MIR INTENSIVO - INTRO

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PREP PREP ARANDO ARANDO EL MIR EL MIR Introducción Dr. MIGUEL ANGEL GONZALEZ GALLEGO Especialista en Medicina Intensiva Hospital Clínico Universitario San Carlos Madrid

Transcript of MIR INTENSIVO - INTRO

PREPPREPARANDO ARANDO EL MIREL MIR

Introducción

Dr. MIGUEL ANGEL GONZALEZ GALLEGO

Especialista en Medicina IntensivaHospital Clínico Universitario San Carlos

Madrid

Introducción¿Qué es el MIR?¿Cómo es el examen MIR?¿Cómo se desarrolla la especialidad?La preparación para el examen MIREl ritmo de estudio¿Cuánto estudiar?

Las preguntasExámenes tipoConsejos útiles24 horas antesCómo hacer el examenLas probabilidades en el examen MIRContestar preguntas sin saber

PREPPREPARANDO ARANDO EL MIREL MIR

Indice

INTRODUCCION

Hacia mediados de la década de los 70 se produjo en Espa-ña una auténtica revolución en la docencia de la Medicina.Hasta entonces el número de alumnos que se matriculaban enlos primeros cursos de la carrera era (como en otras faculta-des), relativamente pequeño. Sin que hubiese una razón clara,esta demanda aumentó de forma desproporcionada a pesar depersistir la dureza tradicional de sus cursos y de ser una de lascarreras más largas en cuanto a duración.

Este aumento de la demanda se acompañó de un funestoerror político por el que se eliminó el numerus clausus de lasFacultades de Medicina permitiendo el acceso a las mismas atodo aquel que lo desease y que tuviese aprobada la, por aquelentonces incipiente, selectividad. Las consecuencias fueronnefastas, al producir un aluvión de licenciados en Medicina ha-cia un mercado de trabajo que no los podía absorber, generan-do la ya famosa bolsa histórica de médicos en paro o subem-pleados, que hoy se continúa arrastrando.

Lógicamente este incremento progresivo de médicos en pa-ro ha aumentado de forma paralela el nivel de competencia ala hora de obtener un empleo estable y bien remunerado. Enesa competencia el primer objetivo es obtener un título de es-pecialista.

¿QUE ES EL MIR?

Como es sabido, ya no se entiende la medicina como el con-junto de conocimientos que se pueden aprender a lo largo deseis años de estudios. Este hecho no es exclusivo de esta cien-cia pero sí que en ella se hace especialmente presente. Hoypor hoy el conjunto de asignaturas que se imparten permitenque el recién licenciado tenga una visión general de la salud yde la enfermedad y que haga un papel digno a la hora de en-frentarse a un paciente, pero sería absurdo pretender que su-piera diagnosticar por ecografía un absceso hepático, seguida-mente operar a su paciente con éxito, controlar el postoperato-rio y al final encontrar el germen responsable trabajando en ellaboratorio de microbiología.

Las diferentes especialidades pretenden dar respuesta a losdiferentes y complejos problemas de salud de las personasofreciendo en cada momento la alternativa terapéutica máseficaz. Ahora bien, ¿quién puede ser especialista?

Esta pregunta, en apariencia sencilla, tiene un enorme fon-do de complejidad.

Hasta hace no muchos años, y en el caso concreto de Espa-ña, podía ser especialista cualquier médico. En general, trasacabar la carrera se mostraba un especial interés por tal o cualespecialidad, o bien se entraba a formar parte de un equipo

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Dr. MIGUEL ANGEL GONZALEZ GALLEGO

que dentro del hospital se dedicaba a una tarea concreta, demanera que la atención se polarizaba en ese sentido y ya seera especialista. Por otro lado no existían tampoco las especia-lidades tal y como nosotros las entendemos hoy día. Existíaninternistas, cirujanos, ginecólogos, pediatras pero no endocri-nólogos o cirujanos cardíacos como tales aunque lo fuesen defacto.

Como es sabido, la creciente complejidad de la Medicina fo-mentó la aparición de las especialidades, y aunque éstas a ve-ces no tienen los campos bien delimitados, es fácil reconocer aqué se dedica cada una de ellas. Se produjo, pues, una situa-ción en la cual había especialistas cada vez mejor formados,con una gran dedicación y con un cúmulo de conocimientos portransmitir pero sin que existiera una norma que regulara deforma eficaz el acceso a la especialidad.

En esto, como en tantas otras cosas, acabamos copiando elsistema norteamericano, naciendo así el sistema MIR de for-mación de especialistas.

Las siglas MIR se corresponden con Médico Interno Resi-dente, lo que hace referencia a que en el modelo americano setrataba de médicos que estaban asignados a un servicio y resi-dían en el hospital de forma efectiva. A pesar de las siglas, és-te no es el sistema que se sigue en España.

El modelo español se basa en lo siguiente: cada año la admi-nistración pública (Ministerio de Sanidad y Ministerio de Educa-ción) ofrecen un número de plazas de formación de especialis-tas, divididas por hospitales y especialidades. En teoría este nú-mero se obtiene teniendo en cuenta tres cosas: en primer lugar,la capacidad docente, es decir, no todos los hospitales tienenposibilidades de formar todo tipo de especialistas, ni todos losservicios están capacitados para formar el mismo número de re-sidentes. Teniendo en cuenta esto, se obtiene el número de pla-zas de formación acreditadas para el conjunto del Estado espa-ñol. En segundo lugar, hay que tener en cuenta el aspecto eco-nómico, al ser un sistema de formación remunerado. De maneraque a veces no se ofertan todas las plazas acreditadas. Las pla-zas ofertadas son las realmente disponibles para la convocatoriadel año que se trate y dependen de: circunstancias económicas,plazas reservadas de años anteriores por los varones que estáncumpliendo el servicio militar, y un número pequeño de plazasque se reservan para formar especialistas fuera del sistema MIR(por ejemplo, plazas que ocupan médicos militares, que depen-den del Ministerio de Defensa y que se ofertan a éste para for-mar especialistas cuando no tienen sitio posible en sus hospita-les). Existiría una última y teórica limitación al número de plazasconvocadas pero que, quizás por ser la más lógica, es la menostenida en cuenta: ya que el sistema va dirigido a un grupo selec-cionado de profesionales y es realmente caro, lo razonable seríaformar el número de especialistas por especialidad que, de for-ma aproximada, vaya a necesitar el país. Desgraciadamente hoydía esto no es así y el número es mucho mayor, desplazándosede forma creciente y peligrosa el desempleo del recién licencia-do al recién especializado (esto es así por la existencia de mu-chos intereses interpuestos que no son el objeto de esta presen-tación).

Una vez que salen publicadas las plazas MIR para el año encuestión se convoca el examen correspondiente. Hasta el año1994 el examen solía tener lugar el último sábado de septiem-bre o bien el primero de octubre, de manera que el proceso deselección se terminaba lo suficientemente pronto como paraque los nuevos residentes se incorporasen a sus destinos des-de principios de enero.

A partir del año 1995 esto ha cambiado al introducirse un se-gundo examen MIR en el que se convocan las plazas de Medici-na de Familia. Este examen tiene lugar en septiembre u octubrey a él se pueden presentar los recién licenciados para permitirque cumplan con la normativa de la Comunidad Europea queobliga a, al menos, dos años de formación de posgrado para po-der trabajar después en los sistemas públicos de salud.

El segundo examen MIR, por el cual se puede acceder alresto de las especialidades, se ha trasladado a los primerosmeses del año siguiente, de manera que los nuevos residentesno se incorporan a sus destinos hasta abril o mayo.

Por último, recordar que el MIR no es una oposición. Exigetanto sacrificio o más que una oposición, la competitividad esmucho mayor, y si se aprueba, uno empieza a trabajar y recibeun sueldo a fin de mes. Pero a pesar de esto no genera ningúnderecho adquirido, y al final del período de formación uno tie-ne que empezar a buscar un trabajo, de nuevo en competenciacon sus compañeros.

¿COMO ES EL EXAMEN MIR?

Aunque más adelante desgranaremos con mayor profundi-dad las características del examen propiamente dicho, valgacomo pequeña introducción que es un examen tipo test de 260preguntas (incluyendo las diez de reserva) en el que se puedeplantear cualquier aspecto relacionado con la Medicina. Cual-quier aspecto significa cualquier aspecto, encontrándonos conalgunas sorpresas, como es, por ejemplo, la importancia de laestadística en algunos exámenes o la más reciente introduc-ción de preguntas sobre gestión. Por esta razón es importanteque los libros de preparación y las academias estén al tantocontinuamente de estas variaciones para introducir cambios ensus programas. Como el lector podrá comprobar, en esta obraya se ha incluido un capítulo sobre temas relacionados con lagestión hospitalaria, que tanta sorpresa provocaron en la últi-ma convocatoria.

Todos los exámenes de una convocatoria tienen las mismaspreguntas, pero repartidas de forma aleatoria para cada aspi-rante, de manera que no siguen el mismo orden. Así mismo ca-da cuadernillo de preguntas está personalizado con el nombrey DNI de la persona que lo va a realizar, existiendo un rigurosocontrol de acceso a las salas del examen para evitar en la me-dida de lo posible la suplantación.

La prueba empieza en toda España a la misma hora, gene-ralmente a las 16 h. del sábado correspondiente (a las 15 h. enCanarias) y se termina a las 21 h.

Otra medida de seguridad consiste en que no hay nadie en-cargado de confeccionar el examen, seleccionándose las pre-

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PREPARANDO EL MIR

guntas al azar entre un pool previo. Una vez que se han confec-cionado los cuadernillos, éstos se custodian en dependenciasdel Ministerio y son trasladados en el momento del examen alos diferentes sitios por empresas de seguridad.

Como anécdota curiosa está el que hay un pequeño númerode aspirantes que realizan el examen en el propio Ministerio,en ejemplares editados en Braille.

Como ya se ha mencionado, el examen consta de 250 pre-guntas más diez de reserva que se van utilizando consecutiva-mente en el caso de que algunas de las anteriores se anulen.Cada pregunta consta de cinco respuestas posibles, de lascuales sólo una es válida, y aunque el sistema de puntuaciónes algo complejo, básicamente es de los de puntuación negati-va, de manera que, cada tres respuestas erróneas se anula unade las correctas que se tuviera.

El tipo de preguntas ha variado de forma importante desdelos primeros exámenes hasta los actuales. Al principio erancuestionarios más lógicos en los que las preguntas eran clarassobre aspectos concretos y en general poco rebuscadas (aun-que no por ello menos difíciles). A medida que la posibilidadesse iban agotando empezaron a aparecer exámenes con pregun-tas tipo, ¿cuál es la segunda (o tercera...) causa más frecuentede..., o bien respuestas como ...la primera y la tercera no escierto que no sean verdaderas... Afortunadamente esto hacambiado para mejor y en los exámenes actuales no existenrespuestas como la mencionada y ha aumentado muchísimo elpeso de la preguntas tipo caso clínico, que suponen alrededorde un 25% del total. Estas últimas tienen el inconveniente depresentar enunciados largos, con lo cual el tiempo real de res-puesta se acorta.

El examen MIR no tiene un umbral de aprobados o suspen-didos. Dicho umbral lo marca el nivel de los que se presentan acada convocatoria. Esto tiene dos consecuencias importantes:la primera es que las estadísticas tienen un valor muy limitado,y lo que un año se aprobó con 130 preguntas el año siguientepuede quedarse en 125; en segundo lugar hay que competir, esdecir, se trata no de aprobar un examen, sino de hacer mejorexamen que el otro. Cualquier ventaja sobre el resto de aspi-rantes (una hora más de estudio, una regla mnemotécnicamás, etc.) puede marcar la diferencia entre aprobar o no, o co-ger la especialidad que queremos o no.

¿COMO SE DESARROLLA LA ESPECIALIDAD?

Una vez que se ha elegido plaza en el hospital y especiali-dad correspondiente se comienza un programa de formacióncon una duración que oscila en el momento actual entre tres ycinco años. La mayoría de las especialidades (por ejemplo: casitodas las médicas) tienen una duración de cuatro años; las qui-rúrgicas y algunas médicas (como cardiología o medicina in-tensiva) son de cinco años y las menos (medicina familiar y co-munitaria, medicina preventiva...) de tres.

Durante los años que dura la residencia el especialista enformación va adquiriendo de forma progresiva y gradual mayo-res conocimientos y, al mismo tiempo, mayores responsabili-

dades. De este modo un residente al final de su período forma-tivo tiene una capacidad similar a la de un especialista jovende plantilla.

La residencia no se realiza entera en el servicio en cuestión,sino que dentro del programa de cada especialidad existenunas rotaciones por diferentes departamentos, que tienen al-gún aspecto de interés. Estas rotaciones suelen ser dentro delmismo hospital donde se hace la especialidad, pero también esfrecuente la estancia en otros hospitales donde se cubran as-pectos de la asistencia que no existen en el propio (por ejem-plo, un residente de radiología puede salir temporalmente de suhospital para tener un período de formación en una unidad deresonancia magnética, si es que en su servicio no existe).

Durante la residencia, y hasta el momento actual, no hayque pasar ningún examen ni prueba objetiva que determine siel residente en formación está capacitado o no para obtener eltítulo de especialista; únicamente existe un sistema de tutoresque evalúan con periodicidad anual este aspecto, teniendo encuenta el aprovechamiento general y la valoración de los dife-rentes servicios o departamentos por donde se rota. Este as-pecto está en revisión y es probable que cambie en un futuropróximo.

Otro aspecto fundamental de la formación de los médicosresidentes es la realización de las guardias; éstas tienen unacapacidad docente importantísima y es ahí donde muchas ve-ces los residentes se enfrentan a los problemas que en su es-pecialidad se generan durante la práctica cotidiana. Desgracia-damente las guardias suelen tener un alto grado de penosidad,generando estrés tanto físico como psicológico, dependiendotambién del tipo de especialidad que se eligió.

Una cuestión importante, y sin duda atrayente para el estu-diante recién licenciado, es la remuneración. Durante la reali-zación de la especialidad se cobra un salario que depende dedos aspectos: el número de horas de guardia realizadas y elaño de especialidad que se esté cursando. A medida quetranscurren los años y las responsabilidades aumentan, tam-bién se incrementa (en poca cuantía, a decir verdad) el salarioque se percibe. Es imposible dar una cifra aproximada del suel-do de un residente por tres razones: la primera es que es muyvariable, dependiendo del número de guardias realizadas, locual varía a su vez con la especialidad y el sitio donde se reali-za; la segunda es que dependiendo de la administración quegestione el hospital (red del Insalud, comunidades autónomas,entidades privadas), el dinero a fin de mes es diferente, bienes cierto que con una base mínima común para toda España; latercera y triste razón es que resulta al final un sueldo algoajustado por decirlo de algún modo y es preferible no desani-mar a los futuros especialistas en formación. Para ser honrra-dos, y a pesar de que realmente se trata de una remuneraciónbaja, no hay que olvidar que también se recibe una formaciónen general de altísima calidad.

Por último hay que recordar que este sistema de formaciónde especialistas tiene dos grandes bondades: la primera, yamencionada, es que se trata de un sistema retribuido que per-mite la dedicación exclusiva e intensa a la formación en la es-

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pecialidad de que se trate. El segundo aspecto fundamental esque, como la mayoría reconoce, el acceso al sistema se realizaa través de una prueba selectiva con un alto grado de objetivi-dad e imparcialidad, que no suele plantear dudas en cuanto asu limpieza.

LA PREPARACION PARA EL EXAMEN MIR

Se suele comparar la preparación para el examen con la quellevan a cabo los deportistas de alto nivel. En cualquier depor-te hay que ensayar, entrenar, hay que realizar ejercicios depreparación física que puede que no tengan nada que ver conla prueba final, pero también hay que simular esa prueba finalen las mejores condiciones posibles.

Como en cualquier deporte de competición, hay que estudiaral contrincante (en nuestro caso, el examen), conocer al detalletanto su comportamiento como sus puntos débiles pero hayque tener en cuenta también que nuestra competición no con-siste en obtener determinada marca o puntuación, sino que lu-chamos contra la prueba y contra el resto de participantes. Du-rante la preparación del examen pasaremos momentos difíci-les: desánimo, cansancio, desesperación. Más de una vez pen-saremos que no vale la pena tanto esfuerzo y que se vive me-jor (o al menos, más cómodamente) de otra manera; pues bien,incluso en esos casos hay que ser mejor que el resto de médi-cos que se presentarán al examen. Hay que tener una idea cla-ra: salvo las contadas excepciones de auténticos superdota-dos, el resto de aspirantes se mueve en un término medio enel que muy poca gente despunta (por arriba o por debajo); estoquiere decir que todo el mundo que prepara el MIR se cansa,se desespera y se desanima, y en eso también hemos de sermás fuertes.

El MIR no es un obstáculo insalvable (de hecho, miles demédicos lo han superado desde que se creó), pero sí exige unapreparación, conocerlo y tener confianza en que es algo alcan-zable. Y para eso, en el deporte está la figura del entrenador, yen el MIR disponemos de este libro. Con él, como con el entre-nador, las cosas resultarán más fáciles, el esfuerzo mejor apro-vechado y los objetivos estarán más definidos. Pero el entrena-dor no gana las carreras. Es tu esfuerzo personal y continuadoel que te permitirá llegar entre los primeros.

EL RITMO DE ESTUDIO

Como ya hemos visto, la preparación del examen MIR exigeuna disciplina y un esfuerzo, que siendo ya importante desdeel principio, ha de ir “in crescendo” a medida que nos acerque-mos al momento definitivo del examen.

Hay muchas formas de planificar la preparación, pero unapropuesta válida podría ser la siguiente:

Hacer una programación realista

Hay que tener presente el conjunto de todas las materias yla importancia estadística que tiene cada una de ellas. En fun-

ción de esto, dividiremos el tiempo, dejándonos siempre unmargen de un 10%, ya que hay que tener en cuenta que unasveces nos encontraremos con materias que dominamos mejor(por haberlas trabajo más durante la carrera o bien en convo-catorias previas) y en ellas por lo tanto iremos más rápido delo previsto, y en otras ocurrirá justo al contrario.

Estudiar todas las asignaturas

No hay que cometer el error de desechar ninguna asignaturapor árida o poco frecuente que nos parezca. Todas son impor-tantes en el MIR. Por ejemplo, siempre se ha dado mucha im-portancia a la medicina interna y a las especialidades médicasen el examen y su preparación. Y es verdad que, en términosabsolutos, el número de preguntas es mayor, pero quizás noesté en relación con el esfuerzo y la dificultad de la materia,de manera que hay especialidades que se estudian más fácil-mente, son asequibles y que pueden suponer acertar cinco oseis preguntas que no conseguiríamos con determinada espe-cialidad médica. Al contrario, pues, de lo que se piensa, hayque prestar una gran atención a las especialidades quirúrgicas(siempre, como dijimos, guardando la necesaria proporción).

El último mes

Durante los últimos 20 o 30 días nos dedicaremos funda-mentalmente a repasar los temas que ya llevemos estudiados.Esto es más importante que estudiar materias nuevas, ya queestá demostrado que la curva de aprendizaje mejora con el re-paso. Lo anterior no quiere decir que no estudiemos todas lasmaterias. Lo ideal sería llevarlo estudiado todo y repasarlo enese período final. Pero si no es así, es mejor elegir repasar queestudiar cosas nuevas.

Las vacaciones

Puede resultar paradójico el hablar de descanso cuando seprepara el MIR. Pero es absolutamente necesario, incluso tan-to como una buena programación.

Cuando el MIR se prepara durante todo el año hay que pro-gramar algunos días de vacaciones. Por ejemplo: una semanaen Navidad, cuatro o cinco días en Semana Santa y algo simi-lar en julio o agosto.

Cuando la preparación se reduce en el tiempo del que dispo-nemos, también se deben disminuir las obligatorias vacacio-nes. Quizá el período mínimo de preparación del examen, concierta garantía de éxito, sea de tres meses. Pues bien, aun enesos tres meses necesitaremos tres o cuatro días de descanso( o un puente largo).

No sólo necesitamos unas mini-vacaciones cuando prepara-mos el examen, sino que también es necesario un descansosemanal, que por lo tanto tiene que ser, en principio, imperdo-nable.

Lo recomendable es descansar un día o algo más, por ejem-plo el domingo o la tarde del sábado y el domingo. Es una bue-na ocasión para salir, hacer deporte o dedicarnos a nuestra afi-

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ción favorita; la única condición imprescindible es que nos olvi-demos durante ese período de tiempo del MIR y todo lo quetiene que ver con él.

Aunque pueda parecer difícil descansar cuando se tiene tanpoco tiempo, es absolutamente necesario para que del esfuer-zo de la semana siguiente obtengamos un buen rendimiento.La única excepción a esta norma de descanso quizás sea en el“sprint” final (por ejemplo, en el último mes), ya que entoncessí nos podemos encontrar con apuros reales de tiempo.

CUANTO ESTUDIAR

No hay una norma general en cuanto a las horas diarias de-dicadas al estudio, pero no parece razonable que sean menosde diez horas al principio, subiendo hasta las doce o más en elperíodo final.

Aunque las técnicas de estudio suelen ser una cuestión indi-vidual, una buena pauta consiste en estudiar dos horas segui-das con descansos intercalados de unos quince minutos, y condos o tres horas para comer y “sestear”. Cada descanso cortose utiliza para estirar las piernas y comer algo (algún caramelo,chocolatinas, etc.).

Cuesta mucho más trabajo coger el hábito de estudio o deesfuerzo continuado que perderlo. Por ello es fundamental laconstancia y no hay que flaquear por cansados que estemos omuy árida que resulte la materia. Al final la experiencia diceque no resulta pesado estudiar tantas horas.

LAS PREGUNTAS

Estudiar las diferentes materias al estilo de como lo hacía-mos durante la carrera (pero de forma más seleccionada) es lomás importante para aprobar el MIR. Sin embargo no es lo úni-co esencial. Un porcentaje alto de las posibilidades de éxito fi-nal se consigue haciendo preguntas “tipo MIR”. Hay que hacermuchas preguntas, tres mil, cuatro mil..., cuanto más mejor.Hay que hacerse con los exámenes de convocatorias anterio-res, hacer las preguntas que figuran en este libro, conseguircualquier tipo de preguntas adicionales, etc.

El interés de hacer preguntas radica en varios aspectos:

— Por un lado nos familiarizamos con el tipo de enuncia-dos del examen, los cuales han ido cambiando con eltiempo, de manera que les cogemos mejor el ritmo.Anteriormente esto tenía más importancia, ya que laspreguntas podían llegar a ser realmente enrevesadas.Hoy por hoy, con una gran cantidad de casos clínicos,son más fáciles de entender rápidamente.

— En segundo lugar el hacer muchas preguntas nos ayu-da a repasar las materias. En este apartado hay dosposibilidades: o bien hacer preguntas sólo de la mate-ria que estamos estudiando o escogerlas al azar. Aun-que las dos opciones pueden ser igualmente válidas,es preferible la segunda porque nos hace aproximar-nos mejor al ritmo del examen.

Contestar a las preguntas está fuera del horario programadode estudio, pudiendo aprovecharse una o dos horas al final dela jornada. La experiencia puede ser incluso gratificante, yaque después de todo un día de estudio el sentarse tranquila-mente a contestar una tanda de 40 o 50 preguntas puede vivir-se como un auténtico momento de distensión. Además, a me-dida que avanzamos en el estudio de las materias notaremoscómo aumenta nuestro porcentaje de preguntas correctamentecontestadas, lo cual es gratificante.

EXAMENES TIPO

Cuando queden tres meses para la celebración del examenhabrá que realizar una serie de pruebas completas (por ejem-plo, una al mes, más una la semana antes), exactamente enlas mismas condiciones que el examen definitivo. En las mis-mas condiciones significa que tendremos que comenzar un sá-bado a la misma hora (es decir, a las 16 h.) y concluir sin excu-sas a la hora en que lo haremos el día del examen (es decir alas 21 h.). También haremos los descansos necesarios, comoveremos más adelante.

El examen es preferible que sea un MIR reciente, aunquetambién es válido uno confeccionado a propósito para la oca-sión.

El hecho de ser tan meticuloso en copiar las condiciones enlas que se desarrollará la prueba definitiva puede parecer enprincipio una tontería, pero realmente es útil. A la salida deldía del examen probablemente escucharemos quejas de perso-nas a las que no les ha dado tiempo, que han llegado agotadosal final, etc. Para esto sirve simular exactamente las condicio-nes finales; en cierto modo es como si hubiéramos hecho yatres exámenes previos, además de las convocatorias oficialesque llevemos.

CONSEJOS UTILES

No todo en el MIR es estudiar como posesos o hacer milesde preguntas. Hay algunas técnicas de apoyo que pueden re-sultar muy útiles. Valgan como ejemplo las siguientes:

Reglas mnemotécnicas

Son muy útiles. Hay que apuntarlas a medida que se nosocurren. No hay que hacer muchas, ya que si no, se nos olvida-rían las propias reglas. Por lo tanto hay que aprovecharlas paraclasificaciones, síndromes etc. en los que se nos presenten es-peciales dificultades de retención.

Tablas

Es conveniente hacer tablas que comparen peculiaridadesde los distintos síndromes y enfermedades. Es una forma deaproximarnos al diagnóstico diferencial , que suele ser la basede bastantes preguntas. También podemos hacer tablas condatos complicados, nombres de síndromes, etc., para tenerlosa mano en momentos de repaso.

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INTRODUCCION

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Temas difíciles

Hay temas especialmente complicados, como pueden ser laclasificación de los tumores ginecológicos, las glomerulonefri-tis, las porfirias, etc. Suelen ser temas que tienden a olvidárse-nos por más que los estudiemos, ya que contienen muchos da-tos o muy parecidos. En estos casos conviene anotarlos aparte,o al menos tomar una referencia para estudiarlos y repasarlosla última semana y así tenerlos más frescos.

El sitio de estudio

El MIR es algo lo suficientemente importante como para queel resto de la familia se pliegue un poco a nuestras necesida-des. Nuestro lugar de estudio (ya sea solo o en compañía deotros compañeros, aunque prefiero lo primero) ha de ser algopersonal, colocado y ordenado a nuestro gusto y rodeado de si-lencio.

24 HORAS ANTES

En el último mes antes del examen el trabajo puede habersido agotador; podemos haber estado estudiando doce horasdiarias o más, realizado cientos de preguntas y probablementeno hayamos descansado ni un día a la semana. Pues bien, des-pués de todo ese esfuerzo, es absurdo agotar las últimas 24horas con el último repaso, así como llevarnos los apunteshasta el mismo sitio del examen.

Nuestro estudio y preparación del examen MIR terminaobligatoriamente a mediodía del viernes anterior a la prueba.A partir de entonces se acabó el estudiar, repasar, hacer pre-guntas o ni tan siquiera mencionar el examen. Dedicaremos latarde a nuestra afición favorita, que perfectamente puede ser“no hacer nada”. Lo mismo la mañana del examen: salir, ha-cer deporte, ver la televisión; cualquier cosa menos pensar enel examen. Un aspecto importante es el descanso nocturno eneste día. Si tenemos dificultad para conciliar el sueño pode-mos tomar una benzodiacepina de vida media corta que nospermitirá descansar sin interferir en nuestra actividad intelec-tual posterior.

Es importante llegar descansado al examen, ya que nuestrasgarantías de éxito y el fruto de nuestros esfuerzos aumentanconsiderablemente. Si los compañeros que tenemos alrededorinsisten en estudiar o repasar hasta el final, “peor para ellos”(y se podía decir, mejor para nosotros).

COMO HACER EL EXAMEN

El “gran día” nos irán llamando por nuestro nombre, y trasidentificarnos con el D.N.I. accederemos a la sala del examenque nos haya correspondido, donde nos entregarán un cuader-nillo de preguntas personalizado y una hoja de respuestas.

Da comienzo el examen.Hay que empezar a leer las preguntas con tranquilidad y

contestar siguiendo la siguiente técnica: inicialmente, en unaprimera pasada, contestaremos sólo a las preguntas sobre las

que tengamos una seguridad absoluta en la respuesta correc-ta. Dichas preguntas las marcaremos con una señal especialen el cuadernillo, que nos indique que son de ese grupo (es de-cir, preguntas teóricamente seguras); estas preguntas estáprohibido repasarlas.

Aunque es algo muy aproximado, si tenemos unas 90 pre-guntas seguras, estamos cerca de aprobar el examen.

También haremos una marca distinta sobre las preguntas delas que no tenemos ninguna idea y no esperamos ninguna ilu-minación (ojo, es distinto no saber la respuesta en un principioaunque después, pensando, dudemos entre alguna opción, queno tener ninguna posibilidad de contestarla). Estas preguntastampoco se repasan.

El no repasar estas preguntas tiene dos fundamentos: porun lado es una pérdida de tiempo el repasar algo que pensa-mos que, sin ninguna duda, está bien contestado o bien quenunca podremos llegar a contestar; en segundo lugar está elhecho demostrado de que la respuesta válida a una preguntasuele ser la primera que se nos viene a la cabeza, y que si em-pezamos a pensar o dudar, es probable que acabemos selec-cionando la respuesta errónea.

Una vez hecho lo anterior, volveremos al principio del exa-men, releyendo y repasando las preguntas sobre las que tene-mos dudas.

Durante el examen encontraremos bloques de preguntasque contestaremos con facilidad y bloques que no. En este últi-mo caso no hay que ponerse nervioso y conviene saltar esaspreguntas para volver luego sobre ellas.

LAS PROBABILIDADES EN EL EXAMEN MIR

Hemos empezado a releer las preguntas que hemos dejadoen blanco en la primera vuelta y podemos encontrarnos concuatro posibilidades lógicas: que dudemos entre cinco, cuatro,tres o dos opciones. Pues bien, aquí es donde entra en juego laley de probabilidades, para asegurarnos de que debemos con-testar siempre (insisto, siempre ) que dudemos entre tres o dosopciones. Hay que elegir la que mejor nos parezca, y si no te-nemos ningún criterio, seleccionar una contestación al azar. Laexplicación es sencilla: por cada tres preguntas falladas en elexamen nos van a restar una correcta (aunque técnicamenteno es exactamente así, es equivalente), lo que significa que sicontestamos al azar podemos obtener un rendimiento. Se en-tiende todo mejor con un ejemplo: si en el examen nos encon-trásemos con 24 preguntas en las cuales dudamos entre tresopciones significa que, por azar, contestaríamos correctamenteun tercio de las mismas (es decir, ocho preguntas); por las res-tantes 16, que estarían mal contestadas, nos descontaríanaproximadamente cinco preguntas, con lo cual obtendríamosun rendimiento neto de tres preguntas (no es mucho, pero esrendimiento al fin y al cabo). La cosa mejora lógicamente cuan-do dudamos entre dos opciones; siguiendo con el ejemplo an-terior, de 24 preguntas tendríamos bien (al azar) doce; por lasotras doce que tendríamos mal nos restarían cuatro, con locual obtendríamos un rendimiento neto de ocho preguntas. Se

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PREPARANDO EL MIR

puede calcular que cuando dudamos entre cinco opciones, ob-tenemos un perjuicio claro, y contestando las que dudamos en-tre cuatro ni nos beneficiamos ni nos perjudica.

En resumen, y para no pensar, contestar siempre que dude-mos entre dos o tres, y no perder el tiempo cuando dudemosentre cuatro o cinco.

Una vez que hemos dado esta segunda vuelta al examen, estiempo para comenzar un repaso (insistimos, sólo de las pre-guntas que hemos dudado).

En algún momento del examen, y el repaso puede ser buenopara ello, o mejor cuando llevemos 150 o 175 preguntas, hayque tener un poco de “sangre fría” y parar para descansar. Ló-gicamente no mucho, unos cinco o diez minutos aproximada-mente, donde aprovecharemos para levantar la vista del exa-men, curiosear con la mirada la sala y tomar algún refrigerio(chocolatinas, frutos secos, un sandwich...).

El descanso no es ninguna tontería, hay que tener en cuentaque son cinco horas de examen (o seis horas de tensión, si te-nemos en cuenta cuando empiezan a llamar a los convocados)y que podemos llegar desfallecidos al final aunque no lo note-mos tanto por la situación de estrés. Este pequeño descanso ytomar algo son, pues, fundamentales (estos dos aspectos hayque realizarlos también cuando hagamos los simulacros pre-vios de examen).

Hay que recordar, aunque es algo obvio, que siempre hayque contestar (con los mismos criterios que hemos venidoviendo) las preguntas de reserva. Estas preguntas, aunque sellamen así, es raro que no se utilicen en su totalidad en todaslas convocatorias; hay que tener en cuenta que las reclamacio-nes tras el examen son numerosas y que las que salen adelan-te junto con las anulaciones de oficio por el tribunal suelen sermás de diez, con lo que se aprovechan todas las preguntas,siendo incluso posible que el número de preguntas válidas trasla revisión sea inferior a las 250 teóricas.

Una última cuestión en lo referente a la anotación de laspreguntas: no es conveniente pasar cada pregunta a la hojade respuestas una vez que hayamos seleccionado la res-puesta, así como tampoco dejarlo todo para el final. Aproxi-madamente se pueden pasar bloques de 40 o 50 preguntas,lo cual también nos puede servir como mini-descansos inter-calados. También es muy importante el repasar la hoja derespuestas al menos una o dos veces, ya que no es infre-cuente que un error en la transcripción nos haga saltar de lí-nea, con las catastróficas consecuencias que nos podemosimaginar.

CONTESTAR PREGUNTAS SIN SABER

Para terminar, algunos “trucos” útiles. Aunque parezca curioso, se pueden contestar preguntas del

examen MIR teniendo poca idea de lo que nos están preguntan-do. Aunque es algo muy inexacto, no es magia y nos puede ayu-dar en algunas ocasiones. Las formas de hacerlo son varias:

— En algunas ocasiones las preguntas se repiten de unaño para otro; una razón más para hacer exámenes deaños anteriores.

— A veces el enunciado de una pregunta contesta a otra, yhay que estar muy atento a esto. Por ejemplo, se puedepedir cuál es el germen responsable de determinada en-fermedad infecciosa y más adelante preguntarnos el an-tibiótico más adecuado para esa enfermedad, mencio-nándonos además el germen en el enunciado.

— Cuando estudiemos hay que anotar y memorizar lascuestiones candidatas a preguntas “de pega” por serparadójicas. Por ejemplo, la micosis fungoide es unaenfermedad dermatológica (un linfoma) que no es mi-cosis ni fungoide, o el caso de la nocardia, que es unabacteria “filamentosa” (no un hongo).

— Cuando en las respuestas encontramos dos opcionesque enunciadas de distinta forma son en realidad igualesentre sí, ambas se anulan y se consideran como falsas.Así mismo, cuando dos opciones son contrarias, una deellas (aunque no siempre) suele ser la verdadera.

— Para la persona que confecciona la pregunta es másdifícil elaborar una respuesta falsa que una verdade-ra. De este modo, si entre todas las opciones posibleshay alguna en la que vemos que el examinador hacemás hincapié, se explaya, es más larga o con másejemplos, esa opción suele ser la verdadera.

— Algo patognomónico: no hay cosas patognomónicas enmedicina. Si en la respuesta a determinada pregunta seasegura que determinado aspecto es patognomónico deuna enfermedad, esa opción suele ser falsa (o la opcióna elegir si nos preguntan cuál es la falsa ). Por esta mis-ma razón cuando en una posible contestación el exami-nador ha sido muy radical, apareciendo palabras como“nunca”, “siempre”, “indiscutiblemente”, etc. esa op-ción suele ser falsa. Y al contrario, si lo que aparecenson “puede”, “habitualmente”, etc., esas opciones sue-len ser verdaderas.

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INTRODUCCION

I