Masotta, Oscar - Lecciones de introducción al psicoanalisis

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    Serie F eutl ia n: iÜSCAR MASOTTALi ccw11es de in rrod11cc1ó11 al psicoanálisis

    VICTOR TAUSKTrabajos psicoanali'ricosS FREUD - E WEISSProblemas ele la prdcttca ¡1sicoa11al/tica.Corresponelencia

    S FREUD · K AJJRAHAMCorrl spondl ncia1 S FREUD - A. ZWEJGCorrl spo11den cía

    SARAll KOFMANt:l c111g111a di la mujerL\CQLIES SEDAT Y OTROS¿Re1umu a LacwZ:'

    SERGE LECLAIREUn en can ra111íe11 ro que se rompe

    MARIO fRANCIONIPsicuanálisis. fingt'iisrica .1· ep1S1emologia en Jacqucs Lacan

    .

    MAUD MANNONI{sin tomar d saber

    JUAN D NASIOt:l magn 1ficu 11i1ío del µsícoa11cílisis

    - DENIS VASSEEl peso ele

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    ' l 1 : " f. .J 1 ' ' '¡ ' •'·:;::Intentaré una i n i c i ~ c i ó n a los conceptos básicos ·dela teoría p s ~ c o a n a l i t i c a : a· Is. 'Jbra de Freud. Es ócir,· 1que comenzaré a contar ·a. ustedes, a lo 12.rgo e\ seis 'reúniones, las articulaciones base de la teoría psi-: coanalí i ca freudiana: Cuando llegué a G liéia estabaimbtiiqo ·de un cierto optimismo. Es que '·ace tiempo· que no dictaba, propiamente, un curso de "introducción··al psicoanálisis": Pero ocurre que 'con· respecto al Psi·coanálisis, la cuestión no es cómo comenzar a pensarlas .ideas, sino algo que tiene que ver con su práctica:. O tal vez debeFÍa yo pedir que se me preste una oreja.espontánea. Tal vez· llegariaJnos entonces a poder hablar-el lenguaje de la teoria. Este lenguaje no se pareceal lenguaje de todos los días (pero ello ocurre con todolenguaje científico). ·Lenguaje peculiar en primer lugar .. Puesto qúe si·alguien entrara a este recinto en él término de media.hora," no podría ya entendernos. o bien, esa persona

    1 podría pensar quet mentalmente ·hablando, no estarnos. 'muy bien de salúd. Pero elle, .c-orque no :habría escu-'chado. nuestras razones de entrada:. las nalabras q u ~utilizaremos valen en el interior de la teoría que inten·taremos recons truir. ::Toda conceptualización: es suigeneris. ·Por lo mismo, no tendremos por qué inquie-tarnos. 1. •:,J· Trataré de ser sencillo. Digamos en primer lugar

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      ----que' hablaremos -de un campo específico. El campoespecífico de la teoría psicoanalítica. -El campo de su

    : práCfíca y de su t e o r f a ~ - - - E s " f e - · c a m p o - ie-óricO-"prá-Ci C·ü=_. poccniene··-que-ver cori- i a · P s i ~ : o l _ o g · í ~ , c-on la Psicología; 1-General;-1á-Psico16gfa--EvolÜ.tiva. Es en c a m ~ i o _ é l _ ~ a I D -

    :J po de las articulaciones del sujeto descrito en térmi-:; ~ ñ o - s - - - d e la- te6ría freüdian_a (de s Ü - e v - o l u c i Ó · n ~ s t i - - e s t " Í : u c :l tura;·y-deººlas-coñse cüeñcl'as. de esa "evolución" y deesa estructura). .La mejor manera de hacer una introducción al Psicoanálisis" consistiría tal vez 'en conducir a ustedesa la idea de que tal cosa no es fácil, y sugerir que lahistoria sería un buen punto de partida, que tal vezhabría. que comenzar P'?r los o r i g ~ Q . ~ ~ J ü ~ t ó r i c o s __de l_P ? . _ c : ; o ~ n ~ H s _ i _ s , v o l v e ~ a la época de Jos 'comienzos. Recordar qué el creador del psicoanálisis es SigmundFreud y/ que el psicoanális is tiene que ver con los avatares. de su propia vida, con la manera en que va él.descubriendo el inconsciente, construyendo u l t e r i o r ~mente la teoría. La iüejor m a n e r a ~ tal:vez de lograruna introducción al psicoanálisis" consistiría·. en mi;-;-iar la experiencia de Freud, evocar la experiencialos orígenes. . 1Nos veríamos conducidos a la historia del encuentro del hipnotismc y la psiquiatría, a- Francia en tiempos de Charcot. En sus presentaciones de los martesmostró CharcÜt que mediante la hipnosis se podíaproducir síntomas semejantes a los. de la histeria_. En

    1 . § § ~ durante su beca en Francia, Freud pudo 'presenciar tales experiencias en La Salpetriere y tambit:nla producción de parálisis experimentales. Los. pacientes tenían experiencias ,de las que no guardaban conciencia . La hipnósis mostraba la existencia. de cosasque no estaban en ia. conciencia y que tenían efectossobre el comportamiento y la vida despierta ·de los sujetos .. ª - - . f ' . ' . . S ~ é l I ? - : : : i ª en.París.y su viaje a N a n ~ _ p u s i e r o na Freud en contacto con tales experiencias y nuevasideas: que en la relación con el hipnotizador el paciente·20

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    saocr c1cnrn1co sobre la sexualidad sea privilegio delpsicpana]ista. Quiere dei:::ir otra cosa, y aun, lo contrario. Quiere decir que la indagación freudiana de lasexualidad delimita un campo. donde el sexo quedaráaislado del Saber, y en este sentido el campo del psicoanálisis es distinto al del Saber de todos los díassobre el sexo: no porque el psicoanalista sabe más, sinoporque separa el sexo del Saber. f.J P s i c a a n ~ -

    ~ . n toi:ces n o - S e x o l o g í é l : . . ~ Si los sexólogos tuvieran razón,el psicoanálisis no habría existido, puesto que no habría histéricos, ni o b s e s ~ v o s , ni fóbicos: lél g ~ I ~ ~ - Q . C ? ~ enferma porque ignora las reglas biológicas, sino por-----·-------- - ..... . , c ~ .):iay-·algÓ bien e n i g f i i ~ . t - ~ ~ - ~ ; ~ f s e x o : · s n a s e x u a i i dad ha de ser reprimida, como mostró Freud, la c u l p < ~no reside en la sexualidad misma, sino en lo que lasexualidad contiene de e n i g m ~ t i c o . Cuando se reprimees porque no se quiere saber nada de algo que exige serreconocido. Ahora bien, lo que aquí exige ser reconocido es que no hay Saber .. unJdo _al sexo

    ,..--- Pueden leer esta idea en. la edición española de las1 Obr as Completas de Freud, la primera página del pri l /mero de l o s ~ ' , obra de 1905 queencontra-1rán baio título de Una teoría sexual Por más mal que-----,-...·-··-----......se lea es imposible no leer en esa primera página talidea. Freud dice ahí que hay una concepción vulgar dela sexualida_d (pero es la de los médicos, la del sexólogo);· qÚe-consiste en creer que la sexualidad no existe enla vida infantil, que ei sexo hace su irrupción en la pubertad y que solamc:1te se determina en Ja vida adulta.Tal determinación de la sexualidad del adulto sig¡¡ificae s la creencia vulgar- que el sujeto está de e n t r a d ~

    compromeüdo, prometido a su objew, el objeto de Iaexigencia normal del instinto ~ e x u a l . Freud entiendepor objeto a la persona de la tendencia, a la personaa la que se dirige la exigencia sexual (lo Fclaro porqueen textos po-st-freudiano la palabra objeto tendrá undesarrollo diferente). De tal manera, y según esta de-··22

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    1. '

    terminación de la sexualidad en la vida. adulta, el sujetobuscará u objeto (que le será dado) y la realizaciónde u acto, el acto sexual. Un objeto y un fin, e coito.He ahí en reswnen todo el Saber vulgar sobre la sexualidad; pero se podría decir más: todo el Saber prefreudiano o nÓ-freudiano sobre la sexualidad.

    Ahora bien, _en esa primera página que comento, talconcepción del sexo queda inmediatamente controvertida. V ~ a d e r o vuelco histórico, que hace fecha di-

    1 ría yo, como se dice de esos barcos que h ~ c e n a_gua.porque se van a hundir. Lo que entonces s..::...:_?a _ : _ _ P i q u ~es .Ja idea del niño inocentey-ael adüllo n o ~ ~ : - : C oprimero que :Fl-eud va a mostrares- q u e - ~ ü - e s c i ~ r t o q ~ edurante la vida infantil no hay sexualidad. Smo mas- bien lo contraio, ya que a los cinco años, en la teoríafreudiana, el niño ya tiene determinada su estructu:asexual, y la que irrumpirá en la pubertad no será distinta de. Ja estrnctura ya constituida en la primera infancia . .Péro a ~ ~ m á s y aquí está el punto que nosinteresa- que Ja relación que une al sujeto .a sus objetos sexuales no es tan fuerte .. a saber, que esa relación de determinación es bien lábil, que el objeto eslo que más puede variar, 16 que el sujeto más puedecamoiar, y también que el fin buscacio puede ser otroy distinto del coito nonnal. Comienza entonces un largocapítulo sobre las perversiones sexuales Capítulo quehace historia y que ningún trabajador de la salud

    mental deberla ignorar, puesto que es a partir del primero de los Tres ensayos que las perversionesbran racionalidad, quedan integradas ·a una teoríasobre-los trasfornos psíquicos o a un discurso sobresufrimentos y terapias. Es la primera vez que tal. tipo -de discurso e l discurso psicoanalítico-.se constituyesin necesidad de expulsar a las perversiones sexualesde su campo. O más aún, un d i s _ ~ 1 : ~ . : ' . ? _ \ 1 u e _:;ólC? __otorga racionalidad a la perversión sexual ( u e _ s e per- .-mi e_ p ~ } a ~ I ~ i J C ? m ~ r l a i _ n t e l ~ g i _ ~ l e ) ' . s i n ~ que de algu?_ªmanera afirma que su prop1_a _ r . a c 1 _ ° - 1 ~ l ~ ~ - ~ ª - . . : . ? . I J : l ~ . - ~ ~ ~ ~ .-----·-----. ..

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    curso depende de lo que las perversiones sexuales nosmuestran inó s obligarúi indagar; Tal el dÍscÜrso-f:feU:.diano:-Arite.sae Freudoentfempos de Freud existíanya tratados s_obre la sexualidad. Por ejemplo, la fa.mosa 2sichopathia Sexualis de K r i i f l ~ E p j . n g : , o los t r a ~bajos de Havellock Ellis. Pero en aquellos textos no sehacía ásque describir los Í1'1finitos tipos de perversiones: un listado de todas las posiblidades sexualesperversas. Pero eran descripciones, realizadas desdeafuera : las perversiones mismas no. adquirían graciasa esas descripciones, más allá del escándalo de su existencia, ningún interés. L . - ª ? _ p e r v e : : 5 . i ~ n 1 e s e n _ ~ _ 9 , 1 : 1 ~ l ~ _ o stextos pertenecen todavía _al '_'.ampo ~ t : : . } ~ p_a_tc:igep_ia: l ~ ~ _ Q g i p j _ i r : . ~ i ~ J e . Es bien distinto lo que ocurre en eldiscurso freudiano.En primer lugar la indagación de las perversionessexuales le sirve a Freud para la constffucí6n-=cre-sup'fo-pit campo de conceptos. Surge así el concepto de

    pulsión", q i : _ ~ r F : e u ~ i ~ ~ ~ J 1 g l 1 ~ ~ ~ ~ ~ _ 1 ' . i f ~ ~ f ü i _ a f Lapu'l"Síful (ale¡:nan: Trieb tiene para Freud como carac-terística- fundamental la labilidad de eso que la ligaal objeto. En términos de _querer definir habría entonces que decir que en Freud, y en primer lugar y estáen la base de la teoria- no hay una relación de determinación de la pulsión a su objeto. A saber, que 1 ª p u l ~sigp._no tiene -un objeto.da_q.g-L.J c:t :1. "ªl. Que la relaciónde determiTiación de la pulsión a su-objeto no es unarelación de determinación necesaria. A partir de entonces, y para que ustedes puedan medir la consecuenciade esta posición de partida de Freud, no es tan fácilpor ejemplo decir qué es un coito. Todo el mundosabe qué es un coito. Pero si se acepta el concepto freudiano de pulsión, diria yo, ya no será tan fácil decirqué ·es un coito. Y por lo mismo, aceptado este puntode partida, puede ya uno dejar de escuchar a la gentecuando habla de reiaciones sexuales". Quiero decir,dejar de escuhar a quienes creen que saben sobre. eseobjeto del que e;;tán habla,ndo. Otra consecuencia:

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    pensemos en las relaciones entre Psiquiatría y Psico?nálisis. Aún hoy, en 1976 (debiéramos avergonzarnos delo que dirán de nosotros Jos histodadores que un díaSé( ocupen de nosotros) hay psiquiatras que rechazanel psicoanálisis, sin dejar de otorgar a la sexualidadmi lugar en ]a etiología de la e n f e r r n ~ d a d mental. Ahora bien, lo que distingue a· esos psiquiatras del psicoanálisis: es que ellos siguen insistiendo, afirmando, quesaben sobre el sexo.

    Para delimit.ar el campo de la teoría habrá que cOmenzar por' decir que la pulsión -a diferencia del instinto animal- f Q J ~ . ~ f l ~ - º ~ j e t o . Esta idea es fundamental. Y sólo a partir de ella se puede pasar a hablar delas otras dos graTides ideas a través de las cuales· elpsiCoanáI.isis se constituyó en tanto tal': el inconsciente freudiano (digo "freudiano,; porque hübo11n-rñC:OñScie-nte antes de Freud), y I f . _ ~ f . . § . J S a : ~ r u j . a · " ; a saber,que lo que ocurre entre médico y enfermo no es inocente, que tiene que ver además con toda posibilidadde terapéutica futura. Algo que tiene que ver ~ o n el pasado del paciente y que el paciente repite durante eltratamiento y en su ·relación con el analista. Tales sonlas tres grandes ideas (¿cómo llamarlas?): que la pulsión no tiene qbjeto, ei inconsciente freudiano, la transferencia.

    No me ocuparé de manera explícita del inconscien-te freudiano (en verdad no dejaré un i n ~ t a n t e de referirme a él). Tampoco de la transferencia.· Machacaré \en cambio sobre esta idea conc.reta: que .J:IQ_Jl_fil' r . ~ l a ~ - J

    ~ L < i e t e r m i n a c i ó n _ d e la_p_u_lsiqi: _l3. SL _objeto,. que_ .ning_ún _ d a t o _ r n W , I I : _ ~ l j i g ~ J a pulsión___?l objeto,Tal idea, es obvio, no es fácil. Freud no la encontró por azar en una de las vueltas del camino. Comoel psicoanálisis mismo, ·tiene historia:. la del tiempo

    ,ne su descubrimiento, la manera en que paulati.namente Freud la va extrayendo, deduciéndola 'de un contexto ·contradictorio. Conviene en este punto dejarse guiarpor quienes han estudiado I_os orígenes del psicoanáli-

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    sis (se puc

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    lidad podía tornarse intolerable :y producir efectos patógenos? ¿Qué .hay que entender por sexo? ¿Se podíaconstruir una teoría con la idea que cada uno tienede Ia sexualidad, con el saber vulgar o médico sobreel sexo? Y si el sexo puede ser reprimido, ¿qué hay enel sexo que lo haga repfrnible? Supongamos que seconteste que la culpa no es del sexo, sino que siempreocurrió que ciertas sociedades, ciertas culturas, prohíben determinadas práG:ticas sexuales. Pero tal posición no aclara mucho: por una parte, porque no todaslas sociedades prohíben el. mismo tipo.. de prácticasexual, ya que hay comportamientos sexuales que algunas no toleran pero que otras aceptan perfectamente, e incluso, a nivel de sus normas, las recomiendan.Pero además, y si . odas prohibieran la sexualidad, ociertos aspectos determinados ·de la sexualidad, ¿quées/lo que ·torna a esos aspectos prohibibles? Como seve 1a cuestión no es sencilla. ¿Qué hay en el sexo, oqué es lo que liga el sexo a lo que debe ser reprimido?O menor aún, ¿qué es lo que hace que lo reprimidodeba ser reprimido? ¿Pero no intentarnos ya un esbozode con testación a tal cuestión? ·

    Puesto que para intranquilizar los espíritus podríayo contar a ustedes una anécdota divertida, citando laspalabras de una cierta señora que cada vez que se mencionan cosas sexuales, no deja de intervenir y repetir : .que tales cosas, para ella, son maravillosas y que no entendió nunca a Freud quien dice que la gente reprimela sexualidad. ¿Por qué habría alguien de defendersede alguna experiencia sexual ya que --dice e l la losexual es placentero por naturaleza?· Confiesa sentirsemuy bien en cualquier experierrfa sexual y ·expresacon franqueza no sólo su arnplituu de cr.iterio; sino aunla capacidad de sus posibilidades para arreglárselasmuy bien en muchas y bien distintas experienciassexuales. Se ve que más allá de ·1 cómico o de lo envidiable de l vida de tal señora s i es que no mient e ella nos devuelve o nuestro enigma. ¿Qué es aque-28

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    llo en lo sexual en efecto que hace que lo sexual debacaer bajo los .golpes de Ja represión? · . \

    El problema m ~ r e c e r í a ser tomado eh cuenta, y aun t}por los psicoanalistas mismos. He conocido psicoana-listas que ·1 ignoraban. Lo hemos dicho, en 1905 Freudintenta el comienzo de una r e s p u e s t ~ a tal enigma, loque el sujeto reprime es lo sexual, pero había que agregar: sólo en tanto la pulsión carece de un objeto dadode antemano. Para decirlo de una manera b a n : : ~ : lo que· el sujeto reprime ~ s _ qµt:':..t_Jrnt_ pqgse d =.... .\:OSaS sexu;i::-les, tiene quearreglárselas solo. Ni la pui::;ión le f a c i l i ~ -ta la ae-terniiñición .del objeto, ·ñrh y Sab e·r-derobjeto·-g:ue· -ia·-:PulSióii-:Podría _determina¿_ · -

    LO qué ·está en juego en el sexo es el Saber del objeto. La pulsión no facilita ese Saber. En este sentidose podría afirmar que el concepto de inconsciente esisomórfico a la razón por la cual el sexo debe ser repri-mido; o mejor, el inconsciente es simétrico e inverso aesa razón: el sujeto no sabe sobre aquello que está enl ):el origen de los síntomas que soporta he ahí al incons-_ 1,ciente) porque nada quiere saber. de que no puede saber 1\./1vque no hay Saber sobre lo sexual. Que se de vuelta esta J c . ~ -fórmula de todas Jas·maneras que se quiera; siempre t Ca mi entender- se verá uno conducido a algo que

    tiene que ver en serio con el inconsciente freudiano.Pero podría dar un ejemplo bien sencillo para con

    ducirnos al punto al que quisiera ahora poder llegar:o 1:iien las cosas sexuales deben ser incluidas en la clasede las cosas ininteligibles, o bien hay cosas sexualesque nos ·introducen a la idea de que son enigmáticas.Pero un enigma no es u,n infnteligible, sino algo que.plantea una cuestión y exige 'una respuesta,. Pensemospor ejemplo en el fetichismo. ¿Por qué un objeto, aveces un ·trapo sucio, e incluso oloroso, puede hacersepreferir a la persona del sexo opuesto? ¿Cómo es quehay seres que se las arreglan mejor con tray»::c que conpersonas? Pregunta bien lacaniana. ¿Cómo es que hayseres que pueden alcanzar el orgasmo con un trapo

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    insignificante, banal, o un objeto sucio; pero siemprey cuando tal objeto cumpla ciertas determinadas con-diciones? · -

    /En 1905 Freud se ocupa del fetichismo en el prime

    ro de los res ensayos. En 1905 comienza a elaborar·/ su teoría sobre el desarróllo.éie-1;úbido:I.Jbid6_é_Süna1 ' e x p r e s ó i i ; · · a e C í a ' F ~ - ~ ~ ~ C p a r a e f i ñ s t f ~ t o ; ~ x u a L A saber,

    una palabra para significar la pulsión, la que por definición carece de objeto. Ustedes conocen la teoría clási-  : ; : : - ~ 9 e ese desarrollo, la que sería tomada, modificada,por Abraham, Melanie Klein, Fairbain. Lo que Freudvino entonces a decirnos es que la sexualidad del adultotiene que ver con ciertas maneras que tiene el niño dereferirse a sus primeros objetos. Freud llamó etapasa esas maneras: una manera oral, una manera anal, et cétera. Lo importante: que esas maneras eran especiesde pattcrns por donde el niño erogenizaba su propiocuerpo. Y además, que el cuerpo eré:cieno (el cuerposexuado, capaz de goce del adulto) se constituye en losaños de la edad ínfantíl, que todo está decidido yapara los cinco años. En 1905 Freud describe tres etapas y un período , al q ~ e llama período de latencia . Una etapa oral (cuyo modelo corporal es la relación del sujeto con el seno materno), una etapa anal(la ·relación narcisista del sujeto infantil con sus propios excrementos). Esta última adquiriría una especialrelevancia, en la historia de la teoría pos-freudiana(Abraham), a partir de la descripción que Freud habíahecho de la inscidencia de la etapa anal en las condiciones del carácter y especialmente en la neurosis obsesiva. Finalmente Freud describe en 1905 una etapagenital, la que sigue al período de latenoia, y en laque la estructura del sujeto queda acogida en los moldes de la masculinidad o la feminidad. Obsérvese alpasar que masculinidad_y feminigad no son para Freudp r o p i e d a d e ; - é f e l p w ü ü d ~ p ; - r = t i d a < l ~ I C i e s a r r o l l o - d C I S U -30

    - ·-----·-·-·-----

    ·

    ll

    j e t o . ~ i ~ _ ? . y _ u n _ t 9 _ s _ . d e - l l e ~ a d a términos de ese d e ~ ~ r r o l l ~-   Pero no haríamos justicia a las posíciones freudianas si no hiciéramos referencia a la historia ulterior,quiero decir, a la utilización por los discípulos del concepto de desarrollo de la líbido. Podríamos decir, y talvez sin exagerar, que esa historia tuvo un sentido negativo, trágico incluso, puesto que dejaría olvidar elpostulado freudiano fundamental: la labilidad del objeto de la pulsión. El resultado fue una u t i l i z a c i ó ~ excesiva de la noción de frustraci ón , de la idea de que,en el efecto patr1geno, siempre se i:-LLede ver el resultado de una privación, e incluso la idea de que toda agre-t ión es resultado de una frustración. La pareja concep-  , tual frustración-agresión, es -posible, encontrar no 1sólo en textos psicoanalíticos sino y a mejor t í tulo .¡en textos de psicolog{a general o psicología animai, noes fre1;1_diana. Si el s ujeto agrede porque se lo frustrae s fádl. comprenderlo- será porque debe estar bien

    seguro d.e que el objeto de la frustración era exacta-mente el que necesitaba. Lo que bien puede ocurrirquando lo que está en juego es la necesidad biológica.Pero otro es el caso de la pulsión. La noción de frus-tración conduce -a la idea de que el objeto de la priva-ción es real y oscurece por lo mL:_.CJ el postulado freu-diano de que la exigencia pulsional no tiene objeto,que no lo tiene determinado, que al menos no lo ·¡enede entrada. En resumen: la teoría· del desarrollo de lalibido pudo conducir al desvío de un cierto empirismo,a una concepción reificada del objeto. ,

    :J:;Iay dos maneras de evitar esos desaciertos. Por u. n1,.../ t,:ladó, distinguiendo --como en la teoría lacaniana- ,. _ .. ;.. ::.entre la necesidad (_ Jiológica)_y_J.-ª__ciem._anda .(cu_y_o_f1,m- J t ;

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    fcomo Freud, que lo patógeno residía en algo ocurridoen el pasado, que ese pasado tenía que ver con lasexualidad infantil, no significaba sino comenzar a delimitar el complejo

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    seducción que apunta en verdad a los padres 'como objetos sexuales). .

    . Pero, ¿qué hay que entender por _E..omp_lejo d ~ _ Edipo? La ligazón amorosa del niño con el padre del sexoopuesto y la hostildad contra el padre del mismo sexo.Pero dejando de lado que Freud hablara también deun Edipo invertido, homosexual, y también la bisexualidad (la presión simultánea de la heterosexualidad yde la homosexualidad), en esta definición, que podíamos llamar clásica, no quedaria señalado que en el

    1 : t : > º cuentan más cosas que los' tres personajes cen-·· ·-·fra1és de la tragedia. Pero aún, ¿cuál es el secreto dela relación entre niño, madre y padre? -. ¿Qué es lo que, en el Edipo, tiene fuerza causal ,capacidad en todo caso de mover las relaciones? O bien,¿qué es 10 que allí se juega? ¿En qué están los personajes interesados? El niño en cometer el incesto, el padre en conservar a la madre. ¿Pero y la madre? No estan sencilló.

    Es--que no .se puede reflexionar sobre el Edipo freu- .diana sin introducirnos en la cuestión del Falo. Pero: diré en seguid'a lo que muchos saben, pero no aquellos,.} me imagino, a quienes una sonrisa -despierta en la boca.Diré pé\ra tranquilizados que el Fa.lo no es el pene Según,ténninos de Freud el a l o _ _ ~ la p r e m i s a _ u n ~ ~ ldel pene , es decir, la loca creencia infantil de que no}íay.-dfferencia de los sexos, la creencia de que todo elmundo tiene pene. En la teoría de Freud se .parte deesta posición del sujeto infantil: sólo existe un órganogenital y tal órgano es de n.aturaleza masculino: .

    Debiéramos en adelante tratar de desconectar lacuestión dei Falo de las imágenes. Si 'llamamos Falo ala premisa universal del pene , lo menos que nos cabeaceptar entonces es que el Faló es un no-representable. N:o se puede dibujar, no se puede esculpir un Falo.

    Pero más importante: es por la cuestión del Faloque la castración se introduce en la estructura del su-34

    jeto,:La: confrontación de lai premisa, el Falo, con ladiferencia; de los ·sexos :.herahí lo que la te ría ha llamado. complejo

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    lla falta e n la constitución sexual del sujeto humano. 1Pero si se parte de datos .de hecho, no :h.ay falta. Paraue algo falte es necesario p a ~ i r de. conjeturas, de co-

      < \ ~ no cumplidas. En resumen: de datos de derecho y1no 1  e·hechO · · · · .. ·: · · ~ ......_----:··-  

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    í\ :Lo real es algo tan lleno como un ganso después de

    haberse comido todas las bellotas. Para que exista 1afalta debe haber es:pera, un tiempo abierto, algo porcumplirse, conjeturas. O mejor: exigencias, un. nivele derecho La falta surge en la encrucijada del nivel

    de h_echo. Es a partir del debe de 'haber que algo· puede faltar. Supongamos que alguien entrara ahoraen esta sala y nos dijera que faltan aquí butacas viole

    tas. Uno reaccionaría con malhumor: hay aquí las butacas

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    Pregunta. ¿Cuál es l relación entre la falta y laimagen espectdar? ¿ n el Estadio del espejo no vieneel nifio a obturar la falta mediante la apropiación de uimagen?

    Yo no he hablado aún de estadio del espejo nipensaba hacerlo en estas conferencias. A veces, no hayque mezclar los lenguajes teóricos. De cualquier mane-ra pienso, con respecto a su pregunta, que algo falta ______en efecto en la imagen especular: es la mirada· de la

    : - - : - : , ~ - - , 1 r e . La m i r ~ ~ ª de la madre que ratifica la miradapor donde el rnno descubre su propia imagen en el espejo y a ella se aliena. En el espejo el sujeto no obturala apertura fálica: abre el campo 'de una mirada quefalta. Es la mirada de la madre.

    5 1

    · 1 .rl.

    ,

    III

    Resulta interesante, notar que cuando .E.rwd debedictar un curso de int:coduc.ción...aLpsicoanálisis, -los tem:-as que elige ¡ ¡ ~ ; ; e n eu_e.Lslguiente ord.en: en primer lugar se ·referirá.ª los actos fallidos, en s¡::guidatratará: de estudiar los sueños, y finalmente l.L1c_qrjasexual y ·la teoría d ~ - l a neurosis. Pienso en las f a m o ~ sconferencias de Introcfocción al· psicoanál isis de 1916-1917. Quiero decir, que cuando Freud quiere introducir_a su audiencia aL concepto psihoanal f tico o_or e x c ~ e n

    L CÜr ei í ñ é o n S C l ~ n Ó I P l l ~ C : é ·ablanao_ Sil1 más de la· ' i - e ; ~ ; ~ i ó ~

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    i','_quiere en absoluto decir. Y eso que en el discurso delsujeto queda dicho sin qúe el sujeto lo quiera, abre-se- lo ve - ei campo de la relación del sujeto al deseo.

    ~ o s JaES -1S1. las_ eguivocacjones v e r ~ J o s ~ Q } y i f { Q S d . ~ ~palabras, son cortocircuitos-del-discurso·por. dond_e SGfiltra el deseo inconsciente.' Freud é:üenia el caso adpresidente de la Cámara Austro-húngara, quien abre undía Ja sesión con las siguientes palabras: Seiiorcs diputados, en la apertura de la sesión, hecho el recue11tode los presentes, y viendo el suficiente nlÍmero, se levmzta la sesión . Ejemplo claro, donde se.ve que el discurso dice exactamente lo contrario de lo que el sujetoque habla se propone decir. Y se ve también en acciónal deseo del presidente de la Cámara: el deseo de levantar de inmediato la sesión en cambio de tener quesoportarla. En el mismo texto, encontrarán ustedeseste/otro ejemplo, el de un profesor ·de anatomía quedespués de su lección sobre la cavidad nasal preguntaa sus oyentes si le han comprendido, y que después derecibir una respuesta afirmativa, sigue diciendo: Nolo creo, puesto que las personas que comprenden v e r ~daderamente las cuestiones relacionadas con la anato-mía de la cavidad nasal, pueden contarse, aún en unagra ciudad de más de im millón de habitantes, conun solo dedo. ¡Oh, perd-Qn , quiero decir con los dedosde u ~ ó l a mano . Se lo ve.: había uno solo que entend_ía, él mismo. Freud nos introduce al inconsciente mediante ejemplos ele este tipo. En otro ejemplo, en sutoma de posesión del cargo un catedrático dice: ·Noestoy ü1clinado a hacer el elogio de mi estimado predecesor . Mientras que había quérído decir, en tono falsamente cordial hacia quien había dejado el cargo: }j_Q

    ~ Q X Y O quien está llamndo a hacer el elogio de mi esti-_mado predecesor . Esk ejemplo· es más interesante,_puesto que de una frase, a otra sólo media la s e m ~ ] ; n za de dos términos ~ 0 a r inclinapo, estar llamado (rr-l

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    que lbmamo? : ~ , i g n i f i c a n t e " la palabra. ello en lamedida que la palabra puede remitir a más de una significación. Cuando decimos "palabra", habría que agregar, que nos referimos en primer lugar al sonido, a loque llega a la oreja. Por ejemplo el grupo. de sonidosen español /cazar que puede significar tanto ir a· tirotear perdices como quien tira tiros al viento, o bienpuede significar só lo media una leve diferencia desonidos- el hacer que dos individuos de sexo distintos den prueba a ia sociedad de. que van a promoverla especie, lo que poco tiene que ver con el viento ..· :Eft f famoso Curso de Saussure esto estaba dicho demanera distinta, pero la intención es s e m e j ~ n t e . Saussure señalaba el hecho de que no hay necesi.9 1d aJgsna que ligue uná. palabra a lo que ella quiere decir.-Que no hay raz6ñ para llamar /caballo/ al ''caballo n, aese animal que conocemos por tal nombre. La maneramás sencilla de comorobarlo es recordar que los ingleses· l l a ~ a n /horsei a la misma triste figura.

    En torno a ]os años 1900 Freud escríbe tres voluminosos libros que responden a la 'intuición fundamentaldel sionificante: sus- libros sobre el Chiste (1905), labPsicopatologia de ia vida colidiana (1901) y la Trawn-deutw1g (1900). En su trabajo sobre el chiste reflexiona sobre sus relaciones con el inconsciente, como lodice el titulo mismo del libro, y lo que encuentra esnada menos que el chis le es modelo. A saber: que laoperación que subyace a ese efecto de un: relato quenos hace reír es la mism operación = J . ~ . ~ . 2 . ~ : ~ . Y 3 1 : S : e ~ Q - ª ? .&rdimg (formación), es decir, a toCIO producto P ' . . ~ d u ·cido por el i n c o n s c í ~ . - ~ l apsus, d - ~ ~ 2 - t - ~ L ~ ~ ~ ; .-ño, ·el acto fallido. El chiste .es interesante para Freud

    p o r q 1 1 c . ~ f i C C h o con palabras, porque su efecto de- ·peode únicamente de las palabras. Con un poco de ingiés se entiende por que a los londinenses les gustatanto este chiste: Un señor se dirige a otro para pedirlefuego para su cigarrillo: }]ave you gol a liglzr, Aiack? .Y el otro contesta: No, 1 have a heavy overcoat ''.58

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    Freud, a quien le gustaban los chistes judíos, cuentael de un judío que ie dice a otro: Has tomado unbar?.o? . Y el otro contesta: ¿Es que falta alguno? .En este ejemplo se ve cómo la palabra "tomar" es laresponsable de este efecto que llamamos chiste. _L ª ......

    .Palabra per;manece, su sentido.se. desliza, subrepticiay·repentinamente cambia: el resultado es el chiste. Perolo que· importa, como decía, es que Freud ve en estedeslizamiento del significado el modelo de toda formación. Y'tarribién, el modelo de lEl formación que llama-mos síntorna. Ello quiere decir algo cuyo aicance puederesultar un tanto inusitado: que el proceso psíquicoque produjo un síntoma contiene un operador del tipodel significante, también en el proceso de produccíóndel síntoma más grave. Lo que Freud viene a decirnos,se lo ve, es un mensaje un tanto incómodo: que hastalas enfermedades mentales del hombre e s t á n ~ s t r u c t u ·radas c o ~ o ' · u n chiste. Es bueno recordar, al respecto,un temprano. ejemplo tomado de un caso clínico pre· "sentado por Freud. ......,

    A menudo me agrada dar este ejemplo ya que mues-""tra hasta qué punto Freud estuvo convencido desdemuy temprano sobre· el papel estructurante de[ significante en relación al síntoma. Se trata del caso de Isabel de R. que Freud relata entre los hiswriales ~co.S del\..libro que en 1895 publica conjuntamente conBreuer, l o ~ Estudios sobre la histeria. Freud había tratado a la 'pacíente"éri 1892,'-quién sufria en especial,entre otros síntomas, de una a s t a s i a · a _ b ~ s i a , . P ? X ~ H . ? 0 . _ .

    . 9 ~ ) ª ~ P i § I J ? o ~ > . en las que además e o b ~ e r v a b a n áreasparticulannen e dolorosas. Freud nos cuenta el tratamien to y la manera en que investiga el origen de lossínt.omas, buscando en lá historia de la paciente ei con·junto de los pequeños traumas que habrían sido res·pensables de ios dolores y la parálisis. Lleva a cabo, síse quiere, un verdadero, serio trabajo de detective, bus·cando en los acontecimientos y en los conflictos realesde ia paciente, con su padre, sus hermanas, sus cuña-

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    dos, su familia en fin, las causas de los síntomas y aunlas particularidades de los iugares precisos en que aparecían los dolores somáticos. Descubre entonces másde una serie de traumas y de causas. Pero al fin del trabajo de búsqueda agrega que aun había operado en ladeterminación de los síntomas otra serie, la que se uníaa ias anteriores para acentuarlos. Refiriéndose a talserie Freud llega a hablar de parálisis funcionaL simbólica , entendiendo por 11 simbóiico en este t e x t o e x a c ~

    t ~ m e n t e lo mismo que nosotros llamamos hace unmamen to sígruficanfe-11-:-Va.re·· 1a.-- pena-reprodücirelfragmento- completo del texto freudiano (Obras Completas, Biblioteca Nueva, 1948, tomo I, p. 85):

    11 De este modo habia--erecido primeramente por aposición el área dolorosa, ocupando cada nuevo traumade --eficacia patógena una nueva región de las piernas,y en segundo' lugar, cada una de las escenas impresionantes había dejado tras sí una huella, estableciendouna "carga" permanente y cada vez mayor de las -diversas funciones de las piernas, o sea ww conexión deestas funciones con las sensaciones dolorosas. Más,aparte de esto, era innegable que en el desarrollo de laastasia-abasía había intervenido aún un tercer mecanismo. Observando que la enferma cerraba el relatode-4ff á u n a ~ e r i e de sucesos con l lamento de habersentido dolorosamente durante ella "lo sola que es taba(stehen significa en alemán tanto 11 estar" como "estar... e pie") y que no se cansaba de repetir, al comunicarotra serie referente a sus fracasadas tentativas de reconstruir la antigua felicidad familiar, que lo más doloroso para ella había sido el sentimiento de s11 "impotencia" y la ser¡sación 11 de que _no___logr(l_ba avarizp.un solo paso" en sus propósitos, no podíamos mr-:,nosde conceder a sus reflexiones una intervención e eldesarrollo de la abasia y suponer q1 1e había busc 1dodirectamente una expresión simbólicadesl /Spe; Samie_f [Os _ d ( ) l o r . o f é ? . S - : } ~ ~ 9 n d _ ~ l a _ _ ' . 1 ~ ¡ ~ ~ 0 t e : . i s í f i c ~ ~ ~ ? - ~ (60

    sus padecimientos. Y a en nuestra "comunicación pre -nzinar" hemos afirmado que wz tal simbolismo puededar origen a los síntomas somáticos de la histeria, y enla epicrisis de este caso expo11dre111os algunos eje111-plos que asi lo demuestran, sin dejar lugar ninguno adudas. En el caso de Isabel de R. 110 aparecía en primertérmino el mecanismo psíquico del simbolis1110: peroaunque no podía decirse que hubiera creado la alJasia,sí habíamos de afirmar que dicha perturbación prec-xis-tente había experimentado por tales caminos una importante intensificación. De este modo, en el estadoen que yo la encontré, no constituía tan solo dicha abasia una parálisis asociativa ¡;síquica i l ls f¡¡¡¡cion:;s,sino tamF"DF1 w:a p a r á { " s _ { ~ f : ~ n c i a . n a l sirnbólica".

    ¿Es que se entiende? Resumamos a Freud. Isabel,como bueña histérica, y esto es de importancia, habíapasado bastánte tiempo cuidando a su padre enfermo.Situación de por sí histerogénizante, como lo habíaya descubierto entonces Freud y Breuer. Detengámosnos un instante en este punto. I'u histerógeno: haberpasado mucho tiempo junto al Jecho de un enfenno,en situación pasiva ante la demanda del otro (padre,hermano, pariente). Y se entiende la razón: ¿qué puedehacer ia persona a la cabecera del enfermo con suspropios deseos, con sus deseos más banale.5, ante la gravedad del estado del enfermo? La emergencia del másmínimo deseo basta para tornar a ese deseo culpable,estructura que Freud había comprendido se hallabaen Ja base d e la represión. Una relación de este típo,la del culpable para con sus propios deseos, se halla enla etiología de los sintemas de Isabel. Culpa además-según interpreta Freud- por sentirse atraída potsu cuñado, el marido de su hermana, la cual, por Indemás, enfenna y muere. Será sobre el fondo de estasituación doble o triplemente culpable que Freud buscará 10s acontecimientos vividos por Isabel, los acon-

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    tecimientos relevantes para entenderlos .dolores soJllJ .tícos. Pero aun, Freu

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    1 ción . Lo ue el analista está a fa escucha de la a-a ;a, es a operación tero gue la habita, y no lg Q. Jeel paciente guiere decir. En lo que quiere decir. y p.o.rintermedio de esas fallas de la palabra, e _ s c ~ c h a lo q11eel paciente no quiere decir. La situación an.alítica no

    t:s una situación de comunicación. y nada tienen quehacer aquí los modelos comunicacionales, los derivados teóricos de la ingeniería de la información. Estopor un lado, pero si se entendiera la palabra "cor:nunicación en un sentido, digamos, más humanístico,como comprensión ; bueno, entonces habría que decir que mucho menos. que .lo que delimita el campo.dela práctica psicoanalítica es algo que y en ~ : n t 1 d ~~ a c t i v o nada tiene que ver con la comprens10n. Etanalista no está ahí para comprender a su paciente.Si por fortuna se escucha decir a alguien que se estápsicoanalizando y gue su -analista lo comprende; sepuede estar seguro: ese análisis no f u n c i o ~ a . .

    Decía que esta situación, este cam22 bien peculiar,no podría ser modelizado con i d e ~ d ~ . . : i : Y a d a s c l c U ~ -teoría de la comunicación. Estos nacieron de la preocupación de los ingenieros de que los aparatos c:iue s i ~ ven de medios de comunicación (telégrafo, rad10, telefono, etc.) funcionen bien. Es decir, que el supuestoconsiste en no in terro ar lo ue el emisor dice, sino entratar· trasladar el informe, de transmitirlo, y··¿e- a....Lmariera más fidedigna pos-ible-.-- h a . s t a . · · · ¿ 1 · · : ¡ ~ ~ e f ü o L ~ C l e J .

    ·mensaje. A saber, a j _ , ~ t ¿ p _ ~ e ~ º _d.el model_C?. _(' s__ que, elemisor dice fo que.-qmere decir y ue es bueno 61enut1 que e receptor se e i : i ~ ~ e _ e ~ - ~ . 2 • :>__ _ á ~ D _ e __ ~ . ~ ~ .po_sffl_e de ese mismo, de lo que el e.misar arce, y _ e 9 ~ 0pofque lo quiere decir. En este sentido, ¿no se p o ~ n a

    ; afirmar que ]a vocación de la teoría de la corn_umca'ción, ·de la ingeniería de la información, es bien huma, nística? ¿No nos prometía ese señor llamado MacT - - - i . ~ ~ . rn11nrln mP.íor a raíz de los inventos mo-

    "'

    veces, placentero. Tal a veces el campo maravilloso ytranq,uilo de la vida cotidiana, cuando de paseo en elmonte alguien le dice a su mujer: "Oye, por qué no llevas este cántaro, y traes a.gua de la fuente para beber ,y la mujer lleva el cáñ'tazo y lo devuelve con· agua,mientras el señor juega con-..los ninos en el suelo, y lafuente pertenece a una antigua construcción románica,de las que abundan en algunos hermosos pueblos deEspaña.. Pero todo eso pocó tiene que ver con el J?Sicoanálisis. En mi ejemplo, lo único que tendría que ' 'ercon el psicoanáiisis es es k> 2.ntig110, a lapresencia de ruinas. Pero es claro, las ruinas no tienennada que hacer con la comunicaciói

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    ) ~ : ~ : -~ . . . . . . . _ ___ ____ ·

    • . ~ . ·

    mismo que se equivoca con ia: p a l a q f ~ s , ei-1 ei m o r ~ 1 e 1 1 -to en que, y sir• dejar de. decir, n_o· . q ¡ c . ~ ·fo que q ~ i e r e .No hace falta 1;1ds para mtrodu.crrse ;en.la f6r:mula de

    • La can: el inconsciente está estructµn\do co.rr:.º un_ e n ~ g u a ~ e . Se recu:?.rda entonces el cdrso ·ae Freud - ~ e In-troucción al p.>icoanálisis para l:lpmar la atencwn sobre el orden de los temas elegidós:por Freud: los actosfallidos, los sunios y finalmente Ja teoría sexual. ivlasotta retoma - f z m d a m e n t a l m e n t e ~ _ t ¿ _ { ~ - J ? - . C . C J . b l e m ~ - - ~ e . J o sactos fallidos y los ~ u e í i ~ s para r.efertrse al szgnzfzcan-

    - - - , 0 : c : . · . : d ~ , Freud comienza por los fallidos, los .de pa_labrasespecial, cuando trata de probar la exzstencza delconsciente. Mediante esos talf.id_o_s__el siijeto puede decirlo que no qlliere decir. Se seiialan entonces cuatro p-¡1 1---)tos fzmdamentdes en torno a e s o _ ~ . f a l . l ¿ d o s : l.ª que tze- .nen.sentido; 2.º. que tienen qué-:-ver con el deseo; 3.º que/tienen que ver con un movimiento de ocllltamie11t.o'.· .Y\ l4.º, que tienen que ver con la manera de_ apa.rzczonjdel deseo en la palabra. En cuanto a los. suenos, .La fórmula f reudimw es fundamental: los sueños son w1areatización de deseos. Masotta suspende e11tonces la _t,emática del des.w,/ para i nsistir de lleno en la cuest19ndel sionif cantc, a saber, en la palabra .Etsignificante es un término que Frei1;d no u t i l ~ z ?

    .Y que proviene de la ]i¡¡giústica s a u . s s u r e a ~ a . La nefilli-""ción de signifi.1:a11te: que es la palabra misma. Las . c ~ - J

    ; : a ~ - t e i T s í i c a s sefialadas: que toda Falabr. a puede remitir \a más de una .;ignificaci6n, que importa de l_a pa_labrasu aspecto sonoro, que ·hay una relación arburarwt ~ e fa palabra y o s a entre la palabra n ·el. s r ~ n z -f1caclo. . · .Se hace rejerencia en seguida al vohin.:znQSO t_ra HJ.·jo sobre 1 ª . L ~ h i s t ~ y sus relaciones c ~ n .el m c o n s c 1 ~ n t ey se i11 siste en el hecho de que e l 1 _ 1 s t ~ es_ un fenomeno de palabras, o de juego con las palabras. La palabrapermanece y 1el significado se desliza. El efecto de sen- .t ido producid o con este j ziego. de, las pal abras · es elchiste. Masotl1 señala en el clzzste el modelo de toda

    1l..._ .illt¡t;t;w fN=k

    fonnación del inconsciente: t a ~ ' n b i é 1 1 el lapsus el sue-  ,i'io, _et'alvido, los actos fallidos, f-l s ntoma. Se hace entmites referencia al caso de J s a b e ~ R para mostraren.el síntoma un juego de palabras: la fañáti p 110 cami-. na, ella tampoco. He ahí su astasia-abaxia. Se recalcaque en toda formación se expresa el d l s e e ? : " p ~ - r r ; ; puntoimportante: el chiste no sólo es modelo. de toda\f.orma-

    .: ción, sino q1,1e su ~ p e r a c i ó n , e ~ i g n [ ( f ~ a n t e , ~ ~ ' m ú t ael carnpo mas propw de la practtca.·.ps1coanaluica':'e-Lde la relación del analista con el arializado. ·Sin dudaque el chiste es modelo tambíén de ese campo: 129_haychiste sin otro que se ría, a saber, que es el otro el quesai-zcion'a'e •chisle como tal,'por donde ese otro aparececomo esencial a la palabra. Ello nos lleva en efecto a .la relación analítica misma. Cuando escucho no escucho en efecto lo que el paciente ·quiere decir, sino loque n quiere decir, lo que para nada quie;-e decir. Talformul rcjón poco tiene que ver con la teoría de la conumica-ción, ni c 011 ninguna idea por más hwnaní?ti-.ca de comprensión. Entre el psicoanalista y el psicoanalizado (el psicoanalizan te, habría 0qlle decir) no'está en juego nada del orden de la simpatía, de ia comprerzs1ó11. El co11cepto de comunicación poco nos ayuda-ría a entender qué es lo que está e·n juego en el psi-coanálisís.

    '1Agr¡adezco a Berenstein su excelente resumen. Peroal oírlo me di cuenta que en esta etapa Je mi exposición la manera en que presenté las ideas ha sido un

    tanto perentoria, como dogmática. La afirmacion porejemplo de que la relación analítica no es una relaciónele comprensión, ni de comunicación. Afirmación untanto grave. Es que ia gente a menudo, y con buena voluntad, quiere practicar lo que llaman psicoterapia .Y entonces se esfuerzan por comprender .. ¿No haygente ;:icaso a quien le gusta ... ser psicoterapizado ..por l ~ i m p a t í a ? No bromeo. Aquí está el punto, el quesella la diferencia y además toda idea de rclació_n posi-. .

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    PreguAhi están los gestos. Sin embargo, observen ustedes,hay una diferencia de lógicas. Es cierto que se puedencometer actos fallidos con gestos: s2.1cudir b cabczzt

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    l Colección , .PSICOTEC A 11AYORSene Freu

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    ¡111: ¡'.'

    quiere en absoluto decir. Y eso que en el discurso delsujeto ·queda dicho sin que el sujeto fo quiera, abre_:_se lo v e el campo de la relación del sujeto ai deseo.Los lapsus, las equivocaciones verbales, Jos olvidos de_palilira-s-scil-1- cortocircuitos del discurso or dondefiliri:efdés-eo inconsCíerite . Freud cüenta e caso delpresidente-:-de la Cámara Austro-húngara, quien abre undía· la:se:Sión con las siguientes palabras: Sefíores dipüta,dos, en la apertura de la sesión, hecho el recuentode ' o s ~ p r e s e n t e s , y viendo el suficiente número, se levanta la sesión . Ejemplo claro, donde se ve que el discurso dice ·exactamente lo contrario de lo que el sujetoque habla se propone decir. Y se ve también en acciónal deseo del presidente de la Cámara: ei deseo de levaritár d e : i n ~ e d i a t o la sesión en cambio de tener quesoportarla. En el mismo texto, encontrarán ustedeseste otro ejemplo, el de un profesor de anatomía quedespués de su lección sobre la cavidad nasal preguntaa sus oyentes si le han comprendido, y que después derecibir una respuesta afirmativa, sigue diciendo: Nolo creo, puesto que las personas que com;:,renden verdaderqmente las cuestiones relacionadas ~ o n la anatomía_:d_e la cavidad nasal, pueden contarse, aún en unagran eiudad de· mas de un millón de habitantes, conun solo dedo. ¡Oh, perd-Qn , quiero decir con los dedosde una sola mano . Se lo ve,: había uno solo que entendJa,:él mismo. Freud nos introduce al inconsciente mediante ejemplos de este tipo. En otro ejemplo, en sutoma de posesión del cargo un catedrático dice: l 2estoy inclinado a hacer el elogio de mi estirnarlo pr ede~ i e n t r a s que había .quérido decir, en tono fal-samente cordiaí hacia quien había dejado el cargo: tLIL.soy yo qúien está llamndo a hacer el elogio de mi esti  ~ predecesor Este ejemplo· es más interesante,puesto que de una frase.. a ·otra sólo media 1 semejanza de dos términos: estar inclinapo, estar llamado (másevidente en alemán: ge¡zeigt/ geeignet). Interesante, digo, puesto que se lo v_s.;_..rrns ·remite a · a ~ n (bien56

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    lábil) . e la ryalabra n S ~ - C , ,duce a la cuestión del sir:rnjficante.

    < o.A.hora bien, este punto es fundamental. Por varLtsrazones. En primer lugar porque es un punto perr,,,,_nente en ·la ob:-a de Freud, algo que Freud no deja :Jeafirmar (la relac;ón del significc.nte con la c.srrnct1,,-údel sujeto y el inconciente) a lo largo de toda ; ; ~ :;b·;.iComo se ha dicho, Freud ha sido un autor de i d e ~ ; scambiantes. Pero sobre este punto, nada ha cambiadodesde sus primeros trabajos. hasta sus artículos póstumos.

    Insistíamos sobre la cuestión de l{l rm sión v el objeto, su labilidad; la cuestión, si se prefiere, ..de quela pulsión no tiene objeto. Es necesario conectar ahora ,ese punto con este otro: con la idea del significante en ,Frcud. 1e no_ ha rela.t:ión unívoca eJ1tre_palabrns_y;_ra ·referentes, tiene alcance ara Freuc , en a ete;;nmzic1ón de a estructura del :-ujeto; D 2.ún -· -· se me permi te nene alcance patógeno, es capaz cíe produc'.refectos, promover síntomas.Pero no menos fundarr:.ental: el cfr nificante- t i•', '"no,sólo que ver con aquello que el inconscienÚ; es cct-paz de producir, los síntomas, los actos fallidos, ossueños, etc.; sine 1ue aun y por lo mismo-- con 2delimitación misma del campo en que se lleva a cabo1a práctirn FSicoanalítica. Si en psicoancilisis (..:n ipsicoanálisis) sólo median ra.s-pafabras- -enton'ces ctt.w¿_ q l l ~ _t . e n ~ r . muy_ p ~ _ C l e n t a j - s - ~ a ~ ~ ¿ - a p a c Í d a d . de] · j)i=íJaE.ra·-. de zafarse de su significado habitual, no habrá queo1Vfc:i1raese: " t e 1 : ~ · : que habita_toda pala1Jó:· · - · ·

    Digamos 3Jgo con respecto al concepto de "significante . Ustedes- saben, no es freudiana, pertenece auna tradición más moderna, t ~ : ; n e que ver- con Ja historia de la lingüística contemporánea y remite al Cursode lingiiística generní de F. de Saussure. A nosotros nos_bastará por el momento, y para poder manejarnos enadelante, con una definición sencilía de lo que es el significante. Diremos entonces, a manera de definición,

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    que llamamos significante a la palabra,_ ello en _la_.incdi&1-que la palabra puede remitir a más de una sigi l i f í ~ ~ ~ - í ó n . Cuando deCimós palabra· , habría que a g r e ~ ';iir;-que nos referimos en primer lugar al sonido, a loF;.e llega a la oreja. Por ejemplo el grupo de sonidosen español /cazar/ que puede signiücar tanto ir a tiroi.car perdices como quien tira tiros al viento, o bienpuede significar só lo media una leve diferencia desonidos- el hacer que dos jndividuos de sexo distintos den prueba a la sociedad de que van a promover

    b especie, lo que poco tiene que ver con el viento ..En el famoso Curso de Saussure esto estaba dicho demanera distinta, pero la intención es semejknte. Saussure señalaba el hecho de que no hay necesidad alguna que ligue una, palabra a lo que ella quiere decir.Que no hay razón para llamar /caballo/ al caballo , aese animal que conocemos por tal nombre. La maneramás sencílla de comprobarlo es recordar que los in-1.Tleses· l l a ~ a n /horse} a la misma triste figura.En torno a los años 1900 Freud escribe tres voluminosos libros que responden a la intuición fundamentaldel significante: sus libros sobre el Chiste (1905), laPsicopatologia de la vida cotidiana (1901) y la T'raum-deutung (1900). En su t t < ~ b a j o sobre el c h i s t e c ~ ~ f l e x i o IE sobre sus relaciones' con el inconsciente, _como lodice el título rnis.mo del libro, y lo que e n c ~ ~ n t r esnada menos que el chiste es modelo. A saber: que laoperación que subyace a ese efecto de un relato quenos hace reír es la misma operación que suyace a toda3ildung (formación), es decir, a todo producto prod_l1cido por el i n c o n s c i ~ ~ - ~ ' - - - ~ 1 . ~ p _ s u _ ? , - ~ _ L ~ j 1 1 _ t _ C ? ~ ~ ~ ' - - ( ' J _ s ~ e --ño;er-áct6-faUl.do-. El chiste es interesante para Freudnorque stá h ~ c h o con palabras; porque" su efecto de- ';ende únicamente de las palabras. Con un poco de in

    ~ l é s se entiende por qué a los londinenses les gusta:anto este chiste: Un señor se dirige a otro para pedirlefuego para su cigarrillo: Have you gota light, Mack? .Y el otro contesta: "No, l have a heavy overcoat ".5G

    \

    ./

    Freud, a quien le gustaban los chistes judíos, cuentael de un judío que le dice a otro: Has tomado unbaño?". Y el otro contesta: ¿Es que falta alguno?".En este ejemplo se ve cómo la palabra tomar es laresponsable de este efecto que llamamos chiste. Lapalabra e n : n a p e ~ e _ s u _ s e n t i d Q . . s e . . . . d e s l i z a . s u b r e p t i c i a y renentinamente cambia: el resultado es: el chiste. Pero .lOA que"'li-.nporta:-como--décía, es q ~ e F t ~ ~ l d - v e en estedeslizamiento del significado el modelo· de toda formación. Y también, el modelo de formación gue llaf lamos síntoma. Ello quiere -decir algo cuyo alcance puederesultar un tanto inusitado: que el proceso psíquicoqueprodujo un síntoma contiene un opérador del tipodel significante, también en el proceso de produccióndel sÍnfoma más grave. Lo que Freud viene a decirnos,se l.o ve, es un mensaje un' tanto incómodo: que hastalas enfermedades mentales del hombre están"{fstructuradas como un chiste. Es bueno recordar, al respecto,un temprano ejemplo-tomado de un caso clínico presentado por Freud. ..._A menudo me agrada dar este ejemplo ya que m u e s - ~ , , . , , ,tra hasta qué punto Freud estuvo convencido desdemuy temprano sobre el papel estructurarite d_el signifi-''C:ante en rdación al síntoma. Se trata del c.fg o de Isabel de R. aue Freud r · ~ l a t a entre los h i s t o r i ~ l ' e s clínicos-del' lib;o que en i ~ 9 5 publica conjuntaaj ente conBreuer, los Estudios sobre la histeria. Freud'1iabía tratado a la pac1ente--efi--rs92;··-q:i.iien' sufría en' especial,entre otros síntomas, de una astasia-abasia, parálisisde las piernas, en las que además se observaban áreasparticulannente dolorosas. Freud nos cuenta el tratamiento y la manera en que investiga el origen de lossíntomas, buscando en lá historia de la paciente el conjunto de los pequeños traumas que habrían sido responsables de los dolores y la parálisis. Lleva a cabo, sise quiere, un verdadero, serio trabajo dedetective, buscando en los acontecimientos v en los conflictos realesde la paciente, con su padre, ~ u s hermanas, sus cuña-

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    dos, su familia en fin, las causas de los síntomas y aunlas particularidades de los lugares precisos en que aparecían los dolores somáticos. Descubre entonces másde una serie de traumas y de causas. Pero al fin del trabajo de búsqueda agrega que' aun h ~ . b í a operado en ladeterminación de los síntomas o 1ra serie, ia que se un'aa nrenores para acentuar os. e 1nen ose a tal~ e n e Fnud llega a hablar de parálisis funcional simoólka , entefühendo or ·-1co--eneste eA r

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      ,¡

    , 1tecimientos relevantes para entend.er los dolores sm ll.J -ticos. Pero aun, Freud-sabía además que como buen.ahistérica Isabel de R era bien endofamiliar, es de lasque se preocupaba por mantener, por sostener, p ~ r . a rmar los lazos familiares, por mantener a la familia enun s(atu qua de felicidad que ei. tiempo y la r e a : l i o ~

    d e ~ d e c í a n . Las histéricas de Freud son endofamilia é'. :icentrípetas: tiran hacia adentro los lazos familia re.s¿Pero cómo iban las cosas en la familia de I s a b e l ? ~ a _ ~dre muy enfermo, muerto, la madre lo mismo. La her-mana mayor se casa con un personaje bien d e s g r ~ -ble para aqueHa histérica; a e ~ t e hombre poco le in+e-resa la familia, se lleva a la hermana mayor a VI v'trlejos de la familia. En cuanto a la hermana menor:las cosas funcionaban bien, sólo que Isabel se enamof d..(y no lo sabe, interpreta Freud) de ese encanto de horn -bre endofamiliar y respetuoso de la familia que su /}2.í _mana había elegido por marido. Se lo ve; los proyec,foSendofamilbres de Isabel derivan en un verdadero ele -

    1sastre. Se podría decir: En esa familia, las cosa¡; r¡D¡ ;¡.daban Cf : Zzinaban". He ahí. entonces, nos seibi1 reucautela freudiana .. Vale más volver otra vez al t e . r t 1 ~al ejemplo que nos prometía para 1el final de la ep.crísis del caso (Obras completas, Idem., p. 101):

    62

    1111

    --:;11

    -::

    i1l1

    "Afzadiremos todavía un segundo ejemplo que evidencia la eficacia del simbolismo en otras condicionesdistintas. Durante cierto periodo atormentó a Ceci;Jia M un violento :dolor en el talón derecho, que léimpedía andar. El análisis nos condujo a una épocaen -que la sufeto se hallaba en un sanatorio extranjero.Desde su llegada, y dura,nte una semana, había tenidoque guardar cama. El día que se levantó, acudió el médico a la hora de almorzar para conducirla al comedor,y al tomar su brazo sintió por vez p r i ~ r a aque_l, d ~ l o raue en la reproducción de la escena desaparecw at de-

    ~ i r la sujeto: 'Por entonces me dominaba el miedo a,no e n t r ~ r , ~ o n buen pié entre los. demás huéspedes del/Á\'so.natono . -

    Esta enferma. sufría, para esa época, d ~ l o r e s en lospies que la obligaban a guardar cama. ~ o r es ainversa: la operación significante, semepnte a la de ¡ .la formación de un chiste, no sólo está en la base _de \ \la producción del síntoma, sino que aun, nos dice ;· .Freud, es útil i n c l u s _ o ~ para el_ levantamiento del _sínto- •rna mismo; t i ~ B . e utihdad s1 u s t e d e ~ me permlten-

    /·terapéutica. ·· · ·

    Este e j e m p I ~ nos permite i n t r o d ~ ; i m o s o aclarq_rnuestra afirmadón de que el significante tiene que ver }con el límite mismo del campo de la práctica p s 1 c o a n a - ~litica. En efecto, si el cfüste es modelo de tocifr-fe.Fiha~ i ó n , ¿qué será aquello que el analista deb7rá capturar en la palabra del paciente sino algo que ten?a quever con la operación que define al mc:delo, a saber, elsignificante? · ; .

    La situación analítica s e lo . sabe; pero se olvidaa menudo las consecuencias- es uná;relación dialógi- ica por excelencia, es decir, una: r e ~ a C i ó n de p a l a b r ~ s /donde sólo median palabras. Pero sm e m b a r g o ~ . h a b r ; i a lqu : :: cuidarse de decir que tal relación; que ú n i ~ ; ; i m e n t epasa por el lengu:::.J-, es una relación de comunica-

    , :.·

    ~ " " ~ : _ : : : : ¡ : ; : ¡ i r n , , . ¡ . a i : x . 1 i • : r . : J t : t ~ ~ r - : ; ; : ; m : _ , _ p ; ¡ , , r . . - . - - : : . . . . . n " ' ' " - · • ~ ~ ~ i- - . . . . - ~ - - · - - - - - - -

    1

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    1 1· " ·-< I · c c h ~ a'e hción". r que e . ana ista esta a a: es u -"' ·"' a-fab;a es Ja ooerac1on ero aue a abita, y no lo quei i paÉ1ente q;iere decir. En lo que quiere decir, y porintermedio de esas fallas de Ja palabra, escucha lo queel paciente no quiere decir. a situación analítica noes una situación de co ·os. teóricos de Ia ingeniería de la información. Estopor un lado, pero s1 se entendiera la pa1abra .. ~ 0 1 y m nicación en un sentido, digamos, más humamstico,como comprensión ; bueno, entonces habría que decir que mucho menos. que lo que delimita el campo. dela práctica psicoanalítica es algo que y en sentidoactivo-- nada tiene que ver con la comprensión. Elanalista no está ahí para comprender a su paciente.Si por fortuna se escucha decir a alguien que se estápsicoanalizando y que su analista lo comprende; sepuede estar seguro: ese análisis no funciona.

    Decía que esta situación, este campo bien ~ J e c u l i a r ,no podría ser modelizado con ideas ~ e r i v a d a s de 1ª·, teoría de la comunicación. Estos nacieron de la preocu-, i r i paclónae ..Ios--Egeiiieros-·ae que los aparatos que sir-  1 ven de medios

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    mismo que. se equivoca con las palabras, en el nwn:ren·to en que, y sin dejar de decir, no dice lb que q ~ w r e .No hace falta más para introducirse en la fórmula deLacan: el inconsciente está estructurado c ~ ~ o l e ~ _ : : _guaje . se recue-rda- eiíTorices-elt.:ursó-deFreiúI .aern--troaucción al psicoanálisis para llamar la atención so-.bre el orden de los temas elegidos por Freud: los actosfallidos, los sueños, y finalmente la teoría sexual. Masotta retoma fundamentalmente el J?,roblemc:- losactos fallidos y los sueiios para referirse al sigm1 ican-te. Freud comienza por los fallidos, los de palabra;especial, cuan.do trata de pro.bar la ex_istencia del ir: -consciente. Mf.¡iiante esos f a l l i d o _ . ~ _ e . l su¡eto puede decirlo que no quiere decir. Se señalan e n t o ~ c e s cuatro pu·n--.tos fundamentales en torno a _ _ : _ ~ q _ ~ _ j a ] J J J o . s : l.º,, qu0e tte· 1n.en sentido· 2.º tienen que ver con el deseo; 3., ue /tienen que ver con un movimiento e ocu t a m i e n ~ o : ,Y \4.º, que tienen que ver con la m a n ~ apancwnjc[ff[Jle¿zcaao. . . •~ hace referencia en seguida al v o l u n ~ z n o s o t.ra/J -jo sobre ~ ~ l ' i ~ ~ y sus relaciones c?n el m c o n s c 1 ~ n t e ,y se insiste en el hecho de que e_l__ _ ; I J : _ z _ s _ t e ~ e _ s _ _ t i f l : f e n o m e ~no de vaiabras, o de juego con las palabras. La palabrapenria.nece y el ·signtficado se desliza. El. efect9 de sen: -tido producido c a r i · ~ este -ju_ego. de, las palabras es lchiste. Masotta seiiala en el chiste el modelo de toda66

    1

    j1

    1

    fío, e. olvido; los actos a. t os, el. síntoma. Se iace en-tonces referencia al caso de Isabel de R. para mostraren el síntoma un juego de palabras: la familia no camina, ella tampoco. He ahí su a s t a s i a ~ a b a x i a . Se recalcaque en. toda formación se expresa el,deseo. Pero punto;importante: el chiste no sólo es m . ó d ~ Z O de toda fon-nación., sino q ~ t e su ~ p e r a c i ó n , ~ g r z i f i C ~ n t e t d J»ita..el campo mas propio de fo p r ~ i c a el ,áe la relación del analista con el analizado. Sin dudaque el chiste es modelo también de. ese campo: J 2 - - 1 f ª Y - - ~chiste ~ ~ ~ _ o t r o que se ria, a saber, que ( S el_otro elque ....

    ~ a _ n ~ i o _ 1 z , a _ f T ~ h i S t e _ " c o i n o tali:.JJ.or do.ndeese otrp ap_qr_ece __C:

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    ¡ ble:Jentre las psicoterapias, las psiquiatrías, etc., y elpsicoanálisis. Como ven, n1i dogmatismo tenía al menos un fin: alertar a ustedes, despertar la atF:nci.ón.

    :Pregunta. Se entiende su i n ~ e n c i ó n de mostrar loq u ~ ; d . ( s u entender constituye lo p"ropio del psicoaná-

    l i s i ~ / j i ~ q u e no tendría nada que ver con lo que se l a m . ~ ¡. comuiiiCación. Péro entonces, ¿cómo es posible et dect-frédel:s.ignificado de los síntomas? No me oponga a loauÍ ';itsted 'dice, le pregunto. En. el psicoanálisis los sue-~ o s y fd: libre asociación tienen un lugar cap:tal. Perocomo pasar desde ellos a la interpretación del psicoa-naliSü ° ¿No hay múltiples maneras de interpretar? Porlo demás, hay una pluralidad d ~ . casos, muchos tiposdiferentf;.s de neurosis y de neuróticos. ¿Qué es lo queha ; p(i.Sado en cada caso?

    Pues si mal no entiendo, la pregunta sería: si nohay comunicación ni comprensión en el diálogo analítico, ¿en qué consiste la interpretación?

    Pregunta. Pero me gustaría completar lo que que-ría decfr. ¿Qué garantía hay de que la interpretaciónque se hace, digamos, de los actos fallidos, de los datosde fa libre asociación, es correcta? ¿Qué garantiza la

    c o r r e c ~ i ó n de la interpretación? <Es· que alguno quisiera comentar, o contestar est,as

    preguntas. Ellas señalan dos vertientes: por un lado,y dada;Já crítica a la idea de comunicación, ¿qué significa>fo.terpretar? Y por otro, ¿quién garantiza la palabra : del analista, su interpretación, ante el relato del

    } J ~ B i ~ ~ t ~ ? La pregunta por la garantía de la interpre:tadón ine ha inspirado. Pero ayúdenme ustedes en mi· r ~ b a j o hoy, conducir a ustedes a las ideas de lateoría y a la práctica psicoanalítica. Vuelvan a lo que63

    1·I1

    ya me han escuchado: que la pulsión no tiene objeto,que el significante no conduce sin má::; al significado,que el saber sobre la sexualidad está separado de lasexualidad. Y finalmente, ;que el sujeto en cuestión estará siempre demandando por consiguiente algo al analista : Saber.

    Pero ocurre además que la gente siempre sabe dequé está hablando. Como aquel médico que una vez lecontestó en tono molesto a Freud que la histeria ern.una enfermedad ·de mujeres, porque la palabra hisLerirprovenía de útero . Y usted, quien me pregunta, hacesi se quiere una operación semejante: cuando nombrs_la palabra interpretación cree entender que Ja palabra

    ,. , r l .le deja entender de qué está naoianao, para sa_u- oceste atolladero bastaría que se invirtiera algo. El conflicto -del sujeto es un nudo donde ni pulsión ni signi .ficante le sirven de garantía de. ~ i a d a , y él en verdaclestá bien neurótico a raíz de que nci.da crufr:: : saber Lleesa falta de garantías. Cuando usted pregunta por fa.garantía de la interpretación, ¿de qué lado se coloc2?

    Quiero

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    ;¡uI¡

    torio) de garantía u a n ~ o el paciente busca la garan-tía demanda Saber s o b r ~ su deseo, intenta estabilizarciertos lugares de sí misfuo que la gente lla·ma intimi-dad y que tienen que ver con el goce y el sexo. En psicoanálisis la garantía es lo que el paciente no podráao pedir, y en este sentido tal pedido pertenece al cam-po de la Transferencia. Por Io demás, una teoría quedenuncia a toda epistemología de objetos dados, es ellamisma epistemología, en el momento de su práctica, delma episteme cuestionada.Pero para contestaile a usted. No existe, en psicoanálisis, en relación a la interpretación, más criterio deverificación que comprobar si el análisis marcha o no.·De· S b · '1 · .r: • ... H ·C.- ro como a e r s1 u.n ana_1s1s 1unc10nar '- ªY unamanera: entender qué ocurre en la transferencia, larelación analítica por antonomasia. Dicho de otra ma-nera: el criterio de verificación es que la relación ana-Jítica funcione, que marche hacia adelante, que se abrauna historia, que el sujeto en cuestión .pueda andar en

    dirección de su deseo. Desde Franco a otros censores, ustedes saben, hay mucha gente que se preocupaen general para que la gente no tenga historia. Y yome temo que q u i e n ~ s se ponen del lado ( 1 ~ los amosson los mismos que temen por las garantíás. El analista no le pide al paciente que sea serio en sii decir. Sinoal revés, que sea érrático, que asocie. libremente enfin... · ·

    Pregunta. La respuesta me parece adecuada, sirvepara ilustrar muchas cosas. Sin embargo mi preguntano se dirigía tanto al lado, digamos, epistemológico dela verdad en SÍ, sino al lado terapéutico, a la capacidadde la interpretación de producir efectos terapéuticos.¿En qué se garantiza el terapeuta? ¿En su propia ex-periencia? ¿De dónde surge la garantía de que, si bienél sabe que no posee la verdad, tampoco ha de hacerledaño al paciente?70

    1.1

    segunda parte de lo que acabo de decir,. Pero se podría-- -agregar que nb hay por qué no pedirle, e;dgirle, ciertascosas a aquél que· se plantea en posición de analistaBueno, con respecto a su formación, y además que élmismo se haya analizado. Pero no quiero hoy hablarde este punto, que es muy delicado, y podría generarcienos errores ..

    Pregunta. ¿Pero no importa que el psicoanalistacontrole a sus pacientes con otro psicoanalista? Lacuestión del control, el tiempo que ha controlado ..Recién tratamos de int:mducirnos en algunas ideas

    básicas del campo del psicoanálisis, y estamos hablan-do cie formación del analista, de controles, etc. Peroen fin,.no es culpa nuestra. Quien se plantea un puntodel campo psicoanalítico termina pronto planteándoseel conjunto de sus cuestiones. Pero. para hablar poco:digamos que la ~ u e s t i ó n del "confrol" tiene en primerísimo lugar que ver con las "garantías". Si un psicoanalista fuera a_ buscar; al c o n t r o l a r . ~ , , a sus nacien-tes, la g a r a n t í a . : ~ F e n fin, ¿se dan cuenti':'ustedes4 1o quehabría que pensar de ese psicoanalista? . Lacan diceque el psicoanalist a se' debe a sí mismo ... Es sólo después de haber reflexionado sobre e s t ~ t p u n t o plimeroy capital que hay que plantearse fa significación y lanecesidad de los controles .. Parlo demás, el término"control", ¿no es un ·:tanto policial? P ~ Í o ¡ ,este puntoes arduo. Confío que algún día podremos hablar de él.

    Pregunta. ¿Qyé se ha de pediral .p sicoanalista errelación a su formación? " ' ·~ decía Freud, no mucho que tenga que v ~ nla medicina. Mas bien con la lingüística, la lógicá, la

    literatura, el estudio antropológico del m i ~ o ...71

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     : ¡:1

    Pregunta. ¿Pero la enfermedad no tiene nada quever con. la. sociedad? ¿Qué de materias corno sociologia economía, historia de la civilización.?

    ·. Otra persona. Y yo añadiría la medicina lo dicen /onó burlón. -:.¡.•.····.'-.- .,\ ,Otra persona. Sin embargo algo debe tener que

    v ~ r { d i p s i c o a n á l i s i s con la medicina. He c::- 0 habiaraquí:de·enfermedades mentales ..

    Berenstein. Yo diría, para centralizar un poco eltem d.e la formación el analista, que en su preguntahay u n ~ afirmación: que para ser psicoanalista lzay ques r médico;

    L a · ~ m i s m a persona. No. Yo asocio enfermedad aclínica; Enfermedad significa clínica y e,línica significasaber un mínimo de medicina.

    Hay asociaciones peligrosas, que deben ser revisadas. La relación

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    gestos. En este sentido (pero esto Hevaria un seminarioen.tero), los gestos no. son interpretables en el sentidopsicoanalítico del término.

    Pregunta. Entre lo que mi compañero preguntabaY o que usted Masotta contesta me parece ver una vetapor donde se podría volver a plantear la cuestión. a-r·ece claro que quien establece, en psicoanálisis, los pa-t;ones de comunicación, es el psicoanalista, recortán-aolos en parte, descalificando al individuo en su pro-blemática. ¿Qué tipo de comunicación existe en esteplanteo que el psicoanalista le hace al psicoanalizado?¿No se podrá h.ablar en este senrido de dominación, des-calificadora?

    Otr:a persona. Pienso que el problema queda seña-lado. El terapeuta está ahí, y el paciente ahí: amboseparadns por una raya. En el medio, un espacio vacío.

    Es en ese espacio que la palabra garantía carece desentido. ¿Qué garantía? Pero entonces la conwnicacíónque pides no t i e n e : ~ e n t i d o . ..

    Otra persona. Al hacer ajeno el campo analíticode la problemática de la comunicación, sólo se poneun. Pª'.rón de dominio sobre el analizado. Quien fija losentenas ele comunicación es el analista. En el fondolo que está en juego es la dominación del analizado porel psicoanalista.

    Tal teoría no es novedosa. Existe un teórico de iacomunicación y terapeuta ingenioso, que la expone cadavez que le preguntan algo. Pero le explicaré a ustedP?r qué el ps:koanálisis nada tiene que ver con una lóg 1 ~ a del p_oder. O mejor, y si tiene que ver, es porque elpsicoanalista trabaja en contra de esa l ó g i c a . ~ poder,74

    1111t

    ¡11

    1

    ~ s o t1,;ne g:¿e ver con lo q ~ ~ s e llá+A1a t ~ c i _ :Fero c.:11 análisis la transferencia es lo q g ~ ~ e b ~ s _ : : : _ana1 Zad0, lo-quehay q u e - l i g ~ Í d a r ~ - d i s o f v e r . Pero auJ: ,¿se ha-reflexionadosobre qué cosa es el p ~ d e r ? Enprimer lugar todo poder se quiere central. Ustedes enEspaña no lo ignoran. Pero en la situación an alíticael psicoanalista se des-centra hacia el psicoanalizante,al que conduce, apoya·, hacia su descentramiento. Le induce, lo repito, a que sea errático .. le conduce paraque pueda hablar de lo que generalmente calla, de losobjetos múltiples, erráticos, de su deseo·. Pero en segundo lugar, no hay poder sin relación del poder conel goce. Lo que en el poder queda prohibido es el gocedel orro. Aunque es cierto q_ue de cualquier manera elotro goza, masoquísticamente .. Este punto es fundamental para entender qué es el psicoanálisis, puestoque el descubrimiento fundamental de Freud consisteen haber denunciado que la enfermedad es ogoce, gocernasoquístico (autocastigo del histérico en el síntomasomántico de conversión). Pero· en el dis-curso del poder, en la lógica-: j:lel poder, este goce d ~ J otro quedaocultado. Prohibido y ocultado. Raión por la cual tan-ta gente ama a los amos·. Pero además, elpsicoanalistano prohíbe el goce. Pretende dejarle hablar, devolverlea la palabra, dejar que se muestre, en la experienciaanalítica misma, su origen, sq estructura, fas condiciones de su formación. Por lo demás el psicoanálisis dejaal goce s o b r ~ la tierra. Los amos lo pron:ieten para pasado mañana, lo. anudan al castigo y al látigo, lo ijermiten si uno se· redime, si paga sus culpas . Como elpsicoanálisis na.da tiene que ver con todo esto, tal vezes por ello que haya tanta gente que nada. quiere saberdel psicoanálisis.

    Otra persona. Sería bueno dejar de lado el podery comenzar a hablar de religión. ¿No es dogmática la75

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    .. : h o n t ~ s t a c i ó n . de Masotta? ¿No ha anulado lvfasotta lapregunta? La pregunta· es irrelevante, sólo d esté enposes_ión áe la verdad de la teoría ..ps,ted. dice que mi respuesta ha sido dosmática y

    qBeJia e}(cluido a la pregunta. Que he c o n ~ e s t a d o quela p ~ ~ g u n t a :no entraba en el campo psicoanalítico, yq u e } ~ J dec;irlo he convertido a la teoría en dogma, como

    e n J a ~ t é l i g i ó n . Me parece que todo esto no es cierto. Ciertajiráctica de la enseñanza me ha enseñado a permanecer-º atento a las operaciones que realizo mientrasde_bo responder. En primer lugar yo no afirmé que nohul) era comunicación e11 general, sino que cuando media:11Jas palabras la relación debe ser conceptualizadade una manera que es ajena a los modelos comunica

    c i c : i n ~ l e s . En tanto la persona de la .audiencia (es lo que: 1 º ~ - d ~ f e r e n c i a no distingue entre objeto teórico y obJetoreal, ella siguió insistiendo en esta idea:· la relación

    a r i a l í t ~ c a es una relación de comunkación, y si es que'el psicoanálisis lo niega, entonces sólo habrá que. dedieir:que la relación analítica es una relación de dominacióri. Hay ·ahí sólo entonces' un amo y un esclavo.Contesté que no se podía homologar la posición delamo· con -la der psicoanalista: el discurso del amo es

    c e n t r a ~ i s t a , ignora el deseo, lo prohíbe, excluye el goce. d¡;Lotro; o bien, só'Io lo incluye como panacea de Ja

    relación misrna'de dominación. Es el masoqi.:,ismo. Parael p ~ i 5 : o a n a l i s t a el masoquismo no sólo es analizable,sino_gue debiera ser disuelto.Otra persona. Su última reflexión es interesante.acla_ra lo que tiene que ver con. la relación amo-esclavo:c:Pero;.no deja sin contestar J? EI__g_ué el psicoanálisis_puede no ser una relacióJ:L.de cornuñicaciói 'i?-- --- ··-·- - - ~ - - - - . -·- '·· -·· - · ~ · • · 4 - - - - - - - - - - · · - -- . .

    11 Tal. vez resulte útil explicar las cosas de esta mane-. . ra. Cuan.do se habla de comunicación, hay mi vector· -\ que se origina en el Emisor pasa por un Mensaje, y1 ---····

    76

    ...ri·'111¡¡1

    concluye en el Reqeptpr (la dirección del rnovirnientcr¡¡se invierte luego)._En fa relaci6r1 analíti 0 a qJ ;j_:-:11emiteel ri1ensaj ' e< el Rer:eptnr, al q u ~ a n llarna O t _ ; ~ g _ , _ 1 ¿f_.o'·cm::; a y ú . 2 u 1 a ~ , y que no e s d D i ~ s . Los in en sajes' que ) _ .. l u:uc .nosotros aparentemente ernitimos:

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    sor. Decía que l poder está incluido en el discursomwlítico en la medida que la piedra de toque de esediscurso es la transferencia. Pero que en el análisisésta deberá ser disuelta. Pero además, ¿qué entiendenpor poder? ¿Es :;eguro que no codifican ustedes d po-der como opuesto a lo que podría ser el libre juego delas opiniones? Para ustedes, tal vez, lo otro del poderes el liberalismo. Lo malo es que se ignora así el con-cepto de inconsciente. Cuando en la Casa de los Comu-nes, en el Parlamento inglés, se contraponen opiniones,el sistema puede ser todo lo bueno que se y_:iiera, segúnel gusto político de cada uno, pero el inconscknte ental ::;; .uación hace de convidado de piedra. Hay algo,ustedes saben, en el iiberalismo, que debiera ser recha-zado. Si ne fuera así el marxismo no hubiera existido.Tal vez no se libere la verdad contraponie ndo opinio-nes. J;'e_ro :·.el psico.análisis es distinto: en tanto lo queest_c í. en. 'ue _ es alao que tien · _ ' ~ ~

    - 1 E s : o n s c i e n t e ~ g o e h t o n c e s _ ~ t i e n e gue· ver con laV•?J.i¡•?. del s ~ e s L queestá g o . o ~sujeto cree rle sí. su opinión, sino lo que estructura suopm1on ...

    Preguma. (Inaudible).Berenstein. Lo que usted de alguna man.era intro-duce ahora es la teoría de que la sociedad oprime a la

    persona qu e por medio de la frustracíón produce lossíntomas áe la enferm.eclad. Y al mismo tiempo afirmaww posición cercana a la antipsiquiatria de Laing.

    Esa cuestión del individuo en r.elación a las variantes e invariaüé::s históricas, que usted ha introducido,y que segun1mente cobra sentido en ur modelo expedmcntal de control de datos, sólo podría ser útil después78

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    ria, entendida como cambio de los usos y presfonesculturales, puede ser considerada como invariante cuando se trata del sujeto del que se ocupa el psicoanálisis.Sin embargo, y al revés, los· individuos son efectos,hijos de su tiempo. Pero de época en época hay algoque se repite: se arna por ejemplo y según la época dedistintas maneras, pero ninguna época ha resuelto lasaporías del amor. Si la pulsión no tiene objeto es por·que seguramente no lo tenía en la época de Sócratesv Alcibí.ades. Por lo mismo, la historia varía mientras. ue el deseo es invariante. Basta releer El anquetepara comprender que lo que ocurre ahí a nivel del de-seo entre Sócrates y Alcibiades se parece en más deun punto a lo que se plantea en la situación psicoanalítica,

    Todo lo cual no significa que afirme yo que el psi-coanalista y su psicoanalizante puedan ubicarse fuerade b historia real. Confieso además que me gusta latesis de Guatarí (co-autor de El antiedipo libro que encarn.bio no me gusta), tesis que no sé si conocen y enIa qu.e se habla de una transversalidad del deseo; asaber, que el deseo muerde en los objefos que son losobietos de la historia, los conflictos sociales, las ~ o y u ·tu;as políticas. ¿Pero no es suficiente por hoy?

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    ----VIPodríamos defirnr e Edipo como lugar donde se

    h i s t o r i z a ~ · - e - ñ - r a . - · t e r i l p r a n a i i f a n c i a , üñ fonción precisa: la necesid2d de uri "co-rfeen"-la rélación entre m a ~ ·dre e h¡jo. A saber-, una fu0cióñ cápaz de. dinamizar, de··hacer andar, e_ conflicto fund.ament_a.i, "évitar las f1ja-c1ones del.sujeto a ese_mal_Jugar _ donde constituye y __efogeniza sú cuerpo. s¡ el complejo d.e Edipo remiteentonces a hecho de que la prohibición del incesto -está inserta en la erogenización del cuerpo, es porqueel sujeto se ve de entrada referido a los polos dondela r ~ L : : ción se consrltuye el paCi' e, Ia .rnadre. Y escó.bten hc.b ar --decíc. Lecla1:-e- de polos y r · :ie perscnajes, pare. evitar las Í i12ge:-:es soslayar esa tr2mp2c.ue can.:ltste en pcns2r- el p a . d : - ~ y la madre en term. nasde c a r a c ~ e r e s o :m:ige:-ies. Esa·s po1 ::>s san ~ : . i r t c i o n e s . ?o

    C ~ i 2 2 o s de::ir - l :uncrón maC;:-.:: 1 [:i. que decfJ.f":lOS, d ~ ·~ ~ r - T 7 : . i r : . J . :?. ~ 1 s c o r : a ,.::e¡ cuer-po ~ : C g e n o . ?Y1icncras q u ~ 12..f u n c i o ~ pa¿re._:end:-a q 1.Jc ver con e ef::c:o de cor.econ l a p C T d i d a ~ 0 b l i g ? . : o r : a d ~ l c o ; ~ c o p r l 2 a c c i i ~ : y s ~ s

    s e c u e i ~ s .Si se le= con cuidado los t - ~ x : o s f ~ ~ u d i a n o s se . : o r n ~

    probari q ~ ~ el 1 ; J a d r . ~ en cuestión en el E:. iiµo no esel padre ;ea . O que a ~ i g u n de ;J:idre , kJOS de .sc:-unlvoc.a, se dobLa en d materia clinrco de los ;Jacienres, y que en el discurso teórico. se trip ifica. ¿No -bi3. L2c2r1 c:iando ~ 1 1 ~ e r p r e t a las texcos f r ~ u d i a n c s -

    '

    iJ.s instituciones que pertenecen J. la lnl.ernacionJ.l cor.tra Jos 12-Canianos. Está el ¡:¡roo tema de que c a c ~ a teoriase defrne en. relación a las tnst1tuciones sociales. El

    la idea. de que hay que.trabajar en el interior ele losc11spensa.r10s sociales, luchar en contra de la hjpocresí.a

    ~ e ; : ; : u a l para p ~ o d u c í r efectos positivos; salubres, a nivelí\j

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    problema de la incidencia del pstcoanálts'.:; como t n s l ~ lución en L:is disl1nlas instituciones soc1;:iles, ia cscueia \os hosp1to.les, v J.un, hasta las c;:irc::lcs. Esli enj ~ e g o el problema "que p ante2ba Relch, el de la re[actón del psicoanális;s con a re.prestan soc[al de lasexualidad, su - incidencia en las insUucíones que la

    s ~ i e d a d crea para ordenar y controlar a scxua[idad.Con resoeclo a Reich habriZt que decir en primer iuoa. v desg- raciadamente que cuZtndo afirma la nece-o • 1 J ,sidad de una política sexu;:il y se separa de freud, sololo h ~ c e a condic1on de negar cienos fundamentos bas1cos de la teoría f reudiana, y de equivocar otros. Sesabe: teóricamente hablando, Reích e : : : . 2 . ~ a p r o f ~ r i d a -. cm en-te - e q ~ u í v o c a i : f ~ ~ · v -e:o-fi=1c;5-;¡;ós_ s_u-teoría derivan aen un e ~ e r g e t i c i s m ; delirante ajeno por completo alFreudismo. Su libro sobre el orgasmo es ínteres;:inle,

    ~ e r o muestra hasta qué punto Reich cÓnfundia 1.íbidocon genita\idad. Toda su teoría habia den vado del con-, ' . J I• ¡ q eceplo freudiano oe neuros1s actuaics , con_ e ~ : uFreud, al comienzo Jel desarrollo de su pensamicn,to,subsumió los males de la neurastenia, los dolores de 1::.híoocondría. Freud encontró que estas sintornatologias

    p;r momentos difusas o frondosas, tenían a_ue ver directamente eón causas sexuales reales, actuales: la rnas~ u r b a c í ó 1 1 , el coito interrnptus. Pero ]amás dejó de disuncru1r entre esas neurosis "actuales" y lo que ilamóo . 1ascconeurosis cuya et1ologí2 rcm1ua e:-?. pr1rner 1ug21·,,\ ~ - - . d - · v r. 1 s"'rundo lucrar ob Paoa a refinar ios• \. c._. u ' J J ·- ' .... :7 . ::i- . \ ' l ' Is \ {-C O G C ~ O t O S :eC.r1cos 1 p3rticu.2rmen-.e os Ge tJl. 1 t ... 1 .[;¡de. v tamb1'én, \es que definen \os a c c i _ 9 e r i . t s ~ de. .i2

    1 -  ~ : : . J 2 . . C l 0 f 1 osYcoan2lit1ca · re.sLstenc1a, t . r . ~ n s t - = r e n c i a .- ,' ; ; d . - 1 1 . . . ~ , Ji e ;;;;:.- -o'¡ riS . ~ e 1 c n . c:--i::.vo C;:t.le la ver ·ad, :o l. .t.1., 'J to 1..J.i..1.- ,_u._1 3. ) i . t _ . . ¡ ¡ j , ; a / - --. • ¡ .- : \se s1tua e "": a.or1mera r:1t(ac. ce ta eor12. -_n id t.....::.L -1 u-.::ién re3l. ::ior,rnal '.'1;-;cor-.a1.1;ento genital, de \a. é:'.".[er·rnedad v de. las o e r ~ u r b a c t o n e s :--ieur-jucas. De C.J1 1, st::- 4

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    ue la masa y de [a clase social. La "Lrrnu:ación que :iace, ... d 1 ' 'C e .:: reu -º conauce por si misma a la psicohigienesoc1al. La teoria freudjaI1a comoleta no condua2 necesariamente a mismo lugar. R e i ~ h vei.a una conexión elenecesidad entre la moral sexual social y la lucha decLe.se.s,3 tal ve::: no se equivocaba. A Freud le interesaba más desentrai'iar que era e..$e s e x u a l ~ de lo cual

    ~ - a n t . o los hipócritas, como quienes como Reic:_ lucha'.oa.n. contra Ja hipocresía, pretendía saberlo todo Mastarde Reich demostraría en efecto que no e n t ~ n d í a mu cho de la cuestión. Pero al revé.s, ¿no se habr ía podido,con una teoría menos equivocada, intentar abordar ese

    _ cmÍSffiO campCLSOCja(:,-e[- de·una prácticrsocia[-_re3J,__:_e_S_C___campo donde a pesar de su buena voluntad Reich ,mis-mo habría de fr2ca'sar? L2 cuestión es complic:da, y sit r a t a r ~ -a la manera de r;ertos historiadores, quesiempre JU:Zgan mal.el pasado, y añoran siempre elhecho probable de que Ja historia podría.haber ocurri-do de otro modo-- de vol ver a pensar la convun turaeuropea de los anos .freinta, uno se vetia condt cido a·

    rev¡sar las posiciones políticas de los vanidos comu-nistas, la ideologí2 y (os cambios de esa. idee· lgía, mu -chas veces nada progresist2, COil reS]'f'.'CtO 2 la. sexuali-dad. Me refiero a los grupos m a r x i s t ~ s - Como