Patricia Mazzoleni ADULTOS MAYORES EN CLAVE … · en el cajón, siempre se está a tiempo para...

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1 ADULTOS MAYORES EN CLAVE DE ARTE Patricia Mazzoleni

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    ADULTOS MAYORES EN CLAVE DE ARTE

    Patricia Mazzoleni

  • ADULTOS MAYORES EN CLAVE DE ARTE

  • Mazzoleni, Patricia Adultos mayores en clave de arte : experiencias de mediacin en museos y periodismo cultural / Patricia Mazzoleni ; editado por Margarita Monjardn ; editor literario Ana Quiroga ; fotografas de Diego Epstein. - 1a ed . - Ciudad Autnoma de Buenos Aires : Fundacin Navarro Viola, 2016. Libro digital, PDF

    Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-27778-5-2

    1. Adultos Mayores. 2. Acceso a la Cultura. 3. Actividad Cultural. I. Monjardn, Margarita, ed. II. Quiroga, Ana, ed. Lit. III. Epstein, Diego, fot. IV. Ttulo. CDD 305.26

  • Patricia Mazzoleni

    ADULTOS MAYORES EN CLAVE DE ARTEExperiencias de mediacin en museos y periodismo cultural

    Buenos Aires, 2016

  • PresidenteEnrique Valiente Noailles

    Directora EjecutivaIns Castro Almeyra

    Staff

    Anala Faria Laura DonatiMilagros Falus

    Esta publicacin se elabor

    en el marco del Programa Arte en Accin____________________________________

    ADULTOS MAYORES EN CLAVE DE ARTE Experiencias de mediacin en museos y periodismo cultural

    AutoraPatricia Mazzoleni

    CoordinacinLaura DonatiMilagros Falus

    Edicin Ana Quiroga

    Diseo y diagramacin

    Margarita Monjardn

    FotografasDiego Epstein

  • En memoria de mam, pap y Marcos que siempre estn presentes.

    A mi familia, mis amigas, los compaeros de La otra mirada

    y todos los que me apoyaron en este proyecto, muchas gracias

    por haber confiado en m.

    A la Fundacin Navarro Viola, mi reconocimiento por darme

    alas para seguir soando.

  • NDICE

    Introduccin1. Y ahora, qu?2. As se inici todo3. Un ao buscando el rumbo4. La oportunidad esperada5. Guas de museo o mediadores culturales?

    5.1. Museos y espacios de arte5.2. El museo va a las organizaciones5.3. Una metodologa de trabajo posible

    6. Charlas y talleres7. La Agenda Cultural x Mayores8. No alcanza con la voluntad, hay mucho que aprender9. Compartir experiencias: MultiplicARTE 10. Formacin y trabajo en CreandoRED A modo de cierre

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    INTRODUCCIN

    En verdad, slo me haba propuesto contar la historia del grupo La otra mirada, del cual formo parte desde hace cinco aos, para que quedara registrada nuestra experiencia, cuando surgi una propuesta inesperada.

    Se lo coment a Ins Castro Almeyra, Directora de la Fun-dacin Navarro Viola, en la que nos desempeamos como vo-luntarios. Le cont lo que habamos llevado a cabo y le propuse hacer un folleto sobre las actividades desarrolladas para dejar testimonio de nuestro trabajo. Luego de escucharme, ella me propuso hacer un libro.

    Puse algunas objeciones: no haba sido esa mi intencin inicial, no crea que el material fuera suficiente, la tarea quiz exceda mis condiciones para escribir, dudaba del inters que pudiera despertar la publicacin, pero su optimismo fue tal que me contagi y, con los contactos que puso a mi alcance, decid embarcarme en el proyecto.

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    Casi sin que me diera cuenta, las cosas se fueron dando de tal manera que, aquello que en principio pareca un sueo in-alcanzable, se hizo realidad con el apoyo de la Fundacin Na-varro Viola.

    Adultos mayores en clave de arte cobr vida. Mi mayor deseo es que pueda servir a otros adultos mayores para mirar el cami-no que resta vivir con mejor optimismo, para que disfruten de lo que hacen, para que descubran cules son las potencialidades que an no han desarrollado, para que se dejen atrapar por el arte, en pocas palabras, para que se animen a encarar nuevos proyectos que los hagan sentir vitales y ms felices.

    Encontrarn que la experiencia que relato puede ser seme-jante a muchas otras que se llevan adelante y en las cuales uno no ha reparado porque, como dice la cancin de Facundo Ca-bral: ests distrado de las maravillas que suceden alrededor tuyo. Tal vez estas pginas impulsen a prestar atencin al en-torno para encontrar nuevas oportunidades.

    Nunca es tarde para impulsar las ideas que an se guardan en el cajn, siempre se est a tiempo para descubrir nuevos mundos del saber porque jams se es muy viejo para reinven-tarse. La historia est llena de ejemplos de personas que lo han hecho: Daniel Defoe escribi Robinson Crusoe a los 59 aos, Otto Thaning cruz el Canal de la Mancha a los 73, las Pintu-ras negras de Goya fueron realizadas cuando el artista rondaba los 77 aos.

    Y como el grupo etario que ms crece en el mundo y tambin en nuestro pas, es el de los adultos mayores, mi gran anhelo sera que muchas organizaciones sociales se ocuparan del tema y que pudieran encontrar inspiracin en estas pginas, no slo para hacer cosas para ellos, sino para hacer cosas con ellos.

    Nada es ms gratificante que ser reconocido por los aportes que se pueden hacer desde los conocimientos y experiencias

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    personales, de que se los incluya en las decisiones otorgndoles autonoma, de que se confe en lo que son capaces de hacer. Esto contribuir a cristalizar sueos postergados, mejorar la ca-lidad de vida propia y la de la comunidad generando puentes de comunicacin intergeneracional.

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    Y AHORA, QU?

    El secreto de la genialidad es llevar el espritu del nio hasta la vejez,

    lo cual quiere decir nunca perder el entusiasmo.

    Aldous Huxley

    Despus de muchos aos de trabajar y disfrutar de la docen-cia, un da, casi sin querer, me di cuenta de que haba llegado la hora de poner punto final a mi carrera. Cuando se lo cont a mi familia, surgieron algunas preguntas: y qu vas a hacer ahora?, ests segura?, no pods seguir trabajando unos aos ms?

    Rpidamente recog el guante y expliqu que lo haba de-cidido despus de evaluar los pro y los contra, que me pareca

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    lgico iniciar un camino sin la obligacin de levantarme tem-prano, que tena ganas de hacer otras cosas y que quera viajar, siempre y cuando el sueldo me lo permitiera. Tambin, para calmar cualquier sospecha de tener que cargar con la presencia diaria de la hermana o de la ta, aclar que no esperaran que an-duviese atrs de ellos buscando compaa para llenar mis horas; muchas ideas rondaban mi mente, haba llegado el momento de disfrutar con ellos, pero no a travs de ellos.

    Cualquiera que viva en la Argentina podr imaginar los tr-mites y papeles que tuve que hacer para acogerme a la bendita jubilacin. Como todo aquello en lo que nos empeamos con seriedad, tarde o temprano se resuelve con xito, tambin lo mo concluy. Tuve en mis manos la disposicin que confir-maba que ya no perteneca al sistema como agente activo y que pasaba a gozar de los beneficios jubilatorios.

    En la jerga administrativa pas a integrar la masa de la po-blacin pasiva. Un prrafo aparte merece describir la rara sen-sacin que tuve al enfrentarme a la realidad de ser catalogada como pasiva. Me resisto a pensar que la vida pueda dividirse en categoras tan terminantes; mucho ms cuando ello implica una connotacin casi peyorativa que deja fuera del sistema a las per-sonas que comienzan a conocerse y re-conocerse como adultos mayores, en el mejor de los casos, o simplemente como viejos.

    No tengo miedo a las palabras, que me digan vieja no me suma ni me resta, lo que me molesta es que se entienda la vejez como la no-vida, como una frontera donde no cabe el futuro, como el absurdo de la existencia a lo cual en el fondo se teme y no se quiere ver. Como Borges en su poema Elogio de la sombra, en el que dice La vejez (tal es el nombre que los otros le dan) / puede ser el tiempo de nuestra dicha, tengo una emo-cin desdramatizada de esta etapa de la vida porque, para mirar el futuro, hay que tener la calma de aceptar el pasado, que no se repetir, y el presente, que nos ofrece otras oportunidades.

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    Para algunos haber llegado a la vejez significa que ya es tarde para hacer cosas nuevas, que ya no hay oportunidades para de-sarrollar otras capacidades, que se clausuran los espacios socia-les para actuar en forma creativa, que nos volvemos invisibles a la mirada de la sociedad por no pertenecer al grupo econmi-camente productivo.

    De ninguna manera acept ni aceptar quedar fuera de ca-rrera porque no tenga un trabajo formal y remunerado; estoy viva y puedo hacer muchas cosas. Es posible que no tenga la misma rapidez para reaccionar ante los estmulos pero, como pienso antes de actuar, eso me permite equivocarme menos. Si no escucho muy bien, presto ms atencin a los gestos y al entorno para interpretar la situacin o, sin falsos pudores, pido que me hablen ms fuerte. Si no veo con total claridad los de-talles, me cuido de visitar con mayor frecuencia al oftalmlogo para me recete los lentes adecuados. En este sentido, contradi-go a don Francisco de Quevedo cuando dice que todos desea-mos llegar a viejos y todos negamos que hemos llegado, me hago cargo de mi realidad, reconozco mi pertenencia al grupo etario que supera los 60 y, si bien desde lo fsico aparece algn deterioro, el alma se hace ms libre y, por qu no, ms sabia.

    Percibir que tengo la fuerza necesaria para descubrir nuevos sentidos a mi existencia me conmueve, me empuja a ensayar otros puntos de vista que me completen, que me re-signifi-quen, que me permitan trascender. No est en el centro de mis intereses la tan mentada realizacin personal, el triunfo acad-mico destacado, el cumplimiento de mandatos sociales o los logros econmicos.

    Me interesa ms re-descubrir potencialidades que an no he desarrollado, hacer aquello que me da placer, aprender cosas nuevas sin ms condicionamiento que el inters que me des-piertan, mantener y si es posible ampliar el crculo de mis amistades, tener tiempo para dedicarle a mi familia y compartir

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    con otros expectativas, intereses, pensamientos, sueos y pro-yectos que mantengan vivos los vnculos afectivos que a veces, por la ley de la vida, se van perdiendo.

    Se me ocurre que, as como yo pude re-pensar y re-armar mi vida desde una mirada individual, realista pero positiva, buscando encontrar oportunidades donde otros ven obstcu-los, muchas personas en esta etapa de la vida pueden necesitar alguna forma de apoyo y ayuda.

    Sera una buena idea que las organizaciones del trabajo, los sindicatos, los colegios profesionales, dispusieran de personal entrenado para asistir a quienes estn por jubilarse o ya lo han hecho. Podran organizarse encuentros para pensar con otros o en forma personal, cmo se est viviendo el momento y, si fuera necesario, contar con un profesional especializado para brindar ayuda. Lo que puede ser tan importante como esto es generar espacios para informarse sobre trabajos que puedan encararse como jubilados, para conocer la oferta de voluntariados y analizar sus alcances, para desarrollar talleres que orienten qu actividades pueden afrontarse segn inte-reses, motivaciones, posibilidades. No tengo conocimiento de acciones que se estn realizando en este sentido y, si las hubiera, sera importante que tuvieran mayor difusin en las redes sociales para que los jubilados y sus familias pudieran beneficiarse con ellas.

    Cuando faltaba slo un mes para retirarme de la actividad docente, me di cuenta de que dispondra de tiempo suficiente para hacer lo que siempre haba pospuesto por las obligaciones laborales. Y a qu me iba a dedicar? La respuesta no se hizo esperar: al arte.

    Siempre haba pensado que el da que terminara mi carrera universitaria, me inscribira en Bellas Artes pero ello no fue posible, el trabajo docente requera no slo dar clases desde la

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    maana hasta la noche, sino estudiar permanentemente para estar actualizada y para ascender en el escalafn.

    Fueron casi 40 aos de ininterrumpida labor que me hicie-ron muy feliz porque disfrut con los nios cuando fui maes-tra de grado, sent que mi vocacin se pudo concretar en cada instancia que me puso frente a ellos, tambin frente a los ado-lescentes y jvenes a quienes di clases o ante los adultos que estudiaban para capacitarse en la docencia. El trabajo intelec-tual ocup gran parte de mis preocupaciones pero tambin, los instantes de encuentro con los otros, me enriquecieron pues de ellos aprend mltiples saberes que slo son posibles si se dan en forma interpersonal.

    Con la seguridad de haber realizado correctamente los pasos necesarios para comenzar a percibir la jubilacin (a uno siem-pre le queda la duda de que pueda faltar un trmite), esper ansiosamente la fecha del primer pago; todo se dio tal como era de esperar. Ese da, cuando sal del banco pas por una librera y, con ese primer sueldo, decid comprar un libro de Van Gogh que haba visto en la vidriera.

    Mientras disfrutaba de su pintura y me emocionaba una vez ms con el relato de su vida, volvi a m la antigua idea de in-cursionar en alguna disciplina del arte. No podra ser la msica pues nunca tuve condiciones para ella, tampoco la escritura, pero, qu tal la pintura? Haber reconocido que esa podra ser una buena opcin, fue el primer paso para buscar un taller para hacer el intento. Recorriendo el barrio encontr la oportuni-dad, una profesora daba clases dos veces por semana en una pinturera artstica. All fui y me anot.

    Mucho ms entusiasmada de lo que yo misma esperaba, compr los materiales y comenc a trabajar con leo. Grande fue mi sorpresa al ver que poda hacer algo que, no slo me gustaba a m, sino tambin a mi entorno que me devolva co-

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    mentarios elogiosos, quiz movidos ms por el afecto que por la calidad de los trabajos.

    El contacto con los bastidores, los pinceles y la pintura se transform en una experiencia tan grata, que le dediqu mu-chas horas y produje varias telas, algunas quedaron conmigo y muchas estn colgadas en las paredes de las casas de la familia y las amigas.

    Despus de un ao de trabajar en el taller pintando con leo y acrlicos, sent la necesidad de hacer algo para desarrollar algu-na habilidad en el dibujo. Por el comentario de una amiga me acerqu al Centro Cultural Ricardo Rojas de la UBA y comenc las clases dirigidas a adultos mayores. Ese fue el primer reconoci-miento de haber llegado a una edad que permite obtener ciertos beneficios: el valor del curso era menor del que deban pagar los menores de 60 aos, sin dudas, una buena noticia!

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    Un joven y talentoso profesor, que no slo nos enseaba a dibujar con infinita paciencia, sino que nos estimulaba a pro-ducir permanentemente, fue el responsable de que participara, con otros compaeros, en una muestra colectiva organizada por el Rojas en homenaje a Sarmiento. La consigna fue pre-cisa: en un bastidor de 20 x 20 y con un banco escolar como elemento principal, crear una obra relacionada con el tema de la educacin.

    No pude resistirme, seguramente la vocacin docente me inspir: pint un acrlico que pas a formar parte de la exposi-cin que se present en el Centro Cultural Borges. Qu habra pensado Sarmiento al ver en la tela que desde el corazn de un rbol de gruesas y coloridas races florecan bancos para sus soadas escuelas? Yo s que Sarmiento no manejaba los cri-terios actuales con respecto a qu se considera arte, pero confo en que una mente abierta como la de l, podra permitirme la licencia de apelar a la sensibilidad antes que a la lgica. Tam-poco para m fue fcil romper esquemas ms anclados en el realismo que en el surrealismo, pero me anim y me sent muy bien por haberlo intentado.

    Un ao ms incursion en el dibujo cuando el deslumbra-miento por la sutileza de la aguada japonesa, me puso ante la disyuntiva de iniciar una nueva experiencia o continuar para perfeccionar los logros obtenidos. El espritu inquieto me im-puls a indagar por otros caminos, comenc a asistir a las clases de una profesora (entraablemente querida) que me abri las puertas al sumi-e y a la acuarela. Stella Escalante me acompaa con su saber, sus enseanzas. Con paciencia oriental, aunque no haya nacido por esas latitudes, me transmita la tcnica de dibujo monocromtico en tinta de la escuela de pintura japo-nesa; seguramente la disciplina artstica le permiti cultivar la paciencia como para no alterarse a pesar de mis torpezas. Des-cubro cada da nuevos secretos de la acuarela y trato de avanzar

  • en ese difcil camino que tanto me atrae aunque an no logre dominarla del todo, s que se requiere de paciencia y trabajo y disfruto al descubrir los caminos insospechados que el agua produce en los pigmentos, como si ella se independizara de mi voluntad pero tuviera la generosidad de mostrarme otras posi-bilidades expresivas de infinita riqueza.

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    AS SE INICI TODO

    Slo triunfa en el mundo quien se levanta y busca las circunstancias,

    crendolas si no las encuentra.George Bernard Shaw

    Cuando recib el mail de una compaera contndome que el Museo MALBA convocaba a personas mayores de 60 aos para integrarse a un proyecto cultural, no entend muy bien cul era la propuesta. Entr en Internet y le que se trataba del Proyecto Palabras compartidas, una iniciativa apoyada por la Fundacin Navarro Viola. Se ofreca una capacitacin a cargo del equipo educativo del museo a partir del patrimonio de la institucin. Se esperaba que los adultos seleccionados pudieran interactuar en forma creativa, fueran capaces de socializar sus

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    saberes, participaran en experiencias de aprendizaje y se com-prometieran a desarrollar, junto a los educadores, actividades dirigidas a visitantes al museo.

    Me pareci una oportunidad interesante, me inscrib y a los pocos das recib la respuesta: deba presentarme a una entre-vista grupal. Llegu al museo con mucha curiosidad y, cuando traspuse la puerta, sent que algo importante me iba a pasar all. Junto con otros adultos mayores, fui recibida por un grupo de jvenes educadores que nos pidieron responder preguntas referidas a nuestros gustos, intereses, actividades que desarroll-bamos y cmo creamos poder hacer algn aporte al proyecto. Estbamos expectantes.

    Nos explicaron que no se requeran conocimientos acad-micos sobre arte, pero se esperaba que tuviramos disposicin para trabajar en grupos, interactuar con otros y que estuvi-ramos dispuestos a comprometernos con la actividad que se desarrollara hasta fin de ao.

    Me sorprend cuando me comunicaron que estaba seleccio-nada. La institucin analiz los perfiles de los postulantes (se calcula que fueron unas 200 personas), y convoc a veinticinco de ellas. Conformamos un grupo verdaderamente heterogneo, las trayectorias y experiencias personales y profesionales diver-sas nos dieron una caracterstica particular. Si bien ninguno de nosotros tena una preparacin especial en el mbito del arte, todos sentamos inters por sus manifestaciones y disfrutba-mos al estar en contacto con ellas.

    El grupo qued integrado por: Hilda Amer, Mara Rita Campillo, Emilce Cassinelli, Carlos Chavarra, Norberto Di Giorno, Vicente Gana, Ana Giambelluca, Ricardo Glancszpi-gel, Ricardo Alejo Gracia, Alcira Jesiot, Beatriz Krasnob, Mara Ins Lerga, Sara Melul, Celia Mindel, Carlos Musicante, Gra-ciela Naccarato, Marily Saguier, Elida Salerno, Marta Snchez,

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    Hugo Schamber, Martha Servat, Ana Ugarte, Mara Elisa Vi-dal, Viviana Vijnovsky y yo, Patricia Mazzoleni.

    Los dos primeros meses nos reunamos con los educadores Florencia Gonzlez de Langarica, Mara Jos Khan, Fiorella Talamo, Laura Scotti y Diego Murphy, una vez por semana, para conocer la trastienda del museo, las personas que all trabajan y la tarea que desarrollan. Recorrimos el edificio y las salas, nos interiorizamos acerca de la coleccin permanente y compartimos actividades y reflexiones que nos acercaron al arte de manera vivencial, valorando lo que sabamos y alentndonos a seguir aprendiendo algo nuevo cada da.

    Integrantes del Proyecto Palabras compartidas. MALBA.

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    Con acertado criterio el proyecto incluy una especialista en psicogerontologa, Carmen de Grado, para orientar al equipo educativo y participar en algunas oportunidades como obser-vadora de la dinmica grupal. Trabajar con adultos mayores requiere tener conocimientos de esa etapa de la vida para gene-rar interacciones positivas, potenciar la autoestima y dar lugar a expresiones creativas. Los educadores y la especialista fueron construyendo una trama de contencin que habilit las voces de todos los integrantes del grupo, ayud a instalar un clima de trabajo productivo y logr que la asistencia a las reuniones fuera perfecta. Para cada uno de nosotros asistir los martes al museo se convirti en una cita de honor.

    Los estudios estadsticos muestran que los adultos mayores muestran cierta incapacidad para sostener proyectos personales o sentir que pueden modificar positivamente su entorno1. En nuestro caso el esfuerzo para alcanzar las metas pareciera con-tradecir las estadsticas, pusimos toda la energa en el da a da, avanzamos sin prisa pero sin pausa y poco a poco nos fuimos apropiando del museo, nos sentimos parte de l. ramos vein-ticinco individualidades con un propsito comn: disfrutar, aprender y servir de puente entre el museo y su pblico.

    Se requera estar atentos a todo cuanto suceda a nuestro alrededor, observamos cmo se realizaban las visitas guiadas para distintos pblicos: personas no videntes, grupos de nios con sus abuelos, adolescentes de sectores desfavorecidos. Ello nos permiti reconocer la importancia de habilitar un espacio inclusivo, participativo y ldico que permitiera vivir una expe-riencia de acercamiento al arte desde un lugar diferente.

    Aunque no lo dijramos abiertamente, la posibilidad de in-teractuar con personas que tenan ms o menos nuestra misma

    1. Informe Barmetro de la Deuda Social con las personas mayores. Cap. 4. Dispo-nible en www.fnv.org.ar/centro-de-recursos

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    edad y compartan el gusto por el arte, fue la amalgama que nos permiti conformar equipos de trabajo. De la mano de los educadores comenzamos a disear actividades para organizar visitas guiadas.

    La tarea fue movilizadora pues nos encontrbamos ms all de las reuniones pautadas para acordar, discutir, estudiar, ana-lizar las propuestas y elaborar lo que dimos en llamar guin de visita. Como era de esperar, la actividad grupal fue un de-safo, hubo acuerdos y desacuerdos, consensos y discusiones, pero prim el compromiso con la tarea, y de julio a septiembre diseamos visitas y las realizamos en 25 oportunidades.

    Ms de 600 visitantes de diferentes edades y origen, parti-ciparon de esas experiencias en las salas de la coleccin perma-nente y las exposiciones temporarias del museo.

    Cada presentacin tuvo su denominacin: Darse con arte, Figuraciones, La bsqueda del tesoro, A la mesa con Grippo, Los sueos, pticos y cinticos. Abordamos la obra de distin-tos artistas: Berni, Grippo, Le Parc, Polesello, Crespn, San-tantonn, No, Greco, Pimentel, de la Vega, Deira, Surez, Grupo Mad.

    Implementamos distintas estrategias: observacin, pregun-tas, dilogos, narraciones, discusiones, teatralizaciones, inter-venciones performticas, exploraciones tctiles, reflexiones y comparaciones, que permitieron una participacin activa del pblico. Tambin producciones como dibujos a partir de la ex-periencia vivida, registro escrito de recuerdos cotidianos evoca-dos por las obras de arte, relatos fantsticos a partir de dispara-dores orales, composicin espontnea de poesas breves, juegos poticos a travs de dilogos, realizacin de autorretratos para incluir en un mural colectivo.

    La evaluacin fue una nueva oportunidad de aprendizaje, en los encuentros se analizaron los logros alcanzados y las di-

  • ficultades encontradas, y se pensaron ajustes para mejorar las actividades. Tambin se dispuso de tiempo para proponer su-gerencias, expresar vivencias y comentarios.

    En todos los participantes del proyecto qued la sensacin de haber sido parte de una experiencia nica y absolutamente valiosa que nos enriqueci, nos hizo personas ms sensibles y comprometidas con el contexto, nos dej el gusto dulce de lo que se disfruta intensamente y nos dio el empuje necesario para continuar trabajando en este mbito que nos dio tantas satisfacciones.

    Nos despedimos con las ganas de continuar haciendo algo juntos, pero sin saber todava cul sera el camino para canali-zar la energa del grupo.

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    UN AO BUSCANDO EL RUMBO

    La sabidura suprema es tener sueos bastante grandes para no perderlos

    de vista mientras se persiguen.

    WilliamFaulkner

    Al ao siguiente, Carmen de Grado, la especialista en ge-rontologa que haba colaborado con los educadores del Malba, nos convoc a la Universidad Maimnides con el propsito de reflexionar acerca de la relacin del arte con los adultos mayo-res, del potencial del arte para generar espacios de aprendizaje y pertenencia, del proceso de envejecimiento saludable, y de la importancia de la comunicacin para resignificar la experiencia personal y grupal.

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    Algunos de los miembros del grupo que trabajamos en el MALBA, nos organizamos para participar en el Programa Adultos mayores, protagonistas en museos enmarcado en las acciones de la Escuela de Ciencias del Envejecimiento de la Universidad Maimnides. Entre ellos, figurbamos: Mara Rita Campillo, Emilce Marina Cassinelli, Ricardo Alejo Gracia, Alcira Jesiotr, Beatriz Krasnob, Mara Ins Lerga, Sara Melul, Graciela Matilde Naccarato, Marily Saguier, Marta Alicia San-chez, Hugo Schamber, Martha Servat de Rodrguez Araya, Ma-ra Elisa Vidal y Viviana Vijnovsky, Ana Aurelia Giambelluca, Elida Salerno y yo, Patricia Mazzoleni.

    La asistencia a organizaciones sociales como ICAS (Instituto de Ciencias Ambientales y Salud), Proyecto SUMA, Fundacin Travesa y CONICET, posibilit la divulgacin de nuestra ex-periencia y consolid los vnculos interpersonales.

    Sentimos la necesidad de organizarnos como grupo y de dar-nos un nombre que nos permitiera reconocernos como parte de l. Barajamos distintas ideas y al fin elegimos llamarnos La otra mirada aludiendo a nuestro inters por el acercamiento al arte con una propuesta diferente, participativa y ldica que nos permitiera ensear y seguir aprendiendo. Una de nuestras compaeras dise el logo del grupo.

    A travs de la Universidad Maimnides, se estableci el con-tacto necesario para organizar visitas guiadas en el Museo Na-cional de Bellas Artes, que nos abri sus puertas y nos ofreci tomar contacto con su acervo cultural. Junto al personal del rea educativa, Mabel Mayol, Silvana Varela y Marcela Reich, recorrimos las salas, conocimos las obras exhibidas en ese mo-mento y recibimos orientaciones que nos permitieron organi-zarnos en subgrupos para preparar las visitas.

    Nos reunimos de manera autogestionaria contando con el apoyo de la coordinadora Carmen de Grado, y con Cecilia

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    Schieppati quien, desde el rol de observadora, registr los en-cuentros. Elaboramos propuestas que comunicamos a las guas profesionales del Museo Nacional de Bellas Artes para su apro-bacin. La presencia de ms de cien participantes en las visitas desarrolladas en el MNBA y sus elogiosos comentarios, nos dieron la seguridad de estar transitando el camino con acierto.

    En forma paralela, nos contactamos con el Espacio de Arte de la Fundacin OSDE y le ofrecimos a Gabriela Vicente Irra-zbal, miembro del equipo educativo, replicar la experiencia de organizar visitas en ese mbito.

    Cuando nos invit a trabajar en una exposicin de Instala-ciones flmicas de Andrs Denegri, nos dimos cuenta de que

    Acuerdos con el Espacio de Arte de la Fundacin OSDE.

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    requera conocimientos que no poseamos pero eso, lejos de ser un obstculo, se convirti en un nuevo reto por lo que pusimos manos a la obra. Recibimos orientacin de la educadora, del ar-tista, asistimos a charlas con el curador, consultamos bibliogra-fa, estudiamos y discutimos propuestas que nos permitieron adentrarnos en un terreno hasta ese momento desconocido.

    Poco a poco nos sentimos ms seguros y preparamos distin-tas visitas que concretamos con los adultos mayores de los Pro-gramas de la Escuela de Ciencias del Envejecimiento de la Uni-versidad Maimnides y de la Asociacin Argentina de Afsicos. Una vez ms, la animada participacin de los visitantes y sus devoluciones nos alentaban a seguir adelante; ellos sentan que partir de sus conocimientos y vivencias les permita expresarse con libertad, disfrutar del momento, aprender cosas nuevas y reflexionar acerca del arte, algo que no hacan habitualmente.

    Con la esperanza de darle continuidad al trabajo de La otra mirada, seguimos pensando en organizaciones, funda-

    Muestra Instalaciones flmicas de Andrs Denegri.

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    ciones, espacios que pudieran estar interesados en nuestra propuesta. Buscbamos contactos para concretar los sueos, tenamos los ojos abiertos para atender cualquier novedad que pudiera presentarse porque no queramos perder la expe-riencia aquilatada.

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    LA OPORTUNIDAD ESPERADA

    De nada sirve al hombre lamen-tarse de los tiempos en que vive.

    Lo nico bueno que puede hacer es intentar mejorarlos.

    Thomas Carlyle

    Terminamos el ao con una invitacin que nos tom por sorpresa. La Fundacin Navarro Viola, entidad que apoy el Proyecto Palabras compartidas en el MALBA, nos reuni para que les contramos qu estbamos haciendo. Les llama-ba la atencin que siguiramos trabajando en aquello que ha-bamos aprendido, pero en forma autogestionaria, sin ningn respaldo institucional. Explicamos lo que habamos hecho, los logros, las dificultades que encontrbamos y nos hicieron un ofrecimiento muy interesante: disponer de sus instalaciones

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    para reunirnos, contar con sus contactos para vincularnos con museos y organizaciones vinculadas al arte y recibir capacita-cin en temas que fueran de nuestro inters.

    Vivimos el momento con mucha expectativa pues se pre-sentaba la oportunidad de consolidar nuestro trabajo y hacerlo ms visible. La propuesta era clara, integrar el Voluntariado de la FNV y participar del Proyecto Arte en Accin.

    Esa tarde me pregunt: cuntas veces haba odo hablar de voluntariado?, qu tipos de voluntariado conoca? Muy poca era mi informacin considerando que, actualmente, es una de las formas ms importantes para lograr un envejecimiento salu-dable y participativo. Recurr a Internet para ilustrarme sobre el tema y no dud en aceptar la propuesta de incorporarme como voluntaria a la FNV.

    Hoy, despus de tres aos de trabajo, puedo decir que fue una decisin acertada. Siempre sent que la propuesta que nos hacan buscaba promocionarnos como individuos y como gru-po, potenciando las capacidades personales y respetando los intereses individuales. Espacios como el Voluntariado de la FNV, donde se considera a los adultos mayores como sujetos activos, que pueden tomar decisiones y hacer propuestas que den respuestas a sus problemticas, es de un inters comunita-rio muy importante.

    Hay pginas de Internet que brindan informacin y dan la ubicacin exacta del lugar donde uno puede inscribirse para ayudar en aquello que ms le guste: nios, adolescentes, adul-tos mayores, familia, comedores, educacin, salud, indigencia, medio ambiente, reinsercin social, etc. De todas formas, creo que habra que dar ms difusin, en las redes y medios de co-municacin, a la gran variedad de ofertas que existen.

    Hay que destacar que un proyecto liderado por mayores no es una experiencia habitual, por lo general los programas de

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    voluntariado no los incluyen activamente en la planificacin de las tareas. En este caso la idea rectora de la Fundacin Navarro Viola fue resignificar el lugar de los mayores alentndonos a generar propuestas, facilitando la operatoria para llevar a cabo las actividades, colaborando en todos los aspectos inherentes a la comunicacin con otras organizaciones, brindando orienta-cin a travs de especialistas. Si tal como se plante, el proyecto deba ser una usina de actividades culturales, asumimos nues-tro rol de protagonistas y cada uno, segn sus intereses, saberes y recursos, hizo sus aportes.

    Voluntarios 2014 del Programa Personas Mayores-Fundacin Navarro Viola

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    Con el entusiasmo que caracteriza el inicio de una nueva etapa, nos dispusimos a participar conservando la identidad del grupo La otra mirada para llevar a cabo acciones fuera de la entidad, cuando as lo resolviramos.

    Del grupo original quedamos: Rita Campillo, Emilce Cassi-nelli, Carlos Chavarra, Ana Giambelluca, Ricardo Glancszpi-gel, Ricardo Alejo Gracia, Alcira Jesiot, Beatriz Krasnob, Mara Ins Lerga, Sara Melul, Celia Mindel, Graciela Naccarato, Ma-rily Saguier, Hugo Ramn Schamber, Martha Servat, Mara Elisa Vidal y yo, Patricia Mazzoleni, ms una nueva compae-ra, Amelia Rosilo, que nos acompaaba desde la muestra en la Fundacin OSDE.

    Pusimos manos a la obra y acordamos un cronograma de actividades gratuitas y abiertas que incluan visitas a espacios de arte y a museos, charlas y talleres que posibilitaran la partici-pacin activa de otras personas para disfrutar de la experiencia y, que a su vez, nos permitieran seguir aprendiendo en forma permanente.

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    GUAS DE MUSEO O MEDIADORES CULTURALES?

    Busco esa lnea que hace temblar a un hombre en una galera de museo.

    Julio Cortzar

    Hagamos el ejercicio de recordar la primera vez que fuimos a un museo, tal vez fue una salida escolar con compaeros y docentes, quizs se trat de una visita con la familia, tambin podra haber sido una experiencia ocasional. Cualquiera haya sido la situacin, es casi seguro que la recordamos muy bien y, si nunca volvimos a acercarnos a un museo, sta sera una bue-na oportunidad para pensar en volver a hacerlo.

    Dems est decir que las sensaciones pueden haber sido muy diferentes, unos pueden haberse sorprendido, emociona-do, disfrutado, mientras otros no sintieron nada especial. Si ahondamos en las caractersticas de cada situacin tal vez en-contremos la clave de las diferencias. Si bien toda obra de arte produce algn impacto sensorial y emotivo, no siempre las per-sonas parecen darse cuenta de ello, a veces se necesita verbalizar lo que a uno le ocurre para reconocer lo que se siente ante la contemplacin de las manifestaciones del arte.

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    Es aqu donde adquiere relevancia la presencia de personas que nos acerquen al arte desde el conocimiento que poseen, por-que esto nos puede ayudar a descubrir nuevos sentidos, a ani-marnos a participar y compartir interpretaciones, a ampliar los lmites de nuestro mundo cultural. Quines son esas personas?

    Normalmente las conocemos como gua del museo y se-gn el Diccionario Manual de la Lengua Espaola2 sera la: persona que se dedica a informar a los visitantes de un lugar, un museo o una exposicin, sobre las cosas que van viendo.

    Si profundizamos para saber a quines se considera guas de museo encontramos que El perfil del buen gua de museo se debe caracterizar por la buena disposicin hacia el pblico al que presta el servicio, sabiendo amoldarse a los distintos perfi-les que se le pueden presentar. Ante todo debe ser un buen co-municador, generando empata pero sabiendo llevar las riendas del grupo. Su premisa debe ser la amabilidad, la simpata y la adaptacin a las distintas necesidades del grupo. 3

    Los guas del museo seran entonces las personas encarga-das de acompaar a los visitantes a las salas de exposicin para ofrecerles la informacin relacionada con el dispositivo de la muestra y con los objetos presentados. Asimismo, si su fun-cin incluye la comunicacin, aparece un giro interesante en el anlisis. La comunicacin que, junto con la preservacin y la investigacin, es una de las funciones que histricamente se atribuye a los museos, nos lleva a un nuevo concepto: el de mediacin cultural.

    Profundicemos la cuestin: el mediador sera el interlocu-tor que sirve de intermediario, de puente, entre las colecciones

    2. Vox. 2007 Larousse Editorial, S. L.

    3. Espacio Visual Europa (EVE). (8 de abril de 2015). Museos y sus profesiona-les. Instituciones, museo, museografa, opinin. Recuperado de: ttps://evemuseografia.com

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    y el pblico siendo su propsito deconstruir y dar sentido a los contenidos expositivos, [] abrir paso a posibles conexio-nes y significados desde la indagacin, la reflexin, el descu-brimiento personal y social y, consecuentemente, modificar pensamientos, actitudes y experiencias. 4

    Desde este punto de vista podemos decir que los guas de museo son mediadores culturales pues las organizaciones musesticas actuales as los definen.

    Pero, qu ocurre con las otras personas que, como noso-tros, tambin desarrollan actividades semejantes en ese mismo espacio? Pues bien, sabemos que tenemos diferencias pues los guas de museo son profesionales en esta rea, han adquirido a travs de la educacin formal los conocimientos especficos so-bre artes visuales (la gran mayora son egresados de carreras de Bellas Artes o de Historia del Arte), se les requiere capacitacin pedaggica, perciben un salario, tienen deberes y derechos re-glamentados por leyes de trabajo, cumplen horarios prefijados, son parte del personal del museo.

    Nosotros, los integrantes del grupo La otra mirada, so-mos profesionales pero de otros campos del saber, hemos es-tudiado e investigado sobre arte pero ha sido casi siempre de manera no formal, y, por ser voluntarios de una institucin, tenemos una categora jurdica diferente por la cual no reci-bimos ningn salario, no estamos obligados al cumplimiento de horarios ni a asistir los museos ms all de nuestra propia decisin.

    Sin embargo, a pesar de los aspectos que nos ponen en lu-gares distintos, tenemos ciertas semejanzas que nos permiten considerarnos, tambin, mediadores culturales:

    4. Red NodoCultura: http://nodocultura.com/2014/02/mediacion-en-el-museo-parte-3/

    http://nodocultura.com/2014/02/mediacion-en-el-museo-parte-3/

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    l Trabajamos en equipo, con otros compaeros de grupo y los educadores, para generar valiosas experiencias compartidas.

    l Nos valemos de la palabra, como una herramienta comunica-tiva ms, para transmitir el mensaje a los visitantes adaptn-donos a sus necesidades, caractersticas, edades y contexto.

    l Utilizamos estrategias y recursos diversos para que las pro-puestas sean atractivas y propicien el conocimiento y com-prensin del hecho artstico.

    l Mantenemos una actitud de apertura y disposicin para aprender en forma permanente y para construir nuevos signi-ficados entre todos.

    l Buscamos generar un ambiente de participacin activo que facilite las conexiones intelectuales y emocionales.

    l Fomentamos la curiosidad, el pensamiento divergente, la crtica y la opinin personal, no nos interesa imponer el conocimien-to sino guiar y acompaar el proceso de apropiacin del saber.

    l Disfrutamos de los momentos que permiten compartir ex-periencias, escuchar voces distintas, conocer vivencias perso-nales, descubrir otras formas de ver las cosas en un clima de respeto por la diversidad.

    Profundizar el tema debera ser una de las metas a futuro para comprender mejor el alcance del rol del mediador cultu-ral; por ahora, me quedo con este pensamiento del psiclogo ruso Lev Vygotsky para cerrar el tema: El mediador es quien ayuda a lograr un sentido del universo.

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    5.1

    MUSEOS Y ESPACIOS DE ARTE

    Somos nuestra memoria, somos ese quimrico museo de formas incons-tantes, ese montn de espejos rotos.

    Jorge Luis Borges

    Si bien los museos son las instituciones pensadas para proce-der a la seleccin, el estudio y la presentacin de testimonios materiales e inmateriales del individuo y su medio ambiente5, no se trata slo de espacios de exposicin, son mucho ms que eso, hay que pensarlos como un entorno en el que se dan proce-sos de comunicacin, aprendizaje y dilogo que permiten esta-blecer vnculos significativos entre los distintos interlocutores: curadores, educadores, artistas, visitantes.

    Muchas cosas se han dicho del museo: Que es aburrido, que no dice nada, que se caen de viejos. O por el contrario que es atractivo. Que ensea muchas cosas. Que sirve de descanso. Todo tipo de expresiones que, peyorativas, esteticistas, conser-

    5. Recuperado de Museum: http://icom.museum/fileadmin/user_upload/pdf/Key_Concepts_of_Museology/Museologie_Espagnol_BD.pdf

    http://icom.museum/fileadmin/user_upload/pdf/Key_Concepts_of_Museology/Museologie_Espagnol_BD.pdfhttp://icom.museum/fileadmin/user_upload/pdf/Key_Concepts_of_Museology/Museologie_Espagnol_BD.pdf

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    vadoras, inteligentes, renovadoras, superficiales o sugestivas tie-nen su parte de razn porque todas explican el museo. 6

    A nadie le es ajeno que con frecuencia [] alojan expo-siciones por motivos econmicos, por ambiciones personales, por prestigio poltico, 7 y quizs por otras cuestiones asociadas a la burocracia, la inercia, la seguridad de lo conocido, la falta de presupuesto y de personal, no se den pasos importantes ha-cia la renovacin.

    Es aqu, en los museos y en los espacios de arte, donde lle-vamos adelante nuestro proyecto con la pretensin de desal-midonarlos para que alberguen a ese otro pblico, el de los adultos mayores, que no accede a esos mbitos por considerar-los algo ajeno a s mismos, por sentirlos inaccesibles, porque no los piensan como una opcin en sus salidas.

    Por suerte, hoy son muchas las instituciones que buscan un cambio para que el museo pueda ser contemplado, vivi-do y comprendido por todos8. Quienes tienen en sus manos la responsabilidad de la conduccin, y los equipos docentes, se muestran muy atentos a las iniciativas que aparecen en las redes sociales. Es comn que generen proyectos alternativos, aprovechen los espacios para proponer actividades dirigidas a la comunidad, integren redes colaborativas para intercambiar sus prcticas (por ejemplo, CreandoRED), e incentiven el acceso de nuevos pblicos. Estudian e investigan permanentemente, se destacan por su excelencia, profesionalismo y la pasin con que encaran su labor diaria.

    6. Len, Aurora. (1986). El museo: teora, praxis y utopa (pp.63-64). Madrid, Espaa, Cuadernos Arte Ctedra.

    7. Amado, Pietro (2004). Proyectar un museo. Nociones fundamentales (p.29). Roma, Italia: Instituto talo-Latino Americano.

    8. Len, Aurora. (1986). El museo: teora, praxis y utopa (p.65). Madrid, Espa-a, Cuadernos Arte Ctedra.

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    Para nosotros, pensar en museos y espacios de arte donde rea-lizar las visitas, nos llev a hacer un relevamiento de las institu-ciones existentes en la ciudad de Buenos Aires. Nos sorprendi la cantidad y variedad de temas que se ofrecen, encontramos desde los museos tradicionales de arte, historia y ciencias hasta los me-nos conocidos, como por ejemplo el Museo Forense de la Mor-gue Judicial o el Museo del Colectivo, el mnibus y el trolebs. Para dar idea de la rica oferta musestica que existe en la Ciudad Autnoma de Buenos Aires, se puede consultar: http://www.cheargentina.com/tag/lista-de-museos-de-buenos-aires/

    Participar en la eleccin de los museos, en la confeccin de los cronogramas, en la elaboracin de los presupuestos y en la propuesta, fue una tarea ardua que nos hizo crecer como grupo. La ayuda y el acompaamiento permanente de Laura Donatti, persona destacada por la Fundacin Navarro Viola en el rea de Personas Mayores para coordinar el Proyecto de Arte en Accin, fue decisivo para sentirnos contenidos y animarnos a nuevos desafos. Ella se ocup de la logstica de la programa-cin, de la articulacin para asegurar la presencia de pblico, de la atencin a nuestras necesidades de capacitacin, de acompa-ar nuestros desencuentros y dificultades como grupo.

    De este modo pudimos llegar a lugares y a personas que nun-ca habramos imaginado. Aplicamos estrategias aprendidas en el MALBA, otras que fuimos experimentando y las que pudimos adaptar de cursos, actividades y visitas que habamos realizado9.

    En 2014, volvimos a nuestro primer amor: el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, MALBA. El reen-cuentro estuvo teido de afecto y nos permiti mostrar y mos-trar-nos cunto habamos avanzado. El acompaamiento de los educadores y la evaluacin constante, enriquecieron aspectos de nuestro desempeo en las visitas que preparamos para reco-

    9. En el captulo de Metodologa se explican con mayor detalle.

    http://www.cheargentina.com/tag/lista-de-museos-de-buenos-aires/http://www.cheargentina.com/tag/lista-de-museos-de-buenos-aires/

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    rrer las exposiciones temporarias Le Parc Lumire con obras de Julio Le Parc y Ramona y Juanito de Antonio Berni.

    En Le Parc Lumire se trabaj con instalaciones lumnicas del artista argentino. Fue mucho lo que se tuvo que investigar y estudiar para lograr adentrarse en ese universo mgico de las diecisiete obras emblemticas de gran escala que se exhiban y elegir una de ellas para disear la propuesta. El grupo que trabaj en esa oportunidad opt por una obra llamada Mo-vimiento vertical y prepar la visita a la que se dio en llamar Palabras en la oscuridad. Los procesos participativos que se generaron con los visitantes estimularon el cuestionamiento, la bsqueda de relaciones y la apreciacin esttica. Fue el an-lisis de las opiniones de los asistentes y del equipo educativo lo que permiti valorar positivamente la actividad, animar al grupo para profundizar la temtica e impulsar la construccin de nuevos significados.

    Luego, surgi una nueva propuesta. A quin se le podra ocurrir hacer una exposicin de arte, en un espacio tan poco convencional como el Puente Transbordador Nicols Avella-neda de La Boca? Aunque cueste creerlo hay personas con los conocimientos, la imaginacin, la creatividad y la audacia su-ficientes como para embarcarse en empresas semejantes, una de ellas es Ana Luz Chieffo. Licenciada en Artes, coordina el Proyecto Pequeas Colecciones, propuesta artstico-educativa itinerante que se desarrolla en el mbito de la Direccin Ge-neral de Promocin Cultural del GCBA y cuyo propsito es difundir el arte contemporneo. Para ello trabajan asociados con el Programa Inclusin Cultural y el de Centros de Da del gobierno porteo.

    El proyecto contempla la preparacin de colecciones artsticas alrededor de un tema que vara cada ao y que se exhiben en espacios poco tradicionales. El por qu del nombre Pequeas Colecciones est claramente explicado por Ana Luz Chieffo en

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    http://relatosycolecciones.blogspot.com.ar/, por lo que no me detendr en esto sino que voy a referirme al trabajo que em-prendimos con ella. Su entusiasmo se encontr con el nuestro y nos orient con expertise para descubrir significados culturales y sociales que posibilitaran un acercamiento vivencial y crtico a la muestra. La exhibicin de la coleccin Buen viaje en el Puente Transbordador de La Boca reuni las obras de ms de cien artis-tas que dialogaron con las imgenes de las antiguas vistas del Puente. Los distrados transentes se vieron sorprendidos por las obras distribuidas en ese espacio y, sin buscarlo, experimentaron una forma nueva de acercarse al arte. Para nosotros fue una ver-dadera provocacin a la creatividad poder adaptarse a un pblico y a un entorno tan distinto a los habituales, por lo que nos enor-gulleci que la actividad resultara un xito.

    La labor de articulacin realizada por la Fundacin Navarro Viola permiti que en 2015 se sumaran nuevos espacios y nue-

    Muestra Buen viaje de Pequeas colecciones en Facultar.

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    vos pblicos. Nos abrieron sus puertas el Museo de Arte Espa-ol Enrique Larreta, el Museo de Calcos y Escultura Compa-rada Ernesto de la Crcova, el Museo de Arte Contemporneo (MACBA), el Palais de Glace, Centros de Da del GCBA, el Espacio FacultArte, la Casona de los Olivera, la Casa Thays del Jardn Botnico, MAR (Museo de Arte Contemporneo de Mar del Plata), y el Museo Ciudad de Berazategui. Cuantitati-vamente realizamos 22 visitas en 11 museos y espacios de arte.

    Las experiencias fueron variadas, al llegar al Museo de Arte Espaol Enrique Larreta nos encontramos con una casa-mu-seo, algo diferente a lo que venamos frecuentando. Nos adap-tamos a la situacin pensando en un enfoque ms pertinente y el resultado super las expectativas. Como se trataba de la casa del escritor Enrique Larreta pudimos relacionar los espacios con la obra que lo hizo famoso, la novela histrica La gloria

    Visita en el Museo de Arte Hispnico Enrique Larreta.

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    de Don Ramiro. Seleccionamos fragmentos del libro y los pu-simos en abanicos, ellos guiaron el recorrido por las estancias de la casa mientras se escuchaba msica de la poca. Una de las compaeras, con formacin en biologa, condujo el paseo por el jardn andaluz que result un motivo ms de disfrute. Haba-mos dado un giro interesante, y hasta el momento indito, en las visitas realizadas en el museo: relacionar historia y literatura.

    Con motivo de la exposicin Nuevos soportes e instalacio-nes de la 103 Edicin del Saln Nacional de Artes Visuales, un grupo de compaeros se dedic a la preparacin de las vi-sitas guiadas en el Palais de Glace. Al tratarse de una muestra colectiva de arte contemporneo, pudieron tomar contacto con artistas de vanguardia lo cual implic una intensa prepara-cin con el acompaamiento del rea de Educacin del Palais de Glace. Surgieron muchas preguntas, se necesitaron nuevos aprendizajes, aparecieron lecturas diversas y todo se amalgam para movilizar al grupo y darle la seguridad necesaria para hacer una propuesta innovadora. La diversidad de las obras requi-ri que cada uno se especializara en alguna de ellas; haba que brindar una informacin clara sobre la temtica, el artista y las tcnicas para que los visitantes pudieran acercarse a las obras desde algn lugar, tal vez el sentimiento, quizs la intuicin, por qu no la razn.

    En las cuatro visitas que se realizaron asistieron casi cien per-sonas mayores de diversas organizaciones, la Obra del Padre Mario Pantaleo, los Abuelos del Francs, el Club de Plata de AMIA, entre otras.

    Cuando le preguntaron a Mariana Luterstein, responsable del rea de Educacin del Palacio Nacional de las Artes, qu le haba dejado la experiencia, respondi: Ganas de seguir abriendo otras posibilidades de trabajar en colaboracin con otras instituciones. De generar nuevos intercambios que del mismo modo nos enriquezcan como personas y educadoras.

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    Fue un muy buen ejercicio poder observar una visita desde otro lugar; tomar distancia para proyectar nuevas iniciativas10.

    Los visitantes comentaron su agrado por una visita tan inte-resante, dinmica y distinta que invita a dejarse llevar e inte-grarse a la muestra.

    Expresiones como sta dan cuenta del enriquecimiento mu-tuo de las acciones que llevamos a cabo desde La otra mirada y nos alientan a profundizar los logros alcanzados.

    En 2016, el abanico de posibilidades se fue abriendo cada vez ms; el conocimiento que sobre nuestra tarea circula en las redes facilita los contactos. La Agenda Cultural x Mayores, que noso-tros mismos redactamos, nos ha dado visibilidad al difundir los eventos. Los medios de comunicacin social, como Facebook, tambin han colaborado al comentar y publicar las visitas. Los comentarios y los like en las pginas de la FNV, de Creando-RED, de MultiplicARTE, de los miembros del grupo y de otras personas, aportan informacin y sugerencias que estimulan la concurrencia a las visitas y dan una idea de lo que hacemos.

    Aqu debo hacer un parntesis para dar cuenta de un hecho muy significativo en la vida del Grupo La otra mirada. La Fun-dacin Navarro Viola tom la decisin de convocar a personas adultas como nosotros para incorporarse al Voluntariado de la Institucin y as fueron seleccionadas: Silvia Asutich, Matilde Vindel, Silvia Surez, Elsa Blanco, Mara Yofre, Mara Antonieta Cappelleri, Adela Losilla, Ma. Ester Litvak y Dafne Puente. Se abra una nueva etapa de trabajo, tenamos que aprender a ha-cerlo juntos y debamos ser nosotros quienes brindaran la orien-tacin y acompaamiento. Acertadamente se conformaron gru-pos integrados por algunos de los que tenamos experiencia con algunas de las chicas nuevas, para asistir a los museos. La con-

    10. Boletn N 2 del Programa Arte en Accin de la Fundacin Navarro Viola. Disponible en http://fnv.org.ar/agendacultural/newsletter/nl02.html

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    Incorporacin de nuevos voluntarios al Programa Arte en accin.

    Nuevos soportes e instalaciones de la 103 Edicin del Saln Nacional de Artes Visuales. Palais de Glace

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    juncin de los entrenados con los que dan sus primeros pasos en este camino, alienta nuevas y ms ricas experiencias para to-dos; siempre viene bien un soplo de aire nuevo para renovarnos.

    En el primer cuatrimestre, a travs de la Asoacin de Ami-gos del Museos Nacinal de Bellas Artes, asistimos al MNBA, al Museo Jos Hernndez, al Museo de los Inmigrantes, al Museo de Arte de la Botica del ngel, al MACBA, a Centros de Da con Pequeas Colecciones, al Museo Evita, al Museo Histrico y Numismtico del Banco Central y al Museo del Cine.

    Acercarnos al Museo Nacional de Bellas Artes a travs de la Asociacin de Amigos siempre es un privilegio por tratarse del primer museo pblico argentino, orgullo de todos nosotros y por reunir el mayor patrimonio artstico del pas. Cuenta con 12 mil piezas entre las que se destacan las colecciones de arte argentino, nmero uno en el mundo, y la de arte europeo del siglo XIX. Se nos ofreca una nueva posibilidad de trabajar y disfrutar de su acervo. El equipo de la Asociacin de Amigos asumi el compromiso de capacitarnos, mantuvimos varias re-uniones y preparamos una visita que puso el acento en la Co-leccin Guerrico y en artistas argentinos del siglo XIX.

    La sala donde se exhibe la coleccin Guerrico tiene un dise-o que evidencia el gusto y la moda del siglo XX y que se inspi-ra en el contexto que originalmente la alberg. Para alguien que no es experto en arte puede resultar una experiencia un tanto agobiante, si se me permite el trmino, por eso apelamos al recurso de la dramatizacin. Adaptamos un cuento de Eduardo Wilde, Vida moderna, que en forma jocosa critica la profu-sin de muebles y adornos en las casas de la poca.

    Uno de los compaeros, con guantes y moo de mayordo-mo, reciba la invitacin para ingresar a la sala, que se les haba entregado a los visitantes en la entrada. Dos de nosotras, carac-terizadas como criadas con delantal, cofia y plumero, mantuvi-

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    mos un dilogo quejndonos del esfuerzo para mantener la sala limpia. La situacin pareca tan real, que una visitante comenz a discutir con la criada dicindole que no poda renunciar a su trabajo, que deba cumplir con su obligacin y que, en todo caso, tendra que pedir un aumento de sueldo. Dado que la seora se-gua increpando a la criada, sta le pidi que cuando viera al Sr. Guerrico le pidiera un buen aumento y as se pudo retomar la visita. Recorrimos despus las salas de pintores argentinos donde nos detuvimos en las obras de Prilidiano Pueyrredn, Cndido Lpez, De la Crcova, Collivadino y Della Valle.

    Muestra Juanito y Ramona de Berni- Museo MALBA.

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    Adems del dilogo permanente, de la observacin guia-da, de la atencin a las preguntas, utilizamos otros recursos: presentacin de daguerrotipos para comparar con las pinturas, juego grupal para encontrar semejanzas y diferencias entre pin-turas, lectura de un poema, entrega de una copia de un relato. La participacin entusiasta de los visitantes nos dio la pauta de haber realizado un buen trabajo, hecho que fue refrendado por las evaluaciones de los visitantes y de las educadoras.

    En el Museo Botica del ngel, la casa y museo de arte creado por Eduardo Bergara Leumann, recurrimos a estrategias varia-

    Visita del Club Edad de Plata-Amia- a la La Botica del ngel.

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    das para que el recorrido por ese emblemtico lugar facilitara la interaccin, las actividades ldicas y la valoracin de todo cuanto all se encuentra como en botica. Para iniciar la vista convocamos a los ngeles para que nos guiaran y fuimos re-corriendo algunos de los treinta tres espacios guiando la obser-vacin de la arquitectura, las obras de arte y los objetos. La pro-vocacin de la palabra al invitar a conocer El prostbulo hizo que se atendiera a las obras de los pintores Miguel DArienzo y Carlos Gorriarena, que se detuviera el relato en los motivos de la clausura del lugar en poca de los militares por una pintura de Berni, que se reparara en el homenaje a Mara Elena Walsh.

    Una nariz de payaso y un silbato fueron suficientes para invitar al Circo criollo, contar sus inicios, su relacin con el teatro y sus exponentes ms destacados. Con una boa de plumas y un sombrero se hizo ms interesante la invitacin a recorrer el Patio Francia, reconocer los personajes de la escena nacional que all nacieron o trabajaron, contar ancdotas y tes-timonios de vida. La teatralizacin de un supuesto encuentro entre Araksi Boyadjian, especialista en la lectura de la borra del caf, y un cliente para que le adivinara el futuro, movi a la risa y dio pie para recordar los cafs de Buenos Aires y las canciones que los recuerdan. La narracin de una historia fue el marco apropiado para hablar de Carlos Gardel y de grandes artistas argentinos a quienes se rinde homenaje mediante pro-yecciones, vestimentas, documentos. Caminar por el Patio de la morocha cantando entre todos el tango que la evoca invit a profundizar sobre el origen de la meloda, recordar la pelcula, hablar sobre los conventillos y la historia de los inmigrantes. El encuentro en el Comedor de los diarios y las provincias para compartir un caf y evaluar la visita, fue el broche que cerr una tarde plena de evocaciones.

    Una de las visitas llevadas a cabo en el Museo Evita, tuvo una caracterstica especial, se trat de recibir un grupo de personas

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    con disminucin visual. Si bien se trataba de un fuerte desafo para los compaeros, responda a una de las premisas del gru-po: lograr que las propuestas fueran inclusivas y atendieran a la diversidad. Se condujo al grupo a travs de los espacios dan-do explicaciones que les permitieran imaginarlos y vivenciarlos de alguna manera, reconocieron las maylicas de un patio y los materiales de los muebles, la memoria emotiva les permiti identificar caractersticas de los juguetes que se entregaban en la Fundacin Evita cuando manipulaban baleros y muecas, se emocionaron acariciando sombreros y colocndoselos. Todos quedamos sorprendidos por la disposicin de los visitantes para participar, manifestar sus vivencias y disfrutar del encuentro.

    Desde La otra mirada, seguimos pensando en nuevos reco-rridos, ensayando estrategias novedosas, proponiendo distintas actividades, ampliando la mirada para llegar a muchos otros y para optimizar la calidad de las visitas.

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    5.2

    EL MUSEO VA A LAS ORGANIZACIONES

    Aquel que procura asegurar el bienestar ajeno, ya tiene

    asegurado el propio.

    Kung Fu-Tse, Confucio

    En las ltimas dos o tres dcadas se ha hecho popular la pro-puesta de algunos artistas de sacar el museo a la calle, de llevarlo a los espacios del mundo de la vida. Uno de los objetivos que persiguen es contribuir al desarrollo de la sensibilidad esttica de un pblico ampliado, de ese que tradicionalmente no acos-tumbra a visitar museos, que no asiste a teatros ni a conciertos, que no se convoca a eventos literarios.

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    Conocer estas experiencias y advertir que muchos adultos mayores no pueden acercarse a los museos ya sea por motivos econmicos, de salud, de distancia, fue lo que nos movi a pensar que podramos hacer algo para llevar el museo a las or-ganizaciones. Estaramos dando respuesta a nuestro propsito de acercar al arte a otros adultos mayores y esta vez ms all del espacio musestico.

    Teniendo en mente la enorme variedad de visitas a museos virtuales que se ofrecen en las redes sociales, tratamos de dise-ar un producto ms sencillo que pudiera ser elaborado por cualquiera de nosotros o al menos de los que manejan con ms facilidad los recursos informticos. Decidimos que un Power-Point propiciara un simulacro de visita al museo y comenza-mos a trabajar sobre el Museo Nacional de Bellas Artes.

    En primer lugar se presentaran imgenes del entorno del museo para ubicarlo en la ciudad antes de iniciar el recorrido: la entrada, un paneo por las distintas salas para indicar lo que se expone en ellas y la presentacin de cada una de las obras elegidas, en su totalidad y en detalle, para facilitar su anlisis.

    Nos organizamos en subgrupos y surgieron distintas pro-puestas con el acento en una temtica particular: Las violetas hablan de impresionismo se centr en la pintura de grandes maestros enrolados en ese movimiento pictrico, El desnu-do femenino en el siglo XIX mostr diversas expresiones a lo largo del tiempo desde la pintura acadmica, los pre-impresio-nistas, impresionistas y representantes de la pintura argentina, Pueyrredn esquina Svori se ocup de analizar la produc-cin de destacados artistas locales del siglo pasado.

    Esta vez fuimos nosotros los que nos trasladamos y llega-mos a las organizaciones con un PowerPoint, los medios para proyectarlo, una propuesta de visita y muchas ganas de comu-nicarnos con ese nuevo pblico. La experiencia fue muy gra-

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    tificante para todos, los dueos de casa nos recibieron con entusiasmo y vean con curiosidad cmo instalbamos la PC, ubicbamos la pantalla y nos disponamos a iniciar la actividad.

    La proyeccin del PowerPoint atrap la atencin, a medida que avanzaba nos detenamos en la observacin de los espacios y analizbamos las pinturas haciendo foco en los detalles que para ellos o nosotros eran importantes. Propusimos activida-des ldicas y participativas que promovieron la expresin de sentimientos, emociones y reflexiones que ampliaron el bagaje cultural de los presentes.

    El hecho de que los integrantes del Club Edad de Plata de la AMIA, Los Abuelos del Francs, un grupo de afsicos de FUN-DASIA, y el Centro de da del Hospital Rawson estuvieran en su propio espacio, fue un valor agregado a la experiencia. Se sentan cmodos, asistieron en su totalidad, preguntaron sin inhibiciones, se mostraron muy interesados, y agradecieron

    Visita a Los abuelos del Francs.

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    nuestra presencia reiterando su inters porque se repitiera. Una de las asistentes a esta actividad manifest: Muy interesante, amena. Me alegr el espritu. A mi edad (79) estoy vida de to-dos los retos culturales que me puedan brindar. Desde ya muy agradecida: es mi segunda experiencia.

    En el Centro de Da del Hospital Rawson, tuvimos algunos imprevistos pues no podamos conectar la PC con el can para proyectar el PowerPoint. El envo de los elementos tardara un buen rato, entonces tuvimos que sacar de la galera alguna so-lucin para adaptarnos a la situacin. En principio nos presen-tamos, explicamos qu hacamos y, como tenamos tiempo, les preguntamos sus nombres, de dnde eran, qu hacan, si cono-can algn museo. Fue un momento de mucha riqueza porque todos queran contar algo, entre ellos descubrieron aspectos de la vida de los otros que desconocan y esto nos ha llevado a con-siderar que tener un espacio de intercambio previo a la visita,

    Visita al Club Edad de Plata-AMIA.

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    ayuda a establecer vnculos interpersonales y a crear un clima de distensin que se traduce ms tarde en la visita. Dado que el tiempo pasaba y no podamos iniciar la proyeccin, recurrimos a las lminas de las obras de arte que habamos llevado y, senta-dos en crculo, las bamos pasando de mano en mano mientras dialogbamos acerca de sus caractersticas, de los autores, de las emociones que despertaban. Cuando las pudimos mostrar en la pantalla las reconocan con claridad y eso activ de alguna manera la memoria visual. Nos sentimos satisfechos por haber tenido la flexibilidad necesaria para adaptarnos al momento sin que ello perjudicara la actividad; sin dudas, fue una nueva ex-periencia de aprendizaje.

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    5.3

    UNA METODOLOGA DE TRABAJO POSIBLE

    El camino no es un mtodo; esto debe quedar claro. El mtodo es una tcnica, un procedimiento para obtener el con-trol del camino y lograr que sea viable.

    Jacques Derrida

    Las relaciones colaborativas que se han generado en el gru-po La otra mirada, nos han permitido desarrollar una cierta metodologa de trabajo que podra ser de utilidad para otros que se animen a incursionar en este terreno. A su vez, el pensar y reflexionar sobre la propia prctica, tomando distancia de lo que se hace, dice y decide, tambin nos servir a nosotros para tomar conciencia de sus caractersticas, alcances y el modo de optimizarla.

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    Lo primero que hacemos es ponernos en contacto con mu-seos y espacios de arte para ofrecerles desarrollar visitas guiadas en el lugar. Explicamos cul es nuestra forma de trabajo, con-sensuamos objetivos y analizamos la manera de implementar el proceso. En simultneo y para asegurar la presencia de pblico en la actividad, nos relacionamos con Centros de Da, Hogares, Fundaciones, Centros de Jubilados que en lo posible cuenten con algn medio de transporte para acercarse al lugar. Esto que puede parecer secundario es fundamental a la hora de programar eventos de esta naturaleza. Exceptuando exposiciones de artistas conocidos o muy publicitados, la cantidad de visitantes a los mu-seos no crece tan significativamente como para omitir este paso.

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    Adems de relacionarnos con las organizaciones que atien-den adultos mayores para invitarlos, una buena decisin es promocionar la visita en los medios de comunicacin social requiriendo inscripcin previa.

    La accin permanente y el acompaamiento de la Funda-cin Navarro Viola hizo posible la articulacin con el Programa Centros de Da de la Subsecretara de la Tercera Edad del Mi-nisterio de Desarrollo Social del GCBA y gener vnculos con otras instituciones: Centro del Adulto Mayor de la Universidad Nacional de Lans, Escuela de Periodismo de la Universidad de La Plata, AMIA, Abuelos del Francs, Hogares del PAMI, Ta-lleres UPAMI de la UBA, Asociaciones de Amigos de Museos, Secretara de Hbitat e Inclusin GCBA, Hogares de la DINA-PAM, Secretara de Cultura de la Municipalidad de Berazate-gui y el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.

    Como se deduce de lo manifestado, el pblico para quien pensamos las visitas est constituido en su mayora por adultos mayores que no frecuentan con asiduidad los museos y espacios de arte. Ellos no representaron siempre el rol central que hoy se les reconoce, por eso debemos pensar cules son los sopor-tes ms adecuados para que la visita no se limite a una simple explicacin sobre la muestra ni cometer el error de pensar que sta sera universal, igual para todos. 11

    Conocer el perfil de los usuarios es una exigencia funda-mental y, aunque podra parecer sencillo programar actividades para otros con edades similares a las nuestras, ello no siempre es as. Si bien se puede compartir un mismo tiempo histrico, las diferencias educativas, profesionales, culturales llegan a ser tan fuertes que hay que adecuar el enfoque si se busca crear

    11. Eidelman, Jacqueline y Goldstein, Bernardette y Roustan, Mlanie (2013), El museo y sus pblicos: el visitante tiene la palabra (p.163). Buenos Aires, Argen-tina: Ariel.

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    experiencias significativas de aprendizaje, dilogo, interaccin, juego. En las visitas es muy comn que algunas personas in-tervengan espontneamente contando experiencias personales, aportando datos, haciendo algn sealamiento. Como tene-mos la conviccin de que ello merece ser tenido en cuenta, sabemos que hay que observar, formular preguntas, prestar atencin a las respuestas, guardar silencio y atender a las in-quietudes que puedan surgir. Esto facilitar el acercamiento al patrimonio artstico y transformar a los usuarios en construc-tores de significado con lo cual habremos logrado el objetivo que perseguimos.

    En el aspecto que hace propiamente a la preparacin de la visita, se requiere que la institucin est dispuesta a brindar una capacitacin in situ que permita conocer las obras, los artistas, la curadura, el contexto histrico-cultural.

    Atencin a la diversidad.

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    Habitualmente son los equipos docentes quienes asumen este compromiso y con ellos nos reunimos las tres o cuatro per-sonas que realizaremos la visita. Los encuentros de capacitacin y planificacin resultan decisivos para alcanzar los objetivos que nos trazamos y nos permiten establecer un vnculo tal con los educadores que nos enriquecemos mutuamente.

    Las explicaciones, la consulta bibliogrfica, la documenta-cin que se pone a nuestra disposicin nos orienta en un pro-ceso de aprendizaje compartido y nos permite acercarnos a la propuesta artstica con cierto bagaje de conocimientos.

    Identificamos geogrfica y temporalmente al autor y la obra. Reconocemos elementos, tipo de escena, personaje(s), planos, direcciones, color, luz, textura. Atendemos a los materiales y tcnicas para hacer una primera valoracin estilstica y nos adentramos en las caractersticas del estilo para rescatar los as-pectos particulares que le otorgan singularidad.

    Investigacin y estudio permanentes.

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    Aunque an no estamos tan preparados como para com-prender el significado y simbolismo que encierra la obra con la profundidad acadmica que sera deseable, tratamos de seguir al historiador de arte y ensayista alemn Erwin Panofsky en su anlisis.

    Para ello, desglosamos esta instancia en tres niveles:

    1. Preiconogrfico: tratamos de identificar los elementos, smbolos, conos, etc. que aparecen representados.

    2. Iconogrfico: buscamos interpretar el mensaje que se bus-ca transmitir, la comprensin de la imagen en s misma y el entendimiento del contexto en el cual se inserta.

    3. Iconolgico: intentamos situar la obra en un marco de referencia histrico e ideolgico que permita comprender las ideas que comunica a travs del lenguaje de la poca.

    Buscamos adquirir los saberes especficos de la materia para estar capacitados, por eso lo que aprendemos en forma indivi-dual lo compartimos con los dems compaeros para generar la reflexin y el intercambio.

    Cuando nos sentimos seguros de contar con un encuadre terico claro y pertinente, nos concentramos en la eleccin de las herramientas, materiales y procedimientos ms adecuados para implementar. Aqu es decisivo el aporte y la creatividad de cada uno para darle riqueza a la propuesta. Recurrimos a acti-vidades ldicas, participativas, inclusivas y que apelen a distin-tas expresiones literarias, poticas, musicales, teatrales, visuales. Tomada la decisin de cules han de ser las estrategias, elabo-ramos la propuesta que ponemos a consideracin del museo, o espacio de arte, para su aprobacin.

    Una vez que se hacen los ajustes necesarios, estamos en con-diciones de llevar a la prctica lo planificado. Cada uno de los integrantes del grupo hacemos nuestro propio guin haciendo

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    foco en aquel aspecto que profundizamos; la intencin no es ceirnos absolutamente a l, como cualquier planificacin es flexible, abierta y permite cambios.

    Hemos encontrado que ese guin es mucho ms amplio y complejo de lo que ms tarde implementamos, pero hacerlo nos da cierta seguridad, nos ordena y tambin facilita el ensayo previo que hacemos entre nosotros y con los educadores. Esta instancia forma parte de la evaluacin en proceso que com-partimos entre todos, escuchar otras voces, aceptar opiniones de los dems y estar dispuestos a cambiar, en un ejercicio muy productivo que pone de manifiesto la flexibilidad que tenemos para adaptarnos.

    A los adultos nos cuesta muchas veces movernos de las ideas que tenemos, nos anquilosamos, no siempre aceptamos que podemos estar equivocados, por eso digo que este momento de evaluacin tiene una gran riqueza, nos ayuda para la visita en s, para aceptar a los dems, para volver la mirada a nosotros mismos, para ponernos en el lugar del otro, para salir de una zona de confort y animarnos a hacer modificaciones en la teora y en la prctica.

    Cuando esto se logra todos nos beneficiamos yo encontr un grupo con entusiasmo, ganas de aprender, alegra, que son atributos que uno relaciona con lo juvenil, y ese grupo lo tena absolutamente y adems con una relacin muy profunda con el placer y esto, para el museo, es muy contagioso.12

    El da de la actividad nos asumimos como personal de re-cepcin, creemos que esa primera impresin que un visitante tiene del museo es fundamental. Los recibimos para darles la bienvenida y nos presentamos, contamos lo que hacemos, re-ferimos brevemente la historia del grupo y nuestra condicin

    12. Palabras de Marcelo Ayuso. rea de Educacin del Museo Larreta. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=U3JUeM7f0O4- 2.54:27

    https://www.youtube.com/watch?v=U3JUeM7f0O4-

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    Dramatizacin

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    de voluntarios de la Fundacin Navarro Viola. A partir de all para m comienza la magia, interactuar con otros acercn-dolos al arte se transforma en un momento de pleno disfrute, me conmueven las miradas de sorpresa, las inquietudes que se manifiestan, los conocimientos que aparecen, las vivencias que se dibujan a travs de las palabras. Es un verdadero reto for-mular preguntas que puedan ser respondidas desde la visin de cada uno, proponer juegos que faciliten el descubrimiento de nuevos sentidos, generar situaciones que permitan establecer un vnculo entre la obra y el visitante. La observacin guiada, la poesa, la narracin, la teatralizacin, la explicacin clara y pertinente, habilitan la circulacin de saberes y hacen que esa experiencia, diferente a la habitual, sea vivida por todos como una valiosa oportunidad de aprendizaje.

    Suelo referir una situacin que vivimos con los Abuelos del Francs cuando estbamos guiando la observacin de la obra El regreso del maln, de uno de nuestros pintores argentinos: ngel Della Valle. La voz tmida de una seora se hizo escuchar contando que su bisabuela haba sido raptada por los indios. Prestamos toda nuestra atencin al relato y nos sorprendimos cuando dijo que la haban llevado a una toldera y se convir-ti en mujer del cacique, que para que no escapara le haban cortado la planta de los pies, que haba tenido un hijo y que se ocupaba de los caballos porque tena la esperanza de huir algn da de sus raptores. Una noche se subi a un caballo con la cria-tura y cabalg largo rato hasta que estuvo segura de que no la seguan, se baj del animal y dej al nio bien cubierto y escon-dido mientras fue a buscar ayuda. As fue que pudo salvarse. La seora, cuyo abuelo fue el nio del relato, lleva el apellido del cacique, irona o reconocimiento del propio origen?

    Grande fue nuestro asombro cuando otra seora, esta vez en el Centro de Da del Hospital Rawson, relat un hecho seme-jante que tambin le ocurri a su bisabuela.

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    En ambas oportunidades todos quedamos profundamente conmovidos porque, si bien a travs de la historia y del arte te-nemos conocimiento de estos hechos, escuchar un relato fami-liar en primera persona hace ms vvido el drama de esos seres que parecen tan distantes en el tiempo. Estoy convencida de que otras situaciones personales se actualizan ante la observa-cin de las obras, habra que tener ms habilidad para instalar un clima de confianza que permita compartirlas y para ensayar estrategias que habiliten el dilogo.

    Al tener la conviccin de que la evaluacin es un proceso que permite mejorar las actuaciones, al finalizar la visita pedimos completar un sencillo cuestionario donde se pregunta qu les gust ms, qu sugerencias pueden hacer. Su posterior anlisis nos permite tener elementos para mantener lo que se consider de inters y adecuado, para introducir cambios o para incorpo-rar sugerencias. Asimismo, las opiniones recogidas se incluyen en la relatora de la visita junto a algunas fotos del evento.

    Nuestro ltimo encuentro con los educadores del museo tiene el propsito de hacer una evaluacin compartida de la experiencia, ambas partes nos beneficiamos al identificar acier-tos y errores que ms tarde ayudarn a pensar la manera ms adecuada para avanzar en este camino.

    Con el propsito de sistematizar los pasos que seguimos en esta tarea, elabor lo que he dado en llamar Recomendacio-nes para las visitas y que dan cuenta de lo que habitualmente hacemos a lo largo de todo el proceso.

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    RECOMENDACIONES PARA LAS VISITAS

    En el museo:

    l Asistir puntualmente a los encuentros con los educadores para conocer la muestra/exposicin y los artistas

    l Solicitar documentacin y bibliografa

    l Escuchar qu esperan que hagamos

    l Explicarles nuestra forma de trabajo y consensuar con ellos.

    Con nuestros compaeros del subgrupo

    l Investigar y estudiar

    l Acordar herramientas, materiales y procedimientos que se puedan utilizar

    l Aportar ideas de actividades ldicas, participativas, creati-vas, que incluyan si es posible algo relacionado con la litera-tura, la msica, dramatizacin, vdeo, audio.

    l Pensar una propuesta adaptada al perfil de los visitantes y redactarla entre todos.

    l Elaborar cada uno su guin por si se necesita que alguien nos reemplace.

    l Prever quin har la relatora y tomar las fotos.

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    Con los educadores del museo

    l Presentarles la propuesta para que la aprueben, si se hacen observaciones acordar los cambios y reelaborarla.

    l Si se van a usar recursos del museo, solicitarlos y asegurarse de que estn disponibles y en condiciones.

    El da de la visita

    l Recibir a los visitantes y darles la bienvenida

    l Explicar quines somos (La otra mirada-Voluntarios Funda-cin Navarro Viola) y lo que hacemos

    l Identificarnos por nuestros nombres.

    Despus de la visita

    l Enviar por mail la propuesta para su incorporacin al banco de datos.

    l Acercar las encuestas, la relatora y las fotos a la Fundacin.

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    CHARLAS Y TALLERES

    Una vez que usted toma coraje y cree que usted puede hacer cosas

    importantes, entonces usted puede.

    Richard Hamming

    Con el propsito de ampliar el espectro de actividades a ofrecer, algunos de los compaeros se animaron a organizar charlas y talleres abiertos a la comunidad. Ricardo Glancszpi-gel ofreci una interesante mirada sobre el arte y la belleza en Las bellas en la pintura, se presentaron las principales obras sobre mujeres que fueron modelos de grandes artistas, desde el renacimiento hasta el Pop Art, acompaando el paneo con informacin precisa y sabrosas ancdotas que hicieron de la ac-tividad un momento muy grato.

    El taller denominado Juegos sensoriales para agilizar la me-moria, conducido por Celia Mindel y Alcira Jesiot, permiti

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    resolver situaciones nuevas mediante la observacin de objetos y la ampliacin del lenguaje oral y escrito. Las consignas fueron un desafo y un motivo de entretenimiento que permitieron a las coordinadoras lograr los objetivos propuestos. Una de las participantes escribi: Actividad muy positiva. Considero que lo ms importante y significativo es que es diseada y desarro-llada por adultos para adultos. Las felicito y agradezco la opor-tunidad de participar.

    En Huellas de la memoria, Graciela Naccarato y Ana Giambelluca, buscaron que los asistentes desarrollaran la me-moria visual a travs de actividades ldicas que referan a luga-res de Buenos Aires.

    Cuando Ricardo Glacszpigel dio las charlas de El arte en el cine, Ciencia y arte, Arte y ciencia, una nutrida concu-

    Taller Juegos sensoriales para agilizar la memoria.

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    Charla Arte y ciencia.

    Asistentes a los talleres.

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    rrencia se dio cita en el auditorio de la Fundacin Navarro Vio-la. El alto nivel de las ponencias y los conocimientos puestos de manifiesto por el disertante, permitieron profundizar los temas en forma clara, aprender y disfrutar del momento tal como lo manifestaron los participantes de los eventos.

    Una vez ms en el Auditorio de la Fundacin Navarro Viola, se dio cita una nutrida concurrencia para asistir al encuentro sobre El arte en el cine. Las imgenes y cortos de artistas plsticos llevados al cine en los ltimos 80 aos fueron seleccio-nados con mucha pericia y conocimiento. Ello permiti apre-ciar el aporte del cine a la vivencia de los distintos personajes en el plano emocional y racional.

    Los dos encuentros sobre Ciencia y Arte permitieron ana-lizar la relacin entre ambos a travs de los tiempos, compren-der cmo se vali uno de otro y revisar la concepcin actual del arte y del artista. Cuando los participantes evaluaron las charlas sealaron el alto nivel de las ponencias y el conocimiento pues-to de manifiesto por el disertante.

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    LA AGENDA CULTURAL X MAYORES13

    La energa y persistencia conquistan todas las cosas.

    Benjamin Franklin

    Quedarse quietos no era de esperar en un grupo entusiasma-do por tantas variantes que se estaban presentando. Algunos de nosotros, Rita Campillo, Hugo Schamber, Ricardo Alejo Gracia, Ricardo Glancszpigel y yo, buscamos incursionar en nuevos caminos que, relacionados con el arte, alentaran a otros adultos mayores a acceder a diversas expresiones culturales. En-tendamos que adems de los museos, tambin el cine, la m-sica, la danza, las conferencias, los paseos podan ser motivo de inters para ellos, tal como lo eran para nosotros.

    13. Consult la agenda online en www.fnv.org.ar/agendacultural

    http:// www.fnv.org.ar/agendacultural

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    En verdad no puedo decir con certeza cul fue el momento fundacional de lo que dimos en llamar la Agenda Cultural x Mayores, pero con el respaldo y los medios que la Fundacin Navarro Viola puso a nuestra disposicin, nos aventuramos a generar una agenda online por y para personas mayores, que especialmente centralizara y difundiera actividades culturales gratuitas, accesibles e inclusivas que se ofrecen en la Ciudad de Buenos Aires.

    ramos conscientes de la existencia de otras agendas culturales en la ciudad pero nos mova el inters por darle un toque especial, al ser elaborada por nosotros procuraramos adecuar la oferta a los intereses de los mayores, constataramos que los das y horarios informados fueran veraces, que incluyera diversidad de actividades y lo ms importante: que llegara a quienes habitualmente no cuentan con este tipo de informacin. Esto requerira promocionarla en todos los eventos donde nos presentramos, acercarla a las entidades sociales que trabajan con personas mayores: centros de da, hogares y residencias o que se ocuparan de su educacin o la atencin de la salud. No podamos olvidar que en esta era de la informtica haba que instalarla en los medios de comunicacin social y dentro de nuestras aspiraciones tambin esperbamos llegar a los especia-listas y periodistas en temas culturales o los medios de comu-nicacin afines.

    Audacia y ganas se requeran para hacerla realidad, pero tam-bin manejo de algunos conocimientos del periodismo cultu-ral para darle seriedad y confiabilidad a la propuesta. Otra vez requerimos el conocimiento de un experto para abordar esta empresa. Elizabeth Simone, periodista especialista en temticas sociales y nuevos medios, nos instrument, en sucesivos talleres de capacitacin, en y con las herramientas y los conocimientos vinculados a la produccin, redaccin y edicin periodstica que nos permitieran pasar de la potencia al acto.

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    Debamos convertirnos en periodistas culturales para mo-vilizar a otros adultos e instalar temas nuevos, articular saberes, ofrecer otras miradas del mundo. Con Rita Campillo, Ricardo Glancszpigel, Ricardo Alejo Gracia y Hugo Schamber confor-mamos un slido equipo de trabajo donde cada uno asumi una funcin, nos dividimos las categoras que conformaran la agenda con la intencin de ir especializndonos en un rea: artes visuales (pintura, escultura, fotografa y otras), artes esc-nicas (teatro y danza), literatura, msica, cine y video, talleres y paseos, propuestas online. Buscamos informacin a travs de

    Talleres de capacitacin.

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    las redes sociales, de los contactos que fuimos generando, de la propia experiencia, de las recomendaciones que nos hacan, de los aportes del resto de grupo.

    La Fundacin Navarro Viola dispuso de una persona para di-sear una plataforma que fuera simple y de fcil navegacin. Para ello usamos Google Docs con un formato determinado que nos permite cargar la informacin de cada mes. Para poder realizar-lo en forma concurrente desde distintos lugares, usamos Google Drive en el que cada uno sube la informacin obtenida en dife-rente color, lo cual permite reconocer fcilmente quin lo carg.

    Decidimos que la agenda sera bimestral y tendra dos ver-siones: una online y otra impresa para que las instituciones que estn en contacto con mayores que no cuentan con Internet, pudieran acceder a ella consultndola en las carteleras.

    El grupo de redactores con la especialista Elizabet Simone.

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    La agenda, de diseo simple y fcil de comprender, presenta, como puede observarse en el grfico que parece ms abajo, la posibilidad de:

    l buscar aquellos eventos considerados imperdibles: cinco actividades destacadas de cada mes en versin resumida en PDF;

    l cambiar el tamao de letra;

    l buscar los eventos por fecha o por categora.

    Los eventos que se despliegan al pulsar la flecha son los que aparecen a continuacin:

    Cada evento se presenta con un texto breve que explica de qu se trata y con la informacin del lugar donde se realizar, la fecha y horario, el telfono y el sitio web para obtener mayor informacin.

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    Pulsando la flecha de la derecha se puede obtenerse ms informacin del evento y pulsando la flecha inferior aparecen otras actividades para ese mismo da.

    Con la intencin de hacer circular la agenda se incluyen bo-tones para enviarla por mail, o difundirla a travs de las redes sociales, asimismo se puede acceder desde dispositivos mviles (Smartphone o tablet) pues cuenta con un cdigo QR.

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    En los talleres bimestrales de capacitacin tratamos temas relacionados con la comunicacin, analizamos su capacidad transformadora, recorrimos los gneros del periodismo cultu-ral, identificamos estrategias de difusin, aprendimos cmo ha-cer entrevistas, adquirimos herramientas informticas novedo-sas y ensayamos modos de difusin para potenciar el alcance de nuestra agenda. Cada encuentro es de carcter terico-prctico y requiere realizar trabajos individuales y/o grupales en ese mo-mento o algunos a posteriori que sirven como actividad puente con el siguiente taller.

    Los datos estadsticos nos ayudan a analizar el alcance de la agenda, cul es el ranking por categoras, cmo vara la canti-dad de personas que la consultan y de acuerdo con ello toma-mos decisiones al respecto. Por ejemplo, cuando vimos que en el ranking de las categoras las propuestas online ocupaban el primer lugar, pusimos especial atencin en la seleccin ofrecida para brindar un abanico de ofertas ms amplio.

    Con el propsito de hacer ms atractiva la publicacin es-tamos ensayando la inclusin de imgenes y videos. El desafo es una nueva oportunidad de aprendizaje en el que tendremos que poner en prctica muchos de los conocimientos adquiridos. Una vez ms nos impulsa el entusiasmo y el deseo de brindar un producto de inters y utilidad para otros adultos mayores.

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    NO ALCANZA CON LA VOLUNTAD,

    HAY MUCHO QUE APRENDER

    Cualquier persona que deja de aprender se vuelve viejo, ya sea a los veinte o a los ochenta. Cualquier persona que sigue aprendiendo se mantiene joven.

    Henry Ford

    Desde que nos conocimos en el MALBA todos sentimos que necesitbamos aprender ya que ninguno de nosotros era especialista en arte, en el mejor de los casos habamos hecho cursos, habamos ledo sobre el tema o lo que sabamos se deba a haber tenido la experiencia directa de concurrir a museos y exposiciones.

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    Somos un grupo heterogneo, cada uno tiene sus tiempos, sus experiencias, sus intereses, sus propias estructuras conceptuales, por ello la asimilacin de la informacin y la acomodacin a los conceptos e ideas personales hace que la adaptacin al entorno se vaya dando de diferente manera. Lo que nos iguala es el aprendi-zaje permanente al que voluntariamente nos abocamos.

    La Fundacin Navarro Viola supo captar nuestras necesida-des en este aspecto y nos brind la oportunidad de participar en encuentros con especialist