Odisea (versión de Ezequiel Zaidenwerg, Kapelusz, 2009)

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    CANTO I

    Hblame, Musa, del varn astuto, que luego de arrasar laciudadela de Troya, anduvo mucho tiempo errante y conoci loshbitos de numerosos pueblos, y soport penurias, mientrassurcaba el mar, pugnando por su vida e intentando ayudar a que loscompaeros volvieran a la patria: pero los insensatos se comieron elrebao del Sol, quien les neg el regreso.

    a todos los que hab!an conseguido escapar de la muerteestaban sanos y salvos en sus casas, a e"cepcin de #diseo, que sehallaba cautivo de la nin$a %alipso, quien lo ten!a preso en la isla de#gigia, deseosa de tomarlo por esposo. a hab!a llegado el tiempodecretado por los dioses para que regresara a &taca, su patria, ytodas las deidades se apiadaban de 'l, e"cepto (oseidn, a cuyohi)o (oli$emo hab!a cegado.

    *n d!a se reuni la asamblea de los dioses: todos se hab!andado cita en el palacio del ol!mpico +eus, e"cepto (oseidn, quiense encontraba en el le)ano pa!s de los et!opes, donde asist!a a unossacri cios que hab!an preparado en su honor. -ecordando ele)emplo de gisto, a quien #restes hab!a dado muerte, el padre delos hombres $ue el primero en tomar la palabra:

    / 0os humanos nos echan la culpa de sus males, cuando enverdad son ellos quienes se los atraen con sus propias locuras.1unque enviamos a Hermes para desalentarlo, 'l se casigualmente con la esposa de 1gamenn y lo mat cuando volv!a asu casa.

    0e respondi 1tenea, la diosa de o)os glaucos:/ Has dicho la verdad. o)al as! pere2can quienes se atrevana imitar su e)emplo. (ero es distinto el caso de #diseo. 31caso olvidhacerte un sacri cio4 3Tan eno)ado ests4

    +eus, el que )unta las nubes, respondi:/ 35u' palabras son esas, hi)a m!a4 3%mo podr!a olvidarme

    del divino #diseo, que por su ingenio y sus o$rendas a los diosessiempre de destac4 s (oseidn, el que sacude el suelo, el quesigue eno)ado, a causa de su hi)o (oli$emo: lo de) ciego el h'roe.(or eso es que le impide retornar a la patria. (ero es momento ya deque regrese. 6ispongamos su vuelta. 5ue (oseidn renuncie a surencor, que 'l solo no podr contra la voluntad del resto de losdioses.

    0e respondi 1tenea, la diosa de o)os glaucos: / (adre +eus, si al resto de los dioses les place su regreso,enviemos a Hermes a la isla de #gigia, para que le transmitanuestras rdenes a la nin$a %alipso y le permita irse. o, por miparte, partir' hacia &taca, donde le in$undir' a su hi)o Tel'macocora)e para que llame a una asamblea y se en$rente a los cruelespretendientes que consumen su hacienda7 ms tarde lo har' ir a laarenosa (ilo y a sparta, de anchos valles, para buscar noticias del

    regreso de su querido padre, y para que se haga $ama y renombreentre la gente.

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    hombres consumen nuestra hacienda, y pronto acabarn conmigomismo.

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    CANTO II

    >o bien surgi la hi)a de la maana, os, de dedos

    sonrosados, Tel'maco sali de la cama, y luego de vestirse se pusoal hombro la a lada espada y coloc en sus pies las hermosassandalias, y seme)ante a un dios en su sonom!a de) su habitacin.1cto seguido orden a los heraldos que llamaran al gora a todoslos aqueos, que muy pronto empe2aron a acudir. 1ll se dirigi,empuando la lan2a de bronce y con dos perros sigui'ndole lospasos7 en el camino, (alas 1tenea adorn su gura con la gracia delos dioses, y cuando lleg al gora, la gente lo miraba con asombro.1ll! ocup la silla de su padre, puesto que los ancianos le hicieron unlugar. sa era la primera ve2 que se convocaba a una asamblea, trasla partida de #diseo. Tel'maco pidi la palabra, y (is'nor, elheraldo, puso el cetro en sus manos:

    / Habitantes de &taca: no los he convocado para hablar de unasunto de orden p;blico, sino de una desgracia que ha ca!do sobremi propio hogar7 pensndolo me)or, son dos mis cuitas: que heperdido a mi padre, que reinaba sobre todo su pueblo con amorpaternal, ya es hecho conocido. (ero ahora resulta que destruyen micasa y acaban con mi hacienda los crueles pretendientes de mimadre, los hi)os de los nobles itacenses, sin que ella lo consienta:vienen todos los d!as a mi casa, nos deg8ellan los bueyes, se comenlas ove)as y las cabras y beben locamente el ro)o vino en banquetes

    sin n, aprovechando que no est #diseo, que les har!a $rente siestuviera. 0es ruego, pretendientes de mi madre, por +eus y por

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    Temis, que se averg8encen ante sus vecinos y cesen en su ultra)e7de lo contrario, habr de perseguirlos la ira de los dioses, irritadospor sus obras perversas.

    6icho esto, Tel'maco, $urioso, su$ri un ataque s;bito dellanto, y arro) el cetro al suelo. Todo el pueblo, en silencio, sintipiedad por 'l, y hasta los pretendientes se quedaron callados, todosmenos 1nt!noo, que era el ms insolente, quien contest consperas palabras:

    / Tel'maco, has hablado con palabras encendidas7 modera tusimpulsos y de)a de insultarnos. >o tenemos la culpa de lo que nosacusas: es tu madre quien nos ha dado $alsas esperan2as, quealienta con astucias. Hace tres aos ya, y pronto vendr el cuarto,que te)e una morta)a para que use 0aertes, el padre de #diseo, eld!a de su entierro. @o habrn de consentir, )venes pretendientes,que a hombre tan opulento se entierre sin morta)a=A, nos dec!a. 1s! nos persuadi, pero ms tarde descubrimos que cada noche deste)!atodo lo que hab!a te)ido en la )ornada. >os tuvo en el engao muchotiempo: tres aos. 0a descubri una esclava. Tel'maco, escucha larespuesta que te damos a ti y a los dems ciudadanos: ord'nale atu madre que regrese a la casa de su padre y que tome por esposo aqui'n 'l le aconse)e y a ella ms le pla2ca.

    / 3%mo podr!a, 1nt!noo, e"pulsar de mi casa contra suvoluntad a quien me dio la vida y me cri4 5ui2 muri mi padre,qui2 vive. Hasta que no lo sepa no he de restituir la dote de mimadre al vie)o Bcario. >o $uera cosa que #diseo regresara y lasodiosas rinias se eno)aran conmigo. Cams dar' esa orden. 0o que

    les pido ahora es que salgan de mi casa, y que coman la haciendade otro hombre o la propia, si quieren celebrar alg;n banquete.1s! di)o Tel'maco, y +eus le envi dos guilas que echaron a

    volar desde la cima de un cercano monte. n el momento de llegaral gora, giraron velo2mente y miraron a todos a la cara, enpresagio de muerte, antes de desgarrarse con las uas la cabe2a yel cuello7 y luego se marcharon por la derecha, encima de las casas,y a trav's de la ciudad. l presagi de) a todos perturbados. lanciano Haliterses, que sab!a interpretar el vuelo de las aves,intent sealarles sus $echor!as a los pretendientes. (ero estos no lehicieron caso alguno y se burlaron de 'l. Tel'maco pidi de nuevo lapalabra:

    / (retendientes, conc'danme al menos una cosa: denme unabuena nave con veinte compaeros. Br' a sparta y a la arenosa(ilo, a recabar noticias de mi padre. Si me dicen que vive y que hade regresar, aunque estoy a?igido, soportar' todo esto un ao ms7pero si acaso escucho que 'l ha muerto, al punto volver', lelevantar' un t;mulo, lo honrar' con e"equias y casar' a mi madre.

    1s! di)o Tel'maco, y luego tom asiento. *na ve2 que hubohablado, se levant el buen M'ntor, amigo de #diseo, y conbenevolencia areng a los presentes:

    / Habitantes de &taca, escuchen mis palabras. #)al ning;n reylos vuelva a gobernar con clemencia y )usticia, ya que se han

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    olvidado de #diseo, que reinaba sobre &taca con amor paternal. cr'anme/ no me eno)an tanto los ultra)es de estos orgullosospretendientes, como me indigna el resto de ustedes itacenses, quecontemplan, sentados en silencio, cmo estos, que son pocos, sesalen con la suya, y no intentan reprenderlos con palabras.

    0e respondi 0ecrito:/ 35u' cosas dices, M'ntor, insensato4 Tus palabras sonvanas, porque estos nada pueden hacer contra nosotros. Si volviera#diseo de &taca en persona, e intentara e"pulsarnos de su casa,poco se alegrar!a su mu)er, que lo espera, pues all! mismo ledar!amos muerte. 5ue a Tel'maco ayuden en su via)e Haliterses yM'ntor, amigos de su padre. si a m! me preguntan mi opinin, nocreo que Tel'maco via)e a ninguna parte. Seguramentepermanecer sentado aguardando noticias de su padre. 1hora,regresemos cada uno a su casa.

    1s! di)o, y al punto concluy la asamblea. Tel'maco se $ueapenado a la playa, y all! invoc a 1tenea, lamentndose de loocurrido en el gora. 0a diosa de o)os glaucos escuch su plegaria yapareci ante 'l tomando la apariencia del buen M'ntor:

    / Tel'maco, t; no sers en el $uturo cobarde ni imprudente, sies que has heredado el carcter de tu padre. Has de emprender tuvia)e. >o te preocupes por los pretendientes, ni por sus insolencias,ni por los planes que mediten contra ti. (ara ellos, la muerte ya estcerca. Dete a tu casa ahora, y dispn las provisiones para el via)e,que yo me ocupar' de elegir una nave y buscar tripulacin.

    Tras o!r a la diosa, $ue a su casa Tel'maco, y encontr a los

    soberbios pretendientes que desollaban cabras y asaban unoscerdos en el patio. 1nt!noo nuevamente lo insult, y el hi)o de#diseo, contrariado, ba) hasta la bodega de su padre, en donde seguardaba oro, bronce y vestidos y aromtico aceite, y vasi)as de undulce vino ae)o, por si volviera un d!a #diseo a su casa. 0aguardiana de todo era uriclea, nodri2a y despensera de la casa. 1ella le pidi que preparara las provisiones para el largo via)e. (ero la

    el nodri2a rompi en llanto y le di)o:/

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    %uando se hi2o de noche, 1tenea acudi al palacio de #diseo,y les in$undi el dulce sueo a los pretendientes, hasta tal puntoque las copas se les ca!an de las manos. Se apresuraron todos avolver a sus casas a acostarse, y el sueo no tard en cerrarles losprpados.

    Tomando la gura de M'ntor, 1tenea e"hort a Tel'maco apartir:/ < s momento, Tel'maco= Te esperan ya tus compaeros en

    los bancos listos para remar, aguardando tus rdenes. Damos, noretrasemos ms el via)e.

    *na ve2 en la orilla, cargaron las vituallas en la nave. l hi)ode #diseo tom asiento en la popa, y a su lado 1tenea, mientras loscompaeros quitaban las amarras y ya se dispon!an en los bancos.0a diosa de o)os glaucos les envi un viento prspero, el %' ro, quesobre el mar vinoso soplaba suavemente. %uando ya se ale)aban dela costa, hicieron libaciones a los dioses, en especial a (alas 1tenea.

    la nave sigui su curso establecido toda la noche y la siguienteaurora.

    CANTO III

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    l sol ya se elevaba tras surgir de la hermosa laguna, por elcielo de bronce, llevndoles la lu2 a dioses y a hombres, cuandoarrib Tel'maco con su tripulacin a la arenosa (ilo, la ciudadconstruida por >eleo. Hallaron en la orilla a los pilios, que hac!ansacri cios a (oseidn, el dios que sacude la tierra: hab!a nuevegrupos de quinientos hombres, y cada grupo estaba sacri candonueve toros negros. Tel'maco y los suyos anclaron en el puerto ysaltaron a tierra, 1tenea primero, y Tel'maco despu's. 0a diosa deo)os glaucos as! di)o:

    / Tel'maco, ya no debes mostrar verg8en2a en cosa alguna,tras cru2ar el oc'ano buscando in$ormacin sobre tu padre. >odemores, preg;ntale directamente a >'stor, domador de caballos7veamos qu' noticias tiene para darte.

    1 esto di)o Tel'maco:/ M'ntor, 3cmo podr!a acercarme hasta 'l4 3%mo podr!a ir a

    saludarlo4 1unque yo soy discreto, siente verg8en2a un )oven deinterrogar a un vie)o.

    repuso la diosa:/ 1lgunas cosas han de ocurr!rsete solas, y otras ha de

    inspirrtelas un dios, pues has nacido y te has criado con el $avor delos dioses. 6e eso estoy seguro.

    0uego de este intercambio, emprendieron la marcha guiadospor la diosa, hasta llegar al sitio donde estaban reunidos los varonesde (ilo. 1ll! se hab!a sentado >'stor )unto a sus hi)os, y en torno a 'llos pilios preparaban un $est!n de abundante carne asada. 1penasvieron que ten!an hu'spedes, los pilios se acercaron para estrechar

    sus manos. (is!strato, que era uno de los hi)os de >'stor se adelanta los otros. 0os saludo y los invit al banquete, y seal unas pielesdonde tomar asiento )unto a su padre >'stor y a su hermano

    Trasimedes. (is!strato sirvi una copa de vino y se la dio a 1tenea,diciendo estas palabras:

    / 1l2a tus ruegos, hu'sped m!o, al soberano (oseidn, puestoque celebramos en su honor este banquete. Tras libar de la copa, yhecho el ruego, psale el dulce vino a tu compaero para quetambi'n 'l pueda beber, invocando a los dioses inmortales, porquetodos los hombres necesitan de ayuda de los dioses.

    Tras reali2ar las libaciones, 1tenea y Tel'maco comieron ybebieron a sus anchas. *na ve2 que estuvieron satis$echos, as! leshabl >'stor:

    / 1hora que han comido y han bebido, la ocasin es propiciapara interrogarlos. 35ui'nes son, $orasteros4 36e dnde vienen, trasnavegar por los h;medos caminos4 31 qu' se debe su visita4

    l prudente Tel'maco, a quien hab!a in$undido en su almacora)e la diosa de o)os glaucos, para que preguntara sobre el padrey adquiriese gloriosa $ama entre los hombres, respondi:

    / >os preguntas, 'stor=, de dnde hemos venido, y yo telo dir': de &taca, situada al pie del monte >eyo, y lo que aqu! nos

    trae no es un asunto p;blico, sino particular. 6e todos los guerrerosque lucharon en Troya se sabe el paradero: algunos estn muertos y

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    otros viven. Sin embargo, la suerte de #diseo, mi padre, +eus nosha prohibido conocerla: nadie puede decirnos claramente en dndepereci, si en el mar o en la tierra. (or eso abra2o tus rodillas,>'stor, por si pudieras darme in$ormacin sobre su muerte.

    1 esto respondi el insigne >'stor:/ 'storlos retuvo:

    / 5ue +eus no permita que duerman en la nave, no $altandoen mi casa lechos ni lindas colchas. l hi)o de #diseo no dormir enlas planchas de cubierta mientras yo viva o queden mis hi)os en micasa para honrar a mis hu'spedes.

    1s! di)o 1tenea, la de los o)os glaucos:/ Fien has hablado, anciano, y es conveniente que te

    obede2ca Tel'maco. Te seguir a tu casa para pasar la noche. o

    volver' a la nave, )unto a los compaeros, a n de darles nimo yde)ar todo listo. 6ormir' all! unas horas, y no bien amane2ca me

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    marchar' al pa!s de los caucones, donde tengo una deuda porcobrar. T; env!a al muchacho a sparta, con uno de tus hi)os7 dale tume)or carro y los caballos ms $uertes y veloces.

    6icho esto, la diosa se trans$orm en un guila, y se marchvolando, maravillando a todos. l anciano, perple)o por lo que hab!avisto, pronunci estas palabras:/

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    CANTO IV

    >o ms llegar a sparta, la de valles pro$undos, dirigieron suspasos al palacio del rubio Menelao, quien se encontraba all! conamigos, de esta por las bodas de su hi)o y su hi)a. Mientras todosgo2aban del banquete, un aedo divino cantaba acompaado de lac!tara, y un d;o de bailarines recorr!a la sala al ritmo de la m;sicaentre la muchedumbre, como entretenimiento. 1l notar la presenciade los dos compaeros, los hicieron sentar y les sirvieron abundantecomida y ro)o vino. l rubio Menelao, saludndolos con la mano, les

    di)o estas palabras:/ %oman y regoc!)ense. 6espu's que hayan comido nos dirnqui'nes son entre los hombres, pues se advierte que son hi)os dereyes por su estampa y gura.

    6icho esto, les dio a probar un tro2o de suculento lomo asado,que solo a 'l le hab!an servido. 0os )venes comieron y bebieron, ycuando se saciaron Tel'maco acerc la cabe2a a (is!strato para noser o!do, y le di)o estas cosas:

    / 'stor, buen amigo, cmo reluce el bronceen el palacio, a la par del electro, la plata y el mar l= 1s! debe de serpor dentro la morada del ol!mpico +eus.

    l rubio Menelao oy lo que dec!an y los amonest:/

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    discreta (en'lope y Tel'maco, su hi)o, a quien de) reci'n nacido encasa.

    1s! habl y en Tel'maco se despert el deseo de llorar, alescuchar que hablaban de su padre. -od por sus me)illas unalgrima , y levant el muchacho el manto color p;rpura, paracubrirse el rostro. >o de) de advertirlo Menelao, y medit en sumente si deb!a esperar a que Tel'maco mencionara a su padre, o siser!a me)or interrogarlo. ntre tanto, su esposa, la bell!sima Helena,sali de su aposento per$umado y tom asiento al lado de suesposo. 1l ver a los dos )venes, as! lo interrog:

    / 3Sabemos, Menelao, qui'nes son esos hombres que hanllegado hasta nuestra morada4 1caso me equivoque, pero nunca hevisto un parecido seme)ante, en mu)er, hombre o nio, como el queguarda este )oven con #diseo. 1 lo que contest el rubioMenelao:

    / a se me hab!a ocurrido lo que ests sugiriendo. Sus pies,sus manos, su mirada, la cabe2a y los cabellos son los mismos deaqu'l. adems, hace un rato, recordando a #diseo, vi cmolagrimeaba este muchacho7 de hecho, se cubri con el purp;reomanto para evitar ser visto.

    0uego di)o (is!strato:/ 'stor

    soy su hi)o, (is!strato/, pues Tel'maco busca tu conse)o7 muchosmales padece en casa el hi)o cuyo padre est ausente si no hay

    nadie que lo au"ilie, como le ocurre a 'l: su padre $alta en &taca, yno hay en todo el pueblo quien lo asista en la desgracia.%ontest Menelao:/

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    Tel'maco y (is!strato, y el rubio Menelao y la divina Helena se$ueron a su cuarto.

    >o bien se mostr os, de dedos sonrosados, hi)a de lamaana, Menelao se levant del lecho y $ue a sentarse al lado de

    Tel'maco. 0uego de saludarlo, le di)o estas palabras:/ 5u'date en mi palacio algunos d!as ms. 0uego te irsrepleto de regalos: tres caballos, un carro espl'ndido, una copa

    labrada para que hagas libacin a los dioses inmortales, y teacuerdes de m! todos los d!as.

    1 lo cual el discreto Tel'maco repuso:/ o pasar!a un ao )unto a ti sin e"traar mi casa ni a mis

    padres: tan deleitosas son para m! tus palabras. (ero no meretengas, porque mis compaeros han de estar impacientes en laarenosa (ilos. 0os caballos que o$reces, mucho los agrade2co, perono he de llevarlos: solo hay cabras en &taca, no es tierra de caballos.

    1s! habl Tel'maco, y el rubio Menelao le hi2o una caricia en lacabe2a y di)o:

    / Hi)o m!o, se muestra en tus palabras que eres de sangrenoble. Te dar' otro regalo, el ms hermoso ob)eto y el ms caro quehay en mi palacio: una vasi)a de plata bien labrada, con los bordesde oro, obra de He$esto, que me dio el h'roe 9'dimo, el rey de lossidonios, cuando volv!a a casa y me detuve en sus tierras. s eso loque quiero regalarte.

    Mientras as! dec!an, los invitados iban arribando al palacio.*nos tra!an ove)as y otros vino, que recon$orta el nimo. Susesposas ven!an con el pan, tocadas las cabe2as con espl'ndidas

    cintas. 1s! se preparaba la comida.n &taca, entre tanto, en el palacio de #diseo, se divert!an los

    viles pretendientes lan2ando )abalinas y discos en el patio. 1nt!noo yur!maco, que por lina)e eran los cabecillas, permanec!an sentados.

    >oemn, hi)o de 9ronio, quien le hab!a prestado a Tel'maco la nave,se acerc a donde estaban y le pregunt a 1nt!noo:

    / 1nt!noo, 3sabemos por ventura cundo piensa volver Tel'maco de (ilo4 Se march con mi nave y ahora la necesito.

    Se quedaron atnitos cuando escucharon esto, dado que nosab!an del via)e de Tel'maco. 1l n contest 1nt!noo:

    / -esponde y s' sincero. 3%undo se $ue y con qui'nes4-eplic >oemn:/ Bban con 'l los )venes ms egregios del pueblo. 0os lideraba

    M'ntor, o tal ve2 $uera un dios, puesto que ayer lo vi por aqu! nuevamente, habiendo ya partido la nave de Tel'maco.

    6ichas estas palabras, >oemn se march. 1nt!noo yur!maco, con nimo irritado, llamaron a los otros, que de)aron sus

    )uegos para o!rlos. 1s! les habl 1nt!noo, col'rico, con $uego en lamirada:

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    reunir a los me)ores en su tripulacin. 6e aqu! en ms deber!amosprecavernos de 'l7 o)al quiera +eus acabar con su vida antes deque madure. (ero, o bien le di)o esto, la gura de B$tima se disip en el aire, y

    por la cerradura de la puerta de) la habitacin. Se despert(en'lope, aliviada, puesto que un sueo claro la hab!a visitado entrelas sombras de la noche.

    Mientras tanto, los viles pretendientes se hab!an embarcado, ysurcaban la l!quida llanura, meditando en su nimo la muerte de

    Tel'maco. Hay en el mar, entre &taca y la escarpada Samos, una islapedregosa a la que llaman Esteris: all! los pretendientes seemboscaron aguardando a Tel'maco.

    CANTO V

    os se levantaba de su lecho, de)ando que Titn les llevara lalu2 a mortales e inmortales, cuando los dioses convocaron aasamblea, presidida por +eus, el que truena en el cielo. 1tenea,

    trayendo a la memoria las muchas peripecias de #diseo, les cont a

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    las deidades cmo el h'roe se hallaba prisionero en el palacio de lanin$a %alipso:

    / o hab!amos convenido

    que #diseo volviera y se vengara de ellos4 1compaa a Tel'macopara que vuelva sano y salvo a casa, y que los pretendientes en lanave tengan que regresar sin cumplir su ob)etivo.

    6irigi'ndose a Hermes, su hi)o amado, le habl de estamanera:

    / a que eres mensa)ero, ve a casa de %alipso y dile que losdioses han decretado esto: que #diseo regrese a su morada. Dolveren una balsa, sin ayuda de hombres o de dioses. (asar por la tierrade los $eacios, quienes le harn honores, brindndole una navecargada de rique2as para volver a &taca. Su destino es volver entrelos suyos.

    l mensa)ero Hermes no desobedeci el pedido de su padre:se coloc en los pies las hermosas sandalias de oro con que pod!a

    volar sobre la tierra y el oc'ano, rpido como el viento7 empu sucayado con el que era capa2 de dormir o despertar los o)os de loshombres, y luego emprendi el vuelo a toda prisa, como hacen lasgaviotas cuando pescan, mo)ndose las patas en su vuelo rasante.

    %uando lleg a la isla de %alipso, prosigui su camino hasta lavasta gruta que ten!a por casa. -odeaba su morada un $'rtil bosque,y aves de todo tipo anidaban en las ramas de los rboles. Cunto a lahonda cueva hab!a una hermosa via cargada de racimos. Manabancuatro $uentes cristalinas, que regaban los $rescos prados devioletas que hab!a alrededor. ra tan agradable el panorama, quehasta un dios que llegara a esos para)es se maravillar!a.

    Hall a %alipso en casa. 1dentro de la gruta, ard!a en el hogarun $uego acogedor, y el cedro al chamuscarse per$umaba elambiente. 1l tiempo que te)!a, entonaba %alipso con melodiosa vo2una cancin. >o bien vio a entrar a Hermes, supo qui'n era 'l, puespor le)os que vivan, los dioses se conocen entre s!. (ero no hall a#diseo, que lloraba en la playa con los o)os en vano )os en eloc'ano.

    %alipso hi2o sentar al mensa)ero, y le sirvi ambros!a y ro)on'ctar. *na ve2 que comi y bebi le di)o esto:

    / 3(or qu', querido Hermes, vienes a mi morada, cuando antes

    no sol!as $recuentarla4 Hermes le contest:

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    / >o es por mi voluntad que te visito, sino siguiendo rdenesde +eus. Il dice que contigo hay un varn, el ms in$ortunado decuantos combatieron en la guerra de Troya durante nueve aos. lviento y el olea)e lo tra)eron aqu! cuando intentaba regresar a casa.+eus te ordena que lo de)es ir, puesto que su destino no es morirle)os de su $amilia, sino verlos de nuevo y regresar.Se estremeci %alipso y respondi:

    /

  • 8/10/2019 Odisea (versin de Ezequiel Zaidenwerg, Kapelusz, 2009)

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    1s! habl, y la noche sobrevino. Se $ueron a acostar,dis$rutando los goces del amor, y cuando sali el sol dieroncomien2o a los preparativos. %uatro d!as despu's, la balsa estabalista. 1l quinto d!a %alipso de) que se marchara, no sin anteslavarlo y vestirlo con ropas per$umadas, y enviarle una brisa$avorable.%ontento despleg las velas #diseo y naveg en el mar pordiecisiete d!as. 1l d!a dieciocho, ya era capa2 de ver los montes delpa!s de los $eacios.

    (ero hete aqu! que (oseidn volv!a entonces de tiop!a, ypudo ver de le)os a #diseo. l dios, lleno de clera, sacudi lacabe2a y se di)o a s! mismo:

    / (arece que los dioses han cambiado de idea con respecto a#diseo mientras yo estaba ausente. a est cerca el pa!s de los$eacios, donde el destino quiere que se libre de todos sus pesares.(ero sospecho que le queda a;n un su$rimiento ms.

    6i)o, y echando mano a su tridente )unt las nubes y agit lasolas, e hi2o soplar un viento huracanado. 6e nubes de tormentacubri el mar y la tierra, y de un momento a otro la nochesobrevino, al tiempo que unas olas gigantescas sacud!an la barca de#diseo, quien en la tempestad se que) amargamente:

    /

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    contra las rocas7 se habr!a hecho peda2os si 1tenea no hubieraintervenido, in$undiendo en su mente la idea de a$errarse a unasaliente. %uando pas la ola, sigui nadando en busca de una playa,hasta que lleg al n a la boca de un r!o, en donde al2 una s;plica:

    / < yeme dios del r!o, quienquiera que t; seas= He llegadohasta ti escapando del mar embravecido: el que trama mi ruina es(oseidn.

    l r!o lo acept y lo llev en su seno hasta la orilla. Seencontraba agotado: le $altaba el aliento, ten!a el cuerpo hinchado,y de su boca y su nari2 manaba agua salada. %uando al n respir ypudo volver en s!, se quit el manto y lo arro) en el r!o. Se lo llevuna ola hacia el oc'ano, y pronto estuvo en manos de Bnonuevamente.

    ntonces #diseo se apart del r!o, se inclin al lado de unos )uncos y bes la tierra. 1gotado, se puso a buscar donde dormir, yse tendi entre dos arbustos. 0uego se cubri con un manto deho)as verdes, y derram 1tenea el sueo sanador sobre susprpados, para que descansara de sus tribulaciones.

    CANTO VI

    Mientras as! dorm!a el paciente #diseo, rendido por el sueo y

    el cansancio, se dirigi 1tenea a la ciudad de los $eacios, dondereinaba 1lc!noo, a n de acelerar el regreso del h'roe. %uando llegal palacio, entr en la habitacin donde dorm!a una muchachahermosa, seme)ante a los dioses en belle2a: era >aus!caa, hi)a delrey 1lc!noo. 0as ho)as de la puerta estaban entornadas, pero la diosade los o)os glaucos se col por la hendi)a como un soplo de viento yse ubic )unto a la cabecera de la cama donde dorm!a >aus!caa.

    Tomando la gura de la hi)a de 6imante, que era una amiga suya, yde su misma edad, le di)o estas palabras:

    / >aus!caa, 3cmo puedes ser tan pere2osa4 Has descuidadotus espl'ndidos vestidos, y ya est cerca el d!a de tu boda, en quehas de ataviarte con tus me)ores ropas y debers vestir a tu corte)ode manera acorde. Dayamos, pues, cuando despunte el alba, a lavartus vestidos en el r!o. >o seguirs soltera mucho tiempo. Tepretenden los ms nobles de los $eacios. 1penas amane2ca, dile a tupadre que te preste un carro para llevar tus ropas a lavar, que el r!oqueda le)os.

    6ichas estas palabras la diosa de o)os glaucos se encamin al#limpo de regreso.

    os, de bello trono, lleg enseguida y despert a >aus!caa, dehermosa cabellera. 1dmirada del sueo que acababa de tener,

    corri por los salones del palacio en busca de sus padres, parapoder contrselo. Su madre, )unto al $uego, te)!a lana p;rpura,

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    rodeada de sus siervas, y el padre se aprestaba para ir a reunirse enconse)o con los nobles $eacios. 6i)o >aus!caa a 1lc!noo:

    / 3(odr!as ordenar, querido padre, que me preparen uncarrua)e slido, para que vaya al r!o a lavar mis vestidos7 y los tuyostambi'n, puesto que te conviene estar bien ataviado cuandocelebras asamblea con los ms insignes entre los $eacios. Mishermanos tambi'n tienen necesidad de ropa limpia, y yo soy quiense encarga de lavarla.

    1s! di)o >aus!caa, sin atreverse a hablar de casamiento. (erosu padre, comprendiendo todo, le otorg de inmediato lo que leped!a. #rden a los criados que dispusieran todo de inmediato, ypronto la princesa y sus doncellas se pusieron en camino.

    a en la orilla del r!o, de l!mpida corriente, desuncieron lasmulas y las de)aron que pastaran libres. 6escargaron el carro ylavaron la ropa en las aguas pro$undas, y luego las tendieron encimade las rocas de la playa, para que se secaran. 1cto seguido sebaaron ellas, se per$umaron con lustroso aceite, y se pusieron acomer, sentadas en la orilla del r!o. 6espu's de la comida, >aus!caay sus criadas se quitaron el velo para )ugar a la pelota un rato.Mientras )ugaban, la de bra2os n!veos, >aus!caa, enton un canto.

    n eso la princesa le arro) la pelota con demasiada $uer2a auna de sus criadas y err el pase, haciendo que el baln $uera aparar al r!o. 0as mu)eres a coro se pusieron a gritar, despertando aldivino #diseo, que pens:

    / 35u' clase de personas habitan esta tierra4 3Sern violentosy salva)es, o acaso sern hospitalarios y sentirn respeto por los

    dioses4 aquellas voces de mu)er que oigo, 3sern acaso nin$as4Hablando as!, #diseo sali de su escondite entre aquellosarbustos y cort una rama $rondosa para cubrir su desnude2. 1s! seapareci ante las doncellas, como un len salva)e, que se asustaronmucho, al verlo en ese estado, sucio y casi desnudo, con la pielarrugada por el sol y la sal y el cabello revuelto, y escaparon, todasmenos >aus!caa, porque 1tenea le in$undi valor. #diseo dudabaentre implorarle de le)os, o abra2arse a sus rodillas. 1l nal decidihablarse a la distancia, no $uera que >aus!caa lo )u2gara atrevido:

    /

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    0e contest >aus!caa, la de bra2os de nieve:/ 9orastero, ya que no me pareces insensato ni vil, sabe que el

    padre +eus distribuye la dicha entre los buenos y los malos, y si tedio estas penas, debers soportarlas con paciencia. 1hora que hasllegado a esta ciudad, no ha de $altarte nada, ni ropa ni comida: hasvenido al pa!s de los $eacios, donde gobierna 1lc!noo, que es mipadre.

    1s! habl. 1cto seguido les pidi a las criadas que le dieranuna muda de ropa, y algo de comer y de beber. stas obedecieron yle dieron un manto y una t;nica. l divino #diseo les pidi a lasmu)eres que se ale)aran, pues sent!a gran verg8en2a de mostrarsedesnudo en su presencia. 0uego de esto se ba en el r!o, se quitde los anchos hombros la sal del mar. luego de lavarse bien elcuerpo, se visti con la ropa que le dieron. la diosa 1tenea hi2oque pareciera ms alto y ms $ornido, y embelleci su rostro,derramando la gracia sobre 'l. 1s!, resplandeciente de belle2a,comi con avide2, puesto que hac!a mucho que ayunaba.

    Mientras tanto, >aus!caa dobl y guard la ropa, volvi aenganchar las mulas al carro y, tras montar, llam a #diseo:

    / 9orastero, levntate: vamos a la ciudad, donde te llevar' a lacasa de mi padre. como eres discreto, voy a pedirte algo: que nosubas conmigo en el carrua)e, sino que vayas caminando atrs,

    )unto con las criadas, para evitar los chismes. (ues en los pueblossiempre hay malas lenguas, que tal ve2 cuando vean que vienes connosotras se pregunten: @35ui'n es este e"tran)ero tan apuesto queacompaa a >aus!caa4 3Ha encontrado marido en otra parte4 3Ser

    por eso que desdea a los $eacios que pretenden tomarla poresposa4 Ha2 lo que yo te diga: marcha detrs del carro )unto con lascriadas, y a poco de llegar a la ciudad, cuando veas un bosque delamos, aguarda all! sentado, mientras nosotras vamos a casa de mipadre. cuando creas que ya hemos llegado, entra en la poblaciny busca la morada de 1lc!noo, mi padre. Te ser $cil encontrarla,pues nadie entre los $eacios tiene otra tan espl'ndida, y hasta unnio podr!a sealrtela. %uando llegues all!, pasa de largo el tronode mi padre, y abra2a las rodillas de la reina, mi madre. Si ella terecibe con $avorable nimo, tambi'n lo har mi padre , ypodrs regresar a tu patria muy pronto.

    1s! habl y con el ltigo hi2o andar a las mulas, que tiraron delcarro. l sol ya se pon!a cuando entraron al bosque sagrado de1tenea. 1ll! #diseo se detuvo solo, invocando a la diosa:

    / < sc;chame, indomable hi)a de +eus, ya que no nunca meo!ste cuando me maltrataba (oseidn, que sacude la tierra= (ermiteque los $eacios me den la bienvenida y se apiaden de m!.

    sa $ue su plegaria, y la escuch la diosa, pero se mostrdelante de #diseo, pues tem!a a su t!o, (oseidn, que segu!a irritadocon el h'roe.

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    CANTO VII

    Mientras as! rogaba el paciente #diseo, >aus!caa iba en elcarro a la ciudad. >o bien lleg a la casa de su padre, sus hermanos,hermosos como dioses, corrieron a ayudarla. 6esuncieron las mulasy llevaron la ropa adentro de la casa, y ella se encamin a suhabitacin, donde estaba la el urimedusa, la vie)a esclava que lahab!a amamantado y ahora le encend!a el $uego y preparaba sucomida.

    n ese mismo instante se levant #diseo para ir a la ciudad, y

    1tenea, que tanto lo quer!a, lo envolvi en una nube: no $uera queun $eacio en el camino lo $uera a interrogar. %uando lleg al poblado

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    se apareci la diosa ante sus o)os, tomando la gura de unadoncella que llevaba un cntaro. l divino #diseo le hi2o estapregunta:

    / omires ni interrogues a nadie en el camino: aqu! los $orasteros no sonbien recibidos.

    1s! hablo 1tenea, y condu)o a #diseo por las calles. >adie sepercat de su presencia: una niebla celeste lo envolv!a.%ontemplaba los puertos y los barcos, el gora y los grandes y altosmuros con o)os asombrados. una ve2 que llegaron al palacio de1lc!noo la diosa de o)os glaucos le di)o estas palabras:

    / s este, $orastero, el palacio que buscabas. 1dentroencontrars, celebrando un banquete, a los reyes: no temas, y entraya.

    6ichas estas palabras, la diosa se march. 1l llegar a laspuertas del palacio, #diseo se detuvo: la morada de 1lc!noo reluc!acon el brillo del sol o de la luna. 1dornaban la entrada dos perros deoro y plata, que hab!a $abricado He$esto para 1lc!noo. 1dmirado,#diseo, penetr en el palacio, cubierto todav!a por la nube. 1s! llega la estancia donde estaban los reyes, y abra2 las rodillas de lareina. n ese instante se es$um la niebla, y todos los presentes

    enmudecieron de sorpresa al verlo. ntonces #diseo le dirigi estas;plica a la reina:/ 1rete, me presento ante tu esposo, y ante tus invitados y

    ante ti, tras muchos su$rimientos, y abra2o tus rodillas. o corresponde, 1lc!noo, que un hu'sped permane2casentado en las ceni2as. 6ale una buena silla, y manda a los heraldosque me2clen ro)o vino para o$recerle libacin a +eus, dios de lossuplicantes. que la despensera le traiga de comer.

    ntonces le tendi la mano el rey 1lc!noo al prudente #diseo,y le o$reci una silla bien labrada, en el lugar de su hi)o0aodamante, que le cedi su puesto al $orastero. 0a despenserapuso ante sus o)os pan y muchos man)ares, y todos los presentesbebieron y o$recieron libaciones a +eus, y una ve2 que concluyeron

    les di)o estas palabras el magnnimo 1lc!noo:

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    / scuchen mis palabras, capitanes y pr!ncipes $eacios. Terminado el banquete, que cada uno vaya a dormir a su casa.Maana, convocados los ancianos, hemos de decidir en asambleacmo lo ayudaremos a volver a su patria, no sin antes cumplir conlos deberes de la hospitalidad y o$recerles a las divinidadeshermosos sacri cios.1s! di)o, y los $eacios estuvieron de acuerdo en ayudar alhu'sped a volver a la patria. Hechas las libaciones, y tras haberbebido cada uno cuanto le vino en gana, volvieron a sus casas. ldivino #diseo se qued en el palacio, )unto al rey y la reina,mientras que las esclavas levantaban las mesas. 0a primera enhablar $ue 1rete, pues al ver las ropas de #diseo hab!a reconocido lat;nica y el manto que hab!a te)ido )unto a sus esclavas:

    / 1nte todo, o dices quellegaste errante por los mares4

    l astuto #diseo as! le respondi:/ 6i$!cil me ser!a,

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    / Hu'sped, no $ue discreta por completo mi hi)a, puesto queno te tra)o personalmente a casa.

    0e contest #diseo:/ o no quisera,

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    CANTO VIII

    >o bien surgi la hi)a de la maana, os, la de dedos rosados,sali del lecho 1lc!noo, al tiempo que #diseo tambi'n de)aba elsuyo. 1mbos se dirigieron hacia el gora, que hab!an construido los$eacios )unto al puerto, donde tendr!a lugar una asamblea. Mientrastanto, 1tenea, tomando la gura de un heraldo de 1lc!noo, recorr!alas calles, incitando a los )e$es y a los nobles a encaminarse algora:

    / o s'qui'n podr ser el $orastero que lleg a mi casa tras andar tantotiempo errante por los mares, ni si viene de oriente o de occidente.

    ahora nos pide ayuda para volver a casa con los suyos: esmenester que lo ayudemos, como en el pasado hicimos con tantosotros en el mismo trance. chemos, pues, al mar un barco no

    estrenado con cincuenta y dos )venes, de los me)ores entre los$eacios, que llevarn los remos. 0uego vayamos todos a mi casa ydis$rutemos de un banquete regio, en homena)e al hu'sped. llamen a 6emdoco, el aedo divino, a quien los dioses otorgaron sudon.

    1s! hablo, y #diseo y los nobles $eacios lo siguieron, y en elpalacio comen2 el banquete, tras hacer sacri cios. *n heraldocondu)o hasta la sala al aedo 6emdoco, quien hab!a recibido de losdioses un bien y una desgracia al mismo tiempo: le quitaron la vista,pero a cambio le otorgaron el canto.

    una ve2 que comieron y bebieron cuanto les vino en gana,las Musas inspiraron al aedo a celebrar la gloria de dos h'roes$amosos, #diseo y 1quiles, y a cantar la disputa que tuvieron enmedio de un banquete en honor de los dioses. 1l o!rlo, a #diseo lebrotaron las lgrimas, y se cubri la cara con el manto, pues sent!averg8en2a de llorar delante de los $eacios. 1 pesar de su es$uer2opor ocultar las lgrimas, 1lc!noo, que estaba )unto a 'l, se diocuenta, y habl de esta manera a los $eacios:

    / scuchen, capitanes y pr!ncipes $eacios. %omo ya hemosdis$rutado del banquete y del canto, salgamos y midamos nuestras$uer2as en competencias de distinto tipo, de modo que, al volver

    entre los suyos, el hu'sped les re era a sus amigos cmo nosdestacamos los $eacios en la lucha, en el salto y las carreras.

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    1s! di)o, y sali y todos lo siguieron. l heraldo tom de lamano a 6emdoco y lo condu)o a$uera de la casa, para quepresenciara los )uegos con los otros.

    %ompitieron los )venes en di$erentes pruebas: pugilato,carreras, lan2amiento de disco y luchas. 6espu's tuvo lugar unae"celente e"hibicin de baile, que despert la admiracin elhu'sped y los $eacios por igual. 1l concluir los )uegos y la dan2a,1lc!noo habl as!:

    / scuchen capitanes y pr!ncipes $eacios. 6emos a nuestrohu'sped un regalo, como lo e"ige la hospitalidad. Treces reyesgobiernan a este pueblo, y yo soy el primero entre mis pares. 5uecada uno traiga un manto y una t;nica y un talento de oro, para quese le alegre el cora2n.

    1s! habl, y todos lo aplaudieron, pidiendo acto seguido a losheraldos que tra)eran los regalos. 1lc!noo les mand que tra)eran unco$re muy hermoso, para guardar all! los dones recibidos. 0uego lepidi a 1rete que les diera la orden a las criadas de que prepararanun bao para el hu'sped, cosa que hicieron inmediatamente. *nave2 que lo hubieron lavado, per$umado y ungido con aceite, ledieron una t;nica y un espl'ndido manto, y al punto $ue a reunirsecon los hombres, bebedores de vino. >aus!caa, la hermosa hi)a de1lc!noo y la reina 1rete, se par en el umbral y admirando a #diseole di)o estas palabras:

    / #)al que los dioses, oh hu'sped, quieran que cuando est'sde regreso en tu patria aun te acuerdes de m!, a quien debes lavida.

    l astuto #diseo respondi:/ >aus!caa, si +eus me concede regresar a mi casa, all! como auna diosa invocar' tu nombre mientras viva, puesto que $uiste t; misalvadora. 6ichas estas palabras, se sent en un silln. Sirvieron lacomida y el vino, y el heraldo vino )unto a 6emdoco, que se ubicen el medio del saln. entonces #diseo, cortando una ta)ada deespina2o de cerdo, bien cubierta de grasa, le di)o estas palabras:

    / 6emdoco, te alabo sobre todos los hombres, porque el donque posees proviene de la Musa, o acaso 1polo te lo concedi. %onadmirable estilo cantaste las ha2aas de los aqueos en Troya, todocuanto su$rieron y sus hechos gloriosos, como si de verdad lohubieras presenciado. Te pido que nos cantes sobre el caballo demadera que con el au"ilio de 1tenea peo construy: aquellamquina que el divino #diseo llev con sus engaos a la acrpolis,con el vientre repleto de soldados, que destruyeron Troya. Si acasoeres capa2 de contar todo esto como ocurri en verdad, yo les dir' alos hombres que alg;n dios bondadoso te concedi tu don.

    1s! di)o, y 6emdoco, inspirado, cant. en su canto, cont dequ' manera los aqueos subieron a sus naves, ngiendo retirarse,mientras que los me)ores, )unto con #diseo, permanec!an ocultos en

    el vientre del caballo que los mismos troyanos arrastraron hasta laciudadela. %ant la discusin que sostuvieron los troyanos, dudando

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    si acaso desarmarlo para ver su contenido, o arro)arlo al oc'anodesde un acantilado, u o$recerlo a los dioses como o$renda. saresolucin prevaleci, y los aqueos al amparo de la noche salierondel caballo y asolaron la ciudad. Tambi'n cant 6emdoco de qu'modo #diseo y el rubio Menelao sitiaron la morada de 6e!$obo, ycmo combatieron arduamente hasta alcan2ar el triun$o, con laayuda de (alas 1tenea.

    1s! cant 6emdoco, y al escucharlo el rostro de #diseo secubr!a de lgrimas. 1lc!noo, al percatarse, orden que el aedo de)arade cantar, y di)o estas palabras:

    / scuchen, capitanes y pr!ncipes $eacios. 5ue de)e de tocar6emdoco la c!tara, ya que su canto no les gusta a todos: desdeque nos pusimos a comer y nuestro aedo comen2 su canto, que elhu'sped no ha de)ado de llorar. 0a nave est dispuesta, y en suco$re ya estn guardados los presentes, que en seal de amistad leregalamos, pues cualquiera que tenga algo de sensate2 trata a lossuplicantes y a los hu'spedes cual si $ueran hermanos. (or eso,$orastero, no ocultes con malicia lo que he de preguntarte, porquees )usto que hables con verdad. 6ime cmo te llaman tus padres yla gente que habita en tu pa!s, pues todo lo que nace, nace conalg;n nombre. 6ime cul es tu tierra, cul es tu pueblo y cul es tuciudad, para que all! podamos llevarte en nuestras naves. (erohabla ahora, y dinos por qu' para)es anduviste errante, qu' tierrasconociste y qu' ciudades, y con qu' hombres trataste. %u'ntanospor qu' lloras cuando escuchas hablar de los aqueos, y de susdesventuras y de Troya. 31caso alg;n pariente tuyo muri all4 39ue

    un es$or2ado compaero, acaso4 (uesto que un compaero dotadode prudencia no es, a decir verdad, in$erior a un hermano.

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    CANTO IX

    el astuto #diseo respondi:/ Mi nombre es #diseo 0aert!ada. 0os hombres me conocen por

    mi ingenio. Tengo mi casa en &taca, la isla donde se al2a el monte>'rito, que se ve desde el mar. 1lrededor hay otras islas: +ama,6uliquio y la umbrosa +aquinto. s spera la tierra de &taca, mipatria, pero cr!a varones e"celentes. >o e"iste tierra alguna msdulce para m!. aun cuando %alipso me tuvo prisionero en suspro$undas grutas para hacerme su esposo, y la engaosa %irce meretuvo en su palacio, )ams me persuadieron en mi nimo, ni una nila otra: para quien ale)ado de los suyos habita en tierra e"traa, porms que sea en un palacio espl'ndido, nada es ms grato que lapropia casa y la propia $amilia. (ero te contar' cmo $ue mi regresodesde Troya, decretado por +eus, lleno de su$rimientos y pesares.6e Troya me llevaron los vientos al pa!s de los c!cones, en &smaro.Saqueamos la ciudad y matamos a quienes la habitaban. 0uego nos

    repartimos equitativamente el bot!n y las mu)eres. Bnst' a miscompaeros a que nos retirramos con prisa. >o pude persuadirlos.

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    oc'ano. "traviamos el rumbo, y los vientos rasgaron nuestrasvelas. 0as recogimos, pues, y logramos llevar la nave hasta unaplaya, donde permanecimos dos d!as con sus noches, roy'ndonos elalma la angustia y el cansancio. 1l tercer d!a, una ve2 ms partimoscon velas desplegadas. habr!amos llegado a salvo a nuestrapatria, si el viento y el olea)e no hubieran desviado nuestra nave, aldoblar en el cabo de Malea, y conduci'ndonos le)os, ms all de%itera. 6urante nueve d!as nos arrastraron vientos enemigos. 1ld'cimo llegamos al pa!s de los lot$agos, que solo comen ?ores.Fa)amos a la costa y cargamos agua $resca. 6espu's miscompaeros comieron al costado de las naves. scog! a dos de ellosy a un heraldo, y los mand' a in$ormarse qui'nes viv!an en aquellastierras. nseguida partieron, y pronto se toparon con los hombrescomedores de loto, quienes en ve2 de hacerles alg;n dao, lesregalaron lotos para que los comiesen. Tan pronto como hubierondegustado aquel $ruto dulc!simo se olvidaron de todos los pesares, ylos abandon el deseo del regreso, pre riendo quedarse all!, con loslot$agos. 1 pesar de sus lgrimas, me los llev' conmigo y los at' alos bancos de las cncavas naves, ordenando a los otros que2arparan, temiendo que olvidasen el regreso si probaban la ?or ellostambi'n. Me hicieron caso y enseguida a2otaban las olas con losremos. (artimos con el nimo a?igido y muy pronto llegamos al pa!sde los soberbios c!clopes, pueblo sin ley que no cultiva el campo,con ndose a los dioses inmortales, al que todo le nace sin semillani arado. llos no deliberan en el gora y carecen de leyes. Habitanen las cumbres de montes escarpados, y cada uno gobierna a su

    mu)er e hi)os, sin importarles los dems en nada. 1l lado de la islade los c!clopes hay otra ms pequea, apenas un islote. 1ll! desembarcamos en medio de la noche, y al punto nos echamos adormir aguardando la aurora. >o bien se mostr os, la de dedosrosados, hi)a de la maana, recorrimos la isla, ca2amos y comimos ybebimos del vino de los c!cones. %uando cay la noche, nosacostamos a dormir de nuevo. cuando sali el sol, convoqu' elgora y di)e a mis amigos: /%ompaeros leales, permane2can aqu!.%on mi nave y mi gente ir' a enterarme qui'n habita en la isla quevemos desde aqu!, y si sus habitantes son soberbios, salva)es ein)ustos, o si acaso reciben a sus hu'spedes con amistad y temen alos dioses. 6espu's nos despedimos y subimos a las naves. unave2 que llegamos a la cercana isla, divisamos una elevada grutamuy cerca de la orilla, rodeada de altos pinos, encinas y un laurel,que escond!a la entrada. *n copioso rebao de ove)as y de cabraspastaba alrededor. 1ll! viv!a un monstruo alto como montaa, queale)ado de todo cuidaba sus rebaos, y nunca $recuentaba al restode los c!clopes, porque era cruel de nimo y albergaba siniestrospensamientos. ntonces orden' a mis compaeros que se quedarana cuidar la nave y eleg! solo a doce, los me)ores. >os pusimos aandar, llevando con nosotros algunas provisiones y un gran odre

    rebosante de dulce y negro vino, regalo de Marn, sacerdote de1polo. (ronto llegamos a la enorme gruta, y como no hab!a nadie,

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    decidimos entrar e investigar. >os sorprendi encontrar tantaabundancia: cestos llenos de quesos, y establos rebosantes decorderos y cabritos. Me insistieron mis hombres en que tomramosde all! unos quesos y algunos animales. (ero yo me negu', aunqueen verdad habr!a sido lo ms prudente, porque deseaba conocer alc!clope y que me concediera dones hospitalarios. ncendimos el$uego, hicimos sacri cios, comimos de los quesos y esperamos. lc!clope lleg, transportando en sus bra2os gran cantidad de leaque tra!a para hacer su comida. 0a arro) con estr'pito en laentrada, y presas del terror huimos hacia el $ondo de la gruta. Hi2oentrar el rebao, y luego coloc un enorme peasco a manera depuerta7 tan grande era la roca, que ni veintids carros de cuatroruedas que tiraran )untos habr!an sido capaces de moverla. 1ctoseguido, se sent a ordear las ove)as y las cabras. 6espu's puso acua)ar la mitad de la leche, y el resto lo guard para beb'rselodurante la comida. 9inalmente hi2o el $uego, y al vernos nos habl: /35ui'nes son, $orasteros4 36esde dnde han venido por el mar430os trae alg;n negocio, o van sin rumbo )o, igual que los piratas4.

    l miedo que nos daban su ronca vo2 y su espantoso aspecto nosencog!a el cora2n. 6e todos modos )unt' valor y pude hablarle:/Somos aqueos que venimos desde Troya, surcando el ancho mar.0os vientos, caprichosos, nos impidieron el regreso a casa, y nostra)eron hasta aqu!. 0uchamos en el e)'rcito de 1gamenn, $amosoen todo el mundo por su triun$o. Hemos venido en calidad desuplicantes. Te abra2amos las rodillas, para que nos recibas conbondad y nos o$re2cas un regalo, como es costumbre entre los

    hu'spedes. S' respetuoso de los dioses, y en especial de +eus, yaque venimos como suplicantes. 1s! habl' y 'l me di)o estas cruelespalabras: /3 res tonto, e"tran)ero, o vienes de muy le)os, que nosabes que a nosotros los c!clopes no nos importan +eus ni los dioses$elices, porque somos ms $uertes4 >o les perdonar!a la vida portemor de +eus ni de nadie. (ero dime en qu' sitio has de)ado tunave cuando llegaste aqu!. Me di)o esas palabras, procurandoengaarme, pero yo me di cuenta de sus intenciones, y as! lerespond!, con otro engao: / l que sacude el suelo, (oseidn, acabcon mi nave, tras hacerla chocar contra las rocas de esta isla, peromis compaeros y yo $uimos capaces de salvar nuestras vidas. (or;nica respuesta, el %!clope atrap a dos compaeros, como sihubieran sido dos cachorros, y los arro) al suelo, parti'ndoles elcrneo con el golpe. 1cto seguido, los despeda2 y se comi sucarne y sus entraas, y ni siquiera perdon los huesos, como unlen salva)e. >osotros, aterrados, elevamos las manos, suplicndolea +eus. %uando se hubo saciado de leche y carne humana, se echa dormir el c!clope. ntonces yo le hubiera atravesado el pecho conla espada hasta llegar al h!gado. mpero, me contuve al darmecuenta de que no habr!amos podido al2ar la roca de la entrada, yhabr!amos perecido sin remedio. 6e modo que aguardamos,

    sollo2ando, la aurora. %uando surgi la hi)a de la maana, os, la dededos rosados, el c!clope hi2o $uego y se sent a ordear. luego de

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    cumplir esta tarea, agarr a dos compaeros y se los devor. 0uegosac a pastar los animales, retirando la piedra de la entrada sin elmenor es$uer2o, y volviendo a cerrar. o me qued' tramando lavengan2a, por si acaso 1tenea me otorgaba la victoria, hasta que al

    n tom' una decisin. 1l lado del establo, el c!clope hab!a puesto ungran tronco de olivo para que se secara, del tamao de un mstil. osepar' una rama, del largo de dos bra2os e"tendidos, y con loscompaeros la pulimos, la agu2amos de un lado, luego laendurecimos en el $uego, y despu's la ocultamos deba)o delesti'rcol que cubr!a la gruta. l c!clope volvi al atardecer, arriandosus rebaos. Dolvi a cerrar la entrada con la puerta y se sent aordear como el d!a anterior7 al terminar, tom a dos compaeros yse los devor a manera de cena. ntonces me acerqu', llevndoleuna copa del vino que tra!amos, y le habl' de esta $orma:/ sc;chame,

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    capturar a alguien que intentara salir con las ove)as.

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    maana, la de dedos de rosa, desatamos amarras y partimos, con elnimo triste, pero $elices de salvar la vida.

    CANTO X

    /1rribamos a olia, donde habitaba olo, el guardin de losvientos, querido por los dioses. >os hosped en su espl'ndidopalacio, nos deleit con m;sica y banquetes y nos hi2o preguntassobre Troya, que yo le contest' cumplidamente. (asamos all! unmes, y al e"presarle yo que deseaba partir, el rey no me retuvo. (orel contrario, me entreg un regalo valios!simo: un cuero de buey denueve aos, en que hab!a encerrado los mugidores vientos, cone"cepcin del %' ro. 1t el cuero a la nave con un hilo de plata a nde que ninguno se escapara, y nos envi el %' ro para que nosllevara de regreso. >avegamos sin pausa nueve d!as con susnoches, y al d'cimo pudimos divisar la tierra patria, donde vimoshogueras encendidas en la costa. Todo ese tiempo yo hab!agobernado el timn de la nave, sin ced'rselo a nadie, para llegarms rpido. (ero en aquel momento tan $eli2, me sent! $atigado, y elsueo me rindi. Mientras yo dormitaba, mis hombres discut!an,

    creyendo que en el cuero que olo me hab!a dado yo guardabarique2as. *no de ellos di)o: /

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    un heraldo, para que averiguaran qu' gente viv!a all!. 1l punto sepusieron en camino, y enseguida encontraron a una )oven querecog!a agua de un arroyo. lla les indic dnde quedaba el palaciodel rey, y $ueron hacia all. 1l entrar, encontraron a la reina, que eramucho ms alta que una mu)er normal, y ms $ornida. lla no di)onada, pero mand a llamar al rey 1nt!$ates, que cuando entr y vio amis compaeros, agarr a uno de ellos y se lo devor. 0os otrosescaparon, aterrados, de regreso a las naves, mientras el rey1nt!$ates daba gritos de aviso por toda la ciudad. nseguida acudiuna multitud de $uertes lestrigones, que ms que hombres parec!angigantes, que se pusieron a arro)ar peascos de gran tamao contranuestras naves. 0os $uertes lestrigones atrapaban a nuestroscompaeros como a peces y se lo devoraban. o cort' las amarrasde mi barco, y al punto inst' a los hombres a remar. 0a nuestra $uela ;nica nave que logr huir de la desgracia. 0uego llegamos a la islade ea, donde viv!a %irce, la hechicera de las hermosas tren2as. Trasatracar, ba)amos de la nave y nos echamos a dormir dos d!as y dosnoches seguidos, agotados por seme)ante es$uer2o. 1l tercer d!a yome levant' y busqu' un mirador. 6esde all! pude ver el palacio de%irce. 1l volver, encontr' a los compaeros con el nimo triste,sollo2ando, por los hechos del lestrign 1nt!$ates y la violenta cleradel c!clope. 6e nada nos serv!a lamentarnos: los divid! en dosgrupos y asign' a cada uno un capitn. o mandar!a a uno, y

    ur!loco ser!a el capitn del otro. Hicimos un sorteo y le toc al deur!loco inspeccionar el rea. n el medio de un valle se encontraba

    el palacio de la hechicera %irce. 1lrededor, hab!a animales $eroces,

    lobos y leones, a los que %irce hab!a hechi2ado, dndoles un mgicobreba)e. (ero estos animales no atacaron a los hombres de ur!loco,sino que con la cola les hicieron esta, como hacen los perros consus amos. 0os hombres, temeroso, se detuvieron ante las puertasdel palacio. #yeron desde all! a %irce que cantaba con melodiosavo2 mientras te)!a. (olites, uno de los hombres, di)o: /6ebe ser unadiosa o una mu)er quien canta mientras te)e. 3(or qu' no lallamamos4 1s! les di)o y ellos la llamaron a voces. %irce vinoenseguida, y les abri la puerta y los invit a pasar. 0os hombres lasiguieron, todos menos ur!loco, que sospechaba que era algunatrampa. 0a diosa hi2o sentar en cmodos sillones a los hombres yles dio de comer y de beber, pero con la comida me2cl un breba)emgico, para hacer que los hombres se olvidaran completamente desu patria y del regreso. *na ve2 que comieron y bebieron, %irce lostoc con su varita, al punto convirti'ndolos en cerdos. 0uego losencerr en unos chiqueros. Ten!an de los cerdos la cabe2a y elcuerpo, y la piel y la vo2, pero aun conservaban la inteligenciahumana. ncerrados, lloraban, mientras %irce les daba de comerbellotas y otras cosas que a los cerdos les gustan. ur!loco volvi sindilacin a la cncava nave, para in$ormarme sobre lo ocurrido. raincapa2 de contener el llanto, y se le hab!a hecho un nudo en la

    garganta. %uando al n $ue capa2 de relatarnos lo que hab!a visto,me colgu' la espada y le orden' que $uera conmigo, de manera que

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    pudiera indicarme cmo llegar a la mansin de %irce, pero 'l,abra2ando mis rodillas me di)o estas palabras: />o me obligues a ir,te lo suplico: pues yo s' que de all! no volvers trayendo de regresoa nuestros compaeros. Huyamos enseguida los que estamospresentes, que aun podemos escapar de aqu!. yo le contest':

    ur!loco, t; qu'date a comer y beber al lado de la nave. (ero yo ir',que as! el deber me lo e"ige. 6icho esto, me ale)' de la nave y delmar. %uando iba por el valle, y me acercaba a la mansin de %irce,se apareci el dios Hermes, adoptando la gura de un )ovenradiante de hermosura. Tomndome la mano, me habl de estamanera: /36nde vas, in$eli2, sin conocer esta regin4

    Trans$ormados en cerdos, tus amigos se encuentran encerrados enslidos chiqueros en la casa de %irce. 6e querer liberarlos, la mismasuerte correr!as t;. (ero quiero ayudarte: te dar' esta ra!2, queo ciar de ant!doto contra cualquier breba)e que %irce quiera darte.%uando ella te golpee con su vara, t; sacars la espada y laamena2ars. lla se asustar y te invitar a que duermas con ella.>o la rechaces, pero p!dele que te )ure que no maquinar ning;nmal contra ti. 0uego de estas palabras, me hi2o entrega de unaplanta: su ra!2 era negra y era blanca su ?or, como la leche. 0osdioses la conocen con el nombre de moly , y solo ellos puedenarrancarla. 0uego el dios se march, y yo lleg al palacio de lahechicera %irce. %uando llam' a la puerta, %irce vino, me abri, yme invit a pasar. o la segu!, con eso, con temor. Me hi2o sentar enun silln hermoso y me dio de beber en una copa de oro. %uandohube bebido, me toc con su vara y me espet: /ing;n otro mortal resisti misbreba)es. Seguramente, t; eres #diseo: Hermes ya me advirti de tuvenida. (ero vayamos a la cama ahora: que cre2ca entre nosotros lacon an2a. 1s! di)o la diosa, y yo le contest': /3%mo me pides quecon$!e en ti, si has convertido en cerdos a los m!os, y hace instantesquisiste hacerme a m! lo mismo4 >o en$undar' la espada ni dormir'contigo a menos que prometas por los dioses inmortales que nomaquinars ning;n dao en mi contra. so le di)e y ella elev el

    )uramento que yo le demandaba. 0uego vinieron sus cuatro criadas,que calentaron agua para que me baara, y me tra)eron ropaslimpias y me dieron comida. (ero yo no quer!a comer, y me qued'sentado, cabi2ba)o. 1l verme en ese estado %irce me pregunt qu'me ocurr!a: /3(or ests as!, mudo, #diseo y no quieres probar estosman)ares4 a no debes temer, que te he )urado por los dioses quenada tramar!a contra ti. yo le respond!: /35ui'n comer!a, %irce,mientras estn los suyos trans$ormados en cerdos4 Si en verdadtienes buena voluntad, libera a mis amigos. so di)e, y sali rumboal chiquero, y les unt a mis hombres un breba)e distinto. nseguida

    perdieron la pelambre, el hocico y la cola, y recobraron su gurahumana, aunque estaban ms )venes y ms altos que antes.

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    %uando me vieron me reconocieron, y me dieron la mano,agradecidos. (ronto en toda la casa resonaba un llanto conmovido,y hasta la misma %irce se apiad, diciendo estas palabras:/Bngenioso #diseo, de lina)e divino, den tregua a sus pesares. o s'cunto han su$rido en el mar y en la tierra. (ero ahora es momentode comer y beber y recobrar las $uer2as que ten!an cuando partieronsu casa, en &taca. 1s! habl, y escuchamos su conse)o. (ero al cabode un ao, que pasamos de banquete en banquete, me llamaronaparte mis amigos y me di)eron esto: /%ompaero, es momento depensar en la patria, si acaso has de salvarte y volver con los tuyos.1s! di)eron, y al ponerse el sol, sub! al lecho de %irce y le rogu':/%irce, mi cora2n est impaciente por retornar a casa, e igualesansias sienten mis amigos. s hora de que cumplas tu promesa deayudarme a volver. %irce me respondi: /Bngenioso #diseo, nopermane2can ms en mi palacio si as! no lo desean. (ero antes deque vuelvas a tu casa, te espera un nuevo via)e: irs a la mansinde Hades y (ers'$one, para pedirle orculo al alma de Tiresias, eladivino ciego, que conserva su mente intacta todav!a. ntre todoslos muertos, slo a 'l le concedi (ers'$one ra2n e inteligencia. 0osotros no son ms que sombras pasa)eras. 1l o!r sus palabras, micora2n dio un vuelco. -omp! a llorar, y mi alma no quer!a vivir niver la lu2 del sol. cuando al n las lgrimas cesaron le di)e estaspalabras: /%irce, 3qui'n va a guiarme en este via)e4 >ing;n hombreha llegado hasta el Hades )ams en un negro nav!o. Me contest ladiosa: /Bngenioso #diseo, no te preocupes ms. >o habr necesidadde gu!a en este via)e. T; despliega las velas de tu nave y si'ntate en

    cubierta. l viento ha de llevarte a trav's del oc'ano, hasta la playadonde crece el bosque tupido, propiedad de la diosa (ers'$one, consus rboles negros. 1marra all! tu nave y encam!nate a la mansinde Hades. n el lugar en donde el (iri?egetn y el %ocito desaguanen el r!o 1queronte hallars una roca. De hasta all!, cava un hoyo yo$rece libaciones en honor de los muertos. (rimero has de o$recerlesleche y miel, vino a continuacin y nalmente agua. spolvorea todocon harina y suplica a los muertos, prometi'ndoles hacerlessacri cios cuando llegues a &taca, y tambi'n que a Tiresias leinmolars aparte un buen carnero negro. 6espu's presta atencin alas aguas del r!o: por ella observars que vienen muchas almas dedi$untos. #rd'nales entonces a los tuyos que maten animales con laespada y que los quemen y supliquen a los dioses y a Hades y a(ers'$one. 6esenvaina la espada y no permitas que los muertos seacerquen a la sangre antes de interrogar al adivino. %uando llegue

    Tiresias, te indicar la el camino y la $orma en qu' habrs deregresar a &taca, y cunto tardars. 1s! me di)o %irce, y pronto lleg

    os, la del trono de oro. ntonces $ui a buscar a mis amigos quedorm!an. (ero tampoco pude regresar esta ve2 con la tripulacincompleta e !ntegra. lp'nor, el ms )oven de mis hombres, hab!asubido borracho a la terra2a, quedndose dormido. %uando escuch

    los ruidos que ven!an del palacio, trat de levantarse, pero setrope2 y se cay del techo, rompi'ndose las v'rtebras del cuello, y

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    hundi'ndose su alma en la mansin de Hades. 1ntes de la partida,di)e a mis compaeros: /Sin duda creern que estamos yendo acasa, a la querida patria. (ues bien, %irce nos ha indicado quehemos de hacer un via)e a la mansin de Hades y (ers'$one, apedirle a Tiresias que nos d' su orculo. %uando les di)e esto,rompieron a llorar y se tiraban del cabello. (ero con lamentarse noconsiguieron nada. 1?igidos, subimos a la nave. %irce se present ynos de) un carnero y una ove)a negros, y luego se ale) sin sernotada. 35ui'n puede ver a un dios si no quiere ser visto4

    CANTO XI

    / 1l llegar a la costa, echamos en el agua la negraembarcacin, y tras i2ar el mstil desplegamos las velas. %argamosel ganado, y por n nos hicimos a la mar, con el alma angustiada yvertiendo muchas lgrimas. Bmpulsaba la nave una brisa propicia,enviada por %irce, la de las lindas tren2as, y anduvimos a velas

    desplegadas durante todo el d!a, hasta que el sol se puso, yarribamos al con$!n del oc'ano, de pro$unda corriente. 1marramos la

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    nave, y desde all! marchamos por la costa hasta el lugar que %ircenos hab!a indicado. ntonces cav' un po2o con la espada, y o$rec! libaciones a los muertos, con leche y miel primero, despu's con vinoy al nal con agua. spolvore' la harina, supliqu' a los di$untos, ypromet! que al regresar a &taca les sacri car!a la me)or vaca queposeyera en mis corrales, y en honor de Tiresias un carnero negro.1cto seguido, degoll' las reses que hab!amos tra!do en nuestra navepor encima del po2o. %orri la negra sangre y al instante vinierondesde el Irebo las almas de los muertos: doncellas y muchachos$allecidos en la ?or de la edad, ancianos agobiados por mil penas, yvarones ca!dos en combate, heridos por las lan2as, con la armaduratoda ensangrentada. Se acercaban causando un gran estr'pito,mientras daban aullidos terror! cos: al verlas, se adueo de mipersona el plido terror. n seguida e"hort' a los compaeros adesollar las reses y a quemarlas de inmediato, en honor de Hades y(ers'$one. 6esenvain' la espada y me sent', para impedirles a lasalmas de los muertos que se acercaran a beber la sangre, antes deinterrogar a Tiresias, el adivino ciego. 0a sombra que primero seacerc $ue la de lp'nor, nuestro compaero, que yac!a insepulto enla mansin de %irce 1l verlo me cayeron unas lgrimas, y le habl'de este modo: /3%mo has llegado, lp'nor, a esta tierra sombr!a430legaste a pie, antes que nuestra nave4 lp'nor suspir, diciendoestas palabras: /

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    insolencias, vali'ndote de astucias o empuando la espada. %uandote hayas vengado, has de tomar un remo y te irs tierra adentro,donde viven los hombres que no saben lo que es el mar ni han vistonunca un barco, y que )ams probaron la comida con sal. 1ll!,cuando te salga al paso un caminante y te pregunte por el rastrilloque en el hombro cargas, clava el remo en la tierra y sacri ca tresanimales al que mueve el suelo, (oseidn soberano. 0uego vuelve atu hogar y ha2 sacri cios para los otros dioses inmortales. Sicumples todas mis indicaciones, te llegar la muerte en la ve)e2,le)os del mar7 y en &taca los ciudadanos vivirn $elices. Todo lo quete he dicho es la verdad. 1s! di)o Tiresias, y yo le contest': /

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    m!a= 3(or qu' huyes de m! cuando intento abra2arte4 3 res unsimulacro enviado por (ers'$one para que se acrecienten mi llanto ymis lamentos4 1 lo que respondi: /

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    sobre 'l las $rutas de altos rboles, y cuando al2aba el bra2o paraagarrar alguna, se las llevaba el viento a las sombr!as nubes. Di deigual modo a S!si$o, que soportaba una labor muy dura, empu)andouna piedra con las manos, intentando llevarla hasta la cima de unmonte. Sin embargo, cuando ya estaba cerca de la cumbre, una$uer2a irresistible volv!a a empu)ar la roca cuesta aba)o. nuevamente S!si$o emprend!a la tarea, y el sudor le corr!a por elcuerpo, y sobre su cabe2a se levantaba el polvo. vi al $ornidoHeracles7 me)or dicho, su imagen, porque 'l est )unto a los dioses,comparte sus banquetes y tiene como esposa a Hebe, de hermosospies. %uando me vio, me conoci enseguida y me habl de estemodo: /

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    CANTO XII

    / 1l regresar a ea, no bien surgi la hi)a de la maana,os, envi' algunos hombres al palacio de %irce, para que recobraran

    el cadver de lp'nor. 0uego cortamos troncos y le hicimos una piraen la orilla. una ve2 que quemamos el cadver y las armas delmuerto, le erigimos un t;mulo y clavamos el remo sobre 'l. n esovino %irce, seguida de sus criadas, trayendo pan y carne y ro)o vino.%omimos y bebimos todo el d!a, y cuando el sol se puso los demsse acostaron )unto al barco. (ero a m! %irce me llev del bra2o a unlugar apartado, para que le contara todo lo sucedido. cuando hubeterminado, me di)o estas palabras: / a ves que se ha cumplido todolo que te di)e. 1hora recuerda bien lo que voy a decirte. %uandopartas de aqu!, primero encontrars a las sirenas, que hechi2an a loshombres con su canto. 5uien se acerca a escucharlas, ya nuncavuelve a ver a su esposa ni dis$ruta a sus pequeos hi)os )ugandoalrededor, celebrando $elices el regreso del padre, puesto que lassirenas, sentadas en un prado )unto a un montn de huesoshumanos putre$actos, lo atraen con su canto irresistible hacia losa lados peascos de la costa. T; pasars de largo, y tapars concera los o!dos de los tuyos. Sin embargo, si quieres deleitarte con sucanto, ha2te atar de pies y manos al mstil de tu nave. %uando hayapasado este peligro, ya no puedo decirte qu' camino escoger. 1nteti se presentan dos posibilidades: la primera es un estrecho que losdioses llaman -ocas rrticas. Se trata de unas rocas prominentes,

    por donde los nav!os no pasan sin peligro7 ni siquiera las t!midaspalomas que llevan la ambros!a al padre +eus logran salir airosas,

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    que lar rocas a veces arrebatan alguna. Slo la nave 1rgos, portodos conocida, logr sortear con '"ito este imponente escollo, yeso $ue porque Hera quer!a bien a Casn. (or el otro camino, se al2andos promontorios en$rentados. n uno habita scila, y en el otro%aribdis. (ara escapar de alguno de estos monstruos hay queacercarse al otro. scila tiene doce pies de$ormes y seis cuelloslargu!simos, y en cada uno de ellos una horrible cabe2a, en cuyaboca hay tres las de dientes losos y apretados. %aribdis viveen$rente, sobre las turbias aguas7 una higuera silvestre la oculta dela vista. Tres veces cada d!a sorbe agua y tres veces la vomitahorriblemente. >o te encuentre all! cuando las sorbe, porque de locontrario, ni (oseidn habr!a de salvarte. (or el contrario, debesacercarte a la cueva en donde vive scila, y procurar que tu nav!opase lo ms rpidamente que le sea posible. (ues es me)or quee"traes a seis de tus amigos que a todos ellos. 0uego llegars a laisla de Trinacria, donde pastan las vacas y ove)as del Sol, que nuncatienen cr!a, pero que nunca mueren. Si los tuyos no tocan el rebao,regresarn a &taca7 pero si le provocan alg;n dao, se perder lanave con su tripulacin, y si logras salvarte, volvers a tu patriadespu's de mucho tiempo. 1s! me di)o %irce, y pronto surgi os, ladel trono dorado. 6e regreso en la nave, les orden' a los m!os quesubieran y soltaran amarras. nseguida 2arpamos, y batieron lasolas con los remos. >os conduc!a un viento $avorable, enviado por%irce. 0es e"pliqu' a mis hombres lo que me hab!a aconse)ado%irce. Mientras nos acercbamos a la isla de las Sirenas, tom' unpan de cera, cort' pequeos tro2os, los abland' en mis manos, y

    tap' los o!dos de la tripulacin. llos me ataron a su ve2 al mstilcon rmes ligaduras, y luego se sentaron para seguir remando. notardaron mucho las Sirenas en percibir que nos apro"imbamos, ypronto se pusieron a cantar: /adie ha pasado por aqu! en su nave sin escucharla suave vo2 que ?uye de nuestra boca, sino que se marchan trasrecrearse en ella y aprender muchas cosas: pues sabemos lo muchoque han su$rido aqueos y troyanos por voluntad divina, y tambi'nconocemos cualquier cosa que ocurre sobre la $'rtil tierra. 1s! dec!an con su hermosa vo2, y en mi alma anhelaba continuarescuchndolas. 0legu' incluso a gritarles a los m!os que me de)aranlibre, pero no me escucharon. 0uego les hice seas con las ce)as,pero ellos se encontraban concentrados remando7 les hab!aadvertido que no me hicieran caso aunque les suplicara. *na ve2que de)amos atrs a las Sirenas, mis leales compaeros se quitaronla cera que tapaba sus o!dos y soltaron los nudos que me su)etaban.(oco despu's, not' delante de nosotros el vapor de unas olasgigantescas y lleg a mis o!dos un ruido atronador. l miedo seadue de mi tripulacin y los remos cayeron de sus manos. 0anave se detuvo. ntonces e"hort' as! a mis compaeros. /

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    y prudencia, como no dudo que recordarn. Hagan lo que les digo:permane2can sentados en los bancos y batan con los remos elolea)e del mar, por si +eus quisiera concedernos escapar de la ruina.

    a ti, piloto, yo te ordeno esto: aparta nuestra nave del vapor y lasolas y procura acercarla a aquel escollo. 1s! di)e y los hombrespronto me obedecieron. >o les habl' de scila, sin embargo: mehab!a decidido por el mal menor, evitando la ruta de las -ocas

    rrticas, y manteniendo nuestra embarcacin lo ms le)os posiblede %aribdis. %ru2amos el estrecho entre lamentos: de un ladoestaba scila y del otro %aribdis, sorbiendo enormes cantidades deagua y arro)ndolas luego con violencia por sus horribles $auces. lplido terror se apoder de todos, y mientras nuestros o)os seposaban en %aribdis, nos atacaba scila por el otro costado. lmonstruo arrebat con sus seis bocas al mismo n;mero decompaeros, que aullaban de agon!a y e"tend!an los bra2os,suplicantes, mientras los devoraba la in$austa criatura. 6e loshorrores que su$r! en el mar, aquel $ue el ms penoso. %uando al nescapamos de %aribdis y scila, llegamos a Trinacria, la hermosa isladel Sol, donde pastaban muchas vacas y ove)as gordas. -ecord' lospresagios de Tiresias y %irce y les di)e a mis hombres: /%ompaeros,escuchen mis palabras. Tiresias el tebano y %irce me han predichoque deb!a evitar a toda costa la isla de Trinacria, que alegra a losmortales, puesto que nos esperan all! grandes desgracias. 1s! lesdi)e, y todos se sintieron molesto. ur!loco, que al llegar a la islade la hechicera %irce hab!a hecho gala de proverbial prudencia, meespet, $astidiado, estas palabras: /< res cruel, #diseo= res muy

    vigoroso, y tu cuerpo no se cansa7 y debes ser de hierro, puesto queno permites que los tuyos, $atigados, amarremos la nave en esta islay tomemos la cena y durmamos aqu!. 1l alba nos pondremos enmarcha una ve2 ms. 0os dems apoyaron la mocin. ntoncescomprend! que alg;n dios nos tramaba una desgracia, y le habl' deesta $orma: / ur!loco, soy uno contra todos ustedes. (eroprom'tanme esto: si nos topamos con una manada de vacas o deove)as, ninguno matar, cediendo a la locura, ni una vaca tan solo,ni una ove)a, sino que comern lo que %irce nos dio. 1s! le di)e yellos prestaron )uramento de que lo har!an as!. 1tracamos la nave yba)amos a la isla. Mis hombres prepararon la comida, y despu's decomer y de beber, lloraron recordando a los que hab!an muerto enlas $auces de scila. 0uego el sueo se apoder de ellos. 6urantetodo un mes supl sin pausa el >oto, y nos nos $ue posibleemprender el regreso. Mientras hubo comida y ro)o vino, mishombres se abstuvieron de tocar los rebaos del Sol. 1gotados losv!veres, $abricaron an2uelos e intentaron pescar o ca2ar p)aros,puesto que el hambre nos atormentaba. o me intern' en la isla,para orar a los dioses, y ver si alguno de ellos me mostraba elcamino de regreso a la patria. Me ale)' de los m!os y me lav' lasmanos y les rogu' a los dioses del #limpo, los cuales derramaron

    sobre mis prpados el dulce sueo. mientras yo dorm!a, as! e"hortaba ur!loco a los otros: /%ompaeros, escuchen mis

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    palabras. %ualquier clase de muerte es odiosa a los hombres, peromorir de hambre es la $orma ms m!sera de cumplir el destino quetenemos )ado. Tomemos, pues, a las me)ores vacas del rebao delSol, y hagamos sacri cios en honor de los dioses que habitan en elcielo. Si nos es concedido regresar a la patria, construiremos para elSol un templo ricamente labrado. si, irritado por sus vacas, quiereel hi)o de Hiperin destruir nuestra nave, y as! lo aprueban losrestantes dioses, pre$erir!a morir tragando el agua de las olas, aconsumirme lentamente aqu!. 1s! les di)o ur!loco y los otros semostraron de acuerdo. 0uego eligieron las me)ores vacas, elevaronlas s;plicas, degollaron las reses, las tro2aron y las pusieron en losasadores. l dulce sueo abandon mis prpados en ese mismoinstante, y rumbe' hacia la nave. %uando ya estaba cerca de lacosta, me lleg el agradable aroma de la grasa. Suspirando, clam'de esta manera a los dioses eternos: /oto, y luego de este pla2o pudimosarro)ar la nave al mar. (ero no conseguimos avan2ar durante muchotiempo: el %' ro sopl sobre nosotros, y desencadenndose produ)ouna tormenta de grandes dimensiones: el viento huracanado quebrel mstil, que cay en la cabe2a del piloto, matndolo en el acto.

    nseguida se puso negro el cielo, y +eus $ulmin la nave con susrayos. Todos mis compaeros cayeron por la borda y $ueronengullidos por las olas: un dios les denegaba el regreso a la patria.

    o sin embargo me mantuve en pie en cubierta, hasta que el marabri los ?ancos de la quilla y el mstil se rompi en su unin conella. 1lcanc' a rescatar una soga de cuero que encontr' sobre elmstil7 at' mstil y quilla, y sentndome en ambos, de)' que mellevaran los perniciosos vientos. (ronto ya no sopl el violento%' ro, y sobrevino el >oto, que me arrastr toda la noche hasta quepas' nuevamente )unto a scila y %aribdis7 me mantuve agarrado

    de la higuera mientras %aribdis vomitaba el mstil y la quilla de sushorribles $auces7 no quiso +eus que me viera scila, porque de lo

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    contrario no me habr!a librado de una muerte terrible. 6urantenueve d!as anduve a la deriva, y a la noche del d'cimo los diosesme llevaron a la isla de #gigia, donde vive %alipso, la de las lindastren2as, la cual me recibi con amistad, y me o$reci su amor y suscuidado. (ero esto ya lo sabes, 1lc!noo, pues ayer te relat' loshechos en esta misma casa, en presencia de 1rete: 3para qu'repetir lo que ya se ha e"plicado claramente4

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    CANTO XIII

    %uando #diseo termin de hablar, se quedaron callados lospresentes, como si su relato los hubiera hechi2ado. (ero 1lc!nooenseguida contest:

    /o te odian los dioses, que ser!a

    di$!cil herir con el desprecio al ms antiguo y ms ilustre. mpero, siacaso los humanos te deshonran, de)o a tu arbitrio que te venguesde ellos. #bra, pues, como quieras.

    -eplic (oseidn:/ 1s! lo hab!a pensado, padre +eus, pero tem!a tu clera.

    5uiero hacer nau$ragar la hermosa nave de los $eacios, cuandovuelva a casa, y para que en el $uturo se abstengan de escoltar conbarcos a los hombres7 tambi'n quiero ocultar ba)o una granmontaa su ciudad.

    -epuso +eus, que amontona nubes:/ 0o me)or ser esto: cuando los ciudadanos desde la

    poblacin est'n mirando cmo vuelve la nave, trans$rmalo enpeasco al lado de la cosa, parecido a una nave, para que luegotodos recuerden lo ocurrido, y cubre la ciudad con una granmontaa.

    %uando oy (oseidn, que sacude la tierra, las palabras de+eus, $ue a squeria, donde viven los $eacios, y se detuvo all!.

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    Mientras la nave se acercaba, rauda, de regreso a la patria, el diosla intercept y la trans$orm en un peasco enorme, con el toque desu mano inclinada, y luego se march. 0os $eacios, que esperabanen la costa, quedaron asombrados7 entre s! se miraban, sincomprender lo sucedido. ntonces 1lc!noo les hablo:

    /

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    agrado4 >o hablemos ms de ello, que ambos somos e"pertos enastucias, pues si t; te destacas entre todos los hombres, yo soyreconocida entre los dioses. 3>o me has reconocido todav!a4 Soy(alas 1tenea, hi)a de +eus, que siempre te protege y te au"ilia entus cuitas. Dengo ahora hasta ti para $or)ar un plan para esconderestas rique2as que por mi inspiracin te dieron los $eacios, y pararevelarte los traba)os que habrs de soportar en tu morada. 6eberstolerarlos en silencio, y aguantar los ultra)es que te hagan.

    el astuto #diseo respondi:/6iosa, hasta al ms astuto le ser!a di$!cil conocerte, pues

    tomas la gura que te place. o sab!a que estabas a mi ladomientras luchaba en Troya. (ero cuando la guerra termin, partimosen las naves y un dios nos dispers, y )ams volv! a verte, hi)a de+eus. (ero dime si es cierto que he llegado a querida tierra.

    0e contest 1tenea, la diosa de o)os glaucos:/T; siempre te comportas con la misma cordura7 por eso es

    que no puedo abandonarte en la desgracia, porque eres despierto,inteligente y )usto. Te mostrar' tu tierra, para que puedas disipar tusdudas.

    1s! di)o la diosa y disip la nube. nseguida sus o)ospudieron contemplar la cumbre del boscoso monte >'rito, y la grutade las >yades, las nin$as de los r!os, a quienes #diseo sol!a hacero$rendas.

    1legrndose en su alma, #diseo bes la $'rtil tierra y di)oestas palabras:

    /in$as >yades, hi)as de +eus= >o cre! que volver!a a

    verlas. 1hora las saludo, pero pronto he de volver a hacerlessacri cios, si (alas 1tenea me conserva la vida.0a diosa de o)os glaucos respondi de esta $orma:/ >o te preocupes, #diseo, ahora, y pongamos de prisa tu

    tesoro en el $ondo de la gruta, donde estar seguro, y tramemos unplan para que todo se haga de la me)or manera. 6ebes pensar cmote vengars de los desvergon2ados pretendientes que mandan en tucasa y corte)an a tu esposa, que aunque les da esperan2as, en suinterior suspira porque vuelvas.

    l astuto #diseo contest:/

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    adora tu hi)o y a tu esposa. 0o encontrars sentado entre los cerdos,que se alimentan cerca de la -oca del %uervo, en la $uente 1retusa,y beben aguas turbias y devoran bellotas. T; si'ntate a su lado ypreg;ntale todo cuanto quieras, mientras yo voy a sparta, la dehermosas mu)eres, a buscar a Tel'maco, tu hi)o, que ha via)adohasta all! a ver a Menelao y preguntarle si su padre aun seencontraba con vida.

    0e respondi #diseo:/6iosa, 3por qu' t; misma no se lo revelaste, ya que todo

    lo sabes4 3(ara que 'l tambi'n pase muchas penurias en el mar y secoman su hacienda mientras tanto4

    contest 1tenea, la diosa de o)os glaucos:/>o debes preocuparte por Tel'maco. o misma lo escolt',

    con el propsito de que se hiciera $ama de valiente. s cierto que loacechan en su nave los pretendientes, y traman matarlo cuandoregrese a &taca. (ero te garanti2o que no lo lograrn.

    6ichas estas palabras, toc con su varita al divino #diseo.6e pronto sus cabellos se volvieron ralos, la piel se le arrug y sellenaron de lagaas sus hermosos o)os. 0o cubri con harapos suciosy rotosos, y le puso en las manos un bastn y una bolsa demendigo. 0uego se despidieron, y la diosa se march rumbo a

    sparta, donde estaba Tel'maco.CANTO XIV

    #diseo, de)ando atrs el puerto, emprendi su camino por

    el bosque, y atraves un sendero escarpado hacia el sitio donde1tenea le hab!a sealado que encontrar!a a umeo. all! encontr alporquero, )unto a la entrada de un corral muy amplio que 'l mismohab!a construido con piedras y maderos, para los cerdos del ausenterey.

    %uatro eros perra2os cuidaban a los cerdos. %uandooyeron que alguien se acercaba, corrieron a su encuentro ladrandocon violencia. 1stutamente, el h'roe de) caer el bculo en el sueloy se sent all! mismo. (ero habr!a su$rido una desgracia si elporquero no hubiera corrido tras los perros, gritndoles para que sedispersaran. umeo lo ayud a ponerse en pie, y le habl de esta$orma:

    / 1nciano, $alt poco para que en un instante mis perros tedespeda2aran, y seguro me habr!as echado a m! la culpa. Fastantesu$rimiento tengo yo, llorando a mi seor y engordando a suscerdos, para que otros los coman7 y 'l qui2s est' hambriento, yande peregrinando por pueblos y ciudades de gente e"traa quehabla e"traas lenguas, si es que aun vive y ve la lu2 del sol. (eros!gueme, anciano, vayamos a mi casa para que pueda darte decomer y beber y me cuentes qui'n eres y qu' padecimientos hassu$rido.

    1s! habl, y lo condu)o a su cabaa. 1ll! esparci en elsuelo un manto de ho)as secas, colocndole encima una abrigada y

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    gruesa piel de cabra, a manera de lecho. se alegr #diseo delrecibimiento, y di)o estas palabras:

    /

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    como te lo anuncio: #diseo vendr este mismo mes, regresar a sucasa, y all! se vengar de todos los que ultra)an a los suyos.

    0e contest el porquero:/1nciano, no tendr' que darte nada por la buena noticia, ni

    tampoco el ausente regresar a su casa. (ero bebe tranquilo ycambiemos de tema, que cada ve2 que escucho hablar de 'l, se meentristece el alma. Me)or dime qui'n eres, en qu' pa!s naciste, y porqu' ests aqu!.

    1s! lo interrog el el umeo, y #diseo cont que hab!aestado en Troya, y se invent una larga historia, llena de un sin$!n dedetalles, para que pareciera verdadera. mientras conversabansobrevino la noche, destemplada y sin luna. +eus hi2o soplar el$uerte %' ro, y derram una lluvia persistente. ntonces #diseotram un nuevo relato, para ver si el porquero le regalaba un manto:

    / scucha ahora, umeo, pues quisiera decir unas palabras,ya que me incita el vino, que hasta al ms sensato le hace sentirdeseos de cantar y re!r con alegr!a, y lo incita a bailar y a contarcosas que ms le convendr!a guardarse para s!. (ero dado que hecomen2ado a hablar, ya no me detendr'. os guiaban #diseo yMenelao, y yo era el tercero. %uando llegamos )unto a la muralla,nos ocultamos en los matorrales y nos cubrimos con nuestrosescudos. %ay la noche cruel. Soplaba un viento g'lido, y comen2a nevar. *na capa de hielo cubr!a los escudos, y todos los aqueosdorm!an en$undados en sus mantos. (ero, insensato, yo me lo hab!a

    de)ado en la cncava nave, sin prever una helada. n medio de lanoche, lo despert' a #diseo, que estaba )unto a m!, y as! le di)e:@o tra)e manto. Me enga alg;ndios cuando de)' las naves vestido con la t;nica, y ahora noencuentro $orma de evitar la desgraciaA. 1s! le di)e y 'l, astutocomo siempre, me susurr: @

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    y nada ms. %uando vuelva Tel'maco, el hi)o de #diseo, 'l te darun manto y una t;nica, y te conducir donde t; quieras ir.

    6ichas estas palabras, se levant y le prepar una camacerca del $uego al hu'sped, y la llen de pieles de ove)as y decabras. Se acost all! #diseo, y umeo le ech encima el manto queten!a para cubrirse en noches de tormenta. Se abrig y se colg laespada de los hombros, y enseguida sali de la cabaa, porque nole gustaba dormir le)os de sus queridos cerdos. se alegr #diseo alver con cunto celo umeo se ocupaba de su hacienda.

    CANTO XV

    Mientras tanto, 1tenea hab!a ido a sparta, para instar a Tel'maco a regresar a &taca. (is!strato dorm!a en el palacio, pero

    encontr a Tel'maco a su lado, despierto en medio de la noche: la

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    suerte de #diseo lo inquietaba. 1tenea, la diosa de o)os glaucos, sele acerc y le di)o:

    / Tel'maco, no es bueno que demores le)os de tu palacio,pues has de)ado all! muchas rique2as y unos hombres soberbios: nosea que se repartan tu hacienda y se la coman, y luego el via)e teresulte in;til. (!dele a Menelao, valiente en el combate, que te de)epartir, para que halles aun en tu palacio a tu madre, (en'lope, puesya su padre y sus hermanos la e"hortan a casarse con ur!maco,que supera a los otros pretendientes en ddivas nupciales. teadvierto otra cosa: los ms conspicuos de los pretendientes seencuentran emboscados, aguardando que vuelvas, en el estrechoque separa a &taca de la escabrosa Same. Se $rustrarn sus planes:t; embrcate de noche, y mant'n el nav!o ale)ado de las islas, puesel dios que te au"ilia te enviar unos vientos $avorables. %uandollegues a &taca, irs directamente a casa del porquero, el que cuidalos cerdos y te es el. (asa la noche all!, y env!alo a la ciudad paraanunciarle a tu madre (en'lope que has vuelto sano y salvo.

    Tras hablar de esta $orma, la diosa se march al le)ano#limpo. ntonces despert Tel'maco a (is!strato, y le di)o estaspalabras:

    /'stor, y engancha los caballos, paraque nos pongamos en camino=

    0e contest (is!strato:/Tel'maco, aunque estemos apurados por emprender el

    via)e, no es posible guiar a los ca