Mientras El Corazon Siga Latiendo (E-Original) - Elena Castillo Castro

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  • Crditos EDICIONES KIWI, [email protected] www.edicioneskiwi.com Editado por Ediciones

    Kiwi S.L. 2014 Elena Castillo Castro de la cubierta: Borja Puig de la

    fotografa de cubierta: Fotolia Ediciones Kiwi S.L.No se permite la reproduccin total o parcial, as como la modificacin

    de este libro por cualquier medio mecnico, por fotocopia, por grabacin uotros mtodos sin el permiso previo y por escrito de los titulares delcopyright. La infraccin de los derechos mencionados puede serconstitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Arts. 270 y siguientesdel Cdigo Penal).

  • DedicatoriaPara ti mam, porque este siempre fue tu libro.Para Quico, Celia y Elena, sois los latidos de mi corazn.

  • IntroduccinTuve el enorme privilegio de ser una de las primeras lectoras de esta

    novela y ahora tengo la suerte de poder hablaros de ella antes de que oszambullis entre sus pginas. Y solo puedo deciros que cuando terminis lahistoria, cuando cerris el libro, tendris una sonrisa en la cara. Porquehabris compartido momentos nicos con sus protagonistas, habrisempatizado con ellos, habris llorado y redo, y sobre todo, habrisdisfrutado de la elegante prosa de su autora y de su capacidad parasumergir a todos sus lectores en su particular mundo de emociones a florde piel.

    Una historia de amor verdadero.S, esa es la frase que yo elegira, y de hecho, elijo, para resumir la

    novela que Elena ha escrito para disfrute de todos los que ya somos susfans. Y, por supuesto, para todos aquellos lectores que buscan historiassencillas, sinceras, que llegan al corazn y consiguen a travs de la magiade sus palabras que te toquen la fibra ntima.

    As es Mientras el corazn siga latiendo, la historia de Lara y de surelacin con los dos hombres ms importantes de su vida. Nadie dice quela persona que ames sea la que ms te convenga En efecto, Lara tendrque enfrentarse a una difcil y trascendental decisin. Javier es el hombreperfecto: guapo, simptico, amable, considerado y con xito, quin podrapedir ms? Sin embargo, poco antes de su boda con Lara, ella recibe unpaquete lleno de cartas, todas con un nico remitente, Elliot.

    Eliott Warren. Eliott, su Eliott.Lara recibe este mensaje del pasado y todo su mundo se tambalea.

    Cmo decidir entre lo que es perfecto y lo que el corazn anhela? De lamano de Elena, viajaremos al pasado de Lara, conoceremos la historia desu primer amor y experimentaremos la incertidumbre de las emocionesadolescentes, para ver cmo se transforman luego en sentimientos msprofundos, ms cabales, ms acordes con la realidad o tal vez no?

    Entre cartas amarillentas y partituras de piano, encontraremos la luchade un corazn enamorado y la bsqueda de la felicidad que se esconde trasuna difcil decisin. A veces, el amor es ms complicado de lo quepensamos. O quizs no. Quizs solo tengamos que dejar hablar al corazn ytener el coraje de escucharlo

    En definitiva, espero que disfrutis de esta novela como yo lo hice,

  • degustando cada palabra y cada frase, dejando que mis ojos releyeran losprrafos que ms me conmovan, disfrutando de la pluma de Elena que,como siempre, es cuidada, fluida, delicada y llena de matices, seguramenteigual que las partituras de su Eliott.

    Leed y escuchad la meloda de Mientras el corazn siga latiendo, sinduda, no os decepcionar.

    Kate Danon,autora de Una mgica visin.

  • PrlogoVeintitrs aos atrs.

    Hay amistades a primera vista de igual modo que existen los flechazos,y algunas veces, ambas terminan por coincidir. Aquel nio de pelo revueltoestaba sentado de cara a la pared y Lara tena la certeza de que eso queradecir que estaba castigado, por lo que no entenda muy bien a qu se debala sonrisa de satisfaccin en su rostro.

    Su madre pretenda que ella se quedara en aquel lugar, lleno de colores ymuebles de su tamao, donde otros nios danzaban libremente de unaesquina a otra con todo tipo de juguetes entre las manos. A primera vista,no le pareci un mal sitio, pero cuando se percat de que no haba ningnpap, ni rastro de alguna mam, los nervios se le acumularon en la tripa ydese salir de all.

    Adelante Lara, ve a jugar con los dems nios. Lo pasars muy bien yyo vendr a recogerte en un par de horas le dijo su madre con muchaseguridad en la voz a pesar de mirarla con ojos expectantes.

    No quiero quedarme, quiero irme contigo, mami le pidi formandoun puchero con su labio inferior.

    Sin embargo, antes de que su madre se arrepintiera de haberla llevado ala guardera Lara sinti que alguien le agarraba de la mano.

    Ven conmigo, me dejas que te cepille el pelo?Una nia rubia le ofreca una sonrisa a la par que comenzaba a darle

    pasadas por el pelo con un peine desdentado antes de haber obtenido supermiso. Era agradable y no paraba de hablar, aunque no entenda bientodas aquellas palabras rpidas que salan de su boca.

    Me llamo Mara.Aquello s lo entendi bien y decidi que aquella nia sera su primera

    amiga en el mundo, ya que aquella habitacin se haba convertido en sumundo de forma repentina.

    Y aquel es Eliott le inform la rubia saltarina sealando con sundice estirado al chico que las observaba con la cabeza entre las piernaspor debajo de la silla. Est castigado.

    Por qu? pregunt sin dejar de mirar al nio de ojos azules. Esecolor lo conoca muy bien, era el color del mar.

    Le ha pegado a ese otro nio por tirarme de las trenzas. Mara lesonri y prosigui con el cepillado.

  • Lara saba que no estaba bien pegar, pero el otro nio tampoco debahaber tirado de las trenzas a su nueva amiga. Por ello, cogi la mano deMara y, sin notar que su madre haba salido ya por la puerta, le pregunt:

    Nos castigamos con l?

  • Captulo 1Por qu no haba ignorado aquella llamada? Tena que empaquetar una

    casa entera y tan solo una semana de vacaciones para hacerlo; sin embargo,aquella llamada de trabajo, cuando haba dejado claro que se tomara unosdas libres, la mantena con los ojos en blanco llenos de desesperacin.

    Te entiendo, Silvia, s que ests pasando por un mal momento, peropiensa que hay otras opciones.

    Le haba repetido a su clienta unas treinta veces en la ltima media horauna de las frases mgicas que, aos atrs, haba empleado en sus sesionesde mediacin, pero no consegua que la voz al otro lado de la lnea seapagara. La exasperacin comenzaba a convertirse en enfado con el bufetepor ignorar alegremente que eran sus merecidos das de descanso, con laclienta por tener la capacidad de raciocinio de un guisante y consigomisma por haber descolgado el telfono sin comprobar el nmero de lallamada entrante.

    Silvia, debes comprender que si t no cedes l no lo va a hacer. Cederpara ganar, esta ser nuestra estrategia en el juzgado.

    Con una mano sostena el telfono y con la otra intentaba romper untrozo de peridico con el que rellenar los espacios vacos dentro de aquellacaja. Solo cuando escuch que la puerta de la casa se abra, fue conscientede la cantidad de tiempo que llevaba con el auricular pegado a la oreja.

    Javier entr en el destartalado saln, inundado de cajas y retazos depapel de peridico. Tras una jornada agotadora de trabajo busc con lamirada el sitio adecuado para dejar su maletn, hasta concluir que el nicolugar que quedaba disponible estaba sobre el viejo piano, una de las pocascosas que se quedaran en aquella casa.

    Lara quera llevrselo prcticamente todo, de hecho no entenda por quJavier no quera mudarse a su casa, ahora que podan disponer de ella.Estaba situada al final de la cuesta, lindando con el famoso bosque deUbia a las espaldas, una zona tranquila en aquella localidad leonesa porlas pocas casas que separaban la naturaleza de lo que empezaba a ser laciudad. All podas sentarte en el porche a leer disfrutando del trino de lospjaros de fondo, sentir la humedad del roco al sacar la cara por la ventanacada maana y notar el aroma a musgo en la punta de la nariz.

    Sin embargo, estableceran su nuevo hogar en el cntrico apartamento del, donde la luz no brillaba con la misma intensidad y se escuchaban

  • sirenas de ambulancias cada dos horas.Te entiendo, Silvia, comprendo tus motivos pero no los comparto.

    Lara mir a su prometido, se meti el dedo ndice en la boca y apret elgatillo imaginario.

    Quieres un t con canela? le ofreci l en susurros.Javier se desprendi de la chaqueta, afloj el nudo de su corbata y

    despareci con sigilo para ir a la cocina. Lara llevaba todo el da sin ver asu novio, normalmente quedaban para comer en el centro, en un puntointermedio entre sus respectivos trabajos, por lo que verle desvestirsehaba sido el resorte necesario para soltar una frase cortante y definitiva asu interlocutora.

    Silvia, tengo que dejarte. Reposa toda esta informacin en tu mente unpar de das, lo vers todo con claridad cuando tengas la cabeza fra. Confaen m, soy tu abogada. Te llamo la semana prxima, adis. Colg y consensacin de triunfo se tir de espaldas sobre el mullido cojn que habaresbalado del sof.

    Javier le entreg la taza humeante y el dulce aroma la reconfort.Ests lista? Estoy muerto de hambre. Se sent junto a ella en la

    alfombra tras apartar un par de bultos.En cuanto termine de envolver estos marcos de fotos ser toda tuya,

    me ayudas? dijo ofrecindole un rollo de papel de embalar.De veras tu padre no quiere nada? Es raro.No tanto, se ha pasado veinte aos aqu encerrado, lo tiene todo

    demasiado visto. Creo que prefiere construir nuevos recuerdos contestLara mientras miraba aquella foto de su madre embarazada, con unapreciosa melena oscura, tan bonita como la de su hermana Claudia.

    S, supongo. De todas formas, si alguna vez le apetece echar unvistazo a estas cosas, solo tendr que visitarnos concluy Javier antes deatraer el cuerpo de Lara hacia un acogedor abrazo.

    Lara intent visualizar todas las cosas que haba acumulado en susveintisis aos de vida dentro del ruidoso y despejado apartamento deJavier. Llevaban semanas liados con los preparativos, tanto con los de laceremonia como con los de la mudanza. Dar el paso no haba sido fcilpara ella pero, tras los cambios acontecidos los ltimos meses, todo sehaba precipitado; ahora que se senta liberada, contaba los das quefaltaban para que la soledad dejara de aplastarla dentro de las viejasparedes de aquella casa. Saba que no necesitara muchas de las cosas que

  • estaba empaquetando, pero dejarlas all abandonadas era como romper deforma drstica con el pasado, y una parte de ella se resista a hacerlo.

    Vio relucir el anillo de compromiso en su dedo, sonri y se deshizo delabrazo para terminar la tarea.

    En cuanto Javier sell aquel paquete lleno de lbumes de fotos y marcosdorados, y antes de que Lara se empeara en seguir recogiendo ms cosasintiles, l le ofreci llevarla a cenar fuera.

    Te apetece una buena copa de vino que acompae a una de esasdeliciosas ensaladas aptas en tu dieta? le propuso Javier con las manosrodeando su cintura.

    Y ver como t te zampas un chuletn de vila?Prometo poner cara de asco mientras me lo como Javier tir de ella

    fuera de la casa.Odio mis genes refunfu Lara.Ella hubiera preferido que l hubiera sugerido cenar pizza, que hubiera

    provocado su fuerza de voluntad y haberse dejado llevar por la debilidaduna sola noche despus de meses de dieta pre-boda. Sin embargo, Javierera irritantemente solidario y estaba segura de que se comera su sabrosacarne tan veloz como pudiera y sin regocijo en el gesto.

    Pues yo estoy total e irreversiblemente enamorado de ellos.Lara pens que le haba faltado aadir de manera incomprensible y

    absurda, pero haca tiempo que haba aceptado el amor del chico msperfecto sobre la faz de la tierra.

    Javier dej que Lara eligiera en el coche la msica de camino alrestaurante, pero en cuanto a la eleccin del sabor de la tarta nupcial no seponan de acuerdo.

    Debera ser de chocolate, a todo el mundo le gusta el chocolate afirm Javier.

    Pero es lo ms aburrido del mundo, quiero un postre diferente y elchocolate es tan original como poner croquetas en el cctel protest demala gana Lara. Discutir sobre deliciosos postres sentada frente a un platode tristes endivias era el colmo del masoquismo.

    Ni se te ocurra meterte con las croquetas, son casi tan sagradas comolos anillos brome Javier.

    Tarta de zanahoria con chocolate blanco, eso s que suena estupendodijo Lara sealando una de las opciones que rezaba aquel listado demens, el que le haban dejado para decidir los platos del banquete de

  • bodas.Lo ves? Al final, t tambin eliges el chocolate dijo l

    desternillado.Anda, pues es verdad rio. Si fuera por ti pondramos

    magdalenas de Nocilla y tan contento.Qu quieres que te diga? Los preparativos me dan igual, yo solo

    quiero casarme contigo.La mano de Javier atraves la mesa hasta posarse sobre la de Lara para

    ofrecerle un carioso apretn. La calidez de su gesto se vio interrumpidopor una pequea vibracin procedente de su telfono mvil que hizo retirarsus dedos.

    No me digas que es otra vez la tal Silvia de antes?No contest con el ceo fruncido. Qu raro! Es un mensaje de

    Mara, me pregunta que cmo estoy.Desde cundo no ves a tu amiga? Seguro que quiere que le cuentes

    cmo llevas los preparativos.Estuve con ella hace un par de meses, cuando le dije que nos

    casbamos, y no hemos vuelto a hablar. S, supongo que querr que lecuente contest Lara nada convencida. Dej el telfono de nuevosobre la mesa sin contestar y decidi que la llamara al da siguiente. Pensque quizs, hasta podra quedar con ella para ir a comprar algn camisnsexy que estrenar en su noche de bodas.

    Aquella noche Lara no regres a su casa, sucumbi a la seduccin delapartamento de Javier con facilidad gracias a las copas de vino de la cena yse dej hacer el amor hasta bien entrada la madrugada. Despus de todo,eran sus vacaciones.

  • Captulo 2Un profundo suspiro, en el que se mezclaban ansia y resignacin,

    precedi una vez ms a aquella pregunta mental que se haca con relativafrecuencia.

    Dnde diantres las habr metido?A menudo le ocurra, Lara era despistada y desordenada. Unas veces

    eran las llaves de casa o las del coche, otras su par favorito de medias y,casi siempre, se trataba de las gafas de sol. Aquel da, tras otra intensajornada de recogida, con aqul lo de cosas embaladas y otras pendientesde ser vctimas del papel de burbujas, localizar algo se haba convertido entodo un reto.

    Dame un minuto! No encuentro el llavero pidi elevando su vozmientras rebuscaba en el primer cajn de la cmoda, donde habra juradopor lo ms sagrado que lo haba dejado la ltima vez.

    Javier aguardaba abajo, silbando una sintona sin ritmo. Tenanconcertada una cita con la duea de la tienda que haban elegido para ponerla lista de boda; y ella odiaba llegar tarde, aunque casi nunca consegua supropsito de llegar puntual.

    Mira en el bolsillo de tu abrigo! le indic l condescendiente.Meti las manos con desesperacin en el abrigo y la punta de sus dedos

    se toparon con el fro metal que tintine como un cascabel.Ser posible Javier siempre tena ese toque preciso de

    oportunidad y acierto.Justo antes de cerrar la puerta de su habitacin escuch sonar el timbre

    de la casa. Se desliz escaleras abajo con el abrigo revoloteando tras ella,mientras se preguntaba quin narices poda ser tan inoportuno depresentarse en casa, justo cuando ya llegaba tarde a su cita con la vajilla deporcelana y la cristalera de Bohemia.

    Es pronto para que te manden regalos de boda brome l mientrasfirmaba a cambio de un paquete.

    Bueno, estoy guapa o qu? pregunt ella ignorando el comentariode su novio con los brazos extendidos y ambos ndices apuntando hacia suconjunto de falda y blusa recin estrenado.

    Lara ofreci una sonrisa divertida al mensajero pelirrojo de uniformeoscuro que le acababa de guiar un ojo desde el umbral de la puerta. Nohaba duda, la estricta dieta haba dado resultado y senta que toda la ropa

  • que estrenaba le sentaba como un guante. Agarr con entusiasmo elmisterioso paquete y Javier, que despidi al muchacho con una propina,cerr la puerta con suavidad. Lara cogi el papel certificado y tras leer laprocedencia, su alegre sonrisa se desdibuj.

    El mundo dej de girar, el oxgeno en aquel rellano de repente no erasuficiente y la visin se le nubl hasta el punto de perder el equilibrio. Noera posible, no en aquel momento. No despus de tanto tiempo. Rompialterada el papel celofn que sellaba con trazos imposibles el paquete, elritmo de su corazn se haba disparado y las manos le temblaban; eraconsciente de que haba perdido el control.

    Javier ayud a Lara a sostener las lengetas de la caja para poder mirarambos dentro. Se le torci el labio al descubrir dentro cartas por montones.Un gran montn de sobres en tonos blancos y amarillentos, todas con Eliottde remitente y Lara como destinataria.

    Javier puso aquel gesto inexpresivo, ese que ella conoca tanto y quesignificaba contrariedad. Haba dejado de respirar, la visin nublada porunos segundos tens sus msculos como advertencia de que si no inhalabaoxgeno terminara por desmayarse. Antes de levantarse, Javier bes demanera fugaz la mejilla de su prometida. Lara haba cado al suelo, con elcorazn atropellado y con los ojos muy abiertos y secos. As, y en un mudosilencio, le devolvi la mirada a su novio. Saba que deba decir algoingenioso y tranquilizador, disimular el impacto o darle un puntapi alpaquete, pero estaba paralizada. Dentro de su cabeza se haba pulsado elbotn de pausa.

    Creo que vas a necesitar unos cuantos das, si no semanas, para leertodo eso, y supongo que estars deseando hacerlo. Aguard unossegundos a que ella hablara, pero no contest, tan solo clav sus ojos depupilas dilatadas en l. No te preocupes por m, me alegro de que tuamigo d seales de vida por fin.

    En serio? pregunt ausente. Saba que aquello no era cierto.Me voy, pasar por la tienda y pospondr la cita. Maana te llamar,

    prefiero que te pongas a leer esto ahora, a tenerte conmigo y que tengas tucabecita ah dentro. Ahora que, si pone algo que Lara recobr algo decompostura y agarr su mano para apretrsela. Ah estaba Javier, con sufirme seguridad, concedindole espacio mientras ella arruinaba con suactitud un da perfectamente organizado. No le solt la mano hasta que ldijo las palabras necesarias. Vale, tampoco me preocupar yo por ti.

  • Javier cerr la puerta con superflua brusquedad, ella an se encontrabasentada en el suelo, con el abrigo descolgado de los hombros y arrugadobajo su trasero. Era consciente de que aquello haba desatado una furiainterna en Javier y que, probablemente, tendra los puos apretados dentrode los bolsillos de su abrigo para contenerla, como sola hacer cuando algole molestaba. Sin embargo, actu como el perfecto caballero que era, concomprensin y fingida tranquilidad.

    Se levant para subir con dificultad las escaleras de madera, que siemprecrujan, hacia su cuarto. Una habitacin de la que nunca se haba desligado,que nunca haba redecorado, donde guardaba recuerdos de toda su vida. Apesar de ser ahora la nica habitante de la casa familiar, segua usandoaquel pequeo cuarto desvn, su reducido aseo, la cocina y ocasionalmenteel saln. El resto de habitaciones permanecan siempre cerradas: la de suhermana, que haca demasiados aos nadie abra, y la de su padre, quehaba cerrado l mismo por ltima vez apenas unos meses atrs. Lara anno se haba adaptado a la nueva situacin, se haba liberado de la pesadacarga de su padre, un hombre que con ella siempre haba sido distante, fro,ausente; pero que la haba retenido junto a l con un invisible lazo deresponsabilidad.

    Los muecos y peluches de la infancia se amontonaban en su cama y lasfotos estaban repartidas por las paredes entre estanteras llenas de librospuestos con dudoso orden. Le gustaba estar rodeada de aquellas fotosporque le hacan sentir que no haba cambiado, que en el fondo seguasiendo igual que la chica que vea en ellas retratada. Sus sentimientos,sueos y esperanzas continuaban ah, rebelndose contra el paso deltiempo. Era consciente de que aquella etapa tocaba a su fin, en unassemanas estara casada, se ira por fin a vivir con Javier y sus sueos deadolescente se quedaran entre las paredes de aquella casa color caf. Esahabitacin sera la ltima por empaquetar y la que ms trabajo le costara.

    Recibir aquel paquete haba hecho retroceder su mente en cada librehasta aquellos aos en los que an soaba, cuando el futuro era algoexcitante, desconocido y prometedor. Lo dej sobre la cama y, tras sentarsey abrazarlo con sus piernas, perdi la mirada dentro. Ley una y otra vezaquel nombre en todas las cartas, susurrndolo, como quien invoca a unespritu, Eliott Warren. Los recuerdos se agolparon en su mente. Recuerdosque ni ella imaginaba haber retenido a lo largo de los aos.

    Eliott Warren.

  • Eliott, su Eliott.Querida Lara,Quisiera llamarte para explicrtelo todo, pero tengo miedo de hacerlo.

    No debera ser as, t has sido la nica persona con la que siempre hepodido hablar, la nica que siempre me ha entendido.

    Me recome la falta de valor y a la vez estoy furioso. Por qu lo hasdicho?, por qu tuviste que hacerlo? He huido, lo s y sera absurdo decirque no he sido cobarde, ya que he sido el mayor del mundo. Por qurompiste el silencio?

    No s cmo actuar, qu hacer. Debera volver, pero me alegro de estarlejos y no ver la realidad, de no ver tu cara aunque parece que la tuvieragrabada en mi mente y no te esfumas aunque cierre los ojos. Me torturas,no quieres dejarme en paz.

    Quiero olvidarlo todo, pensar que te puedo llamar tranquilamente. Pero,cmo lo hago?, si ni puedo pronunciar tu nombre sin odiarme a m mismo,sin enfadarme contigo por haberlo cambiado todo.

    Por qu has arriesgado lo que tenamos y nos una? ramos algoms

    No puedo dar ese paso, no puedo hacerte eso a ti. T no debes cargarcon el peso que llevo a mis hombros, no sera justo. Ni siquiera sera justocontrtelo por carta ahora y, enviarte esta.

    Sabes qu es lo peor de todo? Te he visto llorar, hacerlo por m, por miculpa. Fui a la montaa, no falt aquel domingo, el ltimo antes de irme.Estabas all, subida en el rbol, escondida entre las ramas sollozando.Sufras por m. Sal corriendo para no verlo. Qu podra decirte yo?,qu puedo decirte ahora? No llores, no llores Lara, puedes orme?

  • EliottAquella carta escrita diez aos atrs arda en las manos de Lara. Su

    mente se haba quedado en blanco y su cuerpo petrificado en el borde de lacama.

    Reley aquellas lneas tres veces y, palabra tras palabra, creca en suinterior una rabia que crea extinguida. Tuvo un primer impulso dramticode bajar y echar todas esas ridculas e inoportunas cartas al fuego de lachimenea, pero no pudo. En el fondo de su ser haba esperado aquellomuchos aos y ahora tena la oportunidad de entender. Todo aquello debatener algn motivo, precisamente justo en aquel momento. Suspir conprofundidad. De todas formas, an no haba aprendido a utilizar aquellanueva chimenea elctrica.

    Mir a su alrededor, a pesar del dolor que lleg a sentir por su culpanunca quit sus fotos de la pared, pero haca aos que no les prestabaatencin. No eran ms que accesorios decorativos que se haban fusionadocon el resto del dormitorio como el interruptor de la luz, que saba dndeestaba y al que nunca miraba. Ahora, sus ojos buscaron la ms cercana y supiel ardi con el ltimo recuerdo de l. Aquellos ojos de un nico azulintenso, el oscuro pelo revuelto y la indescifrable sonrisa que lecaracterizaba. Sinti presin en el pecho. Ansiaba aire, necesitaba oxgeno.Dobl el primer sobre del montn y lo guard en el bolsillo de su abrigo,tena que volver a leerlo cuando estuviera ms calmada. Baj a toda prisalas escaleras crujientes y sali de la vieja casa.

    El viento helado cortaba a una velocidad feroz, como de costumbre lacalle estaba desierta, pero esta vez se estremeci ante la sensacin devaco. Necesitaba espacio abierto para que la opresin que senta en supecho se disipara y comenz a caminar cuesta abajo. Conforme descenda,abandonaba la zona con casas ajardinadas para adentrarse en una calle msamplia de elegantes urbanizaciones. En una de ellas, en una compactaconstruccin gris vivi Eliott, rodeada por un cuidado jardn y presididapor dos grandes canchas de baloncesto comunitarias. Lara entr en una deellas para pisar el cemento desgastado. No tena ms que cerrar los ojos yver en su mente a Eliott all jugando, or su risa, verlo apartarse el pelo desus ojos con un soplido antes de encestar.

    Eliott no haba vivido siempre all. Su primer hogar fue junto a la casade Lara, pero a la madre de su amigo no le gustaba la sensacin de viviren el campo que al final de aquella cuesta se tena. A penas circulaban

  • coches, los pjaros te despertaban en cuanto el sol despuntaba por elhorizonte y siempre haba malas hierbas que quitar. Aquella zona no erapara una mujer de la capital que tuvo que trasladarse hasta aquella ciudadpor el trabajo de su marido. En cuanto sus padres se divorciaron, se mudcon su madre a aquella civilizada urbanizacin. El hijo del ingls, lollamaban algunos por entonces, pero al ao muri de un infarto al corazny nadie jams volvi a llamarlo as. Todos crean que aquel matrimonioterminara por arreglar sus diferencias, pero aquella muerte inesperada noles dio el tiempo necesario. A partir de entonces, ya no hubo juegosinfantiles con Lara de ventana a ventana; y a pesar de seguir cerca, a pocoms de cinco minutos de paseo, ella recordaba cunto lo extra cada vezque se asomaba a travs de sus cortinas de lunares rosas. Haban pasadodemasiados aos, pero an al mirar, Lara no solo vea una casa abandonadaque nadie haba querido comprar desde entonces, ella vea la sombra de unchico tocando el piano.

    Se acerc al portal y sinti la necesidad de presionar el botn del sextopiso, como tantas maana haba hecho aos atrs. Meti la mano en subolsillo y apret con fuerza la carta. Lo recordaba: l responda enseguiday ella lo esperaba dentro del vestbulo para protegerse del fro. Eliott lelanzaba la mochila al vuelo justo tras aparecer por la escalera como unvendaval, agobiado mientras intentaba ponerse el jersey y no tirar suchaquetn a la vez. Ella la coga al vuelo hbil, acostumbrada al ritualmatutino de su amigo. Le vea recoger su pelo negro y revuelto en un gorrode pao azul que haca resaltar el brillante color de sus ojos. Lara sequejaba repetidamente de su inexistente impuntualidad y l la callabaagarrndola por el hombro y con un beso en la sien.

    Para todos era el silencioso chico que poda encestar ms triplesseguidos en un partido, el muchacho cuyas facciones despertaban el deseoen las chicas de cursos superiores y el de los arranques de mal genio capazde poner morada ms de una mandbula cuando tena que adoptar el papelde protector. Para Lara era el chico carioso que le compona canciones alpiano, el que poda escucharla hablar durante horas sobre sus planes defuturo y el que la haca sentir especial en un mundo en el que parecainvisible hasta para los dems.

    Los dos emprendan el camino al instituto a travs de la espesa brumaleonesa acercando sus cuerpos para protegerse del fro. A pocos metros desu edificio estaba la parada del autobs, y entre las dems caras conocidas

  • que formaban cola para subir, vean la larga melena rubia de Mara. Cadamaana durante tantos aos, siempre igual. Los tres siempre juntos.

    Finas gotas de lluvia empezaron a empapar su abrigo y, al sentir lahumedad, Lara volvi en s. Ech a correr de regreso a casa, sus piesresbalaban sobre la acera y el fro penetraba las capas de ropa que llevabapuestas. Subi hasta veintids los grados de la calefaccin y, sin quitarse elabrigo, aguard a que la casa se caldeara. Nadie esperaba semejante frentefro cuando apenas los rboles haban comenzado a perder sus hojas.

    Se meti en el saln y apoy la frente en el ventanal cubierto depequeos ros de lluvia. Haca mucho tiempo desde la ltima vez que Larahaba sentido la necesidad de perder su mirada tras un cristal, pero lasensacin de claustrofobia haba vuelto con esas cartas. Se vio a s mismacon diecisis aos, cuando los das le resultaban tremendamente aburridos,cuando tras la rutina de las clases del instituto, lo nico que le esperaba erasu padre de mal humor. En esos das, deseaba intensamente tener otra vida,fugarse lejos, vivir alguna aventura; cualquier cosa que fuera distinto aaquello. Huir de all. Sin embargo, no fue ella quien se march.

    Aquellos aos todo suceda siempre as. Una rutina pesada que en esepunto de su vida, Lara no echaba de menos en absoluto, apenas poda echaren falta la sombra de un padre.Ha ido todo bien? le preguntabasentado frente a ella en la mesa de la cocina.

    Lara levantaba los ojos para comprobar sin sorpresa que l no la miraba:S.Haca la cena cada noche y, estuviera buena o mala, fra o caliente,

    salada o sosa, l nunca opinaba al respecto. Coma en silencio.Has visto a tu hermana hoy? le preguntaba sin mover el gesto,

    concentrado en cortar su filete de pollo.S, pero me he tenido que ir enseguida porque empezaba a llover y no

    tena paraguas explicaba sin esperanzas de que la escuchara.Cenaba con un progenitor deprimido, que hunda la cabeza entre los

    hombros y mantena la mirada fija en el plato. Haba aprendido a tratar conl, de forma mecnica le calentaba la comida sin cruzar ni una mirada.Despus del portazo que anunciaba su llegada, lo mejor era dejarlo con sufuria que pronto se le pasaba. Tras cenar, l se sentaba en su desgastadosilln; Lara pensaba que quizs para poner la mente en blanco, o tal vez,para perderse dentro de recuerdos agridulces hasta que el sueo le venca.

    Termin por no afectarle esa falta de tacto carioso, aprendi a querer su

  • forma de actuar y a excusarle por ello. Entenda que su corazn estaba roto,haba perdido al gran amor de su vida y nada ni nadie, ni siquiera ella,poda rellenar ese inmenso vaco; no obstante, el silencio terminaba por seratronador algunos das. Para poco orgullo de su padre, Lara se parecafsicamente a l por completo: tena la cara redondeada, su nariz chata y elmismo tono caoba del pelo. Su otra hija, Claudia, le recordaba demasiado asu mujer. Desde su muerte, senta rencor por Lara ya que nada en ella lerecordaba al amor de su vida, pero, de igual manera, rechazaba a Claudiaporque era doloroso ver los ojos de su esposa en ella, escuchar el tono desu voz en unos labios que no poda besar o ver su cadencia al andar por lacalle. Claudia se march de casa al poco y la dej a ella sola con el peso deun viudo deprimido, en un lugar donde el silencio te aplastaba hasta laasfixia.

    Muchas cosas haban cambiado desde entonces, no solo el crecientenmero de canas que cubra la cabeza de su padre. Haca meses que sehaba ido a vivir a casa de Claudia, le ayudaba a cuidar de su hijo. Era unhombre nuevo desde el nacimiento de su nieto, alguien que Lara noreconoca cuando los visitaba: carioso, comunicativo, paternal. Alguienque ella hubiese preferido tener en casa durante tantos aos que vivieronsolos los dos, al final de una empinada cuesta.

    Ya entrada en calor Lara se quit el abrigo, lo dobl sobre su brazo ysubi las escaleras hacia su habitacin de nuevo. Abri otra carta y seencontr con una rplica de la anterior; y as se continuaron, entreamargura, dolor, autocompasin y miedo.

    Querida Lara,Todas las melodas suenan a ti. Cada nota, cada comps es el resultado

    de mi respiracin dolorosa. No hago otra cosa que deslizar mis dedossobre las teclas, que estn fras. Glaciales, como las palabras que no dijela ltima vez que nos vimos. La mejor noche y, a la vez, la peor de mi vida.

    Si supiera llorar sera ms fcil aliviar este dolor, pero no consigodesprenderme de l. Respiro y pienso en ti. Toco y pienso en ti, en tucorazn, en tu inquebrantable espritu y cada parte de tu cuerpo.

    No puedo volver, no puedo regresar. Qu equivocada tienes que estarahora pensando que te he abandonado porque no eres importante.Importas, eres lo nico que me importa y por eso, porque s que tendrsuna vida feliz sin m, nunca regresar.

  • EliottA Lara se le agolpaban sentimientos encontrados de pena y desprecio

    con cada frase que lea. Era ridculo, no encontraba ningn sentido aaquello, ya que si ella era lo nico que le importaba por aquel entonces aEliott, qu le hizo pensar que lo mejor era desaparecer de su vida.

    Sentada en la cama con sus piernas cruzadas, la luz del atardecer seapagaba entre las cortinas de manera progresiva. La noche la alcanz en lamisma posicin, pero los sobres abiertos se amontonaban a su alrededor ylos trozos de papel ya ledos la envolvan dejando su mente confusa y lacabeza abotargada.

    Decidi hacer una pausa para cenar, comer sola ser un blsamo para sucuerpo y justo acababa de toparse con la primera carta que haca mencin asu estancia all, donde Cambridge apareca y se introduca en su nuevavida, aquel lugar por el que ella an sin conocerlo haba sentido tanto odio.

    Sinti que en aquella carta por fin encontrara el motivo del amargodolor sufrido, o quizs poda ser la siguiente. Se prepar un buen bocadilloanimada por el inters que le causaba saber de aquellos aos perdidos. Losnervios en ella tenan un efecto directo en el apetito, y ante lascircunstancias, decidi disfrutar de cada bocado sin cargo de conciencia.Mientras rociaba el pan con aceite y lo rellenaba con jamn pens enllamar a Javier, pero necesitaba ese tiempo, por corta que fuera laconversacin seran minutos robados a aquel paquete que an contenamuchas cartas por leer y, que de seguro, no terminara aquella noche. Erandemasiados aos escritos.

    Querida Lara,Leo es un to genial, hoy nos ha llevado por primera vez a la academia

    donde estudiaremos msica. Est en el centro de Cambridge, a unos quinceminutos del Peace Park, que es un parque bastante grande donde muchoschicos se juntan para jugar al ftbol o para correr; incluso he visto aalgunos echndose la siesta bajo este sol ingls que sale y se esconde cadacinco minutos.

    El centro de msica estaba repleto de chicos como nosotros, de todos loslugares del planeta hablando toda clase de idiomas. Fue reconfortante verque la mayora se sentan tan perdidos y estpidos como yo, descolocadosen un ambiente desconocido. Leo en su charla inaugural nos hizo sentirimportantes, privilegiados por estar all, nos dio el tpico discursomagistral de director que te intenta cohibir ante todo el trabajo que se te

  • viene encima y lo responsable que debers ser de l. Chris, y su acentoholands, me acompaan a todos lados. Me ha dado algunos consejossobre la escuela, como que no me presente un da si no estoy seguro de quellevo mi trabajo a la perfeccin porque lo sentir. Segn l, es mejor que tehagan sentir como un irresponsable a que te hagan pensar que no valespara esto.

    Por cierto, Chris es el chico que est con nosotros en el piso y hacongeniado con Paco mejor que conmigo. A Paco le han hecho un favordejando que se quede con nosotros en uno de los pisos de la escuela. Anno s qu pretende hacer aqu conmigo, creo que ni l lo sabe. Cuandosalimos del instituto yo voy a las clases en la escuela y l se pierde por ahpara hacer vete t a saber el qu. Chris es un par de aos mayor quenosotros y lleva tres junto a Leo perfeccionando sus estudios de violn, alparecer es un portento porque todos hablan de l. La primera vez que lo vime choc su aspecto de neo hippie con sus rastas y la ropa multicolorancha, pero ahora que llevo unos meses con l, no me lo imagino de otraforma. Est claro que su aspecto no concuerda en absoluto con su facetade msico superdotado, pero l asegura que la ma tampoco. Todos los queestamos aqu parecemos arrastrar una historia. Paco se pasa todo el ratoque puede con l, lo ha tomado de dolo, como si fuera una estrella derock, y creo que Chris se aprovecha. Ahora quiere dejarse el pelo largopara hacerse rastas. Qu locura!

    Yo me aparto de ellos, no me interesa dejarme llevar por su mundo dehaz el amor y no la guerra (que siguen al pie de la letra cada fin desemana) mientras se cuelgan fumando. Solo marco territorio porque,aunque yo no sea de su rollo, vivo con ellos. Paco es mi mejor amigo y elholands me cae bien. Adems, ahora mismo no puedo hacer nada sin lporque es el nico que controla este sitio.

    Ojal estuvieras aqu, Lara.Eliott.

    Con decepcin dej caer el papel lentamente desde el borde de la cama yde all resbal al suelo. Entre aquellas lneas no haba encontrado laansiada explicacin. Sin embargo , algo dentro de ella haba despertado.Lara hizo un intento por acordarse de la cara de Paco, pero los rasgos sehacan borrosos y, sin embargo , una sonrisa espontnea le sala con surecuerdo: siempre divertido, algo payaso y despistado como si perteneciesea tierras marcianas. Era la poca cuando ella y Mara iban juntas a ver los

  • partidos de baloncesto del instituto, cuando su amiga estaba tan enamoradade Esteban. Cuando todo era normal: tres amigos inseparables.

  • Captulo 3Diez aos atrs.

    El timbre son como si se hubiera quedado enganchado, lo que hizo aLara abandonar su sueo en cada libre desde del silln a la alfombra. Sehaba quedado dormida con los apuntes de literatura encima y estosvolaron hasta los pies del aparador. Retir las cortinas del ventanal y vio aMara con su abrigo rosa chicle. La chica de silueta esbelta y larga melenadorada intentaba plegar con torpeza su paraguas amarillo. Tras abrirle lapuerta entr como una flecha exhalando un fro hola.

    Me ha trado mi hermano en coche. Lo cual ha sucedido tras variosgritos, una cuantas lgrimas fingidas y la intervencin oportuna de mimadre. Espabila nena, menuda cara de sueo tienes!, queda solo mediahora para el partido! apremi con unas palmaditas al aire.

    Los grandes rboles que delimitaban el paseo agitaban suavemente sushojas entre el viento fro y, al fondo, destacaban las luces del pabellnmunicipal. El edificio resplandeca entre la arboleda como una gigantelucirnaga. Desde fuera, se poda or el gento del pblico, que en realidadno era mucho pero s era una aficin muy pasional.

    Lara y Mara se sentaron en el fro escaln de la segunda fila y con lamirada buscaron a su amigo entre los chicos que llevaban el peto de colorrojo, el que distingua a los jugadores de su instituto. Cuando Eliott lasdivis les dedic una sonrisa, junt el brazo con su barriga y les hizo suhabitual reverencia en seal de agradecimiento por acudir fielmente a suspartidos. Al hacerlo, oscuros mechones desiguales le cubrieron los ojosazules que lucan pcaros hacia Lara.

    Qu tontorrn es! susurr Lara.Dnde est Esteban? Ves a Esteban? Le ves, Lara? No le veo. Me

    muero si no juega hoy! Me he pasado dos horas con una mascarilla demelocotn en el pelo solo para venir al partido gimi Mara.

    Acaba de salir, mira all, el que tiene la cara de estreido. Le vesahora? Tengo bien el pelo?

    Lara no tomaba en serio a Mara, ella cambiaba de chico como depeinado. Tena tantos persiguindola que se cansaba de ellos uno tras otro.Los descorchaba, se beba su falso enamoramiento y los tiraba al bidn dereciclaje. Confiaba en que Esteban no sera la excepcin.

    Mientras Mara suspiraba, se retocaba infinidad de veces la melena rubia

  • y daba codazos a su amiga, Lara segua entregada al partido aunque suinstituto fuera perdiendo por vergonzosa desventaja. Era feliz viendo jugara Eliott ilusionado all abajo. Se mova con agilidad aunque en realidadfuera un jugador mediocre; sin embargo, para ella como para el resto dechicas que le miraban embobadas, Eliott tena ese algo que le impedapasar desapercibido, un estilo innato y arrollador que se le notaba hastabotando el baln. Lara no era inmune a ese atractivo, era consciente de quesu amigo era terriblemente guapo, pero nunca haba permitido que susfantasas pasaran ms all del lmite de la amistad. Mara siempre andabade flor en flor, pero ella no senta la necesidad de mirar a otros chicos,ninguno consegua despertar en ella la locura que llevaba a su amiga adejarse aplastar contra cada recodo oscuro los sbados por la noche; y dehecho, tema que algn da terminara descubriendo en una situacinparecida a sus dos mejores amigos.

    El resultado final fue el esperado, pero Lara se alegr de que por finhubiera acabado el partido, ya que aquellos fros escalones le habancongelado el trasero. El equipo al completo se meti en los vestuarios y laschicas esperaron a su amigo fuera; por misterios del universo, Eliottsiempre era el ltimo en salir. Esteban, tras un fugaz saludo a las chicas yhacer resonar de forma estruendosa el tubo de escape, se marchrpidamente en su moto.

    Ni siquiera sabe que existo gimi su enamorada con los brazoscruzados bajo el pecho.

    Mara, todos los chicos del instituto saben quin eres, todos loschicos de la ciudad saben que existes, de hecho! Claro que, no pretendasque todos te lo demuestren como si no hubiera un maana.

    Y por qu no?Lara no pudo evitar rerse, las palabras de su amiga eran tan sinceras y

    sentidas que no poda considerarla una chica creda; en realidad, era a loque estaba acostumbrada.

    Cuntaselo a Eliott, dile que te gusta su compaero de equipo, l teayudar. Podra tantearte el terreno. Lara escondi la nariz dentro de sujersey pues el viento fro cortaba sus mejillas. No estaba en absolutoconvencida de lo que acababa de decirle a su amiga, pues lo ms probablefuera que en tal caso, Eliott encontrara mil razones por las que su amiga nodebiera estar con Esteban. Siempre encontraba motivos insospechados porlos que ningn chico era merecedor de salir con sus amigas. Y en este caso,

  • a Lara no le agradaba ni una pizca Esteban.Ya ver. S, puede que lo haga. Mara pareci perder por un

    momento el inters al ver que dos muchachos que pasaban a su lado lamiraban de arriba abajo.

    No desesperes, caer como todos. Siempre caen, Mara resolviLara.

    Ella le sonri y qued conforme. Al instante, Eliott sali junto a Pacocon andar pesado y cabizbajo.

    Me parece que estis un peln tristes dijo Mara.Por qu lo dices? dijo Paco, casi exhalando sus palabras. Su mente

    estaba siempre en una dimensin ms all de la del resto, nunca seenteraba de nada. Intent subirse intilmente unos pantalones que se leescurran por sus estrechas caderas y tras aadir un sonido dedesaprobacin, se coloc los cascos de un discman que desde haca variosmeses no tena batera.

    T eres tonto, to. A caso no acabamos de recibir una derrotahumillante? Perder no era lo de Eliott. Sac un cigarro de la chaqueta yse lo encendi furioso.

    No ha sido para tanto, la semana pasada fue peor, anda vamos dijoLara propinndole unas palmadas consoladoras en su espalda.

    Eres la peor animadora del mundo, Lara.Los chicos avanzaron por el paseo menos habladores que de costumbre

    y, al llegar al cruce del semforo, Paco les dej ya que viva en el centro dela ciudad. Tampoco hablaron mucho en el camino de regreso, no se le veacon nimos a Eliott. Inhalaba cada calada del cigarro como si se le fuese lavida en ello y las chicas no intentaron consolarle. Saban que era intil.

    Qu vas a hacer maana? le pregunt Mara mientras sujetaba sumelena rubia del viento con ambas manos.

    Voy a casa de Paco, jugaremos con la consola un rato. Con estetiempo, qu otra cosa se puede hacer respondi con las manos metidasen los bolsillos, el gran bolso con la ropa sudada desplomado al hombro yel cigarro colgndole de la boca.

    Yo tengo que estudiar y mucho, te vienes y lo hacemos juntas,Mara?

    Lara se senta fuera de lugar, ella estaba feliz mientras que uno de susamigos estaba abatido por el resultado del partido y la otra por el vaco deun jugador. Sin embargo, la noche era clara y se poda ver el cielo

  • estrellado, el viento otoal mantena su mente atenta a los sonidos de lanoche y Eliott la protega del fro aproximando el hombro a su cuerpo.

    Pufvale, con lluvia no creo que pueda ir a montar. Mara pareciresignarse aunque estudiar era algo para lo que Lara saba que ella nuncaencontraba el momento apropiado.

    Seguramente, si no hubiese sido por su insistencia ella no habra pasadode curso el ao anterior. Al contrario que Lara, que esperanzada buscaba unfuturo liberador a travs de alguna salida estudiantil, a Mara no le gustabaestudiar. No aspiraba a llegar a la facultad, ella quera quedarse en suscuadras con los caballos para siempre. A menudo, le preguntaba a Lara porqu tena tantas ganas de marcharse de la ciudad, en busca de Dios saba elqu.Mara tena claro que jams se marchara de un lugar en el que se sentacomo la reina, donde todos la miraban y adoraban, donde todos intentabanposeerla o estar lo ms cerca posible de ella. Para qu marcharse de sureino hacia un lugar desconocido donde sera simplemente otra ms. No,Lara saba que Mara se quedara all para siempre. Ya le contara ellacmo era el resto del mundo.

    Doa Beatriz, la FlowerPower, hablaba y hablaba sobre las fallastectnicas, pero aquel da Lara no estaba concentrada. Se esforzabaintilmente en tomar apuntes, no tena nimos ni de escuchar, ni siquierapoda seguir respirando el aire enranciado de la clase. La lluvia sola tenerese efecto deprimente y claustrofbico sobre ella. Cuando fuera mayor semarchara de all, ira a vivir a algn sitio donde siempre brillara el sol, esolo tena claro. Observaba al resto de la clase, que en un absoluto silenciotomaba atencin de cada frase que la profesora dictaba mientras para ellacada palabra era un aburrido sin sentido. Fuera llova a mares y el tono delcielo se acercaba cada vez ms al de una nevada inminente. Suspir ypens que solo era un da ms, un da menos.

    El autobs se retras a causa del espeso trfico, era otro efectosecundario de aquellas odiosas tormentas en Ubia. A Mara la habarecogido su madre y, a pesar de la insistencia de esta a que se fuera conellos, Lara se neg. Era una familia numerosa de cinco hermanos, algo queella envidiaba tremendamente porque era una familia real, con alboroto,peleas, risas cmplices y un hilo de amor que los una. En su lugar, lo queLara tena era silencio.

  • Roberto, el hermano mayor, era un muchacho tan atractivo como Mara.Ambos tenan el pelo rubio y lacio, del tipo que Lara vea con envidia enlos anuncios de champ. Junto con su envidiable pelo, Mara sediferenciaba en altura de las dems y su delgadez describa las curvasnecesarias para ser el centro de atencin de las miradas de ms de uncompaero universitario de Roberto, que se aprovechaba bastante de eso.Lara no lo soportaba, era evidente que Roberto saba que su hermanadesprenda erotismo y que sus amigos le daban el papel protagonista en susfantasas. La meta dentro de su crculo social y alimentando su pasinpor la popularidad consegua que determinados muchachos se acercaran aella. Con ello se haba convertido en un verdadero relaciones pblicas delos que tienen amigos hasta en el infierno. Aunque discutiera con todos losrompecorazones de su hermana, nunca les retiraba la amistad del todo, yaque principalmente, era l quien induca esas relaciones. Esto soloconsegua que Eliott tuviese que liarse a puetazos con ms de ununiversitario, ya que para l no haba nada ms importante que defender elhonor de sus amigas. Con diecisis aos, Mara haba tenido ms rollos quezapatos. Y Mara tena muchos zapatos. Obviamente, Eliott contaba conms enemigos que amigos en la capital. Junto con las gemelas insufribles alas que llevaba cuatro aos de diferencia y el pequeo cagapaales Dani,el coche estaba al completo. Era un coche familiar, pero Lara no era unmiembro real de aquella familia por mucho que la quisieran.

    No te preocupes, Dora, el autobs estar a punto de llegar; adems,Eliott lo coger conmigo.

    Pero si te podemos hacer sitio, Lara! La madre mir hacia unhueco inexistente.

    No, de verdad que no pasa nada.El coche se march y all se encontraba ella, sepultada entre alumnos

    con paraguas que goteaban en sus pies. Distingui al final del autobs elpelo, no ms despeinado de lo habitual aunque s ms mojado, de Eliott.Hablaba con dos chicas que aprovechaban la estrechez de la situacin parapegarse a l con una provocativa sonrisa.

    Lara las conoca, ya las haba visto revolotear cerca de l. A veces eraduro ser la mejor amiga de dos chicos tan espectaculares porque, aunquefueran siempre los tres juntos, ella senta que la gente solo vea a dos.

    Al bajar, abri enrgicamente su paraguas y ech a andar sin espera.Hay fuego en tu casa o qu? ironiz Eliott mientras se meta bajo

  • el paraguas tras alcanzarla.Tengo prisa y adems, estabas muy bien acompaado respondi

    indiferente.Demasiado bien sabes que no las aguanto!Pues lo disimulas genial. De hecho, que les calientes el odo y las

    mires de esa forma tan tan zalamera, lanza mensajes contradictorios.Lara caminaba firme, como siempre, con la nariz apuntando al cielo y

    sin mirarle. Saba que sus comentarios provocaban la sonrisa en su amigo yaquello la enfureca an ms.

    De qu forma?, de esta? la agarr por el cuello para acercar sucara hasta el punto de ver reflejados sus ojos pardos en los azules de l.

    Djame en paz! Paso de que tus amiguitas me miren con cara de ascocada vez que te libro de ellas. Apatelas t solo!

    No te miran mal, solo son celosas tontas. Se habrn dado cuenta deque mi corazn es solo tuyo.

    Eres un cretino. Lo sabas, Eliott? dijo Lara cambiando su cara deenfado por una risa escondida. Al menos, saba que aunque fuera invisiblepara el resto del mundo, los ojos de Eliott siempre la miraran a ella demanera especial. Quizs no romntica, pero s especial.

    Pero me quieres resolvi l burln. El partido de hoy ser a lasseis, lo han retrasado. Podris venir, verdad? Sin mis amuletos de lasuerte no soy nada.

    Supongo. Lara contest con fingido desinters y se despidi con unleve movimiento de mueca tras darle la espalda. Eliott siempre le decaque tena un andar peculiar: sinuoso y contundente. Comenz a subir lacuesta hacia su casa segura de que l continuara mirndola durante unrato.

    Lara ascenda por la montaa, arrastraba sus deportivas rosassobre el terreno pedregoso y all, a medio camino, estaba Eliott sentado enuno de los enormes cantos que salpicaban todo el camino. Levant sus ojosazules del suelo y le sonri con picarda.

    Toma! alarg un paquetito y de un salto se puso en pie.Y esto qu es, Eliott? Lara acogi la bolsita entre sus manos

    sorprendida.Para que engordes brome l y de un soplido se despej el pelo que

    se confunda con la oscuridad de la noche.

  • Un soborno corrupto?Quera pedirte perdn por lo de las chicas. Yo no quiero que nadie te

    mire mal y menos por mi culpa.Lara le bes la mejilla, se enganch a su brazo y abri la bolsa de

    gominolas mientras proseguan el ascenso.Eres tonto si piensas que yo me enfadara contigo a causa de esas

    acosadoras tuyas. No se les puede reprochar que estn locas por mi mejoramigo, pero te advierto una cosa: si vuelven a mirarme mal les pongomorado un ojo!

    Eliott sonriente le ech el brazo por encima de los hombros y sedirigieron como autmatas al frondoso rbol de siempre. l, como decostumbre, se alej para fumarse un cigarro mientras Lara se sentaba depiernas cruzadas frente al imponente cedro, bajo unas ramas que se mecancon la leve brisa del anochecer.

    El da que la madre de Lara muri ella tena seis aos, Eliott viva anen la casa de al lado, y la mandaron junto a l para alejarla de un padreenloquecido de dolor. Ella quera quedarse con su madre que yaca en lacama tras la larga agona de un cncer terminal, pero al ver que le cerrabanlos ojos comenz a chillar sin control y la sacaron de su casa. Laencerraron en el cuarto de su amigo y l le dio la mano sin mediar palabramientras escuchaban los gritos y llantos ahogados que procedan de la casacolor caf. Ella quera estar junto a su madre, de manera que tir de unEliott asustado y salieron por la ventana, esa a la que su amigo solaasomarse para hablar con ella por las noches. Corrieron lejos de la casa sinque nadie lo notara. l corra cuesta arriba con su amiga agarrndole por eljersey sin saber hacia dnde lo conduca. Fueron all, a la montaa, dondeLara sola ir con su madre los domingos a ltima hora de la tarde parasentarse bajo el rbol que ella consideraba el ms bonito del mundo, yaque bajo sus frondosas ramas se poda respirar paz aunque el mundotemblara. Desde entonces, cada domingo desde aquel en que su madremuriera, Lara haba ido all con Eliott para hablar con su madre, con suespritu, su alma o lo que fuera que perdurara despus de la muerte; aunquesolo se tratara de hablar con su recuerdo. Lara notaba la mirada de Eliott ensu espalda y as, con la seguridad que le aportaba su presencia, seabandonaba en una cadena de pensamientos y confidencias.

  • Captulo 4Querida Lara,Todo esto pierde parte de su atractivo sin ti. Qu sentido tiene tener

    experiencias si no puedes compartirlas con nadie? Si estuvieras aquiramos juntos a pasear por el rio Cam y a hacer puenting en una barcaparecida a una gndola, despus montaramos en bicicleta por lasantiguas calzadas de piedra y luego, te sorprendera llevndote al museoFitzwilliam, el de Arqueologa. Sabes que all est la biblioteca msimportante sobre la Antrtida?, en memoria del capitn Scott y suarriesgada expedicin polar. Son el tipo de sitios a los que tengo que irsolo porque nicamente alguien como t querra acompaarme.

    Aqu hay mucho que ver pero los chicos parecen estar interesados tansolo en conocerse todos y cada unos de los pubs. Tan solo estoy a una horaen tren del centro de Londres. Supongo que pronto ir a visitar a la familiade mi padre, porque a penas recuerdo que mis races salieron de all.

    En Cambridge no para de llover, pero la lluvia es muy distinta a la deUbia, o al menos eso me parece. Motivos tan insignificantes como este mehacen extraar cosas como mi caseta de la azotea, el mejor refugio delmundo para fumarme un cigarro y leer alejado de mi madre. Tambin echoen falta los partidos y a los chicos. Me preocupa pensar quin habrentrado ahora en la cabeza de Mara y sobre todo, extrao nuestrosdomingos en la montaa. Te he dejado sola, te acompaar alguien en milugar? Pensar que ese Javier sea el que lo haga me atormenta pero s quesoy injusto, me voy dando cuenta.

    Llamarte se me hace imposible y mandarte estas cartas es impensableporque con mi torpeza, podra hacerte dao con cualquiera de mis frases.Y, te prometo que si alguna excusa tengo, es que no quiero hacerte dao.

    Cre que el dolor lo dejara all contigo, pero los sentimientos tepersiguen all donde vas, no hay sitio donde esconderse de ellos. Esperoque algn da entiendas mi decisin. Siempre lo has hecho; solo que ahora,adems de entenderme, tendrs que perdonarme.

  • EliottLos ojos se le cerraban a Lara. A duras penas poda leer dos lneas

    seguidas de aquella carta sin notar cmo el prpado se le vena abajo. Aunas, se resista a parar. Aquellos folios enrarecidos haban hecho que losrecuerdos grises de los partidos y de la montaa recobraran color en sumente.

    Se le antojaban dcadas desde la ltima vez que estuvo all arriba. Lehaba resultado imposible volver a aquel lugar sin l. Querra habrselodicho en aquel instante, pero quin saba dnde estaba Eliott Warren.

    Javier no la haba llamado, ni siquiera le haba mandado un mensaje almvil para interesarse por el contenido de las cartas o por su estado denimo. En realidad, saba que ese era su modus operandi: darle lo quenecesitaba cuando lo necesitaba. Ella necesitaba tiempo, requera espacio;y l llevaba un da sin dar seales de vida a la espera de que ella acudiera al.

    Querida Lara,Te llevaras bien con Chris, simplemente porque es diferente, o raro t

    y tu extrao inters por los casos perdidos. Desde luego, t habras cadorendida a sus pies al igual que lo ha hecho Paco, aunque por un motivodiferente, claro. Jams he conocido a alguien que vaya ms a su bola (msincluso que Paco). Hay momentos en que, aun hablando con l, lo vesabsorto en su mundo particular, con los ojos sin visin y tremendamenterelajado, hasta el punto de asustarme. Ha llegado a despertarme en mitadde la madrugada, violn en mano desde el umbral de la puerta de mihabitacin para tocarme algo como si para l no tuviesen sentido loshorarios.

    Aun as es el ojito derecho de Leo, no le obliga a trabajar tanto como alos dems, supongo que es porque sabe que si lo agobia lo dejara todo sinimportarle nada.

    A m bueno, Leo no me hace mucho ms caso que a los dems, soloest un peln ms pendiente de m porque soy el hijo de un amigo suyo dela infancia, que encima est muerto. Aqu no te hacen sentir especial y esextrao que alguien, como t solas hacer, te pida que toques solo parahacerle disfrutar. Cuando Chris irrumpe en mi habitacin para tocarmealgo nuevo que ha compuesto nunca espera a que le d mi opinin, creoque como todos, solo necesita ser escuchado por odos neutrales. Ya mevoy entendiendo mejor con l y se lo debo a Paco. Es fcil cuando tu mejor

  • amigo no para de repetirte lo genial que es este to. Yo no tendr tantadevocin por l, pero reconozco que se lo monta muy bien. Tiene una granfacilidad para hablar de cualquier tema y con eso atrae al sector femenino.Como imaginars, Paco est encantado.

    La otra noche decidi sacarnos de marcha, nos llev a un pequeo localllamado Baron of beer1 con msica indie a toda caa. El sitio quedacerca de la escuela, a los pies del rio (no me oriento mucho ms lejos deall an) y nada en su fachada, pintada de color azul y decorada conmaceteros llenos de flores, sugera que sera un lugar donde se poda ligarms que en una fiesta de las que montbamos despus de los partidos. Fueimpresionante ver la cantidad de chicas que estos dos conseguan conocer.Lara, te juro que algunas de las chicas eran realmente guapas, con unosrasgos en sus caras rosas muy diferentes a los de Espaa. Se rean de lolindo con el torpe acento del escaso repertorio de palabras de Paco.Pudieron haberse llevado a cualquiera de aquellas chicas a la cama, peroconmigo era distinto. Quizs porque notaban que soy medio ingls, quizsporque mi falta de acento espaol al hablar no les excitaba. Ni siquiera minombre puede atraer tanto como el de un latin lover supongo o quizs,porque cada vez que hablaba con una de ellas, senta que detrs de mestaban tus ojos mirndome.

    Voy a tener que empezar a asimilar la decisin que tom, la de elegir lasoledad para no herir a nadie, porque si no se volver contra m. Quizsno sea tan mala idea dejarme arrastrar Ya que, ni a miles de kilmetros,soy capaz de dejarte atrs. La distancia no hace el olvido.

    Eliott.Lara estruj aquella carta entre las manos hasta que alcanz el tamao

    de una pelota de golf.Realmente guapas.Quedaban muchas cartas por leer, pero si hubiese tenido una trituradora

    a mano las habra desintegrado todas en ese instante.Chicas inglesas de caras sonrosadas.Se sorprendi al sentir aquel pinchazo de celos en el estmago, y al

    instante, se rio de s misma. Eran sentimientos del pasado, que de maneraabsurda afloraban como si hubiesen estado adormecidos en su interior.

    Se pregunt si habra sido eso mismo lo que l sinti cuando Javierapareci en su vida, la primera vez que ella le habl de l. Con lo queEliott declaraba en sus cartas era evidente que haba estado enamorado de

  • ella siempre, antes incluso de que ella reconociera esos mismossentimientos en su corazn. Ellos haban tenido algo especial desde elprimer instante, antes de descubrir que se queran. Por ello, que Javierapareciera en su vida, precisamente cuando el amor entre ellos aporreabalas puertas de sus corazones para que lo dejaran salir, debi de ser algohorrible para Eliott.

    Lara se mordi el labio inferior y neg para s misma sacudiendo lacabeza con cierta irona. La imagen del momento en que conoci a Javierse apoder de su mente; y es que, aunque para Eliott fuera una catstrofe,ella consider aquel primer encuentro, durante mucho tiempo, digno delmejor guion de una pelcula romntica.

    1 Barn de la cerveza.

  • Captulo 5Diez aos atrs.

    Con la tremenda tormenta cada la noche anterior, la maana irrumpi atravs de las cortinas, por fin, despejada. Lara se quit el corrector dentalnocturno y salt de la cama para abrir de par en par la ventana. Una brisafresca y agradable con olor a tierra mojada se col dentro de la habitacinabuhardillada y el deseo de pasear bajo el sol hizo que prcticamente searrancara el pijama de corazones rojos. Cogi el primer pantaln vaqueroque pill del armario, recogi su pelo en una alta cola de caballo ysigilosamente, para no despertar a su padre y que por ello estuviera de malhumor el resto del da, se desliz escaleras abajo. Cerr la puerta y la casacolor caf qued en un imperturbable silencio.

    Con un libro metido entre la barriga y el pantaln comenz a pedalearhacia el bosque.

    Todos los habitantes de Ubia estaban muy orgullosos de aquel espesoparaje, que haca unos aos haba sido considerado Parque Natural. Todosmenos la madre de Eliott.

    Se mezclaba el aroma de la hierba con la humedad de la tierra en lapunta de su nariz y la sensacin de libertad salvaje la embarg porcompleto. Dej la bicicleta apoyada en uno de los rboles y libre de sucarga, estir los brazos y comenz a pasear, internndose ms y ms hastaencontrar un rbol con ramas favorables por las que trepar. Le costpequeos araazos sentarse en aquel saliente aparentemente fiable, pero sesenta feliz y, tras una profunda inhalacin de aire puro, comenz a leer pordonde lo haba dejado.

    El sobresalto lleg cuando a lo lejos escuch unos pasos fangosos que seabran camino hacia ella. Cerr el libro y se asom entre las hojas del rbolsin conseguir ver nada desde all arriba. Los pasos se aproximaban y Laradese que quien fuera pasara de largo y no pretendiera situarse en suterritorio.

    Se asi fuertemente de la rama para asomarse ms hasta el punto de casicaer de bruces cuando vio una cabellera rubia y unos auriculares tapandodos orejas. Lara no pronunci palabra, no quera ser descubierta y cuandoquiso hacerse presente era demasiado tarde, el chico ya se haba sentadobajo su rbol y no saba de qu forma anunciarle su presencia. Desde arribapoda ver que llevaba una camiseta arrugada y liada en un hombro y que

  • del otro le colgaban unas zapatillas unidas por los cordones. Sac folios deuna carpeta negra y Lara vio cmo se acomodaba en aquel lugar paracomenzar a leerlos. Pens en Mara, morira si hubiera estado all junto aella. Intentaba guardar silencio, no moverse y deseaba con todas susfuerzas que se marchara pronto. Sin embargo, no lo consigui y el chico ladescubri al inclinar su cabeza atrs para reposarla sobre el tronco. Seretir los auriculares de las orejas y la msica trep hasta ella.

    No est bien espiar a la gente, sabes? le dijo en tono socarrn conel ceo fruncido cegado por el sol.

    Y quin espa aqu? respondi ella insolente, de repente not queun calor abrasador se centraba en sus mejillas.

    Te vas a quedar ah arriba? Vas a partirte la cabeza. Yo que t, mebajaba y buscaba un sitio ms seguro que ese, nia.

    Muchas gracias por preocuparte pero no. No me pienso ir. Si temolesta que yo est aqu, lo siento, pero el bosque es muy grande y seguroque encontrars otro rbol le hiri que osara llamarla nia cuando yatena diecisis aos, llevaba adelante ella sola una casa y posea la madurezpropia de alguien con canas.

    El muchacho, sorprendido con la reaccin de Lara, se sonri.No tengo ninguna intencin de irme a otro sitio, ya estoy cansado de

    andar.Haz lo que te d la gana. No soy ninguna fisgona, no creas que te voy

    a prestar atencin.Yo no te he llamado fisgona. AdemsLara se haba zambullido en su libro para ignorar lo que l deca y se

    sinti satisfecha al comprobar que l retomaba su lectura. En cuanto pudo,mir y estudi cada movimiento que su inesperado acompaante haca.Estuvo inmvil durante ms de veinte minutos, estirando de vez en cuandocada msculo de brazos y espalda.

    Qu lees? el chico detuvo su estudio y rompi el silencio. Ladescubri de nuevo mirndole, pero como no hizo ningn comentario alrespecto, Lara no le puso mala cara y le lanz el libro que l caz al vuelo.

    Emma hum as que eres de las de Austen, hermanas Bront, ydems.

    Supongo que s respondi ella regalndole una sonrisa bobalicona.Romntica, soadora predecible, al fin y al cabo. El chico

    desenroll su camiseta para ponrsela. Si quieres el libro, me temo que

  • tendrs que bajar a por l porque yo no voy a trepar para devolvrtelo. Mspor incapacidad, que por otra cosa.

    Lara no respondi a los adjetivos con los que acababa de ser calificada yse escurri rama tras rama, notando los ojos del muchacho sobre ella hastaque pudo saltar, rechazando con orgullo la ayuda que le ofreca. Ya frente al descubri a un chico bastante ms alto de lo que haba estimado desde surama y con una cara tambin ms atractiva.

    Autosuficiente y adems hbil. Una chica que no necesita la ayuda denadie l hablaba entre sonrisas.

    Gracias, supongo dijo y cogi su libro. Es que no suelonecesitarla. Pretendes psicoanalizarme?

    Y t eres siempre tan respondona, nia? Segua con una sonrisaque manifestaba su sentida superioridad.

    Lara solo acert a elevar una ceja. Senta deseos de abofetearle, pero sequed inmvil y sin palabras.

    Bueno trepadora, cmo te llamas?Lara.Pues bien, Lara, te dejo ya en paz. Todo el rbol para ti y tus amores

    victorianos. Se gir y comenz a andar en la misma direccin por dondehaba venido. Antes de que desapareciera de su visin se gir y alz la voz:Soy Javier!

    Se qued unos minutos quieta, pensativa, impactada y confusa.Ser fantasma!. Soy Javier, repiti con voz burlona. Lara se march

    en busca de su bicicleta, de repente senta urgencia por llamar a Mara ycontarle lo ocurrido.

    Aquella noche no prolong mucho la conversacin al cobijo deltronco. Lara le hizo una seal a Eliott para que se acercara. Desde allarriba se poda ver toda la ciudad como cientos de puntos amarillos quelanzaban leves reflejos de luz sobre ellos.

    He conocido a alguien muy curioso esta maana Lara jugueteabacon la hierba entre los anillos de colores de sus dedos.

    Eliott elev sus cejas pero no habl, se quit el cigarro que llevabadetrs de la oreja y lo encendi.

    Se llama Javier continu Lara.Javier, y qu? Le ech el humo en la cara para hacerle rabiar.Imbcil! Lara arrug la nariz en seal de protesta. Fui en bici al

  • parque para leer y al rato apareci l, en plan vaquero del oeste que entraen el bar con la mano sobre su arma. Pretenda que me fuera de all. Saba que eso no era cierto pero le gustaba adornar los sucesos parahacerlos ms interesantes.

    Pues vaya un idiota! dijo tras resoplar de nuevo el humo.En absoluto respondi Lara tajante.No era un idiota?No, luego habl un poco con l y me pareci un tipo curioso.Un to simptico. Eliott chasque la lengua.Qu va! Me hizo bajar del rbol para recoger mi libro. Lara abri

    el paquete de patatas fritas con el que Eliott la haba sorprendido aqueldomingo y comenz a mordisquear una.

    Qu leches hacia l con tu libro? Eliott empez a prestarleatencin.

    Me pregunt qu lea en plan enrollado, creo que para arreglar nuestrocomienzo, y yo se lo lanc desde arriba para que lo viera aclar condesgana, como si fuera obvio.

    Arriba en un rbol, no? Eliott se tap la cara con la mano quesostena el cigarro. Entonces era un imbcil agradable. Lo siento, perono lo pillo, Lara.

    S, hombre! La tpica persona que en un primer instante te da malaimpresin, pero que no puedes evitar que te caiga bien despus repiticon otra patata frita.

    Vamos, que estaba bueno.S, pero no es por eso replic contrariada.Ah, ah, ah no me cuentes historias. Tiene que ser el tpico to

    guaperas que va de sobrado. Un capullo. No pienses ms en l. Total, puedeque ni lo vuelvas a ver. Se apart un mechn de pelo negro de los ojos yla mir como un juez tras dar sentencia.

    A Lara le molest or eso: Un capullo?, pues ahora estoy con untonto de remate que adems no se entera de nada. No todos los chicos quese acercan a Mara o a m tienen porqu tener intencin de aprovecharse denosotras. Eso es cosas de otros.

    Vaya por Dios! Te doy la razn, puede que sea tonto de remate peroal menos no soy un capullo. Dime t cundo me he acercado yo a una chicapara aprovecharme de ella dijo ofendido.

    No lo haces, pero s que te aprovechas de las que se te acercan

  • apuntill Lara.No soy un capullo, pero tampoco soy un idiota. Le dio otra calada

    hasta consumir el cigarro.Los dos se miraron y rieron.Tienes razn, Eliott, lo dejamos solo en que eres tonto de remate.

  • Captulo 6Querida Lara,No nos queda ni un penique. Nunca me haba considerado un

    despilfarrador, pero los hechos hablan por s solos, el dinero que nosmandan se ha esfumado. Hemos estado dos semanas comiendo solamenteunas latas de pasta precocinada que saben a rayos. Dos latas por 1 pound,todo un ofertn!

    Esta situacin nos ha obligado a buscar trabajo. Estuvimos un par dedas preguntando en pizzeras, pequeos establecimientos y cosas por elestilo hasta que dimos con un College que pagaba bien por ir un par dehoras al da y fregar los platos. Paco, que se neg a reconocer que es unnio rico, prefiri salir adelante sin la ayuda de sus padres y Chris se locelebr. Al gordinfln del jefe no hay quien le entienda, habla con unimposible acento escocs, est mellado y tiene el humor de un doberman.En fin, yo solo quiero comer carne.

    Puede que a simple vista parezca que no me haya merecido la pena venirporque me siento solo, tengo que trabajar y me subestiman continuamentecomo pianista. Sin embargo, todo esto lo he elegido yo eincomprensiblemente empieza a hacerme feliz.

    Cuanto peor me siento y peor se me presentan las cosas, ms obstinadome vuelvo y ms fuerzas reno para encontrar en este pas gris a Eliott. Esun nombre que an siento ajeno a m. En Espaa mi nombre conseguaalejarme de m mismo, no importaba lo que hiciera porque era El hijo delingls. Aqu no soy nadie, paso desapercibido. Soy lo ms parecido a serfeliz.

    Puede que as consiga verme como siempre todos lo habis hecho. Puedeque la prxima vez que vuelva a casa y me llamen, gire la cabeza hacia unnombre que sentir mo.

  • EliottQuerida Lara,Todo fue un desastre. Solo estuvimos fregando platos dos semanas. Solo

    hizo falta que Chris se pusiera enfermo y faltara al trabajo para que elescocs echara por tierra nuestra nueva fuente de ingresos.

    El gordinfln tena un mal da y Paco la cag al tirar un par de platos alsuelo hacindolos aicos. Toda esa masa sebosa de hombre se le tirencima farfullando frases atropelladas que era incapaz de entender. APaco se le desat la risa y lo empeor. El jefe cogi un plato y se lo pusocerca de las manos, repeta y repeta alterado una frase que el pobre nocomprenda y desesperado lo lanz contra el suelo. No s cmo, pero no serompi. Paco se agach para recogerlo con tal mala pata que alincorporarse, el brazo que sostena el plato dio enrgicamente contra lanariz del hombre. Le meti una leche tremenda! Paco no supo reaccionary el otro se le tir encima como un tiburn detrs de una sardina.

    Qu poda hacer yo?, pues tambin le atic y all se organiz lo msgrande. En cuanto pudimos, salimos por pies de aquel lugar, yo con unpuo hinchado y Paco con un labio partido.

    Aquella situacin te puedo asegurar que fue horrible pero ahora que hapasado no puedo ms que rerme al recordar al flacucho de Pacointentando deshacerse del gordo.

    Lo peor no ha sido perder el trabajo, sino tener que estar alejado de lasclases de piano por una temporada. Leo se trag que haba sufrido unacada tonta y tuve que soportar que me llamara torpe, descuidado ysinnimos por el estilo.

    Chris no se molest al perder el trabajo por nuestra culpa, no se inmuten absoluto, solo quera que le contsemos una y otra vez la cmica peleaque hizo que Paco no pueda enrollarse con nadie durante semanas.

  • EliottLara se haba quedado dormida bien entrada ya la madrugada, sobre los

    sobres abiertos y sin taparse con el edredn, por lo que el fro termin porpunzarle todo el cuerpo hasta despertarla de dolor al amanecer. No haballamado a Javier y saba que deba hacerlo. Se incorpor, se puso la rebecade lana gris y baj a la cocina para calentarse un caf y desayunar algo.Mientras se tostaba unas rebanadas de pan descolg el telfono y le llamal trabajo. Se mostr tan carioso como de costumbre y no le hizoreferencia alguna al inesperado paquete. A ella le dio miedo hacerlo ysimplemente decidieron verse a la hora acordada para la cita de aquel daprevista en su agenda de preparativos.

    Colg el telfono contenta, hasta descubrir su pan quemado dentro de latostadora.

    Se sent y agarr con ambas manos la taza de caf hasta calentarse laspalmas. Eliott y las peleas era algo que no le sorprenda a pesar de laaparente tranquilidad que caracterizaba a su antiguo amigo. Se habaenzarzado en ms de una pelea en defensa del honor de Mara, siempre enentredicho por culpa de sus numerosos rollos amorosos.

    Lara empez a recordar todas las cosas que hacan irresistible a EliottWarren, y entre ellas estaba su papel de protector, siempre presente en lasvidas de ambas.

  • Captulo 7Diez aos atrs.

    El olor a estircol era, curiosamente, algo que Lara siempre habaasociado a Mara. Sola ir con Eliott a recogerla de sus clases de domaclsica. Iban en el coche que este conduca sin carnet por los abruptoscaminos de las afueras de Ubia, carentes de circulacin y por suerte,tambin de control policial.

    Mara, ms derecha que un poste, trotaba de un lado a otro dentro de lapista rectangular mientras su entrenadora la diriga sin cesar entreprotestas.

    Diagonal desde L a R. Esa barbilla arriba, Mara! Jess bendito,haz que trote con ms elegancia!

    El caballo obedeci de buen grado con el cuello elevado aceptando deforma sumisa la embocadura. En cuanto Mara vio a sus amigos, par eltrote regular y suelto, y con un golpe seco y alocado arranc en un salvajegalope atravesando la pista. Salt de la silla, como tena prohibido bajarse,y pas las riendas por encima de las puntiagudas orejas del animal paraentregarlo a uno de los palafreneros.

    Eres una nia alocada e imprudente! Cmo se nota que es tu padre elque paga las clases a las que no asistes o no acabas! No valis para nada.En mi poca s valamos, ramos gente formal, responsable laentrenadora se march hablando en voz alta y visiblemente furiosa con lanueva generacin.

    Mara lanz una mueca a la espalda de la entrenadora y se quit el cascodejando caer su melena rubia sobre los hombros de una manera tan sensualcomo natural en ella. Lara no poda evitar mirar de reojo a Eliott paracomprobar si tambin l admiraba su cuerpo escultural ceido en unospantalones oscuros de equitacin. Las veces que vea miradas encontradasentre l y su amiga, senta empequeecerse y terminaba de mal humorrecriminndole a Eliott que siempre estuviera comprndole golosinas. Porel contrario, en las ocasiones en que la mirada de Eliott estaba perdida, ellaapoyaba la cabeza en su hombro para llamar su atencin y se meta en laboca un fresn o cualquier dulce que siempre encontraba en sus bolsillos.

    Tu hermano me llam. No te poda venir a recoger hoy le explicEliott aquel da.

    Genial! Ya te ha encasquetado sus obligaciones otra vez. Lo siento.

  • Se quit los guantes con elegancia, sorprendida y contenta.Lo hago con mucho gusto! repuso servicial.Tras media hora de conduccin por los caminos sin asfaltar llegaron a

    casa de Mara, donde su madre, en un ms que evidente estado de ansiedad,le aguardaba con el abrigo puesto y con el beb colgado de su cadera. Allsiempre reinaba el desorden, era un caos relativamente controlado por unamadre algo alocada, a la que Lara pensaba que se pareca su amiga. Podaimaginarse a Mara en el futuro as: rodeada de nios moqueando ycaballos salvajes.

    Menos mal que has llegado ya hija, tengo que ir al centro a comprar.Te quedas con Dani. Adis! Le puso en los brazos al beb rechonchoque succionaba con fuerza su chupete y cerr la puerta como un vendavalsin darle opcin de replicar.

    Estupendo! Era precisamente lo que ms me apeteca hacer esta tardele dijo furiosa a Lara y comenz a subir las escaleras refunfuando conel nio en brazos. Eliott y Lara la siguieron riendo en silencio a susespaldas.

    Qudatelo mientras me ducho, vale? Dani pas como un baln derugby a las juguetonas manos de Eliott, ya que Lara se negabarotundamente a cogerlo, aseguraba que los bebs siempre lloraban en susbrazos.

    Eliott tom al gordinfln al que se le escurra la baba por el mentn y setumb en la cama de Mara con l. A los diez minutos el agua de la duchadej de sonar.

    Eliott, date la vuelta que voy a entrar y estoy en ropa interior le dijoa travs de la puerta.

    Ests de broma, no?Por supuesto que no! chill Mara.Menuda chorrada! Estoy harto de verte en bikini en la piscina. Qu

    diferencia hay?La psicolgica, as que date la vuelta ahora mismo orden Lara, que

    entenda perfectamente a su amiga.A sus rdenes! Hundi divertido la cara en la almohada, al tiempo

    que con una mano le tapaba los ojos a Dani, que se rio con ello.Antes de que Mara le preguntara qu estaba haciendo con su hermano

    pequeo, l le explic:Mara, no quiero que perviertas a tu hermano. Puedo mirar ya?

  • No! le rugi.En ese momento, Lara se pregunt cules habran sido los pensamientos

    de Eliott el ltimo verano al ver a Mara siempre en bikini mientras ellausaba baador. En alguna ocasin, Eliott haba confesado ver guapa aalguna chica pero jams haba hecho el ms mnimo comentario sobre ellasdos. Nunca le cuestion el hecho de que ella no se atreviera a ponerse unbikini al lado de su escultural amiga. El caso era que las golosinas solo selas obsequiaba a ella, y no a Mara.

    Escucharon el fuerte impacto de la puerta del piso al cerrarse, el tintineode unas llaves y el seco golpe de estas al dejarlas caer sobre la mesa delrecibidor.

    Quin hay en casa? preguntaron unos pasos que se aproximaban.Alguien dispuesta a estrangularte espet Mara, que reconoci los

    andares arrastrados de su hermano.Hola Eliott!, Lara salud Roberto, asomando la cabeza por la

    puerta de la habitacin de Mara.Roberto, estoy harta de que te escaquees. La prxima vez se lo dir a

    mam si haces que mis amigos tengan que recogerme, lo entiendes? eltono de su voz era de cansancio ms que de reproche.

    Pero si a m no me impor repuso Eliott recibiendo unaamenazadora mirada que le hizo callar.

    Te debo una to. Roberto sin alterarse le choc la mano y luegoenfrent su mirada a la de su hermana. Tienes muy mal carcter, Mara.

    Pues como le debes una a Eliott se la vas a pagar ahora mismo. Cogi a Dani de los brazos de su amigo y lo puso en los de su hermano.Te quedas con l que nosotros nos vamos, adis.

    No le dej tiempo a su hermano para protestar porque de un tirn sac aEliott del cuarto.

    Adis Roberto dijo Lara que se apresur a seguirlos fuera de lahabitacin.

    Pasaron por la cocina y ante el rechazo con la cabeza de Lara, Maracogi solo un par de latas de cervezas de la nevera, a sabiendas de que enesa casa nadie llevaba un control de nada.

    Llvame lejos de l suplic con ojos de gato a Eliott que, sin abrirla boca, volvi a sacar las llaves del coche de su chaqueta.

    Eliott no discuta, no juzgaba, no preguntaba. l siempre estaba ah paraellas. Lara sinti en ese momento que su amiga no la necesitaba a ella, tan

  • solo a Eliott, y planeaba volverse a casa cuando sinti la mano de lagarrar la suya para hacerle andar y salir detrs de Mara. Tras otro buenrato de baches llegaron a una explanada justo cuando ya empezaba aocultarse el sol por el horizonte, all Mara orden parar.

    Aqu me gusta dijo sin titubear.Deberamos estar en casa estudiando. Maana hay examen de ingls

    dijo Lara preocupada al salir del coche y mirando el suelo pedregoso.Mara, volvemos? pregunt Eliott mientras decida si guardar el

    cigarro a medio sacar de la cajetilla o llevrselo a los labios.A m me da igual el examen y t, Lara, apuesto a que ya lo tienes ms

    que estudiado agit su larga melena rubia y se dej caer sobre el cap.Lara no replic ya que era cierto, aunque hubiera preferido estar

    repasando en casa.Encendieron la radio del coche y abrieron las latas de cerveza. Mara

    segua visiblemente furiosa, dio un largo trago seguido de una mueca deasco que con rapidez reprimi en cuando el amargor pas por su garganta.

    A ti no te gusta la cerveza, Mara seal Eliott.Tampoco fumo y me vas a dar un cigarro l sac otro de la cajetilla

    y sin cuestionar se lo entreg.Los dos empezaron a beber y fumar en un solitario lugar donde las

    primeras estrellas aparecan desafiando al ltimo resquicio de claridad.Mientras, Lara con los brazos cruzados y sintindose an fuera de lugar,las miraba titilar.

    Me entran ganas de fumar cuando me pongo nerviosa Maracomenz una conversacin solo para dos.

    Pero si lo de hoy ha sido una tontera!, sabes que a m no me importarecogerte. Eliott dio un pequeo golpe al pitillo para quitarle la ceniza.

    Lo que me cabrea es que Roberto tan pronto me quiere con locura,como soy un estorbo. Ahora que, por lo menos hoy, me he vengado con elpobre Dani Mara rio y se atragant con el humo.

    Y por qu tienes que fumar cuando ests nerviosa?Mara se encogi de hombros y dio otro largo trago de la lata. Lara

    habra hablado, conoca perfectamente las debilidades de su amiga, perocontinu en silencio y cambi el peso de su cuerpo al otro pie. Con unmovimiento fugaz el chico le arranc a Mara el cigarrillo de la boca y lotir al suelo. Ella no protest, se acurruc bajo su brazo y l siguifumando mientras la confortaba.

  • Bueno, y quin es? le pregunt tranquilo Eliott.Quin es quin?El que te pone ahora nerviosa.Ya te he dicho que mi hermano.Sabes por dnde va mi pregunta, Mara Eliott se tumb en el cap y

    los mechones negros que cubran parcialmente sus ojos cayeron hacia atrsdespejando su cara.

    Esteban contest en su lugar Lara.Qu Esteban? Eliott se incorpor de golpe.Tu Esteban, tu compaero de la pea volvi a aclarar Lara ante el

    mutismo de Mara.Eliott no la mir sorprendido, pero s le dijo con tono muy serio: Pues

    olvdale.Y eso por qu? Quiso saber Mara contrariada.No es un buen fichaje Eliott carraspe.Estupendo, no pienso jugar al ftbol precisamente con l rio

    bobalicona Mara.Te lo juro, es un chico muy raro, siempre con su moto como si fuera

    la octava maravilla del mundo. Eliott haca aros con el humo.Mara observ a Eliott con detenimiento y el silencio se hizo incmodo.Dios, esta cancin me encanta! dijo Lara tras saltar del cap.Pues tiene mogolln de aos, The Drifters pronunci Eliott con su

    perfecto ingls.Ven, baila con nosotras Eliott Mara le peg un tirn para atraerlo

    hacia ellas.Juntas empezaron a dar vueltas sobre el chico, bailando como dos locas

    en medio de la nada y chapurreando en un muy dudoso ingls:Up on the roof

  • Captulo 8Lara apag la radio de la cocina, haca mucho tiempo que no escuchaba

    aquella cancin. Pareca que todo en el universo se confabulaba paraadentrarla dentro de los recuerdos protagonizados por Eliott. Dej la tazade caf en el fregadero y pens que deba llamar a Mara para contarle lode las cartas. Tambin, debera hablar de ello ms tarde con su novio,tendra que decirle algo al respecto en unas horas. Estaban citados por latarde con la decoradora que Javier se haba empeado en contratar pararemodelar su casa y, aunque Lara haba insistido en que para ella seradivertido ir de tienda en tienda buscando los muebles para su nuevo hogar,l lo vea absurdo y una prdida de tiempo. La decoradora haba sido muyagradable y transmiti una sensacin de control muy seductora para Larapor telfono. Por ello, termin cediendo ante los deseos de Javier ysospechaba que aquella tarde, entre catlogos y muestrarios de telas, con sucabeza inmersa en un mar de confusin, se dejara llevar por los gustos dela profesional y no por los suyos. Le tent hacer una llamada para anular lacita pero eso le habra mandado un mensaje aterrador a Javier: que elfantasma de Eliott sobrevolaba su relacin de nuevo.

    Un sentimiento de urgencia la impulso y rasg un nuevo sobre.Querida Lara,Lo nico que hago es pasear por esta mgica ciudad, cruzando una y

    otra vez antiguos puentes donde turistas o enamorados se hacen fotos derecuerdo. Andar por estas calles, con la meloda de este idioma que voyhaciendo mo, recoger el sol que irrumpe entre nubes este verano nadade lo que haga por maravilloso que sea, nada aparta de mi mente cadaverano de mi vida junto a ti.

    En esta prestigiosa ciudad universitaria, con ms de cien mil habitantes,me siento terriblemente solo. Todos se han ido a sus casas, el piso estvaco sin los locos de Paco y Chris, solo quedan los oriundos, pero estarcon ellos no es lo mo.

    Lo nico bueno es que, en mi soledad, encuentro tiempo libre paracomponer y eso es trabajo que adelantar para el prximo curso.

    Mi vida se agranda con tanta experiencia, pero me entristece el hacerlosin ti. Me suelo preguntar si acaso cambiara algo el que t supieses esto.

    Quisiera saber de ti, pero Mara en sus cartas apenas te nombra.Supongo que t le contaras lo que sucedi, y temer que me comporte

  • igual de estpido con ella si te menciona.Me odias, Lara?

  • Eliott

  • Captulo 9Diez aos atrs.

    Odio la lluvia! y siempre est lloviendo en este pueblo de malamuerte protest Mara.

    Pues vente a vivir a California conmigo cuando terminemos elinstituto porque yo lo que odio es este paraguas. A Lara se le habaatascado el mecanismo y no lo consegua abrir.

    Hoy es California, maana dirs Honolulu. Te vienes a mi casa unrato? Queda ms cerca que tus exticos destinos y, evidentemente, hoy noir a montar. Mara recogi su larga melena rubia y la resguard pordentro de su nuevo abrigo color mostaza.

    Tengo que ir a comprar algunas cosas, he quedado con Eliott. Anse peleaba con el paraguas con el ceo fruncido mientras sopesaba que laopcin de Honolulu tambin estara bien.

    Siempre dispuesto se burl la rubia.Ese soy yo! Eliott meti su cabeza de pelos alborotados entre ellas.Mierda! breme este invento del demonio, Eliott rog Lara

    desesperada.Mara cogi el autobs y los otros dos caminaron en direccin contraria

    hacia la farmacia donde Lara tena que hacer una parada.No te importa si luego nos pasamos un rato por la pastelera de mi

    hermana? Hace das que no la veo Lara saba de ante mano la respuesta.Encantado, yo tambin tengo ganas de verla.De verla o de que te invite a algn bollo, Eliott? sonri.Pero qu concepto tienes de m, por favorMenuda cola hay, tardar un siglo Lara resopl haciendo bailar su

    flequillo frente a la farmacia.Yo voy a la tienda de msica de Rafa mientras tanto, vuelvo en un

    rato Lara saba que a Eliott no le haca gracia acompaarla dentro por silo que tena que comprar eran compresas o cosas por el estilo.

    Ten el paraguas. Se lo alarg.Si son cuatro gotas de nada. El chico recoloc su pelo negro dentro

    del gorro de pao azul y dio media vuelta de una manera tan irresistible,que aquella vez fue ella la que se qued mirando cmo se alejaba duranteunos segundos. Se mordi el labio al ver las gotas de aguas resbalar por laoscura maraa de pelo de su amigo y suspir antes de ponerse en la cola.

  • Esper lo que se le hicieron horas eternas hasta ser atendida, pero paraentonces tampoco Eliott haba regresado an y empez a enfadarse con l,ya que sin su ayuda tena que volver a luchar contra aquel paraguas paraabrirlo. Cuando por fin lo consigui, una rfaga de aire levant suesqueleto metlico. Lara maldijo a la lluvia, a aquel mes del ao, alinsoportable viento de Ubia y a su hermana por regalarle aquel estpidoparaguas. De la nada y de improviso aparecieron unas manos paraayudarla.

    Se te dan mejor los rboles que los paraguas, Trepadora.Cuando Lara se encontr cara a cara con el buen samaritano quiso que la

    tierra se la tragara. Era Javier.Gracias, aunque esta pelea pensaba ganarla.El muchacho se sonri: No lo dudo. Tras conseguir poner del

    derecho el paraguas se cobij bajo l junto a ella. Bueno, y cmo va tulibro? Lara pens que aquel muchacho pareca tener cincelada la sonrisasiempre en su cara, lo que resultaba irritante e irresistible a la vez.

    La verdad es que no he podido volver a leer mucho ms desde el otroda. Lara quiso esforzarse en ser amigable en esa ocasin pero estabanerviosa.

    Muchos deberes? pregunt con tono burln.Pues s y, probablemente, t habrs estado haciendo cosas

    superimportantes, como las personas superimportantes que dejaron atrssus das de instituto le espet Lara, y se pregunt por qu demonios esechico se empeaba en hacerle sentir pequea.

    Ey, lo siento, no quise ofenderte. Adems, puede que yo haya pasadoms tiempo frente a un libro estos das que t. La miraba casi sinpestaear, lo que la intimidaba an ms. Se notaba que no intentabaprovocarla, sus comentarios pareca naturales e inocentes.

    Una llamada impertinente de una chica unos metros atrs hizo que Javierse volviera: Tengo que irme, ya nos veremos Trepadora.

    Quin es ese? Eliott se encontraba a las espaldas de Lara, con lamandbula apretada y las gotas de lluvia resbalando por su flequilloirregular.

    Ella se lade para mirar detrs de Eliott y as ver con quin se marchabaJavier. Descubri a un