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Texto: Marcos 5: 1-13

Tema: “No Me Pidas Mis Chamucos”

“Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos. Y cuando salio él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, que tenia su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar.” (Marcos 5:1-4)

Imagínese usted a este hombre endemoniado corriendo hacia Jesús. ¿Con que fin buscaba acercarse un endemoniado al Señor? Pienso que en un momento de desesperación, este hombre se dio una escapadita de los demonios que moraban dentro de él. En estos días, vemos la misma escena repetirse una y otra ves, al ver tantos hombres acercarse al Señor Jesús, que en un momento de extrema desesperación, vinieron a Cristo para buscar alivio de su tormento.

Este hombre tenia su “residencia particular” en los sepulcros. Que tipo tan más peculiar podríamos decir. Quizá se sentía a gusto con los muertos porque ellos no lo molestaban. Al menos no lo criticaban por sus errores. Allí en el cementerio, él podía hacer como a él le viniera en gana. Total, ¿qué muerto tenia el atrevimiento de decirle algo? Hombres que han sido

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abusados, violados y lastimados emocionalmente, tienden a separarse de la gente por temor a sufrir más agravio. Se retiran a lugares apartados pensando que eso ayudara a portar alivio a su enfermedad. Lo que ignoran es el hecho que Satanás los tiene esclavizados y prisioneros en prisiones espirituales. Están a miles de millas de distancia de la paz, el gozo y el amor, pero si abunda en dolor y sufrimiento en sus corazones.

Quisiera recordarles que estamos hablando de un hombre endemoniado y fuera de su juicio cabal. Pero, ¿qué pasa cuando un cristiano quiere poner su residencia entre los sepulcros? ¿Cómo es posible que gente del pueblo de Dios les guste acompañarse de los muertos? Es como si le estuviéramos diciendo a Dios, “Señor, yo te amo y quiero ser salvo, pero por favor, no me pidas mis chamucos.” Queremos las bendiciones y las promesas de Dios pero no queremos abandonar nuestros “chamucos”.

El endemoniado gadareno se sentía muy a gusto en la compañía de los muertos. De hecho, ellos eran los responsables de que él siempre anduviera desanimado, desalentado y deprimido. Gracias a las palabras de muerte que sus “amigos” compartían con él, el endemoniado gadareno siempre andaba derrotado. El endemoniado gadareno no sabía lo que era andar en victoria. Anhelaba la paz, y cuando él veía a los hermanos llenos de paz él se llenaba de envidia. Anhelaba el gozo en su vida, y cuando él veía que los demás reían, dentro de si él se hacia esta pregunta, “¿Se habrá comido un payazo este hermano?” Anhelaba el amor en su vida pero no sabia como podría lograr obtenerlo. Seria maravilloso caminar lleno de amor tan solo por un día pero esto era algo imposible para el endemoniado gadareno.

La palabra dice en 2ª de Corintios 5:17, “De modo que si alguno esta en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” Si tú estas en Cristo, se supone que lo viejo pasó. Esto implica:

• Las viejas amistades• El viejo vocabulario• Las viejas pasiones de la carne• La vieja manera de pensar• Los viejos lugares de reunión

Ya estamos en Cristo y esto significa que lo viejo ya pasó. Es nuestro deber asegurarnos que verdaderamente lo viejo haya pasado. Y quisiera enfatizar en el asunto de las relaciones. Dice un dicho mundano, “dime con quien andas y te diré quien eres.” Una persona nacida de nuevo y llena del Espíritu Santo tiene la vida fluyendo dentro de sí misma. Por lo tanto, ninguna asociación debe de tener con los muertos, ya que al hacer precisamente esto, los muertos le robaran la vida de sí mismo. Los muertos serán como garrapatas que exprimen la sangre del animal. Si estamos en Cristo, somos nuevas personas nacidas de nuevo con nuevas amistades y nuevos pensamientos que apuntan siempre así nuestro Salvador y Señor.

Dice la palabra de Dios que, “La muerte y la vida están en poder de la lengua,” (Proverbios 18:21). También dice en Romanos que “la fe viene por el oír,” ¿pero como lograran edificarnos las conversaciones de los muertos si ellos no tienen palabras de vida sino de muerte, y mucho menos palabras de fe porque ellos están ajenos a la vida de Dios? ¡Es imposible! Con toda razón las personas que se asocian con ellos andan siempre en derrota.

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Lejos de la paz, el gozo, y el amor de Dios. También dijo en una ocasión el Señor Jesús, “de la abundancia del corazón habla la boca.” Un muerto solamente te puede ofrecer palabras de muerte. Lo mismo con el creyente que le gusta tener su residencia entre los sepulcros, solamente te puede contar del tipo de vida que se vive en un “cementerio,” donde las tinieblas son las que reinan. Olvidate del fruto de Luz, como lo es el gozo, paz y el amor, allí solamente hay muerte y palabras de dolor y sufrimiento.

Notemos también que varias veces intentaron dominar al endemoniado gadareno con cadenas y grillos pero sin ningún resultado. ¿Cuántas veces Dios ha intentado refrenar nuestra ilícita manera de vivir? Nos dio unos padres que nos educaran y nos instruyeran pero nunca les hicimos caso. Siempre ignorábamos los sabios consejos que ellos nos daban. Nunca aprendimos a estar sujetos a la autoridad que ellos representaban en nuestras vidas.

Años después, nos unimos en matrimonio prometiendo amarnos el uno al otro y no separarnos hasta que la muerte lo hiciera. Nuevamente, reventamos las cadenas e hicimos caso omiso de estar sujetos al lazo conyugal. Sus esposas verdaderamente creían que iban a domar al león ¡pero qué equivocadas estaban! Nadie podía dominarnos.

Años más tarde, y por consecuencia de nuestras malas decisiones, terminamos en la cárcel, y el sistema federal pensaba que nos iba lograr corregirnos y dominarnos. ¡Tampoco! No nos dominaron ni con sus pólizas, sus reglas y toda su sofisticada psicología. Toda cadena que intentaron colocar sobre nosotros fue destruida y despedazada.

Finalmente nos convertimos a Cristo y todo iba bien hasta el momento donde el Señor nos pidió que nos sometiéramos a toda autoridad, tanto terrenal como eclesiástica. ¿Cómo podríamos sujetarnos a una iglesia cuando ni aun a nuestros padres nos pudimos sujetar? Peor aun, ¿cómo sujetarnos a Dios a quien no vemos cuando no nos podemos sujetar a las autoridades visibles y tangibles? El endemoniado gadareno no pudo sujetarse ni a su iglesia, ni a Dios y tampoco a su pastor que lo alimentaba y lo protegía espiritualmente.

“Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras. Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodillo ante él. Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. Porque le decía sal de este hombre, espíritu inmundo.” (Marcos 5:5-8)

Cuando el endemoniado gadareno no está arrodillado a los pies de Jesús, entonces lo vemos lastimándose e hiriéndose asimismo. Mejor similitud no pudiera ver con los creyentes hoy en día que se alejan del Señor, porque cuando ellos se alejan del Señor es donde vienen las retribuciones por sus desobediencias (Efesios 2:2-3). El lugar más seguro y más bendecido es estar a los pies del Maestro de Galilea. No hay mejor lugar que morar bajo la sombra del Omnipotente. Pero que triste y que doloroso cuando nos alejamos de Dios tan solo por un día. Es suficiente tiempo para que el tentador de nuestras almas venga a llenarnos la cabeza de ideas y mentiras sutiles para retirarnos lo mas lejos que se pueda de Dios. Él sabe que entre mas lejos se aleje el creyente de Dios, más difícil le resultara volver al camino del cual se han desviado. Precisamente esto fue lo que le paso al endemoniado gadareno y ahora lo vemos lastimándose asimismo. Se lastima asimismo al:

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• Golpear y gritarle a su esposa• Violar y abusar de sus hijos• Ingerir todo tipo de bebidas y abusar de las drogas• Vivir una vida sexual desenfrenada• Tener relaciones sexuales con homosexuales y prostitutas• Abandonar la cobertura espiritual de la iglesia y de su pastor

Pero nada de esto le importa al endemoniado gadareno porque la potestad de las tinieblas ha adquirido toda autoridad sobre su vida. El endemoniado gadareno ha perdido todo tipo de juicio.

Me intriga la astucia de los demonios que moraban en este hombre al decirle al Señor Jesús que lo “conjuraban por Dios” que no los atormentase. Tan astuto es Satanás que es capaz de involucrar a Dios en sus cochinos negocios. Demonios cochinos no les interesaban usar el nombre de Dios para realizar sus artimañas. Lo mismo ocurre hoy en día con los falsos hermanos y falsos profetas que usan a Dios como medio de ganancia para realizar sus fechorías.

Pero vemos al Señor Jesús dejándonos un ejemplo en como tratar a este tipo de demonios. Cristo Jesús inmediatamente empezó a reprender a los demonios. Él no titubeó ni tampoco vaciló con ellos sino que al instante empezó a ordenarlos fuera. Pero, ¿qué hacemos nosotros hoy en día? En ves de reprenderlos buscamos maneras de justificar las malas acciones de los gadarenos modernos. De allí, dándoles oportunidad de infiltrarse en nuestras reuniones y contaminar a los fieles de Dios. Recordemos lo que dijo el Apóstol Pablo en su carta a los Corintios, “poca levadura leuda toda la masa.”

“Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos. Y le rogaban mucho que no los enviase fuera de aquella región. Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo. Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envianos a los cerdos para que entremos en ellos. Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipito en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron.” (Marcos 5:9-13)

Legión me llamo. Una legión de soldados romanos se componía de 6,000 elementos. Es obvio que este hombre estaba totalmente poseído por el poder de Satanás. No existía ni un rincón de su ser que no estaba ocupado por los demonios. Era una guarida andando de espíritus inmundos. Sin embargo, el Hijo de Dios los estaba ordenando fuera de ese hombre y lo que Jesucristo diga eso debe ser.

Los demonios le piden permiso a Jesús de entrar en la manada de cerdos. El Señor siendo Judío, no le caían muy bien los cerdos! Así que Él les da permiso de que entren en ellos pero, sorpresa de sorpresas, porque los cerdos, siendo animales impuros e inmundos no pudieron soportar –o- tolerar a los demonios. Mi pregunta es esta: Si dos mil cerdos inmundos no pudieron tolerar a seis mil espíritus inmundos, ¿cómo es posible que un hombre los tolere en su vida? Si los cerdos prefirieron ahogarse y perder la vida que aguantar a los demonios, ¿cómo el hombre que es creado a imagen y semejanza de Dios puede aguantar a estos demonios cochinos?

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2000/6000=3Si dividimos 6000 demonios en 2000 cerdos vienen correspondiéndole 3 demonios a

cada cerdo. Y estamos hablando de un animal impuro e inmundo en el cerdo. Sin embargo, escogieron perecer que vivir con 3 demonios dentro de ellos.

El Hijo de Dios ha venido a liberarnos del poder de Satanás y con Su sangre preciosa nos quiere limpiar de toda iniquidad y santificarnos para que nuestros cuerpos sean templos del Espíritu Santo y Él llene cada rincón de nuestro ser. Si perseveramos en esa relación con Jesucristo día a día, Su presencia llenara nuestras vidas y no habrá oportunidad para que los demonios vengan hacer morada en nosotros. Si nosotros descuidamos nuestra comunión con Dios, entonces la puerta esta abierta para que los espíritus inmundos vengan y hagan morada en nosotros, nomás que ésta ves vendrán con mas fuerza y mayor numero (Lucas 11:24-26)

“Y los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en la cuidad y en los

campos. Y salieron a ver qué era aquello que había sucedido. Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo. Y les contaron los que lo habían visto, como le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos. Y comenzaron a rogarle que sé fuera de sus contornos.” (Marcos 5:14-17)

Mucha gente no va a estar contenta porque usted haya sido libre de los demonios que antes lo atormentaban. De hecho, la misma familia se escandalizará al verlo a usted vestido y en su juicio cabal. Esta frase de vestido y en su juicio cabal me dice mucho en lo referente al porque la gente se va a escandalizar. Dios me esta revelando en estos momentos que la gente se va a escandalizar porque antes cuando nosotros estábamos endemoniados y sin juicio no nos dábamos cuenta de los errores y los pecados de los demás. Pero ahora que estamos vestidos y en nuestro juicio:

• Sabemos cuando nuestro hermano esta adulterando• Sabemos cuando nuestro padre esta perdido en el alcohol• Sabemos cuando nuestra madre esta mintiendo• Sabemos cuando nuestros vecinos se están robando algún servicio• Sabemos cuando nuestras amistades están haciendo algo ilegal

Y todas estas cosas están en contra de Dios y Su palabra y como ellos saben que nosotros vamos a confrontarlos por estas faltas, ellos se oponen a nuestra sanidad y liberación. Prefieren vernos atormentados y perdidos que vernos sanos y en nuestro sano juicio, y no les seamos causa de convicción.

Por esta razón Jesucristo dijo, “No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa.” (Mateo 10:34-36)

Tenemos que estar preparados para sufrir el rechazo de nuestros seres queridos. No es de todos la fe (2 Ts 3:2). Algunos no querrán recibirnos en sus hogares, otros no querrán

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platicar con nosotros, y aun otros nos hablaran bien en nuestra presencia pero nos calumniaran en nuestra ausencia. Estemos preparados para cualquiera sea el caso.

Estos hombres le rogaron a Jesús que sé fuera de su ciudad. Ellos lo rechazaron. Son tantas las personas que han rechazado al Hijo de Dios porque prefieren seguir viviendo con sus puercos que entregarle sus vidas a Cristo. Ellos desean las bendiciones de Dios pero no quieren abandonar sus puercos. Han vivido tanto tiempo con esos cochinos puercos que ya no saben vivir sin ellos. Los puercos en las vidas de los creyentes pueden ser cualquiera de los siguientes:

• El enojo• El adulterio• Las malas palabras• Las mentiras• El chisme• Las relaciones mundanas

• Las tranzas• El control• El alcohol• Las drogas (prescritas –o- ilegales)• Las enfermedades

Todas estas cosas son “cerdos” que los creyentes quieren seguir manteniendo en sus vidas. “Señor, bendíceme, y usa mi vida, pero por favor, no me pidas mis cerdos.” Esta manera de pensar esta en contra de la palabra de Dios y también fuera de la voluntad de Dios. Al venir nosotros a Dios rendimos todos nuestros derechos para permitirle al Espíritu Santo que tome total control de nuestras vidas.

Espero que este humilde mensaje sea de bendición para su vida, y al venir a los pies del Maestro, rindamos todo nuestro corazón a El para que El haga a través de nosotros su bendita voluntad.

Que el Señor los Bendiga.

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