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Weber, Lukács y la Escuela de Frankfurt. Herencias no reconocidas y diferencias teóricas desde una perspectiva práctico-política. Rodolfo Gómez Introducción Nuestra intención en este trabajo será analizar las relaciones e influencias no siempre reconocidas entre el pensamiento de Max Weber y el de algunos de los autores más importantes y paradigmáticos del llamado “marxismo occidental”. Partiremos para ello del análisis de los “Escritos Políticos” de Weber, para pasar luego a intentar establecer puntos de continuidad y diferenciación con la obra teórica de Gÿorgy Lukács y con las del -por muchos considerado- “núcleo interior” de la llamada escuela de Frankfurt personificado en los desarrollos teóricos de Adorno y Horkheimer. Ha sido reconocida la influencia del pensamiento de Weber en las posteriores formulaciones lukácsianas en la medida que es sabido que el húngaro estudió con el propio Weber y con otro de los autores “clásicos” de la sociología europea como Simmel. Esta deuda intelectual ha sido menos reconocida en el caso de la llamada escuela de Frankfurt, sobre todo luego de las fuertes acusaciones que realizara Horkheimer sobre gran parte de la sociología y la filosofía de ese tiempo ubicada dentro de los cánones de un pensamiento “tradicional” que se oponía al desarrollo del programa de la “teoría crítica”. Se hace necesario como punto de partida para nuestra indagación situar históricamente el inicio teórico de tal discusión. Para el caso de Max Weber, ya que tomaremos sus “Escritos Políticos”, situaremos a su pensamiento en el momento de entreguerras. Para el caso de Lukács y de los de Frankfurt tomaremos como punto de partida los años veinte del siglo pasado, aunque no podremos evitar tener en cuenta los períodos de ascenso, caída del nazismo y el período de posguerra. En cualquiera de los casos nuestros parámetros de comparación tendrán que ver con posiciones tanto filosóficas como sociológicas, políticas e históricas. Un elemento importante en un sentido histórico y filosófico a tener en cuenta para nuestra discusión será la caída en descrédito durante los años veinte de la propia filosofía hegeliana –tal vez una no casual coincidencia con varias expresiones teóricas de las dos últimas décadas del siglo XX- al mismo tiempo que se producía un ensalzamiento de ciertas “fórmulas” kantianas; sobre todo en aquellas discusiones que intentaron establecer puntos de contacto y de diferenciación entre las ciencias sociales y las naturales y entre las posiciones que relacionaban estas esferas con la de una ética atravesada por la problemática de la responsabilidad en el uso de medios y fines. Para este caso intentaremos sostener que, así como la perspectiva que utilizaban como forma de representación del mundo los griegos en la época “clásica” retorna en el renacimiento de un modo modificado en un sentido propiamente “naturalista”, la filosofía neokantiana que retorna “triunfante” desde los albores del siglo XX hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial privilegia sobre todo aquellos aspectos del pensamiento de Kant más proclives a cierto empirismo. Trataremos de demostrar que esta influencia, decisiva en el pensamiento de Weber, aparece también en Lukács y en la Escuela de Frankfurt aunque de un modo lo suficientemente modificado como para crear las condiciones (hegelianas y luego marxistas) de su propia superación.

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  • Weber, Lukcs y la Escuela de Frankfurt. Herencias no reconocidas y diferencias tericas desde una perspectiva prctico-poltica.

    Rodolfo Gmez

    Introduccin

    Nuestra intencin en este trabajo ser analizar las relaciones e influencias no siempre reconocidas entre el pensamiento de Max Weber y el de algunos de los autores ms importantes y paradigmticos del llamado marxismo occidental. Partiremos para ello del anlisis de los Escritos Polticos de Weber, para pasar luego a intentar establecer puntos de continuidad y diferenciacin con la obra terica de Gorgy Lukcs y con las del -por muchos considerado- ncleo interior de la llamada escuela de Frankfurt personificado en los desarrollos tericos de Adorno y Horkheimer. Ha sido reconocida la influencia del pensamiento de Weber en las posteriores formulaciones lukcsianas en la medida que es sabido que el hngaro estudi con el propio Weber y con otro de los autores clsicos de la sociologa europea como Simmel. Esta deuda intelectual ha sido menos reconocida en el caso de la llamada escuela de Frankfurt, sobre todo luego de las fuertes acusaciones que realizara Horkheimer sobre gran parte de la sociologa y la filosofa de ese tiempo ubicada dentro de los cnones de un pensamiento tradicional que se opona al desarrollo del programa de la teora crtica. Se hace necesario como punto de partida para nuestra indagacin situar histricamente el inicio terico de tal discusin. Para el caso de Max Weber, ya que tomaremos sus Escritos Polticos, situaremos a su pensamiento en el momento de entreguerras. Para el caso de Lukcs y de los de Frankfurt tomaremos como punto de partida los aos veinte del siglo pasado, aunque no podremos evitar tener en cuenta los perodos de ascenso, cada del nazismo y el perodo de posguerra. En cualquiera de los casos nuestros parmetros de comparacin tendrn que ver con posiciones tanto filosficas como sociolgicas, polticas e histricas. Un elemento importante en un sentido histrico y filosfico a tener en cuenta para nuestra discusin ser la cada en descrdito durante los aos veinte de la propia filosofa hegeliana tal vez una no casual coincidencia con varias expresiones tericas de las dos ltimas dcadas del siglo XX- al mismo tiempo que se produca un ensalzamiento de ciertas frmulas kantianas; sobre todo en aquellas discusiones que intentaron establecer puntos de contacto y de diferenciacin entre las ciencias sociales y las naturales y entre las posiciones que relacionaban estas esferas con la de una tica atravesada por la problemtica de la responsabilidad en el uso de medios y fines. Para este caso intentaremos sostener que, as como la perspectiva que utilizaban como forma de representacin del mundo los griegos en la poca clsica retorna en el renacimiento de un modo modificado en un sentido propiamente naturalista, la filosofa neokantiana que retorna triunfante desde los albores del siglo XX hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial privilegia sobre todo aquellos aspectos del pensamiento de Kant ms proclives a cierto empirismo. Trataremos de demostrar que esta influencia, decisiva en el pensamiento de Weber, aparece tambin en Lukcs y en la Escuela de Frankfurt aunque de un modo lo suficientemente modificado como para crear las condiciones (hegelianas y luego marxistas) de su propia superacin.

  • El Max Weber de los Escritos Polticos

    El trasfondo histrico en el que Weber debate a lo largo de sus Escritos Polticos corresponde a un perodo que se inicia durante el Imperio y llega a la Repblica de Weimar, perodo problemtico atravesado por diferentes formas polticas de gobierno. Un tema que desde nuestra perspectiva no es menor para tratar de interpretar el pensamiento poltico weberiano de esa poca, tiene que ver con la filiacin poltico partidaria de este autor. Weber era miembro del partido Popular Progresista, un desprendimiento de sectores liberales republicanos escindidos del partido Nacional-liberal. El punto de vista de este partido intentaba combinar la defensa de un tipo de democracia, la liberal, en el marco del funcionamiento de una nacin o de un estado-nacin que deba garantizar la forma de organizacin (tcnico-burocrtica) necesaria para el funcionamiento de una sociedad que se haba tornado ms compleja. Encontramos aqu dos cuestiones que son esenciales a la hora de pensar en la sociologa y las posturas polticas weberianas. Por un lado, el planteo de la necesidad de la organizacin del tipo tcnico-burocrtico, que por ms que Weber indica que es algo a controlar desde la propia esfera de lo poltico, tambin es cierto que es algo que entiende casi en un sentido de necesariedad y de neutralidad para la organizacin social e incluso para un estado que funcionara institucionalmente como una empresa1. Por el otro, el planteo de necesidad de existencia de una serie de acciones derivadas de imperativos ticos dadas en las diferentes esferas de funcionamiento social. La nocin de nacin, estrechamente ligada al ordenamiento posible por parte de la institucin estado-nacin, Weber la piensa en estrecha ligazn con la emergencia de la organizacin burocrtica pero contrapesada con las acciones racionales con arreglo a valores derivadas de otras esferas culturales- de funcionamiento social. Por eso tambin en Weber se encuentra cierto nacionalismo, cierto pensamiento en torno al funcionamiento de la nacin en tanto tradicin cultural, en tanto valores. Es as que en el texto que abre a sus Escritos Polticos Weber realiza un balance pos-Bismarck, donde si bien deja sentadas sus posiciones liberales, tambin tiene en cuenta en trminos realistas que dicho liberalismo debe pensarse en relacin a las formas histricas de funcionamiento social en la naciente nacin germnica; es decir, que no debe dejarse de tener en cuenta cierta forma de dominio tradicional y carismtica que era precisamente la que Bismarck encarnaba y que debe encontrar en este perodo histrico su lugar. La encrucijada en la que se encuentra la formulacin weberiana entonces tiene que ver con la constatacin emprica del traspaso a una sociedad ms compleja, que necesita de procesos y procedimientos institucionales tcnico-burocrticos ms complejos como forma de organizacin, y por otro lado con la necesidad de no caer en el frreo estuche de la burocracia y en un fuerte proceso de desencantamiento del mundo que destruya el tradicional funcionamiento institucional. Una encrucijada entre el andar del proceso civilizatorio y el funcionamiento social cultural tradicional. Weber entiende que no puede dejarse completamente de lado, ms all del desarrollo tcnico-burocrtico de la sociedad, la forma de dominio carismtica; pero no encuentra que

    1 WEBER, Max, Burocracia y caudillaje poltico (1.Burocracia y poltica) en Escritos polticos,

    Alianza, Madrid, edicin preparada por Joaqun Abelln; y WEBER, Max: Escritos Polticos, Folios, Mxico, 1984, edicin preparada por Jos Aric, pp.76.

  • dicha forma pueda sostenerse satisfactoriamente a partir de un gobierno autoritario. Necesitar entonces articular su concepto de nacin con una forma de gobierno liberal. Esto tiene que ver con el proceso de formacin del estado alemn y en cmo este impact en el liberalismo local, generando contradicciones y tensiones entre sus aspiraciones a la democratizacin y la unificacin nacional. Esta tensin entre nacin y democracia permaneci en el seno del liberalismo alemn a lo largo de todo el perodo, hasta el momento de la Constitucin de la Repblica de Weimar. En los escritos posteriores, y ante lo que Weber ve como imposibilidad del Kiser de presentarse como un relevo legtimo a la gestin de Bismarck anclada en un tipo de dominacin carismtica, comienza a aparecer un viraje ms marcado a sostener una forma de gobierno que de alguna manera apoye al dominio de tipo tradicional a partir de una monarqua constitucional. Esto puede verse ms claramente en el texto ms conocido de este conjunto, Parlamento y gobierno en una Alemania reorganizada de 1918, donde el autor argumenta en favor de un parlamento fuerte como manera de contrapesar los poderes burocrticos regionales expresados en la mayora del Bundesrat dominada por Prusia.2 Sin embargo, que en Weber la concepcin de democracia se encuentra en estrecha relacin con su idea de nacin, queda ms claramente planteada en textos como El estado nacional y la poltica alemana donde brega por la defensa de una concepcin econmica subordinada a un superior concepto de nacin, como en otro de 1916, Alemania entre las potencias europeas, y en Sistema electoral y democracia en Alemania donde su defensa de la expansin del sufragio universal a las diferentes regiones alemanas se encuentra tambin subordinada al intento de controlar las plutocracias derivadas de las fuertes burocracias regionales. Sin haber desarrollado aqu todava su concepcin de democracia plebiscitaria del lder, esta comienza a esbozarse aunque articulada con una expansin de sufragio universal que no deja nunca de lado el principio del pequeo nmero.3 Queda as ms ntidamente delineado el intento de Weber por pensar un proceso de institucionalizacin en torno al espacio territorial delimitado legtimamente por el estado nacional- de las masas en el marco de una democracia funcionando en correlacin con un conjunto de organizaciones burocrticas. Es en este sentido que en el artculo -mencionado- Parlamento y gobierno en una Alemania reorganizada, Weber va a bregar por la existencia de un organismo parlamentario fuerte. La misma posicin, y en un sentido similar, va a sostener en un texto posterior, La futura forma institucional de Alemania, aunque como en este texto ya Weber apareca como uno de los futuros redactores de la Constitucin de la Repblica de Weimar; no quedaba planteada aqu la necesidad de existencia de un parlamento fuerte en relacin a una monarqua constitucional sino ms bien en relacin a una forma de gobierno republicana y representativa sustentada en una figura carismtica y de mucho peso poltico. Puede verse aqu en un sentido comparativo, a lo largo de estos textos, como opera en Weber la articulacin entre la relacin medios-fines en sus opiniones polticas, donde la forma de organizacin poltica por la que brega obedece por un lado a un absoluto realismo pero tambin a una concepcin tica determinada por su idea de nacin potencia, supeditando las posturas polticas liberales a la cuestin nacional. Por eso es que no puede entenderse en Weber su idea de democracia desconectada de los momentos

    2 WEBER, Max, Parlamento y gobierno en una Alemania reorganizada, en Escritos Polticos, Alianza, p.276.

    3 WEBER, Max, Sistema electoral y democracia en Alemania en Escritos Polticos, Mxico, Folios, 1984.

  • histricos constitutivos del estado nacional en Alemania y donde su forma de pensar la poltica se articula con lo histrico dando un punto de fuga tambin hacia su pensamiento sociolgico, el que a su vez se encuentra entrelazado con la discusin en torno de la contraposicin medios-fines que se presenta en los debates que -desde Rickert- se desarrollaban en esa poca.4 Lo poltico es visto de modo realista como condicin de posibilidad de la forma del funcionamiento social. Y esta es vista desde un punto de vista kantiano- como una articulacin entre distintas esferas sociales relativamente independientes que extraen de su interior las propias normas de funcionamiento. Esta articulacin, sin embargo, se produce dentro de un territorio determinado y en la medida que debe sostenerse ordenadamente a partir de una idea de eficiencia dada por el desarrollo de la racionalidad burocrtica. Esta descripcin, por supuesto en Weber, resulta metodolgicamente de la relacin entre procesos de interpretacin y de observacin, de all el realismo y de all la influencia filosfica kantiana reinterpretada en un sentido menos trascendental y ms emprico, como concepcin de poca. Sin embargo, su visin de la expansin de la burocracia y de los procesos de racionalizacin que esta conlleva como es sabido es vista con cierta preocupacin en la famosa metfora del estuche frreo, con lo que aparece aqu la necesidad de aparicin de otras acciones que sin dejar de ser racionales contrapesen de alguna forma este proceso de racionalizacin burocrtico tpico de la organizacin de las sociedades complejas (un proceso de traspaso, que observ casi toda la sociologa de la poca desde Simmel y Tnnies, pasando por Robert Park o George Mead en los Estados Unidos).5 Desde el punto de vista de la tipologa del dominio desarrollada por Weber, la forma racional-legal, formalista tpica de las organizaciones burocrticas, y desplegada en las formas de accin racional con arreglo a fines debe contrapesarse con otras formas de dominio sustentadas en acciones de tipo racional con arreglo a valores, como ser la del tipo carismtico de dominio. Se presenta aqu la necesidad emprica de dar cuenta del funcionamiento social, pero previendo ciertas consecuencias de la racionalizacin y sosteniendo la necesidad de un deber ser anclado en valores que sirva de contrapeso y funcione equilibrando los propios problemas generados por la racionalizacin tcnico-burocrtica.6 En cualesquiera de los dos sentidos mencionados, en el de la expansin del dominio tcnico-burocrtico, como en el de necesidad de funcionamiento de una organizacin social sostenida en el tiempo a lo largo de un territorio determinado, es decir, en la concepcin de nacin y de estado-nacin- weberiana; la nocin de democracia y de la forma poltica que esta adquiere, no se presenta ticamente como un fin en si mismo sino como un medio que sirve a la consecucin de un ideal nacional, aunque este sea adems- liberal.

    La influencia weberiana en Lukcs

    4 Cfr.HABERMAS, Jrgen, La lgica de las ciencias sociales, Madrid, Tecnos, 1996 y De Lukcs a Adorno:

    la racionalizacin como cosificacin en Teora de la Accin Comunicativa (Parte 4, Tomo 1), Madrid, Taurus, 1999. 5 Cfr.al respecto CAMBIASSO, Norberto y GRIECO Y BAVIO, Alfredo, Das Felices. Los usos del orden:

    de la escuela de Chicago al Funcionalismo, Buenos Aires, Eudeba, 1999. 6 Cfr. HABERMAS, Jrgen, De Lukcs a Adorno: la racionalizacin como cosificacin en Teora de la

    Accin Comunicativa (Parte 4, Tomo 1), Madrid, Taurus, 1999.

  • Como anteriormente mencionamos, es conocido que Lukcs desarroll estudios en Alemania tanto con Weber como con Simmel, lo que muchas veces le ha valido el calificativo de weberiano, hegeliano y humanista por parte de algunos de sus crticos. Para nuestros fines sin embargo no abundaremos en estas discusiones sino ms bien nos limitaremos a sealar la posicin que con respecto al conocimiento se encuentra en Lukcs. Esto es, dar cuenta de las mutaciones histricas que haba venido sufriendo la sociedad capitalista desde los tiempos en que Marx la haba teorizado, valindose para ello de diversas herramientas conceptuales que no dejaran de ser materialistas. Si entendemos esto, podemos entender entonces el por qu de las afirmaciones de Lukcs en torno del marxismo ortodoxo o el por qu sostuvo que en tanto el marxismo no ampliara sus horizontes disciplinarios estaba muerto, tambin podemos entender sus reinterpretaciones tanto de Weber como de Kant o Hegel. No es que Lukcs fuera kantiano o weberiano o hegeliano, principalmente era materialista y marxista, pero como tal no poda dejar de lado otras nociones que encajaran en un aparato conceptual materialista (totalizadora) que se preguntase por las consecuencias prcticas de la teora. A partir de aqu podemos decir por supuesto que Lukcs observ en su momento el proceso de complejizacin social descrito tanto por Weber como por Simmel y que desemboc en el profundo anlisis del primero en relacin a la expansin de la burocracia y a los procesos de racionalizacin social anclados en una extensin de los tipos de accin racional con arreglo a fines; pero que sin embargo- los reformul en un sentido diferente. Lo mismo podra decirse del autor hngaro en relacin a la filosofa hegeliana, aunque aqu habra que hacer las salvedades del caso en tanto que Lukcs toma muchas de estas categoras de la obra del propio Marx antes que de Hegel, por lo que entonces tendramos que sostener una discusin acerca de los usos que Marx hizo de la obra hegeliana, discusin que supera los propsitos de este texto. Hablamos entonces de la relacin que se presenta en la obra de Lukcs entre Weber y Marx, y esta relacin se hace presente en la teora de la cosificacin de la conciencia del proletariado. Por supuesto que encontramos en esta teora elementos categoriales que no remiten del todo a Weber, tanto en la forma en que se toma el concepto de conciencia como en la categora de proletariado que remite a una nocin de clase que no figura en Weber en el sentido marxista del trmino. Y es que aqu Lukcs es fiel al pensamiento de Marx, pensamiento del que extrae sus enseanzas directamente de las formulaciones presentes en El Capital. Porque si bien observa el proceso de complejizacin y de expansin del dominio tcnico-burocrtico anclado en la extensin de las acciones racionales con arreglo a fines, lo hace en relacin a la expansin del propio capitalismo y ms especficamente de la expansin de la forma mercanca tal como se presenta en ese momento histrico del capitalismo. La novedad en la exposicin de Lukcs con respecto a Weber y a Marx es que articula desde el marxismo una teora de la racionalizacin social burocrtica partiendo de la teora marxiana del desarrollo del modo de produccin capitalista. La expansin de la burocracia, de las instituciones complejas y de su racionalidad con arreglo a fines est ntimamente ligada a la expansin de la forma mercanca y al proceso de divisin del trabajo creado por esa misma expansin, a su valorizacin en tanto desarrollo del capital; con el agregado de que esta expansin ahora llegaba al conjunto de las esferas sociales mucho ms completamente de lo que haba podido observar Marx. Es as que esta nocin de calculabilidad relacionada con el fetichismo propio de la expansin de la mercanca en la sociedad capitalista se extiende a producir una cosificacin de las relaciones sociales, un

  • extraamiento de los productos producidos respecto de sus productores en tanto que objetivacin y cosificacin, que extendida se hace presente en las propias relaciones entre los productores e incluso en el conjunto de los intercambios humanos. En Weber, ms all que la expansin de la racionalidad con arreglo a fines no se expresa en un sentido de expansin de la calculabilidad capitalista producto de la generalizacin de la produccin de mercancas, el crecimiento de la racionalidad tcnico-burocrtico al conjunto de las esferas de funcionamiento social -si bien inevitable en las complejas sociedades modernas- conlleva tambin el peligro de desembocar en el denominado estuche frreo de la burocracia que debe ser contrapesado con la aparicin de acciones de tipo racionales con arreglo a valores provenientes de imperativos de accin anclados en creencias y tradiciones culturales. Algunas cuestiones al respecto. Primero, que no encontramos en la formulacin weberiana ningn tipo de observacin que apelando a una conciencia de cuenta de una cosificacin de la misma. Segundo, que entonces el problema terico que se plantea es que no puede explicarse el proceso de generacin y de legitimacin- de las creencias y tradiciones; un problema muy caro a mucha de la tradicin empirista en general con honrosas excepciones. Tercero, que en la exposicin weberiana nos encontramos con una nocin ms bien de contrapeso, de bsqueda de equilibrio en tanto que culturalmente los procesos de racionalizacin llevan a una instancia de desencantamiento del mundo producto de la ruptura de las cosmovisiones unitarias premodernas. Cuarto, que ese contrapeso Weber lo sita institucionalmente, en trminos de existencia de pequeas contraposiciones entre acciones provenientes de distintas esferas, pero que se contrapesan en un sentido que parte de las acciones morales, o de los valores y creencias sustentados privadamente que se hacen pblicos pero slo en la figura del lder carismtico aclamado plebiscitariamente; y aqu es notoriamente kantiano en tanto que ve lo poltico como algo proveniente de la esfera de lo moral, a su vez anclado en una normativa formal. Lukcs en cambio, si bien va a tomar esta dicotoma entre racionalidad con arreglo a fines y a medios aunque dejando de lado la contraposicin con las acciones racionales con arreglo a valores, comienza con una crtica desde una perspectiva hegeliana en el sentido de la crtica al procedimentalismo sin contenido- al formalismo de la tica kantiana planteando la distincin que hace el propio Marx entre la igualdad formal y la desigualdad que se observa materialmente en las sociedades capitalistas. Desde aqu, la crtica se proyecta en un claro sentido poltico, aunque no en el mismo sentido que Kant podra entenderlo, sino en una posicin donde lo poltico no extrae sus marcos de accin de la moral privada sino de la tica pblica tras la persecucin de la vida buena; por eso no desemboca en una nocin de equilibrio sino en una que da cuenta de la existencia de contradicciones, an al interior de la burocracia. Nuevamente nos encontramos con una visin marxista que lee en un sentido material a la dialctica hegeliana. Si la extensin del proceso de valorizacin del capital en tanto expansin de la mercanca, su proceso de desarrollo y su valorizacin, da cuenta de los intentos de los capitalistas por extender el proceso de extraccin de plusvalor en relacin a las clases explotadas, proceso que se extiende a la sociedad en su totalidad; ese proceso se encuentra tambin con resistencias expresadas al interior del proceso tambin como totalidad. Las consecuencias concretas de esta posicin terica se presentan a partir de una dialctica hegeliano-marxista que supone una nocin de totalidad y de contradiccin, la crtica se presenta - internamente y no externamente como en la posicin kantiana- al conjunto del sistema social presentando sus propias contradicciones, no hay entonces

  • estabilizacin o tendencia al equilibrio sino conflicto y antagonismo; y es un conflicto que es poltico, econmico y sociolgico al mismo tiempo ya que es un conflicto que atae a la totalidad. En un sentido emprico esta tendencia se presenta y se desarrolla, pero no est determinada en trminos absolutos sino abierta tambin a las acciones de los actores determinados por el funcionamiento social donde se expresa la fetichizacin y la cosificacin. Encontramos aqu un enfoque que da cuenta en un sentido dialctico y materialista de las contradicciones sociales que se presentan entre la dinmica de la accin y la estructura social y tambin entre las diferentes prcticas de los diferentes actores determinados a su vez por el lugar desigual y no slo diferente- que ocupan en la estructura social. La nocin weberiana de racionalizacin se reformula a partir de la expansin de los imperativos provenientes de la esfera del trfico mercantil y del trabajo social y por lo tanto unida al desarrollo del modo de produccin capitalista en la reciente configuracin de la sociedad capitalista tarda dominada por la racionalidad burocrtica y por la expansin de la tcnica, lo que supone para Lukcs un proceso estructural de tendencia a la despolitizacin. La solucin a esto tambin se diferencia de la posicin weberiana, ya que en este nos encontramos con un freno que parte de las acciones racionales con arreglo a valores tendientes a producir un equilibrio mientras que en el hngaro nos encontramos con una posicin directamente poltica que ve en el partido poltico al mediador entre los imperativos de accin y de racionalizacin provenientes de la esfera del trfico mercantil y del trabajo social y las acciones desplegadas por el sujeto de la transformacin, en este caso el proletariado; aunque esta mediacin tambin a diferencia de Weber- no lleva a ningn equilibrio sino ms bien a una transformacin de la sociedad desplegada incluso al interior de la organizacin burocrtica7. No ve Lukcs todava aqu (en un texto como Historia y conciencia de clase), cosa que si aparecer en escritos posteriores, una posibilidad de mediacin transformadora ms all del propio partido como forma de descosificacin.8

    Weber, Lukcs y los crculos frankfurtianos

    Es vox populi que el origen a inicios de los aos 20 del siglo pasado- del Instituto de Investigaciones Sociales de Frankfurt est muy emparentado con el intento de reactualizar el marxismo (incluso por aquella poca hubo quienes lo denominaron Instituto de marxismo), de repensar algunas de sus categoras para dar cuenta de las transformaciones que iban dndose en la estructura de la sociedad capitalista. Esto tena que ver con un determinado clima de poca intelectual pero tambin y en relacin a aquello- con un momento histrico de gran conflictividad social. Atrs haba quedado en Alemania el frustrado intento de la revolucin espartaquista encabezada por Rosa Luxemburg, teniendo como prolegmeno las discusiones presentes en el marco de la

    7 Cfr.al respecto LUKACS, Gorgy, Historia y Conciencia de clase (Dos Tomos), S/d, Sarpe, 1985 tambin

    HABERMAS, Jrgen, De Lukcs a Adorno: la racionalizacin como cosificacin en Teora de la Accin Comunicativa (Parte 4, Tomo 1), Madrid, Taurus, 1999 y KEANE, John, La vida pblica y el capitalismo tardo. Madrid, Alianza, 1992. 8 Esta posibilidad, con algunas varias referencias a procesos de democratizacin y socializacin que parten de

    muchas de las clases y grupos subalternos hacia horizontes autogestionarios, aparece en este autor en sus ltimos escritos, luego de haber sorteado e incluso ajustado cuentas con la censura estalinista. Cfr. al respecto los escritos inditos en muchos casos- de Lukcs en INFRANCA, A., VEDDA, M. (Comps.) , Lukcs. Testamento Poltico. Y otros escritos sobre poltica y filosofa, Buenos Aires, Eds.Herramienta. 2003.

  • Segunda Internacional que prevean de una o otra manera- la cada del capitalismo y la emergencia de un nuevo tipo de sociedad. Momento histrico que coincida con un ascenso de las fuerzas de la reaccin, que se manifestaban con toda claridad en el fascismo italiano y que presentaban incluso un fuerte ascendente sobre numerosos grupos de proletarios; precisamente el sujeto de la transformacin del marxismo. Es as que la procura, por parte de los miembros del Instituto, de reactualizacin del marxismo pretendi ser al mismo tiempo un regreso a las propias fuentes y por el otro un proceso de apertura hacia otras disciplinas y autores, de modo de poder explicar de un modo materialmente correcto el funcionamiento de esa sociedad, el por qu de la adhesin que el fascismo suscitaba en las masas y las posibilidades de transformacin que se abran para los sectores sociales postergados. Hasta aqu nos encontramos con una posicin terica coincidente con la bsqueda que tambin Lukcs haba iniciado, y es por eso que los de Frankfurt leen al propio Lukcs sobre todo en lo que respecta a su teora de la cosificacin de la conciencia producto de la expansin de la produccin mercantil y de la racionalidad tcnico-burocrtica. Pero a diferencia de este, cuyas influencias haban sido tanto Weber como Simmel y Marx, la influencia weberiana en Frankfurt aparece tamizada por el filtro lukcsiano, aunque encontraremos cuestin que desarrollaremos a posteriori- que esta influencia se encuentra tambin reformulada.9 Volviendo a Frankfurt. Si Marx, partiendo de la crtica a Hegel y a la filosofa idealista alemana de su tiempo, haba establecido las bases para la elaboracin de un punto de vista materialista que articulado con una nueva crtica, la de la economa poltica, podra dar cuenta del funcionamiento de la sociedad en ese momento histrico, de modo tal de establecer tambin las condiciones de posibilidad de su propia transformacin; ese punto de partida en Marx no es el punto de partida de una disciplina autnoma sino de la articulacin de toda una serie de disciplinas que permitieran la construccin de la teora. En ese sentido, los de Frankfurt haban comprendido el error en los reduccionismos economicistas presentes en los debates de la Segunda y a posteriori- la Tercera Internacional Comunista. Y con la llegada de Horkheimer a la direccin del Instituto, las reflexiones histricas comenzaron a articularse con otras que indagaban en lo cultural, en lo artstico y en lo ideolgico; sin renegar por cierto del elemento explicativo tambin econmico. El conjunto adems no implicaba el dejar de lado la reflexin filosfica y epistemolgica. Podra decirse que fue Marx el primero en desarrollar, una teora crtica materialista del modo de produccin capitalista como una totalidad social organizada. Pero no le interes establecer, por lo menos desde un punto de vista absoluto, los preceptos epistemolgicos de esa misma teora. Es en los escritos de Karl Korsch y de Gorgy Lukcs donde pueden encontrarse tales fundamentos. As lo entendi Horkheimer, y sobre esta base, construy el programa de investigacin de la llamada Teora Crtica.10 Este primer programa de investigacin, se articulaba, como dijimos anteriormente, en torno a tres disciplinas, a saber: la economa poltica, la psicologa social y una teora sociocultural de la sociedad de masas.

    9 Cfr.al respecto. JAY, Martin, La imaginacin dialctica. Una historia de la Escuela de Frankfurt, Buenos

    Aires, Taurus, 1991; tambin HABERMAS, Jrgen, Ensayos Polticos, Barcelona, Pennsula, 1994. 10

    Cfr.al respecto HONNETH, Axel, Teora Crtica en GIDDENS y otros La teora social hoy, Madrid, Alianza, 1995.

  • El aporte de la economa poltica parta de las tesis del capitalismo de Estado de Friedrich Pollock, y tena la particularidad de ser una tesis que serva para explicar tanto el funcionamiento de las economas capitalistas como tambin el de la naciente economa sovitica, siendo que tambin expresaba una crtica hacia ambas formas de organizacin social. Tomando en cuenta las formulaciones que Lenin hiciera en El imperialismo como etapa superior del capitalismo, en relacin al traspaso de una primera formacin capitalista ms orientada a la pequea propiedad a una segunda formacin donde la organizacin reposaba en empresas monoplicas que tendan a invadir esferas de funcionamiento social antes ms autnomas; la tesis del capitalismo de Estado daba cuenta de un cambio estructural dentro del capitalismo pero que se extenda tambin a las sociedades de tipo sovitico y que indicaba una mayor presencia del Estado tanto en la esfera de la organizacin de la economa como en gran parte del resto de las esferas de funcionamiento social. Este traspaso de un capitalismo organizado en torno a la pequea propiedad a un capitalismo de tipo monopolista, organizado a partir de la intervencin estatal y de la gran empresa monopolista (que Pollock define siempre en una estrecha relacin con el Estado), iba a tener en la interpretacin de estos autores- consecuencias en la forma de la organizacin familiar. Para dar cuenta de ello se planteaba como necesaria la incorporacin de toda una serie de reflexiones provenientes del campo de la psicologa social, de modo tal que articuladas con las conceptualizaciones econmicas mencionadas pudieran explicar la repercusin de la transformacin estructural en la psicologa y modos de comportamiento cotidianos. No casualmente la estructura familiar se planteaba una divisin interna del trabajo en un sentido patriarcal, de modo que el homme era a su vez bourgueois y -en el espacio pblico- citoyen. Es a partir de este cambio de las condiciones estructurales, en el traspaso de un capitalismo librecambista basado en la pequea propiedad a un capitalismo de tipo monopolista e imperialista, que se produce una transformacin en la misma estructura familiar. El pequeo propietario -el bourgueois- pierde facultades individuales al ser su propiedad absorbida por la dinmica de este capitalismo tardo basado en la existencia de monopolios; perdiendo tambin su derecho de ciudadana y su independencia. Estas diferentes prdidas, segn las investigaciones que entonces desarrollaba en Frankfurt Erich Fromm, terminan socavando su propia autoridad familiar y generando una bsqueda de autoridad por parte de los distintos miembros de la familia en las instituciones externas creadas por la sociedad de masas. Este programa de investigacin de la Teora Crtica, desde el marco terico provisto por una suerte de marxismo interdisciplinario, pretenda dar cuenta tanto del funcionamiento de una sociedad capitalista que haba sufrido transformaciones estructurales como de las nuevas formas de control social que dicha sociedad desplegaba. Si bien muchas de estas formulaciones tomaban en consideracin los desarrollos lukacsianos sobre los procesos de cosificacin de la conciencia y de reificacin social, tambin puede sostenerse que en los autores de Frankfurt encontramos aqu un hincapi mayor en los procesos de racionalizacin tcnico-burocrticos extendidos a la propia razn social que en la propia expansin de esos procesos de la mano de la expansin de la produccin mercantil y del fetichismo que ella conlleva. No queremos afirmar aqu que los autores de Frankfurt hayan dejado de pensar que las vidas de los sujetos no se desarrollaran en un modo de produccin capitalista, pero s que el hincapi al explicar los procesos de alienacin social estuvo ms puesto en la expansin de una racionalidad instrumental

  • cerrada sobre s y expandida al conjunto social que en la expansin de un fetichismo de la mercanca que tena inscrito el propio dominio de dicha forma de racionalidad.11 Esto, que aparece ms o menos esbozado en estos primeros escritos, aparece desarrollado de una manera incluso ms radical en la que tal vez sea la obra ms conocida de Adorno y Horkheimer, la Dialctica de la Ilustracin. Aqu el programa del texto se despliega a partir de una tesis principal, la de que mito e Ilustracin se encuentran extrelazados desde el inicio de los tiempos y son la representacin ineluctable del dominio de la razn instrumental, que se expresa en las caractersticas que toman las esferas de funcionamiento social ejemplificadas en los distintos captulos dedicados a las esferas de la ciencia (en el captulo uno de Mito e Ilustracin), la moral (en el captulo dedicado a Kant, Sade y Nietszche) y el arte (en el dedicado a La industria cultural). Desde el punto de vista de los autores, al extenderse el dominio de la racionalidad instrumental a la misma esfera de la ciencia se pierde la posibilidad de desarrollo de un nueva teora crtica de la sociedad.12 Para uno de los principales exponentes de la llamada segunda generacin de la escuela de Frankfurt, Jrgen Habermas, esta posicin representa el segundo giro idealista de esta primera generacin (en la medida que muchas de estas tesis tambin aparecen en un texto posterior de Marcuse como es El hombre unidimensional), ya que en estas posturas -que tienden a dar cuenta de un momento histrico de profunda desesperacin y barbarie durante (e incluso a posteriori) la Segunda Guerra Mundial- suponen una expansin de la tcnica, la burocracia, la racionalidad instrumental al conjunto del sistema social sin encontrar un punto de salida que parta de las acciones de los sujetos individuales (como el ciudadano) o colectivos (como el proletariado), de la crtica social (como en el caso del marxismo o de alguna otra teora crtica inscrita en el marco de la produccin cientfica e incluso filosfica) o de algn tipo de institucin (como por ejemplo en Lukcs podra ser el partido poltico). Cierto es que tanto Adorno, Horkheimer o el propio Marcuse revisaron en textos posteriores algunas de estas posiciones; pero para Habermas (sobre todo en el caso de los dos primeros) con resultados cuyas consecuencias prctico polticas seran insuficientes, dado que se articulan o bien en una dialctica de tipo negativa con escasas consecuencias prcticas o bien en una relacionada posicin esteticista de tipo nietszscheano.13

    Conclusiones

    Como tratamos de ejemplificar en estas pginas, podra decirse que encontramos una influencia del pensamiento de Weber en estos autores marxistas posteriores. Algo reconocido para el caso de Lukcs aunque no tanto para el de autores ligados a la llamada escuela de Frankfurt como Adorno, Horkheimer o Marcuse, que muchas veces desplegaron en muchos de sus textos innumerables crticas a las posiciones weberianas. Lo que pretendimos demostrar es que la influencia se present aunque con notables diferenciaciones tanto epistemolgicas como metodolgicas y filosficas.

    11 Cfr.HORKHEIMER, Max, Crtica de la razn instrumental en Teora Crtica, Barcelona, Amorrortu, 1990.

    12 Cfr.al respecto la obra cuyo ttulo aparece mal traducido en la versin castellana, ADORNO, Theodor y

    HORKHEIMER, Max, Dialctica del Iluminismo, Buenos Aires, Sudamericana, 1997. 13

    Cfr.al respecto HABERMAS, Jrgen, De Lukcs a Adorno: la racionalizacin como cosificacin en Teora de la accin comunicativa, (Parte 4, Tomo 1), Madrid, Taurus, 1999 y tambin del mismo autor Adorno y Horkheimer: el entrelazamiento entre mito e iluminismo en El discurso filosfico de la Modernidad, Buenos Aires, Taurus, 1989.

  • Desde un punto de vista epistemolgico podramos decir que es clara para nuestro caso la diferencia existente entre un paradigma de tipo weberiano y uno marxista. En un sentido filosfico habamos ya mencionado la influencia kantiana en Weber, modificada por las lecturas ms de tipo empiristas como la de Rickert- que se hacan del filsofo de Knigsberg en dicho momento histrico. De aqu la opcin metodolgica weberiana en relacin a los tipos ideales contrudos entre el vertehen y el erklaren y a la nocin de neutralidad valorativa, tal vez la posicin ms poco feliz para el caso de las ciencias sociales por parte de Weber en el sentido que dicha posicin supone en cierto modo un quite de peso terico a la cuestin de los valores entre los que podramos incluir por ejemplo la libertad o la democracia. De aqu tambin, y en esto nos referimos adems al momento histrico que influencia tanto la lectura kantiana como el propio origen del estado alemn en el pensamiento del autor, la relacin que en Weber aparece entre los conceptos de democracia y nacin. Lukcs, en su proyecto de dar cuenta de las modificaciones de la formacin social capitalista, toma por supuesto las formulaciones weberianas que cree se corresponden con ciertas caractersticas de esta nueva formacin social, como ser la teora de la expansin de la burocracia y de la racionalidad tcnica. Sin embargo en el hngaro estas modificaciones van de la mano de la expansin de la mercantilizacin de la sociedad con los efectos fetichizantes que esta conlleva. La expansin de la racionalidad tcnico-burocrtica no es una caracterstica de un cierto momento histrico sino una caracterstica estructural que va tomando el modo de produccin capitalista en un determinado momento histrico. Si en Weber encontrbamos una racionalizacin de las diferentes esferas de funcionamiento social que producan un proceso de desencantamiento del mundo que deba ser contrapesado con la emergencia de tipos de accin racional anclada en creencias y valores, en una suerte de recuperacin de una impronta kantiana aunque sostenida en una posicin tradicional y por lo tanto inexplicable en trminos racionales, en Lukcs nos encontramos con un conflicto en torno a esa nocin de frenos y contrapesos dado que la expansin de la mercanca y de su fetichismo cosificador no equilibra sino ms bien se contrapone a la accin poltica antes que a la accin ms moralizante weberiana- desplegada por el proletariado y el partido que lo representa como clase. Y aqu saltamos ms all de la impronta kantiano-weberiana. Porque en este punto, donde se nota el intento terico metodolgico de articular las posiciones del jven Marx con categoras presentes en textos posteriores como El Capital, nos encontramos con una concepcin de democracia sustantiva, que como fin antes que como medio, parte de las contradicciones presentes en una democracia formal que no se despliega como deber ser en trminos empricos a partir del accionar mediado por el partido- reivindicatorio de aquellos sujetos despojados de sus medios de produccin en la esfera del trfico mercantil y del trabajo social. Esta posicin es poco reconocida en Lukcs en la medida que a dicho autor en general se le endilga cierta ortodoxia y apoyo al estalinismo dejando de lado su posicin crtica al llamado marxismo ortodoxo que va de la mano de su constante intento sostenido hasta el fin de sus das- de reformar las sociedades del este europeo en un sentido democrtico-radical. En la llamada primera generacin de la escuela de Frankfurt, a partir de la mencionada reformulacin de la teora lukacsiana de la cosificacin y reificacin, mucho ms explicitada en trminos epistemolgicos y en relacin a la propia constitucin de la racionalidad humana, nos encontramos con una extensin de las prcticas instrumentales al

  • conjunto de las esferas de funcionamiento social, de lo que se desprende la imposibilidad de pensar no solamente un proceso de reformas al interior de las sociedades del este sino tampoco un proceso de constitucin de una democracia radical al interior de las sociedades occidentales. Por supuesto que a diferencia de lo que sostendra Weber, de cuya teora no se deduce ms bien todo lo contrario- una superacin de la democracia formal, o de lo que sostendra el propio Lukcs, podra decirse que esta posicin supone una negacin mucho ms potente desde el punto de vista terico de la existencia de la democracia formal. De aqu lo que el propio Adorno impulsa, incluso como crtica a la mismsima dialctica hegeliana entendida en el sentido de dialctica idealista, como dialctica negativa o lo que Marcuse denomina negatividad. Sin embargo, nos encontramos en esta situacin terica con algunas aporas. Es cierto que a lo largo de la obra de Marx se presenta una fuerte crtica a las posiciones filosficas, tericas y polticas de Hegel; pero esto no quiere decir que Marx suponga que haya que tirar por la borda la totalidad de la obra hegeliana14. De hecho nos encontramos en varios pasajes de El Capital una reivindicacin sobre todo del mtodo dialctico que en los propios dichos de Marx debe tomarse en un sentido invertido o en el sentido de una doble inversin. En principio esta doble inversin supone que en Marx esta posicin terico-filosfica-metodolgica debe dar cuenta del mundo material y de las relaciones entabladas en un sentido prctico entre los hombres y el mundo que los determina y condiciona. Encontramos entonces en Marx puntos de continuidad y de ruptura con la filosofa hegeliana y no una total negacin de la misma. Incluso en un libro como El Capital, para muchos como Althusser por ejemplo- una obra insospechada de ser subjetivista (lo que no indica que no haya en ese texto una nocin de sujeto), aparece el despliegue del mtodo de la lgica hegeliana15 aplicada a la explicacin del funcionamiento de la lgica del capital y de su articulacin dentro del modo de produccin en el que el mismo capital necesita desplegarse dominando la fuerza de trabajo. Y si bien es cierto que en Marx no nos encontramos con una definicin clara de lo que deber ser el comunismo, lo que nos lleva a sostener que no tenemos en la obra marxiana la idea de un futuro determinado en trminos absolutos sino ms bien abierto, tampoco esto indica que exista entonces en Marx una idea de no determinacin o de negacin absoluta en tanto construccin de una dialctica no identitaria, de tipo mimtica y sin concepto tal como la que formula Adorno en su Dialctica Negativa.16 Lo negativo y lo positivo se articulan en un sentido fuertemente racional (y hasta hegeliano) en muchas de las posiciones que Marx despliega an en El Capital, un libro tildado de positivista por una ortodoxia demasiado mediocre incluso para ser calificada como tal. Es en este sentido que lo mimtico que se le asigna a la dialctica denominada negativa supone una posicin notoriamente esteticista diferente de la que puede interpretarse en el

    14 Cfr.al respecto el muy interesante texto de SMITH, Tony, The Capital. Reply to hegelianism criticisms,

    Albany, State of University of New York Press, 1990. 15

    Cfr.al respecto SMITH, Tony, Op.Cit., y tambin MARCUSE, Herbert, Razn y Revolucin, Barcelona, Editorial Altaya, 1999. 16

    Si bien esta posicin de un tipo de pensamiento mimtico y sin concepto aparece en el mencionado texto de Adorno Dialctica Negativa, podemos ya encontrar un antecedente de esta posicin en el primer captulo de la mencionada Dialctica de la Ilustracin donde Adorno y Horkheimer explicar la interrelacin existente entre Mito e Iluminismo. Cfr. ADORNO, Theodor, Dialctica Negativa, Madrid, Taurus, 1975, y ADORNO, T. y HORKHEIMER, M., Dialctica del Iluminismo, Buenos Aires, Sudamericana, 1997.

  • materialismo de Marx o en el del propio Lukcs, autor del que no puede decirse que no haya sostenido posiciones en relacin con lo esttico. De aqu que los autores de Frankfurt, sobre todo en Adorno y Horkheimer, aunque tambin encontremos en Marcuse una posicin esteticista mucho ms interesante aunque tambin bastante esencialista17 en algunos de sus argumentos- devenida de su relectura de Heidegger, eleven la esfera esttica o en algn otro caso la ertica a una posicin desde donde puede partir una crtica que se sostiene en ltima instancia en el motivo de la naturaleza reconciliada y que no tendr otro sujeto que el del goce esttico o ertico (privado). Lo poltico y econmico queda desplazado y es absorbido por estas otras esferas y por lo tanto pierde posibilidad de articulacin en tanto totalidad, se salta por encima de Hegel hacia posiciones cercanas a un esteticismo del estilo romntico-alemn de Schopenhauer pero sin llegar a postular tampoco un esteticismo totalizante de tipo nihilista o fascista sino en un autonomizarse esttico como forma de resistencia a la propia reificacin que se encuentra extendida al conjunto de todas las otras esferas sociales. Es por estos motivos que podemos acordar con Habermas cuando sostiene que se produce en estos autores una suerte de giro idealista -por ese mismo motivo- con consecuencias prctico-polticas acotadas y no tan radicales; aunque no lo hagamos con la resolucin formalista-consensualista que aquel propone para dichas aporas. Resumiendo, vemos entonces en estos autores de filiacin marxista que la influencia de muchas de las posiciones weberianas ha sido considerada fundamental como forma de dar cuenta de la modificacin de las condiciones de funcionamiento del denominado capitalismo tardo. Sin embargo, vemos tambin que dichas descripciones aparecen reformuladas dentro de otro marco terico y de una posicin filosfica y metodolgica diferente. Si en Weber nos encontramos con una relectura ms empirista de Kant aunque sin perder por ello el formalismo que conlleva dentro de s, en Lukcs dicha posicin se vuelve dialctica, contradictoria y sustantiva en un sentido mucho ms hegeliano, mientras que en los de Frankfurt con un momento histrico que empujaba hacia un escepticismo radical- el punto de vista terico se acerca a posiciones esteticistas cercanas a cierto romanticismo y a cierto nihilismo de tipo nietszcheano que, desde nuestro punto de vista, corre el riesgo de alejarse de un materialismo dialctico que pretende todava hoy establecer las coordenadas de una reflexin que de cuenta del mundo y permita su transformacin en un sentido democrtico y socialista.

    Bibliografa utilizada

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    17 Cfr. la crtica que el propio Habermas le hace a Marcuse en HABERMAS, Jrgen, Conocimiento e Inters,

    Madrid, Taurus, 1982; tambin al respecto y en relacin a la potencialidad poltica de la esfera esttica cfr. KEANE, John, Op.Cit., cap.4.

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