Mi Columna El 12 de Abril Del 2015

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Mi columna el 12 de abril del 2015 La embrujada PCM Definitivamente, por todo lo que hemos visto en los últimos cuatro años, la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) se ha convertido en un cargo embrujado. Tanto misterio y tanto teje y maneje oculta la PCM por dentro que ni siquiera los que han pasado por ella, premunidos de mandato legal y constitucional, desde Salomón Lerner hasta Ana Jara, han podido entenderla, ejercerla y explicarla bien. Hablar de la PCM es hablar de una institución cuyos códigos mágicos solo los descifran el presidente Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia. El hechizo que se vierte sobre la PCM, y que Pedro Cateriano conoce bien o empieza a conocer, no responde por supuesto a una manipulación sobrenatural, sino a un manejo sobrelegal y sobreconstitucional de la institución y del cargo. Aquí reside la raíz del mal, como lo advertimos hace tiempo. Si el nuevo primer ministro no quiere formar parte de este monstruoso hechizo, que sin duda proviene del actual estilo del poder presidencial (poder de a dos, incluida la primera dama), está todavía a tiempo para un rápido exorcismo y para imponerle a sus funciones, como ya lo viene haciendo, una buena dosis de corrección democrática. El problema para Cateriano, como lo fue para sus predecesores, consiste en que quien pretende ser un primer ministro a plenitud se encontrará a su paso con más de un muro de contención. Y por más vueltas al ruedo que dé, repartiendo ramas de olivo a la oposición, el resultado será adverso, en medio de la disyuntiva de aceptarlo, como un Juan Jiménez, o marcharse, como un César Villanueva. Haga las piruetas que haga el primer ministro de turno, Humala y su esposa no van a dejar de ser fácilmente lo que son: una solapada encarnación de poder autoritario, alejado de las prácticas de tolerancia y diálogo que tanta falta le hacen al país para desarrollar consensos imprescindibles y políticas de largo plazo. Lo que podría pasar es que Cateriano nos sorprenda, con la fuerza de un rayo, enfrentándose al hechizo autoritario presidencial, que en la última semana prácticamente saboteó sus mejores esfuerzos de diálogo y entendimiento con la oposición. Por lo pronto, ya cuenta con un activo: su drástico cambio de actitud y estilo, que lo está llevando a merecer el voto de confianza del Congreso.

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La embrujada PCM

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Mi columna el 12 de abril del 2015La embrujada PCMDefinitivamente, por todo lo que hemos visto en los ltimos cuatro aos, la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) se ha convertido en un cargo embrujado. Tanto misterio y tanto teje y maneje oculta la PCM por dentro que ni siquiera los que han pasado por ella, premunidos de mandato legal y constitucional, desde Salomn Lerner hasta Ana Jara, han podido entenderla, ejercerla y explicarla bien.

Hablar de la PCM es hablar de una institucin cuyos cdigos mgicos solo los descifran el presidenteOllanta Humala y su esposa, Nadine Heredia. El hechizo que se vierte sobre la PCM, y que PedroCateriano conoce bien o empieza a conocer, no responde por supuesto a una manipulacin sobrenatural,sino a un manejo sobrelegal y sobreconstitucional de la institucin y del cargo. Aqu reside la raz del mal, como lo advertimos hace tiempo.

Si el nuevo primer ministro no quiere formar parte de este monstruoso hechizo, que sin duda proviene del actual estilo del poder presidencial (poder de a dos, incluida la primera dama), est todava a tiempo para un rpido exorcismo y para imponerle a sus funciones, como ya lo viene haciendo, una buena dosis de correccin democrtica.

El problema para Cateriano, como lo fue para sus predecesores, consiste en que quien pretende ser un primer ministro a plenitud se encontrar a su paso con ms de un muro de contencin. Y por ms vueltas al ruedo que d, repartiendo ramas de olivo a la oposicin, el resultado ser adverso, en medio de la disyuntiva de aceptarlo, como un Juan Jimnez, o marcharse, como un Csar Villanueva.

Haga las piruetas que haga el primer ministro de turno, Humala y su esposa no van a dejar de ser fcilmente lo que son: una solapada encarnacin de poder autoritario, alejado de las prcticas detolerancia y dilogo que tanta falta le hacen al pas para desarrollar consensos imprescindibles y polticasde largo plazo.

Lo que podra pasar es que Cateriano nos sorprenda, con la fuerza de un rayo, enfrentndose al hechizo autoritario presidencial, que en la ltima semana prcticamente sabote sus mejores esfuerzos de dilogo y entendimiento con la oposicin. Por lo pronto, ya cuenta con un activo: su drstico cambio de actitud y estilo, que lo est llevando a merecer el voto de confianza del Congreso.

Cmo contrarrestara entonces Cateriano el hechizo autoritario presidencial, sin tener quecaer derrotado o renunciar?

Cateriano tendra que usar el hechizo democrtico con el que exitosamente sali a remover los recelos polticos encontrados. l es consciente de que no tiene el poder coercitivo de Humala pero s el respaldo democrtico pblico ganado con habilidad y buen talante. Podra inclusive apelar al encanto y la magia de ser el primer ministro de una apertura real y constructiva para persuadir a Humala de terminar sugobierno en condiciones de estabilidad poltica de mutuo beneficio: para el gobierno, entrampadoen sus propias contradicciones, y, lo que es ms importante, para el pas, secuestrado por laincompetencia gubernamental.

Haga las piruetas que haga el primer ministrode turno, Humala y su esposa no van a dejar de serfcilmente lo que son: una solapada encarnacin depoder autoritario, alejado de las prcticas de toleranciay dilogo que tanta falta le hacen al pas.