R. Acosta, LA FAMILIA: DESPERTAR, LUGAR Y ORIGEN DE TODA LA EDUCACIÓN

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    LA FAMILIA: DESPERTAR, LUGAR Y ORIGEN DE TODA LA EDUCACIN

    DESORIENTACIN

    Educar nunca ha sido fcil, y hoy parece ser cada vez ms difcil. Lo saben bien los padres de

    familia, los maestros, los sacerdotes y todos los que tienen responsabilidades educativas directas.Se habla, por este motivo, de una gran emergencia educativa

    1.

    Y el problema no es de cantidad, sino de calidad: Hoy hay ms escuelas, absoluta y relativamente

    hablando, que jams hubo. Hay ms puestos escolares, ms universidades. Parece que deberamos

    estar ms satisfechos que nunca con el desarrollo de la educacin. Y, justamente, ocurre lo

    contrario. Se tiene la impresin de que a medida que se extiende la educacin se extiende tambin

    el descontento. A ms educacin, ms frustracin2. Qu ha ocurrido para llegar a esta situacin?

    (T. CID, Educar para lo nuevo. Llamados a la esperanza, Educar el amor humano 2008 (3),

    www.jp2madrid.org).

    Todos deseamos encontrar nuestro verdadero camino por medio del cual respondamos a la

    vocacin que hemos sido llamados. Slo as podremos alcanzar la felicidad. Nos preguntamoscontinuamente si sabremos distinguir adecuadamente entre el bien y el mal, queremos realizar

    acciones excelentes. Pero, dnde est esa sabidura capaz de discernirlo?, quin nos mostrar el

    bien?(cf. Sal4,7).

    Vivimos en medio de una mentalidad y una forma de cultura que llevan a dudar del valor de la

    persona humana, del significado mismo de la verdad y del bien, en ltima instancia, de la bondad de

    la vida3. Por ello, no faltan las ocasiones en las que se nos insina la tentacin de caminar sin

    direccin, de dejar de preguntar por el bien y considerar buena cualquier cosa que hagamos.

    Bastara considerar como bueno el actuar como nos plazca y sentirnos bien hacindolo. Inmersos en

    este entorno emotivista, en el que la bsqueda se contenta con estar pendiente de nuestro estado

    de nimo, todo nos conduce a una desorientacin en los fines de nuestra vida y en la eleccin de

    nuestras acciones. El hombre se convierte en su ser dirigido por otros que acepta las ideas y utilizalas cosas sin preocuparse por comprender su sentido. La libertad desaparece en la abundancia de

    informacin que no se digiere, la tcnica domina a la persona4. De este modo, vaciado el hombre

    de su interior capacidad de reflexin y valoracin, queda de hecho convertido en una mquina de

    produccino de destruccin.

    LA LUZ QUE ORIENTA

    Frente a este vaciamiento de la persona, oscuridad que desorienta nuestra vida, existe una luz en

    nosotros que nos permite abrir los ojos para encontrar un camino en donde poder progresar. Se

    trata sin duda de la alegra que significa encontrarnos con otra mirada en la que nos sentimos

    amados y que vivimos como el primer paso de un largo camino en el que hemos de seracompaados.

    1BENEDICTO XVI, Carta sobre la tarea urgente de la educacin a la dicesis de Roma, 21-I-2008.

    2V.GARCA HOZ, La educacin en la Espaa del siglo XX, Rialp, Madrid 1980, 365.

    3BENEDICTO XVI, Carta sobre la tarea urgente de la educacin a la dicesis de Roma, 21-I-2008.

    4V. GARCA HOZ, Una nueva educacin para una sociedad confusa, en Tellamar. Ctedra Santa Teresa,

    vila 1991, 342.

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    No basta con la simple referencia al bien para guiar nuestra vida, sino que requiere una educacin

    interior, una formacin interior. No se despierta a nadie, ni se ilumina un camino a vivir con la mera

    transmisin de unos contenidos como un cdigo de comportamiento. La educacin no puede

    perder la perspectiva de la bsqueda interior de la persona, la pregunta por el bien.

    Se trata sobre todo de aprender a ordenarlos actos en el descubrimiento de un sentido. No se trata

    por ello de la mera habilidad de aplicar una norma a un caso, ms bien se trata de discernir laverdad del bien de la accin, lo cual requiere la virtud. Esto es slo posible en el contexto de una

    relacin personal y en la perspectiva de la construccin de una comunin de personas.

    El verdadero hito de la lucha pedaggica y educativa hoy sigue siendo el viejo imperativo de

    Pndaro, llega a ser el que eres, porque el hombre no es un hecho, sino una tarea, con un

    repertorio limitado de posibilidades para realizarse a s mismo. Y en cada momento de su existencia

    debe elegir entre esas posibilidades la mejor y ms adecuada para felizmente llegar a ser s

    mismo5.

    La educacin es construccin o no es nada. Porque el objeto de la educacin es poner los cimientos

    para que el hombre puede construir una vida lograda como la tarea nica de la libertad personal. Se

    trata de tomar en serio la bsqueda personal de una plenitud que no es un simple crecimiento

    natural de unas capacidades, afecta a la misma identidad de la persona y que la puede calificar

    como tal.

    EDUCAR PARA LO NUEVO: ENSEAR A AMAR

    La primera exigencia de toda construccin es buscar el fundamento, tanto para la comprensin de la

    realidad cuanto para orientar y justificar nuestras propias acciones. El hombre es persona en la

    medida en que tiene capacidad y libertad para comprender, decidir y orientar los actos de su vida.

    La educacin ha de ir dirigida, por tanto, a ayudar a formular el propio proyecto personalde vida y

    adquirir la capacidad para realizarlo. Mas la realizacin de un proyecto de vida solo es posible desde

    una actitud operante y abierta a toda la realidad.

    Este fundamento lo encontramos en el horizonte de sentido de la vocacin al amor. Al ayudar a

    encontrar y responder a su propia vocacin, promocionamos a la persona. El despertar de la

    experiencia moral se ve ahora en la perspectiva del amor como crecimiento personal de madurez.

    Esta madurez moral no se puede entonces comprender como la simple enseanza de las normas y

    la interiorizacin de las mismas, sino como una disposicin verdadera para descubrir el sentido del

    propio vivir y realizarla en la conformacin de una comunin de personas.

    Este proceso se presenta a cada uno como el largo camino hacia s mismo. La educacin, en tanto

    que comunicacin puede y debe llegar a esa realidad interior y profunda, de las valoraciones, los

    ideales, los amores, las repulsas, los gozos, los temores. De este ncleo interior, arranca el vivir y el

    obrar propiamente humanos.

    La educacin ha de comenzar por ser unfortalecimiento de la vida interior. Pero la realizacin de la

    vida, tanto si se considera lo que en cada momento se debe hacer cuanto si se mira en su conjunto,

    exige tambin la salida al exterior, la comunicacin con la realidad. La persona humana es intimidad

    pero tambin apertura.

    5R. FLREZ, Razn educativa. Ensayos de pensamiento pedaggico, Fundacin Universitaria Espaola,

    Madrid 1991, 34.

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    Hay que hacer patente lo que est latente en cada persona, por lo que habr de ponerse el acento

    en la autorreflexin y el aprendizaje. Evocando la genial frase de san Agustn, buscamos para

    encontrar y encontramos para seguir buscando6, entonces el aprendizaje es en s mismo bsqueda

    precedida por el discernimiento. El hombre es un ser abierto a todo, pero fundamentalmente

    abierto a la realidad.

    Cmo lograr ser cada vez y cada da ms y ms nosotros mismos? Es un problema de educacin yse puede sintetizar en dos palabras: autoconcienciacin y formacin. En ello insiste Juan Pablo II:

    S, autoeducacin. En efecto, una tal estructura interior, en la que la verdad nos hace libres no

    puede ser construida solamente desde fuera. Cada uno ha de construirla desde dentro,

    edificarla con esfuerzo, con perseverancia y paciencia [...] Salvar la propia alma: he aqu el fruto

    de la autoeducacin 7.

    Y aade que, aunque no hay duda de que la familia educa y de que la escuela instruye y educa, al

    mismo tiempo, tanto la accin de la familia como de la escuela, quedar incompleta y podra incluso

    ser estril, si cada uno no emprende por s mismo la obra de la propia educacin.

    De ah que, el verdadero acto educativo y de aprendizaje ha de ser realizado en el alumno y por el

    alumno. Todo lo que puede hacer el maestro es externo y consiste en atraer la atencin del discurso

    a su propio interior.

    La educacin es, en definitiva, misin de entrega y de donacin de s mismo. Hasta la transmisin de

    contenidos externos debe estar transida de mismidad. El contenido de esta entrega est en que

    cuanto ms das, ms eres8.Por ello, ensear a amar se convierte en la pieza clave para poder

    realizar un proyecto personal propio que termine en la construccin de un hogar, all donde nos

    sentiremos como en casa, libres.

    A cada hombre se le confa, en palabras de Juan Pablo II: la tarea de ser artfice de la propia vida;

    en cierto, modo, debe hacer de ella una obra de arte, una obra maestra9.

    Educar para lo nuevo es, en definitiva, educar para la esperanza, pero solo una esperanza fiable

    puede ser alma de la educacin, como de toda la vida 10.

    LA AUTNTICA EDUCACI N

    Benedicto XVI nos presenta algunos requisitos comunes para una autntica educacin.

    - Cercana y confianza que nacen del amor: pienso en esa primera y fundamental experienciadel amor que hacen los nios, o que al menos deberan hacer, con sus padres.

    - Entrega de s mismo: Pero todo autntico educador sabe que para educar tiene que dar algode s mismo y que slo as puede ayudar a sus alumnos a superar los egosmos para poder, a su

    vez, ser capaces del autntico amor.

    - Busca la verdad que gua nuestra vida. En un nio pequeo ya se da, adems, un gran deseode saber y comprender, que se manifiesta en sus continuas preguntas y peticiones de

    6SAN AGUSTN, De Trinitate, X, 2, 2.

    7JUAN PABLO II, Carta a los jvenes con motivo del Ao internacional de la juventud, n. 13, 1985.

    8R.FLREZ, Razn educativa. Ensayos de pensamiento pedaggico, Fundacin Universitaria Espaola,

    Madrid 1991, 195.9

    JUAN PABLO II, Carta a los artistas, n.2 (4-IV-1999).10

    BENEDICTO XVI, Carta a la dicesis de Roma sobre la tarea urgente de la educacin (20-I-2008).

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    explicaciones. Ahora bien, sera una educacin sumamente pobre la que se limitara a dar

    nociones e informaciones, dejando a un lado la gran pregunta sobre la verdad, sobre todo

    sobre esa verdad que puede ser la gua de la vida.

    - Muestra el sufrimiento de la verdad, que tambin forma parte de nuestra vida. Por estemotivo, al tratar de proteger a los jvenes de toda dificultad y experiencia de dolor, corremos

    el riesgo de criar, a pesar de nuestras buenas intenciones, personas frgiles y poco generosas:la capacidad de amar corresponde, de hecho, a la capacidad de sufrir, y de sufrir juntos.

    - Encuentra el equilibrio entre libertad y disciplina. Sin reglas de comportamiento y de vida,aplicadas da tras da en pequeas cosas, no se forma el carcter y no se prepara para afrontar

    las pruebas que no faltarn en el futuro. La relacin educativa es ante todo el encuentro entre

    dos libertades y la educacin lograda es una formacin al uso correcto de la libertad. A medida

    en que va creciendo el nio, se convierte en un adolescente y despus en un joven; tenemos

    que aceptar por tanto el riesgo de la libertad, permaneciendo siempre atentos a ayudar a los

    jvenes a corregir ideas o decisiones equivocadas.

    - Prestigia la autoridad. La educacin no puede prescindir del prestigio que hace creble elejercicio de la autoridad. sta es fruto de experiencia y competencia, pero se logra sobre todo

    con la coherencia de la propia vida y con la involucracin personal, expresin del amor

    autntico. El educador es, por tanto, un testigo de la verdad y del bien: ciertamente l tambin

    es frgil, y puede tener fallos, pero tratar de ponerse siempre nuevamente en sintona con su

    misin.

    LA FAMILIA: ORIGEN, LUGAR Y FIN DE LA EDUCACIN

    La familia, en el mbito educativo destaca siempre en su papel de ser origen, pues nadie niega la

    necesidad de una educacin inicial que correspondera a los padres, y se destaca su valor afectivo.

    Se le ha de reconocer todo su valor personal y evitar as cualquier reduccin a ser una mera funcin

    que se pudiera sustituir. No se trata de una necesidad afectiva, sino de una entrega personal que

    tiene que ver con el valor de la persona que debe ser amado por s mismo; pues contiene en s unavocacin al amor. De aqu se desprenden toda una serie de afectos iniciales: de pertenencia, apego,

    posesin, que son una gua esencial de la existencia humana.

    La familia es un lugar, pues en ella es donde experimentamos radicalmente la libertad. En ella

    disfrutamos de la plena posesin de derechos, de la plena pertenencia, nos sentimos como en

    nuestra propia casa, en la que co-existimos, somos co-responsables y co-determinamos la

    realizacin del destino comn. En la familia nos sentimos libres, en ella tenemos todo el derecho en

    la plenitud de la propia dignidad. Es all donde se nos hace posible la adquisicin de capacidades

    fundamentales con una orientacin significativa precisa y se abre a un autntico horizonte de la

    vida.

    La familia es un autntico fin de la educacin porque la madurez de la persona tiene comoreferencia principal la eleccin de estado y la construccin de un hogar. Esta finalidad es por

    consiguiente una aclaracin fundamental que permite rechazar por inadecuada cualquier

    consideracin individualista de la educacin.

    En conclusin, es en la familia donde se originan las experiencias fundamentales del ser humano y

    donde encuentran el campo propicio de desarrollo por la importancia de las relaciones personales

    de paternidad/filiacin y fraternidad. Es all donde el mismo don de la vida y el descubrimiento de la

    fuente del amor permite un sentido profundo para vivir.

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    LA RUPTURA UNIDIMENS IONAL

    La educacin integral requiere incidir en la inteligencia, los afectos y la capacidad de construir una

    historia de amor. Si se tiene una visin unidimensional de la persona es fcil caer en presentar

    perniciosas teoras educativas reductivas. Al apuntar a un nico elemento de la educacin, se pierde

    la perspectiva moral y el hecho de que sta siempre apunta a una integridad de la persona. De aqu

    se explica el fracaso evidente de algunas de estas propuestas y la necesidad urgente de recomponerel mbito verdaderamente educativo en nuestra sociedad que ha de empezar con la familia.

    El problema se produce porque la persona entonces se ve medida por capacidades distintas de lo

    que es la vocacin al amor con la correspondiente dificultad de encontrar esta llamada y vivirla en

    plenitud.

    Manualstica: centr la educacin moral en la transmisin de las obligaciones acordes a cada

    estado. En una estricta separacin de las potencias espirituales, la educacin consistira, por una

    parte, en el perfecto conocimiento de las obligaciones adquiridas y, por otra, de la fortaleza de la

    voluntad para aplicar los mandatos en cada momento, esto es, el desarrollo de la obediencia. Por

    eso se reclua ms en un voluntarismo a ultranza consistente en conformar la voluntad con la

    norma. Esto se realizaba dentro de una concepcin eclesial de sociedad perfecta y una enseanzamoral reservada a los sacerdotes. Todo ello apuntaba a que la familia no se consideraba sujeto de

    esta enseanza, sino de un modo derivado y subordinado, como mero sujeto pasivo.

    Propuestas romnticas: A partir de la revolucin francesa y del romanticismo, la familia desaparece

    totalmente de la perspectiva para emerger la figura del pedagogo, casi como un tcnico especialista

    preparado para resolver lo que unos padres ignorantes eran incapaces de transmitir.

    En una poca de cambios, se necesita un modo de enseanza que capacite a las personas a

    responder a situaciones nuevas, ms que a aplicar recetas pasadas.

    Corriente Autonomista: Piaget y Kohlberg. Esta corriente ha querido reducir la educacin a una

    maduracin de una capacidad formal de juicios morales ante dilemas en la aplicacin de normas y

    formula una serie de estadios morales por los que la persona pasa gradualmente de una

    heteronoma infantil a una autonoma racionalista completa. Sin embargo, olvida cualquier

    disposicin afectiva como si no fuera relevante en la vida moral. Sobre todo, considera la autoridad

    como un obstculo al desarrollo moral del nio porque no pertenecera a la esencia de la

    moralidad, sino a su perodo infantil que debe ser superado en la plena autonoma. Esta perspectiva

    ha sido acogida cada vez ms favorablemente en la educacin escolar y hoy en da es la

    predominante en toda la civilizacin occidental. Rechaza la familia como el lugar principal de la

    educacin moral ya que a su juicio est teida toda ella de un paternalismo perjudicial en extremo

    para la autonoma individual.

    Emotivismo: Moore y revoluciones sexuales del siglo XX. Ha mostrado patentemente las grandes

    carencias de cualquier sistema de educacin que slo se fije en el desarrollo de la inteligencia,

    incapaz de capacitar a la persona a dirigir los afectos. En muchos casos, se considera las relaciones

    familiares ms como una fuente de problemas que como el mbito fundamental de educacin.

    Teora narrativa: insiste en que la educacin moral no consiste fundamentalmente en la adquisicin

    de habilidades intelectivas o en desbloqueos afectivos para llegar a un equilibrio en los afectos, sino

    en la insercin en una historia y la formacin en una capacidad interior de construirla. Es en ella,

    dentro de una tradicin, donde se transmite el autntico sentido de la vida que ilumina y gua desde

    dentro las acciones humanas que consisten en despertar un sentido en la experiencia. Slo si se

    acepta el valor nico de la tradicin para la transmisin de sentido, la familia brilla como un lugar

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    privilegiado de sentidos fundamentales. Unir esta tradicin a la vocacin del amor y la verdad del

    bien permite responder a la acusacin de parcialidad que se vierte contra la visin tradicional.

    La relacin entre los tres tipos de amores principales en la vida humana que configura la vocacin al

    amor: la relacin entre esposos, la de padres/hijos y la amistad entre hermanos es as la clave

    hermenutica bsica para la educacin moral.

    En estas primeras relaciones personales se destacan los valores de autoridad y solidaridad que son

    los referentes que permiten madurar a las personas en relaciones fuertes que hacen surgir acciones

    excelentes y permiten guiar la trascendencia del amor hacia un don de s. El inadecuado concepto

    de autonoma usado en algunos sistemas educativos niega la importancia de ambos, ocultndolas.

    La eterna adolescencia es la incapacidad de llevar a cabo elecciones que comprometan a toda la

    persona, indisposicin que, por tanto, hace prcticamente inviable el don de s por amor por lo que

    la interpretacin de la experiencia amorosa se reduce dramticamente a una forma romntica.

    La unidad de todas las dimensiones personales en la construccin de una persona es el

    descubrimiento de la identidad personal, esto es, la respuesta madura a la pregunta: quin soy

    yo?, que reside en: ser hijo, para ser esposo y llegar a ser padre. Entonces las relaciones familiares

    adquieren todo su relieve y se comprende como algo mucho mayor que un sistema de funciones

    sociales resueltas efectivamente, en ellas se basa la maduracin de la persona y en ellas se han de

    encontrar los principios educativos.

    LA FAMILIA EDUCATIVA

    Algunos de los modelos inadecuados de educacin moral que han marginado la familia en esta

    tarea educativa han llegado a influir en una cierta corrupcin interna de la comunin familiar por

    afecta perniciosamente sus relaciones bsicas. Por insistir en relegar la educacin a expertos han

    conducido a que los padres se consideren incapaces de educar y se han desentendido de esta tarea.

    Piensan en ello como en una tarea especial de carcter tcnico y de aqu proviene uno de los

    mayores empobrecimientos que la cultura actual ha arrojado a la familia. Una familia que no toma

    la educacin como la gua principal de su convivencia es una familia sin alma. La eventual inhibicinde los padres en la educacin de sus hijos es un signo de falta grave de la vitalidad familiar (FSV,

    149).

    La educacin es para los padres ante todo un modo de llevar a cabo su amor responsable. No es

    sino un modo especfico de aprender a amar paternalmente dentro de un sentido profundo de

    amor en su pleno significado de comunicacin de vida. Volver a este sentido originario de educacin

    no es slo bueno para la familia, sino para toda la sociedad, en la medida en que aqu descubre el

    autntico significado del bien comn que aparece precisamente de modo originario en esta

    comunicacin familiar bsica.

    Aclaremos determinadas concepciones errneas de familia que la hacen incapaz de realizar su

    misin educadora, en especial en su dimensin moral:

    - La familia autoritaria, consiste en considerar a la familia como un conjunto de funcionesordenadas a partir de la voluntad de una autoridad. Aqu la nica virtud que cabe y hay que

    formar es la obediencia. Su gran defecto educativo es el perder de vista el deseo de aprender

    del educando que es el que explica el acto educativo y lo ilumina como un acto de libertad. Se

    confunde la educacin con el sometimiento, la realizacin efectiva de unos actos exteriores,

    olvidando el descubrimiento del sentido de las acciones. Sus consecuencias han alcanzado al

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    desprestigio total del paternalismo, concluyendo en su carcter anti-educativo

    (autonomistas).

    - La familia afectiva, es la que pone en primer plano la dimensin afectiva de las relacionesfamiliares que no pueden definirse adecuadamente si se reducen a un reparto de autoridad.

    Tampoco se distingue el valor nico de la comunin de personas que es la familia, que no se

    puede interpretar como la simple existencia de vnculos afectivos constructivos y positivos. Por

    consiguiente, se reduce toda la comunicacin familiar al afecto de sentirse querido que serael que constituira la familia en cuanto tal. De este modo, evita la consideracin de la existencia

    de la autoridad y no es capaz de inducir una excelencia centrada en la atraccin del bien. El

    peligro de disolver el amor familiar en un Emotivismo que pierda al sentido autntico de la vida

    es muy fuerte.

    - La familia pasiva, es aquella que se reduce a la resolucin de las funciones que satisfacen lasnecesidades bsicas, pero es incapaz de suscitar acciones a sus miembros y los abandona en

    una soledad en lo fundamental. Es la familia que se ha desvinculado de la dimensin educativa

    que queda relegada, todo lo ms, a una instruccin y a un respeto por normas mnimas de

    convivencia. Se abandona la educacin a otros factores y personas, lo que causa una especial

    debilidad de los nios ante los medios de comunicacin.

    - La familia rota, es la misma ausencia de la familia lo que ms manifiesta su necesidadeducativa. En la familia rota, ya sea de hecho como de derecho, es como se ven los resultados

    desastrosos para cualquier educacin cuando falta el entorno familiar. Una familia disgregada

    puede, a su vez, generar una forma concreta de anticivilizacin, destruyendo el amor en los

    distintos mbitos en los que se expresa, con inevitables repercusiones en el conjunto de la vida

    social (GrS, 13).