NOSTALGIAS FRANQUISTAS EN EL SENO DEL PP …¡s tarde, en el año 1950, Juan José Linz se fue a...

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JULIO 2009 3 U n intelectual jugó, en Es- paña, un papel clave en el proceso de redefinición de la dictadura del gene- ral Franco (1939-1978): Juan José Linz Storch de Gracia. Espa- ñol nacido en 1926 en Alemania, de pa- dre alemán y madre española, su familia se integró en el bando llamado “nacio- nal” en plena Guerra Civil, siendo su ma- dre una de las dirigentes de la Sección femenina de la Falange. Miembro de las juventudes fascistas, Juan J. Linz cola- boró en la Revista de Estudios Políticos, órgano intelectual del Movimiento Na- cional franquista. Se le consideró como “una de las cabezas más lúcidas del Se- minario de Formación Política del Fren- te de Juventudes, y uno de sus puntales” (según el dirigente falangista Ismael Me- dina). Más tarde, en el año 1950, Juan José Linz se fue a Estados Unidos para estudiar y trabajar bajo la dirección de Seymour Martin Lipset (1922-2006), uno de los intelectuales de la Guerra Fría de EE UU. Durante aquel tiempo viajó fre- cuentemente a España, siendo uno de los promotores de los estudios sociológicos en España (1). Durante esta época presentó su tesis en la Universidad de Columbia (Nueva York), publicada en 1963, indicando que el Estado español no era totalitario, sino un “sistema político autoritario”. Hacía así una distinción entre regímenes tota- litarios, como los regímenes comunistas, en los que el Estado intentaba imponer una ideología totalizante –el comunis- mo– que abarcaba todas las dimensio- nes de la sociedad y del ser humano, y regímenes autoritarios, como la dictadu- ra española, que no intentaron nunca im- poner una ideología dominante. Tal distinción, por cierto, pasó más tarde a ser doctrina oficial del Depar- tamento de Estado de EE UU, que justi- ficó su apoyo a las dictaduras de ultraderecha indicando que tales regíme- nes autoritarios eran “capaces de trans- formarse en democracias”, oponiéndose Washington, sin embargo, a las dictadu- ras comunistas por considerarlas regíme- nes totalitarios incapaces de transformarse en regímenes democráticos. Las tesis de Juan J. Linz fueron pro- movidas extensamente por la dictadura española (y también, repito, por el De- partamento de Estado de EE UU), y fue- ron recogidas en una colección de estudios, con aspiraciones académicas, publicada en 1974, y prologada por Ma- nuel Fraga Iribarne, a la sazón ministro del régimen dictatorial. En aquel texto (2), Linz negaba que el régimen que exis- tía en España hubiera sido un Estado to- talitario, definiéndolo como “un Estado católico, social y representativo”, negan- do incluso que el fundador de la Falan- ge, José Antonio Primo de Rivera, fuera un líder totalitario. Llegó incluso a es- cribir que, en una lectura de los discur- sos del general Franco (19 abril 1937 - 31 diciembre 1938), detectaba “valores liberales”. Éste fue el intelectual que re- definió aquella dictadura como un régi- men no totalitario. Por VICENÇ NAVARRO * Es importante subrayar que muchos de sus discípulos en distintas áreas de conocimiento de las ciencias sociales (in- cluidos algunos conocidos pensadores de sensibilidad socialista) han relativi- zado el papel apologético de la dictadu- ra realizado por Linz, atribuyéndole un papel secundario. Juan J. Linz introdu- jo las ciencias sociales en España en un intento, promovido por el Departamen- to de Estado de EE UU, de contrarrestar la atracción que el marxismo ejercía en- tre la intelectualidad española, cuyos sec- tores eran próximos a la resistencia contra el régimen, liderada por el Parti- do Comunista. De ahí que intelectuales de sensibilidad no sólo liberal o conser- vadora, sino incluso socialistas, tengan, todavía hoy, gran agradecimiento a Linz, disociando su papel apologético de la dictadura y de ser el intelectual de la Guerra Fría (utilizado por el Departa- mento de EE UU), de sus análisis polí- ticos y sociales contemporáneos (3). Para aquellos que vivieron y sufrie- ron aquella dictadura es fácil, sin em- bargo, mostrar el carácter apologético de Linz, pues no es difícil demostrar que la dictadura en España era totalizante; es decir, intentó imponer una ideología totalizante que pretendía configurar to- da la sociedad y a todas las personas que vivían en ella, invadiendo áreas tan pri- vadas como la lengua hablada y las prác- ticas sexuales permitidas, todas ellas normatizadas, penalizándose a aquellos que se desviaran de las normas impues- tas. Su ideología conjugaba un naciona- lismo españolista extremo (promovido por el Ejército golpista) y un catolicis- mo profundamente reaccionario (pro- movido por la jerarquía de la Iglesia Católica), dos ideologías totalizantes que se entremezclaron constituyendo el nacional-catolicismo, eje ideológico cen- tral de aquel régimen. Tal ideología alimentaba el concep- to de Hispanidad, al cual se le dio un carácter racista. No se ha destacado su- ficientemente, en los análisis de la dic- tadura, que el nacionalismo españolista extremo que la caracterizó incluía una concepción racista, hablando de la su- perioridad de la raza hispánica, supe- rioridad que le otorgaba el “derecho de conquista” y sometimiento de otras “ra- zas inferiores”, entre las cuales incluía la raza de los republicanos “rojos” (que abarcaba a todas aquellas sensibilida- des de izquierda que se oponían a la ideología dominante). Tales teorías que- daban claramente expuestas por el ideó- logo del régimen militar, el coronel Antonio Vallejo-Nájera (1889-1960), director de los Servicios de Psiquiatría del Ejército, y nombrado director del programa de formación ideológica del régimen por el dictador. Un proyecto exitoso de la derecha española ha sido el de definir el régimen dictatorial que existió en España desde 1939 a 1978 como un “régimen autoritario” que habría ido adaptándose al cambio del país, para transformarse más tarde (bajo la dirección del Rey Juan Carlos I) en una democracia homologable al res- to de las democracias de Europa. Consecuencia del gran dominio que las fuerzas conservadoras tienen so- bre los medios de información, tanto públicos como privados, esta visión histórica –de nuevo defendida por el Partido Popular en las recientes elecciones al Parlamento Europeo– se ha convertido en la interpreta- ción dominante de nuestro pasado reciente. Obviamente es falsa. EL NACIONAL-CATOLICISMO SIGUE VIVO * Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra, Barcelona, y profesor de Policy Studies en la The Johns Hopkins University, Baltimore. V allejo-Nájera, en sus escritos –en- tre los que destaca su libro Euge- nesia de la Hispanidad y Regeneración de la Raza (4)– definió las característi- cas de la raza hispánica como “su mas- culinismo, su disciplina, su canto a la fuerza, su nacionalismo sublime y su profundo catolicismo”. El hecho de que el concepto de raza no tuviera un com- ponente étnico (aunque fuera antisemí- tico), sino político-religioso, no niega que el régimen se viera a sí mismo co- mo racista, y como tal se presentara. El Día Nacional (12 de octubre) que cele- braba la conquista y el genocidio de América Latina, se llamaba el “día de la Raza”, y la única película que hizo el dictador se titula Raza (5). Vallejo-Nájera era un profundo ad- mirador del nazismo alemán. Y el régi- men justificó la represión (200.000 asesinatos políticos de 1939 a 1945), con el argumento de purificar la raza, robando incluso a los niños de padres republicanos para evitar su “contami- nación” (6). Todos estos hechos, y muchos otros, hacen insostenible la definición de aquel régimen como me- ramente autoritario, sin intento de im- poner una ideología totalizante. El franquismo reunió todas las ca- racterísticas de la ideología fascista: un nacionalismo extremo con vocación expansionista e imperialista, con un sen- tido místico (de carácter religioso cató- lico), liderado por un “Caudillo”, al que se le presentaba dotado de virtudes so- brehumanas (7), dirigiendo un Estado que controlaba la radio, la televisión y todos los medios de difusión ideológi- ca (los directores de diarios, por ejem- plo, eran nombrados por el Gobierno) con el objetivo de promover una ideología totalizante que incluía un con- cepto racista que determinaba unos comportamientos represivos en la pro- moción de esa ideología (8). Tal realidad ha sido negada por au- tores que basan su negativa en el hecho de que la Falange, el partido fascista, fue perdiendo importancia y tuvo que com- petir con otras fuerzas y grupos para la configuración de aquel Estado. Tal res- puesta ignora que el fascismo era mucho más extenso que la Falange. El liberalis- mo, por ejemplo, es en Europa un pen- samiento ideológico dominante desde los años 1980, aun cuando los partidos liberales han sido minoritarios en este continente. Su gran dominio se debe al apoyo recibido de las clases dominantes que lo han promovido, ayudadas por los Gobiernos estadounidense y británico, ejes de tal pensamiento. Lo mismo ocu- rrió entonces. El fascismo se convirtió en España en la ideología dominante, re- sultado del soporte que le ofrecieron las clases dominantes, apoyadas por la Ale- mania nazi y la Italia fascista, cuyo sos- tén fue crucial, de 1936 a 1945, para la existencia de aquel régimen totalitario. Los que defienden los argumentos de que la Falange no era la única fuerza po- lítica, y que tuvo que competir con otros grupos, ignoran la historia del nazismo alemán y del fascismo italiano. En tales dictaduras totalitarias, el partido nazi (en el caso alemán) y el partido fascista (en el caso italiano), tuvieron que competir con otros grupos dentro de sus Estados, con gran cantidad de tensiones y luchas internas que incluyeron, incluso, asesi- natos y golpes dentro del propio Estado. Por último, gran número de auto- res concluyen que, si bien el régimen de Franco fue fascista en sus orígenes, dejó de serlo con el tiempo, de mane- ra que, al final, en su periodo terminal, era una cáscara vacía dirigida por per- sonas que carecían de ideología. Me- ros oportunistas deseosos de reprodu- cir su propio poder. Esta descripción puede ser cierta. Pe- ro lo mismo ocurrió con el régimen co- munista en la Unión Soviética, y ello no fue obstáculo para que se le llamara, has- ta el último día de su existencia, dicta- dura comunista, pues sus raíces, sus símbolos y su retórica oficial eran co- munistas. Lo mismo ocurrió en España, donde, por ejemplo, el símbolo fascista –las cinco flechas y el yugo– estuvo en la entrada y salida de todas las poblacio- nes hasta el último día de la dictadura (1978). Y también, hasta el último día, se requirió el juramento de lealtad al Mo- vimiento Nacional (fascista) como con- dición de empleo público. Es más, la ideología del nacional-catolicismo con- tinúa viva, reproduciéndose en la cultu- ra de las derechas de España. El nacionalismo españolista exacer- bado, no respetuoso con la plurinaciona- lidad del Estado español (que desea la desaparición o subordinación de otras lenguas nacionales como el catalán, el euskera o el gallego), y el catolicismo re- accionario, que quiere imponerse a toda la población, siguen muy vivos en tal cul- tura de las derechas españolas. De ahí que éstas no sean homologables a las de- rechas democráticas europeas. En con- tra de lo que ha postulado recientemente un autor en el diario El País (9), la dere- cha española es heredera de la derecha que constituyó, apoyó y se benefició de aquel Estado dictatorial, lo cual explica su rechazo a la condena del franquismo. El último ejemplo de ello ha sido, en 2006, su alianza, en el Parlamento Eu- ropeo, con la ultraderecha para que no se aceptara la condena de aquella dicta- dura fascista por parte de esa institución (10). El portavoz del Partido Popular (PP) en tal Parlamento, Jaime Mayor Oreja, (que defendió la “placidez” de aquella dictadura y celebró que su abue- lo prohibiera en su casa la utilización del euskera) dirigió la oposición de la ultra- derecha a que se condenara aquella dic- tadura totalizante de ideología fascista. La ideología de Jaime Mayor Ore- ja, que acaba de dirigir la campaña del PP para las eleciones al Parlamento Europeo, es sin duda parte de aquella ideología que caracterizó aquella dic- tadura. No reconocer que la ideología de gran parte de la actual derecha es- pañola se basa en la ideología totali- zante de aquella dictadura franquista, a la cual se la define como un régimen meramente “autoritario”, es descono- cer profundamente lo que ha ocurrido y está ocurriendo en nuestro país. < (6) Véase, por ejemplo: http://blogs.canalsur.es/la- memoria/2009/02/13/el-franquismo-separo-a-miles- de-ninos-de-sus-padres-republicanos-para-adoctrinarlos/ (7) El régimen definió a Franco como: “Caudillo de España por la gracia de Dios”. (8) Léase, V. Navarro: “Tergiversaciones de Nues- tro Pasado: Una Visión Republicana de Nuestra Histo- ria”, en Cuadernos Republicanos, 14 de mayo de 2009, disponible en: www.vnavarro.org, sección Memoria Histórica (9) Antonio Elorza, “La parte equivocada”, El País, Madrid, 2 de mayo de 2009. (10) Léase: “El Parlamento Europeo condena el ré- gimen de Franco con la oposición de Mayor Oreja”, El País, 5 de mayo de 2006. © LMD EDICIÓN EN ESPAÑOL JULIÁN PACHECO Retrato en negativo de Fraga Iribarne, 1975 (1) Ver Gregorio Morán, El precio de la Transición, Pla- neta. Barcelona, 1991. (2) Juan José LINZ, “Una teoría del régimen autori- tario. El caso de España”, en Manuel Fraga Iribarne, J. Velarde Fuentes y S. Campo, La España de los años 70, Madrid, Editorial Moneda y Crédito, 1974, vol. III, tomo I, p. 1467-1531. (3) Ver Juan J. Linz. Obras Escogidas. Fascismo, pers- pectivas históricas y comparadas, editado por sus discí- pulos José Ramón Montero y Thomas Jeffrey Miley, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2008. (4) Editorial Española, Burgos, 1937. (5) Dirigida, en 1941, por José Luís Sáenz de Here- dia con guión de “Juan de Andrade”, seudónimo del ge- neral Franco. Nicaragua, las cuatro vidas del sandinismo (Hernando Calvo Ospina). – Entre Pristina y Tirana, la autopista de la “Gran Albania” ( Jean-Arnault Derens y Laurent Geslin). – Una “mafia del efecto invernadero” contami- na Australia (Laurence Mazure). – Proposiciones para un “New Deal Verde” (Peter Custers). – California, entre espejismos écológicos y deseos de aus- teridad (Agnès Sinaï). – Los “hackers”, nuevos rebeldes contra la socie- dad de la información (Jean-Marc Manach). – “Big Brother” menos efi- caz de lo que parece ( Noé Leblanc). – Estrategias informáticas y periodismo (Hervé Le Crosnier). – La crisis de la fotografía documental (Pepe Baeza). – Bioética: en busca del bebé perfecto (Emilie Guyonnet). – Los grandes escándalos del Tour de Francia (David García). – La inaudita historia de mis tatuajes (Ramón Chao). – La traducción como lectura (Alberto Manguel). – Identidad cultural y narración (Francisco Jarauta). – La lite- ratura franquista a examen (Javier Alfaya). Y muchos artículos más… UN NÚMERO EXCEPCIONAL DE EN VENTA EN TODA ESPAÑA, A PARTIR DEL 1 DE AGOSTO,4 EUROS NOSTALGIAS FRANQUISTAS EN EL SENO DEL PP Las derechas españolas y el fascismo EN AGOSTO Por gentileza del Patronato Martínez Guerricabeitia

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Un intelectual jugó, en Es-paña, un papel clave en elproceso de redefiniciónde la dictadura del gene-ral Franco (1939-1978):

Juan José Linz Storch de Gracia. Espa-ñol nacido en 1926 en Alemania, de pa-dre alemán y madre española, su familiase integró en el bando llamado “nacio-nal” en plena Guerra Civil, siendo su ma-dre una de las dirigentes de la Secciónfemenina de la Falange. Miembro de lasjuventudes fascistas, Juan J. Linz cola-boró en la Revista de Estudios Políticos,órgano intelectual del Movimiento Na-cional franquista. Se le consideró como“una de las cabezas más lúcidas del Se-minario de Formación Política del Fren-te de Juventudes, y uno de sus puntales”(según el dirigente falangista Ismael Me-dina). Más tarde, en el año 1950, JuanJosé Linz se fue a Estados Unidos paraestudiar y trabajar bajo la dirección deSeymour Martin Lipset (1922-2006), unode los intelectuales de la Guerra Fría deEE UU. Durante aquel tiempo viajó fre-cuentemente a España, siendo uno de lospromotores de los estudios sociológicosen España (1).

Durante esta época presentó su tesisen la Universidad de Columbia (NuevaYork), publicada en 1963, indicando queel Estado español no era totalitario, sinoun “sistema político autoritario”. Hacíaasí una distinción entre regímenes tota-litarios, como los regímenes comunistas,en los que el Estado intentaba imponeruna ideología totalizante –el comunis-mo– que abarcaba todas las dimensio-nes de la sociedad y del ser humano, yregímenes autoritarios, como la dictadu-ra española, que no intentaron nunca im-poner una ideología dominante.

Tal distinción, por cierto, pasó mástarde a ser doctrina oficial del Depar-tamento de Estado de EE UU, que justi-ficó su apoyo a las dictaduras deultraderecha indicando que tales regíme-nes autoritarios eran “capaces de trans-formarse en democracias”, oponiéndoseWashington, sin embargo, a las dictadu-ras comunistas por considerarlas regíme-nes totalitarios incapaces de transformarseen regímenes democráticos.

Las tesis de Juan J. Linz fueron pro-movidas extensamente por la dictaduraespañola (y también, repito, por el De-partamento de Estado de EE UU), y fue-ron recogidas en una colección deestudios, con aspiraciones académicas,publicada en 1974, y prologada por Ma-nuel Fraga Iribarne, a la sazón ministrodel régimen dictatorial. En aquel texto(2), Linz negaba que el régimen que exis-tía en España hubiera sido un Estado to-talitario, definiéndolo como “un Estadocatólico, social y representativo”, negan-do incluso que el fundador de la Falan-ge, José Antonio Primo de Rivera, fueraun líder totalitario. Llegó incluso a es-cribir que, en una lectura de los discur-sos del general Franco (19 abril 1937 -31 diciembre 1938), detectaba “valoresliberales”. Éste fue el intelectual que re-definió aquella dictadura como un régi-men no totalitario.

Por VICENÇ NAVARRO * Es importante subrayar que muchosde sus discípulos en distintas áreas deconocimiento de las ciencias sociales (in-cluidos algunos conocidos pensadoresde sensibilidad socialista) han relativi-zado el papel apologético de la dictadu-ra realizado por Linz, atribuyéndole unpapel secundario. Juan J. Linz introdu-jo las ciencias sociales en España en unintento, promovido por el Departamen-to de Estado de EE UU, de contrarrestarla atracción que el marxismo ejercía en-tre la intelectualidad española, cuyos sec-tores eran próximos a la resistenciacontra el régimen, liderada por el Parti-do Comunista. De ahí que intelectualesde sensibilidad no sólo liberal o conser-vadora, sino incluso socialistas, tengan,todavía hoy, gran agradecimiento a Linz,disociando su papel apologético de ladictadura y de ser el intelectual de laGuerra Fría (utilizado por el Departa-mento de EE UU), de sus análisis polí-ticos y sociales contemporáneos (3).

Para aquellos que vivieron y sufrie-ron aquella dictadura es fácil, sin em-bargo, mostrar el carácter apologéticode Linz, pues no es difícil demostrar quela dictadura en España era totalizante;es decir, intentó imponer una ideologíatotalizante que pretendía configurar to-da la sociedad y a todas las personas quevivían en ella, invadiendo áreas tan pri-vadas como la lengua hablada y las prác-

ticas sexuales permitidas, todas ellasnormatizadas, penalizándose a aquellosque se desviaran de las normas impues-tas. Su ideología conjugaba un naciona-lismo españolista extremo (promovidopor el Ejército golpista) y un catolicis-mo profundamente reaccionario (pro-movido por la jerarquía de la IglesiaCatólica), dos ideologías totalizantesque se entremezclaron constituyendo elnacional-catolicismo, eje ideológico cen-tral de aquel régimen.

Tal ideología alimentaba el concep-to de Hispanidad, al cual se le dio uncarácter racista. No se ha destacado su-ficientemente, en los análisis de la dic-tadura, que el nacionalismo españolistaextremo que la caracterizó incluía unaconcepción racista, hablando de la su-perioridad de la raza hispánica, supe-rioridad que le otorgaba el “derecho deconquista” y sometimiento de otras “ra-zas inferiores”, entre las cuales incluíala raza de los republicanos “rojos” (queabarcaba a todas aquellas sensibilida-des de izquierda que se oponían a laideología dominante). Tales teorías que-daban claramente expuestas por el ideó-logo del régimen militar, el coronelAntonio Vallejo-Nájera (1889-1960),director de los Servicios de Psiquiatríadel Ejército, y nombrado director delprograma de formación ideológica delrégimen por el dictador.

Un proyecto exitoso de la derecha española ha sido el de definir el régimen dictatorial que existió en Españadesde 1939 a 1978 como un “régimen autoritario” que habría ido adaptándose al cambio del país, paratransformarse más tarde (bajo la dirección del Rey Juan Carlos I) en una democracia homologable al res-to de las democracias de Europa. Consecuencia del gran dominio que las fuerzas conservadoras tienen so-bre los medios de información, tanto públicos como privados, esta visión histórica –de nuevo defendida porel Partido Popular en las recientes elecciones al Parlamento Europeo– se ha convertido en la interpreta-ción dominante de nuestro pasado reciente. Obviamente es falsa.

EL NACIONAL-CATOLICISMO SIGUE VIVO

* Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de laUniversidad Pompeu Fabra, Barcelona, y profesor de Policy Studiesen la The Johns Hopkins University, Baltimore.

Vallejo-Nájera, en sus escritos –en-tre los que destaca su libro Euge-

nesia de la Hispanidad y Regeneraciónde la Raza (4)– definió las característi-cas de la raza hispánica como “su mas-culinismo, su disciplina, su canto a lafuerza, su nacionalismo sublime y suprofundo catolicismo”. El hecho de queel concepto de raza no tuviera un com-ponente étnico (aunque fuera antisemí-tico), sino político-religioso, no niegaque el régimen se viera a sí mismo co-mo racista, y como tal se presentara. ElDía Nacional (12 de octubre) que cele-braba la conquista y el genocidio deAmérica Latina, se llamaba el “día de laRaza”, y la única película que hizo eldictador se titula Raza (5).

Vallejo-Nájera era un profundo ad-mirador del nazismo alemán. Y el régi-men justificó la represión (200.000asesinatos políticos de 1939 a 1945),con el argumento de purificar la raza,robando incluso a los niños de padresrepublicanos para evitar su “contami-nación” (6). Todos estos hechos, ymuchos otros, hacen insostenible ladefinición de aquel régimen como me-ramente autoritario, sin intento de im-poner una ideología totalizante.

El franquismo reunió todas las ca-racterísticas de la ideología fascista: unnacionalismo extremo con vocaciónexpansionista e imperialista, con un sen-tido místico (de carácter religioso cató-lico), liderado por un “Caudillo”, al quese le presentaba dotado de virtudes so-brehumanas (7), dirigiendo un Estadoque controlaba la radio, la televisión ytodos los medios de difusión ideológi-ca (los directores de diarios, por ejem-plo, eran nombrados por el Gobierno)con el objetivo de promover unaideología totalizante que incluía un con-cepto racista que determinaba unos

comportamientos represivos en la pro-moción de esa ideología (8).

Tal realidad ha sido negada por au-tores que basan su negativa en el hechode que la Falange, el partido fascista, fueperdiendo importancia y tuvo que com-petir con otras fuerzas y grupos para laconfiguración de aquel Estado. Tal res-puesta ignora que el fascismo era muchomás extenso que la Falange. El liberalis-mo, por ejemplo, es en Europa un pen-samiento ideológico dominante desdelos años 1980, aun cuando los partidosliberales han sido minoritarios en estecontinente. Su gran dominio se debe alapoyo recibido de las clases dominantesque lo han promovido, ayudadas por losGobiernos estadounidense y británico,ejes de tal pensamiento. Lo mismo ocu-rrió entonces. El fascismo se convirtióen España en la ideología dominante, re-sultado del soporte que le ofrecieron lasclases dominantes, apoyadas por la Ale-mania nazi y la Italia fascista, cuyo sos-tén fue crucial, de 1936 a 1945, para laexistencia de aquel régimen totalitario.

Los que defienden los argumentos deque la Falange no era la única fuerza po-lítica, y que tuvo que competir con otrosgrupos, ignoran la historia del nazismoalemán y del fascismo italiano. En talesdictaduras totalitarias, el partido nazi (enel caso alemán) y el partido fascista (enel caso italiano), tuvieron que competircon otros grupos dentro de sus Estados,con gran cantidad de tensiones y luchasinternas que incluyeron, incluso, asesi-natos y golpes dentro del propio Estado.

Por último, gran número de auto-res concluyen que, si bien el régimende Franco fue fascista en sus orígenes,dejó de serlo con el tiempo, de mane-ra que, al final, en su periodo terminal,era una cáscara vacía dirigida por per-sonas que carecían de ideología. Me-

ros oportunistas deseosos de reprodu-cir su propio poder.

Esta descripción puede ser cierta. Pe-ro lo mismo ocurrió con el régimen co-munista en la Unión Soviética, y ello nofue obstáculo para que se le llamara, has-ta el último día de su existencia, dicta-dura comunista, pues sus raíces, sussímbolos y su retórica oficial eran co-munistas. Lo mismo ocurrió en España,donde, por ejemplo, el símbolo fascista–las cinco flechas y el yugo– estuvo enla entrada y salida de todas las poblacio-nes hasta el último día de la dictadura(1978). Y también, hasta el último día,se requirió el juramento de lealtad al Mo-vimiento Nacional (fascista) como con-dición de empleo público. Es más, laideología del nacional-catolicismo con-tinúa viva, reproduciéndose en la cultu-ra de las derechas de España.

El nacionalismo españolista exacer-bado, no respetuoso con la plurinaciona-lidad del Estado español (que desea ladesaparición o subordinación de otraslenguas nacionales como el catalán, eleuskera o el gallego), y el catolicismo re-accionario, que quiere imponerse a todala población, siguen muy vivos en tal cul-tura de las derechas españolas. De ahíque éstas no sean homologables a las de-rechas democráticas europeas. En con-tra de lo que ha postulado recientemente

un autor en el diario El País (9), la dere-cha española es heredera de la derechaque constituyó, apoyó y se benefició deaquel Estado dictatorial, lo cual explicasu rechazo a la condena del franquismo.

El último ejemplo de ello ha sido, en2006, su alianza, en el Parlamento Eu-ropeo, con la ultraderecha para que nose aceptara la condena de aquella dicta-dura fascista por parte de esa institución(10). El portavoz del Partido Popular(PP) en tal Parlamento, Jaime MayorOreja, (que defendió la “placidez” deaquella dictadura y celebró que su abue-lo prohibiera en su casa la utilización deleuskera) dirigió la oposición de la ultra-derecha a que se condenara aquella dic-tadura totalizante de ideología fascista.

La ideología de Jaime Mayor Ore-ja, que acaba de dirigir la campaña delPP para las eleciones al ParlamentoEuropeo, es sin duda parte de aquellaideología que caracterizó aquella dic-tadura. No reconocer que la ideologíade gran parte de la actual derecha es-pañola se basa en la ideología totali-zante de aquella dictadura franquista,a la cual se la define como un régimenmeramente “autoritario”, es descono-cer profundamente lo que ha ocurridoy está ocurriendo en nuestro país. <

(6) Véase, por ejemplo: http://blogs.canalsur.es/la-memoria/2009/02/13/el-franquismo-separo-a-miles-de-ninos-de-sus-padres-republicanos-para-adoctrinarlos/

(7) El régimen definió a Franco como: “Caudillo deEspaña por la gracia de Dios”.

(8) Léase, V. Navarro: “Tergiversaciones de Nues-tro Pasado: Una Visión Republicana de Nuestra Histo-ria”, en Cuadernos Republicanos, 14 de mayo de 2009,disponible en: www.vnavarro.org, sección MemoriaHistórica

(9) Antonio Elorza, “La parte equivocada”, El País,Madrid, 2 de mayo de 2009.

(10) Léase: “El Parlamento Europeo condena el ré-gimen de Franco con la oposición de Mayor Oreja”, ElPaís, 5 de mayo de 2006.

© LMD EDICIÓN EN ESPAÑOL

JJUULLIIÁÁNN PPAACCHHEECCOO RReettrraattoo eenn nneeggaattiivvoo ddee FFrraaggaa IIrriibbaarrnnee,, 11997755

(1) Ver Gregorio Morán, El precio de la Transición, Pla-neta. Barcelona, 1991.

(2) Juan José LINZ, “Una teoría del régimen autori-tario. El caso de España”, en Manuel Fraga Iribarne, J.Velarde Fuentes y S. Campo, La España de los años 70,Madrid, Editorial Moneda y Crédito, 1974, vol. III, tomoI, p. 1467-1531.

(3) Ver Juan J. Linz. Obras Escogidas. Fascismo, pers-pectivas históricas y comparadas, editado por sus discí-pulos José Ramón Montero y Thomas Jeffrey Miley, Centrode Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2008.

(4) Editorial Española, Burgos, 1937.(5) Dirigida, en 1941, por José Luís Sáenz de Here-

dia con guión de “Juan de Andrade”, seudónimo del ge-neral Franco.

Nicaragua, las cuatro vidas del sandinismo (Hernando Calvo Ospina). –Entre Pristina y Tirana, la autopista de la “Gran Albania” (Jean-ArnaultDerens y Laurent Geslin). – Una “mafia del efecto invernadero” contami-na Australia (Laurence Mazure). – Proposiciones para un “New Deal Verde”(Peter Custers). – California, entre espejismos écológicos y deseos de aus-teridad (Agnès Sinaï). – Los “hackers”, nuevos rebeldes contra la socie-dad de la información (Jean-Marc Manach). – “Big Brother” menos efi-caz de lo que parece (Noé Leblanc). – Estrategias informáticas y periodismo(Hervé Le Crosnier). – La crisis de la fotografía documental (Pepe Baeza).– Bioética: en busca del bebé perfecto (Emilie Guyonnet). – Los grandesescándalos del Tour de Francia (David García). – La inaudita historia demis tatuajes (Ramón Chao). – La traducción como lectura (AlbertoManguel). – Identidad cultural y narración (Francisco Jarauta). – La lite-ratura franquista a examen (Javier Alfaya). Y muchos artículos más…

UN NÚMERO EXCEPCIONAL DE

EN VENTA EN TODA ESPAÑA,A PARTIR DEL 1 DE AGOSTO, 4 EUROS

NOSTALGIAS FRANQUISTAS EN EL SENO DEL PP

Las derechas españolasy el fascismo

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