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Congreso de la Nación Honorable Cámara de Senadores ---* --- AsunCión) )de setiembre de 2016 Señor Presidente de la Honorable Cámara de Senadores Senador Roberto Acevedo E. S. D. De nuestra mayor consideración: Nos dirigimos al Señor Presidente, y por su intermedio a los demás miembros de la Honorable Cámara de Senadores, a los efectos de presentar el Proyecto de Declaración: "POR LA CUAL LA HONORABLE CÁMARA DE SENADORES RINDE HOMENAJE AL GENERAL JOSÉ EDUVIGIS DíAZ y A LOS HÉROES DE LA BATALLA DE CURUPAYTY EN CONMEMORACION DEL SESQUICENTENARIO DE AQUELLA GESTA GLORIOSA". En la espera de obtener el apoyo de los señores senadores, hacemos propicia la ocasión, para reiterarle nuestra más alta y distinguida consideración. ---- \ , ~---- . 'i" .~,j )) \~'" --¿WCt 1" \ ---,/ ~) "<, ' , \o~_ ~_. , "-< '_ ,: -_,:J-.->/~' c:;ruu ~1'~ ~----,.- Mesa de Entrada - Srta. General H. Cámara da Senadores

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Congreso de la NaciónHonorable Cámara de Senadores

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AsunCión) )de setiembre de 2016

SeñorPresidente de la Honorable Cámara de SenadoresSenador Roberto AcevedoE. S. D.

De nuestra mayor consideración:

Nos dirigimos al Señor Presidente, y por su intermedio a los demásmiembros de la Honorable Cámara de Senadores, a los efectos de presentar elProyecto de Declaración: "POR LA CUAL LA HONORABLE CÁMARA DESENADORES RINDE HOMENAJE AL GENERAL JOSÉ EDUVIGIS DíAZ y A LOSHÉROES DE LA BATALLA DE CURUPAYTY EN CONMEMORACION DELSESQUICENTENARIO DE AQUELLA GESTA GLORIOSA".

En la espera de obtener el apoyo de los señores senadores, hacemospropicia la ocasión, para reiterarle nuestra más alta y distinguida consideración.

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H. Cámara da Senadores

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Exposición de Motivo

José Eduvigis Díaz Vera: Oriundo del pueblo de Pirayú, nació el '17 de octubre del año1.833. Fueron sus padres Don Andrés Díaz Barboza y Doña Dolores Vera.

Siendo muy pequeño quedó huérfano de padre, razón por la cual vivió bajo lasenseñanzas y el ejemplo de su madre quien lo envió a la escuela más próxima a sucasa, donde aprendió las primeras nociones de lectura, aritmética y catecismo.

Comenzó su carrera militar a los 19 años sentando plaza en el Cuartel de la Palma, el12 de mayo de 1.852, como soldado en el batallón de infantería que estaba a cargo delCoronel Venancio López, siendo Sargento fue trasladado a la Policía, a cargo de suantiguo Comandante de Compañía, Hilario Marcó, con el que se estructuraba lareorganización de la Policía. En esa fuerza José Eduvigis Díaz gano sus primerosascensos de oficial. Ascendió a Subteniente el 26 de abril de 1860, a Teniente el 23 dediciembre de 1863, a Capitán el 23 de mayo de 1864; el mismo mes de este últimoascenso reemplazo a Marcó, retirado por enfermedad, en el comando de la unidad y enla Jefatura de Policía, a mayor el 19 de mayo de 1865, a Teniente Coronel el 25 deoctubre de 1865, a Coronel el 10 de mayo de 1866 y a Brigadier el 25 del mismo mes.

Le fue confiada la formación e instrucción del batallón 40, la célebre unidad integradacon los jóvenes de las primeras familias asuncenas, que se cubriría de gloria en ciencombates hasta quedar exterminado con su Jefe el Mayor José Duarte, en la batalla deAbay. Con el batallón 40 fue enviado el Mayor Díaz al Ejército Expedicionario del Sur,al lado del General Wenceslao Robles, quizás para contrapesar con su devoción alMariscal López la tibia subordinación de aquel jefe.

Su carrera militar había sido tan corta como brillante, fue desde el comienzoexcepcional. Fuerte, sereno, de valor impávido rayando en la temeridad, alentaba en élla innata condición de táctico.

No se le conocían vicios ni preocupaciones de otra índole que no fueran las castrenses.Después de su bautismo de fuego en la acción de Romero ,Ouazú, el 25 de julio de1865, se señaló ya en las sucesivas batallas de Corrales, 2 de mayo, Tuyutí, YataytyCorá, Boquerón y el Sauce, en todas las cuales le toco acción principal, como presagio

clarode lagloriaque~o re¡servabaa suméritocurupayty.. \ \ e~ ~ ,~.'~~'\\'() ,

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Era el soldado en quien el Mariscal ponía toda su esperanza para las misiones másarriesgadas. Encontrándose aun en la ofensiva expedicionaria del sur, cuando seordenó la retirada, el Mariscal López le encomendó la dirección de la maniobra delcruce del Paraná y el Teniente Coronel José Eduvigis Díaz realizo la hazaña porCorrales, haciendo trasponer el rio Paraná a todo el ejercito de 10.000 hombres consus pertrechos y 100.000 cabezas de ganado sin tropiezo alguno.

Tuvo destacada acción en Estero Bellaco donde hizo derroche de valor temerario yluego en Tuyutí logro heroicamente cumplir la consigna de asegurar la retirada delGeneral Barrios obteniendo el reconocimiento especial del Mariscal.

Hasta que llegó la hora de Curupayty, el Mariscal López ordeno la construcción de unalínea de trincheras, para lo cual le encargo la dirección al Coronel Winster, denacionalidad inglesa.

Una vez trazado el plan de defensa, se opuso a ello el General Díaz, quien instó alMariscal el cambio de obra para la fortificación. La opinión de Díaz fue la queprevaleció, López que le tenía una fe ciega, confió más en las inspiraciones de supatriotismo que en las combinaciones de la ciencia, poniendo en las manos de aquelsoldado la suerte de su ejército.

Con la autorización de obrar libremente pero asumiendo toda la responsabilidad delresultado partió a Curupayty no sin antes reiterar que la victoria estaba asegurada.Cinco mil hombres se dedican a construir las trincheras que defenderán Curupayty, seturnaban cada ocho horas sin interrupción día y noche, expuestos al bombardeo aliado.

El 21 de setiembre estuvieron terminadas las trincheras en todos sus detalles en lasque se habían trabajado desde el día 8 del mismo mes, el general se trasladó hastaPaso Pucú para informar al Mariscal que las trincheras estaban listas, el Mariscalordeno al Ingeniero George Thompson que pasara a Curupayty a hacer una inspeccióndetenida de las obras, el comisionado informo al Mariscal ese mismo día: "que laposición era fortísima y podría ser defendida con ventaja".

Amaneció el 22 de setiembre de 1.866, veinte mil soldados de la triple alianza estabanlistos para asaltar las fortificaciones y marchar hasta Humaitá, mientras otros tantoatacarían las posiciones de Tuyutí.

Cinco mil paraguayos apoyados por 49 cañones y dos coheteras esperaban detrás delas trincheras el asalto de veinte mil enemigos, apoyados por 24 piezas de artillería, ypor los 101 cañones de los 22 barcos de la escuadra enemiga. El Mariscal en suCuartel General d~._p~aso:ucú~peraba ~nsi o el desarrollo de la batalla.

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A las 7 de la mañana comienza el ataque de la Escuadra Imperial, bombardeando todala línea de trincheras siendo contestada por la Artillería Paraguaya al mando delSargento Mayor Zayas, el Capitán Pedro Hermosa y los Tenientes Ortiz, Gill y Saguier.Los acorazados se mantuvieron lejos de las fortificaciones y sus fuegos poco efectocausaron en las defensas paraguayas.

A las doce y treinta horas ceso el bombardeo de la escuadra y la artillería y sonó elclarín anunciando la hora del ataque sin haber conseguido el objetivo que se leconsigno a la escuadra, la de destruir las fortificaciones paraguayas bajo el fuego delas cinco mil bombas que fueron lanzadas en las cinco horas de bombardeo.

Con la señal del clarín mitre ordeno el ataque, cuando el vigía anuncio el avanceenemigo el General Díaz mando tocar diana y montado en su caballo recorrió toda latrinchera arengando a su tropa que respondía con prolongados vivas a la Patria.

Momentos después aparecieron frente a las líneas los primeros batallones, Díaz dejoque el enemigo avanzara hasta ponerse a tiro de fusil y solo entonces mando anunciarcon un toque de clarín el momento de repeler al enemigo. Al mismo tiempo tronaron 49cañones y los cinco mil fusiles, las valerosas columnas enemigas avanzaban condificultad en medio de lodazales y esterales, siendo blanco seguro de la Infantería yArtillería Paraguaya. Eran repelidas una y otra vez para volver a la misma denodadacarga, algunos desechos batallones lograron llegar al borde de las trincheras, en vanotrataban de utilizar las escalas y fajinas que traían para sortear los fosos y trepar losabatíses, caían por centenares, retrocedían, recibían refuerzos y volvían a cargarsiempre con el mismo resultado.

La Caballería también intervino en la batalla, el Capitán Bernardino Caballero con suRegimiento 8 fue a reemplazar al Mayor Alberto Zayas que había muerto, los jinetes seconvirtieron en artilleros, el Capitán Gregario Escobar desmonto al Regimiento 6 yocuparon sus soldados puestos al lado de los infantes en las trincheras.

Eran las cuatro de la tarde cuando el General Mitre se dio cuenta del fracaso del plan,dio la orden de retirada. Pero mucho antes algunas tropas aliadas empezaron aretroceder. La batalla había terminado con la completa victoria paraguaya. A las cuatroy media de la tarde el trompa Cándido Silva anuncio la derrotaenerniqa con un agudo yprolongado toque de clarín.

El General Díaz pidió autorización al Mariscal para salir en persecución del enemigoderrotado, pero el Mariscal se lo prohibió terminantemente pues la persecución tendría

que hacerseporel mismocaminjecorridO por I~, , QJ _ ~

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Cuando la victoria era indudable el General Díaz mando tocar la diana Mbaya y saliónuevamente a recorrer a caballo la línea, en todas partes fue aclamado por toda latropa. Enormes fueron las bajas sufridas por los aliados, los argentinos tuvieron más dedos mil bajas entre muertos y heridos, los brasileños otras casi dos mil bajas, mientrasen el Ejército Paraguayo no llegaron a más de un centenar de bajas.

Apenas cuatro meses después de la batalla más grande de la guerra, durante elperiodo de forzosa inactividad que la victoria de Curupayty impuso a las armas aliadas,el 26 de enero de 1.867, el General Díaz y algunos de sus soldados se embarcaron enuna canoa con la intención de verificar la posición de los buques de la escuadra. Erancerca de las 9 de la mañana y le acompañaban el Teniente Álvarez, el Sargento Coatí yel personal de bogavantes". La canoa fue colocada en medio de la corriente, a muycorta distancia de los acorazados. Díaz ordenó echar anclas y arrojar las liñadas comopara denotar que la pesca era el cometido que les llevaba a dicho lugar. No habíantranscurrido cinco minutos cuando se vio que el acorazado más próximo se envolvíasúbitamente en espesa humareda. El proyectil rebotó sobre el agua, a unos treintametros de donde se encontraba la frágil embarcación para estrellarse finalmente contraella. Dos de los bogavantes murieron en el acto. Álvarez y Díaz resultaron heridos. Lapierna de éste, a la altura del muslo, "estaba casi separada del cuerpo".

El sargento Coatí (su nombre cristiano era José Ortigoza), ahijado de Díaz y que comotodo Pajagua, era un verdadero anfibio, se lanzó a rescatar a su padrino que ya erallevado por la corriente. Llevado hasta la costa y ya instalado en el campamento, elmismo Díaz redactó un telegrama para el Mariscal Francisco Solano López. Una solafrase permitió a López comprender la gravedad de lo acontecido: el vencedor deCurupayty le solicitaba le hiciera amputar la pierna. El médico alemán Frederick Skiner,"el más reputado de los cirujanos de la sanidad militar" fue enviado inmediatamentedesde el hospital de Paso Pucú. Díaz instó al cirujano proceder rápidamente. Rechazóel cloroformo y pidió solamente un cigarro. "Corte sin temor ni miramiento lo que deseoes que termine pronto".

Tras la operación, Díaz solicitó le embalsamaran la pierna amputada. Guardó elmiembro "en un cajoncito" de palo santo, hecho expresamente a ese objeto.Trasladado a Paso Pucú, fue instalado en la casa del general Vicente Barrios, cerca delCuartel General. Todos los días era visitado por López y la Sra. Lynch. Aunque sehabía procedido con celeridad ante la herida, su estado iba deteriorándoseprogresivamente. El 7 de Febrero, Díaz reclamó la presencia del Mariscal. Después deencargarle su espada y lamentar que se fuera con la tarea inconclusa, su vida fue

extinguléndose lentamente.§ipalaCiOS »conf~n Q~ :~1Ólos~\ - S

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sacramentos". Sus últimas palabras fueron dirigidas a López hablándole "de perdón ypatria". Falleció pocos minutos después. Eras las 16 y 45 horas.

Se había preparado para el momento. Unas horas antes, había pedido que Coatí levistiera con sus ropas de general, hizo sacar la pierna embalsamada del cajoncito depalo santo y se la hizo reinstalar, con bota incluida. Quería bajar completo a la tumba.Tras hacerse "una ablución con agua tibia aromatizada" hizo llamar al mariscal para ladespedida. Unos días después de su sepelio se realizó el inventario de sus bienes. Elgeneral de mayor prestigio en el ejército paraguayo se había despedido con lo quellevaba puesto, además de "...cinco piezas fraccionadas de oro, diez y siete pesosmoneda papel, algunas mudas de ropa blanca, dos trajes usados de cachemir ypequeños efectos".

Las palabras que fueran expresadas por Natalicio Talavera cuando el General Diazdejo de existir, fueron escritas en la entrada del mausoleo en el Cementerio de laRecoleta: "Cuando nuestra virtud flaquee, nuestra confianza desfallezca y nuestraesperanza desespere, lleguemos a inspirarnos a la tumba de este héroe",

Miguel A;López PeritoSenador de la Nación

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PROYECTO DE DECLARACIÓN:

POR LA CUAL LA HONORABLE CÁMARA DE SENADORES RINDE HOMENAJEAL GENERAL JOSÉ EDUVIGIS DíAZ Y A LOS HÉROES DE LA BATALLA DECURUPAYTY EN CONMEMORACION DEL SESQUICENTENARIO DE AQUELLAGESTA GLORIOSA.

LA HONORABLE CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN PARAGUAYA

DECLARA:

Artículo 1°._ Conmemorar la Batalla de Curupayty y rendir homenaje al General

José Eduvigis Díaz y a los héroes de la guerra a 150 años de aquella

gesta gloriosa, quienes nos legaron aquel 22 de setiembre de 1866

la victoria más resonante en la guerra contra la Triple Alianza.

Artículo 22.- Hacer entrega de una placa conmemorativa en el Mausoleo del

General José Eduvigis Díaz, en la que se transcriba el texto de la

presente declaración y de una ofrenda floral, el día 22 de setiembre

del corriente año.

Artículo 32.- Comunicar a quienes corresponda, y cumplido, archivar.----

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