PRESENTACIÓN prenda

19
Dimensión escatológica por Mariano Herrera Form. perm 1996-2002 núm. 13 PRESENTACIÓN Cada vez que coméis de ese pan y bebéis de esa copa, proclamáis la muerte del Señor hasta que vuelva (1 Cor 11, 26). Cada vez que en la Iglesia celebramos la Eucaristía, recordamos la muerte del Salvador, anunciamos su resurrección, esperamos su venida gloriosa. Dice el Concilio de Trento: “ Cristo ha querido que la Eucaristía sea la prenda de nuestra gloria futura”. 1 El Concilio Vaticano II: “Banquete pascual, en el cual se recibe como alimento a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria venidera” (SC 47). Y la plegaria eucarística sobre la reconciliación II: “ Señor, Dios nuestro, tu Hijo nos dejó esta prenda de tu amor”. * * * El ésjaton 2, lo escatológico, la orientación escatológica, es un “proprium” de la fe cristiana, que se realiza y se nos da de manera fundamental y significativa en el sacramento central de la Iglesia, que es la Eucaristía. En la Eucaristía, en tensión desde la actual realización en Cristo y en el creyente (“ya dado”) hacia la plenitud futura (“sin terminar”), se expresan y viven las realidades escatológicas, “ya, pero todavía no”. Cumplimiento en el presente y simbolización del futuro, de Cristo, se nos dan, como contenido y como perspectivas en el horizonte, muy especialmente en la Eucaristía. 3 La celebración eucarística es “fuente de la vida de la Iglesia y prenda de la gloria futura” (UR 15a), manteniendo al cristiano en una continua tensión escatológica ante Aquel que es la “puerta” (Jn. 10, 9) de salvación, ante Aquel “que es, que era, y que vendrá” (Ap. 1, 4.8), “futurae gloriae pignus”. En un documento reciente de los obispos españoles encontramos este pasaje 4: La Iglesia que existe en un determinado lugar y que se manifiesta en cuanto tal cuando se reúne para la Eucaristía, no está formada únicamente por los que integran la comunidad terrena. Existe una Iglesia invisible, la “Jerusalén celeste” que desciende de arriba (cf. Ap. 21, 2). Por eso “en la liturgia terrena pregustamos y participamos de aquella liturgia celestial que se celebra en la ciudad santa, Jerusalén, hacia la cual nos dirigimos como peregrinos, donde Cristo está sentado a la derecha del Padre como ministro del santuario y del tabernáculo verdadero” (67). 5 Pero además están los fieles difuntos que se purifican a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo. A ellos estamos unidos también en el Sacrificio eucarístico, que constituye el más excelente sufragio por los difuntos y el signo más expresivo de las exequias (68). 6 Es toda la comunidad eclesial la que es asociada como Esposa de Cristo al culto que Éste rinde al Padre para su gloria y santificación de los hombres, de modo que

Transcript of PRESENTACIÓN prenda

Page 1: PRESENTACIÓN prenda

Dimensión escatológica por Mariano Herrera Form. perm 1996-2002 núm. 13

PRESENTACIÓN

Cada vez que coméis de ese pan y bebéis de esa copa, proclamáis la muerte del

Señor hasta que vuelva (1 Cor 11, 26). Cada vez que en la Iglesia celebramos la

Eucaristía, recordamos la muerte del Salvador, anunciamos su resurrección,

esperamos su venida gloriosa.

Dice el Concilio de Trento: “ Cristo ha querido que la Eucaristía sea la prenda

de nuestra gloria futura”. 1

El Concilio Vaticano II: “Banquete pascual, en el cual se recibe como alimento a

Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria venidera” (SC

47).

Y la plegaria eucarística sobre la reconciliación II: “ Señor, Dios nuestro, tu Hijo

nos dejó esta prenda de tu amor”.

* * *

El ésjaton 2, lo escatológico, la orientación escatológica, es un “proprium” de la

fe cristiana, que se realiza y se nos da de manera fundamental y significativa en el

sacramento central de la Iglesia, que es la Eucaristía.

En la Eucaristía, en tensión desde la actual realización en Cristo y en el creyente

(“ya dado”) hacia la plenitud futura (“sin terminar”), se expresan y viven las

realidades escatológicas, “ya, pero todavía no”. Cumplimiento en el presente y

simbolización del futuro, de Cristo, se nos dan, como contenido y como perspectivas

en el horizonte, muy especialmente en la Eucaristía. 3

La celebración eucarística es “fuente de la vida de la Iglesia y prenda de la gloria

futura” (UR 15a), manteniendo al cristiano en una continua tensión escatológica

ante Aquel que es la “puerta” (Jn. 10, 9) de salvación, ante Aquel “que es, que era, y

que vendrá” (Ap. 1, 4.8), “futurae gloriae pignus”.

En un documento reciente de los obispos españoles encontramos este pasaje 4:

La Iglesia que existe en un determinado lugar y que se manifiesta en cuanto tal

cuando se reúne para la Eucaristía, no está formada únicamente por los que integran

la comunidad terrena. Existe una Iglesia invisible, la “Jerusalén celeste” que

desciende de arriba (cf. Ap. 21, 2). Por eso “en la liturgia terrena pregustamos y

participamos de aquella liturgia celestial que se celebra en la ciudad santa, Jerusalén,

hacia la cual nos dirigimos como peregrinos, donde Cristo está sentado a la derecha

del Padre como ministro del santuario y del tabernáculo verdadero” (67). 5 Pero

además están los fieles difuntos que se purifican a fin de obtener la santidad

necesaria para entrar en la alegría del cielo. A ellos estamos unidos también en el

Sacrificio eucarístico, que constituye el más excelente sufragio por los difuntos y el

signo más expresivo de las exequias (68). 6

Es toda la comunidad eclesial la que es asociada como Esposa de Cristo al culto

que Éste rinde al Padre para su gloria y santificación de los hombres, de modo que

Page 2: PRESENTACIÓN prenda

la celebración de la Eucaristía hace visible esta función sacerdotal a través de los

siglos (69). 7 Asistida por el Espíritu Santo la Iglesia peregrinante se mantiene fiel

al mandato de “comer el pan” y “beber el cáliz”, anunciando la muerte y

proclamando la resurrección del Señor a fin de que venga de nuevo para consumar

su obra (Cf. 1Cor. 11,26). En la presencia y bajo la acción del Espíritu toda

celebración de la Eucaristía es súplica ardiente de la Esposa : “¡Marana tha! ¡Ven,

Señor Jesús!” (Ap. 22, 20; cf. 1Cor. 12, 3b).

Y en el texto base del XLVII Congreso Eucarístico Internacional 8 se nos insiste:

A los hombres y mujeres de hoy, deseosos de vivir una existencia no efímera, de

sobrevivir más allá de las limitaciones del tiempo y del espacio, Jesús les ha

prometido la posibilidad de estar ya injertados en su misma vida y de poder aspirar a

una existencia sin fin: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y

yo lo resucitaré en el último día” (Jn 6,54). San Ignacio de Antioquía recuerda que

la Eucaristía es “el único pan que es medicina de inmortalidad, antídoto contra la

muerte, alimento de la vida en Jesucristo” 9.

En la Eucaristía se contiene ya de hecho la bienaventurada esperanza que

alimenta la espera y el deseo de la Iglesia y de cada creyente del retorno del Señor:

“Ven, Señor Jesús”. Es la Iglesia esposa la que dice a Cristo, su esposo: “Ven”. Y él

se hace presente en el pan y en el vino consagrados y confirma la promesa de su

retorno glorioso. “Sí, vendré enseguida” (Ap. 22,20).

La Eucaristía además, mientras testifica la renovación del mundo realizada por

el Salvador 10, compromete a los creyentes a ser responsables de la naturaleza, de la

tierra, del aire, confiadas al cuidado del hombre por el Señor del universo. Al creer

que el pan y el vino, frutos de la tierra y del trabajo de los hombres y de las mujeres,

se hacen Cuerpo y Sangre de Cristo, vislumbramos desde ahora la transformación de

lo creado que, al final de los tiempos, el único Salvador del mundo devolverá, ya

definitivamente redimido, a las manos del Padre 11.

Esto que se nos expresa en estos escritos pastorales, ritualizado y vivido como

sacramento, realidad y misterio, con mayor fuerza e intensidad nos lo ofrece y da la

Eucaristía como realidad vivida, acontecimiento escatológico, acontecimiento

(plenitud) de los “últimos” tiempos, en la celebración del Sacramento.

Los Padres de la Iglesia primitiva, mucho más que nosotros en la actualidad,

insistían en la índole escatológica de la Eucaristía, en la que descubrían al Cristo

glorioso que ha de venir.

Y santo Tomás, como ejemplo posterior en la Edad Media, en sus hermosos

himnos eucarísticos 12 expresa clarísimamente esta perspectiva.

Veamos, pues, esta dimensión fundamental de la Eucaristía, en los apartados

siguientes.

I

“... HASTA QUE ÉL VUELVA”

La dimensión escatológica de la Eucaristía es uno de los aspectos fundamentales del

Sacramento que, desde el principio, en la celebración, en su teología y devoción, se

ha manifestado y expresado. Hay que reconocer, al mismo tiempo, que este aspecto,

Page 3: PRESENTACIÓN prenda

a no ser en el recuerdo y petición por los difuntos que se incluye en el rito de la

Eucaristía, quizás no ha sido suficientemente estimado, reconocido y estudiado en

la celebración, reflexión y devoción eucarística.

Al reflexionar especialmente sobre la Eucaristía, en el Jubileo del año 2000,

cumplimiento del segundo milenio del “ahora, en esta etapa final” (Hb.1,2), no

podemos dejar de descubrir, celebrar y vivir ta escata en el misterio

eucarístico. “En el Sacramento de la Eucaristía, el Salvador... continúa ofreciéndose

a la humanidad como fuente de vida divina.” 13

Vamos a tratar de valorar, pues, lo escatológico, descubriendo su presencia y

dinamismo en la primitiva comunidad cristiana que celebra el misterio de Cristo, en

la doctrina renovada y renovadora del Concilio Vaticano II, y en el amor y devoción

eucarísticos de nuestro fundador, el Beato Manuel Domingo y Sol.

1. 1Cor. 11, 26.

“osakis gar ean esziete ton arton touton kai to poterion pinete, ton zanaton tou

Kuriou kataggellete, arcis ou elzh”

“Quotiescumque enim manducabitis panem hunc et calicem bibetis, mortem

Domini annuntiatis donec veniat”.

“Porque cuantas veces coméis este pan y bebéis este cáliz, anunciáis la muerte

del Señor, hasta que venga” (1Cor. 11, 26).

Este texto de San Pablo, explicando la institución y celebración de la cena del

Señor, es el más antiguo dentro de la tradición literaria del Nuevo Testamento sobre

la Eucaristía, con una clara orientación escatológica. La primera carta a los corintios

data aproximadamente del año 56, o primavera del 57..., y la fórmula (eucarística)

paulina se remonta muy verosímilmente a los años 40. En este versículo claramente

se expresa, además de la dimensión cristológica y pascual, la dimensión

escatológica en cuanto que la Eucaristía es signo y anticipo de la definitiva paz y

unidad que tendrá lugar cuando se consume la historia de la salvación, situada entre

la cruz que recuerda y la parusía que anuncia 14, actuándonos en la esperanza de la

venida del Señor.

La Eucaristía es signo y arras, “prenda” de la consumación celeste; puede

considerarse como sacramento escatológico que abarca el tiempo entre la Pasión y la

Parusía, “anámnesis” que, además del pasado y la actualización de este pasado, hace

también “proyección al futuro ya anticipado de alguna manera”, manifestando a

Jesús como Kurios eternamente viviente, presente y proyectado hacia el futuro. 15

El versículo nos remite al acontecimiento de la muerte-resurrección de Cristo,

celebrado y proclamado en la comunidad cristiana primitiva..., y caracterizado

también por la esperanza de la realización en plenitud ( “...hasta que venga”),

esperanza que caracteriza a toda la vida cristiana, y más particularmente al banquete

eucarístico. Este banquete eucarístico introduce ya, aunque todavía no de modo

definitivo, en la realidad plena del misterio de Cristo, de manera que los cristianos,

caminando por el mundo hasta que Él vuelva, consideran, profesan y viven los

objetos esenciales de su fe; el pasado, el presente y el futuro atraviesan la cena

eucarística: el pasado de la cruz en el presente del anuncio del Señor que está vivo,

hasta el momento en que venga a llamarnos consigo. 16

La Eucaristía es premisa de la comunión total con el Padre por el Hijo, el día de

la resurrección, de la venida en gloria. Es ese “ya” del banquete mesiánico y la

Page 4: PRESENTACIÓN prenda

seguridad de que caminamos hacia él.

2. Vaticano II

Se recogen aquí simplemente algunos textos de los documentos del Concilio

Vaticano II, que hacen una referencia directa a la relación y dimensión escatológica

de la Eucaristía:

“Sentado a la derecha del Padre (Cristo) actúa sin cesar en el mundo para llevar

a los hombres a su Iglesia. Por medio de ella los une más íntimamente consigo y,

alimentándolos con su cuerpo y sangre, les da parte en su vida gloriosa” (LG 48).

“La más excelente manera de unirnos a la Iglesia celestial tiene lugar cuando....

Así, pues, al celebrar el sacrificio eucarístico es cuando mejor nos unimos al culto

de la Iglesia celestial, entrando en comunión y venerando la memoria,

primeramente, de la gloriosa siempre Virgen María, de San José, de los

bienaventurados Apóstoles, de los mártires y de todos los santos.” (LG 50).

El sacramento nos hace vivir ahora, en el “todavía no”, lo que será finalmente

manifestado en la liturgia eterna: “...la gloria de Dios iluminará la ciudad celeste y

su lumbrera será el Cordero (cf. Ap. 21, 23). Entonces toda la Iglesia de los santos,

en la felicidad suprema del amor, adorará a Dios y al Cordero que fue inmolado

(Ap. 5, 12), proclamando con una sola voz: Al que está sentado en el trono y al

Cordero alabanza, gloria, imperio por los siglos de los siglos (Ap. 5, 13)” (LG 51).

“Cuantas veces comen la cena del Señor proclaman su muerte hasta que vuelva.

..., celebrando la Eucaristía se hacen de nuevo presentes la victoria y el triunfo de su

muerte” (SC 6).

“En ella (la liturgia y especialmente la Eucaristía) los signos sensibles significan

y cada uno a su manera realizan la santificación del hombre, y así el Cuerpo místico

de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro”

(SC 7).

“En la liturgia terrena pregustamos y tomamos parte en aquella liturgia celestial

que se celebra en la Santa ciudad de Jerusalén, hacia la cual nos dirigimos como

peregrinos y donde Cristo está sentado a la derecha de Dios como ministro del

santuario y del tabernáculo verdadero; cantamos al Señor el himno de gloria con

todo el ejército celestial; venerando la memoria de los santos, esperamos tener parte

con ellos y gozar de su compañía; aguardamos al Salvador, nuestro Señor Jesucristo,

hasta que se manifieste Él, nuestra vida, y nosotros nos manifestemos también

gloriosos con Él” (SC 8).

“... el sacrificio eucarístico de su Cuerpo y Sangre:... sacramento de piedad,

signo de unidad, vínculo de caridad, banquete pascual, en el cual se recibe como

alimento a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria

venidera” (SC 47).

“El Sumo Sacerdote de la nueva y eterna Alianza, Cristo Jesús, al tomar la

naturaleza humana, introdujo en este exilio terrestre aquel himno que se canta

perpetuamente en las moradas celestiales... . Porque esta función sacerdotal se

prolonga a través de su Iglesia, que sin cesar alaba al Señor e intercede por la

salvación de todo el mundo, no sólo celebrando la Eucaristía, sino también de otras

manera, principalmente recitando el Oficio divino” (SC 83).

“... a todos los libera , para que... se proyecten hacia las realidades futuras,

cuando la propia humanidad se convertirá en oblación acepta a Dios.

El Señor dejó a los suyos prenda de tal esperanza y alimento para el camino en

aquel sacramento de la fe en el que los elementos de la naturaleza, cultivados por el

Page 5: PRESENTACIÓN prenda

hombre, se convierten en el cuerpo y sangre gloriosos con la cena de la comunión

fraterna y la degustación del banquete celestial” (GS 38).

“Por el ministerio de los presbíteros se consuma el sacrificio espiritual de los

fieles en unión con el sacrificio de Cristo, mediador único, que por manos de ellos,

en nombre de toda la Iglesia, se ofrece incruenta y sacramentalmente en la

Eucaristía hasta que el Señor venga” (PO 2).

“... la celebración eucarística, fuente de la vida de la Iglesia y prenda de la gloria

futura...” (UR 15a).

3. El Beato Manuel Domingo y Sol

No se hace, ni creo que se pueda hacer, un estudio sistemático y profundo de la

dimensión escatológica de la Eucaristía en los escritos y vivencia de D. Manuel. Su

devoción, vivencia y expresión eucarísticos, como en aquel su tiempo y también en

la actualidad, iban y se vivían más bien por otros derroteros; pero no faltan en sus

escritos algunas expresiones significativas de esta dimensión escatológica de la

Eucaristía:

“Hermanos míos, no sólo en un punto del globo, no sólo una vez al año, no a

ciertas almas, sino que ha querido fijar su tabernáculo en medio de todos nosotros, y

en todas las partes de la tierra, y quiere venir a nuestros corazones..., y esto hasta la

consumación de los siglos, real, vivo y verdadero” (Escritos I, 2º, 1).

“Y por la Eucaristía Jesucristo obtiene este fin. Porque, así como el pan material

se convierte en carne del hombre, porque aquel es inferior a éste, al contrario el pan

eucarístico, que es más noble que el alma que lo recibe, la atrae, por decirlo así, y la

transforma en sí. Por consiguiente, venimos a ser otro Cristo. Y como tales debemos

aparecer.

Si el apóstol san Pablo decía: Imitatores mei estote, si el mismo Jesucristo nos

decía: sed perfectos, como vuestro Padre celestial, recibiendo la Eucaristía, debemos

ser y representar a Jesucristo, que nos transforma en El” (Escritos, I, 2º, 7).

“Voy a dormir el sueño de la muerte; pero no dormiré todo entero: mi corazón

velará; velará, sí, cerca de Vos y en Vos durante la eternidad bienaventurada”

(Escritos I, 2º, 27).

“Al ofrecerse en el ara de la cruz, al derramar su sangre divina, obtuvo el perdón

y la remisión para todos cuantos pudieran ser lavados y tocados con aquella sangre;

y con esta sangre todo se convierte en mérito y en gracia y en premio de vida eterna,

vivificado por esa sangre de Cristo” (Escritos, II, 2º, 37).

Pistas para el trabajo personal

a) Lectura y reflexión de los relatos de la celebración de “la cena del Señor”,

reparando y redescubriendo el contexto y los elementos escatológicos (1Cor. 11,17-

33; Mc. 14, 22-24; Mt. 26, 26-30; Lc. 22, 14-22).

b) Repasar el cap. VII de “Lumen Gentium”: Índole escatológica de la Iglesia.

c) Anotar detalles de interés en la lectura tomada del Beato Manuel Domingo y Sol:

“Yo estaré con vosotros”, en Selección de textos I, pp. 42-45.

Page 6: PRESENTACIÓN prenda

II

CRISTO: EUCARISTÍA Y

“ÉSJATON”

1. Cristo es la Eucaristía. La Eucaristía, “plenitud”, “ésjaton” de Cristo

Si “la Escatología es la reflexión teológica que, basándose en el misterio pascual

de Cristo, ve, en Él, el prototipo de la condición final de la humanidad como

coronación del plan divino de creación y de salvación del hombre”; y si “la

Eucaristía es el sacramento central que hace presente al mismo Cristo, rito

sacramental que actualiza la Pascua, en el que la Iglesia y los creyentes reciben,

mediante la comunión con Cristo, el fruto del sacrificio (misterio pascual) de su

Señor, uniéndose a Él en ofrenda al Padre” 17; podemos y debemos deducir que el

Sacramento de la Pascua, la Eucaristía, revive en la fe (“memorial”) los

acontecimientos de la muerte, resurrección, gloria y segunda venida del Señor,

misterios a los que llega y de los que participa, por su comunión en Cristo, la Iglesia

y cada uno de los creyentes, de modo que la salvación pasa de la Cabeza, Cristo, que

la realizó, a cada uno de los creyentes, miembros del Cuerpo de Cristo.

La Eucaristía, pues, realiza, como Pascua de la Iglesia, por la comunión con

Cristo, toda la plenitud y verdad de la salvación, en aquellos que de ella participan,

siendo “ofrenda viva”, asimilados a Cristo, la víctima pascual.

En la Eucaristía se da el cumplimiento pleno del misterio de Cristo en los

hombres. Los creyentes empiezan a experimentar y vivir, en la vida eclesial de fe

vivida y celebrada en la Eucaristía, estas realidades de la salvación, en la ansiosa

esperanza, eso sí, de vivirlas en plenitud “al final de los tiempos”.

La Eucaristía es el lugar y acontecimiento vivo de la fe esencialmente

escatológica: el cumplimiento eclesial de lo que se realiza y ya se ha realizado en

Cristo.

En la Eucaristía acontece el “evento Cristo” en su totalidad-unidad (vida,

muerte, resurrección, gloria), evento supremo y último, ésjaton; y en este “evento

Cristo” se cumple la salvación definitiva para la humanidad, el mundo y la historia.

18

La Eucaristía, celebrada y vivida, colma la realización del vínculo tan estrecho

existente (así nos lo expresa Pablo, cf. 1Cor. 15) entre Cristo muerto y resucitado y

la muerte y resurrección de los cristianos, así como realiza también en el presente

(así nos lo expresa Juan, cf. Jn. 6.), lo que al final se verá ratificado, la vida eterna o

la perdición fatal definitiva.

La Eucaristía, memorial, además de un pasado salvífico y de un presente en

donde acontece la nueva alianza (en la cena, en la cruz, en el resucitado), expresa y

realiza también el futuro en donde toda la creación será una sola oblación con Cristo

al Padre en una alianza eterna (Cf. LG. 48; GS. 38). El cumplimiento y la

unificación últimos y definitivos de las promesas de Dios salvador es un “ya dado”

en Jesucristo muerto y resucitado, sucedido en medio de la historia y que se realiza

en la Iglesia y en los creyentes, en los sacramentos y vida cristiana, especialmente

Page 7: PRESENTACIÓN prenda

en la Eucaristía, en tensión hacia la plenitud última en la “venida del Señor”:

“anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ¡ven, Señor Jesús!”.

2. Cristo es el “ésjaton”. La Eucaristía es y realiza a Cristo “ésjaton”

Cristo muerto y resucitado, “ésjaton personal, medida y término, para el hombre

y para la historia, de situaciones-de-relación definitivas con Él” (H.U. von

Balthasar) -cuya venida gloriosa esperamos, como primicias de los muertos, dando

sentido y orientación a la vida y muerte del creyente, así como a su futuro

postmortal-, es el centro, núcleo, fundamento de la Eucaristía... Él es la

Eucaristía. La Eucaristía es Cristo Señor, que es “el mismo ayer, hoy y siempre”

(Hb. 13, 8), “el que era, el que es, el que ha de venir” (Ap. 4, 8c.)

Y en Él, Cristo Señor, celebrante y celebrado en la Eucaristía, “pan de vida” y

“bebida de salvación”, se expresa y realiza la fe escatológica del creyente. La

Eucaristía nos orienta y educa a una proyección escatológica de la existencia, es una

condensación de la dinámica escatológica de toda la creación (Ireneo enlaza la

eucaristía con el tema de la resurrección final, y es también la visión global de

Teilhard de Chardin (“la Misa sobre el mundo”), sobre la dinámica escatológica del

cosmos, que él relaciona también con la eucaristía), y, “pascua”, nos sitúa siempre

en perspectiva escatológica:

La Parusía (venida del Señor en gloria), el acontecimiento de la muerte y

resurrección (de Cristo, el Hijo de Dios, y del hombre redimido por Cristo), el juicio

de la Palabra y del Sacrificio del Señor (que acontece en quien participa), la oración

por la purificación postmortal de los difuntos (purgatorio), la comunión con Cristo

(estar con Él, ver a Dios), la seriedad y sentido de toda la vida del hombre “salvado”

(cielo o infierno), se realizan y expresan “ya pero todavía no”, en toda la liturgia y

vida cristiana, pero de manera especialísima en el Sacramento de la Eucaristía. 19

La Escatología, las verdades y realidades del “más allá”, de la “otra

dimensión”, pues, se expresan, realizan y viven, profunda y significativamente (“ya

pero todavía no”, “en arras”) en la Eucaristía, en el Misterio que constituye, en el

rito que la enhebra, en el espíritu que la orienta..., e incluso en la estructura que la

conforma. Se nos hace presente y real lo escatológico cristiano, que es no una cosa

ni un lugar, sino el “Ésjaton” personal, Cristo glorioso, muerto y resucitado, Señor.

Será de gran interés conocer, distinguir y apreciar tantísimos aspectos del

ésjaton CRISTO en los elementos mistéricos y estructurales del sacramento

eucarístico.

Pistas para el trabajo personal

a) Analizar de qué modo, hasta qué punto, siento y realizo la plenitud, el “sentido de

la vida”, el cumplimiento pleno, el gozo del Cristo total en la celebración y vida

eucarística.

b) Eucaristía “memorial”: pasado, presente, futuro (“ayer, hoy y siempre”). ¿Cómo

entiendo, expreso y proyecto mi existencia humana, cristiana y presbiteral en la

Eucaristía, en cuanto realización ya aquí y ahora de los “ésjata” que espero?

III

Page 8: PRESENTACIÓN prenda

ELEMENTOS ESCATOLÓGICOS

QUE CONSTITUYEN EL MISTERIO

Y RITO EUCARÍSTICO

1. Componentes literarios de la anáfora 20 que expresan las diversas realidades

escatológicas.

Veámoslo de modo concreto:

Parusía: “Ven, Señor Jesús” (aclamación después de la consagración). “...hasta

que vuelvas” (aclamación después de la consagración). “...mientras esperamos su

venida gloriosa” (III). “...cuando Cristo haga resurgir de la tierra” (III).

Celebrar la Eucaristía significa y es realizar el memorial de la muerte y

resurrección de Cristo, con la mirada puesta en la vuelta, al final de los tiempos,

porque el “memorial” no es sólo recuerdo del pasado y realidad presente, sino

también anticipo y garantía del futuro.

Muerte: “Anunciamos tu muerte” (aclamación después de la consagración).

Memorial “de la muerte gloriosa de Jesucristo” (I), “de la muerte” (II), “de la pasión

salvadora de tu Hijo” (III). “Ha compartido ya la muerte de Jesucristo”

(III). “Recordamos la muerte de Cristo y su descenso al lugar de los muertos” (IV).

“Muerte” expresada en la Eucaristía como “cuerpo entregado” y “sangre

derramada”, “pan de vida” y “copa de salvación” para la Nueva Alianza, que se hace

“víctima viva”, “ofrenda permanente” para nosotros.

Resurrección: “Proclamamos tu resurrección”(aclamación después de la

consagración), memorial “de su santa resurrección del lugar de los muertos y de su

admirable ascensión a los cielos” (I), “de la resurrección de tu Hijo”(II), “de su

admirable resurrección y ascensión al cielo” (III), “...comparta también con Él la

gloria de la resurrección” (III), “...transforme nuestro cuerpo frágil en cuerpo

glorioso como el suyo” (III), “...proclamamos su resurrección y ascensión a tu

derecha” (IV).

Juicio: “...por el perdón de sus pecados y la salvación que esperan” (I);

“...ordena en tu paz nuestros días, líbranos... y cuéntanos entre tus

elegidos.”(I); “...confiamos obtener siempre tu ayuda” (III); “...a quien llamaste de

este mundo a tu presencia” (III); “... cuando Cristo haga surgir de la tierra a los

muertos y transforme nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el suyo”

(III); “...todos los difuntos, cuya fe sólo tú conociste” (IV).

Purificación postmortal: “... a los que nos han precedido... y duermen el sueño

de la paz concédeles...” (I). “Acuérdate de nuestros hermanos que durmieron con la

esperanza de la resurrección, y de todos los difuntos: admítelos a contemplar la luz

de tu rostro” (II). “A nuestros hermanos difuntos... recíbelos en tu Reino” (III).

Cielo: “...y nos ha hecho partícipes de su vida inmortal” (I). “Pan de vida

eterna y cáliz de eterna salvación” (I). “Que esta ofrenda sea llevada a tu presencia

hasta el altar del cielo” (I). “Para que.. tengamos también parte en la plenitud de tu

reino”. “El lugar del consuelo, de la luz y de la paz” (I). “Admítenos en la asamblea

de los santos... y acéptanos en su compañía” (I). “A contemplar la luz de tu rostro”

Page 9: PRESENTACIÓN prenda

(II). “Compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas” (II). “Para que gocemos de tu

heredad junto con tus elegidos...” (III). “...Donde esperamos gozar todos juntos de

la plenitud eterna de tu gloria” (III). “...Allí enjugarás las lágrimas de nuestros

ojos..., al contemplarte como Tú eres..., seremos semejantes a ti y cantaremos

eternamente tus alabanzas.” (III). “...Que todos tus hijos nos reunamos en la heredad

de tu reino con María..., con los apóstoles y los santos..., junto con toda la

creación... te glorifiquemos...” (IV).

La Eucaristía nos sitúa y realiza en la perspectiva de la salvación total:

caminamos hacia los cielos nuevos y la tierra nueva.

Infierno: “...líbranos de la condenación eterna...” (I)

2. La escatología del “Sanctus”. El cielo en la tierra

Este himno, proclamado por toda la Asamblea al concluir el prefacio, es un

canto significativo del ser escatológico de la liturgia eucarística, que se sitúa y

realiza, desde la asamblea “terrestre” que es, en la asamblea “celeste” a la que

tiende, invitándonos a hacer nuestro el cántico de los serafines (Is. 6, 3)

21. Grandeza universal y Señorío absoluto de Dios: “Santo, Santo, Santo, Señor

Dios del Universo”.

El cielo y gloria de Dios: “Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna

en el cielo”.

La venida, parusía del Señor: “Bendito el que viene...” (Cf. Ap. 4, 8-11).

La Iglesia se siente unida a todas las potencias angélicas y a la asamblea entera

de los santos..., y Cristo viene para actuar él mismo en la Eucaristía... 22

3. La “anámnesis”

En casi todas las “anámnesis” litúrgicas de los diversos ritos litúrgicos (latino,

siríaco, bizantino, armenio, copto...), la “memoria” no se limita solamente a la

pasión, muerte y resurrección de Cristo, sino que añaden, en casi todas las

ocasiones, el “recuerdo prospectivo” de Cristo sentado a la derecha del Padre, y,

sobre todo, que volverá gloriosamente: “su venida gloriosa”, “¡ven, Señor Jesús!”,

“hasta que vuelva”, “esperamos tu segundo advenimiento”, “tu segundo

advenimiento espantable y glorioso, cuando vendrás a juzgar a los vivos y a los

muertos y a dar a cada uno según sus obras” (de la liturgia siríaca).

Así, la Eucaristía, presencia y sacrificio de Cristo, “con su cuerpo resucitado y

glorioso es anuncio y anticipación de la bienaventurada parusía.” 23

4. El Padre nuestro y el rito de comunión

Además de todo el significado escatológico del Padre nuestro (Padre, en el cielo,

venga tu reino, el pan, el perdón, no nos dejes caer en la tentación...), en la oración

siguiente se nos sitúa en la esperanza clara del juicio y segunda venida del

Señor: “...mientras esperamos la venida gloriosa de nuestro Salvador Jesucristo”,

con la respuesta final de todo el pueblo con “Tuyo es el Reino, tuyo el poder y la

gloria por siempre Señor”, de claro simbolismo escatológico.

5. La doxología trinitaria, que en tantos momentos importantes aparece en la

celebración eucarística desde el principio hasta el final, (canto de entrada,

conclusión de la colecta, momento final y de plenitud de la anáfora, bendición final

Page 10: PRESENTACIÓN prenda

de la Misa: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio,

ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.) tiene también el sentido de

plenitud, de consumación en Dios de toda la vida del creyente, de la Iglesia.

6. El signo escatológico del banquete: el pan y el vino

La dimensión escatológica se expresa de manera muy significativa en la “cena”,

banquete, comida eucarística..., que es ya liturgia celeste, banquete de los últimos

tiempos, sacrificio celeste, culto que se desenvuelve “en el templo mismo del cielo”

24, siendo presencia, anuncio y espera del Reino por venir, posesión anticipada,

comida mesiánica, anuncio y preparación del retorno, segunda venida de Cristo y su

Reino, gozo anticipado de los bienes celestes.

El banquete (“tomad y comed”, “tomad y bebed”, pan y vino) es símbolo y

realidad anticipada del convite celeste. Es de gran interés redescubrir el sentido de

las comidas en el Antiguo Testamento (Dt. 12, 4-18; Is. 55, 1-3), las parábolas y

referencias de Jesús en los evangelios al “convite de bodas” (Mt. 22, 3, Jn. 2, 1-12),

y las comidas de Cristo resucitado (Lc. 24, 30. 42; Mc. 16, 14; Jn, 21, 12-14; Hech.

1, 4), que llevan siempre consigo una significación de realización y cumplimiento

de las promesas y la verdad de que el Reino ha comenzado ya. 25

El pan del cielo, pan de la vida eterna (Jn. 6, 50-51), “maná”. “Como el maná

del desierto (Sal. 77, 23-25; 104, 40; Sab. 16, 20 ss.), este pan es también el

pregusto de la tierra prometida y el alimento que da fuerza para llegar a ella, causa

de inmortalidad, prenda de resurrección”, arras y prenda de nuestra resurrección

(1Co. 15, 1-18), viático para el encuentro definitivo con Dios. 26

Y el vino, el vino “nuevo” (Mc. 2, 22), bebida escatológica, en el “cáliz de

salvación”. La misma palabra de Jesús (Lc. 22, 18; Mt. 26, 19; Mc. 14, 25) nos dice

que el vino es lo más significativo del banquete del Reino de Dios.

7. Las procesiones

Es significativo también el sentido escatológico, peregrinante hacia el más allá,

que tienen, o deben tener, las “acciones procesionales”, reales y simbólicas, en la

estructura de la celebración eucarística (la procesión de entrada, la procesión del

evangelio, la procesión del ofertorio, la procesión de la comunión, la procesión

final... Ite, missa est. Podéis ir en paz ), en especial la procesión de entrada y la

procesión final.

El “marchar”, el movimiento en la celebración litúrgica de la Eucaristía, debe

expresar simbólicamente a “la comunidad escatológica que en cierto modo se

trasciende a sí misma y avanza hacia la meta propuesta. Se siente peregrina, sin

afincarse excesivamente ni en un lugar ni en una situación.” 27

8. La orientación del espacio celebrativo y de la asamblea

El edificio sagrado, lugar de la celebración eucarística ordinariamente, presenta

un simbolismo referido sobre todo a la comunidad que acoge y a las realidades que

allí se celebran. El Ritual de la Dedicación de iglesias (1977) nos dice:“esta casa es

signo peculiar de la Iglesia que peregrina en la tierra a imagen de la Iglesia

celestial.”(p. 24) 28 Peregrinación hacia el futuro, avance hacia “el más allá”, “la

otra dimensión”, “Dios, futuro del hombre”, que podemos encontrar

significadas también, en la disposición, orientación y dirección del espacio

Page 11: PRESENTACIÓN prenda

celebrativo “de un modo longitudinal, rectilíneo (significando el sentido itinerante

del Pueblo de Dios en marcha hacia su Señor)” 29 que tienen la mayoría de nuestros

templos, y la misma disposición, en el presbiterio, del que preside (sede), del ambón

(la Palabra) y del altar, y en la nave, de todo el Pueblo de Dios, peregrinos del

Absoluto. Igualmente tantos elementos decorativos, así como la iconografía

representando en tantas ocasiones la liturgia celeste 30, que nos “hablan” de muerte

y resurrección, de juicio, de venida gloriosa, de la vida futura...

9. Y el canto..., que es siempre significativo de la alegría escatológica, porque “los

tiempos escatológicos han comenzado”

La agalíasis 31(Hech. 2, 46), a saber, la alegría propia de los tiempos últimos,

expresada en los cantos que rodean la celebración eucarística, pone en relación la

acción cumplida sobre nuestro altar terreno y la liturgia celeste. Canto y escatología

parece que van de la mano. Se canta porque es fiesta, a saber, la fiesta de los

redimidos, la fiesta parusial de la liberación en Cristo.

El Apocalipsis que describe la Jerusalén celeste, la iglesia de la parusía

proyectando sobre ella los rasgos principales de la iglesia de su tiempo, vuelve una y

otra vez sobre los himnos y cantos de esta liturgia escatológica... (Ap. 4, 8. 11; 5, 9;

10; 14, 3; 15, 3-4; 19, 1-8).” 32

“No es extraño que haya actualmente tantos cantos que hablen del camino, del

caminar (‘Camina, pueblo de Dios’, ‘Somos un pueblo que camina’).” 33

Pistas para el trabajo personal

Lo sugerido en la Nota 20:

Análisis personal de algunos prefacios.

Análisis personal de alguna de las Plegarias V, de la reconciliación, de Misas

con niños.

¿En nuestras celebraciones eucarísticas, ayuda el espacio celebrativo, el

sentido y la participación con los cantos, la orientación de la Asamblea, a

una comprensión del más allá, del misterio, de la plenitud, de Cristo “Alfa y

Omega”?

CONCLUSIÓN

Para todo el Pueblo de Dios, para los presbíteros, que realizamos el ministerio de

la presidencia, para los operarios, caracterizados por el espíritu eucarístico, la

celebración, la presidencia, y vivencia de la Eucaristía es siempre motivo y realidad

de esperanza, apertura al futuro de la promesa de Dios, realización del banquete

definitivo del Reino, del que este Sacramento es anticipación y promesa.

Este “pan de los peregrinos”, que presidimos y partimos, nos ha de estimular a

vivir en constante reforma y conversión..., y a animar a los otros, en nuestra entrega

pastoral, a una constante conversión y reforma hacia el futuro prometido que la

Eucaristía anuncia y anticipa.

El “donec veniat”, “hasta la venida del Señor”, que la Eucaristía lleva consigo,

empuja a lo definitivo del más allá desde la absoluta relatividad del aquí y el ahora.

La Eucaristía actualiza ya las realidades últimas; y desde esta experiencia de fe y

vida cristiana, nos empuja a actitudes críticas, renovadoras, transformantes,

actitudes de esperanza real del Reino de Dios. Bien conscientes de que este Reino ya

Page 12: PRESENTACIÓN prenda

se hace realidad en la propia vida de entrega y conversión, de caridad pastoral, de

santidad de vida que nuestro ser presbíteros y operarios, servidores de la Eucaristía,

exige y lleva consigo 34.

GUÍA PARA EL ENCUENTRO DE GRUPO

Oración. (Puede ser oportuna la “colecta” del Domingo XXXIII del Tiempo

Ordinario; o cualquier otro modo que suela utilizar el grupo).

Exposición personal abierta de cada una de las aportaciones que los

miembros del grupo traen a partir de la lectura-estudio del folleto y desde las

pistas de trabajo personal.

En nuestra condición de peregrinos, cómo nos afecta la perspectiva

escatológica de la Eucaristía: ¿como alimento? ¿como aliento de la

esperanza? ¿como sentido de la existencia? ...

En cuanto pastores, ¿cómo experimentamos esta dimensión de la Eucaristía

en una sociedad cada vez con menor sentido de la trascendencia? ¿Qué retos

platea esto a la evangelización, a la celebración misma, etc.?

Concelebración de la Eucaristía, pudiendo seguir las orientaciones

presentadas al final de este cuaderno.

Cena compartida.

CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA

(Se presentan aquí los elementos que pueden integrar un celebración de la Eucaristía

que pone especialmente de relieve la dimensión escatológica que se ha expuesto en

los capítulos anteriores)

Canto de entrada 35 Pueblo de reyes, asamblea santa,

Pueblo sacerdotal, Pueblo de Dios,

¡bendice a tu Señor!

1. Te cantamos a ti, Esplendor de la gloria 2. Te cantamos, Cordero de la

Pascua eterna,

te alabamos, Estrella radiante te alabamos, oh Víctima

que anuncias el día. que borras nuestros pecados.

Te cantamos, oh Luz te cantamos, oh Templo

Page 13: PRESENTACIÓN prenda

que iluminas nuestras sombras, de la nueva alianza,

te alabamos, Antorcha de la nueva te alabamos oh Piedra

angular y Roca

Jerusalén. de Israel.

3. Te cantamos, Imagen del Dios invisible

te alabamos, oh Rey de justicia

y Rey de paz.

Te cantamos, Primicias

de aquellos que duermen,

te alabamos a ti, el Viviente,

principio y fin.

Saludo 36 El Dios de la esperanza

que por la acción del Espíritu Santo

nos colma con su alegría y con su paz,

permanezca siempre con todos vosotros.

Acto penitencial

- Tú que eres la plenitud de la verdad y de la gracia: Señor, ten piedad.

- Tú que te has hecho pobre para enriquecernos: Cristo, ten piedad.

- Tú que has venido para hacer de nosotros tu pueblo santo: Señor, ten piedad.

Oración colecta

Oh Dios, que nos has creado a imagen tuya

y has entregado a tu Hijo a la muerte por nosotros,

concédenos la gracia de vivir vigilando en oración,

para que podamos salir sin pecado de este mundo

y descansar con alegría en el regazo de tu misericordia.

Por nuestro Señor Jesucristo.

Palabra de Dios

(Podrán elegirse normalmente las lecturas del día; seguro que en ellas aparecerá

el mensaje de plenitud, de tensión y finalidad, de comunión y misión... tan

característicos de la Eucaristía y de la Escatología)

Oración de los fieles

(Cada uno de los miembros del grupo prepara y presenta alguna de las peticiones

de la oración universal de los fieles).

Canto de Ofertorio Bendito seas, Señor,

Page 14: PRESENTACIÓN prenda

por este pan y este vino

que generoso nos diste

para caminar contigo,

y serán para nosotros

alimento en el camino.

1. Te ofrecemos el trabajo 2. Te ofrecemos nuestro barro

las penas y la alegría, que oscurece nuestras vidas

el pan que nos alimenta y el vino que no empleamos

y el afán de cada día. para curar las heridas.

Oración sobre las ofrendas

Tú, Señor, que con la muerte de tu Hijo

has destruido nuestra muerte,

concédenos ahora por la eficacia de este sacrificio

que, obedeciendo tu voluntad hasta el fin de la vida,

podamos partir de este mundo con paz y confianza

y participar en la gloria de la resurrección.

Por Jesucristo nuestro Señor

.

PREFACIO COMÚN, V

En verdad es justo y necesario,

es nuestro deber y salvación

darte gracias

siempre y en todo lugar,

Señor, Padre Santo,

Dios todopoderoso y eterno,

por Cristo, Señor nuestro.

Porque, unidos en la caridad,

celebramos la muerte de tu Hijo,

con fe viva proclamamos su resurrección,

y con esperanza firme anhelamos su venida gloriosa.

Por eso,

con todos los ángeles y santos,

te alabamos, proclamando sin cesar.

Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA III

(Resaltando la “anámnesis” y otros varios aspectos de clara resonancia y sentido

Page 15: PRESENTACIÓN prenda

cristológico-escatológico.)

Canto de comunión Hacia ti, morada santa, hacia ti, tierra del Salvador,

peregrinos, caminantes,

vamos hacia ti.

1. Venimos a tu mesa, 2. Somos tu pueblo santo

sellaremos tu pacto, que hoy camina unido;

comeremos tu carne, tú vas entre nosotros,

tu sangre nos limpiará. tu amor nos guiará.

Reinaremos contigo Tú eres el camino,

en tu morada santa, Tú eres la esperanza,

beberemos tu sangre, hermano entre los

pobres.

tu fe nos guiará. Amén, aleluya.

Oración después de la comunión

Después de recibir en estos misterios

la prenda de la inmortalidad,

te pedimos, Señor,

el auxilio de tu amor en el momento de la muerte,

para que, superados los ataques del enemigo,

nos gocemos de ser acogidos en tu regazo paterno

al llegar a la gloria.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Bendición solemne, final

El Dios todopoderoso y rico en misericordia

por su Hijo Jesucristo,

cuya ven ida en carne creéis

y cuyo retorno glorioso esperáis,

os ilumine y os llene de bendiciones.

R/. Amén.

Dios os mantenga durante esta vida

firmes en la fe,

alegres en la esperanza

y diligentes en el amor.

R/. Amén.

Y así, los que ahora os alegráis

por el nacimiento, vida, muerte y resurrección

de nuestro Redentor,

Page 16: PRESENTACIÓN prenda

cuando venga de nuevo en la majestad de su gloria

recibáis el premio de la vida eterna.

R/. Amén.

Canto final

Somos un pueblo que camina,

y juntos caminando podremos alcanzar

otra ciudad que no se acaba,

sin penas ni tristezas: ciudad de eternidad.

Somos un pueblo que camina,

que marcha por el mundo

buscando otraciudad.

Somos errantes peregrinos

en busca de un destino, destino de unidad.

siempre seremos caminantes,

pues sólo caminando podremos alcanzar

otra ciudad que no se acaba,

sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.

Danos valor para lucha,

valor en las tristezas,

valor en nuestro afán.

Danos la luz de tu palabra,

que guíe nuestros pasos en este caminar.

Marcha, Señor, junto a nosotros,

pues, sólo en tu presencia, podremos alcanzar

otra ciudad que no se acaba,

sin penas ni tristezas: ciudad de eternidad.

ÍNDICE

PRESENTACIÓN

I.“...HASTA QUE ÉL VUELVA”

1Cor. 11, 26.

Vaticano II

El Beato Manuel Domingo y Sol

Pistas para el trabajo personal

Page 17: PRESENTACIÓN prenda

II. CRISTO, EUCARISTÍA Y “ÉSJATON”

Cristo es la Eucaristía

Cristo es el “Ésjaton”

Pistas para el trabajo personal

III. ELEMENTOS ESCATOLÓGICOS QUE CONSTITUYEN EL MISTERIO

Y RITO EUCARÍSTICO

Componentes literarios de la anáfora

La escatología del “Sanctus”

La anámnesis

El padrenuestro y el rito de comunión

La doxología trinitaria

El signo escatológico del banquete

La procesiones

La orientación del espacio celebrativo y de la asamblea

El canto

Pistas para el trabajo personal

CONCLUSIÓN

GUÍA PARA EL ENCUENTRO DE GRUPO

CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA

ÍNDICE

1 Denz, 875.

2 to escaton, ta escata : lo postrero, extremo; lo primero, lo más alto, lo

último.Pabón-Echauri, Diccionario Griego-Español. Barcelona, 1964, 3.

3 L. Pacomio y Varios, Diccionario Teológico interdisciplinar II. Voces

“Escatología”, pp. 372-381 y “Eucaristía”, pp. 430-45. Sígueme, Salamanca 1982.

4 Instrucción pastoral ante el Congreso Eucarístico Nacional de Santiago de

Compostela y el Gran Jubileo del 2000, La Eucaristía, alimento del pueblo

peregrino, presentada en la LXXI Asamblea Plenaria, año 1999, nn.35-36.

5 Hace referencia en nota a SC 8; Cf. LG 50; CCE 1090; 1137-1139.

6 Hace referencia en nota a LG 49-50; CCE 1030; 2032; Ritual de Exequias, 1989,

Prenotanda, 1; Orientaciones del Episcopado Español, 40.

7 Hace referencia en nota a SC 7; 83; CCE 1088-1089.

8 Gesù Cristo, unico salvatore del mondo, pane per la nuova vita, el nº. 21, titulado

“Pane di vita eterna, segno della Pasqua dell’universo”, Vicariato di Roma, 1998.

9 Hace referencia en nota a Ignacio de Antioquía, Epistula ad Efhesios, 20, 2, en

Catecismo de la iglesia Católica, 1405.

Page 18: PRESENTACIÓN prenda

10 Hace referencia en nota a Vat.II, Gaudium et spes, 38.

11 Hace referencia en nota a 1Cor. 15, 24; Vat.II, Gaudium et spes, 38-39.

12 Oh salutaris hostia, quae caeli pandis ostium(Laudes del Oficio del Corpus).

Tu qui cuncta scis et vales, qui nos pascis hic mortales, tuos ibi comensales,

coheredes et sodales fac sanctorum civium(Secuencia de la Misa del Corpus).

Iesu, quem velatum nunc aspicio, quando fiet illud quod tam sitio; ut te revelata

cernens faciem, visu sim beatus tuae gloriae? (Del himno Adoro te devote).

13 Juan Pablo II, Tertio Millennio Adveniente, n. 55.

14 M. Salvador., San Pablo. Cartas a los Tesalonicenses y a los Corintios, en “El

Mensaje del Nuevo Testamento, 6”, Madrid, 1990, p. 143; y A. Robert – A.

Feuillet., Introducción a la Biblia II. Herder, Barcelona 19773, pp. 392, 397, 403.

15 F. Fernández Ramos., Cartas a los Corintios, en Varios, “Manual Bíblico IV.

Hechos, Cartas, Apocalipsis”, Madrid 1968, pp. 148 y 157.

16 L. Legasse., La Eucaristía según San Pablo, en Equi8po Facultad de teología de

Toulouse, “La Eucaristía en la Biblia”, Cuadernos Bíblicos, 37. Estella 1991, p. 48.,

que, a su vez, cita un artículo de Ch. Perrot., “L’Eucharistie comme fondament de

l’identité de l’Eglise dans le Nouveau Testament”, en La Maison-Dieu, n.137.

17 Varios, Diccionario Teológico Enciclopédico. Verbo Divino, Estella 1995, pp.

313 y 349.

18 J. Alfaro, “Reflexiones sobre la escatología del Vaticano II”, en R. Latourelle

(ed.) Vaticano II. Balance y perspectivas, Sígueme, Salamanca 1989, p. 789.

19 Cfr. Tratados más usuales de Escatología, por ejemplo, J.-L. Ruiz de la Peña, La

otra dimensión. Escatología cristiana. Sal Terrae, Santander 1986 y La pascua de la

creación. Escatología. BAC, Madrid 1996. C. Pozo, Teología del más allá. BAC.,

Madrid, 1984 y La venida del Señor en gloria. Edicep, Valencia 1993.

20 Cf. Misal Romano, Ordinario de la Misa. Plegarias Eucarísticas. Aquí se hace el

análisis solamente de las Plegarias I, II, III y IV. Me parece que sería también de

gran interés, porque hay muchos elementos escatológicos en ellos, estudiar esta

literatura en todos los prefacios; pero creo que, dado el carácter de este trabajo, no

es necesario hacerlo aquí. Lo sugiero más adelante como trabajo de carácter

personal o de grupo. Igualmente (para no insistir aquí en expresiones muy similares

que sin duda se repiten), se puede hacer este estudio en las plegarias eucarísticas V

a, b, c y d.; en las plegarias eucarísticas sobre la reconciliación I y II ; y en las

plegarias eucarísticas para las misas con niños I, II y III.

21 A.-G., Martimort, Los signos de la Nueva Alianza. Sígueme, Salamanca 1965, p.

246.

22 M. Thurian, La Eucaristía. Sígueme, Salamanca 1967, pp. 331-332.

Page 19: PRESENTACIÓN prenda

23 A.-G., Martimort, o. c., p. 287.

24 A.-G., Martimort, o. c., pp. 288-291.

25 Cf. M. Gesteira Garza, La Eucaristía Misterio de Comunión. Salamanca, 1992, 2,

pp 10-11. 25-26. 51-56. 77-85.

26 A.-G., Martimort, o.c., pp.306-307.

27 J. Aldazábal, Gestos y Símbolos II. CPL, Barcelona 1984, p. 78.

28 Ibid., p. 72.

29 D. Borobio y Otros, La celebración en la Iglesia I. Liturgia y Sacramentología

fundamental. Sígueme, Salamanca 1985, p.224.

30 A.-G., Martimort., o. c., p. 246.

31 agalliasis -ews h : júbilo,gozo. Pabón-Echauri,o.c. Cf. M. Gesteira Garza, o.c.,

pp. 78-80.

32 D. Borobio y Otros, o. c., p. 251. Y A.-G., Martimort., o. c., p. 245.

33 J. Aldazábal, o. c. , p. 78.

34 Cf. B. Forte, Sul sacerdozio ministeriale. Due meditazioni teologiche. Milano

1998, pp. 29-36; y también el folleto nº4 de Formación Permanente Eucaristía y

Fraternidad Sacerdotal, pp. 23-27.

35 Los cantos están tomados del Cantoral Litúrgico Nacional, Coeditores

Litúrgicos, Madrid 1990. Pueblo de reyes, nº 401, pp. 138-139; Bendito seas,

Señor, nº H5, p. 29; Hacia ti, morada santa, nº O16, p. 43; Un pueblo que camina, nº

719, pp. 210-211.

36 Los textos litúrgicos están tomados de Misal Romano, Coeditores Litúrgicos,

Madrid 1988. Saludo, p. 410; Acto penitencial, p. 416; Oraciones, p. 967; Prefacio,

p. 497; Plegaria Eucarística III, pp.530-535; Bendición solemne, final, p. 557.