Re-publicanos bajo el estalinis-mo, de Secundino Serrano, rescata del olvido las voces de los españoles cautivos en la Rusia soviética, a quienes las autoridades franquistas acabarían por convertir en iconos anticomunistas. Al país más extenso del mundo no sólo llegaron «niños de la guerra» o refugiados políti-cos, sino también marinos y aviadores a quienes sorpren-dió allí el desenlace de la gue-rra civil. Asimismo, en terri-torio soviético se encontraba un puñado de soldados de la División Azul, así como me-dio centenar de republicanos detenidos en Berlín por tro-pas rusas. Son vidas llenas de vicisitudes y sufrimientos, en especial durante el periodo de la Segunda Guerra Mun-dial, momento en que falle-cieron varios de ellos. Otros fueron a parar a la «ratonera de hielo del Gulag», latitudes donde, en palabras de Shála-mov, «los pájaros no cantan».Extracto de la entrevista rea-lizada al autor. Para escribir este libro buceó en muchas vidas anónimas ¿cuál le llamó más la aten-ción?Entre las biografías destaca-ría las de José Tuñón y Pedro Cepeda, que en enero de 1948 planearon salir de la Unión Soviética en un avión, ocultos en las maletas de dos diplo-máticos argentinos. Tuñón incluso lo intentó, pero fue descubierto en pleno vuelo. Fueron detenidos y conde-nados a veinticinco años de trabajos forzados. 

ESPAÑOLES EN EL INFIERNO BLANCO

Marta Rebón

PARAÍSO IMAGINADO

¿Cuántos republicanos y di-visionarios estuvieron en los campos soviéticos?En mi libro aparecen inven-tariados 185 republicanos. Es un listado restrictivo, es de-cir, solo fi guran quienes aca-baron en el Gulag por moti-vos políticos, los del artículo 58 del Código Penal soviético. Murieron 27. Si sumáramos a los que estuvieron entre alambradas por “delitos co-munes”, generalmente rela-cionados con robos en épo-cas de hambruna, podríamos alcanzar los 300 internados. En cuanto a los divisionarios, hubo en torno a 450, de los que murieron 91. Podríamos excluir del recuento divisio-nario a 75 de esos 450 hom-bres, que o bien eran deserto-res o se pasaron en los campos al “grupo antifascista”, y que fueron liberados en 1949. 

Hay un episodio que califi ca «de alto calibre emocional y simbólico”: la unión entre republicanos y franquistas. ¿Cómo fue este acercamiento?A partir de 1942, cuando fue-ron llevados a Kazajistán, los republicanos coincidieron con algún que otro divisiona-rio. Pero fue desde 1948 cuan-do las autoridades soviéticas, suponemos que con apoyo en-tusiasta —era la norma— de los comunistas españoles, de-cidieron anudar la suerte de divisionarios y republicanos, reuniéndolos en los mismos campos. Desde el punto de vista personal, los unió, ade-más de la vida desgraciada en los campos, la nostalgia de la tierra y la familia, el paisana-je y la lengua.

Desde este extremo de Euro-pa, Rusia es un territorio que alimenta la imaginación de una generación de escritores que crecieron a la sombra de los clásicos rusos.“Empecé muy pronto a leer a Dostoievski, en una tra-ducción de Cansinos Assens. Fue un escritor que leí con voracidad cuando era joven, al que luego he vuelto. Me fascinó, claro. Lo mismo que Tolstói y Chéjov, a los que leí más tarde. Son los tres escri-tores rusos que más he leído”, comenta Javier Cercas, cuya obra El vientre de la ballena fue traducida al ruso por A. Berkova.Será por sus personajes sor-prendentes, será por la fuerza de sus acontecimientos his-tóricos, la realidad confi rma que Rusia funciona como un universo borgiano donde las matrioskas habitan un pa-raíso sugerente para los au-tores. En el caso de Francesc Serés, su libro Cuentos rusos es una antología fi cticia de cinco cuentistas nacidos en-tre 1891 y 1967. Cada uno de los textos incluye una breve nota biográfi ca y literaria del autor. El volumen va prece-dido además, de un prólogo de la traductora y una expli-cación sobre el origen de la obra escritas por el catalán Serés. Nada es verdad, salvo la mentira de este increíble juego literario de un autor hechizado:“La fascinación por Rusia viene de lejos. Y con la fas-cinación, el temor, el miedo y todas las sensaciones ima-ginables. Mi conocimiento de Rusia está mediatizado por

las lecturas y por los medios de comunicación. El hecho de poder ver un universo an-tagónico al estadounidense situaba un terreno de juego abonado para la fi cción que hoy ha desaparecido. Descri-bo la situación sin nostalgia, la historia siempre depara nuevos escenarios a la fi c-ción, pero lo cierto es que las características de la Guerra Fría fueron muy particula-res. La propaganda también puede ser un buen escenario para la fi cción. Sí lo es para la mentira”.Rusia imaginada. Diez viajes por el paisaje ruso es el resul-tado de un experimento en el que diez autores españoles es-criben cuentos sobre lugares de Rusia en los que nunca han estado. James Womack, edi-tor de Nevsky Prospects afi r-ma que era necesario “romper las ideas fi jadas de la Rusia del siglo XIX y la actual, ya que hay demostrar que hay mucho más detrás del estig-ma”. La tarea no ha sido fácil: Pilar Adón, Víctor Andresco, Jon Bilbao, Óscar Esquivias, Espido Freire, Esther García Llovet, Daniel Sánchez Par-dos, Marta Sanz, Berta Vías  y Marian Womack han permi-tido la puesta en marcha de un proyecto original sobre un país, que Womack califi ca de “locos y profetas”.Existe un dicho ruso que dice: “Si pasas una semana en Ru-sia planearás una novela, si pasas un mes un relato, y si pasas un año entero en el país su compleja realidad te descu-brirá la evidencia: jamás serás capaz de escribir nada que re-coja su compleja esencia”.

Españoles en el Gulag de Secundino SerranoEditorial: Península

Cuentos rusos de Francesc SerésEditorial: Mondadori

Rusia Imaginada. Diez viajes por el paisaje rusoVarios autoresEditorial: Nevsky Prospects

RUSIA EN VERSIÓN ESPAÑOLA

14-15

© Anton PaninEl campanario de Iván Veliky

La versión completa en rusiahoy.com/15124

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La Edad de Oro La Edad de Oro de la literatura rusa de la literatura rusa en España en España Seguramente no existe en el mundo nin-gún amante de la literatura que no haya tenido entre las yemas de sus dedos las páginas de libros de Tolstói, Dostoie-vski, Gógol, Chéjov, Gorki, Pasternak o Solzhenitsin. Los grandes nombres de la literatura rusa del siglo XIX y XX ocupan habitualmente un lugar des-tacado en los estantes de las librerías españolas. Además, gracias a iniciati-vas como el Año Dual España-Rusia, el premio de la Fundación Borís Yeltsin o la aparición de nuevos sellos editoria-les, en los últimos años se ha producido un aumento de la traducción, de la ree-dición actualizada de los clásicos y de la publicación de autores rusos menos conocidos. Un clásico de entre los clásicos destaca entre las novedades editoriales recien-tes: Anna Karénina, de Lev Tolstói, en la editorial Alba, una de las que dedica mayores esfuerzos a la edición de ori-ginales rusos, que sin renunciar a los grandes nombres, también cuenta con autores como Mark Aguéiev, Nikolái Leskov o Aleksandra Kollontái. Tam-bién merecen ser mencionadas las pu-blicaciones de la editorial Acantilado: La felicidad conyugal, de Tolstói o Mi madre y la música, de Tsvietáieva, entre otros. El sello editorial Akal continúa ampliando su serie de literatura eslava, que incluye Pushkin, Arséniev, Turgué-niev y muchos más.Despertar el interés por Rusia es el ob-jetivo del sello Nevsky Prospects, que nació hace tres años y que ha sacado al mercado las obras de Gaito Gazdánov, Anna Starobinets y Alexander Kudrín

se encuentran entre estos últimos. Más reciente es la aparición de la editorial Automática, para cuyo arranque ha es-cogido a Daniil Jarms y a Gorki. Uno de los escritores que ha cosecha-do mayores éxitos últimamente en su versión en español es Vasili Grossman y su gran novela Vida y destino. Ante el éxito despertado por esta crónica fi c-ción sobre las entrañas de la Segunda Guerra Mundial, Galaxia Gutemberg se apresuró a comprar los derechos de toda su obra y la ha ido publicando poco a poco. El último título en el mercado, El libro negro.También han despertado la curiosidad de los lectores las obras de no fi cción, como la sorprendente Inteligencia di-gestiva (La esfera de los libros) de la endocrinóloga rusa afi ncada en Madrid Irina Matveikova; e interesan, asimis-mo, las obras políticas, de actualidad o biográfi cas, como las que escribió en su día Anna Politkóvskaya o, más recien-temente, la también periodista Masha Gessen (Debate).Relatos de Kolimá, de Varlam Shalá-mov, editada por Minúscula en seis vo-lúmenes, ha cosechado elogios por su gran laboriosidad. No menos sugeren-tes son las traducciones de Ósip Man-delstam (Acantilado), Andrei Platónov (Edicions de 1984, en catalán), Serguei Dovlátov (LaBreu y RBA), Vladímir Voinóvich (Libros del Asteroide) y un largo etcétera al que habría que añadir a los jóvenes autores que han sido dis-tinguidos con el premio Debut y cuyos relatos se han recopilado en el volumen “El segundo círculo” (La otra orilla).

Maite Monroi

Estamos a punto de poder leer a Zajar Prilepin en cas-tellano. La editorial Sajalín lanza en breve Patologías, traducido por Marta Re-bón. Esta novela escrita en el año 2005 es el testimonio de unos jóvenes en la guerra de Chechenia, y trata sobre la intensa camaradería que se establece entre ellos en un mundo lleno de brutalidad. El propio escritor combatió en la república caucásica en 1996 y 1999 como comandan-te de las fuerzas especiales de la policía. Nos encontramos, así pues, con una novela rea-lista. El autor de Patologías vive cerca de la ciudad de Nizhni Nóvgorod, a unos 250 kilóme-tros de Moscú. Se defi ne como un revolucionario-patriota. Es miembro del ilegalizado partido Nacional Bolchevi-que. Participa en el debate público y en las protestas ciudadanas que comenzaron en diciembre de 2011, donde ha sido detenido en alguna ocasión. También se dedica al periodismo, y fue compa-ñero de Anna Politkóvskaya, la periodista asesinada que escribía sobre los abusos co-metidos en Chechenia.

David Flores

A LA ESPERA DE UN REVOLUCIONARIO

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