Marquard, Dificultades Con La Filosofía de La Historia

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DIFICUUTADES CON LA FILOSOFÍA DE LA HISTORIA Ensayos

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  • DIFICUUTADES CON LAFILOSOFA DE LA HISTORIA

    Ensayos

  • SosRE LA HrsroRrA DEL coNcEpro Frlosplco on"nNtRoporocf^d' DESDE FINALES DEL sIGLo xvlll

    I

    "Antropologa" parece ser un ttulo que comprende varias dis-ciplinas: ciertas disciplinas empricas

    -para determinadas seccio-nes de la biologia, de la medicina y de la etnologa-t y aquelladisciplina filosfica que se pregunta por la esencia del ser humano.

    Sin embargo, no cabe ninguna duda de que hoy da -en tenden-

    cias decisivas de la filosofra actual- la situacin es distinta. Schelerescribe ya en 1928: "Puedo constatar con cierta satisfaccin quelos problemas de una antropologa filosfica forman parte hoy dadirectamente del ncleo central de toda problemtica filosfi cl'.2YHeidegger lo confirma un ao ms tarde: "Hace tiempo que la an-tropolo gia actual

    -dice- ya no es solamente el ttulo para una dis-ciplina".3 Esto ya eravlido a finales de los aos veinte. Y su valtdezse ha reforzado hoy dia.La"antropologt\ en el seno de la filoso-fia actual, no slo designa cadavezms una seccin, sino una con-trasea filosfica de naturaLeza enf,tica: "antropolo g!'i' designa eltema central que debe ser abordado desde un punto de vista filo-sfico, se convierte en sinnimo de la autntica filosofia en gene-raI.a Su actual prop agacin se corresponde a esa revalorizacin delttulo. Existe hoy da, a modo de teoras filosficas fundamentales-por no citar aqu ms que algunos modelos representativos-, la"antropologa mdica", la "antropologa ped ag6gict', La "antropo -loga religiosa" o "teolgict'y especialmente la "antropologa cris-tiana"; existe una "antropologa cultural", una "antropologahistri ca" y "social"; existe una "antropologa de las ciencias hu-

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  • manas'1 "psicolgica", "poltica", "fenomenolgica", "dialctica","basal", "sinptica" o "sinttict', etc.5 Al parecer, cualquier domi-nio de 1a realidad, proceso, fenmeno que se precie debe hoy da sercapazde acreditarse gracias alaposesin de "fundamentos antro-polOgicos" y a su desvelamiento. Arnold Gehlen habla as con de-iecho de "una cierta cotizacin" de la palabra "antropologa": "Thasel empleo actualmente universal de la palabra y su corresPondientedifusin se encuentra (. . .) una tendencia importante de la pocapor la que es Preciso que nos volvamos a Preguntaf".6

    En efecto, la pregunta Por el auge del ttulo "antropolo gt' y lapregunta por aquella tendencia par alacual dicho ttulo se convierte.tt irrisa deben abordarse filosficamente. Qu significa el hechode que la "antropolo gt' no sea un mero ttulo de disciplina parauna parte considerable del pensamiento contemPorneo, sino unttulo parala filos ofrafundamental en funciones? Cmo se alcanza.r.

    "oge de la antropologa filos ficay de su nombre? Cules son

    sus condiciones necesarias? Cules son sus motivos?

    2

    La siguiente reflexin quiere discutir esa cuestin desde el puntode vista de la historia conceptual. Para orientarse tomar como guala palabra "antropolo gi'. As lo que le impota, desde un princi-pi;, no son ms que aquellas filosofias interesadas de un modo cen-iral por el ser humano que llevan -en el ttulo o en el texto de susobras- realmente el nombre de "antropologas" y deja a un ladoaquellas otras que no lo llevan. De ese modo se oPone con todaconsciencia a los usos ampliamente determinantes de la autocom-prensin histrica de la antropologa actual, que {omo es el casode Groethuysen, Scheler, Brtinirg, Landmatrn' y enla mayor parte delos artculos de diccionarios,s con la nica excePcin tal vez delpequeo estudio de Sombart-e concibe por principio todas las afir-

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    maciones sobre el ser humano, al menos las registradas por la his-toria de la filosofa en su conjunto y desde sus comienzos, comocontribuciones a la antropologa to y p.r.de procurarse por ese mediola conciencia de un origen nobilsimo. Por el contrario, la siguientereflexin quiere recordar ala antropologa filosfica precisamen-te aquello que ella suele olvidar en gran medida sobre su auge ac-tual: que pertenece esencialmente ala tradicin de aquellas teo-ras filosficas del hombre que se han denominado a s mismas conel trmino de "antropologas". Pues la antropologa transformadaactualmente en fi.losofrafundamental se encuentra tambin deter-minada por los motivos de aquella tradicin de la ciencia filos-fica del ser humano que se ha dado a s misma el nombre de"antropologa".

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    Aludiremos nicamente a ese tipo de tradicin cuando a partirde aqu se hable de tradicin y de historia de la antropologa. Pero deella cabe decir al menos dos cosas (y tal es precisamente la tesisque debe ser presentada a continuacin con un alcance modesto):

    1. Esa tradicin e historia de la antropologa no es un asunto ni"eternamente humano" ni "eternamente filosfico", sino absolutay exclusivamente un producto de la poca moderna. Incluso la pa-labra "anthropologia" no existe fidedignamente ms que a partir delsiglo xvl.rt Y la teora filosfica que se vale de esa palabra como con-trasea se establece ante todo mediante un doble proceso de rechazoque slo deviene posible en la poca moderna: un proceso de re-chazo de la filosofla, por una parte, respecto a la "metafisica de laescuela tradicional", y por otra parte, respecto a las "ciencias ma-temticas de la naturalezl'.Ese doble rechazo 12 representa, de hecho,un giro hacia el mundo de la vida

    " y, en cuanto tal, una primera

    condicin de necesidad de la antropologa filosfi ca y de su cre-ciente importancia.

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  • 2. Esa tradicin e historia de la antropologa filosfica no englobade ningn modo todas las filosoftas panlas cuales el ser humanoy el mundo de la vida representan el tema central, sino entre ellasnicamente a aquellas que no son filosofias de la histoay que Pre-cisamente por ese motivo son filosofias de la "naturalezt' del serhumano. Ese retorno alanaturaleza mediante el rechazo de la fi-losofia de la historia es una segunda condicin de necesidad de laantropologa filosficay de su creciente importancia.

    Esas dos afirmaciones contienen la tesis que vamos a defenderaqu: la "antropolo git'no es, ni designa cualquier teora filosficadel ser humano, sino exclusivamente aquella que se torna posiblemediante el "giro al mundo de la vida" y q,t. se torna fundamen-tal mediante el "retorno alanaturalezt'.ra

    Esta tesis se presenta aqu slo en cuanto resulta posible medianteun anlisis de muestreo de la historia de la antropologa filosficaa partir de finales del siglo xwtt. El anlisis no comienza pues conlos orgenes de esta historia; no comien za con Anthropologium dehominis dignitate, natura et proprietatibus de Magnus Hundten 1501 rs ni tampoco con Psychologia anthropologica sive animaehumanae doctrina deOtto Casmanns en I 594y 1596;16 no comienzaall pues donde el ttulo " anthropologit" aparece como designacinde la "psychologia" del ser humano a diferencia de la del viviente nohuman o;r7 por ello tampoco intenta, como Dilthe determinar"la funcin de la antropologa en el seno de la cultura del siglo xvly XV[",tt y tambin deja de lado, n gran medida, el siglo xvIII.reSlo se tratar por una parte, de una limitacin tcnica. Por otraparte, tiene un cierto sentido com enzar con el anlisis precisamenteall donde en la historia de la filos o(tase ha llegado por primeraveza un auge de la antropologa y de su nombre comparable en su ex-tensin con la coprntura presente, es decir, en la primera mitad delsiglo xIX; pero esa primera floracin de la antropologa filos frcafue preparada por una antropologa de las postrimeras del si-glo nnII: por la antropologia de Kant.

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    La Antropologa en sentido pragmtico es el testimonio clsicosobre la importancia central del giro al mundo de la da parala g-nesis de la antropologa filosfica. Aparece en 1798 como publica-cin de una leccin.20 Kant pronunci esa leccin tras el semestrede invierno 1772173,2t conla intencin manifiesta de "convertir laantropologa ( . . .) en una disciplin a acadmica ordinaria'i como es-cribe en 1773 a Marcus Herz.z2 Peo justo en esa catta, donde Kantinforma primero de su antropologa, aparece tambin la expre-

    .t

    sin "crtica de la raznpura" "

    pot segundavezen la obra de Kanten general. Kant la us por primer avez en 1 772,24 el ao en que co-mienza la leccin de antropologa. Esa simultaneidad demuestra losiguiente: la aparicin de la antropologa en Kant est relacionadacon aquella fase avanzada de las tesis de su obra crtica tardia,peroprincipal,, a la que ya se acomoda la formulacin de su ttulo. Dehecho, esos primeros aos setenta forman precisamente aquel p.-riodo en que el filsofo vincula por primeravezla crtica de la me-tafisica de sus escritos de 1763 2s con la crtica de la ciencia naturalincluida en su Diss ertatio de 1770,26 y que con ello adopta por pri-mera vezel punto de vista completo de la crtica de larazn. El girode Kant hacia la antropologia est pues relacionado con la forma-cin del punto de vista de la crtica de la raz6n segn el cual la me-tafisica de la escuela tradicional slo se ocupa de "cosas mentales",mientras que las ciencias matemticas de la naturaleza slo se ocu-pan de "fenmeno s".27 Por tanto, el mundo de la vida humana queno se puede reducir ala totalidad sin realidad del "mundo del en-tendimiento" 28 ni alarealidad sin totalidad del "mundo de los sen-tidos"2e

    -es decir, ese mundo que (como dice Kant en su leccjnde antropologa) "debe seguir ala escuela", al que pertenece, entreotros, lo que llamamos el "gran mundo" y qoe se "tien e" y se "co-noce" mientras uno "participa en su juego" y se ve obligado a com-portarse de modo "prudente" y "necesita para tal fin cierto co-

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  • nocimiento del ser humano"-,30 como deca,ese mundo de la vidatambin exige una teora filosfica: por eso mismo, justo cuandocon la incipiente uticade la raznse torna claro que la metafisicade la escuela tradicional y las ciencias matemticas de la natura-lezano son capaces de proporcionar esa teora del mundo de la vida,la "antropolo gll' deviene neces aria como su nuevo rgano filos-fico. Por esa razn, Kant tambin define la antropologa filosficade un modo central como "conocimiento del mundo"rlt que no cabealcanzar ni por el pensamiento metaffsicamente Puro' ni por el ex-perimento cientficamente exacto, sino slo {omo dice Kant- Porla "experiencia cotidiana" " y

    "laprovechamiento de ciertas "fuen-

    tes" y "medios auxiliares de la antropologa": l menciona el "tratocon los habitantes de la ciudad o del campo'1 "el viajar", "la lecturade crnicas de viaje" y como colofn "la historia universal, las bio-grafias e incluso obras de teatro y novelas".33 Esto, entendmoslobien, lo ha escrito Kant; no obstante, uno piensa en Dilth ey y en elhecho, harto manifiesto, de que el antroplogo filosfico debe tenertambin algo de aqu el mrilpatnoA,yog que Aristteles conceba ensutica aNicmuco3a en un sentido exclusivamente negativo. Ross3selige all como traduccin gossip, "chismoso". En esa apertura a lonovedoso y a la riqueza de la experiencia, en esa apertura alos otros,se funda no slo la proximidad alamoralstica (Moralistik)36 y alaesttica,r, laprotesta contrala"escuel{' y la voluntad de "divtrlga-cin" que inspira a las antropologas, sobre todo en la poca de Kanty en el romanticismo,3s sino tambin la naturalezaconcretaY atrac-tiva de la antropologa tardia, incluso de la ms favorable a los aprioris.3e Todo eso y algo ms documenta el hecho que tratamosen principio aqu: la antropologa filosfica se establece {e maneraejemplar en Kant- en el curso del "giro al mundo de la vida"; es una"filosofia del mundo de la vida".

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    Pero ella no es la nica.Laotra gran "filosofia del mundo de lavida" en el mundo moderno es la "fi.losofia de la histori*':la filo-sofa del "destino del hombre" a0 desarrollada mediante la teorade la libertad como su "fin final" y mediante la teora del mundohistrico de la vida como la "mediacin" progresiva de ese fin final.4rAs pues el "giro al mundo de la vida" slo define la antropologafilosfica de un modo no especfico. Por ello, la antropologa no al-canzauna validezespecficay fundamental ms que all donde de-sempea, entre las "filosofias del mundo de la vida", el papel de la"gran alternativa alafilosofia de la historia"; y sigue siendo perif-rica cuando no desempea ese papel. Por ello mismo, la antropo-loga kantiana se qued

    -a pesar de la clebre tesis de su leccin delgica-a2 en un simple parergoni despus de su giro crtico hacia elmundo de la vida, el inters fundamental de Kant se dirigi hastatal punto a la filosofra de la historia

    -en su forma prudentementeabstracta, la tica,a3 pero tambin en su forma osadamente concreta,la filosofra de una "historia universal en sentido cosmopolita"-,*que no admiti la antropologa como "fisiolgica", como una res-puesta a la pregunta "qo hace la naturaleza,del hombre",es sino ni-camente como "pragmtica'1 como una respuesta a la preguntaesencialmente filosfico-histrica "q.r hace el hombre o puede ydebe hacer de s mismo como criatura que acta libremente":a6como un mero suplente de la "disciplina" filosoffa de la historia,aTque con todas las molestias provocadas por los intereses geogrfi-cos, fisiolgicos, psicolgicos y estticos, resulta menos competente.

    As pues, la antropologa escapa a esa posicin subalterna en elpunto preciso en que la filosofra de la historia se torna problen-tica y demasiado dbil para retener ala antropologa en su campode intereses. Se llega a este punto de forma representativa en la fi-losoffa del idealismo alemn, poco antes de fin de siglo, cuando el"progreso infinito" de la historia se rruelve opresivo en tanto demora

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  • infinita de su meta.as Esa crisis de la filosofia de la historia crea, nprimer lugar, la filosofia romntica de la naturaleza:ae Ia historiale parece hasta tal extremo desprovista de esperanzaque slo puedeconsid era la no-historia radical como agente de la humanidad: lanaturaleza.so Bajo el signo del mundo de la vida ya no se trata msde la natura-essentia metaffsica ni de la naturaleza experimental delas ciencias matemticas de la naturaleza,sino de la naturaleza comovitalidad.st Esa naturalezainteresa ahora como fuerza capazde sal-var las cosas humanas: "q.t es lo que la naturalezahace del ser hu-mano" se vuelve la cuestin decisiva. Puesto que la filosofra de lahistoria se resigna, la antropologa adquiere en el romanticismo unaposicin fundamental en cuanto se hace cargo de esa cuestin, esdecir, en cuanto se convierte de modo enf,tico en aquello que nodebera ser en Kant: una antropologa fisiolgca.sz Sin embargo,la antropologa fisiolgica no se refiere precisamente (como le gustacreer alaantropologa contempornea con el fin de renegar de susancestros) a una antropologa de catcter "puramente cientfico na-tural" y, por tanto, "sin relevancia filosfica", sino a una forma dela filosofra de la naturaLeza: la filosofta de la naturaleza del ser hu-mano. De esto da testimonio, por ejemplo, Steffens en 1822 en suAntropologa: "aquel punto de vista

    -escribe- que (.. .) fusiona alser humano con el todo de la naturaleza"

    " y "aquel sentimiento

    que nos sumerje en la plenitud de la naturaleza (. ..) es el funda-mento de la antropologa",sa as como el de la filosofra de la natu-raleza. Por esarazn, Heinroth pudo decir

    -asimismo en 1822 ensu Manual de Antropologa- que "indiscutiblemente (. . .) Schelling(es decir, el primado de la filos ofta de la naturaleza) ha abierto unava hacia la consumacin de la antropologa".ss La antropologa setorna pues fundamental parael romanticismo por su "retorno a lanaturalezl'fi.losfica: como aquella forma radical de filosofia dela naturalezaque no acta "junto" a la filosofia del ser humano, sino"como" filosofta del ser humano.56 Precisamente esa definicin entrminos de "filosofra de la naturalezl', es decir, de "alternativa" a

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    la filosofia de la historia, hace de la antropologa en el romanticismo-mucho antes que Feuerbach- una filosofia fundamental:"Lateo-ria de la naturaleza como la filosofra

    -dice Heinroth- tiene tantosus races como su cima en la antropologa".s7 Esa posicin centralimplica al punto su propagacin: la primera mitad del siglo )ilX de-viene una "poca donde la antropologa" se volvi "un objeto pre-dilecto de los investigadores"ss Aparecen revistas competentes sobrela materia

    -por ejemplo la de Nass-,5e as como una gran cantidadde libros. No cabe citar aqu ms que algunos nombres de autores:Metzger, Plitz, Abicht, Wenzel, Grres, Funk, Liebsch, Fries, Tiox-ler, Geitner, Suabedissen, Neumarr, Schulze, Hillebrand, Maine deBiran, Berger, Siegtwart, Choulant, Heusinger, Bonstetten, Weber,Rittel, Leupoldt, Burdach, Michelet, f. H. Fichte,Lotze: stos y mu-chos otros son autores de antropologas filosficamente relevan-tes en el periodo temporal de 1798 hasta 1856;60 h"y que aadiraquellos que

    -como, por ejemplo, Carus- han ledo sobre antro-pologa.6r Entre ellos sobresalen muchos mdicos. "Esa teora tieneque salir de las manos de anatomistas ymdicos", escribe en 1810Franzvon Paula Gruithuisen en su Antropologa (...) parafilsofosy mdicos principiantes:62 cuando la naturaleza se eleva a un gradode realidad decisiva,hay que escuchar tambin desde un punto devista filosfico precisamente a aquellas personas que ardan de unmodo particular al ser humano a entendrselas con su condicinde ser natural; as los mdicos se rnrelven competentes en filosofia dela naturaleza del ser humano;6r y justo por esa razn la antropolo-gamdica del romanticismo forma parte de los ancestros filosfi-camente revelantes de la antropologa contempornea;n ella anticipaincluso sus tesis: "Conforme a sus fuerzas ffsicas (. . . ) pronto se des-cubren en el ser humano carencias, en virtud de las cuales no so-porta ninguna comparacin con los animales (. . . ) Pero en virtudde su espritu

    -que es "un ser absolutamente diverso ala natura-lezt' y "jams aparece"-65 se eleva sobre la naturalezt': no se trata,por ejemplo, de una cita de Scheler, sino de una formulacin del

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  • profesor de medicina de Bonn |oseph Ennemoser contenida en susConsideraciones antropolgica.s de I 828.66

    Con su tesis sobre el puesto singular del espritu, Ennemoser seencuentrayade camino hacia aquella posicin tarda de la antro-pologa de la filosofia romntica de la natural eza que

  • como es, como ha sido siempre y siempre ser": son palabras es-critas por Burckhardt;83 Dilthey dice exactamente lo mismo: 'Ascomo la natutalezahumana es siempre la misma, los rasgos fun-damentales de la experiencia de la vida son tambin comunes atodos".sa Se trata del fenmeno, digno de reflexin, que hace quesean precisamente los delegados de la "conciencia histrica" quie-nes proclamen la naturalezainmutable del ser humano, con "enig-mas de la vida" ss siempre iguales y "tipos" siempre iguales derespuesta a esas preguntas.s Slo porque Dilthey tambin lo hace-es decir, no porque se dirij a alahistoria, sino porque, rechazandola filos ofta de la historia en nombre de la "individualidad", vuelveala "naturaleza universal del hombre",87 que l interpreta como"vida" I gue, si fuera necesario, estara dispuesto a discutir recu-rriendo incluso alabiologa-,88 slo por ello, decamos, su filoso-fa es "antropolog a" y puede denominarse as:8e la antropologafilosfica se establece tambin en Dilth.y gracias al abandono dela filosofia de la historiay al "retorno a la naturezl'. De ese modo, lanaturaleza y La historia caen bajo las determinaciones opuestas delo permanente y lo cambiante. Y puesto que la verdad sobre el hom-bre es su naturaleza inmutable, el elemento del espritu suscepti-ble de mudanza histrica slo puede ser definido ms alla de lacuestin de la verdad, como expresin de un sentimiento vital, esdecir, como "concepcin del mundo'1e0 El ttulo "antropolo git'oculta tambin desde ahora esa renuncia a la cuestin de la ver-dad. Por consiguiente, la "antropolo gil' puede asimismo adquiriren cualquier parte el significado de "explicacin de la concepcindel mundo vigente"," y ella tiene ese significado en los crculos msestrechos y ms amplios de la escuela de Dilthey: por ejemplo,cuando Rothacker busca una "antropologa cultural" como teorade los "estilos culturales" o cuando Wach examina los "tipos de an-tropolo gia religiosa";" y tambin lo tiene precisamente en la filo-sofia contempornea, en particular cuando se proclaman oexplicitan "imgenes del hombre".

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    Esa filosofia contempornea trabaja ampliamente en el problemadel mundo de la vida: no quiere ser ni un simple instrumento epis-temolgico de las ciencias matemticas de la naturalezani una sim-ple forma de metaffsica de la escuela tradicional. Pero precisamenteporque esa doble negativa se realiza unavez ms como un "giro almundo de la vida", renueva tambin la competencia entre las filo-sofias del mundo de la vida

    -la de la filosofra de la historia y la dela antropologia-y repite la alternativa esbozada: el giro ala filoso-fia de la historia slo es posible si se abandona la antropologia, elgiro ala antropologa slo es posible si se abandona la filosofla dela historia.

    Por ello, cuando en nombre del mundo de la vida se vuelve ala filosofra de la historia,la filosofia contempornea es crtica dela antropologa.Lo atestiguan la filos ofra de la existen ciay el mar-xismo.e3 Ambas son filosofias, en un sentido central, de la histo-ria del hombre.ea Sin embargo, Heidegger formula ya en 1929 ensu libro sobre Kant una acerada "crtica de la idea de antropolo-ga filosfica":es como "antropologa

    -escribir posteriormente-la filos ofra perece".e6 Y Lukcs advierte ya en 1923 "del gran peli-gro que entraa todo ( . . . ) punto de vista antropolgi co":e7 la"transformacin

    -dice- de la filos ofra en una antropologa ha de-jado al hombre petrificado como un objeto fijo y, por tanto, hadescartado la dialctica yLahistoria'1e8 As la filosofra de la histo-ria contempornea retoma la tradicin de crtica histrico-filo-sfica de la antropologa

    -que se extiende desde la crtica de Kanta Herd er y Platner, pasando por la crtica de Hegel a Fries, hastala de Marx a Feuerbach-" y la prolonga: tambin hoy da la teo-ra histrico-filosfica de la determinacin del ser humano im-plica el rech azo de la antropologa.

    Por esa razn, en la actualidad se llega ala antropologa de ma-nera ejemplar rechazando ese rechazo, es decir, abandonando la

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  • filosofia de la historia: la palabra "antropologa" se convierte en lacontrasea de las secesiones. En Francia existe a ttulo representa-tivo una secesin del marxismo proclamadaexpresamente en nom-bre de la antropologa: Kojve, Merleau-Ponf y Sartre, al menosel de la Critique de la raison dialectieue, quieren cada uno ProPor-cionar al marxismo una base antropolgica ms amplia que, encuanto concierne a su nivel intelectual, lo eleve por encima del "ma-terialismo dialctico".roo En el crculo de Heidegger existe a ttulorepresentativo una secesin de la filosofra de la existencia procla-mada expresamente en nombre de la "antropologl': en Lwith,Bollnow, Staiger, Binswanget Kunz y otros.ror Lwith -que ya en1928 concibi sus tesis doctoral sobre Feuerbach como una con-tribucin a la "antropologa filosfica"-rDz formulaapartir de 1939la pregunta decisivaparatodos ellos: "t. define el ser y el 'senti-do' de la historia en general a partir de la historia misrna, y si no, apartir de qu?",tor y responde: a partir de la "naturalezt', para Pre-guntarse a continuacin "pot la naturalezadel hombre en el mundonatural".l04 Pero ese "retorno ala naturalezi' es tambin caracte-rstico de la antropologa contempornea en general, como antaolo fue de la tradicin antropolgica;r0s aquello que se muestra enlas filosofias que huyen de la filosofia de la historia define el giro ac-tual hacia la antropologa en su conjunto: la historia Parece de nuevotan desprovista de cualquier esperanza qve slo la no-historia ra-dical, la naturaleza,, se salva como punto de referencia slido o almenos practicable; as el auge actual de la antropologa filosficayde su nombre constituye sobre todo la expresin de una crisis deconfian za enla historiay en su filosoffa.r06 Nos limitaremos en estepunto to7 asealar tres fenmenos que lo confirman:

    a) Resulta sintomtico de la antropologa filosfica contempo-rneasu unanimidad a la hora de reconocer el texto de Scheler sobreEl puesto del hombre en el cosmosros como el verdadero texto ini-cial de la antropologa contempornea. Esto es instructivo; pues laobra de Scheler no es en absoluto la nica gran filosofia del hom-

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    bre de los aos veinte, sino que slo se distingue de esas filosofiaspor no concebir al hombre en trminos histricos y por destacar suposicin en la natutaleza:roe es slo sobre la base de una teora ge-neral de la vitalidad natural lto q,r. Scheler plantea la pregunta porel hombre como aquella pregunta que inquiere por la diferencia del(< , .. ,,

    SU relaCin COn la ..vida,, natural.ln eUe preCisamenteesprrru Yese planteamiento adquiera un valor ejemplar

    -"ninguna filosofiadel hombre sin filosofia de la naturalezt', as formula Plessner suprograma en 1928-rr2 corrobora la prevalencia de la "naturalezd'como punto de referencia incluso parala antropologa contempo-rnea. Esto guarda relacin, por ejemplo, con el hecho de que enella los bilogos obtenganvozy voto desde un punto de vista filo-sfico: Uexktill, Bolk, Lorenz,Portmann;tt3 y tambin con el hechode que en ella ganen importancia precisamente los mdicos: vonWeizscker, Binswanger, von Gebsattel, etc.rla

    b) Resulta sintomtico de la antropologa filosfica contempo-rneala creciente influencia de la antropologa de Arnold Gehlen'rrsse torn a cada vez ms atractiva precisamente aquella teora del"hombre" que

    -en conexin con Herder-rr6 radicaliza el plantea-miento de Schelet abandonando su tesis sobre el espritu y orien-tndose en general hacia una filosoffa de la naturaleza del hombre:sta interperta todas sus reali-aciones

    -incluyendo el espritu- como(( 1 " de su situacin natural deficiente y la cultura como unoescargas

    gran arreglo, cuyo nico objetivo es evitar perdurablemente lamuerte: los problemas del hombre con la naturalezadevienen ins-tancia de la historia.rtT As pues la antropologa contemporneano slo comienza, sino que tambin se consuma bajo el signo del"retorno a la naturaleza". Cuando el "espritu" parece demasiado"impotente" y la historia demasiado irracional como para tenerun sentido a partir de s misma, no queda alapostre sino la natu-ralezapara conferirle ese sentido. Cuando el hombreya no se de-fine ms, desde el punto de vista de la fi.losofia de la historia, poraquel "fin final'l hacia el que quiere dirigirse ni por esas "media-

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  • ciones" gracias a las cuales lo alcanza, entonces no queda ms re-medio que lo defina aquello de lo cual l quiere alejarse a toda costa:el riesgo natural de su destruccin fisica y aquello que le arda aponerse a salvo: las "descargas'1rt8 Sin embargo, esa antropologahabla de la descarga "del" hombre, no de la descarga de todos loshombres: no lleva a ninguna teora contraladistribucin injusta delos medios de desc arga,a ninguna teora contralaopresin. Por esemotivo, puede, sin duda, justificar por qu el hombre no es un ani-rrirl, pero no por qu no tiene el derecho de ser inhumano.rre Estaapora obliga a prestar una nueva atencin a la vieja esfera de la "de-terminacin del hombre", alahistoria;r2o no obstante, esa atencinsigue siendo extraordinariamente reducida. Pero esto forma parteya del tercer fenmeno:

    c) Resulta sintomtico de la antropologa filosfica contempo-rneala peculiar limitacin de sus atenciones y simbiosis. Haber-mas ha subrayado que la antropologa pertenece a las disciplinasfilosficas "reactivas" q.t. no mantienen con las ciencias particu-lares una relacin de "justificacin", sino de "elaboracin" r2r f,51ses seguramente verdadero. Pero precisamente Por ello es impor-tante ver cules de entre esas ciencias se pueden elaborar antroPo-lgicamente y cules no. Ciertamente no es un azar que hoy daapelen aLaantropologa justo aquellas ciencias cuya vahdez en lapoca moderna mantiene una relacin disyuntiva con la validezde la filosofia de la historiay gu, por regla general, se tornan filo-sficamente activas como compensaciones de una filosofia de la his-toria incapa z de cumplir con sus exigencias: se trata, por ejemplo,de la pedago ga,la teolo giay la medicina.r22 Y, sin duda, tampocoes un azar que la antropologa filosfica, en su intento de conce-der una nueva atencin

    -desde una perspectiva "post-ciencias hu-manas", por as decirlo- alahistoria, no pueda ser interpretada apartir de entonces por la filosofia dela historia, sino justo por la no-filosofia de la historia: por la sociolo gia o por la teologa bblica olaica de la situacin dial gica.Ambas teoras de la historia -Por con-

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    trarias que sean- "simpatizan con la antropologa", puesto queambas se establecen mediante el abandono del concepto de histo-ria propio de la filosofia de la historia.rzs Pero justo por esa raznparece actuar en cada una de ellas una suerte de "tendencia hacialo natural". Bajo el signo de la antropologa, la sociologa lleva hacia laetnologay hace que contemple a las culturas "aborgenes" comomodelos, que entiendala "civilizacin cientfica" como una des-viacin de esos modelos y que conciba las culturas tardas en rela-cin con los "hombres primitivos'1r2a Pero tambin en el respetableespritu del "principio dialgico", la antropolog ia p erpeta atribu-tos que antes se referian a la naturalidad y sana vitalidad del hom-bre: por ejemplo, la "inmediatez" yla "originariedad".r2s Inclusocuando se relaciona con la sociologa y lo dialgico, la antropolo-ga filosfica contempornea

    -de un modo ciertamente muy com-plicado e indirecto- es, en cuanto repulsa de la filosofa de lahistoria, una forma latente de "retorno ala naturalez{'y con ellosigue las huellas de aquella tradicin de la ciencia filosfica del hom-bre que se ha denominado a s misma "antropologa".

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    As el concepto filosfico de "antropolo gt' parece ser la huellade una triple oposicin, a cuyo frente y fronteras se puede ver denuevo empujado, incluso contra su voluntad, aquel que hoy da loacepta como su contrasea. Pues

    -tal era aqu la tesis- no es ni sedenomina "antropologit'cualquier teorla filosfica del ser humano,sino exclusivamente aquella que se torna posible mediante el aban-dono de la metafisica de la escuela tradicional y de las ciencias ma-temticas de la naturaleza, es decir, mediante el "giro al mundo dela vida", y que se torna fundamental mediante el "retorno a la na-turaleza", es decir mediante la resignacin de la filosofa de lahistoria.

    t49

  • 9La antropologa filosfica es pues -bajo la concin de un punto

    en comn fundamental: el giro al mundo de la vida- lo contrariode la filosofla de la historia: por su retorno ala naturaleza. Formaparte de ese resultado histrico-conceptual la constatacin de queesa oposicin entre filosofia de la histo ria y antropologa ha per-manecido con frecuencia inadvertida: precisamente por esa raznha tenido, sin duda, sentido otorgarle vali dezdesde el punto de vistahistrico-conceptual. As resulta plausible que la antropologa fr-losfica contempornea, cuando ha superado el nivel esbozadohasta aqu, tenga e intente percibir la oportunidad de eliminar o lainadvertencia de la oposicin entre filosofia de la historiay la an-tropolo gia o esa oposicin misma.

    a) Cuando la oposicin tradicional entre la antropologa filo-sfica ylafilosoffa de la historia es conocid^y admitida, nos con-duce, en primer luga\ alapregunta por las consecuencias que tienepara la antropologa. Se equivoca al oponerse a la filosofia de la his-toria? No; pues esa oposicin

    -Landmann lo ha defendido de modoejemplar-no es una c:rfgaparula antropologa, sino justo una opor-tunidad. La mirada antropolgica dirigidaalanaturaleny al hom-bre, concebido como su "creutura creatrifi",rz6 libera de la obsesinmonista de la filos ofra de la historia y de su "creencia errnea enuna cultura absoluti',rzz abriendo su sensorio a la pluralidad. "Elser humano

    -escribe Landmann- es una criatura consumada sloa medias por la naturalez{', pero "ella le ha prestado incluso unaparte de su fuerzacreadora, de tal modo que l puede a Partir deentonces completarse a sl mismo"z gtacias a la cultura.L2s Pero noes "del todo correcto decir que el hombre crea la cultura. El no creala cultura, sino (. . . ) en cada momento unacultura, crea culturas"'l2epuesto que el hombre no es "nada (.. .) fijo" r30 Por naturaleza, esun ser culturalmente polimorfo; de ah que "la variabilidad hist-rica (...)" sea "su destino radical"'r3r esto no es filosofia de la his-

    150

    toria (Geschichtsphilosophie), pero es "una filosofia atent a alahisto-,'^ttz(Philosophie der Geschichte), es decir, una antropologa de lahistoria y de la cultutt,rs3 cuya idea fundamental es "que todo locultural tiene el derecho a presentarse necesariamente de forma plu-ralista y que todas las culturas que se han formado histricamenteposeen por principio los mismos derechos" r34 As como existe

    -loque no slo tiene una relevancia teolgica o esttica, sino, en rela-cin con Simmel y Max Weber una relevancia sociolgica- un "de-recho permanente al politesmo" r35 fiente al monotesmo, tambinexiste un derecho de las antropologas tipolgicas 136 fiente a la fi-losofia de la historia,y en ltima instancia, sin duda, gacias a la"pluralidad de los absoluta".r37 Y por ello Landmann aboga

    -te-miendo el "fin del individuo"-l38 por una "filosofia pluralista",t3econ la esperanza puesta en una "poca final pluralista".r4o La an-tropologa filosfica se convierte en guardiana de la pluralidad. Encualquier caso, n sta

    -y ciertamente en todas las antropologasque atendiendo a su naturaleza instan al hombre a "retornar a lacultura"'r4r sobre todo en la antropologa tarda del"homo symbo-licus" r42 deCassirer- los conceptos de "culturl'y "ciencia cultural"se vuelven centrales: no se trata slo

    -con respecto a la " CulturalAnthropology"- de una adaptacin del uso terminolgico anglosa-j6n,tnt sino tambin de la venganzatardia de ese concepto neokan-tiano sobre el concepto hasta ahora exitoso

    -tal vez slo prosional-de las "ciencias del espritu". Pero tambin sus representantes, si-guiendo as las huellas de Dilth.y, apuestan de nuevo por la antro-pologailu Gadamer lo hace de manera ejemplar, lo que cabeinterpretar como una justificacin tarda del giro antropolgico em-prendido por la primera escuela heideggeriana: el ttulo de antro-pologa refuerza allno slo la libertad del hombre para ser aquelloque le constituye cadauno a su manera, sino tambin la libertad delas diversas ciencias para expresarse, cadauna a su manera, sobre elser humano: tal es la tendencia de la "Nueva Antropologa'r t4s qprocede de la vieja tradicin antropolgica.

    151

  • b) Cuando la oposicin tradicional entre la antropologa filo-sfica yla filosofia de la historia es conocida, conduce inmediata-mente ala pregunta de si esa oposicin es eliminable. Esto animatanto a intentar comprender una vez ms la antropologa comoun momento de la filosofia de la historia, como tambin a inten-tar comprender una vezms la filosofrade la historia como un mo-mento de la antropologa.

    Hegel haba concebido la antropologa como un momento de lafilosofa de la historia; por consiguiente, el intento actualmenterenovado de concebirla de este modo se encuentra en los cuasi-hegelianos: desmontando viejas aversiones,ra6 los trabajos deAdorno y Horkheimer "se remiten a una antropologa dialcticd'.t47Cuando en la poca de la burguesa tarda-tal es su interpretacin-la prehistoria del ser humano arroja a ste a la alienacin absoluta,el hombre deviene un concepto lmite: esta antropologa dialc-tica observa que en verdad el hombre no existe actualmente y porello hace valer su ausencia en la "dialctica negativa" y en la "an-tropologa negativa".tas Pero si el hombre

    -H. Marcuse extrae estaconsecuencia- slo es una utopa y nicamente puede estar pre-sente como "gran rechazo"rtlr entonces esa utopa no tiene ms re-medio que apelar a conceptos antihistricos, a conceptos de lanaturaleza parapoder articular su protesta. Est prxim a latenta-cin de transformar ese "naturalismo latente" rso en uno manifiesto,es decir, considerando la calamidad aparentemente consumada dela historia, apostar una vez ms expresamente por la no-historia,por la naturaleza. Sin embargo, la "antigua naturalezt'se ha com-prometido --n la "antigua cultura"- en ese papel; as es necesaria-segn la escuela berlinesa de la antropologa sociol gica deClaessens- una "nueva naturalezi' para poder depositar esperan-zas histricas en esa "nova natura"rsl Se la toma en serio como ga-ranters2 o

    -si se emite un juicio objetivo en relacin a los motivosantropolgicos de la tradicin clsica de la filosoffa de la historia:con vistas ala "etnolo gay antropologa en Marx"-,r53 en cualquier

    t52

    caso, como condicin de la historia: "Al proyectar una antropolo-ga sociolgica (. . .) se trata

    -escribe Lepenies-rsa de no ocultar elpapel del factor natural ni siquiera en el mbito objetivo de la so-ciologa. No hemos de oponer en el hombre la determinacin bio-lgica y la sociolgica, sino establecer una mediacin entre ellas.Sufrimos una ilusin, (. . . ) cuando pensamos que no es preciso con-siderar al hombre como un producto de la naturaleza en el marcode las teoras sociales". Ese nuevo recurso al catcter natural delser humano no debe "bloquear" tss liberaciones, sino {n el sentidode un remedio contra una "cantidad de utopa demasiado grande"(Schelsky)-ts6 desarrollar una "concepcin de [a antropologa quejuzgue correcto buscar constantes de la naturalezahumana y apro-ximar la 'ciencia del hombre' a una ciencia de la naturaleza, peroal mismo tiempo se obstine en probar prcticamente, r el 'expe-rimento', aquello que es inmutable en el hombre y en el compor-tamiento humano y aquello que puede ser modificado por latransformacin de las condiciones socialetrr tsz ,1[ aparecer enla escuela sociolgica berlinesa como un momento de la filosoffade la historia, esa "antropologa experimental" ts8

    -al principio, noobstante, slo en cuanto tentativa- desencanta el utopismo de la fi-losofa de la historia hasta convertirlo en un arte de lo posible.rse

    La escuela estructuralista parisina ha concebido la filosofia de lahistoria como un momento de la antropologa. En su Anthropolo-gie structurale, Lvi-Strauss escribe: "Yo no he intentado destruir laidea de progreso ni en Race et Histoire ni en Tristes Tropiques, msbien he querido reducirla desde el rango de una categora univer-sal del desarrollo humano a un modo particular de existencia quees propio de nuestra sociedad (y talvezincluso de algunas otras so-ciedades), cuando ella intenta pensarse a s misma"'r60 la idea deprogreso que vinculada al "mito de la Revolucin francesa" 16r esla idea principal de la fi"losofra de la historia, constituye el cdigodiacrnico especial

    -un "acto fallido socialmente exitoso"-r62 deaquella regin del mundo que ha degradado el "pensamiento sal-

    153

  • vaje" al nivel de un simple componente todava oficioso de su cul-tura "domesticada" 163 el cual no intenta ms que

    -mediante lacoalicin estructuralista de lgica, lingstica y etnologa- resta-blecerse hoy en da como componente oficial frente al predomi-nio de la diacrona hipertrofiada por la filosofia de la historia. Paraesta antropologa que recurre a Rousseau ril la filosofia de la histo-ria no es ms que un mito entre todos los mitos posibles: un mitosingular de carcter contingente, provinciano, transitorio;r6s pues:"tlna sociedad puede vivir, actuar, transformarse, sin dejarse em-briagar por la conccin de que quienes la precedieron hace diezmil aos no hicieron otra cosa que prepararle el terreno, que todossus contemporneos

    -incluidos los antpodas- trabajan afanosa-mente para alcanzarla,y que quienes la seguirn hasta el fin de lostiempos slo piensan en continuar desarrollndose en esa direc-cin".t6 Por esarazn, la antropologla estructural

    -bonjour tristessedes tropiques!- tiene sin duda "respeto frente a la ciencia histrica,pero (...) no le otorga un lugar privilegiado"'r67 esto la obligaa"re-chazar la equivalencia entre el concepto de historia y el concepto dehumanidad que nos han intentado hacer creer con el propsito in-confesado de transformar la historicidad en el ultimo refugio de unhumanismo trascendental" 168 La antropologa estructural rebaja lapotencia de la filosofra de la historia hasta reducirla a simple arti-ficio de una lgica especial entre otras, en el intento de los hombresde resolver siempre la misma tarea t6e y de hacerlo de tal manera quedominen el posible caos gracias a un orden real. El hombre es

    -for-zado por la naturalezapararecorrer el camino de la lgica hasta lacultura- el ser vivo amante del orden. Entretanto existe una ac-cin paralela alemana respecto a esa tesis de la antropologa fran-cesa: pues el hombre es tambin

    -si Gehlen, e lo ha confirmadoen su defensa antropolgica de la "moral" frente a la "hipermo-ral" r70 de la filosofra de la historia, tiene raz6n- aquel ser vivo queno tiene ms remedio que liberarse de su carga. As est prximala tentacin de pensar

    -y resulta instructivo que esta reflexin haya

    t54

    sido propuesta por Luhmarn, en el contexto de una nueva recep-cin de la problemtica del mundo de la vida, planteadaya por lavieja fenomenologa- que el hombre se descargamediante su amoral orden: mediante la "reduccin de la complejidad".rTr Como enFrancia, el "humanismo trascendental" ha protestado tambinen Alemania contra esta idea'r72la emancipacin no quiere ser elsimple caso singular de un sistema de orden, as como el sistema deorden tampoco quiere ser la simple hereja de la emancipacin. Ladisputa entre la pragmtica universal y la teora sistmica,r7t qrlehace valer esto, pertenece a la tradicin de las tensiones entre la fi-losofia de la historiayla antropologa filosfica, aunque debido alas asimilaciones recprocas y a las orgas de abstraccin comunescasi se ha rrtrelto irreconocible en lo que respecta a esa cualidad.

    Las tentativas de eliminar a su contrario dificilmente tienen xitoen su totalidad. Pero mientras no lo consigan, queda la cuestinfundamentalmente urgente de saber cul de las dos

    -la filosoffa dela historia o la antropologa- tien e raz6n Sin embargo, cuandosurge y se refaerzala impresin de que en la filosofia de la historialos hombres se convierten, en nombre del ser humano, en criatu-ras desplazadas, los hombres {uando la filosoffa de la historia hacealgo envez de los hombres- se ven obligados a hacer algo envezde filosofrade la historia: incluso para quien en un primer momentoera partidario de la filosofia de la historia no est excluido un giroa la antropologa. Ella sigue siendo impugnable; pero la inevitabi-lidad de ese carcter impugnable es, si cabe, ms fuerte que la im-pugnabilidad de ese carcter impugnable.

  • cinlgeneralizacin) [trad. cast. de M. Garcia Morente, Ciencia culturaly ciencia natural, Espasa Calpe, Madrid, 19221.

    36 Dilthey VIII, p. 126; cf. ss.; lugendgeschichte Hegek 1905, ss.: Dil-they IV.

    37 Psychologie der Weltanschauungen, L925,3a ed., p. 46.38 Cf. arriba, epigrafe 33e Cf. arriba, epgrafe 3; Altestes Systemprogram, 1796; Ideen zu einer Phi-

    losophie der Natur, L797.a0 Schiller, ber naive und sentimentalische D chtung (1795), Sakular-

    ausgabe XII, p.250; cf. ss.ar Esto no es ms que una aseveracin: la teor y la historia conceptual

    del "tipo" han permanecido excluidas como problema al igual que la teo-riay la historia conceptual de la Weltanschauung.

    n2 Cf. Kant, VII, p. 247 y ss. (Zum ewigen Frieden, 1795); Dilthey VIII'pp. 220-226 (Traum, 1903).

    NOTAS A SOBRE IA HISTORIA DEL CONCEPTO FILOSFICODE,,AAITROPOLOGrA, DESDE FINALES DEL S/GO XWil

    I Como inventario de temas de esta disciplina cf. por ejemplo Fischer In-xikon vol. Anthropologie, G. Heberer, G. Kurth, I. Schwidetzky-Roesing(eds.) ( 1959); sobre la historia, W. E. Mhlmann: Geschichte der Anthro-pologie ( 1948).

    2 Prlogo de 1928 a M. Scheler, Die Stellung des Menschen im Kosmos(1927, 1947), p. S.

    3 M. Heidegger, Kant und das Problem der Metaphysik (1929,1951), P.189; cf. ibidetn: "La antropologa no slo busca la verdad sobre el ser hu-mano, sino que pretende decidir actualmente qu puede significar la ver-dad en general".

    n Cf. M. Landmann, Philosophische Anthropologie (1955), p. 50.t Cf. la biblio grafra sobre la antropologa filosfica de G. Diem en: M.

    Landmann, De Homine (1962), pp. 543-614, especialmente la segundaparte, p. 579 y ss. Algunos ttulos ejemplares para los denominados mo-delos: V. v. Weizscker, ber medizinische Anthropologie, en: Philos. Anz. 2(L927 ), pp. 23 6 -25 4; Grundfragen medizinis cher Anthrop olo gie ( I 9aS ) ; D er

    232

    kranke Mensch. Eine Einfhrungin die medizinische Anthropologie (1951);O. Schwarz, Medizinische Anthropologie (I929);V. E. Frh. v. Gebsattel, Pro-lsgomena zu einer medizinischen Anthropologie (195a); A. Huth, Abriss derpildagogischen Anthropologie ( 195a); |. Wach , Typen religiser Anthropolo-Xie (1932); F. Gogarten, Das Problem einer theologischen Anthropologie,an: Z,wischen den Zeiten 7 (1929) p. a% y ss.; Imago Dei. Beitriige zur the-ologischen Anthropologie,H. Bornkamm (ed.), (1932);E. Brunner, Gott undscin Rebell. Eine theologische Anthropologie (1958); H. Thielicke, Tod undl,eben. Studien zur christlichen Anthropologie (L946 2" ed.); E. Rothacker,I'robleme der Kilturanthropologie (1943 2" ed.);M. Landmann, Der Menschnls Schpfer und Geschapfer Kultur. Geschichts- und Sozialanthropologie( 1961); W. Sombart,Vom Menschen. Versuch einer geisteswissenschaftlichenAnthropologie ( 1938, 1956 2"); H. Thomae, Grenzprobleme zwischen phi-losophischer und psychologischer Anthropologie en: Studium generale (Berl.)9 (1956), pp. 433-445; E. Krieck, Valkisch-politische Anthropologie 3 vol.( 1934 y ss.); L. Binswanger, Ausgewiihlte Vortriige und Aufstze, vol. l: Zurphiinomenologischen Anthropologie 09a7); H. Wein, Realdialektik zu dia-lcktischer Anthropologie (1957); A. Portmann, Um eine basale Anthropolo-,rie en: Biologie und Geist (1956), pp.293-308; L. v. W,iese, Homo sum.( )edanken zu einer zusammenfassenden Anthropologie (I9a0); SynthetischeAnthropologie. Vortriige und Diskussionsberichte der Konferenz zur Fiirde-rung der verbundenen Wssenschaften yom Menschen (27128 sept. 1949 enMaguncia), L. v. Wiese y K. G. Specht (eds.), 1956.

    " A. Gehlen, Anthropologische Forschung (1961), p. 7 ltrad. cast. de C.( lienfuegos, Antropologa filosfica, Paids, Barcelona, 1993.

    7 Para Groethuysen: Philosophische Anthropologie (1928: en Handbuchlar Philosophie) ltrad. cast. de I. Rovira, Antropologa filosfica, Losada,lluenos Aires, 19751, "la antropologa [abarca] todos esos dominios (filo-sofia, religin, arte), en la medida en que en ellos se expresa el conocimientotuc el hombre tiene de s mismo, as como el volumen total de esas diver-sr.s manifestaciones vitales en las que el hombre interpreta su vida, a srrrismo y a su destino" (p. 7): cuando la exposicin de Groethuysenr'omienza con Platn, estamos ya ante una definicin que se limita a unl nbito exclusivamente europeo y filosfico; l la extiende hasta Montaigney ofrece una breve "panormica sobre la evolucin de los modos de inter-rrctacin antropolgicos en la poca moderna" (pp. 203-207), y concluye

    233

  • -al igual que la exposicin sobre esttica que Bumler incluye en el mmanual- precisamente all donde la investigacin orientada desde el puntotde vista histrico-terminolgico debe comenzar. M. Scheler, MenschGeschichte en: Philosophische Weltanschauung (1929), pp. I 5-46, p"una historia de la autoconciencia del ser humano, una historia de Imodos fundamentales de carcter tpico-ideal en los que se ha pensados mismo, se ha observado, se ha sentido y considerado incluido en los rqdenes del ser" (p. 16) y encuentra "cinco tipos fundamentales de aucomprensin del ser humano" (p. 19), "en cuyo marco naturalmenteteora antropolgica puede ser an sumamente multicolor en los detaiilles" (p. 20): l) Antropologa de la religin cristiana,2) Antropologa"homo sapiens", 3) Antropologa "naturalista" del "homo faber", 4) Anltropologa del ser humano como "desertor de la vida", 5) Antropologlaidel "atesmo postulatorio". W. Brtining,PhilosophischeAnthropologie (1960)iconsidera "la antropologa filosfica como un deseo antiqusimo" y qui"tomar como punto de partida a los tipos fundamentales ms importan:tes de antropologa filosfica" (p. 5); l encuentra, en ultima instancia, "doqdirecciones fundamentales del pensamiento antropolgico, la definida porla forma que confiere orden y la definida por la vida que da cumplimiento'1(p. 1S 1 ) y las diferencia tipolgicamente: "Cada uno de los tipos antropo- Ilgicos es tratado en un corte longitudinal histrico, es decir, se muestransus fundamentos en la antigedad, en la edad media y en la poca mody a continuacin se abordan minuciosamente sus correspondientes re-,presentantes en el presente" (p. 5 y 6). En lo que atae a Scheler y Br-ning cabe preguntarse por qu la autocomprensin histrica se inclina deun modo tan marcado hacia la tipologia.Parala respuesta cf. abajo nota'r86. M. Landmann, De Homine (1962: en colaboracin con G. Diem, N.Hinske, P. Lehmann, P. C. Lu,M. Theunissen, E. Tielsch)
  • la escuela estoicay en la fi.losofia consolatoria de naturaleza platonizant ;(pp. 8-47) y de "la nueva interpretacin de la antropologa filosfica en la 'especulacin de la religin helenstica" (pp. 48- I 79). La siguiente reflexindesea poner en tela de juicio el uso de la palabra "antropologa" en esos tra';bajos, no su valor objetivo parala investigacin del tema en cuestin rela-'tivo al "ser humano".

    rr Es preciso aqu dejar en suspenso la cuestin de si esto tambin valeparula anthropologia en su acepcin teolgica (como procedimiento dehumanizaci1nde Dios: hacerle hablar y obrar humanamente). Esta aceP-cin (manifiestamente inadvertida en el seno de la investigacin alemana)paracehaber sido dominante durante largo tiempo en el mbito francs,al menos en las postrimeras del siglo xvII, en el )vIII y a principiosdel >ux' cf. por ejemplo B. N. Malebranche: Trait de la nature et de la grace ,( 1680) I, 2 ("1:anthropologie t...1 des vrits qu'ils n'auraient Pu com-prendre d'une autre maniere [. . .]"); G. W. Leibniz: Discours de mtaphy- ',sique (1685/86), p. 36 (*C'est en cela qu'ils s'humanise qu'il veut biensouftir des anthropologies [. . .]' [trad. cast. de I. Maras, Discurso de me-tafsica, Nianza, Madridl), y sobre todo el artculo "Anthropologie" en:Le gran Dictionnaire de l'academie Frangaise al menos de 1835 (6' ed.) )r1845 (esa acepcin deja de aparecer, como muytarde, a partir de la 7a ed.de 1878, mientras la !" y 2" eds. de 1695 an no incluyen el artculo "anth-ropologie"); Encyclopdie ou Dicitionnaire raisonn des Sciences, des Artset des Mtiers (1778); E. Littr , Dictionnaire de la langue frangaise (1956),y tambin todava A. Lalande: Vocabulaire technique et critique de la Phi-losophie (1956) (7" ed.). Sin duda, se trata de aquella acepcin que algU-nos fi,Isofos helensticos y padres de la iglesia han expresado mediantelas formas del verbo avOporcoloyco: as Philo Alexandrinus, De sacrificiisAbetis et Caini 29: Ed. The Loeb Classical Library II ( 1950), P. L64:' QuodDeus immutabilis sit 13: op. cit. III 39 (1865), p. 40; Didymus Alexandri-nus: De Tiinitate 3, p. 3: Patrologia Graecaed. I. P. Mign e 39 ( 1863)' p. 816C; Anastasius Sinaita: Hodegos sive viae dux adversus Acephalos 12: op. cit.,39 (1865),200 D; Julius Episcopus Romanus (de hecho Apollinarius Lao-dicenus): Epistula ad Dionysium Alexandrinum EpiscoPum l0: PatrologiaLatinaed. I. P. Migne S (1S44) 935 A; Dyonisius Areopagita: De divinisnominibusl: opera omnia I ( 1755) , p. 404; cf.I. C. Suicer: Thesaurus eccle-siasticus e patribus graecis ordine alphabetico exhibens ( 1682). Pero una

    236

    conexin ms ntida entre ambas esferas de descubrimientos {on even-tualmente un uso anterior del vocablo teolgico anthropologia- no ha po-rlido demostrarse de momento. As resulta problemtico suponer que "hayatuedado libre" una palabra en principio "teolgica", anthropologia,para eluso "fi.losfico" hoy da corriente, en el contexto de aquel proceso en el quela palabra antropomorfismo y sus variantes (cf. Art. anthropomorphitaeyrirvOporcopopgt at 11937] y Dr Fresne/Du Can ge: Glossarium ad Scriptoresmediae et infimae Graecitatis [1933]) dej de ser una designacin herticapara transformarse en una caracterstica general de la religin y adquiri,con un matiz crtico, el significado de anthropologia. Por tanto, el nicolrecho seguro es que el trmin o anthropologia como concepto filosfico

  • ts Anthropologium de hominis dignitate, natura et proprietatibus, de ele-mentis, partibus et membris humani corporis etc. de Spiritu humano etc. deanima humana et ipsius appendiciis per Magnum Hundt (...) magistumin gymnasio Lipaensi (Liptzik 1501): cf. Sombart , op. cit. (vase arriba, nota 9).La formulacin del ttulo nos recuerda a G. Pico della Mirandola: Oraode hominis dignitate (1a86); pero ste no emplea an el ttulo "anthropo-logia". Su posicin

    -como la filosofa renacentista del ser humano en suconjunto: especialmente Ficino y Vice tambin es efectivamente distinta:l ve la dignitas del ser humano en su libertad casi ilimitada. Slo el des-cubrimiento progresivo de la misre de esa libertad

    -cf. al respecto las re-flexiones polticas desde Maquiavelo hasta Hobbes y finalmente lasconsideraciones teolgicas en Pascal- obliga a dirigir la atencin hacia aque-llo que en el ser humano no se somete a la libertad humana: es decir, a lanatural eza. Esto tiene lugar, entre otros pensadores, en los moralistas fran-ceses

    -cf.la bella interpretacin de H. Friedrich: Montaigne (L949), espe-cialmente p. 391 y ss.- y en Alemania en forma metdica en las antro-polo gas "somatolgicas".

    t6 Psychologia anthropologica sive animae humanae doctrina methodiceinformata etc. etc. ab Othone Casmanno (Hannoviae 9D:' Secunda parsanthropologiae: hoc est; Fabrica humani corporis; methodice descripta etc. abOthone Casmanno (Hannoviae 1596). Cf. como indicio de la orientacinhacia "el mundo de la vida" tambin Othonis Casmani Biographia sive devita hominis naturali, quam Homo vi animae suae viventis et corpus suumanimantis, naturaliter vivit (Francofurti 1602) .

    ti As la ptica de esta antropologa se encuentra determinada de ante-mano por la relacin con el ser vivo no humano: por la atencin hacia lanatural eza animada. Por esa razn,la relacin del alma con el cuerpo y lasituacin del hombre en la natural eza (orgnica) puede convertirse a par-tir de entonces

    -hasta el presente: cf. el enfoque "psicosomtico" de la "an-tropolo ga mdica" actual (v. Weizscker) y, por otra parte, el enfoque deScheler: vase al respecto ms abajo la nota 109- en el problema centralpara ella.

    '8 Cf. W. Dilthey: Gesammelte Schriften II (1904),pp.416-492; ademslos trabajos de ese volumen sobre "Concepcin del mundo y anlisis delser humano desde el Renacimiento y la Reforma" en su conjunto.

    238

    r' Hasta qu punto De Lammetrie, Helvetius, Holbach, Barthez, entre

    ot ros, forman parte de la tradicin antropolgica? y Shaftesbury, pope,Sirns, etc.? Cf. sobre todo la evolucin que comienza conE. platn er: An-thropologie fr rzte und Weltweise (1772); Neue Anthropologie fr rztettnd Weltweise (1790).Al mismo tiempo

    -con la divisiOn e tr pri.ologat'rt "psychologia rationalis" y "empirica"- el campo temtico de la antro-rologa es ocupado parcialmente por la ltima: las reflexiones de Kant sobrelr antropologa an se componen en parte de comentarios ala psycholo-ia empirica en la Metaphysica deA. G. Baumgarten: cf. AkademieausgabeXV' pp. 3-54- Y as el "mtodo observacional'ide I.N. Tetens: philoslphi-sche Versuche ber die menschliche Natur und ihre Entwicklung (1777)p.r-It'nece al crculo de la antropologa no menos que la "teora emprica dellrtra" de finales del siglo XVIII (L. H. Iacob: Grundriss der Erfahrungssee-ltnlehre U79ll; I. B. C. Kiesewetter: Fassliche Darstellung ati n ohrungs-rclenlehre ll79lh I. C. Hofrau er: Anfangsgrnde der Logik, nibrt einem( )rundriss der Erfahrungsseelenlehre U794h cf. tambin el Magazin zur Er-Itilrrungsseelenkunde fBerln 1785-1793] de C. Ph. Mo ritz,et;.).

    t't Anthropologie in pragmatischer Hinsicht abgefasst von Immanuel Kant1798), (1300 2" ed.), (1g20,3" ed.), (1g33,4" ed.); (reimpresin no revi_stla en 1799): se trata de la nica de sus lecciones que Kant ha editado lrti'smo [trad. cast. de I.Gaos, I. Kant, Antropolopoin sentido pragmtico,hlianz4 Madrid, l99l ].

    '' Cf. pararesumir la introduccin de K. Vorlander a su edicin de la An-ttopologa de la Philosohische Bibliothek (192216" ed).

    ''2 I' Kant: Werke, Cassirer (ed.) (a continuacin se cita segn esta edi-t irirr) IX, p. I 16 ltrad. cast. de M. Torrevejano y M" Iess irqu"z, co-r rtspondencia, Institucin Fernando el Catlico (CSIC), Zarcgo)a, 2005).

    ,, Ibid./'l Kant IX, p. 105 ( aHerz,2r defebrero de r 772).'" Der einzig mgliche Beweisgrund zu einer Demonstration des Daseins(iottes [trad. cast. de I.M. Quintana, El nico fundamento posible de una

    tlrtnostracin de la existencia de Dios en: Kant. Sobre Dios y la-religin, Zeus,lf ,rcelona, 1972, pp. 59-159] ; (Jntersuchungen ber di,e Deuttichkeit dert it ttndsiitze der natrlichen Theologie und der Moral [trad. cast. de R. To-I I t'li, Sobre la nitidez de los principios de la teologa natural y de la moral'r: / )ilogos,27 (1974),pp.57-871; Versuch, den Begriffder n'egativen Gri)-

    239

  • ssen in die Weltweisheit einzuftihren.Parala correspondiente interpretacin'cf. H. Heimsoeth: Metaphysik der Neuzeit (1929), p. 91 y ss., y tambinjdel autor: skeptische Methode im Blick auf Kan (1958), p. 93 y ss., sp'rcialmente la nota 45.

    26 De mundi sensibilis atque intelligibi'lis forma et principiis: eLcientfico natural de sus afirmaciones est atestiguada especialmente en

    l2:I1,pp.4l3-4I4 [trad. cast. de R. ceal, La"Dissertatio" de 1770,cslMadrid, 19611.

    27 Aquella se refiere al ens possibile, sta al ens experimentabile: aqse limit a ala cabeza, sta al laboratorio.

    28 Mundus intelligibilk, mundus noutnenon'2s Mundus sensibilis, mundus phaenomenon'30 Kant VIII 314;con respecto a ese "tercer concepto de mundo" q.te ap?'

    rece de nuevo en Kant, Heidegger: Vom Wesen des Grundes, en: Iahrbuch

    fr philo sophische und phanomenologische Forschung Husserlschrift (1929),

    'pp.'93-95, ha hablado el "significao existencial del concepto de mundoll

    3r ya en I TT3,en Ia carta aHerzque ya hemos citado (IX, PP. 116-117su "curso privado de antropologa" debe ser "una prctica de la habili-dad, de la prudencia e incluso de la sabidura ante la juventud"tal doctrina, junto a la geo grafrafisica, es diferente de todas las otras en'seanzas y podra denominarse conocimiento del mundo'i Todava enI79E'Kant escribe absolutamente lo mismo: segn l ha "pronunciado a lode treinta aos dos lecciones que aspiraban a un conocimiento del mun(a saber, la antropologa (en el semestre de invierno) y l" geografia fisica (el semestre de verano)": VIII, p. 6, nota 1. Kant define de un modo deci'sivo "la antropologa como conocimiento del mundo": VIII, p- 4,Pues "re'conocer al ser humano segn su especie como una criatura terrestre dotad

    de raz6n, merece en particular ser calificado de conocimiento del mundo"yIII, p.3.cf. los proyectos de curso de los aos setenta, AkademieausgabelCV, p. 659:"El conocimiento del mundo es un conocimiento del hombre"ltambin los de los aos ochenta, op. cit., pp.799-801.

    32 Cf.en la cartaaHerzya citada (IX, p. 117): "Me sito incansablde tal modo en la observacin, en la vida comn, QU mis oyentes noaburren, sino que desde el principio hasta el final estn en unaentretenida, pues tienen la ocasin de comparar continuamente su Xp'riencia cotidiana con mis aclaraciones'1

    240

    t3 Cf. VIII, pp.4-5; cf. AkademieausgabeYY,p.65g.34 LI25 a 5: en la discusin de la reyolopyu: el peyalop?og es o6

    v0ponolryog.3s TheWorlcs of Aristotle transl. into English IX, Oxford,1925; cf.I. C. Sui-

    cer: Thesaurus ecclesiasticus (1682) art. "drv0pcrrrol"cryro": "drvOparcol,cryogapud Aristot. in Ethicis (.. . ) est, qui de hominibus libenter verba facit"

    36 Kant anota en los proyectos de curso de los aos setenta (Akademie-ausgabe)il/, p. 658): "Montaigne". Tambin el ndice de la Antropologa deKant VIII, pp. 7 -8, se lee como el de una serie de ensayos. Si el "conoci-miento del mundo (. . . ) es conocimiento del hombre" pertenece al crcu-lo de la antropologa tanto A. Frhr. v. Knigge: ber den Umgang mitMenschen,2 vol. ( 1788), como A. Schopenhauer: Aphorismen zur Lebens-weisheit ( l85t) y F.Nietzsche: Menschliches, Allzumenschliches (1878); ade-ms Schopenhauer (Balthasar Gracian's Orakel der Weltklugheit indreihundert Lebensregeln, p6stumo, 1862) ha delatado su fuente mediante.su actividad como traductor; Nietzsche {f. el material en F. Krkel: Eu-ropas Selbstbesinnung durch Nietzsche. Ihre Vorbereitung bei den franzsi-schen Moralisten (1929)- se ha referido con insistencia a los moralistasfranceses. En efecto, la moralstica (Moralistik) y la antropologa {f. la alu-sin de Sombart al carcter antropolgico, entre otros, de Pierre le Cha-rron: De la sagesse ( I 60 1 ) , op. cit., p. 10+ presentan rasgos comunes: aqullacs (como podramos decir hoy) conocimiento del mundo de la gente demundo, sta el conocimiento del mundo de la gente de escu ela; y tal vezla antropologa apareci tarde en Francia, slo porque los moralistas ela-lroraron su obra desde poca tempranay durante largo tiempo. tN. delTl:Itespecto al trmino Moralistik, Marquard advierte en una obra posterior:"En el actual clima de hipermoralizacin, es frecuente que la palabra Mo-ralistik se emplee errneamente (...) Si bien el trmino procede de Nietz-sche, es necesario advertir que l la introdujo pensando en la moralsticatradicionol, que tuvo entre sus cultores a Montaigne, La Roche Foucauldy otros quienes sostienen que h.y que entender a los hombres estudiando.sus costumbres, sus usanzas, sus tradiciones, en fin, sus mores". Odo Mar-tuard, Felicidad en la infelicidad, Katz, Buenos Aires, 2006, p. 130.

    t7 La simultaneidad principal de la formacin de la esttica y de la an-t ropologa es un fenmeno que merece atencin. La evolucin seguida porKant resulta tambin ejemplar al respecto: sus Observaciones sobre el sen-

    241

  • timiento de lo bello y de lo sublime (L7 64), la primera publicacin "esttica"de Kant, pertenecen no slo desde el punto de vista temporal al contextopreparatorio de la antropologa; tambin coinciden estilstica y en gran me-

    dida temticamente con la leccin de antropologa; pues a su vez sta con-tiene elementos de esttica: cf. en particular S 28y ss. (imaginacin, genio,facultad creativa) y S 67 y ss. (del sentimiento de lo bello, es decir... delgusto). Pero no se trata de un caso aislado: cf. por ejemplo -por citar so-lamente algunos ejemplos del periodo de tiempo investigado aqu- las re-flexiones sobre temas de esttica en E. Platn er: Neue Anthropologie fr Arzte

    und Weweise ( I TgO), pp. 339-37 l; F. v. Paula Gruithuisen: Anthropologie(.

    . . ) fur angehende Philosophen und rne( 18 l0), pp. 47 5-459-J' C' A' Hein-roth: Lehrbuch der Anthropologie (rs22), ( 1831, 3." ed.), pp-220-228; I. En-nemose r: Anthropologische Ansichten (1828), pp. 70-84; K. F. Burdach: DerMensch nach dei verschiedenen Seiten seiner Natur ( 1836)' pp- 37a-390;cf.l.Grres, Aphorismen ber die Kunst. Als Einleitung zu Aphorismen ber(...) Anthropilog;e (1302); adems aquellas antropologas que al mismotiempo han esctito contribuciones importantes y autnomas a la esttica:desde c. G. carus pasando por w. Dilth.y hasta A. Gehlen, Zeitbilder(1960) [trad. cast. de V. ]arque y I. F.Yvars, Imgenes de poca, Pennsula,Barcelona, l99al. No son sino algunas indicaciones que pueden iluminarel problema: qu significa que tanto la esttica como la antropologa ten-ga; los mismos ascendientes?; qu significa que "la gran poca de las an-Iropologr", cientficas (. . .) despuntara en el siglo xuu y (. ..) (durase) hastala segunda mitad del siglo xrx?" (Sombart, op. cit., p. 105)' precisamentecomo la poca de la esttica?

    38 Cf. la distincin kantiana entre el "concepto de escuela" y el "concepto

    mundano" o "csmico" de filosofia (Kritik der reinen Vernunft B, Pp. 866-g61)y la inclusin unvoca de la "antropologa como un conocimiento delmundo que debe seguir a la escuela" (VIII, p. 4) en el segundo concepto;cf. Akademieausgabinl,p. 658 y ss. y 799 y ss. Cf. afirmaciones semejan-

    tes -radicalizadas- en L. Feuerbach, Vorlaufige Thesen zur Reform der

    Phi-losophie(I842):"Lanueva (...) filosofia es la negacin de toda filosofiade escuela" (Keine phitosophische Schriften,M. G. Lange (ed')' [1950]'p. T4).Esta es ciertamente una caracterstica fundamental de toda antro-pologa. Kant distingue "dos clases de estudios (...): ante la escuela y anteiu tij. ( . . .) El primer conocimiento es escolar, el segundo popul ar" (Aka-

    242

    demieausgabe)O/, p. 658: proyectos de curso de los aos setenta). Precisa-mente por esa raz6n,la antropologa quiere ser "popular" en un sentidoenf,tico: una "antropologa redactada (. . . ) de manera popular": Kant VIII,p. 5. "Incluso los ensayos ms toscos en antropologa quieren ser popula-res", dice H. Steffens: Anthropologiel (1822),p. 4; por ello, tambin l es-tablece "el rasgo peculiar de la antropologa (. . .) en la forma de exposicin.No se presenta bajo la forma de especulacin (. . .) ni mucho menos bajola forma cientfico natural" (p. 8), sino que "quiere ser accesible para cual-quier persona cultivada" (p. 9) y tener "una forma que interese acualquier ser humano" (p. 5). De ah, por ejemplo, que K. F. Burdach: DerMensch nach den verschiedenen Seiten seiner Natur ( 1836) elija el subttulo:Antropologa para el pblico culto; pues {omo antropologa- est "desti-nada al gran pblico".

    3e Por ejemplo, su disposicin a aceptar las ciencias particulares y sus re-sultados; cf. la tesis de I. Habermas, artculo Anthropologie en el Fischer-Le-xikon, vol. Philosophie (1958), p.20.

    a0 Por tanto, tambin I. G. Fichte: Die Bestimmung des Menschen (1800)ltrad. cast. de E. Ovejero y Maury El destino del hombre, Espasa-Calpe, Ma-drid, 19761es interpretado aqu

    -a pesar del inters generalmente carac-terstico de la antropologa por "todo aquello que, fuera de la escuela, estil para la nueva filosofia" (Werke,I. H. Fichte [ed.J II, p. 167)- como fi-losofia de la historia y no como antropologa: la palabra antropologa noaparece en este escrito; la obra didctica "Antropologa" se encuentra enFichte ms bien en: Grundlage des Naturrechts (1796) III, p. 77 y ss., con-cebida como teora del "cuerpo humano", es decir, como "cuerpo de un serracional" (agradezco la indicacin a B. Willms).

    at La filosoffa de la historia de Hegel es representativa; pero cf. tambinla definicin fichteana de la "doctrina de la ciencia" como una "historiapragmtica del espritu humano" ( Werke I, p. 222) y la definicin que daSchelling de la "filosoffa" como una "historia de la autoconciencil' (Werke,K. F. A Schelling [ed.l,p. 399 y 331). Cf. en su conjunto tambin el artculoGeschichtsphilosophie de K. Grnder/R. Spaemann en: Lexikon far Theo-logie und Kirche IV (1960 2" ed).

    a2 Kant VIII, pp.3a3-344: Reduccin de las tres preguntas filosficas fun-damentales por el saber, el obrar y el esperar ala"4^: Qu es el hombre?

    243

  • (. .. ) a esta cuarta (pregunta responde) la antropologa. Pero en el fondotodas stas se podran incluir en la antropologa".

    n3 Cf. G. Kriiger, Philosophie und Moral in der lhntischen Kritik (I93t)' P.37 y ss.

    e I. Kan t,Idee zu einer allgemeinen Geschichte in weltbrgerlicher Absicht( 1784).

    as Kant, Anthropologie VIII, P.3.a6 lbidem; esta formulacin rene precisamente aquella cuestin emp-

    rico-descriptiv a y tico-filosfico-histrica que Kant distingue exPresa-mente en otro lugar; por ejemplo, en la Metaphysik der Sitten (1797) VII,p.216 como "antropologi{' Y "antroponoma"; aquella es "teora de lanatural ezt'del ser humano, sta "teora tica": VII, p. 195. En la leccin deantropologa, no slo su tema final, la "sociedad cosmoPolita" (VIII' p.226;cf. en su conjunto pp. 215-228), sino tambin su definicin: "IJna antro-pologa de esa clase (...) recibe el nombre de pragmtica (...), cuandoabarca el conocimiento del hombre como ciudadano del mundo": VIII,p. 4,demuestra su impulso histrico-filosfico.

    a7 Esta "suplente" resulta necesaria en Kant debido a la inseguridad dela "titular": la filosofia de la historia es lleva da a cabo, por un lado (comotica), sin hacer caso de los problemas de rcalizacin, y por otro (comofilosofia concreta de la historia), slo en forma de "conjetura" y de "cre-encia". puesto que de ese modo la pregunta "qu puede y debe hacer el serhumano de s mismo como criatura que actalibremente" se distinguede la pregunta "qu hace l de s mismo", esta ultima tiene que convertirseen objeto de una teora independiente: cuando la filosofia del aspecto fu-turo del ser humano deviene pura "antroponoma" (VII, p.2I6),debe com-pensar su falta de realidad mediante la "antropologa". Ya en Kant laantropologa asume

    -en el curso de su evolucin que hace tambin nece-sario el giro del juicio hacia el rimbito esttico y hacia la naturaleza: cf. delautor Kant und die Wende zur Asthetik, en: Z. philo. Forsch. 16 ( 1962), pp.231-243,363-374 [Posteriormente recogido en su libro z Aesthetica und An-aesthetica, Wilhelm Fink, Mnich ,2003, Pp.2l-34 (N. del T).1- el papelde una consecuencia de la crisis de la filosofia de la historia. Por ese mo-tivo ella tambin es de hecho una "antropologa fisiolgica" en una medidamucho ms acentuada de lo que Kant mismo quiere reconocer: cf. la "apo-

    244

    loga de la sensualidad" VIII, pp.28-31; la teora de los afectos, p. LAIyss., la teora de los temperamentos, p. l78y ss., la fisiognmica, p. 188 I ss.,la teora de los sexos, p. 196I ss., la teora de lasrazas, p. 2l4y ss.: todasellas teoras de "aquello que la naturalezahace del ser humano". Respectoa la ultima teora cf. II, pp. 443-460: Von den verschiedenen Rassen da Men-schen (I775);all (U, p. 460) aparece

    -as como en los pasajes citados arribaen la nota 31, IX, p. 117 y enla nota 1, VIII, p. 6- formulada la estrechaconexin entre la antropologa de Kant y su leccin sobre geografla fisica.Esa leccin en modo alguno versa slo sobre geografla flsica, y no nica-mente porque la primera seccin de su segunda parte trate "Del hombre";sino que la geografia ffsica pertenece a la antropologa, I s manifiesta comoparte de la antropologa precisamente alll donde sa quiere reconocer enun sentido elemental "q.r es lo que la naturaleza hace del ser humano",es decir, en el romanticismo; cf. Steffens, que {omo, por ejemplo, tambinhace de hecho I. G. Herder en los dos primeros libros de su ldeen zur Phi-losophie der Geschichte der Menschheit (L754)- comienra en su Anthropo-logie (1822) con la "antropologa geolgica".

    n8 Cf. la aportica de la historia en F. 'W. I. Schelling: System des trans-zendentalen Idealismus ( lS00) III, p. 593 y ss., especialmente pp. 605-606;adems la crtica del "progreso infinito" en G.'W. F. Hegel, entre otros: Glnu-ben undWssen (1802), Werke (Glockner) I, p. 313.

    4e F. W. J. Schelling: Ideen zu einer Philosophie der Natur (1797);Von derWeltseele (1798); Erster Entwurf eines Systems der Naturphilosophie (1799);adems los trabajos de von Baader, Eschenmayer, Steffens, Wagner, Win-dischmann, Ritter, Grres, Tieviranus, Oken, Troxler, Schubert, Novalis,etc.

    to " (

    . . . ) pus toda faerza curativa se encuentra slo en la natural ezt': F.\M. I. Schelling: Darlegung des wahrenVerhiltnisses der Naturphilosophie zuder verbesserten Fichteschen Lehre (L806), VII, p. 19.

    st La filosofia de la naturaleza busca aquella "intuicin por medio de lacual la naturaleza,se nos aparece con vida propia": SchellinE, oP. cit.,YIl,p. 19; "Qu desea el fsico? La vida y slo sta es la presa que l quiere(.

    . .) obtener": op. cit.,pp. 109- I 10. Cf. Ideen zu einer Philosophie der Natur(1797), especialmente, II p. 46y ss., I el principio de "autonoma de la

    245

  • natural ezt': Erster Entwurf eines Systems der Naturphilosophie (1799) IIl,p. t7.

    sz "No est pues hasta tal punto perturbada la filosofla de nuestros das

    que una antropologa fisiolgica nos debe resultar al final sumamente de-seable paranuestra propia elevacin y orientacin?": F. v. Paula Gruithui-sen, Anthropologie (. . .) filr angehende Philosophen und Arzte ( 1810) [V. Elhecho de que

    -opina H. Steffensz Anthropologiel (1822), p.7- el mismoKant, aunque renuncie a la antropologa fisiolgica, "se vea' a Pesar de todo,en la necesidad de oponer una tal (...) antropologa fisiolgica a la prag-mtica, demuestra cunto poder ejerclasobre l la idea de la unidad realde natu ralezay esplritu": precisamente aquella idea que justifica el "inte-rs" de la antropologla, op. cit.,PP.4,8 y ss.

    s3 Steffens, op. cit., p. 15.* Op. cit., p. 14; y "quiere mostrar precisamente que la natur aleza (. . . )

    no es nada ajeno a lo espiritual, a lo divino en el ser humano, que ms(...) bien oculta en sl el secreto de su naturalezams elevada": op. cit.,p. 9; cf. adems la apreciacin crtica en C. L. Michele Anthropologie undPsychologie (1840), p. 50: "La filosofia de la naturalezaremite una vez msel alma a la naturalezay a Dios (...) slo que (...) en esas psicologlas larelacin del ser humano con la naturalezase convierte en la cuestin Prin-cipal (. . . ) en este contexto se incluye sobre todo Steffens, QU (. . . ) en suAntropologa(...) toma como punto de partida la irreprochable idea de queel espritu debe ser contemplado en conexin con la naturaleza, aunquesta siga siendo para 1, en gran medida, el fundamento del espritu hu-mano; de modo que debe incluso ocultar en s el secreto de su natunlezams elevada y la salvacin de todo el gnero humano se hace dependientede la salvacin de la naturezi'. K. F. Burdach piensa tambin an com-pletamente en trminos de filosofla de la naturalezai Dq Mettsch nach derverschiedenen Seiten seiner Natur oder Anthropologie fr das gebildete Pu-blicum (1836), Seccin l, IV: "qn puede, sin duda, evitar mejor los ex-tremos y prevenir con mayor certezalos multiples extravlos sino una visinimparcial y global de la naturaleza?". "LJna sinopsis semejante de los re-sultados de la ciencia que se refieren a la naturalezatotal del ser humanoa saber ['la rama entera de la ciencia natural'] constituye aquello que en-tendemos por antropologfa": op. cit., PP.2-3.

    246

    ss I. Chr. A. Heinroth (1773-1843: profesor de medicina pslquica en kip-zig): Ihrbuch der Anthropologie (1822, 1831), p. 35; pues "Schellittg tieneel gran mrito de haber conectado de nuevo la naturalezacon el esplritu":ibidem.

    tr Se podrla pues concebir esa antropologla como una variante menosteolgica del planteamiento de la "fi.losofta de la identidad"; y

    -a pesar deX, pp. 287-294 (Anthropologische Schema 1840)- Schelling no ha desarro-llado ninguna antropologla, porque hay en l un "sistema de la identi-dad" de inspiracin teolgica.

    s7 Heinroth, op. cit., p. 10.t' Op, cit.rYll.se De 1818 a 1822 como Zeitschrift fo, psyrhische Arzte, de 1823 a 1826

    como Zeitschrift fo, die Anthropologie (contiene en 1823, C. F. Nasse: DieAufgaben der Anthropologie), en 1823 como lahrbAcher fir Anthropologieund zur Pathologie und Therapie des lrreseins: siempre editada por C. F.Nasse. La orientacin psiquitrica de ese rgano no habla en contra de susignificacin filosfica, sino a favor de la significacin filosfica de los m-dicos de esa poca. Cf. adems: Anthropologisches lournal, K. Ch. Schmid(ed.), (1803).

    tr He aqu al menos el ttulo de las obras correspondientes a los nombrescitados: J. D. Metzger: Medizinisch-philosophische Anthropologie fur Arzteund Nichtrzte (1798); K. H. L. Plitz: Populitre Anthropologie, oder lQmdevon dem Menschen nach seinen sinnlichen und geistrgen Anhgen (1800); J.H. Abicht: PsychologischeAnthropologie la parte (1801); G. I. Wenzel: Mm-schenlehre oder System einer Anthropologie nach den neuesten Beobachtun-gen, Versuchen und Grundsiitzen der Physik und Philosophie (1802);Grundzge einer pragmatischen Anthropologie (o. I); J. Grres, Aphoris-men ber die Kunst. AIs Einleinngzur Aphorismen ber Organonomie, Phy-sik, Psychologie und Anthropologie (1S02h Chr. L. Funk: Versuch einerpraktischen Anthropologie oder Anleitung zur Kenntnis des Menschen undzur Vewolllcommnung seiner Seelmkrfte als Vorbqeitung zur Sittm-und Re-ligionslehre (1803); W. Liebsch: Grundriss der Anthropologiq 2 vols. ( 1806-1808); J. F. Fries: Neue oder anthropologische Kritik der Vernunft (1807);Handbuch dq psychischen Anthropologie oder der Lehre von der Natur desmenschlichen C'eistes, 2 vols. ( 1820- t82t); I. P. V. Thoxler: Bliclce in das Waendes Menschen (1811); er Philosophie, Princip, Natur und Studium der-

    247

  • selben, eine Antrittsrede zugleich als Einleitung in seine Vortriige ber An-thropologie (1830); M. Geitner: Physiologie des Menschen oder Darstellungdes Absoluten in den Funktionen des Geistes und den den reellen Organismuskonstituierenden Organen ( 1812); D. Th. A. Suabedissen: Die Betrachtungdes Menschen: 3 vols. ( 18 14- 18 I 8 ); Die Grundzge der Lehre des Menschen( 1829); K. G. Neumann, Von der Natur des Menschen, 2 partes ( 1822); G.E. Schulz e: Psychische Anthropologie ( I 8 16, 2" l8 19, 3"1826); I. Hillebrand:Die Anthropologie als Wissenschaft,3 partes (1822); Maine de Biran: Nou-veaux essais d'anthropologie (1823-ft2; I. E. v. Berger: Grundzge derAnthropologie und Psychologie (J824; G. H. 'W. Siegwart: Grundzgeder Anthropologie (1827); L. Choulant: Anthropologie,2 vols. (1828); C. F.Heusinger: Grundriss der plrysischen und psychischen Anthropologie fr Arzteund Nichiirzte (1829); C. v. Bonstetten: Der Mensch ( 1829); H. B. v. Weber:Handbuch der psychischen Anthropologie, mit vorzglicher Rclcsicht auf dasPraktische und die Strafrech*pflege insbesondere ( 1829); M. B. RitteL Grund-zge der Anthropologie als Basis der Philosophie ( 1833); J. M. Leupoldt: Diegesammte Anthropologie neu begrndet durch allgemeine Biosophie und alszeitgemiisse Grundlage der Medizin im Geiste germanisch-christlicher Wi-ssenschaft,2 vols. (183a); K. F. Burdach yC.Michelet cf. arriba, nota 54;I. H. Fichte y H. Lotze: cf. abajo, nota 64. Cf. adems: K. L. Prschke: An-thropologische Abhandlungen (1801 ); Gruber : Versuch einer pragmatischenAnthropologie ( 1303); C. F. Pockels: Der Mann. Ein anthropologischen Cha-raktergemiilde seines Geschlechts, 2 partes (1805-1806); Goldbeck: Me-taphysik des Menschen oder reiner Theil der Naturlehre des Menschen ( 1806);E. D. A. Bartels: Anthropologische Bemerkungen ber das Gehirn und denSchadel des Menschen mit besonderer Beziehung auf die Gallschen Entdec-kungen (1306); F. v. Paula Gruithuisen: cf. abajo, nota 62; Zootomie oderber das niedrige Inbensverhiiltnis als Prophdeutik zur Anthropologie ( l8 I I );Chr. Weiss: Untersuchungen ber das Wesen und Wrken der menschlichenSeele (lSll); I.C. A. Heinroth,ber das Bedrfniss des Studiums der tne-dizinischen Anthropologie ( 181 1); Grundzge der Naturlehre des menschli-chen Organismus (1822); cf. nota 55; Masius: Grandriss anthropologischerVorlesungen (lS I 2) ; Voit: Versuch einer physiologkch-psychischen Darste-llung des Menschen (1813); S. C. Luke: Entwurf eines Systems der medizi-nischen Anthropologie (1815); Weber: Anthropologische Versuche zurBefrderung einer grndlichen und umfassenden Menschenkunde far Wi-

    248

    ssenschaft und Leben,2 partes (1317); Salat: Psychologische Anthropologie( 1820, 2" 1826); Ph. C. Hartmann: Dq Geist des Menschen in seinenVqhdlt-nissen zum physischen Leben, oder Grundzge zu einer Physiologie des Den-kens ( lS20); f. Ennemoser: Historisch-psychologische Untersuchungen berdas Wesen des menschlichen Seele berhaupt und ber die Beseelung des Kin-des insbesondere (I82D; (Jber die niihere Wechselwirkung des Leibes und derSeele mit anthropologischen Untersuchungen ber dem Miirder A. Moll(1325); cf. abajo, nota 65; Der Geist des Menschen in der Natur oder Psy-chologie in (Jbereinstimmungmit der Naturkunde ( 18a9); Chr. H. Bischoff:Grundriss einer anthropologischen Proptideutik zum Studio der gerichtlichenMedizin fiir Rechtsbeflissene (1827); H. v. Keyserling: Hauptpunkte zu einerwissenschaftlichen Begrndung der Menschenkenntniss (L827); D. F. Groos:Die geistige Natur des Menschen, Bruchstcke einer psychischen Anthropo-logie (lS3a); G. H. v. Schuber Lehrbuch der Menschen-und Seelenkunde( 1337); G. L. Kneise: Anthropologie und Psychologie zum Gebrauch fAr Leh-rer an Brger- und Landschulen (1537); C. Daub: Vorlesungen ber die Anth-rop ologie (pronunciadas a partir de 17 97 ), Marheineke/Dittenberger ( ed. ),(1838); |. Tissot: Anthropologie spculative gnrale,2 vols. (18a3); H. S.Lindemann: Die Lehre vom Menschen oder die Anthropologie, 1a par-te (18a4;A. Rosmini Serbati: Antropologia in servigio della scienza mo-rale (18a7); K. C. F. Krause: Vorlesungen ber die psychische Anthropologie(pronunciada en 1828), H. Ahrens (ed.), (lSa8); I. E. Erdmann: Iib undSeele,(I&37, 2" l8a9); Voss: Grundriss einer vorbereitenden Anthropologie(sin ao). Cf. antes de 1798 (ao de publicacin de la Antropologade I(ant)y despus de 1790 (ao de publicacin de la Neuer Anthropologie de Plat-ner: cf. arriba, nota l9), entre otros: P. Usteri: Grundlogrmedizinisch-anth-ropologischer Vorlesungen fr Nichtiirzte (L79I); I. C. Loder: Anfangsgrndeder medizinischen Anthrop ologie (I7 93) ; Anfangsgrnde der philo sophkchenAnthropologie und der Staatsarzneikunde (1S00 3"); G. A. Flemming: berden Charakter des Menschen 079:'I. Ith: Versuch einer Anthropologie, oderPhilosophie des Menschen nach seinen krperlichen Anlagen,2 partes (1794-1795); M. Wagner: Beitriige zur Philosophischen Anthropologie und dendamit yerwandten Wissenschaften, 2 vols. (1794-1796); W. v. Humboldt:Plan einer vergleichenden Anthropologie (1795); etc. No se trata aqu ni-camente de antropologas romnticas con carcter de "fi.losofta de la na-turalezl': intervienen kantianos, hegelianos, etc.; pero puesto que no se

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  • trata ms que de probar el incremento del inters por la antropologa caberenunciar aqu a toda clasificacin. La tipologtaintentada por Sombart, oP.cit. (cf. arriba, nota 9), p. 105 y ss., yvariada por Diem en Landmann,op. cit. (cf. arriba, nota 7) p. 355 y ss. no est de ninguna manera libre deobjeciones.

    6t Cf. C. G. Carus: Vorlesungen bq Psychologie (1831; ed. F. Arnold 1958))OO(VI:"yaen el invierno de 1827-1828 l ofreci un cuadro sinpticode la antropologa en unas veinte lecciones pronunciadas ante un crculode eruditos, artistas y funcionarios".

    62 F. v. Paula Gruithuisen (1774-1852: prof. de qumica, fisica, zootoma,antropologa y ms tarde prof. de astronoma en Mnich); Anthropologieoder von der Natur da menschlichen Lebens und Denkens fur angehende Phi-losophen und Arzte (1310) V.

    63 Cf. del autor: "Sobre algunas relaciones entre esttica y teraputicaen la filosofia del sigloKX", arriba, pp. 95-116.

    Por ejemplo, el manual ya citado de Heinroth, que merece un intersresueltamente filosfico en su discusin sobre la "historia y la literaturade la antropologa" (op. cit., pp. 13-36), en su parte principal y sobre todoen los "Anexos" (pp. 417-518).Al contexto de esas antropologas de m-dicos pertenece tambin, por ejemplo, H. Lotze: Mikrokosmos. Ideen zurNaturgeschichte und Geschichte der Menschheit. Versuch einer Anthropolo-gie (1856 y ss.); Lozte (1817-1881) comenz como mdico clnico y pro-fesor de medicina ( 1839), antes de doctorarse en filos ofra en 1840. InclusoI. H. Fichte, Anthropologie. Die Lehre von der menschlichen Seele. Neube-grndet auf naturwissenschaftlichemWege filr Naturforscher, Seeleniirzte undwissenschaftlich Gebildete berhaupt ( 1356) est "dedicada a su querido hijoCarl Eduard Fichte, mdico, cirujano y doctor en obstetricia". Por ltirlo,no hay que olvidar que tambin Max Scheler comenz como mdico.

    6s f. Ennemoser (1757-1854; prof. de medicina en Bonn): Anthropolo-gische Ansichten oder Beitriige zur bessern l(enntniss des Menschen (1828),p.33-

    * Op. cit., pp. 38-39; cf. M. Scheler: Die Stellung des Menschen im Kos-mos (1927) [trad. cast. de I. Gaos, El puesto del hombre en el cosmos, Losada,Buenos Aires, 19331; pero cf. tambin A. Gehlen , Der Mensch ( 1940) [trad.cast. de F-C.Vevia, Elhombre, Sgueme, Salamanca, 19801, pus Ennemo-ser retoma tesis de Herder (ser carencial). Para Herder, no obstante, el es-

    2s0

    pritu se opone tan poco a la naturaleza como para la antropologa direc-tamente vinculada a la filosofia de la naturaleza (toxler, Steffens, etc.), queEnnemoser critica como una teora que slo trata de la sublimacin (op.cit., pp. 25,29, etc.).

    67 Esa posicin.tarda no se define aqu pues por una fecha determinada,sino como aquel planteamiento al que le corresponde esa caracterstica.El trnsito de la antropologa de mdicos a esa posicin tardla tiene un e-dente paralelismo en el trnsito contemporneo de las tesis sobre filosofiade la naturaleza de Freud a la "antropologa mdica" teolgico-persona-lista, especialmente en von Weizscker, Binswanger, Frankl, von Gebsattel.

    u8 Cf. especialmente Heinroth , op. ci., suplemento W (thber die Wrdeder Anthropologie), pp.504-518: precisamente porque "la filosofla no esla ciencia que nos ensea a reconocer lo ms elevado" (p. 511), existe "elderecho de la antropologa a indicar el conocimiento de lo ms elevado"(p. 509). "Es necesario que sea abandonada una de ellas, o la doctrina dela reconciliacin o la filosofia: pues ambas constituyen una contradiccinradical" (p. 518); "si desde algn punto de la filosofia amena?a un golpemortal, es desde aquel que ha sido afirmado en este trabajo" (p. 518). "Annos resistimos a defender la revelacin como lo ms elevado parael hom-bre (. . .) Si el autor no se equivoca del todo, hemos llegado a un punto deinflexin en el modo de ver las cosas y la antropologa le parece (. . .) lapalanca que mejor se puede aplicar aqu" (p. 518). Cf. tambin I. C. A. Hein-roth: Pistodicee ( 1829).

    6e "Disolucin de la teologa en la antropologa": L. Feuerbach,

    Grundsiitze der Philosophie der Zukunft (1843), Keine philosophischeSchriften,M. G. Lange (ed.), 1950, p.87. Resulta una cuestin interesantehasta qu punto en el uso de la palabra por Feuerbach

    -un minucioso co-nocedor de la filosofla francesa del siglo )WII- puede estar viva la "acep-cin teolgica" de la palabra antropologla (cf. arriba, nota I I ); por ejemplo,en formulaciones como: "El secreto de la teologa es la antropologa":Vorlaufige Thesen zur Reform der Philosophie (1842), op. cit., p. 55 [trad.cast. de E. Subirats, Tesis provisionales para la reforma de la filosofla / Prin-cipios de la filosofia del futuro, Orbis, Barcelona, 19P41; pero esa antropo-loga es "la (. . . ) humanizacin de Dios", Grundsiitze, op. cit., p. 87 .

    70 Cf. S. Kierkegaard, PapirerX2, p. 128 y ss. (= A 163 de 1849), trad.en: S. Kierkegaard, Christentum und Christenheit, trad. por E. Schlechta(r9s7),20212.3.

    25r

  • 7r L. Feuerbach, Grundsiitre, op.sen, op. cit., pp. 7 4, 77 -78, etc.

    167; cf. tambin Vorlaufige The-

    72 L. Feuerba ch, Das Wesen des Christentum, ( 1 84 I , 2" 1843 ) [trad. cast.de I. Iglesias , La esencia del cristianismo, Trotta, Madrid, 19951.

    '3 Cf. Bibliografra de los escritos sobre Feuerbach en: SiimtlicheWerke,Bolin/Iodl (eds.), XI, H. M. Sass (ed.) (1962), p. 347 y ss.; resulta repre-sentativo: por una parte F. Engels, Ludwig Feuerbach und der Ausgang derklassischen deutschen Philosophie (1888), por otra parte M. Buber, DieSchriften ber das dialogische Prinzip ( 1954). Eplogo 287 -289: el primeroacenta el "materialismo" de Feuerbach, el segundo su teora de la relacinyo-t.

    74 G. \M. F. Hegel, Smtliche Werke, Glockner (ed.) VI, p. 23I (cf. Enzy-clop.3a ed., 5387); sobre este punto ya en Hegel, Philosophische Propiideu-tik (1808-1811) III, p.200: "El espritu considerado para s ha de serconcebido 1) en su existencia natural y en su relacin inmediata con elcuerpo y su dependencia por ello conmovedora de sus afecciones y cir-cunstancias, es decir, como antropologa".

    7s Versin de 1817: '.A. El alma'' Edicin de 1827 y 1830: 'h. Antropolo-ga. El alma".

    '6 Cf. Hegel VI, pp. 233, Ba y ss.; cf. tambin p. 232: "Identidad inme-diata de la subjetividad existente en s y la de la corporalidad".

    77 Cf. Ein Hegelsches Fragment zur Philosophie des Geistes.Introducido yeditado por F. Nicolin, en: Hegel-Studien I (1961), p. 36: que "el conoci-miento de la espiritualidad concreta (... ) an no se ha formulado en laciencia desde el punto de vista de la antropologa'i

    78 C. L. Michelet, Anthropologie und Psychologie oder die Philosophie dasubjeaiven Geista ( lSa0): l ha " (. . . ) conservado (. . .) la visin fundamen-tal en lo que se refiere a Hegel", pero la ha modificado "en lo que respecta ala organizacin de la materia" ([V). "El espritu no aparece aqu ms quecomo espritu natural o como alma;y se es el objeto de la Antropologo" (pp.7l-72); "Hemos de contemplar el espritu humano, en primer lugar, segnsu aspecto natural, tal como es en cuanto esprit