Puerto Belgrano. Historia de la Base Naval desde la mirada social de Caras y Caretas.

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Recopilación de artículos de la Revista Caras y Caretas entre 1898 y 1905, que conforman una síntesis histórica de la Base Naval de Puerto Belgrano.

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  • Puerto Belgrano Historia de la Base Naval en la mirada social de

    Caras y Caretas 1ra. poca.

    El puerto militar de la repblica. Caras y Caretas Nro. 8. Fecha 26 de noviembre de 1898.

    A principios de 1896, lleg al pas el ingeniero italiano Luis Luiggi, cuyo retrato presen-tamos, contratado por el Gobierno Nacional para construir el puerto militar de la Repblica y el apostadero general de la escuadra naciente. Despus de prolijos estudios e investigaciones, el ilustrado ingeniero se decidi por Puerto Belgrano, en los alrededores de Baha Blanca, como sitio aparente para las construcciones que se proyectaban. Aquello era el desierto; la Pampa riberea del Atlntico, con sus mdanos y toda su caracte-rstica desolacin. Fue necesario improvisarlo todo: desde las arboledas para impedir en lo posible el movimiento de las arenas, hasta los pozos, para obtener agua potable; desde las casillas para vivienda de los trabajadores, hasta stos mismos, y desde el desague y el carro tirado a la cincha, hasta el telgrafo y el ferrocarril. La verdad es que en dos aos se ha transformado, bajo su direccin, aquella comarca. Hoy ya no solamente tienen los buques un apostadero en buenas condiciones y con los ele-mentos ms indispensables para su funcionamiento, sino las fortificaciones, defensas y de-ms obras complementarias correspondientes, servidas por un ramal de ferrocarril y otro te-legrfico. Hermosas arboledas han sido plantadas a lo largo de los caminos y alrededor del recinto fortificado, y se han construido puentes, muelles y casas para los empleados, prolongndose los trabajos hasta Punta Alta y Punta sin nombre, que se han transformado siendo hoy n-cleos de poblacin bastante activos e importantes. Las obras del Puerto Militar, construdas durante el ministerio Levalle, en su parte funda-mental, fueron inauguradas por ste en los ltimos das de octubre pasado, acto durante el cual obtuvimos las notas grficas que hoy ofrecemos. Los resultados que el pas puede constatar, debidos a la labor del seor Luiggi, eran de es-perarse dada la justa fama que preceda al distinguido ingeniero. El gobierno de Italia, al proponerlo a la Repblica Argentina que haba solicitado de l un hombre de ciencia en ingeniera militar, tuvo en cuenta, seguramente, los trabajos anterio-res del seor Luiggi en los Estados Unidos, en frica y en Italia, donde dirigi con rara competencia obras especiales de gran aliento. A l, as como al seor capitn Dufour, iniciador de las obras, les debe el pas uno de esos servicios que obligan a la gratitud nacional.

    Caras y Caretas les tributa con gusto su respetuoso homenaje

  • El ingeniero Luiggi en su despacho.

  • Malecones interiores del dique de carena.

    Malecn interior.

  • El tanque de Punta Alta.

    Transporte del primer can Krupp.

  • Primeros caones llevados por el ferrocarril Estratgico.

    El general Levalle en la inauguracin del Arsenal.

  • Obras del puerto sobre el arroyo Parejas.

    Antiguo muelle en Punta Alta.

  • Caricatura del ingeniero Luiggi por el dibujante Mayol.

  • El Ministro de la Guerra en Puerto Belgrano. Caras y Caretas nro. 33. Fecha 20 de mayo de 1899.

    En la semana anterior fueron inauguradas las bateras que en Puerto Belgrano comenz a construir el distinguido ingeniero italiano don Luis Luiggi, durante el Ministerio del general Nicols Levalle. Casi dos aos han durado las obras segn opiniones autorizadas y compe-tentes, que las han juzgado, son ellas las mejores en su gnero que hoy hay en la Amrica del Sur. Presenci las pruebas de artillera, en ausencia del Ministro de Marina, Comodoro Rivada-via, el Ministro de Guerra General Campos, y segn la opinin de los tcnicos que le acom-paaban, los resultados que se obtuvieron fueron inmejorables. Los trabajos de fortificacin, no obstante, no estn an terminados ni lo estarn hasta de aqu algunos aos, pues son largos insumen cantidades de dinero que el pas no puede distraer sino con lentitud; pero ya Puerto Belgrano con la seccin inaugurada est en apti-tud de defenderse de cualquier agresin y defender a los buques de la escuadra que se a-briguen en el puerto militar. Obras de ingeniera como stas, honran a quienes las estudiaron y realizaron, y nosotros, al presentar las notas grficas que presentamos, quedamos lamentando no poder hacerlo con la amplitud y detalle que ellas merecen; pero obstan a nuestro propsito razones de discrecin y de patriotismo. Personas que han visitado el puerto militar, nos informan que aquella desolada regin de Puerto Belgrano ha sido transformada. Los mdanos yermos ostentan arboledas que parecen centenarias y el silencio de la pam-pa se ha convertido en ruido ensordecedor, pues cada galpn que se levanta es un taller en funcin. Hoy habitan en aquel paraje unas cuatro mil personas y el comercio local de Baha Blanca ha recibido con ello un poderoso impulso, notndose su estado floreciente a primera vista, pues cada da se levantan nuevos edificios y concurren al engrandecimiento nuevas actividades y nuevas fuerzas. Alrededor de las fortificaciones y a la distancia que las leyes lo permiten, se han comenza-do a levantar caseros que no tardarn en ser pueblos y empiezan a fluir en ellos industria-les que buscan ocupar su actividad. Es sabido que un puerto militar de la importancia del que se construye, desarrolla siempre necesidades crecientes que deben ser atendidas por la industria privada, acreedora en es-tos casos proteccin y estmulo. El Gobierno de la Nacin, en previsin del futuro desarrollo de estos centros de poblacin, se preocupa ya de adquirir nuevas zonas de tierra para ensanche del dominio fiscal. El in-geniero Luiggi, que tiene sobrada experiencia por haber construido obras anlogas, ha lla-mado ya sobre este punto la atencin del seor Ministro de Marina.

  • Batera nro. 3. Can Krupp de veinticuatro centmetros, visto en las posiciones que de-muestran su emplazamiento y proteccin.

  • Llegada del primer destacamento de tropas.

    El cuartel de artillera.

    INAUGURACIN DEL FERROCARRIL AL NEUQUN.

  • El viaje presidencial. Caras y Caretas nro. 36. Fecha 10 de Junio de 1899.

    A las nueve de la maana del dos (de junio) nos separamos del Presidente que volva a Buenos Aires, mientras nosotros bamos a conocer Puerto Belgrano. En rigor, haban ter-minado las fiestas de la inauguracin. La lnea del Neuqun, inmensa arteria circulatoria, cierra en el presente el circuito de la red ferrocarrilera argentina. Vamos camino de Puerto Belgrano con convoy reducido; los salones dormitorios se deja-ron en Baha Blanca para tomarlos a la vuelta. Hicimos la primer parada en los pozos hori-zontales de la toma de agua. Son stos unas obras muy originales que han resuelto un gran problema del puerto militar. Desde Punta Alta alcanzamos a ver a los tres grandes acorazados San Martn, Pueyrre-dn y Belgrano. Las grandes moles blancas de los barcos destacndose sobre el fondo verdoso del mar, resultaba de un hermoso efecto; en lnea reglamentaria, parecan dis-puestos a lanzarse a la primera seal en pos del peligro y de la gloria. Confundida a veces con los tonos del cielo combo y lejano, flameaba la bandera nacional en el alto mstil. Despus del medioda descendamos en Puerto Belgrano. El seor Ministro Rivadavia era el dueo de casa y haca los honores con afabilidad de marino. Qu construcciones tan hermosas aquellas, qu lujo de fuerza y de poder! Yo no s lo que es hormign ni me importa saberlo- que hagan sus crticas y levanten el dedo los pescado-res de defectos- todo me pareci soberbio y grande. Para que los visitantes se dieran cuenta del campo de tiro, el seor ministro orden hacer un disparo bala, con cada una de las piezas de la primera batera. Bum! Bum!- no qued tmpano sano; algunos ms experimentados en asuntos guerreros, abran la boca de oreja a oreja, porque, segn decan, as neutralizaban los efectos del es-tampido. Guarnece la fortaleza un destacamento del batalln de artillera de costas. Mientras la banda de msica ejecutaba el himno y despus una marcha militar, subamos de nuevo al tren para venir al sitio donde est emplazada la batera nmero siete, con el objeto de colocar el escudo nacional que la deba coronar. Rpida y bella ceremonia en que no hubo discursos, pero s sinceros y ardientes vivas a la Patria. La tradicional copa de champagne ba el smbolo de piedra y el voto de los cora-zones argentinos porque eternamente se mantengan sin mancha subi puro a los cielos. En marcha otra vez. Corta detencin en los diques y despus carrera de apresurados hasta Buenos Aires, adonde llegamos a las cuatro y media de la tarde del da tres, con tiempo lluvioso y un fro ms ingrato que el del sur. Figarillo.

  • Puerto Belgrano. Visita a la Batera nro. 3.

    Disparo de un can de la batera nro. 3.

  • Sres. Quesada, Faras y Monzn, enviados especiales de Tribuna, La Nacin y Caras y

    Caretas.

    Oyendo el himno en la batera nro. 3

  • Acto de descubrir el escudo nacional en la batera nro. 7

    FIESTAS EN PUERTO BELGRANO. Caras y Caretas nro. 76. Fecha 17 de marzo de 1900.

    Estando ya terminadas casi por completo las obras de Puerto Belgrano, a las que slo falta aadir la conclusin de algunos pequeos trabajos de detalle, efectuse alli ltimamente la fiesta organizada por la oficialidad del Batalln Artillera de Costas, celebrando el segundo aniversario de la fundacin de dicho cuerpo. La referida fiesta, realizada en medio de gran animacin, tuvo lugar en la batera nmero 3. La mayor cordialidad rein entre jefes y oficiales, quedando en todos los concurrentes- en-tre los que figuraban las distinguidas familias, que presenta en grupo uno de nuestros graba-dos-un excelente recuerdo de aquel da.

  • Jefes y Oficiales del Batalln Artillera de Costas.

    Concurrentes a la fiesta, junto al can nro. 4 de la batera nro. 3.

  • Caras y Caretas nro. 78. Fecha 31 de marzo de 1900.

  • LA TRGICA MUERTE DEL COMANDANTE MALLO. Caras y Caretas nro. 85. Fecha 19 de Mayo de 1900.

    En las construcciones militares de Puerto Belgrano, donde se halla de guarnicin el batalln de artillera de costas, tuvo lugar el viernes pasado un hecho sangriento en que fue vctima el jefe del cuerpo, teniente coronel Carlos Mallo, y victimario uno de sus subordinados: el sargento distinguido Pablo L. Funes, exalumno del Colegio nacional de esta ciudad y joven que goza de buena reputacin en las filas del ejrcito. A lo que parece, entre el soldado y el jefe reinaba una antipata explicable, en lo que al primero se refiere, por la forma autoritaria y brutal con que era tratado por el segundo. No hace mucho, segn la versin que ha circu-lado, Mallo arranc a Funes las jinetas, por cuestiones del servicio. El 10 del actual el refe-rido Mallo hizo llamar al entonces soldado Funes para interrogarle acerca de algunas apre-ciaciones que se decan hechas por este cuando su degradacin, y encolerizado lleg a mal-tratarle de obra: Funes hizo entonces uso del machete, e hiri mortalmente a su jefe. El sumario que ha levantado el capitn de fragata, seor Eduardo Lan, el cual parti para Puerto Belgrano cuando aqu se tuvo noticia del desgraciado suceso, ha de esclarecer lo que haya de cierto en la transcripta versin. El ministro de marina dispuso que una comisin de jefes recibiera en la estacin del ferro-carril del Sud el cadver del comandante Mallo, trasladado a Buenos Aires desde el lugar de la tragedia. El mircoles lleg a Buenos Aires el sargento Pablo L. Funes, custodiado por un piquete compuesto de un sargento, un cabo y cuatro soldados al mando del teniente Spurr. El preso vena engrillado, y al descender del coche del ferrocarril en la estacin Constitu-cin, la gente que all se haba reunido a la espera del matador del comandante Mallo, hizo algunas manifestaciones de simpata. Funes es joven, cuenta 23 aos, y su fisonoma tiene un singular parecido con la del jefe a quien dio muerte. Antiguo alumno del Colegio Nacional, nombrar al antiguo rector de ste, doctor Adolfo J. Orma, como encargado de defender su causa. Una vez llegado a nuestra capital, el sargento Funes fue entregado al jefe de la prisin mili-tar, instalada en el pontn La Paz, que se halla en la cabecera del dique nmero 3. La triste actualidad de este lamentable incidente nos mueve a publicar los adjuntos graba-dos que completan la crnica ilustrada de tan dramtico suceso. En estas pginas insertamos el ltimo retrato del comandante Mallo. Dicha fotografa fue sacada en ocasin de la visita hecha a las bateras del Puerto Belgrano, durante el pasado mes de Abril, por los coroneles Arent y Day, mayor Dieserens, doctor Arata ingeniero Luiggi, al efecto de las pruebas de los caones de la batera 3ra. Despus de las pruebas se celebr un almuerzo ofrecido por el comandante Mallo a los vi-sitantes, los cuales figuran el el grabado correspondiente, en el orden de izquierda a dere-cha. Figuran tambin entre los asistentes a la comida- como se ver por el diseo que acom-paa a la reproduccin fotogrfica- el doctor Laspiur, quien asisti al comandante Mallo en sus ltimos momentos, y el capitn Badar, quien, reemplazando al malogrado comandante Mallo, queda accidentalmente como jefe de la zona militar del Puerto Belgrano. A poder del ministro de Marina ha llegado una peticin suscrita por doscientos vecinos de Belgrano a favor del sargento Funes, cuya culpa se pretende atenuar, presentndole como vctima de humillaciones recibidas de su jefe, el desgraciado comandante Mallo.

  • Parece que el comodoro Rivadavia no ha dado curso a la peticin, entendiendo que el sar-gento Funes solo depende de la justicia militar y que slo a esta corresponde establecer la responsabilidad que tiene en el hecho. A la cabeza de la informacin sumaria correspondiente, ir la prevencin levantada en el cuartel donde se desarroll el drama inmediatamente despus de su desenlace. El sustanciamiento de estas diligencias preparatorias demandar probablemente una sema-na ms, asegurndose que las declaraciones recogidas hasta hoy nada adelantan acerca de las causas del hecho, las que continuarn envueltas en el ms impenetrable misterio. A su regreso a sta, el capitn Lan interrogar al sargento Funes, cuya exposicin constitui-r, como debe comprenderse, una de las piezas ms importantes del proceso. Hasta despus de la elevacin de la causa a plenario, no podr el sargento Funes nombrar defensor. Dcese que la forma con que se ha procedido a levantar el sumario, hace recusable al juez instructor.

    Comandante don Carlos A. Mallo.

    Vctima del atentado.

  • Sargento Pablo L. Funes

    Matador del comandante Mallo.

    El comandante Mallo en la batera 7ma. Donde se produjo el atentado. El nro.1 indica el

    sitio en que fue agredido por el sargento Funes y el nro. 2 el lugar en que cay moribundo.

  • Capitn de Fragata sr. Eduardo Lan.

    Juez instructor del proceso.

    Fotografa del banquete con que el comandante Mallo obsequi el pasado mes a los

    coroneles Arent y Day, al ingeniero Luiggi y a las dems personas que asistieron a las pruebas de los caones de la batera 3ra.

  • Nombre de las personas que figuran en el banquete. 1-Coronel Arent. 2- Comandante Mallo. 3- Coronel Day. 4- Doctor Arata. 5- Mayor Dieserens. 6- Ingeniero Luiggi. 7- Mayor Lagos, segundo jefe del batalln de artillera de costas. 8- Doctor Laspiur. 9-

    Capitn Badar. 10, 11 y 12 Alfreces N.

    Soldados del batalln de artillera de costas que acompaaron al cadver del comandante

    Mallo hasta Buenos Aires.

    PUERTO MILITAR DE BAHA BLANCA. LA VISITA DEL COMODORO GROOME, JEFE DE LA DIVISIN INGLESA EN

    SUDAMRICA. Caras y Caretas nro. 93. Fecha 14 de Julio de 1900.

    Las obras del Puerto Militar, de que en algunas ocasiones nos hemos ocupado en nuestras pginas, han logrado inspirar la curiosidad de diversos marinos extranjeros, accidentalmen-

  • te en aguas argentinas, que de aquellas tenan noticias, y los cuales, reconociendo la impor-tancia de dichas obras, se hallaban con el natural inters de visitarlas. No en vano dicho Puerto Militar se concepta, por su construccin con arreglo a todos los adelantos en mate-ria semejante y por lo vasto de los trabajos emprendidos, como el primero de Sud Amrica. Con el deseo, pues, de conocerlas y aprovechando el permiso amablemente concedido por el ministro de marina, comodoro Rivadavia, el almirante Groome, que manda la divisin in-glesa, y los jefes y oficiales del crucero Flora, seores Cooper, Smyth, Lawford y Westa-way, visitaron las obras del referido Puerto Militar, en los ltimos das de junio pasado. Acompaaban a los citados el comandante Mathe, jefe accidental de la divisin Baha Blan-ca, los comandantes Sutton, Donovan y varios oficiales de los cuatro acorazados argentinos surtos en Puerto Belgrano. Esperndoles en tierra, se hallaban los ingenieros Luiggi, Dates y dems personal de las o-bras, quienes se apresuraron a guiar en su visita a los marinos ingleses, dndoles galante-mente sobre el terreno todas las explicaciones necesarias, para que aquellos pudiesen com-prender el criterio general que haba inspirado las construcciones y diversas instalaciones terminadas, y la importancia que por su situacin tiene el puerto, objeto de la visita. sta, que fue muy completa, porque el almirante Groome quera darse cuenta exacta de to-do lo que ha podido realizarse con perseverante inteligencia en aquellos lugares, compren-dio el dique de carena en construccin, la drsena a marea que servir de amarradero para los grandes buques, el edificio destinado a depsito de aguas corrientes, la galera de toma, una enfermera del hospital de marina y los talleres mecnicos que funcionan ya en la ac-tualidad, en los que pudieron los visitantes asistir a la fundicin de una hlice y a la solda-dura de una pieza grande de las dragas, mediante el mallo a vapor. Por la tarde, el almirante Groome y los dems visitantes pasaron a las bateras, lugar donde fueron recibidos con los honores militares correspondientes por el mayor Lagos, jefe acci-dental del batalln de artillera de costas, capitanes Alba, Riso, Badar y dems oficiales. El distinguido marino ingls, a cuyas rdenes est la escuadra inglesa de Sud Amrica, ma-nifest su satisfaccin de las obras que iba examinando, y el seor Cooper, comandante del Flora declar que vea todo con sorpresa, pues estuvo en Puerto Belgrano y nada haca presumir que en tan relativamente corto espacio de tiempo pudieran llevarse a cabo los tra-bajos realizados. En honor a los representantes de la armada britnica, y concluda la visita, se celebr una pequea fiesta de carcter ntimo- la fiesta de los rboles- en la que el ingeniero Luiggi in-vit a los seores Groome, Cooper, Smith, Lawford y Westaway, a que cada uno de ellos, segn la costumbre inglesa, plantara un rbol como recuerdo de la visita. El conocido agrnomo, seor Vicente Peluffo, haba ido expresamente de Buenos Aires y dirigi en persona las plantaciones, que se hicieron en el grupo de bateras de Punta Ancla. El comodoro Groome plant el primer rbol en la batera VII, y los dems jefes y oficiales siguieron su ejemplo. El subintendente de la armada, seor Brian, ofreci una copa de champagne a los circuns-tantes, y el almirante Groome brind por el porvenir de las obras y por la marina argentina. Este brindis fue retribuido por otros de los jefes y oficiales argentinos all presentes, quie-nes, a su vez, hicieron votos por la prosperidad de la armada britnica y por que, como hoy, continen firmes los lazos que unen a nuestro pas con Inglaterra. Es probable que una importante revista de Londres se ocupe expresamente de nuestro puer-to militar.

  • El comodoro Groome plantando el primer rbol en la batera VII.

    El comandante del Flora, buque insignia de la divisin inglesa, plantando el segundo rbol

    en la batera VII.

  • El comandante Mathe, jefe accidental de la divisin Baha Blanca, plantando el tercer rbol.

    Grupo de marinos ingleses y argentinos en la batera VII.

    El antepuerto militar visto desde tierra.

  • El antepuerto visto desde el mar.

    Galpones del cemento, mquinas del hormign y pozos de las bombas de achique de las

    excavaciones del dique de carena.

    Pozos de las bombas de achique.

  • Andamio y tablestacadas de las bombas del dique.

  • Mquina para hacer el hormign.

    Vista general de las instalaciones para el hormign.

  • El edificio para tanque de aguas corrientes.

    Antiguos galpones transformados en cuarteles para la tropa de artillera de costas.

  • Una de las enfermeras del hospital militar naval.

    EL VIAJE DEL PRESIDENTE AL PUERTO MILITAR.

    ESTADO ACTUAL DE LAS OBRAS. Caras y Caretas nro. 114. Fecha 8 de diciembre de 1900.

    Con la reciente visita del seor Presidente de la Repblica a las obras del Puerto Militar en Puerto Belgrano, cerca de Baha Blanca, hemos podido darnos cuenta del estado de los tra-bajos en curso de ejecucin y del adelanto en que se encuentran las varias obras. No hablaremos de las bateras, que estn completamente listas y en poder del cuerpo de ar-tillera de costas, ni del ferrocarril estratgico, cuyo servicio se hace tambin por militares. Son obras de carcter reservado y especial, sobre las cuales no es el caso de dar mayores datos. Slo publicaremos una vista de las bateras y nos limitaremos a las obras martimas destinadas a abrigar y conservar convenientemente los cuatro soberbios acorazados fondea-dos en Puerto Belgrano-de los cuales insertamos una vista- y dems buques de nuestra ar-mada. El antepuerto est cerrado por robustos rompeolas y las dragas estn dragando el fondo has-ta 28 pies en bajamar, as que an los mayores buques podrn siempre entrar y salir, cual-quiera que sea el estado de la marea. Varios embarcaderos y muelles permijten desde ahora a los buques menores y a las lanchas a vapor de los acorazados comunicar libremente desde el fondeadero hasta tierra. Varias boyas y valizas (sic) marcan la lnea del canal, as que buques de 15 pies de calado pueden entrar y salir del antepuerto. Las dragas que hacen la excavacin submarina son dos y pueden dragar unos 1000.000 me-tros cbicos de tierra por mes. El material proveniente del dragado es en la mayor parte empleado para formar los terraple-nes alrededor del gran dique de carena. Este material es trado desde las chatas y empujado a tierra mediante un refouteur que pue-de descargar los materiales hasta 800 metros de distancia.

  • El dique de carena es la obra de mayor importancia actualmente en construccin y que ab-sorbe toda la atencin de los ingenieros. El dique tendr 220 metros de largo mximo, y 215 metros de largo til, lo que significa que el ms grande buque del mundo, el Oceanic, puede entrar libremente en el dique. El ancho de la boca del dique de carena es de 27 metros y la altura del agua sobre el umbral en medianas altas mareas es de 10 metros, as que los ms grandes acorazados, an en avera, penetrarn en el dique de Puerto Belgrano. Este dique ser el ms grande de Amrica, por varios aos, esto es, hasta que los yankees concluyan sus nuevos cuatro diques de carena de Boston, New York, Portsmouth y San Francisco, a los cuales el ingeniero Endicott ha dado un metro ms de largo que al nuestro proyectado por el ingeniero Luiggi, para que puedan decir que son ellos los que tienen los ms grandes diques de carena del nuevo mundo. Los trabajos del dique han precisado varias obras preparatorias para poner en seco la zona a excavar hasta 16 metros debajo de las altas mareas y para hacer en pocos meses la enorme masa de 80.000 metros cbicos de hormign que se precisan para la platea, muros y mue-lles alrededor del dique. Esta fabricacin debe hacerse con el mayor esmero y cuidado para que la obra quede un monolito impermeable. El pedregullo viene cuidadosamente limpiado y lavado con fuerte chorro de agua, y despus de medirlo y agregarle la arena y el cemento, bien puesto en una mquina hormigonera, en la cual se mezcla en seco, se le agrega el agua y al fin de un mi-nuto de trabajo queda el hormign listo para ser empleado. La mquina puede hacer hasta 400 metros cbicos diarios trabajando da y noche, como se est efectuando actualmente. La primera zorra de hormign fue volcada en el dique por la seora de Luiggi y por el inge-niero Luis A. Huergo, el decano de los ingenieros argentinos y una de nuestras ilustraciones tcnicas en obras martimas. En la misma ocasin se inaugur el alumbrado elctrico para las obras. Los constructores son los seores Dircks Dates y Van Hotten, bajo la direccin del seor ingeniero Luiggi. El terreno, era poco firme para soportar las construcciones, y ha sido necesario cimentarlo con tablestacadas que en algunas partes quedan a 16 metros debajo del agua. Todo el con-junto de las obras de tablestacada, excavaciones y colocacin del hormign, progresa rpi-damente, trabajndose sin descanso. Las obras del Puerto Militar, tanto en su defensa como en lo que se refiere a las comodidades y servicio de la escuadra que debe tener en l su a-postadero central, representan la empresa ms grande llevada a trmino en este siglo por la Repblica, y pronto se complementarn con el puerto comercial que se construir en Baha Blanca y har de esta ciudad una de las ms importantes de la nacin. Los visitantes oficia-les han quedado muy satisfechos de su inspeccin manifestndolo as el general Roca al di-rector y se ha determinado hacer un esfuerzo para que los trabajos terminen con la mayor rapidez calculndose an en un ao su duracin, sin contar las obras complementarias y de detalle.

  • La comitiva presidencial en la estacin Puerto Militar.

    La familia del presidente en la estacin Puerto Militar

  • El presidente visitando la zona destinada a cuartel de Artillera de Costas.

    El presidente bajando a los cimientos del dique de carena.

  • El general Roca y su comitiva en el dique de carena.

    La familia del presidente en el dique de carena.

  • El presidente, despus de visitar el dique, acompaado por el ingeniero Luiggi.

  • El ministro Riccheri y el mayor Lagos sobre el parapeto de una batera.

  • La seora del ingeniero seor Luiggi y el ingeniero seor Luis A. Huergo, volcando la

    primera zorra de hormign en el dique de carena.

    Tipo de las boyas para el valizamiento y amarrazn de buques.

  • Consagracin del cementerio.

    Vista general del dique de carena en construccin.

    Instalacin mecnica para fabricar el hormign y mantener en seco los cimientos del gran

    dique de carena.

  • El antepuerto en alta marea.

    VIAJE DEL PRESIDENTE AL PUERTO MILITAR.

    ESTADO ACTUAL DE LAS OBRAS. Caras y Caretas nro. 115. Fecha 15 de diciembre de 1900.

    El deseo de dar todos los detalles grficos y noticias exactas respecto al estado a que han llegado en este fin de siglo las obras del Puerto Militar de Baha Blanca, que acaba de visi-tar el seor presidente de la Repblica, nos ha obligado a ampliar nuestras informaciones publicadas en el nmero anterior. La preparacin del hormign para los revestimientos interiores del dique de carena, consti-tuye por si sola una de las labores ms serias y dificultosas. Si el pedregullo que se mezcla al cemento, contuviera la menor partcula de arcilla o tierra vegetal, la mezcla no fraguara, como se llama en el lenguaje del oficio al hecho de efectuarse la solidificacin de la amal-gama, y de ah el trabajo para limpiar perfectamente aquel, quitndole todo cuerpo extrao. El lavadero constituye toda una importantsima instalacin. Concludo el hormign de una seccin del dique, hay que mantenerlo hmedo y fresco para que se consolide lentamente y es necesario regarlo continuamente con fuertes chorros de agua, tanto de da como de noche y ms especialmente en las horas de calor, que en Puerto Belgrano suele alcanzar a 35 gra-dos. Cuando el hormign ha endurecido bien, se empieza el revestimiento con grandes blocs de granito de Tandil y sillera especial sienita de Italia, la cual se usa para las ranu-ras del dique, por presentar mayores condiciones de resistencia que el granito. En las obras hay un gran depsito de este material, que ya se recibe labrado y listo para entrar en la construccin. Del Tandil llegan diariamente trenes cargados de granito para el revestimiento y de adoqui-nes especiales para el plan del dique, donde deben descansar los calzos de carena que so-portarn los pesados cascos de los buques. Las grandes bombas que sirven para achicar el agua en el dique, levantan tres toneladas de lquido por segundo y pronto comenzarn a armarse las dems mquinas hidrulicas para las maniobras de las compuertas y de los buques cuando entran salen del dique. El gene-ral Roca, despus de inspeccionar los trabajos visit a Trenque Lauquen y record la poca en que el pueblo floreciente de hoy era un simple fortn avanzado sobre los indios, depar-tiendo sobre este punto con los viejos pobladores que fueron a saludarle en corporacin al patio de la casa municipal, donde se haba improvisado un saln de recibo, en el cual se to-m la vista que reproduce nuestro grabado, en circunstancias que el seor presidente de la Repblica conversaba con el intendente seor Cuello y el comisario de polica, seor Pana-dero. En el patio se haba colocado uno de los caones primeros que llev al fortn Trenque Lauquen en 1872 el general Conrado Villegas, casi recostado al aroma- su coetneo en la localidad- que sombreaba el patio de la casa del general, que es hoy la municipalidad. El general Roca dijo que l haba conocido pequeo al tal aroma, calculando que deba tener

  • 28 aos de edad, e hizo medir el tronco. El jefe de correos de la localidad, seor Pino Gon-zlez, y el periodista seor Aizaguer, acompaaron al general Roca en su excursin por el lindo pueblito, lleno de recuerdos militares, como que fue centro de operaciones en la gue-rra de la frontera. Con los antiguos vecinos record aquella figura gentil del general Villegas, a quien los in-dios llamaban el Cristiano toro, y visit aquellos parajes que con l haban frecuentado en su juventud y seal el punto donde batieron la tribu que acampaba en aquellos parajes, destruyndole la toldera. Las obras del Puerto Militar han dejado satisfecho al general Roca y, segn parece, se les dar gran impulso a fin de dejarlas terminadas para Agosto de 1901, trmino mnimo que pone el seor ingeniero Luiggi. En la actualidad las obras ocupan alrededor de tres mil hombres y esa poblacin da a Baha Blanca gran animacin comercial. Las obras del puerto para barcos mercantes que completarn las del puerto militar, comen-zarn tambin muy pronto a disear su importancia. El Puerto Militar, comenzado en 1895, fue construdo en los terrenos propiedad del cacique Ancalao, quien los vendi a los seores Raggio Carneiro y Ca, de Pars, que vinieron a sa-carse casi un premio mayor de la lotera con semejante adquisicin, realizando un verdade-ro negocio fabuloso. Esos terrenos, bajos y anegadizos, han sido saneados y lucen hoy her-mosas arboledas que han cambiado por completo el paisaje desolado de las dunas y de la costa marina. Las personas que visiten hoy la comarca y que la conocan de antes creern hallarse en otra regin, tan fundamentales son los cambios operados por la labor y tenaci-dad del ingeniero Luiggi.

    Construccin de la muralla de un costado del dique de carena.

  • Instalacin de una bomba para el desague del dique.

    Lavado del pedregullo para hacer el hormign destinado al dique.

  • Boca de salida de la cloaca principal.

    Riego de la platea del dique, para evitar que el hormign se frague antes de tiempo.

  • EL ALMIRANTE SCHLEY EN EL PUERTO MILITAR. Caras y Caretas nro. 126. Fecha 2 de Marzo de 1901.

    El 9 de febrero el almirante Schley con el comodoro Fockwell, comandante Penderton y dems oficiales de los buques norteamericanos Chicago y Atalante, visitaron las obras del Puerto Militar, gracias al permiso especial concedido por el extinto ministro Rivadavia. Los acompaaron en la visita a las obras martimas los ingenieros Luiggi, Beltrami, Huer-go, Cilley Villa y Moneta. Los visitantes examinaron el dique de carena, hasta sus cimien-tos, y luego pasaron a los talleres, enfermera, galera de toma de agua y edificios de dep-sito de aguas corrientes. En la inspeccin a las obras de fortificacin fueron atendidos por el comandante Allaria, mayor Lagos y dems oficiales del cuerpo de artillera de costas. De su visita a las obras quedaron muy agradablemente sorprendidos no teniendo idea de que estaban en construccin obras tan grandiosas y completas que con la flota de acoraza-dos demuestran el adelanto del pas en los ltimos veinte aos que el almirante Schley visi-t cuando era simple capitn de corbeta. El ingeniero Luiggi, que ha sido nombrado miembro de la Real Academia de Ingeniera de Londres, en premio a los trabajos que ha realizado en Norte Amrica, Italia y Repblica Ar-gentina, en los ltimos veinte aos, fue muy felicitado por los jefes y oficiales de la escua-dra. Reputan el Puerto Militar de Baha Blanca como la obra de ms importancia en su gnero realizada hasta hoy en la Amrica del Sud.

    El almirante Schley y los oficiales de la escuadra norteamericana desembarcando en el

    puerto.

  • El almirante Schley, comodoro Fockwell, comandante Pendelton y oficiales

    norteamericanos visitando el dique de carena.

    El almirante en la torre de vigilancia y seales del puerto.

  • EL VIAJE DE LA SARMIENTO. DE BUENOS AIRES A BAHA BLANCA.

    Caras y Caretas nro. 127. Fecha 9 de marzo de 1901.

    La fragata Sarmiento, que va ya camino del estrecho de Magallanes y que a la fecha se encontrar frente a Madryn, en la desembocadura del Chubut, naveg hasta el da 21 sin desplegar sus velas pero enfrentando a Punta Piedras hizo rumbo a Montevideo y tom viento entrando al agua salada. La fragata al entrar al Ro de la Plata fue navegando a vela a razn de diez millas por hora y lo hizo en soberbias condiciones, pues el mar se present sereno y apenas en la noche pic un poco el viento. Frente a Punta Mdanos, el da 22 se sinti fro y rachas huracanadas ba-rrieron la cubierta, avistndose el faro a medioda, hora en que la tripulacin visti por pri-mera vez su traje de agua, pues comenz a llover. El da 27 se avist el faro flotante de Ba-ha Blanca, lo que caus gran alegra a bordo, pues no se vea tierra desde el 24 en que el barco pas a la vista de Mar del Plata y de Miramar. El da 28 entr la fragata a Baha Blanca, yendo el primero a fondear en Punta Alta, teniendo a popa el puerto militar y al costado los depsitos de la intendencia de marina. A bordo reina buena salud y entusiasmo, y los cadetes, as como los conscriptos, aunque muy mareados, hacen su prctica marina con verdadero entusiasmo. Actualmente trabajan en el remo y en la maniobra, habindose logrado grandes resultados desde el punto de vista de la destreza. Desde Madryn la fragata seguir hasta Santa Cruz, para desde all internarse en el estrecho de Magallanes y salir al Pacfico. Demorar an unos das antes de llegar a Punta Arenas, pues debe tocar primera-mente en Cabo Raso, Baha Tilly, Santa Cruz y Gallegos. En Madryn permanecer casi u-na semana, pues ya no tendr mas puerto de importancia qaue tocar hasta Punta Arenas. El capelln, doctor Piaggio, dijo ya su primera misa a bordo, y dirigi su palabra a los conscriptos recordndoles sus deberes religiosos. Nuestro corresponsal artstico a bordo seor Gianotti, de quien son las instantneas que publicamos, nos seguir enviando, desde todos los puntos en que haga escala la Sarmiento, la crnica grfica del viaje de circunna-vegacin, lo que permitir a nuestros lectores seguir detalladamente en su gira al buque-es-cuela. En cuanto a la relacin escrita del viaje, la tenemos encomendada a uno de los distinguidos oficiales de a bordo, aunque prevemos que el reducido espacio de que nos permitir dispo-ner la parte grfica, nos ha de forzar a que insertemos en forma muy concisa dichas crni-cas.

  • Desplegando vela por primera vez el 21 de febrero.

    Grupo de conscriptos mareados en el segundo da de navegacin.

  • La primera misa a bordo.

    El capelln doctor Piaggi dirigiendo la primera pltica a los tripulantes.

  • LAS MANIOBRAS NAVALES. Caras y Caretas nro. 135. Fecha 4 de mayo de 1901.

    Conocidos del pblico todos los pormenores de las maniobras navales que con tan feliz re-sultado acaban de realizarse en el Puerto Militar de Baha Blanca, nuestra informacin debe limitarse a dejar constancia del hecho publicando los retratos del contralmirante Daniel de Soler, jefe de la escuadra de maniobras, el capitn de fragata Belisario Quiroga, quien deba forzar el bloqueo, y del capitn de fragata Hortensio Thwaytes, a cuyo mando se hallaron los destroyers, como un homenaje al xito de las maniobras, logrado por la pericia de estos distinguidos marinos.

    Capitn de fragata Belisario Quiroga, jefe de la escuadra de defensa.

  • Contralmirante Daniel de Solier, jefe de la escuadra bloqueadora.

  • Capitn de Fragata Hortensio Thwaytes jefe de la escuadrilla de torpederos que forz el

    bloqueo.

    CARICATURAS CONTEMPORNEAS.

  • Las maniobras navales ha mandado

    Solier con excelente resultado Y por vengar a su colega Cagni

    -el que fue al polo Norte y an ahora, Siendo ms siempre es menos que Mascagni

    Persiguiendo su idea vengadora

  • Sorprendi a la Argentina Quien advirti que en oponer se afana

    A una cavallera rusticana Una caballera de marina.

    Caras y Caretas nro. 136. Fecha 11 de mayo de 1901.

    LAS MANIOBRAS NAVALES.

    Caras y Caretas nro. 136. Fecha 11 de Mayo de 1901.

    Deseando registrar en nuestras pginas hecho de tal importancia para la marina argentina como el que representan las maniobras navlaes efectuadas con excelente resultado en el Puerto Militar de Baha Blanca, insertamos algunos grupos fotogrficos, completando as la nota publicada en nuestro nmero anterior, donde aparecieron los retratos de los directores de dichas maniobras. Como tambin dijimos en el nmero anterior, creemos que huelga todo lo que sobre los e-jercicios navales referidos pudisemos escribir, habiendo publicados extensas crnicas los diarios bonaerenses, con lo que importara simplemente una transcripcin glosa, cuanto pudiramos ahora decir nosotros.

    Teniente de fragata Miguel Bardi, Capitn de navo Felix Dufourq, Contralmirante Daniel de Solier, Capitanes de fragata Manuel Barraza y Digenes Aguirre y Teniente de fragata

    Joaqun Raniero, a bordo del San Martn.

  • Comodoro Solier y jefes y oficiales que formaban la escuadra a bordo del acorazado

    Buenos Aires en Baha Blanca.

  • EL VIAJE DEL PRESIDENTE. LA REVISTA NAVAL.

    Caras y Caretas nro. 139. Fecha 1 de Junio de 1901.

    Con una rapidez y puntualidad que bien a las claras probaban la clase de los pasajeros que conduca, el tren presidencial recorri el trayecto desde esta capital a su punto de destino, sin interrupcin ninguna y en la cantidad de tiempo fijada con antelacin. El programa preparado con motivo de la revista naval y el cual se cumpli en todas sus par-tes era el siguiente: el viernes visita de buques, almuerzo en el San Martn, evoluciones de escuadra, tiro al blanco, desfile, comida en el Buenos Aires, fuego nocturno de can, alo-jamiento en el tren. Da sbado: disparos con las piezas de 24 centmetros de las bateras 3 y 5; almuerzo en el cuartel del batalln artillera de costas; simulacro de desembarco de mil marineros, para a-tacar un punto defendido por quinientos hombres de artillera de mar y tierra, con doce bo-cas de fuego de pequeo calibre; visita rpida a las obras del dique de carena; desfile de los mil quinientos hombres referidos; regreso al tren y partida a Baha Blanca. La comitiva oficial puede decirse que no descans. El da 17 a las 7 de la maana llegaron a Punta Alta los que deban asistir como espectadores a las maniobras. Varias lanchas condu-jronles a los avisos de guerra, y el general Roca a las 9.15 subi a bordo del San Martn, donde fue recibido con todos los honores de ordenanza. En el mismo barco celebrse luego un banquete, durante el cual el presidente salud al con-tralmirante Solier como futuro vicealmirante. Momentos antes manifestando el general Roca su deseo de dirigir la palabra a los jefes y o-ficiales del San Martn, viose rodeado por stos en la popa del buque y entonces pronun-ci un corto discurso al cual pertenecen los siguientes prrafos: Los progresos realizados en estos ltimos tiempos por esta rama de nuestro poder militar, no han podido ser ms rpidos y extraordinarios y la diferencia de nuestra marina de ayer con nuestra marina de hoy es bien considerable. Quien no haya sabido apreciarla hasta ahora, to tiene ms que echar su mirada al pasado cercano y contemplar luego estas 16 naves de guerra mecindose serenas, cual si tuvieran conciencia de su fuerza, en esta esplndida baha, que, a su vez, permaneca como dormida y olvidada del resto de la repblica. Pareciera que una voz extraa, un secreto instinto en la masa del pueblo argentino, nos hu-biese impulsado a precipitar la organizacin de este poderoso elemento de seguridad nacio-nal, indispensable e un pas que crece y se agranda en todo sentido, que tiene dilitadas cos-tas y puertos martimos que amparar y proteger; que siente de cuando en cuando as como ruidos incmodos y alarmantes. Seores marinos: los secretos del mar, los arrecifes, los ms pequeos abrigos y escollos a lo largo de las costas patagnicas, os son familiares y viejos conocidos y podis vanagloria-ros de no necesitar marineros, maquinistas, ni pilotos extranjeros para dirigir vuestros bu-ques a travs del inmenso campo del ocano, en plena calma en medio de las ms furio-sas tempestades; ni cabos de can para dirigir la puntera de vuestros caones. El gobierno, el honorable congreso y el pueblo todo de la nacin estn satisfechos del esp-ritu de orden, trabajo, disciplina y nobles emulaciones que reinan en vuestras filas; confian-do que sabris conservar estas costosas y respetables mquinas navales, listas, sin que les falte un tornillo ni un grano de plvora, para levar el ancla a la primer orden; que no olvida-ris jams, en ningn caso, que lleva cada una de ellas en su tope la bandera argentina, y

  • que el amor a la patria y a la gloria son el mvil ms poderoso de las grandes acciones de guerra. Pas luego al Buenos Aires, en donde se efectu un simulacro de incendio, presenciando desde esta nave diversas maniobras, terminadas las cuales, y despus de la comida, desem-barc con sus acompaantes. Durmieron stos y aqul en el tren, y a la maana siguiente pasaron a visitar las bateras del puerto militar, asistiendo a los ejercicios de fuego, en los que resultaron premiados el arti-llero F. Luna, otros dos ms y un conscripto. Tras el almuerzo deba verificarse el simulacro de desembarco, el que se llev a trmino con brillante resultado por las unidades de combate y las fuerzas que tomaron parte en la accin. El general Roca, acompaado por el ingeniero Luiggi, visit por la tarde el dique de carena, no sin antes felicitar a los capitanes de navo Maurette y Oliva, jefes del desembarco y de la defensa respectivamente. Y, finalmente, la comitiva oficial, asisti desde el palco que se haba levantado al efecto, al desfile de las tropas que haban tomado parte en el simulacro, las que formaban en total mil ochocientos hombres. En la revista naval figuraron los siguientes barcos: San Martn, buque almirante, Garibaldi, Belgrano, Pueyrredn, Brown, Misiones, Corrientes, Buenos Aires, 9 de Julio, 25 de Mayo, Patria, Espora y Entre Ros. En el crucero Buenos Aires, mandado por el capitn de fragata Juan Pablo Senz Valiente, regresaron el general Roca y los que le acompaaban, realizndose el viaje en treinta y tres horas, lo que constituye el mnimun de tiempo empleado hasta hoy en recorrer la distancia que media entre el Puerto Militar y Buenos Aires.

    La despedida al general Roca en la estacin Constitucin.

  • Llegada del presidente al puerto militar.

    El general Roca en el Gaviota dirigindose a la escuadra.

    Llegada a la lnea de formacin.

  • Pasando revista.

  • La llegada del presidente al San Martn.

  • En el momento de embarcar en el San Martn.

    Las dos divisiones de acorazados y cruceros, vistas desde el San Martn.

  • A bordo del San Martn antes del desfile.

    El general Roca leyendo su discurso despus del desfile de la escuadra.

  • El presidente abandonando el San Martn para transbordar al Buenos Aires.

  • Las lanchas a vapor haciendo ejercicios de escuadra.

  • El tren presidencial dirigindose al puerto militar.

  • El presidente y su comitiva en la batera 5ta.

    Bautismo de fuego de la batera 5ta.

  • El artillero F. Luna que al primer disparo dio en el centro del blanco colocado a 2500

    metros.

  • Lanchas atracando a la costa para el simulacro de desembarco.

    El desembarco.

  • Formando la columna de ataque.

    La carga final.

  • Al seor Gregory, jefe del trfico del F.C.S. explicando al ministro de agricultura los planos

    de las obras que efecta la empresa en el puerto comercial de Baha Blanca.

    El inspector de ferrocarriles Sr. Elordi veterano conductor de trenes presidenciales.

  • El tren presidencial en el puente del valle del Sauce Corto de regreso para Buenos Aires.

    LAS PROVINCIAS

    INAUGURACIN DE LA ESCUELA HUMBERTO I EN PUERTO MILITAR.

    Caras y Caretas nro. 149-Fecha 10 de Agosto de 1901-

    Al propio tiempo que un homenaje a la memoria del infortunado monarca, la creacin de una escuela en el Puerto Militar representa un positivo adelanto en aquellos lugares, donde es la nica que existe en un radio de treinta kilmetros. Cuando lleg a Puerto Militar la noticia de la muerte del rey Humberto I, el personal de las obras se reuni para protestar contra el autor del brbaro crimen, y por unanimidad resolvi honrar la memoria del fiel amigo de la Argentina, con una obra de educacin, la mejor ma-nera de combatir la ignorancia, causa primera de atentados como aqul. Todos decidieron dar un da de trabajo a beneficio de la escuela, y en poco tiempo la comi-sin formada por los seores Manuel Moneta, ingeniero Celestino Villa, ingeniero V. Har-cog, J. Tunessi, J. Canessa, J. Maril, C. Benvenuto, A. Bertone, L. Manjoni y M. Crawford, reuni los fondos necesarios para el edificio. El seor ingeniero Celestino Villa dirigi gratuitamente la construccin y la empresa Dicks Dates y Van Hooten y otras, proporcionaron muchos materiales. El Gobierno Nacional con decreto del 8 de Agosto de 1901, autorizaba que la escuela fuera construida sobre el terreno nacional del Puerto Militar y denominada Escuela Humberto I. A la inauguracin efectuada el da del aniversario de la muerte de Humberto I, asistieron los seores jefes y oficiales de todos los buques de la armada surtos en Puerto Militar, el comandante Allaria y dems jefes y oficiales del cuerpo de artillera de costas, todo el per-sonal directivo y muchos trabajadores de las obras, acompaados estos ltimos de sus hijos.

  • Exterior del edificio de la nueva escuela.

    En la fiesta inaugural, la mesa de la presidencia.

  • Ingeniero Celestino Villa, autor del proyecto del edificio.

    EL 20 DE SEPTIEMBRE EN PROVINCIAS. PUERTO MILITAR.

    Caras y Caretas nro. 157. Fecha 5 de octubre de 1901.

  • Pabelln del hospital donde se efectu la fiesta conmemorativa.

    La mesa de la presidencia.

    LAS OBRAS DEL PUERTO MILITAR.

    Caras y Caretas nro. 162. Fecha 9 de Noviembre de 1901.

    El viaje del ministro de Obras Pblicas, que ha manifestado su satisfaccin por el estado de los trabajos ha puesto a la orden del da las obras del Puerto Militar que se construyen en

  • Baha Blanca, y a las cuales, como a todas las cosas de esta tierra le sha llegado la hora de entrar a ser discutidas respecto a si puedieron hacerse como se han hecho en otra forma. Sea de ello lo que fuere, las obras siguen adelante, y es digno de elogio el empeo con que se las ejecuta. Por el grabado que publicamos puede verse el grado de adelanto a que han alcanzado los diques de carena, que no se crea pudieran quedar terminados este ao, y que seguramente sern inaugurados en Diciembre prximo, si no sobreviene algn contratiem-po que paralice los trabajos que se ejecutan. La labor que se ha realizado en el Puerto Militar durante los cinco aos que llevan de co-menzadas las obras es enorme. Ha surgido all, donde era desierto, una poblacin prspera, y los cangrejales y las barran-cas escuetas han sido transformadas como por encantamiento.

    El dique de carena por el lado de la boca sud.

    PUERTO MILITAR.

    VISITA DEL AMIRANTE DE LA DIVISIN FRANCESA. Caras y Caretas nro. 163. Fecha 16 de noviembre de 1901.

    El puerto militar de Baha Blanca ha sido visitado en estos das por el almirante Servans, que comanda la divisin de la escuadra francesa en el Atlntico. Le acompaaron en su excursin el comodoro Barilari y el ingeniero Luiggi, mostrndose sorprendido el almirante de que obras de esa naturaleza fueran realizadas en este pas, pues no conociendo nuestro poder naval en la actualidad, las juzgaba tal vez innecesarias. El comodoro Barilari le hizo visitar prolijamente la escuadra, y cuando el ilustre jefe se cercior de que los buques argentinos no eran juegos de nombres rimbombantes, como ocurre generalmente en otros

  • pases, sino verdaderas potencias navales, reconoci la imperiosa necesidad que tena la repblica de hacer un sacrificio tan importante de dinero, como el que representan las obras del puerto militar. El dique de carena est ya terminndose, y el ingeniero Luiggi cree que antes del primero del ao prximo podr librarse al servicio. Actualmente trabajan da y noche en las obras dos mil quinientos operarios, y ya las exca-vaciones estn casi terminadas. El almirante Servans, no solamente visit las obras en cons-truccin, sino que se interes vivamente por las de fortificacin ya terminadas. Recorri las diversas bateras y la guarnicin de ellas le tribut los honores correspondientes a su rango, ejecutando ejercicios de artillera, para demostrar al visitante que si las mquinas de guerra son buenas, el pas cuenta tambin con personal apto para servirlas. Tanto a bordo de los barcos, como en el puerto militar, el ilustre jefe fue agasajado y al reti-rarse llev la mejor opinin del ejrcito y de la escuadra argentina, fondeada en el puerto militar, felicitando al ingeniero Luiggi por la obra realizada. El puerto de Baha Blanca est completamente transformado en la actualidad y no han de pasar muchos aos sin que su no-toriedad sea mundial, pues seguramente la afluencia de buques a l ser tan grande quiz como la del puerto de Buenos Aires. El almirante Servans visit tambin las obras del puer-to comercial y las del ferrocarril del sur que van creciendo rpidamente.

    Desembarcando en el antepuerto.

  • El almirante Servans, el comodoro Barilari y el ingeniero Luiggi en el dique de carena.

    EL INGENIERO LUIGGI Y SU OBRA.

    Caras y Caretas Nro. 171. Fecha 11 de enero de 1902.

    El rey Humberto, al recomendar a nuestro gobierno al ingeniero naval seor Luis Luiggi, lo hizo en trminos tales que no dejaban lugar a dudas respecto a su competencia y el ilustre hombre de ciencia, que acababa de llegar a su patria de regreso de un largo viaje por la A-mrica del Norte, donde se haba ocupado de sus asuntos profesionales, ha probado con sus actos en el Ro de la Plata, que el juicio que haba merecido de su soberano era apenas el re-conocimiento de uno de sus mritos, pues aquel haba callado otras particularidades de su carcter, dignas de ser tomadas en cuenta, que l ha puesto de manifiesto en su larga estada entre nosotros. Fino, correcto, con un exquisito tacto para el trato de las gentes ha sabido o-rillar todas las dificultades que se le presentaban en su camino, adaptando su conducta al medio en que tena que actuar, y hoy, raro caso por cierto en el pas, puede decir con orgu-llo que no solamente ha sabido vencer a la naturaleza argentina sino que les present bata-lla a la desidia criolla, a la envidia, a los celos y a todas las malas pasiones que suscita siempre la accin en el terreno en que se debaten grandes intereses pecuniarios, y que supo vencerlas sin ruido. Recordando su figuracin entre nosotros, no se sabe si admirar ms en l, conociendo este medio, el talento y la constancia con que ha realizado la empresa que le fue encomendada, su discrecin y su actividad. Hombre de ciencia y de labor se encerr en el cumplimiento estricto de sus deberes y hoy ofrece al pas, una obra que equivale a su escuadra entera, pues la repblica hasta la fecha

  • no tena sino unidades de combate para ponerlas en lnea, pero careca de los medios de conservarlas y utilizarlas debidamente asegurando su accin sobre los mares. Las obras que se han inaugurado no podan concluirse sino a mediados del ao en curso, mas Luiggi, secundado por los constructores, ha vencido al imposible y dotado a nuestra patria de una de sus obras ms trascendentales, adelantando sus trminos sin mayores ero-gaciones y sin producir jams un conflicto, sin chocar con la accin ni con los propsitos de nadie y sin dar motivo ni siquiera para ejercitarse a stas nuestras malignidades y suspica-cias nativas, que generalmente invalidan las iniciativas mejor encaminadas haciendo fraca-sar proyectos dignos de apoyo. Nosotros tributamos nuestro ms caluroso aplauso al digno hombre de ciencia, que tanta honra refleja sobre su patria, vinculando doblemente el afecto que liga a Italia y a la Ar-gentina, por medio de su nombre, que ser de memoria imperecedera, no slo en los anales de nuestra marina, sino de nuestro pueblo.

    Ingeniero Luis Luiggi. Constructor del Puerto Militar.

  • El dique de carena en el momento de ser inundado por primera vez.

    CARICATURAS CONTEMPORNEAS.

    INGENIERO LUIS LUIGGI Por CAO.

  • Su dique inund por fin Dique del que es positivo El gran poder digestivo

    Pues se engull un San Martn A guisa de aperitivo.

    Caras y Caretas nro. 171. Fecha 11 de enero de 1902.

    LA NAUTILUS EN BAHA BLANCA. Caras y Caretas nro. 171. Fecha 11 de enero de 1902.

    Procedente de nuestro puerto, de donde haba salido el 19 de diciembre, lleg la Nautilus a Puerto Belgrano a la una de la tarde del da 27. Un remolcador sali del puerto conduciendo a la corbeta junto al buque almirante de nues-tra escuadra, acorazado San Martn. La nave espaola rindi los honores de ordenanza a la insignia del comodoro Barilari y s-te orden se retribuyera el saludo en igual forma. Durante su permanencia en dicho punto, el comandante Azcrate y los oficiales y guardia-marinas a sus rdenes, fueron muy agasajados por los marinos argentinos. Visitaron las o-bras del Puerto Militar, presenciando los ltimos preparativos que se hacan en el dique se-co para recibir al San Martn y fueron obsequiados con un almuerzo. La colectividad espaola de Baha Blanca haba organizado un programa de festejos en ho-nor de los marinos espaoles recin llegados y los recibi entre grandes aclamaciones.

    La Nautilus en el Puerto Militar.

  • De recepcin despidiendo en el muelle al comandante y oficiales de la Nautilus.

    PUERTO MILITAR.

    INAUGURACION DEL DIQUE DE CARENA. Caras y Caretas nro. 171. Fecha 11 de enero de 1902.

    El barco destinado para la inauguracin de la obra fue el acorazado San Martn, que hizo su entrada al dique de carena el da 2 a la 1 p.m., hallndose ya lleno de agua desde el da an-terior en que fue probado. El transporte Pampa recorri previamente el canal y cuando se cercior el Ingeniero Luiggi del buen resultado de la prueba se avis al jefe de la Divisin del Atlntico que la gran nave poda penetrar. A las 10 a.m. del acorazado se movi de su fondeadero remolcado por los avisos Tehuelche y Fueguino. A las 11 y 45 a.m. el San Martn enfilaba el dique, cerrndose la compuerta a la 1.30 p.m., despus de haber cortado la nave con su proa una guirnalda de flores que ce-rraba la entrada y que sostena las banderas argentina, italiana y holandes, siendo estas lti-mas, una la del ingeniero Luiggi y la otra de los constructores seores Dirks y Van Hotten. El acorazado rompi la guirnalda y pas por entre los trofeos de banderas, rozando con su borda la bandera italiana que flameaba a un costado de la argentina. El hecho casual, fue a-plaudido y aclamado por la concurrencia que presenciaba la entrada del acorazado y que era numerosa. Cuando el acorazado se encontr en el dique, las aclamaciones fueron estruendo-sas y los vivas a la Argentina y a Italia incesantes. Una altsima marea facilit la operacin de entrada y un esplndido da realz la ceremonia de la inauguracin, que ha sido solemne. La concurrencia emocionada segua en silencio la marcha del barco, como temerosa de que un accidente imprevisto diera en tierra con las ilusiones que anidaban a cada espritu, pare-

  • ciendo que en aquellos momentos eran los destinos de la patria los que simbolizaba la ga-llarda nave. La operacin qued felizmente terminada a la 1.30 p.m. y evidenciada la pujanza del esfuerzo nacional, cuando es encaminado por buenos rumbos. Los hombres que han llevado a cabo la obra pueden estar seguros de que han merecido bien de la patria y de que su esfuerzo ser premiado como premian siempre los pueblos a sus buenos servidores. El agua que ocupa las dos secciones del dique inaugurado, suma 34.000 metros cbicos, y para achicarla desalojarla, han menester las bombas de un funcionamiento continuo de cuatro horas y media por lo menos. Las adjuntas ilustraciones presentan la inauguracin del dique de carena, las operaciones previamente realizadas para ello y la entrada del acorazado San Martn en todos sus deta-lles. En los buques de la Divisin del Atlntico y en las oficinas del Puerto Militar, as co-mo en el pueblo de Baha Blanca, fue solemnizado dignamente el magno acontecimiento con banquetes y fiestas en que los concurrentes dieron expansin a sus sentimientos, pro-nuncindose votos de prosperidad y de grandeza para nuestra marina de guerra y de felici-dad para el ingeniero Luiggi y el personal cientfico que lo haba acompaado en su noble tarea. Los altos funcionarios no concurrieron a la inauguracin, como lo haban prometido, debi-do a que la gravedad de los sucesos internacionales que se desarrollaban en esos momentos, les impeda abandonar la capital. Se asegura que la inauguracin oficial de los trabajos se har cuando penetre el dique el a-corazado General Belgrano asistiendo a la fiesta el Presidente de la Repblica. El plan de las obras del Puerto Militar, confeccionado por el Ingeniero Luiggi y aprobado por el Congreso, es enorme y se divide en dos partes: una comprende las obras urgentes que son inauguradas, y la otra las complementarias, tales como la estacin naval, fortificacio-nes, arsenales, drsenas y faros, que asegurarn todos los servicios de la escuadra. Las o-bras urgentes se valoraron en 5.000.000 de pesos oro, contratndose la construccin de las que se han realizado en 4.000.000 de pesos oro con la casa de Dirks Dates y Van Hotten y emplendose el milln restante en la construccin de bateras, minas submarinas, lnea tele-grfica hacia Magallanes y semforos, faros y dems medios de comunicacin. Las obras proyectadas por el ministro Ingeniero Villanueva y preparadas por l fueron comenzadas durante la administracin el general Levalle y subsecretario doctor Cantn, en el ao de 1897. Las obras contratadas y construdas constan de un antepuerto a marea comunicado con Puerto Belgrano por medio de un canal de cuarenta metros de profundidad, un dique seco de 200 metros de largo, 26 de ancho y 16.50 de profundidad sobre el umbral, muelles, de-psitos, talleres, aguas corrientes, obras de salubridad, edificios, faros, balizas, seales. El criterio ilustrado de los marinos que han visitado el puerto lo clasifica como el primero de Amrica, no solamente por su capacidad sino por sus condiciones. El acorazado San Martn fue sometido a prueba de velocidad por su comandante el capitn de fragata Maurette, com-probndose que haba perdido dos millas de su marcha primitiva, debido a la suciedad de su casco, y se confa que despus de limpio las recuperar. El Ministro de Marina, capitn Betbeder, que no pudo asistir a la inauguracin del dique, lo visit en la semana corriente y ha regresado muy satisfecho de los resultados obtenidos, ha-biendo visto en seco al gran acorazado.

  • Los primeros chorros de agua que entraron en el dique.

    El Pampa probando el canal.

  • Vista del dique con la guirnalda de flores preparada para ser rota por el San Martn al

    penetrar en el dique.

    La compuerta flotadiza.

    El San Martn frente al dique.

  • Entrando al dique.

    Prximo al dique.

  • En el momento de cortar la guirnalda.

    La compuerta flotadiza cerrando el dique.

  • El San Martn encerrado en el dique.

  • Placa ofrecida al ingeniero Luiggi por los empleados italianos del Puerto Militar.

  • El San Martn en seco para ser carenado.

  • Trabajos de carena en el San Martn.

    LA INAUGURACIN DEL PUERTO MILITAR.

    UN POCO EN FAMILIA. Caras y Caretas nro. 180. Fecha 15 de marzo de 1902.

    No haba ms de 200 personas, de las cuales 30 de Baha Blanca, se efectu el sbado la i-nauguracin del dique militar, no obstante la expectativa con que se aguadaba este aconte-cimiento, que libra al servicio pblico, segn la misma palabra presidencial, un factor ina-preciable de progreso sudamericano a la vez que el ms valioso de nuestros elementos de defensa naval. La ceremonia se efectu en el Garibaldi, precisamente el buque que determin al gobier-no a emprender la obra. A las dos de la madrugada, en medio de una lluvia torrencial el a-corazado penetraba al dique, efectuando la maniobra sin el menor inconveniente, a pesar de

  • la obscuridad de la noche; y a las diez, achicada toda el agua por medio de las bombas, per-maneca en seco el enorme casco. El presidente y su comitiva desembarcaron a esa hora de la Sarmiento, examinando con explicable inters la superficie de la nave, objeto de gene-ral admiracin por su bizarro aspecto y por las escasas adherencias que presentaba, sin em-bargo del tiempo transcurrido desde la ltima vez que penetrara a dique. Terminada la inspeccin del barco, que dur unos tres cuartos de hora, el general Roca, con el coronel Betbeder, el ministro Portela, el general Reynolds, el senador Figueroa, el inge-niero Luiggi, Rudecindo Roca, capitn Maurette y otras personas de significacin, pasaron a la cubierta del Garibaldi, donde el presidente declar oficialmente inauguradas las o-bras, en un breve discurso elogioso para los contratistas que han cumplido a conciencia los compromisos contraidos, y, sobre todo, para el director de este magno trabajo, acreedor a los votos de cuantas autoridades cientficas visitaron la soberbia construccin del puerto. Cuando finaliz la ceremonia sin ms solemnidades que la referida, el ingeniero Luiggi dis-bribuy ejemplares de la artstica medalla conmemorativa, y se dirigieron todos a la Sar-miento y luego a Baha Blanca para revistar el cuerpo de artillera montada, ponindose despus en marcha para la capital a las cuatro de la tarde. Por la maana haba tenido lugar, al mismo tiempo que la entrada del presidente al Gari-baldi, el embarque en la bombardera Bermejo, de los reservistas del 78 y 79 que termi-naron su perodo de servicio en la jefatura del puerto y en la artillera de costas. Un marine-ro de tantos, que haba oido decir que al Presidente le gustaba atender a los pobres, se acer-c entre cohibido y resuelto dando lugar a este dilogo pescado en el aire: -Buen da, seor -Qu dice -Me han hecho una injusticia, seor. No me dan pasaje pa volver despus de la baja -Ah, si?-dirigindose al coronel Betbeder-el seor ministro tomar nota; andate tran-quilo -Seor! -Eh? -Y no me da un peso?... Con una sonrisa indefinible el general ech mano a la reserva y estuvo generoso, lo que por poco derriba de emocin al audaz y agradecido marinero.

  • Llegada del Presidente al Puerto Militar.

    Grupo de soldados antes de la revista presidencial.

  • El presidente a bordo del Garibaldi durante la inauguracin del puerto.

  • Una interesante conferencia del general Roca a bordo del Garibaldi

  • Embarque de soldados.

    La salida del presidente en el expreso.

    LAS MANIOBRAS NAVALES.

    Por mucho tiempo no se hablar de otra cosa en los crculos navales que de estas manio-bras, segn parece las primeras en su gnero efectuadas en la Amrica del Sud. El simulacro de ataque y defensa del Ro de la Plata ha puesto a prueba la pericia de los je-fes, oficiales y tripulaciones de los barcos, como las condiciones de stos y de la zona don-de les ha tocado operar, para el caso de repeler una escuadra enemiga. El ministro de marina, horas antes de comenzar las maniobras, revist la divisin de la de-fensa que manda el capitn de navo Valentn Fellberg, y al da siguiente, en Baha Blanca, adelantndose a su anunciada visita de inspeccin recorri la lnea de la escuadra bloquea-dora, cuyo jefe es el comodoro Garca. La primera divisin de esta escuadra se halla com-puesta por los cuatro acorazados, un transporte y dos avisos, adems de las bateras de tie-rra.

  • Zafarranchos de combate, tiro al blanco, ejercicios en el tiempo mnimo reglamentario, en-sayos con los ascensores de municin, y lanzamientos de torpedos Whitehead, modelo 1896, se llevaron a cabo con xito satisfactorio, como tambin desembarco de infantera y seales con diversos sistemas.

    El gobernador visitando el dique de carena.

    Puerto Militar. Embarco del regimiento de artillera de costas en los avisos Tehuelche y

    Fueguino.

  • El ministro de marina asistiendo al embarque del regimiento de artillera de costas.

    Embarque del ganado del regimiento de artillera de costas.

  • CARICATURAS CONTEMPORNEAS. CAPITN DE NAVO FLIX DUFOURQ por CAO.

    Caras y Caretas nro. 183. Fecha 5 de abril de 1902.

  • Se va feliz y contento

    Al mando de la Sarmiento

  • Y aqu hemos de concluir Porque de l no hay que decir

    Nada ms por el momento.

    LA MUNICIPALIDAD DE BAHIA BLANCA AL INGENIERO LUIGGI

    Caras y Caretas nro. 186. Fecha 25 de abril de 1902.

    El vecindario de Baha Blanca ha dado una muestra de su cultura, reconociendo de una ma-nera altamente honrosa los buenos servicios prestados no solamente a nuestra patria por el ingeniero Luiggi, director de las obras del puerto militar, sino especialmente al pueblo de Baha Blanca, cuyo intendente municipal seor Ramn Olaciregui promovi entre sus con-vecinos la idea de obsequiarle con una medalla de oro, cuidadosamente acuada, a que han contribuido todos los elementos de significacin que hay en la localidad. El intendente envi la medalla con una sentida nota, realizndose luego un acto significati-vo.

    Seor Ramn Olaciregui, presidente de la Municipalidad de Baha Blanca.

  • Medalla ofrecida por la municipalidad al ingeniero Luiggi.

    Reverso de la medalla.

    EL CAMBRIAN EN EL DIQUE DE CARENA.

    Caras y Caretas nro. 194. Fecha 21 de junio de 1902.

    El crucero ingls Cambrian a cuyo bordo se halla el comodoro Groome, jefe de la escua-dra britnica que recorre el Atlntico desde las islas de Clan hasta el Par, hizo su entrada el 14 del corriente en el dique seco del Puerto Militar. En ocasin de penetrar al dique este hermoso barco, cuyos 320 pies de eslora, 496 de man-ga y 19 de calado, le dan una respetable categora naval, se estrenaron las compuertas co-

  • rredizas y los cabrestantes movidos por la fuerza hidrulica efectundose la operacin con todo xito. El domingo, a las 10 de la maana, el comodoro Barilari hizo una visita de etiqueta al dis-tinguido jefe britnico, siendo recibido con todos los honores correspondientes a su jerar-qua. El lunes, finalmente se procedi a bombear el dique para dejar en seco al crucero, no-tndose al descubrir los fondos pequeas abolladuras que obligarn a cambiar algunas plan-chas, operacin que ser efectuada por los talleres militares del puerto. Retribuida por el comodoro Groome la visita al seor Barilari, el coronel Maurette le ofre-ci un almuerzo.

    El Cambrian, buque ingls, el primero extranjero de guerra que ha entrado en el dique de

    carena de Puerto Belgrano.

    EL REGRESO DEL COMISIONADO ARBITRAL.

    EN PUERTO MILITAR Y EL TANDIL. Caras y Caretas nro. 195. Fecha 28 de Junio de 1902.

    Ya est de regreso en Buenos Aires el comisionado del rbitro en nuestra cuestin de lmi-tes con Chile, Sir Thomas Holdich, acompaado de su hijo y del seor teniente Dickson, ambos distinguidsimos oficiales del ejrcito ingls. Lleg tambin con ellos el perito doc-tor Moreno, que les ha acompaado en toda su larga excursin a los terrenos litigiosos de la regin sur. Han recorrido toda la zona andina, imponindose verdaderos sacrificios, pero tanto sir Thomas como el doctor Moreno vienen muy satisfechos de los restultados obteni-

  • dos y el primero, que es un hombre de estudio, declara que las penalidades sufridas no son nada comparadas con las gratas emociones que han experimentado en la maravillosa regin que ha tenido oportunidad de conocer. El viaje desde los puertos del sur a Baha Blanca lo hicieron cmodamente en el crucero Buenos Aires comandado por el capitn de navo Guillermo Nunes. -Y qu tal viaje ha tenido el seor coronel en costas tan desamparadas? -Admirable, seor, La Patagonia es una comarca maravillosa desde cualquier punto de vista que se la considere. -Y el Chubut le impresion bien? -Ese pas es de una fertilidad asombrosa, y mis connacionales que viven en l, han realiza-do verdaderas fortunas. All como en todas partes en esta repblica, no prosperan sino a-quellos hombres sin preparacin alguna para la felicidad. El seor coronel Holdich trae gratsimas impresiones de su visita a Baha Blanca y especial-mente al puerto militar, que visit detenidamente, aplaudiendo sin reservas al seor inge-niero Luiggi por la obra realizada bajo su direccin, que l reputa una de las ms notables en su gnero que haya conocido. Se le dio una comida a bordo del crucero ingls que se ha-lla en el dique de carena, y dijo a sus oficiales que a bordo del Buenos Aires crea encon-trarse en un buque britnico, pues no solamente todo el personal hablaba el idioma ingls, sino que el servicio era hecho como en el mejor barco de la corona.

    Llegada del Buenos Aires a puerto militar.

  • A bordo del San Martn sir Thomas Holdich, doctor Francisco Moreno, comodoro Atilio

    S. Barilari, capitn Dickson y T. Holdich.

    Capitn Thomsom Robertson y doctor Moreno visitando las bateras.

  • Sir Thomas Holdich en el fondo del dique de carena.

    Debajo de la quilla del crucero ingls Cambrian en seco en el dique de carena.

  • Sir Thomas Holdich en la comandancia del regimiento de artillera de costas.

    Sobre la batera.

  • Visitando un almacn de proyectiles.

  • Inspeccionando una pieza Krupp de 24 cmts.

    EL MINISTRO DE MARINA EN PUERTO BELGRANO. MANIOBRAS DE DESEMBARCO.

    Caras y Caretas nro. 204. Fecha 30 de agosto de 1902.

    La reciente visita del ministro Betbeder al puerto militar de Baha Blanca tena por objeto conocer el aprovechamiento de los conscriptos durante el ltimo perodo e inspeccionar el estado del material y armamento de los buques. Nuestras noticias atestiguan que todo ha sido hallado en perfecto orden rivalizando los aco-razados en la presentacin irreprochable de sus distintos servicios, y las tripulaciones en ce-lo militar para exhibir la correcta preparacin adquirida en el tiempo que han permanecido en servicio. Dedicados los primeros das al examen de a bordo, se orden el viernes 22 ejecutar una gran operacin de desembarco que result muy lucida para los contingentes de conscriptos. 120 hombres componan la fuerza por cada buque, y, en embarcaciones menores, realizaron cumplidamente la maniobra, atracando en distintos puntos del puerto militar con la infante-ra a vanguardia, mientras la artillera con sus piezas armadas quedaba lista para operar. Poco despus y con el propsito de aquilatar la instruccin de infantera de todo el personal, orden el ministro que desembarcara en combinacin con los contingentes, un cuerpo de 1122 hombres. En tierra esta divisin form dos batallones de infantera y uno de artillera,

  • alcanzando el total con el regimiento de artillera de costas que se agreg despus, a 1350 hombres, mandados en jefe por el capitn de navo Hiplito Oliva, teniendo al comandante Allaria como encargado del estado mayor. Fue un interesante golpe de vista el que ofreci esta tropa, mereciendo elogios la oficialidad y los marineros, pues no hubo tropiezo ni accidente alguno desde las 8 de la maana en que comenz la operacin, hasta cerca de medio da en que el ministro verific en detalle la ins-truccin de cada cuerpo, atrado principalmente por el regimiento del comandante Allaria, de artillera de desembarco de costas. Un abundante asado con cuero distribuido a todo el mundo, y al que tambin hizo formida-bles honores el coronel Betbeder, fue un buen alto en la maniobra que continu por la tarde con un simulacro de ataque y defensa de todas las fuerzas divididas en dos bandos. Casi al anochecer terminaba el reembarco, mientras la inspeccin ministerial se extenda a las nue-vas e interesantes obras del puerto. El excelente estado disciplinario de las tropas, buena conservacin de los armamentos y del valioso material que atesoran las naves surtas en Baha Blanca satisfacen el patriotismo, ya que el pas ha insumido tanto dinero en esta escuadra que con justicia le enorgullece. El ministro Betbeder y sus acompaantes regresaron satisfechos de la gira, despidindose de la oficialidad con frases de estmulo para los que trabajan tenazmente, entre el aplauso de todos, por el cumplimiento del deber. Las nuevas obras que se realizan en el puerto militar, entre las que figuran varias proyecta-das por la inspeccin de electricidad que tan acertadamente dirige el comandante Durand, son dignas del hermoso trabajo del puerto.

    Sorteo de los conscriptos a bordo del acorazado General Belgrano.

  • El primer conscripto que sac bolilla blanca.

  • Llegada del ministro a bordo del Belgrano.

  • Una compaa subiendo al muelle.

    Batera formada con las piezas del desembarco.

  • Pasando un alambrado en el campo de maniobras.

    Preparando el asado con cuero para los 800 hombres que componan la fuerza mandada por

    el capitn de navo Hiplito Oliva.

  • El ministro y su estado mayor hacindo los honores al asado.

    BAHA BLANCA.

    LA COMISIN MILITAR EN VIAJE A CHILE. Caras y Caretas Nro. 206. Fecha 13 de septiembre de 1902.

    La comisin que preside el teniente general Campos, parti, como es sabido, el ltimo da de agosto del Puerto Militar de Baha Blanca. Era de esperarse,-dadas las personas que constituyen la comisin y el alto carcter de las funciones que desempear en Chile,-una entusiasta acogida en la gran ciudad del sud de Buenos Aires. As ha sido, en efecto, habindose congregado en la estacin del ferrocarril numerosas personas que saludaron efusivamente a los mensajeros de la paz formulando vo-ces por la felicidad del viaje. La banda del batalln de infantera montada bati dianas en honor de los jefes y el tren se puso en marcha, llegando al Puerto Militar, de donde en un vaporcito la comisin se dirigi al acorazado San Martn.

  • El general Campos, vicealmirante Solier y dems comisionados a Chile, visitando el dique

    de carena.

    La comisin embarcndose en el aviso Tehuelche.

  • El aviso Tehuelche conduciendo a la comisin al San Martn.

    Estado mayor del acorazado San Martn.

  • PUERTO MILITAR. COLOCACIN DE PIEZAS DE GRAN CALIBRE EN LA CUARTA BATERA.

    Caras y Caretas nro. 211. Fecha 18 de octubre de 1902.

    Las fortificaciones del puerto militar de Baha Blanca, continuamente completadas y mejo-radas, son ya dignas de los millones de pesos que la nacin ha invertido en tan magnfica o-bra, exponente avanzado de nuestros progresos en la marina de guerra. Pocos das ha fueron colocadas en la cuarta batera bajo la direccin del teniente Jorge Ph. Garca, cuatro piezas de grueso calibre, habindose empleado en la operacin una gra de 35 toneladas. El tiempo exigido para este trabajo realizado en las mejores condiciones, fue de 12 horas como mximo y de 6 como mnimo.

    El transporte de la gra de 35 toneladas para mover las piezas de artillera.

  • Montaje de un can de 24 cmts. Momento en que con auxilio de los gatos se levanta la

    pieza para hacerla girar.

  • La misma pieza lista para ser tomada por la gra.

  • La pieza levantada por la gra para que pueda correr.

  • La pieza levantada a su mayor altura sobre los muones.

  • La gra sobre la plataforma de la batera, en el momento de hacer descansar el can en su

    curea.

  • LA PRIMERA MISA EN EL PUERTO MILITAR. Caras y Caretas Nro. 230 del 28 de febrero de 1903.

    El comandante Maurette, Martn Silveira y dems jefes del Puerto Militar acompaando a

    las familias despus de la misa.

    El bonito edificio que se levanta frente a la entrada del Puerto Militar de Baha Blanca de aspecto soberbio y de lneas que acusan la pureza del estilo a que se ha sujetado su cons-truccin, fue inaugurado el 14 de febrero. Entre la numerosa concurrencia que asisti a la primera misa oficiada en el castillo, figuraban el capitn de navo Maurette, comandantes Martn, Daz, Silveyra y las familias de los marinos en su totalidad.

  • Marineros del Brown que rindieron los honores en la primera misa.

    VISITA DEL MINISTRO DE ITALIA AL PUERTO MILITAR. CARAS Y CARETAS Nro. 238 del 25 de Abril de 1903.

    Un agradable viaje de recreo ha sido para el ministro de Italia su excursin al Puerto Militar de Baha Blanca, de donde regres el jueves de la pasada semana. El ingeniero Luiggi, con el personal de las obras, lo mismo que las autoridades de la zona militar, Coronel Maurette y Comandante Allaria, han prodigado al distinguido viajero todo gnero de atenciones, ofrecindole varias comidas, en la que descoll por su sabor eminen-temente criollo, la servida el martes en el Batalln de Artillera de Costas, de guarnicin en las bateras. Despus de la detenida visita de todas las instalaciones del grandioso puerto, que hace ho-nor al pas, el ministro tuvo ocasin de presenciar la entrada al dique de carena de un buque de gran porte, el crucero de guerra ingls Cambrian, cuya maniobra se efectu sin el me-nor tropiezo, aplaudiendo todos la precisin y la exactitud de la operacin. En la estacin de Baha Blanca esperaban la llegada del ministro numerosos miembros de la colectividad italiana, con una alegre banda de msica que enton la marcha real en honor del simptico plenipotenciario. Recorri las obras del puerto militar, admirando el buen pie de organizacin dado a todas las dependencias y que permite el funcionamiento regular y preciso, sin que tengan que sal-

  • varse en ningn momento dificultades que no hayan sido previstas. Asisti finalmente a la inauguracin del busto de Humberto I colocado en la escuela del puerto militar.

    EL CAMBRIAN ENTRANDO AL DIQUE DE CARENA.

  • EL BUSTO DE HUMBERTO I COLOCADO EN LA ESCUELA DEL MISMO

    NOMBRE EN EL PUERTO MILITAR.

  • EL CONDE BOTTARO COSTA Y LA COMISION DE LA ESCUELA HUMBERTO I

    EL DIA DE LA INAUGURACION DEL BUSTO.

    Puerto Militar. LA ROTURA DEL MALECN.

    Para la construccin del dique de carena y del muralln de atraque de los grandes acoraza-dos, se construy una serie de malecones provisorios o tajamares de madera y tierra desti-nados a tener en seco la zona de los trabajos, esto es, impedir la entrada del agua en altas mareas. Despus de concluidos los trabajos, stos malecones deban echarse abajo poco a poco. Para el muralln de atraque se sigui el mismo sistema hasta llegar a la esquina del mura-lln mismo, esto es, a su conclusin. Pero en esta esquina, el terreno que ya empezaba a cambiar de naturaleza se encontr casi todo arenoso y las vertientes se hicieron ms fuertes; as que una de ellas provoc tal invasin de agua y arrastre de arena debajo del malecn provisorio, que ste se hundi y dio lugar a una abertura de cerca de 20 m. de ancho, tras la cual se precipitaron las aguas en alta marea inundando la zona de los trabajos del muralln.

  • ZONA DE LOS TRABAJOS POCOS DIAS ANTES DE PRODUCIRSE LA

    INUNDACION.

  • ABERTURA QUE SE PRODUJO EN EL MALECON PROVISORIO.

  • ZONA INUNDADA. BAJA MAREA.

  • ZONA INUNDADA. ALTA MAREA.

    El nmero 245 de Caras y Caretas, con fecha 13 de Junio de 1903, est dedicado a la visita de una importante delegacin chilena, y los festejos organizados en el pas, en su homenaje. Dentro de estas celebraciones figura un periplo ferroviario que se inicia en Retiro y culmina en Baha Blanca y el Puerto Militar.

    LA VISITA AL PUERTO MILITAR Y LA PARTIDA.

    A las 5 p.m. volvieron al tren, emprendiendo momentos despus, el viaje hacia Napost donde pasaron la noche, siguiendo luego a Baha Blanca, a donde llegaron el 6 a las 7 a.m. La visita a Puerto White result interesante y fue motivo de felicitaciones para los represen-tantes de la empresa la importancia de las instalaciones y la organizacin realmente prctica de las dependencias. Enseguida se prosigui el viaje hacia el puerto militar. Aguardaba la llegada del tren que conduca la comitiva, en la estacin Punta Alta, numerosas familias y los nios de las es-cuelas provistos de pequeas banderas chilenas y argentinas. Llegados a la Batera que lleva el nmero 4, el vicealmirante Montt, Concha, Vergara, Allaria y otros jefes resolvieron bautizarla, hacindolo el general Vergara con el glorioso nombre de Chacabuco. Una salva de aplausos y vivas saludaron estas palabras. En la comandancia se haba preparado una mesa para sesenta cubiertos brindando el co-mandante Allaria y respondindole el comandante Bari.

  • El ingeniero Luiggi recibi justicieras alabanzas del Vicealmirante Montt, General Vergara y dems miembros de la comitiva. En las cmaras del San Martn se sirvi un lunch, pro-nunciando el coronel Maurette un elocuente brindis, pasando luego al Chacabuco donde se les ofreci un banquete.

    La concurrencia en la batera aguardando la llegada de los delegados.

    El ministro Civit, el general Campos, el comodoro Barilari y dems miembros de la

    comitiva en las bateras del Puerto Militar.

  • Los delegados chilenos saliendo del hospital naval despus de la visita.

    La delegacin saliendo de la comandancia de artillera de costas.

  • Despus de la visita a la batera.

    Casa de mquinas del dique de carena durante la visita de los delegados.

  • El San Martn y El Chacabuco en la drsena del Puerto Militar.

    BAHA BLANCA. COLOCACIN DE LA PIEDRA FUNDAMENTAL DE LA IGLESIA DEL PUERTO

    MILITAR. Caras y Caretas nro. 255. Fecha 22 de Agosto de 1903.

    Alcanz gran lucimiento la ceremonia de la colocacin y bendicin de la piedra fundamen-tal de la iglesia que ha de levantarse en el Puerto Militar de Baha Blanca. La concurrencia de familias era numerosa y para ellas el acto result un verdadero acontecimiento y ms que todo un justo motivo de regocijo, pues la mayora de los habitantes del puerto, los altos empleados y ricos comerciantes como los ms humildes trabajadores, han contribuido en la medida de sus fuerzas a la subscripcin popular realizada para obtener los fondos necesa-rios para la construccin del templo. Oficiaron los padres Guerra y Saldao. El presidente del concejo deliberante seor Ramn Olaciregui y seora, actuaron como padrinos de la ce-remonia religiosa. Estuvieron presentes y firmaron el pergamino correspondiente, los seo-res: ingeniero Luiggi, mayor Silveyra en representacin de la jefatura Puerto Militar, co-mandante Quiroga, Mayor Lan, en representacin Armada: teniente Zavaleta, en represen-tacin de la artillera de costa. Familias: Luiggi, Olaciregui, Maurette, Quiroga, Furque, Cambra, Esandi, Crocesi, Cantn y dems familias del puerto militar. La iglesia figurar al lado de otras obras como la escuela Humberto I, honrando a todos los habitantes del Puerto Militar porque por s solos y sin recurrir a los favores oficiales han llevado a la prctica y con su propio peculio, tan felices iniciativas.

  • Acto de la colocacin de la piedra.

    La primera misa en la iglesia.

  • PUERTO MILITAR. VISITA DE LOS ESTUDIANTES DE INGENIERA. Caras y Caretas nro. 262. Fecha 10 de octubre de 1903.

    La excursin anual de los estudiantes de ingeniera ha sido esta vez esencialmente prove-chosa, habiendo visitado bajo la direccin de los profesores don Emilio Candiani, de puer-tos y canales, y don Otto Krause, de construccin de mquinas, el muelle de Baha Blanca, las instalaciones del Ferrocarril del Sud, el Puerto Galvn, el mercado Victoria y, por lti-mo, el Puerto Militar, donde el reconocido saber y la amabilidad del ingeniero Luiggi, fa-cilitaron ampliamente a los jvenes viajeros el instructivo propsito de su gira. Iban tambin con ellos los seores Volpatti y Saur.

    Presenciando desde el San Martn la entrada del agua en el dique de carena.

  • Profesores Candiani, Krause, Volpatti y los alumnos bajo el casco del acorazado.

    Despus de la visita del acorazado.

    PUERTO MILITAR

    Caras y Caretas nro. 271 de 12 de diciembre de 1903.

    Gran alegra produjo a los marinos la llegada al Puerto Militar de Baha Blanca despus de ocho meses consecutivos de viaje cumpliendo el programa de instruccin del Ministerio de Marina. Los agasajos por parte de las autoridades fueron muchos y variados. Numerosas fa-

  • milias de los guardiamarinas y oficiales se trasladaron al puerto con el objeto de saludar a hijos y hermanos, circunstancia que dio mayor brillo a los festejos, pues el concurso social fue selecto. El ingeniero Luiggi recibi los plcemes de los marinos por sus atenciones. La Sarmiento parti el da 8 para los puertos del sur.

    La Sarmiento en el dique de carena.

    DE BAHA BLANCA.

    LAS ROMERAS. LA FIESTA EN EL CLUB ATLTICO DEL PUERTO MILITAR. Caras y Caretas nro. 276. Fecha 16 de enero de 1904.

    El 25 de diciembre se realizaron en Baha Blanca romeras espaolas las que fueron motivo de jolgorio y del ms grato esparcimiento para la poblacin entera. Los miembros de la Sociedad Espaola de Socorros Mutuos organizaron con empeo las fiestas, introduciendo en el programa nmeros novedosos que fueron todo un xito. En las carpas se formaron grupos numerosos donde se comi y bebi buen aejo de la tierra y se bail sobre todo, con tanto entusiasmo que la fiesta se prolong hasta muy entrada la noche. Adems en la carpa oficial se celebr un banquete al cual asistieron los miembros de la So-ciedad Espaola, el intendente y muchas familias de la localidad. Se brind por la prosperidad de la asociacin y por el engrandecimiento de la Repblica Argentina y particularmente de Baha Blanca.

  • Las proporciones de un acontecimiento social asumi la matine ofrecida a bordo del San Martn, el da 3. En el vaporcito Albatros se embarcaron las familias ms conocidas de Baha Blanca. En breves momentos estuvieron desde el Puerto Militar a bordo del San Martn. Durante siete horas la selecta concurrencia disfrut de las gratas expansiones y del ambiente de exquisita sociabilidad que se ofreci en la gallarda nave, toda ella empavesada con banderas y gallardetes. Atendieron solcitamente a las familias el comandante don Jorge Victorica, el jefe don Eze-quiel J. Gutero y oficiales de los buques de guerra fondeados en el Puerto Militar. Amenizaron la fiesta las bandas de los batallones de artillera de costas y 1ro. De infantera montada. El Club Atltico del Puerto Militar organiz como fiesta inaugural un interesante torneo propiciado por las autoridades militares y por los jefes de las naves de guerra. Se realizaron carreras pedestres para hombres, nios y nias; cinchadas entre las tripulaciones de los bu-ques y otras diversas pruebas, siendo muy aplaudidos cuantos tomaron parte de ellas.

    La carpa oficial en las romeras.

  • La carrera de nias en la fiesta del club atltico.

  • El nio M