Marcha indígena del tipnis

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Marcha indígena del TIPNIS: ¿tensión creativa o contradicción de clase? La construcción de la carretera por el TIPNIS se orienta a consolidar el proceso de acumulación de tierras en manos de los grupos campesinos más ricos, advierte el sociólogo Enrique Ormachea Plataformaenergerica.org (La Paz, 06/09/11).- Mientras el Gobierno del MAS sostiene que con la construcción de la carretera que atravesaría el TIPNIS se beneficiarán todos los habitantes de esta región (por encima de intereses materiales de grupos específicos) lo cierto es que este proyecto se orienta fundamentalmente a consolidar el proceso de acumulación de tierras de una fracción de los campesinos ricos de los cocaleros del trópico de Cochabambaa costa de las tierras de los yuracarés, moxeños y chimanes que, en su gran mayoría, son campesinos pobres. Una buena parte de los cocaleros son ya campesinos ricos o acomodados porque obtienen ganancias gracias a la apropiación de trabajo ajeno, pues producen normalmente con el concurso de peones asalariados. Por el contrario, los indígenas yuaracarés, moxeños y chimanes que habitan en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) y la mayor parte de los indígenas de las tierras bajasademás de realizar actividades agrícolas en chacos que usufructúan individualmente y que combinan con otro tipo de actividades económicas vinculadas con el mercado (como la extracción de recursos forestales y la elaboración de artesanías), normalmente se ven obligados a vender temporalmente su fuerza de trabajo a ganaderos, madereros y a los propios cocaleros para asegurar su medios de subsistencia. En este sentido, mientras los primeros son pequeños y hasta pequeñísimos capitalistas, los segundos son mayoritariamente semiproletarios. Acicateados entonces por sus crecientes motivaciones de acumulación, los cocaleros del trópico de Cochabamba se han visto en la necesidad de acrecentar sus propiedades, lo que implica expandir la frontera agrícola. Sin embargo, esta expansión sólo puede darse hacia dos zonas claramente definidas. Por un lado, hacia el TIPNIS y, por otro lado, hacia el departamento de Santa Cruz; esta última opción implicaría avanzar sobre tierras que ya están ocupadas tanto por otros colonizadores (buena parte de ellos también campesinos ricos) como por pequeñas, medianas y grandes empresas capitalistas agrícolas y ganaderas articuladas a la agroindustria. En la medida en que el Gobierno del MAS no afectará estos intereses (no lo ha hecho con la Ley de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria y tampoco lo hará con la nueva Ley de Tierras que prepara a través de los dirigentes de la CSUTCB), la única posibilidad de expansión territorial para colonizadores y cocaleros del trópico de Cochabamba está en el TIPNIS. Si en algo hacen hincapié los indígenas cuando plantean la defensa del TIPNIS es en el tema de la expansión cocalera y sus efectos. No les falta razones. En el Gobierno de Evo Morales se les ha recortado alrededor de 145 mil hectáreas que acabaron siendo dotadas a cocaleros que habían ocupado estas tierras de hecho, al aprobar un título final de propiedad colectiva de 1.091.656 hectáreas frente al título ejecutorial concedido en 1997 que ascendía a 1.236.296 hectáreas.

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Marcha indígena del TIPNIS: ¿tensión creativa o contradicción de clase?

La construcción de la carretera por el TIPNIS se orienta a consolidar el proceso de

acumulación de tierras en manos de los grupos campesinos más ricos, advierte el sociólogo

Enrique Ormachea

Plataformaenergerica.org (La Paz, 06/09/11).- Mientras el Gobierno del MAS sostiene que

con la construcción de la carretera que atravesaría el TIPNIS se beneficiarán todos los

habitantes de esta región (por encima de intereses materiales de grupos específicos) lo

cierto es que este proyecto se orienta fundamentalmente a consolidar el proceso de

acumulación de tierras de una fracción de los campesinos ricos –de los cocaleros del

trópico de Cochabamba– a costa de las tierras de los yuracarés, moxeños y chimanes que,

en su gran mayoría, son campesinos pobres.

Una buena parte de los cocaleros son ya campesinos ricos o acomodados porque obtienen

ganancias gracias a la apropiación de trabajo ajeno, pues producen normalmente con el

concurso de peones asalariados. Por el contrario, los indígenas yuaracarés, moxeños y

chimanes que habitan en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS)

–y la mayor parte de los indígenas de las tierras bajas– además de realizar actividades

agrícolas en chacos que usufructúan individualmente y que combinan con otro tipo de

actividades económicas vinculadas con el mercado (como la extracción de recursos

forestales y la elaboración de artesanías), normalmente se ven obligados a vender

temporalmente su fuerza de trabajo a ganaderos, madereros y a los propios cocaleros para

asegurar su medios de subsistencia. En este sentido, mientras los primeros son pequeños y

hasta pequeñísimos capitalistas, los segundos son mayoritariamente semiproletarios.

Acicateados entonces por sus crecientes motivaciones de acumulación, los cocaleros del

trópico de Cochabamba se han visto en la necesidad de acrecentar sus propiedades, lo que

implica expandir la frontera agrícola. Sin embargo, esta expansión sólo puede darse hacia

dos zonas claramente definidas. Por un lado, hacia el TIPNIS y, por otro lado, hacia el

departamento de Santa Cruz; esta última opción implicaría avanzar sobre tierras que ya

están ocupadas tanto por otros colonizadores (buena parte de ellos también campesinos

ricos) como por pequeñas, medianas y grandes empresas capitalistas agrícolas y ganaderas

articuladas a la agroindustria.

En la medida en que el Gobierno del MAS no afectará estos intereses (no lo ha hecho con la

Ley de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria y tampoco lo hará con la nueva

Ley de Tierras que prepara a través de los dirigentes de la CSUTCB), la única posibilidad

de expansión territorial para colonizadores y cocaleros del trópico de Cochabamba está en

el TIPNIS.

Si en algo hacen hincapié los indígenas cuando plantean la defensa del TIPNIS es en el

tema de la expansión cocalera y sus efectos. No les falta razones. En el Gobierno de Evo

Morales se les ha recortado alrededor de 145 mil hectáreas que acabaron siendo dotadas a

cocaleros que habían ocupado estas tierras de hecho, al aprobar un título final de propiedad

colectiva de 1.091.656 hectáreas frente al título ejecutorial concedido en 1997 que ascendía

a 1.236.296 hectáreas.

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En una entrevista reciente, el dirigente indígena Adolfo Moye ha señalado que, a raíz de la

expansión de los cocaleros hacia las comunidades indígenas del TIPNIS, muchas

terminaron rodeadas de colonos “…por ejemplo, la comunidad de Santísima Trinidad

donde yo vivo junto a 140 familias indígenas mezcladas con algunos colonos, hemos

quedado al centro de la zona colonizada y rodeada por cocaleros. En la comunidad Limo,

los hermanos del pueblo moxeño yuracaré ahora tienen apenas una hectárea y trabajan

como empleados de los colonos. Sus hijos han tenido que migrar a las ciudades capitales

para buscar empleo queriendo adoptar otra forma de vida; en muchos pueblos solo quedan

los viejitos. Algunas comunidades, como Puerto Patiño e Isiborito, se extinguieron y no

sabemos a dónde se fueron esos hermanos…”.

Este testimonio no hace más que reflejar el inevitable proceso de concentración y despojo

de tierras que tiene lugar en el capitalismo, en el cual los expropiados van quedando con

superficies de tierras cada vez más reducidas y se ven obligados a vender su fuerza de

trabajo a los nuevos poseedores de la tierra, mientras que los que quedaron sin tierras,

tienen que migrar y abandonar “el territorio”. Es este, en el fondo, el proceso que los

indígenas del TIPNIS pretenden evitar y que el instrumento político de los campesinos

ricos pretende consumar.

Los argumentos utilizados por el Gobierno para justificar la construcción de la carretera a

través del TIPNIS, como el hecho de que ya habría sido “penetrado” por madereros (por lo

que ya no cumpliría la función de su creación), así como declaraciones de dirigentes

campesinos oficialistas en sentido que los territorios indígenas serían nada menos que

nuevos latifundios, son el anuncio de que la próxima distribución de tierras de la

“revolución agraria” correspondiente a la “quinta fase del proceso de cambio” será tan

creativa, que se hará a costa de los territorios comunitarios de origen y los parques

nacionales, precisamente para no afectar la gran propiedad capitalista o terrateniente.

* Sociólogo investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario

(CEDLA).

La VIII Marcha Indígena más cerca de la ciudad de La Paz

CIPCA-66/2011 Aproximadamente a las 8:20 de la mañana, más de 2000 marchistas

partieron de la localidad de Pongo hacia la Sede de Gobierno; a pesar de que el tramo se

hace cada vez más difícil, la caminata a se hace imparable.

Pese a las adversidades climáticas y de la geografía propia de las tierras altas, los

marchistas de la VIII Marcha Indígena, continúan su paso hacia la ciudad de La Paz

acompañados por la gente y la música de Carnavi, que les da alientos para continuar su

paso.

En reunión sostenida el día de ayer entre la Asamblea de la Paceñidad y la Comisión

Política de la Marcha, se planificó la entrega de las Llaves de la Ciudad a los marchistas de

las 13 Organizaciones Indígenas incluido el CONAMAQ, que representan a los 36 Pueblos

Indígenas del Estado Plurinacional de Bolivia.

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Esta entrega se realizará el día de hoy cuando la marcha arribe a la cumbre en la localidad

de la Apacheta, donde se espera tener un descanso de 20 min, en el que se cumplirá este

importante acto.

A partir de ese momento los indígenas que engrosan las filas de la VIII Gran Marcha serán

declarados como Huéspedes Ilustres de la Ciudad de La Paz, en reconocimiento a su lucha

y su esforzada caminata, por la defensa de sus derechos y su territorio, desde el pasado 15

de Agosto.

Se espera que los 2000 marchistas arriben a la ciudad de La Paz el día miércoles 18 de

Octubre al promediar las 14:30 de la tarde, donde se dirigirán en primera instancia a la

Catedral Metropolitana de La Paz, ubicada en la Plaza Murillo, para que tengan una misa; y

concluir la marcha de la misma manera que comenzaron.

Álvaro García Linera “Marcha del TIPNIS está impulsada por intereses políticos”

Guanay, BOLIVIA 7 sep.- La marcha iniciada por dirigentes indígenas del oriente

boliviano bajo el argumento que defienden el medio ambiente "está impulsada por intereses

políticos que buscan desgastar al Gobierno", dijo el miércoles el vicepresidente Alvaro

García Linera.

Indicó que la marcha iniciada a mediados de agosto por esos dirigentes "no defiende el

Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), sino un interés político que

usan en su beneficio a costa del sacrificio de sus bases".

MARCHA DEL TIPNIS

"Defienden un proyecto político con miras a proyectarse como dirigentes en los próximos

comicios generales, antes que la defensa del medio ambiente, los recursos naturales y la

Madre Tierra", aseveró.

García Linera enfatizó que esos dirigentes iniciaron la marcha con el argumento de que

quieren una consulta para definir el tramo II de la carretera entre Villa Tunari

(Cochabamba) y San Ignacio de Moxos (Beni), que consta de tres.

"Ahora que el Gobierno quiere hacer la consulta, los dirigentes de la Confederación de

Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB) se oponen", anotó.

Agregó que, a los seis días de haber iniciado la marcha desde Trinidad a La Paz,

presentaron un pliego de 16 puntos que incluyen asuntos que no tienen nada que ver con el

TIPNIS, sino que afectan al desarrollo y la integración nacional.

Entre esas demandas se incluyen la paralización de las operaciones de exploración,

explotación y comercialización del gas que sale de Aguaragüe, en el Chaco de Tarija, y que

genera el 90 por ciento de los recursos destinados para el desarrollo social y económico de

todo el país

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Agregó que las autoridades no entienden cómo casi todos los pueblos, como Guanay, piden

al Gobierno la construcción de carreteras, mientras que otros, como los que agrupa la

CIDOB, se oponen.

"Una carretera es desarrollo, integración y mejora de la calidad de vida de los ciudadanos,

por lo que no se puede comprender que algunos dirigentes se opongan a su concreción",

enfatizó.

El Vicepresidente expresó su convencimiento de que es posible promover programas viales

de desarrollo sin descuidar el medio ambiente.

Reiteró la posición de las autoridades para proseguir con su actitud de dialogar con los

marchistas para lograr acuerdos que beneficien al país y al sector, dejando de lado marchas

que ponen en riesgo la vida de niños y mujeres embarazadas.(ABI)