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No. 24, enero 2006 ISSN 1390-1249 CDD 300.5 / CDU 3 / LC H8 .S8 F53 Vol 10, Issue 1, January, 2006 Quito - Ecuador Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Sede Ecuador

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No. 24, enero 2006ISSN 1390-1249

CDD 300.5 / CDU 3 / LC H8 .S8 F53Vol 10, Issue 1, January, 2006

Quito - Ecuador

Facultad Latinoamericana de Ciencias SocialesSede Ecuador

ICONOS. Revista de Ciencias SocialesNúmero 24, enero 2006, Quito-EcuadorISSN: 1390-1249 / CDD: 300.5 / CDU: 3 / LC: H8 .S8 F53 (Vol. 10, Issue 1, Juanuary, 2006)

ÍCONOS. Revista de Ciencias Sociales es una publicación de Flacso-Ecuador. Fue fundada en 1997 con el fin de estimular unareflexión crítica desde las ciencias sociales, sobre temas de debate social, político, cultural y económico del país, la región andi-na y el mundo en general. La revista está dirigida a la comunidad científica y a quienes se interesen por conocer, ampliar y pro-fundizar, desde perspectivas académicas, estos temas.

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CDD 300.5 / CDU 3 / LC: H8 .S8 F53 Iconos: revista de ciencias sociales.—Quito: Flacso-Ecuador, 1997-

v. : il. ; 28 cm.Ene-Abr. 1997-Cuatrimestral- enero-mayo-septiembreISSN: 1390-1249

1. Ciencias Sociales. 2. Ciencias Sociales-Ecuador. I. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Ecuador)

No. 24, enero 2006ISSN 1390-1249

CDD 300.5 / CDU 3 / LC H8 .S8 F53Vol 10, Issue 1, January, 2006

Quito - Ecuador

Sumario

Coyuntura

De abril a diciembre:el recurrente simulacro de la reforma política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9-15Pabel Muñoz López

¿Qué pasa si Ecuador no firma el Tratado de Libre Comercio? . . . . . . . . . . . . . . . 17-22Alberto Acosta, Hugo Jácome y Fander Falconí

Dossier

Lo global y lo local en el medio ruralPresentación del Dossier . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25-26Luciano Martínez Valle

Globalización y comunidad de vecindadNotas para el planteamiento de un concepto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27-42Juan Pablo Pérez Sáinz

Comercio justo, neoliberalismo y desarrollo rural:una evaluación histórica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43-57Gavin Fridell

Glocalidad y reforma agraria¿de nuevo el problema irresuelto de la tierra? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59-69Víctor Bretón Solo de Zaldívar

El sector agrario del Ecuador:incertidumbres (riesgos) ante la globalización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71-88Francisco García Pacual

La perspectiva local-global en el medio rural ecuatoriano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89-99Luciano Martínez Valle

Antiguos litigios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100-107Ensayo fotográfico de Lucía Chiriboga

Debate

Abril y la crisis del régimenComentarios al Dossier de ÍCONOS 23 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111-118Pablo Ospina Peralta

Interpretando la(s) cultura(s) después de la televisión:sobre el método . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119-141Lila Abu-Lughod

Temas

La representación del pasado sexual de Guayaquil:historizando los enchaquirados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145-160O. Hugo Benavides

Las implicaciones del conflicto interno colombianopara las fronteras de Venezuela, Ecuador, Perú,Brasil y Venezuela, 2000-2005 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161-170Hernán Moreano Urigüen

Reseñas

Mercedes Prieto, editoraMujeres ecuatorianas. Entre las crisis y las oportunidades1990-2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173-174Jacqueline Contreras

Charle TillyLa desigualdad persistente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175-177Daniel Pontón C.

Cecilia Méndez GastelumendiThe Plebeian Republic:The Huanta Rebellion and theMaking of the Peruvian State . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177-179José Luis Ugue Tanaki

Kattya Hernández BasanteSexualidades afroserranas:identidades y relaciones de género . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180-181Gioconda Herrera

Política editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182

Normas para la presentación de originales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183

Comercio justo, neoliberalismo y desarrollo rural: una evaluación histórica

Gavin FridellPhD. en Ciencias Políticas. Investigador Asociado al Center for Research on Latin America and the Caribbean-CERLAC , Universidad de York,Toronto

Email: [email protected]

Fecha de recepción: agosto 2005Fecha de aceptación y versión final: diciembre 2005

Traducción del inglés: Rocío CazarRevisión: Jeannette Sánchez

ResumenEste artículo examina la red de comercio justo dentro del contexto del régimen internacionalde desarrollo de la posguerra. En años recientes, la venta de productos básicos agrícolas decomercio justo ha crecido rápidamente en el norte y la red de comercio justo ha sido relativa-mente exitosa en ganar el apoyo de instituciones públicas y corporaciones transnacionales. Elartículo argumenta que este éxito, cuando es visto históricamente, sólo puede ser adecuada-mente entendido como la otra cara de la derrota del movimiento más general de comerciojusto, que buscó la regulación del mercado nacional e internacional y es, de hecho, un indica-dor del actual triunfo de la globalización neoliberal.

Palabras clave: comercio justo, comercio ético, justicia social, desarrollo internacional

AbstractThis paper examines the fair trade network within the context of the post-war internationaldevelopment regime. In recent years, the sale of fair trade agricultural commodities in theNorth has grown rapidly and the fair trade network has been relatively successful at gaining thesupport of public institutions and transnational corporations. The paper argues that this suc-cess, when viewed historically, can only be properly understood as the flip-side of the defeat ofthe broader fair trade movement which sought national and international market regulationand is in fact indicative of the current triumph of neoliberal globalization.

Keywords: fair trade, ethical trade, social justice, international development

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 24, Quito, enero 2006, pp. 43-57© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.

ISSN: 1390-1249

En las últimas décadas, la red de comer-cio justo ha emergido como una signi-f i c a t i va iniciativa de desarrollo que

busca confrontar al subdesarrollo en el sur,desafiando los desiguales términos de inter-cambio para los productos básicos agrícolas.En general, las mercancías son certificadas porlas organizaciones paraguas si son interc a m-biadas bajo términos de un precio mínimogarantizado y si son producidas siguiendo losprincipios de las organizaciones democráticas:no utilización de trabajo infantil, sindicatosde trabajadores rurales reconocidos y sustenta-bilidad ambiental. Aunque hay poco trabajoempírico sistemático sobre el comercio justo,la evidencia que existe re vela que la red tieneel potencial de proveer mayo res ingresos ru r a-les, servicios de extensión agrícola e infraes-t ructura social y física para cientos de miles depequeños agricultores y trabajadores ru r a l e sen todo el sur. En años recientes, ha emergidouna pequeña pero creciente literatura sobre elc o m e rcio justo, la cual ha empezado a va l o r a rel potencial de la red para el alivio de la pobre-za rural y la construcción de capacidades loca-les (LeClair 2002, Raynold 2002, Wa r i d e l2002, Va n d e r Hoff 2001, Simpson y Rapone2000, Re n a rd 1999).

La mayoría de los autores, en diferentesgrados, describen a la red de comercio justocomo un reto innovador frente a la globaliza-ción neoliberal, y miran al crecimiento de lasventas de comercio justo como una pequeñapero importante victoria en la lucha contra laliberalización de los mercados, los recortes delgasto social y el ataque a los derechos labora-les impuestos por las reformas neoliberales.En este artículo se discute, sin embargo, queesta representación falla en situar histórica-mente a la red dentro del contexto másamplio del desarrollo en la posguerra. Unaperspectiva histórica revela que el crecimien-to de la red de comercio justo ha sido, dehecho, un indicio del actual triunfo de la glo-balización neoliberal, la cual ha impuesto en

la red una estrategia de desarrollo voluntaris-ta no estatista pero que, al mismo tiempo,rechaza demandas más generales por un mer-cado internacional regulado con una fuerteintervención estatal.

El análisis histórico que se presenta a con-tinuación hace una distinción entre la “red decomercio justo” y el “movimiento de comer-cio justo”. La categoría de red se usa para refe-rirse a una red formal de organizaciones nogubernamentales (ONG) que conecta a cam-pesinos y trabajadores del sur con socios delnorte a través de un sistema de reglas decomercio justo. En contraste, el movimientode comercio justo se usa para referirse a unmovimiento más general e informal que hatenido una influencia significativa en los cír-culos internacionales del desarrollo desdefinales de la Segunda Guerra Mundial. Estemovimiento no tiene existencia oficial, peroaquí es usado para englobar a una variedad deiniciativas dirigidas por gobiernos del sur,organizaciones internacionales y ONG con elpropósito de usar la regulación del mercadopara proteger a los agricultores pobres y tra-bajadores del sur de los caprichos del merca-do internacional y del descontrolado poderde las naciones ricas y grandes corporacionestransnacionales (CTN) del norte. La red decomercio justo históricamente ha sido sólouna de muchas iniciativas dentro del másamplio movimiento de comercio justo, el cualincluye elementos como acuerdos internacio-nales de productos primarios, esquemas deestabilización de precios, y apela a foros inter-nacionales para reglas de comercio más justas.Durante el apogeo del movimiento de comer-cio justo, la red estuvo en su primera fase(1940-1980) y tomó del movimiento lavisión de un sistema internacional de comer-cio alternativo con una fuerte regulación almercado internacional. Cuando colapsó elproyecto estatista del movimiento, bajo elpeso de las reformas neoliberales, la red atra-vesó su segunda etapa (1980 hasta el presen-

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Gavin Fridell

te) y se reorientó hacia ganar compromisosvoluntarios de las CTN, desatándose unperiodo de crecimiento de las ventas sin pre-cedente. Así, desde una perspectiva histórica,mientras la mayoría de los proyectos delmovimiento de comercio justo caían en dete-rioro, la red de comercio justo estaba en auge,siendo así una de las pocas iniciativas delmovimiento en sobrevivir y crecer con fuerzaen la era de la globalización neoliberal. Estorevela que la expansión de la red ha sido noun indicador de la victoria del comerciojusto, en su definición más amplia, sino delactual triunfo de la globalización neoliberal.

Historia del movimiento de comercio justo1

Los orígenes del movimiento de comerciojusto pueden encontrarse en varios acuerdosde control de mercancías desarrollados porlos poderes coloniales en el periodo de entreguerras, 1918 a 1939. Estos acuerdos se con-centraron en productos básicos -cobre, esta-ño, caucho, café, trigo, azúcar y algodón- ybuscaron combatir la caída de los precios res-tringiendo la producción, por tanto, bajandola oferta y forzando la subida de los precios.Gran parte de esta estrategia falló porque losprecios, apenas más altos, fomentaron a nue-vos productores a entrar en el mercado o con-dujeron a intensificar los esfuerzos para desa-rrollar más substitutos en el norte (ver BarrattBrown 1993:79-87, Furtado 1976:50-57).La Segunda Guerra Mundial (1939-1944),provocó, por otro lado, un incremento tem-poral en los precios de productos básicos agrí-colas, lo que condujo a la suspensión de lamayoría de estos acuerdos iniciales.

Luego de la guerra, las fuerzas aliadas fir-maron una serie de acuerdos que formaron labase para el comercio internacional y el régi-men de desarrollo de la posguerra, el cual seconcentró en atender dos objetivos claves: unsistema monetario internacional establedominado por los Estados Unidos (que invo-lucraba un sistema de cambio anclado aldólar americano, una convertibilidad dólar-oro fija y la cooperación internacional paracontrolar flujos financieros de corto plazo) yun régimen de apertura comercial. El FondoMonetario Internacional (FMI) y el BancoInternacional para la Reconstrucción y elDesarrollo (Banco Mundial) se formaron conel objeto de supervisar el sistema y proveerfinanciamientos de corto y largo plazo a losestados participantes. Igualmente, el AcuerdoGeneral sobre Aranceles y Comercio (GATT)fue establecido para lograr la reducción de lasbarreras de comercio a través de una serie derondas de negociación.

A pesar del enfoque en la apertura comer-cial, se adoptaron algunos mecanismos pararegular el comercio protegiendo a las nacio-nes del sur, entre los cuales se incluye la adop-ción de la Carta de la Habana en 1947, lacual sentó las bases para los acuerdos de con-trol de mercancías a ser conducidos bajo elauspicio de las Naciones Unidas. Al contrariode los esquemas anteriores, que se enfocaronen restringir la producción, la Carta de laHabana propuso el uso interventor de stocksde regulación (buffer stocks), que pueden acu-mularse cuando hay excedentes de produc-ción o reducirse en tiempos de escasez. En ladécada de 1950, con los precios de los pro-ductos primarios otra vez en caída, nuevosacuerdos internacionales bajo los términos dela Carta fueron firmados para casi todos losproductos básicos más importantes. Con eltiempo, la mayoría de ellos colapsaron debi-do a una variedad de razones político-econó-micas. Por ejemplo, un acuerdo para el azúcarfracasó en la década de 1960 luego de que los

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Comercio justo, neoliberalismo y desarollo rural: una evaluación histórica

1 Una versión anterior y más extensa de la narrativa his-tórica presentada en esta y la siguiente sección apare-ció en inglés en la Canadian Journal of DevelopmentStudies, ver Fridell (2004a).

Estados Unidos unilateralmente boicotearanel azúcar de Cuba; y un acuerdo para el esta-ño se derrumbó en la década de 1980 debidoa una caída global en la demanda de estaño( Barratt Brown 1993:87-92, Fu rt a d o1976:215-218).

El extensamente sentido fracaso de losesquemas de productos básicos resultó, en1964, en la primera Conferencia de lasNaciones Unidas sobre Comercio yDe s a r rollo (UNCTAD, por sus siglas eninglés). En la conferencia, varias resolucionesse aprobaron a favor de una mayor transfe-rencia de riqueza del norte al sur, a través deayudas, compensaciones y, lo más importan-te, de un “comercio más justo”. Para que secumpla este objetivo, las naciones del surdemandaron a los estados del norte que debi-liten sus políticas proteccionistas hacia losproductos agrícolas procedentes del sur yremplacen la provisión de ayudas financieraspor un sistema de subsidios para productoresdel sur, apoyándose en la concepción de“Comercio, No Ayuda”. Al final, nada sus-tancial fue logrado ya que los representantesdel norte votaron en contra o se abstuvieronde cualquier resolución clave. Sin embargo, laUNCTAD en sí misma fue establecida comoun foro y cuerpo de investigación importantepara la información e ideas sobre el comerciojusto (Barratt Brown 1993:92, Fu rt a d o1976:221-224).

Un concepto clave, donde la UNCTADjugó un papel central en su promoción, fue elde “intercambio desigual”, cuyos fundamen-tos teóricos fueron primero trazados por elfundador y Secretario General de la UNC-TAD, Raúl Prebisch. Prebisch afirmó que elsubdesarrollo en el sur se debía, primeramen-te, a un intercambio desigual causado por eldeterioro relativo de los precios de los pro-ductos primarios producidos en el sur en rela-ción a los productos manufacturados produ-cidos en el norte. Sus conceptos se difundie-ron en las décadas de 1960 y 1970 por los

teóricos de la dependencia, quienes añadieronque desde el siglo XVI estas desigualdadeshan sido centrales para el sistema mundialcapitalista y son un legado del colonialismo,el cual ha obligado al sur a volverse depen-diente del norte en cuanto a mercados, tec-nología y capital. La mayoría de los teóricosde la dependencia miraron la brecha entre elnorte y el sur, bajo los términos de comercioexistentes, como insuperable y argumentaronque los estados del sur necesitan ya sea apoyaruna fuerte intervención estatal en los merca-dos o, según los círculos más radicales, des-vincularse por completo del sistema capitalis-ta mundial.2

En la década de los 1970s, las ideas impul-sadas por Prebisch y los teóricos de la depen-dencia tuvieron una influencia significativaen los gobiernos del sur, muchos de los cualesejercieron políticas basadas en el nacionalis-mo económico y presionaron por cambios enel régimen internacional de comercio. Ennumerosos foros de negociación las nacionesdel sur demandaron precios más seguros parala agricultura y otros productos primarios,acceso preferencial a los mercados del nortepara industrias nacientes del sur, reformas alsistema monetario internacional, nuevos ygenerosos flujos de ayuda y códigos de con-ducta para las CTN. Estas demandas llegarona ser consagradas en 1974 en el Programa deAcción sobre el Establecimiento de un NuevoOrden Económico Internacional de lasNaciones Unidas. En 1976, una propuestapara un fondo común que financie esquemasinternacionales de productos básicos, parte deun Programa Integrado para Pro d u c t o sBásicos, fue aceptada en principio por losmiembros de la UNCTAD. La UNCTADtambién promovió el desarrollo de esquemascompensatorios de financiación en donde los

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2 Este corto párrafo no hace justicia a la riqueza y diver-sidad de la literatura sobre la teoría de la dependencia.Para un resumen y evaluación de los pensadores clave,ver Hunt (1989:121-223).

productores rurales reciben una compensa-ción financiera cuando los precios de los pro-ductos básicos bajan por debajo de los nivelesacordados. El ejemplo más notable de esto esel acuerdo STABEX adoptado por laComunidad Europea a principios de la déca-da de los 1970s, para compensar a sus anti-guas colonias bajo los términos de laConvención Lomé (LeClair 2002).

Mientras la década de los 1970s fue lacima del movimiento de comercio justo, losochenta vieron su descarrilamiento, cuandolos estados y organismos financieros interna-cionales rechazaron las políticas de interven-ción gubernamentales y las regulaciones delmercado, y se orientaron hacia políticas neo-liberales volcadas a la reducción del tamañodel estado y la eliminación de los controles alcapital nacional e internacional. Bajo el pesode las reformas neoliberales, el consenso polí-tico sobre el cual el Nuevo Orden EconómicoInternacional fue construido se disolvió y sevolvió caduco. Tomó 13 años ganar el apoyofinanciero para iniciar el fondo común delPrograma Integrado para Productos Básicos,para entonces pocos acuerdos internacionalesde productos básicos estaban todavía en ope-ración (Barratt Brown 1993:93-95). A finesde 1994, los acuerdos del GATT fueron rati-ficados en la Ronda de Uruguay y se creó laOrganización Mundial del Comercio (OMC)para vigilar y promover la desregulación yliberalización de los mercados entre sus másde 120 estados miembros. En 1997, la OMCdeterminó que el STABEX violaba sus cláu-sulas de tratamiento y, por tanto, estaba des-tinado a ser reemplazado por un sistema decréditos directos (LeClair 2002). Sin embar-go, si bien los 1980s y 1990s fueron décadasde decadencia para el movimiento de comer-cio justo en general, también fueron décadasde rápida expansión para la red de comerciojusto. Luego de años de un lento pero cons-tante crecimiento, desde los 1950s hasta1970s, la red de comercio justo entró en apo-

geo a fines de los 1980s y ha alcanzado ven-tas sin precedentes en la era de la globaliza-ción neoliberal.

La red de comercio justo:primera fase, 1940-1988

Como hemos dicho, durante la primera fasede su historia, la red de comercio justo estu-vo significativamente influenciada por elmovimiento más general de comercio justo,de donde tomó el enfoque de combatir losprecios injustos a los productos básicos ylograr “comercio, no ayuda”. Además, la redestuvo influenciada por la teoría de la depen-dencia y su crítica a las desigualdades inhe-rentes al sistema capitalista mundial. Comoresultado, originalmente los promotores delcomercio justo buscaron desarrollar un siste-ma alternativo de comercio donde los preciosno estuvieran determinados por los caprichosde un sistema mundial inherentemente injus-to, sino a través de negociaciones entre losinteresados sobre la base de justicia para todaslas partes.

Los múltiples orígenes de la red de comer-cio justo pueden ser rastreados entre los1940s y 1950s, cuando ONG cristianas deEuropa y Norte América empezaron a vender,en proyectos de adquisición directa, artesaní-as producidas por artesanos del sur en des-ventaja. En las décadas de los 1950s y 1960sestas ONG desarro l l a ron organizacionesalternativas de comercio (OAC) e iniciaron laimportación y venta de artesanías de comer-cio justo a través de pedidos por correo, gru-pos solidarios de iglesias y tiendas de comer-cio justo. En las décadas de los 1970s y1980s, el café y otros productos básicos agrí-colas fueron introducidos en los mercados decomercio justo y su facturación pronto exce-dió la de artesanías y desató el crecimiento dela red. Para la década de los 1990s, en Europay Norte América existían docenas de OAC

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Comercio justo, neoliberalismo y desarollo rural: una evaluación histórica

dedicadas al comercio justo, las más grandescon millones de dólares en ventas anuales.Por ejemplo, Fair Trade Organisatie, unaOAC pionera en el comercio justo y la másgrande de los Países Bajos, tenía una factura-ción por sobre los $15.6 millones en 1999-2000 (EFTA 2001a, 2001b).

Las OAC que desarrollaron la red decomercio justo estuvieron motivadas por eldeseo de ayudar en sus necesidades inmedia-tas a sus socios del sur y en sentar las basespara trabajar por un nuevo sistema interna-cional de comercio. Uno de los más clarosejemplos de las ideas que fueron importantespara la red durante sus décadas de formaciónes el proporcionado por el trabajo de MichaelBarrat Brown, el Presidente Fundador yAdministrador de TWIN (T h i rd Wo r l dInformation Network) y Twin Trading en elReino Unido. En su trabajo Barratt Brownrecurre explícitamente a los conceptos de lateoría de la dependencia y argumenta a favorde la necesidad de expandir la red de comer-cio justo para combatir el subdesarrollo en elsur, el cual afirma se deriva del intercambiodesigual (Barratt Brown 1993:23-43).Argumenta que el comercio justo puede pro-veer a los productores rurales del sur del tannecesitado acceso a tecnología, educación,crédito y facilidades con valor agregado parael procesamiento y almacenamiento y, almismo tiempo, protegerlos de los caprichosdel mercado global a través de precios garan-tizados, estrictos estándares laborales y víncu-los de solidaridad entre productores y consu-midores.

Adicionalmente, Barrat Brown describe ala red de comercio justo como parte de unaestrategia más amplia para desarrollar un sis-tema alternativo de comercio basado en laregulación del mercado internacional. Sin laregulación del mercado las grandes CTN delnorte continuarán monopolizando los merca-dos internacionales y los beneficios, a travésde la especulación y manipulación, y las

ganancias de los comerciantes justos seguiránsiendo limitadas e insostenibles en el largoplazo. En consecuencia, Barratt Brown afir-ma que el comercio justo tiene que atender,en última instancia, a la construcción de unnuevo orden económico internacional, basa-do en consejos de comercialización estatalescontrolados democráticamente y en vínculosdirectos entre consumidores y productores através de proyectos como la red de comerciojusto, consumismo verde y sindicatos de pro-d u c t o re s - c o n s u m i d o res. El resultado finalsería una economía descentralizada basada en“un sistema de comercio paralelo y una red decomercio alternativa dentro de este sistema,creciendo a la par con la actual organizaciónde comercio mundial de las grandes compa-ñías” (Barratt Brown 1993:134).

Desde finales de la década de los 1980s, lared de comercio justo ha experimentado unareorientación significativa y la mayoría de lospromotores del comercio justo, en distintosniveles, se han desviado considerablementede la visión de Barratt Brown acerca de unnuevo orden económico. Dos aspectos clavesde su trabajo se han dejado atrás. Primero, lamayoría de los promotores del comercio justohan abandonado el enfoque de Barratt Browndel estado-nación como primer agente dedesarrollo. Para Barratt Brown, se requiere unestado democrático intervencionista pararegular la economía, tanto a nivel internacio-nal como local, proveer a los productoresagrícolas de infraestructura, crédito y tecno-logía, y coordinar varios sectores de una eco-nomía nacional para asegurar la diversifica-ción y un grado de autoconfianza. Al contra-rio de esto, en diferente niveles, la mayoría delos promotores del comercio justo ya no bus-can una estrategia nacional e internacionalcoordinada como algo central para el desarro-llo, sino que se concentra en las ONG y suhabilidad para promover el desarrollo envarias cadenas de productos básicos dentro dela economía global.

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El segundo aspecto del trabajo de BarrattBrown que han dejado de lado la mayoría delos analistas es su enfoque de creación de unared paralela de comercio que se plantee a símisma como una alternativa diferente al sis-tema capitalista mundial. Aunque opuesto ala noción de la teoría de la dependencia de“desvincularse”, por su creencia de que lospaíses del sur requieren de la tecnología delnorte, Barratt Brown apoya fuertemente lanecesidad de romper un tanto con el actualsistema y apuntar a uno nuevo que, en ellargo plazo, aspire a estar libre de las presio-nes impuestas por las CTN orientadas allucro. Al contrario de esto, a lo largo de lasdos décadas pasadas, la mayoría de los comer-ciantes justos han abandonado la visión de unsistema alternativo de comercio para estar afavor de reformar el existente.

La reorientación de la red de comerciojusto desde finales de la década de los 1980sse deriva de dos factores claves. Primero, lascondiciones políticas, económicas e ideológi-cas bajo las cuales el comercio justo fue origi-nalmente construido han cambiado dramáti-camente con el ascenso de la globalizaciónneoliberal. Los pro m o t o res del comerc i ojusto han seguido, en parte, tendencias másamplias en la economía política internacionalmientras los estados se han alejado sustancial-mente de las regulaciones nacionales e inter-nacionales del mercado bajo la carga de lasreformas neoliberales. Segundo, la reorienta-ción de la red de comercio justo también sederiva de los imperativos del mercado capita-lista. Limitados por la falta de acceso a con-sumidores y recursos para la comercializa-ción, los mercados de comercio justo se hanmantenido demasiado pequeños para proveera sus socios del sur de las ventas que necesitanpara sobrevivir. En respuesta, las organizacio-nes de comercio justo se reorientaron a símismas en dirección a ganar acceso a los mer-cados dominantes, a los cuales tenían la espe-ranza de reformar (Renard 1999, Waridel

2002). Para lograrlo, intensificaron suse s f u e rzos de comercialización y, lo másimportante, iniciaron sellos de comercio justopara ganar el apoyo de las CTN convencio-nales.

La red de comercio justo:segunda fase, 1988 - presente

La primera iniciativa de sellos de comerc i ojusto, de la Fundación Max Ha ve l a a r, fue fun-dada en los Países Bajos en 1988 en re s p u e s t aa los argumentos hechos por pequeños campe-sinos del sur acerca de la necesidad de ganaracceso a los “m e rcados re a l e s” (Bolscher 2002).El objetivo era pro m over el sello de comerc i ojusto y ofrecerlo a las CTN conve n c i o n a l e sque cumplan con los estándares de Ma xHa velaar a cambio de una cuota de cert i f i c a-ción. Los import a d o res convencionales seríanm o t i vados a participar en el comercio justop o rque el sello les daría un valor agregado enel merc a d o. Desde su formación, los sellos dec o m e rcio justo se difundieron rápidamente;actualmente hay diecisiete iniciativas naciona-les -bajo los nombres de Max Ha ve l a a r,Tr a n s Fair o Fair Trade Foundation- coord i n a-das por Fa i rtrade Lavelling Or g a n i z a t i o n sInternational (FLO), con sede en Bonn,Alemania. FLO tiene estándares de comerc i ojusto internacionales para una variedad de pro-ductos agrícolas primarios, incluyendo café, té,cacao, plátano, miel, caña de azúcar, naranjas,mangos, piñas y jugos de fru t a s .

Los productos certificados por FLO soni n t e rcambiados bajo términos de un pre c i omínimo garantizado e incluyen “primas socia-l e s” pagadas por el comprador a las comuni-dades productoras para el desarrollo de infra-e s t ructura como hospitales, escuelas, caminosy facilidades para el pro c e s a m i e n t o. FLO tieneestrictos estándares laborales y ambientales alos cuales sus socios del sur deben adherirse,i n c l u yendo la negativa al trabajo infantil y for-

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zado, libertad de asociación para los trabaja-d o res y sustentabilidad ambiental. Ad i c i o n a l -mente, las cooperativas de los pequeños agri-c u l t o res deben estar dirigidas por una asam-blea general con derecho al voto para todas lasfamilias miembro y tener una junta democrá-ticamente elegida que determine el uso de laprima social (FLO 2003).

Desde su creación, los sellos de comerciojusto han ganado no sólo el apoyo crecientede los consumidores sino de las CTN con-vencionales. La venta de mercancías certifica-das por FLO creció en un 35% desde 1997 al2000, cuando la facturación total estuvosobre los $196 millones. De éstos, más de$49 millones fueron directamente a los pro-ductores, cerca de 40% más de lo que hubie-ra sido justificado por los precios convencio-nales. Consumidores de Suiza han compradola mayor cantidad de los productos certifica-dos por FLO (34.8% del total de 1997-2000), seguido por los Países Bajos (24.7%),Alemania (17.6%), el Reino Unido (9.8%) yel resto de países con comercio justo (13.1%).Los Estados Unidos y Canadá, cada uno,contabilizaron sólo el 0.2% del total duranteeste período; sin embargo, las cifras de ventasde estos dos países recientemente aumentarony podrían, en los próximos años, alcanzarniveles más apropiados para su peso econó-mico (FLO 2001, Waridel 2002, 99-100).

A pesar del crecimiento de la red comoresultado de su reorientación, las ventas porcomercio justo todavía no han logrado suplirlas necesidades de los socios del sur, muchosde los cuales sólo puede vender una pequeñaproporción de su producción total en losmercados de comercio justo. Por ejemplo, lascooperativas de comercio justo de café actual-mente pueden vender en promedio sólo el20% de su producción (Raynold 2002). Almismo tiempo, hay indicadores de límitessignificativos para las perspectivas de creci-miento a largo plazo de los mercados decomercio justo. De acuerdo a la Asociación

Europea de Comercio Justo (EFTA por sussiglas en inglés), mientras mercados relativa-mente no explotados han mostrado un creci-miento sustancial en años recientes, los bienestablecidos mercados de comercio justo,como los de los Países Bajos y Alemania, hanregistrado un crecimiento lento o incluso unacaída, reflejando “haber alcanzado un ciertonivel de umbral de ventas o cuotas de merca-do que parecen muy difíciles de superar”(EFTA 2001a:33-36).

Quizá el indicador más alarmante de loslímites del mercado de comercio justo ha sidola caída de las tasas de crecimiento del café decomercio justo, tradicionalmente el sectormás grande y de rápida expansión. En el2000 FLO indicó que estaba reticente a regis-trar cualquier nueva cooperativa debido alestancamiento de las ventas de café (FLO2001). Esto se ha originado principalmentepor la caída de los precios de las exportacio-nes para granos de café convencionales, loque ha dañado la competitividad del comer-cio justo. Desde 2000, los precios de lasexportaciones mundiales para café especiali-zado han experimentado un descenso sin pre-cedentes, desde alrededor de $1 hasta un pre-cio tan bajo como $0.41 por libra en 2003.La causa primaria para esto ha sido la sobreo-f e rta global tras el colapso del Ac u e rd oInternacional de Café (AIC) en 1989, unesquema de control para productos básicosque había provisto de alguna estabilidad a losprecios. Esto se ha combinado con la apari-ción de nuevos recién llegados a la industriadel café, especialmente Vietnam, que hansido obligados por el Banco Mundial y elFondo Monetario Internacional a aumentarsus exportaciones de productos básicos a finde ganar divisas para cumplir con el pago dela deuda. Durante la crisis, el precio del caféde comercio justo se ha mantenido en $1.26por libra, lo que ha dañado la competitividaddel comercio justo pero también ha salvado amuchos comerciantes justos de la quiebra,

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migración en masa y hambre experimentadapor miles de pequeños agricultores a nivelmundial (Oxfam International 2002a).

En respuesta a estas presiones del mercadomundial, los promotores del comercio justohan buscado escalar sus esfuerzos para expan-dir el mercado de este tipo de comercio, espe-cialmente en Norte América. La principalestrategia empleada por los activistas ha sidolas campañas de “buycotting”, donde en lugarde boicotear corporaciones para forzarlas aadoptar estándares de comercio justo, buscancrear una demanda de estos productos entrelos consumidores y luego obligar a las corpo-raciones a suplir esta demanda, a través decampañas de envío de cartas y protestas.Quizá una de las más notables campañas de“buycotting” fue obligar a Starbucks Coffee,la compañía más grande de café especializa-do, a empezar a ofrecer cantidades limitadasde café de comercio justo en sus tiendas enEstados Unidos en el 2000 (Waridel 2002:107-109). Desde entonces, otras CTN hanhecho lo mismo y han empezado a vendercantidades limitadas procedentes del comer-cio justo, incluyendo Procter & Gamble ySara Lee, dos de las más grandes tostadoras decafé del mundo.

La creciente participación de las grandesCTN en la red de comercio justo, general-mente celebrada por los activistas del comer-cio justo (Wardidel 2002: 105-106), provocaserias preocupaciones acerca de la futuradirección de la red. Por realizar un compro-miso relativamente menor con el comerciojusto (Starbucks sólo vende alrededor del 1 al2 por ciento de sus granos certificados por elcomercio justo), las CTN logran publicidadpositiva que enmascara su devoción al pro-yecto neoliberal más amplio. Procter &Gamble y Sara Lee, por ejemplo, lograronexitosamente que el gobierno de los EstadosUnidos abandone el AIC en 1989 y actual-mente hacen grandes ganancias como resulta-do de la crisis global del café, mientras al

mismo tiempo muestran un creciente apoyoal café de comercio justo. Estas CTN buscanproteger su imagen pública por el bien de surentabilidad y evitar la amenaza de regulacio-nes estatales más fuertes por las actividadescorporativas, las cuales se supervisaban másestrictamente por políticas nacionales e inter-nacionales previo a las reformas neoliberales.El impacto negativo de estas reformas hadado impulso a crecientes perc e p c i o n e spúblicas sobre las dificultades de las activida-des corporativas no reguladas, a las cuales lasCTN han buscado contrarrestar con progra-mas de “responsabilidad social corporativa”,lo que incluye apoyo al comercio justo (Reed2002, Klein 2000).

Por otro lado, el compromiso relativamen-te menor de las CTN con el comercio justo esuno mayor para la red -Starbucks es ahora lamayor tostadora de café de comercio justo deNorte América-. Esto promete dar a las CTNuna gran influencia en la dirección futura dela red. Adicionalmente, las CTN tambiénpodrían representar una seria amenaza para laviabilidad de pequeñas OAC cien por cientode comercio justo, que carecen de los recursosfinancieros y de comercialización que poseenlas anteriores. Esta realidad ha dado pie a cre-cientes controversias dentro de la red. Unpuñado de pequeños tostadores de café decomercio justo en los Estados Unidos recien-temente ha roto con FLO y aspiran formaruna nueva asociación compuesta enteramen-te por tostadoras cien por ciento de comerciojusto (Rogers 2004).

Además de las campañas de “buycotting”,los comerciantes justos también han buscadoexpandir su mercado ganándose el apoyo delas instituciones públicas, cuyas políticas decompras pueden ser un camino significativopara incrementar las ventas. Este es el caso deEuropa, donde el café y el té de comerciojusto son usados en una variedad de institu-ciones regionales, nacionales y locales, inclu-yendo la Unión Europea, la Presidencia de la

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República y el Parlamento Nacional deAlemania y el Parlamento Escocés y laCámara de los Comunes del Reino Unido(EFTA 2001a, 2001b). En Norte América elapoyo de las instituciones públicas para elcomercio justo ha sido relativamente insigni-ficante. Sin embargo, recientemente las cam-pañas de estudiantes activistas han logradoganar el apoyo de cientos de proveedores deservicios de alimentos de los campos univer-sitarios a lo largo del continente, aunque sólounas pocas universidades han adoptado polí-ticas oficiales de comercio justo para sus com-pras (Fridell 2004b).

Como en el caso de la creciente participa-ción de las CTN, la expansión de las adquisi-ciones públicas de comercio justo tambiénlevanta serias preocupaciones acerca de loslímites de la red. Mientras las institucionespúblicas en Europa y Norte América hanmostrado un creciente apoyo a la red dec o m e rcio justo, también han continuadorechazando las demandas mayores del movi-miento de comercio justo y, en cambio, hanemprendido reformas neoliberales, emplean-do a la red como “hoja de parra” para enmas-carar su devoción por una agenda neoliberalmás amplia. Así, las instituciones públicas deEuropa apoyan la red de comercio justomientras continúan promoviendo políticasneoliberales, negándose a bajar las altas barre-ras arancelarias para los productos básicosagrícolas, una antigua demanda del movi-miento más amplio de comercio justo.Igualmente, las universidades de América delNorte han mostrado un creciente apoyo apolíticas de compras más éticas, como elcomercio justo, mientras al mismo tiempoempujan hacia su propia re e s t ru c t u r a c i ó nneoliberal. Esto ha conllevado a la corporati-vización de la universidad, pues los adminis-tradores se han volcado crecientemente hacialas CTN para obtener donaciones, cursosdirectamente financiados, cátedras patrocina-das y centros de investigación auspiciados,

todos los cuales representan una seria amena-za para la libertad académica. En estas insti-tuciones, la red de comercio justo no estásiendo adoptada como un reto a la globaliza-ción neoliberal sino como una “hoja de parra”ética diseñada para enmascarar su impactonegativo (Fridell 2004b).

Comercio justo a nivel local:el caso de UCIRI

A pesar de las limitaciones estru c t u r a l e simpuestas por el mercado internacional, lared de comercio justo ha logrado aumentarlas capacidades de desarrollo de aquellos gru-pos locales del sur que han podido tener acce-so a los estándares del comercio justo -en elsector cafetalero, por ejemplo, hubieron másde 670.000 familias campesinas registradasen FLO en el 2003, de un total de cerca de 25millones de familias campesinas cafetaleras anivel mundial-. Donde ha sido más evidenteel potencial de desarrollo de la red es en elcaso de la Unión de Comunidades Indígenasde la Región del Istmo (UCIRI), una coope-rativa de café en Oaxaca, México, con unamembresía de más de 2.500 familias. UCIRIha jugado un papel clave en la formación delsello de comercio justo desde 1a década de los1980s y es generalmente considerada comouna de las cooperativas de comercio justo másexitosas del mundo.

A lo largo de su participación en el comer-cio justo, los miembros de UCIRI han gana-do mayores ingresos y un acceso significativa-mente mejor a los servicios sociales a través deproyectos cooperativos en salud, educación ycapacitación. UCIRI ha construido su propiainfraestructura económica, así como facilida-des para el procesamiento y transporte delcafé, y ha provisto a sus miembros con mayoracceso a créditos, tecnología y habilidadespara la comercialización. Todo esto ha mejo-rado la capacidad de sus miembros para com-

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batir la pobreza extrema, la destrucción ydegradación ambiental y sus habilidades parasobrevivir y competir en el mercado interna-cional (Fridell 2005:248-315, Va n d e r Ho f f2002a y 2002b, Waridel 2002, Simpson yRapone 2000).

Adicionalmente, los miembros de UCIRItambién han desarrollado importantes lazosde solidaridad con sus socios del norte y hanmejorado su sentido de unidad e identidadcolectiva, dadas las demandas organizativas yadministrativas que se requieren para mante-ner una cooperativa de comercio justo. Estoha fortalecido sus habilidades para apoyar ini-ciativas comunitarias e instar al gobierno adefender sus intereses, así como los de otrospequeños productores rurales de México. Alo largo de los años, UCIRI ha jugado un rolclave en la formación de una variedad deorganizaciones locales y regionales, incluyen-do grupos de comercio justo y de certificacio-nes orgánicas, así como organizaciones condemandas más amplias que apoyan a lospequeños productores en general, como laCoordinadora Estatal de Productores de Caféde Oaxaca (CEPCO) y la Coord i n a d o r aNacional de Organizaciones Cafetaleras(CNOC) (Fridell 2005:248-315,Va n d e r Hoff 2002a y 2002b, Simpson yRapone 2000).

Mientras UCIRI ha tenido importanteslogros a lo largo de su participación en elcomercio justo, su proyecto de desarrollo noha estado libre de limitaciones. Un indicadorde estos límites es la persistencia de la pobre-za entre sus miembros. De acuerdo a uninforme de UCIRI, mientras los mayoresingresos provenientes del comercio justo haneliminado la extrema miseria entre sus miem-bros, “no se puede decir que estos ingresosson adecuados para asegurar la supervivenciade las familias de los pro d u c t o re s”(VanderHoff 2002b:20). En el 2002, estasituación obligó a cerca de 150 miembros adejar sus propiedades en busca de un trabajo

temporal en las ciudades, un estrategia desupervivencia común entre las comunidadesrurales pobres de la región (Va n d e r Ho f f2002a).

Un segundo indicador de las limitacionesdel proyecto de UCIRI ha sido el fracaso desu fábrica de ropa, diseñada para proveeri n g resos alternativos a sus miembros. Lafábrica abrió en 1997 y luego cerró en 2004debido a problemas con los proveedores, losaltos costos de proporcionar a sus empleadosde un seguro social justo y una intensa com-petencia de las fábricas con salarios bajos deChina, lo que ha afectado a toda la industriatextil mundial. Esto revela la dificultad paraexpandir los principios de comercio justo deUCIRI fuera de sus cadenas establecidas dep roductos básicos (Fridell 2005:248-315,Roy 2004).

Finalmente, los límites del proyecto deUCIRI son evidentes en su necesidad cre-ciente de hacer concesiones significativas consus socios corporativos para expandir el acce-so de sus miembros al mercado. El mayorejemplo de esto ocurrió en el 2002 cuandoUCIRI firmó un acuerdo con Carrefour, lasegunda cadena mundial de alimentos, paravender una cantidad no especificada de café aprecios justos pero sin certificación indepen -diente de FLO. Esta maniobra, manejada pormercados dominantes, es un precedente sig-nificativo para la red que amenaza más ade-lante con abrir la puerta a corporaciones quedesarrollan sus propias alternativas privadas alcomercio justo. Esto ha sido criticado por losrepresentantes de FLO, por comprometer laintegridad de la certificación independientela cual es clave para asegurar que los estánda-res del comercio justo se cumplan de unamanera responsable y transparente (Fridell2005: 248-315, VanderHoff 2002a).

Sin embargo, a pesar de estas limitaciones,el proyecto de UCIRI evidentemente ha deja-do beneficios a sus miembros y revela elpotencial del comercio justo para apoyar al

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desarrollo rural en el sur. Una consideraciónmucho más importante para la red en generalno son los límites de desarrollo del modelo deUCIRI, sino la poca probabilidad de poderreplicar sus beneficios a una escala másamplia. UCIRI, por su historia única comoorganización fundadora de los sellos decomercio justo, ha sido una organización par-ticularmente exitosa que ha logrado vendercerca del 100% de sus granos de café en mer-cados de comercio justo. No obstante, con elmercado de café de comercio justo actual-mente saturado, se está volviendo cada vezmás difícil para cooperativas nuevas, menosdesarrolladas, encontrar una porción del mer-cado, y extremadamente difícil para nuevosgrupos ganar un lugar en el registro de FLO.Bajo estas condiciones, son las cooperativasmás fuertes y mejor establecidas, comoUCIRI, las que obtienen los mayores benefi-cios del comercio justo, mientras que los gru-pos más débiles quedan excluidos (Fridell2005:248-315, Raynolds, Murray, and Taylor2004, Go n z á l ez Cabañas 2002, Ma rt i n ez2002, Méndez 2002, Pérez g rovas Ga rz a2002, Taylor 2002:7,25-26). Por ejemplo, ala Cooperativa de Café Tzotzilotic Tzoboloticde Chiapas, México, certificada por FLO, letomó ocho años encontrar un compradorpara su primera carga de café de comerciojusto en 2001 (Martínez 2002). En otra ins-tancia, la Cooperativa Unión de la Selva enChiapas, luego de seis años en el sistemaFLO, perdió la certificación en el 2000 luegode no poder satisfacer un contrato. Acerca deesto, el asesor de La Selva José E. JuárezValera afirma:

La actual estructura del sistema de comerciojusto se presta a sí misma para la formaciónde élites y caciques entre los productores…Para mí, el comercio justo debe promover nosólo la participación de cooperativas bienestablecidas sino también de las menos afor-tunadas y menos privilegiadas (citado enGonzález Cabañas 2002).

Así, las perspectivas de desarrollo del comer-cio justo a nivel local están, en última instan-cia, significativamente forzadas por los mer-cados globales dominantes.

Conclusión

El rápido crecimiento de la red de comerciojusto desde fines de la década de 1980 puedeser atribuido a su estrategia de desarrollo nogubernamental, la cual se ha enfocado en elvoluntarismo y en sumarse a la corrientedominante. A esta estrategia se debe que lared haya sobrevivido y prosperado mientraslos otros proyectos estatistas del movimientode comercio justo han tambaleado y deterio-rado. Esto ha sido parte de una transforma-ción más amplia en el régimen de comerciointernacional y desarrollo, que ha involucra-do el deterioro de la intervención estatal y delas regulaciones del mercado y el aumento deacuerdos neoliberales político-económicos yproyectos de desarrollo conducidos por lasONG. Durante las décadas de los 1980s y los1990s, cientos de nuevas ONG emergieronpara llenar el rol de asistencia social y desa-rrollo antes realizado por el estado. Muchasde estas ONG recibieron fondos de institu-ciones oficiales, tales como el Ba n c oMundial, quien vio en ellas una solución noestatista para las consecuencias sociales yambientales de las reformas neoliberales(Petras 1997). Así, en la era de la globaliza-ción neoliberal, la red de comercio justo, consu programa voluntario y no estatista, se des-taca sobre las prescripciones estatistas delmovimiento, tales como esquemas de controlpara productos básicos y estándares laboralesaplicados por el estado.

No todas las organizaciones miran a la redde comercio justo como el reemplazo a lasregulaciones de mercado impulsadas por elestado. Oxfam International, por ejemplo,continua promoviendo activamente el objeti-

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vo estatista del movimiento de comercio justoasí como el objetivo voluntarista de la red decomercio justo, y mira a la red como untrampolín para lograr los propósitos másamplios del movimiento (Oxfam Internatio-nal 2002a). Su visión, sin embargo, no escompartida por todas las corporaciones e ins-tituciones que han aumentado su apoyo a lared de comercio justo en los últimos años.Para estas organizaciones, la red representa noun paso hacia un mercado internacional regu-lado sino uno alternativo a él. Recientemente,el Banco Mundial, un arquitecto fundamen-tal del neoliberalismo, ha empezado a pro-mover la red de comercio justo y hasta hacomenzado a servir café de comercio justo ensu sede en Washington, DC (World Bank2002). Muchos comerciantes justos han res-pondido favorablemente a estos ademanes yalgunos se han sentido obligados a repudiarlos objetivos radicales del Movimiento deJusticia Global, a cuyos participantes se hanreferido peyorativamente como “globófobos”,en un intento de presentarse a sí mismo comopartes responsables que merecen ser conside-radas en futuras reuniones del Ba n c oMundial y de la OMC (Oxfam International2002b, VanderHoff 2002a). El interés delBanco Mundial no refleja un alejamiento delas políticas neoliberales destructivas, sinomás bien un deseo de encontrar solucionesprivadas basadas en el mercado para susimpactos negativos. Para el Banco Mundial,la red de comercio justo es una píldora dige-rible a tragar precisamente porque no es vistacomo un reto para los principios clave de laglobalización neoliberal (Bolscher 2002).

No se necesita romantizar sobre los inten-tos pasados de las regulaciones del mercadointernacional para ver cómo el énfasis cre-ciente en el enfoque voluntarista de la red decomercio justo ha sido parte de un revés totaldel movimiento de comercio justo. Los acuer-dos de productos básicos, por ejemplo, hanestado sujetos a un colapso eventual y varias

propuestas para terminar con las barreras pro-teccionistas del norte, reformas al sistemamonetario internacional y estándares interna-cionales regulados por el estado han fracasadoante la emergencia de una fuerte resistenciade los países ricos del norte. No obstante, apesar de su debilidad, estos proyectos sí repre-sentaron un movimiento hacia un modelopara un nuevo orden económico internacio-nal en donde la estabilidad de los precios, losderechos laborales y una distribución másequitativa de la riqueza se harían cumplir porel estado y se aplicarían universalmente.

En contraste con la visión más amplia delmovimiento de comercio justo, la red decomercio justo representa un modelo que esvoluntarista, dependiente del mercado ymiembro específico. Los precios para las mer-cancías del comercio justo y el tamaño delnicho de mercado del comercio justo (y porextensión del número de productores quepueden tener acceso a los estándares delcomercio justo) son totalmente dependientesde los caprichos de los consumidores delnorte. La necesidad de expandir continua-mente el acceso a los mercados ha obligado alos promotores del comercio justo a tratarcada vez más con instituciones neoliberales yCTN cuyos intereses en el comercio justoestán sujetos a la rentabilidad corporativa.Para ganar su apoyo, los comerciantes justostuvieron que abandonar su visión de un siste-ma alternativo de comercio y restringir sulucha a los nichos de un mercado internacio-nal dirigido por los objetivos neoliberales delBanco Mundial, OMC y FMI. Dentro deestos confines, el activismo por el comerciojusto se ha visto limitado a pelear por unacceso al mercado en un mercado internacio-nal sobresaturado; por ejemplo, como res-puesta a la crisis global del café, los promoto-res del comercio justo no han tenido otrorecurso que animar a las CTN a comprar máscafé de comercio justo. Esta situación repre-senta una victoria para los reformistas neoli-

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berales y revela que el crecimiento de la red decomercio justo sólo puede ser correctamenteentendido, desde una perspectiva histórica,como la otra cara del deterioro de los otrosp royectos estatistas del movimiento decomercio justo y sus objetivos más amplios.Así, el futuro del movimiento de comerciojusto, si tiene que ser un reto que confronte alneoliberalismo, no se halla en la direcciónvoluntarista de la red de comercio justo -aúncuando ha sido importante y beneficiosa parasus miembros- sino en la lucha por recobrarlos triunfos del pasado.

Agradecimientos

Quisiera agradecer al Social Science andHumanities Research Council de Canadá porsus fondos de investigación. Un especial agra-decimiento a Liisa North por su invaluableapoyo en la producción de este artículo.Gracias también a David Friesen, Ma rkGabbert, Viviana Patroni y, sobre todo, aKate Ervine por su crítica útil y su amistad.

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Comercio justo, neoliberalismo y desarollo rural: una evaluación histórica