MOROS Y CRISTIANOS EN LA SAINZA (OURENSE)

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MOROS Y CRISTIANOS EN LA SAINZA (OURENSE) ENRIQUE BANDE RODRíGUEZ La ce Tierra de los Lirnicos- es una tie- rra de leyendas. Entre otras muchas tenemos la del rio Lethes o del Olvido, la de Antioquía, ciudad asulagada por los pecados nefandos de sus habitan- tes (1), la del martirio de Santa Marina y de los Moros y Cristianos. Como prueba de esta última tenemos el «Combate o Lucha de Moros y Cristianos», llamado vulgarmente «el ataque» en la Sainza, un pueblo per- teneciente a la parroquia de San Juan de Rairiz de Veiga, ayuntamiento de Rairiz. Está situado en la Limia Media, o Limia propiamente tal, una depre- sión terciaria colmatada de sedimen- tos que la erosión fue acarreando de los montículos que rodeaban la Laguna, hoy disecada. Se trata de una depresión tectónica que en su día al- bergó el «Lago Beon». La llanura está rodeada de las Torres de Sandianes, Pena, Celme y Porqueira. Unas tierras ganadas a la Laguna de Antela en el fondo de la cual dicen las crónicas y la leyenda que permanece enterrada la ciudad de Antioquía, alusión al diluvio que asulagó la ciudad. En la Sainza se celebra el 24 de septiembre una ro- mería en la que podemos presenciar el «ataque » popularmente conocido como «Lucha de Moros y Cristianos». Esta fiesta no es más que un episodio de la lucha entre moros y cristianos en Galicia. Esta fiesta también se hace en otros muchos lugares de la provin- cia de Orense como son Laza , Reto rta , Trez, San Jua n de .Rio, Bentraces, Oirnbra y la Armada en la parroquia de Santa María de Cartelle. Donde tiene más arraigo es en la Sainza. Los orígenes de esta fiesta se basan en una historia con raices en la Reconquista, en una acción local en la que los naturales de la comarca lucha- ron contra los musulmanes derrotán- dolos. Esta victoria se la atribuyeron a la Virgen de la Merced. Otros con más rigor histórico opinan que este suceso no se pudo dar en las tierras de la Limia, dado que las tierras gallegas no fueron invadidas por los musulmanes. Según el párroco de la Sainza, D. Florencio Gándara, el origen de la fies- ta se debe a un canónigo de Orense «Racionero de Canarias» quien vivió en el siglo XVIII en la Sainza. Dicho Ejército moro. 49

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MOROS Y CRISTIANOS ENLA SAINZA (OURENSE)

ENRIQUE BANDE RODRíGUEZ

La ceTierra de los Lirnicos- es una tie­rra de leyendas. Entre otras muchastenemos la del rio Lethes o del Olvido,la de Antioquía, ciudad asulagada porlos pecados nefandos de sus habitan­tes (1), la del martirio de Santa Marinay de los Moros y Cristianos. Comoprueba de esta última tenemos el«Combate o Lucha de Moros yCristianos», llamado vulgarmente «elataque» en la Sainza, un pueblo per­teneciente a la parroquia de San Juande Rairiz de Veiga, ayuntamiento deRairiz. Está situado en la Limia Media,o Limia propiamente tal, una depre­sión terciaria colmatada de sedimen­tos que la erosión fue acarreando delos montículos que rodeaban laLaguna, hoy disecada. Se trata de una

depresión tectónica que en su día al­bergó el «Lago Beon». La llanura estárodeada de las Torres de Sandianes,Pena, Celme y Porqueira. Unas tierrasganadas a la Laguna de Antela en elfondo de la cual dicen las crónicas y laleyenda que permanece enterrada laciudad de Antioquía, alusión al diluvioque asulagó la ciudad. En la Sainzase celebra el 24 de septiembre una ro­mería en la que podemos presenciarel «ataque» popularmente conocidocomo «Lucha de Moros y Cristianos».Esta fiesta no es más que un episodiode la lucha entre moros y cristianos enGalicia. Esta fiesta también se haceen otros muchos lugares de la provin­cia de Orense como son Laza ,Reto rta , Trez, San Juan de .Rio,

Bentraces, Oirnbra y la Armada en laparroquia de Santa María de Cartelle.Donde tiene más arraigo es en laSainza. Los orígenes de esta fiesta sebasan en una historia con raices en laReconquista, en una acción local en laque los naturales de la comarca lucha­ron contra los musulmanes derrotán­dolos. Esta victoria se la atribuyeron ala Virgen de la Merced. Otros con másrigor histórico opinan que este sucesono se pudo dar en las tierras de laLimia, dado que las tierras gallegas nofueron invadidas por los musulmanes.Según el párroco de la Sainza, D.Florencio Gándara, el origen de la fies­ta se debe a un canónigo de Orense«Racionero de Canarias» quien vivióen el siglo XVIII en la Sainza. Dicho

Ejército moro.

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Asalto del castillo por los cristianos.

canónigo estando en una situaciónapurada en el norte de Africa fue libe­rado por la Virgen de la Merced y paraagradecerle la liberación de dicho pe­ligro, instituyó la fiesta en el año de1721, fundó la actual capilla, levantán­dola sobre otra anterior, que habíasurgido para cristianizar antiguos ritospaganos. En el año de 1853 se erigióen la Sainza una cofradía en honor ala Virgen de la Merced. El escenariode la lucha es la amplia planicie antesdescrita. En dicha explanada está si­tuado el santuario de la Sainza o er­mita de la Virgen de la Merced, desdedonde se contempla el campo de lafiesta rodeado de copudos robles queles regalan la sombra placentera acuantos comen en el campo el día dela romería. El 24 de septiembre desdelas primeras horas de la mañana, loscaminos que conducen a la Sainza sellenan de romeros, peregrinos, turistasy visitantes llegados desde la ciudadde Orense , de sus villas y de las de­más provincias gallegas y del norte dePortugal. Gentes que desean ser es-

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pectadores de la ceremonia bélica lla­mada vulgarmente «El ataque». Pocoantes del mediodía el campo semejauna feria enorme donde se reunen 'más de 5.000 personas llegadas envehículos, a pie o a caballo para pre­senciar un pedazo de un auto sacra­mental que nos narra el encuentro delos dos ejércitos y de dos religionesque no se quieren bien. Este combateno es más que el reflejo de las múlti­ples oposiciones entre el espíritu y lamateria, entre el bien y el mal, entre elorden y el caos, entre las fuerzas cris­tianas y el anticristo, entre lo extranje­ro y lo autóctono y entre el mundocampesino y el comercial. En el mun­do rural gallego los moros son gentesextrañas y muy fuertes, ellos constru­yeron los castros, los castillos y las to­rres, son de color morena, por el díano se ven, solo salen de noche, guar­dan debajo de la tierra múltiples teso­ros, son comerciantes, no son cristia­nos y le roban a estos los ganados.Tienen animales como el caballo , elcerdo y las gallinas con polluelos. Sus

mujeres son muy hermosas, de pielmuy blanca, se peinan con peines deoro, solo salen de noche. Los cristia­nos viven fuera de los castros, en losvalles, en las montañas, en las penilla­nuras y en las bocarribeiras, andansiempre de día , son blancos , poseeniglesias, en las que le rezan a Dios y ala Virgen, luchan contra los moros pa­ra obligarlos a que abandonen la reli­gión de Mahoma y sus ritos y se con­vierten al cristianismo, le hacen laguerra a los moros con ayuda de laVirgen, de Santiago y del único Diosverdadero (2). A las doce de la maña­na del día 24 de septiembre de cadaaño las campanas del templo parro­quial de la Sainza con repiques suce­sivos llaman a los devotos y curiosos.Multitud de bombas y de cohetes indi­can que se va a iniciar la procesión.Esta sale del templo parroquial. Alfrente de la cual va un estandarte en elque se puede ver la efigie de la Virgende la Merced, lo que comprueba la cre­encia general la cual sostiene que porintercesión de la Santísima Virgen de

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Diálogo de los moros.

la Merced fueron liberados los cristia­nos que habían caído prisioneroscuando los árabes invadieron la re­gión. Desde el templo parroquial selleva la imagen hasta la capilla-san­tuario de la Merced con una parada enla explanada para representar la luchaa la que nos estamos refiriendo. Lasgentes se congregan. Los ejérc itosenemigos se preparan. Son unas 50personas por cada bando pintoresca­mente ataviadas. Los cristianos conuniforme de las diversas armas y cuer­pos del glorioso ejército nacional. Losmoros visten de blanco, con pantalo­nes, albornoces y turbantes blancos.Los cristianos disponen de tropas deinfantería, de lanceros y de artilleros,mandados por un general vestido contraje de gala compuesto de levita azul,solapas blancas vueltas, bocaman­gas y calzón blanco, un gran tricornioy botas de montar. Forma parte de laprocesión un numeroso ejército cris­tiano presidido por su capitán a quienacompaña el ayudante montados enbriosos caba llos , detrás marcha el

abanderado quien enarbola en un altomástil una bandera plegada. Van en laproces ión delante de la efigie de laVirgen unos a pie y otros a caballo. Laprocesión sale del templo parroquialde Rairiz llevando al frente el ejércitocristiano. La bandera la lleva un oficialde artillería. Los moros no participanen la procesión, ocupan una especiede torreón o fortín en estado ruinosoconde retienen los cristianos cautivoscargados con grillos y cadenas. El ritodel ataque de la Sainza se desenvuel­ve del siguiente modo: Comienza conuna procesión que va desde el temploparroquial hasta la capilla-santuariohaciendo una parada en el campo oexplanada de la fiesta para represen­tar la lucha. La procesión sigue hastala fortaleza mora donde como ya diji­mos sufren en cautiverio un grupo decristianos. Allí hace un alto la proce­sión y el capitán cristiano envia dosparlamentarios o mensajeros a caba­llo hasta la fortaleza mora. Se entre­vistan con el jefe moro y les transmi­ten los deseos de su capitán, esto es,

el ruego de que pongan en libertad alos prisioneros cristianos y le invita aque se rindan y entreguen el castillo. Acuyas proposiciones se niega el jefemoro. La petición es denegada.Entonces los parlamentarios con elgeneral cristiano al frente retornaacompañado de sus lanceros, paradarle la buena nueva a su capitán; es­te antes de que corra la sangre se de­cide a parlamentar con el caudillo mo­ro. Sale a recibirle el jefe musulmándando así muestras de su hidalguía.Se saludan con las espadas en alto ysin perder un momento inician el diá­logo. Cerca de la fortaleza el caudillocristiano pie en tierra y sable en altosub ido a un montículo de tierra . Elcaudillo mahometano disfrazado conlargas barbas postizas, gorro coloradoy albornoz oscuro correspondiendo ala gentileza de su rival, abandona elcastillo seguido de dos gerreros mo­ros, empuñando su alfange se sube aotro montículo al frente del generalcristiano para discutir la propuesta derendición.

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NARRIADaremos una redacción síntes is de

las rece nsiones hechas en 1936 y en1951 dado que la última vers ión he­cha po r D. Fra nc isco FernándezMuiños hace unos 15 años no la co­nocemos (3).

Capitán Cris tiano: En nombre delque todo lo puede, dice el cristiano, yen el honor de mi querida Patria, ven­go para que me entregues la plaza,que tan injustamente posees y paraque pongas en libertad a los cautivoscr ist ianos , mis amados súbd itos queretienes en tu poder.

Caudillo Moro: En nombre de Alá yde Mahoma, responde el moro, mi ver­dadero Dios y Profeta no te concederéninguna de las dos cosas a no ser quelas ganes con la espada.

Capitán Cristiano: Si, te las ganaré ,porque el Dios de las victorias, a quientanto has ultrajado con injurias y blasfe­mias, me ayudará y pronto tus tropas,con su ayuda y con la bravura de misvalientes soldados, morderán el polvo yquedará abatido todo tu orgullo.

Caudillo Moro: Tengo bajo mi mandodenodados soldados. Ellos castigarántu osad ía y el atrevimiento por decla-

rarme la guerra. Contempla la multitudde mis fuerzas esparcidas por todo elsuelo de tu nación. Mira esos bravossoldados que en mil y mil combatessupieron llevarse el laurel de la victo­ria. Su fuerza es poderosa para sacu­dir el yugo que quieres imponerm e.No temo ni las iras de ese tu Dios ni lafiereza de tus bravos soldados, ni lasamenazas , ni a la sangre que derra­marse pueda ni a los males que pue­dan sobreven ir, ni a tus amenazas.

Capitán Cristiano: Impío. La blasfe­mia que acabas de proferir contra elSeñor, mi Dios, pronto la vengaré en laderrota que vas a sufrir. No temes laindignación de un Dios Omnipotenteque a tí te ha dado el ser, no temeslos males cons iguientes a la guerra,no temes ser vencido poniendo de esemodo un borrón en tu Patria.

Caudillo Moro: No, no temo y acep­to tu reto y la guerra queda declaraday aceptada.

Capitán Cristiano: Declarada quedapero pronto sentirás la irresistible fuer­za de mi espada.

Los discursos de ambos caudillospromueven gra n albo roto entre sus

huestes. Las carcajadas no pertur­ban la serenidad de los dos jefesidentificados por completo con los im­portantes pape les que representan.De esta conversación entre los gene­rales no surge el arreg lo y ante el fra­caso de la orato ria decla ran la gue rray decide n ac ud ir a las armas.Rompe n así las hostilidades. Quedadec larada la guerra entre los do sejé rcitos, cesan las pa labras y co­mienzan a hablar las armas (4). Laguerra acaba de declararse , la situa­ción toma un cariz grave. El capitáncristiano regresa de nuevo al frentede sus tropas y una vez allí da órde­nes con ímpetu bél ico enardeciendoa sus soldados:

Prepárense los cañones!¡Formen los infantes en orden de ba­

talla!iA caballo los jinetes![Pronto!

Antes de comenzar el combate elcaud illo crist iano pronuncia una en­cendida arenga dirigida a sus huestes ,animándolas a combatir sin descanso

Combate de moros y cristianos.

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hasta lograr la derrota de los hijos deMahoma. La arenga dice así:

«Valientes soldados de la noble yheroica España: por vuestro ho­nor, por vuestra Patria y más quetodo y sobre todo por el triunfo denuestra sacrosanta religión, ultra­jada por el infiel marroqu í.Combatid sin tregua ni descansoa los enemigos declarados delDios del Cristianismo que venera­mos en nuestros altares, hasta ex­tinguir esa maldita raza y concluircon Boabdil, que representa el po­der de la media luna. No desma­yéis al dar el tributo de vuestra ge­nerosa sangre por vuest ra fe;como la derramaron toda la pléya­de de héroes y mártires que escri­bieron con sus épicas hazañas enlas más brillantes páginas de lahistoria, y cuyos nombres esculpi­dos con caracteres de oro en losfastos obtuvieron el privilegio de lainmortalidad. Seguid, pues, las lu­minosas huellas de los que os pre­cedieron con noble brío y patrióti-

co entus iasmo en defensa de lareligión, y así guiados por la bri­llante antorcha de la fe marcharéisal combate en busca de una segu­ra victoria, que desterrará parasiempre del suelo patrio a los sa­rracenos. Restituyendo la paz alos esp íritus , la tranquilidad avuest ros hogares y al santuariosus inviolables y augustos fue­ros».«iOh, valientes hijos de la clásicatierra del heroismo! Dios está connosotros y por nosotros vela su au­gusta Madre la Virgen Santísima ySantiago, patrón de España, bajocuyos conjuros huyen despavor i­dos los maldecidos sectarios delislamismo; a fundir, pues y a ven­cer a la morisma, hasta poco en elalto de Granada la enseña gloriosadel Cristianismo y la redentoracruz de Cristo».«Desde que en la desastrosa bata­lla del Guadalete se abrieron laspuertas del suelo español a las hor­das sarracenas que venían a ultra­jar a nuestro Dios, pisotear nues-

NARRIAtras creencias, nuestras imágenesy nuestros altares, vuestro augustonombre y la protección del cielo nocesaron de ser invocados por estacató lica nación hasta no dejar niuno solo de los descendientes deMahoma entre nosotros, y sólo deesta suerte pudo llevarse a cabo lagloriosa obra de Reconquista, hon­ra y prólogo de nuestra historia».«En alas de esa ardiente fe pudie­ron pasearse victoriosos nuestrossoldados, coronando sus banderascon el signo de nuestra Redencióny hacer que así divisaran la noble ymajest uosa figura del ApóstolSant iago peleando por nuestracausa en la batalla del Clavijo, ypor ella acaban ahora nuestras ar­mas vencedoras de arrojar parasiempre del suelo patrio a esos in­fieles, después de una lucha deocho siglos, en que mantuvieronincólumes su ardorosa fe».«Decid, pues , conmigo, ¡oh, va­lientes soldados de la fe!: iViva lacatólica España! [Vlva la VirgenSantísima de la Merced!» (5).

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Victoria cristiana.

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NARRIACon más lentitud el caud illo moro

reune a sus seguidores y subido en unpromontorio del terreno les comunicael desafío de que han sido objeto. Lesanuncia que desde aquel momentoestán en guerra con los cristianos yles arenga así:

«Esforzados guerreros del Islám:el infiel rumí nos quiere atropellar.Pretende de nosotros cosas másque imposibles: quiere que les en­treguemos la plaza que tan valien­temente le hemos conquistado conla fuerza de nuestras armas y lapode rosa intervención divina delProfeta (¡loado sea en todos losrincones del mundo su nombre !).Quiere también el malvado rumí lalibertad de sus malvados compa­ñeros , cuyos cuerpos malditos sepudren de ignominia y vergüenzaentre las paredes de nuestra forta­leza . [Canallas, sean mil vecesmalditos !Yasabeis lo que nos espera en es­ta guerra que da comienzo ahora.Alá tiene ofrecido el paraíso a losque mueren por su causa santa.Recordarlo bien valientes soldadosdel Islám: el que alcance la muerteen la lucha contra el infiel rumí, ve­rá las puertas del paraíso abiertas .Allí encontraré is el néctar de la vi­da y los manjares más ricos delmundo. En el paraíso hay multitudde deliciosas huríes aguardando alos héroes.¡Soldados del Islám: icuando Alános llame con sus trompetas a la su­prema reunión sentiremos el placerde ver a los perros cristianos caminodel infierno vestidos con túnicas dealquitrán ardiendo y apagando sused con la pez derretida que le estáreservada a los que niegan la únicaverdad de Alá. [Todos morirán hoymismo! ¿Quién de vosotros no sesiente capaz de morir si fuera nece­sario para exterminarlos?iM irad ! iVed a los crist ianos!¡iMiserables!! No saben lo que lesespera. Antes de que el sol se es­conda , las paredes de nuestra for­taleza serán incapaces de dar al­bergue a sus inmundos cuerpos .Yo os juro por la fe de nuestroProfeta (jloado sea por siempre ja­más su nombre!) que tal escar­miento no tendrá precedentes paraellos. ¡Gozar, Alá se gozará de ello,clavando vuestros alfanjes en lospechos de los cristianos! Está escri­to una y mil veces: « el que mata aun rumí, va derecho al paraíso».iMiradlos bien!: aquellos canallasque cerca de aquí se preparan paracombatirnos , os harán dueños de

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un harén de huríes de virginidadeterna, especialmente reservadasen el paraíso para los que muerenluchando contra los cristianos!Ya se que no teméis a tan infameenemigo. iHala, pues!iQue comience la batalla !

Ante tales circunstancias el capitánde los cristianos trata de enardecer asus soldados con una brillante arengasemejante a la anteriormente citada:

[Valientes soldados de la noble yheroica España! Por vuestro honor,por el de vuestra Patria y vuestroRey y más que todo y sobre todo,por el triunfo de nuestra sacrosan­ta religión ultrajada por el infiel mu­sulmán , combatid sin tregua nidescanso hasta derrotar parasiempre a los enemigos de nuestroDios y extinguir el poder de la me­dia luna! iNo desmayéis en dar eltributo de vuestra sangre por lacausa de nuestra fe! Dirigir vuestrorecuerdo a los miles de mártires yhéroes que en las páginas de laHistoria son como hitos de la in­mortalidad. ¡Seguid las luminosashuellas de los que os precedieron!Si os guiais por la misma brillanteantorcha de su fe, ireis al combateseguros de una victoria que devol­verá la paz a nuestros espíritus, latranquilidad a nuestros hogares yal Santuar io sus augustos e invio­lables fueros.¡No temáis valerosos hijos de estavaliente tierra!, ¡Dios está con noso­tros y por nosotros vela su AugustaMadre la Sant ísima Virgen de laMerced y también Santiago , bajocuya presencia huyen llenos demiedo los sectarios del Islám! .iA luchar para vencer a la moris­ma! ¡No descanseis hasta poneren lo alto de esta fortaleza la ense­ñanza del cristianismo! iQue la re­dentora Cruz de Cristo derribe a lamedia luna!Vuestro capitán no será el primeroentre los héroes, pero sí en elpuesto de combate , espera de vo­sotros el sacrificio que esta empre­sa merece».

La acción guerrera la inician los cris­tianos. Los centinelas musulmanes an­te la presencia de los caballeros cristia­nos se apresuran a comunicar a su jefela novedad quien dispone que salgantropas para socorrerles en la lucha.

Cuando ya los ánimos están enar­decidos toman posiciones la art iller íacristiana emplazada frente al cast illo.Sus cañones son de madera y en elinterior de los cuales colocan los arti-

ficieros bombas de cohete que hacenexplosión a corta distancia del ba­luarte con grande riesgo para los es­pectadores. Una treintena de caño­nes disparando a la vez, producen elefecto de una auténtica batalla deuna media hora de duración. Los mo­ros se defienden también con caño­nes pero se les agotan las municio­nes y al decrecer el fuego de losinfieles, avanzan los cristianos poco apoco con su poderosa artillería hastahacer callar las baterías enemigas.En este momento irrumpe a galopetendido la caballería que rodea elcastillo y en pos de ella corren los in­fantes simulando una carga de bayo­neta. Los cristianos asaltan la murallay luchan cuerpo a cuerpo hasta quelos agarenos se rinden , momento enel cual en lo alto del castillo ya ondeala bandera cristiana que ha sustituidoa la mahometana. La fortaleza mu­sulmana se rinde y los dignatariosmusulmanes quedan prisioneros. Elcaudillo moro y sus principales cola­boradores bajan de la torre y se cons­tituyen en prisioneros. El capitán cris­tiano conduce a sus desmoralizadosprisioneros para que se postren antela Virgen de la Merced y para que re­conozcan el explendor y el poder di­vino que acompaña a los cristianos.Vencidos los moros y liberados loscrist ianos se juntan todos a los piesde la Virgen y continua la procesiónde acción de gracias hasta la ermitade la Virgen de la Merced (6).

Los cautivos cristianos son libera­dos por las fuerzas vencedoras y losgrillos y las cadenas que los aherroja­ban dejan sus miembros sueltos parasujetar a los infieles, que son ofreci­dos como esclavos a la Virgen de laMerced. Entonces el general cristianopuesto junto al carro triunfal que con­duce a la Virgen de la Merced, en piesobre los estribos lanza el siguientediscurso que no es más que una ac­ción de gracias a Nuestra Señora porla divina ayuda que prestó a las tropascristianas .

«Gracias inf initas os damos,Virgen Santísima, por el señaladotriunfo y la sin igual merced queacabáis de concedernos ».«De hoy en adelante seréis Vos,más que nunca , nuestra excelsaPatrona y os veneraremos en re­cordación de este memorable su­ceso bajo la advocación de VirgenSantísima de la Merced».«Por esa fe, Señora, bajo esas ins­piraciones de lo alto y acogidos avuestro patrocinio, pudieron los es­pañoles llegar al apogeo de su glo­ria, llevando sus armas vencedoras

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Jetes de los ejérc itos moro y crist iano .

por todas partes , hasta lograr la ex­pulsión de la maldita raza árabe delpueblo español e izar en lo alto dela Alhambra la gloriosa enseña denuestra Patria, en señal de triunfo,demostrándonos una vez más lagrandeza de Dios y el poder devuestra intercesión bendita ".«Desde que en la desastrosa bata­lla del Guadalete se abr ieron laspue rta s del suelo español a lashordas sarracenas que venían aultraja r a nues tro Dios , pisotearnuestras creenc ias, nuestras imá­genes y nuestros altares, vuestroaugusto nombre y la protecc ión delcielo no cesaron de ser invocadospor esta catól ica nación hasta nodejar ni uno solo de los descen­dientes de Mahoma entre noso­tros, y sólo de esta suerte pudo lle­varse a cabo la gloriosa obra deReconqu ista , honra y prólogo denuestra historia».«En alas de esa ardiente fe pudie­ron pasearse victor iosos nuestrossoldado s, coronando sus bande -

ras con el signo de nuestraRedención y hace r que así divisa­ran la noble y majes tuosa figuradel Apóstol Sant iago pe leandopor nuestra causa en la bata lla delClavijo , y por ella acaban ahoranuestras armas vencedoras dearrojar para siempre del suelo pa­tr io a esos infieles, después deuna lucha de ocho siglos , en quemantuvieron incólumes su ardoro­sa fe».«Decid , pues , conmigo, [oh, va­lientes soldados de la fe!: ¡Viva lacatólica España! [Vlva la VirgenSantís ima de la Merced!», (7).

El discurso no es más que la acciónde grac ias que hacen los cr ist ianosdelante de la imagen de la Santís imaVirgen . Es como una especie deofrenda y de consagración que hace elcapitán cristiano a la Madre de Diosbajo la advocación de la Merced.

Los prisioneros son conducidos antela Virgen. Esta escena de la conducciónde los prisioneros ante la Virgen de la

Merced ha perdido parte de su perso­nalidad en el transcurso de los últimosaños. Los más viejos de la comarcacuentan que en su juventud cuando lle­gaban los prisioneros a donde estabala imagen de la Virgen se postraban derodillas llorando emocionados comodando a entender el gran error en quehasta entonces habían vivido. Esta es­cena, nos continuan diciendo, movía atodos los presentes a compasión hastael punto de que cada uno de los espec­tadores solicitaba para ellos perdón yuna vez que se les otorgaba el perdón yla clemencia eran invitados y tomabanparte en la comilona. Esta costumbrehoy se ha perdido (8).

A cont inuac ión se hac ía el últimotramo de la proces ión hasta la capilla­santuario y allí se decía la misa gran­de. En esta procesión del remate losmoros van en dos filas detrás de laVirgen con su caudillo a la cabeza yllegados a la capilla-santuario asistena la misa. Hoy la misa se hace en laexplanada y la procesión se hace al fi­nal como remate de toda la func ión.

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NARRIAAntaño en llegando este momento eracuando se bailaba la muiñeira ritual,se quemaban las madamitas (9) y acontinuación devotos, romeros, pere­grinos y turistas, buscaban sitio deba­jo de los centenarios robles para dis­frutar a la sombra de una suculentacomida, mientras se comentaban lasincidencias del combate . Este es elaspecto gastronómico de la fiesta.

Después de observar atentamenteel desarrollo y el contenido de la fiestaqueda claro que su origen se basa enuna acción histórica que arranca delos tiempos de la Reconquista hechoque la leyenda ha mitificado y lo ha si­tuado en la comarca de la Limia. Lafiesta ha pasado por diferentes fasesunas de decadencia y otras de explen­doroEste es el estado en el cual llegóa nuestros días.

NOTAS

(1) Relacionado con este hecho está el queel Ayuntamientode Ginzo hayaadoptadoco­mo armas de su escudo un gallo, símbolodela lujuria, del machismo, de lo indomable, dela fiereza, del sexo y del pecado de lascivia.(2) Bande Rodriguez, Enrique-fernandezRodriguez, José Luis : Ciclo FestivoOrensano. La Región. Ourense. 1993.(3) No faltan quienes sostengan que setrata de una parte de un AutoSacramental olvidado, dado que la derro­ta que trata de expresarse lleva consigoun germen de castigo y de arrepenti­miento a la vez.(4) Bande Rodr iguez , E.-RodriguezFernandez, J.L.: O.C.(5) Ramón Fernandez , J.C. Combate deMoros y Cristianos en la Sainza (Orense).(6) Bande Rodr iguez , E.-RodriguezFernandez, J.L.:O.C.(7) Ramón Fernandez, J.:O.C.

(8) Touceda Fontela, Ramón: La fiesta deMoros y Cristianos de la Sainza en laProvincia de Orense. Imprenta del Majzen.Tetuan. 1952.(9) Las madamitas son muñecos que sim­bolizan el mal encarnado en los musulma­nes. Están hechos de alambres recubier­tos de papeles de colores, llenos depólvora y de materiales inflamables suje­tos en un soporte a los que se le pone fue­go con una mecha para que giren ininte­rrumpidamente hasta reventar. La quemade las madamitas simboliza el triunfo delbien (encarnado en los cristianos) sobre elmal (encarnado en los musulmanes) per­sonificados en los muñecos. Una vez que­madas las madamitas los asistentes a laromería de la Sainza llevaban a sus casaslas cenizas de las madamitas a las que lesatribuyen poderes curativos para las enfer­medades de las gentes y de los ganados.

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FIESTAS POPULARESDEL CICLO DE VERANO YOTOÑOEN LA COMUNIDAD DE MADRID

-.-.-.-.-.....-.-.CONSOLACION GONZALEZ CASARRUBIOS

FIESTASPOPULARESDEL CICLO DE VERANO Y OTOÑO

EN LACOMUNIDAD DE MADRID

Esta publicación, dedicada a los ciclosde Verano y de Otoño , en la Comunidadde Madrid, junto con las aparecidas an­teriormente sobre los períodos deInvierno y Primavera, completa el traba­jo desarrollado sobre el ciclo festivo, porun equipo de investigadores del Museode Artes y Tradiciones Populares de laUniversidad Autónoma de Madrid.Dicha investigación, dirigida porConsolación González Casarrubios,Técnico Superior de Etnografía delMuseo, con la colaboración de CarmenHualde Pascual, Arantxa OrmazábalHernáiz , Rosario Luque Rodríguez yGraciela Rodríguez de Lucas, ha sidoposible gracias a la subvención conce­dida por el Centro de Estudios yActividades Culturales de la Consejeriade Educación y Cultura de la Comu­nidad de Madrid.